431

Click here to load reader

Obra Logico Semiotica - Charles S. Peirce

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Filosofía

Citation preview

  • LGICO |SEMITICA

    CHARLES S. PEIRCE

    TAURUS COMUNICACIN

  • OBRA LGICO-SE1VHTICA

    4COLECCIN

    NOESIS DE COMUNICACIN

  • OBRA. LGKCO-SEMITICA.

    4COLECCIN

    NOESIS DE COMUNICACIN

  • COLECCIN NOESIS DE COMUNIC-'ACIJVDirigida por Manuel Alar/in Serrano

    l. La opinin y la multitud, por Gabriel Tarde.

    2. Conducta y comunicacin, por Charles E. Osgood.

    3. La creacin cientfica, por Abraham A. Moles.

    4. Obra lgico-semitica, por Charles S. Peirce.

    5. La grfica y el tratamiento grfico de la informacin, porJacques Bertin.

    6. Escritos sobre prensa, periodismo y comunicacin, por KarlMarx y Friedrich Engels.

    CHARLES S. PEIRCE

    o RALGICO-SEMITICA

    Edicin deARMANDO SERCOVICH

    Versin castellana deRAMN ALCALDE

    . Y MAURICIO PRELOOKER

    taurus

    T

  • COLECCIN NOESIS DE C01\;JUNICACINDirigida por Manuel Martin Serrano

    1. La opinin y la multitud, por Gabriel Tarde.

    2. Conducta y comunicacin, por Charles E. Osgood.

    3. La creacin cientfica, por Abraham A. Moles.

    4. Obra lgico-semitica, por Charles S. Peirce.

    5. La grfica y el tratamiento grfico de la informacin, porJacques Bertin.

    6. Escritos sobre prensa, periodismo y comunicacin, por KarlMarx y Friedrich Engels.

    CHARLES S. PEIRCE

    o ALGICO-SEMITICA

    Edicin deARMANDO SERCOVICH

    Versin castellana deRAMN ALCALDE

    . Y MAURICIO PRELOOKER

    taurus

    T

  • Maqueta de cubierta:ALCORTA/MARQuil'lEZ

    El profesor Ramn ALCALDE tradujo los captulos 2 y 3 dellibro 11, y la seccin 3 del capitulo 6 del libro IV de losCollected Papers, mientras que el profesor Maurcio PRE-

    LOOKER tradujo el resto del material.

    1987, ALTEA, TAURUS, ALFAGUARA, S. A. TAURUS EDICIONES

    Prncipe de Vergara, 81, 1.0 - 28006 MADRIDISBN: 84-306-6004-6

    Depsito Legal: M. 1.435-1987PRINTED IN SPAIN

    INTRODUCCIN

    La palabra o signo que el hombre usa es el hombremismo.

    Ch. S. PEIRCE

    El pensamiento semitico de Peirce, organizado a lo largo decasi treinta aos, se desarrolla en una sucesin compleja de rela-ciones conceptuales subtendida por puntos de apoyo categorialesque permiten la exfoliacin necesaria, en este caso, para recorreruna significativa parte de su territorio lgico; tomemos entoncesel diamante y el escoplo y demos el primer golpe: nos encontra-mos, de pronto, ante una exigencia del propio Peirce respecto denuestro instrumento, pues l mismo fue particularmente cuida-doso en cuanto a la determinacin del sentido en que deban serinterpretadas sus palabras. Su trabajo La Etica de la Termino-loga, publicado en 1903, es suficientemente claro en este pun-to: ... estas razones incluiran, en primer lugar, la consideracinde que los smbolos son la urdimbre y la trama de toda investiga-cin y de todo pensamiento, y que la vida del pensamiento y dela ciencia es la vida inherente a los smbolos; por tanto, no esacertado afirmar slo que el lenguaje es importante para el buenpensamiento, porque es parte de su misma esencia (2.220) l.Ahora bien, si el lenguaje es constitutivo del pensamiento, c-

    1 Las cifras entre parntesis remiten al nmero de pargrafo correspondientea la confusa y parcial edicin de los trabajos filosficos y lgicos de Peirce, reali-zada por el Departamento de Filosofia de la Universidad de Harvard en 1931,reeditada hasta hoy sin modificaciones y la nica conocida en lengua inglesa has-ta estos momentos, en que comienzan a difundirse los tres primeros volmenesde la ambiciosa Peirce Edition Proyect, de la Universidad de Indiana, dirigidapor el profesor Christian J. W. Kloesel con la colaboracin del profesor Max H.Fish.

    7

  • Maqueta de cubierta:ALcORTA/MARQUtNEZ

    El profesor Ramn ALCALDE tradujo los captulos 2 y 3 dellibro 11, Y la seccin 3 del capitulo 6 del libro IV de losCollected Papers, mientras que el profesor Mauricio PRE-

    LKER tradujo el resto del material.

    1987, ALTEA, TAURUS, ALFAGUARA, S. A. TAURUS EDICIONES

    Prncipe de Vergara, 81, 1.0 - 28006 MADRIDISBN: 84-306-6004-6

    Depsito Legal: M. 1.435-1987PRINTED IN SPAIN

    INTRODUCCIl"j

    La palabra o signo que el hombre usa es el hombremismo.

    Ch. S. PEIRCE

    El pensamiento semitico de Peirce, organizado a lo largo decasi treinta aos, se desarrolla en una sucesin compleja de rela-ciones conceptuales subtendida por puntos de apoyo categorialesque permiten la exfoliacin necesaria, en este caso, para recorreruna significativa parte de su territorio lgico; tomemos entoncesel diamante y el escoplo y demos el primer golpe: nos encontra-mos, de pronto, ante una exigencia del propio Peirce respecto dnuestro instrumento, pues l mismo fue particularmente cuida-doso en cuanto a la determinacin del sentido en que deban serinterpretadas sus palabras. Su trabajo La Etica de la Termino-loga, publicado en 1903, es suficientemente claro en este pun-to: ... estas razones incluiran, en primer lugar, la consideracinde que los smbolos son la urdimbre y la trama de toda investiga-cin y de todo pensamiento, y que la vida del pensamiento y dela ciencia es la vida inherente a los smbolos; por tanto, no esacertado afirmar slo que el lenguaje es importante para el buenpensamiento, porque es parte de su misma esencia (2.220) l.Ahora bien, si el lenguaje es constitutivo del pensamiento, c-

    1 Las cifras entre parntesis remiten al nmero de pargrafo correspondientea la confusa y parcial edicin de los trabajos filosficos y lgicos de Peirce, reali-zada por el Departamento de Filosofa de la Universidad de Harvard en 1931,reeditada hasta hoy sin modificaciones y la nica conocida en lengua inglesa has-ta estos momentos, en que comienzan a difundirse los tres primeros volmenesde la ambiciosa Peirce Edition Proyect, de la Universidad de Indiana, dirigidapor el profesor Christian J. W. Kloesel con la colaboracin del profesor Max H.Fish.

    7

  • 1110 representarnos esta vida simblica y su funcionamiento?Creemos llegar aqu al corazn mismo de toda su problemtica,al lugar que sirve de apoyo a su edificio lgico: el concepto de re-presentacin. Peirce responde ahora a nuestra pregunta transfor-mando nuestra nocion de representacin en un concepto cientfi-co: ... debo comenzar el examen de la representacin definin-dola con un poco ms de exactitud. En primer lugar, en cuanto ami terminologa, limito la palabra representacin a la operacinde un signo o a su relacin con el objeto para el intrprete de larepresentacin. Al sujetar concreto que representa lo llamo unsigno o un representamen (1.540). Peirce transforma as unanocin cotidiana o una categora filosfica en un concepto lgicosustituyendo una visin didica por una concepcin tridica de larepresentacin. Y el tridente que utiliza para despejar viejos tr-minos filosficos como la fantasa (intelectual o sensible) enAristteles, la impresin de los estoicos, la repraesentatio oel phantasma de los escolsticos, la imaginacin de Descar-tes, la aprehensin sensible de Spinoza, la correspondenciade Leibniz, la aprehensin general de Kant hasta llegar porpropia gravitacin a la Vorstellung sustancialista queWolff in-trodujo en la lengua filosfica alemana, se muestra como su ob-jefa terico por excelencia. En sus propios trminos la lgica osemitica ... es simplemente la ciencia de lo que debe ser la re-presentacin verdadera... . ... Es, en suma, la filosofa de la re-presentacin (1.539).

    Peirce define as a la lgica, en sentido amplio, como una se-mitica general que trata no slo de la verdad, ... sino tambinde las condiciones generales de los signos en tanto tales (lo queDuns Escoto llam grammatica speculativa), de las leyes de evo-lucin del pensamiento, lo cual como coincide con el estudio delas condiciones necesarias de la transmisin del signficado pormedio de signos ... , me contento con denominarla lgica objetivaporque transmite la idea correcta de que es como la lgica de He-gel (1.444). Pero el objeto de investigacin de su lgica objeti-va (que tambin denomina rhetorica speculativa) y el de lagrammatica speculativa es, en esencia, el mismo -el sujeto entanto signo-, dado que para Peirce los pensamientos son sig-nos, la mente es un signo y, en definitiva, el hombre mismo es unsigno: ... no existe ningn elemento de la conciencia del hombreque no tenga algo que le corresponda en la palabra; y la razn esobvia. Es que la palabra o signo que el hombre usa es el hombremismo. Porque el hecho de que todo pensamiento es un signo,

    8

    junto con el hecho de que la vida es una corriente de pensamien-to, prueba que el hombre es un signo ... 2.En otros contextos Peirce denomina gramtica pura a la

    grammatica speculativa (asignndole el cometido de determinarqu es lo que debe ser cierto del signo o del representarnen paraque pueda encarnar algn significado), llama lgica propiamentedicha (o bien lgica exacta) a la ciencia de lo que es cuasi-necesa-riamente verdadero de los representmenes para que puedan servlidos para algn objeto, o sea, verdaderos, y distingue una ter-cera rama de estudio semitico, la retrica pura, que debe deter-minar las leyes mediante las cuales un signo da nacimiento a otrosigno y un pensamiento a otro pensamiento. La consecuenciams relevante de esta propuesta es la unificacin semitica de lascondiciones de verdad de los signos respecto de sus objetos y lascondiciones de engendramiento de los mismos. Su triedro con-ceptual dice de la coextensividad existente entre una semnticaextensional y una semntica intensional, si las entendemos, res-pectivamente, como una teora de la referencia y una teora de lasignificacin. Peirce posterga esta oposicin, propuesta en el do-minio semitico por algunos investigadores actuales 3. Recorde-mos que para Emile Benveniste la referencia es parte integrantede. la enunciacin 4. Para Peirce, la referencia es inconcebiblesin la operacin tridica de la representacin.

    La estrecha correlacin existente entre las tres ramas de la se-mitica de Peirce y la comunidad de su problemtica deriva deque las mismas son consecuencia del hecho de que cada signo orepresentamen est simultneamente relacionado con tres instan-cias: su Interpretante, su ground o Fundamento y su Objeto:... un signo tiene, como tal, tres referencias: en primer lugar esun signo para algn pensamiento que lo interpreta; en segundolugar, es un signo de algn Objeto al que equivale en ese pensa-miento; en tercer lugar, es un signo en cierto aspecto o carcter,que lo conecta con su Objeto>.

    Esta triple relacin del signo como sujeto de toda representa-cin deja de lado la distincin entre lo tautolgico y lo heterol-gico, punto en que Peirce retoma a Spinoza; dicho en otros tr-

    2 Sorne Consequences of Four Incapacities, Journal of Speculative Philo-sophy, 1868.

    3 CL Urnberto Eco, Tratado de Semitica General, Ed. Lurnen, 1977.4 Ernile BENVENISTE, El aparato formal de la enunciacin, Ed. Siglo Vein-

    tiuno, 1973.5 Id. (2). La cursiva es nuestra.

    9

    Javier Camacho

    Javier Camacho

  • mo representarnos esta vida simblica y su funcionamiento?Creemos llegar aqu al corazn mismo de toda su problemtica,al lugar que sirve de apoyo a su edificio lgico; el concepto de re-presentacin. Peirce responde ahora a nuestra pregunta transfor-mando nuestra nocin de representacin en un concepto cientfi-co: ... debo comenzar el examen de la representacin definin-dola con un poco ms de exactitud. En primer lugar, en cuanto ami terminologa, limito la palabra representacin a la operacinde un signo o a su relacin con el objeto para el intrprete de larepresentacin. Al sujeto' concreto que representa lo llamo unsigno o un representamen (1.540). Peirce transforma as unanocin cotidiana o una categora filosfica en un concepto lgicosustituyendo una visin didica por una concepcin tridica de larepresentacin. Y el tridente que utiliza para despejar viejos tr-minos filosficos como la fantasa (intelectual o sensible) enAristteles, la impresin de los estoicos, la repraesentatio oel phantasma de los escolsticos, la imaginacin de Descar-tes, la aprehensin sensible de Spinoza, la correspondenciade Leibniz, la aprehensin general de Kant hasta llegar porpropia gravitacin a la Vorstellung sustancialista que Wolff in-trodujo en la lengua filosfica alemana, se muestra como su ob-jeto terico por excelencia. En sus propios trminos la lgica osemitica ... es simplemente la ciencia de lo que debe ser la re-presentacin verdadera... . ... Es, en suma, la filosofa de la re-presentacin (1.539).

    Peirce define as a la lgica, en sentido amplio, como una se-mitica general que trata no slo de la verdad, ... sino tambinde las condiciones generales de los signos en tanto tales (lo queDuns Escoto llam grammatica speculativa), de las leyes de evo-lucin del pensamiento, lo cual como coincide con el estudio delas condiciones necesarias de la transmisin del significado pormedio de signos ... , me contento con denominarla lgica objetivaporque transmite la idea correcta de que es como la lgica de He-gel (1.444). Pero el objeto de investigacin de su lgica objeti-va (que tambin denomina rhetorica speculativa) y el de lagrammatica speculativa es, en esencia, el mismo -el sujeto entanto signo-, dado que para Peirce los pensamientos son sig-nos, la mente es un signo y, en definitiva, el hombre mismo es unsigno: ... no existe ningn elemento de la conciencia del hombreque no tenga algo que le corresponda en la palabra; y la razn esobvia. Es que la palabra o signo que el hombre usa es el hombremismo. Porque el hecho de que todo pensamiento es un signo,

    8

    junto con el hecho de que la vida es una corriente de pensarnien-to, prueba que el hombre es un signo ... 2.

    En otros contextos Peirce denomina gramtica pura a lagrammatica speculativa (asignndole el cometido de determinarqu es lo que debe ser cierto del signo o del representamen paraque pueda encarnar algn significado), llama lgica propiamentedicha (o bien lgica exacta) a la ciencia de lo que es cuasi-necesa-riamente verdadero de los representmenes para que puedan servlidos para algn objeto, o sea, verdaderos, y distingue una ter-cera rama de estudio semitico, la retrica pura, que debe deter-minar las leyes mediante las cuales un signo da nacimiento a otrosigno y un pensamiento a otro pensamiento. La consecuenciams relevante de esta propuesta es la unificacin semitica de lascondiciones de verdad de los signos respecto de sus objetos y lascondiciones de engendramiento de los mismos. Su triedro con-ceptual dice de la coextensividad existente entre una semnticaextensional y una semntica intensional, si las entendemos, res-pectivamente, como una teora de la referencia y una teora de lasignificacin. Peirce posterga esta oposicin, propuesta en el do-minio semitico por algunos investigadores actuales 3. Recorde-mos que para Emile Benveniste la referencia es parte integrantede. la enunciacin 4. Para Peirce, la referencia es inconcebiblesin la operacin tridica de la representacin.

    La estrecha correlacin existente entre las tres ramas de la se-mitica de Peirce y la comunidad de su problemtica deriva deque las mismas son consecuencia del hecho de que cada signo orepresentamen est simultneamente relacionado con tres instan-cias: su Interpretante, su ground o Fundamento y su Objeto:... un signo tiene, como tal, tres referencias: en primer lugar esun signo para algn pensamiento que lo interpreta; en segundolugar, es un signo de algn Objeto al que equivale en ese pensa-miento; en tercer lugar, es un signo en cierto aspecto o carcter,que lo conecta con su Objeto 5.

    Esta triple relacin del signo como sujeto de toda representa-cin deja de lado la distincin entre lo tautolgico y lo heterol-gico, punto en que Peirce retoma a Spinoza; dicho en otros tr-

    2 Sorne Consequences of Four Incapacities, Journal of Speculative Philo-sophy, 1868.

    3 CL Urnberto Eco, Tratado de Semitica General. Ed. Lurnen, 1977.4 Ernile BENVENISTE, El aparato formal de la enunciacin, Ed. Siglo Vein-

    tiuno, 1973.5 Id. (2). La cursiva es nuestra.

    9

    Javier Camacho

    Javier Camacho

    Javier Camacho

  • minos, todo sujeto de representacin es tauto-heterolgico: es loque es y dice de lo que no es. La remisin a los otros signos, alos pensamientos y a los objetos queda subsumida a la ternariarelacin representacional, que deriva del concepto inicial de ope-racin de un signo o triple asignacin necesaria de cualquier re-presentamen.

    Si tomamos la definicin de la lgica como ... ciencia gene-ral ele la relacin de los smbolos con sus objetos 6, retomadapor nuestro autor en distintos contextos, la gramtica pura (rela-jacin de un signo con interpretantes) se vera subordinada ala lgica objetiva (el signo en relacin con su objeto). De todasmaneras, el predominio de la gramtica, la lgica o la rethoricaes siempre relativo y su relacin de interdependencia genuina, esdecir, necesariamente tridica, frente a las relaciones denomina-das por Peirce degeneradas (aquellas en que es posible aislar da-das).

    En su carta a Lady Viola Welby, del 14 de diciembre de 1908,Peirce aclara lo que entiende por objeto: ... uso el trmo "obje-to" en el sentido en que objectum se hizo por primera vez sustan-tivo en el siglo XIII; y cuando uso la palabra sin agregar "de"qu estoy hablando del objeto, entiendo cualquier cosa que sepresenta ante el pensamiento en cualquiera de los sentidos usua-les... ... no hago ningn contraste entre Sujeto y Objeto, ymucho menos hablo de "subjetivo y objetivo" en las diversas va-riedades de sentidos alemanes que, a mi entender, hicieron proli-ferar malas filosofas, sino que uso "sujeto" como correlativode "predicado" y hablo slo de los "sujetos" de esos signos quetienen una parte que, por separado, indica cul es el objeto delsigno. Pero entonces, a qu alude el signo, qu nombra, cules su suppositum'I, ... sin duda, la cosa externa, cuando se pien-sa en una cosa externa real. Pero, aun as, como el pensamientoest determinado por un pensamiento anterior del mismo objeto,se refiere solamente a la cosa por denotar este pensamiento pre-vio 7.

    Queda aqu en claro la ntima relacin en que entra paraPeirce la referencia a los objetos empricos -uno de los mlti-ples casos de denotacin-, con el proceso de remisin perma-

    6 Id. (2).7 La cursiva es nuestra.

    la

    nente de unos signos a otros. Es ms, no sera, a su juicio, posi-ble la relacin didica entre un signo y su objeto sin la inclusinde una terceridad como mediacin, lo que se desprende de unade sus definiciones del signo: Un Signo es un Primero que esten tal relacin tridica genuina con un Segundo, llamado Obje-to, como para ser capaz de determinar a un Tercero, llamado suInterpretante, a asumir con su Objeto la misma relacin tridica. en la que l est con el mismo Objeto (2.274). Respecto de losobjetos, Peirce aclara, en numerosos pasajes de su obra, quepueden ser perceptibles, slo imaginables, o an inimaginablesen un cierto sentido. Adems, la condicin ele que un Signo debaser distinto de su Objeto es arbitraria segn su parecer, al menosen el caso de un signo que es parte de otro signo: ... nada impi-de a un actor que desempea un papel en un drama histricousar como "utilera" teatral la mismsima reliquia que se suponeque solamente est representada... ... si el mapa de una isla sedeposita en el suelo de la misma, debe haber, en circunstanciasordinarias, una posicin o punto, est ste marcado en el mapa ono lo est, que represente exactamente ese mismo punto del ma-pa ... . En diferentes momentos de su extenssima produccinPeirce retoma el punto de diferentes maneras, demostrando suprofundo inters por este difcil camino de la Teora de la Enun-ciacin y de la deixis en general: ... Si un Signo es distinto de suObjeto, debe existir, sea en el pensamiento o en la expresin, al-guna explicacin, algn argumento, algn otro contexto, quemuestre cmo -sobre la base de qu sistema o por qu razo-nes- el Signo representa al Objeto o al conjunto de Objetos aque se refiere (2.230). Es esta la bsqueda que lleva al lgico aproducir su concepto de Interpretante Dinmico, pensamiento-signo u hombre-signo. Slo este sujeto-significante completa unaexplicativa trada genuina y permite un enfoque no dicotmicodel tipo significado-significante, tan caro a la tradicin estoi-ca, a los binarismos, los funcionalismos semiticos y cualquiertipo de positivismo larvado existente en el seno de los esquemasde figurabilidad ms ingenuos. El rechazo saussuriano. de lareferencia (verdadera Verleungung epistemolgica) se definihistricamente en tanto desestimacin de la Ley como Terceri-dad en el nacimiento mismo de la ciencia lingstica. La luchade Lacan contra la Lingstica sin sujeto fue, en parte, un efectonecesario del estatuto de simple anmica que Saussure otorgal problema de la denotacin. La triadomania de Peirce es co-rrelativa del advenimiento de un nuevo paradigma (Kuhn),

    11

    Javier Camacho

    Javier Camacho

    Javier Camacho

  • minos, todo sujeto de representacin es tauto-heterolgico: es loque es y dice de lo que no es. La remisin a los otros signos, alos pensamientos y a los objetos queda subsumida a la ternariarelacin representacional, que deriva del concepto inicial de ope-racin de un signo o triple asignacin necesaria de cualquier re-presentamen.

    Si tomamos la definicin de la lgica como ... ciencia gene-ral de la relacin de los smbolos con sus objetos 6, retomadapor nuestro autor en distintos contextos, la gramtica pura (rela-jacin de un signo con su interpretantes) se vera subordinada ala lgica objetiva (el signo en relacin con su objeto). De todasmaneras, el predominio de la gramtica, la lgica o la rethoricaes siempre relativo y su relacin de interdependencia genuina, esdecir, necesariamente tridica, frente a las relaciones denomina-das por Peirce degeneradas (aquellas en que es posible aislar da-das).

    En su carta a Lady Viola Welby, del 14 de diciembre de 1908,Peirce aclara lo que entiende por objeto: ..; uso el trmo "obje-to" en el sentido en que objectum se hizo por primera vez sustan-tivo en el siglo XIII; y cuando uso la palabra sin agregar "de"qu estoy hablando del objeto, entiendo cualquier cosa que sepresenta ante el pensamiento en cualquiera de los sentidos usua-les... ... no hago ningn contraste entre Sujeto y Objeto, ymucho menos hablo de "subjetivo y objetivo" en las diversas va-riedades de sentidos alemanes que, a mi entender, hicieron proli-ferar malas filosofas, sino que uso "sujeto" como correlativode "predicado" y hablo slo de los "sujetos" de esos signos quetienen una parte que, por separado, indica cul es el objeto delsigno. Pero entonces, a qu alude el signo, qu nombra, cules su suppositum'I, ... sin duda, la cosa externa, cuando se pien-sa en una cosa externa real. Pero, aun as, como el pensamientoest determinado por un pensamiento anterior del mismo objeto,se refiere solamente a la cosa por denotar este pensamiento pre-vio 7.

    Queda aqu en claro la ntima relacin en que entra paraPeirce la referencia a los objetos empricos -uno de los mlti-ples casos de denotacin-, con el proceso de remisin perma-

    6 Id. (2).7 La cursiva es nuestra.

    10

    nente de unos signos a otros. Es ms, no seria, a su juicio, posi-ble la relacin didica entre un signo y su objeto sin la inclusinde una terceridad como mediacin, lo que se desprende de unade sus definiciones del signo: Un Signo es un Primero que esten tal relacin tridica genuina con un Segundo, llamado Obje-to, como para ser capaz de determinar a un Tercero, llamado suInterpretante, a asumir con su Objeto la misma relacin tridica. en la que l est con el mismo Objeto (2.274). Respecto de losobjetos, Peirce aclara, en numerosos pasajes de su obra, quepueden ser perceptibles, slo imaginables, o an inimaginablesen un cierto sentido. Adems, la condicin de que un Signo debaser distinto de su Objeto es arbitraria segn su parecer, al menosen el caso de un signo que es parte de otro signo: ... nada impi-de a un actor que desempea un papel en un drama histricousar como "utilera" teatral la mismsima reliquia que se suponeque solamente est representada... .oo si el mapa de una isla sedeposita en el suelo de la misma, debe haber, en circunstanciasordinarias, una posicin o punto, est ste marcado en el mapa ono lo est, que represente exactamente ese mismo punto del ma-pa... . En diferentes momentos de su extenssima produccinPeirce retoma el punto de diferentes maneras, demostrando suprofundo inters por este difcil camino de la Teora de la Enun-ciacin y de la deixis en general: v.. Si un Signo es distinto de suObjeto, debe existir, sea en el pensamiento o en la expresin, al-guna explicacin, algn argumento, algn otro contexto, quemuestre cmo -sobre la base de qu sistema o por qu razo-nes- el Signo representa al Objeto o al conjunto de Objetos aque se refiere (2.230). Es esta la bsqueda que lleva al lgico aproducir su concepto de Interpretante Dinmico, pensamiento-signo u hombre-signo. Slo este sujeto-significante completa unaexplicativa trada genuina y permite un enfoque no dicotmicodel tipo significado-significante, tan caro a la tradicin estoi-ca, a los binarismos, los funcionalismos semiticos y cualquiertipo de positivismo larvado existente en el seno de los esquemasde figurabilidad ms ingenuos. El rechazo saussuriano. de lareferencia (verdadera Verleungung epistemolgica) se definihistricamente en tanto desestimacin de la Ley como Terceri-dad, en el nacimiento mismo de la ciencia lingstica. La luchade Lacan contra la Lingstica sin sujeto fue, en parte, un efectonecesario del estatuto de simple anmica que Saussure otorgal problema de la denotacin. La triadomana de Peirce es co-rrelativa del advenimiento de un nuevo paradigma (Kuhn),

    11

    Javier Camacho

    Javier Camacho

    Javier Camacho

  • que nace en la semitica como una episteme anacrnica, silencia-da durante casi un siglo en los manuscritos de la Universidad deHarvard. El derrumbe de toda una filosofa de la representa-cin y la elucidacin de la Vorstellung freudiana por Lacan sontemas anticipados por la semitica de Peirce.

    Pero son sus conceptos ms analticos los que nos permitirnavanzar en la comprensin de la crisis de las teoras representa-cionales. Un lugar privilegiado es el que ocupa su concepcin deGround de un signo. Para Peirce el signo est en lugar de suObjeto, pero no en todo los aspectos, sino con respecto a unasuerte de idea, llamada fundamento del signo o del representa-rnen , Aclara que debe entenderse a esta idea en un sentido prxi-rno al del habla cotidiana o como una abstraccin pura, dadoque no se puede entender un acuerdo entre dos cosas salvo en al-gn aspecto 8. Esta abstraccin pura, que constituye una cuali-dad o caracterstica, es el fundamento. La referencia a un ser nopuede prescindir del fundamento, aunque el ser pueda prescindirde l. El concepto se encuentra ya en su ms conocida definicinde signo: Un signo es algo que, para alguien, se refiere a otracosa en algn aspecto o carcter9.Al mentar, llamamos a la cosa a estar dentro de una pala-

    bra; fundamos la cosa, dice Heidegger. El lugar de esa funda-cin es el fundamento de Peirce, all donde se constituye lo sim-blico subjetivo en ese vector que es el signo, matriz, por esomismo, del pensamiento, y engendrador de la cosa en tanto lla-mada a constituirme y a constituirse en un mismo movimiento.Cratilo, hechado por la puerta de Saussure, vuelve a entrar porla ventana de Peirce acompaado por todos sus parientes. Diesache, la cosa en tanto producto de la accin de la Ley del len-guaje, admite en la lengua alemana una aproximacin ms extre-cha al concepto de Peirce de fundamento. El grund es as el ver-dadero arquetipo de das ding. La Sachevorstellung de FreudeS leda por Lacan en el contexto de una reflexin sobre elfunda-mento del signo.El aspecto o carcter a que alude Peirce en su definicin

    rns corriente de signo no constituy motivo de tratamiento te-rico, probablemente porque es el lugar que, por excelencia, exigeuna triple articulacin, una compleja estructura de nudo que re-

    , 8 .S,obre punto, vase Karl R. POPPER, La Lgica de la investigacincientifica, Apndice X, Madrid Ed. Tecnos 1967

    9 Carta a Lady Welby, del 23 de diciembre de i90S. La cursiva es nuestra.12

    siste a los esquemas de figurabilidad ms familiares. Pero la rela-cin del signo con sus denotara entr rpidamente en la lin-gstica de las estructuras con el nombre de funcin referen-cial, mediante una rpida identificacin de los medios de que lalengua dispone para ello: las descripciones definidas, los nom-bres propios, los adjetivos o pronombres demostrativos, los ad-jetivos determinativos, ciertas categoras verbales (shifters), y, engeneral, los dicticos o trminos anafricos o catafricos. Tam-poco la relacin del signo con el alguien encontr escollo in-cluyndose rpidamente en las investigaciones iniciadas por losfilsofos del lenguaje de la escuela de Oxford. Pero el cmulo deerrores tenaces contenidos en la propuesta binarista no dio lugara un pensamiento ternario y, por tanto, la ltima parte de la de-finicin de Peirce fue o bien eliminada o bien sorteada mediantefrmulas de corte empirista del tipo de el signo no puede darcuenta de todos los aspectos de la cosa denotada o los signosson abstracciones y, en consecuencia, reducciones de sus deno-tata. A estas frmulas extractivas de la denotacin se opone enPeirce una forma productiva: el signo no rescata aspectos delobjeto (segn el esquema de red conceptual tan caro al idealis-mo epistemolgico), sino que, para Peirce, a partir de sus rela-ciones con su Interpretante Dinmico (o sea, con el sujetoconcebido como signo), produce su Objeto Inmediato defini-do como ,.. el Objeto tal como es representado por el signomismo y cuyo Ser es, entonces, dependiente de su representacinen aqul (4.530).

    Existen, en consecuencia, indudables semejanzas entre elFundamento y el Objeto Inmediato de un signo: ambosconstituyen transformaciones semiticas que se operan en su in-terior mismo determinando su capacidad referencial. Pero la l-gica de Peirce exige tener en cuenta las diferencias; mientras queel Fundamento es una cualidad o abstraccin y, como tal, perte-nece al registro de la Primeridad, o sea, de aquello que es comoes, sin referencia a ninguna otra cosa, el segundo es un ndice ycorresponde al registro de la Segundidad, es decir, de todo lo quees tal como es respecto de una segunda cosa, por el hecho de quelos ndices mantienen con sus objetos una relacin de hecho:una fotografa es un ndice, pues tuvo que haber existido entre laplaca y el objeto, necesariamente, una contigidad espacio-tem-poral. As, los Objetos Inmediatos son la sustancia del Indicede la cosa contenida en el signo a travs de aqul: es el puro sig-nificante en su sustancia dotada de una forma diferencial res-

    13

    Javier Camacho

    Javier Camacho

  • que nace en la semitica como una episterne anacrnica, silencia-da durante casi un siglo en los manuscritos de la Universidad deHarvard, El derrumbe ele toda una filosofa de la representa-cin y la elucidacin de la Vorstellung freudiana por Lacan sontemas anticipados por la semitica de Peirce.Pero son sus conceptos ms analticos los que nos permitirn

    en la comprensin de la crisis de las teoras representa-cionales, Un lugar privilegiado es el que ocupa su concepcin deGround de un signo. Para Peirce el signo est en lugar de suObjeto, pero no en todos los aspectos, sino con respecto a unasuerte de idea, llamada fundamento del signo o del representa-meno Aclara que debe entenderse a esta idea en un sentido prxi-mo al del habla cotidiana o como una abstraccin pura, dadoque no se puede entender un acuerdo entre dos cosas salvo en al-gn aspectos. Esta abstraccin pura, que constituye una cuali-dad o caracterstica, es el fundamento. La referencia a un ser nopuede prescindir del fundamento, aunque el ser pueda prescindirde l. El concepto se encuentra ya en su ms conocida definicinde signo: Un signo es algo que, para alguien, se refiere a otracosa en algn aspecto o carcter9.

    Al mentar, llamamos a la cosa a estar dentro de una pala-bra; fundamos la cosa, dice Heidegger. El lugar de esa funda-cin es el fundamento de Peirce, all donde se constituye lo sim-blico subjetivo en ese vector que es el signo, matriz, por esomismo, del pensamiento, y engendrador de la cosa en tanto lla-mada a constituirme y a constituirse en un mismo movimiento.Cratilo, hechado por la puerta de Saussure, vuelve a entrar porla ventana de Peirce acompaado por todos sus parientes. Diesache, la cosa en tanto producto de la accin de la Ley del len-guaje, admite en la lengua alemana una aproximacin ms extre-cha al concepto de Peirce de fundamento. El grund es as el ver-dadero arquetipo de das ding. La Sachevorstellung de Freudes leda por Lacan en el contexto de una reflexin sobre elfunda-mento del signo.El aspecto o carcter a que alude Peirce en su definicin

    ms corriente de signo no constituy motivo de tratamiento te-rico, probablemente porque es el lugar que, por excelencia, exigeuna triple articulacin, una compleja estructura de nudo que re-

    , s ,S,obre punto, vase Karl R. POPPER, La Lgica de la investigacincientifica, Apndice X, Madrid Ed. Tecnos 19679eJ ' ..arta a Lady Welby, del 23 de diciembre de 1908. La cursiva es nuestra.

    12

    siste a los esquemas ele figurabilidad ms familiares. Pero la rela-cin del signo con sus denotata entr rpidamente en la lin-gstica de las estructuras con el nombre ele funcin referen-cial, mediante una rpida identificacin de los medios de que lalengua dispone para ello: las descripciones definidas, los nom-bres propios, los adjetivos o pronombres demostrativos, los ad-jetivos determinativos, ciertas categoras verbales (shifters), y, engeneral, los dicticos o trminos anafricos o catafricos. Tam-poco la relacin del signo con el alguien encontr escollo in-cluyndose rpidamente en las investigaciones iniciadas por losfilsofos del lenguaje de la escuela de Oxford. Pero el cmulo deerrores tenaces contenidos en la propuesta binarista no dio lugara un pensamiento ternario y, por tanto, la ltima parte de la de-finicin de Peirce fue o bien eliminada o bien sorteada mediantefrmulas de corte empirista del tipo de el signo no puede darcuenta de todos los aspectos de la cosa denotada o los signosson abstracciones y, en consecuencia, reducciones de sus deno-tata. A estas frmulas extractivas de la denotacin se opone enPeirce una forma productiva: el signo no rescata aspectos delobjeto (segn el esquema de red conceptual tan caro al idealis-mo epistemolgico), sino que, para Peirce, a partir de sus rela-ciones con su Interpretante Dinmico (o sea, con el sujetoconcebido como signo), produce su Objeto Inmediato defini-do como ... el Objeto tal como es representado por el signomismo y cuyo Ser es, entonces, dependiente de su representacinen aqul (4.530).

    Existen, en consecuencia, indudables semejanzas entre elFundamento y el Objeto Inmediato de un signo: ambosconstituyen transformaciones semiticas que se operan en su in-terior mismo determinando su capacidad referencial. Pero la l-gica de Peirce exige tener en cuenta las diferencias; mientras queel Fundamento es una cualidad o abstraccin y, como tal, perte-nece al registro de la Primeridad, o sea, de aquello que es comoes, sin referencia a ninguna otra cosa, el segundo es un ndice ycorresponde al registro de la Segundidad, es decir, de todo lo quees tal como es respecto de una segunda cosa, por el hecho de quelos ndices mantienen con sus objetos una relacin de hecho:una fotografa es un ndice, pues tuvo que haber existido entre laplaca y el objeto, necesariamente, una contigidad espacio-tem-poral. As, los Objetos Inmediatos son la sustancia del Indicede la cosa contenida en el signo a travs de aqul: es el puro sig-nificante en su sustancia dotada de una forma diferencial res-

    13

    Javier Camacho

    Javier Camacho

  • pecto de otras formas posibles. ES LA COSA EN TANTO TRAi"S-MATERIALIZADA EN LA SUSTANCIA SGNICA DOTADA DE UNA fOR-MA v YA AUTONO!VllZADA DE AQULLA; ES SU FUNDACIN SIMB-LICA, QUE HACE ESCRITURA ADVINIENDO SUBJETIVIDAD AL INTE-GRARSE AL REGISTRO DE LA LEY (TERCERIDAD).ste es el Objeto Inmediato, la transformacin semitica

    del mundo, la materia del signo, la razn por la cual ... en lasLetras de rosa est la Rosa I Y Todo el Nilo en la Palabra Ni-lo 10. Sin tener en cuenta las Categoras Cenopitagricas dePeirce resulta habitual la confusin entre Fundamento y Ob-jeto Inmediato de un signo 11. Ahora bien, la distinicn entre elFundamento y el Objeto Inmediato de un signo, dara lugara pensar errneamente que es el ndice el que en realidad otorgaal signo su capacidad referencial, al definirse el mismo por su re-lacin existencial con un objeto. De esta forma, el problema re-ferencial atinente a las realidades de hecho quedara resuelto enPeirce en forma didica (relacin entre el signo y el Objeto Di-nmico exterior a travs del poder indicial del Objeto Inme-diato). Pero la representacin no se basa para Peirce en una co-nexin de hecho: v., A esta conexin fisica, real, de un Signo consu Objeto, le doy el nombre de aplicacin demostrativa pura delSigno. Ahora bien, la funcin representativa de un Signo no esten su cualidad material ni en su aplicacin demostrativa pura;porque se trata de algo que el Signo es, no en s mismo ni en unarelacin real con su Objeto, sino que es para un pensamiento, entanto que los dos caracteres que acabamos de definir pertenecenal Signo independientemente de que se dirija a cualquier pensa-miento 12. La denotacin no se explica sino a partir de unadoble relacin: con el objeto y con los interpretantes (pensamien-tos signos). Este es, por otra parte, el fundamento de la distin-cin entre signos y representmenes: ... Un Signo es un Repre-sentamen con un Interpretante mental (2.274). El representa-men es as una mera posibilidad de ser signo (en este aspecto unaPrimeridad), un ente necesario a la economa terica de la Se-mitica de Peirce; el equivalente a un enunciado sin enunciacin,a un sujeto sin estructura.

    En ber Sinn und Bedeutung, Frege propone llamar im-genes a los signos con sentido, pero sin referencia. Esta simple

    10 Jorge Luis BORGES, El Golern, Obras completas, Ed. Emec.11 Cf', Umberto Eco, Peirce and Contemporary Semantics, vs. 15, Miln,

    V. Bompiani, 1976.12 Id. (2).

    14

    nota a pie ele pgina permite inferir la profunda diferencia exis-tente entre su concepcin ele la representacin y la de Peirce enrelacin con el problema ele la elenotacin. Para Peirce la refe-rencia es un atributo de cualquier signo, aun ele los iconos, defi-nidos como signos que poseen el carcter que los torna represen-tativos aun cuando sus objetos no tuvieran existencia. Respectoal estatuto que Peirce otorga a lo denotado, son particularmenteclaros ciertos pasajes de su obra: oo. no hay ninguna cosa quesea en s misma en el sentido de no estar relacionada con la men-te, aunque las cosas que son relativas a la mente, sin duda son,aparte de la relacin 13.

    El realismo de Peirce se dialectiza permanentemente con unaconcepcin relacional que le impide concebir signos sin referen-cia, aunque sta sea interna a los mismos y se d necesariamenteen conexin con algn interpretante. Los Objetos Inmediatos (oreferentes internos) de un signo se albergan en l independiente-mente de su estatuto ntico. Esto hace que la distincin entre eluniverso de los objetos de la realidad y el de los dos de la fic-cin(o de la imaginacin, la fantasa o la alucinacin, segn laterminologa adoptada), carezca de importancia para Peirce:Lo real no es aquello en que se nos ocurre pensar, sino lo queno es afectado por lo que pensemos de ello 14. Este hecho ubicalo real de Peirce, por entero, en el campo de la Primeridad, coex-tensivo al dominio de la pulsin en la teora psicoanaltica. Loimposible es lo que no puede ser soportado -tomado a su car-go- por ningn discurso; la relacin entre la representacin ensu forma tridica y lo real como efecto de articulacin entre laSegundidad y la Terceridad es necesariamente extrnseca.

    Hemos visto que los ndices no adquieren su capacidad deno-tativa por la simple conexin fctica con sus objetos, y que losiconos denotan aunque carezcan de Objeto Dinmico. Llegamosas al mundo de los smbolos. Estos son signos que v.. no pue-den denotar ninguna cosa particular, sino slo una clase de co-sas. En s mismos son tambin una clase y no algo particular(2.301). Pero, cmo se explica la denotacin de una clase a par-tir de otra clase y no de un sujeto individual de representacin?O en otros trminos: de dnde proviene la capacidad referencialdel smbolo para Peirce? Esto se aclara si indagamos en sus ideas

    13 Id. (2).14 Critical review of Berkeley's idealisrn, North American Review, vol. 93,

    octubre de 1871.

    15

    Javier Camacho

    Javier Camacho

  • pecto ele otras formas posibles. ES LA COSA EN TANTO TRANS-MATERIALIZADA EN LA SUSTANCIA SGNICA DOTADA DE UNA FOR-MA Y YA AUTONOMIZADA DE AQULLA; ES SU FUNDACiN SlfVlB-L1CA, QUE HACE ESCRITURA ADVINIENDO SUBJETIVIDAD AL INTE-GRARSE AL REGISTRO DE LA LEY (TERCERIDAD).ste es el Objeto Inmediato, la transformacin semitica

    elel mundo, la materia del signo, la razn por la cual v.. en lasLetras de rosa est la Rosa / Y Todo el Nilo en la Palabra Ni-lo 10. Sin tener en cuenta las Categoras Cenopitagricas dePeirce resulta habitual la confusin entre Fundamento y Ob-jeto Inmediato de un signo 11. Ahora bien, la distinicn entre elFundamento y el Objeto Inmediato de un signo, dara lugara pensar errneamente que es el ndice el que en realidad otorgaal signo su capacidad referencial, al definirse el mismo por su re-lacin existencial con un objeto. De esta forma, el problema re-ferencial atinente a las realidades de hecho quedara resuelto enPeirce en forma didica (relacin entre el signo y el Objeto Di-nmico exterior a travs del poder indicial del Objeto Inme-diato), Pero la representacin no se basa para Peirce en una co-nexin de hecho: ..; A esta conexin fsica, real, de un Signo consu Objeto, le doy el nombre de aplicacin demostrativa pura delSigno. Ahora bien, la funcin representativa de un Signo no esten su cualidad material ni en su aplicacin demostrativa pura;porque se trata de algo que el Signo es, no en s mismo ni en unarelacin real con su Objeto, sino que es para un pensamiento, entanto que los dos caracteres que acabamos de definir pertenecenal Signo independientemente de que se dirija a cualquier pensa-miento 12. La denotacin no se explica sino a partir de unadoble relacin: con el objeto y con los interpretantes (pensamien-tos signos). Este es, por otra parte, el fundamento de la distin-cin entre signos y representmenes: v., Un Signo es un Repre-sentamen con un Interpretante mental (2.274). El representa-men es as una mera posibilidad de ser signo (en este aspecto unaPrimeridad), un ente necesario a la economa terica de la Se-mitica de Peirce; el equivalente a un enunciado sin enunciacin,a un sujeto sin estructura.En ber Sinn und Bedeutung, Frege propone llamar im-

    genes a los signos con sentido, pero sin referencia. Esta simple10 Jorge Luis BORGES, El Golern, Obras completas, Ed. Emec.11 CL Umberto Eco, Peirce and Contemporary Semantics, vs. 15, Miln,

    V. Bompiani, 1976.12 Id. (2).

    14

    nota a pie de pgina permite inferir la profunda diferencia exis-tente entre su concepcin de la representacin y la de Peirce enrelacin con el problema de la denotacin. Para Peirce la refe-rencia es un atributo de cualquier signo, aun de los iconos, defi-nidos como signos que poseen el carcter que los torna represen-tativos aun cuando sus objetos no tuvieran existencia. Respectoal estatuto que Peirce otorga a lo denotado, son particularmenteclaros ciertos pasajes de su obra: ... no hay ninguna cosa quesea en s misma en el sentido de no estar relacionada con la men-te, aunque las cosas que son relativas a la mente, sin duda son,aparte de la relacin 13.

    El realismo de Peirce se dialectiza permanentemente con unaconcepcin relacional que le impide concebir signos sin referen-cia, aunque sta sea interna a los mismos y se d necesariamenteen conexin con algn interpretante, Los Objetos Inmediatos (oreferentes internos) de un signo se albergan en l independiente-mente de su estatuto ntico. Esto hace que la distincin entre eluniverso de los objetos de la realidad y el de los dos de la fic-cin (o de la imaginacin, la fantasa o la alucinacin, segn laterminologa adoptada), carezca de importancia para Peirce:Lo real no es aquello en que se nos ocurre pensar, sino lo queno es afectado por lo que pensemos de ello 14. Este hecho ubicalo real de Peirce, por entero, en el campo de la Primeridad, coex-tensivo al dominio de la pulsin en la teora psicoanaltica. Loimposible es lo que no puede ser soportado -tomado a su car-go- por ningn discurso; la relacin entre la representacin ensu forma tridica y lo real como efecto de articulacin entre laSegundidad y la Terceridad es necesariamente extrnseca.

    Hemos visto que los ndices no adquieren su capacidad deno-tativa por la simple conexin fctica con sus objetos, y que losiconos denotan aunque carezcan de Objeto Dinmico. Llegamosas al mundo de los smbolos. Estos son signos que v., no pue-den denotar ninguna cosa particular, sino slo una clase de co-sas. En s mismos son tambin una clase y no algo particular(2.301). Pero, cmo se explica la denotacin de una clase a par-tir de otra clase y no de un sujeto individual de representacin?O en otros trminos: de dnde proviene la capacidad referencialdel smbolo para Peirce? Esto se aclara si indagamos en sus ideas

    13 Id. (2).14 Critical review of Berkeley's idealisrn, North American Review, vol. 93,

    octubre de 1871.

    15

  • acerca de la realidad de lo general. Se declara en este punto con-secuente con el pensamiento kantiano: ... el objeto inmediatodel pensamiento en un juicio verdadero es la realidad. Por tanto,el realista creer en la objetividad de todas las concepciones ne-cesarias, del tiempo, del espacio, de la relacin, de la causa y delas dems cosas similares ... . Una cosa, en general, es tan realcomo en concreto 15. De all que aunque los smbolos sean gene-ralidades y aludan a lo general poseen capacidad denotativa:smbolos y clases son, para Peirce, reales. Su antinominalismo lepermite pensar en el poder referencial del smbolo.

    Consecuente con esta postura, Peirce ubica a los smbolos enel registro de la Terceridad, o sea, en el orden de lo legal, lo ge-neral y lo abstracto. Adems, define el particular tipo de proce-samiento semitico que otorga al smbolo su capacidad referen-cial: Un smbolo es un signo naturalmente apto para declararque el conjunto de objetos denotado por un conjunto cualquierade ndices que pueda estar en cierta manera ligado a l es repre-sentado por un icono asociado a l (2.295). De forma tal, que elsmbolo denota en la exacta medida en que se asocia a ndices eiconos, es decir, a hechos empricos y a cualidades, o si se quierea elementos de Segundidad y de Primeridad.

    Habiendo analizado la segunda de las tricotomas de los sig-nos propuestas por Peirce -Iconos, Indices y Smbolos- en re-lacin con la problemtica referencial subyacente, pasaremos ala tercera, que se establece en funcin de la relacin que los sig-nos mantienen con sus interpretantes y no ya con sus Objetos.Conforme a esta clasificacin los signos pueden ser simples osustitutivos (Remas), dobles o inforrnacionales (cuasi-proposiciones o Decisignos), y triples o racionalmente persuasi-vos (Argumentos).

    Peirce acuerda una especial atencin al problema de las pro-posiciones o Decisignios dentro de esta trada: ... el problemaes bastante difcil cuando intentamos analizar la naturaleza delDecisigno (Dicent Sign) en general, es decir, la clase de signo quetransmite informacin, en contraste con un signo (tal como unicono) del que no puede derivarse informacin (2.309). ParaPeirce, el Decisigno puede ser verdadero o falso, pero no propor-ciona razones directas de su condicin. Es un signo que, parasu interpretante, es un signo de existencia real (2.250). Debe re-ferirse a algo que tenga un ser real independientemente de su re-

    15 Carta a Lady Welby, del 14 de marzo de 1909.

    16

    presentacin. Pero esta referencia no debe mostrarse como racio-nal, por ser un signo de segundidad.

    Como la nica clase de signo cuyo Objeto es necesariamenteexistente es el lndice genuino, un Decisigno debe representarsecomo un lndice genuino. A partir de esto, Peirce se pregunta qutipo de signo debe ser un signo que se presenta como un Indicede su Objeto, llegando a la conclusin de que ... el Interpretan-te del Decisigno representa una identidad del Decisigno con unIndice genuino del Objeto real del Decisigno (2.310).

    Pero como el interpretante de un signo no puede representarningn otro objeto que el del signo que le corresponde, la rela-cin de hecho, en el caso de que el Decisigno tenga algn objetoemprico, debe ser un Objeto del Decisigno. Peirce denominaObjeto Primario a ste y Objeto Secundario al anterior.El Decisigno, al ser el relatum de la relacin existencial que es

    su Objeto Secundario, est por este motivo doblemente inscrip-to: es simultneamente parte del Objeto y parte del Interpretantedel Decisigno. En suma, para comprender al Decisigno hay queconsiderarlo compuesto de dos partes.

    Es imposible que un Smbolo tenga como objeto a su Inter-pretante, pero en el caso de los Iconos esto es posible; en conse-cuencia, el constituyente del Decisigno que se representa en el In-terpretante como una parte del Objeto, debe ser representadopor un Icono. Un Decisigno, entonces, contiene dos dimensio-nes: la icnica y la indicial. Un Decisigno, finalmente, debe po-seer los siguientes caracteres: a) contener dos partes, llamadas,respectivamente, Sujeto (la que es o representa un Indice) y Pre-dicado (la que es o representa un Icono), y b) representar a esasdos partes conectadas entre s.Para Peirce estas son las caractersticas de todo signo que

    transmite informacin, y todas las proposiciones son signos in-formacionales. ... El interpretante (la representacin mental opensamiento) de una proposicin la representa como un Indicegenuino de un Objeto Real, independiente de la representacin.Pues un Indice implica la existencia de su Objeto. La definicin(del Decisigno) agrega que este objeto es un hecho real o Segun-didad (2.315).

    Toda proposicin o bien es un sinsentido o tiene por objetouna Segundidad Real. Para Peirce las proposiciones explicativasno pueden poseer sentido y carecer de referencia, y aun las pri-meras son necesariamente verdaderas: Todo tringulo de cuatrolados es de color azul oscuro, es una proposicin perfectamente

    17

  • acerca de la realidad ele lo general. Se eleclara en este punto con-secuente con el pensamiento kantiano: ... el objeto inmediatodel pensamiento en un juicio verdadero es la realidad. Por tanto,el realista creer en la objetividad de todas las concepciones ne-cesarias, del tiempo, del espacio, de la relacin, de la causa y delas dems cosas similares ... . Una cosa, en general, es tan realcomo en concreto 15. De all que aunque los smbolos sean gene-ralidades y aludan a lo general poseen capacidad denotativa:smbolos y clases son, para Peirce, reales. Su antinominalismo lepermite pensar en el peder referencial del smbolo.

    Consecuente con esta postura, Peirce ubica a los smbolos enel registro de la Terceridad, o sea, en el orden de lo legal, lo ge-neral y lo abstracto. Adems, define el particular tipo de proce-samiento semitico que otorga al smbolo su capacidad referen-cial: Un smbolo es un signo naturalmente apto para declararque el conjunto de objetos denotado por un conjunto cualquierade ndices que pueda estar en cierta manera ligado a l es repre-sentado por un icono asociado a l (2.295). De forma tal, que elsmbolo denota en la exacta medida en que se asocia a ndices eiconos, es decir, a hechos empricos y a cualidades, o si se quierea elementos de Segundidad y de Primeridad.

    Habiendo analizado la segunda de las tricotomas de los sig-nos propuestas por Peirce -Iconos, Indices y Smbolos- en re-lacin con la problemtica referencial subyacente, pasaremos ala tercera, que se establece en funcin de la relacin que los sig-nos mantienen con sus interpretantes y no ya con sus Objetos.Conforme a esta clasificacin los signos pueden ser simples osustitutivos (Remas), dobles o inforrnacionales (cuasi-proposiciones o Decisignos), y triples o racionalmente persuasi-vos (Argumentos).

    Peirce acuerda una especial atencin al problema de las pro-posiciones o Decisignios dentro de esta trada: ... el problemaes bastante difcil cuando intentamos analizar la naturaleza delDecisigno (Dicent Sign) en general, es decir, la clase de signo quetransmite informacin, en contraste con un signo (tal como unicono) del que no puede derivarse informacin (2.309). ParaPeirce, el Decisigno puede ser verdadero o falso, pero no propor-ciona razones directas de su condicin. Es un signo que, parasu interpretante, es un signo de existencia real (2.250). Debe re-ferirse a algo que tenga un ser real independientemente de su re-

    15 Carta a Lady Welby, del 14 de marzo de 1909.

    16

    presentacin. Pero esta referencia no debe mostrarse como racio-nal, por ser un signo de segundielael.

    Como la nica clase de signo cuyo Objeto es necesariamenteexistente es el Indice genuino, un Decisigno debe representarsecomo un Inelice genuino. A partir ele esto, Peirce se pregunta qutipo ele signo elebe ser un signo que se presenta como un ndicede su Objeto, ileganelo a la conclusin ele que ... el Interpretan-te elel Decisigno representa una identidael elel Decisigno con unInelice genuino del Objeto real elel Decisigno (2.310).

    Pero como el interpretante ele un signo no puede representarningn otro objeto que el del signo que le corresponde, la rela-cin ele hecho, en el caso de que el Decisigno tenga algn objetoemprico, elebe ser un Objeto del Decisigno. Peirce denominaObjeto Primario a ste y Objeto Secundario al anterior.El Decisigno, al ser el relatum ele la relacin existencial que es

    su Objeto Secundario, est por este motivo doblemente inscrip-to: es simultneamente parte del Objeto y parte del Interpretantedel Decisigno. En suma, para comprender al Decisigno hay queconsielerarlo compuesto de dos partes.

    Es imposible que un Smbolo tenga como objeto a su Inter-pretante, pero en el caso ele los Iconos esto es posible; en conse-cuencia, el constituyente elel Decisigno que se representa en el In-terpretante como una parte del Objeto, debe ser representadopor un Icono. Un Decisigno, entonces, contiene dos dimensio-nes: la icnica y la indicial. Un Decisigno, finalmente, debe po-seer los siguientes caracteres: a) contener dos partes, llamadas,respectivamente, Sujeto (la que es o representa un Indice) y Pre-dicado (la que es o representa un Icono), y b) representar a esasdos partes conectadas entre s.Para Peirce estas son las caractersticas de todo signo que

    transmite informacin, y todas las proposiciones son signos in-formacionales. ... El interpretante (la representacin mental opensamiento) de una proposicin la representa como un Indicegenuino de un Objeto Real, independiente de la representacin.Pues un Indice implica la existencia de su Objeto. La definicin(del Decisigno) agrega que este objeto es un hecho real o Segun-didad (2.315).Toda proposicin o bien es un sinsentido o tiene por objeto

    una Segundidad Real. Para Peirce las proposiciones explicativasno pueden poseer sentido y carecer de referencia, y aun las pri-meras son necesariamente verdaderas: Todo tringulo de cuatrolados es de color azul oscuro, es una proposicin perfectamente

    17

    Javier Camacho

  • verdadera, porque es imposible que la experiencia entre en con-flicto con ella (2.315).

    Al igual que los Decisignos, toda proposicin tiene un Sujetoy un Predicado, siendo el primero un Indice del Objeto Primarioy el segundo un Icono del Decisigno. Peirce concluye que todaslas proposiciones se conforman a la definicin del Decisigno:Una proposicin es, en suma, un Decisigno que es un Smbolo(2.320). Pero agrega que un Indice tambin puede ser un Decisig-no, ejemplificando esto con la fotografa: La simple impresinno transmite, en s misma, ninguna informacin. Pero el hecho,que es visualmente una seccin de rayos proyectados desde unobjeto conocido de otro modo, lo hace un Decisigno. Todo Deci-signo ... es una determinacin posterior de un signo ya conocidodel mismo objeto (2.320).

    Peirce presta, adems, especial atencin al problema referen-cial implcito en la sintaxis de una proposicin, considerndolacomo un Indice de los elementos del hecho representado que co-rresponden al Sujeto y al Predicado. Todo signo informacionalimplica (se refiere a) un hecho que es su sintaxis.

    En tanto que la distincin entre Trminos (Remas), Proposi-ciones y Argumentos constituy para Peirce, en 1867, una subdi-visin del campo de los smbolos, el anlisis de la referencia enlas proposiciones o Decisignos es aplicable tambin a ellos.

    * * *Las categoras de Primeridad, Segundidad y Terceridad fue-

    ron denominadas por Peirce de distintas maneras a lo largo desus desarrollos. Inicialmente correspondieron, respectivamente, aCualidad, Relacin y Representacin; luego a Cualidad, Reac-cin y Mediacin. Aislando los ltimos trminos de cada trada,encontramos una afinidad entre la Terceridad, la Mediacin y laRepresentacin: la Terceridad implica la idea de representacinen tanto mediacin. Esto es aplicable a todo Smbolo y, en con-secuencia, a toda proposicin. Pero los smbolos y las proposi-ciones adquieren su capacidad referencial a partir de su dimen-sin indicial y, como lo hemos visto, no es la conexin fsica einmediata del Indice con el Objeto Dinmico lo que cuenta, sinoque la funcin representativa de un signo es algo atinente a su re-lacin con otros signos (sus Interpretantes Inmediatos).

    La relacin real con un Objeto a partir de un Indice interno aun Smbolo es slo una mediacin de la funcin referencial elel

    18

    signo. En otros trminos, lo que Peirce denomin aplicacindemostrativa pura de un signo es un eslabn de la cadena queconduce a la referencia, la cual exige, en todos los casos, la remi-sin de unos signos a otros.

    Se comprende as que la idea de Terceridad est asociada a laele mediacin en relacin con la funcin referencial del smbolo;ms an, la mediacin alude, en rigor, a un conjunto de me-diaciones necesarias para que un signo adquiera plenamente sucapacielad representacional.

    Esto deriva del exhaustivo anlisis que Peirce realiza respectode los smbolos. En su trabajo Phaneroscopy, de 1906, dstin-gue tres clases de smbolos, en tanto Terceridades: En la lgicade los smbolos reconozco tres divisiones: la Stechetica, a la queantes llam Gramtica Especulativa; la Crtica, a la que antes lla-m Lgica; y la Methodutica, a la que antes llam Retrica Es-peculativa (4.9); v.. un Smbolo puede tener un Icono o unIndice incorporado a l, es decir, la ley activa de que se precisasu interpretacin para recordar una imagen, o una fotografacompuesta de muchas imgenes de experiencias pasadas, como lohacen los sustantivos comunes y los verbos; o puede exigir su in-terpretacin para referirse a las circunstancias circundantes rea-les de la ocasin ele su corporizacin, como las palabras eso, ese,yo, cual, aqu, ahora, ms all, etc. O bien puede ser un Smbolopuro, ni icnico ni indicativo, como las palabras y, o, de, etcte-ra (4.447).

    Un aspecto de suma importancia para comprender la referen-cia de los signos a sus objetos es que, para Peirce, aqullos estndeterminados por dichos objetos: ... todo signo est determina-do por su Objeto. Cuando llamo al signo Smbolo, aludo a lacerteza ms o menos aproximada de que se interpretar que de-nota al objeto, a consecuencia de un hbito ... (4.531). La deter-minacin del signo por su objeto es la condicin de que alguieninterprete que un smbolo denota al mismo. El objeto determina-r el signo y ste al interpretante, de tal modo que el interpre-tante entre en relacin con el Objeto correspondiendo a su pro-pia relacin con el Objeto (8.332).

    Hasta aqu, en el anlisis de la problemtica referencial, he-mos tenido en cuenta exclusivamente los Interpretantes Dinmi-cos, sin cuya inclusin no es posible comprender la forma en quepara Peirce los smbolos denotan a sus objetos: si los smbolosdenotan algo, es porque lo hacen para alguien que as lo inter-

    19

    Javier Camacho

    Javier Camacho

    Javier Camacho

    Javier Camacho

  • verdadera, porque es imposible que la experiencia entre en con-flicto con ella (2.315).

    Al igual que los Decisignos, toda proposicin tiene un Sujetoy un Predicado, siendo el primero un Indice del Objeto Primarioy el segundo un Icono del Decisigno. Peirce concluye que todaslas proposiciones se conforman a la definicin del Decisigno:Una proposicin es, en suma, un Decisigno que es un Smbolo(2.320). Pero agrega que un Indice tambin puede ser un Decisig-no, ejemplificando esto con la fotografa: La simple impresinno transmite, en s misma, ninguna informacin. Pero el hecho,que es visualmente una seccin de rayos proyectados desde unobjeto conocido de otro modo, lo hace un Decisigno. Todo Deci-signo ... es una determinacin posterior de un signo ya conocidodel mismo objeto (2.320).

    Peirce presta, adems, especial atencin al problema referen-cial implcito en la sintaxis de una proposicin, considerndolacomo un Indice de los elementos del hecho representado que co-rresponden al Sujeto y al Predicado. Todo signo inforrnacionalimplica (se refiere a) un hecho que es su sintaxis.

    En tanto que la distincin entre Trminos (Remas), Proposi-ciones y Argumentos constituy para Peirce, en 1867, una subdi-visin del campo de los smbolos, el anlisis de la referencia enlas proposiciones o Decisignos es aplicable tambin a ellos.

    * * *Las categoras de Primeridad, Segundidad y Terceridad fue-

    ron denominadas por Peirce de distintas maneras a lo largo desus desarrollos. Inicialmente correspondieron, respectivamente, aCualidad, Relacin y Representacin; luego a Cualidad, Reac-cin y Mediacin. Aislando los ltimos trminos de cada trada,encontramos una afinidad entre la Terceridad, la Mediacin y laRepresentacin: la Terceridad implica la idea de representacinen tanto mediacin. Esto es aplicable a todo Smbolo y, en con-secuencia, a toda proposicin. Pero los smbolos y las proposi-ciones adquieren su capacidad referencial a partir de su dimen-sin indicial y, como lo hemos visto, no es la conexin fsica einmediata del Indice con el Objeto Dinmico lo que cuenta, sinoque la funcin representativa de un signo es algo atinente a su re-lacin con otros signos (sus Interpretantes Inmediatos).

    La relacin real con un Objeto a partir de un Indice interno aun Smbolo es slo una mediacin de la funcin referencial del

    18

    signo. En otros trminos, lo que Peirce denomin aplicacindemostrativa pura de un signo es un eslabn de la cadena queconduce a la referencia, la cual exige, en todos los casos, la remi-sin de unos signos a otros.

    Se comprende as que la idea de Terceridad est asociada a lade mediacin en relacin con la funcin referencal del smbolo:ms an, la mediacin alude, en rigor, a un conjunto dediaciones necesarias para que un signo adquiera plenamente sucapacidad representacional.

    Esto deriva del exhaustivo anlisis que Peirce realiza respectode los smbolos. En su trabajo Phaneroscopy, de 1906, distin-gue tres clases de smbolos, en tanto Terceridades: En la lgicade los smbolos reconozco tres divisiones: la Stechetica, a la queantes llam Gramtica Especulativa; la Crtica, a la que antes lla-m Lgica; y la Methodutica, a la que antes llam Retrica Es-peculativa (4.9); ... un Smbolo puede tener un Icono o unIndice incorporado a l, es decir, la ley activa de que se precisasu interpretacin para recordar una imagen, o una fotografacompuesta de muchas imgenes de experiencias pasadas, como lohacen los sustantivos comunes y los verbos; o puede exigir su in-terpretacin para referirse a las circunstancias circundantes rea-les de la ocasin de su corporizacin, como las palabras eso, ese,yo, cual, aqu, ahora, ms all, etc. O bien puede ser un Smbolopuro, ni icnico ni indicativo, como las palabras y, o, de, etcte-ra (4.447).

    Un aspecto de suma importancia para comprender la referen-cia de los signos a sus objetos es que, para Peirce, aqullos estndeterminados por dichos objetos: ... todo signo est determina-do por su Objeto. Cuando llamo al signo Smbolo, aludo a lacerteza ms o menos aproximada de que se interpretar que de-nota al objeto, a consecuencia de un hbito ... (4.531). La deter-minacin del signo por su objeto es la condicin de que alguieninterprete que un smbolo denota al mismo. El objeto determina-r el signo y ste al interpretante, de tal modo que el interpre-tante entre en relacin con el Objeto correspondiendo a su pro-pia relacin con el Objeto (8.332).

    Hasta aqu, en el anlisis de la problemtica referencial, he-mos tenido en cuenta exclusivamente los Interpretantes Dinmi-cos, sin cuya inclusin no es posible comprender la forma en quepara Peirce los smbolos denotan a sus objetos: si los smbolosdenotan algo, es porque lo hacen para alguien que as lo inter-

    19

    Javier Camacho

    Javier Camacho

  • preta. De este modo hemos tratado el problema referencial ais-lndolo del problema de la significacin, que exige tener en cuen-ta sus Interpretantes Inmediatos (otros signos que se relacionenparafrsticamente con el signo en cuestin, que equivalgan a l olo desarrollen). ste es el tema ms estudiado hasta hoy por loslingistas, que, corno R. Jakobson, intentaron relacionar losconceptos de Saussure con los de Peirce. El proceso de remisinde unos signos a otros, su infinita semiosis, constituye el prin-cipal mecanismo estructural del lenguaje y el correlato ms cer-cano al concepto de valor en Saussure. En efecto, Peirce abor-da procesualmente el mismo problema que Saussure trata de ma-nera sincrnica. En un caso el significado de un signo no es otracosa que el conjunto de signos que permitan desarrollarlo y ex-plicitarlo; en el otro, el valor de un significante o de un significa-do depende de sus relaciones sistemticas con otros significanteso significados.

    La relacin entre el problema de la significacin y el proble-ma referencial no es directa en Peirce y exige una mediacin te-rica: la comprensin de las relaciones existentes entre sus Inter-pretantes Dinmicos y sus Interpretantes Inmediatos. Esto es as,dado que en distintos pasajes de su obra, nuestro autor hace ex-plcito el hecho de que el componente indicial de un signo, quepermite que ste se conecte con algn Objeto Dinmico, es ajenoa la significacin: Un significado es las asociaciones de una pa-labra con imgenes, su poder provocador de sueos. Un Indiceno tiene nada que ver con significados ... (4.56).

    El Interpretante Inmediato de un signo es independiente detoda experiencia subjetiva y corresponde al sentido que el mismoadquiere por la sola relacin existente entre l y otros signos; elInterpretante Dinmico refiere al intrprete y sus pensamientos-signos: Mi Interpretante Inmediato est implcito en el hecho deque cada Signo debe tener su interpretabilidad peculiar antes deobtener un intrprete. Mi Interpretante Dinmico es aquel que esexperimentado en cada acto de interpretacin, y en cada uno destos es dife.rente de cualquier otro ... 16. Para Peirce, ningn re-presentamen puede funcionar realmente si no determina efectiva-mente a un Interpretante. De esta manera, existe una serie de de-terminaciones sucesivas: el Objeto determina al representamen yste, a su vez, al Interpretante. El Interpretante Dinmico, porsu parte, conectado ntimamente con el proceso referencial, su-

    16 ia., 15.

    20

    bordina lgicamente al Interpretante Inmediato en la medida enque ste proporciona al signo una interpretabilidad independien-te de su relacin con un intrprete, y los tres trminos que Peirceprivilegia en sus diversas definiciones del signo son el alguienel signo y el objeto. '

    De esta manera vemos nuevamente que su semntica derivade la problemtica referencial o, en otros trminos, que su Inter-pretante Inmediato est determinado semioticamente por su In-terpretante Dinmico (el sujeto signo).

    Diversos aspectos de la teora lingstica de la Enunciacinfueron tratados por Peirce, quien, con sus Simbolos-Indices an-ticip e! tratamiento de la deixis, en particular lo que posterior-mente fue concebido por Jakobson con el nombre de shifter.Investig asimismo los nombres propios, los pronombres demos-trativos y, en general, las palabras cuyo sentido depende de fac-tores que varan de una enunciacin a otra. Sus permanentes alu-siones al aspecto indcial del lenguaje lo ubican como pionero delos estudios acerca de la enunciacin. Concibi siempre estosproblemas en ntima relacin con los de la referencia dada la in-terseccin existente entre ellos a partir del anlisis de' los Indices:1) una proposicin no puede denotar si no posee una dimensin

    y 2) una proposicin no puede no denotar, porque todoSIgno posee un componente indicia!.

    Aunque para Peirce el componente indicial de un signo es in-dependiente de la significacin, constituye un elemento indisocia-ble del Smbolo; sta es otra de las formas en que se conecta suteora semntica con su teora de la referencia: el proceso quedetermina que unos smbolos refieran a otros, otorgndoles su

    Referencia, semntica y enunciacin son as aspectosparciales del campo unitario e integrado de la semiosis, es decirde! complejo interjuego existente entre los protagonistas de la re-lacin tridica: un sujeto, un signo y un objeto. Peirce define endistintos contextos a la Semitica como una teora de la semio-sis posible, y la semiosis no es sino la puesta en juego de unacompleja relacin tridica: la relacin de representacin.

    La propuesta semntica de Peirce se fundamenta en el hechode que un signo obtiene su significado por su necesaria referenciaa otros signos: El objeto de la representacin (o signo) no pue-de ser otra cosa que una representacin de la que la primera re-

    es el Interpretante. Pero puede concebirse que unasene infinita de representaciones, representando cada una a laque est detrs de ella, tenga un objeto absoluto en su lmite. El

    21

  • preta. De este modo hemos tratado el problema referencial ais-lndolo del problema de la significacin, que exige tener en cuen-ta sus Interpretantes Inmediatos (otros signos que se relacionenparafrsticamente con el signo en cuestin, que equivalgan a l olo desarrollen). ste es el tema ms estudiado hasta hoy por loslingistas, que, como R. Jakobson, intentaron relacionar losconceptos de Saussure con los de Peirce. El proceso de remisinde unos signos a otros, su infinita semioss, constituye el prin-cipal mecanismo estructural del lenguaje y el correlato ms cer-cano al concepto de valor en Saussure. En efecto, Peirce abor-da procesualmente el mismo problema que Saussure trata de ma-nera sincrnica. En un caso el significado de un signo no es otracosa que el conjunto de signos que permitan desarrollarlo y ex-plicitarlo; en el otro, el valor de un significante o de un significa-do depende de sus relaciones sistemticas con otros significanteso significados.La relacin entre el problema de la significacin y el proble-

    ma referencial no es directa en Peirce y exige una mediacin te-rica: la comprensin de las relaciones existentes entre sus Inter-pretantes Dinmicos y sus Interpretantes Inmediatos. Esto es as,dado que en distintos pasajes de su obra, nuestro autor hace ex-plcito el hecho de que el componente indicial de un signo, quepermite que ste se conecte con algn Objeto Dinmico, es ajenoa la significacin: Un significado es las asociaciones de una pa-labra con imgenes, su poder provocador de sueos. Un Indiceno tiene nada que ver con significados ... (4.56).

    El Interpretante Inmediato de un signo es independiente detoda experiencia subjetiva y corresponde al sentido que el mismoadquiere por la sola relacin existente entre l y otros signos; elInterpretante Dinmico refiere al intrprete y sus pensamientos-signos: Mi Interpretante Inmediato est implcito en el hecho deque cada Signo debe tener su interpretabilidad peculiar antes deobtener un intrprete. Mi Interpretante Dinmico es aquel que esexperimentado en cada acto de interpretacin, y en cada uno destos es dife.rente de cualquier otro ... 16. Para Peirce, ningn re-presentamen puede funcionar realmente si no determina efectiva-mente a un Interpretante. De esta manera, existe una serie de de-terminaciones sucesivas: el Objeto determina al representamen yste, a su vez, al Interpretante. El Interpretante Dinmico, porsu parte, conectado ntimamente con el proceso referencial, su-

    16 ta., 15.

    20

    bordina lgicamente al Interpretante Inmediato en la medida enque ste proporciona al signo una interpretabilidad independien-te de su relacin con un intrprete, y los tres trminos que Peirceprivilegia en sus diversas definiciones del signo son el alguien,el signo y el objeto. .

    De esta manera vemos nuevaniente que su semntica derivade la problemtica referencial o, en otros trminos, que su Inter-pretante Inmediato est determinado semiticamente por su In-terpretante Dinmico (el sujeto signo).

    Diversos aspectos de la teora lingstica de la Enunciacinfueron tratados por Peirce, quien, con sus Simbolos-Indices an-ticip el tratamiento de la deixis, en particular lo que posterior-mente fue concebido por Jakobson con el nombre de shifter.Investig asimismo los nombres propios, los pronombres demos-trativos y, en general, las palabras cuyo sentido depende de fac-tores que varan de una enunciacin a otra. Sus permanentes alu-siones al aspecto indcial del lenguaje lo ubican como pionero delos estudios acerca de la enunciacin. Concibi siempre estosproblemas en ntima relacin con los de la referencia dada la in-terseccin existente entre ellos a partir del anlisis de' los Indices:1) una proposicin no puede denotar si no posee una dimensin

    y 2) una proposicin no puede no denotar, porque todoSIgno posee un componente indicial.

    Aunque para Peirce el componente indicial de un signo es in-dependiente de la significacin, constituye un elemento indisocia-ble del Smbolo; sta es otra de las formas en que se conecta suteora semntica con su teora de la referencia: el proceso quedetermina que unos smbolos refieran a otros, otorgndoles susenti.do. Referencia, semntica y enunciacin son as aspectosparciales del campo unitario e integrado de la semiosis es decirdel complejo interjuego existente entre los de lalacin tridica: un sujeto, un signo y un objeto. Peirce define endistintos contextos a la: Semitica como una teora de la semo-sis posible, y la semiosis no es sino la puesta en juego de unacompleja relacin tridica: la relacin de representacin.La propuesta semntica de Peirce se fundamenta en el hecho

    de que un signo obtiene su significado por su necesaria referenciaa otros signos: El objeto de la representacin (o signo) no pue-de ser otra cosa que una representacin de la que la primera re-presentacin es el Interpretante. Pero puede concebirse que unaserie infinita de representaciones, representando cada una a laque est detrs de ella, tenga un objeto absoluto en su lmite. El

    21

    Javier Camacho

    Javier Camacho

    Javier Camacho

  • significado de una representacin no puede ser ms que una re-presentacin. De hecho, no es ms que la representacin misma,concebida como despojada de vestimenta irrelevante. Pero nuncapuede eliminarse por completo esta vestimenta; slo se la cambiapor algo ms difano. De modo que hay aqu una regresin infi-nita (1.339). En consecuencia, otra de las vas de acceso al pro-blema de la denotacin en Peirce es la referencia inter-signica,comprendiendo como tal a la relacin que se establece entre lasCualidades Materiales el significante) de un signo y su Interpre-tante Inmediato (su significado).

    Como queda de manifiesto, el tratamiento del problema de larepresentacin en Peirce implica un recorrido arduo a travs decasi todos sus conceptos y categoras, desde las ms abstractas,simples y accesibles hasta las ms concretas y complejas. Paraesto, todo su aparato conceptual tiene que ser desmontado pro-gresivamente. Pero este desmontaje deja al descubierto, final-mente, la estructura que soporta casi todos sus desarrollos, la co-lumna vertebral de su teora lgico-semitica. Errneamente seha atribuido a Peirce una inquietud exclusivamente tipolgica,hecho debido a que sus desarrollos ms difundidos fueron los re-ferentes a las distintas clasificaciones de los signos. Pero segn lohemos intentado esbozar, algunas de ellas, la que los concibe enfuncin de sus relaciones con sus Objetos Dinmicos -Iconos,Indices y Smbolos- y la que los relaciona con sus interpretantes-Rema, Decisigno y Argumento- exigen la puesta en juego demultiplicidad de conceptos que van desde sus categoras cenopi-tagricas hasta el problema de las relaciones tridicas pasandopor todo el andamiaje de su Lgica Exacta.

    En la semiologa de Saussure el problema referencial quedexplcitamente descartado desde los comienzos de su desarrollo:la inconducencia de una lingstica del habla para el maestro gi-nebrino haca imposible investigar las relaciones entre los signosy sus referentes, dado que los signos slo adquieren valor refe-rencial en el proceso efectivo de la produccin discursiva; en elterreno de la lengua no hay referencia posible. En otros trmi-nos, la denotacin est ligada a los signos token y no a los sig-nos type.

    Por el contrario, en los desarrollos de Peirce, la problemticareferencial aparece desde sus primeras definiciones de la semiti-ca. Pero paradjicamente, fueron los sucesores de Saussure, con-fundidos por el aporte de Peirce, quienes propusieron como ta-rea imprescindible la constitucin de una semiologa de segunda

    22

    generacin, anticipando una semitica discursiva que supere lasemiologa de la lengua 17. )

    Como suele ocurrir, los fantasmas expulsados por la puertavuelven a entrar por la ventana acompaados por todos SllS pa-rientes; en las ms actuales teoras del discurso, el problema de lareferencia comienza l exigir un tratamiento sistemtico, cuyasbases se encuentran en la reconocida y desconocida obra de Peir-ce, un verdadero Leibniz estadounidense, segn las palabrasde Roman Jakobson.

    Armando SERCOVICHMarzo de 1986

    17 Emile BENVEN1STE, Semiologa de la lengua, Problemas de lingstica ge-neral, Ed. Siglo Veintiuno, 1973.

    23

    Javier Camacho

  • significado de una representacin no puede ser ms que una re-presentacin. De hecho, no es ms que la representacin misma,concebida como clespojada ele vestimenta irrelevante. Pero nuncapuede eliminarse por completo esta vestimenta; slo se la cambiapor algo ms difano. De modo que hay aqu una regresin infi-nita (1.339). En consecuencia, otra de las vas de acceso al pro-blema de la denotacin en Peirce es la referencia inter-signica,comprendiendo como tal a la relacin que se establece entre lasCualidades Materiales }el significante) de un signo y su Interpre-tante Inmediato (su significado).

    Como queda de manifiesto, el tratamiento del problema de larepresentacin en Peirce implica un recorrido arduo a travs decasi todos sus conceptos y categoras, desde las ms abstractas,simples y accesibles hasta las ms concretas y complejas. Paraesto, todo su aparato conceptual tiene que ser desmontado pro-gresivamente. Pero este desmontaje deja al descubierto, final-mente, la estructura que soporta casi todos sus desarrollos, la co-lumna vertebral de su teora lgico-semitica. Errneamente seha atribuido a Peirce una inquietud exclusivamente tipolgica,hecho debido a que sus desarrollos ms difundidos fueron los re-ferentes a las distintas clasificaciones de los signos. Pero segn lohemos intentado esbozar, algunas de ellas, la que los concibe enfuncin de sus relaciones con sus Objetos Dinmicos -Iconos,Indices y Smbolos- y la que los relaciona con sus interpretantes-Rema, Decisigno y Argumento- exigen la puesta en juego demultiplicidad de conceptos que van desde sus categoras cenopi-tagricas hasta el problema de las relaciones tridicas pasandopor todo el andamiaje de su Lgica Exacta.En la semiologa de Saussure el problema referencial qued

    explcitamente descartado desde los comienzos de su desarrollo:la inconducencia de una lingstica del habla para el maestro gi-nebrino haca imposible investigar las relaciones entre los signosy sus referentes, dado que los signos slo adquieren valor refe-rencial en el proceso efectivo de la produccin discursiva; en elterreno de la lengua no hay referencia posible. En otros trmi-nos, la denotacin est ligada a los signos token y no a los sig-nos type.Por el contrario, en los desarrollos de Peirce, la problemtica

    refer.encial aparece desde sus primeras definiciones de la semiti-ca. Pero paradjicamente, fueron los sucesores de Saussure, con-fundidos por el aporte de Peirce, quienes propusieron como ta-rea imprescindible la constitucin de una semiologa de segunda

    22

    generacin, anticipando una semitica discursiva que supere lasemiologa de la lengua 17. J

    Como suele ocurrir, los fantasmas expulsados por la puertavuelven a entrar por la ventana acompaados por todos sus pa-rientes; en las ms actuales teoras del discurso, el problema de lareferencia comienza a exigir un tratamiento sistemtico, cuyasbases se encuentran en la reconocida y desconocida obra de Peir-ce, un verdadero Leibniz estadounidense, segn las palabrasde Roman Jakobson.

    Armando SERCOVICHMarzo de 1986

    17 Emile BENVENISTE, Semiologa de la lengua, Problemas de lingstica ge-neral, Ed. Siglo Veintiuno, 1973.

    23

  • REFERE1\TCIAS

    PEIRCE, Charles Sanders S. (1931-1935 y 1957-1958): CollectedPapers, Cambridge, Harvard University Press; (1958): Selec-ted Writings, Dover Publications Inc., Nueva York, ed. Phi-lip P. Wiener; (1977): Semiotic and Significs: The correspon-dence between Charles S. Peirce and Victoria Lady Welby,Indiana University Press, Bloomington y Londres, ed. Char-les S. Hardwick.

    BENV,ENISTE, E. (1969): Smiologie de la langue, Semitica, 1,1-1, 2, La Haya, Mouton & Co. [Ed. castellana: Semiologade la lengua, Problemas de lingstica general, Ed, Si-glo XXI, 1973.]

    FREGE, G. (1982): ber Sinn und Bedeutung, Zeitschrift frPhilosophie und Philosophische Kritik, 100.

    GOUDGE, T. A. (1969): The Thought 01 Ch. S. Peirce, DoverPub., Nueva York.

    JAKOBSON, R. (1965): En busca de la esencia del lenguaje,Digenes, 51, Ed. Sudamericana, Buenos Aires; (1963):Essais de linguistique gnrale, Pars, Les Editions de Minuit.Pars.

    PECHEUX, M. (1975): Mises au point et perspectives a proposde l'analyse automatique du discours, Langages, 37, Didier-Larousse, Pars.

    SAUSSURE, F. de (1916): Cours de linguistique gnrale, Pars,Payot.

    WYKOFF, W. (1970): Semiosis and infinite regressus, Semiti-ca, n, 1, La Haya, Mouton & Co.

    24

  • Los trabajos de Charles Sanders Peirce incluidos en esta com-pilacin constituyen, entre los ya compilados en ingls, su contri-bucin ms importante a la teora semitica, y fueron selecciona-dos expresamente para permitir al lector de habla castellana elcontacto directo con las categoras filosficas y los conceptoslgico-semiticos, que constituyen el fundamento ms slido dela actual teora de la significacin.

    Para la traduccin del material fueron elegidas las siguientesobras:

    1. Charles Sanders Peirce: Selected Writings, ed. DoverPublications, Inc., Nueva York, 1958.

    2. Semiotic and Significs: The Correspondence betweenCharles S. Peirce and Victoria Lady Welby, ed. CharlesS. Hardwick, asistido por James Cook, Indiana Univer-sity Press, 1977.

    3. Collected Papers of Charles Sanders Peirce, ed. TheBelknap Press of Harvard University Press, Cambridge,Massachusetts, 1965.

    De la primera obra citada se seleccionaron los captulosQuestions Concerning Certain Faculties Claimed for Man,Some Consequences of Four Incapacities, Critical Review ofBerkeley's Idealism y fragmentos de The Architecture ofTheories y Science and Inmortality, todos aparecidos ori-ginalmente entre los aos 1868 y 1887 en la publicaciones Jour-nal of Speculative Philosophy, North American Revue y TheMonist.

    De la segunda obra se seleccionaron diez cartas enviadas por

    25

  • Peirce a Lady Welby entre los anos 1904 y 1911, cuya claridadexpositiva arroja luz sobre gran parte de S/l produccin semiticaanterior, contempornea y posterior a las mismas.

    De la ltima obra citada se seleccionaron captulos corres-pondientes a los primeros cuatro libros, extrayndose de los mis-mos pargrafos de los numerados de! 1.24 al 1.578, del 2.84 al2.778, del 3.63 al 3.641 y del 4.3 al 4.663. En todos los casos, lacifra anterior al punto indica el nmero de libro correspondientea esta ltima obra.

    El total de la tradu&in fue confiada a los profesores RamnAlcalde y Mauricio Prelooker. El primero tradujo los captulosDivisin de las Relaciones Tridicas, El Icono, ndice y Sm-bolo y Grafos y Signos, correspondientes a los pargrafos2.233 al 2.307 y 4.533 al 4.551 de los Collected Papers of Ch. S.Peirce. El profesor Mauricio Prelooker tradujo el resto del ma-terial.

    El criterio que determin el orden expositivo de esta versinfue el de acercar en primer lugar al lector a las categoras filos-ficas y epistemolgicas ms generales de Peirce respecto a los sig-nos, presentar luego a travs de parte de su nutrida correspon-dencia con Victoria Lady Welby una sntesis introductoria a susdesarrollos ms especificas y, finalmente, conectarlo con la for-malizacin y metodologa ms acabadamente lgico-semitica atravs de los pargrafos tomados de los Collected Papers.

    Deseo expresar mi agradecimiento al profesor doctorFrancois Peraldi, de la Universidad de Montreal, por su colabo-racin espontnea con un prlogo tan creativo como esclarece-dor, y a los profesores doctores Christian J. W. Kloesel y MaxH. Fish, de la Universidad de Indiana, por su decidido apoyo aesta edicin.

    ARMANDO SERCOVICH

    26

    La obra de Charles Sanders Peirce, escrita entre 1857 y 1914,representara, publicada en su totalidad, alrededor de ciento cua-tro volmenes de quinientas pginas cada uno. Hoy, setentaaos despus de su muerte, cuando est a punto de iniciarse lapublicacin cronolgica de una parte consiguiente de esta colosalobra, el lector de Peirce apenas tiene acceso a ms de una veinte-na de escritos, publicados casi todos en una edicin temtica nocronolgica: los Collected Papers. Los editores de los CollectedPapers, yuxtaponiendo fragmentos que tratan sobre un mismotema, pero separados a veces por ms de cuarenta aos de dife-rencia, ms que a suscitar estudios peircianos han contribuidosobre todo a fundar y propagar la imagen de un pensamiento os-curo y contradictorio, en cierto modo equivalente, aunque pordiferentes razones, a la imagen de Lacan en el campo del psicoa-nlisis. Esta comparacin no esgratuita, aunque slo sea porqueestos dos grandes pensadores tienen en comn el haber plantea-do, con setenta y cinco aos de diferencia, la cuestin de la ver-dad del sujeto en su relacin con el (los) lenguaje(s) y con la pa-labra, y haber llevado al hombre, como sujeto que desea, a suverdadero lugar dentro del entramado del lenguaje, su lugar deparletre, deca Lacan; su lugar de signo, escriba Peirce.

    Hace ya algunos aos la Asociacin Internacional de Semiti-ca decidi subsumir bajo el nico trmino de semitica las actualesinvestigaciones sobre el signo y los innumerables sistemas de sig-nos verbales o no verbales en el seno de los cuales el hombre in-tenta descubrir su sitio. Decisin completamente sorprendente y,adems, inaceptable en la medida que pretende unificar dosgrandes ejes del pensamiento de los lenguajes que no se puedenmezclar y son absolutamente irreductibles. Les llamaremos, para

    27

  • Peirce a Lady Welby entre los anos 1904 y 1911, cuya claridadexpositiva arroja luz sobre gran parte de su produccin semiticaanterior, contempornea y posterior a las mismas.

    De la ltima obra citada se seleccionaron captulos corres-pondientes a los primeros cuatro libros, extrayndose de los mis-mos pargrafos de los numerados del 1.24 al 1.578, del 2.84 al2.778, del 3.63 al 3.641 y del 4.3 al 4.663. En todos los casos, lacifra anterior al punto indica el nmero de libro correspondientea esta ltima obra.

    El total de la tradutcin fue confiada a los profesores RamnAlcalde y Mauricio Prelooker. El primero tradujo los captulosDivisin de las Relaciones Tridicas, El Icono, ndice y Sm-bolo y Grafos y Signos, correspondientes a los pargrafos2.233 al 2.307 y 4.533 al 4.551 de los Collected Papers of Ch. S.Peirce. El profesor Mauricio Prelooker tradujo el resto del ma-terial.