119
M. Hashem Pesaran. 1987. Econometría. Artículo publicado en John Eatwell, Murray Milgate y Peter Newman; editores. 1987. The New Palgrave: A Dictionary of Economics. Londres: Macmillan: Tomo II, páginas 8-22. Traducción del Dr. Rafael Núñez Zúñiga, Facultad de Economía, UNAM, 2007. Índice 1. ¿Qué es la econometría?, 1 2. Primeros intentos de investigación cuantitativa en economía, 1 3. El nacimiento de la econometría, 3 4. Avances tempranos en los métodos econométricos, 5 5. Consolidación y desarrollos ulteriores, 6 6. Desarrollos recientes, 8 6.1 Expectativas racionales y la crítica de Lucas, 9 6.2 Macroeconometría ateórica, 10 6.3 Microeconometría, 10 6.4 Evaluación de modelos, 11 7. Resultados y perspectivas, 13 1

La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

M. Hashem Pesaran. 1987. Econometría. Artículo publicado en

John Eatwell, Murray Milgate y Peter Newman; editores. 1987.

The New Palgrave: A Dictionary of Economics. Londres:

Macmillan: Tomo II, páginas 8-22. Traducción del Dr. Rafael

Núñez Zúñiga, Facultad de Economía, UNAM, 2007.

Índice

1. ¿Qué es la econometría?, 1

2. Primeros intentos de investigación cuantitativa en economía, 1

3. El nacimiento de la econometría, 3

4. Avances tempranos en los métodos econométricos, 5

5. Consolidación y desarrollos ulteriores, 6

6. Desarrollos recientes, 8

6.1 Expectativas racionales y la crítica de Lucas, 9

6.2 Macroeconometría ateórica, 10

6.3 Microeconometría, 10

6.4 Evaluación de modelos, 11

7. Resultados y perspectivas, 13

Referencias bibliográficas, 14

1. ¿QUÉ ES LA ECONOMETRÍA?

1

Page 2: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

La econometría es una rama de la economía, rama que está

sufriendo un proceso de crecimiento acelerado y que, en términos

amplios, tiene por objetivo proporcionar contenido práctico a las

relaciones económicas, políticas y sociales. La palabra “econome-tría”

parece haber sido usada por primera vez por Pavel Ciompa en 1910,

aunque fue Ragnar Frisch, uno de los fundadores de la Sociedad

Econométrica, quien acuñó el término y lo estableció como símbolo de

una materia en el sentido en el que se emplea hoy (véase Frisch, 1939:

95). La econometría se puede definir de manera general como “la

aplicación de los métodos matemáticos y estadísticos al análisis de los

datos económicos”, políticos y sociales o, de forma más precisa, como lo

señalaron Samuelson, Koopmans y Stone (1954): “... Como el análisis

cuantitativo de fenómenos económicos (, políticos y sociales) reales,

basado en el desarrollo concurrente de la teoría y de la observación,

relacionadas mediante métodos de inferencia adecuados” (op. cit.: 142).

Otras descripciones similares de lo que implica la econometría se hallan

en los prefacios o en las introducciones de la mayoría de los textos de

econometría. Malinvaud (1966), por ejemplo, interpreta a la econometría

en términos amplios para incluir en ella “toda aplicación de los métodos

matemáticos o estadísticos al estudio de fenómenos económicos”(,

políticos y sociales). Christ (1966) considera que el objetivo de la

econometría es “la producción de afirmaciones económicas cuantitativas

2

Page 3: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

que expliquen el comportamiento de variables que ya hemos visto o que

predigan (es decir, pronostiquen) el comportamiento que no hemos

visto, o ambas cosas”. Chow (1983), en un libro más reciente, define

sucintamente a la econometría “como el arte y la ciencia de usar

métodos estadísticos para la medición de relaciones económicas” (,

políticas y sociales).

Al enfatizar los aspectos cuantitativos de los problemas económicos (,

políticos y sociales), la econometría llama a una “unificación” de la

medición y de la teoría en las disciplinas sociales. La teoría sin medición,

siendo básicamente una rama de la lógica, sólo puede tener relevancia

limitada para el análisis de los problemas económicos reales. Mientras

que la medición sin teoría, al estar desposeída de un marco de

referencia necesario para la interpretación de las observaciones

estadísticas, no es probable que produzca una explicación satisfactoria

del modo en que las fuerzas económicas (, políticas y sociales)

interactúan entre sí. Ni la “teoría” ni la “medición”, por cuenta propia,

resultan suficientes para avanzar nuestra comprensión de los

fenómenos económicos(, políticos y sociales). Frisch estaba

completamente consciente de la importancia de tal unificación para el

desarrollo a futuro de la disciplina económica completa y es el

reconocimiento de este hecho lo que está en el corazón de la

econometría. Esta perspectiva de la econometría se expone del modo

más elocuente en Frisch (1933A) en su comentario editorial y vale la

3

Page 4: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

pena citarlo en su totalidad: “... la econometría de ningún modo es lo

mismo que la estadística económica. Tampoco resulta idéntica a lo que

denominamos teoría económica general, aunque una porción

considerable de esta teoría tiene un carácter definitivamente

cuantitativo. Tampoco la econometría debería ser tomada como

sinónimo de la aplicación de la matemática a la economía. Nuestra

experiencia ha demostrado que cada uno de esos tres puntos de vista,

el de la estadística, el de la teoría económica y el de la economía

matemática es necesario para una comprensión real de las relaciones

económicas cuantitativas en la vida moderna. Lo poderoso es la

unificación de los tres puntos de vista y esta unificación es lo que

constituye la econometría.

Esta unificación es más necesaria ahora que en cualquier etapa previa

de la disciplina económica. La información estadística se está

acumulando en la actualidad a una tasa sin precedente. Pero ninguna

cantidad de información estadística, por más completa y exacta que sea,

puede por sí misma explicar los fenómenos económicos. Si no deseamos

perdernos en la abrumadora y monstruosa masa de datos estadísticos

que hoy está disponible, se requiere de la guía y ayuda de un poderoso

marco teórico de referencia. Sin él, será imposible realizar la

interpretación relevante y la coordinación de nuestras observaciones.

La estructura teórica que nos ayudará en esta situación debe, sin

embargo, ser más precisa, más realista y, en muchos aspectos, más

4

Page 5: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

compleja de lo que antes se podía. La teoría, al formular sus nociones

cuantitativas abstractas, debe inspirarse en gran medida con la técnica

de observación. Y los estudios estadísticos y de otros tipos prácticos

recientes deben ser el sano elemento perturbador que constantemente

amenace e inquiete al teórico y le evite descansar en algún conjunto de

supuestos heredado y obsoleto.

Esta mutua compenetración entre la teoría económica cuantitativa y la

observación es, precisamente, la esencia de la econometría” (Página 2).

Es debatible si otros miembros de la Sociedad Econométrica

compartieron la opinión de Frisch con el mismo grado de convicción e

incluso hoy no queda duda de que hay economistas que piensan que esa

opinión está mal concebida o es impráctica. Empero, en esta revisión

sigo a Frisch y considero la evolución de la econometría desde su punto

de vista.

2. PRIMEROS INTENTOS DE INVESTIGACIÓN CUANTITATIVA EN

ECONOMÍA.

El análisis aplicado en economía ha tenido una larga y fructífera historia,

cuyos orígenes pueden rastrearse hasta el trabajo de los aritméticos

5

Page 6: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

políticos del siglo XVI, como William Petty, Gregory King y Charles

Davenant. Los aritméticos políticos, conducidos por Sir William Petty,

fueron el primer grupo que usó de modo sistemático los hechos y las

cifras en sus estudios (véase, por ejemplo, Stone (1984) sobre los

orígenes de la contabilidad del ingreso nacional). A ellos les interesaban

sobre todo los problemas prácticos de su tiempo, mismos que iban

desde las cuestiones de los impuestos y del dinero hasta las del

comercio y de las finanzas internacionales. La característica más

distintiva de su enfoque era indudablemente cuantitativa y fue ello lo

que los diferenció del resto de sus contemporáneos. La aritmética

política, de acuerdo con Davenant (1698, Parte I: 2) era “el arte de

razonar, por medio de cifras, las cosas relacionadas con el gobierno”,

definición que tiene una asombrosa semejanza con lo que hoy podría

aseverarse acerca del análisis econométrico de la política. No obstante

que los aritméticos políticos estaban básica y comprensiblemente

preocupados por la medición estadística de los fenómenos económicos,

el trabajo de Petty y sobre todo el de King, tal vez representaron los

primeros ejemplos de un enfoque unificado entre lo cuantitativo y lo

teórico en la disciplina económica. Así es como Schumpeter, en su

Historia del análisis económico (1954), llegó a afirmar que las obras de

los aritméticos políticos ejemplifican a la perfección “lo que es la

econometría y lo que los econometristas tratan de lograr” (Schumpeter,

1954: 209).

6

Page 7: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

El primer intento de análisis económico cuantitativo se le atribuye a

Gregory King, quien es reconocido por un esquema de precios y

cantidades que representa la relación entre las deficiencias en las

cosechas de trigo y las variaciones asociadas en los precios de dicho

producto. Este esquema de demanda, por lo común conocido por el

nombre de la “ley de Gregory King”, fue publicado por Charles Davenant

en 1699. Los datos de King son notables no sólo porque resultan ser los

primeros de su tipo, sino también porque generan un ajuste perfecto,

con una regresión cúbica, de los cambios en las cantidades sobre los

cambios en los precios, tal como posteriormente descubrieron, de

manera independiente, Whewell (1850), Wicksteed (1889) y Yule (1915).

Una interesante explicación acerca de los orígenes y naturaleza de la

“ley de King”, la ofrece Creedy (1985).

Otra consideración importante en el trabajo aplicado de King y otros en

este período inicial parece haber sido el descubrimiento de “leyes” en la

disciplina económica, semejantes a las de la física y otras ciencias

naturales. Esta búsqueda de leyes económicas tuvo, y en gran medida

todavía tiene, sus raíces en el deseo de ofrecerle a la disciplina

económica el estatus que Newton logró darle a la física. Ello, a su vez, se

reflejó en la adopción consciente de la investigación aplicada en la

disciplina económica. La revolución de Newton en física y la filosofía del

“determinismo físico” que vino a ser aceptada, por lo general, como

resultado de la primera, tuvo consecuencias de largo alcance para el

7

Page 8: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

método así como para los objetivos de la investigación en la disciplina

económica. La naturaleza incierta de las relaciones económicas sólo

comenzó a ser considerada por completo con el nacimiento de la

estadística moderna a finales del siglo diecinueve y a medida que más

observaciones estadísticas sobre variables económicas empezaron a

aparecer. La ley de King, por ejemplo, fue considerada en términos

favorables por casi dos siglos antes de que fuera criticada por Ernest

Engel hacia 1861 en un estudio de la demanda por centeno en Prusia

(véase Stigler, 1954, pág. 104).

El desarrollo de la teoría estadística en manos de Galton, Edgewort y

Pearson fue adoptado en la disciplina económica con velocidad y

diligencia. Las primeras aplicaciones del análisis de correlación simple

en la disciplina económica parecen haber sido efectuadas por Yule

(1895, 1896) respecto a la relación entre la pobreza y el método de

aportar ayuda, así como por Hooker (1901) respecto a la relación entre

la tasa de matrimonio y el nivel general de prosperidad en el Reino

Unido, medido a través de una serie de indicadores económicos tales

como las importaciones, las exportaciones y el movimiento de los

precios de trigo. En sus aplicaciones, Hooker muestra estar claramente

consciente de las limitaciones del método del análisis de correlación, en

especial cuando se usan series económicas de tiempo y comienza su

contribución con una importante advertencia que sigue teniendo un

peso directo sobre el modo en que la econometría se practica hoy: “La

8

Page 9: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

aplicación de la teoría de la correlación a los fenómenos económicos,

con frecuencia presenta muchos obstáculos más especialmente donde el

elemento de tiempo está implícito y, por ello, de ninguna forma se sigue

que un alto coeficiente de correlación sea una prueba de la conexión

causal entre dos variables o que un coeficiente bajo debe ser

interpretado como demostración de que no existe dicha vinculación”

(pág. 485).

También es importante observar que Hooker parece haber sido el

primero en usar los desfases de tiempo y los métodos de eliminación de

tendencia en la disciplina económica para cumplir con el propósito

específico de evitar problemas de correlación espúrea u oculta en series

de tiempo que, después, fueron destacados y analizados por Yule

(1926).

Benini (1907), el estadígrafo italiano, en opinión de Stigler (1954) fue el

primero en usar el método de regresión múltiple dentro de la disciplina

económica. Él estimó una función de demanda por café en Italia como

una función de los precios de este producto y del azúcar. Empero, como

observó Stigler (1954, 1962) y en forma más reciente detalló Christ

(1985), fue Henry Moore (1914, 1917) quien fue el primero en poner a la

estimación estadística de las relaciones económicas en el centro del

análisis cuantitativo en la disciplina económica. A través de sus

incesantes esfuerzos, así como de los de sus discípulos y seguidores

Paul Douglas, Henry Schultz, Holbrook Working, Fred Waugh y otros,

9

Page 10: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Moore creó efectivamente los fundamentos de la “economía

estadística”, la disciplina precursora de la econometría. Sin embargo, el

propio trabajo de Moore estuvo vinculado a su tratamiento más

caballeresco sobre las bases teóricas de sus regresiones y, por lo tanto,

fue dejado a otros proporcionar un marco de referencia teórico y

estadístico más satisfactorio para realizar el análisis de datos

económicos. El libro monumental de Schultz, La teoría y la medición de

la demanda (1938), en Estados Unidos, junto con el de Allen y Bowley,

Gasto familiar (1935), en el Reino Unido, así como las obras pioneras de

Lenoir (1913), Wright (1915, 1928), Working (1927), Tinbergen (1930) y

Frisch (1933b) sobre el problema de la “identificación”, representaron

avances decididos hacia ese objetivo. El libro de Schultz fue notable por

el modo en que pensó unificar la teoría con la medición en el análisis de

la demanda; mientras que la obra sobre el problema de la identificación

[econométrica] resaltó la importancia de la “estimación estructural” en

econometría y fue un factor crucial en los desarrollos subsecuentes de

los métodos econométricos bajo los auspicios de la Comisión Cowles

para la Investigación en Economía de Estados Unidos.

La investigación empírica inicial en la disciplina económica de ninguna

manera estuvo confinada al análisis de la demanda. Otra zona

importante fue la investigación sobre los ciclos económicos, la cual

efectivamente proporcionó las bases para el desarrollo posterior en

análisis de series de tiempo y la construcción de modelos

10

Page 11: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

macroeconométricos así como su uso para efectos de pronóstico. A

pesar de que, gracias al trabajo de Sir William Petty y de otros escritores

pioneros, los economistas han estado conscientes de la existencia de

ciclos en las series económicas de tiempo, no fue sino hasta principios

del siglo diecinueve que el fenómeno de los ciclos económicos comenzó

a atraer la atención que merece. (Un interesante relato de los primeros

desarrollos en el análisis de las series económicas de tiempo lo ofrecen

Nerlove, Grether y Carvalho, 1979). Clement Juglar (1819-1905), el

médico francés que se volvió economista, fue el primero en usar de

modo sistemático datos en series de tiempo con el propósito específico

de estudiar los ciclos económicos y está considerado el descubridor de

un ciclo de inversión de alrededor de 7 a 11 años de duración,

comúnmente conocido como el ciclo de Juglar. Otros economistas. Como

Kitchin, Kuznets y Kondratieff, siguieron la obra de Juglar y descubrieron

el ciclo de inventarios (de 3 a 5 años de duración), el ciclo del sector de

la construcción (de 15 a 25 años de duración), y la onda larga (de 45 a

60 años de duración), respectivamente. El énfasis de esta investigación

inicial fue en la morfología de los ciclos y la identificación de las

periodicidades. Poca atención se prestó a la cuantificación de las

relaciones que podrían subyacer a los ciclos. En realidad, los

economistas que trabajaron en la Oficina Nacional de Investigación

Económica, en Estados Unidos, bajo la dirección de Wesley Mitchell,

consideraron que cada ciclo económico era un fenómeno único y, por lo

11

Page 12: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

tanto, se rehusaron a usar métodos estadísticos excepto en forma no

paramétrica y exclusivamente para fines descriptivos (véase por

ejemplo Mitchell, 1928, así como Burns y Mitchell, 1947). Esta visión de

la investigación en ciclos económicos se puso en claro contraste con el

enfoque de Frisch y Tinbergen y culminó con el famoso intercambio

metodológico entre Tjalling Koopmans y Rutledge Vining acerca de los

roles de la teoría y de la medición en la disciplina económica aplicada en

general y en la investigación sobre ciclos económicos en particular. (Este

intercambio apareció en la Review of Economics and Statistics, agosto

de 1947 y mayo de 1949).

3. EL NACIMIENTO DE LA ECONOMETRÍA

Aunque, como expliqué antes, el análisis económico cuantitativo ya

tiene tres siglos de antigüedad, la econometría como rama reconocida

en la disciplina económica sólo comenzó a surgir en las décadas de 1930

y 1940 con la creación de la Sociedad Econométrica y de la Comisión

Cowles de Investigación Económica, en Estados Unidos, así como del

Departamento de Economía Aplicada (DAE), dirigido por Richard Stone,

en el Reino Unido. (Una narración paso a paso y muy amena sobre la

fundación de las primeras dos organizaciones puede ser encontrada en

Christ (1952, 1983), mientras que la historia del DAE está descrita en

12

Page 13: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Stone, 1978). Las razones del paso de más de dos siglos entre el trabajo

pionero de Petty y el reconocimiento de la econometría como una rama

de la disciplina económica son complejas y es posible que se

comprendan mejor en conjunción con, y a la luz de, las historias del

desarrollo de la teoría económica, la contabilidad del ingreso nacional, la

estadística matemática y la computación. Tal tarea claramente va más

allá de los objetivos de este trabajo. Sin embargo, una cosa resulta

evidente: dada la naturaleza multidisciplinaria de la econometría,

hubiese sido altamente improbable que hubiera aparecido como una

rama seria de la disciplina económica si no hubiese sido por el desarrollo

casi sincronizado de la economía matemática y las teorías sobre la

estimación y la inferencia estadística a fines del siglo diecinueve y la

parte inicial del siglo veinte. (Una interesante descripción de la historia

de los métodos estadísticos puede hallarse en Kendall, 1968).

De los cuatro componentes de la econometría, a saber, la teoría a

priori, los datos, los métodos econométricos y las técnicas de cómputo,

fue, y hasta una medida muy grande todavía lo es, el problema del

método econométrico el que ha llamado casi toda la atención. El primer

debate importante con relación al método econométrico se desarrolló

respecto al grado de aplicación del cálculo de probabilidades y de la

recién establecida teoría muestral de R. A. Fisher al análisis de los datos

económicos. Como Morgan (1986) explicó con cierto detalle, antes de la

década de 1930 la aplicación de las teorías matemáticas de la

13

Page 14: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

probabilidad a los datos económicos era rechazada por la mayoría de los

economistas, independientemente de si estaban interesados en la

investigación del análisis de la demanda o de los ciclos económicos.

Inclusive Frisch era muy escéptico sobre el valor de la teoría muestral y

de las pruebas de significancia estadística en econometría. No obstante,

su objeción al uso de pruebas de significancia estadística no estaba

fundada en las razones epistemológicas que se encontraban detrás de

las críticas a la econometría formuladas por Robbins y Keynes. No, Frisch

estaba más preocupado por los problemas de multicolinealidad y por los

errores de medición que él creía, junto con muchos otros, que afectaban

a todas las variables económicas observadas en condiciones

experimentales no controladas. Al llamar la atención sobre la

determinación ficticia creada por los errores aleatorios en las

observaciones estadísticas, Frisch (1934) lanzó un severo ataque al

análisis de regresión y correlación que sigue siendo válido tanto ahora

como entonces. Con su característica claridad y arrojo, Frisch afirmó:

“Como una cuestión de hecho, creo que una parte sustancial de los

análisis de regresión y de correlación que se han efectuado con datos

económicos en los años recientes carece totalmente de sentido por esta

misma razón [los errores de medición aleatorios]” (1934: 6).

Para poder manejar este problema de los errores de medición, Frisch

desarrolló su análisis de confluencia y el método de los “mapas de

conglomerados”. Aunque su método fue usado por algunos

14

Page 15: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

econometristas, sobre todo Tinbergen (1939) y Stone (1945), no

encontró mucho favor de parte de toda la profesión. Esto se debió,

primero, a la naturaleza indeterminada del análisis de confluencia y,

segundo, a las racionalizaciones probabilísticas alternativas del análisis

de regresión que fueron especificadas por Koopmans (1932) y Haavelmo

(1944). Koopmans propuso una síntesis de los dos enfoques a la

estimación de relaciones económicas, es decir, el enfoque de errores en

las variables de Frisch y el enfoque de errores en las ecuaciones de

Fisher, usando el marco de referencia de la verosimilitud; así, rechazó la

idea prevaleciente en ese tiempo respecto a que la presencia de errores

de medición, por sí misma, invalida la aplicación de la “teoría muestral”

al análisis de los datos económicos. En sus propias palabras: “Es

convicción del autor que lo esencial de la crítica de Frisch al uso de la

especificación de Fisher en el análisis económico también puede

formularse y ejemplificarse a partir del esquema conceptual y de la

terminología de la teoría muestral, por lo que esta investigación es un

intento de hacer precisamente eso (Koopmans, 1937: 30). La

formulación del modelo de errores en las variables en términos de un

modelo probabilístico no significó, pese a ello, que las críticas de Frisch

contra el análisis de regresión no fueran importantes o que pudieran ser

ignoradas. Lo opuesto resultó ser exactamente el caso. La formulación

probabilística ayudó a concentrar la atención en las razones de la

indeterminación de la solución al problema propuesta por Frisch.

15

Page 16: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Además mostró que sin contar con alguna información a priori o previa,

por ejemplo, respecto a la importancia relativa de los errores de

medición en diferentes variables, no sería posible una solución

determinada al problema de estimación paramétrica. Lo importante y

totalmente novedoso de la contribución de Koopmans fue el hecho de

que demostró las características de las relaciones económicas incluso en

circunstancias donde se requerían, por la naturaleza específica de los

datos económicos, desviaciones fundamentales respecto al marco de

referencia tradicional de la regresión.

Sin embargo, Koopmans no enfatizó la cuestión más amplia del uso de

modelos estocásticos en econometría. Fue Haavelmo quien explotó la

idea por completo y forzosamente defendió un enfoque probabilístico

explícito para la estimación y prueba de hipótesis con referencia a las

relaciones entre variables económicas. En su artículo clásico, publicado

como suplemento de Econométrica en 1944, Haavelmo defendió al

enfoque probabilístico con base en dos cuestiones: primera, afirmó que

el uso de medidas estadísticas, como las medias aritméticas, los errores

estándar y los coeficientes de correlación, para propósitos de inferencia

estadística, se justifica sólo si el proceso que genera los datos puede ser

esquematizado en términos de un modelo probabilístico: “Porque

ninguna herramienta desarrollada en la teoría estadística tiene

significado –excepto, tal vez, para propósitos descriptivos– sin ser

referida a algún esquema estocástico” (Haavelmo, 1944: iii). Segunda, el

16

Page 17: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

autor afirmó que el enfoque probabilístico, lejos de tener aplicación

limitada a datos económicos, debido a su generalidad es, de hecho,

particularmente adecuado para el análisis de observaciones

“dependientes” y “no homogéneas”, mismas que con frecuencia están

presentes en la investigación económica. Haavelmo estaba convencido

de que lo que se necesitaba era: “Suponer que todo el conjunto de, por

ejemplo, n observaciones, fuera considerado como una observación de n

variables (o un ‘punto muestral’) que sigue una ley de probabilidad

conjunta de n dimensiones, cuya existencia puede ser puramente

hipotética. Entonces uno puede probar hipótesis respecto de esta ley de

probabilidad conjunta, y obtener inferencias acerca de su forma posible,

a través de un punto muestral (en n dimensiones)” (Haavelmo, 1944: iii).

Aquí el autor en cuestión usa el concepto de distribución probabilística

conjunta como herramienta de análisis y no necesariamente como una

representación de la “realidad”. El modelo probabilístico es considerado

como una abstracción conveniente que tiene el objetivo de comprender

o explicar o predecir eventos del mundo real. Empero, no se afirma que

ese modelo representa a la realidad en todos sus detalles. Para proceder

a realizar análisis cuantitativo en cualquier esfera científica, incluida la

economía, es inevitable contar con cierto grado de formalización y el

modelo probabilístico es una de tales formalizaciones. Por supuesto,

esta perspectiva no evita muchos de los problemas epistemológicos que

se encuentran alrededor del concepto de “probabilidad” en cualquiera

17

Page 18: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

de sus variados sentidos (subjetiva, frecuencial, lógica, etcétera), donde

el término ha sido usado, ni pretende evitarlos. Tal como afirma el

propio Haavelmo (1944: 43): “La pregunta no es si existen las

probabilidades o no sino –si procedemos como si existieran– si somos

capaces de realizar afirmaciones acerca de fenómenos reales que son

“correctas para todo propósito práctico”.

El atractivo del modelo probabilístico como un método de abstracción

se deriva de su generalidad y de su flexibilidad, así como del hecho de

que no existe una alternativa viable disponible.

La contribución de Haavelmo también fue importante porque

constituyó la primera defensa sistemática contra las muy influyentes

críticas de J. M. Keynes (1939) a la investigación pionera de Tinbergen

en materia de ciclos económicos y modelística macroeconométrica. El

objetivo de esa investigación de Tinbergen era doble: Primero, mostrar

cómo un modelo macroeconométrico podía construirse para después

usarlo en simulación y en evaluación de políticas económicas

(Tinbergen, 1937). Segundo, “someter a pruebas estadísticas algunas de

las teorías que habían sido adelantadas respecto al carácter y causas de

las fluctuaciones cíclicas en la actividad económica” (Tinbergen, 1939:

11). Tinbergen supuso un papel bastante limitado para el o la

econometrista en el proceso de someter a las teorías económicas a

pruebas estadísticas y afirmó que era responsabilidad del o de la

“economista” especificar las teorías a ser sometidas a pruebas

18

Page 19: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

estadísticas. Observaba, igualmente, que el papel del o de la

econometrista era pasivo puesto que consistía en estimar los

parámetros de una relación económica ya especificada por el o la

economista sobre antecedentes a priori o previos. Por lo que respecta a

los métodos estadísticos, Tinbergen usó, de modo complementario, el

método de regresión y el método de análisis de confluencia propuesto

por Frisch. Aunque Tinbergen discutió los problemas de la determinación

de los desfases de tiempo, de la estabilidad estructural y de la selección

de formas funcionales, no adelantó ninguna metodología para su

tratamiento. En breve, Tinbergen enfocó el problema de probar teorías

desde una posición metodológica bastante débil. Keynes observó estas

debilidades y las atacó con su introspección característica (Keynes,

1939). Una gran parte de la revisión de Keynes estaba, de hecho,

interesada en las dificultades técnicas asociadas con la aplicación de los

métodos estadísticos a los datos económicos. Aparte de los problemas

de las observaciones “dependientes” y “no homogéneas” antes

mencionadas, Keynes también enfatizó los problemas de mala

especificación del modelo, multicolinealidad, forma funcional,

especificación dinámica, estabilidad estructural, así como las dificultades

asociadas con la medición de variables teóricas. Ante estas dificultades

técnicas y las advertencias previas de Keynes respecto a la

“generalización inductiva”, propuestas en su Tratado sobre probabilidad

(1921), no resulta sorprendente que Keynes centrara su ataque contra el

19

Page 20: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

intento de Tinbergen por probar teorías acerca de los ciclos económicos

y que casi ignorara por completo la importancia práctica del trabajo de

Tinbergen sobre la construcción de modelos econométricos y el análisis

de las políticas económicas (para mayores detalles, véase Pesaran y

Smith, 1985A).

En su propia revisión sobre la obra de Tinbergen, Haavelmo reconoció

la carga principal de las críticas a Tinbergen por Keynes y otros autores,

y afirmó que era necesario que se consideraran estas críticas dentro de

un marco de referencia estadístico general. Como hemos visto, la

respuesta de Haavelmo, a pesar de las opiniones expresadas por Keynes

y otros autores, fue apoyarse más, y no menos, en el modelo

probabilístico como la base de la metodología econométrica. Los

problemas técnicos observados por Keynes y otros autores podrían ser

entonces tratados de una manera sistemática a través de modelos

probabilísticos formales. Una vez que se especificara el modelo

probabilístico, podría obtenerse una solución a los problemas de

estimación paramétrica y de inferencia estadística mediante los

métodos clásicos o los Bayesianos. Por lo tanto, quedaba poco frente al

avance de un rápido desarrollo de los métodos econométricos.

4. AVANCES TEMPRANOS EN LOS MÉTODOS ECONOMÉTRICOS

20

Page 21: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

La contribución de Haavelmo marcó el principio de una nueva era en

econometría y limpió el camino hacia un rápido desarrollo de la

econometría a ambos lados del Atlántico. El método de verosimilitud

pronto se convirtió en una importante herramienta de estimación

paramétrica y de inferencia estadística, aunque inicialmente fue usado

sobre todo en la Comisión Cowles, donde el propio Haavelmo había

estado un corto período como investigador asociado.

La primera ruptura importante llegó con una solución formal al

problema de identificación econométrica que ya había sido formulada

por E. Working (1927). Al definir el concepto de “estructura” en términos

de la distribución de las observaciones de probabilidad conjunta,

Haavelmo (1944) presentó un concepto muy general acerca de la

identificación econométrica y obtuvo las condiciones necesarias y

suficientes para la identificación del sistema de ecuaciones completo,

incluyendo los parámetros de la distribución probabilística de las

perturbaciones estocásticas. Aunque general, su solución fue bastante

difícil de ser aplicada en la práctica. Koopmans, Rubin y Leipnik, en un

trabajo presentado en una conferencia organizada por la Comisión

Cowles en 1945, usaron el término “identificación” por vez primera en

econometría y aportaron las hoy conocidas condiciones de orden y

rango para la identificación de una sola ecuación en un sistema de

ecuaciones lineales simultáneas. La solución al problema de

identificación propuesta en Koopmans (1949) así como en Koopmans,

21

Page 22: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Rubin y Liepnik (1950), se obtuvo en el caso donde existen restricciones

lineales a priori [es decir, aportadas por la teoría económica] sobre los

parámetros estructurales. Ellos obtuvieron las condiciones de orden y

rango para la identificación de una sola ecuación perteneciente a un

sistema de ecuaciones completo sin referencia a la manera en que las

variables del modelo se clasifican en endógenas y exógenas. Otras

soluciones al problema de la identificación, que también permiten

restricciones sobre los elementos de la matriz de varianzas y

covarianzas de las perturbaciones estructurales, fueron ofrecidas

después por Wegge (1965) y por Fisher (1966). Una revisión completa

de algunos de los desarrollos más recientes en este tema pueden

encontrarse en Hsiao (1983).

Hablando en términos generales, se dice que un modelo está

identificado si todos sus parámetros estructurales pueden obtenerse a

partir del conocimiento de su distribución probabilística conjunta

subyacente. En el caso de los modelos de ecuaciones simultáneas que

prevalecen en econometría, la solución al problema de identificación

depende de si existe un número suficiente de restricciones a priori para

obtener los parámetros estructurales a partir de los parámetros de la

forma reducida del sistema en cuestión. Aunque el propósito del modelo

y el foco de atención del análisis en explicar las variaciones de algunas

variables en términos de las variaciones no explicadas de las otras

variables es una consideración importante, en última instancia la

22

Page 23: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

especificación de un mínimo número de restricciones de identificación

fue visto por los investigadores de la Comisión Cowles como la función y

la responsabilidad de la “teoría económica”. Esta actitud fue mucho muy

reminiscente respecto al enfoque adoptado antes por Tinbergen sobre

su investigación del ciclo de negocios: la función de la teoría económica

era proporcionar la especificación del modelo econométrico y la de la

econometría era aportar métodos estadísticos óptimos para la

estimación de los parámetros estructurales de un sistema de ecuaciones

simultáneas estocásticas especificado a priori.

Al principio, bajo la influencia de la contribución de Haavelmo, se puso

énfasis en el método de estimación por máxima verosimilitud (MV)

debido a que era el que generaba estimaciones consistentes. Koopmans

y otros autores (1950) propusieron el “método de máxima verosimilitud

para conservar toda la información”, conocido más comúnmente como

el método de Máxima Verosimilitud con Información Completa (MVIC) y

Anderson y Rubin (1949), con base en una idea de M. A. Girshick,

desarrollaron el método de Máxima Verosimilitud con Información

Limitada (MVIL). Ambos métodos se apoyan en la distribución

probabilística conjunta de las variables endógenas y generan

estimaciones paramétricas consistentes, donde el primero utiliza todas

las restricciones a priori disponibles y el segundo sólo aquéllas

relacionadas con la ecuación que se está estimando. Pronto aparecieron

otros métodos de estimación menos estrictos en términos

23

Page 24: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

computacionales, tanto para la estimación totalmente eficiente de un

sistema de ecuaciones completo como para la estimación de una sola

ecuación perteneciente a un sistema de ecuaciones. El procedimiento

denominado Mínimos Cuadrados Bietápicos (MC2E), que implica un

orden de magnitud de cómputo parecido al del método mínimo

cuadrático, fue propuesto en forma independiente tanto por Theil (1954,

1958) como por Basmann (1957). Más o menos en ese mismo tiempo, el

método de variables instrumentales (VI), que había sido desarrollado

una década antes por Reiersol (1941, 1945) y por Geary (1949) para

estimar modelos de errores en las variables, fue aplicado por Sargan

(1958) a la estimación de modelos en ecuaciones simultáneas.La

principal contribución de Sargan consistió en proporcionar una técnica

asintóticamente eficiente para utilizar instrumentos excedentes en la

aplicación del método VI a problemas econométricos. Una clase de

estimadores relacionados, conocidos como los estimadores de la clase k,

también fueron propuestos por Theil (1961). Los métodos para estimar

sistemas de ecuaciones completos que fueran menos complicados que

el método MVIL también comenzaron a aparecer en las revistas

especializadas. Ellos incluyeron al método Mínimos Cuadrados

Trietápicos (MC3E) elaborado por Zellner y Theil (1962); el método de

variables instrumentales iterativos (VII), basado en el trabajo de

Lyttkens (1970), Brundy y Jorgenson (1971), Dhrymes (1971); y los

estimadores de la clase k para sistemas (CkS) aportados por Srivastava

24

Page 25: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

(1971) y Savin (1973). Una síntesis interesante sobre distintos

estimadores para sistemas en ecuaciones simultáneas fue

proporcionada por Hendry (1976). Las obras sobre estimación de

modelos en ecuaciones simultáneas son numerosas y siguen

apareciendo. Se han hecho importantes contribuciones en las áreas de

estimación de modelos simultáneos no lineales, el modelo de regresión

para ecuaciones aparentemente no relacionadas propuesto por Zellner

(1962) y los modelos de expectativas racionales simultáneas, mismos

que son explicados con más detalle después. Los estudios recientes se

han enfocado también a trabajar con las propiedades muestrales finitas

de los estimadores alternativos en el modelo de ecuaciones simultáneas.

Quienes estén interesados deben consultar las definiciones respectivas

en Eatwell, Milgate y Nerlove; editores, 1987, o los excelentes artículos

de síntesis, elaborados por Hausman (1983), Amemiya (1983) y Phillips

(1983).

Aunque la iniciativa de la Comisión Cowles condujo a una rápida

expansión de las técnicas econométricas, su aplicación a problemas

económicos concretos fue bastante lenta. Esto se debió, en parte, a una

falta de aparatos de computación adecuados pero una razón más

fundamental fue el énfasis de toda la Comisión Cowles en el problema

de simultaneidad, al punto de que casi se excluyó por completo el

análisis de otros problemas que ya se sabía que afectaban al análisis de

regresión. Desde las primeras aplicaciones del análisis de correlación a

25

Page 26: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

los datos económicos, efectuadas por Yule y Hooker, el factor más

importante que explica el escepticismo de la profesión respecto al valor

del análisis de regresión en la disciplina económica fue la llamada

dependencia serial en las series económicas de tiempo y el problema de

la correlación espúrea al cual habría dado lugar. Una solución

satisfactoria al problema de la correlación espúrea, por lo tanto, se

necesitaba antes de que el análisis de regresión para series económicas

de tiempo pudiera ser tomado en serio. La investigación en este

importante tópico comenzó a mitad de la década de 1940 bajo la

dirección de Richard Stone en el Departamento de Economía Aplicada

(DAE) de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, como parte de una

investigación más amplia acerca de la medición y análisis del gasto en

consumo del Reino Unido (véase Stone y otros autores, 1954A). Stone

había iniciado este trabajo durante la guerra de 1939-1945 en el

Instituto Nacional de Investigación Económica y Social. Aunque los

primeros pasos para resolver el problema de la correlación espúrea ya

habían sido dados por Aitken (1934/35) y Champernowne (1948), la

investigación en el DAE presentó el problema, y su posible solución, a

los economistas prácticos. Orcutt (1948) estudió el patrón de

autocorrelación de series económicas de tiempo y demostró que la

mayoría de este tipo de series se puede representar mediante procesos

autorregresivos simples con coeficientes de regresión similares,

resultado que fue un precursor importante para el trabajo de Zellner y

26

Page 27: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Palm (1974) que se explica después. Subsecuentemente, en un artículo

clásico, Cochrane y Orcutt (1949) señalaron la importancia de reconocer

que la consideración fundamental en el análisis de series de tiempo

estacionarias era la autocorrelación del término de perturbación

estocástica estimado o error en la ecuación de regresión, y no la

autocorrelación de la propia serie económica de tiempo en cuestión. De

esta forma, cambiaron el centro de atención a la autocorrelación de las

perturbaciones estocásticas como la principal fuente de interés. En

segundo lugar, propusieron su propio método iterativo, hoy bien

conocido, para calcular los coeficientes de regresión bajo el supuesto de

que los errores de regresión siguen un proceso autorregresivo de primer

orden.

Otro desarrollo importante y relacionado, en el DAE, fue el trabajo de

Durbin y Watson (1950, 1951) sobre el método para probar la

autocorrelación residual en el modelo de regresión clásico. La nueva

propuesta inferencial para probar la existencia o no de correlación serial

en el caso de datos observados en series de tiempo, ya había sido

sugerida en von Neumann (1941) y en Hart y von Neumann (1942).

Empero, la aportación de Durbin y Watson fue esencial desde un punto

de vista práctico porque generó una prueba de límites para la

autocorrelación serial, que puede aplicarse sin importar los valores

reales de los regresores.La independencia de los límites críticos para el

estadístico Durbin Watson en la matriz de regresores permitió la

27

Page 28: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

aplicación del estadístico como una prueba de diagnóstico general, la

primera en su tipo dentro de la econometría. Las contribuciones de

Cochrane y Orcutt y de Durbin y Watson, bajo la dirección de Stone,

marcaron el inicio de una nueva etapa en el análisis de datos

económicos en series de tiempo y sentaron la base de lo que ahora se

conoce como el enfoque econométrico de series de tiempo.La

independencia de los límites críticos para el estadístico Durbin Watson

en la matriz de regresores permitió la aplicación del estadístico como

una prueba de diagnóstico general, la primera en su tipo dentro de la

econometría. Las contribuciones de Cochrane y Orcutt y de Durbin y

Watson, bajo la dirección de Stone, marcaron el inicio de una nueva

etapa en el análisis de datos económicos en series de tiempo y sentaron

la base de lo que ahora se conoce como el enfoque econométrico de

series de tiempo.

La importancia de la investigación en el DAE [Departamento de

Economía Aplicada, siglas en inglés] no se confinó al desarrollo de

métodos econométricos. El trabajo de Stone sobre los sistemas de gasto

lineal representó uno de los primeros intentos de usar la teoría de modo

directo y explícito en la investigación econométrica aplicada. Esto fue un

evento importante. Antes, la teoría económica tenía que ser usada a

todo lo ancho y largo de la investigación aplicada sólo de manera

indirecta y como un método general de decidir sobre la lista de variables

a ser incluidas en los modelos de regresión y, de manera ocasional, de

28

Page 29: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

asignar signos a los parámetros del modelo [estática comparativa]. (Para

una excepción notable, véase Marschak y Andrews, 1944). En su trabajo

seminal, que apareció en The Economic Journal, Stone (1954b) hizo una

ruptura significativa con esta tradición y usó a la teoría no como un

substituto del sentido común, sino como un marco de referencia formal

para obtener restricciones “comprobables” sobre los parámetros del

modelo empírico. Esto resultó un avance destacado hacia la unificación

formal de la teoría y la medición demandada por Frisch y buscada

previamente por Schultz.

5. CONSOLIDACIÓN Y DESARROLLOS ULTERIORES

El trabajo en la Comisión Cowles sobre la identificación y la estimación

del modelo en ecuaciones simultáneas y el desarrollo de técnicas

adecuadas para manejar el problema de la regresión espúrea en el DAE

abrió el camino a su amplia aplicación a los problemas económicos. Esto

fue apoyado en forma significativa por la rápida expansión de las

computadoras, la aceptación generalizada de la teoría keynesiana y la

disponibilidad aumentada en materia de datos estadísticos en series de

tiempo para las cuentas de ingreso nacional. Como dijo Klein (1971): «la

teoría keynesiana estaba, sencillamente, “pidiendo” ser vaciada en un

molde empírico» (p. 416). La versión IS-LM de la teoría keynesiana

proporcionó un marco de referencia flexible y conveniente para la

construcción de los modelos macroeconómicos para una diversidad de

29

Page 30: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

propósitos, desde los pedagógicos, los de pronósticos a corto y mediano

plazo, hasta la evaluación de políticas. En vista de las críticas de Keynes

a la econometría, tal vez sea irónico que su teoría macroeconómica

viniera a jugar un papel tan central en el avance de la econometría en

general y en el de la modelística macroeconométrica en particular.

Inspirado por la teoría keynesiana y por la obra pionera de Tinbergen,

Klein (1947, 1950), fue el primero en construir un modelo

macroeconométrico en la tradición de la Comisión Cowles. Pronto otros

autores siguieron la guía de Klein: ejemplos notables de modelos

macroeconométricos iniciales incluyen el modelo Klein-Goldberger y el

modelo Brookings- SSRC para la economía estadunidense así como el

modelo de la Escuela de Negocios de Londres y el modelo del Proyecto

Crecimiento de la Universidad de Cambridge para la economía del Reino

Unido. Durante un breve espacio de tiempo se construyeron modelos

macroeconométricos para casi todos los países industrializados e incluso

para algunas economías subdesarrolladas y economías de planificación

centralizada. Los modelos macroeconométricos se convirtieron en una

herramienta importante para el pronóstico ex ante y para el análisis de

política económica y comenzaron a crecer tanto en tamaño como en

nivel de sofisticación. El ambiente económico relativamente estable de

las décadas de 1950 y 1960 fue un factor importante del éxito inicial

disfrutado por los modelos macroeconométricos. Por supuesto, es una

cuestión distinta descubrir si el uso de modelos macroeconométricos en

30

Page 31: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

la formulación de políticas contribuyó a la estabilidad económica de este

lapso o no.

La construcción y utilización de modelos a gran escala presentó un

buen número de problemas computacionales importantes, cuya solución

fue de significación fundamental no sólo para el desarrollo de la

modelística macroeconométrica sino también para la práctica

econométrica general. En este aspecto, los avances en la tecnología de

cómputo fueron claramente instrumentales y es difícil imaginar cómo

podrían haberse resuelto sin ellos los complejos problemas de cómputo

implícitos en la estimación y simulación de modelos a gran escala. La

disponibilidad aumentada en materia de mejores y más veloces

computadoras fue también instrumental respecto a los tipos de

problemas estudiados y a los tipos de soluciones ofrecidas por la teoría

económica. Por ejemplo, los recientes desarrollos en el área de la

macroeconometría (véase la sección 6.3 más adelante) difícilmente

podrían haber sido posibles si no fuera por los muy importante avances

recientes en materia de computación.

No obstante, el desarrollo de modelos económicos para análisis de

política no quedó confinado a los modelos macroeconométricos. Los

modelos de insumo producto interindustriales que se originaron a partir

del trabajo seminal de Leontief (1936, 1941, 1951), y los modelos de

simulación microanalítica iniciados por Orcutt y sus colegas (1961),

fueron algunos de los otros enfoques determinantes que deberían

31

Page 32: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

mencionarse aquí. Empero, fue el surgimiento del interés en la

modelística macroeconométrica el que proporcionó el ímpetu simple

más importante para el desarrollo posterior de los métodos

econométricos. Ya he mencionado algunos de los avances que

ocurrieron en el campo de la estimación del modelo en ecuaciones

simultáneas. Otras áreas en las que la econometría atestiguó desarrollos

importantes incluyen la especificación dinámica, las variables latentes,

la formación de expectativas, las variables dependientes limitadas, los

modelos de selección discreta, los modelos de coeficientes aleatorios,

los modelos de desequilibrio, y la estimación no lineal. El enfoque

bayesiano en econometría también se ha desarrollado muy

vigorosamente, gracias a los esfuerzos incansables de Zellner, Drèze y

sus colegas (véase Drèze y Richard (1983), y Zellner (1984, 1985) para

las referencias relevantes a los estudios teóricos y aplicados en

econometría bayesiana). Sin embargo, el problema de la especificación

dinámica fue el que inicialmente atrajo la mayor atención. En un trabajo

importante, Brown (1952) modeló la hipótesis de persistencia de hábitos

en la conducta del consumidor mediante la introducción de valores

desfasados en los gastos de consumo a lo que de otra forma no era sino

una función de consumo keynesiana estática. Este fue un paso

fundamental hacia la incorporación de la dinámica en la investigación

econométrica aplicada y permitió la notable distinción entre los

impactos de corto y de largo plazos de los cambios en el ingreso sobre el

32

Page 33: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

consumo. Pronto otros investigadores siguieron la guía de Brown y

emplearon su especificación autorregresiva en sus trabajos aplicados.

El siguiente desarrollo importante en el área de la especificación

dinámica fue el modelo de desfases distribuidos. Aunque la idea de los

desfases distribuidos ya era familiar a los economistas gracias al trabajo

pionero de Irving Fisher (1930) sobre la relación entre la tasa de interés

nominal y la tasa de inflación esperada, su aplicación en econometría no

se tomó en serio sino hasta mediados de la década de 1950. El modelo

de desfase geométrico distribuido fue usado por vez primera por Koyck

(1954) en un estudio sobre la inversión. Koyck llegó al modelo de

desfase geométrico distribuido vía la hipótesis de expectativas

adaptativas. Esta misma hipótesis fue empleada después por Cagan

(1956) en un estudio sobre la demanda por dinero en condiciones de

hiperinflación, por Friedman (1957) en un trabajo sobre el

comportamiento del consumo agregado y por Nerlove (1958a) en una

investigación sobre el fenómeno económico conocido como el teorema

de la telaraña [cómo se logra en forma dinámica el equilibrio de precios

y cantidades en un mercado, de acuerdo con la teoría neoclásica (nota

del traductor)]. El modelo de desfase geométrico distribuido después fue

generalizado por Solow (1960), Jorgenson (1966) y otros, y fue ocupado

de manera extensa en los estudios aplicados sobre la inversión y el

comportamiento del consumo agregado. Fue aproximadamente

entonces cuando Almon (1965) aportó una generalización polinómica de

33

Page 34: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

la distribución desfasada aritméticamente, misma que propuso Fisher en

1937. Dicha generalización después fue perfeccionada por Shiller

(1973). Otras formas de especificación dinámica consideradas en esta

línea incluyeron el modelo de ajuste parcial (Nerlove, 1958b; Eisner y

Strotz, 1963) así como el modelo de acelerador flexible multivariado

(Treadway, 1971) y el trabajo de Sargan (1964) sobre el análisis

econométrico de series de tiempo que discutiremos con mayor detalle

más adelante. Una excelente revisión sobre todas estas obras que tratan

acerca de los modelos de desfase distribuido y ajustes parciales es

aportada por Griliches (1967).

Otra aportación al desarrollo de la modelística dinámica en

econometría también fue un resurgimiento del interés en los métodos

para analizar series de tiempo, usados principalmente en la predicción

del comportamiento de los negocios a corto plazo. El trabajo dominante

en este campo fue el de Box y Jenkins (1970), quienes, al elaborar sobre

las obras pioneras de Yule (1921, 1926), Slutsky (1927), Wold (1938),

Whittle (1963) y otros, propusieron métodos de cálculo operativos y

asintóticamente eficientes para la estimación y predicción de procesos

autorregresivos y de medias móviles univariados (conocidos como

procesos ARMA). Los modelos para series de tiempo proporcionaron una

atalaya importante y relativamente barata para evaluar la precisión

predictiva de los modelos econométricos. Al inicio, los modelos para

series de tiempo univariadas fueron vistos como modelos mecánicos de

34

Page 35: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

“caja negra”, con poca o ninguna base en teoría económica. Su uso fue

considerado fundamentalmente relevante en la predicción a corto plazo.

El valor potencial de los modernos métodos para el análisis de series de

tiempo en econometría fue, empero, subrayado en la obra de Cooper

(1972) y Nelson (1972), quienes demostraron la buena ejecución

predictiva de modelos Box-Jenkins univariados comparados con la de los

modelos econométricos grandes [o sea, de más de 100 ecuaciones (nota

del traductor)]. Estos resultados dieron lugar a una pregunta importante

sobre la adecuación de los modelos econométricos grandes para la

predicción así como para la evaluación de políticas económicas. Se

señaló que un modelo econométrico estructural especificado

correctamente, por lo menos en teoría, debería arrojar pronósticos más

precisos que los generados por un modelo univariado para series de

tiempo. La justificación teórica de esta opinión fue aportada por Zellner

y Palm (1974), seguidos por Trivedi (1975), Portero y Wallis (1976),

Wallis (1977) y otros. Estos estudios mostraron que los modelos Box-

Jenkins de hecho podían ser obtenidos como soluciones en formas

finales univariadas para los modelos econométricos estructurales

lineales siempre y cuando a los segundos se les permitiera tener una

especificación dinámica lo suficientemente rica. En teoría, el modelo

para series de tiempo puro siempre se puede incorporar dentro de la

estructura de un modelo econométrico y en este sentido no representa

una alternativa que rivalice con la modelística econométrica. Estos

35

Page 36: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

documentos además resaltaron la importancia de la especificación

dinámica en los modelos econométricos y, en particular, evidenciaron el

hecho de que los modelos econométricos cuya ejecución [en términos

predictivos (nota del traductor] es mejorada por modelos para series de

tiempo univariados simples probablemente deben sufrir de graves

errores de especificación.

La respuesta de la profesión econométrica a esta crítica del análisis

para series de tiempo fue bastante confusa y adoptó distintas formas.

De un lado, una plena integración de los métodos para series de tiempo

y del análisis econométrico tradicional ha sido defendida por Zellner y

Palm, Wallis y otros. Esta mezcla de los métodos econométricos que

Zellner ha llamado SEMTSA (siglas en inglés de Análisis para Series de

Tiempo y Modelística Econométrica Estructural: Structural Econometric

Modelling Time-Series Analysis) es un enfoque que se discute con cierto

detalle en Zellner (1979). El enfoque SEMTSA enfatiza que los modelos

econométricos estructurales lineales dinámicos son un caso especial de

los procesos de series de tiempo multivariados y señala que los métodos

para series de tiempo deben ser usados para verificar la adecuación

práctica de las formas finales de las ecuaciones y de las formas de los

desfases distribuidos (o funciones de transferencia) implícitas en el

modelo estructural supuesto por cada investigación econométrica. El

proceso modelístico continúa hasta que las estimaciones implícitas de

las formas finales de las ecuaciones y las formas de los desfases

36

Page 37: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

distribuidos del modelo son compatibles en la práctica con las

estimaciones de las series de tiempo directas para estas ecuaciones. Un

“matrimonio” alternativo de la econometría y las series de tiempo fue

desarrollado por Sargan, Hendry y otros que trabajan en la London

School of Economics and Political Science [Escuela de Economía y

Ciencia Política de Londres, LSE]. Este matrimonio se basa en las

siguientes dos premisas: (i) Las consideraciones económicas teóricas

pueden proporcionar mejor la especificación de las relaciones de

equilibrio o relaciones a largo plazo entre variables. Poco puede inferirse

a partir de un razonamiento a priori respecto a los desfases temporales

y la especificación dinámica de las relaciones econométricas. Y (ii) El

mejor enfoque para la identificación de los desfases en los modelos

econométricos es usar los métodos para series de tiempo, modificados

apropiadamente para permitir la existencia de relaciones a largo plazo

entre las variables económicas que son relevantes según la teoría

económica.

A pesar de que el enfoque es general y de que en principio puede sea

aplicado a sistemas de ecuaciones, en la práctica ha sido básicamente

usado para modelar una variable a la vez. Los orígenes de este enfoque

se pueden hallar en dos artículos sumamente influyentes de Sargan

(1964) sobre la modelística de los salarios monetarios, así como de

Davidson y otros (1978) sobre la modelística de los gastos en consumo

de bienes no durables. Al enfocar la modelística de una variable

37

Page 38: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

endógena a la vez, el enfoque LSE representa una ruptura parcial con el

enfoque estructural defendido por la Comisión Cowles pero en un

sentido esencial el enfoque LSE sigue aceptando el énfasis que la CC

coloca sobre un razonamiento económico a priori, pese a tener la forma

de relaciones de equilibrio o de relaciones a largo plazo.

6. DESARROLLOS RECIENTES

A partir de la década de 1970, el ambiente económico mundial comenzó

a tener cambios creados en gran parte por la eliminación del sistema

BrettonWoods y por la cuadruplicación de los precios del petróleo. Así, el

desarrollo econométrico entró en una nueva era. Los modelos

macroeconométricos dominantes construidos durante las décadas de

1950 y 1960, en una época de relativa estabilidad económica con

precios estables para los energéticos y tipos de cambio fijos, ya no

fueron capaces de capturar en forma adecuada las realidades

económicas de la década de 1970 y siguientes. Como resultado, de

manera no sorprendente, los modelos macroeconométricos y la teoría

keynesiana que se encontraba detrás de ellos recibieron severos

ataques tanto desde la perspectiva teórica como desde la práctica.

Mientras que las críticas al intento pionero de Tinbergen en materia de

modelística macroeconométrica fueron recibidas con gran optimismo y

38

Page 39: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

condujeron al desarrollo de nuevas y sofisticadas técnicas de estimación

así como a modelos más grandes y más complejos, el brote de

desencanto más reciente, respecto a los modelos macroeconométricos,

disparó una reevaluación más fundamental respecto a la modelística

cuantitativa como herramienta para pronósticos y análisis de política. A

nivel teórico, se argumenta que las relaciones econométricas

invariablemente carecen de los “microfundamentos” necesarios, en el

sentido de que no pueden obtenerse en forma consistente a partir de la

conducta optimizadora de los agentes económicos. A nivel práctico, el

enfoque de la Comisión Cowles respecto a la identificación y estimación

de modelos macroeconométricos en ecuaciones simultáneas han sido

cuestionadas por Robert Lucas Jr., Sargent y Sims, aunque desde

distintos puntos de vista. También ha habido un movimiento centrífugo

respecto a los modelos macroeconomé-tricos y centrípeto respecto a la

investigación microeconométrica donde se espera que puedan evitarse

algunas de las fallas del análisis macroeconométrico para series de

tiempo. La respuesta de la profesión econométrica en conjunto ante la

crítica reciente ha sido enfatizar el desarrollo de técnicas más

adecuadas, utilizar nuevos conjuntos de datos y buscar un mejor control

de calidad en la investigación econométrica, poniendo atención especial

en la validación de modelos y en la prueba de diagnósticos.

Lo que sigue es una breve panorámica de algunos de los desarrollos

más importantes en las dos décadas previas (Este ensayo se publicó en

39

Page 40: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

1987. Nota del traductor). Dadas las limitaciones de espacio y mis

intereses propios (prosigue Pesaran), inevitablemente existen huecos

importantes. Estos incluyen las contribuciones esenciales de Granger

(1969), Sims (1972) así como Engle y otros autores (1983) respecto a

distintos conceptos de “causalidad” y “exogeneidad”, así como la

inmensa cantidad de escritos sobre modelos de desequilibrio (Quandt,

1982; Maddala, 1983 y 1986); modelos de coeficientes aleatorios (Chow,

1984); modelos para datos con tiempo continuo (Bergstrom, 1984);

series de tiempo no estacionarias y prueba de raíz unitaria (Dickey y

Fuller, 1979, 1981; Evans y Savin, 1981, 1984; Phillips, 1986, 1987;

Phillips y Durfault, 1986); y teoría para muestras pequeñas o finitas

(Phillips, 1983; Rothenberg, 1984); por no mencionar los desarrollos en

el área de evaluación de políticas y de aplicación de la teoría de control

a los modelos econométricos (Chow, 1975, 1981; Aoki, 1976).

6.1 Expectativas racionales y la crítica de Lucas

La hipótesis de expectativas racionales (HER) fue especificada por Muth

en 1961 pero no fue sino hasta principios de la década de 1970 cuando

comenzó a tener un impacto importante para la econometría de series

de tiempo y, en general, para la teoría económica dinámica. Lo que vino

a destacar la hipótesis de expectativas racionales fueron los trabajos de

Lucas (1972, 1973), Sargent (1973), Sargent y Wallace (1975) y otros

40

Page 41: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

autores sobre la nueva explicación clásica respecto a la evidente

invalidez de la curva de Phillips. El mensaje de la hipótesis de

expectativas racionales para la econometría fue claro. Al postular que

los agentes económicos forman sus expectativas de manera endógena,

con base en el modelo de la economía verdadero y una comprensión

correcta del proceso que genera las variables exógenas del modelo,

incluyendo la política gubernamental, la hipótesis de expectativas

racionales elevó serias dudas acerca de la constancia de los parámetros

estructurales en los modelos macroeconométricos del enfoque

económico dominante frente a los cambios en la política gubernamental.

Este hecho fue subrayado por la crítica de Lucas a la evaluación de la

política macroeconométrica. Mediante ejemplos simples, Lucas (1976)

mostró que en los modelos con expectativas racionales, los parámetros

de las reglas de decisión de los agentes económicos, tales como las

funciones de consumo o de inversión, usualmente son una mezcla de los

parámetros de las funciones objetivo de loa agentes económicos y de los

procesos estocásticos que enfrentan como históricamente dados. Por lo

tanto, señala Lucas, no existe razón para pensar que la “estructura” de

las reglas de decisión (o de las relaciones económicas) permanezca

constante ante la intervención de la política gubernamental. La

implicación de la crítica de Robert Lucas para la investigación

econométrica no fue, empero, que se deje de llevar a cabo evaluación

de políticas sino, más bien, que los modelos y métodos econométricos

41

Page 42: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

tradicionales no son adecuados para tal propósito. Lo que se necesitaba

era una separación entre los parámetros de política económica y los

parámetros del modelo económico. Sólo cuando estos parámetros

pueden ser identificados por separado, dado el conocimiento de la

distribución probabilística conjunta de las variables (tanto políticas como

no políticas; es decir, tanto las que son afectadas por el gobierno como

las que no lo son), es posible desarrollar un análisis econométrico de las

opciones de políticas alternativas.

Ha habido numerosas reacciones al advenimiento de la hipótesis de

expectativas racionales y a la crítica de Lucas que la acompaña. La

menos controversial ha sido la adopción de la hipótesis de expectativas

racionales como una de las posibles hipótesis de formación de

expectativas en un modelo macroeconométrico por lo demás

convencional y que contiene variables de expectativas. En este

contexto, la hipótesis de expectativas racionales, al imponer

restricciones paramétricas adecuadas, garantiza que sean consistentes

las “expectativas” y los “pronósticos” generados por el modelo. El

modelo económico subyacente de ninguna manera se restringe a tener

características keynesianas o monetaristas específicas ni tampoco

contiene supuestos acerca de que las relaciones del modelo económico

necesariamente tengan que corresponder con las reglas de decisión de

los agentes económicos. En este enfoque, la hipótesis de expectativas

racionales se considera un método conveniente y efectivo para imponer

42

Page 43: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

restricciones paramétricas, a través de las ecuaciones, en los modelos

econométricos para series de tiempo y se aprecia mejor como la

hipótesis de expectativas “consistentes con el modelo”. Las

implicaciones econométricas de tal mecanismo de expectativas

consistentes con el modelo, han sido extensamente analizadas en los

trabajos econométricos. Por ejemplo, Wallis (1980), Wickens (1982) y

Pesaran (1987) han discutido acerca de los problemas de identificación y

de estimación de modelos lineales con expectativas racionales. Estos

estudios muestran cómo pueden adaptarse los métodos econométricos

tradicionales al análisis econométrico de modelos de expectativas

racionales.

Otra reacción a la crítica de Lucas ha sido tratar el problema del

“cambio estructural” enfatizado por él como un “problema”

econométrico más bien potencial (Lawson, 1981). Se dice que no es

nuevo el problema del cambio estructural que surge de cambios

tratados o esperados en la política gubernamental

Además, se argumenta que tales cambios son conocidos por los

economistas de la Comisión Cowles (Marschak, 1953) y que pueden ser

fácilmente considerados mediante un monitoreo más cuidadoso en los

posibles cambios en la estructura de los modelos econométricos. No

obstante, esta opinión es rechazada por Lucas y Sargent y otros

proponentes de la escuela de las expectativas racionales quienes

43

Page 44: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

señalan que es necesario llevar a cabo una ruptura más fundamental

con el enfoque tradicional de la modelística macroeconométrica.

El enfoque optimizador de Lucas y Sargent se basa en la premisa de

que las relaciones estructurales “verdaderas” contenidas en el modelo

económico y las reglas de política del gobierno pueden obtenerse

directamente como soluciones a problemas de optimización dinámica

bien definidos, los cuales son enfrentados tanto por los agentes

económicos como por el gobierno. La tarea de las y de los

econometristas consiste entonces en desentrañar cuáles son los

parámetros de los procesos estocásticos que enfrentan los agentes a

partir de los parámetros de sus funciones objetivo. Tal como lo advierten

Hansen y Sargent (1980): “Cumplir con esta tarea [la identificación

separada de los parámetros del proceso exógeno y de los parámetros de

las funciones de preferencias y tecnológicas] es un prerrequisito

indispensable para el uso seguro de la evaluación de políticas en los

modelos econométricos. La ejecución de esta estrategia implica estimar

las reglas de decisión de los agentes conjuntamente con modelos para

los procesos estocásticos que enfrentan, sujeta a las restricciones de

todas las ecuaciones que están implícitas en la hipótesis de expectativas

racionales” (pág. 8).

Hasta ahora (1987), este enfoque sólo se ha aplicado a marcos de

referencia relativamente simples que involucran datos agregados a nivel

de una empresa “representativa” o de una unidad familiar

44

Page 45: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

“representativa”. Una causa importante de este hecho se encuentra en

los modelos econométricos bastante restrictivos e inflexibles que surgen

de la adhesión estricta al marco de referencia optimizador y a la

hipótesis de expectativas racionales. Para que sea posible desarrollar el

análisis con frecuencia se ha requerido confinar la investigación

econométrica a funciones objetivo cuadráticas y a procesos estocásticos

lineales. Este problema hasta cierto punto se ha mitigado gracias a

recientes desarrollos en el área de la estimación de las ecuaciones de

Euler (véase Hansen y Singleton, 1982). Empero, todavía existen

importantes dificultades técnicas que tienen que ser resueltas antes de

que el enfoque optimizador pueda usarse de modo flexible en

econometría. Además de estas dificultades técnicas, existen cuestiones

fundamentales respecto al problema de agregación a través de los

agentes económicos, información heterogénea, el proceso de

aprendizaje y el efecto que estas complicaciones tienen sobre el

establecimiento del programa de investigación siguiendo los

lineamientos de Lucas y Sargent (cf. Pesaran, 1987).

6.2 Macroeconometría ateórica

45

Page 46: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

La crítica de Robert Lucas a la modelística macroeconométrica

dominante también condujo a algunas y a algunos econometristas, en

particular a Sims (1980, 1982), a dudar de la validez del estilo seguido

por la Comisión Cowles para alcanzar la identificación de los modelos

econométricos. La opinión de que la teoría económica no puede ser

obligada a generar la identificación de los modelos estructurales no es

nueva y ha sido enfatizada en el pasado, por ejemplo, por Liu (1960). El

desencanto más reciente con respecto al enfoque de la Comisión Cowles

tiene sus orígenes en la hipótesis de expectativas racionales y en la

incomodidad con las restricciones a priori sobre las longitudes de

desfase que se necesitan si se desea que los modelos de expectativas

racionales estén identificados (véase Pesaran, 1981). Sims (1980, pág.

7) escribió: «Sin embargo soy de la opinión de que las expectativas

racionales es más profundamente subversiva para la identificación de lo

que se ha reconocido hasta ahora». Luego procede a decir que «en

presencia de que de expectativas, resulta ser indispensable la muleta

del conocimiento a priori respecto a las longitudes de desfase, incluso

cuando tenemos variables distintivamente exógenas que cambian los

patrones de oferta y demanda» (pág. 7). Aunque es cierto que la

hipótesis de expectativas racionales complica las condiciones necesarias

para la identificación de los modelos estructurales, la cuestión básica en

el debate sobre la identificación se sigue centrando alrededor de la

46

Page 47: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

validez de la dicotomía clásica entre las variables endógenas y

exógenas. Resulta, así, controvertible si es posible probar los supuestos

de “exogeneidad” de los modelos macroeconométricos y ello está muy

acotado por lo que realmente significa exogeneidad. En ciertas

aplicaciones, la exogeneidad es considerada como una propiedad de un

modelo propuesto (à la Koopmans, 1950) y en otras situaciones se le

define en términos de un grupo de variables para propósitos de

inferencia respecto a “parámetros de interés” (Engle y otros autores,

1983). En el enfoque de la Comisión Cowles, se supone que la

exogeneidad es la propiedad del modelo estructural, obtenida a partir de

teoría a priori y sujeta a prueba sólo en presencia de restricciones

sostenidas por él. Así, no fue posible probar las propias restricciones de

identificación.

El enfoque defendido por Sims y sus colaboradores se aparte de la

metodología de la Comisión Cowles en dos importantes aspectos. Niega

que una teoría a priori pueda alguna vez generar las restricciones

necesarias para la identificación de los modelos estructurales y señala

que no se requiere la identificación estructural para propósitos de

pronóstico y análisis de políticas (Sims, 1980, pág. 11). En concordancia,

este enfoque, llamado por Cooley y Le Roy (1985) «Macroeconometría

ateórica», sostiene que sólo los sistemas de vectores autorregresivos

irrestrictos (VAR), que no permiten una clasificación a priori de las

variables en endógenas y exógenas, son admisibles para el análisis

47

Page 48: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

macroeconométrico. El enfoque VAR representa una importante opción a

los modelos macroeconométricos convencionales de gran escala y ha

sido usado con algún éxito en el área de predicción (Litterman, 1985). Si

tales sistemas VAR irrestrictos también pueden usarse en evaluaciones

de política y ejercicios de formulación de políticas, queda como una

materia controvertible. Cooley y LeRoy (1985) en su crítica a estos

trabajos señalan que incluso si pueden ser desarrollados con éxito, su

relevancia será todavía limitada excepto como una herramienta de

predicción y de descripción de datos estadísticos ex ante (sobre este

tema, véase también Leamer, 1985A). Ellos opinan que no permite la

prueba directa de teorías económicas, que es de poca utilidad para el

análisis de la política y que, sobre todo, no aporta una comprensión

estructural sobre el sistema económico que intenta representar. Sims y

otros autores (Doan, Litterman y Sims, 1984; Sims, 1986), empero,

sostienen que los modelos VAR pueden ser usados para el análisis de la

política y que el tipo de supuestos de identificación necesario para este

propósito no resulta menos creíble que los supuestos por los modelos

macroeconométricos convencionales o de expectativas racionales.

6.3 Microeconometría

El uso de microdatos en economía no es, claro está, nuevo y su origen

data del trabajo pionero de Ruggles y Ruggles (1956) para desarrollar un

48

Page 49: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

marco de referencia de contabilidad social basado en la microeconomía,

en la ya mencionada obra de Orcutt y sus colegas, y en el estudio de

Prais y Houtthakker (1955) sobre encuestas de gasto familiar. No

obstante, sólo es hasta hace poco, debido en parte a la insatisfacción

con la investigación de series de tiempo macroeconométricas y en parte

ante la creciente disponibilidad de datos microeconómicos y facilidades

computacionales, que el análisis de microdatos empezó a ser

considerado seriamente por parte de los y de las econometristas, En

especial en Estados Unidos se han puesto a disposición del público en

general importantes conjuntos de datos microeconómicos en áreas

tales como vivienda, transporte, mercados de trabajo y energía. Estos

conjuntos de datos incluyen distintas encuestas longitudinales (por

ejemplo, el Panel de Estudio sobre la Dinámica del Ingreso, de la

Universidad de Michigan, y las encuestas NLS del Estado de Ohio),

encuestas de corte transversal sobre los gastos familiares y las

encuestas sobre la población y la fuerza de trabajo. Esta disponibilidad

creciente de microdatos, aunque ha dado lugar a nuevas posibilidades

para el análisis, también ha abierto nuevas, numerosas e interesantes

cuestiones econométricas originadas, principalmente, a partir de la

naturaleza de los microdatos. Es más probable que los errores de

medición con microdatos sean más graves que con macrodatos. El

problema de la heterogeneidad de los agentes económicos en el nivel

micro no puede ser eliminado con tanta facilidad como con frecuencia es

49

Page 50: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

posible hacerlo en el nivel macro recurriendo a la idea de una “empresa

representativa” o de una “familia representativa”.

Como señala Griliches: “Variables tales como la edad, la calidad de la

tierra, o la estructura ocupacional de una empresa, son mucho menos

variables en el agregado. Empero, ignorar este hecho a nivel micro

puede ser muy fácil. De modo similar, los errores de medición que

tienden a compensarse cuando se promedian a través de miles e incluso

millones de respuestas se magnifican cuando la unidad de análisis es

una persona” (pág. 1469)

La naturaleza de los microdatos, los cuales a menudo son cualitativos o

están limitados a un rango particular de variación, también ha sido

requerida por los nuevos modelos y técnicas econométricas. Los

modelos y temas considerados en los trabajos microeconométricos tiene

una gran diversidad e incluyen modelos de efecto fijo y aleatorio (por

ejemplo, Mundlak, 1961 y 1978), los modelos de selección discreta o de

respuesta cuantitativa (Manski y McFadden, 1981), y los modelos

microeconométri-cos para datos por conteo (Hausman y otros autores,

1984, así como Cameron y Trivedi, 1977), la selección de ocupaciones

(Boskin, 1974), la ubicación de trabajos o empresas (Duncan, 1980),

etcétera. Los modelos de variable dependiente limitada se encuentran

por lo común en el análisis de datos obtenidos por medio de en cuestas

y con frecuencia se categorizan como modelos de regresión truncados y

modelos de regresión censurados. Si todas las observaciones para la

50

Page 51: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

variable dependiente así como para las variables exógenas se pierden

cuando la variable dependiente cae fuera de un rango específico, el

modelo se denomina truncado y si sólo las observaciones para la

variable dependiente se pierden, el modelo se denomina censurado. Los

trabajos sobre modelos de regresión censurados y truncados son muy

numerosos y se sobrelapan con los desarrollos en otras disciplinas, en

particular con la biometría y la ingeniería. El modelo de regresión

censurado fue presentado por vez primera en la economía por Tobin

(1958) en su estudio pionero sobre el gasto de las familias en bienes

duraderos cuando consideró el hecho de que la variable dependiente, o

sea, el gasto en bienes duraderos, no puede ser negativo. El modelo

sugerido por Tobin y sus diferentes generalizaciones son conocidas en

economía como modelos Tobit y son estudiados en detalle por Amemiya

(1984).

Los modelos de duración temporal continua, también conocidos como

modelos de supervivencia han sido usados en el análisis de la duración

del desempleo, el periodo de tiempo transcurrido entre dos trabajos, la

duración del matrimonio, etcétera. La aplicación de los modelos de

supervivencia en el análisis de datos económicos genera una serie de

cuestiones importantes, las cuales surgen básicamente de la naturaleza

de las observaciones económicas respecto a que no son experimentales

ni controlados, de los tamaños muestrales (es decir, periodos de tiempo)

y del carácter heterogéneo del ambiente económico dentro del cual

51

Page 52: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

operan los agentes. Estas cuestiones claramente no se confinan a los

modelos de duración y también están presentes en el cado de otras

investigaciones microeconómicas que utilizan datos en series de tiempo

o en corte transversal o en datos combinados (para revisar los primeros

trabajos sobre el análisis de datos combinados o en panel, véase el

modelo de componentes de error desarrollado por Kuh, 1959, y por

Balestra y Nerlove, 1966). Una solución satisfactoria a estos problemas

es de importancia crucial para el éxito del programa de investigación

microeconométrica. Como lo señaló adecuadamente Hsiao (1985) en

una reciente revisión de los trabajos al respecto: “A pesar de que los

datos en panel ha abierto líneas de investigación que simplemente no

podrían haberse seguido de otra manera, no es una panacea para la

investigación econométrica. El poder de los datos en panel depende del

grado y confiabilidad de la información que contienen así como de la

validez de las restricciones sobre las que se construyen los métodos

estadísticos” (pág. 163).

En parte como respuesta a las incertidumbres inherentes a los

resultados econométricos apoyados en datos no experimentales,

también ha habido un movimiento importante hacia la “experimentación

social”, sobre todo en Estados Unidos, como un posible método para

reducir estas incertidumbres. Ello ha conducido a una numerosa serie de

trabajos que analizan datos “experimentales”, algunos de los cuales han

sido revisados recientemente por Hausman y Wise (1985). A pesar de

52

Page 53: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

que todavía es muy pronto para llegar a un juicio definitivo acerca del

valor de la experimentación social en su conjunto, desde un punto de

vista econométrico los resultados no han sido muy estimulantes. La

evaluación de los experimentos del tiempo de uso de la electricidad en

casas habitación (Aigner, 1985), los experimentos del programa de

asignaciones para vivienda (Rosen, 1985) y los experimentos de

impuestos negativos al ingreso (Stafford, 1985), todos ellos señalan el

hecho de que los resultados experimentales podrían haber sido

igualmente predichos por medio de estimaciones econométricas

convencionales. La llegada de la experimentación social a la economía

ha puesto, empero, a discusión varios problemas interesantes en las

áreas de diseño de experimentos, métodos estadísticos (por ejemplo,

véase Hausman y Wise (1979) sobre el problema de la atribución del

sesgo) y del análisis de políticas, mismas que es probable que tengan

importantes consecuencias para el desarrollo futuro de la

microeconometría (una revisión, que se estudia fácilmente, de la

experimentación social en economía fue proporcionada por Ferber y

Hirsch, 1982).

Otro aspecto importante de los desarrollos recientes en los trabajos

microeconométricos se relaciona con el uso de modelos de simulación

microanalítica para el análisis de política y la evaluación a fin de

reformar paquetes presupuestales en áreas tales como atención a la

salud, tributación, sistemas de seguridad social y redes de transporte.

53

Page 54: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Algunos de estos trabajos son revisados en Orcutt y otros autores

(1986).

6.4 Evaluación de modelos

Mientras que, en las décadas de 1950 y 1960, la investigación en

econometría se orientó básicamente hacia la identificación y estimación

de modelos econométricos, la insatisfacción con la econometría durante

el decenio de 1970 cambió hacia problemas de evaluación y prueba de

modelos. Este cambio en parte fue provocado por un esfuerzo

concertado para restaurar la confianza en la econometría y recibió la

atención tanto del enfoque tradicional como del bayesiano. Ambos

enfoques rechazan el “axioma de la especificación correcta” que se

encuentra en la base de la mayoría de las prácticas econométricas

tradicionales pero difieren marcadamente entre sí respecto a la cuestión

de cuál es el mejor procedimiento para solucionar el rechazo de dicho

axioma.

El enfoque bayesiano, entre cuyos exponentes destacan Leamer (1978)

y Zellner (1985), apunta a la amplia disparidad existente entre el

método econométrico y la práctica econométrica que se supone está

fundada sobre el primero y aboga por el uso de procedimientos

bayesianos “informales” tales como el “análisis de límites extremos”

(ALE o EBA por sus siglas en inglés: extreme bounds analysis) o, de

54

Page 55: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

modo más general, como el “análisis de sensibilidad global”. La idea

básica detrás del ALE es explicada por Leamer y Leonard (1983) así

como por Leamer (1983) y ha sido sujeta a crítica por McAleer, Pagan y

Volker (1985). En su forma más general, la estrategia de investigación

avanzada por Leamer involucra una clase de gran análisis de

sensibilidad bayesiano. Los resultados en la práctica o, de acuerdo con

la terminología bayesiana, las distribuciones a posteriori, se evalúan

según su “fragilidad” o su “persistencia”, verificando qué tan sensibles

son esos resultados a cambios en las distribuciones a priori (los datos y

la teoría especificada en el modelo). Como explica Leamer (1985b):

“Como no puede aceptarse que ninguna distribución a priori es una

representación exacta de la opinión, se lleva a cabo un análisis de

sensibilidad global para determinar cuáles inferencias son frágiles y

cuáles son persistentes” (pág. 311).

El objetivo del análisis de sensibilidad en el enfoque de Leamer es, en

sus propias palabras, “combatir la arbitrariedad asociada con la

selección de una distribución a priori” (Leamer, 1986, pág. 74).

Se acepta en términos generales, tanto por los bayesianos como por

los no bayesianos, que la evaluación modelística implica consideraciones

distintas al examen de las propiedades estadísticas de los modelos por

lo que los juicios personales entran inevitablemente en el proceso de

evaluación. Los modelos deben cumplir con múltiples criterios que, con

frecuencia, se contradicen entre sí. Deben ser relevantes en el sentido

55

Page 56: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

de que deben ser capaces de responder las preguntas para las que

fueron construidos. Deben ser consistentes con la estructura de

medición y/o teórica dentro de la cual funcionan. Por último, deben

proporcionar representaciones adecuadas de la realidad con la cual

están interesados. Estos criterios y su interacción se discuten en

Pesaran y Smith (1985b). Desgloses más detallados de los criterios de

evaluación modelística se pueden encontrar en Hendry y Richard (1982)

así como en McAleer y otros autores (1985). No obstante, en

econometría es el criterio de la “adecuación” el que debe enfatizarse,

con frecuencia incluso a costa de la relevancia y de la consistencia.

La cuestión de la adecuación del modelo en la econometría dominante

se enfoca como un problema de selección de modelo o como un asunto

de inferencia estadística donde la hipótesis de interés se prueba contra

alternativas generales o específicas. El uso de criterios absolutos tales

como medidas de ajuste/parsimonia o de análisis bayesiano formal

basado en información a posteriori son ejemplos notables de

procedimientos de selección modelística, mientras que la razón de

verosimilitud, las pruebas sobre los multiplicadores de Wald y Lagrange

de hipótesis no anidadas y las pruebas de Cox centradas en la razón de

verosimilitud logarítmica son ejemplos de procedimientos bajo el

segundo enfoque. La distinción entre estos dos enfoques generales

básicamente surge a partir de la manera en que son tratados modelos

alternativos. En el caso de la selección de modelos (o discriminación

56

Page 57: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

modelística), todos los modelos bajo consideración disfrutan del mismo

estatus y la investigación no está comprometida a priori con ninguno de

ellos. El objetivo consiste en seleccionar el modelo que es probable que

se comporte mejor con respecto a una particular función de pérdida. Por

contraste, en el marco de referencia de prueba de hipótesis, la hipótesis

nula (o el modelo sostenido) se prueba de manera diferente que el resto

de las hipótesis (o modelos). Una característica importante de la

estrategia de selección de modelos es que su aplicación siempre

conduce a un modelo seleccionado preferentemente con respecto a

otros. Pero en el caso de la prueba de hipótesis, el rechazo de todos los

modelos bajo consideración no está excluido cuando los modelos no

están anidados. Una discusión más detallada de este punto se

proporciona en Pesaran y Deaton (1978).

Mientras que el enfoque de selección modelística ha recibido alguna

atención en esta rama de la disciplina económica, el marco de referencia

de las pruebas de hipótesis es el que se ha utilizado básicamente para

obtener procedimientos estadísticos adecuados para juzgar la

adecuación de un modelo estimado. En este segundo marco de

referencia, hablando en términos generales, pueden identificarse tres

distintas versiones, dependiendo de qué tan específicas sean las

hipótesis alternativas. Estas son las pruebas de especificación general,

las pruebas de diagnóstico y las pruebas no anidadas. La primera de

ellas, presentada en econometría por Ramsey (1969) y por Hausman

57

Page 58: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

(1978) y, en épocas más recientes, desarrollada por White (1981, 1982),

y por Hansen (1982), está diseñada para circunstancias donde la

naturaleza de una hipótesis alternativa se mantiene (a veces de modo

intencional) bastante vaga, siendo el propósito probar la hipótesis nula

contra una amplia clase de hipótesis alternativas. Entre los ejemplos

importantes de las pruebas de especificación general están la prueba

del error de especificación y regresión de Ramsey (RESET por sus siglas

en inglés: Ramsey’s regression specification error test) para variables

omitidas y/o formas funcionales mal especificadas. Y la prueba

Hausman-Wu para la mala especificación en el contexto de los modelos

de errores de medición y/o modelos en sistemas de ecuaciones

simultáneas. Tales pruebas de especificación general son

particularmente útiles en las etapas preliminares del trabajo modelístico.

En el caso de las pruebas de diagnóstico, el modelo bajo consideración

(visto como una hipótesis nula) se prueba contra alternativas más

específicas incorporándolo dentro de un modelo general. Las pruebas de

diagnóstico entonces pueden ser construidas usando la razón de

verosimilitud, o el principio de los multiplicadores de Wald o de

Lagrange para probar las restricciones paramétricas impuestas sobre el

modelo general. La aplicación del principio de los multiplicadores de

Wald o de Lagrange a problemas econométricos se revisa en los trabajos

de Breusch y Pagan (1980), Godfrey y Wickens (1982) así como Engle

(1984). Ejemplos de las restricciones interesantes como verificaciones

58

Page 59: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

de diagnóstico para adecuación modelística incluyen las restricciones

nulas (o sea, parámetros que, según la teoría usada, deben ser iguales a

cero dado que reflejan la ausencia de variables en una ecuación del

modelo pero presentes en otra u otras ecuaciones del mismo),

estabilidad paramétrica, correlación serial, heterosce-dasticidad, formas

funcionales y normalidad de los errores de regresión. Como se muestra

en Pagan y Hall (1983) la mayoría de las pruebas de diagnóstico

existentes pueden ser calculadas por medio de regresiones auxiliares

que incluyen los residuos estimados. Así, las pruebas de diagnóstico

también pueden observarse como una clase de análisis residual donde

se verifica si los residuos calculados bajo la hipótesis nula se explican

más bien con base en las fuentes hipotéticas de mala especificación. La

distinción que aquí se hace entre pruebas de diagnóstico y pruebas de

especificación general es más aparente que real. En la práctica, algunas

pruebas de diagnóstico tales como las pruebas para la correlación serial

también pueden ser consideradas como una prueba de especificación

general. Sin embargo, la distinción ayuda a centrar la atención en el

propósito detrás de las pruebas y en la dirección en la que se busca su

mayor potencial.

La necesidad de pruebas no anidadas surge cuando los modelos bajo

consideración pertenecen a familias paramétricas distintas en el sentido

de que ningún modelo en sí puede obtenerse de los otros por medio de

un proceso limitante adecuado. Esta situación, que prevalece sobre todo

59

Page 60: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

en la investigación econométrica, puede surgir cuando los modelos

difieren con respecto a sus ejes teóricos y/o con respecto a sus

supuestos auxiliares. A diferencia de las pruebas de especificación

general y de las pruebas de diagnóstico, la aplicación de pruebas no

anidadas es apropiada cuando se adelantan hipótesis específicas pero

rivales para explicar el mismo fenómeno económico. A pesar de que las

pruebas no anidadas también pueden ser utilizadas como pruebas de

especificación general, básicamente están diseñadas con el propósito de

tener alta potencia frente a modelos específicos que se han sostenido

con seriedad en los trabajos econométricos. Elaboraciones posteriores a

los documentos pioneros de Cox (1961, 1962), han propuesto

numerosas pruebas de este tipo para modelos uniecuacionales y

sistemas de ecuaciones simultáneas (para más referencias, consúltese

el ensayo sobre Hipótesis no anidadas en el diccionario que contiene

este trabajo: The New Palgrave, A Dictionary of Economics).

No obstante, el uso de pruebas estadísticas en econometría, no es una

cuestión directa y la mayoría de las aplicaciones no admite una

interpretación precisa. Esto resulta ser especialmente el caso en

circunstancias donde los estadísticos de prueba no sólo se usan para

verificar la adecuación de un modelo dado sino también como guías en

la construcción de modelos. Tal proceso de construcción modelística

implica investigaciones sobre la especificación del tipo enfatizado por

Leamer y presenta problemas previos a la prueba que no han sido

60

Page 61: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

solucionados hasta ahora y que, en general, tienden a producir modelos

econométricos cuya “adecuación” es más aparente que real. Como

resultado, en la evaluación de modelos econométricos debería tenerse

menos confianza en aquellos índices sobre la adecuación del modelo

que son usados como guías para la construcción modelística y debería

darse más énfasis en el comportamiento del modelo con base en otros

conjuntos de datos esta dísticos y frente a otros modelos. La evaluación

de modelos econométricos es un proceso complicado que involucra

consideraciones prácticas, teóricas y econométricas. Los métodos

econométricos claramente han ofrecido una importante contribución

para poder efectuar dicho proceso. Empero, no deben ser confundidos

con el total de la actividad modelística econométrica que, además de las

técnicas econométricas y de cómputo, requiere de datos estadísticos,

intuición considerable, conocimiento acerca de las instituciones

involucradas y, sobre todo, comprensión de los fenómenos económicos.

7. RESULTADOS Y PERSPECTIVAS

La econometría ha recorrido un largo camino durante un lapso

relativamente corto. Se han hecho avances importantes en la

recolección de datos económicos y en el desarrollo de conceptos, teorías

y herramientas para construir y evaluar una amplia variedad de modelos

econométricos. Se pueden encontrar aplicaciones de los enfoques

61

Page 62: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

econométricos en casi todos los campos de la disciplina económica. Los

modelos econométricos han sido usados extensamente por las oficinas

gubernamentales, las organizaciones internacionales y las empresas de

negocios. Modelos macroeconométricos de distintos grados de

complejidad y tamaño se han construido para casi todos los países del

mundo. Empero, en la teoría y en la práctica, la econometría también ya

ha ido más allá de lo que sus fundadores soñaron. No obstante, el

tiempo y la experiencia han generado un número de dificultades que

tampoco eran claras en los comienzos de esta rama de la economía.

La econometría surgió en las décadas de 1930 y 1940 en un clima de

optimismo, en la creencia de que la teoría económica podía hacerse

responsable de identificar la mayoría, si no todos, los factores

importantes involucrados en modelar la realidad económica y en la idea

de que los métodos de la inferencia estadística clásica podían ser

adaptados fácilmente para el propósito de ofrecer contenido aplicado a

la teoría económica recibida. Esta panorámica inicial sobre la interacción

entre la teoría y la medición en econometría, empero, resultó ser

bastante ilusoria. La teoría económica, sea neoclásica, keynesiana o

marxista, invariablemente se formula con cláusulas ceteris paribus [todo

lo demás permanece constante] e involucra variables latentes

inobservables así como formas funcionales generales; tiene poco que

decir acerca de los procesos de ajuste y de las longitudes de desfase.

Incluso en la selección de variables a ser incluidas en las relaciones

62

Page 63: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

econométricas, el papel de la teoría económica resulta bastante más

limitado de lo que al principio se creía En un modelo de equilibrio

general walrasiano, por ejemplo, donde todo depende de todo lo demás,

existe poco espacio para una exclusión a priori de variables en las

ecuaciones de un modelo econométrico. Están también las

características institucionales y las convenciones contables que tienen

que ser incluidas en los modelos econométricos pero que, o bien, son

ignoradas, o bien, sólo son consideradas en forma parcial en el nivel

teórico. Todo esto significa que la especificación de modelos

econométricos inevitablemente implica importantes supuestos auxiliares

acerca de las formas funcionales, las especificaciones dinámicas, las

variables latentes, etcétera, con respecto a los cuales la teoría

económica permanece en silencio o sólo proporciona una guía

incompleta.

El reconocimiento de que no puede esperarse que, por sí sola, la teoría

económica ofrezca una especificación modelística completa tiene

importantes consecuencias tanto para someter a prueba a teorías

económicas distintas como para la evaluación de los modelos

econométricos estimados. La falta de completitud de las teorías

económicas provoca que la tarea de someterlas a prueba resulte una

labor formidable. En general, no será posible decir si los resultados de

las pruebas estadísticas tienen un impacto sobre la teoría económica o

sobre los supuestos auxiliares. Esta ambigüedad para probar teorías,

63

Page 64: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

mejor conocida como la tesis Duhem-Quine, no está limitada a la

econometría y surge siempre que las teorías son conjuntos de hipótesis

(sobre este tema, véase por ejemplo, Cross, 1982). No obstante, el

problema es especialmente grave en econometría porque la teoría está

mucho menos desarrollada en la disciplina económica que en las

ciencias naturales. Por supuesto, existen otras dificultades que rodean al

uso de los métodos econométricos con el propósito de someter a prueba

a las teorías económicas. Como regla, las estadísticas económicas no

son los resultados de experimentos diseñados sino que se obtienen

como productos colaterales de las actividades empresariales y

gubernamentales que tienen, con frecuencia, más consideraciones

legales que económicas. Los métodos estadísticos disponibles por lo

general son apropiados para muestras grandes mientras que los datos

económicos (sobre todo las series de tiempo económicas) tienen una

cobertura bastante limitada. También existen problemas de agregación

a lo largo del tiempo, de las mercancías y de los individuos que

complican aún más las pruebas de teorías microeconómicas.

La falta de completud de las teorías económicas también introduce un

elemento importante e inevitable de las investigaciones instigadas por

los datos en el proceso de la construcción modelística el cual, a su vez,

crea dificultades metodológicas fundamental para los métodos

econométricos establecidos a fin de realizar evaluación de modelos.

Resulta evidente que esta área completa de investigaciones sobre la

64

Page 65: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

especificación merece mucha mayor atención, en especial por parte de

los y las econometristas no bayesianos, de lo que hasta ahora ha

sucedido.

No cabe duda de que la econometría está sujeta a limitaciones

importantes que surgen en buena porción por la falta de completitud de

las teorías económicas y por la naturaleza no experimental de los datos

económicos. Empero, estas limitaciones no deberían distraernos del

reconocimiento al papel fundamental que la econometría ha llegado a

jugar en el desarrollo de la economía como disciplina científica. Tal vez

no sea posible rechazar de forma concluyente a teorías económicas por

medio de los métodos econométricos pero eso no significa que nada útil

de los intentos de probar formulaciones particulares de una teoría dada

contra alternativas rivales posibles. De manera similar, el hecho de que

la modelística econométrica está inevitablemente sujeta al problema de

las investigaciones de especificación no significa que toda esa actividad

carezca de sentido. Los modelos econométricos son herramientas

importantes para el pronóstico y el análisis de políticas y no es probable

que sean descartados en el futuro. El reto consiste en reconocer sus

limitaciones y trabajar hacia el objetivo de convertirlos en herramientas

más confiables y efectivas. Además, parece que no existen alternativas

viables a este simple hecho.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

65

Page 66: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Aigner, D. J. 1985. The residential electricity timeofuse pricing

experiments: what have we learned? In Social Experimentation, ed. J.

A. Hausman and D. A. Wise, Chicago: University of Chicago Press.

Aitken, A. C. 19345. On least squares and linear combinations of

observations. Proceedings of The Royal Society of Edinburgh 55, 4-28.

Allen, R. G. D. and Bowley, A. L. 1935. Family Expenditure. Londres: P. S.

King.

Almon, S. 1965. The distributed lag between capital appropriations and

net expenditures. Econometrica 33, 178-96.

Amemiya, T. 1983. Nonlinear regression models. In Handbook of

Econometrics, ed. Z. Griliches and M. D. Intriligator, Vol. 1,

Amsterdam: NorthHolland.

Amemiya, T. 1984. Tobit models: a survey. Journal of Econometrics 24-

31.

Anderson, T. W. and Rubin, H. 1949. Estimation of the parameters of a

single equation in a complete system of stochastic equations. Annals

of Mathematical Statistics 20, 46-63.

Aoki, M. 1976. Dynamic Economic Theory and Control in Economics.

Nueva York: American Elsevier.

Balestra, P. and Nerlove, M. 1966. Pooling cross section and time series

data in the estimation of a dynamic model: the demand for natural

gas. Econometrica 34, 585-612.

66

Page 67: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Basmann, R.L. 1957. A generalized classical method of linear estimation

of coefficients in a structural equation. Econometrica 25, 77-83.

Benini, R. 1907. Sull'uso delle formole empiriche a nell'economia

applicata. Giornale degli economisli, 2nd series, 35, 105-363.

Bergstrom, A.R. 1984. Continuous time stochastic models and issues of

aggregation over time. In Handbook of Econometrics, ed. Z. Griliches

and M.D. Intriligator, Vol. 2, Amsterdam: North Holland.

Boskin, M.J. 1974. A conditional logit model of occupational choice.

Journal of Political Economy 82, 389-98.

Box, G.E.P. and Jenkins, G.M. 1970. Time Series Analysis: Forecasting

and Control. San Francisco: Holden-Day.

Breusch, T.S. and Pagan, A.R. 1980. The Lagrange multiplier test and its

applications to model specification in econometrics. Review of

Economic Studies 47, 239-53.

Brown, T.M. 1952. Habit persistence and lags in consumer behaviour.

Econometrica 20, 355-71.

Brundy, J.M. and Jorgenson, D.N. 1971. Efficient estimation of

simultaneous equations by instrumental variables. Review of

Economics and Statistics 53, 207-24.

Burns, A.F. and Mitchell, W.C. 1947. Measuring Business Cycles. Nueva

York: Columbia University Press for the National Bureau of Economic

Research.

67

Page 68: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Cagan, P. 1956. The monetary dynamics of hyperinflation. In Studies in

the Quantity Theory of Money, ed. M. Friedman, Chicago: University of

Chicago Press.

Cameron, A.C. and Trivedi, P.K. 1986. Econometric models based on

count data: comparisons and applications of some estimators and

tests. Journal of Applied Econometrics I, 29-53.

Champernowne, D. G. 1948. Sampling theory applied to autoregressive

sequences. Journal of The Royal Statistical Society Series B, 10, 204-

31.

Chow, G.C. 1975. Analysis and Control of Dynamic Economic Systems.

Nueva York: John Wiley.

Chow, G.C. 1981. Econometric Analysis by Control Methods. Nueva York:

John Wiley.

Chow, G.C. 1983. Econometrics. Nueva York: McGrawHill.

Chow, G.C. 1984. Random and changing coefficient models. In Handbook

of Econometrics, ed. Z. Griliches and M. D. Intriligator, Vol. 2,

Amsterdam: North Holland.

Christ, C.F. 1952. Economic Theory and Measurement: a twenty year

research report, 193252. Chicago: Cowles Commission for Research in

Economics.

Christ, C.F. 1966. Econometric Models and Methods. Nueva York: John

Wiley.

68

Page 69: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Christ, C.F. 1983. The founding of the Econometric Society and

Econometrica. Econometrica 51, 35.

Christ, C.F. 1985. Early progress in estimating quantitative economic

relations in America. American Economic Review, December, 39-52

(supplementary information and statistical summaries).

Cochrane, P. and Orcutt, G.H. 1949. Application of least squares

regression to relationships containing autocorrelated error terms.

Journal of Ihe American Statistical Association 44, 32-61.

Cooley, T.F. and Leroy, S.F. 1985. Atheoretical macroeconometrics: a

critique. Journal of Monetary Economics 16, 283368.

Cooper, R.L. 1972. The predictive performance of quarterly econo metric

models of the United States. In Economelric Models of Cyclical

Behaviour, ed. B.G. Hickman, Studies in Income and Wealth 36, Vol. 2,

813-925.

Cox, D.R. 1961. Tests of separate families of hypotheses. Proceedings of

Ihe Fourlh Berkeley Symposium on Malhemalical Slalislics and

Probability, Vol. I, Berkeley: University of California Press, 105-23.

Cox, D.R. 1962. Further results of tests of separate families of

hypotheses. Journal of Ihe Royal Statistical Society, Series B, 24, 406-

24.

Creedy, J. 1986. On the King-Davenant 'law' of demand. Scottish Journal

of Political Economy 33, August, 193-212.

69

Page 70: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Cross, R. 1982. The Duhem-Quine thesis, Lakatos and the appraisal f of

theories in macroeconomics. Economic Journal 92, 320-40.

Davenant, C. 1698. Discourses on the Publick Revenues and on the 1

Trade of England, Vol. I. Londres.

Davidson, J.E.H., Hendry, D.F., Srba, F. and Yeo, S. 1978. Econometric

modelling of the aggregate timeseries relationship between

consumers' expenditure and income in the United Kingdom. The

Economic Journal 88, 66-192.

Dhrymes, P. 1971. A simplified estimator for largescale econometric

models. Australian Journal of Statistics 13, 168-75. I

Dickey, D.A. and Fuller, W.A. 1979. Distribution of the estimators for

autoregressive time series with a unit root. Journal of the American

Statistical Association 74, 427-31.

Dickey, D.A. and Fuller, W.A. 1981. The likelihood ratio statistics for

autoregressive time series with a unit root. Econometrica 49, 105-222.

Doan, T., Litterman, R. and Sims, C.A. 1984. Forecasting and conditional

projection using realistic prior distributions. Econometric Reviews 3, 1-

100.

Domenich, T. and McFadden, D. 1975. Urban Travel Demand: A

Behavioural Analysis. Amsterdam: North Holland.

Dreze, J.H. and Richard, JF. 1983. Bayesian analysis of simultaneous

equation systems. In Handbook of Econometrics, ed. Z. Griliches and

M. D. Intriligator, Vol. I. Amsterdam: North Holland.

70

Page 71: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Duncan, G. 1980. Formulation and statistical analysis of the mixed

continuous/discrete variable model in classical production theory.

Econometrica 48, 839-52.

Durbin, J. and Watson, G.S. 1950. Testing for serial correlation in least

squares regression I. Biometrika 37, 409-28.

Durbin, J. and Watson, G.S. 1951. Testing for serial correlation in least

squares regression II. Biometrika 38, 159-78.

Eisner, R. and Strotz, R.H. (1963). Determinants of business investment.

In Commission on Money and Credit, Impacts of Monetary Policy,

Englewood Cliffs, NJ: Prentice-Hall, 593-37.

Engle, R.F. 1984. Wald likelihood ratio and Lagrange multiplier tests in

econometrics. In Handbook of Econometrics, Vol. 2, ed. Z. Griliches

and M. D. Intriligator, Amsterdam: North Holland.

Engle, R. F., Hendry, D.F. and Richard, J.F. 1983. Exogeneity.

Econometrica 51, 277-304.

Evans, G.B.A. and Savin, N.E. 1981. Testing for unit roots I. Econometrica

49, 753-77.

Evans, G.B.A. and Savin, N.E. 1984. Testing for unit roots II.

Econometrica 52, 124-170.

Ferber, R. and Hirsch, W.Z. 1982. Social Experimentation and Economic

Policy. Cambridge: Cambridge University Press.

Fisher, F.M. 1966. The Identification Problem in Econometrics. Nueva

York: McGraw-Hill.

71

Page 72: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Fisher, I. 1930. The Theory of Interest. Nueva York: Macmillan.

Reprinted, Philadelphia: Porcupine Press, 1977.

Fisher, I. 1937. Note on a shortcut method for calculating distributed

lags. Bulletin de l'Institut International de Statistique 29, 32-37.

Friedman, M. 1957. A Theory of the Consumption Function. Princeton:

Princeton University Press.

Frisch, R. 1933a. Editorial. Econometrica I, 14.

Frisch, R. 1933b. Pitfalls in the Statistical Construction of Demand and

Supply Curves. Leipzig: Hans Buske Verlag.

Frisch, R. 1934. Statistical Confluence Analysis by Means of Complete

Regression Systems. Oslo: University Institute of Economics.

Frisch, R. 1936. Note on the term 'Econometrics'. Econometrica 4, 95.

Geary, R.C. 1949. Studies in relations between economic time series.

Journal of the Royal Statistical Society, Series B 10, 14058.

Godfrey, L.G. and Wickens, M.R. 1982. Tests of misspecification using

locally equivalent alternative models. In Evaluation and Reliability of

Macroeconomic Models, ed G.C. Chow and P. Corsi, Nueva York: John

Wiley.

Granger, C.W.J. 1969. Investigating causal relations by econometric

models and cross-spectral methods. Econometrica 37, 42438.

Griliches, Z. 1967. Distributed lags: a survey. Econometrica 35, 16-49.

72

Page 73: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Griliches, Z. 1986. Economic data issues. In Handbook of Econometrics,

ed. Z. Griliches and M.D. Intriligator, Vol. 3, Amsterdam: North

Holland.

Haavelmo, T. 1943. Statistical testing of business cycle theories. Review

of Economics and Statistics 25, 13-18.

Haavelmo, T. 1944. The probability approach in econometrics.

Econometrica 12, Supplement, 11-18.

Hansen, L.P. 1982. Large sample properties of generalized method of

moments. Econometrica 50, 102-54.

Hansen, L.P. and Sargent, T.J. 1980. Formulating and estimating dynamic

linear rational expectations models. Journal of Economic Dynamics

and Control 2, 7-46.

Hansen, L.P. and Singleton, K.J. 1982. Generalized instrumental variables

estimation of nonlinear rational expectations models. Econometrica

50, 126-86.

Hart, B.S. and von Neumann, J. 1942. Tabulation of the probabilities for

the ratio of mean square successive difference to the variance. Annals

of Mathematical Statistics 13, 207-14.

Hausman, J.A. 1978. Specification tests in econometrics. Econometrica

46, 125-172.

Hausman, J.A. 1983. Specification and estimation of simultaneous

equation models. In Handbook of Econometrics, Vol. 1, ed. Z. Griliches

and M. D. Intriligator, Amsterdam: North Holland.

73

Page 74: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Hausman, J. and Wise, D.A. 1979. Attrition bias in experimental and

panel data: the Gary income maintenance experiment. Econometrica

47, 45-57.

Hausman, J.A. and Wise, D.A. 1985. Social Experimentation. Chicago:

University of Chicago Press for the National Bureau of Economic

Research.

Hausman, J.A., Hall, B.H. and Griliches, Z. 1984. Econometric models for

count data with application to the patents R & D relationship.

Econometrica 52, 909-1038.

Heckman, J.J. and Singer, B. 1984. Econometric duration analysis. Journal

of Econometrics 24, 631-32.

Heckman, J.J. and Willis, R. 1977. A betalogistic model for the analysis of

sequential labour force participation by married women. Journal of

Political Economy 85, 27-58.

Hendry, D.F. 1976. The structure of simultaneous equations estimators.

Journal of Econometrics 4, 51-88.

Hendry, D.F. and Richard, JF. 1982. On the formulation of empirical

models in dynamic econometrics. Journal of Econometrics 20, 3-33.

Hooker, R.H. 1901. Correlation of the marriage rate with trade. Journal of

the Royal Statistical Society 44, 485-92.

Hsiao, C. 1983. Identification. In Handbook of Econometrics, Vol. I, ed. Z.

Griliches and M.D. Intriligator, Amsterdam: North Holland.

74

Page 75: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Hsiao, C. 1985. Benefits and limitations of panel data. Econometric

Reviews 4, 121-74.

Jorgenson, D.W. 1966. Rational distributed lag functions. Econometrica

34, 135-49.

Kendall, M.G. 1968. The history of statistical methods. In International

Encyclopedia of the Social Sciences, ed. D.L. Sills, Vol. 15, Nueva York:

Macmillan and The Free Press, 224-32.

Keynes, J.M. 1921. A Treatise on Probability. Londres: Macmillan. Keynes,

J.M. 1939. The statistical testing of business cycle theories. Economic

Journal 49, 558-68.

Klein, L.R. 1947. The use of econometric models as a guide to economic

policy. Econometrica 15, 111-51.

Klein, L.R. 1950. Economic Fluctuations in the United States 1921-1941.

Cowles Commission Monograph No.11, Nueva York: John Wiley.

Klein, L.R. 1971. Whither econometrics? Journal of the American

Statistical Society 66, 415-21.

Klein, L.R. and Goldberger, A.S. 1955. An Econometric Model of the

United States, 1929-1952. Amsterdam: North Holland.

Koopmans, T.C. 1937. Linear Regression Analysis of Economic Time

Series. Haarlem: De Erven F. Bohn for the Netherlands Economic

Institute.

Koopmans, T.C. 1949. Identification problems in economic model

construction. Econometrica 17, 125-44.

75

Page 76: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Koopmans, T.C. 1950. When is an equation system complete for

statistical purposes? In Statistical Inference in Dynamic Economic

Models, ed. T.C. Koopmans, Cowles Commission Monograph No.10,

Nueva York: John Wiley.

Koopmans, T.C., Rubin, H. and Leipnik, R.B. 1950. Measuring the

equation systems of dynamic economics. In Statistical Inference in

Dynamic Economic Models, ed. T.C. Koopmans, Cowles Commission

Monograph No. 10, Nueva York: John Wiley.

Koyck, L.M. 1954. Dislribuled Lags and Investment Analysis. Amsterdam:

North Holland.

Kuh, E. 1959. The validity of cross-sectionally estimated behaviour

equations in time series applications. Econometrica 27, 197-214.

Lawson,T. 1981. Keynesian model building and the rational expectations

critique. Cambridge Journal of Economics 5, 311-26.

Leamer, E.E. 1978. Specification Searches: Ad Hoc Inference with

Nonexperimental Data. Nueva York: John Wiley.

Leamer, E.E. 1983. Let's take the con out of Econometrics. American

Economic Review 73, 31-43.

Leamer, E.E. 1985a. Vector autoregressions for causal inference. In

Carnegie-Rochester Conference Series on Public Policy 22, ed. K.

Brunner and A.H. Meltzer, Amsterdam: NorthHolland, 255-304.

Leamer, E.E. 1985b. Sensitivity analyses would help. American Economic

Review 85, 308-13.

76

Page 77: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Leamer, E.E. 1986. A Bayesian analysis of the determinants of inflation.

In Model Reliability, ed. D.A. Belsley and E. Kuh, Cambridge, Mass: MIT

Press.

Leamer, E.E. and Leonard, H. 1983. Reporting the fragility of regression

estimates. Review of Economics and Statistics 65, 306-17.

Lenoir, M. 1913. Études sur la formation et le mouvement des prix. Paris:

Giard et Briere.

Leontief, W.W. 1936. Quantitative input-utput relations in the economic

system of the United States. Review of Economic Slalislics 18, 105-25.

Leontief, W.W. 1941. The Struclure of American Economy, 1919-1929.

Cambridge, Mass: Harvard University Press.

Leontief, W.W. 1951. The Struclure of American Economy, 1919-1939.

2nd edn, Oxford: Oxford University Press.

Litterman, R.B. 1985. Forecasting with Bayesian vector autoregressions:

five years of experience. Journal of Business and Economic Slalislics 4,

25-38.

Liu, T.C. 1960. Underidentification, structural estimation and forecasting.

Economelrica 28, 855-65.

Lucas, R.E. 1972. Expectations and the neutrality of money. Journal of

Economic Theory 4, 103-24.

Lucas, R.E. 1973. Some international evidence on output-inflation

tradeoffs. American Economic Review 63, 326-34.

77

Page 78: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Lucas, R.E. 1976. Econometric policy evaluation: a critique. In The

Phillips Curve and Labor Markels, ed. K. Brunner and A.M. Meltzer,

Carnegie-Rochester Conferences on Public Policy, Vol. I, Amsterdam:

North Holland, 1986 [Traducción al español: Dr. Rafael Núñez Zúñiga,

2006].

Lyttkens, E. 1970. Symmetric and asymmetric estimation methods. In

Interdependent Systems, ed. E. Mosback and H. Wold, Amsterdam:

North Holland.

McAleer, M., Pagan, A.R. and Volker, P.A. 1985. What will take the con

out of econometrics? American Economic Review 75, 293-307.

Maddala, G.S. 1983. Limited Dependent and Qualilative Variables in

Econometrics. Cambridge: Cambridge University Press.

Maddala, G.S. 1986. Disequilibrium, self-selection, and switching models.

In Handbook of Econometrics, Vol. 3, ed. z. Griliches and M. D.

Intriligator, Amsterdam: North Holland.

Malinvaud, E. 1966. Statistical Methods of Econometrics. Amsterdam:

North Holland.

Manski, C.F. and McFadden, D. 1981. Structural Analysis of Discrete Data

with Econometric Applications. Cambridge, Mass: MIT Press.

Marschak, J. 1953. Economic measurements for policy and prediction. In

Studies in Econometric Melhod, ed. W.C. Hood and T.C. Koopmans,

Cowles Commission for Research in Economics Monograph No.14,

Nueva York: John Wiley.

78

Page 79: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Marschak, J. and Andrews, W.H. 1944. Random simultaneous equations

and the theory of production. Economelrica 12, 143-205.

Mitchell, W.C. 1928. Business Cycles: Ihe Problem in ils Selling. Nueva

York: National Bureau of Economic Research.

Moore, H.L. 1914. Economic Cycles: Their Law and Cause. Nueva York:

Macmillan Press.

Moore, H.L. 1917. Forecasting the Yield and the Price of Cotton. Nueva

York: Macmillan Press.

Morgan, M.S. 1986. Statistics without probability and Haavelmo's

revolution in econometrics. In The Probabilistic Revolution: Ideas in

the Social Sciences, ed. L. Kruger, G. Gigerenzer and M. Morgan,

Cambridge, Mass: M1T Press.

Mundlak, Y. 1961. Empirical production function free of manage ment

bias. Journal of Farm Economics 43, 44-56.

Mundlak, Y. 1978. On the pooling of time series and cross section data.

Econometrica 46, 69-85.

Muth, 1.F. 1961. Rational expectations and the theory of price

movements. Econometrica 29, 315-35.

Nelson, C.R. 1972. The prediction performance of the FRB-MIT-Penn

model of the US economy. American Economic Review 62, 902-17.

Nerlove, M. 1958a. Adaptive expectations and the cobweb phenom ena.

Quarterly Journal of Economics 72, 227-40.

79

Page 80: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Nerlove, M. 1958b. Distributed Lags and Demand Analysis. USDA,

Agriculture Handbook No.141, Washington, DC.

Nerlove, M., Grether, D. M. and Carvalho, E. L. 1979. Analysis of

Economic Time Series: A Synthesis. Nueva York: Academic Press.

Neumann, I. von. 1941. Distribution of the ratio of the mean square

successive difference to the variance. Annals of Mathematical

Statistics 12, 367-95.

Neumann, I. von. 1942. A further remark on the distribution of the ratio

of the mean square successive difference to the variance. Annals of

Mathematical Statistics 13, 86-8.

Orcutt, G.H. 1948. A study of the autoregressive nature of the time

series used for Tinbergen's model of the economic system of the

United States, 1919-1932. Journal of the Royal Statistical Society,

Series B 10, 145 (Discussion, 46-53).

Orcutt, G.H., Greenberger, M., Korbel, I. and Rivlin, A.M. 1961.

Microanalysis of Socioeconomic Systems: A Simulation Study. Nueva

York: Harper & Row.

Orcutt, G.H., Merz, I. and Quinke, H. (eds) 1986. Microanalytic Simulation

Models to Support Social and Financial Policy. Amsterdam: North

Holland.

Pagan, A.R. and Hall, A.D. 1983. Diagnostic tests as residual analysis.

Econometric Reviews 2, 152-18.

80

Page 81: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Paris, S.1. and Houthakker, H.S. 1955. The Analysis of Family Budgets.

Cambridge: Cambridge University Press.

Pesaran, M.H. 1981. Identification of rational expectations models.

Journal of Econometrics 16, 375-98.

Pesaran, M.H. 1987. The Limits to Rational Expectalions. Oxford: Basil

Blackwell.

Pesaran, M.H. and Deaton, A.S. 1978. Testing nonnested nonlinear

regression models. Econometrica 46, 677-94.

Pesaran, M.H. and Smith, R.P. 1985a. Keynes on econometrics. In

Keynes' Economics: methodological issues, ed. T. Lawson and M.H.

Pesaran, Londres: Croom Helm.

Pesaran, M.H. and Smith, R.P. 1985b. Evaluation of macroeconometric

models. Economic Modelling, April, 125-34.

Phillips, P.C.B. 1983. Exact small sample theory in the simultaneous

equations model. In Handbook of Econometrics, ed. Z. Griliches and

M.D. Intrilgator, Vol. I, Amsterdam: North Holland.

Phillips, P.C.B. 1986. Understanding spurious regressions in

econometrics. Journal of Econometrics 33, 31140.

Phillips, P.C.B. and Durlauf, S.N. 1986. Multiple time series regression

with integrated processes. Review of Economic Studies 53, 473-95.

Phillips, P.C.B. 1987. Time series regression with unit roots.

Econometrica (forthcoming).

81

Page 82: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Prothero, D.L. and Wallis, K.F. 1976. Modelling macroeconomic time

series. Journal of Ihe Royal Statistical Society, Series A 139, 468-86.

Quandt, R.E. 1982. Econometric disequilibrium models. Econometric

Reviews 1, 163.

Ramsey, 1.B. 1969. Tests for specification errors in classical linear least

squares regression analysis. Journal of the Royal Statislical Sociely,

Series B 31, 350-71.

Reiersol,O. 1941. Confluence analysis by means of lag moments and

other methods of confluence analysis. Econometrica 9, 1-24.

Reiersol, 0. 1945. Confluence Analysis by Means of Inslrumental Sels of

Variables. Stockholm.

Rosen, H.S. 1985. Housing behaviour and the experimental housing

allowance program: what have we learned? In Social Experimentation,

ed. J.A. Hausman and D.A. Wise, Chicago: University of Tin Chicago

Press.

Rothenberg, T.J. 1984. Approximating the distributions of economet Tin

ric estimators and test statistics. In Handbook of Econometrics, ed. Z

Griliches and M.D. Intriligator, Vol. 2, Amsterdam: North Holland.

Ruggles, R. and Ruggles, N. 1956. National Income Account and Income

Analysis. 2nd edn, Nueva York: McGraw-Hill.

Samuelson, P.A., Koopmans, T.C. and Stone, J.R.N. 1954. Report of the

evaluative committee for Econometrica. Econometrica 22, 14-16.

82

Page 83: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Sargan, J.D. 1958. The estimation of economic relationships using

instrumental variables. Econometrica 26, 393-415.

Sargan, J.D. 1964. Wages and prices in the United Kingdom: A Study in

Econometric Methodology. In Econometric Analysis for National

Economic Planning, ed. P.E. Hart, G. Mills and J.K. Whitaker, Londres:

Butterworths.

Sargent, T.J. 1973. Rational expectations, the real rate of interest and W,

the natural rate of unemployment. Brookings Papers on Economic

Activity No.2, 429-72.

Sargent, T.J. and Wallace, N. 1976. Rational expectations and the theory

of economic policy. Journal of Monetary Economics 2, 169-84.

Savin, N. E. 1973. Systems k-class estimators. Econometrica 41, W 112-

536.

Schultz, M. 1938. The Theory and Measurement of Demand. Chicago:

University of Chicago Press.

Schumpeter, J. A. 1954. History of Economic Analysis. Londres: George

Allen & Unwin.

Shiller, R. J. 1973. A distributed lag estimator derived from smoothness

priors. Econometrica 41,775-88.

Sims, C.A. 1972. Money, income and causality. American Economic

Review 62, 540-52.

Sims, C.A. 1980. Macroeconomics and reality. Econometrica 48, 14-8.

83

Page 84: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Sims, C.A. 1982. Policy analysis with econometric models. Brookings

Papers on Economic Activity No.1, 107-64.

Sims, C.A. 1986. Are forecasting models usable for policy analysis? W

Federal Reserve Bank of Minneapolis Review 10,2-16.

Slutsky, E. 1927. The summation of random causes as the source of v.

cyclic processes. In Problems of Economic Conditions, Vol. 3, Moscow.

English trans. in Econometrica 5, (1937), 105-46.

Solow, R.M. 1960. On a family of lag distributions. Econometrica 28, 393-

406.

Srivastava, V.K. 1971. Three-stage leastsquares and generalized double

kclass estimators: a mathematical relationship. International Economic

Review 12,312-16.

Stafford, F.P. 1985. Income maintenance policy and work effort: learning

from experiments and labour market studies. In Social

Experimentation, ed. J.A. Hausman and D.A. Wise, Chicago: University

of Chicago Press.

Stigler, G.J. 1954. The early history of empirical studies of consumer

behaviour. Journal of Political Economy 62, 95-113.

Stigler, G.J. 1962. Henry L. Moore and statistical economics.

Econometrica 30, 1-21.

Stone, J.R.N. 1945. The analysis of market demand. Journal of the Royal

Statistical Society Series A 108, 286-382.

84

Page 85: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Stone, J.R.N. et al. 1954a. Measurement of Consumers' Expenditures and

Behaviour in the United Kingdom, 192038, Vols. I and 2. Londres:

Cambridge University Press.

Stone, J.R.N. 1954b. Linear expenditure systems and demand analysis:

an application to the pattern of British demand. Economic Journal

64,51-127.

Stone, J.R.N. 1978. Keynes, political arithmetic and econometrics. British

Academy, Seventh Keynes Lecture in Economics.

Stone, J.R.N. 1984. The accounts of society. Nobel Memorial lecture.

Reprinted in Journal of Applied Econometrics I, (1986), 5-28.

Theil, H. 1954. Estimation of parameters of econometric models. Bulletin

of International Statistics Institute 34, 12-28.

Theil, H. 1958. Economic Forecasts and Policy. Amsterdam: North

Holland; 2nd edn, 1961.

Tinbergen, J. 192930. Bestimmung und Deutung von Angebotskurven:

ein Beispiel. Zeitschrift fur Nationalokonomie 1, 669-79.

Tinbergen, J. 1937. An Econometric Approach to Business Cycle

Problems. Paris: Herman & Cie Editeurs.

Tinbergen, J. 1939. Statistical Testing of Business Cycle Theories. Vol. I:

A Method and its Application to Investment activity; Vol. 2: Business

Cycles in the United States of America, 1919-1932. Geneva: League of

Nations.

85

Page 86: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Tobin, J. 1958. Estimation of relationships for limited dependent

variables. Econometrica 26, 24-36.

Treadway, A.B. 1971. On the multivariate flexible accelerator.

Econometrica 39, 845-55.

Trivedi, P.K. 1975. Time series analysis versus structural models: a case

study of Canadian manufacturing behaviour. International Economic

Review 16, 587-608

Wallis, K.F. 1977. Multiple time series analysis and the final form of

econometric models. Econometrica 45, 148-197.

Wallis, K. 1980. Econometric implications of the Rational Expectations

Hypothesis. Econometrica 48, 49-73.

Wegge, L.L. 1965. Identifiability criteria for a system of equations as a

whole. Australian Journal of Statistics 3, 67-77.

Whewel\, W. 1850. Mathematical Exposition of some Doctrines of

Political Economy: Second Memoir. Cambridge: Cambridge

Philosophical Society, 1856, Transaction 9, Pt. I. Philosophical Society.

White, H. 1981. Consequences and detection of misspecified nonlinear

regression models. Journal of the American Statistical Association 76,

4-33.

White, H. 1982. Maximum likelihood estimation of misspecified models.

Econometrica 50, 1-26.

Whittle, P. 1963. Prediction and Regulation by Linear Leastsquares

Methods. Londres: English Universities Press.

86

Page 87: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Wickens, M. 1982. The efficient estimation of econometric models with

rational expectations. Review of Economic Studies 49, 55-68.

Wicksteed, P.H. 1889. On certain passages in Jevons's theory of political

economy. The Quarterly Journal of Economics 3, 293-314.

Wold, H. 1938. A Study in the Analysis of Stationary Time Series.

Stockholm: Almqvist and Wiksel.

Working, E.J. 1927. What do statistical 'demand curves' show? Quarterly

Journal of Economics 41, 212-35.

Wright, P.G. 1915. Review of economic cycles by Henry Moore. Quarterly

Journal of Economics 29, 631-41.

Wright, P.G. 1928. The Tariff on Animal and Vegetable Oils. Londres.

Macmillan for the Institute of Economics.

Yule, G.U. 1895, 1896. On the correlation of total pauperism with

proportion of outrelief. Economic Journal 5, 60311; 6, 61-123.

Yule, G.U. 1915. Crop production and price: a note on Gregory King's

law. Journal of the Royal Statistical Society 78, March, 29-68.

Yule, G.U. 1921. On the timecorrelation problem, with special reference

to the variatedifference correlation method. Journal of the Royal

Statistical Society 84, 497-526.

Yule, G.U. 1926. Why do we sometimes get nonsense correlations

between timeseries? A study in sampling and the nature of timeseries.

Journal of the Royal Statistical Society 89, 1-64.

87

Page 88: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

Zellner, A. 1962. An efficient method of estimating seemingly unrelated

regressions and tests for aggregation bias. Journal of the American

Statistical Association 57, 348-68.

Zellner, A. 1979. Statistical analysis of econometric models. Journal of

the American Statistical Association 74, 628-43.

Zellner, A. 1984. Basic Issues in Econometrics. Chicago: University of

Chicago Press.

Zellner, A. 1985. Bayesian econometrics. Econometrica 53, 253-70.

Zellner, A. and Palm, F. 1974. Time series analysis and simultaneous

equation econometric models. Journal of Econometrics 2, 17-54.

Zellner, A. and Theil, H. 1962. Three stage least squares: simultaneous

estimation of simultaneous equations. Econometrica 30, 54-78.

TÉRMINOS RELACIONADOS

- Análisis de series de tiempo

- Economía matemática

- Estimación

- Modelos macroeconométricos

88

Page 89: La Econometrìa Articulo The New Palgrave

- Problemas de especificación en

econometría

- Prueba de hipótesis

F I N

89