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Page: Books_1 Pub. date: Sunday, January 8 Last user: [email protected] Edition: 1st Section, zone: Libros, State Last change at: 12:46:58 January 5 6D DOMINGO 8 DE ENERO 2017 Libros ELNUEVOHERALD.COM E1 1. El asesinato de Pitágo- ras, Marcos Chicot 2. ¡Y tenía que ser mi jefe!, Norah Carter 3. ¡Y tenía que ser mi jefe! 4, Norah Carter 4. Todo esto te daré, Dolo- res Redondo 5. En un rincón del alma, Antonia J. Corrales 6. ¡Y tenía que ser mi jefe! 3, Norah Carter 7. ¡Y tenía que ser mi jefe! 2, Norah Carter 8. La guardiana del ámbar, Freda Lightfoot 9. El Laberinto de los Espí- ritus, Carlos Ruiz Zafón 10. Al final del túnel, Miguel Ángel Casaú 11. Eso no estaba en mi libro de Historia de España, Francisco García del Junco 12. Mientras te esperaba, Gema Samaro 13. La viajera del tiempo, Lorena Franco 14. De dioses, hombres y demonios, Miguel Ángel Casaú 15. Patria, Fernando Aram- buru 16. El caparazón de la tortuga, Lola Mariné 17. Harry Potter y la piedra filosofal, J. K. Rowling 18. La Biblia de barro, Julia Navarro (Autor) 19. Domina los malditos phrasal verbs, Michael Len- nard 20. Gente tóxica, Bernardo Stamateas Fuente Eriginal Books Los ebooks más vendidos de la semana en Estados Unidos, América Latina y España C on libros como Vultureffect o La autopista: The movie, considerados por la crítica como dos libros-diferencia dentro del espacio narrativo cubano, Jorge Enrique Lage (La Habana 1979) ha devenido uno de nuestros mejores constructores de fragmentos. Para atravesar su escritura le envia- mos algunas preguntas sobre su más reciente texto, Archivo, editado por Hypermedia el año pasado en Madrid… Un libro sobre el secreto y el delirio que produce el secreto; sobre el “núcleo opaco” de la Seguridad. Archivo puede leerse como una novela, un dia- rio, una reflexión política, una boutade… ¿Cómo lee Jorge Enrique Lage Archivo? También como una suerte de borrador. La cara B de un lado A donde había un libro que no pude o no supe o no quise escribir. Como dijo Barack Obama en su memoir —no portátil sino best-seller—, “en principio mi intención fue escribir un libro muy diferente”. Tu literatura asume lo pop como un engranaje psicodélico... En un país atravesado por testimo- nios y realismos malos como los de los años 70s, ¿es lo pop/lo psicodélico una estrategia antitradi- ción? ¿Encuentras referentes en la literatura cubana que hayan avanzado por un ca- mino parecido al tuyo? Dentro de la literatura cuba- na me interesaría, por ejemplo, el camino intransitable que va desde los pósters y el couché electroshockeado dentro de la cabeza de Cabrera Infante, hasta las cajitas-collage y el neón de supermercado del último García Vega. En última instancia, eso que llamas pop/psicodélico es tam- bién un modo de testimoniar cosas, una forma de narrar la realidad. Yo no lo planteo es- tratégicamente, como reacción a nada concreto; para mí ha funcionado más bien como una especie de catalizador, un me- canismo para desatascar tube- rías en la escritura. Según un amigo común, Archivo es el “primer archivo literario de la Seguridad del Estado cubana”. ¿Son compatibles, para ti, la idea de paranoia y clasificación? Todo está relacionado. La paranoia sabe mucho de dossiers, hay un delirio-dossier. Archivo parte un poco de ahí. Quise escribir sobre el núcleo opaco del inte- rior del Ministerio del Interior, en plan de burla (ese núcleo, fuente de ensayos y testimonios, es una deuda en la ficción cubana contemporánea: hay que ir allí donde lo dejó Reinaldo Arenas, hay que seguir con- tándolo). Quise escribir sobre Villa Marista —donde pasé mi Servicio Militar— como si fuera un decorado de ciencia-ficción; sobre órganos neoplásicos de inte- ligencia y recontrainteligencia, sobre agentes de la Seguridad del Estado haciendo cosas increíbles por todas partes. La Seguridad del Estado cubana vela en realidad por la seguridad de un gobierno, un monolito de gobierno, y por tanto es una labor tan reñida con la entropía que siempre va a tener las narices pegadas al ridículo, a la caricatura. En Archivo quise estirar esa visión. Y dándole una vuelta: la verdadera Seguridad del Estado comienza cuando la Seguridad del Estado que conocemos termine. Cuando los archivos por fin se abran… no sabremos nada todavía. Uno de los logros de Archivo, es que se aleja por completo de la tradición, de la estructura conven- cional, y se deja leer desde el simulacro. En tiem- pos en los que la literatura es performance, ¿tiene sentido aún la escritura del pathos y la experien- cia? Creo que sí. Lo importante son los contrasentidos que uno sea capaz de proponer. Como te explicaba al principio, en Archivo hay un proyecto abortado. Otro libro que fue absorbido desde las primeras páginas como un embrión absorbe a su gemelo. Yo quería manejar dos registros, uno similar a lo que al final resultó y otro más pegado al pathos y a la experien- cia, con un ingrediente testimo- nial, no-ficción. Quería hablar también de historias personales, familiares, desenterrar lo que alguna vez vi o escuché, agregar otras capas de memoria. Fue un pulso que no pude sostener en términos de sintaxis literaria (o lo que entiendo yo por eso), pero sigo pensado que la idea era de lo más buena. Simulacro y performance no están necesariamente en el flanco opuesto a la escritura de la experiencia. Es la práctica la que tiene que resolver esas cla- ves. ¿Qué conecta a este libro con anteriores como Vulturef- fect y La autopista: The movie? Archivo fue una desconexión. Tiene la estructura de una lista, y como se lee en el libro: a las listas negras, una vez empeza- das, no se les puede poner fin. Introduje imágenes y motivos que fechaban lo que estaba narrando en tiempo real, para destacar el pro- ceso de la escritura sobre el “acabado”. Tuve hasta la idea de autopublicarme, lanzarlo como pdf-panfleto a internet. No lo veía como “libro” sino como docu- mento autista o algo así. Pero luego, para mi sorpresa, Hypermedia lo acogió y lo puso a la venta en Amazon. Me dicen que incluso hay quien lo compra. Jorge Enrique Lage, la memoria portátil CARLOS A. AGUILERA Especial/el Nuevo Herald Foto de cortesía JORGE ENRIQUE LAGE Imagen de cortesía L as obras de escritores españoles como Federico García Lorca, Ramón María del Valle-Inclán o Miguel de Unamuno pasarán este 2017 a ser de dominio público ya que se han cumplido 80 años desde el fallecimiento de estos autores universales. Desde la primera semana de este 2017, el trabajo literario de algunos de los grandes de la literatura en español se encuentra digitalizado y a disposición de los lectores en la web www.bne.es, de la Biblioteca Nacio- nal de España. En España, la ley establece que una obra pasa a do- minio público 70 años después de la muerte de su au- tor. No obstante, esta norma sólo se aplica a los falleci- mientos posteriores a diciembre de 1987. Para el resto, los derechos caducan a los 80 años y un día. La BNE trabajó en la selección y digitalización de la obra de estos escritores dado que todos ellos comparten la fecha de su muerte: 1936, año en el que empezó la Guerra Civil española. Este conflicto bélico, que se prolongó hasta 1939 y dejó centenares de miles de muertos, fue también dra- mático a nivel literario, toda vez que afectó tanto a los partidarios de la República, el régimen constitucional, como a quienes se levantaron contra ella. Lorca, Valle-Inclán, Unamuno, Ramiro de Maeztu y Pedro Muñoz Seca, entre otros, engrosan ahora la lista de autores cuya obra puede ser consultada desde todo el mundo y de forma gratuita en la web de la BNE. En algún momento de sus vidas, todos estos escrito- res cruzaron el Atlántico para ir a América, bien de manera física, como Lorca o Valle-Inclán, bien a través de sus libros, que siguen siendo reeditados al día de hoy en muchos países latinoamericanos. Según el historiador y crítico literario de la Universi- dad de Zaragoza José Carlos Mainer, que asesoró a la BNE en la selección de autores, la Guerra Civil españo- la supuso una “catástrofe cultural” y “una sangrienta confrontación de simbologías antagónicas”. Las obras de Lorca, Valle-Inclán y Unamuno pasan a dominio público EFE MADRID

LAGE Valle-Inclán Unamuno pasan a dominio público · Gente tóxica, Bernardo Stamateas Fuente Eriginal Books Los ebooks más vendidos de la semana en Estados Unidos, América Latina

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Page: Books_1 Pub. date: Sunday, January 8 Last user: [email protected] Edition: 1st Section, zone: Libros, State Last change at: 12:46:58 January 5

6D DOMINGO 8 DE ENERO 2017Libros ELNUEVOHERALD.COM

E1

1. El asesinato de Pitágo-ras, Marcos Chicot

2. ¡Y tenía que ser mi jefe!,Norah Carter

3. ¡Y tenía que ser mi jefe!4, Norah Carter

4. Todo esto te daré, Dolo-res Redondo

5. En un rincón del alma,Antonia J. Corrales

6. ¡Y tenía que ser mi jefe!3, Norah Carter

7. ¡Y tenía que ser mi jefe!2, Norah Carter

8. La guardiana del ámbar,Freda Lightfoot

9. El Laberinto de los Espí-ritus, Carlos Ruiz Zafón

10. Al final del túnel, MiguelÁngel Casaú

11. Eso no estaba en milibro de Historia de España,Francisco García del Junco

12. Mientras te esperaba,Gema Samaro

13. La viajera del tiempo,Lorena Franco

14. De dioses, hombres ydemonios, Miguel ÁngelCasaú

15. Patria, Fernando Aram-buru

16. El caparazón de latortuga, Lola Mariné

17. Harry Potter y la piedrafilosofal, J. K. Rowling

18. La Biblia de barro, JuliaNavarro (Autor)

19. Domina los malditosphrasal verbs, Michael Len-nard

20. Gente tóxica, BernardoStamateas

Fuente Eriginal Books

Los ebooks más vendidos de la semana en Estados Unidos,América Latina y España

C on libros como Vultureffect o La autopista: Themovie, considerados por la crítica como doslibros-diferencia dentro del espacio narrativocubano, Jorge Enrique Lage (La Habana 1979)

ha devenido uno de nuestros mejores constructoresde fragmentos. Para atravesar su escritura le envia-mos algunas preguntas sobre su más reciente texto,Archivo, editado por Hypermedia el año pasado enMadrid… Un libro sobre el secreto y el delirio queproduce el secreto; sobre el “núcleo opaco” de laSeguridad.

Archivo puede leerse como una novela, un dia-rio, una reflexión política, una boutade… ¿Cómolee Jorge Enrique Lage Archivo?

También como una suerte de borrador. La cara B deun lado A donde había un libro que no pude o no supeo no quise escribir. Como dijo Barack Obama en sumemoir —no portátil sino best-seller—, “en principiomi intención fue escribir un libro muy diferente”.

Tu literatura asume lo pop como un engranajepsicodélico... En un país atravesado por testimo-nios y realismos malos como los de los años 70s,¿es lo pop/lo psicodélico una estrategia antitradi-ción? ¿Encuentras referentesen la literatura cubana quehayan avanzado por un ca-mino parecido al tuyo?

Dentro de la literatura cuba-na me interesaría, por ejemplo,el camino intransitable que vadesde los pósters y el couchéelectroshockeado dentro de lacabeza de Cabrera Infante,hasta las cajitas-collage y elneón de supermercado delúltimo García Vega.

En última instancia, eso quellamas pop/psicodélico es tam-bién un modo de testimoniarcosas, una forma de narrar larealidad. Yo no lo planteo es-tratégicamente, como reaccióna nada concreto; para mí hafuncionado más bien como unaespecie de catalizador, un me-canismo para desatascar tube-rías en la escritura.

Según un amigo común,Archivo es el “primer archivoliterario de la Seguridad delEstado cubana”. ¿Son compatibles, para ti, la ideade paranoia y clasificación?

Todo está relacionado. La paranoia sabe mucho dedossiers, hay un delirio-dossier. Archivo parte un pocode ahí. Quise escribir sobre el núcleo opaco del inte-rior del Ministerio del Interior, en plan de burla (esenúcleo, fuente de ensayos y testimonios, es una deudaen la ficción cubana contemporánea: hay que ir allí

donde lo dejó Reinaldo Arenas, hay que seguir con-tándolo). Quise escribir sobre Villa Marista —dondepasé mi Servicio Militar— como si fuera un decoradode ciencia-ficción; sobre órganos neoplásicos de inte-ligencia y recontrainteligencia, sobre agentes de laSeguridad del Estado haciendo cosas increíbles portodas partes. La Seguridad del Estado cubana vela enrealidad por la seguridad de un gobierno, un monolitode gobierno, y por tanto es una labor tan reñida con laentropía que siempre va a tener las narices pegadas alridículo, a la caricatura. En Archivo quise estirar esavisión. Y dándole una vuelta: la verdadera Seguridaddel Estado comienza cuando la Seguridad del Estadoque conocemos termine. Cuando los archivos por finse abran… no sabremos nada todavía.

Uno de los logros de Archivo, es que se aleja porcompleto de la tradición, de la estructura conven-cional, y se deja leer desde el simulacro. En tiem-pos en los que la literatura es performance, ¿tienesentido aún la escritura del pathos y la experien-cia?

Creo que sí. Lo importante son los contrasentidosque uno sea capaz de proponer.

Como te explicaba al principio, en Archivo hay unproyecto abortado. Otro libro que fue absorbido desdelas primeras páginas como un embrión absorbe a sugemelo. Yo quería manejar dos registros, uno similar a

lo que al final resultó y otro máspegado al pathos y a la experien-cia, con un ingrediente testimo-nial, no-ficción. Quería hablartambién de historias personales,familiares, desenterrar lo quealguna vez vi o escuché, agregarotras capas de memoria. Fue unpulso que no pude sostener entérminos de sintaxis literaria (olo que entiendo yo por eso), perosigo pensado que la idea era delo más buena.

Simulacro y performance noestán necesariamente en elflanco opuesto a la escritura dela experiencia. Es la práctica laque tiene que resolver esas cla-ves.

¿Qué conecta a este librocon anteriores como Vulturef-fect y La autopista: The movie?

Archivo fue una desconexión.Tiene la estructura de una lista,y como se lee en el libro: a laslistas negras, una vez empeza-das, no se les puede poner fin.

Introduje imágenes y motivos que fechaban lo queestaba narrando en tiempo real, para destacar el pro-ceso de la escritura sobre el “acabado”. Tuve hasta laidea de autopublicarme, lanzarlo como pdf-panfleto ainternet. No lo veía como “libro” sino como docu-mento autista o algo así. Pero luego, para mi sorpresa,Hypermedia lo acogió y lo puso a la venta en Amazon.Me dicen que incluso hay quien lo compra.

Jorge Enrique Lage,la memoria portátil

CARLOS A. AGUILERAEspecial/el Nuevo Herald

Foto de cortesía

JORGEENRIQUELAGE

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L as obras de escritores españoles como FedericoGarcía Lorca, Ramón María del Valle-Inclán oMiguel de Unamuno pasarán este 2017 a ser dedominio público ya que se han cumplido 80 años

desde el fallecimiento de estos autores universales.Desde la primera semana de este 2017, el trabajo

literario de algunos de los grandes de la literatura enespañol se encuentra digitalizado y a disposición de loslectores en la web www.bne.es, de la Biblioteca Nacio-nal de España.

En España, la ley establece que una obra pasa a do-minio público 70 años después de la muerte de su au-tor. No obstante, esta norma sólo se aplica a los falleci-mientos posteriores a diciembre de 1987. Para el resto,los derechos caducan a los 80 años y un día.

La BNE trabajó en la selección y digitalización de laobra de estos escritores dado que todos ellos compartenla fecha de su muerte: 1936, año en el que empezó laGuerra Civil española.

Este conflicto bélico, que se prolongó hasta 1939 ydejó centenares de miles de muertos, fue también dra-mático a nivel literario, toda vez que afectó tanto a lospartidarios de la República, el régimen constitucional,como a quienes se levantaron contra ella.

Lorca, Valle-Inclán, Unamuno, Ramiro de Maeztu yPedro Muñoz Seca, entre otros, engrosan ahora la listade autores cuya obra puede ser consultada desde todoel mundo y de forma gratuita en la web de la BNE.

En algún momento de sus vidas, todos estos escrito-res cruzaron el Atlántico para ir a América, bien demanera física, como Lorca o Valle-Inclán, bien a travésde sus libros, que siguen siendo reeditados al día de hoyen muchos países latinoamericanos.

Según el historiador y crítico literario de la Universi-dad de Zaragoza José Carlos Mainer, que asesoró a laBNE en la selección de autores, la Guerra Civil españo-la supuso una “catástrofe cultural” y “una sangrientaconfrontación de simbologías antagónicas”.

Las obras de Lorca,

Valle-Inclán y Unamuno

pasan a dominio público

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