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ANUARIO/1999 65 EXACTITUD DE LOS TESTIGOS PRESENCIALES EN LA IDENTIFICACION DE PERSONAS EYEWITNESSES ACCURACY IN THE IDENTIFICATION OF PERSONS Izaskun IBABE EROSTARBE Universidad del País Vasco. Facultad de Psicología Profesora Asociada doctora RESUMEN Los testigos presenciales, en muchas ocasiones, tienen que tratar de identificar al res - ponsable de un delito en una rueda de identificación. Y la decisión básica que tienen que tomar es si el autor del hecho está presente o no en la rueda. No obstante, si se incluye la opción No sé explícitamente, se reducen las identificaciones falsas (Koehnken & Maass, 1988; Sporer, 1992). En los casos reales, habitualmente, se utiliza la presentación simul - tánea de los miembros de la rueda, sin embargo, con la presentación secuencial se pro - ducen menos identificaciones erróneas, manteniéndose el nivel de identificaciones correctas (Lindsay, Lea, Nosworthy, Fulford, Hector, Le Van & Seabrook, 1991; Lindsay & Wells, 1985). La selección inadecuada de los distractores puede aumentar la probabili - dad de identificar a una persona inocente, por lo que conviene evaluar la imparcialidad de la rueda antes de presentarla a un testigo. El testigo puede guiarse por los estereoti - pos que posee sobre delincuentes en la tarea de identificación, si la imagen que tiene del autor del hecho es imprecisa (Vrij, 1997). PALABRAS CLAVE: Testigos presenciales, identificación, rueda de identificación, dis- tractores esterotipos. ESTUDIOS

EXACTITUD DE LOS TESTIGOS PRESENCIALES EN LA ...journals.copmadrid.org/apj/archivos/52377.pdf · tánea de los miembros de la rueda, ... características de ambas ruedas. Además,

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ANUARIO/1999 65

EXACTITUD DE LOS TESTIGOS PRESENCIALESEN LA IDENTIFICACION DE PERSONAS

EYEWITNESSES ACCURACY IN THEIDENTIFICATION OF PERSONS

Izaskun IBABE EROSTARBEUniversidad del País Vasco. Facultad de Psicología

Profesora Asociada doctora

RESUMEN

Los testigos presenciales, en muchas ocasiones, tienen que tratar de identificar al res -ponsable de un delito en una rueda de identificación. Y la decisión básica que tienen quetomar es si el autor del hecho está presente o no en la rueda. No obstante, si se incluye laopción No sé explícitamente, se reducen las identificaciones falsas (Koehnken & Maass,1988; Sporer, 1992). En los casos reales, habitualmente, se utiliza la presentación simul -tánea de los miembros de la rueda, sin embargo, con la presentación secuencial se pro -ducen menos identificaciones erróneas, manteniéndose el nivel de identificacionescorrectas (Lindsay, Lea, Nosworthy, Fulford, Hector, Le Van & Seabrook, 1991; Lindsay &Wells, 1985). La selección inadecuada de los distractores puede aumentar la pro b a b i l i -dad de identificar a una persona inocente, por lo que conviene evaluar la imparc i a l i d a dde la rueda antes de presentarla a un testigo. El testigo puede guiarse por los estere o t i -pos que posee sobre delincuentes en la tarea de identificación, si la imagen que tiene delautor del hecho es imprecisa (Vrij, 1997).

PALABRAS CLAVE: Testigos presenciales, identificación, rueda de identificación, dis-tractores esterotipos.

ESTUDIOS

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Los testigos además de prestar decla-ración sobre un determinado suceso,deben identificar al autor del hecho. Elp rocedimiento que se sigue habitual-mente es que primero el testigo descri-be el suceso y al asaltante. A continua-ción, en base a la descripción de la caradel sospechoso ayuda a un operador acomponer un re t r a t o - robot o a re a l i z a run dibujo a carboncillo. Seguidamentela policía le muestra una serie de foto-gra-fías de delincuentes fichados paraver si logra reconocer al agre s o r. Porúltimo, cuando se detiene al sospecho-so se le presenta una rueda de identifi-cación para ver si es capaz de re c o n o-cerle. Esta secuencia de fases no tienepor qué acontecer siempre en estemismo orden, pudiendo ser omitidaalguna de ellas. El objetivo fundamentalde las pruebas de reconocimiento depersonas es salvaguardar la libertad deun inocente y facilitar la identificacióndel culpable. Teniendo en cuenta lasinvestigaciones sobre memoria de testi-

gos se recomienda que no se condene auna persona basándose únicamente enel reconocimiento realizado por un tes-tigo en una rueda de identificación, sino hay pruebas forenses que le acusenu otros testigos que también le hayanreconocido, ya que con mucha fre c u e n-cia se producen erro res de identifica-ción.

D e n t ro del campo de la identificaciónde personas se estudian las variables queafectan en alguna medida a la calidad dela descripción, composición de caras eidentificación de personas vistas ante-r i o rmente; así como la exactitud de laidentificación a partir de la descripción ode retratos robot. Tanto los sistemas decomposición de caras como la cons-t rucción de ruedas de identificación sefundamentan en las características delsospechoso descritas por los testigos. Ladescripción de personas es una tarea dere c u e rdo que implica la re m e m o r a c i ó ndel sospechoso descomponiendo sus

ABSTRACT

Eyewitnesses often must try to identify the responsible of a crime in an identificationlineup. The main decision they must take is if the author of the action is present or not inthe lineup. Nevertheless, if the option I don’t know is explicitly included, mistaken identi -ties are reduced (Koehnken & Maass, 1988; Spore r, 1992). In real situations, it is usualthe simultaneous presentation of the lineup. But, with sequential presentation, wro n gidentifications are reduced, maintaining the level of correct identifications (Lindsay, Lea,Nosworthy, Fulford, Hector, Le Van & Seabrook, 1991; Lindsay & Wells, 1985). Unappro -piated selection of distractors may raise the possibility of identifying an innocent person,t h e re f o re evaluating the lineup before presenting to an eyewitness may be guide by hisstereotypes of delinquents when identificating if the sight of the author is unprecise.

KEY WORDS: eyewltresses, identification lineup, fails, sterotypes.

rasgos, mientras que en el reconocimien-to de personas el sujeto se basa en laimagen global o en alguna característicaespecífica del sospechoso. La composi-ción de caras, en cambio, es una tare amixta, ya que el sujeto primero tiene querecordar los rasgos del autor y al finalizarla re c o n s t rucción tiene que fijarse en laimagen creada para ver si le re c u e rda alverdadero autor.

En primer lugar, se expondrá un apar-tado relacionado con la clasificación delas variables relacionadas con la exacti-tud en la identificación de personas. Pos-t e r i o rmente se presentará un apart a d os o b re el re c u e rdo de personas donde setratarán los aspectos relevantes de ladescripción de personas y composiciónde caras en relación a la identificación. Elúltimo apartado se referirá al re c o n o c i-miento de personas, en el que se anali-zan los factores relacionados con larueda de identificación y los pro c e s o scognitivos del testigo en la tarea de iden-tificación.

1. CLASIFICACIÓN DE LASVARIABLES QUE AFECTAN A LAEXACTITUD DE LAIDENTIFICACIÓN

Hay muchos factores que influyen enla exactitud de los testigos en la identifi-cación de personas, del mismo modoque en el testimonio. Prieto, Diges y Ber-nal (1990) integran la clasificación de lasvariables en función de las fases del pro-cesamiento de la información humana yen base a la conocida clasificación deWells (1978) en variables del sistema yvariables a estimar (véase la Tabla 1).

Las variables a estimar se definen comolas variables que no son susceptibles demanipulación en situaciones reales y sólose pueden estimar a través de las declara-ciones del testigo. Sin embargo, las varia-bles del sistema son aquellas que estánbajo el control del sistema judicial, y portanto, son manipulables. Las variables re l a-cionadas con la fase de adquisición yretención coinciden con las del testimonio:

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Tabla 1Variables que afectan a la exactitud de la identificación

(adaptado de Prieto, Diges y Bernal, 1990).

tipo de suceso (neutro, emocional), gradode violencia o tiempo de exposición. Sine m b a rgo, las variables asociadas a la fasede recuperación se re f i e ren al modo enque se organizan y desarrollan los difere n-tes procedimientos de identificación.

Además, Narby, Cutler y Penro d(1996) clasifican las variables a estimaren relación con la tarea de identificaciónen: factores del testigo, del autor y situa-

cionales. Respecto a la clasificación ante-rior añaden los factores del autor, defi-niéndolos como las características re l a-cionadas con la apariencia física de lapersona que va ser identificada, general-mente el sospechoso de un delito.

En un intento de mejorar las clasifica-ciones presentadas hasta el momento,Ibabe (1998) elaboró una nueva clasifica-ción en función de los factores re l a c i o n a-

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dos con el suceso, el testigo y la evaluación(véase la Tabla 2) que resulta más prácticapor diferentes razones. En primer lugar, sepuede adaptar fácilmente a las fases clási-cas del procesamiento de la inform a c i ó n .En segundo lugar, es aplicable tanto a lostrabajos de laboratorio como a los decampo. Y por último, esta sistematizaciónde variables puede ser utilizada tambiénen el campo de la identificación de perso-nas añadiendo en el apartado de evalua-ción los aspectos relacionados con larueda de identificación. Los factores re l a-cionados con el suceso se clasifican encondiciones físicas y características pro p i a sdel suceso. Entre las características delsuceso están los rasgos del autor (raza,rasgos sobresalientes, cambios de la cara ogrado de atracción), los cuales tienen granrelevancia para la identificación. Por otrolado, los factores que se re f i e ren al testigose clasifican en variables físicas y cogniti-vas. Existen al menos dos variables cogniti-vas específicas de la identificación, queson la habilidad del testigo para re c o rd a r,describir o reconocer personas, pudiendoser independientes entre ellas; y el pro c e s ocognitivo seguido en la toma de decisiónde la tarea de identificación (pro c e s o sautomáticos y de comparación).

La prueba de evaluación que se utilizapara la identificación de personas es larueda de identificación. En ella el testigotiene que tratar de reconocer al autor delhecho, entre personas con característicasfísicas semejantes. Por tanto, los factoresde la evaluación tienen relación con larueda de identificación (modo de pre-sentación, tipo de rueda o imparc i a l i-dad), con las estrategias para mejorar laidentificación (reinstauración del contex-to, entrevista cognitiva o hipnosis) y elintervalo de evaluación.

En el apartado de reconocimiento depersonas se analizarán las variables re l a c i o-

nadas con la evaluación. El modo de pre-sentación de la rueda (fotografías, películao re p resentación en vivo) se estudiará enbase a las identificaciones correctas y fal-sas, porque las identificaciones falsas tie-nen fuertes implicaciones en las situacionesreales. Por otro lado, aunque se re c o m i e n-da la utilización de ruedas con el autorausente y presente para aumentar la vali-dez ecológica (Wells, 1984; Wells & Tu rt l e ,1986), en los casos reales presenta algunosp roblemas y por ello se describirán lascaracterísticas de ambas ruedas. Además,c o m p ro b a remos que hay pruebas empíri-cas que hacen aconsejable la utilización dela rueda secuencial en situaciones re a l e s ,aunque en la actualidad se aplique mayori-tariamente la rueda simultánea. El hechode que un testigo identifique a alguien enla rueda y su decisión sea incorrecta puedetener consecuencias graves para la personaidentificada, por este motivo se estudiaránlos factores que afectan en el tipo de iden-tificación (identificación positiva, no identi-ficación), como por ejemplo, el tipo de ins-t rucciones dadas a los sujetos pre v i a m e n t e .

Como la probabilidad de que un testi-go realice identificaciones falsas depen-de en gran medida de la imparc i a l i d a dde la rueda de identificación utilizada(Malpass, 1981), se comentarán los dife-rentes criterios para evaluar la rueda ysus características, así como la influenciade la posición del sospechoso en ella.

En cuanto a las variables cognitivas deltestigo, se analizarán los procesos cogniti-vos de decisión durante la tarea de identi-ficación, ya que se ha comprobado quealgunas estrategias se relacionan condecisiones correctas y otras con incorre c-tas. También se incluirán aspectos re l a c i o-nados con la influencia de la activaciónemocional sobre la identificación, aunqueapenas existen trabajos en esta línea. Porúltimo, se expondrán las concepciones

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e s t e reotipadas sobre la apariencia físicade los delincuentes y su influencia en lat a rea de identificación de personas.

2.RECUERDO DE PERSONAS

N o rmalmente un testigo después dep resenciar un suceso realiza una descrip-ción verbal del aspecto del asaltante basán-dose en su impresión visual ante la policía.La persona que investiga el caso tiene unaimagen del autor basada en la descripcióndel testigo y prepara una serie de fotografí-as de delincuentes fichados de acuerd ocon sospechas iniciales o algún otro criteriop reestablecido para que el testigo trate dereconocer al autor del delito. Si el re c o n o c i-miento del sospechoso es positivo, la poli-cía conocerá su identidad y comenzará labúsqueda. A veces un testigo participa enla composición de un retrato robot des-pués de la descripción o cuando no hareconocido a ninguna persona en la seriefotográfica. Si el testigo considera que hay

una semejanza considerable entre la ima-gen compuesta y el verd a d e ro autor, eshabitual que el testigo participe en unap rueba de reconocimiento de fotografías,en caso de no haberlo hecho pre v i a m e n t e .Los investigadores comienzan la búsquedadel sospechoso y, en caso de tener éxito,p reparan una rueda de identificación en laque incluyen a la persona detenida. En laFigura 1 se muestra el esquema de las fasesque siguen tanto los testigos como losi n v e s t i g a d o res de un suceso delictivo desdeque ocurre el hecho hasta la elaboraciónde la rueda de identificación.

El objetivo de los investigadores esconocer la identidad del autor del delitopara comenzar su búsqueda, por lo tanto,la descripción verbal del asaltante, los sis-temas de composición de caras, así comola serie fotográfica tienen gran re l e v a n c i apara su identificación. Cuando un sujetotiene que describir a una persona o part i c i-par en la composición de un re t r a t o - ro b o t ,tiene que evocar cómo era el autor del

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Figura 1Esquema de las tareas de los testigos e investigadores desde que se produce el hecho

hasta la identificación del sospechoso (adaptado de Mira y Diges, 1986).

delito, disociando sus características facia-les. Sin embargo, la cara de las personas sealmacena como un todo y no cada rasgofacial por separado (Christie & Ellis, 1981;Davies, 1978), por lo que el re n d i m i e n t oen este tipo de tareas es bajo (Ellis, 1986).

2. 1. DESCRIPCIÓN DE PERSONAS

Las descripciones de personas básica-mente son re p roducciones verbales del tes-tigo sobre las características físicas, la indu-mentaria, el comportamiento y las infere n-cias acerca de la personalidad de un indivi-duo. Wells (1988) señala las fuertes implica-ciones que tienen las descripciones verbalesen el campo aplicado. Por una parte, unadescripción exacta del testigo puede ayudara la policía en la investigación sobre el sos-pechoso, así como permitir la liberación depersonas inocentes que de otra manerapodrían parecer sospechosas, y por el con-trario, con una descripción inexacta sepodría dejar fuera de la investigación al ver-d a d e ro culpable. Por otra parte, las descrip-ciones aportadas por los testigos tienen unvalor probatorio en un proceso judicial, yaque se comparan las características del sos-pechoso con la primera descripción del tes-tigo. Sin embargo, contrariamente a lo queopinan los administradores de justicia, lac o rrelación entre la descripción verbal y laexactitud en la identificación es baja o ine-xistente (Spore r, 1996; Spore r, 1992). Ladescripción del sospechoso se utiliza parap reparar la identificación fotográfica, com-poner el re t r a t o - robot, construir la rueda deidentificación y evaluar su imparcialidad. Apesar de la importancia que pueden teneren el campo aplicado, las investigacioness o b re la descripción de personas han sidoun área muy poco estudiada en re l a c i ó ncon la identificación de personas.

L a u g h re y, Duval y Wogalter (1986)d e m o s t r a ron que la capacidad de las per-

sonas para expresar verbalmente las carac-terísticas físicas de una cara es limitadacomparada con la capacidad de expre s a rrasgos psicológicos de una persona. Poreste motivo, Sporer (1996) opina que elbajo rendimiento de los sujetos en la des-cripción de caras se debe a un déficit lin-güístico. Para evaluar la calidad de la des-cripción de una persona se tiene en cuentatanto la cantidad de información como laexactitud de las descripciones. Este últimoaspecto es bastante difícil de evaluar en lossucesos reales, ya que no se puede sabercon total seguridad que el sospechoso es elv e rd a d e ro culpable. Incluso en los trabajosde laboratorio resulta una tarea complica-da establecer la exactitud de los descripto-res. La descripción del color del pelo, de losojos y de la ropa del sospechoso puedenser aspectos importantes a la hora de iden-tificar correctamente a un delincuente. Sine m b a rgo, hay una gran variedad de térm i-nos que describen tonos dentro de unmismo color y las personas pueden atribuiretiquetas diferentes a un mismo tono. Asi-mismo hay que tener en cuenta que lasfotografías y las películas alteran el colorreal. Además, aunque la información apor-tada sea exacta, algunas descripcionesa p o rtan información poco valiosa para unainvestigación. Por ejemplo, en la descrip-ción de las características físicas globales,como puede ser la estatura, los testigosemplean criterios de bajo, normal o alto.

A pesar de que en los protocolos de lapolicía se incluya la descripción de perso-nas, no se conoce bien la distribución de lascaracterísticas descritas por los testigos decasos reales y su exactitud. Uno de los pri-m e ros trabajos en este sentido es el deKuehn (1974), basado en la información delos informes policiales y siendo la víctima elúnico testigo. De un total de 100 casos, 2eran homicidios, 22 violaciones, 15 asaltosa mano armada y 61 robos. Las característi-cas físicas más frecuentemente menciona-

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das por los testigos en orden descendentef u e ron la edad, la estatura, la constituciónfísica, la raza y el peso. Además, las víctimasde robos re a l i z a ron descripciones más com-pletas que las de violaciones o de asalto.P o s t e r i o rmente, To l l e s t rup, Tu rtle y Yu i l l e(1994) utilizando las descripciones de 119testigos de robos encontraron que las vícti-mas re c o rdaban más información re l a c i o-nada con la apariencia física del ladrón quelos testigos-observ a d o res. No obstante, lost e s t i g o s - o b s e rv a d o res daban un mayorn ú m e ro de descriptores relacionados con laropa que las víctimas. Es posible que los tes-tigos-víctimas y los testigos-observ a d o res sefijen en aspectos diferentes. Para conocer elcontenido de las descripciones es intere s a n-te el trabajo de Sporer (1996) que analizalas descripciones de 100 testigos de robos yviolaciones, siendo el 31% sobre la ropa, el30% sobre la cara del perpetrador y el 5%se re f i e ren a características de personalidad.Por otra parte, Cutshall y Yuille (1989) enun trabajo similar analizaron los erro res dela descripción de personas. La mayoría delas inexactitudes correspondían, en primerl u g a r, a la estimación de la estatura, peso yedad; y en segundo lugar, al estilo y color depelo, así como al estilo y color de la ro p a .

Si un testigo re c u e rda bien a una perso-na parece lógico pensar que la describirábien y además será capaz de re c o n o c e r l a ,sin embargo, en varios trabajos (Pigott,Brigham & Bothwell, 1990; Spore r, 1992)se encontró una baja o nula relación entrela exactitud de la descripción e identifica-ción. Sporer (1992) obtuvo una corre l a c i ó nsignificativa pero baja (r=0,28) entre laexactitud en la identificación y el número ded e s c r i p t o res, mientras que en el trabajo deGrass y Sporer mencionado por Spore r(1996) no se encontró ninguna re l a c i ó nevaluando una semana más tarde a lossujetos, por medio de una prueba dere c u e rdo libre y preguntas sobre la aparien-cia del sospechoso. En un trabajo similar

Pigott et al. (1990) pre p a r a ron un sucesosimulado en vivo, en el que un cómplicee n t regaba un cheque falsificado en unbanco, y posteriormente los empleados delbanco que le atendían tenían que describir-le. La relación entre la cantidad de caracte-rísticas descritas y la exactitud de la identifi-cación no era significativa, ni tampocoe n t re la exactitud de las características y laidentificación. No está claro por qué estarelación es baja o nula. Tal vez porque algu-nos testigos no poseen un vocabulario ade-cuado para referirse a las características físi-cas de una persona, de tal manera que pue-den cometer erro res en la descripción apesar de poseer una imagen vívida de lapersona a describir. Pero este buen re c u e r-do de la imagen puede facilitar su re c o n o c i-miento posterior. En cambio, otros testigospueden tener una buena capacidad parad e s c r i b i r, pero no poseer una imagen globaltan precisa, resultándoles más difícil la iden-tificación que la descripción. Aunque, esposible reconocer a una persona a partir dealgún rasgo físico, sobre todo si es distinti-vo. En este sentido, Fisher y Cox (1975)señalan que la parte superior de la cara es laque permite mayor número de re c o n o c i-mientos y en concreto, la combinación delos ojos junto con alguna otra característicade la cara. Por otra parte, existe una hipóte-sis que explica la baja correlación entre laexactitud de la descripción e identificacióndenominada emsombrecimiento verbal porDodson, Johnson y Schooler (1997). Segúnestos autores la descripción de personasp roduce un ensombrecimiento verbal queempeora el reconocimiento de caras poste-r i o r. Para probar esta hipótesis llevaron acabo 3 experimentos y concluyeron que elreconocimiento de caras es peor si los suje-tos previamente han tenido que describir lacara de esa persona o de otra. Este efectopuede deberse a las estrategias analíticasutilizadas por los sujetos en la descripción ya la interf e rencia que se produce entre lare p resentación verbal y visual de la cara en

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la prueba de reconocimiento. Sin embarg o ,el efecto de ensombrecimiento verbal sereduce si los sujetos reciben antes de laidentificación una descripción del autor re a-lizada por otra persona.

2.2. SISTEMAS DE COMPOSICIÓN DECARAS

En los sistemas de composición decaras, el testigo colabora con un opera-dor para componer la imagen del autordel delito combinando uno a uno los ras-gos faciales claves (pelo, ojos, barbilla,cejas, labios, nariz y orejas) hasta quee n c u e n t re una semejanza entre la ima-gen elaborada por estos sistemas y surecuerdo de la cara del sospechoso.

Wells (1988) recomienda, por unap a rte, utilizar las técnicas de composi-ción solamente cuando no se ha identifi-cado a ningún sospechoso y la presenta-ción fotográfica no ha resultado satis-factoria. Y, por otra, en el caso de quehaya más de un testigo, elegir para lat a rea de composición el que aporte unmayor número de características especí-ficas de la persona a identificar, reserván-dose los demás testigos para otras técni-cas como la rueda de identificación, yaque si un testigo compone err ó n e a m e n-te la imagen de un sospechoso, cuandop o s t e r i o rmente tenga que proceder aidentificarlo, es probable que se base enla imagen formada con el sistema decomposición y no en el recuerdo original.Por este motivo, el testigo podría identi-ficar erróneamente a alguna persona dela rueda o serie de fotos que nada tuvie-ra que ver con el suceso, o podría serincapaz de reconocer al verdadero culpa-ble.

Los sistemas de composición de carasque existen se diferencian entre sí por el

n ú m e ro de característ icas faciales oaccesorios disponibles (ojos, narices,cicatrices o gafas) y por el modo de pre-sentación (papel, cartulina, fotografías omonitor). Entre los procedimientos decomposición de caras más conocidosestán los re t r a t o s - robots (Identi-kit), lasf o t o g r a f í a s - robots (Photo-fit), los boce-tos artísticos, rompecabezas y las imáge-nes por ordenador.

El sistema de retrato-robot consiste enuna serie de láminas transparentes en lasque se encuentran dibujados una granvariedad de rasgos faciales y accesoriosque al superponerse adecuadamentecomponen un retrato que se suponep a recido al sospechoso. El sistema def o t o g r a f í a s - robot se diferencia del ante-rior en que tiene más rasgos para esco-g e r, organiza las características por simi-litud y la presentación se realiza en foto-grafías. Otro sistema es el de los bocetosartísticos que se basa en la realización dedibujos del sospechoso por dibujantesmuy capacitados, por lo que su uso esmuy restringido. También se emplean sis-temas de rompecabezas con fotografíasde caras. No obstante, todos estos pro-cedimientos están siendo sustituidos poro t ros sistemas más sofisticados, en losque un operador, a través de un ordena-dor, compone los diversos rasgos facialescon la información pro p o rcionada por eltestigo.

Existen una serie de trabajos que eva-lúan los diferentes sistemas de composi-ción en relación a la capacidad paraidentificar personas (Ellis, Davies & Shep-h e rd, 1978a; Ellis, Shepherd & Davies,1975; Green & Geiselman, 1989; Wogal-ter & Marwitz, 1991). Green y Geiselman(1989) pro b a ron la sensibilidad del iden-tikit para identificar caras con algúnrasgo sobresaliente y sin ningún rasgo deeste tipo. Un grupo de sujetos compuso

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una cara inmediatamente después dehaberla visto, mientras que otro gru p otuvo que tratar de identificar una caraque había visto con anterioridad, entrelos re t r a t o s - robots realizados por el pri-mer grupo. Resultaba más fácil la identi-ficación cuando las caras no tenían nin-gún rasgo sobresaliente, tal vez porq u eeste sistema no dispone de una ampliavariedad de rasgos. En investigacioness o b re memoria de caras se ha compro-bado que el nivel de identificacionesc o rrectas a partir de las composicionescon la técnica Photofit no es superior alnivel esperado por azar, si los operadoresson inexpertos (Ellis, Davies & Shepherd ,1978b; Ell is et al., 1975). Además, elnivel de identificaciones depende de fac-t o res como las condiciones del experi-mento (tiempo de exposición o modo dep resentación de la imagen) y de lascaracterísticas de la cara del protagonista(rasgos sobresalientes, familiaridad oraza) (Shepherd & Ellis, 1996). En losbocetos artísticos a pesar de una mayorflexibilidad para plasmar las part i c u l a r i-dades de cada rasgo facial, el éxito o elfracaso depende en gran medida de lashabilidades del artista. Un buen art i s t apuede producir imágenes de caras simi-l a res a las conseguidas con las técnicasde Identikit y Photobit, sin embargo, laidentificación resulta más difícil con estatécnica según se desprende de un traba-jo de Ellis et al. (1978a). Los sujetos tení-an que identificar las caras de 30 perso-nas conocidas a partir de fotografías odibujos con más o menos detalle, siendolas fotografías las que obtuvieron unmayor porcentaje de identificacionesc o rrectas. Además, Wogalter y Marw i t z(1991) utilizaron un sistema de composi-ción por ordenador llamado Mac-a-mug,en el que un grupo de sujetos compusie-ron 6 caras basándose en su re c u e rdo ydespués tenían la oportunidad de re t o-car dichas imágenes observando la cara

original. Posteriormente, otro grupo desujetos tuvo que tratar de identif icare n t re los re t r a t o s - robot realizados por elprimer grupo una serie de caras vistascon anterioridad. El porcentaje de identi-ficaciones correctas de estos sujetos fuesuperior al esperado por azar, por lo queesta técnica parece eficaz si los testigostienen un buen re c u e rdo de la cara delautor.

El problema del re t r a t o - robot y de laf o t o g r a f í a - robot es que no tienen sufi-cientes rasgos masculinos y femeninospara captar las diferencias raciales ade-cuadamente y la probabilidad de que losrasgos vistos por el testigo originalmenteestén en el kit es baja. Además, la venta-ja de los sistemas de composición poro rdenador es que tienen una mayorvariedad de rasgos faciales, la ausenciade expectativas y sesgos re l a c i o n a d o scon la identidad del sospechoso, debidoa los prejuicios raciales, culturales o este-reotipos sobre delincuentes (We l l s ,1988). No obstante, hay que destacarque a parte de la experiencia del opera-dor en todos los procedimientos de com-posición, la calidad de la comunicacióne n t re el operador o artista y el testigotiene gran influencia en el re n d i m i e n t odel mismo.

En general, la capacidad de las perso-nas para recordar caras es limitada y, portanto, la posibilidad de reconocer a unapersona a partir de una composición serámuy baja. La identificación de una perso-na a partir de un re t r a t o - robot dependede la calidad de la imagen compuesta yde la capacidad de los sujetos para re c o-nocer a pesar de los cambios. Sin embar-go, la calidad de la imagen del re t r a t o -robot depende tanto de la técnica decomposición de caras utilizada como dela experiencia del operador, pero tam-bién, de la capacidad del testigo para

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re c o rd a r, describir o reconocer rasgosespecíficos o globales de la cara.

3. RECONOCIMIENTO DE PERSONAS

Los estudios en el campo de la identifi-cación de personas se basan principal-mente en el sistema de re c o n o c i m i e n t ollamado rueda de identificación. El pro c e-dimiento consiste en presentar una seriede personas de características similare smediante fotografías, película o en vivo altestigo presencial de un suceso. El testigodebe decidir si alguna de las personas vis-tas con anterioridad está presente o no enla rueda y en caso afirmativo señalarquién es. Para que la tarea del testigo seadiscriminativa, es preciso que en la ru e d ahaya distractores. Los distractores sonpersonas que se sabe que son inocentesdel delito en cuestión, pudiendo ser ofi-ciales de policía, presos de la cárcel u otraspersonas. Existen diferentes modelos bajolos cuales la policía construye ruedas deidentificación y exhibición de fotografías.El modelo más utilizado es el de 6, 9, ó 12m i e m b ros; donde hay un miembro sospe-choso y el resto son distractores (Wells &L i n d s a y, 1985). Los distractores se eligende acuerdo a la descripción inicial del tes-tigo, por lo tanto, tendrán cierto pare c i d oe n t re ellos y con el sospechoso. Y, sobretodo, lo que unifica a todos es que llevenla misma indumentaria.

El objetivo de una rueda de identifica-ción es que el testigo realice la identifica-ción positiva (elegir a alguien de larueda) del autor o el rechazo de todoslos miembros cuando está ausente.

3. 1. RUEDAS DE IDENTIFICACIÓN

Las ruedas de identificación se pue-den clasificar en función de la modalidad

de presentación (fotografías, película oen vivo), de la presencia o no del autor ydel modo de presentación de los compo-nentes de la rueda (simultánea, secuen-cial o mixta).

Modalidad de presentación

En los trabajos de laboratorio laspersonas que componen la rueda deidentificación se presentan mediantefotografías, películas o en vivo. Enalgunos trabajos se analiza el tipo deidentif icac ión (Hi lgendorf & Irv i n g ,1978) y la exactitud de la identificación(Cutler & Fisher, 1990) en función delmodo de presentación. Hilgendorf eI rving (1978) encontraron que en lap resentación fotográfica el número deelecciones era mayor que en una situa-ción en vivo, lo que significa una mayorp robabilidad de realizar identificacio-nes falsas en esta forma de pre s e n t a-ción. Por otra parte, Cutler y Fisher(1990) comparando la exactitud de lost res modos de presentación de la ru e d ano encontraron diferencias en cuanto ala exactitud cuando el sospechoso esta-ba presente, pero cuando el sospecho-so no estaba en la rueda, en la pre s e n-tación en v ivo y en película hubomenos identificaciones falsas que en lap rueba fotográfica. Por lo tanto, lapelícula es la forma más adecuada dep resentación de la rueda, porque existeuna menor probabilidad de realizar fal-sas identificaciones que en la pre s e n t a-ción en vivo y mantiene un grado dec o n t rol adecuado de la situación expe-rimental, s iendo recomendada porKoehnken, Malpass y Wogalter (1996)a los policías investigadores. AunqueC u t l e r, Berman, Penrod y Fisher (1994)re a l i z a ron un meta-análisis de 8 traba-jos y encontraron resultados similare se n t re los tres modos de pre s e n t a c i ó n .

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En el campo aplicado, la identificaciónpositiva en una serie fotográfica tienemenos valor probatorio que en la ru e d ade identificación en vivo o en vídeo, perohay que tener en cuenta que el testigoque participa en una serie fotográfica noes conveniente que realice una pru e b ade identificación, ya que, Brigham yCairns (1988) comprobaron que las tasasde identificaciones erróneas eran supe-r i o res cuando los testigos habían vistouna serie de fotografías anteriormente.

El modo más adecuado de pre s e n t a-ción de la rueda es la película, porque per-mite controlar la situación experimental ytiene un mayor grado de realismo que lasfotografías, debido a la posibilidad decaptar el comportamiento de las personasen un período de tiempo, incluyendo lavoz. Por otro lado, en situaciones de lavida real, cuando un testigo tiene quep a rticipar en una rueda de identificación,la presentación de los componentes enpelícula puede resultarle menos estre s a n-te que la presentación en vivo.

Autor presente versus ausente

En las situaciones reales no se puedesaber a priori si el verd a d e ro autor deldelito está presente o no en la rueda deidentificación, es decir, si el sospechosoes el culpable del hecho. Por eso en lostrabajos de laboratorio se re c o m i e n d auna rueda con el autor presente y otracon el autor ausente, siendo sustituidopor otro distractor. El grupo al que se leasigna la rueda con el autor presente esel grupo experimental, mientras la condi-ción del sospechoso ausente se le pre-senta al grupo de control (Diges & Alon-so-Quecuty, 1993).

Wells y Tu rtle (1986) opinan que eluso de las dos ruedas aumenta la vali-

dez ecológica, permitiendo controlar elsesgo de respuesta y la capacidad dememoria de los testigos. La pre s e n t a-ción de las ruedas de re c o n o c i m i e n t ocon el autor ausente sirve para conocerla tendencia del sujeto a responder afir-mativamente, y además, para saber aquién elegiría el testigo de no estar pre-sente el verd a d e ro culpable. Tal vez a lapersona que tenga un mayor pare c i d ocon el autor. Sin embargo, en los casosreales la participación de un mismo tes-tigo en dos ruedas presenta muchosp roblemas, ya que el hecho de ver imá-genes de otras personas antes de laidentif icación puede contaminar elre c u e rdo de un testigo del aspecto delsospechoso para una posterior identifi-cación (Brigham & Cairns, 1988) o pro-ducir un efecto de compromiso, de talmanera que una vez que el testigo harealizado una identificac ión falsa,puede tender a repetirla en una pru e b ade identificación posterior (Gore n s t e i n& Ellsworth, 1980). A pesar de ello,Wells (1984) propone la utilización deuna prueba de identificación en “blan-co” (con el sospechoso ausente) y des-pués una segunda prueba con el sospe-choso presente para probar la cre d i b i l i-dad del testigo, ya que en su trabajo el60% de los sujetos que efectuó unrechazo correcto en la primera ru e d a ,reconoció correctamente al verd a d e roautor en la segunda.

S p o rer (1993) estudió la exactitud delas dos ruedas de identificación, utilizan-do una película sobre el robo en unatienda de 5 minutos de duración y unarueda fotográfica con 14 miembro s(simultánea y secuencial), y encontró queel porcentaje de identificaciones falsasera mayor (55%) en la rueda con el sos-pechoso ausente que con el sospechosopresente (25%). Sin embargo, no encon-tró diferencias entre rechazos correctos e

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identificaciones correctas. Aunque en larueda con el sospechoso ausente el por-centaje de rechazos correctos fue supe-rior en la rueda secuencial (61,1%) queen la simultánea (27,8%). En un meta-análisis, Shapiro y Penrod (1986) obtu-v i e ron un porcentaje de identificacionesfalsas menor cuando el sospechoso esta-ba presente (25%) que cuando no esta-ba (52%). En base a los resultados de lostrabajos anteriores, podemos decir quela probabilidad de identificar a un ino-cente en la rueda con el sospechosoausente es mayor que con el sospechosopresente.

Las instrucciones dadas a los sujetosa la hora de realizar una prueba deidentificación han demostrado tener unf u e rte impacto sobre su exactitud. Unade las recomendaciones que se hace, esque se diga explícitamente a los testigosque es posible que el perpetrador noesté en la rueda, obteniéndose de esamanera un mayor grado de imparc i a l i-dad de la rueda (Diges & Mira, 1988;Wells, Seelau, Rydell & Luus, 1994). Enun trabajo clásico, Malpass y Devine(1981) simularon un delito en vivo y aun grupo de sujetos les mencionaro nque era probable que el autor del delitofuese una de las personas que apare c í aen las fotografías, mientras que a otrog rupo se le dijo que el autor del delitopodía no estar entre las fotografías pre-sentadas. El 78% de los sujetos quep a rt i c i p a ron en la condición de la ru e d ade identificación con el autor ausente ycon instrucciones sesgadas identificói n c o rrectamente a un distractor, en con-traste con el 33% identificaciones falsasde los sujetos que pertenecían a la con-dición de instrucciones no sesgadas. Noobstante, el efecto del sesgo de las ins-t rucciones no fue significativo para larueda de identi ficación en la que elautor estaba presente.

En los casos reales no es re c o m e n d a-ble utilizar la rueda con el sospechosoausente, porque hay pruebas experimen-tales de que en la segunda rueda deidentificación el testigo tiende a re p e t i rlos erro res por efecto de compro m i s o .Sin embargo, se considera import a n t ea d v e rtir a los testigos que el autor deldelito podría no estar en la rueda, paraevitar la identificación de un sospechosoinocente. Además, para reducir las iden-tificaciones falsas, es mejor re c u rrir a lapresentación secuencial de los miembrosde la rueda, como veremos en el siguien-te apartado.

Rueda simultánea versus secuencial

La presentación de los distractores y elsospecho en una rueda puede re a l i z a r s ede forma simultánea o de forma secuen-cial. En una rueda simultánea todos losm i e m b ros de la rueda se presentan a lavez, por tanto, los testigos saben desdeel comienzo el número de part i c i p a n t e s ,entre los cuales tienen que elegir uno. Enla presentación secuencial, sin embarg o ,los componentes de la rueda apare c e nde uno en uno, y el sujeto no puedesaber de antemano el número de perso-nas o imágenes que le serán pre s e n t a-das, si no se menciona en las instru c c i o-nes previas. En este sentido, Koehnkenet al. (1996) opinan que si el testigo noconoce el número de miembros, la ten-dencia a elegir a alguien se reduce, por-que de lo contrario, el testigo se sientemás obligado a elegir hacia el final de lasecuencia.

En base a los datos aportados porWo g a l t e r, Malpass y Burger (1993), enel 90% de los casos reales se utilizanruedas simultáneas, tanto con fotogra-fías como en vivo y sólo en el 10% delos casos se re c u rre a las ruedas secuen-

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ciales. Sin embargo, existen trabajosempíricos que apoyan la hipótesis deque la pro p o rción de identificacionesfalsas en la rueda secuencial cuando elautor no está presente es menor que enla simultánea y sin apenas difere n c i a sen las identificaciones correctas entreambos tipos de ruedas (Lindsay et al.,1991; Lindsay & Wells, 1985; Spore r,1 9 9 3 ) .

Lindsay y Wells (1985) compararon laexactitud del reconocimiento de la exhi-bición simultánea y secuencial de foto-grafías. Los sujetos tenían que identifi-car a un ladrón 5 minutos después dehaberle visto, entre 6 fotografías. Losresultados indican la superioridad de larueda secuencial, ya que el número defalsas identificaciones en esta ru e d a(17%) era inferior que en la simultánea(48%), y el número de identificacionesc o rrectas en la presentación simultáneaera ligeramente superior (58%) que enla secuencial (50%). En un trabajo simi-lar Sporer (1993) obtuvo resultados enesta misma línea. Sin embargo, lasp ruebas más inequívocas sobre elmenor porcentaje de identificacionesfalsas son las aportadas por Lindsay etal. (1991) a través de 5 experimentoscon testigos de sucesos re p re s e n t a d o s .P re s e n t a ron ruedas de identif icaciónsesgadas y sin sesgar por medio de ins-t rucciones, diferente indumentaria delos componentes de la rueda y rueda noi m p a rcial. En la rueda secuencial obtu-v i e ron un porcentaje de identificacionesfalsas menor y mayor número de re c h a-zos correctos que en la rueda simultá-nea, cuando el sospechoso estabaausente.

En resumen, en la rueda secuencialse dan menos identificaciones falsas, loque significa que con este tipo derueda la probabilidad de proteger a un

sospechoso inocente es mayor. Koehn-ken et al. (1996) recomiendan la utili-zación de este tipo de rueda como pro-cedimiento estándar en la investigacióncriminal. Una característica de este tipode rueda es que el testigo tiene quetomar tantas decisiones como personaso imágenes que se presenten, mientrasque en la rueda simultánea solamentese toma una decisión. En el siguientea p a rtado se analizarán las re s p u e s t a sposibles de los sujetos en función deltipo de ru e d a .

3. 2. TIPOS DE IDENTIFICACIÓN

Los sujetos cuando tienen que re a l i-zar una identificación pueden elegir aalguien (identificación positiva) o noelegir a nadie (no identif icación). Laidentificación positiva de un sospecho-so en los casos reales es una evidenciai m p o rtante en contra del acusado, ygeneralmente se inicia un proceso deinvestigación en busca de otro tipo dep ruebas. Sin embargo, la no identifica-ción de un sospechoso supone dejarfuera de la investigación a esa persona.N o rmalmente los testigos tienen quecontestar si el perpetrador está o no enla rueda y no se les da la oport u n i d a dde decir explícitamente que no saben.Por ello, el hecho de no identif icar anadie podría tener dos significados, poruna parte, que una persona está segu-ra de que el autor del del ito no seencuentra entre las personas que havisto, y por otra, que realmente notiene indicios para saber si está o no.Por eso, cuando los sujetos tienen laposibilidad de elegir de forma explícitaque no saben, el porcentaje de noidentificaciones puede ser menor quecuando no la tienen, ya que se puedensentir menos presionados a re a l i z a ralguna identificación positiva, pro d u-

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ciéndose de esa manera menos identi-ficaciones falsas.

En la Tabla 3 se presentan las re s-puestas posibles de la rueda simultáneaen función del tipo de identificación.Cuando una persona elige a alguien dela rueda puede identif icar corre c t a-mente al sospechoso o erróneamente aun distractor. La identificación corre c t asólo puede darse si el sospechoso estáen la rueda. Wells y Lindsay (1985) dis-tinguen entre la identificación falsa deun distractor cuando el sospechosoestá presente ( e rror tipo alfa) y cuandoel sospechoso está ausente ( e rror tipobeta).

El error tipo beta corresponde a lap robabilidad que tiene un testigo deelegir a una persona inocente cuandoel sospechoso no está en la rueda y ele rror tipo alfa a la probabilidad de ele-gir a una persona inocente estandop resente el sospechoso. En los casosreales la identificación de un distractorno supone la acusación de la personaidentif icada, puesto que se sabe quees inocente y por eso a este tipo dee rror se le llama e rror conocido. N oobstante, la identificación de un sos-

pechoso, aunque en realidad sea ino-cente, puede tener graves consecuen-cias para esa persona. Por otra part e ,cuando un testigo no identifica anadie, la decis ión sólo puede serc o rrecta s i el autor está ausente( rechazo correcto) e incorrecta si estáp resente ( rechazo incorre c t o ) .

En la rueda secuencial cada sujetotiene que tomar una decisión (si es elautor o no) por cada miembro de larueda. En la Tabla 4 se presentan lasrespuestas posibles en la rueda secuen-cial en función del tipo de identifica-ción, suponiendo que los sujetos solopuedan elegir a una persona de la

rueda. Por este motivo cada sujeto ten-drá una identificación positiva o ningu-na y el resto de las respuestas seránrechazos. Al igual que en la ru e d asimultánea los sujetos pueden identifi-car a algún distractor incorre c t a m e n t etanto en una rueda con el sospechosop resente como en una con el sospecho-so ausente. Cuando se elige a un dis-tractor o no se elige a ningún compo-nente estando presente el autor, esp o rque se ha rechazado incorre c t a-mente al autor.

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Tabla 3Respuestas posibles en la rueda de identificación simultánea

en función del tipo de identificación

El hecho de que los sujetos tengan laopción de que no saben explícitamenteen la tarea de identificación puede afec-tar a los índices de elección. Spore r(1993) no incluyó dicha opción y obtuvoun 67% de identificaciones positivascuando el sospechoso estaba presente yun 52% cuando no lo estaba. En elg rupo de la rueda simultánea identifica-ron a alguien un 75% de los sujetos y enla secuencial un 47%. Por lo tanto,podemos decir que el porcentaje deidentificaciones positivas es superior queel de las no identificaciones, y superiorcuando el sospechoso está presente. Sine m b a rgo, cuando un sujeto identifica aalguien de la rueda tiene mayor probabi-lidad de equivocarse que cuando noelige a nadie.

En diversos estudios (Koehnken &Maass, 1988; Malpass & Devine, 1981;S p o re r, 1992; Wa rnick & Sander, 1980)se ha comprobado que tanto la inclusiónde la alternativa No sé, como las instruc-ciones dadas a los sujetos en la rueda deidentificación, pueden influir en su índicede elección. Por una parte, Sporer (1992)

p resentó a los sujetos una disputa en unlaboratorio, y una semana más tard etenían que identificar al autor. En larueda de identificación los sujetos teníantres alternativas posibles: a) Creo que esla persona número . . . , b) Creo queno está en la rueda y c) No sé si está,no le puedo re c o rd a r. De un total de62 sujetos, el 53% respondió que el sos-pechoso estaba presente, el 26% que noestaba presente y el 21% que no sabía.Es posible que el menor porcentaje de lasno identificaciones se deba al hecho deincluir la tercera opción. Y por otra parte,Wa rnick y Sanders (1980) encontraro n ,además, que la pro p o rción de identifica-ciones falsas también era menor en lacondición que incluía No sé. Los sujetosv i e ron la película de una persona que sededicaba a timar. En la primera condi-ción los sujetos podían contestar que elautor del delito estaba o no presente enla rueda. En la segunda condición teníantambién la opción de decir que no sabí-an. Y en las demás condiciones se lespedía que no eligiesen a nadie si no esta-ban seguros de quién era el timador, oque no intentasen adivinar, ya que cons-

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Tabla 4Respuestas posibles en la rueda secuencial en función del tipo de identificación

tituía una fuente de error muy común.En la primera condición el porcentaje desujetos que identificó erróneamente a undistractor era mayor que en las demáscondiciones.

En esta misma línea, Koehnken yMaass (1988) pidieron a los sujetos laidentificación de un ladrón en una ruedacon el autor ausente, una semana des-pués de presenciar la simulación de unrobo en un aula. A la mitad de los sujetosse le comunicaba el carácter experimen-tal de la tarea y a la otra mitad la cre e n-cia de que la identificación tendría con-secuencias serias para el sospechoso. Aun grupo se le daba una inform a c i ó nsesgada, indicándole que se creía que lapersona que había cometido el delitoestaba presente en la rueda. Sin embar-go, a otro grupo se le decía que no seña-lase a nadie de no estar absolutamentes e g u ros y este grupo tenía la altern a t i v aNo sé. También había un grupo que norecibía instrucciones sesgadas y tenía porescrito tres altern a t i v a s : a ) N ú m e ro delautor, b)No sé y c)No está el autor. Eneste caso, los sujetos que desconocían elcarácter experimental de la tarea deidentificación y tenían instrucciones ses-gadas hacia la cautela, escogieron dosveces más la opción de que no sabíanque en el resto de las condiciones. Aun-que las instrucciones sesgadas noa u m e n t a ron las identificaciones falsas,en un segundo experimento replicaron eltrabajo de Malpass y Devine (1981) yo b t u v i e ron resultados similares, es decir,que en la condición de instrucciones ses-gadas el número de identificaciones fal-sas era mayor (88%) que en la condiciónde instrucciones no sesgadas (33%).Como una de las diferencias entre el pri-mer experimento y el segundo era laposibilidad que tenían los sujetos de re s-ponder que no sabían, Koehnken yMaass (1988) sugieren que el aumento

de identificaciones falsas en el segundoexperimento se debe en parte a la ausen-cia de esta alternativa.

Los resultados de estos trabajos indi-can que la inclusión de la opción No séreduce el número de identificaciones fal-sas y, por tanto, si en las investigacionescriminales los testigos tuviesen explícita-mente la alternativa de que no saben,disminuiría la probabilidad de identificara una persona inocente. Además, hayque tener mucho cuidado con las ins-t rucciones que se le dan al testigo anteuna tarea de identificación, porque pue-den inducirle a identificar err ó n e a m e n t eal sospechoso. Por lo que se re c o m i e n d adar instrucciones de cautela, diciendoe x p resamente que el autor podría noestar en la rueda. También hay otros fac-t o res que influyen en la ejecución deidentificaciones falsas, como puede serel grado de imparcialidad de la rueda deidentificación utilizada (Malpass, 1981).

3. 3. E VALUACIÓN DE LA RUEDA DEIDENTIFICACIÓN

Existen diferentes medidas objetivasque permiten evaluar cuánto se aleja unarueda de la imparcialidad ideal. Estaspruebas indican el grado de cumplimien-to de los principios de imparc i a l i d a d .Según Malpass y Devine (1983) existendos principios básicos, uno basado en eltamaño de la rueda y otro en el sesgo delacusado.

Por un lado, el principio basado en eltamaño de la rueda señala que la proba-bilidad de elegir a un inocente por azardebe ser mínima. Cuanto mayor es elnúmero de distractores, menor es la pro-babilidad de señalar al azar a un inocen-te. Y por otro, el principio basado en elsesgo del acusado establece que debe

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evitarse el sesgo a favor o en contra delsospechoso, y para ello se deben elegirdistractores similares a él. Los juristas sonlos que deben decidir cuándo la probabi-lidad de elegir por azar a un inocente eslo suficientemente pequeña, así como elcriterio para considerar si hay sesgo delacusado en una rueda o no, y en quécaso una rueda es parcial (Diges & Alon-so-Quecuty, 1993).

Todas las pruebas de imparc i a l i d a dexistentes incluyen un pro c e d i m i e n t obásico que consiste en que una serie depersonas que no han presenciado el deli-to tienen que tratar de identificar al sos-pechoso basándose en la descripción delmismo pro p o rcionada por uno o variostestigos. A partir de las elecciones querealizan estas personas se evalúa hastaqué punto la rueda de identificacióncumple los principios de imparc i a l i d a d .Diges y Mira (1988) clasifican las medi-das de imparcialidad en función dedichos principios.

Índices de tamaño de la rueda

Las medidas relacionadas con el prin-cipio de tamaño de la rueda son el tama-ño funcional, el tamaño efectivo y el delos distractores aceptables.

El tamaño funcional de la rueda esun técnica propuesta por Wells, Leippey Ostrom (1979) que evalúa el grado desimilitud entre la apariencia de los dis-t r a c t o res o del sospechoso y la descrip-ción del culpable realizada por los testi-gos. Si los componentes de la ru e d ahan sido elegidos adecuadamente porsu parecido con el sospechoso, ésteserá señalado tan a menudo como losdemás. Su cálculo se basa en la fórm u l an / D, donde n es el número de perso-nas que realizan una elecc ión y D e l

n ú m e ro de personas que escogen als o s p e c h o s o .

El tamaño efectivo de la rueda fue uníndice propuesto por Malpass (1981) ymide la similitud en la apariencia entrelos miembros de la rueda y el culpable.Este procedimiento consiste básicamen-te en eliminar de la rueda al distractorque tenga un total de elecciones re a l i z a-das inferior al esperado por azar. Se cal-cula restando al número de eleccionesesperadas al azar para cada miembro elde elecciones reales, después se sumanlas cifras obtenidas para cada compo-nente de la rueda y se divide por eln ú m e ro de elecciones al azar. El valornumérico obtenido expresa el númerode componentes que realmente tendráen cuenta el testigo en la prueba dereconocimiento. En la medida en quedicho valor se acerca al número real delos componentes de la rueda indica elgrado de imparcialidad de la rueda. Otracuestión sería decidir qué tamaño fun-cional y efectivo se considera aceptablesegún el número de miembros de larueda. Por ejemplo, Malpass (1981) con-sidera aceptable un tamaño efectivo de5 para una rueda de 6 miembros.

No obstante, Malpass y Devine (1983)sugieren una técnica mucho más sencillallamada d i s t r a c t o res aceptables, b a s a d aen la proporción de elecciones realizadaspor los sujetos a cada uno de los compo-nentes de la rueda. Esta medida consisteen analizar si la frecuencia con la que lossujetos eligen a los diferentes miembro sde la rueda sobrepasa un determ i n a d op o rcentaje del nivel esperado por azar.La decisión de cuánta divergencia sepuede perm i t i r, respecto a la fre c u e n c i aesperada por azar, para aceptar a un dis-tractor es lo que debe determinarse encada estudio o por la legislación de cadapaís. Si una rueda tuviese 6 miembros y

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el porcentaje que se considera adecuadoes 75, un distractor sería aceptable conun porcentaje igual o superior al 12%(1/6*0,75=0,12). Según Diges y Mira(1988) aquellas personas de la rueda queno cumplan el criterio fijado (90%, 75%ó 50%) deben ser restadas del númerode componentes nominales (reales) de larueda.

N o s w o rthy y Lindsay (1990) señalanque es arriesgado elegir a los distractoresen base a su parecido con el sospechoso,ya que podría producir un mayor núme-ro de identificaciones falsas, y que porello los componentes de la rueda sedeben elegir teniendo en cuenta la des-cripción inicial del testigo. En esta mismalínea, Wells et al. (1994) definen comoun buen distractor aquél que se ajusta ala descripción verbal del sospechoso,p e ro que se diferencia de los demáscomponentes de la rueda en las caracte-rísticas físicas no mencionadas en la des-cripción.

Índices de sesgo del acusado

Uno de los índices basados en esteprincipio de sesgo del acusado es el índi-ce de Doob y Kirshenbaum (1973), queindica que la rueda no está bien construi-da si el sospechoso tiene una proporciónde elecciones superior a la esperada porazar, es decir, superior a 1/N, donde N esel número de componentes de la ru e d a .Cuando la diferencia entre la pro p o rc i ó nesperada por azar y la pro p o rción deelecciones (1/N - D/N) es negativa, ade-más de estadísticamente significativa, seconsidera que la rueda tiene sesgo nega-tivo contra el acusado. Por el contrario,cuando la diferencia es positiva y estadís-ticamente significativa, existe sesgo afavor del acusado. Wells (1978) criticaesta forma de evaluación porque en el

caso de que algún componente de larueda no sea similar en apariencia a laprimera descripción del criminal, el testi-go lo descartaría como sospechoso y porlo tanto aumentaría la probabilidad deseñalar al resto de participantes. Wells etal. (1979) también consideran que ésteno es un criterio adecuado, ya que sola-mente tiene en cuenta la pro p o rción deelecciones re f e rentes al sospechoso y noal resto de los componentes de la rueda.

O t ro índice es el propuesto por Mal-pass (1981) que se basa también en laf recuencia esperada por azar ( 1 / N ), yre p resenta una mejora respecto al índicea n t e r i o r, ya que en dicho cálculo se utili-za el tamaño efectivo de la rueda enlugar del tamaño nominal.

Los criterios que se consideran están-dar para las medidas de imparcialidad deuna rueda de 6 componentes, por ejem-plo, son 3 ó más para el tamaño efectivoy el funcional, y un 75% de la pro b a b i l i-dad esperada para los distractores acep-tables (Brigham, Ready & Spier, 1990).

Según Brigham y Pfeifer (1994), lasd i f e rencias entre los componentes no sedeben solamente a que la apariencia delos distractores no se corresponde con laprimera descripción física del sospecho-so, sino también a las diferencias enotras características personales (tics, pos-turas, expresión facial, etc.) o en lascaracterísticas propias de la rueda (ro p a ,posición o calidad de las fotos). Por otrolado, señalan que el concepto de tama-ño y sesgo de la rueda se solapan, por-que los dos dependen del número ded i s t r a c t o res aceptables. Por lo tanto, alc o n s t ruir una rueda parece import a n t econsiderar la similitud tanto de los rasgosfísicos de los miembros de la rueda comode la postura física que adoptan en larueda o la ropa que llevan, ya que uno

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de los procesos cognitivos que utilizanen la toma de decisión de la identifica-ción es la estrategia de comparar losm i e m b ros de la rueda entre sí (Dunning& Stern, 1994), y podrían elegir o descar-tar al que es diferente. Una re c o m e n d a-ción general es que los distractores nodeben diferenciarse del sospechoso encuanto al status social, indumentaria uotras características externas del sujeto(Diges & Alonso-Quecuty, 1993).

Un problema importante de las téc-nicas de evaluación de la imparc i a l i d a dde la rueda de identi ficación es quetodas ellas se basan en la primera des-cripción del autor del delito y, segúnS p o rer (1996), la descripción de perso-nas que realizan los testigos es incom-pleta o poco precisa, dependiendo devariables como la iluminación, duracióndel suceso, edad o estrés emocional deltestigo. Si la descripción que realiza eltestigo no es muy exacta, los distracto-res serían similares entre sí, pero dife-rentes al culpable, y existiría un sesgopositivo hacia el acusado. Por otrap a rte, se ha comprobado que la exacti-tud de la descripción no predice el nivelde identificaciones correctas (Pigott e tal., 1990; Spore r, 1992). Además, esposible que dependiendo de la descrip-ción que se presente del sospechoso alos sujetos podría variar el índice deelección de los miembros de la ru e d a ,por lo que el índice de imparcialidad notendría ninguna utilidad. De momentono se conocen las consecuencias de unamala descripción sobre una prueba dei m p a rcialidad. En los trabajos de labora-torio no es necesario basarse en las des-cripciones de los testigos para constru i rla rueda porque ya se conoce al autordel hecho. Sin embargo, parece másadecuado que jueces independientesrealicen la descripción del autor y, pos-t e r i o rmente, componer la rueda tenien-

do en cuenta las características quemencionan estos jueces.

Otra prueba de imparcialidad que noimplica la descripción previa es el índicede similaridad de los miembros de larueda, utilizada por Pigott y Brigham(1985), que se basa en la valoración sub-jetiva del parecido de los componentesde la rueda entre sí por parte de ung rupo de sujetos no implicados en elsuceso.

Los testigos al observar a una personarealizan inferencias acerca de su perso-nalidad, profesión o estatus socio-eco-nómico. Existen concepciones estere o t i-padas sobre la apariencia física de losdelincuentes (Bull & Green, 1980), por loque sería interesante conocer la influen-cia de estos estereotipos en el pro c e s ode identificación. Por lo tanto, otramanera de comprobar la parcialidad deuna rueda podría estar basada en losestereotipos, ya que por el aspecto físicoalgunos componentes podrían tener unamayor probabilidad de ser elegidos queotros, debido a su apariencia de marcadaculpabilidad o inocencia. En la prueba dei m p a rcialidad, en lugar de utilizar la des-cripción del sospechoso, se puede pedira los sujetos que valoren la pro b a b i l i d a dque atribuyen a cada miembro de larueda de ser ladrón, estafador, violador,asesino, etc., dependiendo del delitoque haya cometido el sospechoso.

En la legislación española no se con-templan las pruebas objetivas de impar-cialidad de la rueda, por eso Real, Fariñay Arce (1997) manifiestan que el valorp robatorio de las ruedas de identifica-ción es nulo. Estos autores re c o m i e n d a nla grabación en vídeo del momento de latoma de decisión del testigo, con el obje-to de evaluar posteriormente la conduc-ta no verbal del testigo, y ver la fiabilidad

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que se le puede atribuir a esa identifica-ción.

3. 4. POSICIÓN DE LOSCOMPONENTES DE LA RUEDA

Al componer cualquier rueda hay quetomar la decisión sobre la posición en laque debe ser presentado el sospechosoen relación a los demás componentes dela rueda. Es posible que exista una ten-dencia de los sujetos a elegir algunaposición de la rueda con más frecuenciasque otras y podrían ser diferentes enfunción del tipo de rueda (simultánea osecuencial). Existe la creencia de que lossujetos tienden a elegir con mayor fre-cuencia las posiciones centrales y, sine m b a rgo, en la rueda secuencial los tes-tigos podrían elegir con más frecuencia alos componentes de las últimas posicio-nes, sobre todo si conocen el número dem i e m b ros de la rueda, ya que si noencuentran a ninguna persona que lesre c u e rde al sospechoso en las primerasposiciones se sentirían “obligados” aidentificar a las personas que se pre s e n-ten en los últimos puestos. Por elmomento no hay soporte empírico afavor de la hipótesis de que la posicióndel sospechoso influye en el porc e n t a j ede elecciones.

Las posiciones que no se recomiendanson las extremas, debido a que se piensaque hay una tendencia de los sujetos aseleccionar a las personas que seencuentran en las posiciones centralesde la rueda. En algunos trabajos de labo-ratorio (Buckhout, Figueroa & Hoff ,1975; Spore r, 1992) se sigue esta re c o-mendación. Sin embargo, si se confirm aque los sujetos realizan un mayor núme-ro de identificaciones positivas en deter-minadas posiciones independientemen-te de la persona, en los casos re a l e s

habría que evitar precisamente que elsospechoso aparezca en dichas posicio-nes, para prevenir el riesgo de identifica-ciones erróneas.

Sporer (1993), utilizando los dos tiposde ruedas, presentaba al sospechoso osu sustituto en todas las posiciones de laprimera a la sexta y en la condiciónsecuencial los sujetos no sabían de ante-mano cuántas fotografías había re a l-mente. En la rueda simultánea, de untotal de 27 identificaciones positivas la 5ªposición tenía significativamente máselecciones que el resto. El número deelecciones de la 1ª posición a la 6ª fueronrespectivamente 3, 4, 4, 4, 11 y 1. Sine m b a rgo, en la rueda secuencial hubo17 identificaciones positivas en total y ladistribución de las elecciones no diferíadel azar. El número de elecciones de la 1ªposición a la 6ª se distribuyó de lasiguiente manera: 2, 2, 5, 2, 1 y 5. Enesta misma línea, Lindsay y Wells (1985)utilizando una rueda secuencial con tre sposiciones diferentes del autor del delito(1ª, 3ª y 5ª) tampoco encontraron dife-rencias en el índice de identificaciones.

El hecho de ir cambiando la posicióndel sospechoso, de la primera posición ala última, sirve para controlar el posibleefecto de la posición sobre el índice deelecciones. No obstante, para estudiar lainfluencia de la posición del sospechosose tendría que utilizar una muestra másamplia que la utilizada por Spore r(1993), ya que en cada rueda part i c i p a-ban 36 sujetos, a la mitad se les pre s e n-taba el sospechoso y al resto no. De talmanera que solamente a 6 personas seles presenta el sospechoso en la mismaposición. Algunas de ellas realizarán unaidentificación positiva y otras no. Partien-do de que la posición de los distractore sse realiza al azar, hay que tener en cuen-ta que cada vez que hay un cambio en la

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posición del sospechoso, se produce unaligera modificación de la posición de unode los distractores que está a su lado. Ypuede ser que la posición de los distrac-tores sea tan importante como la del sos-pechoso, sobre todo en la pre s e n t a c i ó nsecuencial. Por ejemplo, si un distractores muy parecido al autor y en una ru e d ase presenta antes que éste, puede tenermás elecciones que si aparece después.Por lo tanto, el índice de elecciones a uncomponente de la rueda podría variartambién en función de la posición de losdistractores.

Para los casos reales, Wells et al.(1994) recomiendan cambiar la posicióndel sospechoso y la de los distractore s ,en caso de haber muchos testigos. Ycuando un testigo identifica al sospecho-so sugieren la presentación de unasegunda rueda con los mismos compo-nentes, pero cambiando al sospechosode posición.

Desde un prisma cognitivo, intere s aconocer qué estrategias de toma dedecisión utilizan los sujetos en la identifi-cación y si esas estrategias se re l a c i o n a ncon la exactitud de la misma.

3. 5. PROCESOS COGNITIVOS DEDECISIÓN EN LAIDENTIFICACIÓN

Se han intentado conocer los pro c e-sos cognitivos que intervienen en elp roceso de toma de decisiones de lat a rea de identif icación de personas.Existen tres modelos explicativos basa-dos en aspectos cognitivos y que indi-can cómo l lega el testigo a cometere rro res en la identificación: el modelodel control de la realidad (Johnson &Raye, 1981), los procesos automáticosversus comparativos (Dunning & Stern ,

1994; Wells, 1984) y la transfere n c i ainconsciente (Buckout, 1974; Fariña,A rce & Real, 1994; Mira & Diges,1986).

Johnson y Raye (1981) pro p u s i e ro nel modelo de control de la realidad, pormedio del cual explican cómo los erro-res de memoria vienen determ i n a d o spor los fallos en discriminar entre losacontecimientos percibidos (externos) eimaginados (internos), ya que tanto lap e rcepción de los estímulos extern o scomo los propios pensamientos pro d u-cen información que luego es memori-zada, siendo la memoria generada porestímulos internos tan real para el suje-to como la memoria de los estímulose x t e rnos. Además, sugieren que losre c u e rdos originales del testigo contie-nen más información del contexto y conmayor detalle sensorial, mientras quelos re c u e rdos generados poseen infor-maciones idiosincrásicas del sujeto ymás subjetivas. Los resultados obteni-dos por Schooler, Gerh a rd y Loftus(1986) son consistentes con el modelode control de la realidad. Estos autore sp re s e n t a ron a los sujetos dos versionesde un accidente de tráfico mediantediapositivas. A un grupo le mostraro ncómo se pasaba un coche una señal deceda el paso, mientras que a otro gru p ose le presentaba el accidente sin dichaseñal de tráfico. Sin embargo, esteg rupo tenía que responder a una pre-gunta engañosa sobre la presencia de laseñal de ceda el paso. Posteriorm e n t e ,todos los sujetos tenían que describir laseñal. El primer grupo dio más inform a-ción sensorial y perceptual que los suje-tos de la condición engañosa. Y lossujetos de esta condición mencionaro nmás los procesos cognitivos que tuvie-ron lugar en el momento de ver la dia-positiva o después y en mayor fre c u e n-cia evasivas verbales que el resto.

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Cuando la gente reconoce a una per-sona, es porque los detalles perc e p t u a l e sglobales o específicos concuerdan con lai n f o rmación sensorial de su memoria.Existen pruebas empíricas de que a vecesel proceso de identificación se realiza def o rma automática y otras veces se siguenestrategias de comparación y elimina-ción. En este caso, el sujeto compara laimagen mental del autor con los compo-nentes de la rueda y va descartando algu-nos componentes, y finalmente, eligee n t re los que quedan, comparándolose n t re ellos (Dunning & Stern, 1994; Hay,Young & Ellis, 1986); Lindsay & We l l s1980). Por una parte, Hay et al. (1986)d e s c u b r i e ron que a las personas quereconocían una cara célebre pre v i a m e n t ep resentada, no les afectaba el número ded i s t r a c t o res y que el reconocimiento serealizaba de forma rápida. Y por otra,Dunning y Stern (1994) detectaron pro-cesos cognitivos de comparación en lafase de identificación, presentando lapelícula de un robo de 3 minutos a lossujetos y una serie fotográfica de 4 dis-t r a c t o res y el culpable de forma simultá-nea. Las personas que re a l i z a ron unaidentificación correcta se basaron más enp rocesos automáticos de re c o n o c i m i e n t oque las personas que no identificaro nc o rrectamente al sospechoso; y, por elcontrario, los sujetos inexactos utilizaro nmás las estrategias de eliminación. Pare c eque los sujetos que tienen más éxito en elreconocimiento utilizan la estrategia dereconocimiento automático, re a l i z á n d o s ela identificación en un espacio de tiempomuy breve y sin que los testigos seanconscientes de las bases de esa decisión.P e ro cuando las personas fracasan en elreconocimiento automático del perpetra-d o r, utilizan estrategias de eliminación enla toma de decisión.

Wells (1984) también hipotetiza quelas identificaciones falsas ocurren porque

los sujetos utilizan estrategias de compa-ración entre los miembros de la ru e d a ,eligiendo al que más se parece a la ima-gen que tienen del culpable y a este pro-ceso lo denomina p roceso de juicio re l a -tivo. Sin embargo, la estrategia corre c t asería el proceso de juicio absoluto, lo queimplica una comparación entre unm i e m b ro de la rueda y la imagen quetiene sobre el autor almacenada en lamemoria. Lindsay y Wells (1980) com-p ro b a ron que cuando existía similitudentre el sospechoso inocente (sustitucióndel autor del delito por otra persona) ylos distractores, aquél era elegido por el31% de los testigos. No obstante, elimi-nando la similitud entre los distractore s ,el sospechoso inocente era elegido porel 70% de los testigos. Además, dea c u e rdo con esta hipótesis, en la ru e d asecuencial habrá menos identificacionesfalsas que en la simultánea, debido aque los componentes de la rueda se pre-sentan de uno en uno y resulta muchomás difícil utilizar la estrategia de elimi-nación o comparación entre los miem-b ros. Tal como se ha visto anteriorm e n t een el apartado tipos de rueda, en larueda secuencial el porcentaje de identi-ficaciones era menor que en la simultá-nea, y no había diferencias significativase n t re las identificaciones correctas (Lind-say et al., 1991; Lindsay & Wells, 1985;Sporer, 1993).

Finalmente, hay que reseñar que exis-ten pruebas de la ocurrencia del fenóme-no conocido como t r a n s f e rencia incons -ciente (Buckout, 1974; Fariña, Arce &Real, 1994; Mira & Diges, 1986). Lat r a n s f e rencia inconsciente se pro d u c ecuando un testigo identifica como autordel delito a una persona que se encuen-tra en el escenario del suceso pero queno tiene ninguna implicación en loshechos. Posteriormente, el testigo identi-fica erróneamente a una persona, basán-

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dose en la familiaridad que le produce sucara, cuando dicha familiaridad se debea algún encuentro previo. En un inciden-te simulado en vivo por Buckout (1974)un estudiante agredía a un profesor ante141 testigos y aparecía un testigo confa-bulado con el experimentador cerca delprofesor. Siete semanas después, el 40%de los testigos reconoció al agre s o rmientras que el 25% identificó al espec-tador inocente, de entre 6 fotografías.Por otro lado, en un caso real citado porMira y Diges (1986) y ocurrido en nues-t ro país en 1981, un joyero identificó auna persona como participante en unatraco a su establecimiento, pero quincemeses después durante el careo judicial,el joyero reconoció que se había equivo-cado y que conocía al sospechoso porhaber sido cliente suyo. Por último, Fari-ña et al. (1994) simulando un robo envivo a un grupo de sujetos y mostrandola grabación en vídeo del mismo inciden-te, en una rueda de identificación poste-rior un 17,46% de los sujetos de la situa-ción real y un 18,5% de los de laborato-rio, identificaron como ladrón a un suje-to que aparecía en el suceso vestido deforma similar.

Aparte de las estrategias cognitivas dedecisión utilizadas por los testigos en laidentificación, la activación emocionalp roducida por la observación del sucesoinfluye en el rendimiento de la identifica-ción, tal como veremos en el siguienteapartado.

3. 6. EL ESTRÉS EMOCIONAL COMOVARIABLE MODULADORA

Otra variable cognitiva relevante paraexactitud de la identificación de perso-nas es el estrés emocional de los testigosp roducido por los sucesos emocionales.Hay muy pocos trabajos en esta línea, y

no hay acuerdo sobre la naturaleza de larelación entre estrés y exactitud de laidentificación (Narby et al., 1996), aligual que en el testimonio, tal vez debidoal contenido y modo de presentación delos sucesos. Cliff o rd y Hollin (1981), pre-sentando a los sujetos una película vio-lenta y otra neutra, no obtuvieron dife-rencias en la exactitud de la identifica-ción fotográfica, pero la descripción eramejor en la condición neutra. Read, Yu i-lle y To l l e s t rup (1992) examinaron lainfluencia de la activación y de la intoxi-cación alcohólica mediante dos experi-mentos. El suceso era re p resentado envivo y en el primer experimento no hubod i f e rencias entre la condición estre s a n t ey no estresante para la identificación. Noobstante, en el segundo el aumento delestrés mejoró el rendimiento en la identi-ficación de los personajes centrales delsuceso.

En los sucesos en los que se utilizaalgún arma el reconocimiento posteriores menos exacto que cuando no se utili-za. En un estudio de casos reales To l l e s-t rup et al. (1994) encontraron que lap resencia del arma no influía en la can-tidad y exactitud de la descripción delp e r p e t r a d o r, pero empeoraba el re c o-nocimiento posterior. En esta mismalínea, To o l e y, Brigham, Maass y Both-well (1987) encontraron que los sujetosidentificaban mejor las fotos del pro t a-gonista cuando no había tenido ningúna rma en las manos que cuando la habíatenido. Estos resultados indican que laatención focalizada en el arma durantela codificación interf i e re en la identifica-ción posterior, por lo que empeora laidentificación de la persona que lleva ela rma.

En general, puede ser que un altonivel activación emocional empeore elrendimiento de la identificación. No obs-

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tante, cuando la activación de los sujetoses moderada, la exactitud de la identifi-cación podría ser mayor. En este caso, elestrés emocional sería una variablemoduladora de la exactitud de la identifi-cación. De la misma forma que las con-cepciones estereotipadas sobre cómoactúan y cómo son los delincuentesmodulan la percepción que tiene el testi-go del autor del delito, re p e rc u t i e n d op o s t e r i o rmente en la exactitud del re c o-nocimiento.

3. 7. ESTEREOTIPOS SOBREDELINCUENTES

Dentro del área de la identificación depersonas también se ha estudiado elpapel de aspectos sociales, como pue-den ser los estereotipos. Los estereotiposson generalizaciones sobre las caracterís-ticas personales de un grupo social (Lipp-mann, 1922), originadas y mantenidaspor el entorno social, institucional y cul-tural de los individuos (Ya rm e y, 1993).Los estereotipos y las expectativas afec-tan a la percepción y memoria de las per-sonas cuando el tiempo de exposición deun suceso complejo o de una cara esmuy breve, o cuando la memoria es vagay el testigo se siente de alguna manerap resionado a recuperar una imagencompleta (Kapardis, 1997).

Hay evidencia empírica de que las per-sonas tienen concepciones estere o t i p a-das (Bull, 1979; Dion, 1972; Vrij, 1997).En relación a la memoria de testigos, sehan estudiado estereotipos sobre la apa-riencia física de los delincuentes (Bull,1979), y para algunos delitos se danestereotipos específicos sobre rasgos físi-cos (Bull & Green, 1980). Además, estasconcepciones estereotipadas influyen enla exactitud del testimonio (Mira & Diges,1984) y en la descripción e identificación

de personas (Allport & Postman, 1945,1947; Boon & Davies, 1988; Lindholm etal., 1997; Treadway & McCloskey, 1989;Yarmey, 1993).

Una concepción estereotipada que seha estudiado mucho en el campo de lapsicología social es que lo bueno es her -moso, lo cual significa que a las perso-nas atractivas se les atribuye conductasmás positivas que a las menos agracia-das (Dion, 1972), no obstante, a las per-sonas con una fisonomía anormal se lesrelaciona con conductas antisociales(Bull, 1979), así como a las personas deraza negra (Allport & Postman, 1945,1947). Dion (1972) probó experimental-mente el estereotipo relacionado con elatractivo físico, informando a los sujetoss o b re la mala conducta de un niño a lavez que mostraba una foto. A un gru p ole presentó un niño guapo y a otrog rupo uno feo. Los sujetos que vieron alniño más atractivo consideraron su con-ducta menos antisocial que la del niñomenos atractivo. Por el contrario, Bull(1979) comprobó que la f isionomíaa n o rmal se relaciona con conductas ina-decuadas, presentado once fotografíasde adultos a tres grupos de universita-rios. Encontró diferencias en la opiniónque les merecía la misma personadependiendo de si llevaba una o máscicatrices, considerando como más des-honestas las personas que apare c í a ncon cicatrices. Mira y Diges (1986) seña-lan que la gente cree que los delincuen-tes tienen una apariencia física que losdelata. Además, Vrij (1997) demostróque las personas que llevan ropa decolor negro producen impresiones másnegativas que las que van vestidas conropa más clara. El delincuente vestidocon ropa oscura producía una mayori rritación en los testigos y daba la impre-sión de una mayor agresividad, inclusoera visto como más culpable.

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Existen estereotipos específicos sobrela apariencia física del delincuente ded e t e rminados tipos de delitos. Bull yG reen (1980) encontraron que los suje-tos tenían concepciones estere o t i p a d a ssólo para algunos delitos. Mostraron 10caras fotografiadas a 58 sujetos, paracada cara tenían que elegir entre oncedelitos, el que creían que había cometidola persona de la foto presentada. En losdelitos de incendio provocado, violacióny allanamiento de morada, ninguna delas diez caras fue significativamente máselegida que otra. En cambio, para losdelitos de asalto, robo a mano arm a d a ,s e c u e s t ro, prostitución, posesión ilegalde drogas, estafa y abusos contra lamoral, una de las caras fue elegida conmás frecuencia que las demás.

En el testimonio los sujetos tambiénutilizan concepciones estere o t i p a d a s .Cuando los sujetos tienen que realizar ladescripción de la apariencia física de unapersona y no tienen una imagen mentalvívida para las características globalescomo son la edad, estatura y peso re c u-rren a valores promedio de la población(Mira & Diges, 1984; Sporer, 1992). Paradescribir otras características, como elcolor de ojos, tienen en cuenta el colordel cabello, por ejemplo, si la personatiene el cabello rubio le atribuyen ojosazules (Bull & Cliff o rd, 1979), de lamisma manera que para describir la ropamencionan la indumentaria más habitualen personas de ese estatus. Mira y Diges(1984) simularon un incidente en vivo enun aula y encontraron que los sujetosque no re c o rdaban la ropa que llevabauno de los protagonistas del suceso,contestaban pantalones vaqueros, aun-que los pantalones que llevaba eran deotro tipo de tela.

Cuando un testigo tiene que identifi-car al autor de un delito, puede identifi-

car equivocadamente a una persona quecoincida con la idea previa que posees o b re la apariencia física de las personasque cometen ese tipo de delitos. En estalínea, se ha estudiado la influencia devariables como el atractivo físico del sos-pechoso (Brigham et al., 1982; Cro s s ,C ross & Daly, 1971), el prejuicio racial(Allport & Postman, 1945, 1947; Boon &Davies, 1988) y la categorización de laspersonas en “buenas” o “malas” (Ya r-mey, 1993) sobre la exactitud de la iden-tificación. Brigham et al. (1982) pro b a-ron la habilidad para identificar a uncliente por parte de 73 oficinistas yencontraron que los clientes más atracti-vos fueron identificados corre c t a m e n t een mayor pro p o rción que los menosatractivos en una rueda fotográfica.C ross et al. (1971) también encontraro nque las caras atractivas eran mejor re c o-nocidas que las no atractivas.

En cuanto al prejuicio racial, Allport yPostman (1945, 1947) pre s e n t a ron a lossujetos un dibujo en el que unas perso-nas viajaban en un vagón y un hombrede raza blanca que llevaba una navaja deafeitar parecía discutir con un hombrenegro. Sin embargo, el 50% identificó alsujeto de raza negra como portador dela navaja de afeitar. Años más tarde, Tre-adway y McCloskey (1989) pre s e n t a ro nla misma escena, pero en lugar de lanavaja se podía ver un cuchillo claramen-te, y el tiempo de presentación eram a y o r. El 78% de los sujetos re a l i z a ro nuna identificación correcta. En otro tra-bajo similar, Boon y Davies (1988) mos-t r a ron a tres grupos de sujetos una seriede diapositivas en las que se describía una l t e rcado entre dos hombres y uno deellos llevaba un arma. En las fotografíasp resentadas al primer grupo el hombreque llevaba el arma era de raza negramientras que el otro hombre era de razablanca. Al segundo grupo de sujetos se

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le mostraron dos personas de raza blan-ca, y al tercer grupo se le presentó unhombre blanco, el que llevaba el arma, yo t ro negro. Aunque la exactitud de laidentificación fue peor cuando las dospersonas eran de distinta raza, no estác l a ro que se deba al prejuicio racial, yaque se ha demostrado que se tienen másdificultades para identificar a personasde una raza diferente a la propia (Ellis,1981). En esta línea de trabajo, Lindholmet al. (1997) compro b a ron si los policíasc o m p a rtían las mismas concepcionese s t e reotipadas sobre el prejucio racialque los civiles y su influencia en la identi-ficación. Se presentaron dos versiones dela película de un robo (autor inmigranteo no inmigrante) a policías y a civiles. Lospolicías tenían una percepción de la cul-pabilidad del perpetrador inmigrantemenor que los civiles. Sin embargo, elsospechoso inmigrante fue elegido mása menudo incorrectamente que el sospe-choso del propio país, por ambos gru-pos.

Por otra parte, Yarmey (1993) presen-tó a sujetos pregraduados 15 hombre sblancos en vídeo en tres condiciones(cara, voz, cara y voz), y posteriorm e n t etenían que elegir entre 9 rasgos de per-sonalidad y 6 características de la voz. Lacorrelación entre los rasgos de personali-dad y de la voz diferenciando entre bue-nas y malas personas, fue significativa.Además, el grado de exactitud de laidentificación era mayor para las vocesde los sujetos que eran categorizadoscomo “buenos”.

En resumen, podemos decir que exis-ten estereotipos sobre la apariencia físicade los delincuentes y que influyen en laidentificación de personas, siendo laspersonas menos agraciadas o considera-das deshonestas las que tienen unamayor probabilidad de ser identificadas

e rróneamente. Estos hallazgos tieneni m p o rtantes implicaciones para las situa-ciones reales. Por una parte, durante lao b s e rvación del incidente el testigopuede atribuir acciones o conductasantisociales incorrectamente a personasque participan en el suceso, si su aspectofísico no es muy agradable. Además, eltestigo puede codificar inadecuadamen-te la imagen del autor debido a ideasestereotipadas o expectativas. Y, por otraparte, en el momento de la identificaciónel testigo puede guiarse por el aspectofísico de los componentes de la rueda, sila imagen que conserva del autor esvaga.

4. CONCLUSIONES

Uno de los principales objetivos de lainvestigación en el campo de la identifi-cación de personas, es el conocimientode los factores que influyen en la re d u c-ción de identificaciones falsas, debido asu relevancia social. Cuando un testigoidentifica incorrectamente a una perso-na, supone una tragedia personal para lapersona inocente y también para lasociedad, porque el verd a d e ro culpablesigue libre y probablemente cometiendoo t ros delitos. En este sentido se ha com-p robado que en la presentación secuen-cial de los miembros de la rueda se pro-ducen menos identificaciones falsascuando el sospechoso no es culpable,p e ro sin afectar a la exactitud de lasidentificaciones correctas (Lindsay et al.,1991; Lindsay & Wells, 1985).

Los métodos utilizados para la identi-ficación de personas plantean problemasi m p o rtantes para el sistema judicial. Lautilización de la rueda con el sospechosoausente en los casos reales podría serv i rpara conocer la fiabilidad de un testigo.De tal manera, que si un testigo no iden-

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tifica a nadie en la rueda con el sospe-choso ausente y después en la rueda conel sospechoso presente identifica al sos-pechoso, la probabilidad de que la deci-sión sea exacta sería mayor. No obstante,Wells (1993) señala que aunque el testi-go en la primera rueda no identifique anadie, no sabemos si será exacto cuandoidentifique al sospechoso en la segundarueda. La rueda secuencial sirve paraminimizar los efectos negativos de unarueda de identificación parcial (Lindsayet al., 1991). Es decir, que cuando el sos-pechoso tiene una probabilidad mayorde ser elegido que los demás miembro sde la rueda, debido a la falta de similitud

de los distractores con el sospechoso ocon la descripción de éste, en la pre s e n-tación secuencial se producen menosidentificaciones falsas que en la pre s e n-tación simultánea.

El problema de una identificaciónfalsa por parte de un testigo se acentúacuando manifiesta una confianza alta enesa decisión, porque puede persuadir ajueces y jurados de que el sospechoso esculpable. Sin embargo, en la investiga-ción en este área se ha encontrado unarelación baja entre la confianza y la exac-titud de la identificación (Sporer et al.,1995; Wells & Murray, 1984).

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