Populismo y Democracia en America

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  • Revista de Ciencia PolticaPontificia Universidad Catlica de [email protected] ISSN (Versin impresa): 0716-1417ISSN (Versin en lnea): 0718-090XCHILE

    2003 Fernando Mayorga

    NEOPOPULISMO Y DEMOCRACIA EN BOLIVIA Revista de Ciencia Poltica, ao/vol. XXIII, nmero 001

    Pontificia Universidad Catlica de Chile Santiago, Chile

    pp. 99- 118

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

    http://redalyc.uaemex.mx

  • REVISTA DE CIENCIA POLTICA / VOLUMEN XXIII / N 3 / 2003 /

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    NEOPOPULISMO Y DEMOCRACIAEN BOLIVIA*

    FERNANDO MAYORGAUNIVERSIDAD MAYOR DE SAN SIMON, COCHABAMBA, BOLIVIA

    Este trabajo aborda el impacto poltico del neopopulismo en la democracia boliviana, as como los rasgosde la dinmica organizativa y del accionar de sus dos expresiones partidistas -UCS y Condepa- que seconstituyeron en fuerzas relevantes entre 1989 y 1999. En ese perodo, estos partidos rivales cautivaronalrededor de un tercio del electorado -en comicios presidenciales y municipales-, participaron en pactosgubernamentales y ejercieron la administracin municipal en las principales ciudades. Su desempeo secaracteriz por el predominio de reglas informales en su dinmica interna, la articulacin de elementosculturales y simblicos, la interpelacin de nuevos actores sociales y la vinculacin carismtica entrelderes y adherentes. A travs de UCS y Condepa, el neopopulismo incidi en la consolidacin del sistemade partidos mediante la ampliacin de las bases sociales de la democracia representativa, as como en eldespliegue de la reforma estatal a travs de la inclusin de nuevas identidades y demandas en ladiscursividad poltica.

    Diez aos despus de iniciada la transicin democrtica en Bolivia, surgi el neopopulismo comoun estilo de accin poltico-electoral que influy de manera decisiva en las pautas que asumi lademocracia representativa y, en particular, la competencia electoral1 . A fines de 1988, el escena-rio poltico se modific con la emergencia de dos partidos de nuevo cuo, Conciencia de Patria(Condepa) y Unidad Cvica Solidaridad (UCS), forjados en torno a personajes ajenos a la clasepoltica -Carlos Palenque y Max Fernndez, respectivamente- que emergieron como lderescarismticos al desplegar novedosas modalidades de intercambio poltico basadas en labores deasistencialismo realizadas a travs de un uso no convencional de sus empresas la emisora radialy estacin televisiva de mayor audiencia en la sede de gobierno y la empresa cervecera msgrande del pas, respectivamente. Ambos partidos, de manera desigual pero anloga, vehiculizaronla incorporacin de nuevas identidades, sectores y demandas sociales en el campo de discursividadpoltica de la democracia representativa. Adems, su presencia en el escenario poltico modificlos rasgos de la competencia electoral e incidi en el proceso de consolidacin democrtica y enel decurso de la reforma estatal durante la dcada de los 90. UCS y Condepa obtuvieron suma-das sus votaciones particulares- el apoyo de alrededor de un tercio del electorado en las eleccio-nes municipales y nacionales realizadas entre 1989 y 1997 (Ver Cuadro 1) y, durante ese perodo,accedieron al control de las alcaldas ms importantes del pas e intervinieron en el juego de

    * Una versin de este ensayo fue publicada en El populismo de los antiguos y el populismo de los modernos, Prudhomme,Jean Franois y Soledad Zoaeza, Colegio de Mxico, Mxico.

    1La delimitacin de la nocin de neopopulismo a un estilo de accin responde a los siguientes criterios: el neopopulismono da cuenta de una nueva fase del proceso histrico, no es una reposicin del estatismo como sntesis, ni se refierea movimientos sociales basados en una matriz clasista y tampoco es una invocacin del pueblo como antpoda de losgrupos dominantes, aspectos que evocan el populismo clsico analizado por Germani, Cardozo, Faletto o Laclau (Cf.Mckinnon y Petrone 1998). A mi juicio, y para los fines de este trabajo, se trata de un estilo de accin perceptible porlas formas que asume el discurso y la conducta poltica: predominio del carisma personal en la representacin poltica,debilidad de los mecanismos institucionales formales, influencia de factores culturales en el intercambio poltico yprecariedad de la ideologa en la conformacin de identidades polticas.

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    alianzas para la conformacin de las coaliciones gubernamentales, aunque ninguno de sus lderesarrib a la Presidencia de la Repblica. A pesar de que ambas organizaciones sufrieron la desapa-ricin fsica de sus jefes fundadores Max Fernndez en noviembre de 1995 y Carlos Palenque enmarzo de 1997-, su fuerza electoral se reprodujo en los comicios presidenciales de 1997, semantuvieron como partidos relevantes en el escenario parlamentario y participaron en la coalicinque sustent el gobierno presidido por el general Hugo Banzer Surez (1997-2002)2 .

    Sin embargo, en los comicios municipales de 1999, Condepa sufri una debacle electoral obte-

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    En 1998, Condepa fue marginada de la coalicin gubernamental y se dividi su bancada parlamentaria, mientras queUCS se mantuvo en el oficialismo hasta la conclusin de la gestin gubernamental. Esa presencia coetnea en laprimera etapa del gobierno de Banzer fue la nica accin coincidente entre ambos partidos, puesto que antes y despusactuaron como fuerzas en competencia, a pesar de o debido a- la similitud en sus rasgos constitutivos. El generalBanzer renunci, por enfermedad, a mediados de 2001 y, de acuerdo a la norma constitucional, el Vicepresidente JorgeQuiroga asumi el mando del gobierno hasta la finalizacin del mandato.

    Cuadro 1: Elecciones nacionales y municipales (1985-1997) (en porcentajes)

    1989 1991 1993* 1993 1995 1997*

    ADN 7.85 11.43 22.28

    MNR 17.47 22.99 33.83 34.92 21.32 18.21

    MIR 9.45 9.31 16.77

    AP* 30.35 26.44 20.03

    Condepa 17.01 11.69 13.59 19.58 15.47 17.16

    UCS 14.92 21.26 13.11 8.39 17.45 16.11

    Otros 20.25 17.62 19.44 20.91 25.02 9.47

    *Elecciones nacionales*AP, Acuerdo Patritico (Coalicin electoral entre ADN y MIR)Fuente: Elaboracin propia con base en datos de la Corte Nacional Electoral

    niendo alrededor del 4% de la votacin nacional, llegando a perder en el departamento de La Paz,distrito donde haba sido la principal fuerza electoral durante una dcada, mientras que UCS sufriuna disminucin sustantiva en su votacin y su base de apoyo termin circunscrita a la zonaoriental del pas (Ver Cuadro 2). Esta tendencia prosigui y se acentu en las elecciones generalesde 2002, ocasin en la cual UCS obtuvo alrededor del 5% de votacin y pas a ser una fuerzamarginal en el parlamento y Condepa, que obtuvo menos del 1% de la votacin nacional, desapa-reci del escenario poltico al perder su personera jurdica (Ver Cuadro 3). Pese al debilitamientode estos partidos, el neopopulismo como corriente poltica mantuvo su promedio electoral expre-sado a travs de varios liderazgos locales y partidos regionales que, como resultado de loscomicios municipales de 1999, asumieron el manejo de las alcaldas en las principales ciudadesde Bolivia. Entre estos partidos de raigambre local se destac Nueva Fuerza Republicana (NFR),partido fundado en 1997 en torno a la figura de Manfred Reyes Villa, alcalde de la ciudad de

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    Cochabamba desde 1991 y con tres victorias electorales consecutivas como candidato de distin-tas siglas hasta la conformacin de su propia organizacin (Mayorga Fernando, 1997). Algo simi-lar aconteci en las elecciones generales de 2002, con la incursin de nuevas fuerzas polticasque, en cierta medida, ocuparon el vaco dejado por Condepa y UCS. Esta diversificacin partidis-ta del neopopulismo se manifest en la presencia de NFR, que particip por primera vez enelecciones nacionales con su jefe como candidato, y de dos expresiones partidistas vinculadas alsindicalismo campesino/indgena -Movimiento al Socialismo (MAS) y Movimiento Indgena Pachakuti(MIP)- que se incorporaron al sistema de partidos como fuerzas relevantes y terminaron confor-mando la oposicin parlamentaria a la actual coalicin gubernamental. Estos partidos son porta-dores del estilo de accin del neopopulismo aunque no reproducen un rasgo central del accionarde UCS y Condepa que se expres en su plena y temprana articulacin al modelo estatal desple-gado en Bolivia en los ltimos quince aos y que, desde principios de esta dcada, ingres a unafase de crisis de hegemona. Precisamente, una idea central del balance que realizamos respectoal rol que jugaron UCS y Condepa se refiere a que el impulso hegemnico del proyecto estataldesplegado a partir de 1985, asentado en la combinacin de neoliberalismo econmico y demo-cracia representativa, se sustent en la articulacin de ambos partidos a esos principios hegem-nicos y en su adaptacin a las reglas de la competencia poltica y a la lgica de pactos quecaracteriza el funcionamiento de la democracia boliviana.

    Cuadro 2: Elecciones municipales, 1999Partido Votacin PorcentajeMNR 408.824 20.4MIR 319.399 16.0ADN 292.803 14.6UCS 237.094 11.8NFR 166.173 8.3MSM 116.652 5.8MBL 89.505 4.5Condepa 80.857 4.0MAS 65.425 3.3PS 55.823 2.8VR-9 43.713 2.2FSB 43.364 2.2FRI 37.833 1.9PCB 22.502 1.1KND 8.216 0.4PDC 7.538 0.4MPP 4.607 0.2MRTKL 1.473 0.1Votos emitidos 2124.509

    Fuente: Corte Nacional Electoral.

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    En este ensayo evaluamos el desempeo poltico-electoral de UCS y Condepa en la dcada de los90, en tanto expresiones del neopopulismo como estilo de accin poltica, as como llevamos acabo una lectura comparada de las caractersticas de sus liderazgos constitutivos y de su peculiarfuncionamiento organizativo. Adicionalmente, efectuamos un balance preliminar de la presenciade NFR, MAS y MIP en el nuevo escenario poltico resultante de los comicios de junio de 2002 apartir de un esbozo de las continuidades y rupturas respecto a UCS y Condepa.

    1. DEMOCRACIA, SISTEMA DE PARTIDOS Y NEOPOPULISMO

    En Bolivia, durante la pasada dcada, el sistema de partidos demostr una evidente capacidadpara enfrentar una de las novedades concomitantes al proceso de consolidacin democrtica enla regin andina: la irrupcin del neopopulismo, como riesgo de negacin de la competenciaelectoral y desinstitucionalizacin de la poltica que, en otros pases, como Per, Ecuador y Vene-zuela, provoc la crisis del sistema de partidos (Roberts 1998, Pachano 1996, Lander y Lpez1999). Merced a la vigencia de las dos fuerzas neopopulistas mencionadas, el sistema de parti-dos boliviano mostr signos de consolidacin, hasta fines de los 90, como resultado de unacombinacin entre estabilidad y cambio, expresada -desde 1985- en la presencia dominante de

    Cuadro 3: Elecciones nacionales, 2002

    Partido Votacin PorcentajeADN 94.386 3.40MNR 624.126 22.46MIR 453.375 16.32MAS 581.884 20.94NFR 581.163 20.91PS 18.162 0.65Condepa 10.336 0.37MIP 169.239 6.09LyJ 75.522 2.72MCC 17.405 0.63UCS 153.210 5.51Votos vlidos 2778.808Votos blancos 130.685 4.36Votos nulos 84.572 2.82Votos emitidos 2994.065

    Fuente: Corte Nacional Electoral

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    tres partidos tradicionales (MNR, MIR y ADN3 ) en la conduccin alternada del gobierno4 y en laemergencia y articulacin de dos nuevas fuerzas partidistas (UCS y Condepa).

    Hasta entonces, el proceso de configuracin del sistema de partidos puede dividirse en tresfases: una fase fundacional, comprendida entre 1979 y 1985, que se expres en el desplazamien-to del corporativismo sindical por la mediacin partidista; una fase de recomposicin y adapta-cin, que transcurri entre 1985 y 1993, caracterizada por la adopcin de pactos para conformarcoaliciones parlamentarias y/o gubernamentales estables y por el surgimiento de partidos dendole neopopulista. Finalmente, una fase de consolidacin del sistema de partidos, a partir de1993 y hasta 1999, que presenta como rasgo principal la plena articulacin de UCS y Condepa alas pautas del funcionamiento del sistema poltico5 .

    Paralelamente a su articulacin a las pautas formales de la democracia representativa, UCS yCondepa tieron la poltica nacional de ciertas modalidades tpicas: la personalizacin de la repre-sentacin poltica, el asistencialismo como rasgo de intercambio poltico y la interpelacin denuevas identidades y demandas sociales. Asimismo, su influencia se manifest en el cariz queasumieron diversas medidas de transformacin del Estado, sometido a los cambios concomitan-tes a la aplicacin de las polticas de ajuste estructural y a las exigencias de la conformacin de unorden institucional democrtico-representativo. Es decir, el neopopulismo es un fenmeno que seinscribe en el proceso de doble transicin iniciado en la dcada de los 80, puesto que paralela-mente a la modificacin del rgimen poltico, como producto de la democratizacin, se produjouna reorientacin integral del papel, sobre todo econmico, del Estado intervencionista surgidocon la revolucin nacionalista de 1952.

    Los cambios acaecidos a partir de 1982 transmutaron los parmetros de la relacin entre econo-ma, poltica y sociedad. Desde entonces, se desplegaron dos procesos concatenados: ajusteestructural y transicin democrtica. La poltica econmica neoliberal, al mitigar la intervencineconmica del Estado, debilit al movimiento sindical que, hasta entonces, era un actor polticode innegable importancia, siendo desplazado por los partidos en su papel de representacin ymediacin de las demandas sociales. Este rol protagnico se afianz con la rutina electoral y lalgica de pactos que se inaugur en 1985 y se reiter en las sucesivas gestiones gubernamenta-les mediante el establecimiento de coaliciones de gobierno asentadas en mayoras parlamenta-rias. As, se conform un sistema de partidos caracterizado por un perfil moderado en trminosideolgicos y sometido a una tendencia centrpeta puesto que la articulacin entre democracia yneoliberalismo adquiri un carcter hegemnico, desplazando del imaginario colectivo las antao

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    El Movimiento Nacionalista Revolucionario est vigente desde los aos 40 y fue el protagonista de la revolucinnacional en 1952; el Movimiento de Izquierda Revolucionaria se fund a principios de los 70 como corriente deorientacin socialista y jug un papel importante en la transicin democrtica, y Accin Democrtica Nacionalista es unpartido de tinte conservador organizado en 1979 en torno a la figura del ex-dictador Banzer.

    4En 1985-1989, Vctor Paz (MNR) con apoyo parlamentario de ADN. En 1989-1993, Jaime Paz Zamora del MIR, encoalicin con ADN y apoyo parlamentario de Condepa. En 1993-1997, Gonzalo Snchez de Lozada del MNR, en coali-cin con el Movimiento Revolucionario Tupaj Katari (MRTKL), Movimiento Bolivia Libre (MBL) y UCS. En 1997-2002, HugoBanzer de ADN, en coalicin con MIR, UCS y Condepa (marginada en 1998). Finalmente, en 2002, Gonzalo Snchez deLozada del MNR en coalicin con el MIR.

    5No obstante, paralelamente a la consolidacin del sistema de partidos, sus unidades constitutivas y otras institucionesde la democracia, como el parlamento, tienen una psima imagen ante la opinin pblica, expresada en innumerablesencuestas realizadas desde 1990.

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    dominantes posturas estatistas en la economa y la lgica militar del conflicto poltico. Sin embar-go, el impacto social del ajuste estructural y el proceso de ciudadanizacin promovido por latransicin democrtica tuvieron un efecto inesperado puesto que aparecieron dos nuevas fuerzaspolticas (UCS y Condepa) que cuestionaron a los partidos tradicionales y, simblicamente, ocupa-ron el papel asistencialista abandonado por el Estado, modificando las caractersticas del inter-cambio poltico e incidiendo en el estilo proselitista de las campaas electorales.

    En trminos generales, el impacto global del neopopulismo se tradujo en la ampliacin de la basesocial de apoyo a la democracia representativa y la incorporacin de nuevas demandas e identida-des sociales en la discursividad poltica. En las elecciones municipales y nacionales realizadasentre 1989 y 1997, la votacin conjunta de estos partidos orill alrededor de un tercio del electo-rado nacional 6 (Ver Cuadro 1). A esta importancia cuantitativa es preciso sumar las caractersti-cas de los sectores sociales representados por los partidos neopopulistas: migrantes, transpor-tistas, cholas, campesinos, comerciantes, vecinos, informales de variado cuo y ex-mineros, en-tre otros. Se trata -en general- de sectores marginados, excluidos y/o discriminados econmica,poltica, social y culturalmente, que se encontraban ms cerca de la desafeccin que de la seduc-cin por la democracia porque no eran interpelados por los partidos tradicionales o, en algunoscasos, tenan un pasado pro-dictatorial. Por las caractersticas de los grupos sociales incorpora-dos a la competencia electoral en calidad de militantes y votantes- es posible valorar positiva-mente el rol democrtico de UCS y Condepa porque evitaron que la pobreza y la marginacin seconvirtieran en caldo de cultivo de interpelaciones subversivas o guerrilleras. Sin embargo, estavirtud se convirti en una limitacin, puesto que a la par que lograron importantes adhesiones ensectores populares, ambos partidos fueron vctimas de un aislamiento electoral que les impidiconvocar eficazmente a otros segmentos sociales y crecer con perspectivas de constituirse enalternativas de gobierno. En el caso de Condepa, se trat de un aislamiento no solamente social,respecto a la clase media urbana y a los estratos altos, sino tambin territorial, puesto que suvotacin estuvo confinada en ms del 90%, a la regin altiplnica.

    Por las caractersticas de su representatividad, estos partidos introdujeron nuevos cdigos cultu-rales, sociales y polticos en el campo de la discursividad poltica. Se destaca, en el caso deCondepa, una carga simblica matizada por interpelaciones tnicas de raigambre andina quepasaron de la subcultura migrante y de la festividad folklrica al mbito de la poltica y se materia-lizaron en la indita presencia de una chola7 como diputada nacional desde 1989 y candidatapresidencial en 1997. Es decir, el sistema poltico asumi la demanda de participacin de nuevosactores sociales (indios y mujeres) antao excluidos de la poltica oficial, que pasaron a intercam-biar roles con los actores tradicionales (criollos-mestizos y varones). Asimismo, la cobertura denecesidades bsicas a los sectores vulnerables de la sociedad a travs de la realizacin de obrasde asistencia social modalidad predominante de las campaas proselitistas del jefe de UCS conrecursos provenientes de su empresa cervecera y caracterstica de la labor comunicacional de los6

    Para valorar la importancia de esa cifra, es preciso mencionar que desde la transicin democrtica ningn partido ofrente obtuvo una victoria con mayora absoluta: 34% en 1980 (UDP), 28% en 1985 (ADN), 23% en 1989 (MNR), 34% en1993 (MNR) y 22% en 1997 (ADN). Esta tendencia se repiti en 2002, porque el vencedor (MNR) obtuvo el 22%.

    7Ese vocablo designa a mujeres indgenas y mestizas que se distinguen por usar una vestimenta de la poca colonial, porlo que tambin son llamadas mujeres de pollera con un aire despectivo que, cuando quiere ser atenuado, es sustituidocon el diminutivo de cholita. En una sociedad racista, los usos lingsticos son sutiles para dar cuenta de identidadessegregadas que, en este caso, combinan discriminacin tnica y de gnero (Villena 1998).

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    medios de propiedad del jefe de Condepa- propici la incorporacin de las demandas de equidady redistribucin en las ofertas electorales, puesto que los restantes partidos ingresaron a disputarla base electoral de Condepa y UCS a travs de la emulacin de sus prcticas asistencialistas.Finalmente, la presencia de estos partidos y su desempeo electoral otorg un impulso especial ala reforma estatal, traducida en un conjunto de leyes y normas entre las que sobresalen el recono-cimiento del carcter pluritnico y multicultural de la sociedad en la reforma constitucional, lasleyes de participacin popular y reforma educativa8 , dirigidas a lograr la integracin socio-cultu-ral9 , una ley de cuotas, que establece la participacin obligatoria de mujeres en las listas decandidatos y una ley de partidos polticos10 . Aunque ninguna de estas iniciativas fue propugnadapor UCS o Condepa, su discusin y la necesidad de su aprobacin adquirieron una mayor impor-tancia debido al crecimiento electoral de los partidos neopopulistas que haban ocupado el segun-do lugar en las elecciones municipales de 1993 (Condepa) y de 1995 (UCS).

    Ahora bien, el accionar de UCS y Condepa no fue marginal o autoexcluyente respecto al sistemapoltico, puesto que tempranamente compartieron los beneficios del poder estatal y municipal,aunque no dejaron de proferir invectivas contra la poltica en general. Convencionalmente, la de-mocracia boliviana es definida como democracia pactada (Mayorga Ren 1995), porque secaracteriza por el establecimiento de pactos partidistas como procedimiento para la definicin dela titularidad gubernamental mediante la conformacin de coaliciones de gobierno que se susten-tan en mayoras parlamentarias, as como, en la concertacin entre oficialismo y oposicin res-pecto al curso de la reforma poltica y la orientacin de polticas pblicas. Los partidos neopopulistasingresaron a esa dinmica, sin poner en entredicho las reglas del juego democrtico y despojn-dose -pragmticamente- de su celo crtico a los partidos tradicionales11 . Adems, tuvieron impor-tantes experiencias de ejercicio gubernamental en el mbito municipal12 , que los acerc a la

    8En la primera, por ejemplo, se reconoce a las organizaciones y autoridades originarias -con sus usos y costumbres-como interlocutores de los gobiernos municipales; mediante la segunda, se introduce la educacin intercultural y bilin-ge en las escuelas pblicas. Ambas disposiciones fueron promulgadas en 1994.

    9Un dirigente e intelectual aymara fue Vicepresidente de la Repblica en la gestin 1993-1997 y una cuarta parte de losconcejales municipales elegidos en 1995, despus de la implementacin de la Ley de Participacin Popular, fueronindgenas y/o campesinos. Los resultados de los comicios generales de 2002 produjeron la presencia de una importan-te bancada parlamentaria de representantes campesinos/indgenas a travs de sus propias organizaciones polticas,como MAS y MIP, o en las filas de otros partidos (52 de los 157, entre senadores y diputados, que conforman elCongreso Nacional).

    10Desde 1997, un tercio de las listas de candidatos a parlamentarios y concejales municipales, as como, desde 1999, untercio de los cargos dirigenciales deben corresponder a mujeres. Por su parte, despus de ser motivo de debate desde1991, debido a problemas de transfugio de parlamentarios y denuncias de financiamiento de campaas electorales porel narcotrfico, la Ley de Partidos fue aprobada en 1999 aunque su plena implementacin ha sido diferida en variasoportunidades. La presencia de los partidos neopopulistas fue, sin duda, una razn adicional que impuls la necesidadde institucionalizar el funcionamiento de las organizaciones polticas.

    11En 1989, Condepa apoy la eleccin congresal de Paz Zamora. Ese ao, en las elecciones municipales, UCS y MNRsuscribieron un acuerdo para controlar la mayora de las alcaldas. Ese pacto fue reeditado en 1991 y se ampli en1993, a la alianza congresal que eligi a Snchez de Lozada como presidente. De manera anloga, aunque circunscritoal municipio de La Paz, el accionar de Condepa se articul a la lgica de los pactos para administrar la alcalda en 1993.En 1997, ambos partidos integraron la coalicin parlamentaria que eligi como presidente a Bnzer. Ambos partidosparticiparon en las cumbres de jefes polticos que, en 1991 y 1992, aprobaron una agenda de reformas que incluyla modificacin de la ley electoral, la descentralizacin, la reforma educativa, la captura y enjuiciamiento del exdictadorGarca Meza, y la reforma constitucional, entre los temas ms relevantes.

    12Condepa en La Paz (1992-1993 y 1994-1995) y El Alto (de 1989 a 1999) y UCS en Cochabamba (1989-1991) y SantaCruz (1996-1999 y 2000-2004).

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    racionalidad instrumental de la rutina burocrtica y reforzaron su adaptacin a un entorno polticoen proceso de institucionalizacin formal.

    Al margen de su impacto en el sistema poltico, el neopopulismo present facetas sugestivascomo estilo de accin poltica. Para precisar esos rasgos, analizamos las peculiaridades de losliderazgos de Max Fernndez y Carlos Palenque, as como de sus organizaciones partidistas.

    2. CARLOS PALENQUE Y MAX FERNNDEZ: LDERES MINIMALISTAS

    Max Fernndez y Carlos Palenque fueron empresarios exitosos que ingresaron a la arena electoraldespus de forjar un prestigio social al margen de la poltica. Ajenos a la lite econmica tradicio-nal y debido a una peculiar utilizacin de sus empresas lograron un sugestivo arraigo en ampliossectores populares, ante los que aparecieron como una alternativa respecto a los desacreditadospolticos tradicionales.

    Carlos Palenque, famoso en los aos 60 como integrante del grupo folklrico Los Caminantes, sededic a conducir programas de variedades en la televisin estatal que se convirtieron en tribunasde campaas de socorro a damnificados de desastres naturales. As naci la figura del compadrePalenque como un aliado de los pobres que realizaba actos de solidaridad dirigidos a paliar lasnecesidades cotidianas de los desamparados, entre los que sobresalan los indgenas aymarasque emigran a las ciudades de La Paz y El Alto. A mediados de los 80, se desencaden el boomde la televisin privada y Carlos Palenque fund el Sistema de Radio y Televisin Popular (RTP)conquistando la audiencia pacea con la Tribuna Libre del Pueblo, un programa radial y televisivoque sirvi de escenario de encuentro y de dilogo entre los pobres de la ciudad con la mediacindel compadre que organizaba -de manera sistemtica y diaria- campaas de ayuda a los necesi-tados de mltiples problemas: lentes, atades, apoyo jurdico a madres solteras, bsqueda denios extraviados, ropa para indigentes y, sobre todo, interaccin entre inmigrantes aymaras enuna ciudad hostil en su rutina cotidiana y que encontraban en RTP un espacio de expresin de suscomponentes identitarios (Castells 1999). En esas tareas de ayuda social le acompaaban lacomadre Remedios Loza, una locutora aymara, y la comadre Mnica Medina, su esposa. Elidilio entre Carlos Palenque y su audiencia popular fue truncado en 1988, debido a una disposicingubernamental que clausur sus medios de comunicacin. La respuesta de la gente fue sorpren-dente: cien mil almas se movilizaron exigiendo la reapertura de RTP y proclamaron al compadrecomo candidato a la presidencia: para tener poder y evitar el abuso de los polticos. El 21 deseptiembre de 1988 se fund Condepa y Carlos Palenque particip como candidato presidencialen 1989, ocupando el cuarto lugar, y en 1993, obtuvo el tercer lugar sin posibilidades de disputarla presidencia en la segunda vuelta congresal. Hasta 1999, este partido se constituy en la princi-pal fuerza electoral del departamento (provincia) ms importante del pas, llegando a administrarel gobierno municipal de La Paz, sede del gobierno, con la presencia de Mnica Medina comoalcaldesa, la primera en la historia de esa ciudad. En marzo de 1997, Carlos Palenque falleci deun ataque cardaco pero su partido obtuvo un sorpresivo tercer lugar en las elecciones generales

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    realizadas tres meses despus, con la comadre Remedios como candidata presidencial13 . Porlo visto, el arraigo de ese liderazgo era evidente puesto que estaba afincado en una identificacindirecta entre Carlos Palenque y los sectores sociales beneficiados por su accionar comunicacional,en una relacin de intercambio en la que la figura carismtica del lder se convirti en imagenmtico-religiosa a la que se deban innumerables favores que haba que retribuir con apoyo electo-ral, una suerte de voto pstumo, independientemente de la fragilidad institucional de la organiza-cin partidista.

    Por su parte, Max Fernndez, mestizo y con precaria formacin escolar, realiz una metericacarrera empresarial que lo encumbr en la presidencia de una de las firmas industriales msimportantes del pas, la Cervecera Boliviana Nacional (CBN), de la que se convirti accionistaprincipal en 1987. Despleg una estrategia de marketing que convirti a la Pacea en la cervezade mayor consumo a partir de la donacin de obras de beneficio colectivo (empedrado de calles,techado de coliseos, refaccin de escuelas y hospitales) que le proporcionaron la imagen debenefactor, reconocido como padrino de innumerables promociones estudiantiles, barrios mar-ginales y pequeos poblados rurales. Esa sbita fama lo convirti en una figura pblica codiciadapor varios partidos tradicionales, empero, ingres a la lid electoral mediante una invitacin delgremio de transportistas y de ex-dirigentes sindicales campesinos para formar una organizacinpoltica que lo nombr jefe y candidato presidencial en octubre de 1988. Debido a una serie deproblemas formales, su candidatura fue inhabilitada y pese a alquilar la sigla de un antiguopartido termin excluido de la contienda electoral en 1989. Finalmente, luego de varios avatares,refund su partido con el nombre de Unidad Cvica Solidaridad, entidad que particip en los comiciosmunicipales de 1989 obteniendo un expectable tercer lugar. En 1993, se produjo la nica partici-pacin de Max Fernndez como candidato presidencial con un sabor a fracaso -obtuvo el cuartolugar, a escasa distancia de Carlos Palenque- puesto que su carrera poltica se interrumpi trgi-camente en noviembre de 1995 al fallecer en un accidente areo. Siete das despus del deceso,su hijo mayor, Johnny, triunf en las elecciones municipales y fue elegido como alcalde de SantaCruz, heredando el cargo de su progenitor en la conduccin del partido y de la CBN. Sin embargo,no pudo participar como candidato en los comicios presidenciales de 1997 por carecer de laedad mnima requerida. En esa oportunidad, UCS invit como candidato a un empresario deascendencia croata y ocup el quinto lugar, con un porcentaje de votacin mayor al obtenido porsu jefe fundador.

    El de Max Fernndez era un liderazgo afincado en un asistencialismo posible de materializacingracias a la disponibilidad de recursos financieros y presentaba otras interesantes connotacionesen la imagen del empresario cervecero, que apareca como un paradigma de movilidad social paralos pobres y mestizos: un hombre humilde que triunf en la vida con el mero esfuerzo individual y

    13Seis meses antes de la muerte de Palenque, Mnica Medina fue marginada por una reyerta en torno a la democratiza-cin interna de Condepa. Su alejamiento se consum con una demanda de divorcio y su intento frustrado de organizarun nuevo partido. Por ello, la sucesin recay en Remedios Loza. Ambas eran denominadas smbolos de Condepa,ocuparon cargos dirigentes y fueron candidatas a alcaldesa, en un caso, y a diputada y presidente, en otro. El vacodejado por Medina fue ocupado por Vernica Palenque, hija de otro matrimonio del lder, en calidad de subjefa delpartido.

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    adems distribuye su riqueza realizando obras de beneficio social, esgrimiendo su condicin dedevoto de la virgen de Urqupia14 .

    En ambos casos, una muerte inesperada les otorg un aura de respeto del que no gozaron en eldiscurso oficial ni en las percepciones de las lites, que siempre los sintieron y les hicieron sentir-ajenos. Constituidos en mitos mundanos que siguieron otorgando impulso a sus organizacionespartidistas y mantuvieron -circunstancialmente- la lealtad electoral de sus seguidores, no fueronsalvadores de la patria ni profetas del cambio. Sin embargo, en un perodo democrtico mati-zado por la bsqueda de racionalidad en la poltica, entendida como diseo institucional, desata-ron las pasiones y los enconos, la diatriba y la veneracin como ningn otro actor poltico. Ellos nopusieron en riesgo el orden establecido ni conquistaron la cima del poder, a lo sumo obtuvieronnotoriedad pblica y respeto entre los pobres, aunque su capacidad de seduccin fue ms resul-tado de sus acciones asistencialistas que de sus atributos personales y sus seguidores eran seresagradecidos y no fanticos dispuestos a arriesgar la vida.

    Estos lderes no se inscriben en los casos que Weber define como carisma primordial oinstitucional15 . Se sitan en un punto intermedio, puesto que corresponden tanto a un ordeninstitucional el de la democracia representativa- en el que se instalan mediante formas organizativasconvencionales sus partidos- como a una intensa relacin emocional con sus seguidores que sesustenta en lazos de reciprocidad motivados por un asistencialismo que adquiere carcter nove-doso cuando se instala en la arena poltica. Por eso, adoptamos la nocin de carisma de situa-cin (Tucker 1970, Panebianco 1990, Lagroye 1993) como un criterio que relativiza la incidenciade factores subjetivos o los somete a las circunstancias histricas, aunque sin reducirlos a merasmanifestaciones del contexto social. El carisma de Max Fernndez y Carlos Palenque fue resulta-do de un proceso de construccin de liderazgo que se forj en el mundo de la vida privada y en elmbito empresarial donde adquirieron notoriedad pblica- como antesala a su incursin en lapoltica. Referidos a la situacin que los explica, estos personajes se distinguieron de los lderescarismticos tpicos aquellos que representan o pretenden representar al pueblo, la nacin o alEstado a partir de interpelaciones mesinicas- porque el escenario de realizacin de su destinoera un espacio social incompleto, fragmentado y parcial, aqul habitado por los marginados de lasociedad. Por eso, pueden ser caracterizados como lderes minimalistas, dedicados a paliarproblemas mundanos y no a materializar un destino heroico.

    Aunque se sustentaron en una misma lgica de vinculacin con sus seguidores (obras por presti-gio que se transforma en votos por favores), los contornos de la relacin carismtica fuerondismiles porque esgrimieron diferentes recursos personales. Ambos utilizaron de manera no con-vencional sus empresas y sus rditos, pero el ritmo y alcance de esas acciones fueron diversos.Mientras las labores de ayuda social de Carlos Palenque se desplegaron durante dos dcadasde manera cotidiana y se dirigieron a destinatarios individuales, las donaciones de Max Fernndez

    14Esta virgen, cuyo santuario est situado en la tierra natal de Max Fernndez, es el cono de una festividad religiosa quese caracteriza por su carcter comercial: los devotos sacan piedras que equivalen a prstamos monetarios concedidospor la virgen y compran bienes lotes, casas, automviles, etc.- en miniatura, que son regados con alcohol: la Paceaes la cerveza preferida para esos usos, por su pertinencia como amuleto.

    15El carisma primordial es una fuerza negadora, emocionalmente intensa y arrolladora que se opone en todas las rutinasinstitucionales, las de la tradicin y las que estn sujetas a una gestin racional (en Lindholm 1997:44). El carismainstitucional se puede heredar, transmitir mediante al acceso a una funcin o investir en una institucin (:44).

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    se produjeron en un lapso menor de tiempo pero abarcando a conglomerados poblacionales dezonas urbanas y rurales. En la medida que la relacin carismtica debe evaluarse como procesoy como producto -el liderazgo-, se puede sealar que entre Carlos Palenque y sus seguidores seprodujo una relacin carismtica ms intensa porque paralelamente a los favores otorgados por ellder, se desplegaba una accin comunicativa que pona en juego elementos identitarios (idiomaesttica, gestos) que establecan un fuerte lazo emocional reforzado, adems, por el contactocara-a-cara y el manejo de reglas tradicionales el compadrazgo- que conformaban una atmsferade seguridad y confianza. Adems, el medio de comunicacin (RTP) incorporaba un excedentesimblico, puesto que la relacin demanda-ayuda-agradecimiento sala de la esfera privada delbeneficiario individual para instalarse en el espacio pblico. As, cada acto de ayuda a una personase converta en la reiteracin de otros actos y Carlos Palenque no era el compadre de una perso-na/pareja en particular sino era el compadre de todos; se haba convertido en una (id)entidadque connotaba la solidaridad y la identificacin grupal (Archondo 1991, Sandoval y Saravia 1991).La dimensin expresiva de la relacin carismtica era ms intensa que su faceta pragmticaporque junto al lder se congregaba, pues, una familia y la comunidad era interpelada como tal:Palenque era com(o)padre (San Martn 1991).

    En cambio, la modalidad que asumi la relacin carismtica entre Max Fernndez y sus seguido-res estaba matizada por el predominio del clculo instrumental, por la posibilidad de que se repitae incremente la entrega de obras. El reconocimiento al carcter altruista del lder no invalidabaesta percepcin, simplemente la situaba en un nivel racional puesto que no exista un vnculodirecto entre los beneficiarios y el benefactor. La mediacin empresarial no aportaba ningn ingre-diente simblico y los actos de entrega de obras no llegaron a adquirir un carcter ritual. Ade-ms, Max Fernndez, siempre vestido de traje oscuro y corbata, no demostraba afecto ni emo-cin, sus emisiones discursivas carecan de una estrategia interpelatoria y sus gestos no denota-ban signos de identificacin colectiva. Sus acciones parecan formar parte de una labor de publicrelations pese a los ingredientes religiosos que motivaban sus actos; faceta religiosa que no erainvocada en pblico, ni utilizada para establecer complicidad o dotar de un sesgo mesinico a sulabor. Si a eso se suma el hecho de que Max Fernndez no conform un equipo estable dedirigentes como expresin de un crculo cercano capaz de denotar compromiso y entrega, larelacin carismtica apareca debilitada porque el lder era ante todo un solitario y su vnculo conla gente era intermitente, fugaz y circunstancial. La relacin carismtica, pues, se situaba en unnivel ms utilitarista y el liderazgo era dbil en trminos expresivos.

    Estas diferencias se expresan en el uso diferenciado de elementos persuasivos en su retrica (LoCascio 1991) porque, en el caso de Max Fernndez, la carencia de facultades oratorias y suinexpresividad no le permitieron seducir a sus seguidores o, en todo caso, su verosimilitud estriba-ba en sus obras y no en sus palabras o sus gestos. Las obras eran el mensaje de su espritucaritativo y el dinero el medio de su realizacin. Es decir, era tenuemente persuasivo, porque noenunciaba casi nada ms que una impugnacin a la poltica tradicional que era, sin embargo, unaopinin generalizada que a lo sumo adquira ms verosimilitud, por contraste, con su ejemplo deempresario que no viva de la poltica. En cambio, Carlos Palenque era portador de habilidadesdiscursivas e histrinicas que estaban acompaadas de una serie de manifestaciones rituales quele otorgaban mayor eficacia constitutiva a su interpelacin, puesto que combinaba en dosis anlo-gas lo persuasivo y lo suasivo, las palabras y los smbolos. Esto explica tambin su don de mando

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    y su capacidad de ejercicio del poder ante sus seguidores. En cambio, Max Fernndez actuabacomo dueo del partido porque el sustrato de su legitimidad no era la relacin carismtica,puesto que el lder no expresaba otra conviccin que su espritu filantrpico y no incorporabaotros recursos personales ms que su pericia empresarial.

    Lo notable, en todo caso, es el perfil que adopta el intercambio poltico basado en el asistencialismo.En ambos casos, las pautas de intercambio social, bajo la figura de compadrazgo o padrinazgoremiten a relaciones asimtricas entre un patrn que hace un favor -material o no- y una cliente-la que queda en deuda moral (Wolff 1966, Lemarchand y Legg 1972). El detalle significativoradica en que estas transacciones no fueron realizadas como eslabones de una estrategia polticasino que formaban parte del accionar de su labor empresarial y, con posterioridad, les sirvieron desustrato electoral cuando ambos personajes ingresaron a la competencia electoral. Es decir, elinters del intercambio era ms bien de carcter instrumental-comercial, motivado por las estrate-gias y los intereses de los medios de comunicacin y de la cervecera, o bien, de carcter religio-so-cultural como expresin de bondad catlica del devoto de la virgen catlica o de los valorescomunitarios de la cultura andina incorporados como estilo comunicacional por el ex-folklorista.En ambos casos, la accin personal se tradujo en obras de ayuda destinada a beneficiarios indivi-duales o colectivos. La relacin clientelar se produjo en una esfera ajena a la poltica y no involucrabaal Estado y, en esa medida, era un intercambio social que se manifestaba en la concesin de unbien o de un recurso que era retribuido con lealtad y reconocimiento de prestigio. Al ingresar a laarena electoral, ese lazo se transform en intercambio poltico puesto que a la transaccin origi-nal (obras por prestigio) se sumaron los votos como devolucin de los favores recibidos por partede los beneficiarios, mientras que, por parte de los lderes-partidos, se establecieron proyectosde futuro y posibilidades de participacin. En este trnsito a la poltica no se mitigaron los lazosemocionales, al contrario, adoptaron una importancia creciente. Este dato es crucial para relativizarel aserto dirigido a sobrevalorar el clculo estratgico que acompaa el intercambio poltico ypermite distinguir los matices que adopta el clientelismo en Condepa y UCS. En el primer caso,existen ingredientes identitarios idioma, vestimenta, gestos y ritos- que otorgan un fuerte sesgosimblico y afectivo a la relacin entre Carlos Palenque y su audiencia/electorado y que minimizanla motivacin basada en la utilidad (la consecucin del bien solicitado o la esperanza de su multi-plicacin). Adems, el contexto cultural proporcionaba otra connotacin al intercambio puesto queste apareca como una manifestacin de la lgica de reciprocidad que caracteriza las relacionescomunitarias: la reciprocidad andina, de raigambre rural, se reeditaba en una red clientelar urba-na. En cambio, en UCS predominaba la relacin utilitarista entre lder y beneficiarios-votantespuesto que la despersonalizacin del intercambio poltico mitigaba su impacto simblico y afecti-vo y, en esa medida, estaba ms cerca del clientelismo que de la reciprocidad, aunque la deudamoral con Max Fernndez fue correspondida con un voto pstumo en beneficio de su hijo/heredero.

    La muerte de estos lderes, obviamente, modific el papel de la figura carismtica en las filas deUCS y Condepa. Ambos partidos se enfrentaron a la necesidad de llenar dos vacos: uno decarcter institucional la jefatura y la exigencia de su nueva legitimidad- y otro de carcter simb-lico los atributos del lder y la exigencia de su evocacin-. El desafo se enfrent de maneraanloga porque el vaco institucional fue ocupado por la persona ms cercana al lder desapareci-do, intentando responder, al mismo tiempo, a la demanda de sustitucin simblica: el hijo mayor

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    (Johnny) y la comadre (Remedios Loza), ambos con cargos en las empresas y en las organizacio-nes partidistas. Aunque, en el caso de Condepa, la presencia de una rival alternativa la esposa-exigi la incorporacin de una hija de Palenque como figura familiar de complemento a la fazpopular que representaba Remedios Loza. Esta resolucin ambigua, promovida por la urgencia delos hechos, dio lugar a una posterior disputa de liderazgo entre ambas mujeres que origin unacrisis interna y divisiones en la cpula dirigente y en la bancada parlamentaria. En el caso de UCS,las cosas ocurrieron de manera inversa puesto que Johnny Fernndez ocup el vaco simblico einstitucional en la conduccin del partido y en el mando de la empresa. Una sucesin sin traumaselimin el riesgo de incertidumbre y la amenaza de inestabilidad organizativa. Con todo, la disolu-cin del referente carismtico original provoc, en ambos partidos, la necesidad de establecerpautas de legitimidad de ndole institucional, debido al menoscabo de los lazos afectivos primigeniosy la debilidad de los sucesores respecto a la autoridad incuestionable de los lderes fundadores.

    3. UCS Y CONDEPA: PARTIDOS CARISMTICOS

    En el perodo de vigencia de UCS y Condepa, estos partidos muestran una historia anloga ytransitan por fases similares: fundacin en torno a lderes carismticos, desarrollo organizativoque combina reglas formales e informales, sucesin en la jefatura nacional y desafos deinstitucionalizacin formal. Pese a que la relacin lder-empresa-partido se caracteriz por el pesocomn del patrimonialismo en su funcionamiento, la dimensin organizativa de ambos partidospresentaba algunas facetas distintivas.

    Condepa y UCS pueden ser considerados partidos carismticos por los rasgos generales desus modelos originarios (Panebianco 1990), sin embargo, su desarrollo organizativo permite se-alar que transitaron de un centralismo carismtico a un intento de funcionamiento institucionalpor efecto de la desaparicin fsica de sus lderes, hecho que les oblig a encarar la rutinizacindel carisma y a enfrentar la necesidad de una adopcin progresiva de reglas formales que otor-guen certidumbre a un funcionamiento acostumbrado al secante autoritarismo de sus fundadores.

    En el transcurso de la existencia de ambos partidos se produjeron modificaciones en su dimensinorganizativa, cuya evaluacin permite establecer similitudes y diferencias. Estas organizacionesdifcilmente pueden ser caracterizadas a partir de sus fines programticos o analizadas comomera expresin de determinados intereses sociales que pretendan su representacin en la arenapoltica. Como vimos, los factores subjetivos son importantes para explicar la aparicin de UCS yCondepa, puesto que el carisma de sus fundadores se constituy en el sustento de la creacin delas organizaciones polticas. El peso de las cualidades personales de Max Fernndez y CarlosPalenque estuvo ntimamente vinculado al papel que, en esta historia, jugaron los medios decomunicacin y la empresa cervecera como factores heternomos en la gestacin del prestigioextra-poltico de ambos lderes y en el nacimiento de sus partidos. Su modelo originario muestrafacetas similares en dos aspectos: la presencia de una entidad externa que oficia como mecanis-mo de patrocinio en la fundacin del partido y la incidencia directa de una relacin carismtica enla constitucin y organizacin de su base electoral.

    Sin embargo, el papel de los medios de comunicacin y de la cervecera tuvo un impacto dismil enlas modalidades que asumi la incursin poltica de Max Fernndez y Carlos Palenque. Uno fue

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    impulsado por una multitud annima en las calles para organizar un instrumento poltico, sobre labase de la distribucin combinada de incentivos colectivos y selectivos a travs de RTP: identidada la masa inmigrante y ayuda social a una audiencia meditica. Otro fue invitado por organizacio-nes sindicales a fundar un partido merced al prestigio adquirido como hombre de xito en losnegocios y como filntropo por la donacin de obras, combinando clculos comerciales y prejui-cios religiosos. Por ello su fuente de legitimidad es distinta, como fue dismil el grado de adhesinde sus seguidores: en el caso de Condepa, la intensa relacin carismtica matizada por lazosidentitarios provoc el predominio de militantes creyentes en sus filas, mientras que en UCS, ladbil personalizacin en el vnculo entre el lder y sus seguidores y la ausencia de referentesidentitarios produjo el predominio de militantes arribistas en el seno del partido.

    Otro aspecto referido al modelo originario es aquel relativo al desarrollo organizativo del partido.En ambos casos predomin una modalidad de penetracin territorial porque la construccin de laorganizacin se desplaz de un ncleo hacia otras regiones, aunque presentan dinmicas y resul-tados diferentes. La capacidad de crecimiento orgnico de Condepa se circunscribi al departa-mento de La Paz, en cambio, UCS despleg un esfuerzo organizativo equilibrado en distintaszonas del pas, aunque manifestando una tendencia a la concentracin de su apoyo electoral en lazona oriental, bsicamente Santa Cruz, segundo departamento de importancia demogrfica yeconmica. En ambos casos, su capacidad de diseminacin geogrfica corresponda a los radiosde accin de las empresas que actuaron como patrocinadores en la creacin y desarrollo de lasorganizaciones polticas.

    Por otra parte, varias organizaciones sociales fueron controladas por Condepa y UCS y seconvirtieron en sus bastiones polticos: juntas de vecinos, organizaciones gremiales, sindicatos,etc., empero, ese control era desarrollado por brokers que negociaban el apoyo de sus clientelaso afiliados a cambio de cargos electivos negociados directamente con el jefe del partido. Larelacin de estos intermediarios era ms personalizada con relacin a Carlos Palenque y eramenos directa respecto a Max Fernndez, debido al predominio de factores simblicos o utilitaristasen uno y otro caso, as como al diverso grado de intensidad de la relacin carismtica y a laexistencia de redes personales de dismil consistencia y estabilidad.

    Finalmente, la creacin de UCS y Condepa est directamente vinculada a la participacin electoralpese a que sus afinidades con la democracia representativa eran puestas en cuestin por susrivales. No formularon metas ni ejecutaron acciones contrarias a los procedimientos democrti-cos y su adaptacin al orden institucional fue paulatina pero de ritmo distinto, puesto que lasvicisitudes que UCS vivi tres actos de fundacin- provocaron una relacin conflictiva con elsistema poltico que se disip con el transcurso del tiempo, as como algunas propuestascorporativistas de Condepa como la sustitucin del parlamento por una asamblea nacional deproductores- no incidieron en su conducta. Asimismo, ambos adoptaron la forma de partidocomo modalidad organizativa, aunque con menor consistencia en Condepa, que apel a una figuramovimientista que no pas de ser un mero postulado. En esa medida, estos partidos fueronexpresin anti-statu-quo por los grupos e identidades sociales que organizaron e incorporaron aljuego poltico y no por esgrimir postulados de transformacin revolucionaria, ni por asumir postu-ras contrarias a la democracia representativa. Adems, las circunstancias provocadas por lamuerte de los lderes fundadores obligaron a sus sucesores a propiciar acciones dirigidas a la

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    institucionalizacin del funcionamiento partidista, proceso impulsado tambin por las exigenciasde un entorno poltico sometido a procesos de institucionalizacin formal.

    Respecto a su funcionamiento, estas organizaciones se sustentaron en el predominio de la lealtadal lder y en la subordinacin de las reglas formales a vnculos personales familiares y/o labora-les- en torno a los cuales se ordenaba la distribucin de incentivos. En el caso de Condepa, losmilitantes accedan a cargos de representacin parlamentaria y de administracin municipal perosu inclusin exiga un elevado grado de identificacin incentivo colectivo- con la familia condepistaque diriga el lder. En UCS, en cambio, los incentivos colectivos eran dbiles y, ms bien, existanincentivos selectivos adicionales a los cargos pblicos, puesto que algunos empleados y sociosde la CBN formaban parte de la burocracia dirigente y su presencia en la estructura organizativaestaba matizada por la existencia de vnculos laborales con el jefe. El control en la distribucin deincentivos selectivos en un marco de escasa institucionalizacin permita a los lderes ejercer supoder a travs de redes personales ms que en sujecin a normas de regulacin del acceso acargos directivos o electivos. En Condepa, las redes eran de ndole familiar/laboral, cuyos miem-bros ejercan los principales cargos dirigentes y electivos. En UCS, los vnculos eran de carcterlaboral/comercial y, secundariamente, de ndole poltica, trasuntando un carcter precario y cir-cunstancial. Por ello, la lealtad y la confianza no eran moneda corriente en las relaciones de MaxFernndez con los dirigentes de su partido, a quienes en vez de purgar, literalmente despeda, adiferencia de Carlos Palenque, quien recurrentemente invocaba a la familia condepista parajustificar la expulsin de los traidores que ponan en riesgo su unidad.

    Sin embargo, el cariz que asumieron estas relaciones personalizadas tuvo consecuencias diferen-tes: en Condepa, los lazos directos sobre todo familiares y de compadrazgo- eran la base de laconformacin de un entorno estable que tuvo mucha importancia en el desarrollo organizativo delpartido y, tambin, en la gestacin de la crisis que puso en riesgo su unidad, puesto que la rupturaconyugal y poltica entre Carlos Palenque y Mnica Medina se transform en la emergencia de unafraccin que cuestion la autoridad del jefe. En cambio, en UCS, la inexistencia de un grupodirigencial estable en torno a Max Fernndez, debido al predominio de una visin empresarial queconceba las relaciones polticas como vnculos contractuales que convertan a los militantes enseudo-empleados, agudiz la conduccin vertical y arbitraria del partido, as como reforz laestabilidad de la organizacin puesto que no existan posibilidades de la aparicin de grupos conintereses propios, y el juego interno se redujo a una disputa entre dirigentes por acceder al crculontimo del jefe.

    Este carcter personalizado de las relaciones intra-partido permita la existencia de un elevadogrado de arbitrariedad en la toma de decisiones, puesto que las conductas distinguan entrelealtad y traicin respecto al jefe y, por extensin, al partido. En esa medida, las reglas forma-les establecidas en el estatuto orgnico carecan de obligatoriedad para el lder y eran invocadascuando coincidan con sus decisiones. El grado de institucionalizacin formal, empero, variaba encada caso y afectaba la incidencia de las pautas informales que resultaban siendo factores crucialespara la estabilidad organizativa en la medida que permitan el control de los recursos concentra-dos en las manos del lder. En UCS, el establecimiento de una estructura organizativa formal seprodujo de manera paralela a la refundacin del partido, aunque en sus estatutos se otorgaba aljefe la capacidad de tomar decisiones de manera inconsulta, sin apego a los plazos y funciones

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    que las propias normas establecan, y la prerrogativa de designar o sustituir a todos los miembrosde las instancias de direccin. Se trata, pues, de la formalizacin del carcter centralizado yverticalista en la conduccin del partido que no se modificar sustancialmente con la sucesinhereditaria en la jefatura nacional. En Condepa, por su parte, las pautas formales eran secunda-rias y las instancias de direccin modificadas de manera arbitraria, de acuerdo al criterio del jefeo en funcin de necesidades electorales; solamente despus de varios aos de existencia seadecuar la estructura de la organizacin a sus estatutos aunque de manera parcial y relativa.Antes y despus de ese intento, la autoridad del jefe fundador era indiscutible y su presencia en elcargo mximo de conduccin partidista no fue motivo de debate. Sin embargo, su desaparicinfsica sac a relucir los problemas derivados de un ejercicio del poder sin apego a pautas formalespuesto que su sucesora sufrir las consecuencias de esa debilidad organizativa. As, el estatuto y su aplicacin- se convertir en un espacio de resolucin de la disputa entre fracciones enfrenta-das en torno al control del partido.

    Es decir, en ambos casos, exista una suerte de superposicin entre reglas formales y reglasinformales que eran utilizadas de acuerdo a la conveniencia de quin concentraba los recursosfinancieros, los mecanismos de vinculacin con los simpatizantes, la elaboracin y aplicacin dereglas y las relaciones con el entorno. La concentracin de estos recursos de poder permita allder definir la composicin de la coalicin dominante en el seno del partido, a partir de la cercanao confianza respecto al jefe y no como resultado de una carrera basada en la demostracin deotros atributos distintos a la fidelidad al jefe. Finalmente, esta imbricacin entre reglas formales ypautas informales jug un papel importante en las coyunturas crticas de sucesin de los lderesdesaparecidos. En la medida que los estatutos no contemplaban casos de esa naturaleza, losdirigentes optaron por utilizar mecanismos inditos para tomar decisiones respecto a la sucesinen la jefatura nacional. En Condepa se eligi a Remedios Loza a travs de una apcrifa sesin deun comit poltico nacional sin qurum, pero el manejo simblico de su posesin juramento anteel fretro de Carlos Palenque- le otorg una fuente de legitimidad difcil de cuestionar. Sin embar-go, era una legitimidad de uso interno y Condepa tuvo que acudir a los estatutos para ratificar esaoriginal decisin ante el organismo electoral nacional y organizar un congreso extraordinario paraelegir otra vez, pero legalmente- a Remedios Loza como jefa nacional. Pese a que en esa opor-tunidad no se cieron totalmente al estatuto, sus normas tendran una importancia creciente en elfuncionamiento del partido despus de la ruptura entre grupos rivales internos. Esto explica por-qu a pesar de que ambos sucesores obtuvieron legitimidad electoral (Johnny Fernndez comoalcalde en dos ocasiones sucesivas y Remedios Loza como candidata presidencial obteniendo lamayor votacin en la historia de su partido), el heredero de Max Fernndez pudo consolidar suliderazgo y otorgar estabilidad a su partido, mientras que la jefa perdi autoridad y Condepaingres en una espiral conflictiva que concluy con la desaparicin del partido.

    En cuanto a sus propuestas programticas, a pesar que en ambos casos la ideologa era un datosecundario para explicar su posicin en el escenario poltico y su desempeo electoral, estasestaban lgicamente vinculadas a las transformaciones en el modelo econmico y en el rgimenpoltico. En trminos generales, Condepa fue un partido que combin una fuerte carga simblicade raigambre tnica con un estatismo tpico del nacionalismo, matizado por proposiciones decorte corporativista que se sintetizaban en su programa central: el modelo endgeno de desa-rrollo. Este perfil ideolgico, empero, no ordenaba la prctica poltica de Condepa que temprana-

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    mente pact con los partidos neoliberales y ofreci obras de corte desarrollista cuando ejerciel poder municipal. Por su parte, UCS careca de propuesta programtica y de perfil ideolgico; elmensaje de solidaridad que acompaaba la prctica asistencialista del lder era el principio y el finde sus probables connotaciones ideolgicas y, por ello, su estilo puede definirse como una pol-tica del silencio (Mayorga Fernando 1991), puesto que el sentido de su discurso era provisto porla imagen pblica de su extinto fundador y no por sus desordenados enunciados. Se poda modi-ficar el nombre del partido y sustituir los colores y las consignas, empero, nada cambiaba mien-tras permaneca la figura de Max Fernndez, evocada posteriormente por su hijo/heredero.

    Con relacin a sus manifestaciones discursivas, la interpelacin del neopopulismo de UCS y Condepatransita del pueblo al populacho, aspecto que permite establecer ntidas diferencias con elnacionalismo revolucionario de viejo cuo, aquel incubado en torno a la revolucin de 1952. Si elpopulismo nacionalista se refera al Pueblo con mayscula- como identidad poltica integrada poruna alianza de clases obreros, campesinos y clase media-, susceptible de ser portadora de laenerga revolucionaria de la nacin en busca de su autodeterminacin estatal, este neopopulismoinvocaba al pueblo -con minscula- como multiplicidad fragmentaria de cuerpos necesitados yexcluidos... coto corte de los milagros o campo- de los miserables, los oprimidos, los vencidos(Agamben 1996:80), es decir, como populacho. As, lo popular aparece vaciado del contenidorevolucionario atribuido por el discurso populista clsico de los aos 50 y se transmuta en untrmino anlogo que no tiene otro referente que no sea la (des)esperanza mundana de los mise-rables, oprimidos, vencidos de la sociedad. Esto explica la virtud del neopopulismo boliviano sucapacidad integradora- pero tambin manifiesta los lmites de su accin poltica.

    En suma, con la presencia de estos nuevos partidos polticos se ampli, cualitativamente, la basesocial representada por la democracia representativa mediante la incorporacin de nuevos ele-mentos discursivos e identidades sociales que incidieron positivamente en la orientacin de lareforma estatal. De esta manera, UCS y Condepa adquirieron importancia como agentes de inte-gracin socio-cultural a pesar de que los efectos de su accionar se situaron en un plano discursivoms que en el manejo del aparato administrativa-estatal. Por otra parte, aunque fueron estigmati-zados como partidos antisistema, su irrupcin no puso en entredicho el rgimen democrtico yaque se articularon a la lgica de pactos que caracteriza la resolucin del acceso al gobiernonacional y a los gobiernos municipales. As, paradjicamente, los partidos neopopulistas, con susrasgos patrimonialistas, caudillistas e informales, profundizaron la democracia dotando de mayorcapacidad representativa al sistema de partidos y proporcionando estabilidad al sistema polticodurante una dcada y, pese a su precariedad ideolgica, influyeron positivamente en el contenidoy en el alcance de las transformaciones estatales en Bolivia.

    Empero, la importancia de UCS y Condepa, como vimos, fue disminuyendo a fines de la dcadapasada y despus de los comicios de junio de 2002 pasaron a ser partidos marginales, siendoremplazados en cuanto a protagonismo por nuevas fuerzas que presentan rasgos anlogos alestilo de accin neopopulista que caracteriz a los partidos fundados por Carlos Palenque y MaxFernndez.

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    4. EL NEOPOPULISMO DESPUS DE UCS Y CONDEPA

    Como efecto de los resultados de los comicios generales de 2002 se modific la composicin delsistema de partidos despus de ms de diez aos de funcionamiento estable con base en cincofuerzas polticas relevantes -MNR, ADN, MIR, UCS y Condepa- y se ha producido un cambio en lalgica del funcionamiento del parlamento por el establecimiento de nuevas pautas de relacinentre oficialismo y oposicin, debido a la existencia de posiciones contrapuestas en torno almodelo econmico y al modelo poltico vigentes desde mediados de la dcada de los 80. Esdecir, las posturas contestatarias, en cierta medida circunscritas a la accin de los movimientossociales, sobre todo campesino/indgenas, tienen a partir de agosto de 2002 su expresin en elescenario parlamentario denotando un desplazamiento de las relaciones de antagonismo entremovimientos sociales y partidos polticos -que se manifestaron de manera exacerbada a partir delos bloqueos campesinos y los conflictos sociales en abril de 2000- hacia una poltica agonalcaracterizada por la existencia de alternativas electorales de diversa impronta programtica y concapacidad de disputar el poder poltico.

    El dato ms relevante es la presencia parlamentaria de NFR, MAS y MIP en sustitucin de Condepa,UCS y ADN, en tanto fuerzas relevantes, como resultado de la votacin que situ a MAS y NFR ensegundo y tercer lugar, mientras que el MIP obtuvo el segundo lugar en el departamento de LaPaz, antao bastin de Condepa16 . Los cambios no tienen que ver solamente con este desplaza-miento de unos partidos por otros en la preferencia electoral, sino con la incorporacin de nuevasinterpelaciones en la discursividad poltica, puesto que NFR, MAS y MIP esgrimen posicionescontrarias a la poltica econmica en vigencia desde 1985 y plantean una demanda de reformaconstitucional a travs de una asamblea constituyente que implica, vagamente, una postura dereformulacin general del modelo estatal desplegado en los ltimos quince aos. Esta situacinpone de manifiesto que la tendencia centrpeta que caracteriz el comportamiento del sistema departidos, motivada por la hegemona de un centro ideolgico, tiende a ser sustituida por unatendencia a la polarizacin ideolgica.

    Considerando las caractersticas del neopopulismo como estilo de accin poltico-electoral esposible encontrar varias similitudes entre NFR, MAS y MIP y los partidos de Max Fernndez yCarlos Palenque. En cuanto a la personalizacin de la representacin poltica es evidente que, enlos tres casos, las figuras de los lderes resultan centrales a la hora de evaluar su capacidad deinterpelacin electoral17 . En lo relativo a la debilidad institucional de sus organizaciones partidis-tas, es evidente que NFR, MAS y MIP presentan una ntida precariedad en los aspectos formalesde su funcionamiento; en lo referente al asistencialismo como rasgo de intercambio poltico, queera el elemento bsico de Carlos Palenque y Max Fernndez en el vnculo con sus seguidores, se

    16La suma de sus votaciones bordea el 50% de las preferencias electorales: MAS (20.94%), NFR (20.91%) y MIP (6.09%).Ver Cuadro 3.

    17Manfred Reyes Villa fue un alcalde reelecto por tres veces consecutivas con mayora absoluta de votos y en torno a suimagen municipal se forj NFR. Evo Morales del MAS es el principal dirigente de los campesinos productores de hoja decoca y fue diputado en la gestin congresal 1997-2002. Felipe Quispe del MIP, al mando de la Confederacin Sindicalnica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), adquiri protagonismo despus de los bloqueos de abril yseptiembre de 2000 y fund su partido en torno a un liderazgo incontrastable en las comunidades aymaras del altiplanopaceo.

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    percibe una modalidad de intercambio (votos por favores) asentada en la realizacin de obrasmunicipales, en el caso de Manfred Reyes Villa, y por la canalizacin de las demandas de lossindicatos campesinos en el caso de Felipe Quispe, a la cabeza de la confederacin nacional decampesinos, y de Evo Morales, al mando de las organizaciones de los productores de hoja decoca. En cuanto a la representacin de nuevas identidades y demandas sociales, es evidente queMAS y MIP aparecen como expresiones de autorrepresentacin de las reivindicaciones tnico-culturales mientras que Manfred Reyes Villa vehiculiz una demanda de renovacin generacionaldel liderazgo poltico.

    Existen sin embargo, dos aspectos que diferencian ntidamente a NFR del MAS y del MIP; se trata,en primer lugar, de la existencia de redes sindicales y/o comunales, cuya consistencia organizativasustituye o subsume a la organizacin partidista del MAS y MIP; en cambio, en el caso de NFR, seconform una suerte de frente electoral en torno a figuras locales que, a su vez, se articularon entorno a Manfred Reyes Villa, cuyo partido solamente dispone de alguna consistencia organizativaen la ciudad de Cochabamba merced a una red de organizaciones sectoriales y barriales vincula-das al aparato municipal. En segundo lugar, a diferencia de la vaguedad discursiva de NFR -pese asu consigna de fortalecer el Estado y proclamar una asamblea constituyente- en el MAS y en elMIP es patente la existencia de una postura ideolgica consistente que trasciende la coyunturaelectoral, tanto en la impugnacin al neoliberalismo a partir de posturas nacionalistas y de izquier-da -por parte del MAS- como en el cuestionamiento al carcter neocolonial del Estado a partir deposiciones indigenistas -por parte del MIP-, que son el sustrato de programas de accin poltica amediano y largo plazo y que no se limitan a la disputa electoral. Estas dos diferencias sitan alMAS y al MIP menos cerca del neopopulismo que lo que acontece con NFR.

    En suma, si durante la dcada pasada se incorporaron en la poltica nuevas demandas y nuevasidentidades mediante el neopopulismo de UCS y Condepa, ahora asistimos a una situacin anlogaa travs de la presencia de nuevos partidos (MAS, NFR y MIP) que vehiculizan una serie de elementosvinculados a las reformas desplegadas en los ltimos aos. Porque estas nuevas expresiones polti-cas provienen en el caso de NFR- de la democracia municipal restituida en 1987 y ampliada con laLey de Participacin Popular desde 1995, y, en el caso de MAS y MIP, de la incorporacin dedemandas tnico-culturales en la discursividad poltica y en las polticas estatales, como un efectode la labor intelectual del indianismo katarista, la irrupcin de los pueblos indgenas del oriente y laautonoma organizativa e ideolgica del sindicalismo campesino. Estos son algunos elementos quepermiten explicar la emergencia de NFR, MAS y MIP como partidos relevantes que remplazaron aCondepa y UCS en el escenario parlamentario y, en esa medida, presentan elementos de continui-dad y ruptura respecto a aquellos partidos neopopulistas que jugaron un papel decisivo en la conso-lidacin democrtica y la reforma estatal durante la dcada de los 90.

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