Historia General de Formosa. Tomo II

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HISTORIADE FORMOSA

TOMO II

MARCOS RAÚL MOLARES

G E N E R A L

DESDE EL ARRIBO DE INMIGRANTES HASTA LA CONSOLIDACIÓN DE LA ETAPA FUNDACIONAL



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A la memoria de Jovita Raquel Molares,mi hermana…




“A los inmigrantes los salvó su misticismo; no el Estado”

El autor




VINIERON DE MUY LEJOS

No ha resultado fácil sentir la epidermis de la historiafundacional de Formosa, cuando el dolor lleva la voz ba-tiente y la alegría es una tímida escolta escondida en los rin-cones. Para la composición de imágenes y sentimientos, deestas postales de antaño, hubo que pensar en las porcionesde cielo que buscaron estos inmigrantes en estos parajes hú-medos, asolados por temporales, inundaciones, alimañas yfelinos. Cielo inmenso que protegió a estas familias; ocultotras oscuros nubarrones durante el corto y a la vez extensoperíodo inaugural, en el cual los bautismos parroquiales re-afirmaban un paso más hacia la comunión con estas nuevastierras. Fue vehemente la sensibilidad mística de estos colo-nos pioneros, que pedían misas con la misma desesperaciónque el sediento ruega agua, cuando el servicio religioso fla-queaba en la colonia. Familias venidas de países remotos;allá donde las montañas agreden las llanuras y el grito pre-cipitado en un valle tiene diferentes ecos que el soltado sobreel lomo de estas planicies. Nada era igual; todo era distinto.Hasta sus nombres, estampados con signos dispares; demodo que ni en eso se podían identificar, porque en el Res-guardo aduanero y en la Comisaría de inmigración, los ter-cos empleados modificaban apellidos como se cambiaban de

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INTRODUCCIÓN

calcetines. Indisimulable abulia e indiferencia hacia estos ex-tranjeros lanzados al vacío. Sus profundos anhelos desmien-ten que hayan venido exclusivamente a mejorar suscondiciones económicas; los registros documentológicos co-tejados con testimonios demuestran que sostenían necesida-des pragmáticas, pero que también tenían aspiraciones deuna vida distinta, en paz, lejos de los amenazas de confla-graciones bélicas y de crisis recurrentes.

Cuando se desmoronaban las expectativas y los auxilia-res de la Comisaría de inmigración bajaban los brazos, aba-tidos, dado que no conseguían respuestas a sus reclamos,había siempre un argumento más para quedarse; cuando leshubiera sido sencillo irse a otro destino, a pocos kilómetrosy quizá con mayores garantías de protección estatal y de pro-greso familiar. Se aferraban a sus chacras, a sus sueños, a susfirmes obsesiones de fundar nuevos hogares definitivosdonde reposar algún día sus huesos. Echaban raíces, de apoco. Eran árboles mustios buscando nutrirse en estas tierrasarcillosas. Obstinados en no fracasar; en seguir protegiendosus pedazos de cielo. Estaban tan profundamente aferradosa lo sobrenatural que hasta para ahuyentar a los pájaros de-predadores pedían misa al sacerdote de turno. Ese ruegovertical, siempre apuntando hacia arriba, para que lloviera,para que fructificaran las cosechas, para que desaparecieranlas epidemias, para que se intercediera ante tantos fenóme-nos naturales, debe ser analizado desde la óptica metódicade la objetividad. Ellos fueron imbuyéndose de mística, amedida que descendían hacia la desesperación y la soledad,abandonados por esas autoridades centrales que bastante es-tridencia habían hecho en Europa sobre las bondades de ve-nirse a las Américas. Cuanto más sufrían y sentían el rigortajante del hambre, las muertes de los chiquillos por epide-

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HISTORIA GENERAL DE FORMOSA

mias imparables, las inclemencias del tiempo, la tierra ariscapara darles frutos, el trabajo que no rendía y la burocraciaempedernida de los funcionarios de la Gobernación, más sefortalecían y pugnaban por sobrellevar esas adversidades. Alos inmigrantes los salvó su misticismo; no el Estado.

La responsabilidad del Estado nacional, en esta materiadesgarradora, es evidente, por haber tenido una conductaomisiva ante la condición indignante de estos colonos, traí-dos de Europa bajo ciertas cláusulas contractuales que no secumplieron, como se explicará en detalle en este volumen.Ninguna autoridad de aquellos años puede alegar descono-cimiento de que en el poblado formoseño todos los mesesfallecía un niño por falta de prevención sanitaria, porquehasta un presidente de la Nación había tomado conoci-miento puntual de las condiciones de estas colonias delChaco, cuando estaba interesado en hilvanar su brillante ca-rrera militar matando indios indefensos por las tierras bos-cosas del Gran Chaco. Una noche y medio día estuvo Rocaen Formosa, quejándose de mosquitos y alimañas, y ha-blando maravillas de Resistencia, como si Formosa fuera unlodazal inhabitable. Era lo que había visto, en forma directa,en el paseo por el perímetro colonial. Pero no sirvió de nadalo que observó. Formosa siguió igual y los colonos continua-ron pidiendo que se regularizara la situación de sus tierras,entre innumerables demandas. Es decir, los gobernantes pre-ferían mantener prolija Buenos Aires, que era el escenariode presentación de un país catapultado a la gloria del pro-greso, y mantener escondidas las miserias del interior y suscolonias. No estamos equivocados cuando decimos en estaobra que el periplo de Roca por estos lugares fue una panto-mima mediática, para cimentar su prestigio de civilizadorde los desiertos.

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INTRODUCCIÓN

¿Y DESPUÉS, QUÉ?

Debemos ensalzar el acto grandioso de la fundación, por su-puesto; pero también preguntarnos: ¿y después, qué? Allí se po-dría decir que todo comenzó, y todo se acabó. Pero no es así.Se humillaron a más de 75 familias, hasta hacerlas padecersituaciones apremiantes que ni siquiera hubieran imaginadopasar en sus países, aún con perspectivas bélicas como lasque se estaban preanunciado en toda Europa. Se dejaronmorir niños, no solamente por falta de atención médica y far-macéutica adecuada, sino porque estaban mal alimentados,sin tener las defensas y nutrientes esenciales como para quefuncionen los anticuerpos naturales ante las pestes. Murie-ron, como luego veremos, colonos, inmigrantes paraguayosy correntinos, de todas las edades. Se dejó en orfandad unnúcleo poblacional que en esos años debió soportar epide-mias de paludismo, tifus, viruela negra y una infinidad deflagelos más, al punto de que el paraje formoseño fue consi-derado zona endémica. Nada se hizo para prevenir esta situa-ción. Nada. Y si se hizo algo, se sabía que era insuficiente; que ibana seguir muriendo chiquillos.

Podremos festejar la fundación, dado el carácter institu-cional potente para estas comarcas de magia y ensueño, apesar de la opinión de Julio Argentino Roca. Pero las gene-raciones actuales deben saber que, tras ese acto, el puebloquedó en situación de abandono patético por la actitud mi-serable y criminal del roquismo, perpetrándose un atropellode lesa humanidad, lesivo de los derechos elementales deestos inmigrantes. Un gobernante de estas tierras abandonóraudamente su función, a poco de fundarse. No quiso ha-cerse responsable del hatajo de calamidades por venir. Sabía,por ser un hombre que convivió tierra adentro con nativos

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en idénticas condiciones por las que iban a pasar los futuroshabitantes de las colonias del Chaco, que se venían épocas dereclamos permanentes, que no los podría solucionar. Prefirióir tras un preciado ministerio en el gabinete presidencial, pre-vio viaje por Europa para descansar de las extenuantes jor-nadas de banquetes consumidos –champán tras champán–en el majestuoso Palacio de López, en Asunción. Fue Man-silla. El otro, Bosch, no pudo soportar ser blanco de críticasde los pobladores de las colonias del Chaco, y sobre todo deFormosa, y también se evadió de la Gobernación. La prensaporteña ya hablaba insistentemente de su mala administra-ción gubernativa, y algún diputado lo repetía en alta voz enla Cámara de Diputados de la Nación. Estampó su renuncia–a pesar de que no se la aceptaron de inmediato– despuésde fracasar en su intento de atrapar al mítico cacique tobaJuanelráic; y se quedó en Buenos Aires. Los funcionarios go-bernantes incurrían en fuga. Hasta la Gobernación del Chaco es-taba en estado de abandono. Sin embargo, alrededor del cuartel,los inmigrantes se abroquelaban, soportaban y aguardaban ungesto de la providencia.

Fue asombrosa la actitud piadosa adoptada por los inmigran-tes frente a este cúmulo de contratiempos que los sorprendían añotras año. Es valorable la persistencia; el empecinamiento en saliradelante, pese a lo que estaba ocurriendo. Un tiempo, tomandolas manos temblorosas del padre Lynch y Cabrera; un curacasi ciego que caminaba a tientas por las chacras porque lanoche se instalaba para siempre en sus retinas. Luego, acom-pañando las procesiones del padre Riccioni, en la humildecapilla de Belgrano y Pringles, y más adelante, estimuladospor la energía del padre Grotti; el que llegó una noche a lavilla, enfrentando una gran llovizna y que al levantarse alotro día estaba arengando a los feligreses. Su mensaje les

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INTRODUCCIÓN

decía que no sucumban porque ese cielo especial que losprotegía estaba al alcance de sus manos, solo bastaba quetendieran los brazos para tocarlo, creyendo fervientementeque ello ocurriría. Y le creyeron.

El autor

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ÍNDICETOMO II

INTRODUCCIÓN

VINIERON DE MUY LEJOS pag. 7¿Y DESPUÉS, QUÉ? pag. 10

CAPÍTULO ÚNICOLA ETAPA FUNDACIONAL

1. EL AÑO INAUGURAL pag. 152. LA TRANSICIÓN pag. 1373. LA ORGANIZACIÓN INICIAL pag. 2114. EL DESENVOLVIMIENTO pag. 2635. EL DESENLACE INSTITUCIONAL pag. 3016. LA CONSOLIDACIÓN JURISDICCIONAL pag. 347

1. EL AÑO INAUGURAL pag. 15

Un mundo en ebullición (15) - Primer desembarco poblacional en For-mosa (18) - Preparativos para la toma de posesión (23) - La fundaciónde Formosa (27) - Fontana, gobernador interino del Chaco (29) - Lospioneros de la prefundación (29) - Tentativas expansionistas de Salta (36)- La entrega de Villa Occidental (41) - Primeros contingentes de inmi-grantes (44) - La colonia, foco de epidemias (51) - La villa y su paisaje (52)- La mensura de Pastor Tapia (54) - Expectativas productivas del paraje (57)- Decepción de los colonos (59) - La escuela de Villa Formosa (61) - El

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arribo del padre Lynch (62) - Primeras reparticiones públicas (63) -Los caciques Carayá y Pichón (65) - La represión en el Chaco Austral(68) - El ocaso del espacio indígena (75) - El vapor Galileo y la revo-lución frustrada (81) - Fuerzas acantonadas en Formosa (84) - Abu-sos en la explotación forestal (86) - Los primeros nacimientos (87) -Carencias presupuestarias de la Gobernación (88) - La ocupaciónmilitar de la Patagonia (89) - Candidatura presidencial de Roca (92)- Coyuntura internacional (93) - Mansilla recorre Europa (97) - Elrenunciamiento a la Gobernación (99) - El topónimo Formosa (100)

2. LA TRANSICIÓN pag. 137

Los rasgos del abandono (137) - Octavio Fontana, Comisario de laColonia (141) - La desolación de los colonos (142) - Versiones deconspiración (145) - Los contrastes de la solidaridad (148) - Familiassin racionamiento (150) - La visita del inspector Pablo Stampa (154)- Octavio Fontana suspendido (156) - Contralor fiscal en la colonia (157)- El padre Lynch y su prédica (160) - Designación de la ComisiónMunicipal (164) - Nueva epidemia y sus estragos (165) - La evolu-ción de las construcciones (167) - La producción de Formosa (168) -Preliminares de la marcha a Salta (173) - Inicio de la expedición deFontana (178) - Combate de La Cangayé (181) - Padecimientos deFontana (183) - Llegada a destino (184) - Implicancias de la expedi-ción (188) - El duelo de los exgobernadores (190) - Roca gana la pre-sidencia (194) - El enfrentamiento nacional (196) – La asunción deRoca (200) - El Batallón 11º en Formosa (200)

3. LA ORGANIZACIÓN INICIAL pag. 211

Bosch accede a la Gobernación del Chaco (211) - El proyecto delpuerto libre (212) - Promoción de la caña de azúcar (213) - La men-sura de Ángel Machado (214) - Julio Serna continúa con el trazado (217)- La inspección de Enrique Victorica (217) - Destitución del Comi-

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sario Octavio Fontana (220) - Continúan los reclamos (221) - El pueblose aferra a la ribera (222) - Un decreto de urbanización (224) - Demoli-ción del rancherío del puerto (225) - El impulso de la construcción (227) -Obstáculos para el progreso del poblado (228) - Los cultivos de la Colonia(231) - Reducción de obrajes (232) - Alarmante situación sanitaria (233) - Eldesempeño de José María Cabezón (234) - Últimos oficios del padreLynch (236) - La labor municipal (238) - Intentos de avance de la Colo-nia (239) - Fontana, vocero de productores salteños (239) - Pasiones delfundador de Formosa (242) - Supresión de la compañía de Gendarmes (243)- Nuevos planes para el Gran Chaco (248) - La expedición de Juan Solá (250)

4. EL DESENVOLVIMIENTO pag. 263

Discordias entre Bosch y Sandoval (263) - La incursión frustrada de Cre-vaux (264) - Expedición de Fontana al Pilcomayo (266) - Exploracionesen el Chaco Austral (269) - El nacimiento de Colonia Aquino (270) - Es-tado de las colonias oficiales (272) - La Subprefectura de Formosa (275)- Eliminación de las comisarías de colonias (275) - Antecedentes del Bata-llón 11º (277) - Asentamiento del Batallón 9º (277) - La visita de Roca (278)- Entretelones de la gira presidencial (282) - Consagración de la capillade Formosa (285) - Aparición de los franciscanos en la villa (286) - Laspretensiones de Elisa Lynch (287)

5. EL DESENLACE INSTITUCIONAL pag. 301

Actitudes antagónicas de Bosch (301) - El interinato de Ramón Bravo (303)- Sucesivos reemplazos en la Gobernación (304) - Instalación definitivade la Municipalidad (305) - Indefinición catastral (307) - La mensura fa-llida de Grawel (309) - Costa Alegre se divierte (310) - La inmigraciónparaguaya (310) - Los criollos argentinos (314) - La presencia del padreGrotti (317) - Plan de operaciones para el Chaco Austral (320) - Boschemprende la marcha (320) - El combate de Napalpí (322) - Un encuentromalogrado (324) - El desplazamiento de Manuel Obligado (326) - La

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muerte del cacique Juanelráic (327) - La expedición de RudecindoIbazeta (328) - La travesía de Daniel Campos (331)

6. LA CONSOLIDACIÓN JURISDICCIONAL pag. 347

Fotheringham, nuevo Gobernador (347) - Triste partida del Bata-llón 11º (349) - Los hábitos de los colonos (350) - Primeros cemente-rios de Formosa (353) - La insalubridad en la Villa (355) - Tras lashuellas del cacique Juanelráic (356) - Exploraciones del Regimiento 5ºde Línea (357) - Principian las obras (358) - Una postal del pueblo (363)- El Municipio, a paso lento (365) - Conclusión del ordenamientoespacial (367) - Actividades económicas de la villa (371) - Fiscaliza-ción forestal en la colonia (374) - Precursores de la producción (377)- Sinsabores de la enseñanza primaria (379) - Leyes de EducaciónComún y del Registro Civil (383) - Decadencia de Colonia Aquino (386)- El propósito de Juan de Cominges (387) - Roca y su modelo de país (389)- La estrategia de la campaña del Chaco (400) - La columna de Vic-torica (401) - La columna de Figueroa (403) - La columna de Uriburu (403)- La columnas de Ibazeta (407) - La columna de Fotheringham (408) - Laexploración del Bermejo (412) - La columna de Blanco (413) - La ex-ploración del Pilcomayo (413) - Conclusiones de la campaña (415) - Lasituación indígena en el Chaco Central (418) - El debate sobre los te-rritorios nacionales (423) - Una propuesta legislativa insólita (425) -Otras aristas del debate (430) - Ley 1532 de Territorios Nacionales (431)- Síntesis de la reafirmación fundacional (435) - El despegue del la-tifundismo (439) - Horizonte internacional (441) - Cuando Fontanaquiso irse en silencio (444)

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BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA pag. 491

ARCHIVOS CONSULTADOS pag. 511

BIBLIOTECAS CONSULTADAS pag. 512

REFERENCIAS DE ILUSTRACIONES pag. 513

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Documents

Historia General de Formosa. Tomo II