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INSTITUTO ARGENTINO PARA ELDESARROLLOECONÓMICO

Presidente honorario:Salvador María Lozada

Presidente:Sergio Carpenter Vallejos

Vicepresidente:Alfredo T. GarcíaSecretaria:Lucía VeraProsecretaria:Marisa DuarteTesorero:Eduardo KanevskyProtesorero:Ricardo LaurnagarayVocales Titulares:Roberto GómezAlberto RosenthalJuan Carlos AmigoCarlos ZaietzPedro EtchichuryDaniel RascovschiHoracio RovelliJosé María CardoVocales Suplentes:Ariel SlipakFlora LosadaTeresa HerreraAlberto UrthiagueComisión revisora de cuentas:Enrique JardelGabriela VítolaDirección y administración:Hipólito Yrigoyen 1116 - 4º piso(C1086AAT) Buenos Aires, ArgentinaTeléfonos y fax: 4 381-7380/9337e-mail: [email protected]@iade.org.arhttp://www.iade.org.ar

Nº 2531º de julio al 15 de agosto de 2010

Editor responsable:Instituto Argentino para elDesarrollo Económico (IADE)

Director:Juan Carlos Amigo

Comité Editorial:Enrique O. ArceoEduardo BasualdoAlfredo Eric CalcagnoDina FoguelmanRoberto GómezMabel ManzanalMiguel Teubal

Registro Nacional de laPropiedad Intelectual Nº 133452

Los artículos pueden ser librementereproducidos con sólo acreditar aRealidad Económica como fuentede origen, salvo indicación en con-trario. La responsabilidad de los ar-tículos firmados recae de maneraexclusiva sobre sus autores y sucontenido no refleja, necesariamen-te, el criterio de la dirección.Pedido de suscripción NacionalValor de la suscripción

8 números/1 año $250ExteriorPrecio del ejemplar (vía aérea) US$18Suscripción anual (vía aérea) US$150

Impreso en Publimprent S.A., Cóndor 1785 - Cdad. de Buenos Aires.tel. 4918-2061/2

ISSN 0325-1926

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E s t u d i o s a g r a r i o s

¿Quién produce las cosechas récord? El¿Quién produce las cosechas récord? El“boom” sojero y el papel de los obreros rurales“boom” sojero y el papel de los obreros ruralesen la agricultura pampeana contemporáneaen la agricultura pampeana contemporánea

Juan Manue l Vi l lu l la

6Este trabajo se propone contribuir al análisis de la composición social de la fuer-

za de trabajo en el agro pampeano a la luz de los procesos de concentración de laproducción, agriculturización y salto tecnológico, desarrollados con particularfuerza durante los últimos veinte años. La hipótesis que organiza este artículosupone que las consecuencias de las políticas “neoliberales” en el agro pampeanoincluyeron -como parte de una serie de transformaciones que agudizaron la pola-rización social del sector- un trastrocamiento de las distintas formas, grados ymedidas en que venían aportando su fuerza de trabajo los distintos componentesde la mano de obra agrícola (obreros rurales, trabajadores familiares o “chacare-ros” y contratistas). En este contexto, una lectura superficial de las deficientes esta-

dísticas disponibles, ha redundado en una impor-tante subestimación del papel que cabe en esteproceso a la fracción agrícola de los obreros rura-les pampeanos, deformando el verdadero mapasocial sobre el que se sustenta la producción agrí-cola de la región. Nos motiva entonces la nece-sidad de recomponer y hacer visible su rol comolos principales productores directos del agroactual, así como destacar los procesos económi-cos y sociales que durante las últimas décadas hanhecho crecer en importancia su aporte a la pro-ducción, así como su peso entre los distintoscontingentes de la mano de obra vinculada con laactividad.

A n t i c i p o

¿Por qué crecieron los países que crecieron?¿Por qué crecieron los países que crecieron?Historias y teorías del crecimiento económicoHistorias y teorías del crecimiento económico

Ju l i o Se var e s 20La proposición liberal dominante, según la cual para crecer es necesario respetar

el modelo de libre mercado, es incorrecta. Ningún país, ni siquiera Inglaterra en sumomento de ascenso siguió algo parecido al credo liberal sino más bien todo locontrario. Y los países que comenzaron su industrialización después de la británi-ca, siguieron políticas que difieren del modelo liberal en su organización interna yen sus relaciones económicas con el resto del mundo. Por otra parte, los países quecrecieron, muestran grandes diferencias en sus dotaciones de recursos, en sus sis-temas políticos y culturales, en sus políticas económicas y en su ubicación geográ-fica.Pero todos comparten un denominador común: además de los factores demercado, la geografía, el contexto histórico, en todos los casos de despegue hubodiferentes formas de intervención estatal.

C o nve r t i b i l i d a d y d e s p u é s

El mercado de trabajo en los distintos patronesEl mercado de trabajo en los distintos patronesde crecimientode crecimiento

Luis Campos - Mar iana L. Gonzál ez - Mar c e la Sacav in i 48El artículo se dedica al análisis de la evolución del mercado de trabajo entre los

años 2003 y 2009, centrándose sobre la trayectoria del empleo, los resultados de lasnegociaciones colectivas y el salario real. Se hace particular hincapié en la relaciónentre el patrón de crecimiento vigente y la dinámica laboral, marcando las ruptu-ras con respecto a la década de convertibilidad. Al mismo tiempo, se discuten laslimitaciones propias del patrón de crecimiento vigente y el modo en que repercu-tieron sobre el mercado de trabajo, aun antes del estallido de la crisis económicainternacional.

El Estado argentino ha asumido, mediante el derecho, un papel económico y político clave en el pro-ceso de reestructuración de la relación entre el capital y la fuerza de trabajo en el interior de los secto-res de infraestructura y la producción de hidrocarburos privatizados durante los años noventa. Ello seevidencia en el análisis de la lógica económico-política que asumió la interacción entre tres componen-tes regulatorios que influenciaron el comportamiento de las fracciones de clase bajo análisis durante elperíodo de vigencia del plan de convertibilidad (1991-2001). Se trata, en primer lugar, de la regulaciónlaboral instrumentada en el ámbito de los sectores de infraestructura e hidrocarburos privatizados, quefuncionó como punta de lanza de la denominada "flexibilización laboral" durante el período. En segun-do lugar, las normas que por acción u omisión incidieron sobre el comportamiento del capital en dichasactividades estratégicas, tanto en relación con la fijación de los precios y cantidades producidas, comoen lo atinente al control de las prácticas abusivas y actos de concentración de las empresas con domi-nancia económica. Este último conjunto de regulaciones denominadas activa y antimonopólica se abor-dan en esta segunda parte (la parte 1 se publicó en el Nº 252). El primer tipo de regulacionesestá orien-tado a incidir sobre los niveles de precios, las cantidades producidas y la formación de capital en cadauno de los sectores involucrados; el segundo, a limitar y sancionar las prácticas anticompetitivas de lasempresas con dominancia económica que afecten a terceros así como a fiscalizar sus actos de concen-tración. También, se analiza la interacción entre los tres componentes regulatorios jerarquizados y susimpactos sobre la relación entre el capital y la fuerza de trabajo.

E s t a d o y s o c i e d a d

La intervención del Estado argentino en los La intervención del Estado argentino en los sectores privatizados de infraestructura e sectores privatizados de infraestructura e hidrocarburos durante los años noventa:hidrocarburos durante los años noventa:impactos sobre la relación entre el capital y impactos sobre la relación entre el capital y la fuerza de trabajo. Parte 2la fuerza de trabajo. Parte 2

Karina For c in i t o

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C o o p e r a t i va s y e m p r e s a s r e c u p e r a d a s

La sustentabilidad de la empresa social: la La sustentabilidad de la empresa social: la cooperativa Campo de Herreracooperativa Campo de Herrera

María I sabe l Tor t - Patr i c ia Lombardo82

Las cooperativas de trabajo están destinadas a cumplir un papel importante en la reactivación de laeconomía y la elevación social, moral y cultural de la población, ya que en ellas el hombre es el factorprincipal. Las personas que conforman estas cooperativas dejan de ser asalariados para convertirse enasociados de una organización en la que trabajan en común, con iguales derechos y obligaciones, locual les posibilita mejorar su nivel de vida y condiciones de trabajo. El objetivo de esta presentaciónconsiste en analizar el proceso evolutivo de una cooperativa de trabajo agropecuario, la cooperativaCampo de Herrera (provincia de Tucumán), poniendo énfasis en las situaciones de crisis atravesadasy en las estrategias implementadas para su sustentabilidad. La información utilizada proviene de fuen-tes secundarias y entrevistas a informantes calificados. El análisis de la información se centrará sobrela identificación de aquellos momentos críticos que ha afrontado la organización y cómo se ha inten-tado su superación, teniendo en cuenta que se trata de una empresa de la economía social.

I A D E En resumidas cuentasEn resumidas cuentas

1º de ju l i o/15 de agos to de 2010

45 días de not ic ias 132

I A D E ActividadesActividades 159

G a l e r a d e c o r r e c c i ó n

Hecho en Argentina. Industria y economía,Hecho en Argentina. Industria y economía,1976-20071976-2007DANIEL AZPIAZU Y MARTÍN SCHORRAna Cas t e l lan i

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6

¿Quién produce las ¿Quién produce las cosechas récord?cosechas récord?El “boom” sojero y el papel de los obreros ruralesEl “boom” sojero y el papel de los obreros ruralesen la agricultura pampeana contemporáneaen la agricultura pampeana contemporánea

Estudios agrarios

* Investigador del Centro Interdisciplinario de Estudios Agrarios de la Facultad deCiencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

Este trabajo se propone contribuir al análisis de la composiciónsocial de la fuerza de trabajo en el agro pampeano a la luz de los pro-cesos de concentración de la producción, agriculturización y salto tec-nológico, desarrollados con particular fuerza durante los últimos vein-te años. La hipótesis que organiza este artículo supone que las conse-cuencias de las políticas “neoliberales” en el agro pampeano incluye-ron -como parte de una serie de transformaciones que agudizaron lapolarización social del sector- un trastrocamiento de las distintas for-mas, grados y medidas en que venían aportando su fuerza de trabajolos distintos componentes de la mano de obra agrícola (obreros rura-les, trabajadores familiares o “chacareros” y contratistas). En estecontexto, una lectura superficial de las deficientes estadísticas dispo-nibles, ha redundado en una importante subestimación del papel quecabe en este proceso a la fracción agrícola de los obreros rurales pam-peanos, deformando el verdadero mapa social sobre el que se susten-ta la producción agrícola de la región. Nos motiva entonces la necesi-dad de recomponer y hacer visible su rol como los principales pro-ductores directos del agro actual, así como destacar los procesos eco-nómicos y sociales que durante las últimas décadas han hecho creceren importancia su aporte a la producción, así como su peso entre losdistintos contingentes de la mano de obra vinculada con la actividad.

Juan Manue l Vi l lu l la*

7“Boom” sojero y obreros rurales

Problemas de los datos ylas interpretacionesdisponibles

Gran parte de los trabajos quehan abordado la cuestión de lamano de obra en el agro pampea-no contemporáneo han tomadocomo fuente de sus análisis losresultados de los censos naciona-les agropecuarios.1 En el cuadroNº 1 reproducimos las cifras quese han publicado sobre la manode obra sobre la base de esaherramienta estadística.

Estos guarismos mostrarían lapreeminencia de productores ysus familiares como los principa-les trabajadores del agro, relegan-do a un papel auxiliar a los traba-jadores asalariados permanentes.Incluso se expresaría un descen-so relativo en la cantidad deempleados respecto de producto-res y familiares. Sin embargo,existen motivos para intentar una

revisión de esta imagen. En pri-mer lugar, hay que tener presenteque los asalariados, y por lo tantoel conjunto de la mano de obra,han estado sensiblemente subes-timados en términos absolutos poresas herramientas censales, yaque no siempre se contabilizarondos contingentes decisivos de lostrabajadores agrícolas: los traba-jadores temporarios, que sonsubregistrados por no encontrarsesiempre en la explotación en elmomento del relevamiento y cuyaparticipación apenas logra esti-marse calculando a cuántos hom-bres equivale la cantidad de jorna-les temporarios contratados porlas explotaciones, las cuales síson registrados por el censo; y lostrabajadores de los contratistas demaquinaria, quienes quedan engran parte fuera del registro porno ser contratados directamentepor el titular de la explotación. Aesto hay que agregar la mera sub-

1 Osvaldo Barsky y Mabel Dávila. La rebelión del campo. Historia del conflicto agrarioargentino. Buenos Aires, Sudamericana, 2008, p. 104; Mario Lattuada y GuillermoNeiman. El campo argentino. Crecimiento con exclusión. Buenos Aires, CapitalIntelectual, 2005, p. 47

Cuadro Nº 1. Composición de la mano de obra agropecuaria en la regiónpampeana (1988-2002)

Personas ocupadas Diferencia ´88 -´02 Proporción1988 2002 Absoluta Porcentual 1988 2002

Productor 177.302 153.372 -23.930 -13,4 41% 49%Familiar 85.339 39.172 -46.167 -54,1 20% 13%No familiar permanente 174.937 119.096 -55.841 -31,9 40% 38%Totales 437.578 311.640 -125.938 -27,8 100% 100%Fuente: INDEC, Censo Nacional Agropecuario 1988 y 2002

8 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

declaración de trabajadores porparte de los empleadores.

La contracara de la subestima-ción de los asalariados rurales entérminos absolutos se da a travésde la sobreestimación en términosrelativos del papel productivo deotras categorías incluidas dentrodel concepto de “mano de obra”.El principal problema lo ofrece lacategoría de “productor”. Si biensu nombre indicaría otra cosa, seidentifica con esta designación alos responsables de las explota-ciones que asumen el riesgo eco-nómico de la misma, mas nonecesariamente a quienes produ-cen concretamente en ella. Entreellos no se diferencia a quienesrealizan el trabajo manual sobre latierra -legítimamente incluiblesentre los contingentes de la manode obra agropecuaria- de los quesólo administran o “gestionan” lasexplotaciones, incluso desde laciudad, delegando todo el trabajodirecto en obreros o contratistasexteriores.

Es por esto que diversos traba-jos complementan o reemplazanel uso de los resultados del censo

agropecuario por el de los censosde población.2 Éstos contribuyen asuperar los obstáculos que ofre-cen los primeros en cuanto a lasubdeclaración de trabajadorescontratados por los empleadores,ya que aquí la unidad de empa-dronamiento resultan las perso-nas, y no las unidades producti-vas. Por lo tanto los censistas tie-nen acceso directo a los obrerosen sus hogares, sin necesidad depasar por el filtro del empleador.Por el mismo motivo los censosde población también ayudan acalibrar mejor la fuerza de trabajoasalariada puesta en juego poraquellos dos contingentes decisi-vos de la mano de obra agrícola:los asalariados temporarios y losde los contratistas. Sin embargo,constituye una desventaja inhe-rente a los censos de población elhecho de no llegar a registrar a lostrabajadores que no tienen o nodeclaran su participación en laagricultura como ocupación princi-pal, que no han dedicado la mayorcantidad de horas de trabajo en lasemana previa al censo en la agri-cultura, o que no obtienen de ellasus principales ingresos.3

2 Daniel Piccinini. “Asalariados agropecuarios y campesinos desde mediados del sigloXX. Su evolución a partir del análisis de las fuentes censales”. Buenos Aires,Realidad Económica Nº 228, IADE, 2007; Roberto Benencia y Germán Quaranta.“Los mercados de trabajo agrarios en la Argentina: demanda y oferta en distintos con-textos históricos”. Buenos Aires, Estudios del Trabajo Nº 32, ASET, 2006; SusanaAparicio y Roberto Benencia (coordinadores). Empleo rural en tiempos de flexibilidad.Buenos Aires, La Colmena, 1999;

3 Si bien no es del todo lícito hacer comparaciones entre herramientas estadísticas dis-tintas, no podemos dejar de tener en cuenta que el censo agropecuario 2002 registraen el nivel nacional 188.454 obreros menos que el censo de población de un añoantes, y 85.258 menos en la región pampeana en la misma comparación regional.Para otro momento, los datos de 1988 adolecen de las mismas dificultades respecto

9“Boom” sojero y obreros rurales

En el cuadro Nº 2, podemosexaminar la información que brin-dan los censos de población de1991 y 2001, discriminando distin-tas categorías ocupacionales, taly como han sido publicadas porlos mismos y recogidas por la lite-ratura especializada. En este casolos asalariados no sólo son másen términos absolutos sino queconstituyen el contingente propor-cionalmente más numeroso entrelas categorías. Además, en lacomparación intercensal, en lugarde descender, se comprobaría unaumento de esta preeminenciarelativa sobre los otros segmentosde la población económicamenteactiva (PEA) ocupada en el sec-tor, pasando del 47% en 1991 al54% en 2001. La estructura socialque denotan estos guarismos esmás polarizada y otorga unamayor centralidad al papel de losobreros en la producción.

A pesar de estas diferenciasentre los instrumentos censales,es común a los trabajos que sebasan sobre estas fuentes calcu-lar el peso demográfico del traba-jo asalariado en relación contodas las “categorías ocupaciona-les” que componen la “poblacióneconómicamente activa ocupada”o la “mano de obra” del sectoragropecuario, tal como lo hemosexpuesto hasta ahora. Sin embar-go, la importancia del trabajo asa-lariado se revela mucho mayor siconcentramos la atención sobre lamano de obra que se ocupa espe-cíficamente del trabajo manual,diferenciada del resto de las cate-gorías “ocupadas” en la actividadque incluyen por igual a empresa-rios, patrones, gerentes, adminis-tradores y demás variantes. Unade las principales hipótesis quesostenemos consiste precisamen-te en que no realizar esta distin-

Cuadro Nº 2. PEA ocupada en agricultura, ganadería, caza y silvicultura dis-criminada por categoría ocupacional. Región pampeana (1991-2001).

Puestos de Trabajo Diferencia ´91 -´01 ProporcionalCategoría Ocupacional 1991 2001 Absoluta Porcentual 1991 2001Patrón 84.041 54.364 -29.677 -35% 14% 13%Trabajadores asalariados 287.827 225.117 -62.710 -22% 47% 54%Trabajador por cuenta propia 153.327 94.515 -58.812 -38% 25% 23%Trabajador familiar c/sueldo* 9.911 2%Trabajador familiar sin sueldo 89.617 29.193 -60.424 -67% 15% 7%Total 614.812 413.100 -201.712 -33% 100% 100%Fuente: Elaboración propia sobre datos del Censo Nacional de Población y Viviendade 1991 y 2001, INDEC. *No está discriminado para 1991

a los del censo de población de 1991. En ese caso, la subestimación de la cantidadde obreros rurales por parte del primero fue de 244.614 en el nivel nacional y de112.890 en la región pampeana.

10 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

ción es una de las principalesrazones de la subestimación e“invisibilización” del verdaderopapel de los obreros rurales en laproducción agrícola pampeana.

Una nueva interpretación deviejos datos

Para comenzar a distinguir estesector específico de obreros entrequienes se ocupan en tareasmanuales, volveremos a la con-sulta preliminar de ciertas varia-bles del censo agropecuario 2002,que distinguen qué tipo de tareasllevó adelante cada categoría ocu-pacional. Lamentablemente noexiste información sobre qué tra-bajos realizaron los “productores”propiamente dichos, sino sólo lostrabajadores permanentes subsi-diarios de aquellos, es decir los“familiares del productor” y los

obreros, definidos según el censocomo “no familiares”. Si bien esascategorías no son las mismas quelas del censo de población, auncon todas estas limitaciones nosservirán para una posterior relec-tura de los resultados que ésteofrecía.

De acuerdo con los datos delcuadro Nº 3, en la región pampe-ana el 80% del trabajo manual delos trabajadores dependienteshabría sido realizado por asalaria-dos. Esto incluye el agregado delas jornadas transitorias contrata-das en las explotaciones traduci-das en una cantidad de trabajado-res,4 ya que todos los trabajospara los que se contrató mano deobra temporaria fueron manuales.

A su vez, el mismo cuadro mues-tra que el 84% de los asalariadosrealizaba las tareas de producción

Cuadro Nº 3. Ocupaciones de la mano de obra dependiente por categoríaocupacional. Región pampeana (2002)

Tipo de Trabajadores Familiares Tipo de Trabajadores Asalar. Tipo de Totales por tipotrabajo familiares por tipo de trabajo asalariados por tipo trabajo de trabajo

trabajo por de porfamiliares trabajo asalariados

Manual 29.154 73% 20% 122.735 84% 80% 151.889 100%No manual 10.745 27% 35% 20.434 16% 45% 31.179 100%Totales 39.899 100% 145.169 100% 183.068 Fuente: Elaboración propia sobre datos del CNA 2002

4 Para realizar esta operación nos hemos basado sobre el criterio comúnmente acep-tado -y aunque no desconocemos que fruto de los cambios técnicos recientes en lostiempos de trabajo éste podría ser recalibrado- de que 150 jornadas temporarias equi-valen a un trabajador permanente. De esta manera, las 3.111.450 jornadas contrata-das en la toda la región pampeana equivalen a 20.743 trabajadores más dedicados alas tareas productivas directas. Fuente: Censo Nacional Agropecuario 2002.

11“Boom” sojero y obreros rurales

directas, confirmando un alto nivelde asociación entre la condiciónde trabajador por salario y trabaja-dor manual. La proporción de lostrabajadores familiares que reali-zaba tareas manuales también esalta, alcanzando un 73%. Estoindica que si bien resultaba unsegmento minoritario en términosabsolutos entre los que se aboca-ban al trabajo manual (20%),cuando los familiares eran emple-ados en la explotación llevabanadelante ese tipo de trabajos.

Si el censo brindara datos quepermitieran sumar el aporte de losverdaderos “productores” familia-res que trabajaban en su explota-ción, estas conclusiones tenderí-an a equilibrarse respecto de lasproporciones en que aportaban ala producción el trabajo familiar yel asalariado. Sin embargo, tam-poco tenemos registro de losobreros que trabajaban con loscontratistas de servicios indirecta-mente para las explotaciones, locual resta un contingente decisivopara la valoración cualitativa ycuantitativa de los asalariados enla producción. Es por todo estoque sólo con los datos del censonacional agropecuario no es posi-ble cerrar una conclusión definiti-va sobre el verdadero aporte deltrabajo familiar y el asalariado enel trabajo manual. Pero gracias aestos datos, sí se puede apreciarpara 2002 una fuerte asociaciónentre la condición de trabajadoresasalariados y familiares depen-

dientes respecto del trabajomanual.

Con la comprobación de estaasociación, es posible intentaruna nueva lectura de los datos delos censos de población que seexponían antes. Esta vez no seanalizará la evolución de “todas”las categorías ocupacionales,sino que se partirá del supuestode que en los términos del censo,la mano de obra estuvo represen-tada en lo fundamental por los tra-bajadores asalariados, los familia-res remunerados, los trabajadoresfamiliares no remunerados y lostrabajadores por cuenta propia,estos últimos tal vez como expre-sión legítima de los productores-trabajadores que el censo agrope-cuario no distinguía. Se suponeque una proporción minoritaria deestas categorías se dedicaba atareas de gestión o similares, peroatribuiremos por excelencia estacondición a la categoría de lospatrones, por lo que sin cerrar laposibilidad de que alguno de ellostambién participara junto con susempleados en el trabajo manual,se los excluirá como conjunto delas categorías ocupacionales vin-culadas con el trabajo directo.

Esta nueva presentación de losdatos no modifica la imagen de undescenso “global”, en términosabsolutos, de todas las categoríasque participaban del trabajomanual en la actividad agropecua-ria.5 En ese marco, nos interesa

5 Hemos aclarado en otra oportunidad que a nuestro entender, las cifras de los censosde población y agropecuario de 2001 y 2002 respectivamente, tienden a sobreestimar

12 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

destacar la preponderancia muysignificativa de los trabajadoresasalariados sobre el resto de loscomponentes de la mano de obra(63%), acompañada de un ascen-so de casi diez puntos en aquelpredominio. Esta operación quehemos realizado sobre las cifras,que excluye a los patrones, tam-bién permite poner en foco lasevera caída de la mano de obraeminentemente familiar -es decir,que no percibe un sueldo por sutrabajo- junto con la pérdida deimportancia de los trabajadores

por cuenta propia. Si estuviesendisponibles los datos sobre elaporte de los trabajadores asala-riados-familiares para 1991, seríaposible arriesgar hipótesis sobreen qué medida el descenso de lostrabajadores familiares “puros” sedebe al traslado de personas aesta categoría familiar pero asala-riada, expresando con claridad lapenetración de relaciones socia-les de tipo capitalista ya no sólo alinterior de las explotaciones, sinoal interior del propio núcleo fami-liar.

Cuadro Nº 4. Mano de obra agropecuaria discriminada por categoría ocu-pacional. Región pampeana (1991-2001).

Puestos Participaciónde trabajo proporcional

Tipo de mano de obra 1991 2001 1991 2001Trabajadores asalariados 287827 225117 54% 63%Trabajador familiar con sueldo* 9911 - 3%

Subtotal mano de obra asalariada: (54%) (66%)Trabajador por cuenta propia 153327 94515 29% 26%Trabajador familiar sin sueldo 89617 29193 17% 8%

Subtotal mano de obra no asalariada: (46%) (34%)Total 530771 358736 100% 100%Fuente: Elaboración propia sobre datos del Censo Nacional de Población y Viviendade 1991 y 2001, INDEC. *No está discriminado para 1991

la tendencia negativa de la ocupación agropecuaria del período cuando se las com-para con las cifras de 1988 o 1991. Esto es así en tanto 2001 y 2002 fueron años crí-ticos de particularmente baja ocupación. Otras fuentes estadísticas secundarias,muestran una evolución más variada de la ocupación en el conjunto del período, conpicos entre 1996 y 1998 superiores a los niveles tanto de 1988-1991 como de 2001-2002. Guarismos más contemporáneos también muestran una recuperación impor-tante desde 2003 hasta 2007. Para más detalles sobre estos estudios ver JuanManuel Villulla. “Debates sobre la ocupación y el empleo en el agro pampeano de lasojización.” Revista Geograficando Nº 5, La Plata, Universidad Nacional de La Plata,Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Departamento de Geografía,2009 (en prensa)

13“Boom” sojero y obreros rurales

En línea con los objetivos inicia-les de esta indagación, se analiza-rá la composición social de la fuer-za de trabajo específicamente enla producción agrícola pampeana,discriminada del resto de las hete-rogéneas actividades que compo-nen el mundo agropecuario, y quesuelen encontrarse fundidas en lamayoría de las estadísticas oficia-les bajo la categoría de “agricultu-ra, ganadería, caza y silvicultura”.Sólo contamos con datos discrimi-nados para 2001, por lo que noserá posible establecer una ten-dencia intercensal para el períodosino más bien observar la fotomás actualizada de que se dispo-ne sobre el asunto.

En este caso, la imagen quebrindan los datos censales escontundente: casi el 70% de lamano de obra de la agriculturapampeana habría trabajado porun salario, en relación de depen-dencia. Discriminando entre elloslos asalariados “puros” de los tra-bajadores familiares remunera-

dos, las conclusiones apenas sematizarían, atribuyendo un 66% yun 3% respectivamente a cadasubtipo de trabajador remunera-do.

El contratismo y los trabajadores asalariados

Se analizarán ahora los pocosdatos que existen sobre la organi-zación del trabajo por parte de lasempresas contratistas de servi-cios de maquinaria agrícola.Habíamos advertido anteriormen-te que gran parte de las diferen-cias entre los resultados de loscensos de población respecto delos agropecuarios consistía enque éstos últimos no tomaban encuenta en toda su dimensión lamano de obra que trabajabaempleada por los contratistas“puros”, que en tanto sólo prestanservicios externos a las explota-ciones y no están a cargo de ladirección de alguna de ellas, no

Cuadro Nº 5. Mano de obra dedicada a la agricultura, por categoría ocupa-cional. Región pampeana (2001)

Tipo de Trabajador Personas Ocupadas %Trabajadores asalariados 99.686 66%Trabajador familiar con sueldo 4.309 3%Subtotal mano de obra asalariada: (69%)Trabajador por cuenta propia 35.487 24%Trabajador familiar sin sueldo 10.871 7%Subtotal mano de obra no asalariada: (31%)Total 150.353 100%Fuente: Elaboración propia sobre datos del Censo Nacional de Población y Vivienda,INDEC.

14 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

son captados por dicha herra-mienta estadística.6 Según esti-maciones de la principal asocia-ción de contratistas del país,FACMA, el 40% de los contratis-tas son también “productores” enlos términos del censo, pero el60% restante queda por fuera delregistro estadístico. Esto cobramayor importancia cuando com-probamos que el conjunto de loscontratistas estaba a cargo, yahacia mediados de la década encurso, del 60% de las tareas desiembra y labores, y del 75% delas tareas de cosecha.7

Lamentablemente no existendatos detallados sobre esta cues-tión con anterioridad a 2002, nifuera de la provincia de BuenosAires, por lo que sólo es posiblehacer inferencias hipotéticas delas tendencias verificadas con

posterioridad a esa fecha, en uncontexto distinto -aunque noesencialmente- del atravesado enla década de los ´90. La informa-ción disponible reafirma la hipóte-sis que señala la profundizaciónde un ciclo de asalarización deltrabajo en la región.

Una diferencia de contexto res-pecto de las cifras del censo depoblación, es que pareceríanmostrar un ciclo de crecimiento dela ocupación en términos absolu-tos del orden del 64%, frente alsaldo negativo que ofrecían losguarismos anteriores hacia 2001-2002.8

6 La difusión de esta forma externalizada de organización social del trabajo en lasexplotaciones impide realizar estimaciones sobre el tipo de mano de obra predomi-nante de acuerdo con las extensiones de las parcelas, como muchos estudios habí-an hecho a lo largo del siglo XX para períodos previos, en tanto ya no se desprendede una determinada extensión en hectáreas la necesidad de contratar directamentetal cantidad de asalariados o la posibilidad de abarcarla con mano de obra familiar.Tanto las explotaciones pequeñas como los grandes latifundios pueden ser trabaja-dos por empresas contratistas de composición diversa (con predominancia familiar oasalariada) sin que podamos establecer a priori, de acuerdo con la extensión de laparcela, el tipo de organización social del trabajo en cada caso.

7 Federación Argentina de Contratistas de Maquinaria Agrícola. Anuario 2008.8 Como advertíamos antes, es un debate abierto distinguir en qué medida estas dife-

rencias corresponden al desenvolvimiento de la realidad y en qué medida respondena los sesgos metodológicos de las herramientas censales. De acuerdo con la com-paración lateral de otras variables de la actividad agropecuaria en el período, pare-cería confirmarse la hipótesis de que aún con sesgos metodológicos para su medi-ción, la coyuntura de 2001-2002 fue de baja ocupación. Y que fruto de diversos fac-tores los requerimientos de mano de obra en la década de 1990 habrían tendido amermar, comprobándose también un nuevo ciclo de crecimiento en la década actual.Ver Juan Manuel Villulla. Op. cit. 2009

15“Boom” sojero y obreros rurales

De esta manera, lo llamativo esque tanto en contextos de aparen-te caída de la ocupación como enlos de crecimiento, los trabajado-res asalariados aumentaron supeso demográfico entre la manode obra agropecuaria. En estecaso, entre 2002 y 2006 el creci-miento de los empleados fue deun 94%, mientras que las perso-nas bajo la categoría de “socios”sólo aumentaron un 22%.9 Al igualque los datos del censo de pobla-ción específicos para la agricultu-ra pampeana en 2001, aquívemos que para 2006 los obrerosconstituían casi el 70% de las per-sonas ocupadas alrededor delcontratismo de servicios. Esteporcentaje debe ser necesaria-mente mayor si -como observa-mos con el censo de población-distinguimos a quienes fueronparte efectiva del trabajo directoen la producción, respecto dequienes efectuaron sólo tareas degestión y control “sin sentarse en

el tractor”, como es el caso degran parte de la categoría de“socios”. Al mismo tiempo, losdatos disponibles no distinguenentre los empleados a los familia-res del propietario o socio, cuyaimportancia no ha de ser subesti-mada. Sin embargo, los datossobre los contratistas tambiénparecen confirmar el crecienteproceso de preeminencia de lostrabajadores asalariados en lamano de obra agrícola pampeana.

Reflexiones finales

La relectura de los datos censa-les nos brinda una imagen distintaa la ponderada usualmente, conun predominio mayor y en creci-miento de los trabajadores asala-riados en la estructura interna dela mano de obra aplicada a la agri-cultura pampeana.

Existieron toda una serie defenómenos simultáneos que seretroalimentaron para dar como

Cuadro Nº 6. Composición de la mano de obra de las empresas de serviciosagropecuarios (2002-2006)

2001-02 2002-03 2003-04 2004-05 2005-06Socios 6.429 41% 7.853 36% 7.894 35% 8.416 35% 7.855 31%Empleados 9.088 59% 14.094 64% 14.872 65% 15.413 65% 17.635 69%Total ocupados 15.517 100% 21.947 100% 22.766 100% 23.829 100% 25.490 100%Fuente: Elaboración propia sobre datos de la Encuesta Provincial de ServiciosAgropecuarios, Dirección de Estadística de la Provincia de Buenos Aires

9 Para la categoría de “socio” caben las mismas consideraciones que hemos hecho parala categoría de “productor”, y aún más. Esto en la medida en que el “socio” ni siquie-ra tiene por definición una conexión concreta con la dirección de la empresa sino even-tualmente proveer de capital a la misma y participar de sus ganancias, con absolutaindiferencia respecto a las particularidades de la producción agrícola.

16 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

resultado semejante trasforma-ción. En primer lugar, fruto de lapolítica de apertura, “desregula-ción”, privatizaciones y endeuda-miento, desde los años ´90 seaceleró el proceso de progresivaliquidación de la producción agro-pecuaria en pequeña y medianaescala, echando leña al fuego delproceso de concentración inhe-rente a las leyes del capital en elagro.10 Como parte de la lucha porla supervivencia -en el caso de laspequeñas y medianas explotacio-nes- y como una estrategia ten-diente a captar ganancias y rentasextraordinarias -en el caso de lasmega empresas del sector-, sefue acentuando un vuelco produc-tivo hacia la agricultura, particular-mente hacia la soja,11 lo que aunofreciendo una rentabilidad relati-vamente mayor que otras activi-dades, posibilitó e hizo necesarioel aumento de las escalas. Estaactividad agrícola moderna, cuan-do pasó a darse con siembradirecta, herbicidas que reempla-

zaban labores mecánicas, y semi-llas genéticamente modificadas,aumentó la proporción de los tra-bajos cortos temporarios porsobre las tareas permanentes oprolongadas, sin requerir la resi-dencia en la explotación comootrora lo hacían la chacra mixta, eltambo o la ganadería.12 Este pro-ceso también posibilitó e hizonecesaria la creciente terceriza-ción de las tareas de producción.Fruto entonces de la necesidad deciertas explotaciones de comple-mentar sus ingresos prestandoservicios a terceros, y la imposibi-lidad o inconveniencia de otras deinvertir en las nuevas maquina-rias, se abrió un ancho cauce a ladifusión del contratismo de servi-cios agropecuarios.13

El aporte chacarero, familiar ocampesino a la masa de fuerza detrabajo puesta en juego durante el“boom” agrícola, acotado a loslímites de la explotación a sucargo, fue así mermando suimportancia en términos absolutos

10 Diego Fernández. “El fuelle del estado: sobre la incidencia de las políticas públicas enla concentración de la producción agrícola pampeana (1989-2001).” Documentos delCIEA Nº 3. Buenos Aires, Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad deBuenos Aires, 2008, pp. 33-67

11 Eduardo Azcuy Ameghino y Carlos León. “La sojización: contradicciones, intereses ydebates.” Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 23. Buenos Aires, 2005

12 Cristobal Kay. “Latin america’s exclusionary rural development in a neo-liberal world.”Ponencia presentada al Seminario de la Latin American Studies Asssociation.Guadalajara, México, 1997

13 María Isabel Tort. “Los contratistas de maquinaria agrícola: una modalidad de organi-zación económica del trabajo en la pampa húmeda.” Documento de Trabajo Nº 11,Buenos Aires, CEIL, 1983; Ignacio Llovet. “Contratismo y agricultura”. En: AA.VV. “Eldesarrollo agropecuario pampeano.” Buenos Aires, GEL, 1991, pp. 607-665; EduardoAzcuy Ameghino. “El papel del contratismo de servicios de maquinaria en la caracteri-zación socioeconómica de las pequeñas explotaciones agropecuarias.” RealidadEconómica Nº 244, Buenos Aires, IADE, 2009, pp. 26-36

17“Boom” sojero y obreros rurales

y relativos, como una forma de suproceso histórico de descomposi-ción. Esto ha cambiado el rostrode las explotaciones chacarerasclásicas, disminuyendo su carác-ter familiar en el sentido en queesta categoría refería a la organi-zación del trabajo, pasando aautoidentificarse como explotacio-nes “pequeñas y medianas”, cate-gorías que refieren a característi-cas ajenas a la forma de organi-zación social del trabajo en la par-cela. Sin descartarla, e integrán-dola al criterio que juzga el tipo deexplotación por la forma en que enella se organiza el trabajo, podría-mos decir que se trata, sí, deexplotaciones pequeñas y media-nas, pero más capitalistas ymenos “campesinas”. Así parecehaberse ido entrelazando la agri-culturización, con la concentra-ción de la producción y la “proleta-rización” de la mano de obra,14

dando paso a una polarizacióncreciente de la estructura social.Ésta le ha otorgado al trabajo asa-lariado un rol estelar, pasando aser doblemente más importanteque antes: en un sentido porque -como hemos visto en los cua-dros- hay proporcionalmente mu-

chos más obreros agrícolas que“productores” o trabajadores fami-liares; y en otro sentido, porqueaun siendo menos en términosabsolutos, cargan sobre susespaldas con niveles de produc-ción agrícola que triplican losalcanzados antes de la profundi-zación de este proceso, hacia losaños ´80.

Las tareas relativamente brevesde este tipo de agricultura, opues-tas a las prolongadas y perma-nentes de antaño, han sido anali-zadas desde la perspectiva de los“productores” o empresarios, arri-bando comúnmente a la conclu-sión de que “en el campo se tra-baja cada vez menos”. Este puntode vista ve sucederse en la explo-tación una serie de procesos detrabajo cortos (siembra, fertiliza-ción, fumigación o cosecha), queacontecen cada uno a su tiempo,mientras se desarrollan los culti-vos. En efecto, la cantidad dehoras necesarias para producirdeterminada cantidad de granos ocubrir determinada cantidad dehectáreas no ha hecho otra cosaque disminuir, particularmentedesde fines de la década de1970,15 y con gran fuerza desde

14 No nos referimos con este concepto a la idea clásica de la transformación histórica decampesinos en obreros, ni mucho menos en el propio ámbito agrario, sino al procesopor el cual entre quienes llevan adelante las tareas productivas directas, avanza lapredominancia de los trabajadores asalariados sobre otras fracciones de la mano deobra. Sin embargo, hemos recabado por nuestra cuenta, y aún de manera dispersa,evidencias de cierta “proletarización” -ahora sí en un sentido clásico- entre distintasgeneraciones de agricultores, cuando la descendencia de los chacareros o contratis-tas está en condiciones de trabajar antes de que sus padres quieran o puedan dejarla actividad agropecuaria, lo que los obliga a trabajar por un salario -en la explotaciónfamiliar o fuera de ella- si es que desean o necesitan mantenerse en la actividad.

15 Alfredo Coscia y Miguel Cacciamani. “La productividad de la mano de obra en eltrigo.”. Informe técnico Nº 141. Pergamino, INTA, 1978.

18 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

los años ´90 hasta la actualidad,sobre todo de la mano de la gene-ralización de la siembra directa.16

Sin embargo, el mismo procesoanalizado desde el punto de vistade los asalariados agrícolas, oincluso de los contratistas que diri-gen técnicamente la realizaciónde esas tareas, ofrece un resulta-do opuesto. En vez de ver pasarlas tareas breves una tras otracada tanto tiempo, los equipos detrabajo de los contratistas venpasar frente a sí una tras otra lasexplotaciones agropecuarias paralas que trabajan durante meses,sucesivamente a medida que sonrequeridos por los tiempos de loscultivos en distintas regiones.17

Su trabajo se hizo así más perma-nente, fruto de la ejecución suce-siva de distintas tareas tempora-rias en distintas explotaciones condistintos climas y producciones.Sin negar la existencia demomentos de mayor o menordemanda de trabajo, y la presen-

cia de una fracción de obrerostemporarios, la mayoría de quie-nes se ocupan de estas tareas lohace por no menos de diez mesesal año, contribuyendo a relativizarla idea de la disminución del “tra-bajo” agrario en general, y ponien-do en discusión, por lo contrario,sobre quién está recayendo cre-cientemente el trabajo existente.

A pesar de estabilizarse en eltiempo, el papel de los obreros sehizo más “invisible”. La extremamovilidad en el espacio de losequipos de trabajo, externos agran parte de las explotaciones,ha hecho particularmente difícil sucaptación estadística, aunqueexpliquen gran parte de la dinámi-ca del trabajo en la agriculturapampeana. Como lo reflejan lasestadísticas de los censos depoblación, en términos socialesestos cambios implicaron el des-plazamiento a un segundo planode los trabajadores familiares clá-sicos, transformándose, cuando

16 Guido Botta y Dardo Selis. “Diagnóstico sobre el impacto producido por la adopciónde la técnica de la siembra directa sobre el empleo rural.” Universidad Nacional de LaPlata, 2003.

17 Este movimiento de los contratistas y los obreros por el espacio geográfico de los cul-tivos es menos novedoso que su generalización en el período que se analiza. Ya parafines de la década de los ´70, Eduardo Baumeister graficaba así la actividad de estasempresas de servicios agropecuarios: “Su actividad comienza en octubre con la cose-cha del trigo en el Chaco y Norte de Santa Fe, llegando a mediados de enero al Surde la provincia de Buenos Aires. Luego regresan a sus localidades de origen, ubica-das generalmente en el Norte de Buenos Aires, Sur de Santa Fe y Sur de Córdoba. Afines de febrero se realiza la cosecha anticipada de maíz, la que se puede realizar jun-tamente con la cosecha del sorgo y de la soja. Junto con el trigo, en los meses dediciembre y enero se cosecha avena, cebada, centeno y girasol. De este modo, la acti-vidad puede durar, para los contratistas muy especializados en estas tareas, de octu-bre a junio.” Eduardo Baumeister. “Estructura agraria, ocupacional y cambio tecnoló-gico en la región cerealera maicera. La figura del contratista de máquina”. BuenosAires, Documento de Trabajo Nº 10, CEIL, 1980, pp.49-50

19“Boom” sojero y obreros rurales

se mantuvieron en la producción,en trabajadores familiares remu-nerados. Mientras que en térmi-nos técnicos, los modernos con-tratistas aceleraron la reconver-sión de las especializaciones ycalificaciones de los antiguos tra-bajadores agrarios -peones, pues-teros, y demás- en tractoristas ymaquinistas relativamente califi-cados.18 Muchos de estos obreroshan “desaparecido” de las esta-dísticas clásicas, mientras todoindica que una gran cantidad deellos no se han ido del trabajoagrario, sino que ha dejado de sercaptado, en tanto pasaron a serempleados de los contratistas deservicios.19

Es común en la literatura espe-cializada el hincapié en la genera-lizada incorporación de tecnologí-as “ahorradoras de mano deobra”, que habrían hecho dismi-nuir en forma sustantiva los pues-tos de trabajo. La combinacióndel énfasis en este aspecto, juntocon los problemas en la interpre-tación de las estadísticas disponi-bles a la luz de las transformacio-

nes sociales globales acaecidasen la región pampeana en los últi-mos años, pueden conducir a laconclusión de que el papel de lostrabajadores habría sido reempla-zado por máquinas, agroquímicosy nuevas técnicas de proceso,devenidos éstos en los principalesresponsables del “boom” agrícolacontemporáneo, otorgando así alcapital -concebido como unacosa- el protagonismo decisivodel salto productivo de los últimosaños. Si retomamos la concepciónque identifica en el capital unarelación social, observaremos quetodo aquello no fue sólo un proce-so técnico, ni que siempre “reem-plazó” a los trabajadores. Por locontrario, esos fenómenos deter-minaron que los obreros que semantuvieron en la producción,multiplicaron fruto de estos avan-ces la productividad de su trabajo.Por lo que lejos de quitarle impor-tancia a los trabajadores, esteproceso se la multiplicó, convir-tiéndolos crecientemente en losmás importantes artífices directosde las “cosechas récord”.

18 “Siempre trabajé en el campo. Mi viejo estaba en un tambo y esa fue mi primera ocu-pación. Después, cuando llegó el momento de independizarme, me fui de puestero;era algo que se usaba mucho, ser puestero o tractorista, te contrataban con un suel-do, te daban una casa y vos formabas tu vida ahí. Pero, con los grandes productoressojeros, todos estos trabajos fueron desapareciendo, se cerraron tambos y se empe-zó a criar menos ganado. A raíz de eso yo dejé de ser puestero y aprendí a manejarla siembra directa, para la soja y el maíz. También a fumigar los cultivos con mosqui-to. Ese fue el último de los trabajos que estuve haciendo”. Testimonio de AlejandroEsteche. Pagina/12, 21 de julio de 2008

19 Esto nos invita también –como hemos insistido antes- a relativizar las visiones apoca-lípticas sobre la caída en la ocupación y el empleo agrarios en el período.

20

¿Por qué crecieron los¿Por qué crecieron lospaíses que crecieron?países que crecieron?Historias y teorías del crecimiento económico*Historias y teorías del crecimiento económico*

Anticipo

* El presente texto está compuesto por parte de la introducción y un párrafo de conclu-siones del libro a publicar por Editorial Edhasa.

** Economista y periodista

La proposición liberal dominante, según la cual para crecer esnecesario respetar el modelo de libre mercado, es incorrecta.Ningún país, ni siquiera Inglaterra en su momento de ascensosiguió algo parecido al credo liberal sino más bien, todo lo con-trario. Y los países que comenzaron su industrialización des-pués de la británica, siguieron políticas que difieren del modeloliberal en su organización interna y en sus relaciones económi-cas con el resto del mundo.

Por otra parte, los países que crecieron, muestran grandesdiferencias en sus dotaciones de recursos, en sus sistemaspolíticos y culturales, en sus políticas económicas y en su ubi-cación geográfica.

Pero todos comparten un denominador común: además de losfactores de mercado, la geografía, el contexto histórico, entodos los casos de despegue hubo diferentes formas de inter-vención estatal.

Ju l i o Se var e s**

21El crecimiento económico

El crecimiento: singularidady misterio

¿Por qué crecieron los paísesque crecieron? ¿Qué caminossiguieron, qué instrumentos utili-zaron, qué leyes respetaron ycuales violaron? ¿Qué enseñan-zas pueden sacar los países sub-desarrollados?

Elhanan Helpman, un estudiosode las teorías del crecimiento,plantea: “¿Qué hace a algunospaíses ricos y a otros pobres? Loseconomistas han planteado estacuestión desde los días de AdamSmith. Pero, después de más dedoscientos años, el misterio delcrecimiento económico no ha sidoresuelto”1

En el mismo sentido, el historia-dor de la economía Ugo Pipitonepregunta, “¿de dónde salen lasenergías que en un determinadomomento ponen en movimientouna sociedad, modifican pautasde comportamiento, generanriqueza donde había pobreza?¿Qué factores nacionales e inter-nacionales favorecen esos proce-sos?” Y responde: “Cada procesoes singular e irrepetible, no hayfórmulas mágicas para afrontarlos problemas” 2

Efectivamente, la historia de loscasos de crecimiento exitoso noofrece ninguna receta establecida

ni deja lugar para las fórmulasmágicas, ortodoxas o heterodo-xas.

La proposición liberal dominante,según la cual para crecer es nece-sario respetar el modelo de libremercado, es incorrecta. Ningúnpaís, ni siquiera Inglaterra en sumomento de ascenso siguió algoparecido al credo liberal sino másbien, todo lo contrario. Y los paí-ses que comenzaron su industria-lización después de la británica,siguieron políticas que difieren delmodelo liberal en su organizacióninterna y en sus relaciones econó-micas con el resto del mundo.

Por otra parte, los países quecrecieron, muestran grandes dife-rencias en sus dotaciones derecursos, en sus sistemas políti-cos y culturales, en sus políticaseconómicas y en su ubicacióngeográfica.

Pero todos comparten un deno-minador común: además de losfactores de mercado, la geografía,el contexto histórico, en todos loscasos de despegue hubo diferen-tes formas de intervención estatal.Muy sintéticamente: en GranBretaña, el mercantilismo hastaavanzado el siglo XIX y luego elimperialismo; en Estados Unidosproteccionismo e imperialismo; enel Japón de la Restauración Meijiy en la Alemania del siglo XIX,estrategia estatales; en países de

1 Helpman, Elhanan. The Mystery of Economic Growth. The Belknap Press of HarvardUniversity Press. Cambridge, 2004.

2 Pipitone, Ugo. La salida del atraso: un estudio histórico comparativo. FCE-CEI.México, 1994.

22 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

rápida industrialización en el sigloXIX, como Corea del Sur yTaiwán, fuerte intervención y pla-nificación estatal; en Finlandia eIrlanda, políticas públicas paraorientar el crecimiento.

Las diferencias de todo orden delas experiencias de crecimientoestán conectadas por otros facto-res como la decisión de las élitespara emprender el crecimiento, eldesarrollo educativo y la flexibili-dad para adaptarse a las condicio-nes cambiantes del ambienteinterno y externo.

Todas comenzaron con un cam-bio de las condiciones preexisten-tes, todas rompieron inerciascambiando sus patrones de pro-ducción y exportación. Por otraparte, la conquista militar, larepresión interna y la intervenciónestatal a través de políticas yempresas públicas fueron decisi-vas en el arranque y el sosteni-miento de los senderos de creci-miento.

En las experiencias de creci-miento más tardío tuvo unainfluencia dominante la amenazade fuerzas externas que poníanen riesgo la seguridad o la inde-pendencia nacional, o la amenazade crisis interna, recordando laexpresión del filósofo chino SunYat-sen, según la cual, “la naciónsin enemigos, sin peligros exter-nos, estará siempre en ruinas”.3

A diferencia de lo que sostiene eldiscurso liberal, el crecimiento

económico con desarrollo socialno puede surgir de la aperturapasiva a las corrientes externasde mercaderías, capital y tecnolo-gía.

Ese proceso, sostiene AldoFerrer, desplegando su conceptode “densidad nacional”, “es inde-legable en factores exógenos, quelibrados a su propia dinámica sólopueden desarticular un espacionacional y estructurarlo en tornode centros de decisión extranacio-nales y, por lo tanto, frustran losprocesos de acumulación…unpaís puede crecer, aumentar laproducción, el empleo y producti-vidad de los factores, impulsadopor agentes exógenos, comosucedió con la Argentina en laetapa de la economía primariaexportadora. Pero puede crecersin desarrollo, es decir, sin crearuna organización de la economíay la sociedad capaz de movilizarlos procesos de acumulacióninherentes al desarrollo, o dichode otro modo, sin incorporar losconocimientos científicos y susaplicaciones tecnológicas al con-junto de su actividad económica ysocial …En todos los casos severifica la existencia de condicio-nes endógenas, internas, necesa-rias, que resultaron decisivas paraque esos países generaran pro-greso técnico y lo difundieran eintegraran en su tejido productivoy social… Este conjunto de cir-cunstancias endógenas insustitui-bles y necesarias al desarrollo

3 Wade, Robert. Governing the market. Princeton University Press. USA 2004.

23El crecimiento económico

pueden resumirse en el conceptode densidad nacional” 4

Los casos de crecimiento, espe-cialmente los del siglo XX, con-trastan con la experiencia de lospaíses latinoamericanos, ancla-dos en modelos de producción yexportación atrasados en relacióncon la dinámica del mercado mun-dial y hegemonizados por élitesque lucran con las rentas de losrecursos naturales, las finanzas yla asociación con el capital trans-nacional.

En este libro se presenta, preci-samente, un repaso de algunasteorías e historias del crecimientoeconómico, del papel que jugaronlos estados y los mercados, de lasoportunidades aprovechadas poralgunas clases dominantes y elatraso a que fueron condenadosalgunos países por el parasitismode otras.

Historias de casos

El primer caso es el desarrollobritánico. La literatura ortodoxa lopresenta como un modelo basadosobre la iniciativa individual, laempresa privada y el libre merca-do. Sin embargo, si bien GranBretaña fue una de las cunas delcapitalismo industrial basadosobre la propiedad privada y laimpulsora del liberalismo en elmercado interno y el mundial, su

historia es más compleja y matiza-da.

En primer lugar, la industria bri-tánica se desarrolló en el mundode protección e intervención esta-tal, incluyendo la intervención dela fuerza armada, del mercantilis-mo de los siglos XVII y XVIII.

Gran Bretaña adoptó el liberalis-mo comercial cuando ya era unapotencia industrial capaz de impo-ner sus productos sobre la basede competitividad. Pero tambiénsiguió recurriendo a la fuerza: enel siglo XIX, el supuesto “sigloliberal”, conjugó liberalismo eco-nómico con imperialismo para lacaptura y el control de mercados.

Estados Unidos, por su parte,recurrió a la fuerza para ampliarsu mercado y para imponer al Suroligárquico y liberal una políticaindustrialista. En ese rumbo,Estados Unidos recurrió al protec-cionismo a lo largo de todo el sigloXIX y hasta la mitad del XX. Sóloen la segunda posguerra, cuandoera una potencia productiva,comercial y financiera indiscutida,adoptó el liberalismo y se convirtióen su esforzado impulsor en elmundo.

Los estados alemanes, parte deellos unificados en un país a partirde 1871, recorrieron un caminosinuoso que incluye una culturaantiliberal que promueve la razónde estado y una visión de destino

4 Ferrer, Aldo. Globalización, desarrollo y densidad nacional. En Repensar la teoría deldesarrollo en un contexto de globalización. Gregorio Vidal y Arturo Guillén R. (coordi-nadores) CLACSO Libros- UAM, México-Red Celso Furtado. Buenos Aires, 2007.

24 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

nacional diferente del individualis-mo típico del liberalismo anglosa-jón. Como producto de esa ten-dencia Alemania promovió susindustrias con una combinaciónde mercado e instituciones estata-les entre las que destaca el desa-rrollo de la educación y la investi-gación científico tecnológica que,ya en el siglo XIX, le permitió con-vertirse en protagonista de laSegunda Revolución Industrial,basada sobre grandes capitales yen el empleo intensivo de cienciay tecnología.

El Japón inició su desarrolloindustrial a partir de la Restau-ración Meijí de 1868, una revolu-ción de notables que, instigadospor la intrusión imperialista deEstados Unidos, comprendieronque su país necesitaba actualizar-se institucional y tecnológicamen-te. El Estado japonés transformóel sistema político y económico ylo puso en una senda de creci-miento -y también de armamentis-mo y belicismo- que lo convertiríaen pocas décadas en una de laspotencias mundiales.

Siguiendo la huella del Japón,varios países asiáticos, en parti-cular Corea del Sur y Taiwán,apelaron, en el siglo XX a políticaspúblicas de desarrollo económicopara transformar sus economías yconvertirlas, en menos tiempo queel que necesitaron Estados Uni-dos o el Japón, en máquinas com-petitivas de nivel internacional.

Más cerca en el tiempo destacanlas experiencias de Finlandia e

Irlanda, países chicos y de recur-sos limitados que, con la articula-ción de políticas públicas e inicia-tiva privada rompieron inercias yemprendieron senderos de creci-miento destacables.

Como se analiza en el libro alque se refiere este artículo, lasexperiencias de crecimiento sur-gieron no de la adaptación pasivaa las ventajas comparativas natu-rales de los países o al sistema deprecios vigente en el mercadomundial, sino de políticas que, conmayor o menor participación deci-soria del capital privado, rompie-ron inercias y promovieron activi-dades que no estaban convalida-das, al menos completamente,por las ventajas comparativas ylos precios relativos internaciona-les existentes. En más de uncaso, como sucedió especialmen-te en países asiáticos, se promo-vieron actividades que parecíaninviables para las capacidades yexperiencias de los países. Loscasos de las industrias automovi-lísticas en el Japón o la electróni-ca en países relativamente atra-sados como Corea del Sur oTaiwán son paradigmáticos.

Contra estos ejemplos, contrastael caso latinoamericano, caracteri-zado por el atraso económico, lasfracturas sociales y productivas yformas de inserción internacionalque condenan a los países a lavulnerabilidad externa o que lesproporcionan, como sucedió enlos inicios del presente siglo, opor-tunidades comerciales que pue-

25El crecimiento económico

den incluso convertirse en tram-pas que conspiran contra unaadecuada transformación produc-tiva y social. Tal es el caso de lavalorización de los commoditiesque promueve la especializaciónen productos primarios y en susindustrias de transformación ydesalienta el crecimiento de lasindustrias manufactureras demayor componente científico tec-nológico y de las empresas chicasdinámicas.

La divergencia entre los paísesde rápido crecimiento en el sigloXX y América latina se verifica enlas enormes diferencias en lasrespectivas series de ProductoBruto, participación en el comer-cio mundial, inversión productiva,ingresos y progreso en la educa-ción, ciencia y tecnología. Perotambién en la persistencia de sec-tores sociales y regiones en lapobreza y hasta en la margina-ción.

Sin embargo, todos los países,grandes y chicos, están unidospor un denominador común.Todos, en algún momento de suhistoria reciente y en diferenteforma y grado cayeron en la lógicade la valorización financiera y fue-ron víctimas de los ingresos y sali-das de capitales especulativos, laformación de burbujas y las crisis.

Es que, por encima de las dife-rencias de políticas, de estructu-ras y de estrategias, el capital pri-vado, atraído por la renta financie-ra, arrastra a todas las sociedadesal vórtice de la crisis.

Esta situación refuerza la necesi-dad de observar las historias decrecimiento económico comorequisito para concebir estrate-gias productivas para el desarrolloeconómico y social sustentables.

En las páginas siguientes se pre-senta un resumen de dos capítu-los del libro: uno dedicado a laintervención del estado en los pro-cesos de crecimiento en occiden-te, una historia que contrasta conel discurso neoliberal que atribuyeel éxito del capitalismo al protago-nismo de los mercados y de lasinstituciones que garantizan lavigencia de la propiedad privada:el segundo se refiere a la expe-riencia del crecimiento de paísesasiáticos, que pasaron en pocasdécadas del atraso y la pobreza aaltos niveles de industrialización,con un fuerte desarrollo educativoy patrones de distribución deingreso más equitativos que losde los países de bajos ingresos yde los que presentan muchos paí-ses ricos.

Políticas de intervenciónestatal

El liberalismo rampante de losaños ochenta y noventa impuso laidea de que las economías exito-sas nacieron y funcionan guiadaspor los mercados y que las inter-venciones estatales son, en todocaso, males necesarios o aberra-ciones al orden natural de lascosas.

La historia muestra otra realidad.El capitalismo creció, inclusive en

26 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

la liberal Gran Bretaña, con elapoyo sustancial e indispensabledel estado, aun en su expresiónmás drástica: el empleo de la vio-lencia interna y externa.

Refiriéndose a la expulsión vio-lenta de campesinos durante loscercamientos de campos en elsiglo XVIII, los cuales fueron unade las bases del progreso indus-trial británico, sostuvo Marx:“Sabido es que en la historia realdesempeñan un gran papel laconquista, la esclavización, elrobo y el asesinato: la violencia,en una palabra. En la dulce eco-nomía política, por el contrario, hareinado siempre el idilio”5.

Esta contradicción entre la idílicateoría y la dura realidad se repeti-rá en las demás historias del cre-cimiento económico, en el Centroy en la Periferia.

En todas las etapas del desarro-llo de los capitalismos nacionales,los estados intervinieron para ayu-dar sus economías defendiendo yconquistando mercados. En lasprimarias, básicamente con elempleo de la fuerza interna yexterna. En las más avanzadas,incorporando procedimiento mássofisticados para promover activi-dades económicas, contrarrestarciclos, proteger y asistir a sectoresen crisis y contribuir al funciona-miento de los mercados.

En todas ellas utilizaron la fuer-za o el asistencialismo, para

garantizar las condiciones dereproducción del capital mediantela disciplina social y la limitación alas aspiraciones de los trabajado-res.

Esta regla operó y sigue operan-do en los países que se denomi-nan socialistas, para garantizar lareproducción del capital estatal yprivado.

En La gran transformación sos-tiene Polanyi: “La creencia en elprogreso espontáneo no debeimpedirnos ver el papel del gobier-no en la vida económica. Estepapel consiste con frecuencia enla alteración del ritmo del cambio,acelerándolo o retardándolo,según sea el caso; si creemos queese ritmo es inalterable -o peoraún si, casi consideramos unsacrilegio intervenir en él- enton-ces, desde luego, no queda lugarpara una intervención”6.

Para Hobsbawn, “El total laissez-faire por parte del gobierno es,desde luego, una contradicción enlos términos. Los gobiernos nopueden dejar de influir en la vidaeconómica, porque su existenciamisma se lo exige: el ‘sector públi-co’ por modesto que sea es casisiempre una ‘industria’ muy gran-de en términos de pleno empleo ylos ingresos y gastos públicosconstituyen una proporción signifi-cativa del total nacional. Inclusoen la cúspide del laissez-faire bri-tánico, allá por el año 1860, los

5 Marx, Karl. El Capital. FCE México 1973. Tomo I página 607.6 Polanyi, Karl. La Gran Transformación. Los orígenes políticos y económicos de nues-

tro tiempo. Editorial Claridad. Buenos Aires, 1947. página 63.

27El crecimiento económico

gastos del gobierno alcanzabanun porcentaje considerable de larenta nacional”7.

Según el historiador, durante larevolución industrial la tarea delgobierno fue crear las condicionespropicias para el capitalismo,cuando se inició el librecambio, apartir de 1846, fue mantenerlas.Pero a medida que avanzaba elsiglo era obvio que esas condicio-nes no podían mantenerse sinuna creciente intervención delestado en la vida económica ysocial, aunque el liberalismo comosistema dominante perduró hastala crisis del treinta, ya entrado elsiglo XX.

Tom Kemp, sostiene, en lamisma cuerda, que “nunca existióuna sociedad gobernada pura-mente por las leyes del mercado.La alternativa para los paísescapitalistas nunca estuvo entremercado y estado, sino en decidirla medida en que podía ser tolera-da la libre acción de las fuerzasdel mercado, o cuál era la medidanecesaria de la intervención esta-tal para alcanzar los fines desea-dos, incluyendo la protección de lapropiedad privada de los mediosde producción y el sistema delmercado”8.

Más aún, como veremos másadelante, la intervención de losestados ha sido fundamental paragarantizar que los mercados, debienes y financieros, pudieran

superar las crisis a las que habíansido empujados por la dinámicade sus propias leyes de funciona-miento.

El origen

El capitalismo liberal del sigloXIX no fue un producto natural nipacífico, sino un sistema construi-do a lo largo de varios siglos deintervención administrativa y béli-ca de los estados.

En el siglo XVIII, el pensamientoeconómico dominante era el mer-cantilismo, que aspiraba a ponerla vida económica al servicio delpoder del estado centralizado,proteger el mercado interno y con-quistar mercados externos paraobtener los recursos necesariospara sostener el estado nacional.

Los autores mercantilistas reco-mendaban una política de protec-cionismo y promoción de exporta-ciones cuyo objetivo era acumularoro para el estado, para que ésteestuviera preparado a su vez parair a la guerra.

En esa etapa los estados intervi-nieron fundamentalmente median-te regulaciones del comercio exte-rior, restringiendo importaciones,prohibiendo exportaciones quepodían contribuir a la industrializa-ción o el armamento de otros paí-ses, reservando el transportemarítimo para los barcos naciona-les y apoyando militarmente a los

7 Hobsbawn, Eric. Industria e Imperio. Ariel. Buenos Aires 1998. Página 217.8 Kemp, Tom. Modelos históricos de industrialización. Libros de Confrontación.

Barcelona. 1981. Página 153.

28 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

exportadores. En el siglo XVII y enla primera parte del XVIII,Inglaterra, la potencia ascenden-te, tomó medidas para evitar quesus colonias fabricaran lo que sepodía hacer en la metrópoli y paraque exportaran a terceros merca-dos. También prohibía la importa-ción de manufacturas y sólo libe-raba la importación de materiasprimas que no producía.

En 1836, año en que bajó susaranceles, el Reino Unido teníatasas de hasta el 55%. En esemomento las de Estados Unidosllegaban al 45%, y las deAlemania, no pasaban del 12 porciento9.

Inglaterra conquistó el mercadoexterno combinando su producti-vidad y capacidad comercial, conel apoyo de la marina de SuMajestad. Si bien el poder navalno es un requisito suficiente paraconquistar y mantener mercados,era indispensable, porque lasrutas comerciales y los mercadosde cada país eran resguardadospor las correspondientes fuerzasmilitares y navales.

De hecho, hasta 1815, año enque se firma el Tratado de Viena,como corolario de la derrota deNapoleón, los países europeosestuvieron envueltos en incesan-tes guerras por el control de lasrutas marítimas, el cual era unrequisito indispensable paracomerciar.

“Casi todos los países actual-mente desarrollados, sostiene unestudioso del ‘estado desarrollis-ta’, atravesaron etapas de políti-cas de asistencia industrial antesque las capacidades de sus firmasalcanzaron el punto en el cual unapolítica de (más o menos) librecomercio fuera declarada de inte-rés nacional. Gran Bretaña fueproteccionista cuando estaba tra-tando de superar a Holanda.Alemania fue proteccionista hastael fin de la segunda guerra mun-dial. El Japón fue proteccionista lamayor parte del siglo XX, hastalos años setenta. Corea y Taiwánhasta los noventa. Hong Kong ySingapur son las grandes excep-ciones en el frente comercial, enel cual practicaron el libre comer-cio y avanzaron, pero son esta-dos-ciudad y no pueden ser trata-dos como países”10.

El siglo XIX es conocido como laera del liberalismo comercial.Pero la verdadera liberalizacióncomercial comenzó recién al finde la primera mitad del siglo, conla apertura comercial unilateralbritánica, y se desvaneció a partirde los años setenta.

En esta época la competenciainternacional se agudizó por elavance industrial y comercial depotencias como Alemania yEstados Unidos y por la reducciónde los costos de transporte quebajó la protección natural de lasdistancias geográficas.

9 UNCTAD. Trade and Development Report 2006. Washington, 2006.10 Wade, Robert. Governing the Market. Princeton University Press. Princeton 2004.

Página XV.

29El crecimiento económico

El aumento de la competencia yla caída de la tasa de ganancia delos capitalismos nacionales, diolugar a una caída de precios quese conoció como “la gran depre-sión”, la cual estimuló respuestasproteccionistas de la mayoría delos países.

El arranque de la revoluciónindustrial se basó sobre las indus-trias livianas con un bajo grado deconcentración empresaria. Mástarde, el desarrollo pasó a basar-se sobre industrias pesadas, querequerían mayores dotaciones decapital, mayor concentración y, enmuchos casos, privilegios espe-ciales para consolidarse, comoproteccionismo o acuerdos deprecios. En Gran Bretaña predo-minaba el primer tipo de industriay en Alemania el segundo. EnEstados Unidos convivían ambos.

En lo que respecta al agro, enGran Bretaña la concentraciónhabía reducido el peso relativo delos campesinos frente a los gran-des productores, mientras que laindustrialización redujo la influen-cia política de los terratenientesante la nueva burguesía industrial.Por lo contrario, en países comoAlemania, Francia y EstadosUnidos, los intereses agrariossiguieron siendo decisivos sea porla extensión de los pequeños pro-ductores (como sucedía enFrancia y Estados Unidos) comopor la fortaleza económica y políti-ca de los grandes productores (losjunkers alemanes).

Aun así, a fines de siglo, un seg-mento de la industria británicaabandonó el credo liberal: los pro-ductores siderúrgicos de Birmin-gham, acosados por la competen-cia alemana y francesa, promovie-ron el proteccionismo industrial.

Como parte del cambio de ten-dencia, entre 1897 y 1907, lascolonias de Canadá, Nueva Ze-landa, África del Sur y Australia,concedieron a la metrópoli tarifaspreferenciales.

A comienzos del siglo XX, el pri-mer ministro Joseph Chamberlainlanzó una campaña a favor deaumento de aranceles y una pre-ferencia imperial y, en 1932, enplena crisis mundial y difusión delproteccionismo defensivo, el sis-tema de preferencias se profundi-zó en el Pacto de Ottawa.

Colonialismo e imperialismo

En la segunda mitad del sigloXIX, cuando el mercado europeocomenzó a mostrar sus límites laspotencias iniciaron una carrerapor la ocupación de territorios enbusca de nuevos mercados paraabastecerse de materias primas,colocar sus excedentes de capitaly de mercaderías. Desde el puntode vista marxista, el imperialismoeconómico de esta época tenía elpropósito de contrarrestar la ten-dencia a la reducción de la tasade ganancia que estaba experi-mentando el capitalismo europeo.Y la política imperialista requería,

30 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

necesariamente, como puntualizóRudolf Hilferding, un estado fuertepara llevar a cabo una política deexpansión y conquistar nuevascolonias.11

Como explica Moniz Bandeira,desde la última parte del siglo XIX,“el monopolio de los mercadodomésticos impulsó a los grandesconglomerados a buscar el mono-polio de los mercados en el exte-rior, reactivando la expansióncolonial, adormecida mientras queel laissez faire, o sea, el liberalis-mo de Manchester predominabaen la economía. El capitalismo,que antes se oponía al Estadopasó a utilizarlo en su expansión”para eso recurrió a “la reorganiza-ción de las superestructuras políti-cas, mediante el robustecimientode un poder central, con la forma-ción de un estado unitario, que sir-viese como palanca para la aper-tura de mercados y asegurarse lacontinuidad del proceso de acu-mulación.”. El nuevo capitalismonecesitaba, considera el autor, unEstado poderoso para proteger elmercado interno y conquistar mer-cados externos “transformandotodas las regiones del mundo enzonas de inversión…El poder polí-tico y militar se convirtió en un ele-mento decisivo de la rivalidad eco-nómica, que ya no se limitaba almercado para la colocación demanufacturas, en los cuales ape-nas se decidía el precio” 12

El imperio chino fue uno de los

principales objetivos de las poten-cias occidentales durante el sigloXIX.

A lo largo del siglo, en forma sos-tenida, las armadas occidentalespresionaron y atacaron diferentespuntos de China para obligarla aabrir sus puertos a las mercaderí-as occidentales y para que conce-diera privilegios especiales a losciudadanos de sus países.

Para Gran Bretaña, el mercadochino tenía una importancia estra-tégica. El imperio no sólo queríaexportar a China sino forzarla apermitir la importación de opiodesde la India, que las autorida-des chinas habían prohibido por eldaño que causaba a su población.

Pero esa rama del narcotráficotenía una importancia crucial parael comercio exterior británico: elImperio tenía déficit comercial contodo el mundo menos con la India.Esta última tenía déficit con lametrópoli, lo cual reducía su capa-cidad de compra. El objetivo deGran Bretaña era que la Indiapudiera exportar opio para obte-ner oro con el cual mantener susimportaciones.

La primera agresión británicapara abrir la ruta del opio a Chinase produjo en 1839 y la segundaen 1856 y en 1860 se apropió deHong Kong.

Albion no estaba sola en suscorrerías orientales. Como relataHobsbawn, desde 1854, un triun-

11 Hilferding, Rudolf, El capital financiero. Editorial Tecnos. Madrid. 1973.12 Moniz Bandeira, Luiz Alberto. La formación del imperio americano. Norma. Buenos

Aires, 2007. Páginas 38 y 39

31El crecimiento económico

virato anglo-franco-norteamerica-no controlaba las aduanas deShangai, y de la segunda guerradel opio, que finalizó en1858, y elsaqueo de Pekín de1860, la capi-tulación china era total. Los occi-dentales consiguieron que Chinagarantizara a los negociantes deGran Bretaña, Francia, Rusia yEstados Unidos acceso a nuevospuertos, inmunidades ante la leychina, libertad de movimiento ylibre navegación de los ríos inte-riores y otros beneficios. Un inglésquedó a cargo del control de lasaduanas chinas hasta 1909 ydurante ese período fue el jefe dela economía china.13

Los bajos aranceles impidieron aChina desarrollar sus propiasindustrias y hasta 1893 el opiosiguió siendo su principal produc-to de importación, siendo el 30%de las compras externas.14

El imperialismo económicoarmado fue contemporáneo delimperialismo económico pacíficobasado sobre la exportación decapitales excedentes hacia lospaíses periféricos, que alberga-ban las producciones de bienesprimarios que compraban los paí-ses industrializados.

Durante el siglo XIX el granexportador de capitales fue GranBretaña, y los principales recepto-res los países más vinculados porlazos económicos y o políticos a lametrópoli, como Estados Unidos,

Canadá, Australia y la Argentina.El carácter económico del impe-

rialismo no impidió que las poten-cias emplearan las presiones o lafuerza cuando se presentabaalgún conflicto, como sucedió conuna célebre intervención europeaen Venezuela.

A fines de 1902 las armada deAlemania, Gran Bretaña e Italia,bombardearon varios puertosvenezolanos, para exigir el pagode una deuda del gobierno.

En ese momento regía, paraEstados Unidos, la DoctrinaMonroe, que reservaba el dominiolatinoamericano para el país delNorte. En un primer momentoEstados Unidos no intervino peroluego, siguiendo su doctrina, exi-gió el retiro de las armadastemiendo un avance europeo enla región.

La intervención generó una fuer-te repulsa regional. El cancillerargentino Luis María Drago enuna carta al departamento deEstado de los Estados Unidos,sentó la posición de que unadeuda externa no puede exigirsecon el empleo de la fuerza. Estecriterio fue adoptado por laSegunda Conferencia de La Hayaen 1907, y se la conoce como laDoctrina Drago.

13 Hobsbawn, Eric La era del imperio, 1875-1914. Crítica. Buenos Aires, 2001-214 Franke, Herbert y Trauzettel, Rolf. El imperio chino. Siglo XXI editores. México 1973.

32 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

El modelo nórdico

Suecia fue uno de los países pio-neros en la instalación de un capi-talismo organizado con fuerteintervención del estado con políti-cas de industrialización y de inte-gración social.

En 1816, luego del fin de lasguerras napoleónicas, Sueciaprohibió la importación y exporta-ción de varios productos para esti-mular algunas industrias, mientrasque redujo la protección para lasmaterias primas de esas indus-trias.

Posteriormente redujo las tarifasliberalizando el comercio, pero elgobierno siguió ayudando a laindustria financiando el desarrollode tecnología, viajes de aprendi-zaje al exterior y montando unimportante sistema educativo.

A fines de siglo, siguiendo la ten-dencia imperante en Europa,aumentó los aranceles agrícolas eindustriales.

El proteccionismo, en el mejor delos caso, no afectó la economía yaque entre 1890 y el comienzo dela primera guerra, Suecia fue elpaís de mayor crecimiento enEuropa.

En la década del treinta del sigloXX, Suecia montó un sistema deestímulos a la industria basadosobre un acuerdo social entregobierno, empresarios y sindica-tos, que la convirtió en un modelo

de desarrollo industrial con estadode bienestar.

Años dorados, años estatistas

Durante la segunda guerra laseconomías capitalistas fueronsometidas a una planificación iné-dita para el cumplimiento de losobjetivos militares.

Por otra parte, la economía pla-nificada soviética -que ciertamen-te había tenido una profunda crisisagraria en los años treinta, con elcosto de millones de vida- habíasoportado el esfuerzo y se estabaindustrializando aceleradamente.En palabras de Krugman, en lasegunda posguerra “para lamayoría de los observadores laplanificación había demostradoser muy eficaz. No sólo la UniónSoviética era a la sazón el prototi-po de una transformación indus-trial, sino que en la práctica laguerra había llevado a las nacio-nes de Occidente a convertirseellas mismas en economías plani-ficadas con resultados notables”15.

Una vez finalizada la segundaguerra, las relaciones económicasentre los países industriales teníaun esquema similar al de la prime-ra posguerra: Estados Unidos era,ahora ya en forma indiscutida, laprimera potencia productiva yfinanciera y el acreedor interna-cional, y los demás países esta-ban endeudados y tenían parte de

15 Krugman, Paul. “Los ciclos en las ideas dominantes con relación al desarrollo econó-mico”. Desarrollo Económico Nº143. Octubre-Diciembre 1996. Pág.726.

33El crecimiento económico

16 Sobre este punto ver la exposición de Fred Block sobre las diferentes posiciones enel debate en Bretton Woods. Block, en Los orígenes del desorden económico interna-cional. FCE. México, 1989.

17 Block. Op.Cit. Página 164.

sus sistemas productivos destrui-dos. A diferencia de lo que habíapasado en el período anterior, losestados lograron un acuerdo deestabilización económica y unprograma de financiamiento, plas-mado en el Acuerdo de BrettonWoods. En el mismo se establecióun régimen monetario y de movi-miento de capitales y se crearoninstituciones para financiar losdesequilibrios de corto plazo(FMI) y la reconstrucción (BIRF) ypara liberalizar el comercio(GATT).

Sin embargo muy pronto se hizoevidente que el sistema montadono alcanzaba para la recupera-ción europea.

El fracaso del FMI y del BIRF enfinanciar el relanzamiento de laeconomía internacional se debió aque los representantes del mundofinanciero y de las grandes corpo-raciones resistieron los progra-mas de los representantes deEstados Unidos y Gran Bretaña(Dexter White y John MaynardKeynes), para crear uno verdade-ro fondo monetario internacionalcon capacidad de financiar a lospaíses con déficit, porque queríanmantener el control del financia-miento en sus manos y porqueimpulsaban una pronta liberaliza-ción de los flujos de capital inter-nacional.16

El impulso a la reconstrucciónprovino, entonces de dos grandespolíticas públicas: el Plan Marshallde 1947 y, cuando finalizó éste, elaumento del gasto armamentistapara enfrentar al adversario sovié-tico. “La política del rearme, opinaFred Block, implicaba una acepta-ción de la teoría keynesiana, perosin las implicaciones radicales dela planificación económica nacio-nal. El keynesianismo militar eracompatible con la continuación dela máxima libertad para los capita-les nacionales y eliminaba el peli-gro de una crisis económica des-tructiva” 17

Europa, por su parte, puso enmarcha un dispositivo para rees-tructurar las industrias del carbóny del acero y creó la PolíticaAgraria Común, un poderoso sis-tema de incentivos y proteccionis-mo agropecuario que por muchosaños absorbió la mayor parte delpresupuesto de la ComunidadEuropea.

Para Ernest Mandel la crecienteintervención del estado, se debióa las dificultades del sistema parala valorización del capital y la rea-lización de la plusvalía y por lapropensión a las crisis. En el capi-talismo liberal, sostiene Mandel, elestado se limitaba a garantizar lascondiciones de reproducción delcapital. En el capitalismo monopo-lista de la segunda posguerra, el

34 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

estado cumple la misma función,pero interviniendo activamente enla economía

En esta etapa, que el autordenomina Capitalismo Tardío, seconjugan elementos como lareducción del tiempo de rotaciónde capital, la aceleración de lainnovación tecnológica y el enor-me aumento del costo de los gran-des proyectos de acumulacióncapitalista debidos a la “tercerarevolución tecnológica”. En estascondiciones, el capital privadosufre una rápida depreciación desus activos y una caída de benefi-cios que lo arrastran a la crisis y,en algunos casos, no tiene lacapacidad de afrontar las inversio-nes tecnológicas que necesitapara competir. Ante ese cuadro,los estados intervienen con medi-das anticíclicas para evitar o por lomenos reducir la posibilidad decrisis y para invertir en los gran-des proyectos que los capitalistasno pueden afrontar.18

En una obra clásica en estetema, Jürgen Habermas sostieneque, en un sistema de competen-cia irrestricta, la intervención delEstado impone a los capitalistassingulares para hacer prevalecerla “voluntad capitalista genérica”para asegurar las condicionesgenerales de la producción. Peroen el capitalismo monopolista, “elEstado intervencionista, a diferen-

cia del Estado liberal, se incorporaal proceso de reproducción; no selimita a asegurar las condicionesgenerales de la producción, sinoque él mismo se convierte en unasuerte de órgano ejecutor de la leydel valor” 19

El filósofo de Frankfurt no confía,de todos modos, en que esa inter-vención pueda solucionar la ten-dencia a la crisis del capitalismocompetitivo ya que, por sostenerlas leyes generales de funciona-miento del sistema, “la acciónadministrativa de largo plazo” delEstado, lejos de contribuir a solu-cionar las crisis típicas del capita-lismo, tiene que agravarlas.

En esa época, la orientación delos estados de los países indus-trializados cambió también en susrelaciones externas. Jean Bap-tiste Duroselle, teórico de las rela-ciones internacionales señalaque, en las naciones que habíansido imperios, los objetivos econó-micos desplazaron los objetivosde expansión imperial o prestigioque habían dominado en el sigloXIX. “Actualmente, y en especialdesde la era del gran desarrollooccidental del período 1969-1973,la conquista o la preservación delas riquezas -dicho de otro modo,el carácter prioritario de los fineseconómicos- se impone más ymás en Occidente. El cancillerSchmidt, el presidente Giscard

18 Mandel. Ernest El capitalismo tardío. Ediciones Era. México 1971.19 Habermas, Jünger. Problemas de legitimación del capitalismo tardío. Amorrortu

Editores. Buenos Aires, 1991. Página 70.

35El crecimiento económico

d’Estaing y Henry Kissinger lo hanafirmado en numerosas ocasio-nes” 20

Se hizo realidad, en ese momen-to, y para todos los países indus-triales, lo que Mostesquieu habíaescrito sobre Inglaterra en “Elespíritu de las leyes”: “Otrasnaciones, sostuvo, han hechoceder los intereses del comercio aintereses políticos; ésta siempreha hecho ceder sus intereses polí-ticos a los intereses de su comer-cio”21.

Pero, la intervención estatal notenía sólo objetivos económicos,sino que procuraba también unalegitimación política, tanto en sucompetencia estratégica con elmodelo soviético, como ante laspoderosas corrientes comunistasy socialdemócratas que impera-ban en el movimiento sindical ypolítico. Con la apelación a esasintervenciones reactivas, en lasdécadas posteriores a la segundaguerra, los países capitalistasavanzados lograron mantener enlatencia el conflicto de clases ensus zonas críticas.22

La creciente intervención de losestados en la economía se reflejaen el persistente aumento delgasto público en relación con el

PIB. Ese indicador aumentó, enlos países industriales del 22% en1937, al 28% en 1960, 43% en1980. En los ochenta comenzóuna ola privatizadora en los paí-ses industriales, pero el gastopúblico en relación con el PIBsiguió aumentando y llegó al 46%en 199623.

En un cuadro tan herético desdeel punto de vista de la ortodoxiaeconómica, la economía mundial,inclusive la de extensas zonas dela periferia, tuvo un fuerte creci-miento. Entre 1949 y 1974 el PIBde los países industrializadosaumentó un 127% mientras entre1975 y 2000 aumentó 55%. Laproducción, la inversión y elcomercio vivieron lo queHobsbawn llamó “los años dora-dos” del capitalismo del siglo XX.

Según el autor, una de las razo-nes del crecimiento fue la instau-ración de la “economía mixta”, elcóctel de mercado y estado, que“facilitó a los estados la planifica-ción y la gestión de la moderniza-ción económica, además de incre-mentar muchísimo la demanda.Los grandes éxitos económicosde la posguerra en los paísescapitalistas, con contadísimasexcepciones (Hong Kong) son

20 Duroselle, Jean Baptiste.Todo imperio perecerá. Teoría sobre las relaciones interna-cionales. FCE. México. 1998. Página 128.

21 Citado por Duroselle, Op. Cit. Página 128.22 Una exposición sobre las teorías marxistas del estado, que incluye la discusión sobre

la función política de la intervención estatal en el capitalismo de posguerra, en MabelThwaites Rey (compiladora) Estado y marxismo. Un siglo y medio de debates.Prometeo Libros. Buenos Aires, 2007

23 Tanzi,Vito. The Demise of the Nation State? IMF Working Paper/98/120

36 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

ejemplos de industrializaciónefectuada con el apoyo la supervi-sión, la dirección y a veces la pla-nificación y la gestión de losgobiernos, desde Francia yEspaña en Europa hasta el Japón,Singapur y Corea del Sur. Almismo tiempo, el compromisopolítico de los gobiernos con elpleno empleo y en menor gradocon la reducción de las desigual-dades económicas, es decir, uncompromiso con el bienestar y laseguridad social, dio pie por pri-mera vez a la existencia de unmercado de consumo masivo deartículos de lujo que ahora pasarí-an a considerarse necesarios”24

Angus Maddison sostiene, a suvez, en un trabajo realizado en elcontexto de la OCDE, club de lospaíses ricos: “Una razón impor-tante para acelerar el crecimientoeconómico de la posguerra enEuropa fue la acción de losgobiernos al mantener niveles ele-vados y constantes de la deman-da y la inversión. La políticagubernamental ayudó a compen-sar las tendencias deflacionariase inflacionarias del sector privado,en vez de exagerarlas, comosucedió a menudo en los añosanteriores a la guerra. El gobiernoha asumido un papel tan impor-tante en la economía, que suspropias operaciones determinan,en gran medida, el impulso econó-mico, y lo que parece ser el ciclo

económico hoy es, principalmen-te, un reflejo de las fases de lapolítica gubernamental. La acep-tación de la responsabilidad paradirigir la economía total fue unacto consciente en la mayoría delos países”25.

Las políticas anticíclicas de losgobiernos y los instrumentos delestado de bienestar, como lasjubilaciones y los seguros dedesempleo, contribuyeron a redu-cir las expectativas de fluctuacio-nes y a sostener la demanda, cre-ando un horizonte de seguridadpara la inversión.

Algunos gobiernos europeos,como los de Francia, Holanda yNoruega, diseñaron programas deplanificación, entendida como unconjunto de metas articuladas yde largo plazo.

El resto pusieron énfasis en elmanejo de corto plazo, pero a par-tir de los sesenta otros incorpora-ron perspectivas de más largoplazo.

La planeación francesa comenzóen la inmediata posguerra conmetas para el crecimiento de lasindustrias básicas y se convirtióen un estudio completo de la eco-nomía a partir del cual se formula-ron proyecciones macroeconómi-cas.

Los planeadores tenían unaamplia información sobre el fun-cionamiento de la economía y el

24 Hobsbawn, Eric. Historia del Siglo XX. Barcelona 1996. Página 271.25 Maddison, Angus. Crecimiento económico de occidente. Fondo de Cultura

Económica. México 1966. Página 115.

37El crecimiento económico

destino de las inversiones y podí-an tomar ellos mismos decisionesde inversión o inducirlas medianteincentivos fiscales o crediticios.Para esto último contaban con losfondos de los organismos públi-cos y los bancos estatales de cré-dito.

Según Maddison26 el Plan tuvo,en Francia, un papel importanteen la promoción del crecimiento yen particular contribuyó a crearuna infraestructura adecuada enenergía y transporte y una indus-tria pesada.

La intervención de los planifica-dores comenzó a retroceder enlos sesenta a medida que la eco-nomía se consolidaba.

Joseph Stiglitz critica el despre-cio de los ortodoxos por la impor-tancia de la participación estatalen el proceso de desarrollo y sos-tiene que, “al hacer esto se olvidarápidamente el éxito de las tresdécadas precedentes, al cual elgobierno, pese a yerros ocasiona-les ha contribuido ciertamente.Sin duda, estos logros, que nosólo incluyen grandes aumentosdel PIB, sino también incrementosen la esperanza de vida, en elnivel de educación y en una granreducción de la pobreza, sonmejoras reales y más duraderasque la presente crisis financiera.Pero la raíz del problema actualen muchos casos no es que elgobierno haya intervenido dema-

siado en muchas áreas, sino lopoco que lo ha hecho en otras”27.

El Estado empresario

En el período posterior de lasegunda posguerra los estadosintervinieron en la economía conmedidas de planeación y a travésde empresas públicas en la pro-ducción y los servicios.

En la mayoría de las economíaseuropeas las empresas públicascumplieron durante décadas unpapel relevante en la producción ylos servicios.

En la segunda posguerra GranBretaña, Francia e Italia nacionali-zaron empresas industriales, deservicios, mineras y siderúrgicas,para revitalizarlas, por razonesestratégicas, por economías deescala

Las empresas productivas estati-zadas se organizaron, general-mente, sobre la base de unadirección independiente que res-pondía a un ente estatal (Franciae Italia) o al Parlamento (GranBretaña). Las empresas de servi-cios como los ferrocarriles se inte-graron al sistema estatal como unorganismo más.

En países como Francia y elReino Unido, las empresas públi-cas aportaban el 20% de la inver-sión total. En otros países la pro-porción era menor, pero en gene-

26 Idem.27 Stiglitz, Joseph. “Más instrumentos y metas más amplias para el desarrollo”.

Desarrollo Económico Nº151. Octubre-Diciembre, 1998.

38 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

ral los gobiernos controlaban ser-vicios públicos y eran propietariosde medios de comunicación,mineras y líneas aéreas.

En Francia las nacionalizacionesfueron de un alcance más amplioque en otros países incluyendoempresas de las industrias mecá-nicas, automotriz, aeroespaciales,químicas y de energía y lasempresas públicas.

Las nacionalizaciones, conside-ra Maddison, “dieron origen alespíritu de empresa y a la fe en lacapacidad de Francia comonación industrial, lo cual era indis-pensable para la expansión”.Además, demostraron que laadministración estatal no tiene porqué ser necesariamente ineficien-te, “Las empresas públicas hanestado dirigidas por hombres deelevada capacidad intelectual,técnica, y espíritu de empresa.Han estado en primera fila respec-to de las innovaciones técnicas,como por ejemplo, la industria demotores y la electrificación de losferrocarriles”28.

En Francia el estado tenía parti-cipación en unas 500 empresas,incluidas manufacturas y fábricasde automóviles como Renault. Enla liberal Alemania, el estado tuvoparticipación en la Volkswagenhasta comienzos de los sesenta.

Un índice de peso económico delas empresas públicas, que inclu-

ye participación en la ocupación,la inversión y el valor añadido,muestra que la participación delas empresas públicas deAlemania, Italia, Francia, GranBretaña y España en el PIB, eraen promedio del 13% en 1963, del16% en 1979 y 1985 y del 12% en1990. Pero si se excluye al ReinoUnido, la participación de lasempresas públicas en los restan-tes cuatro países, la participaciónde las empresas públicas aumen-tó levemente entre 1963 y 1990.29

En Francia tuvo lugar, en 1981,una segunda ola de nacionaliza-ciones que incluyó a variasempresas líderes en su actividad,como la Compagnie Généraled´Electricité, de equipamientoeléctrico, Thomson-Brand, deelectrónica de consumo, Rhône-Poulenc, de química, Usinor-Sacilor, siderurgia, HonewwellBull, de computadoras y otras.

El curso se revirtió con las priva-tizaciones de 1986-87, pero aúndespués de eso, las empresaspúblicas tenían el 14% delempleo, el 16% del PIB y el 30%de las inversiones no agrícolas.Se mantuvieron, además, variosbancos importantes de propiedado con participación estatal, espe-cializados en segmentos deempresas o de actividades, comolos bancos para empresas chicaso de crédito agrícola. Hasta 1996,

28 Idem. Página 127.29 Carreras, Albert. “El siglo XX. Entre rupturas y prosperidad (1914-2000)”. En Historia

Económica de Europa. Siglos XV-XX. Antonio Di Vittorio (coordinador). Crítica.Barcelona, 2003.

39El crecimiento económico

la nacionalizada Renault compitiócon la privada Peugeot y con lasotras automotrices internaciona-les. 30

Italia vivió en las décadas delcincuenta y el sesenta un períodode alto crecimiento que fue defini-do como el “milagro italiano”. Enese lapso la economía peninsularcreció a un 6% anual promedio, elnivel europeo más elevado des-pués de Alemania.

En ese período, las empresaspúblicas, sostiene Angus Maddi-son, tuvieron un papel dinámico;“en conjunto, el sector público haobtenido utilidades y contribuidograndemente al esfuerzo de inver-sión del país y a la ampliación dela base industrial. El papel delEstado en la innovación técnicafue importante, principalmentedebido al descubrimiento de nue-vos recursos de gas natural ypetróleo”31.

La intervención de los estadosfue también muy activa en la regu-lación de las relaciones sociales.

La avanzada en esa línea fue delos países nórdicos y en particularSuecia. Desde el siglo XIX, peroespecialmente a partir de los añostreinta, estos países promovieronacuerdos sociales en los cualeslos trabajadores obtuvieron lasventajas del estado de bienestar ylos empresarios estabilidad social

y un mercado solvente. El altonivel educativo les permitió involu-crarse en actividades de alto con-tenido tecnológico.

En los países escandinavos ygermánicos dominaron sistemasdenominados neo-corporativistas,basados sobre la propiedad priva-da, pero orientados en función deobjetivos de armonía social y defortalecimiento nacional.

Introducción al Asia

En el desarrollo asiático, elJapón encabeza la “formación deganso”, seguido por Corea delSur, Taiwán y otros países asiáti-cos de rápido crecimiento.

Las políticas y las trayectorias deestos países no son iguales, perotienen rasgos compartidos y simi-litudes en materia de políticaspúblicas y experiencias. Estecapítulo explora esas coinciden-cias, como introducción al trata-miento pormenorizado de loscasos de Corea del Sur y Taiwánque se desarrollan en los siguien-tes capítulos.

El primer punto de contacto entrelos dos países es su crecimientoexplosivo: Taiwán y Corea, expli-ca Robert Wade, alcanzaron enquince años lo que le tomó alJapón veinticinco años y a GranBretaña cincuenta.32

30 Calcagno, Alfredo Eric El Estado en países desarrollados. CEPAL. Cuadernos delILPES.38. Santiago de Chile 1993.

31 Maddison, Agnus. Op.Cit. Página 12932 Wade, Robert. Governing the market. Princeton University Press. USA 2004.

40 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

Entre 1960 y 1985, en Taiwán laparticipación de la industria en elPIB pasó del 22% al 30%, y enCorea del 14% al 30% y la partici-pación de la industria pesadasobrepasó el 50% de la produc-ción industrial en ambos países.

Comparativamente, en el Brasil,el país de más rápida industriali-zación de América latina en eseperíodo, la participación de laindustria en el PIB avanzó sólo del26% al 28 por ciento.

Una estimación realizada porWade para las décadas de lossesenta y setenta, muestra que elJapón, Taiwán y Corea, compar-ten las siguientes características:tienen alto dinamismo, alta com-petitividad internacional, baja ine-quidad y hábitos de consumo rela-tivamente austeros.

La misma medición realizadasobre Estados Unidos, la Argen-tina y México muestra menor dina-mismo, baja competitividad inter-nacional en manufactura, unadesigualdad en la distribución delingreso más elevada y un “consu-mo exuberante”33.

El mismo autor señala puntoscomunes en el funcionamiento delestado y la sociedad en los paísesasiáticos. Entre ellos:- sentido de comunidad entre los

principales conductores delpoder que inhibe el juego de losintereses propios definidos enforma estrecha; los que experi-mentaron las derrotas de sus

países -a manos de las poten-cias coloniales o, en el caso deTaiwán, del comunismo -, com-parte un sentimiento de habercompartido una terrible humilla-ción, a la cual responden con laresolución de hacer las cosasmejor que los que los humilla-ron;

- poco conflicto con las políticasde industrialización porque, adiferencia de lo que sucede enlos países subdesarrollados, elpoder y la riqueza no están enmanos de los dueños de tierraso vinculados con la explotaciónde minerales.(Hay que recordarque en los tres países asiáticosconsiderados se hicieron refor-mas agrarias que redujeron elpoder de los terratenientes y lesdejaron como opción capitalizar-se a través de la industria);

- los gobiernos dan gran prioridada la efectividad estatal (diferentede eficiencia). Un episodioejemplificador fue la respuestadel Japón, Taiwán y Corea alshock petrolero de los setenta,cuando los tres países rápida-mente aumentaron los precios,acumularon petróleo, diversifi-caron proveedores y redujeronel énfasis en las industrias inten-sivas en combustible, entreotras medidas destinadas aenfrentar la nueva situación;

- los militares están orientadoshacia la eficiencia antes que a larapiña y a la represión de supropia población. En Taiwán y

33 Wade, op. cit.

41El crecimiento económico

Corea, las nociones militares deautoridad, disciplina, lealtad yvigilancia están ampliamentedifundidas a través del serviciomilitar que dura entre dos y tresaños y que se extiende conprestaciones regulares hasta lostreinta y cinco años;

- una ampliamente justificadaapreciación de la situaciónnacional, definida no sólo en tér-minos de vulnerabilidad externasino también de la necesidad dela industrialización por la esca-sez de recursos naturales y lanecesidad de mejorar la compe-titividad. Así como los militaresestán orientados a la eficiencia,la burocracia civil (con una fuer-te formación y sentido militar)utiliza métodos de ordenamien-to y control propios de la disci-plina militar para organizar laeconomía;

Las experiencias de desarrolloasiático comparten también laactuación de un estado desarro-llista que articuló políticas públi-cas con intereses privados quecombinaron sustitución de impor-taciones con promoción y que seadaptaron a los cambios de lademanda internacional.

En el Japón la producción seorientó primero al mercado internoy luego para el mercado externo;en Corea y Taiwán, con mercadosdomésticos mucho más chicos,predominó la orientación externay, por muchas décadas, la poster-gación del consumo interno deproductos no indispensables. En

los tres casos los mercados inter-nos se mantuvieron protegidos dela importación de productos quepodían ser abastecidos por fabri-cantes locales.

En los tres países en la segundaposguerra se realizaron reformasagrarias que eliminaron a los anti-guos terratenientes y crearon unabase para la sustentación de unsector campesino protegido de lacompetencia externa.

Los estados dieron, además,gran importancia a la formaciónde recursos humanos y a la inver-sión en tecnología, lo cual les per-mitió pasar rápidamente de la pro-ducción y exportación de produc-tos mano de obra intensiva, aotros intensivos en capital y, final-mente, a los intensivos en tecno-logía.

Las políticas financieras presen-tan diferencias. En el Japón lasgrandes empresas estuvieron vin-culadas con bancos que las finan-ciaron; en Corea esa conexión noexistió y el financiamiento en losaños de rápido crecimiento fueproporcionado por el estado o porel exterior; en Taiwán el sistemaprivado no está concentradocomo en los otros dos países y elsistema financiero estuvo pordécadas bajo control estatal y novinculado con las empresas.

Los tres se beneficiaron con elapoyo material, civil y militar, delos Estados Unidos. Tanto esteúltimo como Europa tuvieron,durante las primeras décadas deldesarrollo de los tres países, una

42 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

actitud comercial benevolente,abriendo sus mercados a lasexportaciones orientales a pesarde las prácticas regulatorias y pro-teccionistas de los asiáticos.

En los tres países, las fuerzaspolíticas dominantes instauraronlo que un autor llama un proyectohegemónico: “un conjunto deobjetivos de amplia escala al cualimportantes segmentos del régi-men está particularmente dedica-do y que provee un objetivo alre-dedor del cual movilizar la energíanacional colectiva (…) el rápidodesarrollo económico basadosobre el crecimiento dirigido a laexportación fue el ingredienteclave en el proyecto hegemónicode los tres regímenes.”34

Un estudio sobre el cambio tec-nológico en Asia explica los crite-rios de planeamiento en que coin-ciden los asiáticos y sus diferen-cias con los occidentales. SegúnLasserre y Schutte, los paísesasiáticos utilizan el término “pla-neamiento incremental”, que defi-nen como la toma de decisionesde corto plazo basadas sobre unaserie de principios establecidos yen una estrategia de largo plazo.Y, “mientras los administradoresoccidentales adoptan una aproxi-mación ingenieril para construir yregular el comportamiento organi-zacional, los asiáticos prefieren

ver sus empresas como organis-mos vivos en los cuales variosindividuos y grupos obtienenmutuos beneficios a través de lacooperación…valorizan la calidadde la interacción, definida en tér-minos de lealtad, confianza ydedicación, y por lo tanto frecuen-temente interpretan el recurso acontratos y procedimientos lega-les como una falla de la interac-ción humana”35.

El resurgimiento del Japón en lasegunda posguerra y la posteriorexplosión de crecimiento deCorea, Taiwán, Singapur y HongKong, capturaron la atención deeconomistas y políticos y dio lugara las más diversas interpretacio-nes.

Las corrientes liberales se apre-suraron a proclamar que el creci-miento asiático se debía a las vir-tudes de la economía de libremercado orientada a la exporta-ción y a los bajos salarios.

En los años setenta, el PremioNobel y profeta del monetarismo,Milton Friedman llegó a escribirque “Malasia, Singapur, Corea,Taiwán, Hong Kong y Japón, con-fiando ampliamente en los merca-dos privados, están prosperando.Por contraste, India, Indonesia yChina Comunista, todos confian-do fuertemente en la centraliza-ción planificada, han experimenta-

34 Pempel, T. J. The developmental regimen in a changing world economy. En TheDevelopmental State. Meredith Woo Cumings, editora. Cornell University Press. USA.1999. Página 171

35 Lasserre, Philippe, Schütte, Hellmut. Strategies for Asia Pacific. Mc Millan Business.London, 1995. Página 136.

43El crecimiento económico

do estagnación económica”36.Otros sostuvieron que el estado

intervino pero para crear unambiente similar al que habríadado un mercado libre en buenfuncionamiento, con lo cual elestado sólo habría corregido dis-torsiones.

Estas posiciones fueron revisán-dose paulatinamente y actual-mente se admite que, como sos-tienen dos estudiosos del tema,“En la mayor parte de Asia, con laexcepción de Hong Kong y Japón,la participación estatal en el sectorprivado ha sido una parte integraldel proceso de industrialización.Las empresas públicas estáninvolucradas en un amplio rangode actividades, pero principalmen-te en esas industrias que requie-ren instalaciones de elevadainversión. Esto incluye plantacio-nes, explotaciones de recursosnaturales como petróleo, siderúr-gicas, infraestructura pública,aerolíneas, construcción y maqui-narias industriales y equipospesados.37

Robert Wade es más contunden-te y sostiene que la participacióndel Estado no consistió sólo endesarrollar actividades económi-cas o promover las de empresasprivadas, sino a crear la burguesíaque protagonizó los milagros.

“Los gobiernos de Taiwán, Co-

rea y Japón, opina Wade, no tantoeligieron ganadores como que losfabricaron. Los hicieron creandoun amplio ambiente conductivo ala viabilidad de las nuevas indus-trias -especialmente moldeando laestructura social de inversión paraestimular la inversión productiva ydesalentar la improductiva- y con-trolando los parámetros claves delas decisiones de inversión paratener mayor predecibilidad. Losinstrumentos incluyeron protec-ción para modular la competenciainternacional, restricciones ensalida de capital para intensificarla reinversión en el territorio nacio-nal y promover la exportación demercaderías más que la de capi-tal”38

Elegir ganadores implica estimu-lar sectores a los que el gobiernoconsidera con capacidad de desa-rrollo y porque pueden aportarproductos necesarios para otrossectores (por ejemplo, acerocomo insumo para la metalurgia) ,divisas, tecnología o puestos detrabajo. Esta estrategia constituyeuna apuesta porque consiste eninvertir fondos y energías socialesen función de resultados futurosque pueden resultar frustrantes.En términos técnicos, el dilema deesta o de cualquier política públicaes que el costo social de las polí-ticas sea igual o menor que elbeneficio social que finalmente se

36 Friedman, Milton and Rose. Free to Chose. Harcourt Brace Jovanovich New York1980. Página 57

37 Lasserre, Philippe, Schütte, Hellmut. Strategies for Asia Pacific. Mc Millan Business.London, 1995.; Página 111

38 Wade. Op.cit. Página 334.

44 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

obtiene. Un segundo paso en elanálisis debería tener en cuentaquién carga con el costo y cómose distribuyen socialmente losbeneficios.

Esta política logró que se monta-ran proyectos de inversión delargo plazo que no hubieran sidoposibles con libre comercio y libremovilidad de capitales. En otrostérminos la política estatal eliminóo redujo la posibilidad de que lasempresas invirtieran en funcióndel corto plazo o de expectativasde ganancias financieras.

Estas políticas eran posibles por-que las economías nacionalestenían un menor grado de apertu-ra y porque las normas internacio-nales imperantes y los paísesindustrializados permitían o tole-raban, por razones económicas oestratégicas, esas prácticas.

En la actualidad, la liberalizacióncomercial y financiera y las nor-mas internacionales por las cua-les los países aceptan reducir susoberanía económica, redujerondrásticamente la posibilidad deesas políticas.

Sustitución de importaciones

Las estrategias exportadorasson consideradas en la generali-dad de los estudios como la clavedel éxito económico.

Aun aceptando esta visión nopuede olvidarse que exportadoresexitosos como el Japón, Corea yTaiwán, además de incursionar en

la “orientación hacia afuera”implementaron políticas de susti-tución de importaciones.

Las industrias desarrolladas oinstaladas en la sustitución deimportaciones fueron decisivas envarios sentidos: contribuyeron ala ampliación del mercado interno,crearon condiciones para el pro-greso tecnológico de las firmaslocales y permitieron pasar deexportaciones de baja compleji-dad a otras de mayor componentetecnológico. Las políticas sustituti-vas se implementaron con condi-ciones de contrapartida para lasempresas beneficiadas, con regí-menes de inversión externa queobligaron a los inversores a trans-ferir tecnología y fueron adaptán-dose a los cambios en el mercadomundial.

Las políticas de sustitución no seopusieron a las de promoción deexportaciones porque el costo queimponía la protección propia delas medidas de sustitución deimportaciones fue compensadocon un amplio abanico de instru-mentos fiscales y crediticios comoexenciones de aranceles deimportación de insumos y maqui-narias, exenciones y devolucionesde impuestos, créditos subsidia-dos a la exportación y zonasespeciales para la instalación defábricas destinadas a la exporta-ción en las cuales el capital exter-no tenía mayores libertades queen el resto del mercado.

En general, los gobiernos asiáti-cos no mantuvieron las promocio-

45El crecimiento económico

nes ya iniciadas de industriasque, por sus costos elevados, nolograban exportar o proveer almercado local a precios cercanosa los internacionales después deun tiempo de promoción.

Por lo contrario, tanto en Latino-américa como en otros países dela periferia, los gobiernos sostu-vieron proteccionismo y subsidiospor largos períodos en sectoresque no se adaptaban a los patro-nes internacionales. La falta deconvergencia se debía tanto a lamala elección de los supuestosganadores o a que a las empre-sas apoyadas no se les exigía

esfuerzos para mejorar tecnológi-ca o comercialmente.

El economista Dani Rodrik dise-ñó unos cuadros que permitencomparar, por una parte, las reco-mendaciones del Consenso deWashington para los países peri-féricos, centradas sobre la libera-lización y desregulación de losmercados, con las respuestasdadas por los países asiáticos. Ypor otra, el mayor crecimiento delos países asiáticos con el modes-to o mal desempeño de paíseslatinoamericanos que aceptaronlas reglas del liberalismo.39

Institución Recomendación Consenso Respuesta del Este Asiático

Derechos de propiedad Privada, reforzada por elimperio de la ley

Privada, pero el gobierno oca-sionalmente sobrepasa la ley(especialmente en Corea)

Governanza empresariaControl externo de accionis-tas; protección de derechosde accionistas

Control interno

Relaciones empresas-gobierno Lejana, basada sobre reglas Interacción cercana

Organización empresa-ria

Descentralizada, mercadoscompetitivos con reglas anti-trust

Integración horizontal y verti-cal en producción; cartelesmandados por el gobierno

Sistema financieroDesregulado, con entradalibre. Supervisión prudencialpor reguladores

Restricciones a la entrada,fuertemente controlado porgobierno, crédito dirigido,débiles regulaciones formales

Mercado de trabajo Descentralizado, desinstitu-cionalizado, flexible

Empleo por vida en principa-les empresas (Japón)

Flujo internacional decapitales “Prudentemente” libre Restringidos (hasta los años

noventa)

Propiedad estatal Ninguna en sectores pro-ductivos Mucha en industrias básicas

39 Rodrik, Dani Growth Strategies. August 2004. www.kgs.harvard.edu/rodrik/

46 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

Autonomía estatal

Un factor distintivo de la expe-riencia asiática es que el estadomantuvo una fuerte autonomía yhasta autoritarismo frente al sec-tor privado, pero al mismo tiempotomó en cuenta las informacionesy posibilidades privadas, lo cualsirvió para la eficiencia de las polí-ticas.

En Latinoamérica, los estadostienden a subordinarse a lasestrategias cortoplacistas priva-das.

Un estudio del modelo coreanosostiene que “la cooperaciónentre empresas y gobiernos estáinstitucionalizada en ciertos paí-ses asiáticos, es informal en otrosy, en algunos casos, existe comoun híbrido entre las dos… La acti-vidad de los gobiernos toma inclu-so recientemente la forma de guíaadministrativa (una combinaciónde notificación, sugerencia infor-mal, invitaciones y presionesdirectas que se originan en losministerios). Los funcionarios delos gobiernos más que los políti-

cos, tratan de persuadir y guiar alas corporaciones para alcanzarun consenso. En muchos casosconsenso significa acceder aldeseo de un ministro en particulary los mecanismos de palo y zana-horia son utilizados habitualmentepara influenciar la toma de deci-siones de las empresas. Los lazosestrechos entre gobierno y empre-sas significan que los dos ladosestán en constante contacto. Estoen efecto institucionaliza lainfluencia de la política guberna-mental en las empresas, que seconvierte en un gobierno exter-no”40.

La relación entre empresas ygobierno está ayudada por unacultura de nacionalismo económi-co, como en el Japón o Corea, ypor las relaciones establecidasentre funcionarios y empresariosen las universidades o en las fuer-zas armadas.

La burocracia estatal, por suparte, es técnicamente preparaday no es estatista-antiempresaria,sino favorable a los negocios.

Esto contribuye a que la inter-

Crecimiento por regiones (% anual promedio)

1960-1970 1970-1980 1980-1990 1990-2000Mundo 5,1 3,9 3,5 3,3P. Industriales 5,2 3,3 2,9 2,5China 2,8 5,3 9,2 10,1Este Asia (Sin China) 6,4 7,6 7,2 5,7América Latina 5,5 6,0 1,1 3,3Sur Asia 4,2 3,0 5,8 5,3

40 Lasserre and Schutte, Op. Cit. Página 117.

47El crecimiento económico

vención de los gobiernos estédestinada a generar un clima con-ductivo para el crecimiento econó-mico. “Cuando fue necesario, lamano del gobierno fue más visi-ble, pero no necesariamente ideo-lógica, con la obvia excepción deChina durante los años 1949-79”41

China presenta, finalmente, lagran paradoja contemporánea delcapitalismo liberal. La liberaliza-ción, desregulación y privatizacióniniciada, o más bien profundizadaa partir de la crisis del dólar decomienzos de los setenta, diolugar a una forma de acumulaciónbasada sobre la especulaciónfinanciera, que provocó diversascrisis de creciente magnitud hastadesembocar en la crisis actual.42

La crisis obligó a una extendidaintervención de los estados parael rescate del sistema financiero ydel propio capitalismo, y la econo-mía que menos sufrió la crisis fuela china, debido al amplio manejode la economía y, en particular delas finanzas, que mantiene elEstado, a pesar de las privatiza-ciones y el incremento de lasinversiones extranjeras.

Es decir que, cerrando una pará-bola, así como los estados tuvie-ron un papel decisivo en la acu-mulación primaria de los grandescapitalismos y en el surgimientode varias economías dinámicasen el siglo XX, el estado fue tam-bién un actor principal en el salva-taje del sistema en su peor crisisdesde los años treinta.

41 Idem, Página 119.42 Sobre la crisis actual, Julio Sevares, El estallido de la superburbuja, dos tomos de la

colección “Clave para todos” Editorial Capital Intelectual. Buenos Aires, 2009. Un aná-lisis de la globalización financiera y las condiciones que estaban engendrando la cri-sis actual, en Julio Sevares, El Imperio de las finanzas, Grupo Editorial Norma, BuenosAires 2005.

48

El mercado de trabajo enEl mercado de trabajo enlos distintos patrones delos distintos patrones decrecimiento*crecimiento*

Convertibilidad y después

* Este trabajo se basa parcialmente en un artículo previo, "La situación de los trabaja-dores en Argentina frente a la crisis económica actual", elaborado en conjunto con AnaLaura Fernández y Federico Marongiu, que fue presentado al 9º Congreso Nacionalde Estudios del Trabajo en 2009. Se agradecen además los comentarios y sugeren-cias de Nicolás Arceo, Augusto Costa y Ana Laura Fernández a versiones previas delpresente. Los resultados y conclusiones expresados son responsabilidad de los auto-res.

** Investigador de la FLACSO. Becario del CONICET.*** Investigadora del CENDA.**** Investigadora del CENDA y CEPLAD-UBA.

El artículo se dedica al análisis de la evolución del mercado detrabajo entre los años 2003 y 2009, centrándose en la trayecto-ria del empleo, los resultados de las negociaciones colectivas yel salario real. Se hace particular hincapié en la relación entre elpatrón de crecimiento vigente y la dinámica laboral, marcandolas rupturas con respecto a la década de convertibilidad. Almismo tiempo, se discuten las limitaciones propias del patrónde crecimiento vigente y el modo en que repercutieron sobre elmercado de trabajo, aún antes del estallido de la crisis econó-mica internacional.

Luis Campos ** Mar iana L. Gonzál ez ***

Mar ce la Sacav in i****

49Mercado de trabajo

Introducción

Este artículo se dedica al análisisde la evolución del mercado detrabajo en el período posterior a2003, centrándose en la trayecto-ria del empleo, los resultados delas negociaciones colectivas y elsalario real. El examen hace parti-cular hincapié en la relación entreel patrón de crecimiento vigente yla dinámica laboral, ya que enten-demos que de otro modo no seríaposible comprender cabalmenteel funcionamiento del mercado detrabajo.

En la década de 1990 la configu-ración macroeconómica resultósumamente nociva para la crea-ción de empleo, lo cual se tradujoen un incremento de la desocupa-ción y de la subocupación sin pre-cedentes. El deterioro se extendiótambién a las condiciones de tra-bajo y la estabilidad de las ocupa-ciones. Este contexto se mostrósumamente desfavorable para laclase trabajadora: el elevadodesempleo funcionó como unpotente mecanismo disciplinadorque afectó la capacidad de nego-ciación de los trabajadores y faci-litó la imposición de la flexibiliza-ción laboral y la intensificación delos procesos de trabajo. En suma,el patrón de crecimiento propicióuna caída en la participación delos asalariados en la riqueza pro-ducida por el país y un empeora-miento de las condiciones de vidade la clase obrera en general.

Tras la fuerte devaluación y lacrisis económica, social y política

que siguió al estallido del régimende convertibilidad, la economíavolvió a crecer y -con ello- volvió aincrementarse la ocupación, peroesta vez bajo un esquema diferen-te. En efecto, entre 2003 y 2006 elnivel de actividad se recuperórápida y fuertemente, con un inu-sitado ritmo de creación de pues-tos de trabajo. Los sectores pro-ductores de bienes, en particularla industria manufacturera, motori-zaron este proceso. Los salariosaumentaron desde sus deprimi-dos niveles de 2002, en un princi-pio empujados por incrementosdecretados por el gobierno. Luegofueron elevándose por la reaper-tura de las negociaciones colecti-vas, en el caso de los trabajado-res asalariados registrados, ycomo resultado del mayor dina-mismo del mercado laboral paralos trabajadores en general. Latasa de desocupación disminuyóa menos de la mitad y hubo mejo-ras relativas en términos de lacalidad del empleo y la distribu-ción del ingreso.

Entre 2007 y fines de 2008, sinembargo, algunas de estas condi-ciones se modificaron. La econo-mía continuó creciendo a tasaselevadas pero la creación deempleo se detuvo, al tiempo quese contrajo la producción indus-trial. Como correlato, la recupera-ción salarial se volvió más difícil yesto se reflejó en un cambio enlas pautas de las negociacionescolectivas en un marco de infla-ción elevada. La inesperada inter-vención del Instituto Nacional deEstadística y Censos (INDEC) por

50 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

parte del gobierno buscó ocultarparte de esta realidad, en particu-lar la disminución del poder adqui-sitivo del salario1.

Desde fines de 2008, el impactolocal de la crisis mundial implicóuna transformación más radicalen el escenario económico, concaídas en la actividad productiva yen la ocupación. Más allá de suefecto en cada sector particular, lacrisis se instaló discursivamentey, en consecuencia, a diferenciade los años anteriores, muchas delas organizaciones de los trabaja-dores debieron sumar estrategiasde negociación defensivas, aun-que sin renunciar a los reclamospor recomposiciones salariales. Elfortalecimiento logrado en losaños anteriores les permitió resis-tir con mayor éxito este cambio enlas condiciones económicas.

Este artículo se organiza demodo tal de presentar cronológi-camente los cambios en el merca-do de trabajo. En la primera sec-ción se analizan las consecuen-cias de la implementación de laLey de Convertibilidad y las refor-mas económicas que la acompa-ñaron durante la década de 1990en el mercado laboral. La aperturacomercial y la desregulación aultranza de los mercados conduje-ron a una exacerbación de la

especialización productiva susten-tada en las ventajas comparativasde Argentina, que no resultó favo-rable para los trabajadores, sinotodo lo contrario. Luego de plante-ar el escenario en que se encon-traba el país hacia fines de 2001,la segunda sección se adentra enel análisis de los sucesos que sedesencadenaron a partir de lacaída del régimen convertible.Esta sección, a su vez, se dividióen cuatro apartados de acuerdocon los subperíodos identificadosprecedentemente. Para cada unode ellos se describe brevementela evolución del nivel de actividady el empleo, se analiza el caráctery los resultados de la negociacióncolectiva salarial y se señalan loscambios en la distribución delingreso y la pobreza. El documen-to finaliza con una última secciónque reúne conclusiones acerca delas continuidades y rupturas conrespecto a la evolución del merca-do de trabajo entre estos dos regí-menes.

1. El mercado de trabajodurante la vigencia delrégimen de convertibilidad(1991-2001)

En los años 1990 se asistió auna importante profundización del

1 El desplazamiento de la directora de la Dirección encargada de la elaboración del Índi-ce de Precios al Consumidor (IPC) en enero de 2007 dio inicio a una serie de inter-venciones de funcionarios del gobierno sobre las metodologías y estadísticas elabo-radas por el INDEC, denunciada en primer lugar por los mismos trabajadores del ins-tituto, que continúa hasta la fecha. En Fernández, González, Lafleur y Wahlberg(2008) se hace un recuento de los indicadores que dejaron de estar disponibles y deaquellos que se encuentran fuertemente cuestionados como consecuencia de estosprocesos.

51Mercado de trabajo

patrón de crecimiento vigentedesde la irrupción de la última dic-tadura militar, que tuvo hondasconsecuencias sobre el mercadode trabajo. El origen de los cam-bios en esta década estuvo signa-do por un proceso de reformasestructurales liberales, sumado ala política de mantenimiento deuna moneda apreciada. Desde suinicio el gobierno de CarlosMenem encaró un conjunto demedidas de política que incluyó laapertura comercial repentina eindiscriminada, la desregulaciónfinanciera y la privatización de losservicios públicos y otras empre-sas del Estado. Por otra parte, laLey de Convertibilidad, sanciona-da por el Congreso en abril de1991, supuso la fijación del tipo decambio respecto del dólar en unnivel que implicó desde un iniciocierto nivel de sobrevaluación dela moneda local que luego seagravó aún más debido a la iner-cia inflacionaria hasta la estabili-zación definitiva de los precios.

La configuración macroeconómi-ca resultó sumamente perjudicialpara la creación de empleo y, alargo plazo, para la economía ensu conjunto. La apertura comercialsumada a la sobrevaluación de lamoneda implicó un fuerte abarata-miento relativo de los productosimportados frente a los de fabrica-ción local, lo que supuso la impo-sibilidad de competir para unaparte importante de la industria

nacional. Si bien el tejido industrialya había sido parcialmente des-truido como consecuencia de laspolíticas implementadas por ladictadura militar desde mediadosde los años setenta, el proceso deapertura en los noventa constituyóel tiro de gracia para varios secto-res que producían para el merca-do interno, en especial las peque-ñas y medianas industrias. Así, elsector manufacturero creció entre1991 y 2001 a una tasa anual acu-mulada equivalente sólo a un ter-cio de la tasa del resto de los sec-tores. Esta tasa de crecimiento, asu vez, esconde la expansión dealgunos subsectores y, al mismotiempo, el estancamiento o des-trucción de otros. Los que se man-tuvieron experimentaron un granincremento en el peso de los com-ponentes importados sobre la pro-ducción, de modo tal que disminu-yó la proporción del valor agrega-do sobre el total producido2.

Más allá de lo sucedido en laindustria, en general el esquemaeconómico vigente tendió a favo-recer a los sectores no transables,es decir, a los productores de ser-vicios por sobre los productoresde bienes. De este modo, entre1991 y 2001 los primeros seexpandieron a una tasa anual acu-mulada 20,3% superior a la de laeconomía en su conjunto, mien-tras que la producción de bienescreció a una tasa 18,2% inferior(gráfico Nº 1).

2 En Porta y Fernández Bugna (2008) se incluye una caracterización exhaustiva de loscambios en la industria manufacturera en este período.

52 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

En el conjunto de los sectoresproductivos, el esquema de pre-cios relativos favoreció además lasustitución de mano de obra porbienes de capital. La incorpora-ción de tecnología -que se encon-traba retrasada porque no sehabía podido realizar en los añosde crisis previos- implicó que laproducción se volviera relativa-mente menos intensiva en la utili-zación de trabajo.

Por estos motivos, el patrón decrecimiento resultó contrario a lacreación de empleo. Entre 1991 y2001 la economía creció a unatasa anual acumulativa de 2,7%,pero los puestos de trabajo se

expandieron sólo al 0,3% anual.En otras palabras, la elasticidadempleo-producto (el porcentaje enque se incrementa el empleo anteun aumento de un 1% en el pro-ducto) resultó inusitadamentebaja, incluso si se consideran sólolos años de crecimiento económi-co3. El aumento en la ocupaciónse debió exclusivamente al com-portamiento de los sectores deservicios, ya que los sectores pro-ductores de bienes resultaronexpulsores de empleo en términosnetos. En particular, en la indus-tria manufacturera se destruyeronpuestos de trabajo a una tasa de3,5% anual acumulativa4.

3 Este hecho fue ampliamente documentado. Ver, por ejemplo, Altimir y Beccaria(1999).

4 CENDA (2006a) sobre la base de información de la Encuesta Permanente deHogares (EPH)-INDEC.

Gráfico Nº 1. Tasas de variación anual acumulada por sector de actividad,respecto de la tasa de variación anual acumulada del valor agregado delconjunto de los sectores. En porcentajes.

Fuente: Elaboración propia sobre la base de Dirección Nacional de CuentasNacionales-INDEC.

-61,7

16,2

-18,2

11,3

20,3

-8,3

-70

-60

-50

-40

-30

-20

-10

0

10

20

30

1991-2001 2002-2008

Industria manufactureraSectores productores de bienesSectores productores de servicios

53Mercado de trabajo

Como resultado, la tasa de deso-cupación se elevó hasta llegar aniveles inéditos en la historiaargentina, al menos desde que setienen registros. En octubre de1991 el porcentaje de desocupa-dos sobre la PoblaciónEconómicamente Activa (PEA)era del 6,8%; ya en octubre de1993 se ubicó por encima de losdos dígitos y se mantuvo desdeentonces por arriba de este nivel.En octubre de 2001 alcanzó el23,8%5. Al mismo tiempo, se elevócontinuamente la tasa de subocu-pación6, que pasó de 7,4% en

octubre de 1991 a 15,4% diezaños después7.

El patrón de crecimiento era,además, intrínsecamente vulnera-ble e inestable, lo que incidió en larelativamente baja tasa de creci-miento del Producto Interno Bruto(PIB) si se considera el conjuntodel período. En efecto, la expan-sión del producto estuvo muy aso-ciada a la entrada de capitalesinternacionales, que llegaron aresultar esenciales para compen-sar el constante déficit de cuentacorriente y mantener el nivel deltipo de cambio. El gobierno man-

5 Las tasas básicas del mercado laboral se obtienen a partir de la EPH-INDEC. Estaencuesta tuvo un cambio metodológico en 2003 que afecta la comparabilidad de lasseries antes y después de ese año. Por ello, con el fin de facilitar la comparación, lasseries fueron empalmadas, utilizando como coeficiente de empalme el cociente entrelos datos correspondientes al primer trimestre de 2003 según la EPH Continua (nuevametodología) y a mayo de 2003 según la EPH Puntual. Por tal motivo, las tasas ante-riores a 2003 no son exactamente idénticas a las que surgían de la EPH Puntual, aun-que sí respetan sus variaciones relativas.

6 La tasa de subocupación es el porcentaje entre la población subocupada y la PEA. Lapoblación subocupada se refiere a los ocupados que trabajan menos de 35 horassemanales por causas involuntarias y están dispuestos a trabajar más horas.

7 En un principio, algunos autores y funcionarios insistieron en negar la verdaderadimensión del problema de la desocupación. Inicialmente argumentaban que elaumento del desempleo obedecía a la mayor participación de la población en el mer-cado laboral, ante un escenario que -sostenían- se presentaba promisorio por el incre-mento de los salarios. Luego, admitían que la desocupación había aumentado, perodecían que era una consecuencia transitoria de la crisis del Tequila, que golpeó a laeconomía local en 1995. En palabras del Ministro de Economía de aquel entonces: "elaumento de la tasa de desempleo no refleja una caída global del empleo. En su lugar,es el resultado de un gran aumento en la tasa de participación de la fuerza laboral. Sieste aumento se debe a una reversión del efecto 'trabajadores desmotivados' o es larespuesta a remuneraciones potencialmente más altas todavía es una discusión abier-ta." (Cavallo y Mondino, 1995:11). Pudo demostrarse, por el contrario, a) que en unprimer momento el incremento de la desocupación no obedeció al aumento de la tasade actividad de la población, que seguía su tendencia histórica, sino al escaso dina-mismo del empleo aún antes de la crisis de 1995; b) que el aumento de la tasa de acti-vidad, una vez que se incrementó el desempleo, se vinculó con el efecto de los "tra-bajadores adicionales", que salían al mercado de trabajo ante la incertidumbre sobrela continuidad del empleo y los ingresos de los jefes de hogar (Altimir y Beccaria, 1999;Lindenboim y Serino, 2000).

54 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

tuvo un importante déficit fiscalque cubrió también mediante elendeudamiento con el exterior8.De este modo, la economía nece-sitaba de un ingreso constante decapitales externos para no sucum-bir ante una crisis. Este flujo, enun principio, estuvo garantizadoen gran parte por la privatizaciónde las empresas públicas, perotambién por el endeudamientoexterno privado y la entrada decapitales para inversiones realesy especulativas. Hacia el final dela convertibilidad fue el crédito delos organismos internacionales elque extendió los meses de vida deun régimen en agonía.

Este contexto resultó sumamen-te desfavorable para la clase tra-bajadora. El fuerte incremento dela desocupación funcionó comoun potente mecanismo disciplina-dor que afectó la capacidad denegociación de los trabajadores,lo cual se tradujo en una virtualinexistencia de negociacionescolectivas de índole salarialdurante este período. En eseescenario, los salarios reales -queen los primeros años de la con-vertibilidad habían tenido unaumento en relación con los depri-midos niveles de los años de hi-perinflación- quedaron estanca-dos después de 1993 y mostraronluego un leve descenso en térmi-nos reales. En efecto, entre octu-

bre de 1995 y octubre de 2001, elpoder adquisitivo de los salariossufrió una disminución del 5%.Cabe destacar que, dado que elnivel de precios de la economía semantenía absolutamente estable(tuvo incluso una leve caída en losaños recesivos del final de la con-vertibilidad), el menor poderadquisitivo de los salarios obede-ció a una disminución de los sala-rios nominales, proceso que sólofue posible por la situación degran debilidad en la capacidad denegociación de los trabajadores.

Al analizar la evolución de lossalarios reales es importante noperder de vista que en este mismoperíodo la productividad experi-mentó un notable ascenso. Elloestuvo asociado al proceso demodernización tecnológica queimplicó la incorporación de nue-vos bienes de capital. Pero tam-bién se relacionó con la adopciónde formas de gestión que tendie-ron a intensificar el trabajo y conel hecho de que fueron sólo lossectores más productivos los quepudieron sobrevivir al proceso deapertura externa. En suma, sala-rios estancados, tasas de empleoen retroceso y, al mismo tiempo,crecimiento de la productividad,dan como resultado inequívocouna caída en la participación delos asalariados en la riqueza pro-ducida por el país9.

8 La Ley de Convertibilidad implicaba para el gobierno la imposibilidad de emitir dineropara cubrir su déficit y, al mismo tiempo, el endeudamiento en el exterior resultaba fun-cional al mantenimiento del régimen, por cuanto permitía un ingreso de divisas quecompensaba gran parte del déficit de cuenta corriente.

9 El peso de la masa salarial sobre el valor agregado en el país pasó de 44,7% en 1993a 37,1% en 1997. Desde entonces se incrementó hasta llegar a 42,1% en 2001, nodebido a una mejora en la situación de los trabajadores sino a la caída del producto.

55Mercado de trabajo

Asimismo, también se incremen-taron los niveles de desigualdadde los ingresos de los trabajado-res y de los hogares10. En unasituación de alto desempleo, lostrabajadores que contaban conmayores niveles de calificación seencontraron en una posición rela-tivamente más favorable para pro-curar preservar sus salarios, enrelación con aquellos que teníanmenores niveles de calificación.De este modo, la mayor desigual-dad fue intrínseca a este funciona-miento del mercado laboral11. Laspolíticas gubernamentales nobuscaron contrarrestar esta situa-ción sino todo lo contrario. Desde1993 y por diez años el salariomínimo, vital y móvil (SMVM)

quedó fijo en un nivel bajo en tér-minos reales, lo que en la prácticaimpidió que este instrumento con-tribuyera a elevar los salarios delos trabajadores de más bajosingresos12.

El avance del capital sobre el tra-bajo fue aún más allá. El deteriorose extendió también a las condi-ciones de trabajo y la estabilidadde los empleos. Las condicioneseconómicas crearon un terrenofértil para la imposición de la flexi-bilización laboral y la intensifica-ción de los procesos de trabajo.

Presentada por el discurso neoli-beral como supuesto remedio aldesempleo13, la flexibilizaciónlaboral, interna y externa a las fir-

10 En Altimir y Beccaria (2002) se presentan distintos indicadores que dan cuenta de laevolución del nivel de desigualdad hasta el año 2000. La situación se agravó aún másal año siguiente, con el recrudecimiento de la situación recesiva.

11 Gasparini (2003) afirma, en cambio, que el aumento de la desigualdad se debió a laincorporación de tecnología que, en sí misma, implicó una mayor intensidad en el usode trabajo calificado respecto del no calificado. Este análisis microeconómico tiende adesconocer el efecto que la desocupación tiene sobre la desigualdad.

12 La evolución del salario mínimo en términos reales puede encontrarse en CENDA(2009).

13 De acuerdo con el enfoque teórico de la economía neoclásica, el desempleo es con-secuencia de la vigencia de un nivel de salario superior al que equilibraría el mercadode trabajo. El salario se mantendría elevado por la existencia de trabas o "rigideces"que impiden el ajuste de la oferta y la demanda de trabajo. La flexibilidad laboral sepresenta entonces como una condición necesaria para que haya equilibrio en el mer-cado de trabajo, es decir, para eliminar el desempleo. En palabras de Pessino y Gill(1997): "Desde que se aplicaron las reformas orientadas a reducir la inflación, hay evi-dencias de que los salarios reales son rígidos a la baja, razón por la cual el empleosufre un ajuste durante la fase descendente del ciclo económico. Los salarios -paraquienes conservan su trabajo- permanecen altos, motivando a las personas a buscartrabajo, lo cual se refleja en el incremento observado de la tasa de participación y deldesempleo" (p.12, traducción propia). Esta posición es criticada desde diversas teorí-as económicas y la evidencia histórica también es contraria a esta postura. Tal comose argumenta en CENDA (2004): "La década de 1990 en Argentina es una muestra deello. Mientras se aplicaban toda suerte de medidas flexibilizadoras, el desempleo cre-cía obstinadamente. Cuando, por último, el gobierno de la Alianza, ya sin eufemismos,

56 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

mas14, implicó un proceso de pre-carización de la contratación labo-ral que contó con el aval de lalegislación e incluso de la nego-ciación colectiva15. Paralelamente,se dio un aumento de la precarie-dad “de hecho”, en gran medidapor el fortísimo incremento delpeso del empleo no registradosobre el empleo total. La propor-ción de los asalariados no regis-trados sobre el total de los asala-riados pasó de 34,4% en 1991 a42,4% en 200116.

Este patrón de crecimiento, másallá de sus consecuencias en laocupación, no resultaba en símismo sostenible en el tiempo,como quedó de manifiesto en sulargo trance final y su estallidodefinitivo a fines de 2001. Entre1998 y 2001 terminó de cerrarseel proceso de destrucción del

empleo y de las condiciones devida de la población. Durante eseperíodo el PIB acumuló una caídade 8,4% y la desocupación trepóde 12,4% a 18,3%. La pobrezaalcanzó niveles tristementerécord: el 38,3% de la población yel 28% de los hogares teníaningresos inferiores a la línea depobreza en octubre de 2001.

2. Nuevo patrón de crecimiento

2.1. Efectos inmediatos dela devaluación de la moneda

Tras una década de vigencia delrégimen de convertibilidad, enmedio de una crisis de proporcio-nes históricas, en enero de 2002el peso argentino sufrió una fuertedevaluación17. Su efecto inmedia-

aplicó una reducción directa en los salarios públicos, el desempleo siguió incremen-tándose. La caída del salario no es una cura para la desocupación masiva" (p.6/7).

14 Se denomina flexibilización interna a las firmas a la flexibilización del proceso de tra-bajo (polivalencia funcional o flexibilización en la distribución del tiempo de trabajo) yflexibilidad externa a la relacionada con el mercado de trabajo (bajos costos de entra-da y salida de la ocupación) (Goldin, 1997).

15 Los cambios en la dinámica de la negociación colectiva en esta década fueron nota-bles. A partir de 1994, luego del acuerdo marco celebrado entre el gobierno nacional,la Confederación General del Trabajo y las representaciones patronales, la granmayoría de las negociaciones pasó a ser realizada a nivel de empresa, y estuvo sig-nada por la flexibilidad contractual y la regulación flexible al interior de la firma, vincu-lada con los cambios en la jornada, la organización del trabajo y la modalidad de lasremuneraciones (Novick y Trajtemberg, 2000).

16 Si bien existen diferencias en las cifras sobre empleo no registrado, de acuerdo conla definición del universo de trabajadores a considerar para el cálculo, en todos loscasos el aumento del mismo resulta evidente. Ver, por ejemplo, Lindenboim,González y Serino (2000), Beccaria y Serino (2001) y CENDA (2006b).

17 El precio del dólar pasó de $1 en diciembre de 2001 a $1,40 en el mes siguiente (des-doblado en un tipo de cambio para el comercio exterior y otro, flotante, para el restode la economía). La flotación del tipo de cambio implicó que continuara incrementán-dose rápidamente hasta llegar a un pico de $3,61 en octubre y desde allí volver a des-cender, quedando estabilizado alrededor de los $3 en los años siguientes.

57Mercado de trabajo

to fue una brutal transferencia deingresos en detrimento de los tra-bajadores, quienes vieron reduci-do su salario real aproximada-mente en un tercio por el efectodel aumento de los precios inter-nos. La débil situación de los tra-bajadores a la salida de la conver-tibilidad fue sin dudas uno de losfactores que permitió que durantemeses no existieran aumentosnominales de salarios, a pesar deque el nivel de precios estabasufriendo incrementos muy impor-tantes18.

La consecuencia inmediata fueque se acentuó la depresión quevenía experimentando el consu-mo tras varios años de recesión.En 2001 el consumo privado agre-gado había tenido una caída de5,7%; en 2002 tuvo una disminu-ción adicional de 14,4%. El PIB ensu conjunto, que se había contraí-do 4,4% en 2001, cayó 10,9% en2002.

En cuanto al mercado de trabajo,el empleo tuvo una importantecaída que implicó que la tasa dedesocupación trepara al 24,5% enmayo de 2002. Este hecho, suma-

do a la fuerte disminución delsalario real, implicó un dramáticoempeoramiento de la distribucióndel ingreso, reforzando la tenden-cia preexistente. Así, la participa-ción de la masa salarial sobre elvalor agregado en la economíapasó de 42,1% en 2001 a 34,6%en 2002.

La pobreza creció aún más res-pecto de su nivel de fines de2001. La situación más grave seregistró en octubre de 2002, cuan-do el 57,5% de la población y el47,5% de los hogares argentinosvivía con ingresos bajo la línea depobreza. Con el fin de paliar míni-mamente la emergencia social, seimplementó desde mayo de 2002el Programa Jefas y Jefes deHogar Desocupados, por el cualse otorgaba un monto de $150 alos jefes de hogar desocupadoscon hijos menores de edad, quie-nes debían realizar contrapresta-ción laboral o educativa. En lostres primeros meses desde suimplementación accedieron a esteprograma 1.370.000 beneficiarios,que llegaron a ser casi dos millo-nes a mediados de 200319.

18 El Índice de Precios al Consumidor (IPC-INDEC) se incrementó 39,6% entre enero de2002 y el mismo mes del año siguiente. En ese mismo período las remuneracionesnominales de los asalariados registrados se incrementaron en 14,6%.Paradójicamente, fue esa una de las razones por las cuales la devaluación enArgentina fue "la más exitosa del mundo", como afirmó el entonces Ministro deEconomía Roberto Lavagna (Clarín, 27/11/2003).

19 Esta medida, por su masividad, tuvo una lógica opuesta a la que había primado enmateria de políticas sociales durante toda la década de 1990. El cambio obedeció, sinduda, a la inusitada profundidad de la crisis, que volvió evidente la inviabilidad de laspolíticas focalizadas, aisladas y descoordinadas vigentes hasta entonces. No puededejar de resaltarse, además, que se trató de una concesión realizada en un contextode fuerte movilización de los sectores populares, que pocos meses antes habían pro-movido una iniciativa con algunas características similares: el seguro de empleo y for-mación del Frente Nacional contra la Pobreza (Frenapo).

58 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

Sin embargo, la devaluaciónsentó también las bases para unnuevo período de acumulación ycrecimiento, basado en un patróndiferente. La nueva estructura deprecios relativos resultó en unarecomposición de la tasa deganancia, dada la fuerte disminu-ción relativa del costo laboral.Asimismo, el nuevo tipo de cam-bio real implicó para los sectoresproductores dedicados al merca-do interno un importante aumentoen su competitividad externa,debido al incremento en los pre-cios relativos de los bienes impor-tados. De esta manera, los secto-res exportadores simultáneamen-te vieron incrementarse su com-petitividad por la reducción delcosto laboral y triplicarse en pocosmeses el precio de su producciónen moneda nacional. Este fue elimpulso que permitió la recupera-ción del nivel de actividad y enparticular, de la producción de bie-nes.

Los primeros indicios de recupe-ración económica comenzaron aapreciarse a partir de fines de2002 y en algunos sectores deactividad incluso antes. El empleotambién volvió a crecer, aún cuan-do los salarios reales permanecie-ron deprimidos por un lapso muyprolongado.

2.2. Expansión y creaciónde empleo sin precedentes

La vigencia del nuevo esquemamacroeconómico implicó una

expansión de la economía muyfuerte y sostenida. Entre 2003 y2008, la tasa anual acumulada decrecimiento fue de 8,5%, un nivelinédito en la historia de nuestropaís desde principios del siglo XX.

La demanda interna fue el princi-pal motor detrás de esta expan-sión20. El consumo privado crecióa una tasa anual acumulativa de8,3% entre 2002 y 2008, rompien-do con la tendencia decrecientede los cuatro años previos. Lainversión lo hizo al 22,2% anualacumulativo, partiendo de losdeprimidos valores de la crisis. Sibien en los primeros momentosposteriores a la devaluación elcrecimiento de la producción estu-vo sostenido en parte por la utili-zación de capacidad instalada quehabía permanecido ociosa duran-te los años anteriores, desde 2003la Inversión Bruta Interna Fija(IBIF) comenzó a recuperar suparticipación en el producto, lle-gando a alcanzar en 2008 un nivelequivalente al 23,3% del PIB (aprecios corrientes). Las exporta-ciones también mostraron unanotable expansión, del 7,5% anualacumulativo. Más del 80% del cre-cimiento de la demanda global seexplica, sin embargo, por la sumadel consumo privado y la inver-sión, comportamiento que con-trasta con lo ocurrido durante ladécada de 1990. El gráfico Nº 2permite comparar la dinámica delcrecimiento de los componentesde la demanda agregada en este

20 El Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (2004) realiza una descomposi-ción que permite cuantificar el aporte de la demanda doméstica al crecimiento econó-mico.

59Mercado de trabajo

período, en relación con los añosnoventa21. Se destaca una tasa decrecimiento relativa de la inver-sión en 2002-2008 mucho mayor,así como una menor tasa de cre-cimiento relativa de las exporta-ciones.

Existieron condiciones interna-cionales que resultaron favorablespara este crecimiento, aunque nofueron su causa única. El sectorde exportación se benefició con

una coyuntura de precios interna-cionales relativamente elevados,así como también por el incre-mento de las cantidades transa-das, originados ambos en el boomimportador asiático de estos pro-ductos, que se había iniciado conanterioridad a la devaluación delpeso argentino. Desde 2007, en elmarco de la especulación queantecedió al estallido de la crisisinternacional, súbitamente estos

21 Para la década de 1990, se consideran las variaciones desde 1993 debido a que nose cuenta con información diferenciada sobre consumo privado y consumo públicopara los años 1991 y 1992. Por otra parte, se toman los valores hasta 1998 para ana-lizar la dinámica en los años de crecimiento, dejando de lado el largo período recesi-vo del final de la convertibilidad.

Gráfico Nº 2. Tasas de variación anual acumulada de los componentes dela demanda agregada, respecto de la tasa de variación anual acumulada delProducto Interno Bruto. En porcentajes.

Fuente: Elaboración propia sobre la base de Dirección Nacional de CuentasNacionales-INDEC.

-50,8-41,3

-4,8 -2,1

53,0

162,2

236,3

-12,0

-100

-50

0

50

100

150

200

250

1993-1998 2002-2008

Consumo público Consumo privado IBIF Exportaciones

60 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

precios se incrementaron aúnmás.

Otro elemento exógeno quecolaboró en la fase creciente delproducto de Argentina durante elperíodo en cuestión fue la vigen-cia de tasas de interés internacio-nales sustancialmente más bajasque las de la década de 1990 y sureflejo en menores tasas a nivellocal -en ocasiones negativas entérminos reales-, que estimularonlas inversiones productivas22.

El análisis de los sectores deactividad que lideraron la expan-sión económica permite resaltaruna característica que, nueva-mente, diferencia este patrón decrecimiento del vigente durante elrégimen de convertibilidad.Mientras que durante la décadade 1990 los sectores productoresde bienes crecieron por debajo delconjunto de la economía, desde2003 ocurrió lo contrario: fueronestos sectores los que estuvieronal frente del crecimiento producti-vo. Así, entre 2002 y 2008 el valoragregado por los sectores produc-tores de bienes creció por encimadel valor agregado por los secto-

res de servicios (gráfico Nº 1)23.Esta característica fue particular-mente definida en los años 2002-2006, en que los sectores de bie-nes se expandieron a una tasaanual acumulada que fue 28,1%superior a la del conjunto de laeconomía. En el caso de la indus-tria manufacturera, el crecimientofue aún más notable: 30,9% supe-rior al del conjunto.

La notable recuperación del nivelde actividad, en oposición a loocurrido en la década de 1990,tuvo su correlato en un fuerteincremento de los puestos de tra-bajo. A partir del cuarto trimestrede 2003 la elasticidad empleo-producto mantuvo valores eleva-dos, si se la compara con los queexhibió durante el régimen deconvertibilidad. En efecto, durantelos años de crecimiento de ladécada de 1990 esta elasticidadfue en promedio 0,30, mientrasque en el período 2003-2008alcanzó un valor de 0,4524.

De este modo, con un crecimien-to económico a tasas muy eleva-das y, a su vez, intensivo en crea-ción de empleo, se produjo un

22 El desarrollo de este argumento, así como el cálculo de las tasas de interés reales,se puede encontrar en CENDA (2007).

23 En Azpiazu y Schorr (2008) se muestra, a partir de un análisis de las grandes empre-sas que cotizan en la Bolsa de Valores, el contraste entre la rentabilidad de las empre-sas industriales y las de servicios en el régimen de convertibilidad y con posterioridada la devaluación de 2002. Este cambio en las rentabilidades relativas producto de ladevaluación es el que está por detrás de las distintas tasas de crecimiento de los sec-tores.

24 El valor de la elasticidad insumo-producto fue particularmente elevado en los años1997 y 1998. Si se excluyeran estos años del cálculo, el contraste sería más marca-do, ya que en el resto de los años de crecimiento de la década de 1990, la elastici-dad fue inferior a 0,1.

61Mercado de trabajo

aumento extraordinario de la ocu-pación (gráfico Nº 3). Entre 2002y 2008 se crearon 4,2 millones depuestos de trabajo en términosnetos. Ello se reflejó en un fuerteincremento de la tasa de empleoque no sólo recuperó el nivel deinicios de los años noventa sinoque, aún más, superó el pico his-tórico que había tenido a media-dos de los años setenta.

El alto crecimiento del empleo enrelación con el producto obedecióesencialmente a tres procesos. Elprimero de ellos, de carácter tran-

sitorio, fue la elevada capacidadociosa existente hacia el fin de laconvertibilidad, que posibilitó quedurante los primeros años poste-riores a la devaluación se incre-mentaran fuertemente el empleo yel producto sin la necesidad deuna expansión similar de la inver-sión. Las otras razones fueron laabrupta caída del costo laboralmedido en dólares tras la devalua-ción y la recuperación de los sec-tores trabajo intensivos gracias ala nueva estructura de preciosrelativos (CENDA, 2006a).

Gráfico Nº3. Variación interanual del Producto Interno Bruto, el empleo totaly el empleo asalariado registrado. En porcentajes, 2003-2008.

Fuente: Elaboración propia sobre la base de Dirección Nacional de CuentasNacionales-INDEC, Secretaría de Política Económica con información del SistemaIntegrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJyP) y Encuesta Permanente de Hogares(EPH)-INDEC.

8,8 9,0 9,2

8,5 8,7

6,8

3,2

11,310,9

9,28,9

7,0

8,6

4,2

3,2

4,4

1,2

2,2

0

2

4

6

8

10

12

2003 2004 2005 2006 2007 2008

Producto Interno Bruto Asalariados registrados Ocupados totales

62 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

La fuerte recuperación delempleo fue acompañada por uncrecimiento aún más intenso en lacantidad de puestos registrados,así como en la cantidad de pues-tos a tiempo completo; es decir,hubo cierta mejoría también en lacalidad del empleo. Entre 2002 y2008 se crearon 3,1 millones depuestos asalariados registrados,lo cual permitió que descendierael peso de los puestos no registra-dos sobre el total de asalariados,que pasó de 43,0% a 36,5%, aun-que este porcentaje continúa enniveles muy elevados25. La tasa desubocupación, por otra parte, dis-minuyó a la mitad entre fines de2002 y fines de 2008.

El incremento en el empleo impli-có una fuerte caída en la tasa dedesocupación: del 20,3% en octu-bre de 2002 se redujo progresiva-mente hasta llegar al 8,7% en elcuarto trimestre de 2006. De estemodo, después de más de diezaños, volvió a ubicarse en un nivelinferior a los dos dígitos, por deba-jo del cual se mantuvo desde esemomento.

Sin embargo, a pesar del rápidocambio en la dinámica de la eco-

nomía y del mercado laboral, lostrabajadores recuperaron supoder de negociación muy lenta-mente. A principios de 2003 susituación era de extrema debili-dad, considerando que la tasa dedesocupación era terriblementeelevada y que la situación de altodesempleo venía sosteniéndosedesde hacía años, mellando sucapacidad de organización y reac-ción. Por ello, a pesar de la vigen-cia de tasas de ganancia extraor-dinariamente altas y nivelesimportantes de inflación, los sala-rios no se recuperaron en formainmediata.

En un primer momento, entre2002 e inicios de 2005, las remu-neraciones comenzaron a incre-mentarse debido a los aumentosdispuestos por el gobierno nacio-nal. El gobierno de EduardoDuhalde resolvió por decreto quese otorgaran aumentos salarialesde suma fija, que alcanzaron a latotalidad de los trabajadores asa-lariados registrados. Esta políticafue continuada durante el primerperíodo del gobierno de NéstorKirchner, que le confirió carácterremunerativo a dichos aumentos.

25 Algunos autores entienden al mercado de trabajo argentino como un mercado de tra-bajo segmentado, constituido por un mercado formal y otro informal. Se afirma, así,que existe cierto funcionamiento autónomo entre estos mercados y que el mercadoformal habría alcanzado el pleno empleo mientras en el mercado informal persiste ladesocupación (SEL, 2008). Esta visión ignora en cierto punto la evidencia que mues-tra la estrecha interrelación entre estos supuestos mundos separados. El crecimientoeconómico de estos años ha permitido reducir la desocupación y mejorar las condi-ciones de empleo y salarios tanto para el sector formal como el informal. Más aún, elsesgo trabajo intensivo en algunos sectores que requerían mano de obra de baja cali-ficación contribuyó a que el empleo no registrado tuviera un crecimiento aún mayorque el registrado en los inicios de la recuperación.

63Mercado de trabajo

Estas medidas buscaban paliar,sobre todo, la situación de los tra-bajadores de menores ingresos ycon menor capacidad de negocia-ción, cuyos salarios se veíanincrementados en una proporciónmayor.

Paralelamente, entre julio de2003 y julio de 2005, el SMVM seincrementó de $ 200 a $ 630, en

un principio a través de decretosde necesidad y urgencia y, ya enel año 2005, como consecuenciade la recuperación del ConsejoNacional del Empleo, laProductividad y el Salario Mínimo,Vital y Móvil26. Esta política, a suvez, impulsó la negociación colec-tiva entre los sindicatos y lascámaras empresariales, queincorporaron dichos aumentos a

26 Este Consejo, integrado por representantes del sector sindical, del empresariado y delPoder Ejecutivo, tiene entre sus funciones la determinación periódica del salario míni-mo, vital y móvil.

Gráfico Nº4. Homologaciones de acuerdos y convenios colectivos de traba-jo realizadas por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de laNación. 2002- 2009.

Nota: La distinción entre acuerdos y convenios colectivos de trabajo responde arazones estadísticas. Mientras los convenios implican una negociación del conjunto delas condiciones laborales, los acuerdos consisten en reformulaciones parciales, quealcanzan a pocas cláusulas de un determinado convenio. En el período 2002-2008 elgran crecimiento de las homologaciones de negociaciones colectivas se explica fun-damentalmente por la incidencia de los acuerdos colectivos, en su gran mayoría deíndole salarial.Fuente: Observatorio del Derecho Social de la Central de Trabajadores de la Argentina(2010).

75 129

85 102

131

150

104

85

104

265

251

451

741

892 1.

154

1.24

60

200

400

600

800

1.000

1.200

1.400

2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009

AcuerdosConvenios colec tivos de trabajo

64 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

los salarios básicos convenciona-les y readecuaron las escalassalariales.

El recurso de otorgar aumentosde suma fija dejó de utilizarse enel año 2005. A partir de 2006, ladeterminación de los niveles sala-riales pasó a estar directamenterelacionada con la negociacióncolectiva entre los representantesde los trabajadores y de losempleadores, aunque con unaimportante participación delgobierno nacional (gráfico Nº 4).Durante el año 2006 el gobiernointentó imponer una pauta deaumento salarial que fue tomadapor aquellos acuerdos identifica-dos como “testigo” y luego replica-da por el conjunto de las activida-des, sin que se produjera unagran cantidad de conflictos y sinsignificativas diferencias sectoria-les.

La ronda de negociación colecti-va correspondiente al año 2006culminó con el establecimiento deun aumento del 27% del SMVM,que pasó de $ 630 a $ 800. Si bienello implicó una nueva elevacióndel piso salarial real de los traba-jadores registrados, en esta oca-sión se produjo a un ritmo menorque el experimentado en los añosanteriores.

En síntesis, en el contexto decrecimiento económico acompa-ñado por un fuerte aumento de latasa de empleo que se evidencióa partir de 2003, los trabajadorespudieron reinstalar luego de unadécada las discusiones salarialesen la negociación colectiva. La

política salarial desarrollada en elperíodo 2003-2006 tuvo comoobjetivo recuperar, al menos par-cialmente, la caída salarial experi-mentada durante los últimos añosde la convertibilidad y luego de ladevaluación a lo largo del año2002. La consecución de esteobjetivo se vio favorecida por laconfluencia de las luchas desarro-lladas por los trabajadores con lanecesidad de fortalecer el merca-do interno. Tal es así que el incre-mento del salario real duranteeste período fue tolerado en cuan-to aumento del costo de produc-ción, porque la tasa de gananciahabía crecido enormemente gra-cias al abaratamiento del costosalarial que se derivó de la deva-luación de 2002. Recién a fines de2006 se logró revertir la abruptacaída del poder adquisitivo de losasalariados derivada de la deva-luación (gráfico Nº 5). Aún así elsalario real promedio quedó 7%por debajo de los niveles de 1995.En el caso de los salarios declara-dos en el sistema previsional, encambio, la recuperación fue másveloz, de manera que los nivelesprevios a la devaluación se habí-an alcanzado ya un año antes.

En términos de distribución delingreso, se verificó una ciertamejoría, siempre a partir de losmuy elevados niveles de desigual-dad vigentes durante la crisis de2001-2002. El peso de los salariossobre el PIB pasó del 34,6% en2002 al 42,9% en 2007.

Además, el fuerte crecimientodel empleo, la relativa recupera-

65Mercado de trabajo

ción del salario y la mejora en ladistribución del ingreso permitie-ron una significativa reducción dela pobreza. Desde los altísimosniveles de 2002 disminuyó hastallegar a una incidencia del 26,9%de las personas y del 19,2% delos hogares en el segundo semes-tre de 2006. En esta reduccióninfluyeron también otros factores,

en particular, el aumento real enlos haberes jubilatorios mínimos.

En suma, no caben dudas deque este período de crecimientotuvo características claramentedistintivas respecto del régimende convertibilidad. Ciertamente,resultó muy diferente la dinámicadel mercado laboral27. Mientrasque durante la década de 1990 el

27 Varios autores han presentado análisis del mercado de trabajo que tienden a enfati-zar las continuidades respecto de la década de 1990, restando importancia a las rup-turas en las tendencias de las principales variables ocupacionales (por ejemplo,Marticorena, 2007; Lozano, Rameri y Raffo, 2006, 2007, 2008; Lindenboim, Kennedyy Graña, 2007; Kennedy y Graña, 2009). Al igual que en el caso de la discusión másgeneral respecto del cambio de patrón de crecimiento, debe tenerse en cuenta que,

Gráfico Nº 5. Evolución de la remuneración real promedio de los asalariadosregistrados y del ingreso laboral promedio del total de ocupados. Índice IV trimestre 2001=100, 2001-2009.

* Información parcial correspondiente a los meses de octubre y noviembre.Fuente: Elaboración propia sobre la base de Ministerio de Trabajo, Empleo ySeguridad Social, EPH-INDEC, IPC INDEC e IPC-7 provincias a partir de enero de2007 (ver recuadro sobre fuentes de información al final del artículo).

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crecimiento no favoreció la crea-ción de empleo y se destruyeronmiles de puestos en la industriamanufacturera, en el patrón decrecimiento vigente desde 2003 laexpansión de la economía implicóademás una creación de empleosin precedentes. El aumento de laocupación permitió, a su vez, quelos trabajadores recuperasencapacidad de negociación y logra-sen ciertas mejoras relativas en lacalidad de los empleos y los sala-rios reales. Este proceso fueacompañado por una modificaciónen la legislación laboral que volvióa privilegiar la negociación colecti-va por actividad y que, aunque enaspectos puntuales, tendió alreconocimiento progresivo demayores derechos laborales28. Sinembargo, como se verá, la posibi-lidad de lograr aumentos significa-tivos en los salarios y en las con-diciones de vida se enfrentabacon el límite impuesto por elmismo patrón de crecimiento, quereposaba en parte en los disminui-dos costos salariales.

2.3. Pérdida de competitividad y efectossobre el empleo

El fuerte dinamismo de la pro-ducción y el empleo, basados enparte en la protección que brinda-ba un tipo de cambio elevado,parecería haber alcanzado suslímites hacia 2007, al menos unaño antes del estallido de la crisisinternacional. El aumento explosi-vo de los precios internacionalesde las commodities y el crecimien-to de la demanda interna -enespecial del consumo- en elmarco de una economía con mer-cados fuertemente concentrados,sumado a ciertos desacoplesentre la capacidad de expansiónde la oferta y la demanda crecien-te, ejercieron presión sobre losprecios internos e implicaron unaaceleración de la inflación. Éstahabía sido de 9,9% entre diciem-bre de 2005 y el mismo mes de2006 y alcanzó el 25,8% entre esemes y diciembre de 200729. Estefenómeno, asociado a un tipo decambio nominal prácticamente

dada la situación de profundo deterioro de las condiciones que los trabajadores sopor-taron durante la crisis de la convertibilidad y la devaluación de 2002, difícilmente pudie-ra haberse logrado una reversión completa en los pocos años que transcurrieron hastahoy. Aún así, como muestran las evidencias presentadas, puede afirmarse que el cre-cimiento económico se concentró en sectores que impulsaron una fuerte creación depuestos de trabajo y que ello posibilitó mejoras en otros aspectos que hacen a la situa-ción de los trabajadores. Estas características son opuestas a las que presentó el régi-men de convertibilidad.

28 Los avances en materia de derechos laborales no sólo se plasmaron en nuevas leyes,sino principalmente a nivel jurisprudencial, con el cuestionamiento por parte de laCorte de Suprema de Justicia de la Nación a la Ley de Riesgos del Trabajo y a la Leyde Asociaciones Sindicales. En ambos casos, aún persiste la necesidad de dictar unanueva legislación que recoja las observaciones señaladas por la Corte en sus senten-cias.

29 Los datos corresponden al IPC-7 provincias. Sobre la necesidad de utilizar fuentesalternativas de información estadística se puede consultar el recuadro presentado alfinal de este artículo.

67Mercado de trabajo

estable, redundó en una gradualapreciación real del peso, que seacentuó desde mediados de2007, de manera que la política detipo de cambio alto comenzó aperder fuerza. La decisión porparte del gobierno de dejar que seprodujera una apreciación relativade la moneda implicaba utilizar elancla cambiaria como forma decontrol de la inflación, relegandode este modo el objetivo de man-tener el crecimiento acelerado enlos sectores productores de bie-nes y en el empleo.

Como resultado, se produjo unfreno en la producción del sector

industrial, gran parte del cual noes competitivo a nivel internacio-nal y precisa de la proteccióncambiaria para crecer -y, en algu-nos casos, subsistir-. Estos secto-res, que coinciden en general conlas ramas sustitutivas orientadasal mercado doméstico, habíanvisto además extinguirse paulati-namente las ganancias obtenidasen los años anteriores sobre labase de los bajísimos costos sala-riales. En efecto, según datos sec-toriales no oficiales, la producciónindustrial alcanzó un nivel máximohacia fines de 2007 y disminuyódesde ese momento (gráfico Nº6). Por otra parte, los sectores

Gráfico Nº 6. Evolución de la producción industrial según diferentes indi-cadores. Series desestacionalizadas. Índice 2004=100, 2003-2009.

Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC y Fundación de InvestigacionesEconómicas Latinoamericanas (FIEL).

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productores de bienes en su con-junto dejaron de ser los sectoresde mayor dinamismo, como lohabían sido hasta 2006. Por locontrario, fueron los sectores pro-ductores de servicios los que cre-cieron en estos años por encimade la tasa de crecimiento de laeconomía.

Estos cambios impactaron fun-damentalmente en el mercado detrabajo. Si bien las estadísticasoficiales muestran una persistentecaída de la tasa de desocupaciónen el período, ésta se encuentraasociada a una tasa de empleoestable, que deja de crecer talcomo venía haciéndolo desde2003. Ello es resultado de unmenor dinamismo en la creaciónde puestos de trabajo que apenascompensa el crecimiento de lapoblación. La ocupación urbanacreció sólo el 0,5% entre el segun-do trimestre de 2007 y el mismoperíodo de 2008.

Detrás del estancamiento de la

tasa oficial de empleo parecehaber ocurrido un cambio en lacomposición de las ocupaciones,caracterizado por un fuerte decli-ve en términos absolutos de lacantidad de trabajadores ocupa-dos en puestos asalariados noregistrados (gráfico Nº 7). Estacaída que tuvo lugar durante losaños 2007 y 2008 obedece, enparte, a la reducción de la canti-dad de beneficiarios del ProgramaJefes de Hogar, el cual implicabala realización de una contrapres-tación laboral que tomaba esaforma de relación30. Aún así, debeconsiderarse que la disminuciónen el número de beneficiarios deeste programa fue mayor en losaños anteriores a 2007 sin queello haya implicado una merma enel número total de puestos de tra-bajo no registrados.

Los puestos de trabajo registra-dos siguieron creciendo en el perí-odo 2007-2008, aunque lo hicie-ron a tasas cada vez menores31.

30 El Programa Jefes de Hogar exige a sus beneficiarios una contraprestación laboral,motivo por el cual quienes brindan esta contraprestación se consideran ocupados,aunque en puestos no registrados en la seguridad social. Un número importante delos beneficiarios de ese plan fueron traspasados, en función de sus características ylas de sus hogares, al Seguro de Capacitación y Empleo y, sobre todo, al ProgramaFamilias por la Inclusión Social, que no exige contraprestación laboral. De modo quelas personas fueron transferidas a este programa pudieron haberse retirado del mer-cado de trabajo y haber pasado a ser parte de la población económicamente inacti-va.

31 Cabe resaltar que la información utilizada para conocer la evolución del empleo asa-lariado registrado consiste en los datos provenientes del sistema previsional. Estafuente cubre a los trabajadores asalariados registrados del sector privado y de algu-nas dependencias del sector público. Por lo tanto, quedan excluidos del análisis losempleadores, los trabajadores por cuenta propia, los asalariados que no están regis-trados en el sistema de seguridad social y los empleados públicos de ocho provincias,entre las que se cuentan las más grandes en términos de empleo, como BuenosAires, Santa Fe y Córdoba. Está excluido también el personal de las FuerzasArmadas y de seguridad.

69Mercado de trabajo

La tasa de crecimiento interanualpasó del 12,0% en el cuarto tri-mestre de 2004 en el momento enque alcanzó su máximo del perío-do, al 7,7% en el segundo trimes-tre de 2008 (cuadro Nº 2).

Esta desaceleración de la tasade creación de empleos asalaria-dos registrados no fue homogé-nea. Los sectores productores debienes, que tuvieron un mayordinamismo durante el período derecuperación, son los que en estaetapa de estancamiento delempleo global muestran más cla-ramente el cambio de tendencia.

La cantidad de puestos registra-dos en el sistema de seguridadsocial en estos sectores pasó deun crecimiento interanual del14,8% en el cuarto trimestre de2004 a una tasa de 5,4% en elsegundo trimestre de 2008.Dentro de estos sectores lasramas más afectadas fueron laindustria manufacturera y, en par-ticular, la construcción32.

En definitiva, la tasa de empleodejó de crecer, mientras que elempleo registrado se expandiópero a tasas menores33. Aún así,debe tenerse en cuenta que,

32 Debe aclararse que una parte del crecimiento evidenciado durante la recuperaciónpuede haberse debido a la registración de trabajadores que antes estaban contrata-dos en forma precaria -sin estar registrados en la seguridad social- y no necesaria-mente a la creación de nuevos puestos de trabajo.

33 La información presentada sobre el empleo global es tomada de la EPH-INDEC. Encambio, con respecto al empleo registrado la fuente considerada surge de los regis-tros del sistema previsional.

Gráfico Nº 7. Evolución de la ocupación según categoría ocupacional. ÍndiceII trimestre 2004=100, 2004-2009.

Fuente: Elaboración propia sobre la base de comunicados de prensa de la EPH-INDEC.

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hasta mediados de 2008, en lamayoría de los sectores las tasasde crecimiento del empleo regis-trado siguieron siendo elevadas yen todos los sectores el nivel delempleo registrado siguió estandomuy por encima de los niveles deprincipios de 2003.

Durante este subperíodo, queidentificamos de acuerdo a la rela-tiva apreciación del tipo de cambioreal con respecto a los años pre-vios y la desaceleración de la pro-ducción de bienes, se ponen enevidencia las limitaciones del pro-ceso de crecimiento posterior a ladevaluación de la moneda nacio-nal. Sobre todo, salen a la luz lascontradicciones e insuficienciasde una política basada en elmanejo del tipo de cambio comoúnico instrumento para lograr unaexpansión sostenida de la produc-ción, el empleo y los salarios rea-les.

Como consecuencia de la desa-celeración en el crecimiento delempleo los trabajadores vieronreducidas sus posibilidades demantener o mejorar el poderadquisitivo de sus salarios, másaún en un contexto de inflacióncreciente. Los ingresos reales delos trabajadores tuvieron una levecaída entre inicios de 2007 ymediados de 2008, aunque elretraso de los salarios con respec-to a la evolución de los preciosquedó en alguna medida oculto apartir de la manipulación del IPC.Sin embargo, esto resulta eviden-

te si se utilizan datos alternativossobre la evolución de los precios34.

Con respecto a la dinámica de lanegociación colectiva se advierteuna ruptura en el año 2007, princi-palmente en dos aspectos. Por unlado, comenzaron a observarsediferencias sectoriales en la nego-ciación salarial. Por el otro, sedetuvo la recuperación de lossalarios básicos convencionales ydel SMVM en términos reales, yaque todos los aumentos pactadosestuvieron por debajo o en líneacon la inflación anual. Es decir,mientras que con anterioridad lapolítica de aumentos por sumasfijas y la negociación colectivasalarial se habían traducido enincrementos del salario real gene-ralizados, a partir de 2007 sólo losocupados de algunos sectoreslograron acrecentar su salario.

Así, en las ramas afectadas porel freno de la actividad los trabaja-dores vieron reducido su poder denegociación y aceptaron la pautade aumento que propuso elgobierno nacional a comienzos deaño, más allá de que la expectati-va de inflación superaba ese por-centaje. Contrariamente, otrasramas lograron acuerdos por enci-ma de la tasa de inflación,mediante negociaciones que seextendieron hasta mitad de año ydurante las cuales se desarrolla-ron luchas de diversa intensidad.Hacia fines de 2007 en numero-sas actividades se desplegaronconflictos tendientes a lograr

34 El indicador alternativo utilizado para deflactar los salarios es el IPC-7 provincias, ela-borado por CENDA.

71Mercado de trabajo

aumentos por única vez que com-pensaran, al menos parcialmente,la pérdida proveniente del aumen-to de los precios. Una gran canti-dad de sectores obtuvieron estetipo de recomposición35.

El patrón de negociación colecti-va del año 2008 experimentó,durante los primeros meses, un

comportamiento similar al del añoanterior: las ramas en las cualeslos trabajadores tenían mayorpoder de negociación lograronaumentos superiores a la pautaque impulsó el gobierno nacional,mientras el resto la aceptó.

En este contexto de deteriororelativo del mercado de trabajo se

35 Al respecto, ver Observatorio del Derecho Social de la Central de Trabajadores de laArgentina (2008).

Cuadro Nº 1. Incrementos salariales pactados en la negociación colectivapor actividad. En porcentajes, 2006-2009.

2006 2007 2007 2008 2009(suma fija)

Industria metalúrgica 19% 19,1% $ 450 32,45% 18%Construcción 19% 16,5% $ 500 19,5% 15,5%Intermediación financiera $ 270 14% $ 850 19,5% 19%Comercio 19% 23% $ 300 20% $ 300Enseñanza 40% 23,8% - 19,2% 20%Administración Pública 19% 16,5% - 19,5% 15,5%Transporte de Cargas 19% 23% 19,5% 16%Industria de la alimentación 19% 16,5% $ 540 31,1% 20%Industria del papel 19% 19% $ 270 25% s/dIndustria del caucho 19% 19% $ 100 25% 21%Industria del vidrio 19% 15% $ 600 19,5% 19%SMVM 27% 22,5% - 26,5% 21%Variación de precios (IPC-7 provincias) 9,9% 25,8% - 22,0% 15,5%Nota: Los incrementos salariales presentan un comportamiento dispar dentro de cadauna de las actividades, ya que mediante la negociación salarial se determinan los dis-tintos salarios básicos de convenio, que no necesariamente son incrementados en lamisma magnitud, y se establecen además incrementos adicionales. A los efectos deeste cuadro se consigna el porcentaje general de incremento salarial de los básicosde convenio, aún cuando ello implique no considerar el particular tratamiento de algu-na de las categorías involucradas. Esto es especialmente significativo en el caso deltransporte de cargas, ya que en esta actividad se han utilizado múltiples vías alterna-tivas para mejorar los salarios, tales como el establecimiento de nuevos adicionales yla creación de ramas específicas dentro de las actividades comprendidas, que permi-tieron redefinir el conjunto de la escala salarial.Fuente: Elaboración propia a partir de la base de datos del Observatorio del DerechoSocial de la CTA.

72 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

observó además un freno en lasmejoras que anteriormente sevenían produciendo en términosde calidad del empleo, distribu-ción del ingreso y reducción de lapobreza. De todos modos, lamanipulación de las estadísticasoficiales desde la intervención delINDEC vuelve muy dificultosa lacuantificación de estos efectos.

2.4. Impacto de la crisisinternacional

En septiembre de 2008 EstadosUnidos se convirtió en el epicentrode una formidable crisis económi-ca que no tardó en propagarsehacia el resto del mundo. Todoslos países -incluido el nuestro-sufrieron en mayor o menor medi-da sus consecuencias. En 2009,el producto mundial se habríareducido en 1% -la peor caídadesde la Segunda Guerra-, el delas siete principales potencias glo-bales en 3,6% y el de AméricaLatina en 2,5%36.

Basándose en argumentos difí-cilmente justificables, en los pri-meros momentos de la crisismuchos insistían en creer quenuestra economía permanecería"desacoplada" de la debacle queafectaba a los países centrales.Sin embargo, poco tiempo des-pués no quedaron dudas del efec-to que la crisis internacional tuvosobre el país. El principal impactose produjo por la vía del comercioexterior, tanto por la caída relativade los precios de los bienes queArgentina exporta como por la

reducción de la demanda de lasexportaciones del país (en espe-cial de las manufacturas).Paradójicamente, el fuerte creci-miento de las exportaciones enlos años previos implicó una situa-ción de mayor vulnerabilidad, anteun repentino cambio en las ten-dencias comerciales a nivel mun-dial. La creciente dificultad en elacceso al crédito y la prevalenciade expectativas negativas, suma-das a la influencia no menor delos ajustes realizados a nivel glo-bal por las empresas transnacio-nales empeoraron el panoramaargentino.

La desaceleración de la econo-mía argentina se reflejó en la evo-lución del PIB, cuyo ritmo deexpansión se frenó y mostró levescaídas desde el segundo trimestrede 2009. Las evidencias sobre elderrumbe del comercio exterior,sin embargo, permiten inferir quela situación económica se habríaresentido bastante más de lo quereconocen las estadísticas oficia-les. Entre el tercer trimestre de2008 y el mismo trimestre de 2009las exportaciones se redujeron en34,9%. Las importaciones -que enArgentina tienen un claro compor-tamiento procíclico- cayeron36,5% en ese mismo período.

Las consecuencias de la crisismundial se desplegaron sobre unesquema macroeconómico que,como se dijo, ya estaba eviden-ciando dificultades. Los sectoresmás afectados fueron los produc-tores de bienes que, por otra

36 Proyecciones del Fondo Monetario Internacional (2009).

73Mercado de trabajo

parte, ya desde 2007 habían deja-do de ser las ramas más dinámi-cas para ser desplazadas por lasde servicios. Estos sectoressufrieron una caída de 7,6% entreel segundo trimestre de 2008 y elmismo trimestre de 2009, deacuerdo con cifras del INDEC. Enlo que hace a la industria manu-facturera, fuentes de informaciónalternativas muestran una caídamayor, tal como se muestra en elgráfico Nº 637.

Como era de esperar, estas tur-bulencias macroeconómicas nodejaron de tener su correlato en el

desempeño del mercado de traba-jo. La lenta desaceleración delcrecimiento de los puestos regis-trados que venía observándosese agravó repentinamente hastatransformarse en una caída entérminos absolutos. En el segun-do trimestre de 2009 la disminu-ción interanual fue de 1,7%, lo queimplicó una pérdida neta de121.000 puestos de trabajo (cua-dro Nº 2). Si la comparación serealiza con respecto al cuarto tri-mestre de 2008, la caída resultamayor y asciende a 195.000 pues-tos.

37 La producción agropecuaria tuvo una caída muy pronunciada que fue resultado, nosólo de la crisis internacional, sino sobre todo de la importante sequía que se verificóen esos meses.

Cuadro Nº 2. Tasa de variación interanual de los puestos de trabajo regis-trados por sector de actividad. En porcentajes, 2003-2009.

Total Sector Industria Construcción Sectores Sectoresprimario manuf, prod.de prod.de

bienes serviciosII-2003 2,3 7,7 4,7 24,1 7,1 -0,1 IV-2003 7,0 8,6 10,4 43,3 13,1 4,3 II-2004 10,3 10,5 12,6 37,9 14,7 8,6 IV-2004 12,0 12,6 12,2 33,4 14,8 10,6 II-2005 11,5 11,2 9,6 36,5 13,5 10,8 IV-2005 10,8 8,2 9,0 36,1 12,8 10,5 II-2006 9,6 5,8 8,3 26,2 10,6 9,5 IV-2006 8,3 6,0 7,3 16,8 8,7 8,3 II-2007 8,7 5,3 6,7 17,8 8,4 9,0 IV-2007 7,7 5,7 5,9 12,0 7,0 8,1 II-2008 7,7 6,1 6,1 2,9 5,4 8,9 IV-2008 5,0 4,8 3,3 2,5 2,3 6,3 II-2009 -1,7 -3,6 -4,1 -9,1 -4,9 -0,2 Fuente: Elaboración propia sobre la base de Secretaría de Política Económica coninformación del SIJyP.

74 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

Es importante tener en cuentaque esta contracción en el empleoocurrió a pesar de la aplicacióndel Programa de RecuperaciónProductiva (REPRO) delMinisterio de Trabajo, que subsi-dia parcialmente las remuneracio-nes de los trabajadores de empre-sas en crisis con el fin de evitar sudespido. En el primer semestre de2009 este programa alcanzó acubrir a 85.000 trabajadores.Además, en diciembre de 2008 sesancionó la ley de BlanqueoLaboral38 (26.476), por la cual seotorgaron incentivos para que seregistraran relaciones laboralesque estaban en situación irregu-lar. De este modo, puede inferirseque una parte de los puestos detrabajo registrados en 2009 noserían nuevos puestos sino elreflejo del "blanqueo" de puestosya existentes, aunque no se cuen-ta con estadísticas oficiales sobrelos resultados de esta ley. Porende, seguramente se hubieraobservado una mayor caída en lospuestos registrados de no haberestado en vigencia estas dosmedidas.

A partir de la información sobreestructura ocupacional que surgede la EPH-INDEC, puede estimar-se que entre los trabajadores asa-lariados no registrados se habríanperdido 121.000 puestos de traba-jo adicionales entre el segundo tri-

mestre de 2008 y el mismo tri-mestre de 2009, mientras queentre las ocupaciones no asalaria-das la pérdida habría sido de57.000 puestos. En definitiva, lareducción total de puestos de tra-bajo habría sido, en un año, de300.000, de modo tal que sehabría destruido un número equi-valente al total de ocupacionescreadas desde el segundo trimes-tre de 2007.

Para el caso de los asalariadosregistrados, puede analizarseademás el comportamiento dife-rencial por rama de actividad. Lacaída resultó considerablementemás fuerte en el caso de los sec-tores productores de bienes queen los de servicios. Ello obedecióprincipalmente a dos razones. Enprimer lugar, los sectores produc-tores de bienes fueron los másafectados en términos producti-vos, y venían mostrando unadesaceleración en su tasa de cre-ación de empleo, en correlacióncon su menor nivel de crecimien-to, con anterioridad al impacto dela crisis internacional. En segundolugar, entre las ramas de serviciosno todas tuvieron un comporta-miento expulsor de empleo. Laocupación se mantuvo en los sec-tores de comercio y transporte,almacenamiento y comunicacio-nes, y aumentó levemente enhoteles y restaurantes y adminis-

38 La ley 26.476 estableció, entre otros beneficios, que todo empleador que regularice asus trabajadores no registrados quedaría exento de pagar deudas previsionales conla Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), intereses o multas con el fiscoy con la cartera laboral, así como con los distintos entes con capacidad para sancio-nar la no registración del empleo.

75Mercado de trabajo

tración pública y defensa. Dada lagran participación del empleopúblico sobre el total, éste jugó unrol contracíclico importante.

Frente a este contexto, a finesde 2008 -al igual que el año ante-rior- las organizaciones sindicalesplantearon la reapertura de lasnegociaciones paritarias. Sinembargo, en esta ocasión la resis-tencia patronal fue mayor y losgremios no contaron con el apoyodel gobierno nacional. Los inten-tos de establecer incrementossalariales fueron infructuosos yterminaron de ser archivados conla instalación en el debate públicode la crisis económica y el trasla-do de sus efectos hacia los traba-jadores. Ello se tradujo en laadopción, por parte de las patro-nales, de medidas tales comodespidos, rescisión o no renova-ción de contratos, suspensiones,adelantamiento de vacaciones,reducción de turnos y horasextras, tal como se refleja parcial-mente en las cifras de empleoregistrado (cuadro Nº 2).

De esta manera, a diferencia delaño anterior, el último trimestredel año 2008 y los primerosmeses del 2009 no se caracteriza-ron por el crecimiento de las nego-ciaciones salariales y los conflic-tos de índole económica, sinomás bien por la reaparición de una

dinámica de negociación caracte-rística de la década de 1990, queintrodujo como contenidos lanegociación de suspensiones yrecortes en los niveles de produc-ción. Se trató, en este sentido, deuna estrategia defensiva, que ten-dió a proteger los puestos de tra-bajo, aún si ello implicaba resignarreivindicaciones salariales39.

Ciertamente, estas transforma-ciones no implicaron, como sí lohabían hecho durante la converti-bilidad, la eliminación del conflictoy la negociación salarial. Por elcontrario, el dato saliente de esteperíodo es la coexistencia denegociaciones típicamente de cri-sis con la presencia, en otras acti-vidades, de negociaciones sala-riales que, en algunos casos, deri-varon en incrementos de lasremuneraciones en términos rea-les, y en otros impidieron, almenos, un mayor deterioro ante lapersistencia de un cierto nivelinflacionario.

Ante este escenario, la evolucióndel salario real del conjunto de losasalariados registrados parece,en principio, paradójica. A diferen-cia de lo ocurrido en 2007, cuandola desaceleración en el crecimien-to del empleo tuvo consecuenciassobre el salario real, ante la pérdi-da de puestos de trabajo de 2008-2009 el ingreso real de los traba-

39 Asimismo, en las empresas de mayor tamaño estas negociaciones tendieron a privile-giar la situación de los trabajadores que se encuentran en el "corazón" de la empresa,a costa de descargar los efectos de la nueva situación sobre aquellos trabajadores queestán en una situación de mayor precariedad, principalmente aquellos que están vin-culados a la empresa a través de otras instituciones (tercerizados) o por contratos portiempo determinado.

76 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

jadores no sólo no se redujo sinoque tuvo incluso un leve incre-mento. Hacia el segundo trimestrede 2009 la remuneración real pro-medio de los asalariados registra-dos se ubicaba 5,4% por encimadel nivel del mismo trimestre de2007 (gráfico Nº 5).

Las razones de este comporta-miento de los salarios reales pue-den buscarse en la posición queasumieron las organizaciones sin-dicales en las negociaciones sala-riales así como en la evolución dela inflación en ese período. Enefecto, al iniciar la ronda de nego-ciación de 2008 los sindicatospujaron por recuperar la pérdidadel año 2007, cuando la inflaciónresultó muy superior a las previ-siones que habían sido tenidas encuenta en los acuerdos salariales.Todavía no se había desatado lacrisis mundial y, por otra parte, engeneral se esperaba que la infla-ción se mantuviese en niveles almenos similares a los registradosen el año anterior. Sin embargo, elincremento de precios durante2008 fue inferior al del año ante-rior. La caída de los precios inter-nacionales de los productos pri-marios que siguió al estallido de lacrisis mundial, sumada a la rece-sión económica local, llevó a unadesaceleración en la tasa de infla-ción desde el segundo trimestrede 2008. De este modo, losaumentos salariales pactados ainicios del año llegaron a ser

superiores al crecimiento de losprecios.

Una dinámica similar se habríaobservado en 2009. A comienzosdel año no existió un impulso delgobierno hacia una renovacióngeneralizada de los acuerdosparitarios. En aquellas ramas enlas que los trabajadores contabancon mayor capacidad de conflictoo que no estuvieron entre las másafectadas por la crisis se negocia-ron incrementos cercanos al 20%.Pero este tipo de acuerdos fueronexcepcionales, ya que en lamayoría de las actividades seobservó una tendencia a negociarsumas fijas no remunerativas,cuya vigencia se extendió entrecuatro y seis meses. Asimismo,durante el primer semestre seregistró la mayor cantidad deacuerdos colectivos vinculados asituaciones de crisis, que habilita-ron, entre otras medidas, despi-dos con una reducción en lasindemnizaciones correspondien-tes y suspensiones de trabajado-res con pagos parciales de habe-res40. Los incrementos limitadosen los salarios nominales permi-tieron, aún así, mantener e inclusoelevar levemente el salario pro-medio.

No puede dejar de reconocerseque el fortalecimiento de las orga-nizaciones sindicales durante losaños previos de fuerte crecimientoeconómico yocupación, así comoel resurgimiento de las negocia-

40 Para un análisis de los cambios en la dinámica de la negociación colectiva duranteel año 2009 ver Observatorio del Derecho Social de la CTA (2010).

77Mercado de trabajo

ciones colectivas en tanto meca-nismo de fijación de salarios, posi-cionaron a los trabajadores enuna situación de mayor fortalezapara enfrentar las consecuenciasde la crisis económica y limitar encierta medida sus efectos sobrelos salarios.

También el salario mínimo, vitaly móvil tuvo un incremento en tér-minos reales, de modo que en elsegundo trimestre de 2009 seubicó 6% por encima del nivel delmismo trimestre del año anterior,lo que permitió recuperar la caídaprevia verificada entre 2007 y2008.

En el caso de los trabajadoresno registrados, que siguen consti-tuyendo una porción muy signifi-cativa del total de ocupados, esmuy probable que su situaciónhaya resultado más golpeada porla crisis, tanto por su mayor vulne-rabilidad como por su menorcapacidad de organización. Lafalta de estadísticas confiablesimpide, sin embargo, estimar concerteza la evolución de su salarioreal.

3. Conclusiones

Se presentó en este artículo unanálisis del mercado laboral en elperíodo 2003-2009 que destacalas rupturas respecto de sudesempeño durante la década dela convertibilidad. En el períodoque se inició con la devaluaciónde la moneda, el crecimiento eco-nómico tuvo como correlato una

expansión de la ocupación que notiene precedentes en la historiareciente.

El aumento del empleo permitió,a su vez, que los trabajadoresrecuperasen capacidad de nego-ciación y lograsen ciertas mejorasrelativas en la calidad de losempleos y en los salarios reales.Sin embargo, la posibilidad delograr aumentos significativos enlos salarios y en las condicionesde vida se enfrentaba con el límiteimpuesto por el mismo patrón decrecimiento, que reposaba enparte en los disminuidos costossalariales.

Este régimen de crecimiento seenfrentó con serias limitaciones,aún antes del cimbronazo de lacrisis internacional. La crisis gol-peó a una economía que ya esta-ba mostrando síntomas de desa-celeración en ciertos sectores, enparticular en la industria manufac-turera y, sobre todo, claras dificul-tades para seguir generandoempleo y mejoras en el salarioreal.

La razón del freno en la creaciónde puestos de trabajo puedehallarse en las características delpropio esquema de crecimientovigente y no en factores de otraíndole, como el conflicto con elsector agropecuario desatado ainicios de 2008. Tampoco así enla crisis económica mundial, yaque, como se mencionó, la desa-celeración de la economía argen-tina se observa con anterioridad asu estallido.

78 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

El tipo de cambio nominal fijo,asociado a una inflación creciente-al menos hasta mediados de2008- implicó una apreciación realde nuestra moneda, que redundóen un encarecimiento en términosinternacionales de la fuerza detrabajo. Ello, acompañado por lamenor protección efectiva querepresentó la caída del tipo decambio real, fue el palo que fun-cionó como freno en la rueda eco-nómica.

La mayor parte de las ramas dela producción industrial de nuestropaís está lejos de ser competitivaa nivel internacional, más aún trasel largo proceso de desarticula-ción y destrucción sufrido desde laúltima dictadura militar. Por eso, laprotección que supuso el tipo decambio real elevado fue funda-mental para que estos sectorespudieran volver a desarrollarse ycrear empleo, contribuyendo amotorizar la ocupación total. Peropara algunas ramas productivas,no sólo la ganancia de competitivi-dad cambiaria sino también elreducido costo laboral fue clavepara que en estos años pudieranexpandirse a tasas aceleradas.Esta ventaja, con la elevación delos salarios reales, fue achicándo-se.

El patrón de crecimiento econó-mico se basaba en la vigencia dedos pilares: un tipo de cambio realelevado y costos salariales reduci-dos. Hacia el año 2007 la inflaciónpuso de manifiesto la dificultad demantener el sendero de expan-sión en base a este patrón, una

vez que los salarios se recupera-ron. Llegado este punto, en lugarde avanzar hacia una política dedesarrollo industrial, superando altipo de cambio como instrumentoúnico, la opción de política delgobierno consistió en la aprecia-ción relativa de la moneda comomodo de frenar el alza de precios.

Con posterioridad al estallido dela crisis económica mundial, eltipo de cambio debió ser ajustadohacia arriba, ante una muy eleva-da salida de capitales. Esta modi-ficación, sumada a una rápidarecuperación de la economíainternacional y un importante nivelde gasto público, comenzó a tenerconsecuencias positivas sobre elcrecimiento y el empleo desde elsegundo semestre de 2009.

A partir de entonces la negocia-ción salarial parecería recuperarsu papel predominante -dejandode lado la negociación de ajustesrelacionados con la crisis-, con elestablecimiento de incrementosen las remuneraciones que, en elpeor de los casos, equiparan lainflación, y en muchos casos con-tienen incrementos reales.

La aceleración de la inflacióndesde finales de 2009, una vezreanudado el crecimiento de laeconomía, preanuncia la reapari-ción de aquellas tensiones inter-nas del patrón de crecimientovigente que habían ocupado elcentro de la escena durante el año2007, y que parecían haber sidosubsumidas en el marco de la cri-sis internacional desatada amediados de 2008.

79Mercado de trabajo

La discusión en torno al nivel deltipo de cambio pone en pugna dosobjetivos que deberían ser com-plementarios. El mantenimientode un tipo de cambio real compe-titivo favorece el crecimiento delempleo pero, si no se controla lainflación por otros medios, puedesuponer un deterioro del salarioreal. Por el contrario, la tendenciaa la apreciación cambiaria, aun-que permite mantener los sala-rios, resulta perjudicial para el cre-cimiento económico y la creaciónde puestos de trabajo en el media-no plazo.

Se requiere, en cambio, la apli-cación de una política integral dedesarrollo que permita asegurar,por un lado, la competitividad delos sectores productivos y garanti-ce, por otro, una mejora sustanti-va y sustentable en las condicio-nes de vida de los trabajadores.Para ello, el estímulo productivono puede provenir exclusivamentedel nivel cambiario, sino que debecombinarse la instrumentación detipos de cambio diferenciales conpolíticas arancelarias e incentivossectoriales específicos.

Fuentes de información

Debido a la intervención del INDEC en 2007 y ante la carencia de estadísticasconfiables sobre varios de los aspectos a analizar, se ha optado por reempla-zarlas por datos de fuentes privadas o por indicadores del INDEC que no seencuentren directamente cuestionados. Así, la información de la EncuestaPermanente de Hogares del INDEC se utiliza complementariamente con la quesurge de los registros del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, querefiere sólo a los asalariados registrados. Para analizar la evolución de los pre-cios -y de los salarios reales- no se utiliza el Índice de Precios al Consumidordel INDEC sino un índice elaborado por CENDA, el IPC-7 provincias, realizadoen base a una ponderación de índices de precios de distintas DireccionesProvinciales de Estadística: Chubut, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, Neuquén,Río Negro y Salta. Su metodología de se detalla en CENDA (2008). Con el finde mostrar la evolución de la producción industrial se compara el EstimadorMensual Industrial del INDEC con índices confeccionados por consultoras pri-vadas.

Por su parte, los datos sobre negociación colectiva surgen del seguimientoque realiza sobre este tema el Observatorio del Derecho Social de la Central deTrabajadores de la Argentina.

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82

La sustentabilidad de laLa sustentabilidad de laempresa social: la cooperativaempresa social: la cooperativaCampo de Herrera*Campo de Herrera*

Cooperativas y empresas recuperadas

* Versión revisada del trabajo presentado en las VI Jornadas Interdisciplinarias deEstudios Agrarios y Agroindustriales, organizadas por el CIEA-FCE-UBA, BuenosAires, 11 al 13 de noviembre de 2009.

** INTA/CONICET – [email protected]*** Facultad de Agronomía/UBA – [email protected]

Las cooperativas de trabajo están destinadas a cumplir un papel impor-tante en la reactivación de la economía y la elevación social, moral y cultu-ral de la población, ya que en ellas el hombre es el factor principal. Las per-sonas que conforman estas cooperativas dejan de ser asalariados para con-vertirse en asociados de una organización en la que trabajan en común, coniguales derechos y obligaciones, lo cual les posibilita mejorar su nivel devida y condiciones de trabajo.

El objetivo de esta presentación consiste en analizar el proceso evolutivode una cooperativa de trabajo agropecuario, la cooperativa Campo deHerrera (provincia de Tucumán), poniendo énfasis en las situaciones de cri-sis atravesadas y en las estrategias implementadas para su sustentabilidad.

La información utilizada proviene de fuentes secundarias y entrevistas ainformantes calificados. El análisis de la información se centrará sobre laidentificación de aquellos momentos críticos que ha afrontado la organiza-ción y cómo se ha intentado su superación, teniendo en cuenta que se tratade una empresa de la economía social.

Este estudio constituye una nueva mirada sobre trabajos anteriores de lasautoras, con información actualizada y nuevos interrogantes en función decambios en el contexto.

María I sabe l Tor t **Patr i c ia Lombardo***

83Cooperativa Campo de Herrera

Introducción

¿Por qué retomar el análisis deuna cooperativa de trabajo produ-cido hace ya mucho tiempo y enun contexto muy diferente? Cuan-do realizamos nuestra primeraaproximación al caso de la Coo-perativa Trabajadores Unidos deCampo de Herrera (Tucumán) nosguiaba el interés de adentrarnosen una de las formas más com-plejas y poco desarrolladas deorganización asociativa surgidasen el ámbito agrario argentino.Hoy, además del interés por cono-cer como evolucionó con el pasode los años y las sucesivas crisisdel sector y la sociedad argentina,surge la posibilidad de compararesta experiencia con otras muyrecientes, similares en algunosaspectos y diferentes en otros.Pero, y sobre todo, por la posibili-dad de entrever cómo a través deeste largo proceso han logradoconstruir una identidad propia ycaracterística de los actores deeste tipo de experiencia. Contodas sus paradojas y ambigüeda-des. Con sus avances y retroce-sos. Un largo camino del cual esposible seguir obteniendo apren-dizajes para aportar a la construc-ción, también en nuestro agro, dealternativas viables ante la crisisdel modelo capitalista.

Las cooperativas de trabajoestán destinadas a cumplir unpapel importante en la reactiva-ción de la economía y la elevaciónsocial, moral y cultural de la pobla-ción, ya que en ellas el hombre es

el factor principal. Las personasque conforman estas cooperati-vas dejan de ser asalariados paraconvertirse en asociados de unaorganización en la que trabajan encomún, con iguales derechos yobligaciones, lo cual les posibilitamejorar su nivel de vida y condi-ciones de trabajo.

El objetivo de este trabajo con-siste en analizar el proceso evolu-tivo de esta cooperativa de traba-jo agropecuario, poniendo el énfa-sis en las situaciones de crisisatravesadas y en las estrategiasimplementadas para su sustenta-bilidad.

La información utilizada provienede fuentes secundarias y entrevis-tas a informantes calificados. Elanálisis de la información se hacentrado sobre la identificación deaquellos momentos críticos queha afrontado la organización ycómo han tratado de superarlosteniendo en cuenta que se tratade una empresa de la economíasocial. Este estudio constituyeuna nueva mirada sobre trabajosanteriores de las autoras, coninformación actualizada y nuevosinterrogantes en función de cam-bios en el contexto.

La cooperativa de trabajo:una forma jurídica paraluchar contra la exclusión

En el contexto en que se insertóla Cooperativa Trabajadores Uni-dos de Campo de Herrera (CCH)la cooperativización de los pro-

84 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

ductores cañeros era un procesode relativa importancia ya que“desde mediados de 1960, lospequeños productores comenza-ron a unirse en cooperativas quefueron constituyéndose como a-gentes articuladores entre cañe-ros e industriales” (Riveiro, 1994).Pero este proceso no resultó enuna distribución homogénea: en1987 sólo la mitad de los “campe-sinos” -los cañeros más pequeñosy pobres de la provincia- comer-cializaban su caña a través de lascooperativas, mientras que el90% de los “campesinos transicio-nales” y el 75% de los “producto-res familiares capitalizados” esta-ban cooperativizados”1.

Esa afirmación acerca de que elcompromiso con las accionescolectivas que implica la coopera-tivización no se asienta únicamen-te sobre la expectativa de benefi-cios económicos, puede resultarasimismo válida para el casoespecial de la CCH, integrada nopor pequeños productores sinopor ex trabajadores del surco, osea, actores sociales muy diferen-tes, incluso tradicionalmenteenfrentados. El rescate de “otros”factores, complementarios para laexplicación de la potencialidad deestas acciones solidarias paratransformar actitudes en formacontinuada, ayuda a interpretartambién el caso que nos ocupa.Podemos así tomar como apro-piada para este caso su afirma-

ción de que “el contexto conflictivoen el que las cooperativas surgie-ron y el hecho de que fueran uninstrumento para resistir la margi-nalización contribuyó a que losfundadores construyan la percep-ción de que su futuro individualestá atado al futuro del grupo. Esa partir de tomar en cuenta dichapercepción, que se puede enten-der por qué los fundadores de lascooperativas se constituyeron enlos comprometidos líderes y acti-vos miembros necesarios paraconstruir organizaciones autóno-mas” (Riveiro, 1994). En el casode la cooperativa analizada, laconstrucción de este liderazgonecesitó de mucho apoyo externo-tanto en la promoción como en laconsolidación de la organización-como el que efectivamente le fuebrindado por el INTA y parte desus técnicos en sus inicios.

Cabe considerar especialmentedos de los factores que Riveiromenciona como fundantes de lascaracterísticas especiales de lascooperativas cañeras tucumanas,los que se pueden hacer extensi-vos para el caso de la CCH:

“La vivencia de la situación desubordinación como factor a partirdel cual se define y construye laidentidad y unidad (...) así como eldesencadenamiento de la acción apartir de una situación que amenazalas condiciones de existencia y dereproducción (…)”.

Este segundo aspecto, relacio-1 Giarraca, N. y S. Aparicio (1991) Campesinos cañeros: multiocupación y organización,

Instituto de Investigaciones de Ciencias Sociales, Buenos Aires. Citado por Riveiro(1994).

85Cooperativa Campo de Herrera

nado con la situación de crisis delsector y desaparición lisa y llanade su fuente de trabajo, permiteemparentar parcialmente estaexperiencia -que lleva más de 40años de trayectoria- con la másreciente de las empresas recupe-radas (ER) que han optado por lacooperativa de trabajo como for-ma de organización legal para lle-var adelante sus luchas.

Si bien hay quienes cuestionanque las ER adopten esta modali-dad organizativa, otros afirmanque es para estos casos la únicaposible. Según Moirano (2008) “laúnica variable jurídica y posible enla Argentina es la cooperativa detrabajo, prevista por la ley 20.337y con una regulación específicadada mediante resoluciones por laautoridad de aplicación de esaley. (…) el concepto de cooperati-va formulado por la AlianzaCooperativa Internacional, adap-tándolo a la cooperativa de pro-ducción o trabajo, sostiene que esuna asociación autónoma de per-sonas que se unen voluntaria-mente para producir en comúnbienes o servicios, con la finalidadde crear o conservar una fuentede trabajo, asumiendo los riegosde una empresa de propiedadcolectiva gestionada democrática-mente”.

Mario Elgue (2006) a su vez, res-catando el mismo principio, marcatambién las paradojas propias deesta figura ya que en la cooperati-va de trabajo “los integrantes son

al mismo tiempo trabajadores,copropietarios y codirectores de laempresa común”. Este autor con-sidera que “esclarecer esta para-doja es detectar la forma en que lacooperativa de los trabajadores,sin desconocer la fragmentaciónreal existente en el mundo laboraly productivo, puede construiruna identidad colectiva consujetos diferentes”2.

La crítica que este autor hace dela consideración del caso de lasER como diferente al del resto delas cooperativas de trabajo, per-mite acercar muchas de las discu-siones surgidas alrededor de estefenómeno al análisis actual de laCCH. Cuestiona que se hable denuevas cooperativas de trabajoaduciendo que éstas enfatizansobremanera la dimensión solida-ria, dado que considera que estacaracterística “está implícita enlos valores y principios y en ladefinición cooperativa, sin necesi-dad de apelar a ninguna clase deadjetivación adicional. Por otraparte, al reconocer como sustentolegal la misma ley de cooperati-vas, queda claro que no existendiferencias sustanciales con elresto de las cooperativas” (Elgue,2006).

Describe dos características delas ER que suelen pesentarsecomo fundamento para esa dife-renciación, que de hecho tambiénhan caracterizado al caso de laCCH, aunque en distintos mo-mentos de su evolución. Según

2 Las negritas son nuestras.

86 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

Elgue (2006): “Una práctica quesuelen compartir las cooperativasde última generación, es la grancantidad de decisiones que setoman en el ámbito de las asam-bleas, en un ejercicio permanentede ‘democracia directa’. Otrorasgo característico de estas coo-perativas, son sus limitaciones decapital de trabajo, lo cual las obli-ga a operar bajo la modalidad deventa de lo producido a los prove-edores de materias primas, con ladesventaja del bajo precio deventa obtenido y de contar conpoca libertad de maniobra”. La pri-mera práctica fue clave en laetapa fundacional de CCH mien-tras que la segunda lo está siendoactualmente, a partir de su rela-ción con la empresa ARCOR.

El Instituto Nacional de Asociati-vismo y Economía Social (INAES)define a las cooperativas de traba-jo como aquellas formadas porquienes “ponen en común su fuer-za laboral para llevar adelante unaempresa de producción, tanto debienes como de servicios” (Fuks,2007). José Sancha, secretario deDesarrollo y Promoción del orga-nismo, señala que se trata de “unaherramienta asociativa que toma-ron los sectores populares paraautogestionar solidariamenteemprendimientos productivos demanera democrática y participati-va” (Fuks, 2007). Asimismo, elcitado autor comenta que sirviópara generar “miles de puestos de

trabajo que brindaron ingresos alas familias de los asociados,devolviéndoles en muchos ca-sos la dignidad e identidad quela situación de desempleados lesquitó”3.

Por su parte Fontenla, otroexperto en cooperativismo, haplanteado recientemente que:“Las cooperativas formadas a par-tir de la crisis emergente del año2001, presentan característicasparticulares pero no indican elnacimiento de un nuevo modelocooperativo o de una nueva eco-nomía social, sí una nueva faseen la continuidad y aplicación exi-tosa de una fórmula que histórica-mente ha dado respuestas anecesidades de la gente. Segura-mente, nos encontramos dentrode una inter - fase, que marca elfin de una época y la incertidum-bre por la nueva que emerge en elcampo de la economía social. …queremos valorizar las res-puestas que las cooperativas,en distintos períodos de rece-sión económica, falta de traba-jo, limitación de recursos yexclusión social, ofrecieron amuchos trabajadores de la ciu-dad y del campo en nuestropaís” (Fontenla, 2008)4.

En este sentido resulta de granimportancia reconocer que la con-solidación de este tipo de formaorganizativa es un proceso deconstrucción social, con sus con-secuentes requerimientos de

3 Las negritas son nuestras.4 Idem.

87Cooperativa Campo de Herrera

tiempos específicos según lascaracterísticas diferenciales delos actores involucrados, y que setrata de un proceso de construc-ción permanente, aunque nosiempre ascendente en cuanto asu capacidad de consolidación.En el caso de las actuales ER, sepuede convenir que se trata de“un proceso social y económicoque presupone la existencia deuna empresa anterior, que funcio-naba bajo el modelo de unaempresa capitalista tradicional(inclusive bajo la forma cooperati-va), cuyo proceso de quiebra,vaciamiento o inviabilidad llevó asus trabajadores a una lucha porsu puesta en funcionamiento bajoformas autogestivas” (Ruggeri,2005).

También se puede coincidir conlos autores recién mencionadosacerca del rol de algunos de losprincipales actores de esta expe-riencia: “…el proceso de recupe-ración de fuentes de trabajo siguesiendo una tarea continua, talcomo lo sostienen los propios tra-bajadores militantes de los movi-mientos que se han formado alcalor de esta lucha y los sindica-tos y organizaciones gremialesque se solidarizan y la apoyan. Elcontexto se caracteriza tambiénpor un Estado que, comprendien-do tal vez la profundidad del pro-ceso, solo parece atinar a ralenti-zarlo o, incluso, intentar neutrali-zar su potencial transformadormediante conocidas prácticas de

cooptación/ división, o bien a mos-trar su adversidad frente a lacapacidad de lucha y creatividadde los trabajadores”.

Si bien en un principio la CCHrecibió colaboración desde dife-rentes niveles e instituciones delEstado, esta relación fue muyvariable -en función de los sucesi-vos cambios en la orientaciónpolítica de gobiernos, tanto demo-cráticos como de facto- a lo largode su prolongado proceso delucha por asegurar la superviven-cia y consolidación.

Para avanzar en la comprensiónde la profundidad que puedeadquirir esta lucha por la consoli-dación de alternativas autogesti-vas, cabe tomar el concepto desa-rrollado por Lewis y Klein en laintroducción a un trabajo ya clási-co sobre las ER: “El capitalismoproduce y distribuye no solamentebienes y servicios, sino tambiénidentidades. Cuando el capital ysus especuladores buitres habíanpartido, lo que quedaba no erasolamente empresas vacías, sinoun país entero vaciado y habitadopor personas cuyas identidades -como trabajadores - también leshabían sido quitadas (…) Senecesita una enorme cantidad detrabajo para recuperar una empre-sa. Pero el verdadero trabajo es elde recuperar al obrero y esa es latarea que recién comienza”(Lavaca, 2007)5.

Esta problemática, es emotiva-mente identificada por uno de los

5 Introducción de Avi Lewis y Naomi Klein.

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trabajadores de Grisinópolis6

cuando relata que: “Lo que másme costó fue convencer a miscompañeros de que ellos estabanperfectamente capacitados paraponer la fábrica a producir. Creíanque estaba loco”. Finalmente,cuando llegó el momento en quelas máquinas comenzaron nueva-mente a funcionar, lloraron. Sersus propios patrones les devolvióotra imagen de sí mismos. Supie-ron, entonces, que nunca más vol-verían a ser los mismos (Lavaca,2007). Un proceso similar fue res-catado por Santiago Bilbao yHebe Vessuri (1986), cuando rela-taban que al inicio de la experien-cia de la CCH los socios preten-dieron hacer una huelga contra lacooperativa reclamando mayoressalarios, ignorando el hecho jurídi-co de que ellos eran trabajadoresy patrones simultáneamente. A lolargo del proceso, esa identidadfue totalmente asumida y en laactualidad queda demostrado porla constante búsqueda de alterna-tivas en oposición al requerimien-to de saldar deuda con la venta desu tierra.

Este punto es el que marca lamayor diferenciación de estaexperiencia con la de las actualesER. En la CCH se logró, práctica-mente desde el inicio, resolver eltema de la propiedad del principalmedio de producción: la tierra. Porlo tanto, su lucha no se enfrentacon la postura ideológica que sus-

tenta el rechazo a la soluciónreclamada por las actuales ER,con las palabras de Avi Lewis yNaomi Klein: “las ER desafían elideal más caro al capitalismo: lasantidad de la propiedad privada”(Lavaca, 2007). Sin embargo, síse están enfrentando con las nue-vas formas que el capitalismoasume: la agricultura de contrato ylos problemas financieros deriva-dos de una relación asimétrica enla que es la cooperativa la que veamenazada la propiedad de susrecursos productivos.

El surgimiento de la cooperativa Campo deHerrera como alternativapara la inclusión social

La cooperativa “TrabajadoresUnidos” Ltda.7 surgió en un con-texto signado por la crisis azuca-rera (1965-66), en el cual se produjeron cierres de ingenios y unadisminución del cupo azucarero.En el año 1966, mediante un con-venio entre el Ministerio deEconomía de la Nación y la pro-vincia de Tucumán, se intervinie-ron varios ingenios -entre ellos elBella Vista- con miras al cierre,desmantelamiento y/o transforma-ción.

El Estado nacional otorgó fondosa los ingenios para facilitar el cie-rre y permitió que parte de lasdeudas con los trabajadores fue-ran saldadas con activos físicos. A

6 Grisinópolis es una empresa alimentaria recuperada recientemente.7 Es comúnmente conocida como Cooperativa Campo de Herrera.

89Cooperativa Campo de Herrera

partir de este último punto se ana-lizó, desde la Secretaría de Pro-moción y Asistencia de la Co-munidad, la posibilidad de formarcooperativas, ya que la poblaciónrural, y sobre todo la de menoresrecursos, no contaba con alterna-tivas laborales, lo cual generabaun importante problema social.

“El ingenio Bella Vista comenzó aplasmar una política de reducción depersonal que se concretó en el des-pido de 350 obreros permanentes,en su mayor parte de campo. Parapaliar el impacto desocupacional, laempresa ofreció desprenderse dehasta dos mil hectáreas de tierras desu propiedad a fin de entregarlas alos obreros cesantes” (Domínguez yHervas, 1973).

Uno de los socios fundadoresrecuerda cómo fue la situaciónque dio origen a la cooperativa:“Nos llegaron colacionados (tele-gramas) y nos dejaron sin trabajo.La gran mayoría era gente quepertenecía a tareas de campo. Alvernos ya sin trabajo la compañíaBella Vista pone en oferta, paraque no emigre toda la gente,2.000 h de tierra para que lasexplotáramos nosotros pero habíaque levantar las hipotecas deesas tierras. Antes de empezarcon la cooperativa fuimos a ver ala gente del INTA para informar-nos y asesorarnos. Ellos con gransatisfacción nos han ayudado,porque había gente con muybuena intención y la sigue habien-do. Nos asesoraron en los prime-ros pasos que hemos dado y nosaconsejaron que esto había que

explotarlo como una sola unidad yasí se ha hecho. La propuesta delINTA no fue muy discutida por lagente porque por el hecho deestar sin trabajo estábamos apu-rados. Mucha gente no quisoaceptar la propuesta y se fueron aotros lugares.” (Tort y Lombardo,1993).

En la conformación de la coope-rativa intervinieron distintos acto-res: los Estados provincial ynacional, promoviendo el acerca-miento entre las partes interesa-das y recabando asesoramientode instituciones oficiales; el INTArecomendando que la propiedad aadquirir fuera explotada como unasola unidad, sin parcelar, bajo unsistema cooperativo integral; laFederación Obrera Tucumana dela Industria Azucarera (FOTIA) -que representaba los interesesgremiales de los obreros despedi-dos- apoyando la idea promovidapor el INTA y colaborando en larealización de algunos trámitesiniciales; y otras institucionescomo la Dirección de Promoción yDesarrollo de la Comunidad y laDirección Provincial de Coope-rativas, colaborando en la concre-ción del proyecto cooperativo.

El esquema productivo elabora-do por el INTA, que intentabadiversificar la producción cañeracon actividades especialmenteagrícolas, aptas ecológicamente eintensivas en mano de obra (culti-vo de papa, batata, tabaco, huer-ta, también algo de granja, etc.),estaba acompañado por progra-

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mas de capacitación, ya que losmiembros de la cooperativa notenían experiencia práctica enestas nuevas actividades.

Un entrevistado, ex jefe de cam-po de la cooperativa destaca que“la experiencia de Campo deHerrera no hubiera existido sin ladecisión política del Estado depromoverla... el rol del INTA fuedecisivo…. Desde el gobiernonacional hubo un apoyo relativoque implicaba aplacar un posiblefoco de rebeldía” (Tort y Lom-bardo, 1993).

El 1º de junio de 1967, se consti-tuyó la cooperativa con ciento die-cinueve socios, quienes aproba-ron el estatuto y eligieron susautoridades8. El 28 de julio sefirmó el boleto de compra-ventade las tierras y los nuevos dueñostomaron posesión inmediata. Lossocios fundadores eran, en sumayoría, ex obreros de surco conun promedio de edad cercano alos 50 años y con un bajo nivel deinstrucción escolar.

Entre los principales aspectosque facilitaron la puesta en mar-cha de la cooperativa, se puedenmencionar el conocimiento de lascaracterísticas principales de lafinca que poseía la gran mayoríade los socios, su habilidad paralas tareas de la caña de azúcar y

su adaptación al medio físico, asícomo la convivencia armoniosade la comunidad. A esto se puedesumar el otorgamiento de cupoazucarero9, que en ese momentorealmente significaba un “privile-gio”, ya que el gobierno nacionallo estaba restringiendo o, mejordicho, estaba despojando delmismo a las empresas.

Sin embargo, un socio reconoceque “los primeros años fueronmuy duros, no teníamos herra-mientas. Nos dejaron la tierra y aarreglárselas. Había unos ran-chos, nada de herramientas nisiquiera nos dejaron los mache-tes. Empezó la primera zafra, setraían fleteros de afuera. Lasherramientas eran prestadas. Eldinero que nos debían (el ingenio)nos lo pagaban en cuotas ybonos. El primer año se hizo lazafra y el segundo también, perono nos fue muy bien porque nonos terminaron de pagar la zafra,pero de ahí en adelante hemostenido etapas muy lindas.Comenzamos a arreglar lascasas...” (Tort y Lombardo, 1993).

La tierra y las primeras maquina-rias (siete tractores y una rastra)fueron compradas con un créditode la línea PROAGRO del Bancode la Nación Argentina. El plazode pago de la tierra adquirida era

8 Matrícula Nacional Nº 6.433 otorgada por el Instituto Nacional de Acción Cooperativay Mutual (INACyM) y Matrícula Provincial Nº 119 otorgada por el Instituto Provincial deAcción Cooperativa y Mutual (IPACyM).

9 El gobierno nacional otorgó cupo azucarero a la Cooperativa Campo de Herrera y tam-bién a las dos cooperativas que se formaron posteriormente, en 1968, La Merced yMayo, pero el otorgado a la primera fue el de mayor envergadura.

91Cooperativa Campo de Herrera

de cinco años con dos de gracia,pero la cooperativa sólo demorótres años en cancelar la deuda.Los socios donaron su primer mesde sueldo a la cooperativa y, pos-teriormente, siguieron donando elmonto de dos o tres días de traba-jo para contribuir a la capitaliza-ción de la cooperativa.

Cuando la participación del INTAdisminuyó, la cooperativa comen-zó a funcionar siguiendo las indi-caciones de un gerente y un jefede campo, siendo administradapor sus propios socios. Es en esemomento que surgieron algunosproblemas de convivencia, gene-rando situaciones conflictivas quetuvieron incidencia en el ritmo detrabajo y la productividad10.

La cooperativa 25 añosdespués… “a pesar de losgolpes”

A principios de la década de los‘9011 los socios -en su mayoríahijos de los fundadores- ascendí-an a ciento cincuenta, ninguno deellos fundador en condición acti-va. Hasta ese momento los hijosde socios que ingresaban lo hací-an con capital cero, lo cual llevó aun deterioro acelerado de la situa-ción de la cooperativa. La conduc-ción de la entidad que asumió en

1991 suspendió por el término dediez años el ingreso de socios tra-tando, simultáneamente, que lasvacantes no fueran cubiertas.Esta decisión se basaba sobreque el número de socios no debíaexceder los ciento veinte dadoque la superficie se había mante-nido fija a través del tiempo. Lamedida adoptada, refrendada enAsamblea Extraordinaria, suscitóserios problemas.

Desde un principio la conducciónde la cooperativa operó en dosniveles. Los lineamientos genera-les y las decisiones de fundamen-tal importancia son adoptadas porla Asamblea de socios. El resto delas decisiones, se toma a travésdel Consejo de Administración.

“Desde un principio el INTA hizo hin-capié en la cogestión con el Consejocomo la forma más viable de trans-mitir influencia hacia los socios. Enesta cogestión el INTA tomó lasdecisiones fundamentales. La pre-misa de la institución era ir abando-nando los distintos rubros a medidaque los socios fueran capacitándosepara desempeñarlos con eficiencia.La tarea conductiva del Consejo fueinstrumentada a través de la admi-nistración, integrada por un gerenterentado (no socio) y dos empleadosadministrativos (uno de ellos socio).Hasta que la cooperativa estuvo encondiciones de pagar la erogaciónque representaba el gerente, la

10 Un entrevistado argumentaba que estas situaciones se originaron en la existencia dedistintas funciones o jerarquías que implicaban una especie de subordinación de unossocios con respecto a otros, lo cual provocaba fricciones entre los mismos. A esto sele sumaba la constante renovación en la conducción de la cooperativa, que provocabauna suerte de discontinuidad en su política.

11 Momento en que se realizó el estudio de caso.

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tarea fue cumplida por el INTA.”(Domínguez y Hervas, 1973).

Una preocupación de algunossocios, residía en que “estamosquedando sin dirigentes por lafalta de acercamiento. La gente enlas asambleas tiene una asisten-cia del 100% pero sólo participanactivamente cinco o diez de losciento cincuenta. Pero una vezque salieron de la asamblea searman corrillos, esto fue así desdeun principio” (Tort y Lombardo,1993).

Bilbao y Vessuri (1986) descri-ben el rol desempeñado por elpresidente de la cooperativa de lasiguiente manera: “La posición delpresidente de la cooperativa deCampo de Herrera fue críticadesde un primer momento ya queeste cargo reunía facultades eje-cutivas, de representación y auto-ridad que le confieren status inter-no y externo. Es la persona localque simboliza para el mundoexterno la cooperativa y, por lotanto, la que debe enfrentar loscontactos más frecuentes con losde afuera y los de adentro. En losprimeros cinco años de la coope-rativa, se sucedieron dos presi-dentes cuyas edades oscilaban enlos cuarenta y cinco años, repre-sentativos del promedio de edadde la mayoría de los asociados…Los líderes iniciales se caracteri-zaban por un nivel de escolaridad

bajo, todos habían sido criados enla zona lo que implicaba lazos deparentesco, amistad y compa-drazgo que determinaban enemis-tades, compromisos y favoritismoque generaban problemas. Nin-gún dirigente se perpetuó en elcargo ya que se realizaban reno-vaciones trianuales y a partir de1973 anuales. Sin embargo, estesistema no evitaba que un bajoporcentaje de socios detentaranlos diferentes cargos de responsa-bilidad, pasando de una a otraposición, sobre una masa menosconcientizada de socios… “.

A principios de los ‘90, la coope-rativa poseía diferentes secciones(agrícola, granja, industrial, con-sumo), en las que cumplían tareaslos asociados y personal asalaria-do transitorio con jornadas labora-les de ocho horas que, en épocade zafra, se podían extender másallá de ese lapso.

Si bien durante los primeros die-ciocho años las remuneracionesfueron iguales para todos, poste-riormente esta modalidad setransformó12, aunque a fines de los‘80 volvió a funcionar con lamodalidad original. Sin embargo,en 1991, con la incorporación deun nuevo gerente el sistema deremuneraciones, otra vez cambió.

Según opiniones recogidas entrelos entrevistados “al principio de lacooperativa sirvió lo de la igualdad

12 Se establecieron cinco categorías diferentes de remuneración según capacidad,conocimientos y responsabilidad las cuales constaban de un sueldo básico “mejora-do” más un porcentaje. Sólo el gerente y el jefe de campo, recibían una liquidación dehaberes diferente al resto de los asociados.

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en los derechos, remuneraciones,etc., pero no todos tenemos lasmismas condiciones y a partir deahora hay una voluntad de queeso va a cambiar, de acuerdo a lanueva incorporación del gerente,ya que uno de los temas que va aintroducir es que no todos tene-mos que ganar igual porque lasdistintas funciones necesitan dis-tintas remuneraciones. Esto sirvióal principio para unir a la gentepara que esto pueda seguir ade-lante, pero no sirve ahora” (Tort yLombardo, 1993).

A partir de 1985, para la determi-nación de ascensos de personal yaumentos en el monto de lasremuneraciones, comenzó a fun-cionar una comisión formada porrepresentantes de las distintassecciones y algunos miembros delConsejo Directivo, en la cual sediscutían dichos temas y se eleva-ba un despacho de comisión alConsejo Directivo para su resolu-ción definitiva. La conformaciónde esta comisión tornó más parti-cipativo el proceso decisorio.

En la época del ingenio funcio-naba dentro del mismo una comi-saría pero al organizarse la coo-perativa se solicitó su levanta-miento ya que, según los socios,“considerábamos que dentro deuna población, entre gente cono-

cida y que formábamos una coo-perativa donde nos habíamos tra-zado una meta, no era necesariode que alguien estuviese custo-diando. Nosotros mismos íbamosa ser los cuidadores del orden. Sibien no se había tenido ningúnproblema con la policía, nosotrosconsiderábamos que no era nece-sario. Finalmente, se levantó ynunca hubo problemas gravesdentro de la cooperativa” (Tort yLombardo, 1993).

Si bien siempre existió un regla-mento de tipo disciplinario y deconvivencia, prácticamente, nofue necesario su uso. Los proble-mas se han tratado de resolver demodo más “informal”, buscandoconcientizar a los asociados aadecuarse a ciertas normas detrabajo. A pesar de ello, elConsejo de Administración consti-tuido a inicios de los 90 debió apli-car ciertas medidas disciplinariasa algunos socios debido, segúnlos dirigentes, “a la irresponsabili-dad que han demostrado”13.

Con respecto al trabajo infantil,tan difundido en la actividad azu-carera, uno de los primeros pro-blemas por los que atravesó lacooperativa estaba vinculado conello. Esta situación es recordadapor un socio fundador: “Aquí, enespecial en la época de zafra, la

13 El Consejo, antes del inicio de la zafra, dejó cesantes a cincuenta y tres trabajadores,socios y no socios residentes en la cooperativa ya que no se presentaron a trabajarcuando se inició la temporada de zafra, pese a que fueron intimados a hacerlo en undeterminado plazo de horas. Este comportamiento determinó que la cooperativa loscesanteara. “A muchos socios no les ha caído bien esta medida, pero no se puedeseguir en un tren de cosas donde se aceptaba todo. Duele pero no se puede, hay queser duro” (miembro del Consejo de Administración entrevistado).

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gente sabía llevar a la mujer y alos hijos para que ayudaran en lastareas. Cuando la cooperativacomenzó a dar sus frutos, en unareunión se tomó una decisión muyimportante: se hizo una resoluciónque decía que todo asociado teníaque dejar de hacer concurrir a loshijos a las tareas de zafra y nohacerlo perder la escuela. Eso fueun conflicto porque a mucha genteno le gustó que la cooperativatome esas decisiones. La priori-dad número uno tenía que ser queel hijo aprenda a estudiar y muyen especial que hiciera el ciclo pri-mario completo. Hubo muchagente que se enojó y hubo sancio-nes a causa de esto. Pero fuelinda la decisión. La mayoría denosotros no tenía completa la pri-maria, los que más sabían teníansegundo grado y algunos no sabí-an nada…” (Tort y Lombardo,1993). El socio que no cumplíadicha resolución era sancionadocon una suspensión laboral dedos o tres días.

La estrategia adoptada a partirde los ‘90, basada sobre la moder-nización de la cooperativa, preten-día actuar como un incentivo parala participación de los jóvenespero no así de las mujeres, apesar del significativo papel quehan cumplido en el desarrollo dela organización, el cual es desta-cado por socios fundadores: “Lasmujeres tuvieron que soportar

todo, las crisis del comienzodonde no teníamos para comer yla mujer tenía que soportar todoeso de cualquier forma, teníanque cocinar, mandar los chicos ala escuela cuando no tenían cal-zado. La mujer ayudó mucho ensu rol de ama de casa” (Tort yLombardo, 1993).

En el año 1975 se realizó unaAsamblea de socios, convocandoa las familias de los socios, paraanalizar un sistema que facilitarala participación de las mujeres.Sin embargo, no se obtuvieronresultados concretos ya que,según un dirigente, “hasta la fechase las tiene rezagadas y sin parti-cipación”. En el momento delestudio, sólo tres mujeres -hijasde socios- eran socias pero no for-maban parte de la conducción dela cooperativa.

Diez mujeres, en su mayoríahijas de socios, crearon una coo-perativa de confección de prendasde vestir14, denominada “MaríaAntonia”, para lo cual la cooperati-va Campo de Herrera les brindó ellugar para funcionar así como lasmaquinarias necesarias, quedan-do la materia prima a cargo de losclientes.

Con respecto al grado de inte-gración con otras instituciones, sepuede mencionar que se integró ala Liga de Cooperativas Cañeras,que es una entidad representativa

14 El taller de confecciones funcionaba como una sección de la cooperativa pero como laley de Cooperativas establece que aquellos trabajadores que trabajan durante seismeses deben ser incorporados como socios, se les ofreció la posibilidad de conformaruna cooperativa.

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de los pequeños cañeros; a suvez, la CCH, junto con ocho de lasonce cooperativas de la Liga,arrendó el ingenio Nuñorco, gene-rando la sociedad Nuñorco SA-PEN15, que en 1984 se integró a laUnión de Cañeros Independientesde Tucumán (UCIT), organizacióngremial representativa de los inte-reses de los pequeños producto-res cañeros de la provincia; tam-bién se afilió a la Asociación deCooperativas de Trabajo de laRepública Argentina (ACTRA) y ala Confederación Latinoamericanade Cooperativas y Mutuales deTrabajadores (COLACOT).

Desde el comienzo de la coope-rativa, el esquema productivodiseñado iba unido a un programade capacitación para que lossocios pudieran asumir las res-ponsabilidades que “los nuevostiempos y la nueva estructura defuncionamiento les planteaban”.En ese marco, se organizaron cur-sos de capacitación con elConsejo Nacional de EducaciónTécnica (CONET), denominadosde Formación Profesional Acele-rada (mecánica para el manteni-miento y conducción de tractores,electricidad y plomería); con laAgencia de Extensión Rural deINTA Monteros (arte culinario,economía doméstica, tejidos, con-fección de prendas, etc.). Sinembargo, desde fines de la déca-da de los ‘80 se dejaron de reali-

zar actividades de capacitación, locual ha sido cuestionado por losasociados: “Dentro de la coopera-tiva se hicieron muchos cursos,pero se dejaron de hacer hacemás o menos tres años. Yo siem-pre he dicho que el Consejo tieneque tratar de educar a la gente,incluso para que ellos mismos sepreserven…” (Tort y Lombardo,1993). Para subsanar esta situa-ción, el Consejo de Administra-ción gestionó cursos sobre diver-sas temáticas, principalmentesobre educación cooperativa,ante el Instituto Provincial deAcción Cooperativa y Mutual(IPACYM) tanto para la dirigenciacomo para el resto de los socios.Un profesional estrechamente vin-culado a la cooperativa sosteníaque esta carecía de “una tarea decapacitación y concientización delos participantes. Se dejó comoactividad sistemática. Hubo unapérdida de la mística y hay unasensación de derrota, lo que impli-ca bajar los brazos y no enfatizarla capacitación. Hay que incorpo-rar el esclarecimiento y mejorar laparticipación y evaluación de loque se va haciendo” (Tort yLombardo, 1993).

En relación con la mano de obra(socios y transitorios), la coopera-tiva siempre se preocupó porcumplir con las leyes sociales. Losasociados constituyeron un fondode ayuda (mutual)16 para benefi-

15 Dicha empresa se creó con el 60% de aporte de capital del estado provincial, 38% delas cooperativas y 2% del sector laboral.

16 Fondo no reintegrable utilizado para solventar gastos que no cubre la obra social, perono destinado a préstamos personales, aportado sólo por el personal en actividad.

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ciar al trabajador y a su familia;contrataban en forma colectiva unservicio de salud y un seguro devida interno. Asimismo, los sociosactivos realizaban un aporte men-sual en función de un fondo deasistencia económica para distri-buir entre los socios jubilados locual, sumado a otros beneficios,pone de manifiesto “el respeto yagradecimiento a aquellos quetrabajaron duramente por el creci-miento y desarrollo de la coopera-tiva” (Tort y Lombardo, 1993).

En los comienzos, un tema queafligía al conjunto de los sociosera el alto porcentaje de mortali-dad infantil, problemática quepuede ser reflejada a través de loexpresado por un socio: “Antesera común, ver a un grupo dehombres y mujeres llevando uncajoncito con un niño muerto, y nose sabían las causas de su falleci-miento por lo que decíamos: soncosas del Destino, de Dios.Después, nos dimos cuenta quedebíamos resolverlo atacando lospilares fundamentales para lasalud: que son la vivienda y elagua” (Tort y Lombardo, 1993).Esto se revirtió llegando dichoíndice a 0 por ciento.

Además de la obra social con-tratada, que presta sus serviciosen la ciudad de San Miguel, lacooperativa contaba con unpequeño dispensario donde se-manalmente atendían distintosespecialistas provenientes de laciudad (pediatra, ginecólogo, clíni-co y odontólogo).

En sus inicios, Campo deHerrera contaba solamente concuarenta pequeñas viviendas pre-carias que resultaban insuficien-tes para albergar los grupos fami-liares numerosos. A partir de1970, se iniciaron planes deampliación y de construcción deviviendas con ladrillos elaboradospor ellos mismos. Todos los aso-ciados disponen de servicio deenergía eléctrica, provisión deagua potable y recolección deresiduos domiciliarios.

En el predio de la cooperativaexisten dos escuelas de nivel pri-mario dependientes del ConsejoProvincial de Educación. La rela-ción entre ambas instituciones esmuy estrecha, la cooperativa a-porta los recursos para ampliacióny mantenimiento de las instalacio-nes escolares. Cabe destacar quenumerosos socios, analfabetos osemianalfabetos, tuvieron la opor-tunidad de completar el cicloescolar primario. Asimismo, losalumnos secundarios y universita-rios reciben un abono para trasla-darse hasta los centros educati-vos.

En 1968, la Comisión Nacionalde Promoción Agropecuaria(PROAGRO) otorgó un crédito ala cooperativa para la compra demaquinaria, pero esta modalidadde financiamiento no volvió a serutilizada.

Cuando se elaboró el plan pro-ductivo inicial, se tuvieron encuenta dos aspectos principales:por un lado, favorecer la rápida

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capitalización de la cooperativa y,por el otro, proporcionar ingresosde cierta magnitud durante todo elaño. También se consideraba ele-mental incentivar nuevas activida-des que contemplaran la total ocu-pación de la mano de obra. Paraello se introdujo primeramente elmaíz, luego tabaco y trigo, peroestos dos últimos cultivos fuerondejados de lado por inconvenien-tes técnicos. Dicho plan contem-plaba, en primer término, mejorarel cañaveral y adaptarlo al cupode producción autorizado. Paraello se renovaron plantacionesintroduciéndose variedades técni-camente aconsejadas y se redujola cantidad de surcos plantados,pero aumentó la producción totalmediante un manejo adecuado. Apartir de la disminución paulatinade la superficie destinada a cañade azúcar se preveía su reempla-zo por otros cultivos como maíz,trigo y batata, que contribuirían adiversificar la producción. Esteplan pudo ser cumplido parcial-mente por diversas razones.

En la década de los 90, la coo-perativa estaba dividida en cuatrosecciones productivas: agrícola,granja, industrial y consumo, cadauna a cargo de un responsable;produciéndose en la primera sec-ción maíz, citrus (limoneros,naranjos, pomelos y mandarinos)y caña de azúcar.

Desde un principio la cooperati-va destinó dos hectáreas, mástarde cinco hectáreas, para laexplotación de una huerta comu-nitaria cuyos productos se distri-

buían sin cargo entre los asocia-dos, los vecinos de la zona, lostrabajadores temporarios y todoaquel individuo que lo necesitarapor lo que este rubro era conside-rado como un “símbolo de solida-ridad”. Los excedentes de produc-ción se distribuían entre los hospi-tales y escuelas. No obstante ello,cinco meses antes de la realiza-ción del estudio de caso, se sus-pendió esta producción al igualque la de granja (cerdos y pone-doras).

La sección industrial, estabacentrada sobre la confección deprendas y en la producción deladrillos (actividad interzafra),estando el primer rubro a cargo dela cooperativa María Antonia.

En 1968, se organizó una sec-ción consumo que estaba previstaen el estatuto. En primera instan-cia comenzó a funcionar un alma-cén, luego se sumó una carnice-ría.

En el momento de realizar elestudio, se estaba llevando acabo un microemprendimiento deproducción de frutilla. Los veintesocios involucrados en el mismocontrataron los servicios de unprofesional (ingeniero agrónomo)para que les brindara asistenciatécnica sobre los distintos aspec-tos del cultivo. Esta modalidad deproducción, adoptada sólo poralgunos socios, era justificada porel propio presidente de la coope-rativa: “Yo fui pionero haciendofrutilla en un terreno baldío queestá a diez metros de mi casa.

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Esto me costó críticas (por el sen-tido individualista de la actividad),pero a medida que pasa el tiempola gente se da cuenta que es laúnica manera de salir adelante”.La conducción de ese momento,consideraba los microemprendi-mientos como una forma adecua-da de revertir el momento de crisispor el que se estaba atravesando.

Dentro de estrategia productivade los ‘90, se contrataron los ser-vicios de un profesional -anterior-mente jefe de campo de la coope-rativa- con el objetivo de supervi-sar la producción de hortalizascultivadas bajo cubierta. La estra-tegia también contemplaba laindustrialización de sus productosprimarios como una alternativapara el crecimiento económico ypara la generación de empleo.Cabe destacar que las mayoresdificultades de la cooperativa noestaban centradas sobre la pro-ducción sino sobre la comerciali-zación.

Desde 1985, la modalidad decomercialización de la caña deazúcar adoptó el sistema demaquila17 y la producción se cana-lizaba a través de la Liga deCooperativas Cañeras18. Otro pro-ducto de trascendencia económi-ca como es la producción de cítri-cos, fundamentalmente limón, secomercializaba a través de EXPO-FRUT, empresa tucumana que

posee sucursales en otros puntosdel país.

La dirigencia de principios de los‘90, sostenía que era necesario“hacer una nueva cooperativa, noen el sentido estructural sino en elhumano. Estamos hablando estetema con el nuevo gerente y pen-samos instrumentar la educacióncooperativa, pero con una nuevametodología, con una nueva cul-tura que ya no tiene que ser la de25 años atrás. Hay que educar ala gente para que piense en doscosas fundamentales: a) quesomos una empresa y b) en laparte social. La estrategia denuestra cooperativa para saliradelante ha sido en base al sacri-ficio de los socios, pero sin venderni un hierro ni un metro de tierra.Aquí no se vende nada y asívamos saliendo, al contrariohemos comprado algunas cosas.Los socios van entendiendo lanueva política pero para ello hayque apelar al autoritarismo, el cualno es bueno…” (Tort y Lombardo,1993).

La cooperativa en laprimera década del sigloXXI… “¿Que veinte añosno es nada?”

En el año 2008, a partir de unanueva visita a la cooperativadonde se entrevistaron dirigentes

17 Este sistema consiste en que el productor entrega la caña (materia prima) al ingenioy éste le paga en azúcar (producto final).

18 La Liga también fracciona y distribuye, posee una marca propia, vendiendo azúcar aempresas procesadoras de golosinas.

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y socios, fue posible actualizarparte de esta información y, deeste modo, conocer su situaciónasí como sus perspectivas.

En la actualidad, la cooperativa -que mantiene la superficie origi-nal- está conformada por 127socios, permitiéndose únicamenteel ingreso como socios a los hijosde aquellos que ya lo son. Segúnexpresa un entrevistado: “Noso-tros no queremos que vengagente de afuera. Hasta ahora nosconocemos todos acá, hay con-fianza. Si vienen de afuera nohabrá más tranquilidad… Lo quequeremos es que nuestros hijosno se vayan. Todos los sociosviven acá. A los socios se les davivienda con su luz y agua gratis.También se les da a los que vie-nen a trabajar de afuera por lascosechas”.

La participación institucional delas mujeres continúa siendo pocosignificativa, esto queda demos-trado ya que dentro del padrón desocios sólo figura una mujer,cuando en los ’90 se registrabancomo socias tres mujeres. Engeneral, si muere el esposo pasaa ser socio el hijo antes que laesposa.

Si bien han pasado cuarenta ydos años desde su creación, seha mantenido la explotacióncomún de la tierra, no existiendoya parcelas de uso individual.Existe una división interna del tra-bajo, distribuyéndose los benefi-cios luego de remunerar el trabajorealizado por cada socio. Cabe

destacar que también se empleamano de obra transitoria (cerca de200 personas).

Si bien la cooperativa contratalos servicios de un abogado y deun contador, sostienen que “…sería ideal que fueran nuestroshijos los que pudieran tomar esoscargos. Lamentablemente, el hijode un socio se recibió de ingenie-ro agrónomo pero no se quedóacá. Esperamos que los queestán estudiando ahora sí lohagan. En este momento, hay 18jóvenes que están haciendo uncurso para capacitarse, paraconocer mejor qué es esto de laCooperativa”.

Dentro del funcionamiento de laentidad, se debe señalar que lassituaciones conflictivas se tratande solucionar a través de meca-nismos participativos teniendo encuenta “qué le conviene a laCooperativa más que a las perso-nas individuales”. La resoluciónde conflictos mediante estosmecanismos, tiende a asegurar lasupervivencia de la cooperativacomo una fuente segura deempleo para los socios y sus fami-lias, ya que estos se cuestionan“¿Dónde vamos a ir? No tenemoscabida en otra parte, nosotros poredad pero nuestros hijos… igual.No hay trabajo afuera”. Ademásde satisfacer las necesidades deempleo e ingresos de sus inte-grantes, la cooperativa garantizala satisfacción de aquellas de tiposocial. Para ello dispone de unámbito adecuado para la realiza-

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ción de eventos (bailes, fiestas,competencias deportivas, etc.) yuna comisión interna responsablede llevar a cabo dichos eventos.También se dispone de un vehícu-lo (ómnibus), para trasladar losjóvenes a los establecimientos deenseñanza secundaria, el cual esutilizado en diversas ocasionespor dicha comisión.

La producción está organizadasobre la base de una administra-ción y un jefe de campo -que sonsocios- y responsables de las dis-tintas secciones (caña, citrus yfrutilla), que son ingenieros agró-nomos pero no son socios. Si bienlas remuneraciones se efectúansegún las horas de trabajo, noexisten diferencias muy significati-vas de acuerdo con las tareasdesarrolladas19. Las jornadas detrabajo son de 8 horas.

El principal cultivo de la coopera-tiva sigue siendo la caña de azú-car. En 2007, logró superar las73.000 toneladas entregadas aIngenio. Durante el año 2008, serenovaron 20.000 surcos de cañalo cual implicó un costo de $ 700.000. El gerente consideraque “técnicamente habría querenovar un 20% de la caña cadaaño, pero últimamente nos costa-ba hacerlo… Recién el año pasa-do pudimos renovar un 15% yeste año el 20%”. Los entrevista-

dos afirman que las variedadesutilizadas, en cultivo de secano,poseen un rendimiento promediode 1.800 kg/ha mientras que surendimiento fabril es del 11,5%.Asimismo, admiten que los fertili-zantes tienen una alta incidenciaen la estructura de costos y porello, en el futuro inmediato, estarí-an experimentando un nuevo ferti-lizante foliar cuyo precio es muchomenor.

La estrategia productiva de lacooperativa se apoya sobre labúsqueda de eficiencia parapoder competir. En esta búsquedade eficiencia resultó necesariotecnificarse, adquiriendo una co-sechadora que desplazó mano deobra (alrededor de 300 puestos detrabajo). Para compensar este“desplazamiento”, por un lado, seincrementó la producción de ladri-llos y se incorporó el cultivo delimón; por otro, se están analizan-do otras alternativas como: a)alconafta para autoconsumo20 y b)otros subproductos de la caña(por ejemplo, bagazo para elabo-ración de combustible). Comobien expresan los dirigentes: “Lasdecisiones son empresariales, setoman buscando la rentabilidad”.

La totalidad de la caña se comer-cializa con ARCOR, lo cual signifi-ca la obtención del “mejor precio”en el nivel zonal. La relación con

19 Como ya se mencionó en el punto anterior, la diferenciación de las remuneracionessegún la tarea realizada ha sido una cuestión que ha variado a través del tiempo.

20 La cooperativa proyecta obtener 500.000 litros para autoconsumo y el excedente paracomercializar, esperando para ello recibir el apoyo de la Organización de las NacionesUnidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) para la instalación de una planta de refi-namiento.

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esta empresa, que lleva más deuna década, ha implicado otrasventajas. Por su intermedio, serelacionaron con la Organizaciónde las Naciones Unidas para elDesarrollo Industrial (ONUDI), lacual permitió fortalecer la produc-ción de frutilla mediante la dona-ción de una cámara de frío (2004)y de un túnel de congelamiento,así como de 175.000 dólaresnecesarios para finalizar la cons-trucción de una planta de empa-que. ARCOR también les brindafinanciamiento para la compra deinsumos21. Si bien la cooperativaha tratado de establecer articula-ciones con algunos de los gran-des ingenios, esto no ha presenta-do resultados positivos. Tampocose articulan con otras entidadescooperativas.

En el año 2008, Campo deHerrera disponía de 60 hectáreascon plantas de limón, lo cual per-mitió compensar los efectos de lacrisis azucarera, diversificar laproducción y “sobrevivir pero nopara aumentar el número desocios”. Este producto se exporta,a través de intermediarios, a

Rusia sin procesar y sin muchosrequisitos. En el corto plazo, pla-nean incorporar 50 h de plantasde naranja Valencia para lo cual,previamente, deben resolver elproblema de la certificación quelos habilite para exportar aEuropa.

Desde 2003, la producción defrutilla se lleva a cabo en formacolectiva22. El incremento de lasuperficie sembrada es justificadapor un dirigente: “Como veníamuy bien se incrementó la super-ficie de 5 a 10 ha., pero eso coin-cidió con un ciclo de sobreproduc-ción y el precio se vino abajo. Estohace decaer el ánimo”.

La elaboración de ladrillos esconsiderada por los socios comouna actividad rentable, por lo queen 2008 se produjeron un millónde unidades que, según admiten,“serán vendidas en la época dereceso de la frutilla y la caña,cuando estemos escasos deingresos”.

Si bien a fines de los ‘90 seabandonó la realización de lahuerta comunitaria, se proyectaretomarla. Asimismo, también

21 En el marco del Proyecto de Fortalecimiento de Pequeñas y Medianas Empresas –Recuperación del Sector Industrial Argentino, la ONUDI aporta el asesoramiento, latecnología, la maquinaria y los equipos, mediante los cuales se espera que la coope-rativa pueda ir adquiriendo mayor flexibilidad para lograr un crecimiento sólido y sus-tentable por sus propios medios a través del tiempo. Los fondos son provistos por laOficina de Cooperación Italiana. Por otro lado, ARCOR -principal exportadora de golo-sinas de la Argentina, con plantas industriales en Tucumán- participa de este proyec-to apoyando el crecimiento de la CTU a través de la entrega de insumos, la comprade la productos (caña de azúcar y frutilla congelada) y capacitación. (ONUDI, 2007)

22 Anteriormente, su cultivo se realizaba en forma de microemprendimientos individua-les.

realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010102

están evaluando la posibilidad deponer nuevamente en funciona-miento la cooperativa de costure-ras.

En el año 2007, la cooperativaadquirió dos nuevos tractores y serealizaron reparaciones en elresto del parque dado que, ade-más de obsoleto, se había descui-dado su mantenimiento. En esemismo año, se organizó un cursode tractorista con el IPACYM23

lográndose, de esta manera, dis-minuir significativamente los gas-tos de mantenimiento. El vicepre-sidente de la cooperativa remarcaque “Se repararon los viejos trac-tores y así se está ahorrandomucho. Se amortizó totalmente elcosto del curso y también se hizola conciencia a los trabajadores-socios de la necesidad de cuidarla maquinaria y los implementos,de usarlos bien y mantenerlos”.

La cooperativa no utiliza finan-ciamiento bancario, ya que aún noha podido saldar deudas quemantiene con bancos oficiales yprivados24. Por lo tanto, sólo usafondos propios así como el finan-ciamiento de insumos que le otor-ga ARCOR.

Un dirigente afirma que “La coo-perativa necesita apoyo financie-ro, pero el Estado no la ve comoalgo para apoyar. La política de ladádiva/subsidio va en contra denuestras ideas y acciones y laempresa privada no tiene los prin-cipios solidarios de las cooperati-

vas. Desde los bancos se planteóque se saldara la deuda vendien-do 500 h de la cooperativa, peroeso sería como cortarse unamano. No hay nada que no quera-mos más que pagar, pero no ven-diendo la tierra sino el producto aun buen precio, que nos permitapagar sin matar de hambre anuestros hijos. Si se consiguieravender a 20 centavos más, alcan-zaría para pagar esas deudas.Con la venta del limón estamossaliendo a flote, pero hay empre-sas locales que nos deben anosotros. Se está negociando conla provincia. Se está tratando desacar una ley para que se dé a lascooperativas plazos de 30 años yque puedan pagar con su produc-ción. Nosotros proponemos pagarcon caña y ladrillos que se podrí-an usar para los planes de vivien-da… Somos optimistas porque seven progresos, se mira a esta coo-perativa como una empresa creí-ble, confiable, que quiere y puedepagar sus deudas”.

En el futuro, la cooperativa pre-tende alcanzar una producción decaña de azúcar de 100.000 tone-ladas, unas 200 hectáreas deplantas cítricas (limón y naranja) yunos 10.000.000 de ladrillos. Conrespecto a sus perspectivas, losentrevistados sostienen que “te-nemos superficie casi virgen quese podría aprovechar; por ejem-plo, las 40 ha de los bordes, nousadas, para la naranja agria. Los

23 Instituto Provincial de Acción Cooperativa y Mutual.24 Esta crisis financiera se produjo entre 1989 y 1992.

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ladrillos que se producen acá sonde muy buena calidad -sin salitre-y por eso tienen mucha salida. Elproblema es que así se va ven-diendo e inutilizando la tierra.Donde se saca la tierra para elladrillo se planta álamo, que luegose venderá como madera”.

En cuanto a la comercialización,una alternativa considerada es lle-gar con sus productos a otrasregiones y países. Si bien la coo-perativa intentó comercializar enel Mercado Central, dicha expe-riencia no fue favorable ya quesegún el gerente “nos estafaron”.

A pesar de haber logrado unamuy buena producción de frutilla,las demoras en su comercializa-ción incidieron significativamenteen los ingresos. Es por ello, quese evalúa la posibilidad de com-prar una máquina para procesar lafrutilla como una solución paracanalizar los excesos de produc-ción25.

Las palabras de un dirigente sonun reflejo del significado que tienela cooperativa para la mayoría delos socios: “Las nuevas genera-ciones que se incorporan, ademásde conocimiento, tienen que teneramor por la cooperativa. Quererque salga bien para el bien delpueblo. Mucha gente depende denosotros, muchos chicos depen-den de esto”.

Algunas reflexiones

El problema de asegurar la sus-tentabilidad de una cooperativa detrabajo, especialmente cuando hasurgido como una estrategia parasuperar la crisis que implica lapérdida de los puestos de trabajo,es de difícil resolución tornándoseaún más difícil ante la falta deapoyos externos, principalmente,en los comienzos del procesoorganizativo.

En el ámbito del trabajo agrarioson pocos los ejemplos actualespero el análisis de la CooperativaTrabajadores Unidos de Campode Herrera nos permite observarincluso más de un momento decrisis y las estrategias aplicadaspara superarlas. Es destacableque las distintas estrategias tení-an un común denominador, la pre-servación de la entidad sin resig-nar ni un milímetro de su primor-dial factor de producción que es latierra.

Si un aprendizaje queda luegode este análisis es el de la dificul-tad que existe para que una deestas experiencias logre consoli-darse en soledad. Cuanto másdensa sea la trama de solidaridaden la que se apoye, mayoresserán las posibilidades de quelogre sortear las situaciones críti-cas a que se ven enfrentadas con-tinuamente por estar insertas enun sistema capitalista en continuaexpansión y mutación. Cada

25 Dicha maquinaria, de origen extranjero, posee una capacidad de procesamiento de30 kilos/10 minutos. Su costo es de 35.000 dólares.

nueva etapa en la evolución dedicho sistema las enfrentará aproblemáticas más complejas ynuevos desafíos, los cuales podráafrontar capitalizando su recursomás valioso: las experiencias yconocimientos construidos porsus integrantes en el proceso delucha por asegurar su sustentabi-lidad.

Como bien sostiene Stryjan(1998), la forma cooperativa deorganización puede ser vista

como un proceso de reproducciónen el que los miembros generansu organización y, al mismo tiem-po, son transformados por ella. Esasí que esos obreros del surco, através de una acción colectiva,fueron capaces de transformaruna realidad adversa y evitar suexclusión, y que esa organizaciónque van construyendo y recons-truyendo es la que les permite serlos artífices de su propio desarro-llo.

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La intervención del Estado argentinoLa intervención del Estado argentinoen los sectores privatizados deen los sectores privatizados deinfraestructura e hidrocarburosinfraestructura e hidrocarburosdurante los años noventa:durante los años noventa: impactos sobreimpactos sobrela relación entre el capital y la fuerza de trabajola relación entre el capital y la fuerza de trabajo

Parte II*Parte II*

Estado y sociedad

* La parte I de este trabajo se publicó en el número 252 de Realidad Económica. En esaedición se incluyó la bibliografía correspondiente a la totalidad de la investigación.

** Investigadora regular de la Universidad Nacional de General Sarmiento y Asociada alÁrea de Economía y Tecnología de la FLACSO, Sede Argentina. Se agradecen loscomentarios de Daniel Azpiazu, Enrique Arceo y de Adriana Marshall, y se los eximede toda responsabilidad por errores u omisones que corresponden exclusivamente ala autora.

El Estado argentino ha asumido, mediante el derecho, un papel económico y político clave en elproceso de reestructuración de la relación entre el capital y la fuerza de trabajo en el interior de lossectores de infraestructura y la producción de hidrocarburos privatizados durante los años noven-ta. Ello se evidencia en el análisis de la lógica económico-política que asumió la interacción entretres componentes regulatorios que influenciaron el comportamiento de las fracciones de clase bajoanálisis durante el período de vigencia del plan de convertibilidad (1991-2001). Se trata, en primerlugar, de la regulación laboral instrumentada en el ámbito de los sectores de infraestructura e hidro-carburos privatizados, que funcionó como punta de lanza de la denominada "flexibilización laboral"durante el período. En segundo lugar, las normas que por acción u omisión incidieron sobre el com-portamiento del capital en dichas actividades estratégicas, tanto en relación con la fijación de losprecios y cantidades producidas, como en lo atinente al control de las prácticas abusivas y actosde concentración de las empresas con dominancia económica. Este último conjunto de regulacio-nes denominadas activa y antimonopólica se abordan en esta segunda parte del artículo (la Parte 1se publicó en el Nº 252). El primer tipo de regulaciones está orientado a incidir sobre los niveles deprecios, las cantidades producidas y la formación de capital en cada uno de los sectores involu-crados; el segundo, a limitar y sancionar las prácticas anticompetitivas de las empresas con domi-nancia económica que afecten a terceros así como a fiscalizar sus actos de concentración.También, se analiza la interacción entre los tres componentes regulatorios jerarquizados y susimpactos sobre la relación entre el capital y la fuerza de trabajo.

Karina For c in i t o**

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2.2. La regulación del com-portamiento del capital1

- La regulación activa: caracte-rísticas predominantes y princi-pales implicancias

La regulación activa al capitalimplementada en los sectores deinfraestructura y producción dehidrocarburos privatizados en laArgentina se redujo casi exclusi-vamente a la fijación de precios ytarifas, e indirectamente, de lastasas de ganancia, en el primercaso, y a la liberalización del pre-cio del petróleo crudo y del gasnatural en “boca de pozo”, en elsegundo. Así como secundarizó laformación de capital y la promo-ción de la universalización de lasprestaciones en el caso de losservicios de infraestructura.a) La política tarifaria y sus

impactos sobre la evoluciónde los precios

En análisis de las modalidades yefectos de la política tarifariarequiere distinguir, en primer tér-mino, entre los mercados desre-gulados y los re-regulados a partirde la privatización. Entre los pri-meros se encuentra el petrolero,que incidió sobre las tarifas delgas natural y la electricidad y,entre los segundos, el conjunto delos servicios públicos de infraes-tructura.

La formación de precios en elmercado petrolero, que era defini-da por el Estado nacional, pasó aserlo por la interacción entre laoferta y la demanda a partir de la

privatización de YPF. La desregu-lación implicó, paralelamente y enprimer término, que los contratosde explotación y producción (enfunción de los cuales los actoresprivados debían entregar el petró-leo extraído a YPF) fueron reem-plazados por contratos de conce-sión o asociación con libre dispo-nibilidad del crudo -y de las divi-sas obtenidas mediante su comer-cialización externa- por parte delas empresas privadas (con unmáximo de participación acciona-ria del 90%). En segundo, laentrega en concesión de las áreascentrales y secundarias para laexploración, desarrollo y explota-ción y la libertad de acceso a lasredes y sistemas de transporte yalmacenamiento de YPF. Y en ter-cer término, la liberalización delcomercio internacional de petró-leo y sus derivados sin reintegrosni reembolsos. Este conjunto demedidas oficiales estaban dirigi-das a que los precios internos delpetróleo convergieran con losinternacionales (Azpiazu, 2002,181).

Esta convergencia, sin embargo,dependía tanto de la morfologíaque asumiera el mercado domés-tico, como de la ausencia debarreras a la entrada de posiblescompetidores. En ese sentido, sibien YPF fue segmentada con vis-tas a su privatización, la ausenciade controles posteriores a losactos de concentración por partede las empresas con posicionesdominantes, así como las eleva-

1 Esta sección se basa en Forcinito y Nahón (2005).

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das barreras “artificiales” a laentrada impuestas a los potencia-les competidores externos (espe-cialmente en lo que hace a losimportadores), fueron generandoun oligopolio fuertemente concen-trado que operaba en un contextonormativo completamente laxo yque ha incidido no únicamentesobre el precio del crudo y susderivados a nivel doméstico sinotambién, directamente, en ladeterminación de los precios delgas natural y la electricidad e, indi-rectamente, sobre casi la totalidadde los precios de la economía2.

La formación de precios en losmercados de servicios de infraes-tructura fue regulada mediantedos principios jurídicos rectores:el de “razonabilidad tarifaria” y elde “riesgo empresario”. El primerosostiene que las tarifas debían ser“justas y razonables”, es decir,guardar relación con el grado de

eficiencia y eficacia operativa dela empresa y ser similares, comopromedio de la industria, a las deotras actividades de riesgo equi-valente o comparables nacional einternacionalmente.3 El segundoprincipio establece que las conce-siones y/o ventas de empresas deservicios públicos constituyenactividades cuya explotación seencuentra basada en el principiode riesgo empresario, por lo que,“no podrán ser invocadas razonesde modificaciones en las condicio-nes del mercado de bienes o ser-vicios comprometidos en la pres-tación de los servicios, que fuerenajenas a decisiones expresas delpoder público nacional”.4

A pesar de la existencia dedichos principios generales, noexiste normativa alguna que apor-te elementos de juicio más preci-sos en cuanto a su definición y/odelimitación.5 A lo sumo, como se

2 Para un análisis pormenorizado de este tema, consultar Azpiazu (2002: pag. 151 a196).

3 Este principio de razonabilidad tarifaria se encuentra formulado en los dos únicos mar-cos regulatorios sancionados por ley nacional, los correspondientes a la energía eléc-trica y al gas natural. En estos casos no se trata de concesiones sino de privatizacio-nes que involucraron transferencias de propiedad al sector privado de la economía.En relación con las concesiones, la Ley de Reforma del Estado (ley 23.696) estable-ce, en su artículo 15 (Inciso 7), que “en el otorgamiento de concesiones, (...) en todoslos casos se exigirá una adecuada equivalencia entre la inversión efectivamente rea-lizada y la rentabilidad”. Además, en su artículo 57, referido a las concesiones que seotorguen en el marco de la ley 17.520 (de peaje), se determina que éstas “deberánasegurar necesariamente que la eventual rentabilidad no exceda una relación razo-nable entre las inversiones efectivamente realizadas por el concesionario y la utilidadneta obtenida por la concesión”.

4 Por caso, este principio se encuentra en el Inciso 18.11.1.3 del Régimen tarifario yeconómico del Pliego de Bases y Condiciones para la concesión de Obras Sanitariasde la Nación, entre otras disposiciones.

5 Las referencias a la “justicia y razonabilidad” de las tarifas (y/o de la rentabilidadempresaria) reproducen, en cierta medida, criterios aplicados en el plano jurídico ynormativo en otros países que cuentan con una muy sólida regulación en materia de

109Estado y sociedad

desprende de las normas corres-pondientes, la “razonabilidad” delos beneficios empresarios aso-ciada a los niveles tarifarios (dadauna estructura de costos) remite ala consideración de los márgenesde beneficio obtenidos, en prome-dio, en sectores y actividadescomparables o equiparables entérminos del riesgo empresarioinvolucrado.6

A los principios generales men-cionados se le agregan los regí-menes específicos en materia deformación de precios vigentes encada sector de actividad. En laArgentina se adoptó el sistema de“precios tope”7 para la regulaciónde los precios de gran parte de los

servicios públicos privatizados (ladistribución de gas y electricidad,el servicio básico telefónico, etc.).En el resto de los casos (porejemplo agua y cloacas, concesio-nes viales y ferrocarriles) se adop-taron sistemas híbridos, constitui-dos ad-hoc.

La aplicación del mecanismo de“precios tope” fue desvirtuada enfunción del modo en el que se ins-trumentaron cada uno de los com-ponentes del mismo. En primerlugar, cómo se fijó el nivel tarifariobase en relación con los costos;en segundo lugar, qué mecanis-mos de actualización de este nivelse establecieron. Y, por último, enqué niveles se determinó el coefi-

servicios públicos y de defensa de la competencia. Sin embargo, en estos últimoscasos, la consideración de “justas y razonables” remite, a la vez, a una multiplicidadde disposiciones y fallos judiciales que precisan y acotan sobremanera tal conceptua-lización. “Las tarifas deben ser justas y razonables y el público no puede estar sujetoal pago de tarifas no razonables porque los accionistas tengan que ganar dividendos”(US Supreme Court Covington, 1896, citado en Solanes, 1999).

6 Tanto la práctica internacional como los marcos normativos de las privatizaciones enla Argentina establecen que las empresas reguladas deben operar con un nivel de tari-fas tal que les permita recuperar sus costos medios de largo plazo en condiciones deeficiencia (incluyendo los costos operativos y de mantenimiento, la depreciación de losactivos y una remuneración “razonable” al capital). El costo del capital constituye unode los puntos de mayor controversia en la literatura debido a que entran en juego con-sideraciones vinculadas al denominado “riesgo país”. En la práctica dicha dimensiónno afectaba a los consorcios que operaban las empresas de servicios públicos debi-do a que éstos se financiaban a través del mercado internacional de capitales, motivopor el cual las variaciones coyunturales de la tasa de interés doméstica no afectabanlos costos del capital que efectivamente enfrentaban en sus actividades específicas.

7 Las ventajas principales de dicho mecanismo consisten facilitar la gestión reguladoraal determinarse la evolución de los precios y no los precios mismos, incentiva la efi-ciencia microeconómica y garantiza precios reales decrecientes para los usuarios a lolargo del tiempo. Paralelamente, en desventaja, cuenta con la tendencia a la desin-versión y deterioro de la calidad de la prestación, especialmente al aproximarse lasrevisiones tarifarias. Cabe destacar, adicionalmente, que tanto la determinación de losprecios base en función de una ganancia razonable, como la correcta fijación de índi-ces de actualización de dichos niveles base de los precios y del coeficiente de pro-ductividad, constituyen problemas complejos para el regulador.

110 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

ciente de productividad (cuandotuvo existencia). Los tres elemen-tos condicionaron la posibilidad deque el nivel tarifario resultasedecreciente en términos realespara los usuarios a lo largo deltiempo y transfiriera, aunque seaparcialmente, los incrementos deproductividad que fueron alcanza-dos a nivel sectorial.

El primero de los componentes,la determinación del nivel base delos precios, dio lugar, por un lado,a importantes incrementos des-vinculados de los costos respecti-vos de prestación que estuvieronorientados a garantizar el atracti-vo de las ofertas para el capitalprivado -tal es el caso de las tele-comunicaciones y del sector deagua y saneamiento8-. Por otrolado, la implementación de estemecanismo tarifario implicó lasupresión de la estructura de sub-sidios cruzados entre tipos de ser-vicios, usuarios y regiones vigenteen las empresas estatales, talcomo fue en los casos de gas yelectricidad.9 En la medida en queeste sistema de fijación tarifariapromueve que los precios de cada

uno de los servicios se aproximena los costos marginales de presta-ción, su implementación requiereel reemplazo de los subsidios cru-zados por algún tipo de subsidiodirecto con la finalidad de garanti-zar la universalización de los ser-vicios (especialmente hacia aque-llos sectores que no están en con-diciones de pagarlos). En el casoargentino, se suprimieron lasestructuras de subsidios cruzadosexistentes en la etapa de presta-ción estatal pero no se reemplaza-ron por subsidios directos, exclu-yendo de facto a importantes sec-tores de la población del acceso alos servicios públicos esenciales10.

El coeficiente de actualizaciónperiódica de las tarifas -el segun-do de los componentes incluidosen el mecanismo de “preciostope”- estuvo basado en uno ovarios índices de precios domésti-cos, según la actividad, antes dela vigencia del régimen de conver-tibilidad. Sin embargo, a partir demarzo de 1991 cuando la Ley deConvertibilidad prohibió explícita-mente toda actualización e inde-xación de precios en la economía,

8 Al respecto consultar Forcinito (2005) y Azpiazu, Catenazzi y Forcinito (2004).9 Para mayores especificaciones consultar Azpiazu (2002).10 En la Argentina existían aproximadamente cuatro millones de habitantes –equivalen-

tes a un millón de hogares– que carecían de los servicios de agua potable, red cloa-cal, energía eléctrica, gas natural, o estaban conectados de manera precaria e infor-mal a la provisión de los mismos hacia 2001. A modo de referencia, el gasto mediomensual que actualmente que enfrentaba un hogar en concepto de servicios de aguacorriente, cloacas, electricidad y gas, incluyendo las tasas provinciales y municipales,superaba los $70. Según el INDEC, la incidencia de estos servicios en el gasto mediode los hogares resultaba muy alta para los correspondientes a los dos primeros quin-tiles de la distribución del ingreso que percibían niveles menores a $280 en dichoperíodo.

111Estado y sociedad

el PEN dolarizó las tarifas e intro-dujo cláusulas de ajuste basadasen la inflación de los EstadosUnidos y habilitó algún tipo deactualización de los precios11. Conello, el gobierno otorgó a varias delas empresas prestatarias de ser-vicios públicos de infraestructurael privilegio de gozar de un segu-ro de cambio con relación al restode las empresas que operaban enla Argentina y generó, a la vez,una distorsión en los precios de laeconomía doméstica al “importar”los niveles de inflación de losEstados Unidos a través de laindexación (ilegal) de las tarifasdomésticas expresadas en dóla-res (por ejemplo, los servicios detelefonía, gas y electricidad) y per-mitir la actualización selectiva delos precios de aquellos servicios,que continuaron expresados enpesos, a partir de sucesivas rede-finiciones contractuales (ej. servi-cio de aguas y saneamiento en elAMBA, las concesiones viales,entre otros).

Por último, la aplicación del coe-ficiente X (de eficiencia) comomecanismo de transferencia delos incrementos de productividadde las empresas privatizadas12 alos usuarios mediante disminucio-nes reales de los precios no tuvouna aplicación relevante cuandoestaba contemplada. La producti-vidad del trabajo (medida a travésde la relación entre el valor agre-gado y la cantidad de personalocupado bajo régimen salarial) enlas empresas de electricidad, gasnatural, telecomunicaciones yagua y saneamiento creció a unatasa promedio del 16,9% en elperíodo 1993-1998, lo cual equi-vale a un aumento de casi un120% en el período bajo análisis(Duarte, 2002). Sin embargo, entelecomunicaciones dicho coefi-ciente fue fijado por el PEN en unvalor igual a cero durante los dosprimeros años para pasar luego aniveles del 2% y el 4% únicamen-te en el servicio de larga distancia-que se abaratarían de todos

11 Como fuera mencionado, la ley de Convertibilidad (ley 23.928/91) establecía, en suArtículo 10, que a partir de su entrada en vigencia quedaban derogadas todas la nor-mas legales o reglamentarias que establecían o autorizaban la indexación por precios,actualización monetaria, variación de costos, o cualquier otra forma de repotenciaciónde las deudas, impuestos, precios o tarifas de los bienes, obras o servicios. Sinembargo, en contradicción con lo establecido por dicha ley los precios y tarifas de lasempresas de servicios públicos fueron indexados mediante diversos mecanismosentre los que se destaca el establecido mediante el decreto del PEN Nº 2585/1991,que dolarizó el valor del pulso telefónico y lo indexó por las variaciones de los preciosminoristas de los Estados Unidos. A partir de ello, el Estado procedió a incluir cláusu-las de ajuste similares en el resto de los sectores de infraestructura privatizados ysujetos a regulación estatal de precios o habilitó directamente la actualización de losprecios como resultado de procesos de renegociación contractual (Azpiazu, 2002:pág. 36-42).

12 Dicho incremento medio se explica en virtud de la fuerte reducción de la planta deasalariados en la mayor parte de las empresas de servicios públicos durante la déca-da de los noventa (Duarte, 2002: pág. 82-83).

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modos por la creciente competen-cia- y no en el de corta distancia -que resultaba el de mayor cautivi-dad-.13 En los casos de gas y elec-tricidad, tampoco se trasladarondurante los dos primeros quinque-nios las ganancias de eficiencia alas tarifas y se fijaron los coefi-cientes X en un valor igual a cerodurante los diez y cinco primerosaños de prestación respectiva-mente. En el caso del gas, cuandoen 1998 finalmente se revisaronlos niveles tarifarios, si bien seestablecieron valores positivos(del 4,4% y 6,5% en las tarifas detransporte y en los márgenes dedistribución) los mismos surgieronde tomar en consideración única-mente las variaciones acumula-das de la productividad en el sec-tor y se excluyó la evaluación dela correcta determinación del niveltarifario inicial y sus ajustes, comohubiera correspondido. Cabeagregar, tal como fuera adelanta-do, que la formación de las tarifasen los sectores de gas y electrici-dad se encontraba fuertementecondicionada por el comporta-miento de los precios internos delpetróleo y sus derivados (a travésdel liberalizado precio del gas en

“boca de pozo”, en el primer caso,y de los combustibles líquidos -especialmente el fuel oil y el pro-pio gas natural-, en el segundo)que, a partir de la privatización deYPF, fueron desregulados(Azpiazu, 2002, pág. 151).14

En cuanto a los sectores en loscuales se utilizaron mecanismoshíbridos de regulación configura-dos ad-hoc, éstos fueron someti-dos a múltiples redefiniciones porparte del PEN que dieron lugar,sin excepciones, a incrementosnominales de los precios en con-tradicción con el régimen de con-vertibilidad. A modo ilustrativo, elrégimen tarifario vigente en losservicios de agua y cloacas en elárea metropolitana de BuenosAires (AMBA) comenzó priorizan-do el menor nivel tarifario base15,dado un esquema de subsidioscruzados y cargos fijos, para laprestación de los servicios y elfinanciamiento de un conjunto deobras de alta significación social.A ocho meses de la transferenciase iniciaron las renegociacionescontractuales entre la concesiona-ria y el Estado nacional que deri-varon en la redefinición completa

13 En el caso telefónico, los incrementos de productividad, medidos en cantidad de líne-as telefónicas en servicio por ocupado, alcanzaron el 417% entre 1991 y 1999.

14 El precio del gas (denominado “en boca de pozo”) y el precio horario (denominado“spot”) de la energía eléctrica (que a la vez depende fundamentalmente de la genera-ción térmica que hace un uso intensivo del gas) en los mercados mayoristas corres-pondientes constituyen componentes relevantes de las tarifas finales de gas y electri-cidad que se trasladan directamente a los usuarios eliminando de ese modo cualquierincentivo orientado a su disminución por parte de los demandantes.

15 Dicho nivel debía permanecer estable o disminuir, salvo motivos extraordinarios, y secomplementaba con la explotación gratuita (sin pago de canon) de los activos de la exObras Sanitarias de la Nación por parte del concesionario ganador.

113Estado y sociedad

del régimen económico-financierode la concesión en 1999. Si bieneste último no modificó la variableregulatoria básica de la concesiónoriginal -el nivel de ingresosmedio- sin embargo, por un lado,trasladó a los usuarios el riesgode devaluación cambiaria, el aso-ciado a la administración financie-ra del negocio y a la incobrabilidadde los cargos de infraestructuraque antes absorbía la empresa ypor otro, garantizó la internaliza-ción de los incrementos más signi-ficativos de productividad porparte de la concesionaria y el tras-lado a las tarifas de la totalidad delas variaciones en los costos(incluyendo los costos financie-ros).16 El esquema continuó ase-gurando un piso a la tasa de retor-no pero esta vez habiendo elimi-nado por completo el riesgoempresario de la concesión.

En el caso de las concesionesviales (que concentraban el 32%de las rutas nacionales y la mayorparte del tránsito vehicular delpaís), se fijó originariamente unatarifa tope que quedó sujeta a unarevisión integral tanto de su nivel

como de sus mecanismos deindexación a partir de la vigenciadel régimen de convertibilidad.Cabe mencionar, entre los princi-pales cambios, la supresión delpago del canon; la incorporaciónde subsidios estatales denomina-dos “compensaciones indemniza-torias” (que serían de crecienteimportancia a lo largo del tiempo)orientada a mantener los nivelesde rentabilidad de los concesiona-rios y la redefinición en favor delos intereses de las concesiona-rias del plan de inversiones. Enuna primera instancia, hasta1999, las tarifas se ajustaban (conla excepción del Corredor 1817)por la tasa Libor más un aumentoescalonado anual. Luego, a partirde 1999, se produjeron disminu-ciones tarifarias compensadas víaindemnizaciones por el Estadonacional. No obstante, las indexa-ciones experimentadas supera-ron, predominantemente, a lasque hubiesen correspondido deaplicar las variaciones tanto en elíndice de precios al consumidorlocal como en el índice de preciosal por mayor.18

16 Cabe agregar que, sin bien en los servicios de agua potable y cloacas subsistió unesquema de subsidios cruzados desde los usuarios comerciales a los residenciales ydesde los residentes en zonas ricas a los que habitan en zonas pobres, la inexisten-cia de mecanismos orientados a garantizar el acceso gratuito a estos servicios en loscasos de imposibilidad efectiva de pago de los mismos ha originado serios problemasde emergencia sanitaria en los barrios más pobres. Consultar Azpiazu, Catenazzi, yForcinito (2004).

17 Este Corredor, que era el único que no recibía subsidios estatales, se benefició en losprocesos de renegociación con la dolarización de la tarifa, su indexación por los índi-ces de precios al consumidor de los Estados Unidos y la extensión del plazo de con-cesión, entre otras medidas.

18 Según Azpiazu (2002), las indemnizaciones percibidas por los concesionarios alcan-zaban hasta octubre de 2001 a más de 1.070 millones de dólares.

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Además de las característicasespecíficas que adoptaron lasregulaciones de los precios men-cionadas, cabe destacar que losniveles tarifarios se vieron incre-mentados en virtud de la casigeneralizada omisión oficial deaplicar las cláusulas de neutrali-dad tributaria contempladas en loscontratos con las empresas priva-tizadas. Éstas obligaban a las fir-mas a trasladar a las tarifas fina-les las variaciones en los costosoriginadas en cambios tributarios(a excepción del impuesto a lasganancias) para no afectar la ren-tabilidad de las firmas. Sin embar-go, los órganos reguladores -salvo excepciones y de modo tar-dío y parcial- omitieron la aplica-ción de dicha cláusula en relacióncon diversas reducciones imposi-tivas que beneficiaron a lasempresas privatizadas19.

Esta política estatal en materiatarifaria incidió fuertemente en elcomportamiento de los precios ylas tarifas de los principales servi-cios públicos privatizados y com-bustibles líquidos durante la déca-da de vigencia del régimen deconvertibilidad20. En términos esti-lizados, su evolución pone demanifiesto un conjunto de transfe-rencias de ingresos derivadas delas privatizaciones que van desde

los usuarios residenciales a los noresidenciales y, en el interior deeste último grupo, desde laspequeñas y medianas empresas alas grandes empresas industria-les. Dicho comportamiento derivó,fundamentalmente, de la modali-dad que asumió la regulación tari-faria pero también de las estrate-gias que desplegaron las empre-sas prestatarias con posicionesdominantes. Estas empresas usu-fructuaron el poder que les otorga-ba la pérdida de legitimidadgubernamental asociada a uneventual fracaso de la experienciaprivatizadora en alguna de susinstancias. Las sucesivas renego-ciaciones contractuales entre elgobierno y las prestatarias de losservicios públicos que tuvieronlugar durante el período bajo aná-lisis constituyen la mejor eviden-cia de la significación que adqui-rieron tales estrategias, orienta-das a preservar o incrementar losextraordinarios niveles de ganan-cias, que incidieron tanto sobrelos precios y tarifas como tambiénsobre los niveles de inversión.Este tipo de lógica en la relaciónEstado-capital, además de quitar-le credibilidad a los esquemas deregulación legalmente estableci-dos, acentuó el comportamientooportunista por parte de los opera-

19 Entre dichas reducciones se destacaban las vinculadas a las contribuciones patrona-les a la seguridad social y a las alícuotas del impuesto a los activos y a los ingresosbrutos; además se suprimió el impuesto sobre los débitos bancarios y el impuesto alos sellos sobre los contratos y las operaciones financieras en la Ciudad de BuenosAires y se establecieron exenciones de gravámenes arancelarios a la importación debienes de capital (Azpiazu, 2002).

20 Para un análisis en profundidad consultar Azpiazu (2003).

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dores y el ejercicio abusivo de suspoderes económicos.

b) La regulación de la forma-ción de capital y sus principalesefectos

La formación de capital estuvocondicionada regulatoriamentepor dos tipos principales deestructuras de incentivos queactuaron en el marco de un régi-men macroeconómico que, comofuera mencionado, combinó aper-tura comercial y financiera asimé-trica y automática al resto delmundo, con atraso cambiario entérminos reales (y elevadas tasasde interés reales relativas). Esdecir, que el régimen macroeco-nómico orientaba intrínsecamenteal capital hacia aquellas activida-des cuyos rendimientos supera-ran los de las colocaciones finan-cieras a nivel interno21. La inciden-cia de estas orientaciones macro-económicas sobre la formacióndel capital se aunó a las del régi-men de inversiones extranjeras(en el cual se incluyen las prefe-rencias hacia la producción de ori-gen nacional, establecidas a tra-vés de las normas de “Comprenacional” y “Contrate argentino”) yla regulación específica que rigióen los sectores de infraestructurae hidrocarburos a partir de las pri-vatizaciones.

En relación con el primero de loscomponentes, cabe destacar queel PEN, en uso de las atribucionesotorgadas por el Congreso, privi-legió la radicación de inversiones

externas a través de la concesiónde condiciones extraordinaria-mente ventajosas de operación alcapital extranjero en detrimentodel nacional. Esto significa que nose trató de una simple liberaliza-ción, que puso en condición deigualdad jurídica de tratamiento aambos tipos de capitales, sino quese establecieron claras ventajas afavor del capital extranjero. En pri-mer término, la ley de Emergenciaeconómica (ley 23.697/89) derogóla ley que regulaba las inversionesextranjeras, estableciendo condi-ciones de supuesta igualdad parasu radicación con las firmas nacio-nales. En sus artículos 15 y 16sobre el Régimen de InversionesExtranjeras, garantizó “... la igual-dad de tratamiento para el capitalnacional y extranjero que seinvierta con destino a actividadesproductivas en el país”. Asimismo,el Congreso habilitó al PoderEjecutivo a dictar las normasreglamentarias “...que sean nece-sarias con el fin de facilitar la remi-sión de utilidades de inversionesextranjeras”. En segundo término,dicha ley, en su artículo 19, facul-tó al PEN “...a suscribir convenios,protocolos o notas reversales congobiernos de países que tuviereninstrumentados sistemas de segu-ros a la exportación de capitales,de modo de hacer efectivos esosregímenes para el caso de radica-ción de capitales de residentes enesos países en la RepúblicaArgentina, incluso con organis-mos financieros internacionales a

21 Para un análisis en profundidad consultar Basualdo (2006).

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los cuales la República Argentinano hubiese adherido”. Comple-mentariamente, en su artículo 64,determinó que el PEN centraliza-ría, coordinaría e impulsaríaacciones tendientes a agilizar lainstrumentación de aquellos con-venios internacionales cuya inme-diata aplicación coadyuven a lasuperación de la emergencia eco-nómica. Estas atribuciones trans-feridas por el Poder Legislativo alPEN darían lugar a la firma decasi sesenta tratados bilateralespara la promoción y protección deinversiones extranjeras firmadosentre el Estado argentino y diver-sos países a partir de 1992mediante los cuales las empresasextranjeras pudieron demandar alEstado nacional ante tribunalesinternacionales eludiendo el siste-ma judicial nacional (Azpiazu,2005).22 Estos tratados, ademásde una cesión de soberanía,generaron una diferenciación delas condiciones jurídicas de ope-ración a favor del capital extranje-ro y en detrimento del nacionaldado que dichos tribunales -porcaso, el perteneciente al BancoMundial- no presentan nivelesmínimos de legitimidad de origeny de imparcialidad.

A estos privilegios se adiciona-ron otros derivados de la aplica-ción del decreto 2284/91, por elcual el PEN desreguló el comercioexterior de bienes y servicios.

Este decreto, suprimió todas lasrestricciones, los cupos y otraslimitaciones cuantitativas a lasimportaciones y a las exportacio-nes para mercaderías (artículo 19)y acotó las preferencias adiciona-les de Compre Nacional a loscasos de “...igualdad de preciosentre los productos de origennacional respecto a los importa-dos o a igualdad de ofertas deobras o servicios entre empresasde capital nacional o extranjeras”(artículo 21). Cabe destacar, ade-más, que en la práctica ni siquierase cumplió la formalidad del lla-mado a licitación ante la ausenciade control estatal de acatamientode la norma.

Por último, este decreto dejó sinefecto todas las restricciones a lasimportaciones por origen y proce-dencia para mercaderías (artículo26). Esto facilitó enormemente elabastecimiento a través de lasimportaciones por parte de losconsorcios propietarios o conce-sionarios de las firmas privatiza-das -liderados por empresas ybancos transnacionales que habi-tualmente poseen elevados gra-dos de integración vertical a nivelmundial- y generó mayores des-ventajas al entramado local deproveedores que las asociadas ala reducción de las barreras aran-celarias y para-arancelarias; alcreciente atraso cambiario -que seprodujo durante la vigencia del

22 Dichos tratados suelen tener una cláusula por la cual el país firmante asegura elmismo trato que a la nación más favorecida, son obligatorios para las partes, poseenfuerza ejecutora inmediata, valor de cosa juzgada y no son apelables ni sujetos a revi-sión por los tribunales locales (Azpiazu, 2005).

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régimen de convertibilidad- y a laposibilidad de implementar pre-cios de transferencia intracorpora-tivos por parte de dichos consor-cios. Consecuentemente, los pro-veedores locales fueron crecien-temente desplazados de sus mer-cados de actuación.

Cabe aclarar que estas clarasventajas a favor del capital extran-jero, en el caso de los sectoresbajo análisis, se vieron parcial-mente compensadas por la parti-cipación de grandes capitaleslocales -ex-proveedores de lasempresas estatales- en la mayorparte de los consorcios adjudica-tarios, como correlato del poderde cabildeo que los mismosdetentaban; del conocimiento demuchas de las firmas involucra-das y, en algunos casos, de lapropiedad de redes de infraestruc-tura de importancia. Si bien estoscapitales locales participaron encarácter de socios menores en elinterior de los consorcios, muchosde ellos pudieron realizar impor-tantes ganancias por valorizacióndel capital durante el período bajoanálisis23.

En relación con el segundo com-ponente regulatorio que incidiósobre la formación de capital esnecesario diferenciar, nuevamen-te, entre el mercado petrolero ylos servicios públicos de infraes-tructura. En el primer caso, portratarse de un mercado desregu-lado las inversiones dependieron

de la combinación de incentivosmicro y macroeconómicos queincidieron sobre las decisiones delas empresas. Al respecto, cabedestacar que si bien la estructurade incentivos emergente de la pri-vatización de YPF produjo unimportante aumento de la produc-ción, que alcanzó el 80% en losaños noventa y se destinó funda-mentalmente a la exportación, sinembargo la relación reservas/pro-ducción cayó fuertemente (pasan-do de 13 a 9,8 años entre 1990 y2001) (Azpiazu, 2002: 195). Estafalta de inversión destinada aexploración de recursos naturalesno renovables (petróleo y gasnatural) derivó fundamentalmentede la omisión estatal de promover,como piso, la reposición de lasreservas utilizadas dado que lasmismas no sólo habían sido finan-ciadas por el conjunto de la socie-dad antes de la venta de YPF sinoque, además, fueron transferidasa las empresas privadas fuerte-mente subvaluadas al momentode la privatización (Azpiazu, 2002:183). La probabilidad de que lasempresas invirtieran por propiainciativa en dicha actividad resul-taba muy escasa, teniendo encuenta los bajos rendimientosinvolucrados en términos relativosasí como los altos riesgos asocia-dos a la misma y los elevados pla-zos de maduración de las inver-siones.

En el segundo caso, referido alos servicios públicos de infraes-

23 Para mayores detalles sobre el origen del capital en las privatizaciones argentinas ysu comportamiento diferencial consultar Basualdo (2006) y Azpiazu (2003).

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tructura, el Estado optó en lamayor parte de los casos, por unaregulación indirecta, es decir, porresultados. Es decir, las inversio-nes estaban implícitas en losparámetros de calidad mínimosexigidos para la prestación de losdiferentes servicios y existieronmuy pocos planes de inversióncomprometidos contractualmente,bajo la forma o no de obligacionesde universalización. En los casosen los que dichos planes existie-ron, no tuvieron cumplimiento sig-nificativo, como es el caso del ser-vicio de agua y saneamiento en elAMBA, del servicio básico telefó-nico y de los ferrocarriles. En loscasos más exitosos en materia deinversiones, como han sido funda-mentalmente los sectores de tele-comunicaciones y el de genera-ción energética, las mismas res-pondieron a los incentivos microe-conómicos de las empresas, cuyafacturación crecía en virtud delincremento sostenido de las canti-dades ofrecidas. Asimismo, laregulación estatal tampoco exigióaportes propios de capital a losadjudicatarios ni se establecieronniveles mínimos de reinversión delas ganancias o límites a la distri-

bución de dividendos o al endeu-damiento externo -incluso en elcaso de las concesiones-.

A nivel agregado, las inversionesde las firmas privatizadas incidie-ron positivamente sobre la activi-dad económica a inicios de ladécada del noventa. La inversiónanual promedio de las empresasprivatizadas alcanzó los 5.765millones de dólares y representóel 2,1 % del producto bruto internoy el 11,7% de la inversión brutainterna fija agregada en el período1993-200124. Consecuentemente,se asistió a una cierta mejora enla infraestructura y en la calidadde los servicios ofrecidos y a unincremento en la producción degas y petróleo, en especial atentoal marcado deterioro que experi-mentaban estas actividades comoresultado del pronunciado proce-so de desinversión previo. Enalgunos sectores en particular(telecomunicaciones, tramos ren-tables de la red ferroviaria, provi-sión de gas, extracción de petró-leo y rutas y caminos concesiona-das), la venta y/o concesión alcapital privado impulsó un proce-so inversor destinado a reacondi-

24 Esta información surge de la Encuesta Nacional de Grandes Empresas (ENGE) ela-borada por el INDEC (2004), en que se estima la inversión bruta interna fija realizadapor las firmas privatizadas y no privatizadas pertenecientes a la cúpula empresaria delpaís (las 500 mayores firmas que operan en la economía local) desde el año 1993.En esta serie se clasifica como empresas privatizadas tanto a aquellas propietarias olicenciatarias de ex activos públicos como a las que resultaron concesionarias para laexplotación de activos estatales, nacionales, provinciales y/o municipales. Esta esti-mación puede subvaluar levemente la inversión realizada por las empresas privatiza-das durante la primera fase de la década al excluir el año 1992 (para el cual no exis-ten estimaciones oficiales), en que la formación de capital en algunos sectores, talescomo telecomunicaciones, fue significativa (Forcinito y Nahón, 2005)

119Estado y sociedad

cionar y modernizar la capacidadinstalada existente. No obstanteestos rasgos generales es nece-sario introducir algunos maticesde importancia. En primer lugar,los niveles de inversión resultaronsustancialmente menores a losque tuvieron lugar con anteriori-dad. Por ejemplo, si bien la rela-ción IBIF/PIB de las empresas pri-vatizadas en el promedio de laetapa 1993-2001 (2,1%) superó ala del período 1989-1991, fue tansólo la mitad de la relación corres-pondiente a los años 1980-1989(4,1%), en que las empresas seencontraban bajo la propiedad y laadministración estatal.25 El pesode la formación de capital de lasfirmas privatizadas en la inversiónagregada también fue significati-vamente menor al registrado pre-viamente: mientras que en 1975éste ascendió a alrededor del25% (CEPAL, 1983) y en 1980-1989 al 21% en promedio (de laBalze, 1993), el valor medio de losaños noventa fue del 11,7% -aúncuando en este período la inver-sión total fue menor-26.

En segundo lugar, cabe mencio-nar que, en los sectores regula-dos, las inversiones comprometi-das contractualmente fueron míni-mas en la generalidad de loscasos o, más bien, las imprescin-dibles para recomponer la propiaprestación de los servicios -espe-cialmente si se considera quebuena parte se encontraba alborde del colapso operativo-. Aúnasí, la evidencia señala que lasinversiones efectivamente realiza-das no se correspondieron con lasestablecidas contractualmente enla mayor parte de los sectores, loque desencadenó permanentesrenegociaciones de los compromi-sos adquiridos, diluyendo y/o pos-tergando las obligaciones origina-les. Los incumplimientos incluye-ron casos en que los montosinvertidos fueron inferiores a losacordados, en que hubo reitera-dos retrasos en el respeto de losplazos establecidos y en queprimó la particular forma de inter-pretación de las obligaciones con-tractuales realizadas por lasempresas, entre otros27. En espe-

25 El indicador correspondiente a la década del ochenta fue elaborado sobre la base dede la Balze (1993) y comprende la inversión en gas, telefonía, ferrocarriles, subterrá-neos, puertos y saneamiento. Por tanto, subestima la formación de capital de las exempresas públicas en esa etapa, ya que no incluye las inversiones de algunas impor-tantes firmas, tales como la petrolera estatal.

26 Consultar Forcinito y Nahón (2005). Paralelamente, “...la acentuada propensión de losconsorcios privados a realizar inversiones sustentadas en masivas importaciones deequipos y partes -seguida por el consiguiente abastecimiento de los insumos deman-dados por estos nuevos equipos- que sustituyeran la producción local, trajo como con-secuencia un severo impacto negativo sobre la producción local, tanto de bienes decapital como de insumos, al desplazar a los proveedores tradicionales de las empre-sas públicas” (Basualdo, 2006: 416), reduciendo el efecto multiplicador que habitual-mente presentaba la inversión estatal sobre la economía doméstica.

27 Al respecto consultar Azpiazu y Pesce (2003) y Azpiazu (2002).

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cial, tuvo lugar un elevado gradode incumplimiento de las metasde expansión y de universaliza-ción de los servicios que afectó alos hogares y a las regiones demenores ingresos del país. Estadinámica acrecentó la heteroge-neidad en la calidad y la cantidadde la infraestructura desplegada alo largo del país, en la que áreascon manifiesta elevados nivelesde inversión pasaron a convivircon otras con grandes carenciasde instalaciones y servicios bási-cos28.- La regulación antimonopóli-

ca del capital y sus principa-les implicancias

La estructura de propiedad delcapital en los sectores analizadosse conformó en estrecha vincula-ción con la de mercado al momen-to de la transferencia de los acti-vos estatales al capital privado.Los diseños de estas últimasresultaron, en la generalidad delos casos, en monopolios nacio-nales o regionales y, excepcional-mente, en oligopolios concentra-dos, fundamentalmente como pro-ducto de las características de las

funciones de producción involu-cradas pero también por el fuertesesgo neo-liberal del gobierno deMenem en materia económica.

Es decir que, en términos mayo-ritarios, el programa privatizadorno alteró significativamente lospatrones de competencia preexis-tentes en los diversos mercadosinvolucrados. “En efecto, no obs-tante la segmentación realizadaen gran parte de los mismos(energía eléctrica, gas natural,etc.) (...), siguieron caracterizán-dose por una estructura fuerte-mente concentrada (de tipo mono-pólica o a lo sumo oligopólica) conmuy elevados niveles de integra-ción vertical y/u horizontal”(Azpiazu, 2002: 60). Al respecto,“...se observa un acentuado gradode concentración de la propiedaden manos de un número muyreducido de accionistas. En efec-tos en casi todas las privatizacio-nes las tenencias accionarias seconcentraron, a lo sumo, en tres ocuatro firmas o grupos que confor-man los consorcios adjudicata-rios.” (Azpiazu, 2002: 60).Además, es posible constatar que

28 Cabe agregar que en cuanto a los mecanismos de financiamiento de las inversionesde las empresas privatizadas, la evidencia disponible sugiere que, en la generalidadde los casos, se privilegió el endeudamiento externo, especialmente en el sector detelecomunicaciones, agua y cloacas, y petróleo y gas (Azpiazu, 2002; Basualdo yNahón, 2004; Kozulj y Pistonesi, 2004). Dicho endeudamiento, contribuyó a profundi-zar la brecha externa de la economía argentina en el corto y largo plazo. De maneracomplementaria, los usuarios solventaron parte de las erogaciones a través del abonode tarifas en sectores como servicios viales y vía cargos adicionales en el tendido deredes de agua y cloacas en las zonas marginadas del país. Adicionalmente, la forma-ción de capital siguió vinculada a los subsidios estatales en el caso de los subterrá-neos y los ramales ferroviarios de pasajeros en los noventa, así como en algunas con-cesiones viales.

121Estado y sociedad

ha sido un conjunto muy acotadode actores económicos los queparticiparon en el programaargentino de privatizaciones.(Azpiazu, 2002: 60).

Luego de las transferencias delas empresas estatales al capitalprivado, la ausencia de una regu-lación antimonopólica eficaz habi-litó un vasto proceso de fusiones yadquisiciones en los mercadosrelevantes involucrados. La adqui-sición por parte de las empresaslíderes de servicios públicos deinfraestructura e hidrocarburos defirmas que operaban en sus mis-mos mercados o en otros, vincula-dos horizontal o verticalmente, lespermitieron -en numerosos casos-ampliar sus posiciones dominan-tes29 y profundizar el grado deconcentración de la oferta. Estoúltimo reforzó la dinámica de tipomonopólica u oligopólica concen-trada, que en los casos más extre-mos fue impulsada por los propiosmarcos regulatorios de la activi-dad establecidos por el PEN.30 Latendencia a la concentración tam-bién se impuso en aquellas áreasen las que se había segmentadoel mercado dividiendo la empresaestatal en distintas “unidades denegocios” al momento de la trans-ferencia al sector privado, con elfin de introducir competencia. Talfue el caso de los mercados ener-

géticos de petróleo, electricidad ygas natural, que evidenciaron pro-cesos de reintegración vertical y/uhorizontal de ciertas empresaslíderes que operaban en ellos, apesar de la prohibición estableci-da en los marcos legales de lossectores eléctrico y gasífero.31

Específicamente, en el caso delpetróleo, el gas natural y sus deri-vados, la privatización y desregu-lación llevó a transferir la posicióndominante de YPF a sus nuevospropietarios mediante numerososprocesos de fusiones y adquisicio-nes. Como consecuencia, en elaño 2000 Repsol-YPF manteníaun claro liderazgo a través delcontrol de más del 50% de la pro-ducción de crudo y gas natural,así como del 60% de la produc-ción de las refinerías (proporciónque conjuntamente con Esso yShell alcanzaba al 90%) y de másdel 50% de las ventas de naftas ygas oil. Los procesos de reintegra-ción vertical y horizontal que seprodujeron en las tres cadenasque componen el complejo ener-gético del país contribuyeron alpredominio de la centralizacióndiversificada del capital por sobrela concentración que experimentóla economía argentina en su con-junto durante este período (Arceoy Basualdo, 2002).

La regulación antimonopólica o

29 Se produjeron más de 350 operaciones que involucraron fusiones o adquisiciones porparte de estas empresas, según el Área de Economía y Tecnología de la FLACSO.

30 El sector de telecomunicaciones es emblemático en este sentido. Para mayores deta-lles consultar Abeles, Forcinito y Schorr (2001).

31 Para mayores detalles consultar Azpiazu y Schorr (2001a) y Azpiazu (2002: 151 a196).

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de defensa de la competencia quese orienta, fundamentalmente, arestringir las prácticas anticompe-titivas de las empresas con domi-nancia económica en sus merca-dos relevantes y a controlar losactos de concentración de estasúltimas, limitándolos únicamentea aquellos asociados a incremen-tos de la eficiencia en el largoplazo, constituía el principal ins-trumento en manos del Eestadopara condicionar la conformaciónde la estructura de propiedad decapital en estos sectores estraté-gicos una vez privatizados. Dichapotestad estatal era ejercidamediante la ley de Defensa de laCompetencia (ley 22.262/1980) ysus modificatorias hasta 1999que, debido a que sólo sanciona-ban las conductas manifiestas deabuso de posición dominante,habían dado lugar a muy pocasaplicaciones efectivas. Por otrolado, estas normas excluían atodos aquellos sectores que estu-vieran regulados específicamentepor el Estado nacional (artículo4)32. A partir de una interpretaciónad-hoc de dicho artículo, el PENexcluyó a las empresas privatiza-das de la aplicación de la ley,jerarquizando el hecho de que

estaban sujetas a las regulacio-nes específicas provenientes delos órganos regulatorios corres-pondientes.33 Sin embargo, enconsideración de las nuevasmodalidades que asumía la pres-tación de los servicios públicos deinfraestructura y de hidrocarburos,y ante la presión ejercida por losorganismos multilaterales, en1991 se inició el tratamiento parla-mentario de una nueva legislaciónantimonopólica que demoró ochoaños en ser sancionada.

Mientras tanto, tuvieron lugar losmencionados procesos de inte-gración vertical, horizontal y con-glomeración por las empresas pri-vatizadas con posiciones domi-nantes en sus respectivos merca-dos que afectaron, fundamental-mente, a las cadenas del sectorde energía (combustibles líquidos,electricidad y gas) y a las teleco-municaciones, estas últimas enpleno proceso de transición delmonopolio al oligopolio.

La nueva ley de Defensa de laCompetencia (ley l25.156 de1999) promovió mejoras con res-pecto a la anterior, tales como, elcontrol de los actos de concentra-ción de las empresas con posicio-

32 Las actividades reguladas hacia 1980 eran fundamentalmente aquellas en las cualesintervenían las Juntas Nacionales (de granos, de carnes, etc.) o los FondosNacionales (del tabaco, de la yerba mate, etc.) y se trataba de casos cualitativamen-te diferentes de la prestación privada de los servicios públicos.

33 En realidad, en únicamente dos marcos regulatorios sectoriales, los de los sectoresde gas y electricidad, se contemplan diversas disposiciones vinculadas a restriccionesen las tenencias accionarias y la concentración de los mercados. En ambos casos, ala vez, las misiones y atribuciones de los entes contemplan su intervención ante talesactos de concentración de los mercados. A pesar de ello, poco se hizo en la materia.

123Estado y sociedad

nes dominantes mediante la obli-gación de notificación previa delas fusiones y adquisiciones queinvolucraran grandes montos decapital34 y la mayor autarquía delórgano regulador en la materia, elTribunal de Defensa de laCompetencia. Este organismo, sinembargo, nunca fue conformado,motivo por el cual la resolución delos casos se mantuvo a nivel delPEN (la secretaría de laCompetencia, la Desregulación yla Defensa del Consumidor35),neutralizando los posibles avan-ces que se hubieran podido lograra partir de la implementación efec-tiva de la norma. Como era previ-sible tampoco tuvieron en estecontexto normativo e institucionalningún tipo de articulación las acti-vidades desarrolladas por losentes reguladores y la agencia dedefensa de la competencia en laArgentina.- Principales efectos de la

regulación activa y antimo-nopólica sobre el comporta-miento del capital

Como consecuencia de las ven-tajosas condiciones de apropia-

ción y utilización de los activostransferidos -que incluyeron lapolíticas de fijación de precios yde incentivos a la inversión- y deexplotación de la fuerza de traba-jo, la mayor parte de las empresasprivatizadas de servicios de infra-estructura y producción de hidro-carburos se erigieron como lasmás rentables de la cúpulaempresaria, y por tanto del país,en los años noventa. Mientras lasempresas no privatizadas conmayores niveles de facturación dela economía argentina exhibieronuna tasa de ganancia sobre ven-tas del 5,1% promedio en el perí-odo 1993-2001, el subconjunto deex empresas públicas más que tri-plicó esa cifra, con una rentabili-dad anual promedio del 16,5%.36

Esta extraordinaria rentabilidadexplica que las ganancias acumu-ladas por el conjunto de empresasprivatizadas entre 1993 y 2001haya representado el 56% deltotal de la masa de utilidades de lacúpula empresaria local, cuandolas ex empresas públicas explica-ron tan sólo el 30% de la produc-ción de la cúpula en el período.

34 Esta obligación resultó aplicable sin embargo únicamente a las operaciones que invo-lucraran ventas conjuntas de más de 200 millones de pesos/dólares, monto que resul-taba muy elevado para el tamaño del mercado doméstico durante la vigencia del régi-men de convertibilidad.

35 Con el dictamen no vinculante del órgano regulador creado por la legislación previa(la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia), (Gerchunoff, Greco yBondoresvky, 2003).

36 Cabe aclarar que, si bien el indicador de rentabilidad sobre ventas (Utilidades/Ventas)constituye desde el punto de vista metodológico una aproximación imperfecta a latasa de ganancia (que se mide en relación al capital empleado), se utiliza aquí por serel indicador más adecuado en función de la información oficial disponible. Otra alter-nativa sería tomar la rentabilidad sobre patrimonio neto (PN) (Utilidades/PN) -lo que

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Las tasas de rentabilidad de lasfirmas privatizadas no sólo se des-tacaron en el ámbito local sinotambién en relación con sus paresa escala internacional en abiertacontradicción con el principio derazonabilidad tarifaria establecido,legalmente, por el propio Estadoargentino37. Asimismo, se estimaque aproximadamente el 82% delas utilidades obtenidas por el con-junto de empresas privatizadasanalizadas fue distribuido en pro-medio como dividendos a susaccionistas entre 1992 y 200138. Alpago de dividendos se le agregóotra forma -encubierta- de remitirganancias a los accionistasextranjeros a través del pago delos denominados honorarios deadministración (management fee)a los operadores técnicos de lasconcesiones, es decir, a lasempresas transnacionales quecontrolan o encabezan los consor-cios (y posiblemente, de preciosde transferencia en las compras

intracorporativas que no estuvie-ron sujetas a control estatal)39. Laselevadas utilidades remitidasponen al descubierto la estrategiade los consorcios adquirientes dedestinar las ganancias principal-mente a la distribución de dividen-dos y sólo marginalmente, a sol-ventar las inversiones comprome-tidas en los pliegos de venta y/oconcesión que fueron mayoritaria-mente financiadas con endeuda-miento externo.

En síntesis, la combinación delos incentivos activos y reactivosal capital brevemente analizadoscondicionó fuertemente el com-portamiento de la fracción delcapital analizada en el período1990-2001 en la medida en que elEstado le garantizó por vía legal lapercepción de niveles extraordina-rios de ganancias y una fuertelaxitud normativa en lo atinente asu destino y utilización. La apro-piación de niveles extraordinariosde ganancias por parte de dicha

se realiza para algunas comparaciones internacionales-, aunque esta serie resulta aúnmenos adecuada ya que subvalúa la rentabilidad de las empresas cuyo PN se encuen-tra fuertemente afectado por el endeudamiento que experimentaron estas firmas enlos años noventa. De todos modos, es ilustrativo que aún en términos de este indica-dor se confirma la supremacía relativa de las ganancias de las privatizadas (aunqueen menor cuantía): mientras su rentabilidad media sobre PN fue del 15% para la fase1995-2001, la del resto de la cúpula ascendió al 7% (ENGE, 2004).

37 Para un análisis en profundidad consultar Azpiazu (2002:192).38 Este porcentaje se calculó a partir del balance de pagos de las firmas privatizadas, en

que se estiman las utilidades totales y los dividendos correspondientes a los accionis-tas no residentes de las empresas. A falta de información más precisa, este indicadorse considera una variable proxy del coeficiente de distribución de dividendos del uni-verso de accionistas de las privatizadas (Forcinito y Nahón, 2005).

39 Estos flujos acumularon 2.042 millones de dólares entre 1992 y 2001 y tendieron acontabilizarse como parte de los costos operativos de las compañías, lo que implicaque están exentos de impuestos. A juzgar por las evidencias disponibles estos hono-rarios superaron con creces cualquier pago razonable por un servicio técnico (Maas yThwaites Rey, 2002).

125Estado y sociedad

fracción -que no invirtió o lo hizoinsuficientemente en relación conlos elevados ingresos percibidos-presionó a la baja las tasas deganancia del resto de las activida-des económicas domésticas (conla salvedad de aquellas que goza-ron de protección estatal o “natu-ral”) disminuyendo, de ese modo,el ritmo de acumulación y coadyu-vando, mediante el incremento delejército industrial de reserva, a lacaída en los niveles de protecciónlaboral y de los ingresos de lostrabajadores.

3. Análisis de la lógicapolítica asumida por elconjunto de las regulaciones estatalesrespecto del comportamiento del capital y de la fuerza detrabajo

El Estado argentino articuló einstrumentó la redefinición de lasrelaciones entre el capital y lafuerza de trabajo en los sectoresde infraestructura e hidrocarburosprivatizados, fundamentalmente,mediante la re-regulación delcomportamiento económico decada una de estas fuerzas socia-les. El análisis de la lógica conjun-ta de la redefinición de las atribu-ciones del capital y de la fuerza detrabajo en el campo de estas pro-ducciones, así como la estructura

de incentivos que por acción uomisión les impuso el Estado, per-miten formular algunas conclusio-nes.

La privatización de los serviciosde infraestructura y de la produc-ción de hidrocarburos, así como laredefinición de las pautas deexplotación económica en su inte-rior, impulsó dos procesos com-plementarios que incidieron fuer-temente en la relación entre elcapital y la fuerza de trabajo enestos sectores. En primer lugar,garantizó legalmente el reforza-miento de la prerrogativa empre-sarial sobre la fuerza de trabajomediante la transferencia de casila totalidad de la propiedad deactivos estatales de utilidad socialy de carácter estratégico para eldesarrollo a un grupo muy reduci-do de grandes empresas a lasque, además, se habilitó poracción u omisión a ampliar supoder monopólico -sin considerarsus efectos sobre los niveles deeficiencia y equidad distributiva-.En segundo lugar, promovió por lavía legal e institucional crecientesniveles de atomización de larepresentación sindical de la fuer-za de trabajo así como el des-mantelamiento parcial del sistemade derecho laboral argentino, pro-duciendo elevados grados de seg-mentación de esta fuerza social yel consecuente debilitamiento desu capacidad de lucha40.

40 En este sentido, Palomino sostiene que conjuntamente con las garantías jurídicascayó la cobertura sindical de los asalariados. La mayor parte de los puestos creadosdesde entonces carecieron de ambos atributos incluso en el propio sector público quecomenzó a contratar de modo flexible a la fuerza de trabajo (Palomino, 2005: 433).

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Es decir que, en relación con elcapital, el estado argentino transfi-rió a una fracción muy restringidael 90% de los activos de propie-dad estatal (mediante la venta y/oconcesión), libres de pasivos, aprecios subvaluados en el contex-to de la emergencia económica yen condiciones de explotación pri-vilegiadas en términos relativos(Azpiazu, 2002: 9). Asimismo,promovió activa y tácitamente laconcentración económica en elinterior de los consorcios adjudi-catarios, de los mercados relevan-tes de cada uno de los serviciospúblicos y de la producción dehidrocarburos y del programa deprivatizaciones en su conjunto através de los diseños de lasestructuras de mercado, los requi-sitos establecidos para acceder alas licitaciones y concesiones y laausencia de control de los actosde concentración (Azpiazu, 2002:53).

A los trabajadores, en cambio elEstado les adjudicó el 10% delpatrimonio transferido -quebrandoposibles resistencias a la privati-zaciones-; los privó de la posibili-dad de considerar extinguido elcontrato de trabajo por justacausa cuando la nueva empresale infiriere perjuicios; eliminó laresponsabilidad solidaria deladquiriente respecto de las obliga-ciones emergentes del contratode trabajo existentes en la épocade transmisión; desconoció losderechos laborales a mantenerlos niveles de remuneracionesvigentes y las condiciones de tra-

bajo preexistentes y los obligó, deese modo, a aceptar las nuevascondiciones de trabajo inclusocuando ello fuera en detrimentode sus derechos materiales ymorales (por ejemplo: el no reco-nocimiento de la antigüedad, lasrebajas en las asignaciones fami-liares, la reducción de los salarios,etc.). Asimismo, a medida queavanzaba el proceso de privatiza-ciones, el Estado fue orientandosu accionar hacia a la disminucióndel poder relativo de la fuerza detrabajo a favor del capital en estasactividades económicas. Ello semanifiestó en la represión de laresistencia de los trabajadores;los despidos masivos previos a latransferencia y la ausencia delímites a la política de racionaliza-ción de personal que llevaron acabo las empresas una vez priva-tizadas y la re-definición jurídicaasimétrica de los límites de actua-ción de los trabajadores, en gene-ral, y de los sindicatos, en particu-lar. Entre las principales medidasanalizadas que abonaron estosprocesos se destacan: la descen-tralización de las negociacionescolectivas -que privilegió la esta-blecida a nivel de los estableci-mientos-; la precarización delempleo mediante la introducciónde nuevas formas de contrata-ción, la discriminación de loscolectivos de trabajadores en vir-tud de su grado de prescindibili-dad para las empresas y la pro-moción, concomitante, de la des-sindicalización de los trabajadoresy la competencia entre los sindica-tos existentes, entre otras.

127Estado y sociedad

Como consecuencia, el gobiernotransfirió -además de una porciónde la riqueza social, incluidosrecursos naturales no renovablescomo el petróleo y el gas natural,a un grupo muy reducido de acto-res económicos- una masa críticade poder económico y regulatoriofavoreciendo por vía legal y fácti-ca la prerrogativa de esta fraccióndel capital sobre la fuerza de tra-bajo (por supuesto, aunque no esel objeto de análisis del presentetrabajo, también sobre otras frac-ciones subordinadas del capital ysobre los usuarios). La contracarade la pérdida de autonomía y pesoinstitucional de los trabajadores -mediante los sindicatos- fue laconcentración de poder económi-co y regulatorio por parte de estafracción impulsada directa o indi-rectamente por los diversos pode-res del Estado en el interior de lossectores de hidrocarburos e infra-estructura privatizados durantelos años noventa41.

De este modo, el Estado incidiófuertemente en la generación ydistribución del excedente econó-mico en los sectores privatizadosmediante la regulación activa, enel caso de los servicios de infraes-tructura; la desregulación, en elcaso del petróleo crudo y el gasen boca de pozo, y la regulacióndel comportamiento de la fuerza

de trabajo. Estos componentes dela regulación estatal actuaroncomo un juego de pinzas sobrelos niveles de apropiación delexcedente por parte de la fuerzade trabajo, acentuando el procesode expropiación a favor del capi-tal. Es decir que posibilitaron lapercepción de niveles extraordi-narios de ganancias por parte deestas empresas y la sub-remune-ración de la fuerza de trabajo enrelación con los niveles de pro-ductividad alcanzados. Más espe-cíficamente, el Estado garantizó,por acción u omisión, la apropia-ción de la totalidad de los incre-mentos de productividad logradosen estas actividades por parte delcapital privado, en detrimento delas condiciones de reproducciónde la fuerza de trabajo -y de losusuarios-. Los principales meca-nismos jurídicos utilizados por elEstado en este sentido fueron lamercantilización tanto de la pres-tación de servicios públicos comode las relaciones laborales, des-plazando gran parte de lo atinenteal desarrollo de estas actividadesdel ámbito del derecho adminis-trativo público al privado y de loatinente a determinadas relacio-nes laborales del correspondienteal derecho del trabajo al comer-cial. Esto significó minimizar lasconsideraciones sociales en la

41 Esta caracterización general hace omisión de la resistencia y las contratendencias quese expresaron en diversas áreas del aparato del Estado durante el período entre lasque se destacan la Auditoría General de la Nación, el Defensor del Pueblo de laNación y de la Ciudad de Buenos Aires y numerosos Tribunales del Poder Judicial,entre otras. El análisis sistemático y pormenorizado de estos comportamientos exce-de el objetivo del presente trabajo de tesis.

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regulación pública de estas activi-dades, jerarquizando los criteriosmicroeconómicos de corto plazo.Más tarde, en contradicción con loanterior, el Estado tendió a trans-ferir a los usuarios y a los trabaja-dores el riesgo empresario inhe-rente a las actividades mercanti-les por vía legal. La transferenciade dicho riesgo a los usuarios delos servicios se evidenció, para-digmáticamente, en la implemen-tación de seguros de cambio fren-te a posibles devaluaciones de lamoneda local, que les otorgó elprivilegio a muchas de las adjudi-catarias de percibir tarifas dólari-zadas42. Asimismo, la posibilidadde indexación de las tarifas de losservicios, en un contexto de prohi-bición legal de actualización deprecios y, por lo tanto, de granparte de los ingresos, le permitió aesta fracción del capital transferirlos riesgos asociados a la inefi-ciencia microeconómica; cubrirsedel incremento del nivel generalde precios domésticos y, en loscasos más extremos, apropiarsede tarifas crecientes en términosreales43.

En cuanto a la transferencia delriesgo empresario a los trabajado-

res, se desatacan: la posibilidadde despidos sin indemnizaciónante variaciones de la demanda apartir de la utilización de lasmodalidades promovidas y nopromovidas y la introducción del“período de prueba” en todos losnuevos contratos; la de fraccionary acomodar los períodos de des-canso y el sueldo anual comple-mentario según las necesidadesde la empresa; la posibilidad desubcontratar pequeñas y media-nas empresas utilizando, indirec-tamente, regímenes laboralesmás laxos y baratos; entre lasprincipales medidas.

Asimismo, el Estado incidió en lapauta distributiva del excedenteeconómico generado en estasactividades entre el capital y lafuerza de trabajo mediante dosinstrumentos que han determina-do la apropiación de los incremen-tos de la productividad del trabajoalcanzados mediante la introduc-ción de nuevas tecnologías asícomo a través del proceso deracionalización: la política tarifariay las cláusulas de ajuste de losniveles salariales. Las tarifas inde-xadas no fueron afectadas signifi-cativamente por los coeficientes

42 Dicho privilegio ha sido muy costoso para el Estado argentino ya que ha dado lugar,luego de su derogación por Ley de Emergencia Pública y Reforma del RégimenCambiario (Ley Nº 25.561 de 2002) a numerosos juicios en el Centro Internacional deSolución de Diferendos (CIADI), un tribunal arbitral establecido por el Banco Mundial,con demandas que ascendían a 17 mil millones de dólares a 2005. Para mayoresdetalles consultar Azpiazu (2005).

43 Sólo considerando el mercado de las telecomunicaciones, la apropiación ilegal derecursos derivada de la indexación de las tarifas ascendió a aproximadamente 8.000millones de dólares en el período 1991-2001, según estimaciones del Área deEconomía y Tecnología de la FLACSO.

129Estado y sociedad

de productividad inherentes a losmecanismos de precios tope queregían en numerosas actividades(como telecomunicaciones y gasnatural) -debido a que estos coefi-cientes se fijaron en niveles infe-riores a los que hubiese corres-pondido-. Tampoco hubo ajusteshacia abajo derivados de disminu-ciones en los costos de prestacióncuando esa posibilidad estabaprevista por la normativa (porcaso, en el servicio de agua ysaneamiento ambiental). Es decirque, en la práctica, las tarifas nosufrieron los previstos ajusteshacia abajo por productividad quehubieran beneficiado a los usua-rios y al resto del sistema econó-mico.

En cambio, los salarios en lasempresas de servicios privatiza-das, del mismo modo que los delresto del sistema económico, quedeberían haber experimentadosubas asociadas a los incremen-tos de la productividad -tal comopreveía la normativa- no fueronajustados significativamente du-rante el período bajo análisis y,además, sufrieron la erosión de lainflación derivada de la prohibi-ción de actualización impuestapor el régimen de convertibilidad.Esta regulación asimétrica a favordel capital, implícita en dichasmedidas específicas, garantizó enla práctica la apropiación de losincrementos de productividad deltrabajo exclusivamente por partedel capital en detrimento de lostrabajadores, en primer término, yde los usuarios, en segundo.

En síntesis, el único mecanismolegal de actualización de precios ysalarios en el marco de las reglasde juego que había establecido elrégimen convertible era el ajustepor productividad. En relación conlos salarios dicho mecanismo notuvo aplicación práctica, si bienexistieron aumentos acotados aciertos grupos de trabajadoresdurante el período bajo análisismientras que, en relación con lastarifas, se aplicó en niveles pocosignificativos en comparación conlos importantes incrementos deeficiencia experimentados enestos sectores a partir de las pri-vatizaciones. La acción estatal enesta materia hizo posible que “losbeneficios del progreso técnico” -cuando éste tuvo lugar- derivaranúnicamente en rendimientosextraordinarios, contradiciendo elprincipio de razonabilidad tarifaria,para las empresas prestatarias y,por lo tanto, en mayor desigual-dad distributiva.

Esta situación fue agravada porla omisión estatal de implementa-ción del principio de neutralidadtributaria, cuando se redujeron lascargas impositivas y por la tole-rancia del PEN al incumplimientode inversiones comprometidas.De este modo, las empresas pres-tatarias se apropiaron de losimpuestos que el Estado dejó depercibir, en el primer caso, y delos ingresos tarifarios que debíanser aplicados a planes específicosde inversión, en el segundo.Paralelamente, estas empresasvieron incrementadas sus ganan-

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cias con los descuentos a las con-tribuciones patronales que elEstado les concedió en detrimen-to de los futuros haberes jubilato-rios de los trabajadores.

Las elevadas ganancias percibi-das por esta fracción empresariase giraron mayormente a losaccionistas -crecientemente ex-tranjeros-, es decir, no tuvieroncomo destino la formación decapital que hubiera dado lugar amayores requerimientos deempleo directo e indirecto y mejo-ras en la productividad aún mayo-res. En cambio, el resultado fueuna modernización segmentada ydesigual de la infraestructura des-plegada en el país, en que subsis-tieron áreas sin cobertura.

Por último, cabe destacar que lareforma en las pautas de explota-ción económica de estas activida-des constituyó uno de los princi-pales mecanismos mediante loscuales se hizo operativa la rees-tructuración regresiva de la rela-ción de fuerzas entre el capital y lafuerza de trabajo a nivel nacionaly, con ella, la profundización delos niveles de desigualdad en la

distribución funcional del ingresoen el sistema en su conjunto44.

La evidencia empírica disponi-ble, proveniente de la EncuestaNacional a Grandes Empresas(INDEC), indica que la transferen-cia de recursos desde la fuerza detrabajo hacia el capital, que seprodujo a nivel agregado entre1993 y 2001, adquirió mayorintensidad en las empresas priva-tizadas que en el resto de las 500principales empresas del país45.La productividad laboral media delprimer grupo mencionado, medidaa través del valor agregado porocupado46, se expandió en más deun 77% (como producto del creci-miento del valor agregado y lacaída del número de ocupados enestas empresas), mientras que ladel segundo se incrementó en un38% entre 1993 y 2001. En elmismo período, el salario mediode los trabajadores empleados enlas empresas privatizadas (medi-do a través de la masa salarialanual promedio por puesto de tra-bajo) aumentó en un 16,23%mientras en las restantes empre-sas líderes lo hizo en un 24,60%.

44 Si bien no hay información para el período hiperinflacionario, la participación de losasalariados en el producto bruto interno que, en 1993 se encontraba levemente pordebajo del 40%, evidenció un continuo decrecimiento hasta alcanzar 32% hacia 2001y finalmente caer al 23% en 2004, según estimaciones del Área de Economía yTecnología de la FLACSO.

45 El grupo de empresas privatizadas reúne a 50 firmas en 1993 y a 74 en 2001, perte-necientes a los servicios de telecomunicaciones y postal; transporte aéreo; agua y clo-acas; energía eléctrica; ferrocarriles y distribución de gas (ENGE, octubre de 2006).

46 El valor agregado se estima en moneda de poder adquisitivo constante promedio 2002y es ajustado por un índice combinado de precios mayorista y al consumidor. Los ocu-pados corresponden a puestos de trabajo bajo régimen salarial. (ENGE, octubre de2006)

131Estado y sociedad

Al comparar la relación entre pro-ductividad y salario medio en cadagrupo de grandes empresas,como indicador aproximado de ladistribución del valor agregadointerno entre la fuerza de trabajo yel capital, es posible observar queel grado de apropiación por partedel capital del excedente econó-mico ha sido superior en lasempresas privatizadas que en elresto de las grandes empresas delpaís: mientras que dicha relaciónse ha incrementado en un 52,5%para el primer grupo, lo ha hechoen un 10,73% para el segundodurante el período 1993-200147.Más aún, en dicho período la par-ticipación de los trabajadores delas empresas privatizadas en elvalor agregado de las mismas seredujo del 21,17% al 13,8%, esdecir en un 34%48. Dicha relaciónhabía caído en una proporciónmucho menor, exactamente en un9,7%, en el resto de las empresaslíderes del país no vinculadas alproceso de privatización duranteel mismo período.

Como consecuencia del tamañorelativo de estos sectores/empre-sas en la economía (sólo lasempresas privatizadas de servi-cios concentraban representabanel 36,4% del valor agregado gene-rado por las 500 principalesempresas del país, el 56,9% delas utilidades totales y el 16% dela ocupación de las mismas, enpromedio para el período 1993-2001, según el INDEC) y en uncontexto de desempleo crecientey debilitamiento de la posición defuerza de los trabajadores, estastendencias se extendieron al restode la economía49. En otros térmi-nos, la reestructuración laboral enlos sectores de infraestructura pri-vatizados constituyó uno de losmecanismos centrales mediantelos cuales se impulsaron mayoresniveles de explotación de la fuerzade trabajo por el capital en la eco-nomía argentina y la profundiza-ción de la regresividad en la distri-bución del ingreso hacia el con-junto del sistema económico.

47 Cabe destacar que es posible plantear esta hipótesis en virtud de que dicho incre-mento de productividad no se tradujo en disminuciones de las tarifas y los precios delos servicios de infraestructura.

48 Cabe destacar que la reducción de la relación entre masa salarial y valor agregado enestos sectores respondió, con una alta probabilidad, a una combinación de dos facto-res principales: el cambio en la función de producción hacia un incremento de la com-posición orgánica del capital (por su abaratamiento relativo durante el período) y losmayores niveles de explotación de la fuerza de trabajo, con diversos grados de inci-dencia por sector. Dada la ausencia de información estadística al respecto, que impi-de estimar la incidencia de cada uno de dichos factores por sector, se asume, concarácter de hipótesis falsable (y considerando el fuerte atraso de los niveles salarialesmedios en relación con los niveles de la productividad media del trabajo), que la caídaen la relación analizada responde principalmente a los mayores niveles de regresivi-dad en la distribución del ingreso en el interior de este conjunto de actividades.

49 Ver Duarte (2001: 56).

132

En resumidas cuentasEn resumidas cuentas**45 días de noticias45 días de noticias

1.07/15.08.20101.07/15.08.2010

* La elaboración de esta síntesis está bajo la responsabilidad de la dirección de la revistay no se somete a dictamen del referato de Realidad Económica.Esta sección de Realidad Económica pretende reflejar hechos y comentarios de signi-ficativa trascendencia producidos en los 45 días que abarca la periodicidad de la revis-ta. Es nuestra intención que se convierta en una especie de “ayuda memoria” para susdestinatarios. Como toda selección, corre el riesgo de caer en arbitrariedades que pro-curaremos acotar, con la colaboración y sugerencias de nuestros amigos lectores.

Foto para Realidad Económica: Claudio Casparrino

44 MOCASE“Pionera en denunciar el modelo de agronegocios, la organización campesina

cumple dos décadas de existencia. Agrupa a unas 9 mil familias rurales y enca-ra proyectos productivos, radios comunitarias, escuelas y la apuesta por otromodelo agrario.” (Página 12 - Buenos Aires, 4-08)

133En resumidas cuentas

O P I N I O N E S

44 EDUARDO DE LA SERNA: LEY DE MATRIMONIO IGUALITARIO“El matrimonio igualitario es ley en Argentina. Obvio que un grupo ganó, y

tocará a ellos y ellas festejar y analizar ese triunfo. Y la historia y la vida mos-trará cuánto afecta a nuestra sociedad la nueva ley. Pero como miembro de laIglesia, y más allá de la opinión que cada uno tenga, creo que la Iglesia Católicaromana (y otras comunidades religiosas) han perdido una batalla. Una batallaen la que habían puesto ‘toda la carne al asador’. ¿Por qué perdió ‘la Iglesia’esta batalla? (al hablar de ‘Iglesia’ en este párrafo me refiero a la jerarquía epis-copal, concretamente). Brevemente me parece haber visto diferentes actitudesen los obispos: no me parece que fuera la misma (aunque todos compartieranel rechazo a la ley) la opinión de Casaretto que la de Marino, la de Arancedoque la de Aguer. Creo que en el interno de la Iglesia jerárquica, en esto –segu-ramente movido en muchos casos por el miedo– ganó la línea más dura, la quehabló de ‘guerra’, de ‘kulturkampf’ (lucha de culturas), la que lo planteó comouna suerte de cruzada. Y esta posición no supo o no quiso argumentar, lo suyoera el fundamentalismo bíblico, la tradición, la ‘naturaleza’. Argumentos quepueden servir o debatirse en terrenos teológicos, para un debate teológico (ono, según el caso), pero no era teológica la cuestión que se discutía. Si la jerar-quía pretendía que su posición tuviera un eco, que fuera recibida, ¿por qué nopuso a sus mejores ‘cabezas’ a expresar argumentos y razones, en lugar derepartir condenas y amenazas? Creo que gran parte de la ‘derrota’ de la jerar-quía estuvo en sus propias filas, en haber elegido la vía de la confrontación yno la del diálogo. Como curas, un grupo nos manifestamos formulándonos pre-guntas, en la jerarquía parecían abundar certezas. Creo que muy otra hubierasido –no sé la votación, pero sí la sensación de ‘derrota’– si la Iglesia hubieraactuado mostrando otra cara, una cara de respeto, de escucha, de tolerancia.Los discursos de los senadores contra la Iglesia mostraron una polarizacióncuriosa. Permítaseme una analogía: en algunos casos, ante la aparición de pelí-culas que algunos dicen que hieren la sensibilidad eclesiástica, muchas veceshay obispos que empiezan verdaderas campañas contra la película que sólologran que la gente que concurre sea mucho mayor; el caso de la mala pelícu-la El Código Da Vinci es evidente, una pésima película que seguramente hubie-ra estado una semana en cartel tuvo gran repercusión por la oposición cerradade los obispos. ¿No hubiera pasado algo semejante en el tratamiento de la leyde haber habido otra actitud? En lo personal no escuché argumentos fuera delo estrictamente ‘eclesiástico’ en contra de la ley, no hubo elementos jurídicos,sociológicos, psicológicos, culturales, antropológicos, etc. Creo que la Iglesiajerárquica sólo gritó más fuerte, ¡y perdió! Si se hubiera aprendido de la histo-ria, lejana y presente, a lo mejor los obispos hubieran elegido otro camino, y/uotros voceros. Creo que ellos eligieron perder.” (Coordinador del Movimientode Sacerdotes en Opción por los Pobres; Página 12 - Buenos Aires, 16-07)

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44 BLAS GARCÍA: A 44 AÑOS DE LA NOCHE DE LOS BASTONESLARGOS

“Hace 44 años, la Policía Federal entró, de noche y por la fuerza, a distintasfacultades de la Universidad de Buenos Aires, apaleando a los científicos y susestudiantes, con el fin de implementar la intervención decretada por la dictadu-ra militar del general Onganía a las ocho universidades, lo que provocó unafuga de cerebros y la decadencia académica de la Argentina. El 29 de julio de1966 la dictadura dictó un decreto que ponía fin a la autonomía universitaria yse proponía ‘eliminar las causas de acción subversiva’ en los claustros. En algu-nas facultades se realizaron asambleas como manifestaciones de oposición.Profesores y estudiantes fueron forzados a abandonar los edificios a golpes.Muchos fueron detenidos. En la ‘noche de los bastones largos’, así llamada porlos largos bastones que utilizó la Policía Federal, la irrupción en la Facultad deCiencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos de Aires fue parti-cularmente violenta: la policía apaleó a cuanto profesor, graduado o estudianteestaba en la Facultad y, después de insultos y agresiones que incluyeron unsimulacro de fusilamiento, detuvo a los profesores por varias horas, y a los estu-diantes y graduados por casi dos días. La represión dejó 400 estudiantes y pro-fesores heridos y detenidos; todos los decanos de UBA y 1400 docentes renun-ciaron a sus cargos. El golpe militar del general Juan Carlos Onganía, el 28 dejunio de 1966, se produjo para evitar el triunfo del peronismo en las eleccionesa gobernador en la provincia de Buenos Aires, que tenían que celebrarse enmarzo de 1967. Se instaló una dictadura represiva sin capacidad para el diálo-go y que despreciaba la política, mientras apostaba a la economía ultraliberal ypostergaba indefinidamente la acción social. La Cámara Argentina deComercio, la Bolsa de Comercio, la Unión Industrial, la Sociedad Rural, CAR-BAP, la Asociación de Bancos y ACIEL (Instituciones Empresarias Libres) apo-yaban la dictadura: ese régimen ‘apolítico’ les garantizaba que sólo los militaresy las grandes empresas operarían el poder. Los estudiantes universitarios fue-ron uno de los sectores que más se opuso a la nueva dictadura militar. (…) Losefectos de la intervención fueron contraproducentes para los intereses delgobierno militar, porque la juventud inserta en este clima represivo contribuyó ala rebeldía general y encontró su lugar en la fuerza política del peronismo y laizquierda.” (Dirigente universitario de la década del 60; Micrófono Digital–Entre Ríos, 30-07)

44 GABRIEL HOLAND: LA ECONOMÍA CHINA SE DIFERENCIA DELMUNDO

“Mientras la producción y el consumo en los países desarrollados oscilanentre las bajas expectativas de crecimiento y los temores de caer en una nuevarecesión, el Dragón de oriente se esfuerza para lentificar su desarrollo. Esa esla realidad, aunque el panorama pintado por los datos del Buró Nacional deEstadísticas chino se esfuerce en demostrar lo contrario. El organismo guber-namental asiático señaló la semana pasada que la producción del país crecióun 10,3% durante los últimos 12 meses, lo cual representa una baja frente al11,9% del período marzo 2009/marzo 2010. Sin embargo, y aún con esa

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merma de rendimiento, China generará en el año 2010 cuatro veces más rique-za que los países del llamado Primer Mundo. Pero además, ese ritmo de desa-rrollo más pausado fue buscado por Beijing, que intenta de esa manera evitarlos riesgos potenciales de inflación. Por lo tanto, el banco central chino revisó ala baja sus expectativas de crecimiento en los precios a menos del 3% anual. Elproblema de aumentos de valores en el país de la Gran Muralla tuvo su centrohistóricamente en los alimentos, especialmente vegetales y frutas. Sin embar-go, durante el último tiempo, el foco de atención se posó en el imparableaumento de los precios de las propiedades y del volumen de los créditos hipo-tecarios, factores que se combinaron para generar una burbuja inmobiliaria. Ladesenfrenada alza en el precio del metro cuadrado de construcción amenazócon desestabilizar las finanzas, tanto del Estado como de las familias. Y elmayor esfuerzo de gasto necesario para adquirir una vivienda llevó a complica-ciones fiscales gubernamentales y a mayores demandas salariales por parte dela población. También el crecimiento de los montos de las casas y edificios sefundamenta en razones especulativas, por lo que el gobierno de Hu Jintao debióaccionar sobre el mercado inmobiliario, aumentando las tasas de los créditoshipotecarios y la suma del pago inicial necesario –no financiable– para adquiririnmuebles. Por otra parte, desde el Estado se indicó a los bancos que estospodían incrementar sus exposiciones crediticias conjuntas –total del sistema–no más allá de US$1,1 trillones (7,5 trillones de yuanes), monto que parece muyimportante pero que es un 22% inferior a la asistencia crediticia otorgada duran-te el año 2009. Asimismo, los reguladores limitaron las posibilidades de asocia-ción entre las empresas constructoras y las entidades financieras. Esas alian-zas determinaron en el pasado que los recursos de los bancos fueran canaliza-dos fuertemente hacia la actividad inmobiliaria, en detrimento de otras líneas depréstamos. Por consiguiente, y debido al efecto conjunto de esas medidas ofi-ciales, el valor de los ‘ladrillos’ disminuyó levemente desde abril a la fecha y,como es lógico, el ritmo de trabajo de la industria de la construcción tambiéncayó. No obstante, el gobierno chino confía en que el ritmo de creación de nue-vas edificaciones retome su impulso creciente, pero sin que la mayor demandagenere tensiones inflacionarias inconvenientes para el Estado –que financia lasobras– y para los particulares. Para ello tratará de aumentar la oferta de metroscuadrados a los compradores genuinos –familias–, desalentando con las medi-das financieras comentadas a aquellos que adquieran propiedades con finesespeculativos. Además, para alcanzar esos objetivos, China conminó a lasadministraciones oficiales de las provincias a construir seis millones de nuevasviviendas durante este año, todo eso con el fin de aumentar la oferta. Al iniciode esta columna comentamos que, para China, la lentificación del crecimientopodría ser una buena noticia. Agreguemos que fundamenta esa opinión elhecho de que todo el aparato productivo chino se encuentra trabajando al máxi-mo de su capacidad, con lo cual un desborde en los precios (inflación dedemanda) por mayor consumo de sus habitantes sería bastante probable.Enfriamiento. Con las medidas tomadas hasta ahora, Beijing parecería estaralcanzando su objetivo de enfriar levemente la producción nacional sin necesi-dad de producir alzas desmesuradas en las tasas generales de interés ni depre-ciar fuertemente el yuan en relación con el dólar. Y así lo demuestra la evolu-ción de los índices macroeconómicos, ya que el crecimiento del PBI del primer

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cuatrimestre de 2010 puede considerarse como muy bueno sólo si se lo com-para con los pobres resultados de principios del año 2009. Lo expuesto hastaaquí merece recordar que, mientras la Unión Europea y EUA debaten cómo salirde su crisis recesiva y de endeudamiento, el continente asiático, empujado porChina, tiene la mirada puesta en el crecimiento de su riqueza y en la forma decontener los efectos no deseados de tal situación (inflación). Y esa conclusiónse alinea con una estrategia para las inversiones financieras globales, la cualindica que en el año 2010 a algunos países emergentes les irá económicamen-te mucho mejor que a EUA y a este país mejor –quizá y por poco margen– quea Europa.” (Especialista en mercados globales, docente universitario,director de HR Global; Buenos Aires Económico, 4-08).

44 ARTEMIO LÓPEZ: SAN CAYETANO Y EL DESEMPLEO ESTRUCTURAL“Leemos: Miles de fieles llegan a San Cayetano y el párroco habla de ‘deso-

cupación estructural’. ‘Aquí llegan muchos niños que no conocen a nadie de suentorno que haya trabajado’, aseguró el sacerdote Gerardo Castellano. El tem-plo se abrió a medianoche y la misa central, como es tradicional, será encabe-zada por el cardenal Bergoglio. Ciertamente los problemas de empleo tienen enel país un núcleo duro de muy compleja reversión. Al respecto ya señalamos enRamble, que: la Presidenta afirmó que ‘en el segundo trimestre de 2010 el índi-ce de desocupación ha sido del 7,9 por ciento, contra el 8,8 por ciento en elmismo trimestre del año anterior’. Una buena noticia que no debe hacer olvidarque persisten aún 1.280.000 desocupados abiertos y 1.500.000 subocupados.Se trata del 17% de la Población Económicamente Activa con problemas deempleo, de los cuales el 36% son jefes de hogar, un millon de jefes de los cua-les dependen en promedio tres miembros. Así las cosas, aún hoy 5,2 millonesde ciudadanos están desocupados, subocupados o residen en hogares conjefes desocupados, o subocupados, el equivalente al 13% de la población total,es mucha gente... Estamos frente a un problema complejo. Muchos compatrio-tas y sus familias que sufren problemas de empleabilidad severos, que para undiagnóstico certero y ensayo de soluciones, debe ser reconocido en su origenhistórico. Al respecto recordemos que a partir del segundo semestre del año1994, el desempleo en Argentina en promedio, pasa del 6% al 9% y al 18,6%en octubre del año 1995 y el de jóvenes menores de 24 años duplica esastasas, hasta alcanzar su pico por sobre el 50% de la PoblaciónEconómicamente Activa juvenil, tras la crisis del neoliberalismo en el año 2001.Esa tasa de desempleo tan empinada en jóvenes entre 15 y 24 años, recién enel año 2007 logra estabilizarse en torno al 20% pero ya no desciende sino en elmargen. Los efectos socioambientales de esta circunstancia son desoladores.Concretamente por tomar un ejemplo de destrucción de expectativas laboralesy de ascenso e integración social sobre un tramo etario estratégico, jóvenessocialmente vulnerables que en el año 1994 tenían 18 años de edad y hoy tie-nen 35, fueron castigados con tasas de desempleo promedio del 35% y otrotanto de subempleo. Recordemos entonces que , siete de cada diez jóvenesvulnerables, que iniciaron su vida laboral en el apogeo neoliberal, sufrieronseveros problemas de empleo a lo largo del momento de su vida de mayorpotencia y plenitud para insertarse en el mercado laboral en busca de realiza-

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ción personal y familiar y hoy aún persisten en esa circunstancia de empleo osubempleo, 3 de cada diez jóvenes menores de 24 años. Un comentario al mar-gen, no nos sorprendamos cuando muchos de ellos, tan maltratados social-mente y durante tanto tiempo (!) , hoy , por otros medios menos amables, inten-tan satisfacer sus carencias materiales y de todo tipo , entre otras cosas bellasque alegremente acontecen cuando un colectivo social —como sucedió en elpaís— se desintegra de manera , al menos, notable. Correcto entonces el seña-lamiento de la Iglesia sobre la persistencia de ‘desocupación estructural’, mejoraún conocerla como lo que es: Consecuencia del impacto de las políticas neo-liberales en el país — cuyos efectos han sido parcialmente atenuados tras el ini-cio del ciclo de recuperación de empleo iniciado en mayo de 2003—, cuando enmedio del festival de apertura económica y privatizaciones salvajes legitimadaspor el ‘deme dos’, se implanta un modelo económico social que en su estallidofinal hizo que la tasa de desempleo abierto juvenil trepara por sobre el 50% ,con casi 30% de subocupación y modeló una década con 35% promedio dedesempleo abierto en el tramo poblacional de entre 15 y 24 años. Una calami-dad inimaginable pero real, desplegada por el neoliberalismo, que ni SanCayentano pudo evitar . Frustración que tardará en hacerse tolerable para millo-nes de argentinos, que sin condicionamientos, igual veneran al Santo de losTrabajadores y cuyos sentimientos no debieran ser manipulados por la buro-cracia administrativa que habita los templos.” (Director de la consultoraEquis; Ramble Tamble, 7-08)

44 JUAN CARLOS AMIGO: DEBATE PREVISIONAL“Los avances recientes en el esquema previsional y la gestión de la Anses, en

consonancia con el fin del negocio especulativo de las AFJP, han ampliado lacobertura a 2,4 millones de personas que estaban privadas de ese derecho einstrumentaron aumentos de casi un 500 por ciento desde 2003, establecién-dose por ley una actualización semestral de los haberes. El 28 de julio último,la presidenta Cristina Fernández anunció una suba del 22 por ciento en las asig-naciones familiares que cobran los asalariados en blanco y en la AsignaciónUniversal por Hijo y confirmó el incremento del 16,9 por ciento en los haberesjubilatorios, como prevé la ley de movilidad. En consecuencia, el haber mínimoascenderá de los 895,20 pesos actuales a 1046,50 pesos que, más el subsidiodel PAMI, elevará la jubilación mínima a 1091 pesos. La Presidenta anunciótambién el ajuste de la AUH, que alcanza a 3.684.000 niños, que pasará de 180a 220 pesos. En este contexto se ha reavivado el debate previsional basadosobre la excepcional resonancia social de la propuesta de incremento del habermínimo jubilatorio al 82 por ciento mínimo, vital y móvil, que alcanzaría a másde 5 millones de personas, es decir, obligaría al Gobierno a asumir un elevadocosto político si no apoya la medida. Ese reclamo siempre contó con el apoyode Apyme, del IMFC, la CTA y de otros sectores del campo popular que envarias oportunidades acompañaron a los jubilados en sus marchas de los díasmiércoles para reclamar justicia social. Además de la equidad que significaríasu implementación, la medida redundaría en un estimulante refuerzo del mer-cado interno, base tradicional de sustentación de las Mipymes. Desde un puntode vista técnico, los diferentes proyectos no logran traspasar un primer examen

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de viabilidad ni tienen seriamente en cuenta la todavía muy alta tasa de empleoinformal. Por ejemplo, dada la envergadura del monto involucrado, la reformapropuesta necesitaría determinar con precisión el origen de los recursos, cosaque no hace. Sólo el aumento de los haberes mínimos significaría 1,8 por cien-to del PIB, equivalente a tres veces el monto de la Asignación Universal porHijo. La recomposición de todos los haberes en total elevaría el costo a cercadel 3,0 por ciento del PIB. El estado de las cuentas fiscales no genera ese supe-rávit y difícil es pensar que sin reforma tributaria o cambios en el gasto lo hagaen el futuro. Lamentablemente se dejan traslucir fuentes de financiamientobasadas sobre la disminución de los fondos destinados, entre otras prioridades,a inversiones en vivienda, salud y educación. Los grandes empresarios yaadmitieron su preocupación de que la propuesta de incremento no afecte susmuy significativas ganancias, por ejemplo mediante la restitución de aportespatronales en niveles previos a 1993. Además, según las proyecciones para laArgentina, dentro de 40 años los adultos mayores de 65 años serán 5,5 millo-nes más que hoy, mientras que los aportantes se incrementarán en menos de5 millones. Paradójicamente, gran parte de los que reclaman la recomposiciónde las jubilaciones son quienes recortaron esos haberes en épocas del augeneoliberal y hoy procuran disminuir los ingresos fiscales por la vía, entre otras,de la eliminación de las retenciones a las exportaciones. La trampa de utilizarreclamos justos para asfixiar al Estado es un peligroso oportunismo político. Loexpresó claramente la Presidenta: “No se puede pasar de descontar sueldos ajubilados y pensionados a convertirse en abanderados de los humildes”. DesdeApyme reiteramos que medidas como la que está en discusión deben susten-tarse fundamentalmente sobre una imprescindible reforma tributaria de carácterprogresivo, motor de una justa distribución de ingresos, ligada a un serio deba-te acerca de un nuevo régimen previsional. Al mismo tiempo es preciso poneren práctica políticas segmentadas para el sector de las micro, pequeñas ymedianas empresas, que contemplen la realidad de las economías regionales yde las unidades de mano de obra intensiva, tal como lo viene expresando nues-tra entidad en su propuesta hacia una nueva Ley de Desarrollo Mipyme.”(Departamento Nacional de Economía de Apyme; Suplemento Cash, Página12 - Buenos Aires, 8-08. Ver http://www.iade.org.ar)

P O L Í T I C A

44 PATRICK RICE“Cristiano consecuente como sacerdote y luego como laico, víctima del terro-

rismo de Estado por su militancia en villas, crítico de la conducción de la Iglesiapor su complicidad con la dictadura y dirigente esencial del movimiento de dere-chos humanos desde fines de los ’70, Patrick Rice falleció de manera repenti-na, el miércoles por la noche, en un hospital de Miami. Rice fue cofundador ysecretario de la Federación Latinoamericana de Familiares de Detenidos-Desaparecidos (Fedefam), nacida en 1981 para potenciar la lucha de quienesenfrentaban dictaduras en América latina y el Caribe, y hasta los últimos díasacompañó a sobrevivientes y testigos en los juicios por crímenes de lesa huma-nidad.” (Página 12 - Buenos Aires, 9-07)

139En resumidas cuentas

44 GIRA PRESIDENCIAL POR LA REPÚBLICA POPULAR CHINA“La presidenta, Cristina Fernández, aseguró que la Argentina es en la actua-

lidad un “campo propicio para los inversores”, al reunirse con líderes de lasprincipales empresas del sector privado local, en el marco de su último día devisita a China. (…) La jefa de Estado se reunió ayer con el alcalde de Shanghai,Han Zheng, y con los representantes de 15 empresas locales (…) de sectoresdiversos, como el financiero, de las telecomunicaciones, producción de pane-les solares, traiders de soja, químico-farmacéutico, farmacéutico, agroquímica,petroquímica y energía solar. (…)Apuntó también la necesidad de que ‘laArgentina sea vista por China no como un mercado, sino como socios’ (…).Algunos de los acuerdos firmados: Contratos para el sector ferroviario por US$10.000 millones. Recursos para un laboratorio que produzca vacunas.Convenio para un tren bajo nivel en Córdoba. Argentina comercializará conChina peras y manzanas. Compra de 279 coches para el subterráneo porteño.Se adquirirán 160 coches y 24 locomotoras para pasajeros. Acuerdos paranegocios agropecuarios a largo plazo. Se importarán 500.000 toneladas de rie-les ferroviarios.” (La Gaceta –Tucumán, 16-07)

44 AMIA“Con la presencia del ex presidente Néstor Kirchner (…), el jefe de Gabinete

Aníbal Fernández, el vicepresidente Julio Cobos, la titular de Abuelas de Plazade Mayo Estela de Carlotto y el juez español Baltazar Garzón como uno de losprincipales oradores, comenzó esta mañana el acto por el 16° aniversario delatentado contra la sede de la mutual judía AMIA. También fueron invitadosfamiliares de las víctimas de los atentados a las Torres Gemelas de Nueva York(2001) y de la estación ferroviaria de Atocha en Madrid (2004).” (Perfil - BuenosAires, 16-07)

44 JORGE CEPERNIC“El histórico dirigente de la resistencia peronista y ex gobernador santacruce-

ño durante la primavera democrática del ’73, Jorge Cepernic, falleció estedomingo en Río Gallegos a los 95 años. El gobernador Daniel Peralta decretóduelo provincial por 72 horas en honor a Cepernic, que fue destituido de lagobernación de Santa Cruz en 1974 por María Estela Martínez de Perón por suenfrentamiento a la política implementada por la ex presidenta y su ministroJosé López Rega, y luego encarcelado más de cinco años por la última dicta-dura militar.” (Página 12 - Buenos Aires, 20-07)

44 EVA PERÓN“Al encabezar la inauguración de la muestra ‘Eva Perón, Mujer del

Bicentenario (1919-1952), sus ideales y sus obras’, realizada por alumnos dedistintas escuelas públicas del país, Cristina Fernández de Kirchner reivindicósu figura y afirmó que ‘representó un punto de inflexión en la historia argentina.Nada fue igual después de ella. Evita reemplazó la caridad por la justicia sociale instauró la idea de la reparación’. (…) El 58º aniversario del fallecimiento de

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María Eva Duarte de Perón se conmemorará con actos en todo el país. (…) Enla ciudad de Buenos Aires, la Corriente Nacional del Sindicalismo Peronista, las62 Organizaciones y el Movimiento Evita realizaron una marcha de antorchas ala sede del Ministerio de Desarrollo Social.” (El Siglo –Tucumán, 27-07)

44 ACUERDO PARA EL MONITOREO DEL RÍO URUGUAY“Con la intención de poner fin al conflicto bilateral, los presidentes Cristina

Kirchner y José Mujica firmaron ayer un acuerdo para el monitoreo de la plantapapelera UPM (ex Botnia) desde su interior y que incluirá también a todos losestablecimientos que vuelcan sus efluentes en el Río Uruguay’. Luego de unareunión de dos horas en la Quinta presidencial de Olivos, los mandatarios resol-vieron que un comité integrado por científicos de ambos países en el ámbito dela Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) pueda realizar controlesambientales dentro de la planta, lo que esperan satisfaga a los asambleístas deGualeguaychú para que no regresen a la ruta. La firma del acuerdo se produjoluego de semanas de negociaciones entre los cancilleres, las que se habíanempantanado ante la resistencia del Uruguay a abrir la planta, una de las con-diciones planteadas por los vecinos de Gualeguaychú al momento de anunciarsu tregua por 60 días y el levantamiento del bloqueo al puente internacional SanMartín.” (El Día –La Plata, 29-07)

44 MOCASE“Pionera en denunciar el modelo de agronegocios, la organización campesina

cumple dos décadas de existencia. Agrupa a unas 9 mil familias rurales y enca-ra proyectos productivos, radios comunitarias, escuelas y la apuesta por otromodelo agrario.” (Página 12 - Buenos Aires, 4-08)

44 MAGNETO ORGANIZA A LA OPOSICIÓN“La cumbre, planificada en estricta reserva, se concretó anteanoche. A la

misma mesa se sentaron el ex presidente Eduardo Duhalde; el senador CarlosReutemann; los diputados Francisco de Narváez y Felipe Solá, y el jefe degobierno porteño, Mauricio Macri, según confirmaron a La Nación siete fuentesrelacionadas con todos los sectores involucrados. Las mismas fuentes, ade-más, confirmaron que el anfitrión del encuentro fue Héctor Magneto, CEO delGrupo Clarín. Y que los cinco líderes políticos debatieron, por primera vez,sobre la campaña para las elecciones nacionales del año próximo.” (La Nación- Buenos Aires, 5-08)

44 FABIANA RÍOS CREA SU PROPIO PARTIDO“La gobernadora de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos, anunció que conformará

un partido propio, lo que marcó una división en el oficialismo provincial. Ríoslanzó el Partido Social Patagónico, lo que dejó fuera de ese espacio a los sena-dores nacionales José Martínez y María Rosa Díaz. En declaraciones a unmatutino porteño, el concejal de Río Grande Gustavo Longhi, esposo de Ríos,sostuvo que la decisión se tomó luego de que el juzgado federal le informó al

141En resumidas cuentas

ARI que debía cambiar su nombre para incluir el de la Coalición Cívica, unaalianza que el espacio provincial no comparte. ‘Esto nos dio alguna oportunidaden el plano interno para resolver diferencias que siempre existieron entre losdos sectores más importantes que conformaban el ARI’, sostuvo. A su vez, elsenador Martínez advirtió que esta situación ‘no implica una ruptura’.‘Obviamente, adonde no nos invitan, no vamos. Pero el apoyo a la gestión estágarantizado. De hecho, es posible que Ríos vaya por la reelección el año pró-ximo, y nosotros no vamos a disputarle ese espacio’, señaló.” (LT10 Digital–Santa Fe, 6-08)

44 LA METROPOLITANA EN EL OJO DE LA LEGISLATURA“El primer informe realizado por la Comisión legislativa de Evaluación de

Legajos de los cargos superiores advierte que la mayoría de los jefes revisadostuvo participación en la última dictadura militar como integrantes de la PolicíaFederal. Además el 17% de los cargos revisados fueron pasados a disponibili-dad en 2004.” (Online-911, 6-08)

E C O N O M Í A

44 CANJE DE DEUDA“La adhesión lograda por Argentina a su oferta de canje de bonos soberanos

por 18.300 millones de dólares que permanecían en mora desde el cese depagos de 2001 ascendió al 70,2%, informaron hoy fuentes oficiales. Hace dossemanas, una vez finalizado el período de suscripción, el Gobierno deArgentina había informado que el nivel de aceptación logrado era del 66%. Perolos datos finales de la operación, difundidos hoy por el Ministerio de Economíaen un comunicado citado por la agencia oficial Télam, revelan que la oferta dereestructuración fue convalidada por acreedores con tenencias por 12.862millones de dólares. Las autoridades argentinas aspiraban a conseguir un nivelmínimo de adhesión del 60%.” (EFE, 5-07)

44 BIODIESEL“El Gobierno anunció que las petroleras que operan en el país deberán debe-

rán elevar el corte de biodiésel para gasoil del 5 al 7 por ciento, una estrategiacon la que busca contrarrestar la escasez de combustibles y disminuir la emi-sión de gases de efecto invernadero. Así lo reveló el ministro de PlanificaciónFederal, Julio De Vido, al anunciar en la localidad bonaerense de San Nicolásde los Arroyos la instalación de una termoeléctrica que será impulsada por esecombustible proveniente de vegetales como la caña de azúcar. El funcionariodijo que el objetivo oficial es elevar el corte al 10 por ciento hacia fin de año yseguir avanzando con la decisión en 2011.” (El Tribuno -Salta, 7-07)

44 NIVEL RÉCORD DE RESERVAS“El Banco Central de Argentina informó que hoy sus reservas monetarias

ascendieron a los 50.604 millones de dólares, un nivel nunca antes alcanzado.

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La presidenta del instituto emisor, Mercedes Marcó del Pont, dijo en declara-ciones a la prensa que ‘la acumulación de reservas internacionales es un pilardel modelo macroeconómico de Argentina’. La nueva marca superó el récordanterior de reservas monetarias de Argentina, por 50.517 millones de dólares,logrado en marzo de 2008. Marcó del Pont señaló que la acumulación de reser-vas monetarias hizo ‘posible sostener a lo largo de siete años una política detipo de cambio competitivo que ha estimulado el crecimiento, el desarrollo delmercado interno y el empleo’.” (EFE, 15-07)

44 RETENCIONES: LA OPOSICIÓN DEBATE SU FUTURO EN PALERMO“Los presidentes de los bloques legislativos opositores al kirchnerismo coinci-

dieron este martes en no renovar las facultades del Congreso delegadas alPoder Ejecutivo después del próximo 24 de agosto. Sin embargo, aún no hanunificado ningún proyecto tendiente a consensuar una baja de retenciones aexportaciones agropecuarias, pero existe un acuerdo común tendiente a bajarel actual nivel tributario de estas. Así lo debatieron los opositores Felipe Solá(Peronismo Federal), Elisa Carrió (CC), Adolfo Rodríguez Saá (PeronismoFederal), Federico Pinedo (PRO), Margarita Stolbizer (GEN), Gerardo Morales(UCR) y Oscar Aguad (UCR) junto a la Mesa de Enlace Agropecuaria y pro-ductores en la 124º Exposición Rural de Palermo. Los proyectos de la oposiciónson tendientes a eliminar las retenciones al agro, que durante el primer semes-tre del año representaron ingresos de $16.450,9 millones para la AFIP (querepresentan el 8,6% de los $191.681,3 de recaudación global de la AFIP en loque va del año).” (Fortunaweb, 27-07)

44 ARGENTINA SE INCORPORA A LA CAF“Al encabezar el acto en el cual la Argentina se incorporó como miembro pleno

de la Corporación Andina de Fomento (CAF), Cristina destacó ‘a importancia delos organismos multilaterales de crédito como la CAF, que va a financiarmuchas obras de infraestructura en nuestro país’. ‘Estamos contentos por incor-porarnos como miembro pleno a la CAF, este es un dia significativo porque estees un organismo multilateral de crédito en estado puro y absolutamente regio-nal’, dijo. La presidenta subrayó las obras que se van a financiar con la CAF yentre ellas enumeró una obra para saneamiento cloacal de la quebrada deHumahuaca en Jujuy, y otras obras para las mejoras de universidades y cole-gios universitarios. También habló de rutas, obras viales y otros emprendimien-tops que serán financiados por la CAF y destacó de que ‘la CAF será el únicoorganismo multilateral del mundo que dará finaciamiento para energía nuclear’.En ese marco recordó que la puesta a punto de la central nuclear de Embalse(Córdoba) tendrá ‘unos 35 megas más y esto le dará 25 años de prolongaciónde vida útil’.” (El Eco –Tandil, 29-07)

44 BICE“El Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) fue autorizado por el BCRA

a captar depósitos mayoristas a plazos provenientes de organismos internacio-nales de crédito y de otros inversores. Con esta nueva normativa, el BICE

143En resumidas cuentas

ampliará su base de recursos para destinar a la inversión, indicó la entidad quepreside Mauro Alem. La norma considera montos y plazos mínimos para cadaoperación de depósito, asegurando la participación de inversores institucionalesdel país y del exterior. En tal sentido, cada operación individual, no deberá serinferior a $ 2.000.000 ó $ 1.000.000 y por un plazo no a inferior a 180 días o 365días, respectivamente.” (El Día –La Plata, 31-07)

44 CIADI“El mismo día en que anuló un fallo que condenaba a la Argentina a pagar 106

millones de dólares, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativasa Inversiones (Ciadi) del Banco Mundial dictó dos resoluciones que avalan plan-teos de inversores internacionales contra el Estado nacional. La sentencia favo-rable al país, tal como había adelantado ayer La Nación, anuló el laudo por elcual la Argentina había sido condenada a resarcir a las empresas EnronCreditors Recovery (la sociedad sucesora de la quebrada Enron) y PonderosaAssets por sus participaciones en Transportadora de Gas del Sur (TGS). Encambio, los fallos en los que se avala parcialmente la demanda contra el Estadocorrespondieron a los casos de Aguas Argentinas y Aguas Provinciales deSanta Fe. Ambas demandas fueron presentadas por el grupo francés Suez ypor Sociedad General de Aguas de Barcelona SA (Agbar). En el segundo caso,también figura Interagua Servicios Integrales del Agua.” (La Nación - BuenosAires, 3-08)

44 COMERCIO ARGENTINA-BRASIL“Durante los primeros siete meses del año las exportaciones al Brasil totaliza-

ron 7.959 millones de dólares, un 8,5 por ciento por encima del mismo períodode 2008, fecha en que se había dado el último pico histórico. Por otro lado, juliofue el mes de mayor comercio bilateral entre Argentina y Brasil en lo que va de2010, alcanzando los 2.865 millones de dólares. Durante ese mes, Argentinaexportó por 1.247 millones e importó por 1.618 millones. El déficit registrado fuede 371 millones de dólares, mientras que el desequilibrio de enero a julio fue de1.471 millones de dólares, contra los 3011 millones del mismo período de 2008.Según destacaron desde el Ministerio de Industria, el aumento de las exporta-ciones a Brasil se explica fundamentalmente por el envío de manufacturas deorigen industrial, como autos, autopartes y plásticos.” (Página 12 - BuenosAires, 3-08)

44 MERCOSUR Y LAS RETENCIONES“El Mercosur legitimó la aplicación de derechos de exportación en la

Argentina. Ayer, en el último día de la cumbre de presidentes del bloque, pudodestrabarse el único artículo –de 200 que componen el Código Aduanerocomún– que quedaba pendiente de consenso entre los cuatro países que sonmiembros plenos. El texto aprobado determina que los países que ya aplicanderechos de exportación podrán seguir haciéndolo. La presidenta CristinaFernández fue la encargada de presentar a la prensa, a primera hora de la tardede ayer, el anuncio del acuerdo. Tiempo Argentino dialogó con una alta fuente

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de Cancillería, que aseguró que se trató de una ‘fórmula de compromiso’.–¿Cómo fue el acuerdo?–Es una fórmula de compromiso que toma parte de lo que queríamos nosotros

y parte de lo que planteaba Uruguay.–¿Cómo quedó redactado en el Código?–Dice que el Código Aduanero Común no contempla la existencia de derechos

de exportación, pero respetará los que ya existen en cada país.–¿Qué consecuencias tendrá?–Que los países que ya lo aplican pueden seguir haciéndolo, pero sólo sobre

los sectores que pagan el tributo. No podrá ampliar esa base imponible.La fuente explicó que el Congreso argentino debe votar por la aprobación o

rechazo del Código, sin posibilidad de modificarlo. El mismo procedimiento sedará en Brasil, Paraguay y Uruguay. Los plazos para que esto suceda puedenser extensos y hasta llevar varios años. De ahí que el nuevo Código Aduanerodel Mercosur no implique cambios inmediatos en los instrumentos que disponeel país para controlar su comercio exterior.” (Tiempo Argentino - Buenos Aires,4-08)

44 A TODO MOTOR“La Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina

(ACARA) informó que el número de vehículos patentados durante el mes dejulio del presente año ascendió a 57.414 unidades, lo que representa un creci-miento del 23% comparado con julio de 2009, mes en el que se habían vendi-do 46.633 vehículos.” (Ambito Financiero - Buenos Aires, 4-08)

44 UIA-AEA: DECLARACIÓN CONJUNTA“Ningún empresario le pediría al Estado que financie sus inversiones si, al

mismo tiempo, considera que ese Estado es el vehículo de la incertidumbre quele impide invertir. Así de contradictoria es la actitud de los hombres de negociosagrupados en la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Asociación deEmpresarios de la Argentina (AEA), principales entidades patronales del país,quienes reclamaron ayer ‘seguridad jurídica’ y ‘reglas claras’ para el país, cuan-do muchos de ellos han pedido ayuda fiscal del Estado argentino para solven-tar sus millonarios proyectos de inversión presentados y de los que dependen,en definitiva, sus ganancias. Tras un encuentro desarrollado ayer en la sede dela UIA, las dos entidades emitieron un comunicado en que reclamaron ‘unmarco institucional republicano sólido, la seguridad jurídica, reglas de juegoestables y previsibles y el pleno respeto por la actividad privada, son condicio-nes indispensables para un desarrollo sostenido y continuado que incluya atodos los argentinos’. Pero lo cierto es que, según pudo constatar TiempoArgentino, empresarios de primera línea agrupados en esas entidades tienenpresentados ante el Ministerio de Industria de la Nación proyectos de inversiónsumamente importantes, para los cuales solicitan ayuda estatal. En este senti-do, por ejemplo, el titular de Fiat, Cristiano Rattazzi tiene un proyecto por el cual

145En resumidas cuentas

está buscando capitales a través del Fondo de Financiamiento del Bicentenariopor $ 300 millones de pesos. También Sebastián Bagó, titular de LaboratoriosBagó, presentó proyectos de inversión por $ 179 millones, y también está bus-cando el patrocinio del Fondo del Bicentenario. Cabe recordar que esta iniciati-va del gobierno nacional se destina a inversiones a una tasa anual fija de 9,5%en pesos. (Tiempo Argentino - Buenos Aires, 5-08)

44 SALARIO MÍNIMO“El salario mínimo en Argentina subirá de forma escalonada para llegar a los

1,840 pesos (458 dólares) a partir del 1 de enero del 2011, anunció la presi-denta Cristina Fernández al rubricar el alza reivindicada por sindicatos, enmomentos en que la inflación presiona los sueldos. El incremento fue alcanza-do en un acuerdo por el Consejo del Salario -formado por sindicatos, patrona-les y el Gobierno- un órgano que solo negocia el establecimiento del salariomínimo en Argentina, aunque este condiciona el resto de la escala salarial. Elprimer tramo del alza hasta 1,740 pesos regirá a partir del 1 de agosto y elsegundo aumento para alcanzar los 1,840 pesos entrará en vigor el 1 de enerodel 2011, año en que Argentina celebra elecciones presidenciales. ‘Tenemos elpiso salarial más importante de toda América Latina y, esto debe ser un orgullopara trabajadores y empresarios’, dijo la presidenta desde la sede del Ministeriodel Trabajo, donde se reunió el Consejo.” (Gestión –Perú, 6-08)

I N D I C E S

44 CRECE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA“La actividad económica en Argentina alcanzó en mayo último un crecimiento

del 12,4 por ciento respecto al mismo mes del año anterior, anunció hoy en estacapital el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). De acuerdo conla fuente, se trata del mayor avance interanual desde marzo de 2004, cuandose registró un aumento comparativo de 13,2 puntos porcentuales. El repunte dela actividad económica argentina se sustentó en un crecimiento de 40,5 porciento del sector automotriz, lo que a su vez propició un incremento del 68,4 porciento en la producción de acero crudo y de 14,6 en neumáticos. También enmayo pasado se intensificó el intercambio comercial, con crecimientos del 72por ciento en las importaciones y del 25 por ciento en las exportaciones. Aúnasí, el superávit comercial fue de sólo mil 905 millones de dólares, inferior a los2.542 millones del quinto mes de 2009. El INDEC hizo notar asimismo que elEstimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) de mayo último fue ape-nas un 1,7 por ciento mayor respecto al mes de abril de este mismo año.”(Prensa Latina, 17-07)

44 BALANZA COMERCIAL“El intercambio comercial cerró el primer semestre del año con un superávit de

US$ 7.491 millones, por debajo de la ganancia de US$ 10.011 millones deenero-junio del año pasado, debido al mayor nivel de importaciones asociado

146 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

con la recuperación económica general. El Indec informó ayer los datos delintercambio que durante junio dejó un superávit de US$ 1.291 millones pordebajo de los US$ 1.591 millones de igual mes del 2009, lo que representa unbaja de 19%. Durante el mes pasado, las exportaciones crecieron 22% en tér-minos interanuales para sumar US$ 6.353 millones, contra importaciones porUS$ 5.062 millones, un 40% más que en junio del año pasado. En el semestrelas importaciones acumulan un aumento del 43% para quedar en US$ 24.803millones, mientras que las ventas al exterior avanzaron 18% para quedar enUS$ 32.294 millones. (…) En el análisis global, durante los primeros seis mesesdel año la mayor suba en las exportaciones se produjo en productos primarioscon un alza de 54%, seguidas por un avance de 33% de las manufacturas deorigen industrial. En tanto, las manufacturas de origen agropecuario cayeron 5%y las de combustibles y energía un 3% respectivamente. En lo que respecta alas importaciones, el mayor avance se produjo en vehículos automotores depasajeros, que se incrementaron 84% interanual, y en combustibles y lubrican-tes, que crecieron 80% hasta totalizar los US$ 2.106 millones, informó el Indec.”(Los Andes –Mendoza, 25-07)

44 DATOS PRESIDENCIALES“La presidenta Cristina Fernández anunció ayer que la recaudación fiscal cre-

ció 38,4% en julio respecto del mismo mes del año pasado, por lo que llegaríaa los 37.380 millones de pesos. Además, la mandataria subrayó que la econo-mía argentina creció 8,6% durante los primeros seis meses de este año y reite-ró que la desocupación bajó a 7,9%, al tiempo que señaló que esos logros sesustentan en ‘un modelo económico virtuoso, que también es social, político ycultural’.” (El Argentino - Buenos Aires, 3-08)

E M P R E S A S

44 MARUBA“La emblemática compañía naviera Maruba, la única de bandera argentina con

presencia en los tráficos marítimos internacionales y que estuvo al borde de laquiebra hasta hace pocos meses, les abrió la puerta de su directorio a los sin-dicatos marítimos, fluviales y portuarios a cambio de ‘fondos para la construc-ción de barcos graneleros y remolcadores’, según confirmaron a La Naciónfuentes de la empresa familiar, cuyo presidente es Samuel Rodríguez. La navie-ra cedió el 30% de sus acciones a la firma Mercantes SA, formada por elSindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU, que agrupa al personal embarca-do no jerarquizado); el Centro de Capitanes de Ultramar; el Centro de PatronesFluviales, y la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval (Fempinra,integrada por 16 gremios).” (La Nación - Buenos Aires, 7-07)

44 AEROLÍNEAS ARGENTINAS“Aerolíneas Argentinas dio a conocer un balance económico-financiero del

plan de 19 vuelos programados ofrecidos al público en ocasión del Mundial de

147En resumidas cuentas

Fútbol Sudáfrica 2010 y señaló que el mismo arrojó ‘resultados plenamentesatisfactorios’, del orden de los 2 millones de dólares. Los 19 vuelos se reali-zaron entre el 8 de junio y el 13 de julio, con equipos Boeing 747 que presen-taron una ocupación de 74% de los asientos vendidos, 9.330 sobre una ofertade 12.570. Desde el punto de vista de los resultados, Aerolíneas destacó quela venta alcanzó los US$ 10,4 millones que frente a los costos variables de US$6,7 millones, que tuvo la operación ‘surge una contribución marginal de 3,7millones de dólares’, dijo la compañía en un comunicado. ‘Si se considera quelos gastos fijos operativos alcanzaron los 1,7 millón de dólares, los resultadosoperativos ascendieron a dos millones de dólares’, añadió.” (Los Andes–Mendoza, 17-07)

C A M P O

44 CONTROLES FISCALES EN EL CAMPO“La evasión impositiva en el campo empieza a salir a la luz. Y no porque en la

Mesa de Enlace y sus aledaños hayan sucumbido a un rapto de autocrítica, ode súbito hayan comprendido el beneficio de la transparencia. Fueron las ins-pecciones y controles de la AFIP, como ocurre en estos casos, los que permi-tieron detectar algunas maniobras urdidas entre productores, intermediarios,aceiteras y exportadoras, entre otros involucrados. Sólo en el último año ymedio, desde enero de 2009, el organismo recaudador descubrió la comercia-lización en negro de más de 7 millones de toneladas de granos, por un montosuperior a los 5.650 millones de pesos. Las maniobras se concentraron mayo-ritariamente en la producción y venta de soja (casi 90%, 6,5 millones de tone-ladas), y en menor medida en maíz y trigo. Según los cálculos fiscales, la eva-sión sería de 615 millones de pesos (unos 570 millones en el caso de la soja).(…) Las principales maniobras detectadas, según explicó el titular del enterecaudador, Ricardo Echegaray, consisten en la producción y comercializaciónmarginal utilizando a sujetos insolventes, conocidos como ‘prestanombres’, ysociedades ‘fantasma’ que, a través de facturas apócrifas, evaden IVA yGanancias. ‘El ilícito –agregó el funcionario– se completa falseando o robandoidentidades y claves fiscales, y la simulación del circuito financiero o medios depago de las operaciones’. El balance de la AFIP arroja denuncias penales a 202agricultores, de los cuales 49 fueron procesados, cuatro condenados y 16 dete-nidos.” (Acción, edición 1054)

44 CARBAP “La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa

(CARBAP) eligió la nueva mesa ejecutiva y administrativa que regirá los rum-bos de la entidad durante el periodo 2010-2012. El Consejo Directivo consagrócomo presidente a Alberto Frola, quien se desempeñó en el último períodocomo vicepresidente 1º de dicha entidad. La entidad está formada porSociedades Rurales que propenden e impulsan el desarrollo de la ganadería,agricultura, e industrias afines. Actualmente, agrupa 114 asociaciones de baseubicadas en el territorio de las provincias de Buenos Aires y La Pampa, que

148 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

nuclean a más de 34 mil productores de toda la Pampa Húmeda.”(Impulsobaires, 30-07)

44 TRIGO“Los precios del trigo acumularon durante este mes subas pocas veces vistas

en tan corto período, tanto en el exterior como en el mercado local. El valor delcereal en la Bolsa de Chicago registró un aumento del 37,74%, al pasar de176,46 a 243,06 dólares por tonelada, mientras que, en la plaza doméstica, lacotización del grano fino de la campaña 2010/2011, que aún se está sembran-do, trepó un 28,79%, al crecer de US$ 132 a 170. El fundamento principal deeste rally alcista es la caída de la oferta global de trigo, en particular por las pér-didas que se están registrando en la cosecha de Rusia, que, junto con Ucraniay Kazajstán, padecen una intensa ola de calor que secó amplias zonas agríco-las de Europa del Este. (…) En el nivel local, donde la siembra de trigo avanzóal 87% de los 4,2 millones de hectáreas previstos, la suba de los precios le per-mite al productor ver la campaña con mejores ojos.” (La Nación - Buenos Aires,31-07)

44 LA SRA Y LA ARGENTINA DEL CENTENARIO“Al grito de ¡Viva la Patria!, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo

Luis Biolcati, inauguró la 124° Exposición de Ganadería, Agricultura e IndustriaInternacional junto con sus pares de la Comisión de Enlace, el presidente deConfederaciones Rurales Argentinas (CRA), Mario Llambías, de ConfederaciónIntercooperativa Agropecuaria (Coninagro), Carlos Garetto, y de FederaciónAgraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi. Dado el marco histórico delBicentenario, cuyo sello plasmó toda la Exposición, Biolcati (…) pidió ‘unaRepública de verdad, donde el Poder Legislativo no delegue su poder y ejerzalas atribuciones que la Constitución le ha asignado como un deber ineludible’.También reclamó ‘un federalismo real donde los gobernadores no tengan queponerse de rodillas frente a la todopoderosa autoridad central’. (…) Biolcati des-tacó las profundas diferencias entre la situación que vive hoy el país, durante suBicentenario, y el que gozaba en tiempos del Centenario. En 1910, ‘la Argentinaocupaba el 8° lugar entre los países y era el granero del mundo. Cien años des-pués, estamos disputando el puesto 57’ dijo, y se lamentó: ‘Un país inmensa-mente rico, que está lleno de pobres’. Más adelante, realizó un paralelismoentre la lucha por la libertad de comercio llevada adelante por los hombres demayo de 1810 y dijo que ‘200 años después seguimos luchando contra otrosgravámenes, exigidos por otros mandatarios’. (…) Para terminar, Biolcati apro-vechó el Bicentenario como aniversario del suelo patrio para llamar a todos losargentinos a ‘respetar la tierra y a los hombres que en ella trabajan. Porque loshombres pasan, los gobiernos son un mero episodio, pero la tierra, como laPatria, permanece’.” (Infoecos –Trenque Lauquen, 1-08. Ver http://www.iade.org.ar)

44 CONTRA LA BAJA DE RETENCIONES“En el marco de la discusión por la baja de las retenciones a la producción de

cereales y oleaginosas, maíz y soja en especial, productores avícolas y porci-

149En resumidas cuentas

nos explicaron a este medio por qué reducir o quitar el derecho a la exportaciónsería perjudicial para el mercado interno. En ese sentido, el presidente de laAsociación Argentina de Productores Porcinos (AAPP), Juan Carlos Uccelli,explicó a este medio que las retenciones ‘afectan en el costo de producción delcerdo. Un 65 por ciento del costo de alimentación es de soja y maíz. Bajar lasretenciones implica una suba de precios, se traslada al precio final’. (…) Por suparte, el presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA),Roberto Domenech, advirtió que ‘modificar las retenciones, o sacarlas de raíz,dispararía todos los precios. Aumentaría la carne, la leche, el pollo y el cerdo.Hay que ser muy prudente’. (…) Por otra parte, el presidente del Centro deIndustriales Panaderos de Buenos Aires, José Álvarez, dijo que ‘de caer lasretenciones el Gobierno no podrá seguir instrumentando los subsidios que hoyotorga y que permiten el precio actual de la harina y del pan’ en el mercadointerno.” (El Argentino - Buenos Aires, 3-08)

I N T E G R A C I Ó N R E G I O N A L

44 SAN JUAN: XXXIX CUMBRE DEL MERCOSUR“La Cancillería argentina, a través de un documento emitido, enumeró los

‘principales resultados’ obtenidos en el foro recientemente concluido. El siguien-te es el texto reproducido en su integridad:

-Doble Cobro del Arancel Externo Común: (…) En una primera etapa, a serimplementada a partir del 1° de enero de 2012, quedará eliminado el doblecobro del AEC sobre todos los bienes importados desde extrazona que cumplancon la Política Arancelaria Común y que no sufran transformación y será esta-blecido un procedimiento para las transferencias netas de recaudación a que délugar esta eliminación. Al mismo tiempo, queda definido un programa de traba-jo con lineamientos y plazos para la eliminación del doble cobro del AEC por tra-mos arancelarios y definición del mecanismo de distribución de la renta adua-nera, en el caso de los bienes importados desde extrazona y que se incorporana procesos productivos dentro del MERCOSUR, comenzando a partir de 2014.

-Código Aduanero del MERCOSUR: El CAM constituye un instrumento fun-damental para el perfeccionamiento de la Unión Aduanera, al establecer nor-mas comunes para las operaciones comerciales de los Estados Partes delMERCOSUR.

-Documento Único Aduanero del MERCOSUR: Este documento armonizalos datos de las declaraciones aduaneras, necesario para el fluido intercambiode información de las operaciones de comercio exterior entre los EstadosPartes, facilitando, entre otros, el cálculo para la distribución de la renta adua-nera.

-Manual de procedimiento de Control del Valor en Aduana del MERCO-SUR: Esta norma armoniza los procedimientos a través de los cuales los E.P.realizarán los controles de valor aduanero de sus importaciones y sus evalua-ciones de riesgo. Asimismo, ofrece una guía para el intercambio de informaciónpara efectivizar los controles. (…)

150 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

-Integración Productiva: Se avanzó en diversas iniciativas de integraciónproductiva, lo que permitirá fomentar la asociatividad de las empresas de laregión, especialmente las micro, pequeñas y medianas, con el objetivo de mejo-rar su competitividad para fomentar las exportaciones de nuestras PYMES yfavorecer el empleo regional. En este semestre se ha puesto en funcionamien-to el portal empresarial, diseñado específicamente para que los interesadospuedan acceder a información de carácter jurídico y económico de los EstadosPartes con el objetivo de lograr una más amplia asociatividad en la región.Contendrá tres bases de datos, a saber:

-Clusters del MERCOSUR-Normas legales vinculadas a la actividad de las PYMES en el MERCOSUR.-Organismos y Asociaciones que apoyan las actividades de las PYMES del

MERCOSUR.-FOCEM: (…) Se aprueban en esta oportunidad nueve proyectos por un total

de US$ 793.969.671 de los cuales el FOCEM financiará US$ 587.610.060. (…)Por primera vez se aprueban proyectos de los cuatro países que incluyen impor-tantísimas obras de infraestructura en materia de interconexión energética y vialque vinculan a los Estados Partes del MERCOSUR así como proyectos quehacen al desarrollo de la competitividad y de la cohesión social.

-MERCOSUR - Egipto: Luego de seis Rondas de Negociación, tres de ellasen este semestre, se concluyó y suscribió el acuerdo de libre comercio entre elMERCOSUR y Egipto, el primero de nuestro bloque con un país árabe. Esteacuerdo, abrirá oportunidades a los empresarios de nuestros países para explo-tar la complementariedad existente entre las economías del MERCOSUR yEgipto. De esta manera, el MERCOSUR da un paso más para el estrecha-miento de los vínculos comerciales con otras economías en desarrollo, las demás elevado crecimiento en el mundo.

-MERCOSUR -Unión Europea: el relanzamiento de las negociaciones con laUnión Europea con el objeto de alcanzar un Acuerdo de AsociaciónInterregional fue el principal objetivo en materia de relacionamiento externo.Dos reuniones informales en los primeros cuatro meses del año permitieronestablecer las condiciones para el relanzamiento de las negociaciones y suanuncio formal en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno MERCOSUR-UE, durante el mes de mayo en Madrid.

-Por otra parte, se realizó la Segunda Ronda de Negociación del Acuerdo deLibre Comercio entre MERCOSUR y Jordania, y la Segunda Reunión delComité de Administración Conjunta del Acuerdo Comercial Preferencial MER-COSUR-India, oportunidad esta última en la cual ambas Partes consiguieronavanzar en la mayor profundización del Acuerdo.

-Se decidió lanzar negociaciones para un Acuerdo de Libre Comercio conPalestina.

-Asimismo, se mantuvieron dos reuniones con Colombia en el marco de lanegociación de un acuerdo sobre comercio de servicios, que permitieron avan-zar en los principales aspectos del marco legal que regirá los intercambios deservicios entre Colombia y el MERCOSUR.

151En resumidas cuentas

-Cooperación Internacional: se avanzó en la suscripción de Acuerdos con laRepública Federal de Alemania, con la Corporación Andina de Fomento (CAF),con la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) y con laOrganización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación(FAO), destinados a apoyar los trabajos de los órganos del MERCOSUR. Estosacuerdos podrán contribuir a que el MERCOSUR fortalezca su proceso de inte-gración, afiance su desarrollo y promueva la participación de la sociedad civil.Además se continuó con la cooperación con la UE a través de los múltiples pro-yectos en áreas de interés común

-Acuerdo Sobre el Acuífero Guaraní: se suscribió un Acuerdo entreArgentina, Brasil, Paraguay y Uruguay creando un régimen permanente de ges-tión coordinada para la conservación y aprovechamiento sustentable de losrecursos hídricos transfronterizos del Sistema Acuífero Guarani. Este instru-mento de coordinación regional establece los principios y criterios que garanti-zarán los derechos de los países integrantes del MERCOSUR sobre este impor-tante recurso hídrico compartido promoviendo su protección ambiental y desa-rrollo sostenible.

-Suscripción del Protocolo de Integración Educativa y Reconocimientode Certificados, Títulos y Estudios de Nivel Primario / Fundamental /Básico y Medio / Secundario entre los Estados Partes del MERCOSUR yEstados Asociados: el cual tiene por finalidad generar herramientas y armoni-zar los mecanismos de intercambio de información relativa a los SistemasEducativos con vistas a asegurar la movilidad estudiantil.

-Declaración Especial de los Presidentes de los Estados Partes del MER-COSUR y Estados Asociados sobre la exploración de recursos naturalesno renovables en la plataforma continental argentina” (Télam, 3-08)

44 CEPAL“Por primera vez en cinco siglos, diez países de América latina redujeron no

sólo la pobreza entre 10 a 15 puntos, sino la desigualdad, afirmó la secretariaEjecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal),Alicia Bárcena. Durante su intervención en la XXXIX Cumbre de Presidentes delMercado Común del Sur (Mercosur), realizada este martes en San Juan,Argentina, destacó que la región vive en la actualida una recuperación muyimportante, que le permite a la Cepal estimar un crecimiento de 5,2% para esteaño, con Brasil (con 7,6%), Uruguay, Paraguay y Argentina (los tres con 7%)liderando este ascenso. (…) Apuntó que políticas de empleo como las lideradaspor Argentina han sido particularmente efectivas y demuestran que es posiblecrecer sin desigualdad.” (Agencia Venezolana de Noticias, 3-08)

44 ACUERDOS BILATERALES ARGENTINA-BRASIL“Argentina y Brasil firmaron este martes tres acuerdos de cooperación bilate-

ral relacionados con la cooperación nuclear, la coordinación macroeconómica yuna ratificación, por parte de Brasilia, del apoyo a Buenos Aires en relación consu reclamo por la soberanía sobre Las Malvinas. Estos pactos se firmaron luego

152 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

de finalizada la XXXIX cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur) realiza-da en la ciudad argentina de San Juan.” (TeleSur, 3-08)

44 ENCUENTRO PIÑERA-MORALES“El presidente de Chile, Sebastián Piñera, confirmó el martes la disposición de

abrir el puerto de Iquique como zona de libre tránsito para las exportacionesbolivianas, en una reunión con su colega Evo Morales, en el marco de laCumbre del Mercosur, que se realizó en la ciudad argentina de San Juan. Trasla reunión bilateral, Piñera manifestó que Chile está a favor de ‘poner a dispo-sición del comercio boliviano el puerto de Iquique como zona de libre tránsito’,para facilitar las exportaciones del país andino amazónico, que perdió su salidaal mar tras la Guerra del Pacífico en 1879.” (Agencia Boliviana de Información,3-08)

44 CUMBRE AMÉRICA DEL SUR-ÁFRICA“Los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da

Silva, y el secretario general de la Unasur, el ex gobernante argentino NéstorKirchner, abogaron hoy en Caracas por una mayor integración latinoamericanacon África. Los tres efectuaron sendos llamamientos en ese sentido al participaren la inauguración de una reunión de la Mesa Presidencial Estratégica ySecretaría General de la Cumbre de Países de América del Sur y África (ASA),que se extenderá durante el fin de semana. ‘De esta reunión debe surgir un planestratégico de unión y desarrollo’ de ambas regiones, cuyos países recién hancomenzado a conocerse y a identificar áreas de apoyo mutuo, dijo Chávez. Luladestacó a su vez que ‘el potencial’ de la colaboración y del desarrollo entreLatinoamérica y África ‘es infinitamente superior a la capacidad de imaginaciónque podemos tener de ese potencial’.” (EFE, 6-08)

J U S T I C I A

44 PERPETUA PARA MENÉNDEZ“El ex jefe del tercer cuerpo de Ejército, el general Luciano Benjamín

Menéndez, recibió ayer una cuarta condena a prisión perpetua, cuando elTribunal Oral Federal de Tucumán lo halló culpable de delitos de lesa humani-dad relacionados con 21 desapariciones ocurridas en la Jefatura de Policía dela provincia en 1976 y 1977. De esta forma, se convirtió en el represor con máscondenas a perpetua. ‘Cachorro’ Menéndez fue uno de los represores másduros de la dictadura. Su comandancia abarcaba Córdoba, Tucumán y otrasprovincias. La misma pena se le aplicó al comisario Roberto Heriberto ‘ElTuerto’ Albornoz. Otro de los imputados por estos hechos, el policía Luis DeCándido, recibió una pena de 18 años de prisión. Y un hermano de éste, tam-bién policía, Carlos De Cándido, 3 años en suspenso por usurpar la propiedadde un desaparecido.” (Clarín - Buenos Aires, 9-07)

153En resumidas cuentas

44 MACRI PROCESADO“La Sala I de la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional Federal recha-

zó la apelación del jefe de Gobierno y confirmó el procesamiento dictado en pri-mera instancia en el marco de la causa que investiga supuestas escuchas tele-fónicas ilegales. El fallo avaló en forma unánime, es decir por 3 votos contra nin-guno, lo dispuesto el 14 de mayo pasado por Norberto Oyarbide, cuando lo pro-cesó y embargo por 250.000 pesos. Según lo resuelto en esa oportunidad porel juez federal, Macri ‘intentó montar una estructura ilegal, dentro del régimengubernamental del que era jefe’. En el fallo de 641 carillas, Oyarbide consideróque el ex jefe de la Policía Metropolitana Jorge Palacios y el espía, ex emplea-do del Gobierno porteño, Ciro James, también formaban parte de esa organi-zación ilegal.” (Infobae - Buenos Aires, 15-07)

44 DEBERÁN QUITAR NOMBRES DE FUNCIONARIOS GOLPISTAS“La jueza porteña Elena Liberatori dictó un fallo ordenando a la Legislatura de

la Ciudad que, ‘antes de la finalización del próximo período legislativo’, dispon-ga de las medidas necesarias para ‘modificar toda la nomenclatura urbana’ y eli-minar los nombres de autoridades nacionales, provinciales o municipales quehayan ejercido su función por actos de fuerza contra el orden constitucional y elsistema democrático.” (Noticias Urbanas, 6-08)

I N T E R N A C I O N A L E S

44 CONFLICTO DIPLOMÁTICO VENEZUELA-COLOMBIA“El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunció el rompimiento total de

las relaciones entre su país y Colombia, a raíz de las denuncias que presentóBogotá ante el Consejo Permanente de la OEA, sobre la supuesta existencia decampamentos de las FARC y el ELN en territorio venezolano. ‘No nos queda,por dignidad, más que romper totalmente las relaciones diplomáticas con la her-mana República de Colombia’, señaló Chávez, en medio de una rueda de pren-sa que ofrecía para darle la bienvenida al seleccionador técnico de Argentina,Diego Armando Maradona.” (BBC Mundo, 23-07)

“Colombia y Venezuela avanzaron hoy en la superación de la crisis bilateral alrestablecer sus relaciones diplomáticas. Así se anunció en una declaración con-junta al término de una reunión entre los presidente Juan Manuel Santos y HugoChávez en Santa Marta, capital del departamento Magdalena, Caribe colom-biano. En sus primeras declaraciones tras el encuentro, Santos sostuvo que eldiálogo con su par venezolano tuvo como principal eje la sinceridad y calificó lasconversaciones de muy positivas. Según recoge el citado documento, leído antela prensa, el acuerdo para avanzar en la recomposición de los vínculos totalestiene como base la transparencia y el principio de no injerencia en asuntos delos otros Estados. Igualmente se acordó la creación de cinco comisiones paraevaluar la problemática entre ambos países, una de las cuales tiene que ver conlos compromisos contraídos por Venezuela con los exportadores colombianosantes de la ruptura total de las relaciones el pasado 22 de julio. En tanto las

154 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

otras comisiones están relacionadas con un acuerdo de complementación eco-nómica, un plan de trabajo para inversión social en la frontera, desarrollo con-junto en obras de infraestructura y una encargada de la seguridad en zona limí-trofe común. La reunión de este martes fue posible luego que los cancilleres deColombia, María Ángela Holguín, y de Venezuela, Nicolás Maduro, allanaran elcamino en un encuentro sostenido el domingo en Bogotá. Asimismo, la citacomenzó con retraso, cuya sede fue la quinta San Pedro Alejandrino, últimamorada del Libertador Simón Bolívar, en la que también estuvo presente elsecretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), NéstorKirchner.” (Prensa Latina, 10-08)

44 EUA: DESAPARECEN FONDOS PARA LA RECONSTRUCCIÓN DE IRAK“El 95 por ciento de los fondos destinados a la reconstrucción de Irak luego de

la invasión de EUA hace siete años, desapareció sin dejar rastro y al respecto,el Departamento de Estado norteamericano no ha ofrecido explicaciones decuál fue el destino de miles de millones de dólares lo que aumenta el descrédi-to por parte de los ciudadanos hacia la política exterior de Obama. Una audito-ría efectuada al Departamento de Defensa de Estados Unidos (EUA) descubrióeste martes que desapareció un monto de 8 mil 700 millones de dólares proce-dentes del petróleo para la reconstrucción de Irak cuyo gasto no ha podido serjustificado por el Gobierno americano. La cantidad corresponde al 95 por cien-to de un total de 9.100 millones de dólares y que según el informe delInvestigador Especial de EUA, irían destinados a recuperar infraestructuras yservicios en un país que fue invadido en 2003 por el entonces presidenteGeorge W. Bush y que forzó la salida del poder de Saddam Hussein. Ademásde la desaparición injustificada del dinero, la auditoría dio cuenta del evidentedescontrol que mantiene el Departamento de Defensa para explicar el destinode miles de millones de dólares entre 2004 y 2007.” (TeleSUR, 28-07)

44 ESPAÑA: ORDEN DE CAPTURA DE MILITARES ESTADOUNIDENSES“El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha lanzado una orden de

busca y captura contra los tres militares estadounidenses imputados en el casoCouso. Se trata de los tres militares que participaron en el tiroteo contra el HotelPalestina en abril de 2003 causando la muerte del cámara de Telecinco, JoséCouso. Estos son, según el Auto, la persona que dio la orden directa de dispa-rar, el Teniente Coronel Philip de Camp; el Capitán Philip Wolford, al mando dela Unidad de Blindados de la Compañía; y el Sargento Thomas Gibson, que fuequien efectuó los disparos. (…) Pedraz ha decidido estimar el recurso de lasfamilias al entender que los hechos podrían ser constitutivos de crímenes deguerra. Asimismo, ha solicitado autorización al Consejo General del PoderJudicial para desplazarse a Irak entre octubre y noviembre y realizar un análisisocular de la zona del asesinato.” (Público –España, 29-07)

155En resumidas cuentas

44 LOGRAN SELLAR EL POZO EN EL GOLFO“El gigante petrolero British Petroleum (BP) informó este miércoles que logró

‘un hito significativo’ en las tareas para sellar definitivamente el pozo dañadoen el Golfo de México, luego de que el gobierno de Estados Unidos dijo que sibien casi tres cuartas partes del crudo derramado se dispersaron, evaporaron ofueron capturadas, el impacto por los más de cien días de marea negra podríadurar ‘décadas’. El presidente de Estados Unidos, el demócrata Barack Obama,cuyos índices de aprobación bajaron por la percepción general de que sugobierno tuvo una lenta respuesta al derrame, dijo que ‘la lucha para detener eldevastador vertido de petróleo en el Golfo de México finalmente está llegandoa su fin’. En todo caso, la titular de la Adminsitración Nacional de AsuntosOceánicos y Atmosféricos, Jane Lubche, dijo: ‘seguimos preocupados por elimpacto a largo plazo’.” (La Jornada –México, 5-08)

44 Y EN ESO LLEGÓ FIDEL ...“El ex presidente Fidel Castro participó, este sábado, por primera vez en cua-

tro años, de una sesión extraordinaria del Parlamento cubano que él convocópara debatir los riesgos de un nuevo conflicto en el Medio Oriente. El día 26 dejulio pasado, el padre de la Revolución cubana declaró que solicitaría la reuniónpara advertir sobre la inminencia de una guerra nuclear involucrando a losEstados Unidos, Irán e Israel. El Parlamento cubano realiza dos sesiones extra-ordinarias por año, siendo consagrada, de esta vez, ‘al análisis de diversosaspectos de la situación internacional', según un breve comunicado divulgadoen el órgano oficial del PCC cubano. Se trata de la primera participación deFidel Castro, que festejará 84 años el día 13 de agosto, en una sesión parla-mentaria desde la grave enfermedad que lo acometió a finales de julio de 2006,obligándolo a ceder el poder a su hermano Raúl. Desde que Fidel Castro seapartó del poder, su silla permaneció vacía en las sesiones parlamentarias."(Angola Press -Angola, 9-08)

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DANIEL AZPIAZU Y MARTÍN SCHORR

Hecho en Argentina. Industria yeconomía, 1976-2007Buenos Aires, Siglo XXI Editores,2010

En este trabajo, exhaustivo y polémi-co, los autores reconstruyen el perfil ydesempeño del sector industrialargentino, la configuración y relaciónentre sus principales actores y laspolíticas implementadas por los dife-rentes gobiernos que se sucedieronentre 1976 y 2007 que tuvieron unamarcada incidencia sobre el derroterode la industria local. Precisamente,este recorte temporal les permiteestablecer las principales líneas decontinuidad y ruptura en variablessectoriales claves como la participa-ción del PIB industrial en el conjuntodel producto nacional, la incidencia delas principales ramas en el productosectorial, la inserción exportadora dela industria, la evolución de los pre-cios industriales vis a vis los de otrossectores y el tipo de cambio, el com-ponente de importaciones por cadarama de la industria, el grado de con-centración y extranjerización del sec-tor, y la evolución de la productividad,los salarios y el empleo industrial,entre otras.

Ya desde la Presentación, Azpiazu ySchorr plantean la pregunta queorientará la exposición posterior:¿existe un nuevo modelo de acumula-ción a partir de 2002 o asistimos a unafase de recuperación transitoria delsector industrial producto de la nuevaorganización macroeconómica? Y acontinuación responden: “(…) el ‘neo-desarrollismo’ (…) no ha logradorevertir muchos de los legados de lar-gos años de desatención o despreo-cupación sobre el desenvolvimientodel sector fabril, y no denota la pre-sencia de un proyecto de industriali-zación inclusivo y sustentable quecontenga un instrumental de políticaseconómicas suficiente y consistentecon la consecución de dicho objetivoestratégico” (p.17).

Más allá de acordar o no con la res-puesta, cabe resaltar la relevanciaacadémica y política de la preguntapropuesta y en ese sentido el trabajode investigación de estos autoresconstituye una herramienta ineludiblea la hora de entender a) el proceso dereestructuración regresiva y heterogé-nea del sector industrial desde la inte-rrupción de la estrategia sustitutiva en1976, b) la profundización de esosrasgos durante los gobiernos demo-cráticos que se sucedieron entre 1983y 2001, y c) la insuficiencia de las polí-ticas económicas implementadas tras

157Galera de corrección

la devaluación de 2002 para revertirlos rasgos estructurales más impor-tantes del sector.

En el primer capítulo, se desentra-ñan en profundidad los cambios queoriginaron las políticas de la dictadurasobre el modelo sustitutivo de impor-taciones, modelo que, con sus bemo-les, había permitido un considerablegrado de industrialización de la eco-nomía nacional. Allí se detallan lasintervenciones estatales que agredie-ron profundamente a este modelo ygeneraron una creciente oligopoliza-ción del sector, el deterioro delempleo y los salarios industriales, lapreeminencia de los grandes gruposeconómicos en la industria local y lareprimarización del perfil productivo yexportador. No es sólo un minuciosoanálisis de las principales variableseconómicas el que realizan, sino quelos autores incorporan dimensionessociopolíticas fundamentales paracomprender el cariz disciplinador delproyecto dictatorial y el principal cam-bio realizado en estos años: el des-plazamiento del sector industrialcomo eje del modelo de acumulacióna favor del sector financiero.

En el segundo capítulo, se analizacómo las políticas económicas lleva-das adelante por el gobierno de RaúlAlfonsín mantuvieron los rasgos másnocivos del modelo engendrado en ladictadura: regresividad distributiva,contracción del empleo industrial,caída de la inversión, centralizacióndel capital y preeminencia de lasexportaciones de manufacturas deescaso valor agregado. En este senti-do, el análisis enciende la primeraseñal de alerta para el lector, ponien-do en evidencia que el cambio derégimen político no es suficiente paraalterar, más bien por lo contrario, per-mite amplificar los peores rasgos del

modelo económico anterior. Es más,fue tal la caída de las importacionespor efecto de la crisis industrial duran-te los años ochenta que hubo unimportante excedente comercial demanufacturas. Este incremento de lasexportaciones de origen industrialcomo consecuencia del deterioro dela demanda interna constituye unsigno característico de esta etapa quela diferencia de las restantes.

En tercer lugar, se aborda el análisisdel período que se abre con la con-vertibilidad de 1991 y se extiendehasta su estrepitosa caída a princi-pios de 2002. Esta nueva etapa esconcebida por los autores como unafase superior de la política desindus-trializadora de la dictadura, en tantoagudizó todos los rasgos más regresi-vos de aquel proyecto y generó otrosigual de perniciosos para la evolucióndel sector: la distorsión profunda delos precios relativos a favor de losservicios, el deterioro de los salariosindustriales y la precarización de lamano de obra como principal meca-nismo de incremento de la productivi-dad, el atraso cambiario combinadocon la apertura comercial con susfunestas consecuencias sobre elentramado de PyMes, el marcadoproceso de concentración y extranje-rización de las principales ramas de laindustria, entre los más destacados.

Finalmente, en el cuarto capítulo losautores abordan de lleno “la preguntadel millón”: a partir de la posconverti-bilidad, ¿se configura un nuevomodelo de acumulación o se asiste auna etapa de recuperación sectorialmotorizada por los cambios macroe-conómicos y externos? Las eviden-cias presentadas a lo largo de esteapartado parecen indicar que predo-minan los legados del “modelo finan-ciero y de ajuste estructural” analiza-

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do en los capítulos previos. Por unlado, porque aún persiste una estruc-tura industrial desarticulada, orientadacasi en exclusividad a la producciónde bienes de escaso valor agregado,con profundas heterogeneidades intrae inter ramas. Por otro, porque semantiene un patrón distributivo favo-rable a las fracciones más concentra-das y transnacionalizadas del capitalindustrial. Obviamente los autores nodesconocen algunas importantes rup-turas, como el desplazamiento del ejede acumulación del capital desde elsector financiero y los servicios públi-cos privatizados hacia el sector manu-

facturero y la creación denuevos puestos de traba-jo que permiten compren-der el favorable desem-peño de los principalesindicadores sectorialesdurante los últimos años.Sin embargo, entiendenque tanto las continuida-des como las rupturasson el resultado de laspolíticas macroeconómi-cas y no de accionesespecíficas para el sectorconcebidas de un modocoherente e integral paradesmantelar la “pesadaherencia” de desindus-trialización característicade las décadas previas.Indudable-mente es unaafirmación polémica querequiere la realización denuevas investigacionesque analicen en detallelas políticas públicas denivel meso y micro desti-nadas al sector puestasen marcha en la poscon-vertibilidad.

En resumen, el análisis de largoplazo que proponen Azpiazu y Schorren esta valiosa obra alerta sobre lapersistencia de ciertos rasgos engen-drados durante el feroz proceso dereestructuración heterogénea y regre-siva de la industria local durante ladictadura, que no se solucionan sólocon “una macro favorable” y que nosinvita al debate sobre los modos deconstrucción de un sendero de desa-rrollo industrial perdurable.

Ana Castellani

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InstitutoArgentino parael DesarrolloEconómico

actividades2010

8 DE SEPTIEMBRE 18:00 A 20:30 HSCátedra Libre de Estudios Agrarios “Ing. Horacio Giberti” El desarrollo agrario argentino

Panelistas: Daniel Crispiani - Nicolás Arceo - Javier RodríguezModeradora: Marcela Román

Facultad de Filosofía y Letras. UBA, Sala "Paco Urondo"25 de Mayo esquina Presidente Perón, Ciudad de Buenos Aires

9 AL 11 DE SETIEMBREIV Encuentro Internacional de Economía Política yDerechos Humanos Organizan: Madres de Plaza de Mayo, a través de su Universidad Popular y CEMOP (Centro deEstudios Económicos y Monitoreo de las Políticas Públicas).Adhiere y convoca: IADE / Realidad Económica

Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo Hipólito Yrigoyen 1584, Ciudad de Buenos Aires

13 DE OCTUBRE 18:00 A 20:30 HSCátedra Libre de Estudios Agrarios “Ing. Horacio Giberti” ¿Dos Argentinas agropecuarias?

Panelistas: Susana Aparicio - Martín Piñeiro - Carlos ReborattiModeradora: Susana Soverna

Facultad de Filosofía y Letras. UBA, Sala "Paco Urondo"25 de Mayo esquina Presidente Perón, Ciudad de Buenos Aires

10 DE NOVIEMBRE 18:00 A 20:30 HSCátedra Libre de Estudios Agrarios “Ing. Horacio Giberti” Las organizaciones agrarias en la Argentina

Panelistas: María Isabel Tort - José Luis Livolti - Helena Alapín - Carlos Makler

Moderador: Daniel SlutzkyFacultad de Filosofía y Letras. UBA, Sala "Paco Urondo"

25 de Mayo esquina Presidente Perón, Ciudad de Buenos Aires

Realizadas

11 DE AGOSTO, 19.00 HSPresentación de la Cátedra Libre de Estudios Agrarios "Ing. Horacio Giberti"

14 DE JULIO, 18.30 HSGrupo de Estudios del IADE Las consecuencias de distintos patrones de crecimiento sobre el mercado de trabajo

Luis Campos - Mariana L. González- Marcela Sacavini2 DE JUNIO 2010 19 HS

Seminario "Teorías sobre el Ciclo Económico" Presentación del número 250 de Realidad Económica (IADE),en el año de su 40º aniversario

Coordinador: Héctor Bazque Disertantes: Martín Kalos - Ariel Slipak3 DE MAYO 18 HS.

Grupo de Estudios del IADE Asignación Universal por Hijo para Protección Social

Sergio Carpenter19 DE MAYO 19 HS.

Grupo de Estudios del IADE Ley de Servicios Financieros para el Desarrollo

Alfredo T. García24 DE ABRIL 2010 9.30 HS

Seminario político-empresarialInforme de coyuntura

Juan Carlos AmigoAnálisis político nacional e internacional

Atilio Borón26 DE MARZO 2010 19 HS

Presentación del artículo publicado en Realidad Económica 249Mauricio Macri y la Pedagogía de la Injusticia

Tito Nenna, Stella Maldonado, Pablo Imen16 DE FEBRERO 2010 19 HS

Charla debateHaití y centroamérica: historias de sangre y dolor

Horacio Ballester13 DE ENERO 2010 18.30 HS

Charla debateEcología política de la minería en América latina.Securitización de los recursos naturales y los nuevos enclaves mineros: el caso de América latina

Gian Carlo Delgado Ramos

160 realidad económica 253 1º de julio/15 de agosto de 2010

INFORMES (54 11) 4381-9337/7380/4076 fax 4381-2158

o por e-mail: [email protected] o en http://www.iade.org.ar (inscripción online)