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mos algunas expresiones que aparecieron una y otra vez en las entrevistas: "leer hasta hartarse", "m e 1 0 d ev or e t o d o" , "m e chupe los dedos", "es como una g losina", "es algo sabroso sabroso", "quisiera probarlo todo", "hay quienes saquean el refrigerador, yo saqueo la biblioteca", etc. Con mucha fre- cuencia, la intensa necesidad de lectura, la incapacidad de li- berarse de ella, hacen que se Ie compare con una droga, como esa mujer que dice: "Los libros son como ua droga. Si no lee uno, puede morirse. Mi marido ha leido toneladas de libros, se ha Ieldo todas las bibliotecas del pueblo, siempr leyo y sigue leyendo todo el tiempo. Es una enfermedad. Leia in- cluso mientras cornia, ya no hacia otra cosa". lC6MO SE VUELVE UNO L EC TO R? E nt on ce s, e n c on cl us io n, lcomo se vuelve uno lector? Todo e le me nt os p ar a r esp on der . Es, claro esta, en buena parte una cuestion de medio so- cial: cuando ~ ha nacido en un medio pobre, au~ndo-;e haya recibido alf abeti zacion , los obstaculos, los tab lies, ~~o vim os, pu~den ser multiples: pocos libros en el hogar, la i~? de que eso no es para uno, la preferencia que se Ie da a las ac- tiV'iaades de grupo sobre estos "placeres egoistas", las dUdas respecto a la "utilidad" de esta actividad, la dificultad de a;;:' ceso ~Ilenguaje narrative, todo puede unirse para di~a~irl9 a uno de leer. A esto se agrega que, si se trata de un mucha- dio,los amigos ponen un estigma sobre el que practica esta actividad "afeminada", "burguesa', que para ellos se asocia con el trabajo escolar. Sin embargo, los determinismos sociales no son absolutos: en Francia, la tercera parte de los hijos de obreros leen por 10 144 rnenos un libro al mes, y la tercera parte de los hijos de los ernpleados de alto nivelleen menos de un libro al meso En el transcurso de los ultimos treinta afios, las diferencias entre categorias sociales han disminuido para los que tienen menos de veinticinco afios (por desgracia esto es efecto sobre todo de la disminuci6n del numero de lectores asiduos e las categorias superiores ... ). De hecho, incluso en los medios mas familiarizados con ellibro (jincluso los medios de la edi- cion, de las bibliotecas, de la universidad 0 d e l a i nv est ig a- cionl), muchos son los que no leen, 0 que limitan su practice de la lectura a un marco profesional estrecho 0 se encier ran en un genero definido. Como dije antes, es cornun encon- trarse con universitarios que no leen mas que tesis y tesinas, con bibliotecarios que se conform n con las cuartas de fo- rros y las revistas profes ionales, 0 c on p ro fe so re s d e l it er at ur a que no hacen mas que hojear manuales pedagogicos. Es tam- bien cornun observar en el metro parisino, que es la princi- pal bibliote a de la capital, a gente de origen modesto que se entrega a la lectura con gran placer. Estas diferencias entre personas de la misma categoria so- cial pueden ser atribuidas en parte a diferencias de tempera- mento. Los medicos homeopatas distinguen por ejemplo entre diferentes tip os, diferentes perfiles, que segun ellos van a tener una relacion diferente con la lectura. Es algo muy diver- tido. Una home6pata me explico un dia que las personas que se encuentran en la categoria del remedio "Sepia" son quienes tienen mayor relacion con la lectura. Cito sus paJabras: Sepia no puede dormir si no tiene un libro a su lado. Sepia, cuando esta angustiada [notaran ustedes que, al parecer, se trata una vez mas de una mujer J recorre las librerias. Compra, se lIeva libros a casa, ne- cesita siempre tener libros por adelantado. En homeopatia, se dice que la problernatica de base de Sepia es el conocimiento. Su deseo es co- 145
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