Módulo 1. Orientaciones para los centros de secundaria · Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional. 3 ser tratados

Módulo 1. Orientaciones para los centros de secundaria

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional.

0



1

MÓDULO 1 ORIENTACIONES PARA LOS CENTROS DE

SECUNDARIA

JUSTIFICACIÓN

Si se pretende que los procesos de transición del alumnado desde el

bachillerato a la universidad se realicen de manera satisfactoria, es necesario

tomar una serie de medidas orientadoras de carácter preventivo. Desde un

modelo de orientación permanente y a lo largo de la vida, es importante

adelantarse a la posible aparición de problemas y preparar con antelación los

itinerarios o trayectorias vitales. Para ello, no solo es importante que los

estudiantes que decidan cursar estudios universitarios adquieran las

competencias necesarias para lograr una buena adaptación a la educación

superior, sino que los propios Institutos y centros de secundaria tomen

conciencia en la importancia y trascendencia que tienen las transiciones. Por

eso en este módulo se plantean una serie de consideraciones, se presentan

datos de interés acerca de las transiciones y se proponen algunas directrices

para los centros de secundaria, encaminadas a promover desde los

Departamentos de Orientación y los planes de acción tutorial medidas que

faciliten los procesos de transición académica.

OBJETIVOS

- Que los centros de secundaria valoren la importancia que tienen los

procesos de transición del alumnado y adopten medidas para facilitarla.

- Que los centros de secundaria analicen las carencias con las que el

alumnado llega a la enseñanza universitaria con el fin de mejorarlas.



2

- Que los centros de secundaria valoren las características de los

estudiantes que se adaptan bien a la enseñanza universitaria con el fin

de potenciarlas.

- Que los centros de secundaria valoren distintas estrategias

encaminadas a establecer una mejor conexión entre la etapa de

educación secundaria y la educación superior.

DESARROLLO PRÁCTICO DEL MÓDULO

Uno de los problemas que con insistencia se suelen señalar cuando se habla

de la transición entre la secundaria y la universidad es la falta de información

que cada etapa tiene de la otra. Parecen realidades educativas escasamente

conectadas, mundos independientes que desarrollan cada uno sus propias

acciones, pero sin vincularse. Sin embargo, es evidente que están llamadas a

entenderse. Entre ambas etapas se tienen que trazar puentes de

comunicación, de conexión, de intercambio, de continuidad, etc., porque en

juego está, ni más ni menos, que la formación de los ciudadanos del futuro.

Desde esta perspectiva y con la intención de acercar la realidad de la

enseñanza universitaria a los centros de secundaria, sería importante que los

equipos directivos, junto con los Departamentos de Orientación de los

Institutos, organizaran, con carácter preventivo, charlas informativas a familias

y estudiantes sobre la importancia de preparar adecuadamente la transición,

sobre los problemas y dificultades que se vienen detectando en los estudiantes

que acceden a los estudios universitarios y sobre las competencias que se

consideran necesarias para adaptarse y tener éxito en los estudios

universitarios. Y sería también importante que en los Institutos se organizaran

seminarios de trabajo con los tutores de bachillerato para valorar algunos

aspectos básicos relacionados con la transición académica y cómo abordarla.

Precisamente, en este módulo vamos a plantear distintos aspectos y a

presentar diferentes datos a considerar en los Institutos en relación a los

procesos de transición y adaptación a la enseñanza universitaria, que podrían



3

ser tratados en estas charlas y sesiones de trabajo con tutores, alumnado y

padres.

Actividad 1: Problemas detectados en el alumnado universitario de nuevo

ingreso (primer curso).

Muchos estudiantes que acceden a la universidad no consiguen adaptarse a

las características y exigencias del modelo educativo actual. La entrada en

vigor a partir de 2010 del llamado modelo de Bolonia, supuso básicamente un

cambio metodológico en la enseñanza universitaria: no aprender más, sino

aprender de manera diferente. El modelo del Espacio Europeo de Educación

Superior (EEES) exige que los estudiantes que cursen estudios superiores:

- Tengan implicación y participación activa en su aprendizaje.

- Sepan integrar y relacionar los distintos tipos de aprendizaje.

- Tengan autonomía para aprender a partir de las orientaciones del

profesorado.

- Posean competencias básicas que les permitan seguir aprendiendo.

- Tengan metas claras y un itinerario formativo definido con proyección

hacia el desarrollo profesional.

Por eso es importante que el estudiante desde la etapa previa al acceso a la

universidad, conozca qué se le va a exigir y qué tiene que dominar para

incorporarse a la enseñanza universitaria. La realidad es que muchos

estudiantes no tienen este compromiso personal con los estudios, ni la

responsabilidad suficiente que requiere el “oficio de estudiante”, ni tienen metas

claras de futuro, ni un proyecto formativo y profesional más o menos definido…

Aunque no se puede generalizar ni mucho menos, pero si se viene

encontrando un tipo de estudiante universitario de nuevo acceso, cuyo perfil

presenta algunas de estas características: planifica poco sus estudios, apenas

lee más allá de lo estrictamente exigido por el profesorado para cumplir con la

evaluación, no lleva al día las clase y los apuntes de las distintas asignaturas,

no repasa los contenidos ya trabajados en el aula, el trabajo académico que

realiza lo orienta a la superación de tareas puntuales y no al aprendizaje,



4

estudia solamente cuando tiene examen, prepara los exámenes en el último

momento.

Los resultados que se derivan de este modo de gestionar el proceso formativo

conducen a resultados poco satisfactorios y las cifras de fracaso y abandono

en los primeros años de formación universitaria son en algunos casos

alarmantes. Según los datos aportados por la Asesoría Educativa del Servicio

de Información y Orientación al Alumnado de la Universidad de La Laguna

referidos a la evaluación del alumnado de nuevo ingreso, realizada en enero

del curso 2014-2015:

- 445 estudiantes no se presentaron a ningún examen.

- 455 estudiantes, aunque se presentaron a algún examen, no lo

superaron.

- 677 estudiantes superaron solo una asignatura.

Atendiendo a estos resultados, alrededor de 1.577 estudiantes muestran un

claro problema de rendimiento, de adaptación y/o adaptación a las condiciones

de la enseñanza universitaria. Este problema conduce al siguiente y es que,

según la norma de permanencia de la ULL, en el artículo 6 se señala que “con

carácter general, los estudiantes que se matriculen a tiempo completo por

primera vez en una titulación oficial, deberán superar un mínimo de 18 créditos

ECTS en su primer curso académico y de 6 créditos ECTS en el caso de

estudiantes a tiempo parcial”. Por tanto, aquellos estudiantes que no se

adaptan bien al ritmo y a las exigencias del nuevo modelo universitario se

verán forzados a dejar la institución.

De una manera más detallada, los problemas concretos que se vienen

detectando en los estudiantes universitarios de primer curso según la Asesoría

Educativa del Servicio de Información y Orientación al Alumnado de la

Universidad de La Laguna, son los siguientes:

- Problemas de comunicación oral y escrita.

- Problemas de lectura comprensiva.

- Dificultades en la redacción y faltas ortográficas.

- Falta de hábitos de lectura.



5

- Déficit formativo-cultural.

- Escasa capacidad crítica.

- Falta de interés y motivación.

- Dificultades para trabajar en equipo.

- Escasa capacidad creativa.

- Déficit en idiomas.

- Inadecuada organización y gestión del tiempo de estudio.

- Actitud pasiva en el aula.

- Falta de esfuerzo sostenido y autoexigencia.

- Mal uso de los recursos de la Universidad.

En el estudio que hemos realizado en este curso académico, el profesorado de

la Universidad de La Laguna ha señalado las siguientes carencias o

debilidades importantes con las que llegan los estudiantes, que dificultan su

adaptación a los estudios superiores:

- Mala lectura comprensiva.

- Falta de madurez personal y académica.

- Carencias en la formación previa; malos conocimientos de base.

- Competencias limitadas en expresión oral y escrita.

- Poca motivación.

- No tienen una hoja de ruta académica y profesional.

- Tienen pocos conocimientos de los estudios que van a realizar.

- Poca constancia y organización en el estudio.

- Falta de cultura general.

- Falta de interés por los estudios que cursa.

- Bajo nivel de organización.

- Pobre capacidad de razonamiento.

- Adolecen de capacidad de esfuerzo y continuidad.

- No tienen capacidad de trabajar en equipo de forma cooperativa.

- No tienen actitud crítica.

- Tienen dificultades para resolver problemas y decidir.

- Mala elección de las asignaturas e itinerarios en el bachillerato para los

estudios que van a cursar.



6

- Falta de metas personales y profesionales claras.

- No están interesados en el conocimiento, sino en la nota.

- Fala de iniciativa.

- No tienen buenas estrategias para buscar información.

- No son capaces de analizar y valorar la información útil que encuentran

en internet.

- Pocos o ningún hábito de estudio.

- No tienen capacidad de trabajar y aprender de forma autónoma.

- No profundizan en el contenido mediante el estudio personal.

- Tienen la creencia de que es fácil aprobar sin esfuerzo.

- Falta de constancia en el estudio y en sus tareas.

- Llegan con un papel pasivo hacia el aprendizaje (receptores).

- Baja tolerancia a la frustración.

- No tienen claro que sean los estudios que les gusta realmente.

Si esta es la realidad, la cuestión sería: ¿cómo podemos prevenir estas

situaciones, estos problemas, para que cuando los estudiantes lleguen a

la universidad se adapten y no fracasen?

Actividad 2: Competencias que debería tener el alumnado en el momento

del acceso.

El análisis y seguimiento de los estudiantes que transitan a los estudios

universitarios ha permitido delimitar aquellos aspectos que se consideran

fundamentales para la adaptación a la universidad. Son características que se

deberían potenciar desde las etapas previas para que estuvieran presentes en

el perfil del alumnado de nuevo acceso. Están referidas tanto a conocimientos

relacionados con el campo de estudio de la titulación elegida (saberes), como

de otras competencias genéricas que actualmente se consideran de gran

relevancia para todas las ramas científicas y son atributos muy valorados en

relación al desarrollo profesional.



7

Como señala la Asesoría Educativa del Servicio de Información y Orientación al

Alumnado de la Universidad de La Laguna, los estudiantes que acceden a la

enseñanza universitaria deberían dominar algunas competencias referidas a:

- Hábitos del trabajo intelectual.

- Gestión del tiempo de estudio y organización del trabajo.

- Lectura comprensiva y reflexiva.

- Trabajo en equipo.

- Comunicación y expresión.

- Esfuerzo y concentración.

- Autoaprendizaje.

- Compromiso y esfuerzo.

- Espíritu crítico.

- Curiosidad y motivación.

- Responsabilidad y madurez.

- Resolución de problemas y toma de decisiones.

Además, como se ha resaltado en las carencias, deberían poseer otros

conocimientos básicos:

- Conocer el perfil profesional y el plan de estudios.

- Poseer una formación básica correspondiente a los estudios que inicia.

- Tener cultura general.

- Tener un nivel básico de idiomas.

- Tener interés por el futuro profesional.

- Dominar las competencias genéricas aplicables a distintas situaciones y

contextos.

Dada la importancia de todos estos factores para la buena adaptación del

alumnado a la universidad, la cuestión que cabría plantear es la siguiente: ¿se

trabajan de manera adecuado estos factores para capacitar al alumnado

en transición a la enseñanza universitaria?; ¿en qué momentos y

espacios se deberían desarrollar estas competencias?; ¿qué

profesionales deberían implicarse en este proceso para mejorar las

competencias de adaptabilidad?



8

Actividad 3: Competencias y perfil del alumnado universitario de éxito.

Además de analizar y tener en cuenta las variables que intervienen en la mala

adaptación y el fracaso en los estudios universitarios, es importante que se

consideren también los factores de éxito. Es decir, las características que

muestran los estudiantes que se han incorporado y se han integrado de

manera satisfactoria en la educación superior. Identificar estos factores de éxito

puede ayudar a que en la educación secundaria se promuevan y se potencien

estas competencias para que cuando los estudiantes lleguen a la universidad

puedan integrarse y tener éxito.

Y con esta finalidad se han llevado a cabo estudios, en los que se ha

preguntado a estudiantes bien adaptados, cuáles han sido las claves de su

éxito. Según los datos recogidos, el perfil de estudiante de éxito en la

universidad se caracterizaría por:

- Saber que las decisiones que toma afectarán a su futuro académico

profesional.

- Saber acceder a la información que le interesa.

- Planificar el logro de las metas y objetivos.

- Ser persistente en el logro de los objetivos elegidos.

- Ser constante en el mantenimiento de planes y proyectos.

- Asumir las responsabilidades de sus propias acciones y decisiones.

- Tener interés por mejorar su desarrollo académico y profesional.

- Estar motivado por seguir adelante a pesar de las dificultades.

- Tomar la iniciativa en el desarrollo de sus proyectos.

- Valorar los resultados obtenidos, aunque no sean favorables (con la idea

de mejorar en el futuro).

- Superar los obstáculos que va encontrando.

- Adaptarse a los nuevos contextos.

- Creer en sus posibilidades personales para tener éxito.



9

También se ha preguntado al profesorado universitario sobre las características

de un estudiante de éxito. Han destacado los siguientes atributos:

- El esfuerzo.

- La perseverancia.

- La autonomía.

- La iniciativa.

- La receptividad hacia el aprendizaje.

- Capacidad de esfuerzo.

- Capacidad de razonamiento.

- Asistencia a clase.

- Competencia digital.

- Capacidad reflexiva sobre lo que hacen.

- Capacidad para expresarse bien.

- Saber transmitir y escribir correctamente.

- Estar motivado por lo que hace.

- Tener claro lo que quiere hacer y relacionarlo con el futuro.

- Participa en las diversas actividades.

- Capaces de interrelacionar e integrarse en los distintos grupos.

De manera más específica, algunas definiciones dadas por el profesorado

sobre el perfil de un estudiante universitario que tiene éxito en los estudios son

las siguientes:

“Persona capaz de expresarse, leer y escribir correctamente,

con capacidad de organización, con capacidad para

concentrarse y dedicarse al estudio en profundidad, con

capacidad para razonar sobre lo aprendido, con objetivos claros

y motivado por los estudios”.

“Trabajador, constante, curioso, abierto de miras, con

inquietudes por el conocimiento, que sabe leer y escribir

correctamente y es capaz de interrelacionar lo que se enseña en

varias asignaturas para ser capaz de ver un todo".



10

“Estudiante con una formación previa adecuada, que tiene

interés por aprender, que ha llegado con las ideas bien claras,

que ha elegido la carrera adecuada, que está muy atento en

clase, que hace preguntas, que sigue el curso de la explicación,

que se muestra interesado por la asignatura y amplía la

información con la bibliografía recomendada, que trabaja en

casa y tiene bastante definido su futuro.

Sería un alumno con una actitud positiva hacia los estudios, con

interés por aprender y formarse, no solo para superar los

exámenes. Asistiría a clase con regularidad y participaría de

manera activa con cuestiones, aclaraciones, sugerencias, etc.

sobre la programación establecida. Sería una persona

comprometida con sus objetivos, planificado, con buenos hábitos

de estudio, que acude a clase y realiza las tareas y/o actividades

acordadas”

Teniendo en cuentas estas características, se podría apuntar como perfil de un

estudiante universitario de éxito el siguiente:

“Un alumnado motivado y autónomo, que ha elegido los estudios

en base a una buena información previa de sí mismo y de las

características de la titulación, que es constante y persistente,

que planifica su proceso de estudio, que lee y profundiza en los

contenidos de las tareas más allá de los estrictamente exigido,

que lleva al día sus clases, que tiene iniciativa, que repasa los

temas y contenidos de clase, que se esfuerza y prepara con

antelación los temas que se van a trabajar en clase para poder

seguir las explicaciones del profesorado, que repasa los

contenidos tratados y establece relaciones entre los distintos

tipos de aprendizaje, que prepara la evaluación con tiempo

aplicando estrategias de estudio adecuadas, que piensa y

proyecta sobre su futuro profesional, etc.”.



11

Este perfil coincide en gran parte con el aportado por el Grupo ERISO. La

“persistencia para acabar la titulación a pesar de los obstáculos”, la “motivación

hacia la titulación cursada”, la “capacidad de esfuerzo, en favor de logros

futuros”, el “ajuste entre las capacidades del sujeto y las exigencias de la

titulación”, y la “satisfacción con la titulación cursada” figuran como variables

que contribuyen al éxito académico. De esta manera, el perfil quedaría definido

en los siguientes términos:

“Estudiante persistente y perseverante, que es capaz de

demorar las recompensas, de superar obstáculos y dificultades,

de mantener claras las metas a largo plazo, de fijar firmemente

el rumbo o dirección de futuro y de ser constante en el

mantenimiento de los planes decididos”.

Un estudiante universitario que posea estas características,

podrá realizar una mejor adaptación al contexto de la enseñanza

universitaria. Frente a los estudiantes que abandonan los

estudios, el alumno exitoso se caracteriza por “plantear dudas al

profesorado durante las explicaciones en clase”, “repasar los

temas estudiados”, “llevar al día los contenidos de las

asignaturas”, “asistir a las clases y a las tutorías”, “llevar una

actividad de estudio continuada”, “aplicar estrategias adecuadas

de estudio y aprendizaje”.

Teniendo como referencia este perfil de estudiante universitario de éxito, ¿qué

valoración se hace desde los Institutos?; ¿cómo empezar a promover

desde la secundaria estas características, este perfil?

Actividad 4: Directrices para mejorar la conexión entre la secundaria y la

universidad.

Si realmente se quiere conseguir que la transición del alumnado desde la

enseñanza secundaria a la universidad se produzca de manera efectiva, es

necesario mejorar muchos aspectos de coordinación y comunicación entre

ambas etapas. Es necesario que no sólo entre los profesionales, sino también



12

entre los programas educativos haya mayor vinculación, porque será la mejor

manera de ayudar a los estudiantes a afrontar el paso de uno a otro nivel

educativo.

Apuntamos algunas ideas que pueden ayudar a avanzar en esta línea de

mejora en la conexión y coordinación:

- Mejorar la coordinación para lograr una mayor coherencia entre los

contenidos que se imparten en el bachillerato y en la formación

universitaria. Se dice muchas veces que hay un desfase grande entre los

contenidos que se imparten en un nivel y otro, lo cual no deja de ser un

problema grave que afecta al alumnado, que no encuentra continuidad,

sino ruptura. Por ejemplo, los estudiantes del primer curso del grado

(rama Ciencias) deben cursar Biología, Química, Física y Matemáticas

obligatoriamente en el primer curso. Pero teniendo en cuenta los

itinerarios de la enseñanza Secundaria es imposible que hayan cursado

esas cuatro asignaturas en el último curso de bachillerato. Habría que

empezar por adaptar el primer curso del grado (rama de Ciencias) a la

realidad de los itinerarios de Secundaria para que también los alumnos

estén en "convergencia".

- Por eso sería necesario articular grupos de trabajo ramas de

conocimiento que analizaran este tipo de vinculaciones en cuanto a

contenidos. Asimismo, en el diseño y revisión de los planes de estudio

universitarios, sería importante que el profesorado de secundaria tuviera

oportunidad de opinar y aportar su punto de vista.

- Así mismo, sería necesario insistir y orientar a los estudiantes de

bachillerato para que empezaran a pensar en el futuro, eligiendo

asignaturas e itinerarios que conecten directamente con los estudios de

grado universitarios, de modo que encuentren relación entre los

conocimientos a trabajar. El proyecto formativo y profesional es

necesario que los estudiantes lo empiecen a organizar y estructurar

desde la enseñanza secundaria. La trayectoria vital, las transiciones que

afronte cada persona debería ser un proceso pensado, reflexivo,



13

planificado y desarrollado en el marco de un proyecto personal elegido

libremente por cada persona.

- Mejorar el sentido que tiene el bachillerato. Más que una etapa

educativa, la secundaria se enfoca muchas veces con la finalidad de que

los estudiantes superen la EBAU. Esto supone una sobrecarga de

contenidos (conocimientos y saberes), que dejan poco espacio a otro

tipo de aprendizajes, más de carácter personal y social (más

relacionados con otro tipo de competencias genéricas). Como se ha

comentado anteriormente, saber tomar buenas decisiones, expresarse y

comunicar bien, relacionarse y trabajar en equipo, etc. también

constituyen aprendizajes valiosos y necesarios.

- Unificar las propuestas metodológicas que ayuden al alumnado en su

proceso de aprendizaje. Si bien en la enseñanza secundaria se emplea

mucho una metodología de trabajo de corte más individual, en la

educación superior se aplican con frecuencia metodologías de trabajo

grupal.

- Durante el bachillerato, el alumnado que tiene pensado cursar estudios

universitarios, debería empezar a familiarizarse con la metodología y las

características de la enseñanza universitaria. Lo que parece a todas

luces inadecuado es que los estudiantes tengan que esperar al primer

día de clase para saber cómo se enseña y aprende en la universidad.

Fomentar programas de socialización académica para que los

estudiantes de bachillerato se hagan una idea real y clara de la

formación universitaria debería ser un requisito.

- En esta línea, hay que considerar que no por tener mucha información,

los estudiantes ya están orientados. Ofrecer charlas informativas al

alumnado sobre la universidad, no garantiza en absoluto que los

estudiantes conozcan la educación superior. Además de la información

hay que promover la implicación y el contraste de dicha información.

Para ello se requiere que el estudiante tenga la oportunidad de

experimentar, situarse en los escenarios naturales, ver cómo se siente,

etc., antes de tomar una decisión sobre su futuro, porque dicha decisión

va a condicionar muchos aspectos de su vida.



14

Documents

Módulo 1. Orientaciones para los centros de secundaria · Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional. 3 ser tratados