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Raíces Esenias de la Cristiandad Pág. 1 de 43 Raíces Esenias de la Cristiandad En la época de Jesús de Nazaret existían dos corrientes principales o sectas dentro del Judaísmo: los Fariseos y los Saduceos. Los Fariseos estaban extremadamente preocupados con la estricta observancia externa de su interpretación de la Ley Mosaica, la adoración ritual y la teología. Los Saduceos, por otra parte, se preocupaban muy poco de estas cosas y se inclinaban hacia una forma de suave agnosticismo. En la actualidad estos dos grupos se pueden comparar con las ramas Ortodoxa y Reformada del Judaísmo respectivamente. También existía una tercera secta que a la misma vez era y no era parte del Judaísmo. Estos eran los Esenios, cuyo mismo nombre significa “los Forasteros”. (“Esenio” es el equivalente Griego del Hebreo Chitsonim–“los forasteros.” Como Filo y otros historiadores Judíos utilizaban “Esenio” al escribir acerca de ellos, este se ha convertido en el uso común). Ya sea que ellos hayan escogido este nombre para sí mismos o les haya sido aplicado por los desdeñosos Fariseos y Saduceos no se sabe. Pero que eran incongruentes (hasta incompatibles) con la vida normal de Israel en esa época es bien sabido. Jesús de Nazaret era un Esenio, igual que lo eran la mayoría de sus seguidores, incluyendo los doce Apóstoles. Cuando Jesús dijo “Yo construiré mi iglesia” (Mateo 16:18), la palabra utilizada en el texto Griego de los Evangelios es ecclesia, que literalmente significa “los llamados” o “los apartados” en el sentido de “los extranjeros”. Por tanto, no sería una exageración preguntarse si la traducción correcta no debiera ser: “Estableceré Mis Esenios”. Muchos elementos distinguían y hasta separaban a los Esenios del resto de Israel. Sus aseveraciones acerca de su propia existencia eran ciertamente un asunto controversial. Porque los Esenios aseguraban que Moisés los había creado como una fraternidad secreta dentro del Judaísmo, con Aarón y sus descendientes a su cabeza. El profeta Jeremías fue Maestro de los Esenios, y fue durante su vida que dejaron de ser una sociedad secreta y se convirtieron en una entidad pública.

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Raíces Esenias de la Cristiandad

En la época de Jesús de Nazaret existían dos corrientes principales o sectas dentro del Judaísmo: los Fariseos y los Saduceos. Los Fariseos estaban extremadamente preocupados con la estricta observancia externa de su interpretación de la Ley Mosaica, la adoración ritual y la teología. Los Saduceos, por otra parte, se preocupaban muy poco de estas cosas y se inclinaban hacia una forma de suave agnosticismo. En la actualidad estos dos grupos se pueden comparar con las ramas Ortodoxa y Reformada del Judaísmo respectivamente.

También existía una tercera secta que a la misma vez era y no era parte del Judaísmo. Estos eran los Esenios, cuyo mismo nombre significa “los Forasteros”. (“Esenio” es el equivalente Griego del Hebreo Chitsonim–“los forasteros.” Como Filo y otros historiadores Judíos utilizaban “Esenio” al escribir acerca de ellos, este se ha convertido en el uso común). Ya sea que ellos hayan escogido este nombre para sí mismos o les haya sido aplicado por los desdeñosos Fariseos y Saduceos no se sabe. Pero que eran incongruentes (hasta incompatibles) con la vida normal de Israel en esa época es bien sabido.

Jesús de Nazaret era un Esenio, igual que lo eran la mayoría de sus seguidores, incluyendo los doce Apóstoles. Cuando Jesús dijo “Yo construiré mi iglesia” (Mateo 16:18), la palabra utilizada en el texto Griego de los Evangelios es ecclesia, que literalmente significa “los llamados” o “los apartados” en el sentido de “los extranjeros”. Por tanto, no sería una exageración preguntarse si la traducción correcta no debiera ser: “Estableceré Mis Esenios”. Muchos elementos distinguían y hasta separaban a los Esenios del resto de Israel.

Sus aseveraciones acerca de su propia existencia eran ciertamente un asunto controversial. Porque los Esenios aseguraban que Moisés los había creado como una fraternidad secreta dentro del Judaísmo, con Aarón y sus descendientes a su cabeza. El profeta Jeremías fue Maestro de los Esenios, y fue durante su vida que dejaron de ser una sociedad secreta y se convirtieron en una entidad pública. A partir de esa época muchos de los Esenios comenzaron a vivir en comunidades. Isaías y San Juan Bautista también fueron Maestros de los Esenios. Su propósito era seguir una filosofía y práctica religiosa totalmente esotérica que estaba derivada de los Misterios Egipcios. Como el nieto del Faraón, Moisés había sido iniciado en esos misterios y estaba destinado a convertirse finalmente en la cabecera de la religión Egipcia. En Egipto era común que el hijo mayor del Faraón heredara el trono, y el hijo segundón encabezara la religión Egipcia. Aunque Moisés era el único hijo de la hija del Faraón, él era adoptado y su linaje de sangre era desconocido. Por este motivo, él no podía ser Faraón, pero se le podía colocar en la posición usualmente dada al hijo segundón. Los Misterios Egipcios en sí mismos se derivaban de la religión de la India: el Sanatana Dharma, la Religión Eterna. Debido a esto los Esenios siempre habían mantenido alguna forma de contacto e intercambio con la India–un hecho que molestaba a sus congéneres Israelitas. Respecto a esto, Alfred Edersheim, en su clásico del siglo diecinueve La Vida y Época de Jesús el Mesías (The Life and Times of Jesus the Messiah), escribió: “Su tendencia fundamental era muy contraria al Fariseísmo, y estaba fuertemente influenciada por elementos Orientales.”

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La realidad de este contacto con la India es mostrado en el Zohar (2:188a-b), una compilación de antiguas tradiciones místicas Judías y el texto principal de la Kabala Judía. Contiene el siguiente incidente respecto al conocimiento de un rabino iluminado respecto a la religión de la India y el rito religioso Védico conocido como el sandhya, que es un ofrecimiento de oraciones al amanecer y al anochecer para la iluminación.

“Rabí Yose y Rabí Hiyya estaban caminando por el camino. Mientras estaban caminando, cayó la noche; ellos se sentaron. Mientras estaban sentados, comenzó a brillar la mañana; ellos se levantaron y continuaron caminando. Rabí Hiyya dijo, ‘Mirad, la faz del Este, ¡cómo brilla! Ahora todos los hijos del Este [en la India], que moran en las montañas de luz [los Himalayas], se están inclinando ante esta luz, que brilla en nombre del sol antes de que el surja, y la están adorando.… Ahora usted podría decir: ‘¡Esta adoración es en vano!’ pero desde días antiguos, primordiales ellos han descubierto la sabiduría por su medio.”

Este contacto e intercambio con la religión de la India–en particular las prácticas Brahmánicas–se manifestaron de varias formas entre los Esenios:

1. Ellos practicaban la no-violencia estrictamente.

2. Eran vegetarianos absolutos y no tacaban el alcohol en ninguna forma. Tampoco consumían ningún alimento cocinado por alguien que no fuera Esenio. (Edersheim dice: “Sus adherentes preferían morir de hambre que compartir en las comidas del mundo exterior.”)

3. Rehusaban tener ropas de origen animal, tal como cuero o lana, usualmente hacían sus ropas de hilo o lino.

4. Rechazaban el sacrificio de animales, insistiendo que la Tora originalmente no había ordenado sacrificios animales, pero que el texto había sido corrompido—respecto a eso y a muchas otras prácticas también. Sus aseveraciones ciertamente son corroboradas por pasajes en las escrituras tales como: “¿Comeré yo la carne de los toros, o beberé la sangre de los chivos?” (Salmos 50:13). “¿Cuál es el propósito de la multitud de sacrificios que me hacen? dice el Señor:…Yo no me deleito en la sangre del ganado, ni de las carneros, ni de los chivos” (Isaías 1:11). “Porque yo no le hablé a vuestros padres, ni les di mandamientos el día que los saqué de la tierra de Egipto, respecto a ofrendas en el fuego o sacrificios” (Jeremías 7:22). La cita de Isaías es particularmente relevante ya que él mismo era Maestro de los Esenios.

Los Esenios alegaban que los “animales” originalmente ofrecidos en sacrificio eran efigies simbólicas de animales que representaban la debilidad o falta particular de la cual el que la ofrendaba quería ser liberado. Apolonio de Tiana enseñó esta misma cosa en relación con los antiguos sacrificios de los griegos, y urgía un regreso a esa forma. Mucho antes de eso, en la India efigies de masa eran ofrecidas en “sacrificio.” (Ver la página 42 de Ganesha, por Chitralekha Singh y Prem Nath, publicado por Crest Publishing House de New Delhi.) En la práctica Esenia, cada persona moldeaba las efigies con sus propias manos, mientras oraba y se concentraba profundamente en las características que él deseaba corregir, sintiendo que eran transferidas a la

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imagen. Las efigies eran hechas de cinco sustancias: incienso en polvo, harina, agua, aceite de oliva y sal. Cuando se secaban, eran llevadas al tabernáculo cuyo altar era una estructura de metal con una parrilla por encima y carbones calientes dentro. Las efigies eran colocadas sobre esta parrilla y eran quemadas por el intenso calor. Según se quemaban, por medio de la fuerza del calor el aceite de oliva y el incienso se licuaban o hervían y se elevaban. Este líquido fragante era llamado “la sangre” del sacrificio. Fue con esto que Moisés consagró el tabernáculo, su equipo, y los sacerdotes (Éxodo 24:6,8), no la sangre animal. Y fue justamente esa “oveja” cuya “sangre” fue rociada en las jambas de las puertas en Egipto (Éxodo 12:7).

Para la celebración de la Pascua, los Esenios horneaban la efigie de un carnero usando los mismos ingredientes—excepto que en lugar de incienso sustituían miel y canela. (O, si no tenían miel, usaban un tipo de almíbar de pasas.) Esta era el único cordero pascual aceptable para ellos—y por tanto para Jesús y sus Apóstoles.

Consecuentemente, los Esenios rehusaban adorar en Jerusalén, pero mantenían su propia tienda-tabernáculo en el Monte Carmelo, hecha de acuerdo a las instrucciones originales dadas a Moisés en el Monte Sinaí. Ellos consideraban el templo de Jerusalén inaceptable porque era una estructura de piedra construida según el estilo Greco-romano más bien que un tabernáculo en la forma sencilla y humilde que le fue dada a Moisés—una forma que simbolizaba tanto la composición física como psíquica del ser humano. Más aún, el templo de Jerusalén fue construido por Herodes quien, completamente supeditado a Roma, desdeñaba el Judaísmo y practicaba una suerte de piedad agnóstica Romana. Debido a esto el templo era ritualmente impuro en su estimación. Ellos aplacaban a los sacerdotes del Templo de Jerusalén enviándoles grandes donaciones de dinero. En ocasiones ellos le daban al Templo en Jerusalén animales útiles, pero solamente con la condición que se les permitiera vivir su lapso natural de vida.

5. Ellos interpretaban la Tora y otras escrituras Hebreas en una forma casi exclusivamente espiritual, simbólica y metafísica, como lo hacía Filo, el filósofo Judío de Alejandría. Ellos también tenían sus propias escrituras esotéricas que no le permitían ver a los que no eran Esenios. Pero aún más ofensivo para los otros hebreos era su estudio y aceptación de escrituras “extranjeras”—los libros santos de otras religiones—tanto así que se condenó públicamente esta práctica. A la luz de esto podemos decir que los Esenios tal vez eran los primeros en los anales de la historia escrita en tener un punto de vista universal, ecléctico de la religión.

6. El celibato era muy apreciado por ellos, siendo observado frecuentemente aún dentro del matrimonio, y muchos de ellos llevaban vidas monásticas de total renunciación.

7. Ellos consideraban que los miembros masculinos y femeninos—todos los cuales sabían leer y escribir—eran iguales espiritualmente, y ambos sexos eran profetas y maestros entre ellos. Esto, también era una práctica del Hinduismo en esa época, las mujeres también usaban el cordón sagrado.

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8. Ellos negaban la doctrina de la resurrección física de los muertos al final de los tiempos, que era sostenida por algunos Fariseos—quienes usualmente creían en la reencarnación—y más tarde se convirtió en uno de los principios del Cristianismo en el Mediterráneo.

9. Creían en la reencarnación y la ley del karma y en la reunión final del alma con Dios. Esto está claramente indicado por los Apóstoles preguntándole a Jesús acerca del hombre ciego: “Maestro, ¿quién pecó, este hombre, o sus padres, para que naciera ciego?” (Juan 9:2. Ver ¿Puede un Cristiano Creer en la Reencarnación?).

10. Ellos creían que el sol era una manifestación divina, que impartía poderes espirituales tanto al cuerpo como a la mente. Ellos se ponían de frente al sol naciente y poniente y hacía sus oraciones de adoración, rehusando, al levantarse por la mañana, a decir una sola palabra hasta concluir esas oraciones. No consideraban que el sol era un dio, sino un símbolo del Dios Único de Luz y Vida. Sin embargo, sentían que oraciones apropiadas dirigidas hacia el sol evocarían una respuesta divina. (Ver las palabras de Jesús al rey de Cachemira según están inscritas en el Bhavishya Maha Purana que se dará más tarde.)

11. Ellos creían tanto en la adivinación como en los poderes de la profecía.

12. Ellos creían en el poder de fórmulas ocultas, o mantras, así como en rituales esotéricos, y practicaban la teúrgia (“magia” espiritual) con ellas.

13. Creían en la astrología, erigían horóscopos, y hacían “amuletos mágicos” con plantas y gemas, según los aspectos astrológicos. También creían que los ángeles le habían enseñado a Moisés la práctica del herbalismo.

14. Creían que las curas milagrosas eran extensiones naturales de la vida espiritual auténtica.

15. Usaban solamente ropa blanca como una señal que adoraban al Dios Que Es Luz y estaban vestidos por Él de luz. Esto provocaba tanto a los otros israelitas que rezar usando ropa blanca fue prohibido por los Fariseos y Saduceos, y se escribieron leyes a este efecto. (La Mishnah con una tal prohibición.) Los discípulos de Santo Tomas en la India tenían una regla similar, usando solamente ropa blanca en el culto.

16. Observaban reglas de pureza (shaucha/shuddhi) idénticas a las de los Brahmanes de la India en aquella época, especialmente respecto a bañarse frecuentemente.

17. Practicaban una adherencia estricta a la verdad. (Los viajeros de siglos pasados citaban la estricta adherencia a la verdad de los Brahmanes de la India como una gran y admirable maravilla.)

También se debe notar que la mayoría de estas prácticas Brahmánicas eran observadas también por los Budistas, así que no está fuera de lugar considerar que los Esenios—y Jesús y Sus discípulos—poseían las cualidades tanto de la religión Hindú como de la Budista en “el Oeste” en esa época.

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De todo esto podemos ver por qué Edersheim asevera que “En cuanto a su doctrina, vida, y culto, ellos [la comunidad Esenia] verdaderamente estaban fuera del Judaísmo.” Como un resultado de estas diferencias del Judaísmo ordinario, los Esenios Vivian completamente apartados de sus compañeros Hebreos, usualmente en comunidades separadas o en casas comunales en los pueblos y ciudades. (El supuesto “experimento comunitario“ en el libro de los Actos (4:32) era en realidad una continuación del sistema de vida Esenio. La Última Cena tuvo lugar justamente en una de tales “casas” Esenias.)

La Historia de Isha Mesías—Jesús el Cristo

Entre los Esenios de Israel en el umbral de la Era Cristiana, nadie era mejor conocido o más respetado que Joaquín y Ana de Nazaret. Joaquín era conocido por su gran piedad, riqueza y caridad. El hombre más rico en Israel, su práctica era dividir anualmente sus ganancias en tres, dando un tercio a los Templos del Carmelo y de Jerusalén, y un tercio para los pobres, y guardando un tercio para sí mismo. Ana era una renombrada profetisa y maestra entre los Esenios. Su hija María [Miryam], Quien había sido concebida milagrosamente bajo el Santo de los Santos en el Templo, había pasado trece años de su vida como una virgen del Templo hasta sus esponsales con José de Nazaret. Antes de que el matrimonio fuera realizado, Ella descubrió que había concebido sobrenaturalmente, y en su momento Ella dio a luz a un hijo en una cueva de Belén. Se le dio el nombre de Jesús (Yeshua en Arameo y Yahoshua en Hebreo).

Este Hijo de Miryam fue tan milagroso como su madre, y maravillas asombrosas se realizaban y manifestaban diariamente en su vida–y para preservarla sus padres lo llevaron a Egipto por algunos años donde vivieron con las diferentes comunidades Esenias ahí. Pero antes de esa Huida, cuando el niño tenía aproximadamente tres años, algunos sabios de la India (Mateo 2:1, 2) vinieron a rendirle homenaje y a establecer un nexo de comunicación con él, porque su destino era vivir la mayoría de su vida con ellos en el país del Eterno Dharma antes de regresar a Israel como un mensajero de la misma iluminación que originalmente había estado en el corazón de la orden Esenia. Por mediación de mercaderes y viajeros que iban y venían de la India, se mantuvo el contacto con quien estaba destinado a ser su discípulo.

A la edad de doce años, durante la celebración de la pascua en el Monte Carmelo (no en Jerusalén), Jesús les pidió la Iniciación a los ancianos de los Esenios–algo concedido solamente a los adultos después de cuidadosa instrucción y escrutinio. Debido a su bien-conocido carácter sobrenatural, los ancianos lo examinaron delante de todos los presentes. No solamente podía contestar todas sus preguntas perfectamente. Cuando el examen terminó él comenzó a examinarlos a ellos, haciéndoles preguntas y proponiendo declaraciones que estaban completamente más allá de su comprensión. De esta forma él demostró que la orden Esenia no tenía nada que enseñarle, y que él no tenía necesidad de recibir ninguna iniciación ni instrucción de ellos.

Al regresar a Nazaret comenzaron las preparaciones para su viaje a la India para convertirse formalmente en un discípulo de aquellos maestros que vinieron a él nueve años atrás. Habiendo

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completado las preliminares necesarias, Jesús de Nazaret comenzó un peregrinaje espiritual que terminaría a los pies de los tres maestros que transformarían a Jesús de Nazaret en el Señor Isha, el Maestro del Dharma y el Mesías de Israel. Nicholas Roerich, en su libro Los Himalayas: Una Monografía, dijo que según unos rollos Tibetanos que él encontró en 1925, Isha tenía trece años cuando partió para la India. El Nathanamavali de los Nath Yogis, a quien consideraremos más tarde, dice que Isha llegó a la India cuando tenía catorce años.

El entrenamiento espiritual de Jesús

En la India los maestros iniciaron a Jesús en el yoga y la vida espiritual más elevada, dándole el nombre espiritual de “Isha,” que significa Señor, Maestro, o Regente, un título descriptivo frecuentemente aplicado a Dios. También es un título de Shiva.

Los maestros también instruyeron a Jesús sobre la forma que sus enseñanzas espirituales debían tomar y las prácticas yoga específicas que debían ser dadas a sus discípulos. También se decidió que uno de esos discípulos debía ser enviado a la India para un empoderamiento e instrucción espiritual idénticos a los que se estaban impartiendo a Jesús.

Por algún tiempo Jesús meditó en una cueva al norte de la actual ciudad de Rishikesh, uno de las localidades más sagradas de la India. Durante los años que pasó en los Himalayas, Él alcanzó las alturas supremas de la realización. Para aumentar las enseñanzas que había recibido en los Himalayas, Jesús fue enviado a vivir en Benarés, la ciudad sagrada de Shiva.

El culto de Shiva

El culto de Shiva centrado en la forma de una piedra elíptica natural conocida como la Shiva Linga (Símbolo de Shiva) fue una parte de la herencia espiritual de Jesús, porque Su antepasado Abraham, el padre de la nación Hebrea, fue un adorador de esa forma. The Linga que él adoraba hoy en día está instalada en la Meca dentro de la Kaaba. La piedra, que es de color negro, se dice que fue entregada a Abraham por el Arcángel Gabriel, quien lo instruyó en su culto. Tal culto no terminó con Abraham, sino que fue practicado por su nieto Jacob, como lo demuestra el capítulo veintiocho de Génesis.

Inconscientemente, debido a la oscuridad, Jacob usó la Shiva Linga como almohada y consecuentemente tuvo una visión de Shiva de pie encima de la Linga que fue vista simbólicamente como una escalera al cielo por medio de la cual los devas (seres brillantes) iban y venían. Recordando la devoción de Abraham e Isaac, Shiva la habló a Jacob y lo bendijo para que fuera el antepasado del Mesías. Al despertar, Jacob declaró que Dios estaba en ese lugar aunque él no se había dado cuenta. La luz del amanecer le reveló que su almohada había sido una Shiva Linga, así que la enderezó y la adoró con un baño de aceite, como es tradicional en el culto a Shiva, nombrándola (no el lugar) Bethel: la Morada de Dios. (En otro relato en el capítulo treinta y cinco, se dice que Jacob “vertió una ofrenda de bebida sobre ella, y vertió aceite sobre ella.” Esto, también, es una forma tradicional de adoración y ofrenda.) Desde entonces el lugar se convirtió en un lugar de peregrinaje y adoración a Shiva en la forma de la piedra Linga. Más tarde Jacob tuvo

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otra visión de Shiva, Quien le dijo: “Yo soy el Dios de Bethel, donde tú ungiste el pilar, y donde tú prometiste una promesa a mí.” (Génesis 31:13). Un examen del Antiguo Testamento revelará que Bethel era el centro espiritual para los descendientes de Jacob, aún por encima de Jerusalén.

Aunque esta tradición del culto de Shiva [Linga] se ha borrado de la memoria de los Judíos y Cristianos, en el siglo diecinueve fue evidenciado en la vida de la estigmática Anna Catherine Emmerich, una monja Agustiniana Católica Romana. En varias ocasiones cuando estaba mortalmente enferma, seres angélicos le trajeron Shiva Lingas de cristal que hacían que ella les rindiera culto derramando agua sobre ellas. Cuando ella bebía esa agua estaba perfectamente curada. Más aún, en las principales festividades Cristianas ella tenía experiencias fuera del cuerpo en las cuales ella era transportada a Hardwar, una ciudad consagrada a Shiva en las laderas de los Himalayas, y de ahí al Monte Kailash, la morada tradicional de Shiva, que ella dijo era el corazón espiritual del mundo.

Benarés y Jagannath Puri

Benarés, el corazón espiritual de la India, fue el centro principal de las enseñanzas Védicas. Durante su tiempo en los Himalayas, los esfuerzos de Jesús estuvieron concentrados casi exclusivamente en la práctica del yoga. En Benarés Jesús se involucró en un intenso estudio de los textos espirituales del Sanatana Dharma, especialmente los Upanishads y el Bhagavad Gita–que más tarde citaba durante sus discursos en Israel.

Cuando Jesús llegó al punto que los acharyas de Benarés estuvieron satisfechos con su nivel de conocimiento de las escrituras y la filosofía, fue enviado a la ciudad sagrada de Jagannath Puri, que en aquella época era un gran centro del culto de Shiva, segundo solamente a Benarés. En Puri Jesús vivió por algún tiempo en el famoso Govardhan Math, que es hoy un centro principal de la orden monástica del principal filósofo-santo de la India conocido como Adi Shankaracharya. Allí perfeccionó la síntesis de yoga, filosofía y renunciación, y comenzó a enseñar públicamente el Eterno Dharma. En la década de los 1950, el antiguo director del Govardhan Math, y cabeza de toda la Orden monástica Swami de Shankaracharya, Jagadguru Bharat Krishna Tirtha, aseguró que él había descubierto “evidencia histórica innegable” que Jesús había vivido en el Govardhan Math así como en otros lugares de la India. Él estaba escribiendo un libro sobre el tema, pero murió antes de poder terminarlo. Desafortunadamente la suerte de su manuscrito y de sus investigaciones se desconoce en el momento presente.

Como maestro Jesús fue tan popular como competente en su enseñanza, y adquirió gran notoriedad entre todos los niveles de la sociedad. Sin embargo, aquellos que habían convertido la religión en un negocio se tornaron intensamente celosos y hasta comenzaron a planear su muerte. Por tanto él abandonó Puri y regresó a las regiones de los Himalayas. Allí se le dieron instrucciones finales respecto a su misión en el Occidente y la forma en que se podían enviar mensajes entre Jesús y sus maestros Indios. Jesús también vivió en varios monasterios Budistas en la región de los Himalayas en esta época.

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Jesús estaba consciente de la forma y propósito de su muerte desde su nacimiento. Pero fueron sus maestros Indios los que clarificaron todo respecto a esto para él. Le prometieron a Jesús que se le enviaría un Bálsamo del Himalaya para que fuera derramado sobre su cabeza por un discípulo cercano como señal que su muerte era inminente, hasta “en la puerta”. Cuando Santa María Magdalena realizó esta acción en Betania, Jesús comprendió el silencioso mensaje, diciendo: “Ella ha venido de antemano a ungir mi cuerpo para ser enterrado.” (Mark 14:8).

Regreso a Occidente

Jesús entonces inició su viaje de regreso a Israel con las bendiciones de los maestros. A todo lo largo de su viaje, Jesús enseñó a aquellos que se sentían atraídos por su magnetismo espiritual y que buscaban sus consejos sobre la vida divina. Él prometió que después de algunos años él les enviaría uno de sus discípulos quien les daría aún más conocimientos y beneficios.

Al llegar a Israel, Jesús fue directamente al Jordán donde su primo Juan, el Maestro de los Esenios, estaba bautizando. Allí su naturaleza Crística fue revelada a Juan y a aquellos tenían “ojos para ver y oídos para oír” (Deuteronomio 29:4). De esta forma su breve misión en Israel comenzó. Su progreso y conclusión son bien conocidos, así que no necesitamos repetirlos aquí excepto para rectificar un punto.

El malentendido se convierte en una religión

A través de los Evangelios podemos ver que los discípulos de Jesús consistentemente malinterpretaban sus palabras sobre asuntos espirituales superiores. Cuando él habló de la espada de la sabiduría ellos le mostraron espadas de metal para asegurarle que estaban bien equipados (Lucas 22:36-38). Cuando les advirtió contra la “levadura” de los Escribas y Fariseos ellos pensaron que se estaba quejando de que no tenían pan (Marcos 8:15,16). ¿Es de asombrarse, entonces que él les dijera: “¿No percibe aún, ni comprenden? ¿Se ha endurecido vuestro corazón? ¿Qué teniendo ojos, no veis? ¿y teniendo oídos, no escucháis? ¿Cómo es que todavía no comprendéis?” (Marcos 8:17, 18, 21). Aun en el momento de su partida final del ellos, sus palabras demostraron que ellos todavía creían que el reino de Dios era una entidad política terrenal y no un reino espiritual. (Actos 1:6).

Siendo esto así, los Evangelios mismos deben ser estudiados con gran cautela y con la consciencia de que Jesús no fue el creador de una nueva religión, sino un mensajero de la Eterna Religión que había aprendido en la India. Como me comentó en una ocasión un sacerdote de la Iglesia Cristiana de Santo Tomás del Sur de la India: “Usted no puede comprender las enseñanzas de Jesús si no conoce las escrituras de la India.” Y si usted conoce las escrituras de la India usted puede ver donde–sin importar cuan bien intencionados pueden haber sido–los autores de los Evangelios equivocaron completamente el mensaje y tergiversaron las palabras e ideas que escucharon de Jesús, aun atribuyéndole a él incidentes de la vida de Buda (tales como el Óbolo de la Viuda) y confundieron sus citas de las Upanishadas, el Bhagavad Gita y el Dhammapada por doctrinas originales de él. Por ejemplo, el versículo que abre el Evangelio de Juan, que ha sido citado por siglos como prueba del carácter único y la misión de Jesús, es en realidad una parafraseo del verso

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Védico: “En el principio era Prajapati, y con Él estaba la Palabra.” (Prajapati vai idam agra asit. Tasya vak dvitiya asit. Krishna Yajurveda, Kathaka Samhita, 12.5, 27.1; Krishna Yajurveda, Kathakapisthala Samhita, 42.1; Jaiminiya Brahmana II, Samaveda, 2244).

Habiendo confundido a Cristo con Jesús, las cosas solo podían empeorar para ellos y sus seguidores hasta que el verdadero Evangelio de Cristo quedó enterrado bajo dos mil años de confusión y desechos teológicos.

Regreso a la India–no una ascensión

Se supone generalmente que al final de su ministerio en Israel Jesús ascendió a los cielos. Pero San Mateo y San Juan, los dos Evangelistas que fueron testigos oculares de esta partida, ni siquiera mencionan tal cosa, porque ellos sabían que él regresaba a la India después de apartarse de ellos. San Marcos y San Lucas, que no estaban ahí, simplemente hablen de que Jesús fue llevado a los cielos. La verdad es que partió para la India, aunque no es improbable que se hubiera elevado y “volado” allí. Esta forma de viaje no es desconocida para los yogis Hindúes.

Que Jesús no abandonó el mundo a la edad de treinta y cinco fue escrito por San Ireneo de Lion en el segundo siglo. Él alegaba que Jesús vivió cincuenta o más años antes de abandonar la tierra, aunque él también dijo que Jesús fue crucificado a la edad de treinta y tres años. Esto significaría que Jesús vivió veinte años después de la cruficisión. Esta declaración de San Ireneo ha intrigado a los eruditos Cristianos por siglos, pero si lo juntamos con otras tradiciones se torna comprensible. Basilides de Alejandría, Mani de Persia, y el Emperador Juliano dijeron que Jesús fue a la India después de Su crucifixión.

¿Por qué regresó Jesús a la India? Anna Catharine Emmerich dijo que en sus visiones de la vida de Jesús ella había visto claramente que en la India Jesús amaba a la gente y ese amor era reciprocado plenamente. Más aún, todos allí entendía todo lo que Jesús decía y enseñaba. En contraste, era muy poco apreciado en Israel y casi nadie sabía de qué estaba hablando. Esto ciertamente sería un aliciente para regresar. Puede haber otro motivo. Algunos antropólogos e historiadores contemporáneos creen que Abraham era miembro del clan Yadava de la India Occidental, de la familia de Krishna, quien desapareció de la India después que Krishna partió de este mundo. Swami Bhaktivedanta, fundador del movimiento Hare Krishna dijo lo mismo. De ser así, entonces Jesús en realidad estaba regresando a la patria de sus antepasados.

Y finalmente, Jesús puede haberse dado cuenta que sus enseñanzas solamente se podrían preservar dentro del contexto de la religión y la filosofía Oriental. Un antiguo texto Chino sobre la historia de las religiones y de sus doctrinas, conocido como El Espejo de Cristal, tiene esto que decir del Señor Isha (Jesús) y Sus enseñanzas: “Yesu, el maestro y fundador de la religión, nació milagrosamente…Sus doctrinas no se expandieron extensivamente, sino que sobrevivieron solamente en Asia.”

Algunos récords Budistas sobre Jesús

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Un récord contemporáneo escrito de la vida y enseñanzas de Jesús en la India fue descubierto en 1887 por el viajero Ruso Nicholas Notovitch durante su peregrinaje en Ladakh. Él lo hizo traducir del texto Tibetano (el original, guardado en el monasterio de Marbour cerca de Lhasa, estaba en Pali) y, a pesar de intensa oposición de los “Cristianos” en Rusia y Europa, lo publicó en su libro La Vida Desconocida de Jesús el Cristo.

Como es de esperarse, la autenticidad del libro de Notovitch fue atacada y se escribieron varios artículos alegando que los monjes del monasterio Himis, donde Notovitch había encontrado el manuscrito, le habían dicho a investigadores que ellos no sabían nada de Notovitch ni del texto. Pero tanto Swami Abhedananda como Swami Trigunatitananda–discípulos directos de Sri Ramakrishna y predicadores de Vedanta en América–fueron en épocas separadas al monasterio de Himis. Los monjes no solamente les aseguraron que Notovitch había pasado algún tiempo en el monasterio tal como había dicho, sino que también les mostraron el manuscrito–parte del cual ellos tradujeron para Swami Abhedananda, quien sabía por haber leído el libro de Notovitch que era en realidad el mismo escrito encontrado en La Vida Desconocida de Jesús el Cristo. Subsecuentemente, Abhedananda hizo imprimir en la India la traducción al inglés del texto de Notovitch donde las autoridades “Cristianas” hasta ese entonces habían prohibido tanto su publicación como su importación y venta. Inmediatamente después de la publicación de la edición en inglés del libro de Notovitch, el Gobierno Británico en la India empleó a Musulmanes para que viajaran a través de Ladakh y las áreas circunvecinas posando como Hindúes en busca de más manuscritos acerca de Jesús en la India. Se suponía que compraran los manuscritos y los trajeran a sus empleadores para destruirlos. No sabemos si este vergonzoso ardid tuvo algún grado de éxito.

Swami Trigunatitananda no solamente vio el manuscrito en Himis, también le mostraron dos pinturas de Jesús. Uno representaba su conversación con la Mujer Samaritana en el pozo. El otro era de Jesús meditando en la foresta Himalaya rodeado de animales salvajes que habían sido domados por su mera presencia. En América el Swami describió la pintura a un artista que lo reprodujo como sigue:

Más tarde, el Dr. Nicholas Roerich, renombrado erudito, filósofo, y explorador viajó por Ladakh y los monjes también le mostraron el manuscrito y le aseguraron que verdaderamente Jesús había vivido en varios monasterios Budistas durante sus “años perdidos.” Él escribió de su propio examen de los rollos en su libro El Corazón de Asia.

En 1921 el monasterio de Himis fue visitado por Henrietta Merrick quien, en su libro En el Ático del Mundo cuenta de aprender acerca de los récords de la vida de Jesús que estaban guardados ahí. Ella escribió: “En Leh está la leyenda de Jesús quien es llamado Issa, y el Monasterio en Himis guarda documentos preciosos de 1500 años de edad que cuentan de los días que él paso en Leh donde fue alegremente recibido y donde predicó.”

En 1939 Elizabeth Caspari visitó el monasterio Himis. El Abad le enseñó algunos rollos, que él permitió que ella examinara, diciendo: “Estos libros dicen que su Jesús estuvo aquí.”

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Robert Ravicz, un antiguo profesor de antropología en la Universidad del Estado de California en Northridge, visitó Himis en 1975. Un médico de Ladakh que él conoció allí le habló de que Jesús estuvo ahí durante Sus “años perdidos.”

A finales de la década de los 1970, Edward Noack, autor de Entre el Hielo y los Nómadas en la Alta Asia, y su esposa visitaron el monasterio de Himis. Un monje allí le dijo: “Hay manuscritos en nuestra biblioteca que describen el viaje de Jesús al Este.”

A finales de este siglo los diarios de un Misionero Moraviano, Karl Marx, fueron descubiertos donde él escribe de Notovitch y de su hallazgo de los rollos acerca de “San Issa.” Los diarios de Marx están guardados en el museo de la Misión de Moravia. Las páginas acerca de Notovitch y los rollos han “desaparecido” y su existencia ahora es negada en un intento de desacreditar a Notovitch, pero antes de su desaparición fueron fotografiados por un investigador Europeo y se han publicado.

Notovitch también alegaba que la Biblioteca del Vaticano tiene sesenta y tres manuscritos de la India, China, Egipto y Arabia–todos dando información acerca de la vida de Jesús.

En 1812, Meer Izzut-oolah, un persa, fue enviado a Ladakh y al Asia central por la East India Company. Aunque la religión no era su misión, él observó mucho y subsecuentemente escribió en su libro Viajes en el Asia Central: “Ellos mantienen representaciones esculpidas de santos, profetas y lamas muertos en sus templos para la contemplación. Algunas de estas figuras se dice representan a un cierto profeta que vive en los cielos, que parecen indicar a Jesucristo.”

Cuando Swami Abhedananda estaba en el monasterio de Himis haciendo su investigación sobre los récords de la vida de Jesús en la India el abad le dijo que Jesús no había abandonado la tierra en la época que sus apóstoles lo vieron ascender, sino que había regresado a la India donde vivió con los yogis Himalayos por muchos años.

El Nathanamavali

El educador y patriota Bengalí, Bipin Chandra Pal, publicó una reseña autobiográfica en la cual reveló que Vijay Krishna Goswami, un renombrado santo Bengalí y discípulo de Sri Ramakrishna, le había contado de haber pasado un tiempo en las montañas de Aravalli con un grupo extraordinario de monjes-yogis ascéticos conocidos como Nath Yogis. Estos monjes le hablaron de Isha Nath, a quien ellos consideraban como uno de los más grandes maestros de su orden. Cuando Vijay Krishna expresó interés en este venerable gurú, ellos le leyeron su vida tal como estaba inscrita en uno de sus libros sagrados, el Nathanamavali. ¡Era la vida de aquel que Goswami conocía como Jesucristo! En cuanto a la tradición de los Nath Yogis, Sri Pal comenta: “También ellos conjeturan que Jesucristo y el Isha Nath son la misma persona.” Tal vez ellos son los yogis con los cuales Isha vivió ya sea antes de regresar a Israel o después de su regreso secreto a la India después de su ascensión. He aquí la porción relevante del Nathanamavali:

“Isha Natha vino a la India a la edad de catorce. Después de esto regreso a su propio país y comenzó a predicar. Poco después de esto, sus compatriotas brutales y materialistas conspiraron

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en su contra y lo hicieron crucificar. Después de la crucifixión, o tal vez aún antes de ella, Isha Natha entró en samadhi por medio del yoga. [Los yogis frecuentemente dejan sus cuerpos durante samadhi, así que no es equivocado decir que Jesús verdaderamente “murió” en la cruz.]

“Viéndolo así, los Judíos asumieron que estaba muerto, y lo enterraron en una tumba. En ese mismo momento, sin embargo, uno de sus gurús, el gran Chetan Natha, estaba en profunda meditación en los niveles inferiores de los Himalayas, y vio en una visión las torturas que Isha Natha estaba sufriendo. Así que hizo su cuerpo más ligero que el aire y pasó por encima de la tierra hacia la tierra de Israel.

“El día de su llegada estuvo marcado por truenos y relámpagos, porque los dioses estaban enojados con los Judíos, y el mundo entero temblaba. Cuando Chetan Natha llegó, él tomó el cuerpo de Isha Natha de la tumba, lo despertó de su samadhi, y más tarde lo dirigió al país sagrado de los Arios. Isha Natha entonces estableció un ashram en las regiones inferiores de los Himalayas y él estableció el culto de la lingam ahí. “El culto de la lingam” se refiere a la rama Shaivita del Hinduismo. Hablaremos más sobre esto más tarde.

Esta aseveración está apoyada por dos reliquias de Jesús que se encuentra en Cachemira en la actualidad. Una es su cayado, que es guardado en el monasterio de Aish-Muqanu es hecho accesible al público en épocas de catástrofes públicas tales como inundaciones o epidemias. La otra es la Piedra de Moisés—una Shiva linga que perteneció a Moisés y que Jesús trajo a Cachemira. De ciento ocho libras de peso, si once personas ponen un dedo sobre la piedra y recitan el bija mantra “Ka” una y otra vez, se elevará tres pies poco más o menos en el aire y permanecerá suspendida por todo el tiempo que se continúe la recitación. “Shiva” significa uno que es auspicioso y que concede bendiciones y felicidad. En el antiguo Sánscrito la palabra ka significaba complacer y satisfacer–aquellos que Shiva hace por sus adoradores.

He conocido dos personas que han “levantado la Piedra de Moisés.” Una de ellas dijo que el número requerido para elevar la piedra está relacionado con su desarrollo espiritual—que él la había levantado con solamente otros tres.

El Bhavishya Maha Purana

Un antiguo libro de historia de Cachemira, el Bhavishya Maha Purana, brinda el siguiente relato del encuentro de un rey de Cachemira con Jesús en una época poco después de la mitad del primer siglo:

“Cuando el rey de Sakas vino a los Himalayas, vio a un personaje digno con tez dorada vistiendo un largo ropaje blanco. Asombrados de ver a este extranjero, él preguntó, ‘¿Quién eres?’ el digno personaje le contestó de forma agradable: ‘Conóceme como el Hijo de Dios [Isha Putram], o el Nacido de una Virgen [Kumarigarbhasangbhawam]. Como me inclino hacia la verdad y las penitencias, prediqué el Dharma a los mlecchas…O Rey, soy de un país lejano, donde no existe la verdad, y la maldad no conoce límites. Aparecí en el país de los mlecchas como Isha Masiha [Jesús el Mesías] y sufrí a sus manos. Porque les dije, ‘Eliminen todas las impurezas mentales y

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corporales. Recuerden el Nombre de Dios Nuestro Señor. Mediten en Aquel Cuya morada es el centro del sol.’ Allí en el país de la oscuridad mleccha, enseñé amor, verdad y pureza de corazón. Le pedí a los seres humanos que sirvieran al Señor. Pero sufrí a manos de los malvados y los culpables. En verdad, O Rey, todo poder yace en el Señor, Quien es el centro del sol. Y los elementos, y el cosmos, y el sol, y Dios Mismo, existen por siempre. Perfecto, puro, y dichoso, Dios siempre está en mi corazón. Por tanto mi Nombre ha sido establecido como Isha Masiha.’ Después de haber escuchado las piadosas palabras de los labios de esta persona distinguida, el rey se sintió apacible, le rindió reverencia, y regresó” (Bhavishya Maha Purana 3.2.9-31. La palabra mleccha significa extranjero, un no-Indio.)

Otra historia de Cachemira, el Rajatarangini, escrito en 1148 A.C., dice que un gran santo llamado Issana vivió en Issabar en las orillas del Lago Dal y tuvo muchos discípulos, uno de los cuáles resucito de entre los muertos.

Cuando enseñaba en Israel, Jesús le dijo a la gente: “Tengo otras ovejas, que no son de este redil” (Juan 10:16), hablando de sus discípulos Orientales. Porque cuando Jesús vino al Jordán al principio de su ministerio, él había pasado más años de su vida en la India que en Israel. Y regresó allí porque él era un hijo espiritual de India–el Cristo de India.

Como escribió Swami Sivananda en Vidas de los Santos: “[El Señor Jesús] desapareció a la edad de trece y reapareció en su trigésimo primer año. Durante este periodo, de la edad de trece a la de treinta y uno, vino a la India y practicó Yoga.…Jesús salió de Jerusalén y llegó al país del Indus en compañía de mercaderes. Visitó Varanasi, Rajgriha y otros lugares en India. Pasó varios años en Hindustán. Jesús vivió como un monje Hindú o Budista, una vida de encendida renunciación y desapasionamiento. Él asimiló los ideales, preceptos y principios del Hinduismo. El Cristianismo es solamente el Hinduismo modificado, que era apropiado para aquellas personas que vivían en la época de Cristo. Hablando realmente, Jesús solamente fue un hijo de la tierra de la India. Esa es la razón por la cual existe tanta similitud entre sus enseñanzas y las enseñanzas del Hinduismo y el Budismo.”

Maestro y discípulo

En la India frecuentemente se dice que “el padre nace nuevamente en el hijo.” Este antiguo refrán también aplica al discípulo merecedor—en él el maestro continúa su obra. Siendo esto así, el carácter y la misión de Jesús el Cristo en la India puede ser trazado en la de su apóstol Tomás. Tomas es un apodo derivado de la palabra Siria (Aramea) t’omo, que significa mellizo. El verdadero nombre del Apóstol era Judas, tal como está inscrito en los antiguos textos del Evangelio Sirio, pero no fue usado en los evangelios para que no llevara el nombre del Traidor ni fuera identificado erróneamente con él por aquellos que solamente escuchaban su lectura.

Santo Tomás el Apóstol en la India

Después de la partida die Jesús de Israel y del empoderamiento concedido a los Apóstoles en Pentecostés, se decidió que se separarían e irían a través de las regiones del Mediterráneo

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enseñando a aquellos que buscaban la revelación de su propia Cristeidad. Por tanto, once de los Doce Apóstoles y muchos de los Setenta determinaron por medio de la adivinación adonde deberían ir y predicar las Buenas Nuevas del Cristo.

Uno solo no participó en esto, y ese fue Judas Tomás, llamado “el mellizo”. Su tarea le había sido asignada por el mismo Jesús. Tomás debía partir para la India donde viviría con Jesús y aquellos grandes maestros que habían enseñado a Jesús antes que a él. Porque Jesús lo había destinado para una obra completamente diferente de la de los otros Apóstoles. Él en verdad se convertiría en al “mellizo” de su Maestro, tal vez el más parecido a Jesús tanto interna como externamente. (Es un asunto registrado que Judas Tomás también era físicamente idéntico a Jesús. Esto es poco usual pero no imposible ni aún desconocido, ya que era primo de Jesús—como lo eran la mayoría de los Apóstoles.)

En los cuarenta días entre su resurrección y su partida de Israel Jesús había delineado completamente a sus apóstoles y discípulos cómo ellos debían enseñar a otros quienes también serían espiritualmente sus discípulos a través de ellos. Pero en la India Tomás debía enseñar y seguir el más puro Arya Dharma, como lo hizo Jesús antes que él.

Tan abrumadora le parecía su tarea a Santo Tomás que trató de evitar esta misión. Pero no tardó mucho en llegar un oficial gubernamental de la India para encontrar un arquitecto para su rey, quien deseaba construir un palacio construido por un artesano del país del renombrado Hiram Abiff, cuya construcción del Templo de Salomón era conocida por todo el mundo. Jesús se manifestó en un cuerpo físico y vendió a Santo Tomás al hombre como esclavo, dándole un documento firmado a ese efecto. Cuando fue confrontado con este documento, Santo Tomás abandonó su resistencia y partió para la India donde en verdad siguió en los pasos de su Maestro y se convirtió en su “mellizo” en todas las cosas.

En la vida de Santo Tomás escrita por el cristiano Gnóstico Bardaisan basada en las cartas escritas por Santo Tomás, tal vez a sus discípulos Persas, se hace referencia a él como: “Hermano mellizo de Cristo, apóstol del Más Alto quien comparte el conocimiento de la palabra oculta de Cristo, recipiente de Sus pronunciamientos secretos.” Respecto a los récords de la vida de Jesús que él encontró en el monasterio de Himis, Notovitch escribió este interesante comentario en relación con Santo Tomás: “[Los rollos] actualmente pueden haber sido dichos por Santo Tomás, ya que reseñas históricas habían sido trazadas por su propia mano o bajo su dirección.”

En los Himalayas Santo Tomás se reunió con Jesús hasta que recibió una llamada interna de que regresara al “Oeste” para la partida inminente de la Virgen María de esta vida terrenal. Tal como se había separado de sus hermanos apóstoles para una misión especial, así lo fue en la hora final de la vida de la Virgen. Porque no llegó a Éfeso a tiempo de estar presente cuando ella abandonó su cuerpo, sino que llegó ahí a pie al tercer día después de su entierro. Según él se estaba acercando a su tumba sin darse cuenta, se asombró de ver su cuerpo viviente radiante salir del sepulcro de piedra y ascender. Comprendiendo que ella había terminado su lapso de vida sin su presencia, y temiendo no ver jamás su divina forma nuevamente, la llamó con la angustia de su

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corazón, implorándole que no lo dejara desolado. Mirándolo con amorosa ternura, la Virgen tomó de su cintura la faja que habitualmente usaba y se la lanzó con palabras de bendición. Llevando la preciosa reliquia de su faja, Santo Tomás se apresuró hacia Éfeso y anunció a los afligidos apóstoles y aquellos reunidos en la casa de la Madre que ella, también, había resucitado de entre los muertos. Mientras que él había dudado las buenas nuevas de la resurrección de Jesús y había recibido prueba de su realidad al tocar el cuerpo resurrecto de su Señor, ahora era Tomás el que daba evidencia física que María, también, estaba “viva por siempre” (Revelación 1:18).

Santo Tomás llevó la faja de la Virgen Madre con él a la India, y ahí se convirtió en el tesoro más valorado por sus discípulos, cuyos descendientes con el pasar del tiempo fueron conocidos como “Cristianos de Santo Tomás.” Hace unos siglos, durante épocas de disturbios en la India, fue llevada a Siria, donde desapareció durante problemas subsecuentes en ese país. Hace aproximadamente treinta años el actual dirigente de la Iglesia Siria Jacobina, el Patriarca Zacarías, sintió una intensa urgencia de encontrar la faja, y comenzó a estudiar récords antiguos acerca de ella. Al notar que uno de los libros manuscritos que él había consultado tenía una encuadernación extremadamente gruesa, fue inspirado por el pensamiento de que la faja pudiera estar oculta ahí. Al cortarlo y abrirlo, encontró el premio, cuyo simple toque comenzó a obrar grandes milagros. La mayor parte de la faja ha sido devuelta a la India y guardada como reliquia en una gran iglesia donde todos los Sábados (el día sagrado al culto del aspecto Maternal de Dios en el Hinduismo) miles de Cristianos, Hindúes, y Musulmanes se reúnen para la sagrada Eucaristía (Qurbana) y oraciones a la Virgen. Los milagros concedidos son innumerables. Cuando yo visité el santuario un Sábado como invitado de su administrador, el Obispo Gregorios–quien predicó sobre el tema del concepto de Mahashakti (Poder Supremo: la Divina Femineidad) en el Hinduismo, Cristianismo, e Islam–fui testigo de esta maravillosa demostración que es la adoración y no la teología lo que une a los adherentes de todas las religiones en amor y armonía. El Obispo Gregorios también habló de que Mahashakti es lo mismo que el Espíritu Santo, y la Virgen María es un reflejo perfecto del Espíritu Santo.

Antes de regresar a la India para completar la comisión que Jesús le dio, Santo Tomás fue a visitar las comunidades Esenias en Israel, instándolos a que vinieran con él a la India tanto para escapar a la inminente destrucción por los romanos como para ayudarlo en su trabajo espiritual. Muchos lo hicieron, y una compañía de Esenios encabezados por Santo Tomás llegó a la India del Sur (Kerala) en el año 52 D.C. Estos Esenios fundaron varias aldeas en la misma área. A finales del siglo veinte esos lugares fueron excavados y muchas monedas como aquellas encontradas en las cuevas de Qumran fueron desenterradas.

Una familia Brahmin Hindú cerca del pueblo de Palur, Kerala, tiene un documento de historia familiar donde está escrito: “En el año de Kali 3153 [52 D.C.] el forastero Tomás Sannyasi vino a nuestra aldea y predicó ahí.” Es de notar que Santo Tomás es descrito como un monje Hindú (sannyasi), que es lo que él habría sido si verdaderamente seguía en los pasos de Jesús.

Récords antiguos dicen que Jesús fue visto frecuentemente en el Sur de la India y confundido por Santo Tomás. Él y Santo Tomás algunas veces fueron vistos conversando juntos. Aparentemente

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Jesús ocasionalmente bajaba de su morada en los Himalayas para visitar a Santo Tomás y supervisar su trabajo.

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Los discípulos de Santo Tomás

Por sus propias preferencias los discípulos de Santo Tomás usualmente eran llamados “Ishannis” en la India. Esto significa “de Isha,” tal como luterano significa “de Lutero.” Aunque el nombre Arameo de Jesús era Yeshua, en la India se le conocía como Isha. Tal vez Ishanni pudiera ser traducido torpemente, pero acertadamente, como “Jesusitas” o “Isha-ites.” Algunos eruditos Indios tales como Swami Abhedananda conjeturan que bien Ishanni es actualmente un derivado de Esenio (Essenees), o que los Esenios mismos eran llamados Ishannis, “Isha” en su caso sería una referencia a Dios “su Señor.” Esto verdaderamente revelaría sus raíces espirituales hindús.

En su comentario sobre los Evangelios, Paramhansa Yogananda escribió: “Es importante notar la diferencia entre Jesús el hombre y Jesús el Cristo. Jesús era el nombre del hombre. El origen Sánscrito de este nombre se encuentra en la palabra ‘Isha,’ o Señor de la Creación. Mal pronunciada por los viajeros en muchos países, y usada en muchos idiomas diferentes la palabra ‘Jesus’ llegó a ser usada en lugar de Isha.” Este mismo sentimiento fue vocalizado antes por el mismo Santo Tomás. Según Los Actos de Santo Tomás, cuando el Rey Mazdai, quien eventualmente lo martirizaría, le preguntó a Santo Tomás: “¿Quién es tu maestro? Y ¿cuál es su nombre?” Santo Tomás respondió: “Tú no puedes oír Su verdadero Nombre ahora en este momento, pero el Nombre que Le fue dado es Jesús el Mesías”–o sea, Jesús Cristo (Yeshua Messiah). Después de la muerte de Santo Tomás su asesino, el Rey Mazdai, se convirtió al Ishanni Marga (Sendero de Ishanni), y fue entonces que él aprendió su verdadero Nombre, Isha, que él no estaba calificado para ni siquiera escuchar antes.

Casi todos aquellos que aceptaron las enseñanzas de Santo Tomas eran Brahmanes devotos del más alto nivel (Nambudiri y Nair) que continuaron sus prácticas religiosas, pero las realizaron de acuerdo a los principios que Isha y Santo Tomás había recibido como discípulos de los maestros. Reconociendo este hecho, el Cardenal Eugene Tisserant escribió acerca del Cristianismo Oriental en la India: “El Cristianismo fue introducido en el Malabar [Kerala] y aceptado espontáneamente sin cambiar el carácter indígena de sus habitantes.” Tan estrictos y correctos eran ellos en su carácter y observancias Brahmánicas que otros Hindúes los solicitaban frecuentemente para realizar rituales de purificación (shuddhi karanam) para objetos y hasta templos Hindúes profanados. Aún en la actualidad, algunos Cristianos de Santo Tomás usan el cordón sagrado (yajnopavita) que es la marca distintiva de los Brahmanes Hindúes. Pero todos los Cristianos de Santo Tomás con considerados Brahmanes por la sociedad Hindú contemporánea.

Naasenos

Los antiguos récords históricos de la India algunas veces se refieren a los Ishannis como Naasenos. Esto puede ser una corrupción de “Esenio” pero en los antiguos textos Gnósticos Cristianos descubiertos en Nag Hammadi, Egipto, encontramos el término “Nazorenos,” así que los Esenios Cristianos de Santo Tomás también tienen que haberlo usado para referirse a sí mismos. Así que esto indicaría su carácter Cristiano esotérico y afinidad con esos cristianos esotéricos de Egipto–la mayoría de los cuales eran Esenios o descendientes de Esenios. Respecto a los Esenios, Edersheim

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también escribió en épocas posteriores “el movimiento general había sobrepasado los límites del Judaísmo, y apareció en algunas formas de herejías Gnósticas.”

Debido al gran número de Cristianos Ishanni (de Santo Tomás) en la parte sur del estado de Kerala, a veces es llamado “el país de los Nazaranis” aún hoy día. El tren diario de Madras a Kerala es conocido como “el Nazarani Express.” Cuando el Papa de Roma escribió una carta a los Ishannis en el siglo catorce se dirigió a ellos como “los Cristianos Nazarani.” Considerando el carácter espiritual de los Ishannis esta expresión pudiera significar o bien que ellos eran “Nazarenos”–seguidores de Jesús Nazaret–o porque debido a su carácter ascético y su usual observancia del celibato ellos eran Nazaritas–el término usado para los ascetas semi-monásticos entre los Hebreos tal como se delinea en el sexto capítulo del libro de Números. Sea cual sea su derivación, este era definitivamente el nombre que a veces usaban para referirse a sí mismos. En el libro de los Hechos sus acusadores dicen de San Pablo que es “un cabecilla de la secta de los Nazarenos” (Actos 24:5).

Los Ishannis tenían mucho en común con ambos Hindúes y Budistas. De hecho, los récords históricos Tamiles contemporáneos con Santo Tomás dicen que él enseñó “una religión Budista”. Sin duda esto fue debido a la intensa naturaleza monástica y filosófica de Santo Tomás que contrastaba con la forma usual del Hinduismo en esa época que estaba extremadamente ligado con rituales externos y el uso de la religión para obtener objetivos completamente materialistas.

El Ishanni Sampradaya

Un sampradaya es un linaje de enseñanzas espirituales que se deriva de un maestro iluminado, tal como el Shankara Sampradaya, Ramanuja Sampradaya, Madhavacharya Sampradaya, o según la forma de Dios que adoran en particular tales como el sampradaya Sahivita, Vaishnava, Shakta, o Ganapatya.

Externamente los Cristianos de Santo Tomás eran una parte integral de la religión (dharma) Védica o Aria. Aunque ellos primordialmente se describirían a sí mismos como Ishannis, ellos lo habrían querido decir en el sentido de un sampradaya dentro del Sanatana Dharma, no una religión separada. No importa cuales costumbres distintivas un sampradaya pueda tener, todos se consideran a sí mismos seguidores fundamentales del Sanatana Dharma, la religión basada en los Vedas y las enseñanzas de los videntes védicos conocidos como rishis. Y la mayoría de sus costumbres y doctrinas espirituales serían absolutamente idénticas y armoniosas entre sí. Esta es la característica que más horrorizaba y enfurecía los “Cristianos” del exterior cuando se encontraban con los Ishannis.

Los Ishannis nunca se referían a sí mismos como Cristianos. Entre sí y con otros Hindúes usaban Ishanni para referirse a sí mismos. Después de su “descubrimiento” por los Cristianos Europeos comenzaron a llamarse a sí mismos “Cristianos de Santo Tomás” para hacer comprensible su naturaleza espiritual a ellos y también para afirmar que su forma de las enseñanzas de Jesús (Isha) era su herencia del Apóstol Santo Tomás mismo y se distinguía positivamente de las formas de Cristiandad Petrina (Católica Romana) o Paulina (Ortodoxa Oriental o Protestante.

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Aunque tenían un intercambio amistoso con los Cristianos Orientales de Persia, Siria, e Iraq, ellos insistían en distinguirse de ellos, también. Bar-Hebraeus, un antiguo escritor Cristiano Sirio, escribe que cuando los Cristianos de Persia visitaron la India los Ishannis les dijeron: “Somos discípulos de Santo Tomás.” Fueron esos Persas quienes crearon la frase “Cristianos de Santo Tomás” y primero comenzaron a usarla. Y es por eso que a veces uso esa apelación ahora.

Debido a que habían nexos profundos entre la India y Persia–muchos Persas siendo seguidores de la Religión Védica–los Cristianos de Santo Tomás (Ishannis) siempre se consideraron a sí mismos hermanos de los Cristianos Pe4rsas, quienes eran de la tradición Caldea la cual, después de la destrucción de la Cristiandad en Persia se centró en Iraq. Tanto los Cristianos Persas como los Iraquíes fueron condenados como herejes por las otras iglesias del Este y del Oeste porque no creían que Jesucristo era Dios en el sentido de ser una encarnación de uno de la Trinidad. Mas bien, ellos creían que él había comenzado como un hombre tal como nosotros y había alcanzado la condición de Cristo-Hijo de Dios-como pueden (y deben) todos los Cristianos.

Los Ishannis creían esto también, y ellos, también, eran llamados herejes por los Cristianos Occidentales que los perseguían. Tal como los “Cristianos” modernos ignoran el hecho de que la reencarnación es una creencia ortodoxa Judía, así ignoran que existen dos iglesias—una fundada por el Apóstol Tomás en la India y la otra fundada por el Apóstol Tadeo en Iraq–con una historia continua desde la época Apostólica que no creen en la doctrina Mediterránea que Jesús es una encarnación de la Segunda Persona de la Trinidad.

El hecho que los Ishannis originalmente no usaban la expresión “Cristiano” subraya su diferencia fundamental de la Cristiandad del Mediterráneo derivada de los otros Apóstoles. En el último siglo, poco más o menos, principalmente como un resultado de la presión de los Cristianos Orientales, y para ser expédidos los títulos “Indios Cristianos Ortodoxos” e “Iglesia Ortodoxa Cristiana” se han convertido en comunes para uso externo.

Nuevamente, el Ishanni Sampradaya no debe ser igualado ni confundido con la religión Cristiana como se desarrolló en el mundo Mediterráneo y como ahora se practica en las iglesias Ortodoxa Orientales, Católica Romana y Protestantes. En épocas modernas, para dar una idea de su carácter para aquellos que solamente conocen las antes mencionadas iglesias, también se le llama “Cristianismo de Santo Tomás.” Pero no es una “iglesia.” Mas bien es un sampradaya–corriente o movimiento espiritual–dentro de la Religión Védica de la India que es comúnmente (aunque inadecuadamente) llamada Hinduismo. En otras palabras, los Ishannis no son Cristianos en el sentido generalmente aceptado de la palabra, aunque son seguidores de Sri Isha Deva. Mas bien, son seguidores del Sanatana Dharma, la religión de la India.

Respecto a esto, el Padre Jacob Kurian, profesor de teología en el seminario Kottayam en Kerala, le dijo esto a Christine Chaillot, la autora de The Malankara Orthodox Church: “Debemos sentir que tenemos una función que desempeñar en la India y que debemos presentar al mundo una imagen específica de nuestra iglesia. Apreciamos tanto el hecho de que pudimos construir nuestra tradición Cristiana sobre las bases del Sanatana Dharma. Por supuesto, está la base establecida

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por Cristo y los Apóstoles y la larga tradición espiritual de la Cristiandad. Pero la tradición teológica la Iglesia India tiene que estar alineada con la tradición filosófica India, que no es necesariamente la Hindú, sino también la de los Budistas, los Jains y otras tradiciones no-cristianas que también han contribuido a la tradición filosófica India. Por tanto tenemos que tomar esto en consideración junto con la espiritualidad y teología Ortodoxa Oriental. Queremos presentar al mundo un modelo de Cristiandad que ha vivido por los últimos veinte siglos en una tradición de pluralismo, pero al mismo tiempo queremos mantener los elementos centrales de la espiritualidad e integridad doctrinal del Cristianismo Ortodoxo.…Cuando los Cristianos adoptan esta actitud del Sanatana Dharma que incorpora toda verdad, podrán sobreponerse a toda ansiedad respecto al sincretismo”–una ansiedad no por parte de los Cristianos de Santo Tomás sino por parte de aquellos que simplemente no comprenden su carácter histórico y espiritual ni tampoco comprenden el carácter histórico y espiritual de Isha Masiha, el Cristo de la India, el heredero espiritual de los Rishis Védicos y de Gautama Buddha, cuyas enseñanzas tienen citas de los Vedas, las Upanishadas, el Bhagavad Gita, y el Dhammapada.

Historia del Ishanni Sampradaya

En Mylapore cerca del Madras moderno, el Apóstol Tomás fue traspasado por una lanza en Diciembre 19, del año 72 A.D., pero no murió sino hasta Diciembre 21. Fue enterrado cerca, y la tierra de su tumba ha obrado muchos milagros. En 1292 Marco Polo visitó su tumba y tomó un poco de esta tierra roja de ahí. A su regreso a Venecia él sanó a muchas personas con ella según su propio testimonio.

La familia espiritual de Santo Tomás continuó y creció. Justo antes de su martirio, el Rey Mazdai le dijo: “No he tenido prisa en destruirte, sino que he tenido paciencia contigo; y tú has añadido a tus hechos, y tus hechicerías con comentadas por todo el país. Pero obraré hacia ti de forma que te acompañen y se vayan contigo, y que nuestro país se vea aliviado de ellas.” A esto Santo Tomás contestó: “Estas ‘hechicerías,’ que tú dices me acompañarán, nunca faltarán en este lugar.” Y así se ha visto que ha sido. El Ishanni Sampradaya se esparció por toda la India, aunque nunca en grandes números. Es asombroso, pero los récords históricos indican que no hubo región de la India en la cual los Ishannis no estaban representados, aunque estaban principalmente en el Sur de la India. En 1430, Nicholas di Condi escribiendo sobre sus viajes en la India dijo que los Ishannis “estaban esparcidos por toda la India como los Judíos entre nosotros.”

Excepto por las vicisitudes que todas las sociedades sufren, los Ishannis vivieron en completa paz, disfrutando del intercambio espiritual con varias iglesias Cristianas Orientales, aunque manteniendo celosamente su autonomía y costumbres distintivas.

Se realizó más un esfuerzo infructuoso en los primeros siglos por los Cristianos del Mediterráneo para establecer su forma de Cristiandad en la India. Al llegar los europeos en grandes números, sin embargo, esto comenzó a cambiar, culminando en una persecución en gran escala por los colonialistas Portugueses, quienes llegaron primero a la India en 1498. Los Cristianos de Europa siempre fueron recibidos en completa amistad por los Cristianos de Santo Tomás y

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frecuentemente se les daba lugares donde vivir. En muchos casos los Ishannis intercedieron con los regentes locales para lograr residencia y permisos comerciales para los Europeos. Pero tristemente, por parte de los europeos oportunistas no existía tan sincera apertura, y tan pronto como lograban cualquier ascendiente político, ejercía presión en los Ishannis para convertirlos al Cristianismo de los Occidentales.

Esto llegó a un clímax terrible en el último año del siglo dieciséis cuando el Arzobispo Católico Romano Portugués de Goa, Alexius Menezes, convocó a todo el clero Ishanni y a un número considerable de laicos al pueblo de Diamper para supuestamente traer paz y reconciliación entre las dos iglesias. En respuesta ciento cincuenta y tres sacerdotes y aproximadamente seiscientos sesenta laicos vinieron. Se les pidió a los Ishannis que trajeran todos sus textos litúrgicos y teológicos –especialmente sus textos antiguos que contenían las enseñanzas de Santo Tomás–para que pudieran ser “examinados.” Creyendo que los Europeo deseaban sinceramente descubrir las tradiciones apostólicas de Santo Tomás (y, por tanto, de Jesús), lo hicieron. Su mortificación no puede ser descrita cuando se encontraron rodeados por soldados Portugueses que los obligaron a encañonados por armas a entregar sus preciosos manuscritos, los cuales fueron quemados en su presencia por orden del Arzobispo. Debido a esto “No es posible escribir una historia completa de los Cristianos en la India del Sureste, debido a que los antiguos documentos de sus iglesias fueron destruidos por el fuego en el Sínodo de Diamper en 1599,” como Tisserant también admite.

“Lo que la historia no perdonará de buena gana es el holocausto literario llevado a cabo por autoridad de este decreto, cuando todos los libros que se pudieron conseguir fueron entregados a las llamas. Fue comparable en muchas formas con el vandalismo de Omar, quien ordenó de forma arbitraria similar que la noble biblioteca de Alejandría fuera consumida por las llamas. Los Cristianos Sirios de la actualidad creen que debido a este cruel decreto, no existen récords disponibles para que ellos puedan recuperar y establecer más allá de cualquier disputa la antigua historia de su Iglesia. Nadie puede negar que hay cierta sustancia para esta creencia.” (S. G. Pothen, The Syrian Christians of Kerala).

Entre los libros quemados habían muchas copias de tres libros. Dos de ellos, El Libro de Encantos y El Anillo de Salomón, eran de magia Cristiana. El tercero era un libro de curación esotérica y de preparar amuletos con gemas y hierbas (como los Esenios también lo habían hecho) llamado La Medicina de los Persas. Ahora existen solamente como nombres casi olvidados.

No solamente fueron destruidos los libros traídos a Diamper, el Arzobispo Menezes fue de iglesia en iglesia buscando libros “malos” y quemando bibliotecas completas en muchos lugares—aún en áreas donde los portugueses no tenían ningún poder político. Los textos litúrgicos que contenían los ritos de la tradición Caldera eran buscados y destruidos especialmente porque revelaban cuán completamente las otras iglesias se habían apartado de las prácticas originales de la Cristiandad, y porque expresaban el punto de vista correcto de Isha como Hijo de Dios por medio del logro y no como un Dios creador encarnado como sostenían los Cristianos Mediterráneos. Se compiló una lista de libros prohibidos en Diamper, y cualquiera que leyera o escuchara su lectura era condenado de antemano.

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En el curso de los próximos días el Arzobispo se involucró en arengas para “corregir” las tradiciones de los Ishannis y hacerlos conformarse con las de “la una, santa, católica y apostólica Sede de Roma.” Los Portugueses inclusive forzaron a los Cristianos de Santo Tomás a cambiar la forma que hacían la Seña de la Cruz (de derecha a izquierda) a la forma que los Cristianos Occidentales la habían comenzado hacer solamente recientemente (de izquierda a derecha).

Los actos oficiales del Sínodo particularmente arremetieron contra los Ishannis que enseñaban en escuelas y proveían instrucción religiosa para los estudiantes en sus propias religiones, incluyendo mantener imágenes de las deidades Hindúes en las escuelas para que los estudiantes pudieran aprender y realizar su culto diario. Aquellos que enviaban sus hijos a escuelas donde enseñaban los hindús donde ellos, también, adoraban las deidades fueron declarados excomunicados, y se les prohibió a los niños entrar a una iglesia.

Como la participación en cultos “idólatras” y el hacer ofrendas en templos Hindúes era la norma para los Ishannis–ya que ellos también eran Hindúes–eso, también, era sonoramente castigado.

Se denunció especialmente el uso de los rituales Hindúes de exorcismo por los sacerdotes Ishann, así como otros rituales Védicos “idólatras” y “supersticiosos”. Los sacerdotes que se atrevieron a registrarse como Nair Brahmins fueron condenados, no por un motivo religioso, sino supuestamente porque eso los hacía sujetos a ser llamados para el servicio militar.

Santo Tomas le había dado a los Ishannis un libro que usaban para adivinación para recibir guía al tomar decisiones importantes y para determinar el futuro. Éste fue el blanco especial de los Portugueses, que también criticaban que los Ishannis usaban adivinos Hindúes, y todas las copias de este inestimable documento fueron destinadas a las llamas del fanatismo. (Los Cristianos de Santo Tomás todavía utilizan adivinación de varias clases.)

Los Ishannis consideraban la astrología como una forma legítima de predecir y guiar, y la usaban de esta forma. Se les consideraba especialmente diestros en determinar astrológicamente cuales días y horas eran los más favorables para el matrimonio y comenzar un viaje o cualquier otro tipo de empresa. En el libro de David Daniel, The Orthodox Church of India, publicado y vendido por la Iglesia Ortodoxa en la India, encontramos esto: “Los Cristianos de Santo Tomás están acostumbrados a consultar astrólogos para determinar el momento auspicioso para iniciar cualquier cosa, ej. un viaje, una boda, etc. Preparar horóscopos no es raro entre ellos.” Muchos sacerdotes de los Cristianos de Santos Tomás son astrólogos.

Extrañamente, también se pronunciaron condenas contra la loable costumbre de los Ishannis de adoptar tantos huérfanos como pudieran para que no estuvieran sin hogar. Esta también era una costumbre de los Esenios.

Tal como es la costumbre Hindú de nombrar sus hijos por las deidades, los Ishannis naturalmente estaban acostumbrados a nombrar algunas veces “Isha” a sus hijos varones. Esto—al igual que su hábito de darles nombres del Antiguo Testamento también–fue violentamente censurado por los portugueses. También fueron condenados por perforar sus orejas y tomar demasiados baños!

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Casi ninguno de los Ishannis podían ni siquiera comprender el idioma en que todo esto se realizaban, y eran forzados por halagos o amenazas a firmar documentos de asentimiento con todo lo que había tenido lugar–estos documentos se les representaban como nada más que declaraciones que ellos habían estado presentes en estas reuniones. Antes de enviarlas a Roma, el Arzobispo Menezes intercalaba muchos renglones en los documentos firmados para hacer parecer que los Ishannis habían estado de acuerdo con cosas que en realidad no se habían discutido o a las que se habían resistido firmemente cuando habían sido presentadas.

El Sínodo de Diamper si tuvo un efecto positivo, aunque uno de revés. Al leer las diatribas contra las costumbres “paganas” de los Ishannis y las condenas oficiales de ellos podemos también establecer que los Ishannis eran en verdad Brahmanes Hindúes practicantes que adoraban a Isha pero consideraban los otros segmentos del Hinduismo–al igual que las otras religiones del mundo–como igualmente válidas en la búsqueda de Dios.

Finalmente, textos Siríacos “aprobados” fueron entregados al clero junto con otras directivas por escrito, y se retiraron aturdidos a sus rebaños, acompañados por “asistentes” Portugueses que debían asegurarse de que implementaban las demandas de los Europeos.

Cuando los Jesuitas que estuvieron presentes en la asamblea de Diamper objetaron a las acciones indignantes del Arzobispo Menezes, él comentó con frialdad que “se había comportado así simplemente para mostrar el camino de la salvación a la asamblea sin obstáculos.” El Cardenal Eugene Tisserant aparentemente tenía la misma mentalidad cuando, en 1957, escribió en Eastern Christianity in India: “En lugar de destruir los manuscritos Sirios en existencia, él [Arzobispo Menezes] pudo haberlos corregido, pero su método fue más seguro, para que cualquier futura herejía pudiera ser evitada más fácilmente.”

Así fue “el comienzo de los pesares” que continuarían por casi un siglo. Lentamente las costumbres de “la fe que una vez fue entregada a los santos” fue menoscabada, aunque en las regiones rurales y montañosas que no eran los suficientemente prósperas para atraer la rapaz atención de los clérigos y comerciantes Portugueses ocurrieron pocos cambios.

Clérigos amistosos de las Iglesias Ortodoxas que hablaban Sirio y venían a visitar a sus hermanos Indios fueron arrestados y deportados o hechos prisioneros. (El hecho que estos “Sirios” no hacían objeciones al carácter “Hindú” de los Ishannis indica que en siglos anteriores ellos mismos tenían ideas comparables o compatibles o que no las consideraban herejes ni de detrimento espiritual.) Algunos actualmente fueron llevados a Portugal y Roma y sometidos a “interrogación” por la Inquisición. Unos pocos murieron en la hoguera por herejía. Otros se desaparecieron para siempre. Las atrocidades cometidas contra los Cristianos Indios no eran desconocidas, aunque nunca fueron oficialmente sancionadas por los invasores–una táctica común de los tiranos.

En 1653, por orden de eclesiásticos Portugueses, un obispo Sirio, que había venido para averiguar por qué la comunicación con los Ishannis había estado suspendida por tanto tiempo, fue hecho prisionero. Cuando los Ishannis se enteraron de este atropello miles de ellos vinieron a protestar. Entonces el obispo fue sacado de la prisión en secreto y eventualmente asesinado. Esto exasperó

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a tal grado a los Ishannis que muchos miles de ellos se reunieron en la iglesia de Mattanchery e hicieron un solemne juramento en la Cruz de Coonan de que no tendrían ninguna asociación de ningún tipo con los Portugueses y su religión “Petrina”. Felizmente, esto tuvo éxito, y el yugo de esclavitud espiritual fue eliminado permanentemente. A pesar de estas escaramuzas con los Europeos que estaban empecinados en restablecer su esclavitud, los Ishannis se las arreglaron para mantener su integridad espiritual, protegidos por los regentes Hindúes de nuevas persecuciones.

Es trágicamente cierto que la amistad indigna frecuentemente es más traicionera que la enemistad, y así se comprobó en el siglo diecinueve cuando los misioneros Protestantes (principalmente de la Iglesia Anglicana) se las agenciaron para ejercer gran influencia sobre los Ishannis y trajeron el abandono de muchas tradiciones y creencias valoradas. Con el tiempo esta forma de invasión fue rechazada en cierto grado, pero no antes de que muchos abandonaran las tradiciones de sus antepasados y abrazaran la religión mínima de los misioneros. En esta forma los Europeos tanto Católicos como Protestantes se las arreglaron para perjudicar de forma innegable y profunda el Ishanni Sampradaya.

Yo vi los efectos de esto por mí mismo cuando hable en una reunión eclesiástica en Niranam donde Santo Tomás había fundado una congregación. (Varios ejemplos de sus tallados en madera–especialmente tallados en el estilo tradicional del templo Hindú–me fueron mostrados.) Durante mi charla, me sentí tan mortificado de no poder hablar libremente de los aspectos superiores, esotéricos de la religión que decidí no restringirme y decir lo que quería, sin importar las consecuencias. En la parte de atrás más lejana de la audiencia muchos ancianos y ancianas estaban sentados, sus cabezas inclinadas completamente aburridos y desinteresados. Pero cuando dije unas pocas palabras sobre las verdaderas creencias Cristianas (Hindu-Ishanni), todos comenzaron a mirarme con anticipación, sonriendo, asintiendo con la cabeza, y gesticulando unos a otros en aprobación. Al final todos vinieron al frente para expresar su aprobación de mi charla. Era evidente que de niños ellos habían escuchado las mimas cosas de las que yo ahora estaba hablando, pero había pasado un largo y triste tiempo desde que esas verdades habían sido expresadas públicamente.

Podemos decir con confianza que en realidad el Ishanni Sampradaya, en su fidelidad a su herencia del Señor Isha y Santo Tomás, era un segmento legítimo (sampradaya) de la Religión Védica (Hinduismo), difiriendo grandemente de lo que comúnmente se conoce como Cristiandad. Es por esto que el Cardenal Tisserant pudo escribir (sin comprensión): “No parece ser, sin embargo, que los Cristianos Indios se hayan preocupado grandemente de los grandes argumentos Cristológicos de días pasados.” Esto fue porque las controversias, alteraciones y aberraciones doctrinales de la Cristiandad Mediterránea no significaban nada para ellos como seguidores del Arya Dharma según las enseñanzas de Isha y Santo Tomás. La historia respalda esto, así que un breve vistazo será suficiente.

El testigo de la historia

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Cuando, debido al movimiento de la población, los templos Ishanni se convirtieron en templos Hindúes, los íconos Ishanni permanecieron en esos templos y fueron adorados por los Hindúes junto con las otras imágenes. Aún más revelador fue el descubrimiento en 1925 y 1926 decenas de piedras antiguas en Kodiveri en las cuales estaban grabadas símbolos de varios sampradayas Hindúes, incluyendo aquellos de los Ishannis. (En Tangste, en Ladakh, también hay grandes rocas en las cuales hay cruces grabadas) Es un hecho histórico (algunas veces por Cristianos Europeos a quienes disgustaba) que era una práctica común que otros Hindúes contribuían dinero y trabajo para construir templos Ishanni temples y los Ishannis hacían lo mismo cuando otros tipos de templos Hindúes eran construidos. Esto era porque eran de la misma religión.

Las tradiciones de los Ishannis dicen que Santo Tomás construyó un templo en Nilackal, un área completamente desierta en la actualidad. Excavaciones recientes en el área de Nilackal han revelado que un tipo de templo Hindú existió ahí en la época de Santo Tomás y que el templo Ishanni fue construido dentro del complejo del templo de Mahadeva (Shiva) como un templo subsidiario. Esto demuestra que Santo Tomás y sus seguidores eran considerados como un sampradaya (secta) Shaivita del Hinduismo. (Muchos Cristianos de Santo Tomás todavía se ponen cuentas de rudraksha, una marca de los adoradores de Shiva.) Sin embargo, en la época de Jesús y Santo Tomás el Shaivismo era algo muy diferente de lo que es hoy en la India. “Shiva” no significaba el asceta mitológico de pelo enmarañado, embadurnado de cenizas, montado sobre un toro, y casado con la hija del Rey de los Himalayas. “Shiva,” que literalmente significa “Aquel que es Toda Dicha y el Dador de Felicidad,” era considerado un nombre del Ser Absoluto y frecuentemente tenía la connotación de Dios como Luz Infinita. No era el nombre de un “dios”. Originalmente el Shaivismo era la filosofía que ahora es llamada Advaita Vedanta, y el Yoga es su característica primordial.

En el año 345 A.D., cuando el regente de Carnellur le otorgó el suburbio de Muziris a los Ishannis para su uso exclusivo, lo renombraron Mahadevar Pattanam, la Ciudad de Mahadeva (Shiva). El rey puso el primer ladrillo para el templo Ishanni que fue construido ahí, y cuando fue completado él dirigió el primer servicio de oraciones que se realizó ahí. Esto no hubiera sido hecho si los Ishannis mismos no hubieran sido Hindúes. Eventualmente un reino Ishanni, conh Mahadevar Pattanam como su capital, fue establecido. En Nilamperur, cerca del lugar de un templo Hindú, la efigie de un rey usando una cruz pectoral fue desenterrada a fines del siglo pasado. En el norte, en el área tradicionalmente conocida como “el Hindu Kush” una moneda del primer siglo fue encontrada representando al rajá local montado a caballo y llevando una cruz en su mano.

Cuando un niño llegaba a la edad de tres años los Ishannis siempre hacían venir a un pandit Brahmin a su para simbólicamente comenzar su educación formal guiando los dedos del niño para trazar el mantra Om Sri Ganapataye Namah–“Me inclino ante el Señor Ganesha”–en un plato de arroz ante el cual una lámpara de ghee está ardiendo que previamente había sido adorada como un emblema de la diosa Saraswati. Esta todavía es la costumbre entre los cristianos de Santo Tomás, pero el mantra ahora usualmente es Hari Sri Ganapataye Namah. Ganesha es la deidad Hindú representada con la cabeza de un elefante. Siempre se le rinde culto antes de comenzar cualquier empresa, incluyendo en este caso, el comienzo de la educación. Hari es un nombre del

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dios Vishnu, el Conservador en la Trinidad Hindú de Brahma, Vishnu, and Shiva. Es interesante que muchos de los muy antiguos templos Ishanni en la India del Sur tengan “torres de dharma” doradas enfrente de ellos iguales a aquellas de los templos de Vishnu.

En el libro The Orthodox Church of India el autor, David Daniel, quien también es un Cristiano de Santo Tomás, escribe: “Los festivales en los templos Hindúes y las Iglesias Cristianas frecuentemente son festivales de toda la comunidad de la aldea. Una procesión de la iglesia, por ejemplo, tendrá la misma música familiar tocada en los templos Hindúes, el mismo tipo de sombrillas de encaje de seda, banderas y festones, elefantes decorados y el ensordecedor batir de tambores y ruido de cohetes. Los festivales invariablemente terminan con admirables despliegues de fuegos artificiales en la noche.” Y concluye, “De más está decir, que los Cristianos de Santo Tomás han asimilado muchas de las costumbres sociales y prácticas del país y son indistinguibles como una entidad en la sociedad.”

La gloria culminante de la Cristiandad de Santo Tomás fue el gran obispo-santo Gregorios de Parumala quien vivió en el siglo diecinueve. Cada día miles de peregrinos de todas las religiones visitan su isla-santuario en Parumala. Yo puedo atestiguar que en el momento que uno entra en los límites de la isla uno pisa otro mundo completamente, y que el cuarto donde él abandonó su cuerpo es uno de los lugares más poderosos espiritualmente en que jamás haya estado. (Afortunadamente puede meditar ahí por algún tiempo.) En América tuve la suerte de conocer en persona al notable yogi y erudito Hindú, Sri Nandu Menon. Él me dijo que aunque sus tíos eran Brahmanes Hindúes estrictamente tradicionales, San Gregorios fue su mejor amigo y pasó una gran parte de tiempo con ellos en discusiones espirituales. Nanduji me dijo que San Gregorios le había dicho a sus tíos que él consideraba que su misión en la vida era traer la restauración de tres enseñanzas esenciales a la Iglesia Cristiana de Santo Tomás: 1) la creencia en el karma; 2) la creencia en la reencarnación; y 3) la creencia que Dios y el Ser espiritual individual son uno.

Algunas Características Distintivas del the Ishanni Sampradaya

Un gran número de las características del Ishanni Sampradaya ya han sido discutidas, pero debemos mencionar unas pocas más para ayudarnos a comprender mejor el Ishanni Sampradaya.

1. Los Ishannis eran vegetarianos, absteniéndose absolutamente de carne, pescado, y huevos-así como del alcohol—en cualquier forma o cantidad. (En 1604, muchos Ishannis de Cranganore huyeron a las montañas para escapar a ser forzados a comer pescado por los misionarios Occidentales.)

2. Al igual que los Esenios, los Ishannis usualmente interpretaban la Biblia como una alegoría, creyendo que aun cuando eventos históricos actuales estuvieran inscritos ahí, tenían el propósito de ser símbolos de principios místicos y esotéricos. Esto es especialmente cierto de los Evangelios, la vida de Jesús era considerada como un drama de misterios delineando el viaje del alma hacia la perfección. El Antiguo Testamento también es parte de ese drama, mostrando el progreso del alma conocida como Adán a su perfección como Jesús el Mesías. Las vidas de Jesús en el Antiguo Testamento fueron: Adam, Noé, Abraham, José, Moisés, David, Elías, e Isaías. (Como la novena

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vida de perfección fue la de Isha, el número nueve era particularmente sagrado para los Ishannis.) Por tanto toda la Biblia es esencialmente la historia de una persona, todo el resto del material es un adjunto para su comprensión.

Los Ishannis consideraban que mucho del texto de tanto el Antiguo y Nuevo Testamento habían sido alterados para acomodarlos a las costumbres exotéricas y prejuicios del Judaísmo y el Cristianismo Mediterráneo. Más aún, algunos de los libros incluidos en las Biblias actuales son considerados de valor negligible, o sin ningún valor alguno. (San Pablo y los otros Apóstoles simplemente no eran considerados por los Ishannis.) Por otra parte, los Ishannis aceptaban muchos de los libros “apócrifos” acerca de la vida de Jesús y la Virgen María como historia válida—aunque no como escritura sagrada–y los usaban en consecuencia.

La tradición Ishanni dice que cuando Santo Tomás regresó a la India con algunos de los Esenios de Qumran él trajo un texto Arameo del Evangelio de San Mateo que le había sido dado por el evangelista. Los otros tres Evangelios del Nuevo Testamento no eran considerados tan autoritativos como el de San Mateo, y muchos no usaban ningún otro como fuente para las enseñanzas de Jesús. (Los Cristianos de Santo Tomás de hoy día poseen copias en Arameo de todos los cuatro Evangelios que son los textos más antiguos de los Evangelios en existencia, anteriores a todos los textos Griegos conocidos.)

Mucho más importante, ningún texto era considerado autoritativo si estaba en conflicto con las escrituras fundamentales del Arya Dharma y los otros seis sistemas ortodoxos de la filosofía Hindú. Esto era porque Jesús se consideraba que había sido un maestro de la Religión Védica más pura, como lo fue Santo Tomás, su mellizo. Como mencioné anteriormente, un sacerdote Cristiano de Santo Tomás de Kerala una vez me comentó: “Usted no puede comprender las enseñanzas de Cristo a menos que conozca las escrituras de la India.” ¿Qué podemos decir del llamado Evangelio de Tomás? Se ha conjeturado que fue compilado por los Ishannis después de la muerte de Santo Tomás. Pero cualquier copia debe haber sido quemada por los portugueses. Si el texto Copto es una traducción acertada del texto Indio no se puede saber. Pero la misma regla aplica a él que a la Biblia, o para el caso, a las sagradas escrituras de cualquier religión.

3. Los Ishannis mantienen que las leyes gemelas del karma y la reencarnación son verdades fundamentales sobre la existencia humana, y sin ellas ninguna filosofía religiosa o personal puede ser cierta o viable.

4. Los Ishannis creen que hay tres cosas eternas: Dios (Parameshwara), las almas individuales (jivas), y la materia primordial (pradhana o mulaprakriti). Estas tres son el verdadero Padre, Hijo(s), y Espíritu Santo (Mahashakti)–o: Pita, Putra, y Prakriti. Desde el punto de vista de Dios estos tres son uno en una manera incomprensible. Desde el punto de vista del alma individual estos tres son distintos uno del otro.

5. Para los Ishannis los medios por medio de los cuales ellos podían lograr la condición de unión con Dios eran los samskaras clásicos (ritos iniciatorios y sacramentales) del Hinduismo y las tradiciones del antiguo Shaivismo, que incluían la Yoga. Ellos también tenían sus propias formas de

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los Sacramentos Cristianos que Santo Tomás les había transmitido. Estas, también, perecieron en los fuegos de sus perseguidores, así que adoptaron los rituales de las iglesias Iraquíes y Sirias. Entre los Cristianos de Santo Tomás de la actualidad están aquellos que desean descontinuarlos y regresar a sus prácticas originales–pero ¿quién puede determinar cuáles son? Unas pocas congregaciones han construido iglesias en el estilo tradicional Hindú, pero es más que han podido hacer en este sentido. Algunos Cristianos de Santo Tomas usan las formas antiguas de los Sacramentos Occidentales, y la misión del Oeste en el siglo diecinueve adoptó los rituales de la Iglesia Católica Antigua de Holanda traducidos al Inglés.

6. El propósito del Ishanni Sampradaya fue claramente declarado por Jesús cuando pidió al Padre que: “que ellos sean uno, como nosotros somos uno: Yo en ellos, y tú en mí, para que sean hechos perfectos en una” Consciencia Divina (John 17:22, 23). Este es el objetivo común de todos los otros sampradayas de la Religión Védica, y de la verdadera religión dondequiera que se encuentre a través del mundo.

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