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Las opiniones de Leinsdorf
M U S 1 e A,
. ~.
puedo controlar ~i nostalgia". Pe~o
claro, todos le preguntan lo mismo; anadie se le ocurriría decirle, por lo bajoy en todo de complicidad: "Al fin selibró usted de esa monserga" -ni comochiste cruel.
Sin declarar abiertamente su antipatíapor la ópera (o tal vez por el repertoriotradicional), dice, a continuación, queun europeo puede llegar a saturarse conel repertorio operático, pero que eso sucede raramente en el mundo de hablainglesa. ¿Y a qué obedece este fenómeno? Y sin detenerse a considerar la situación en las Islas Británicas, afirma quela popularidad retrasada de la ópera enlos Estados Unidos se debe a que pormucho tiempo sólo se patrocinaban orquestas sinfónicas, o sea que la óperatiene, en ese país, pocos años de existencia. Pero esta aseveración parece añadir,veladamente, que la ópera (o el repertorio) , una vez conocida, pasa de moda.
Otra contundente revelación es la siguiente: "El gran esfuerzo que significaconcebir, componer y orquestar una partitura operática no garantiza un éxitoduradero". Mucho ojo, compositores: siqueréis a la historia pasar, no os equivoquéis: dejad de escribir óperas, pues elgénero es traicionero.
Después de estas interesantes opiniones, Leinsdorf se dedica a hacer uninventario del repertorio, como esas estadísticas a la americalla o esas tabulaciones a la alemana, tan comunes. Descubre que sólo viven, según los países,de tres a seis decenas de óperas, y todo10 demás se conserva en museos y archivos. y para introducir al lector en laimportancia del tema amoroso, toma como ejemplo el Palestrina, de Pfitzner.Esta ópera nunca ha tenido el éxito quemerece no porque sea demasiado largay pesada, sino porque no hay un papelfemenino importante. La difunta esposadel compositor se le aparece en un sueño(no tiene realidad), y las otras dos voces femeninas corresponden al hijo y aun discípulo de Palestrina. La iximeraparte de la ópera describe las preocupaciones de Palestrina. cuando le ha ordenado el cardenal que escriba una misamodelo (¿la del papa Marcel1o?), y enla segunda parte presenta algunos aspectos políticos de la Iglesia, con su Concilio de Trento. Pero la carencia de problema amoroso es 10 que da al trastecon las excelencias de la obra.
y así hemos desembocado en el temadel amor. Por su preponderancia, prefiere el público Las bodas de Fígaro y elDon Juan a otras óperas de Mozart. ElFalstaff no ha tenido tanto éxito comootras óperas de Verdi porque el amor seencuentra relegado a un segundo término. Lo mismo sucede con las óperas deWagner, Puccini y Richard Strauss. ElFalstaff, además, termina con una boda,error funesto, pues el tipo de amor preferido es el trágico.
y muy notablemente, las tragedias sonmás populares que las comedias. Deéstas, nada más han sobrevivido cuatro:Las bodas de Fígaro, El barbero de Sevilla, Los maestros cantores y El Caballero de la Rosa. ¿Y qué tienen de comúnestas cuatro óperas? El disfraz de uno delos protagonistas, para dejar con un palmo .d~ ,narices al enamorado grotesco yantIpatlco.
En seguida, Leinsdorf declara rotundamente que la ópera no se hizo para
Cario Caml: Ritmos y espacialidad, 1913
las más recientes actitudes del arte italiano, que se presenta sin duda comouno de los que mayores posibilidadesabre y más nuevos caminos tiene a lavista, se dan como un resultado -así seaoponiéndosele- de las búsquedas delinformalismo italiano, por más que nosean sordas a un clima artístico mundial.De hecho, y cualesquiera que fueren losresultados de las experiencias últimas,es indudable que Italia ha logrado hacerse de una tradición artística moderna,precisamente a partir del fu turismo, yque el fantasma de la antigua tradiciónno se presenta ya como un imperativoinevitable sino justamente como un pasado cancelado ... hasta donde un pasado (y un pasado artístico) pueda cancelarse.
sarios, algunos de los cuales han tratado,valientemente, de oponerse a la cómoday obtusa rutina del repertorio. ¿Quiénmejor para dilucidar esas incógnitas, ocuando menos para opinar sobre ellas,que un director de orquesta que ha manejado durante gran parte de su vidaun respetable acervo de óperas? Pocospueden ufanarse de semejante oportunidad: trabajar esas obras in vivo, en v.arios países y de modo tan completo. Smembargo, y a pesar de la evidente intención de Leinsdorf de comprometerse lomenos posible, van apareciendo ante losatónitos ojos de los lectore~ a!r;unas frases extrañas y sorprendentes, que parecen mostrar, por momentos, que al director afamado la ópera le fastidiaba yque ya no le interesa.
Desde luego, empieza comunicándonosque todo el mundo le pregunta: "¿Quétanto echa usted de menos a la ópera?",contando con la seguridad de su añoranza, en vez de preguntarle: "¿Echa ustedde menos a la ópera?" y medio en serio,medio en broma, responde: "Todavía
,¡ "
Feiict C~oTa(i:· Mujer con escudilla, 1919
mente his.ol;n:as a partir de objetos quese presentAn cási /sin más título que supurapbj:etividad. _
"NeogestáIticas" (recordando la teoríaperceptiva <le la· Gestaltpsyc.hol~gie) seles ha llamado .a otras expenenCIas relativanrente similares, que ponen el acento, pre;cisamente, en la percepción y yano en la expresión, y que son menos"cinegéticas" y menos "geométricas" queel puro arte óptico; lo que tal vez lassingulariza más es una definida intención y una gran confianza en el poderde acción social que pueda tener el arte(si es que el término "arte" todavía lesconviene). Frasca, Pace, Santoro, y engeneral los int~grantes del "Grupo Uno"ejemplifican esta última corriente.
Parece claro, en todo caso, que todas
Por Raúl cosíaDurante muchos años, Erich Leinsdorffue conocido y solicitado como directorde óperas, con varias temporadas en elMetropolitan y actuaciones numerosas enlos festivales. Pero desde hace unos treso cuatro años, abandonó el campo operático para ocupar uno de los puestosmás codiciados por músico alguno: ladirección titular de la Sinfónica de Bastan, en la cual ha estado gente eminentísima, como Serge Koussevitzky y Charles Munch; y la propia orquesta, comoes sabido, se cuenta entre las cinco mejores de los Estados Uni'dos y, por supuesto, entre las mejores del mundo.Leinsdorf acaba de publicar un artículo-What makes opera run- en el AtlanticMonthly de marzo, en el cual se proponedeterminar las causas del éxito o delfracaso y la supervivencia de las óperas.. Elaborado tal artículo por tan reco
nocida autoridad, esperábase un tratamiento profundamente analítico y sagazde un tema que ha preocupado, por lustros, al público, a los literatos, los can·tantes, los músicos y hasta a los empre-
E L C" 1 N E
Viento negro
"Nadie ha caminado así iJor el desierto ..."
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, la' s'átira '~()cial, y l.a demostración q~e, ofrece es que el Fígaro de.Beaumarc,h~lsestá desposeído 'de su ."IOle.nta cntIca
'social por Da Ponte, el libretIsta de Mo.zart (yen esto concuerda con muchoscomentaristas)' .
Otra curiosisimaafirmación de Leins'dorf es la referente al bel canto y loscastrati:cree que la desaparición de estos seres no' fue causada por razones humanitarias, ,sino que al aumentar elpúblico de cc]ncier.tos cuando. asiste !aclase media (perdIendo la anstocraCiael mopopolío)., "ya no se anhelaba escuchar el canto virtuoso de los maestrosdesexuados, sino que se exigía una expresión artística de la atracción 'sexual".Más o menos. '
Según el director de marras, las operetas, durante el siglo pasado, quitaron
, oportunidades de comicidad a la ópera,pues el público sofisticado pide complícaciones: ¡tragedia, pasión y muerte!
Después de comparar algunas óperas(para demostrar que el Fígaro, Don Juany Fidelio han sido modelos para otroscompositores), aclara, con cierta timidez, que cada compositor escoge' los conflictos amorosos más acordes con su psicología. Así, Verdi presenta parejas enrebelión contra la sociedad y que soncastigadas; y Wagner prefiere los héroesque violan las normas sociales primordiales y que después encuentran su redención por el sacrificio de una mujerenamorada.
y para terminar, Leinsdorf señala yclasifica las óperas que tienen una existencia real, agrupadas según la frecuencia de representaciones que logran.
Una de las cosas que más llaman laatención de todo el artículo, es que eldirector, con un torcido criterio producto de la inevitable deformación profesional, considere -o cuando menos nodiga nada en contrario- a la ópera como un fenómeno absolutamente estático,inmutable y definido de .una vez parasiempre, fuera del tiempo, de la I-listoria y hasta de la Economía. Encuen trauna serie de fórmulas, de recetas, y nieo-acualquier Otra posibilidad: los ingredie~1tes deben ser siempre los mismos yen,una fuerte proporción, y cualquier intento para salir de esos cauces conduceal fracaso más estruendoso, así se llameuno Verdi o Wagner. y es que no secomplica ni se mete en honduras: descubre una serie de características comunes a las óperas en cuestión; pero desdeluego, ésas no son las causas de que prevalezca el repertorio convencional (cualidades que se refieren siempre al libretoo a los personajes, y no a la música).No analiza por qué han desaparecidodel repertorio obras maestras de otrasépocas -pongamos por caso Dido )'Eneas, de Purcell-, y si esas obras tienenalguna posibilidad de volver a la circulación., Según mi muy modesto y poco pene
~rante modo ele ver, !as causas de que laopera se halle redUCida a ese escasísimorepertorio, capaz de saturar a los aborígenes europeos son muy parecidas alas que han conducido al cine nacionala tan triste situación; es decir, que siendo ambas actividades. tan caras, las gent~s que aportan el dmero (y los partiCIpantes) tratan de ganar lo más posibleo de perder lo mínimo, y entonces recurren a lo conocido, a ciertas fórmulas
,sentimentales; y esto, en vez de ensancharse con el tiempo, se limita cada vezmás~ pues se torna más defectuosa laeducación del público.
El análisis de Leinsdorf se me figuracomo el que haría GarcíaRiera investigimdo las cualidades de las telenovelas,y tal vez hasta los resultados' se parecerían. Y como elementos imprescindiblespara las amas de casa o para los funcionarios, tendríamos los mismos, exactamente: pasión, amor, tragedia y muerte-precisamente los que, según Leinsdorf,prefiere el público sofisticado y exigente.y esto se explica, "porque todos los corazones de los pueblos del mundo latenal unísono", ¡claro!' -aunque unos vayan a la ópera y otros no.
Eso también explicaría el raro fenómeno que se presenta en países comola Unión Soviética, en donde la óperano está solamente al alcance de las clases privilegiadas; y es un espectáculo popularísimo, con todo y el repertorio tra-dicional. '
y razones para que se monten las óperas, hay muchas: en Checoeslovaquia,poi ejemplo, se sigue una política nacionalista dentro del arte: todo el año sepresentan una gran cantidad de óperas
Por Jorge IBARGÜENGOITIA
"Maldito", dice el Capataz Iglesias, unavez que los Productores han expresadosu agradecimiento a los trabajadores delriel y a la Secretaría de Comunicacionesy Transportes, "volveré y te partiré endos".
Después de esta frase, Iglesias da laespalda a la cámara y hecha a anclar enel desierto, llega a un campamento abandonado, sube en una camioneta pick-up,la pone en marcha y sale de cuadro.Después vienen los créditos, que llevanentreveradas una serie de tomas que po-
.~, ~~i.~:--.~;::,:;~;(~~.,~~":;.:;;~.~t-~-;~~.. (.,'
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UNIVERSIl)'A;D,~DE )dEXICO
checas (en ~partícl!l~t'de:Dvórc\k y Sme,tana) , óperas desconoc!~ª~e~.:ótrospaís~s; y.a los checos lesgUl\tá!)',pues tocanhIston~s que c?~ocen:y:~aIgu'naque otramelodla por ahl, tambIén.'c.y. hasta enMéxico hemos vistó. ,óperas de Sandi y
, ~e Chávez -horr?ro~a~i~,y 'se han repeudo con los subSIgUientes. fracasos, perohan tenido una' dertá·:.cjtculadón, aunque el público las ao<;>iI!iáe..
Por otra parte, la ópei:¡(nQ~.puede peromanecer ajena a la e.vá:lúd6nde las artesque intervienen en eil'~;'asr,ahora tene·mas una st:.rie '<leópéri~.térfórífkas, como para ser filinadas ..por,Vincent Price:óperas con argumentos' d~$agradables. ytenemos óperás éortas y ;esp~étaculares,
escritas especialmeiüeparáI,a televisión.La ópera se enéUeiltra; precisamente,
en UIJ. estado de ttansfbrmación extraordinaria y en todos'lo(aspectos: musical, teatral,' libreti~tic;o, "de escenariosy de público, de preceptos huevos yrevoluc1onarios. Todas estas transformaciones han sido pasadas por alto por elseñor Leinsdorf, un experimentado director de óperas, pero' de pensar conservador, sin duda; pero aún le queda unaparte por escribir (del artículo) , y esperemos que se reivindique.
dían figurar en una película sobre lavida en el desierto: un alacrán saliendode la arena, un pinacate escalando unapendiente imposible, unáserpiente deslizándose por las dunas, etc. Todo muybien fotografiado y bastante horripilan.te. ¿Quién. es el Malditá? st:. pregunta elespectador. Colrte a Iglesias haciendoantesala en el antiguo Palacio de Comunicaciones. Un' ujier lo conduce al despacho del Ministro, que en ese momentoestá diciendo a un grupo de personasuna frase que en la vida real le hubieravalido un cese fulminante: