10
Paidós Básica Últimos títulos publicados: 11. 12 . 13 . 14. 15 . 16. E Jaque s - La forma d e l ti e mpo L. A White - t ec nolo g ía medieval y cambio social C . G Hempel - La explicación científica P. Honigsheim - Max Weber R D. Laing y D G Cooper - Ra z ón y violencia C K. Ogden e l A Richard s - El s i gnificado d e l s i gn ificado D l Slobin - Introducción a la psicolingüística M . Deutsch y R M. Krauss - Teorías en psicolo a social H . G e rth y C Wrigbt M ili s - Carácter y estructura s ocial C. Stevenson Etica y l e na-uaje A A Moles - Sociodinámica. ~ la c ultura C. S N ino - Ética y der ec hos human os G . D e l euze y F . Guattari - El Anti-Edipo G S Kirk El mito. Su significado y funciones en la A nti g üedad y otra s culturas K. W Deut sc h - Los nervios del gobiemo M . Mead Educación y cultura en Nueva Guinea K. Lorenz - Fundamentos de la etología G Clark - La identidad del hombr e J Kogan - Filosofía de la imaginación G S . Kirk - Los po e mas de Homero M . Au s tin y P. Vidal Naquet Economía y sociedad e n la antigua Grecia B . Ru sse  Introducción a la .filosofía mat e mática G Duby - Europa en l a Edad Media C Lévi Straus s - L a alfarera celosa J W Vander Zanden - Manual d e psicolo gi a social J Piaget y otro s - Construcción validación d e la s t e orías científicas S J Ta y lor y R Bogdan Introducción a los métodos cualitativos d e in vest i g ación H . M . Feinstein - La formación de Wi ll iam ]am es H. Gardn e r - A rte  ment e cerebro W H. Ne wton Smith - La ra c ionalidad d e la ci e ncia C. Lévi Strau ss - Antropo lo gía estructur al L. Fe s tinger y D . Katz - Los métodos de investigación en las ci e n cias soc iale s Arrillaga Torr e n s - La naturale z a d e l conocer M Mead - Experiencias personales y científicas de un a antropólo g a C. Lévi Straus s - Tristes trópicos G D e leuze Lógica d e l sent ido R Wuthnow - A nálisis cultural G . Deleuz e - El pliegue R Rorty J B Schneewind y Q . Skinner - La filosofía e n l a historia J Le Goff - Pensar la historia J Le Goff -  J orden de la memoria S . Toulmin y J Goodfi e ld - E l descubrimiento del ti e mpo P . Bow-dieu La ontología política d e Ma rt in H e ide gge r R . Rorty - Contin ge n cia  ironía solidar idad M. Cruz - Filosofía de l a hi sto ria M Blanchot -  í espacio literario T. Todorov - Crítica d e la c rítica 17. - 18. 19 . 20. 21. 22. 23. 24. 25 . 26 . 27. 28. 29. 30 . 31. 32 . 33. 34. 35 . 36 . 37. 38. 39 . 40. 4 1 42. 43. 44. 45. 46. 47. 48. 49. . 5 1. 52. 53. 54 . 55. 56. 57. 58. 59. 60. 61. H . White - El co nt e nido d e l a forma . F. R e lla E l si len ci o las palabr as T. Todorov - La s moral es d e la hi s toria R Koselleck Futuro pasad uturo pasado Para una semántica de los tiempos históricos edi iones P IDOS arcelona uenos ires éx  co

Kosselleck - Representación

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Paidós Básica

Últimos títulos publicados:

11.

12.

13.

14.

15.

16.

E

Jaques - La

forma del tiempo

L. A White - t ecnología medieval y cambio social

C.

G

Hempel -

La explicación científica

P.

Honigsheim

-

Max Weber

R

D.

Laing

y

D

G

Cooper

-

Ra

zón

y

violencia

C K. Ogden e l A

Richard

s - El significado del sign ificado

D l Slobin - Introducción a la psicolingüística

M. Deutsch y R M. Krauss -

Teorías

en

psicolo

a social

H. Gerth y

C Wrigbt

Milis -

Carácter y estructura social

C. L.

Stevenson

-

Etica y lena-uaje

A A Moles - Sociodinámica. la cultura

C. S Nino -

Ética y derechos

human

os

G. Deleuze y F . Guattari - El Anti-Edipo

G

S Kirk

El

mito. Su significado y funciones

en

la A ntig

üedad

y otras culturas

K. W

Deutsch -

Los nervios del

gobiemo

M. Mead Educación y cultura en Nueva Guinea

K.

Lorenz -

Fundamentos de la etología

G Clark -

La identidad del hombre

J Kogan -

Filosofía de la imaginación

G S. Kirk - Los poemas de Homero

M. Austin y P.

Vidal Naquet Economía y sociedad en la antigua Grecia

B. Ru sse 

Introducción a la .filosofía mat emática

G

Duby

- Europa en la

Edad

Media

C Lévi Straus

s -

La alfarera celosa

J W Vander

Zanden

- Manual de psicolo

gi

a social

J Piaget

y

otro

s -

Construcción validación de la s teorías científicas

S J Ta y

lor

y R Bogdan Introducción a los métodos cualitativos de investigación

H. M. Feinstein - La formación de William ]am es

H.

Gardn

er -

Arte  mente cerebro

W

H. Ne

wton Smith

-

La racionalidad de la

ci

encia

C. Lévi Strau

ss

-

Antropo

lo

gía estructural

L.

Fe

s

tinger

y D. Katz -

Los métodos de investigación en las ciencias sociales

R Arrillaga Torrens - La naturaleza d el conocer

M Mead - Experiencias personales y científicas de una antropóloga

C. Lévi Strauss - Tristes trópicos

G De

leuze

Lógica

del sentido

R Wuthnow

-

A nálisis cultural

G. Deleuze - El

pliegue

R

Rorty

J B Schneewind

y Q. Skinner -

La filosofía en la historia

J Le Goff - Pensar

la

historia

J

Le

Goff -

  J

orden de la memoria

S.

Toulmin

y J Goodfield - El descubrimiento del tiempo

P. Bow-dieu La

ontología política de

Ma

rtin Heidegger

R. Rorty - Contingencia  ironía solidaridad

M.

Cruz -

Filosofía de la historia

M Blanchot -

  í

espacio literario

T.

Todorov

-

Crítica de

la

crítica

17.

- 18.

19.

20.

21.

22.

23.

24.

25 .

26.

27.

28.

29.

30 .

31.

32.

33.

34.

35.

36.

37.

38.

39.

40.

4

1

42.

43.

44.

45.

46.

47.

48.

49.

.

5

1.

52.

53.

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55.

56.

57.

58.

59.

60.

61.

H.

White

-

El

co

ntenido de la forma.

F. Rella

E l silen

ci

o las palabr as

T.

Todorov

-

Las moral

es

de la

hi

storia

R Koselleck Futuro pasado

uturo pasado

Para

una

semántica

de los tiempos históricos

edi iones

P IDOS

arcelona

uenos ires

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 co

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Título original: Vergangene Zuhunft. Zur Semantih geschichtlicher Zeiten

Publicado en alemán por Suhrkamp Francfort

Traducción de Norberto Smilg

Cubierta de Eskenazi Asociados

1. edición 1993

Quedan rigurosamente prohibidas sin la autorización escrita de los titulares del Copyright ,

bajo las sanciones establecidas en las leyes la reproducción total o parcial de esht obra por

cualquier medio o procedimiento comprendidos la reprografía y el tratamiento informático

y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público.

©

1979 by Suhrkamp Verlag Francfort

©

de todas l

as

ediciones en castellano

Ediciones Paidós Ibérica

S.A.

Mariano Cubí 92 - 08021 Barcelona

y Editorial Paidós SAICF

Defensa 599 - Buenos Aires.

ISBN: 84-7509-905-X

Depósito legal: B-18.489/1993

Impreso en Hurope

S.A.

Recaredo 2 - 08005 Barcelona

Impreso en España - Printed in Spain

SUMARIO

Prólogo

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

11

Introducción

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

13

PRIMER P RTE

SOBRE

LA

RELACIÓN

ENTRE EL PASADO

Y

EL

FUTURO

EN LA HISTORIA RECIENTE

l.

Futuro

pasado del comienzo de la modernidad

. . . . . . .

21

2.

Historia magistra vitae

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

3.

Criterios históricos del concepto moderno de

revolución 67

4. La prognosis histórica en el

escrito de

Lorenz

von Stein

so-

bre la constitución prusiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87

SEGUND

P RTE

SOBRE LA TEORÍA Y EL

MÉTODO

DE LA DETERMINACIÓN DEL TIEMPO HISTÓRICO

5. Historia conceptual e historia social .   .   .

6.

Historia,

historias y

estructuras

formales del tiempo

..

7.

Representación,

acontecimiento y

estructura . . . . .

8.

El azar

como

residuo de motivación en la historiografía

9.

Compromiso con la situación y temporalidad

. .

 

.

TERCER

P RTE

SOBRE

LA

SEMÁNTICA DEL CAMBIO

HISTÓRICO

DE LA

EXPERIENCIA

10.

Sobre la semántica histórico-política de

los conceptos

con

-

trarios

asimétricos

.   .   . . . .   .   .

11. Sobre

la

di s

ponibilidad

de la historia .

..

  . .   . . . . .

12. Terror y

sueño

.

 

.   .

..

. . . .   . . .

105 . ..

127

141

155

173

205

251

267 /

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8

L FUTURO P S DO

13

«Modernidad»

287

14  «Espacio de experiencia» y «Horizonte de expectativa» dos

categorías históricas

333

Índice

de nombres 359

Índice analítico

365

Para elicitas oselleck

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140 TEORÍA Y MÉTODO DE LA DETERMINACIÚN DEL TIEMPO HISTÚRICO

te de la carencia de teoría de la

historia

y la remitió al

mundo

entero

como

campo

de acción

.

Desde entonces es posible

concebir la historia

como proceso que

se

ha

desligado de fuerzas inmanentes,

que

ya

no se puede derivar

sólo desde determinaciones naturales y que, por eso,

no

se puede se

guir

explicando suficientemente

de

forma causal. La dinámica

de

la

modernidad

se pone como sui géneris . Se trata

de

un proceso de ma

duración

cuyo

sujeto o sujetos sólo se descubren en la reflexión so

bte el propio proceso sin que

éste

se haga determinable. De

este

modo

la teología divina de entonces cae

en

la

ambigüedad

de los planes

humanos, como

se puede mostrar por

la ambivalencia del concepto

de

progreso, que se debe identificar siempre

como

finito e

infinito

a no ser que vuelva a su sentido

originario,

natural

y

espacial.

Igual

mente, el concepto moderno de

historia

recibe

su

ambivalencia

de

la obligación de

tener que

pensarlo como totalidad (aunque sea bajo

un precepto

previo de carácter estético),

pero sin

poder

ponerlo como

clausurado,

pues

se

sabe que el futuro

sigue

siendo desconocido.

párr.

36, pág. 71 sigs.; Kant: Idee zu

einer

llgemeinen

Ge

schichte in weltbürgerlicher

Absicht

9.•

prop.

Véase pág. 333 sig.

VII

REPRESENTACIÓN, ACONTECIMIENTO Y ESTRUCTURA*

Las cuestiones acerca de la representación, acerca

de

hasta

qué

punto la Historie

narra cuando

describe, apuntan,

en

el ámbito del

conocimiento,

a diferentes

tramos

temporales del movimiento histó

rico. El descubrimiento

de

que una

«historia»

está preformada ya

siempre extralingüísticamente

no

sólo

limita

el

potencial

de repre

sentación

sino

que reclama del historiador estudios objetivos

de la

existencia de las fuentes . Esto

entraña

indicadores

muy

diferencia

dos de los decursos temporales. Por eso, desde la perspectiva del his

toriador

se

puede

volver del revés la pregunta: se

trata

de diferentes

estratos del tiempo

que exigen

respectivamente

distintas

interven

ciones. Aquí

se da

también para

el

historiador una

decisión

previa.

El resultado lleva a

la representación

de

formas

diferenciables de par

ticipación,

con

lo

que

-hablando

con Agustín- narratio demonstra-

tioni similis

est}.

 

Anticipando mi tesis: en la praxis no se puede sos

tener un

límite

entre narración

y descripción, pero en la teoría de

los tiempos históricos los planos de

un tramo

temporal diferente no

se

pueden relacionar de forma

mutua

y completa. Para clarificar esta

tesis partiré,

en principio,

de

que los

«acontecimientos»

sólo se pue

den narrar

y

las

«estructuras»

sólo se

pueden

describir.

l

Los

acontecimientos,

que se delimitan ex post desde la infini

tud del

suceder

o

cuando

están

ligados

a actos desde la multitud

de los quehaceres- pueden ser experimentados por los contempo

ráneos

afectados como

un

contexto de acontecimientos, como

una

uni

dad

de sentido que se

puede narrar. En

eso

estriba

la

prioridad

de

los

informes de testigos oculares

que hasta entrado

el siglo XVIII

Este trabajo tiene

su

origen en

una

discusión que

sostuvo

el

grupo

de investi

gación «Poetik und

Hermeneutik>> en

una sesión

de

trabajo en

1970. Los resultados

fueron

publicados

po r

·Wolf-Dieter

Stempel y

por

mí con el título de

<<Geschichte

-Ereignis und Erzahlung   Poetik und Hermeneutik, S , Munich, 1972. Mi trabajo

se

refiere

especialmente a

las propuestas

de los señores Fellmann,

Fuhrmann

, Grei

mas, Jauss, Lübbe, Stierle, Stempel, Szondi y Taubes,

a

los que qu4 ro expresar aquí

mi agradecimiento

por

sus sugerencias .

l Agustín:

De

doctrina christiana II, XXIX, pág. 45.

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142

TEORtA Y MÉTODO DE LA DETERMINACIÚN DEL TIEMPO HISTÚRICO

fueron válidos como fuentes

primarias

especialmente fiables.

En

esto

consiste el gran

valor como fuente

de una

«historia»

narrada que re -

pite lo que sucede contemporáneamente a ella.

En principio el marco dentro del cual una

suma

de incidentes

se reúnen en

un

acontecimiento es la cronología natural. Por eso, la

corrección cronológica en la coordinación de todos los momentos que

fundan un

acontecimiento

pertenece

al

postulado

metódico de

una

narración

histórica.

Así,

en

el

sentido

del

curso histórico

del

tiempo

é iste

un límite para la división

(Simmel)

2

por debajo del

cual

se

descompone el acontecimiento.

Sólo

con un mínimo

de

anterioridad

y posterioridad se

constituye la

unidad

de sentido

que forma un acon-

tecimiento

a partir

de

los incidentes. El

contexto de

un acontecimien-

to, lo

que

le es

anterior

y posterior

puede

ampliarse; pero

su

consis-

tencia

queda

adherida en

cualquier

caso, al curso del tiempo. La

propia intersubjetividad

del contexto de

un

acontecimiento

en tanto

lo realizan sujetos

activos,

tiene

que estar

fijada

en el

retículo de la

serie

temporal. Sólo hay

que pensar en

las

historias del

comienzo

de las guerras de 1914 o 1939. o que sucedió realmente como la in-

terdependencia entre acciones y omisiones sólo se mostró a la

hora

siguiente, el día después

..

La transposición de experiencias inmedia tas en conocimiento

his-

tórico

se a

la

ruptura que

se

advierte

de

un

horizonte de

esperanza

ya pasado,

que

descubre

un

sentido inesperado-

queda

siempre obli-

gada por

el

curso cronológicamente mensurable.

Las retrospectivas

o

las prospectivas

como recurso estilístico

de la

representación (re-

cordemos los discursos de Tucídides), sirven

para

clarificar los mo-

mentos críticos o decisivos en el

curso

de la narración.

El antes y el después constituyen el horizonte de sentido de

una

narración -veni vidi, vici-

pero sólo

porque

la experiencia histó-

rica de

aquello

que

va a

producir un suceso está inserta

ya

siempre

en la necesidad

del

curso del

tiempo.

De esa misma manera

hay

que

leer la frase

de Schiller: la

historia del mundo

es

el juicio del

mun

do. o que se desecha del minuto1no lo restituye

ninguna

eternidad.

Incluso el que se resiste

a

sostener las consecuencias de la frase de

Schiller

como que hay que

hacer aflorar

la escatología en la realiza-

ción procesual de la historia

deberá

convertir la secuencia del tiem

po

histórico

en

el hilo

conductor

de

una

representación

para poder

narrar

con el

carácter irretornable de sus decursos

los contextos de

2. Georg Simmel: «Das Problem

der

historischen Zeit   Phi/os. Vortriige der Kant-

gese lls

chaft

, 12 ,

Berlín

1916, pág. 29.

REPRESENTACION, ACONTECIMIENTO Y ESTRUCTURA 143

acontecimientos

de

la

política

de la

diplomacia de

las guerras o

de

las

guerras

civiles.

Desde luego, la cronología

natural

carece de significado históri

co como tal, por lo que

Kant

exigía que la cronología

había

de regir-

se

por

la

historia

y no al revés, la

historia

por la cronología. Para

investigar

una

cronología histórica

-también para acontecimientos

es precisa su «estructuración». Por eso,

se

puede

hablar

en principio,

aunque

hoy

no sea usual de

una

estructura diacrónica. Hay estruc

turas diacrónicas que son inmanentes al curso de los acontecimien

tos. Cualquier

historia muestra

que tiene

su

inicio,

sus

puntos álgi-

dos, peripecias o crisis, y

su

final es inteligible

para

los protagonistas

que han participado en

ella.

En la

ventaja de posibilidades

en

el nú-

mero de adversarios

y,

sobre todo, en la limitación o emancipación

de determinados tempi hay que reconocer condiciones internas de

las consecuencias

de los acontecimientos, que, de

ese

modo, alcanzan

una

estructura diacrónica. Por eso, también es posible

comparar

en

un

plano determinado de abstracción o tipologización las secuencias

de revoluciones,

guerras

o historias de organizaciones políticas. Ade-

más de tales

estructuras

diacrónicas de acontecimientos, existen tam-

bién

estructuras

a

más

largo plazo de las

cuales

se

habla

hoy más.

2. Desde

la

exigencia previa de los

planteamientos

histórico

sociales

se

ha implantado en la Historie reciente la palabra

«estruc

tura»

específicamente «historia estructura1».

4

De modo que se con-

ciben como

estructuras

-atendiendo a

su

temporalidad- aquellos

contextos

que

no afloran en el decurso estricto de los acontecimien

tos

que ya

se

han

experimentado.

Indican más permanencia mayor

continuidad

cambios por

doquier

pero

en plazos

más largos. Con

las categorías del medio y

largo

plazo se formula

de

forma más pre-

tenciosamente temporal lo que en el

siglo

pasado se concebía como

«Condiciones».

La

«estratificación>> temporal en la palabra <<historia>>,

tendente a la significación de

lo estático

viene metafóricamente a

la

memoria

por la reduplicación en <<historia estructural».

Mientras

que

para los acontecimientos

que

se

pueden

narrar el

antes

y el

después son absolutamente

constitutivos la

exactitud

de

las determinaciones cronológicas es obviamente menos importante

para poder describir condiciones o plazos largos. Esto está ya

incluido

en el modo de la experiencia de

los

datos estructurales previos, que

3. Kant: Anthropologie (1798), bajo la dirección de Weischedel, VI, pág. 503.

4. Braudel Brunner Conze; sobre la concepción historiográfica véase Karl Georg

Faber: Theorie

der

Geschichtswissenschaft, Munich 1971, pág. 100 sigs.

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144

TEORIA Y MÉTODO DE L DETERMINACIÚN DEL TIEMPO HISTÚRICO

entran

a

formar parte

de los acontecimientos momentáneos corres-

pondientes pero

que preceden de

otra

manera a

esos acontecimien

tos como en un sentido

cronológico

del antes. Para ello se mencio-

nan algunas estructuras: formas

de organización

modos

de dominio

que no suelen

cambiar

de hoy

para mañana

pero que son presupues

tos de la acción

política.

O las fuerzas productivas y las relaciones

de producción

que

sólo

cambian

a largo plazo y a veces a saltos pero

que

condicionan

y

originan conjuntamente

el

acontecer

social.

Inte

-

  también

las relaciones amigo-enemigo

en

las

que

se incluyen

la guerra y

la

paz pero que también se pueden ajustar sin que

co

-

rrespondan a los intereses

de

los adversarios que por

eso

se discu-

ten. Aquí entran en

relación

con su disponibilidad

técnica

las circuns-

tancias espacio-geográficas

previas

por lo que surgen continuas

posibilidades de acción política y de formas sociales o económicas

de comportamiento. Hay que

mencionar

las formas inconscientes del

comportamiento que pueden

estar

guiadas por

instituciones o

que

crean sus propias instituciones pero que posibilitan tanto como li-

mitan

los ámbitos de juego de la experiencia y de la acción . También

hay que citar las consecuencias

naturales

de la generación que se-

gún

su

nivel de experiencia política incluyen posibilidades

para

la

formación de conflictos

o

para

la fundación de tradiciones sin

tener

en cuenta

los

comportamientos

generativos y

sus

consecuencias

transpersonales.

Finalmente

vienen al caso las costumbres y los sis-

temas jurídicos que regulan a medio o largo

plazo

los decursos de

la vida social o internacional.

Sin

querer ponderar

la relación mutua

entre

estas estructuras

se puede decir

en

conjunto

que

sus constantes temporales

apuntan

más

allá del ámbito cronológicamente registrable de la experiencia

de los participantes en

un

acontecimiento. Mientras los acontecimien-

tos son producidos o sufridos por sujetos determinables las estruc

turas como

tales son

supraindividuales e

intersubjetivas

. No

se

pueden reducir a personas individuales y raramente a grupos deter-

minables con exactitud. Por eso provocan metódicamente determi

naciones funcionales

. Así

las estructuras no se convierten en

mag-

nitudes extratemporales sino que más bien adquieren con frecuencia

un carácter procesual -como el que puede formar parte de

las

ex-

periencias del acontecer

cotidiano.

Por ejemplo

existen

procesos a largo

plazo

que se

imponen tan

to si

se combaten como si se

fomentan. Respecto al

período

fugaz

de

prosperidad industrial posterior

a la revolución del 48 se

podría

formular

la cuestión de si tuvo

lugar

a pesar de  o a

causa

de la ma-

 · 

REPRES

ENTACIÚN  ACONTECIMIENTO Y ESTRUCTURA

145

lograda revolución. Hay argumentaciones a favor y en contra; ningu

na es irrefutable pero ambas

nos

proporcionan

un

indicador de aquel

movimiento

que

se llevó a

cabo

a través de toda la

situación

política

de

revolución y reacción. Así es posible

que

la reacción haya actua

.

do en estos casos de

uria forma

posiblemente

más

revolucionaria que

la propia revolución. Por tanto  si

revolución

y reacción son

indica

dores de uno y el mismo movimiento que se alimentaba de las dos

situaciones

y

que fue impulsado

por

las dos

entonces esta pareja

dua-

lista de conceptos indica claramente un movimiento histórico

un

pro-

greso sin

retorno hacia un cambio estructural

a largo plazo

que

su-

pera el obstáculo

de

los pros y contras

políticos de

la

reacción

y

la

revolución.

Lo que es

hoy

una

refexión

metódica sobre la historia estructural

sólo puede corresponderse absolutamente con la experiencia cotidia-

na

de las generaciones que vivieron en aquella época. Las

estructu

-

ras y su transformación se pueden intercambiar empíricamente mien-

tras

que

sus

lapsos no

sobrepasen

la

unidad

del recuerdo de las

generaciones

vivas en ese

momento.

Desde luego

existen

estructuras que

son

tan

persistentes que

que -

dan conservadas en el inconsciente o en lo

desconocido de

los que

participaron en

ellas o

que cambian

a

tan largo

plazo

que se

sus-

traen

al conocimiento por experiencia de los

afectados.

Aquí sólo

la ciencia social o la istorie como ciencia

pueden informar

del pa-

sado

al

conducir más

allá de las

unidades

de experiencia de las ge-

neraciones

que

vivieron conjuntamente.

3.

En

el

ámbito

de experiencia del movimiento histórico los

acontecimientos

y

las

estructuras tienen

pues diversas extensiones

temporales que son tematizadas propiamente por la istorie como

ciencia. Corrientemente la representación de

estructuras

se aproxi-

ma

más a la descripción como

en

la antigua estadística del

absolu

tismo ilustrado; la representación de los acontecimientos se aproxi-

ma más

a la narración como la historia pragmática del siglo XVIII.

Del mismo modo  si se quisiera

organizar

la «

historia

» como

uno

de estos dos tipos significaría que se sientan preferencias

insufi-

cientes. Ambos planos el

de

los acontecimientos y el de las

estructu

ras

se

remiten mutuamente entre sí sin que el uno

forme

parte

del

otro.

Más aún

dependiendo

de

qué

se

investigue ambos

planos

in-

tercambian su valor

posicional

la relación entre su coordinación

mutua.

Así las series estadísticas temporales se

nutren

de acontecimien-

tos concretos e individuales que poseen su propio tiempo pero no

Page 7: Kosselleck - Representación

8/15/2019 Kosselleck - Representación

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146

TEORÍA Y MÉTODO DE LA DETERMINACIÓN DEL TIEMPO HISTÓRICO

alcanzan

capacidad

enunciativa estructural más que en el retículo

de plazos largos. La

narración

y la descripción

encajan

allí donde

el acontecimiento se

convierte

en presupuesto de enunciados estruc

turales.

Por

otra

parte las

estructuras más

o menos permanentes en todo

caso a largo plazo, son

condiciones

para los posibles

acontecimien

tos.

Que

una batalla pueda librarse en

los

tres

actos del veni vidi

vici presupone determinadas formas de

dominio,

disposición

técni

C¡i

sobre

las

circunstancias naturales presupone una situación abar

cable de

la

relación amigo-enemigo, etc., es decir,

estructuras

que per

tenecen al acontecimiento de esa batalla que forman parte de ella

en la medida en que la

condicionan. La

historia

de esta

batalla úni

ca, de la que

Plutarco informa

apodícticamente posee, pues dimen

siones

de diferente extensión temporal contenidas en la narración

o en

la

descripción y que

se extienden «antes»

de que

se reflexione

sobre el resultado que le confiere su «sentido» al acontecimiento de

la batalla. Por tanto, se trata de

estructuras in eventu

aprovechando

la expresión de H. R Jauss

sin perjuicio

del

contraseguro

herme

néutico de que su significado se convierte en concebible sólo

post

eventum.

Aquí

las

estructuras son

los motivos

generales

de

Montesquieu

5

que hacen

posible

que

una batalla pueda

llegar a

ser

también decisiva para la guerra debido a la contingencia de

su

acaecer.

Con

respecto a los acontecimientos individuales existen condi

ciones estructurales que posibilitan el transcurso de un

aconteci

miento. Tales

estructuras

pueden ser

descritas

pero también pue

den insertarse en el contexto narrativo si ayudan a clarificar los acon

tecimientos como causae no vinculadas cronológicamente.

Al

contrario las estructuras sólo se

pueden concebir

en el medio

de los acontecimientos en

los

que se articulan las estructuras que

se van

a

traslucir

a

través de

ellos. Un proceso jurídico-laboral

pue

de ser una

historia dramática

en el sentido de un «acontecimiento»

a l

mismo tiempo que

un

indicador de circunstancias

sociales,

ju

rídicas

o económicas a largo plazo-. Dependiendo de la problemáti

ca, se modifica el valor posicional de la

historia

narrada y el

modo

de reproducirla: en ese caso se le asigna una categoría temporal di

ferente. O

se

tematiza el lapso

de

antes y

de después del asunto del

proceso y de su procedencia

junto

con sus consecuencias o la histo-

S

Montesquieu:

Considérations sur les causes de

l

grandeur des omains et de

leur décadence cap.

XVIII

ed. Faguet), París 1951, pág. 475.

REPRESENTACIÓN, ACONTECIMIENTO Y ESTRUCTURA

147

ria se descompone en

sus

elementos y

adquiere

un

carácter

referen

cial para

aquellas

condiciones sociales que

hacen

inteligible el

de

curso

del acontecimiento.

La descripción de tales

estructuras

puede

ser incluso «más

dramática» que la narración

del

propio

proceso

jurídico-laboral. La relevancia perspectivist a de

un

enunciado narra-

tivo abarcante Jauss) - también puede ser

hermenéuticamente una

conditio sine qua

non

del conocimiento

histórico-

transfiere

su

pre

rrogativa a la relevancia perspectivista de un análisis

estructural

abarcan e.

Este procedimiento de gradación y estratificación se puede reali

zar desde el acontecimiento individual hasta la historia

universal.

Cuanto

más

restringido

sea

el contexto sistemático

cuanto

más lar

go

sea el plazo de

los

aspectos estructurales menos susceptibles se

rán de ser narrados en un antes y un después estrictamente cronoló

gico.

Sin embargo la «permanencia»

puede

convertirse

también

historiográficamente en un

acontecimiento.

Según el cambio

de

la

perspectiva las estructuras

pueden

introducirse como

un

complejo

particular en

un

contexto de acontecimientos

mayor,

como

ocurre

con la organización gremial m ercantil es decir, con estructuras de

un

radio de acción

medio. De

ese

modo,

obtienen

un

valor posicional

específico

que se

puede fijar cronológicamente,

por

ejemplo, para de

limitar mutuamente

los

modos de la economía y las relaciones de

producCÍón de una época. Una vez analizadas y descritas las estruc

turas

pueden ser narradas por ejemplo como factor

de contextos

abarcantes de acontecimientos. El

carácter

procesual de la historia

moderna no

se

puede concebir

en absoluto de otra manera más que

gracias a

la explicación

recíproca de los acontecimientos mediante

las

estructuras

y viceversa.

A

pesar

de

esto

queda

un

resto

insoluble una aporía

metódica

que no puede m ezclar acontecimiento y estructura. Existe un hiato

entre ambas

magnitudes porque a sus extensiones temporales no se

las

puede

o ~ z r

a

la congruencia

ni en la experiencia ni

en la

refle

xión

científica.

El entrecruzamiento

del

acontecimiento y la

estruc

tura no debe llevar a que se difuminen sus diferencias si, por otra

parte han de

conservar su

finalidad cognoscitiva de hacer

patente

la diversidad de niveles de cualquier historia.

El antes y el después de un acontecimiento conserva

su

propia

cualidad

temporal

que no puede ser reducida a

la

de la totalidad

por sus condiciones a plazo más largo. Cada acontecimiento produ

ce

más

y

también menos cuando

está incluido en

sus

circunstancias

 

Page 8: Kosselleck - Representación

8/15/2019 Kosselleck - Representación

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148

TEORÍA Y MÉTODO DE

LA

DETERMINACIÓN DEL TIEMPO HISTÓRICO

previas: de ahí

su

novedad, en algunos casos sorprendente.

6

Los pre

supuestos estructurales

de la

batalla

de

Leuthen

no

pueden explicar

nunca suficientemente por

qué Federico

el Grande ganó esta batalla

de la manera como lo hizo. Ciertamente el acontecimiento y las es

tructuras se remiten mutuamente: la organización del

ejército de

Fe

derico el Grande, su sistema de

reclutamiento

su intervención en

la

organización agrícola

de Ostelbien,

la

caja del ejército

y

la organiza

ción de impuestos que

se

implantaron a partir de ella, la táctica bé

lica

de Federico, según la tradición de

la

historia

militar:

todo

esto

hizo posible la victoria de Leuthen pero el 5

de

diciembre

de

1757

sigue

siendo único por su resultado cronológicamente

inmanente.

El curso

de

la

batalla

su

efecto político-bélico, el valor de

la

vic

toria en el contexto de la guerra de

los

Siete Años: todo esto

sólo

se

puede

narrar

cronológicamente para hacerlo patente de ese modo.

Pero Leuthen se convierte

en símbolo. Incluso

la

historia posterior

de Leuthen puede alcanzar un significado estructural. El

aconteci

miento adquiere un rango estructural. En

la

historia tradicional

de

la concepción prusiana del Estado por su efecto paradigmático pa

ra la revalorización del

riesgo

de guerra en la

planificación

militar de

la Alemania

prusiana

Dehio),

Leuthen se convirtió en

un

factor per

manente a largo plazo que sustituyó a aquellos presupuestos organi

zativos

de

tipo

estructural

que hicieron posible,

por

su

parte la

ba

talla de

Leuthen.

Así

pues

si

se

ponen en relación metódicamente

los

modos de re

presentación

con

los

espacios

temporales subordinados a ellos en

el

6 Me parece que aquí se da una

analogía

entre

el acontecimiento

histórico y la

obra de arte que, por cierto,

al convertirse

en

«acontecimiento» contiene

más y

al

mismo tiempo menos de lo que

había en sus

precedentes. Con

la

expresión «al mis

mo tiempo más y menos» queda definido el axioma de

la

unicidad. Esto no excluye

que

una

cantidad ilimitada de circunstancias previas

entren

a

formar

parte de he

cho e íntegramente de

un

acontecimiento

para hacer

que se convierta en realidad:

éste

es el

ámbito de las condiciones estructurales que en la historia

del

arte

se pue

den

explicar

como

tendencias estilísticas.

En

general no quisiera agotar

la analogía

entre

el acontecimiento y la

obra

de

arte hasta

el

punto de querer abarcar

el

marco

hermenéutico

de ambos.

Véase

el

trabajo

de

H.

R

Jauss:

«Zur Analogie

von litera

rischem und historischem

Ereignis»

en la obra citada anteriormente Geschichte

Ereignis

und Erziihlung . Cualquier acontecimiento histórico

encierra cualidades

temporales tanto en

su

realización como en

su

recepción:

la

permanencia la tensión

del

decurso

la aceleración etc., que desaparecen de la obra de arte una vez ha sido

creada. La expresión de que la

obra

de arte supera

el

tiempo retiene su sentido irre

basable precisamente

en

la comparación con los acontecimientos históricos. Si toda

historia tiene que ser historia

de los

efectos, y

de

la

recepción no

se puede decir que

todo lo que se efectúa

sea

de la

misma

condición.

REPRESENTACIÓN, ACONTECIMIENTO Y ESTRUCTURA

149

«ámbito de los

objetos»

de la historia se obtiene una consecuencia

triple: primero

no

se

funden

los planos

temporales por más que

se

condicionen mutuamente;

segundo

un acontecimiento pue de alcan

zar significado estructural -según el cambio del plano que

se

investigue-

así

como t e rcero

la <<duración» puede

convertirse

también en acontecimiento.

Esto nos

lleva a

la relación que existe entre ambos conceptos en

teoría

del conocimiento

que

hasta

ahora

sólo ha sido esbozada en

tre

su

modo de representación y los planos temporales que les co

rresponden.

4

Sería erróneo

querer

adjudicarle mayor realidad a

los

«acon

tecimientos» que a las mencionadas estructuras sólo porque los acon

tecimientos, en curso concreto

del

acontecer, permanecen adheridos

al antes y después que se efectúa

empíricamente

en

la

cronología na

tural.

La

Historie quedaría disminuida si estuviera obligada a la na

rración a costa

del

análisis de las estructuras cuya efectividad está

en otro plano temporal

no

siendo menor por ello.

Sin embargo hoy es corriente cambiar los planos de demostra

ción

en

la Historie

para

derivar uno a

partir

de otro

d e

otro

t ipo-

y

para

explicarlo.

Pero mediante

el

cambio de plano temporal

me

diante el paso

del

acontecimiento a la estructura y viceversa, no

se

resuelve el problema

de la derivabilidad: se

puede fundamentar todo,

pero no mediante

cualquier

cosa.

Cuál es la fundamentación válida,

o cuál debe serlo,

sólo

se puede decidir en una anticipación

teórica.

¿Cuáles son las estructuras

que

fijan el

marco para las

posibles

his

torias particulares? ¿Qué datos se convierten en acontecimientos, qué

acontecimientos se fusionan

en

el curso

de la

historia pasada?

Corresponde a

la historicidad

de nuestra ciencia que las diferen

tes preguntas previas no

puedan

ser reducidas a un

común

denomi

nador; clarificar sus planos temporales es una prescripción metódi

ca. Los acontecimientos y las estructuras son igualmente «abstractos>>

o «Concretos>> para el conocimiento

histórico

dependiendo del pla

no temporal en el que se

mueva. De

aquí que

estar

a

favor

o

en

con

tra de la realidad pasada no sea una alternativa.

Haremos

dos

observaciones al respecto desde la teoría

del

cono

cimiento: la facticidad ex post

de

los acontecimientos investigados

no es nunca idéntica a la totalidad de

los contextos

pasados que ha

bía que pensar como real en

otra época.

Cualquier acontecimiento

conocido y presentado históricamente vive de la ficción de lo fácti

co, pero la realidad

misma

es algo pasado. Por eso, se puede situar

un acontecimiento

histórico

pero

no

discrecional o arbitrariamen-

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8/15/2019 Kosselleck - Representación

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150 TEORÍA Y MÉTODO DE LA DETERMINACIÓN DEL TIEMPO HISTÓRICO

te. Pues la comprobación de las fuentes excluye lo

que

no se puede

decir.

Pero

no prescribe lo que se puede decir. El historiador queda

obligado negativamente por los

testimonios de la realidad pasada.

Cuando resalta significativamente

un

acontecimiento desde las fuen

tes se

aproxima, positivamente,

a un

narrador

literario

de

historias

que

ha

de

adherirse a la ficción

de lo fáctico

para

hacer

plausible

su historia de ese

modo.

El

contenido

de

realidad de los acontecimientos pasados que se

narran

no es,

pues,

mayor

-considerado

desde

la

teoría

del

conocimiento- que el contenido

de

realidad de las estructuras pa

sadas,

que posiblemente apunta más allá

del

saber

por

experiencia

de las generaciones de esa época. Las estructuras

más

permanentes,

sobre

todo

cuando afectaran a

la conciencia

o al

saber

de los que par

ticipan en

ellas

en

un

determinado

momento,

pueden ser

o

haber

si o

tanto

más «efectivas» cuanto menos

se desvanecen

en

la

tota

lidad en un acontecimiento particular que se puede efectuar empíri

camente. Pero esto sólo se

puede

constituir hipotéticamente.

El ca

rácter ficticio de

los

acontecimientos narrados corresponde, en el

plano de las estructuras, al carácter

hipotético

de su «realidad».

Pero

tales aspiraciones de

la

teoría del conocimiento no

pueden impedir

en absoluto a ningún historiador

que

se valga del carácter

ficticio

y

de

las

hipótesis para

comunic ar lingüísticamente la realidad

pasa

da como un resultado real.

Pero

para ello el historiador precisa de conceptos históricos que

tienen que

descubrir

la

gran

cantidad de

contextos

de los aconteci

mientos

pasados

del

mismo modo que deben

ser

comprendidos

en

la

actualidad

por él mismo y

por

sus

lectores.

No

se puede narrar

un acontecimiento sin representar alguna estructura, sin describir

algún proceso, sin que haya que

aplicar

conceptos históricos que per

miten «concebir» el

pasado. Pero

cada conceptualización abarca más

que

la

singularidad pasada, a

la

que ayuda a

concebir.

Ningún acon

tecimiento particular se

puede

narrar

lingüísticamente con catego

rías de

la misma

singularidad que las que puede

requerir

ese

acon

tecimiento

particular. En

principio, esto es

una

trivialidad. Pero hay

que recordarla, para

clarificar

la

pretensión

estructural

que

proce

de del uso ineludible de

los

conceptos históricos.

La semantología

histórica

7

muestra

que

todo concepto

que for

ma parte de una narración o representación -como

Estado,

demo-

7.

Véase mi introducción al

Diccionario

Geschichtliche Grundbegritfe Sttutgart,

1972.

REPRESENTACIÓN, ACONTECIMIENTO Y ESTRUCTURA

151

cracia,

ejército, partido, por citar

sólo

conceptos

generales-

hace

in

teligibles contextos

que no están

sometidos

a su singularidad. Los

conceptos nos

informan

no sólo de la

singularidad de

los significa

dos

pasados

para

nosotros ,

sino

que contienen

posibilidades estruc

turales,

tematizan la simultaneidad

de lo anacrónico,

que no puede

reducirse a una pura serie temporal de

la historia.

Los

conceptos, que

abarcan

estados de

cosas,

contextos

y proce

sos pasados, se convierten

para el

historiador

que los usa en

el cur

so del conocimiento, en categorías formales, que

se

aplican como con

diciones de

las historias

posibles.

Únicamente los conceptos

que

poseen pretensión

de

permanencia, posibilidad

de un

uso

repetido

y de realización empírica, es decir, conceptos con contenidos estruc

turales, desbloquean el camino según el cual una historia que en

su

momento

fue

«real» puede manifestarse

hoy

como posible

y

de

ese

modo, puede ser representada.

S. A partir de la diferente coordinación entre acontecimiento y

estructura y

desde

el contenido significativo

de

los conceptos histó

ricos, que cambia a

muy

largo plazo, se puede derivar

ahora

también

el

valor

cambiante

de la

antigua

Historia magistra vitae.

Sobre ello

haremos

una última

observación.

Los tramos temporales que se pueden tematizar de forma dife

rente en

los

procesos históricos ocasionan también teorías de

la

his

toria

que

se pueden diferenciar. Fabula docet fue

siempre

una fór

mula

vacía

que se podía rellenar de formas distintas y que -como

demuestra cualquier

refranero-

podía estar provista de indicacio

nes

prácticas contrapuestas.

Esto

respecto a su

contenido.

Desde la

estructura formal del tiempo hay que preguntar, por

el

contrario, en

qué

plano enseña,

puede

o debe enseñar, la Historie: en el

plano

de

los contextos de acción a

corto

plazo y de la

moral

referida a esas

situaciones,

para los cuales la Historie proporciona un modelo de ex

periencia.

O

en el

plano de

los

decursos a medio plazo,

desde los que

se pueden

extrapolar

tendencias del

futuro.

En este caso la Historie

informa sobre las condiciones del posible

futuro,

sin llegar

a

pronos

ticado.

O la Historie refiere al

plano

de la

permanencia

metahistóri

ca, que

no

es por eso intemporal. Aquí

viene al

caso el análisis

psicológico-social de

los

partidos

socialdemócratas

que

hace Robert

Michels, para derivar una regularidad en la formación de la elite -co

mo

indicación preventiva

para el comportamiento político-. Por otro

lado y por citar un

refrán, viene

al caso

el dicho «cuanto más

alta

es la subida, mayor la caída»,

que formula absolutamente

una posi

bilidad histórica, aunque

sólo

suela

ocurrir una

vez.

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8/15/2019 Kosselleck - Representación

http://slidepdf.com/reader/full/kosselleck-representacion 10/10

152

TEORÍA Y MÉTODO DE LA DETERMINACIÓN DEL TIEMPO HISTÓRICO

Allí

donde la Historie sólo informa acerca

de

la posibilidad

de

acontecimientos

que se pueden repetir debe indicar

condiciones

es-

tructurales

suficientes que

puedan reclamar

algo así como

un

acon

tecimiento

análogo. Tucídides o Maquiavelo,

menos Guicciardini pero

también Montesquieu o Robert Michels

han

contado hablando mo-

dernament e con tales condiciones

estructurales.

Pero

si se modifican

las

propias condiciones estructurales como

las de

la técnica la

de

la

economía

y,

de ese modo las de

la

sociedad

0 en

su

conjunto

y

las de

su

organización entonces como en

la

moder

nidad la Historie tiene que

informar en

primer

lugar

sobre las es-

tructuras que

se modifican.

Las propias estructuras

se

muestran

como variables

y

modificables

en

todo caso

ahora más

que antes.

También ellas

caen bajo la resaca de la

temporalización.

Éste

fue el

impulso originario

de

la escuela histórica que

surgió de

la

reflexión

acerca

de

la sorprendente

novedad de su propio presente. Pues

don-

de se

acortan

con una

velocidad

variable o sencillamente acelerada

los procesos

a

largo

plazo

de

otro tiempo

allí se

estrecha también

el ámbito de

la

experiencia teniendo

que

acomodarse permanente

mente. De este modo

la

peculiaridad de la historia

podría

llegar a

convertirse en axioma de todo conocimiento

histórico.

La

unicidad

de los acontecimientos -premisa teórica

tanto

del

historismo como del progreso- no sabe de

la

repetibilidad por lo

que no permite ninguna

indicación

práctica

inmediata.

En esto, la

«historia>> moderna

ha destronado

a

la

antigua historia

como magis-

tra vitae.

Pero

el axioma de la unicidad individual que acuña

el

con-

cepto

moderno

de historia no se refiere

tanto -considerado

estruc

turalmente- a la novedad

de

hecho

de

los acontecimientos que

suceden

como a la peculiaridad

del

conjunto de

las transformacio

nes de

la modernidad.

Esto

queda confirmado por lo que

hoy

se

ha

dado

en llamar «Cambio

estructural».

Pero de

aquí

todavía

no

se concluye

que por

eso se

elimine

tam

bién

el futuro

de

cualquier

uso de

la teoría

de la Historie. Las

teo-

rías se mueven en

un

plano temporal concebido teóricamente de

for-

ma

distinta. Tanto

la filosofía

de

la historia

como

la

prognosis

que

surgió diferencialmente de ella

enseñan

sobre el

pasado

para

poder

derivar desde

ahí

teorías e

indicaciones de

comportamiento para

el

futuro. Tocqueville,

Lorenz von Stein

o

Marx son testigos de

esto.

Si

se

abandona

el ámbito de experiencia tradicional

para internarse en

un futuro desconocido estamos ante

un

intento

de concebir

la

expe-

riencia

de

un

«tiempo

nuevo».

Desde este

momento

se modificó el

carácter

indicador de

una

«historia». El diagnóstico

y

el pronóstico

REPRESENTACIÓN, ACONTECIMIENTO Y ESTRUCTURA

153

se pueden

construir

en

lo

sucesivo -como en todo t iempo- sobre

estructuras

permanentes

de

tipo

natural

por así decirlo para

que

sea

posible

sacar

conclusiones

para

el

futuro

desde

la

repetibilidad

que se ha determinado teóricamente. Pero

esta

repetibilidad

no des-

cubre

como

es obvio, todo

el

ámbito

de experiencia

desde

la

Revolu-

ción

Francesa

y la

revolución

industrial.

El cambio

estructural a

largo

plazo

con lapsos

cada

vez

más

breves

ocasiona

predicciones

que

apun

tan a

las condiciones

del posible futuro y

no

a sus resultados

parti

culares

concretos.

s posible

predecir

el porvenir con tal de

que

no

se quiera profetizar lo particular

Lorenz

von

Stein).

8

La

historia particular ya no sirve

de ejemplo

para su

potencial

repetibilidad

a no ser que sea para

evitarla. Más

bien adquiere un

valor posicional para los enunciados estructurales para

el

aconte

cer

procesual.

Precisamente cuando se aduce la heterogeneidad de

los

fines como

un factor

de

constante

inseguridad el análisis

histó-

rico de las

estructuras

conserva su potencialidad como pronóstico.

Hoy

no

es

posible

ninguna

planificación económica

que

no se

remi-

ta

a

las experiencias

elaboradas

científicamente de

la

crisis

econó-

mica mundial en sí, única

de

1930. ¿Debe renunciar la

ciencia

histórica

a

su papel en

favor del

axioma de la unicidad?

La

Historie

señala

las

condiciones del futuro posible que no se pueden derivar

simplemente

de

la suma

de los acontecimientos

particulares.

Pero

en

los acontecimientos

que

ella

investiga

se

dibujan estructuras

que

condicionan a la vez que limitan el ámbito de juego para la

acción

en el

futuro. De ese modo

la Historie muestra los

límites

para

nues

tro

futuro posible

y

distinto sin

poder

renunciar por

ello, a las con-

diciones estructurales

de la repetibilidad

posible. Con otras

palabras:

sólo

se puede efectuar una crítica justificada a la garantía personal

voluntarista de los planificadores utópicos del futuro si la Historie

en tanto que magistra vitae no deduce sus teorías a partir

de

histo-

rias

sino

también

de las

estructuras

de movimiento de

nuestra

historia.

8. Véase pág. 87 sigs.