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decimos poco acerca de la forma y direccin de ese juego. El segundo tipo de
poder puede ser entendido como la habilidad de un ego para imponerse sobre un
alter, dentro de la accin social o en las relaciones interpersonales. En este
enfoque se pone atencin a las secuencias de interaccin y transaccin entre la
gente, pero se deja de lado la naturaleza de la arena en la que se desarrollan las
interacciones. Esto viene a ser ms problemtico cuando nos enfocamos en un
tercer modo, el del poder que controla los ambientes, donde las personas
muestran la potencialidad de su fuerza al interactuar con otras. Se arrib a esta
expresin de poder en antropologa cuando Richard Adams busc definir el poder,
no en trminos interpersonales, sino como el control que un actor o unidad
operante (su trmino) ejerce sobre los flujos de energa que constituyen parte del
medio de otro actor (Adams, 1966, 1975). Esta definicin pone atencin a lainstrumentalidad del poder y sirve para comprender como las unidades operantes
circunscriben las acciones de otros dentro de determinados ambientes. Llamo a
este tercer tipo poder tctico o poder organizacional.
Pero hay un cuarto modo de poder, que no solamente opera en los escenarios o
campos sino que adems organiza a los mismos y especifica la distribucin y
direccin de los flujos de energa. Pienso que este tipo de poder es aquel que
Marx esboz al hablar del poder del capital para controlar y distribuir la fuerza de
trabajo; este es un antecedente de la nocin de poder de Michel Foucault, quien lo
asume como la habilidad para estructurar el posible campo de accin de otros
(Foucault, 1984:428). Foucault le llam gobernar en el sentido que se le daba en
el siglo XVI, cuando gobernar era un ejercicio de accin sobre la accin
(1984:427-428). Foucault se interes sobre todo en el poder para gobernar la
conciencia, pero yo busco usarlo como poder que estructura la economa poltica.
Referir a este tipo de poder como poder estructural. Este trmino renombra lavieja nocin de relaciones sociales de produccin e intenta enfatizar el poder
para desplegar y distribuir la fuerza laboral. Empero, estas relaciones no deben
ser entendidas en trminos de interaccin. El poder estructural moldea el campo
social de accin, a la vez que determina algunos tipos de conducta hacindolos
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posibles o imposibles. Como argumentaba el viejo Georg Friedrich Hegel lo que
ocurre, en realidad, primero ha sido posible.
Lo que las relaciones de produccin capitalista logran, por ejemplo, es hacer
posible la acumulacin de capital gracias a la venta de fuerza de trabajo en ungran nmero de regiones del mundo. Como antroplogos podemos seguir los
flujos de capital y trabajo, sus altibajos, avances, retrocesos e investigar las
formas mediante las cuales son estructurados en el espacio y en el tiempo los
escenarios sociales y culturales para hacer cumplir un objetivo. Esto no es una
relacin puramente econmica, tambin es poltica: esto significa golpear para
establecerse, golpear para mantenerse, golpear para defenderse y asegurar que
golpear es un objetivo para la competicin o la construccin de alianzas,
resistencia o adaptacin.
Esta es la dimensin que ha sido remarcada en estudios sobre imperialismo,
dependencia o sistema-mundo. Sus cuestiones son: por qu y cmo algunos
sectores, regiones o naciones son capaces de constreir las opciones de otros? y
qu coaliciones y conflictos ocurren en el curso de este juego? Algunos han
sealado que estas cuestiones tienen poca relevancia para la antropologa,
incluso no se detienen para afirmar que la gente real hace cosas reales, comopuntualiz Sherry Ortner (Ortner, 1984:114); pero me parece que no se aproximan
a una parte de lo que en realidad trata el mundo, ese que constrie, que inhibe o
que promueve lo que la gente hace o no hace dentro de los escenarios que
estudiamos. La nocin de poder estructural es utilizada precisamente porque nos
obliga a observar como las fuerzas del mundo hacen contacto sobre la gente que
estudiamos, y nos impide caer dentro de un nativismo antropolgico que postula
sociedades aisladas y culturas no contaminadas, en el presente y el pasado. No
hay ganancias en el falso romanticismo que pretende decirnos que la gente real
hace cosas reales dentro de universos cerrados y autosuficientes.
Me ocupo aqu en remarcar la relacin que existe entre el poder tctico y el poder
estructural. Lo hago porque creo que estos conceptos pueden ayudarnos a
explicar el mundo que habitamos. Pienso que la tarea bsica de la antropologa
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interactivas y sistema-mundo. El funcionalismo dej atrs sus unidades orgnicas,
pero regreso en la teora de sistemas tanto como en otros modos. Los estudios de
cultura y personalidad avanzaron sobre nociones de estructura bsica de
personalidad y carcter nacional sin poner atencin a la historia, a la
heterogeneidad cultural o al rol de la hegemona dentro de la formacin de
unidades homogneas; pero sospechosamente caracterizaciones similares en
naciones modernas y en diversos grupos tnicos continan apareciendo. Las
variedades de la antropologa ecolgica y los varios marxismos estn siendo
retomados por amigos y enemigos en aras de un concepto de cultura. Todos
somos reconocibles. Creo al igual que Robert Lowie en la imagen de que el
difusionismo es un disminuido recorte del evolucionismo. Como cada
aproximacin sucesiva conlleva la reduccin de los predecesores la antropologaviene a parecer un proyecto intelectual muy desolador.
No es que esto sea necesario o deseable. Pienso que la antropologa puede ser
acumulativa, que podemos utilizar el trabajo de nuestros predecesores para
formular nuevas cuestiones.
Tres Proyectos
Algunas viejas ideas sobre el poder en el campo de la antropologa pueden ser la
base para nuevas investigaciones. Quiero revisar tres proyectos que intentaron
comprender lo que suceda con los seres humanos en el mundo moderno y revisar
el proceso de donde surgieron cuestiones referentes al poder tctico y estructural.
Estos proyectos proporcionaron un cuerpo slido de datos y teora, abrieron
perspectivas que se extendieron ms all de su espectro de investigacin; todos
ellos fueron criticados en su tiempo y posteriormente sujetos a una reevaluacin.
Los tres fueron esfuerzos por alcanzar una explicacin de corte antropolgica.
El primero de estos proyectos es el estudio realizado en Puerto Rico durante
1948-49 y dirigido por Julian Steward; los resultados estn en el trabajo colectivo,
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The People of Puerto Rico (Steward et. al., 1956). La justificacin original del
proyecto parta de las inquietudes de Steward en torno a la unidad cultural y el
carcter nacional que entonces dominaban el campo de cultura y personalidad. En
s, el proyecto tena por objetivo exhibir la heterogeneidad de una sociedad
nacional. Adems era un rechazo al modelo explicativo que sostena que la
comunidad representaba a una nacin entera. Considerar a Puerto Rico como una
estructura de localidades y regiones que inclua instituciones y actividades de
una clase alta insular permiti entenderlo como un sistema de partes y niveles
heterogneos. El proyecto fue especialmente innovador porque intentaba
responder la cuestin de cmo este complejo entramado se haba desarrollado
histricamente, a travs de considerar las causas histricas y el curso histrico de
la produccin de cosecha en la isla y de all rastrear las implicaciones de esedesarrollo en cuatro comunidades representativas. En aquel entonces, esto sugiri
enfocar la atencin a las instituciones conectadas local, regional y nacionalmente,
sin embargo, actualmente, la tarea de investigacin se constrie a los efectos
locales. En ese proyecto se estudi a una clase alta insular la cual fue concebida
como la punta de concatenaciones o conexiones para el nivel de nacin. La falla
mayor del proyecto en trminos de su misma comprensin, fue la de no tomar
apropiadamente la rpida intensificacin de la migracin hacia los Estados Unidos.
Tambin se restringi a un enfoque sobre ecologa agrcola que buscaba resolver
la salida de trabajadores ya entonces manifiesto en el nivel local, pero no tom en
cuenta que ste era impulsado e iniciado sobre una escala mayor.
Mientras el proyecto Puerto Rico apart la mirada del espectculo de la migracin,
otra investigacin se esforzaba en mirar la migracin hacia los pueblos y
florecientes minas de frica Central como el principal punto de referencia. Esta
investigacin fue llevada a cabo bajo los auspicios del Instituto Rodhes-Livingstone, establecido en 1937 en lo que en ese entonces era Rodhesia del
Norte y hoy es Zambia. Esta investigacin fue definida por el primer director,
Godfrey Wilson, quien se haba caracterizado, en forma inconsciente, por
combinar a Marx y a Malinovski (Brown, 1973:195). Wilson comprendi el proceso
econmico de frica Central como una revolucin industrial conectada al trabajo
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en la economa mundial. La penetracin masiva de la industria minera fue vista
como la causal del origen de muchos conflictos en la escena local y regional.
Posteriormente Max Gluckman, el director de 1942 a 1947, dise un plan de
investigacin para el Instituto el cual se enfocaba sobre un nmero especfico de
problemas y reclut a un selecto grupo de antroplogos para trabajar en temas
como la interseccin del nativo y el gobierno colonial, el rol de la brujera, los
efectos del trabajo migratorio en el grupo domstico y los conflictos generados por
la tensin establecida entre los grupos matrilineales y la residencia patrilocal.
Movindose dentro de un rea de considerable diversidad lingstica y cultural, los
investigadores fueron capaces de comparar sus descubrimientos para identificar lo
que era variable y lo que era comn en la respuesta local al proceso general. Pero
all, donde el proyecto fue ms innovador fue en mirar las localidades rurales, loscentros mineros y los pueblos no como entidades sociales y culturales separadas,
sino como elementos insertos en un campo social. As que movido por la
propuesta original de Wilson, que iba de la destribalizacin hacia escenarios ms
complejos de respuestas a los nuevos asentamientos poblacionales, mineros y
pueblos urbanos, el proyecto abri nuevas perspectivas que el proyecto Puerto
Rico no tom en cuenta. Una falla que tuvo es que no considero crtica y
sistemticamente la estructura colonial en la cual estuvieron insertos estos
procesos.
El tercer proyecto del que quiero hablar, estuvo dirigido por Richard Adams entre
1963 y 1966 y se enfoc a estudiar la estructura social en Guatemala. Sus
resultados son descritos en el libro Crucifixion by Poder (1970). El proyecto tom
en cuenta el intenso crecimiento de la produccin agrcola orientada al mercado
en relacin a las formas de vida, o lo que entonces se conoca, de las localidades
involucradas en ese proceso. Esta era una innovacin especfica, sin embargo,circunscribi el estudio de las instituciones nacionales de forma diferente a los dos
proyectos anteriores que he referido. Adams mostr cmo las elites locales,
regionales y supranacionales luchaban cada una por el poder, y cmo las elites
regionales estabilizaban su dominio reforzando la idea de nacin. No obstante en
el nivel nacional el poder de las elites regionales estaba condicionado por la
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competencia e interferencia por parte de los grupos de poder que operaban a nivel
trasnacional e internacional. El estudio de las elites fue seguido por el relato del
desarrollo de varias instituciones: los militares, el renacimiento de la iglesia en
Guatemala, la expansin de organizaciones de los sectores altos y el avance del
sistema y la profesin legal. Posteriormente Adams mostr cmo esas
instituciones cortaron las demandas laborales y agrarias dentro del pas, y
produjeron la atomizacin de la relacin patrn-cliente entre los pobres urbanos y
sus patrocinadores polticos en la capital. Lo que el proyecto no hizo fue reunir ese
rico material en una sntesis que podra haber proporcionado un modelo teortico
de la nacin para futuros trabajos
Ahora parece claro que los tres proyectos partieron de un punto muy prometedor
para la investigacin antropolgica, pero los tres fallaron al intentarlo. Fueron
intentos audaces, pero no lo suficiente. En mi opinin, ellos anticipaban un
movimiento hacia la economa poltica, sin saber lo que sobrevendra despus. El
proyecto Puerto Rico, concentrado en la agricultura, fall para explicar cmo las
fuerzas polticas y econmicas establecieron el predominio de la agricultura, y que
ya dentro de la Operacin Bootstrap transformaron la isla en una estacin de
servicio industrial. No se comprende la manera en la cual las instituciones,
pretendidamente nacionales, pero interconectadas con los planos poltico y
econmico, fueron campo de batalla para los ms diversos intereses. As el
proyecto adems desperdici una oportunidad para tratar el complejo juego de
hegemona y la posicin cultural subalterna en la situacin de Puerto Rico. De
hecho no hay nada hasta la fecha, siendo una tarea pendiente.
De igual forma el proyecto de frica Central fue constreido por sus propios
presupuestos. Su atencin al conflicto y las contradicciones son remanentes de un
funcionalismo cautivo y claro, especialmente cuando interpreta las anomalas
como fases claras de restauracin de la continuidad. El proyecto manifest la
tendencia a tomar el sistema colonial como determinado y de esta forma mutar las
implicaciones histricas de la conquista y la confrontacin progresiva entre
europeos y africanos. Nuevos sealamientos ahora nos habilitan para cuestionar
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organizaciones en un primer plano acciones estructuradas de la vida social
que requieren mirarlas desde la perspectiva del proceso y el cambio. En segundo
lugar, los tres proyectos conciben el proceso a nivel macro y micro. Puerto Rico
fue ubicado inicialmente dentro de la rbita espaola, posteriormente dentro de la
rbita de los Estados Unidos. frica Central fue entendida dentro del amplio
universo de la industrializacin, as como de las polticas coloniales. Guatemala ha
sido crucificada simultneamente por las conexiones externas y los efectos
internos. Este esquema tambin hace referencia a una vieja antropologa que
habla de reas culturales, mediante la concepcin de esferas interactivas,
sistemas intertnicos y regiones simbiticas, y que ahora conocemos como
sistema-mundo. La historia macroscpica y los procesos de organizacin llegan a
ser elementos importantes de nuevas aproximaciones e involucran cuestionesrelativas al poder tctico y al poder estructural.
Organizacin.
La organizacin es clave porque establece relaciones entre los individuos
mediante el reparto y control de las fuentes y las ganancias. Es el desplazamiento
hacia el poder tctico para monopolizar o compartir obligaciones y demandas,
para encauzar la accin dentro de ciertas formas mientras prohbe el flujo de otras
acciones. Algunas cosas llegan a ser posibles y deseables; otras son puestas
como indeseables. Empero, la organizacin implica siempre un riesgo. El equilibrio
del poder siempre cambia, su trabajo nunca est dado, opera contra la entropa
(Balandier 1970). Incluso la organizacin ms exitosa nunca ser inmutable.
Ejercer el poder produce friccin disgustos, pataleos, escapismos, sabotajes,
protestas o franca resistencia, una panoplia de respuestas bien documentadas conmateriales de Melanesia proporcionados por James Scott (1985) en Weapons of
the Weak.
Al conceder tanta importancia al sujeto, uno podra preguntarse por qu la
antropologa ha renunciado al estudio de la organizacin? Excesiva ha sido la
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tendencia de la antropologa en el camino de la individualidad de forma que hoy en
da la organizacin solamente aparece ms a menudo en los manuales de
negocios que en nuestras publicaciones. Estructuramos y somos estructurados,
negociamos, jugamos con metforas, pero la amplia cuestin en torno a la
organizacin ha cado en el olvido.
Muchos de nosotros nos interesamos en la antropologa cuando requerimos
cursos sobre organizacin social. As fuimos guiados con diversas categoras;
entre ellas estn las de gnero, generacin, rango y grupos linajes, clanes,
grupos de edad y asociaciones. Ahora podemos ver en retrospectiva que estas
categoras fueron muy estticas, porque la organizacin fue entendida
primariamente como un resultado, un producto final que responde a un guin o
script cultural, y no fue visualizado como proceso. Es comn que dificultades y
conflictos acompaen al proceso. Ahora bien, cuando el nfasis fue puesto sobre
las formas y principios organizacionales comprendimos que la organizacin en
trminos arquitectnicos era la que proporcionaba los blocks para la estructura;
tambin concebimos a un edificio confiable de prcticas e ideas regulares y
recurrentes que volva predecible la vida social. Y as podra ser investigado en el
campo. En este punto se dio el inters del poder tctico para indagar en el moldeo
de las organizaciones, su mantenimiento, su desestabilizacin o su desaparicin.
Si una idea es juzgada por su utilidad, entonces la nocin de estructura social
viene a ser una buena idea. Produjo un trabajo interesante y una visin productiva.
Es evidente que lo organizacional es el resultado de la hipstasis de los blocks del
edificio en la arquitectura social, tal como fue el caso del concepto grupos de
descendencia unilineal. La idea fue exitosa al guiarnos a pensar sinpticamente
acerca de los rasgos del miembro del grupo, a partir de la descendencia,
solidaridad jurdico-poltica, derechos y obligaciones enfocados a un comn
estado, mandatos de altruismo prescriptivo y normas cargadas de moralidad. Sin
embargo, una cosa es usar un modelo para pensar las implicaciones del proceso
organizacional, y otra esperar que los grupos de descendencia unilineal se
materialicen como ladrillos moldeados en un edificio socio-estructural.
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Cmo conseguir mirar la organizacin, en tanto producto o resultado, para
comprenderla como proceso? Para comenzar, podramos proceder, tal como lo
advierte Conrad Arensberg (1972:10-11), y mirar el flujo de accin para
preguntar qu hay dentro de l o por qu esto va as, quin participa en esto, con
quines, cuando y que tan a menudo. Todava podramos agregar a esta posicin
nuevas cuestiones: Para qu y para quienes es todo esto y contra quin? Sin
embargo, estas cuestiones no deberan estar establecidas en trminos
interactivos. Preguntarse por qu algo es as y para quines est dirigido, requiere
un esfuerzo conceptual, una reflexin acerca de las fuerzas y efectos del poder
estructural para manejar la organizacin y a qu responde. Cules son las
relaciones dominantes a travs de las cuales la fuerza laboral es desplegada?
Cules son las implicaciones de lo organizacional en las alianzas de parentesco,coaliciones, jefaturas o formas estatales? No todas las organizaciones o
articulaciones de organizacin responden al mismo requisito funcional, o
responden a la dinmica subyacente.
Nos corresponde pensar acerca de lo que es requerido en la concepcin de la
organizacin como proceso. Esta es un rea poco desarrollada en el pensamiento
antropolgico. Vemos contratos didicos, marcos de varios tamaos y formas,
sistemas de parentesco, jerarquas polticas, corporaciones y estados que poseen
diversas potencialidades de lo organizacional. Sin embargo, comprender cmo
estos grupos de poblacin e instrumentalidades pueden ser agregados,
enganchados, articulados bajo diferentes tipos de poder estructural permanece
como tarea para el futuro.
Para el propsito de este trabajo podemos construir sobre el pasado para usar
nuestros conceptos y modelos como procedimiento heurstico, no como
representaciones fijas, universalmente aplicables. Por ejemplo, Michael Verdon
desarroll una fuerte crtica a la teora del linaje en su libro Abutia (1983). La
crtica est alimentada por las cuestiones surgidas por esa teora y por las
demandas de las evidencias requeridas para la corroboracin. Verdon investig
las caractersticas y distribucin de las unidades domsticas y sus prcticas
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matrimoniales, tratndolos como requisitos para definir vnculos entre el
parentesco. Us el modelo de teora del linaje para proponer la relacin del
parentesco con la sincronizacin poltica, lo que le permiti considerar a estas
conexiones como problema, ms que como premisas a priori. El modelo serva
como mtodo de investigacin, ms que un postulado terico.
Una similar redefinicin del problema ha tomado lugar en el estudio de las
jefaturas, donde los intereses, como Timothy Earle dice han ido de los esquemas
para clasificar sociedades como jefaturas o no, hasta la consideracin de las
causas de las variabilidad observada (Earle 1987:279). La constelacin social que
puede ser llamada jefatura no aparece nicamente en muchas formas y tamaos
(Feinman y Neitzel 1984), sino ahora podemos comprenderlo como frgiles
instituciones negociantes de seguridad dentro de y en competicin con rivales
forneos. El nfasis en la investigacin ahora recae sobre la mezcla de lo
econmico, lo poltico y las estrategias ideolgicas que emplean las jefaturas para
estos fines, as como sobre las variables en la conformacin de sus diferentes
trayectorias histricas (Earle 1989:87). Similarmente, donde la gente una vez
habl de Estado, el Estado ahora es visto como un proceso y no como una cosa
(Gailey 1987). Un nuevo nfasis sobre el proceso de Estado toma en cuenta la
diversidad y fluidez de formas, funciones, anomalas y los lmites del mismo, y
sugiere tomar en cuenta que todos los estados estn internamente divididos y
sujetos a la penetracin de conflictos y usualmente fuerzas contradictorias (Bright
y Harding 1984:4).
Significado
Finalmente, busco remarcar los resultados del poder en el significado. La
antropologa ha tratado al significado tpicamente en trminos de unidades
culturales armnicas, tales como patrones, configuraciones, ethos, eidos,
epistemes, paradigmas, estructuras culturales. Estas unidades, en turno, han sido
conceptualizadas como el resultado de un proceso de integracin lgico-esttica.
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modos de categorizacin del actor social implican relaciones diferenciadas con lo
natural y el cosmos. Cuando un modo entra en conflicto con cualquier otro,
recusa la categora fundamental que habilita esta dinmica. El poder entonces
ser invocado para asaltar categoras rivales. El poder nunca es externo a la
significacin este significado es el que permite la estabilizacin y la defensa.
Debemos a la antropologa social la claridad del por qu los acuerdos de una
sociedad llegan a ser ms visibles cuando estn determinados por la crisis. El
poder llega a ser ms evidente en las instancias donde las transformaciones
organizacionales cuestionan al significado. Djenme ofrecer otros ejemplos. En su
estudio de la Plains Vision Experience, Patricia Albers y Seymour Parker (1971)
contrastan las visiones individualizadas en torno de las barracas igualitarias de la
periferia y la visin estandarizada de los grupos de parentesco controlado de las
villas. Tambin establecen un tercer tipo de visin, orientado hacia la guerra y la
riqueza entre los nmadas cazadores quienes se desarrollaron en respuesta a la
introduccin del caballo y la pistola. Como el pastoreo a caballo provee de xito
gradualmente, los horticultores llegan a ser controlados por conflictos entre las
visiones personales de los hombre jvenes involucrados en la caza del bfalo y las
visiones controladas por los grupos controlados por el parentesco.
El desarrollo del Estado Merina en Madagascar nos da otro ejemplo (ver, por
ejemplo, Berg 1986; Bloch 1986). En l, el Estado gradualmente se vuelve
poderoso y centralizado gracias a la agricultura intensificada e incluso a una
jerarqua social ms elaborada; el centro real es el eje de un sistema ideacional.
Los ritos locales de circuncisin, aspersin, ofrecen honor a los superiores, y los
rituales que se destinan a grupos iconos y talismanes fueron sincronizados y
ensamblados con rituales del Estado.
Los rituales reales de Hawaii proporcionan un tercer caso. Su desarrollo estuvo
ligado a las grandes transformaciones que afectaron Hawai despus de 1400,
cuando la agricultura y la acuacultura era extensiva e intensiva (ver, por ejemplo,
Earle 1978; Kirch 1985; Spriggs 1988). Las comunidades locales fueron
reorganizadas; los linajes fueron reconstruidos; los plebeyos perdieron el derecho
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a llevar genealogas y atender templos, y fueron asignados como casi-
arredendatarios de jefes no locales. Los jefes y los aristcratas fueron elevados,
divinizados, y ubicados dentro de grupos endgamos. Los conflictos dentro de la
elite llevaron a la guerra y a intentos de conquista: alimentaron el culto del
sacrificio humano. Las innovaciones en el mito y el ritual representaron la irrupcin
de la guerra y la violencia, por parte de los llegados, tiburones sobre la tierra.
Sahlins (1985) ha ofrecido la nocin de estructura cultural para interpretar cmo
los hawaianos comprenden los cambios y la subsecuente reformulacin de su
comprensin en el transcurso del cambio. Pero referir una sola estructura cultural
aislada o incluso a una dialctica de una estructura de significado con el mundo,
no ser explicada como formas dadas de significacin, relacionadas a
transformaciones de la agricultura, asentamientos, organizacin sociopoltica, yrelaciones de guerra y paz. Para explicar que sucedi en Hawaii o en otra parte,
debemos comprender las consecuencias del ejercicio del poder.
He puesto el caso de una antropologa que no est contenida claramente para
trasladar, interpretar o jugar con un caleidoscopio de fragmentos culturales, pero
que busca explicaciones para el fenmeno cultural. Podemos construir del pasado
y de las viejas ideas, pero debemos hallar nuestra forma para sugerir nuevas
cuestiones. Comprendo a la antropologa como una tarea, tanto como una
pregunta colectiva que se mueve en crculos expansivos, una pregunta que
depende de las contribuciones de cada uno de nosotros, y para lo cual somos
todos responsables.
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