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Órgano de Expresión de la Juventud Comunista de España (marxista - leninista) www.jovenguardia.es [email protected] Huelga General: ¿Cómo y para qué? Nación, auto- determinación e independen- cia. Una cues- tión de clase Movimiento Estudiantil Manual de uso para una #Eurohuelga histórica Sobre la parte institucional del movimiento estudiantil. Entrevista a un representante estudiantil NOV-DIC 2012 10 NUM

JovenGuardia N 10

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En este número: - Huelga general, ¿cómo y para qué? - Nación, autodeterminación e independencia. Una cuestión de clase. - Movimiento estudiantil. - Manual de uso para una #Eurohuelga histórica. - Sobre la parte institucional del movimiento estudiantil. Entrevista a un representante estudiantil.

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Ó rga n o d e E x p re s i ó n d e l a J u ve nt u d C o m u n i s ta d e E s p a ñ a ( m a r x i s ta - l e n i n i s ta )

www.jovenguardia.es [email protected]

Huelga General: ¿Cómo y para qué?

Nación, auto-determinación e independen-cia. Una cues-tión de clase

Movimiento Estudiantil

Manual de uso para una #Eurohuelga histórica

Sobre la parte institucional del movimiento estudiantil. Entrevista a un representante estudiantil

NOV-DIC2012 10

NUM

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HUELGA GENERAL

¿Os imagináis a una oveja intentando negociar con un lobo las condiciones bajo las que se la comerá el lobo? Claro que no, por eso mismo el trabajador indivi-dual no tiene nada que hacer frente al capitalista y mu-cho menos frente a todo un Estado que funcione para los capitalistas. De esto surge la necesidad para la clase obrera de organizarse y luchar unida. Y en la necesidad de la lucha colectiva se llega a la máxima expresión de la lucha económica: la huelga. En todos los lugares donde se ha desarrollado el capitalismo las huelgas han sido y siguen siendo el instrumento de presión por la mejora de las condiciones de trabajo y el salario; especialmen-te cuando en crisis, los capitalistas intentan cargar las pérdidas sobre los obreros.

La huelga general es entonces la expresión de esa lu-cha de clases no ya en una empresa o en un sector, sino que se trata de la lucha de toda una clase contra otra. La huelga general expresa el conflicto de una voluntad (la de la clase obrera) contra otra (la de los capitalistas y sus gobiernos). Y actualmente nos encontramos en una fase histórica donde se van a suceder estas expresiones de la lucha de clases.

Antes y durante la huelgaEn las semanas previas a las huelgas generales evi-

dentemente se hace un trabajo de difusión de la con-vocatoria. Pero este trabajo de difusión ¿consiste so-lamente en la propaganda típica basada en vídeos y carteles o una circular en los tablones sindicales? A me-nudo, y para muchos trabajadores, esa es la única in-formación y convocatoria que reciben sobre la huelga.

Sin embargo, eso no significa que se haya hecho bien la difusión. La experiencia, por ejemplo en el movi-miento estudiantil, nos demuestra que para organizar una huelga o cualquier jornada de lucha es necesario hablar directamente con nuestros compañeros. Repar-to de panfletos, conversaciones en el trabajo, convo-catoria de asambleas y actos informativos, etc. Esa es

la forma de hacer las cosas: hablando con la gente, un trabajo real con las masas. Por esto, las huelgas gene-rales tienen dos cuestiones potenciales en su fase de preparación:

1. Nos da la posibilidad justamente de hablar con nuestros compañeros de cuestiones económicas y políticas directamente, lo que al mismo tiempo nos permite ir a otros temas como la necesidad de la organización de los trabajadores, tanto en el centro de trabajo como políticamente.

2. Y también nos da la posibilidad de revitalizar a los sectores más sanos de los sindicatos, tanto jóvenes como viejos sindicalistas que aún tienen ganas de pelear. La fase preparatoria, lo es todo.

Una huelga general consiste básicamente en dete-ner la producción, parar el funcionamiento del país. Se trata de la principal herramienta de presión de la clase obrera para negociar con los empresarios - o imponer-les - determinadas cuestiones. Desde luego una huelga general no es la revolución, no va a liberar definitiva-mente a la clase obrera, pero se trata de un simulacro

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¿Cómo y para qué?

siempre corremos el riesgo de no ser renovados si nos portamos mal, si no agachamos la cabeza. Por eso son necesarios los piquetes, que permiten a los trabajado-res en condiciones de inferioridad frente al empresario ejercer su derecho a huelga.

¿Para qué?Pero además de esto, debemos preguntarnos qué

podemos sacar de esta huelga. No sabemos cuánto efecto podrá tener sobre los capitalistas y sus políticos, entre otras cosas porque jamás hemos experimentado una huelga general en varios países a la vez y esta huel-ga tiene además un carácter económico general, no sobre una medida en concreto. Pero lo que debemos marcarnos como objetivos mínimos al menos es:

• Organizarnos en nuestros centros de estudio y tra-bajo, antes y después de la huelga.

• Darnos cuenta de cómo los empresarios hacen piña contra la huelga: en los centros de trabajo, en los medios de comunicación, desde los partidos políti-cos mayoritarios, etc. Todos ellos conforman el régi-men en España y se hace clave entender el objetivo político que se plantean los empresarios cuando hacen todo esto.

En esta expresión de la lucha de clases que es la huel-ga general, los trabajadores van a probar su fuerza y con la participación en los piquetes van a poder ver la verdadera cara del Estado, ya que este va a desplegar su potencial represor, quedando en evidencia su carác-ter y con ello removiendo la conciencia de muchos y muchas. Es en estas situaciones cuando comenzamos a darnos cuenta del papel del Estado en el capitalismo: defender y proteger al empresario por encima de todo, especialmente por encima de la clase obrera.

Y esta elevación de conciencia debe ser organizada y sostenida, siguiendo al pie del cañón en los centros de trabajo y estudio al día siguiente de la huelga.

muy importante en el que los trabajadores experi-mentemos lo que significa tener el país en nuestras ma-nos por un momento. En esa situación es posible para todos darnos cuenta de la importancia de los trabaja-dores en el sistema económico y comprobar la capaci-dad organizativa que tenemos la clase obrera.

Pero entonces para qué sirven exactamente los pi-quetes. Los capitalistas impiden el derecho a huelga y nosotros, los propios trabajadores, debemos garanti-zarlo. Si, la Constitución monárquica establece el de-recho a huelga como un derecho fundamental, pero sabemos que mientras haya capitalistas las leyes son papel mojado ante la fuerza del dinero. Por eso, la clase obrera organizada acude a las puertas de los centros de trabajo para intentar compensar la coacción de los empresarios a sus trabajadores. Como es lógico, al em-presario no le gusta que sus trabajadores hagan huelga —el lobo quiere seguir comiéndose a la oveja— por lo que suelen presionarnos para que no la hagamos. Es típica la frase de: “el que el día de la huelga no ven-ga, que no venga ya más”. Además siempre existe la presión invisible de que ante un contrato temporal,

Tras la masiva manifestación independentis-ta del pasado 11 de septiembre, la cuestión

nacional vuelve a ser un tema de discusión ha-bitual en tertulias y debates, y cada vez son más quienes se suman al carro y reivindican el derecho de las naciones a la autodeterminación. Reflexio-nando al respecto me planteo dos cuestiones: ¿qué es una nación? ¿es posible que ésta ejerza la autodeterminación?

Vayamos con la primera: una nación es una comunidad estable de personas que comparten una historia, un terri-torio, una vida económica y, sobretodo, una psicología (un sentimiento) que se refleja en su cultura. Al margen de que mi descripción sea más o menos acertada (en este asunto es difícil dar con la acepción más aceptada), creo que to-dos estaremos de acuerdo en que Catalunya es una nación, pero ¿eso la convierte en un ente homogéneo? En Catalun-ya, como en el resto del Estado Español, la sociedad se divi-de, principalmente, entre burgueses y proletarios, es decir, entre quienes controlan los medios de producción (super-mercados, fábricas, oficinas, almacenes…) y los que sólo tenemos nuestra fuerza de trabajo y, para subsistir, nos ve-mos obligados a venderla a cambio de un salario. ¿Pueden el burgués y el proletario tener los mismos intereses? No: el primero siempre querrá una mano de obra dócil y lo más ba-rata posible, para maximizar sus beneficios, mientras que el segundo querrá tener derechos y un salario digno. Entonces, ¿pueden embarcarse en un mismo proyecto (el de la inde-pendencia) el burgués y el proletario? Sí, pero sólo uno de ellos lleva el timón, con lo que tendremos que plantearnos si a quien se sube a un barco que no dirige le resulta be-neficioso continuar en ese viaje. Intentaremos resolver esta cuestión a lo largo de este artículo.

Por otra parte me planteaba si es posible que Catalunya ejerza la autodeterminación, ya que precisamente el desa-rrollo del capitalismo no tiende a facilitar la soberanía de cada nación, sino que se mueve en dirección opuesta. En la lucha a muerte entre los diferentes estados (gestores de los negocios de su burguesía) por hacerse con nuevos territo-rios donde explotar recursos o dar salida a sus productos, la tendencia histórica es a crear nuevas estructuras en torno a grandes áreas de civilización, como es la Unión Europea: con la consigna de que la unión hace la fuerza, las más grandes potencias europeas (principalmente Francia y Alemania) se

3Nación,

autodeterminacióne independencia.

Pere Ibarra

alían frente al enemigo común (China, Brasil y otras poten-cias emergentes) y ya de paso se aseguran en casa lo que Hitler llamaba lebensraum (espacio vital), es decir, la depen-dencia y el sometimiento de estados como Irlanda, Portugal, España, Grecia, etc. Entonces, ¿puede Catalunya escapar de esta realidad? Y lo más importante: ¿está el president Artur Mas por la labor? Es obvio que no, y hasta los periodistas más serviles al pensamiento dominante lo saben. El pasado viernes 19 de octubre Enric-Valentí Ainsa presentaba en el programa Els Matins (TV3) su libro Els orígens de l’Assemblea Nacional Catalana, cuando un tertuliano le preguntó si él de verdad creía que en el mundo actual Catalunya podría ser de facto soberana sólo por dotarse de una estructura estatal. La respuesta del escritor, además de ser absurdamente cómica, dejó en evidencia que, por supuesto, poco cambiará la situa-ción de El Principat en caso de proclamarse la independen-cia: “Bueno, Catalunya será soberana para decidir si quiere pertenecer a la Unión Europea o a la Commonwealth”.

Efectivamente, no puede decirse que Andorra, Liechtens-tein o Kosovo tengan posibilidad de “autodeterminar” su política sólo por ser formalmente estados soberanos; igual que no la tienen Corea del Sur, Egipto o España, por citar tres ejemplos bien diferentes. Vivimos en la fase imperialista del capitalismo, el propio desarrollo del comercio internacional ha destruido los medios históricos de autodeterminación, obligando a la mayor parte de las naciones a la dependencia en una lucha a todas bandas por estar presente en la escena internacional, es decir, por jugar algún papel en el desarro-llo de los diferentes polos imperialistas. Así, Andorra o Lie-chtenstein no pueden decidir dejar de ser paraísos fiscales al servicio de las grandes fortunas europeas, igual que Kosovo o Corea del Sur no pueden optar libremente por dejar de ser bases militares de los Estados Unidos de América.

En estas condiciones, la lucha contra la opresión de una

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Una cuestiónde clase

nación no debe ser la principal batalla de los comunistas; nuestra prioridad ha de ser ir construyendo los mecanismos para subvertir el actual orden mundial: organizando a la clase obrera en nuestros territorios, fortalecien-do los lazos con la clase obrera de otros lugares, promoviendo la solidaridad y el internaciona-lismo proletario, pues nuestra prioridad es acabar con toda forma de desigualdad y de do-minación social y económica.

Así, la cuestión nacional debe ser tratada en función del papel que juegue en ella la lucha de clases: no podemos apoyar acrí-ticamente todas las luchas nacionales, sino que debemos analizar en qué me-dida tal o cual objetivo nacional supone un avance en la lucha de la clase obrera por su eman-cipación. En caso contrario, ¿qué sería de los trabajadores si, en una época de la más intensa agudización de la lucha de clases, nos ponemos a organizar la unión de estos con su burguesía (que en el caso catalán es quien encabeza el nacionalismo predominante)? Ya en 1848 se indicaba en el Manifiesto Comunista que “el aislamiento y los antagonis-mos de intereses entre los pueblos tienden a desvanecerse cada día más y más” o, lo que es lo mismo, que los traba-jadores de todas las naciones encuentran entre ellos cada vez más objetivos en común, en detrimento de los intereses que pueden compartir con la burguesía de su país, si es que existen.

¿A dónde nos lleva, entonces, todo esto? A que, en rea-lidad, la opresión que cae sobre el pueblo catalán no es

muy diferente de la que cae sobre el resto de los pueblos del Estado Español, igualmente azotados por la ola de recor-tes y ataques a los derechos conquistados durante décadas de lucha. Así, las reivindicaciones nacionales deben ir de la mano de las sociales y encaminarse hacia una gran alianza de todos los pueblos contra el marco jurídico-legal vigente, la monarquía heredera del franquismo, que ningunea cada día la soberanía popular.

Frente al bloque oligárquico (la troika, la CEOE y sus par-tidos políticos) urge la articulación de un bloque

popular, un referente unitario en el que con-verjan movimiento obrero, movimientos

sociales y las fuerzas de izquierda tan-to estatales como de las diferentes

nacionalidades, con el firme ob-jetivo de superar la Constitución de 1978.

Aunque con sus limitacio-nes, la Alternativa Galega d’Esquerda (AGE) asienta un interesante precedente. AGE

ha demostrado que es posible superar algunas de las discre-

pancias que dividen a la izquierda y que sólo así es factible despertar la

ilusión del pueblo trabajador y levantar una alternativa fuerte frente al programa de

la oligarquía. No obstante, el bloque unitario del que hablo debe ir más allá de la lucha electoral para conver-tirse en el motor que organice a la clase obrera y al resto de las clases populares. En AGE aún no se dan esas condiciones, y además persisten otras deficiencias, como las contradic-ciones internas entre quienes defienden las tesis de la cú-pula de Izquierda Unida (todavía aferrada al consenso de la Transición) y los nuevos sectores que muestran voluntad de romper con el marco constitucional actual.

Sólo el poder popular, la fuerza de la mayoría, creará las condiciones para construir un marco democrático en el que las diferentes nacionalidades puedan elegir libremente su futuro, sin las injerencias de la burguesía, que tanto desde Madrid como desde Catalunya manipula y divide a la clase obrera.

En la Universidad de Alicante, al darse un proceso similar

al granadino, este curso se unifica el movimiento estudiantil

y la organización de estudiantes se enfoca ya a tareas

típicamente sindicales. Esto está haciendo que mejoremos tanto

en la cantidad de estudiantes implicados como en la calidad

organizativa y reivindicativa. De hecho, en menos de dos meses

de curso académico el FEU (Frente estudiantil Universitario)

ya ha realizado un par de manifestaciones exitosas con más de

un millar de asistentes cada una, un encierro acompañado de

una huelga en el edificio de Geografía e Historia en octubre, y

otros actos de protesta. No sólo se lucha aquí por la educación

gratuita o contra la masificación en las aulas, sino que también

se pretende dar cabida a mejorar en el día a día la calidad

de la educación pidiendo mejores instalaciones o que se facilite

la realización de los cambios de turno.

En facultades donde no había organizaciones, como la facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Valencia y la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Santiago, se han realizado asambleas (en el primer caso, conjuntas del profesorado y los alumnos, en el segundo sólo de estudiantes) durante este mes, con éxito en ambas. En Santiago, además, tanto el 11 de octubre como el 18 llegaron a organizar piquetes en la puerta de la facultad.

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En la misma provincia,

en Elche, los padres y

madres de alumnos y los

docentes se encuentran

muy coordinados con el

Sindicato de Estudiantes

Independiente (SEI) tal y

como demostraron en la

manifestación del 18 de

octubre.

Han pasado cuatro años desde que las acampadas en con-

tra del proceso de Bolonia florecieran en las universidades.

Tanto con la explosión del “No a Bolonia”, como con la de

toda la reciente movilización, el movimiento estudiantil ha

acumulado valiosas experiencias. Partíamos de cierta “asam-

blearitis”, la descoordinación entre institutos y universidad, la

escasa relación (en algunos casos inexistente) entre trabaja-

dores de la educación y estudiantes, la falta de unos objetivos

a largo plazo, etc. Esta realidad ha ido variando y, haciendo

un recorrido por la geografía de nuestro Estado, la fotografía

con la que nos encontramos es variopinta pero coincidente en

varias cuestiones:

En la Universidad de Granada la organización

estudiantil ha madurado y la dispersión en varias

organizaciones desapareció y los estudiantes

unieron sus fuerzas de forma que ahora golpean

todos a una en la CSE–Granada. El crecimiento

de esta organización y la influencia que tiene en

la realidad universitaria y en la movilización

es el ejemplo vivo de lo que se consigue cuando

no se considera a la asociación estudiantil como

algo cerrado y sólo apto para la “vanguardia”,

sino un lugar en el que los estudiantes luchen

tanto por sus reivindicaciones inmediatas

como por las diferentes reformas y recortes que

están destruyendo la educación pública. Esta

organización el 18 de octubre convocó una

movilización (acudiendo a la manifestación

alrededor de 5.000 personas) de forma

coordinada junto con los institutos y sindicatos

de trabajadores como el SAT, dando un paso

más hacia la unión de los diversos sectores de la

comunidad educativa en la misma lucha.

en la región de Murcia la comunidad estudiantil está impulsando un único frente para toda la provincia, el Frente de Acción Estudiantil, el cual ha llamado durante el mes de octubre a distintas convocatorias como huelgas, manifestaciones y encierros.

En la Universidad

Complutense de Madrid

se han secundado todas

las convocatorias estatales

de movilización de la red de

EeM y en el conjunto de Madrid

está mejorando la coordinación

entre las diferentes

organizaciones del movimiento

estudiantil que están integradas

en esta red, iniciando el

ambicioso proyecto de sacar

adelante un boletín estudiantil

para toda la provincia.

En qué se ha avanzado:

En todas estas experiencias coincide que con respecto a la lucha de hace unos años se ha aumentado el nivel organizativo, la unión entre diferentes sectores de la co-munidad educativa, y se ha mejorado la orientación de cómo plantear la línea a seguir por el movimiento estu-diantil. Al mismo tiempo las distintas organizaciones del movimiento estudiantil se están unificando en un solo frente de lucha en cada territorio (vemos ejemplos en Granada, Murcia, las relaciones cada vez más fructíferas entre diversos sindicatos de estudiantes del País Valen-ciano, avances en Madrid, etc.) y en noviembre habrá un encuentro fomentado por EeM en el que coincidirán asambleas, plataformas conjuntas, asociaciones y sindi-catos estudiantiles varios.

Objetivos:

La línea de trabajo a continuar dentro del movimiento estudiantil y los nuevos retos son variados:1. pegarse a las reivindicaciones concretas de los estu-

diantes, al mismo tiempo que se muestra cuál es el origen de los ataques que vivimos.

2. construir la unidad del movimiento estudiantil a ni-vel estatal y combinar este camino, en el cual se ha empezado a andar ya, con fortalecer la unión con los profesores, con los padres y madres de alumnos, y cualquier trabajador relacionado con los centros educativos.

3. exigir unas mayores cotas de democracia interna en la universidad que pase desde impulsar una mayor

implicación en las decisiones de la universidad por

quienes se encuentran en ella, hasta permitir las

asociaciones estudiantiles en universidades que las

prohíben como es el caso de la Universidad Miguel

Hernández. 4. exigir la paralización del proceso de privatización que

está viviendo la universidad (y revertir el proceso),

tanto las concesiones cada vez mayores de servicios

de la universidad a empresas privadas, como la cada

vez superior influencia de empresas en las investiga-

ciones o en el gobierno de la universidad.

5. continuar luchando decididamente contra la subida

del precio de las tasas que ha significado el aumento

en un 33% (como poco) en el coste de matrícula en

multitud de universidades. 6. defender el aumento de becas acompañado de la

oposición a los cambios que éstas están sufriendo.

Una beca no es una hipoteca, pero esto es lo que sig-

nifica el modelo de beca-préstamo que se está intro-

duciendo al mismo tiempo que se endurecen los re-

quisitos necesarios para conseguir una beca clásica.

7. luchar contra la LOMCE por segregar al estudiantado,

y contra los recortes en educación, que han signi-

ficado menos profesores, peores instalaciones, un

aumento del número de alumnos por aula, la elimi-

nación de horas de apoyo, etc.

8. hacer real el lema de “obreros y estudiantes, unidos

y adelante” y estar ambos unidos contra los recor-

tes sociales que estamos viviendo en convocatorias

como la de la Huelga General del 14 de noviembre.

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movimiento

estudiantilM. Ruv

ira

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Manual de usopara una

#eurohuelgahistórica

El 14 de Noviembre millones de trabajadores y estu-diantes nos movilizamos en toda Europa. Huelgas con-vocadas en Portugal, España, Grecia o Chipre y movili-zaciones en la mayoría de los países pertenecientes a la zona euro. Es además la primera huelga conjunta en la Península Ibérica. Un 14 de Noviembre histórico en me-dio del desmantelamiento de la educación y la sanidad públicas, destrucción de empleo público y privado, ci-fras de paro por encima de los 5 millones (y la UE espe-ra que superemos los seis millones), 500 desahucios al día, la temporalidad más alta de toda la Unión Europea y aumento significativo de los suicidios desde el inicio de la crisis.

Al mismo tiempo, los súper-ricos de nuestro país (1400 familias controlan el 80% del poder económico y político) obtienen millones de euros de beneficios a costa de nuestro trabajo, cada vez más jóvenes entran en la pobreza y la exclusión social, nos reducen el sub-sidio de desempleo, las becas al estudio han sufrido un “tijeretazo” histórico y muchos de nosotros nos vemos sin atención sanitaria gratuita.

Estos días hemos conocido las reivindicaciones de los 47 decanos judiciales de España que manifestaban que “las grandes empresas son las principales usurarias del sistema judicial”. Se manifestaban de esta forma en contra de la subida de las tasas judiciales que perju-dicaría los derechos ciudadanos de la mayoría social. Pero las grandes empresas no solo depredan la justicia sino toda la economía de nuestro país. Por ejemplo, es-tas grandes empresas son culpables de la evasión de

más de 40 mil millones de euros al año a la Hacienda Pública. Son también las depredadoras de los servicios públicos y han conseguido rebajar las condiciones de vida y trabajo de todos nosotros.

La Europa de las grandes empresas y banqueros

La #eurohuelga es una necesidad. Es falso que las huelgas perjudiquen el desarrollo de nuestro país y la salida a la crisis. Es falso que solo aquellos que se ma-nifiestan a favor de la huelga, hagan política. Está en juego una pregunta fundamental que todos responde-mos de forma consciente o no: ¿Cómo salimos de la crisis? En una dura pelea, los súper-ricos se enfrentan a la mayoría trabajadora en cada país y a nivel europeo; los países dominantes se enfrentan a los dominados y los grandes capitales se enfrentan entre sí por un pun-to más de ganancia. Las huelgas delimitan los campos: o con las grandes empresas defraudadoras y usureras —destructoras de la economía de los países— o con la mayoría trabajadora —por el trabajo, la democracia y los derechos sociales—. La #eurohuelga es también una elección entre qué Europa queremos. Los grandes empresarios de nuestro país lo tienen claro. Su “jefe” Juan Rosell se manifiesta así: “Europa está vieja, se tiene que refundar, hay que reinventarla, se tiene que crear una unión económica y a partir de ahí llegar a la comercial, fiscal, bancaria y al final una unión política, a los Estados Unidos de Europa.”

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Su estrategia esta también a las claras. Destrucción de empleo, creando un ejército de desempleados que presionen hacia abajo el precio del trabajo; apertura de nuevas “oportunidades de negocio” con la privatización de servicios públicos ( como acaba de suceder en Ma-drid con los Hospitales) así como con la externalización de servicios que hasta ahora eran gestionados desde lo público (lavanderías de hospitales, comedores escola-res, bares de facultades) . Quieren ganar más mientras nos pagan menos. Quieren ser “competitivos” ellos y “austeros” nosotros. Quieren una especie de esclavitud moderna. La #eurohuelga es también la respuesta a este modelo de Europa, un modelo a la medida de las grandes empresas y los bancos.

Una política al servicio de las personas y el medioambiente

Ellos lo tienen claro. Si rebajan nuestros sueldos, si aumentan la productividad, pueden ganar más y ser más competitivos frente a sus competidores de otros países. Juan Rosell de nuevo lo deja claro “Porque la salida de la crisis en España tiene un nombre: exporta-ción. No hay otra.”

Eso nos sitúa en constantes ataques al empleo, a los salarios, a los servicios públicos, a los recursos natura-les, a todas las condiciones laborales y sociales con-seguidas por nuestros padres y abuelos. Por esto no hay solución a la crisis en beneficio de las personas y el medioambiente sin romper con las políticas que nos imponen en tándem la Unión Europea y los distintos go-biernos de la monarquía. Por esto la #eurohuelga lanza un mensaje claro de todos los trabajadores y estudian-tes europeos: no queremos la Europa de las grandes empresas y banqueros, queremos la Europa de los tra-bajadores y los pueblos. Y para eso debemos romper conjuntamente con la Unión Europea, y en cada uno de nuestros países con las políticas antisociales y los parti-dos que las aplican y construir una sociedad de iguales, iguales en derechos, iguales en deberes. Una sociedad de la mayoría social frente a las grandes empresas y bancos.

Juan Rosell, presidente de la CEOE en una entrevista para El País que se puede leer en:

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Sobre la parte institucional del movimiento estudiantil. Entrevista a un representante estudiantil:

Francisco Hidalgo Carmona

¿Nos podrías contar en qué consiste tu cargo de representación y cómo fue el proceso?Actualmente soy coordinador de la Delegación General de Estudiantes, el Máximo Órgano de Representación Estudiantil (MORE) con el que cuentan los y las estudiantes de la Universidad de Granada.

Perdí en un proceso electoral con una estudiante vinculada a Nuevas Generaciones del Partido Popular, que logró ganar las elecciones mediante un pacto con miembros de Juventudes Socialistas que, para entonces, pretendían evitar que un candidato antibolonia pudiera ocupar el cargo de coordinador.

Después de unos meses, y con la dimisión de la coordinadora, logré ser ratificado como coordinador. El proceso no ha estado exento de irregularidades, zancadillas y problemas burocráticos.

¿Crees que es importante la representación? ¿Para qué le sirve al movimiento estudiantil?Está claro que la representación estudiantil, como todo sistema representativo, será útil en cuanto responda realmente a los problemas y necesidades de la mayoría de los estudiantes. Sin embargo, entiendo que representación y movimiento estudiantil son parte de un todo que no pueden andar cada uno por su lado. El representante debe surgir del propio movimiento estudiantil y servir como portavoz del mismo.

Podemos compararlo, quizá, con un fenómeno similar que se produce en el movimiento obrero. Los y las trabajadores se organizan en organizaciones propias, los sindicatos, y participan en los espacios que han conquistado para ejercer su representación y actividad reivindicativa, el comité de empresa. El comité de empresa es el responsable, en muchos casos, de conquistas parciales (aumento de salarios, mayor integración de la vida laboral con la familiar, mejoras en el puesto de trabajo) para los trabajadores de la empresa.

Los estudiantes estamos en una situación parecida, salvando las distancias. Durante el Franquismo, los alumnos demócratas y antifascistas defendieron el derecho a participar de forma colegiada en la gestión y gobierno de la Universidad, junto al resto de agentes de la comunidad universitaria, para así mejorar las condiciones de estudio del estudiantado. A esto se le conoce como Autonomía y Democracia Universitaria, principios que, por otra parte, se encuentran en serio peligro gracias a la reforma universitaria que viene planteando el Ministerio que preside Wert.

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Desde estos principios, el movimiento estudiantil puede y debe participar en las instituciones para la elaboración de normativas que regulan derechos tan importantes como el paro académico o conforman los calendarios académicos.

A menudo, los representantes estudiantiles se han desvinculado completamente de los problemas reales de los estudiantes y de las movilizaciones ¿No crees que hay riesgo de que los representantes estudiantiles se aíslen en su torre de marfil?Totalmente de acuerdo. El problema de la representación estudiantil responde, sin lugar a dudas, a quiénes son los que ocupan los cargos de representación. En la universidad española el mundo de la representación es un completo desconocido para la mayoría de los estudiantes, quienes en muchos casos acaban sus carreras sin conocer cómo funcionan las instituciones universitarias.

Esta coyuntura es aprovechada mayoritariamente por Nuevas Generaciones y Juventudes Socialistas para, a espaldas de los estudiantes, copar los órganos y puestos clave, labrándose así un currículum provechoso con el que escalar en sus partidos. Si no hay un fuerte movimiento estudiantil capaz de fiscalizar la actividad de los representantes será muy difícil cambiar las dinámicas que, hasta nuestros días, se vienen produciendo.

Por eso es muy importante que el movimiento estudiantil sepa localizar a sus representantes, en todos los niveles, desde el departamento al Claustro universitario, pedirles cuentas y demandarles sus reivindicaciones. El representante es una correa de transmisión del movimiento estudiantil en las instituciones.

Por último, una pregunta doble: ¿Qué aporta la parte institucional al movimiento estudiantil? ¿Y cuáles son las limitaciones de la parte institucional?Personalmente creo que el principal valor del ámbito institucional para el movimiento estudiantil es la fuente de información. Quienes tenemos la oportunidad en participar en los Consejos de Gobierno universitario o en las Juntas de Facultad disponemos de grandes cantidades de valiosa información sobre el devenir universitario. Es en estos órganos donde se debaten las guías docentes de las asignaturas, se asignan profesores para las materias, o se deciden la orientación de los presupuestos económicos.

Un movimiento estudiantil desarrollado, con presencia y capacidad de presión puede, en algunos momentos, lograr victorias parciales para los y las estudiantes. Muchas veces necesitamos de pequeñas conquistas para motivar la pelea estudiantil.

Las limitaciones son obvias. Trabajar en el ámbito institucional sin una conexión sólida con el movimiento estudiantil es poco menos que predicar en el desierto. Igualmente es necesario tener presente que la lucha en el ámbito institucional no garantizará que, por ejemplo, rectifiquemos la subida de tasas o logremos tumbar las pretensiones de privatización que se ciernen sobre la enseñanza pública.

Solo la unidad de la mayoría estudiantil, junto con el resto de la clase obrera y las clases populares, podrán organizar la resistencia y la lucha por un futuro digno.