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Fundado en 1891, por Lord - Diario AS · 2012-08-27 · BOXEO Fundado en 1891, por Lord Lonsdale y el Marqués de Queensberry, fue uno de los escenarios de boxeo más selectos. Tras

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BOXEO

Fundado en 1891, por Lord Lonsdale y el Marqués de

Queensberry, fue uno de los escenarios de boxeo más

selectos. Tras diferentes etapas, de apogeo y decadencia, hoy

la marca se dedica a organizar eventos con base en el Savoy.

LA LEYENDA DEL NATIONAL

SPORTING CLUB…

EL BELLO PUDO CON EL RUDO.

Pelea mítica el 8 de diciembre de 1913. A un

lado del ring, el ‘Bombardier’ Billy Wells; al

otro, el ‘Bello’ Georges Carpentier. Ganó el

segundo en el primer asalto: KO fulminante.

En el AS Color de 1971, se elaboraba un extenso reportaje del National Spor-

ting Club, gran escenario de boxeo.

2 3

ALEJANDRO DELMÁS /

El National Sporting Club de Londres fue un club fun-

dado en 1891, en el 43 de King Street, Covent Garden, nada me-nos que por Hugh Cecil Lowther, quinto Conde de Lonsdale, Lord Lonsdale, y por John Sholto Do-uglas, Marqués de Queensberry, patrocinador y productor de las reglas del boxeo moderno. Esas reglas las escribió John Graham Chambers bajo amparo y super-visión de Queensberry, quien se enfrentó a un grave proceso pú-blico tras denunciar públicamente las relaciones homosexuales en-tre su hijo, Lord Alfred Douglas, y el célebre autor teatral Oscar Wil-de. Queensberry venció en los tri-

HENRY

COOPER Y EL

‘LONSDALE

BELT’. El

legendario

cinturón de

campeones

de boxeo se

creó en 1909

y el británico

Henry Cooper

lo lució en

tres reinados

diferentes.

bunales a Wilde, que le había de-mandado por libelo.

A Lonsdale y Queensberry les acompañaron John Fleming y Pe-ggy Bettinson. Lonsdale fue el pri-mer presidente y, desde la etapa inicial, el club estuvo consagrado a la promoción del boxeo entre la clase media-alta de Londres. En 1900 falleció Queensberr y. Y, en 1909, Lonsdale creó el lla-mado ‘Lonsdale Belt’, el legenda-rio cinturón que se adjudicaba al campeón británico de cada peso. El modelo original del ‘Lonsdale Belt’, de porcelana y oro de 24 quilates, se conserva como una joya en los barracones reales de Ar tillería, los Royal Ar tillery Ba-rracks de Woolwich, en el Sur de Londres. El fulminante ‘Bombar-dier’ Billy Wells fue el primer britá-nico que lució el ‘Lonsdale Belt’. Más tarde, Henry Cooper sería el único que logró ceñir el ‘Belt’ has-ta en tres reinados diferentes.

El National Sporting Club conti-nuó y engrandeció la tradición de otros ancestrales salones londi-nenses dedicados expresamen-

te al boxeo. Algunos de ellos aún existen hoy: ‘The Lamb and Flag’, en Covent Garden. ‘The Ring’, en Blackfriars, y la casa-salón del le-gendario peleador Tom Cribb, que sigue llamándose exactamente así: ’Tom Cribb’.

Pero, con suprema intuición, Lonsdale y Queensberry tuvieron la habilidad de reglamentar y subir de clase social a los eventos que empezaron a programar en el Na-tional Sporting Club. Con ellos, y en los salones de Covent Garden (hasta 1929), el boxeo londinense fue escapando de los suburbios y cortó poco a poco sus conexio-nes con los bajos fondo. Lonsda-le y Queensberry instituyeron re-glas estrictas para boxeadores y miembros: las veladas comenza-rían, en su día, tras la finalización de cada cena y ante no más de 1.300 miembros e invitados. Los combates se disputaban bajo el silencio más estricto (‘veladas’); no se permitían siquiera las con-versaciones entre cada asalto. Los boxeadores que subían al ‘ring’ de King Street recibían una

lección tras otra de deportividad y ‘fair play’, y… las mujeres tenían prohibido el acceso: todo ocurría en un Londres prácticamente vic-toriano, en los primeros años del Siglo XX. Entre 1910 y 1920 se registraron combates épicos con protagonistas tan estelares: Billy Wells, Tommy Noble y, sobre to-dos, el ‘bello’ Georges Carpentier, el ‘Hombre Orquídea’ francés… que puso KO a Wells en el primer asalto, con el título europeo de los pesos pesados en juego. Eso ocurrió el 8-12-1913, con arbitraje del londinense Bernard J. Angle, que muchos años después aún seguiría insistiendo en su asom-bro, aquella noche, ante la forma en que el ‘bello’ Carpentier había tumbado al rudo Wells.

La misma onda expansiva ge-nerada y lanzada en las épicas noches del National Sporting Club iba a remover los cimientos de la

obra de Lonsdale y Queensberry. En 1928, el boxeo era ya un de-porte de masas que hacía furor en Londres…y el club fue obligado a abrir sus puertas de King Street a todos los públicos. Comenzó una época de turbulencias. Lonsdale empezó a interesarse más por otra de sus grandes aficiones, el Arsenal (del que fue presidente) y por las expediciones al Ártico. En-tre 1928 y 1938, el Club abando-nó King Street y el Covent Garden, y pasó por Holborn, Soho Square, el Empress Hall y, al fin, el Hotel Splendide, en Piccadilly.

En 1937 se creó la Federa-ción Británica de Boxeo, la British Boxing Board of Control (BBBC), con objeto de supervisar el depor-te de las doce cuerdas y fijar su marco legal en Gran Bretaña. El National Sporting Club tenía voz y voto en la BBBC por una razón muy sencilla: la mayoría de los

fundadores del nuevo organismo eran o habían sido miembros ‘se-niors’ del Club, que entonces ya estaba a cargo de un nuevo comi-té, liderado por el entusiasta John Harding (Lonsdale iba a morir en 1944).

Entonces estalló la II Guerra Mundial y, sin ánimo, fondos ni recursos para las veladas boxísti-cas, el Club languideció hasta ex-tinguirse en la práctica de acuerdo a lo que habían sido su formación y comités iniciales. En 1947, el Empress Club, en Berkley Street, se hizo cargo de la herencia, tomó el nombre y reconstruyó el legado del National Sporting Club, que iba a vivir una segunda época de esplendor desde que reabrió en 1951: en el Café Royal, Regent

OSCAR

WILDE. El

dramaturgo

inglés

perdió la

demanda con

Queensberry,

creador del

National

Sporting

Club, que

denunció

la relación

homosexual

con su hijo.

En 1909, se creó el cinturón legendario de campeones

‘Lonsdale Belt’: Billy Wells fue el primer británico en lucirlo

En la II Guerra Mundial, el Sporting languideció. El Empress Club lo reconstruyó y reabrió en 1951 en el Café Royal

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Street, abierto en 1863 por el re-fugiado francés Daniel Nicols, que iba a llamar a sus lujosos salones con nombres significativos: ‘Napo-león’, ‘Dubarry’, ‘Delfín’...

Ahí, en el Café Royal (otro de los escenarios preferidos de Oscar Wilde, sitio de su único encuentro personal con el Marqués de Queensberry), y entre los años 60 y 70 del Siglo XX, el National Spor-ting Club se refundó y reinventó como escenario clásico de boxeo de gran ‘standing’, en competen-cia con salones y pabellones cada vez más modernos o de mayor ca-pacidad: el Empire Pool de Wem-bley, el mismo Wembley Stadium y el elegante Royal Albert Hall. Por allí, por el Café Royal, pasaron los mejores boxeadores británicos de la época: Henry Cooper, Joe Bug-ner y Richard Dunn, Frank Bruno... allí, en Regent Street, debutó el su-perclase escocés Ken Buchanan, campeón mundial de los pesos li-geros, que disputó en el Club diez de sus primeras 16 peleas. Des-

pués de 33 combates, Buchanan se presentaría imbatido en Madrid para jugarse con Miguel Velázquez el título europeo, el 29-1-1970. En batalla memorable, Velázquez batió a Buchanan a los puntos: el escocés cayó a la lona en el no-veno asalto. Velázquez aprovechó su única oportunidad: acortar dis-tancias ante la izquierda eléctrica de Buchanan. Su preparador, el re-cordado ‘Pampito’ Rodríguez, se lo ordenó así a Velázquez: “¿No ves que si no lo hacemos nos va a po-ner el morro hecho una miseria?”. Meses después, la clase de Bu-chanan le llevaría, empero, a con-quistar el título mundial de los lige-ros (versión WBA) ante Laguna.

Los años 70, con Buchanan, Cooper y los mismos Carrasco y Legrá frecuentando el ‘ring’ de Re-gent Street iban a convertirse en una nueva cima del National Spor-ting, antes de descender a la sima definitiva: en 1982, ya en deca-dencia, ya sin Cooper, Buchanan ni Carrasco (que debutó en el Club ante Lex Hunt, en 1968), el Club se trasladó a Grosvenor House, Park Lane. Eso y la ausencia de los grandes campeones aceleró el pro-ceso de desarticulación de la en-tidad, que ni siquiera pudo frenar el desesperado retorno a Regent Street: allí, en el Café Royal, aún se dieron veladas hasta 2008.

El Club entró en liquidación y, el 23 de diciembre de 2008, se subastaron todos los objetos de valor del Café Royal en Regent Street: el Café iba a ser demolido. Las viejas fotografías de Liz Taylor, Gary Cooper, Sir Laurence Olivier, Oscar Wilde y todos los demás as-tros de leyenda fueron vendidas a 100 libras esterlinas la pieza. El Hotel Savoy, que cerró para una nueva reforma y reabrió a lo gran-de en 2010, compró algunas de las fotografías y piezas para sus nuevos salones, inaugurados por el Príncipe de Gales el 10-10-2010. El National Sporting Club sólo existe ahora formalmente como organizador y aprovisionador de ‘catering’ en grandes eventos (Ascot, Ryder Cup, Cheltenham, Twickenham… Wimbledon); el centro de operaciones de esta nueva actividad es el Savoy (que acoge los bailes de los campeo-nes de Wimbledon); allí se conser-van algunas de aquellas joyas de Regent Street: las fotografías de añejas estrellas en blanco y negro, el piano y el mobiliario del Ameri-can Bar… y en el solar de Regent Street, la Cadena Starwood reabri-rá este mismo otoño un nuevo ho-tel de superlujo que incluirá, por supuesto, un nuevo Café Royal. Pero ya nada es lo mismo: nada puede ser lo mismo…

En los años 70, con Buchanan, Cooper y Legrá y Carrasco, el

National Sporting Club estaba de moda, hasta decaer en 1982

RE

PO

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AJ

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ND

S

HOTEL

SAVOY. Es

el nuevo

centro de

operaciones

del National

Sporting Club,

que ahora

organiza y

aprovisiona

de ‘catering’

en grandes

eventos

británicos.

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QUE HABLAN DE TRES MAGNÍFICOS GOLEADORESMessi, Cristiano y Falcao son, posiblemente, los mejores delanteros de la actualidad. Hace 40 años, Charlton, Dzagic y Müller también marcaban mucho, pero sólo el alemán se acerca a los números de este tridente de oro.

AS Color elaboró un reportaje con decla-raciones de Charlton, Müller y Dzagic en el que los tres delanteros hablaban de sus crecien-tes dificul-tades para hacer goles en el fútbol de entonces.

8 9

MIGUEL ÁNGEL CALERO /

Messi alcanzó la tempo-rada pasada la cifra

de 82 goles (50 en Liga, 14 en Champions, 3 en Copa, 3 en la Supercopa de España, 1 en la Su-percopa de Europa, 2 en el Mun-dial de Clubes y 9 con Argentina), Cristiano sumó 64 (46 en Liga, 10 en Champions, 3 en Copa, 1 en la Supercopa de España y 4 con Por-tugal) y Falcao llegó a los 40 (24 en Liga, 12 en Europa League y 4 con Colombia). Un total de 186 tantos que hablan de tres magnífi-cos goleadores, quizá los mejores de la actualidad. El argentino y el portugués se han repartido cua-tro de las últimas cinco Botas de Oro, el premio al máximo goleador de las ligas europeas. Y el colom-

biano, “probablemente el mejor jugador de área del mundo”, en palabras de Guardiola, lleva dos temporadas consecutivas siendo el mejor artillero de la Europa Le-ague, donde ha firmado 30 goles en 31 partidos, un registro nada fácil de conseguir.

Hace 40 años, AS Color publi-caba un reportaje con otros tres grandes goleadores de la épo-ca: Gerd Müller (3-11-1945, Ale-mania), Bobby Charlton (11-11-1937, Inglaterra) y Dragan Dzagic (30-5-1946, Serbia). Por su juego y características, Müller, un depre-dador del área, un cazagoles im-placable, podría ser el Falcao de hoy día. Dzagic, aunque en zurdo y sin su demoledora velocidad, podría acercarse a lo que es Cris-tiano, sobre todo por lo de partir hacia el gol desde la banda y por ser especialista a balón parado. Y Charlton, el único de los tres que ganó el Balón de Oro (1966) y que fue segundo en 1967 y 1968, un diez que jugaba con el nueve a la espalda, uno de los anteceden-tes de falso delantero centro aho-ra tan de moda por el gran debate

que hubo en la Selección españo-la, que arrancaba sus jugadas en el centro del campo para terminar-las en la portería, sería el Messi de entonces.

Afirmaba Carmelo de Altea, de la Agencia Efe, que “los bue-nos delanteros, los hombres que son capaces de luchar contra una maraña de defensores a base de habilidad, regate y buen remate” escaseaban entonces y eran muy cotizados. En eso el fútbol ha cambiado poco en estas cuatro décadas.

El gol es lo más difícil del fút-bol y lo que mejor se paga. Los buenos artilleros siempre esca-sean y son cotizadísimos. Si el Real Madrid pagó por Cristiano 94 millones de euros, ¿cuánto valdría hoy día Messi? El Atléti-co vendió a Agüero por 45 y fichó a Falcao por 40. El Barça tiró la casa por la ventana y derrochó más de 70 por Ibrahimovic. Cerca de 60 puso sobre la mesa el Chel-sea para conseguir sacar a Torres del Liverpool. Si contáramos como delanteros a Kaká, Zidane y Figo, que pueden pasar perfectamente

TRIPLE BALÓN

DE ORO. Messi

ha logrado

el Balón de

Oro en las

tres últimas

ediciones:

2009, 2010 y

2011. Y busca

lo que nadie

tiene, un

cuarto trofeo.

BOTA Y BALÓN DE ORO.

Cristiano fue el máximo

goleador de las ligas europeas

en las campañas 07-08 y 10-11

y fue Balón de Oro en 2008.

SIR BOBBY CHARLTON. Vistió la

camiseta del Manchester durante

17 temporadas, con el que jugó 606

partido y marcó 199 goles.

Charlton jugaba de falso nueve (Messi); Dzagic era un gran

lanzador de faltas (Cristiano) y Müller, un cazagoles (Falcao)

EL MAGO

DRAGAN

DZAGIC. Se

enfundó la

camiseta

del Estrella

Roja en 590

partidos y

marcó 287

goles, 113 de

ellos en la

liga.

por ello, las más grandes transac-ciones del mundo del fútbol han estado siempre protagonizadas por delanteros y goleadores.

Müller, Charlton y Dzagic coin-cidían en que les resultaba cada vez más difícil marcar. “Siempre hay dos defensores enemigos tras mis pasos que me siguen como mi sombra, con la diferencia de que mi sombra no me acosa sin cesar”, decía Müller. “Tengo que tirar a puerta desde más lejos y esto exige gran precisión”, afir-maba Charlton. “Conocen mi jue-go y para marcar constantemen-te debo inventar nuevas fintas. Pero siento que mi imaginación

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comienza a agotarse”, confesa-ba Dzagic.

Messi, Cristiano y Falcao no parecen tener aún ese tipo de problemas. La televisión ha rela-jado a los defensas más agresi-vos, los árbitros, en general, cada vez permiten menos contactos en las áreas y son más rigurosos con las faltas, los balones se han he-cho más ligeros y toman efectos inesperados, el juego y las accio-nes son más rápidas y los equi-pos, también en general, juegan de forma más ofensiva que hace unos años. Hasta Italia, el para-digma del catenaccio, lo hace. Todo esto favorece al gol y a los atacantes. Además, infinidad de defensas han confesado que “co-nocen perfectamente su tipo de juego”, pero aún así “no encuen-tran la manera de detenerlos”.

Messi es prácticamente impa-rable en el uno contra uno, Cris-tiano le pega al balón de manera indescifrable para los porteros y Falcao lo remata todo de cabe-za. Otro ejemplo de que no tie-nen problemas es su progresión goleadora. Messi marcó con el Barça 38 tantos en el primer año con Guardiola, 47 en el segundo, 53 en el tercero y 73 en el último. Cada año mejora sus cifras. Sólo tiene 25 años y la próxima campa-ña puede entrar ya en el top ten goleador de la Liga española. El argentino suma 169 por los 251 del líder Zarra.

Con Cristiano pasa otro tan-to. Su progresión en el Madrid ha

sido de 33 goles el primer año, 53 el segundo y 60 en el tercero. El portugués tiene 27 años, en sólo tres cursos ya está entre los diez máximos goleadores de la historia del Real Madrid (lista que lidera Raúl con 323) y seguro que tam-poco ha alcanzado aún su tope. Falcao, por su par te, a sus 26 años, mantiene una gran regulari-dad: marcó 34 y 38 tantos con el Oporto y ha hecho 36 en su debut con el Atlético.

Si comparamos estos números con los logrados por el tridente de hace 40 años salen perdiendo los exfutbolistas. El único que resis-te numéricamente es Müller, que anotó 180 goles en la temporada 62-63, cuando era un juvenil del TSV Nördlingen. Ya como profe-sional, su tope fueron los 67 tan-tos en la temporada 72-73 (36 en la Bundesliga, 12 en la Copa de Europa, 7 en la Copa y 12 en la Copa de la Liga). Este récord del alemán, que no marcó ese curso con su selección, es el que Messi acaba de hacer trizas. Müller llegó

Messi acaba de destrozar el récord de Müller, que marcó 67 tantos en la temporada 72-73

EL TORPEDO. Müller vistió

la camiseta del Bayern

durante 14 temporadas

(427 partidos y 365 goles).

a firmar 40 en la Bundesliga en la campaña 71-72, cuando ganó su segunda Bota de Oro. Apodado el Torpedo por su baja estatura, con un tren inferior potentísimo, del estilo del Kun Agüero, Müller alcanzó los 365 goles en la Bun-desliga (es el Zarra alemán) y 68 en 62 partidos con la selección, de la que se retiró con sólo 28 años en 1974. Casi cuatro déca-das después, Miroslav Klose, que ya ha firmado 64, está a punto de cazarle.

El récord personal de Charlton es mucho más modesto. Marcó 37 tantos (29 con el Manchester y 8 con Inglaterra) en la tempora-da 58-59. Sigue siendo el máximo goleador de la historia de Inglate-rra (49 dianas en 106 partidos), pero los 199 que logró con el Manchester United se quedaron muy lejos de los 357 de Jimmy Greaves, que señalan el tope en la liga inglesa.

Dzajic, por su parte, hizo 287 goles con el Estrella Roja, 113 de ellos en Liga y es considerado el mejor jugador serbio desde los años 50. “Un milagro de los Bal-canes, un verdadero genio. Lásti-ma que no sea brasileño, porque nunca había visto un jugador tan natural”. Así le describió Pelé tras quedarse pasmado con un tanto que le valió a Yugoslavia para de-rrotar a Inglaterra y alcanzar la fi-nal de la Eurocopa de 1968. Sin embargo, el ‘Mágico’ Dragan ja-más llegó a las cifras consegui-das en la actualidad por Messi, Cristiano o Falcao.

EL TIGRE RUGIENDO. Falcao

ha sido dos temporadas

consecutivas máximo

goleador de la Europa League.

12 13

URÍZAR AZPITARTE /

Cada temporada, la temá-tica del sistema de nom-

bramiento de los árbitros que se emplea es discutida por los clu-bes y sus dirigentes y por los pro-pios aficionados, pues creen ver una mano negra en las designa-ciones.

Si nos remontamos a los ini-cios del fútbol (oficialmente, la Liga española empezó en 1929), llevando una cronología, más o menos fidedigna, nos encontra-mos con lo siguiente:

En los primeros años, los árbi-tros eran elegidos por los jugado-res e incluso los propios aficiona-dos, nombrando a la persona que era merecedora de su confianza. Los árbitros, en ese momento, eran elementos consultivos colo-cados de modo estratégico fuera del campo. Años después, deci-

AS Color, en 1971 reco-gía, cómo cambiaban las designa-ciones arbi-trales para esa tempo-rada. Con Pardo Hi-dalgo como presidente del CNA, comenzaba el sistema del bombo.

Las ha habido de todo tipo desde los comienzos del fútbol en España:

mediante listas, consensuadas, dirigidas, unipersonales y a través de sorteo (en la

actualidad, por un programa informático). Siempre han ido en función del talante del presidente en cuestión del Comité Nacional

de Árbitros (desde que está Villar, y con Sánchez Arminio, CTA).

PRESIDENTES YDESIGNACIONES ARBITRALES

dieron que algún jugador o directi-vo arbitrase el partido, ya situado dentro del terreno de juego.

Más tarde, en el año 1920, ya creada la Federación Españo-la de Fútbol (en 1913) se formó un cuerpo específico de árbitros con gente del fútbol. A mediados de esa década de 1920 al 30, se crearon los comités regionales de árbitros y el Comité Nacional de Árbitros. Las designaciones se realizaban de acuerdo entre los clubes y ratificadas por el CNA.

En la década de los 40, el CNA designaba al árbitro. Los linieres eran designados por el Comité re-gional de donde se jugaba el par-tido en cuestión.

En el inicio de 1950, el CNA ya poseía la facultad de designar un árbitro de una lista que los clu-bes, a principios de temporada, facilitaban a la Federación Espa-ñola de Fútbol. El presidente del

CNA nombraba al árbitro, asesora-do por dos miembros de la RFEF.

En la temporada 1953-54, se cambió el sistema de designación de árbitros para los partidos por un sorteo mediante bombo, que se llevaba a cabo en la RFEF, don-de entraban todos los árbitros en cada jornada. Esporádicamente, para ciertos encuentros, el árbi-tro era designado de acuerdo con la Federación y los clubes. Este sistema duró pocos años.

En el año 1961, con Asensi como presidente del CNA y Álva-rez Santullano como secretario,

En los albores del fútbol en nuestro país, principios del XX, los árbitros eran elegidos por los jugadores y aficionados

20 21

se volvió a la designación direc-ta y se amplió el cupo de recu-saciones de los clubes hacia los árbitros. En esta época, los Ga-diazábal, Ortiz de Medivil, Gaspar Pintado, Zariquiegi, etc. estaban en pleno esplendor del arbitraje, sustituyendo a los Zumbona, Bi-rigay, etc. Fue el comienzo de un nuevo arbitraje, donde los árbitros comenzaron a llevar jueces de lí-nea pertenecientes a su comité territorial. Se constituyeron las clásicas ‘cuadras’: cada árbitro de Primera División tenía su equi-po de linieres, que podían perte-necer a cualquier categoría arbi-tral. En algunas territoriales eran impuestos por el propio Comité de

la zona. También se hizo público, de forma clara, las recusaciones de los clubes a los árbitros para toda la temporada.

En la campaña 1962-63, se volvió a las listas de árbitros ela-boradas por los clubes. El CNA elegía en cada jornada al colegia-do más idóneo para los dos clu-bes contendientes y así no toca-ban a los recusados.

En la temporada 1967-68, con José Plaza de presidente del CNA y José Gracia como secretario, el sistema se cambió. Los clubes presentaban una lista por orden de preferencia de todos los árbi-tros, excluyendo a los recusados. De esta forma, el CNA realizaba la designación eligiendo al prime-ro que coincidía entre dos listas de los equipos; se dio el caso que varios colegiados arbitraron todas las jornadas de la temporada y otros, sólo uno o dos par tidos. Esto duró una temporada.

En la temporada 1968-69, se retomó el sistema de listas de

los clubes con recusados, pero el CNA designaba con sus criterios.

En la temporada 1969-70, se fueron introduciendo variantes al sistema de designación, hasta que, a finales de esa campaña, ocurrió el ‘caso Guruceta’, quien fue sancionado en un Barcelona-Real Madrid por el error de señalar una falta dentro del área cuando había sido fuera. Plaza dimitió por coherencia, dignidad y solidaridad con el árbitro. Fue sustituido por un triunvirato encabezado por el presidente del colegio de árbitros andaluz , Fernández de la Torre, de manera provisional.

En 1971 fue nombrado presi-dente Pardo Hidalgo, con nefas-to recuerdo para los árbitros de aquella época. Su presidencia fue breve y le sustituyeron por Ángel Rodríguez Barroso, también con estancia breve, para volver Plaza a la presidencia, nombrado por Pablo Porta, con los poderes ab-solutos sobre designaciones, he-chas directamente por él. Aceptó

las recusaciones de los clubes, que, a mediados de los 80, des-aparecieron. Sólo en los partidos de máxima rivalidad, Plaza pedía a los equipos una terna y, sobre ella, designaba al primero que co-incidía.

A par tir de 1975, Plaza fue cambiando poco a poco el siste-ma de designaciones hasta que a mediados de los 80 hizo, de for-ma personal, los nombramientos de cada jornada.

En 1990, fue elegido presi-dente Sánchez Sanz, ya con Án-gel María Villar como presidente de la RFEF (desde 1988). Éste, en 1993, nombró, de modo direc-to, presidente del CTA a Sánchez Arminio. Se creó un comité de de-signación formado por tres exárbi-tros de Primera División. Más tar-de, se nombró un representante de la Liga de Fútbol Profesional, otro de la RFEF y otro consensua-do por la LFP y la RFEF para ese comité de designación, y, en ese momento, también de ascensos

y descensos de árbitros. Los clu-bes exigieron el sor teo puro de cada jornada y, después, se ini-ció la era informática. El sorteo se realiza para toda la temporada y los nombramientos son dados al CTA jornada a jornada con dos árbitros suplentes para poder mo-dificar en caso de lesión, enferme-dad, etc..

El sorteo de este modo se si-gue realizando hasta la fecha, pero con tantas variantes que prácticamente no es tal. Los mati-ces pueden ser: un árbitro no pue-de pitar a un mismo club más de dos veces en su estadio sin ha-berlo arbitrado fuera. Tienen que pasar varias jornadas sin arbitrar al mismo equipo. Cuando se pro-ducen incidentes importantes en un partido, se procura que pase un tiempo prudencial para volver a pitar en él. Y, por último, enferme-dades, lesiones, no pasar prue-bas físicas, etc...

A todo esto hay que añadir que con tantos partidos internaciona-

les, a nivel de clubes y de selec-ciones, se ha llegado a tal ajuste de las designaciones por par te de los tres miembros de la comi-sión que prácticamente no existe el sorteo.

Posiblemente, es lo mejor, ya que la comisión de designación sabe en cada momento qué árbi-tro está en mejores condiciones para arbitrar y cuál es el partido más idóneo a sus característi-cas, aunque siempre intentando que todos los colegiados arbitren a todos los equipos.. Éste último sistema es el que menos proble-mas y quejas está dando..., aun-que las ha habido, las hay y las habrá.

El ‘caso Guruceta’ fue uno de los episodios más polémicos del arbitraje en España, que hizo dimitir a Plaza en 1970

En 1993, Villar nombró de forma directa a Sánchez Arminio como presidente del CTA: es el más longevo

ASENSI,

EN 1961.

Cuando

entró en la

presidencia

del CNA, se

volvió a la

designación

directa y se

ampliaron las

recusaciones

de los clubes a

los árbitros.

PARDO

HIDALGO. Fue

nombrado

como

presidente

del CNA,

sustituyendo

al triunvirato,

provisional,

encabezado

por

Fernández de

la Torre.

SÁNCHEZ

SANZ. Fue el

presidente

del CNA que

sustituyó a

Plaza, tras

su segunda

etapa, y

primero

de la era

Villar como

presidente de

la RFEF.

SÁNCHEZ

ARMINIO.

Villar le

nombró, de

forma directa,

presidente del

CTA en 1993.

Va camino

de 20 años en

el cargo: es el

más longevo

al frente de los

árbitros.

JOSÉ PLAZA. Fue presidente del CNA en

dos etapas. En la segunda, nombrado

por Porta, tuvo plenos poderes.

22 23

SAGRARIOAGUADO

La atleta, que destacó en los setenta, trabaja ahora en el CSD, donde se ocupa del deporte universitario.

Considera importantísimo que los deportistas estudien para

tener un buen futuro.

“EL FÚTBOL YA NO ES

DEPORTE, ES ESPECTÁCULO.

EL DEPORTE TRANSMITE VALORES”

En 1971, AS Color entrevistó a la alteta Sa-grario Agua-do porque decidió dejar de competir en altura para pasar a la longitud.

ROMÁNTICA

DEL DEPORTE

Nunca ha

vivido del

deporte, pero

siempre ha

estado ligada

a él. Mientras

competía,

trabajaba

en una

financiera,

donde estuvo

quince años.

RA

FA

AP

AR

ICIO

40 41

CLARA PARDO LATRE /

1971 fue un año de incer-tidumbre para Sagrario

Aguado, pionera del atletismo nacional y seis veces campeo-na de España en altura. “Aho-ra hago longitud”, le confesó en AS Color a Mari Carmen Izquierdo entonces, pero aquella no era su prueba, como demostrarían más tarde sus cuatro nuevos títulos nacionales en altura entre el 72 y el 75. Durante diez años, domi-nó la especialidad e hizo crecer la plusmarca española en 15 centí-metros al aire libre y en 17 a cu-bierto. En 2006, le concedieron la Real Orden al Mérito Deportivo. Hoy sigue trabajando en el Conse-jo Superior de Deportes.—Tuvo que empezar pronto a tra-bajar por la temprana muerte de su padre y, además, sacó tiempo para estudiar Ciencias Sociales y entrenarse, ¿cómo lo hacía?—Mi padre murió cuando yo tenía 17 años recién cumplidos y pen-sé que si tenía preparación, po-día empezar a trabajar y tuve la gran suerte de que encontré un empleo a través de mi hermana. Trabajaba de ocho a tres en una financiera; eso me permitía tener todas las tardes libres. Yo hice toda la carrera por la noche, en-

tre las siete y las diez, y me en-trenaba de cuatro a seis y media. Mi preparador, que era Bernardi-no Lombao (que luego entrenó al expresidente José María Aznar), venía muchas veces a buscarme en coche y me dejaba en la es-cuela por la tarde-noche para que perdiera menos tiempo. No tenía tiempo ni para deprimirme. Mien-tras aprendía a conducir, me me-tía en todos los fregados, hacía cursillos... Las mujeres tenemos un gran problema, que son los hi-jos. Con mi primer hijo, tenía una chica fija en casa; yo venía a en-trenarme y él se quedaba con la cuidadora, pero el día que ella tenía libre, yo tenía que hacer-me cargo de él. Empezó a andar con nueve meses, agarrándose a

las espalderas del gimnasio. Lo fui llevando y, cuando me quedé embarazada de mi segunda hija, pensé que lo tenía que dejar. Y lo hice sin ningún trauma, nadie me dijo nada, son etapas. Pensé que ya era el momento de iniciar una nueva etapa, porque también ve-nía gente empujando, estaba Isa-bel Mozún, que era buenísima, y me quitó el récord de España. —Su gran rival fue Teresa Ma-ría Roca. Ambas saltaban con el método del rodillo ventral (se necesita más fuerza y es más técnico), pero usted cambió al Fosbury (más natural y requiere más velocidad). Ella no lo hizo y, en varios campeonatos, saltaba cada una de forma distinta.—Teresa María Roca era mi rival,

pero también muy buena amiga. Siempre pedíamos estar en la misma habitación. Nos llevába-mos muy bien.—Ahora hay quien acusa a Isinba-yeva de preocuparse demasiado de su aspecto y no centrarse ex-clusivamente en la competición, ¿a usted, que también era una at-leta muy atractiva, le pasó algo parecido?—Una señora que ha hecho lo que ha hecho y ha llegado donde ha llegado se puede permitir el lujo de hacer lo que quiera. Fíjate lo que salta en pértiga y, además, es mona y mujer, a mí me encan-ta. Tampoco hay que salir peinada de peluquería y con las uñas pin-tadas, aunque ahora salen. Pero me parece muy bien, porque ante

todo eres mujer y luego puedes ser depor tista o bombera, que también está muy bien. No está reñida una cosa con la otra. Hay que ir educando a la gente.—Nunca estuvo en unos Juegos Olímpicos…—Me quedé en casa por un centí-metro, porque había hecho la mí-nima internacional, pero, como éramos malos, para qué nos va-mos a engañar, en la nacional me pedían un poco más. Me llevaron, con otras nueve chicas, a hacer una gira por los países nórdicos para ver si la hacíamos.—¿Alguna vez tuvo algún pro-blema por su atrevida indumen-taria?—Eso es un mito que la gente ha aprovechado. He tenido la gran

suer te de que he ido con shor-ts bastante pequeños, igual que todas las demás; lo que no llevá-bamos eran los tops, porque no existían, pero llevábamos una ca-miseta ajustadita. Vinieron a ha-cerme un repor taje y pensaban que se iban a encontrar una chi-ca con burka. Claro, cuando vie-ron… He llevado shorts, era muy normal. ¿Que había gente que lo criticaba? Conmigo nunca se han metido y he sido la atleta de mi época que quizá más ha salido en televisión y en los periódicos; tal vez porque éramos pocas. En aquel tiempo, quizá pensaban que la mujer que hacía deporte era de todo menos femenina. Entonces, cuando se encontraban con al-guien que tenía un per fil feme-nino y, además, les facilitaba las entrevistas les resultaba sencillí-simo. Porque los periodistas no sabían mucho. Las primeras en-trevistas me las hizo Miguel Ors. Yo le iba contando y le decía no, eso no es así. No había pértiga de mujeres en aquel momento. Todo ha ido evolucionando. Y en mi casa nunca me dijeron nada. Bueno, me dijeron: ‘Hay que estu-diar, es prioritario’. Mi marido tam-bién venía del mundo del deporte y lo entendió, porque sabía que esto era parte de mi vida.

“Trabajaba de ocho a tres en una financiera, me entrenaba

de cuatro a seis y media y estudiaba de siete a diez”

“Es un mito que nos criticaran por la ropa, llevábamos shorts y camisetas ajustaditas, porque no había tops”

SAGRARIO SE

ENTRENABA,

TRABAJABA

Y ESTUDIABA.

Se entrenaba

sólo dos

horas al día

e hizo crecer

la plusmarca

española de

altura en 15

centímetros

en aire libre y

17 a cubierto.

SU BODA

NO CAMBIÓ

SU RUTINA.

Siguió

compitiendo

después de

casarse y de

tener a su

primer hijo.

No se retiró

hasta que

no se quedó

embarazada

por segunda

vez.

42 43

—Cuando se casó, siguió compi-tiendo, algo muy raro para la épo-ca, ¿qué opinaba su marido?—Mi marido siempre me respetó y yo le respeté a él. Antes era yo la que salía en la televisión y aho-ra es él, pero siempre nos hemos respetado. Antes de casarnos, nunca me preguntó si le prefería a él o al deporte, porque sabía lo que hubiera dicho -bromea-. Años después, ya pensaba otra cosa.—Su hijo Ignacio es uno de los mejores lanzadores de martillo de España.—Fue lanzador de mar tillo y el año pasado alcanzó la interna-cionalidad en veteranos. Ha sido muchos años segundo y nunca pri-mero. El año pasado fue al cam-peonato del mundo de veteranos, que empiezan con 35 años, y fue

campeón del mundo, pero no tie-ne ningún tipo de ayuda.—Cuando usted competía, había becas de 2.000 y 3.000 pesetas. En cambio, ahora hay becas que permiten a los deportistas dedi-carse íntegramente al deporte.—La medalla te dura lo que te dura, pero después hay que co-mer. Porque se salvan tres, los que han tenido mucha suerte, y no vamos a hablar de Raúl, de Na-dal, ni de Gasol, ellos son excep-ciones. Pero otros saben que nun-ca en la vida van a conseguir ha-cer dinero, porque no son depor-tes mediáticos, no dan un duro. Por eso ahora alargan mucho más las carreras deportivas, los que pueden, claro. —¿Qué consejos da a los atletas que compiten actualmente?—Cuando me encargaba de eso, les daba charlas y mandaba currí-culos, pero, claro, las empresas me decían “¿Qué saben hacer?”. Porque en la plenitud te quieren para promocionar el producto, para un anuncio, pero para colo-carte en un despacho hay que sa-ber algo más, por mucha medalla

que hayas sido. Es más difícil en-cajar la victoria y saber manejarla que la derrota. Si ganas y te crees que eres el rey del mundo y que todos van a estar a tus pies, te equivocas. Eso también hay que enseñarlo; por eso hay psicólo-gos. Hay que preparar a los depor-tistas para el día de después.

Yo sigo luchando por la forma-ción integral de los deportistas, porque me parece impor tantí-simo y fundamental, pero com-prendo que no es lo mismo. Yo soy una romántica del deporte y ahora son profesionales. Lo mío no fue una proeza, la exigencia no era la misma. Yo me entrena-ba dos horas diarias y ahora se entrenan cinco, seis o siete, y en dos sesiones por jornada e inclu-so tres. Es difícil compatibilizar el estudio. Pero siempre les digo: el que algo quiere, algo le cuesta. Igual que hacéis un gran esfuerzo para lograr una marca, lo tenéis que hacer con una carrera univer-sitaria o una formación profesio-nal. En vez de cursarla en cinco años, se puede hacer en siete o en ocho, poquito a poco. Cuando

vayan a una empresa y les digan que han terminado la carrera en ocho años, podrán responder: “Sí, mientras tanto fui olímpico o fui campeón de España. En ese mo-mento, para mí lo prioritario era el deporte, pero era lo prioritario porque me becaban”, y eso lo van a entender perfectamente, porque llevas un valor añadido que no lle-va el resto, y es que has viajado, sabes trabajar en equipo, cuentas con el esfuerzo, el sacrificio, etc. Todo eso se traslada al trabajo. Éste es el país de la titulitis y si no vas con un título, ni te reciben. Las dos cosas sí que te pueden servir. Ahora títulos tiene todo el mundo. Siempre intentamos que estudien, porque el deporte se termina. Tenemos un acuerdo con el instituto Ortega y Gasset para que estudien, a pesar de sus horarios. Siempre les incul-camos que es muy impor tante tener estudios. También tenemos acuerdos con la Policía y la Guar-dia Civil para que, los que aprue-ben las oposiciones, tengan un destino donde puedan seguir entrenándose al máximo nivel.

—Siempre ha seguido ligada al deporte en cargos directivos en el Comité Olímpico Español, en la Fundación Mujer y Deporte y en el Consejo Superior de Deportes. ¿Qué es lo mejor y lo peor que le ha dado el deporte?—He sido jurado del Premio Na-cional del Deporte y del Príncipe de Asturias; fui la primera mujer que perteneció a la Asamblea Ge-neral del Deporte, fui asesora de la Santa Sede en la Conferencia Europea de Ministros, etc. Lo de la asesoría del Consejo Superior de Deportes me lo han ofrecido dos veces. Una vez en la época de Gómez Navarro, antes de Barce-lona’92, porque se iba Hernando Menéndez. Se lo agradecí, pero tenía niños pequeños y, como me involucro mucho en estos temas, dije que no y me quedé donde es-taba trabajando, porque en ese momento lo importante era mi fa-milia. Años después, me llamaron otra vez; mis hijos ya eran mayo-res y me dijeron que lo aceptara porque es una experiencia precio-sa y lo primero que dije cuando vine a la entrevista fue: “No ten-

go carnet político, no soy de na-die, ni me voy a hacer de nadie, soy persona del deporte para el deporte. Si puedo ayudar en el te-rreno deportivo, encantada”. Me vine y, como ya era funcionaria, sabía que si me iba de aquí, tenía un puesto seguro, algo de lo que no disfrutaban los demás. Con la edad, ves las cosas que te convie-nen más. Estaba cerca del depor-te, iba a terminar aquí mis últimos años de trabajo y estaba rodeada de gente joven, lo que me hace joven a la vez. He sido miembro de la Comisión de Atletas del Co-mité Olímpico. He participado en televisión, pero siempre he vivido de mi trabajo y no ha tenido nada que ver con el deporte. Ahora, he tenido la gran suerte de volver a este mundo.

“Antes de casarnos, nunca me preguntó si le prefería

a él o al deporte, porque sabía lo que hubiera dicho...”

“Sigo luchando por la formación integral de los deportistas. Me parece importantísimo y fundamental”

ALTURA Y

LONGITUD.

Sagrario fue

una atleta

polifacética.

Destacó en

altura, pero

también

compitió en

longitud, en

vallas, jugó

al baloncesto,

etc.

1971, AÑO DE

CAMBIOS.

Cuando Mari

Carmen

Izquierdo

publicó la

entrevista

en AS Color,

Sagrario

acababa de

cambiar la

altura por la

longitud

BELLEZA Y

DEPORTE.

“Además de

deportista

eres mujer, no

está reñida

una cosa con

la otra, hay

que educar

a la gente”,

subraya.

UNA

DEPORTISTA

MUY GUAPA.

Además

de por sus

grandes

resultados

deportivos,

Sagrario

Aguado

destacó por su

gran belleza

44 45

—¿Qué opina del dopaje? ¿Ya ha-bía en su época?—No tomábamos ni aspirina. Ha-bía dopaje en los países del Este, porque ahí ha habido dopaje toda la vida, por eso no te dejaban ni entrar ni salir. Decíamos: “Fíjate, no les dejan ni dormir”. Se entre-naban cuatro veces al día. Claro, se llevaban todas las medallas. El problema es que ahora están apareciendo efectos secundarios. ¿Cómo hay tantos futbolistas en Italia con el mal de Gehrig? Hay gente de 60 años que se muere de repente. Aquí no existía, pero

poco a poco ha ido subiendo. El poder, la medalla, te complican mucho la cabeza. El problema es que todo el mundo toma y si tú no lo haces, piensas que estás en desigualdad. Se lucha mucho con-tra el dopaje, pero no sé si todo lo que se debería. Necesitamos fuertes sanciones. Al que le co-gen una vez, no le cogen más. El más perjudicado es el deportista. Se están cargando el deporte.—Y por último, ¿cómo ve a los españoles que han participado en los Juegos Olímpicos? —Me he leído el currículum de to-dos los que han ido a los Juegos, sobre todo, el de las mujeres. Han ido 114 mujeres. La que no ha sido campeona del mundo, ha sido campeona de Europa o plata. En España hay un deporte fantás-tico al margen del fútbol. Los de la Selección de fútbol han hecho una proeza con el Mundial y las Euro-

copas y me encanta. ‘Chapeau’ por el fútbol, pero la imagen que dieron después fue deplorable. Hay muchos niños que se fijan en ellos. Entiendo que estaban muy contentos, muy alegres. Pero cie-rras la puerta y haces una fiesta privada, y si te tomas dos copas, estás en tu derecho y nadie se va a sorprender. Pero, cara a la gale-ría, no puedes hacer eso, porque das una mala imagen y un vocabu-lario.... Pero no les echo la culpa a ellos, yo he sido jefa de equipo de muchos deportes y decía cómo había que ir vestidos, todos igua-les. Si alguien me decía algo del polo, por ejemplo, le decía: “Pues te lo lavas esta noche”. En el fút-bol, mucho más. No se puede ir como iban, pero tiene que haber una persona que les diga: “Cui-dado”. Igual que hacen una cosa buena y se les reconoce, también hay que decir lo que hacen mal, como se hace con los niños. El fútbol ya no es deporte, es espec-táculo. El deporte trasmite valo-res. Han hecho una proeza, pero esto no está reñido con lo otro. —Hoy se dedica al deporte uni-versitario: —Tengo una gente por encima estupenda, con la que me llevo fenomenal, pero todos somos un número. Lo que has aprendido, tu historia, es otra cosa. Yo soy uno más, pero hoy estáis aquí voso-tros conmigo, lo que es un honor. Ahora nos recortan el presupues-to del deporte universitario en un 45%. Aún así, hemos conseguido ir a 10 campeonatos del mundo, quitando de aquí, poniendo de allí, porque el jefe que tengo, Aitor Ca-nibe Sánchez (jefe de servicio de Deporte Universitario del CSD) ha sido deportista y quiere, por enci-ma de todo, que la gente compita. Es bueno que lo haya sufrido, por-que lo entiende mejor. Quitamos de aquí, de allí y si no lo has vivi-do, es más difícil entenderlo. No todo en la vida se hace por dinero, hay cosas que te dan mucha ma-yor satisfacción que el dinero. Eso sí, ahora hemos hecho dos cam-peonatos universitarios impresio-nantes, con muchas medallas y los medios no sacan nada.

“Se lucha mucho contra el dopaje, pero no sé si todo lo

que se debería. Necesitamos fuertes sanciones”

VIDA LIGADA

AL DEPORTE.

Ahora trabaja

en el Consejo

Superior de

Deportes, con

el deporte

universitario.

“Estar

rodeada de

gente joven,

me hace sentir

más joven”,

subraya.

EN SU ÉPOCA

NO HABÍA

DOPAJE EN

ESPAÑA.

Había en los

países del

Este, “por eso

se llevaban

todas las

medallas”,

explica.

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