Upload
vanthu
View
217
Download
1
Embed Size (px)
Citation preview
1
Universidad Rafael Landívar
Facultad de Humanidades
Departamento de Psicología
Incidencia en la tendencia a parecer Trastornos de la
Conducta Alimentaria en estudiantes de la carrera de
Nutrición.
Tesis
Silvia Lucía Tello García
Carnet No.51769-94
Guatemala de la Asunción, Abril 2012
Campus Central
Universidad Rafael Landívar
Facultad de Humanidades
Departamento de Psicología
Incidencia en la tendencia a parecer Trastornos de la
Conducta Alimentaria en estudiantes de la carrera de
Nutrición.
Tesis
Presentada al Consejo de la Facultad de Humanidades por
Silvia Lucía Tello García
Para optar al título de:
Psicóloga con énfasis en el área Clínica
En el grado académico de:
Licenciada
Guatemala de la Asunción, Abril 2012
Campus Central
AUTORIDADES UNIVERSIDAD RAFAEL LANDIVAR
Rector P. Rolando Enrique Alvarado López, S.J.
Vicerrectora Académica Dra. Lucrecia Méndez de Penedo
Vicerrector de Investigación y Proyección P. Carlos Cabarrús Pellecer, S.J.
Vicerrector de Integración Universitaria P. Eduardo Valdés Barría, S.J.
Vicerrector Administrativo Lic. Ariel Rivera Irías
Secretaria General Licda. Fabiola de la Luz Padilla B.
AUTORIDADES FACULTAD DE HUMANIDADES
Decana M.A. Hilda Caballeros de Mazariegos
Vicedecano M.A. Hosy Benjamer Orozco
Secretaria M.A. Lucrecia Elizabeth Arriaga Girón
Directora Departamento de Psicología M.A. Georgina Mariscal de Jurado
Directora Departamento de Educación M.A. Hilda Díaz de Godoy
Directora Departamento de Ciencias M.A. Nancy Avendaño
de la Comunicación
Director Departamento de Letras y M.A. Eduardo Blandón
Filosofía
Representante de Catedráticos (titular) Licda. Cynthia Brenes
Representante de Catedráticos (suplente) Lic. Marlon Urizar
ASESOR DE TESIS
M.A. Carmen Cacacho
REVISOR DE TESIS
M.A. Hilda Caballeros de Mazariegos
Agradecimientos
A Dios: Porque lo he encontrado en cada paso de la vida, más fuerte aún a través de este camino.
Por confiar en mí, por prepararme en la vida para culminar este ciclo.
A mi papá y a mi mamá: Por ser unos excepcionales seres humanos, amorosos padres y
profesionales enamorados de la vida, éticos y correctos, que con la guía de Dios en su vida me
han enseñado que cuando uno desea algo, puede lograrlo. Por ser fuente de amor, sabiduría y fé
como ejemplo de vida. Le agradezco por acompañarme con paciencia y dejarme Ser.
A mi hermana, Ana María: Nena le agradezco ser como un Ángel en mi camino, por todo el
amor y confianza depositados en mí, por ser un medio para poder cumplir este anhelo de mi vida.
A Martín, mi cuñado: Por ser un ser de Luz entre mi familia, por abrir tu mente, por estar cerca,
por apoyarme a crecer.
A Rudy, mi esposo: Gracias por acompañarme, respetarme, apoyarme y alentarme en todo este
camino, de forma incondicional. Por respetar mis tiempos y mis procesos. Gracias por confiar.
Por estar. Por tu amor. Por tu sabiduría, por equilibrarme y ser mi tierra.
A Juan Carlos y Ana Lucía, mis hijos: Les agradezco por ser pacientes y ceder tanto tiempo de
sí para que pudiera cerrar este ciclo de vida. Son seres maravillosos que han provocado que yo
sea mejor ser humano. Gracias por compartir conmigo mi crecimiento, mis cambios y
aprovecharlos. Los amo.
A Jorge, Claudia, Ana Cecilia, mis hermanos: Les agradezco las experiencias de vida que
juntos pasamos porque fueron co-formadores de mi historia. Les agradezco haber nacido en
nuestra familia.
A Ceci, mi mejor amiga: Por haberme acompañado incondicionalmente en mi crecimiento
personal durante esta etapa de estudio que culmina.
A la Universidad, a mis catedráticos, compañeros y amigos: Gracias por propiciar que mi
camino pudiera llevarse a cabo y de la mejor manera, por contenerme y ayudarme a darle sentido
a este conocimiento y vocación de vida.
INDICE
Contenido Página
I. Introducción 10
1.1. Trastornos de la Conducta Alimentaria 23
1.1.1. Etiología 24
1.1.2. Prevalencia 35
1.1.3. Morbilidad 36
1.1.4. Tipos de Trastornos de la Conducta Alimentaria 37
1.1.4.a. Anorexia Nerviosa 37
1.1.4.a.1. Concepto 37
1.1.4.a.2. Etiología 38
1.1.4.a.3. Criterios Diagnósticos 39
1.1.4.a.4. Curso 39
1.1.4.a.5. Diagnóstico Diferencial 40
1.1.4.a.6. Prevalencia 41
1.1.4.b. Bulimia Nerviosa 42
1.1.4.b.1. Concepto 42
1.1.4.b.2. Etiología 44
1.1.4.b.3. Criterios Diagnósticos 44
1.1.4.b.4. Curso 45
1.1.4.b.5. Prevalencia 45
1.1.5. Consecuencias de los Trastornos de la Conducta Alimentaria 46
1.1.6. Tratamiento de los Trastornos de la Conducta Alimentaria 51
1.2. Nutrición como carrera Universitaria 56
1.2.1. Estudiante de Nutrición 58
1.2.2. Perfil del Estudiante de Nutrición 58
1.2.3. Profesional de Nutrición 60
1.2.4. Perfil del Profesional de Nutrición 60
II. Planteamiento del Problema 62
2.1. Objetivo General 63
2.2. Objetivo Específico 63
2.3. Variables de estudio 64
2.4. Variables controladas 64
2.5. Variables no controladas 64
2.6. Definición Conceptual 64
2.6.1. Variable de estudio 64
2.7. Definición Operacional 65
2.7.1. Variable de estudio 65
2.8. Alcances y Límites 66
2.7 Aportes 66
III. Método 68
3.1 Sujetos 68
3.2 Instrumento 69
3.3 Procedimiento 70
3.4 Diseño de la investigación 70
3.5. Metodología Estadística 70
IV. Presentación y Análisis de Resultados 71
V. Discusión de Resultados 77
VI. Conclusiones 81
VII. Recomendaciones 82
Referencias 83
Anexos 89
RESUMEN
El objetivo general de la investigación fue determinar la incidencia en la tendencia a padecer
Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA): Anorexia Nerviosa (AN) y Bulimia Nerviosa
(BN) en los estudiantes de la carrera de Nutrición de la Universidad Rafael Landívar, Campus
Central.
Participaron 34 sujetos comprendidos entre 16 a 23 años de primer año. El instrumento utilizado
fue el cuestionario “¿Deseas Intensamente Ser Delgada?” (Are you dying to be thin?), de la Dra.
K. Kim Lampson. La investigación fue de tipo descriptiva, los resultados se presentaron a través
de la frecuencia y el porcentaje de los datos aportados por el instrumento, utilizando gráficas
circulares y gráficas de barras.
Se determinó que la incidencia de los TCA en estudiantes de la carrera de Nutrición de primer
semestre del año 2,010 es del 21%, dentro de los cuales el 18% tiene una fuerte tendencia a
padecer BN y el 3% AN; que son padecidos por mujeres entre los 16-19 años y solteras.
Asimismo, se observó que los estudiantes en su mayoría no tienden a desarrollar TCA del tipo
restrictivo, no quedando exentos a padecer algún otro tipo de TCA por exceso. Se reflejó que los
estudiantes tiene preferencias hacia la alimentación fuera de balance nutritivo y que prefirieron la
carrera de Nutrición en su mayoría para ayudarse a sí mismos y ayudar a otros.
10.
INTRODUCCIÓN
Desde hace siglos las personas se han preocupado por la forma en la que lucen, siendo esto un
factor en la elección de pareja, la procreación y la posibilidad de tener éxito en la vida
profesional, social, económica, etc. Cada época a través de la historia, ha tenido su conjunto
particular de elementos que las distinguen y cíclicamente se reviven, mejorando diseños
anteriores y mezclándolos con los diseños modernos. En términos de apariencia física, tanto
hombres como mujeres han sido expuestos a las rígidas exigencias marcadas por la moda y lo que
se supone, sea lo adecuado en un momento dado, para poder sobresalir y adaptarse a su medio.
El cuerpo es la carta de presentación, es el móvil para establecer vínculos afectivos y físicos con
los demás; a través de él se logra comunicar al exterior, las necesidades, los intereses, los valores,
los gustos y deseos de cada persona. Conforme han cambiado los estándares de la moda a través
del tiempo, la exigencia sobre cómo debe lucir el cuerpo también ha cambiado, y esto hace
pensar ahora que la belleza es sinónimo de delgadez, delgadez a su vez sinónimo de éxito social.
La época post-industrial de finales de siglo, causó que las personas, generalmente las mujeres, se
obsesionaran con que su cuerpo luciera delgado a pesar de estar poniendo en riesgo su salud.
En respuesta a las exigencias de la buena salud en el comer y en mejorar los hábitos alimenticios,
así como en tener mejor calidad de vida a través de una dieta adecuada, han surgido de manera
formal en los establecimientos de educación superior las carreras de Nutrición que intentan
aportar conocimientos sobre los alimentos y nutrientes necesarios para que el organismo funcione
adecuadamente de una forma ecológica.
Sin embargo, estos mismos estudiantes podrían estar padeciendo o inclinarse a padecer
Trastornos de la Conducta Alimentaria sin que las autoridades de las Universidades y los futuros
profesionales tengan conocimiento por falta de información y/o un diagnóstico clínico. Esto
puede ser de mucha preocupación, por lo que obtener estos datos contribuye a que las autoridades
tomen un papel activo y que sus egresados sean personas profesionales con salud integral, tanto
física, psicológica como emocional.
11.
Así en este trabajo de investigación se pretendió establecer cuál es la incidencia en la tendencia
de padecer Trastornos de la Conducta Alimentaria en los estudiantes de la licenciatura en
Nutrición de la Universidad Rafael Landívar, que cursan primer año, durante el primer semestre
del 2,010.
En Guatemala, existen diversos estudios en los que se puede comprobar que los Trastornos de la
Conducta Alimentaria y la nutrición van de la mano y que la población de jóvenes guatemaltecos
está tan expuesta como el resto del mundo. La intervención frente a estas situaciones
comprobadas es evidente y urgente.
Por tales motivos, Paiz (2003), en su investigación tuvo como objetivo determinar la prevalencia
puntual del Trastornos de la Conducta Alimentaria en alumnas de primer ingreso de la
Universidad Francisco Marroquín, al igual que determinar si existe diferencia entre la prevalencia
de las distintas facultades y la prevalencia que existe entre este estudio y otros estudios realizados
con el mismo instrumento. Para ello realizó un diseño de estudio abierto, de prevalencia de
movilidad, trasversal y comparativo. El procedimiento consistió en realizar el estudio en todas
las alumnas de primer año de la Universidad Francisco Marroquín, dándoles un consentimiento
informado para que firmaran su colaboración voluntaria. El instrumento utilizado fue el
“Cuestionario de Actitudes Alimentarias” mismo que presentaba resultado positivo si el punteo
era mayor o igual a 30. La prevalencia puntual del Trastornos de la Conducta Alimentaria en las
alumnas de primer año fue de 21%. La prevalencia del grupo de facultades relacionadas al
campo de la salud fue de 24% y la prevalencia del grupo no relacionado con ésta fue de 19%, no
encontrándose diferencia entre ambas. Estudios realizados en otros países reportan una
prevalencia de 12% al 29%. Entre las conclusiones indicó que no hay diferencia estadísticamente
significativa en la prevalencia del Trastornos de la Conducta Alimentaria entre las alumnas de
primer año de las distintas facultades de la Universidad Francisco Marroquín.
Cifuentes (2004), quien realizó un estudio transversal y comparativo, tuvo como objetivo
establecer la prevalencia de Trastornos de la Conducta Alimentaria en la población estudiantil de
la ciudad de Guatemala. El estudio lo realizó con 1096 estudiantes de 12 a 17 años, distribuidos
en 4 grupos: Grupo A, formado por 284 estudiantes de sexo femenino que asisten a centros
12.
educativos privados; Grupo B, formado por 273 estudiantes de sexo masculino de centro
educativos privados; Grupo C, integrado por 272 estudiantes de sexo femenino que asisten a
centros educativos públicos; y grupo D, constituido por 267 estudiantes de sexo masculino de
centros educativos públicos. A todos ellos les aplicó la prueba de Actitudes Alimenticias- 26
(EAT-26). Para comparar los resultados de los cuatro grupos utilizó la prueba de Chi cuadrado.
Entre las conclusiones más importantes menciona que la prevalencia de Trastornos de la
Conducta Alimentaria en adolescentes de centros educativos públicos fue de 16.2% para el grupo
de mujeres y de 8.2% para el grupo de hombres. Por otro lado, la incidencia de mujeres de
instituciones privadas fue de 22.5%, mientras que para los hombres fue de 7.3%. Así mismo, no
evidenció diferencia estadísticamente significativa en la prevalencia de Trastornos de la Conducta
Alimentaria entre el grupo de adolescentes que asisten a centros educativos privados (hombres y
mujeres en conjunto) y el grupo de adolescentes que asisten a centros educativos públicos.
Finalmente, no encontró diferencia estadísticamente significativa en la prevalencia de Trastornos
de la Conducta Alimentaria entre el grupo de adolescentes de sexo femenino de centros
educativos privados y el grupo de adolescentes de sexo femenino de centros educativos públicos.
Por su parte, Oliva (2004) realizó una investigación sobre la correlación entre la Inteligencia
Emocional y los Trastornos de la Conducta Alimentaria: Anorexia Nerviosa y Bulimia Nerviosa,
en un grupo de adolescentes estudiantes de dos colegios privados de Guatemala. La muestra
estuvo conformada por 192 estudiantes de sexo femenino entre 15 y 19 años. El instrumento
utilizado para la medición de la Inteligencia Emocional fue TMMS Trait Meta Mood Scale
elaborado por Peter Salovey en la Universidad de Yale y Jac Mayer en la Universidad de New
Hampshire aplicado en Guatemala por Garcés (1999), y para los Trastornos de la Conducta
Alimentaria, aplicó el cuestionario ¿Deseas intensamente ser delgado? Elaborado por la Dra. K.
K. Lampson (1992) el cual fue aplicado en Guatemala a mujeres por Aguilar (1999). Las
conclusiones a las que llegó fueron que el 95.8% de las estudiantes evaluadas tenían un nivel alto
de inteligencia emocional y un 4.2% un nivel medio. El 29.9% de las alumnas evaluadas
presentaron claras tendencias hacia la Anorexia Nerviosa y Bulimia Nerviosa.
Otro estudio que sustenta la morbilidad en la adolescencia es el trabajo de Juárez (2005), quien
utilizó para su investigación una muestra de adolescentes comprendidas entre los 11 y 18 años de
13.
edad, de una institución educativa de nivel socio-económico medio bajo del área urbana
guatemalteca. Dirigió su investigación hacia el análisis de la relación entre la tendencia a los
Trastornos de la Conducta Alimentaria y la socialización parental. Para realizar el estudio aplicó
el Inventario de Trastornos de la Conducta Alimentaria (EDI-2) y la Escala de Socialización
Parental en la Adolescencia (ESPA b). De acuerdo a los datos obtenidos en esa investigación,
existe una relación entre el estilo de socialización que poseen los padres con sus hijas y la
tendencia a los Trastornos de la Conducta Alimentaria. Evidenció que las adolescentes muestran
una menor tendencia a los Trastornos de la Conducta Alimentaria si son aceptadas por los padres
y éstos les muestran afecto, esto sería al estilo de socialización Aceptación/Implicación. Por otro
lado analizó que a menor aceptación y aprobación de los padres hacia sus hijas, mayor es la
tendencia a estos trastornos. Concluyó que a mayor coerción e imposición de los padres hacia
sus hijas, mayor es la tendencia a estos trastornos. Las relaciones fueron estadísticamente
significativas, a excepción de Aceptación/Implicación de la madre y la tendencia a la Obsesión
por la delgadez, Coerción/Imposición del padre y la tendencia a la Insatisfacción Corporal y
Obsesión por la delgadez.
Al mismo tiempo, Mancilla (2005) también con un método de entrevista que fue creado por
Miller (1991), y la investigación de dirigió a ayudar a las adolescentes a tomar conciencia sobre
la gravedad de la enfermedad de los Trastornos de la Conducta Alimentaria y de su capacidad
para decidir y trabajar por la recuperación, propiciando una evolución clínica más favorable. El
grupo de estudio fue integrado por diez adolescentes de sexo femenino, entre las edades de 15 a
18 años, de un colegio privado de nivel socioeconómico medio y medio-bajo de la Ciudad de
Guatemala. El grupo fue seleccionado con la aplicación del Test EAT-26, Test de Actitudes ante
la Conducta Alimentaria, de Garner y Garfinkel (1979). Aplicó la entrevista Motivacional y el
post-test para realizar comparaciones que dieron resultados no estadísticamente significativos, sin
embargo indica que fue evidente en los cambios realizados y manifiestos en el post-test, que las
adolescentes que participaron en el estudio tuvieron un incremento en la toma de conciencia de la
enfermedad manifiesto en cambios significativos en las conductas que las hacen tendientes a los
Trastornos de la Conducta Alimentaria de Anorexia Nerviosa o Bulimia Nerviosa.
14.
Mansilla afirma que existen en Guatemala, clínicas especializadas en el tratamiento de los
Trastornos de la Conducta Alimentaria a nivel privado, y están conformados por equipos
multidiciplinarios que ofrecen un tratamiento integral con Psicólogos, Psiquiatras, Médicos,
Nutricionistas y grupos de apoyo, por ejemplo “Centro de Atención a Trastornos de la Conducta
Alimentaria”, “Centro Psicológico de Codependencia (FINESTRA)”, que consta de un personal
multidisciplinario con especialización en Trastornos de la Conducta Alimentaria, el “Sanatorio
Los Pinos”, centro privado de atención a pacientes con enfermedad mental y dependencias. A
nivel institucional el “Instituto Guatemalteco de Seguridad Social” (IGSS), Unidad de Psiquiatría.
Aguilar (2005), comenta que por la problemática actual la Asociación de Nutricionistas de
Guatemala (ANDEGUAT) tomó acción y decidió implementar, en algunos de sus respectivos
pacientes, tratamientos adicionales a los puramente nutricionales para obtener un mejor resultado
en el tratamiento del sobrepeso. Sin embargo, los profesionales como psicólogos y nutricionistas
no poseen las herramientas adecuadas para poder tratar estos trastornos específicamente. Es por
ello, que para brindar un apoyo psicológico adicional en el tratamiento del sobrepeso propuso un
programa de diez técnicas motivacionales basado en los conceptos de Programación Neuro-
Lingüística utilizando una metodología puramente descriptiva y cualitativa para elaborar una
aplicación confiable y válida de una propuesta aplicable a personas que no tengan algún trastorno
psicológico y que su lucha actual sea lidiar con sobrepeso. Además indicó que algunos trastornos
como la Anorexia Nerviosa y la Bulimia Nerviosa afectan a alrededor del 3% de la población
adolescente; la práctica de dietas y la obsesión por la comida, constituyen una preocupación en
todas las edades. El mensaje es claro, pues en algún momento de su vida, la propia persona o una
persona cercana sufrirá con casi total seguridad un trastorno relacionado con la comida. El
tratamiento hacia los Trastornos de la Conducta Alimentaria en ocasiones son ineficientes pues
los profesionales de la salud, nutricionistas y psicólogos carecen de la información adecuada para
poder abordarlos.
Barrios (1988) realizó un estudio con el propósito de determinar la incidencia de Trastornos de la
Conducta Alimentaria en las dos instituciones, una privada y otra pública, en donde aplicó el test
Eating Attitudes Test- 26 (EAT-26) y encontró que aunque la prevalencia era mayor en la
institución privada (8.1%), existía una prevalencia de 4.9% en la escuela pública.
15.
Piña (2000) en su tesis sobre la cultura de Consumo y la Publicidad como factores influyentes en
el desarrollo de Bulimia Nerviosa y Anorexia Nerviosa, para identificar los factores externos e
internos que influyen en el desarrollo de Anorexia Nerviosa y/o Bulimia Nerviosa en
adolescentes guatemaltecas, donde se hace una descripción de la situación estudiada, con una
población de adolescentes de sexo femenino, entre los 12 y 17 años, que en ese momento
cursaban la educación media en colegios privados y que viven en la capital, con un muestreo no
probabilístico y selección intencionada y por conveniencia de manera que se aplicó la posibilidad
de presencia de tendencias anoréxicas y bulímicas. Dicho estudió reportó que un 25% de las
adolescentes guatemaltecas, entre 13 y 18 años de edad, de niveles socioeconómicos medio,
medio-alto y alto, que viven en la capital, en zonas residenciales, presenta tendencias marcadas
hacia el desarrollo de Bulimia Nerviosa y Anorexia Nerviosa.
Sierra (2002), investigó los factores de riesgo en adolescentes femeninas en el desarrollo de la
Anorexia Nerviosa. La autora utilizó una muestra de 74 estudiantes de diversificado, a quienes
les aplicó el test ¿Deseas intensamente ser Delgada? de la Dra k. Lampson, por medio del cual
obtuvo como resultados que la mitad de las participantes manifestaron conciencia del peso y
rasgos de tendencia, menos de la mitad no muestra riego alguno y un 8% presentan fuertes
tendencias de desarrollar Anorexia Nerviosa.
Yurrita, (1999), trabajó en un reportaje escrito, el cual incluye una revista elaborada por la autora
dirigida a la población guatemalteca del área metropolitana para dar a conocer datos importantes
sobre la Anorexia Nerviosa y la Bulimia Nerviosa, en ella aporta un material y medio excelente
para informar a los grupos vulnerables, sin embargo no tuvo conocimiento de la realización de la
campaña, posiblemente por falta de recursos materiales, los cuales idealmente habrían de ser
auspiciados por parte del Ministerio de Salud Pública y Educación de Guatemala.
Por su lado, Del Canto (2003), realizó una trabajo de investigación documental sobre Trastornos
de la Conducta Alimentaria y en él comenta que en los últimos años los desórdenes alimenticios
se han ido incrementando en sectores de la población, (principalmente en adolescentes y mujeres
jóvenes), aunque también se han manifestado en otro grupo del que no se tenía demasiado
16.
conocimiento como son los deportes que enfatizan la figura esbelta y magra (gimnasia, patinaje
artístico, ballet), se especula que las mujeres corren mayor riesgo de desarrollo de problemas
alimenticios por diversas razones, entre ellas la sociedad que ejerce más presiones por ser
delgado en mujeres que en hombres, el deseo de ser flacas y lindas como tal modelo o actriz
famosa, el miedo a engordar o ser despreciada por sus pares por ser mas “normal”. Hay carreras
que fomentan los trastornos alimenticios porque conceden un alto valor a poseer un aspecto
delgado y saludable, como por ejemplo el atletismo, el modelaje, el físico culturismo, la danza y
la equitación. En la pequeña comunidad de atletas, comenta, el ejercicio excesivo desempeña un
papel principal en el desarrollo de muchos casos de Anorexia Nerviosa y, en menor grado, de
Bulimia Nerviosa. El término "tríada de atletas mujeres" es empleado para describir la presencia
de disfunción menstrual y trastornos del comer, un problema cada vez más común en las atletas
mujeres jóvenes y bailarinas. La Anorexia Nerviosa pospone la pubertad, permitiéndoles a las
atletas mujeres jóvenes retener una figura muscular aniñada sin la acumulación normal de tejidos
grasos en los senos y las caderas que podría mitigar su estímulo competitivo. Los entrenadores y
profesores agravan el problema recomendando el conteo de calorías y la pérdida de grasa en el
cuerpo y controlando en exceso las vidas de los atletas. Algunos son inclusive abusivos si sus
atletas sobrepasan el peso límite y los castigan o humillan enfrente de los miembros del equipo.
En las personas con trastornos de la personalidad que las hacen vulnerables a esta crítica, los
efectos pueden ocasionar el que pierdan peso excesivo, lo cual se sabe ha sido mortal inclusive
entre atletas famosos.
Y sobre la nutrición, Wolmers (2009), realizó un estudio con adolescentes en relación a la dieta e
índice de masa corporal como indicador del estado nutricional. Para ello utilizo una muestra de
108 estudiantes de primer ingreso previamente entrevistadas por el Centro de Salud “Pedro
Arrupe”. Partiendo de los resultados la autora infirió que menos de la mitad de los participantes
no cumplen con las recomendaciones dietéticas lo que indica no consumir una dieta balanceada,
equilibrada, variada y nutritiva, de la misma manera concluyó que el 35% de los estudiantes
presentaron sobrepeso, 33% tiene un peso dentro de los parámetros normales, un 29% de
estudiantes padecen obesidad y un 9% presentan bajo peso.
17.
Por otro lado, dentro de la misma temática, los estudios en el extranjero indican datos interesantes
para esta investigación.
Rodríguez, Calado, Fernández y Lameiras (2002) realizaron una investigación que tuvo como
objetivo revisar la relación entre los hábitos alimentarios e imagen corporal en estudiantes
universitarios sin trastornos alimentarios. Ellos comentan que los adolescentes manifiestan su
afinidad hacia una determinada estética corporal impuesta por la sociedad contemporánea; esto
hace que los más jóvenes presenten una preocupación excesiva por su cuerpo y lleven a cabo
conductas de riesgo para el desarrollo de Trastornos de la Conducta Alimentaria. En dicha
investigación entrevistaron a 482 estudiantes universitarios/as a los que aplicaron el Eating
Disorders Inventory (EDI) y un cuestionario sobre comportamientos alimentarios e imagen
corporal. Los resultados muestran la mayor preocupación de las mujeres por el peso y la imagen
corporal, siendo ellas además las que en mayor medida recurren a las dietas para alcanzar el peso
ideal. Siendo el colectivo de chicas las que presentan en mayor medida tanto variables
cognoscitivas como comportamentales de riesgo para el desarrollo de Trastornos de la Conducta
Alimentaria, lo que justifica la necesidad de implementar programas de prevención al colectivo
de estudiantes universitarias. Se trató de un estudio descriptivo mediante encuestas con diseño
transversal.
Grau, Faus, Gaminde, Hernandez y Sanchez (2011) en el artículo llamado “Neuropsicología de
los Trastornos de la Conducta Alimentaria, una revisión”, exponen que los Trastornos de la
Conducta Alimentaria son patologías multideterminadas con alto deterioro funcional para las
personas afectadas. Existe evidencia sobre la presencia de alteraciones en las principales áreas
neuropsicológicas. La literatura disponible muestra resultados controvertidos alrededor de
algunas funciones. Otras arrojan datos consistentes que apoyan la hipótesis de una disfunción en
el rendimiento de algunas tareas. El tipo de trastorno, su curso, y el punto de medición escogido
para la administración de las baterías neuropsicológicas parecen explicar la mayor parte de la
amplitud de la variabilidad. El objetivo de la investigación fue revisar la literatura existente
sobre los hallazgos neuropsicológicos en el terreno de los Trastornos de la Conducta Alimentaria
a través de las principales bases de datos (psycinfo, Medline) de artículos posteriores a 2001. Los
resultados de la revisión que presentaron estuvieron distribuidos por funciones específicas y por
18.
trastornos. En la Anorexia Nerviosa las principales áreas alteradas son la atención, la percepción
visoconstructiva y visoespacial y la flexibilidad cognitiva. En la Bulimia Nerviosa las principales
alteraciones son en la función ejecutiva y en la atención selectiva. Como conclusión, el estudio
de las funciones superiores alteradas en los Trastornos de la Conducta Alimentaria supone un
requisito indispensable para la terapéutica de dichos trastornos. La Anorexia Nerviosa ha sido el
Trastorno de la Conducta Alimentaria más investigado, debido a los efectos que hipotéticamente
produce la desnutrición en el Sistema Nervioso Central. Por otro lado no todas las disfunciones
se recuperarán con la remisión de los Trastornos. Este hecho parece tener una doble lectura. Por
un lado, estudios de hermanos demuestran el carácter endofenotípico de algunas de estas
alteraciones. Por otro, se necesitan más trabajos donde se estudie el posible deterioro cognitivo
causado por la desnutrición prolongada y otras estrategias patológicas a largo plazo.
Lambruschini y Leis (2000) en el artículo “Trastornos de la Conducta Alimentaria” exponen que
en un estudio, llevado a cabo por el Departamento de Pediatría del Complejo Hospitalario
Universitario de Santiago de Compostela, dentro del Proyecto GALINUT, con el fin de conocer
el riesgo de los Trastornos de la Conducta Alimentaria en los adolescentes y su relación con la
autoimagen y la composición corporal, y en el que se realiza el Test de Actitudes Alimentarias
(Eating Attitudes Test-EAT) a 509 adolescentes sanos, de entre 14 y 18 años, que no cumplen
criterios DSM-IV para Anorexia Nerviosa y/o Bulimia Nerviosa, se pone en evidencia una
incidencia de conductas preanorexígenas, índice de EAT superior o igual a 30, del 5,5% de la
muestra total, en el 9,6% de las mujeres frente al 0,8% de los varones. Estos datos corroboran las
cifras anteriores y reflejan la elevada frecuencia de este tipo de conductas en los adolescentes, así
como la mayor susceptibilidad del sexo femenino.
Cuñat (2008) menciona que un reciente estudio de las Consejerías de Sanidad y Educación de la
Comunidad Valenciana, publicado en el diario Levante- EMV de 15 de abril del 2008 realizado
en el año 2007 a través del Programa de Detección e Intervención Precoz de Trastornos de la
Conducta Alimentaria comprobó 140 casos de Anorexia Nerviosa y Bulimia Nerviosa en 184
centros escolares valencianos. Este estudio demuestra la prevalencia de este trastorno de la esfera
alimentaria en la sociedad.
19.
Keel y Baxter (2007) realizaron en Estados Unidos un estudio longitudinal de 20 años sobre el
peso corporal, las dietas y Trastornos de la Conducta Alimentaria en hombres y mujeres. Con el
tiempo el peso corporal aumentó significativamente tanto en hombres como en mujeres. Sin
embargo, la percepción del peso de las mujeres y la frecuencia de las dietas disminuyó con el
tiempo, mientras que la percepción del peso corporal y la frecuencia de la dieta aumentaron en
los hombres. Los desórdenes de la alimentación declinaron más en las mujeres que en los
hombres desde la adolescencia tardía a la edad adulta intermedia. Tanto en hombres como en
mujeres, cambios en la percepción del peso y la frecuencia de las dietas se asoció con cambio en
los desórdenes de la alimentación. Además, los roles de adultos como el matrimonio o el ser
padres se asoció con la disminución significativa de los desórdenes alimenticios en las mujeres,
mientras que pocas asociaciones fueron vistas en los hombres. Las mujeres demostraron una
mayor inconformidad con el peso corporal, hicieron más dietas y tuvieron mayor cantidad de
problemas alimenticios comparados con los hombres durante el período de observación.
En la Guía de Educación Nutricional Saludable para la Prevención de los Trastornos de la
Conducta Alimentaria elaborada en el Marco del Convenio de Colaboración para fomentar la
educación para la salud en la escuela, suscrito entre los Ministerios del Interior, de Educación y
Cultura y de Sanidad y Consumo de España (2003) refieren que según la Encuesta Nacional de
Salud, sólo el 20% de los niños y niñas españoles menores de 16 años toman verdura todos los
días, y sólo el 62% toma fruta todos los días. Del mismo modo mencionan que en esa sociedad
se produce una enorme tensión causada por tres tipos de mensajes contradictorios, en relación
con la estructura corporal: mensaje médico, mensajes estéticos y mensajes gastronómicos. La
abundancia de alimentos, algunos muy atractivos, junto con el “mandato” social de tener que ser
delgado, para ser aceptado, crea situaciones internas muy conflictivas que conducen a personas
predispuestas (la adolescencia es un período crítico) a desarrollar un Trastornos de la Conducta
Alimentaria. En efecto, la coexistencia en el mundo desarrollado de una superabundancia de
alimentos muy sabrosos y de enorme densidad calórica, con un modelo dictatorial de belleza
(mujeres extremadamente delgadas) crea unas tensiones a los individuos más vulnerables que
pueden abocar en el desarrollo de un Trastornos de la Conducta Alimentaria. De hecho, en
Estados Unidos el 27% de las jóvenes que representan la normalidad y el 10% de los jóvenes
varones están haciendo dieta porque no se encuentran suficientemente delgados, comenta.
20.
Cuerda, Ruiz, Moreno, Iriondo, Velasco, Bretón, Camblor y García (2003) de la Unidad de
Nutrición y Unidad de Adolescentes de Psiquiatría, Hospital General Universitario Gregorio
Marañón, Madrid, España, en el estudio que tuvo como objetivo el comparar el gasto energético
en reposo (GER) mediante calorimetría indirecta con el estimado con diferentes fórmulas en
mujeres con Anorexia Nerviosa menciona que el tratamiento nutricional es fundamental en la
Anorexia Nerviosa, y la reposición de nutrientes debe hacerse de forma progresiva para evitar la
aparición del síndrome de realimentación. Estudiaron a 21 mujeres ingresadas con Anorexia
Nerviosa (DSM-IV), edad 17 (DE 5,9) rango 12-34 años. El tiempo de ingreso fue 55,1 ± 20,7
días (21-91). La valoración nutricional inicial incluyó antropometría (IMC, PTC, PSE, CMB,
CMMB) y bioimpedancia tetrapolar (HoltainBC). La calorimetría indirecta (CI) se realizó tras
ayuno nocturno (Deltatrac TM II MBM-200). En 9 pacientes se repitió el mismo estudio antes
del alta. Compararon el GER (kcal/24 h) medido por CI con el obtenido por diferentes
ecuaciones [Fleisch, Harris-Benedict(HB), FAO, Schofield-HW (SHW), Schebendach] mediante
el coeficiente de correlación intraclase (CCI) y el método de Bland y Altman. En los resultados
mostraron que el estado nutricional mejoró significativamente durante la hospitalización. El 50%
del peso recuperado fue masa grasa. El GER aumentó significativamente durante el ingreso. Las
fórmulas sobrestimaron el GER respecto al obtenido por CI (p < 0,05), con excepción de la
ecuación de Schebendach que infravaloró el GER. La concordancia entre la medida directa del
GER por CI y su estimación por las fórmulas fue mala [Fleish (CCI = 0,21), HB (CCI = 0,21),
FAO (CCI = 0,21), SHW (CCI = 0,19), Schebendach (CCI = 0,15)]. Mediante el método de
Bland y Altman observaron que existía un sesgo variable entre la medida de la CI y las fórmulas,
existiendo una concordancia clínicamente aceptable para valores de GER de aproximadamente
1.200 kcal/día.
Flores y Caballero (1999), realizaron en México una investigación con el fin de identificar los
factores de riesgo para el desarrollo de Anorexia Nerviosa, determinar los factores especialmente
comunes a estos pacientes comparados a sujetos con otros trastornos psiquiátricos y comparar los
factores de riesgo de Anorexia Nerviosa contra los de Bulimia Nerviosa. Para el efecto aplicaron
a todas las mujeres con edad de 16 a 35 años de un registro de pacientes generales del Instituto
Mexicano de Psiquiatría un cuestionario de Trastornos de la Conducta Alimentaria y el
21.
cuestionario general de salud para el rastreo de los casos, así como el examen de Trastornos de la
Conducta Alimentaria y la entrevista clínica estructurada del DSM-III-R. Los dos grupos control
no debían tener Trastornos de la Conducta Alimentaria. Este estudio llegó a la conclusión que
existen dos tipos de factores de riesgo importantes; el primero incluye a la autoevaluación
negativa y el perfeccionismo que parecen ser un antecedente especialmente común en pacientes
con Anorexia Nerviosa; los segundos son los relacionados con hacer dieta, que son evidentes en
pacientes con Anorexia Nerviosa, añadidos a Trastornos de la Conducta Alimentaria en
familiares y tendencia a hacer comentarios adversos en cuanto a la figura o la forma de comer.
Por otro lado, descubrió que los factores que promueven la dieta son extremadamente
prominentes en pacientes con Bulimia Nerviosa y parecen independientes de otros factores de
riesgo. A la vez, parece relevante entre sujetos con Bulimia Nerviosa el abuso de sustancias entre
los padres; algunos bulímicos tienden a modular su estado anímico consumiendo grandes
cantidades de comida, alcohol o sustancias psicoactivas.
Ruiz (1999) estimó una prevalencia de los Trastornos de la Conducta Alimentaria del 4.5% de las
mujeres adolescentes escolarizadas en Zaragoza. Para determinar la prevalecía utilizó una Escala
de Actitudes Alimentarias- 40 (EAT-40) y una entrevista clínica realizada por una especialista en
psiquiatría con el objeto de ver si cumplían los criterios diagnósticos del Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales Texto Revisado (DSM IV-TR). La combinación de
ambos métodos dio como resultado una prevalencia de Anorexia Nerviosa, con criterios
diagnósticos del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales Texto Revisado
(DSM IV-TR), del 0.14% de las mujeres adolescentes escolarizadas de Zaragoza, un 0.55% de
Bulimia Nerviosa y Trastornos de la Conducta Alimentaria no especificada 3.83%.
Moreno y Ortiz (2009) comentan que los Trastornos de la Conducta Alimentaria constituyen un
problema de salud por su creciente incidencia, gravedad de la sintomatología asociada,
resistencia al tratamiento y porque se presenta en edades más tempranas. El objetivo fue
establecer la relación entre las conductas de riesgo de Trastornos de la Conducta Alimentaria, la
imagen corporal y autoestima en un grupo de adolescentes de Secundaria. Aplicaron tres
instrumentos: el Test de Actitudes Alimentarias (EAT-40), Cuestionario de la figura corporal
(BSQ), Cuestionario de Evaluación de la Autoestima y un Cuestionario de datos
22.
sociodemográficos a 298 alumnos: 153 mujeres y 145 hombres, con una edad promedio de 13
años. El estudió encontró riesgo de Trastornos de la Conducta Alimentaria (8%) y en un 10% la
patología instalada, con mayor prevalencia en las mujeres; ambos sexos presentan preocupación
por su imagen corporal, niveles medios y bajos de autoestima y una mayor tendencia a presentar
Trastornos de la Conducta Alimentaria en las mujeres. Los casos tienden a incrementar con la
edad.
Anaya (2004) comenta que a medida que cambian las sociedades también lo hacen los hábitos
alimentarios y las enfermedades relacionadas con ellos. Igualmente, la imagen del cuerpo ha
presentado determinadas características en cada momento histórico. Realizó una revisión
bibliográfica con el objetivo de desvelar si las adolescentes, por su sexo, son más vulnerables a
sufrir Trastornos de la Conducta Alimentaria asociados a un trastorno de la imagen corporal.
Esto lo logró con la recopilación bibliográfica desde el año 1,992 hasta el 2,002 en bases de datos
MEDLINE, BDIE, Cuiden, Cuidatge y psquiatria.com. Dentro de los resultados encontró la
prevalencia de estos trastornos en mujeres está directamente relacionada con componentes
socioculturales. Casi todos los estudios epidemiológicos constatan que el 90-95% de los sujetos
afectados de algún tipo de Trastornos de la Conducta Alimentaria son mujeres adolescentes.
Grau, Cañadas, Vinues y Árboles. (2006) se centran en una línea de investigación actual de gran
interés, como es el estudio de los factores de buen y mal pronóstico en Trastornos de la Conducta
Alimentaria. El pronóstico de la enfermedad está ligado a los diferentes modelos terapéuticos y a
la motivación del paciente. La adhesión o la resistencia a dichos tratamientos son fundamentales
para la bondad pronóstica. Estos factores que correlacionan con el pronóstico han sido agrupados
en: personales, familiares, sociales, biológicos y patográficos. Estudió una muestra de 75
pacientes que cumplían criterios de DSM-IV para Anorexia Nerviosa, Bulimia Nerviosa y
Trastornos de la Conducta Alimentaria no especificados, el 92% de sexo femenino y en edades
comprendidas entre 17 y 35 años, que han realizado tratamiento en una unidad de hospitalización
especializada en Trastornos de la Conducta Alimentaria (en régimen de hospitalización completa
y de día) de orientación cognitivo-conductual. Observaron a través del estudio que algunos de
los factores considerados hasta ahora como de mal pronóstico no lo son tanto cuando interviene
un programa terapéutico específico. Este estudio permite definir un grupo de pacientes que a
23.
priori podrían tener un buen pronóstico, así como determinar posibles aspectos terapéuticos a
mejorar o introducir en los programas asistenciales actuales.
Después de la revisión de estos estudios se puede concluir, que la manifestación de los Trastornos
de la Conducta Alimentaria restrictivos, Anorexia Nerviosa y Bulimia Nerviosa ha aumentado
considerablemente en los últimos 20 años. La incidencia ya no se limita a instituciones privadas
como se consideraba en el pasado, ni son trastornos que se den únicamente durante la
adolescencia. Para evitar que la incidencia siga aumentando, algunos autores han aportado
nuevas luces para combatir estos trastornos.
Los estudios realizados en Guatemala, han mostrado un incremento de casos de los Trastornos de
la Conducta Alimentaria. Así mismo, demuestran que intervienen un número de factores que
contribuyen a este trastorno, que tienen origen biológico, psicológico y social. Dentro de un
estudio realizado, muestra que no existe una relación entre la autoestima y la tendencia a la
Bulimia Nerviosa y Anorexia Nerviosa; sin embargo, éste es un factor determinante para el
trastorno.
Profundizando más sobre los Trastornos de la Conducta Alimentaria, que son varios pero,
centrándose en los que ocupa a este estudio: la Anorexia Nerviosa y la Bulimia Nerviosa, se hará
un recorrido de las fuentes más variadas para poder ilustrar y considerar todos los contextos que
abarcan estos padecimientos.
1.1. Trastornos de la Conducta Alimentaria
Según Del Canto (2003), los Trastornos de la Conducta Alimentaria se caracterizan por
alteraciones graves de la conducta alimentaria, como son: la Anorexia Nerviosa, que se
caracteriza por el rechazo a mantener el peso corporal en los valores mínimos normales, mientras
que la Bulimia Nerviosa, se caracteriza por episodios recurrentes de voracidad seguido por
conductas compensatorias inapropiadas como el vómito provocado, el abuso de fármacos,
laxantes y diuréticos u otros medicamentos, el ayuno o el ejercicio excesivo. Una característica
esencial de la Anorexia Nerviosa es la alteración de la percepción de la forma y el peso corporal.
La Anorexia Nerviosa y Bulimia Nerviosa comparten características comunes como la depresión,
24.
la ocultación y una obsesión con la pérdida de peso, pero difieren en gravedad, rasgos de
personalidad y otros factores. Éstos no son trastornos nuevos, afirma.
Timothy y Cameron (2005) mencionan un estudio realizado en niños de tercer grado, publicado
en 2001, que descubrió que el 26% de los niños y el 35% de las niñas deseaban adelgazar. Entre
ellos, el 17% de los niños y el 24% de las niñas estaban a dieta. En 2002, se reveló que el 56%
de las mujeres y el 28% de los varones de noveno grado recurrían a atracones o realizaban una o
más de las siguientes actividades para adelgazar o controlar su peso: ayunar o saltearse comidas,
tomar píldoras adelgazantes o laxantes, inducirse el vómito o fumar cigarrillos. En 2001, “casi
dos tercios de las mujeres de la escuela secundaria y un tercio de los varones intentaban
adelgazar.” (pág. 9) Estos números ponen de relieve los altos porcentajes de interés en controlar
el peso entre los jóvenes y el ferviente deseo de adelgazar que existe entre las mujeres.
Los mismos autores muestran otra serie de criterios utilizados para describir una amplia variedad
de problemas alimentarios en los niños y es la establecida por el Great Ormond Street Hospital de
Londres. Estos criterios utilizan la pérdida de peso intencional, la alteración en la percepción del
peso y la silueta corporal y la obsesión patológica con el peso y la silueta para realizar el
diagnóstico de la Anorexia Nerviosa. Los criterios para diagnosticar la Bulimia Nerviosa
incluyen los atracones y las purgas recurrentes, la sensación de falta de control y la obsesión
patológica por la silueta y el peso.
1.1.1. Etiología de los Trastornos de la Conducta Alimentaria
De la Maza, Armengol, Pons, Mas, Díaz, (2004) afirman que la combinación de los tres factores
(biológico, psicológico y socio-cultural) junto con los aspectos que en ellos intervienen (edad,
autoestima, aceptación social) es lo que acabará configurando la imagen corporal.
Centrándose en los trastornos de la conducta alimentaria como son las disorexias (Anorexia
Nerviosa y Bulimia Nerviosa), los mismos autores a continuación exponen los aspectos más
relevantes que afectan a la configuración de la imagen corporal y el desarrollo de los Trastornos de
la Conducta Alimentaria.
25.
A) Factores Biológicos
De la Maza, Armengol, Pons, et. al, (2004) referente al aspecto biológico de este tipo de
trastornos dicen que se debe tener muy en cuenta lo que se suele llamar “grupo de riesgo” en el
cual se encuentran básicamente mujeres con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años.
Levenkron (2004), comenta que en el período de mayor vulnerabilidad, también los pacientes
están sufriendo de cambios biológico-endocrino-hormonales, y desde este punto de vista, éstos
pueden causar o agravar cualquier tendencia hacia la desestabilización emocional.
De la Maza, Armengol, Pons, et. al, (2004) mencionan una serie de factores que influyen en la
percepción que se tiene del cuerpo y estos son los que fundamentan las bases biológicas de esta
enfermedad:
Funcionamiento bioquímico: Halgin y Krauss (2004) consideran a los Trastornos de la
Conducta Alimentaria como consecuencia de anormalidades bioquímicas; principalmente en
los sistemas neurotransmisores de norepinefrina y serotonina. La serotonina regula las
sensaciones de hambre y saciedad. Por consiguiente, en la Anorexia Nerviosa hay un exceso
(sensación de plenitud) mientras que la Bulimia Nerviosa hay un déficit (ingesta voraz).
Género y edad: De la Maza, Armengol, Pons, et. al, (2004) comentan que la franja de edad
más crítica para que aparezca estos tipos de trastorno es la pubertad y la adolescencia;
básicamente entre los 12 y los 15 años ya que es cuando el cuerpo evoluciona de niña a
mujer, aún antes de la adolescencia, las niñas adquieren conciencia de su peso y es cuando
estas chicas padecen un rechazo más fuerte hacia su propio cuerpo. También se debe tener en
cuenta que cada vez se está avanzando más la edad crítica de la aparición de la Anorexia
Nerviosa; se están dando casos de Anorexia Nerviosa en niñas cada vez más pequeñas (7-8
años).
Papalia, Olds y Feldman (2005) agregan que los cambios biológicos de la pubertad, que
señalan el final de la niñez, dan por resultado un rápido aumento de estatura y peso, cambios
en las proporciones y formas corporales y la adquisición de madurez sexual. Esos cambios
26.
físicos forman parte de un largo y complejo proceso de maduración que empieza antes del
nacimiento, y sus ramificaciones psicológicas continúan en la edad adulta.
Durante la adolescencia comienza la determinación de no convertirse en obeso, produciendo
problemas más graves. La preocupación por la imagen corporal, la percepción que se tiene de
la propia apariencia, a menudo empieza en la niñez intermedia o antes, pero sea acentúa en la
adolescencia. En algunos casos, conduce a esfuerzos obsesivos por controlar el peso. Este
patrón es más común entre las mujeres que entre los hombres y es poco probable que esté
relacionado con problemas reales de peso. Esto, debido al incremento normal en las mujeres
de grasa corporal durante la pubertad, muchas, en especial aquéllas que están avanzadas en el
desarrollo de la pubertad, se sienten insatisfechas con su apariencia, con lo cual refleja el
énfasis cultural en los atributos físicos de las mujeres, y esta imagen corporal negativa puede
dar lugar a Trastornos de la Conducta Alimentaria. La insatisfacción de las jóvenes con su
cuerpo se incrementa en el curso de la adolescencia temprana a la intermedia, mientras que
los hombres, que se vuelven más musculosos, se sienten más satisfechos con su cuerpo.
Peso y Talla: De la Maza, Armengol, Pons, et. al, (2004) comentan que otro aspecto que
afecta en la configuración de la percepción corporal es el peso; se tiene por un lado el peso
médico ideal y por otro lado el peso estético sobre todo publicitario que se aleja cada vez mas
de la realidad y es evidente que no se corresponden.
En la Guía de Práctica Clínica sobre Trastornos de la Conducta Alimentaria se indica que el
peso y talla, se determina con el Índice de Masa Corporal (IMC=peso kg/talla m2 ). Si el
IMC es >25 se considera sobrepeso; si está entre 25-18,5 se considera normal, y si es <18,5 se
considera desnutrición (bajo peso). La CIE-10 establece como pauta diagnóstica para un
cuadro de Anorexia Nerviosa un IMC<17,5. Para las personas con Bulimia Nerviosa se
puede encontrar un peso normal o incluso un sobrepeso ligero.
Según Timothy y Cameron (2005) mencionan el informe realizado en 2002 por el Committee
on Dietary Reference Intakes, Institute of Medicine de Washington, DC, en donde indica que
la cantidad de calorías que las mujeres necesitan para alimentarse se incrementa en un 50%
27.
entre los 9 y 19 años, mientras que en los varones el incremento es del 80%. Quizás, las
dietas adolescentes sean tan comunes debido, en parte, a este dramático imperativo biológico
que se combina con la idea cambiante de la sociedad de cómo "debemos" vernos. Estos y
otros elementos pueden crear un ambiente propicio para el desarrollo de los Trastornos de la
Conducta Alimentaria.
Milgram, Tonietti, Arroyo, et. al. (2010) haciendo una comparación entre sexos, refieren que
en el sexo femenino, el aumento de la velocidad de crecimiento ocurre, en promedio, entre los
10 y los 12 años y en los varones aproximadamente dos años más tarde. El crecimiento
durante el estirón en los varones es, en promedio, de 7 cm en el primer año, 8 cm en el
segundo y 7 cm en el tercero, con incrementos de 3 y 2 cm en los años siguientes; en las
mujeres la velocidad es menor: de 6 cm, 8 cm, 6 cm, en primero, segundo y tercer año,
respectivamente. También, la duración del brote puberal es más corta en mujeres. Este
crecimiento lineal se debe, en la adolescencia media y tardía, al aumento en la longitud del
tronco más que en los miembros. La evaluación del estado nutricional permite conocer la
composición corporal, que muestra importantes cambios desde el nacimiento hasta la adultez.
La masa corporal está constituida por varios compartimentos: masa magra, masa grasa y agua
(intra- y extracelular). Durante la adolescencia, la ganancia de masa corporal corresponde al
50% del peso adulto, al 20% de la talla definitiva y a más del 50% de la masa ósea. La
composición del tejido depositado presenta diferencias por género. El pico de crecimiento
muscular es un poco más tardío que el pico de crecimiento en estatura; en varones, estos
cambios son más marcados, y experimentan un aumento de la masa muscular, con mayor
cantidad de proteína contráctil y núcleos, que resulta en aumento de la fuerza. En mujeres, la
ganancia de músculo es menor, pero ocurre antes, por lo que, por breve tiempo, presentan
mayor promedio de masa muscular. En varones, la masa magra se incrementa desde la
infancia hasta los 19 años, mientras que en mujeres, finaliza a los 15. Con el brote puberal,
los varones ganan hasta el doble de masa magra, con una velocidad de ganancia de alrededor
de 6,5 kg/año, siendo de 4 kg/año en las mujeres. El crecimiento en las niñas se acompaña de
un mayor aumento en la proporción de grasa corporal, mientras los varones presentan un
mayor aumento de masa magra, un mayor aumento de la volemia y de la masa eritrocitaria, lo
que condiciona requerimientos diferenciados para cada uno de los sexos. A su vez, los
28.
requerimientos individuales varían en cada adolescente, dependiendo, especialmente, de la
etapa de crecimiento y de la actividad física que realice. La distribución del tejido adiposo
cambia durante la adolescencia dependiendo del momento en que se produce la maduración
sexual y del pico máximo de la velocidad de crecimiento. En las niñas, en el transcurso de las
distintas etapas puberales, se va produciendo una acentuación de los pliegues periféricos, sin
modificación de los pliegues centrales; en varones, a la inversa, con el comienzo puberal
aumenta su grasa troncal, disminuyendo o manteniendo su grasa periférica. En ambos sexos,
cuanto mayor es el espesor de los pliegues y más temprana la maduración, mayor es el riesgo
de obesidad en la vida adulta.
Características físicas individuales: De la Maza, Armengol, Pons, et. al, (2004) observan que
se debe tener presente que cada persona tiene su figura física concreta la cual viene
determinada por el aspecto hereditario en su mayoría y la experiencia con el peso que tuvo la
persona desde su nacimiento; pero éste es un aspecto que cuesta bastante interiorizar; quizás
porque estas jóvenes tienen una serie de figuras idealizadas a las que se quieren parecer.
Alimentación inadecuada: De la Maza, Armengol, Pons, et. al, (2004) refieren que hay
estudios sobre la autofagia e indican que una dieta crónica pobre o un ayuno prorrogado
acaba modificando la mente y hace que vayan desapareciendo unas “reservas” que todo
cuerpo humano tiene; a partir de aquí empieza a “autoalimentarse”; creando problemas
irreversibles en su propio cuerpo; llegando a padecer delirios, alucinaciones y estados
frecuentes de desnutrición.
Milgram, Tonietti, Arroyo, et. al. (2010) comentan que la importancia de la evaluación
nutricional en la adolescencia radica en que ésta es una etapa en la que ocurre un significativo
crecimiento, cuyo comienzo está marcado por el inicio de los caracteres sexuales secundarios.
Esos procesos están condicionados por el estado nutricional. Es, además, aconsejable
considerar las variaciones individuales, ya que el aumento de las necesidades nutricionales se
relaciona más a la etapa de desarrollo que a la edad cronológica y al estilo de vida.
29.
B) Factores Psicológicos
Según la Asociación Psiquiátrica Americana (APA) (2003) los Trastornos de la Conducta
Alimentaria, principalmente la Anorexia Nerviosa, son la principal causa de muerte entre
adolescentes y adultos jóvenes debido a enfermedades psicológicas.
Cognitivos: En los Trastornos de la Conducta Alimentaria se pueden observar, según
Carretero (2005), aspectos cognitivos inadecuados y persistentes que se refieren
principalmente a la comida, al peso, o al aspecto corporal. En cuanto a la comida se puede
destacar una serie de distorsiones que Beck, Garner y Bemis, en Carretero (2005), han
sistematizado en:
o Abstracciones Selectivas: llegar a conclusiones a partir de la consideración exclusiva de
aspectos parciales.
o Generalizaciones Excesivas: “nunca” o “nada”.
o Pensamiento Dicotómico: pensamiento de todo o nada.
o Ideas Autorreferenciales.
o Pensamiento Supersticioso.
En cuanto al peso y a la figura se pueden resumir las siguientes cogniciones:
o La bella y la bestia: pensamiento dicotómico.
o El ideal irreal: el uso del ideal social como un estándar de apariencia aceptable.
o Comparación Injusta: se comparan con personas que encuentran en sus vidas diarias.
o La lupa: se observa únicamente y de manera muy detallada sólo las partes que se
consideran más negativas de la propia apariencia.
o La mente ciega: es aquel pensamiento que minimiza o descuida cualquier parte del cuerpo
que pueda considerarse mínimamente atractiva.
o La fealdad radiante: consiste en criticar una parte, luego otra, hasta hacer una gran bola de
nieve en la que ha conseguido destruir cualquier aspecto de su figura.
Respecto al hecho de aceptar el propio esquema corporal no significa una aceptación de la
enfermedad ni una solución; ya que la angustia continua estando presente. Se llega a puntos
extremos en que la persona no ve ninguna meta que no sea el hecho de adelgazar, la obsesión
30.
es constante, todo gira alrededor de esto. Se llega a sentir muy satisfecha cuando controla su
cuerpo aunque no tenga conciencia del peligro que esto provoca.
Características de personalidad: De la Maza, Armengol, Pons, et. al, (2004) señalan que
desde el punto de vista psicológico, se habla básicamente de mujeres con un nivel de
exigencia bastante alto. Son personas extremadamente perfeccionistas, responsables, con
unas pautas parentales también muy estrictas y rígidas. Se ha podido observar que muchas de
estas jóvenes o mujeres pertenecen a una familia donde la figura paterna es extremadamente
rígida y autoritaria; por el contrario, la figura materna está infravalorada: ven a la madre
como un objeto carente de afecto; y debido a eso muchas de ellas rechazan la figura femenina
adulta y todo lo que se relaciona con ésta. Es por esto que la franja más crítica en que se
produce este tipo de trastornos se suele dar en la pubertad y la adolescencia.
Tienden a pensar en términos absolutos de todo o nada, perfeccionistas, que desean obtener el
respeto y admiración de los demás, que tienen dificultad para expresar sentimientos, personas
que tienen dificultad para confiar en los demás, que buscan un lugar seguro en la vida y que
temen no estar a la altura de las circunstancias.
Emocional: El Equipo Interdisciplinario del Centro de Atención Familiar- Paraná (E.Ríos)
Argentina- (2010) comenta como Gloria León, una psicóloga de la Universidad de Minnesota
realizó el estudio sobre las jóvenes y Trastornos de la Conducta Alimentaria, observó que
estas jóvenes "tienen escasa conciencia de sus sentimientos y de las señales que envían sus
cuerpos, lo que conforma el más claro pronóstico de que padecerán algún tipo de Trastorno
de ka Conducta Alimentaria en los dos años subsiguientes. La mayoría de los niños aprenden
a distinguir entre todas sus sensaciones, y a indicar si se siente aburridos, enojados,
deprimidos o hambrientos; esto es aspecto básico del aprendizaje emocional. Pero estas niñas
tienen problemas para distinguir entre sus sentimientos básicos. Pueden tener un problema
con sus novios, y no estar seguras de si se sienten enojadas, ansiosas o deprimidas, sólo
sienten una difusa conmoción emocional con la que no saben lidiar eficazmente. En lugar de
eso, tratan de sentirse mejor comiendo; esto puede llegar a convertirse en un fuerte hábito
emocional de defensa".
31.
o Ansiedad: De la Maza, Armengol, Pons, et. al, (2004) comentan que muchos de los
aspectos del factor biológico van configurando en la mente de las jóvenes una imagen
de cuerpo imperfecto y esto les crea una angustia y un malestar bastante grave; y para
poder llegar a la “perfección” llegan a idealizar el hecho de estar delgadas a veces
hasta extremos en que ponen en peligro su vida. El sentimiento de angustia es el que
mueve toda una serie de fobias hacia el hecho de subir de peso y todo lo que gira
alrededor de la obesidad.
También informan que la Anorexia Nerviosa desencadena una fobia constante que
activa mecanismos de evitación; y ésta a su vez produce una angustia. Dentro de lo
que es el proceso de la Anorexia Nerviosa se puede hablar de un desarrollo de estas
fobias, entendida como una fobia hacia la obesidad. La persona tiene una imagen
mental de su cuerpo como una persona gorda y esto también le genera angustia. En
relación a este punto se produce lo que se conoce como el “círculo infernal”: la
imagen de obesidad genera una angustia, esta angustia provoca realizar una dieta para
adelgazar, pero se continúa viendo gorda y por lo tanto vuelve a salir la imagen de
obesidad, la angustia, la dieta. El papel que juega esta angustia es bastante complejo;
si se tiene en cuenta que al realizar una dieta se está actuando sobre el hecho de
adelgazar y no sobre dicha angustia.
Básicamente, estas jóvenes se transforman en una dependencia absoluta hacia el
hecho de adelgazar; causan Trastornos de la Conducta Alimentaria como por ejemplo
modificar hábitos y maneras de ingesta de alimentos (es común que estas personas
presenten la necesidad de comer solas; y sobretodo el almacenamiento de la comida).
o Autoestima-autoconcepto: Carretero, (2005) refiere que los Trastornos de la Conducta
Alimentaria surgen en personas con una baja autoestima, inseguras, que suelen tener
un auto concepto físico muy pobre, que determina algunas de sus actitudes y
comportamientos por lo que es evidente que todos estos aspectos afectan en gran
medida la autoimagen de dichas jóvenes y en consecuencia a su propia autoestima.
32.
o Edad: Levenkron (2004), dice que hay también ciertas teorías que afirman que estas
edades son más vulnerables porque las jóvenes se han de enfrentar a decisiones
importantes; se trataría por un lado de la aceptación de la evolución de su cuerpo
como una mujer, y otro punto crítico se situaría alrededor de los 18 años (ya que en
muchos casos han de tomar una decisión importante como es la independencia
familiar: irse de casa o la carrera universitaria).
C) Factores Familiares: Sobre los Trastornos de la Conducta Alimentaria, Billiet (1995)
publicó un artículo en Argentina, el cual trata sobre su experiencia con los pacientes y sus
familias, donde encontró una diferenciación entre Anorexia Nerviosa y Bulimia Nerviosa; la
característica de los padres “que no alimentan pero si engordan”. La conclusión de Billiet es que
ambas patologías evidencian una base de desnutrición afectiva familiar. En la Anorexia
Nerviosa, el paciente realiza una “huelga alimenticia”, porque supone que los padres se alimentan
de la imagen de hija obediente; lo que establece que ella alimenta a sus padres de su imagen.
Mientras tanto, en la Bulimia Nerviosa se “traga” la nutrición familiar y luego expulsa la
apariencia a la que aspiran los padres del paciente.
Crispo, Figueroa, Guelar (2001) comentan que la escasa comunicación entre sus miembros de la
familia; la incapacidad de resolver conflictos que se presentan; la sobreprotección por parte de los
padres; rigidez y falta de flexibilidad para encarar las situaciones nuevas, o regular las reglas
familiares adecuándolas a los cambios de etapas; ausencia de límites generacionales; expectativas
demasiado altas de los padres hacia los hijos; historias familiares que incluyen alcoholismo y
depresión; existencia en el seno familiar de abuso sexual o físico; son algunos factores familiares
que ayudan a mantener los trastornos.
D) Factores Socio-Culturales
Contexto cultural específico: Los Trastornos de la Conducta Alimentaria tienen su causa en
una dimensión multifactorial (causas bio-psico sociales). De la Maza, Armengol, Pons, et. al,
(2004), indican que de todos ellos el factor sociocultural resulta ser un factor determinante
por el hecho de que sean enfermedades “nuevas”, propias y características de unas culturas
33.
concretas, donde las características y ámbitos que la definen se convierten en favorecedores
de la aparición de dichos trastornos. Por ello la mayoría de programas de prevención debería
centrarse en incidir en este ámbito. Curiosamente este tipo de trastornos no se encuentran en
otras culturas por ejemplo en las más pobres o donde hay menos abundancia y posibilidad de
derroche.
Rol de género: Por su parte, Raich (2001) resume que mayoritariamente está afectando a las
mujeres, aunque en los últimos años se está empezando a ver algunos hombres con este tipo
de Trastornos de la Conducta Alimentaria. Juega un papel muy importante la imagen que
ofrece la cultura respecto a las mujeres; aquí se refleja la evolución de la mujer tanto en lo
que se refiere a la incorporación en el mundo laboral como en el terreno personal.
En Estados Unidos las mujeres se definen por lo que parecen y qué tipo de imagen del cuerpo
que están retratando. Esta presión y la necesidad de la aceptación es un indicador principal de
las mujeres en vías de desarrollo los Trastornos de la Conducta Alimentaria.
Garner (1998) hizo una revisión de las revistas Play Boy de los años 50 hasta la fecha y
descubrió que el peso y la forma de las mujeres de la hoja del medio ha ido disminuyendo.
La tensión entre el ideal de mujer y la mujer real, tal como es el promedio de las mujeres de
determinada edad, va en direcciones dispares; esto explica en parte la creciente oferta de
como adelgazar. Las mujeres se han transformado en un mercado de consumo de dietas,
cirugías, lifting, etc. Garder hizo otro estudio en donde comparó la cantidad de dietas que
aparecen en las revistas de la década del 70 al 80, y el promedio aumentó el 70%.
Culturalmente cada vez hay más presión para adelgazar, cada vez hay más ofertas de dietas,
productos dietéticos y en este contexto cada vez hay más Anorexia Nerviosa y Bulimia
Nerviosa.
Raich (2001) comenta que los Trastornos de la Conducta Alimentaria son trastornos graves
que afectan a las mujeres jóvenes y muy jóvenes, son más frecuentes en sociedades
desarrolladas donde hay sobre abundancia de comida, en las que la cultura que predomina
enfatiza la delgadez.
34.
El mismo autor explica de los tres modelos explicativos, en donde se hace un detallado
análisis de ¿por qué mujeres? Y ¿por qué adolescente? Se cree que muy tempranamente las
niñas se identifican con su género y éste evidentemente está ligado a las expectativas de su rol
sexual, encontrando dos características muy claras de la feminidad: 1.) Las mujeres están más
orientadas interpersonalmente que los hombres 2.) La belleza es un aspecto central de la
feminidad.
Indica también que otro punto a tener presente es la estética femenina que se está implantando
actualmente y en ocasiones utilizada de una forma poco apropiada. Se considera que es
bastante relevante para la configuración de la imagen corporal de estas jóvenes.
Imagen corporal: Según Brown, Cash, y Milkulka (1990), la imagen corporal incluye
múltiples dimensiones como la percepción, las actitudes, la cognición, el comportamiento, los
afectos, el miedo a ser obeso, la distorsión del cuerpo, la insatisfacción corporal, la
evaluación, la preferencia por la delgadez y la restricción al comer.
Banfield y McCabe (2002) definen la imagen corporal como una representación mental que
tienen los individuos del tamaño y forma de su cuerpo, la cual está influenciada por una
variedad de factores históricos, culturales, sociales, individuales y biológicos. Para estos
autores, la imagen corporal incluye aspectos de percepción, cognitivos, afectivos y
conductuales. Existen Centros Nacionales de Salud en donde se pretende mencionar el
promedio de peso y estatura reales entre una población saludable, con el fin de permitir a las
mujeres y los hombres jóvenes a tener una mejor imagen corporal. Expresar la información
adecuada ayudará a la lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria y dejar que las
personas empiecen a aceptar y abrazar su propio cuerpo y no desear que la imagen corporal
general sea la misma, aceptar la individualidad. Estados Unidos en particular tiene un punto
de vista social y cultural en la imagen corporal y la delgadez extrema.
Medios de comunicación social: Lo más importante que alguien busca como un adulto joven
es la aceptación. Los medios de comunicación hace que sea muy difícil para los jóvenes a
35.
abrazar y aceptar su propia imagen corporal, si no está cerca cuando se retrata en la
televisión y en revistas. Los trastornos alimenticios se pueden prevenir.
En el estudio sobre la pobre imagen corporal y el trastorno alimentario como resultado de los
Medios de Comunicación, de la Asociación de Lucha contra la Bulimia y Anorexia en
Argentina, se comenta que muy a menudo la imagen corporal de una persona se distorsiona
debido a la "medida" del cuerpo que se muestra en los medios de comunicación. Las
estadísticas anteriores en relación con Trastornos de la Conducta Alimentaria son en parte
culpa por los medios de comunicación. Un adolescente modelo puede medir 1.60mts de
altura y pesar 117 libras, lo que es normal pero lo más seguro es que van a tener una
percepción distorsionada de su propia imagen corporal porque tienen según ellos 17 libras de
más y 10 centímetros de menos en comparación a las modelos de televisión y revistas.
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria son consecuencia de la inseguridad y una pobre
imagen corporal. Es importante educar a la gente sobre la norma de un peso adecuado, y la
dieta, por lo que los Trastornos de la Conducta Alimentaria ya no son una opción. Los
medios de comunicación junto con mensajes verbales lanzan imágenes de cuerpos que sutil o
burdamente van destilando mensajes y señales que facilitan la difusión y consiguiente
interiorización de la cultura de la delgadez. El papel que la televisión ejerce en la difusión de
valores y modelos relacionados con la estética de la delgadez es muy importante, ya que es el
medio de comunicación más intensivo. El modelo suministrado por televisión es el de la
mujer sumamente delgada y joven; el mensaje tácito brindado es que para ser exitosa y linda
hay que ser muy delgada, como las modelos y actrices que figuran en la pantalla. La
publicidad comercial impone los estereotipos estéticos corporales que afectan a la población,
con sus mensajes incorpora el estereotipo estético, lo concreta y potencia.
1.1.2. Prevalencia de los Trastornos de la Conducta Alimentaria
Rome (2003) comenta que la prevalencia de la Anorexia Nerviosa varía desde un 0.28% a 0.48%
e incluso 1% y la prevalencia de Bulimia Nerviosa es casi constante en los estudios de un 1.0% a
2.0%, aunque hay reportes de hasta 5%. La prevalencia observada en estudios realizados
alrededor del mundo con el Cuestionario de Actitudes Alimentarias (Eating Attitudes Test) es
36.
diferente a las mostradas anteriormente, ya que éste es un cuestionario de tamizaje que evalúa
actitudes y conductas significativas relacionadas con la Anorexia Nerviosa y la Bulimia Nerviosa
en general, y de él se infiere la posibilidad de que exista un riesgo potencial de desarrollar una
patología alimentaria. Los estudios realizados con este cuestionario muestran los siguientes
resultados: 16.3% en un estudio español realizado a estudiantes entre los 14 y los 19 años; 17.3%
y 14.71% en otros con edades similares; 12.3% en estudiantes de secundaria de España y 17% en
estudiantes estadounidenses de los primeros años de universidad; 27% en estudiantes de 12 a 16
años en Toronto; 14.2% en estudiantes preuniversitarias canadienses; 15% en estudiantes de
secundaria de las Filipinas; 29.4% en adolescentes inmigrantes; 21.7% en trabajadoras de la
salud; hasta una prevalencia de 15-62% en jóvenes mujeres atletas.
Según la Guía de Práctica Clínica sobre Trastornos de la Conducta Alimentaria, en España las
estimaciones de la prevalencia de Bulimia Nerviosa entre mujeres jóvenes varían de 4% a 10%.
Algunos expertos entienden que este problema es sumamente subestimado porque muchas
personas con Bulimia Nerviosa son capaces de ocultar sus purgaciones y no se vuelven
perceptiblemente enflaquecidas. Con frecuencia es diagnosticada después de la edad de 18 años,
y se ha incrementado más rápido que la Anorexia Nerviosa a través de los últimos cinco años. La
Anorexia Nerviosa, por su parte, es la tercera enfermedad crónica más común en mujeres
adolescentes y se estima que ocurrirá en 0.5% a 3% de todos los adolescentes. Generalmente
ocurre en la adolescencia, aunque todos los grupos de edades son afectados, incluyendo ancianos
y niños tan pequeños como de seis años. Según Carazo (2009) en Costa Rica una encuesta
reciente de estudiantes en quinto y sexto grado reportó que 73% de las niñas y 43% de los niños
querían estar más delgados y 10% del grupo expresó actitudes desordenadas hacia el comer.
Entre los mediados de los 1950's y los 1970's, la incidencia de Anorexia Nerviosa incrementó por
casi 300%. Indicaciones, sin embargo, muestran que la taza puede estar estabilizándose entre las
poblaciones españolas.
1.1.3. Morbilidad de los Trastornos de la Conducta Alimentaria
De acuerdo a Wonderlich y Mitchell (2001), la relación entre los Trastornos de la Conducta
Alimentaria y los trastornos de personalidad, puede darse de tres posibles maneras:
37.
Los desórdenes (o rasgos) de personalidad predisponen o aumentan el riesgo de desarrollar
Trastornos de la Conducta Alimentaria.
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria producen exageraciones de algunos rasgos de la
personalidad y causan una exacerbación del trastorno de personalidad como resultado de la
inanición, el caos dietario y el desorden emocional asociado a los Trastornos de la Conducta
Alimentaria.
Los desórdenes de la personalidad y los Trastornos de la Conducta Alimentaria no tienen una
relación causal entre ellos, pero son causados por una tercera variable que aumenta el riesgo
de uno o ambos trastornos.
1.1.4. Tipos de Trastornos de la Conducta Alimentaria
1.1.4.a. Anorexia Nerviosa
1.1.4.a.1. Concepto
La décima revisión (1992) de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE 10) en el
capítulo de Trastornos Mentales y del Comportamiento, establece la siguiente definición para la
Anorexia Nerviosa: “Trastorno caracterizado por la presencia de una pérdida deliberada de peso,
inducida o mantenida por el mismo enfermo”. (pag.95) Las personas con este trastorno tienen un
miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obesas. Este miedo generalmente no desaparece
aunque el individuo pierda peso y de hecho va aumentando aunque el peso vaya disminuyendo.
En el Texto Revisado del Manual de Diagnóstico Estadístico IV (2003) dice que existe una
alteración de la percepción del peso y de la silueta corporal, algunas personas se encuentran
“obesas” mientras que otras se dan cuenta de que están delgadas pero continúan estando
preocupadas porque algunas partes de su cuerpo (especialmente el abdomen, las nalgas y muslos)
les parecen demasiado gordas. Pueden emplear una amplia variedad de técnicas para estimar el
tamaño y el peso de su cuerpo, como lo son pararse constantemente en una báscula, la medida de
las diferentes partes de cuerpo de manera obsesiva o mirarse repetidas veces al espejo para
observar las zonas consideradas “obesas”.
Expone que el nivel de autoestima de las personas que sufren este trastorno depende de gran
medida de la forma y el peso de cuerpo. Consideran un logro perder peso y un signo de
38.
extraordinaria autodisciplina: en cambio ven el aumento de peso como un fracaso inaceptable de
su autocontrol. Algunas personas están conscientes de su delgadez, pero niegan que ésta pueda
tener implicaciones clínicas graves. Es raro que una mujer con Anorexia Nerviosa se queje de
pérdida de peso. Normalmente las personas con este trastorno tienen escasa conciencia de su
alteración, la niegan y pueden explicar historias poco creíbles. Por esta razón es necesario
obtener información de los padres o de otras fuentes con el fin de evaluar el grado de pérdida de
peso y otras características de la enfermedad. En niñas que ya hayan tenido la primera regla, la
amenorrea (debido a niveles anormalmente bajos de estrógenos por disminución de la secreción
hipofisaria de las hormonas foliculoestimulante [FSH] y luteinizante [LH]) es indicadora de una
disfunción fisiológica. La amenorrea es consecuencia generalmente de la pérdida de peso pero en
una minoría de casos la precede en las niñas prepuberales, la Anorexia Nerviosa puede retrasar la
aparición de la menarquia.
Según Cuñat (2008), la Anorexia Nerviosa es un Trastorno de la Conducta Alimentaria que se
caracteriza por una pérdida significativa del peso corporal producida normalmente por la decisión
voluntaria de adelgazar. Este adelgazamiento se consigue suprimiendo o reduciendo el consumo
de alimentos, especialmente “los que engordan" y también con cierta frecuencia mediante
vómitos, uso indebido de laxantes, ejercicio físico exagerado y consumo de anorexígenos,
diuréticos entre otros. Karwautz, (2003) dice “existen dos rasgos básicos de la personalidad que
están muy presentes en las personas que padecen Anorexia Nerviosa: el perfeccionismo y un
temperamento fuerte” (Pág. 179)
1.1.4.a.2. Etiología
Dentro de los factores causales de la Anorexia Nerviosa, Raich (2001) menciona como
predisponentes: factores genéticos, la edad (13-20 años), ser de sexo femenino, factores afectivos
y emocionales, características de la personalidad, características familiares y factores
socioculturales. Por otra parte, dentro de los factores precipitantes menciona: separaciones,
pérdidas, contactos sexuales, acontecimientos vitales estresantes y exceso de actividad física.
Dentro de los factores de mantenimiento se encuentran: las consecuencias de la inanición, la
interacción familiar, social, cogniciones específicas y valores.
39.
1.1.4.a.3. Criterios Diagnósticos
Respecto de los criterios de diagnóstico de Anorexia Nerviosa, el Texto Revisado del Manual de
Diagnóstico Estadístico IV (2003) describe:
El criterio A: proporciona una guía para determinar cuándo el individuo alcanza el valor
umbral para ser considerado de peso inferior. Esto significa que el peso de la persona es
inferior al 85% del peso considerado normal para su edad y su talla de acuerdo con una de las
tablas de la Metropolitan Life Insurance o de las tablas de crecimiento usadas en pediatría.
Otra guía usada en los criterios de investigación de la CIE 10, el individuo ha de tener un
índice de masa corporal (IMC) igual o inferior a 17,5 Kg/m2. que se calcula en metros
cuadrados, dividiendo el peso en kilogramos por la altura.
El criterio B: se refiere a un miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, incluso
estando por debajo del peso normal.
El criterio C: es la alteración de la percepción del peso o la silueta corporal, exageración de su
importancia en la autoevaluación o negación del peligro que comporta el bajo peso corporal.
El criterio D: en las mujeres pospuberales, presencia de amenorrea; por ejemplo, ausencia de
al menos tres ciclos menstruales consecutivos. (se considera que una mujer presenta
amenorrea cuando sus menstruaciones aparecen únicamente con tratamientos hormonales).
Se identifica subtipos para especificar la presencia o la ausencia de atracones o purgas durante los
episodios de Anorexia Nerviosa que son:
El tipo restrictivo: la pérdida de peso se consigue haciendo dieta, ayunando o realizando
ejercicio excesivo, no se recurre a atracones ni a purgas.
El tipo compulsivo/purgativo: cuando se recurre regularmente a atracones o purgas (o
ambos), generalmente cuando recurren a atracones, también recurren a purgas, provocándose
el vómito o utilizando diuréticos, laxantes o enemas de forma excesiva.
1.1.4.a.4. Curso de la Anorexia Nerviosa
Del Canto (2003), expone que la persona con este trastorno mantiene un peso corporal por debajo
del nivel normal, mínimo para su edad y su talla, generalmente con una pérdida de peso que se
divide en: 1- Adelgazamiento leve: 10 a 15% de disminución de peso corporal de inicio 2-
40.
Adelgazamiento moderado: 15 a 25% de disminución de peso corporal de inicio 3-
Adelgazamiento grave: de 25% en delante de disminución de peso corporal de inicio aunque en
algunos criterios de diagnostico exigen un descenso de peso por encima del 25% con esto se
favorece detectar la patología en etapas más precoces para ser detenidas a tiempo. Si la Anorexia
Nerviosa se inicia en la niñez o en las primeras etapas de la adolescencia generalmente la pérdida
de peso se consigue mediante una disminución de la ingesta total. A pesar de que los individuos
empiezan por excluir de su dieta todos los alimentos con alto contenido calórico, la mayoría de
ellos acaban con una dieta muy restringida, limitada a unos pocos alimentos. Existen otras
formas de perder peso como la utilización de purgas como vómitos provocados, uso inadecuado
de laxantes y diuréticos o el ejercicio excesivo.
El trastorno suele iniciarse entre los 14 y 18 años de edad, pero en los últimos tiempos está
descendiendo la edad de inicio.
1.1.4.a.5. Diagnostico Diferencial
Mijan y Velasco (1999) comentaron que, junto al diagnóstico principal de un trastorno
alimentario en un paciente determinado, pueden existir otros diagnósticos psiquiátricos
asociados, entendiéndose éstos como la comorbilidad de los trastornos alimentarios. Dentro de
estos diagnósticos psiquiátricos cabe destacar la presencia de trastornos depresivos mayores o
menores, trastornos obsesivo-compulsivos y trastorno límite de la personalidad. Devlin (1998),
por su parte, mencionó más comúnmente los trastornos de ansiedad y depresión.
El Texto Revisado del Manual de Diagnóstico Estadístico IV (2003) expresa que es necesario
considerar otras causas posibles de pérdida de peso, sobre todo si hay características atípicas
(como el inicio de la enfermedad después de los 40 años). En las enfermedades médicas (p. ej.,
enfermedad digestiva, tumores cerebrales, neoplasias ocultas y síndrome de inmunodeficiencia
adquirida) puede producirse una pérdida de peso importante, pero las personas con estos
trastornos generalmente no tienen una imagen distorsionada del cuerpo ni un deseo de adelgazar
más. El síndrome de la arteria mesentérica superior (caracterizado por vómitos pospandriales
secundarios a obstrucción intermitente del vaciamiento gástrico) debe diferenciarse de la
Anorexia Nerviosa, aunque este síndrome aparece algunas veces en individuos que presentan
aquélla (debido a su emaciación). En el trastorno depresivo mayor puede haber una pérdida de
41.
peso importante, pero la mayoría de los individuos con este trastorno no tienen deseo de
adelgazar ni miedo a ganar peso. En la esquizofrenia se observan patrones de alimentación
bastante raros; los enfermos adelgazan en ocasiones de forma significativa, pero rara vez temen
ganar peso ni presentan alteración de la imagen corporal (necesarias para establecer el
diagnóstico de Anorexia Nerviosa).
Algunas características de la Anorexia Nerviosa forman parte de los criterios para la fobia social,
el trastorno obsesivo-compulsivo y el trastorno dismórfico. Los enfermos se sienten humillados
y molestos al comer en público (al igual que en la fobia social); pueden presentar obsesiones y
compulsiones en relación con los alimentos (al igual que en el trastorno obsesivo-compulsivo) o
pueden estar muy preocupados por un defecto corporal imaginario (como en el trastorno
dismórfico). Cuando el individuo con Anorexia Nerviosa tiene miedos sociales limitados a la
conducta alimentaria, no debe establecerse el diagnóstico de fobia social, pero, si existen fobias
sociales no relacionadas con la conducta alimentaria (p. ej., miedo excesivo a hablar en público),
es necesario realizar el diagnóstico adicional de fobia social. De manera similar, debe efectuarse
el diagnóstico adicional de trastorno obsesivo-compulsivo si el enfermo presenta obsesiones y
compulsiones no relacionadas con el alimento (p. ej., miedo excesivo a contaminarse), y el de
trastorno dismórfico sólo si la alteración no está relacionada con la silueta y el tamaño corporal
(p. ej., preocupación por tener una nariz demasiado grande).
En la Bulimia Nerviosa los individuos presentan atracones recurrentes y conductas encaminadas
a no ganar peso (p. ej., vómitos), y se encuentran excesivamente preocupados por la silueta y el
peso corporales. Sin embargo, a diferencia de los enfermos con Anorexia Nerviosa (tipo
compulsivo/ purgativo), las personas con Bulimia Nerviosa son capaces de mantener el peso
igual o por encima de un nivel normal mínimo.
1.1.4.a.6. Prevalencia
Según Raich (2001) y Ladish (2002), dentro de la prevalencia de la Anorexia Nerviosa, se puede
mencionar que una persona de cada 100 ó 250 (entre el 1 y 2% de mujeres) padecen de Anorexia
Nerviosa. Entre el 90 y el 95 % de los enfermos con Anorexia Nerviosa son mujeres. En cuanto
a la mortalidad, entre el 5 y el 20 % de las personas que padecen Anorexia Nerviosa mueren a
42.
causa de la misma o de sus secuelas, aumentando la probabilidad a medida que aumenta la
duración de la enfermedad.
1.1.4.b. Bulimia Nerviosa
1.1.4.b.1. Concepto
Bulimia Nerviosa es un término que significa “ingestión voraz”. Esta conducta se ha convertido
en una práctica común en jóvenes universitarias y, más recientemente, en los institutos. No todas
las personas que presentan atracones pueden recibir un diagnóstico psiquiátrico. La Bulimia
Nerviosa puede darse en la Anorexia Nerviosa; en tal caso, según el Texto Revisado del Manual
de Diagnóstico Estadístico IV (2003) debe realizarse el diagnóstico de Anorexia Nerviosa tipo
compulsivo purgativo. La Bulimia Nerviosa también puede darse con un peso normal, asociada a
síntomas psicológicos. En este caso se aplica el diagnóstico de Bulimia Nerviosa. Los pacientes
con peso normal que recurren a atracones o purgas pueden clasificarse en dos categorías:
pacientes bulímicos de peso normal que no han padecido anteriormente un cuadro de Anorexia
Nerviosa y pacientes con una historia previa de Anorexia Nerviosa. Desafortunadamente, el
sistema de clasificación del Texto Revisado del Manual de Diagnóstico Estadístico IV (2003) no
diferencia entre estos dos subgrupos de pacientes bulímicos. El término Bulimia Nerviosa
implica alteraciones psiquiátricas y por ello es más adecuado que el de Bulimia. La Bulimia
Nerviosa es un trastorno en el que la bulimia o los atracones de comida son la conducta
predominante.
Se define, en el Texto Revisado del Manual de Diagnóstico Estadístico IV (2003), atracón como
el consumo a lo largo de un período corto de tiempo de una cantidad de comida muy superior a la
que la mayoría de los individuos comerían (Criterio A1). El clínico debe tener en cuenta el
contexto en que se produce el atracón —lo que se calificaría como consumo excesivo en una
comida habitual puede considerarse normal si se produce en una celebración o en un
aniversario—. Un «período corto de tiempo» significa aquí un período de tiempo limitado,
generalmente inferior a 2 horas. Los atracones no tienen por qué producirse en un solo lugar; por
ejemplo, un individuo puede empezar en un restaurante y continuar después en su casa. No se
considera atracón el ir «picando» pequeñas cantidades de comida a lo largo del día. A pesar de
que el tipo de comida que se consume en los atracones puede ser variada, generalmente se trata
43.
de dulces y alimentos de alto contenido calórico (como helados o pasteles). Sin embargo, los
atracones se caracterizan más por una cantidad anormal de comida ingerida que por un ansia de
comer un alimento determinado, como los hidratos de carbono. Los individuos con Bulimia
Nerviosa ingieren más calorías en un atracón que los individuos sin Bulimia Nerviosa en una
comida, pero la proporción de calorías derivadas de proteínas, ácidos grasos e hidratos de
carbono es similar. Los individuos con este trastorno se sienten generalmente muy avergonzados
de su conducta e intentan ocultar los síntomas. Los atracones se realizan por lo normal a
escondidas o lo más disimuladamente posible. Los episodios pueden o no haberse planeado con
anterioridad y se caracterizan (aunque no siempre) por una rápida ingesta del alimento. Los
atracones pueden durar hasta que el individuo ya no pueda más, incluso hasta que llega a sentir
dolor por la plenitud. Los estados de ánimo disfóricos, las situaciones interpersonales
estresantes, el hambre intensa secundaria a una dieta severa o los sentimientos relacionados con
el peso, la silueta y los alimentos pueden desencadenar este tipo de conducta. Los atracones
pueden reducir la disforia de manera transitoria, pero a continuación suelen provocar
sentimientos de autodesprecio y estado de ánimo depresivo. Los atracones se acompañan
también de sensación de falta de control (Criterio A2). El individuo puede estar en un estado de
excitación cuando se atraca de comida, especialmente en el inicio de la enfermedad. Algunos
enfermos describen síntomas de naturaleza disociativa durante o después de los atracones. A
medida que la enfermedad progresa, los atracones ya no se caracterizan por una sensación aguda
de pérdida de control, sino por conductas de alteración del control, como es la dificultad para
evitar los atracones o la dificultad para acabarlos. La alteración del control asociada a los
atracones no es absoluta; por ejemplo, un individuo puede continuar comiendo aunque suene el
teléfono, pero parar inmediatamente si alguien entra en la habitación.
Otra característica esencial de este trastorno la constituyen las conductas compensatorias
inapropiadas para evitar la ganancia de peso (Criterio B). Muchos individuos usan diversos
métodos para intentar compensar los atracones; el más habitual es la provocación del vómito.
Este método de purga lo emplean el 80-90 % de los sujetos que acuden a los centros clínicos para
recibir tratamiento. Los efectos inmediatos de vomitar consisten en la desaparición del malestar
físico y la disminución del miedo a ganar peso. En algunos casos el vómito se convierte en un
objetivo, y el enfermo realizará atracones con el fin de vomitar o vomitará después de ingerir
44.
pequeñas cantidades de comida. Estas personas pueden emplear una gran variedad de técnicas
para provocar el vómito, con los dedos o con diversos instrumentos. Los enfermos acaban
generalmente por tener la necesidad de provocarse el vómito y eventualmente pueden vomitar a
voluntad; raras veces toman jarabe de ipecacuana. Otras conductas de purga son el uso excesivo
de laxantes y diuréticos. Aproximadamente un tercio de las personas con este trastorno toman
laxantes después de los atracones. Muy de vez en cuando los enfermos emplean enemas, que
raramente constituyen el único método compensatorio utilizado.
Los individuos con este trastorno pueden estar sin comer uno o más días, o realizar ejercicio
físico intenso, en un intento por compensar el alimento ingerido durante los atracones. Se puede
considerar excesivo el ejercicio que interfiere de manera significativa las actividades importantes,
cuando se produce a horas poco habituales, en lugares poco apropiados, o cuando el individuo
continúa realizándolo a pesar de estar lesionado o presentar alguna enfermedad.
Excepcionalmente, los individuos con este trastorno toman hormonas tiroideas con el fin de no
ganar peso. Los sujetos con diabetes mellitus y Bulimia Nerviosa pueden suprimir o disminuir la
dosis de insulina para reducir el metabolismo de los alimentos ingeridos durante los atracones.
Las personas con Bulimia Nerviosa ponen demasiado énfasis en el peso y la silueta corporales al
autovalorarse, y estos factores son los más importantes a la hora de determinar su autoestima
(Criterio D). Estos sujetos se parecen a los que padecen Anorexia Nerviosa por el miedo a ganar
peso, el deseo de adelgazar y el nivel de insatisfacción respecto a su cuerpo. Sin embargo, no
debe realizarse el diagnóstico de Bulimia Nerviosa si la alteración aparece exclusivamente
durante los episodios de Anorexia Nerviosa (Criterio E).
1.1.4.b.2. Etiología
Dentro de los factores causales de la Bulimia Nerviosa, Raich (2001) menciona entre los
pertenecientes a la historia familiar: la presencia de trastornos afectivos entre los familiares más
próximos, abuso de sustancias, obesidad y gran preocupación de los padres por el peso y la
figura. Dentro de los pertenecientes a la historia personal, se pueden mencionar: presencia de un
trastorno afectivo, obesidad, abuso sexual, y diabetes mellitus. Determinados rasgos de
personalidad y la presencia de ideas sobrevaloradas sobre la figura y el peso.
45.
1.1.4.b.3. Criterios Diagnósticos
Criterios del Texto Revisado del Manual de Diagnóstico Estadístico IV (2003) para el
Diagnóstico de Bulimia Nerviosa
Presencia de atracones recurrentes. Un atracón se caracteriza por: ingesta de alimento en un
corto espacio de tiempo (p. ejemplo, en un período de 2 horas) en cantidad superior a la que
la mayoría de las personas ingerirían en un período de tiempo similar y en las mismas
circunstancias
Sensación de pérdida de control sobre la ingesta del alimento (p. ejemplo, sensación de no
poder parar de comer o no poder controlar el tipo o la cantidad de comida que se está
ingiriendo)
Conductas compensatorias inapropiadas, de manera repetida, con el fin de no ganar peso,
como son provocación del vómito; uso excesivo de laxantes, diuréticos, enemas u otros
fármacos; ayuno, y ejercicio excesivo.
Los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas tienen lugar, como promedio, al
menos dos veces a la semana durante un período de tres meses.
La autoevaluación está exageradamente influida por el peso y la silueta corporales. La alteración
no aparece exclusivamente en el transcurso de la Anorexia Nerviosa.
1.1.4.b.4. Curso
La Bulimia Nerviosa se inicia generalmente al final de la adolescencia o al principio de la vida
adulta. Los atracones suelen empezar después o durante un período de régimen dietético. La
alteración de la conducta alimentaria persiste al menos durante varios años en un alto porcentaje
de nuestras clínicas. El curso puede ser crónico o intermitente, con períodos de remisión que se
alternan con atracones. Se desconoce la evolución a largo plazo.
1.1.4.b.5. Prevalencia
Dentro de la prevalencia, Ladish (2002) y APA (2003) mencionan que la Bulimia Nerviosa afecta
entre el 1 y 3 % de las adolescentes en edad escolar, y entre el 1 y 4 % de mujeres en edad
universitaria. El 80% de los enfermos de Bulimia Nerviosa son mujeres.
46.
1.1.5. Consecuencias de los Trastornos de la Conducta Alimentaria
Según Del Canto (2003) los peligros asociados con las conductas de desórdenes alimenticios en
Anorexia Nerviosa y Bulimia Nerviosa son:
Malnutrición: Puede ser consecuencia tanto de la escasa alimentación como de comer
demasiado. La palabra malnutrición indica deficiencia de energía, proteínas y
micronutrientes (por Ej. Vitamina A, Yodo y Hierro) que se pueden presentar combinadas o
por separado. Puede causar riesgos físicos graves incluyendo entre ellos infecciones
respiratorias, falla renal, ceguera, ataque al corazón y muerte.
Deshidratación: Causada por un agotamiento de los fluidos del cuerpo o por falta de consumo
de líquidos. Comer escasamente, ayunar, los vómitos y el abuso de laxantes son las causas
principales de muerte de personas que padecen de Trastornos de la Conducta Alimentaria.
Los síntomas incluyen mareos, debilidad física, u oscurecimiento de la orina. Puede llevar a
un fallo renal, falla cardiaca y muerte.
Desbalances electrolíticos: Los electrolitos son componentes moleculares con carga eléctrica
que al disociar sus componentes, hacen posible la ocurrencia de varios mecanismos normales
en las células. Entre ellos está el sodio, potasio, calcio, magnesio, cloro etc. Estos elementos
se mantiene el equilibrio intra y extracelular y puede variar por falta de suministro de los
mismos en la alimentación, pérdida con los líquidos corporales entre otras causas. Una vez
perdido este equilibrio (o balance), las funciones celulares se afectan y lleva a una falla en los
diferentes órganos del cuerpo, también son esenciales para la producción de la “energía
eléctrica natural” del organismo, la que asegura la salud de la dentadura, articulaciones y
huesos, la transmisión de los impulsos del sistema nervioso y de los músculos, riñones y
corazón, el nivel de azúcar en la sangre y la llegada de oxígeno a las células.
Lanugo: Vello suave que aparece en la cara, espalda y brazos. Causado por un mecanismo de
protección del organismo para ayudar a la persona a mantener la temperatura del cuerpo
durante los periodos de inanición (en escasa alimentación o ayunos extremos) y malnutrición,
con el fin de proteger de los desbalances hormonales resultantes.
Edema: Hinchazón de tejidos blandos como resultado de una excesiva acumulación de agua.
Se presenta comúnmente en piernas y pies de personas que comen compulsivamente y en
exceso y en la zona abdominal de personas con Anorexia Nerviosa y/o Bulimia Nerviosa
(como consecuencia del uso de laxante y diuréticos).
47.
Atrofia muscular: Desgaste de los músculos y disminución de la masa muscular debido a que
el organismo se consume a sí mismo. Alteración del funcionamiento neuromuscular debido a
déficit de vitaminas y minerales (en particular de potasio) y malnutrición.
Insomnio: Problemas para poder dormirse y/o para continuar durmiendo.
Síndrome de fatiga crónica: Fatiga continua y deteriorante relacionada con un sistema de
inmunidad debilitado.
Hiperactividad: Comprar maniáticamente, no poder quedarse un minuto quieto.
Hinchazón: En cara y mejilla (por vómitos auto-provocados).
Callos o hematomas en los dedos de las manos: Causado por el uso repetido de los dedos para
provocarse el vómito.
Ruptura de esófago: A causa de los vómitos auto inducidos.
Desgarro de Mallory-Weis: Relacionado con los vómitos, se trata de una ruptura en la unión
gastroesofágica.
Ruptura gástrica: Erosión, perforación o ruptura espontánea del estómago.
Reflujo esofágico: Trastorno de reflujo ácido. Los alimentos se digieren sólo parcialmente en
el estómago donde se mezclan con los ácidos y enzimas, y se regurgitan (suben) de nuevo al
esófago. Ésto puede llevar a un daño en el esófago, laringe y pulmones e incrementa las
posibilidades de desarrollar un cáncer de esófago y de cuerdas vocales. Esófago de Barrett
relacionado con cáncer de esófago, es causado por reflujo esofágico, esto es, un cambio en las
células del esófago.
Parotiditis: Otro rasgo frecuente en los bulímicos es la inflamación de las parótidas, tal vez
como consecuencia de los problemas nutricionales que llevan al déficit de determinados
micronutrientes y por el estimulo de jugos gástricos que llevan en la boca que aumenta la
secreción de saliva. Algunos autores postulan que aunque se cure la enfermedad persiste la
inflamación, incluso defienden la cirugía de esas glándulas. No obstante este síntoma
disminuye cuando mejora la enfermedad.
Úlceras en la boca: Debido al contacto con el ácido clorhídrico después del vómito.
Estreñimiento crónico: Descenso de la motibilidad intestinal, como consecuencia del abuso
de laxantes.
Cáncer de garganta y cuerdas vocales (laringe): Debido a trastornos de reflujo ácido.
48.
Piel seca, cabello y uñas quebradizas, caída de cabello: Esto es causado por el déficit de
vitaminas y minerales, malnutrición y deshidratación.
Presión arterial baja, hipotensión: A causa de la temperatura corporal disminuida,
malnutrición y deshidratación. Puede ocasionar arritmias cardiacas, shock o infarto de
miocardio.
Hipotensión ortostática: Descenso repentino en la presión sanguínea al sentarse o levantarse.
Los síntomas incluyen mareos, visión borrosa, desmayo, taquicardia y dolores de cabeza.
Presión arterial alta, hipertensión: Presión sanguínea elevada que supera 140 sobre 90. Puede
causar: cambios sanguíneos en las venas posteriores del ojo ocasionando problemas en la
visión; engrosamiento anormal del músculo cardiaco; falla renal; y daño cerebral.
Baja cantidad de plaquetas o trombocitopenia: Causada por bajos niveles de vitamina B12 y
ácido fólico, y/o exceso de alcohol. Puede ser indicador de supresión del sistema inmune o
una disfunción en la inmunidad.
Variaciones abruptas en los niveles de azúcar en la sangre: Baja azúcar en
sangre/hipoglucemia. Puede indicar problema en el hígado o riñones y conducir a deterioro
neurológico o mental.
Aumento del azúcar en la sangre / hiperglucemia: Puede llevar a la diabetes, fallos en el
hígado y colapso del riñón, problemas circulatorios y del sistema de inmunidad.
Diabetes: Presión arterial alta como resultado de baja producción de insulina. Las causas son:
desbalances hormonales, hiperglucemia, o pancreatitis crónica.
Cetoacidosis: Altos niveles de ácidos que se acumulan en la sangre (cetones) por causa de la
quema de la grasa corporal (en lugar del azúcar y los carbohidratos) para obtener energía.
Puede ser resultado de inanición, purgas excesivas, deshidratación, hiperglucemia y/o abuso
de alcohol (o también como resultado de una diabetes no tratada o no controlada). Puede
llevar al coma y a la muerte.
Déficit de hierro, anemia: Esto ocasiona que las partículas en la sangre que transportan
oxígeno se inutilicen y puede causar fatiga, falta de aire, incremento de infecciones y
palpitaciones del corazón.
Infección y falla renal: Los riñones limpian los deshechos del cuerpo, regulan la
concentración de ácido y mantienen el balance de agua. Déficit de vitaminas B12,
49.
deshidratación, infección y presión incrementan los riesgos de infecciones renales
ocasionando daño renal permanente y, con más frecuencia, falla renal.
Osteoporosis: Adelgazamiento de los huesos con disminución de la masa ósea debido al
agotamiento de calcio y de la proteína ósea, y que aumenta la predisposición de fracturas.
Osteopenia: Masa ósea menor a la normal, que indica una deficiencia de calcio y/o vitamina
D las que llevan a la osteoporosis.
Desbalance hormonal / deficiencias asociadas con la pérdida del ciclo menstrual, pueden
también incrementar los riesgos de osteoporosis y osteopenia.
Artritis: (Degenerativa) puede ser causada por desbalances hormonales y déficit de
vitamínicos así como un incremento a la tensión de articulaciones en personas que comen
compulsivamente.
Síndrome Tmj (En Ingles: Tempero-Mandibular Jaw) y problemas asociados: Artritis
degenerativa de la articulación temporo-mandibular (en el lugar donde la mandíbula se
conecta con el cráneo) que ocasiona dolor en la zona, dolores de cabeza, y problemas al
masticar y al abrir / cerrar la boca. Déficit de vitaminas y el castañetear o friccionar los
dientes (frecuentemente relacionado con estrés) pueden ser las causas.
Amenorrea: Pérdida de los ciclos menstruales (por falta de secreción hormonal, estrógenos,
por parte de los ovarios). La pérdida del ciclo menstrual puede llevar a osteopenia y
osteoporosis.
Incrementos de hematomas en la piel: El déficit de vitaminas que disminuye la capacidad del
organismo de sanarse a sí mismo, la presión arterial baja y la pérdida de peso extrema facilita
que se produzcan hematomas y que tome un largo tiempo en recuperarse.
Problemas dentales, descalcificación de los dientes, erosión del esmalte dental, caries severas,
problemas de encías: Causado por el ácido gástrico y las enzimas (del vómito); deficiencias
de vitamina D y calcio, y desbalance hormonal. También se debe a la falta de ejercicio que la
dentadura obtiene del proceso de comer y masticar ciertos alimentos.
Fallo hepático: El hígado colabora a remover los deshechos de las células y ayuda en la
digestión. No se puede vivir sin el hígado. Ayunar y tomar acetaminofénicos (una droga que
se encuentra en analgésicos de venta libre como el paracetamol) incrementa los riesgos de
daño hepático. Pérdida de la menstruación y deshidratación (poniendo a las mujeres en riesgo
50.
de tener un exceso de hierro en su organismo), y falla cardíaca crónica pueden llevar a falla o
daño hepático.
Problemas circulatorios, pulso cardíaco lento o irregular, arritmias, angina, ataque cardíaco:
Existen muchos factores relacionado con los Trastornos de la Conducta Alimentaria que
pueden llevar a problemas cardíacos o ataque al corazón. Un fallo cardíaco repentino puede
causar un daño permanente en el corazón, o una muerte instantánea. Los desbalances
eléctricos (especialmente deficiencia de potasio), deshidratación, malnutrición, presión
arterial baja, hipotensión ortostática extrema, ritmo cardíaco anormalmente lento, desbalances
electrolitos y hormonales son todas causas de serios problemas en el corazón, presión arterial
elevada, acumulación de depósitos grasos alrededor del músculo cardiaco, colesterol alto,
disminución del ejercicio físico debido a la falta del movimiento, diabetes y desbalances
hormonales conducen a problemas cardiacos serios.
Esterilidad: La no posibilidad de tener hijos, es producida por la pérdida de ciclos
menstruales, y por desbalances hormonales. La malnutrición y los déficit de vitaminas
pueden también imposibilitar que el embarazo llegue a término, e incrementa las
posibilidades de que el bebé tenga problemas en el nacimiento.
Problemas durante el embarazo: Incluida la probabilidad de embarazos de alto riesgo, de
pérdida del embarazo, bebés prematuros y muerte o enfermedades crónicas leves o graves en
el recién nacido (por mal nutrición, deshidratación, deficiencias en vitaminas y hormonas).
Depresión: Los cambios bruscos del ánimo y la depresión a causa de factores fisiológicos
tales como desbalances de electrolitos, déficit de hormonas y vitaminas, malnutrición y
deshidratación. Las mismas conductas que conllevan los Trastornos de la Conducta
Alimentaria pueden derivar en depresión. La depresión puede también hacer caer a la
persona nuevamente en el círculo vicioso de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (o
presentarse antes del comienzo de los Trastorno de la Conducta Alimentaria). Otras causas
de depresión son problemas en la familia, en el trabajo o en las relaciones con otras personas.
Existe también un porcentaje de personas que tiene una predisposición hereditaria familiar a
la depresión. La depresión puede conducir al suicidio.
Descenso de la temperatura corporal: Sensibilidad a la temperatura ambiental a causa de la
pérdida de la saludable capa grasa aislante y de la baja presión arterial.
Úlceras pépticas: Por los ácidos estomacales, fumar, un alto consumo de cafeína o alcohol.
51.
Pancreatitis: Cuando las enzimas atacan al páncreas, puede ocurrir un daño repetido al
estómago (como el que provoca los vómitos), consumo de alcohol o uso excesivo de laxante
y diuréticos.
Problemas digestivos: Una deficiencia de las enzimas de la digestión puede provocar que no
se lleve a cabo la digestión correcta de los alimentos y la absorción de los nutrientes. Esto
conduce a problemas por mala absorción, malnutrición y desbalance de electrolitos.
Debilidad y fatiga: A causa de malos hábitos alimentarios generalizados, desbalances de
electrolitos, deficiencia de vitaminas y minerales, depresión, malnutrición, problemas
cardiacos.
Convulsiones: Un riesgo incrementado en personas con Anorexia Nerviosa y Bulimia
Nerviosa a causa de la deshidratación. Es posible que las lesiones cerebrales a causa de una
malnutrición prolongada y la falta de células transportadoras de oxígeno jueguen también un
papel importante.
Muerte: A causa de algunos de los siguientes factores o sus combinaciones: ataque o paro
cardiaco; colapso pulmonar; hemorragia interna; falla renal; fallo hepático; pancreatitis,
ruptura gástrica, úlcera perforada, depresión y suicidio.
1.1.6. Tratamiento de los Trastornos de la Conducta Alimentaria
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria adquirieron un gran auge a partir del estudio de
Minuchin, Rosman y Baker (1978), que ofrecía resultados alentadores en jóvenes con Anorexia
Nerviosa. Este trabajo, aunque no fue un ensayo controlado, destacó la necesidad de intervenir
en las familias en los casos de Trastornos de la Conducta Alimentaria, recogiendo aportaciones
del modelo sistémico de Minuchin.
Caal, (1996) hace referencia a que el objetivo de la terapia nutricional es ayudar al paciente a
asumir que puede comer todo lo que quiera con moderación. Para lograrlo, este debe estar libre
de su temor a que todo lo que coma le hará engordar. Para la persona anoréxica, esto implica un
muro de negación: su insistencia en que le gusta el aspecto que tiene, le gusta como es, no le pasa
nada, sus hábitos alimentarios son buenos. Aquí no hay trucos psicológicos, pero el paciente
debe enfrentarse a una firme prueba de que esta demasiado delgado, el hecho de que siente frío
52.
todo el tiempo, que le hace daño sentarse en una silla dura o que simplemente esta un 30 por
ciento por debajo del peso ideal para su edad y altura.
Para las personas bulímicas, el desafío consiste en aprender que comer pequeñas cantidades de
sus comidas favoritas no conduce necesariamente a una sesión de atracón y purga. Hacia el fin
de la terapia, se recomienda que el menú semanal del paciente incorpore pequeñas cantidades
antes prohibidas, de manera que compruebe que consumir esas cosas no lleva automáticamente a
un atracón. Si el deseo de atracón se vuelve irresistible, algunos médicos recomiendan tres
estrategias: distracción, retraso o repetición.
Según Halmi (2000), el tratamiento de la Anorexia Nerviosa y de la Bulimia Nerviosa requiere de
un trabajo multidisciplinario (médico, psicológico y nutricional). Como en otros trastornos
psiquiátricos, el primer paso es obtener la cooperación del paciente, ya que en muchos casos no
les interesa recibir ayuda, e incluso, se resisten. Los pacientes con una evolución menor a seis
meses que no presentan atracones ni vómitos y quienes tienen la ayuda y cooperación familiar
son candidatos a una terapia ambulatoria. Sin embargo, los pacientes más graves deberían ser
hospitalizados y sometidos a controles diarios de peso, comida y calorías consumidas.
Bowers, (2001) indica que la Terapia Cognitivo-Conductual intenta cambiar los déficit en el
concepto de sí mismo por medio de la confrontación a los pensamientos automáticos, esquemas y
creencias profundas del paciente, ya que muchos de ellos colocan su sentido de valor propio en el
peso corporal o la habilidad de controlar el ambiente que los rodea. Además, se ha utilizado
exitosamente en el tratamiento de condiciones comórbidas como depresión, ansiedad y trastornos
de la personalidad
Objetivos comunes de la Terapia Cognitivo-Conductual para ambos trastornos, según Ruíz
(1999), son:
Desarrollar actitudes/creencias realistas acerca de la imagen corporal y el peso.
Establecer un patrón normal de peso.
Reducción del descontrol en la ingesta, vómitos y abusos de laxantes.
53.
Mejorar el funcionamiento personal en general: auto-aceptación, afrontamiento de la ansiedad
y funcionamiento social. Establecer la motivación para el tratamiento.
Además de las terapias mencionadas, el tratamiento necesita un componente educativo inicial
para el paciente y su familia. El modelo psicoeducativo para Trastorno de la Conducta
Alimentaria tiene como objetivo general el incremento de la eficacia del trabajo terapéutico a
través de proporcionar conocimientos, habilidades y capacidades al enfermo y a su familia por
medio de la facilitación de la comprensión de la enfermedad, la identificación de los
pensamientos, las actitudes y conductas implicadas, la creación de un ambiente familiar de apoyo
y comprensión, así como la disminución de la carga de la ansiedad y la carga emocional del
paciente y especialmente de su familia. Esta comprensión y conocimiento del padecimiento es un
factor determinante en el éxito de la terapéutica y el cumplimiento del tratamiento farmacológico.
La Guía de Práctica para el tratamiento de pacientes con Trastorno de la Conducta Alimentaria,
(tercera edición 2006) menciona que uno de los objetivos de la rehabilitación nutricional para
pacientes gravemente con bajo peso es la recuperación del peso, normalizar los patrones de
alimentación, lograr las percepciones normales de hambre y saciedad, y corregir las secuelas
biológicas y psicológicas de la desnutrición.
Dicha Guía también menciona que un peso saludable objetivo debe ser establecido como parte
del plan de tratamiento inicial y discutido de forma explícita con el paciente, pero con gran
sensibilidad a la forma general, los pacientes temerosos son de aumentar de peso. En ocasiones,
puede ser prudente aplazar la discusión hasta que el paciente este con menos probabilidades de
asustarse por su meta del peso final. En general, un objetivo de peso saludable para pacientes
femeninos es el peso en el cual la menstruación normal y la ovulación se restauran y, para los
pacientes masculinos, el peso en el cual se reanuda la función testicular normal. Para las mujeres
que anteriormente habían tenido una menstruación y la ovulación saludables, el médico puede
estimar su peso saludable, ya que aproximadamente el mismo peso en el que todo su vigor físico
y psicológico estuvieron presentes. En un estudio de 100 pacientes adolescentes con Anorexia
Nerviosa, la reanudación de la menstruación se produjo en un peso de aproximadamente 4,5
libras mayor que el peso en el que las menstruaciones, se perdió, el 90% de peso saludable, el
54.
86% de los pacientes reanudaron la menstruación. En los niños, niñas y adolescentes, las curvas
de crecimiento se deben seguir y son más útiles cuando se dispone de datos longitudinales,
teniendo en cuenta que las extrapolaciones de datos de corte transversal en un punto en el tiempo
puede ser engañoso. Por lo tanto, para el trabajo más clínica, es razonable para pesar y medir
sólo los pacientes lo lejos que están de su peso corporal saludable estima de forma individual. La
edad ósea se puede estimar con precisión a partir de radiografías de la muñeca y nomogramas.
En relación con las mediciones de los huesos, la historia menstrual en adolescentes con
amenorrea secundaria, la altura de mediados de los padres, y las evaluaciones de la estructura del
esqueleto, los gráficos de crecimiento del CDC (disponible en http://www.cdc.gov/growthcharts/)
puede ser utilizada para estimar con precisión rangos de forma individual adecuados para el peso
"esperado" para la edad actual y para establecer las expectativas individuales y metas realistas de
peso y estatura de los pacientes hasta la edad de 20 años.
El objetivo nutricional contempla entonces el enseñar a la persona a comer de una manera
balanceada para no excederse en el requerimiento alimenticio ni privarse de él.
Lambruschini y Leis (2003) dicen que en el caso específico del manejo nutricional de la Anorexia
Nerviosa, se ha observado que el control de la misma se ha de realizar por medio de un equipo
multidisciplinario, cuyos objetivos son:
• Corregir la malnutrición y sus secuelas.
•Actuar sobre la problemática psicológica, comportamental, social y familiar, que ha iniciado o
mantiene el proceso.
La recuperación del estado nutricional óptimo es una meta prioritaria en el manejo de estos
enfermos. Los objetivos nutricionales inmediatos son:
• Restablecer pautas de alimentación normales.
• Recuperar el peso perdido.
• Adecuar el peso a la talla.
• Evitar recaídas.
En la valoración del paciente con Anorexia Nerviosa, se debe estar atentos a la presencia de
signos de alerta, lo cual puede hacer variar el criterio de tratamiento ambulatorio o en régimen de
ingreso hospitalario; estos signos son:
55.
• Rapidez extrema en la pérdida de peso.
•Tendencia a la hipotensión, pudiéndose asociar bradicardia por debajo de 50 latidos/ minuto.
• Presencia de hipotermia mantenida.
• Hipopotasemia inferior a 2,5 mEq/l.
• Cambios en el estado de conciencia, presentando apatía y gran postración.
• Presencia de vómitos.
Basan su actuación en cuatro fases:
Fase I
En la cual se corrige el trastorno agudo, es decir, deshidratación, diselectrolitemias y alteraciones
del equilibrio ácido-base.
Fase II
Se inicia la realimentación del paciente, en un primer momento adecuando las necesidades
calóricas al peso que presenta el enfermo para ir aumentando cada 24 horas, según tolerancia, a
las necesidades de su peso ideal en relación con su talla; inicialmente se ha de intentar efectuar
una nutrición oral, lo cual se consigue con una dieta calóricamente adecuada más un suplemento
nutricional que ofrezca una densidad calórica de 1 kcal/ml o 1,2 kcal/ml. En los casos de rechazo
manifiesto o presencia de vómitos, se instaura una alimentación enteral por sonda nasogástrica o
nasoduodenal; nunca se rebasara inicialmente un volumen de 2.000 ml al día.
Fase III
Una vez el paciente se encuentra en una franca recuperación de su peso ideal, se inicia una
reeducación nutricional con el fin de lograr estabilizar el trastorno y lograr los objetivos
ponderales que corresponden a la paciente; logrado este objetivo, se pasa a la fase IV.
Fase IV
Alta hospitalaria, con controles ambulatorios de su estado nutricional y educación de sus hábitos
alimentarios.
En la actualidad, aunque existe la posibilidad de una alimentación parenteral en estos enfermos,
las indicaciones son muy escasas, estando reservadas para aquellos con un gran deterioro
nutricional y riesgo vital, con grave alteración psíquica que imposibilita la alimentación
56.
Del mismo modo, en el caso específico de la Bulimia Nerviosa, se proponen algunas acciones
concretas:
A. Tratamiento del síndrome metabólico
1. Dieta absoluta con aspiración nasogástrica si existe dilatación aguda gástrica.
2. Perfusión con suero fisiológico según pérdidas estimadas e ionograma con reposición de
potasio en infusión continua.
3. Monitorizar TA, balance hídrico.
B. Reiniciar dieta oral
1. Introducción progresiva de alimentos o por fases en función de la tolerancia y adecuados
calóricamente para su peso / talla.
2. Si no existe colaboración nutrición enteral total por sonda duodenal.
C. Objetivos del tratamiento en la Bulimia Nerviosa
1. Evitar crisis de Bulimia Nerviosa mediante tratamiento psicopatológico-farmacológico.
2. Adecuar el peso ideal a la talla:
Técnicas de educación alimentaria.
Dieta ajustada a necesidades reales.
1.2. Estudio de la Nutrición como carrera universitaria
Según Lopategui (2011) la Nutrición es una ciencia que se encarga de estudiar los nutrientes
(sustancias nutricias/alimenticias o nutrimentos) que constituyen los alimentos, la función de
estos nutrientes, las reacciones del organismo a la ingestión de los alimentos y nutrientes, y como
interaccionan dichos nutrientes respecto a la salud y a la enfermedad (la relación entre la
nutrición, la salud y la enfermedad). Además, la ciencia de la Nutrición se dedica a investigar las
necesidades nutricionales del ser humano, sus hábitos y consumo de alimentos, y la composición
y valor nutricional de esos alimentos. La nutrición como un conjunto de procesos se dirige hacia
el estudio de la ingestión, digestión, absorción, metabolismo y excreción de las sustancias
alimenticias (nutrientes/nutrimentos) por medio de los cuales se produce energía para que ese
organismo vivo pueda sostenerse, crecer, desarrollarse y en la mayoría de los casos reproducirse.
57.
Schraier, (2010), en Breve historia de la Nutrición en la República Argentina ¿Cuándo comienza
la nutrición como ciencia? Propone que se puede decir que comienza con Antoine- Laurent
Lavoisier (1743-1794), padre de la química moderna, quién dio forma a la nueva teoría de la
combustión, mostrando el papel fundamental del oxígeno (capaz de “oxidar”), dando por tierra
con la teoría del flogisto, y demostró la similitud entre respiración y oxidación. En 1750 se
identifican los inicios de los cambios en la alimentación mundial por los estudios científicos
sobre energía y proteínas. En el siglo XIX desde Francia a Alemania, se pergeñan los principios
fundamentales del concepto energético de la nutrición. En 1807 aparecen las primeras noticias
acerca de latas de conserva de alimentos y en 1860 se presenta la primera cocina de hierro que
modifica la cocción. En 1877, se tienen noticias de la primer dietista norteamericana, pero es en
1899 en que se define el “perfil de la dietista” por parte del Dr. Wilbur Olin Atwater, considerado
el padre de la ciencia de nutrición americana. El Dr. Atwater estaba tan profundamente
interesado en la investigación científica nutricional como en la conciencia social de los estragos
que causa la desnutrición. En 1927, en Ohio, se crea la American Dietetic Association, marcando
el comienzo del estudio de la dietética y la nutrición en Norteamérica y Europa. Durante las
primeras décadas del siglo XX, las ciencias de la nutrición a nivel mundial pusieron su centro de
interés en aquellas sustancias, que siendo imprescindibles para la vida, al estar ausentes en la
alimentación habitual, producen enfermedades por carencia con gran repercusión clínica
conocida de antaño, pero no así su etiología. Entre éstas se pueden mencionar el raquitismo, la
pelagra, el beri-beri, el escorbuto, etc.
La Primera Guerra Mundial (1914-1918) mostró tanto soldados como civiles alemanes afectados
por deficiencia de tiamina o vitamina B1, la primera en ser identificada. En 1922, Banting y Best
aíslan la insulina, iniciando una revolución en el tratamiento de la diabetes mellitas. Entre 1930 y
1940 se descubren nuevas vitaminas y comienza la prevención de las enfermedades por carencia
con la fortificación de alimentos. La Segunda Guerra Mundial generó un problema de primera
magnitud para la salud humana en la desnutrición severa presente en los habitantes de los
territorios que habían sido ocupados por los nazis. Así nació en 1944 la United Nations and
Rehabilitation Administration (Naciones Unidas y Administración de Rehabilitación). Entre
1945 y 1948 se crearon la Food and Agriculture Organization (FAO, Organización de Alimentos
y Agricultura), la United Children´s Fund (UNICEF, Fundación de Naciones Unidas para los
58.
Niños), y la World Health Organization (WHO; Organización Mundial de la Salud). Entre estas
organizaciones y con la experiencia europea se generaron misiones de apoyo a países del Tercer
Mundo en contra de las hambrunas. Dentro de ese contexto la República Argentina ocupó un
lugar relevante dentro del nacimiento de la nutrición científica, siendo su principal mentor el Dr.
Pedro Escudero.
1.2.1. Estudiante de Nutrición
La Universidad Marista de Guadalajara, México comparte que es la persona que cursa estudios en
un establecimiento de enseñanza superior, con compromiso social y humanista, interesado en
desarrollar habilidades para transformar, procesar y administrar alimentos para la sociedad, con
interés en el trabajo de campo con comunidades rurales, al igual que por el ser humano, su
bienestar y salud basando en los conocimientos actuales y la tecnología reciente, con habilidades
para la formulación y el desarrollo de actividades de nutricionales.
1.2.2. Perfil del Estudiante de Nutrición
La descripción que brinda la Universidad del Desarrollo de Chile sobre los alumnos de Nutrición
y Dietética es que se caracterizan por ser personas con iniciativa y compromiso con el área de la
salud.
En la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro en México por su
parte exige que los interesados aprueben el Examen de Habilidades y Conocimiento Básicos
(EXHCOBA), además define que el Perfil de ingreso para la licenciatura en nutrición requiere de
alumnos que manifiesten:
• Interés por la relación entre la alimentación, la nutrición y la salud
• Espíritu de servicio y compromiso social
• Capacidad de abstracción, observación y análisis
• Creatividad, constancia, responsabilidad
• Apertura, respeto y tolerancia para trabajar en equipo
59.
Por otro lado, la Universidad Alfonso X El Sabio, en España, define al estudiante del Grado en
Nutrición y Dietética de la UAX como un apasionado de la ciencia, una persona preocupada por
la salud, por el cuerpo humano, por sus funciones, así como por los procesos químicos y
bioquímicos que intervienen en la alimentación y en las patologías asociadas. Además, muestra
una clara vocación de servicio a la sociedad, espíritu solidario, honradez, acusada responsabilidad
por mantener hábitos alimenticios saludables y conciencia de la necesidad de optimizar los
recursos alimentarios.
Otra institución de educación superior en México, la Universidad Marista de Guadalajara dice
que los estudiantes deberán cumplir el siguiente perfil:
Conocimientos Tener conocimientos del idioma inglés de comprensión de lectura. Poseer
bases del conocimiento en el área de matemáticas, químico-biológicas y ecológicas.
Habilidades Deberán contar con habilidades técnicas básicas, tales como manejo de un
procesador de texto, una hoja de cálculo, programa de presentaciones, Internet. Tener
habilidad de expresión escrita y oral que les permita con facilidad cumplir con los trabajos
que se requerirán durante la licenciatura. Deberán contar con la capacidad de aprendizaje
independiente y la habilidad para el trabajo en equipo.
Actitudes Deberán tener la disposición para estar en permanente revisión de su formación
profesional para la búsqueda continua del mejoramiento de la calidad. Deberán tener la
actitud positiva para la permanente revisión de su persona como recurso que se pone a
disposición de los otros en los espacios de trabajo y en cualquier espacio de convivencia
humana. El estudiante de Nutrición deberá tener características especiales como la
responsabilidad, disciplina, conciencia social y espíritu de servicio por ser ésta una carrera de
ciencias de la salud.
En Guatemala, no se obtuvo un perfil definido de los estudiantes que ingresan a la carrera en las
Universidades en donde la ofrecen, solamente el perfil del egresado.
60.
Se encontró que la única que luego de llenar la papelería formal de inscripción y ganar los
exámenes de aptitudes generales, realiza una entrevista personal, es la Escuela de Nutrición, de la
Universidad Francisco Marroquín.
1.2.3. Profesional de Nutrición
El licenciado(a) en Nutrición desarrolla acciones en las áreas asistencial, administrativa,
educativa y de investigación a través de su trabajo en: clínicas privadas, hospitales públicos y
privados, elaboración de dietas, para individuos sanos y enfermos, organismos de cooperación
internacional, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, proyectos en el campo de
nutrición pública y salud alimentaria, empresas e industrias de alimentos, productos
farmacéuticos nutricionales, gimnasios y clínicas estéticas, asesorías nutricionales,
administración de servicios de alimentación y nutrición. (Descripción de Pensum, URL, 2012)
1.2.4. Perfil del Profesional de Nutrición
Se espera que el egresado de la carrera sea capaz de: (Descripción de Pensum, URL, 2012)
1. Planificar, implementar y evaluar el cuidado nutricional de individuos sanos y enfermos.
(elaboración de dietas)
2. Administrar eficientemente servicios de alimentación y nutrición, así como participar en la
industria de alimentos.
3. Planificar, ejecutar y evaluar programas de nutrición a nivel de la comunidad con un enfoque
multisectorial, en el campo de la nutrición pública y seguridad alimenticia.
4. Desarrollar programas de educación alimentario nutricional a diferentes niveles.
5. Desarrollar su capacidad de investigación para la promoción y recuperación del estado
nutricional de la población.
El comportamiento alimentario es el resultado de la interacción entre lo interno (cuerpo y mente)
y lo externo (ambiente, sociedad y cultura), es decir, entre la naturaleza y la educación. Se hace
imperativo, entonces, lograr una mejor comprensión de todos los factores involucrados puesto
que los condicionantes culturales empiezan a actuar desde etapas muy tempranas del desarrollo
evolutivo, lo cual hace necesario priorizar las acciones dirigidas a la prevención del problema,
61.
para no tener que llegar a la curación del mismo. Se observa que las mujeres jóvenes en edad
universitaria tienen alto riesgo de padecer dichos trastornos y las Instituciones Educativas se ven
involucradas en la dinámica con la capacidad de inferir positivamente desde su pensum de
estudios.
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria, los de tipo restrictivo como lo son la Anorexia
Nerviosa y la Bulimia Nerviosa tienen como eje principal el miedo a engordar y la distorsión de
su imagen corporal. Son devastadores en sus consecuencias y las personas que más riesgo corren
de desarrollarlos son en edades tempranas de la juventud, como la edad universitaria. Para poder
contrarrestar estos trastornos se debe tener la colaboración de un experto en la nutrición por el
déficit alimenticio que se observa.
62.
II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Los trastornos relacionados con la alimentación como la Anorexia Nerviosa y la Bulimia
Nerviosa pueden poner en peligro el bienestar psicológico, la salud física y, en ocasiones, la vida.
En todos estos casos, los afectados se preocupan en exceso por la comida, tienen una imagen
distorsionada de su cuerpo y sus conductas alimentarias están fuera de control.
El porcentaje de adolescentes y adultos involucrados dentro de un trastorno como éste es elevado
y en aumento, la prevalencia suele ser en las mujeres aunque no exclusivo, pues en la actualidad
la presión social abarca por igual a hombres y mujeres. Así 95% de las personas que padecen el
trastorno son mujeres y un 5% hombres. La edad de diagnóstico puede iniciar desde los 11 años
y continúa por muchos años, teniendo mayor prevalencia entre los 15 y 19 años. La Bulimia
Nerviosa tiene más adeptas que la Anorexia Nerviosa, además de ser menos evidente. Los
conflictos que cada una conlleva son de tratamiento delicado y urgente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) (2002) comenta sobre la salud como un estado de
completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o
enfermedades. Uno de los aspectos que van a contribuir a mantener la salud es la alimentación,
alterada en la actualidad por la influencia de los nuevos estilos de vida de la sociedad y sólo una
correcta educación nutricional podría modificar conductas y actitudes erróneas, con el objetivo de
recuperar hábitos saludables que ayuden a mejorar la calidad de vida. En la actualidad las
personas están más conscientes de solicitar ayuda en la educación nutricional pues las
enfermedades a causa de una alimentación inadecuada están prosperando.
Ante tal situación, han surgido dentro del ámbito académico opciones de carreras que abarcan
directamente el área de la nutrición. Dichos programas se especializan en la instrucción de las
maneras adecuadas de ingerir los alimentos, cantidades calóricas, propiedades alimenticias y
necesidades fisiológicas para que el cuerpo se encuentre en un nivel óptimo de funcionamiento a
través de la nutrición por medio de los alimentos, por lo que las personas pueden optar por asistir
a una consulta y planificar una dieta personal para poder lograr el objetivo anterior.
63.
Al momento de elegir una carrera universitaria que se dedica a guiar a los demás hacia una
correcta alimentación, podría caber la posibilidad que el joven estudiante, no exento de padecer
alguno de los trastornos de la conducta alimentaria mencionados, pueda haberla elegido como
una manera de ayudarse a calmar la ansiedad sobre la comida. Así, obteniendo la información
acerca de los alimentos puede utilizarlo para sostener el trastorno ingiriendo la menor cantidad de
calorías posibles, además de alimentar a otros adecuadamente y satisfacerse a través de esta
práctica. El riesgo mayor que se presenta es la identificación que pueda surgir con algún paciente
que padeciera también de determinado Trastorno de la Conducta Alimentaria y el nutricionista no
pueda manejar la relación entre paciente y profesional y la instrucción esté dirigida hacia el
fomento del trastorno en vez de la detección y apoyo hacia la superación y enseñanza de una
alimentación sana y adecuada.
Por tal situación, cabe preguntarse:
¿Cuál es la incidencia en la tendencia a padecer Trastornos de la Conducta Alimentaria: Anorexia
Nerviosa y Bulimia Nerviosa en estudiantes de la carrera de Nutrición, de la Facultad de la Salud,
de la Universidad Rafael Landívar, Campus Central, que cursan primer año en la jornada
matutina del primer semestre de 2,010?
2.1. Objetivo General:
Determinar la incidencia en la tendencia a padecer Trastornos de la Conducta
Alimentaria: Anorexia Nerviosa y Bulimia Nerviosa en estudiantes de la carrera de
Nutrición, de la Facultad de la Salud, de la Universidad Rafael Landívar, Campus Central,
que cursan primer año en la jornada matutina del primer semestre de 2,010.
2.2. Objetivos específicos:
2.2.1. Determinar la incidencia en la tendencia a padecer Anorexia Nerviosa en estudiantes de la
carrera de Nutrición, de la Facultad de la Salud, de la Universidad Rafael Landívar,
Campus Central, que cursan primer año en la jornada matutina del primer semestre de
2,010, considerando la edad, el estado civil y el género.
64.
2.2.2. Determinar la incidencia en la tendencia a padecer Bulimia Nerviosa en estudiantes de la
carrera de Nutrición, de la Facultad de la Salud, de la Universidad Rafael Landívar,
Campus Central, que cursan primer año en la jornada matutina del primer semestre de
2,010, considerando la edad, el estado civil y el género.
2.3. Variables de Estudio
2.3.1. Trastornos de la Conducta Alimentaria
2.3.2. Estudiantes de la carrera de Nutrición.
2.4. Variable Controladas
2.4.1. Género: Masculino y femenino
2.4.2. Edad: sujetos comprendidos entre 16 y 23 años.
2.4.3. Estado Civil: casados y solteros.
2.4.4. Centro de estudios: Facultad de Ciencias de la Salud, de la Universidad Rafael Landívar,
Campus Central.
2.4.5. Año: Primer Ciclo escolar 2,010.
2.5. Variables no controladas
Algunos sujetos de la muestra pueden estar en tratamiento psicofarmacológico, estar viviendo
una situación de difícil adaptación como un duelo o pérdida, etc., en tratamiento psicológico por
el trastorno o por algún otro trastorno relacionado como depresión, ansiedad.
2.6. Definición Conceptual
2.6.1. Variables de Estudio:
Trastornos de la Conducta Alimentaria:
Se refiere en general a trastornos que comportan anomalías graves en el comportamiento
de la ingesta, es decir, la base y el fundamento de estos trastornos, se encuentra en una
alteración psicológica. Se entiende que el síntoma externo podría ser una alteración de la
conducta alimenticia (dietas prolongadas, pérdida de peso) pero el origen de estos
trastornos se explica a partir de una alteración psíquica, dentro de los Trastornos de la
65.
Conducta Alimentaria más conocidos se encuentra la Anorexia Nerviosa, la Bulimia
Nerviosa y el trastorno por atracón. (Jardi 2005).
Anorexia Nerviosa: Se define la tendencia hacia la Anorexia Nerviosa de acuerdo
al Texto Revisado del Manual de Diagnóstico Estadístico IV-TR (2003) como “el
rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal
considerando edad y talla. Miedo intenso a ganar peso. Alteración de la
percepción del peso o de la silueta corporal.” (pág.
Bulimia Nerviosa: Se define la tendencia hacia la Bulimia Nerviosa de acuerdo al
Texto Revisado del Manual de Diagnóstico Estadístico IV-TR (2003) como
“Ingesta de alimento en un corto período en cantidad superior a la que la mayoría
de las personas ingerirían en un período similar y en las mismas circunstancias.
Provocación de vómito, uso excesivo de laxantes, diuréticos, ayuno y ejercicio
excesivo.” (pág. 563)
Estudiante de Nutrición:
La Universidad Marista de Guadalajara, México comparte que es la persona que cursa
estudios en un establecimiento de enseñanza superior, con compromiso social y
humanista, interesado en desarrollar habilidades para transformar, procesar y administrar
alimentos para la sociedad, con interés en el trabajo de campo con comunidades rurales, al
igual que por el ser humano, su bienestar y salud basando en los conocimientos actuales y
la tecnología reciente, con habilidades para la formulación y el desarrollo de actividades
de nutricionales.
2.7. Definición Operacional:
2.7.1. Variables de Estudio:
o Trastornos de la Conducta Alimentaria:
La tendencia a padecer Trastornos de la Conducta Alimentaria se midió a través del
cuestionario ¿Deseas Intensamente Ser Delgada? (Are you dying to be thin?) De la Dra.
K. Kim Lampson, que presenta una escala numérica que indica: Fuerte tendencia hacia la
Anorexia Nerviosa, Fuerte tendencia hacia la Bulimia Nerviosa, conciencia de peso y
ninguna probabilidad de padecer Trastornos de la Conducta Alimentaria.
66.
o Anorexia Nerviosa: Se define la tendencia hacia la Anorexia Nerviosa como el
resultado de la escala de calificación del cuestionario ¿Deseas Intensamente Ser
Delgada? (Are you dying to be thin?) De la Dra. K. Kim Lampson (1992) a través
de obtener una puntuación de 38 o menos.
o Bulimia Nerviosa: Se define a la tendencia hacia la Bulimia Nerviosa como el
resultado de la escala de calificación del cuestionario ¿Deseas Intensamente Ser
Delgada? (Are you dying to be thin?) De la Dra. K. Kim Lampson (1992) a través
de obtener una puntuación de 39 a 50.
o Estudiante de la carrera de Nutrición:
Las personas inscritas en primer semestre de la carrera de Nutrición de la Facultad de
Salud de la Universidad Rafael Landívar, Campus Central, que cursen primer año de la
carera, jornada matutina, ciclo escolar 2,010.
2.8. Alcances y Límites:
La presente investigación pretendió conocer la incidencia en la tendencia a padecer
Trastornos de la Conducta Alimentaria en los estudiantes de primer semestre de la carrera
de Nutrición de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Rafael Landívar,
Campus Central, jornada matutina. Dicha población estuvo compuesta por hombres y
mujeres de 16 a 23 años. Esta investigación se puede generalizar en esta población y en
otras de condiciones similares.
2.9. Aporte:
Al determinar la incidencia que existe en la tendencia a padecer Trastornos de la
Conducta Alimentaria en los estudiantes de la carrera de nutrición, se ofrece un aporte a
todos aquellos profesionales interesados en la profundización de dicha temática ya que no
existen estudios previos específicos.
Esta investigación constituye una valiosa fuente de información para las autoridades de la
Facultad de Ciencias de la Salud ya que a través de la misma se puede identificar las
necesidades de inclusión de información sobre los Trastornos de la Conducta Alimentaria
dirigida a sus estudiantes. Al igual que puede incentivar la implementación de un sistema
67.
de selección de estudiantes para la detección temprana de éstos y otros padecimientos que
puedan ser tratados a lo largo de la carrera.
Se considera que el marco teórico de esta investigación es un beneficio para la academia
pues consta de información actualizada y resumida sobre el tema.
68.
III. MÉTODO
3.1 Sujetos
Se seleccionaron 37 estudiantes de forma voluntaria, de ambos géneros, entre 16 a 23 años de
edad, que se encontraban inscritos y estudiando el primer semestre en el primer año de la carrera
de Nutrición que ofrece la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Rafael Landívar,
jornada matutina. Cabe mencionar que 3 de los estudiantes participantes tuvieron que descartarse
por no llenar el perfil requerido.
3.1.1 Características generales de los sujetos estudiados
.
3.1.1.a. Género. (Tabla 1)
Género No. Estudiantes Porcentaje
Masculino 2 6%
Femenino 32 94%
Total 34 100%
3.1.1.b. Edad (Tabla 2)
Edad No. Estudiantes Porcentaje
16-17 9 26%
18-19 22 65%
20-23 3 9%
Total 34 100%
3.1.1.c. Estado Civil (Tabla 3)
Estado Civil No. Estudiantes Porcentaje
Casado 1 3%
Soltero 33 97%
Total 34 100%
En la tabla 1 se observa que la población estudiada fue en un 94% femenina y la minoría son de
género masculino.
69.
En la tabla 2, que la mayoría de estudiantes tienen entre 18 y 19 años de edad, habiendo un 26%
más joven y sólo un 9% entre los 20 y 23 años.
La tabla 3 demuestra que la gran mayoría de las personas que fueron evaluadas son solteras.
3.2 Instrumento
Para medir la tendencia hacia la Anorexia Nerviosa y Bulimia Nerviosa, se utilizó el cuestionario
“¿Deseas Intensamente Ser Delgada?” (Are you dying to be thin?), elaborado por la Dra. K. Kim
Lampson (1992) el cual ha sido aplicado en Guatemala por Aguilar (1999), a sujetos de sexo
femenino, para comprobar la relación existente entre la autoestima y la tendencia a la Anorexia
Nerviosa y a la Bulimia Nerviosa.
Dicho cuestionario consta de 22 preguntas, de las cuales 18 tienen 4 opciones de respuesta
múltiple y cuatro de verdadero y falso. Representa una tabla de punteo, en ella se señala si se
manifiesta alguna tendencia hacia la Anorexia Nerviosa, hacia la Bulimia Nerviosa, una
conciencia del peso y ninguna probabilidad hacia la Anorexia Nerviosa o Bulimia Nerviosa.
La calificación del cuestionario se realiza a través de la escala que se detalla a continuación:
Clasificación Descripción
38 o menos Fuerte tendencia hacia la Anorexia Nerviosa
39 a 50 Fuerte tendencia hacia la Bulimia Nerviosa
51 a 60 Conciencia de peso. Puede o no tener tendencia a un Trastornos de la
Conducta Alimentaria. No es probable que padezca de Anorexia
Nerviosa o Bulimia Nerviosa. Puede presentar tendencias a comer
compulsivamente o a la obesidad.
61 o mas Ninguna probabilidad hacia la Anorexia Nerviosa o la Bulimia Nerviosa.
Sin embargo, el puntear 60 o más no excluye la tendencia hacia el comer
compulsivamente y hacia la obesidad.
70.
3.3 Procedimiento:
a. Se seleccionó el instrumento apropiado para la realización de dicho estudio.
b. Se solicitó autorización de la Facultad de Ciencias de la Salud para realizar la
investigación.
c. Se recolectó la información a través de la aplicación del instrumento a los sujetos
determinados acudiendo a las instalaciones del centro educativo, en la jornada matutina
visitando a los alumnos en tres diferentes salones de clase y teniendo el apoyo de los
catedráticos encargados.
d. Se procedió a la entrega del cuestionario, previa lectura del mismo y resolución de
dudas.
e. Se retiró el cuestionario a cada alumno.
f. Se calificó cada prueba de forma manual.
g. Se analizaron y discutieron los resultados con la información obtenida.
h. Se redactaron las conclusiones y recomendaciones
i. Se elaboró el informe final
3.4 Diseño de la Investigación:
El estudio de investigación es de tipo descriptivo. Acerca de la investigación descriptiva se dice
que estudia, interpreta y refiere lo que aparece y lo que es (relaciones, correlaciones, estructuras,
variables independientes y dependientes). Este tipo de investigación realiza una recogida
científica de datos, los cuales permiten ordenar, interpretar y analizar la conducta humana,
personal y social en sus diferentes condiciones naturales y en los distintos ámbitos. (Achaerandio,
2000).
3.5 Metodología Estadística:
Los resultados se presentaron a través de la frecuencia y el porcentaje de los datos aportados por
la prueba.
71.
IV. PRESENTACION Y ANALISIS DE RESULTADOS
A continuación se presentan el número de casos, la frecuencia y el porcentaje correspondiente a
cada una de las clasificaciones del Test ¿Deseas Intensamente ser Delgada?, aplicado a los
estudiantes del primer semestre del año 2010, en el primer año de la carrera de Nutrición que
ofrece la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Rafael Landívar, campus central,
jornada matutina.
4.1. Resultado Descriptivo:
4.1.1. Muestra Total (Tabla 1)
Clasificación Frecuencia Porcentaje
Fuerte tendencia hacia
la Anorexia Nerviosa 1 3%
Fuerte tendencia hacia
la Bulimia Nerviosa 6 18%
Conciencia del peso 8 24%
Ninguna probabilidad 19 56%
Total 34 100%
En la tabla 1 se muestra la tendencia que presentó el grupo a padecer Trastornos de la Conducta
Alimentaria, en total un 21%, que equivale a 7 personas. Además se observa que entre los
trastornos, el que tiene mayor tendencia a desarrollarse es la Bulimia Nerviosa.
Existe un porcentaje similar en cuanto al resultado de tener conciencia de su peso (24%). Este
grupo puede o no tener tendencia a un Trastorno de la Conducta Alimentaria y no es probable que
padezca de Anorexia Nerviosa o Bulimia Nerviosa aunque podría presentar tendencias a comer
compulsivamente o a la obesidad.
72.
Se muestra una mayoría del 56% de los estudiantes que no tienen probabilidades de padecer
Trastornos de la Conducta Alimentaria: Anorexia Nerviosa o Bulimia Nerviosa. Sin embargo, no
excluye la tendencia hacia el comer compulsivamente y hacia la obesidad.
4.1.2. Tabla 2.
Clasificación Género Edad Estado Civil
Femenino Masculino 16-17 18-19 20-23 Soltero Casado
Fuerte tendencia
hacia la Anorexia
Nerviosa
1 0 0 1 0 1 0
Fuerte tendencia
hacia la Bulimia
Nerviosa
6 0 1 5 0 6 0
Conciencia del peso 8 0 0 8 0 8 0
Ninguna probabilidad 17 2 8 9 2 18 1
Total 31 3
En la tabla 2 se reflejan los resultados por:
Género:
La totalidad de las personas que se clasifican dentro de la fuerte tendencia a padecer Anorexia
Nerviosa, fuerte tendencia a padecer Bulimia Nerviosa y Conciencia de Peso son de género
femenino.
73.
Se observa que dentro del grupo que se clasifican con Ninguna Probabilidad a padecer Trastornos
de la Conducta Alimentaria la mayoría pertenecen al género femenino y en este rubro se localiza
la totalidad de los hombres evaluados.
Edad:
Se observa que la totalidad de las personas que se clasifican dentro de la fuerte tendencia a
padecer Anorexia Nerviosa están comprendidas entre del 18 y 19 años de edad al igual que la
mayoría de las personas que se clasifican dentro de la fuerte tendencia a padecer Bulimia
Nerviosa. Sin embargo casi una quinta parte de los encuestados se encuentran entre los 16 y 17
años.
Se refleja que dentro del grupo que se clasifican con Conciencia del Peso la mayoría están
comprendidos entre los 18 y 19 años. Hay presencia con un 13% de personas que se registran
entre los 20 y 23 años.
Se refleja que dentro del grupo que se clasifican con Ninguna Probabilidad a padecer Trastornos
de la Conducta Alimentaria un porcentaje cercano a la mitad de la población están comprendidos
entre los 18 y 19 años.
Un porcentaje parecido se encuentran personas entre los 16 y 17 años. Hay presencia con un
11% de personas que se registran entre los 20 y 23 años.
74.
Por Estado civil:
Se observa que la totalidad de las personas que se clasifican dentro de la fuerte tendencia a
padecer Anorexia Nerviosa están solteras.
Se observa que la totalidad de las personas que se clasifican dentro de la fuerte tendencia a
padecer Bulimia Nerviosa están solteras.
Se refleja que dentro del grupo que se clasifican con Conciencia del Peso la totalidad de los
sujetos están solteros.
Se refleja que dentro del grupo que se clasifican con Ninguna Probabilidad a padecer Trastornos
de la Conducta Alimentaria la gran mayoría de personas están solteras. Hay presencia con un 5%
de personas que se registran casadas.
75.
4.1.3. Hábitos Alimenticios:
Como información adicional se nota que los sujetos evaluados muestran una preferencia hacia los
hidratos de carbono (pastas, pizza y pan) y las proteínas de origen animal (pollo, carne, pescado)
en vez de azúcares, frutas, ensaladas y vegetales.
4.1.4. Preferencias al elegir la carrera de Nutrición:
76.
Se demuestra que los estudiantes evaluados de primer semestre seleccionaron la carrera de
Nutrición, en su mayoría, por la ayuda que pueden prestar a la comunidad a través de la profesión
y para obtener herramientas para su salud. Mientras que, por el contrario, un 18% seleccionó la
carrera por interés científico y un 5% por su orientación hacia la nutrición deportiva.
77.
V. DISCUSIÓN DE RESULTADOS
El presente trabajo de investigación tuvo como objetivo establecer la incidencia a padecer
Trastornos de la Conducta Alimentaria en los estudiantes de primer año de la carrera de Nutrición
de la Facultad de la Salud de la Universidad Rafael Landívar.
Los resultados indican que si existe incidencia a padecer Trastornos de la Conducta Alimentaria
dentro de la población estudiada aunque esta incidencia se encuentra en un porcentaje reducido,
por lo que no se puede afirmar que los estudiantes de nutrición tengan tendencia a padecer
Trastornos de la Conducta Alimentaria. Hay presencia del trastorno en porcentajes similares a
los que presenta Piña (2000) cuando reportó que un 25% de las adolescentes guatemaltecas, entre
13 y 18 años de edad, de niveles socioeconómicos medio, medio-alto y alto, que viven en la
capital, en zonas residenciales, “presenta tendencias marcadas hacia el desarrollo de Bulimia
Nerviosa y Anorexia Nerviosa”. Asimismo Paiz (2003) muestra que la prevalencia puntual del
Trastornos de la Conducta Alimentaria en las alumnas de primer año a nivel universitario fue de
21%.
La presencia de la fuerte tendencia a padecer Bulimia Nerviosa (18%) es mayor a la relacionada
con la fuerte tendencia a padecer Anorexia Nerviosa (3%). Esto coincide con Raich (2001) y
Ladish (2002), pues comentan sobre la prevalencia de la Anorexia Nerviosa, que una persona de
cada 100 ó 250 (entre el 1 y 2% de mujeres), igual que la Guía de Práctica Clínica sobre
Trastornos de la Conducta Alimentaria, en España, dice que es la tercera enfermedad crónica más
común en mujeres adolescentes y se estima que ocurrirá en 0.5% a 3% de todos los adolescentes.
En cambio sobre la Bulimia Nerviosa, la misma Guía tiene las estimaciones de la prevalencia
entre mujeres jóvenes que varían de 4% a 10%.
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria suceden con mayor frecuencia en mujeres; Ladish
(2002) y APA (2003) mencionan que el 80% de los enfermos de Bulimia Nerviosa son mujeres,
como lo encontramos en el presente estudio pues el total de las personas con tendencia a los
Trastornos de la Conducta Alimentaria son mujeres.
78.
Se observó en este estudio una mayor incidencia en la tendencia a padecer Trastornos de la
Conducta Alimentaria dentro del género femenino, esto se hace evidente con la preocupación por
la imagen corporal, la percepción que se tiene de la propia apariencia, que a menudo empieza en
la niñez intermedia o antes, pero sea acentúa en la adolescencia. En algunos casos, conduce a
esfuerzos obsesivos por controlar el peso. Este patrón es más común entre las mujeres que entre
los hombres y es poco probable que esté relacionado con problemas reales de peso. Esto, debido
al incremento normal de grasa corporal durante la pubertad, muchas, en especial aquéllas que
están avanzadas en el desarrollo de la pubertad, se sienten insatisfechas con su apariencia, con lo
cual refleja el énfasis cultural en los atributos físicos de las mujeres, y esta imagen corporal
negativa puede dar lugar a Trastornos de la Conducta Alimentaria. (Papalia, Olds y Feldman
(2005)). Además tomando en cuenta que la mayoría de estudiantes son mujeres y que tienen
acceso a la información como medios de comunicación en revistas de moda, televisión por cable,
cine, publicidad, medios por los que se transmite que la belleza es sinónimo de delgadez, por lo
que delgadez es igual a éxito social y aceptación instantánea.
Con respecto a la edad, las personas que manifestaron mayor incidencia están dentro del rango de
18 y 19 años, como lo comenta Levenkron (2004), diciendo que existen ciertas teorías que
afirman que estas edades son más vulnerables porque las jóvenes se han de enfrentar a decisiones
importantes; se trataría por un lado de la aceptación de la evolución de su cuerpo como una
mujer, y otro punto crítico se situaría alrededor de los 18 años (ya que en muchos casos han de
tomar una decisión importante como es la independencia familiar: irse de casa o la carrera
universitaria).
Con respecto a la condición civil de mayor prevalencia, el estudio evidenció que las personas
solteras tendieron a los Trastornos de la Conducta Alimentaria lo que la literatura explica pues las
mujeres casadas contraen otra serie de responsabilidades además de cambiar la dinámica familiar
que venían experimentando, sobre todo si la maternidad se hace presente. Al estar a cargo de
alguien más, las energías puestas en el control de sus obsesiones sobre la comida puede
desplazarse a otros y esta nueva dinámica ayudar a distraerla. Algunas veces para siempre, otras
veces solo momentáneamente. Sobre este tema, Becker y Baxter (2007) comentan que los
desórdenes de la alimentación declinaron más en las mujeres que en los hombres desde la
79.
adolescencia tardía a la edad adulta intermedia. Los roles de adultos como el matrimonio o el ser
padres se asoció con la disminución significativa de los desórdenes alimenticios en las mujeres,
mientras que pocas asociaciones fueron vistas en los hombres.
Dentro de las preferencias alimenticias se encontraron datos interesantes que van de la mano con
los resultados, pues la mayoría no padece tendencia a Trastornos de la Conducta Alimentaria y lo
cual coincide con la preferencia de alimentos altos en proteínas y carbohidratos lo que podría
indicar un reflejo de pobre alimentación y a la vez puede provocar otros problemas alimenticios
como la obesidad. Además se evidencia que no están teniendo una alimentación balanceada,
como lo propone La Guía de Práctica para el tratamiento de pacientes con Trastornos de la
Conducta Alimentaria, (tercera edición 2006) en donde el objetivo nutricional contempla el
enseñar a la persona a comer de una manera balanceada para no excederse en el requerimiento
alimenticio ni privarse de él.
Las personas investigadas en su gran mayoría dijeron preferir la carrera de nutrición para poder
ayudar a los demás y poder tener una mejor salud personal. Esto indica que un alto porcentaje de
alumnos cumplen con el perfil que solicitan otras universidades para el ejercicio de la profesión
de nutrición: ese espíritu de servicio y ayuda a los demás, cuidando la salud y la calidad de los
alimentos, con compromiso social y humanista (Universidad Marista de México), así como
interés por la relación entre la alimentación, la nutrición y la salud, y espíritu de servicio y
compromiso social (Universidad Autónoma de Querétaro, México). No sabiendo exactamente lo
que esperan de ellos las universidades guatemaltecas.
El aspecto económico es una condición que ayuda al desarrollo de los Trastornos de la Conducta
Alimentaria pues se observa que en poblaciones de pobreza éstos comportamientos no son
apreciables. La muestra estudiada pertenece a una Universidad privada de clase media/ media-
alta, por lo que es más sencillo compartir pautas sociales y de cultura de moda aunque sea sólo
dentro de la universidad, lo que propicia la competencia dentro de los iguales por el éxito y
reconocimiento dentro del grupo y del sexo opuesto, al igual que se observa la capacidad de
adquisición de abundancia de alimentos, algunos muy atractivos, junto con el “mandato” social
de tener que ser delgado, para ser aceptado, crea situaciones internas muy conflictivas que
80.
conducen a personas predispuestas (la adolescencia es un período crítico) a desarrollar un
Trastornos de la Conducta Alimentaria. En efecto, la coexistencia en el mundo desarrollado de
una superabundancia de alimentos muy sabrosos y de enorme densidad calórica, con un modelo
dictatorial de belleza (mujeres extremadamente delgadas) crea unas tensiones a los individuos
más vulnerables que pueden abocar en el desarrollo de un Trastorno de la Conducta Alimentaria.
(Guía de Educación Nutricional Saludable para la Prevención de los Trastornos de la Conducta
Alimentaria elaborada en el Marco del Convenio de Colaboración para fomentar la educación
para la salud en la escuela, suscrito entre los Ministerios del Interior, de Educación y Cultura y de
Sanidad y Consumo de España (2003) al igual que Anaya (2004) encontró la prevalencia de estos
trastornos en mujeres directamente relacionada con componentes socioculturales.
En este estudio se hizo evidente que aunque hay existencia de la población con Trastornos de la
Conducta Alimentaria también se debe tomar en cuenta que la mayoría de estudiantes evaluados
no presentan incidencia a padecer Anorexia Nerviosa y/o Bulimia Nerviosa, no por esto quedan
exentos de tener tendencia a padecer sobre peso u obesidad, que es otro polo de los Trastornos de
la Conducta Alimentaria que puede causar problemas dentro de esta población sin que la
institución educativa conozca el problema de frente.
Por lo anterior es importante que se preste atención a las poblaciones de mayor riesgo de padecer
estos trastornos pues siendo universitarios, están formándose para ejercer en una sociedad que
necesita de sus conocimientos científicos tanto como de su sanidad como personas al servicio de
una comunidad llena de complejidades y paradojas. Lo cierto es que como se observa en este
estudio, la tendencia refleja cómo los Trastornos de la Conducta Alimentaria existen en micro y
macro y están presentes y latentes.
81.
VI. CONCLUSIONES
o La incidencia en la tendencia a padecer Trastornos de la Conducta Alimentaria: Anorexia
Nerviosa y Bulimia Nerviosa en los estudiantes de la carrera universitaria de Nutrición es
de un 21%, es baja aunque esta presente.
o Se reflejó que entre los Trastornos de la Conducta Alimentaria, el que tiene mayor
tendencia a desarrollarse es la Bulimia Nerviosa.
o El 21% de las personas que muestran tendencia a padecer Trastornos de la Conducta
Alimentaria son del género femenino.
o Las personas que muestran tendencia a padecer Trastornos de la Conducta Alimentaria.
están comprendidas entre los 16 y 19 años de edad.
o El estado civil de las personas que muestran tendencia a padecer Trastornos de la
Conducta Alimentaria son solteras.
o Los trastornos de alimentación restrictivos aunque están presentes no parecen significar
una epidemia, sin embargo la falta de información sobre los Trastornos de la Conducta
Alimentaria por exceso, sí puede convertirse en un factor dentro del grupo, pues además
de ser mayoritarios los resultados hacia este lado, la preferencia de la alimentación refleja
un desbalance que podría sostener el Trastornos de la Conducta Alimentaria.
o Los sujetos evaluados muestran una preferencia hacia los hidratos de carbono y las
proteínas de origen animal en vez de las comidas como ensaladas, frutas, verduras y
azúcares.
o Se demuestra que los estudiantes de primer semestre seleccionaron la carrera de
Nutrición, en su mayoría, por la ayuda que pueden prestar a la comunidad por medio de la
profesión y para obtener herramientas para su salud. Mientras que por otro lado un 18%
seleccionó la carrera por interés científico. y un 5% por su orientación hacia la nutrición
deportiva.
82.
VII. RECOMENDACIONES
Se recomienda a la Universidad Rafael Landívar y sus Facultades, promover información y
formación tanto a alumnos como a catedráticos sobre la tendencia a padecer Trastornos de la
Conducta Alimentaria, pues dentro de la presente investigación, los resultados evidencian una
conducta latente dentro de sus estudiantes.
Se sugiere a la Universidad Rafael Landívar, que a través de sus procesos de admisión, promueva
la implementación de evaluaciones psicológicas, incluyendo para los estudiantes de la Facultad
de Salud de la carrera de Nutrición una medición de los Trastornos de la Conducta Alimentaria
porque se evidencia la presencia de los mismos dentro de la carrera.
Se sugiere a la Facultad de Salud, que por medio de las entidades que brindan apoyo psicológico,
le puedan dar seguimiento a las promociones de estudiantes con el fin de acompañar a los
alumnos tanto en su crecimiento personal como profesional.
Se sugiere a la Facultad de Salud promover el involucramiento de sus docentes para que
profundicen sobre los Trastornos de la Conducta Alimentaria y la detección de estudiantes con
esa tendencia.
Se sugiere hacer otra investigación relacionada con el tema, al observar que el 56% de alumnos
que no presentan Trastornos de la Conducta Alimentaria (restrictiva) no están exentos de padecer
Trastornos de la Conducta Alimentaria (por exceso: obesidad, por atracón) sobre todo tomando
en cuenta el riesgo sobre la preferencia alimentaria.
Se sugiere a la Universidad Rafael Landívar, que promueva la investigación sobre el tema en
todas las Facultades que la conforman, con el objetivo de detectar tempranamente alguna
tendencia a padecer Trastornos de la Conducta Alimentaria en sus estudiantes.
83.
REFERENCIAS
Achaerandio, L. (2000). Iniciación a la Práctica de la Investigación. Guatemala. Reproducciones
Universidad Rafael Landívar.
Aguilar, A. G. (2005) La Motivación y El Sobrepeso. Propuesta de un Programa Motivacional
con Programación Neurolingüística. Tesis Inédita. Universidad Rafael Landívar,
Guatemala.
ALUBA (2012). Poor body image and eating disorder as a result of the media (La pobre imagen
corporal y los trastornos de alimentación como resultado de los medios de
comunicación) Disponible en red: http://www.aluba.org/poor-body-image-and-
eating-disorder-as-a-result-of-the-media
Anaya, F. El sexo, factor relevante en los trastornos de la conducta alimentaria. (2004) Tesis
Inédita. Universidad de Alicante. Centro de Salud de Silla. Valencia. España. En
Red disponible en:
http://www.elsevier.es/sites/default/files/elsevier/pdf/35/35v14n04a13065576pdf0
01.pdf
Asociación Psiquiátrica Americana (APA). (2003). Manual Diagnóstico y Estadístico de los
Trastornos Mentales Texto Revisado (DSM IV-TR). España: Editorial MASSON,
S.A.
Banfield, S. S., & McCabe, M. P. (2002). An evaluation of the construct of body image.
Adolescence, 37, 373-393.
Barrios J. (1988). Anorexia Nervosa en Guatemala. Tesis Inédita, Universidad Francisco
Marroquín. Guatemala.
Billiet, L. (1995). Bulimia y Anorexia en la actualidad. Revista de la Asociación Argentina de
Psiquiatras, 02, 160-169
Bowers, W. (2001). Basic principles for applying cognitive-behavioral therapy to Anorexia
Nervosa. (Principios básicos para la aplicación de terapia cognitiva-conductual
para la anorexia nerviosa). Psychiatric Journal of North America, 24, 293-300
Caal, M. (1996), La Anorexia en adolescentes guatemaltecos: revisión de un problema actual y
propuesta de un programa de modificación de conducta, Universidad del Valle de
Guatemala, Departamento de Psicología, Guatemala 70 pp.
84.
Carazo, S. (s.f.) Ana y Mia, dos asesinas que atentan contra nuestra juventud. Disponible en red:
www.hacienda.go.cr/centro/datos/Articulo/Ana%20y%20Mia.doc
Carretero, C. (2005). Prevención de los Trastornos Alimentarios. España: Programa de formación
y prevención de la ACAB (Asociación contra la Anorexia y la Bulimia)
Disponible en red:
http://www.educaweb.com/EducaNews/interface/asp/web/NoticiesMostrar.asp?N
oticiaID=735&SeccioID=1100
Cifuentes, M. (2004). Prevalencia de los Trastornos Alimenticios (Anorexia y Bulimia) en
relación al nivel socioeconómico y al género. Tesis Inédita, Universidad Francisco
Marroquín. Guatemala.
Cuerda, M.ª C., Ruiz A., Moreno, C., Iriondo, M.ª T., Velasco, C., Bretón, I., Camblor, M. y
García, P.(2003) Estudio del gasto energético en la anorexia nerviosa:
concordancia entre calorimetría indirecta y diferentes ecuaciones. Unidad de
Nutrición y Unidad de Adolescentes de Psiquiatría. Hospital General
Universitario Gregorio Marañón. Madrid. España.
Crispo, R., Figueroa, E., Guelar, D. (2001) Anorexia, Bulimia. Lo que hay que saber. 2da. Edic.
GEDISA, Barcelona. España.
Cuñat, E. (2008) Anorexia, Diseño y Presentación de Informes y Trabajos Científicos.
Universidad De Valencia. Valencia.
De la Maza, M, Armengol, A., Pons, L., Mas, M., Díaz, C. (2004). Trastornos Alimentarios:
Anorexia y Bulimia como Autoagresión. Artículo Disponible en red:
http://www.septg.org.
Del Canto, C. (2003) Anorexia y Bulimia Nerviosa, Tesis Inédita. Universidad Rafael Landívar,
Guatemala.
Devlin, M. (1998). Eating Disorders in adolescents: Principles of Diagnosis and Treatment.
(Trastornos alimentarios en adolescentes: principios de diagnóstico y tratamiento).
Pediatrics and Child Health, 3, 189-192.
El Equipo Interdisciplinario del Centro de Atención Familiar-Paraná (E. Ríos) (2010). Trastornos
de Alimentación: Anorexia y Bulimia. Argentina- Cuadernillo Autor.
85.
Flores, M. y Caballero, A. (1999). Factores de riesgo para Anorexia Nerviosa. Revista Facultad
de Medicina UNAM, 42, 241-543. Disponible en red:
www.bvs.insp.mex/artemisa/1999/r19/n06/a06.html
Garner, D. (1998). Inventario de Trastornos de la Conducta Alimentaria. España: TEA Ediciones.
Grau, A., Cañadas M., Vinues, S., Árboles P. (Presentado en el Congreso Interpsiquis, 2006).
Factores pronóstico en la génesis y evolución de los trastornos de la alimentación
Artículo disponible en red:
http://www.psiquiatria.com/bibliopsiquis/bitstream/10401/3903/1/interpsiquis_20
06_24984.pdf
Grau, A., Faus, G., Gaminde, P., Hernandez, G., Sanchez, M. (2011) Neuropsicología de los
Trastornos de la Conducta Alimentaria. Una revisión. Artículo presentado en el
Congreso Interpsiquis 2011. Disponible en red:
http://www.bibliopsiquis.com/bibliopsiquis/bitstream/10401/2561/1/14conf42501
79.pdf
Guía de Práctica Clínica sobre Trastornos de la Conducta Alimentaria. Madrid: Plan de Calidad
para el Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad y Consumo. Agència
d'Avaluació de Tecnologia i Recerca Mèdiques de Cataluña; 2009. Guías de
Práctica Clínica en el SNS: AATRM Núm. 2006/05-01. Autor.
Halgin, R. y Krauss, S. (2004). Psicología de la Anormalidad: Perspectivas Clínicas sobre
desórdenes Psicológicos. México D.F: McGraw-Hill Interamericana.
Halmi, K. (2000). Tratado de Psiquiatría. (3ra ed.). España: Masson.
Jardi, C. (2005) Los Trastornos de la Conducta Alimentaria, definición y tipologías. Disponible
en red: www.educaweb.com.
Juárez, I. (2005). Tendencia a los Trastornos de la Conducta Alimentaria y su relación con la
Socialización Parental en Adolescentes Mujeres de un Centro Educativo Privado.
Tesis Inédita, Universidad Rafael Landívar. Guatemala.
Keel, P. y Baxter, M. (2007). Estudio Longitudinal de 20 años sobre el peso corporal, dietas y
síntomas de desordenes alimenticios. Estados Unidos: APA.
Ladish, L. (2002). Miedo a Comer. España: Algaba Ediciones, S.A.
Lambruschini, N. y Leis, R. (s.f.) Trastornos de la Conducta Alimentaria. Disponible en red:
www.aeped.es/sites/default/files/documentos/8-TCA.pdf
86.
Lampson, K.K. (1993) Are you dying to be thin? Eating Disorders: Nutrition Therapy in the
Recovery Process. Aspen Publisher, Inc.
Levenkron, S. (2004) Anatomía de la Anorexia. Edit Kairos. Barcelona, España
Lopategui, E. (2011) Nutrición. Disponible en red:
http://saludmed.com/articulos/Nutricion/Nutricion.html
López, C. (Coord). Guía para la Nutrición Saludable y Prevención de los Trastornos
Alimentarios. Ministerio de Sanidad y Consumo; Ministerio de Educación y
Cultura; Ministerio del Interior. Madrid. Depósito Legal: NIPO: ISBN: 84-
Mansilla, A. (2005) La Entrevista Motivacional para incrementar la toma de conciencia, de las
adolescentes con tendencia a los trastornos alimentarios de Anorexia y Bulimia
Nerviosa. Tesis Inédita. Universidad Rafael Landívar, Guatemala.
Mijan, A. y Velasco, J. (1999). Nutrición y Trastornos de la Conducta Alimentaria: Anorexia y
Bulimia Nerviosa. Revista Nutrición Hospitalaria, 14, 81-91.
Milgram, L, Tonietti, M, Arroyo, H., ... [et.al.] ; Pasqualini, D. y Llorens, A. (comp.) (2010)
Abordaje de los adolescentes con problemáticas relacionadas con la alimentación
Salud y bienestar de los adolescentes y jóvenes : una mirada integral. 1a ed.
Buenos Aires : Organización Panamericana de la Salud (OPS). 680 p. ISBN 978-
950-710-123-6
Minuchin, S., Rosman, B. y Baker, L. (1978). Psychosomatic Families: Anorexia nervosa in
context. (Familias psicosomáticas: Anorexia nerviosa en contexto). Cambridge:
Harvard University Press
Moreno, M. y Ortiz, G. (2009) Trastorno Alimentario y su Relación con la Imagen Corporal y la
Autoestima en Adolescentes. Ter Psicol, vol.27, n.2, pp. 181-190. Disponible en
red: <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-
48082009000200004&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0718-4808. doi: 10.4067/S0718-
48082009000200004.
Oliva, D. (2004). Correlación existente entre Inteligencia Emocional y Trastornos de la
Alimentación: Anorexia y Bulimia, en un Grupo de Adolescentes, estudiantes de
dos colegios privados de Guatemala. Tesis Inédita, Universidad Rafael Landívar.
Guatemala.
87.
Organización Mundial de la Salud (OMS). (1992). Clasificación de los trastornos mentales y del
comportamiento de la CIE-10, pautas diagnósticas y de actuación en atención
primaria. España: Meditor.
Paiz, J. (2003). Estudio Comparativo de las prevalencias interfacultades del trastorno de la
conducta alimentaria en la Universidad Francisco Marroquín. Tesis Inédita,
Universidad Francisco Marroquín. Guatemala.
Papalia, D., Olds, S. y Feldman, R. (2005) Desarrollo Humano. (9ª Ed.) México: McGraw-Hill
Interamericana.
Piña P. (2000), La Cultura de Consumo y la Publicidad como Factores Influyentes en el
Desarrollo de Bulimia y Anorexia en Adolescentes Guatemaltecas. Tesis inédita
Guatemala. Universidad Rafael Landívar
Raich, R. (2001). Anorexia y Bulimia: Trastornos Alimentarios. España: Ediciones Pirámide.
Rodríguez, Y., Calado, M., Fernández, M., Lameiras, M. (2002) Hábitos alimentarios e imagen
corporal en estudiantes universitarios sin trastornos alimentarios. Revista
Internacional de Psicología Clínica y de la Salud RIPCS/IJCHP, Vol. 3, Nº. 1,
2003, págs. 23-33. Disponible en red:
http://dialnet.unirioja.es/servlet/listaarticulos?tipo_busqueda=EJEMPLAR&revist
a_busqueda=2852&clave_busqueda=62229
Rome, E. (2003). Eating Disorders. (Trastornos de la conducta alimentaria) Obstetric-
Gynocological Clinic Journal, 30, 248-278.
Ruiz P. (1999) Trastornos del comportamiento alimentario en una muestra representativa de
adolescentes de Zaragoza. Tesis de doctorado, Universidad de Zaragoza, España.
Schraier, S. (2010). Breve historia de la Nutrición en la República Argentina, trabajo inédito,
Buenos Aires, Argentina
Sierra, A. (2002) Factores de riesgo para el desarrollo de la anorexia nerviosa en adolescentes
femeninas del Colegio de estudios diversificados C.E.D. Tesis inédita.
Universidad Mariano Gálvez, Guatemala.
Timothy W, MD, y Cameron V. L. (2005) Si su adolescente padece un trastorno alimentario
Annenberg Foundation Trust at Sunnylands. Oxford University Press, Inc.,
Disponible en red: http://www.copecaredeal.org/Files/Parents/Eating_SP.pdf
88.
Torres, M., Pinilla, M. La dieta equilibrada. Guía para Enfermeras de Atención Primaria. Edit.
Sociedad española de dietética y ciencias de la nutrición, Zaragoza, España
disponible en red: www.nutricion.org
Uiversidad Francisco Marroquín. (2012) Requisitos de Admisión. Disponible en red:
http://nutricion.ufm.edu/cms/es/requisitos-de-admision
Universidad Alfonso X El Sabio. Disponible en red: http://www.uax.es/uax/que-
estudiar/grado/ccsa/gnh0/perfil-del-estudiante.html
Universidad Autónoma de Queretaro. Disponible en red:
http://www.uaq.mx/FCN/fcn_nutricion.htm
Universidad de Desarrollo de Chile. Disponible en red: http://odontologia.udd.cl/nutricion-
dietetica-concepcion/sobre-la-carrera/perfil-del-alumno/
Universidad Marista de México. Disponible en red:
http://www.umg.edu.mx/portal/nutricion.html
Universidad Rafael Landívar (2012), Pensum de la carrera de Nutrición. Disponible en red:
http://www.url.edu.gt/WebPensumCarrera/Default.aspx?id=203
Universidad Rafael Landívar (2012), Perfil del egresado. Disponible en:
http://www.url.edu.gt/PortalURL/Contenido.aspx?o=28&s=3&sm=c20
Wolmers, E. (2009) Relación de la dieta e índice de masa corporal (IMC) como indicador del
estado nutricional, en adolescentes de primer ingreso que estudian en el campus
central Universidad Rafael Landivar, ciclo 2008. Tesis inédita. Universidad
Rafael Landivar.
Wonderlich, S. y Mitchell, J. (2001). The role of personality in the onset of Eating Disorders and
treatment implications. (El rol de la personalidad del trastorno de la conducta
alimentaria y sus implicaciones de tratamiento) American Journal of Psychiatry,
24, 249-258.
Yurrita, B., (1999). Reportaje escrito, Anorexia Nervosa y Bulimia Nervosa en Guatemala.
Guatemala. Tesis inédita Universidad Rafael Landívar.
91.
Fecha de hoy: _____/______/ 2010 Semestre
No.:_____________
Edad:_________ Género: F ( ) M ( ) Estado
civil:_____________
Comida
preferida:_____________________________________________________________________
_
¿Por qué eligió estudiar la carrera de Nutrición?
_________________________________________
Cuestionario ¿Deseas intensamente ser delgada?
Instrucciones: Responda las siguientes preguntas de la forma mas honesta. Conteste de la forma
en que es ahora, no como solía ser o como le gustaría ser. Escriba el número de su respuesta en
el espacio a la izquierda. No deje ninguna pregunta sin responder al menos que se le indique.
1. ¿Tengo hábitos alimenticios distintos a los de mi familia y amigos?
1. A menudo 2. A veces 3. Rara vez 4. Nunca
2. Me doy cuenta de que siento pánico si no puedo hacer ejercicio como tenía planificado
porque tengo miedo de ganar peso si no lo hago.
1. A menudo 2. A veces 3. Rara vez 4. Nunca
3. Mis amigos me dicen que estoy delgada pero yo no les creo porque me siento gorda.
1. A menudo 2. A veces 3. Rara vez 4. Nunca
4. (Sólo para mujeres) Mi período menstrual se ha detenido o se ha vuelto irregular
debido a causas médicas desconocidas.
1. Verdadero 2. Falso
5. Me he vuelto obsesionada con la comida al punto que no puedo pasar un día sin
preocuparme de lo que comeré o no comeré.
1. Casi siempre 2. Algunas veces 3. Rara vez 4. Nunca
6. He perdido más del 15% de lo que se considera un peso saludable para mi estatura
(V.g., mujer, 1 mt. 68 cms., peso saludable=122 lbs., perdidas 20 lbs.)
92.
1. Verdadero 2. Falso
7. Me daría pánico si me peso mañana y me doy cuenta que he ganado dos libras.
1. Casi siempre 2. Algunas veces 3. Rara vez 4. Nunca
8. Me doy cuenta que prefiero comer sola o cuando estoy segura que nadie me verá,
teniendo excusas para poder comer cada vez menos con amigos y familiares.
1. A menudo 2. A veces 3. Rara vez 4. Nunca
9. Me encuentro a mí misma en grandes e incontrolables atracones durante los cuales
consumo grandes cantidades de comida al punto de sentirme enferma y me provoco
vómito.
1. Nunca
2. Menos de una vez
por semana
3. De una a seis
veces por semana
4. Una o más veces
al día
10. (NOTA: responda sólo si su respuesta a la pregunta 9 es “1”, de lo contrario déjela en
blanco). Me encuentro comiendo compulsivamente más de lo que quiero, sintiéndome
a la vez fuera de control y/o sin darme cuenta de lo que estoy haciendo.
1. Nunca
2. Menos de una vez
por semana
3. De una a seis
veces por semana
4. Una o más veces
al día
11. Uso laxantes o diuréticos como medio para controlar mi peso.
1. Nunca
2. Menos de una vez
por semana 3. Algunas veces 4. En forma regular
12. Me encuentro a mí misma jugando con la comida (v.g., cortándola en pequeños
pedacitos, escondiendo la comida para que la gente piense que ya me la comí,
masticándola y escupiéndola sin tragarla, escondiendo pedazos de comida) y/o
diciéndome a mi misma que ciertas comidas son malas.
1. A menudo 2. A veces 3. Rara vez 4. Nunca
13. Las personas a mi alrededor se han vuelto muy interesadas en lo que como y se dan
cuenta que me enojo con ellas porque quieren que coma más.
93.
1. A menudo 2. A veces 3. Rara vez 4. Nunca
14. Me he sentido recientemente más deprimida e irritable que lo que solía estar y/o he
estado pasando un tiempo cada vez mayor a solas.
1. Verdadero 2. Falso
15. Me guardo para mi misma muchos de mis temores acerca de la comida porque temo
que nadie me comprenderá.
1. A menudo 2. A veces 3. Rara vez 4. Nunca
16. Gozo cocinando comida con elevadas calorías para otros pero que yo no tenga que
comer nada.
1. A menudo 2. A veces 3. Rara vez 4. Nunca
17. El temor más poderoso en mi vida es el temor a ganar peso o a ponerme gorda.
1. A menudo 2. A veces 3. Rara vez 4. Nunca
18. Hago mucho ejercicio (más de cuatro veces por semana y/o más de cuatro horas por
semana) como forma para controlar mi peso.
1. Verdadero 2. Falso
19. Me encuentro completamente absorta cuando leo libros o revistas de dietas, ejercicios
y de control de calorías a tal punto que paso horas estudiándolas.
1. A menudo 2. A veces 3. Rara vez 4. Nunca
20. Tiendo a ser perfeccionista y no estoy satisfecha conmigo misma a menos que haga las
cosas perfectamente.
1. Casi siempre 2. Algunas veces 3. Rara vez 4. Nunca
21. Paso largos períodos de tiempo sin comer (ayunando) o comiendo muy poco como
medio de controlar el peso.
1. A menudo 2. A veces 3. Rara vez 4. Nunca
22. Es importante para mí tratar de ser más delgada que todas mis amigas.
1. Casi siempre 2. Algunas veces 3. Rara vez 4. Nunca