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En camino $ 15 La Sagrada escritura en la vida de la Iglesia Vigilia de Pentecostés El marco doctrinal

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revista de la arquidiocesis de acapulco

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En camino

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La Sagrada escritura en la vida de la Iglesia

Vigilia de Pentecostés

El marco doctrinal

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Director General: Mons. Juan Navarro Castellanos, Coordinador: Pbro. Octavio Gutierrez Pantoja, Equipo Editorial: Diac. Ivan Añorve Jaimes, Hna. Yolanda Becerra Angel, Pbro. Gerardo Flores Robles, Hna. Teresa de Jesús Hernández Gómez, Pbro. Bulmaro Hernández Morales, Pbro. Álvaro Sánchez Quevedo, Diseño Gráfico: Lorena Encinas Z., Dirección: Quebrada No. 16 Col. Centro, C.P 3900, Acapulco, Gro.Tel: 4-83-05-63. los artículos son responsabilidad de sus autores.

Presentación.................................................................. 3

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Reflexionando nuestra feLa palabra en la sociedad...........................................

Subsidios Pastorales

Vigilia de Pentecostés............

[email protected]

7La sagrada Escritura en la vida de la Iglesia.......................

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Tema 1La vida de nuestros pueblos .................................. 10

Calendarización Pastoral 2008.................................

Tema 2La vida de Jesucristo en los discípulos misioneros...........

Tema 3La vida de Jesucristo para nuestros pueblos ..................

El marco doctrinal.................

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En caminoPresentación

en la vida de la Iglesia. La Iglesia ha venerado siem-pre la Sagrada Escritura, nutriéndose de ella sobre todo en la Liturgia y considerándola, juntamente con la Tradición, regla suprema de la fe. Por todo esto es necesario que los fieles tengan acceso pleno a la Es-critura.La Iglesia se preocupa por alcanzar una inteligencia cada vez mejor de la Escritura. Se pide a los exegetas y a los teólogos que colaboren y, bajo la vigilancia del Magisterio, expliquen la Escritura, alimento por exce-lencia del Pueblo de Dios.Así, la Palabra divina, más conocida y venerada, jun-tamente con la Eucaristía, dará esperanza cierta de nuevo impulso para la vida espiritual de la Iglesia.

Asimilando AparecidaSe ofrecen tres temas que corresponden a cada una de las tres grandes partes de que consta el documento, con el objetivo de mirar más de cerca sus contenidos. En los siguientes números se irán presentando temas sobre cada uno de los capítulos de este importante documento.

Marco DoctrinalEl P. Octavio ofrece un esquema para una asamblea parroquial en la que se elaborará el Marco Doctrinal. Busca escuchar y discernir juntos la voz de Dios para iluminar la realidad de la comunidad parroquial y responder a los desafíos que ella plantea.Define lo que es el Marco Doctrinal, señala los crite-rios básicos y los pasos que habrá que seguir para la elaboración del mismo en la parroquia. Se comparten los resultados de las parroquias en el decanato y pos-teriormente en las tres regiones para pasar luego al nivel diocesano.

Vigilia de PentecostésEn este número vendrá también un esquema para la Vigilia de Pentecostés. Aprovechemos estos recursos y apliquémoslos con mucha ilusión y con verdadero espíritu eclesial, sa-biendo que donde dos o más se reúnen en nombre de Cristo ahí está El en medio de ellos.

Juan Navarro CastellanosObispo auxiliar de Acapulco

Estimados Agentes de Pastoral: Con ilusión y esperanza, les presento el segundo número de nuestra revista “En Camino”, cuyo tema cen-

tral, en esta ocasión, es la Palabra. No perdamos de vista que esta revista busca convertirse en un instru-mento de animación y apoyo pastoral para los dis-tintos agentes: sacerdotes religiosas (os) y laicos.

La Palabra en la vida de la sociedadEl P. Jesús Mendoza nos presenta un tema, de corte más bien antropológico, sobre la Palabra en la vida de la sociedad, destacando, entre otras ideas, que la palabra forma parte de la vida cotidiana de las per-sonas y de los pueblos; ella sirve para expresarse y al mismo tiempo para transmitir mensajes. La Iglesia se sirve igualmente de la Palabra para evangelizar a través de la predicación, la catequesis, la homilía y la teología, entre otros caminos. Recordemos también que Dios nos comunica su Pa-labra mediante Palabras humanas. Pero la Palabra tiene igualmente una relación muy estrecha con los signos y las acciones. La palabra manifiesta, da a co-nocer y proyecta a la persona que la pronuncia. Por medio de signos Dios manifiesta, a su vez, su acción liberadora y con las Palabras explica el significado de sus obras. Sin embargo, la Palabra necesita estar respaldada por las obras, por el amor y por la vida misma, para que pueda ser creíble; sin las obras las palabras son huecas y pierden su razón de ser.

La Palabra de Dios en la vida de la IglesiaPor su pate el P. Miguel Contreras Aguilera nos ofre-ce una interesante reflexión sobre la Palabra de Dios

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Por: Pbro. Alvaro Sánchez Quevedo

Reflexionando nuestra fe

Por : Pbro. Jesús Mendoza Zaragoza

gestos fraternos y palabras. La Palabra de Dios es transmitida mediante palabras humanas.

Es clara la desproporción que hay entre la Pala-bra de Dios y nuestras frágiles palabras. Nunca una palabra humana puede expresar, de manera clara, íntegra y eficaz la Palabra de Dios y su Plan de Salvación. Las palabras humanas siempre son acercamientos, aproximaciones, sombras de lo que la Palabra de Dios es. Ni la predicación, ni la catequesis, ni la teología pueden abarcar com-pletamente el contenido de la Palabra de Dios. En la evangelización, ponemos nuestras humil-des palabras humanas al servicio de la Palabra de Dios.

La palabra, portadora de la personaA través de las palabras las personas se dan

a conocer. Es más, las palabras son los medios privilegiados para el descubrimiento de la inti-midad personal. Por eso, Dios se dio a conocer mediante signos y palabras. Con los signos ma-nifestaba su acción liberadora y con las palabras revelaba y explicaba el significado de sus obras. Con sus palabras, Dios se da a conocer a sí mis-mo. Y eso mismo sucede con las palabras huma-nas. El misterio de la intimidad personal solo

La palabra en la sociedad

Las palabras forman parte de la vida coti-diana de las personas y de los pueblos que buscan expresarse y transmitir mensajes.

También forman parte de las tareas evangeliza-doras. El Evangelio se transmite con palabras y con obras. La Pastoral Profética es, precisamente, la transmisión del Evangelio a través de palabras. La predicación, la catequesis, la homilía y la teolo-gía son algunas de las formas tradicionales con las cuales la Iglesia ha evangelizado con palabras.

Cuando hablamos de palabras nos referimos a las palabras expresadas por hombres y mujeres en la vida cotidiana. Dichas palabras expresan signi-ficados que tienen que ver con la vida ordinaria. Con esas mismas palabras podemos expresar sig-nificados que tienen que ver con el sentido último de la vida, con las experiencias de la fe y de la es-peranza, con el encuentro con Dios.

Las palabras forman parte de nuestra vida y cumplen la tarea de desvelar su significado, de co-municarlo y de promoverlo.

Palabra de Dios y palabra humanaLa Iglesia tiene la misión de comunicar la Palabra

de Dios a cada generación. Lo hace mediante sig-nos, gestos y palabras; mediante signos litúrgicos,

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Reflexionando nuestra fe

odiar, para construir o para des-truir, para guiar o para confun-dir.

Por lo tanto, las palabras no pueden ser fiables por sí mis-mas. Nos podemos fiar de ellas en la medida en que transparen-ten de lo que hay en el alma. ‘De la abundancia del corazón ha-bla la boca’, decía Jesús (Mateo 12, 34). Esto quiere decir que es necesario aprender a leer los co-razones a partir de las palabras, cosa que no es fácil y necesita un entrenamiento específico. Jesús nos ofrece un criterio cierto para

leer las palabras que recibimos en su más exacta di-

mensión: ‘Por sus frutos los conocerán’ (Mateo 7, 20). Esto quiere decir que las palabras en sí mismas no pueden ser confia-bles. Lo son en la medida en que van sostenidas en los frutos, esto es, en las obras, en la caridad. Así lo confirma Pablo: ‘Así yo hablara las lenguas de los hom-bres pero si no tengo caridad, no soy mas que palabra que toca o platillo que aturde’ (1 Corintios 13, 1). Las palabras sin las obras se vuelven estridentes y se dilu-yen como se diluye el sonido de una campana.

La palabra en las relaciones humanas

Las relaciones humanas se te-jen cotidianamente, entre otras cosas, mediante las palabras que

puede ser conocido mediante las palabras que lo revelan. Cuando dirigimos nuestra palabra a otra persona, le transmitimos no so-lamente unas ondas sonoras; le transmitimos nuestro aliento, nuestras energías vitales, nues-tra atención, nuestros sentimien-tos y emociones. Le transmiti-mos lo que hay en lo más hondo de nosotros mismos. Al hablar, nos entregamos y nos damos a los demás, ofreciéndoles lo que sentimos, lo que pensamos y lo que somos. Negar el saludo es negar nuestra persona mientras que ofrecer el saludo en abrir-nos y ofrecer nuestra persona a los otros.

Ambigüedad de la palabraPor naturaleza, el len-

guaje es ambiguo. No es lo mismo el beso de Ju-das que el beso de una novia enamorada. Y esto es más percepti-ble cuando se trata de lenguaje de las palabras: Citaba Jesús al profeta: ‘Este pueblo me honra con los labios pero su corazón está lejos de mí’ (Marcos 7, 6). Esto quiere decir que no siempre las palabras revelan la verdad de las cosas. En muchas ocasiones sólo sirven para distorsionar la reali-dad. En este caso, las palabras ya no revelan sino que confunden. Por lo tanto, se amerita una ac-titud de sospecha ante las pala-bras en el sentido de que hay que escudriñarla para ver si revela u oculta la verdad. Por otra aparte, las mismas palabras pueden ser-vir para fines opuestos y pueden tener efectos contradictorios. Ellas pueden servir para conso-lar o para golpear, para iluminar o para ocultar, para amar o para

se construyen de una manera bidireccional, esto es, en dos di-recciones: la palabra va y la pala-bra viene, la palabra se dice y la palabra se escucha, la palabra se entrega y la palabra se acoge. Las palabras ayudan a construir las relaciones y a definir la posición de una persona ante la otra. La riqueza de las palabras depende de la profundidad de su conteni-do. Hay palabras que surgen de la superficie mientras que otras surgen de la intimidad. Hay pa-labras que se acogen de manera superficial mientras que otras

ingresan a los terrenos de la vida más íntima de las per-sonas. De la profundidad de su emisión y de su re-cepción depende la posibi-lidad de que las palabras puedan transmitir la ri-queza interpersonal. Lo

mismo hay que decir de su transparencia de las palabras. Las palabras transparen-

tes, aquéllas que mues-tran la diafanidad de las personas enriquecen a

quien las expresa y a quien las escucha, por igual.

La palabra en los medios de comunicación social

Millones de palabras se escri-ben a diario en los medios im-presos y se dicen en los medios electrónicos. Son como avalan-chas interminables con un poder avasallador sobre las personas y sobre la sociedad entera. Son palabras expresadas a través del amplificador de los medios que las multiplican y las hacen reco-rrer distancias sin fin, derramán-dolas de manera capilar en todos los rincones de la sociedad.

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Reflexionando nuestra fe

¿Qué transmiten esas palabras? Desde luego, transportan ideas, emociones, sentimientos, argu-mentos, visiones de la realidad y proyectos sociales, entre otras cosas. Transmiten, también, pre-guntas, cuestionamientos, deba-tes, opiniones, confrontaciones. Tienen el interés de ubicarse en el ámbito público para contribuir en la formación de la opinión pública, como caja de resonan-cia de la sociedad. Quienes están interesados en influir en la opi-nión de la gente, en las decisio-nes personales, en las políticas públicas, en la orientación de los acontecimientos transmiten sus interpretaciones, sus explicacio-nes y sus pronósticos.

Cada día se manifiesta con ma-yor fuerza el poder de los medios en la vida pública de la socie-dad. La publicidad tiene un im-pacto arrollador con sus mensa-jes. Pero, al mismo tiempo, cada vez se hace más visible el abuso de las palabras, su manoseo y su manipulación. Las palabras llegan a vaciarse de sentido y a desgastarse al grado de que ya no dicen nada. Tanto palabrerío en los medios conducen al har-tazgo. Llega el momento en que solo dejan confusión, oscuridad, sospechas y frustraciones.

¿Cuál es el peso específico de las palabras en los medios? Para medirlo se recurre a la autoridad de quien las dice. Cuando se lee un artículo o una noticia lo que importa es quien lo ha escrito. Es necesario verificar la autoridad de quien habla o escribe. Esto es cada vez más fundamental. Cuando se escucha una opinión, hay que ver quien la dice. Hay muchas palabras que son sólo paja y aún, basura. Las palabras suelen amplificar y proyectar

hacia el ámbito público intere-ses sectarios, visiones estrechas, proyectos miopes, frustraciones crónicas con escaso valor huma-no y social.

Así pues, es necesario discer-nir el valor de las palabras que leemos en un diario o que es-cuchamos en un programa de televisión. En la medida en que las palabras correspondan a la realidad y se distancien de toda tergiversación y de toda mani-pulación tendrán más valor para edificar la sociedad. Y en la me-dida en que las palabras rindan tributo a la verdad servirán para construir una sociedad más justa y fraterna. Todo lo demás, es ba-sura solamente.

ConclusiónEn el ministerio de la evange-

lización, los evangelizadores ne-cesitamos pronunciar palabras. Para anunciar a Jesucristo tene-

mos que pronunciar nuestras palabras. Pero estas palabras tienen que ser coherentes con la Palabra misma de Dios. ¿Cómo podemos descubrir esta cohe-rencia? Tenemos el modelo cla-ro y definitivo de Jesús: ¿Cómo usó sus palabras? ¿Cuál era la relación entre sus palabras y sus obras? ¿Cuál era el contenido de sus palabras? ¿Cuál era la finali-dad de sus palabras?

Los evangelizadores tenemos ese modelo. Necesitamos entre-narnos en la escuela de la Pala-bra de Dios en la que Jesús es el Maestro y nosotros somos discí-pulos. Si el maestro es la Palabra misma y sus palabras son un despliegue de su persona y de su presencia, los discípulos tene-mos que aprender a hablar con nuestra presencia, con nuestro estilo de vida y, por supuesto, con nuestras palabras.v

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Reflexionando nuestra fe

ra que ha adoptado y hon-rado las varias traducciones de la antigüedad, alienta traducciones en las diversas lenguas, hechas preferente-mente sobre textos origina-les.La Iglesia se preocupa por

alcanzar una inteligencia cada vez mejor de la Escritu-ra. Por esto favorece también el estudio de los Padres de Oriente y de Occidente y de las sagradas liturgias.Se pide a los exegetas y a

los teólogos que colaboren y, bajo la vigilancia del Magis-terio, expliquen la Escritura, alimento por excelencia del Pueblo de Dios.La Teología tiene su funda-

mento en la Escritura y en la Tradición. El estudio de la Escritura debe ser como el alma de la teología y de todo el ministerio de la palabra.Es necesario, por consi-

guiente, que todos los que atienden al ministerio de la palabra mantengan un estre-cho contacto con la Escritura.El Concilio exhorta vivamen-te también a todos los fieles a la lectura y al estudio de la Palabra divina, recordan-do asimismo que toca a los Obispos enseñar a los fieles el recto uso de los Libros di-vinos mediante traducciones dotadas de oportunas notas.Así, la Palabra divina, más

conocida y venerada, junta-mente con la Eucaristía, dará esperanza cierta de nuevo impulso para la vida espiri-tual de la Iglesia.

El Capítulo VI de la Cons-titución “Dei Verbum” está dedicado al papel

de la Escritura en la vida de la Iglesia.

En dicho capítulo encontra-mos que la Iglesia ha vene-rado siempre la Sagrada Es-critura, nutriéndose de ella sobre todo en la Liturgia y considerándola, juntamente

con la Tradición , regla su-prema de la fe.Es necesario que la predica-

ción, como la religión cris-tiana, esté regida por la

Escritura, en la que está depositada una gran eficacia y po-der para ser apoyo y vigor de la Iglesia y fuente pura de la vida espiritual. Es necesario que

los fieles tengan ac-ceso pleno a la Es-critura. La Iglesia, de la misma mane-

La Sagrada Escritura en la

vida de la Iglesia

Por : Pbro. Miguel Ángel Cortés Torreblanca

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Breve historia del uso y lectura de la BibliaLa Sagrada Escritura ha sido utilizada y leída

a lo largo de los siglos. Después de que por mu-cho tiempo la Biblia estuvo prácticamente lejos de los fieles, en los últimos años ha cambiado el panorama católico. La Sagrada Escritura se ha convertido en el alimento y la norma de la vida cristiana.

1. Siglos I-XII: AccesoordinarioEn los primeros siglos la Biblia constituía la

fuente directa donde se alimentaba la vida cris-tiana. La liturgia permitía un contacto directo con al

Palabra de Dios. La predicación y la catequesis eran realmente bíblicas, constituían un comen-tario a la Escritura. Había un contacto fresco de la liturgia, la predicación y la catequesis. La ca-tequesis estaba enraizada y apoyada en la Bi-

blia. Y la teología consistía en la explicación del texto sagrado.

2.Siglos XII-XVI: Alejamiento paulatinoEn esta época encontramos dos realidades di-

versas. Por una parte el acceso y difusión de la Escritura; y por otra parte se empiezan a dar una serie de advertencias y cautelas eclesiásti-cas en torno a la lectura de la Biblia. La Lectio divina en los monasterios fue mues-

tra de que en esos lugares se continuaba con el recurso constante a la Escritura como fuente de vida cristiana.En el siglo XV con el invento de la imprenta,

aparecen ediciones impresas de la Biblia que vienen a ser un testimonio de su lectura y di-fusión.En esta misma línea aparece el arte: escultu-

ra, pintura, vitrales y mosaicos que hacen de las Iglesias un verdadero espejo viviente del Anti-guo y del Nuevo Testamento. El arte permitía a los que carecían de instrucción conocer aquello que no pueden aprender en los libros.Sin embargo, hay circunstancias que hacen di-

fícil el acceso a la Escritura: el costo de los ma-nuscritos, el analfabetismo y el hecho de que la Biblia se vaya reservando para los clérigos y monjes.Y ante las cautelas y restricciones para el acceso de la Biblia: pues se estableció que los laicos no deben usurpar el oficio de predicado-res; postura negativa a traducciones bíblicas y aún al uso mismo de la Biblia por parte de los laicos; se creó un ambiente de recelo, de tal for-ma que poco a poco el pueblo se fue distancian-do de la Palabra de Dios.

3. Siglos XVI-XIX: Abandono de la EscrituraContra el abuso originado por una serie de tra-

diciones eclesiásticas deformadas, y sobre todo ante el hecho de las crecientes dificultades que se ponen a la lectura de la Biblia, los reformado-res van a colocar como centro de su fe a la sola Escritura. La Biblia es la única fuente de la reve-lación, y no necesita ser interpretada por el ma-gisterio infalible de la Iglesia. Los reformadores (protestantes) se preocupan por usar y poner la Biblia al alcance de todos los fieles.

En el siglo XV con el invento de la imprenta, aparecen ediciones impresas de la Biblia que vienen a ser un testimonio de su lectura

y difusión.

Reflexionando nuestra fe

En camino

Reflexionando nuestra fe

acceso a la Sagrada Escritura” (Dei Verbum 22). La promo-ción de los estudios bíblicos a nivel superior, los movimien-tos litúrgico-bíblico, ecuméni-co, etc., impulsarán la necesi-dad de acercarse a la Escritura. La Liturgia está de nuevo en la lengua de cada pueblo, de for-ma que la lectura de la Escritura en ella es ya un alimento que la Iglesia ofrece a todos sus fieles. Se multiplican las traducciones y ediciones de la Biblia con no-tas apropiadas. Por todas par-tes se van dando círculos bí-blicos, cursos de Escritura, de forma que la Palabra de Dios en la Biblia empieza a estar al alcance de muchos. Esto ha lo-grado cambiar una mentalidad y una práctica diferente.Para el camino pastoral:1) Dar gracias a Dios por la

gran oportunidad que tenemos de poder escuchar y meditar su Palabra Divina.2)Tener el hábito de leer la Bi-

blia todos los días.3)Dar la importancia y aten-

ción que merece la lectura de la Palabra de Dios cuando asisto a la Celebración de la Misa. v

La interpretación literalista de la Escritura hizo que la Refor-ma Protestante cayera en una actitud fundamentalista y con deformaciones enormes.Entre los católicos surge el

Concilio de Trento (1546) que subraya que la Escritura debe ser expuesta y explicada en las lecciones sagradas que han de tenerse en las diferentes igle-sias como las catedrales y es-cuelas católicaEsto no llegó a la práctica y

tampoco se impulsó la lectura privada o particular de la Es-critura.Con los Papas Pablo IV (1559) y Pío IV (1564) se prohi-bió imprimir y poseer Biblias. Solamente con permiso del pá-rroco o del Obispo podían tener una Biblia aquellos que se vea que pueden recibir de la lectu-ra, no daño, sino aumento de fe y de piedad. Esto formó una mentalidad práctica de aban-dono de la Biblia. No se leía en lo personal y en la liturgia, por estar en latín, resultaba inacce-sible para la mayoría. Esta mentalidad y esta prácti-

ca duró hasta antes del Conci-lio Vaticano II.

4. Siglo XX: Vuelta a la Escritura

Desde finales del siglo pasado hasta hoy ha habido un cambio que se puede caracterizar como la vuelta de la Iglesia católica a la Escritura. La realidad que se vive ahora es de un contacto mayor con la Palabra de Dios.Diversos documentos del Ma-

gisterio recomendaron el ac-ceso a la Escritura. El Concilio Vaticano II viene a coronar es-

tos esfuerzos con una decidida recomendación de la lectura de la Escritura.“…Por lo que a Nos se refiere,

Venerables hermanos, a imi-tación de San Jerónimo jamás cesaremos de exhortar a todos los fieles cristianos que lean diariamente, sobre todo, los santos Evangelios de Nuestro Señor y los Hechos y Epísto-las de los Apóstoles, tratando de convertirlos en savia de su espíritu y en sangre de sus ve-nas” (Spiritus Paraclitus).“Los sagrados prelados…fa-

vorezcan y presten su ayuda a aquellas pías asociaciones cuyo fin es difundir entre los fieles los ejemplares editados de las sagradas letras, principalmen-te de los Evangelios, y procurar que en las familias cristianas se haga ordenada y santamente una lectura cotidiana de ellas: recomienden eficazmente la Sagrada Escritura, traduci-da actualmente a las lenguas vulgares con aprobación de la Iglesia, ya de palabra, ya por el uso, cuando lo permitan las leyes de la liturgia” (Divino Afflante Spiritus).“Los fieles han de tener fácil

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AMBIENTACIÓN

En el Salón, Templo o Ca-pilla donde vaya a cele-brarse la Vigilia conviene

ambientar con signos alusivos al E s p í -ritu Santo, de tal manera

que

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Vigilia de Pentecostésasamblea tenga en claro sus di-versas manifestaciones. Estos signos de preferencia deben ser bellos, vivos, creativos que ver-daderamente comuniquen la im-portancia de Pentecostés en la fe cristiana.

ANIMACIÓN Algunos cantos

de animación que hablen del Espíritu

Santo. (Ven, ven Espí-ritu Divino, Este día la vamos a gozar, Manda el Fuego, etc.) Este mo-mento permitirá ser un

parteaguas entre las activi-dades cotidianas de nuestra

vida (casa, trabajo, estudios) y el momento que habremos de vi-vir. Los cantos han de disponer-nos a vivir plenamente nuestra vigilia.

ORACIÓN INICIALVen, Espíritu SantoVen, Espíritu Santo, llena los

corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de

tu amor. Envía Señor, tu Espíritu y todo

será creado y se renovará la faz de la tie-

rra. ¡Oh, Dios, que has instruido los

corazones de tus fieles con la luz de tu Espíritu San-

to!, concédenos que sintamos rec-

tamente con el mismo Espíritu y gocemos siempre de su divi-

no consuelo. Por Jesucristo, Nuestro Señor.

AMÉN.

Canto: Espíritu de Dios.

CHARLA: PENTECOSTÉS

Un poco de historia: La pala-bra Pentecostés viene del griego pentekosté (heméra) que signifi-ca el día quincuagésimo. Alude a la fiesta del quincuagésimo día después de la Pascua para los

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Subsidios pastorales

judíos y de la Re-surrección para los cristianos.

A los 50 días de la Pascua, los judíos celebraban la fiesta de las “Siete Sema-nas”, conocida tam-bién como “Fiesta de las semanas”. Como nos los des-cribe Ex 34,22, esta fiesta en un prin-cipio fue agrícola, pero se convirtió después en recuer-do de la Alianza del Sinaí, un recuerdo de la aparición de Dios en el monte del Sinaí, la cual se celebra el quincua-gésimo día después de la pascua judía. Por lo tanto, en el día de pentecostés también se celebra la entrega de la Ley (mandamientos) al pueblo de Israel.

Al principio los cristianos no celebraban esta fiesta. Las primeras alusiones a su celebración se encuentran en escritos de San Irineo, Tertuliano y Orígenes, a fin del siglo II y principio del III. Ya en el siglo IV hay testimonios de que en las gran-des Iglesias de Constantinopla, Roma y Milán, así como en la Península Ibérica, se festejaba el último día de la cincuentena pascual.

Con el tiempo se le fue dando mayor importan-cia a este día, teniendo presente el acontecimien-to histórico de la venida del Espíritu Santo sobre María y los Apóstoles (Cf. Hch 2). Gradualmente, se fue formando una fiesta, para la que se prepara-ban con ayuno y una vigilia solemne, algo pareci-do a la Pascua. Se utiliza el color rojo para el altar y las vestiduras del sacerdote; simboliza el fuego del Espíritu Santo.

El Pentecostés cristiano: La fe cristiana celebra el día Pentecostés el descenso del Espíritu Santo so-bre la Iglesia, personificada en María y los Após-toles, según nos narra (Hch. 2,1 – 41). Es uno de los acontecimientos fundantes de la de la Iglesia, por ello también se le conoce como la celebración

del Espíritu Santo. Ya anteriormente encontramos diver-sas manifestaciones del Espíritu Santo, sin embargo se reco-noce esté momento, como el principal, puesto que a partir de aquí la Iglesia va a tomar más enserio su carácter evange-lizador. El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo des-de el comienzo de la historia hasta su consumación, pero es en los últimos tiempos, inaugura-dos con la Encar-nación, cuando el Espíritu se revela y nos es dado, cuando

es reconocido y acogido como persona. Jesús nos lo presenta y se refiere a Él no como una potencia impersonal, sino como una Persona diferente, con un obrar propio y un carácter personal. Pentecos-tés es la fiesta de la efusión del Espíritu en la vida de la Iglesia, para llevar adelante la misión de san-tificar el mundo, para que la humanidad pueda entrar en comunión con Dios.

En la liturgia católica es la fiesta más importante después de la Pascua y la Navidad. La liturgia in-cluye la secuencia medieval Veni, Sancte Spiritus (Ven Santo Espíritu).

En las iglesias ortodoxas existe además la cele-bración de las Tres Divinas Personas o de la Santa Trinidad; las iglesias occidentales celebran para esta ocasión desde el siglo XIV su propia fiesta lla-mada Trinitatis (la fiesta de la Santísima Trinidad) una semana después del Pentecostés.

En el calendario cristiano el Pentecostés termina, análogamente, el tiempo pascual de los 50 días lla-mado período o tiempo de la amistad.

En las narraciones sobre el Pentecostés de He-chos de los Apóstoles se le adjudica al Espíritu Santo, en congruencia con el Antiguo Testamento, características milagrosas (carismas): él ofrece va-lentía y libertad, posibilita la comprensión y fortifi-

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ca una comunidad universal. Es por esta razón que se suele reco-nocer este acontecimiento como el inicio de la Iglesia, pues como podemos imaginarnos después de la muerte de Jesús, la apren-sión, el difícil proceso religioso – político al que injustamente le someten, hacía pensar a sus dis-cípulos la posibilidad de correr la misma suerte y aunque la Re-surrección ha reafirmado la fe en el Hijo de Dios los discípulos, sin embargo es una fe temerosa, y es el Espíritu Santo el que la va a fortalecer al grado que es a partir de este momento cuando se va a evangelizar con gran ímpetu, sin temor a ser apresados.

Los cincuenta días pas-cuales y las fiestas de la Ascensión y Pentecos-tés, forman una uni-dad. No son fiestas aisladas de aconteci-mientos ocurridos en el tiempo, son parte de un solo y único miste-rio.

Pentecostés es fiesta pascual y fiesta del Espíri-tu Santo. La Iglesia sabe que nace en la Resurrección de Cris-to, pero se confirma con la venida del Espíritu Santo. Es hasta en-tonces, que los Apóstoles acaban de comprender para qué fueron convocados por Jesús; para qué fueron preparados durante esos tres años de convivencia íntima con Él.

La Fiesta de Pentecostés es como el “Aniversario” de la Igle-sia. El Espíritu Santo desciende sobre aquella comunidad nacien-te y temerosa, infundiendo sobre ella sus siete dones, dándoles el valor necesario para anunciar la Buena Nueva de Jesús; para

preservarlos en la verdad, como Jesús lo había prometido (Jn 14.15); para disponerlos a ser sus testigos; para ir, bautizar y ense-ñar a todas las naciones.

Es el mismo Espíritu Santo que, desde hace dos mil años hasta ahora, sigue descendien-do sobre quienes creemos que Cristo vino, murió y resucitó por nosotros; sobre quienes sabemos que somos parte y continuación de aquella pequeña comunidad ahora extendida por tantos luga-res; sobre quienes sabemos que somos responsables de seguir extendiendo su Reino de Amor, Justicia, Verdad y Paz entre los hombres.

Los símbolos del Espíritu Santo:

Al Espíritu Santo se le representa de diferentes formas:

a)El Agua: El simbolis-mo del agua es significa-tivo de la acción del Espí-ritu Santo en el Bautismo,

ya que el agua se convierte en el signo sacramental del

nuevo nacimiento.b)La Unción: Simboliza la fuer-

za. La unción con el óleo es si-nónima del Espíritu Santo. En el sacramento de la Confirmación se unge al confirmado para pre-pararlo a ser testigo de Cristo.

c)El Fuego: Simboliza la ener-gía transformadora de los actos del Espíritu.

d)La Nube y la Luz: Símbolos inseparables en las manifesta-ciones del Espíritu Santo. Así desciende sobre la Virgen María para “cubrirla con su sombra”. En el Monte Tabor, en la Transfi-guración, el día de la Ascensión; aparece una sombra y una nube.

e)El Sello: Es un símbolo cer-

El Espíritu Santo y la Iglesia: La

Iglesia nacida con la Resurrección de Cristo, se manifiesta al mundo por el Espíritu Santo el

día de Pentecostés.

Pentecostés es fiesta pascual y fiesta del Espíritu Santo. La

Iglesia sabe que nace en la Resurrección de Cristo, pero se

confirma con la venida del Espíritu Santo.

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Subsidios Pastorales

cano al de la unción. Indica el carácter indeleble de la unción del Espíritu en los sacramentos y hablan de la consagración del cristiano.

f)La Mano: Mediante la impo-sición de manos los Apóstoles y ahora los Obispos, trasmiten el “don del Espíritu”.

g)La Paloma: En el Bautismo de Jesús, el Espíritu Santo apare-ce en forma de paloma y se posa sobre Él.

El Espíritu Santo y la Iglesia: La Iglesia nacida con la Resu-rrección de Cristo, se manifiesta al mundo por el Espíritu Santo el día de Pentecostés. Por eso aquel hecho de que “se pusieron a hablar en idiomas distintos” , (Hch 2,4) para que todo el mun-do conozca y entienda la Ver-dad anunciada por Cristo en su Evangelio.

La Iglesia no es una sociedad como cualquiera; no nace porque los apóstoles hayan sido afines; ni porque hayan convivido jun-tos por tres años; ni siquiera por su deseo de continuar la obra de Jesús. Lo que hace y constituye como Iglesia a todos aquellos que “estaban juntos en el mismo lugar” (Hch 2,1), es que “todos quedaron llenos del Espíritu Santo” (Hch 2,4).

Una semana antes, Jesús se había “ido al Cielo”, y todos los que creemos en Él esperamos su segunda y definitiva venida, mientras tanto, es el Espíritu Santo quien da vida a la Iglesia, quien la guía y la conduce hacia la verdad completa.

Todo lo que la Iglesia anuncia, testimonia y celebra es siempre gracias al Espíritu Santo. Son mas de dos mil años de trabajo apostólico, con tropiezos y lo-

gros; aciertos y errores, toda una historia de lucha por hacer pre-sente el Reino de Dios entre los hombres, que no terminará has-ta el fin del mundo, pues Jesús antes de partir nos lo prometió: “…yo estaré con ustedes, todos los días hasta el fin del mundo” (Mt. 28,20)

Si se juzga conveniente la char-la puede dividirse en dos mo-mentos y realizar algún trabajo en grupos. A su vez se pueden ir intercalando algunos cantos. Procúrese que la charla más que teórica sea experiencial.

Cantos.

ORACIÓN ANTE EL SANTÍSIMO:

Se expone el Santísimo como de costumbre. 1 Padre nuestro, 1 Dios te Sante. 1 Gloria al Pa-dre. Intercalando un canto entre cada padre nuestro. Al concluir el ministro recita en lugar de la oración “En este tabernáculo sagrado” la oración que a con-tinuación se presenta, realizán-dola de forma pausada para que la asamblea vaya cantando cada uno de sus contenidos. Todos meditamos en silencio

Guía:Ven, Espíritu divino Ven, Espíritu divino, manda tu

luz desde el cielo.Padre amoroso del pobre; don,

en tus dones espléndido, luz que penetras las almas,

fuente de mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma,

descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa

en las horas de fuego; gozo que enjuga las lágrimas y

reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma, Divina Luz, y enriquécenos.

Mira el vacío del hombre si tu le faltas por dentro,

mira el poder del pecado cuan-do no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo,

lava las manchas, infunde ca-lor de vida en el hielo.

Doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos.

Por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito;

salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. AMÉN.

Guía: Vamos a disponernos hermanos a escuchar la Palabra de Dios.

Se proclama el siguiente texto.

Hch. 2, 1 -13. Pentecostés.

Concluido, el ministro proce-de a realizar una reflexión breve pero que haga mención de la im-portancia del Espíritu en la vida de la Iglesia. Después invita a la asamblea a orar en silencio. Se puede meditar en torno a las si-guientes preguntas.

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Reflexionando nuestra fe

1.- ¿Logro identificar en la Igle-sia la presencia del Espíritu, me abro a la experiencia del Espíritu en mi vida?

2.- ¿Qué puede hacer para que el Espíritu me anime en la misión que le Padre me ha encomenda-do como bautizado?

3.- ¿Cómo puedo comunicar a los demás la presencia del Espí-ritu Santo en la Iglesia y de modo concreto en mi vida?

Canto: Muévete en mí.

Meditación de los siete dones ante Jesús Eucaristía:

Un lector proclama el texto de 1 Cor. 12, 1 – 11. Y enseguida el guía continúa con la oración que a continuación se describe.

La vida del cristiano es una existencia espiritual, una vida animada y guiada por el Espíri-tu hacia la santidad o perfección de la caridad. Gracias al Espíritu Santo y guiado por Él, el cristia-no tiene la fuerza necesaria para luchar contra todo lo que se opo-ne a la voluntad de Dios. (Cf. Gal 5,13-18; Rom 8,5-17). Para que el cristiano pueda luchar, el Espí-ritu Santo le regala sus siete do-nes, que son disposiciones per-manentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu, estos dones son:

El guía va meditando cada una de los siete dones y enseguida deja un breve espacio de silen-cio. Si se juzga conveniente se puede intercalas cada dos dones un canto. Adécuense los canto a

la dinámica de la comunidad.Sabiduría: Nos comunica el

gusto por las cosas de Dios. Pen-semos en la veces que hemos re-chazado a Dios por las cosas del mundo.

Ciencia: Nos enseña a darle a las cosas terrenas su verdadero valor. Pensemos en las ocasio-nes en las que he considerado que el mundo puede prescindir de Dios. Que yo uedo vivir sin Dios.

Consejo: Nos ayuda a resolver con criterios cristianos los con-flictos de la vida. Pensemos en las ocasiones que por tomar ma-las decisiones nos hemos metido en graves problemas. O por un mal consejo hacia los demás es-tos han caído en le pecado.

Piedad: Nos enseña a relacio-narnos con Dios como nuestro Padre y con nuestros hermanos. Pensemos en todas las veces en las que hemos sido indiferentes ante el sufrimiento de los demás, las veces que pudimos ayudar y no lo hicimos.

Temor de Dios: Nos impulsa a apartarnos de cualquier cosa que pueda ofender a Dios. Pen-semos en todas las ocasiones en las que nos hemos considerado autosuficientes, en los que nos hemos querido igualar a Dios, en las que hemos renegado de su existencia.

Entendimiento: Nos da un co-nocimiento más profundo de las verdades de la fe. Pensemos en las tantas veces que hemos cues-

tionado las verdades fundamen-tales de fe. La fe en la Resurrec-ción, la fe en la Eucaristía.

Fortaleza: Despierta en noso-tros la audacia que nos impulsa al apostolado y nos ayuda a su-perar el miedo de defender los derechos de Dios y de los demás. Pensemos en las ocasiones en la que no hemos querido cumplir el plan de Dios que nos llama a la misión, a la construcción de su reino. Las veces que hemos que-rido abandonar el apostolado.

Canto. Espíritu de Dios.

Plegaria comunitaria:La Iglesia necesita de los siete

dones para permanecer fiel al Se-ñor, para cumplir con la misión de santificar el mundo. Nosotros en cada una de nuestras vidas necesitamos de diversas mane-ras que los dones del Espíritu nos acompañen, nos iluminen, nos fortalezcan. Algunos nece-sitamos entendimientos, otros sabiduría, otros fortaleza, cada uno quizá de un modo especial uno de los siete dones pidamos en esta vigilia para que en cada quien el Espíritu Santo derramé el don que necesita. Después de ir mencionando cada petición de forma lenta vamos a ir cantan-do.

ESPÍRITU SANTO, VEN, VEN. (3)

EN EL NOMBRE DEL SEÑOR.

Sabiduría: Te rogamos, Señor, para que seamos sabiduría y sal

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de la tierra. Que nuestra sal de cristianos no se vuelve sosa, porque entonces no sirve para nada. Danos, Señor, el don de la sabidu¬ría.

Entendimiento: Ilumina, Señor, nuestro corazón, para que sepa¬mos descubrir tu voluntad y el ca-mino de nuestra vocación. Queremos ser luz para

los demás y llevar la luz del Evangelio a todo el mundo.

Consejo: Te pedimos por los sacerdotes, los reli-giosos, las reli¬giosas, todos los consagrados y los que se preparan para orde¬narse o hacer los vo-tos. Que vivan con fidelidad su vocación siguien-do los consejos evangélicos y siendo tu ejemplo en la sociedad de hoy.

Fortaleza: Señor, tú dijiste: “El que quiera se-guirme, que cargue con su cruz y me siga”. Aquí estamos, dispuestos a hacer tu voluntad. Que tu Espíritu nos ayude en nuestras debilidades.

Ciencia: Que todos los que se dedican a la inves-tigación y a la enseñanza lo hagan para el verda-dero progreso de la humani¬dad. Que también haya jóvenes dispuestos a dar a conocer lo que supera toda ciencia: el amor de Dios revelado en Jesucristo.

Piedad: Espíritu Santo, Maestro interior, ensé-ñanos a orar. Te pedimos por las vocaciones con-templativas, que son como el corazón de la Iglesia, oculto y en el interior, pero necesario para su vita-lidad.

Santo temor de Dios: Señor, ayúdanos a vivir una vida entregada al servicio de los demás, limpia en nuestras costumbres y fiel a tu voluntad, según el espíritu de las Bienaventuranzas y el estilo de vida de Francisco y Clara de Asís.

ORACIÓN:Omnipotente, eterno, justo y misericordioso

Dios: concédenos a nosotros, a esta comunidad cristiana, hacer por ti lo que sabemos que te agra-da y desear siempre lo que te place, para que, con nuestras manos siempre disponibles, limpios inte-riormente e iluminados y encendidos con el fuego del Espíritu Santo, podamos seguir las huellas de tu Hijo Jesucristo, y llegar con sola tu Gracia a ti, Altísimo Buen Señor, tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

Se deja un breve espacio de silencio para interio-rizar la plegaria comunitaria y enseguida se da la Bendición Solemne. La hora Santa concluye como de ordinario. Si se juzga conveniente se puede con-cluir la vigilia con algunos cantos de animación o retirarse en ese ambiente de silencio. Considérese las características de la comunidad para la conclu-sión de la vigilia. v

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Tema 1 La vida de nuestros pueblos

CANTO:

Soy la semilla que ha de crecersoy la estrella que ha de brillarsoy levadura, soy grano de salantorcha que debe alumbrar.

ID AMIGOS POR EL MUNDOANUNCIANDO EL AMOR,MENSAJEROS DE LA VIDADE LA PAZ Y EL PERDÓN.

SED AMIGOS LOS TESTIGOSDE MI RESURRECCIÓN

ID LLEVANDO MI PRESENCIA,CON VOSOTROS ESTOY.

ORACIÓN:

QUÉDATE CON NOSOTROSQuédate con nosotros, Señor, acompáñanos aun-que no siempre hayamos sabido reconocerte. Quédate con nosotros, porque en torno nuestro se van haciendo más densas las sombras, y Tú eres la Luz; en nuestros corazones se insinúa la desesperanza, y Tú los haces arder con la certeza de la Pascua. Estamos cansados del camino, pero Tú nos confor-tas en la fracción del pan para anunciar a nuestros hermanos que en verdad Tú has resucitado y que nos has dado la misión de ser testigos de tu resurrección.

Quédate con nosotros, Señor, cuando en torno a nuestra fe católica surgen las nieblas de la duda, del cansancio o de la dificultad. Tú, que eres la Verdad misma como revelador del Padre, ilumina nuestras mentes con tu Palabra; ayúdanos a sentir la belleza de creer en Ti.

Quédate en nuestras familias, ilumínalas en sus dudas, sostenlas en sus dificultades,

consuélalas en sus sufrimientos y en la fatiga de cada día, cuando en torno a ellas se acumulan sombras que amenazan su unidad y su naturaleza. Tú que eres la Vida, quédate en nuestros hogares, para que sigan siendo nidos donde nazca la vida humana abundante y generosamente, donde se acoja, se ame, se respete la vida desde su concepción hasta su término natural.

Quédate, Señor, con aquellos que en nuestras so-ciedades son más vulnerables; quédate con los pobres y humildes, con los indíge-nas y afroamericanos, que no siempre han encontrado espacios y apoyo para expresar la riqueza de su cultura y la sabiduría de su identidad.

Quédate, Señor, con nuestros niños y con nuestros jóvenes, que son la esperanza y la riqueza de nuestro con-tinente, protégelos de tantas insidias que atentan contra su inocencia y contra sus legítimas esperanzas.¡Oh buen Pastor, quédate con nuestros ancianos y con nuestros enfermos! ¡Fortalece a todos en su fe para que sean tus discí-pulos y misioneros!

Introducción

En el número anterior de nuestra revista, ofreci-mos un artículo que nos ayudó a acercarnos y a conocer de manera muy general el documento de Aparecida. En esta ocasión, presentamos tres te-mas correspondientes a cada una de las tres gran-des partes de que consta el documento, con el ob-jetivo de mirar más de cerca sus contenidos. En los números posteriores nos detendremos en cada uno de los diez capítulos, de manera que nos va-yamos introduciendo cada vez con mayor profun-didad en la riqueza del documento.

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DOCUMENTO DE APARECIDA

PARTES CAPÍTULOS

I. LA VIDA DE NUESTROS PUEBLOS HOY

1. Los discípulos misioneros

2. Mirada de los discípulos misioneros sobre la realidad

II. LA VIDA DEJESUCRISTO EN

LOS DISCÍPULOS MISIONEROS

3. La alegría de ser discípulos misioneros para nuestros pueblos 4. La vocación de los discípulos misioneros a la santidad5. La comunión de los discípulos misioneros en la Iglesia6. El itinerario formativo de los discípulos misioneros

III. LA VIDA DE JESUCRISTO PARA

NUESTROSPUEBLOS

7. La misión de los discípulos al servicio de la vida plena8. Reino de Dios y promoción de la dignidad humana9. Familia, personas y vida

10. Nuestros pueblos y la cultura

El siguiente esquema nos ayuda a ubicar mejor la estructura general de Aparecida.

Primera parte

Esta primera parte, que consta de dos capítulos (ver esquema), comienza a manera de introduc-ción, dándonos a conocer el método que seguirá el documento: ver, juzgar y actuar; el cual, “…nos permite articular, de modo sistemático, la pers-pectiva creyente de ver la realidad; la asunción de criterios que provienen de la fe y de la razón para su discernimiento y valoración con simpatía crítica; y, en consecuencia, la proyección del actuar como dis-cípulos misioneros de Jesucristo” (Aparecida 19).

Capítulo 1: Los discípulos misioneros (20 – 32)

En este primer capítulo, se nos pre-para a mirar la realidad con ojos de fe, pues aunque América Latina sea un conti-nente de realidades contrastantes, hemos recibido dones inapreciables que nos ayudan a mirar la realidad como discípulos misioneros de Jesucris-to. Si no lo vemos así, la realidad se convierte en un enigma indescifrable, donde “no hay camino y, al no haber camino, no hay vida ni verdad” (22).En este mismo capítulo se nos recuerda que el que-rer pretender conocer la realidad es con un objeti-

vo bien claro: evangelizarla. Esa es la misión de la Iglesia. “Anunciamos a nuestros pueblos que Dios nos ama, que su existencia no es una amenaza para el hombre, que está cerca con el poder salva-dor y liberador de su Reino, que nos acompaña en la tribulación, que alienta incesantemente nuestra esperanza en medio de todas las pruebas” (30).

Capítulo 2: Mirada de los discípulos misioneros sobre la realidad(33 – 100)

Es en este capítulo donde el documen-to nos presenta un interesante análisis de la realidad latinoame-ricana vista con ojos de los discí-

pulos misioneros. Nuestra realidad actual está marca-

da por grandes cambios, que afectan profundamente sus vidas. Como discí-

pulos de Jesucristo, nos sentimos interpe-lados a discernir los “signos de los tiempos”

a luz del Espíritu Santo, anunciado por Jesús que vino para que todos tengan vida. La realidad es muy complicada, por lo tanto, difícil de entender-la. No pretendemos abarcarla en su totalidad. Esta época está marcada por el fenómeno de la globa-lización que “afecta al mundo entero”, y que se debe a la ciencia y la tecnología “con su capacidad de crear un alcance mundial” con gran velocidad.

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Ante esto, nuestra tradición re-ligiosa empieza a erosionarse. La mayoría de los medios de co-municación nos presenta nuevas imágenes, atractivas, llenas de fantasía, que aunque todos sa-ben que no pueden mostrar el sentido de la realidad, ofrecen satisfacciones momentáneas.

LA SITUACIÓN SOCIOCULTURAL (43 – 59)

En esta parte se habla de la va-riedad y riqueza de las culturas, pero advierte que el problema de hoy, no es que no veamos esa di-versidad, sino que no podamos lograr una síntesis y un proyec-to común. Muestra que la cultu-ra de hoy tiene muchos valores, como la libertad y la dignidad de la persona, la conciencia de los propios límites, el aprecio por la diversidad cultural, la interac-ción y el enriquecimiento mutuo. Pero debilita los vínculos comu-nitarios. Todo parece reducirse al momento presente, buscando la realización inmediata de los deseos de las personas y dejando

de lado el bien común. Aquí está precisamente el gran error de las tendencias dominantes en el úl-timo siglo que excluyen a Dios de su horizonte, falsificando el concepto de la realidad.

LA SITUACIÓN ECONÓMICA (60 – 73)

América Latina accedió a nuevas tecnologías, marcadas por finan-zas y ha tenido altas tazas de cre-cimiento. La globalización, en su aspecto económico, absolutiza la eficacia y la productividad, dan-do mucho poder a monopolios y creando una realidad económica claro-oscura.En el lado claro de la globaliza-ción, se valoran nuevas expe-riencias, como por ejemplo las microfinanzas, la economía local y solidaria y el comercio justo.El lado oscuro de la globaliza-ción se refleja en que no es capaz de Interpretar y reaccionar en función de valores objetivos que se encuentran más allá del mer-cado.Otros problemas relacionados

con la economía son la fragilidad y vulnerabilidad de las pequeñas y medianas empresas, quedando a merced de los grandes poderes económicos.

LA DIMENSIÓN SOCIO-POLÍTICA (74 – 82)

Se destaca el hecho positivo del fortalecimiento de la democra-cia, pero se pide una democra-cia participativa y basada en la promoción y respeto de los dere-chos humanos. También se valo-ra la presencia más protagónica de la sociedad civil y la irrup-ción de nuevos actores sociales, aunque a veces surjan conflictos y polarizaciones, Hoy se aprecia, después de un tiempo de duros ajustes un esfuerzo de los Esta-dos por definir y aplicar políticas públicas en los campos de la sa-lud, la educación..., igualmente se aprecia una creciente volun-tad de integración regional. Pero hay un recrudecimiento de la co-rrupción que alcanza a todos los poderes e instituciones públicas. Esta situación y las promesas in-

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cumplidas aumentan en los jóve-nes el desencanto por la política y la democracia; la convivencia y la construcción de la sociedad se deteriora y aumenta la violencia y el narconegocio.

BIODIVERSIDAD, ECOLOGÍA, AMAZONIA Y

ANTÁRTIDA (83 – 87)

Se lamenta las múltiples agresio-nes a la biodiversidad y la depre-dación de la tierra, que afectan a las poblaciones tradicionales; se lamenta el gran riesgo de la Amazonia, muchos pretenden internacionalizarla, pero eso en realidad estaría al servicio de los intereses económicos de las cor-poraciones internacionales; tam-bién se lamentan los efectos del calentamiento global que se ven en el proceso de retroceso de los hielos antárticos.

PRESENCIA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y

AFROAMERICANOS EN LA IGLESIA (88 - 97)

Se invita a reconocer a los “otros”, a los diferentes y se denuncian las situaciones que amenazan la dignidad y la identidad cultural indígena y afroamericanos, hay

que reconocerlos como “pueblos diferentes”, con valores propios fomentando el reconocimiento de sus derechos. Sus caracterís-ticas propias han enriquecido la religiosidad popular.Se lamenta la discriminación y exclusión de los afrodescendien-tes. Concluye destacando que la diversidad no significa ame-naza, no justifica jerarquías de poder de unos sobre otros, diá-logos desde visiones culturales diferentes. Una vez más vemos el valioso acento puesto en el diálogo, que promueve la dig-nidad y la identidad de los dife-rentes.

SITUACIÓN DE NUESTRA IGLESIA EN ESTA HORA

HISTÓRICA DE DESAFÍOS (98 – 100)

Se resalta que gracias a la ani-mación bíblica de la pastoral, aumenta el conocimiento de la Palabra de Dios y el amor a Ella, la renovación de la catequesis, la renovación de la liturgia, que acentuó la dimensión celebrativa de la fe cristiana, el crecimien-to de la religiosidad popular, el esfuerzo de los agentes pastora-les y de las casas de formación, la entrega de los misioneros, los

esfuerzos de las parroquias, las comunidades de base y los mo-vimientos; la mayor conciencia de la pastoral de familia, infan-cia, juventud, la creación de me-dios de comunicación, mayor diálogo ecuménico y un nuevo espíritu de oración unido a un sentimiento de solidaridad.También se mencionan cuestio-nes negativas, como el poco cre-cimiento de agentes consagrados y fieles comprometidos, la falta de autocrítica, los moralismos, la débil opción por los pobres, la discriminación de las muje-res, el escaso acompañamiento de los laicos en su compromiso social, una espiritualidad indivi-dualista, escasa presencia en el mundo universitario, falta de es-píritu misionero y de comunión de bienes, falta de austeridad y poca valentía para proseguir la renovación misionera.

TRABAJO EN GRUPOS

1.- Detectar de qué manera éstas situaciones están presentes en nuestra comunidad y escribir-las.2.- Agregar a esta realidad, otras realidades positivas o negativas que podemos detectar en nues-tra realidad.3.- Con las realidades detectadas hacer una oración de petición para la oración final.

COMPARTIR

ORACIÓN FINALEl coordinador del grupo hace una motivación inicial y se invi-ta al representante de cada equi-po a compartir la oración que se hizo en el momento del trabajo en grupos.Padre Nuestro..... v

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o ORACIÓNa)Leemos detenidamente

y meditamos los números 101,102 y 103 del documento.b)Compartimos ¿qué nos

dice Dios a través de los obis-pos en estos párrafos?c)Oramos juntos:

Señor tú me llamaste, para ser instrumento de tu grzcia, para anunciar la Buena Nue-va para sanar las almas.Instrumento de paz y de jus-

ticia, pregonero de todas tus verdades, agua para calmar la sed hiriente mano que ben-dice y que ama.

INTRODUCCIÓN

Esta parte del documen-to consta de cuatro capítulos y metodo-

lógicamente corresponde al momento de la iluminación teológica. La pregunta de fon-do es aquella que un día To-más hizo al Maestro: “¿Cómo vamos a saber el camino? La respuesta es que Jesús es “El Camino, la Verdad y la Vida. Por eso queremos escucharlo. Escuchando a Jesús recibimos algunas buenas noticias que nos permiten tener esperanza y nos orientan para iluminar las situaciones que analiza-mos en la primera parte.

PROFUNDIZACIÓNCapítulo 3: La alegría de

ser discípulos misioneros para anunciar el Evangelio

de Jesucristo (101-128).La primera buena noticia es

la de la dignidad humana, una dignidad absoluta, in-negociable e inviolable que viene de Dios. Se alaba a Dios por todos los que defendie-ron la dignidad humana en el continente.La buena noticia de la vida,

se alaba a Dios por el don de la vida y por aquellos que la honran y la dignifican sirvien-do a los demás; esta encuen-tra su sentido en Jesucristo.La buena noticia de la fami-

lia, se valora como escuela de fe y de valores e Iglesia domestica. Se bendice a Dios por la atracción entre varón y mujer, que se convierte en amor conyugal.La buena noticia de la acti-

vidad humana, que nos hace participar de su obra creado-ra y que dignificó el trabajo en el carpintero Jesús, el trabajo nos dignifica y santifica.La buena noticia del destino

universal de los bienes, como alabanza a Dios que mani-festó su amor en la creación y recuerda que exige un cui-dado del mundo, que es para todos.América Latina un continen-

te de la esperanza, porque la mayoría están bautizados y los invita a formar parte de la Iglesia y reconoce las bellezas que posee “La civilización del amor”.

Capítulo 4: La vocación de los discípulos misioneros a

la santidad (129 – 153)No será posible una misión

Tema 2

La vida

de Jesucristo

en los discipulos

misioneros

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renovada sin agentes de pas-toral renovados, con un pro-fundo espíritu de discípulos misioneros y con una buena formación.Estamos llamados a la santi-

dad, somos llamados por Je-sús por pura iniciativa suya, para encontrarnos con Él y participar de su misión; así entramos en amistad reci-biendo su misma vida, para dar frutos de amor.Desde el testimonio de Jesús

podemos discernir lo que no-sotros debemos hacer en las situaciones actuales, corrien-do su misma suerte; asimis-mo el modelo de María “la plenitud de nuestra libertad está en la respuesta positi-va”.Ser siempre misioneros. Je-

sús nos da su vida, pero in-cluye “un encargo muy preci-so: anunciar el evangelio del Reino a todas las naciones. Jesús lo hace participe de su

misión al mismo tiempo que lo vincula a él como amigo y hermano, por lo que no es una tarea opcional; las dos cosas son inseparables.La necesidad de la acción

del Espíritu Santo. El Espíritu siempre hizo posible la activi-dad misionera de la Iglesia y la guió. Cada uno de nosotros necesita dejarse guiar por ese maestro interior, que nos re-cuerda la Palabra para poder cumplir la misión.

Capítulo 5: La comunión de los discípulos misioneros

en la iglesia (154-239)No hay discipulado sin co-

munión, la pertenencia a la comunidad concreta es una dimensión constitutiva de la vida cristiana. Los lugares donde se vive la misión: a)La Diócesis: Como lugar

privilegiado donde se vive la misión.b)La Parroquia: Comunidad

de comunidades, célula viva donde se vive una experien-cia de Cristo de comunión.c)Las comunidades eclesia-

les de base: Ayudan a formar cristianos comprometidos y contribuyen a revitalizar la Parroquia.d)Comunión entre las Igle-

sias: Se invita al diálogo y colaboración entre diócesis vecinas.e)Espacios comunitarios, en

las distintas vocaciones de los discípulos misioneros: Se destaca también la igual dig-nidad de todos considerando cada una de las vocaciones de los discípulos misioneros.Los obispos: Son discípulos

junto con sus fieles; promue-ven por todos los medios la caridad y la santidad de los fieles.

Sacerdotes: Tiene en cuenta tres desafíos: 1. Entender su servicio como

una entrega a los laicos. 2. Conocer la cultura actual

para que el Evangelio llegue a todos. 3. Vivir adecuadamente su

afectividad sacerdotal.

Los Párrocos: Persona ena-morada, ardoroso misionero que vive el constante anhelo de buscar a los alejados.

Los diáconos permanentes: Trabajar en la comunión y el diálogo en sus comunidadesLaicos y laicas: Cuya misión

es transformar las realidades

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y crear estructuras justas, dando un testimo-nio coherente.La vida consagrada: Dan testimonio de la

absoluta primacía de Dios y de su Reino.Personas que dejan la Iglesia: Se pide espa-

cios de fe, vivencia comunitaria, buena for-mación, compromiso misionero.

Capítulo 6: El itinerario formativo de los

discípulos misioneros (240 – 346)

TRABAJO EN GRUPOSLeer y comentar los números que les corres-

ponden y responder a las siguientes pregun-tas:a)¿Qué nos dice el Espíritu en este texto? b)¿Qué retos y desafíos nos plantea? Hacer un lema como grupo y se proclamará

como inicio en el plenario.•Grupo I: Una espiritualidad trinitaria del

encuentro con Jesucristo (240- 242) El encuen-tro con Jesucristo (243-245)•Grupo 2: Lugares de encuentro con Jesu-

cristo (246 – 257) •Grupo 3: La piedad popular como espacio

de encuentro con Jesucristo (258- 265) •Grupo 4: María, discípula misionera (266-

272) Los apóstoles y los santos (273- 275)•Grupo 5: El proceso de formación de los

discípulos misioneros (276-285) •Grupo 6: Iniciación a la vida cristiana y ca-

tequesis permanente (286- 300)•Grupo 7: Lugares de formación para los

discípulos misioneros (301- 306)•Grupo 8: Pequeñas comunidades eclesiales

(307-313)•Grupo 9: Los seminarios y casas de forma-

ción religiosa (314- 327)•Grupo 10: La educación católica (328- 346)

PLENARIOSe comienza proclamando por grupo el lema

escogido y luego el secretario comparte. Se complementa lo que parezca más convenien-te.

ORACIÓN FINAL: ID AMIGOS

Sois la semilla que ha de crecer,sois la estrella que ha de brillar.Sois levadura, sois grano de sal,

antorcha que debe alumbrar.Sois la mañana que vuelve a nacer,sois espiga que empieza a granar.

Sois aguijón y caricia a la vez,testigos que voy a enviar.

ID, AMIGOS POR EL MUNDOANUNCIANDO EL AMOR.MENSAJEROS DE LA VIDA,DE LA PAZ Y EL PERDÓN.

SED, AMIGOS LOS TESTIGOSDE MI RESURRECCIÓN.

ID LLEVANDO MI PRESENCIA CON VOSOTROS ESTOY. v

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ORACIÓN

Propiciando un ambiente de silencio y reflexión, escuchar la lectura del texto bíblico de Mt. 28, 18-20, al terminar, decir todos juntos la si-

guiente oración.

VIVIR EN ESTADO DE MISIÓN

Nos pides ir a los otros, salir de nuestras comodida-des, afrontar los riesgos de la intemperie, para vivir en estado de misión.«Vayan» es tu mandato, para anunciar el Reino y su presencia.Para ser signos de Evangelio y hermanos de todos. «Vayan» es tu enseñanza, abriendo camino para el paso del sembrador, adelante tuyo, eco y mensaje del que va a venir porque ya está-con-nosotros.«Vayan» es tu ejemplo, de dos en dos, caminata compartida, vivencia comunitaria, testimonio fraterno, aprendiendo juntos.«Vayan» aunque sean pocos, porque el Reino es levadura, y somos llamados a ser fermento en la masa... aporte sencillo y humilde, «humus» que fertilice y renueve. «Vayan», atentos y preparados, habrá conflicto y dificultad, presencia de la cruz, que es garantía de seguimiento fiel.«Si quieres seguirme...»«Vayan» en sencillez real, empobrecidos por el Reino para vivir sin aferrarse y aprender a confiar, Dios está, provee, cuida y protege, sólo Dios basta.«Vayan» nos invitas mirando al corazón y descu-briéndonos que podemos, si nos animamos… si nos unimos… si nos des-instalamos de nuestra segurida-des para vivir, como tú, en estado de misión.

Marcelo A. Murúa

Tema 3 La vida de Jesucristo para

nuestros pueblos

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INTRODUCCIÓN

LA MISIÓN DE LOS DISCÍPULOS AL SERVICIO DE

LA VIDA

En este tema vamos a ver la par-te pastoral del documento; nos vuelve a recordar que la Iglesia es esencialmente misionera. Jesucris-to vino a participarnos de su Vida y esa vida requiere aceptación, fe. Nuestros pueblos tienen sed de esa vida que se abre en el bautis-mo y se profundiza por la pala-bra y la Eucaristía. El llamado a la santidad.

LA VIDA DE JESÚS VIVIDA EN COMUNIDADJesús cercano a todos y siem-pre al servicio de la vida, que él comunica a los enfermos, a los hambrientos, a los endemo-niados, etc. La vida que él ofrece sana, fortalece y humaniza. Pero también nos invita a ampliar los horizontes y a cargar la cruz co-tidiana, descubriendo qué él nos ofrece mucho más de lo que espe-ramos.

UNA VIDA MAS DIGNAEsta exigencia muestra a los discí-pulos que “la vida solo se desa-rrolla plenamente en la comunión fraterna y justa” y que “no pode-mos concebir una oferta de vida en Cristo sin un dinamismo de liberación integral, de humaniza-ción, de reconciliación y de inser-ción social.

UNA MISÓN PARA COMUNICAR VIDA

La vida y la plenitud para los cristianos pasan necesariamente por comunicar la vida de Cristo a nuestros pueblos. Esa vida, felici-dad y santificación. La vida entera al servicio de la misión.

LA GRAN MISIÓN EN TODO EL CONTINENTE

Convirtiendo a cada comunidad en un “poderoso centro de irra-diación de la vida de Cristo” por lo cual se necesita un nuevo Pen-tecostés, para esto es urgente una “conversión pastoral y renovación misionera de las comunidades”.

PROFUNDIZACIÓNSer discípulo misionero nos lleva a asumir las tareas prioritarias que contribuyen a la dignificación de todo ser humano. Los gestos de misericordia de Jesús nos invitan a socorrer las necesidades urgentes al mismo tiempo que tratamos de lograr estructuras más justas, con posibilidades para todos y diálo-gos constructivos, de manera que los ciudadanos sean promovidos como “sujetos de su propio desa-rrollo” y se cultiven los valores sociales. Todo proceso evangeliza-dor implica la promoción huma-na.Por eso urge que toda persona humana viva de acuerdo con la dignidad que Dios le ha dado”; la opción preferencial por los más pobres, es uno de los rasgos que marcan la fisonomía de la Iglesia Latinoamericana”. Una promoción

humana integral, que promueva caminos más efectivos para inter-venir en los asuntos sociales para esto se requiere una pastoral social que tenga en cuenta los rostros de los “nuevos excluidos” y que tenga incidencia en La política, se alienta a los empresarios que procuren el bien común, la justicia internacio-nal, formar en la ética cristiana y promover una justa regulación de la economía, finanzas y comercio mundial, además de alertar acer-

ca de eventuales consecuencias negativas de los tratados in-

ter- gubernamentales.También se detiene en algu-nos rostros sufrientes que nos duelen: como las per-sonas que viven en la calle, los migrantes, los enfermos,

los adictos dependientes, los presos, los migrantes que

exigen “la denuncia profética de los atropellos que sufren fre-

cuentemente, además de luchar por una política migratoria que tenga en cuenta sus derechos.Continuando con nuestra profun-dización vamos ahora a trabajar en grupo unos números del docu-mento.

TRABAJO EN GRUPOSLeer y comentar los números que les corresponden y responder a las siguientes preguntas: La pastoral de nuestra parroquia (decanato, región, diócesis) a) ¿En qué responde a lo que nos pide el Espíritu y que nos falta? B) ¿Qué proponemos a nivel pa-rroquial, decanal, regional y dio-cesano?.•GRUPO A :EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA (432- 437)•GRUPO B : LOS NIÑOS (438-441)•GRUPO C: LOS ADOLESCEN-TES Y JOVENES (442- 446)•GRUPO D: EL BIEN DE LOS ANCIANOS (447- 450)

Todo proceso evangelizador implica la

promoción humana.Por eso urge que toda

persona humana viva de acuerdo con la dignidad que

Dios le ha dado

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•GRUPO E: LA DIGNIDAD Y PARTICIPACION DE LAS MUJERES (451- 458)•GRUPO F: LA RESPONSABILIDAD DEL VARÓN Y PADRE DE FAMILIA (459 – 463)•GRUPO G: LA CULTURA DE LA VIDA: SU PRO-CLAMACION Y SU DEFENSA (464 – 469)•GRUPO H: EL CUIDADO DEL MEDIO AMBIEN-TE (470 – 475)

PLENARIOSe comparten las respues-tas y se entregan para que se haga una sola síntesis y el que coordi-na complementa lo que considere conveniente.

NUESTROS PUEBLOS Y SUS CULTURA

Es interesante advertir que el tema de la V Con-ferencia dice: “para que nuestros pueblos, en el tengan vida”. Esto quie-re decir que la vida que Cristo ofrece no quiere derramarse sólo en los individuos, sino que quiere transformar a los pueblos como sujetos colectivos o sea quiere penetrar en las culturas, en la sociedad, las es-tructuras, etc.Por eso se habla de la “Evangelización de la cultura” mirando con verdadera empatía las distintas formas de cultura presentes en nuestro continente.Luego se pasa a los diversos ámbitos de la cultura; la educación como bien, expresando la preocupa-ción por llegar a los alumnos de todas las escuelas; la pastoral de la comunicación social, reconociendo al mundo actual como “una cultura mediática” que nos exige reconocer los lenguajes de hoy; los nuevos centros de decisión (el pensamiento, el arte, la em-presa) y el nuevo ámbito misionero (el turismo y el entretenimiento). La presencia en la vida pública, los laicos aquí tienen una gran responsabilidad y para eso necesitan formación; la pastoral urbana, porque “las grandes ciudades son laboratorios de esa cultu-ra”.

Por último este documento nos hace un llamado a la unidad y fraternidad entre los pueblos Latinoameri-canos. Nos invita a ampliar la mirada y abrir el cora-zón para hacer crecer nuestro sentido de pertenencia a América Latina. Además, la Iglesia, maestra de in-tercambios y “sacramento de comunión de los pue-blos”, puede prestar un gran servicio, favoreciendo la integración cultural entre nuestros pueblos.Para lograr todo esto requiere un nuevo Pentecostés, para llegar a todas partes; además una nueva evan-

gelización con una nueva conciencia de discípulos, a una actitud permanente de misión, a cobrar nue-vo fervor, acompañados siempre de María Santísi-ma Madre y Señora de la evangelización.

RESONANCIASSi alguien tiene algo que compartir en este momen-to lo podemos hacer.

ORACIÓN FINAL

CANTO

TU ME LLAMAS SEÑOR

TU ME LLAMAS, SEÑORY ME QUIERES MAN-

DARA LLEVAR TU PALABRA

POR TIERRA Y POR MAR.

PERO YO NO PODREANUNCIAR TU VERDAD

PORQUE SOY COMO UN NIÑOQUE NO SABE HABLAR.

Ya antes de que hubieras nacido,por siempre pensaba yo en ti,

no habías nacido y ya eras profetano habías nacido y te consagré.

No, no digas que eres un niño,un niño que no sabe hablar.

No sientas tristeza; no temas al mundo,pues siempre en la lucha contigo estaré.

Dulce Madre no te alejes… v

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ORACIÓN Documento de Aparecida nú-

meros 23, 24, 25 y 26.

“Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,

que nos habendecido con toda clase de bendiciones en la perso-na de Cristo(cf. Ef 1, 3). El Dios de la Alian-

za, rico en misericordia, nos ha amado primero; inmerecida-mente, nos ha amado a cada uno de nosotros; por eso, lo bende-cimos, animados por el Espíritu Santo,Espíritu vivificador, alma y vida

de la Iglesia. Él, que ha sido De-rramado en nuestros corazones, gime e intercede por nosotros y nos fortalece con sus dones en nuestro camino de discípulos ymisioneros.

24. Bendecimos a Dios con áni-mo agradecido, porque nos ha llamado a ser instrumentos de su Reino de amor y de vida, de justicia y de paz, por el cual tan-tos se sacrificaron. Él mismo nos ha encomendado la obra de sus manos para que la cuidemos y la pongamos al servicio de todos. Agradecemos a Dios por ha-bernos hecho sus colaboradores para que seamos solidarios con su creación de la cual somos res-ponsables.Bendecimos a Dios que nos ha-

dado la naturaleza creada que es su primer libro para poder co-nocerlo y vivir nosotros en ella como en nuestra casa.

25. Damos gracias a Dios que nos ha dado el don de la palabra, con la cual nos podemos comuni-car con Él por medio de su Hijo, que es su Palabra (cf. Jn 1,1), y entre nosotros. Damos gracias a

Distribución de los tiempos

Actividad Tiempo Responsable(s)

Animación 15 min.

Oración 15 min.

Bienvenida 10 min.

Explicación del objetivo, programa y justificación de la Asamblea 20 min.

Criterios para elaborar el Marco Doctrinal 30 min.

¿Qué es el Marco Doctrinal? 30 min.

Elaboración del Marco Doctrinal: paso 1 (Identificar los aspectos más importantes).

Trabajo de grupos y plenario60 min.

Elaboración del Marco Doctrinal: paso 2 (Definición de los problemas): Trabajo de

grupos y plenario60 min.

Iluminación de estas situaciones: ámbito social: Trabajo de grupos y plenario 60 min.

Iluminación de estas situaciones: ámbito eclesial: Trabajo de grupos y plenario 60 min.

Oración final

* Sistematización del material generado por la Asamblea (preproyecto del MD)

El tiempo que sea

necesario

Equipo parroquial de acompañamiento

* Discernimiento del preproyecto del MD y elaboración del Marco Doctrinal

El tiempo que sea

necesario

Asamblea parroquial o consejo parroquial

OBJETIVOEscuchar y discernir juntos la voz de Dios, para Iluminar la realidad de nuestra comunidad parroquial y responder a los desafíos que nos plantea.

El Marco DoctrinalAsamblea Parroquial

(8 horas) Junio de 2008

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Él que por su gran amor nos ha hablado como amigos (cf. Jn 15, 14-15).Bendecimos a Dios que se nos

da en la celebración de la fe, es-pecialmente en la Eucaristía, pan de vida eterna. La acción de gra-cias a Dios, por los numerosos y admirables dones que nos ha otorgado, culmina en la celebra-ción central de la Iglesia, que es la Eucaristía, alimento substan-cial de los discípulos y misione-ros.También por el Sacramento del

Perdón que Cristo nos ha alcan-zado en la cruz. Alabamos al Se-ñor Jesús por el regalo de su Ma-dre Santísima, Madre de Dios y Madre de la Iglesia en AméricaLatina y El Caribe, estrella de

la evangelización renovada, pri-mera discípula y gran misionera de nuestros pueblos.

26. Iluminados por Cristo, el su-frimiento, la injusticia y la cruz nos interpelan a vivir como Igle-sia samaritana (cf. Lc 10, 25-37), recordando que “la evangeliza-ción ha ido unida siempre a la promoción humana y a la autén-tica liberación cristiana”20. Da-mos gracias a Dios y nos alegra-mos por la fe, la solidaridad y la alegría, características de nues-tros pueblos trasmitidas a lo lar-go del tiempo por las abuelas y los abuelos, las madres y los pa-dres, los catequistas, los rezado-res y tantas personas anónimas cuya caridad ha mantenido viva la esperanza en medio de las in-justicias y adversidades.

La primera afirmación funda-mental es, pues, la siguiente: sólo quien reconoce a Dios, co-noce la realidad y puede respon-der a ella de modo adecuado y

realmente humano. La verdad de esta tesis resulta evidente ante el fracaso de todos los sistemas que ponen a Dios entre paréntesis” (discurso Inaugural del Papa Benedicto XVI en Aparecida).

Bienvenida El párroco, como hermano y pastor de la comunidad, agradece a

todas las personas su participación. Debe hacerlo de forma cálida y alegre, manifestando la importancia que tiene el que estén reunidos para contemplar juntos a Dios presente en la realidad. Los invita también a trabajar con generosidad y él mismo se compromete a estar en toda la asamblea.

Justificación de la asambleaPodríamos preguntarnos: ¿vale la pena invertir tiempo en esto?

¿No sería mejor gastar estas horas en otras actividades? ¿Por qué la Iglesia actualmente nos está pidiendo trabajar de esta forma? ¿No fue suficiente con el trabajo que hicimos sobre el Marco de la Reali-dad?En primer lugar hay que tener muy presente, que lo más importan-

te de todo lo que estamos haciendo es el mismo pueblo de Dios que sigue caminado en la historia. Los métodos, las técnicas, las formas, son sólo apoyos para que este pueblo viva según el Plan de Salva-ción. Sin embargo, sabemos que Dios mismo actúa en la historia de forma inteligente y nos pide que colaboremos con él de la misma manera. Para lograr esto, debemos utilizar las herramientas que es-tán a nuestro alcance y que son fruto de años de experiencia de la Iglesia. El conocimiento de nuestra realidad, nos lleva a darnos cuenta con

mayor profundidad de las diversas situaciones del hombre de hoy. Digamos que ahora, queremos que Dios nos revele el ideal, lo que

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él quiere para esas situaciones concretas, pues la humanidad es tan compleja y diversa, que no to-das las luces iluminan igual en todos los tiempos y lugares. Es ahí precisamente, donde reside la importancia de captar en oración, la voz de Dios, y dejarse conducir por esa voz. A este momento de iluminación en nuestro proceso de pastoral le llamamos Marco Doctrinal.El Documento de Aparecida nos dice lo siguien-

te: “Con los ojos iluminados por la luz de Jesucris-to resucitado, podemos y queremos contemplar al mundo, a la historia, a nuestros pueblos de Amé-rica Latina y de El Caribe, y a cada una de sus per-sonas” (Aparecida 18).Y el Papa Benedicto XVI en su discurso inaugural

subrayó: “La primera afirmación fundamental es, pues, la siguiente: sólo quien reconoce a Dios, co-noce la realidad y puede responder a ella de modo adecuado y realmente humano”.

Criterios para la elaboración del marco doctrinal

a)Comunitario y participativo: así como trabaja-mos el momento anterior del Marco de la Reali-dad, así también ahora debemos tomar en cuenta a las diversas “fuerzas vivas” de la parroquia. No se trata sólo de hacerlo juntos, sino de involucrar-nos todos de una manera activa, responsable y sa-biendo trabajar en equipo. b)Conocimiento elemental de la Biblia y Docu-

mentos del Magisterio (sobre todo el de Apare-

cida): puesto que es un momento fuerte de con-templación de la Palabra de Dios para desde ahí iluminar la realidad, se hace necesario que la co-munidad tenga un conocimiento básico de estos documentos. De no ser así, podemos estar frente a una gran oportunidad para ofrecer una formación sobre esto. De ahí que el Marco Doctrinal, no es un momento previo o anterior a la acción pastoral, sino es profundamente evangelizador.c)Equipo Parroquial de acompañamiento. Mu-

chas de nuestras parroquias han conformado ya estos equipos (que puede ser el equipo parro-quial). es importante que haya continuidad en la coordinación del proceso.d)Recursos necesarios. Es importante que tanto

en cuestión de personas, espacios, tiempos y re-cursos materiales se considere lo necesario para el proceso, no olvidando que el principal fin de la economía parroquial es la evangelización.e)Participación activa del párroco. Es posible que

decir esto salga sobrando, dado que el párroco está puesto en una comunidad para ir al frente de la misma, coordinándola y animándola en la acción pastoral, pero no está demás que lo recordemos o que los laicos nos lo recuerden, preocupados por nuestra salvación.f)Haber concluido la etapa del Marco de la Reali-

dad. Dado que lo que se va a iluminar es precisa-mente la realidad de nuestra parroquia, no pode-mos pasar a este momento si no hemos concluido el anterior. Están íntimamente relacionados, esla-

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bonados, por lo que no se puede prescindir del trabajo anterior.

¿Qué es el Marco Doctrinal?Una vez que cada uno de los ni-

veles eclesiales ha elaborado su Marco de la Realidad, es el mo-mento de iluminarlo con la Pa-labra de Dios y los Documentos de la Iglesia. Es decir, de hacer juntos el Marco Doctrinal.

El Marco Doctrinal es una iluminación de la reali-dad a la luz de la fe. Es la explicitación del “debe ser”, del “ideal”, de la “utopía” de lo que se quiere al-canzar a partir de lo que se es. Como ideal, es una respuesta, a partir de la fe, a la interpretación de la realidad socio-pastoral contenida en el Marco de la realidad. En otras palabras, como el Marco Doctrinal es respues-ta, el punto de partida no son las verdades de fe tomadas en sí mismas, sino la realidad so-cio-pastoral. No toda doctrina ilumina cualquier realidad y es respuesta a ella. Si en la etapa anterior se trataba de “poner los pies en la tierra”, en esta, se trata de “poner los ojos en el horizon-te”. Se trata de tener un futuro deseable para esta realidad que conozco. Pensar en una “transfi-guración” de la realidad.

El MR responde al “quiénes somos”, “en dónde estamos” (situación concreta); mientras que el MD al “quiénes queremos ser”, “en dónde queremos es-

tar” (aspiración concreta). Seña-la el ideal para LA SALVACIÓN HOY.Es importante que el Marco

Doctrinal se elabore de una ma-nera participativa, comunitaria. Pues es la Iglesia la que se pone en oración, para escuchar lo que Dios nos pide hacer en el aquí y ahora de nuestra historia.

Es también importante que no quememos etapas. Es muy co-mún que caigamos en la tenta-ción de querer empezar a dar so-luciones en este momento. Aquí es sólo iluminar la realidad, ya vendrá el tiempo de definir es-trategias y de elaborar progra-mas.

Pasos para la elaboración del Marco Doctrinal

a)Discernir comunita-riamente aquellos aspec-

tos más importantes y transversales

tanto en el cam-po de la reali-dad social como eclesial que ne-cesitan ilumi-narse. Pueden ser 3, 4 o 5 si-tuaciones claves

o nudos globali-zantes que incluso

abarquen dos o más problemas.

b)Una vez identificados estos aspectos, se tienen que

determinar con precisión. La correcta definición de los pro-blemas es la regla de oro para la resolución acertada de los mis-mos. Un problema definido de manera imprecisa y superficial no será resuelto completamente. Para definir correctamente un problema, deben responderse las siguientes preguntas: ¿Cómo se manifiesta el problema? ¿Cuá-les son los datos indicadores del problema? ¿Cuáles son sus po-sibles causas? ¿Cuál es la causa más probable? ¿Qué otros aspec-tos son afectados por el proble-ma? Esto ayuda, por una parte a que se tenga más claridad, y por otra, a que tengamos una idea

El Marco Doctrinal es una iluminación de la

realidad a la luz de la fe. Es la explicitación del

“debe ser”, del “ideal”, de la “utopía” de lo que

se quiere alcanzar a partir de lo que se es.

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común de lo que estamos tratan-do.c)Iluminar estas situaciones

(hacer teología) desde la Pala-bra de Dios y el Magisterio de la Iglesia.

Elaboración del Marco Doctrinal

a) Primer paso: Identificar los as-pectos más importantes tanto a ni-vel social como a nivel eclesial.

Trabajo en grupos:Es importante que para poder

realizar este ejercicio, todos los participantes tengan una copia del Marco de la Realidad Parro-quial. A cada equipo se le entrega un papelógrafo y un marcador1. Hacer equipos de 5 o 6 per-

sonas, de entre las cuales se nombrará un coordinador y un secretario, cuidando que ambos tengan claridad en lo que se va a hacer.2. En cada equipo se leerá de-

tenidamente el Marco de la Rea-lidad3. Cada equipo comentará la si-

guiente pregunta: según lo que hemos escuchado en el Marco de la Realidad, ¿cuáles creemos que sean los aspectos o situaciones más importantes que se están vi-viendo en nuestra comunidad? ¿por qué?Se toma en cuenta tanto el ám-

bito social como el eclesial.Recordemos que no se trata de

dar soluciones o empezar a dar consejos a los demás, simple-mente contestar lo que se nos está pidiendo.4. Después que todos han parti-

cipado, el equipo llega a un con-senso: tres aspectos del ámbito social y tres del ámbito eclesial.5. El secretario escribe en la car-

tulina lo que el equipo acordó y lo compartirá en el plenario.

Plenario1. Cada secretario pasa a leer

los acuerdos de su grupo y pega su cartulina en un lugar visible2. Al final, el moderador ayuda

a que la asamblea consense 5 as-pectos del ámbito social y 5 del ámbito eclesial.3. Se anotan en una cartulina

aparte los acuerdos a los que se llegó.b) Segundo paso: Definición de los

problemas o situaciones

Trabajo en grupos1. Hacer equipos de 5 o 6 per-

sonas, de entre las cuales se nombrará un coordinador y un secretario, cuidando que ambos tengan claridad en lo que se va a hacer.2. De los 10 aspectos que se

acordaron en el trabajo anterior, distribuirlos entre los equipos, cuidando que a cada equipo no les toque más de tres aspectos. De preferencia uno o dos.3. Una vez que el equipo sepa

qué aspecto le tocó, definirá lo mejor posible dicho aspecto o problema, valiéndose de las si-guientes preguntas: ¿Cómo se manifiesta el problema? ¿Cuá-les son los datos indicadores del problema? ¿Cuáles son sus po-sibles causas? ¿Cuál es la causa más probable? ¿Qué otros aspec-tos son afectados por el proble-ma?

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Estos datos no deben inventarse o sacarse de la manga, sino del Marco de la Realidad elaborado en la fase anterior.4. Después de un tiempo suficiente de participa-

ciones, el coordinador ayuda a que el equipo lle-gue a algunas conclusiones, las cuales son consig-nadas por escrito por el secretario.

Plenario1. Pasan los secretarios de los equipos que tra-

bajaron el primer aspecto o problema del ámbito social. Una vez que comparten, se deja un tiem-po por si algún miembro de la asamblea tiene una moción importante: duda, complementación, su-gerencia. El secretario general de la asamblea va tomando nota de estos aportes.2. Con esta misma dinámica se continúa con los

demás aspectos.Nota: Una vez que el equipo de secretaría tiene

en sus manos estos aportes, hace una síntesis, ela-borando una descripción de cada uno de los diez aspectos.

c) Tercer paso: iluminación de la realidadSe sugiere que este paso no se haga en el mismo

día, para que el equipo de secretaría de la asam-blea, tenga tiempo de recoger los aportes y ela-borar el documento con los pasos anteriores, de manera que al llegar aquí, todos los participantes cuenten con la descripción de los diez aspectos que se van a iluminar. Se les pide a todos que lleven su Biblia y los documentos de Iglesia que tengan: sobre todo el Vaticano II, Puebla, Santo Domingo y de manera especial el de Aparecida.

Trabajo en grupos1. Se distribuye a los participantes en equipos de

5/6 personas, entre las cuales se designa un coor-dinador y un secretario. Es recomendable que am-bos entiendan bien la dinámica a realizar.2. Se reparten entre los equipos los aspectos a ilu-

minar, empezando por el ámbito social, descritos ya en el documento que elaboró previamente el equipo de secretaría.3. Cada equipo busca textos bíblicos o del Ma-

gisterio que mejor iluminen esa realidad y señale el horizonte o el ideal a conseguir en esa aspecto concreto. Pueden ayudar estas pistas: a) ¿Qué cita de la Sagrada Escritura o del Ma-

gisterio de la Iglesia ilumina mejor este aspecto

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o problema de nuestra realidad actual? ¿Por qué? b) ¿Cómo lo ilumina? c) ¿Qué ideal nos señala para

mejorar en este aspecto? Este es un momento de descubrir la voz de Dios que nos habla en esos documentos. Nota: podría ser más ágil y me-

jor realizado este ejercicio, si pre-viamente el equipo parroquial de acompañamiento pastoral se da a la tarea de buscar una serie de textos para cada aspecto y llevarlos por escrito; de manera que los equipos, sólo seleccionen los dos o tres que mejor iluminen cada aspecto.

Plenario1. Cada secretario comparte lo

que el grupo comentó y entrega su aporte al equipo de secreta-ría.2. Al final se deja tiempo de

participación abierta por si al-gún miembro de la asamblea tie-ne una moción.Nota: Con esta misma dinámica

se realiza el trabajo de ilumina-ción de los aspectos en el ámbito eclesial.

Sistematización del Marco Doctrinal Parroquial

El Equipo que coordina el pro-ceso junto con el de secretaría, se dan a la tarea de procesar y siste-matizar todo el material que ha generado la asamblea. Es importante que el párroco,

quien posee suficientes conoci-

mientos sobre Biblia y Magiste-rio, acompañe este momento.

El resultado de este trabajo se-ría el borrador del Marco Doc-trinal, el cual debe pasar por un momento de discernimiento en el consejo parroquial, para pulir bien los detalles que pudieron haberse pasado por alto, tanto en cuanto al contenido como a la redacción y la ortografía.

Nota: una vez que la Parroquia ha elaborado su Marco Doctri-nal, debe hacer llegar una copia impresa y otra en formato elec-trónico, a su respectivo decano y a la vicaría de pastoral.

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Elaboración del Marco Doctrinal a nivel diocesano

Nuestro V Plan Diocesano de Pastoral, al igual que los ante-riores, describirá la realidad ge-neral de nuestra diócesis, la cual se concreta en cada una de las parroquias y en las diversas di-mensiones de la pastoral. Es im-portante que también el Marco Doctrinal, tenga el soporte de las reflexiones de fe que cada parro-quia realice. Es hacer teología desde y con

la base, buscando la asesoría de algunos especialistas en la mate-ria. De ahí la importancia que en cada nivel, según nuestra actual estructura diocesana, así como lo hicimos en el Marco de la Reali-dad, se hagan sistematizaciones que recojan los aportes del ni-vel anterior; eso ayuda, por una parte, a que tanto los decanatos como las regiones se vayan con-solidando y adquiriendo una mayor identidad; y por otra, a que la riqueza en la reflexión de fe (teología) que se produce en las parroquias, se vaya conden-sado y sistematizando.

Sistematización decanal y regional (Julio de 2008)

Nota: para realizar este trabajo en el decanato, se debe contar con el Marco de la Realidad de todas las parroquias que lo con-forman; a no ser que alguna de ellas no esté involucrada en el proceso. Lo mismo para la siste-matización a nivel regional

Procedimiento para elaborar estas sistematizaciones

a) Decanato1. Según el Marco Doctrinal de

cada una de las parroquias: ¿cuá-les son las cinco situaciones más sobresalientes tanto en el ámbito social como en el ámbito eclesial en nuestro decanato?2. Describir cada una de estas

situaciones lo mejor posible des-de el trabajo realizado por las parroquias.3. ¿Cómo fueron iluminadas

estas situaciones por nuestras parroquias? Textos, reflexiones, ideal.4. Según esto ¿Cómo visuali-

zamos nuestro decanato en los próximos diez años?

5. Cada decano entrega a su respectivo vicario episcopal re-gional y a la vicaría de pastoral una copia impresa y en formato electrónico del trabajo realizado.

b) Región1. Según las sistematizaciones

de cada uno de los decanatos: ¿Cuáles son las cinco situaciones más sobresalientes tanto en el ámbito social como en el ámbito eclesial, de nuestra Región Pas-toral? 2. Describir cada una de estas

situaciones lo mejor posible des-de el trabajo realizado por los decanatos.3. ¿Cómo fueron iluminadas es-

tas situaciones? Textos, reflexio-nes, ideal.4. Según esto ¿Cómo visualiza-

mos nuestra Región Pastoral en los próximos diez años?5. Cada vicario episcopal entre-

ga a la vicaría de pastoral una copia impresa y en formato elec-trónico a la vicaría de pastoral. v

Asamblea Parroquial consiste en:

Escuchar y discernir juntos la voz de Dios,

para Iluminar la realidad de nuestra comunidad parroquial y responder a los desafíos que nos

plantea.

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Mes Fecha Pastoral Actividad Convocados Lugar Horario

Mayo

1-4 Acción Católica Mexicana Encuentro Coyuca

4 SEDEC Acompañamiento Catequista Decanato7 10 a.m. 2 p.m.

4 SEDEC Acompañamiento Catequistas Decanato 8 10 a.m. 2 p.m.

5 Diáconos permanentes

Párrocos que tienen diáconos Párrocos Casa

Diocesana10 a.m. 1 p.m.

11 Vicaría de Pastoral

Colecta para la UPM Todos Parroquias

16-18 Juvenil Retiro Kerigmático Jóvenes Costa Chica

17 Acción Católica Mexicana Reunión Regional Responsables Costa

Grande

2 Decanato 10 Juan Pablo II Reunión Decanal Espinalillo 4 p.m.

Junio

3 Diáconos Permanentes Formación Diáconos

PermanentesCasa Diocesana

10 a.m. 1 p.m.

4 Decanato 11 Juan Bautista Reunión Decanal Tenexpa

4 Juvenil Afinar proyecto Semana Juventud

Equipo Diocesano

Casa Diocesana 10 p.m.

12 Juvenil Movimientos juveniles

Todos los Movimientos Juveniles

Parroquia San Cristóbal

14-15 Acción Católica Mexicana Elecciones JCFM y

ACJM Guadalajara

29 Economía Diocesana Óbolo de San Pedro Todos Parroquias

2 Juvenil Estudio y Temas de Formación Eq. Diocesano Casa

Diocesana 10 a.m.

Julio8 Diáconos

Permanentes Formación Diáconos Permanentes

Casa Diocesana

10 a.m. 1 p.m.

Acción Católica Mexicana Encuentro ACJM Atoyac

Calendarización Pastoral

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Cursos deverano 2008

SEDEC

Grados a cursar 1° y 2°

Talleres que se ofrecen:

*Adolescentes

*Biblia

*Recursos didácticos

Fecha: Del 7 al 18 de julio de 2008

Lugar: Casa DiocesanaHorario:

10:00 a.m. a 1:00 p.m. 4:00 a 7:00 p.m.

Instituto de PastoralDocumento de Aparecida: Asimilar las grandes líneas teológico-pastorales del Documento de Aparecida, para ser mejores discípulos misioneros de Jesucristo.+Misionología: Reflexionar sobre la tarea primordial de la Iglesia, para que nuestras comunidades parroquiales sean profundamente misioneras.Fechas: Del 30 de junio al 4 de julio de 4:00 a 8:00 p.m.Cuota: Inscripción $50.00 + materialNOTA: A quienes participen en estos cursos, se ofrecerán dos conferencias sobre documentos del Papa Benedicto XVI:-Carta encíclica Deus caritas est-Carta encíclica Spe salviClausura: Viernes 4 de julio 6:00 p.m. (Eucaristía y entrega de documentos)

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