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Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

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Page 1: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

I

Page 2: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

,ñ').'l--t'tóI tl3 Título del original inglés:

Metbod.s of Critical Discourse Analysis

English language edition published by Sage Publications of London, Thousand

Oaks and New Delhi@ For editorial arranBements and Chapters 1, 2 and 4 Ruth'§lodak

and Michael Meyer 2001

@ Chapter 3, Siegfried Jáger 2001

O Chapter 5, Teun van Diik 2001

@ Chapter 6, Norman Fairclough 2001

@ Chapter 7, Ron Scollon 2001

Traducción: Tomás Fernández Aúz y Beatriz Eguibar

Ilusración de cubierta: Juan Santana

Primera edición, abril de 2003, Barcelona

Derechos reservados para todas las ediciones en castellano

@ Editorial Gedisa, S.A.Paseo Bonanova,9 1"- 1'08022 Barcelona (España)

Tel.93 253 09 04

Fax 93 253 09 05

correo electrónicol [email protected]

http: //www.gedisa.com

ISBN: 84-7432-970-lDepósito legal: B. 19945-200J

Impreso por: CarvigrafCot, 31 - Ripollet

Impreso en EspañaPrinted in Spain

Queda prohibida la reproducción parcial o total por cualquicr mcclio tlc

impresión, en formqidé¡tica, cxtractada o rnodific¡da rlc cstl vcrsitin c¡stcll,rn¡

de la obr¿. . ..

.,. . ,'. t.l l,

Índice

A r ;t,tt;Ec¡tr¡tnu,tos 71

( l( )I.ABORADoRES13

l. l)c qué tráta el análisis crítico del discurso (ACD). Resumenrlc su historia, sus conceptos fundamentales y sus desarrolloslluth Wod.ah ......... 17( )bscrvaciones preliminares Vl'.rra cmpezar: una breve historia sobre la formación de un <<gru-

¡r, cicntífico de iguales» . . 2ll,.r historia de la lingüística crítica y del análisis crítico del dis-cu rso

Nr)tilsabiertas

l..rs nociones de "crítica",( lr¡cstiones y perspectiyas

.ideologÍa" y "poder-

22

29

325J

I lintrc la teoría, el método y la política: la ubicación de los en-firr¡ucs relacionados con el ACDA,lichacl Mcyer. J5lrl A(ll) como difcrcncia quc cstablcce diferencias . . . . . . . . . . l5L.t tnctoclología dcl ACI) . 40

liuntl¡rnrcntos tc(iricos y objctivos 42Mctotlrkr¡;íl rlc h obtcrrcitin tlc tlntos .

A.00 0 A 4 4lt

Page 3: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

,¡4,.61

3

l)iscurso y conocimiento: aspectos teóricosy rnetodológicos de la crítica del discurso

y del análisis de dispositivos,

Siegfried Jager

I lh¡crvaciones preliminares

l'¡r,r rrr ¡urálisis crítico del discurso (ACD) basado en la teoúa del discur-¡r, rll M ichcl Foucault resultan capitales cuestiones como las siguientes:

l'ln qué consiste el conocimiento (válido en un determinado lugar yr.r un determinado momento),( iinro cvoluciona este conocimiento válido.( iint() se transmite.(.)tri. función tiene para la constitución de los sujetos y la configu-r,rr'irin dc la sociedad.(,)ui' irnpacto dene este conocimiento en el desarrollo general de la¡ot'ictlrd.2

Ar¡uÍ por conocimiento deben entenderse todos los tipos de conteni-lr r¡trc rlnrr forma a [a conciencia o todos los tipos de significados utili-

llrhrr ¡ror tlifcrcntes personas históricas, con el fin de interpretar y mol-rlmr l¡ rc¡rlid¿rd circundante, Las personas obtienen este n,conocimiento,

Page 4: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

I

a pártir de los respectiyos contextos discursivos en los que han nacido yen los que su entera existencia se halla implicada. El análisis del discurso,ampliado para incluir el análisis de dispositivos, se propone identificar el

conocimicnto (vá1ido en determinado lugar y en determinado tiempo)de los discursos y los dispositivos, cxplorar los correspondientes con-textos concretos de conocimiento y poder y somctcrlos a crítica. Fll aná-lisis del discurso guarda relación tanto con el conocimiento cotidianoque se transmite a través de los medios y la comunicación diaria, en la es

cuela, [a familia, etcétera, como con el conocimiento particular (válidoen un determinado lugar y en un determinado tiempo) que producen Ias

diversas ciencias. Esto se aplica tanto a las ciencias de la cultura como a

las ciencias de la naturaleza.En este capítulo, sin embargo, voy a centrarme en el conocimiento

propio de las ciencias culturales. Pese a que, de hecho, es posible realizarinferencias aplicables a las ciencias naturales, no las tomaré aquí en con-sideración.

Mi contribución c omenzará con un breve resumen del trasfondo dis-cursivo teorético de un análisis crítico del discurso.r En segundo lugar,presentaré un esquema que explique qué es un dispositivo, [o que nospermitirá discutir la interacción entre las prácticas discursivas (es decir,hablar y pensar sobre la base del conocimiento), las prácticas no discursi-vas (es decir, actuar sobre la base del conocimiento) y las "manifestacio-nes,, o "materializaciones" del conocimiento (a través de actos o hechos).En realidad, los dispositivos pueden concebirse como un «coniunto de

obras de arte» que, al encontrarse ensambladas y entretejidas unas conotras de diversas maneras, constituyen un dispositivo societal global.

Teoría del discurso

La noción de discurso

El más fértil enfoque a un análisis del discurso oricntado a las ciencias culturales y deudor de Michel Foucault es el desarrollado por el cicntífico li-terario y cultural Jürgen Link y su equipo. Su preocupación, al igual quela mía, estriba en el análisis de los discursos corrientes, en los efectos de su

poder, y en la elucidación de los medios (de base lingüística e iconográfi-ca) con los que operan interesánclonos, cn particular, cl simbolisnro co

(;!

lcctivo que contribuye a vincular las diversas tendencias discursivas-. La

¡rrincipal preocupación de su trabaio y del mío radica en la función de los,liscursos c.n la moderna sociedad industrial burguesa y capitalista, dondc,retúan como técnicas dcstinadas a legitimar y garantizar el gobierno.a

En su versión más resumida, Link dcfine el discurso como sigue: "un( oocepto de hab[a que se encontrará insfitucionalmente consolidado cnl.r rredida en que determine y consolide la acción ¡ dc este modo, sirvar'.r para ejercer cl poder" (Link, 1983, pág.60).

Esta definición de discurso puede esclarecerse más si consideramos cl,liscurso "como el fluir del conocimiento -y de todo el conocimiento so-, ietal acumulado- a lo largo de toda la historia" Qáger, 1993 y 1999),lluir que determina los hechos individuales o colecrivos, así como la ac-, irir.r formativa que moldea la sociedad y que, de este modo, ejerce el po-rlcr. En tanto tales, los discursos pueden comprenderse como realidadcsn.rteriales s ui gen eris.

Al mismo tiempo, esto implica que los discursos no poseen interés

¡,,rr el hecho de ser expresiones de la práctica social, sino por el de con-r, ibuir a determinados fines, a sabe¡ el de eiercer el poder a todos los, lcctos. Y lo hacen ¿sí porque están institucionalizados y se hallan regu-Lrrlos, porque se encuentran vinculados a la acción.s

I-os discursos (dominantes) pueden ser criticados y concebidos como, 'l)jctos problemáticos. Esto se realiza a través de su análisis y de la revc-Lr, irin de sus contradicciones, de sus elementos no expresados, y del cs-

¡,r't t ro de lo que, desde ellos, es posible decir y hacer, así como por mcdio,l, la cxposición de los medios con los que ha de lograrse la aceptación dc

' , r,l,rdes cuya validez es meramente temporal. Nos referimos aquí a vcr-

,l,rtlcs asumidas, verdades que son presentadas como racionales, scnsatirsr lrrcra de toda duda.

( iualquier investigador, hombre o mujer, que efectúe este tipo de rná-l^is clcbe ver además con claridad que, con su crítica, no se colocir ¡rl

r,,,rrgcn del discurso que está analizando. De lo contrario estaría porricn,1,, crr cluda su propio concepto de análisis del discurso. Dejando rqrrí:rur! l.r(lo otros aspectos críticos que también incluye e[ análisis dcl tlis-, r rr s,r, cl investigado¡ o la investigadora, puede basar su análisis cn valo-r('\ \¡ n()rmas, en leyes y en derechos. Y umpoco debc olvidar quc totlos, ,,ros clcmcntos son, a su vez, un resultado histórico del discursr,, y t¡u<.

l, ,,. ¡,osiblcs sesgos en que pueda incurrir su análisis no sc t¡irsrur cn l,r vcr,l.rrl, si¡ro quc reprcscntan una p()stura quc, nucvtmcntc, cs cl rcsrrlt,rtL,

Page 5: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

Ide un proceso discursivo. Valiéndose de esta postura, el investigador o lainvestigadora pueden participar en controversias discursivas, defendien-do o modificando su actitud.

El contexto, arriba mencionado, por cl que se vincula el discurso alpoder es no obstante muy compleio, ya que: «una práctica discursivaejerce el poder a todos los efectos en varios sentidos. Si una formacióndiscursiva puede describirse como un campo limitadamente «positivo-de acumulación de afirmaciones", como sugieren Link y Link-Heer paradefender este vínculo, ..1o contrario ambién es cierto, es decir, que de

este modo, otras posibles afirmaciones, preguntas, puntos de vista, cues-tiones problemáticas, etcétera, quedan excluidos. Estas exclusiones, queresultan necesariamente de la estructura de un discurso especial (que enmodo alguno debe ser malinterpretado como intención manipuladora de

cualquier otro sujeto), pueden ser consolidadas institucionalmente',(Link y Link-Heer, 1990, pág.90). De este modo, también puede eier-cerse el poder sobre los discursos, por ejemplo, mediante e[ expedientede concederles un fácil acceso a los medios, o un acceso sin restriccionesa los recursos, etcétera. Lo que Link y Link-Heer atribuyen a los dis-cursos científicos, en mi opinión, también incumbe a los discursos coti-dianos, al discurso educativo, al discurso político, a[ mediático y demás.

El análisis del discurso incluye los correspondientes espectros de loque puede decirse en su gama cualitativa y en su acumulación, así comoen todas las afirmaciones que se dicen o pueden decirse en una determi-nada sociedad y en un determinado momento. También incluye las es-

trategias con las que, por un lado, se amplía el especuo de lo que puededecirse, junto con las que, por otro, se restringen, por eiemplo, las estra-tegias de negación, las estrategias destinadas a relativízar,las estrategiaspensadas para eliminar tabúes, etcétera. La demostración de las resrric-ciones o de la falta de restricciones en el espectro de lo que puede decir-se es por consiguiente un nuevo aspecto crítico del análisis del discurso.

El surgimiento de estas estrategias señala a su vez el hecho de queexisten afirmaciones que en una determinada sociedad y en un determi-nado instante temporal no pueden decirse, o que ya no pueden seguir di-ciéndose, a menos que se utilicen «trucos» especiales con el fin de poderexpresarlos sin hacerse acreedor a algrín tipo de sanción. Es posible res-tringir el espectro dc lo quc pucde decirse, o pueden realizarse intentosencaminados a superar sus límites, mediante prohibiciones directas ydeslindes, delimitaciones, implicacioncs o creación de t¿búcs cxplícitos,

(;4

,,l, rrrrís de por efecto de convenciones, interiorizaciones y reglamenta-, r, ,rrc. de [a conciencia. El discurso en su conjunto es una unidad que se

, '''rl.r y que es creadora de conciencia.Al opérar como un ofluir dc "conocimicnto"» -y como cl conjunto

,1, I ,,rrocimicnto societal acumulado en toda la historia-, el discurso, ', .r l.rs condiciones para la formación de suietos y la estructuración y

, , ,,,liguración de las sociedades.I ,,s distintos discursos se hallan entretejidos o enmarañados unos

, ',ll ()tr-os como sarmientos o trenzas. Además, no son estáticos, sino,¡,,, rc hallan en constante movimiento, lo que da lugar a una "masa de

'1, r.rrrrdo discursivo" que al mismo tiempo da como resulúdo el "exu-1,, ¡ .¡¡¡¡c y ¿6¡5¡¿¡te crecimiento de los discursos". Es esta masa la que el,rr.rlisis del discurso se esfuerza en desenredar.

I lrr importante medio de vincular recíprocamente los discursos es el

r rrl,, rlismo colectivo. Los símbolos colectivos son «estereotipos cultu-r rl, , (lrccuentemente llamados topofl, qrte se transmiten y se utilizan dcl, ,, r r r,r colectiva" (Drews et al-, 1985, pág. 265)-

I ¡r cl cúmulo de símbolos colectivos que todos los miembros de una,,, r,,lrul conocen, se halla disponible un repertorio de imágenes con cl

,¡,r, visualizamos una completa representación de la realidad societal y,1, I t,,risa,e político de la sociedad, repertorio mediante el cual podemos

',,r( rlrfctar estas imágenes y gracias al cual recibimos interpretaciones, rr ¡,.r¡¡i¡u[.., a través de los medios de comunicación-.6

Lrs normas más importantes que regulan estos vínculos con los que se

¡ ,, , ,,lr rcc la imagen de ese contexto político o societal son las catacresis o

lr r, rrlrrs de imagen. Estas catacresis' operan creando vínculos entre las

'l,''rr.rciones y las áreas de experiencia, superando las contradiccioncs, gc-,,,

' ,n,1., vcrosimilitudes y aceptaciones, etcétera, lo que refuerza adcmás, | ¡,,ulcr de los discursos. La afirmación "La locomotora del progrcso

¡,,r,,l, vcr disminuida su velocidad como consecuencia de las oleadas clc

,,,r r r r),r .rntcs» es una fractura de imagen (o catacresis) porque los símbolosl, ,( , )r r r()tora>> (que significa progreso) y "ole¿i¿5" (que señalan una amc-

,,,.'.r ¡rr,,vcniente del exterior) emanan de diferentes fuentes de imágcncs,\ I rlrr lrr primera proviene del tráfico, y la segunda de la naturalcz.a. Iil,,, r lisrs dcl simbolismo colectivo que incluye el estudio de las crtacrcsis cs,

¡,,,, ,,,rrsiguicnte, un nuevo aspecto crítico del análisis del discurso.l( t li¡iónclosc a [a cucstión del poder de los discursos, Foucau lt cl ijo crr

,rr r .t ¡sirin: "lilstc cs cl lrr,,l',tc,,r,r quc determina prácticamcntc l¡r tot¡rli-

Page 6: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

dad de mis libros: ¿cómo la producción de discursos, que (al menos du-rante un cierto tiempo) están dotados de un valor de verdad, se vincula a

los diferentes mecanismos de poder y a las distintas instituciones en las

sociedades occidentales?" (Foucault, 1983, pág. 8).

Para ilustrar mejor el problema del poder y del saber es necesario, en

primer lugar, examinar con más detalle la relación entre el discurso y larealidad societal, y en segundo lugar, indagar con mayor precisión cómose halla anclado ese poder en dicha realidad societal, y averiguar quién loejerce, sobre quién lo ejerce y con qué medios, etcétera.

Ya debería estar claro que, en los discursos,la realidad no queda sim-plemente reflejada, sino que los discursos poseen un¿ «vidl p¡6pl¿" quedetermina su relación con la realidad, pese a que percutan, configuren e

incluso permitan la realidad societal. Son en sí mismos realidades mate-riales sui generis.Por su carácter, por e.jemplo, no son medios pasivos de

"in-formación" (es decir, de información y de unos "datos de entrada1or¡¡¿¡iy65») que la realidad proporcione. Y tampoco son realidades ma-teriales de segunda clase ni elementos «menos materiales" que la realidad

"real". Entre otras de su misma categoría, los discursos son más bienrealidades materiales con plena validez (Link, 1992).

Esto también significa que los discursos determinan la realidad. Porsupuesto, siempre a través de sujetos que intervienen activamente en sus

contextos societales como (co)productores y (co)agentes de los discur-sos y cambios de la realidad. Estos sujetos activos ilevan a cabo prácticasdiscursivas y no discursivas. Y pueden hacerlo porque, en su calidad de

sujetos "entretejidos" con los discursos, disponen de conocimiento.De acuerdo con esta noción, el discurso no puede ser reducido a una

mera "visión distorsionada de la realidad", o a una "ideologÍa necesaria-

mente falsa, -como frecuentemente se hace desde el concepto de "críti-ca ideológica» adscrito a los enfoques del marxismo ortodoxo-. De he-cho, un discurso representa una realidad propia que, relacionada con ..,Ia

¡ealidad ¡eal", no es en modo alguno "mucho ruido y pocas nueces», uncúmulo de distorsiones y de mentiras, sino que posee una realidad mate-rial propia, además de unutrirse" de discursos pasados así como dc(otros) discursos coetáneos.

Esta caracterización de los discursos como objetos materiales signifi-ca, al mismo tiempo, que la teoría discursiva es una teoría estrictamentcmaterialista. Los discursos también pueden ser considerados como unmedio de producción societal. De esta forma, en modo alguno son

' ,rrcra ideología"; producen suietos y -transmitidos por ellos a la "po-l,l.rción"- producen realidades societales.'

Por consiguiente, el análisis del discurso no trata (únicamente) de lasr r r r crpretaciones de algo que ya existe; y por ello no se ocupa (única-r r rcnte) de un análisis destinado a la asignaciónpo st festum de un signtÍi-, .r,lo, sino del análisis de la producción de realidad que el discurso efec-r'¡.r ¿l ser l ransmitido por las personas activas.

Y sin embargo, la simple cuestión es la siguiente: ¿quién hace el dis-, rrlso y qué posición ocupa?

No es el individuo quien hace el discurso, sino que lo contrario tien-,1, .r ser cierto. El discurso es supraindividual. Pese a que todo el mundo,rl)r)rta su grano de arena a la producción del "teiido" discursivo, ningún,,,,lividuo ni ningún grupo específico determina el discurso o se ha pro-I'r r( sto lograr exactamente aquello que acaba convirtiéndose en el resul-r.r,l,r final. Por regla general, los discursos han evolucionado y se han

' rrclto independientes como consecuencia de procesos históricos. Trans-

rrrrrcn más conocimiento del que los suietos individuales son capaces de

¡', rcibir. De este modo, si uno quiere identificar el conocimiento de una',,,, icdad (por ejemplo, sobre ciertos temas), es preciso reconstruir la his-r, ', i,r de su evolución o de su génesis. Foucault trató de realizar diversos, r¡,r'rimentos sobre el particular, y no sólo en lo que a las ciencias se re-lr, r r', ya que siempre incluía su «entorno", las instituciones y la vida dia-, r.r 1¡rrr ejemplo, en una prisión o en un hospital).

l'stc enfoque bien pudiera coger a contrapelo a las personas que única-r r lfr rr c tcngan en perspectiva al irfdividuo. Ha de tene¡se también en cuen-rr rlu(. no resulta fácil seguir los peniámientos que aquí presentamos, yr ll,, l)()rque hemos aprendido que el lenguaje como tal no cambia la reali-,lr,l lo que, de hecho, es correcto-. Además, y a diferencia de las nocio-,,, ,. , ¡rrc idealizan el lenguaje, o a diferencia incluso de las nociones que scl'

'.,.r¡r cn la idea mágica de que e1 lenguaje sí cambia la realidad, nosotros

t, r * L rnos quizá a asignar con excesiva fuerza la idea de la realidad material,l, l ,liscurso a conceptos idealistas. Si, con todo, consideramos que el ha-I'l.r lrrrrrrana (y [a actividad humana en general) -en tanto que actividad cn,l ,rrrr¡rlio sentido de actiüdad societal- está unida a[ discurso histórico,,1r,,, rrrsr¡ cn función de cuyo impacto organizan sus prácticas las socicci¡-,l, ,., r' si consideramos que la realidad societal es algo que surgió y su rgc cnr, l,rr rrirr c<¡n la "materia prima" de la realidad (que es la materia), dcbcrínr, .rrll.u rn;ís fácil a¡rrchcndcr la noción dc que los discursc¡s cjcrccn cl ¡lr-

Page 7: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

!der, del mismo modo que el poder es ejercido por el impacto quc produ-

cen ciertas herramientas y obietos en la realidad. Este impacto puede ca-

¡acterizarse de forma inmediata como una práctica no discursiva

Discurso, conocimiento, poder, sociedad, suieto

En tanro que «agentes de conocimiento (válido en un determinado lugar

Y en un determinado momento)», los discursos eiercen el poder- Son

ellos mismos un factor de poder, ya que son capaces de inducir compor-

tamientos y de generar (otros) discursos. De este modo, contribuyen a la

estructuración de las relaciones de poder en una sociedad.

Ahora bien, ¿cuál es el papel que desempeña en esta interacción dis-

cursiva el individuo o el sujeto? A este respecto Foucault argumenta muy

claramente:

Por ejemplo, uno debe liberarse del sujeto constitutivo, del suiero mis-

mo, para llegar a un análisis histórico que sea capaz de elucida¡ la constiru-

ción del sujeto en el contexto histó¡ico, Esto es precisamente lo que yo lla-

rnaría genealogia, o lo que es lo mismo, una forma de historia que nos

in{o¡ma de la constitución del saber, de los discursos, de los campos de ob-

ietos, etcétera, sin tener que relacionarlo todo con un sujeto que trascienda

el campo de los acontecimienros y lo ocupe con su hueca identidad a lo la¡-

go de la historia (Foucadt,1978, pág.32)

En contraste con aquello que con frecuencia constituye el móvil de

las críticas dirigidas a Foucault, é1, o más bien su teoría discursiva, no

nieea al suieto. Foucault Pugna por lograr un análisis histórico que sea

."o-r, d. esclarecer la constitución del sujeto en el contexto histórico y

en e[ contexto sociohistórico, para, de este modo, configurar una Pers-

oectiva sincrónica y diacrónica. Esto no va dirigido contr¿ el suieto sino

.o.r,rr.l subietivismo y el individualismo'

El individuo que actúa está absolutamente implicado cuando habla-

mos de la realización de relaciones de poder (práctica). El individuo

Diensa, planea, construye. interactúa y fabrica. Como tal, se enfrenta igual-

Lente al proble-a de tener que prevalecer, por ejemplo, abriéndose ca-

mino o hallando su lugar en la sociedad. No obstante, hace todo esto en

el m¿rco del exuberante crecimiento de la red de las relaciones y de los

argumentos discursivos, cn el contexto de unos "discursos vivos" que lo

, .r.,¡r cn la medida en que él mismo les infunde vida, vivc "entretejido". , ,,, , ll,,s y contribuye a su cambio.

LI .rnálisis del discurso, cn la totalidad de su gama cualitativa, cubre el es-

¡,, , t io de todo lo que puede decirse y de las formas en que emerge lo quc

¡,,,,,|c decirse, y por consiguiente, el análisis del discurso puede, por regla

, , ,,, r .rl, realizar afirmaciones válidas sobre una o varias facetas del discurso.*,r r ( r)rbargo, también emergen aspecros cuanrirarivos, ya que también cs

1,,,,r1,|c realizar afirmaciones sobre acumulaciones y tendencias. Estos as-

1,, , r{ )s cuantitativos pueden resultar importantes cuando tratamos de iden-, ,lr, .rr; por ejemplo, focos temáticos en el seno de una faceta del discurso.

l(r'sumiré esta primera parte con una hipótesis. Los discursos ejerccnI ¡',,tlcr porque tránsportan un saber con el que se nutre la concienci¡

, , ,1 , t iva e individu¿I. Este conocimiento emergente es la base de la ac-

',,,, inclividual y colectiva, así como el fundamento de la acción forma-r ,' .r ( luc moldea la realidad.

I r.'l tliscurso al dispositivo

I I r,l( ' que el conocimiento es la base de la acción y de la acción formati-, , ¡,rc configura la realidad, surge la oportunidad no sólo de analizar las

¡ , ,, ticrrs discursivas, sino de analizar también las prácticas no discursi-, , r l.rs denominadas manifestaciones y materializaciones, así como las

, , I r, i( rrcs que existen entre esos elementos. Al igual que Foucault, llarno,lr . ¡,, ,s itivo a la interaciión entre esos elementos. Para explicar esta intc-

' ,, , ,,,¡r dc forma más preci3a he de examina a con mayor profundidad.( l)or() personas -esto es, como individuos reales-, asignamos signifi-

,,1, ' ,r I¡ realidad en el presente, en la historia y en el futuro que plancir-,,,, ' .. I )c cste modo, creamos en cierto modo la realidad -tanto para lo| ,, r, ¡ rr r corno pará lo malo-. De lo que aquí hablamos, desde luego, r.ro cs,1, I rrruntlo de las cosas naturales, de la vertiente material de la realid¡d.L \ ( r l icnte mat€rial de la realidad sólo representa la materia prima cluc,,r,lrz,r cl i¡rdividuo activo y que -frecuentemente con independcncir tlcI , r, .rlirl:rtl societal- es objeto de la investigación de las cicncias natural, ll,r cjcrnplo, incluso la ciencia médica considera a [ás personas c()nr(), lr, \( r r¡rcros objetos biológicos naturales.

N,' cs lu rc,ilidad lo quc se refleja en la conciencia, sino la coneicnci.rl, ,¡l, st lcllciorrl con l¡ relli<lrrtl, ya quc los discursos l.rroporcion,rrr los

Page 8: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

1

conceptos que han de aplicarse y todo el conocimiento para con{igurarla realidad, así como los nuevos conceptos de la realidad. Si cl discurso se

aparta de 1a realidad, «se§¡6 g¡r.t ¡ombros, se ha constituido, o de for-ma basante más precisa, si las personas, por las razones que sean, se alc-

ian de un discurso al que han conferido un significado, la parte de realidad que le corresponde aparece desprovista de significado en el máscierto de los sentidos de la palabra y retorna a su estado natural.

Si el conocimiento contenido en un discurso cambia, se le asignan otrossignificados y se convierte en otro objeto. Esto es lo que sucede, por ejem-plo, cuando un mendigo utiliza un banco, que para él ha perdido toda sig-nificación -ya que la función prevista ha sido en su caso eliminada-, comodomicilio para el fin de semana, o cuando las acerías o las plantas produc-toras de energía nuclear se convierten en un parque de atracciones. En es

tos casos se produce una retracción de significado. E[ muy trillado "suelode significado" es retirádo de debajo de los pies del objeto en cuestión, omodificado por habérsele asignado uno o varios signi{icados distinros.

En la obra de Fou catlt titúada L'arcbéologie d.u saooir (La arqueolo-gía del saber), este autor escribe que los discursos "han de ser tratadoscomo prácticas que sistemáticamente constituyen los objetos de los quehablan" (Foucault, 1989, pág. 74). No obstante, Foucault también con-sidera las prácticas societales no discursivas que desempeñan un papel enla constitución de objetos y de manifestaciones. Al mismo tiempo, su-braya la importancia de las "relaciones" discursivas. Foucaul¡ cree que

"de algún modo se encuentran en los márgenes del discurso: le [= s1 ¿;r-curso, S. J.l proporcionan los objetos sobre los que él [= el discurso, S. J.]puede hablar, o más bien [...], ellas [= las relaciones discursivas, S. J.] de-terminan el conjunto de relaciones que el discurso debe inducir con elfin de resultar capaz de hablar de tales o cuales objetos, de tratar de ellos,de darles nombres, de analizarlos, de clasificarlos y de explica os" (1988,pág. Z0). De este modo, Foucault rodea el problema de [a relación entre el

discurso y la realidad sin resolverlo más allá de toda duda. Sigue sin que-dar claro qué es lo que Foucault entiende de hecho por "obietos,. Unosólo logra adivinar que no se refiere a las "manifestaciones,, sino más biena los temas, a las teorías, a las afirmaciones, o, en otras palabras, a los ..ob-jetos" puramentc discursivos.

Esta circunvalación dcl problema se detecta, en el mejor de los casos,y en mi opinión, en su esfuerzo por determinar lo que Foucault enticn-de por "dispositivo". En el coniunto de entrevistas y confcrcncias titul,r.

70

'1,' Dispositite der Macht (Dispositiztos de poder) (Foucault, 1978), estc,rtt¡r define como sigue, y por primera vez, lo que es un dispositivo der n.l forma un tanto osada:

Lo que estoy pugnando por establcccr con esta te¡minología [a sabe¡con el dispositivo, S. J.] es en primer lugar un conjunto decisivamente hete-r ogéneo que abarca los discursos, instituciones, instituciones arquitectóni-cm, decisiones regladas, leyes, medidas administrativas, afirmaciones cientí-licas, enseñanzas filosóficas, morales o filantrópicas, en resumen, 1o que se

,lice y lo que no se dice. Y con esto basta por lo que a los elementos del dis-positivo se refiere. El propio dispositivo es la red que puede tejerse entre es-

tos elementos (Foucault, 1978, págs. 119 y sigs.).

Iioucault sigue estableciendo diferencias: "Entre estos elementos exis-r, , v¿ sea en forma discursiva o no, un juego de posiciones y de funciones, .rrrbiantes que, a su vez, puede ser muy variado" (Foucault, 1978, pág.L'0). Foucault entiende «por dispositivo una especie de -digamos- for-,rr.rción cuya principal función en un punto histórico dado consiste en res-

¡,,,rrtler a una urgencia (original en francés trgence). El dispositivo, port.rrrto, tiene una función principalmente estratégica» (Foucault, 1978,

1'.r1i. 120). Tras haber diferenciado entre 1o discursivo y 1o no discursivo, ,, l.r de{inición inicial arriba citada, unas cuantas páginas más adelantc,I ,,rrcault prosigue diciendo: "A la vista de [o que persigo con el disposi-l r ,,, .fiff6il¡¡s¡¡s podría tener alguna importancia que diiese: esto es dis-, rrrsivo y esto no" (Foucault, 1978,pág.1,25).

lirucault se encuentra aquí en una situación embarazosa. Los trcs

¡,,,,ranalistas con los que está debatiendo le han puesto en un apuro. Sc

¡,, r, ibe que sus compañeros de entrevista le están aacando los nervi.rs.',, t stá poniendo impaciente, incluso enfadado.

'li,do ello puede percibirse aún con mayor claridad cuando continúir:

Comparen, por ejemplo, el plan arquirectónico de Ia Escuela Militar rlc( i.rbriel con el edificio real de la Escuela Militar: ¿qué es discursivo y quú cs

i,rstitucional? Todo lo que me interesa es si el edificio co¡responde o no al pla-rrr. Sin embargo, no creo que sea de gran importancia realizar esta divisirin, yr,lrrc rniproblema no es un problema lingüístico (Foucault, 1,978, pág. 125).

lroucault se libera a sí mismo -y a nosotros- de la lingüística quc rro, ,r,r l,ls¿da en cl pensamiento y la conciencia. Subordina cl lcngu.rjc, y

¡',,r consiguicntc, titnrl¡icln l¡ lingüística, al pensamicnto, y b,ísic,rnrcrrtc

it

Page 9: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

tl

las concibe como una sección de las ciencias de la cultura cuyos objetosson las condiciones y los resultados de la actividad humana sensorial

-sensorial porque cl pensamiento y la conciencia son las condicioncsprevias de la actividad humana.

Tras sus esfuerzos arqueológicos por reconstruir el desar¡ollo del sa

ber de un modo enteramente materialista, Foucault llegó a la convicciónde que no es el habla, el texto o el discurso lo único que mueve el mun-do, y descubrió, o más bien estableció, el dispositivo con el fin de inter-pretar de forma más apropiada su realidad histórica y cotidiana. Conesta determinación del dispositivo, la cuestión que ha de examinarse in-tensamente es la del vínculo entre e[ discurso y el dispositivo, o entre el

discurso y la realidad.Foucault ve claramente una coexistencia entre el discurso y la realidad

o los objetos. Ellos son los elementos del dispositivo que es la red que, ten-dida entre esos elementos, los vincula. Sin embargo, Foucault no es capaz

de decir cuál es la relación concreta, o, para decirlo con mayor mordaci-dad, cuf es la relación empírica que une entre sí a los discursos con las co-sas, los acontecimientos y la realidad. Foucault estaba de hecho interesadoen la ""naturaleza del vínculo» que puede establecerse entre estos elemen-tos heterogéneos,,. É,1 u"..rt." esos elementos .ya sean discursivos o no,un juego de posiciones y de funciones cambiantes, que, en sí mismas"--como él dice- opueden ser a su vez muy variadas, (1978, pág.120). Ade-más, él ve el dispositivo como una especie de "formación cuya principalfunción ha consistido, en un punto histórico dado, en responder a una ur-gencia (original en francés wrgence)". Foucault reconoce también que, porconsiguiente, el dispositivo tiene "una función primordialmente estratégi-¡¿, (Foucault, 1978,pág.120). Esta urgencia podría darse, por ejemplo, en

la reabsorción de una masa social liberada, cuestión que, inevitablemente,tiene que ser un problema para una sociedad capitalista, efcéfera.

Foucault desea mostrar "que lo que yo llamo dispositivo consriruycun caso mucho más general de ep isteme. O mejor, qrtela episteme, a dife-rencia del dispositivo en general, que es a su vez discursivo y no discursi-vo, y cuyos elementos son mucho más heterogéneos, es un dispositivo es-

pecíficamente discursivo" (Foucault, 1978, pág. 123). En este sentido, nosólo estamos tratando con el conocimiento hablado y escrito (episteme),

sino también con la totalidad del aparato de conocimiento con el que sc

alcanza un objetivo. Por consiguie nte, las ePistemes no son sólo la partcdiscursiva del aparato de conocimiento, sino que el conoci¡nicnto tam-

7:,

l,rcn "vive" y ..actúa" en las acciones de la gente y en los objetos que pro-,lrr, cn basándose en el conocimicnto. Lo que aquí quiere decirse exacta-nr( rrtc se encuentra bien ilusftado en Suraeiller et punir (Vigilar y casti-,',1 ), que aquí me limito a mencionar (Foucault, 1989).

Y sin embargo, aquí se hace evidente 1o siguiente: Foucault asume un,lu.rlismo de discurso y realidad. No ve que los discursos y el mundo de las, 'l,jctividades o [¿s realidades se encuentran sustancialmente interrelacio-

',.r,krs, y que no existen con independencia uno del otro. En el dispositivo

, , cúnen varios elementos, unos elementos que se hallan vinculados unosr r rrIos, como él dice, y este vínculo constituye el dispositivo (véase tam-l,, rr l)eleuze, 1992, y Balke,1,998).

lrvidentemente, Foucault ve como sigue la aparición de los dispositi\ ( '\: surge una urgencia y un dispositivo ya existente se vuelve precario.l'{ ,r csta razón se produce la necesidad de actuar y las fuerzas sociales ylr, ¡it nrónicas que se enfrentan a esa necesidad reúnen los elementos quel, , , s posible obtener con el fin de atender esa urgencia -esto es, el habla,I , rt, nte, los cuchillos, los cañones, las instituciones, etcétera-, con el fin,l, rcparar la "fuga" (la urgencia) que se ha producido, como dice De-l, rrzc (Delcuze, 1992, y Balke,1998).

I o que vincula a esos elementos es, de la forma más simple, el hecho,1, , ¡trc contribuyen a un fin común, que es el de repeler la momentánea, ' l,( rnranente urgencia. Sin embargo, en la comprensión que tiene Fou-, ,,rlr tlcl dispositivo, no se hace evidente ningún "vínculo interno, -dcl,,¡,,,,1ue fuese- capaz de unir entre sí a esos elementos.

Y sin embargo;ese vínculo existe en forma de actividad sensorial hu-,,,.rr,r, uná actividad {rre media entre el sujeto y el objeto, entre los mun-,1, ,.. s.ciales y las realidades de los obietos; en otras palabras, existe en las

¡,'.r, ticas no discursivas, que, al menos en la definición que da Foucault, l,, I ispositivo, no aparece en forma explícita. Al relacionarlo todo con lar, rrr itlrrd sensorial estoy introduciendo el fundamento teorético de mi., l.rrrrtla línea argumental, esto es, la teoría de la actividad basada cnl\l.rr r y dcsarrollada por Vygotsky ¡ sobre todo, por A. N. Leonrjev, y, ,r r , , rrrcollo, debido a su importancia en este contexto, trataré de ilus-r r .rr. ' Nt¡ obstante, también es necesario situar este enfoque, que en cscn-, r r ( \ r¡n cnfoque crítico, sobrc unas bases teorético discursivas.

{ (}r¡r() ya se ha dicho, las personas somos evidentemente capaccs clc,.'¡irr,rr significados a las "cosas,; en otras palabras, somos capaccs dc clirr,., .,i¡inilic«kr l h rc¡rlirl,rtl. Mís rrún, sólo dando significados a las cos,rs

Page 10: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

Iconseguimos hacer que sean cosas. Puedo, por ejemplo, asignar el sigrri

ficado mesa a un trozo de madera que encuentre en el bosque y despui.comer sobre él mi pan y colocar encima mi taz6n.IJna cosa a la que n,,

le asigne un significado no es para míuna cosa. De hecho, será a mis oj,,',algo completamente falto de descripción, invisible o incluso inexistert,Ni siquiera podré verlo, porque lo pasaré por alto. No veo el páiaro qu''sí ve ei guarda forestal (síndrome del guarda forestal). Quizás vea rrrr

punto rojo. ¿Y qué es lo que digo cuando lo veo? -..Eso es un purll,rroio»-. Y, de hecho, para mí ése es el significado del punto rojo al qrr.

puedo asignar el significado punto rojo. El hecho de que sea o no ur,rflor, un pájaro o el pelo recién teñido de Lothar Mattháus, que ha salirL,

a dar un paseo por el bosque porque quedó lesionado mientras jugab;r rrr

último partido de fútbol, y por lo tanto no ha podido entrenarse hoy, rr,,

resulta visible a mis ojos, no está ahí, está fuera de mi alcance. Desdc lu,'go, un amigo puede decirme, «mira, es el pelo de Lothar Mattháus,,'lque era capitán de la selección nacional alemana". Y entonces yo prxltrdecir, "Sí, claro, le conozco», o, por el contrario, "De ninguna manct,r,

eso era decididamente un páiaro o una flor".Lo que quiero indicar con esto es que toda realidad significadva cr rr

te para nosotros por el hecho de que la hagamos significativa,lo o por ,lhecho de que nuestros antepasados o nuestros vecinos le hayan asigrr,r,l,,

algún significado que todavía resulta importante para nosotros. SucrrL

1o mismo que con el rey Midas y su oro: todo lo que tocaba se convntl.en oro. De manera similar, todo aquello a lo que asignamos un signilir

'rdo es real para nosotros de una cierta manera debido a que cxisrr tttt

cuándo y un cómo para el significado que presenta a nuestros ojos.Ernesto Laclau expresá este contexto elegantemente al escriLri¡ Lr tt

guiente:

Por "lq discu¡t¡t.o no entiendo nada que en un sentido estricto sc t lll, t,,

ne con los textos, sino el conjunto de los fenómenos de la produccirirr ror l trlde significado sobre el que, como tal, se basa una sociedad. La cucstiritt tu,.,que consideremos que lo discursivo es un plano o una dimcnsirin «lc lo r,rr ul.

sino que es algo que tiene el mismo significado que lo socialconro trl |,. I lrrrr

consiguiente, lo no discursivo no es lo opuesto dc lo cliscursivo, ((,rrr rt trviésemos que vérnoslas con dos planos diferentes, porquc no lriry r,rrl,r rrrr lrtal que se encuentre dete¡minado al margen dc Io tliscursivo. 1 ,.¡ lrirtolil t hsociedad son por consiguiente un texto inlcabarlo (l,rcllu, l()ll l, ¡rl¡,, I /t)

74

I rr, , rlcbe prcguntar sin embargo por qué, en qué condiciones y cómo,,., ,

¡r ró significado a las "cosas". O, en otras palabras, cómo se salva lar, r rrr, i.r" que separa al discurso de la realidad. Con la teoría de la acti-t,,1 ,It [.contjev, esto se produce cuando yo infiero un motivo de una

', , ,, ,,1.r r nccesidad y cuando, posteriormente, me esfu erzo por alcanzar'1, r, r rrrinado objetivo para el cual es preciso utilizar acciones, opcra-, , . \ nr¿rterias primas, es decir, en otras palabras, cuando me esfuerzo, rl, .¡r¡7.1¡[6 trabaiando. Los productos así creados pueden ser bienes

,,r'.r¡nr(), pero también pensamientos y planes nuevos de los cualesl, r' ,lcrivarse ¿ su vez nuevas actividades sensoriales que pueden dar

,,,, r, rult¡rdo nuevos productos, etcétera. Extrañamente, el psicólogo' ,, ,,¡lr r¡o conocía la teoría de la actividad basada en la psicología ma-, 'l,,r.r ,lr principios delos años treinta, o tal vez la rechazase por pare-L ', , \ivi,mente centrada en el sujeto. No obstante, este enfoqu€ re-

L, , ,,rr ,'r ( sitnte porque [a teoría permite la discusión de la mediación que, ,,, r,l,r,l scnsorial realiza entre el sujeto y el objeto, entre la sociedad' ,, ,lr,l,rrl objetiva. Foucault pasó por alto el hecho de que las conse-,, ,,, ,, l.rs " materializaciones obtenidas mediante la elaboración" de

,,,', r,,.rciones pasadas o los discursos anteriores también pertenecen,,,,, l', Lr, l, ya que son materializaciones de complejos de pensamiento.

, .,,,,,r,,¡ i.rlizaciones han sido realizadas por personas que actúan a tra-l, I'r ,r( ri.¿s no discursivas, prácticas por medio de las cuales han le-

, ,,l, , r u¡rrrcl.¡lado casas y bancos, y construido asientos, que, llegado, , ,! ,,rnr() sc ha demostrado- existen únicamente mientras estén y

,rrr intcgrados en discursos. La institución, un banco, por, ,,,t,1,,. 'lu(. lirrrna parte del dispositivo capital, pierde esta función

,,,,1,, ,1, ¡,r ,lc tcner una base discursiva sobre la que asentarse: se con-,,, ,,, .rl¡,,, sirr significado, queda reducida ala nada, o a una materia

|.,,.',,rr',,¡r.rrrrral,,(¡porsupuesto,volviéndoseestaúltimasignifica-' ., , r l.r , orrsitlcramos), o se ve "nuevamente sometida al proceso dis-

,,-,¡,. \ , , 'nv(,rtida cn una objetividad distinta a la que se ha asignado,,, ,,,,, ,,, ,,r¡,rrilit.rtlo. Entonces, el banco, por ejemplo, se conviene envi-,,,,,1r ¡, rr,¡ l,'' rrrcntligos, que hacen en él su refugio.ll

| ,,,,, rrrlt t.¡rrrlritlr vc csto y escribe;

I l, , ., ,l l.s olrjctos l()s quc pcrmanecen constantes, no es el área que con-l, i¡ r. \ r.rrr[r,rrrcscl |unto dc su aparición ni la forma en la que se hallan

,, ,, r, , ,, ,,1,,.., rirro l.r t lc¡cirin clc las intcrrelaciones de las supcrficies en las

75

Page 11: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

que aparecenJ se distinguen unos de otros, resultan analizados y pueden ser

concretados (1988, pá9. 71).

Para decirlo en una palabra: si el discurso cambi¿, el objeto no sólocambia su significado, sino que se convierte en un objeto diferente; pier-de su identidad previa.

Esto puede suceder, bien como fractura, bien como un largo y di[ata-do proceso en el cual todo cambia de forma en gran parte inadvertida,aunque en realidad de modo completo.

Foucault es extremadamente reacio, como él dice, "a definir obietossin relacionarlos con la base que las cosas constituyen" (Foucault, 1988,

pág,72). Un poco más adelante, asegurá que él trabila para que los dis-cursos <<sean tratados como prácticas que sistemáticamente consrituyenlos objetos de los que dichos discursos hablan" (Foucault, 1988, pág.74).

Sin embargo, Foucault no consigue ayanzaÍ a partir de este puntoporque, en mi opinión, no comprende la mediación entre el suieto y el

objeto, ni la sociedad y el discurso como elementos que resultan del tra-bajo, la actividad y las prácticas no discursivas. Para Foucault, las prácti-cas discursivas siguen siendo verbales, y están estrictamente separadas delas prácticas no discursivas, y además, Foucault es partidario de la sepa-ración entre la actividad intelectual y el trabaio físico (no intelectual). Aeste respecto, es de hecho hijo de su tiempo, o de su origen, es decir, deuna época en que la burguesía consideraba el trabaio físico como algocompletamente aieno a lo intelectual. Foucault sabe que los signos se

usan más para significar cosas y observa: "este "plus" los hace irreducti-bles al habla y al lenguaje" (Foucault, 1988, pág. 74). Foucault desearíatambién ilustrar y describir este "plus" (1988), cosa que, en mi opinión,no logra. En realidad no consigue aprehender este ..plus". A mi juicio,este excedente es el conocimiento que contribuye a la conversión detodo tipo de conocimiento -y del conocimiento que aún ha de ser arti-culado- en obietos: conocimiento sobre la estática, por ejemp[o, o sobrela naturaleza de [os materiales o de las herramientas, conocimiento ruti-nario que se vierte en todo trabajo en calidad de "acción intelectual pe-trificada", pero que no es articulado, o sólo lo es raramente, y que enmuchos casos resulta imposible de anicular. Pensemos, por ejemplo, en clconocimiento de un trabajador de acería que traba¡'a en un alto horno,que ve cuándo está listo el acero o qué ingredientes es prcciso incorporar aún, pero que es incapaz de decir cuál es la razón de los cambios quc

7t;

obsena. En cierto modo, lo que aquí tenemos es un conocimiento quc sc

ha vuelto independiente, un¿ rutina.De este modo, uno puede decir: la realidad es significativa y existe en

la foima en que existe únicamente en la medida en que la gente, que se

halla en todos los casos vinculada o "entretejida" con los discursos (so-

ciohistóricos), y que está constituida por ellos, le haya asignado y siga

asignándole un significado. De no producirse esto último, los objetoscambiarían o perderían su significado. En el mejor de los casos, es posi-l¡1e reconstruir el significado original como un primer significado que ha

quedado enmarañado con otros significados o que ha dejado de existir.lncluso cuando uno observa el cielo nocturno y ve en la constelación de

cstrellas ciertos signos del zodíaco, esto es el resultado de un discurso.

Sólo vemos signos del zodíaco, porque hemos aprendido a verlos y talvez a adivinar que en alguna parte existe o que en ninguna existe Dios.

La asignación de significado no es, sin embargo, una acción simbóli-ca no vinculante, sino que implica la reactivación de aquello con Io que

uno topa, vuelve a configurar y cambia. Si, en estas condiciones, exami-rramos e[ simbolismo colectivo que se usa popularmente a[ hablar de losinmigrantes, comprenderemos que mucha gente que ha aprendido a

cfcctuar las correspondientes asignaciones de significado realmente sien-

tc que los extranjeros son una oleada que ha de ser repelida, o contra la

,¡ue es preciso levantar diques, o personas a las que se percibe incluso,.,rmo a piojos y cerdos, seres a los que uno puede aplastar o exterminar.

Bernard. \üaldenfels (1991) confirma en varios puntos las críticas a

lirucault, esboiadas más arriba, en las que él mismo encontró inspira-.. irin, y escribe lo siguiente:

fFoucault, S.J.] no deja claro cómo se trazaycómo se salva Ia línea divisoria cn

trc las prácticas discursivas y no discursivas, y sigue estando poco claro si debc

trazarse o no. Creo que en cieno modo Foucault se metió en un callejón sin sa-

lida al concebir la formación del orden de la historia en su teorÍa, primero comocl orden del conocimiento (epistemes), y más tarde como el orden del habl¿

(discurso), en vez de empezar con un orden que se encuentre dividido en los di-lcrcntes registros de comportamiento de las personas, por ejemplo su habla ysLr acción (!), aunque también sus puntos de vista, sus hábitos físicos, sus rcla-

r'iones eróticas, sus técnicas, sus decisiones económicas y políticas, sus form:rs

.lc cxpresión artística y religiosa, y otras muchas cosas. No se enticndc ¡,rr .¡tr.1

h,rbría de eximirsc ¡ un área como ésta de la funcionalidad quc F'ouclult tlcs¡r-

lr', rlfir u nilatcr¡lnrc¡rt c s,,btc l¡ basc dcl habla (\laldenfcls, 1991, pÁg. 291).

Page 12: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

Además, Valdenfels observa que Foucault rebasó incluso esos límitesen diversos puntos, y añade:

l.n L'arcbéohgie d.u savoir (La arqueología d.el saber) se indica que el dis-curso abarca formas y expresiones de la política, como la función de la ins-tancia revolucionaria, que ni se remonta a una situación revolucionaria ni a

una conciencia revolucionaria. [...] También aquí, Foucault prefería experi-mentar §[aldenfels, 1991, págs. 291 y sigs.).

Esto debería animamos a experimentar aún más, valiéndonos de la

"caia de herramientas" de Foucault, en la que pueden halla¡se tanto ins-trumentos teoréticos como prácticos, debería impulsarnos a desarrollarmás algunas de sus ideas o a llevadas a su conclusión. Esto es lo que me heesforzado en hacer en este texto. Lo he hecho, en primer lugar, reubican-do la definición que da Foucault del discurso, una definición que está ex-cesivamente atrapada en lo verbal, y que, además, no se ve sustituida porla del dispositivo, sino que queda incorporada a é1. Además, la he retro-traído hasta el punto en el que se hallan situados el pensamiento y el co-nocimiento humanos, esto es, la conciencia. Aquí es donde se hallan ubi-cados los contenidos del pensamiento (incluyendo los afectos, las formasde opinar, etcétera), unos contenidos que proporcionan la base para laconfiguración de la realidad por el trabajo. Al proceder de este modo, helogrado, en segundo lugar, que la teoría de la actividad resulte fértil para lateoría discursiva, ya que la primera de ambas teorías es la que indica elmodo en que los sujetos y los objetos de la realidad se hallan en una rela-ción de mediación mutua. Foucault consideraba primordialmente al dis-curso como algo mediado por la realidad, y de este modo, se ace¡ca en oca-siones a las ideas del constructivismo. Al examinar las propuestas deLeontjev he podido determinar que el sujeto es el vínculo que une los dis-cursos con la realidad. Los sujetos realizan dicha unión mediante la sumade sus actividades que, del modo en que de hecho tienen lugar, no son el re-sultado del plan de un único individuo ni la consecuencia de los proyectosde un grupo. No obstante, es la conciencia humana y el ser físico (la fuerzafísica) lo que, en este sentido, dene lugar y configura la realidad. Todo loque la conciencia humana es se halla constituido de forma discursiva, es

decir, a través del saber. Son también los sujeros, dicho sea de paso, quic-nes ponen en juego el saber que se ha vuelto independiente, es decir, qucse ha convertido en rutina. Este saber, además, es transmitido mediante lrrs

78

¡rr'.icticas y las manifestaciones discursivas y no discursivas, y puede, cn

l,rirrcipio, reconstruirse, esto es, resulta posible volver a acceder a é1.

A continuación trataré de resumir y de extraer conclusiones del pro-l,lcnra que he señalado en estas reflexiones: tengo la impresión de que las

,lilicultades en la determinación del dispositivo guardan relación con la

rrrc.rpacidad de determinar la mediación entre el discurso (lo que se diccr l,r que ha sido dicho),las prácticas no discursivas (las actividades) y las

r r r,r n ifestaciones (productos y objetos). Si yo mismo, al igual que Leont-

,r'v y otros, considero que estas manifestaciones son materializaciones y.,, r ividades de saber (discurso), y que las prácticas no discursivas son la.r, r iva puesta en práctica del saber, entonces es posible generar un con-r.rto que probablemente resuelva muchos de los problemas.

La socióloga Hannelore Bublitz nos brinda una detallada discusión,l( cste problema en su reciente llbro, Foucaubs Archiiologie d,es Unbe-t, ussten (La arqaeología d.el inconsciente de Foucaalt) (Bublitz, 1999,

¡,,rgs. 82-115), obra en la que también ella subraya, de manera particular,Lr Iu¡rción de las redes de dispositivos para la moderna formación del su-

¡r'ro. Está autora afirma: <<pese a que, por lo tanto, Foucault considera,

¡',,r'un lado, que lo no discursivo y lo discursivo son opuestos, también,l, lrcnde la tesis de que "lo que se hace y lo que se dice no son opuestos"».I ,, q ue asume es más bien "que toda la sociedad occidental "civilizada" sc

l,rcscnta como la'compleja red de distintos elementos -muros, espacios,

rrrsritucioües, normas, discursos-", como una'fábrica para la producci(in,l, sujetos sup.rimid65"" (Bublitz, 1999, pág.90).

I'ara finalizar, la cuestión que aún ha de responderse es la de si los dis-, r,,'tos y los dispositivos pueden realmente analizarse o no, y cómo.

l:l rnétodo de análisis del discurso y los dispositivos

Lr Jiscusión teorética planteada, según lo esquematizado más arriba, porl.r rc,rría del discurso y el dispositivo también constituye el fundamcnt,rr..r['tico general del método analítico que presentamos a continuaci(;n.I sro se basa también en algunos instrumentos lingüísticos (figurativiclatl,r, u .rbulario, estructura pronominal, tipos de argumentación, ctcótcr;r),, ,,rr cuya ay.uda podemos investigar los medios más discretos que aparcccrl

Ir l()s tcxtos, como los elementos de los discursos. No obstantc, prcscin,lirr: dc una presentación ¡rormcnorizada de la caja de herramicntas (cs-

Page 13: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

trictamente) lingüística, ya que es posible obtenerla si se examinan de for-ma cautelosa y selectiva algunas buenas obras sobre estilo y gramática.12

Al mismo tiempo, la caja de herramientas lingüística representa úni-camente un compartimento d,e la "caia de herramientas,, analítico-dis-cursiva, que, a su vez, puede incluir instrumentos muy diversos en fun-ción de la textura del objeto que deba investigarse. Y sin embargo, exisreun repertorio estándar que describiré más adelante en este capítulo. Ade-más, en lo que sigue, pondré el acento en la actiyidad y en los principiosdiscursivo-teoréticos.

La estructura del discurso

En su coniunto, los discursos y los "flujos societales de conocimienroque se producen a lo largo del tiempo" representan un gigantesco ycomplejo "devanado á iscursiuo -.

En primer lugar, por tanto, surge la cuestión de cómo, pese a su inin-terrumpido y exuberante crecimiento, pese a su nattsrzleza de entidadentretejida, es posible, si lo es, el análisis de los discursos. Con el fin deabordar esta cuestión, procederé primero a realizar algunas sugerenciasterminológicas pragmáticas que volverán transparente la estructura prin-cipal de los discursos, ya que sólo por medio de estas sugerencias termi-nológicas podremos analizar dicha est(rctura.

Discwrsos e interdiscursos esp eciale s. Fundament¿lmente, es precisodistinguir los discursos especiales (de la ciencia, o las ciencias) del inter-discurso, razón por la cual todos los discursos no científicos han de serconsiderados como elementos del interdiscurso. Al mismo tiempo, loselementos de los discursos científicos (discursos especiales) fluyen cons-tantemente hasta desembocar en los interdiscursos.

Para identificar la estnrctura de los discursos, yo sugiero las siguien-tes ayudas de operacionalización.

Hilos discurshtos. En el discurso societal general surge una gran varie-dad de temas. Llamo "hilos discursivos, a los ..procesos discursivos temá-ticamente uniformes". Cada hilo discursivo tiene una dimensión sincróni-cay otra diacrónica. IJn corte sincrónico en un hilo discursivo posee uncierto rango cualitativo (finito).lr Dicho corte se realiza con el fin de iden-

tificar lo que se ha "dicho" o lo que era, es y será "decible" en un pardcu-lar punto del pasado, el presente o el futuro, en otras palabras, en el co_rrespondiente "presente,,, entendido en toda su gama de apariciones.

Fragmentos discursbos. Cada hilo discursivo comprende una multi_tud de elementos que tradicionalmente se denominan textos. yo prefie_ro el término fragmento discursivo a <<texto», ya que los textos (pueden)abordar distintos temas, y por lo tarto, .orrt".r.. ,r.ios fragmentos dis-cursivos. Por consiguiente, lo que yo llamo un fragmento áiscursivo esun texto, o una parte de un texto, que aborda un determinado tema, porciem_plo, el de los extranjeros y los asuntos de los extranieros (en el másamplio sentido de [a palabra). A la inversa, esto significa que los frag_rnentos discursivos se combinan para consdtuir hilos discursivos.

Enrnarañarniento de hilos discursh¡os. Debe considerarse, por tanto,que un rexto puede realizar referencias a varios hilos discursivoi ¡ de he_cho, eso es lo que habitualmente hace. En otras palabras, ,., t.*to pr"d"contener varios fragmentos discursivos, y estos fragmentos se presenran,por lo general, de forma enmarañada. Este enmárañ;miento discursivo (dchilos) se produce cuando un texto aborda claramente varios temas, perotambién cuando aborda un tema principal en el que, sin embargo, se haccnrcferencias a otros temas. Esto es lo que sucede en el caso de u'n comenm-rio que aborde dos temas que no tengan, o no parezcan tener, nada que verr¡no con otro. En tal caso hay dos fragmentos discursivos disdntos que, no,rbstante, se hallan enmarañados uno en otro. por ora parte, sin emtargo,un texto temáticamente uniforme (= ¡n fragmento discursivo) puede reili-zar referencias más o menos vagas a otros temas y vincular el tema tratadocr¡n uno o varios temas diferentes al mismo tiempo, Esto es lo que sucedc,¡xrr eiemplo, cuando en un texto que aborda el tema de la inmigración sch¿ce referencia al hilo discursivo económico o a un discurso sobri la mujer.l)c este modo, el correspondiente comenrario podría concluir, por ejem_¡rlo, como sigue: "y la integración cuesta dinero, por cierto,¡ o, ,.ls p.ecir.,, r¡nsiderar también que entre las personas de ese país el patriarcad.o áescm_l)cña un papel completamente diferente al que tiene entre nosotros». Encstos ejemplos podemos hablar de nudos discursivos, de que los hilos clis_, rrrsivos forman nudos flojos. Estos "nudos ocasionales,,

"n ,unto qr.

",.,_r irlldcs opuestas a los hilos, constantemente enmarañados, puedcn consi-,lr.rirrsc, por consigtrit.rrtr., eorno una forma de cnmarañamicnto r¡c,rrrr.

Page 14: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

Aconte cimientos discurshsos y contexto d.iscursúto.'lodos los aconteci-mientos tienen raíces discursivas. En otras palabras, pueden hallarse las

huellas de su origen en constelaciones discursivas cuyas materializacionesson los acontecimientos. No obstante, únicamente pueden considerarse

acontecimientos discursivos aquellos acontecimientos en los que se haya

puesto un especial énfasis político, es decir, aquellos que, como regla ge-

neral, hayan recibido dicho trato en los medios de comunicación. Comotales acontecimientos, influyen en la di¡ección y en la cualidad del hilodiscursivo al que, en mayor o menor medida, pertenecen. Por poner unejemplo, las grayes consecuencias del MAC (máximo accidente creíble)

ocurrido en el núcleo de Harrisburg pueden compararse con las de Cher-nobil. Sin embargo, mientras que, durante años, los medios guardaron en

secreto el primero de estos acontecimientos, el segundo fue transforma-do en un megaacontecimiento mediático diicursivo y tuvo un impacto en

la política de todo el mundo. El hecho de que un acontecimiento, porejemplo un grave accidente previsible en la industria química, se convier-ta o no en un acontecimiento discursivo depende de la correspondienteconstelación en que se encuentre el poder político y de cómo evolucionela situación. El análisis del discurso puede determinar si esos aconteci-mientos previstos h¿brán de convertirse o no en acontecimientos discur-sivos. Si efectivamente se convierten en acontecimientos discursivos, in-fluirán considerablemente en el discurso ulterior: Chernobil contribuyóa cambiar las políticas nucleares en Alemania, lo que podría conducir

-aunque dubitativamente- a recha zar la rtilizaciín de la energía nuclear.

El discurso de oposición medioambiental (uverde,), que ha venido desa-

rrollándose durante cierto tiempo, difícilmente habría sido capaz de lo-grar este obietivo. Puede observarse al mismo tiempo que un aconteci-miento discursivo, como el que acabamos de describir, puede eiercer unimpacqo en la totalidad del discurso relacionado con las nuevas tecnolo-gías, ya que puede reorientar la atención, por eiemplo, y centrarla en la

necesidad de desarrollar nuevas fuentes de energía.

Por poner otro ejemplo, el éxito electoral del FPÓ (Partido de la Li-bertad de Austria) fue, en 1999, objeto de una considerable atención me-diática. Como consecuencia, y al pasar el FPÓ (e, indirectamente, JórgHaider) a formar parte del gobierno, la situación desencadenó una res-

puesta de ámbito mundial de dimensiones mucho mayores, convirtién-dose de este modo en un megaacontecimiento discursivo que durantemeses tuvo en suspenso a la prensa europea y estadounidense. De nue-

82

vo, es posible observar aquí un impacto en otros discursos: en los dis-cursos de la extrema derecha de otros países europeos y no europcos.

La identificación de los acontecimientos discursivos puede tambiénser importanre para el análisis de los hilos discursivos, ya que perfilar suesbozo destaca los contornos del contexto discursivo con el que se rela-ciona el vigente hilo discursivo. De este modo, es posible hallar las raíceshistóricas del ¿nálisis de un cone sincrónico en un hilo discursivo, remi-tiendo, por ejemplo, este corte sincrónico a una cronología de los aconte-cimientos discursivos que pertenezca temáticamente al hilo discursivo encuestión. Esas referencias históricas son particularmente útiles para elanálisis y la interpretación de los vigentes cortes en los hilos discursivos.'a

Pknos discursioos. Los respectivos hilos discursivos operan en variosplanos discursivos (ciencia, o ciencias, política, medios de comunicación,cducación, vida cotidiana, vida empresarial, administración, etcétera). Es-tos planos discursivos también pueden denominarse ubicaciones societa-les, desde las que se produce el "habla". También puede observarse que es-tos planos discursivos percuten unos en otros, guardan relación unos conotros, se utilizan unos a otros, etcétera. De esre modo, por ejemplo, es po-sible incluir los fragmentos discursivos del discurso especial de la ciencia odcl discurso político en los planos mediáticos. Además, también podemosobservar que los medios de comunicación pueden incluir el discurso coti-cliano, prepararlo, centrarlo, y también (y particularmente) -a través de [aprensa amarilla de grandes tiradas al estilo del Bil/ (Alemania), o del Kro-nenzeitwng (Atstia)- darle un enfoque sensacionalista y "empingororar-lo, a[ ¡lo¿o Oonlrlista. De este modo, dicho sea de paso, los medios de co-rnunicación regulan el pensamiento cotidiano y ejercen una considerablcinfluencia en la política orientable y orientada. Consideremos, por ejem-plo, la imagen deJórg Haider, que, sin el tipo de reportaies mediáticos qucrrormalizan el populismo de derechas, difícilmente habría tenido éxito.

Hemos de prestar atención también al hecho de que los planos del dis-curso individual se encuentran tan íntimamente entreteiidos que inclusok,s medios de comunicación que son célebres por su papel puntero, porcjcmplo, asumen información y contenidos de cualquier tipo que ya han

'iclo desarrollados en orros medios. Esto contribuye a justificar quc ha-l,lcmos de la existencia de discursos mediáticos, ya que, en su conjunto,,rtrnque de manera específica en e[ caso de los medios dominantcs cn lirsocicdad, puedcn considcrarse esencialmente uniformes. En cullqrricr

Page 15: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

caso, esto no anula la posibilidad de que varias posturas discursivas pue-

dan eiercer distintos grados de impacto, desde el impacto fuerte al débil.

Postura d.iscursitsa.La categoría de la postura discursiva, que se refie-re a la específica ubicación ideológica de una persona o de un medio, de-

muestra ser muy útil. Margret Jáger define como sigue la categoría de [a

postura discursiva:

Por la postura discursiva entiendo la ubicación [ideológica, S. J.] desde la

cual participan en el discurso, y lo valoran, los individuos, los grupos o las

instituciones. La postura discursiva produce y reproduce los enm¿raña-

mientos discu¡sivos especiales, que se nutren de las situaciones y de la vida

diaria que, hasta ese momento, hayan experimentado los sujetos implicados

en el discurso. De este modo, la postura discursiva es el resultado de la im-plicación que tiene el individuo con los diversos discursos a los que ha que-

dado sujeto, el resultado de su hallarse "entretejido con" ellos, ya que, en el

transcurso de su vida, el individuo ha procesado estos discursos hasta con-vertirlos en una determinada postura ideológica (M. Jáger,1996, pág. 47).

Lo que es de aplicación al sujeto se aplica de forma correspondiente a

los medios de comunicación y a hilos discursivos enteros. También ellos

dan lugar a determinadas posturas discursivas, que configuran de mane-

ra general el relato, sometiéndolo a distintos grados de constricción.

Debe prestarse atención al hecho de que:

Los grupos y los individuos pueden valorar este sistema discursivo de

muchas formas distintas, Por ejemplo, el discurso hegemónico puede em-

plear de forma positiva el símbolo de un avión, mientras que el discurso an-

tihegemónico rechaza los aviones e idealiza los árboles, las bicicletas, etcéte-

ra- No obstante, lo importante en este sentido es que las posturas discursivas

disidentes nos remi¡en a la misma estructu¡a discursiva básica (Link, 1986)

(láser, 1996, pág. 47).

Fundamentalmente, estas posturas discursivas só1o pueden ponerse dc

manifiesto mediante los análisis del discurso. Sin embargo, puede obser-

varse que, grosso modo, Íormar, pane del conocimiento general de la po-

blación. Por ejemplo, las definiciones que hacen de sí mismos los periódi-

cos que se proclaman "independientes", o "no partidarios", han de mirarsc

siempre con desconfianza. Al mismo tiempo, debe indicarse que las postu-

ras discursivas existentes en el seno de un discurso dominante o hegemóni

84

co son bastante homogéneas, lo que a su vez puede considerarse como uno..lc los efectos de los respectivos discursos hegemónicos. Dentro del discur-to supremo pueden existir, por supuesto, varias posturas, aunque éstas, no,,[.,stante, puedan coincidir en principio en cuanro

" oo pooei en duda el

,ristema económico predominante. Con frecuencia, las posturas discursi-vrs que se apartan de este planteamiento pueden localizarse en discursos,,puestos de carácter más o menos apremiante. Esto no elimina el hecho de,1ue ciertos elementos de una oposición discursiva, junto con los elementos,lc[ discurso fundamentalmente opositor, puedan ser introducidos con in-tcnción subversiva en el discurso hegemónico. Un ejemplo de esto podría

'cr el popular dicho ..el tiempo es oro", que bien pudiera ser comprendido

¡rrr algunas personas como una crÍtica del capitalismo.

El discurso societal global en su enmarañamiento y en su complejiddd.lrn una sociedad dada, los hilos discursivos dejan el coniunto del discur-r,r societal en un estado de enmarañamiento compleio. A este respecto,,lcl¡e tenerse en cuenta que las "sociedades dad¿s" nunca son entera-rrcnte homogéneas, y que, por consiguiente, bajo ciertas circunstancias,,r'ro ha de operar dentro de los subgrupos sociales. En la República Fc-,lcral de Alemania, sin embargo, es evidente que se ha producido una,rr,rrcada homogeneización ideológica del discurso societal global, ho-,,rogeneización que se ha producido como consecuencia del punto de in-llcxión político del año 1989, situación que no será fácil quebrar (véascl L'Lrbert, 1997,1999). También ha de prestarse arención al hecho de quc

, l tliscurso general de una sociedad es, como discurso, una parte del dis-, rrrso global (naturalmente heterogéneo), o, en otras palabras, del discur-.,,, mundial, que, desde 1989, y dicho con toda precaución, se ha vistr¡| ,, , nrogeneizado (en el mundo occidental), mientras, al mismo tiempo, ticn -,lc rr quedar nuevamente polarizado (en parámetros que van del ..oeste con-rr.r cl este» hasta e[ "oeste contra el oriente -el islam-").

Sin duda, el discurso societal global presenta una red cuyas raíces sc( rcucntran particularmente entrelazadas y manifiestan una profunda in-r, r tlcpendencia. El análisis del discurso tiene como objetivo desenmara-,r.u csta red y a.var\zar, como regla general y antes que nada, por mcdio,1,' l,r resolución del discurso individual que incide en los planos discur-,r v, rs del individuo. Un eiemplo de esto sería el discurso mediático sobrcl.r irrrrigración (hilo discursivo). A este análisis se vendrían a sunrar,,rr'()s, como el análisis dcl hilo discursivo político relacionado con l¡r in-rrrigllciírn, dcl tlisctrr.,, cotitliirno sobre la inmigración, ctcétcra.

.TJ

Page 16: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

tTras realizar estos análisis, y como regla general, puede procederse a

averiguar cómo se relacionan entre sí los planos discursivos que compo-nen la totalidad del hilo discursivo en cuestión. En este contexto deberá

averiguarse si el hilo discursivo político se halla ensamblado (y cómo)con el de los hilos discursivos de los medios de comunicación y del dis-curso cotidiano, cómo "influye" (si lo hace) el hilo discursivo mediáticoen el hilo discursivo del discurso cotidiano, si de este modo lo "desgas-ta», por así decirlo, etcétera.

Historia, presente y futuro de los bilos discursivos. Además, el discursoy los hilos discursivos tienen una historia, un presente y un futuro. De este

modo, será necesario analizar marcos temporales más amplios de los pro-cesos discursivos con el fin de revelar su fuerza, la densidad del enmaraña-miento de los respectivos hilos discursivos con otros hilos discursivos,junto con sus cambios, fracturas, desapariciones y reapariciones. En otraspalabras, será necesario (de acuerdo con Foucault) elaborar una "arqueo-logía del saber", o, como afirmó más hrde, una "genealogía". É,ste será el

fundamento de un concepto discursivo de carácter pronosticador, concep-to que posiblemente adoptaría la forma de unos escenarios en continuaevolución, cosa que, no obstante, también tendrá que tener en cuenta losdistintos acontecimientos discursivos (acontecimientos que reciben una

amplia cobertura mediática) que será posible prever en el futuro.Este proyecto será, desde luego, enorme, y sólo podrá abordarse si

adopta la forma de un gran número de proyectos concretos. Y sin em-

bargo, estos proyectos concretos resultan muy útiles porque permitcnrealizar afirmaciones muy fiables en determinadas áreas discursiv¿s. Es-

tas afirmaciones pueden, por ejemplo, constituir el fundamento que per-mita cambiar el "sabep que tenemos sobre los extranjeros y nuestra ac-

titud hacia ellos, y de este modo, pueden erercer a su vez un impactr)

sobre el ulterior rumbo que pueda adoptar el hilo discursivo.

Sobre la cuestión de la completitud del análisis del discurso

Al preguntarnos hasta qué punto son completos los análisis del discurs,,estamos preguntando hasta qué punto son representativos y fiables, y

también nos interrogamos acerca de la validez general que tienen. El arr,i

lisis es completo cuando su reiteración no revela nuevos contenidos ¡ri

arroia hallazgos formalmente novedosos. En términos gcncralcs, esta c.,rrr

¿16

¡,1, t itud se alcanza -para gran irritxión de los científicos sociales empíri-, ,

'., tle vocación primordialmente cuantitativa, que, por regla general, tra-l,.rj.rn con ingentes cantidades de material- con sorprendente rapidez, ya,¡'rc cl análisis del discurso trabaia con los correspondientes campos de1,, ,¡ue puede decirse. Los argumentos y los contenidos que pueden leerse, , , scucharse en relación con el tema de la inmigración en una determina-,l,r rrl¡icación societal y en un cierto momento son pasmosamente limita-,1, ,s (¡ de hecho, en su mayor parte lo son en el sentido ambiguo de la pa-Lrl,ra). No obstante, los aspectos cuantitarivos también desempeñan un, r{ r ro pápel: se puede registrar la frecuencia con la que surgen los argu-,,r, rrtos particulares. De este modo, es posible registrar las afirmacionesr,l,rci<¡nadas con un determinado tema, aquellas que, por ejemplo, rienen, .rr,ictcr de consigna y cuya difusión siempre va unida al hecho de que se,, rr¡r,r de listados enteros de iuicios y prejuicios. Por consiguiente, el as-

I', ( r() cuantitativo del an,ílisis del discurso reviste siempre una menor re-l, r,rrrcia para la significación del análisis del discurso que el aspecto cuali-r,ri r\'(). Estas afirmaciones se aplican de manera especial a la realización der¡rr t orte sincrónico en el hilo discursivo. Los análisis de orientación histó-,,, ., ¡rueden realizarse mediante la práctica de varios cortes sincrónicos en,r,, lrilo discursivo -cortes basados, por eiemplo, en los acontecimientos,ir,,, rrrsivos y que, posteriormente, se compararán entre sí-. Estos análisis

1,, , 'lr¡rcionan información sobre los cambios y las persistencias que se ob-, ,

".rrr a lo largo del tiempo en los procesos discursivos.

I'c(lr¡eña caja de herramientas para la construcciónr lcl :rnálisis del discurso

\l,,li.rntc un breve resumen, quisiera ahora presentar la "caia de herra-r"r( rrtJs» que deberemos utilizar cuando realicemos análisis discursivos,

1,, ,r' .r que sus elementos no puedan ser explicados aquí con detalle (véa-., \..1.'igcr, 1999).15

lrrr lo que sigue, nos ocuparemos de la aproximación práctica a la dis-,,r.,r,irr ,rnalítico-discursiva del material empírico (los textos)- Con el fin,1, r,,.rlizar una investigación completa es preciso dar pasos adicionales.| .t,,s ¡r¡5¡r5 implican, en primer y más importante lugar, la justificación,1, | ¡rriryccto de lo que va a investigarse, justificación a [a que acompaña-r r r rr r.r t.xplicación dcl cnfoquc y del método teorético (uparte teorética"),, ,,.,.r rlrrt.rcsult;r ncccs¡ri,r y riril para comprcndcr y scguir cl análisis.

Page 17: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

Selección del "obieto" a investigar, iustificación del método y sugerencias

de investigación p ragmática para evitar ataios y simplificaciones

Lo primero que debe hacer el investigador o la investigadora es ubicar de

manera precisa su investigación (es decir, señalar el objeto que va a ser

investigado). Aquí existe la posibilidad de caer en varias trampas. Pore.jemplo, si la cuestión a investigar es la de cómo se halla difundido el ra-cismo en los medios de comunicación o en la vida cotidiana, no deberíatomarse el término racismo como una especie de lupa ¡ con ella en lamano, lanzarse a una búsqueda de las expresiones de esta ideología. Porel contrario, deberemos esforzarnos por determinar la ubicación en laque se expresan dichas ideologías. Esta ubic¿ción se encuentra en el dis-curso sobre los inmigrantes, sobre los refugiados, sobre el derecho de

asilo, etcétera. Este discurso (este hilo discursivo) nos proporciona el

material que ha de ser investigado.En la mayoría de los casos es preciso concentrarse (al principio) en un

plano discursivo, por ejemplo, el de los medios de comunicación. En al-gunos casos, sin embargo, es posible investigar también varios planos al

mismo tiempo, o, por añadidura, diversos sectores de un mismo plano,por eiemplo, las revistas femeninas y los programas de noticias de la te-levisión. Con frecuencia sólo seremos capaces de investigar un sectorparcial del plano discursivo, por eiemplo, el de la prensa escrita o el de

los espacios populares (canciones pop). ¿Por qué motivo ha de explicar-se con precisión que la investigación se centra en este sector? Porque,por ejemplo, promete demostrar de forma especial cómo difunde untema entre las masas, o porque ese sector no había sido investigado con¿nterioridad (en cuyo caso, por supuesto, también deberán tenerse en

cuenta otros sectores que ya hayan sido investigados).Un corte "sincrónico" en el hilo discursivo que, en la medida en que sc

haya convertido en "lo que es", será al mismo tiempo diacrónico e histó-rico, puede presentar un aspecto diferente en función del tema y del planodiscursivo. En el c¿so de la prensa escrita y del modo en que, con cohe-rencia, se trata en ella el tema de la biopolítica, se podrá examinar un pc-riodo completo de un año, pero rara vez podrá hacerse con gran detallc.Esto se debe a que, incluso en el caso de que leamos a fondo los periódicosconsiderados, el alcance del hilo discursivo en cuestión únicamente podríircompletarse cualitativamente si se abordase el examen de un periodo dcdempo mayor. En contraste con esto último, la representación dc la mujcr'

¿t8

, n las canciones pop podrá (probablemente) lograrse por medio de unos( uantos eiemplos, ya que es de esperar que hallemos torpezas extremada-rrrcnte ejemplares. (No obstante, ¡esto debe probarse!)

Es importante identificar los subtemas del hilo discursivo en los res-

¡cctivos sectores del plano discursivo y asignarlos (de forma aproxima-,l.r) a los temas de orden superior, cuyo conjunto constituye el hilo dis-, rrrsivo del periódico o del sector señalado en los planos discursivos.

La interacción de varios planos discursivos en lo que a regular la con-, icncia (de las masas) se refiere es particularmente emocionante pero exige,rna intensidad de trabajo extrema. Aquí es preciso buscar e.jemplos bien

irrstificados y obtenerlos de los diversos planos discursivos, ejemplifican-,1,, su interacción. El problema se complica cuando también ha de investi-

¡i.rrse la interacción (el enmarañamiento de los distintos hilos discursivos).

Método

I )rr método posible para un análisis discursivo (simple) -tras la introduc-, i,in y la justificación del tema (hilo discursivo)- ha de dar los siguienres

It.ISOS:

L Hacer una breve caracterizació¡ (del sector) del plano discursivo,por ejemplo, la prensa escrita, las revistas femeninas, las cancionespop y los vídeos.

2. Determinar y procesar el material de base, es decir, proceder a la

archivación (véase más adelante el análisis guía para procesar clmaterial).

3. Realizar el análisis de [a estructura: valorar el material procesadoen relación con el hilo discursivo que ha de a¡alizarse.

4. Proceder al análisis fino, por ejemplo, de uno o varios artículos(fragmentos discursivos) que sean lo más característicos del sectorque resulte posible, y efectuar también el análisis fino de la postu-ra discursiva del periódico; por supuesto, este artículo (fragmclrtodiscursivo) ha de ser asignado a un tema superior.

5. A esto le sigue un análisis global realizado en el sector cstudiatlo,por ejemplo, en e[ periódico en cuestión; esto significa quc lir t(]rr¡-lidad de los rcsultados fundamentales que se hayan avcriguirrlohlstr cl nr¡,rrrt'r¡lo h.rn clc quedar reflejados c incor¡rorltlos l lrrs

Page 18: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

*r

afirmaciones globales del hilo discursivo del periódico o del sector

investigados; la pregunta que se cierne sobre este apartado de con-

clusiones podría ser, por ejemplo, la siguiente: "¿qué contribuciónrealiza el periódico estudiado en favor de (la aceptación) de la bio-política en la República Fede¡al Alemana en la actualidad, y qué

evolución futura cabe esperar ?','

Lo anterior no constituye necesariamente un índice de contenidos al

que uno deba esclaüzarse. De hecho es posible introducir variaciones. Noobstante, deberíamos prestar atención al hecho de que estamos ocupándo-

nos del anáüsis discursivo del hilo discursivo investigado, o del sector exa-

minado, en un plano discursivo, por ejemplo, el del periódico en cuestión.

Procesar el material

Obsemaciones preliminares. Lo que sigue proporciona una especie de

guía analítica para procesar el material. Esta guía está enfocada a los par-

ticulares problemas que implica el análisis mediático. El procesamiento

del material constituye a un tiempo la base y el meollo del ulterior aná-

lisis del discurso. Debe realizarse con extremo cuidado ¡ en el caso de

los proyectos de mayor envergadura en los que Participen va¡ios cola-

boradores, ha de realizarse en el mismo orden por todos los que inter-

vengan en é1, y sin actuar de manera esquemática' Esto se debe a que el

análisis sinóptico (análisis comparativo de conclusión) que sigue a las in-yestigaciones individuales del correspondiente periódico o revista de un

determinado año descansa en la capacidad de alinear unos junto a otros,

y de forma sistemática, los resultados. Mientras se procesa el material,

pueden o deben incorporarse ideas y enfoques de interpretación siemprc

que surjan. No obstante, deben señalarse de forma especial estos párra-

fos interpretativos añadidos, mediante la utilización, por eiemplo, de su-

brayados o de tipos en itlica.La siguiente lista proporciona una visión de conjunto de los pasos

analíticos que han de llevarse a cabo, exponiendo asimismo el instru

mental (caia de herramientas) que ha de utilizarse.

Guía analítica para procestxr el mdterial. La siguiente lista incluyc trn,l

sugerencia para el procedimiento analítico:

90

Procesado del material para el análisis de la estructura, por ejem-plo, de la totalidad del hilo discursivo seleccionado en un periódi-co o revista.1.1. Caracterización general del periódico: ubicación política, nú-

mero de lectores, tirada, etcétera.

1.2. Visión de conjwnto de, por ejemplo, el medio en cuestión me-d,iante el exarnen de tod,o un año del tema seleccionado.

1.2.1. Lista de los artículos estudiados que resultan relevan-tes para el tema con las correspondientes especificacio-nes de los datos bibliográficos: breve reseña del tema;particularidades del tipo de texto periodístico, posiblespeculiaridades; en el caso de semanarios o revistas, par-dcularidades de la sección en la que aparece el artículo,etcétera.

1.2.2. Resumen del tema que aborde o que informa el perió-dico o la revista; evaluación cualitativa; sorprendenteausencia de determinados temas que hayan sido abor-dados en otros años por la publicación investigada;presentación, fecha y frecuencia de determinados te-mas con la intención de conectarlos con posibles acon-tecimientos discursivos.

1.2.3. Asignación de temas específicos a áreas temáticas (rela-cionadas con el hilo discursivo biopolítico, por ejemplo)de los siguientes subtemas: "enfermedad/salud", "naci-miento/muerte,,, "muerte/moribundo", "dieta", "eco-nomía", "bioética/concepto de lo que es humano", así

como a los posibles enmarañamientos de los hilos dis-cursivos (por ejemplo: ..economía",

"fascismo", "éticalmoral», etcétera).

1.3. Resumen de 1.1. y 1.2-: detenninación de la postura discursh.¡a

delperiód,ico o d,e la repista en rekción con el tema en cuestión.l)rocesado del material de la muestra de análisis fino de los frag-r¡rcntos discursivos de un artículo o de una serie de artículos, ctcé-tt'rr; artículo (o artículos) que será (o serán) tan característicos clc

l¡ p()sturá discursiva del periódico como resulte posible.).1. M arco institucional: « contexto".

2. l.l. -Justificación de la selección del (de [os) articulo(s) (ca-

r',rct críst ico(s)).

l.

9l

Page 19: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

2.2.

2.1.2. Autor (función y significación que tiene para el periódi-co, áreas de información especiales que cubre, etcétera).

2.1,3. Motivo del anículo.2.1.4. ¿En qué sección del periódico o de la revista aparece el

artículo?o Su?erficie, textual.2.2.1. Diseio gráfico, incluyendo imágenes y gráficos.2.2.2. Titt:Jares, encabezamientos, entradillas.2.2.3. Estructura del artículo en unidades de sentido.2.2.4. Temas qte aborda el artículo (fragmentos discursivos),

(otros temas abordados de soslayo, superposiciones).Medios retóricos.2.3.1. Tipo y forma de la argumentación, estrategias argumen-

tadvas.2.3.2. L6gíca y composición.2.3.3. Implicaciones e insinuaciones.2.3.4. Simbolismo colectivo o "figuratividad,, simbolismo,

uso de metáforas, etcétera, tanto en el lenguaje utiliza-do como en los contextos gráficos (estadísticas, foto-grafías, imágenes, caricaturas, etcétera).

2.3.5. Giros idiomáticos, dichos populares, estereotipos.2.3.6. Vocabulario y estilo.2-3-7 . Lctores (personas, estructura pronominal).2.3.8. Referencias: a la(s) ciencia(s), panicularidades de las fuen-

tes de conocimiento, etcétera.Afirmaciones ideológicas basad,as en el contenido.2.4.1. ¿Qué noción subyacente de, por ejemplo, el ser huma-

no, puede hallarse en el artículo, o transmite el artícu-lo?

2.4.2. ¿Qué tipo de comprensión subyacente de, por ejempk,la sociedad, puede hallarse en el artículo, o transmite cl

artículo?2.4.3. ¿Qué tipo de comprensión subyacente de, por ejemplr

la tecnología, puede hallarse en el artículo, o transmilt'el artículo?

2,4,4, ¿Crál es la perspectiya de futuro que establece cl lltículo?

O tras cwestiones llamatio as.

2.6- Reswmen: localización del artículo en el hilo discwrsioo (véase

1-3. más arriba); el "argwmento", esto es la afirrnación princi-pal de todo el artícwlo; su o7n¿n5ajeo general.

2.7. Para concluir: inter?retación de la totalidad d.el bilo discursi-vo inrestigado con referencia al rnaterid.l ?rocesado que se hawtilizado (estraawra y análisis fino(s)).

Tras el repetido tratamiento del material procesado, tras la justifica-, i,in de los vínculos entre los disdntos planos en los que se ha procesado, I rnaterial, tras la adición de los enfoques interpretativos, el rechazo dcl,,s enfoques interpretativos de iustificación excesivamente débil, etcéte-r,r, lo que ahora tenemos es un conjunto completo de material procesa-,1,, con el menor número posible de lagunas. Con ello, hemos echadol,,s cimientos para proceder a un análisis global del hilo discursivo en, r¡cstión. En lo concerniente al aspecto estético del análisis, no pueden,'i tlcben prescribirse reglas. El aspecto final que pueda tener el resulta-,1,, dependerá de la calidad del "estilo de la escritura", del grupo en el quc',( hilyan concentrado los esfuerzos, del tipo de publicación, etcétera. Lorrr.is importante es que la argumentación presentada sea rigurosa, posea.,l,rr¡rd¿nte material y resulte convincente.

( )uando tengamos que trabaiar con diversos elementos textuales (por,1r'rrrplo, distintos periódicos, películas y otras cosas similares), ha de.r)ir cgarse a continuación un análisis comparativo (sinóptico), en especial, ,r.rndo se realíza el esfuerzo de hallar afirmaciones relativas a planos, I r.,, Lrrsivos completos.

( ,onsideraciones iniciales sobre el análisis de dispositivos

l,,s discursos no son fenómenos que tengan una existencia indepen-,lr, rrtc. Constituyen elementos -y son el requisito previo- de la exisren-,,,,,'1c los llamados dispositivos. Un dispositivo es el contexto, en cons-t.,rrtc t.volución, de elementos de conocimiento contenidos en el habla y, r¡ r'l Pcnsamiento -en la acción y en la materialización-. Para visualizar, | , ,,nccpto de dispositivo en forma de figura, imaginemos un triángulo,,, nr( i()r, un círculo que vaya rotando con e[ transcurso del tiempo (his-r,,|.1) y quc posea tres "puntos centrales de tránsito, o estacioncs dcr,¡rr\itr,-. llstrrs puntos s()r) los si6uientes:

2.3.

2.4.

92

2.5.

Page 20: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

t1.

2.Las prácticas discursivas que vehiculan el conocimiento primario,Las acciones, entendidas como prácticas no discursivas, que son

elementos en que, en cualquier caso, vehiculan conocimiento, que

se ven precedidos de conocimiento y que están constantementcacompañados de conocimiento.

3. Las manifestaciones y las materializaciones que representan lás

materializaciones de las prácticas discursiyas realizadas z través de

prácticas no discursivas, razón por la cual [a existencia de manifertaciones ("objetos") sobrevive únicamente gracias a las prácticasdiscursivas y no discursivas.

El dispositivo tiene una cierta coherencia. No obstante, es siemprcsusceptible de experimentar cambios históricos. Además, ha de tenerseen cuenta el constante impacto de otros dispositivos.

Con el fin de establecer el (correspondiente) esrado en curso de estosdispositivos es preciso analizar, mediante un corte sincrónico, este n trián-Bulo», o este círculo en rotación, en el üanscurso histórico, análisis qucincluye tres ..estaciones de tránsito" (el discurso, la acción, y las mani-festaciones y materializaciones),

Los dispositivos rotan unos con otros y se hallan recíprocamente im-bricados. Una determinada práctica discursivá concreta posee, por reglageneral, significado para varios dispositivos. Un ejemplo de esto lo cons-tituye el discurso sobre el tráfico rodado. Este discurso se halla enmara-ñado con la economía, la enfermedad, la salud, etcétera. Quizá sean pre-cisamente estos enmarañamientos los que aglutinen a la sociedad y losque transmitan su contexto. El "triángulo, -o el círculo que rota en lahistoria- representa una tosca simplificación analítica del término dispo-sitivo ¡ por consiguiente, sólo resulta apropiado como pauta básica dcpensamiento, como modelo altamente simplificado, un modelo que puc-de concebirse tal como muesra la figura 3.1. (véase página siguiente).

Por consiguiente, el análisis de los dispositivos cuyo objeto de inves-tigación es el contexto evolutivo del conocimiento, la acción y las mani-festaciones ha de incluir los siguientes pasos:

1. La reconstrucción del conocimiento en las prácticas discursivas (tllcomo se ha ilustrado más arriba, con lo que se obtiene un análisis qr.u,

constituye la base para los posteriores pasos analíticos del análisis dcldispositivo, ya que orienta la atención en los siguientes aspectos

94

DISPOSITIVOS

l'rácticas discursiwasPrácticas no discursivas

Materializaciones

FIGURA 3.1. Dispositiaos.

del dispositivo a investigar: por ejemplo, a las "zonas en blanco" del

discurso, a las importantes manifestaciones que contien e, etcéfera).

2. La reconstrucción del conocimiento que subyace a las prácticas nodiscursivas.

.1. La reconstrucción de las prácticas no discursivas que han condu-cido a las manifestaciones y a las materializaciones, así como al co-nocimiento que ellas contienen.

La reconstrucción del conocimiento, que de hecho se plasma siemprc(.r rcxtos, también incluye en todos los casos la forma en que emerge el

, ,,rr,rcimiento, es decir, la forma en que se presentá, ya sea que dicho cono-r rtlicnto salga a la luz abiertamente, ya ocurra que disfrace -bajo el ata-t r,, rlc las implicaciones- la forma de su revestimiento argumentativo, et-¡ .rc[a. En este punto deberíamos recordar una vez más que el término, r,¡rocimiento se utiliza aquí en un sentido muy amplio y que, por con-\rlluicnte, no debe en modo alguno considerarse como idéntico a "rcco-¡ r, x irniento,. Por último, debe recordarse asimismo que el término cono-, ¡¡rricnto también hace referencia a sentimientos, afectos, etcétera. En t>trits

l',,l.rbr,rs, aludc a todt,s krs aspcctos de la conciencia humana.

\ -,-\ .''\---

Page 21: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

Aunque eI análisis de los componcntes discursivos del dispositivo y.r

se ha expuesto por extellso, aún es necesario plantear varias preBuntas:

1. ¿Cómo pucde reconstruirse el conocimiento que subyace y acom-

paña a las acciones y a las prácticas no discursivas?

2. ¿Cómo podemos llegar hasta las manifestaciones y las materializaciones con el fin de realizar el análisis de los dispositivos, y cómopodemos procesarlas de modo que podamos determinar el cono-cimiento que les es subyacente?

El conocimiento en las acciones

Las acciones pueden ser observadas y descritas. La cuestión estriba cn

cómo reconstruir el conocimiento que las condiciona y acompaña. Por ptr

ner un ejemplo simple: observamos ¿ una persona mientras camina a lo lar-

go de la calle y busca una panadería en la que comprar una hogaza de pan.

A continuación deberé averiguar qué es lo que esa persona sabe y quierc.

La persona sabe que tiene que ir a un determinado lugar en e[ que puedrcomprar pan. Sabe que tiene que vcstirse de una determinada manera (cal

zarse zapatos, etcétera). Sabe que tiene que cnrzar una calle, y que al hacer

lo ha de tener cuidado con el tráfico y respetar el código de [a circulación.

Además, sabe que la panadería está ubicada en un determinado lugrrde la calle, y que debe estar atenta para localizarlo. Sabe que allí pueclc

comprar pan y que tendrá que tener el dinero preparado para pagarl,,De hecho, hay uná gran cantidad de saber detrás de una acción tan sinl

ple como la de comprar pan, una acción cuya complejidad simplementcquiero deiar aquí señalada.

Este es un ejemplo muy simple. Otro ejemplo más compleio seria cl

siguiente: yo observo a una persona que ha excavado un gran agujero crr

el costado de una calle y que está trabajando en el interior de una lar¡¡.r

tubería que se introduce por ese agujero. ¡Eso es todo lo que observr,l

Una de las condiciones previas del hecho de que es posible reconstruir cl

saber relacionado con esta acción es ésta: que yo -de manera similar a 1,,

quc ocurría en el ejemplo de la compra del pan, pero en un plano muclt,,más sofisticado- dispongo de conocimientos que me ayudan a comprcrtder lo que está haciendo esta pcrsona basándome en el conocimicnto q tr'esá persona tiene. En este caso carezco -al menos en parte dc cstc crt

nocimiento, de modo que si quiero conrprcndcr lo quc cstá hacicntlo cs,t

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¡', r sona, deberé dirigirme a ella y prcguntarle qué está haciendo, y por,1,r, hace [o que hace. La persona podría responder: ol,stoy rcparando, r r.r tubería rota». Provisto de este conocimiento, ya comprendo mucho,rrt¡or 1o que la persona está haciendo. Podría contentarme con esto,

¡ ,, r ,, decido prcguntar más cosas:

"¿ Pero, por qué lo hace ?,. A lo que la

t,t r sona tal vez respondería: uPorque debo reparar la tubería rota», y, ,.r,liría: "¡Es mi trabajo!", e incluso podría confesar: "¡De algún modo1,, ,lc ganar dinero!», etcét€ra. El conocimiento ocuho en esta actividad

. ,l. hecho muy complejo. Básicamente, es posible seguirle la pisra y,,r1,lirrrlo de modo que abarque la cuestión de la necesidad o de las prác-,,, r\ cconómicas de los obreros que dependen de un salario.

I lrra acción mucho más compleja, en la que el conocimiento subya, ,,r( ,-csulte mucho más difícil de reconstruir sería, por ejemplo, la rela-,, ,,,.r.1¿ con [a observación de una persona que r'a a un banco a firmar unlr, , ¡rrc. Lo que resulta para mí visible es un fragmento excepcionalmen-,

¡ ,, ,¡ucño. Una de las condiciones previas para poder interpretarlo es la

,,1,¡rrisición de un¿ enorme cántidad de conocimiento que me ayude a,,rrrlrlc¡1ds¡ qué está haciendo esta persona y a reconstruir el conoci-

,, ,, rto ..oculto,' en su acción.

l .l conocimiento en las manifestaciones y en las materializaciones

, , , , ,l,st rvo un objeto, una casa, una iglesia, una bicicleta. A diferencia de 1o

¡,,,'.,r,i:tlíaenlosanterioresejemplos,nopuedopreguntaraningunodees-,, , , ,Lictos para enterarme de su conocimiento. No tienen un significado en

' ,rr rrrr ros y también son incapaces de proporcionarme información alguna.l', ,r , r,rrsiguiente, y para empezar, debo confiar en mi propio conocimientor,1r r \( ¡ clpaz de reconstruir el conocimiento y la acción que han sido las

' ,,,,lr, i, rrrcs previas para la producción de estos objetos. Y no sólo eso, sino, ¡,,,, 1, bcr'ó determinar si el objeto es o no una iglesia, un establo, un museo' ,rr , ,,r'r'v icio público, cosa que difícilmente será el tipo de información -si,l,.rrrr,r nrc transmite- que activamente pueda proporcionarme. Tendré quc,"'¡,lr,rr rrri conocimiento, analizar, preguntar a cxpcrtos y a usuarios, con-,rlr.rr r.sr.rtlísticas, mapas,libros, etcétera. Sólo entonces podré dctcrminar cl, ,,,, ,, r¡ r ricnto que se ha acumulado en el objeto en cuestión.

I ), r,lc lucgo, uno ha de prcguntar cómo se las podrá arreglar para trl-,',lr',¡,ositivos cxtrcnr¡rl.rnrcntc complcjos (analizados como paquctcs

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Page 22: Jäger-Análisis foucaultiano del discurso

de dispositivos), como, por ejemplo, la guerra de Kosovo; sobre todopor el hecho de que el acceso al conocimiento implicado es muy difícil.

¿Hasta qué punto es posible confiar en los discursos existentes, esto es,

en las estadísticas, las fotografías, los reportajes, los comentarios mediá-ticos y similares? ¿Cómo podrán reconocerse las posturas discursivasque se acumulan en ellos; y cómo podrán compararse esas posturas dis-cursivas con otras? Aquí se nos plantea un problema adicional, el de l;r

existencia de discursos mentales u objetivos, esto es, de discursos que noexisten más que si uno interroga personalmente a las manifestacioncspor el conocimiento que se ha acumulado en ellas.

En este caso, una vez más, no estamos bregando con la determinaciólde "verdades", sino con asignaciones que poseen una ciert¿ validez yque, no obstante, se hallan siempre entretejidas con intereses. De estc

modo, también nuestro punto de vista deberá orientarse siempre haciir

esos intereses, sin olvid¿r los nuestros propios.Aquí surgen problemas especiales, como el del hecho de que uno n(,

sólo no averigua un conocimiento neutral, sino que las interpretacioncsse acumulan en é1. Es más, el conocimiento se olvida y se desarrollanreinterpretaciones y veladuras.

Aquí podemos aplicar una regla general: de ningún modo puedo confiar en mi propio conocimiento para reconstruir el conocimiento qucprecondiciona a un objeto.

Además, el conocimiento que originalmente ..se acumula" en un objct¡¡a través de un significado asignado no es, o al menos no es ya, por complcto idéntico al objeto en su situación presente. En el transcurso de su his

toria, puede que se haya asignado al objeto otro significado diferente clcl

significado que se le había asignado originalmente. Podían haberse cons

tituido "leyendas" y surgido reaiustes. Pensemos, por ejemplo, en el uso

actual de una iglesia o un museo o una caballeriza, o aún en los contradit'torios testimonios de un testigo presencial de un accidente de tráfico.

Existe un problema añadido: allí donde hay conocimiento, hay ¡roder. Allí donde existen materializaciones, han estado actuando el po(lcry el conocimiento, y lo siguen haciendo, ya que de otro modo las mrtcrializaciones pierden su significado y st raí2. El poder, como tal, no rcsulta visible. ¿Es posible volverlo visible -tal vez de forma indircctu opor medio de sus efectos-? Desde luego, todo conocimiento esrá vin( u

lado al poder. En todo conocimiento que adquiere prcdomir.rio, ¡rrcrl,,mina el poder. Es generado por el poclcr y cjcrcc cl poclcr. I)c cstc nrrrl,',

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.rllí donde hay conocimiento, hay poder. Allí donde el conocimiento sc

,l, bilita, el poder puede debilitarse.Si consideramos que el dispositivo es el contexto concreto en el quc

,'l)cran, en recíproca interrelación, los tres aspectos del conocimiento,

', 'Lrlta posible una forma de análisis que, no obstante, es muy compleja.

I I lil¡ro de MichelFotcark Surveiller et panir (Vigikr y castigar) (Fou-, ,ruIt, 1989) representa un análisis dispositivo de este tipo. Y también los,lr,rr ios de Victor Klemperer pueden considerarse como un análisis dis-

¡', ,sitivo (Klempere¡ 1995). Ninguno de estos autores ha proporcionado,,,, rnétodo explícito, sino que lo ha aplicado de forma implícita -Fou-, .,rrlt dice "experimental'',-, procediendo a analizar los discursos, a reu-

',r clconocimiento, a consultar estadísticas, a deconstrui as críticamcn-t, , .r extraer conclusiones de ellas, a añadides opiniones, etcétera. De estc,,,,,tIo, las consideraciones aquí presentadas no pueden proporcionarnos1r.,r receta, y mucho menos un método, que pueda aplicarse de forma es-, ¡rr, rnática. Sí que pueden, no obstante, estimular ide¿s respecto a cómo

1,, xlcmos abordar analíticamente el compleio contexto del discurso, la,, , itin y las subsiguientes materializaciones o manifestaciones -sobrevc-,,',l.rs o previamente establecidas-. El objetivo de estos esfuerzos es cl,,,,rlisis del discurso, un análisis que también puede ponerse en relación,,', los textos y que es posible realizar mediante la reconstrucción del, ,,,rocimiento en las prácticas y en las materializaciones no discursivas.'\ rrrr cs preciso desarrollar un método explícito para esto en relación con

1,,('\'cctos de investigación concretos -y sólo de este modo podrá desa-, r,,llrrrse-. Esto contribuiría también a salvar la distancia existente entrc, | ,r¡rrílisis del discurso y la investigación social empírica.

N0l.¡s

l. l')l original está escri¡o en alemán. Las obras citadas se mencionan cn lal, ,r1irr,r cn que el autor las consultó, tanto en el texto como en la bibliografía. Loslr,,l,,s clc las obras que se citan en el texto y en las notas del autor aparecen en, ,,' l,.r r'óntesis en su versión española -reflejando, cuando existen, los títulos clc

L . , , ,r lcspondientes publicaciones en español . En caso contrario, el tírulo <Ic lrr

, ,l,r ,r sc cit¿ únicamente en el idioma en que fue consultada por el autor..). l'rrrir la diferencia entre éste y otros erfoques teorético-discursivos, virsc

I r11r'r, l()96b.

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3. Puede encontrarse una detallada presentación (con ejemplos de sus aplica-

ciones) en Critical Discourse Analysis, que aparecló en 1999 en una edición ¡evisada y ampliada (S. Jágea 1999). EI ACD constituye el fundamento de los numerosos proyectos que han sido desarrollados e¡ el Instituto de Duisburg para lalingüística y la investigación social. Véase, por ejemplo, M. Jáger, 1996; Clevc,1997;M. Jáger et al.,'1997;Jáger et al., 1998,M.láger et aL, 1998, etcétera.

4. Pa¡a una introducción, véase Link, 1982.

5. "El término "poder" que se utiliza incluye un gran número de mecanis-

mos individuales, definibles y definidos que parecen capaces de inducir conductas o discursos" (Foucault, 1992,pág.12).

6. Véase sobre todo Link, 1982; Drews et a|.,1985;Linky Link-Hee¡, 1990;

Becker et a1.,1997.7. Véase también Link, 1995, que subrayala fuerza. {ormativa que es consti.

tutiva de los discu¡sos, y que comprende el discurso (al igual que Foucault) como..un instrumento de producción material con el que se generan, de forma regula

da, objetos (sociales) comopor ejemplo la.,locura,,, el.,sexo",la "normalidad",etcétera- junto con las subjetividades que les corresponden" (ibid., pág.7aa).

8. Véase más abajo para saber más acerca del problema que examina en quti

grado son completas y generalizables las afirmaciones de los análisis del discurso.

9. L¿ referencia de Leontjev a Marx queda rápidamente clara si ¡ecordamos l¡primera tesis de Mar¡< sobre Feuerbach, en la que plantea "que el objeto,la reali

dad, la naturaleza sensorial no ha de tratarse (únicamente) et el marco del objeto

o de h iieología, sino en tanto qre acti'ui.dad y práctira sensorial humana, de {otma subjetiva" (Marx y Engels,1969, Marx Engels Werke (ME\l), vol. 3, pág. 5).

10. Jurt se ¡efiere a Castoriadis, para quien,.las cuestiones societales [...1son únicamente 1o que son debido a los signi{icados" (Jurt, 1,999, pág. 11).

11. Foucaul¡ habla en L'arcbéologie rlu sattoir (La arqueología del saber) tlcrelaciones que no están presentes en el objeto. En mi opinión, éstos son los dis

cursos que al mismo tiempo mantienen vivo al objeto desde fuera mediantc 1.,

referencia significante que a ellos hace la gente (Foucault, 1988, pág. 68).

12. En este contexto, al hablar de una caja de herramientas estrictamente lilgüística, o instrumental, nos referimos a los detalles gramáticos y estilísticos (lu,'

pueden resultar importantes para el análisis pero que no son absolutamentc rt'cesarios,

13. Más adelante abordaré el problema del tratamiento completo del hil,,discursivo que aquí se perfila. Esto es de particular importancia porque lo qrrc

está en juego es la expresividad y la validez general de un análisis discursiv,,.14. Este experimento ha sido concebido por Caborn, 1999.

15. Utilizamos estos textos cortos cuando realizamos proycctos quc r(,pr(

sentan una especie de ayuda o de guía para los prinrcros t,rntcos clcl r¡r¡tcri.rldado, Si¡vcn como material auxiJier para la nrcmoril (o list.rs clc t.u c,rs).

IO0

El enfoque histórico del discurso

Ruth Wodak

I )e [inición del enfoque

Trasfondo teoréticor

I | ¡»undo moderno y las sociedades occidentales se caracterizan por la, . istcncia de luchas y contradicciones. En parte alguna puede encontrar-',, 1.r homogeneidad. Al contrario, los dilemas ideológicos (Billig, 1991),Lr lrilgmenlación (Hall, 1996) y las identidades múltiples parecen ser las,, sPucstas a los desafíos de la globalización y de las economías y las ideo-l,'yiias neoliberales (Mrntlig et a|.,2000). Estas tendencias se acompañan,l, r¡n incremento del nacionalismo y de la xenofobia, en particular en cl, ,r',r de los movimientos de derechas. Existe la percepción de que los fe-ri )rrcnos complejos necesitan respuestas simples.

l.rs compleiidades de las sociedades modernas en un mundo sujeto a,,r¡'ide c¿m6i., en el que el espacio y el tiempo parecen desaparcccri I l.rr vc¡ 1996), sólo pueden aprehenderse mediante un modelo dc in-llrr('rrcias mutuas y multicausales entre los diferentes grupos dc pcrsonas, r rt t c r'¡tes en el seno de una sociedad específica, y mediante las rclacir¡n cs, rrtr c clistintas sociedades. En nuestros días, el gran desafío consistc cn, r¡,lic.rr las contradiccioncs y las tensiones que se producot cntrc l()s cs-r,rrlos rrrtci<ilr y lirs cntirllrlr.s su¡,rlnacionales cn muchos planos (cn sus

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