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Epigr. XLIII Dist. Hic qui dura sedens porrecto saxa leone mitigat, exiguo magnus in aere deus, quaeque tulit spectat resupino sidera vultu, cuius laeva calet robore, dextra mero: non est fama recens nec nostri gloria caeli; 5 nobile Lysippi munus opusque vides. Hoc habuit numen Pellaei mensa tyranni, qui cito perdomito victor in orbe iacet; hunc puer ad Libycas iuraverat Hannibal aras; iusserat hic Sullam ponere regna trucem. 10 Offensus variae tumidis terroribus aulae privatos gaudet nunc habitare lares, utque fuit quondam placidi conviva Molorchi, sic voluit docti Vindicis esse deus. XLIII Una estatua de Hércules Éste que, sentado, ablanda la dureza de las rocas tendiendo una piel de león —un dios grande en un diminuto bronce— y que, echando su cabeza hacia atrás, mira las estrellas que sostuvo1, cuya izquierda se entretiene con una clava de encina y la derecha con una copa de vino puro, no es una fama ni una gloria reciente de nuestros cinceles 2; estás viendo un

Epigr Hércules

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Epigrama de Marcial

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Page 1: Epigr Hércules

Epigr. XLIII Dist.

Hic qui dura sedens porrecto saxa leone

mitigat, exiguo magnus in aere deus,

quaeque tulit spectat resupino sidera vultu,

cuius laeva calet robore, dextra mero:

non est fama recens nec nostri gloria caeli; 5

nobile Lysippi munus opusque vides.

Hoc habuit numen Pellaei mensa tyranni,

qui cito perdomito victor in orbe iacet;

hunc puer ad Libycas iuraverat Hannibal aras;

iusserat hic Sullam ponere regna trucem. 10

Offensus variae tumidis terroribus aulae

privatos gaudet nunc habitare lares,

utque fuit quondam placidi conviva Molorchi,

sic voluit docti Vindicis esse deus.

XLIIIUna estatua de Hércules

Éste que, sentado, ablanda la dureza de las rocas tendiendo una piel de león—un dios grande en un diminuto bronce— y que, echando su cabeza hacia atrás, mira las estrellas que sostuvo1, cuya izquierda se entretiene con una clava de encina y la derecha con una copa de vino puro, no es una fama ni una gloria reciente de nuestros cinceles 2; estás viendo un noble obsequio y una obra de Lisipo 3. A esta divinidad la tuvo la mesa del monarca peleo 4, que, victorioso sobre el mundo tan rápidamente subyugado 5, está muerto. Por éste6 había jurado Aníbal, siendo un niño, ante los altares líbicos; éste había ordenado al feroz Sila7 que depusiera su tiranía. Ofendido por los terrores inflados de orgullo de las cortes inconstantes, ahora se goza en habitar

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en un hogar privado y, como antaño fue convidado del tranquilo Molorco 8, así ha querido ser el dios del docto Víndice.

1.- Para que Atlas descansara, Hércules lo relevó temporalmente en la misión de sostener el mundosobre sus espaldas.2.- El verso se repite casi literalmente en 14, 93, 1.3.- Sin duda el artista lo hizo como obsequio a su gran protector, Alejandro. Representaba a Hércules sentado a la mesa. Fue descrita largamente por Estacio, en Silv. 4, 6, 32-109.4.- Alejandro Magno había nacido en Pella, Macedonia. Juvenal (10, 168) también lo llama Pellaeus iuuenis. Y “peleos” se llaman otros lugares frecuentados por Alejandro, como Alejandría y Egipto; cf. 13, 85, 2.5.- Alejandro conquistó el inmenso imperio persa en tan sólo cuatro años (334-331) y antes decumplir él los 26.6.- Hércules.7.- Se da a entender que, después de Alejandro, la estatua había pertenecido a Aníbal y a Sila.8.- El pastor que acogió en su cabaña a Hércules antes de emprender la lucha con el león de Nemea; cf. 4, 64, 30.