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 Rem Koolhaas. Delirious New York (fragmentos). The Monacelli Press, New York, 1994. 3 Rem Koolhaas. Bigness o el pr oblema de la gran dimensión. 1994. Reproducido en S, M, L, XL. The Monacelli Press, 1996, pp. 494. 8 Rem Koolhaas. ¿Qué le pasó al urbanismo? 1994. Reproducido en S, M, L, XL. The Monacelli Press, 1996, pp. 958-971. 14 Rem Koolhaas. La ciudad genérica. 1994. Reproducido en S, M, L, XL. The Monacelli Press, 1996, pp. 1239. 17 Jeffrey Kipnis. Hacia una Nueva Arquitectura. En Architecture and Science , Londres, Wiley and Sons, 2001. 30 Michael Speaks. Está más allá… Las limitaciones formalistas de la vanguardia norteamericana. 1997. Reproducido en Architecture and Science , Londres, Wiley and Sons, 2001. 35 Michael Speaks. Dos historias de la Vanguardia. www.archilab.org/public/2000/catalog 42 INDICE H3 - Taller Rigotti 2005. Biblioteca de textos Tomo 5 Arq. A. M. Rigotti - Arq. E. Heredia - Arq. M. Borgatello - Arq. D. Cattaneo

h 3 Tomo v Unidad 6

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historia de la arquitectura textos

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  • Rem Koolhaas.Delirious New York (fragmentos). The Monacelli Press, New York, 1994.

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    Rem Koolhaas.Bigness o el problema de la gran dimensin.1994. Reproducido en S, M, L, XL. The Monacelli Press, 1996, pp. 494.

    8

    Rem Koolhaas.Qu le pas al urbanismo?1994. Reproducido en S, M, L, XL. The Monacelli Press, 1996, pp. 958-971.

    14

    Rem Koolhaas.La ciudad genrica.1994. Reproducido en S, M, L, XL. The Monacelli Press, 1996, pp. 1239.

    17

    Jeffrey Kipnis.Hacia una Nueva Arquitectura.En Architecture and Science, Londres, Wiley and Sons, 2001.

    30

    Michael Speaks.Est ms all Las limitaciones formalistas de la vanguardia norteamericana.1997. Reproducido en Architecture and Science, Londres, Wiley and Sons, 2001.

    35

    Michael Speaks.Dos historias de la Vanguardia.www.archilab.org/public/2000/catalog

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    INDICE

    H3 - Taller Rigotti 2005. Biblioteca de textos Tomo 5Arq. A. M. Rigotti - Arq. E. Heredia - Arq. M. Borgatello - Arq. D. Cattaneo

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  • INTRODUCCINFilsofos y fillogos deberan preocuparse en pri-

    mer lugar de la metafsica potica; eso es la cien-

    cia que busca las pruebas no en el mundo exte-

    rior sino en las modificaciones de la mente que

    median en l. Desde que el mundo de las nacio-

    nes est hecho por los hombres, es dentro de su

    mente que estos principios deben ser buscados.

    Giambatista Vico,

    Principios de una nueva ciencia, 1759

    Para qu tenemos una mente sino para hacer-

    nos un camino?

    Fyodor Dostoyevsky

    ManifiestoCmo escribir un manifiesto en una era dis-gustada con ellos? La debilidad fatal de losmanifiestos es su carencia de evidencia.El problema de Manhattan es el opuesto: esuna montaa de evidencia sin un manifiesto.Este libro ha sido concebido con la intersec-cin de estas dos observaciones: es unmanifiesto retroactivo para Manhattan. Manhattan es la piedra de la roseta del sigloXX.No slo grandes partes de su superficieestn ocupadas por mutaciones arquitect-nicas (Central Park, el rascacielos), frag-mentos utpicos (Rockefeller Center, el edi-ficio de Naciones Unidas) y fenmenos irra-cionales (Radio City Music Hall), sino quecada manzana est cubierta por variascapas de arquitectura fantasmal en las formade ocupaciones previas, proyectos aborta-

    dos y fantasas populares que proveen deimgenes alternativas al Nueva York queexiste.Especialmente entre 1890 y 1940 una nuevacultura (la era de la mquina?) seleccion aManhattan como un laboratorio: una islamtica donde la invencin y la puesta a prue-ba de un modo de vida metropolitano y sucorrespondiente arquitectura, poda ser con-seguida como un experimento colectivo enel cual la ciudad toda se convertira en unafbrica de experiencias hecha por la manodel hombre, donde lo real y lo natural deja-ban de existir.Este libro es una interpretacin de esaManhattan; da a sus aparentemente disconti-nuos -hasta irreconciliables- episodios unnivel de consistencia y coherencia, una inter-pretacin que procura dejar sentado que

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    Rem Koolhaas

    Delirious New York

    The Monacelli Press, New York, 1994.Traduccin: A. M. R.

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  • Manhattan es el producto de una teora noformulada, Manhattismo, cuyo programa -existir en un mundo totalmente fabricado porel hombre, es decir vivir dentro de la fantasa-era tan ambicioso que no poda ser enuncia-do abiertamente si pretenda ser realizado.

    xtasisSi Manhattan est todava en bsqueda deuna teora, entonces esa teora, una vezidentificada, debe dar lugar a la frmula deuna arquitectura que sea al mismo tiempoambiciosa y popular.Manhattan ha generado una arquitectura sinvergenzas, que debe ser amada en propor-cin directa a su desafiante falta de auto-odio, debe ser respetada en el mismo gradoen que fue demasiado lejos.Manhattan ha inspirado en sus espectadoresun xtasis consistente respecto a la arqui-tectura.A pesar de -o quizs a causa de- esto, suslogros e implicancias han sido persistente-mente ignorados y an suprimidos de la pro-fesin arquitectnica..DensidadManhattanismo es la ideologa urbansticaque se ha alimentado, desde su concepcin,de los esplendores y miserias de la condi-cin metropolitana -hiperdensidad- sin per-der por un instante la fe en ella como la basede una cultura moderna deseable. LaArquitectura de Manhattan es el paradigmade la explotacin de la congestin.La formulacin retroactiva del programa deManhattan es una operacin polmica.Revela un nmero de estrategias, teoremasy atajos que no slo le otorgaron una lgicay un patrn al desempeo pasado de la ciu-dad, sino que su continua validez es en smisma un argumento para un segundo adve-nimiento del Manhattanismo, esta vez comouna doctrina explcita que puede trascender

    la isla de sus orgenes y reclamar su lugarentre los urbanismos contemporneos. ConManhattan como ejemplo, este libro es unanteproyecto para una Cultura de la con-gestin.

    AnteproyectoUn anteproyecto no predice las rupturas quevan a desarrollarse en un futuro; describe unestado ideal que slo puede ser aproximati-vo. De la misma manera en que este librodescribe un Manhattan terico, unManhattan como conjetura de la cual la ciu-dad presente no es sino un realizacinimperfecta y fruto del compromiso. De todoslos episodios del urbanismo de Manhattan,este libro asla slo aquellos momentosdonde el anteproyecto es ms visible y msconvincente. Debe, e inevitablemente loser, ser ledo en oposicin al torrente deanlisis negativos que emanan desdeManhattan, sobre Manhattan y que ha esta-blecido firmemente a Manhattan como laCapital de la perpetua crisis.Este conjunto de monumentales xitos y fra-casos slo puede leerse a travs de unareconstruccin especulativa de un perfectoManhattan.

    ManzanasEn trminos de estructura este libro es unsimulacro del manzanero de Manhattan: unacoleccin de manzanas/bloques cuya proxi-midad y yuxtaposicin refuerza su significa-do separado.Los primeros cuatro bloques -Coney Island,El rascacielos, Rockefeller Center yEuropeos- son una crnica de las modifica-ciones de Manhattan como una teora impl-cita ms que explcita.Muestran la progresin (y la subsiguientedeclinacin) de la determinacin deManhattan de mover su territorio tan lejos delo natural y de lo humano como fuera posible.

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  • El quinto bloque -el Apndice- es unasecuencia de proyectos arquitectnicos quesolidifican el Manhattanismo en una teoraexplcita y negocia la transicin deManhattan desde su condicin de productoarquitectnico inconsciente a una fase msconsciente.

    El escritor fantasmaLas estrellas de cine que han tenido una vidallena de aventuras son con frecuencia dema-siado egocntricas para dejar en descubier-to las pautas de su vida, demasiado inarticu-ladas para expresar sus intenciones, dema-siado inquietas para recordar o llevar unregistro de los hechos. Los escritores fantas-mas lo hacen por ellas.De la misma manera yo soy el escritor fan-tasma de Maniatan (con la complicacin adi-cional de que mi fuente y sujeto ha alcanza-do una senilidad precoz antes de que suvida se haya completado. Por eso yo hedebido proveer de mi propio fin).

    ......................................APNDICEUNA CONCLUSIN FICCIONALLa Metrpolis se esfuerza por alcanzar unpunto mtico en que el mundo sea completa-

    mente fabricado por el hombre, de modo quecoincida absolutamente con sus deseos. LaMetrpolis es una mquina adictiva, de laque no hay escape, a menos que ofrezcaeso tambin...A travs de su omnipresencia, su existenciaha llegado a ser como la Naturaleza que hareemplazado: se ha dado por sentada, se havuelto invisible, ciertamente indescriptible.Este libro fue escrito para mostrar queManhattan ha generado su propioUrbanismo metropolitano -una Cultura de lacongestin-.De manera ms oblicua posee un segundoargumento oculto: que la Metrpolis necesi-ta/merece su propia arquitectura especiali-zada, una que pueda reivindicar la promesaoriginal de la condicin metropolitana y des-arrollar an ms las frescas tradiciones de laCultura de la congestin.Los arquitectos de Manhattan desarrollaronsus milagros entregndose a una autoim-puesta inconsciencia; es la ardua tarea de laparte final de este siglo lidiar con los recla-mos, las ambiciones y las ambiciones extra-vagantes y megalomanacas de la Metrpolien forma abierta.Despus de la crnica mortuoria de unManhattanismo marchito -como si se lo

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  • hubiera expuesto a la luz del da demasiadorpido- este Apndice debe ser ledo comouna conclusin ficcional, como una interpre-tacin del mismo material, no a travs depalabras sino de proyectos arquitectnicos.Estas propuestas son el producto provisionaldel Manhattanismo como una doctrina cons-ciente cuya pertinencia no est ms limitadaa la isla donde fue inventado.

    La ciudad del globo cautivo (1972)La ciudad del globo cautivo est dedicada ala concepcin artificial y al acelerado naci-miento de teoras, interpretaciones, cons-trucciones mentales, propuestas y su infe-rencia en el Mundo. Es la capital del Ego,donde la ciencia, el arte, la poesa y las for-mas de la locura compiten dentro de condi-ciones ideales para inventar, destruir y res-taurar el mundo de la realidad fenomnica.Cada Ciencia o Mana tiene su propio terre-no. En cada terreno se erige una mismabase construida de una piedra pesada y puli-da. Para facilitar y provocar la actividadespeculativa, estas bases -laboratorios ideo-lgicos- estn equipados para suspenderleyes que no son bienvenidas o, verdadesincuestionables, para crear condiciones fsi-cas no existentes. Desde estos slidos blo-

    ques de granito cada filosofa tiene el dere-cho de expandirse sin lmites hacia el cielo.Algunos de estos bloques tiene limbos decompleta certeza y serenidad; otros mues-tran suaves estructuras de conjeturas tenta-tivas y sugerencias hipnticas.Los cambios en este skyline ideolgico van aser rpidos y continuos: un rico espectculode alegra tica, fiebre moral o masturbacinintelectual. El colapso de alguna de lastorres puede significar dos cosas: fracaso,abandono o un Eureka visiva, una eyacula-cin especulativa.Una teora que funciona.Una mana que prende.Una mentira que se vuelve verdad.Un sueo del que no hay despertar.En estos momentos el propsito del Globocautivo, suspendido en el centro de la ciu-dad, se vuelve aparente, todos estos institu-tos juntos forma una enorme incubadora delmundo mismo, estn criando al Globo.A travs del afiebrado pensamiento de lastorres el Globo gana peso. Su temperaturaaumenta despacio. A pesar de los retroce-sos humillantes, su preez sin edad sobre-vive.La ciudad del globo cautivo fue una primeraexploracin intuitiva de la arquitectura de

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  • Manhattan, dibujada antes de que la investi-gacin hubiera substanciado sus conjeturas.Si la esencia de la cultura metropolitana esel cambio -un estado de perpetua anima-cin- y la esencia del concepto de ciudad esuna secuencia legible de varias permanen-cias, entonces los tres axiomas fundamenta-les en los que esta basada la ciudad delGlobo cautivo -cuadrcula, lobotoma ycisma- pueden recuperar el terreno de laMetrpoli para la Arquitectura.La cuadrcula -o cualquier otra subdivisindel territorio metropolitano en mximosincrementos de control- describe un archi-pilago de ciudades dentro de las ciuda-des. En la medida que cada isla celebrems su diferencia de valores, mayor ser launidad del archipilago y el sistema serreforzado. Porque el cambio est contenidoen el componente isla, un sistema como este

    nunca tendr que ser revisado.En el archipilago metropolitano cada ras-cacielos -en ausencia de una verdadera his-toria- desarrolla su propio folklore instant-neo. A travs de la doble desconexin de lalobotoma y el cisma -separando la arquitec-tura interior de la exterior, y desarrollando laprimera en pequeas instalaciones-, estasestructuras pueden destinar su exterior sloal formalismo y su interior slo al funciona-lismo.De esa manera no slo resolvern parasiempre el conflicto entre forma y funcin,sino crearn una ciudad donde monolitospermanentes celebren la inestabilidadmetropolitana.Slo en este siglo, estos tres axiomas hanpermitido a los edificios de Manhattan ser almismo tiempo arquitectura y mquinas hipe-reficientes, ser modernos y eternos.

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  • EspecieSuperada una cierta escala, la arquitecturaasume la particularidad de la GRANDIMENSIN.La mejor motivacin para afrontar la GRANDIMENSIN es aquella ofrecida en sumomento por los escaladores del monteEverest: porque est all.La GRAN DIMENSIN es la arquitecturaextrema.Parece increble que el puro y simple dimen-sionamiento de un edificio pueda dar vida aun programa ideolgico independiente de lavoluntad de sus proyectistas.De todas las posibles categoras, aquella dela GRAN DIMENSIN no pareca merecerun manifiesto: disminuida como cuestinintelectual, parece estar en vas de extincin,como un dinosaurio, por su zafiedad, lenti-tud, falta de flexibilidad, problematicidad.Pero, en verdad, slo la GRAN DIMENSINpuede activar aquel rgimen de complejidadque moviliza la plena comprensin de laarquitectura y de los campos con ella rela-cionados.Hace cien aos, una generacin de conquis-tas tericas y de tecnologas de soporte des-encaden un BIG BAND arquitectnico.Aventurando la circulacin, cortocircuitandolas distancias, artificializando los interiores,reduciendo los volmenes, exaltando lasdimensiones y acelerando la construccin: elascensor, la electricidad, el acondiciona-miento de aire, el acero, en fin, las nuevasinfraestructuras han constituido un conjunto

    de cambios capaces de provocar el naci-miento de otra especie arquitectnica. Losefectos combinados de este descubrimientohan producido estructuras ms altas o msprofundas. MS GRANDES, como nuncaantes se haban concebido, y en conjuntodotadas de grandes potencialidades parale-las para la reorganizacin social.Una programacin infinitamente ms rica.

    TeoremasAlimentada al principio por la energainconsciente de lo puramente cuantitativo, laGRAN DIMENSIN ha sido, por cerca de unsiglo, una condicin privada de teorizadores,una revolucin sin programa.Delirious New York implicaba una latenteTeora de la GRAN DIMENSIN, basadasobre cinco teoremas:Superada una cierta dimensin crtica, unedificio llega a ser un GRAN edificio. Una talmole no logra ms ser controlada por un sologesto arquitectnico, y menos por una com-binacin cualquiera de gestos arquitectni-cos. Esta imposibilidad hace disipar la auto-noma de sus partes, que es diferente de lafragmentacin: las partes en efecto perma-necen ligadas al todo.El ascensor, con su posibilidad de crear rela-ciones mecnicas ms bien que arquitect-nicas, y el complejo de invenciones que deello deriva, anulan y vacan el repertorio cl-sico de la arquitectura. Cuestiones de com-posicin, escala mtrica, proporciones, deta-lle, son ya acadmicas.

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    Rem Koolhaas

    Bigness o el problema de la gran dimensin

    1994. Reproducido en S, M, L, XL. The Monacelli Press, 1996, pp. 494.

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  • El arte de la arquitectura es intil en laGRAN DIMENSIN.En la GRAN DIMENSIN, la distancia entrencleo y envolvente crece hasta el punto deque la fachada no puede revelar ms lo quesucede dentro. La exigencia humanstica dehonestidad es abandonada a su destino:arquitectura de interiores y arquitectura deexteriores se convierten en proyectos sepa-rados, una enfrentndose con la inestabili-dad de las exigencias funcionales e icono-grficas, la otra portadora de desinforma-cin- ofreciendo a la ciudad la aparente esta-bilidad de un objeto. All donde la arquitectu-ra coloca certeza, la GRAN DIMENSINplantea dudas: transforma la ciudad de unasumatoria de evidencias en un cmulo demisterios. Lo que se ve no corresponde msa lo que realmente se obtiene.A travs de la sola dimensin, tales edificiosentran en una esfera amoral, ms all delbien y del mal. Su impacto es independientede su calidad.todas juntas, estas roturas con la escalamtrica, con la composicin arquitectnica,con la tradicin, con la transparencia, con latica- implican la rotura definitiva, aquellaradical: la GRAN DIMENSIN no forma msparte de ningn tejido.Existe: a lo sumo, coexiste.Su mensaje implcito es: al carajo con el con-texto.

    ModernizacinEn 1978, la GRAN DIMENSIN pareca unfenmeno del y para el/los Nuevo/s Mundo/s.Pero, en la segunda mitad de los aos 80, sehan multiplicado las seales de una nuevaoleada de modernizaciones que habran invo-lucrado en forma ms o menos camuflada- elViejo Mundo, dando origen a episodios de unnuevo curso an en el continente terminado.Visto sobre el fondo de Europa, el choque dela GRAN DIMENSIN nos ha permitido

    hacer lo que estaba implcito en DeliriousNew York, explcito en nuestro trabajo.La GRAN DIMENSIN se convirti en unadoble polmica: contra las tentativas prece-dentes de integracin y concentracin, ycontra las teoras contemporneas queponen en discusin la posibilidad de laUnidad y de la Realidad como categorasviables, y se resignan a la inevitable des-composicin y disolucin de la arquitectura.Los europeos haban evitado la amenaza dela GRAN DIMENSIN a travs de una pro-pia teorizacin en trminos superiores a laposibilidad de aplicacin. Su contribucinhaba constituido el regalo de la megaes-tructura, suerte de soporte tcnico omnicom-prensivo y omnipotente que en definitivapona en discusin la condicin del edificioindividual: una GRAN DIMENSIN muysegura, visto que sus mismas implicacionesno excluan la realizacin.El urbanismo espacial de Yona Friedman(1958) fue emblemtico: la GRANDIMENSIN flotaba sobre Pars como unacubierta metlica de nubes, con la promesade una posible renovacin urbana total,pero vaga, pero nunca aterrizada, jams con-frontaba, no reivindicaba jams el puesto quele esperaba: era crtica como decoracin.En 1972, el Beaubourg Loft Platnico-haba propuesto espacios en los cuales todoera posible. La flexibilidad que derivaba fuedesenmascarada como la imposicin de unpromedio terico a expensas tanto delcarcter cuanto de la precisin: era la enti-dad al precio de la identidad.Perversamente, su pura demostratividad leexclua la autntica neutralidad realizada sinesfuerzo en el rascacielos americano.La generacin de mayo de 1968, mi genera-cin extraordinariamente inteligente, infor-mada, oportunamente traumatizada porseleccionados cataclismos, explicita en larecurrencia a prstamos de otras disciplinas-

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  • fue as marcada por el fracaso de estos yotros similares modelos de densidad e inte-gracin, por su sistemtica insensibilidad alo particular, que termin por proponer dosprincipales estrategias defensivas: el des-mantelamiento y la desaparicin.En la primera, el mundo se descompone enincompatibles fractales de unicidad, cadauno de ellos a su vez un pretexto para unaulterior desintegracin del todo: un paroxis-mo de la fragmentacin que transforma loparticular en sistema.Detrs de este derrumbe del programa acor-de con las ms pequeas partculas funcio-nales, asoma la venganza perversamenteinconsciente de la vieja doctrina la formasigue a la funcin que arrastra inexorable-mente el contenido del proyecto (detrs delos fuegos artificiales de la sofisticacin inte-lectual y formal) hacia el anticlmax del dia-grama, doblemente desilusionante desde elmomento en que su esttica sugiere una ricaorquestacin del caos.En este paisaje de desmembramiento y defalso desorden, cada actividad es colocadaen su lugar.Hibridaciones/proximidades/acaballamien-tos/superposiciones programticos que sonposibles en la GRAN DIMENSIN en efec-to, el completo aparato de montaje inventa-do a comienzos de siglo para organizar lasrelaciones entre partes separadas estnpor ser desmembrados por una parte de laactual vanguardia en composiciones que,detrs de su aparente rusticidad, son de unarigidez y pedantera casi risibles.A partir de los aos 60, un remiendo de argu-mentos recogidos de entre sociologistas,idelogos, filsofos americanos, intelectua-les, cibermsticos franceses, etctera, sos-tiene que la arquitectura ser el primer sli-do que se desvanezca en el aire, por elefecto combinado de tendencias demogrfi-cas, la electrnica, los medios de comunica-

    cin, la velocidad, la economa, el tiempolibre, la muerte de Dios, el libro, el telfono,el fax, el bienestar, la democracia, el fin de laGran Historia.Ejercitando un derecho de prelacin sobre ladesaparicin efectiva de la arquitectura, estavanguardia est experimentando con virtua-lidad real o simulada, recuperando, en nom-bre de la humildad, su precedente omnipo-tencia en el mundo de la realidad virtual(dnde es quiz posible instaurar impune-mente el fascismo?).

    MximoParadjicamente, la Unidad y la Realidadcesaron de existir como empresas posiblespara el arquitecto justamente en el momentoen el cual la aproximacin del prximo mile-nio asista a una carrera total hacia la reor-ganizacin, la consolidacin y la expansin,a una demanda a voz en cuello por lasmegadimensiones.Empeada en otras cuestiones, una enteraclase profesional fue en fin incapaz de utili-zar los dramticos eventos econmicos ysociales que, de afrontarse, hubieran podidorestablecer la credibilidad.La ausencia de una teora de la GRANDIMENSIN -qu es lo mximo que laarquitectura puede hacer?- es la ms exte-nuante debilidad de la arquitectura.A falta de una teora de la GRAN DIMENSIN,los arquitectos se encuentran en la posicinde los creadores de Frankestein: artfices deun experimento parcialmente logrado cuyosresultados estn enloqueciendo y se encuen-tran por ello desacreditados.Dado que falta una teora de la GRANDIMENSIN, no se sabe qu hacer con ella,dnde ponerla, cmo utilizarla, cmo progra-marla. Los grandes errores son nuestros ni-cos vnculos con la GRAN DIMENSIN.No obstante este nombre obtuso, la GRANDIMENSIN es un territorio terico de este

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  • fin de siglo: en un paisaje de desorden, diso-ciacin, desmembramiento y rechazo, laatraccin de la GRAN DIMENSIN est ensu posibilidad de reconstruir la unidad, dehacer resurgir lo real, reinventar lo colectivoy reivindicar el mximo de posibilidad.Slo por medio de la GRAN DIMENSIN laarquitectura puede disociarse de los exhaus-tos movimientos ideolgicos y artsticos delModernismo y del Formalismo, para recon-quistar su instrumentalizad como vehculode modernizacin.La GRAN DIMENSIN reconoce que laarquitectura, por cmo la conocemos, est endificultades, pero no va a caer en el excesoopuesto regurgitando todava ms arquitectu-ra. Ella propone una nueva economa en lacual no se da ms el lema todo es arquitec-tura, pero se reconquista una posicin estra-tgica, con una accin de repliegue y concen-tracin, cediendo a las fuerzas enemigas loque queda de un territorio disputado.

    ComienzoLa GRAN DIMENSIN destruye, pero estambin un nuevo inicio. Puede recomponerlo que despedaza.Una paradoja de la GRAN DIMENSIN esque a pesar de los clculos necesarios paraproyectarla en efecto, a travs de su granrigidez-, es el tipo de arquitectura que inge-nieriza lo imprevisible. En lugar de reforzarla coexistencia, la GRAN DIMENSIN sebasa sobre grados de libertad, sobre elensamble de las mximas diferencias.Slo la GRAN DIMENSIN puede acogeruna proliferacin heterognea de eventos enun nico contenedor. Desarrolla estrategiaspara organizar tanto su independencia cuan-to su interdependencia en el interior de unaentidad ms vasta, en una simbiosis queexaspera la especificidad ms que compro-meterla. A travs de la contaminacin msbien que de la pureza, a travs de la canti-

    dad ms bien que de la calidad, slo laGRAN DIMENSIN puede favorecer autn-ticamente nuevas relaciones entre entidadesfuncionales que amplan la propia identidad,en lugar de limitarla. La artificialidad y lacomplejidad de la GRAN DIMENSIN libe-ran la funcin de su armadura defensiva per-mitiendo una especie de licuefaccin: ele-mentos del programa reaccionan uno con elotro para crear nuevos eventos, la GRANDIMENSIN retorna a un modelo de alqui-mia programtica.A primera vista, las actividades acumuladasen la estructura de la GRAN DIMENSINexigen la interaccin, pero la GRANDIMENSIN al mismo tiempo las mantieneseparadas. Como las barras de plutonio que,segn su grado de inmersin, retardan oactivan la reaccin nuclear, la GRANDIMENSIN regula la intensidad de la coe-xistencia programtica.Si bien la GRAN DIMENSIN es un dibujode proyecto para una ejecucin perpetua,tambin manifiesta un cierto grado de sere-

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  • nidad y hasta suavidad. Es simplementeimposible animar intencionalmente su enteramasa. Su vastedad mitiga la compulsin dela arquitectura por decidir y determinar.Algunas zonas sern olvidadas, libres de laarquitectura.

    EquipoLa GRAN DIMENSIN es el punto en el cualla arquitectura llega a ser un conjunto mxi-ma y mnimamente arquitectnica: mxi-mamente, por va de la enormidad del obje-to; mnimamente por su prdida de autono-ma, se convierte en instrumento de otrasfuerzas, llega a ser dependiente.La GRAN DIMENSIN es impersonal: elarquitecto no est ms condenado al divismo.Ms all de la cifra estilstica personal, laGRAN DIMENSIN significa rendirse a lastecnologas, a los ingenieros, a los contratis-tas, a los realizadores, a los polticos, y aotros tantos. Promete a la arquitectura unaespecie de jerarqua postherica, un realine-amiento con la neutralidad.Tambin cuando la GRAN DIMENSINentra en la estratosfera de la ambicin arqui-tectnica el puro establecimiento de lamegalomana- ella puede ser realizada sola-mente al precio de ceder el control, de unatransmutacin mgica.Ello implica la existencia de una red de cor-dones umbilicales con otras disciplinas cuyodesempeo es tan crtico como el del arqui-tecto: como los escaladores unidos uno alotro por cuerdas de salvataje, aquellos querealizan la GRAN DIMENSIN constituyenun equipo (trmino ms o menos pronuncia-do en los ltimos cuarenta aos de la pol-mica sobre la arquitectura).

    BaluarteSi la GRAN DIMENSIN transforma laarquitectura, su acumulacin genera unnuevo tipo de ciudad.

    El espacio abierto de la ciudad no es ms unteatro colectivo donde sucede cualquiercosa: no queda ms un cualquier cosacolectivo. La calle se ha convertido en unresiduo, un dispositivo organizativo, un merosegmento del plan metropolitano continuo enel cual los vestigios del pasado encaran losequipamientos de lo nuevo en una difcilsituacin de alejamiento.La GRAN DIMENSIN est en condicionesde existir en cualquier parte en ese plano.No slo la GRAN DIMENSIN es incapaz deestablecer relaciones con la ciudad clsicaa lo sumo puede coexistir con ella- pero enla cantidad y complejidad de los serviciosque ofrece, es ella misma urbana.La GRAN DIMENSIN no tiene ms necesi-dad de la ciudad: est en competencia con laciudad; representa la ciudad; vaca la ciudadde significado; o, todava mejor, es la ciudad.Si el urbanismo genera potencialidades y laarquitectura las disfruta, la GRANDIMENSIN enlista la generosidad delurbanismo contra la mezquindad de laarquitectura.GRAN DIMENSIN = urbanismo contraarquitectura.La GRAN DIMENSIN, por su total indepen-dencia del contexto, es la nica arquitecturaque puede sobrevivir, que puede aun disfrutarla condicin de tabula rasa ya global: ella notoma la inspiracin de los datos demasiado amenudo exprimidos hasta la ltima gota designificado; ella tiende hacia reas ms pro-metedoras desde el punto de vista infraestruc-tural, es, en definitiva, su misma razn de ser.A pesar de sus dimensiones, es modesta.No toda la arquitectura, no todos los progra-mas, no todos los sucesos sern devoradospor la GRAN DIMENSIN.Hay muchas necesidades demasiado con-fusas, demasiado dbiles, demasiado inde-corosas, demasiado provocativas, secretas,subversivas, demasiado nada, para entrar

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  • a formar parte de las constelaciones de laGRAN DIMENSIN.La GRAN DIMENSIN es el ltimo baluartede la arquitectura, una contraccin, unahiperarquitectura. Los contenedores de laGRAN DIMENSIN sern los puntos dereferencia en un paisaje postarquitectnico,

    un mundo al que se le ha raspado la arqui-tectura, del mismo modo en el cual en laspinturas de Richter se ha raspado el color:inflexible, inmutable, definitivo, eterno pro-ducto de un esfuerzo sobrehumano.La GRAN DIMENSIN deja el campo a lapostarquitectura.

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  • Este siglo ha sido una batalla perdida frenteal problema de la cantidad.A pesar de su promesa inicial, sus bravuco-neadas frecuentes, ha sido imposible inven-tar e implementar un Urbanismo a la escalademandada por su demografa apocalptica.En 20 aos Lagos ha crecido de 2 a 7 a 12a 15 millones; Estambul se ha duplicado de6 a 12. China se prepara para multiplicacio-nes an ms asombrosas. Cmo explicar la paradoja de que elUrbanismo desaparezca como profesin enel momento en que la urbanizacin, luego dedcadas de constante aceleracin, est porestablecer un triunfo global y definitivo dela condicin humana?La promesa alqumica del Modernismo -transformar cantidad en calidad a travs dela abstraccin y repeticin- ha sido un fraca-so, una truco, una magia que no funcion.Sus ideas, esttica y estrategias estn termi-nadas. Al mismo tiempo, todo intento de unnuevo comienzo slo ha servido para des-acreditar la idea misma de un nuevo comien-zo. Una vergenza colectiva al despertar deese fiasco ha dejado un crter masivo ennuestra comprensin de la modernidad y lamodernizacin.Lo que hace que esta experiencia sea des-concertante y (para los arquitectos) humi-llante, es la persistencia desafiante y el apa-rente vigor de la ciudad, a pesar del fracasocolectivo de todos aquellos agentes queactuaron sobre ella o trataron de influenciaren ella -creativa, lgica, polticamente.

    El profesional de la ciudad es como el juga-dor de ajedrez que pierde frente a las com-putadoras. Un piloto automtico perversoconstantemente burla todo intento de captu-rar la ciudad, deja exhausta toda ambicinpor definirla, ridiculiza las afirmaciones msapasionadas sobre su fracaso presente y suimposibilidad futura. Cada desastre anuncia-do es de alguna manera absorbido bajo elmanto infinito de lo urbano.A pesar de que la apoteosis de la urbaniza-cin brilla por su obviedad y por su inevitabi-lidad matemtica, una cadena de acciones yposiciones escapistas cubre la retaguardia,pospone el momento de reconocimiento finalpara las dos profesiones anteriormente msimplicadas en la construccin de las ciuda-des: la arquitectura y el Urbanismo. Unaurbanizacin omnipresente ha modificado lacondicin urbana ms all de toda posibili-dad de reconocimiento. La ciudad no exis-te ms. Mientras el concepto de ciudad esdistorsionado y extendido ms all de todoprecedente, cada insistencia en su condicinprimordial -en trminos de imgenes, reglas,fbrica- irrevocablemente conduce, a travsde la nostalgia, a lo irrelevante. Para los urbanistas, el tardo redescubrimien-to de las virtudes de la ciudad clsica en elmomento de su definitiva imposibilidad puedehaber constituido el punto sin retorno, elmomento fatal de desconexin y descalifica-cin. Ahora son los especialistas de una penafantsmica, mdicos discutiendo las compleji-dades mdicas de un miembro amputado.

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    Rem Koolhaas

    Qu le pas al urbanismo?

    1994. Reproducido en S, M, L, XL. The Monacelli Press, 1996, pp. 958-971.Traduccin: A. M. R.

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  • Es difcil la transicin de una posicin ante-rior de poder, a un estado de relativa humil-dad. La insatisfaccin con la ciudad contem-pornea no ha conducido al desarrollo deuna alternativa creble; por el contrario, hainspirado slo modos ms refinados de arti-cular la insatisfaccin. Una profesin quepersiste en sus fantasas, en su ideologa,en sus ilusiones de compromiso y control, esincapaz de concebir nuevas intervencionesmodestas, intervenciones parciales, realine-amientos estratgicos, posiciones compro-metidas que puedan influir, redireccionar, serexitosa en trminos relativos, comenzar conapenas araar la ciudad, sabiendo quenunca ms podr restablecer control sobreella. La generacin de Mayo del 68 -la msgrande generacin alguna vez capturada enel narcisismo colectivo de una burbujademogrfica- est finalmente en el poder.Resulta tentador pensar que es la responsa-ble de haber dado fin al Urbanismo -el esta-do de cosas en el que las ciudades no pue-den ms ser hechas- porque, paradojalmen-te, redescubrieron y reinventaron la ciudad.Todo comenz con bajo el pavimento: laplaya. El Mayo del 68 lanz la idea de unnuevo comienzo para la ciudad. Desdeentonces ha estado enredado en dos opera-ciones paralelas: documentando nuestrapena infinita por la ciudad existente, desarro-llando filosofas, proyectos y prototipos parauna ciudad preservada y reconstituida y, almismo tiempo, rindose del Urbanismo comocampo profesional hasta hacerlo desapare-cer, desmantelndolo en nuestro despreciopor aquellos que planificaron (y cometierongrandes errores al planificar) aeropuertos,New Towns, ciudades satlites, autopistas,edificios altos, infraestructuras y toda otra llu-via radioactiva de la modernizacin. Despusde haber saboteado al Urbanismo, lo hemosridiculizado al punto que departamentos uni-versitarios enteros han sido cerrados, estu-

    dios han ido a la quiebra y burocracias hansido expulsadas o privatizadas. Nuestrasofisticacin oculta sntomas mayores decobarda centrada en la cuestin simple detomar posicin -quizs la accin ms bsicaen hacer ciudad. Somos simultneamentedogmticos y evasivos. Nuestra sabiduraamalgamada puede ser fcilmente caricaturi-zadas: de acuerdo a Derrida no podemos serel Todo, de acuerdo a Baudrillard no pode-mos ser lo Real, de acuerdo a Virilio, nopodemos estar All. Exilados en un mundovirtual, qu argumento para una pelcula deterror! Nuestra relacin actual con la crisisde la ciudad es profundamente ambigua:todava culpamos a otros por una situacinde la que es responsable nuestros utopismoincurable y nuestro desprecio. A travs denuestra relacin hipocrtica con el poder -despreciativa, pero al mismo tiempo codicio-sa- desmantelamos toda una disciplina, nosseparamos de lo operativo y condenamos apoblaciones enteras a la imposibilidad decodificar civilizaciones en su territorio- elobjeto del Urbanismo.

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  • Hemos sido abandonados en un mundo sinUrbanismo, solo arquitectura, an msarquitectura. La nitidez de la arquitectura essu seduccin: ella define, excluye, limita,separa del resto, pero tambin consume.Explota y agota los potenciales que slopueden ser desarrollados por el Urbanismo,y que slo la imaginacin especfica delUrbanismo puede inventar y renovar. La muerte del Urbanismo -nuestro refugio enla seguridad parasitaria de la arquitectura-crea un desastre inminente: ms y ms sus-tancia se fija a races muertas de hambre.En nuestros momentos ms permisivos noshemos entregado a la esttica del caosnuestro caos. Pero en su sentido tcnico elcaos es lo que pasa cuando nada pasa, noalgo que pueda ser abrazado o construidoingenierilmente; es algo que se infiltra no algoque se fabrica. La nica relacin legtima quelos arquitectos pueden tener con el tema delcaos, es tomar el lugar correcto en el ejrcitode aquellos encargados a resistirlo, y fallar.Si llega a haber un nuevo Urbanismo, no vaa estar basado en las fantasas gemelas deorden y omnipotencia; va a consistir en lapuesta en escena de la incertidumbre; no vaa estar ms preocupado por arreglar objetosms o menos permanentes, sino en irrigarterritorios con potencialidad; no va a preten-der ms configuraciones estables, sino la cre-acin de campos de posibilidad para acomo-dar procesos que se niegan a ser cristaliza-dos en una forma definitiva; no va a consistirms en definiciones meticulosas, en la impo-sicin de lmites, sino en nociones expansivasque niegan los confines; no va a tratar sobreentidades separadas e identificables, sinosobre el descubrimientos de hbridos innomi-nados; no va a estar ms obsesionado por laciudad, sino por la manipulacin de infraes-tructura para diversificar e intensificar sin fin,atajos y redistribuciones -la reinvencin delespacio psicolgico. En tanto lo urbano es

    omnipresente, el Urbanismo nunca ms va atratar sobre lo nuevo, sino sobre lo ms ylo modificado. No va a tratar ms sobre locivilizado, sino sobre el subdesarrollado. Entanto lo urbano est fuera de control, se con-vertir en el mayor vector de la imaginacin.Redefinido, el Urbanismo no slo, o mayor-mente, ser una profesin, sino una forma depensar, una ideologa que acepta lo que exis-te. Estbamos haciendo castillos de arena.Ahora nadamos en el mar que los destruy.Para sobrevivir el Urbanismo va a tener queimaginar una nueva novedad. Liberado desus responsabilidades atvicas, redefinidocomo una manera de operar en lo inevitable,el Urbanismo va a atacar la arquitectura, ainvadir sus trincheras, a sacarla de sus bas-tiones, a minar sus certezas, a explotar suslmites, a ridiculizar sus preocupaciones conla materia y la sustancia, a destruir sus tradi-ciones, a hacer humo a sus practicantes.El aparente fracaso de lo urbano ofrece unaoportunidad excepcional, un pretexto para unafrivolidad Nietzcheana. Debemos imaginar mily un nuevos conceptos de ciudad, debemosafrontar riesgos insanos, debemos animarnosa ser absolutamente acrticos: debemos tragarprofundo y perdonar a diestra y siniestra. Lacerteza del fracaso debe ser nuestro gas hila-rante/oxgeno; la modernizacin nuestradroga ms potente. Como no somos ms res-ponsables, debemos volvernos irresponsa-bles. En un paisaje crecientemente expeditivoy no permanente, el Urbanismo no es, ni debeser ms, la ms solemne de nuestras decisio-nes; el urbanismo puede alivianarse, volverseuna Ciencia Gay -un Urbanismo Light.Qu pasara si simplemente declaramosque no hay tal crisis, si redefinimos nuestrarelacin con la ciudad no como sus hacedo-res sino, simplemente, como sus sujetos,como sus defensores?Ms que nunca, la ciudad es lo nico quetenemos.

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  • 17

    1. Introduccin.1.1 La ciudad contempornea es como unaeropuerto, todo lo mismo? Es posibleteorizar esta convergencia? Si as fuera, aqu configuracin ltima aspiran? La con-vergencia es posible al precio de desvane-cer identidades. Esto es generalmente vistocomo una prdida. Pero a la escala en laque esto ocurre debe significar algo.Cules son las ventajas de la identidad y,por el contrario, cules los inconvenientesdel encubrimiento? Qu pasara si estahomogeneidad aparentemente accidental, yusualmente lamentada, fuera el fruto de unproceso intencional, de un movimiento cons-ciente que nos aleja de la diferencia y nosacerca a la similitud? Que pasara si estu-viramos siendo testigos de un movimientode liberacin global: abajo con el carcter?Qu pasa despus de que la identidad esquitada? Lo genrico?-1.2 En la medida en que la identidad seaderivada de una sustancia fsica, de lo hist-rico, del contexto, de lo real, no podemosimaginarnos nada contemporneo, hechopor nosotros, que contribuya a ella. Pero elhecho de que el crecimiento humano esexponencial implica que el pasado, en algnpunto, ser demasiado pequeo para serhabitado y compartido por los que estnvivos. Nosotros mismos lo gastamos. En lamedida en que la historia se deposita enarquitectura, las cantidades humanas delpresente van a hacer estallar y agotar todasustancia previa. La identidad concebida

    como esta forma de compartir el pasado esuna proposicin condenada a perder: en unmodelo estable de continua expansin de lapoblacin, no slo hay cada vez menos ymenos para compartir, sino que la historiatiene una injusta vida media, cuanto ms seabusa de ella, se convierte en menos signifi-cativa, al punto que sus ofertas decrecientesse transforman en insultantes. Este adelga-zamiento de valor es exacerbado por elconstante crecimiento de la masa de turis-tas, una avalancha que en su perpetuademanda de carcter pulveriza toda identi-dad en un polvo sin sentido. (..) 1.4 La identidad centraliza, insiste en unaesencia, en un punto. Su tragedia es simple-

    Rem Koolhaas

    La ciudad genrica

    1994. Reproducido en S, M, L, XL. The Monacelli Press, 1996, pp. 1239.Traduccin: A. M. R.

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  • mente geomtrica. En la medida en que seexpande su rea de influencia y el reacaracterizada por el centro se ampla ms yms, tanto la fuerza como la autoridad delcentro se diluyen; inevitablemente la distan-cia entre centro y circunferencia aumentahasta su punto de ruptura. Desde esta pers-pectiva el reciente descubrimiento de la peri-feria como zona de valor potencial -un tipode condicin pre-histrica que finalmente esmerecedora de atencin arquitectnica- esslo una insistencia disfrazada en la priori-dad y dependencia del centro: sin centro nohay periferia; el inters por el primero presu-miblemente compensa la vacuidad de lasegunda. Hurfana conceptualmente, lacondicin de la periferia empeora por elhecho de que su madre todava esta viva,robndose el show, enfatizando sus inade-cuaciones de surgimiento. ................................................Arquitectura. Cierra los ojos e imagina unaexplosin de beige. En su centro salpicadode colores prpura, kaki, tabaco, zapallo deun metalizado mate. Hay edificios interesan-tes y aburridos en la ciudad genrica, entodas las ciudades. Los antecesores deambos deben ser rastreados en los edificiosde Mies; la primera categora en la torre irre-gular de Friedrichstrasse de 1921, la segun-da, en las cajas que concibi no muchosaos despus. Esta secuencia es importan-te; obviamente despus de una experimen-tacin inicial, Mies se decidi definitivamen-te contra todo inters, por el aburrimiento.En el mejor de los casos, sus ltimos edifi-cios capturan el espritu de sus trabajos ini-ciales -suprimidos?, reprimidos?- comouna ausencia ms o menos evidente, peronunca ms volvi a proponer proyectosinteresantes como edificios posibles. Laciudad Genrica demuestra que estabaequivocado: sus arquitectos se hicieroncargo del desafo que Mies abandon, al

    punto que ahora es difcil encontrar una caja.Irnicamente este homenaje exuberante alMies interesante, demuestra que el Miesestaba equivocado. La arquitectura de la ciudad genrica es pordefinicin bella. Construida a una velocidadincreble, y concebida a un ritmo aun msincreble, hay un promedio de 27 versionesabortadas por cada una de las estructurasrealizadas. Son preparadas en 10.000 estu-dios de arquitectos de los que nadie ha odohablar, cada uno vibrante de fresca inspira-cin. Presumiblemente ms modestos quesus colegas ms conocidos, estos estudiosestn unidos por una comprensin colectivade que algo anda mal con la arquitectura yque slo podr ser rectificada por el esfuerzode ellos. El poder de los nmeros les da unaarrogancia esplndida. Ellos son los quedisean sin dudar. Ensamblan de mil y unafuentes con precisin salvaje, con ms rique-zas que las que cualquier genio haya podidoaspirar. En promedio su educacin cuesta 30mil dlares, excluyendo viajes y viviendas...Los edificios, complejos en su forma, depen-den de la industria del courtain wall, de adhe-sivos cada vez ms efectivos, de selladoresque convierten a cada edificio en una mezclade camisa de fuerza y carpa de oxgeno. Eluso de siliconas extendemos la fachadatan lejos como es posible- ha aplanadotodas las fachadas, pegado el vidrio a la pie-dra, al acero al hormign, con una impurezade la edad espacial. Estas conexiones dan laapariencia de rigor intelectual a travs de lalibre aplicacin de un esperma transparenteque mantiene todo junto, ms por intencinque por diseo. Un triunfo del adhesivo sobrela integridad de los materiales. Como todo lode la Ciudad Genrica, su arquitectura es loresistente que se ha vuelto maleable; unaepidemia del ceder, no por la aplicacin dealgn principio, sino por la sistemtica aplica-cin de la falta de principios.

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  • Como la Ciudad Genrica es mayormenteasitica, su arquitectura esta generalmente,aire-acondicionada; ah es donde la paradojadel reciente paradigma se agudiza: la ciudadha dejado de representar el mximo desarro-llo: representa los lmites del subdesarrollo.Los medios brutales a travs de los cuales selogra este acondicionamiento reproducen enlos interiores de los edificios, las condicionesclimticas que solan ocurrir afuera -tormen-tas repentinas, pequeos tornados, escarchaen la cafetera, olas de calor, roco parejo; unprovincialismo de lo mecnico abandonadopor la materia gris en bsqueda de lo electr-nico. Incompetencia o imaginacin? El ngulo de las fachadas es el nico ndicede la genialidad arquitectnica: 3 grados deinclinacin hacia atrs, 12 grados hacia ade-lante, 2 grados de penalidad por retranqueos(demasiado nostlgico).La sustancia aparentemente slida de laCiudad Genrica es equvoca. El 51% de suvolumen consisten en un atrium. El Atrium esel recurso diablico para sustanciar lo insus-tancial. Su nombre romano es una garantaexterna de clase arquitectnica, sus orge-nes histricos hacen de l un tema inagota-ble. Hace que el habitante de las cavernaspueda acceder a una provisin inagotable deconfort metropolitano.El atrium es un espacio vaco, los vacos sonla esencia de los edificios de la ciudad gen-rica. Paradojalmente su ahuecamientogarantiza su consistencia fsica, la inflacindel volumen es el nico pretexto para sumanifestacin fsica. Cuando ms completosy repetitivos son sus interiores, menos senota su repeticin esencial.El estilo elegido es el posmoderno, y siem-pre ser as. El posmodernismo es la nicadoctrina que a permitido la conexin exitosade la prctica arquitectnica con el pnico.La doctrina posmodernista no se basa enuna lectura extremadamente civilizada de la

    historia, es un mtodo, una mutacin de laarquitectura profesionalista que produceresultados con el ritmo necesarios comopara seguir el ritmo del desarrollo de laCiudad Genrica. En lugar de una nuevaconciencia, sus creadores parecen haberaspirado a crear una nueva inconsciencia.Es el pequeo manual de la modernizacin.Cualquiera puede hacerlo: un rascacielosbasado en una pagoda chinesca y/o en unaciudad de las colinas toscanas.Toda resistencia al posmodernismo es anti-democrtica. Crea una envoltura enigmticaalrededor de la arquitectura que la vuelveirresistible, como un regalo de Navidad deuna institucin de caridad. Hay una conexin entre la predominancia deespejos de la Ciudad Genrica -para cele-brar la nada a travs de su multiplicacin oun esfuerzo desesperado para capturar laesencia en su proceso de evaporacin? ylos regalos que, durante siglos, han sidoconsiderados como el ms eficiente y popu-lar de los presentes para los salvajes?Mximo Gorki habla de un aburrimientovariado en relacin a Coney Island.Claramente pretenda construir un oxymoron.La variedad no puede ser aburrida. El aburri-miento no puede ser variado. Pero la infinitavariedad de la Ciudad Genrica se acerca, almenos, a hacer de la variedad algo normal:banaliza, contradiciendo las expectativas esla repeticin la que se volvi inusual, y enton-

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  • ces, potencialmente arriesgada y estimulan-te. Pero eso ser para el siglo XXI...La arquitectura posmoderna es la nicaarquitectura que puede ser generada lo sufi-cientemente rpido como para satisfacer eldeseo de los clientes. En una situacin enque la arquitectura no es ms la constructo-ra de la ciudad, sino una nueva rama de lafsica, el producto de campos dinmicos defuerzas en movimiento perpetuo, la coartadaprofesional del arquitecto, la chispa msticade la inspiracin, est obviamente pasadade moda. Nadie puede esperar que aparez-ca, menos que nadie un arquitecto. Su tareaes realmente imposible, expresar una turbu-lencia creciente con un medio estable.La Arquitectura siempre ha asimilado gran-deza con ruptura de reglas. Ahora se puedeser grande a travs de su aplicacin singrandes esfuerzos.Slo un arquitecto posmoderno puede dise-ar propuestas para edificios de gran escalaen un da, cualquier da. El posmodernismono es un movimiento, es una nueva forma deprofesionalismo, de educacin arquitectni-ca, no una que crea conocimiento y cultura

    sino un entrenamiento tcnico que crea unanueva falta de cuestionamientos, una nuevaeficacia al aplicar un dogma nuevo y aerodi-nmico. Post inspiracin, post erudicin, nti-mamente conectados con la velocidad, unfuturismo. Posmodernismo es una mutacinque va a ser parte de la prctica arquitect-nica de ahora en ms, una arquitectura paravolar hacia adelante...........La desinformacin deliberada, la falta deajuste (con otros proyectos urbanos simult-neos) supone una inversin revolucionariadel rol reclamado tradicionalmente por losarquitectos. Ya no crean orden, resisten elcaos, imaginan coherencia, fabrican entida-des. De ser dadores de forma han pasado aser posibilitadores. En Atlanta los arquitectosse han alineado con lo incontrolable, se hanconvertido en sus agentes oficiales, en ins-trumentos de lo imprevisible: en una genera-cin han pasado de imponer a ceder.Trabajando en la emergencia de nuevasconfiguraciones urbanas descubrieron unnuevo y vasto espacio de libertad, van rigu-rosamente con la corriente, Urbanismo/arquitectura son formas del dejarse llevar.

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  • Me paro frente a una montaa

    y la desmenuzo con el canto de mi mano.

    Luego recojo los pedazos y hago una isla,

    hasta puedo llegar a hacer algo de arena

    Jimi Hendrix

    En los ltimos aos, unos pocos proyectosde un puado de arquitectos han puesto endiscusin una Nueva Arquitectura. Recinahora pueden hacerse los esfuerzos prelimi-nares para articular los trminos de estedebate. Pero primero debemos considerarqu est en juego en esta empresa.Una Nueva Arquitectura. Hoy slo podemosdecir esta frase con cierta duda y embarazo.Para ser sinceros, la mayora de la arquitec-tura reciente est tan mal concebida que secondena a una muerte piadosa en la tiernainfancia. Pero el pronstico es malo anpara aquellos casos que tienen la fuerzasuficiente como para sobrevivir una primerafase; generalmente son asesinadas por unataque coordinado desde dos frentes.Hay distintas variaciones pero en general elesquema de este ataque es bien conocido:en primer lugar los crticos de la derechacuestionan su anarquismo desestabilizante yel egosmo vaco de sus autores; luego, loscrticos de izquierda, se alzan contra la irres-ponsabilidad e inmoralidad de estos arqui-tectos tildados de colaboracionistas corrup-tos. Destrozada por estos ataques, sus res-tos eviscerados son rpidamente limpiadospor los historiadores y su asombrosa capaci-dad para convencernos que esta supuesta

    Nueva Arquitectura, no es nueva; sino queen realidad sus preocupaciones fueron yaexploradas con mayor autenticidad y profun-didad en Europa hace algn tiempo.1

    Hoy, historiadores y crticos apoyan la tesisde que no hay nada nuevo que valga la penadestacar, particularmente que no hay formasnuevas. Su tabla de valores consiste envalorar el pasado de donde derivan todas lasbendiciones. De esa manera nos alejamosde lo nuevo y nos sentimos avergonzadosde buscarlo. Hay algunos colegas que revi-san sus escritos para quitar la palabra nuevotanto como sea posible: lo he hecho yomismo. Como resultado el Posmodernismo,cuyo principio rector es que no hay nadanuevo, es la nica arquitectura que ha podi-do madurar en los ltimos 20 aos.Mentira, dirn algunos, durante este pero-do ha florecido un revival de las vanguar-dias histricas sealando la exposicinsobre el Deconstructivismo del MOMA y losedificios de Eisenman, Gehry, Libeskind,Tschumi, Koolhaas, Hadid y otros. Sinembargo, si prestamos atencin, veremosque estos trabajos han sido realizados bajoun contrato implcito de rechazo. En otraspalabras, estos proyectos no han sido cele-brados como expresiones aurticas, comoedificios de inters por su irreproduciblesingularidad o como fuentes de nuevosprincipios para una prctica general. La dis-ciplina los ha reconocido como exticospara suprimir su contribucin a una NuevaArquitectura.

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    Jeffrey Kipnis

    Hacia una Nueva Arquitectura

    En Architecture and Science, Londres, Wiley and Sons, 2001.Traduccin: A. M. R.

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  • Sin embargo en estos trabajos dispares hayintuiciones que podran contribuir a formularel marco de una Nueva Arquitectura capazde proponer vitalidad formal y relevanciapoltica. Consideremos el trabajo de DanielLibeskind, por ejemplo. Desde ChamberWorks hasta sus proyectos ms recientes enAlemania y en otros pases, uno rastrea unasostenida y penetrante crtica a los ejes y suconstelacin de organizaciones lineales.Considerando la historia social, poltica yespacial de los ejes en Arquitectura yUrbanismo, no se trata de un rasgo menor.Sin embargo, muy poco de esto se encuen-tra en los escritos crticos; por el contrario selo considera como un avatar esotrico, y elpoder de los ejes en la prctica cotidiana(tan radicalmente repensada en sus dise-os), persiste sin cuestionamientos.En la superficie, esta retirada de lo Nuevoparece slidamente respaldada en trminostericos e histricos. Con sus aspiracionesutpicas, el Modernismo intent desembara-zarse de jerarquas espaciales obsoletas yestablecer un espacio ms homogneo ydemocrtico. Este objetivo estuvo sin dudasvinculado al proyecto del Iluminismo; tam-bin estuvo implicado en las tragedias a quedio lugar. La lgica instrumental del proyectoModernista de lo Nuevo reclamaba tabulasrasas y sustituciones radicales: de Paris, porejemplo.En nombre de la heterogeneidad, el discursoposmoderno ha montado una crtica de loNuevo en varios frentes. Ha demostrado laimposibilidad de la invencin y celebradoaquellas diferencias que el Modernismo sepropona borrar. En su propia versin de labsqueda de lo Nuevo, una lgica ligera deljuego -de reiteraciones y recombinaciones, decollage y montaje- suplant la indagacinsobria y seria de un Nuevo Mundo desde elModernismo. En la lgica del Posmodernismo,la Historia gan un respeto renovado pero,

    rechazada como proceso lineal y teleolgico,pas a ser considerada como el pozo sinfondo de material recombinable, siemprelleno, siempre abierto al pblico.En las prcticas posmodernas ms virulen-tas, aquellas que usan la reiteracin yrecombinacin para minar los sistemas depoder recibidos, se mantiene una relacinoptimista, hasta progresista, con lo Nuevo,an cuando ste no est teleolgicamentedireccionado. En prcticas como laDeconstruccin se generaron nuevas formasintelectuales, estticas e institucionales, nopor proposicin sino por desestabilizacin delas existentes. Nuevas formas resultan deestabilizaciones precarias, para ser luegoconstantemente desestabilizadas. Una evo-lucin acelerada reemplaza a la revolucin.Se trata de una diseminacin en espaciosheterogneos que no respaldan jerarquaspreestablecidas, se fomenta la diversidad yla diferencia. Lejos del nihilismo, esta con-cepcin del Posmodernismo es claramenteafirmativa. Desafortunadamente, la crtica posmodernaa las polticas de borramiento y sustitucin, ysu nfasis en la recombinacin, han condu-cido a grandes abusos. Favorecieron un dis-curso reaccionario que tiende al reestableci-mientos de jerarquas tradicionales, comolos discursos sobre la preservacin deReagan y Thatcher.No se trata del Posmodernismo en s, sinode una patologa ms insidiosa: una suertede envejecimiento cultural precoz que sub-yace en la retirada de lo Nuevo. Los snto-mas ya fueron diagnosticados por Nietzschey recientemente por Roberto Unger.2 Semanifiesta sosteniendo que el catlogo deformas posibles (institucionales, estticas,polticas) est completo y es bien conocido.Podemos discutir los mritos relativos decada una, pero ni descubrir ni inventar algu-na nueva.

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  • Es posible que lo Occidental como experi-mento cultural est acabado? Slo en esecontexto sera explicable esta veneracinexcesiva por los catlogos recibidos.Francamente, no puedo creer que en el cortotrayecto de nuestra existencia hayamosexperimentado y agotado todas las posibili-dades. Todos los indicadores actuales sea-lan lo contrario: se trate de Europa Oriental ola tecnologa. La construccin del catlogode formas posibles recin comenz.Indicar algunos criterios bsicos para unaNueva Arquitectura. No debe repetir los erro-res del Modernismo y su lgica de borrar ysustituir: debe participar en recombinacio-nes. Debe buscar una heterogeneidad queresista el establecimiento de jerarquas fijas.Debe proponer principios, y no prescripcio-nes, para el diseo. Finalmente, debe expe-rimentar y proyectar formas nuevas.Los dos primeros ya pertenecen alPosmodernismo, pero los dos ltimos laseparan de lo actual, aunque se nutran desus recursos.Indicativos de esta separacin es el despla-zamiento de la atencin de algunos tericos,especialmente Sanford Kwinter y Greg Lynn,de la semitica postestrucuturalista a des-arrollos recientes en la geometra, la cienciay las transformaciones del espacio poltico;un desplazamiento que se suele caracterizarcomo la sustitucin del discurso de Derridapor el de Deleuze.En estos escritos, el encuadre deleuzianoest reforzado con referencias a la Teora dela Catstrofe la geometra de un espaciotransformado por acontecimientos- y lanueva Biologa. En tanto sus preocupacio-nes tienen que ver con la morfognesis, lageometra y la ciencia han sido fuentes tradi-cionales de principios y formas arquitectni-cas. Sin embargo, aunque provocativos einvalorables como recursos, estos estudiosfilosficos y cientficos no fueron suficientes

    para impulsar esta Nueva Arquitectura: sur-gi de proyectos y desarrollos estrictamentedisciplinares.Un factor determinante fue el agotamientodel collage como paradigma de la heteroge-neidad. Para oponerse a la tendencia delModernismo a borrar y sustituir, elPosmodernismo enfatiz el injerto como ins-trumento combinatorio preferido. La conste-lacin del collage y sus variaciones ofreci laestrategia ms efectiva para estos injertos.3

    Desde Rowe a Venturi o Eisenman, delPosmodernismo al Deconstructivismo, elcollage sirvi de modelo dominante. Hayindicios, sin embargo, de que ya no es capazde sostener la heterogeneidad a la que aspi-ra la arquitectura, baste nombrar dos.El collage posmodernista depende de provo-car contradicciones y efectos de incoheren-cia dentro del marco dominante; en la medi-da en que se transform en una prctica ins-titucionalizada, perdi su fuerza. Por otraparte, est limitado a un particular orden derecombinaciones semiticas: an en el pro-ceso aleatorio del collage del Dada, cadaelemento debe ser conocido por s mismo.De manera que, an cuando pueda engen-drar nuevas composiciones, desplazamien-tos, deslizamientos, accidentes y otros efec-tos quimricos, el efecto que produce en lti-ma instancia es el de valorizar un catlogofinito de elementos y/o procesos. Slo puederenovarse identificando materiales no lista-dos previamente: no puede ser proyectivo.La voluntad de engendrar un espacio polticoms amplio en lo relativo a la diversidad ydiferencia, no puede conseguirse con unacatalogacin minuciosa y la legitimacin delas especies de diferenciacin que operanen un espacio. Es econmica y polticamen-te imposible.4 Si el collage se agot comoestrategia recombinatoria, el problema esencontrar modos de injerto diferentes: capa-ces de producir heterogeneidad a travs de

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    LenovoNota adhesivafrase

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  • una cohesin intensiva en lugar de la inco-herencia y contradiccin extensivas.5

    En una conferencia en ANYONE de 1990, elterico social Roberto Unger cuestion lasprcticas posmodernas en arquitectura porsu distanciamiento irnico. Propuso algu-nos criterios de lo que a su parecer deba seruna Nueva Arquitectura comprometida conla generacin de un espacio poltico no jerr-quico y heterogneo con formas de injertoque podemos interpretar como generaliza-ciones de los cinco puntos de Le Corbusier.Mientras stos estuvieron orientados agenerar un espacio ms democrtico a tra-vs de la homogeneidad, para Unger el obje-tivo deba ser una heterogeneidad que impi-diera alineamientos y jerarquas.Propuso que la Nueva Arquitectura fueravasta, vaca, orientada, incongruente e inten-samente coherente. Vasta como negociacinentre el espacio universal infinito y homog-neo, y las jerarquas fijadas por espacios arti-culados. Reconociendo la necesidad deponer un lmite a lo heterogneo, lo que sebusca es una extensin capaz de evitar lainscripcin en los patrones espaciales tradi-cionales. Supone la generalizacin de laplanta libre para incluir la disyuncin y la dis-continuidad, y extender el nfasis del cortelibre en lo residual e intersticial. Vaco supo-ne extraponer la abstraccin formal delmodernismo (borrando citas y referencias,suprimiendo ornamentos y decoraciones,pero sosteniendo tipos y formas cannicas)para enrolarse en afiliaciones inesperadasque impliquen el paso de la fachada libre a lavolumetra libre. Orientada implica que laarquitectura debe ser proyectiva, debe apun-tar a la emergencia de nuevas formas socia-les e institucionales. Supone desafiar laestructura monosmica o polismica del sig-nificante/significado. La indeterminacin deesta orientacin traslada el nfasis de alinea-ciones estables a afiliaciones provisionales.

    Incongruencia, supone el compromiso demantener, subvirtiendo, los datos recibidosdel sitio o el programa. Implica revocar lospostulados de armona y proporcin, claridadestructural y coordinacin entre planta, cortey fachada, o entre detalle y organizacin for-mal. Coherencia intensiva es una incoheren-cia que para diferenciarse de la marca delcollage, se trate de una coherencia forjadaen la incongruencia: arreglos monolticos quepermiten a la arquitectura comprometerse enrelaciones mltiples y hasta contradictorias.No debemos confundirla con la difcil totali-dad de Venturi que unifica compositivamen-te la multiplicidad del collage.Al iniciar este ensayo, subray que un pua-do de proyectos recientes ofrece marcos ycondiciones especficas para una NuevaArquitectura. En general se los consideracomo un desplazamiento de la preocupacinpor la semitica a la preocupacin por latopologa, la geometra, el espacio y losacontecimientos. A mi criterio pueden dividir-se en dos campos la DeFormacin y laInFormacin. La DeFormacin procura establecer afiliacio-nes deslizantes que se resisten a ser inclui-das en alineamientos estables. Lo hace atravs de topologas abstractas que no pue-den ser descompuestas en elementos pla-nos y simples, o analizadas a travs del len-guaje del formalismo arquitectnico.La estrategia de la InFormacin -de la culson ejemplos el proyecto de Koolhaas paraKarlsruhe y el de Tschumi para Fresnoy- esuna forma de recoleccin que encastra ele-mentos formal y programticamente incohe-rentes dentro de un contenedor modernista yneutral. Los espacios residuales e incon-gruentes son activados por la estratificacinvisual, la innovacin programtica, efectostecnolgicos y acontecimientos.Aunque ambas derivas del mismo problema,la DeFormacin y la InFormacin no son cola-

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  • borativas. Sin embargo acuerdan en generalcon algunas de las tcticas propuestas porUnger: cortes de cajas dentro de cajas, nfa-sis en lo residual e intersticial (vastedad,incongruencia), formas monolticas y supre-sin de ornamento aplicado o referenciasfigurativas (vaco, cohesin intensiva).De todos modos las tensiones entre ambastendencias son pronunciadas. LaDeFormacin enfatiza el rol de la nuevaforma esttica y la generacin visual de nue-vos espacios; la InFormacin quita importan-cia a la esttica a favor de nuevas formasinstitucionales, de programas y aconteci-mientos. Los espacios/acontecimiento deri-vados de nuevas geometras se relacionancon la primera; los vinculados a nuevas tec-nologas, con la segunda. Uno de los rasgos ms caractersticos de laInFormacin es su uso no apologtico dellenguaje ortogonal del Modernismo, conde-nado como opresivo y montono en los ini-cios del posmodernismo. Con la profundiza-cin de la crtica, qued en claro que estelenguaje no era esencial sino que constituaun sistema de signos. La irreductibilidadsemitica de la arquitectura quit toda justifi-cacin esencialista a la austeridad de estelenguaje, abriendo la puerta para su reutili-zacin.La InFormacin sostiene que el agotamientodel collage es tan completo que se ha trans-formado en un gesto esttico irrelevante.6 Lacontribucin de la arquitectura a la produc-cin de nuevas formas y a la inflexin delespacio poltico no puede ser conseguidapor una transformacin del estilo. LaInFormacin argumenta que el efecto colec-tivo de las formas ortogonales del modernoes tal, que persiste siendo un Vaco: acen-tuando el efecto con el uso de las formascomo pantallas para proyectar imgenes. LaOrientacin se consigue por las transforma-ciones programticas.

    Para la DeFormacin, la contribucin msimportante de la arquitectura contina sien-do esttica. No concibe el lenguaje modernode la InFormacin como vaco, sino comouna referencia histrica y, a la proyeccin deimgenes como nuevas formas del orna-mento. Su bsqueda del Vaco tiene que vercon la extensin de la exploracin modernis-ta en la forma monoltica, rechazando laapelacin esencialista de las geometras pla-tnicas, euclidianas o cartesianas. Paraellos la Orientacin se logra con la esttica:las formas transforman el contexto al intro-ducir en ellos relaciones formales incon-gruentes e indisciplinadas. La InFormacin,por su parte, ve estas geometras gestualesde la DeFormacin como una cuestin deEstilo.Para examinar las consecuencias de estosproblemas en diseos concretos, hagamosuna breve comparacin entre la operacinde Tschumi en Fresnoy, y la de Shirdel en elNara (Centro nacional de arte contempor-neo). En su descripcin del problema, Tschumi esespecfico al subrayar las diversas posibili-dades. En la medida que gran parte de lasestructuras preexistentes estaban muy dete-rioradas, era totalmente plausible una apro-ximacin del tipo borrar y sustituir. Por otraparte, la cualidad de las formas histricas yespacios de Le Fresnoy, sugera la estrate-gia renovacin/restauracin propia del colla-ge. Tschumi evita ambas y opta por envolverel complejo con una cubierta modernista par-cialmente cerrada para crear un injerto cohe-sivo. Esta insercin no produce un collage,en lugar de crear una resolucin compositivade fragmentos, la cubierta reorganiza y rede-fine cada elemento en una unidad monolti-ca, cuyas incongruencias se internalizan.Tschumi sutura la amplia coleccin de espa-cios resultantes con un sistema de escalerasy pasarelas, entrelazndolas visualmente

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  • con cortes, recintos parciales, ventanascorridas y amplias trasparencias. Cuandouno est en el complejo, tiene vistas parcia-les y fragmentarias de varias zonas desde elinterior y el exterior al mismo tiempo.Como los efectos visuales, el rol del progra-ma tiene que ver tanto o ms con la produc-cin de espacios que con el acomodamientode funciones. Tanto como le es posible,Tschumi programa los espacios resultantes,incluso usando la cubierta de pizarras delantiguo edificio como entrepiso. Cuando noes posible una programacin directa, elabo-

    ra una activacin diferencial de aconteci-mientos y materia. En el entramado estructu-ral de la nueva cubierta, proyecta videoscomo un material arquitectnico para activaresos espacios residuales.El resultado es un proyecto que promete unaheterogeneidad espacial que desafa cual-quier jerarqua simplificadora: una coleccinde espacios diferenciados capaces de alber-gar una amplia variedad de encuentrossociales sin privilegiar ninguno. Le Fresnoymina la clsica dialctica arquitectnico/pol-tica entre heterogeneidad y homogeneidad,

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    Bernard Tschumi. Le Fresnoy (1991-97). National Studio for Contemporary Arts. Tourcoing, Francia.

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  • y se orienta a nuevas formas institucionalesy arquitectnicas.Como en el caso anterior, Shirdel empleauna coleccin de fragmentos para unificaruna caja dentro de la caja incongruente ensu proyecto del Nara Convention Center. Adiferencia de Tschumi, moldea la forma y laestructura interna de esta adicin plegandoun partido de tres barras con las lneas regu-ladoras de dos geometras complejas. Laprimera geometra envuelve el exterior en unmonolito no referencial cuya forma fluyeconstruyendo un paisaje en el sitio. Lasegunda tiene un efecto similar en la vigaprincipal que sostiene los tres teatros sus-pendidos en corte, cada uno una caja cuyaforma es determinada por requerimientosestrictamente funcionales.La geometra interior y exterior se conectande modo que el espacio mayor del comple-jo termina siendo completamente residual,una suerte de callejn hendido entre los vn-culos provisionales entre las dos geometr-as. Este efecto es reforzado por el hechoque todo el programa especfico est con-centrado en las tres salas y sus lobbies queflotan sobre el espacio principal. En ciertosentido, la postura de Shirdel respecto alprograma es la opuesta a la de Tschumi. Apesar de que el edificio funciona de acuerdoa su destino, no hay ningn otro programaarquitectnico que la pura funcin, ningunacoreografa o uso de la tecnologa para acti-var los espacios. Las imgenes de bailari-nes danzando en absoluto aislamiento quese proyectan sobre el espacio residual yvaciado, confirman la hiptesis. Toda lacuestin de la heterogeneidad descansa enla esttica de la forma y en la oposicinentre funcin y los acontecimientos no pro-gramados. Tambin debemos subrayar elriesgo de proponer que el espacio msimportante y caro de un edificio no sea sinototalmente residual.

    Al final volver al Nara para el desarrollo dela DeFormacin. De todas maneras creo queesta breve comparacin es suficiente paraindicar tanto las similitudes como las diferen-cias de los caminos de ambas tendenciasHacia una Nueva Arquitectura.

    DeFormacinComo en otros casos de la TeoraArquitectnica, DeFormacin es una cons-truccin de principios surgidos del anlisisde proyectos realizados por arquitectosdiversos, que fueron ideados inicialmentecon diferentes intenciones y bajo otrascondiciones y trminos. Todava no hayarquitectos DeFormacionistas, del mismomodo que no haba arquitectos barrocos omanieristas. Se trata de un aspecto menor,pero debemos ser cuidadosos al avanzaren la caracterizacin de principios y un len-guaje tcnico que los articule, de no cir-cunscribir y regular un movimiento cuyafertilidad deriva, en gran parte de la falta dedisciplina: si hay DeFormacin, sta recinha comenzado.Mucho se ha escrito sobre el vnculo de estaarquitectura con la filosofa contempornea,particularmente Deleuze. No se puede negarla fuerte consonancia buscada por estosarquitectos con Mil mesetas o El pliegue.Baste referir al gran nmero de trminos quese han tomado en prstamos: afiliacin, plie-gue, espacio liso o estriado. Sin embargo,tenemos que tomar algunas precauciones.Hay una larga tradicin que tiende a vinculartoda arquitectura con alguna filosofa o teo-ra, considerndola como una suerte deprctica aplicada. Se presta ms atencin algrado en que la arquitectura ejemplificadicha filosofa o teora, que a los nuevosefectos arquitectnicos que promueve: comoconsecuencia, se reduce la arquitectura asus limitadas capacidades de representar oproducir efectos filosficos.

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  • En su relectura de El pliegue de Leibniz,Deleuze inscribe parcialmente su meditacinen una interpretacin del espacio barroco: sepodra decir que es la Arquitectura la que ofi-cia como paradigma lo que podra derivar,peligrosamente, en considerar que las confi-guraciones de la DeFormacin no son sinoneo-barrocas.Pero no es as. Si bien es adecuado vincularel pensamiento sobre el pliegue de Deleuzea la arquitectura barroca, no sirve para carac-terizar los efectos arquitectnicos de aquellaarquitectura tan ajena a los efectos contem-porneos del pliegue como la filosofa deLeibniz lo es del pensamiento de Deleuze.En otras palabras ni Deleuze es meramenteneoleibniziano, ni la DeFormacin, simple-mente neobarroca.De todas maneras Deleuze saca partido delos efectos generativos de los textos deLeibniz, pero su originalidad no se circunscri-be a la calidad de una revisin acadmica deesos textos, sino a la diferencia entre ambos.De la misma manera la DeFormacin no sesustenta en la recapitulacin de los temasbarrocos sino en sus diferencias con el barro-co y otros predecesores.El costo ms alto de una analoga descuida-da es el grado en que esta continua referen-cia al lenguaje de Deleuze pueda afectar aldesarrollo independiente de la arquitecturaque puede quedar circunscrito a una genealo-ga. Sin embargo, el vacilante camino recorri-do por la DeFormacin iluminando los plie-gues representados en una pintura de MiguelAngel, dibujando sobre el trabajo previo deotros- tiene una dignidad propia. Permtanmereconducirlos por algunos de estos caminosdetenindonos en la propuesta de Shirdel yZago para el concurso de la Biblioteca, el edi-ficio para convenciones en Columbus Ohio deEisenman y el Museo de Vitra de Gehry.7

    Por varios aos, Bahram Shirdel, conAndrew Zago, exploraron una arquitectura

    que llamaron cosa-negra (black stuff). Apesar de lo irnico del trmino, se trata deuna denominacin ajustada de los efectosque queran lograr. Rechazando los temasdeconstructivistas del fragmento, los signos,los ensamblajes y el espacio aditivo; el obje-tivo era una nueva y abstracta condicinmonoltica, sin referencias ni parecidos. Lepreocupaba generar formas arquitectnicasdisciplinadas que no fueran fcilmente des-componibles en el formalismo moderno delpunto/lnea/plano/volumen. Las llamaremosgeometras anexactas o superficies no des-arrollables, pero el trmino de cosa-negrasirve para presentar el principio de abstrac-cin no-referencial y monoltica propia de laDeFormacin.Para generarlas, Shirdel desarroll una tc-nica partir de una o ms figuras reconociblescuya organizacin diera cuenta de la desea-da complejidad interna. Luego de una seriede pasos, mapeaban la geometra arquitec-tnica de estas figuras al detalle, abstrayen-do o borrando en cada paso algunos rasgosque la hiciera referencial o reconocible: unaoperacin que en su momento denomin:relajacin disciplinada. Aspectos similarespueden rastrearse en las otras dos obras deGehry y Eisenman.La culminacin de esta bsqueda fue su pro-puesta premiada para el concurso de laBiblioteca de Alejandra, un diseo queresult de la evolucin disciplinadamenterelajada de los pliegues de una tnica enuna pintura de Miguel Angel. En esa figuraShirdel haba encontrado las cualidadesbuscadas de pliegue. A pesar que la solucinfinal no muestra ningn rastro obvio de lapintura original, logra capturar en arquitectu-ra las mismas relaciones entre superficie,forma y espacio.Casi inmediatamente, Eisenman se presen-to al concurso cerrado del Centro de conven-ciones de Columbus compitiendo con

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  • Michael Graves, entre otros. La ciudad habaencuadrado la iniciativa en elSesquicentenario del primer viaje de Coln,por lo que la primera estrategia fue un pro-yecto collage basado en la arquitectura nu-tica de la Santa Mara. A slo tres semanasde la entrega, Eisenman se enter queGraves estaba explorando algo similar yqueriendo ganar, le mand una postal conun barco hundindose y enfrent una nuevaestrategia basada en el principio de la formadbil que recin estaba formulando.8

    Trabaj con dos diagramas extraamentesimilares, el corte de un cable ptico y el sis-tema de cambios de vas ferroviarias quealguna vez ocuparon el sitio. Produjo unacaja monoltica tejida desde esquejes conforma de lombrices. La clave es la similitudde los diagramas: fue en ese dbil parecidoque Eisenman rastreo la potencialidad deuna forma dbil. La forma dbil se diferencia de la cosa-negraen un aspecto fundamental: mientras Shirdelintenta buscar algo radicalmente diferente, lanocin de dbil de Eisenman requiere de mni-mas semejanzas de modo que pueda generalrelaciones inesperadas, como las que conec-tan ambos diagramas. Si uno est advertido,es fcil descifrar las huellas de las vas y laestructura del cable ptico. Pero lo ms llama-tivo es el vnculo dbil que se produce cuandose lo localiza en el sitio: refuerza el borde de lacalle y negocia un importante cambio de esca-la, logrando a travs de estas formas entrela-zadas conectar los edificios comerciales detres pisos de enfrente con la autopista sobree-levada de atrs. Aunque totalmente no planifi-cada, esta conexin tiene el efecto de transfor-mar la lgica preexistente del sitio.

    Tomndolo de Deleuze, la DeFormacin serefiere a estos vnculos formales tentativoscon condiciones contingentes como afiliacio-nes, y generar estas afiliaciones es la estra-tegia clave de la DeFormacin respecto a laOrientacin. Se diferencian de las relacionescon el sitio porque no predeterminadas, sinoque surgen del carcter formal, topolgico oespacial intrnseco del proyecto.En la forma tradicional, uno identifica influen-cias del sitio como diagramas tipo/morfolgi-cos latentes o manifiestos, lenguaje, detalleso materiales prevalecientes, y los incorporaen el diseo generalmente como collage.Estas relaciones no son afiliaciones sino ali-neamientos y sirven para reforzar los modosdominantes de relacin entre la arquitecturay el contexto.Las afiliaciones, por el contrario, son provi-sionales; vnculos ad hoc con contingenciassecundarias del sitio o los alrededores. Norefuerzan rasgos dominantes del lugar, sinoque amplifican organizaciones menores queestn operando de algn modo, provocandouna reconfiguracin del contexto. Al unirorganizaciones estratificadas o desarticula-das en una heterogeneidad coherente, eltrmino de esta operacin de afiliar es ALI-SAR.9

    Para completar este anlisis sobre los efec-tos afiliativos debemos referirnos a Gherycuyo proceso de diseo involucra la explora-cin en una serie de maquetas sucesivas deuna figura o grupo de figura inicial. A pesarque las distorsiona y deforma, est ms pre-ocupado an que Eisenman en preservar elpatrimonio representativo del proyecto.El contrato de la comisin de Vitra inclua unmaster plan del sitio, la fbrica para el

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    Peter Eisenman.Columbus ConventionCenter (1989-93).Ohio, Estados Unidos.

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  • ensamblaje de las sillas y el museo. En eldiseo preliminar, Gehry simplemente alinela fbrica con las construcciones preexisten-tes, dejando el museo y su geometra deMedusa en franco contraste. A pesar dereducir este contraste al optar por una envol-vente de enlucido blanco que lo relacionabacon las otras construcciones, como un injer-to en el sitio, la forma del museo instal unaincoherencia desarticuladora asociada conel collage. El cliente, preocupado por elrechazo de los empleados que haban inver-tido en el museo, le pidi que desalineara lafbrica. Como respuesta, Gehry le agregdos apndices circulatorios que reiterabanlos tentculos retorcidos del museo en lasdos esquinas ms prximas al museo.

    El efecto fue ms dramtico an, porque aligual que el centro de convenciones deEisenman, las adiciones tejan vnculos afi-liativos entre ambos edificios, alisando elsitio en una totalidad heterognea perocohesiva. Pero a diferencia de esa obra, lasescaleras se introdujeron en el sitio como uncampo ms que como un objeto, orientado ala posibilidad de una coherencia intensivaque generaba un efecto de alisado a escalaurbana. Desde esta perspectiva, estas adi-ciones contribuyeron ms a una arquitecturade DeFormacin que el museo mismo.Otras genealogas de la DeFormacin podr-an ser trazadas, de modo que no puede otor-garse a estos tres ejemplos un carcter deinicio. De todos modos sirvieron para dejar

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    Frank Ghery. Vitra Design Museum (1989). Weil am Rhein, Alemania.

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  • sentado dos de sus principios claves: 1) unnfasis en la forma arquitectnica abstractay monoltica que aborda mnimas referen-cias o semejanzas directas a un sitio dado;2) el desarrollo de afiliaciones que alisan,suavizan organizaciones menores que ope-ran en el contexto a travs de las cualidadesgeomtricas, topolgicas y/o espaciales dela forma. Pero antes de avanzar en las dis-cusiones que se han desarrollado sobreestas cuestiones, conviene trazar la evolu-cin de uno de estos principios. Al analizar estos ejemplos es posible consta-tar que dejan intacta la congruencia clsicaentre la volumetra y el corte. La piel de losedificios sigue siendo particionada segn lasjerarquas derivadas del programa en espa-cios mayores, menores y de servicio, yaimplicados en la volumetra. La cuestin escmo evitar el espacio continuo y homog-neo de la planta libre, o el espacio finito yjerrquico de las estrategias tradicionales derecintos.Varios proyectos sugieren modos de aproxi-marse a la cuestin del corte: el Instituto deinvestigacin Carnegie Mellon de Eisenman,el proyecto de Nouvel y Starck para el con-curso de la opera de Tokio, y la Biblioteca deFrancia de Koolhaas. En el caso deEisenman se trata de un encadenamiento devainas -un gran objeto escultrico que aludea vainas flotando en forma concntrica- queotorgan al espacio principal un carcter resi-dual. El teatro de Nouvel/Starck est empo-trado como un objeto incongruente en lavolumetra urbana. En la Biblioteca,Koolhaas alcanz el ejemplo seminal de laidea de InFormacin separando al extremoel espacio en corte de la volumetra. Junto con Shirdel y A. Zago seguimos inda-gando en mtodos para la generacin de for-mas monolticas y afiliativas, e innovacionesen el corte. En nuestra propuesta de unaEstructura-Acontecimiento para la plaza

    Cartier en Montreal, recurrimos a una granenvolvente propia de la DeFormacin contres teatros interdependientes flotantescomo objetos en corte. Como en laInFormacin toda la superficie, interior yexterior, estaba programada de modo quetodos los espacios fueran intersticiales yresiduales, y pudiera activrselos en formasecuencial y no jerrquica. Sin embargo, lassimilitudes entre la forma de la envolvente ylos teatros dieron como resultado un espacioms homogneo que intersticial.Analizados estos principios y tomando comoreferencia los debates internos de estos pro-yectos, es posible pensar en laDeFormacin es un camino a seguir. Entreestos debates el ms interesante tiene quever con las tcnicas para producir afiliacio-nes alisantes. En la medida que requierende vnculos flojos entre organizacionesdominantes y contingentes operando en uncontexto dado, algunos arquitectos trabajanidentificando estos dos tipos de organizaciny luego orientando el diseo a su conexin;otros se apoyan en las afiliaciones contex-tuales intrnsecas, como Eisenman. Enambos casos la mayora de estos vnculosno son planificados y ocurren luego de injer-tar el proyecto al sitio.El complejo deportivo de Odawara de ShoeiYoh es un ejemplo de la primera opcin.

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    Shoei Yoh. Complejo deportivo de Odawara.

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  • Dise la compleja cubierta mapeando deta-lladamente las fuerzas contingentes, como elpeso de la nieve, sobre el diagrama estructu-ral. Afin este mapeo abandonando las trian-gulaciones geomtricas usuales algo grose-ras, y resolviendo los diferenciales en unaescala mucho ms sensible. El resultado fueuna forma inusualmente ondulante que lepermiti evitar los riesgos de las demandasestilsticas del proyecto. Con el desarrollo delas tcnicas informticas, este tipo de aproxi-macin maximizando la utilizacin del mate-rial, sin dudas tendr sus seguidores.A pesar de su atractivo, tiene sus riesgos.Puede transformar la DeFormacin en unaarquitectura sustentada en la bsqueda deinfluencias contingentes, como las teorasdodecafnicas de msica atonal de A.Schoenberg derivaron en la msica serial yen compositores concentrados en identificarnuevas lneas tonales. Como lo advirtieraGreg Lynn, pronto estaremos diseandoformas sustentadas en las turbulenciasareas generadas por los peatones prxi-mos al edificio. Ms grave es que se tratade procesos de alineacin, ms que de afi-liacin. Predeterminando las influenciascontingentes a tener en cuenta, se estsolamente variando el tipo de determinacio-nes del sitio a considerar. La prueba paradeterminar hasta qu punto se trata deDeFormaciones, no va a depender del xitodel proyecto para encarnar respuestas aesas influencias, sino de los efectos contin-gentes que pueda generar.El problema reside en pretender encarnarefectos a priori: la cuestin de laDeFormacin es la elucidacin de mtodospara generar formas monolticas, no repre-sentativas, que tiendan a establecer afiliacio-nes a posteriori. Si se tratara simplementede gestos y articulaciones, bastara conrecurrir a tcnicas expresionistas. Pero elprincipio de mnima representacin le proh-

    be estas referencias a la DeFormacin, delmismo modo que cuestiona las referenciasexplcitas al modernismo de la InFormacin. Otro tipo de tcnica es la que parte de ungrupo de figuras complejas para derivar aabstracciones no representativas a travsdel camuflaje, los programas de modeladoque llevan una forma a otra, o tcnicas topo-lgicas como el NURBS que unen las super-ficies delimitadas por dos figuras bidimensio-nales separadas en un slido liso. En tantoestos mtodos recurren a geometras ane-xactas y superficies no desarollables, otrosarquitectos se concentraron en su estudio.La geometra anexacta estudia formas nodescribibles por expresiones algebraicas,pero que muestran alto grado de consisten-cia; las superficies no desarrollables no pue-den ser aplastadas en un plano.Creo que el tema del pliegue se entiendems como tcnica arquitectnica que comofilosofa aplicada. Para los que nunca oyeronde Deleuze, ni conocen los diagramas deLacan o Ren Thom, el pliegue como formay el plegado como proceso transformativotiene muchos atractivos. Da lugar a figurasmonolticas y plenas de espacios intersticia-les, genera la posibilidad de espacios urba-nos que negocien entre la homogeneidadinfinita de la cuadrcula y la heterogeneidadjerrquica de los patrones geomtricos comoen Rebstock o permite alisar el vnculoentre organizaciones diversas. Pero ningunode los que recurre a los diagramas de Thom,pretende inscribir el espacio acontecimentaly cuatridimensional que el diagrama descri-be para los matemticos: se trata de unhecho arquitectnico; como tampoco pien-san en Decartes cuando usan la grilla: pocoshabitantes de las ciudades americanassufren de la cesura entre cuerpo y mente alcaminar por una ciudad en damero. En todoslos casos se trata de una utilizacin del dia-grama slo por sus efectos arquitectnicos.

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  • Como es tpico en Eisenman, inscribe unpartido derivado de los Siedlungen de ErnstMay en el sitio y operando estrictamente enel campo del dibujo, proyecta ambos en figu-ras formadas por los lmites de ambos siste-mas que crean la ilusin que ambas organi-zaciones fueron plegadas. Intenta transfor-mar el espacio axonomtrico moderno delprimer esquema, en un espacio visual queplanea entre la axonomtrica y la perspecti-va con mltiples puntos de fuga. La figuradel pliegue una cita del corte a travs de undiag