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"Jesús" en la carta a los Hebreos Josep Oriol Tutll V. S.J. Facultad de Teologfa de Catalutla, Barcelona, Cenlro de Reflexión Teológica, San Salvador. En un trabajo muy reciente publicado en estas mismas páginas se hacia referencia, como de paso, a la importancia del tema del Jesús terreno en la carta a los Hebreos. 1 Las breves reflexiones que siguen quisieran ampliar un tema que tiene la peculiaridad de haber sido percibido por la exégesis mucho antes de que la cueslión del Jesús histórico se planleara en lada su complejidad. En efecto, ya el comenlario de B.F. Westcotl (1909) hace referencia a la importancia de este aspecto de la enseñanza de Hebreos. 2 y J. Moffat, en su comentario de 1924, subraya que las referencias al Jesús hisl6rico son en este documento tan frecuentes y detalladas, que es imposible dejarlas al margen. 3 Por aira parte el inlerés y estudio de este tema se percibe no solamente en la atención que le dedican los comenlarios (para alguno reciente: los de G'w. Buchaman 4 yH Braun 5 ), sino también y especialmente en trabajos publicados en los úhimos treinla años (O. Cullmann, M. Rissi, U. Lucl<. E. Grasser y J. Roloff).6 Sin embargo, a pesar del interés que muestran estos trabajos? y de las inequrvocas afirmaciones sobre la importancia del tama,e uno no puede zafarse a la impresión de que no hemos alcanzado una valoración suficientemente madura de este aspecto de la enseñanza de la carta a los Hebreos. Las razones para ello son múltiples. En primer lugar hay que hacer relerencia a la complejidad del escrito y a la dificultad, a pesar de intentos muy de delinir el tipo de comunidad que ha acuñado una presenlación a la vez tan nueva y tan audaz. Pero, además, eslá el problema del tipo de trasfondo cultural que deja enlrever el escrilo. Parece que Hebreos (y aqul no eslarlamos lan lejos de la comunidad joánica) sea un punto de encuentro en el que se han dado cita movimientos culturales tan diversos como el filonismo alejandrino 10 y el rabinismo palestino,11 pasando por la gnosis helenlslica 12 y el mislicismo ¡udlo de la Merkabah. 13 Finalmenle. para no quecltlrnos en niveles tan generales, hay que notar que es, en concreto, la cristologla de Hebreos la que continúa siendo de una muy compleja, como puede conslatarse palentemenle en el comentario de H. Braun. 14 Si tomamos mfnimamente en serio estos problermas y nuestro trabajo tendrá el inevijable de la provisionalidad. Esto hay que tenerlo presente todo el tiempo, para no dar a nuestras reflexiones una solidez y firmeza Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

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"Jesús" en la carta a los Hebreos

Josep Oriol Tutll V. S.J.Facultad de Teologfa de Catalutla, Barcelona,Cenlro de Reflexión Teológica, San Salvador.

En un trabajo muy reciente publicado en estas mismas páginas se haciareferencia, como de paso, a la importancia del tema del Jesús terreno en la cartaa los Hebreos.1 Las breves reflexiones que siguen quisieran ampliar un tema quetiene la peculiaridad de haber sido percibido por la exégesis mucho antes de quela cueslión del Jesús histórico se planleara en lada su complejidad. En efecto, yael comenlario de B.F. Westcotl (1909) hace referencia a la importancia de esteaspecto de la enseñanza de Hebreos.2 y J. Moffat, en su comentario de 1924,subraya que las referencias al Jesús hisl6rico son en este documento tanfrecuentes y detalladas, que es imposible dejarlas al margen.3 Por aira parte elinlerés y estudio de este tema se percibe no solamente en la atención que lededican los comenlarios (para c~ar alguno reciente: los de G'w. Buchaman4 y HBraun5), sino también y especialmente en trabajos publicados en los úhimostreinla años (O. Cullmann, M. Rissi, U. Lucl<. E. Grasser y J. Roloff).6

Sin embargo, a pesar del interés que muestran estos trabajos? y de lasinequrvocas afirmaciones sobre la importancia del tama,e uno no puede zafarse ala impresión de que no hemos alcanzado una valoración suficientemente madurade este aspecto de la enseñanza de la carta a los Hebreos. Las razones para elloson múltiples. En primer lugar hay que hacer relerencia a la complejidad delescrito y a la dificultad, a pesar de intentos muy mer~orios,9 de delinir el tipo decomunidad que ha acuñado una presenlación a la vez tan nueva y tan audaz.Pero, además, eslá el problema del tipo de trasfondo cultural que deja enlrever elescrilo. Parece que Hebreos (y aqul no eslarlamos lan lejos de la comunidadjoánica) sea un punto de encuentro en el que se han dado cita movimientosculturales tan diversos como el filonismo alejandrino10 y el rabinismo palestino,11pasando por la gnosis helenlslica12 y el mislicismo ¡udlo de la Merkabah.13

Finalmenle. para no quecltlrnos en niveles tan generales, hay que notar que es, enconcreto, la cristologla de Hebreos la que continúa siendo de una magn~ud muycompleja, como puede conslatarse palentemenle en el ú~imo comentario de H.Braun.14

Si tomamos mfnimamente en serio estos problermas y dificu~ades, nuestrotrabajo tendrá el Iím~e inevijable de la provisionalidad. Esto hay que tenerlopresente todo el tiempo, para no dar a nuestras reflexiones una solidez y firmeza

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que no pueden preLender. Sin embargo, el lema que abordamos es un lema plan·teado por el texto mismo de Hebreos: como es bien sabido la llamada carta a losHebreos habla de Jesús expllc~a y sorprendentemente ulilizando el nombre"Jesús" tout court.15 Por consiguiente, la pregunla por el senlido de esta formade referirse a quien ha penetrado los cielos y se halla coronado de gloria y honor,no sólo es una pregunla legítima, sino que es una pregunta necesaria si queremosabordar la cristologla de esle escrito.

Por consiguiente, partimos de una hipótesis que convendrá ir compro­bando a cada paso: si esta forma de referirse al sumo sacerdote de nuestra salva­ción no será una peculiar manera de subrayar la humanidad de este pionero de lafe. En una palabra si no estamos ante una forma bien peculiar de hacer referenciaal Jesús lerreno. Y si es así, en qué sentido, con qué caracterlsticas y con quéconsecuencias. Caso de que nuestra hipótesis se vaya confirmando, es posibleque podamos sacar consecuencias acerca de la llamada cuestión del Jesúshisl6rico en el Nuevo Testamento. Al fin y al cabo Hebreos es un documenlo muydiverso de los evangelios sinópticos y si bien tiene puntos de contacto con elevangelio de Juan,16 sin embargo. el marco narrativo ha desaparecido por com­plelo,17 De aqul que nuestro Irabajo pueda ser también una modesla contribucóna ampliar el tema del Jesús hist6rico más allá de las estrechas fronteras de losrelatos evangélicos. En este sentido se halla en plena continuidad con el Irabajosobre el evangelio de Juan que hemos citado al CXJmienzo. 18

1. "Jesús" en la carta a los HebreosA Vanhoye dice que Heb. 2,9 da por primera vez el "nombre de hombre" a

aquél que el escrito ha llamado hasla este momento "hijo," "primogénito," "Dios· y"Señor."19 Se trata de un nombre de hombre porque lo hace patenle Hebreos através de la aplicación del mismo nombre a aquel que nosotros acostumbramos atraducir como "Josué."20 En este senlido el nombre de Jesús es más que elnombre "Cristo: ya que se trata de un nombre biblico, que tiene connotaciones detestimonio blbl~.21

Ahora bien, una cosa es dar un nombre de hombre a un personaje deler­minado y otra cosa es que este nombre tenga connolaciones de humanidad. Esloes lo que debemos de comprobar a través del uso del mismo en Hebreos. Como esbien sabido el nombre de "Jesús" se encuentra en este sentido en diez texlos deHebreos que debemos c~ar con un cierto detalle:22

- •... el que ha sido abajado un poco respecto de los ángeles, Jesús, se en­cuentra, a causa de la muerte que ha sufrido, coronado de gloria y honor·(2,9).

- "Por tanto, hermanos santos, que comparten una vocaci6n celeslial, pien-sen en el apóstol y gran sacerdote de nuestra confesi6n, Jesús.." (3,1 l.

- "Teniendo, pues, un gran sacerdote eminente que ha atravesado los cie­los, Jesús, el hijo de Dios, mantengamos firme la confesión (de fe)" (4,14)- "oo. la esperanza propuesta. Ella es para nasalros como una áncora del al­ma bien firmemente fijada, que penelra más allá del velo a donde ha enlra­do por nosotros como precursor Jesús, llegado a ser gran sacerdote parasiempre como lo fue Melquisedeq· (6,18-20).

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- •... según esto (Sal. 104.4), Jesús se ha convertido en garante de unaalianza mejor" (7,22).

- ·De esta forma, hermanos, tenemos plena confianza de acceder al santua­rio de los santos por (en) la sangre de Jesús· (10,19).

- .... teniendo los ojos fijos en aquél que es el iniciador y consumador denuestra le, Jesús. El cual, renunciando al gozo que se le propon fa soportóla cruz sin miedo a la ignominia y esté sentado a la diestra del trono deDios· (12.2-3)."(y se han acercado)... al mediador de una nueva alianza, Jesús, y a la san­gre purnicadora que habla mejor que la de Abel" (12,24)."... esta es la razón por la que Jesús, a fin de santificar al pueblo con supropia sangre, padeció fuera dela puerta (de la ciudad)" (13,12)."Que el Dios de la paz que ha resuc~ado de entre los muertos en (por) lasangre de una afianza eterna al gran pastor de las ovejas, nuestro SeñorJesús, les purnique.... (13,20).No es posible hacer un análisis detallado de todos estos textos.23 Vamos

a limitarnos a hacer cuatro observaciones sobre los mismos, procurando sacaralgunas consecuencias de cara a nuestro tema.

La persona de Jesús es alguien conocido, y Hebreos no considera nece­sario relerirse a él añadiendo explicaciones o ilustraciones. Algunos de los textosc~ados son especialmente claros en este senlido: 2,9; 7,22; 10, 19 Y 13,12. Hayuna clara familiaridad de la comunidad de Hebreos con Jesús. La identidad deJesús es un dalo bien conocido para Hebreos.

Todos los textos citados, sin excepción, hacen referencia o bien a la muer­le de Jesús (2,9; 7,22, el. 7,23; 13;20), o bien a su sufrimiento (2,9; 3,1, el 2,18;4,14, el. 4,15; 13,12), o bien a su sangre (10, 19; 12,24; 13,12; 13,20). Uno de lostextos (12,2) habla explfc~amente dela cruz.24

La identidad de Jesús es uheriormente caJnicada en eslos textos mediantela aposición de tltulos o nombres: gran sacerdole (3,1; 4,14; 6,20); iniciedor yconsumador de la fe (12,2); precursor (6,20); mediador (12,24) y Señor (13,20).Conviene recordar aqul que Hebreos tiene tres lextos sobre Jesús con laexpresión fésoüs Chrisfós:

- ·Es en esta voluntad (la de Cristo el. 10,5) que hemos sido sanmicados porla oblación del cuerpo de Jesucristo ephapax" (10,10).

- ·Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y lo seré siempre· (13,8).- "... que él (Dios) realice en nosotros lo que es agradable a sus ojos, por

mediación de Jesucristo a quien sea la gloria por los siglos de los siglos.Amén· (13,21).Parece, por consiguiente. que con el nombre de Jesús entramos en una

visión grandiosa, en una presentación cristológica de gran envergadura. Y nodeja de ser sorprendente que junto a los grandes tltulos (Kyrios; Chrisrós; hehuios; ro huios tou th80U) encontremos el nombre de Jesús, presenlado sinpretensiones, con gran sencillez. Pero, al mismo tiempo, usado de una forma queresuha précticamenle intercambiable con los grandes titulos.15

De esta brevfsima reflexión sobre los texlos del nombre de Jesús podrfamosconcluir que nuestra hipótesis inicial no resulta en absolulo discordante. Més bienpodrfamos reformular nueslro punto de partida preguntando ¿no estaremos ante

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una cristologla que, junto a los trazos de la gloria y el triunfo, expresados con losgrades lftulos cristológicos, quiere subrayar lambián la huma nnidad de Jesús y lohace precisamente a Iravás del uso del nombre de hombre del este salvador queha alcanzado un lugar permanente junto a Dios? De hecho, como hemos indicado,parece que estamos ante una serie de textos que subrayan precisamente elsufrimiento, la sangre y la muerte. Es por tanto posible que Hebreos quierarecalcar con el uso del nombre "Jesús" la vertiente humana y terrena de estemediador de la salvación.26 Al mismo tiempo que asegura, contra cualquier tipo degnosis, el carácter lerrenal de la acción salvlfica que nos conduce al cukocelestial. Esto es lo que hemos de analizar.

2. "Jesús" en la crlstologla de HebreosLa cristologla de Hebreos se describe desde hace tiempo como cristologla

en tres estadios: pre-exislencia-abajamiento-exakación y se hace referencia a105 modelos de Filipenses 2,5-11, o también 1 Timoteo 3,16, o a la misma cris­toiogla joánica como representantes de esta concepci6n cristológica.27 A.Vanhoye califica la cristologla inicial de Hebreos 1-2 como crislologla tradicionalen un senlido sensiblemente idántico.28

D~lcilmente se puede negar que Hebreos ofrece, en su presentacióncrislol6gica, el esquema en tres estadios. Sin embargo, hay que añadir in­mediatamente que esle esquema no ha sido asumido sin más. La primeraimpresi6n que produce una lectura de Hebreos es que el autor se ha dedicadofundamentalmente a trabajar y profundizar el tercer estadio. En efecto, el temanuevo del sacerdocio de Jesús ocupa la parte central del escrito y conslituye labase de todas las exhortaciones que se hacen a los fectores. Es en Jesúsglor~icado donde se ha realizado plenamente todo lo que el antiguo rilual hablaprevislo. Desde un punto de vista teológico la audaz novedad de Hebreos secentra en esle punto cap~al.29 Y cristol6gicamente se concreta en el titulo degran sacerdote.30 Porque de hecho otros tIlulos prácticamente nuevos apuntan ala misma realidad: tanto el titulo de pródromos,31 como el de mesnes 32 como el deapost%s 33 vienen a ifustrar la funci6n sacerdotal de Jesús respecto de loshombres.

Es aqul donde hay que skuar toda la argumenlaci6n central de Hebreosque por resukar de sobra conocida no vamos a reproducir aqul en detalle. Noscontentaremos con recordar aquellos aspectos relevantes para nuestro tema.

El punto de partida de todo el argumento de Hebreos es lo que A. Vanhoyeha cal~icado como la skuación actual de Crislo,34 es decir, Cristo glorificado. Enlos momenlos claves de la argumentaci6n Hebreos presenta a Cristo glornicadocomo punto de referencia fundamental: 1,5-14: 3,1-6: 7,1-28. Con ello se hacepatente tambián el interás pastoral del escrko: no se argumenta al margen de laskuación actual de la comunidad, sino que más bien se habla de la experiencia desalvaci6n que la comunidad he experimentado. Se habla del Jesús que actúa eho­ra como mediador.35

Pero el argumento no se deliene aqul. A1lin y al cabo la skuaci6n actual deCristo es el objeto de la homologla, de la conlesión comunkaria.36 El autor va másallá y elabora una fundamentación escrkurlslica de la realidad aClual de Cristo

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gran sacerdote para justrticar a la comunidad la posibilidad del acceso a Dios. Esbien conocido el papel y uso del Salmo 110,1-4 en el hilo de esta argumentación.Ei esludio eSlructural de la carta lleva a constatar la utilización de este salmo enmomentos claves de Hebreos, 1,13; 9,1; 10,12 Y 12,2 por una parte, y 5,6; 5,10;6,20 Y todo el cap~ulo 7, por otra.37

Ahora bien, como momento interno de esla argumentación y fundamen­tación de la realidad sacerdolal actual de Jesús, el autor hace referencia a untercer paso: la fundamentación del sacerdocio de Jesús se da de la mano con lainterpretación de su muerte en términos de sacrrticio otrecido por él mismo.38 Deaqul las reterencias al sulrimiento, a ia muerte y a la sangre de Jesús.39 Sinembargo, y esto hay que subrayarlo, se habla de esla muerte y de esta sangrecomo de realidades que afeclan a Jesús en la actualidad, a pesar de que, desdeun punto de vista histórico, se hayan dado en el pasado.40 Jesús está ante Dioscon su sangre. Por ello puede interceder elicazmenle.~l

Por consiguiente, parece que el autor ha ampliado notablemente elesquema de tres etapas al que ant9s nos hemos referido. Y, en consonancia conel talante exhortativo de muchos fragmentos de Hebreos, ha iluminado la s~ua­

ción actual de la comunidad. Este es el lugar de preguntarnos por el sentido delrecurso a Jesús. Porque según Hebreos el glorrtlcado,~2 el que está sentado a laderecha,43 el que intercede,44 el que ha abierto camino45 es precisamente"Jesús." ¿Quién es, por tanto, esle "Jesús"? ¿Qué es lo que Hebreos quiere sub­rayar con estas forma de referirse al gran sacerdote?

Lo primero que debemos preguntarnos aqul es ¿cuál es el conlenido de laacción mediadora de Jesús? O, si se quiere, ¿qué trazos dan a conocer la lunciónsalvlfica de esle Jesús sentado a la derecha de Dios? La respuesla a eslapregunta es tundamental porque sólo a través de esta respuesta podremos cons­latar si Hebreos ha ampliado efectivamente la tercera etapa de la cristologla. O siha hecho otra cosa.

Si examinamos un poco más de cerca el argumenlo de Hebreos veremosinmediatamente que, si bien es verdad que el autor habla siempre de Jesús en lamedida que este Jesús es accesible ahora a la comunidad, (y por consiguientehabla siempre de Jesús glor~icado y sentado a la derecha de Dios), también escierto que toda la argumentación se centra en la manera como este Jesús haalcanzado este status. La argumentación cristol6gica quiere justificar ante todola s~uaci6n actual de Jesús.

Esto se hace patente en el primer capitulo y en las referencias al Jesúsentronizado, intercesor, "el que ha entrado; ect.46 Pero en cambio la partecentral de la carta (9,1-10, 19) se dedica precisamente a desarrollar la formaconcrela como Jesús ha llegado a ser gran sacerdole. Y lo hace recogiendo lostextos de la primera parte donde ha anunciado el hecho programáticamente: 2,9­19 Y 5,7-10. Por consiguiente, lo que Hebreros está haciendo no es ampliardiredamente la tercera etapa de la cristologla tradicional, sino más bien protundi­zar la segunda. Es decir, para hablar del sacerdocio actual de Jesús (este es elobjetivo de Hebreos), de hecho, nos da una amplia descripción de la maneraconcreta como este Jesús ha llegado a ser gran sacerdote.

Por ser este un aspecto muy conocido del mensaje de Hebreos, no parecenecesario detenernos más en él. Para ilustrar su influjo en el tema que queremos

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desarrollar bastará hacer relerencia a un concepto bien central de la carta: el dela re/ei6sis de Jesús, es decir, el que se refiere a la realización plena o alperfeccionamiento de Jesús. Este concepto y los relacionados con él ( té/os,rel8ioun, re/eiotés, re'eios) lienen una presencia notable en Hebreros47 y jueganun papel importante en su argumentación. Por lo que se refiere a Jesús, el verborel8ioun sirve para expresar la necesidad de una realización a través del sufri­miento (lo cual viene anunciado programáticamente en 2,10: "era convenienle...llevar a la plena realización al iniciador de la salvación;" se realizó en la pasión ymuerte de Jesús: 5,7-9; y condujo a Jesús a una situación nueva: 7,28). Jesúsha sido "perfeccionado." Y lo ha sido a través dei sufrimiento vivido en lidelidadhacia Dios (5,7-9).

Por consiguiente, existe un momento fundamental donde se da este per­feccionamiento. Jesús, en los dlas de su vida mortal, no era todavla sacerdote(hay que recordar que JesÚs por nacimiento no pertenece a ninguna tribu sa­cerdotal: 7,'3; por otra parte tenemos en 8,4 una alirmación muy audaz en estesentido: ·si estuviera en la tierra no sería sacerdote, habiendo quienes ofrezcandones según la ley;" finalmenle el sacerdocio de Jesús es muy superior alsacerdocio terrenal, lal como afirma 8,6: "en realidad es un sacerdocio muysuperior el que le es otorgado ya que es mediador de una alianza mucho mejor I

basada en promesas mucho más grandes"). Pero Jesús alcanzará la dignidadsacerdotal a Iravés de la acción de Dios (5,6.10; 7,28).48 Y esta dignidad se dadespués de la muerte Inlerpretada como sacrificio ("él, en cambio, después dehaber ofrecido un sacr~icio único por los pecados, está siempre sentado a ladiestra de Dios" 10,12), precisamenle en su enlronización (4,14; 8,1). Hijo ya loera, sacerdote, en cambio, lo ha de llegar a ser.49 Por lo tanto, Jesús ha llegado aser sacerdote a través de su muerte. Esla formulación, por audaz que puedaparecer, tiene un firme punto de apoyo en el texto.50

De lodo esto se puede deducir que el autor de Hebreos al inlenlar clarificarpara los leclores la función aclual de Jesús, se ha vislo obligado a lundamentar larealidad de la confesión5t a base de analizar más de cerca el fundamento de lasegunda etapa de la cristología Iradicional. Por ello, el contenido y ia aportacónde Hebreos es precisamente la ampliación y profundización de esta segundaelapa de la cristologla como medio de explicar mejor la lercera.

Todo esto se confirma con un agudo estudio de A. Vanhoye sobre laAktíonsart de los aoristas con que el autor de Hebreos subraya el hecho sa­cr~icial de Jesús.52 Nola Vanhoye que mienlras en la descripción dei oficio sa­cerdotal Hebreros emplea siempre el presente o bien el infinitivo, cuando habla delhecho sacr~ícial de Jesús utiliza siempre el aoristo. Y ello en un doble sentido: encuanto que utiliza el verbo prosphe,ein (o también anaphe,ein) en aoristo, perotambién acompaí'la estos textos con aoristas de olros verbos (emathen, epathen,ekathissn, eiséUhen, ypemeinen)53 que subrayan el carácter puntual del hechodescrito. Notemos además que, a fin de no dejar ninguna duda sobre la unicidaddel hecho descrito, singulariza la acción añadiendo a estas Irases el hapax o elephapax (en un caso el mia rhysia).54 De aqul se deduce que, mienlras las~uaci6n actual de Jesús en su acci6n sacerdotal es descrita con verbos enperfecto (7,25.28; 12,2) Y se enfatiza de esta manera el carácler de duración delhecho, cuando el autor se refiere al sacrificio de Jesús, a su oblación, a su

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entrada en el cielo, uliliza siempre el aorislo. Se está subrayando con ello queJesús ha accedido al trono de Dios mediante su sacrificio único; pero en cambiono parece que podamos decir con propiedad que esle sacrificio perdure en elcielo.55

Todo esto tiene por lo menos dos consecuencias para nuestro tema: lo quesubraya Hebreos es el carácter único y esencial del sacrificio de Jesús, el hechode que no se rep~e nunca más;56 pero además, que, de hecho, Jesús es sacer·dote porque \o ha llegado a ser a través de su vida y, más en concreto, de sumuerte. En un cierto sentido parece que la exislencia lerrenal de Jesús, sin habersido directamente calificada como sacerdoLal, es, sin embargo, plenamente sa­cerdotal.57 0, por lo menos, al referirse a la vida y a la muerte de Jesús parajustificar la realidad de su tarea sacerdotal ahora, el autor ha de buscar su punlode apoyo fundamental en los hechos cap~ales de la vida y la muerte de Jesús. Lavida terrena de Jesús resulta asl esencial para el argumento de Hebreos, porquesu muerte ciertamente lo es.

Ello nos lleva a una última cuestión, que recoge nuestras consideracionesiniciales sobre la cristologla de Hebreos: ¿c6mo se relacionan las tres etapas dela crislologla de la carta? Comencemos por la segunda y la lercera elapas: ¿serelacionan entre si como un antes (vida terrena) y un después (vida glor~icada)?

Para los leclores de Hebreos, el autor ha dejado bien en claro que el pasado esciertamente pasado.58 Pero, de hecho, los trazos que caracterizan al Jesúsexallado no han borrado las marcas de la cruz, la carne y la sangre. Es a lravésdel Jesús terreno, del Jesús que ha derramado su propia sangre, del Jesús queha padecido y ha sido tentado que los lectores pueden idenlificar la figura del gransacerdote digno de confianza y capaz de compadecerse de ellos. Sin los lrazosde la vida mortal de Jesús, eslarlamos ante una figura importanle, pero lejana ymllica y, en el fondo, inaccesible. Si bien es verdad que el Jesús glorificado nocontinúa ofreciendo un sacrificio que ha llegado a su plenitud con la muerte (unamuerte que se da una sola vez),5Il sin embargo, Jesús eSlá delante de Dios consu carne, con su sangre y OJn su ignominia. En este senlido, la relación entre lasdos últimas etapas de la cristologla de Hebreos tiene una 6plica bien cercana a laque tenemos en el evangelio de Juan: en éste para hablar del Jesús exaltado y,por tanto, presente, se ha de apelar a los rasgos fundamentales de su vidaterrena.60 Lo mismo parece ocurrir en la carta a los Hebreos. En ambos escritoshay una sobreposici6n de estas dos úllimas etapas. Tenemos en estos escrilosuna gran concenlraci6n crislol6gica en la figura de quien es al mismo liempo elexallado y el terreno, "el hijo" y aquel a quien se llama Jesús.51

Podemos preguntarrnos finalmente qué ha ocurrido con la primera etapa dela cristologla de Hebreos. Como ocurre en el evangelio de Juan, la primera etapasólo puede ser objelo de confesi6n. La confesi6n se da de la mano con la tra­dici6n (Heb. 1-2). Pero, en el fondo, esta confesi6n lleva al autor a consliluir eslaprimera etapa en el verdadero hilo conductor de todo el proceso cristol6gico. Enel fondo se trala de la defensa más convincente contra cualquier tipo de peligroadopcionisLa. Jesús es siempre "el hijo: Lo es tanto antes de su homoiósissolidaria (1,4-11), como lo continúa siendo en su abajamiento ("siendo como era,hijo. aprendi6 a través de lo que su1ri6" 5,7) y no deja de serlo en su entronizaci6ncomo sacerdote, causa de salvaci6n para todos (7,28). Jesús es siempre el mis·

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desarrollar bastará hacer referencia a un conceplo bien central de la carta: el dela te/eiósis de Jesús, es decir, el que se refiere a la realizaci6n plena o alperleccionamienlo de Jesús. Este concepto y los relacionados con él ( télos,releioun, re/eiotés, te/eios) tienen una presencia nOlable en Hebreros47 y jueganun papel importanle en su argumenlaci6n. Por lo que se refiere a Jesús, el verboreleioun sirve para expresar la necesidad de una realizaci6n a través del sulri­miento (lo cual viene anunciado programáticamente en 2,10: -era conveniente...llevar a la plena realización al iniciador de la salvación;" se realizó en la pasión ymuerte de Jesús: 5,7-9; y condujo a Jesús a una situaci6n nueva: 7,28). Jesúsha sido "perleccionado." Y lo ha sido a Iravés del sufrimiento vivido en fidelidadhacia Dios (5,7-9).

Por consiguiente, existe un momento fundamental donde se da este per­feccionamiento. Jesús, en los días de su vida mortal, no era todavfa sacerdote(hay que recordar que Jesús por nacimiento no pertenece a ninguna tribu sa­cerdotal: 7,13; por otra parte tenemos en 8,4 una afirmaci6n muy audaz en eslesentido: ·si estuviera en la tierra no seria sacerdote, habiendo quienes ofrezcandones según la ley;" finalmente el sacerdocio de Jesús es muy superior alsacerdocio lerrenal, tal como afirma 8,6: "en realidad es un sacerdocio muysuperior el que le es alargado ya que es mediador de una alianza mucho mejor,basada en promesas mucho más grandes"). Pero Jesús alcanzará la dignidadsacerdotal a través de la acci6n de Dios (5,6.10; 7,28).48 Y esla dignidad se dadespués de la muerte interpretada como sacr~icio ("él, en cambio, después dehaber ofrecido un sacr~icio único por los pecados, está siempre sentado a ladiestra de Dios" 10,12), precisamenle en su enlronizaci6n (4,14; 8,1). Hijo ya loera, sacerdote, en cambio, lo ha de llegar a ser.49 Por lo tanto, Jesús ha llegado aser sacerdote a través de su muerte. Esla formulaci6n, por audaz que puedaparecer, tiene un firme punto de apoyo en el texto.50

De lodo eslo se puede deducir que el autor de Hebreos al intentar c1arilicarpara los lectores la funci6n actual de Jesús, se ha visto obligado a fundamenlar larealidad de la confesi6n51 a base de analizar más de cerca el fundamento de lasegunda etapa de la cristologla lradicional. Por ello, el contenido y la aportaciónde Hebreos es precisamenle la ampliaci6n y profundizaci6n de esta segundaetapa de la cristologla como medio de explicar mejor la tercera.

Todo esto S8 confirma con un agudo estudio de A. Vanhoye sobre laAktionsar1 de los aoristos con que el aulor de Hebreos subraya el hecho sa­cr~icial de Jesús.52 Nota Vanhoye que mientras en la descripci6n del oficio sa­cerdotal Hebreros emplea siempre el presente o bien el infinitivo, cuando habla delhecho sacr~icial de Jesús utiliza siempre el aoristo. Y ello en un doble sentido: encuanto que utiliza el verbo prospherein (o también anapherein) en aoristo, perotambién acompaña estos textos con aoristos de otros verbos (emathen, epathen,ekathisen, eisélthen, ypemeinen)S3 que subrayan el carácter punlual del hechodescr~o. Notemos además que, a fin de no dejar ninguna duda sobre la unicidaddel hecho descr~o, singulariza la acci6n añadiendo a estas frases el hapax o elephapax (en un caso el mia thysia).54 De aqul se deduce que, mienlras la5~uaci6n actual de Jesús en su acci6n sacerdotal es descrila con verbos enperlecto (7,25.28; 12,2) Y se enfatiza de esta manera el carácter de duración delhecho, cuando el aulor se refiere al sacrificio de Jesús, a su oblaci6n, a su

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"JESUS" EN LA CARTA A LOS HEBREOS 2B9

entrada en el cielo, utiliza siempre el aorislo. Se eslá subrayando con ello queJesús ha accedido al trono de Dios mediante su sacrificio único; pero en cambiono parece que podamos decir con propiedad que esle sacrificio perdure en elcielo.55

Todo esto tiene por lo menos dos consecuencias para nuestro tema: lo quesubraya Hebreos es el carácter único y esencial del sacrificio de Jesús, el hechode que no se rep~e nunca más;56 pero además, que, de hecho, Jesús es sacer­dote porque lo ha llegado a ser a través de su vida y, más en concrelo, de sumuerte. En un cierto senlido parece que la existencia terrenal de Jesús, sin habersido directamente calificada como sacerdotal, es, sin embargo, plenamente sa­cerdolal.57 O, por lo menos, al referirse a la vida y a la muerte de Jesús parajus@car la realidad de su tarea sacerdotal ahora, el autor ha de buscar su punlode apoyo fundamental en los hechos cap~ales de la vida y la muerte de Jesús. Lavida terrena de Jesús resulla asr esencial para el argumenlo de Hebreos, porquesu muerte ciertamente lo es.

Ello nos lleva a una última cuestión, que recoge nuestras consideracionesiniciales sobre la cristologra de Hebreos: ¿cómo se relacionan las tres etapas dela cristología de la carta? Comencemos por la segunda y la tercera etapas: ¿serelacionan enlre sí como un anles (vida terrena) y un después (vida glorificada)?Para los lectores de Hebreos, el autor ha dejado bien en claro que el pasado esciertamente pasado.58 Pero, de hecho, los Irazos que caraclerizan al Jesúsexa~ado no han borrado las marcas de la cruz, la carne y la sangre. Es a travésdel Jesús terreno, del Jesús que ha derramado su propia sangre, del Jesús queha padecido y ha sido tentado que los lectores pueden idenlificar la figura del gransacerdote digno de confianza y capaz de compadecerse de ellos. Sin los trazosde la vida mortal de Jesús, estarramos anle una figura importante, pero lejana ymllica y, en el fondo, inaccesible. Si bien es verdad que el Jesús glorificado noconlinúa ofreciendo un sacrfficio que ha llegado a su plenilud con la muerte (unamuerte que se da una sola vez),59 sin embargo, Jesús está delanle de Dios consu carns, con su sangre y con su ignominia. En este sentido, la relación snlra lasdos últimas etapas de la cristo logra de Hebreos tiene una óptica bien cercana a laque tenemos en er evangelio de Juan: en éste para hablar del Jesús exallado y,por tanto, presente, se ha de apelar a los rasgos fundamenlales de su vidaterrena.60 Lo mismo parece ocurrir en la carta a los Hebreos. En ambos escritoshay una sobreposición de estas dos ú~imas etapas. Tenemos en estos escr~os

una gran concentración cristológica en la figura de quien es al mismo tiempo elex~ado y el terreno, "el hijo" y aquel a quien se llama Jesús.61

Podemos preguntarrnos tinalmente qué ha ocurrido con la primera etapa dela cristo logra de Hebreos. Como ocurre en el evangelio de Juan, la primera etapasólo puede ser objeto de confesión. La confesión se da de la mano con la tra·dición (Heb. 1-2). Pero, en el tondo, esta confesión lleva al autor a constituir estaprimera etapa en el verdadero hilo conductor de todo el proceso cristológico. Enel fondo se trata de la defensa más convincente contra cualquier tipo de peligroadopcionista. Jesús es siempre "el hijo: Lo es tanto antes de su homoiósissolidaria (1,4-11), como lo continúa siendo en su abajamiento ("siendo como era,hijo, aprendió a través de lo que sufrió" 5,7) y no deja de serlo en su enlronizacióncomo sacerdote, causa de salvación para todos (7,28). Jesús es siempre el mis-

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mo, como se dice expllcitamente (13,8 el. 1,12 Y 7,24). Pero ni su status comohijo, ni su superioridad respecto a los ángeles y a Molsés52 le habrlan perm~ido unacercamienlo misericordioso a los hombres. Su solidaridad fue necesaria. Yconlinúa siéndolo.

A la luz de estas breves consideraciones la cristologla de Hebreosaparece como una magn~ud muy acabada. La práctica intercambiabilidad de lostltulos cristológicos que antes hemos nolado ya pareefa apuntar a ello.63 El autorde Hebreos no se ha sentido desbordado ante las d~icullades que presentaba lanovedad introducida en el esquema tradicional a través de la afirmaci6n de larealidad sacerdotal de Jesús. Ni se ha encogido cuando ha tenido que valorar enprofundidad el momento clave para predicar de Jesús el titulo de gran sacerdote:su vida enlregada (9,14, el. 5,7-9). Ahora bien, precisamenle esta reflexi6n sobrela realidad de la vida y la muerte de Jesús apunta a la posibilidad de leer la carta alos Hebreos con los ·ojos fijos en Jesús," tal como el escr~o recomienda a susleclores (12,2).64 Es posible que una relectura de Hebreos con esla acI~ud

contemplativa nos confirme en nuestra hipótesis inicial acerca del sentido de laterrenalidad que el autor quiere conferir a la forma concreta como se reliere alsalvador: es Jesús.

3. Jesús y la misericordiaLa novedad de Hebreos es la aplicación a Jesús del tllulo de gran sa­

cerdote. Eslo resulla tan conocido que parece que no deberla ser necesario ex­plicitarlo. Pero si lo hemos de recordar es precisamente porque aqul eslá, enprofundidad, la raz6n úllima de la importancia de la consideraci6n de la realidadterrena de Jesús en Hebreos. Normalmente se subraya la novedad del tllulo y laimposibilidad de deducirlo de la tradici6n cristiana anterior o veroslmilmenle anle­rior.65 Es también conocido que el sacerdote, según Hebreos, ha de ser capaz decompadecerse, de comprender el sufrimiento.56 No consta que este rasgo carac­terice ninguna figura sacerdotal, pero aun en el caso que la caracterizara, ¿cómosaba el autor de Hebreos que el Jesús exaltado es capaz de metriopathein ? 5610puede sabarlo a través de los datos que caracterizaron la vida de Jesús.67 De lamisma manera que s610 puede hablar de la inmunidad de pecado a lravés delconocimienlo de la vida del mismo Jesús.59 Por otro lado, la exhortaci6n acontemplar a este Jesús exaltado marcado con los trazos del abajamiento (y estaes una verdadera caracterlstica de la parenesis de Hebreos) apunta a un talantede lectura fuertemente contemplalivo, que saca de la relectura de la vida deJesús los datos que confirman su capacidad de compadecerse y su funci6nsalvllica respecto de los hombres. Por ello nos conviene releer la carta con losojos fijos en Jesús, iniciador de nuestra fe, es decir, creyente,59 obedienle a lavoluntad de Dios'?O Esle va a ser el úllimo aspecto de este trabajo.

3.1, La vida de Jasús en HebreosYa hace tiempo que la exégesis da Habreos ha ido recogiendo una saria da datosde la vida de Jesús que hoy inleresa recordar. Son indicaciones muy concretas,que otros documentos neotestamentarios presentan como trazos o episodios dela vida de Jesús'?'

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"JESUS" EN LA CARTA A LOS HEBREOS 291

- Jesús sali6 de la tribu de Judá (7,14);- inici61a predicación de la salvaci6n (2,3);- tuvo oyentes, que transmitieron su predicación (2,3);- fue tiel y obediente a Dios (3,2; 10,5-9), Y aprendió a obedecer a través del

sufrimiento (2,10; 5,8);- tuvo opos~ores (12,3);- fue tentado, sin caer en el pecado (2,18; 4,15);- oró, suplicando a Dios con lágrimas y grandes clamores (5,7-10);

murió en la cruz (12,2), tuera de la puerta de la ciudad (13,12);subió y fue elevado a la derecha de Dios (8,1; 13,20; 10,12);existe la convicción de que volverá (9,28 d. 10,25).Estos textos y fragmentos de Hebreos son una muestra patente de que es­

te documento no está direclamente interesado en rehacer biográficamente la vidade Jesús. En definitiva, porque los datos cronológicos y topográficos fallan total­mente. Por airo lado muchos de estos datos tienen un tono genérico que noenlaza con la historiografía, ni siquiera con la de aquel tiempo. Si no tuviéramosotros documentos neolestamenlarios, sería totalmenle imposible siluar eslosdatos "históricos" en un marco temporal, pueslo que faltan los puntos de enlacecon datos y situaciones conocidos por otro camino.72

Ahora bien, si el sentido fundamenlal no es el de la biografía de Jesús,entonces resulta que muchos de estos datos se han reproducido en Hebreos conuna finalidad bien definida; servir de soporte al argumento sobre el sacerdocio deJesús. Es decir que si pueden ser considerados datos soteriológicamente rele­vantes,73 lo son en la medida que consl~uyen un punto de referencia importanteen la argumentaci6n sobre la identidad del gran sacerdote que ahora intercedepor los hombres ante Dios.

El argumento tiene dos vertientes: el sacerdote ha de tener acceso a Diosy a los hombres. El primer aspecto ya ha quedado suficientemente definido en lapresentación de la situación de Cristo en el capitulo 1.74 Por consiguiente larealidad de Jesús, de la vida de Jesús es importante para el autor de Hebreos enla medida que su relación con los hombres resulta indispensable para justificar sustafus de gran sacerdote ahora Por ello la referencia a Jesús, a su vida y a sumuerte, no son subrayadas en virtud de una necesidad genérica, ni siquiera envirtud de una cierta concepción bíblica según la cual los sucesos históricos seconst~uyen en sucesos salvíficos (cosa que el autor no niega)75, sino más bienen la medida que hacen de Jesús uno de nosotros, capaz de compadecerse y dehacerse cargo de nuestra condición llena de debilidad y finilud (recordemos eltemor a la muerte y la superaci6n de este temor por parte de Jesús, en la medidaque ha asumido esta muerte).

Es en esle marco hermenéutico donde hay que situar la importancia de losdatos sobre la realidad del Jesús terreno. Esta es la 6ptica que nos ha de permilirvalorar los trazos que el autor ha subrayado. Es posible que se Irate de un aspec·lo muy conocido.76 Pero hay que tener presente que es en definitiva este aspectoel que nos ha de llevar a valorar el sentido y alcance de la figura del Jesús lerrenopara ia vida y la fe esperanzada de la comunidad de Hebreos. En este senlido hayuna categorla que resulta definitiva, la de la "solidaridad," representada de diver­sas maneras en Hebreos. Veámoslo.

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3.2. La solidaridad de Jesús con los hombresEntre los diversos lugares donde se trala este aspecto de la enseñanza de

Hebreos (2,5-18; 4,14-5,10; 9,11-14.24-28; 10,5-10. 12-24) hay uno que sobre·sale claramente: la presentación de la situación de Jesús respecto de loshombres en 2,5-18. En este fragmento se habla de Jesús como hombre (anthlÓ­pos y lambién huios anthrópou ),n como el que ha sufrido la muerte (dia toupathema tou thanatou v. 9), el que ha guslado la muerte (un claro hebraismo, v.9b); se afirma que el que santifica y los santificados ex henos pantes, es decir,que tienen el mismo origen (v. 11); se dice que Jesús compartió la carne y lasangre (la condición humana, v.14) y que tomó sobre sí ia descendencia deAbraham y no a los ángeles (v. 16). Finalmente, la homoiósis es llevada a susú~imas consecuencias: "convenra que se asemejase en todo a los hermanos" (v.17). Por ello es capaz de compadecer a los lenlados, porque también él fueprobado (v. 18).

Es indudable que algunas de eslas afirmaciones pueden sorprender. Al finy al cabo parece que el autor no ha marcado Iímiles a la solidaridad. Esto se haceespecialmente claro en el v. 14: ·por lanlo, así como los hijos (ta paidia )participan7B de la carne y la sangre, así también igualmente participó él de lasmismas.. ," La expresión "Jos hijos" es ciertamente inusilada, pero inteligible a laluz de la cita del v. 13. El argumento se hace con todo más fuerte: ·si los "hijos"(hasta qué punto se trala de una imagen de origen gn6stico no lo podemos discu·lir aqul) participan de la condición humana, Jesús también deberá participar de lamisma." Esto se anuncia con gran énlasis: kaj aufós... asl también él... Pero en851s caso el parap/9siós no puede querer significar solamente "de modo pare·cido," sino que ha de implicar la plena igualdad, como de hecho lo subraya el v. 17al no poner lím~es al kata panta.79 Porque es sólo un poco más adelanle que ellacior aprenderá que Jesús ha sido tentado sin haber caldo en el pecado (4,15).Por tanto. Jesús no participa de la condición humana de una forma dislinla acomo participan de ella los demás hombres, ni siquiera con un cuerpo extraor·dinario (cr. 10,5). Finalmente dentro de esta misma linea, tenemos la expresi6nmeteschen tón autón del v. 14 sin uherior calificación. Su sentido no es ambiguo:también él participó de la carne y la sangre de la misma forma que participan deellas los hombres. La ambigüedad de esla expresión se podrla deber a un posibleinflujo gnóstico que no podemos discutir aqur.BO

Con esle breve análisis puede quedar claro que Jesús, en la presentaciónde Hebreos, participa plenamente de la condición humana. Esla importanteenseñanza de Hebreos se ampliará y matizará en airas momentos de la carta,donde aprenderemos que Jesús es capaz de compartir todas nuestras debilida­des porque ha sido tentado kata panta (en todo, sin limites), pero sin caer en elpecado.BI Es por esto que ha sido consl~uido gran sacerdole y podemos accedera él con la seguridad de ser comprendidos y de conseguir misericordia. Aprende­remos también que Jesús ha pasado por el temor ante la muerte, pero que hasuperado esta delibidad a través de su fiei sumisión y que, por tanto, ha apren­dido la obediencia y es capaz de salvar a todos los que le obedecen, etc.

En resumen, las afirmaciones de Hebreos sobre la solídaridad de Jesúscon la vida humana no tienen IImile. Lo cual da entrada a una ullerior conside­raci6n: con esta forma de argumentar Hebreos no solamente da senlido a la anlro-

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"JEsUs" EN LA CARTA A LOS HEBREOS 293

pologla de la comunidad, sino que además está implicando que, excepto en elpecado, la situación de los presuntos lectores ha sido compartida por Jesús. Conesla consideración no pocos datos antropológicos de Hebreos se iluminan yadquieren un talanle cristológico que no les hubiéramos alribuido. Por lanlo, si esverdad que en el fondo del argumento de Hebreos tenemos una aplicación cristo­lógica a la vida crisliana y que los títulos de prodromos, archégos tes soterias,archegos kai le'eiates les pisleos ya apuntan en esta dirección, sin embargo, esloda la antropología de Hebreos la que ha de ser considerada cristo lógicamente.y no solamente la vida cristiana en su sentido de fe confiada.

No es esle el lugar de analizar en detalle los datos antropológicos quepueden ser interpretados cristo lógicamente. Pero si conviene subrayar quemientras algunos datos anlropológicos de Hebreos ya han sido interpretados cris­tológicamente, en cambio hay otros muchos que son susceptibles de este tipo deinterpretación y que Hebreos no lo ha explicitado. Nos limitaremos a dar algunosejemplos de ambos tipos de datos.

Entre los datos interpretados cristol6gicaments, resulta interesanle cons­tatar que los conceptos antropológicos de sarx ("carne" 2,14; 5,7; 10,20), haima("sangre" 2,14; 9,12.14; 10,19; 13,12), anlhrópos ("hombre" 2,6), soma ("cuerpo"10,5), Ihanalos (muerte 2,9), astheneia (debilidad 5,2), pathema (sulrimiento2,9) se aplican en Hebreros a Jesús.

Pero, en linea con lo que hemos indicado, la solidaridad de Jesús con lacondición humana no tiene limite. Por tanlo, también la situación del creyenleestá marcada por la exislencia de Jesús. De aquí que, si bien algunos conceptoscomo el de tentación (2,18; 4,15), soportar (12,2 el. 12,1), sulrir la ignominia(13,13) han sido interprelados cristo lógicamente, en cambio hay otros, como porejemplo el de estar prisionero (10,34), el de compartir (13,16), el de hacer el bien(13,16), el de ofrecer hospitalidad (13,1), el de amarse los unos a los olros (13,1),etc., que pueden también interpretarse a la luz de la existencia terrena deJesús.82

De aqul surge una ú~ima reflexión: la vida creyente alcanza, a la iuz de lalunción actual de Jesús-gran sacerdote un carácter sacerdotal que antes no te·nla. En 95Ls sentido las frecuentes exhortaciones a "entrar," a "acercarse," a"salir," tienen un talante sacerdotal que confiere un tono nuevo e inusitado a todala existencia crisliana. Pero además conviene recordar lo que se ha dicho muy amenudo: Hebreos, con estas exhortaciones, no pide al creyente que salga delmundo y que lleve una vida desarraigada de su condición mortal.a;¡ Más biénocurre lo contrario: es al hacer el bien y al crear solidaridad mutua como se estáhaciendo una olrenda.84 La vida de cada día se convierte en una acción sa­cerdotal. La prolanidad ha quedado abolida.as Y de rebote resu~a que Jesús essacerdote ahora porque lo fue durante su vida mortal, precisamente en el olre­cimiento de esta vida mortal.88 La existencia terrena de Jesús queda asl ilumina­da a través de su status actual de gran sacerdote y el contenido de su acciónsacerdotal de ahora, la misericordia, sólo se ha hecho posible porque Jesús, ensu vida mortal, fue misericordioso.87

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4. ConclusIónNuestro trabajo tenia un objetivo muy ceñido: calibrar el interés de Hebreos

por la terrenalidad de Jesús. Sin embargo, las consecuencias de esle interéscomprobado van más allá de la carta a los Hebreos. Por ello vamos a añadir una se­gunda consecuencia respeclo al interés del Nuevo Testamenlo por el Jesús terre­no.

En lo que se refiera a nuestra pregunta inicial, creo que hemos aportadosulicientes datos para afirmar que Hebreos presenta un marcado interés por laterrenalidad de Jesús. Y, por consiguiente, el sentido fundamental del uso delnombre sin más parece responder a este interés por incluir la terrenalidad deJesús en la cristologia. Pero, en contra de lo que pueda parecer, el interés deHebreos por el Jesús terreno no ha sido motivado por una valoración genérica dela "historia." Hebreos no ha mostrado interés en valorar los hechos salvllicoscomo hechos "históricos" sin más. El esquema de la historia salutis que presidela presentaci6n de Jesús en otras obras neoleslamenlarias no parece haber sidoel marco teológico fundamental para el aulor de Hebreos.ea Más bien podríamosdecir que su valoración del tiempo y de la hisloria es muy lIexible y que lacronología no es para este escrito una magnitud inlocable·89

A pesar de ello el inlerés por la realidad humana de Jesús resulta ver­daderamente extraordinaria en este documento. Sólo a través de la solidaridad deJesús con la vida humana se llega a comprender que su función actual llena decompasión y de misericordia hacia 105 hombres pueda ser creída. La profun­dización en la realidad actual del gran sacerdote ha sido posible a través de lacontemplación del Jesús terreno y de la consideraci6n de su vida mortal envuellaen la debilidad, la tenlación y el sufrimiento y coronada por una muerte que sehace garanlía para los hombres por ser una muerte plenamente aceptada y, porlanto, plenamente humana. Como es bien sabido estamos ante una profundatransrormación de la categoria de "sacerdole." Esla transformación ha sidoposible precisamente a lravés de la contempiación de la vida y la muerte deJesús. Como dice acertadamente J. Sobrino, el autor de Hebreos lo formularlaasi: "sacerdote, ése es Jesús.-90 Que esla presentación se dé con una puntapolémica contra una concepción antigua y superada o más bien para justificar laausencia de sacerdotes en la comunidad, no acaba de ser demasiado importantepara nuestro argumento.91 Aunque indudablemente, el dia que podamos despejaresta incógnita, nuestra aportación tendrá un senlido más concreto y específico.

Nuestro trabajo es una clara muestra de que la cuestión del Jesús terrenosigue siendo una cuestión actual en el estudio del Nuevo Testamento. Sin em­bargo a la luz de lo indicado podríamos preguntarnos si la lerminologia que seuliliza ("el Jesús histórico") no deberia dar paso a una formulación que tenga encuenta no sólo los evangelios sinóplicos, sino que abarque lambién el interés deotros documentos neotestamenlarios en Jesús, en su humanidad, en su terre­nalidad. Porque, como hemos visto, el interés de Hebreos por el Jesús terreno noes frulo de una presenlación que utilice el esquema de la historia salutis. Es laconsideración de la solidaridad de Jesús con los hombres lo que da al tema del"Jesús terreno" un enfoque nuevo y profundo del tema de la humanidad de Jesús.Porque, además, nos enseña una forma nueva y concreta de "recuperación" de lahumanidad de Jesús. Es a través de la confesión92 y de la consideración de la

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·JESUS" EN LA CARTA A LOS HEBREOS 295

relación entre la situación de la comunidad y el Jesús exaltado que surge unarelectura concreta de la vida de Jesús. Y a la luz de nuestra anterior aportaci6nsobre el evangelio de Juan,93 uno se pregunta si no deberia ser ésta nueslralarea cristológica por excelencia: ¿quién es Jesús para nosolros? ¿Quién esJesús para cada comunidad? En esle caso tanto la historizaci6n de Jesús en lavida de la comunidad joánica como la relectura de la vida de Jesús que haceHebreos resuhan puntos de referencia sumamenle sugerentes. Ambos docu­menlos han apelado a la vida de Jesús para iluminar la propia vida, para encontrarsenlido a las propias pregunlas y dificuttades.

Lo que resulta interesante lanto en Hebreos como en el evangelio de Juanes que ambos documentos parten de la confesión de la comunidad.94 Y, por consi­guiente, se parte de la vida cristiana más o menos cuestionada, pero que, en cual­quier caso, va haciendo camino.95 El problema no es, por consiguiente, un proble­ma académico o rel6rico. Estamos ante un doloroso proceso de profundizaci6nen las virtualidades de la le y del papel de Jesús, el hijo, el salvador, el que estásentado a la derecha del Padre. Pero también ·uno de nosotros," "el hombrellamado Jesús."

Esla parece ser la enseñanza más profunda del tema que hoy hemosIralado. La cuesti6n de "Jesús· en la carta a los Hebreos es un ejemplo más de laamplitud de intereses y matices que puede lener la cuesli6n del Jesús terrenosiempre que la tratemos dentro del marco hermenéutico de cada autor y de cadaobra del Nuevo Testamento. Y esla cuesti6n todavla puede dar mucha luz a nues­Ira fe y a nuestra esperanza.96

NOTAS

1. 1.a vida de Jesús en el Evaneelio de Juan,· Revista Latinoamericana de T9OIogla 3(1986) 3-45.

2. E¡Js1/e t> /he H8b18ws, l.Dndon 1909. p. 49. segoo cila de M. M. Bourl<e, "Ep/stJla •los Hebreos,· en la obra en coIa!xlfaci6n, Comsnti300 Bitija) San Jsrórimo. Tomo IV,Madrid, Cristiandad, 1972, p. 330.

3. "The a11usions 10 lhe historical Jesus are nol numerous, bul they are loo dela.Üed anddirect t> be ex~aina<l away; H8b18ws, Edinburg 1957, p. IL

4. To /he H8b18ws, The Arcl10r Bible :36, New Yo,," 1972: 'The signfficance 01 Jos",;pp. 253-255.

5. An die Heaaer, HNT 14, Tútingen 1984: Die chronologische Aporie der Hb-CIlrislOk>­gie; pp. 32-33.

6. Cilamos eslOS trabajos por orden CJorlOIógia>: M. Rissi, 'Ilie Me...chichkan Josunach Hebr 5,7-8; putiic:ado .., 11JaoIo¡;s<he Zeit;cMII 11 (1955) 28-45: O. Cul·mann en su obra Christ>logo du _u Toslament Neuchal~·Peris 1958, pp. 74­94, habla de Jesús Q)ITlO gran sacerdole e interpreta esl8 titulo a5to16gieo comouna d8l3. referencia a la oI:xa terrena de Jesús; U. Luck, '1iimmlisches und irdischesGeschehen in Hebnlertriel; publi::ado en Novum Toslamenblm 6 (1963) 192-215; E.Gnlssef,"Oar hislOrisch. Jesus in Hebnlerbriel, .., Zeit;clJlift /iir Il8IJIaS""'en~

ch. Wissenschaft 56 (1985) 63-91: J. RololI, " Dar mi~eidendeHoheprieslOr. lorFrage nach dar Bedecleutung des irdischen Jesus IOr die Christologie des HebrAer­briefes,· apararecido en el Festschrih H. Conzelmann, Jesus Chn·stus im Historieund Theologie, TObingen 1975, pp. 143-166. Estos son los trabajos que tratanespecfficamenle nuestro I8ma, pero hay otros mudlos que lo tienen presente.Véase la nota siguiente.

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7. Interés que puede percibirse expllcitamente en los trabajos de A. Vanhoye que seirán citando a lo largo de estas páginas (sobre todo en Situation du Christ. Epitie aUK

H~breux 1 et 2. Lectio Divina 56, Pans 1969, pp. 255-394); puede verse Iambién elreciente comentario de C. Spic:q, L'Epitre aux Hébreux, Sources Bibliques, Paris19n; O. Michel, De, Briel an die Hebr~er, Meyers Kommenlar XIII, G<lttingen 1966, yen otros trabajos que se irán citando en las notas.

8. Un indicativo de esta importancia podrla ser el acento en la unicidad delacontecimiento salvlfico lundamental subrayada a través de las frecuenlesreferencias al hspax y al ephspsx (hapax en 6,4; 9,7.26.27; 10,2; 12,26.27;ephapax en 7,27; 9,12; 10,10). CI. en este sentido O. Cullmann, Cristo y el tiempo,Barcelona 1968, segunda. parte, • El carácter temporalmente único de las distintasépocas de la salvación: ephapax,· pp. 105-112. Sin embargo, como veremos, al dara este aspecto un valor automáticamente histórico se corre el peligro de pasar poralto la especificidad de la aponación de Hebreos. El esquema de historia saluris noresulta relevante para la presentación cristol6gica de este documento. cr. másadelante,lo que decimos en las conclusiones.

9. Véase por ejemplo G. Mora, La carta a Jos Hebf90s como escrito pastoral, C. SanPaciano 20, Barcelona 1974.

10. Esta es una de las aportaciones de la magna contribución de C. Spicq, L'Epilre auxH~breux, EslUdes Bibliques. 2 IIOls., Pans 1952·53.

11. Es bien conocido el trabajo de H. Kosmala sobre la relación entre Qumran y Hebreos:HebrtJ.er, Essener, Christen. 5tudien zur Vorgeschichte der FrOhkirchlichenVerkOndigung, Leiden 1959.

12. El inMujo que ha ejercido la tesis de E. Kasemann en los estudios sobre Hebreos esbien patenle, a pesar de que hoy en dla no se subscribirlan la mayorra de sus puntosde vista: Das wandemde Gottesvolk. Eine Untersuchung Zum Hebrl;jerbrief, FALANTNF 37, G<lttingen 1939. Véase lo que decimos infrsen la nola 96.

13. H. M. Schenke, -Erwigungen zum Aitsel des Hebrierbriefes,· publicado en elFestschrih H. Braun. Neues Testament und christliche Existenz. Tübingen 1973,421­437.

14. Aunque esta es una caracterlstica que se encuentra en casi todos los trabajos de H.Braun, su minuciosidad analltica no le permite alcanzar puntos de vista más globaleso sintéticos (notablemente en su conocido trabajo sobre Qumran). Para H. Braun lacristologla de Hebreos se encuentra encerrada en un callejón sin salida: op.c. (nota5), pp. 32~33. Hay que notar que la cristologra de Hebreos ha sido objeto de no pocosestudios, algunos muy recientes: F. BOchsel, Die Christologie des Hebráerbriefes,BFChTh 27·2, GOlersloh 1922; E. Schl. Fiorenza. "El promotor y consumador denuestra te· en la obra en colaboración (oo. J. Schreiner), Forma y propósito delNuevo Testamento. Barcelona 1973, 306-327; E. Grisser. ·Zur Christologie desHebrAerbriefes.· Eine Auseinandersetzung mil Herbert Braun, publicado en elFestschrih far H. Braun, Neues Testament und christliche Existenz, Tübingen 1973,pp. 195-206; W.A.G. loader, Sohn und Hohepriester. Eine traditionsgeschichtlicheUntersuchung zur Christologie des Hebr3erbriefes, WMANT 53, Nuekirchen 1981.

15. Esta manera de relerirse a Jesús no sólo resulla caraclerlstica de Hebreos, sino queconfiere a este eserilO un cierto aire ·evangélico.-los textos se citan más adelante.

16. Cf.1o que decimos más adelante en este sentido, Ya C. Spicq notaba hace años másele 16 paralelos enlre Hebreos y Juan: L'Epnre aux H~breux, vol. 1, Paris, 1952. pp.10~131.

17. En cambio en el evangelio de Juan el marco narrativo constituye un aspectolundamental del mensaje de esta obra. cr. lo que decimos en el trabajo cilado en lanota 1supra.

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18. Esto se amplia en una obra en prensa que ha de aparecer a comienzos de 1987:Jesús y el evangelio en la comunidad joánica. Una introducción s la lectura cristianadel f1V8ngefio de Juan. Salamanca 1987.

19. -Le nom lui-méme ettaste I'humanité de la personne qui 'e porte, car -Jésus· est unnam d'homme,· Situation c/u Christ, p. 286. En una obra más reciente comenta elmismo Vanhoye: -Le Christ apparah pteinement homme. le seul homme en qui lavocation humaine se soir accomplie parfaitement.· PrfJtres anciens. prátre nouveauselon le Nouveau Testamsnt, Paris 1980, p. 101.

20. Heb. 4,8 el. Ot. 31,7 YJos. 22,4.21. -The mason for thal emphasis (námlich des Namens 'Jesus1 is fhar fIJe name is

always more than the name o, Christ, il is a biblicaJ name carrying ovel1ones ofScriptural Tesrimony ro Jesus as Christ: F. C. Synge, Hebrews and the SCriptures,London 1959, p. 20, según cita de O. Michel, op. e., (sup", en la nota 7), p. 171.

22. En todos estos textos seguimos muy de cerca la traducción de la TOB.23. Por ello nuestro trabajo no puede aspirar más que a formular una hipótesis sólida..

Sin embargo, los 10 taMtos citados nos ponen en contacto con los conceptoscristológicos más importantes de toda la carta. Véase lo que decimos más adelantesobre la inlertambiabilidad de los tltulos cristol6giOJs en la nota 25.

24. Aparentemente hay una excepci6n: 6.18·20. Pero Hebreos enlaza este texto con10,20 mediante el concepto de velo (katapetasma, cf. también 9,3), el cual, a suvez, es mnliflcado con la sarx de Jesús. la relación de este conc:epto con lamuerte de Jesús se hace patente en los lextos sinópticos: Me. 15,38 y par. Son losúnicos 6 textos del Nuevo Testamento que utilizan el concepto de katapetasma.

25. Este es un punto que convendrla analizar mucho más despacio. Aqul s610 vamos ahacer dos constataciones, suficientemente indicativas para nuestro trabajo: Jesúses el hijo (3,1.6), es hijo de Dios (4,14), señor (13,20), Cristo (3,6 <p. 3,1). Perotambién vice-versa, es decir, lodos eslos titulas se aplican a Jesús. Más aún, cadauno se identifica con lodos los demás, de forma que se enwentran inclistintamentedentro del mismo fragamento (er. 4,14-5,10). A primera vista no parece que Hebreosutilice estos titulas para designar diversas etapas de la cristologla. Más btan pareceque estamos ante una cristologla muy acabada, como si se tratara de una magnitudsin fisuras. Todo esto se trata más despacio en el apartado 2.

26. La hipótesis lambién se podrla formular de otro modo: los titulas nuevos de Jesús,como son prodromos, apostofos kai archiBreys, arcMgos ksi relei6'~s, ""sitls(engyos), se aplican elrectamente a Jesús, no a los otros 111u1os. Parece por tantoque es a lravés de su vicia mortal que Jesús llega a sar todo lo que los tllulo.indican. Pero, por encima de todo, Jesús llega a ser sacerdole. Los textosrelevantes para lodo esto 60n 106 siguientes: 2,9-10 (archlgos "S 56teriss); 6,20(prodromos); 3,1 (apostolos kai archiBreys); 12,24 (""sitls d, engyos en 7,22).

27. Esla aspecto es subrayado espec:ialmenla por J. RololI en el articulo citado supra enla nota 6. Puede verse también lo qua dice en esla sentido H. Braun, An <fe HebrW,p.33.

28. Además del análisis que hace en Sifuarion di ehris" puede verse ahora PrltrBSanciens, pnJlTe nouveBu, citado en la nota 19. pp. 91-98.

29. El argumento de Hebreos comporta una crItica casi inusitada del wlto antiguo, elcual viene a ser identificado con la idolatrla: -C'esllé une audace é peine croyable,­A. Vanhoye, Pré".s aneiBns, Tri'" noull9BU, p. 202.

30. Hebreos afirma que tenemos un -sacerdote eminente- (iereys megas 10,21); quelenenmos un -gran sacerdote eminente- (archiereys megas 4,14) o simplemente un"s",n secerdote" (archi9f9YS 4,15; 8,1). Y de hecho identifica a esla s",n secerdolacon Jesús: '"teniendo un gran 6élC8rdolB eminente... Jesús, el hijo de Dios- (4,14);·el apóstol y gran sacerdote de nuestra profes~n de fe, Jesús· (3,1); -Cristo, llegado

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a ser gran sacerdote de los bienes futuros· (9,11). Sobre el Utulo de gran sacerdotepuede verse ahora el resumen de H. Braun, -Jesus. der himmlische Hohepriester:An die Hebriler, pp. 71-74 (con una selecta bibliografla).

31. Hopou prodromos hyper h~m6n 6;sálthen I~sous ... 8rchiersys gsnomenos eis tonaións, 6,20. Conviene recordar que prodromos es un hapaK en el Nuevo Testamento,pero qua está en conaxión aln arch~os(Heb. 2,10; 12,2 ef. Act. 3,15 Y5,31).

32. Heb. 12,24 el. 8,6 y 9,15. Como hemos insinuado antes hay que relacionar estetItulo con la función de garante (angyas), y esta funci6n se apoya prvcisamente en laele archiemys que tiene Jesús: el. 7,22-25 donde se explicita esta función Ba­

cerdolal de Jesús (7,24 cf. 7,11-12).33. Apost%s kai archiereys... I¡}sous, 3,1.34. Una justificación muy detallada de este aspecto de la estructura de Hebreos puede

encontrarse en su trabajo La structure littéraire de l'épTtre aux Hébrsux, StudiaNeotestamentics JParis 1962. Para una exposición muy resumida puede verse tam·bién Le Messags da l'Epilreaux H~breux,Cahie", d'Evangile 19, Paris 19n.

35. Véase, por ejemplo, Heb. 6,4-6; 10,26; 12,22. Como resulta de sobra conocidoHebreos inlenta salir al paso de las dificultades de una comunidad que ha perdido lafuerza ele su empuje inicial. Véase la obra de G. Mora, citada en la nota 9, pp. 234­242.

36. Este es un tema central de Hebreos que deberla ser analizado más despacio. Quehay una homologie en la almunidad es evidente (3,1; 4,14; 10,23; 13,15), pero,¿cuál es su contenido? Cf. V. H. Neufeld, The aarliest Christian Confessions, NewTeslament Tools and Studies S, Leiden 1963, pp. 134-140. E. Grlsser no ha entradodirectamente en este aspecto (Der G/sube im Hebraerbrie', Marburg 1965) y, sinembargo, deberla analizarse más en detalle et carácter cristol6gico de la confesiónque no resulta tan claro como quisiera G. Bomkamm. ·Oas Bekenntnis im HebrAer·brierf: Gesammefte AulsAtze 11, Beilr4ge zur Evangelische Theologie 28, MOnchen1963, pp. 188-203.

37. A. Vanhoye, Siluation du ehrist, p. 103.38. Hob.9,11-14.25; 10,10; 13,12.39. Hebreos habla de la sangre de Jesús (2,14; 9,12-14; 10,19; 13,12); de la muerte de

Jesús (2,9.14; 5,7; 9,15.27; 12,2) Y de su sufrimiento (2,9.10.18; 5,8; 9,26-28;13,12).

40. Este punto lo explicitaremos más adelante, al hablar del ·momento· en que se sitúala acción sacrificial de Jesús.

41. U. Luek, op. e. (supra en la nola 6), pp. 206-213 Y el Interesante articulo de W.ThOsing, "Lasst uns hinzutnllen (Hebr. 10,22). Zur Frege nach dem Sinn derKulttheologie im Hobraerbrief: publicado en Biblische ZeilSchri1r, Naue Folge 9(1965) 1-17, especialmente pp. 12-13 Y15.

42. Coronado de gloria 2,7.9 (cf. 3,3).43. Usando el SI, 110:Hob. 1,3.13;8,1;10,12;12,2.44. Hob.7,25.45. Jesús es el prodromosy el arch~gos; 2, la; 6,22; 12,2.46. En Hebreos Jesús es el que se encuentra ante Dios. El que ha atravesado los cielos

y está en el santuario celestial (9,11-27). Es precisamente por esto que el creyentepuede tener la certeza de un acceso nuevo a Dios y conoce el camino de esteacoaso; Jesús (10,19-23).

47. Teleios: 5,14; 9,11; teleiol~s; 6,1; telei06: 2,10; 5,9; 7,19.28; 9,9; 10,1.14; 11,40;12,23; teleiósis: 7,11 (lelos: 3,6.14; 6,8.11; 7.3).

48. Sobre el tema de la telei6sis cf. A. Vanhoye, Prltres anciens ~rre nouveau, pp.152-156. Sin embargo, conviene notar tres cosas sobre este punID: a) el verbo re·

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"JESUS" EN LA CARTA A LOS HEBREOS 299

Ieioun en la traducción griega de los LXX (con la que el autor de Hebreos era muyfamiliar) sirve para traducir el hebreo millé' rad, que se relaciona siempre con laconsagración sacerdotal según la ley de Moisés (et. EK. 29) Y 'ene, por tanto,claras connotaciones para el autor de Hebreos; b) el medio de ser ·perleccionado·es paradójicamente el sufrimiento (Heb. 5,7-10 el. Fil. 2,5-11); e) la proclamación dela consagración de Jesús se hace por medio del oráculo divino (SI, 110,4), es decir,por la palabra de Dios que penetra radicalmente la realidad y la puede transformarpordenlro(c!. HabA, 12-13).

49. La afirmación es de A. Vanhoye, Situabon du eh,;sl, p. 71; Prétres aneiens, pr(¡lrenouvssu, p. 84. H. Braun se muestra reticente: An die HebrAsr, p. 33.

SO. Egéneto en 5,9 (el. hins eWmon gen"tai, 2,17; ouch 8suton edoxasen genfJlhénaiarchisre8. 5,5; archiereys genomenos eis ton 8;ón8. 6,20; has... gegonen, 7,16; g8'gonsn engyos '''5005, 7,22). Puede verse lo que dice en este sentido A. Vanhoye.Situation du Christ, p. 71. Sin embargo, conviene explicitar algo suficientementeimportante sobre estos textos: tocios están o bien en aoristo o en perfecto. Ya C.Spicq notaba la sorprendente frecuencia del perfecto en la carta (L 'Epllre auxHébrsux, vol. 1, cap. 12: "Lengue el caracteristiques lilléraires: pp. 351-378, másCOnc(Eltamente pp. 366-367). El uso eristológico del perfecto confiere a latsrrenalidad de Jesús un cierto carácter de perpetuidad (cf. por ejemplo 7.14(anatetafken); 2,14 (pepenrhen) y los participios éfanómenon 2,9 y pepeirasmenon4,15).

51. Que la conresión sea o no directamente cristol6gica no afecla a nuestro argumento.CI.1a nota 36 supra.

52. -De -aspeetu- oblalionis Christi secundum Epistolam ad Hebreos,· publicado enVerbum Domini37 (1959) 32-39.

53. Los textos se encuenban en los siguientes fragmentos: a) 5,1-3 (prospherein) - 5,7(prossnenkas.. emalhen.. epethen); b) 7,27a (anapherein) - 7,27b (epeiésen...anenenkas): e) 9,7 (prospherei) - 9.12 (eiséfrhen... 9,14 prosénenken): d) 9,25(prospherei) - 9,24 (eiséhhen... 9.28 prosenechtheis): e) 10,1 (prospherousin) ­10,12 (prosenenkas.. ekalhisen).

54 Esto no lo nola Vanhoye en el trabajo cilado. Sin embargo, todos los textos excepto5,7 (que puede explicarse de otra forma) tienen o bien hapax (9.28), o bien ephapax(7,27b; 9,1210,10) Yfinalmente mia thysia (10,12).

55. -Aspeetus- durativus de -perlectione- (7.28), de vira el intercessione (7,25), dessssione stiam Christi (12,2) affirmalur, de sacrificio autsm Christi. de oblations. deingressu in coelum, nunquam. Per sacrificium suum unicum. Christus intravisse incoe/um dicitur; il/ud sacrifteium in CXJelo perdurare in Hebr. carta non dicitur. - A.Venhoye, .n.e. en la nota 53, p. 39.

56. Esta es el acenlD del hepaxy del ephepax. CI.1o que decimos en lo nota 8 supra.57. la vida de Jesús es descrita mediante categorfas sacerdotales CDmo se hace

patenle a través de los aaristos citados en la nola 53. Sin embargo, hay que teneren cuenta que la Iransronnaci6n de Jesús en un nuevo tipo de sacerdote es debida ala aaXtn de Dios. Por ello hay que tener presente que si por un lado se describe aJesús como sacerdote en su vida mortal, en cambio la calidad sacerdotal de Jesúsas un don de Dios (el. supra. nota 48, letra e).

58. Un pesacfo que pen:lJra en algunas de sus vertientes más profundas: el. supra, nola50 y mi trabajo -El cuarto evangelio y el tiempo,- publicado en Estudios Ec/esiéJsticos57 (1982) 129-154.

59. Hab. 9,27-28 Y la nota 8 supra.60. V4ase el trabajo sobre el sentido de la presentación narrativa del evangelio ele Juan

que hemos cilado en la nola 1.61. Con esta comparación no pretendemos identificar la cristologIa de estas dos obras.

Se trata simplemente de notar su innegable cercanla. el. la nola 16 supra.

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62. ¿Un ángel? Asl parece que puede interpretarse: M. d'Angelo, Mases in 'he letter lothe Hebrews, SBLDS 56, Chico C.A. 1983.

63. Véase la nota 25 supra.64. Aparte del conocido texto de 12,2: "aphorontes eis ton... archégon kai te/ei6r8n

Jésoun, • otros lextos que hablan de Jesús contienen una exhortación a contemplar,considerar. acercarse, salir hacia este Jesús (cf. blepomen 2.9; katanoésata 3,1;ptDserchomelha 4,16; h6s ankyran... esierchomenén.. hopou prodromos hyperh~6n sisélrhen lésous 6,19-20; prossrchomenous 7,25; proserchometha 10,22;BKBrchometha 13,12). Todos estos textos confieren a Hebreos un talante contem­plativo muy peculiar que deberla ser analizado más de cerca.

65. Novedad especialmente clara y sorprendente respecto de la lradici6nneote&tasmentaria conocida, el. A. Vanhoye, Preves snciens, prétre nouvaau, pp.87-91.

66. Dice M.M. Bourke a ralz de Heb. 2,17: -Esta es la primera vez que se menciona eltema central de Heb: la «Unción de Jesús como sumo sacerdote. Al decir de él que es'tiel,' el autor se sitúa en una tradición que exigla esta cualidad de todo sacerdote(ef. 1Sam. 2.35), pero el que haya de ser -compasivo~es una idea peculiar de Hb:op.c. (en la nola 2), p. 333.

67. ~Cuando en 4,15 y en 5,1-3 se vuelve a tomar este motivo de la compasión del sumosacerdote, estará basado, como aqul (2.17), en su solidaridad ron los hombres.Nada. hay en el AT que subraye esta cualidad; probablemente deriva de la reflexiónpersonal del,autor acerca del tenor de la vida terrena de Jesús, de su sulrimiento yde su muerte: ibid. p. 333. Estas afirmaciones son muy parecidas a las de J. Rolott:Der hier (5,1-3) vorliegende typologische Vergleich ist nichr apoIogelisch sondernchristologisch conzipiert, BIt c. en la nota 6, p. 149 er. también pp. 150 Y 152 Y lanota 22 de la página 149.

68. No es necesario que el autor haya conocido la tradición sinÓptica acerca de lastentaciones de Jesús para afinnar que éste no cayó en pecado. Por otra parte elparticipio de perfecto pepeirasmenon (4,15) subraya que las tentaciones no se dieronuna sola vez. Es toda la vida de Jesús la que es contemplada por Hebreos como vidade fidelidad. Sobre eslO volvemos más adelante.

69. Hob. 12,2 cf.la nota 64. supra.70. Cf. la cita y el comentario del 8\. 40.8-9 en Heb. 10,7.9.10. La interpretación de la

BuJabBis de Jesús en Heb. 5,7 no está muy tejos de este cumplir la voluntad de Dios.La TOS traduce Bu/abeia por soumission.

71. Estos datos ya los apuntaba C,H. Dodd en 1938 en su obra History and rhe Gospe/,Landon, pp. 68-69. E. Grasser los ha completado: ~Der historisehe Jesus... ~ (citadoen la nota 6), pp. 69-70. No pretenden ser una lista completa, sobre todo después delo que diremos más adelante.

72. El trabajo de E. GrAsser (cr. SUpla nota 6) se centra precisamente en mostrar que losdatos aparentemente "'ist6ricos~ de Hebreos sobre la vicia de Jesús no tienen fina­lidad biográfica de ningún tipo. Su lrabajo conduye que el interés del autor de He­breos por la crónica o la biogralla es nulo, art. C., p.91.

73. No todos de la misma manera. Más en concreto 7,14; 5,7 Y13,12. Esta es también lacondusión de Grlls'8r, en. C., p. 91.

74. Como hemos indicacb antes se trata de una presentación tradicional y podemossospechar que, en el londo, la homologla de la comunidad está centrada. en estaexposición cristo~ica que viene de la tradición. Hay que recordar, con todo, lo quehemos dicho en la nom 36.

75. Este es posiblemente el punlO más lIojo del magnl~co lrabajo de J. Roloff (citadosupl8 en la nota 6). Según este aulor el aiterio decisivo de cara a valorar la realidaddel Jesús terreno en Hebreos deberla ser el esquema de la historia ss/utis. Sin embar-

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•JESUS· EN LA CARTA A LOS HEBREOS301

go, hay otrtls libros neotestamentarios que, sin emplear este esquema. han dadouna valoración muy profunda de la realidad terrena de Jesús. Puede verse lo queexpuse en este sentido en el trabajo citado en la nota 1.

76. Creo que es verdad que esto resulta muy conocido. Pero el problema está en dejarque Hebreos hable no solamente con sus propios conceptos, sino también y sobretodo con su propio horizonte hermenéutico. Es decir, sin sobreimponerle unesquema que, siendct válido para otros escritos, sin embargo, puede resultardeformante del pensamiento de 8sle escrito peculiar. Más en concreto, sinpresuponer que Hebreos tiene el mismo concepto de hisloria que los escritoslucanos. Sobre esto volveremos en laamdusión.

n. Sobre la identidad antra al anthr6pos y al huios tou anthrópou cf. E. Grassar,-Beobachtungen zum Menschensohn im Hebr 2.6,· publicado en el Festschrih A.VagUa Jesus undder Menschensohn. Fraiburg i. B. 1975, pp. 404-414.

78. El verbo griego usado aqul tiene resonancias innegables: se trata de tener encomún, koin6n80.

79. H. Staun, An die Hebr4ar. p. 64.so. En definitiva porque se trata de una cuestión demasiado seria para discutirla en un

trabajo tan limitado como el presente. Hasta qué punto la antropolagla de Hebreos essusceptible de una interpretación gnóstica es algo que ha de quedar abierto. Sinembargo, todo nuestro trabajo parece más bten apuntar a una interpretación antro­poIagica astrietamenla blblica y, en asla santido, muy alajada da la gnosis.

81. 4,15cf.lanota6Bsupra.82. Todos estos datos debertan ser ampliados y estudiados mucho más a fondo. Porque

en definitiva es toda la antropofagIa de Hebreos que se deberla analizar mucho másya que lo que hemos indicado a ralz de estos datos es que hay, en Hebreos, unadialéctica entre cristologla y antropofagIa y que ambas se enriquecen mutuamenle.la antropofagIa del autor (con una serie de datos sobre la vida del hombre, sobre elsufrimiento, la debilidad, el miedo a la muene y la naturaleza misma de la muerte) seha prof\Jndizado da la mano da la cristologla. Pero también la cristologla sa ha apo­yado en la antropologla. Estas mutuas implicaciones deberlan estudiarse más atondo.

83. Esta interpretación probablemente no la suscribirlan todos los exegetas de Hebreos,pero el talante de las exhortaciones que tenemos en 10,19-39 y en 12,1·13,21apunta más bien a un enraizamiento en la realidad y la dureza de la vida cotidianaque a escaparse para vivir en el cielo.

84. Hab. 13, 16.85. So wenig b1eibt noch Raum far ein kultisches Denken, dass die Verwendung

ku/rischer Terminologie zum Minel wird. paradox die Tiefe des Umbruchs zuverdeutlichBn. 1m eschatologischer Zeit ¡sr nichrs mehr profan, das niehr der Menschprofanisiert und c;ljmon;sisrt, darum sber auch nichts m8hr im kultischen Sinne heiligsusser der Gemeinde der Heiligen und ihrer Hingabe im Diensre des Herrn, dem dieWslt in all ihrsn 8eraichsn gshórt. E. Kasamann, "Gottasdiansl im Alltag dar Wall.Zur ROmer 12-, publicado originalmente en el Fesrschrih J. Jeremias y que ha sidoraproducicIo an Exage~scha ValSucha und Besinnungen. vol. 11. GOtlingan 31968,pp. 198-204, cita da la p. 201.

86. En este puntcl hay que situar la inbJición de O. Cullmann de tratar el tItulo deBleh;ereys como aplicado a la e.istencia terrena de Jesús y que tiene induda­blemente su validez después de lo que hemos dicho en estas páginas. Cf. su trabajocitado supra en la nota 6.

87. Esla es la contribución más interesante del trabajo de J. Roloff citado en la nota 6.Puada versa sobra todo lo que dice an las pp. 148-151.

88. Su inlarpratación y uso del AT parace habar ascogido otro camino; el da la tipologla ylos hypodeigmata. Véasa también lo qua dacimos an la nota siguienla.

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302 REVISTA LATINOAMERICANA DETEOLOGIA

99. El tema del concepto de tiempo en Hebreos rebasa los estrechos limites ele estetrabajo. Sin embargo, dada la cercanfa con otros documentos neoteslamentasrios(por ejempJo el evangelio de Juan), hay que hacer aJguna indicación sobre el mismo:a) el autor de Hebreos no considera el tiempo como una magnitud intocable; en estesentido pueden aducirse una serie de datos: los -dras· duran alIos (4,7), el -hoy·cúltico se alarga indelinidamente (3,7.13.15) y alcanza a los contemporáneos delaulor (3,13), la figura de Melquisedec es asimilada a la de Jesús y coetánea con él(7,3), la nube de testigos del AT se hace presenle al lector (12,1); b) Jesucristo esayer, hoy y será el mismo para siempre (13,8), es decir, a él pertenecen el pasado, elpresente y el ~turo (el. 7.24 Y 1,13); e) el abajamiento del hijo respecto de los IIn·geles se da brachy n, un poco, (2,7.9), con la ambigOadad de si aste .poco. as unaindicación espaciaJ o lemporal. En una palabra: tenemos en Hebreos una valoraciónmuy ágil del tiempo cronométrico. Parece que el tiempo se encoge. No se niega larealidad del tiempo como duración (al fin y al cabo Jesús ha de volver. 9,28, y elúltimo dla se acerca, 10,25). Tal vez esta relativizaci6n del tiempo entendido comomagnitud cronoméb'ica es lo que posibilita una presenlaci6n aislol6gica tan madura.Por lo menos deberlamos analizar esle punto més de cerca '1 ver si presenta unacierta homogeneidad con la concepci6n que subyace al evangelio de Juan. Véase loque decimos en este sentido en los lrabajos citados an la nota 1 '1 en las notas 18 y58 supra.

90. -Hacia una determinación de la realidad sacerdotal,- pubHcado en Revista Lstinoa­mericana de T60logla 1 (1984) 47-8t, cita de la p. 68 (la presentación de Jesús­sacerdote en Hebreos que se enaJentrB en las pp. 68-75 coincide en mud\os puntoscon la argumentación que hemos hecho en astas páginas).

91. CI. A. Vanhoye, Le Message de I'EpJtre aux Hébreux, Cahiers d'évangila 19, Pans1977, pp. 11-18.

92. Reoordemos lo que sobre la conlesión hemos dicho supra en la nota 36.93. Cl.la nota t supra.94. Esta afinnación no es un Iocus commun;s c:B los esaitos del Nuevo Teslamento, sino

que tiene una aspecificidad an Hebreos: krat6men tés homologias (4,14) y kateeh6·men tén homo/ogian tés e/pidos (10,23), el. también 3,1 y 13,15.

95. Aunque no parece que el acento haya de recaer en el aspecto de peregrinaci6ncomo postulaba E. KAsemann en BU tesis, A. Vanho'le, -Lengue marche ou acx:éstout proche? La conExte bibli~ de Héb 3,7-4,11," publicado an Biblica 49 (1969) 9­26.

96. Véase lo que decimos en la conclusión del trabajo sobre Juan citado en la nota 1,pp. 28-31.

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