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1 Metamorfosis de la institucionalización de las personas con discapacidad intelectual desde la mirada del Trabajo Social. Institutionalisation of people with intellectual disability. Methamorphosis from the social work practice point of view Rosa Mª Díaz Jiménez [email protected] Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales. Universidad Pablo de Olavide. Sevilla Resumen En este trabajo se formula una propuesta analítica interpretativa y de lógica ascendente que de cuenta de los procesos de intervención con personas con discapacidad intelectual desde el Trabajo Social en centros residenciales y de día en Andalucía en el marco de cambios conceptuales paradigmáticos y desarrollo de políticas de servicios sociales. Inicialmente realizamos un estudio exploratorio del Trabajo Social en los centros andaluces (encuesta, n=64) y con metodología cualitativa explicamos los discursos profesionales. Se utilizan los supuestos generales de la Teoría Fundamentada con adaptaciones transductivas. Para seleccionar la situación de estudio, utilizamos el muestreo teórico, intencional, discriminado, habiendo alcanzado la saturación teórica con 19 informantes. En la recogida de datos se ha utilizado la entrevista en profundidad y para el análisis de la información se ha seguido la codificación abierta y selectiva para la comparación constante de los datos, la integración de categorías y propiedades y la integración teórica. El análisis se ha apoyado en el programa Atlas.ti. Se han identificado tres procesos que dan cuenta de la reconstrucción de la institucionalización: disidencia, promoción y adaptación, que orientan el camino hacia una metamorfosis en las respuestas a personas con discapacidad intelectual.

Metamorfosis de la institucionalización de las personas ...upo.es/... · utilizado la entrevista en profundidad y para el análisis de la información se ha seguido la codificación

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Metamorfosis de la institucionalización de las personas con discapacidad intelectual desde la mirada del

Trabajo Social.

Institutionalisation of people with intellectual disability. Methamorphosis from the social work practice

point of view

Rosa Mª Díaz Jiménez

[email protected]

Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales. Universidad Pablo de Olavide. Sevilla

Resumen

En este trabajo se formula una propuesta analítica interpretativa y de lógica ascendente que de

cuenta de los procesos de intervención con personas con discapacidad intelectual desde el

Trabajo Social en centros residenciales y de día en Andalucía en el marco de cambios

conceptuales paradigmáticos y desarrollo de políticas de servicios sociales.

Inicialmente realizamos un estudio exploratorio del Trabajo Social en los centros andaluces

(encuesta, n=64) y con metodología cualitativa explicamos los discursos profesionales. Se utilizan

los supuestos generales de la Teoría Fundamentada con adaptaciones transductivas. Para

seleccionar la situación de estudio, utilizamos el muestreo teórico, intencional, discriminado,

habiendo alcanzado la saturación teórica con 19 informantes. En la recogida de datos se ha

utilizado la entrevista en profundidad y para el análisis de la información se ha seguido la

codificación abierta y selectiva para la comparación constante de los datos, la integración de

categorías y propiedades y la integración teórica. El análisis se ha apoyado en el programa Atlas.ti.

Se han identificado tres procesos que dan cuenta de la reconstrucción de la institucionalización:

disidencia, promoción y adaptación, que orientan el camino hacia una metamorfosis en las

respuestas a personas con discapacidad intelectual.

2

Palabras clave:

trabajo social; discapacidad intelectual; centros especializados; teoría fundamentada; investigación

cualitativa

Abstract en inglés, con las mismas indicaciones de estilo del resumen

This paper makes a proposal interpretation and logical analytical upward account intervention

processes to people with intellectual disability from Social Work in residential and day care

centers in Andalusia under paradigmatic conceptual changes and policy development social

services. Initially conducted an exploratory study of social work in the Andalusian centers (n=64)

and after, qualitative methodology explains the professional discourse (general assumptions are

adapted Grounded Theory). We used theoretical sampling, intentional, discrimination. 19 cases

reached theoretical saturation. In the data collection has been used in-depth interviews and the

analysis has been supported by Atlas-ti software. Three processes explain the evolution of the

institutionalization: dissent, promotion and adaptation. These processes lead to the

metamorphosis.

Keywords en inglés, con las mismas indicaciones de estilo del resumen

social work; intellectual disability; institutional care; grounded theory; qualitative research

Introducción

En Europa, las instituciones residenciales han sido la respuesta habitual que se ha ofrecido a las

necesidades de alojamiento y asistencia en la vida diaria a personas con discapacidad desde el

siglo XIX. Estas instituciones se fueron consolidando como herramientas de segregación y

control, como muestran algunos análisis desde distintas posiciones, como la perspectiva

genealógica de Foucault(1975), la perspectiva situacional de Goffman(1961) o la mirada

sociológica particular de Castel(1976,1981)

Esta situación y la deficiente calidad de servicios en las instituciones, provocaron que los

gobiernos, tras la II Guerra Mundial iniciaran cambios en sus políticas sobre las instituciones

asistenciales hacia la provisión de cuidados y apoyos en la comunidad. Este proceso ha sido

reconocido como desistitucionalización y en general suponía prevenir la entrada de personas en

instituciones/centros, dotando a la comunidad de alternativas; el regreso a la comunidad de

residentes preparados para funcionar adecuadamente en el entorno; y mantener un entorno

residencial flexible y de protección de los derechos humanos y civiles (Guy, 1991: 49)

3

El resultado de esas políticas ha variado en los distintos países europeos, en función de tres

factores : el impacto del Movimiento de Vida Independiente en el entorno de las personas con

discapacidad física (o diversidad funcional siguiendo su filosofía), que pone el foco en la

asistencia personal, la adaptación de entornos para que estas personas vivan como cualquier otra

en la comunidad; el Movimiento Anti-Psiquiátrico en el ámbito de la Salud Mental, que plantea la

adopción del modelo social frente al modelo médico; y finalmente el impacto del principio de

normalización que supone vida en la comunidad para personas con discapacidad intelectual

(Mansell, Knapp, Beadle-Brown y Beecham, 2007).

En esta ponencia nos centramos en el impacto de estas políticas en la intervención profesional

con personas con discapacidad intelectual en la realidad española, con una propuesta analítica

que da cuenta de la reflexión de trabajadores y trabajadoras sociales sobre su práctica,

concretamente en centros residenciales y de día en Andalucía. Los resultados vislumbran que la

institucionalización sigue siendo una práctica habitual en las respuestas a personas con

discapacidad intelectual, pero con claves diversas en función a los marcos de interacción y

situaciones contextuales de las organizaciones. De esta forma se han identificado tres procesos

que dan cuenta de la reconstrucción de la institucionalización, desde la mirada de los/as

profesionales, disidencia, promoción y adaptación, que orientan el camino hacia una

metamorfosis en las respuestas a personas con discapacidad intelectual.

1 Metodología

Empíricamente se ha realizado un análisis de fuentes secundarias para describir la evolución de

los servicios y concretamente en Andalucía, la recopilación, tratamiento, sistematización y

representación gráfica de datos primarios de los centros residenciales y de día de cada provincia

facilitados por la Administración Pública.

Previo al momento interpretativo, realizamos un estudio exploratorio que nos ayudó a centrar el

objeto de estudio. Mediante muestreo aleatorio simple y aplicación de cuestionarios

estandarizados de 30 preguntas a trabajadores/as sociales de centros residenciales y de día de

Andalucía (N=178;n=63;Alfa=0,05;Z=1,96;p y q=0,5; error=0,1) elaboramos un mapa

descriptivo del Trabajo Social en estos centros.

Posteriormente se aplicó una propuesta analítica con marco conceptual interpretativo de lógica

ascendente y centrado en la práctica del Trabajo Social y su reflexividad en el conocimiento

(Sheppard, 1998, 2006; Zamanillo, 1990,2009) y una metodología cualitativa bajo los supuestos

generales de la “Grounded Theory” (Glaser y Strauss, 1967) con adaptaciones que

4

metodológicamente nos situaría en un camino transductivo antes que inductivo (Ibáñez,

1985;Ferreira, 2005) utilizamos el muestreo teórico, intencional, discriminado (Ruíz, 2009) y

selectivo. La saturación teórica se alcanzó con 19 informantes. En la recogida de datos se utilizó

la entrevista en profundidad, estandarizada y en parte programada, pero de respuesta abierta

(Vallés, 2009). La estructura prospectiva se organizó en varios ejes: la profesión en relación a las

personas con discapacidad intelectual, el proceso de intervención, procesos de mejora; el futuro y

la perspectiva de género.

Este análisis sitúa el centro de la producción de los saberes en la acción, presenta la emergencia

de saberes construidos en, por y para la acción, por profesionales que viven la experiencia.

Siguiendo la propuesta de Sheppard, el análisis asume la co-generación de conocimiento desde la

práctica cotidiana (Sheppard, 1998:767), y confronta situaciones de Trabajo Social (Barbero,

2002). Se ha recurrido a informantes tipológicamente representativos, así, el marco muestral

contempla selección de trabajadores/as sociales en función de variables significativas, siguiendo

la propuesta de Goffman (1983) relevantes en la interacción comunicativa, para ello se ha

entrevistado a profesionales con distintas relaciones con personas con discapacidad intelectual,

consiguiendo la variabilidad con casos de Trabajo Social en centros públicos, mercantiles y no

lucrativos, casos que intervengan en localidades pequeñas, medianas y grandes ciudades, casos

ubicados en Andalucía Occidental y en Andalucía Oriental, casos con diferente vinculación

laboral a las entidades. Por otra parte se ha cubierto un importante abanico que da cuenta de la

dimensión comunicativa de las situaciones de Trabajo Social; se ha contado con mujeres y con

hombres, con profesionales experimentados y con noveles, mayores y jóvenes, con otros estudios

universitarios y casos con vinculación emocional ( madre de persona con discapacidad intelectual,

trabajadora social con discapacidad)

Para el análisis de la información utilizamos la codificación abierta y selectiva para la comparación

constante de los datos, la integración de categorías y propiedades y la integración teórica. El

análisis se apoyó en el programa Atlas.ti.

2 Resultados

2.1 Las instituciones provisoras En España las modalidades más utilizadas para la atención a personas con discapacidad

intelectual adultas son centros residenciales y de día (OED, 2011) que se configuran como

instrumentos de atención específica a estas personas como parte de los servicios sociales

5

especializados, dirigidos a posibilitar la integración social de este sector de la población (Martínez

1996).

La normativa vigente configura los centros residenciales como recursos de atención integral

destinados a aquellas personas que, no pudiendo ser asistidas en su medio familiar, lo precisan

temporal o permanentemente. Los centros de día son establecimientos destinados a la atención

de las personas con discapacidad que no puedan integrarse, transitoria o permanentemente, en un

medio laboral normalizado, o que por su gravedad, necesitan una atención continuada que no

pueden recibir en su núcleo familiar durante el día (Gallardo, 2011)

Junto a los servicios sociales comunitarios constituyen la estructura básica de los sistemas

públicos de servicios sociales de cada Comunidad Autónoma. Así se ha conformado un sistema

universal (pero sin derechos subjetivos) de responsabilidad pública aunque con posibilidades de

gestión mixta o compartida con otras entidades de iniciativa social (Espadas, 2006)

Ante el panorama actual de los servicios sociales, el sector de la discapacidad (CERMI), reivindica

una Ley de Servicios Sociales “de cuarta generación” acorde con la Convención sobre los

Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas que refuerce el papel de las

entidades representativas y garantice la universalidad y subjetividad de derechos (Bayarri y Fillat,

2011)

La Ley 2/1988 de 4 de Abril de Servicios Sociales de Andalucía, desarrolla los servicios sociales y

produce una gran transformación. Hasta la Democracia, Andalucía contaba con un sistema de

atención a necesidades sociales escaso, benéfico de procedencia privada y de la Iglesia, con

servicios situados fundamentalmente en medio urbano. Un sistema desestructurado, y sin

ninguna orientación preventiva (Alemán y Pérez, 2000) que ha incluido la atención a personas

con discapacidad en colaboración con la iniciativa social. Una iniciativa social sin ánimo de lucro,

formada fundamentalmente por asociaciones de afectados y/o familiares, que contaban ya con

una red de centros privados dispersos (Espadas, 2006) y sin la estructura y las condiciones

mínimas de calidad exigibles a los centros para su concertación con la Administración.

Surgen algunos conflictos por la financiación de centros privados y la falta de control. Ante la

escasez de recursos, algunas entidades tomaron partido de esta situación y sumaron esfuerzos de

financiación de la Administración central, y de la autonómica, aún tímida y graciable, lo que

provocó desequilibrios y desigualdades en la atención ofrecida en cada una de las entidades

provisoras.

El Decreto 94/1989 sobre Registro y Acreditación de Entidades y Centros de Servicios Sociales

de 1989, intenta ordenar la situación, aportando información sobre los recursos disponibles de

6

cara a una planificación y racionalización. El proceso ha durado más de dos décadas y ha contado

con otras herramientas:

• Plan de Servicios Sociales de Andalucía (1993) para homologar los centros y prestaciones y

consolidar los niveles de colaboración entre la Administración Pública y la iniciativa social

provisora, mediante un sistema de conciertos como mecanismo de financiación que

sustituyera progresivamente las subvenciones graciables (Díaz, 2003)

• Plan de Ordenación de la Red de Centros de Servicios Sociales Especializados de Atención a

Personas con Discapacidad Psíquica en Andalucía (1993-1998) que supuso inversiones para

una red de 214 centros de atención especializada a personas con discapacidad intelectual

adultas, 163 de iniciativa privada y 51 públicos (Zamora et.al. 1994)

• Decreto para la autorización, registro y acreditación de los Servicios Sociales de Andalucía y su desarrollo

reglamentario en el periodo 1996-2000 para regular la tipología de los centros y servicios, las

condiciones de funcionamiento (este proceso ha ido incorporando modificaciones hasta

2007)

A nivel cuantitativo, la red de recursos públicos para la atención a personas con discapacidad

intelectual en Andalucía, alcanzaba una cobertura de casi 10.500 plazas en 2003, una red pública

conformada por centros privados concertados (92,60% de las plazas del movimiento asociativo) y

públicos (7,4% de plazas de la Junta de Andalucía, Diputaciones Provinciales y Ayuntamientos).

Red insuficiente a pesar de la inversión pública (Defensor del Pueblo Andaluz, 2003:28)

A nivel cualitativo, la red se ha conformado con estructura organizativa (centros) heterogénea,

dependiendo de dimensiones como la titularidad de la entidad, tipología de personas atendidas,

capacidad y número de centros gestionados por la entidad titular. Las variables que inciden en la

diversidad de modelos provisores conforman varios modelos de atención que repercute en la

estructura organizativa de los centros. Estas variables han sido reconocidas por la Administración

Pública en: los requisitos que exige la normativa; el conocimiento que se va generando sobre las

personas con discapacidad y la concepción sobre la discapacidad; la actividad del movimiento

asociativo entorno a la calidad; (4) la cultura profesional y laboral del personal; la idiosincrasia o

cultura organizativa (Calzada, 2006: 122).

7

Tabla 1 Modelos de atención en centros residenciales y de día en Andalucía

Modelos de atención en centros residenciales y de día en Andalucía

1. Atención centrada en las limitaciones de las personas atendidas más que en sus posibilidades. En general estos centros tienen una orientación más de carácter sanitario que social, son más cercanos a la concepción hospitalaria que a la residencial. Los/as usuarios/as suelen tienen perfiles muy dependientes.

2. Atención centrada en posibilidades más que en limitaciones, vinculada a personas usuarias muy autónomas con muchas posibilidades de integración social y laboral, en general usuarias de centros de día. Fomento de las habilidades adaptativas.

3. Atención benéfico-paternalista, cercana al origen caritativo de los Servicios Sociales. La denominación de clientes para los/as usuarios/as es opuesta a su concepto.

4. Atención centrada no sólo en las necesidades de los/as clientes, sino en sus deseos y expectativas, es una atención en general más profesionalizada que aplica el conocimiento a la atención cotidiana.

Fuente: Elaboración propia a partir de (Calzada, 2006: 123)

La complejidad de factores que intervienen en la atención dificulta la identificación de alguno de

estos modelos de forma estricta o lineal. No obstante, existe una relación directa entre modelos

de atención y estructura organizativa de las entidades provisoras de este tipo de servicios.

En 2010, en Andalucía 178 entidades gestionan centros de día o residenciales para cerca de

17.000 personas con discapacidad intelectual, siendo la mayoría privadas sin ánimo de lucro1 .

Gráfico 1. Titularidad de las entidades que gestionan centros de atención especializada para personas con discapacidad intelectual en Andalucía

AYUNTAMIENTOS50 ENTIDADES

28%

PRIVADAS SIN ÁNIMO DE

LUCRO 106 ENTIDADES

60%

JUNTA ANDALUCÍA5

ORGANIZACIONES 3%

MERCANTILES 9 ENTIDADES

5%

DIPUTACIONES Y ENTES

COMARCALES8 ENTIDADES

4%

ENTIDADES TITULARES DE CENTROS DE ATENCIÓN ESPECIALIZADA A PERSONAS CON DISCAPACIDAD EN ANDALUCÍA

Fuente: Elaboración propia a partir de datos primarios Junta de Andalucía 2010

1 Los datos que se presentan son el resultado de la recopilación, tratamiento, sistematización y representación gráfica de datos primarios de los centros residenciales y de día de cada provincia a fecha de junio de 2010 que facilita la D.G. de Atención a Personas con discapacidad. No se contemplan centros para personas con parálisis cerebral o para personas con autismo.

8

Las entidades privadas son titulares y gestionan varios centros y las públicas, como los

Ayuntamientos, son titulares de un solo centro. Así, de los 634 centros, el 73% son de titularidad

privada no lucrativa, mayoritariamente asociaciones de familiares (465 centros) el 24% son de

titularidad pública (151 centros) y el 3% de titularidad privada mercantil (18 centros). La mayoría

de las entidades públicas son Ayuntamientos con centros locales o comarcales. Esta situación

ofrece la fortaleza de proximidad de recursos y la debilidad de heterogeneidad de usuarios/as.

Gráfico 2. Tipología de centros residenciales y de día en Andalucía

83 CENTROS13%

44 CENTROS7%

33 CENTROS5%

232 CENTROS37%

140 CENTROS 22%

98 CENTROS16%

UED TO UED RA RGA VT CTC

UNIDAD DE ESTANCIA DIURNA CON TERAPIA

OCUPACIONAL

UNIDAD DE ESTANCIA DIURNA

RESIDENCIA DE

PERSONAS ADULTAS

RESIDENCIA DE

PERSONAS GRAVEMENTE AFECTADAS

VIVIENDAS TUTELADAS

CENTROS PARA PERSONAS

CON DI Y TRASTORNOS DE CONDUCTA

º

Fuente: Elaboración propia a partir de datos primarios Junta de Andalucía 2010

El tipo de centro más frecuente es la Unidad de Estancia Diurna con Terapia Ocupacional que

supone el 37% de los centros andaluces. Junto a las Unidades de Estancia Diurna (para personas

gravemente afectadas) (22%) conforman el volumen de recursos asistenciales para personas con

discapacidad intelectual adultas

En Andalucía funcionan o están en construcción 232 Unidades de Estancia Diurna con terapia

ocupacional (UEDTo), 140 Unidades de Estancia Diurna (UED), 98 Residencia para personas

Adultas (RA), 83 Residencias para personas Gravemente Afectadas (RGA), 44 Viviendas

Tuteladas y 33 Centros para Personas con Trastorno de Conducta (CTC)

9

Gráfico 3. Plazas residenciales y de día en Andalucía

PLAZAS

Plazas en Funcionamiento: 16.498

Plazas en Construcción: 5.787

Plazas Acreditadas: 12.443

1249

854591

3229

2291 822

1816

1332

502

25582422

1219

2338

2133683

1039

728

162

2601

1514

856

1668

1165

952

Fuente: Elaboración propia a partir de datos primarios Junta de Andalucía 2010

En la actualidad Andalucía cuenta con 16.498 plazas en funcionamiento, de las cuales están

acreditadas 12.443, requisito para la concertación y financiación preferente de la Junta de

Andalucía. Casi 17.000 personas vinculadas a instituciones y el 80% de las plazas que ocupan

dependen de la financiación pública, aunque las instituciones titulares sean organizaciones

privadas. Solo el 11% de las plazas son financiadas de forma privada y el resto son plazas

públicas.

Se evidencia así el impacto de la responsabilidad pública en la atención a personas con

discapacidad intelectual en Andalucía y la homogeneidad de servicios mínimos vinculados a esa

financiación. Si bien más de 600 plazas están siendo financiadas con subvenciones (menor

financiación, calidad exigida y control).

2.2 Mapa descriptivo del Trabajo Social en centros residenciales y de día

La ausencia de estudios empíricos y la inaccesibilidad de los datos oficiales de la Administración

Pública, impiden determinar el volumen de profesionales del Trabajo Social empleados/as en los

centros residenciales y de día para personas con discapacidad intelectual. Con el mapa que se

presenta se plantea la hipótesis de que la mayoría de entidades cuentan con este perfil profesional,

10

por tanto cada centro cuenta en su plantilla con un/a trabajador/a social o compartido con otros

centros de la entidad2.

El estudio se estructuró mediante los ejes: prospección del contexto de la intervención, las

entidades y centros (dónde); prospección del perfil profesional (quiénes) y prospección de la

intervención profesional (qué y cómo).

Los resultados (n=64) 3 indican que los/as trabajadores/as sociales intervienen en un contexto

caracterizado por la presencia mayoritaria de instituciones provisoras privadas no lucrativas

ubicadas en poblaciones inferiores a 100.000 habitantes de todas las provincias andaluzas que

financian las plazas de los centros mediante conciertos con la Administración Pública.

Estas entidades gestionan mayoritariamente centros de día con unas dimensiones adecuadas para

la atención de entre 50 y 60 personas con discapacidad intelectual y donde la mayor parte de sus

plantillas están feminizadas y se dedican a la atención directa. En la gestión los hombres están

más cerca de los puestos de dirección que las mujeres.

El 3% de las plantillas de los centros andaluces son trabajadores/as sociales que estando

vinculados/as formalmente a un centro de trabajo intervienen en varios centros y servicios de las

entidades.

“Simplemente quería reseñar que soy Trabajadora Social de una ONG que tiene como único

recurso de servicios sociales especializados un Centro Ocupacional, pero el desarrollo de mi

actividad está dirigida tanto al Centro Ocupacional como a la entidad titular que es una

asociación de ayuda mutua. Así pues los datos que reseño en este cuestionario son referidos a

los usuarios del centro ocupacional, exclusivamente aunque serían más amplios si incluyese

los usuarios de la asociación” (Observación encuestada C.27)

Son mujeres jóvenes, relativamente noveles, muchas con doble titulación universitaria, satisfechas

con su trabajo, con empleo estable pero con salarios bajos que no llegan a los 1000 euros.

Intervienen en los centros con funciones ambivalentes ya que se dedican tanto a la atención

directa como a la gestión.

2 En el caso de Andalucía, el Colegio Profesional de Málaga reconoce que el 63% de profesionales trabaja en entidades de titularidad privada y el 13% de profesionales en activo se dedica al sector de la discapacidad (Martín (coord..), 2009: 25, 36) 3 Por economía expositiva mostramos conclusiones generales del estudio y disponemos de datos brutos y resultados analíticos sobre frecuencias, medias, medianas, varianzas y desviaciones típicas y análisis multivariable de las relaciones significativas. Se utiliza fundamentalmente el procedimientote transformación de escalas, recodificación de variables, aplicación de tablas de contingencia y análisis multivariante. Apoyamos el texto con algunas observaciones realizadas por las encuestadas, dada la naturaleza general interpretativa de la aportación.

11

“El día a día y la sociedad actual impone un sistema y forma de trabajo burocrático y

centrado en la prestación de servicios. Las nuevas leyes creadas (ley dependencia, por

ejemplo) ofrecen recursos, prestaciones y servicios. No podemos negar que estos nuevos

recursos y servicios ofrecen y ayudan a mejorar la calidad de vida de las personas

dependientes, pero es frecuente olvidar que la calidad debe ir acompañada de "calidez". En

mi trabajo diario es muy importante, además de lo anterior, ofrecer un acompañamiento a las

familias a lo largo de su ciclo vital familiar. El acompañamiento es un trabajo de relación

personal y comprensión de las personas para que sean ellas las que determinen cuál es el

camino que quieren seguir. Debemos ofrecer apoyos para activar y movilizar recursos,

capacidades y potencialidades de las personas y familias, sin olvidar que "ellos son los que

saben de sus vidas" y "ellos saben lo que quieren". Este acompañamiento, es olvidado en la

formación universitaria, ofreciendo en muchos casos una formación del "profesional-

experto" y gestor de recursos que relega el papel de la persona/familia como 1er agente de

cambio y conductor en la toma de decisiones”(Observaciones encuestada C.52)

Distribuyen la mitad de su tiempo de trabajo en tareas a nivel micro y la otra mitad proporcional a

los niveles meso y macro, aunque les falta tiempo para el desarrollo de las funciones que le son

propias.

“Mecanización del Trabajo Social. Atiendo en ½ jornada a 75 usuarios y familias, así como

servicio a público en general. Imposibilidad de realizar actividades fuera de la gestión debido

a la falta de tiempo, realizando actividades de movilización social o actividades con usuarios a

un 2º o 3er plano. Considero que desempeño funciones cada día más cercanas a

administrativo por lo que no disfruto de este puesto de trabajo debido a la falta de inversión

en trabajo social por parte de la asociación”(observación encuestada C.10)

Se reconocen en modelos sociales de abordaje de la discapacidad y aunque cuentan con

herramientas para una intervención orientada a la calidad de vida, necesitan recursos para

promoverla o bien ajuste de ratios de intervención.

“Llevo seis años desempeñando mi labor como trabajadora social en la Institución, pero no

reconocida como tal; considero que la labor de trabajo social se está desempeñando desde

que existe un usuario y no hasta llegar a 100 usuarios como determina la Junta de Andalucía

(Consejería para la Igualdad y Bienestar Social) de la que dependemos y nos conciertan las

plazas. Me parece inapropiado que a un Centro que cuenta con 80 usuarios con D.

Intelectual no le exijan en plantilla un trabajador social. Aún nos queda mucho que luchar y

12

que nos reconozcan como tal. El apartado 025 FUNCIONES, es muy amplio ya que en una

asociación venimos a hacer de todo” (observación de la encuestada C.5)

Las/os profesionales de entidades públicas cuentan con más recursos humanos y mejores

salarios. Las/os de entidades no lucrativas cuentan con destinos menos específicos y funciones

orientadas a la intervención directa tanto en el centro como fuera del centro. Las/os

profesionales de los centros públicos y mercantiles funcionan fundamentalmente “puertas

adentro”.

Los/as profesionales más satisfecho/as están vinculados/as a entidades no lucrativas con salarios

medios y a hombres identificados/as con modelos sociales. Frente a esta situación los/as

profesionales insatisfechos/as son las/os vinculados/as al sector mercantil, los/as que ganan

menos de mil euros y mujeres orientadas por modelos de discapacidad rehabilitadores. Las

mujeres suelen contar con contratos de técnicos/as de grado medio y los hombres están en el

contexto de la dirección técnica de los centros.

Tabla 2 . Aproximación descriptiva de Trabajo Social en centros residenciales y de día para personas con discapacidad intelectual de Andalucía

TITULARIDAD DE LA ENTIDAD PÚBLICA MERCANTIL PRIVADA NO

LUCRATIVA RATIO Menos de

30 personas Entre 30-50 personas Más de 50 personas

DESTINO Un centro Un centro Varios centros FUNCIONES Mixta Mixta Intervención directa NIVELES DE INTERVENCIÓN

Micro/meso Micro/Meso Micro/Meso/Macro

SALARIO Mayor salario Menor salario Menor salario SATISFACCIÓN (+) (-) (+) NIVEL DE SATISFACCIÓN CON EL EMPLEO SATISFACCIÓN INSATISFACCIÓN

TITULARIDAD DE LA ENTIDAD

Privadas no lucrativas Públicas Mercantiles

SALARIO Entre 1000-2.400€ Menos de 1.000€

SEXO Hombres Mujeres MODELOS TEÓRICOS

Modelos sociales Modelos rehabilitadores

SEXO MUJERES HOMBRES

CATEGORÍA PROFESIONAL

Técnica grado medio Dirección técnica

Fuente: elaboración propia

13

2.3 La mirada reflexiva desde la práctica de Trabajo Social en los centros En este momento se muestran algunas dimensiones de los resultados del análisis de los discursos

profesionales respecto a los contextos institucionales, sociales y teóricos que condicionan el ser y

el hacer profesional y nos ofrece algunas claves interpretativas (Ruíz, 2009) para la compresión de

la evolución de la institucionalización en los centros. Seleccionamos aquellas que han estado

relacionadas con las políticas sociales y su impacto en la intervención profesional, tanto a nivel

micro (interacciones profesionales/personas con discapacidad) meso (interacciones

profesionales/organización empleadora) macro(interacciones profesionales/modelos teóricos).

2.3.1 Identificando la metamorfosis.

Los nuevos principios aceptados por las políticas sociales han supuesto cambios, que a nivel

estructural han orientado hacia la desinstitucionalización y a nivel funcional hacia fórmulas,

estrategias y procesos de intervención centrados en las personas, teniendo en cuenta las

necesidades de apoyo individual. Para ello han sido necesarios recursos y cambios de mentalidad.

• La nueva mentalidad y los recursos.

El movimiento asociativo FEAPS ha sido la correa de transmisión del cambio, por ser

aglutinador de una misión compartida y poseer legitimidad social por su representatividad. Los

discursos consideran al movimiento asociativo un elemento de palanca de cambio de modelos y

filosofías de intervención por ser un movimiento de familias que utiliza la formación como

instrumento de transmisión de valores y herramienta de interacción profesional. Este impacto

teórico ha alcanzado al sector público. Los/as profesionales de este sector valoran el liderazgo de

FEAPS y lamentan que no haya sido público, dada su situación de ventaja.

Del voluntarismo de décadas anteriores se llega a la consolidación de plantillas y estructuras de

recursos humanos especializados adecuadas a realidades más complejas que genera el trabajo en

equipo y con el notable incremento del trabajo burocrático que se relaciona con la

deshumanización de la intervención.

Los cambios dependen de algunos contextos diferenciadores como la titularidad de la entidad, las

posibilidades de financiación de sus servicios, el tipo de discapacidad de las personas a las que

atiende y los valores y prioridades de las entidades. La permeabilidad aumenta en entidades

privadas por sus estructuras flexibles y disminuye en las públicas y las mercantiles por la rigidez y

jerarquización de sus estructuras, y en las de corte religioso por la jerarquización de sus valores.

Los recursos contribuyen a la promoción de nuevos proyectos (instrumentos hacia la

normalización) y la implicación de profesionales en procesos organizativos. Las profesionales son

conscientes de que gran parte de la oferta de servicios en los que intervienen no son adecuados a

14

las necesidades de muchas personas (enfocadas desde los principios inclusivos) y aunque

intentan, con su esfuerzo, promocionar apoyos adecuados, la escasez de recursos impide el

progreso.

Sin embargo estas dificultades financieras y de recursos en general difieren en los centros, no

tanto por su tipología sino por la cantidad e intensidad de apoyos que necesitan las personas

atendidas. Las dificultades aumentan cuando no hay familias o éstas son mayores. Concretamente

se generaliza el pesimismo respecto a respuestas para las personas con discapacidad intelectual

con grandes necesidades de apoyo; los discursos no descubren alternativas diferentes a la

institucionalización para este grupo de personas con discapacidad intelectual.

• Amenazas y oportunidades de las políticas sociales

La consolidación de un sistema de financiación de los centros ha permitido la mejora de las

infraestructuras y su funcionamiento tras un proceso de adaptación. La inversión económica ha

facilitado el camino hacia la normalización pero ha potenciado la competitividad entre las

asociaciones frente a la cooperación y solidaridad de otros tiempos.

El sistema de conciertos genera diferencias económicas entre centros públicos y privados.

Mientras que entidades públicas pueden llegar a conseguir financiación para las plazas hasta de

tres vías públicas diferentes (administración autonómica, local y provincial) los privados no

cubren costes con la financiación autonómica que establece el sistema. Por otra parte, los

discursos añaden que la rigidez del sistema de concertación de las plazas y del Sistema Público (la

tramitación y gestión, adjudicación de las plazas, gestión financiera, retrasos en los cobros) no

satisface el dinamismo de las circunstancias de las personas con discapacidad intelectual.

La Ley de Promoción de la Autonomía y atención a las personas en situación de dependencia está

teniendo impacto en lo cotidiano de la práctica profesional. Como oportunidades de la misma

valoran los nuevos derechos generados y las posibilidades de empleo. Aunque alertan que sin

recursos efectivos y suficientes se generarán conflictos por las expectativas que ha creado. A ellas

les influye porque sienten que “son las que dan la cara” ante los titulares de derechos. Como

amenazas, explican el efecto “fagocitosis de la dependencia sobre la discapacidad” por disminuir

la incertidumbre familiar respecto a los recursos, y por ofrecer ventajas competitivas a entidades

en el mercado de los servicios. Esta situación genera conflictos profesionales situados entre la

oferta y la demanda en procesos de valoración y programaciones individuales.

La crisis económica influye transversalmente en la intervención y en la incertidumbre respecto al

proceso de inclusión. La financiación en momentos de crisis afecta a la intervención ya que añade

roles y funciones orientadas al diseño de proyectos y solicitud de subvenciones garantes de la

15

suficiencia económica de la entidad y funciones en procesos de calidad organizacional garantes

de la eficiencia.

Resulta significativo el tipo de relaciones que se establece con la Administración Pública y sus

responsables políticos. En este sentido nos encontramos con discursos polarizados que dependen

de la actitud política hacia los servicios y hacia las personas con discapacidad intelectual. Así

encontramos discursos críticos hacia el sector público y sus responsables políticos con quienes

divergen en la forma y en el fondo y a quienes reclaman más implicación y discursos

cooperativos con relaciones fluidas que mejoran el espacio de colaboración e incluso favorecen el

desarrollo del liderazgo político de trabajadores/as sociales.

2.3.2 Identificando referentes teóricos

Las referencias teóricas que influyen en la intervención están directamente relacionadas con

elaboraciones teóricas de la discapacidad antes que con elaboraciones teóricas propias del Trabajo

Social. Las teorías sobre la discapacidad provocan efecto fagocitosis sobre las teorías del Trabajo

Social en la intervención y esta situación no responde solamente a la creatividad o mestizaje

metodológico (Barrera, Malagón y Sarasola, 2009) sino a la dependencia teórica del contexto

institucional.

Los modelos sociales de la discapacidad conviven con prácticas ancladas en modelos tradicionales

y médico rehabilitadores. Los/as profesionales muestran una concepción de la discapacidad

como construcción social y plantean como alternativas respuestas inclusivas. Los principios que

orientan su intervención son la normalización e igualdad de oportunidades entendiendo la

desistitucionalización como opción deseable para las personas con discapacidad intelectual y con

posiciones críticas hacia la institucionalización. Adquiere relevancia el modelo de calidad de vida

del movimiento asociativo FEAPS con implicaciones hacia las personas y las organizaciones.

No obstante persisten concepciones de la discapacidad basadas en el déficit de las personas,

perceptibles desde contextos institucionales asistenciales donde los valores de la entidad son

determinantes aunque sean contradictorios a los referentes de las/os profesionales.

Los referentes del Trabajo Social cuentan con menor protagonismo explícito respecto a las

concepciones sobre la discapacidad a la hora de nutrir la práctica cotidiana. En este sentido las

profesionales se sitúan teóricamente orientadas a la práctica y la perspectiva ecológica-sistémica

en cierto mestizaje metodológico. La construcción del andamiaje teórico y metodológico de

las/os profesionales identifica dificultades coyunturales que tienen que ver con las limitaciones

que encuentran en la falta de recursos y de formación, las propias preferencias personales y la

influencia de la entidad para desarrollar metodologías en función a sus prioridades y valores; y

16

dificultades teóricas estructurales que tienen que ver con los debates epistemológicos actuales en

Trabajo Social.

2.3.3 Identificando fortalezas y debilidades. El compromiso como palanca de inclusión

Las condiciones laborales de las trabajadoras/es sociales en los centros residenciales y de día son

diferentes según la titularidad de las entidades y aunque en general muestran un buen nivel de

satisfacción con su trabajo no omiten las dificultades y frustraciones que las condiciones laborales

generan para realizar adecuadamente su labor. Antes que los salarios bajos resaltan la falta de

tiempo en general y la falta de herramientas para intervenir con familias de personas con

discapacidad intelectual. Resuelven la paradoja satisfacción/dificultades con el compromiso hacia

las personas con discapacidad.

• Diferencias en función a la titularidad de la entidad. Ambivalencia como valor y como riesgo.

Las entidades públicas proporcionan mejores condiciones laborales objetivas y sin embargo no se

identifican indicadores de satisfacción en los discursos de las profesionales de estas entidades. Las

entidades públicas proporcionan un marco de condiciones específicas, en departamentos de

Trabajo Social estables, pero no consiguen la dedicación exclusiva de las profesionales a esa

actividad laboral. Dedican una parte de la jornada al centro y otra parte a actividades vinculadas a

otras entidades. Las estructuras públicas no consiguen la motivación suficiente.Las privadas

proporcionan un marco heterogéneo de condiciones laborales en aplicación de diversas

categorías de contratación y responsabilidades, en cierto contexto de estabilidad laboral. Un

contexto de estabilidad relativa con contratos estables en un marco de financiación inestable e

insuficiente que genera inseguridad y desmotivación en los/as profesionales. Las condiciones

laborales en el movimiento asociativo vienen marcadas por la ambivalencia y versatilidad de

los/as profesionales a nivel orgánico y funcional, con posibilidades de destino amplias en los

centros como oportunidad laboral. La versatilidad profesional en el movimiento asociativo se

relaciona con reminiscencias asistenciales del Trabajo Social.

Los beneficios de la versatilidad quedan difusos y según su destino, las implicaciones pueden

resultar positivas o negativas para el desempeño profesional. Cuando la versatilidad interesa a la

institución y a sus ajustes organizativos conlleva efectos de sobrecarga profesional que afectan a

la calidad del trabajo. Cuando la versatilidad se vive como necesaria para un trabajo bien hecho,

se valora como positiva, enriquecedora, pero su desarrollo supone un coste de voluntariedad

profesional.

17

La ambivalencia está relacionada con la heterogeneidad de categorías laborales del sector privado,

de las que dependen las condiciones laborales. La categoría laboral que ostentan las/os

profesionales define el tipo de empleo y se entiende como la figura contractual que indica la

relación laboral formal. De esta forma se hace visible una heterogeneidad que oscila entre las

titulares de los departamentos de Trabajo Social de las Entidades, las responsables de servicios

específicos en centros orgánicamente definidos como servicios de apoyo a familias, trabajadoras

sociales de alguno de los centros residenciales y de día de la entidad, técnico/as de grado medio

para desarrollo de programas y hasta consultores externos vinculados con contratos mercantiles.

• El compromiso como fuente de satisfacción

La satisfacción laboral depende del nivel de compromiso de las/os profesionales hacia las

personas con discapacidad y hacia las instituciones, es decir de su sentido de pertenencia, aunque

insisten en ponderar la falta de tiempo originada por deficiencias orgánicas o funcionales y la

escasez de los salarios que ven compensada por la flexibilidad que cuentan en sus puestos de

trabajo y justificada en la estructural deficiencia financiera para asumir los costes de la atención a

las personas con discapacidad. Los/as profesionales del sector de la discapacidad intelectual se

muestran satisfechos/as con su trabajo tanto en entidades no lucrativas, públicas y mercantiles.

La satisfacción laboral presenta como dimensión central el compromiso de las profesionales con

las personas con discapacidad intelectual y su calidad de vida, que genera la situación verbalizada

como “enganche”. La motivación y nivel de compromiso se vinculan a la intervención directa, el

contacto directo y la interacción con personas y familias. En términos de variabilidad, la

dimensión compromiso refiere también el tipo de relación o vínculos que se establecen con las

entidades de referencia, fundamentalmente con entidades del movimiento asociativo. El sentido

de pertenencia responde a lógicas instrumentales como la autonomía que procuren a las/os

profesionales para desarrollar sus funciones, aunque también se vincula al carácter social de las

entidades, el trabajo en equipo y la existencia de un buen clima laboral.

Los discursos no eluden elementos tangibles de insatisfacción como la falta de tiempo para una

intervención adecuada y la escasa remuneración que perciben por su trabajo. La falta de tiempo

se relaciona con el trabajo burocrático, deficiencias organizativas estructurales, dificultades

metodológicas en la intervención, inestabilidad de los programas y la escasa financiación de las

entidades.

La insatisfacción que genera el bajo nivel salarial queda resuelta porque justifican, la escasa

financiación como cuestión estructural, la flexibilidad en las entidades privadas y

fundamentalmente, el nivel de compromiso con las personas con discapacidad intelectual.

18

• La frustración

Respecto a las situaciones que alteran la satisfacción y que generan impotencia profesional, se

presentan dos marcos generales: el marco de las interacciones, que muestra las frustraciones

sentidas con las familias de personas con discapacidad intelectual(falta de herramientas para

intervención con familias y/o efectos de la sobreprotección familiar) y con las entidades que las

emplean (falta de autonomía y valoración estilos de liderazgo rígidos, soledad profesional) y un

marco estructural que delimita las frustraciones originadas desde sus percepciones sobre las

políticas sociales hacia la discapacidad (insuficientes e inadecuadas para la promoción de

personas) y desde sus percepciones sobre el nivel de adecuación de la sociedad para la igualdad de

oportunidades de las personas con discapacidad intelectual.

2.4 Metamorfosis de la institucionalización: convivencia de procesos de intervención.

La categoría “(…)es que esto ha cambiado mucho (…)” es la que se erige como explicativa de lo

que ha sucedido en las últimas décadas. Un cambio positivo, experimentado tanto en la situación

profesional, la de las personas con discapacidad intelectual y la de los servicios. En este apartado

se muestra la transformación del conjunto de elementos de la institucionalización, marcando

cómo pasa un sistema de una coherencia a otra, dónde mantiene funciones con prácticas

renovadas o instaura otras, fractura algunas y adquiere nuevas. Por ello se define el cambio

percibido por los/as profesionales como metamorfosis4 de la institucionalización en los centros.

El pasado: las instituciones como asistencia frente al abandono y la invisibilidad.

“La verdad es que no recuerdo pero había bastantes subnormales, en aquel tiempo ¡eran

subnormales! Y me acuerdo que no seguía ninguna discapacidad determinada porque la

mayoría estaban ocultos y recuerdo que llegaba a una calle y preguntaba a algún vecino si por

allí vivía algún deficiente mental o subnormal, que era como se les llamaba antes. Muchas

veces no los conocían. La sociedad en general no los conocía y yo así con ese método sí

captaba, sí llegaba, peiné el territorio.” (E.10:95)

El futuro: las instituciones como apoyo a la vida inclusiva de las personas.

4 Se utiliza el sentido de metamorfosis de Castel(1995) al analizar la cuestión social y de Morin(2010) al

analizar la cuestión institucional respecto al modelo de Bienestar.

19

“(…) Al poco tiempo de estar aquí yo ya decía ¡el día que me quede sin trabajo qué contenta

voy a estar!... porque entonces entenderé que las cosas van en otra dirección y pienso que hay

que ser honestos y esta es la parte de compromiso que debes adquirir cuando trabajas con

personas. Si creas dependencia con la gente está claro que estás asegurando tu puesto de

trabajo, siempre vas a tener tareas que hacer pero es mucho más responsable, más divertido

incluso, hacer que la gente tenga sus propios recursos. Creo que sería mejor para nuestras

asociaciones no disponer de centros, mucho más arriesgado, puede dar mucho más vértigo

pero a mí me parece mucho más apasionante el trabajo hacia fuera que aquí dentro”

(E.9:128)

El presente: La transformación que integra tres procesos, disidencia, promoción y adaptación.

• Proceso de Disidencia

La disidencia responde a procesos de Trabajo Social cercanos a concepciones de la

discapacidad basadas en modelos sociales porque entienden la discapacidad intelectual como

construcción social y considera a las personas prioritariamente ciudadanas. Los procesos

disidentes se inspiran en la justicia y eligen la autodeterminación como principio que orienta

la intervención profesional. Lo que guía el trabajo es que las personas con discapacidad

intelectual sean las que controlen su vida, por ello facilitan la comunicación y la diversidad de

apoyos para que puedan elegir. La escasez de recursos agudizada por la crisis se suple en este

proceso con creatividad y generación de redes.

Los procesos disidentes se oponen a actitudes paternalistas y generadoras de dependencia

entre profesionales y personas con discapacidad. Tienden a combatir la institucionalización

gestionando la paradoja que plantea la ubicación de la intervención en instituciones,

fomentando la participación de las personas en su entorno natural tanto en el mercado

laboral como en la vida social de la comunidad. Las estrategias metodológicas se apoyan en la

denominada Planificación Centrada en la Persona.

Estos procesos se relacionan con: la autonomía profesional; el desarrollo de actuaciones de

acompañamiento, denuncia, reivindicación y promoción de derechos; intervención en los

niveles micro, meso y macro; las influencias teóricas del Trabajo Social y de los modelos teóricos

del movimiento asociativo sobre la discapacidad intelectual; formas de hacer Trabajo Social

hacia la reflexión/acción.

• Proceso de Promoción

La promoción responde a procesos de Trabajo Social cercanos a concepciones de la

discapacidad basadas en modelos integradores e identifican la discapacidad intelectual en las

20

interacciones de una persona, con determinadas circunstancias y un entorno inaccesible.

Estos procesos consideran a las personas con discapacidad clientes de los servicios de las

entidades.

Se inspiran en la normalización y eligen la calidad de vida como principio que orienta la

intervención profesional. De esta forma el trabajo se centra en el apoyo a personas con

discapacidad para que se conviertan en actores clave dentro de las organizaciones. Estos

procesos gestionan las paradojas centrándose en los resultados más que en la situación de

partida, en descentralizar la autoridad más que en liderar individualismos, en emplear

mecanismos de mercado más que burocráticos y en catalizar los sectores público, privado y

voluntariado, introduciendo la financiación privada en los procesos.

Tienden a transformar la institucionalización gestionando la paradoja que plantea la ubicación

de la intervención en instituciones fomentando la participación de las personas en las

entidades y generando procesos de innovación que diferencien sus servicios. Las estrategias

metodológicas se apoyan en el acerbo del desarrollo organizacional y sistemas de evaluación

de la calidad de servicios.

Los procesos de promoción se relacionan con: niveles medios de autonomía profesional;

desarrollan actuaciones de asesoramiento, coordinación, facilitación, adaptación, apoyo y

promoción; intervención en los niveles meso y macro; influencias teóricas de los modelos del

movimiento asociativo de la discapacidad intelectual; formas de hacer Trabajo Social hacia la

gestión.

• Proceso de Adaptación

La adaptación responde a procesos de Trabajo Social cercanos a concepciones de la

discapacidad basadas en modelos tradicionales y rehabilitadores e identifican la discapacidad

intelectual en las circunstancias individuales de la persona. Estos procesos consideran a las

personas con discapacidad usuarias de los servicios de las entidades.

Si los procesos dejan constancia de su concepción sobre la discapacidad en las formas de

nombrarla, en la adaptación se identifican reminiscencias de modelos tradicionales cuando se

refieren a las personas como “chavales”, una visión que infantiliza y que adquiere

consecuencias paternalistas y “discapacitados” que sustantiva lo adjetivo, se centra en la

carencia y determina opciones rehabilitadoras y suministradoras en la intervención. Eligen el

bienestar y la felicidad de las personas con discapacidad intelectual como principios que

orientan la intervención profesional. De esta forma el trabajo se centra en ayudar a las

personas a que vivan lo mejor posible en el entorno institucional de referencia. Tienden a

21

justificar la institucionalización y gestionan las paradojas con estrategias metodológicas

apoyadas en el cumplimiento de la normativa y de las reglas complementando los estándares

mínimos con voluntariedad y acomodación.

Los procesos de adaptación se relacionan con: bajos niveles de autonomía profesional;

desarrollan actuaciones de ayuda, registro, clasificación e información; intervención a nivel

micro centrada en la atención directa con personas con discapacidad intelectual y sus familias;

desorientación teórica; Formas de hacer Trabajo Social hacia la acción centrada en la

distribución de recursos.

Como elementos transversales a los procesos reconocemos uno conceptual, el compromiso, un

empeño personal en producir cambios tanto en la mejora de la vida de las personas con

discapacidad y sus familias, en las organizaciones desde donde se interviene y en la generación de

una sociedad más accesible. Este compromiso adquiere un significado concreto expresado en los

discursos analizados: “(…) que salgan lo máximo posible”

Como elemento transversal funcional reconocemos la interacción con personas con discapacidad

intelectual, característica de las estrategias que desarrollan en la intervención, siendo en sí misma

una paradoja porque reclaman la interacción como función irrenunciable a pesar de no estar

integrada entre sus competencias formales: “(…) todos los días busco el contacto directo con las personas

con discapacidad intelectual aunque me quite tiempo para hacer mi trabajo”

Como elemento transversal estructural reconocemos la desregulación de la intervención

profesional en los centros genera desajustes en la dimensión de las competencias lo que provoca

ciertas dificultades para que las formas de hacer Trabajo Social respondan a algún deber ser: “(...)

mi trabajo necesita tiempo”

Estos procesos navegan en un entorno social y político donde el criterio de planificación de las

necesidades en los territorios es la ordenación pública de los recursos existentes con unos

sistemas de homologación mínima basados en las posibilidades de financiación antes que en

criterios de calidad efectiva, con tipologías de centros rígidas que paradójicamente encajan

modelos de atención muy diferentes.

La diversidad de las entidades provisoras de servicios, un entorno mayoritariamente privatizado,

desplaza la intervención hacia intereses institucionales y políticos antes que hacia las personas y

sus familias haciendo valer su autonomía jurídica y ética.

El movimiento asociativo de familias que ha liderado la oferta de centros en este sector ha vivido

una transición de la identidad representativa por el crecimiento de sus estructuras y las

22

necesidades de estrategias empresariales para gestionar servicios. Está intentando conciliar la

calidad de vida de las personas con discapacidad con la calidad de servicios

3 Conclusiones

Aunque en países occidentales la sustitución de grandes residencias por servicios de apoyo en la

comunidad ha sido uno de los más importantes logros de las políticas para personas con

discapacidad intelectual en los últimos 30 años (Bigby y Fyffe, 2006; Mansell y Ericsson, 1996), la

desistitucionalización no ha hecho más que empezar (Kozma, Mansell y Beadle-Brown, 2009).

Los progresos han sido liderados por los países escandinavos, Norteamérica, Australia y Reino

Unido (Mansell, 2006).

La institucionalización sigue siendo la realidad de gran parte de personas con discapacidad. A

pesar de la dificultad del análisis por la escasez y diversidad de datos, aproximadamente un millón

de personas con discapacidad sigue viviendo en residencias en la Unión Europea (Mansell et. al.

2007). En Andalucía se confirma la situación con casi 17.000 personas con discapacidad

intelectual vinculadas a los centros residenciales y de día del sistema público, con más o menos

posibilidades de aislamiento en función al nivel de apoyo de las familias, dado que aún siendo un

sistema universal que no genera derechos subjetivos. La investigación muestra que las diferencias

de trato responden a factores socioeconómicos y políticos que generan desequilibrio entre las

necesidades de apoyo y la oferta de la red de centros y servicios disponibles en la comunidad.

La evolución de las políticas sociales dirigidas a personas con discapacidad ha determinado el

rumbo de la intervención profesional con personas con discapacidad intelectual adultas hacia una

red pública de servicios sociales especializados organizada fundamentalmente con residencias y

centros de día y gestionados mayoritariamente por entidades privadas. Esta red está sujeta a la

homogeneidad funcional que exige la normativa, de cuyo cumplimiento depende su supervivencia

financiera y a una heterogeneidad estructural que dificulta la construcción de patrones en los que

apoyar los procesos de intervención de trabajadores/as sociales integrantes de la red.

La red de centros se ha conformado sobre un sistema formal, centralizado y sectorizado, pensado

para respuestas asistenciales en colisión con las nuevas formas de mirar y responder a la

discapacidad intelectual basadas en apoyos inclusivos. Esta contradicción ha provocado un

proceso de transición institucional liderado por el movimiento asociativo representativo de la

discapacidad intelectual y dirigido a instaurar un modelo de calidad de vida en las organizaciones

provisoras de servicios.

23

Si el proceso de cambio en las respuestas a personas con discapacidad (salida de los centros) ha

sido conceptualizado en función a diversas perspectivas de análisis como desistitucionalización

(De Lorenzo, 2003, Iáñez, 2009), transinstitucionalización(Guy, 1991) extitución (Planella y

Martínez, 2010; Planella y Vilar , 2006), los procesos de Trabajo Social permiten explicar la

transición como metamorfosis de las instituciones, metamorfosis como la entiende Morin(2010)

o Castel (2006), radical en las transformaciones pero conservando lo que ha sido útil para la vida

con calidad de las personas con discapacidad intelectual. Mediante la adaptación, la promoción y

la disidencia, los cambios han transitado desde la voluntariedad en centros benéficos gestionados

por familiares a la especialización que exigen organizaciones centradas en el cambio

organizacional, inmersas en la competitividad y buscando estabilidad y suficiente financiación

para los servicios en un contexto de precariedad de los sistemas de protección social públicos

(Schalock, Gardner y Bradley, 2006)

La metamorfosis se vive gestionando paradojas, buscando equilibrios, pactando con una realidad

no deseable para transformarla, sin resultados a corto plazo, e intentando promover autonomía

de las personas con discapacidad intelectual sin suficientes apoyos institucionales, políticos y

sociales para opciones inclusivas.

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