8/19/2019 La Falsa Creencia Del Enemigo

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LA FALSA CREENCIA DEL ENEMIGO

Jamás dejes a un lado la sabiduría, que tu conocimiento sea superior a tu ignorancia.

Ve siempre a la par con el principio, así no te quedas relegado en el fin.

Delante de tu enemigo lo único que te interesa conocer es como derrotarlo.

Para eso, nunca hay que ser inferior en tal escenario.

Como guerrero debes estar a la altura de tales circunstancias conflictivas, sabiendo de antemano que molestarse en una pelea es sinónimo de perdida.

Si en una instancia de conflicto, siempre te sitúas por debajo del horizonte de la situación, lo más probable es que sientas el embarazo de una derrota perpetua.

Desconfía de tu hablar inapropiado.

Si lo que vas a decir no es interesante, no lo digas.

Es peligroso adentrarte en terrenos que no gozan de tu conocimiento.

Para exaltar la moral tienes que dar el ejemplo.

Adquiere la costumbre de no pelear con un enemigo que te supera en número.

Delante de tal rival, la prudencia ha de prevalecer.

Ponle sordera a tus oídos si lo que oyes son palabras tontas que tienen un alto grado disonante de desagrado y estupidez.

No esperes ser decapitado para reaccionar, debes ser capaz de hacerlo antes, aunque sea la última cosa que hagas.

Tus últimos instantes de vida tienen que ser una prueba fehaciente de tu habilidad y destreza.

Si tu espíritu es débil, tu enemigo lo percibirá y habrás caído sin tener oportunidad de levantarte.

Ni cuenta te darás del momento en que fue cortada tu cabeza.

Este hecho revela impericia en habilidades físicas y el manejo de las armas.

Si la indeterminación es recién y se acentúa de a poco con seguridad puede que pierdas no solo la pelea.

Ten valor, sólo siendo valiente dejarás de ser un cobarde.

El miedo te aleja de la determinación que necesitas para vencer a tu oponente.

Incluso, teniendo la cabeza en el filo de la espada de tu rival, el valor te dafuerzas para pelear con tu verdugo, así mueras en el intento de vencer.

Si te van a cortar la cabeza de un solo tajo, no dejes a un lado tu actitud valiente, muere con el valor apretado entre los dientes.

Y antes que dejes el plano terrenal ríete de aquel que te creyó cobarde.