104

Mil Novecientos Veinte

  • Upload
    ignacio

  • View
    280

  • Download
    4

Embed Size (px)

DESCRIPTION

900

Citation preview

Page 1: Mil Novecientos Veinte
Page 2: Mil Novecientos Veinte
Page 3: Mil Novecientos Veinte
Page 4: Mil Novecientos Veinte
Page 5: Mil Novecientos Veinte
Page 6: Mil Novecientos Veinte

Digitized by the Internet Archive

in 2013

http://archive.org/details/milnovecientosveOOfern

Page 7: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

Page 8: Mil Novecientos Veinte

UBROS DE FERNANDEZ MORENO

Versos

1915—Las Iniciales del Misal Agotado1916—Intermedio Provinciano

1917—Ciudad1918—Por el amor y por ella En venta

1919—Campo Argentino Agotado

1920—Versos de Negrita En venta

1921—Nuevos Poemas1922—Canto de Amor, de Luz, de Agua

„ —Mil novecientos veintidós ....

Próximamente

El Hogar en el Campo

Page 9: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

MIL NOVECIENTOSVEINTIDOS

EDITORIAL TORPARAGUAY 3068 - BUENOS AIRES

1922

Page 10: Mil Novecientos Veinte
Page 11: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

Page 12: Mil Novecientos Veinte
Page 13: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

T Engo treinta y cinco años, pero yo no me veo

mucho mayor que un niño

.

Y eso que tengo casa,

una mujer, un hijo,

y una media docena

de libros. .

.

9

Page 14: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

Me muevo entre los hombres con cuidado

de no herirles en nada. Adivino

que ellos me tratan con cierta indulgencia,

me ven blando, pequeño, inofensivo. .

.

Para empezar mi vida

estoy como a la espera de un prodigio.

10

Page 15: Mil Novecientos Veinte

YO, MEDICO

Page 16: Mil Novecientos Veinte
Page 17: Mil Novecientos Veinte

UNA ENFERMA

flí quei< alto esqueleto femenino,

sonoro de collares y pulseras,

al pasar por el pueblo, mis servicios

solicitó de físico, y fui al punto.

Vaga ceniza rubia era el cabello,

vaga ceniza azul eran los ojos,

vaga ceniza rosa era la boca,

el pecho todo él era de encajes,

—por corazón tenía un camafeo,

falda de terciopelo la ceñía

y zapatos agudos la acababan.

Page 18: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

Cinco veces la aguja de platino

hundí en la larga carne de sus brazos,

que en un estuche de cristal y de oro

ella traía unas ampollas raras

de admirable licor, jugo de nervios,

que al derramarse por su cuerpo triste

la dejarían como rosa nueva.

Y me pidió mis libros de poeta

que el día mismo de partir llévele.

Y nada más. Que al estrechar su mano

ella doblaba la cabeza un poco,

y que su izquierda de sutiles dedos,

por quebradizas uñas rematados,

mis tres o cuatro libros abrazaba

y los tenía casi sobre el hombro

en la actitud mimosa y delicada

conque se carga un ánfora o un niño.

14

Page 19: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

HABLA UN ATHREPSICO

on ayuda de hierros vine al mundo,

el pecho de mi madre era un pellejo,

viví entre moscas en un sitio inmundo.

Enflaquecido y meditabundo

a los tres meses me morí de viejo.

Page 20: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

VIDA

D olor, miseria, agonía,

aquí, allá, arriba, abajo. . .

Por hoy se acabó el trabajo.

Mas también se acabó el día.

Page 21: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOB

INTERIOR

U na sola cama con

una colcha remendada,

y los habitantes son

:

padre, madre, chiquillada.

Sobre un torcido cajón

una jofaina rajada,

un espejillo, un jabón,

un peine, miseria, nada . .

.

Page 22: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

Cuatro cosas de almacén,

un hornillo, una sartén,

un santo de yeso manco . .

.

Y un irrigador que asoma

la culebra de su gomaenvuelto en un trapo blanco.

Page 23: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

VISITAS

G usto de hacer a pie mis visitas de médico,

sobre todo en las tardes doradas del buen tiempo.

El aire está impregnado de perfumes diversos

:

el de los;

>araísos, tan fuerte, que da vértigos,

el de las madreselvas y rosas de los cercos,

acacias del camino, glicinas del alero

y el vaho de azahar que dan los patios viejos.

19

Page 24: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

Gusto de hacer a pie mis visitas de médico.

Olerán, en mrs manos, a flores los enfermos

Page 25: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

AL HUESO ESF.ENOIDES

jCsfenoides, huesito misterioso,

calado, aéreo,

¿ para qué quieres tus cuatro alas

inmóviles en medio del cerebro?

Pajarito, pajarito,

llevarás mi alma al cielo.

Page 26: Mil Novecientos Veinte
Page 27: Mil Novecientos Veinte

SONETOS

Page 28: Mil Novecientos Veinte
Page 29: Mil Novecientos Veinte

SONETO DE LOS AMANTES

V ED en sombras el cuarto y en el lecho

desnudos, sonrosados, rozagantes,

el nudo vivo de los dos amantes

boca con boca y pecho contra pecho

.

Se hace más apretado el nudo estrecho,

bailotean los dedos delirantes,

suspéndese el aliento unos instantes . . .

y he aquí el nudo sexual deshecho.

Page 30: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

Un desorden de sábanas y almohadas,

dos pálidas cabezas despeinadas,

una suelta palabra indiferente,

un poco de hambre, un poco de tristeza,

un infantil deseo de pureza

y un vago olor cualquiera en el ambiente.

Page 31: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

SONETO DE LOS MOLINOS

I/ros, férreos, sonoros, elegantes,

entre eucaliptus, álamos y pinos,

veo desde el balcón treinta molinos

de metálicas ruedas chispeantes.

Grises por la mañana unos instantes,

áureos en los momentos vespertinos

son en la noche treinta capuchinos

envueltos en las sombras circunstantes

.

Page 32: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

Azul batiendo o nieblas ovillando

siempre, hermosos molinos, trabajando,

imagen sois del pensamiento mío.

Cercana está del cielo mi cabeza

mas cante mi alegría o mi tristeza,

como vosotros giro en el vacío.

Page 33: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

SONETO DE TUS VISCERAS

n arto ya de alabar tu piel dorada,

tus externas y muchas perfecciones,

canto al jardín azul de tus pulmones

y a tu tráquea elegante y anillada.

Canto a tu masa intestinal rosada,

al bazo, al páncreas, a los epiplones,

al doble filtro gris de tus riñones

y a tu matriz profunda y renovada.

Page 34: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

Canto al tuétano dulce de tus huesos,

a la linfa que embebe tus tejidos,

al acre olor orgánico que exhalas.

Quiero gastar tus visceras a besos,

vivir dentro de tí con mis sentidos. . .

Yo soy un sapo negro con dos alas.

Page 35: Mil Novecientos Veinte

CIUDADA las calles de Buenos Aires

Page 36: Mil Novecientos Veinte
Page 37: Mil Novecientos Veinte

CAFE LITERARIO

C ramos cinco o seis en torno de la mesa :

pocilios de café, cálices de cerveza,

arbitrarios sombreros, humos asaz diversos . . .

Gentes aficionadas hondamente a los versos.

La cabeza en las manos y en la mesa los codos,

en un terco silencio nos hallábamos todos.

Page 38: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

Cada ojo tenía su punto de furor,

chispazos desprendidos de la hoguera interior.

Personales enconos, antipatías viejas...

Sobre nuestros sombreros sesgaban las bandejas.

Una palabra dura y hace todo explosión,

pero alguien dijo un verso con súbita emoción.

Se agrandaron los ojos, se aclararon las frentes,

se incendiaron las pipas, chispearon los dientes

,

y los versos brotaron magníficos y plenos.

Y fuimos por el resto de la velada buenos

.

34

Page 39: Mil Novecientos Veinte

INTERMEDIO PROVINCIANO

A la pequeña ciudad de General Pérez y muy

especialmente a su maravillosa laguna

Page 40: Mil Novecientos Veinte
Page 41: Mil Novecientos Veinte

ELEGIA DE UNA PLAZA

JJe noche y de día

estabas sombría.

Cipreses y pinos,

hierba en los caminos

.

Bancos, viejos bancos,

ni verdes, ni blancos.

Vino un Intendente,

parece, excelente.

Page 42: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MOREN*

¿Sendas arenosas?

No, señor. Baldosas.

¿Bancos despintados?

Bancos laqueados

.

¿Faroles y pocos?

Diez o doce focos.

Y ahora ¿qué hago?

¿Por qué plaza vago?

33

Page 43: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

POESIA DE LAS ORILLAS

i, fondo de estas calles en declive

angostas, arboladas, polvorientas, .

familiarmente la laguna asoma

rebeldes olas o estirada seda.

En los humildes ranchos pescadores

toman el sol las barcas a las puertas,

y en los torcidos postes del alambre

hay puestas a secar redes y velas.

Page 44: Mil Novecientos Veinte

F E RN AN D E Z M O R E N O

Olor a pejerrey recién pescado

vaga al atardecer por la ribera,

graznan, cerca del cielo, unas gaviotas .

.

Una ilusión marina me consuela.

Page 45: Mil Novecientos Veinte

CAMPO ARGENTINO

Al magnífico y libre campo argentino

Page 46: Mil Novecientos Veinte
Page 47: Mil Novecientos Veinte

RANCHOS

C S un montón de ranchos miserables

apoyados los unos en los otros

.

Así deben estar hace cien años

soportándolo todo, lluvia y polvo.

Una común resignación los u»e.

Y un mismo musgo de oro.

Page 48: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

FAROLES

que no hay faroles

la gente se queja.

Me alegro. Así brillan

mejor las luciérnagas.

44

Page 49: Mil Novecientos Veinte

OBITUARIO LIRICO

Page 50: Mil Novecientos Veinte
Page 51: Mil Novecientos Veinte

ÑERVO

ierra un poco la puerta de la calle,

Amado Ñervo ha muerto.

Estáis de luto todas las mujeres. . .

Reza por su memoria un Padre-Nuestro.

Un Padre-Nuestro de tus labios puros,

le irá indicando el celestial sendero.

Page 52: Mil Novecientos Veinte

E R N Á N DEZ MORENO

RODÓ

u n jardín geométrico,

una clara mansión,

un camino de arena

dorado bajo el sol.

Un niño y una copa,

un junco y una flor.

Page 53: Mil Novecientos Veinte

MAPA

Page 54: Mil Novecientos Veinte
Page 55: Mil Novecientos Veinte

SAN LUIS

S an Luis se me figura,

el agujero de una cerradura.

Page 56: Mil Novecientos Veinte

FERNÁNDEZ MORENO

JUJUY

Haría falta un poco más de rnapa.

Page 57: Mil Novecientos Veinte

TENTACION, BURGUESES Y

OTROS POEMAS

Page 58: Mil Novecientos Veinte
Page 59: Mil Novecientos Veinte

TENTACION

i cien vueltas en torno por lo menos

de la inclinada muchachita flaca:

era una tentación aquel escote

tan grande del vestido de verano,

el cuello largo un poco tendinoso

y el relieve viril de las clavículas.

Page 60: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

Pero no coincidían mis ojeadas

con los caprichos del movible traje,

y tinas cuantas personas zahories

no sé por qué seguían mis maniobras

desde la mesa en que humeaba el té

.

Y fué precisamente en el momento

de alargarme una taza diminuta

cuando a rodar eché mis ojos bizcos

hasta donde pudieran de aquel pecho.

Y me puse de pronto colorado,

j eran tan pequeñitos

!

Page 61: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

BURGUESES

En el comedor alegre

una mariposa entró.

Todos quieren atraparla,

uno al fin, lo consiguió

.

La pasar de mano en mano,

cada cual da su opinión,

que bueno o malo, un augurio

Dios en sus alas pintó.

Page 62: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

Cuando la mariposita

escapó del comedor

ni el recuerdo le quedaba

de sus alas de color.

Pero todas las mandíbulas

masticaban con fruición.

Page 63: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

CUANDO PODRE ESTAR SOLO!

uando podré estar solo,

desprendido del hombre y toda cosa

!

Si acaso con Apolo,

con la estrella y la rosa.

Con mi humildá y mi orgullo,

por el resto de vida que me queda,

metido en mi capullo,

gusanito de seda.

Page 64: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

Los años van pasando . .

.

Cuando quiera acordar

estará resonando

la hora de volar.

60

Page 65: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

CANSANCIO

C on todos estos pequeños

cansancios míos diarios,

me estoy haciendo un enorme

cansancio

.

Cuando muera digan todos,

entendidos y pr< Panos:

se le hizo una gran montaña

de cansancio.

Page 66: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

OLAS

L as olas, sobre la playa,

se deshacen al llegar. .

.

i Qu¿ ganas, con los pulgares,

de volverlas a arrollar!

Page 67: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

LUISA BACARA

D t la Fiume envuelta en humo,

alzó el poeta las alas.

Di si te llevó consigo,

Luisa Bacará.

Mujer hecha de sonidos,

fina, melodiosa, clara. .

.

¿Acaso lloras a solas

Luisa Bacará?

Page 68: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

Gabriel y L,uisa están juntos.

Gabriel cansado, descansa.

Page 69: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

UNA LECTORA

n asta el tercio inferior del muslo blanco

ávidamente estíranse las medias.

Allí seis broches de metal las muerden

de ordinario latón . . . Yo cincelara

seis viperinas cabezuelas de oro.

La cabeza hacia atrás hínchase el cuello

corrido por las venas yugulares,

asoma la barbilla el borde apenas

y el rostro no se ve, pues se lo tapa

con sus dos alas de color el libro.

Page 70: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

evantados y desnudos brazos

al descubierto las axilas,

negras, rizadas, hondas

mas que sexos impúdicas.

Page 71: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

UN CIEGO

C on tu gran barba nevada

eres un hermoso ciego,

ya te dore el sol a fuego,

ya te blanquee la helada.

Pero te hace falta ambiente,

no tienes decoración,

sobre ese gris paredón

casi no te ve la gente.

Page 72: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

Que tu fondo natural

¡ oh mi gran ciego harapiento

!

es la puerta de un convento . .

.

Harías un dineral.

Page 73: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

POKER

(La última ficha)

T engo los ojos clavados en esta ficha de nácar.

Veo montañas de oro, veo montañas de plata,

grandes océanos azules, grandes playas sonrosadas,

follajes, nubes quiméricas, palacios de ensueño, alas...

Bajo mi cabeza pasan constantemente las cartas.

69

Page 74: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

SECRETO

L o más dulce en la vida

es tener un secreto.

El tener un secreto es como andar vestido

todo de terciopelo.

Page 75: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

UNA ESTRELLA

IT UE preciso que el sol se ocultara sangriento,

que se fueran las nubes, que se calmara el viento,

que se pusiese el cielo tranquilo como un rasa

para que aquella gota de luz se abriese paso.

Un punto imperceptible en el cielo amatista,

casi menos que un punto, creación de mi vista.

Page 76: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

Tuvo aún que esperar apretada en capullo

a que se hiciese toda la sombra en torno suyo.

Entonces se agrandó, se abrió como una flor,

una férvida plata cuajóse en su interior,

y embriagada de luz empezó a parpadear. .

.

No tema otra cosa que hacer más que brillar.

Page 77: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

VISCOUNTESS

(Retrato)

B LANCA es la Vizcondesa.

El cabello como un trigal de seda.

La mirada celeste y serena

.

La sonrisa le pesa.

Cuando el seco Vizconde te posea,

en una tierra lueñe, bajo una roja tienda,

y en el trigal de seda

como ardientes rastrillos las finas manos meta,

Page 78: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

y la boca sutil y anémica

bajo los labios ávidos te encienda. .

.

iViscoimtess . . . ! Himplarán las panteras

y dará el Himalaya besos a las estrellas.

Page 79: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

EN UN EJEMPLAR DE "LAS INDUSTRIASDE ATENAS" DE LUGONES

E n este libro armonioso

nos dá Leopoldo Lugones

en cuatro claras lecciones,

su corazón generoso.

Librito de maravilla

del que haré mi amigo fiel,

pues me atrajo con su miel

con su flauta y con su arcilla.

Page 80: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

Humilde trabajador

he de ser en verso o prosa,

pero pondré en cada cosa

que escriba, todo mi amor.

No se arrugará mi sien

si fortuna no me asiste,

hay que cantar, no estar triste,

vivir mucho y morir bien.

Page 81: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

FIGURITA

TTrajecito negro,

carita de cera,

en las faldas tiene

las manitas feas.

Sola en un rincón

ni habla ni sueña,

y un cuellito blanco

en sus hombros nieva

.

Page 82: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

ANHELO

j 5 i uno fuera

entre la tierra yla cabeza hacia

y hacia el sol de

como un pájaro

el cielo,

el azul

oro el pecho

!

78

Page 83: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

CARICIAS

ñ prisiona con dos dedos sutiles

los maleólos y el tendón de Aquiles

.

Palpe toda tu mano a maravilla,

la hinchada curva de la pantorrilla.

Entre cuatro tendones bien tirantes,

en la corva, detente unos instantes.

Page 84: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

Huye de sus encantos presuroso

y el muslo déte su vigor glorioso

.

Y sigue sin temores y sin miedos

hasta que sea un musgo entre tus dedos.

Page 85: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

POLVO

D espuds del primer mate

dejé de un salto el lecho

y al abrir las ventanas

torcí con rabia el gesto.

Grandes nubes de polvo

ensuciaban el cielo,

polvo sobre mis rosas

y polvo entre mis dedos.

Page 86: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

Cerré bien los postigos

y me acosté de nuevo.

Transijo con la lluvia

con el barro y el viento,

pero el polvo me torna

iracundo y blasfemo.

E! día es mi juguete.

Dios es un ladronzuelo.

82

Page 87: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

A VECES DIGO

Ll veces digo: mañana

desarrugaré mi ceño,

pondré miel nueva en mis labios

y seré sencillo y bueno.

Y sigo torvo y sombrío,

y sigo bronco y violento

y seguiré con mi mueca

terrible, dormido y muerto.

Page 88: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

UN PAJARILLO

a noche se venía silenciosa v oscura,

cruzó un pájaro el aire, metióse en la espesura

.

Se hizo un refugio inútil entre las negras hojas,

denunciábale el buche rico de plumas rojas.

Para probar el pulso poner quise una bala

en aquel pecho blando, justo entre ala y ala. . .

Cayó como una piedra el pájaro pequeño

:

un canto que acababa y un principio de sueño

.

Page 89: Mil Novecientos Veinte

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS

A DOS CABALLOS BLANCOS Y CIEGOS

S on dos caballos como nieve blancos

elegantes y airosos, pero ciegos

:

alzándoles los párpados caedizos

hondas se ven tras el cristal del ojo,

seniles cataratas ya maduras.

Quince años hace que del mismo coche

tiran de la mañana hasta la tarde.

Sin corazón su dueño, ya podría

libres dejarlos en el verde prado,

o discurriendo en el corral ociosos

entre las vacas de rosadas ubres

junto a los sucios trastos de labranza

tomando el sol, como dos buenos viejos.

85

Page 90: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

Y no. Sin saber dónde los herrados

cascos dejan caer sonoramente

sin poder esquivar el hoyo torpe,

el clavo agudo o la rugosa piedra.

Sueltas las crines y la cola ondeante

entre nubes de polvo o chispas áureas,

reluciente el arnés, yo pienso triste

en el día sin luz en que por esas

calles llevando el ponderoso coche

dijo uno de ellos

:

—Creo, hermano,

que no veo las nubes ni los árboles

que anochece en mis ojos. . . Y aflojando

llenos de angustia el vigoroso trote,

sintieron en las grupas armoniosas

la flagelante ortiga de un trallazo

y como una pedrada en los oídos

una brutal blasfemia del cochero.

Page 91: Mil Novecientos Veinte

A PUNTA DE VERSO

Page 92: Mil Novecientos Veinte
Page 93: Mil Novecientos Veinte

A PUNTA DE VERSO

fi punta

de verso,

me abrí un caminito

por el bosque espeso.

A punta

de verso,

me hice una corona

de besos.

Page 94: Mil Novecientos Veinte

FERNANDEZ MORENO

A punta

de verso,

heriré al olvida

en mitad del pecho,

grabaré mi nombre

en mármol eterno:

Fernández

Moreno

.

A punta

de verso.

90

Page 95: Mil Novecientos Veinte

INDICE

Page 96: Mil Novecientos Veinte
Page 97: Mil Novecientos Veinte

INDICE

MIL NOVECIENTOS VEINTIDOSPAG.

Mil novecientos veintidós 9

YO, MEDICO

Una enferma 13

Habla un athrépsico 15

Vida 16

Interior 17Visitas 19Al hueso esfenoides 21

SONETOS

Soneto de los amantes 25Soneto de los molinos 27

Soneto de tus visceras 29

CIUDAD

Café literario 33

INTERMEDIO PROVINCIANO

Elegía de una plaza 37

Poesía de las orillas 39

Page 98: Mil Novecientos Veinte

CAMPO ARGENTINOPAQ.

Ranchos 43Faroles 44

OBITUARIO LIRICO

Ñervo 47Rodó 48

MAPA

San Luis 51Jujuy 52

TENTACION, BURGUESES Y OTROS POEMAS

Tentación 55Burgueses 57¡Cuando podré estar solo! 59Cansancio 61Olas 62Luisa Bacará 63Una lectora 65Un ciego 67Poker 69Secreto 70Una estrella 71Viscountess 73En un ejemplar de "Las Industrias de Atenas*' de

Lugones 75Figurita 77Anhelo 78

Caricias 79Polvo 81A veces digo 83Un pajarillo 84A dos caballos blancos y ciegos 85

A PUNTA DE VERSO

A punta de verso S9

Page 99: Mil Novecientos Veinte
Page 100: Mil Novecientos Veinte
Page 101: Mil Novecientos Veinte
Page 102: Mil Novecientos Veinte
Page 103: Mil Novecientos Veinte

C\2

H

OU<D

O

H

O

tSI

0)

a

fe

Onc5

•H-Pd•H

¡>

03

OPtí

•Hü

O

4COCO

wH<

University of Toronto

Library

DO NOT

REMOVE

THE

CARD

FROM

THIS

POCKET

Franz C. Feger70 FlFTH AVENUE NEW YORK

Page 104: Mil Novecientos Veinte