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Pinto Soria - Centroamerica de La Colonia Al Estado Nacional

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  • Centroamrca^de la coloniaal Estado nacional(1800-1840)

    4

    tnto-orB

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    in 2011 with funding from

    Universidad Francisco IVIarroqun

    http://www.archive.org/details/centroamricade16pintguat

  • J. C. Pinto Soria

    Centroamnca^de la colonia

    H, al Estado nacional(1800-1840)

    -f^-

  • EDITORIAL UNIVERSITARIAColeccin Textos

    Vol. No. 16

    Universidad de San Carlosde Guatemala

    Primera edicin, octubre de 1986Primera reimpresin, abril de 1989

    Con tricto apego al original

    6321-3m IV-89 Impreao No. 16Imprtto n Quttmtla. Centroamrca EDITORIAL UNIVERSITARIA

  • .f.

    Como sencillo homensye a Flavio Quesada, mrtirde Guatemala y de su Universidad de San Carlos.

    A Gisela, que alent a escribir este libro.

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    PROLOGO

    El libro del doctor Julio Csar Pinto Soria, por constituirun aporte extraordinario al conocimiento cientfico de lahistoria centroan\ericana, es sugerente de mltiples interro-gantes sobre fenmenos an no estudiados con profundidad, yque estn presentes en la historia contempornea de nuestrospases, con ms o menos intensidad segn los casos. Uno deesos fenmenos es el de la administracin del aparato insti-tucional del Estado que se ha desarroUado intensamente enCentroamrica despus de la segunda guerra mundial, perocuyo proceso de formacin inicial lo encontramos en lasdcadas subsiguientes a la Independencia poltica de Espaaen 1821.

    Todo Estado es producto de un largo, complejo, variado ycontradictorio proceso histrico social en el cual la estructuraeconmica de la sociedad y su correspondiente estructura declases sociales constituyen la causa de su desarrollo. Elcontenido fundamental del Estado es la relacin de poder queuna clase social (o varias clases) desarrolla para ejercer sudominacin sobre las otras clases y estratos de cada sociedadhistricamente determinada. Pero tambin el Estado posee unaparato institucional a travs del cual se materializa eninstituciones el poder de la clase dominante, que permite alEstado ocupar un lugar especfico dentro de la sociedad.Dicho aparato institucional podra definirse como el conjuntode instituciones del Estado que le permiten a ste externalizarel poder y la autoridad, diferenciar su control sobre lasociedad, cohesionar los intereses contradictorios ymantener"equilibrios inestables", legitimar las funciones estatales (valga

  • IV JUUO CESAR PINTO SORIA

    decir, la dominacin) e internalizar una identidad colectivanacional que permita el control ideolgico.

    La temtica del Estado, en particular de su aparatoinstitucional, ha preocupado a diversos especialistas de laSociologa, la Ciencia Poltica y la Historia, en las ltimasdcadas. En el caso centroamericano esta preocupacin haestado tambin presente, aunque son muy pocos los estudioscientficos al resi>ecto; de ah tambin la importancia del librodel Dr. Pinto Soria. En particular la interrogante que salta a lavista es por qu en un territorio tan pequeo como el de laregin centroamericana, no se pudieron conformar despusde la Independencia de 1821, aparatoa estatales lo suficien-temente fuertes para inducir un desarrollo econmico y socialendgeno sustentado en la democracia propia de la sociedadcapitalista contempornea. Por el contrario, adems dehaberse atomizado Centroamrica en cinco Estados dife-rentes con extensiones territoriales muy pequeas, el procesooriginal de formacin de dichos estados nacionales muestrauna extraordinaria debilidad de su aparato institucional parapoder cumplir con la funcin cohesionadora y ordenadora dela sociedad, que corresponde a todo Elstado Nacional. Enespecial es evidente que desde la gnesis de su formacin, lamayoria de Elstados privilegiaron un aparato institucionalrepresivo; an cuando en la formalidad del marco jurdicopredominaban sentimientos de una sociedad democrtica.Este hecho no es, desde luego, sino la muestra de incapacidadde la clase oligrquica para imponer su hegemona al resto dela sociedad y consolidar su dominacin.

    La debilidad de la administracin del Estado en el procesode su formacin estuvo relacionada contradictoriamente alhecho de que el Estado fue desde entonces, por decirlo as,"apndice" directo de una clase dominante minoritariaatrasada econmica, social, poltica e ideolgicamente,que convirti al Elstado en instrumento destinado a satisfacersus propios exclusivos intereses. De ah que los mtodoscoercitivos y semifeudales-neocoloniales de explotacin de lafuerza de trabigo (mayoritariamente indgena en aquellos

  • CENTROAMERICA, DE LA CX)LONIA AL ESTADO NACIONAL V

    aos) en las plantaciones agrcolas se trasladaron a laestructura y funcionamiento de la administracin estatal,transfirindose al manejo de sta todo el atraso tcnico-econmico, social e ideolgico; sin que existiese el menorinters por promover la participacin democrtica de lapoblacin trabajadora, y sin que sta a su vez contase con laorganizacin y capacidad para generar alianzas polticas consectores minoritarios progresistas (los llamados sectoresrepublicanos), lo cual probablemente hubiera permitido con-solidar un Estado democrtico.

    El aparato estatal se manej en la etapa formativa delEstado, con criterios de administracin de plantacin agr-cola: con polticas preocupadas, en primera instancia, pormantener y satisfacer los intereses de ganancia de la claseterrateniente en el contexto de una abundante, "barata" yatrasada fuerza de trabsyo: sin preocuparse por convertir alEstado en promotor activo del desarrollo nacional. Por estarazn el Elstado no materializ instituciones orientadas haciael desarrollo social: es decir no se extendi la funcinlegitimadora del Estado, limitando con ello su funcin orde-nadora y cohesionadora de la sociedad, hecho que se hamanifestado desde 1821 y que actualmente ha recobradoimportancia significativa a la luz de la crisis social, econmicay poltica que padecen las sociedades centroamericanas.

    El intento de reconstruir algunas hiptesis especficas eneste prlogo, a partir del libro de Julio Csar Pinto, tiene suimportancia precisamente en el hecho de que el permanentedilema entre autoritarismo y democracia del Estado, as comolas caractersticas actuales de la administracin estatal,tienen sus races en el proceso formativo estudiado, el cual sesita en las primeras cuatro dcadas del siglo xix.

    Como queda claro en este libro, el crecimiento del aparatoinstitucional del Estado en su etapa formativa no fue pro-ducto de un proyecto nacional de desarrollo, sino de circuns-tancias fortuitas, el legado colonial, o bien de los particulares yexclusivos intereses de la provinciana oligarqua terrateniente

    m

  • VI JULIO CESAR PINTO SORIA

    en formacin. La falta de un proyecto nuevo tuvo comoconsecuencia la permanencia en la vida independiente deinstituciones coloniales: las cuales se fusionaron con lasentonces creadas, entre las que sobresale el ejrcito comoinstrumento directo de las clases dominantes y como entidadque vino a consolidar el fraccionamiento estatal en la regin,en la medida que particip en la ruptura del proyecto de laFederacin Centroamericana, y en la formacin de procesosestatales localistas mediante el control del territorio de lasnaciones emergentes.

    Por otra parte, en el crecimiento del aparato estatal esevidente la ausencia de instituciones mediadoras de carcterdemocrtico: asambleas con algn grado de autonoma: unadistribucin real del poder entre el ejecutivo, el legislativo y eljudicial, etc., aspectos stos que se van a manifestar perma-nentemente en el posterior crecimiento del autoritarismo delos Estados centroamericanos. No se dio en esta regin elsistema de juego poltico que constituy una de las innova-ciones ms importantes de las revoluciones burguesas euro-peas. "Bajo la presin de la guerra civil escribe J. C. Pinto-las asambleas legislativas, rganos depositarios de la sobe-rana segn la nueva concepcin poltica, simplemente desa-parecen o se transforman en instrumentos de una de lasfacciones que encabeza un ejecutivo que gana poder discre-cional, en la medida en que obtiene el apoyo de la fuerzaarmada" (pg. 110). Ello trajo como consecuencia el forta-lecimiento de la funcin represiva: "El fallido intento porimponerle formas democrticas al juego poltico de la socie-dad tuvo por resultado que las instituciones represivasganaran la alternativa. Al final fue a travs del controlcastrense y policaco, con toda una cadena de funcionarioslocales revestidos de poder personal tirnico a manera ysemejanza del tirano de turno en la cspide, como se decidi la"solucin" a los distintos conflictos de la sociedad centroame-ricana" (pg. 111).

    AI carecer de instituciones mediadoras de carcterdemocrtico, el Estado no logr en la mayora de pases

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    conseguir el margen de autonoma, que a pesar de su conte-nido de clase, le permitiera desarrollar polticas en favor de lossectores populares. Desde su etapa formativa estuvo ausenteeste elemento propio de la sociedad burguesa por lo cual seexplica la disfuncionalidad del esquema tripartito de ladivisin de poderes: el organismo ejecutivo apoyado en subrazo armado mantuvo desde entonces la supremaca sobrelos organismos legislativo y judicial, en desmedro de laparticipacin democrtica de los sectores populares.

    Por otra parte, el crecimiento del aparato estatal muestrasu reducida dimensin dentro de la sociedad: desde su etapaformativa slo desarrolla las atribuciones de Estado-policadestinadas a garantizar el suministro de mano de obraabundante, as como otras funciones encaminadas a cumplireficazmente con la organizacin de la economa agroexpor-tadora y evitar el desarrollo de los sectores populares;concentrando sus exiguos recursos en territorios focalizadoslo que le impide integrar fsica y socialmente al territorio y lapoblacin, para mantener el pleno control o la defensa de lasoberana nacional.

    Este papel del Estado, volcado hacia la "Administracindel Subdesarrollo", se manifiesta en efectos que histrica-mente se han venido arrastrando: falta de integracin ydesarrollo del mercado interno, extensas reas territorialesabandonadas e inexplotadas, tendencias de desarrollo re-gional marcadamente desiguales y contradictorias al interiorde los pases ms grandes, falta de integracin nacional, eincluso insuficiente capacidad del Estado para controlar elterritorio (el caso de Guatemala). De estas caractersticas seexceptan El Salvador y Costa Rica, que tuvieron menosproblemas para integrar social y fsicamente el territorio,debido a que ambos pases lograron desarrollar una economams dinmica. La composicin relativamente homognea desu poblacin, el mayor desarrollo de su mercado interno y laconsolidacin temprana de la economa agroexportadora, sonalgunos de los factores que explican esa diferencia.

  • VIII JULIO CESAR PINTO SORIA

    Con el intento federativo ( 1823/ 1838) no pudo cristalizarla existencia de un slo Estado para toda Centroamrica: ste,como se demostr finalmente, no fue sino un proyectosuperestructural asentado sobre una base econmica dbil yheterognea, as como sobre un territorio desintegrado. En laregin, por entonces an predominaban relaciones socialespropias de un modo de produccin precapitalista. Esto quieredecirque no se haba desarrollado una clase social dominantelo suficientemente poderosa para articular a la sociedadcentroamericana en torno a un proyecto de desarrollo na-cional, que le posibilitara organizar un aparato de Estadocentralizador. Por el contrario, articulado a la heterogeneidadde la estructura econmica se haban constituido fi-accionesembrionarias de clases sociales dominantes con intereseseconmicos y polticos opuestos e inclusive contradictorios;con espacios de control territorial atomizados a la manera depequeos feudos, de los cuales eran "amos y seores**, yque noestaban dispuestos a perder de su control, dado su horizonteagrario precapitalista. En este sentido el inters local preva-leci sobre el inters general por constituir un Elstado Cen-troamericano.

    A la imposibilidad de organizar el poder central de unEstado Centroamericano se viene a sumar la casi increbledebilidad de las pequeas provincias (hoy pases) paraorganizar un aparato estatal al interior de sus propiosterritorios, lo cual se explica por el legado colonial y porcarecer de clases sociales burguesas dispuestas a llevar a laprctica un proyecto nacional revolucionario. Centroamricahereda de la poca colonial una economa dependiente de unnico producto de exportacin, lo que trago como consecuen-cia, entre otras, que no se formara un mercado interno. Porotro lado, durante la colonia, debido a la existencia deabundante fuerza de trabjo y al eficaz control represivo-ideolgico de la poblacin indgena, el aparato de Elstadocolonial no necesit desarrollar una funcin legitimadora atravs de polticas sociales. Tampoco logra centralizar lasfunciones administrativas y la unificacin fsica del territorio,

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    ya que para su accin se fundamenta en la existencia demultiplicidad de centros de poder locales, que tienen porobjeto administrar una economa exportadora que subsiste yse desarrolla en funcin de los intereses de la metrpoliespaola y de un pequeo grupo de terratenientes criollos.

    Hacia fnales del periodo colonial, Centroamrica es unaregin de 64 mil leguas cuadradas (aproximadamente576,000 kilmetros cuadrados) poblada **con menos de unmilln de habitantes y desiertas las costas de ambos mares,necesariamente deban de ser escasas y mezquinas su indus-tria, agricultura y comercio, porque todo est lejos, descui-dados los caminos, y escasos de consiguiente los transportes,que dificultan y embarazan la extraccin de los productoshasta no poder concurrir en otros mercados" (Informe delPresidente de la Audiencia de Guatemala, pg. 83 del libro deJ. C. Pinto).

    La falta de un mercado interno, el carcter monoexpor-tador de una economa esencialmente agraria y precapitalis-ta, la existencia de mltiples centros de poder local, elentrecruzamiento de la Iglesia y el Estado en la administra-cin estatal, etc., son factores que obstaculizaron en cadaprovincia (o pas) la unificacin y centralizacin del poder delElstado. A tal grado es as que ms de 1 20 aos despus an seplantea este proyecto en los pases centroamericanos! Lasrevoluciones de 1944 en Guatemala y 1948 en Costa Rica sonejemplos de proyectos largamente postergados por desarro-llar internamente a las sociedades y de construir un Estadopolticamente centralizado alrededor de proyectos democr-tico-burgueses; el primero de los cuales, como se sabe, fuehecho fracasar por Estados Unidos en 1954.

    Las dificultades de construir Estados polticamente cen-tralizados, territorialmente unificados y socialmente inte-grados (es decir, un Estado nacional) estuvieron asociadas aotros factores: la pequenez y la composicin social del aparatoburocrtico estatal; permanente incapacidad del Estado enobtener ingresos para el cumplimiento de sus funciones de

  • X JULIO CESAR PINTO SORIA

    promocin del desarrollo, y la orientacin autoritaria de lasfunciones del proyecto poltico que se impone finalmente, alfracasar la Federacin centroamericana.

    Al darse la Independencia poltica de Espaa, exista enCentroamrica un aparato burocrtico estatal sumamentereducido para ejercer eficazmente las nuevas tareas adminis-trativas planteadas por la coyuntura histrica. En 1812apenas 740 puestos componan la maquinaria administrativadel Reyno de Guatemala, con una poblacin total cercana almilln de habitantes en la regin (lo que da una relacin de 0.7empleados por cada mil habitantes, en cambio para 1985 esarelacin es en Guatemala de 26 empleados por cada milhabitantes). El aparato burocrtico se vea recortado por ladelegacin de algunas funciones en la Iglesia catlica, que slocon las reformas liberales de 1871 seran centralizadas por elEstado. Por otro lado, como ya se dyo, el aparato burocrticofuncionaba con mucha dispersin, debido a la existencia demltiples centros de poder locales. Adems, en ese perodo dela historia centroamericana no existe todava un sistemaburocrtico con relativa independencia, debido a lo cual lalite ocupaba por lo regular directamente los puestos admi-nistrativos, lo que le permita fiscalizar las polticas estatales,sin poseer mayor grado de profesionalizacin; pero eso s, enfuncin de sus intereses especficos de clase.

    ''Al terminar la poca colonial dice Pinto, se revelque la Oligarqua era un grupo dominante dbil, que necesi-tara an de muchas dcadas, para implantar un dominio'natural* y 'efectivo*. . . se trataba adems de una oligarquasumamente conservadora, producto de las condiciones colo-niales que la engendraron", asentada principalmente en laprovincia de Guatemala, el centro econmico-social msimportante del Reyno de Guatemala.

    Por otra parte, en el perodo de transicin se dio unaruptura en el ramo administrativo, con lo cual se vino aperfilar una estructura y funcionamiento del Estado condeficiencias que se prolongan hasta nuestros das. En esos

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    aos, dice Pinto, no se dieron condiciones ni hubo tiempo parallenar en forma adecuada la repentina demanda de nuevosfuncionarios; las guerras civiles entre las provincias crearonprincipalmente una inestabilidad administrativa, lo que obs-taculiz la formacin de un empleado pblico con algunacapacidad. La improvisacin del empleado pblico vino a seruna de las "innovaciones" de la Independencia. El oportu-nismo y el favoritismo poltico fueron los elementos queincidieron desde entonces en la inestabilidad laboral y en lafalta de carrera administrativa-estatal: "se comprender f-cilmente que con qu dificultad habr hombres bien ins-truidos en el ramo que les toca administrar", afirmaba unaMemoria presentada al Congreso de la Federacin Cen-troamericana en 1832.

    En lo que respecta a los ingresos del Estado, stosdependan fundamentalmente de la carga de impuestos que sevolcaba contra la poblacin pobre (grupos populares, princi-palmente campesinos indgenas de las reas rurales y traba-jadores artesanales de los centros urbanos), a tal grado quemuchas de sus luchas, en la etapa pre-independentista, lasorientaron las masas populares contra el aparato fiscal.

    La Oligarqua no tributara; los tributos descansabansobre una poblacin empobrecida: en las masas trabajadoras,indgenas, mestizas o negras, las que eran'consideradas "seresde inferior categora humana" por la lite dominante, racista yparasitaria.

    Los salarios no constituan ningn aliciente econmico,no slo porque prcticamente eran simblicos dado su bay-simo valor,* sino porque en algunos casos los indgenaspreferan devolver el dinero recibido para no ser sometidos acondiciones de explotacin sumamente denigrantes en las

    Para que se tenga una mejor idea de cmo seran los salarios en el perodode la Federacin Centroamericana slo obsrvese que un siglo despus dela Independencia en 1924, el general Orellana aument los salarios enGuatemala, de $0.08 a $0.15 diarios (es decir de $2.40 a $4.50 mensuales!).

  • XII JULIO CESAR PINTO SORIA

    grandes haciendas. En otras palabras: digamos que la iiviustaestructura tributaria y las altas tasas de explotacin de lasmasas trabyadoras impedan que esta poblacin fuera capazde tributar. El predominio de una economa de subsistencia ylas relaciones sociales de produccin neocoloniales en lasplantaciones impidieron que el salario se constituyera en elmedio fundamental de la reproduccin de la fuerza de trabajo,y con ello que se desarrollara un mercado interno y enconsecuencia, las condiciones para que el Estado pudieracaptar mejores ingresos para su funcionamiento. Esta, situa-cin deriv desde entonces en una permanente crisis fiscal altener el Estado que verse obligado a gastar ms de lo quepercibe por ingresos, recurriendo al endeudamiento interno yexterno.

    En este contexto se explica por qu fracas el intento deMariano Glvez de extender y regularizar el control tributariosobre sectores mayoritarios de la poblacin, con el objeto deobtener fondos adicionales para su administracin, en unmomento de verdadera miseria econmica para las masastrabajadoras hacia 1837. El descontento que gener esteintento en el campesinado fue de tal magnitud que se convirtien una de las banderillas que utilizaron los conservadores,para llevar la administracin liberal y el proyecto unionistacentroamericano a su final en 1838.

    La falta de recursos fiscales fue uno de los factores que diolugar a que el proyecto liberal sufriera permanentementepresiones financieras, que le impidieron concretar sus obje-tivos de desarrollo capitalista sobre la base del desarrollo delcampesinado.

    Cuando en 1838 Rafael Carrera, representante de laOligarqua ms fuerte y conservadora de Centroamricaaccede al poder del Estado, no slo desecha el anheladoproyecto de unidad centroamericana, sino que inaugura nperodo en que el componente democrtico del Estado per-manece como simple formalismo de fiamantes constitu-ciones que sirvieron nicamente de fachada a los regmenes

  • CENTROAMERICA, DE LA COLONIA AL ESTADO NACIONAL XIII

    burocrtico-autoritarios que se prolongaron hasta nuestrosdas. Tambin es el inicio de un largo, tortuoso y contradictorioproceso de formacin de un aparato estatal que slo despusde la segunda guerra mundial va aumentar su presencia en lasociedad centroamericana, pero marcado por la dependencia,subdesarrollo y byo grado de autonoma, como para poderencauzar un proyecto nacional autnomo largamentepostergado.

    Rokael CardonaUniversidad de San Carlos de Guatemala

    Septiembre 1986

  • INTRODUCCIN

    La historia de los primeros cuarenta aos del siglo pasadofue trascendental para el futuro centroamericano. De 1811 a1814, al igual que en todo el convulsionado continente, seregistraron importantes levantamientos anticoloniales queprepararon la proclamacin de Independencia en 1821; veinteaos despus, como producto de sangrientas guerras civiles, elterritorio que anteriormente comprenda el Reyno de Gua-temala en cuyo mbito se haba fundado la RepblicaFederal de Centro Amrica se fragmentaba en mltiplesEstados nacionales, y las provincias de Chiapas y Soconuscoquedaban prcticamente en poder de Mxico. Belice, por sulado, se convertira en otra colonia ms del imperio britnico.En gran medida, la atomizacin centroamericana vena a serresultado lgico de procesos provenientes desde la pocacolonial. La dominacin hispana dej como saldo un territorioeconmicamente mal engarzado que foment en extremo laproliferacin de tendencias separatistas, contrastes tnicos yprofundas desigualdades sociales; todo lo cual lleg a cobrarforma en violentos levantamientos populares que hicierontodava ms precaria la existencia de un Estado que, intil-mente, busc imponer su hegemona sobre el vasto territorioque se extenda desde Chiapas hasta Costa Rica. Al contrariode Centroamrica, otras posesiones espaolas Colombia,Mxico, Venezuela, etc., las que tambin vivieron cruentosconflictos como consecuencia de la emancipacin, lograranmantener el antiguo sistema de fronteras de la poca colonialcomo marco de referencia en su posterior proceso nacional-estatal. V>.-, *. -r r- *J-M^^ ^wi'J^ .T^ilS ..V"-4-.-

  • XVI JULIO CESAR PINTO SORIA

    Por SUS contradicciones prcticamente insolubles, Cen-troamrica entr en una etapa de transicin donde perderano slo su unidad poltica, sino tambin la posibilidad deencauzar su devenir por una senda de desarrollo diferente a laconocida hasta 1821. El rompimiento del pacto colonial fuesucedido por un nuevo pacto ms sutil pero no menosefectivo, establecido con potencias impacientes por ocuparel vaco espaol, y que contaran con la sumisin de oligar-quas retardarlas enclaustradas en sus parcelas de poder,despus del fracaso federal. Las aspiraciones democrticas, elempeo en impulsar un nuevo tipo de economa y sociedad,quedaran al final como metas frustradas.

    El conocimiento del perodo independentista es decisivopara entender la posterior evolucin centroamericana. Noobstante esto, sigue tratndose de un perodo bastanteinexplorado; lo poco que conocemos de esos turbulentos aos,por lo regular obra de una historiografa tradicional y elitista,se presenta groseramente deformado. Se ha dicho, porejemplo, que desde el Ayuntamiento guatemalteco un grupo"noble** y "patritico" prepar el advenimiento de la Indepen-dencia; que Rafael Carrera fue adalid de intereses campesinosy que el doctor Mariano Glvez un gobernante "idealista",quien desvinculado de las realidades de su tiempo, trat deimplantar un proyecto reformista con metas utpicas, lo queal final provocara su cada, etctera.

    Este trabajo pretende esclarecer algunas de esas incg-nitas, fundamentndose para ello en investigaciones dearchivo. Como sucede con estos casos, en la medida que seavanz sobre la investigacin publicronse algunos resul-tados, los que sin suficiente grado de interpretacin y conalgunas carencias de informacin, no pasaron de tenercarcter de avances. Ahora, al incorporar nueva y valiosadocumentacin, con ms tiempo para el examen exhaustivode materiales, creemos estar en capacidad de ofi-ecer uncuadro ms matizado de los conflictos de esa poca, sobretodo en lo concerniente al oscuro ypolmico perodo de 1823 a1840. Lo mismo podemos decir sobre los levantamientos de

  • CENTROAMERICA, DE LA COLONIA AL ESTADO NACIONAL XVII

    1811 a 1814: abundante informacin de archivos nos hapermitido destacar mejor la participacin determinante delas masas populares en la proclamacin independentista; esteaspecto ha sido hasta el momento soslayado o negado por lahistoriografa de la regin. Hemos incluido tambin nuestrotrabsyo Guatemalaen ladcadade la Independencia, escritohacia 1971 y publicado por primeravez en 1977. Se incluye acporque seguimos considerando vlidos los puntos de vistasostenidos entonces, y porque aporta elementos necesariospara comprender el perodo en cuestin.

    * Aportes o limitaciones de una investigacin son evidentesa su autor muchas veces an antes de haberla concluido; ennuestro caso las limitaciones son varas, una de ellas puede serausencia de comparar la evolucin centroamericana con lahistora de otras regiones hispanoamericanas. Lo que sederrumbaba entonces era un sistema colonial organizado anivel continental sobre similares bases econmicas, polticas ysociales. Puntos de partida y metas del movimiento indepen-dentista hispanoamericano tendan a ser semejantes, comotambin la tarea concreta de construir un nuevo tipo desociedad y de Estado. Profundos localismos, acerbos enfren-tamientos de facciones polticas en busca de hegemona centralistas contra federalistas, por ejemplo, se dieron porigual en Mxico, Argentina, Colombia, etc. Denominacionesque al principio tomaron las nuevas repblicas latinoame-ricanas fueron tambin casi las mismas: Federacin de lasProvincias Unidas de Nueva Granada, Provincias Unidas delRo de la Plata y, en nuestro caso. Provincias Unidas del Centrode Amrica. Evidente resulta que la utilizacin del mtodocomparativo hubiera aportado ventajas para conocer mejorlas peculiardades de la historia centroamericana, siendo stauna deciencia que trataremos de superar en un futurotrabivjo.

    Sobre el ttulo del libro tambin es necesario hacer unaadvertencia: con la separacin de Espaa se comenzaron aedicar los Estados nacionales latinoamericanos,yste fue unproceso que abarc casi todo el siglo XIX; es decir, no culmina

  • XVIII JULIO CESAR PINTO SORIA

    en 1 840, fecha lmite de nuestro anlisis. Adems, para el casoparticular de Guatemala los procesos vinculados con laformacin del Estado nacional se retrasaron an ms. Comose sabe, a partir de 1840 se instaur el rgimen polticoencabezado por Rafael Carrera, un perodo histrico consi-derado como de restauracin colonial; si esto no suceditotalmente, ya que los cambios introducidos despus de 1821seran irreversibles, es innegable que la implantacin delEstado nacional sigui en este pas un camino ms tortuoso,acompaado de significativas deformaciones. Pero no ambi-cionamos hacer historia sobre esas etapas posteriores en laevolucin de los Estados centroamericanos; nuestro propsitoes slo mostrar el contexto sociopoltico que sirvi de base alproyecto inicial de crear un Estado nacional que cubriera elterritorio de las antiguas provincias del Reyno de Guatemala.Sobre todo, pretendemos dar una visin de conjunto para latrama de conflictos que hacia 1840 hicieron fracasar talproyecto. Con el colapso federal de ese ao culmin una de lasetapas ms convulsivas de la historia centroamericana; perosera iluso de nuestra parte la pretensin de dar respuesta acada uno de los problemas de ese perodo.

    No es ninguna novedad afirmar que cualquier estudio deltodo sin conocimiento exhaustivo de sus partes siempre serincompleto; nunca podremos conocer las incgnitas queplantea el perodo moraznico mientras no contemos conanlisis detallados acerca de la situacin especfica (eco-noma, comercio, poblacin, etc.) sobre los Estados queconstituyeron la Federacin, o de los motivos que tuvieronpara tomar parte en las guerras civiles. Nuestro objetivo, comolo sealbamos, fue ms modesto; pues un estudio con talesambiciones se realizar en el futuro y deber ser fruto de unalabor de equipo. As, la instalacin de la Asamblea NacionalConstituyente de 1823; las guerras civiles de los aos de 1826 a1829; el levantamiento campesino encabezado por RafaelCarrera; etc., son episodios lo suficientemente complejos comopara merecer por s solos un libro aparte.

  • CENTROAMERICA, DE LA COLONIA AL ESTADO NACIONAL XLX

    En todo caso, los resultados que hoy publicamos siempredebern ser vistos como una aproximacin. El poco desarrollode la actividad cientfica, producto de las condiciones polticasy sociales imperantes en Guatemala, no permiten por ahorarealizar proyectos de investigacin histrica de mayor pro-fundidad; lo resaltamos no para justificar las limitaciones deeste trabsgo, sino para destacar que sin la ayuda y solidaridadde amigos y compaeros de la Universidad de San Carlosprincipalmente del Centro de Estudios Urbanos y Regio-nales y del Instituto de Investigaciones Polticas y Sociales,esta investigacin tal vez no se hubiera podido concluir.

    Estamos en deuda sobre todo con Hctor Castro, RokaelCardona, Edmundo Lpez y Fernando Gonzlez Davison,quienes en diversas formas nos ayudaron y alentaron acontinuar con estas investigaciones; en el mismo sentidonuestro agradecimiento al doctor Antonio Sandoval. Nuestroreconocimiento tambin al personal de Talleres de la EditorialUniversitaria, a su director don Alejandro Caballeros; donRoberto Puac Alvarez y a don Salvador Flores, quienes seesmeraron en el levantado del texto; al personal de losarchivos donde tuvimos la oportunidad de trabajar igual-mente nuestro reconocimiento, en especial a don EncarnacinMedina y a don Gregorio Concho, del Archivo General deCentroamrica. Otros amigos y colegas siempre nos hanbrindado estmulos, como son Julio Castellanos, el maestroRoberto Cabrera, Hans Mann y Vctor Hugo Acua en CostaRica. Tambin estamos en deuda con los colegas estadouni-denses Chris Lutz, Steve Webre y Ralph Lee Woodward jr.,quienes se han identificado con nuestro batallar dentro de lahistoria y, de una u otra forma, nos han prestado apoyo. Laayuda que nos proporcion David Pinto Daz, quien tuvo lapaciencia de leer el manuscrito, result especialmente valiosa,ya que sus observaciones crticas en ms de una oportunidadnos llevaron a revisar el texto. Sera imposible nombrar atodas las personas de quienes hemos recibido apoyo y aquienes siempre guardaremos un especial reconocimiento porsu generosidad y compaerismo. -

  • .-i I

    CAPITULO I

    CENTROAMERICA EN ELMOMENTO DE LA TRANSICIN

    1. Aspectos generales^^.^,^^,^^,^ ^ .,r

    ,

    Como lo indica su ttulo, este trabsgo pretende hacerhistoria sobre el origen y la formacin del Estado nacional enCentroamrica, tomando como fechas aproximativas los aosde 1800 a 1840. Al principio, se tuvo la intencin de tomar sloel caso guatemalteco como objeto de estudio; sin embargo, elanlisis separado para cualquiera de los pases centroame-ricanos de esa poca resulta difcil, por no decir impracticable.Despus de tres siglos de dominacin colonial se habaformado aqu, aunque no lo suficientemente integrada, unamatriz unitaria en el lado econmico, social y administrativoque servira de base al proyecto nacional de 1821. Losacontecimientos y procesos histricos, que tienen efecto en laprimera mitad del siglo XIX, afectaron a toda la regin porquetuvieron como punto de partida esta matriz que slo poco apoco se fue desarticulando. La propia historia de Costa Rica, laparte ms marginal en las guerras civiles de entonces, estambin casi irreconstruible si se le desliga de lo que sucedaen el resto del Istmo. Es decir, an despus de la ruptura de1840, que como sabemos tendra carcter definitivo, no existiuna historia individual para tal o cual pas; la dinmica deacontecimientos polticos sigui teniendo como base, por treso cuatro dcadas ms, una comunidad de intereses queatravesaba toda la regin, en sus diversos aspectos polticos,econmicos y sociales. ;^!i

  • 2 JULIO CESAR PINTO SORIA

    La constante invocacin que se hace por esos aos a laexistencia de una historia comn; a la necesidad de fonnar ungobierno nacional para toda la regin, descansaba no sola-mente en trescientos aos de un pasado histrico compartido,sino en exigencias prcticas de orden poltico. Como unidadpoltica soberana, en una poca marcada ya por fuertestendencias hegemnicas, un Estado o Nacin que abarcara latotalidad del territorio centroamericano deba contar lgica-mente con mejores condiciones para poder subsistir como tal.Los hombres de Estado de entonces tuvieron sobrada oportu-nidad para comprobar esto, pues Centroamrica se convirtien objetivo especial de intereses hegemnicos; los ingleses sehicieron fuertes en la estratgica costa norte de Nicaragua ylos Estados Unidos empezaron a mostrar que la DoctrinaMonroe esconda ante todo anhelos expansionistas.^

    En ese clima de hostigamiento externo, que se hizo sentiren casi todas las fronteras, Francisco Dueas propugna frenteal Cuerpo Legislativo salvadoreo, en forma casi pattica, porla formacin de un Gobierno general para toda Centroa-mrica: "La reaparicin de un Gobierno general es ya de tantaurgencia. Seores Representantes, que no debe perderse mstiempo en promoverla. Una parte del territorio de Hondurasest ocupado por extranjeros. Los ingleses se han apoderado amano armada de Bluefields, puerto correspondiente aNicaragua, y hacen valer que es parte de los Estados delCapitn o Jefe de los Moscos, a quien los mismos ingleses seempean en decorar con el ttulo de King . . . Guatemala hasido privada por Mxico del territorio de Soconusco, sin que lesea dable hacer reclamaciones en forma, porque aquellaRepblica rehusa presentarse a reconocer como enviadoslegtimos a los agentes de un Estado aisladamente. Costa Ricaha sido privada por Nueva Granada de su territorio deBocatoro, y hay muchos otros pases en aquel estado que porsu posicin van a ser presa de potencias grandes y ambiciosassi con el tiempo no se recurre al remedio. Las reclamaciones delos extranjeros por los perjuicios que suelen recibir, cada dason ms excesivas de parte de sus cnsules, y los pueblos deCentroamrica sufren el ultrsye de verse tratados con menoscomedimiento que el que se usa respecto de los pueblosnmadas del frica. Slo un arreglo positivo, un tratado conlas grandes potencias nos puede poner a cubierto de tantas

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    vejaciones, y damos un derecho qu invocar en los casos queocurran; pero este tratado slo puede celebrarlo un Gobiernogeneral slido, bien constituido, estable y fuerte".^

    La necesidad de formar un gobierno central haba venidoocupando, prcticamente desde el momento en que desapa-rece la antigua Federacin, a casi todos los Jefes de Estado porigual, las diferencias de uno a otro residan ms que todo en eltipo de funciones que deba desempear un Gobierno asL Paraunos, como el guatemalteco Rivera Paz, tal Gobierno eranecesario, pero con la condicin de que no interviniera en losasuntos internos de los Estados miembros. Su funcinquedaba reducida, en ltima instancia, al simple manejo de lapoltica exterior. **. . . y desde entonces si se ha sentido lanecesidad de un centro comn, ha sido solamente con elobjeto de que se mantengan por su medio las relacionesexteriores . . ." ^

    Surgi una situacin totalmente contradictoria; por unlado gobiernos sumamente dbiles, al extremo de no poderejercer soberana frente a las presiones externas; por otro,lites dominantes que se empecinaban en mantener un mandolocal heredado tras el colapso federal, yque haba constituidouno de los motivos centrales de las guerras civiles de losltimos veinte aos: "La Constitucin de 1824, arrastrandoinconvenientes que por entonces parecan insuperables, yacaso tambin la opinin dominante de aquella poca, dividien partes lo que antes compona un solo cuerpo. Estable-ciendo los Estados, cre en ellos la opinin, los intereses y lasnecesidades que hoy existen; yde aqu provino la lucha que hatenido que sostenerse contra el poder general, el que no vino aser otra cosa que una autoridad superflua, muchas vecesarbitraria y siempre gravosa, opresiva y contraria a losintereses locales que al fin prevalecieron . . . Los esfuerzos quecon armas y por otros medios se hicieron por los funcionariosque acababan, para mantener el rgimen que ya haba cesadoen casi todos los Estados, slo sirvieron para hacerlo msodioso ypara romper con mayor estrpito el pacto que tantosmales haba producido a los pueblos. Los Estados entrando enpleno ejercicio de la soberana que antes estaba distribuidaentre ellos v el Gobierno Federal, comenzaron a gozar dereposo ..."

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    A la intervencin militar, a la burda distorsin de loshechos histricos, como en el citado caso de Rivera Paz, acualquier cosa se recurrira despus, siempre y cuando selograra mantener el fraccionamiento estatal en Centroam-rica. El ao de 1847 marcara una fecha importante en esadireccin. Utilizando a Rafael Carreracomo campen del peorlocalismo; la oligarqua guatemalteca dispone entonces queGuatemala: ". . . abunda en todos los elementos que consti-tuyen el poder y la riqueza de los gobiernos independien-tes . . .", ya que ella era "... la primera y ms grande de todaslas secciones de Centroamrica por su riqueza, poblacin yluces, sera un absurdo negarle condicin alguna de cuantassean necesarias para elevarse al rango de una potenciaverdaderamente tal . . ." ^

    As fue como se fund la flamante Repblica guatemal-teca en 1847. Es interesante la argumentacin que se manejapara justificar la proclamacin de la Repblica, proyecto quese vena considerando entre los crculos oligarcas de Gua-temala desde varios aos atrs: "Harto se ha retardado el dade consignar en una declaracin solemne los derechos que lecompeten como a tal ... he aqu lo nico que demandaGuatemala, que bastndose a s misma, no tiene necesidad demendigar socorros prestados ni de usurparlos con violencia.En tal situacin, el Estado presenta las ventajas que pudierandesearse para elevarlo al rango que le corresponde entre lospueblos libres. Cuenta con una poblacin superior a la de otrasrepblicas del antiguo y del nuevo mundo; ocupa un rico yextenso territorio en una de las posiciones ms felices delglobo, y en donde en otros tiempos florecieron imperiospoderosos; comprende trescientos y ms pueblos que semuestran unsonos en sentimientos y decididos a sostener unaAdministracin en que reconocen su propia obra . . ."

    Francisco Dueas se neg a reconocer el nuevo status ycalific el acto guatemalteco como una simple 'Vulgaridad**,como un hecho sin la menor trascendencia histrica: ". . .lejosde esto est persuadido de que todo sigue lo mismo, y de quecuando la nacin tenga voluntad de constituirse, se consti-tuir sin que sea un obstculo cualquier decreto o nuevadenominacin".^ Sin embargo. Dueas se equivocaba, laproclamacin de la Repblica s echara por los suelos losproyectos unionistas de entonces.

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    ; Los anteriores acontecimientos, que tuvieron efectomediando el siglo XIX, podan tener sus races en la historiaposterior a 1821, pero tambin en los lejanos aos cuando elterritorio centroamericano se organiza en funcin de losintereses del imperio colonial que se estructuraba. Dilucidareste tipo de incgnitas, y la historia centroamericana todavaplantea muchas, ofrece un campo de investigacin particu-larmente interesante; pero, por otro lado, tambin difcil, yaque para poder comprender la dinmica de los procesoshistricos tiene que ser analizado primero toda una diver-sidad de factores. Un buen ejemplo, lo constituye la fragmen-tacin del Reino de Guatemala en mltiples Estados nacio-nales; una de cuyas races se encuentra evidentemente en elcarcter desigual que toma el desarrollo econmico durante lapoca colonial. Pero, en relacin con este fenmeno, existentambin otros aspectos que deben ser considerados. Un casode estos, pudo ser la presin que ejerce el mercado exteriorsobre la regin despus de 1821, ya que contribuy a parcelaruna economa que, con todas sus deficiencias, operaba sobreuna base ms o menos unitaria.

    ^ Aunque resulta difcil determinar con exactitud el peso yla poca en que se gestan los factores condicionantes; sinembargo, a la altura de 1821 son ya evidentes las enormesdistorsiones que sufre en esta colonia la correlacin Estado-Nacin. El saldo colonial dej en esta direccin tendenciasfavorables, bases administrativas con algn enraizamiento yformas de intercambio de ciertas dimensiones se extendan,aunque de manera forzada a veces, desde los altiplanosoccidentales de Guatemala hasta la lejana Costa Rica;pero, por otro lado, la economa en su conjunto encerrabahondas contradicciones, producto de la superposicin delcapital comercial sobre los centros productivos. Esta situa-cin, que era poco propicia para el desarrollo y propagacinde formas econmicas que pudieran desembocar despus enuna formacin de tipo capitalista, hizo crisis al proclamarse laindependencia hasta hacer explotar en varios Estados nacio-nales lo que antes haba sido una unidad. Es decir, el marcoespecfico de la situacin colonial cent|oamericana dificult alextremo la imposicin de elementos portadores de unaformacin capitalista-nacional como sistema determinante...^

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    El desarrollo de las estructuras de carcter estatal tenaque ser similar al de la base econmica. Si la economa seorganiza para regularizar la explotacin de los territoriosconquistados, las estructuras de poder se implantaran con elfin de garantizar la permanencia del status colonial. Es decir,fueron fundadas para controlar un territorio y asegurar laexpoliacin de su poblacin. Se tratara, como los intereses aque servan, de instituciones netamente forneas. Los gruposdominantes compartiran esta condicin, que pasara a ser,con el proceso de alienacin externa que viven, una de suscaractersticas primordiales; su racismo frente al indgena, suentreguismo hacia afuera, sera una de sus tantas manifesta-ciones todava hoy presentes.

    Se debe tambin destacar, a la par de la caractersticaanterior, que se trat de instituciones esencialmente repre-sivas; as lo exigi el sistema poltico de terror generalizadocontra la poblacin indgena, y porque adems fueron insti-tuciones ntimamente vinculadas al enriquecimiento directoque se lograba aplicando altos niveles de coercin.' El cambioque se produce en 1821-1823 no eliminar este contenidorepresivo; el nuevo Estado independiente seguira teniendopor fundamento el viejo status colonial y, bgjo la cobertura deleyes e instituciones supuestamente democrticas, l seguiraoperando como factor decisivo en la base de los mecanismosde explotacin y control poltico.

    La problemtica anterior nos lleva a otros aspectos quetrataremos a lo largo de este trabajo. Uno de ellos, es el gradode madurez o de deformacin en las distintas clases y grupossociales como aspecto que vino a condicionar su capacidad oincapacidad para llevar hacia adelante, en forma clsica, losdistintos procesos histricos dictados por la poca que se vive;es decir, se trata de ubicar el componente demoburgus y laforma como se da la participacin popular en los distintosacontecimientos que culminaron con la implantacin delEstado nacional. Otro hecho especial, que pudo tener impor-tancia decisiva para Centroamrica, es el estudio de todosaquellos aspectos concretos relacionados con la problemticade una posible proclamacin prematura de la independenciaque vendra a forzar, en el sentido literal de la palabra,procesos y acontecimientos; dicho en otra forma, la posible

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    falta de desarrollo de todos aquellos elementos constitutivosde un Estado burgus en general, como el que se intentaimplantar a partir de 1821. Es un aspecto polmico,pero quedebe ser resaltado.^

    Los problemas planteados anteriormente exigen sin dudadel historiador una labor de investigacin e interpretacin dealguna profundidad. Sin embargo, para poder resolveralgunas de las incgnitas sealadas, son indispensables tra-bajos preliminares, fundamentaknente de carcter histrico-econmico, que en nuestra regin apenas se inician. Faltandoesta clase de estudios, es casi ilusorio o infructuoso cualquierintento de interpretacin de la compleja historia centroame-ricana. De ah que este intento tenga ms que todo carcteraproximativo, que padezca a la vez de deficiencias que, por loanteriormente dicho, son por el momento justificadas.

    *? Tampoco podremos tratar la totalidad de aspectos vincu-lados con la problemtica del Estado. Nos limitaremos aaqullos que consideremos de importancia clave, que alestudiarlos arrojen luz sobre el coi\junto del asunto. Este es elcaso de la clase dominante vista como bloque en el momentode la transicin de la Ck)lonia a la Independencia. Por estar ellams directamente vinculada con la problemtica del Estado,el tipo de solucin que se le diera en el peligroso momento de latransicin transformacin, ampliacin o conservacin delas viejas estructuras de poder concerna a sus interesesms vitales de clase. Uno de los resultados de las guerrasciviles, el fraccionamiento estatal en el antiguo territorio delReino de Guatemala, la formacin de la patria chica, cons-tituy por ejemplo uno de sus tantos logros histricos.Dificulta el problema, como sealamos, el hecho de no poderanalizarse separadamente el caso de Guatemala del de losotros Estados. Lo que estaba enjuego eran las estructuras depoder conformadas a lo largo de trescientos aos de domina-cin colonial y, en alguna forma, la lnea de intereses conflic-tivos atravesaba todo el territorio, desde Chiapas hasta CostaRica, independientemente de que unas u otras regionestomaran parte ms activa en las luchas polticas de la poca.

    Como un abigarrado bloque de clasesygrupos sociales, lasociedad centroamericana de finales del siglo XVIII encerraba

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    toda unagama de conflictos y contradicciones. Aunque ocultao desfigurada por el matiz religioso o tnico que tomaron aveces los conflictos sociales, la principal de ellas se daba entrelas masas populares y los grupos dominantes; sin embargo,condicionado por el carcter de la poca fortalecimiento delcapitalismo y de los Estados nacionales a nivel mundial ypor la naturaleza del desarrollo interno de la colonia, losacontecimientos se dan, esencialmente, alrededor de latomaymodelacin del poder por los grupos locales; es decir, la vidapoltica de la sociedad es dominada casi en su totalidad por losconflictos existentes en el seno de la clase dominante, hechoque se mantiene aproximadamente hasta la dcada delochenta del siglo pasado.

    La herencia colonial tuvo indudablemente un peso deci-sivo, ya que en este tiempo se sientan las bases de todosaquellos aspectos centrales vinculados con la problemticadel proceso de formacin estatal. Pero la cuestin del poder sedecide, finalmente, en un complejo y contradictorio perodode transicin que se inicia alrededor de 181 1 y donde distintastendencias histricas tratarn de imprimirle su sello a lasociedad centroamericana. El control poltico definitivo slolo obtendran los grupos locales separatistas despus delargas y sangrientas guerras civiles. Sin embargo, no se puedeabsolutizar el fracaso o triunfo de estas fuerzas histricasbasndose solamente en el preexistente saldo colonial; haceresto, es caer en el determinismo de la peor especie. El fracasode determinadas fuerzas sociales signific en 1840 el triunfodel separatismo definitivo, pero esto no autoriza a asegurarque el separatismo fuera la metaper5e de las distintas luchaspolticas centroamericanas de la primera mitad del siglo XIX.

    No se debe perder de vista que muchos factores quecoadyuvaran al fraccionamiento poltico estatal son pro-ducto de las mismas guerras civiles. El creciente proceso dedistanciamiento y diferenciacin entre las provincias delantiguo Reino de Guatemala se vio a todas luces forzado porantagonismos que se forman en las primeras cuatro dcadasdel siglo XIX. Situaciones especiales por ejemplo localismosantes slo alimentados por el aislamiento econmico cobra-ran despus carcter poltico reinvindicativo^ al territoria-lizarse el conflicto en duras rivalidades entre provincias y

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    regiones que fortalecen as el ya considerable margen deautonoma que gozaban en el ejercicio del poder y en ladireccin de la vida econmica. La militarizacin de laactividad poltica fue especialmente efectiva en este sentido ylos grupos dominantes seran principales fomentadores de talsituacin, cuando utilizan patriotismos locales como instru-mento poltico para imponer sus respectivos intereses. Porejemplo, Antonio Jos de Irisarri, un miembro de las familiasaristocrticas de Guatemala que formaba parte de la oficia-lidad del ejrcito federal, azuzaba as este tipo de localismos afinales de 1827: "Ahora nosotros no debemos pelear por otracosa, que por la satisfaccin del agravio y del insulto que se nosha hecho; y todo guatemalteco no debe soltar las armas de lamano hasta no haber recibido satisfaccin de su agravio".^ ^ Sepodran citar otros muchos casos, como por ejemplo lasdistintas proclamas hechas por Aycinena de 1826 a 1829.^^

    De ah que sea tan indispensable conocer la situacineconmica general que prevaleca en Centroamrica en lasprimeras dcadas del siglo XIX; asimismo se debe estudiardetenidamente las principales tendencias polticas que vinie-ron a desembocar en la proclamacin de la independencia.Qu grupos dominan la escena poltica despus de 1823 ycmo utilizan su triunfo?, qu innovaciones se introducen enel aparato administrativo colonial, qu persiguen y a quinesafectan directamente los cambios llevados a cabo despus de1823?, se pueden catalogar esos cambios como una revolu-cin de orden superestructural?, es posible sto, y quconsecuencias tiene cuando siguen predominando las viejasrelaciones de produccin y explotacin? Como stas, hay unainfinidad de cuestiones qu resolver. Socioeconmicamente,qu se encontraba en formacin a principios del siglo, ycmose interrumpe este proceso a travs de la independencia en elsentido de una posible proclamacin prematura de la misma?

    En general, el desarrollo en Centroamrica se caracterizpor su carcter marcadamente desigual, lo que vino a deter-minar que la formacin regional ganara gran relevancia. Lacomparacin entre Guatemala y Costa Rica resulta en estesentido sumamente ilustrativa. Pocos meses antes de suderrocamiento, Glvez se ufanaba de sus grandes logros comoreformador, asegurando que su Gobierno haba cambiado

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    radicalmente la faz de la sociedad guatemalteca: "La faz delEstado ha sido cambiadacomo por encanto. Otra es la divisinterritorial, otros los funcionarios y sus nombres. Las Cortesrecorren ya los pueblos llevndoles lajusticia que antes salana buscar en vano. La opinin pblica tom en sus manos labalanza de la justicia; la inocencia no tiene que temer, ni elcrimen que esperar. Se halla el Estado al nivel de los que tienenms clebres instituciones y presenta su ejemplo y ofrece sustrabajos a los otros de la Unin, para que puedan en esta partemejorar sus leyes".^^ Sin embargo, corto tiempo despus, sellevara a cabo la estrepitosa cada de Glvez, revocndose unaa una todas sus reformas; Guatemala retornara, prcti-camente, a los oscuros tiempos coloniales.

    ^

    Comparado con el caso guatemalteco, la evolucin cos-tarricense presenta profundas diferencias. Su pasado colonialdifiri en muchos aspectos del resto del Istmo y despus pudopermanecer, aunque slo parcialmente, alejada de las guerrasciviles de entonces. En esta forma, Costa Rica logra mantenercomo regin especfica su continuidad colotiial an ms allde 1821; su grupo dominante sera tambin ms "realista**, ysupo utilizar viejas instituciones para sostener un desarrollomedianamente equilibrado.^^

    -V

    En el fondo de las luchas que se inician alrededor de 181

    1

    se encuentra la disputa por el poder, ya que esta cuestinconstituye la piedra de toque que viene a decidir, en ltimainstancia, actitudes y alianzas entre los distintos grupospolticos. Un primer resultado se obtuvo en 1821-1823, cuandola antigua Metrpoli fue descartada y con ella tal vez elprincipal elemento que le daba coherencia y unidad a laregin. Sin embargo, ya antes, a principios del siglo, se haba

    ;

    iniciado un fuerte forcejeo por el control de esferas importan- ^.tes de la economa colonial, principalmente por el control omodelacin de un sistema de comercio exterior propio paralas lites locales que les permitiera eliminar la presenciaintermediaria del gran comerciante guatemalteco^ y as,poder disponer con exclusividad del plusproducto colonial,

    '

    fuente primaria de todos los confiictos interfraccionales que ?se daban en el seno de la clase dominante en estos aos. ^

  • CENTROAMERICA, DE LA COLONIA AL ESTADO NACIONAL 1

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    Sera un equvoco pensar que la actitud de los distintosgrupos polticos se determina en 1811 alrededor de unarepentina toma de conciencia sobre la necesidad de liberarsede la Metrpoli espaola La tendencia anticolonial se impon-dra al final bsyo la fuerte presin de las masas populares y delcarcter irreversible del movimiento anticolonial en todaAmrica, como solucin a los distintos problemas. Pero en susinicios, el anticolonialismo no tuvo un peso central en lasdecisiones y hechos polticos de los grupos dominantes. Losproblemas que se afi'ontaban eran de carcter netamenteinterno, ysu solucin no se vinculaba necesariamente conla separacin de la Metrpoli. Se trataba de problemasdomsticos que se reducan, fundamentalmente, a rivalidadesen el seno de la clase dominante en cuanto a una mejordistribucin y compartimiento del poder que viniera aasegurar una distribucin Justa del plusproducto colonial.

    La clase dominante se caracterizaba al final del perodocolonial por su extremo fraccionamiento a lo largo delterritorio que abarcaba la Capitana General de Guatemala.En el transcurso de trescientos aos de dominio espaolhaban surgido en este territorio fronteras econmicas inter-nas que fueron separando y dando forma avarias regiones condeterminadas caractersticas econmicas especficas; con suspropios grupos dominantes en formacin, organizados fun-damentalmente alrededor de cabildos locales, y en el controlde la administracin media colonial.

    Al final, se impondra la formacin de los cinco territoriosque hoy integran las repblicas centroamericanas, pero paraaquel tiempo, en que el separatismo no era ms que unatendencia histrica como otras, el fraccionamiento iba msall de los cinco territorios sealados. La provincia guatemal-teca, por ejemplo, se subdivida en mltiples regiones esca-samente integradas entre s, como lo demostr la segregacinde territorios como Chiapas, Soconusco, y el mismo caso deLos Altos.^' Nosotros tomaremos, como base de nuestroanlisis, las divisiones territoriales que despus fuerondefinitivas.

    Como regin econmica, Guatemala se caracterizaba porejemplo, en la produccin de artculos para consumo local

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    (maz, caa de azcar, trigo, fryol, etc.); elaboracin de textilesque circulaban en todo el Reino bajo el rubro de "ropas de latierra"^ ^ y, en menor proporcin, la crianza y repasto dedistintos tipos de ganado, teniendo que ser abastecida decarne por las provincias vecinas de Honduras y Nicaragua.^En las provincias de Honduras, Nicaragua y Costa Ricapredominaba, en mayor o menor medida, la crianza deganado, localizndose tambin en la regin de Honduras ellaboreo de minas. El Salvador era la regin productora de casitodo el ail que se exportaba al mercado europeo, produ-cindose tambin, segn la coyuntura econmica que seviviera, los restantes productos propios de la regin.^

    Lo anterior destacado slo, grossomodo, como la especia-lizacin regional econmica que haba impuesto el tipo deintercambio comercial entre las provincias. No puede afir-marse, sin embargo, que al final del perodo colonial cada unade estas regiones hubiese ya adquirido una fisonoma propiaque la diferenciara radicalmente del resto de las provincias. Sepuede decir, sin temor a caer en equivocacin, que por esetiempo todava sobrepesan los elementos que unifican a lasdistintas provincias: adems de las bases que aportaba unaadministracin compartida, las diferentes relaciones comer-ciales existentes entre ellas. Los rubros del ganado,^ textiles,^^medios alimenticios,^^ etc., realizados desde dos siglos atrs,^^establecan vnculos interprovinciales a lo largo de la colonia.

    El grado de vinculacin de la matriz en que descansa lavida econmica y social es as, en general, dbil. Es decir, lasfuerzas que tienden a la desintegracin existen ya y unacoyuntura favorable, la presin del mercado exterior, agu-dizadas guerras civiles, etc., pueden darles fcilmente viabi-lidad histrica. Un caso de tendencias separatistas, pues eranvarias, lo presenta la peticin que hicieron los grupos oligarcasde Nicaragua sobre la formacin: ". . . de una Capitana Generalindependiente de la de Guatemala, en lugar del Gobierno eIntendencia para la de Costa Rica**. El principal argumentoconsista en que el progreso de Nicaragua dependa, segnellos, de su: ". . . separacin e independencia de la Capital deGuatemala**, y que la Provincia no poda ser bien gobernada:".

    . . por un solo hombre, situado casi a un extremo, cargadode tantas y tan diversas atenciones en los infinitos ramos

  • CENTOOAMERICA, DE LA COLONIA AL ESTADO NACIONAL 1

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    poKticos y militares, de hacienda^d justicia puestos a sucuidado".

    La debilidad de la matriz socioeconmica encontraba assu contrapartida en un agudo fraccionamiento de intereses alnivel de las lites dominantes, que se mostrara ms tarde enlas distintas tendencias anticoloniales, cuyas races econ-micas es necesario exponer, aunque slo sea a grandes rasgos.

    2. El inicio de una crisis

    Desde finales del siglo XVIII se generaliza en la CapitanaGeneral de Guatemala una crisis que, si bien es cierto no pusonunca en peligro el equilibrio en que descansaba el sistema, sprovoc el movimiento de fuerzas sociales que sacaron a luzalgunos aspectos que son dignos de estudio. A partir de lasegunda mitad del siglo XVIII se haba vivido un perodo derelativa bonanza econmica para los grupos dominantes, atravs de la exportacin intensiva del ail,^^ pero el cicloexpansivo dur poco, y ya para finales del siglo era evidentepara los grupos vinculados con este negocio, que el ail comoproducto de exportacin vendra a correr la misma suerte queel cacao anteriormente.^

    El ciclo del ail dej diferentes resultados que nosotros nopodemos entrar a analizar detalladamente en el marco de estetrabsyo.^^ Importante para nosotros, es el hecho de que hizoaflorar una serie de contradicciones de la sociedad colonial yque se reflej, fundamentalmente, en una crtica generalizadaal papel preponderante del capital comercial frente a laproduccin y que es importante en relacin con nuestraproblemtica del Estado, ya que en ella participaron, directa oindirectamente, los sectores sociales ms importantes vincu-lados con el poder colonial.

    En el Reino de Guatemala el sector comercializado de laproduccin slo llega a alcanzar un dbil desarrollo y por ello,pudo ser controlado con relativa facilidad por los grandescomerciantes guatemaltecos a travs de un cerrado sistemade habilitaciones a que se hace referencia constantemente enla documentacin consultada.^*

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    El capital comercial pudo as estructurar un rgidosistema de control y expoliacin que se vala, adems de otrosfactores propios de una situacin colonial,^ de los meca-nismos jurdicos del colonialismo espaol (rgimen deabastos, etc.), para mantener su posicin privilegiada frente ala produccin. El sistema descansaba en el endeudamiento delos sectores propiamente productivos frente al capital comer-cial, endeudamiento que se renovaba cada ao al iniciarse denuevo el proceso productivo, desarrollndose as una relacinde dependencia que alcanzaba hasta los ms grandes hacen-dados del ail.^

    Una conjugacin especial de hechos vino a darle plenajustificacin a la crtica que mencionbamos atrs. Porejemplo, como consecuencia inmediata del monocultivo inten-sivo del ail, se dio un abandono general del cultivo de losprincipales productos de alimentacin^^ lo que, acompaadode varias plagas sucesivas de langostas^^ y una continuaescasez de carne,^ vinieron a provocar una aguda y generalcrisis de los principales medios de consumo. Esta situacingener diversos tipos de reacciones, desde el lgico temor delas autoridades coloniales ante un posible brusco deterioro dela situacin interna de la colonia, ya que la miseria generalgolpeaba especialmente a las masas tr^^jadoras,^ hasta lasquejas de los grandes hacendados del ail por la falta de loselementos indispensables, medios de alimentacin, carne,cueros para la fabricacin de zurrones, etc., para llevar haciaadelante la cosecha del mencionado colorante. Es en estecontexto de deterioro continuo de la situacin econmica dela colonia, que se generaliza la mencionada crtica al sistemade monopolios del capital comercial, ya que promovi laconvergencia de diferentes intereses. La Corona, algunasautoridades locales, los grupos dominantes de las provincias,la actividad de elementos innovadores agrupados alrededorde la Sociedad Econmica, llegaron a formar momentnea-mente un bloque que oblig al comerciante guatemalteco asoportar duras crticas^* y hasta perder una parte de sucontrol sobre una de las actividades econmicas ms impor-tantes, como lo era el negocio de la compra y venta deganado.^

    ^

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    De todas maneras la oligarqua comercial no lleg aperder graii cosa en su tradicional posicin privilegiada. Alcontrario, hay bases suficientes para suponer, por ejemplo,que en la prohibicin de la Sociedad Econmica tuvo ella unpapel importante.^^ Ella provoc tambin, probablemente, laquiebra de algunos comerciantes recin llegados al Istmointeresados en darle ms flexibilidad al sistema del comerciocolonial, como parece que fue el caso de Juan Bautista deIrisarri. * El poder de la oligarqua tradicional descansaba enel control de elementos decisivos de la sociedad colonial,controlaba, por ejemplo, la mayor parte de los capitalesexistentes en la colonia y un sistema de comercio organizadode tal manera que siempre vena a favorecer sus intereses.^'As, no fue difcil que siguieran controlando centros impor-tantes de la produccin, como lo era el negocio del a, lacompra y venta de metales preciosos y de productos impor-tantes del mercado local. La documentacin consultada nodeja la menor duda sobre lo anterior. As, en 1808 se quejabantodava los grandes hacendados salvadoreos de la depen-dencia en que se encontraban frente a los grandes comercian-tes de Guatemala.* Una situacin similar denunci el Gober-nador de Honduras en 1816 respecto de los metales preciososde la regin.*^

    El control sobre los capitales y dicho sistema de comercioconstitua slo una parte de una organizacin ms vasta quetena sus races en las propias estructuras socioeconmicas dela sociedad colonial Enquistado a la vez profundamente en lamaquinara administrativa estatal, que le permita completarsu infraestructura de control, el comerciante lleg a conver-tirse en una pieza indispensable en el complicado engransye delas actividades econmicas de la regin. ^ Como ejemplo, sepueden mencionar las distintas reformas que intent intro-ducir el Presidente de la Audiencia de Guatemala Matas deGlvez (1779-1783) con el nimo de poner coto a los abusos aque daba lugar el sistema de monopolios antes mencionado.Con este n, Glvez tom varias medidas importantes quedeban beneficiar tanto a los aileros salvadoreos como a losganaderos de las provincias de Honduras, Nicaragua yNicoya*

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    En primer lugar, se dispuso la fundacin de un Montepo,una especie de banco colonial que deba librar a los hacenda-dos salvadoreos de los crditos leoninos del gran comercian-te guatemalteco, asimismo se puso en vigor un nuevo reglamen-to para la feria de ganados, medidas todas dirigidas contra laposicin privilegiada del gran comerciante. Sin embargo, lospasos dados por Matas de Glvez no surtieron mayor efecto.El Montepo, por ejemplo, result completamente inefectivo,dado sus escasos fondos para costear la cosecha del ail.^Adems el mismo Glvez, desconociendo o no la situacin,nombr como Juez de la Feria de Ganados, a uno de losprominentes miembros de la oligarqua criolla guatemalteca,Ventura de Nxera, que era a la vez uno de los ms grandesganaderos de la regin.^^ En este sentido, es significativa laconclusin a que lleg el Asesor de la Audiencia de Guatemala,refirindose al poder de los grandes comerciantes como genteque siempre encontrara medios para imponer sus interesesen el negocio del ganado: ". . . siendo cierto que los poderososcaptarn siempre a su beneficio el favor de los Jueces, y Peritostasadores, pues una triste experiencia ha manifestado, que niel sagrado vnculo del juramento, es freno suficiente parareglar las violentas pasiones de los hombres. . .".^ Lo quesuceda en la prctica, es que la oligarqua criolla tena unpoder bien cimentado que no poda quebrarse con simplesmedidas administrativas, que fue lo que hizo en ltimainstancia Matas de Glvez.

    Para valorar con alguna exactitud las dimensiones delcuestionamiento que se hizo a la oligarqua tradicional, esnecesario conocer la naturaleza de las fuerzas que lo llevaron acabo, principalmente la debilidad o carcter limitado de dichacrtica.

    Por el lado de los hacendados aileros, esta debilidad sereflejaba en su crnica necesidad de prstamo de capitalespara poder llevar a cabo la cosecha del ail. A principios delsiglo XIX, cuando el ciclo expansivo del ail llegaba a su fin, lasituacin financiera de los grandes terratenientes no habacambiado sustancialmente. La cosecha del ail segua depen-diendo de la habilitacin del comerciante,*^ es decir, en eltranscurso de cincuenta aos no se haba acumulado an elcapital suficiente para poder realizar el proceso productivo

  • CENTROAMERICA, DE LA COLONIA AL ESTADO NACIONAL 17

    sin la intervencin del capital comercial: "Aqu son muchos apedir, y muy pocos a dar. . ." informaba el Presidente deGuatemala en 1803 refirindose a la escasez de capitales: "Deconsiguiente las condiciones del prstamo deben ser duras,dictadas por el prestamista y en razn de la necesidad yurgencia con que se hacen las demandas, a riesgo, si falta laanticipacin en tiempo oportuno, de perder la cosecha, y conella la esperanza y sustancia de una familia honrada ynumerosa.

    .

    .".^ El proceso de desacumulacin en las hacien-das aileras est vinculado con factores de diversa ndole; elproblema radica, indudablemente, en el margen real queexiste para acumular en una economa que funciona bsyocondiciones coloniales y en la cual, el capital comercial ocupaun papel preponderante, como era el caso del Reino deGuatemala. Pero no es esto lo que nos interesa aqu. Lo que nosinteresa por el momento, es determinar la naturaleza de lacrtica que se hizo al capital comercial por estos aos.

    Como ya dyimos, la crtica abarc los ms diversosaspectos y parti de distintos puntos, tanto de los sectoressociales directamente afectados por el sistema de monopoliosy que tenan poder suficiente para cuestionarlo, como lofueron los hacendados de las regiones de El Salvador, Nica-raguayHonduras en defensa de mejores precios ycondicionesde intercambio para sus respectivos productos, as como delas autoridades coloniales interesadas en poner fin a unasituacin que adems de considerarse injusta, poda llegar agenerar conflictos de mayor alcance, que es donde se enmarcala actuacin de Matas de Glvez. El carcter escandaloso quelleg a tomar el monopolio de la compra y venta de ganado,negocio en que se encontraban vinculadas altas autoridadesdel Reino de Guatemala,** oblig a tomar medidas radicales,ya que el caso lleg a la Corte Espaola y provoc una agriareaccin, llegndose a prohibir terminantemente cualquiertipo de ferias de ganado.*^ Pero al pasar el momento delescndalo, al calmarse los nimos, la situacin volvi prctica-mente a su status anterior, ya que el comerciante guate-malteco sigui manteniendo su antigua influencia sobresectores importantes de la economa colonial, como sealba-mos lneas atrs. Adems, la misma crisis del ail vino,paradjicamente, a atenuar la crisis general de medios dealimentacin, al dedicarse los grandes hacendados de nuevo

  • 18 JULIO CESAR PINTO SORIA

    al cultivo tradicional de sus propios productos,*^ asimismomuchos pequeos productores, los famosos poquiteros, antestambin absorbidos por el cultivo del ail, retornan al cultivode tales productos.

    3. La ^^Sociedad Econmica^' y la crisis

    A finales del siglo XVIII se fund en el Reino de Guatemalauna Sociedad Econmica, cuyo anlisis nos servir paraaproximarnos a nuestro tema desde otra perspectiva, ya quela actividad desplegada por dicha institucin se debe ubicarcomo el inicio de un movimiento de crtica que, a pesar de suevidente timidez, llegara a constituir uno de los antecedentesms importantes de los distintos movimientos de carcterreformista que se dan en la regin, ante todo- del perodoinnovador de Mariano Glvez. Por otro lado, la SociedadEconmica se nutri en su mayor parte con elementos de laregin guatemalteca y su estudio nos permitir conocer laparticular estructura de clases de esta provincia con papelsiempre central en todos los conflictos relacionados con lacuestin del poder en Centroamrica.

    La actividad de la Sociedad Econmica se enmarca, sinduda, en los movimientos reformistas que se dan a lo largo dela monarqua espaola por esos aos; sin embargo, no se tratade un simple homlogo de tales movimientos; el movimientocentroamericano se inspira en ellos, desde luego, pero supunto de partida lo determina en un cien por ciento el estadode crisis y constante deterioro de la economa colonialinterna."

    No es este el lugar para hacer un estudio detallado sobrela Sociedad Econmica, para evaluar sus logros o fracasos. Enel corto perodo que existi yen las difciles condiciones que letoc actuar, era imposible que la Sociedad Econmica llevaraa la prctica uno solo de sus postulados, que Villa Urrutiasintetizaba as: "Promover y fomentar la agricultura, la indus-tria, artes y oficios de este Reyno, especialmente de la Capitalysus Provincias**.*^

  • CENTROAMERICA, DE LA CX)LONIA AL ESTADO NACIONAL 1

    9

    Las causas que originan el movimiento reformista enEspaa, es decir, el atraso de la agricultura, falta de desarrollode una industria manufacturera, pero ante todo el inters enliberalizar y ampliar el comercio con las colonias ameri-canas,** tenan relacin directa con los problemas que enfren-taba en esos aos la economa del Istmo. En estas circuns-tancias, la organizacin encontr de inmediato apoyo entrelos criollos descontentos con la situacin general de la colonia,ya que una organizacin de tal naturaleza ofreca la dobleventaja que dta la oportunidad de ejercer crtica abierta aaspectos notoriamente negativos de la sociedad colonial, porejemplo, el sistema de monopolios. Todo ello, sin salirse de losmarcos de la legalidad colonial, aspecto que respet siempretan cuidadosamente el grueso del sector criollo de la regin deGuatemala.

    No es tarea difcil encontrar la naturaleza de clase delmovimiento que venimos estudiando. Gran parte de la acti-vidad reformista desplegada por la Sociedad Econmicaprovino de aquellos espaoles recin llegados al Istmo que, ensu deseo por compartir con la clase dominante tradicionaltodos los privilegios inherentes al grupo, llegaron a cuestionaraquellos aspectos que obstaculizaban su ingreso en las estruc-turas de dominio de la colonia; por ejemplo, la forma cerradacomo controlaba un pequeo grupo de grandes comercianteslas jugosas ganancias que dejaba el comercio de exportacin.De ah que las contradicciones y conflictos entre ambos gruposllegaran a tener ms de un origen, empezando por el pensa-miento reformista, producto de las nuevas ideas burguesas dela poca, hasta las tpicas luchas y fricciones entre las distintasfracciones de una misma clase dominante por rivalidades encuanto al uso o acceso al poder. A esto se debi, que lacontradiccin entre el criollo oligarca tradicional y el parti-dario de reformas no llegara a tomar en ningn momento lasdimensiones de un verdadero conflicto antagnico. Tanto eluno como el otro basaban su existencia como grupo en elsistema de explotacin imperante y, con excepcin de algunassugerencias encaminadas a dinamizar la capacidad produc-tiva del mismo, el criollo reformista nunca lo cuestion enalguna forma

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    Es significativo, por ejemplo, el silencio de la SociedadEconmica frente al carcter parasitario de la gran propiedadterritorial como causa primaria del atraso general de laagricultura. Sobre el problema agrario, ya fuertemente radica-lizado por esos aos entre el pequeo campesino y el granterrateniente, se hicieron un par de alusiones en la Gacetade Guatemala. Pero esto se debi, por un lado, al peso quetena ya tal problema sobre el conjunto de la sociedad y que sehaca sentir especialmente en los tiempos de crisis y, por elotro, a los efectos verdaderamente negativos de la granpropiedad desde el punto de vista econmico, tambin especial-mente evidentes por los grandes desequilibrios que introdujo-*el monocultivo del ail en la produccin de medios deconsumo.^^

    La crtica encaminada a dinamizar la actividad produc-tiva es principalmente notoria en la Memoria presentada porel Den Garca Redondo sobre el fomento del cacao. En ella sesugeran ante todo dos cosas: primero, activacin de la vida*econmica a travs de la adjudicacin de tierras comunales a la poblacin ladina^^ y, segundo, intensificar el proceso de

    ladinizacin del indgena por medio de su incorporacindirecta en la economa dominante: "No se clama por que a los ^Indios se les saque de su rudeza montaraz? Que se hagan *

    castellanos hasta en el traje? Pues como no se toman lasprovidencias conducentes, variando el sistema antiguo? Mien-

    '

    tras ms aislados los Indios y distantes del trato, comercio yroce con los Espaoles y ladinos, ms lejos quedan de arribar a ^su civilizacin, y al contrario ms se aproximan a ella mientras ^mayor sea el nmero de aquellos en sus pueblos".^

    ^

    En relacin con el asunto relativo al grado de madurez delos distintos grupos sociales, se debe destacar aqu el hecho deque si bien es cierto, en los criollos reformistas se percibacontoda claridad la influencia de las nuevas ideas burguesas de lailustracin, su posicin ideolgica la vena a determinar, en

    ltima instancia, las relaciones patriarcales precapitalistas de '

    la sociedad colonial centroamericana. Su ideal poltico, porejemplo, consista en el establecimiento de una monarquaconstitucional, que conservara en su base el sistema de castas '

    de la colonia. La sociedad descansaba, segn ellos, fundamen-talmente, en dos clases sociales: los nobles y los plebeyos,

  • CENTROAMERICA, DE LA COLONIA AL ESTADO NACIONAL 2

    1

    cabindoles a los primeros la funcin de "dirigiryhacer felicesa los plebeyos".^*

    En realidad, toda la actuacin de estos criollos giralrededor de la bsqueda de una igualdad de privilegios:igualdad de la colonia ante la Metrpoli e igualdad con laoligarqua tradicional en un compartimiento efectivo delpoder. El criollo reformista fue todo el tiempo partidario deque "el equilibrio de fortunas no es posible",^justificando as ladistribucin ii\justa de los dos polos fundamentales de lasociedad colonial; por un lado la minora parasitaria monopo-lizadora de la riqueza y el poder, y por el otro, las masastrabsgadoras en un creciente proceso de pauperizacin.

    Casi todas las fuentes hacen referencia a la crecientemiseria imperante en esos aos. En 1802 se escriba en laGaceta sobre Sonsonate: "Toda esta Provincia, y en particularsu Capital, est llena de gentes de la de San Salvador, con unaporcin de mendigos, de resultas de la escasez que all seexperimenta".*^ Ms adelante se informa sobre los movimien-tos de poblacin que vena a provocar la miseria general: "DeCholuteca y San Miguel se han trasladado a Villanueva comocincuenta familias acosadas de la necesidad; y se ha dadodisposicin para que trabsyen ysiembren, a fin de que busquenpor s la subsistencia, facilitando terrenos y auxilios".^ Lamiseria se haca sentir tambin en las ciudades y se reflejaba,principalmente, a travs de la crisis del artesanado, la cual sefue haciendo cada vez ms aguda, en la medida en que laCapitana General de Guatemala fue abriendo sus fronteras,ante todo a travs del contrabando, a los artculos europeosms baratos.*^

    La desesperacin de las masas empobrecidas de CiudadGuatemala, lleg a constituir para los grupos pudientes unaamenaza social, como la denomin Salazar. Uno de losobjetivos de la Sociedad Econmica fue la puesta en vigor deun nuevo reglamento de artesanos que viniera, precisamente aneutralizar el creciente descontento de este sector de lapoblacin. El Presidente Gonzales se refiri despus a losgrandes logros que hubiera obtenido el Estado colonial con laimplantacin del reglamento de artesanos: "El arreglo de losartesanos en que se ocup [la Sociedad Econmica] . . .

  • 22 JULIO CESAR PINTO SORIA

    hubiera ahorrado muchos cuidados a la Policayproducido laforma ms saludable en las costumbres de la plebe".^

    Se trataba, en realidad, de un intento por fortalecer elpoder de las instituciones dominantes principalmente delAyuntamiento guatemalteco sobre la poblacin explotada.Como primer paso, por ejemplo el nuevo reglamento colocabaa los artesanos bsyo el control directo del Ayuntamiento, quesera el encargado de nombrar a los principales funcionariosde los gremios, a los Protectores, Prohombres, Veedores yDiputados celadores.** A travs de la funcin del Prohombre,el funcionario ms importante en la nueva organizacingremial, el Ayuntamiento quedaba facultado para intervenirdirectamente en cualquier actividad de los artesanos, refor-mando y suprimiendo todo aquello que no fuera de suparecer. Importancia decisiva tendra tambin la Iglesia.Todo artesano tena obligacin de pertenecer a la Hermandadreligiosa que agrupara a todos los miembros,* y a ningnoficial se le permita presentar el examen para maestro si nocontaba con certificado extendido por un prroco en queconstara que dominaba completamente la doctrinacristiana.** En realidad, el nuevo reglamento general no hacaotra cosa que intentar implantar una rigurosa dictadurapaternalista que comenzaba con el dominio absoluto delAyuntamiento sobre los gremios y continuaba en la dictadurade los maestros artesanos sobre los oficiales y aprendices.^ Enesta forma lograban tambin los criollos reformistas uno desus objetivos: controlary neutralizar el descontento general delas masas empobrecidas de la ciudad, que en un momentodado podran resultar peligrosas para el orden colonialexistente, como sucedi realmente en los aos de 1811-1814.'^^ ?

  • NOTAS DEL CAPITULO I

    1 La amenaza que representaba el expansionismo estadounidensepara los pases centroamericanos lo advirti ya el presidentehondureno Juan Lindo cuando ese pas termin usurpando casila mitad ^el territorio mexicano: "Los norteamericanos handestruido la hermosa poblacin de Veracruz, se han posesionadode sus escombros y marchan sobre la capital; en el da nosabemos qu otras desgracias pesan sobre aquella Nacin. . . Sonnuestros hermanos, sus riesgos son nuestros y su suerte es la quenos espera, no debemos guardar silencio y s ayudarles de algunamanera en su hermosa lucha". Comayagua 1 de junio de 1847,Juan Lindo, Public Record OtRce, Foreign OfSce, 254/5, Fol 322.De aqu en adelante lo citaremos slo como F. O. con elvolumen yfolios correspondientes. Sobre material de archivos y literaturautilizados en este trabso, ver la bibliografa al naL

    2 Memoria presentada al Cuerpo Legislativo por el LicenciadoFranciscoDueas, Secretario General delDespacho delSupremoGobierno del Estado, al continuar sus sesiones ordinarias sus-pendidas el 17 de febrero ltimo, San Salvador, 15 de mayo de

    ^"^( 1845, F. O. 254/4, Fols. 200-204. En 1847 sostendra tambinDueas: "No podemos ponernos en relaciones con las potenciasextranjeras; porque si los cinco Estados reunidos apenas forma-ron una nacin de tercer orden, cmo podra gurar encapacidad de tal, y ser reconocidacomo nacin una quinta partede este pequeio todo?". Memoria que el Licenciado FranciscoDueas, Secretario de Relaciones y Gobernacin present al

    c ^ Cuerpo Legislativo en su reunin de 1847, San Sahrador, 8 de' ehveroelMl.F O. 254/4, Fols. 214-220

    3 Informe del Presidente del Estado de Guatemala a la AsambleaConstituyente, sobre los sucesos ocurridos desde que sta sus-

    iJ pendi sus sesiones: sobre el estado de la administracinpblica,y medidas dictadas para su mejoramiento; Mariano Rivera Paz,Guatemala 4 de noviembre de 1842, F. O. 254/5, Fols. 229-234.

    ^^

  • 24 JULIO CESAR PINTO SORIA

    Ibid.

    5 Manifesto del Excelentsimo seor Presidente del Estado deGuatemala, en que se exponen los fundamentos del decretoexpedido el 21 de marzo del presente ao, erigiendo dicho Estadoen Repblica Independiente; Rafael Carrera, Guatemala 21 demarzo de 1847. F. O. 254/5, Fols. 307-31 7.

    6 Ihid.

    7 Memoria que elLicenciadoFranciscoDueas, Secretario Generaldel Supremo Gobierno del Estado de El Salvador, present alCuerpo Legislativo en reunin de 1848, San Salvador, 30 de enerode 1848.F. 0. 254/4, Fols. 220-221^Eleseo de evitar cuestionesyde contraer compromisos innecesarios, oblig al Gobierno aevitar todo acto que directa o indirectamente tendiese a reco-nocer el hecho de haberse denominado Repblica el Estado deGuatemala. No ha participado tampoco de lavulga^ad de creer,que un decreto o un nuevo nombre, alterase la esencia de lascosas, y que este hecho fuese una gran novedad en nuestro modode ser. . .", ibid.

    8 Pinto, J. C: 1982.

    9 Ibid, PP.3S-S9.

    10 En este sentido es significativo el caso cubano cuya indepen-dencia tarda condicion sin duda la historia posterior de esepas.

    11 Valenzuela, G.: 1961, Tomo III, p. 200.

    12 En el Public OfSce 254/3 se encuentra la mayora de esasproclamas.

    13 Mensaje del Jefe de Estado de Guatemala, Doctor MarianoGlvez, al abrir sus sesiones ordinarias laAsamblea Legislativa de1837. Guatemala 1837, Imprenta de la Academia de Ciencias.

    14 La compleja historia centroamericana no se puede llegar acomprender a travs de simples comparaciones, no obstanteesto, y haciendo la salvedad de que slo estamos comparandocasos, transcribimos lo siguiente sobre el tipo de poltica costarri-cense: "Fundado nuestro erario sobre contribuciones indirectas,estancos a que los pueblos se hallan habituados, que recaen sobreartculos de puro lujo, y diezmos que han perdido su carcter

  • CENTROAMERICA, DE LA CX)LONIA AL ESTADO NACIONAL 25

    gravoso para el propietario por existir de fecha inmemorial,ningn otro plan de rentas es compatible con el grado decivilizacin de nuestras masas, a quienes jams podramospersuadir de las venteas que reportaran, suministrando al

    "- Gobierno directamente los recursos que necesita. Por consi-^^- guente, cualquier innovacin fundamental, que indiscretamente^^ se introdujese, sera peligrosa y dara por resultado infalible la

    ' destruccin de nuestra hacienda". Memoria que el Ministro deHaciendayGuerra dirige a la Cmara de Representantes, al abrirsus sesiones en su segundo perodo constitucional en 1845, San

    ' Jos, 24 de marzo de 1845, Imprenta del Estado.

    15 Esto lo tratamos ya detenidamente en: Pinto, J. C, Economa yCkymercio en el Reino de Guatemala. 1982.

    16 Bqjo el trmino "Los Altos" se entenda, en la poca colonial, a los'

    ' actuales departamentos de San Marcos, Huehuetenango, Quetzal-tenango. Solla y Totonicapn. Despus, ya en la poca indepen-diente, la denominacin abarcara principalmente a los ltimos

    '^^ tres departamentos. ^^^v ;. v7M.r^;m

    17 Pinto, J. C: EconomayComercio en elReino de Guatemala. 1982.

    18 El Obispo de Nicaragua inform a mediados del siglo XVIII que el**- comercio ms importante de esta provincia consista: ". . . en^^ transportar sus ganados a Guatemala y venderlos a cambio de'^^^

    ropas. Estas por precios excesivos, y aqullos por los que quieren^^'' sus compradores. . .". "7 obispo de la Iglesia Catedral de Len,

    Provincia de Nicaragua da cuenta a V. M. de la Visita de aquellaDicesis, segn la derrota, que en ella ha practicado". Ciudad deSantiago de Len, 8 de setiembre de 1752. AGI/AG Leg 950.

    19 En 1772 informaron los comerciantes de Espaa y Guatemalaque los hacendados salvadoreos dedicaban la mayor parte de

    1 sus tierras al cultivo del ail: "... y reducir a xiquilites cuantas

    tierras contienen las Provincias, sin hacer ya caso ya de lacrianza, y repasto de ganados, y menos de la labranza degranos. . .". Testimonio de los autos de los Diputados del Comer-

    "^' ci de Espaa, y de esta Capital, con los cosecheros de la'

    " Provincia de San Sah^ador, San Miguel y San Vicente, sobre'^'

    arreglo y sealamiento de da para la apertura de precios a las

    tintas ailes, con lo dems que contiene. Guatemala, 1783.AGI/Leg. 669. Ver tambin: Pinto, J. C, Economay Comercio en

    " el Reino de Guatemala. 1982.

    20 Ver la nota siguiente y tambin la No. 18. ^

  • 26 JULIO CESAR PINTO SORIA

    2

    1

    Probablemente eran los textiles guatemaltecos, conocidos como"r opas de la tierra" los que tenan mayor trfico a lo largo de todoel Reino de Guatemala: **. . . porque siendo este gnero como loensea la experiencia, el que abastece de vestuario a todo elComn de Plebe y Pobres y a las Provincias de esta Capital de laque se llevan por los mercaderes negociantes, que en ella tienensu trfico. . .". Testimonio dlos Votos de losseores Ministros dela RealHacienda de esta Corte y de los Oficiales Reales de la Cajade ella sobre el punto de conmutacin de los frutos que pagan losIndios de tributo a dinero. Guatemala, 1734. AGI/Leg. 331. ElGobernador de Honduras se refiri tambin a esta clase decomercio a finales del perodo colonial: "El rengln de verdaderautilidad que se exporta de ella es el ganado vacuno que surte aGuatemala y San Salvador, porque otros menores que permitanunos Partidos con otros, y conducen para el surtimiento de estaCiudad no merecen nombre de comercio. De la Capital deGuatemala y Provincia de San Salvador vienen comnmente encambio de ganado o su producto Ropas que llaman de la tierrapor ser de sus fbricas, con que se visten las clases medianas einferiores". Informe de la Provincia de Honduras despus dehecha su Visita de Ordenanza. Comayagua, 20 de febrero de 1816.AGI/AG. Leg. 423

    22 Con el incremento de la exportacin de ail cobr tambinimportancia considerable el intercambio de medios de alimenta-cin con las provincias aileras de El Salvador: **. . . agregndose aesto la particular circunstancia de proveer a las contiguas deLen y Comayagua con ms de 1 50.000 pesos anuales en solos losramos de quesos,jabones, cacaos, que les consuman los coseche-ros de San Salvador. . .". Informe del Intendente Don Ignacio deSantiago y UUoa, San Salvador, 26 de octubre de 1793. AGI/AG.Leg 669.

    23 Como lo seala Gage, a principios del siglo XVII se encuentran yaprcticamente establecidas las principales lneas de comercio dela colonia, interna como externamente. Gage, T.: 1946. p. 175 ysiguientes.

    24 Don Antonio de la Plata, Diputado a Cortes por la Provincia deNicaragua y Diputacin Provincial de la misma. . . sobre que se( ^ja C'apitana General y Audiencia Territorial para la expre-sada.

    .

    .,Madrid 13 de enero de 1818. AGI/AG. Leg. 423. ^^

    25 F^i cultivo del ail para la exportacin en el perodo colonial sepuede dividir en