Introduccion a La Historia de La Filosofia - Ramon Xirau

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  • 7/22/2019 Introduccion a La Historia de La Filosofia - Ramon Xirau

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    T e x t o s U n i v e r s it a r io s

    C OO R D I NAC I N D E H UMANIDAD E S

    Programa Editorial

    Ra m n X i r a u

    Introduccin a la historia

    de la filosofa

    UNI VE R SI DAD NAC IO NAL A UT NO MA DE M X I C OMxico, 2011

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    Primera edicin: 1964

    Decimotercera edicin corregida: 1998

    Decimosexta reimpresinde la Decimotercera edicin: 2011

    Ilustracin de la portada: detalle de Bailarina oyendo tocar

    el rgano en una catedral gtica(1945) de Joa n Mir

    Diseo de portada: Rafael Lpez Castro

    DR 2011 Universidad Nacional Autnoma de MxicoCiudad Universitaria 3000, Col. Copilco Universidad,

    Del. Coyoacn, 04360 Mxico, D.F.

    C O O R D I N A C I N D E H U M A N I D A D E S

    Programa Editorial

    Impreso y hecho en Mxico

    Prohibida la reproduccin total o parcial por cualquier medio, sin la

    autorizacin escrita del titular de los derechos patrimoniales.

    ISBN 978-968-36-8036-5

    No t a a l a d c i m a e d i c i n

    En esta dcima edicin he intentado poner brevemente al da el contenido del libro. Para hacerlo me pareci necesario referirme a tres movimientos especiales desarrollados en los ltimos diecinueve y, sobretodo catorce aos; el materialismo de la relacin mente-cuerpo; elestructuralismo; el innatismo nacido de la lingstica de Chomsky. Espero que estas pginas sean tiles para tener una idea general de cadauno de tales movimientos y lleven a los que lean este libro a ms detalladas discusiones.

    San ngel, julio 1987

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    INTRODUCCIN

    Los hombres empezaron por saber que el hom bre tena historia; loscristianos afirmaron que nuestra vida en esta tierra -vid a de p aso -es un transcurso histrico en el cual cad a instante es una decisinradical entre la salvacin eterna y la eterna condena. H emos ap rendido despus que no slo el hombre, sino todos los seres vivospr oc ed en en un a hi stor ia qu e es cr ec ient e de sa rro llo , cr ec ient ecomplejidad, creciente evolucin hacia ms conciencia; hemosaprendido, por fin, que no slo la vida, no slo el hombre son

    seres histricos. Lo es tambin el universo, paso de las formasms primitivas de la preconciencia a la vida, de la vida al pensamiento, del pensamiento a la conciencia. El conc epto de historiase ha extendido a cuanto existe y cuanto existe se ha extendidoms all de la tierra, ms all del sistema planetario, ms all denuestra galaxia, hasta alcanzar lontananzas imperceptibles, tanlejanas que se nos antojan infinitas.

    Ante este crecimiento del mundo histrico, en el cual estamosen un estar que es transcurso, el homb re -y a lo observaba Pascal,y lo ha vuelto a observar recientemente Teilhard de Chardin -pue desentirse perdido. Deca Pascal que somos u na nada en comp ara

    cin con el todo. Pero si el universo ha crecido en grandezas yaapenas descriptibles, ha crecido tambin en minucias ya apenasobservables. Nos rodea lo infinitamente pequeo -electrones, tomos. fuerzas, energas. Pascal hubiera aadido que somos un todopo r co mpa racin co n la nada. Mn im os y gran de s, somos ser esque se pregun tan por el sentido de su ser. Vemos que los dems semueren, nos sabemos destinados a la muerte, nos sentimos enun mundo que es, en esencia, misterioso. Ante nuestro propiomisterio siempre surge la misma pregunta: por qu, por qu lavida? Y con esta pregunta, una segunda pregunta: para qu, paraqu nuestra vida? Hombres a la vez perdidos y encontrados en un

    mundo que desconocemos, nos vem os llevados por la inquietud.

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    po r el desa sosieg o y po r la espe ran za . Las pr eg un tas ac erca de lsentido de la vida son un hecho. Se las han planteado, desde loms antiguo de la historia, todos los hombres, se las han planteado los poetas, se las han planteado los artistas. Se las plantean,desde qu e la filosofa es filosofa, los filsofos.

    Hay que entender la filosofa como una cuestin de vida quees tambin cuestin de supervivencia ms all de la vida. A lapr eg un ta ac erca del sent ido de la vid a, a la ne ce sid ad de in terro gamos acerca de nuestro propio modo de ser para encontrar unarazn de ser, responde la parte ms antigua, tambin fundamental, de la filosofa: la metafsica. No es de extraar que la mayor

    pa rte de es te lib ro in tro du ctor io se refie ra pr incipa lm en te a c ue stiones de orden m etafsico. Ello no quiere decir que dejemos a unlado otros aspectos de la filosofa ntimamente vinculados a lametafsica: el mtodo, la teora del conocimiento, la moral. Y, enefecto, si nuestras preguntas son de orden metafsico es necesa

    rio, previamente, saber si es posible conocer, saber si podemos ono podemos contestar a las preguntas que nos atosigan. A investigar esta posibilidad se dedica el mtodo y la teora del conocimiento. Y si la metafsica no es una pura teora abstracta -nopuede, no de be serl o - es t ntim am en te vi nc ul ad a a la vid a; y esel fundamento de nuestro comportamiento, es decir, de nuestravida moral.

    Saber si se puede saber; estableced una metafsica despus defundar las bases del saber; establecer una moral, una forma de vidadespus de haber ordenado el mundo, despus d e haber hecho delcaos un cosmos, tal es la lnea general de todo gran pensamiento;tal es tambin el plan general que hemos seguido al explicar cadauno de los filsofos que en este libro aparecen. Y, al hacerlo, nopr es cind im os de la hi stor ia ni de los pr incipa les temas de la filosofa. Tratamos de presentar la filosofa en su historia siguiendolos tres grandes temas -e n realidad un solo tema vita l- en todos losgrandes pen sadores. Y si algunos de los camp os de la filosofa -lalgica, la esttica principalmente- aparecen aqu apenas esbozados, ello se debe a una doble razn. La teora del conocimiento,la metafsica y la moral constituyen el meollo de la filosofa; laesttica y la lgica son ciencias tan especializadas que sera necesario escribir un libro aparte para tratar con alguna justicia cadauno de los campos qu e respectivamente abarcan.

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    Esta introduccin es, as y al mismo tiempo, un a presentacinhistrica y un a presentacin temtica donde los temas vuelven arepetirse, como tantas nuevas variaciones, en los diversos filsofos, de Grecia a nuestros das.

    Por qu esta presentacin histrica? Las razones son varias.

    La primera de ellas es que hombre, vida, mundo, son historia. Lasegunda es que la filosofa verdadera es un convivir con el pen samiento pasado, a veces un co incidir con este pensamiento pasadoy es, sobre todo, respeto por las tradiciones. Una filosofa sintradicin es tan inconcebible como una vida sin tiempo o unacivilizacin sin historia. A estas dos consideraciones primeras yfundamentales, debemos aadir una tercera que constituye la hip tesis sobr e la cual se fund an nu estro s de sarro llo s. A es ta hip tesis -qu e no es obligatorio acep tar- y a algunas consideracionesy advertencias quiero dedicar las pginas que siguen.

    La filosofa se presenta como historia. Ello no quiere decir que

    la filosofa valga solamente como hech o histrico y q ue los pensamientos del pasado sean reliquias ms o menos curiosas. Todolo contrario. Quiere ms bien decir que si bien la filosofa se daen la historia, hay formas de pensamiento que van ms all de lahistoria y, a travs de todas las pocas, conservan su validez y suverdad. Podemos, en ciertos casos, sentimos ms cercanos dePlatn que de Sartre, de san Agustn que de Max Scheler. Quienas no lo crea es que en el fondo no piensa que la filosofa es cosade vida ni que las cosas de vida sobrepasan a una vida particular,limitada por un cuerpo, un cerebro, un tiempo y un espacio.

    La filosofa es, fundamentalmente, bsqueda de la verdad yesta bsqueda puede encontrarse en periodos bien definidos del

    pe ns am ient o oc cid en tal. El pe ns am ient o de Oc cide nte, al cu al sededica este libro por simple razn de que es el pensamiento denuestro mundo (por la razn tambin de que el pensamientode otras civilizaciones no est al alcance de quien esto escribe),

    pu ed e d ividirs e en tres g rand es pe riodos: el g recorro man o; el c ris tiano-medieval, y el renacentista-moderno. En cada uno de estospe rio do s en co nt ramos un a evolu ci n similar . En el in ic io de ca da uno de ellos (filsofos preplatnicos en Grecia, filsofos an teriores al siglo x ii en el cristianismo, filsofos anteriores a Kant ya Hegel en el periodo renacentista-moderno), encontramo s siem

    pre un a s er ie de in tuic ione s q ue son c om o la s a gu as af luen tes que

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    habrn de desembocar en los ros caudales. En estos periodosiniciales, los pensadores intuyen la verdad, llegan a ella, pero escasamente la sistematizan dentro de un todo orgnico y ordenado. A estos periodos iniciales siguen periodos de grandes sntesisque, por emplear la palabra medieval, llamaremos periodos de

    summae. Estas summae -Platn y Aristteles en Grecia, santoToms y Duns Escoto en el siglo xill, Kant y Hegel a fines delsiglo xvm y principios del siglo xix- recogen mucho de los pensamientos que los precedieron y aaden a stos nuevas ideas paraconstruir sistemas armoniosos donde el mundo apa rece claramenteordenad o y jerarquizado . Pero las summae del pensamiento -grie go, medieval, moderno- suelen,presentarse cuando ya est a lavista la crisis de la civilizacin que les dio origen y nacimiento.Cuando escriben Platn y Aristteles se avecina el derrumbe delEstado-ciudad; cuando escriben santo Toms o Duns Escoto seavecina la crisis del Renacimiento; cuando escriben Kant y H egel

    est por salirles al encuen tro la crisis ms aguda de todos los tiempo s, la cr isi s de nu es tro tiempo . Su rge en tonces un te rcer pe riodo del pensamiento, un periodo en el cual reina muchas veces ladesorientacin y reinan tamb in los nuevos deseos de bsqu eda yencuentro. Pero los filsofos de estos periodos -epic reos o estoicos en Grecia, nominalistas a fines de la Edad Media, humanistas como Marx, Comte, o el mismo Nietzsche a fines delsiglo xix- no dejan de bu scar el todo, no dejan de pensar que esnecesario encontrar soluciones absolutas. Se encuentran, sin em

    ba rgo, con fra gm entos de real idad y tie nd en a ha ce r que es tosfragmentos sean todo el edificio, a hacer que estas partes sean el

    todo. As, para Epicuro , el placer, que en Aristteles era una partedel todo armonioso de la vida, es toda la vida; para Ockham laciencia, separada de la fe, se edifica como un conocimiento autnomo y se instituyen dos absolutos incom unicados e inconcilia

    bles : el de la cien cia y el d e la reve lac in ; pa ra Marx, pa ra Co mte.pa ra Ni etz sche , hay qu e af irm ar el ho mbre , pe ro al ha ce rlo , seniega a Dios -y mxim a imposibilidad entre todas las impo sibilidade s-, se llega a hacer que el hombre o el superhomb re sean losnicos dioses del hombre mismo. A los afluentes han seguidolos ros; a los ros las gotas que se pretenden ro y afluente.

    En resumidas cuentas: los grandes sistemas filosficos se rea

    lizan en momentos especialmente dotados de la historia, estos

    Int roduccin 13

    momentos en los cuales todos los acarreos anteriores vienen aconvergir para pronto dividirse en creencias relativas que se pretenden absolutas.

    Claro est que si la filosofa es encuentro con la verdad -laverdad absoluta que, en ltima instancia, es siempre religiosa-,

    el encuentro hab r de realizarse sobre todo en las summae.Ellono quiere decir que en los filsofos previos a ellas -Scrates,san Agustn o V ico- no se perciban encuentros tan verdaderosy a veces ms hon dos que los que no s dan las summae.No existen aqu preferencias sino hechos y las preferencias dependende las inclinaciones y stas de las simpatas y las simpatas decada uno pueden es tar adheridas a un sistema o a una intuicin,a una explicacin completa o a una forma ms bien visionaria.Claro est tambin que existen grandes sntesis previas a lasgrandes summae.As en las filosofas de san Agustn, Descartes, Spinoza o Locke. Pero estos sistemas previos son, si bien a

    veces ms penetrantes que las summae decisivas mismas, formas an abiertas al futuro, afluentes mximos que desembocarn en el ro totalizador.

    Este concepto de la historia de la filosofa se asemeja a aquella idea de los corsi e ricorsique ob sesion a Vico, a principios delsiglo xvm. Y es que, en efecto, al hablar del crecimiento, la madurez y la cada del pensam iento no estamos afirmando qu e lospe ns am ientos se acab en en un mom en to dado de la hi stor ia pa raque empiecen nuevos pensamientos. En realidad todo sucede demanera mucho ms comp leja y ms rica. En el cristianismo y enla Edad Media estn tambin Platn y Aristteles; en la filosofa

    moderna estn san Agustn y santo Toms. Y es que si la verdades una (la verdad que no s revela el cristianismo) esta verdad no espe rece de ra , sin o pe rm an en te. Pr ofetas de es ta ve rdad de Cris tofueron, segn san Justino mrtir, Scrates y Platn; profetas queno saban que eran profetas. Y si alguna validez tiene el pensamiento de nu estro tiempo, e sta validez est en la verdad, siemprerenovable en cuanto a las vas del conocimiento, siempre la misma en cua nto verdad.

    No se ac ab an las civi lizac ione s, no son las c iv ilizacion es co toscerrados. Son, como d ira Whitehead, inmensas p ermanencias,inmensas y vivas. Dirase que de las cenizas de un m odo de vida

    social renacen, renacen siempre a fin de cuentas, las mismas ver

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    dades remozadas que han de conducir nuevamente, continuadamente, a la mism a verdad.

    Tal es la hiptesis central de este libro. No creo que esta hiptesis deforme a los filsofos aqu presentados que, por otra parte,po dr n se r es tudi ad os al marge n de es ta hi p tesi s misma co mo

    pe ns ad ores qu e di jer on es to o a qu el lo , qu e c on cibi er on la ve rdadde una o de otra manera. Establecido este punto, quedan algunoscomentarios previos que paso a enumerar.

    1) Si este libro est escrito en form a histrica no debe ver ellector en l una historia de la filosofa. Para que lo fuerasera necesario detallar el pensamiento de todos los filsofos y de todas las corrientes filosficas. No encontrar ellector en las pginas que siguen a todos los pensadores yello no porque carezcan de importancia sino porque aquera necesario limitarse a las corrientes fundamentales del

    pe nsam iento aun a rie sg o de qu e la hi stor ia se pr esen tarasin la continuidad que la caracteriza. Vlganos pues estepe ca do de om isi n.

    2) Siempre que se ha podido se ha indicado la situacin socialy la vida cultural de cada poca. El lector har bien en profundizar, mediante ms amplias lecturas, el mundo de cadafilsofo si quiere ver en l no a un ser abstracto, sino a unser que vive de su tiempo y en su tiempo, aun cuando m uchas veces lo trascienda.

    3) Cuando el lector tope con algn trmino tcnico puede remitirse al vocabulario que aparece al final del libro (apndice II).

    4) Cuando el lector quiera ordenar sus pensamientos y situarlos dentro de las principales corrientes filosficas, le recomendamos que se refiera al ndice de escuelas y tendencias(apndice i).

    5) Siempre que ha exist ido una buena traduccin espaolade los filsofos citados, las citas se han hech o por pgina.Solamente se han hecho las citas por prrafo en los trescasos siguientes: cuando no haba traduccin espaola;cuando la traduccin espaola era dbil ; cuando los prrafos son suficientemente breves para poder encontraren ellos la frase citada.

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    6) Quiero agradecer la posibilidad m isma de este libro a mismaestros, principalmente Joaqun Xirau, Jos Gaos y Alfonso Reyes; a mis discpulos de la Universidad de lasAmricas. del Liceo Franco-Mexicano y de la Universidad

    Nac iona l Aut n om a de Mxico . Un os y otr os han sid o lafuente indispensable para que la filosofa se convirtiera enun intercambio oral, vivo y vigente. Quiero agradecer, porfin, la ayuda que me ha proporcionado la Frank B. Jr. BairdFoundation.

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    PRIMERA PARTE

    G R E C I A

    D e l s ig l o v i i a . C. a l s ig l o ii i d e n u e s t r a e r a

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    I. U n l a b e r i n t o , u n e s c u d o y u n a l e y

    Situado en el centro de Creta, el palacio de Cnosos, cuya construccin legendaria se atribuye a Minos, es tan complejo en suestructura que los arquelogos modernos se pierden todava porsus subterrneos, sus vericuetos, sus corredores, sus habitacionesmuchas veces sin comunicacin aparente. C uando los griegos llegaron a Creta, el palacio de M inos los llen de admiraci n y, paraexplicarse el misterio, inventaron la leyenda que ha pasado a lahistoria por su belleza y su verdad. Qu d ice la leyenda? El futuro rey Minos disputa el trono a sus hermanos. Pide un signodel cielo que le indique su derecho al reino. No tarda en llegar elsigno de los dioses bajo la forma de un toro blanco. Pasifae, enamorada del toro sagrado, da a luz a un ser mitad toro, mitad hom

    bre, qu e los gr iego s l lam aro n el Minota uro . Minos hace co ns trui rsu palacio, o segn los griegos su laberinto, para enc errar al monstruo recin nacido. Como el origen del Minotauro es divino habrque sacrificarle todos los aos siete muchachos y siete muchachas de Atenas. Teseo, ateniense, decide librar a su ciudad deltributo sangriento. Penetra en el laberinto y, gracias al hilo deAriadna, princesa cretense enamorada de Teseo, puede v olver asalir del laberinto despus de haber m atado al Minotauro.

    La leyenda significa, principalmente, que los griegos quieren establecer un orden racional, una forma de vida que ya nodepe nda de los mo nstruos y de los sacrificios primitivos. Significa tambin, y en ello est una clara muestra de su espritu ordenador y preciso, que, ante un fenmeno inexplicable, tratan dedar una exp licacin congruente capaz de ser entendida por todoslos hombres.

    De la misma m anera que los griegos pusieron orden en el laberinto, pusieron orden tambin en las creencias religiosas de lospu eb los qu e en co nt raba n a su paso. El dio s Zeus es , de sd e un apoca prim itiva, una mezcla de dos divinidades. P or un lado, es el

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    dios de los conquistadores helenos que gobierna a la luz y al cielo; por otra, es un dios mediterrneo, hijo de los titanes y de laspo ten cia s terre str es . Es te mism o dios de do ble or igen se pr es en ta sin embargo en Homero, com o el supremo de todos los dioses,y, en la Odisea, como un consejero sabio de los dioses y de los

    hombres. Los griegos de la poca de Homero, los griegos delsiglo VIH, han sustituido la multiplicida d de los dioses loc ales poruna serie de divinidades que se parecen, idealizadas, a la propiaaristocracia homrica go bernada por un rey. Serena como los dioses que la habitan ha de ser su mo rada en el monte Olimpo . As ladescribe la Odisea:

    Atenea, la de los ojos de lechuza, se fue al Olimpo, donde dicen queest la mansin eterna y segura de los dioses; a la cual ni la agitanlos vientos, ni la lluvia la moja, ni la nieve la cubre -pues el tiempoes all constantemente sereno y sin nubes-, y en cambio la envuelveuna esplendorosa claridad; en ella disfrutan perdurable dicha los

    bienaventurados d ioses.1

    A esta esplendorosa claridad aspiraron siempre los griegos. Habran de lograrla como posiblemente no la ha logradonunca ning n pueblo. El am anece r de esta nueva luz est en lasobras de aquel poeta que ha pasado a la historia con el nombrede Homero.

    El escudo de Aquiles

    Tal como conocemos hoy la liada y la Odisea, la primera serefiere a la an tigua sociedad guerrera de los aqueos; la segunda,a los viajes de Ulises y su largo y difcil retomo a la vida establede su ciudad y de su hogar. Sea cu al fuera el origen lejano de estospo em as , fueron am bo s escr ito s en su fo rm a ac tual du rant e el siglo VIH o ya entrado el siglo Vi l . En ellos se percibe una concepcin clara del mundo, presidida por los dioses olmpicos que, ensus regiones celestiales, prolongan y actan las disputas de loshombres.

    1 Homero, Odisea,e n Obras completas de Homero, trad. de Luis Segal y Estalella,

    Montaner y Simn, Barcelona, vi, p. 41.

    Grecia 21

    El mundo hom rico es un mund o de orden y de armona. Cules la imagen de este mundo? Empecemos por la geografa delos tiempos homricos. Veremos despus cmo esta geografase integra en un mundo de pensamiento mitolgico organizadoy claro al cual responden las acciones, los vicios y las virtudes

    humanas.El mundo de los poemas homricos es relativamente peque

    o. La Tierra, que Homero conc ibe como un disco, tiene por centro a Grecia, y termina, al norte en regiones vagas, distantes yluminosas; al sur, en las tierras clidas de la Nubia y de losetopes, y se prolonga , de este a oeste, a lo largo de las costas m editerrneas. En el envs del disco, al otro lado de la Tierra, vivenlos misteriosos quimrides escondidos en la niebla y las nube s , en vu elt os en u na no ch e per nic io sa . En to m o al di sc o es tn las aguas del ocano, padre de todas las aguas, todos losros, todos los mares, todas las fuentes, todos los pozos profun

    dos. El cielo, bveda estrellada, rodea la superficie de la Tierray est sostenido por una serie de equilibradas columnas. E sta misma estructura de la Tierra es tambin la estructura cincelada en elescudo de Aquiles.

    En la descripcin homrica del escudo resalta, con claridad,un perfecto sentido de la armona, del orden y de la gracia. Resalta tambin la imagen de este ocano, estas aguas que son ya paraHomero, com o ms tarde para algunos de los primeros filsofos,el origen de todas las cosas. Y en el centro del escudo, en la ba talla de la ciudad guerrera, la ms alta de las virtudes humanas: elherosmo que transforma a los hombres en semidioses.2

    Si el herosmo es la principal virtud que nos presentan los poemas homricos, y en especial laIlad a, son muy otras las virtudes(muy otro tambin el concepto del m undo) que no s deja la lecturade los poemas de Hesodo. En Los tra ba jos y los das ,poema demotivacin ocasional surgido de la disputa po r la herencia de lastierras paternas entre Hesodo y su hermano, el poeta describe lavida campesina con un amor por la tierra que ser difcil encontrar hasta en las Gergicasde Virgilio. Pero esta motivacin externa nos conduce al ncleo del asunto. Hesodo discute sobre la

    ju st ic ia de su he renc ia y le d ice a su he rm an o: At ien de a la ju st i-

    2 Cf, ibid.,xvill, pp. 3-23.

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    cia y olvida la violencia. Tal es el uso que ha ordenado Zeus alos hombres: los peces y los animales salvajes y los pjaros alados pueden comerse unos a otros, puesto que entre ellos no existeel derecho. Pero a los ho mbres les confiri la justicia, el ms altode los bienes.3Adems de revelar la existencia de una clase po

    pu lar ac tiv a y pode rosa , Hes odo dist ingu e cla ramen te en tre lohumano, guiado por la ley. y lo animal, llevado por la fuerza.Implcitamente Hesodo viene a decirnos que la justicia no debeconfundirse con el derecho del ms fuerte. Esta separacin entrela existencia de hecho y la existencia de derecho anuncia las teoras que Scrates y Platn habrn de desarrollar unos cuantos siglos ms tarde.

    No se co ntenta Hes o do co n de finir los id ea le s de la vidahuma na, basada en el trabajo y en la fidelidad a la ley. Inquieretambin sobre los principios de las cosas, el sentido y el origendel mundo. Para ello escribe la Teogonia,o gnesis de los dio

    ses, que nos ofrece una especie de metafsica potica. Algunasde sus imgenes sern especialmente fecundas para la filosofa posterior.

    Afirma Hesodo que antes que todas las cosas fue Caos.4 Nodefine may ormen te este conc epto mtico ni tan slo nos dice a lasclaras si el caos fue la primera realidad en su mitologa histricadel mundo divino. Sin embargo, esta nocin del caos implica yala idea de que la posibilidad precede a la realidad, de que lo informe da lugar a la forma, de que lo indefinido est antes de lo definido. Claro que Hesodo no poda pensar en estos trminos abstractos. Y sin embargo, al pasar el tiempo, la imagen del caos

    habr de dar lugar a nociones filosficas y aun cientficas queslo Anaximandro, en el siglo vi. empezar a desenmaraar. Unasegunda nocin de no menor importancia es la de Eros. No setrata de una idea nueva. Eros fue. desde tiempos lejanos, uno delos dioses de los griegos. Lo que importa aqu sealar es que elEros de Hesodo no es un ser esttico e inmvil, sino el querompe las fuerzas. Para Hesodo, Eros es la base de toda creacin. la fuerza misma que es energa creadora tanto entre los dioses como entre los hombres.

    3Hesodo,Lo s t rab ajo s y los d as , trad. de Germn Gmez/de la Mala. Shapire, Buenos Aires, 1943 ,1, p. 78.

    4Hesodo, Teogonia,Shapire, Buenos Aires, 1943, p. 14.

    Grecia 23

    En este mundo de dioses sucesivos tiene un puesto bien definido el hombre. A imagen y semejanza de las divinidades que sesuceden, se suceden tambin las cinco edades de los hombres. Enla primera de ellas, la edad de oro, suerte de paraso helnico, loshombres vivan como dioses, dotados de un espritu tranquilo.

    No co no can el traba jo, n i el d olo r, ni la c ruel vejez [. .. ] y m or ancomo se duerme. Estos primeros hombres, buenos por naturaleza, se convirtieron en dioses. A esta primera edad sucedi, impe rfecta , la edad de pla ta. Desva lid os , l os nios era n c ria do s pormadre [...] pero sin ninguna inteligencia. Despus de cien aosde crianza vivan miserables, y sin conocimiento de la religin,pa ra mor ir bien pron to a ca us a de su es tupi de z . Zeus decidiacabar con esta raza infiel y la convirti en la raza de los diosessubterrneos, reminiscencia hesidica de aqu ellos dioses primitivos que los griegos encontraron a su llegada al Mediterrneo. Latercera edad, la de bronce, reminiscencia de la poca en que los

    hombres em pezaron a trabajar los metales, es tambin una edadheroica, en la cual los hombres son al igual que los fresnos, violen tos y robustos. Por su violencia, por su carencia de justicia, fuerondestruidos los hombres de bronce, y regresados a las entraas dela tierra donde Helios, el Sol, les fue para siemp re invisible. Ms

    ju stos y mejor es s on los ho mbr es de la cu ar ta edad , la de los se-midioses, edad que nos remonta a los hroes homricos cuandoen sus naves fueron a Troya. La guerra pudo destruirlos, pero gracias a su virtud heroica siguen viviendo en las islas de los bienaventurados. Nue stra edad, la quinta, es la edad de hierro, la edadtambin de las lamentaciones. Durante toda esta edad los hom

    bres no cesarn de es tar abrum ados de trabajos y mi serias du ran teel da [...] y los dioses les prodigarn amargas inquietudes. Entretanto, los bienes se mezclarn con los males.5Tal es la pocadel hombre, tal es tambin la poca en que H esodo quiere convencer a su herm ano Perses de que el suprem o valor es el de la justicia.

    A la evolucin de los dioses, a partir del caos, corresponde laevolucin de los hombres. Desde el nivel de la edad de hierro,ltima edad humana, Hesodo. anunciador de futuras filosofas, poeta y telogo de la Grecia antigua, preconiza la razn,el equilibrio y el respeto a lo justo.

    5 Cf. Hesodo,Lo s tr ab ajo sv los das,pp. 81-85.

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    Obras de consulta

    Do d d s , E. R., The Greeks and the Irrational, Beacon, Boston, 1957.Gr e e n e , W. H Moira, Harper, Nueva York, 1963.Gu t h r i e , W. K. C., The Greeks and Their Gods, Beacon, Boston,

    1956.Ja e g e r , Werner, Paideia, trad, de Joaqun Xirau y Wenceslao Roces,Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1957, pp. 19-83.

    I I . I n i c i o s

    La filosofa griega se inicia en las mismas tierras jnicas dondenacieron los poemas hom ricos. El hecho no es puram ente casualy se debe principalmente a que sta era la regin de ms altacivilizacin durante los siglos vm y vil. El nacimiento de la libreempresa y las nuevas modalidades de comercio que sta llevaconsigo modificaron profundamente la civilizacin griega. Poruna parte, puede observarse a partir de los siglos vm y vil unamayor tendencia al individualismo que se manifiesta tanto en eldesarrollo de la poesa lrica, subjetiva e ntima, como en el hecho de que el artista quiere salir del anonimato para empezar afirmar, como persona humana independiente, las obras que salen de su fantasa. Hacia al ao 700 debe situarse la copa deAristnoo, la primera obra de arte firmada que se conoce. Porotra parte, los artistas y los poetas, menos artesanos y ya msdefinitivamente creadores, empiezan a considerar el arte comoun fin en s, haciendo poco a poco a un lado los fines utilitariosque el arte y la poesa solan tener en tiempos ms antiguos. Hadicho Hauser que el deporte es manifestacin jugada de la lucha p or la vida.6Duran te el siglo vil se desarrolla, en gran escala,el deporte de los griegos y algo de este deporte tienen los nuevospo em as de Sa fo , la s nuevas escu ltu ras, las nuevas fo rm as de l pen samiento. Y desligados de la vida prctica, ya alejados de la uti

    6 Cf.Amold Hauser, Grecia y Roma", en His tor ia so cia l d e la lite rat ur a y el arte ,vol. i, Labor, Barcelona, 1988, 3.

    Grecia 25

    lidad inmediata, el arte, la literatura y la filosofa nacientes sondeportivos en la medida en que son tambin desinteresados. Deeste desinters nace la p osibilidad de creaciones autnomas, como nace tambin la posibilidad de dedicarse a la ciencia por laciencia misma, al pensamiento por el pensamiento mismo, sinnecesidad de tener siempre en cuenta las finalidades inmediatasde una o de otro. Los filsofos griegos tien en el mrito indudab le dehaber iniciado, tanto en los terrenos de la pura filosofa como enlos de la ciencia, lo que hoy llamamos el pensamiento puro.

    Esta necesidad de un pensamiento terico no niega las necesidades prcticas. Se dice que Tales de Mileto, ante la amenaza delos lidios, propuso la unin de las ciudades jnicas en u na confederacin que habra de llevar el nombre de Theos; dcese tambinque Anaximandro fue colonizador de lejanas tierras. Los prim eros filsofos fueron polticos. Fueron tambin ingenieros y nopa rece qu e se de sinteres ara n nu nc a de las po sibi lid ad es tcn icasy prcticas que. una vez aplicada, puede tener la teora. La teoranunca ha negado la prctica. Y. sin embargo, hay pocas en lascuales la teora, el pensamiento puro y desinteresado, predominasobre las posibilidades de aplicacin. El despertar de este pensamiento terico hay que buscarlo entre los primeros filsofosde Jonia.

    La teora no es posible sin el empleo de la razn. Y si algosorprende en el pensamiento de los primeros filsofos griegos esel grado de abstraccin y el grado de racionalidad de las preguntas que se proponen. Ya no les basta con encontrar varias soluciones para explicarse elpor qu del mund o y elpa ra qu del destino del hombre. En esta bsqueda del po rq u y el pa ra qu sefundar ms tarde la filosofa. Como los primeros filsofos griegos, los filsofos de Occidente han querido encontrar una solarespuesta a esta pregunta y, de manera semejante a los matemticos que quieren re ducir la pluralidad a la unidad, a los fsicos quequieren dar una sola ley para explicar los fenmenos del universo. los filsofos tratan de buscar una explicacin nica y verdadera para todos nuestros actos, para el mundo en que vivimos ypa ra el de sti no que pu ed e toca rnos vivir . La di ferenc ia en tre lapreg un ta de los fs icos o los mate mt ico s, po r una parte , y de losfilsofos, por otra. es. sin embargo , radical. El hombre de cienc iaquiere dar una explicacin totalizadora de un aspecto del univer

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    so o del pensamiento (los objetos m atemticos para el matemtico. la naturaleza para el fsico). Los filsofos quieren dar unaexplicacin nica y racional que englobe a todos los hechos, todos los pensamientos y todas las acciones.

    Con esta pretensin de universalidad se inicia precisamente

    la filosofa griega. Tales. Anaximandro, Anaxmenes, los tresfilsofos de M ileto de Jonia, se preguntan cul es el arch.es decir. el origen o el "gobierno de todas las cosas. No sern siempre tan prec isa s las re sp ue stas co m o lo es la pregun ta . Pero elsolo hecho de que fueran capaces de inquirir con tan alto grado de abstraccin es una verdadera revolucin en la historia delpens am iento.

    Tales de Mileto fue el primer filsofo de Grecia. Viajero, conoci las matemticas de los egipcios y es probable que predi

    je ra el ec lip se de Sol d el a o 585 a. C. De su di st racc in qu e. po rcontem plar estrellas le haca caer en los pozos, existen varias anc

    dotas que aad en su grano de sal a la proverbial distraccin de lossabios. Como poltico es probable que Tales quisiera fundar, contra los ataques de los lidios. la confederacin de Theos. Comofilsofo sabemos que fue el primero en preguntarse acerca delorigen de todas las cosasy sabemos tambin, gracias a Aristteles. cul fue la solucin que dio a su pregunta. En realidad susolucin fue triple y puede resumirse en tres proposiciones: la Tierra flota sobre las aguas; el agua es el origen de todas las cosas;todas las cosas estn llenas de dioses. La primera afirmacin nodifiere grandemente de la idea mitolgica de la Tierra que se encuentra en la descripcin del escudo de Aquiles. No viene, en

    realidad, a aadir nada de nuevo a la ya vieja tradicin cosmolgica de los griegos. La segunda es ms importante porque contesta. precisamente, a la pregunta central que se plantearon los primeros filsofos. El origen de todas las cosas es el agua. Cmoentender esta proposicin? En primer lugar, debemos tener encuenta que la palabra arch se refiere menos al origen de todaslas cosas que a su gobierno. As, lo que buscaba Tales era un

    pr incipio fs ico y m etaf si co que. a su modo de ver, rig iera tod aslas cosas. Que este principio sea el agua no debe sorprendernosen exceso. La tradicin mitolgica de los griegos -lo hemos visto - daba una especial importancia al agua, el ocano que rodea la

    tierra. Por otra parte, Tales pudo observar que el agua es necesa

    Grecia 27

    ria para la vida. Pudo observar tambin que el comercio de su ciudad natal y. en general, de la Jonia toda, se haca por el mar, yas el agua se converta en el medio necesario para la supervivencia misma de sus coterrneos. En cuanto a la tercera afirmacines. sin duda, algo misteriosa. Aristteles sugiere que Tales haba

    observado los efectos del magnetismo y que la palabra diosesrepresenta aqu, simblicamente, las fuerzas activas de la naturaleza. En tiempos ms modernos, se ha podido creer que la frasede Tales transmitida por A ristteles se refera realmente a divinidades. La filosofa de Tales sera, as. una forma de espiritualis-mo. Es preferible, en todo caso, no hacer hiptesis por lo demsinnecesarias. Bstenos recordar que Tales sigue siendo fundadorde la filosofa en Grecia por el gnero de preg unta que se plantea.Podemos pensar que sus respuestas son ms o menos pobres. Pero no es histricamente factible pensar que fueran de otro modo.A mayor riqueza en las respuestas nos conduce un breve anlisis

    del discpulo de Tales: Anaximandro.Tambin de Mileto, vivi Anaximandro a mediados del sigloVI. Sabemos que escribi un libro que todava era ledo en tiempos de Aris ttel es . En l. Ana xi man dr o es el pr im er fil s of o queexplcitamente se interroga acerca del arch. del gobierno o delpr incipi o de toda s las cosas. Es ta pr eo cu pacin fil osf ica no es tuvo nunca separada de intereses prcticos. Como Tales. Anaximan dro tuvo inters por la poltica y fund una colon ia en Apolo-nia; tambin como Tales se ocup de problemas tcnicos y esmuy probable que a l se deba el primer mapa. Su inters por laastronoma le llev a dar una nueva versin, mucho ms moder

    na y exacta, de la naturaleza del mundo. La Tierra, cuerpo celeste,tiene forma cilindrica. Suspendida en el centro del espacio estrodeada por las estrellas, todas ellas hechas de fuego. Lejos quedan ya los das de Homero y aun los de Tales, su propio maestro.Pero si Anaximandro tuvo importancia en sus actividades prcticas y cientficas, no la tuvo meno r en cuanto trat de explicarse elorigen del un iverso, su causa y su principio nico. A la pregunta:cul es el origen de todas las cosas?, responde Anaximandro.empleando p or primera vez un claro argumento lgico, que ninguno de los cuatro elementos (fuego, tierra, aire, agua) puede serel origen de la totalidad del universo, puesto que si afirmamos

    que un solo elemento es la causa admitimos que la parte es la

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    causa del todo, lo cual es obviamente contradictorio. No debebu scarse el or igen de tod as las co sas e n ni ng un o d e los elem en tospa rti cu lares que co mpo ne n el mu nd o. El ve rdad er o or igen hayque encontrarlo en el apeiron,palabra que significa lo indefinidoy lo informe.La introduccin de esta nocin nueva es de primeraimportancia y va a persistir en el curso de la filosofa occidental.Es posible que el origen histrico de la idea del apeiron debaencontrarse en aquella vieja nocin hesidica del caos. De todosmodos, y sea cual sea su origen, es mucho ms abstracta que ladel caos mitolgico. En efecto el apeiron incluye ya en potencianociones tan bsicas como las del infinito y de la posibilidad.Estas dos nociones son importantes en varios aspectos. La de infinitud contribuye a variar notablemente el puesto del hombre enel mundo. Ya no estamos ahora en aquel cmodo universo deHomero d onde el mundo se reduca a una Tierra plana y un cielosostenido por hercleas columnas. El universo se abre y el lugardel hombre dentro de su mundo es menos limitado. El palaciocubierto de estrellas que imaginaba H omero viene ahora a substituirse por la vastedad de los espacios infinitos. En cuanto a lanocin de posibilidad -qu e implcitamente puede enc ontrarse enel apeiron de Anaximandro- su principal importancia viene deun hecho que puede hoy parecemos obvio, pero que en su momento fue un descubrimiento de primera importancia. Este descubrim iento equ ivale a decir que lo posible precede a lo real o. sise quiere, que para que alguna cosa llegue a ser real tiene, primero. que ser posible.

    A esta abstraccin que sita a Anaximandro como el primerfilsofo de verdadera originalidad, ya no solamente en cuanto asus preguntas sino tambin a sus respuestas, vienen a aadirseotros descubrimientos que el propio Anaximandro ap orta al campo de la f ilo sofa . El p rim ero de el los ha llega do hasta n osot ros enlas palabras de Anaximandro citadas por filsofos ms recientes.Afirma Anaximandro: "Las cosas tienen que cumplir la pena ysufrir la expiacin que se deben recprocamente por su injusticia . Se ha hecho notar que esta frase parece d escribir una escenade tribunal.7Y. efectivamente, los trminos empleados son trmi

    7 Cf.W emer Jacgcr,La teo log a de los pri me ro s fil so fos , trad. de Jos Gaos. Fondode Cullura Econmica, Mxico, 1952. II.

    Grecia 29

    nos jurdicos.8 Ello no debe sorprendem os si recordamos que.ya desde Hesodo. los griegos estaban principalmente preocupados po r problem as de orden poltico y social. Ms impo rtante quesu aspecto jurdico extemo, es el sentido profundo de la frase deAnaximandro. En realidad lo que preocupa al filsofo es el movimiento. Si observamos el mundo que nos rodea (montaas, ro o

    acero) v emos que todo est en constante estad o de cambio: si nosobservamos a nosotros mismos no podremos dejar de percibirque cambiamos tambin constantemente. Cmo exp licar el cambio? Ana ximan dr o sugiere que el c am bio tan slo es e xp lic ab le siexiste verdadera oposicin. Tal es el sentido de las palabras justicia e injusticia. Sabemos que solamente existe la vida si porun lado tiene un principio en el nacimiento y por otro, al final dela lnea, un fin en su opuesto, la muerte. Sabemos que la semillasolamen te llega a ser rbol despus de d ejar de ser semilla; sa

    be mos qu e todo mov im ient o im pl ica, al m ismo tie mpo , la co nstruccin y la destruccin de algo. Cmo imaginar el menor

    movimiento en un mundo en que todo fuera idntico a todo lodem s? Tan slo la diferencia, la oposicin, la justicia y la injusticia explican el hecho de que. de lo justo a lo injusto, de lo in

    ju st o a lo ju sto, ex ista la movilid ad .El segundo y sorprendente descubrimiento de Anaximandro

    se refiere al origen de los seres vivos y. especialmente, del hombre . De ac ue rdo co n An ax im an dr o los seres vivos n ac ieron delelemen to hmedo cua ndo hubo sido evaporado p or el Sol. El hombre era , en un principio, sem ejante a otro anima l, el pez . Algu no shan pen sado que esta idea es en realidad la del evolucionismo. Estotalmente improbable que Anaximandro pensara en trminos de

    evolucin cuando la teora evolucionista no se desarroll sinodurante el siglo xix. Ms probable es que tuviera en el esprituideas mitolgicas primitivas.

    Cuando se pregunta acerca del origen de las cosas, Anaxima ndro, razonando ya mediante argumentos lgicos, piensa que esteorigen debe encontrarse en la iluminacin eterna e inmortal.Sus observaciones sobre el movimiento habrn de ser desarrolladas, a lo largo de la filosofa griega, como una de las nociones

    s La idea del universo como un Estado se encuentra en Mesopotamia.Vid.T. Jacobsen,Mesopotamia, en H. y H. A. Frankfort, J. A. Wilson y T. Jacobsen, El pensamiento

    pr efi los fi co , Fondo de Cultura Econm ica, Mxico, 1954. [Breviarios, 97.]

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    centrales del pensamiento filosfico. Su puesto en la historia dela filosofa es el de un verdadero innovador e iniciador.

    No es tan im po rta nt e su di sc pulo An ax imenes . A la mismapr eg un ta respon da An ax im en es qu e el or igen de tod o debe buscarse en el aire. Un paso atrs despus de los varios descubrimientos de Anaximandro? Todo depende del sentido que se d a las

    pa lab ras. Es po sib le qu e Ana xi men es , al ha bl ar del aire, ha blaradel espritu. Nuestro desconocimiento de su filosofa nos impide,sin embargo, considerarlo como el primer filsofo espiritualista.

    El movimiento y la inmovilidad

    Con el desarrollo del pensamiento racional no tard en aparecer,entre los primeros filsofos de Grecia, una clara oposicin al pensamiento de los poetas. Los viejos maestros, principalmente Homero y Hesodo. empezaron a ser considerados como engaosos

    en sus enseanzas. Las primeras manifestaciones de una claraoposicin al pensamiento de los poetas se encuentran en el poema teolgico de Jenfanes, probable maestro de Parmnides. Laantigua religin politesta no satisfaca ya el nimo ms abstractode los nuevos pensadores. Dbanse cuenta, por otra parte, de quelos dioses que veneraban los distintos pueblos eran formas idealizadas de los propios hombres que constituan a estos pueblos.As, Jentanes, se vea obligado a negar valor a las interpretaciones religiosas de orden politesta y afirmaba: Homero, Hesodoatribuyeron a los dioses lo que entre hum anos es reprensible y sindecoro.s Esta falsa atribucin de caractersticas humanas a las

    divinidades hace que las img enes que cada pueblo se hace delos dioses sean relativas a sus propias caracte rsticas fsicas y morales. As, los etopes hacen que sus dioses sean negros y denariz chata; los tracios dicen que los suyos tienen los ojos azulesy los cabellos rojos .10Es ta crtica de la religin antropom rficano lleva a Jenfanes a pensar como un ateo, antes al contrario, leconduce a representarse -a pesar de que a veces se refiere a losdioses en plu ral- a un solo Dios, el m ayor entre los dioses y

    9Poema de Jenfanes. p. 11.w Ibid., p. 16.

    Grecia 31

    los hombres, y que no se parece a los hombres ni por la forma nipo r el pe ns am ient o ." La nu eva idea, tan revo lucion ar ia pa ra lateologa griega com o pud ieron se r para la filosofa y la ciencia lasideas de los milesios, nos presenta a un Dios supremo que love todo, lo piensa todo y lo oye todo .12 En su afn por dar unaexplicacin racional y unitaria del mundo, Jenfanes alcanza un

    concepto monotesta de la divinidad. Grande ser su influenciaen el desarrollo de la filosofa griega y la nocin que Jen fanes sehace de Dios habr de alcanzar su ms precisa expresin en lafilosofa de Aristteles. Pero si de momento nos mantenemos enel siglo v veremos cmo los filsofos, divididos en dos gruposen cuanto al origen de las cosas, buscan y tratan de encontrar unasolucin tambin unitaria a los problemas del conocimiento, deluniverso y del hombre.

    Herclito naci en feso, en las mismas tierras jnicas dondese desarroll el primer pensamiento de los filsofos. Hay que situar su madurez hacia el ao 478. De su vida conocemos an cdo

    tas probablemente fabricadas en tiempos bastante ms recientes.Dcese que Herclito era basileus. rey de su ciudad, y que opt

    po r ab di ca r al tro no pa ra de di ca rse po r co mpl et o a la vi da co ntemplativa. Dcese tambin que su retiro obedeci a razones polticas puesto que Herclito reprobaba la actitud irresponsable delos gobernantes y los gobernados de feso. Sean cuales fueran losdetalles de su vida, parece que puede establecerse un hecho: Herclito fue un solitario, tal vez el primer caso de filsofo en Grecia que se aisla para meditar. En cuanto a su obra quedan unaserie de Fragmentos13en los cua les es ya posib le discernir, dentro de un estilo alegrico, no pocas veces epigramtico, los tres

    grandes campos en que habr de dividirse toda la filosofa futura:la teora del conocimiento: la m etafsica y la moral. La divisin es,po r l o dems, mu y lg ica . Si el fils of o su ele pr eo cu pa rse po r elcompo rtamiento y por el destino del hombre, no puede dejar de expli carse el sent ido del un iver so qu e el ho mbr e habit a. An tes dehacerlo, sin embargo, tiene que pensar cules son las condicionesdel sabe r y pregun tarse, tambin, si el saber es posible o no lo es.

    " Ibid .. p. 23.V-Ib id p. 24. En las citas de este texto adoptamos la numeracin de: Herclito,Fragmentos, trad.

    de Jos Gaos. Alcanca. Mxico, 1939.

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    As, la teora sobre la posibilidad del conocimiento precede a lametafsica y la moral.

    Desde un buen principio Herclito afirma que existen dosformas de conocer, una verdadera y otra falsa. La primera es laque obedece al lagos,a la razn, que en griego, como ms tardeverbumen latn, significar tambin lapa la bra ,14L a segu nda es

    la que se apoya en los sentidos o en un mal entendimiento deellos. Dice Herclito: Sabio es escuchar, no a m, sino a la Razn [...] Esta razn, siendo eternamente verdadera, empero, loshombres son incapaces de comprenderla antes de orla y despus de habe rla o do .15L a sa bid ur a, a pesar de qu e el pensam iento es comn a todos los hombres, se descubre con dificultades ytrabajos una vez que se ha renunciado a las falsas interpretaciones de los sentidos. H erclito compara al sabio con los buscadoresde oro que "cavan m ucha tierra y encuentran p oco .16Pero ya enHerclito este conocimiento, difcil y lleno de trabajos, es msun conocimiento interior que aquel conocimiento del mundo fsi

    co que trataban de encontrar los primeros filsofos de Grecia.As. a ms de un siglo de distancia de Scrates. Herclito puededecir: me he consultado a m mism o. De este conocimiento de spr ov ien e la ve rd ad er a sabidu ra , la que no s pe rm ite en co nt ra r enla razn el origen de las cosas y el sentido de la vida.

    Cuando contem pla el mundo que le rodea, tanto el mundo delos hombres como el mundo de las cosas, Herclito se da cuentade que todo est en movimiento y afirma: No puedes entrar dosveces po r el mismo ro, pues otras aguas fluye n ha cia ti.17Y enefecto, si vivimos en el tiempo, si el tiempo transcurre en todaslas cosas, nada es, en verdad, repetible. Herclito, sin embargo,

    no se conte nta con afirmar que el movimiento existe. Quiere, msall de esta constatacin de hecho, encontrar una explicacin delos orgenes del movimiento. Esta explicacin se encuentra enuna idea que, si bien parece tan slo repetir la anterior, viene dehecho a clarificarla: si entramos y no entramos en las mismasaguas del ro es porque somos y no somos. El hecho es que si poruna parte podemos pensar que somos, por otra, al ver nuestro

    14W. K. C. G utlirie, A Hi stor y o f Gr eek Ph ilo so ph y,vol. l.15H erclito . Fragmentos. 1-2.16Ibi d., 8.17Ibi d., 41-42.

    Grecia 33

    pa sa do qu e ya no es , al pe ns ar nu es tro futur o que toda v a no es,al pensar que en el instante en que vivimos, esta frase que leemosdeja de ser en el mismo momento en que la leemos, en verdadsomos una mezcla de ser y de no ser, de ausencia y de presencia,de pasado, presente y futuro. Y en los extremos de nuestra vida seencuen tran los opuestos: vivir significa estar en el tiempo entre el

    mom ento de nuestro nacimiento y el momento de nu estra muerte, Lo contrario es lo conven iente18p orque de hecho estamos v iviendo siempre entre estados opuestos.

    Y esto, que nos sucede a nosotros, sucede tamb in con losobjetos del mundo, ros encarnizados que van de su principioa su fin, en una constante transicin de un opuesto al otro, en unaconstante "guerra. El mundo es movimiento y el movimientosolamente es posible si existen la desigualdad, el contraste y laoposicin.

    Sin embargo He rclito quiere ir ms all del movimiento, qu iere buscar su sentido y su ley. En algunas frases. que en un princi

    pio po dr n pa rece r mist er iosas. He rcl ito af irm a la fin al ar m ona de los contrarios, la unidad de los opuestos: bien y mal sonuna cos a, 19 el camino hacia arriba y hac ia abajo es uno y elmismo,20los hombres no saben que el mundo, divergiendo conviene consigo mism o.21Y es que. ms all del mund o en que estamos, existe una armona de lo que se tiende y suelta [...] comoel arco y la lira.22 Esta unidad ltima se realiza en Dios, su premo fin y suprema disolucin de todas las contradicciones: Dios,pa ra qu ien es bell o todo y bu eno y ju st o au nq ue los ho mbr esjuzg ue n lo uno injusto , lo ot ro ju st o.2S

    La idea de la unidad de los opuestos se explica tambin y con

    mayo r claridad cuando Herclito afirma la ley del eterno retomo.Esta ley. que se encuentra entre pueblos muy diversos y de muydistinto grado de evolucin histrica, viene a decirnos que debeconcebirse el mundo com o una constante sucesin dentro de unciclo constante. Siguiendo este ciclo, y dentro de un ciclo dado,

    ,sIbi d.. 46 .19Ibi d.. 57.20Ibi d., 69 .21Ibid ..45 .22Ibid .,5 6.23Ibid .,6 1.

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    todas las cosas cambian constantemente. Pero si pensamos queeste ciclo se ha repetido eternam ente y volver a repetirse eternamente, si lo que estoy escribiendo lo he escrito en otros ciclos unainfinidad de veces y volver a escribirlo infinitas veces en ciclosfuturos, de hecho nada cambia. En la circunferencia de un crculo se confunden el principio y el fin.-4Si la historia del mundo

    es la historia de una especie de crculo en m ovimiento con stante, es claro que en este crculo existe el movim iento, pero no lo esmeno s que si com param os un crculo actual a otro crculo pasado, existen los mismos puntos y los mismos movimientos idnticamente repetidos. En cuanto a la naturaleza ntima de estemovimiento Herclito piensa que puede simbolizarse por el fuego. Nada tan variable como una llama, nada con tantas posibilidades de transform acin. Y as, dentro de cada uno de los ciclos, elmundo, que ha empezado con el fuego, habr de acabar igualmente en el fuego, trmino que Herclito emplea seguramentecom o smbolo de la purificacin cuando dice que el fuego habr

    de juzgarlo todo.Es indudable que Herclito afirma el cambio y el movimiento.

    No lo es men os qu e m s al l de es te ca mbio, af irm a igua lm en tela perman encia eterna de las cosas. Y ahora, completa, se aclara lapr im era fra se qu e cit b am os : S ab io qu e qu iene s oyen no a msino a la razn, convengan en que todo es uno.25 Por motivos similares y siguiendo la metfora del fuego, dir Herclito que lasalmas buenas son almas secas, aquellas almas en las cuales hape ne tra do el f ue go , sm bo lo a la vez de la razn n ica de tod as lascosas y de la unidad ltima del universo y del hombre.

    Paralelamente al desarrollo de las colonias griegas en la Mag

    na Grecia (Sicilia, sur de Italia), se desarrollaron en estas nuevasregiones variadas escuelas filosficas. Entre ellas la de ms influencia fue la de los pitagricos. De Pitgoras, cuya vida es engran parte leyenda ms que historia, sabemos que debi de ensear hacia la mitad del siglo v i puesto qu e Herclito se refiere a lcomo a un pensador del pasado. Su filosofa puede reducirse auna serie de afirmaciones siempre novedosas. Pitgoras era matemtico. A l y a su escuela se debe el progreso de la aritmtica

    24Ibi d., 7 0.25Ibid., 1.

    Grecia 35

    como ciencia abstracta. Es probable que esta dedicacin a lasmatem ticas llevara a los pitagrico s a afirmar que el mun do esthecho de nmeros. La afirmacin es especialmente importantesi tenemos en cuenta que la fsica moderna depende de la posibilidad de medir los fenmenos naturales. A este concepto matemtico del mundo los pitagricos aadan un concepto rtmico y

    armnico de la realidad. Despus de observar que los sonidosemitidos por una cuerda en varias tensiones pueden reducirse anmero, los pitagricos unificaron el nmero, el ritmo y la armona. As cuando se ocupaban de astronoma pensaban que las estrellas emiten, en su curso, sonido s musicales. Sin embargo, no fuela ciencia la nica, ni tan slo la principal, preocupacin de lospi tag ric os . Pla tn sea la qu e Pi tgo ras fue c leb re po rqu e en seaba una forma de vida. Y es que en verdad los pitagricos formaron una secta religiosa, en la cual se enseaba la transmigracin de las almas, el culto a la santidad y la abstinencia. Algunosde los consejos de los pitagricos, como aquel que nos dice que

    no debemos partir el pan con las manos, tienen probablementepo r or ige n tab es y creenc ias pr imitivas.

    Parmnides. que vivi en Elea, fue contemporneo de Herclito, si bien seguramente ms joven. Fue tambin discpulo de lospi tag r ico s, de cu ya s en sea nz as es toda va ref lej o en la in tro duccin a su Poemafilosfico.26Ms que en sus races pitagricas,la importancia de Parmnides reside en su concepto del mundoque viene a oponerse diametralmente al que sostena Herclito.Como todos los primeros filsofos. Parmnides se pregunta cules el origen de todas las cosas. Tanto en su respuesta como en elmtodo que emplea para llegar a ella, Parmnides demuestra un

    notabilsimo progreso. Su m todo no est explcitamente expuesto en el poema, y sin embargo presupon e principios lgicos y razo namientos que sern la base de toda lgica futura. Parmnidesemplea el principio de identidad, segn el cual puede afirmarseque lo que es, es. La frmula negativa de este mismo principio,ms tarde llamado principio de no contradiccin, puede expresarse en estos trminos: lo que es no puede no ser, o bien, unacosa no pu ede ser y no ser al mismo tiempo. En cua nto al razona-

    26 El Poema aparecc en J. D. Garca Bacca,Los pre soc r tico s, vol. I. El Colegio deMxico, Mxico, 1943.

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    36 In trodu ccin a la hi sto ria de la filoso f a

    miento de Parmnides es una forma del razonamiento m atemtico por el absurdo. Esta forma indirecta de demostracin, considera hipotticamente como verdadero p recisamente aquello quese quiere negar. Se demuestra, inmediatamente, que la hiptesises falsa y resulta as que lo verdadero es lo contrario a la primerahiptesis supuesta. Aunque Parmnides no enuncia ninguno de

    estos principios o razonamientos, constituyen la base de todassus argumentaciones.

    Cuando Parmnides se pregunta por el verdadero origen de lascosas, dice por primera vez con la abstraccin que la palabra supo ne qu e, el or ige n de todo es el s er. Pe ro no se l im ita Pa rm n idesa semejante afirmacin, sino que quiere probar, mediante argumentos lgicos, que este ser tiene una serie de atributos y que la

    po sesi n de es tos at rib utos po r el ser, es de mos tra bl e. El pr im erode estos atributos es la inmutabilidad. Cmo demostrar que elser es inmutable? Procedamos mediante un razonamiento porel absurdo y supon gamo s que el ser puede cambiar. Si el ser cam

    biara . seg n nu es tra hi p tesi s, ca m bi ar a , o bi en ha ci a el se ro bien hacia el no-ser. Pero afirmar que el ser cambia hacia elser es de hecho decir que no cambia y decir que el ser cambiahacia el no-ser. es igualmente decir que el ser es inmutable puesto que es imposible la existencia de lo que no es. El ser es inmvil. Es tambin, y por idntico motivo, uno y nico. Supongamosnuevamente que en lugar del slo ser hay el ser y algo ms. Cmo llamar a este algo ms? No podemos darle ms que dosdenom inaciones: ser o no ser. Si decimo s que adem s del ser existe el ser estamos simplemente afirmando que tan slo existe unser. Si este algo ms es el no-ser, como este no -ser no puede ex istir

    afirmamos igualmente que tan slo existe un ser. Y as, por argumentos similares Parmnides dice que el ser es eterno, continuo,imperecedero, indivisible, sin fin y sin comienzo. Las pruebas deParmnides, que pueden hoy parecemos excesivamente rgidas,tienen una innegable importancia histrica. Su mo do de razonar esel primer mtodo lgico conoc ido en la historia de Occidente. Co ntiene adems en germen, el mtodo que habrn d e usar, desarrollado y afinado, las matemticas, las ciencias y la filosofa.

    Ms difcil es entender claramente lo que P armnides entenda por el ser. Segn algunos se refera al mundo fsico y material. Segn otros el ser de Parmnides se acerca ms al concepto

    Grecia 37

    que Jenfanes se haca de Dios. Si seguimos el texto de Parmnides es en realidad difcil inclinarse por uno u otro de estos puntos de vista. Quede, sin embargo, Parmnides, defensor de la inmovilidad, como el polo opue sto a aquel H erclito que afirmabaque todas las cosas estn en perpetuo estado de cambio. Su filosofa remozada, precisada, tendr tanta impo rtancia como la deHerclito para el futuro del pensamiento en Grecia. El pensamiento de los grandes filsofos de Grecia tratar siempre de combi na r lo mv il y lo inm v il, lo m l tip le y lo uno. la va rie da d d e laexperiencia que nos dan los sentidos y la unidad que nos sugierela razn. Platn, y aun Aristteles, tendrn presente el pensamiento de estos dos filsofos griegos, los ms decisivamenteimportantes de esta primera poca en la cual el pensamiento filosfico estaba principalmente dirigido a indagar los misteriosdel m undo .27

    Obras de consulta

    B u r n e t , J., Early Greek Philosophy,Black, Londres, 1926.C o p l e s t o n , Frederick, Histo ry o f Ph ilo soph y, vol. i, Newman,

    Westminster, 1948, pp. 13-76.D i g e n e s L a e r c i o . Vidas, opiniones y sentencias de los filso fos ms

    ilustres,trad. de Jos Ortiz y Sanz, Perlado, Madrid, Buenos Aires.1940.

    Ja e g e r , Werner.La teo loga de los primeros f ilsofos griegos,trad. deJos Gaos, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1952.

    _____ , Paideia,trad. de Joaqun Xirau y Wenceslao Roces. Fondo deCultura Econmica, Mxico, 1957, pp. 150-180.

    Mo n d o l f o , Rodolfo,Herclito,Siglo xxi, Mxico, 1967.

    27 La influencia de Herclito y de Parmnides lia sido decisiva en Occidente. Herclito,en su teora de la unin de los opuestos, revive en el pensamiento de los msticos; revive,sobro todo, en la dialctica de Hegel y de Marx. Ambos encuentran en Herclito unafuente imprescindible de pensamiento; ambos ven el mundo como movimiento fundadoen la contrariedad; Parmnides y su doctrina de un ser inmvil reaparecen en la obra dePlatn y, en mayor o menor grado, en varias de las filosofas monistas de Occidente: porejemplo Plotino y Spinoza en cuyas obras no puede hablarse de influencia parmendica,per o s de un mo do de pen sar dif cil de en ten de r si n e l m und o cr ea do por Pa rm ni de s. Encuanto a las influencias inmediatas, la doctrina de la movilidad reaparece en la teora

    pla tn ica del dev en ir y la teo ra del ser en la d oc trin a p lat ni ca de las form as.

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    38 Int rod ucc in a la hi sto ria de la f ilo sofia

    Ro b i n , Lon, El pensamiento griego, trad, de Joaqun Xirau, Cervantes, Barcelona, 1935.

    111. L a e d a d d e l h u m a n i s m o

    Los nios, antes de interesarse por s mismos, antes de con ocersey sentirse como personas, empiezan por explorar el mundo quelos rodea. As tambin los hombres. Sin generalizar demasiado,pu es to que la pr eo cu pa ci n po r la vi da hu mana ya es t pr esen teen el pensamiento de los primeros filsofos y los problemas deluniverso siguen interesando a muchos de los filsofos del siglo V ,pu ede d ec irs e q ue si el pe nsam ient o e mpe z po r gravi ta r en tomoal mundo y su significado, a partir del siglo V gravita en torno alhom bre y su destin o.28

    El pensamiento cosmolgico sigue predominando entre unbuen grupo de filsofos que la tra dici n ha dado en lla mar losfsicos, puesto que su ocupacin es la naturaleza. As. en pleno siglo V , Leucipo y ms tarde Demcrito hacen la hiptesis deque la naturaleza est formada por partculas diminutas e indivisibles que llaman tomos. Nunca se insistir bastante sobre laimportancia de este descubrimiento. Los atomistas contribuyeron poderosamente al desarrollo de la ciencia. Y. no slo por supo ne r qu e el m un do es tuvi ese f or mad o d e tom os , s ino m uy pr incipalmente, porque representan la primera tendencia materialistay determinista en la historia. Tanto Leucipo como Demcrito suponen, en ef ecto, q ue todo es t fo rm ad o po r una mism a sustan ciamaterial. Lo que llamamos espritu es parte de la materia, una materia ms sutil, sin duda, pero materia al fin y al cabo. Tan importante como la suposicin de que la realidad entera del mundo

    28 Recordemos a lgunos hechos. El siglo v , a veces l lamado siglo de Peric lcs, reprsenla la cumbre de la civilizacin griega. Atenas transforma su economa urbana en unaeconoma internacional de la cual participan todas las ciudades griegas del Me diterrneo: en lo poltico. Atenas desarrolla, por primera ve/, en la historia, un sistema democrtico; en lo cultural, el siglo v ve desarrollarse la tragedia (Esquilo. Sfocles, E urpides),la comedia (Aristfanes), la poesa (Pndaro), la arquitectura (en 430 se construye elPartcnn >y la escultura (Fidias). Atenas, en el centro del mundo griego, realiza aquella"gloria que fue Grecia" de que hablaba Kcats.

    Grecia 39

    pu ed e r ed uc irs e a mater ia es la sup os ic in de q ue todo suce de pornecesidad. La ciencia moderna se ha desarrollado en buena partea base de este supuesto. Cmo poder dar leyes fsicas si no sesupone que la naturaleza procede mediante orden y medida?Cmo explicar el mundo si las causas no produjeran siempre los

    mismos efectos? La ciencia quiere establecer leyes universales.Si Galileo, desde la torre de Pisa, hubiera observado que algunaspied ras caen y o tra s pied ras vuela n, no hu bi era p od ido es tabl ec erla ley de la cada de los cuerpos. En una palabra: la ley de lacausalidad ha estado en la base de todas las ciencias fsicas ynaturales. El descubrim iento de la ley. si bien no de su aplicacin,debe encontrarse en el pensamiento de los atomistas griegos.

    Tambin cosmlog o fue Emp docles de Agrigento para quienel mundo estaba formado de los cuatro elementos (fuego, aire,agua y tierra), de cuya unin, nacida del amor, surga la vida y decuya desunin, surgida del odio, provenan la destruccin, lam ina y la muerte .29 Ana xgoras, q ue fue m aestro de Pericles y talvez de Scrates, pensaba como los materialistas, que el mundoest formado de partculas indivisibles, pero que estas partculas son ms bien de orden espiritual y que. en todo caso estnregidas por el espritu o nous. Primero entre los filsofos espiritualistas, Anaxgoras en unciar un principio de no menor impo rtan ci a qu e el de los mater ia lis tas: todas las co sa s qu e tienenvida, tanto las ms grandes com o las ms pequeas, estn gobernadas por el espritu.

    Lo s so fis tas

    Todo en el siglo v conduce a interesarse principalmente por elhombre. La escultura clsica idealiza la figura humana en unasabia mezcla de medida, idea e imitacin de los seres naturales:la medicina naciente se agmp a en escuelas donde se estudian la

    Es probable que los trminos amor y odio sean de origen mitolgico. Y sin embargo. no debe sorprende mos verlos aplicados a la fsica. Cuando Newton enunci la leyde la gravitacin universal emple trminos de origen muy sem ejante al hablar de "atraccin" y de "repulsin". Es claro que N ewton emple eslos trminos en su sentido cientfico. Importa sealar que el lenguaje cientfico tiene muchas veces su origen en ellenguaje emotivo, potico y m itolgico.

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    40 In tro du ccin a la hi sto ria de la filo so f a

    anatoma y la fisiologa del cuerpo humano y, con sentido hum anista, quiere prevenir ms bien qu e curar las enfermedades. En n inguna obra es tan clara la importancia que se da al hom bre comoen las tragedias de Sfocles y de Eurpides. En la An tg on a, deSfocles, aparece, radiante en su dignidad, la figura humana:

    Numerosas son las marav illas del mundo,pero la ms grande de las maravillas es el hombre.[...]Es el ser de los mil recursos.Jams el porvenir lo toma por sorpresa.Conoce el arte de escapar a los males incurables.Slo el pas de los muertos puede detener su carrera.

    El hombre, ms que el mundo, llenaba el pensamiento delos hombres. Y los sofistas son los primeros filsofos que debemos calificar de humanistas.

    La palabra sofistasignifica textualmente sabio. Pero los sofistas eran sobre todo maestros que, de ciudad en ciudad y, con granescndalo de los griegos, se hacan pagar por sus enseanzas.Maestros de los hombres de Estado y de los futuros polticos, lossofistas solan en sear la retrica de la cual fueron fundadores.Bien es verdad que los sofistas se preocupaban m enos de la validez o la exactitud de sus razonamientos que de la fuerza quetienen las palabras para llegar a este fin prctico del convencimiento. No escribe G orgias que el poder de la palabra sobre laconstitucin del alma puede compararse al efecto de las drogassobre el estado del cuerpo?... Si el sofista quiere convencer, sin

    pr eo cu pa rse po r la ve rdad de sus argu men tos sin o po r su fuerzacomo instrumentos de conviccin, tiene que partir de la idea deque todo es verdad. Pero si todo es verdad, tambin la falsedad esverdad y ya no existe el menor criterio para distinguir entrela veracidad y la falsedad de un razonamiento. Al mismo tiempoque inventaban el arte de convencer, los sofistas inventaron tambi n fals os argu men tos que h an pasado a la his toria co n e l nom brede sofismas.

    Muchas son las ancdotas que se cuentan sobre las formas deargum entar de los sofistas. Cun tase que una vez Tisias, maestro,

    pidi a su di sc pulo Cor ax qu e le paga ra, pu es to qu e ya haban

    Grecia 41

    terminado enseanza y aprendizaje. A lo cual respondi Coraxque, si haba aprendido a convencer podra convencer a Tisiasde que no tena que pagarle y que, de no convencerlo, no tendraque pagarle puesto que con ello demostrara que no haba aprendido lo que Tisias prometi ensearle. Tisias, naturalmente, nopo d a ac ep tar el ar gu men to de su discpulo y de di c todo su es fuerzo a demostrarle que de todas maneras tendra que pagar laenseanza. Si Corax le convenca de que no tena que pagarle,esto demostraba que haba aprendido a convencer y, como el arreglo haba sido que si aprenda a convencer tena que pagar, aldemostrar que no tena que pagar, por el hecho m ismo de convencer a Tisias, tendra que pagar. Si, por otra parte, no llegaba aconvencerle de no tener que pagar, tendra que pagarle po r el merohecho de no haberlo convencido. Vase en este argumento unaancdota, que por otra parte ha sido atribuida a Gorgias y su discpulo Evasto, vase tambin en l un ejercicio de escuela. Entodo caso dem uestra con claridad que los sofistas se preocupabanms por la forma del razonamiento que po r su contenido, ms porsu efectividad que por su justeza.

    Sera totalmente falso ver en los sofistas simple y sencillamente maestros de falsedad. Su inters por las formas lingsticas lescondujo a analizar el lenguaje, estudiar las figuras retricas, penetrar en los problemas de la lgica y preparar las vas del pensamiento lgico. Sus argumentos, p or falsos que parecieran en tantasocasiones, requeran una respuesta. Las filosofas de Scrates, dePlatn y de Aristteles, son un intento por encontrar solucionesverdaderas a los problemas que los sofistas haban planteado. Porotra parte los sofistas, al analizar el lenguaje, al analizar las contradicciones en que con tanta facilidad caemos a ca da paso, contribuye ron po de rosa men te a for mar u n esp ritu cr ti co , q ue es, al f iny al cabo, el principio de todo pensamiento riguroso. Muchos sofistas fueron escpticos, pero el escepticismo, la duda, la declaracin de que no existe verdad alguna, prepara el cam ino para quese encuentre la verdad. Habremos de ver cmo todo gran filsofosuele empezar por dudar. Y si su duda consiste en dudar paracreer, en un negar para afirmar, si no queda, com o los sofistas, enun mar de dudas, no deja de deberles a los sofistas y a los escpticos de cada p oca este espoloneo necesario para que tome forma la reflexin.

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    42 Intr oducc in a la hi sto ria de la fil oso f a

    Los sofistas, por otra parte, trataron de dar un fundamentoa sus prcticas de enseanza. De este fundamento, surgieronteoras que reflejan con especial claridad, Protgoras, Gorgiasy Calicles.

    Protgoras

    Protgoras, tal vez el ms famos o de los sofistas, naci hacia 480en la ciudad de Abdera. Son mnimos los fragmentos que nosquedan de su obra; seguramen te fue volum inosa.30S abem os queno quera pronunciarse sobre la existencia o la inexistencia de losdioses. Ms importantes son dos fragmentos que se complementan entre s y nos permiten entrever el sentido de su filosofa. Desu tratado sobre La ve rdadquedan estas palabras: El hombre esla medida de todas las cosas, de las que son en cuan to son y de lasque no son en cuanto no so n; de su tratado El gran logos, estasentencia: la enseanz a requiere dotes y prctica. El aprend izajedebe em pezar en la juventud .31 El primero de estos fragmentos

    pu ed e in ter pr etarse co mo un a fo rm ul ac in del re lat ivi sm o. Discpulo del estilo de pensamiento de Herclito, Protgoras creaque todo estaba en constante movimiento. Ahora bien, si todocambia, no existe una verdad absoluta puesto que sta cambia amedida que cambia el mundo y que cambiamos nosotros. Cadaindividuo humano es concebid o por Protgoras como un ojo abierto al mundo. Todo lo que este ojo ve como existente, existe; todolo que este ojo deja de ver es inexistente. Todo lo que percibo,siento o pienso se refiere a m y yo soy el nico rbitro de la existencia de lo que percibo, siento o pienso. Solipsista, Protgoraspi en sa qu e el mun do es t he ch o a la med ida d e qu ien lo co nt em pla y q ue qu ien co nt em pl a a l m un do lo es t inventan do al mism otiempo. Slo en una forma de conocimiento parece Protgorastener alguna confianza bien relativa por cierto: la sensacin. Yesto es lo que nos aclara la segunda frase. Buen retrico que es,Protgoras nos dice que el conocimiento no es una forma innata,

    " El Protgoras de Platn expone y discute las teoras de Protgoras. Este dilogo esla mejor fuente para conocer el pensamiento de dicho filsofo.

    31 Cf.Walter Kauffman. Philosophic Classics,vol. I, Prentice Hall. Englewood Cliffs.N. J 1951, pp. 72-7 3.

    Grecia 43

    no se basa en ideas que tenemos en nuestro espritu desde quevenimos al mundo. El conocimiento se ensea y quien llega atenerlo es porque h a podido adquirirlo. Lo que nos proporcionaeste conocimiento es la sensacin. Ahora bien, las sensaciones,que proceden de nuestra experiencia, son distintas para distintaspe rson as . D e a h que e l co no cimient o sea s iempr e r ela tivo: re la tivo a quien lo adquiere, relativo a la forma en que este mismosujeto lo adquiere, relativo a la manera de ser de quien lo adquiere. Frente a nosotros: el mar. Todos lo llamamos por el mismonombre, pero, de hecho, cuntas variaciones en nu estra percepcin de este azul persistente? Cuntas form as de percibir el mar?Puedo acaso afirmar que este mar que p ercibo es exactamente elmismo qu e perciben las dems personas, todas y cada una de ellas?El hombre es la medida tanto de lo que cree cierto como de lo quecree errneo, tanto de lo que cree existente como de lo que piensainexistente. De hecho , el conocimiento es, para Protgoras, tanslo esta impresin que tengo, solo en mi aislamiento, sin la menor garanta de que mis imp resiones coincidan con las impresiones de cada uno de los mares que perciben, uno a uno, los ts diversos que forman los dems hombres.

    Gorgias

    Ms amplios son los fragmentos que conservamo s de Gorgias. aquien Platn dedic uno de sus dilogos ms famosos. Mediterrneo, nacido en Leontium, Sicilia, Gorgias no slo ense laretrica sino que tambin ejerci la diplomacia. Gracias a susesfuerzos, los atenienses mandaron ayuda militar a sus conciudadanos, entonces en g uerra con Siracusa. Gorgias no limit suarte de persuadir a una mera enseanza formal. Su enseanzafructific en actos.

    Influido p or Parmnides en cuanto a la forma de argumentar,Gorgias llega a conclusiones relativistas muy similares a las deProtgoras. Sus argumentos se basan en tres proposiciones: N adaexiste; si algo existiera no podramos conocerlo: si pudiramos conocerlo no podramos comunicarlo. Afirmar que nadaexiste consiste en decir que nada existe fuera del mundo de lassensaciones. Si los conceptos de nuestro entendimiento no son

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    reales y siempre se remiten a la sensacin y la sensacin es engaosa (muchas cosas pensadas -escribe- no son realidades: podemos concebir una carroza corriendo por el mar. o un hombrealado) no podemos confiar en aquello que podra ser la fuentedel conocimiento: la sensacin misma. Supongamo s, sin embargo, que la sensacin nos proporciona algn conocimiento, cmo comunicarlo a los dems si cada sensacin est limitada a supr op ia esfe ra , y lo qu e nos llega po r la vi sta no es lo mi sm o quealcanzamos a or o palpar? Nuestras sensaciones no estn ligadasentre s y, con todo, son estas sensaciones las que crean nuestrolenguaje (no es el lenguaje el que comunica cosas perceptiblessino las cosas perceptibles las que crean el lenguaje). Formadode palabras inconexas el lenguaje carece de unidad de tal maneraque lo que decimos es, por una parte, un resultado de lo que percibimos sin conexin y, por otra, una expresin de sensacionesque tenemos cada uno de nosotros en forma individual. Volvemos a estar en un mar de dudas. El conocimiento, reducido a lasensacin, es tan slo mi conocimiento, y los dems y el mundoque me rodea viven su vida aparte haciendo todas las cosas a sumedida com o dira Parmnides.

    No ex ist en co no cimient os v lid os . Ni tan s lo el di scurso , ellenguaje que se afanaban los sofistas por estudiar es verdadero.Tal es la razn que les permite conv ence r de cualquier cosa, falsa,verdadera, imaginaria, soada o inexistente. No es raro que lossofistas tomen a broma sus propios discursos. En uno de los textos que de l nos quedan, Gorgias hace el elogio de Helena deTroya. Prueba que Helena no fue culpable por cuatro razones. Suacto pudo estar determinado por el destino, por la violencia, porel convencimiento a travs del lenguaje o por el amor. Si por eldestino, nada poda hacer Helena pues no hay hombre o mujerque pueda resistirse a los decretos de los dioses: si por violencia,es claro que no pudo, mujer y dbil, resistir a sus raptores; si fueconvencida por palabras y el poder de stas puede compararse con el efecto de las drogas en el cuerpo, nada le quedaba aHelena por hacer; si finalmente, por amor, cmo podra Helenaresistirse a lo que le imponen los dioses, siendo Amor el dioscausante de su enfermedad de deseo?

    Gorgias presenta su discurso en defensa de Helena com o un esfuerzo por destruir la acusacin injusta y la opinin ignorante.

    Grecia 45

    Pero el propio Gorg ias se traiciona, y no sin humor, al final de sudiscurso cuando dice: escog escribir este discurso como un elogio a Helena y una diversin para m mism o.32

    Los sofistas dudan de la verdad, dudan de la posibilidaddel conocimiento. Su espritu crtico tiende a convertirse en espritu escptico.

    Calicles

    Los sofistas no se preocupa n tan slo del conocimien to. Ya vimosque eran maestros de polticos y que no desdeaban en ocasiones dedicarse a la poltica ellos mismos. La teora de los sofistassobre la sociedad y la justicia la resume Platn en uno de sus

    pe rso na jes : el so fis ta Cali cle s. Es po sible qu e Cali cles nu nc a ha ya existido. En l, sin embargo. Platn trata de ofrecer una sntesis del pensamiento poltico de los sofistas. Y es esta sntesis la

    que tiene especial inters.Calicles aparece en el dilogo platnico que lleva el nombre

    de Gorgias.En este dilogo, Scrates discute con los sofistas sobr e el tema de la just ic ia . Los so fis tas so sti en en qu e es mejorcometer una injusticia que ser vctima de ella, mientras que Scrates defiende la tesis contraria. Para l es mejor y ms justosufrir una injusticia que cometerla. Es en tomo a este problemaque empieza a exponer su punto de vista el sofista Calicles. Apa rt ir de su de fini ci n de la j ust ic ia , C al ic les ed if ica un a teo rade la sociedad, del derecho y de la vida social. Tambin Caliclesparte de la d efi nic in del ho mb re como un ser se nsua l, un se r para

    quien todo el conocimiento proviene de los sentidos. Los sentidos forman lo que Calicles denomina naturaleza del hombre.Ahora bien, la sociedad ha querido impedir que los hombres actuaran segn sus deseos naturales y ha inventado una serie defrenos que llamamos leyes. Estas leyes han sido el invento de losms dbiles para op onerse al dom inio de los fuertes. La nica leyque admite Calicles es la ley del ms fuerte. Lo mismo debe decirse de la justicia. Ser bueno todo aquello que no limite al fuerte; malo lo que frene sus impulsos naturales. Ya otros sofistas

    5: Para una versin completa de los textos citados vid. ibid., pp. 73-78.

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    haban afirmado lo mismo como lo hacen todos los sofistas queaparecen en este dilogo de Platn.

    Calicles, smbolo de los sofistas, es quien expone por primera vez con coherencia la doctrina que da la razn del ms fuerte.Maquiavelo. primero, y, ms recientemente, Nietzsche, aprovecharn la leccin de los sofistas griegos.'3

    Scrates

    Quin fue Scrates? La pregunta es mucho menos ociosa de loque podra parecer a primera vista, si tenemos en cuenta que Scrates, educad or de almas, crea en el poder de la palabra hab laday que no dej un solo escrito. Conocem os su pensam iento por medios indirectos, a travs de los libros de sus discpulos, de las crticas de sus enemig os y de las diversas interpretaciones que a estasdistintas fuentes se han dado en el curso de la historia.

    Entre las fuentes que explican el pensamiento socrtico, tresson de primera importancia: los Di log os de Platn, los Rec uerdos de Scrates de Jenofonte y los textos de Aristteles quien, sipo r cier to no co no ci a S crates , co no ci bien a sus discpulo s.No es ne ce sa rio tomar en cu en ta las cr ti ca s y las s tiras queaparecen en La s n ubes :Aristfanes, con nimo adverso al filsofo, acaso influido por los enemigos de Scrates, traz de l unacaricatura a veces cruel. Entre los historiadores modernos de lafilosofa existen importantes discrepancias sobre la autenticidaddel Scrates que nos presentan las primeras tres fuentes. Hastaqu punto Platn expresa el pensamiento del maestro en vez del

    suyo propio ? Jenofonte, principalmente historiador, habr compren dido a fo nd o e l sen tid o f ilo s fic o d e la s pa lab ras de S crate s?Y Aristteles, al hablar del mtodo socrtico y de sus ideas sobrela bondad y el bien, habr tenido un conocimiento suficiente deScrates, a quien nunca lleg a encontrar en vida? Algunos autores -com o Burnet y Taylor- se inclinan por la interpretacin platnica de las ideas socrticas; otros, como Robin y en buena parte Jaeger, prefieren la interpretacin aristotlica porque piensan

    33 Cf. Eduardo Garca Mynez, El derecho natural en la poca de Scrates", enEnsayos filosfico-jurdicos,B iblioteca de la Facultad de Filosofa y Letras, Universidad Veracruzana, Jalapa, 1959.

    Grecia 47

    que Aristteles, ya a cierta distancia del maestro, poda ser msobjetivo que Platn. Debemos confesar que no existe un conocimiento claro y preciso de todo lo que pens Scrates. Sin embargo, muchas de las ideas que exponen Jenofonte, Platn y Aristteles, coinciden. Ser adecuado, antes que nada, fiarse de estasideas coincidentes, sin olvidar que el Scrates que ha pasado a la

    historia de Occidente es, ante todo, el que expone Platn en suspr im eros dilo go s.

    En cuanto al estudio de Scrates, podem os proceder con m ayor rigor del que era aplicable a los anteriores filsofos de Grecia. En Scrates existe un mtodo preciso gracias al cual se puedellegar a una idea de la ciencia y a una doctrina moral.

    El mtodo

    Imaginemos a Scrates caminando por las calles de Atenas, dis

    cutiendo en la plaza pblica, en la palestra o disputando con susamigos, no tanto para rebatir sus opiniones, cuanto para indagarla verdad .34En esta frase de Dig enes Lae rcio apunta ya la diferencia bsica entre los sofistas, que discutan por discutir, sin tener en cuenta la verdad o la falsedad de sus argumentos, y Scrates quien siempre anduvo en busca de la verdad. Su mtodo, esdecir, etimolgicamente y con mucha exactitud su camino, fuesiempre la conversacin o, para emplear la palabra griega, el dilogo. En la Re p bl ica, Platn distingue claramente entre el mtodo socrtico y el mtodo sofstico. Dice Scrates que los hom

    br es s in qu ererl o, caen en la d isp uta ; crey en do disc ut ir n o hacen

    sino dispu tar.35 Por un lado estn los que em plean la erstica, oarte de discu tir con el solo y nico fin de discutir; por el otro losque emplean el dilogo teniendo siempre a la vista un mismo fin:el descubrimiento de la verdad.

    Pero la verdad no puede afirmarse sin ms pruebas, como lohacan los primeros pensadores griegos merecedores, para Scrates, de toda desconfianza. Para hablar con claridad es necesa-

    34 C fDigenes Laercio, Vidas, opiniones y semencias de los filsofos ms ilustres,vol. I, Perlado, Madrid, pp. 74-86.

    35Platn. Re p bli ca , trad. de Enrique Palau, Iberia, Barcelona, 1959. p. 160. Todaslas citas de laRe p blic a incluidas en nuestro tratamiento provienen de esta edicin.

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    rio emplear un mtodo crtico. De ah que Scrates afirme, tantasveces, que slo sabe que nada sabe. Esta afirmacin significa,pr im ero, qu e se llega al sa be r de spu s de po ne r en du da lo quecreemos saber sin tener ms pruebas de ello que nuestra creencia.Significa, adems, que Scrates procede siempre mediante la irona. Ante el sofista al que se opone. Scrates suele tomar una

    actitud de irnico retraimiento. As, en el Protgoras, de Platn,Scrates que ha odo el discurso del sofista elogia a Protgoras ydice que por nada en el mundo hu biera querido perder esta ocasin de haber odo a Protgo ras. Pero aade: Slo encuen tro unpe qu e o escr p ul o, que me qu ita r fci lm en te Pr ot g or as .36 Lamisma actitud la encontramos ante Eutifrn, quien se cree poseedor de un conocimiento completo de las ciencias de lo divino, ofrente a Calicles, defens or de la razn del ms fuerte. La irona deScrates consiste en afirmar su propia ignorancia, hacer que suopositor exponga sus puntos de vista para mostrarle, mediante unmtodo de preguntas que siempre dan en el blanco, cul es su

    error. Si Scrates duda, duda para finalmente no dudar; si Scrates es irnico, lo es para mostrar la confusin de espritu en quesuelen estar sus interlocutores.

    Slo cuando los sofistas -o los jvenes interlocutores a quienes piensa ensear la virtud- han visto las contradicciones de supr op io pe ns am iento, se pe rm ite S crates em pe za r sus pr op iosrazonamientos. Para ello emite una hiptesis.Ante la ignoranciaya patente, slo cabe la posibilidad de hacer nuevas suposiciones.

    Tenemos una hiptesis establecida, ya sea la del tringulo quese inscribe en el crculo, ya la de la naturaleza de la virtud. Unavez establecida la hiptesis, Scrates procede a verificarla. Su

    mtodo sigue siendo el de las preguntas a las cuales su interlocutor habr de responder. Y es que Scrates cree, ante todo, en elvalor educativo y vital de la filosofa. Si una persona debe aprender algo, solamente podr hacerlo aprendindolo a partir de s.No en vano c ol oc a Scra tes en el cent ro mi sm o d e su pensam ien tola inscripcin del orculo de Delfos: concete a ti mismo.

    Hijo de una partera. Scrates gusta decir que l mismo es partero de almas, que tal es el sentido de la palabra mayutica en

    36 Pla t n , "Pro t g o ra s", e n Di log os, Porra, Mxico. 1962, p. 118. ["Sepan cuantos.. ., 13.]

    Grecia 49

    griego. Es til de nuevo recurrir aqu a un ejemplo. Menn tieneun esclavo que sabe h ablar griego. Mediante una serie de preguntas sobre un problema de matemticas. Scrates logra que el esclavo, ignorante de toda ciencia, lo resuelva. La idea de Scrateses clara. El esclavo, como todos los hombres, tiene ideas, ideasque muy probablemente ha tenido siempre, pero que nunca haacabado de aclarar. Tal es la doctrina de las ideas innatas -o, entrminos de Platn, de la reminiscencia-. La experiencia de lossentidos puede sernos til, pero nada lo ser tanto como aclararestas ideas que poseemos y sacarlas a luz mediante un mtodoriguroso. El mtodo de Scrates desemboca en una teora delconocimiento segn la cual cuanto conocemos proviene de lailuminacin de nociones que tenamos en el espritu oscuras yconfusas. Al empirismo de los sofistas, cabe oponer la razn socrtica. Para Scrates el razonamiento es cosa del espritu y noalgo que aprendem os de la experiencia.

    La cie nc ia, la moral

    Descubriendo, develando, revelando lo que est en potencia yconvirtindolo en acto de conocimiento, Scrates pretende llegara la ciencia, si por ciencia entendemos un conocim iento claro yprec iso, v lid o en cu al qu ie r luga r y en cu alqu ier tiempo , y noslo una mera opinin de nuestros sentidos o de nu estra imaginacin. Pero, interesado en la vida concreta de cada uno de los hom bres que le rode an , in sa tis fech o de las espe cu lacion es cie nt fica sde los primeros filsofos griegos que se contentaban con afirmar

    una teora sin demostrarla, Scrates busca la nica ciencia quetiene importancia en la conduc ta de la vida tanto individual comosocial. Esta ciencia es la moral.

    La moral socrtica tiene una apa riencia paradjica. Aristtelesla reduce a tres proposiciones: 7 j la virtud es lo mismo q ue el conocimiento; 2) el vicio es ignorancia; 3)nadie hace el mal volunta