elcomercio_2015-11-01_#10

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  • 7/24/2019 elcomercio_2015-11-01_#10

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    10/ EL COMERCIO / PORTAFOLIO /PORT AFOLIO /Domingo1 de noviembre del 2015

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    ciara de la eliminacin de subsidiosa los combustibles fsiles, los cualesel Fondo Monetario Internacionalestima alcanzarn US$5,3 billonesen el 2015 (6,5 por ciento de la pro-duccin mundial), con la inclusinde efectos colaterales, tales como lacontaminacin del aire. Estos sub-sidios son tres rdenes de magnitudmayores que el gasto estatal en inves-tigacin y desarrollo de fuentes deenerga renovable.

    En la actualidad se ha tomado ladecisin de evitar los obstculos paraalcanzar un acuerdo global vincu-lante que determine un precio parael carbono. Esto tiene sentido. Llegara un acuerdo sobre la asignacin dederechos de contaminacin negocia-bles a travs de las fronteras es impo-sible. Y el acordar una tasa impositi-va comn es casi tan difcil. Adems,si se les pide a los pases asumir com-

    promisos vinculantes, ellos limita-rn sus promesas a lo que saben quepueden cumplir. En lugar de ello, seest alentando a los pases a presen-tar contribuciones determinadasa nivel nacional. Aunque estas me-didas estn muy lejos de ser lo querealmente se necesita, se estn enca-minando hacia la direccin correcta,sobre todo ahora que China y EE.UU.estn participando activamente.

    Por otra parte, los analistas sonoptimistas con respecto a que, con el

    impulso adecuado por parte de losgobiernos, un crculo virtuoso de in-

    economas emergentes, particular-mente la de China, ha mermado losdbiles esfuerzos para reducir lasemisiones en otros lugares.

    Las disminuciones necesarias delas emisiones no se producirn enninguna trayectoria como la actual.La humanidad habr tomado un ries-go irreversible sobre la posibilidad deque los escpticos tienen, de hecho,la razn.

    OPCIN TECNOLGICAAfortunadamente, estn surgien-do nuevas oportunidades tecnol-gicas. Existe la posibilidad de unarevolucin en la generacin y alma-cenamiento de energa, en el ahorroenergtico, en el transporte y en lacaptura y almacenamiento de carbo-no. Algunos claman por el equivalen-te del programa espacial Apolo de ladcada de 1960, pero dirigido hacia

    la investigacin y el desarrollo deenerga baja en carbono.Tambin existe una oportunidad

    en el campo de la inversin: elegirtecnologas con altos niveles de emi-siones de carbono para la infraes-tructura energtica, de transportey urbana fijara un peligroso futuro.Pero para lograr la meta, las emisio-nes por unidad de produccin debenreducirse en un equivalente a siete uocho veces para el ao 2050. El retoes abrumador.

    Esta revolucin no suceder sinel apoyo gubernamental; se benefi-

    La conferencia interguberna-mental sobre el clima a reali-zarse en Pars en diciembre,representar un cambiodecisivo en los esfuerzos

    mundiales para frenar los riesgos deun catastrfico cambio climtico?En la actualidad esto es altamenteimprobable, pero no inconcebible.Definitivamente, no ser suficiente

    por s sola. Pero una combinacin denuevas oportunidades tecnolgicasy de nuevos enfoques en relacincon un acuerdo facilita novedosasposibilidades. La conferencia pu-diera marcar el final del principio:el punto en el cual comienzan losverdaderos esfuerzos para cambiarnuestra trayectoria.

    En su libro Why Are We Wai-ting? (Por qu estamos esperan-do?), Nicholas Stern, autor del In-forme Stern sobre la economa del

    cambio climtico, establece los retosy las oportunidades con claridad ypasin.

    El autor presenta tres proposi-ciones. En primer lugar, las metasprimordiales de la humanidad parael siglo XXI deben ser la eliminacinde la pobreza masiva y del riesgo deun catastrfico cambio climtico.En segundo lugar, estas metas soncomplementarias. En tercer lugar,el argumento en pro de tomar unaaccin temprana es abrumador, tan-to por el hecho de que los gases deefecto invernadero permanecen enla atmsfera durante siglos y porquelas inversiones en la infraestructuraenergtica, de transporte y urbanadeterminarn la intensa necesidaddel carbono de nuestras economas.

    Estos argumentos se basan en elpunto de vista de que los riesgos cli-mticos son significativos y que loscostos de abordarlos son llevaderos.El no hacer nada insina que los ries-

    gos son insignificantes. Tal posicinimplica un grado absurdo de certeza.En relacin con los costos, nunca ob-tendremos una respuesta si no inten-tamos hacer algo. Pero la evidenciaes cada vez mayor en cuanto a que loque el profesor Stern llama una re-volucin industrial energtica est anuestro alcance.

    Si es as, los costos econmicos alargo plazo de abordar los riesgos cli-mticos podran ser bastante modes-tos: quizs tan poco como la prdida

    de un ao de crecimiento de consu-mo para el 2050.

    LAS VENTAJAS DEABORDAR EL CAMBIO

    CLIMTICOSi bien la Conferencia de las Partes (COP21) trata de alinear a lospases del mundo en un mismo objetivo, es en el campo de la

    tecnologa donde se abre la puerta ms importante para evitar undesastre para la humanidad.

    Sin embargo, la solucin en cues-tin de emisiones que se necesitapara brindar una posibilidad del 50por ciento de limitar el aumento de latemperatura a 2 grados centgradospor encima de los niveles preindus-triales tambin es radicalmente di-ferente a la del pasado. Hasta ahora,las emisiones globales de dixido decarbono per cpita han aumentado,no disminuido a pesar de todas

    las conferencias mundiales a lavez que el rpido crecimiento de las

    Algunos clamanpor el equivalente

    del programaespacial Apolo

    de la dcadade 1960, perodirigido hacia lainvestigacin yel desarrollo deenerga baja en

    carbono.

    MARTIN WOLF

    Comentarista econmico principal