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Elizabeth Muñoz Barquero NECESIDAD Y EXISTENCIA DEL CODIGO DE MORAL PROFESIONAL Summary: Human survival needs regulations and the latter depend on the existence of codes. The professional moral code =part of the wider social moral code- originates as the most impor- tant expectation that of an optimal and responsible professional exercise for the benefit of the commu- nity, which would favour survival in the best pos- sible conditions. The accomplishment of such an ideal may depend on the response capacity of pro- fessional groups. Resumen: La sobrevivencia humana exige una convivencia regulada y esta depende de la existen- cia de códigos. El código de moral profesional =inmerso en el código moral más amplio de la sociedad- crea como expectativa más importante la de un ejercicio profesional óptimo y responsable en beneficio del bien común. Tal expectativa se fundamenta, en última instancia, en que un ejerci- cio de esa naturaleza favorece la posibilidad de sobre vivencia de la comunidad en las mejores con- diciones posibles. El cumplimiento de esa expecta- tiva puede depender de la capacidad de respuesta de los profesionales. La necesidad y la existencia de una moral pro- fesional codificada son un hecho. Pero ¿por qué son necesarios y por qué existen códigos morales profesionales? Es interesante señalar algunos ele- mentos que expliquen tal necesidad, y fundamenten "Predicar moral es fácil: fundamentarla, difícil". Schopenhauer las expectativas que se crean en la sociedad ante la existencia de esos códigos. Es lo que pretendo considerar aquí. Naturalmente, el planteamiento que sigue representa una, entre muchas posibles maneras de abordar las preguntas anteriores. Describiré el fenómeno moral como fenómeno típicamente humano, caracterizando qué es lo que entiendo por "humano". Describiré también cómo, posiblemente, funciona de hecho este fenómeno (y no cómo debería funcionar). Así se puede compren- der mejor el juego entre lo real y lo ideal en la moralidad y cómo los códigos morales profesiona- les están inmerso s dentro del fenómeno moral ge- neral. También se puede apreciar mejor cómo el profesional se encuentra sometido. a una "doble articulación" normativa y de dónde proviene el grado de responsabilidad que se le atri- buye. Una consideración de fondo para lo que sigue es que probablemente desde tiempos muy remotos, los códigos (en general) al exigir una conducta uniforme en relación con determinados fines, han sido y son necesarios para la convivencia regulada y ésta ha sido y es necesaria a su vez para la sobre- vivencia de la especie; la sobrevivencia ha sido a lo largo de miles de años y es hoy el fin primordial. En la compleja forma de asociación que es la socie- dad contemporánea, el fin primordial es ya no solo la simple sobrevivencia sino la sobrevivencia en las mejores condiciones posibles. Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXVII (66), 379-386, 1989

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Elizabeth Muñoz Barquero

NECESIDAD Y EXISTENCIA DEL CODIGO DE MORAL PROFESIONAL

Summary: Human survival needs regulationsand the latter depend on the existence of codes.The professional moral code =part of the widersocial moral code- originates as the most impor-tant expectation that of an optimal and responsibleprofessional exercise for the benefit of the commu-nity, which would favour survival in the best pos-sible conditions. The accomplishment of such anideal may depend on the response capacity of pro-

fessional groups.

Resumen: La sobrevivencia humana exige unaconvivencia regulada y esta depende de la existen-cia de códigos. El código de moral profesional=inmerso en el código moral más amplio de lasociedad- crea como expectativa más importantela de un ejercicio profesional óptimo y responsableen beneficio del bien común. Tal expectativa sefundamenta, en última instancia, en que un ejerci-cio de esa naturaleza favorece la posibilidad desobre vivencia de la comunidad en las mejores con-diciones posibles. El cumplimiento de esa expecta-tiva puede depender de la capacidad de respuestade los profesionales.

La necesidad y la existencia de una moral pro-fesional codificada son un hecho. Pero ¿por quéson necesarios y por qué existen códigos moralesprofesionales? Es interesante señalar algunos ele-mentos que expliquen tal necesidad, y fundamenten

"Predicar moral es fácil:fundamentarla, difícil".

Schopenhauer

las expectativas que se crean en la sociedad antela existencia de esos códigos. Es lo que pretendoconsiderar aquí. Naturalmente, el planteamientoque sigue representa una, entre muchas posiblesmaneras de abordar las preguntas anteriores.

Describiré el fenómeno moral como fenómenotípicamente humano, caracterizando qué es lo queentiendo por "humano". Describiré también cómo,posiblemente, funciona de hecho este fenómeno (yno cómo debería funcionar). Así se puede compren-der mejor el juego entre lo real y lo ideal en lamoralidad y cómo los códigos morales profesiona-les están inmerso s dentro del fenómeno moral ge-neral. También se puede apreciar mejor cómo elprofesional se encuentra sometido. a una "doblearticulación" normativa y de dónde proviene elgrado de responsabilidad que se le atri-buye.

Una consideración de fondo para lo que siguees que probablemente desde tiempos muy remotos,los códigos (en general) al exigir una conductauniforme en relación con determinados fines, hansido y son necesarios para la convivencia reguladay ésta ha sido y es necesaria a su vez para la sobre-vivencia de la especie; la sobrevivencia ha sido alo largo de miles de años y es hoy el fin primordial.En la compleja forma de asociación que es la socie-dad contemporánea, el fin primordial es ya no solola simple sobrevivencia sino la sobrevivencia enlas mejores condiciones posibles.

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXVII (66), 379-386, 1989

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fundante de sus quehaceres básicos: la lucha porsobrevivir, esforzándose junto con otros, desarro-llando múltiples formas de trabajo para conseguir-10.

¿Por qué es histórica y dinámica? Como sabe-mos, gracias a diversas disciplinas, la humaniza-ción ha sido un proceso de muchos miles de años(y en algunos aspectos posiblemente inconcluso).El humano ha ido adquiriendo ciertas característicasque lo distinguen de otros animales por caminoslargos e intrincados. Y el tiempo transcurrido eshistoria (y también prehistoria ... ). Es dinámica por-que muchas de sus características sufren modifica-ciones; no parecen estar fijadas de una vez y parasiempre.

De modo más específico, el animal humano secaracteriza por la combinación de varios elementos:postura erguida, especialización del pulgar, empleode utensilios hechos por él mismo, aumento deltamaño y desarrollo del cerebro, desarrollo de ór-ganos específicos del habla, capacidad de comuni-cación (de generación en generación), y capacidadde raciocinio. A estos elementos me atrevo a añadirotros como la capacidad de imaginación, de risa yde contradicción. También es capaz de valorar, depreferir. Es capaz de crear cultura, si entendemospor cultura todo lo hecho por el hombre.

Así, el humano es un animal con diversas nece-sidades impuestas por su lucha por la sobrevivenciay con diversas capacidades para llenar aquellas;ambos elementos, necesidades y capacidades sevan desarrollando y haciendo más complejos.

El movimiento que se da entre necesidades ycapacidades ha dado lugar a variadas esferas deacción, surgidas a lo largo de un lapso muy dilata-do, en fases no siempre paralelas y no siempresimultáneas. Las diversas esferas de acción humanase pueden ver como una respuesta a sus diferentesnecesidades. Una de esas esferas de acción es lamoral; otras son, por ejemplo, las de la ciencia yla política. A grandes rasgos, a lo largo del tiempolas normas morales han perseguido regular las re-laciones de los individuos entre sí, respecto a loque han considerado "deseable" o "bueno" (la po-lítica, la administración adecuada de los interesesque se consideran comunitarios; la ciencia, el domi-nio de la naturaleza ... ).

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Se tocarán estas cuestiones:

1. Naturaleza humana2. El fenómeno moral

Posible origen, función y antigüedad de loscódigos moralesLo individual y lo socialPermanencia y cambio en el fenómenomoralEl fenómeno moral como experiencia hu-mana acumulada

3. La responsabilidad socialLa profesiónLos códigos de moral profesionalLos profesionales y la capacidad de res-puesta.

Comenzaré señalando una útil distinción entreética y moral. Como ambas palabras quieren deciretimológicamente casi lo mismo (costumbre, hábitoaprendido), es común oír hablar indistintamente devalores morales o éticos, y hasta de "valores mora-les y éticos", aunque esto último es redundante.Siguiendo algunas tendencias de tipo "técnico" porEtica voy a entender una rama de la Filosofía quetiene por objeto el estudio del fenómeno moral, suorigen, su función, su valor, sus fines, etc.

Parte del fenómeno moral es 10 que normalmentese denomina la moral, el código, el conjunto denormas consideradas como válidas y obligatoriaspara todos los' miembros de una sociedad o sub-grupo social en determinado momento de la histo-ria. Así, Etica y moral se relacionan entonces, comouna disciplina con su objeto de estudio. Por 10anteriormente explicado, prefiero hablar de códigosde moral profesional (y no de ética profesional).

1. NATURALEZA HUMANA

A grandes rasgos se puede decir que la natura-leza humana es social, dinámica e histórica.

¿Por qué es social? El humano no puede sobre-vivir aislado; no es autosuficiente en ninguna épocade su vida; esto es un hecho y no una suposición.De ahí se puede afirmar que el humano tiene unanaturaleza social -aunque no necesariamente so-ciable - puesto que necesita de los otros para sobre-vivir. Y no se trata de una necesidad "romántica".Esa necesidad es vital: no sobrevive sin estar acom-pañado, ni sin realizar acompañado algún tipo deesfuerzo por lograrlo. Desde los tiempos más remo-tos imaginables el humano ha tenido un problema

2. EL FENOMENO MORAL

Establecido lo anterior, y recordando que el fe-nómeno moral es una respuesta parcial a la necesi-

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CODIGO MORAL PROFESIONAL

dad específica de sobrevivir, paso a describirlocomo producto del juego de varios planos (1). Elfenómeno moral es un conjunto: por un lado denormas de acción; por otro, de las acciones concre-tas de los individuos. Eso nos permite distinguirel factor o plano normativo -el de la regla quepostula deberes- y el plano fáctico, que es el delos hechos concretos. El plano normativo es elplano del ideal que un grupo de humanos postulay pretende alcanzar en un momento dado; el planonormativo se encuentra por lo-común codificado yen este sentido hablamos de código moral, o demoral simplemente. El de lo fáctico, es el planode la realidad, de la práctica concreta, en el queencontramos lo que cada individuo hace y es cali-ficable con respecto al código moral, como "bueno"o como "malo". Como los humanos se han encon-trado siempre en un espacio y en un tiempo deter-minados, agregamos dos planos más: el espacial

el temporal.

°ble origen, función y antigüedad de los códi-morales.

El origen de los códigos (de todo tipo) está,quizás, en la necesidad de convivencia reguladapara los humanos (para poder sobrevivir). Parecieraque la convivencia exige la subordinación a reglas.Del mero planteamiento y práctica de una natura-leza social no solo no se desprende que seamossociables, sino que tampoco se desprende que sea-mos iguales por naturaleza. O sea, no se deduce-al menos no necesariamente- que pensemos to-dos de igual manera, que actuemos todos igual,que percibamos los problemas de igual forma, quenos propongamos los mismos fines. Por eso espreciso regular la conducta para uniformarla, en loposible, con respecto a cierto fin o a ciertos fines.Esto aclara a la vez la función del código moral,a saber: regular la conducta de cada individuo consus semejantes, en relación con lo que se considereen determinada época "deseable" o "bueno".

Quisiera también abordar la pregunta sobre laantigüedad de los códigos morales.

Partiendo del origen y la función de un códigomoral, lo más simple sería contestar que los códigosmorales han existido desde que el humano es huma-no. Pero ¿a partir de cuál momento en el pasadopodemos decir que el humano es humano? No sepodría precisar con exactitud. Sin embargo, es po-sible intentar un acercamiento con los aportes dedisciplinas que han trabajado en la investigación y

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en la reconstrucción de nuestra prehistoria. Vea-mos, por ejemplo, las características del hombrede Cro-Magnon, aceptado universalmente -sinlugar a dudas- como homo sapiens. Este parecehaber vivido hace alrededor de 50 o 40.000 años.El hombre de Cro-Magnon tenía instrumentos lla-mados "complejos" tales como agujas, anzuelos;hacía utensilios para fabricar otros utensilios, losdecoraba, hacía figurillas, pintaba (las famosas pin-turas de Aurignac en el suroeste de Francia, las deLascaux, las de la cueva de Altamira en España).Indudablemente, había desarrollado un lenguajepara comunicarse porque la estandarización técnicay transmisión no son posibles sin él. También seha afirmado que posiblemente tenía un cierto gradode abstracción para poder concebir modelos de ar-tefactos (2). Esto nos permite, suponer, entonces,que el humano ha sido tal cuando menos desdehace unos 50 o 40000 años. También es posiblesuponer que algún tipo de código o protocódigo,debe de haber tenido, pues este hombre vivió engrupos y por ese mismo hecho, debe de haber re-gulado de alguna manera sus relaciones con losdemás, respecto a una noción -implícita o explí-cita- de lo conveniente.

Me interesa, no la discusión por millares más omillares menos de años para localizar a la humani-dad, ya que eso compete a los especialistas en loscampos pertinentes, sino el destacar que el fenó-meno moral -como otros tipos de comportamientohumano - hunde sus raíces en la prehistoria y queno es, en mi opinión, un asunto que haya comen-zado en épocas para nosotros ya "civilizadas". Porlo tanto, se puede decir que en este tipo de fenóme-nos, el humano tiene realmente muchísima expe-riencia acumulada.

Desearía subrayar, no obstante, que el mero se-ñalamiento de la posible antigüedad de este tipode conducta no implica que los códigos se hayanmantenido inmutables a lo largo del tiempo o quehayan tenido el mismo grado de complejidad. Laesfera de acción moral es parte de la respuesta auna necesidad, sí, pero la modalidad que puedemostrar en cada época y en cada lugar puede serespecífica.

Lo individual y lo social

¿Es el fenómeno moral estrictamente individualo es estrictamente social?

Se puede considerar que es social e individuala la vez (3). Para afirmar esto tengo presentes dos

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de los planos distinguidos anteriormente en el fenó-meno moral: el normativo (el deber ser) y el fáctico(lo que es), y además los siguientes pun-tos:

- Que cada uno de nosotros tiene una dotacióngenética única e irrepetible (al menos por ahora) yque esto garantiza, en principio, nuestra individua-lidad, nuestra diferencia, y con ella, nuestro poten-cial como agentes de cambio o de conservación depor ejemplo, códigos y prácticas. Somos diferentesaunque tengamos una naturaleza social en el sentidoya explicado aquí. Si el individuo desaparecierasiempre y en todos los casos en el "mar social" nopodríamos explicar el cambio, las transformacionesen los códigos y las prácticas correspondien-tes.

- Otro asunto de importancia es que cuandovenimos al mundo ya nos encontramos con un có-digo moral (en realidad con una serie de códigosrelativos a muchos tipos de conducta, que nos en-señan y que acatamos por largo tiempo; a veces,toda una vida). Se puede decir que antes de aprendera hablar, ya nos están entrenando en el aprendizajey cumplimiento de las normas morales como partefundamental de nuestra educación, o mejor, denuestro proceso de endoculturación que es el quenos habilita para ser reconocidos y aceptados comomiembros de la sociedad. De tal modo, que antesde ser "algo" en concreto (como médico, dentista,economista o chofer, etc.) somos consideradoscomo "sujetos morales".

Por otra parte, este código vigente tiene su pro-pia historia social: ha sido construido por muchasgeneraciones, responde de alguna manera a la ex-periencia y a las aspiraciones de éstas. Así que uncódigo moral tiene origen social al comienzo denuestras vidas, y social es su aprendizaje para cadauno de nosotros. También es social porque regulaactos que tienen consecuencias para otros y estos"otros", miembros de una sociedad, se encargande aprobar o desaprobar ciertas conductas.

Entonces ¿en qué sentido es individual la moral?En primer lugar, recordemos, es un individuo, unapersona, única e insustituible, la que actúa (planofáctico) moralmente (o inmoralmente) de acuerdocon el código; es también la persona la unidad queinterioriza las normas en lo que llamamos la con-ciencia, y además es el individuo como tal un po-tencial agente de cambio (o de conservación) desu entorno, a lo largo y ancho de sus relacionescon él. Es el individuo en sí y con otros el quepuede querer y hacer cambiar las cosas o dejarlascomo están. Obsérvese que si la sociedad tuviera

el poder de uniformar la conducta -en este casomoral- de todos sus miembros, no habría discu-sión sobre prácticas "buenas" y "malas".

De este modo se puede apreciar que la moral esproducto de la interacción entre las personas y suscomunidades. Es decir, es individual y social a lavez. No hay paradoja en lo afirmado si lo ubicamosen el marco de una naturaleza cuya característicamás relevante para este efecto, es la de ser dinámicae histórica. Sólo en una visión estática de la realidadno caben modificaciones ni relaciones dialécticasentre personas, grupos de personas (como los pro-fesionales colegiados), masas de personas y el restode la sociedad, ni entre sociedades, ni generacio-nes. Sin embargo, como se dice a menudo, el hu-mano es un ser que siempre se está haciendo. Laconsecuencia es que sus códigos, sus acciones, suvida, siempre están haciéndose, aunque a lo largode períodos muy prolongados.

Permanencia y cambio en el fenómeno moral.

El hombre no está nunca enteramente terminado;no obstante, en la historia encontramos cierta per-manencia de conductas y normas consideradascomo "buenas". Tal permanencia se puede explicarasí: la humanidad ha sabido durante miles de añosque sus miembros no pueden sobrevivir aislados.Históricamente ciertas acciones han probado sermás beneficiosas, más útiles que otras para conser-var la vida o para fomentar la "vida buena" (materialy moral) que en cada época una sociedad (o unsector de ella) se propone como meta y esperaheredar al futuro. Este factor de beneficio, de uti-lidad, es un factor de conservación que se combinacon otros. El plano normativo es coercitivo y lacoerción se transmite por medio de distintas instan-cias: la autoridad de los viejos, la familia, la reli-gión, el poder político, el poder gremial, etc.

La explicación del cambio es más obvia: losgrupos humanos no son un todo homogéneo e indi-ferenciado. En la búsqueda de la mejor vida buenaposible, diferentes sectores tienen, debido a susdistintos intereses (económicos, políticos, profesio-nales, etc.), ideas diversas acerca de lo que significala propuesta de "mejor vida posible", y sobre todo,acerca de los medios para lograrla.

Lo anterior puede dar cuenta de las transforma-ciones más evidentes de una época a otra, perotambién explica la usual coexistencia de una plura-lidad de códigos y conductas dentro de una mismasociedad y en sociedades que son contemporáneas.

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CODIOO MORAL PROFESIONAL

Así, tanto la conducta real de los humanos, comolos ideales que se proponen en sus diversos códigos,esto es, el fenómeno moral en su conjunto, es pro-ducto de este perpetuo movimiento, producto deesta práctica y contradicción continua entre lo quees y lo que debiera ser, de esta permanente interac-ción de los hombres entre sí, y, a la vez, con suentorno.

Nótese que si el humano no tuviera que viviren sociedad, si no pudiera y no tuviera que plan-tearse posibilidades por medio de su razón y su -imaginación para enfrentar los retos, si no pudieracontradecirse, si no pudiera, en fin, pensar y pasarde lo que es a lo que cree que debería ser, notendría el problema de escoger sus acciones, de laconcepción de metas y fines, de cuestionarse susprácticas, ni el de reexaminar sus hipótesis y teo-rías, sus códigos morales y legales. Esto equivalea decir que no tendría problemas morales, ni polí-ticos, ni científicos, ni técnicos.

El fenómeno moral como "experiencia humanaacumulada" .

El fenómeno moral es un producto humano ex-tremadamente complejo. No es posible entoncesatribuirIo a lo meramente subjetivo y caprichoso,o darle un carácter de "absoluto", incondicionado,inmutable, atemporal, y colocarlo en un mundoaparte y hasta por encima del humano. El fenómenomoral tiene prehistoria, una larguísima historia; tan-to, que es muy anterior al desarrollo de lo que hoyllamamos ciencia. Así, nuestro presente está enrelación con el pasado de la comunidad humana yestá en relación con el futuro. Pero todos queremos"saber a qué atenemos", que lo que aprobamos seaverdad "de verdad"; queremos saber cuál es la ver-dad moral humana. A esta pregunta podemos res-ponder lo siguiente: la verdad moral no puede estarmás que en un proceso histórico y correlativo alproceso general del conocimiento.

El conocimiento es acumulativo. Una nueva teo-ría, por ejemplo, no es siempre la refutación totalde la precedente. A veces sucede que es precisa-mente su desarrollo. Lo "nuevo" no anula siemprelo "viejo", sino que muchas veces lo incluye y loamplía. Así, aunque el conocimiento general acu-mulado, alcanza en puntos singulares niveles abso-lutos, su naturaleza es de proceso aproximativo deverdades parciales. Lo mismo más o menos sucedecon los códigos y acciones morales. Ha sido laacción, el ensayo, el error o el acierto de millares

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de seres, los que han mostrado la verdad o falsedadencerradas en determinadas normas, en determina-dos fines que el hombre se ha propuesto comoideales morales, la verdad o falsedad encerradasen los medios escogidos y las acciones que se llevana cabo para lograr tales ideales.

La experiencia acumulada -negativa o positivarespecto de los fines- se refleja en el plano norma-tivo y en el plano fáctico. Y esto podemos verIodesde al menos dos ángulos: cuando la práctica noes como la exige la norma, esta sigue existiendo.En otros casos, la práctica desborda a la norma yla supera, y esta desaparece. El "deber ser" sigueen el horizonte de lo ideal, porque, donde y cuandono tiene realidad. Si la conducta llega a uniformarsede acuerdo con una norma, esta desaparece puesya no es necesaria.

Quizás algunos ejemplos ilustren lo anterior: laconservación de la vida, el deseo de lograr condi-ciones de vida verdaderamente humana para todala población del planeta son ideales vigentes toda-vía, que tienen por base la experiencia acumulada.Tanto la que ha probado ser buena como la queno. La Declaración de los Derechos Humanos esotra oportuna muestra de experiencia histórica-mente acumulada, que empuja al humano contem-poráneo al horizonte de lo ideal. También, la pér-dida catastrófica de millones de vidas provocadapor la mano misma del hombre no ha quitado actua-lidad al ideal de conservar la vida en el mundo;por el contrario, lo ha reafirmado y a la vez hahecho surgir criterios más sólidos para tratar deevitar que se siga repitiendo. Si los humanos deja-ran de matarse entre sí ¿qué sentido tendría la normaque prohíbe quitar la vida?

3. LA RESPONSABILIDADSOCIAL

Una característica del individuo humano es lade no ser autosuficiente en ninguna etapa de suvida. Más bien, es insuficiente, deficiente si estásolo. El humano necesita de los otros. Creo que enesa característica hunde sus raíces una parte de nues-tro código vigente: al humano no puede serIe indife-rente la comunidad social. La comunidad, de hecho,no espera ni admite indiferencia. Esto no implicaque a uno le tengan que encantar todos los vecinos,o todos los colegas. Sí implica que por depender delos otros, uno no puede actuar únicamente a favorde su propio bienestar, de sus propios intereses. Lacomunidad espera que cada individuo responda anteella, que cada individuo sea responsable,

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pensamiento crítico acerca de los problemas norma-tivos en general -no solo de los morales- de susociedad.

Saben mucho de lo que el resto de la comunidadsabe poco o no sabe nada. Y sin embargo, lo quesaben se lo deben, en buena parte, a esa multitudanónima que solemos llamar sociedad. Y lo muchoque dominan pueden, de hecho, utilizarlo para supropio beneficio únicamente o para el bien común.Tienen el poder que da el conocimiento para hacerloo no hacerla. El ejercicio público y la consecuenteobligación de contribuir al bien común, junto conel pertenecer a la intelligentsia hacen que el profe-sional esté sometido a una "doble articulación" nor-mativa: la que le corresponde como simple miem-bro de la sociedad, y la que le corresponde comomiembro de la intelligentsia, como profesional.

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que tenga responsabilidad social. No es una merasuposición. Es un hecho que se hace todavía másmanifiesto al examinar aunque sea muy somera-mente, algunas de las características de la acciónmoralmente calificable por los demás.

En esta acción se pueden distinguir, entre otroselementos (4) los siguientes:

-fin,-medios,- consecuencias para otros.

La comunidad juzga un acto comparándolo condeterminada norma moral, sobre la base de que setiene conciencia del fin, libertad para: escoger losmedios para obtener ese fin, y de que se saben lasconsecuencias de nuestros actos para los demás.(Nuestra responsabilidad es sobre todo para conlos demás; lo que sucede en el fuero interno, lasociedad lo ignora).

De estos supuestos surge la exigencia de la so-ciedad: estamos obligados a responder de nuestraconducta anté ella.

La profesión.

Una profesión se puede caracterizar así: es unaactividad en nuestro medio avalada por estudios ygrado universitarios, que se ejerce públicamente,como medio de sustentación de vida, en formapermanente, y que desempeña una función social,por la que se es retribuido económicamente. Unaprofesión tiene como marco una sociedad organiza-da, dentro de la cual las labores están repartidas(5) y contribuyen -o se espera que lo hagan- albien común.

La sola mención de función social y bien comúndeja entrever no solo por qué al profesional se leexige responsabilidad social, sino cuál es la raízde esta. Creo de interés lo siguiente: el profesionalno solo desempeña una función social que contri-buye al bien común, al menos en principio. Tam-bién, y más específicamente, cada profesionalforma parte de la intelligentsia de la comunidad,del país. La totalidad de los profesionales son laintelligentsia y son los usufructuarios, promotoresy depositarios del saber logrado por su sociedad.Como depositarios del saber de ellos dependen, enforma considerable, las posibilidades de sobrevi-vencia y desarrollo de su sociedad. Son nada menosque los custodios de la tradición creativa y del

Los códigos de moral profesional.

El Estado delega en los colegios profesionalesfunciones públicas que, de otra manera, estaríanbajo la tutela directa de aquel. De este modo loscolegios controlan el ejercicio liberal de las profe-siones para garantizarle a los miembros de la socie-dad que los colegiados son idóneos para desempe-ñar la actividad correspondiente; por ejemplo, quela vida, el patrimonio, los dientes, la mente, lasarterias, las casas, los acueductos, la libertad, estánsiendo cuidados o salvaguardados o construidos,por quienes mejor saben hacerla.

No solo se les encarga de velar por la idoneidadde los profesionales, sino también de asegurar a lacomunidad que los que cometan errores, responde-rán por ellos: errores para con el bienestar general,el de los colegas, el de los profesionales afines, elde los clientes o pacientes, de los pupilos, etc. Elprofesional, entonces, tiene que ejercer su arte con-forme a reglas específicas de tipo técnico y con-forme a reglas específicas de tipo moral.

Sin duda, se puede cumplir con las reglas detipo técnico, sin cumplir con las moralmente exigi-das. Lo legal y lo moralmente correcto no siemprevan de la mano.

Los códigos de moral profesional son elaboradospor cada colegio mas se inscriben dentro del marcomás amplio del código moral de la sociedad (paraefectos de análisis, son en realidad subcódigos).Sin embargo, abarcan asuntos específicos deacuerdo con cada profesión. Reflejan en sus nor-mas la experiencia social acumulada en el desarro-llo de una actividad profesional (cómo ha sido el

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CODIGO MORAL PROFESIONAL

comportamiento moral de los profesionales y cómodebería ser). Por ejemplo, dado que el chismorreo,el robo de ideas, de clientes o de pacientes, nofomentan, no permiten un ejercicio profesional óp-timo -esto es experiencia acumulada de tipo nega-tivo- tales acciones aparecen como punible s enlos códigos. Si las normas pertinentes lograran mo-dificar la conducta de los profesionales en los aspec-tos mencionados u otros, si lograran que tales prác-ticas desaparecieran, las normas correspondientesdesaparecerían igualmente; ya no tendrían razónde ser. Mientras tanto, cuando no es lo que debeser, se aplica el régimen disciplinario.

Los profesionales y la capacidad de respuesta.

Tanto la comunidad como los gremios tienenun ideal de profesional. Las normas establecidasen sus códigos de moral aspiran a hacerlo real. Esparte de su respuesta al reto que les presenta elentorno, en el esfuerzo por hacer del bien comúnalgo más que un cliché.

Ahora bien, si la naturaleza humana es dinámicae histórica; y si el fenómeno moral es, en parte,producto de la interacción del individuo con otrosindividuos y de grupos con el resto de la sociedad;si en él se puede observar permanencia pero tam-bién cambio, entonces no tiene por qué esperarseque las acciones inadecuadas producidas en el pa-sado y en el presente, deban repetirse en lo futuronecesariamente.

Los códigos morales profesionales crean la ex-pectativa social de que los profesionales sirvan albeneficio común, de cuyo logro puede dependeren buena medida la sobrevivencia y el desarrollode la sociedad a la que pertenecen. Y para esteefecto, el que los grupos humanos no sean indife-renciados ni homogéneos, no es como podría pare-cer, una desventaja; es fuente de contradicción, sí,pero también un caldo de cultivo para la renovacióny la creatividad dedicadas a alcanzar dicho fin.

Según el punto de vista expresado aquí, hay unmovimiento dialéctico entre las capacidades huma-nas (las de raciocinio, de imaginación, de contra-dicción ... ) y las necesidades planteadas por el en-torno (sean estas ecológicas, políticas, económicas,morales, etc.). Conviene también recordar que es-tamos insertos en un medio determinado: en élabundan diversas opiniones sobre el significado de"mejor vida posible", de los medios para lograrlay acerca de cuántos sujetos habría que abarcar con

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ella. Sabemos, por otro lado, que como intelligent-sia el profesional es custodio no solo del saber,sino de la capacidad de pensamiento crítico.

La acción transformadora -que podría tradu-cirse en acción que contradiga lo que es- está enrelación con la capacidad de respuesta provenientedel potencial de cambio o de conservación de losagentes, según se requiera. Los profesionales, eneste caso, tienen a su haber en cuanto a la capacidadde respuesta, conocimiento y pensamiento crítico.Pero tal capacidad de respuesta en relación con unfin como sería el bien social, está sujeta a unacontinua y profunda reflexión sobre la práctica con-creta. Con base en aquella pueden contribuir congran fuerza, al paso de lo ideal a lo real.

NOTAS

(1) Véase Adolfo Sánchez Vázquez. Etica. (México. Edi-torial Grijalbo, S.A., 1979.). pp. 55-56.

(2) Cf., Sherwood L. Washburn. "Tools and Human Evolu-tion". En: Scientific Technology ami Social Change (Readingsfrom Scientific American). (San Francisco, California. W.H.Freeman & Co. 1974.). Pp. 1-23. H. Vallois et al. Los procesosde hominizacián (México. Editorial Grijalbo. 1979.). Pp. 95-117.

(3) Cf. José Luis L. Aranguren. Etica y política. (Madrid.Ediciones Guadarrama. 1963). Capítulo 1.

(4) Véase Adolfo Sánchez Vázquei. Op.Cit. Pp, 65-70.(5) José Todolí et al. Moral Profesional. (Madrid. Instituto

'Luis Vives' de Filosofía. 1954.). P.53.

BIBLIOGRAFIA

Aranguren,José Luis. Etica y política. Madrid. Ediciones Gua-darrama. 1963.

Braidwod, Robert J. El hombre prehistórico. Trad. CarmenGonzález. México. Fondo de Cultura Económica. 1971.

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Elizabeth Muñoz BUniv. de CostaEscuela de Filo