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207 Quilotórax idiopático en el perro. Tratamiento quirúrgico mediante omentalización y pericardiectomía en seis perros J. Font, N. Martín, C. Pons, J. Cairó Canis Hospital Veterinari, c/ Pau Birol nº 36-38. Mas Xirgu, 17006 Gerona Canine idiopathic chylothorax. Surgical treatment by omentalization and peri- cardiectomy in six dogs Introducción El quilotórax consiste en la acumulación de quilo dentro de la cavidad torácica. 1-4 Es una patología poco frecuente, que se produce cuando hay pérdida de quilo a partir del conducto torácico (CT) o de sus ramas. 1,5 Cualquier etiología que impida el drenaje de quilo des- de el CT al sistema venoso producirá un quilotórax. 5 En el perro se considera idiopático en la mayoría de las ocasiones. 1,3-5 El quilo está constituido por linfa y grasas emulsio- nadas y circula por los vasos linfáticos después de la absorción del quimo intestinal. Pasa al sistema veno- so a través del CT, que es la continuación craneal del sistema quiloso. El CT se origina a nivel del diafrag- ma, dirigiéndose cranealmente dorsal a la aorta, des- plazándose ventralmente a nivel de la sexta vértebra torácica para unirse a la vena yugular y a la vena cava craneal mediante un único conducto o mediante varias ramas. 3,6 Sin embargo, la morfología del CT varía de un individuo a otro, lo que dificulta su localización, ya que pueden existir varias ramas del mismo a lo largo del tórax. 3,5 El tratamiento conservador basado en drenajes perió- dicos, dietas bajas en grasas y administración de ben- zopirenos se ha mostrado poco eficaz en el perro. 4,7 Están descritos un gran número de procedimientos quirúrgicos para el tratamiento del quilotórax idio- pático, con resultados muy dispares. 8 El tratamiento clásico consiste en ligar el CT después de una linfan- giografía, pero ha sido abandonado dado los pobres resultados obtenidos. 8,9 Actualmente se opta por una ligadura en bloque del CT, con el fin de disminuir el tiempo quirúrgico y evitar la linfangiografía previa, 7,10 asociándolo a la pericardiectomía y/o la omentaliza- ción del tórax. 8,11,12-14 La omentalización del tórax como tratamiento único del quilotórax idiopático ha sido descrita en un perro 4 y en un gato. 15 El objetivo es que el epiplón actúe como un drenaje fisiológico. La pericardiectomía como tratamiento único del qui- lotórax idiopático tiene como fin liberar al corazón de la pericarditis constrictiva que produce el quilo, pero no ha demostrado buenos resultados como técnica ais- lada. 5, 11,13 En conocimiento de los autores, no hay ninguna re- Contacto: [email protected] Palabras clave: Quilotórax idiopático, quilo, perro. Key words: Idiopathic chylothorax, chyle, dog. Clin. Vet. Peq. Anim, 2015, 35 (1): 207 - 210 El quilotórax consiste en la acumulación de quilo en el espacio pleural. Generalmente, en el perro es idiopático y el tratamiento conservador poco eficaz. Hay varias opciones de tratamiento quirúrgico con resultados muy variables. En este artículo se describen 6 casos clínicos de quilotórax idiopáticos que no respondían al tratamiento conservador y fueron tratados quirúrgicamente, utilizando epiplón como drenaje fisiológico en combinación con pericardiectomía subfrénica. Se practicó una toracotomía y una laparotomía reducida, con el fin de pasar el epiplón a través del diafragma y anclarlo en el mediastino craneal, con el objetivo de drenar el quilo acumulado en la cavidad torácica hacia el abdomen. Un hallazgo común en el quilotórax es el engrosamiento del pericardio; por lo que, simultáneamente, se practicó una pericardiectomía. Los tiempos de seguimiento fueron de 7,2 años en los tres primeros casos y todos fallecieron por causas no relacionadas con el quilotórax. El cuarto fue eutanasiado debido a la persistencia de la efusión, y los dos últimos llevan más de un año con evolución favorable. Así la evolución fue buena en 5 casos y mala en uno. Resumen O

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Quilotórax idiopático en el perro. Tratamiento quirúrgico mediante omentalización y pericardiectomía

en seis perros

J. Font, N. Martín, C. Pons, J. CairóCanis Hospital Veterinari, c/ Pau Birol nº 36-38. Mas Xirgu, 17006 Gerona

Canine idiopathic chylothorax. Surgical treatment by omentalization and peri-cardiectomy in six dogs

Introducción El quilotórax consiste en la acumulación de quilo

dentro de la cavidad torácica.1-4 Es una patología poco frecuente, que se produce cuando hay pérdida de quilo a partir del conducto torácico (CT) o de sus ramas.1,5 Cualquier etiología que impida el drenaje de quilo des-de el CT al sistema venoso producirá un quilotórax.5 En el perro se considera idiopático en la mayoría de las ocasiones.1,3-5

El quilo está constituido por linfa y grasas emulsio-nadas y circula por los vasos linfáticos después de la absorción del quimo intestinal. Pasa al sistema veno-so a través del CT, que es la continuación craneal del sistema quiloso. El CT se origina a nivel del diafrag-ma, dirigiéndose cranealmente dorsal a la aorta, des-plazándose ventralmente a nivel de la sexta vértebra torácica para unirse a la vena yugular y a la vena cava craneal mediante un único conducto o mediante varias ramas.3,6 Sin embargo, la morfología del CT varía de un individuo a otro, lo que dificulta su localización, ya que pueden existir varias ramas del mismo a lo largo del tórax.3,5

El tratamiento conservador basado en drenajes perió-

dicos, dietas bajas en grasas y administración de ben-zopirenos se ha mostrado poco eficaz en el perro.4,7

Están descritos un gran número de procedimientos quirúrgicos para el tratamiento del quilotórax idio-pático, con resultados muy dispares.8 El tratamiento clásico consiste en ligar el CT después de una linfan-giografía, pero ha sido abandonado dado los pobres resultados obtenidos.8,9 Actualmente se opta por una ligadura en bloque del CT, con el fin de disminuir el tiempo quirúrgico y evitar la linfangiografía previa,7,10 asociándolo a la pericardiectomía y/o la omentaliza-ción del tórax.8,11,12-14

La omentalización del tórax como tratamiento único del quilotórax idiopático ha sido descrita en un perro4 y en un gato.15 El objetivo es que el epiplón actúe como un drenaje fisiológico.

La pericardiectomía como tratamiento único del qui-lotórax idiopático tiene como fin liberar al corazón de la pericarditis constrictiva que produce el quilo, pero no ha demostrado buenos resultados como técnica ais-lada.5, 11,13

En conocimiento de los autores, no hay ninguna re-

Contacto: [email protected]

Palabras clave: Quilotórax idiopático, quilo, perro.Key words: Idiopathic chylothorax, chyle, dog.

Clin. Vet. Peq. Anim, 2015, 35 (1): 207 - 210

El quilotórax consiste en la acumulación de quilo en el espacio pleural. Generalmente, en el perro es idiopático y el tratamiento conservador poco eficaz. Hay varias opciones de tratamiento quirúrgico con resultados muy variables. En este artículo se describen 6 casos clínicos de quilotórax idiopáticos que no respondían al tratamiento conservador y fueron tratados quirúrgicamente, utilizando epiplón como drenaje fisiológico en combinación con pericardiectomía subfrénica. Se practicó una toracotomía y una laparotomía reducida, con el fin de pasar el epiplón a través del diafragma y anclarlo en el mediastino craneal, con el objetivo de drenar el quilo acumulado en la cavidad torácica hacia el abdomen. Un hallazgo común en el quilotórax es el engrosamiento del pericardio; por lo que, simultáneamente, se practicó una pericardiectomía. Los tiempos de seguimiento fueron de 7,2 años en los tres primeros casos y todos fallecieron por causas no relacionadas con el quilotórax. El cuarto fue eutanasiado debido a la persistencia de la efusión, y los dos últimos llevan más de un año con evolución favorable. Así la evolución fue buena en 5 casos y mala en uno.

Resumen

O

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Vuestro artículo ha sido elegido para que se inlcluya un examen sobre el mismo en la plataforma AVEPA Elearning. Contactarán con vosotros en su momento los responsables de Formación online
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ferencia bibliográfica que describa la combinación de ambos procedimientos quirúrgicos. En este trabajo se presentan 6 casos de quilotórax idiopático tratados quirúrgicamente, combinando la omentalización del tórax con pericardiectomía subfrénica y 3 de ellos pu-dieron ser seguidos durante más de 7 años, hasta que fallecieron por causas no relacionadas con quilotórax. Otros dos llevan más de un año de seguimiento libre de enfermedad. El caso restante fue eutanasiado, dado que persistía el derrame.

Material y métodosSe describen 6 casos clínicos: un Chow-chow hem-

bra de 3 años, un Rotweiller hembra de 4 años, un Bullmastiff macho de 2 años, un Pastor Alemán hem-bra de 9 años, un Golden Retriever hembra de 8 años y un cruce de Pastor Alemán macho de 5 años, presenta-dos en el Hospital Veterinari Canis de Girona entre los años 2000 – 2012 con un cuadro clínico similar: apatía, tos, disnea, intolerancia al ejercicio, anorexia y pérdi-da de peso. La auscultación mostraba atenuación de ruidos cardíacos y pulmonares ventrales, con sonidos broncovesiculares intensos en campos dorsales. Las ra-diografías laterolaterales y dorsoventrales mostraron derrames torácicos en todos los casos. El líquido obte-nido mediante toracocentesis era de color lechoso. El análisis hematológico y del derrame torácico confirmó la presencia de quilotórax (Tabla 1 y Tabla 2).

Las radiografías obtenidas después del vaciado torácico, el electrocardiograma y la ecocardiografía no revelaron ningún hallazgo de interés en cuanto a la etiología. En los dos últimos casos se practicó una Tomografía Computerizada (TC) de la cavidad torá-cica (Fig. 1). En todos los casos se evidenció derrame pericárdico mediante ecocardiografía, sin signos de

taponamiento. La analítica sanguínea tampoco apor-tó datos sobre la etiología del quilotórax. En todos los casos se descartó la presencia de Leishmania infantum, Erlichia canis y Dirofilaria immitis mediante proteino-grama, punción de médula ósea y técnicas ELISA. Al no encontrarse ninguna patología concreta se clasifica-

Tabla 1. Resultados de la analítica sanguínea

CASO Nº 1 2 3 4 5 6 Val.Ref.34

Hematíes(x106/µl) 4,5 6,74 4,8 8,6 7,85 6,17 5,5-8,5

Leucocitos(x106/µl) 9 7,4 11 9,6 8,9 7,7 6-17

Hematocrito (%) 48 47 49 56 39 43 37-55

Urea (mg/dl) 65 39 48 20 29 54 10-40

Creatinina(mg/dl) 1,8 0,8 0,9 1 0,8 1 1-2

Glucosa (mg/dl) 112 90 101 105 124 94 60-100

P.T. (g/dl) 6 6,5 6,8 7 5,1 6,4 5,4-7,1

GPT (U/L) 25 40 50 248 44 170 15-70

Na (mmol/l) 136 120 115 132 118 122 140-155

K (mmol/l) 4,8 4 4,5 3,73 4,1 3,9 3,7-5,8

Cl (mmol/l) 105 115 121 118 120 108 105-115

Colesterol(mg/dl)* 84 225 123 118 112 129 125-250

Triglicéridos (mg/dl)** 99 80 75 36 45 233 10-150

ABREVIATURAS DE LAS TABLAS.

Figura 1. Imagen transversal de TC torácico del caso no5, con contraste iodado no iónico (de 2 ml/Kg; velocidad infusión 5ml/seg). Alogaritmo de tejido blando y ventana de mediastino. Cortes de 3 mm de grosor. Pres-encia de derrame pleural en ambos hemitórax y consolidación del lóbulo pulmonar medio derecho con reducción de su volumen. Ausencia de si-gnos de torsión pulmonar; no existe interrupción del trayecto bronquial en el lóbulo consolidado (flecha roja) ni el flujo de la arteria adyacente (flecha blanca). R=derecha

R

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Necesitamos que nos indiqueis el significado de todas las abreviaturas para colocarlo como pie de tabla
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2015, Vol. 35 nº1

ron como quilotórax idiopáticos.En todos ellos se instauró un tratamiento conserva-

dor basado en dieta baja en grasas, Hill’s Canine r/d y benzopireno a dosis de 50 mg/Kg cada 8 horas (Daflon. Lab. Servier S.L. Madrid) y toracentesis periódicas que se realizaban cada 3-4 días en función de la sintomato-logía del animal, la auscultación pulmonar y la radio-grafía del tórax. El promedio de líquido extraído era de 100-200 cc según el tamaño del animal y la gravedad del caso. Si el derrame persistía más de dos semanas o había un deterioro clínico del animal, optábamos por el tratamiento quirúrgico, consistente en realizar una pericardiectomía subfrénica y omentalizar el tórax.

En cuatro casos se practicó una esternotomía media, desde la segunda esternebra hasta el xifoides, median-te una sierra oscilante. Este acceso permite una buena visualización de toda la cavidad torácica, lo que es útil para descartar otras patologías y facilita la pericar-diectomía. En los dos últimos casos optamos por una toracotomía paracostal derecha siguiendo las uniones costocondrales desde la 4ª costilla a la 9ª (Fig. 2). La pleura y el pericardio estaban engrosados, siendo más evidente en los casos más crónicos. En todos se realizó una pericardiectomía por debajo del nervio frénico.

Una laparotomía por la línea media, reducida y cau-dal al diafragma, permite localizar el epiplón, el cual se

pasa al tórax mediante una incisión hecha en la parte costal derecha del diafragma de unos 2 centímetros, suficiente para no comprometer la vascularización del epiplón, pero sin predisponer a que se produzca una hernia diafragmática (Fig. 3). A través de la toracoto-mía, el epiplón se sutura al mediastino craneal en la zona de anastomosis linfaticovenosas, entre el CT y la vena cava craneal, mediante suturas sintéticas reab-sorbibles (Fig. 4).

Después de la cirugía se mantuvo un catéter torá-cico varios días en función del líquido drenado y se retiraba cuando la cantidad de líquido recogido era inferior a 2 ml/Kg/día.

ResultadosEn cinco casos, en un plazo de 5 a 8 días se pudo

retirar el drenaje torácico. Por el contrario, en el caso nº 4 la efusión quilosa persistió, lo que produjo una dehiscencia de la sutura esternal y, dado el progresi-vo empeoramiento del estado general del animal, se decidió practicar la eutanasia al mes de la cirugía. La necropsia del animal no aportó datos adicionales so-bre la etiología.

En el resto de los casos se hicieron controles clínicos y radiológicos a las 2 semanas, al mes y a los 3 meses de la cirugía. El tiempo de seguimiento fue de 7,2 años de promedio en los tres primeros casos, ya que todos murieron en edad avanzada y sin patología relaciona-

Figura 3. Omentalización del tórax. Incisión en la pars costalis del di-afragma (flechas) para permitir el paso del epiplón al tórax. Se debe res-petar la vascularización del epiplón evitando la torsión y el desgarro del mismo.

Tabla 2. Resultados del análisis de la efusión pleural

CASO Nº 1 2 3 4 5 6

Colesterol (mg/dl*) 64 10 35 52 28 40

Triglicéridos( mg/dl**) 533 550 430 580 460 600

Ratio Col/Trigl.*** 0,12 0,01 0,08 0,09 0,06 0,06

Proteínas totales(gr/dl ****) 3 5 5 4,5 4 4,3

El derrame torácico se consideró quilotórax en los 6 casos en base a los siguientes criterios:6,26 *Valores de colesterol del derrame torácico inferiores a los valores sanguíneos. ** Valores de triglicéridos del derrame torácico superiores a los valores sanguíneos. *** Cociente colesterol/triglicéridos del derrame torácico inferior a uno. **** Concentración de proteínas totales del derrame torácico superior a 2 gr/dl.

Figura 2. Vista intraquirurgica del caso no 6. Se pueden observar las uniones condrocostales seccionadas ( ). La pleura aparece engrosada por la irritación del quilo (flecha roja)

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Al haber eliminado la Fig. 3 hemos renumerado de ahí en adelante. Por favor tenerlo en cuenta en vuestra revisión por si nos hubiéramos equivocado, o apareciese en el texto escrito alguna referencia a dicha imagen que no hemos localizado
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En esta la calidad no es muy buena, pero mehor no puede salir
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da con el quilotórax. Además en los casos 1 y 2 tuvi-mos la posibilidad de realizar la necropsia pasados 8 y 7 años, respectivamente, de la cirugía, evidenciando la integridad del epiplón a través del diafragma (Fig. 5). Los 2 casos más recientes llevan más de un año de seguimiento con evolución favorable (Tabla 3).

DiscusiónEl quilotórax ha sido descrito en humanos, perros,

gatos y ratas.16,17 Es una patología poco frecuente y casi siempre idiopática.1,3-5

La acumulación de quilo en el espacio pleural se debe a una fuga del mismo a nivel del CT o de sus ramas, antes de alcanzar las anastomosis linfaticove-nosas. 3,18 La pérdida de quilo ocurre principalmente por la distensión del CT, ya que la rotura del mismo es infrecuente.18

No existe una predisposición relacionada con la edad, peso o sexo del animal.6 Un estudio destacó el Afgano y el Shiba Inu como razas más afectadas.6 El promedio de edad de los 6 casos fue de 5.2 años, 4 hembras y 2 machos.

Entre las causas más frecuentes de quilotórax se des-criben neoplasias (tumores invasivos, timomas, linfo-

sarcomas mediastínicos), problemas cardiovasculares (fallo congestivo derecho, cardiomiopatías, displasia tricúspide, efusión pericárdica, hipertensión veno-sa, trombosis en la vena cava craneal), dirofilariosis, infecciones fúngicas, granuloma por blastomicosis, hipertensión linfática, linfagiectasia intestinal, hernia diafragmática, torsión de lóbulo pulmonar, anomalías congénitas y traumatismos.1,5,6,18-24 Sin embargo, en la mayoría de los quilotórax del perro se desconoce la causa y se clasifican como idiopáticos, como se con-cluye en un estudio retrospectivo de 34 perros en los que 24 fueron clasificados así.25 Los tumores son la causa más común de quilotórax en humanos, mientras que en un estudio de 50 perros con el mimso proble-ma, sólo se diagnosticó origen neoplásico en 11 casos (22%).18

En el momento de la consulta todos los animales presentaban sintomatología propia de un derrame torácico, que se diagnostica por el examen físico del perro, radiografías torácicas y ecografía.5

El líquido recogido por toracentesis es de color blan-co lechoso y puede variar en función de la existencia de hemorragia, del carácter crónico de la lesión y del por-centaje de la grasa de la dieta. Por el aspecto macroscó-

Tabla 3. Datos de las características de los animales, periodo de tratamiento médico previo al tratamiento quirúr-gico, tipo de cirugía torácica, tiempo de seguimiento postoperatorio y evolución

CASO RAZA EDAD(años) SEXO PESO

(Kgrs.)TRATAMIENTOMÉDICO (días)

CIRUGÍATORÁCICA

TIEMPOSEGUIMIENTO EVOLUCIÓN

1 Chow-Chow 3 H 28 31 E. M. 8 años Excelente

2 Rotweiller 4 H 43 23 E. M. 7 años Excelente

3 Bullmastiff 2 M 59 17 E. M. 6.6 años Excelente

4 Pastor Alemán 9 H 38 21 E. M. 1 mes Eutanasia

5 Golden Retriever 8 H 41 16 T. P. 2 años Excelente

6 Cruce P. Alemán 5 M 35 18 T. P. 1.5 años Excelente

H: hembra, M: macho, E.M.: esternotomía media, T.P: toracotomía paracostal.

Figura 4. Detalle de la sutura del epiplón a mediastino craneal mediante sutura absorbible (flechas)

Figura 5. Lesiones Imagen de la necropsia del caso no 2 a los 7 anos de la cirugía. Se puede observar la viabilidad del epiplón a través del diafragma (flechas)

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pico se puede confundir con un piotórax e incluso con trasudados crónicos (pseudoquilo).6 El método más fiable para saber si el derrame torácico corresponde a quilo, es determinar la concentración de triglicéridos y colesterol del derrame torácico y del suero sanguíneo obtenidos simultáneamente: el contenido de triglicéri-dos del derrame quiloso es superior al del suero y sus niveles de colesterol más bajos. El cociente colesterol/triglicéridos en el derrame torácico quiloso es en todos los casos inferior a uno y las proteínas totales supe-ran los 2 g/dl. Citológicamente existe un predominio de linfocitos, que pueden acompañarse de células mesoteliales, eritrocitos, neutrófilos no degenerados y macrófagos.5,21,26 Considerando estos criterios, los seis casos presentados correspondían a derrame quiloso.

Una vez drenado el tórax se debe repetir el estudio por imagen para descartar la presencia de masas torá-cicas u otras patologías. Es frecuente la presencia de pleuritis fibrosa y lóbulos atelectásicos, que se pueden confundir con una neoplasia pulmonar o con torsión de lóbulos pulmonares.19 La TC es de gran ayuda para un diagnóstico más preciso y descartar patologías subyacentes que no serían evidentes con las radiogra-fías torácicas. Se realizó en los dos últimos casos, y en el caso nº 5 nos permitió descartar una torsión del ló-bulo pulmonar.

En todos los pacientes se empezó por un tratamiento conservador consistente en: toracocentesis periódicas, dietas con poca grasa y benzopireno. Las toracocen-tesis repetidas producen un efecto metabólico impor-tante por la pérdida de grasas, proteínas, electrolitos y disminución de linfocitos que puede conducir a un proceso inmunosupresor.4,9 La sepsis es poco frecuen-te, debido al efecto bacteriostático de los ácidos gra-sos.25

Las dietas bajas en grasas reducen el contenido en lí-pidos del quilo, lo que permite una absorción más fácil por la pleura, pero no reducen el volumen del mismo, por lo que se cuestiona su validez.8

Los medicamentos a base de benzopireno basan su acción en reducir la permeabilidad de los vasos e in-crementar la actividad fagocitaria, pero se cuestiona su eficacia clínica.1,8,9 Tampoco el uso de furosemida y corticoides se han mostrado eficaces en el tratamiento del quilotórax idiopático.9

Algunos autores recomiendan optar por tratamien-to quirúrgico si el quilotórax persiste más de 10 días,4 mientras que otros consideran que el tratamiento conservador debe mantenerse 3-4 semanas antes de realizar la cirugía.8,27 La opción quirúrgica debe ser una decisión individualizada en función de la canti-dad de líquido drenado y del deterioro del paciente.3 Siguiendo este criterio, y al no mejorar con el trata-miento conservador, optamos por intervenir quirúrgi-camente los 6 casos presentados.

Se han propuesto un gran número de técnicas qui-rúrgicas y combinación de las mismas para el trata-miento del quilotórax idiopático.

La ligadura de CT descrita en Medicina Humana en 1958, ha sido la técnica más utilizada para el trata-

2015, Vol. 35 nº1

miento del quilotórax idiopático en el perro.8,9 El obje-tivo es ocluir el CT y sus ramas a la entrada del tórax para promover la formación de conexiones linfáticove-nosas alternativas extrapleurales y evitar el goteo de quilo a nivel intratorácico.3,8 La dificultad viene dada por el hecho de que se deben identificar y ligar todas las ramas del CT, ya que existe una gran variedad ana-tómica individual.3,4,8 Para la identificación intraope-ratoria del CT y sus ramas se puede recurrir a una lin-fangiografía mesentérica o a la punción percutánea del linfonodo poplíteo mediante azul de metileno.2,6 Otra opción es la punción de un ganglio mesentérico loca-lizado mediante laparoscopia o mediante ecografía.5 La punción de un ganglio linfático en sustitución de la linfangiografía mesentérica sólo permite visualizar el CT en un 60% de los casos.11

Estudios retrospectivos citan un alto porcentaje de fracasos (50% en el perro y 79% en el gato), con la liga-dura del CT o sus ramas.4,8,9,11

La ligadura en bloque del CT evita la linfangiografía y reduce el tiempo quirúrgico. Debe incluir todas las estructuras dorsales a la aorta, comprendiendo la vena ácigos y ocasionalmente ramas aberrantes del CT, evi-tando el tronco simpático.4,8-10

La omentalización intratorácica ha sido descrita como tratamiento único para el quilotórax idiopático con buenos resultados; Williams y Niles describen un caso que, ante la imposibilidad de identificar y ligar el CT, deciden utilizar epiplón como drenaje fisiológico tunelizando el diafragma y anclándolo en el mediasti-no craneal4 y LaFond lo realiza en un gato con quilotó-rax idiopático y pleuritis constrictiva.15

Los animales con quilotórax tienen pericarditis y en-grosamiento del pericardio, por lo que algunos autores proponen la pericardiectomía para mejorar las condi-ciones hemodinámicas.11 La pericardiectomía como tratamiento único para resolver el quilotórax idiopáti-co en el perro no ha dado buenos resultados.11,13

Stewart combina la ligadura en bloque del CT con la omentalización, sin complicaciones relacionadas con la cirugía, pero los tiempos de supervivencia fueron cor-tos: 209 días en gatos y 211 en perros.14

Adrega, en un estudio retrospectivo de 11 perros, combina la ligadura del CT con pericardiectomía sub-frénica, practicándoles además a 8 de ellos omentali-zación torácica. Los resultados a largo plazo fueron mejores en los que se sometieron a omentalización.11

Contrariamente, Bussadori concluye en una serie de 9 perros y 4 gatos que, la adición de la omentalización torácica a la ligadura en bloque del CT y la pericardiec-tomía subfrénica, no mejora los resultados.12

Otros tratamientos alternativos propuestos son: la comunicación pleuro-peritoneal y la pleurovenosa que mediante un catéter desvía el derrame pleural al ab-domen o al sistema venoso;6,8,28 la exéresis de la cister-na quilosa combinada con la ligadura del CT29 o con pericardiectomía;30 la embolización del CT mediante cianocrilato31 y la pleurodesis química mediante talco o tetraciclinas para fusionar la pleura visceral y pa-rietal.8

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Chylothorax consists in the accumulation of chyle in the pleural space. In the dog, it is usually idiopathic and conservative treatment is rarely useful. Several surgical options have been reported with variable results. Six clinical cases of dogs affected by idiopathic chylothorax with no response to conservative therapy and treated with surgery are described. In these dogs, the omentum was used as a physiological drainage in combination with a subphrenic pericardiectomy. A toracotomy and laparatomy were performed to advance the omentum through the diaphragm and fix it in the cranial mediastinum. The aim of this procedure is to drain the chyle accumulated in the thoracic cavity towards the abdomen. A common finding in patients with chylothorax is the thickening of the pericardium, so pericardiectomy was carried out at the same time. The follow-up times were extended up to 7.2 years in the first three cases and all of them died from causes not related to the chylothorax. The fourth one was euthanized because of the persistent effusion and the last two keep a good quality of life, more than a year after the surgery. In conclusion, the evolution was favourable in five of the six cases.

Summary

Nuestra opción quirúrgica fue combinar la omenta-lización con la pericardiectomía subfrénica, sin ligar el CT, ya que nuestras experiencias anteriores de localizar y ligar el CT o sus ramas no habían sido satisfactorias.

La anestesia y la monitorización se realizaron si-guiendo los protocolos de cirugía torácica, con especial énfasis en la analgesia, ya que la toracotomía es una cirugía muy dolorosa y un manejo inadecuado del do-lor puede provocar retraso en la cicatrización, mayor susceptibilidad a infecciones, arritmias y alteraciones en el ritmo respiratorio, que pueden provocar atelecta-sias pulmonares.32,33

La pericarditis, especialmente la de tipo constrictiva, puede inducir quilotórax al incrementar la presión ve-nosa central y ralentizar el paso del quilo al sistema venoso.11,13 Recíprocamente, la presencia de quilotórax puede provocar pericarditis y fibrosis del pericardio, por lo que algunos autores proponen la pericardiec-tomía como tratamiento coadyuvante en el quilotórax idiopático. En todos los casos realizamos una pericar-diectomía parcial, por debajo del nervio frénico.11,12 Los parámetros hemodinámicos no varían después de una pericardiectomía.11

Para acceder al tórax, en los 4 primeros casos realiza-mos una esternotomía por la línea media ue cerramos mediante hilo metálico de 0,8 mm en sentido craneo-caudal y sin apretar las suturas hasta no haberlas pasa-do todas. Es importante respetar dos o tres esternebras, tanto de la porción craneal como caudal, para reducir el dolor postoperatorio y evitar el desplazamiento de las mismas durante el periodo de cicatrización.33 La es-ternotomía media permite una buena visualización de ambos hemitórax.33

En los dos últimos casos sustituimos la esternotomía por una toracotomía paracostal derecha, siguiendo las uniones costocondrales desde el quinto al noveno es-pacio intercostal. Para el cierre usamos nailon con un patrón cruzado que englobe la costilla y la esternebra. El cambio fue debido a que consideramos que la tora-cotomía paracostal es menos agresiva que la estereoto-mía, la cual se relaciona con un alto índice de compli-caciones postoperatorias.33

En los 6 casos encontramos engrosamiento del peri-cardio, derrame pericárdico y fibrosis de la pleura, más evidente cuanto más crónico era el problema. Estos ha-

llazgos se relacionan con el carácter irritativo del quilo, las toracocentesis repetitivas y la presencia de drena-jes torácicos.15,34 En ningún caso encontramos pleuritis constrictiva, descrita por algunos autores, que hiciera necesaria la decorticación de la pleura.15 En el caso nº6 había adherencias entre el pericardio y el lóbulo pul-monar craneal derecho.

Mediante una laparotomía reducida localizamos el epiplón. Es importante un manejo cuidadoso del mis-mo, que se pasa a través del diafragma y se sutura al mediastino craneal. Debe evitarse su torsión y que las suturas no interfieran la vascularización del mismo.35

La omentalización torácica también se puede hacer mediante aspiración del epiplón a partir de la incisión del diafragma, evitando la laparotomía.12

Es conocida la amplia capacidad de drenaje y de cica-trización que tiene el epiplón gracias a su tejido linfoi-de; además, es una fuente de macrófagos, linfocitos y células mesoteliales.36 Se ha utilizado en el tratamiento de abscesos prostáticos, drenaje de quistes, reconstruc-ción de espacios muertos, curación de heridas crónicas o extensas y en cirugía vascular y gastrointestinal.35,37,38 Se desconoce con certeza como actúa el epiplón en la omentalización torácica. Se cree que las propiedades angiogénicas y de adhesión del mismo estimulan el cierre de las pérdidas de quilo y promueven la forma-ción de drenaje linfáticovenoso.35

Dado el gran número de técnicas descritas para el tratamiento quirúrgico del quilotórax idiopático en el perro, es difícil decidir que combinación es la mejor. Al ser una patología poco frecuente las series de animales tratados son generalmente de número reducido.12 Por otra parte, los periodos de seguimiento descritos en la bibliografía después de la cirugía suelen ser cortos, la mayoría entre 6 y 20 meses.8,11

Aunque el número de casos descritos en nuestro es-tudio es reducido, el tiempo de seguimiento postope-ratorio es largo en los tres primeros casos (7.2 años) demostrando la validez de la técnica a largo plazo.

La técnica descrita puede ser una alternativa válida en el tratamiento quirúrgico del quilotórax idiopático del perro, aunque se necesitan estudios más amplios para poder evaluar su eficacia clínica y poderlo com-parar con otras técnicas usadas actualmente.

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2015, Vol. 35 nº1

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Fuente de financiación: este trabajo no se ha realizado con fondos comerciales, públicos o del sector privado.Conflicto de intereses: los autores declaran que no existe conflicto de intereses.

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No recuedro si habíais incluido estas frases en el word, pero es simplemente saber si estáis de acuerdo con ellas o si preferís mdificarlas
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