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FONSECA Y FIGUEROA Y EL TEXTO DE LAS TRAGEDIAS DE SÉNECA FRANCISCA MOYA Universidad de Murcia [email protected] RESUMEN En este trabajo se da cuenta de una serie de lectiones de las Tragedias de Séneca defendi- das por el humanista español Juan de Fonseca, las cuales se encuentran inéditas en el manus- crito 57-3-24 (olim 21) de la Biblioteca Colombina. Palabras clave: Séneca, Juan de Fonseca, Humanismo, Crítica textual. FONSECA Y FIGUEROA AND THE TEXT OF SENECA'S TRAGEDIES ABSTRACT This paper analyzes some lectiones of the Tragedies of Séneca, defended by the Spanish humanist Juan de Fonseca; these lectiones are unpublished and are part of the 57-3-24 (olim 21) manuscript of the Biblioteca Colombina. Keywords: Séneca, Juan de Fonseca, Humanism, Textual criticism. Desde la aparición en 1492 de la editio véneta del parmense Gellius Ber- nardinus Marmita muchos fueron los humanistas que se ocuparon de las lec- tiones de las tragedias del cordobés, entre otros, Daniel Caietanus Cremo- nensis (1493), I. Badius Ascensius (1515), Hieronimus Avantius (1517), Geor- gius Fabricius (1566), M. Antonius Delrius (1576), I. Lipsius (1588), Comeli- nus (1589), I. Scaliger (1598, aunque la fecha de publicación es 1611), Ianus Gruterus (1604) Danielis Heinsius (1611), Scriverius (1620), Thsysius (1650), etc. Aunque hubo españoles que se interesaron por Séneca 1 , no encontramos a ninguno en esta lista, salvo si así se considera Marco Antonio Del río, o "español de adopción" juzgamos a Lipsio. A los dos los llama "nuestros" (cri- cici nostri) el "humanista" D. Juan de Fonseca y Figueroa. 1 Valgan los nombres de Carrillo y Sotomayor, Alfonso de Cartagena, Pedro Chacón, Pedro Díaz de Toledo, J. Antonio González de Salas, Fray Luis de Granada, Cristóbal de Mesa, Que vedo, Vives, y valga también recordar que la preeminencia la tuvo el Séneca de la prosa. Actas del XII Congreso Español de Estudios Clásicos Vol. III, Madrid 2011

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FONSECA Y FIGUEROA Y EL TEXTO DE LAS TRAGEDIAS DE SÉNECA

FRANCISCA MOYA

Universidad de Murcia [email protected]

RESUMEN

En este trabajo se da cuenta de una serie de lectiones de las Tragedias de Séneca defendi­das por el humanista español Juan de Fonseca, las cuales se encuentran inéditas en el manus­crito 57-3-24 (olim 21) de la Biblioteca Colombina.

Palabras clave: Séneca, Juan de Fonseca, Humanismo, Crítica textual.

FONSECA Y FIGUEROA AND THE TEXT OF SENECA'S TRAGEDIES

ABSTRACT

This paper analyzes some lectiones of the Tragedies of Séneca, defended by the Spanish humanist Juan de Fonseca; these lectiones are unpublished and are part of the 57-3-24 (olim 21) manuscript of the Biblioteca Colombina.

Keywords: Séneca, Juan de Fonseca, Humanism, Textual criticism.

Desde la aparición en 1492 de la editio véneta del parmense Gellius Ber-nardinus Marmita muchos fueron los humanistas que se ocuparon de las lec­tiones de las tragedias del cordobés, entre otros, Daniel Caietanus Cremo-nensis (1493), I. Badius Ascensius (1515), Hieronimus Avantius (1517), Geor-gius Fabricius (1566), M. Antonius Delrius (1576), I. Lipsius (1588), Comeli-nus (1589), I. Scaliger (1598, aunque la fecha de publicación es 1611), Ianus Gruterus (1604) Danielis Heinsius (1611), Scriverius (1620), Thsysius (1650), etc. Aunque hubo españoles que se interesaron por Séneca1, no encontramos a ninguno en esta lista, salvo si así se considera Marco Antonio Del río, o "español de adopción" juzgamos a Lipsio. A los dos los llama "nuestros" (cri-cici nostri) el "humanista" D. Juan de Fonseca y Figueroa.

1 Valgan los nombres de Carrillo y Sotomayor, Alfonso de Cartagena, Pedro Chacón, Pedro Díaz de Toledo, J. Antonio González de Salas, Fray Luis de Granada, Cristóbal de Mesa, Que vedo, Vives, y valga también recordar que la preeminencia la tuvo el Séneca de la prosa.

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Desde el punto de vista del texto, los hispanos2 son muy dados, como sus colegas o antecesores europeos, a enfrentarse a él, y no es raro que su inge­nio les haga descubrir la lectio genuina o les lleve a enmendar la corrupta y a aportar conjeturas no demasiado descabelladas. Y, pese a ser un lugar común en ellos la defensa de los manuscritos, no siempre los tuvieron ante sus ojos, y pocas veces dispusieron de los mejores; de todos modos, solían utilizar inteligentemente las obras -ediciones, Notae o Adversaria- que ofrecían información textual. Un caso de estos es el que nos va a ocupar hoy. Se trata de un breve escrito, o breve discusión, Disceptatiuncula, que escri­be nuestro humanista, que se mantiene manuscrito y hasta la fecha inédito3

en la Biblioteca Colombina4. Lo mencionaba, entre otras obras de Fonseca y Figueroa, Nicolás Antonio5, con indicación de título e incipit6; añade que contiene una defensa de algunas correcciones de Lipsio, las cuales había cri­ticado un "cojo", claudus Ule, y dice que quizá se tratase de D. Francisco de Quevedo.

Me llamó la atención porque era impensable que D. Francisco de Quevedo criticase a su buen amigo y admirado Lipsio, pero de todos modos lo inves­tigué, y constaté que, como era lógico, no se trataba de Quevedo. Me ocupé del escrito y de saber quién era el tal claudus; ahora diré lo que he descu­bierto y lo que sigo ignorando.

Ciertamente Fonseca lanza su ataque bastante furibundo contra alguien que se ha permitido "criticar a los nuestros", y despreciar una serie de lectu­ras que ellos defendían en el texto de las tragedias. Veremos cuáles son dichas lecturas y qué argumentos esgrime en su defensa, aunque lo más interesante, al menos para mí, ha sido intentar descubrir quién era el destinatario.

¿Contra qué "cojo" se levantaba el bueno del canónigo y maestrescuela de la Catedral de Sevilla, sumiller de cortina de Felipe IV, y otros títulos de glo-

2 Lo hemos podido constatar en Nebrija, J. L. de La Cerda, González de Salas y algunos otros. 3 Lo editaremos completo en otro lugar. 4 Ms. BB Tab. 1/45 ηΩ 21, ff. 391r-395v. 5 Cf. N. ANTONIO (Bibliotheca hispana nova, Madrid 1783 (=Roma 1672), I, 691). Sobre su vida, además de Nicolás Antonio, J. LóPEZ NA vio, "Don Juan de Fonseca, canónigo maes­trescuela de Sevilla", Archivo hispalense 41,1964, pp. 83-126, o F. MOYA DEL BAñO, "LOS comentarios de Fonseca a Garcilaso", en V. GARCíA DE LA CONCHA (ed.), Garcilaso. Actas de la V Academia Renacentista, Salamanca, Universidad, 1986, pp. 197-230. 6 DE CRITICIS DISCEPTATTVNCVLA ínter Neotericum Scriptorem, et .-.•.•.•.•.•.•.Comienza: "Con­tra claudum insurgo scriptorem".

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ria no menos importantes, como ser el dueño de "Los aguadores" de Veláz-quez, pintor que le debía a nuestro humanista nada menos que serlo de la Corte, pues Fonseca lo presentó al rey, y fue ver el retrato que había hecho de Fonseca lo que indujo al Monarca a aceptarlo y a encargarle la galería de retratos familiares que hizo? Todo esto lo saben muy bien quienes se ocupan de arte, pero vayamos a lo nuestro.

No es esta la única vez que Fonseca se dedica a la "crítica textual"; siem­pre le interesó disponer o preparar un buen texto, consultar buenos manus­critos y buenas ediciones, pues, a su juicio, no los había, al menos, de los tex­tos que a él le interesaban (Terencio, Plinio el Viejo, Petronio, Claudiano); en sus escritos solía lamentar la impericia e ignorancia de copistas y editores, o el mal estado de los manuscritos, y también el no disponer de materiales, que solía pedir a sus amigos en el extranjero; ante eso no es extraño que aporte sus interpretaciones y que ofrezca conjeturas7.

En la Disceptatiuncula, debido a su naturaleza y la razón de su existir, las cosas son diferentes; aunque sí defiende una lectura frente a otras, y ofre­ce en un caso su propia conjetura. Las lectiones de que se ocupa, alrededor de una treintena, se distribuyen así: Medea: 2, Phoenissae: 1, Hercules Furens: 2, Hercules Oetaeus: 7, Thyestes: 5, Oedipus: 4, Phaedra: 1, Tro-ades: 4, Agamemnon: 2 y Octavia 1.

En la Tabla que, a modo de ejemplo, ofrecemos, hay una selección de lugares de los que se lee, primero, la lectio defendida por Fonseca, después la "criticada", es decir, la que el claudus aceptaba; en tercer lugar la de R. Pei-per-G. Richter, y en cuarto, la de H. Moricca8; si estas últimas coinciden con la defendida por Fonseca aparecen en cursiva; en las notas se reproduce la información textual de Moricca que nos afecta.

7 Puede verse, por ejemplo, F. MOYA-F. FORTUNY, "Comentario perdido a Petronio ", Myrtia 5,1990, pp. 13-22; M. DEL AMO-F. FORTUNY, "Terencio explica a Terencio. Las citas terencianas en el comentario de Juan de Fonseca a Andria", Myrtia 20, 2005, pp. 223-241; M. DEL AMO-F. FORTUNY, "Terencio, Andria 88: El comentario de Juan de Fonseca", en E. CALDERóN-A. MORALES-M. VALVERDE (eds.), Koinós lógos. Homenaje al profesor José Gar­cía López Murcia, 2006, pp. 51-61. 8 Nos hemos limitado a ellas, porque nos bastan para comprobar su acierto o no acierto al elegir. En este trabajo son otras las cuestiones que nos interesan especialmente.

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Fonseca

MEDEA9

32 PATRIIS 152 IMMOTUS

OEDIPUS10

101 SORTIS 377 ATRÁS 500 CONCUTIT 552 FRONTEM

TROADES11

242 ET DEA 547 HIEMES 548 MESSES 897 LENTA

AGAMEMNON12

576 LUCEM 674 SUMMIS

Lect. Criticada

patris motus

fortis arctas concinit frondem

et diis annos menses laeta

luctum silvis

Peiper-Richter

patriis mutus

sortis atrás concutit frondem

et dea hiemes messes lenta

lucem summis

Moricca

patriis mutus

sortis atrás concutit frondem

et dea hiemes messes laeta

lucem summis

La primera impresión al mirar la tabla es muy positiva. Se observa que todas las lectiones defendidas, salvo una, frontem, cuentan con el refrendo de excelentes ediciones, es decir, que Fonseca parece "acertar"; su iudicium es casi siempre adecuado; no ha hecho "crítica textual", no parte de manus­critos, pero ha sabido descubrir con su ingenium cuál era la lectio genuina, pues también conocía lecturas diferentes defendidas por otros viri doctissi-mi.

A Fonseca estas lecturas, que -podemos afirmar- estaban casi todas en Lipsio, le parecieron las correctas. Su elección está apoyada, sin duda, en la auctoritas que le concede, y su crítica a quien disiente de Lipsio responde a lo que Fonseca consideraba un ataque inaceptable; lo que es cierto es que con un espíritu beligerante, que recuerda al Quevedo de España defendida, se

9 v. 32 : patris A • v. 152 : motus A immotus Lipsius 10 v. 101: fortis A sortis Ε • ν. 377: artas A • v. 500: concinit (concutit τ) A • v. 552: fron­tem Lipsius, Gronovio probante. 11 547: annos A • v. 548: menses A • v. 897 laeta Ε Leo et ipse recepi (se. Moricca) lenta A, Richter, Herrmann. 12 576 luctum Gruterus • v. 674: silvis A.

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levanta contra un claudus scriptor, que a los nuestros (nostri critici) con­dena; al que le gusta que en los textos haya cicatrices, scisurae y claudita-tes, que, por supuesto no están, ni existen en la lengua latina, pero sí en ese claudus neotericus.

Contra él se levanta, y debe ser proscrito13, según mandaba la ley, porque, igual que se condenaba a los que han pecado contra los patres, debe hacerse con él, porque ha atacado a un padre, Justo Lipsio, que es, afirma Fonseca, la luz de nuestro tiempo y editor admirable de Séneca14; este enemigo ha arro­jado su veneno contra Lipsio, pero aquí está Fonseca para defenderlo; por eso se ocupa del texto de Séneca; y se evidencia, además, que, como decíamos antes, Lipsio es para Fonseca noster criticus.

Nos corresponde ahora detenernos en alguna -solo algunas- de las notas de Fonseca, en las que defiende "su lectura", apoyada, sobre todo, en el senti­do, y aporta a veces algún locus similis; a lo que se añade, en no pocas oca­siones, descalificaciones e "insultos" hacia el personaje criticado; a él se suele dirigir adoptando el formato de diálogo, en el que interrogaciones o excla­maciones son habituales.

En la nota a Medea, v. 32: Da da per auras curribus patris vehi, pre­gunta retóricamente Fonseca si Medea pedía el carro de su padre Eetes; y contesta él mismo que no, que era a Febo-Sol, su abuelo, a quien pedía su carro, lo que muy bien se leía en Eurípides. Explica también el error de los copistas15.

En el verso 152: Gravia quisquís vulnera/ patiente et aequo motus animo pertulit, repite los argumentos del doctissimus vir (es decir, de Lip-

13 Contra claudum insurgo scriptorem; críticos nostros damnat, cicatrices amat, sci-suras et clauditates. absunt in linguae Latii patribus, in ipso manent; haec enim quaestio (...).in patres peccavit proscribatur. 14 Lo concreta en su Hipólito (Phaedra); Lipsio, acudiendo al mito, dice Fonseca, ha sabi­do nada menos que recoger los miembros lacerados de Hipólito, con admirable doctrina y destreza. 15 Quid monstri? numquid Aeetae filia patris currus postulábate ii quales? Medea enim Phebum confabulatur, ipsius postulat currum ut Chorinthum exurat aut fugiat; quidni "patriis". expunge antiquam, "patris", lectionem. Sol Medeae avus. Sic Eurípi­des [Medea 1320ss.]. χειρί δ' οϋ ψαύσεις ποτέ./ ' τοιόνδ' όχημα πατρός "Ηλιος πατήρ / δίδωσιν ήμΐν, ερυμα πολέμιας χερός./ (nunquam vero manu me attinges/ talem currum Sol pater patris/ dat nobis propugnaculum contra manum hostilem). Sin minus mendosus locus librariorum incuria laborabat nato errore ab antiqua scriben-di ratione nimirum patris.

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sio), pues nada, como reconoce, puede añadir, y prefiere immotus, no sin reprochar al destinatario que no haya entendido el sentido16.

No considera buena lectura timuit de Hercules Furens, 44: nempe pro telis gerit/ quae timuit et quae fudit armatus venit/ leone et hidra (43-45), y defiende domuit, porque, insistirá, a Hércules no se ajusta el temer17.

En el comentario a Hercules Oetaeus 242: Feta ut armento iacens/ sub rupe tigris (242s.), defiende Fonseca ut Armenia, que también está en Budinus, y al "corrector", que ama la lectio antiqua, le dice que debe llevar cuidado de no caer, puesto que es un claudus {uno innixus pedí); se lo dice quien lo guía, es decir, el propio Fonseca, que no es, añade sin modestia, ni ciego ni cojo18.

Le falta la razón al claudus al que ataca; eso dice Fonseca cuando lo ve defender Sarmatica et manus en Hercules Oetaeus 973 (virtus ne super-est aliqua ? Sarmatica et manus / intendere arcum tela missurum valet); debe leerse, dice, armata manus. Queda claro que aquél "no ha entendido nada", pero le dirá nuestro Fonseca con no poca ironía que aún está en edad de aprender19.

Le manda corregir su texto y poner a cáelo, en vez de a letho en Hercules Oetaeus 1442: ora Phoebeus modo / afflabat axis, tam prope a letho fui20.

16 Quid ego alia quam illius doctissimi verba proferam? " Imo 'immotus' (inquit), nam si moveatur ab animi aequabilitate et ira vincatur, quomodo perferet animo patiente? an ut leviter tactum concutiatur, stet tamen et de gradu non deturbetur? mane enim saepe concussa fortuna et vincit se ipsam colligens"Haec Ule; sed tu, sodes, audi si Ule Otho mobilem animum haberet duraretne? operiebatur (ut Tacitus inquit) pugnae nuntium nequáquam trepidus sed consilii certus. Vera quies veri hominis in animo est. 17 Herculem umquam timor occupavit toties apud scriptores fortem, insuperatum et impavidum et per animi et corporis robur inter déos relatum? Absit; legendum "quae domuit"; haec vera lectio et non adventitia. 18 Tu verum examina, quamvis corruptus iudex, quanto rectius "foeta ut Armenia". Sic et Budinus. Si tanto prosequeris amore lectionem antiquam et corruptam, cave cadas uno innixus pedí, in recta deflecto errantem gradum et si mavis in tecta, nam quamvis caecum duco nec caecus nec claudus. 19 Legendum "armata manus", nam ñeque Herculis manus in Sarmatas nec nomen credo, quid tu? legis "Sarmatas"? Praebe rationem si illa uteris. Si quae dicant Criti-ci nunquam cepisti, quomodo in eos insurgís ? Disce, disce, nulla aetas ad perdiscen-dum sera est. 20 Audin? absit hoc absque correctione legere, emenda "a cáelo", nam et usque adhuc Alcides delirabat a somno aut deliquio antea correptus modo excitatus, et ut credebat a cáelo revocatus.

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O en Thyeses 94s. acude a un verso virgiliano para criticar violata y aspergat y defender el imperativo en los dos casos (viólate y aspergite): moneo ne sacras manus/ violata caede nevé furiali malo / aspergat aras .

De nuevo, en su nota a Thyestes 580, recrimina a su destinatario que repruebe la lectura de Lipsio, cuando es tan ajustada y lógica, y ponga intor-tum, en vez de inportu: Scyllapulsatis resonat cavernis / ac mare intor-tum timuere nautae22.

Y en el caso de Oedipus 377: infecit arctas lividus fibras crúor, sabe Fonseca que debe corregirse arctas, y poner atrás, y acude a un texto de Lucano que lo avala23.

En el verso 552 (Ipse funesto integit/ Vates amictu corpus et frondem quatit) defiende frontem, limitándose a traer en su ayuda un lugar de Plau-to24, siendo este un caso en que se separa de Lipsio, defensor de frondem.

No podemos extendernos. Esta comunicación quería informar de la exis­tencia de este curioso manuscrito y del trabajo de edición que estamos prepa­rando. De todos modos, los ejemplos aportados son elocuentes y podemos comprobar que Fonseca estaba convencido de que a Lipsio había correspon­dido, con sus lectiones y correcciones, hacer inteligibles las palabras de Séne­ca; también podemos entender que, aun aceptando, como recuerda Fonseca, que quotquot hominum sententiae tot correctiones, y que copistas y edi­tores habían llenado de errores el texto de Séneca, se sorprenda de que, cuan­do llega un editor como Lipsio, que ha aportado claridad, surja un malvado y envidioso y arroje contra él sus dardos y su veneno.

21 Legito imperandi formulam nimirum "viólate" et "aspergite", ut Ule "procul este, profani"[Verg. Aen. VI 258] 22 Cur, amabo, Lipsii reprobas lectionem? nonne frigidum Scyllam nautae timuisse si caelum undique et undique pontus (ut Ule ait) et nisi magno periculo naves in illo infe-stissimo scopulo non colliduntur. abi iam semper molestus. Lector, audi et cognosce quanto melius "ac mare in portu timuere nautae". 23 Si sic legispecas. Corrige "infecit atrás". Lucanus [i 618ss./: Terruit ipse color vatem, nam paluda taetris viscera tincta notis gelidoque infecta cruore/ plurimus asperso variabat sanguine livor/ cernit tabe iecur madidum, venasque minaces/ hostili de parte videt. 24 Nec locus nec animus de ómnibus de ómnibus disserere. Lege "frontem". Illam enim maesti quatiunt aut irati, ut Ule Plautinus Sceledrus. In Milite [207]: "eccere capite nutat"

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Ciertamente Lipsio ha sabido ver en el texto qué lecturas eran las mejores, y lo ha hecho de la mano de los manuscritos, de su manuscrito, cuyas lectu­ras valora, al que, como repite, hay que "escuchar"; de ahí que sean frecuen­tes en sus notas expresiones como estas: optime; adsentior libens meo códi­ce; audi librum; malo cum libro, etc., aunque sepa también descubrir los errores que presenta o adoptar las conjeturas de otros25.

Si, como hemos hecho, acudimos a Lipsio, comprobamos que es verdad que Fonseca no solo acepta, salvo raras excepciones, sus lecturas, sino que lo sigue casi literalmente en sus anotaciones; que, cuando es breve su nota, Fon-seca la amplía, y la adorna con lugares paralelos; también que, en ambos, en Lipsio y Fonseca, las razones de "sentido" son las predominantes; es decir, que Fonseca se ha limitado, prácticamente, a seguir a Lipsio, lo cual es lógi­co puesto que lo considera nostri aevi lux.

Pero ¿quién es ese malvado y envidioso, el claudus que, valga la redun­dancia, claudica? Para buscarlo, partimos de la "pista" que da Fonseca, la cual tenía que ser corroborada por los datos. Fonseca se basaba en un texto de Pli­nto, según el cual el claudus debía tener número par de vocales en su nom­bre, ya que aquellos a quienes se les imponen nombres tales "cojean del pie izquierdo"26; pero ¿se trataba del nombre en la lengua materna o en el latini­zado? El número de vocales puede variar27. Había otra pista. Si creíamos a Fonseca, el claudus no era de los nuestros; no era español; o ¿no era de los nuestros porque era protestante, calvinista quizá? En fin, para no equivocar­me en la búsqueda, he leído a todos - o casi todos- los que escribieron después de Lipsio sobre el texto de Séneca, editores y comentaristas: Raphelengius, Septimius Florens, Commelinus, I. Scaliger, I. Gruterus, D. Heinsisu, Ponta-nus, Scriverius, Farnabius, y ninguno era el personaje buscado; en esta bús­queda he experimentado sucesivos estados de ánimo, pues he pasado casi de la euforia al "creer" que ya lo había encontrado (aparecía en su comentario la lectio criticada por Fonseca; atacaba a Lipsio), a la decepción total cuando al seguir leyendo descubría, para mi pesar, que otras lectiones del supuesto claudus eran las mismas que Lipsio proponía; eso me pasó, sobre todo, con Gruterus y con Scriverius. Amplié la búsqueda y me ocupé de los Adversa­ria de Turnebus o Barthius, pero la decepción me volvió a sobrevenir.

25 Las recordaremos en la edición y estudio del manuscrito que nos ocupa. 26 Ε Pythagorae inventis non temeré fallere, inpositivorum nominum inparem voca-lium numerum clauditates oculorumve orbitatem ac símiles casus dextris adsignare partibus, parem laevis [ PLIN. Nat. XXVIII 4.33]. 27 En los candidatos, por ejemplo, Petrus y Pieter para Scriverius o Scrhrijver.

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No sé quién es; investigaré otros posibles "sospechosos" y agradeceré cual­quier ayuda. Pero sí sabemos quién no es, ninguno de los antes mencionados. He llegado a pensar que se tratara de un juego intelectual, una broma de Don Juan de Fonseca dirigida a sus "doctos" amigos; que intentaba hacer alarde de sus conocimientos -aduciendo "lecturas diferentes de unos u otros", con la intención de probar a los suyos, o enredarlos, sencillamente, en una broma; si es así, yo he sido víctima de su ludus, o, mejor, iocus, aunque ha sido para mí algo divertido, en todas las acepciones del verbo "divertir".

Sea como fuere, y para concluir ya, lo que más me ha gustado ha sido comprobar de nuevo cómo aciertan nuestros humanistas; aunque el honor corresponda a Lipsio, Fonseca vio con claridad que las lecturas del líber de Lipsio eran las mejores casi siempre, es decir que las lecturas de E(Etruscus), son mejores a las de A, que tantas veces se juzgó que llevaban al arquetipo. Fonseca acierta al preferir a Lipsio, despreciando propuestas de otros, como los ya citados.

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