Louzano Villar, Joseba_Teosofismo Español 1890-1939

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    Historia Contempornea 37: 501-529ISSN: 1130-2402

    LOS IDEALISTAS DE LA FRATERNIDADUNIVERSAL. UNA APROXIMACIN A LA HISTORIA

    DEL MOVIMIENTO TEOSFICO ESPAOL(C. 1890-1939)

    THE IDEALIST OF THE UNIVERSAL BROTHERHOOD.AN APPROACH TO THE HISTORY

    OF SPANISH THEOSOPHICAL MOVEMENT(C. 1890-1939)

    Joseba Louzao Villar1

    UPV-EHU

    Resumen: El presente artculo trata de ofrecer una visin sinttica del mo-vimiento teosfico espaol desde su introduccin en el pas hasta el estallido de

    la Guerra Civil (c. 1890-1939). En realidad, pretende ser una primera aproxima-cin al estudio de las heterodoxias espirituales desarrolladas en las sociedadesindustriales occidentales a lo largo de los siglos XIXy XX(espiritismo, teosofa,esoterismo moderno, etc.). En definitiva, en el texto se intenta explicar qu sig-nificaba ser tesofo dentro de una sociedad de tradicin catlica.

    Palabras clave: teosofa, esoterismo, heterodoxia espiritual.

    Abstract: The current article provides a synthetic perspective on the Span-ish theosophical movement from its introduction in this country to the blast

    1 Becario predoctoral del Gobierno Vasco. Este trabajo se encuadra dentro de nuestroproyecto de investigacin predoctoral Identidad, catolicismo y modernidad en la Vizcayade la Restauracin (1890-1923), y surge, en gran medida, de la inquietud terica sobre laevolucin del hecho religioso en la modernidad, cuyos primeros avances se presentaron enJoseba Louzao, La recomposicin religiosa en la modernidad: un marco conceptual paracomprender el enfrentamiento entre laicidad y confesionalidad en la Espaa contempor-nea, Hispania Sacra, n. 121, 2008, pp. 331-354. Por lo tanto, a este artculo remitimospara situar esta investigacin dentro de un marco interpretativo diferente al paradigma cl-sico de la secularizacin.

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    of the Civil War (c. 1890-1939). Basically, this study is a first approach to thestudy of spiritual heterodoxies (spiritualism, theosophy, modern esotericism,

    etc.) developed in West industrial societies along 19th

    and 20th

    centuries. Inshort, this text is intended to be an explanation on the meaning of being theoso-phist in a society rooted in the Catholic tradition.

    Key words: theosophy, esotericism, spiritual heterodoxy.

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    En la actualidad, la bibliografa internacional existente sobre la evo-lucin histrica del esoterismo en la contemporaneidad, entendido en su

    sentido ms amplio, es relativamente abundante, lo que nos permite co-nocer con cierto detalle su desarrollo en Europa y Estados Unidos desdemediados del siglo XIX2. Por el contrario, an sigue pendiente la elabora-cin de un anlisis riguroso y completo de estos fenmenos en Espaa,lo que adems nos permitira establecer en ltima instancia la compara-cin con pases como Gran Bretaa, Alemania o Francia3. En gran me-dida, este dficit es achacable a que una investigacin sistemtica delesoterismo tropezara con el tradicionalismo metodolgico y temtico dela historiografa hispana, que sita este tipo de trabajos fuera del limesde la ortodoxia aceptable4. De hecho, los movimientos espirituales hete-rodoxos y las doctrinas ocultistas, que se fueron desarrollando dentro dela modernidad occidental, se encuentran invisibilizados, por lo que en

    2 Algunos autores han preferido hablar de espiritualidad esotrica, como AntoineFaivre y Jacob Needleman (comps.),Espiritualidad de los movimientos esotricos moder-nos, Paids, Barcelona, 2000 [1992]. En cualquier caso, habr que aclarar que utilizamosel concepto de esoterismo, sabiendo que debe ser matizado, para referirnos a aquellos gru-

    pos que creen tener un conocimiento secreto u oculto, que slo es accesible a travs del es-tudio y/o la iniciacin.3 Vase, por ejemplo, Alex Owen, The Place of Enchantament: British Occultism and

    the Culture of the Modern, University of Chicago Press, Chicago, 2004; Corinna Treitel,A Science for the Soul:Occultism and the Genesis of the German Modern, Johns HopkinsUniversity Press, Baltimore, 2004; Thomas Laqueur, Why the Margins Matter: Occult-ism and the Making of Modernity,Modern Intellectual History, v. 3, n. 1, 2006, pp. 111-135; Cathy Gutirrez (ed.), The Occult in Nineteenth-Century America, The Davies GroupPublishers, Colorado, 2005; o Nicole Edelman, Voyantes, gurisseuses et visionnaires enFrance, 1785-1914, Albin Michel, Paris, 1995.

    4 No obstante, hay que sealar que s han existido algunos estudios sobre el tema,como Lisa Abend, Specters of the Secular: Spiritism in Nineteenth-century Spain, Eu-ropeanHistoryQuaterly, v. 34, n. 4, 2004, pp. 507-534; o desde la antropologa, GerardHorta,De la mstica a les barricades: introducci a lespiritisme catal delXIXdins el con-text ocultista europeu, Edicions Proa, Barcelona, 2001. d., Espiritismo y carisma: Orge-nes carismticos del liderazgo en el movimiento espiritista europeo del siglo XIX, Gazetade antropologa, n. 20, 2004, s.p. d., Espiritismo y lucha social en Catalua a finales delsiglo XIX,Historia, antropologa y fuentes orales, n. 31, 2004, pp. 29-49. Tambin MaraDolores Ramos, Heterodoxias religiosas, familias espiritistas y apstolas laicas a finalesdel s. XIX: Amalia Domingo Soler y Beln de Srraga Hernndez, Historia Social, n. 53,2005, pp. 65-84.

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    la mayora de las ocasiones solamente surgen de forma indirecta en la in-vestigacin5.

    Por lo tanto, estas pginas tratan de establecer una primera aproxima-cin a un movimiento espiritual esotrico, quiz la ms importante de lasheterodoxias espirituales desarrolladas a partir del siglo XIXjunto con elespiritismo, del que llamativamente, y contra lo que pudiera pensarse aprimera vista, conservamos bastante documentacin6. An con todo ello,la historia narrada en estas pginas probablemente sea de las ms desco-nocidas de la Espaa de entresiglos7. Quin conoce hoy lo que significel teosofismo en el mundo occidental contemporneo? Quin realmentesabe a qu nos referimos al hablar de teosofa? Y no fue una cuestinbalad en la poca. De una forma u otra, estuvieron relacionados con elmovimiento teosfico espaol personajes, entre los que nos encontra-mos desde el arquitecto Arturo Soria al polgrafo Mario Roso de Luna,pasando por el inclasificable Ramn del Valle Incln o un poltico de latalla de Diego Martnez Barrio. En realidad, por heterodoxas y extrava-gantes que fuesen estas trayectorias vitales, lo cierto es que la teosofaimplic a una parte de la intelectualidad espaola y estuvo estrechamente

    5 La referencia a la invisibilidad de estos fenmenos en Gerard Horta, Lespiritisme

    catal i la modernitzaci. Dels espiritualistes mstics del segle XIIIals ocultistes del XIX,Afers, n. 38, 2001, p. 191.6 De hecho, adems de la propia documentacin particular que mantienen familiares y

    grupos teosficos en la actualidad, el renombrado Centro Documental de la Memoria His-tricade Salamanca (CDMH) conserva un amplio nmero de legajos y expedientes sobreel movimiento teosfico, en el fondo Teosofa.

    7 Aunque han existido ya varios acercamientos desde los estudios literarios como Gio-vanni Allegra, Ermete modernista, occultisti e teosfisti in Spagna, tra fine ottocento e pri-monovecento,Annali Istituto Orientale Sezione Romana, v. 21, n. 2, 1979, pp. 357-415;Mara Pilar Celma, Las otras espiritualidades: ocultismo y teosofa en el fin de siglo,n-sula, n. 613, pp. 25-28. d., Mario Roso de Luna y el pensamiento teosfico en Espaa,

    Anales de la literatura espaola contempornea, v. 23, n 1-2, 1998, pp. 81-98; Juan FlixLarrea Lpez, Modernismo y teosofa: Viriato Daz-Prez, Libertarias Prodhufi, Madrid,1993; Jos Luis Abelln, Historia crtica del pensamiento espaol. Tomo V (I). La crisiscontempornea (1875-1936), Espasa Calpe, Madrid, 1989, pp. 422-440; Esteban Cortijo,Vida y obra del Dr. Mario Roso de Luna (1872-1932), cientfico, abogado y escritor , Uni-versidad Complutense, Madrid, 1991; y desde la historia, quiz la aportacin ms intere-sante hasta el momento, Jordi Poms, Dilogo Oriente-Occidente en la Espaa de finalesde siglo XIX. El primer teosofismo espaol (1888-1906): un movimiento religioso hetero-doxo bien integrado en los movimientos sociales de su poca, Revista HMiC, n. 4, 2006,pp. 55-74.

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    relacionada con diversos movimientos sociales y polticos de principiosde siglo8.

    El ocultismo, Madame Blavatsky y la teosofa

    El 8 de septiembre de 1875 se fundaba en Nueva York la SociedadTeosfica (ST, Theosophical Society), coronndose as la intensa expan-sin vivida por el movimiento esotrico durante el siglo XIX. En la in-mensa mayora de las grandes capitales europeas y americanas aparecie-ron multitud de grupos ocultistas, que pretendan la recuperacin de unatradicin de pensamiento antigua y hermtica en busca de una prximarenovacin espiritual9. Millones de personas a travs de redes ms o me-nos informales, en sociedades secretas o individualmente como autnticosautodidactas espirituales, se sumergieron en el mundo del ocultismo. Dehecho, el ocultismo como concepto fue inventado por aquel entonces porel mago francs liphas Lvi, al que tambin se debe la expansin de ladecimonnica moda ocultista europea, y no por casualidad el primero enusarlo en lengua inglesa fue un tesofo britnico llamado Alfred D. Sin-nett10. A estas prcticas se deben enlazar tanto el redescubrimiento deOriente, en especial del budismo, sin cuya instrumentalizacin esotrica

    no hubiese sido posible entender la conformacin del movimiento teos-fico, como la proliferacin de grupsculos sectarios de tendencias prof-ticas y apocalpticas, como los mormones de John Smith, la Ciencia Cris-tianade Mary Eddy Baker, el adventismo o los Testigos de Jehov11.

    8Adems, debemos tener en cuenta que otras historiografas europeas, como la fran-cesa, ya han tratado de forma monogrfica el asunto: Marie-Jos de Lapeyriere-Delalande,

    Le mouvement thosophique en France (1876-1921), Universit du Maine, Le Mans, 2007.9Para una contextualizacin Ulrich Linse, Videntes y milagreros. La bsqueda de la

    salvacin en la era de la industrializacin, Siglo XXI, Madrid, 2002 [1996]. Tambin DanBurton y David Grandi, Magic, Mystery and Science: The Occult in Western Civilization,Indiana University Press, Bloomington, 2004 o el ya citado Alex Owen, The Place of,op. cit.

    10 Vid. Mircea Eliade, Lo oculto y el mundo moderno, en Ocultismo, brujera y mo-das culturales, Paids, Barcelona, 1997 [1977], p. 72.

    11 Para el budismo en Europa Frdric Lenoir,El budismo en Occidente, Seix Barral,Barcelona, 2000 [1999], y el descubrimiento de Oriente en Espaa puede seguirse en LilyLitvak, El sendero del tigre. Exotismo en la literatura espaola de finales del siglo XIX(1880-1913), Taurus, Madrid, 1986. d., A la bsqueda de los orgenes. El reencuentro de

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    Como correlato a este desarrollo ocultista se fundaba la doctrina es-piritista, una nueva fe codificada por el francs Allan Kardec, que bus-

    caba la comunicacin con el ms all. De hecho, la frontera entre cienciay heterodoxia era fluctuante y borrosa, como lo demuestra que en congre-sos cientficos se dieran cita psiquiatras, neurlogos y psiclogos quetrabaja[ba]n sobre la hipnosis, las enfermedades mentales y nerviosas, yespiritistas cuya ambicin [era] promover una nueva ciencia psquica12.En muchos casos, estos movimientos pretendan integrar ciencia y reli-gin dentro un nuevo proyecto filosfico de carcter humanista. Comoseal Antoine Faivre, generalmente los ocultistas no condenan los pro-gresos cientficos, ni la modernidad. Ms bien, tratan de integrarlos dentrode una visin global, que sirva para poner de manifiesto la vacuidad delmaterialismo13. Por lo tanto, el xito cientfico, los cambios polticos yel proceso de industrializacin trajeron aparejados una revalorizacin deluniverso sobrenatural por parte de la cultura popular, que trataba de acce-der de esta forma a su propio conocimiento de la realidad, enfrentndoseal racionalismo y al cientifismo14.

    En ningn caso se tiene que entender este avance como un fenmenomarginal, o en palabras de un estudioso clsico como James Webb, califi-carlo como el occultunderground occidental, porque creyentes y practi-cantes no se encontraron nunca en los mrgenes de la sociedad15. Al con-

    trario, fueron personajes de la alta sociedad y de la clase media culta losque ms pronto se ilusionaron con estas nuevas realidades, aunque tam-

    las civilizaciones asiticas en Espaa (1870-1913), en Lily Litvak,Espaa 1900. Moder-nismo, anarquismo y fin de siglo, Anthropos, Barcelona, 1990, pp. 201-230. Para los movi-mientos profticos es sugerente el planteamiento utilizado por Harold Bloom, La Religin

    Americana, Taurus, Madrid, 2009 [1992].12 La cita en Nicole Edelman, Lo oculto y las teraputicas espiritistas del espritu

    y del cuerpo en Francia (1850-1914): de la creencia al saber y vuelta, Asclepio, v. 58,n. 2, 2006, p. 39. Para profundizar en esta interrelacin entre ciencia y ocultismo BertrandMheust, Somnambulisme et mdiumnit(2 tomes), Synthlabo, Paris, 1999; Luis Montiel,Sntomas de una poca: Magnetismo, histeria y espiritismo en la Alemania romntica,

    Asclepio, v. 58, n. 2, 2006 , pp. 11-38; o Richard Milner, Charles Darwin y Alfred Wallaceante el espiritismo,Investigacin y Ciencia, n. 243, 1996, 54-59.

    13 Antoine Faivre, Acess to Western Esotericism, SUNY Press, Albany, 1994 [1986],p. 88.

    14 Tambin se produjo un proceso similar en el catolicismo como he intentado demos-trar en Joseba Louzao, La Virgen y la salvacin de Espaa. Un ensayo de historia cultu-ral (en proceso de publicacin).

    15 James Webb, The Occult Underground, Open Court Publishing, La Salle, 1974.

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    bin fue aumentando en algunas de las ciudades su base popular. De unau otra forma, la teosofa atrajo a una larga lista de personajes de la cul-

    tura y la ciencia de la poca, como el pintor Vassili Kandisky, los cientfi-cos Thomas Eddison o Alfred R. Wallace, o al poeta W.B. Yeats, mientrasel espiritismo entusiasmaba tambin a importantes escritores como ArthurConan Doyle o Vctor Hugo. Y es que hasta los investigadores de labora-torio manifestaron una ingenua atraccin hacia los fenmenos del ocul-tismo o del espiritismo16.

    Precisamente, fue en ese universo ocultista y espiritista de la costaeste de los Estados Unidos, con centro en el estado de Nueva York, dondefue adquiriendo notoriedad como mediumla creadora de la teosofa, quevena a unirse a una larga serie de movimientos protestantes de carc-ter mstico y revelado. Helena Petrovna Blavatsky, HPB como se la co-menz a conocer, era una enigmtica aristcrata rusa con una larga listade fraudes que se convirti junto a su compaero de fatigas, el coronelHenry Steel Olcott, en la profetisa de un mundo nuevo17. Naca as la teo-sofa18, literalmente sabidura divina, un movimiento espiritual que se iraampliando por todo Occidente, y que segn la propia HPB, tena comoprimera meta constituir el ncleo de una Fraternidad universal de la Hu-manidad sin distincin de raza, color o creencia y era la humilde semi-lla que, si se la riega y se la deja vivir, acabar por producir el rbol de la

    Vida eterna19

    . Lo que se pretenda era reunir en una nueva doctrina toda

    16 Francisco Tortosa, Hctor Gonzlez-Ordi y Juan Jos Miguel-Tobal, La hipnosis.Una controversia interminable,Anales de Psicologa, v. 15, n. 1, 1999, p. 15.

    17 Sobre Blavatsky es imprescindible el anlisis crtico de Peter Washington,El man-dril de Madame Blavatsky, Destino, Barcelona, 1995 [1993] o la edicin de textos quehace Nicholas Goodrick-Clarke,Helena Blavatsky, North Atlantic Books,Berkeley, 2004.Desde los rganos de la teosofa fueron muchas las semblanzas publicadas por tesofos es-paoles, pero quiz hay que destacar la hagiografa que sobre ella elabor Mario Roso deLuna, Una mrtir del siglo XIX. Helena Petrovna Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teo-sfica, Pueyo, Madrid, 1924.

    18 En este estudio utilizaremos como sinnimos teosofa y teosofismo, aunque somosconscientes que no son iguales. El concepto teosofa naci en el siglo XVIa partir del mis-ticismo alemn, mientras teosofismo es la palabra que defendi Ren Gunon para la So-ciedad Teosfica de H.P. Blavatsky. Vid. Ren Guenon, Le thosophisme: histoire dune

    pseudo-religion, Librairie Valois, Paris, 1921.19 Todos los entrecomillados estn entresacados de las numerosas obras que escribi y

    public a lo largo de su vida. Entre su produccin cabe destacar: Isis Unveiled (1877), quese convirti en el gran xito editorial de Blavatsky, en el que se mezclaban una supuesta sa-bidura ocultista, espiritualidad oriental y del antiguo Egipto, as como una comparatismo

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    la sabidura religiosa, as como crear un trasunto de filosofa cientfica dela vida, presentando a la teosofa como la esencia de toda religin y de la

    verdad absoluta.En definitiva, la doctrina secreta pretenda ser el ncleo esencial de

    la todas las religiones del mundo. Con lo que la teosofa se converta en unateora regada por la frtil imaginacin de madame Blavatsky donde se mez-claban supuestos maestros invisibles que vivan en el Tbet, plagios desca-rados constantemente denunciados de tradiciones sagradas hindes, inven-ciones biogrficas inverosmiles y una mezcolanza de esoterismo baado poruna cierta filosofa orientalista. Sin embargo, cmo entendieron los tesofosespaoles esta doctrina espiritual? Quiz el mejor resumen lo encontramosen la respuesta que ofreci Mario Roso de Luna, uno de los ms reconocidosy singulares tesofos espaoles, a Emilio Crrere, otro escritor bohemio rela-cionado con el ocultismo, cuando ste le pregunt sobre el asunto:

    Teosofa equivale a Sabidura Divina, Ciencia de los dioses, es de-cir, de los superhombres; Ciencia, en fin, de las Religiones y Religin alpar de la Ciencia, con un solo dogma: el de la Fraternidad universal dela Humanidad, sin distincin de razas, sexo credo, casta o color Ellaes tan antigua como el hombre, aunque su denominacin provenga delos gnsticos20.

    Como trataron de afirmar constantemente, la teosofa no poda con-siderarse una religin, ni mucho menos una secta como tantos la defi-

    religioso sin rigor alguno; y The Secret Doctrine (1888), que fue una especie de Biblia teo-sfica, donde explica su demencial idea del origen del hombre y de las razas terrestres, quealimentara los delirios nacionalsocialistas en cierta medida.

    20 Emilio Crrere, Un rato de charla con el mago de Logrosn, Nuevo Mundo,2-V-1919. La misma entrevista con algunos retoques y recortada fue publicada aos des-pus bajo el ttulo Divagacin acerca del ocultismo,Nuevo Mundo, 18-VI-1926. La pro-pia Sociedad Teosfica se defina de la siguiente forma en sus estatutos: La TEOSOFAes el cuerpo de verdades que constituye la base de todas las religiones, y que no puede de-cirse posea exclusivamente una de ellas. Ofrece una filosofa que hace inteligible la viday que demuestra la justicia y el amor que dirige esta evolucin. Considera a la muerte talcomo es, como un cambio en la existencia sin fin, que abre las puertas a una vida ms am-plia y esplendorosa; devuelve al mundo la Ciencia del Espritu, enseando al hombre a co-nocer el propio y a ver en su mente y en su cuerpo sus servidores; aclara, en fin, las escri-turas y las doctrinas de las religiones revelando su sentido oculto, justificndolas ante larazn como se han justificado siempre ante la intuicin humana, en Estatutos y Regla-mento de la Sociedad Teosfica, Imprenta J. Palacios, Madrid, 1910, p. 27.

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    nieron en sus inicios. Al contrario, los tesofos crean recopilar las ver-dades autnticas de cada una de las tradiciones religiosas y espirituales

    de la humanidad, atacando por un lado a la religin dogmtica y, por elotro, al materialismo cientfico. En realidad, la doctrina teosfica pre-tenda ser un humanismo de nuevo cuo, bajo el lema: no hay religinms elevada que la Verdad, en busca de la fraternidad universal y delconocimiento sagrado, pero asentado en exticas ideas como las que he-mos sealado21. De esta manera, HPB se convirti en uno de los prime-ros gursque fueron surgiendo en Occidente y que se acompaaron defervorosos seguidores22. Un producto espiritual novedoso slo explica-ble a partir de la nueva sociedad de masas y del nacimiento de la indus-tria editorial.

    Por otro lado, la teosofa tuvo una importante expansin durante va-rias dcadas, lo que no deja de resultar sorprendente, ya que en 1885, slodiez aos despus de la fundacin de la Sociedad, se hizo pblico un de-moledor informe de la comisin designada por la Sociedad de Investiga-ciones Psquicasde Londres, dirigida por el doctor Richard Hodgson, queconverta a Madame Blavatsky en una impostora. A la sazn dicha socie-dad no era ms que una institucin impulsada para probar los poderes ex-trasensoriales y la vida despus de la muerte e, incluso, comparta miem-

    21A pesar de lo extendida que se encuentra la relacin entre las races ocultistas delnazismo alemn con el teosofismo, hay que sealar que el nacionalsocialismo no fue unsimple movimiento esotrico, como algunos quieren convertirlo dentro de otra fantasaesotrica ms. Dentro del nazismo hubo enfrentamiento entre cristianos y neopaganis-tas, como bien ha sabido estudiar, y tantas veces se olvida, Richard Steigmann-Gall,El

    Reich sagrado. Concepciones nazis sobre el cristianismo, 1919-1945, Akal, Madrid, 2007[2003]. Resaltada esta acotacin, no podemos desdear la vertiente ocultista del mismo,como demostr un documentadsimo, y mil veces plagiado, Nicholas Goodrick-Clarke,Lesracines occultistes du nazisme, Pards, Puiseaux, 1989. En la Alemania de la poca los tex-tos de Blavatsky fueron bastante ledos, no en vano, en la clasificacin racial teosfica losarios ocupaban un lugar principal. Estas ideas fusionadas con mitologa pagana germnicapermitieron a Guido von List crear la ariosofa, que se encontr en el centro de eso que seha dado en llamar el esoterismo nazi, uniendo el ideario vlkishal conocimiento ocultista.Tambin es interesante en este sentido Joscelyn Godwin,El mito polar. El arquetipo de los

    polos en la ciencia, el simbolismo y el ocultismo, Atalanta, Gerona, 2009 [1996].22 Aunque su procedencia rusa no pes en su xito, cabe recordar, como ha hecho John

    Burrow, que durante el principio de siglo la creencia de la superioridad espiritual de los ru-sos aup como gursy taumaturgos msticos a personajes como G.I. Gurdjieff y P.D. Ous-pensky, al mismo nivel que los orientales (en John Burrow,La crisis de la razn: el pensa-miento europeo (1848-1914), Crtica, Barcelona, 2000 [2001], p. 300).

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    bros con la teosofa. Pero, a pesar de los ataques exteriores y de los gravesproblemas internos, la Sociedad fue creciendo y afianzndose, estable-

    ciendo definitivamente su central internacional en Adyar, un suburbio deMadrs (India). A su muerte Blavatsky, fue sustituida por otra mujer en elliderazgo del movimiento, Annie Besant, que durante el primer tercio delsiglo XXfue la autoritaria presidente de la Sociedad Tesfica. Durante es-tas dcadas, la teosofa fue ampliando su nmero de forma considerable,a la vez que se iba identificando cada da ms con la difusin de las ideasorientales en Occidente y con un determinado ideario progresista. De he-cho, Besant fue una gran oradora y prolfica escritora, que se convirti enuna importante militante del movimiento feminista, laborista y partidariade la independencia de la India e Irlanda.

    Sin embargo, el crecimiento de seguidores facilit las tensiones y lalucha por el poder entre los lderes, lo que hizo que en 1895 se produjerala primera escisin importante, que arrastr a gran parte de la seccin es-tadounidense de la Sociedad Teosfica bajo la personalidad de WilliamJudge, otro tesofo de primera hora. No se quedaron ah los problemasinternos, ya que la frrea direccin del movimiento por parte de Besant,desencaden tambin la marcha del secretario general alemn, RudolfSteiner, que termin fundando la Sociedad Antroposfica (1912). Estaescisin fue consecuencia de la eleccin de un adolescente indio, Jiddu

    Krishnamurti, como la nueva encarnacin del Maestro Mundial, al quecomenzaron a educar para su misin la propia Besant y Charles W. Lead-beater, otro prominente miembro de la Sociedad. De hecho, y usando laestructura organizativa de la Sociedad en el mundo, en 1911 se fund LaOrden de la Estrella encargada de preparar la venida de esta especie demesas teosfico, al que incluso llegaron a denominar como el Cristo deOriente23. Curiosamente, el ltimo golpe importante a la credibilidad allteosofismo lo asest a finales de la dcada de los veinte el propio Krish-namurti, cuando repudi la condicin de mesas, lo que no le impidi con-tinuar siendo un importante gurespiritual en Occidente hasta el fin de su

    vida con numerosas obras a sus espaldas.

    23Aunque desde una visin parcial, ya que fue su seguidora desde la adolescencia ybigrafa oficial, puede consultarse Mary Luytens, Vida y muerte de Krishnamurti, EditorialKairs, Barcelona, 2006 [1991]. Besant explic que la orden haba sido creada para reunira todos los que crean en la prxima venida de un Gran maestro espiritual que ayudar almundo, en Annie Besant, Orden de la Estrella de Oriente, Sophia, VI-1911, p. 397.

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    La llegada a Espaa: Publicaciones y primeras ramas

    El primer contacto espaol con la teosofa y la estridente personalidadde HPB fue Mara Mariategui, Duquesa de Pomar y lady Caithness en se-gundas nupcias24. Hija de un Grande de Espaa, ya haba destacado en elMadrid de mediados del XIXcomo una firme defensora de la realidad es-prita, tanto que ella misma crea poseer poderes medimnicos. De hecho,acab sus das en Pars presumiendo de convivir con el espritu de MaraEstuardo. En la capital francesa frecuentar los ambientes esotricos y sededicar al estudio de diversas ciencias ocultas, llegando a escribir enLu-cifer, la revista londinense fundada por Blavatsky. De hecho, se convertiren la presidente de la Sociedad Teosfica de Oriente y de Occidente dePars (1884), adems de alcanzar una prolfica actividad como escritoray propagandista teosfica, siendo la fundadora de varias revistas como

    LAurore y Le Messager de la Paix. Fue amiga de madameBlavatsky,que la visit en algunas de sus posesiones francesas, y perteneci a la STcasi desde los inicios. Aunque defensora del teosofismo blavatskyano, sedirige ms hacia una teosofa cristiana, ya que nunca reneg del catoli-cismo, cercana a la alquimia espiritual de Boehme y la tradicin abiertapor Emanuel Swedenborg en el setecientos25.

    Sin embargo, la autntica introduccin en Espaa correspondi a la

    persistente actividad de dos figuras incansables: Jos Xifr y Hamel yFranciso Montoli Togores; ambos, pertenecientes a dos importantes fa-milias, fueron los primeros en inscribirse en la ST, y conformar en 1891 elprimer Grupo Teosfico Espaoldependiente de la seccin europea. Xifrproceda de una familia catalana adinerada con posesiones en Cuba y sehaba educado en Pars con Alfonso XII, con quien tuvo que romper rela-ciones tiempo despus al verse obligado a escoger entre palacio y sus nobien vistas inquietudes espirituales. Con un ntimo amigo, Toms Doreste,

    24 Un breve esbozo biogrfico en Nicole Edelman, Mara Mariategui, en Jean-Pie-rre Chantin, Les marges du christianisme: sectes, dissidences et sotrisme. Dictionnairedu monde religieux dans la France contemporaine, Editions Beauchesne, Paris, 2000,pp. 171-172. Tambin en K. Paul Johnson, The Masters Revealed. Madame Blavatsky andthe Myth of the Great White Lodge, SUNY Press, Albany, 1994. Su nota necrolgica en

    La poca, 7-XI-1895 yLa Iberia, 5-XI-1895.25En Crnica general,La Ilustracin Espaola y Americana, 8-IX-1884, p. 130, se

    hace referencia a Mara Mariategui, y su intento de refundacin de la teosofa swendenbor-giana.

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    comenz en la dcada de los ochenta a estudiar la filosofa oriental y, enespecial, snscrito, lo que les llev al conocimiento de la teosofa. Xifr

    tuvo una fe ciega en HPB, a la que visit y conoci, convirtindose desdeentonces en el mayor propagandista espaol26. El palacio rabe familiaren Madrid se transformar en el centro de este primer grupo de tesofos,mientras l facilitaba la traduccin y edicin de numerosa literatura teos-fica, lo que termin convirtiendo a Espaa en uno de los pases europeoscon mayor literatura teosfica disponible, en numerosas ocasiones costea-das de su propia fortuna heredada27.

    Por su parte, Francisco de Montoli, a la sazn el primer presidentede la Sociedad Teosfica Espaolaal delegar Xifr en l, era ingeniero,abogado y director de la Escuela de Peritos Agrnomos de Barcelona.Tambin perteneci a una familia de la alta sociedad catalana, los Mar-queses de Montoli, y muri joven en 1891, a los 31 aos de edad, por loque uno de los primeros grupos espaoles tomar su nombre en homenaje.Fue un solitario apasionado por la msica, la gimnasia y el estudio, de he-cho, aprendi ingls al descubrir la teosofa. Desde ese primer contacto seconsagr a la traduccin, como por ejemplo Isis sin velo(1888), y la di-vulgacin del teosofismo a los primeros interesados espaoles. Fue la pro-pia madameBlavatsky la que puso sobre la pista de Montoli en una cartaa Xifr, al que pidi que se informase sobre su identidad y pretensiones.

    Pronto congeniaron en el ideal de unin de las verdades de Oriente y Oc-cidente, teniendo como primera conexin la parisina SociedadHermes, dela que se desligarn oficialmente al formarse el Grupo28.

    Tanto Xifr como Montoli se encontraban en el origen de la divul-gacin y en el establecimiento del teosofismo en el pas y en Hispanoa-mrica. Una labor editorial en la que tambin destac Ramn Maynad,al crear una librera y una editorial orientalista en Barcelona (ms tardela propia Sociedad trat de elaborar una Biblioteca Teosfica) donde setradujeron y editaron gran parte de las principales publicaciones teosfi-

    26 En Juan Flix Larrea Lpez, Modernismo y teosofa, op. cit., pp. 50-52, se na-rra ese encuentro y cmo se vivieron fenmenos inexplicables. De ah quiz proceda la feciega, casi mstica, de Xifr en la profetisa rusa.

    27Mario Roso de Luna, Aportacin literaria de Espaa al acerbo teosfico (apuntebibliogrfico),Hesperia, n. 14, XII-1922, p. 11.

    28 Tal y como se deja entrever en Manuel Trevio, Recuerdos, 1884-1889, Sophia,IX-1910, pp. 438-442. Tambin es de sumo inters los recuerdos de esa primera etapa ensu folletoAlgunos aspectos de la ST, Imprenta de B. de Izaguirre, Madrid, 1925.

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    cas. Asimismo, Maynad fue uno de los primeros escritores espaoles enelaborar una novela esotrica, bajo el ttulo deEl idilio del loto blanco29.

    Aunque no fue la nica novela espaola con improntas ocultistas, e in-cluso teosficas, ya que la ltima obra de Juan Valera, tambin pionero enla divulgacin de la teosofa, tuvo claros tintes esotricos y orientalistas30.Y por supuesto, nos encontramos con una larga serie de traductores, comoFederico Climent Terrer, Jos Melin, Edmundo Gonzlez Blanco o JosRoviralta, que a la vez formaron parte de esos primeros grupos de estudioteosfico31. En definitiva, la teosofa espaola se desarrollaba a caballo delas dos capitales. Aunque, como veremos, Madrid y Barcelona no siempreconvivieron armnicamente.

    As, los primeros escarceos teosficos en Espaa no pueden enten-derse sin sus publicaciones, y sin las referencias que en otras revistas sehicieron a esta nueva espiritualidad. El primer intento netamente teoso-fista fue Estudios Teosficos en Barcelona entre los aos 1891 y 1892,que sera sustituida por Sophia, intitulada Revista Teosfica al clausurarsesta. Sophiatuvo un importante impacto en el modernismo espaol y en elentorno del Ateneo madrileo, as como en el ambiente intelectual y lite-rario espaol de la poca. Constituyendo desde sus inicios, igualmente, elpunto de encuentro de la teosofa barcelonesa y la madrilea32. El directorde la revista fue Xifr, aunque con los aos sera sustituido por su mano

    derecha, el secretario Manuel Trevio, un hombre interesado en Egipto,Japn y China, que se convirti en las dcadas de los veinte y treinta enuno de los tesofos ms activos y destacados. Los artculos de la revista

    29 El proyecto para fundar una casa editorial y una librera se encuentra esbozado enuna carta de enero de 1901 que escribi a Jos Xifr. CDMH. Teosofa. 71/ 9.

    30 Juan Valera,Morsamor. peregrinaciones heroicas y lances de amor y fortuna de Mi-guel de Zuheros y Tiburcio de Simahonda, Librera de Fernando F, Madrid, 1899.

    31 Una amplia lista de obras traducidas se encuentra en Jordi Poms, DilogoOriente-Occidente, op. cit., pp. 68-71.

    32 En 1891, cuando la teosofa an no se haba comenzado a desarrollar en Espaa, elconocido crtico literario Eduardo Gmez de Baquero daba a conocer las lneas generalesde esta novedosa doctrina espiritual en el propio Ateneo (Eduardo Gmez de Baquero,Lanueva teosofa: conferencia dada en el Ateneo Cientfico, Literario y Artstico de Madridel da 20 de enero de 1891, Establecimiento Tipogrfico de Ricardo Fe, Madrid, 1891; ytambin fue publicado en laRevista de Espaaese mismo ao). Sobre el Ateneo Jos LuisAbelln,El Ateneo de Madrid. Historia, Poltica, Cultura, Teosofa, Ediciones La Librera,Madrid, 2006. Sobre SophiaJorge Fernndez de Crdoba (ed.),Magia y ocultismo fin desiglo: Sophia, Album Letras Artes, Madrid, 1988.

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    fueron de lo ms variado, aunque pivotaban sobre los intereses esotricosy orientalistas de sus creadores. Por sus pginas transitaron temas como el

    magnetismo, la masonera, figuras histricas como Jess, continentes su-puestamente perdidos, como la Atlntida o Lemuria, la magia y la egip-tologa, los idiomas, por encima de todos el snscrito, la arqueologa y elGrial, as como una constante lectura en clave teosfica de la gran mayo-ra de clsicos literarios espaoles.

    En 1914, dej de editarse seguramente por los problemas econmi-cos que atravesaba Jos Xifr, para reaparecer casi una dcada despusgracias a la constancia de la rama madrilea. Sin embargo, esta reapa-ricin se encontr con la firme oposicin del sector barcelons, ya quepretendan que su revista se convirtiera en el rgano de la Sociedad Teo-sficaen Espaa. Esa revista fue El Loto Blanco, que termin durante elperodo republicano fundindose con Sophia, para dar lugar a la revistaTeosofa, bajo la direccin de Federico Climent Terrer. Aunque antes dela fusin ya se haba buscado una solucin a esta dicotoma editorial, yaque entre fines de la Restauracin y los aos de la II Repblica, se ela-bor un boletn informativo bajo el nombre de Boletn Trimestral de laSociedad Teosfica de Espaa, ms tarde transformado en el Boletn dela Sociedad Teosfica de Espaa, en un intento de suavizar la problem-tica convivencia entre las dos publicaciones33. Pero no fueron las nicas

    publicaciones del teosofismo espaol, ya que con los aos fueron apare-ciendo una serie de revistas de vida errtica, ya fuesen proyectos perso-nales, como Hesperia. Revista teosfica y Poligrfica (1921-1923) delextremeo Mario Roso de Luna, o como empeo de algunas de las ramaslocales, como lo fue Antahkarana El Sendero(1894-1896) en Bar-celona, que naci para sembrar los ideales teosficos en el vasto campo

    33 Sin embargo, la ms extraa publicacin teosfica de la poca fueLos Aliados, unsemanario creado en 1918 bajo financiacin aliada dentro del enfrentamiento propagan-dstica de los contendientes de la Gran Guerra. En la publicacin colaboraron personajesde la talla de Miguel de Unamuno, Manuel Bueno o Ramn Prez de Ayala, pero su direc-tor, Carlos Mic, fue tesofo que la utiliz como prtico para la expansin de la doctrinateosfica, con artculos de Mario Roso de Luna o de A. Sinnett. Incluso, en sus pginasse pudo leer una defensa de la teosofa por parte del periodista Manuel Bueno porque erauna noble ciencia del espritu, superior al Catolicismo por su alcance docente, ensea quelos hombres y los pueblos demasiados influidos por la preocupacin de las armas intensifi-can insensiblemente sus instintos agresivos, en Manuel Bueno, Delenda est Germania!,

    Los Aliados, n. 9, 31-VIII-1918, p. 1.

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    de las clases menos privilegiadas34o la revista sevillana Zanoni, de lalogia sevillana del mismo nombre, que proceda de la novela ocultista

    homnima de Edward Bulwer-Lytton, otro de los escritores relacionadoscon la teosofa35.

    A partir de los dos grupos pioneros, en Madrid y Barcelona, la teoso-fa se fue expandiendo por gran parte de la pennsula. La trama de agru-paciones teosficas se divida entre las ramas, que eran los grupos in-tegrados oficialmente dentro de la Sociedad Teosfica, que se fueronestabilizando lentamente a lo largo del primer tercio del siglo XX, y cuyadenominacin hace referencia a que cada grupo representaba la rama delgran rbol que conformaba la teosofa, y los grupos de estudio con unavida ms errtica y una actividad mucho ms limitada. As en 1913, laST contabilizaba en Espaa 155 miembros distribuidos en cuatro ramas:dos en Barcelona, una de ellas la destacada Arjuna, y otras dos en Ma-drid y Sevilla, ms cinco grupos de estudio, entre los que, por ejemplo, seencontraba el grupo de Tarrasa, que ms tarde se convertira en la activaramaBakthi36. Para 1922, el teosofismo espaol haba crecido hasta 11 ra-mas con 377 miembros, lo que no quiere decir que ms all de los datosoficiales un nmero ms alto de personas se moviera en los contornos deestas ramas37. Por su parte, a inicios de la II Repblica, existan en Espaaalrededor de una veintena de ramas, adems de los esfuerzos para que se

    formara una rama en cada una de las capitales de provincia espaola du-rante estos aos38. El anlisis de la geografa teosfica demuestra que,

    34 Tal y como reconoca en su despedida A nuestros lectores, Antahkarana. RevistaTeosfica Mensual, VI-1896.

    35 Zanoni, el protagonista de la novela, es miembro de una sociedad secreta y dedicasus esfuerzos al estudio ocultista Edward Bulwer-Lytton,Zanoni o el Secreto de los Inmor-tales, Valdemar, Madrid, 2001 [1842].

    36 Los datos en Sophia, 1914, pp. 9-10. Son datos oficiales de esta fecha, sin embargo,hay que sealar que algunas ramas haban aparecido y desaparecido durante las dos pri-meras dcadas de la ST en Espaa, como por ejemplo en La Corua, Lugo, la rama Marco

    Aureliode Pontevedra que tambin se independiz a partir del asunto de Krishnamurti, ytambin hubo en Santa Cruz de Tenerife, Palma de Mallorca, Ceuta, Alicante o Valencia.Algunas de ellas volvern a reaparecer ms adelante.

    37 Los datos en Boletn Trimestral de la Sociedad Teosfica de Espaa, n. 2, 1922,p. 31. Asimismo no se contabilizan los miembros de la organizacin Orden de la Estrellade Oriente, que como ya hemos sealado, pretenda preparar la llegada del mesas teos-fico, o las asociaciones juveniles, comoLa Cadena de OroyLa Tabla Redonda.

    38 CDMH. Teosofa. 67/ 3.

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    pese a que las ideas de madameBlavatsky recorrieron toda la pennsula,el centro se desplazaba entre Barcelona ms su entorno conformado por

    las ramas de Sabadell, Tarrasa y Manresa y Madrid.

    Ser tesofo (I): Propaganda, grupos de afinidad y sociabilidad

    Pero qu signific ser tesofo en la Espaa de la primera mitad desiglo XX? Si bien es imposible entender el surgimiento de la teosofa enEspaa sin tener en cuenta el ambiente intelectual de la alta sociedadmadrilea y catalana, con su crecimiento fue variando su composicinsocial, volvindose ms popular y humilde. Adems, se fueron sustitu-yendo los primeros grupos de estudio e inters erudito por grupos de afi-nidad mnimamente estables y organizados. Lo que parece claro es que,aun con la diversidad de recorridos vitales, la llegada al teosofismo se es-tableci a partir de una bsqueda espiritual individual tras la ruptura oalejamiento del catolicismo familiar. Se podran seguir diversos caminos,pero en general todas las biografas que hemos podido completar hastala fecha coinciden en este punto. Al mismo tiempo, nos ofrecen una in-formacin de primera mano sobre uno de los aspectos ms desconocidospor la historiografa espaola, como es la evolucin de aquellas personas

    que se alejaron del catolicismo, la temida apostasa de las masas a laque se refiri el religioso catlico Maximiliano Arboleya, pero no recala-ron en el atesmo o la increencia, sino que comenzaron una bsqueda es-piritual particular.

    Por ejemplo, podemos tomar la vida de Julio Garrido, patrn valiosoporque lleg a ser secretario general espaol. En una confesin autobio-grfica narraba cmo fue escptico del catolicismo familiar desde nio,pero sus inquietudes le llevaron a interesarse por las culturas orientales,en especial el hinduismo y el budismo. An as, pas un periodo en elque se convirti en un firme defensor del darwinismo y el monismo de

    Haeckel hasta que se encontr con la doctrina de Blavatsky, cuyas obrasdevor absorto ante la grandeza de su doctrina y de su fundadora39. Deesta manera, hasta la organizacin y afianzamiento, de algunas ramas du-rante la primera dcada del siglo, el acercamiento se produjo individual-mente, y la gran mayora de las ocasiones a partir de un inters por las

    39 Julio Garrido, Confesin,El Loto Blanco, V-1917, p. 166.

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    ciencias ocultas, el espiritismo o el asombro ante la filosofa oriental. Elcaso de Julio Garrido es un modelo paradigmtico. Aunque hay algunos

    ejemplos ms, de hecho, Manuel Trevio reconoci que se encontr conla teosofa en una publicacin protestante mientras estaba interesado en elanabaptismo40.

    Con la decena de ramas establecidas y los guadianescos grupos deestudio, lo ms destacable de la organizacin de la teosofa espaolaes la creacin de autnticos grupos de afinidad independientes con unamnima centralizacin. Por grupo de afinidad entendemos un pequeogrupo de activistas (nunca mayor a un centenar de personas), en generalgente de confianza y con inquietudes sociales, religiosas o polticas simi-lares, que trabajan activamente por algn ideal u objetivo comn. Su or-ganizacin no suele ser jerarquizada y habitualmente la admisin dentrodel grupo es cerrada, aunque las actividades puedan ser pblicas, comoen el caso de la teosofa41. En la mayora de los ocasiones los grupos deafinidad teosficos no sobrepasaron la veintena de integrantes, aunque enlas ramas ms importantes el ncleo principal poda girar en torno a loscincuenta miembros. Asimismo, en cada rama exista una personalidadcentral, que llevaba el peso de las actividades del grupo, lo que no es ex-trao teniendo en cuenta que la pervivencia de las ramas deba mucho ala persistencia y coordinacin de esfuerzos, tambin econmicos, de sus

    integrantes.Estos grupos de afinidad tenan la obligacin de hacer propaganda dela ST, as como dedicarse al estudio de las diversas materias hermticas yreligiosas, sobre las que se asentaba el saber teosfico. As, en ocasionesalgunos se acercaron a la teosofa desde intereses privados que llevabanen secreto por ser mal vistos socialmente, como la astrologa, y que po-dan desarrollar plcidamente dentro de las ramas. De hecho, las llama-das a la expansin de las ideas teosficas fueron una constante durante elprimer tercio de siglo, teniendo constancia de que algunas ramas, comola bilbana, formaron incluso su propio sistema de propaganda42. A me-

    nudo, la lnea que separaba las ramas de los grupos de estudios estaba en

    40 Manuel Trevio, Recuerdos (1884-1889), Sophia, XII-1909, pp. 470-473.41 El concepto surgi en relacin al movimiento pacifista y ha sido utilizado en Espaa

    en relacin al movimiento anarquista por Enric Ucelay da Cal y Susanna Tavera, Gruposde afinidad, disciplina blica y periodismo libertario (1936-1938), Historia contempor-nea, n. 9, 1993, pp. 167-192.

    42 CDMH. Teosofa. 25/851.

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    la creacin de una autntica sociabilidad teosfica, con el establecimientode un local de reunin, ya fuese alquilado o el stano o la casa particu-

    lar de alguno de los miembros. Habitualmente las ramas ms importan-tes tenan establecido un da de reunin pblica de divulgacin para atraera personas afines a la organizacin y una reunin interna para estudiar ytratar asuntos de la Rama, as como la organizacin de numerosas activi-dades culturales43. Como recordaba el tesofo valenciano Salvador Sen-dra en sus memorias:

    la rama teosfica de Valencia se convirti para el que esto escribe enuna universidad, en un hogar feliz, a donde iba a diario para asistir a lasmltiples actividades culturales que enriquecieron mi vida44.

    Y entre esas actividades se encontraban la organizacin de conferen-cias, clases de estudio u obras de beneficencia, as como convocatoriasde jornadas de meditacin y excursiones al campo, pero tambin festi-vidades sealadas en el calendario teosfico. Por encima de todas se en-contraban la fiesta del Loto Blanco, la de Adyar y la de los Fundadores.En la primera se celebraba la desencarnacin de madameBlavatsky,con un da en el que se organizaban lecturas de extractos de las obras deHPB. Mientras la fiesta de Adyar se estableci en 1922 para meditar y

    fortalecer los lazos de gratitud con la sede central, sin olvidar que era unda para la colecta de donativos. El da elegido, 17 de febrero, nos mues-tra la mezcolanza de la ST, ya que se eligi dicha cita por ser el da de lamuerte de Giordano Bruno y del coronel Olcott, as como el nacimientodel tambin tesofo Charles W. Leadbeater. Por ltimo, el da de los fun-dadores, el 17 de noviembre, era una fecha de recuerdo, en el que expre-saban gratitud a los dos fundadores de la Sociedad, el propio Olcott ymadameBlavatsky.

    Incluso se pretendi llegar ms lejos en relacin a este tipo de sociabi-lidad teosfica, intentando establecer una comunidad de vida teosfica, en

    lo que llamaron en origen el Adyar espaol, y que termin denominn-doseEl Alcait,en unos terrenos pagados por la Sociedad Teosfica Espa-

    43 CDMH. Teosofa. 67/ 5.44 Cit. en Esteban Cortijo, Fernando Valera Aparicio: tesofo, masn y republicano,

    en Jos Antonio Ferrer Benimeli (coord.),La masonera en la Espaa del siglo XX(vol. 1),Centro de Estudios Histricos de la Masonera Espaola/ Universidad de Castilla-La Man-cha, Toledo, 1996, p. 292.

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    olapara crear un centro de vida espiritual y de retiro beneficioso, aun-que se liquid rpidamente

    por discrepancias nacidas de la vida en comn de personas de diferen-tes esferas sociales, que jams haban vivido en tal forma y condicioneshasta entonces, cosa natural y lgica, porque no basta una voluntad sista no es preparada de antemano en pocas pretritas para determina-das empresas45.

    La otra gran actividad desarrollada por las diferentes ramas fue la po-tenciacin de la educacin. La educacin deba, segn Manuel Trevio,despertar en nosotros la facultad del Espritu, hacernos capaces para sen-

    tir los grandes ideales, a vivirlos en nuestras mentes, a realizarlos en nues-tros actos46. As, se fundaron bibliotecas en algunas ramas, con intencinde tener una funcin social, pblica y gratuita, como la de la rama Arjunaen noviembre de 190847. Incluso hubo algn intento de formar escue-las teosficas para nios, como la catalana Escola Teosfica Damon deVallcarca, al hilo de la renovacin pedaggica de la poca en la que parti-ciparon activamente algunos miembros de las ramas catalanas, aunque alfinal los dirigentes, como Jos Xifr, decidieran que el objetivo principaldeban ser los adultos48. Esto no quiere decir que los nios y adolescen-tes no tuvieran su lugar dentro de la estructura teosfica, de hecho, la re-peticin de apellidos y la conformacin de sagas familiares en las ramasfue una constante durante este perodo. As se fundaron a nivel internacio-nalLa Cadena de OroyLa Tabla Redonda, ambas tambin con represen-tacin en Espaa. En la primera, cercana al escultismo, se poda ingresardesde los 7 aos, y segn sus instrucciones, se propona ensear a los ni-os a que aprendan a conocer y a cumplir sus deberes para con Dios y conla humanidad; a desarrollar la fraternidad entre ellos, a aprender a disci-plinarse voluntariamente, ensearles a ser tolerantes y a respetar a todo elmundo, como asimismo las ideas y opiniones de cada cual49. Mientras la

    segunda, a partir de los 13 aos, y con una organizacin similar a la maso-

    45 Cit. en la hoja Exposicin que al Consejo extraordinario de la STE celebrar, enMadrid () en agosto de 1926, en CDMH. Teosofa. 67/ 7.

    46Manuel Trevio, Valor de la Teosofa en la autoeducacin, Grficas Reunidas, Ma-drid, 1920.

    47 Federico Climent, Discurso en la Rama Arjuna, Sophia, 1908, pp. 454-466.48Libro de Actas de 1922 a 1927 de la STE, en CDMH. Teosofa. 67/ 8.49 CDMH. Teosofa. 69/ 1.

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    nera con tres niveles (asociado, compaero y caballero), estaba destinadaa preparar, como la Orden de la Estrella de Oriente, la venida del mesas

    teosfico.

    La teosofa en relacin: Poltica y movimientos sociales

    Como ha sabido observar Jordi Poms, la geografa del teosofismo es-paol fue bastante similar a la de los principales movimientos sociales ypolticos del periodo de entresiglos50. Por lo tanto, podemos afirmar quela teosofa estuvo integrada, a partir de conexiones no slo ideolgicasy culturales, sino tambin personales, con toda una serie de movimien-tos sociales de la poca, que intentaban dar respuesta a la crisis de civili-zacin que se estaba viviendo, como el vegetarianismo, el esperantismo olas corrientes de renovacin pedaggica51. Adems, como ya se ha sea-lado, convergieron en la teosofa muchos de los interesados por el pensa-miento oriental y el espiritismo. Florencio Pol, procedente del campo es-piritista y creador de una rama en La Corua a finales del XIX, defenda elestrechamiento de los lazos entre ambas doctrinas, ya que se preguntaba

    no ha motivado el actual advenimiento y renacimiento teosfico el re-

    finamiento, el complemento y la coronacin del Espiritismo, su precur-sor, en la Teosofa?52.

    Evidentemente, tesofos y espiritistas compartieron espacios y rela-ciones interpersonales. Durante las primeras dcadas del siglo XXeran laspropias sociedades espiritistas las que invitaban a dar conferencias en suslocales a los ms reconocidos tesofos catalanes53. El propio Pol era un

    50 Jordi Poms, Dilogo Oriente-Occidente, op. cit., p. 56.51 Dejamos de lado en este anlisis los ms conocidos lazos intelectuales y literarios

    de la teosofa. Como se ha sealado acertadamente, casi todos los bohemios se sintieronatrados por el espiritismo, el misticismo o el neopaganismo, lo que tuvo efectos concretosen sus obras modernistas, prximas a lo sobrenatural y lo misterioso (Allen W. Phillips,Entorno a la bohemia madrilea, 1890-1925: testimonios, personajes y obras , Celeste, Ma-drid, 1999).

    52 Florencio Pol, Consulta, Sophia, XII-1895, p. 429.53 Por ejemplo, la resea de un mitin teosfico en Sabadell en Sophia, IV-1909,

    pp. 154-156. Durante 1910 aparecern nuevas reseas de mtines teosficos en Cataluaa peticin de espiritistas. En una carta desde Murcia al secretario de la Orden de la Estre-

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    reconocido experto en la utilizacin del magnetismo animal, una teorapara la curacin de enfermedades precursora de la hipnosis y de las tera-

    pias de sugestin54. De hecho, el desarrollo de la medicina naturista y lahomeopata, as como las corrientes higienistas, estuvieron estrechamenterelacionadas con la teosofa, ya que precisamente la rama barcelonesa te-na entre sus miembros ms destacados a algunos mdicos, como JosRoviralta y Jos Plana Dorca. Tambin tesofos catalanes estuvieron muyvinculados con la promocin y conformacin de las asociaciones vegeta-rianas no hay que olvidar que Montoli fue un vegetariano estricto, oen la participacin en campaas antialcohlicas55. Lo mismo sucedi conlas asociaciones de defensa de los animales, por lo que no fue extrao queabanderasen un llamativo discurso antitaurino56. En Bilbao, por ejemplo,el lder del teosofismo local, el librero Ricardo Garca Gorriarn, fue unode los promotores ms importantes de la asociacin de la Sociedad Pro-tectora de Animales y Plantas, aunque desde el anonimato para que supresencia no frustrase el proyecto57.

    De la misma forma, fueron ardientes defensores de los derechos civi-les, participando en movimientos como laLiga de los Derechos del Hom-brey laLiga Abolicionista de la Pena de Muerte. Asimismo, como buenaparte de la teosofa mundial defendieron un pacifismo antimilitarista decarcter mstico, lo que no fue impedimento para que con motivo de la

    Gran Guerra se dividieran en defensa de sus diferentes pases. Igualmente,los dos lderes ms importantes de la historia de la Sociedad haban sidomujeres, madameBlavatsky y Annie Besant, lo que demuestra su posicio-namiento con respecto al movimiento feminista, del que la propia Besantsera activa defensora. Tal y como se defenda en un texto publicado en larevista Zanoni, los tesofos creyeron que haba llegado el momento deque la mujer colabore con el hombre en la pacificacin de los espritus y

    lla de Orienteen 1912 se reconoca que las pocas o muchas personas que se adhieran a laOrden habrn de ser aqu meramente espiritistas, adems defenda que los espiritistas eranlos nicos que interpretaban el Evangelio de su debida manera y crean en la vueltas deJess (en CDMH. Teosofa. 65).

    54 Jos Melin, D. Florencio Pol: un bienhechor de la humanidad, Sophia, VI-1902,p. 201.

    55 Jos Roviralta, F. Montoli y Togores desencarn en Barcelona, Sophia, V-1893,pp. 101-106.

    56 Los toros y otras crueldades,Zanoni. Revista Teosfica, n. 8, VIII-1922, pp. 188-189.

    57 CDMH. Teosofa. 64.

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    en las enseanzas de la nueva era58. A pesar de ello, la presencia feme-nina en la teosofa espaola fue ms minoritaria, aunque tambin existen

    ejemplos de mujeres muy activas en la propaganda y organizacin del teo-sofismo espaol, como Cline Guyard o Esther Nicolau.

    Tampoco la teosofa espaola se encontr desconectada de la coyun-tura poltica espaola. El movimiento teosfico espaol fue un movi-miento conscientemente republicano y progresista, aunque tambin hubomiembros partidarios del liberalismo de Segismundo Moret, como TomsDoreste, e incluso defensores del anarquismo, a pesar de que la teosofano siempre fuera bien vista por el pensamiento libertario. Y aunque noexisti un programa poltico concreto de la teosofa espaola, s se suma-ron a su manera a la corriente regeneracionista que se extendi por Espaaen la primera dcada del siglo desde un republicanismo heterodoxo. Dehecho, la influencia teosfica sobre la generacin del 98 nunca ha pasadodesapercibida para los estudiosos. De esta forma, existi una corriente deopinin entre los tesofos, basndose en las indicaciones de Besant, quedefenda que las naciones eran tambin organismos, seres vivos. Crecen,se desarrollan, perecen, reencarnan, y del mismo modo que los indivi-duos, las naciones tenan un karma, es decir, su propio destino histrico.El karmade Espaa se haba incumplido, pero como sealaban en 1905entendan que haba

    una resurreccin, una aficin desmedida a llenar lo que falta. Es nuestramisin y se cumplir como debe cumplirse. Pobre mente espaola sino cumpliese esta inmensa responsabilidad de su cultura!59.

    Como ya han demostrado algunos especialistas, en el mbito de socia-bilidad republicana confluyeron espiritistas, tesofos o librepensadores, yse interrelacionaron con las diversas agrupaciones polticas, incluso com-partiendo afiliacin y el mismo espacio fsico en el casino o el ateneo enalgunas ocasiones60. Por su parte, estos grupos tambin crearon espacios

    propios como elInstituto de Educacin IntegralArmnicade Barcelona,

    58 Mara Luisa Gutirrez, Importancia de la mujer,Zanoni. Revista Teosfica, n. 4,IV-1922, p. 92.

    59Arim, El karma de Espaa, Sophia, 1905, pp. 441 y 442, para los respectivos en-trecomillados.

    60 En este sentido, por ejemplo, ngel Duarte,El Republicanisme catal a la fi del se-gle XIX, Eumo, Vic, 1987, p. 54; o las obras de Gerard Horta citadas en la nota 2.

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    que desarrollaron tanto pedagogos radicales, tesofos y espiritistas parala educacin y desarrollo del carcter de nios y jvenes61. Asimismo, la

    prensa republicana inform de algunos actos de la Sociedad Teosfica, anivel local e internacional, as como recogi en sus pginas columnas opi-nin de destacados tesofos. En otras ocasiones, sern los propios teso-fos los que participaron en la creacin de partidos republicanos. En estesentido, quiz el caso ms destacado fuera la estrecha relacin del PartidoRepublicano Radical Socialista con esta doctrina espiritual heterodoxa.En Bilbao saldr adelante por los esfuerzos del activo propagandista Aga-pito Milln, aunque l mismo no apareci nunca en primer plano, para nomezclarlo con la teosofa y facilitar el desarrollo local de la agrupacin.Milln reconoci en una carta en 1930 que los tesofos se iban introdu-ciendo en la izquierda republicana para as traer a Espaa das de ms li-bertad y justicia, tolerancia y prosperidad general62. Por lo que no es ex-trao que recibieran con jbilo y esperanza el advenimiento republicano..Tambin en Gijn, segn confesin del propio Milln, el Partido Repu-blicano Radical Socialista fue organizado por otros tres tesofos. De lamisma manera, el tambin radical socialista Fernando Valera, que parti-cipara ms adelante en la fundacin de la Unin Republicana, lleg a de-sempear el cargo director general de Agricultura y subsecretario de Justi-cia durante los aos de la Repblica63.

    Y por ltimo, tambin es reseable la ligazn existente entre los miem-bros de las diferentes ramas con las logias masnicas, porque la doctrinateosfica no entraba en colisin con la masonera y pudieron ser comple-mentarias, sobre todo desde una interpretacin esotrica de la tradicinmasnica. Fueron bastantes los tesofos que pertenecieron a las diversasobediencias masnicas establecidas en Espaa, aunque la obediencia teo-sfica por excelencia fue la masonera mixta, tambin conocida como co-masonera. As, desde los medios teosficos se defenda que la masonera

    61

    Rama Arjuna de Barcelona, Sophia, XI-1911, p. 748.62 CDMH. Teosofa. 25/ 851. En su caso no era la primera incursin poltica, ya quehaba pertenecido en su juventud al minoritario Partido Radical de Bilbao, siendo secreta-rio de la agrupacin.

    63As la revista Teosofapublic un extracto del discurso pronunciado por Valera en ladiscusin del proyecto de Congregaciones Religiosas, presentndolo como un notable ydocumental discurso sobre la contribucin histrica de las organizaciones religiosas en Es-paa y que ilustra y aclara la elevada actitud teosfica que reina en los actuales representan-tes de la Repblica (Fernando Valera, Desde el Parlamento Espaol, Teosofa, IV-1933,pp. 138-144).

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    mixta y, por otro lado, tambin la Iglesia Catlica Liberal eran las nuevasrealidades que iban a devolver [el] prestigio y [la] fuerza espiritual que

    haban perdido la masonera y el catolicismo64. A la comasonera pertene-cieron numerosos miembros del teosofismo espaol, como Julio Garrido,Joaqun Velasco, Julia Armisn, Cline Guyard, Federico Climent o Es-ther Nicolau. Y de hecho, el mayor promotor y artfice de la expansin dela misma por el pas fue Manuel Trevio. La masonera mixta fue un obe-diencia masnica originada a finales del siglo XIXen Francia, y que se ex-tendi internacionalmente en gran medida por los esfuerzos de la Socie-dad Teosfica, en la figura de Annie Besant, ya que emprendieron de modoconjunto campaas a favor de los derechos civiles y polticos de las muje-res, as como de la escuela laica65. De las logias creadas desde entonces enEspaa, cabe destacar la organizada en Sevilla a partir de los miembros dela ramaZanoni66.

    Ser teosfo (II): Los problemas

    Si algo caracteriz el desarrollo de la teosofa en Espaa durante elprimer tercio de siglo, fue la multitud de problemas internos y externosa los que tuvo que hacer frente. Como ya hemos visto, la gran mayora

    de las ramas subsistan por el esfuerzo de sus miembros, en algunos ca-

    64 Francisco Brualla, Catolicismo y Masonera, Teosofa. Revista de sntesis espi-ritual, VIII-1933, p. 317. Sobre la Iglesia Catlica Liberal CDMH. Iglesia Evanglica.3/ 9. La Iglesia Catlica Liberal era un movimiento que se autodefina como una Iglesiacristiana, catlica y autnoma, caracterizada por combinar la adoracin sacramental conla ms amplia libertad de pensamiento y respeto por la conciencia individual. Fundada enInglaterra por un antiguo sacerdote catlico, que se haba convertido en tesofo, desde en-tonces la Iglesia ha tenido una estrecha y tensa relacin con el movimiento teosfico inter-nacional. En Espaa, el intento de desarrollo se produjo desde Catalua, con la ayuda dealgunos miembros de la rama bilbana.

    65 Hay que sealar, por otro lado, que Annie Besant lleg a ser vicepresidente y GranMaestre de la comasonera, que permita a la mujer acceder a la iniciacin masnica, y enlos medios teosficos se le atribuye una frase que bien pudo ser suya: Si bien los inglesesfueron los que trajeron la Masonera a Francia, no lo es menos que hoy son los francesesquienes la devuelven a Inglaterra regenerada, completada y fortalecida por la admisin dela mujer en la Logia, al lado del hombre. Para Espaa, Mara Jos Lacalzada,El Cimiento

    Mixto en Masonera. El Derecho Humano en Espaa (1893-1963), Fundacin Maria De-raismes, Madrid, 2007.

    66 Para Trevio y la creacin de la logia Zanoni, CDMH. Masonera-A. 117/ 10.

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    sos produciendo un desgaste emocional importante. As en Bilbao, el li-brero y lder teosfico Garca Gorriarn tuvo que dejar la presidencia

    de la rama bilbana por los mltiples problemas internos que sufra, a loque se aada la presin externa ejercida por el catolicismo local67. Noobstante, el mayor problema interno que tuvo que afrontar la SociedadTeosfica Espaola, y que en varias ocasiones estuvo a punto de acabarcon la escisin de la seccin, fue la dualidad capitalina entre Barcelonay Madrid.

    El momento crucial de este enfrentamiento lleg a mediados de la d-cada de los veinte, cuando se elevaron proposiciones desde Catalua con-tra la secretara general y la centralidad que ocupaba Madrid en el organi-grama de la STE. En el centro del debate se situar Ramn Maynad, queperteneca a la rama Arjuna, y que incluso estuvo a punto de ser expul-sado de la Sociedad. En definitiva, lo que Maynad y las ramas catalanasdefendan era la descentralizacin organizativa en favor de la independen-cia de las ramas locales, aunque manteniendo los apoyos entre todas lasramas espaolas. As en diciembre de 1924, las ramas catalanas (Fides,

    Arjuna, FiladelfosyMontoli) escribieron una carta conjunta al no estarconformes con el centralismo societario. Segn ellos, era:

    el unitarismo y el centralismo de cuatro siglos [quien] ha llevado a este

    pas a la decadencia en todos los sentidos y ah est la Historia paraconfirmar esta calificacin. Si el movimiento teosfico en Espaa siguela misma ruta, ser siempre un movimiento raqutico y pobre, nunca lle-gar a la grandeza que solo pueden llevar la conciencia y la libertad. LaSociedad Teosficaes una Asociacin eminentemente liberal e interna-cional y slo un rgimen federativo y democrtico pueden permitir quese cumpla su alta misin fraternal. Sin ese rgimen sera imposible laexistencia de la ST tal como la implantaron los fundadores a quienesadmiramos ms cada da por su previsin y saber68.

    Basndose en Francisco Pi y Margall, al que denominaban como elgran maestro poltico y clarividente, reclamaban que el rgimen federalera el futuro nacional, lo que tambin indica la cultura poltica en la queestaban inmersos estos disidentes, como se les lleg a calificar desde la

    67 CDMH. Teosofa. 25/ 851.68 La carta en el Boletn Trimestral de la Sociedad Teosfica de Espaa, n. 1, 1925,

    pp. 10-16, y la cita en p. 11.

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    direccin del movimiento69. Al final, y tras encuentros y desencuentros, sepudieron limar las asperezas.

    Adems de estos problemas internos, los tesofos espaoles se encon-traban con la cerrazn de sus propios correligionarios en los movimientospolticos y sociales con los que se interrelacionaron, ya que la mayora nodejaban de entender la teosofa como una heterodoxia chocante y sin fun-damento. Muchos tesofos llegaron a usar en sus obras y artculos pseu-dnimos por las posibles consecuencias que poda deparar su actividadteosfica, y otros, como ya se ha sealado, se camuflaban en sus activi-dades polticas por los posibles efectos negativos que la presencia de susnombres podan llegar a ocasionar. Por ejemplo, el miembro ocultista porexcelencia de la generacin del 27, el brujo Fernando Villaln, ligado ala ramaZanoni, segn rumores de la poca fue excomulgado por la propiaIglesia y se le cerraron muchas puertas por sus mltiples y caticas creen-cias, ya que adems de tesofo fue un convencido astrlogo e, incluso,una especie de alquimista moderno70. Por lo tanto, dentro de una sociedadcon una fuerte tradicin catlica el enfrentamiento con la Iglesia estabaservido. As en verano de 1919, la Congregacin del Santo Oficio, en undecreto luego confirmado por Benedicto XV, expresaba la incompatibili-dad rigurosa de la fe catlica con la pertenencia al movimiento teosfico,as como la lectura de sus publicaciones71.

    Por tanto, no es extrao que el movimiento teosfico espaol y el ca-tolicismo se enfrentaran. Aunque en la mayora de las ocasiones eran pro-fundamente religiosos, y en muchos casos mantenan una inmejorableopinin sobre el cristianismo, los tesofos tuvieron un marcado carcteranticlerical, muy crtico con la jerarqua. Todo esto, tal y como sucedicon la masonera, facilit que los propagandistas catlicos no ahorraran

    69 En este affaire incluso se lleg a insinuar que Maynad intentaba escindir la STposponiendo el desarrollo de la espiritualidad a otros fines, arrastrando a otros MST

    [miembros de la Sociedad Teosfica] por torcidos derroteros. Todo se puede seguir en el Libro de Actas de 1922 a 1927 de la STE, CDMH. Teosofa. 67/ 8, y quiz sea unos de losaspectos ms desconocidos en la vida teosfica espaola, que deberan trabajarse en pro-fundidad. Estos breves comentarios no dejan de ser una primera tentativa de acercamiento.

    70 Manuel Barrios, El Sacristn del Diablo.Vida mgica de Fernando Villaln, Es-puela de Plata, Sevilla, 2006, p. 71. Tambin Miguel Garca-Posada, M.:Acelerado sueo.

    Memoria de los poetas del 27, Espasa Calpe, Madrid, 1999, pp. 145-156.71El Motn, 10-VIII-1919 se mofaba de la prohibicin, ya que segn el semanario an-

    ticlerical poca confianza tiene [el Papa] en el arraigo de la fe en el corazn de sus ovejascuando cree que necesita prohibirles todo eso.

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    en descalificaciones hacia el ocultismo, atacando con saa en especial almovimiento teosfico. De hecho, para el jesuita barcelons Fernando Ma-

    ra Palms, el ocultismo contemporneo era promovido principalmentepor el Teosofismo72. La publicstica catlica se encarg de elaborar nu-merosos textos en los que se atacaba al movimiento y su ideario73.

    En la dcada de los veinte Federico Zabala y Allende, un importantepersonaje del catolicismo bilbano, ligado familiarmente al Partido Na-cionalista Vasco, asegur que en ms de una ocasin el indiferentismo re-ligioso haba desembocado en la teosofa, a pesar de los esfuerzos de losprrocos por no facilitar ese desvo en los arrabales obreros de Bilbao,algo similar a lo que el padre Tusquets denunciaba en sus obras74. Igual-mente, en los tiempos de la Repblica en una encuesta sobre el estado re-ligioso de la margen izquierda vizcana el tambin sacerdote vasco Al-berto de Onainda continuaba haciendo referencia al aumento de obritassobre el espiritismo, la magia, y en general las ciencias ocultas75. Perolos ataques no slo fueron desde la publicstica. Las presiones y ataquesfueron constantes a nivel local por parte del catolicismo, sobre todos enaquellas ciudades donde la teosofa haba alcanzado cierto grado de orga-nizacin. Por ejemplo, la Biblioteca Teosfica creada por la rama Arjunatuvo que cambiar de lugar la sede de la misma, e incluso convertirla enuna entidad privada76.

    Todos estos problemas fueron haciendo mella en las ilusiones de lostesofos espaoles. En 1921, las diversas ramas espaolas tuvieron que

    72 Fernando Mara Palms, Metapsquica y espiritismo,Razn y Fe,Madrid, 1932,p. 12. Para un breve anlisis de esta obra desde la perspectiva psicolgica Annette Mlber-ger, Sandra Astudillo, Sandra Lorente y Merche Martos, El Padre Palms contra la metap-squica: una anlisis histrico de su retrica defensiva,Revista de Historia de la Psicolo-ga, v. 22, n. 3-4, 2001, pp. 431-438.

    73 Los libros ms destacados fueron Juan Tusquets,El teosofismo, Eugenio Subirana,Barcelona, 1928; sobre Juan Tusquets puede verse el captulo dedicado al mismo en JordiCanal,Banderas blancas, boinas rojas, Marcial Pons, Madrid, 2006; y el jesuita DionisioDomnguez, El teosofismo,Razn y Fe, Madrid, 1932.

    74L. Allende,Los arrabales de Bilbao y sus necesidades religiosas, La Editorial Viz-cana, Bilbao, 1929, p. 67.

    75Alberto Onainda, Nuestras encuestas. Estado religioso de la zona industrial y mi-nera de Vizcaya,Idearium, n. 3, 1934 (cit. en Antonio Rivera y Javier de la Fuente, Mo-dernidad y religin en la sociedad vasca de los aos treinta (Una experiencia de sociolo-ga cristiana: Idearium), Servicio Editorial de la Universidad del Pas Vasco, Bilbao, 2000,p. 105).

    76 Rama Arjuna de Barcelona, Sophia, XI-1911, p. 747.

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    enviar al Congreso teosfico de Pars un cuestionario sobre sus experien-cias de trabajo y el desarrollo del movimiento77. La lectura de las respues-

    tas ofrecen un dibujo clarificador de la situacin que vivan a fines de laRestauracin: el avance era lento, segn entendan por la intolerancia delpas y el fanatismo dogmtico del catolicismo, a lo que haba que aadiruna apata generalizada y las dificultades de carcter local. Aunque desdeBarcelona y Tarragona el diagnstico de la evolucin futura del movi-miento era un poco ms optimista, imperaba el pesimismo. De hecho, elpropio Manuel Trevio se sinceraba en carta a Xifr:

    hoy los esfuerzos para difundir las excelsas enseanzas que constituyennuestros ideales son ms duros y precisos, nos vamos quedando menosaqu abajo para tan ruda labor. Esto me apena grandemente, y tanto msque cada da me siento ms falto de fuerzas y ms solo78.

    Eplogo

    La proclamacin de la II Repblica fue recibida con ilusin entre lostesofos hispanos, ya que se abra para ellos una nueva etapa. Pero las di-ficultades continuaron, a pesar de la apertura de nuevas ramas y del de-sarrollo de mltiples actividades a lo largo de todo el perodo, como lavisita de Curuppumullage Jinarajadasa, quien llegara a ser el cuarto pre-sidente de la Sociedad Teosfica79. El estallido de la guerra civil destruytotalmente cualquier esperanza teosfica de expansin. Entre los subleva-dos, el teosofismo se converta en una de las dems sociedades clandes-tinas, que junto con la masonera y el comunismo, haban sido sealadascomo las causantes de la catica situacin de la nacin. De esta forma, ladoctrina y la prctica teosficas fueron prohibidas y perseguidas en la Es-paa franquista. No obstante, la Sociedad Teosfica Espaolaya haba sa-lido bastante diezmada por la contienda a causa de la represin y el exilio.

    A finales de 1939, era fusilado Manuel Trevio, la cabeza visible del mo-vimiento, junto a su joven hija Amelia, por sus actividades como masn y

    77 CDMH. Teosofa. 65. En Espaa, conocemos la respuesta que ofrecieron desde lasciudades de Barcelona, Bilbao, Canarias, Madrid, Murcia, Sevilla, Tarragona y Valencia.

    78 Carta del 12-V-1919, en CDMH. Teosofa. 31/ 1317.79 En Bilbao, por ejemplo, se organiz una conferencia en la Sociedad El Sitio (Curu-

    ppumullage Jinarajadasa,El Futuro de la fraternidad, s.e., s.l., 1934).

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    tesofo. An con todo, ciertos grupos subsistieron dbilmente en la clan-destinidad durante la dictadura a partir de reuniones informales, en casas

    particulares o en espacios pblicos como cafeteras, dejando constanciade ese idealismo, del que no renegaron nunca, por buscar la unin y fra-ternidad universal. De hecho, al menos nominalmente, alguna de las ca-torce ramas activas actualmente en Espaa mantiene la denominacin delperodo anterior, como pueden ser la Arjunade Barcelona, la Bhakti deTarrasa o laHesperiamadrilea. A partir de la dcada de los sesenta y, so-bre todo, con la llegada de la democracia, la teosofa resurgi tmidamentecon nuevas ramas80. Esa revitalizacin se deba, en gran medida, a que lateosofa aliment doctrinalmente las posiciones y creencias de la NuevaEra. Porque no se puede obviar que la gran mayora de la produccin lite-raria esotrica popular del siglo pasado estuvo influenciada por la teosofablavatskyana.

    Como hemos intentado demostrar en esta primera aproximacin, el es-tudio de la espiritualidad esotrica prueba que en Espaa hubo un nmeroconsiderable de personas que buscaron por diferentes vas una espiritua-lidad alternativa a la catlica. Asimismo, los diversos recorridos de estastrayectorias biogrficas facilitan la comprensin de la transformacin delhecho religioso en la contemporaneidad dentro del proceso general de re-composicin religiosa que se estaba produciendo. De hecho, se podr al-

    canzar un conocimiento ms adecuado de la historia religiosa espaolaa partir de la revalorizacin del estudio de estos olvidados movimientosde espiritualidad alternativa sin olvidar la catlica, que impregnaronmltiples aspectos de la vida social, poltica, cientfica y cultural a nivellocal y nacional. En cualquier caso, actualmente la historia del esoterismoy el ocultismo espaol es una autntica terra ignota,donde se planteanunos interrogantes de compleja resolucin, que solamente se responderna partir de propuestas historiogrficas multidisciplinares e integradoras.Lamentablemente, cambiar la perspectiva no siempre es fcil.

    80 Por ejemplo la ramaRakoczyde Madrid, adquiri carta de naturaleza en noviembrede 1975 tras la muerte del dictador, fundada a partir de un grupo que haba pertenecido a lahistrica ramaHesperia.