Historia Escalada

1

VOLVER

Manual de Escalada en Roca Parque Guaraca

ADVERTENCIAS La escalada en roca es por naturaleza una actividad potencialmente peligrosa, independientemente de la destreza y fuerza que posean las personas, y del refinamiento tecnológico de los equipos de escalada y protección de rutas. La experiencia e inteligencia en la escalada se demuestra en la habilidad para tomar decisiones, los medios empleados, el conocimiento de las capacidades para decidir escalar una ruta de alto grado de dificultad técnica para quien está escalando, y la acumulación de información en que se pueda confiar, pero sobre todo, una actitud ética, responsable y prudente cuando de practicar el deporte se refiere. Este manual sobre escalada, no pretende ser la única fuente de información para aquellos que quieran formar parte de este maravilloso mundo, aunque hemos hecho un esfuerzo para recopilar la información que consideramos más precisa y correcta, adicionada con la experiencia de más de 20 años en la práctica de este deporte. Sin embargo, instamos al lector para que no ahorre esfuerzos en verificar la información, ni en probar todos los sistemas y métodos propuestos, a fin de no arriesgar su vida y salud cuando utilice los conocimientos obtenidos mediante la lectura del presente instructivo. Como un manual de escalada no puede ser sustituto de la práctica, experiencia y habilidad en la misma, se hace necesario que los montañistas inexpertos estén dispuestos a recibir instrucción calificada por parte de algún grupo de escalada o un club de montañismo, como el que aquí soporta esta publicación (Guaraca). Es muy importante que el escalador se familiarice con las capacidades y limitaciones de cada pieza de equipo. El uso del equipo apropiado tiende a convertir esta práctica deportiva en una actividad un poco más segura, pero ninguna pieza de equipo, por más fuerte y avanzada que sea, podrá reemplazar a una conducta consciente y responsable del escalador que la utiliza. Aquel es responsable de sus propias acciones y decisiones. Como corolario de lo expuesto, el lector libera de toda responsabilidad a los autores, por cualquier lesión que pudiera ser provocada, inclusive la muerte, en virtud del uso equivocado que se haga de la información en él suministrada. El autor Alejandro Navas Corona Marzo de 2012

2 Manual de Escalada en Roca Parque Guaraca

HISTORIA El ser humano ha practicado la escalada en roca desde tiempos inmemoriales, aunque no bajo el concepto diferenciador y parcializante que hoy ha hecho carrera desde los “deportivo”, sino dentro de la cotidianidad, la necesidad y el azar propios de la esencia misma de los individuos y su interrelación con la naturaleza. Así pocas personas reparen en el asunto y desconozcan el origen del deporte como tal, es preciso saber algunas cosas para poder asumir integral y conscientemente esta experiencia que hoy comienza para muchos y viene desarrollándose a ciegas por otros tantos. Como se trata de un manual básico de escalada en roca haremos un recorrido rápido sobre el asunto, y centrándonos en el acto reflexivo y contextualizante. Creemos que para el fin propuesto debemos abordar el tema sobre dos acápites principales que iremos amalgamando: el primero de ellos se refiere al concepto de “deporte” y sus alcances en las diferentes épocas, y el segundo tema aborda la escalada como experiencia sensible, lúdica y creadora de tejido social. La historia del deporte como tal está íntimamente ligada a los procesos de aprendizaje, ya que el hombre a partir de su modelo particular de “inteligencia” tiende a solucionar sus problemas y necesidades aprendiendo, y no sólo a través de reacciones instintivas como sí lo hacen otras especies. Esto quiere decir que el hombre fue desarrollando poco a poco a través del aprendizaje, unas capacidades tales que lo llevaron al acto reflexivo y de conocimiento. Dentro de este devenir humano que data de hace miles de años, nace la reflexión intelectual alrededor de lo físico, del cuerpo humano y su capacidad de ejecutar acciones tendientes a solucionar problemas. Por esta razón desde los antiguos griegos empieza a gestarse la idea de que existía un relación íntima entre el continente y el contenido, entre el cuerpo y la mente pesante, de tal forma que se van construyendo las ideas de la “mente sana en cuerpo sano”; el cuerpo no sólo serviría para sobrevivir y subsistir, sino también para desarrollarse intelectual y armónicamente. Sin embargo, el tiempo decantaría poco a poco el asunto y la “intelectualidad” ligada a la “academia” (en su concepto puro que nada se parece a la academia actual de la que se habla en la universidades y centros educativos) se fue separando poco a poco de la actividad física, llegando en algunas posiciones extremistas a considerarse que una persona podía hacer y ser solo una cosa u otra, es decir, o intelectual o deportista, pero no las dos ya que se ven como el agua y el aceite. Poco a poco se fue creyendo que las personas dedicadas a la actividad “física” no tenían capacidad intelectual, ya que actuaban bajo parámetros instintivos, básicos y propios de la mente primitiva que utilizaba la fuerza, resistencia y habilidad del cuerpo, y no el intelecto y conocimiento, para solucionar los problemas y necesidades. En época medieval, se suma una postura definitiva que dará al traste con la integralidad entre cuerpo y mente, basada en la religión católica, según la cual existe un desprecio por el cuerpo, expresión de la imperfección humana, y una exaltación

3Manual de Escalada en Roca Parque Guaraca

única del espíritu: polvo eres y en polvo os convertiréis… sobre lo cual nos evitamos hacer comentarios y dejar al lector su conclusión. Mejor aún, para esta reflexión, es saber que esta tendencia separatista, disarmónica, desintegradora, se convirtió poco a poco en una constante y resultó favoreciendo la exclusión social, las clases y estratos sociales, que dio sus mejores frutos en época de la industrialización, durante la cual el “dinero” y “capital” sustituyó la razón por la cual el hombre venía prácticamente existiendo: el capital como fin último de la existencia humana. Durante la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX, luego de una corta propensión al humanismo y el culto a la educación física, la industrialización tendiente al capitalismo exponía abiertamente una necesidad: fuerza de trabajo productivo, mano de obra barata que generara plusvalía o utilidad para los dueños de las industrias; e voilá, por supuesto junto con otras más que servirían al objetivo, ahí estaba una de las herramientas convenientes: El Deporte, la acción física útil (utilitarismo deportivo). En la medida que la industria se basaba en las máquinas, y que aquellas implicaban en casi todos los casos mano de obra física (el concepto de empresa de conocimiento es reciente), el deporte serviría a la perfección como forma de disciplinar al hombre para el trabajo. Era la puntada final para acabar de desfigurar la integralidad de la mente-cuerpo, y desaparecerían entonces las relaciones milenarias entre el deporte y las ceremonias, los mitos, la lúdica, el honor, el amor, el espíritu, etc., etc. En la medida que la época de las luces estuvo ligada al resurgimiento de las ideas, y que para ello se empleó entre otras cosas la filosofía griega, también se extrapoló la línea conceptual en la que desembocó aquel imperio sobre la necesidad de diferenciar al intelectual del deportista. Si sumamos esto a la “utilidad” del deporte como forma de disciplinar para el trabajo, la creación de las grandes ciudades, el surgimiento de los enfoques organicistas, del positivismo italiano, el nacimiento de las ciencias humanas como la antropología, la psicología con Freud, la sociología de Compte, los mismos juegos olímpicos desde 1896, y otras tantas cosas que se nos hace en demasía extensas para explicar en este texto, entenderemos porqué en la escalada como deporte se presentan las tendencias que hoy existen. A principios del siglo XX, el deporte nace como “derecho”, cuando ya se habían dado las luchas reivindicatorias por el “proletariado”, y se declaraba la existencia de los derechos sociales, económicos y culturales. Los esquemas políticos basados en el liberalismo clásico (dejar hacer, dejar pasar, o leceferismo) dieron paso al modelo intervencionista de Estado, y de allí al estado de bienestar del cual es propio el desarrollo del deporte como política. De ahí en adelante se consolidan las ideas de: El trabajo en equipo, el entrenamiento, la competición profesional, la jerarquización, el récord, la reglamentación, y otras más que hoy conocemos como los equipos, clubes deportivos, federaciones, estadios, gimnasios, nuevas tecnologías, carreras universitarias, etc. Pues, bien, Con la escalada en roca y montañismo ha sucedido lo propio, aunque en un lapso más corto. En un comienzo, la escalada en roca, como ya dijimos, obedece a una necesidad del ser humano para alcanzar la cima, superar un accidente geográfico,


realizar ceremonias religiosas, cazar, y otras tantas razones, y sólo sobre la segunda mitad del siglo XIX, en el contexto que ya referimos con anterioridad, se inicia el montañismo como disciplina deportiva, ligada en suiza a personas de alta jerarquía social que tenían solucionado su problema económico y veían en la escalada una forma de aventura, de lidiar con el tiempo libro, de ser especiales y excéntricos, de seguir “conquistando” el mundo. Fue a finales del XIX que los alemanes y austriacos empiezan a imprimirle a esta disciplina una línea menos elitista, basada en la libertad y satisfacción personal que les proporcionaba. Estos escaladores fueron más osados que los anteriores, y personajes como Emil Zsigmondy, Ludwig Purtscheller y Michel Innerkofler pasaron a la historia por sus verdaderas hazañas, aunque contribuyeron a imprimirle a la escalada en roca un tinte de actividad extremadamente peligrosa y casi suicida, que aún se mantiene en el imaginario social moderno. A medida que pasó el tiempo se empieza a concebir la escalada como un “fin en sí mismo”, alejándose del romanticismo de sus inicios. A esta tarea contribuyeron escaladores como Albert Mummery, con escaladas expuestas en donde la cuerda sólo era empleada para descender en rapel, y según el cual debían buscarse las líneas que a simple vista parecían imposibles o más peligrosas. Nace el concepto de “empujar tus límites”, aunque valga decir que no sería raro entonces que Mummery muriera en los flancos del Nanga Parbat en el Karakorum, por el año de 1895. A principios del siglo XX se destacan escaladas aún más difíciles, todavía con el uso de cuerdas de cáñamo, clavijas de hierro, estacas de madera, e incluso sin el uso de ninguna seguridad. Aparecen grandes guerreros de la roca como Heinrich Pfannl, Tita Piaz (el diablo de las Dolomitas), los hermanos Georg y Fran Steiner. De la mano con el grado de dificultad que fue adquiriendo la escalada en roca, también se fue creando la necesidad de emplear clavijas que permitieran escalar rutas más difíciles sin morir en el intento, y fue precisamente Angelo Dibona, junto con los hermanos Mayer, quien en el mundo empezó a disponer mecanismos para mayor seguridad en los ascensos; lo siguieron Joseph Ravanel, Franz Lochmatter, Hans Fiechtl (introdujo los pitones) y otros como Otto Herzog que introdujo los mosquetones para escalar. Se iniciaba no solo un nuevo siglo, sino también una nueva corriente en la escalada, y con ello comenzaban también las discusiones entre quienes propendían por la escalada “limpia” o “purista” (abanderada por Paul Preuss) y quienes lo hacían empleando los nacientes anclajes y mosquetones para ascender artificialmente, así fueren aún rudimentarios e inseguros. Preuss escaló más de 1200 vías sin emplear un solo clavo, en coherencia con su defensa de la escalada conservacionista, aunque en 1913 falleció a sus escasos 26 años escalando en solo la cara Norte del Manndlkogel. Es de anotar que Preuss1 no estaba totalmente en contra

1 AXIOMA DE PREUSS: El montañero, especialmente el escalador, debería limitar siempre sus ambiciones a su capacidad. No debería de probar nada para lo que no esté preparado. Esto nos lleva a los siguientes seis teoremas: 1. Uno no debe de estar igual de preparado que la expedición con la que se compromete, sino por

encima. 2. La dificultad real que un escalador puede escalar con seguridad, es aquella que puede destrepar, y

aquella para la que él se considere a sí mismo preparado. Esto debería de representar los límites en el intento de la escalada.


de la seguridad dispuesta en caso de emergencia, y centraba sobre todo su inconformismo en que se liberaran pasos de forma artificial o con maniobras de cuerda. Uno de sus axiomas decía que “la verdadera seguridad es el resultado de cada escalador cuando estima qué es posible y qué desea hacer”. La escalada seguiría su curso, y famosos alpinistas como Dülfer, Piaz, Welzenbach, Cassin, Heckmair y Herzog, terminaron negociando la filosofía de la escalada límpia o purista, para poder liberar vías que consideraban imposibles sin el empleo de fijaciones a la roca, maniobras de cuerda (péndulos) y escalada artificial. Por aquella época que podríamos decir abarca los primeros 20 años del siglo XX, también se empiezan a perfeccionar las técnicas en la escalada, el uso de nudos, pases de cuerda para rapelar (no existían los descensores actuales), movimientos para la progresión corporal; un aporte importante fue el que dejó para la posteridad Hans Dülfer, quien creó el rapel a la española con la cuerda pasada por debajo de la pierna, la técnica de Bavaresa o escalada por oposición de fuerzas, y la de travesía pendular asegurada en tensión y a la carrera (conocidas como dulfer y swing), con las que se abrieron las puertas al VI grado (5.9 EEUU). Quizás la idea de la seguridad al escalar fue determinante en su causa de muerte, muy alejada de la práctica de su amado deporte, ya que moriría por 1915, pero víctima de una granada en el frente de batalla de Arras, en la nefasta Primera Guerra Mundial. Iniciados los años ´20 la escalada toma una fuerza mayor aún, sobre todo en los países como Alemania y Austria que habían perdido la guerra, en una especie de catarsis y refugio natural que alejaría a los practicantes de los horrores del combate y de la crisis de la postguerra. Se abren innumerables rutas, se liberan otras que antes eran vistas como imposibles y se consolida el VI grado, en donde podríamos mencionar como destacados a Felix Simón, Francesco Jori, Arturo Andreoletti, Zanutti, Rolando Rossi, Emil Solleder, Fritz Wiessner, Willo Welzenbach, Hans Steger, Rudolf Peters, Adolf Deye, Luigi Micheluzzi y Paula Wiesinger (primera mujer que alcanzó el sexto grado). Mientras el orbe se sumía en la crisis económica de los años `30, el mundo de la escalada en roca parecía no sufrir con ella, y por el contrario, tendía a desarrollarse aún más, con la actividad escaladores como Mathias Auckenthaler, Celso Gilberti, Giovanni, Emilio Comici, Alvise Andrich, Gabriele Bocalatte, Rafaele Carlesso, Bruno Detassis, Raimund Schinko, Ricardo Cassin y Gino Solda; Giusto Gervasutti introdujo el calzado con suela vibram; Battista Vinatzer logró subir el límite de dificultad al VII grado; Pierre Alain por su parte creó las botas de goma (antecesores de los pies de gato), que cambió definitivamente la postura arqueada de los escaladores apta para las contraposiciones, por otras de más equilibrio que hacían

3. Por lo tanto, el uso de técnicas artificiales sólo llegarán a justificarse en caso de un repentina amenaza

de peligro, 4. Los clavos son una ayuda de emergencia y no la base para la realización de una escalada. 5. La cuerda debería de usarse para facilitar las cosas, pero no como única herramienta para hacer

posible una expedición 6. El principio de seguridad es algo muy importante. No la espasmódica corrección de uno mismo

cuando quiere seguridad mediante el uso de ayudas artificiales. La verdadera seguridad es el resultado de cada escalador cuando estima qué es posible y qué desea hacer.


descansar el peso sobre los pies; también por la época se crean los buriles y los parabolts (ello aumenta la cantidad de protecciones en las rutas), y cambia nuevamente la idea de dificultad, relacionada con la dificultad al momento de asegurar, el grado del desplome y la longitud del mismo; reviven con esto, por supuesto, las críticas a los mecanismos colocados artificialmente en la roca. En la década de los ´40 la escalada en roca sufre, como todo desarrollo pacífico y lúdico inherente al ser humano, un estancamiento pasmoso. La razón opaca todo ánimo para dedicar más palabras que las necesarias para decir que fue una de las épocas más oscuras de la humanidad; más de 66 millones de seres humanos perdieron la vida en la segunda guerra mundial iniciada en 1939 y culminada sobre el ´45. En los años de postguerra se presenta el mismo fenómeno que en la primera guerra, y la escalada se convierte nuevamente en refugio y remanso de quienes se negaban a creer tanta crueldad en el sistema inventado por la sociedad moderna. Los escaladores franceses son los que más se desarrollan en este período, quizás también por el hecho de haber sido uno de los países ganadores en la guerra, si ello puede decirse de tal manera, porque en ella perdemos todos. Podríamos resaltar la participación de Gaston Rebuffat, Achenal, Terray, Frendo, Couzy y Schatz, así como también de Nino Oppio, Ratti, Vitali, Guido Gervasutti, Georges Livanos, Ettore Constantini, Renato Apollonio y Mathias Rebitsch. Con la llegada del medio siglo, los países golpeados como Alemania e Italia se dan a la tarea de reconstruirse y resurgir de la infausta jornada bélica. Se destacan por esta época los escaladores que deciden realizar escaladas en solitario y solo integral, el tope del nivel logrado hasta el momento, como es el caso de Cesare Maestri, Herman Buhl y Armando Aste. También se logran romper los límites preconcebidos en la escalada artificial con Walter Bonatti, L.Ghigo y Guido Magnone. Otros que resaltan durante estos años 50`s son Georges Livanos, Max Niedermann, Wisi Fleischmann, Joe Brown, Don Whillans, André Contamine, Walter Bonatti y Michel Vaucher, por mencionar sólo algunos. En los 60´s el asunto no cambia sustancialmente, y se mantiene la idea de los escaladores clásicos sobre la limpieza en los ascensos, liderados por reconocidos escaladores como Alessandro Gogna y Reinhold Messner que luego daría mucho de qué hablar. Se incentiva el uso de fisureros y piezas removibles (aún estáticas) en la escalada libre, siempre de abajo hacia arriba, lo cual mantiene estancados los grados de dificultad. En la década del 70 aparece una novedosa idea que llegaría hasta nuestros días: la escalada deportiva o francesa, consistente en la precolocación de seguros en las rutas descolgándose desde arriba previamente al ascenso; esta práctica que se creó para “entrenar” termina aumentando considerablemente el grado de dificultad de las vías para la escalada libre, y populariza el uso del buril y el spit. Las tendencias en Alemania, Italia y Austria siguen enraizadas en la escalada limpia, e insisten en forzar los límites desde abajo en la apertura de rutas. En esta década es que precisamente entra a Colombia la escalada en roca de forma un poco más asidua, y se practica en las rocas de Suesca y en el Cocuy, invadida de la idea del free/clean, sobre todo en la ejecución de la escalada clásica con el uso de pitones y cuñas de madera.


En los 80`s la escalada de grandes placas, evitadas por los escaladores clásicos por imposibilitar su aseguramiento, empieza a difundirse con el uso de los spits, y auspiciada por la fortaleza dada por los nuevos concepto de entrenamiento. En este momento es que aparece el emblemático y por algunos nunca superable Wolfang Gullich, y junto con otros escaladores de élite se empieza a generalizar el aumento de nivel de tal forma que los 90`s llegan con líneas de hasta IX grado. Sin embargo, la idea de popularizar aún más el deporte, es decir, permitir el acceso a más personas y no a los pocos de élite que podían hacerlas, llevó a que la colocación de seguros fijos fuera haciéndose más copiosa, y más cerca uno de otro; aparece el taladro eléctrico y a gasolina que ayuda de forma importante en este proceso, y los spits y parabolts se encuentran en cientos de rutas. Aunque a principios de los años 90´s la escalada en Colombia se practicaba por no muchas personas de la capital (Bogotá) en las rocas de Suesca, y sólo por algunas en las ciudades intermedias como Bucaramanga y Medellín, aún se seguía una filosofía “limpia” basada en el uso empotradores removibles como los rígidos stoppers, excéntricos semidinámicos y los seguros dinámicos en su pionera presentación: Los “friends”. De todas formas, ya se veían algunas iniciativas de protección de rutas con spits y parabolts en aquellas secciones en que no era posible colocar seguros removibles, y sobre todo, en las líneas abiertas sobre roca sin fisuras o puentes que permitiera la seguridad. Fue aproximadamente desde el año de 1995 en Colombia, en que se implementó y fue en aumento considerable la nueva línea de escalada deportiva con el uso de aseguramientos fijos (tensores químicos, reuniones, parabolts y chapas inoxidables). Cerca de la capital se abren rutas de alto nivel bajo esta filosofía (hasta 5.13, para la época), y cerca a Bucaramanga una veintena en el parque de “La Punta”, por un grupo pequeño de soñadores que practicaban curiosamente esta disciplina visto como de suicidas, entre los que se contaban el autor de este manual (Alejandro Navas Corona), Néstor Díaz Oróstegui, Juan Carlos Poveda, Fabián Carreño, Freddy Barbosa y Juan Carlos Santander; se trataba de escaladores clásicos que le iban abriendo la puerta poco a poco a las nuevas tendencias de la escalada deportiva. Iniciado el siglo XXI, la escalada deportiva con seguros no removibles se hizo una constante y generó un aumento considerable del número de personas que empezaron a practicar esta disciplina en el mundo entero; la existencia de muros artificiales, en gimnasios y casas, elevó el desempeño deportivo de quienes escalaban y se convirtió en una opción “más segura” para quienes no se arriesgaban aún a escalar en roca; también se acrecentó la escalada de bloque (Boulder) en el mismo sentido y dado que, como sucedía en Colombia, no muchas personas contaban con el equipo necesario para la práctica de la escalada clásica y libre. Ello empezó a marcar una división, que se exacerbó en estos últimos años, entre los escaladores de roca y los escaladores de muro artificial. Alguna iniciativas como el “Parque de Escalada La Mojarra”, protegido por quien aquí escribe, Juan Carlos Santander y Juan Carlos Poveda principalmente (luego intervendrían otras personas), son un ejemplo de los modernos parques de escalada deportiva, con criterios de seguridad en la protección que acerca a más personas a la disciplina, incluyendo los escaladores de muro artificial que ven en estos parques una posibilidad de escalar sin asumir tantos riesgos. Como vemos, el mundo de la escalada y el montañismo ha evolucionado y se ha revolucionado, recibiendo influencias de todo tipo: políticas, filosóficas,


medioambientalistas, económicas, tecnológicas, sociológicas, etc., etc. Lo cual no nos deja otra enseñanza que reconocer en la escalada una actividad viva, dinámica, que se desarrolla en sí misma y dentro del contexto humano, social y terrenal; de esta manera sufre con la guerra, se afecta con la iniquidades, siente los embates de la contaminación, crea tejido social así como diferencias interpersonales; la escalada en roca es un hijo del ser humano, y por tal, tiene aciertos y equivocaciones. Lo que sí nos parece conveniente, conforme la experiencia de más de 20 años con la que contamos, es que los escaladores tiendan siempre a la integralidad y no se dejen llevar por posiciones extremistas ni fanáticas, ni de un lado ni del otro. Tanto la escalada clásica como la deportiva, la libre y la artificial, la de roca y la de muro, el solo integral y la ejecutada con protección, la de pared y la de montaña o hielo, todas ellas son parte de un universo maravilloso, que más allá de crear divisiones y malquerencias comunes por estas época, debe convocar y hermanar a todos aquellos que la practican, para que seamos mejores seres humanos, más solidarios y menos impasibles, más ecológicos y menos contaminadores, más escuchas y menos ciegos, más tolerantes y menos irascibles, más humanistas, culturales y verdaderamente vivos. Un escalador, entonces, es un ser humano apasionada e inteligentemente vivo en toda la expresión de la palabra, y siempre será más que las basuras contaminantes, los odios, las envidias, la discriminación, el chovinismo, la inmediatez, y todo aquello que deconstruya y no apalanque procesos integrales de superación personal y social. Es por esto que las discusiones entre los escaladores sobre el “purismo” o lo “artificial”, los “trepadores de muro” y los “danzantes de la roca”, los “viejos” y “nuevos” escaladores, los “débiles” y los “mutantes”, debe dejarse en el pasado, y entrar a la concordia y reconciliación de posturas; un sincretismo que sirva para mejorar siempre. Bajo esta filosofía nace este manual de escalada, que forma parte de un proyecto novedoso llamado “Parque Ecológico, Etno-histórico y Deportivo Guaraca”, en donde el deporte, la historia, la ecología, la sociología y antropología se unen en un todo armónico y sincrético; se trata de un parque que no solo incentiva la escalada en sí misma (en roca, en muro, de bloque, artificial, etc.), sino como parte de un contexto y dependiente de aquel. Por eso en este parque encontrará quien lo visite un universo maravilloso que recupera el concepto de ser humano, se sea escalador o no. Y como este capítulo se trata de historia y deporte, en Guaraca nos sentimos orgullosos de recuperar y poner en valor nuestro patrimonio cultural, siendo territorio de los indígenas escaladores de roca por excelencia en el territorio colombiano. Los Guanes, puedo precolombino que habitó parte del departamento de Santander, era un pueblo primordialmente pescador, migrante posiblemente de Cuba y que entró al territorio por las costas venezolanas, llegando a establecerse en el Cañón del Chicamocha y el Saravita. Dentro de su maravillosa idiosincrasia, acostumbraban a enterrar a sus personajes más importantes en cuevas emplazadas en los filares de roca que miran al río, así como también realizaban bellos pictogramas (arte rupestre) sobre las paredes. Es maravilloso, una verdadera experiencia sensible y ancestral, encontrar a cientos de metros de altura, en lugares inaccesibles para quienes no posean la pericia de escalar, vestigios rupestres y tumbas indígenas. Lo Guanes para ello escalaban las rocas y para su seguridad empleaban cuerdas elaboradas en fique trenzado. Los amplios estudios que se han realizado sobre el tema, han demostrado


que estos lugares eran visitados asiduamente, y se dice que incluso puso formar parte de una actividad lúdica entre los indígenas. Así, movidos por esta idea de los nativos del parque Guaraca, nuestro norte en la escalada que aquí se practica está dado por un nuevo concepto en el que se amalgaman los conceptos de escalada preexistentes en el mundo entero, con los de nuestros ancestros indígenas, creando y recreando infinitas posibilidades; retornamos a nuestra raíces y hacemos que las personas que nos visitan vean que es posible crear armonía entre visiones que antes parecían irreconciliables, dando espacio para que todas ellas tengan su referente e importancia; volvemos al juego, a la escalada lúdica, interpretativa, con contenidos, con alcances supra y transpersonales, una forma del ser vinculada con la creación de tejido social y el reconocimiento del otro, una experiencia sensible. Lo que sí es ineludible, es que en el parque de escalada Guaraca se privilegia a la naturaleza y el medio ambiente, y se concibe al ser humano únicamente dentro de este contexto.


DEFINICIONES

Desde un plano más técnico, podríamos decir que la escalada en roca es una experiencia que se desarrolla principalmente en un terreno vertical, es decir, en paredes rocosas de más de 60 grados de inclinación donde es necesario usar las manos y pies para avanzar por ellas. Las paredes pueden estar asociadas a nieve o hielo, pero no es un requisito indispensable para su práctica. A diferencia de la ascensión a una montaña, así la llegada al final de la vía sea un factor de motivación, el objetivo no es la cumbre en sí misma considerada, sino el medio por el cual se llega a ella, es decir, la pared y la ejecución de los movimientos corporales y disposición mental al momento de avanzar sobre ella. Existen diversas modalidades de escalada en roca que se han venido perfeccionando a través del tiempo y desarrollo de esta disciplina, como son la escalada libre, artificial, de bloques, en solitario, exterior, interior, deportiva y urbana entre otras, que expondremos a continuación. Los nombres que empleamos son algunos de los tantos que se suelen utilizar en el mundo, ya que incluso con cada región podrían cambiar: sucede por ejemplo con el Parque Guaraca (Colombia) en el que el tema indígena e histórico-cultural ha dado lugar a una especial forma de llamar las rutas, lugares, formas de ejecución, etc.

ESCALADA LIBRE: La “escalada libre”, como se le conoce comúnmente a nivel

mundial, es la base de este deporte. Independientemente de las diferentes formas en que se practica, se podría definir genéricamente como aquella forma de escalar durante la cual todos los instrumentos de la escalada de roca - cuerdas, empotradores, mosquetones, pitones (ya poco usados), placas, cintas, etc. - se emplean única y exclusivamente como elementos de seguridad para el respaldo en caso de una caída, obteniéndose el avance vertical con los propios medios y esfuerzos del escalador, esto es, sin ningún tipo de ayudas artificiales (tomar la cuerda, ser remolcado, agarrarse a las placas, etc.). Es la clase de escalada que se practica con más asiduidad a nivel mundial, aunque, valga decir, la escalada de bloques ha tomando una gran fuerza

desde los años 90´s, tanto así que hoy es tan practicada como la primera. ESCALADA ARTIFICIAL: En oposición a la escalada libre, se encuentra la “escalada artificial”, que consiste en utilizar elementos artificiales, diversos a los medios


físicos del escalador, para ascender o avanzar por la roca. En la generalidad de los casos esta clase de ayudas se utilizan únicamente cuando la escalada libre es, sino imposible, de extrema dificultad, debido a las condiciones geofísicas de la roca. Puede consistir simplemente en lograr un descanso colgándose de una cinta o un empotrador en una agotadora escalada libre, o si es el caso, ascender una pared de roca donde cada tramo se gana por medios artificiales. Para el efecto se utilizan instrumentos como los Jumar (ascensores artificiales), uñas, nudos de prusik, escalerillas, etc. Esta clase de escalada no significa que exista ausencia de peligros o incluso que sea más sencillo el ascenso, así que deben las personas estar muy atentas a cada paso y elemento involucrado; su ejecución requiere en general un conocimiento técnico más preciso que el necesario para una escalada deportiva con cintas express y aseguramiento fijos como chapas y tensores, que es la más común en la actualidad atendiendo a la cantidad de personas que así han decidido practicar este deporte. ESCALADA DE BLOQUES (BOULDERING): La escalada de bloques, conocida también como “bouldering” o simplemente “boulder”, es el arte de escalar, en la forma más pura y simple, cortos pero generalmente difíciles tramos de rocas aisladas o la base de un derrocadero más amplio, como parte de una ruta más alta. Esta clase de escalada ofrece total libertad al prescindir de la cuerda y el equipo, excepto la utilización, aunque no en todos los casos, de un par de zapatillas y una bolsa con magnesio como únicas herramientas; también se suelen emplear objetos acolchados (crashpads) que amortiguan una eventual caída. El éxito al escalar no se obtiene aquí con ayuda artificial o sensación de seguridad, sino que se decide por la resistencia muscular, flexibilidad, potencia y maestría en la técnica. Idealmente, los problemas nunca se presentan como para que la caída sea mortal e imprevista, y el suelo suele estar cerca, ser bastante blando y plano para hacer del aterrizaje un aspecto


relativamente seguro (agua, arena, arbustos, tierra blanda, crashpads, etc.). Esto no insta a que los escaladores olviden los cuidados, como saber caer, proteger al que está escalando, y disponer los elementos necesarios para disminuir las posibilidades de lesión o muerte por una mala caída; incluso si el Boulder tiene más de 5º 6 metros, en algunos lugares se suelen proteger con una reunión para el empleo de escalada con cuerda. La actividad en la “escalada de bloques” generalmente es intensa y muy exigente, y dada tanto la cercanía como condiciones del suelo, se presenta la oportunidad de intentar lo imposible sin arriesgar la vida o la integridad personal, o simplemente para fortalecer la mente para cuando una línea de escalada así lo exija. Por esto, este método se usa a menudo como entrenamiento para futuras escaladas de roca de considerable altura, y constituye una excelente forma para mejorar la aptitud, perfeccionar la técnica e intentar niveles de dificultad que jamás se efectuarían en escaladas más largas. ESCALADA EN SOLITARIO: Es difícil trazar una línea diferenciadora entre la

“escalada en solitario” o en “solo integral” y la “escalada de bloques”, sin embargo, cuando se comprende que no hay más salida sino trazándola, se sabrá la diferencia. A pesar de los evidentes riesgos, muchas personas, buscando fáciles escaladas que se encuentren dentro de sus capacidades, han descubierto la satisfacción de subir continuamente en un movimiento ininterrumpido por la necesidad de atarse al final o buscar protección. Pocos hay dispuestos a emprender largas y difíciles escaladas mediante este estilo, y se entiende tan poca afición a esta clase de escalada, si tenemos en cuenta el peligro que corre la vida al momento de la ejecución: “los peligros son reales”. Sin embargo, la “escalada en solitario” brinda al escalador el máximo desafío personal, razón por la cual muchos se lanzan al peligro sin más recompensa que el lograr lo que antes les era un imposible.

Generalmente se habla en algunos países de una escalada en solitario, si la persona utiliza el equipo convencional de escalada pero sin compañero (con aparatos hechos para tal fin, que veremos más adelante). Por el contrario, se ha dado por llamar escalada “super libre” o “solo integral”, la efectuada por los escaladores que no utilizan equipo, más allá de las zapatillas y una bolsa con magnesio. De todas formas, sea cual fuere la especie, representa altos riesgos, como nos lo ha demostrado la experiencia en todo el mundo, de quienes ya no viven para contarlo.


Existen otras clases de escalada, que han surgido del avance técnico y asiduidad al deporte, entre las cuales están la escalada exterior e interior, además de la escalada deportiva, y la más reciente respecto de las demás, escalada urbana: ESCALADA EXTERIOR: La escalada exterior es aquella que se practica en

paredes que tienen agarres para las manos y apoyos para los pies, sean salientes, orificios, mordientes, laterales, o pequeñas prominencias. Estos apoyos son accidentes de la roca donde el escalador se podrá sostener y van desde el tamaño de una repisa capaz de albergar una tienda de campaña o un porta-ledge, hasta diminutos cristales donde las yemas de los dedos se posan para lograr algo de sostén. A este tipo de escalada pertenecen también las fricciones: aquellas paredes donde no se pueden apoyar los pies, ni es posible sujetar algo con la mano, sino que los movimientos se efectúan mediante adherencia. En esta especie de escalada se perfeccionan el equilibrio, la concentración y la técnica.

ESCALADA INTERIOR: Es aquella donde todo el cuerpo o parte de él se introduce

en grietas o fisuras de diferentes tamaños para ascender por ellas. El avance se hace principalmente gracias a un método que se denomina encuñamiento: el cuerpo se vuelve una cuña para no salir de la grieta a menos que el escalador así lo decida. En la escalada interior generalmente se realizan movimientos muy técnicos y se llega a asociar con lo que algunos llaman la “escalada acrobática”, por la complejidad y precisión de los movimientos necesarios, además de la gran destreza que se desarrolla, que muchas veces sustituye a la fuerza y potencia característica general de la escalada exterior. Mediante esta clase de escalada es que se superan chimeneas, guietas y en algunos casos los diedros que se encuentran bien definidos. Como se puede observar en la gráfica, el escalador empotra sus pies y

manos en una fisura totalmente aérea, técnicas estas que veremos más adelante.


ESCALADA DEPORTIVA EN MURO ARTIFICIAL: Esta clase de escalada surgió en realidad hace pocos años, si se le compara con las otras clases, por iniciativa de grandes escaladores, que vieron la necesidad de entrenar y desarrollar sus técnicas sin tener que trasladarse a las paredes de roca, generalmente alejadas de las ciudades. Es entonces la escalada que se practica en paredes artificiales o tramos

de roca previamente protegida mediante chapas, tensores, etc., con altos grados de dificultad y “presas” o agarres prefabricados que permiten poner en práctica diversidad de posiciones y movimientos, según el capricho del escalador. Se le ha llamado "deportiva" por la similitud que tiene con la mayoría de los deportes al poder competir y, por lo tanto, ganar trofeos y romper marcas. Incluso ya se realizan con cierta frecuencia competencias de escalada deportiva en roca natural (Como en

nuestro parque de escalada deportiva “La Mojarra” – Santander – Colombia, en que se ha optado por competencias de largo aliento).

En las competencias de escalada deportiva se emplean la destreza corporal y técnica adquirida, sin embargo, no existe mayor calificación por movimientos espectaculares, primando exclusivamente el puntaje según las “presas alcanzadas” por el escalador, es decir, obtiene la máxima calificación aquel que culmine la ruta o más lejos llegue en ella, independientemente de los movimientos realizados para ello, eso sí respetando reglas mínimas establecidas con


anterioridad (On sight - Flash). En otras modalidades prima el tiempo de ejecución (speed climbing) La escalada en muro artificial se trata definitivamente de una buena opción cuando nos encontramos en invierno o en temporada de lluvias, así como para entrenamiento diario cuando no se está cercano a la roca. Sin embargo, creemos que aquella dista mucho de ser una forma esencial de escalada y montañismo, que va más allá del simple acto de “trepar”, sino que vincula un acto sensible, ecológico, medioambiental, social y psicológico que la escalada en muro artificial no suele ofrecer. En nuestro concepto, un verdadero escalador desarrolla la esencia misma del ser humano en el contexto de la montaña y la roca, lo cual dista mucho del simple acto de “entrenar”, “hacer repeticiones”, “ganar competencias”, “definir músculos”, etc., así que es necesario que exista una simbiosis entre los diferentes tipos de escalada, y una actitud positiva de todos los escaladores para disponerse no sólo a aceptar nuevas formas sino a practicarlas; todo ello dentro de un marco de armonía con la naturaleza y el medio ambiente, que nos enseña todos los días algo para crecer como seres humanos.

ESCALADA URBANA : Aunque ya se cuentan varios años desde su nacimiento, es la más reciente de las modalidades de escalada y consiste en superar edificios o fachadas de las construcciones urbanas. Generalmente la practican escaladores expertos y mediante un escalada en solitario. Se denomina también “Buildering” porque lleva implícito el concepto de ciudad, cemento, construcción artificial. No ha faltado aquel escalador que buscando un nuevo reto y desafiando el esquema rígido de cada ciudad, haya terminado, luego de su triunfo personal al ascender por un edificio o construcción de gran altura, detenido temporalmente en una inspección de policía por haber infringido las leyes de “convivencia pacífica” y “tranquilidad pública”. Es el caso del emblemático “spiderman francés” Alain Robert, que en solo integral (sin protección alguna), ha desafiado el sistema policivo al escalar innumerables íconos urbanos, como por ejemplo el Taipei en Taiwán, la Torre Eiffel en París, el Empire State de los Estados Unidos, la torre Jin Mao, la gdf, la torre de Sydney, e incluso el edificio Burj Khalifa en Dubai, una de las construcciones más altas del mundo. Es una clase de escalada que nos parece sumamente interesante, no sólo porque vincula a la comunidad urbana en la experiencia visual y la acerca de una u otra forma a la naturaleza misma del escalador, sino también porque es una escalada crítica, en el sentido epistemológico de la palabra. La escalada urbana es una manifestación corporal que fusiona al hombre dinámico con la estática del ladrillo y el hierro; es un acto en el que personas como Alain Robert socializa y problematiza a la sociedad al mismo tiempo, y de este acto surge una enseñanza sublime: la permanencia de lo impermanente.


EQUIPO

UIAA

La Unión Internacional de Asociaciones Alpinas (UIAA) ha establecido normas para el equipo y para la seguridad de los montañistas. Estas normas cubren tanto las cuerdas, como los mosquetones, pitones, ascendedores, piolets, crampones, cascos, arneses, etc. El equipo que satisface estas normas de calidad llevará estampado el sello de la UIAA directamente sobre el mismo. Nota: Las normas propuestas por la UIAA están siendo revisadas y

adoptadas por las normativas de la Comunidad Europea (CE). Algunos artículos para montañismo que tienen el sello de la UIAA también llevarán el sello de CE y el numero de la normativa Europea que cumplen.

Además, existe otro organismo interesante que analiza los accidentes y el equipo de escalada, cual es la Asociación Alpina Alemana (DAV). Lo cierto es que el comprador practicante de esta disciplina debe evitar comprar un artículo que no esté certificado por alguno de estos organismos, o por lo que surjan y sean competentes para ello.

Como vimos de acuerdo con su desarrollo histórico, el equipo no es indispensable para la escalda en roca, modalidad libre, ya que esta se caracteriza por movimientos naturales y una extensión de la caminata ejercida por cualquier persona. Sin embargo, para efectos de proporcionar mayor seguridad y atenuar los riesgos que aquella comporta, se suelen emplear diversidad de instrumentos. La utilización de equipo, cada vez más avanzado por la perfección otorgada según avances tecnológicos y experiencia obtenida en su utilización, ofrece suficientes condiciones de seguridad, para hacer de la escalada en roca un deporte que no comporte riesgos para la vida e integridad personal del escalador; empero, somos defensores de la idea de que la utilización del mismo, no sustituye el concepto natural


de la escalada. Es por esto que algunos experimentados escaladores han prescindido del equipo, limitándose a practicar la escalada super-libre o en solo integral con el simple uso de unas zapatillas y una bolsa con magnesio; aunque no por ello la modalidad libre con equipo resta importancia o esencia a la escalada. Además, se debe tener en cuenta que el equipo no constituye un sustituto del cuidado, destreza, precaución y atención extrema que debe mantener el escalador de roca al momento de ejecutar sus maniobras: el equipo es una herramienta que debe utilizarse única y exclusivamente cuando sea necesario; el escalador no depende de él para la escalada natural, libre, pero debe cumplir con el deber objetivo de cuidado para no ocasionar accidentes que lo afecten a él o a terceros.

Dentro de los instrumentos que comúnmente integran el equipo de escalada en roca encontramos la cuerda, el arnés, los mosquetones, las cintas, los empotradores, ascensores y descensores, etc., que explicaremos a continuación. Se esbozan dentro de este manual algunas de las herramientas, no todas, que se suelen emplear en la escalada, teniendo en cuenta lo básico para aquellas personas que inician su recorrido por el magnífico mundo y expectativas que ofrece esta disciplina. El escalador, cada vez que se aficiona más al deporte y que se compenetra con el mismo, irá adquiriendo y necesitando de instrumentos más específicos, sin embargo, el equipo básico es relativamente fácil de adquirir para aquellos pupilos de la escalada.

CONTINUAR

Documents

Historia Escalada