12
AFORISMOS: ‘LÍNEA DE FUEGO’, DE JAVIER PUCHE. ENSAYO: ‘EL MOTÍN DE LA NATURALEZA’, DE PHILIPP BLOM. NOVELA: ‘NOCHE DE TAHÚRES’, DE RAÚL DEL POZO. POESÍA: ‘JARDÍN DE POCO’, DE RAFAEL BALLESTEROS; ‘RECUERDO DE UN SUEÑO’, DE DANILA STOYÁNOVA; ‘FLOR EN EL AGUA’, DE VICENTE BARBERÁ ALBALAT. Libros Juana Vázquez entrevista al escritor cacereño, que en 2019 publicó ‘Las aventuras de Martín’, un libro que en el prólogo hace una prueba de inteligencia para seleccionar a sus lectores. Detrás de García Martín hay una amplia trayectoria literaria. JOSÉ GARCÍA MARTÍN FOTO ALFONSO/ARCHIVO FAMILIAR JUAN DÍAZ DEL MORAL El 24 de enero se cumplió el 150 aniversario del nacimiento del notario Juan Díaz del Moral, un destacado intelectual cordobés de la primera mitad del siglo pasado. 1870-1948 PREMIO NACIONAL DE FOMENTO DE LA LECTURA SUPLEMENTO CULTURAL DE DIARIO CÓRDOBA DIRECTOR: RAFAEL ROMERO CASTILLO COORDINADOR DEL SUPLEMENTO: FRANCISCO EXPÓSITO EXTREMERA AÑO XXXIV. NÚMERO 1.313 SÁBADO, 25 DE ENERO DEL 2020

FOTO ALFONSO/ARCHIVO FAMILIAR JUAN DÍAZ DEL MORAL‘Todo esto existe’, de Íñigo Redondo y Javier Cercas L a historia es caprichosa y los escritores ocultos también existen. Leyen-do

  • Upload
    others

  • View
    0

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: FOTO ALFONSO/ARCHIVO FAMILIAR JUAN DÍAZ DEL MORAL‘Todo esto existe’, de Íñigo Redondo y Javier Cercas L a historia es caprichosa y los escritores ocultos también existen. Leyen-do

AFORISMOS: ‘LÍNEA DE FUEGO’, DE JAVIER PUCHE. ENSAYO: ‘EL MOTÍN DE LA

NATURALEZA’, DE PHILIPP BLOM. NOVELA: ‘NOCHE DE TAHÚRES’, DE RAÚL DEL POZO.

POESÍA: ‘JARDÍN DE POCO’, DE RAFAEL BALLESTEROS; ‘RECUERDO DE UN SUEÑO’, DE

DANILA STOYÁNOVA; ‘FLOR EN EL AGUA’, DE VICENTE BARBERÁ ALBALAT.

LibrosJuana Vázquez entrevista al escritor cacereño, que en 2019 publicó ‘Las aventuras de Martín’, un libro que en el prólogo hace una prueba de inteligencia para seleccionar a sus lectores. Detrás de García Martín hay una amplia trayectoria literaria.

JOSÉ GARCÍA MARTÍN

FOTO ALFONSO/ARCHIVO FAMILIAR

JUAN DÍAZ DEL MORALEl 24 de enero se cumplió el 150 aniversario del nacimiento del notario Juan Díaz del Moral, un destacado intelectual cordobés de la primera mitad del siglo pasado.

1870-1948

PREMIO NACIONAL DE FOMENTO DE LA LECTURA

SUPLEMENTO CULTURAL DE DIARIO CÓRDOBA

DIRECTOR: RAFAEL ROMERO CASTILLO

COORDINADOR DEL SUPLEMENTO: FRANCISCO EXPÓSITO EXTREMERA

AÑO XXXIV. NÚMERO 1.313

SÁBADO, 25 DE ENERO DEL 2020

Page 2: FOTO ALFONSO/ARCHIVO FAMILIAR JUAN DÍAZ DEL MORAL‘Todo esto existe’, de Íñigo Redondo y Javier Cercas L a historia es caprichosa y los escritores ocultos también existen. Leyen-do

CARTAS DEL NORTE

Un hallazgo y un premio‘Todo esto existe’, de Íñigo Redondo y Javier Cercas

La historia es caprichosa y los escritores ocultos también existen. Leyen-do lo acontecido recien-

temente, al menos tal y como nos lo ha trasladado la edito-rial, sobre el descubrimiento y posterior edición de la novela Todo esto existe, de Iñigo Redon-do, no he podido evitar recordar otra situación muy pareja en el tiempo, cuando en el año 2001 un desconocido Tulio Stella ha-bría de alzarse con el II Premio Casa de América de Narrativa In-novadora. Un año en el que el ju-rado pretendía dejarlo desierto. En aquel entonces, hubo de ser Vila Matas quien no se resigna-ra y decidiera «bucear» entre los innumerables manuscritos que había recibido la editorial has-ta que descubrió una novela di-vidida en cinco partes (a la ma-nera de 2666 de Bolaño) titula-da La familia fortuna. Después de aquello, Tulio Stella habría de caer en el ostracismo, o como al-gunos románticos de la literatu-ra prefieren decir, se convertiría en un nuevo Bartleby. Quién sa-be. Lo cierto es que no sabemos quién ha sido el sagaz descubri-dor del manuscrito de Todo esto existe, una novela que respira li-teratura por los poros, que es-tá escrita con el mimo de quien se enfrenta un día tras otro con persistencia faulkneriana a una página en blanco, y que nos re-conforta con la sensación de que no está todo dicho en literatura. Muy a pesar de los agoreros o de quienes hayan enterrado la no-vela como género en no pocas ocasiones, Todo esto existe es la historia de dos seres humanos sencillos encerrados en sus ca-parazones y en un agresivo eco-

Luis Santillán

ejemplo. Es cierto que la obra adolece de cierta premura, co-mo si le faltase una segunda lec-tura y corrección, y no hubiera llegado a tiempo a ello, y no es menos cierto que nunca se ha-bía atrevido con el género poli-ciaco. Pero hay que recordar que José María Guelbenzu, por ejem-plo, acababa de firmar la mara-villosa novela Un peso en el mun-do (1999) antes de que comen-zara su incursión en el género negro creando el personaje de la jueza Mariana de Marzo, cuya primera incursión data del año 2001. Quiero decir que conviene a veces no ser tan puristas cuan-do se enfrenta uno a la lectura de una novela. Sabemos lo que significan los Premios Planeta, y no será la primera vez ni la últi-ma que un ganador sea vilipen-diado. El propio Muñoz Molina sufrió alguna crítica por presen-tarse al premio, criticas que se amortiguaron con la calidad de la obra. Leamos a Cercas, a Vila, y disfrutemos de su literatura.

sistema que se derrumba cada día un poco más. Todo un acier-to. Ya que «la literatura, como cualquier otro aspecto del ar-te, responde a la manera que el hombre tiene de entenderse en el mundo, de ubicarse en él. Lo que cambia, época tras época, es el paradigma, y aunque las cues-tiones siguen siendo las mismas las respuestas pueden ser sensi-blemente diferentes. El arte no ha dejado de ser, en ningún ca-so, expresión poética de las vi-vencias y reordenamiento del paradigma, a la sazón vigente». A la vista de las críticas vertidas sobre la última novela de Javier Cercas, Terra Alta, Premio Plane-ta 2019, me pareció oportuno dejar pasar un tiempo para re-flexionar sobre las mismas y la obra. Es cierto que no estamos ante la mejor obra de Cercas, ni tan siquiera posiblemente será recordado en el futuro por Terra Alta, como si lo será por Soldados de Salamina, Anatomía de un ins-tante o La velocidad de la luz, por

SERES DE BABEL

AntonioManuel Gahete

Conocí a

Antonio

Fernández

Ruiz hace 40

años, cuando

comenzaba

mi andadura

docente en Pueblonuevo

y él dirigía el centro de

profesores del Guadiato.

Este centro editaba una

publicación escolar,

coordinada por Antonio,

denominada La Pizarra en la

que me invitó a colaborar.

Así se inició en la revista

la sección El Reino Mágico

dedicada a comentar libros

de carácter infantil y juvenil;

y asimismo fue el comienzo

de una fraterna amistad

que ahora la oscura dama

de la muerte ha crispado

con dolor y silencio. Es la

última cita del amigo que ha

dedicado su vida a solucionar

los problemas laborales

y hasta personales de los

afiliados a la UGT, primero

en la enseñanza y más tarde

en todos los ámbitos de

las diferentes profesiones.

Siempre ha sido ejemplo

de inteligencia, concordia

y mesura. Su ausencia

deja un insondable vacío,

un clamor quebrado, una

doliente llaga en el espacio

siempre protegido de nuestro

indefenso corazón.

VENTANAS

La vida en el centroJuana Castro

La ecología

tiene mucho

que ver con

las mujeres.

Eso pensaba

yo el otro día,

viendo en el

escenario del salón de actos

a ocho varones. Cuidados,

dice Yayo Herrero, son los

trabajos que regeneran el

deterioro originado cada día

en el mercado de trabajo.

Al mercado laboral no le

importa ese deterioro ni

lo paga. Los trabajadores,

intelectuales y físicos, llegan a

su puesto aseados, dormidos,

alimentados, vestidos y

planchados. ¿Quién asume

esas tareas? Una mujer. La

conciliación es en realidad

el tradicional reparto de

tareas: las reproductivas y de

mantenimiento las hacen las

mujeres y las productivas los

hombres. Siempre hay gente

que cuidar: las enfermas, los

bebés, las dependientes, los

abuelos. Los trabajadores se

sienten libres porque creen

que traer el sueldo es lo

único importante. Están en

el bar, en el fútbol o con el

coche, mientras las mujeres

acarrean el cesto de la compra

o siguen con los pañales, la

lavadora y el cocido.

RELATOS

F a n t á s t i c a e d i -ción con grabados de época para un ejemplar de relatos marinos indispen-sable para todos aquellos que en al-gún momento de su infancia hayan

disfrutado con Stevenson, Salgari o Conrad, por ejem-plo. En Los siete mares, subtitulado Antología de relatos de naufragios, motines y abordajes de las crónicas españolas en-contraremos historias de incursiones piratas, motines, marineros cansados de travesías eternas, sucesos na-vales inexplicables o barcos fantasmales que navegan sobre el mar, firmados muchos de ellos por conocidos escritores del siglo de Oro (Fernández de Oviedo, Anto-nio de Herrera o el Inca Garcilaso de la Vega), pero tam-bién por anónimos y corsarios que en algún momento dejaban la espada por la pluma. L. SANTILLÁN

‘Los siete mares’. Autor: Gerardo González Vega. Editorial: Miraguano. Madrid, 2020.

RELATOS

Es posiblemente Cristina Sánchez-Andrade, una de las que mejor ha sabido desde sus comienzos como narradora reflejar ese mundo rural, gallego en este ca-

so, que aún persiste hoy en día. La Galicia profunda se refleja en El niño que comía lana mostrando el esperpen-to de unos personajes olvidados y de un mundo que se nos escapa entre los dedos de las manos. Son relatos con una fuerte carga poética, porque su literatura bebe de la poesía, pero también son relatos mágicos porque beben del realismo mágico de sus ancestros. Cristina Sánchez-Andrade se mueve entre lo macabro y lo iró-nico, entre lo real y lo imaginario, entre la fábula y el esperpento, entre el realismo y la fantasía para entre-garnos esta colección de relatos. L.S.

‘El niño que comía lana’. Autora: Cristina Sánchez-Andrade. Editorial: Anagrama. Barcelona, 2019.

NOVELA

Una de las leyendas celtas más repetidas y divulgadas es la que trata las aventu-ras de los nobles ca-balleros de la Tabla Redonda y del sabio Merlín, posiblemen-te el mago más me-

diático de la historia. Conocemos la narración original, las andanzas del Rey Arturo y sus valerosos caballeros siempre en busca del Santo Grial, esa recurrente entele-quia motivo de cruentas guerras en el pasado y en el pre-sente, la historia de amor/desamor de Lanzarote de Lago y Ginebra o de Tristán e Isolda... Aunque bien es cierto que la figura de Merlín siempre estaba en un segundo plano. Pero hubo de llegar Robert de Boron, quien en el siglo XIII, hay dudas al respecto, compusiera un Merlín donde se nos muestra que estamos ante un ciclo históri-co de suprema intensidad. L.S.

‘Historia de Merlin’. Edición de Carlos Alvar. Autor: Anónimo. Editorial: Siruela. Madrid, 2020.

2 Cuadernos del Sur AA Agenda Diario CÓRDOBASÁBADO25 DE ENERO DEL 2020

Page 3: FOTO ALFONSO/ARCHIVO FAMILIAR JUAN DÍAZ DEL MORAL‘Todo esto existe’, de Íñigo Redondo y Javier Cercas L a historia es caprichosa y los escritores ocultos también existen. Leyen-do

Juana Vázquez

El último libro de José Luis García Martín es Las aventuras de Mar-tín (Editorial Impronta, 2019), un volumen en el que nos habla

de las aventuras de Martín, que no es lo que parece. Para su lectura hay que su-perar una prueba de ingreso, pues es un libro en vertical y si no lo haces te en-gañará con su horizontalidad divertida. García Martín practica múltiples géne-ros: poesía, autobiografía, viajes, críti-ca literaria, diarios, antologías, narrati-va, aforismos y, por supuesto, también es traductor.

-¿‘Las aventuras de Martín’ es un libro pa-ra niños o para adultos? -Es un libro para adultos que no han deja-do de ser niños. También, por supuesto, para niños, aunque para niños algo mayo-res que el protagonista, que tiene dos años cuando comienza a contar sus aventuras y tres cuando termina el libro. Y se nota su crecimiento de un relato a otro.

-Uno de los temas del libro es la inefica-cia del conocimiento para ser feliz, por lo que hay que volver a la magia del ni-ño que todos llevamos dentro. Toda ello contado con un humor subterráneo que aflora muchas veces sin más. -Completamente de acuerdo. Yo creo que el lema del volumen podría ser una frase de Baudelaire: «El genio es la infancia re-cuperada a voluntad».

-¿La filosofía del libro es «solo serás feliz si te haces como un niño»?-Las aventuras de Martín no tiene filosofía ni tampoco moraleja. Son historias, a ve-ces un tanto disparatadas, que un niño le cuenta a un adulto, el autor, o sea yo, que se aburre demasiado. Con un niño peque-ño es imposible aburrirse: nos enseña más en un minuto que un catedrático de meta-física en todo un curso.

-A mi parecer el narrador resulta poco verosímil. -Tiene una verosimilitud literaria, que es la que importa. El protagonista todavía no sabe leer, pero cuando sepa seguro que está de acuerdo con cómo el narrador ha interpretado todo lo que imaginaba sin sa-ber expresarlo claramente.

-¿Y no cree algo inverosímil que aparezca un arzobispo que lee a Carlos Marzal?-Ese es uno de los muchos toques realistas que hay en el libro. El arzobispo de Ovie-do ha declarado en alguna entrevista que Carlos Marzal es uno de sus poetas favo-ritos.

-A veces, la realidad, la ironía y el humor

ExtrEmEño dE CáCErEs (1950), GarCía martín Es un EsCritor muy

pECuliar, no Calla la boCa para dECir su vErdad aunquE Esto lE CrEE

EnEmiGos. Es un narrador auténtiCo, oriGinal y En sinGular

José García Martín

no le guste presumir de ello. Dice -yo creo que irónicamente- que su modestia la ha aprendido de mí.

-Se filtran en las historias de autoficción problemas de actualidad, como el cam-bio climático, la ineficacia de los políti-cos, el ‘brexit’, el Ministerio de Cultura, la monarquía inglesa o la idea que mu-chos tienen de nuestra reina, entre otras cuestiones.-Sí, para entretener a un adulto no valen solo las fantasías, hay que tener en cuen-ta la actualidad. Y el pequeño Martín la tiene muy en cuenta. Yo incluso sospecho que cuando habla de la relación de Platón con el tirano de Siracusa está hablando de otros políticos más cercanos.

-Para hacer más verosímil el estar en dos sitios a la vez el pequeño Martín acude a la física cuántica y da cuatro pinceladas de la misma. La verdad que es un libro para leer dos veces por las capas que tie-ne.-Pues yo encantado de que se lea dos veces, aunque me temo que muchas personas no podrán leerlo ni una vez. No es un libro para todos los públicos. En el prólogo se incluye una prueba de inteligencia y al que no la supere se le aconseja no seguir leyendo porque no se enterará de nada o le parecerá todo un disparate. Yo creo que es el primer libro del mundo con examen de ingreso.

-Pues seguro. Y, por supuesto, está muy presente el mundo de la literatura, sobre todo la grecorromana, la ‘Odisea’, Platón, Calímaco... -Pero la erudición del pequeño Martín, aunque como superhéroe cuántico, hace que pueda viajar en el tiempo y posea inte-ligencia suma, no es todo lo perfecta que cabría esperar. Luis Alberto de Cuenca, uno de los primeros lectores del volumen, ha señalado que confunde a Apolonio de Rodas con Apolodoro.

-Me gustaría saber, José Luis, ¿cuál es el objetivo de este libro?-Pues el mismo de cualquier obra literaria. Hacer un poco más felices, y también algo más lúcidos, a sus lectores. Otra cosa es que lo consiga. Ojalá haya logrado preser-var en sus páginas algo de la magia y la sa-biduría del pequeño Martín entre sus dos y sus tres años cuando iba descubriendo y descubriéndonos a cada minuto la «per-petua novedad del mundo», como dijo Fer-nando Pessoa.

-En fin, un libro singular y muy atractivo, donde aflora la física, la política, la cul-tura, los poetas, el mundo al revés... etc., a través de la «autoficción». -Si tú lo dices… Yo nada tengo que añadir.

-Por cierto, creo que en el libro solo hay un Martín: tú. El otro, el niño que se con-vierte en superhéroe, no es más que un pretexto.-Yo más bien creo que ocurre al revés. El pretexto soy yo.

-¿Podrías decirme por qué o para qué es-cribes?-Escribo para muchas cosas, no se escribe para lo mismo la poesía, el diario, la crí-tica. Escribo para emocionar, para dejar constancia de la vida que pasa y también -no voy a negarlo- para irritar, para tocar-les las narices, a presuntos poetas y a inte-lectuales alérgicos al pensamiento racio-nal. Si yo no fuera tan modesto como el pequeño Martín afirma que soy, diría que escribo porque sí y porque sé.

embrollo del brexit, Spider-Man, el filósofo Platón acusado de robar el manuscrito de la Odisea, una iguana cinéfila y el mons-truo del lago Ness. El pequeño Martín se nos muestra como el mejor experto en el arte de combatir el aburrimiento.

-Se invierte la realidad: «No cuentes men-tiras a tu padrino, que como ya es viejo se lo cree todo», le dice la madre al niño. Echas por tierra la sabiduría de los ma-yores.-Bueno, ya se sabe que el niño es el padre del hombre y también su mejor maestro.

-Una obrita de continente pequeño pero compleja y grande en sus guiños y mez-clas del adulto José Luis García Martín, a quien sus amigos llaman Martín, con su ahijado el pequeño Martín. ¿No tiene el libro algo de autorretrato?-Muy mejorado en ese caso. Yo no soy un superhéroe, yo no he salvado el mundo co-mo el protagonista, y varias veces, aunque

«No es un libro para todos los públicos. En el prólogo se incluye una prueba de inteligencia y al que no la supere se le aconseja no seguir leyendo»

José Luis García Martín.

CÓRDOBA

se encuadran en lo extraordinario y vi-ceversa, y es que este libro no es lo que parece, es una pequeña obra con muchas capas, lo que yo diría un libro vertical.-¿Un libro vertical? No entiendo. Si quieres decir que hay diversos niveles de lecturas, completamente de acuerdo. Ten en cuenta que en él aparecen gatos que quieren fun-dar repúblicas bolivarianas, tiranosaurios rex, tortugas voladoras, un Sherlock Hol-mes al que se le pide ayuda pasa salir del

Cuadernos del Sur AA Entrevista Diario CÓRDOBASÁBADO25 DE ENERO DEL 2020 3

Page 4: FOTO ALFONSO/ARCHIVO FAMILIAR JUAN DÍAZ DEL MORAL‘Todo esto existe’, de Íñigo Redondo y Javier Cercas L a historia es caprichosa y los escritores ocultos también existen. Leyen-do

Instantes innecesarios‘Línea de fuego’, la profundidad en lo breve de Javier Puche

Pedro M. Domene

aforIsmos

El aforismo es un instan-te tan necesario como terapéutico, y compri-mido debe tener su do-

sis de concisión, humor, com-promiso, crítica y verdad; es un género que debe ir de la mano de la reflexión y, como auténticos pensamientos literarios, conver-tirse en proyectiles de largo al-cance, o como escribe Javier Pu-che (málaga, 1974), transformar-se en «estela de luz horizontal que dibujan en el firmamento los misiles nucleares mientras persiguen con ardor su objeti-vo»; y quizá el lector lo percibe como «ese renglón en llamas».

aforismo, término griego, sig-nifica definir, y se concreta en una sentencia breve y doctrinal que se propone como regla en una ciencia o arte, expresa un principio de manera sucinta, co-herente y en apariencia cerrada. Por extensión, un aforismo for-ma parte de una idea poética, de una idea literaria, un tipo de escritura con que emitimos un concepto fulminante. Heráclito de Éfeso lo utilizó para referirse a una serie de proposiciones re-lativas a los síntomas y al diag-nóstico de enfermedades, luego se aplicó a la ciencia física, y se fue generalizando a todo tipo de principios. algunos autores sos-tienen que los aforismos nunca

Javier Puche.

CÓRDOBA

coinciden con la verdad, son me-dias verdades, o verdades a me-dias. Esta capacidad del lenguaje para ocultarse o para refulgir ha cautivado a escritores que en-cuentran en el aforismo un cami-no para deslumbrar con su capa-cidad de pensamiento, y Carmen Canet sostiene que «el aforismo responde al aire ligero, fragmen-

tario de nuestro tiempo».Javier Puche ha publicado Seís-

mos (2011), «cuentos de seis pa-labras», un propósito narrativo milimetrado en extensión, seis palabras para contar una histo-ria, o sugerirla; el lector se en-frenta a un texto, a un mini-mi-cro-cuento, un malabarismo tex-tual que exige elegir bien la idea

y los vocablos que han de vestirla y, pese a su extrema brevedad, el malagueño logra con su empeño que sus microrrelatos aniden en la memoria del lector, y supues-tamente le ayuden a concretar el sentido mismo de la vida. su entrega siguiente, Fuerza menor (2016), un ramillete de micro-rrelatos, desde perspectivas muy diferentes, con un acertado resul-tado: un auténtico caleidoscopio que retrata a sus personajes con milimétrica precisión, y los en-vuelve en una fantasmagórica vi-sión onírica que evocan esos de-talles que mueven al mundo.

La colección de aforismos Línea de fuego (2019), ilustrada por riki Blanco, supone un paso más allá en la perspectiva textual del au-tor que domina el arte de la pala-bra o la gramática de la fantasía y, con estos aforismos de corte hipermoderno, asume toda una artificiosa intencionalidad lite-raria hasta el punto de que toda variación poética se ha converti-do en el común denominador de aforistas, contribuyendo a la nor-malización y enriquecimiento de este tipo de escritura, porque, co-mo es el caso de Puche, asume un alto grado de contención verbal, sin concesiones a la facilidad y a esa contraposición de frases for-madas por las mismas palabras con el orden invertido, con el fin de presentar un significado anti-tético e incluso contradictorio, de cómoda resolución. Dividido

‘Línea de fuego’. Autor: Javier Puche. Editorial: Renacimiento. Sevilla, 2019.

en tres bloques temáticos, «arit-mética del fraude», «Epitafios anómalos» y «El arcángel caní-bal», subrayan esa pretensión de máximas mínimas, de reflexio-nes heterodoxas que despier-tan la conciencia lectora de los amantes de lo breve, muestran el poder de convicción y la absolu-ta capacidad de la literatura para facilitar nuestra convivencia en un convulso mundo.

Este libro recoge, en su bre-vedad, reflexiones de profundo calado sobre conceptos como el tiempo, la muerte, el presente, el sueño o el mundo de la escritura: «Toda la literatura es un colosal por así decir. algo que podría haberse dicho de cualquier otro modo. algo que podría no haber-se dicho nunca». sin olvidarnos de la ironía o el sarcasmo: «Nues-tra calavera siempre sonríe aun-que estemos llorando». Y el más breve de los apartados, dedicado a rafael Pérez Estrada: «El primer ángel nació de la palabra ángel, fecundada por un poeta»; una incursión en la imagen angélica religiosa, aunque Puche insiste en su manifestación literaria, porque Pérez Estrada creía en los ángeles como seres de mediación en todas las culturas, entre lo ex-celso y lo mezquino, entre lo vi-sible y lo invisible, entre la luz y la oscuridad, entre los humanos y los dioses que funcionaban co-mo símbolo por excelencia de la creación, de la creatividad, del creador, en este caso el escritor.

Querido robinson, ¿y la cultura?

algunos libros no podemos dejar-los pasar por alto, pese al mer-cado y las novedades y las voces que salen de todas partes con

propuestas que se nos ofrecen muy visto-sas. Libros cuyo significado resulta espe-cial desde la primera secuencia, porque representan, ante todo, un ejercicio de generosidad desde una mirada que atien-de propuestas culturales de muy diversa índole y calado. Busutil nunca reniega de esa mirada periodística suya -ni hace por esconderla, todo lo contrario-, pero con alguna que otra particularidad como, por ejemplo, la de tratar y manejar bien el lenguaje, de hacerlo sonoro, de cami-nar por lo fronterizo del mismo hacia las imágenes que en muchas ocasiones seña-lan hacia lo poético. En este medio en el que nos toca sobrevivir, aprender a des-envolvernos, el autor perfila con una cla-ridad asombrosa la tabla de salvación que representa la cultura para todos los

entrevista resulta básica para tender y en-tender unos puentes que no se abandonan desde las primeras páginas, y en los que ese espíritu de «insurgencia calmada» se propaga sin cortapisas.

activar a quien está al otro lado, que no se convierta en sujeto de piedra, pudiera ser el mensaje primordial, pero también aprender a valorar y mantener los restos de una cultura cuya vigencia es más frá-gil de lo que imaginamos y, sobre todo y desde el inicio, potenciar la lectura como una isla única, irrepetible, porque los li-bros nos hacen ser robinsones sujetos a nuestra propia isla, pero con algo ya a lo que aferrarnos, como otro modo de sentir la vida mientras pasamos por ella.

artículos y, en ocasiones, como eje directo de su reflexión y de forma más explícita. Por ejemplo, cuando habla de la «Concien-cia poética» (no es el único momento). La poesía -un arrebato de intimidad, como define el propio autor- no es un «supleto-rio» más en esta mirada, en la existencia, sino que Busutil le da una relevancia seña-lada dentro de esa perspectiva que mane-ja, poniendo el punto de mira en la con-ciencia, en ese sustrato que no entiende de géneros sino de sensibilidades.

VOCACIÓN DE NARRADORsu vocación de narrador aflora también -el relato tiene también su lugar de exce-lencia-, por supuesto, pero todas las artes tienen su momento, su giro hacia alguna propuesta con cuya excusa el narrador traza no solo un resalte de la belleza en su singularidad, sino también un instante para la reflexión que lleva a lo general, a poder compartir con los lectores ese pen-samiento como un quiebro que nos con-duce a un lugar nuevo. La complicidad que establece el autor en cada artículo y

que buscan ese oxígeno tan especial, y las distintas formas que tiene de manifestar-se. Y lo hace desde una lentitud impres-cindible para recrearnos en lo auténtico, lo mínimo, obligándonos a reflexionar continuamente sobre cada hecho y ac-ción cuya estética y belleza representan de por sí algo más que un simple mensa-je. Entonces no nos queda otra que, arras-trados por ese mensaje, esa música cons-tante, fijar la atención en los nombres y obras que desfilan por estas páginas, su-cumbir a nuevas lecturas y miradas, co-mo si tuvieran siempre algo nuevo que aportarnos desde su propio destello.

Para todo esto no solo basta el dominio del lenguaje, sino que hay que explicitar una imaginación fluida, conducirla ade-cuadamente, mostrarla como inductora hacia un camino que se nos abre de pron-to y en el que nos sentimos inmersos des-de el principio.

Conviene resaltar que, siendo un narra-dor, Guillermo haga una apuesta decidida por la poesía. Eso lo encontramos en pe-queñas e intensas dosis en casi todos los

Antonio Luis Ginés

‘La cultura, querido Robinson’. Autor: Guillermo Busutil. Editorial: Fórcola. Madrid, 2019.

arTÍCULos

4 Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO25 DE ENERO DEL 2020

Page 5: FOTO ALFONSO/ARCHIVO FAMILIAR JUAN DÍAZ DEL MORAL‘Todo esto existe’, de Íñigo Redondo y Javier Cercas L a historia es caprichosa y los escritores ocultos también existen. Leyen-do

Philipp Blom (Hamburgo, 1970), historiador, novelista y traduc-tor, se doctoró en Historia Moder-na en Oxford. Ha vivido en Lon-

dres, París y actualmente reside en Viena. Autor de Los años de vértigo, una historia cul-tural del periodo 1900-1914, Vida y cultura en Occidente del 1918-1938, además de la cele-brada Gente peligrosa, en la que analiza la Ilustración británica y francesa a través de figuras como Holbach, Hume, Diderot y otros. Ha escrito dos novelas y es cola-borador habitual de The Guardian y The In-dependent.

Su obra más reciente, El motín de la natu-raleza, es una original historia de la peque-ña Edad del Hielo situada entre 1570-1700, de la que no se conocen bien sus posibles causas, comparándola con el cambio cli-mático en nuestros días. A la vez analiza el surgimiento del mundo moderno. En esta obra, Blom reflexiona sobre las consecuen-cias de la alteración repentina del clima en una etapa histórica entre los siglos XVI-XVII a partir de testimonios de personajes más o menos anónimos que nos documen-tan sobre aquellos crudos inviernos y vera-nos sin sol.

A finales del siglo XVI, las temperatu-ras descendieron de forma alarmante: en los ríos de Holanda e Inglaterra se patina-ba sobre sus aguas gélidas, los puertos del Mediterráneo se helaron, altas capas de nieve cubrían España, el vino se congela-ba en los toneles y las aves se congelaban en pleno vuelo. Europa era un imperio he-lado. Entre 1570 y 1685, el descenso de las temperaturas alteró drásticamente las co-rrientes oceánicas y los ciclos climáticos, lo que provocó fenómenos meteorológicos en todo el mundo desde China e India a Estados Unidos y, especialmente, en Eu-ropa, donde tuvo lugar una enorme revo-lución social, económica e intelectual. A mediados del siglo XVII, el infernal clima destrozó la mayor parte de las cosechas, dando lugar a hambrunas y migraciones.

Este siglo le brinda a Blom la posibili-dad de estudiar a fondo y comprender los efectos del clima en todos los aspectos de la vida humana. Hubo quien tomó estos fenómenos climáticos como señales de castigo divino que la Ilustración del siglo XVIII combatió de manera radical. Apare-cen en estas páginas científicos y pensa-dores como Montaigne, Voltaire, Kepler y Pierre Bayle, que vieron sus obras e inves-tigaciones transformadas por los efectos de esta pequeña Edad del Hielo.

¿CÓMO INFLUYE EL CLIMA EN LA SOCIEDAD?Blom se pregunta en este libro qué cambia en una sociedad cuando cambia el clima y nos muestra las implicaciones emociona-les, intelectuales y culturales que tienen lugar en una sociedad concreta. Analiza el porqué se inició un proceso de cambio que culminó en la Ilustración.

Es, a su vez, una aguda reflexión sobre los desafíos naturales a los que nos en-frentamos, entendiendo que el cambio en el clima ha sido y puede ser catalizador

a través de este ensayo podemos conocer una desconocida pequeña Edad del Hielo de hace más de 400 años para intuir que la ciencia y la tecnología, la razón y la po-lítica deben poder encontrar el camino que nos permita atisbar un futuro huma-no menos inquietante, antes de que la catástrofe sea inevitable. Tendremos que aprender, como nuestros antepasados, a vivir con cambios drásticos, a manejar las nuevas circunstancias en lugar de negar-lo todo hasta que el mundo se nos venga encima.

duraderas para un mundo habitable. Hoy día nos enfrentamos a profundas pertur-baciones del clima comparables a aquellos duros y gélidos siglos. El cambio climático ya está aquí y ha venido para quedarse. No es solo un problema medioambiental al que nos enfrentamos, sino que es, sobre todo, un problema de carácter político y socioeconómico de enormes dimensiones. Es urgente tomar medidas para reducir los daños más evidentes, paliar las amenazas más creíbles.

Si durante la pequeña Edad del Hielo la temperatura media del planeta fue del orden de -0,5 grados centígrados, hoy nos enfrentamos a un calentamiento global producido por las múltiples actividades humanas que son el origen de sequías y huracanes extremos. Combatir el cambio climático requiere medidas globales, una transición energética para lograr cero emisiones en el año 2050. En conclusión,

«Blom se pregunta en este libro qué cambia en una sociedad cuando cambia el clima y nos muestra las implicaciones emocionales, intelectuales y culturales»

El motín de la naturalezaENSAyO

Philipp Blom estudia los efectos del cambio climático en todos los aspectos de la vida

Antonio González Carrillo

Philipp Blom.

CÓRDOBA

‘El motín de la naturaleza’. Autor: Philipp Blom. Editorial: Anagrama. Barcelona, 2019.

de progresos. En el pasado, todos sufrían las consecuencias del mismo frío al que tenían que enfrentarse, dando lugar a nuevas formas de vida, generando ideas nuevas, que nos permitieron superar estos retos. La sociedad actual, a través de sus políticos, científicos e intelectuales, debe buscar con ahínco, en alianza con la ciu-dadanía activa, soluciones imaginativas y

Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO25 DE ENERO DEL 2020 5

Page 6: FOTO ALFONSO/ARCHIVO FAMILIAR JUAN DÍAZ DEL MORAL‘Todo esto existe’, de Íñigo Redondo y Javier Cercas L a historia es caprichosa y los escritores ocultos también existen. Leyen-do

El 21 de junio de 1932, en el diario El Sur, se publicó una entrevista de Fernando Vázquez Ocaña al entonces diputado por Córdoba Juan Díaz del Moral, y lo descri-

be así: «Don Juan es de los pocos hombres que suelen darle a las palabras el espíritu de senci-llez que quería el clásico. En el fondo, este no-tario es un poco revolucionario, como todos los poseedores de la fe pública que ven desfilar por su despacho las angustias de «lo mío» y «lo tu-yo». Pero sobre todo es un humanista, un hom-bre que se sume con la fruición de un dios viejo, en las aguas purísimas de la cultura. Más de una vez se le ha visto, allá en Bujalance, sentado a la linde de un olivar con un libro de Platón o de Ho-racio en la mano, escrito en la lengua vernácu-la». Aquel notario, miembro de las Cortes Cons-tituyentes, había nacido en Bujalance el 24 de enero de 1870. No resulta extraño que Vázquez haga referencia a sus intereses culturales. Tras finalizar el bachillerato en Córdoba, se licenció en Filosofía y Letras y Derecho en la Universidad de Sevilla, gracias a lo cual pudo entrar en con-tacto con Federico de Castro; luego continuó los estudios de doctorado en Madrid, y allí conoció a Francisco Giner de los Ríos. Ambos se convir-tieron en sus maestros (de hecho les dedicará la obra que le dará fama: Historia de las agitaciones campesinas andaluzas). La importancia de esta re-lación reside en que así entró en contacto con la mentalidad de los hombres de la Institución Li-bre de Enseñanza. Así, no es de extrañar que jun-to a Hernández Pacheco, Juan Morán, Manuel Sandoval y José María Cadenas participara en la «Extensión. Educativa» del Instituto de Córdo-ba, que pretendía seguir el modelo de Extensión Universitaria que había introducido en España la Universidad de Oviedo. La actividad se mantu-vo, al menos, entre los cursos 1905/06 y 1910/11. Según él mismo nos cuenta, participó en esta ex-periencia porque «en algunos sectores obreros el odio a la burguesía y a los burgueses de profesio-nes liberales se extendió a la cultura misma y a cuanto tuviera contacto con la inteligencia y sus creaciones». Participó con dos conferencias: «His-toria del movimiento obrero», que pronunció en 1905, y «Economía social», en 1910.

Aunque comenzó su actividad profesional co-mo profesor auxiliar de Metafísica en la Universi-dad de Sevilla, en 1898 obtuvo el número uno en las oposiciones de Notaría y solicitó la plaza de su pueblo natal, en la cual desempeñaría su ac-tividad hasta 1935, cuando se trasladó a Madrid. Desde 1928 fue secretario del Instituto Hispano Cubano de Historia de América de Sevilla. Tras la guerra civil, sería sometido a depuración y fue obligado a trasladarse a la notaría de Caravaca (Murcia), donde se jubilaría en 1945. Falleció en Madrid el 7 de noviembre de 1948. Según testimo-nio de su nieto, Antonio Tastet Díaz, los últimos

años de su vida los soportó con dignidad, pero no carecieron de amargura. Esa realidad la conoce-mos también por el testimonio que aportan las cartas que dirigió en esos años al archivero mu-nicipal de Córdoba José de la Torre y del Cerro, dadas a conocer por Manuel Toribio en 2015.

En 1924, manifiesta su hijo Carmelo, «en unión de otras personas de la región, fundó el Bloque Agrario, que pretendía agrupar a todos los agri-cultores, grandes y pequeños, propietarios o arrendatarios, para la defensa de la amenazada riqueza olivarera y, además, para iniciar a los cul-tivadores en las ventajas de la cooperación». Más adelante, llegaría a ser secretario de la Asociación Nacional de Olivareros. En aquellos años se dedi-có a recopilar el material que daría como fruto su obra citada más arriba, publicada en 1929, y que desde el primer momento fue objeto de aten-ción nacional, si bien no tanto en Córdoba, como él se quejaría en una de las cartas antes citadas. Aquel libro sería reeditado en 1967 y 1969, pe-ro no de forma completa, pues no constaban los apéndices del original, que sí aparecerán por fin en 1973, justo en el año en que Manuel Tuñón de Lara la calificaría como «modelo de historia social de nuestra patria». Con posterioridad ha tenido varias reediciones, inclusive una en facsímil rea-lizada por la Diputación de Córdoba en 2009. Si pudo sacar adelante aquella obra fue por el con-tacto que, desde Bujalance, mantuvo con toda la provincia, con las organizaciones obreras y con las patronales. Así nos lo relata él mismo: «Desde principios de siglo, y muy principalmente en es-tos últimos años, he presenciado muchos de los sucesos que cuento [...]. He hablado extensamente con los hombres más significados del proletaria-do cordobés y con sus directores y organizadores; he recogido datos y documentos de trabajadores anónimos, que militaron en la Primera Interna-cional; de otros que recordaban el movimiento de 1892, de muchos de los que se educaron en las luchas de principios de siglo y de propagandistas provincianos y forasteros».

1931, UN AÑO DETERMINANTEEl año 1931 es determinante en su trayectoria biográfica, pues su mentalidad liberal e institu-cionista le condujo a apoyar al nuevo régimen re-publicano. Se integró en la Agrupación al Servicio de la República, junto a algunos intelectuales re-levantes, con Ortega y Gasset a la cabeza. Como miembro de la misma participó en las elecciones a Cortes Constituyentes, y resultó elegido diputa-do por Córdoba, siendo el candidato más votado. Formadas las Cortes, su participación más rele-vante será en la discusión del proyecto de ley de Reforma Agraria, al cual presentaría un voto par-ticular, defendido en un discurso el 10 de mayo de 1932. Su desacuerdo con el resultado final de la ley se traduciría también en discrepancia con

otros aspectos de la política republicana. Tras par-ticipar en los debates sobre la reforma, solo ten-dría dos intervenciones más, una al tratar sobre el presupuesto del Ministerio de Agricultura, el 17 de diciembre de 1932, y otra el 28 de abril de 1933, en un debate sobre la política del Gobierno, cuando manifiesta que la actitud de la minoría parlamentaria a la que pertenece piensa que no le queda otra salida que la obstrucción, pues ha-ce un análisis negativo de la situación del país: «Yo digo que la situación del país es la que acabo de indicar, y si con un Presidente del Consejo de Ministros que todos reconocemos que tiene un talento enorme, que es un gran polemista, un hombres superior, algunos piensan que un gran estadista; si con este Presidente del Consejo, con este Gobierno, con esta Constitución que, según dicen, es la mejor de Europa, la más avanzada de Europa, con estas Cortes entusiastas, con todos estos medios, va a resultar que el país se nos va a quedar entre las manos, se nos va a hacer sal y agua, ¿para qué nos habrán servido un Gobier-no magnífico, un Presidente ilustre, unas Cortes magníficas y unas leyes superiores? Algunas veces pienso yo si los pueblos existen y se han hecho con el único fin de que los dirijan Gobiernos ilus-tres y leyes magníficas, o al revés”. Fue el final de su participación en la vida política.

En el centro de la actividad pública e intelec-tual de Díaz del Moral siempre estuvo presente su preocupación por la agricultura, y naturalmente por sus protagonistas; por ello, en la entrevista citada al principio, ante la pregunta del periodis-ta acerca de si los agricultores debían acercarse a la República, no duda en responder: «¡Natural-mente! Hacerse republicanos, inexorablemente republicanos, sin alimentar quimeras fuera de la República. Quien piense en regresos, no hace honor a su responsabilidad de hombre obligado a no tachar ni una sola línea de las que la histo-ria escribe. Nuestro deber, si somos hombres per-fectamente conscientes, es caer al pie de nuestra obra, defendiéndola, pero no avanzar de espaldas, hostigados por el desconsuelo. Y por esto mismo, mi mayor empeño es incorporar a los labradores a la empresa de la República, pues solo así podrán evitar equivocaciones funestas». Sin embargo, no podía adivinar el triste futuro que le esperaba a España, y cuando ya jubilado vuelve a Madrid, el 17 de marzo de 1945 le dice a José de la Torre en una de sus cartas: «Me dedico a leer y a pasear los ratos que me deja libre la enseñanza de mis nietos. No tengo proyecto ninguno de quehace-res fecundos. No publicaré ya nada ni reuniré los temas que tengo estudiados desde hace tiempo. No he ido a visitar a su hermano Antonio porque está siempre muy ocupado y además porque po-dría perjudicarle en mis visitas y sus relaciones conmigo. Esta primavera, después de la Feria de Córdoba, iré por ahí y charlaremos de todo».

Díaz del Moral: el notario de Bujalance

HISTORIA

El 24 de enero de hace 150 años nació en el municipio de la Campiña uno de los grandes intelectuales cordobeses de la primera mitad del siglo XX

José Luis Casas Sánchez

Caricatura de Juan Díaz del Moral.

6 Cuadernos del Sur AA Efemérides Diario CÓRDOBASÁBADO25 DE ENERO DEL 2020

Page 7: FOTO ALFONSO/ARCHIVO FAMILIAR JUAN DÍAZ DEL MORAL‘Todo esto existe’, de Íñigo Redondo y Javier Cercas L a historia es caprichosa y los escritores ocultos también existen. Leyen-do

ARCHIVO GENERAL DE LA ADMINISTRACIÓN

LA OBRA DE DÍAZ DEL MORALEn 1929 apareció la ‘Historia de las agitaciones

campesinas andaluzas’, con un subtítulo

significativo: ‘Córdoba. Antecedentes para una

reforma agraria’. Fue una labor de años, de

hecho el prólogo lo publicó en 1920 en el diario

‘La Voz’, y el capítulo dedicado al movimiento

obrero cordobés entre 1870 y 1874 vio la luz

en el ‘Boletín de la Real Academia de Córdoba’

en 1923. Uno de los aciertos de aquel libro fue

la denominación utilizada para describir la

conflictividad en nuestra provincia entre 1918

y 1920: “trienio bolchevista”, que ha pasado a

formar parte de la historiografía española, no solo

cordobesa y andaluza.

Es cierto que su propuesta metodológica parte

del análisis de la provincia de Córdoba, pero tiene

presente que las luchas del campesinado cordobés

forman parte de un conjunto más amplio, tanto

español como mundial, de ahí que dedique

capítulos a analizar cómo ha evolucionado la

lucha del proletariado en Europa y en el conjunto

de España. Desde un punto de vista metodológico

maneja de manera indistinta conceptos como

«agitaciones campesinas», «movimiento obrero»

o «movimiento obrero-agrario». Por otro lado,

dedica un apartado en cada etapa a la reacción

patronal, respecto a la cual adopta un tono

crítico, además de un cierto lamento ante un

comportamiento que no comprende.

Un lugar común, al hablar de su obra, es referirse

a sus simpatías con respecto al anarquismo,

si bien, como dijera Maurice, su relación con

los militantes anarquistas no es sino la de un

«burgués ilustrado». No obstante, sí podemos

destacar que ofrece interpretaciones sugerentes

acerca del porqué del arraigo del anarquismo. En

todo caso, aún es necesaria una lectura crítica de

su obra, como pedía hace años Antonio Mª Calero,

quien afirmaba que había sido más citado que

estudiado.

El libro formaba parte de una trilogía, el segundo

volumen: ‘Las reformas agrarias europeas de

la postguerra (1918-1929)’ apareció en 1967,

por iniciativa de su hijo Carmelo, aunque él la

había finalizado en plena guerra, en Valencia, en

1938. No vio la luz el tercero: ‘La reforma agraria

española de Mendizábal a nuestros días’. Otra de

sus publicaciones es anterior, lleva por título ‘El

pleito de los aceites’, y se editó en Puente Genil

en 1924. Son un conjunto de artículos aparecidos

en ‘La Voz’ y dirigidos al dictador Primo de

Rivera en defensa de la necesidad de permitir la

exportación de aceite (prohibida desde 1921),

dado que ello provocaba perjuicios no solo a

los productores, también a la balanza de pagos

española.

Cuadernos del Sur AA Efemérides Diario CÓRDOBASÁBADO25 DE ENERO DEL 2020 7

Page 8: FOTO ALFONSO/ARCHIVO FAMILIAR JUAN DÍAZ DEL MORAL‘Todo esto existe’, de Íñigo Redondo y Javier Cercas L a historia es caprichosa y los escritores ocultos también existen. Leyen-do

MÚSICA

Existe un universo en el que los acordes, las no-tas musicales, el ritmo, la emoción y el Groove navegan de forma paralela a la propia vida. Así lo muestra Víctor L. Wooten en estas páginas,

donde comparte con el lector una espléndida metáfo-ra de experiencia y aprendizaje hacia el reconocimien-to de las leyes que en esencia rigen la música y la vi-da, a través de la proyección de las emociones y la libre expresión de los propios sentimientos. Víctor Lemonte Wooten (Idaho, 1964), músico de funk, jazz y jazz fu-sión, está considerado uno de los mejores bajistas es-tadounidenses. Con solo cinco años debutó junto a sus hermanos con el grupo The Wootens. En 1988 se trasla-da a Nashville para formar parte de una banda de rock y en 1989 forma un grupo de jazz con Béla Fleck que tocaba el banyo. Más tarde se une a su hermano Roy y junto con Howard Levy forman la banda The Fleckto-nes, con la que obtuvieron cuatro nominaciones a los Grammy y fue número uno en las listas de jazz en 1991 con Flight of the Cosmic Hippo. En 1996, como solista, des-taca con A Show of Hands y en 1997 con What did he say? y Ying-Yang. En 2001 lanza su álbum Live in América y en 2005 Soul Circus. Le siguieron Pahnystery y en 2017 su décimo álbum como solista. En La lección de música apa-rece en escena un maestro y guía espiritual que alen-tará a un joven bajista a perfeccionar sus dotes musi-cales para seguir creciendo en el plano profesional y personal. El método de Michael se basa en liberar las emociones individuales, dejándolas fluir en una expre-sión musical de una identidad única e intransferible. Es este un intenso y emocionante viaje en el que la mú-sica y la vida confluyen en una misma entidad y con-cepto. «¿Así que dices que las situaciones con las que chocamos en la vida puede que no estén ‘mal’ en ab-soluto sino en la octava incorrecta?... De nuevo, estaba aprendiendo cosas nuevas sobre la música y sobre la vi-da» (pág. 50).

Mediante una constante interpelación, Michael provo-

ca el asombro y la reflexión en su alumno hasta hacerlo consciente de cuáles son las claves esenciales para im-pulsar el perfeccionamiento y atraer la creatividad y la genialidad. Como en cualquier proceso de aprendizaje, ya sea para la música o para la vida, los errores se con-siderarán parte natural del mismo. «No podemos evitar cometer errores, pero podemos sentirnos cómodos con ellos, especialmente si los practicamos» (pág.47). Wooten introduce además algunas reflexiones de matiz filosófi-co: «Ahora bien, la vida real, como la llama la mayoría de la gente, se puede ver como ‘imaginación a largo plazo’, un sitio donde las cosas llevan su tiempo. La adición de tiempo y espacio ralentiza nuestra realidad y créeme cuando te digo que eso es una bendición. En otras pala-bras tiempo y espacio nos permiten detenernos y oler las rosas... o pincharnos con sus espinas» (pág. 141).

La música se alza triunfante también en el terreno de la política. «Los políticos saben lo poderosos que los mú-sicos y la música pueden llegar a ser... -En 1968- continuó Michael-, para prevenir una revuelta, el presidente John-son pidió a James Brown, un músico, que se dirigiese a la gente después de que el Reverendo Dr. Martin Luther King Jr. fuera asesinado. Mr. Brown, hablando a las ma-sas, fue capaz de hacer lo que ningún otro político pudo: les calmó. Después de aquello, James Brown afirmó que el gobierno lo consideraba como uno de los hombres más peligrosos del mundo» (pág. 91-92). La magia de la música aparece como intérprete de la verdad y la belle-za, como testigo de la importancia del tiempo y el espa-cio y de la necesaria comunión con la naturaleza como fuente de sanación e inspiración. El libro mantiene la atención del lector hasta el final mediante la introduc-ción de personajes nuevos como Sam, tío Clyde o Iris, quienes aportarán sus propias enseñanzas al joven bajis-ta. La lección de música es un libro interesante no sólo para los amantes de la música sino también para aquel lector que se acerque con la intención y la necesaria curiosidad de aprender sobre el poder de la música, de la mente, de los silencios, de la importancia de encontrarse a uno mismo y alimentar los sueños.

Viaje al interior de la músicaBerenice publica ‘La lección de música’, del bajista Victor L. Wooten

Pilar Muñoz Aguilar

‘La lección de música’. Autor: Víctor Wooten. Editorial: Berenice. Córdoba, 2019.

Víctor Wooten.

CÓRDOBA

Visiones apocalípticasFrancisco Onieva

El ser humano es el único animal capaz de destruir el planeta. Su supervivencia y la de la pro-pia Tierra están en peligro. Por

más que se intuya la auténtica magni-tud del problema, la humanidad sigue camuflando una vulnerabilidad cada vez mayor bajo la máscara de la devas-tación higiénica de un capitalismo vo-raz que mira hacia otro lado y humani-za las guerras y las masacres medioam-bientales bajo denominaciones como «ataques preventivos» o «desarrollo sos-tenible».

Desde mediados del siglo XX el hom-bre camina con paso firme hacia su ex-tinción. Este apocalíptico mensaje es el eje que articula el último poemario del chileno Óscar Hahn, Reencarnación de los carniceros, que lleva el esclarecedor subtí-tulo de «Visiones de la Era Nuclear».

La cita inicial del «Apocalipsis» de San Juan, también conocido como «Libro de las revelaciones», marca el tono de las treinta y ocho composiciones que for-man el volumen y que han ido viendo la luz en diferentes publicaciones a lo largo de más de sesenta años: desde el poema inicial, que da título al conjunto, escrito con tan solo diecisiete años has-ta el que lo cierra, «Descripción de una selfie», que fue compuesto con ochenta años.

Aparece, en consecuencia, recogida toda una vida, toda una concepción de la poesía, toda una trayectoria, aunque no se pueda hablar de antología propia-mente dicha, pues, como reza en la con-tracubierta, estos textos heterogéneos en cuanto al momento y a las circunstan-cias que los motivaron, encuentran en este libro «el espacio que necesitaban pa-ra dialogar y potenciarse unos a otros».

El poeta contempla atónito y denun-cia los irracionales conflictos bélicos, el terrorismo islámico, el papel de EEUU en este camino de destrucción, la carre-ra nuclear, las tensiones geopolíticas y el innegable cambio climático que sufre el planeta, antes de presentar unas pertur-badoras visiones que pretenden sacudir al lector con la apocalíptica imagen de una sociedad que ha quedado sepultada en el olvido y ha sido sustituida por unos mutantes, fruto de la radiactividad, que sobreviven en un planeta prácticamente estéril.

La palabra directa, precisa y afilada de Óscar Hahn es, por tanto, un grito de alerta, una protesta indeleble que aún sueña con que no todo está perdido, co-mo se insinúa en esa gota de lluvia pu-rificadora, que se multiplica sin hacer ruido: «Y de pronto/una gota de lluvia/ y dos y tres».

‘Reencarnación de los carniceros. Autor: Óscar Hahn. Editorial: Visor. Madrid, 2019.

POESÍA

8 Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO25 DE ENERO DEL 2020

Page 9: FOTO ALFONSO/ARCHIVO FAMILIAR JUAN DÍAZ DEL MORAL‘Todo esto existe’, de Íñigo Redondo y Javier Cercas L a historia es caprichosa y los escritores ocultos también existen. Leyen-do

Teníamos la obligación de saber quién y por qué había rajado la garganta de un hombre. Lo en-contraron de bruces en la verja

de su chalet, con las manos en la alam-brada, como un soldado que quisiera huir» (pág. 25). Este es el primer párra-fo de una novela portentosa y frenética, reeditada en el veinticinco aniversario de su publicación ahora por Berenice, en un momento más que idóneo, porque, si es-te libro es el equivalente español a El Juga-dor de Dostoyevski, su actualidad es aho-ra mayor que en los años noventa, en que vio la luz de la mano de su autor, Raúl del Pozo. Es en el tiempo presente, en el que asistimos a un rebrote de las salas de jue-go, reales y virtuales, donde se abre un nuevo lugar de apuestas a cada momen-to, cuando apreciaremos, como si estu-viera escrita para hoy, esta novela negra de potente lenguaje, trama sólida e intri-ga adictiva como el propio juego. Un li-bro apasionante, salido de un mundo de traiciones y crímenes que descolocan al lector desde la primera página y lo va en-volviendo en el universo obsesivo y des-tructivo del juego para meternos de lle-no en él y sin posibilidad de escape hasta llegar a la última página.

Un joven e inexperto detective debe en-cargarse del caso y sumergirse en un mun-do que no conoce. Para ello cuenta con la inestimable experiencia de su compañero, el Viejo, un detective que, a medida que co-rren las páginas, se va convirtiendo en un personaje tan intrigante como el propio crimen que ambos deben resolver. Es un hombre enigmático que sabe mucho más de lo que aparenta, que conoce el mundo del juego como nadie, que da la impresión de ir siempre un paso por delante y que, al final, parece que juega con el detective novato, periquito, en el argot propio de es-te ambiente insondable y confuso en que el joven se va introduciendo; comenzará a hacerlo desde la ignorancia más inocente para acabar, a fuerza de tesón, por conver-tirse también en un experto.

La novela avanza vertiginosa a través del diálogo y la acción. Las entrevistas a los jugadores, los bajos fondos, las personas falsas y esquivas de la que es difícil discer-nir la verdad de la mentira, lo importante de lo accesorio, confunden al periquito. El Viejo lo va orientando pero a veces se ve perdido, parece que su compañero tam-bién lo esquiva, lo confunde o, al menos, no le cuenta todo. El juego está presente en cada página: el disimulo, la apariencia, la cara de póquer. Y el joven detective es víctima de su ignorancia, de su falta de pe-ricia, de su inexperiencia, hasta que va do-minando cada vez mejor la jerga del juego y descubriendo en su compañero, el Viejo, un personaje más complejo de lo que al principio le pareció.

Raúl del Pozo (La Torre, Cuenca, 1936) ha vivido a caballo entre la literatura y el periodismo. Ha escrito en los mejores diarios de este país desde los años setenta del pasado siglo. Ha recibido los premios

fracaso, la depresión, la sensación de es-tupidez, la automarginación. A nadie sal-va de la ruina sino que le aboca a ella. Ya no puede encauzar, como lo hacía en un principio, sus deseos. Pero no podría resis-tir sin vivir entre ellos...» (pág. 149).

Los jugadores interrogados confunden intencionadamente a los policías para en-redarlos, pero el Viejo es un hombre que oculta un pasado oscuro y conoce perfec-tamente, a consecuencia de ese infierno por el que antaño transitó, el lábil terreno que pisa. Excelente novela de género ne-gro donde el juego se combina con el cri-men, el sexo y las lealtades hasta configu-rar una historia atractiva y apasionante.

de periodismo Pedro Rodríguez, Francis-co Cerecedo, González-Ruano, Mariano de Cavia y ABC cultural. Medalla de Oro de Castilla la Mancha en el 2017. Es autor de siete novelas, entre las que destacan No es elegante matar a una mujer descalza y Ciudad Levítica.

Ahora, Berenice reedita Noche de tahúres en el vigésimo quinto aniversario de su publicación, un libro que no ha perdido actualidad, brillante y frenético, de diá-logos certeros y léxico magistral. No sin mérito esta novela es una de las fuentes documentales que emplea la RAE para el argot específico del mundo del juego.

Por la obra deambula un sinnúmero de jugadores y exjugadores derrotados, hun-didos, vencidos por ese Leviatán que es el juego y que arrasa inexorablemente a quienes se acercan a este mundo. Son víc-timas, perdedores, suicidas que se ríen de quienes hablan de serotonina y adicción, el médico jugador explica que el juego alivia el dolor y la angustia, es adictivo, como la droga. «Ya sabe que el juego es el

«Excelente novela de género negro donde el juego se combina con el crimen, el sexo y las lealtades hasta configurar una historia atractiva y apasionante»

Crimen entre jugadoresNOVELA

Reeditado ‘Noche de tahúres’, el apasionante clásico de Raúl del Pozo sobre el juego

Alberto Monterroso

Raúl del Pozo.

CÓRDOBA

‘Noche de tahúres’. Autor: Raúl del Pozo. Editorial: Berenice. Córdoba, 2019.

Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO25 DE ENERO DEL 2020 9

Page 10: FOTO ALFONSO/ARCHIVO FAMILIAR JUAN DÍAZ DEL MORAL‘Todo esto existe’, de Íñigo Redondo y Javier Cercas L a historia es caprichosa y los escritores ocultos también existen. Leyen-do

Los versos de Ballesteros‘Jardín de poco’ ofrece 8 años de escritura inédita del escritor malagueño

Antonio Moreno Ayora

POESÍA

Muy diversos críticos, entre ellos Juan Jo-sé Lanz y José María Balcells, han estudia-

do la poesía del malagueño Ra-fael Ballesteros -que en 2020 re-cibirá por parte de la ACE-A el XI Premio de las Letras Andaluzas- y últimamente, en 2019, lo ha he-cho Alfredo López-Pasarín con una extensa y muy argumenta-da introducción a su propia edi-ción del libro Jardín de poco. Poesía inédita (2010-2018). En este sentido, sus dos partes quedan muy com-pensadas al repartir 85 páginas al estudio introductorio y otras 120 a la publicación de los tres libros sucesivos Contramesura, Al-mendro y caliza y Jardín de poco, cu-yo titular da título preciso a esta edición.

López-Pasarín comienza, bajo ese rótulo general de «La poesía última de Rafael Ballesteros», asentando diversas precisiones y afirmando que la de Ballesteros es «una de las aventuras poéticas más interesantes y sólidas de su generación», a lo que añade que la denominada ‘manera herméti-ca’ de la escritura de Ballesteros, «configurada a través de diversas violencias lingüísticas, es la que nosotros reconocemos, por su ca-rácter atípico, como la más propia del estilo ballesteriano, y esta ma-nera nunca desaparece, solo varía de intensidad».

De los comentarios a Contra-mesura se resalta que representa, junto a la evidencia de una vuelta al soneto, un tratamiento diverso de la materia poética según la sec-ción de que se trate; así, «Sapien-ciales» posee un tono sentencioso inclinado a veces al humor y al ab-surdo, y a los denominados «Poe-mas laicos y civiles» corresponde un carácter irónico que los lleva a entrar «de lleno en el terreno de la sátira». López-Pasarín comenta frecuentemente poema a poema el contenido del libro, del que al fin se precisa que impone «la con-centración temática en el tema de la muerte y su correspondiente, el del valor de la vida humana ante los límites que la naturaleza le im-pone».

Las diecinueve páginas dedica-das a Almendro y caliza se estructu-ran como «un poema único divi-dido en dos partes»; aunque con secciones en el interior de ambas, comienza explicando el origen del libro: «la muerte, por enfermedad fulminante, de uno de sus hijos». Esto justifica que el ensayista vaya comentando las partes del libro, sus claves simbólicas y la finalidad de tratar -leemos- «el problema bá-

Rafael Ballesteros.

CÓRDOBA

sico de la literatura, es decir, cómo podemos convertir una experien-cia individual e intransferible en otra generalizable y compartible por la comunidad lectora».

A partir de aquí, López-Pasa-rín va orientando al lector en la comprensión del libro-poema, deteniéndose respectivamente en Almendro y en Caliza, argumentan-do sus cambios de perspectiva y aclarando la evolución temática que implican. Se resaltarán así motivos como el dolor, la cons-ciencia de ser hombre, de vivir en movimiento, de experimentar la evolución y el sentido estético. Las últimas páginas del análisis se centran en el valor ético del poe-ma, lo que obliga a hablar de la dignidad del hombre «y del valor supremo de la vida, que, a pesar de todos los pesares, siempre me-rece la pena». Y esto, junto con la mención de otros aspectos, como el tratamiento de la métrica, con-forma una exégesis muy completa de este inmenso poema que es Al-mendro y caliza.

Los cincuenta y cuatro que con-figuran Jardín de poco -que da título a la edición- los compuso el autor entre 2015 y 2017 y arrancan de la base vital del «hablante, sen-tado ante su té, contemplando el jardín y lo que en él sucede, y entregado a las meditaciones que ello le suscita»; teniendo además un trasfondo único: «el de la cer-canía inevitable de la muerte». A esto añade el ensayista: «El tema de la muerte es general en los tres libros, que presentamos aquí». Así, el análisis que hace de este úl-timo López-Pasarín desentraña los aspectos líricos múltiples de tales versos y realza, de modo certero, que en ellos «da la impresión de que la red simbólica es más com-

pacta...». Guiado así, el lector irá descubriendo los diferentes acer-camientos a esa temática común y cuanto necesite para comprender luego los citados cincuenta y cua-tro poemas que se imprimen en-tre las páginas 153-208, de las que rescatamos -respectivamente de los poemas 10 y 24- estos dos frag-mentos: «En la ribera/del jardín de poco, florecen/los cerezos urbanos de tronco/oscuro y escasa manse-dumbre»; «Jardín de poca tierra y tiempo poco,/ruin y placentero, ágora única de vida/que te resta». Versos siempre reconcentrados y reflexivos, cuyos comentarios dan paso al apartado «Cuestiones retó-ricas», tan sintético como necesa-rio para entender con precisión el estilo de la poesía del escritor malagueño. Nadie, lector entu-siasta de su poesía o especialista de nuestra última literatura líri-ca, puede dejar pasar la oportuni-dad de captar y sentir a través de esta poesía inédita a un poeta tan original y grande como es Rafael Ballesteros.

‘Jardín de poco.Poesía inédita (2010-2018)’. Autor: Rafael Ballesteros. Edita: Centro Cultural Generación del 27. Málaga, 2019.

ENSAYO

‘Historia de la imaginación’. Autor: Juan Arnau. Editorial: Espasa. Barcelona, 2020.

La esencia de la vida es la ima-ginación, por eso ha sido obje-to de reflexión a lo largo de la historia. Este libro demuestra que sin imaginación no sería posible concebir el mundo o la ciencia misma. Su autor es Juan Arnau.

NOVELA

En esta novela, Joseph Roth re-corre el acontecer de una ge-neración que salió de una gue-rra para entrar en otra. Roth traza el retrato de una socie-dad que se convulsiona en la posguerra con el nuevo orden impuesto en Versalles.

‘La cripta de los capuchinos’. Autor: Joseph Roth. Editorial: Cátedra. Madrid, 2020.

NOVELA

Michelle Roche ha escrito una alegoría en la que conviven lo fantástico y lo histórico, la exploración de la sexualidad y la política, la lucha por afir-mar la identidad como mujer en una sociedad machista y el vampirismo como realidad.

‘Malasangre’. Autora: Michelle Roche Rodríguez. Editorial: Anagrama. Barcelona, 2020.

NOVELA

En esta novela se relata la no-che de insomnio de Manu, un joven librero y periodista que recorre Madrid en una madru-gada desierta encontrando o evocando a todos los que ro-dearon su historia de amor.

‘Yas’. Autor: Eduardo de los Santos. Editorial: Alfaguara. Madrid, 2020.

10 Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO25 DE ENERO DEL 2020

Page 11: FOTO ALFONSO/ARCHIVO FAMILIAR JUAN DÍAZ DEL MORAL‘Todo esto existe’, de Íñigo Redondo y Javier Cercas L a historia es caprichosa y los escritores ocultos también existen. Leyen-do

POESÍA

Danila Stoyánova (Sofía, 1961-París, 1984) perte-nece a esa nómina de autores precoces, co-

mo Rimbaud, Corazzini, Sylvia Plath o Félix Francisco Casano-va, que legaron a la posteridad, pese a la brevedad de su traba-jo, una trascendental obra poéti-ca. Recuerdo de un sueño (título original de este conjunto de poe-mas que no se publicaron hasta seis años después de su falleci-miento), que acaba de ver la luz en nuestro país, ha sido suficien-te para alcanzar un importan-te reconocimiento dentro y fue-ra de sus fronteras. La búlgara ve saldada así una deuda que Espa-ña, o el español en general, había contraído con ella. El empeño de Diliana Ivanova y el poeta Juan Antonio Bernier, encargados de su traducción, se encuentra de-trás de este logro.

Recuerdo de un sueño aglutina los poemas que la autora escribió des-de los trece a los veintitrés años,

La breve quemadura de la juventudCántico trae a España la obra de Danila Stoyánova

José García Obrero

Danila Stoyánova.

CÓRDOBA

momento en que fallece víctima de una leucemia. Stoyánova -que creció en el seno de una familia culta- muestra, desde un momen-to muy inicial, su inclinación por los autores que van a ir moldean-do su voz y que le acompañarán a lo largo de su viaje literario, como son, por poner algunos ejemplos: T.S. Eliot, Pizarnik y, de manera muy significativa, Emily Dickin-son.

Cabe añadir que, con indepen-dencia de su intencionalidad a la hora de articular o dotar de un corpus orgánico sus textos, su voz evidencia una personalidad definida y ofrece al lector una propuesta que, en tono y temas, responde a la particular relación que establecía con el mundo exte-

rior, que paradójicamente no es otra más que un diálogo íntimo.

Los capítulos que orquestan es-te volumen siguen el orden cro-nológico en que fueron escritos; es decir, desde 1974 a 1984. A lo largo de esa década que va de la niñez a la juventud, la joven poe-ta mantiene la constante funda-mental de usar los elementos de la naturaleza para hablar de sus estados de ánimo o pensamien-tos. Si bien es cierto que se pue-de apreciar la evolución del tono naíf de los primeros escritos, a los que irradian una mirada cada vez más firme, su poética parece dise-ñada desde el origen. Ni siquiera la irrupción de su fatal enferme-dad la aparta de este rumbo; no deja una huella relevante en sus versos.

Danila, como Dickinson, parece recluida en un recinto silencioso, cerrado, desde donde contempla, reflexiona y lanza sus interrogan-tes al universo. Un lugar que, en ocasiones, se reduce a lo más ínti-mo de sí misma: «Desde mi rostro/ como a través de un marco/de un

‘Recuerdo de un sueño’. Autora: Danila Stoyánova. Traducción: Diliana Ivanova y Juan Antonio Bernier. Editorial: Cántico. Córdoba, 2019.

cuadro/los ojos miran el mundo». La personificación de estos fenó-menos le sirve para trazar sus miedos y agitaciones: «El sol está inquieto,/el viento, enfermo,/la luna, muerta,/el río, ebrio,/solo/ porque alguien/falta», escribe. En los últimos años, los poemas, además de ganar longitud e in-tensidad, como el que da título al libro, giran hacia el sujeto y ahora son los elementos los que actúan sobre él: «(...) el cerebro/me duele/por tantas cosas/que no en-tiendo,/en mi cerebro nieva». Por-que, aunque es cierto, como se

ha dicho, que su poesía muestra «una sosegada tristeza poética», el sufrimiento que atraviesa estos años se deja vislumbrar cuando dice, en un poema de 1983 (fecha cercana a su muerte): «El tiempo no avanza,/y sin embargo existe, y yo misma/me desgasto contra él,/ moviéndome». Y sentencia: «Y de-jé de habitar el mundo/y el mun-do dejó de habitarme».

Llega a nuestra lengua la poesía de una autora esencial, que no de-jará, como ha sucedido en aque-llas geografías donde se ha dado a conocer, indiferente al lector.

Mundo o vida, mundo y vida

Que el hecho poético resulta consustan-cial al propio decurso de la vida es al-go que se materializa intensamente en escritores tan prolíficos como Manuel

Quiroga Clérigo. Y siempre he creído que, en su caso, esa bendita fecundidad reside en su natura-leza extraordinariamente sensible a las impresio-nes brindadas por el mundo. Si a eso le sumamos la condición de viajero incansable del autor, ta-les impresiones se multiplican hasta el extremo de convertir el tópico del «homo viator» en una fidedigna crónica lírica sobre los pasos alrededor del mundo de un destino individual. Alrededor es un volumen de sorprendente amplitud -276 pági-nas- donde Manuel Quiroga, más que demostrar una feracidad envidiable, da rienda suelta a un instinto poético que no decrece nunca, basado en la maestría formal y la riqueza imaginativa. Maes-tría formal y riqueza imaginativa que el autor sa-be poner al servicio de la brevedad y de las elipsis más o menos explícitas -véase esa pequeña gran joya de su autoría que es Leve historia sin trenes-, pe-ro que aquí, en Alrededor -como ya había anticipa-do Isla/País de colibríes, su anterior entrega poética bajo el sello de Vitruvio, aparecida en 2017- ali-mentan un discurso de indeclinables desarrollos textuales, consecuencia lógica de una mirada om-nímoda, que además se precia de serlo.

Si Leve historia sin trenes ofrecía algo así como una

Antonio Daganzo

‘Alrededor’. Autor: Manuel Quiroga Clérigo. Editorial: Ediciones Vitruvio. Madrid, 2019.

panorámica de la emoción en el curso de la exis-tencia, la panorámica de Alrededor parte de lo geo-gráfico para postular el nexo entre mundo y vida; nexo sobre el cual va dando sus pasos un sujeto lírico que, virtualmente, recorre el mundo entero, en sucesivos ciclos que le llevan por diversos países de Europa, por África, por América del Norte y del Sur, y también por Asia, con especial énfasis en las convulsas tierras de Oriente Medio. Los textos, que incorporan una mención explícita a su lugar de creación o inspiración en la inmensa mayoría de los casos, están fechados fundamentalmente a lo largo de tres décadas, desde comienzos de los años 90 hasta casi nuestros días (2016). Eso sí, semejante arco cronológico no influye en la estabilidad, en la homogeneidad de una prosodia cifrada esencial-mente en el verso alejandrino, del que es un atina-do y generoso cultivador; a tal grado que incluso el molde modernista del soneto alejandrino se ha-lla presente en el volumen, junto a otros buenos ejemplos de soneto clásico, basados en el precep-tivo verso endecasílabo. Pero los grandes poemas compuestos en «alejandrinos blancos» son los re-yes indiscutibles de Alrededor; como esa maravilla titulada «África», fresco poderosamente expresivo sobre el continente negro -África «como un cubil de lobos en que nunca amanece (...)/donde esquinas del tiempo y lacayos del hambre/sobreviven a so-las cerca de cactus vírgenes»-; o como los titulados «Alguna eternidad» o «Cerca del río transparente», las dos composiciones de mayor extensión del li-bro -a lo largo y a lo ancho-, ambas de inspiración

chilena, con las figuras de Pablo Neruda y Gabriela Mistral por protagonistas.

«Detén la nave para que oigas nueva voz»: con tal cita de Homero, de una fabulosa pertinencia, Qui-roga Clérigo pone fin a los caminos, a los largos y muy seductores caminos de esta obra que combina a la perfección una ambición discursiva totalizado-ra y una sencillez discursiva esclarecedora, sin que ello suponga la más mínima contradicción. Bien al contrario, es en la médula de ese extraño equilibrio donde el autor encuentra «profundos adjetivos pa-ra futuros leves». Donde se arriesga con el universal de la rosa, logrando arrancar personales bellezas de asunto tan concurrido -«...una herida reciente en la piel solitaria,/una historia dormida de sole-dad sin frases,/una leyenda triste en medio de los páramos»-. Donde cuaja poemas de caudalosa sínte-sis como «Ríos», en cuyo transcurso, precisamente, varios ríos del mundo van abrazando sus nombres. Y donde el amor se explaya en poemas de hermosa vibración, como «A orillas del Bósforo», en torno a un anhelo imposible -«El no tenerte cerca es el peor destierro/y el perder tu mirada es una triste suerte/de quien quiso elegirte como su musa un día»- o «Desnuda», de rozagante plenitud carnal -«...atraviesas la noche con tu disfraz de aurora»-. «Este mundo, o la vida, siguen permaneciendo/y hemos de recorrerlo con prudencia, con ganas», leemos en los primeros compases de Alrededor: a fe que Ma-nuel Quiroga Clérigo, con su sensibilidad, oficio e inspiración, sabe recorrer tales caminos, tales lar-gos caminos de mundo o vida. De mundo y vida.

POESÍA

Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO25 DE ENERO DEL 2020 11

Page 12: FOTO ALFONSO/ARCHIVO FAMILIAR JUAN DÍAZ DEL MORAL‘Todo esto existe’, de Íñigo Redondo y Javier Cercas L a historia es caprichosa y los escritores ocultos también existen. Leyen-do

Desde hace algunos años exis-te una atención especial en-tre algunos autores españoles por la lírica japonesa que tan-

ta relación han visto algunos con las es-trofas de tres versos de arte menor es-pañola como la soleá o la tercerilla, pe-ro es evidente que existen diferencias notables. Barberá Albalat es un escritor valenciano con más de treinta libros en diferentes géneros y premios tan pres-tigiosos como el Nacional de Ensayo de la Fundación Ibáñez Martín por su obra Enseñanza de valores en la sociedad contem-poránea. Ha impartido cursos y confe-rencias en varias universidades y en la actualidad ha creado el programa «Poe-tas en el Ateneo de Valencia». Con su úl-timo libro, Flor en el agua, se adentra en la lírica que llega de Japón con sabidu-ría y solvencia. En él hay una primera parte donde analiza la poesía japonesa a raíz de dos viajes a Japón que realizó en 2013 y 2014, y observa que la poe-sía para el japonés tiene la misma rele-vancia que la filosofía o la teología para nosotros, de ahí que «conceptos éticos y religiosos se han tratado de manera estética y poética». A ello se une la aso-ciación de lo divino y sobrenatural, la influencia china y la vinculación con la escritura femenina, así como la rela-ción de vocalidad y música. Se percibe su voluntad didáctica y su veta profeso-ral por la clarividencia expositiva y sa-bemos de la tendencia de la lírica japo-nesa por lo inacabado, lo asimétrico, la sugerencia, el minimalismo y el amor a la naturaleza, la base de su lírica que tiene el aware (la emoción, el asombro), como principio rector tanto como la delicada melancolía desde que Matsuo Basho (1644-1694), el famoso poeta del periodo Edo, los popularizara con sus breves poemas encadenados y pusiera en circulación poemas que revelan una forma de mirar, sentir, observar y estar en el mundo. Define el haiku, el poema breve de dieciesiete sílabas dispuestas en tres versos de 5/7/5 sílabas o moras, aunque con la precisión de que nun-ca la sílaba coincide con la española. Y profundiza sobremanera en sus carac-terísticas fundamentales que van más allá de lo que habitualmente se ha en-tendido, pues deben contemplarse ele-mentos formales tan importantes co-mo evitar adjetivos y adverbios, sortear asonancias, mostrar el aquí y ahora, el no hablar de uno mismo, el no escribir sobre sexo, muerte, violencia o mise-rias y la observación de la naturaleza y la vida cotidiana.

Pero también habla del senryu, que se diferencia del haiku en los temas: no aparece la naturaleza y sí el alma, los pensamientos, los deseos, el hombre, el humor, la ironía. Y el tanka, formado por tres versos como haiku pero con dos más formando la estructura 5/7/5/7/7. En la segunda parte aborda propiamen-te su poesía escrita según estas formas rítmicas en la estela de lo afirmado, en

Haikus, senrius y tankasSobre ‘Flor en el agua’, de Vicente Barberá Albalat

Francisco Morales Lomas

Vicente Barberá Albalat.

tres partes, precedidas por un soneto en versos blancos de prólogo y un epílogo también con un soneto en versos blan-cos en los que se centra en las heridas del corazón y la invitación a la templan-za vital tanto como al acoso de las dudas o las grietas del corazón para superar el dolor y esperar el amanecer.

Su poesía es de una enorme delica-deza, recorre todos los temas de la coti-dianidad con imágenes sugerentes que producen una impresión certera en el lector, donde podemos observar el tem-blor de las hojas en los días de lluvia, la presencia de un paisaje que va aden-trándonos en una continua sugerencia de pétalos muertos, vientos que ululan, o tardes donde la tormenta se presenta agraz. Son múltiples ideas que se van acumulando en esa naturaleza que nos envuelve: «Cima nevada/y aliagas en la senda./Nadie camina». El observador se sitúa en una posición en el que debe con-centrar al máximo su experiencia vital y dárnosla con sentido, sin apariencias, con la sensación primigenia: «Maceta y reja./Vuela sobre un clavel/ la mariposa». En ese recorrido por el mundo encon-tramos las estaciones, la presencia del hombre en su quehacer diario, los atar-deceres y los amaneceres, la presencia de la nevada o los animales en su deam-bular: palomas, liebres, jilgueros, peces rojos..., pero también los cambios de las estaciones en su primera parte «La linde del agua».

En la segunda, «Los límites del cielo», se adentra en la infancia, el hogar vacío,

la ausencia, el engaño, el trabajo de la tierra, la soledad... Existen elementos donde los estados del alma tienen su mejor versión. Ya no es la naturaleza en curso sino el fragor de la vida («Como el amor,/la vida se alimenta/de sol y som-bras») o el camino y su encuentro, tanto como el llanto o los sueños y sus correla-tos. Una poesía que sugiere, que nos ali-menta y nos proyecta hacia el otro que se puede imbuir del perfume de una flor tanto como de la melancolía o el dolor: «Dolor y náuseas/en el pasillo blanco/ha-cia el quirófano».

En la tercera y última parte, «En bra-zos de su amante», toma la guía de los ta-nakas donde encontramos tanto lo amo-roso como la naturaleza y las preocupa-ciones existenciales: «Por no morir/en un momento dado/ahora sufro./Batalla interminable,/haberte conocido». Es un mundo preciso, complejo, en el que el ser se presenta en su dimensión más profunda siguiendo el esquema de vida, amor y muerte que dijera Miguel Her-nández, en una poesía lúcida, sugerente, compleja en su sencillez: «En el otoño/mueren las verdes hojas/de las acacias,/y en tu mirada/frío fuego de nieve».

CÓRDOBA

‘Flor en el agua’. Autor: Vicente Barberá Albalat. Editorial: Lastura. Toledo, 2018.

MoDoS DE VEr

LiébanaFrancisco Gálvez

La profunda indiferencia

que tiene Córdoba hacia

todo...» Decía hace pocos

días en una entrevista

Ginés Liébana, que acaba

de publicar La Merde (su

secreto, esa obra ficticia de

Jean Paul Sartre y supuestamente editada

en Gallimard) que recoge dibujos, poemas,

reflexiones íntimas. raúl Alonso, con

buen olfato, ha publicado en la editorial

Cántico, en coedición con la Diputación,

este Cuaderno de viajes (1949-1950), de un

joven poeta de 99 años entre nosotros y

casi sin darnos cuenta. ¿A quién se parece

Liébana? Al resto de los poetas del grupo

Cántico para nada, ni para bien ni para

mal, como tampoco Vicente Núñez o

Julio Aumente, y no es la primera vez

que esto se piensa y se dice. La vida y el

mundo heterodoxo de Liébana es un

espacio muy distinto, desde la misma raíz

de su multiplicidad artística, su posición

ante la vida, su espíritu de reírse de todo

empezando por él mismo, y su sarcástica

ironía sobre las cosas que nos encumbran.

Nunca fue ni es un poeta distante, serio y

relumbrón, como tampoco lo era Carlos

Edmundo de ory, ambos heterodoxos y

niños hasta el final. A Liébana, a veces,

parece que apenas le conocemos, otras que

está muy lejano, aunque él siempre está

aquí y allí, aunque no esté, sin permanecer

del todo en ningún lugar. Su casa es un

museo, espaciosa, aunque se hace pequeña

de la cantidad de libros, cuadros, pinceles,

objetos del tiempo por todas partes;

deambular por ella es ir de sorpresa en

sorpresa inesperadas, recuerdos nada

vanos de recorrer mundos y vida. Las

anécdotas siempre señalan o perfilan,

y siempre le recuerdo por su repetida

petición- sabedor que en mi biblioteca

tenía dichos libros inencontrables- de

fotocopias de Luz negra (1970) de un

joven poeta cordobés de los setenta,

heterodoxo como él, totalmente en la lista

de los desaparecidos en vida y Noches con

Greta Garbo (1974) de otro Manuel María

Villar, muerto en 2010. La primera vez

que quedamos para conocernos fue en

Córdoba y me dio plantón, propio de su

acontecer. Había venido a una exposición

de su pintura y se entretuvo. Era, es,

imprevisible. Ya no hay que felicitarle por

su cumpleaños, sino por todo lo demás.