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1 CENTRO UNIVERSITARIO ADVENTISTA DE SAGUNTO FACULTAD ADVENTISTA DE TEOLOGÍA Hebreos 9.12 Acercamiento al concepto salvífico Alumno/a: Diego Calvo Merino Profesor: Dr. Roberto Badenas Asignatura: Teología del Santuario Febrero 2015

Lugares Santos

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Una reflexión sobre Heb 9.12

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    CENTRO UNIVERSITARIO ADVENTISTA DE SAGUNTO FACULTAD ADVENTISTA DE TEOLOGA

    Hebreos 9.12

    Acercamiento al concepto salvfico

    Alumno/a: Diego Calvo Merino Profesor: Dr. Roberto Badenas

    Asignatura: Teologa del Santuario

    Febrero 2015

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    ndice

    Introduccin.....3

    1. Bosquejo sugerido de Hebreos...4

    2. Contexto de Heb. 9,12.4

    3. Gramtica del texto.....5

    4. Anlisis literario y estructural........8

    5. Comentarios sobre Heb 9.12...9

    6. Conclusiones...12

    7. Apndices...13

    Bibliografa.18

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    INTRODUCCIN

    Escojo un texto que se destaca por s mismo. Profundo en su riqueza, contiene

    importantes enseanzas. El escritor es profundamente serio, incluso apasionado, pero

    su pasin no le deja fuera de s. Sus centros de inters caractersticos no son los

    mismos de otros escritos de Pablo, ni su forma de introducir las citas. La riqueza de

    su vocabulario se debe en parte a la materia, pero la suavidad de las transiciones

    y el tono constantemente elevado revelan un escrito de un molde intelectual

    diferente.

    En nuestro recorrido por vislumbrar el texto, nos acercaremos a su gramtica

    hebrea, palabra por palabra, y a modo de ilustracin grfica compararemos los distintos

    templos citados en la Biblia. Haremos un breve comentario de sta parte del quiasmo de

    sta carta y llegaremos a algunas conclusiones. Por qu es importante ste fragmento?

    Creemos que en el momento de su ascensin Cristo entr en la presencia de Dios

    una vez para siempre, habiendo completado parte de su obra. Andrs Murray en

    relacin a ste pasaje escribi:

    No conozco palabras en la Biblia o en el lxico humano, que contengan tantos misterios. En l estn concentrados los misterios de la encarnacin,

    de la obediencia hasta la muerte, de amor que pasa al entendimiento, de la

    victoria, de la redencin eterna.1

    Nuestro texto presenta un contraste absoluto con la liberacin meramente temporal

    lograda por los sacrificios levticos. El sacrificio nico de Cristo incluye a todos los que

    por la fe se identifican con El.

    Percibo en Heb 9.12 la visin de la humanidad redimida caminando hacia Dios

    a travs de Cristo, oyendo todos juntos la palabra divina de salvacin en Cristo,

    celebrando juntos el culto divino bajo la presidencia de Cristo, viviendo la vida

    que Cristo vivi. Es una visin de una humanidad iluminada, pues la luz de

    1 MORRIS, CARLOS A. Comentario bblico del continente nuevo: Hebreos. Miami, FL: Editorial Unilit, 1999.

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    Cristo rasga las tinieblas de este mundo desde lo alto, mostrndonos el Camino,

    mostrndonos a Cristo.2

    1. Bosquejo sugerido de Hebreos

    Para poder situar nuestro texto de reflexin, Heb 9.12, sugerimos a continuacin

    una posibilidad de estructura de toda la carta.

    I. Una persona superior: Cristo (16) A. Cristo comparado a los profetas (1.13) B. Cristo comparado a los ngeles (1.42.18) C. Exhortacin: No nos alejemos de la Palabra (2.14) D. Cristo comparado a Moiss (3.14.13) E. Exhortacin: No dudemos de la Palabra (3.74.13) F. Cristo comparado a Aarn (4.146.20) G. Exhortacin: No nos endurezcamos contra la Palabra (5.116.20)

    II. Un sacerdocio superior: Cristo y Melquisedec (710) A. Un mejor orden: Melquisedec, no Aarn (7)

    B. Un mejor pacto: nuevo, no viejo (8) C. Un mejor santuario: celestial, no terrenal (9)

    D. Un mejor sacrificio: el Hijo de Dios, no animales (10)

    E. Exhortacin: No menospreciemos la Palabra (10.2639) III. Un principio superior: Fe (1113)

    A. Los ejemplos de la fe (11)

    B. La persistencia de la fe (12.113) C. Exhortacin: Una advertencia para no desobedecer la Palabra (12.1419) D. Las evidencias de la fe (13)3

    2. Contexto de Heb 9.12

    Cul es el sentido del "primer tabernculo" y de los ritos llevados a cabo

    en l? Este tabernculo exterior y sus ritos no prestan ninguna ayuda a nuestra

    unin con Dios, sino ms bien son una barrera, o mejor, son un smbolo de que

    el mundo antes de la obra de Cristo es como una barrera. Es una figura para

    "nuestros tiempos", de los hombres que habitan en el presente de este mundo

    inferior ms que en un futuro celestial. Los ritos de la primera tienda proclaman

    su propia incapacidad para perfeccionar al que los practica; son simples

    regulaciones corporales referentes al alimento, bebida, abluciones..., etc. Se

    impusieron a los hombres para mantenerlos a flote hasta que llegara el perodo de

    reforma, efectuada por el establecimiento del orden justo por medio de la obra

    expiatoria de Cristo.4

    2 McCONELL, F. Jhon. Epstola a los Hebreos. Santander: Sal Terrae, 1965, p.19. 3 WIERSBE, W. Warriem. Bosquejos expositivos de la Biblia: Antiguo y Nuevo Testamento. Nashville:

    Caribe, 1995. 4 Cf. VANHOYE, Albert. El mensaje a la carta a los hebreos. 2 a ed. Pamplona: Verbo divino, 1980.

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    3. Gramtica del texto

    Una mirada sobre Hebreos 9.12

    PALABRA POR PALABRA

    Interlineal inverso del Nuevo Testamento espaol-griego, Reina-Valera de 1960

    Hebreos 9.12

    | RVR60 NT IINV

    y no por sangre de machos cabros ni de

    becerros, sino por su propia sangre, entr una

    vez para siempre en el Lugar Santsimo,

    habiendo obtenido eterna redencin | RVR60

    oude y no por sangre de machos cabros ni de becerros, sino por su propia

    sangre, entr una vez para siempre en el Lugar Santsimo, habiendo obtenido eterna

    redencin.

    oude y no; ni siquiera

    negativo, adverbio, partcula

    (no sin embargo; ni, no, ni siquiera)

    haimatos y no por sangre de machos cabros ni de becerros, sino por su propia sangre,

    entr una vez para siempre en el Lugar Santsimo, habiendo obtenido eterna redencin.

    haima sangre

    nombre, genitivo, singular, neutro

    (sangre; jugo; derramamiento de sangre; parentesco de sangre)

    tragn y no por sangre de machos cabros ni de becerros, sino por su propia sangre,

    entr una vez para siempre en el Lugar Santsimo, habiendo obtenido eterna redencin.

    tragos macho cabro

    nombre, genitivo, plural, masculino

    (cabra macho; que mordisquea)

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    moschn y no por sangre de machos cabros ni de becerros, sino por su propia sangre,

    entr una vez para siempre en el Lugar Santsimo, habiendo obtenido eterna redencin.

    moschos becerro

    nombre, genitivo, plural, masculino

    (retoo, toro, becerro, novillo)

    idiou y no por sangre de machos cabros ni de becerros, sino por su propia sangre, entr

    una vez para siempre en el Lugar Santsimo, habiendo obtenido eterna redencin.

    idios propio; suyo propio

    adjetivo, genitivo, singular, neutro, masculino

    (pertinente a uno mismo; propio; privado; separado, particular, casa, posesiones,

    propiedad, los suyos; Propio, particular; Casa, posesiones, propiedad; Los suyos; Solo,

    aparte; Tiempo apropiado; Particularmente, individualmente)

    haimatos y no por sangre de machos cabros ni de becerros, sino por su propia sangre,

    entr una vez para siempre en el Lugar Santsimo, habiendo obtenido eterna redencin.

    haima sangre

    nombre, genitivo, singular, neutro

    (sangre; jugo; derramamiento de sangre; parentesco de sangre)

    eislthen y no por sangre de machos cabros ni de becerros, sino por su propia

    sangre, entr una vez para siempre en el Lugar Santsimo, habiendo obtenido eterna

    redencin.

    eiserchomai entrar

    verbo, aoristo, activo, indicativo, tercera persona, singular

    (entrar, entrar en, llegar, comparecer; Entrar en, llegar, ir; Suscitar, lograr, gozar,

    participar en, caer en)

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    ephapax y no por sangre de machos cabros ni de becerros, sino por su propia sangre,

    entr una vez para siempre en el Lugar Santsimo, habiendo obtenido eterna redencin.

    ephapax al mismo tiempo; de

    una vez por todas

    adverbio

    (en una ocasin, una vez para siempre; A la vez)

    hagia y no por sangre de machos cabros ni de becerros, sino por su propia sangre, entr

    una vez para siempre en el Lugar Santsimo, habiendo obtenido eterna redencin.

    hagios santo; dedicado

    adjetivo, acusativo, plural, neutro

    (terrible; sagrado; puro; sin culpa; religioso; consagrado, Santo, sagrado, consagrado;

    Dedicadas a Dios, santas, sagradas; Puras, perfectas, dignas de Dios; santo; santas

    consagradas a Dios; lo que es santo o consagrado; Santuario; Santuario, lugar santo,

    lugar santsimo; El Santo; los santos)

    ainian y no por sangre de machos cabros ni de becerros, sino por su propia sangre,

    entr una vez para siempre en el Lugar Santsimo, habiendo obtenido eterna redencin.

    ainios eterno

    adjetivo, acusativo, singular, femenino

    (perpetuo, eterno, perdurable, sin fin; Eterno, sin comienzo; Eterno, sin comienzo y

    sin fin; Eterno, sin fin)

    lytrsin y no por sangre de machos cabros ni de becerros, sino por su propia sangre,

    entr una vez para siempre en el Lugar Santsimo, habiendo obtenido eterna redencin.

    lytrsis rescate; redencin;

    liberacin

    nombre, acusativo, singular, femenino

    (Rescate, redencin, liberacin)

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    heuramenos y no por sangre de machos cabros ni de becerros, sino por su propia

    sangre, entr una vez para siempre en el Lugar Santsimo, habiendo obtenido eterna

    redencin.

    heurisk hallar; descubrir

    verbo, aoristo, medio, participio, singular, nominativo, masculino

    (hallar, encontrar, hallar, descubrir, obtener, lograr, recibir, reconocer)

    Comparacin de versiones - Hebreos 9.12 diferencias.

    DHH-LA | He 9.12 Cristo ha entrado en el santuario, ya no para ofrecer la sangre de chivos y

    becerros, sino su propia sangre; ha entrado una sola vez y para siempre, y ha obtenido para

    nosotros la liberacin eterna.

    NTV | He 9.12 Cristo ha entrado en el santuario, yaCon su propia sangre no para ofrecercon

    la sangre de chivos ycabras ni de becerros, sino su propia sangre; ha entrado entr en el

    Lugar Santsimo una sola vez y para siempre, y ha obtenido para nosotros la liberacinasegur

    nuestra redencin eterna. 59,5% diferencia

    RVR60 | He 9.12 Cristo ha entrado en el santuario, yay no para ofrecer lapor sangre de machos

    cabros ni de chivos ybecerros, sino por su propia sangre; ha entrado, entr una solavez ypara

    siempre en el Lugar Santsimo, y hahabiendo obtenido para nosotros la liberacineterna

    redencin. 53,4% diferencia

    RV1909 | He 9.12 Cristo ha entrado en el santuario, yaY no para ofrecer lapor sangre de

    machos cabros ni de chivos ybecerros, sinomas por su propia sangre; ha entrado, entr una

    sola vez y para siempreen el santuario, y hahabiendo obtenido para nosotros la liberacin

    eterna redencin. 57,7% diferencia

    4. Anlisis literario-estructural

    El anlisis literario-estructural pone de relieve que Hb 9.12 constituye el

    centro de todo el discurso de exhortacin (13,22). El nombre de Cristo, que

    resuena repetidas veces en este prrafo (9,11.14.24.28), constituye una clara

    seal de giro respecto a la situacin negativa del culto del AT, descrita en el prrafo

    precedente (8,1-9,10) sin nombrar para nada a Cristo. Hb 9,11-14 menciona

    los medios utilizados por Cristo para inaugurar su nuevo culto, es decir, la tienda

    y la sangre (9,11-12). No tan clara como lo era sin duda para los oyentes

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    originales de Hebreos, la imagen de la tienda alude aqu a la humanidad

    glorificada de Cristo. Con esta metfora, el predicador profundiza en un tema

    tradicional de la catequesis de la Iglesia primitiva, puesto despus por escrito en los

    evangelios. Por lo dems, Hebreos demuestra tener conocimiento de tal catequesis

    (cf. Hb 2,3; 4,2; 5,12). Por eso, difcilmente habra podido ignorar las tradiciones

    sobre la cuestin del templo, estrechamente vinculada al misterio de la muerte y

    resurreccin de Jess. Ms an (como permiten entrever diversos indicios

    textuales), Hebreos ha partido de la tradicin catequtica de los evangelios sobre el

    nuevo santuario y la ha precisado.5

    Tres prrafos jalonan este conjunto: Cristo entra con su propia sangre (vv.

    11-14); la sangre es necesaria para la remisin (vv. 15-23); Cristo entra de una vez

    para siempre (vv. 24-28).

    5. Comentarios sobre Heb 9.12

    El versculo 12 puede encontrar correspondencia con otras partes de la

    Escritura y no por sangre. 13; 10:4; Lv 8:2; 9:15; 16:510 ms por su propia

    sangre. 1:3; 10:914; Hch 20:28; Ef 1:7; Col 1:14; Tit 2:14; 1 Pe 1:18,19; Ap 1:5;

    5:9 entr en el santuario. 7,2426; 10:12,19 una sola vez. 26,28; 10:10; Zac

    3:9 habiendo obtenido eterna redencin. 15; 5:9; Dn 9:24; Mr 3:29; G 3:13,14;

    1 Ts 1:106

    En un contraste total con la religin temporal del AT, nuestro autor presenta el

    servicio sacerdotal de Cristo. l es sumo sacerdote de los verdaderos y eternos

    bienes (v. 11) de Dios, porque l los trajo: La restauracin del propsito original de

    Dios para su creacin, la purificacin de la conciencia, el acceso libre a la presencia

    de Dios para adorar y pedir. Si el autor escribi bienes venideros como se lee en

    algunos manuscritos, es probable que la idea es la misma: Los bienes que se

    esperaban cuando Cristo viniera. Nuestro sumo sacerdote no pas por el

    tabernculo terrenal para entrar en el lugar santsimo que simboliza la presencia de

    Dios, sino por uno ms amplio y perfecto. Traspas los cielos (4:14) y entr (v. 12)

    en la presencia misma de Dios. No hay ningn lugar preparado por el hombre en

    5 MANZI, Franco. Carta a los Hebreos. Comentarios a la nueva Biblia de Jerusaln. Bilbao: Descle de Brouwer, 2005, pp. 127-141. 6 MYBRE, Ivri. El Tesoro del conocimiento biblico. Referencias biblicas y pasajes paralelos. Bellingham, Logos, 2011.

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    esta creacin, la tierra, donde se pueda encontrar a Dios. Solamente por medio de

    Jesucristo, quien entr en su presencia eterna y espiritual, lo adoramos en espritu y

    en verdad (Juan 4:24).7 La sangre que llevaba Cristo consigo era la suya

    propia, y por medio de ella llev a cabo nuestra redencin eterna.

    El sumo sacerdote tena la misin de velar por la recta administracin del culto.

    El acto cumbre de su oficio era la celebracin anual del gran Da de Expiacin en

    que ofreca primero un holocausto por s mismo y luego una ofrenda expiatoria por

    el pueblo (Lv 16). El sumo sacerdote entraba al Lugar Santsimo, asiento de la

    presencia de Jehov en medio de su pueblo (Tabernculo), con la sangre expiatoria

    y rociaba la sangre sobre el Propiciatorio. Era la nica persona que tena ese

    privilegio, y esto solo una vez al ao y con la sangre de la expiacin.8

    Mientras que Aarn y sus sucesores entraban al Lugar Santsimo terrenal en el

    Da de la Expiacin por virtud de sacrificios de animales por sangre de machos

    cabros y de becerros9, Cristo ha entrado en el santuario celestial por su propia

    sangre. Aarn, por cierto, llevaba la sangre sacrificial dentro del Lugar

    Santsimo,10

    pero nuestro autor evita deliberadamente decir que Cristo llev su

    propia sangre dentro del santuario celestial. Aun como expresin simblica est

    abierta a la objecin. Algunos expositores, presionando la analoga del Da de

    Expiacin ms all de los lmites observados por nuestro autor, han argumentado

    que la obra expiatoria de Cristo no fue completada en la cruz, no hasta que ascendi

    desde la tierra e hizo expiacin por nosotros en el Lugar Santsimo celestial por la

    presentacin de su sangre eficaz.11

    Pero, mientras que bajo el antiguo pacto era

    7 CEVALLOS, Juan Carlos: Comentario Bblico Mundo Hispano tomo 23: Hebreos, Santiago, 1 Y 2

    Pedro, Judas. El Paso, TX : Editorial Mundo Hispano, 2006, p.102. 8 NELSON, Wilton M. Mayo, Juan Rojas: Nelson nuevo diccionario ilustrado de la Biblia.

    9 El plural es generalizador. Becerros (gr. ) se utiliza aqu como una variacin de toro (gr. ); el animal que Aarn deba sacrificar como ofrenda por el pecado de l mismo y de su casa era un becerro (Lv. 16:3) y por lo tanto poda ser designado en griego como (LXX en Lv. 16) o por . 10 Cf. v. 7 (no sin sangre), v. 25 (con [] sangre ajena) donde es probablemente instrumental en su fuerza, como en los caps. 10:19, 13:20, implicando que la sangre sacrificial llevada por el sumo sacerdote

    era su ttulo para entrar al santuario interior. 11 K. M. MONROE, EQ v (1933), p. 404 (en un artculo Time Element in the Atonement, pp. 397ss., que fue respondido por T. Houghton, The Atonement, EQ vi [1934], pp. 137ss.). Monroe argument que nuestro Seor, despus de su resurreccin, ascendi inmediatamente al cielo para rociar con su sangre

    el trono celestial y por lo tanto no poda permitir a Mara Magdalena que lo tocase (Jn. 20:17) hasta que hubiese completado esta etapa esencial de su obra expiatoria. La ascensin de Jn. 20:17 es, por lo tanto,

    bastante diferente de la ascensin de Hch. 1:9. Esta tesis haba sido sostenida cerca de medio siglo antes

    por C. E. Stuart en ciertos papeles, especialmente Propitiation by Blood (Londres, c. 1887) y A Few

    Remarks as to Atonement, Propitiation, and the Priesthood of the Lord Jesus Christ (Londres, 1888).

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    necesario que la sangre sacrificial primero se salpicara en el atrio y luego se trajera

    dentro del Lugar Santsimo, bajo el nuevo pacto no puede concebirse tal divisin

    del sacrificio de nuestro Seor en dos fases. Cuando sobre la cruz l ofreci su vida

    a Dios como sacrificio por el pecado de su pueblo, llev a cabo en realidad lo que

    Aarn y sus sucesores realizaban en tipo, por medio del doble acto de degollar a la

    vctima y presentar su sangre en el Lugar Santsimo.

    Por su propia sangre, es decir, por virtud de la oblacin infinitamente

    aceptable de su vida, l poda aparecer ante Dios, no en sufrimiento sino por

    derecho, como el representante reinante de su pueblo y su sumo sacerdote. Los

    sumos sacerdotes aarnicos tenan que presentarse a s mismos repetidamente

    delante de Dios, porque la redencin que les procuraba su ministerio no era sino una

    seal y tena carcter temporario; pero Cristo entr all una vez para siempre,12

    para

    ser entronizado perpetuamente all, porque la redencin13

    que l ha procurado es

    perfecta en su naturaleza y eterna en su efecto.14

    Adems del macho cabro ofrecido por el pueblo, la sangre del cual era rociada

    delante del propiciatorio, el sumo sacerdote sacaba otro y el azazel, macho cabro

    emisario; sobre el animal confesaba el pecado del pueblo, pona las manos sobre la

    cabeza de l y lo enviaba como cargado del pecado al desierto all lejos fuera de

    vista, lo que infiere que la expiacin efectuada por el ofrecimiento del primer

    macho cabro (del cual la ceremonia del macho cabro emisario es una parte, y no

    distinta de l) consista en transferir los pecados del pueblo sobre el macho cabro, y

    su consecuente mudanza fuera de vista. El hecho de que la traslacin de los pecados

    sobre la vctima, comn en otros sacrificios expiatorios, se omita en el caso del

    Pero sirve slo para advertir a aquellos que necesitan tal advertencia contra la prctica de basar doctrinas en tipos, en vez de utilizar tipos para ilustrar doctrinas bien basadas. 12

    Gr. (como en los caps. 7:27; 10:10). 13

    Cf. 5:9, donde se llama a Cristo autor de eterna salvacin. En este versculo redencin representa al gr. , que en NT slo aparece aqu y en Lc. 1:68, 2:38. La palabra deriva de , rescate (utilizada en relacin al Hijo del Hombre en Mt. 20:28/Mr. 10:45), de donde tambin tenemos las

    derivadas , rescatar (Lc. 24:21; Tito 2:14; 1 P. 1:18), , redentor, libertador (Hch. 7:35), y en rescate (1 Ti. 2:6). El sustantivo compuesto es ms comn en el NT que el simple ; aparece en los caps. 9:15; 11:35, y en otros ocho pasajes del NT, de los cuales Ro. 3:24 es de importancia sobresaliente para nuestra comprensin de la palabra aplicada a la obra

    de Cristo. Cf. B.B. Warfield, The New Testament Terminology of Redemption , Biblical Doctrines (Nueva York, 1929), pp. 327ss.; Redeemer and Redemption . The Person and Work of Christ (Filadelfia, 1950), pp. 325ss.; E. K. Simpson, Words Worth Weighing in the Greek New Testament

    (Londres, 1946) pp. 8s. 14 BRUCE, F. F. La epstola a los Hebreos. Grand Rapids, MI: Libros Desafo, 2002, p.204.

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    macho cabro muerto pero se empleaba en el caso del macho cabro enviado al

    desierto, prueba que los dos animales eran considerados como una sola ofrenda.

    La muerte de Cristo est simbolizada por el macho cabro muerto; su

    resurreccin a la vida, por el animal enviado al desierto. Los judos modernos de

    algunas partes sustituyen un gallo por el macho cabro como expiacin, transferidos

    los pecados sobre las entraas del ave y puestos sobre los techos para que los

    pjaros los saquen de la vista, como haca el azazel, macho cabro emisario.

    Una descripcin completa de este rito se nos da en Lv. 16 (cf. 23:2732; 25:9;

    Nm. 29:711). Se celebraba el diez de Tishri (octubre-noviembre) y en su

    elaborado simbolismo se delinea una necesidad universal de expiacin. El pueblo,

    el sumo sacerdote, su casa, e incluso el santuario, compartan esta necesidad. Existe

    aqu un tipo que seala a la expiacin de Cristo (Heb. 9).

    Dos elementos principales del ritual son la aspersin de la sangre y el

    propiciatorio, no accesible de otra manera, y la ceremonia de los dos machos

    cabros, uno de los cuales se enviaba para Azazel probablemente donde se pensaba

    viva un demonio, y el otro deba ser sacrificado. Estos dos animales simbolizaban

    la expiacin y la remisin del pecado (cf. para un rito similar Lv. 14:47; 4951 y

    Zac. 5:510).

    La comparacin antittica, que Hebreos establece entre el sacrificio de

    Cristo (9,11-14) y el sistema cultual del AT (9,1-10), lleva a la conclusin de que

    slo el nuevo culto inaugurado por Cristo es eficaz para recibir como regalo divino

    la salvacin eterna. 15

    6. Conclusiones

    Tras ste breve recorrido, qu enseanzas fundamentales podemos extraer del

    texto? Por qu nos parece importante?

    a) Porque ofrece no la sangre de animales sino su propia sangre para obtener un

    nuevo pacto y una salvacin eterna

    b) La sangre de Cristo tiene mucho ms poder para limpiar del pecado que la

    15 WOUDSTRA, Marten H. Da de la expiacin, Harrison, E. F; Bromiley, G. W; Henry, C. F.

    H. (eds.). Diccionario de Teologia, p. 166.

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    sangre de los animales de los sacrificios.

    c) La sangre de Cristo restaura el pacto entre Dios y los hombres.

    d) Cristo entr a la misma presencia de Dios en el santuario celestial para

    representarnos a nosotros.

    e) El sacrificio de Cristo no se repite como el levtico, como el terrenal, Cristo

    ofreci un slo sacrificio, perfecto y espiritual, que provey el perdn y la

    purificacin completos.

    f) La muerte de Cristo no se repite, porque Cristo tom la naturaleza humana

    para morir, y est establecido que los hombres mueran una sola vez.

    g) El aparecimiento de Cristo por segunda vez en este mundo confirmar la

    salvacin que l nos ha comprado con su sangre, as como lo era la segunda aparicin

    del sumo sacerdote levtico para confirmar la aceptacin de los sacrificios por los

    pecados del pueblo.

    La superioridad del sacrificio de Cristo la redencin eterna que Cristo encuentra

    al entrar con la sangre en el santuario; y en 9,15 indica que la muerte de Cristo tiene

    lugar con vistas a la herencia eterna, aparentemente, la muerte de Cristo es sumisin

    a la maldicin de la ley, en realidad es una obediencia que libera del carcter de

    necesidad-fatalidad vinculada a esa maldicin. Sin embargo, de momento, an no

    sabemos por qu accin Cristo obtiene esta liberacin de la necesidad, de forma ms

    precisa, en qu sentido su muerte un sacrificio que proporciona la sangre? es ese

    sacrificio ms valioso (v. 23) de la nueva liturgia que libera de toda necesidad (la de

    la muerte, la de la maldicin de la ley).

    El tercer prrafo (vv. 24-28) pone de relieve: que la ofrenda de Cristo, que entra en el

    santuario con su propia sangre, se hizo de una vez para siempre, y que es ese carcter

    de unicidad el que muestra de qu forma su ofrenda acaba, cumple definitivamente a

    lo que apunta: el perdn del pecado. El misterio es difcil, y estamos en el filo de la

    navaja qu es lo que distingue la sumisin a necesidades (de sangre, de la muerte, de

    la maldicin) de la obediencia que libera?16

    16

    CARRIRE, J. Pierre. Resistid. Una relectura de la carta a los hebreos. Pamplona: Verbo divino, 2012, p.41.

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