MONTOBIO, Manuel_Indonesia en transformación. doc_asia_24

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    Elisabets, 12 - 08001 Barcelona, Espaa - Tel. (+34) 93 302 6495 - Fax. (+34) 93 302 6495 - [email protected]

    DOCUMENTOS CIDOBASIA 24

    INDONESIA ENTRANSFORMACIN

    Manuel Montobbio

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    Serie: Asia

    Nmero 24. Indonesia en transformacin

    Manuel Montobbio Fundaci CIDOB, de esta edicinBarcelona, julio de 2009

    Edita: CIDOB edicions Elisabets, 12

    08001 Barcelona Tel. 93 302 64 95 Fax. 93 302 21 18 E-mail: [email protected] URL: http://www.cidob.org

    Depsito legal: B-46.802-2001ISSN: 1696-9987Imprime: Color Marfil, S.L.

    Distribuye: Edicions Bellaterra, S.L.Navas de Tolosa, 289 bis, 08026 Barcelonawww.ed-bellaterra.com

    Cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica o transformacin de esta obraslo puede ser realizada con la autorizacin de sus titulares, salvo excepcin prevista por la ley. Dirjase aCEDRO (Centro Espaol de Derechos Reprogrficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanearalgn fragmento de esta obra

    documentos

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    INDONESIA EN TRANSFORMACIN

    Manuel Montobbio*

    Julio de 2009

    *Diplomtico y doctor en Ciencias Polticas

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    Sumario

    Indonesia: la realidad de una Historia posible.................................................... 7

    Ejes estructuradores de la construccin nacional indonesia.............................. 9

    La metamorfosis de Indonesia en s misma: recorrido y aproximacin......... 15Sukarno y los orgenes de la nacin indonesia.Una aproximacin al Viejo Orden ..................................................................... 15La Constitucin de 1945 ....................................................................................... 20Construccin y caracterizacin del Nuevo Orden .............................................. 22Necesidad de cambio y problemtica de persistencia y crisis enel Nuevo Orden. La cada de Suharto................................................................. 26La transicin democrtica ...................................................................................... 32

    Actores y problemas.............................................................................................. 32

    El hombre que quiso ser Adolfo Surez?............................................................... 33Las elecciones fundacionales del 7 de julio de 1999............................................... 40Modificaciones a la Constitucin de 1945

    y configuracin de un nuevo rgimen poltico........................................................ 41

    El punto de llegada y los escenarios del futuro................................................. 47

    Referencias bibliogrficas.................................................................................... 53

    Resumen / Abstract.............................................................................................. 55

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    Indonesia: la realidad de una Historia posible

    Imagina que el sueo de Bolvar fuera realidad, que hoy toda Amrica,de Ro Bravo a Tierra del Fuego, conformara un Estado federal, unossegundos u otros Estados Unidos de Amrica, conformados por todoslos antiguos territorios del dominio colonial espaol. Vuelve los ojos,abre los ojos y mira a Indonesia: vers su sueo hecho realidad, en otraslatitudes y respecto a otra herencia colonial.

    Indonesia cuenta con 240 millones de habitantes, ms de la mitad de

    ellos en Java, 17.000 islas de todos los tamaos en un archipilago convuelos internos de hasta siete y ocho horas, cuya extensin superpuestaa Europa nos llevara de Lisboa a ms all de los Urales o Estambul, 50idiomas y varias etnias, fundamentalmente malaya en su occidente ymelansica en su oriente, mayoritariamente islmica pero con todas lasreligiones monotestas del mundo, y mayora hind en Bali y cristiana envarias islas, con grados de desarrollo y civilizaciones y culturas distintas,sin ms experiencia histrica comn que el lejano imperio medieval deMajapahit y el dominio colonial holands, efectivo, a excepcin de Java,

    en la mayora del archipilago tan slo desde finales del siglo XIX...Nada haca evidente que Indonesia fuera a constituirse y consolidarsecomo un nico Estado y fuera a ser sentida como nacin por sus habi-tantes. Tal era, como los hechos han demostrado, una de sus historiasposibles, inverosmil e improbable incluso. Pero real: la nacin indonesiaconstituye de alguna manera un milagro, una apuesta, una afirmacinvoluntariosa de una de la historias y realidades posibles que hay queseguir construyendo decidida, perseverante y delicadamente.

    Cules son los ejes estructuradores, factores y actores que la han hecho

    posible?, cules son los que van a determinar los escenarios de futuro deIndonesia y las direcciones de su transformacin? Responder a la segun-da cuestin nos invita a contestar la primera y realizar un breve recorridopor los itinerarios y dinmicas de la transformacin de Indonesia en smisma.

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    Ejes estructuradores de la construccin nacionalindonesia

    Entre los grandes problemas y ejes estructuradores de la agenda nacio-nal indonesia procede destacar:

    La problemtica derivada de su dimensin y diversidad tnica, reli-giosa y geogrfica, que a su vez presenta una triple dimensin:

    La tensin entre el centro y la periferia, y su reflejo en la disyuntiva entre

    un Estado fuertemente centralizado o un Estado federal o altamente descen-tralizado como frmula para satisfacer las demandas de legitimidad y eficaciade los ciudadanos y la viabilidad y unidad del Estado; entre la necesidad deuna direccin nica que refuerce lo comn y el sentido de unidad y la de queello no signifique uniformizacin e imposicin de la etnia, religin o culturamayoritaria, que respete a las minoras y especificidades y les otorgue un senti-do de apropiacin del poder a travs de un adecuado grado de autogobierno.Esta tensin pone en evidencia la cuestin del dominio de Java sobre el restodel archipilago: con ms de cien millones de habitantes en una superficie

    rectangular que superpuesta a la pennsula Ibrica equivaldra a su mitadnorte, y una cultura centenaria altamente sofisticada, pues el archipilago hasido siempre un imperio javans o gobernado desde Java, con la consiguientesensibilidad del resto de las islas hacia sta.

    Esta sensibilidad est presente en todas las islas fuera de Java, espe-cialmente en aqullas de religin mayoritaria no musulmana, que hanprotagonizado en algunos casos revueltas independentistas1, resoluble entrminos de descentralizacin y respeto a las minoras sin cuestionamien-to de la unidad nacional, con las excepciones tras la autodeterminacin

    1. Mencin especial merece el caso de las Molucas, alineadas con el poder colonial holandsdurante la guerra de independencia, que proclamaron una repblica independiente, cuyogobierno se mantuvo en el exilio en Holanda tras su retirada.

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    de Timor Leste a favor de la independencia de Aceh e Irian Jaya, dondehan existido movimientos independentistas con slido apoyo de unaparte significativa de la poblacin. Aunque se trata de casos distintos elde Aceh, en el norte de Sumatra, basado en la ambicin de establecer unEstado confesional islmico; el de Irian Jaya, antigua Papa holandesaconquistada por Indonesia en 1962 y anexionada tras un referndumcuestionado en 1969, al deberse su pertenencia a Indonesia ms a unaopcin de sta que a la de su propia poblacin, su presencia en laagenda poltica indonesia es cualitativamente distinta, y ocupa en ella

    estructuralmente un lugar destacado. La diversidad y convivencia religiosa, y especialmente las relacio-nes entre el islam y el Estado2. Convivencia, al igual que las relacionescentro-periferia, afectada hoy por la poltica de transmigrasi impulsadapor Suharto, por la que, como solucin a la sobrepoblacin de Java, diezmillones de personas procedentes de sta se establecieron en otras islasde Indonesia, muchas de ellas de religin mayoritaria no musulmana,rompiendo as la uniformidad religiosa. Con el 85% de su poblacin queprofesa el islam, Indonesia constituye el Estado con mayor poblacin

    islmica del mundo, por lo que la articulacin poltica y social del islam ysu planteamiento de las relaciones entre ste y el Estado resulta un factordeterminante en su configuracin. Mas el islam en Indonesia dista de serun todo unitario, por lo que procedo a destacar para su comprensin dosejes estructuradotes o lneas de distincin: por un lado, la que se da, enel mbito de la prctica religiosa, entre la cultura santri, observadoresestrictos de las prcticas religiosas establecidas por el Corn, y la aban-gan, musulmanes nominales con una prctica ms laxa de la religin alo que no es ajena en Java la superposicin del islam a una poca hind

    y a tradiciones espirituales ancestrales-; por otro, la distincin que cabe

    2. Para un anlisis en mayor profundidad sobre las relaciones entre el islam y la poltica enIndonesia, vase Manuel Montobbio, 2004.

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    establecer en el mbito de la organizacin poltica y social del islam entretradicionalistas y modernistas. Los primeros, con una visin sincretistadel islam que incorpora tradiciones anteriores, fundamentalmente locali-zados en reas rurales y pobres, especialmente en Java, son relativamentetolerantes con religiones distintas al islam, no propugnan necesariamentela confesionalidad del Estado y defienden un discurso poltico populistay nacionalista, estn organizados en Nadlatul Ulama, que, con sus 30millones de afiliados, es la organizacin musulmana ms numerosa delmundo. Los segundos se cien a una interpretacin ms literal del Corn,

    tienen su base social fundamentalmente en las ciudades y capas de lapoblacin con mayor educacin y poder adquisitivo, y mantienen undiscurso poltico cuestionador del carcter laico del Estado y partidario deun especial reconocimiento y posicin del islam por parte de ste, y cuyaprincipal organizacin histrica es la Muhammadiyah, con 28 millonesde afiliados. Distinciones y pluralidad que hacen que las relaciones entreel islam y la poltica no se desarrollen slo del uno a la otra, sino quesean complejas y multidireccionales: no slo hay islam en la poltica, sinotambin poltica en el islam. Sin olvidar la cuestin o debate de la com-

    patibilidad entre islam y democracia, sobre la que la experiencia indone-sia muestra muchas posibilidades de resolucin favorable3. En la era delchoque de civilizaciones, Indonesia puede constituirse y se constituye enel pas de la convivencia de civilizaciones.

    La minora china, y especialmente su poder econmico. Indonesiacuenta con unos seis millones de ciudadanos de origen chino (chinos deultramar), con una posicin prominente en su vida econmica ya desdetiempos de la colonia, que controlan el 70% de las empresas indone-

    3. En este sentido, Hefner seala Nowhere in the Muslim world have Muslim intellectualsengaged the ideas of democracy, civil society, pluralism and the rule of law with a vigor andconfidence equal to that of Indonesian Muslims (Robert W. Hefner, Islam and Nation inthe Post-Suharto Era, en Schwarz y Paris, 1999).

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    sias cotizables en bolsa. El factor tnico, sumado al de la acumulacinde riqueza y a que una buena parte de ellos son cristianos, ha creadoresentimientos en la opinin pblica y en buena parte de la poblacin,percepciones negativas en el imaginario colectivo4incluso dubitativasde su fidelidad nacional, lo que llev tras el golpe de 1965 a la prohibi-cin de la educacin y publicacin en chino, y a la indonesizacin de losnombres de muchos chinoindonesios- que dan lugar a manifestacionesviolentas en su contra y a la tendencia o tentacin de convertirlos enchivo expiatorio en situaciones de crisis. Frente a ellos, estn los pribu-

    mi, hijos de la tierra u originarios del archipilago, y el planteamientode una discriminacin positiva en su favor. En el mbito empresarial,existe el intento de promover una lite o empresariado pribumi frente alpredominio de la minora china, especialmente impulsado por Suharto(empezando por su propio entorno familiar).

    La problemtica de la construccin de un Estado, de un rgimen yun sistema poltico legtimo y eficaz, del Estado de derecho, de la posi-bilidad de participacin y oposicin, de la configuracin de la cultura

    poltica, y el reto de la construccin y consolidacin de la democracia.Marco y contexto en que las Fuerzas Armadas Indonesias y las rela-

    ciones cvico-militares ha constituido histricamente un especial pro-tagonista y temtica. Pues, de alguna manera, en Indonesia las Fuerzas

    Armadas no nacen del Estado, sino el Estado de ellas, fruto de su luchapor la independencia, a la que consideran, al igual que el Estado y lanacin, de alguna manera su hija, con esa responsabilidad de cuidado,educacin y salvaguardia que caracteriza la paternidad. Estado del quehan sido columna vertebral, que fue posible gracias a su existencia,

    desarrollado en su estructura civil a partir y sobre sta. En expresin

    4. Para una visin completa y en profundidad de dichas percepciones, vase Suryadinata,1992.

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    , poder estructural en el sistema poltico indonesio, conuna elaborada teorizacin histrica de su funcin, tanto militar comopoltica, cristalizada en las doctrinas de la defensa popular total y de ladwifungsi o doble funcin militar y poltica, especialmente comogaranta de la unidad y la estabilidad nacional-, que ha tenido su reflejo,entre otros mbitos, en la kekaryaan o encuadramiento de militares enpuestos de la Administracin civil, desde ministros o embajadores a altoscargos o gobernadores provinciales, o en la asignacin de un nmerode escaos en el Parlamento. Una institucin y una sociedad, tras la

    transicin democrtica, a las que se les plantea el reto de construir unasrelaciones mutuas desde la madurez de la respectiva evolucin.

    La problemtica del desarrollo humano sostenible o de la viabilidadsocioeconmica para un pas que, a pesar de sus inmensas riquezas natu-rales, llega a la independencia con una inmensa mayora por debajo delumbral de pobreza y un nfimo nmero de cuadros universitarios. Deque el Gobierno y el Estado no slo se constituyan, sino sean capacescon sus polticas de satisfacer efectivamente las necesidades de la pobla-

    cin, de producir crecimiento sostenible, una adecuada y equilibradadistribucin de la renta social y geogrficamente-, la satisfaccin delas necesidades bsicas en infraestructuras y sanidad, y especialmente lasocializacin a travs de la educacin, base de la ciudadana y el desarro-llo a largo plazo.

    5. Takashi Shiraisi, The Indonesian Military in Politics, en Schwarz y Paris, 1999. P. 74.

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    La metamorfosis de Indonesia en s misma: recorridoy aproximacin

    La metamorfosis de Indonesia en s misma encuentra sus orgenes y semi-lla en la figura de Sukarno, artfice de la independencia, padre de la nacine instaurador del Viejo Orden; y en la Constitucin de 1945 proclamadacon carcter provisional por Sukarno y Hatta con la independencia y, sinembargo, con la excepcin del perodo entre 1950 y 1959, fundamento delsistema poltico indonesio, hoy con reformas sustanciales. Asimismo, reali-

    za su recorrido por el viejo orden de Sukarno, su proclamacin de la demo-cracia guiada ante el fracaso de la Konstituante, Asamblea Constituyenteconvocada en 1955, bruscamente finalizada el 30 de septiembre de 1965y los hechos trgicos que alumbraron la instauracin del Nuevo Ordende Suharto, Bapak Pembangunan o padre del desarrollo, y su necesidadde cambio a partir de l, con la problemtica de persistencia y crisis queno podr superar la crisis econmica de 1998. La dimisin de Suharto yla asuncin de la presidencia por el hasta entonces vicepresidente Habibiesupone el inicio de un proceso de transicin democrtica que dar lugar a

    la instauracin y consolidacin de un nuevo rgimen, con las eleccionesfundacionales de 1999 y las primeras presidenciales de 2004, puesta enprctica de las transformaciones constitucionales y polticas surgidas de lasprimeras, como puntos de inflexin decisivos. Realicemos a continuacin,siquiera sea a vuelapluma, un recorrido por las fases de dicha metamorfosis,que nos permita adquirir conciencia, al volver la vista atrs, de sus qu,porqus y cmo.

    Sukarno y los orgenes de la nacin indonesia. Una aproximacin

    al Viejo Orden

    La independencia y los orgenes de la nacin indonesia se encuentranen buena medida en el nacionalismo indonesio, movimiento surgidoen los aos veinte bajo el liderazgo de Sukarno entre miembros de la

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    burguesa local ilustrada de la colonia holandesa, educada en sus insti-tuciones, organizado desde 1927 en el Partido Nacionalista Indonesio,con el lema una nacin, Indonesia; un pueblo, el indonesio; un idio-ma, el bahasa indonesia. Esta ltima opcin resultar particularmenteestratgica para la futura construccin nacional, pues frente al javansidioma de origen snscrito con caracteres cirlicos y complicada gram-tica-, este movimiento compuesto esencialmente por javaneses opta porel bahasa indonesia, lingua franca relacional hablada hasta entonces enlas costas para el comercio en el archipilago, sin especial tradicin lite-

    raria y estructura sencilla. Precisamente por ello ms fcil de imponersepolticamente, al no ser contemplada por el resto como una imposicinjavanesa, y educativamente, como lo demuestra el hecho de que, mediosiglo despus de la retirada holandesa, el holands haya dejado de hablar-se totalmente y toda la poblacin indonesia habla el bahasa, adems de lalengua de su respectiva etnia o cultura. En definitiva, dicho movimientonacionalista supone una apuesta clara por una de las historias posiblesante la eventualidad de la futura desaparicin del poder holands lade un nico Estado indonesio en los confines del imperio colonial-, un

    actor organizado para su consecucin y unas lites para el reemplazo, yun vehculo para la construccin nacional el bahasa indonesia-.

    Movimiento condicin necesaria pero no suficiente para la indepen-dencia: esta ltima ser la invasin japonesa del archipilago durantela Segunda Guerra Mundial, que supuso para la poblacin indonesiala cada del mito de la superioridad holandesa al tiempo que una dolo-rosa experiencia a pesar de las expectativas iniciales. Pero sobre todo laventana de oportunidad para, al calor de la derrota japonesa, procla-mar el 17 de agosto de 1945 la independencia, que el poder colonial

    acabar reconociendo tras una larga y cruenta guerra en 1949. Luchapor la independencia que se constituir posteriormente en fuentede legitimidad poltica, junto a la emanada de las urnas. Perodo delucha en que la independencia constituir el objetivo comn aglutina-dor de las distintas fuerzas y actores polticos y sociales. Conseguida

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    sta, emergern distintas visiones en torno a la nacin que haba queconstruir, presentes especialmente en dos momentos de debate dedefinicin nacional, en 1945 y durante la Konstituante o AsambleaConstituyente (1955-1959).

    Visiones que Schwarz (2000) alinea en tres grandes grupos: los integra-dores o pancasilistas, para los que, basndose en la tradicin javanesa,la sociedad prima sobre el individuo, siendo sta la verdadera detenta-dora de la soberana y el poder ejercido paternalmente por los lderespolticos; los islamistas, partidarios de la confesionalidad del Estado, si

    bien con diferentes visiones en otros asuntos; y los constitucionalistas,preocupados no tanto por las bases ideolgicas del Estado como por susinstituciones, mecanismos y regulacin jurdica, as como por las garan-tas y derechos del ciudadano frente a ste.

    En el debate constitucional de 1945, en las semanas previas a la inde-pendencia (la Constitucin fue promulgada con carcter provisional alda siguiente a sta), Sukarno ofreci como frmula de compromiso ladoctrina del Pancasila o los cinco principios: creencia en un nico Dios,

    justicia y respeto entre los pueblos, unidad de Indonesia, democracia

    por deliberacin entre representantes, y consenso y justicia social. Setrata de una frmula de principios deliberadamente amplios y genricos,susceptible de constituir el punto de encuentro entre diferentes visiones,si bien, posteriormente, especialmente durante el Nuevo Orden, serutilizada desde el Estado en una interpretacin acorde con la visinintegradora, justificadora de la ideologa en el poder y excluyente deotras. De hecho, fue efectivamente objeto de consenso, y se incorporal prembulo de la Constitucin, si bien los islamistas propusieron queel primer principio fuera formulado como creencia en un nico Dios,

    con la obligacin para los adherentes al islam de aplicar la ley islmica(shariah). Esta modificacin en principio iba a ser incluida, pero, poriniciativa de los nacionalistas y los partidos no musulmanes fue final-mente suprimida en la Constitucin proclamada, lo que ha constituidouna fuente de desconfianza de los islamistas hacia el sistema, y eterno

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    referente en la Historia poltica y constitucional, al reflejar la cuestinclave para la definicin del Estado como islmico.Indonesia ha tenido tres constituciones, todas ellas promulgadas provi-

    sionalmente: la de 1945, corta y abierta, presidencialista; la ConstitucinFederal de 1949; y la de 1950, que entr en vigor al finalizar la guerra deindependencia y regul la vida poltica de la repblica en sus primerostiempos. Esta ltima fue ms larga, a diferencia de la de 1945, y esta-bleca un sistema parlamentario y regulaba detalladamente las garantasy derechos individuales, las instituciones del Estado y el equilibrio de

    poderes. Alcanzada la independencia, constitua la base para la instaura-cin y puesta en funcionamiento del rgimen y el sistema poltico, cuyalegitimidad exiga la celebracin de elecciones, que finalmente tuvo lugaren 1955, precedida por una etapa de alta inestabilidad poltica, ante la altapolitizacin y polarizacin de los actores polticos y sociales y la opininpblica, con alto grado de movilizacin. Las elecciones de 1955, previs-tas en la Constitucin de 1950 para elegir la Asamblea que elaborara laConstitucin definitiva destinada a sustituirla, fueron las nicas plenamen-te libres y competitivas de la historia de Indonesia hasta 1999, y por ello

    importante referente histrico como muestra del posicionamiento polticode la ciudadana indonesia. Sin embargo, sus resultados6poco contribu-yeron al consenso. Mientras en el Gobierno Sukarno se apoyaba en lacoalicin Nasakom (nacionalistas, socialistas y comunistas), el consensoen la Konstituante resultaba difcil, especialmente en torno a la islami-cidad del Estado. No obstante, procede destacar el consenso alcanzado enimportantes mbitos, como el de los derechos humanos y el de las garan-tas y salvaguardias frente a la arbitrariedad del poder. La persistencia dela inestabilidad poltica, la rebelin en Sumatra por un grupo de militares

    que proclam el Gobierno Revolucionario de la Repblica de Indonesia,

    6. Partido Nacionalista Indonesio, 22.3%; Masyumi (musulmanes tradicionalistas), 20.9 %;Nadlatul Ulama, 18.4%; Partido Comunista Indonesio, 16.4%; Partido Socialista, 2%

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    con apoyo del partido Masyumi, lleva a Sukarno, entre otros factores,a proponer a la Konstituante la democracia guiada, que implicaba elretorno a la Constitucin de 1945, incorporando los consensos ya alcan-zados e incluyendo aquellos en materia de derechos humanos y garantas.El rechazo por la Konstituante de la inclusin de la islamicidad llevar denuevo a los partidos islmicos a rechazar la propuesta de Sukarno, quien el5 de julio de 1959 disolvi la Asamblea, abrog la Constitucin de 1950 yproclam la entrada en vigor de la de 1945, sin adiciones.

    Ello tuvo como consecuencia la disposicin de un mayor margen de

    maniobra poltica por parte de Sukarno, basado en la Constitucin de1945 y en una consideracin del propio carisma y el contacto directoentre lder y pueblo, sin intermediarios institucionales, como fuente delegitimidad, conectando con las tradiciones del feudalismo javans. Perono slo Sukarno ve fortalecido su poder con la democracia guiada, sinotambin el Partido Comunista con 300.000 cuadros y dos millones deafiliados, el mayor del mundo tras el chino y el sovitico-, en el que setiene que apoyar cada vez ms, y las Fuerzas Armadas, que, imbuidaspor su sentido de misin de salvaguardia de la unidad nacional, se ven

    crecientemente frustradas ante la inestabilidad poltica y acreedoras deun mayor protagonismo poltico, por lo que apoyarn decididamente lainstauracin de la democracia guiada, en la que -al calor de su con-sideracin como grupo funcional contemplado por la Constitucinde 1945, lo que les otorga una posicin formal en el sistema poltico-,al tiempo que desarrollan la teorizacin de su funcin poltica, con laproclamacin en 1958 de la doctrina de la va intermedia por el general

    Abdul Haris Nasution, que afirma su doble condicin de fuerza mili-tar y sociopoltica, base para la posterior formulacin de la dwifungsi.

    Democracia guiada que se desarrolla en un contexto internacionalaltamente confrontativo, en que, tanto por su situacin interna comopor sus posicionamientos internacionales y su situacin estratgica enplena Guerra Fra, Indonesia es contemplada con preocupacin por laspotencias occidentales; as como rgimen poltico que har ms fcil

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    posteriormente a Suharto la instauracin de su Nuevo Orden. Comoseala Schwarz (2000: 23), Guided Democracy provided a sufficientlyserviceable vehicle for Soeharto: all that was lacking was to replace itscivilian leadership with one drawn from military ranks.

    Pues en definitiva, ms all de la interpretacin de los hechos del 30de septiembre de 19657, su consecuencia fue el desmoronamiento delrgimen poltico existente, la asuncin del poder efectivo por los milita-res, y especialmente por Suharto, que culminar con su eleccin comoPresidente en 1967, momento que podemos considerar de instauracin

    del rgimen que ser conocido como el Nuevo Orden.Por su relevancia para el anlisis del actual proceso de transicin yconsolidacin democrtica, tres elementos de la experiencia anterioral Nuevo Orden resultan a mi juicio especialmente destacables: laexperiencia traumtica, verdadero drama civil, de la nica sucesin pre-sidencial; la experiencia de pluralismo parlamentario y de negociacionespara un pacto fundacional; y al mismo tiempo la existencia de elementoscomunes entre el Nuevo Orden y el preexistente, que cuestionan laimagen de absoluta contraposicin cultivada por ste.

    La Constitucin de 1945

    Como se ha sealado ya, se trata de una Constitucin breve, concebiday promulgada como provisional, amplia, flexible, presidencialista, queotorga amplio margen a las posibilidades de aplicacin y de funciona-miento real del sistema poltico, para el que determina los siguienteselementos definidores:

    El Pancasila como base ideolgica del Estado.

    7. Secuestro y asesinato de seis generales y un teniente, atribuido a un intento de golpe delPartido Comunista, que llev al contragolpe de las Fuerzas Armadas dirigido por Suharto,que provoc en los meses siguientes a una feroz represin, cuyas vctimas se cuentan entre100.000 y un milln.

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    Su carcter unitario y republicano (a. 1). La soberana es atribuida al pueblo y ejercida por la AsambleaConsultativa Popular (Majelis Permusyawaratan Rakyat-MPR), conformadapor los miembros del Parlamento (Dewan Perwakilan Rakyat-DPR), ascomo por delegados de territorios regionales y grupos segn se prevea enregulaciones estatutarias (a. 2), debiendo reunirse al menos una vez cadacinco aos y adoptando sus decisiones por mayora. De ah se desprendeque, en cuanto institucin que ejerce la soberana, la MPR se encuentraformalmente en la cspide del rgimen poltico; as como que la legitimidad

    y el acceso a ser detentador de la soberana popular no procede slo de laselecciones, sino tambin de la pertenencia a determinado grupo o territorio.Ello har posible la atribucin a las Fuerzas Armadas de determinado nme-ro de escaos, o que la MPR llegue a tener en tiempos de Suharto el doblede miembros que la DPR, elegidos de hecho los no pertenecientes a sta porel propio Presidente al que sta a su vez tiene la competencia de elegir. Puestal constituye sin duda su principal competencia al tiempo que principalcaracterstica del rgimen poltico definido por la Constitucin de 1945: elPresidente y el Vicepresidente de la Repblica no son elegidos ni por sufragio

    universal ni por los miembros del Parlamento, sino por la MPR (a. 7). sta,igualmente, determinar la Constitucin y las principales lneas directricesde la poltica del Estado.

    En cuanto al Poder Ejecutivo, el Presidente ejercer el poder deGobierno de acuerdo a la Constitucin (a. 4), ser el comandante en

    jefe del Ejrcito, la Armada y la Fuerza Area (a. 10), tendr el poder deelaborar regulaciones de acuerdo con el DPR (a. 5) y ser asistido porministros a los que tiene la competencia de nombrar y cesar (a. 17), par-metros que dejan al Presidente un amplio margen constitucional para el

    desempeo de sus funciones. El DPR se reunir al menos una vez al ao y aprobar las leyes, excepto

    en caso de emergencia, en que el Presidente tendr derecho a promulgarregulaciones en lugar de leyes, correspondindole igualmente aprobar elPresupuesto.

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    Respecto al Poder Judicial, establece nicamente que ser ejercidopor la Corte Suprema y otros tribunales con la composicin y funcionesque se establezca por ley.

    En cuanto a los derechos y garantas de los ciudadanos, se reconocela igualdad ante la ley, el derecho al trabajo y a la vida digna y a la educa-cin, estableciendo que los derechos de reunin y asociacin, la libertadde expresin y similares sern regulados por ley (a. 28).

    Tan destacable de una Constitucin resulta lo que regula como lo que no

    regula, y en este sentido cabe destacar de la Constitucin indonesia de 1945,junto a la definicin de las instituciones y grandes principios del Estado,el amplio margen que deja para la concrecin del funcionamiento real delsistema poltico a su desarrollo legislativo y a la accin real de los actorespolticos, como la propia experiencia de su aplicacin ha demostrado.

    Construccin y caracterizacin del Nuevo Orden

    Si, siguiendo a Morlino (1985), consideramos un rgimen poltico

    como algo vivo y por ello susceptible de diferentes estadios de evolucin,persistencia y crisis, fundamentalmente determinados por las dinmicasde legitimidad, eficacia y movilizacin que en l se desarrollan, cabesealar como punto de partida de la instauracin y posterior consolida-cin del Nuevo Orden la coalicin fundante establecida por Suhartoy ABRI, con la anuencia o expectativa de otros actores polticos rele-vantes, tras el 30 de septiembre de 1965, y su control de las estructurasde enforcement o de coercin, determinantes en ltima instancia delpoder, especialmente en una coyuntura de crisis, a lo que sigui la asun-

    cin formal de la presidencia por Suharto en 1967, con el consiguientecontrol de las restantes estructuras del Poder Ejecutivo (estructuras dedecisin) y legitimidad institucional, a partir de lo que impulsar estra-tegias de legitimidad, eficacia y movilizacin para alcanzar la persistenciaestable del rgimen, que se desarrollan en las siguientes direcciones:

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    La creacin de una estructura de intermediacin propia, el Golkar oGolongan Karya, que -definido como grupo funcional8y construido sobre labase de anteriores partidos nominalmente musulmanes, fundamentalmentepor parte de ABRI constituir al tiempo un instrumento de movilizacindesde arriba, reclutamiento de cuadros civiles, accin poltica y una maquina-ria electoral. Esta accin sobre las estructuras de intermediacin se completa,en el plano poltico, por la reestructuracin de los partidos previamente exis-tentes, con la prohibicin del Partido Comunista y la fusin del PNI y otrospartidos no confesionales en el Partido Democrtico de Indonesia (PDI) y

    de los partidos musulmanes en el Partido del Desarrollo Unido (PPP); y enel social, por el establecimiento del sindicalismo vertical y nico. La celebracin de elecciones en 1971 y, a partir de entonces, cada cinco

    aos. Elecciones concebidas ms como evento de participacin, legitimaciny ejercicio de pluralismo limitado que como competicin por el poder.

    La elaboracin de un discurso poltico legitimador, basado en el desa-rrollo como objetivo nacional9, en el recurso a la tradicin javanesa10comoexplicativa y justificativa de los modos de ejercicio del poder y la autoridad ylas especificidades del rgimen, y en la afirmacin nacionalista.

    El desarrollo, doctrinal y real, de la dwifungside ABRI, con todas susimplicaciones, entre ellas la kekaryaan.

    Sobre todo, en el plano de la eficacia, el desarrollo de polticas pbli-cas que harn posible el crecimiento sostenido del 7% durante tres dca-das, y notables avances en salud y educacin, as como la satisfaccin de

    8. Esta diferenciacin entre grupo funcional y partido poltico resultar polticamente relevan-te en el Nuevo Orden, al permitir la legislacin determinados derechos a los primeros

    que niega a los segundos.9. As, Suharto era llamado Padre del Desarrollo.10. La relacin paternal con la autoridad, la deliberacin por consenso, el no perder cara, la

    consideracin de las prcticas y tradiciones de los antiguos sultanes javaneses constituyenelementos constantes en los intentos de explicacin del funcionamiento del Nuevo Or-den, desde dentro y desde fuera.

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    otras necesidades bsicas (como la autosuficiencia alimentaria en arroz,que ser presentada como un hito). En el plano internacional, se asistir a la progresiva legitimacin del

    rgimen, por su importancia y alineamiento en la confrontacin Este-Oeste, por los logros en el desarrollo socioeconmico, que llevarn aespecial reconocimiento, y por el desarrollo por parte de Suharto de unalabor de estadista internacional en sus ltimos aos (por ejemplo, laPresidencia del Movimiento No Alineado).

    La propia prctica poltica y ejercicio del poder, en el que Suharto se

    revelar como un hbil manejador de las relaciones con todos los actoressignificativos, situndose en el centro de todas las decisiones relevantes.

    El desarrollo de dichas dinmicas, y especialmente la legitimidad con-creta emanada de los resultados de las polticas pblicas desarrolladaspor el rgimen en el mbito socioeconmico, llevarn a Suharto a suconsolidacin y a su persistencia estable.

    Si para la caracterizacin del sistema poltico del Nuevo Orden recu-rrimos a la clsica definicin de Linz sobre los sistemas autoritarios11y a

    los elementos definidores que en base a ella establece Morlino (1994a),podemos definirlo como un rgimen autoritario, que se caracteriza porlos siguientes elementos:

    Una coalicin dominante conformada por las Fuerzas Armadas(ABRI), el Golkar y las lites econmicas.

    Un pluralismo poltico limitado a tres actores (Golkar, PDI y PPP),de los cuales slo uno tiene posibilidades reales (y en algunos aspectoslegales) de plena accin poltica y de acceso al Gobierno.

    11. Sistemas polticos con un pluralismo poltico limitado, no responsable, sin una ideologaelaborada y directora (pero con una mentalidad peculiar); carentes de una movilizacin po-ltica intensa (excepto en algunos puntos de su evolucin), y en los que un lder (o si acasoun grupo reducido) ejerce el poder dentro de lmites formalmente mal definidos, pero enrealidad bastante predecibles.

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    Una mentalidad/ideologa legitimante, basada en el Pancasila, y undiscurso poltico que recurre a la legitimacin del desarrollo, al nacio-nalismo y a la tradicin javanesa; y en el caso de ABRI, en la teora yprctica de la dwifungsi.

    Una ausencia de movilizacin poltica intensa acompaada, encontraste con la era precedente, de una escasa politizacin de la opininpblica-, en todo caso canalizada desde arriba por las estructuras deintermediacin establecidas por el rgimen.

    Suharto como lder indiscutible, que ejerce el poder dentro de lmi-

    tes formalmente mal definidos, pero en realidad bastante predecibles: deah que entre los analistas polticos abunden los suhartlogos, aquellosque consideran el conocimiento de la personalidad, biografa y pautas deactuacin del lder claves explicativas fundamentales del funcionamientodel sistema poltico.

    Un notable grado de estructuracin institucional del rgimen, basado enla Constitucin de 1945 en interpretacin adecuada a sus intereses12.

    Resulta igualmente aplicable al Nuevo Orden la caracterizacinde Przeworski (1995) sobre el rgimen autoritario, en el sentido de que

    en l el aparato de poder puede no slo actuar ex ante, sino tambin expost13: aunque regulado jurdicamente, el Estado indonesio no es plena-mente de Derecho, ya que no est plenamente sometido a l.

    12. Por ejemplo, la reunin de la MPR se realiza slo una vez cada cinco aos, siendo nombra-dos sus miembros no parlamentarios de hecho por Suharto, recurso a la excepcionalidadpara la aprobacin gubernamental de regulaciones en lugar de leyes, etc.

    13. El aparato de poder puede actuar no slo ex ante, sino tambin ex post, esto es, no slopuede establecer normas destinadas a prohibir ciertas acciones que podran dar lugar aresultados indeseables, sino que tambin puede anular esos resultados aunque se hayallegado a ellos respetando sus propias normas... A diferencia de lo que ocurre en una de-mocracia, el conjunto de los resultados posibles no puede deducirse de las propias normas(1995: 79-80).

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    En definitiva, nos encontramos en el funcionamiento real del sistemapoltico con una ausencia real de divisin de poderes y contrapesos entreellos (cheks and balances) y de accountability, as como del grado de parti-cipacin y oposicin en el juego poltico que caracteriza a la poliarqua, ycon limitaciones e incertidumbres en el ejercicio de derechos y libertadespolticas fundamentales como las de reunin y asociacin o expresin. Sinembargo, con apariencia de democracia: como sealaba a principios de losnoventa Abderahman Wahid, Indonesia era una si oleh-oleh demokrasi(una como si fuera democracia). Y ello en una cultura poltica de aparien-

    cia: no importa tanto cmo son realmente las cosas, sino cmo parecen. Ysi el rey est desnudo, que nadie lo diga. Como en las funciones del wayangkulit14, la vida poltica indonesia parece transcurrir como una eterna reinter-pretacin del Ramayana, en que Suharto es el gran dalam15.

    Necesidad de cambio y problemtica de persistencia y crisis enel Nuevo Orden. La cada de Suharto

    Mas precisamente cuando el rgimen parece haber alcanzado esa

    estabilidad, empieza tambin a afrontar una doble problemtica y reto,que conlleva su necesidad de transformacin y adaptacin: el propiolmite biolgico de la vida de Suharto, junto con la necesidad y el retode afrontar su sucesin; as como la necesidad de procesar las demandasde una sociedad que sus propias polticas han transformado. Pues, dealguna manera, como todos los regmenes autoritarios que han alcanza-do la persistencia estable mediante la eficacia de sus polticas pblicas,el Nuevo Orden acaba siendo vctima de su propio xito, al dar lugara una sociedad en la que, desplazado del poder el lder autoritario, el

    mantenimiento de su rgimen no resulta ya posible.

    14. Teatro de marionetas o de sombras javans.15. Titiritero.

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    Cules son los cambios polticamente relevantes que se dan poco apoco en la sociedad? Aparte del mayor nivel educativo de la poblacin yla consecuente mayor capacidad analtica y crtica de la opinin pbli-ca, estos cambios son lo que podramos denominar la emergencia de lasociedad civil, la movilizacin desde abajo, que se refleja en una prensacrecientemente independiente y crtica, un movimiento de derechoshumanos y de organizaciones, un sindicalismo independiente cuestio-nador del sindicalismo oficial, una reemergencia de las organizacionesislmicas como fuerzas sociopolticas con agenda propia y ambicin de

    influir en la vida poltica, y en los posicionamientos de ciertos intelec-tuales con lderes que simbolizan y se constituyen en referente de esosplanteamientos alternativos o demandas de evolucin del rgimen:periodistas como los directivos de Tempo, Goenawan Mohamad y Fikri

    Jufri, por citar slo algunos, activistas de derechos humanos comoAdnan Buyung Nasution, sindicalistas como Mochtar Papapkan o lde-res islmicos como Abdurrahman Wahid al frente de Nadlatul Ulama y,posteriormente, Amien Rais al frente de la Muhammadiyah. Todos ellospersonifican y dan cara y ojos, y boca, hacia dentro y hacia fuera, a esa

    sociedad que, siquiera sea paulatina y limitadamente, demanda cambiosal poder poltico.

    Cambios en la sociedad, mas tambin en el rgimen, donde no dejande orse algunas voces demandantes de cambios limitados. Y especial-mente en las Fuerzas Armadas, progresivamente desplazadas por Suhartode codetentadoras del poder a instrumento de ste mismo. En la pers-pectiva sucesoria, ABRI quiere tener su propia voz, y asegurarse unaposicin protagnica en la futura evolucin del rgimen. Aunque conocasin de cada eleccin se especul que sera la ltima en que se presen-

    tara Suharto, a partir de mediados de los ochenta el debate sucesorio seplantea seriamente, y se traduce en la competicin por la vicepresiden-cia, a la que correspondera asumir la sucesin. Liderada por el generalBenny Murdani jefe del Estado Mayor y posteriormente ministro deDefensa intenta influir en la designacin vicepresidencial de 1988, que

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    recae en un cuadro del Golkar impuesto por Suharto, Sudharmono, peroen 1993 ABRI juega desde el principio sus cartas, imponiendo de hechola candidatura del general Try Sutrisno a la vicepresidencia.

    Asimismo, no debemos olvidar una sociedad internacional en muta-cin tras el fin de la Guerra Fra, en que la fidelidad occidental delrgimen deja de ser garanta de su apoyo incondicional, y en la quesoplan vientos democratizadores en lo poltico y globalizadores en loeconmico.

    Frente a dichas demandas de cambio, Suharto responde con la apertu-

    ra o keterbukaan, con la que el rgimen parece dispuesto a liberalizarseprogresivamente y a impulsar desde arriba cambios democratizadores, enel discurso y en la realidad. La creciente presencia de opiniones crticasen los medios, el ascenso limitado de la oposicin, especialmente elPDI, en las elecciones de 1992, o la creacin de la Comisin Nacionalde Derechos Humanos, que, si bien de nombramiento gubernamentaly con lmites de actuacin, da carta de naturaleza y legitimidad a laproblemtica de los derechos humanos en la agenda poltica de la queforman parte.

    Apertura, eso s, controlada. Abierta la caja de Pandora, Suharto quierecontrolar y canalizar adecuadamente las fuerzas liberadas. As, frente alresurgir islmico, viaja en 1991 a la Meca y e impulsa la creacin en1994 de la ICMI (Asociacin de Intelectuales Islmicos), organizacinpresidida por el entonces ministro de Tecnologa, B. J. Habibie, que pre-tende agrupar a las lites intelectuales islmicas, ofrecindoles al mismotiempo influencia y acceso al poder, y evitando as su oposicin frontal.Frente al movimiento de derechos humanos, se crea la ya mencionadaComisin Nacional de Derechos Humanos. Frente a los intentos de

    posicin unitaria del ABRI, su divisin progresiva entre un sector nacio-nalista o merah putih (rojo y blanco, colores de la bandera) y otroverde o islmico, liderado por su yerno, el general Prabowo Subianto, yuna poltica de ascensos y nombramientos tendente a impedir la confor-macin de posiciones unitarias. Frente al cuestionamiento internacional

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    especialmente tras la masacre en el cementerio de Santa Cruz en Dilien 1991, el desarrollo de una faceta de estadista internacional, que serefleja en la Presidencia del MNA (1992-95) y la mediacin indonesiaen el conflicto de las islas Spratly.

    Hay que sealar tambin, en esta poca, la emergencia de un factorde creciente importancia explicativa del funcionamiento real del sistemapoltico: la Primera Familia, por utilizar la expresin con que era cono-cida. Los hijos de Suharto demuestran, al crecer, una especial vocacinempresarial e inclinacin hacia los negocios, que resulta distorsionante

    del funcionamiento real de la competencia econmica, e incluso de lasreglas para la inversin extranjera, y a la que acaban supeditndose deci-siones econmicas, jurdicas y polticas.

    Sin embargo, una vez liberadas las marionetas adquieren su propiavida, la apertura no parece tan fcil de controlar por su proclamador,que frente a su evolucin va tomando una serie de decisiones que llevana su finalizacin. As como el nuevo perodo presidencial se inicia enmarzo de 1993 con la expectativa de constituir el de la profundizacinen la liberalizacin poltica emprendida, en 1994 hechos como el cierre

    del semanario Tempo y los diarios Editor y Detik, la prisin de MochtarPapapkan y la desarticulacin del sindicalismo independiente, o la inter-vencin ex posten la vida interna del PDI anulando las elecciones en quehaba resultado elegida presidenta del mismo Megawati Soekarnoputriindican que la keterbukaanha terminado. Al tiempo que en el gabinetelos tecncratas que haban controlado la poltica econmica se ven pro-gresivamente marginados en el Gobierno.

    En definitiva, frente a la alternativa de liderar un proceso cuya lgicallevara necesariamente a su desplazamiento del poder, aunque fuera

    pilotado por l mismo, Suharto responde frente a la evolucin de losacontecimientos con la lgica de la afirmacin de su poder y su mante-nimiento en l. Al tiempo que el desarrollo fruto de sus polticas pblicasva permaneciendo como su principal fuente de legitimidad, las pautasautoritarias se acentan y resultan ms estridentes en la sociedad que

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    ha evolucionado, como, por ejemplo, los ataques en varios casos a laindependencia judicial, que debe amoldarse a la voluntad de Suhartocomo nunca antes. Las siglas KKH (corrupcin, colusin y nepotismo),que constituyen el demonio que es necesario exorcizar de la vida polticaindonesia y contra las que se manifestarn las masas que pedirn la cadade Suharto, resumen en buena medida la realidad del Nuevo Ordenen sus ltimos aos.

    La crisis econmica asitica, que llega a Indonesia en 1997, vendr acuestionar la columna vertebral en que se sostiene todava la legitimidad

    y aceptacin relativa del rgimen. En sus primeros momentos, en baseal buen record de Suharto afrontando recesiones econmicas anteriores,los analistas contemplaban a Indonesia como a uno de los pases conms posibilidades de capear el temporal. Sin embargo, a diferencia de lasocasiones anteriores, Suharto no se pone en manos de los tecncratas,sino que mantiene un discurso nacionalista frente al FMI y el BM y,aunque llega a la firma de acuerdos con stos, no cumple en su totalidadlo prometido, en buena medida porque atenta contra su poder y losintereses econmicos de su familia y allegados16. El desplome del sistema

    bancario, la desaparicin de subsidios a determinados productos bsicos,con el consiguiente aumento de precios, la prdida de miles de puestosde trabajo, entre otros factores, sumen al pas en la que algunos analistashan calificado como la ms severa crisis econmica desde la SegundaGuerra Mundial: como datos indicativos, baste sealar que, en el veranode 1998, el nmero de indonesios que viven bajo el nivel de pobreza hapasado de 20 a 80 millones, y que en dicho ao el PIB experiment uncrecimiento negativo del 15%.

    Abortadas previamente las posibilidades de cambio desde dentro, neu-

    tralizadas las estructuras de intermediacin como actores eficaces en la

    16. Para un anlisis del tratamiento de la crisis econmica, vase John Bresnan, The UnitedStates, the IMF, and the Indonesian Financial Crisis, en Schwarz y Paris, 1999. P. 87-112.

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    conformacin de las polticas, el protagonismo en la movilizacin desdeabajo pasa de las lites a las masas, entre las que destaca el liderazgo asu-mido por el movimiento estudiantil, vinculando la protesta econmica ala demanda de democracia y de dimisin de Suharto.

    En esta situacin de crisis tiene lugar en marzo de 1998 (tras la cele-bracin de elecciones legislativas en el verano de 1997) la proclamacinde Suharto como presidente por un ltimo perodo de cinco aos por laMPR. Aleccionado por la experiencia de 1993, designa con antelacin aB. J. Habibie como vicepresidente, en lo que cabe contemplar ms como

    una afirmacin de poder al nombrar a un colaborador leal ms que aun posible sucesor17. Tras ello, designa un gabinete cuya composicin-determinada fundamentalmente por la lealtad-, especialmente en lascarteras econmicas18, hace perder a las instituciones internacionales lasesperanzas de un adecuado enderezamiento de una crisis ya de extremagravedad. La desesperanza y presin en la calle tambin aumenta. Frentea ella slo queda el recurso a la represin, que acaba conllevando sangre:el 12 de mayo mueren en la Universidad Trisakti cuatro estudiantes, loque provoca una nueva ola de protestas. Los propios miembros de la coa-

    licin dominante del rgimen se cuestionan el apoyo a la continuidad deSuharto en el poder: los militares se cuestionan la conveniencia de seguircon la represin, y analizan posibles escenarios de futuro; e incluso enel Golkar surgen voces crticas. El 18 de mayo, Harmoko, ex presidentedel Golkar y ex ministro de Informacin y portavoz parlamentario, soli-cita en una conferencia de prensa a Suharto la dimisin, con el apoyodel teniente general Syarwan Hamid, jefe del grupo parlamentario de

    ABRI. A Suharto slo le queda un cartucho: la conformacin de un

    17. De hecho, uno de los argumentos manejados por Suharto para no abandonar el poder enlos das anteriores a su dimisin fue precisamente que esta situacin dara lugar a la asun-cin de la presidencia por parte de ste.

    18. A modo de ejemplo, designa a Bob Hasan, el mayor monopolista de madera, como elministro de Comercio e Industria, que segn el FMI debe desarticular los monopolios.

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    nuevo Gabinete que le d un margen de confianza. El da 20 recibe unacarta de Ginanjar Kartasaasmita, Ministro coordinador para AsuntosEconmicos, y otros 13 miembros del Gabinete, a su vez parlamentariosdel Golkar, en la que rechazan formar parte del nuevo Gobierno dada laconveniencia de resolver primero los problemas polticos. Se ha queda-do solo. A las nueve de la maana del da 21 una breve ceremonia televi-sada recoge su dimisin y la proclamacin presidencial de Habibie.

    Fin del Nuevo Orden? La forma de la finalizacin por desmorona-miento de la presidencia de Suharto, la evolucin de la sociedad en que

    se produce y el equilibrio existente entre los actores sociopolticos apun-tan, como los hechos han demostrado, a la desaparicin del rgimen yel sistema poltico encarnado por el Nuevo Orden, en un proceso detransicin o de cambio poltico. Hacia dnde?

    La transicin democrtica

    Actores y problemas

    La cada de Suharto conlleva la descongelacin de los grandes pro-blemas de la construccin nacional indonesia, con toda su fuerza y tras-cendencia: el rgimen poltico afronta no slo el reto de su democrati-zacin y construccin del Estado de Derecho, sino tambin, y al mismotiempo, el de la superacin de la crisis econmica y el reencauzamientoen el camino del desarrollo sostenible, el de la descentralizacin y lasrelaciones intertnicas y con la minora de origen chino (erigida en chivoexpiatorio durante la crisis), el del nuevo papel de las Fuerzas Armadas yla recomposicin de las relaciones cvico militares, o el de las relaciones

    entre el islam y la poltica.Cules son los actores destinados a interpretar la obra de teatro o la

    pelcula de la transicin indonesia? En buena medida, los mismos queprotagonizaron la nica expresin libre de la voluntad popular en 1995.En primer lugar, los partidos, actores formales del sistema poltico,

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    entre los que cabe destacar el Golkar, interesado en su supervivencia enun nuevo rgimen; el PDI-P19, liderado por Megawati Soekarnoputri,heredero del PNI y encarnador de la lucha de oposicin a Suharto;y los partidos islmicos, el ya existente PPP, el PAN (Partido delMandato Nacional) fundado en 1998 por Amien Rais, con la ambi-cin de abrir el islamismo modernista a otras fuerzas, islmicas o no,con el objetivo de impulsar la democratizacin y el PKB (Partido delDespertar Nacional), constituido desde el Nadlatul Ulama y lideradopor Abdurrahman Wahid. Junto a ellos, aparte de una opinin pblica

    altamente movilizada, cabe destacar como actores especialmente relevan-tes al empresariado (en el que a su vez cabe distinguir entre empresariosde origen chino y pribumis), las Fuerzas Armadas, el movimiento estu-diantil que desempea un importante rol no slo en la movilizacin,sino tambin en el traslado de las demandas de la calle hacia las lites,los medios de comunicacin y las organizaciones de la sociedad civil,como el movimiento sindical o el de derechos humanos.

    En definitiva, nos encontramos ante una estructuracin suficiente delos intereses y grupos relevantes de la sociedad como para que pueda

    plantearse una transicin como pacto entre lites o actores polticos, enel marco del propio sistema, de la ley a la ley, sin que la cada de Suhartoimplique necesariamente el desmoronamiento del rgimen desde abajo.Pacto entre lites, s; pero tambin, o con, movilizacin desde abajo.

    El hombre que quiso ser Adolfo Surez?

    Como seala Schwarz, Habibie owed his rise to the presidency tonothing other than being the last beneficiary of Soehartos manipulation

    of the political system. Un acceso al timn del barco de la nacin indo-

    19. Partido Democrtico Indonesio de la Lucha, escisin del PDI tras la expulsin de su presi-dente, Megawati Soekarnoputri.

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    nesia en plena tempestad, cuando en el plano de la eficacia el Gobiernoafronta retos de resolucin de crisis no slo econmica, sino en prc-ticamente todos los frentes o ejes estructuradores de la construccinnacional indonesia, sin legitimidad ni base propia de poder. En claveflmica, afrontaba el indonesio ao que vivimos peligrosamente soloante el peligro.

    El nuevo Presidente afrontaba el Gobierno sin legitimidad, incluso con ladecepcin que supuso para buena parte del movimiento democrtico, quehaba luchado por la cada de Suharto, que el resultado de sta fuera su susti-

    tucin por Habibie. Ante la conciencia de la falta de legitimidad del pasado,Habibie apuesta por el cambio como fuente de legitimidad del futuro: sedeclara como Presidente de transicin y anuncia la celebracin de eleccionesal cabo de un ao, entre otras medidas liberalizadoras y simblicas, como laliberacin de presos polticos o la libertad para crear nuevos partidos, reco-nociendo as tcitamente la falta de legitimidad de las elecciones de las queemanaba su propio poder20, y pidiendo como un pagar para el futuro lalegitimidad prestada para (con la promesa de) desmontar el sistema ilegtimoque lo haba hecho Presidente.

    Legitimidad sta de la promesa, de la palabra, pero tambin de la efica-cia, de la accin. Accin al mismo tiempo de asentamiento en el poder,de alianza y puente, creacin de esa base de la que careca, con excepcinde la de algunos lderes e intelectuales musulmanes modernistas por supresidencia de ICMI y el apoyo a la expectativa del Golkar, como serefleja en la composicin de su primer Gobierno.

    Habibie busca la alianza, en primer lugar, militar: el inicio de la presi-dencia de Habibie queda marcado por el acuerdo con el jefe del EstadoMayor, el general Wiranto, lder de la faccin rojiblanca de ABRI, que

    20. Celebradas en 1997, no resultaba legalmente necesaria una nueva convocatoria de elec-ciones en cinco aos, por lo que Habibie hubiera podido permanecer en la presidenciahasta 2003.

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    apoyaba al Presidente a cambio de manos libres para el control de la ins-titucin, lo que provoca no poca tensin con el general Prabowo, jefe dela Reserva Estratgica (Kostrad), yerno de Suharto y lder de la faccinverde, con ambiciones de liderazgo de la institucin, finalmente saldadaa favor de Wiranto21.

    Tras el aseguramiento de las estructuras de enforcement, el Presidentebusca las de intermediacin: el control del Golkar, que consigue con lavictoria de su candidato a secretario general, Akbar Tanjung, en su con-greso de julio de 1998.

    Frente a la dificultad de la legitimidad interna, se apuesta desde elprincipio por la legitimacin internacional: un Habibie cuyo ascenso ala presidencia es recibido con preocupacin por las instituciones finan-cieras internacionales por sus antecedentes como impulsor de megapro-yectos tecnolgicos, se acerca desde el principio al Fondo MonetarioInternacional y el Banco Mundial, llega a nuevos acuerdos, y recurre denuevo a los tecncratas en el Gobierno Ginanjar Kartasaasmita comoministro coordinador para Asuntos Econmicos, y Wijoyo Nitisastroy Ali Wardana como asesores-, lo que supone una garanta para dichas

    instituciones y garantiza la interlocucin con ellas. En dicha clave delegitimacin internacional, aunque desde luego no slo en ella, cabecontemplar posteriormente su poltica sobre Timor Leste y su polticaexterior en general.

    Mas, sin embargo, el verdadero test para el asentamiento de Habibieen el poder, siquiera sea transitoriamente, lo constituye la sesin de la

    21. El 22 y 23 de mayo de 1998 tuvieron lugar los acontecimientos decisivos que determina-ron el control de ABRI por Habibie y Wiranto: la destitucin de Prabowo en Kostrad y susustitucin por el general Lumingtan, los intentos de Prabowo de contrarrestar la situaciny comprobacin de insuficiente nmero de tropas leales, la aceptacin final de su nuevadesignacin como director de la Academia Militar y posterior poltica de nombramientos demilitares leales a Wiranto en puestos clave. Para una narracin de los hechos, vase TakashiSiraishi, ob. cit.

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    MPR en noviembre de 1998. Como institucin constitucionalmentecompetente para nombrar al Presidente, puede plantear asimismo comohechos posteriores han mostrado su destitucin. Tal era el clamor dela calle, de los manifestantes que tras la cada de Suharto queran llevarms all el proceso democratizador. Es precisamente por eso que el cono-cido como pacto de Ciganjur, contraido entre Abduhrraman Wahid,Megawati Sukarnoputri, Amien Rais y el sultn de Yogyakarta en la casadel primero, en el barrio de dicho nombre, se configura en perspectivahistrica como punto de inflexin, momento fundacional en cuanto al

    cmo de la transicin, de la ley a la ley, cambiando el sistema conformea las propias reglas de juego, con el liderazgo o predominio de las litesrespecto a las masas, si bien sobre la base de la movilizacin de stas poremancipacin y no por constitucin, en la terminologa de Przeworski,al excluir los lderes ms crebles y aceptados de la oposicin democrti-ca la destitucin de Habibie por la MPR a cambio de la celebracin deelecciones en 1999 y otras medidas adoptadas por sta.

    En el plano poltico, cabe considerar en su conjunto las medidasadoptadas por Habibie la liberacin de los presos polticos, la libertad

    de expresin y de prensa, reunin y asociacin, de creacin y accin delos partidos polticos, la modificacin de la legislacin electoral- comoel proceso o fase de liberalizacin definido por ODonnell y Schmittery otros transitlogos, como el paso de las restricciones caractersticasde los regmenes autoritarios a las libertades fundamentales, base de lascondiciones de participacin y oposicin propias de la poliarqua, sibien todava bajo la institucionalidad del rgimen autoritario. A lo quese unen algunas modificaciones constitucionales adoptadas por la MPR,que sern analizadas ms adelante, tendentes al fortalecimiento del Poder

    Legislativo y a la limitacin del Ejecutivo, que inician ya un proceso detransformacin democratizadora del rgimen en el que las elecciones de1999 se plantean como fundacionales y motor del impulso definitivo.

    Mas, sin embargo, no constituye la democratizacin del rgimen el nicodesafo que deben afrontar Habibie y su Gobierno. El fin del Nuevo

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    Orden despierta y hace aflorar a la superficie de la agenda poltica prctica-mente todas las cuestiones fundamentales definidoras de la construccin yviabilidad nacional indonesia: desde la tensin entre el centro y la periferia,a la que se responde con una nueva legislacin descentralizadora que entra-r en vigor posteriormente; a las tensiones intertnicas, tanto respecto a laminora china en una coyuntura de crisis econmica como entre las comu-nidades religiosas; la presencia del islam en la escena poltica, que planteacon renovado vigor su ambicin de que su peso demogrfico se refleje enuna especial posicin en el sistema poltico, al tiempo que en la perspectiva

    electoral se estructura, adems del ya existente PPP, en tres nuevos partidospolticos el Partido del Despertar Nacional (PKB) de Wahid, el Partidodel Mandato Nacional (PAN) de Rais y el Partido del Creciente y la Estrella(PBB), aglutinador de los musulmanes modernistas ms conservadores-; elreplanteamiento de las relaciones cvico militares para unas Fuerzas Armadasa las que se contempla como sostenedoras del rgimen cado, y que lleva alnecesario replanteamiento y acotacin de la dwifungsi22; la problemtica dela vigencia efectiva del Estado de Derecho y el enfrentamiento del pasado,tanto en el mbito de las violaciones a los derechos humanos como en el

    econmico, especialmente respecto a los negocios de la ex Primera Familia;y la peor crisis econmica de la Historia de Indonesia...

    Por no mencionar la cuestin de Timor Leste, cuyo anlisis en pro-fundidad supera el planteamiento del presente trabajo. A los efectos desu relevancia para la transicin democrtica indonesia, baste sealar unadoble dimensin. Por un lado, la identificacin de la necesidad de afrontary resolver la cuestin timoresa con transicin democrtica asumida pro-gresivamente por las fuerzas y actores de la sociedad civil comprometidoscon sta, a lo que no es ajena la propia participacin de los timoreses,

    22. Reflejada en el compromiso parlamentario alcanzado en enero de 1999 de reduccin de losescaos reservados a los militares de 75 a 38 en el DPR y del 20 al 10% en las legislaturaslocales, y su desaparicin en 2004 (posteriormente prorrogado hasta 2009).

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    desplazados de su territorio, en el movimiento estudiantil y en el de dere-chos humanos, o el contacto establecido por Xanana Gusmao en prisincon otros presos polticos. Ello, junto a un desconocimiento generalizadode la opinin pblica y la difusin de lo acontecido al calor de la libertadde prensa. Por otro, la hipoteca constante que para la poltica exterior y lainsercin internacional de Indonesia esa piedra en el zapato de la quehablaba el Ministro de Exteriores Ali Alatas ha supuesto el estatus delterritorio como pendiente de descolonizacin, con Portugal como potenciaformalmente administradora e Indonesia como potencia ocupante, en el

    mbito de Naciones Unidas, y el test decisivo de legitimidad internacionalque puede suponer la resolucin del contencioso23.Esta situacin no significa en el primer mbito el consenso de todas las

    fuerzas y lderes polticos significativos respecto a la poltica timoresa deHabibie, pero s cuando menos su no oposicin activa. En el segundo,cabe considerar el posicionamiento de Australia en enero de 1999 trashaber sido durante mucho tiempo la nica potencia en reconocer laterritorialidad indonesia de Timor Leste a favor del ejercicio de auto-determinacin como un desencadenante que lleva a Habibie a ofrecer la

    autonoma y la celebracin de un referndum, admitiendo la posibili-dad de la independencia, en caso de rechazo de la primera. El acuerdoentre Indonesia y Portugal, bajo los auspicios de Naciones Unidas, en laprimavera de dicho ao, que confa a stas la celebracin de un refern-dum y la conduccin de un proceso de autodeterminacin de resultadosconocidos, marca el inicio de la desaparicin de esa piedra del zapato dela poltica exterior de Indonesia, sin descartar consecuencias interioresque podrn en su momento contemplarse en perspectiva histrica.

    Mas la democratizacin del rgimen no responde slo a la estrategia

    adoptada por sus autoridades, sino tambin a la emergencia de una alter-nativa estructurada e independiente. Como seala Przeworski (1995:

    23. Para una visin de ste en todas sus dimensiones, vase Montobbio, 1994.

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    92-93), la amenaza para los regmenes autoritarios no procede deldesmoronamiento de su legitimidad, sino de la organizacin de una con-trahegemona, de que existan proyectos colectivos para un futuro alter-nativo. Los individuos aislados slo tienen posibilidad de opcin polticaen presencia de alternativas colectivas. Contrahegemona y alternativacolectiva que se estructuran y encarnan progresivamente durante lapresidencia de Habibie en el PDI-P de Megawati Sukarnoputri, funda-do por sta tras su expulsin del PDI, que va dotndose de cuadros ypresencia en todo el archipilago, conectando la tradicin carismtica de

    Sukarno y el histrico PNI con el anhelo democratizador de las masas yla opinin pblica, encarnando en clave de pasado y de futuro el rechazoal Nuevo Orden y la opcin por el cambio. Opcin adoptada por losindonesios en las elecciones de 7 de julio de 1999.

    Fue o pretendi ser Habibie el Adolfo Surez de la transicin demo-crtica indonesia? Contempladas en perspectiva histrica, muchas sonlas semblanzas entre sus figuras: hombres provenientes del rgimen, alllegar al poder llevan a ste a una liberalizacin y a unas elecciones apartir de las cuales no ser posible el rgimen del que provienen, dando

    lugar potencialmente a su transformacin sobre una nueva base delegitimidad democrtica. Ambos asumen el riesgo de ser vctimas de supropio xito, de perder el poder en las elecciones que han convocadodesde l mismo. Con diferente suerte. Pues pese a su declaracin inicialcomo figura transitoria, Habibie apuesta posteriormente por ganar laselecciones que convoca. Los resultados de stas hacen de l un Surezperdedor de las elecciones de 1977 frente al PSOE, al arrojar un resul-tado que no le permite continuar en la presidencia, pero que por otrolado garantiza la supervivencia del Golkar como actor protagnico en el

    nuevo escenario poltico. Un Golkar que dista de ser, como en el casoespaol, una UCD aglutinadora de lites tanto del rgimen como de laoposicin moderada que apuestan por la victoria en torno a la figura delPresidente de transicin. Fracaso? En perspectiva histrica, la figura deHabibie aparece no tanto como el hombre que perdi, sino como quien

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    asumi el riesgo de perder para que el pas ganara, quien haciendo denecesidad virtud apost por abrir la caja de Pandora del cambio a travsdel pacto y la convocatoria electoral, por una de las historias posibles,una de las mejores historias para la Historia de Indonesia, en un momen-to de encrucijada para sta.

    Las elecciones fundacionales del 7 de julio de 1999

    Elecciones fundacionales en sentido transitolgico-, en cuanto su cele-

    bracin constituye una nueva fuente de legitimidad democrtica del siste-ma poltico y sus instituciones, al tener lugar en condiciones polirquicas decompetencia, participacin y oposicin, contempladas como tales por lospartidos, la opinin pblica y todos los actores significativos, nacionales einternacionales. A partir de ah, aunque en consolidacin y con complejosproblemas y retos de eficacia y construccin nacional ante s, el rgimenpuede ser considerado democrtico, la transicin democrtica concluida.No as el proceso de cambio poltico y la consolidacin democrtica cuan-do menos en una perspectiva no minimalista-, que afronta todava un largo

    camino de transformaciones fundamentales por recorrer.Fundacional, tambin, en sus resultados24, por cuanto establece el mapa

    del sistema de partidos con potencialidad de consolidarse en el rodaje delsistema poltico, suficientemente representativo de la sociedad indonesiaen su conjunto al tiempo que suficientemente estructurado como paragarantizar la gobernabilidad, en torno a tres grandes fuerzas: el PDI-P, elGolkar, y los diferentes partidos musulmanes aglutinados en el denomi-nado eje central, lo que les permite en su conjunto constituir un actorcon capacidad de negociacin en pie de igualdad con los dos partidos

    mayores. Sin olvidar que los militares siguen tras ellas disponiendo degrupo parlamentario propio.

    24. PDI-P, 154 escaos; Golkar, 120 escaos; PPP, 58 escaos; PAN, PKB, 51 escaos.

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    Modificaciones a la Constitucin de 1945 y configuracin de unnuevo rgimen poltico

    Aunque parlamentarias, las elecciones de 1999 fueron vividas comopresidenciales: quienes votaron por Megawati lo hicieron para llevarla ala presidencia, como hubiera sucedido en un sistema presidencial. Y saera la expresin de la voluntad popular que se desprenda de sus resul-tados. Y sin embargo, como resultado de dichas elecciones acab siendoPresidente Abdurrahman Wahid, al ejercer la MPR reunida al efecto, en

    octubre de 1999, la soberana que le concede la Constitucin, que eli-gi como Presidente a quien no haba obtenido el respaldo mayoritariode las urnas, pero s de las lites polticas representadas en la MPR, notodas ellas miembros de sta por eleccin popular. Sea con el argumen-to de que una mujer no puede ocupar la presidencia de la Repblicaposteriormente olvidado, como demuestra la realidad posterior o porotras razones, el consenso entre el Golkar y los partidos del Eje Centrallleva a Wahid contemplado como figura de consenso por su prestigiointelectual y su trayectoria de reivindicacin democrtica- a la presi-

    dencia y a Megawati a la vicepresidencia. Lo que, por una lado, ponede manifiesto las perversiones de ingeniera constitucional a que puedellevar la normativa constitucional vigente, no alterada por las eleccionescelebradas, planteando de cara al futuro la cuestin de la conveniencia desu reforma; y, por otro, determina el nacimiento de un primer Ejecutivodemocrtico, constitucional pero cuestionable en su legitimidad, frentea un Legislativo que encarna toda la legitimidad fundacional emanadade las elecciones. Legitimidad que hay que conquistar por la va de loshechos, de las polticas pblicas efectivamente desarrolladas, y de la con-

    certacin con el Legislativo.Wahid inicia su presidencia conformando un Gobierno de 35 miem-

    bros fruto de los pactos para alcanzar la presidencia en que estnpresentes todas las fuerzas polticas significativas lo que le deja sin opo-sicin con el objetivo de iniciar una nueva era y combatir definitiva-

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    mente la KKN. Resuelta la cuestin timoresa, en la agenda poltica siguen,sin embargo, la superacin de la crisis econmica y todas las grandes cues-tiones de la construccin nacional indonesia, que se plantea afrontar.

    En su haber cabe destacar avances en derechos humanos25; en lasFuerzas Armadas, donde destaca su separacin de la polica, que adoptala nueva denominacin de TNI; y en la descentralizacin administrativa,con la entrada en vigor, no exenta de polmica, de las leyes 22 y 25/1999,que prevn, entre otras cuestiones, la eleccin directa de autoridadesregionales y locales, la transferencia de competencias y del 25% de los

    ingresos del Estado y la participacin en los ingresos de la explotacinde los recursos naturales del territorio; o el dilogo con los movimientosindependentistas de Aceh y el planteamiento de autonoma para dichoterritorio, y la aproximacin a la problemtica de Irian Jaya.

    En su debe, el retraso en el cumplimiento de las medidas de polticaeconmica recomendadas por las instituciones financieras internacio-nales, la continuidad de la tensin intertnica, una conducta polticaerrtica decepcionadora de expectativas, una tal vez excesiva dedicacina la poltica exterior ante la crtica situacin interna, y especialmente

    el fracaso en la lucha contra la corrupcin, que el Legislativo ignora algobernar con un partido con tan slo el 10% de los escaos-, combi-nacin que acabar llevando a su destitucin.

    Durante la presidencia de Wahid el sistema constitucional de 1945 seconsolida en su funcionamiento ante la nueva legitimidad democrticadel Legislativo como un sistema de pacto entre Ejecutivo y Legislativo,entre el Presidente y el MPR, cuyas sesiones, anuales o extraordinarias,se convierten en la instancia de mxima definicin de la agenda y la vida

    25. Reforzamiento institucional y financiero de la Comisin Nacional de Derechos Humanos,reforma constitucional, creacin de tribunales ad hoc para juzgar violaciones de derechoshumanos, derogacin de la prohibicin de la enseanza de chino en las escuelas y manifes-taciones culturales chinas, juicio a las violaciones de derechos humanos en Timor Leste.

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    poltica indonesia, convirtindose efectivamente la MPR en la instanciade ejercicio de la soberana y determinacin de las grandes lneas de lapoltica del Estado que define la Constitucin, y como tal en la instan-cia predominante del sistema poltico, al no slo nombrar sino tambindestituir al Presidente.

    Esta trascendencia de las sesiones de la MPR se refleja en un dobleplano: por un lado, las decisiones de conduccin de la poltica del Estadoy el mandato al Presidente en determinadas cuestiones clave; por otro,las reformas o enmiendas constitucionales que va adoptando.

    As, la sesin de la MPR de octubre de 1999 elige como Presidente aWahid, y a Megawati como Vicepresidenta. Pero tambin adopta unaserie de enmiendas constitucionales que modifican las reglas del juegopoltico con que se inicia el mandato presidencial, como la posibilidadde una nica reeleccin del Presidente y el vicepresidente, la limitacinde determinadas potestades del Presidente (por ejemplo, el nombra-miento de embajadores, el derecho de gracia...) y el fortalecimiento delas competencias del DPR.

    La sesin de agosto de 2000 aprueba reformas de gran calado, que

    afectan a la esencia de la problemtica de construccin nacional indone-sia, entre las que cabe destacar:

    La definicin de un nuevo modelo de relaciones centro-periferia yde distribucin territorial del poder (a. 18), en provincias, distritos ymunicipios con cmaras de representantes y gobernantes democrtica-mente elegidos, autonoma ms amplia posible y respeto a los derechosde las unidades tradicionales de la sociedad, en el respeto al principio dela unidad del Estado indonesio y remitindose al desarrollo legislativo.

    Un fortalecimiento sustancial de las competencias del poder Legislativo(DPR), que establece la entrada en vigor automtica de las leyes si elPresidente no las ratifica en 30 das (a.19); las funciones legislativa,presupuestaria y supervisora; el derecho de interpelacin, pregunta, pro-puesta y recomendacin; y la inmunidad parlamentaria (a. 20).

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    El establecimiento de un nuevo captulo (XA) dedicado exclusi-vamente a los derechos humanos, de especial trascendencia no slopor su extensin cuantitativa y cualitativa que recoge los derechosfundamentales universalmente aceptados en su totalidad, sinotambin por su propia existencia, que de alguna manera supone eltriunfo de la visin constitucionalista y garantista presente desdeel inicio del debate constitucional indonesio, al asumir el carcteruniversal de los derechos humanos de los individuos, y no slo de lasociedad, como detentadores y protagonistas de stos, otorgndole

    garantas frente al poder del Estado, base del contrato social y elEstado de Derecho. Un captulo (XII) dedicado a la defensa y seguridad nacional, cuyoselementos ms destacables son el sistema de defensa y seguridadpopular Ejrcito-pueblo y la separacin entre el Ejrcito Nacional deIndonesia (TNI) compuesto por el Ejrcito, la Armada y la Fuerza

    Area y la Polica Estatal, hasta entonces integrada en ABRI.

    Mas la sesin de la MPR de agosto de 2000 no se dedica slo a la apro-

    bacin de las reformas constitucionales, sino tambin al control de unPresidente que ignora en su ejercicio las posiciones del Legislativo quelo ha elegido, Lo que se salda con el acuerdo por parte del Presidente deno abusar del poder que la Constitucin le otorga y de delegar la gestindiaria del poder en la Vicepresidenta, al tiempo que se prorroga hasta2009 el mantenimiento de 38 escaos para la Fuerza Armada.

    Tras ella, Wahid reforma su Gobierno, que pasa de 35 a 26 ministros,y del que salen los miembros del PDI-P y el Golkar, por lo que los dosgrupos parlamentarios mayoritarios pasan a la oposicin. En lugar de

    atender a las recomendaciones y gobernar con el Legislativo en talescircunstancias, contina ignorndolo. Su implicacin en dos casos decorrupcin Bulog y Brunei, en el marco de una actuacin errtica,polmica y populista, llevar, al negarse a cooperar con la investigacinparlamentaria, a su destitucin por la MPR.

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    Paradjicamente, el hombre que inicia su presidencia para llevar aIndonesia hacia el rgimen democrtico, que iba a reemplazar al nuevo rgi-men y a erradicar la corrupcin que encarn Suharto, termina como ste,solo. Sin que le sigan ni siquiera sus propios subordinados, como quedasimbolizado en la negativa del director de la Polica a aceptar su destitucin,y en la negativa del Ejrcito de aceptar la proclamacin del estado de emer-gencia, que hubiera impedido la convocatoria de la sesin extraordinariade la MPR, que le destituy el 23 de julio de 2001. Esta situacin generala imagen de ese Wahid que, con todos sus ministros, a excepcin del de

    Exteriores, habiendo dimitido, contina, tras la proclamacin del Megawaticomo presidenta, todava en el palacio presidencial, mientras afuera la vidasigue, y los astros de la poltica giran ya en torno a un nuevo Sol.

    Desde la perspectiva del proceso de transicin poltica, cabe conside-rar el perodo presidencia de Wahid como de sustancial transformacindemocratizadora del rgimen autoritario a travs de las reformas consti-tucionales, tanto en su definicin como en su funcionamiento real, carac-terizado por el fortalecimiento y centralidad del Poder Legislativo claroreflejo de la traduccin de la nueva legitimidad electoral y democrtica en

    poder poltico frente a un Ejecutivo con legitimidad prestada emanadade reglas heredadas del pasado, as como en la accountabilityno tanto

    judicial como poltica que determina en definitiva su propio fin.La eleccin, en julio de 2001, de Megawati Soekarnoputri como presi-

    denta y de Hamzah Haz, lder del PPP, como vicepresidente, con AkbarTanjung, lder del Golkar, como presidente del DPR, y Amien Rais, lderdel PAN, como presidente de la MPR, configura un cuadro de liderazgoinstitucional acorde con el liderazgo poltico y los resultados electorales,cuya gestin dar lugar a las reformas constitucionales de 2001 y 2002, por

    las que se crea la Cmara de las regiones con el mismo nmero de represen-tes cada una, que, junto a los miembros de la Cmara de Representantesde representacin proporcional a la poblacin, componen la MPR; seestablece la eleccin directa del Presidente y Vicepresidente de la Repblicapor sufragio universal; crea el Tribunal Constitucional; y se regulan las elec-

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    ciones y las autoridades regionales. Una gestin que finalizar, por primeravez, en unas segundas elecciones libres y competitivas, inauguradoras delnuevo rgimen emanado de las reformas constitucionales; lo que supone,por primera vez, la eleccin del Presidente por sufragio directo.

    Contempladas en su conjunto, y considerando el carcter abierto y brevede la Constitucin de 1945, las reformas constitucionales de 1999, 2000,2001 y 2002 suponen una transformacin sustancial del sistema consti-tucional y del rgimen poltico definido por la Constitucin, tanto en elfondo como en la forma. En el fondo, al cambiar, o establecer, la regulacin

    constitucional de elementos fundamentales en la definicin de un rgimenpoltico. En la forma, en cuanto encarnacin del protagonismo creciente delPoder Legislativo en el funcionamiento del sistema poltico.

    Las elecciones de mayo 2004 suponen la renovacin de los podereslegislativos nacional, regionales y locales conforme a la nueva institu-cionalidad definida e implican el paso en las presidenciales de MegawatiSukarnoputri y Susilo Bambang Yudhohono a una segunda vuelta quedan lugar a la eleccin, en septiembre de dicho ao, de este ltimo comoprimer Presidente de Indonesia elegido por sufragio directo.

    La culminacin por parte de Susilo Bambang Yudhohono de sumandato presidencial de cinco aos, que finalizar con las eleccionespresidenciales del prximo 8 de julio, y la celebracin de las eleccioneslegislativas el pasado 9 de abril apuntan hacia un escenario de conso-lidacin democrtica en que el sistema poltico se encamina hacia lapersistencia estable. Como reflejan los resultados de dichas elecciones-Partido Democrtico del Presidente Yudhohono, 150 escaos y 20,85%de los votos; Golear, del Vicepresidente Kalla, 107 y 14,45%; y PDI-P,de Megawati Soekarnoputri, 95 y 14,03%; y otros partidos con menores

    resultados- y la conformacin de las candidaturas presidenciales lidera-das por cada uno de ellos, el sistema poltico tiende a estructurarse entorno al liderazgo de esos tres partidos, donde destaca la consolidacindel creado por el Presidente Yudhohono frente a los partidos histricoscon los que compite.

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    El punto de llegada y los escenarios del futuro

    Las elecciones de 2004 suponen as la culminacin de un proceso detransicin democrtica y profunda transformacin del sistema poltico,superadora y canalizadora de las grandes cuestiones estructurales quehan condicionado la construccin nacional y la vida poltica indonesia,sustitucin definitiva del nuevo orden de Suharto, finalizado con sudimisin el 21 de mayo de 1998. Pues si bien no puede dejar de anotarseen el haber de su Vicepresidente y sucesor Habibie la renuncia a los aos

    que le correspondan constitucionalmente como Presidente para, previareforma electoral, convocar el 7 de julio de 1999 las primeras eleccionesdemocrticas desde 1955, fundacionales al otorgar al Poder Legislativo,y con ello al rgimen poltico, una legitimidad antes ausente; ste llegaa dichas elecciones sin alterar su transformacin constitucional e ins-titucional, democratizacin y el adecuado encauzamiento de grandescuestiones presentes en la construccin nacional indonesia -como la ten-sin centro-periferia, las relaciones entre el islam y la poltica o el papelpoltico del Ejrcito- asignaturas pendientes para las nuevas autoridades

    surgidas de las urnas.Pendientes entonces, y realidad ahora la metamorfosis del viejo nuevo

    orden. De una Constitucin de 1945 que otorgaba la soberana a unaAsamblea Popular Consultiva (MPR) compuesta por los miembros delParlamento y delegados de territorios y grupos segn se prevea en regu-laciones estatutarias su designacin influida por el Presidente que la

    Asamblea deba a su vez reelegir como institucin central de un sistemapoltico que centralizaba el poder en el Presidente, remitiendo la regula-cin de los derechos fundamentales o del Poder Judicial a la legislacin

    secundaria y dejando amplio margen a ste para el ejercicio del mismo.A otra fruto de las reformas constitucionales aprobadas por la MPRen sus sesiones de 1999, 2000, 2001 y 2002, articulacin silenciosa yprogresiva del consenso constitucional, que contrasta con el fr