El Sacerdote y El Amor a La Virgen Maria

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    El Sacerdote y el amor a la Virgen Mara

    1-El sacerdote y la devocin a la Virgen

    Simplemente se trata del amor que el sacerdote tiene que tener, toda su vida, ala Virgen. San Alfonso deca: se ruega a quien predique a los sacerdotes de noomitir esta predicacin, porque tal vez sea la ms til de todas las predicaciones, ya

    que sin la devocin a la Virgen es moralmente imposible que el sacerdote sea

    bueno.

    De la Virgen dicen los santos: Nunquam satis (jams se dirsuficientemente). La Virgen todo lo que pens y todo lo que hizo, fue siempremirando a su Hijo. Ella es modelo de fe, obediencia, humildad, pureza, pobreza,caridad, paciencia, de oracin, es ejemplo de todas las virtudes.

    La Virgen es ejemplo de donacin total a Dios, ejemplo de abandono total a lavoluntad de Dios, Ella est dispuesta a hacer en todo la voluntad de Dios.

    La Virgen Mara es ejemplo de voluntad de tercer binario, por eso dijo al ngel,(Evangelio de San Lucas 1, 38): He aqu la esclava del Seor;hgaseen m segntu palabra.

    Ese Sque dijo en la Encarnacin, lo continu toda la vida hasta la Cruz. Poreso Ella es nuestro ejemplo. Por su humildad y gracias a ese S, Dios hizo carne yobr la Redencin de los hombres.

    Y por eso hoy da vemos como se cumple la profeca que Ella misma realiz:"Me llamarn feliz todas las generaciones". De hecho, vemos con nuestros propiosojos, como a medida que pasa ms el tiempo, Mara es ms amada y ms venerada.

    Todos tenemos que tener una gran confianza en la Virgen Mara, en particularlos sacerdotes. Nosotros debemos confiar muchsimo en la SVM. El sacerdote queno ama a la Virgen va a la ruina, va al muere. El sacerdote que no reza el SantoRosario todos los das va al muere, est arruinado. Quien no tiene a la Virgen porMadre no puede tener a Dios por Padre.

    Sobre todo nuestra devocin a la Virgen tiene que ocupar el primer lugar, yaque por el cuarto voto somos esclavos de la virgen Mara. Como dicen nuestrasConstituciones (nmeros 82, 85, 89): Este cuarto voto que hacemos, junto a los de

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    castidad, pobreza y obediencia, implica una total entrega a Mara para servir mejor

    a Jesucristo por esto tenemos quemarianizartoda la vida.Haciendo todopor

    Mara, con Mara, en Mara y para Mara tenemos, por lo tanto, que invocarla,

    saludarla, pensar en Ella, hablar de Ella, honrarla, glorificarla, recomendarse a

    Ella, gozar y sufrir con Ella, trabajar, orar y descansar con Ella y, en fin, desear

    vivir siempre por Jess y por Mara, con Jess y con Mara, en Jess y en Mara,

    para Jess y para Mara.

    Siempre tenemos que recurrir a la Virgencon gran confianza, con ternura emucha fe, especialmente en los momentos de dificultad, sabiendo que de Ella yahemos recibido muchas gracias y milagros.

    Recordemos que si Judashubiera acudido a Mara, Ella lo hubiera socorrido y

    solucionado todos sus problemas.Ella est dispuesta a concedernos todo lo que noshace falta, todo lo que ser para nuestro bien.

    Que hermoso es aquello de San Bernardo:

    2-La Virgen Mara es Madre especialmente de los sacerdotes

    La Virgen es reina y madre de todos los hombres y de todos los cristianos, perolo es en particular de los sacerdotes, y esto por la semejanza que los sacerdotestienen con su Hijo, nuestra Seora ve a Jess en cada sacerdote.

    La Virgen ama especialmente a los sacerdotes en razn del carcter sacerdotalgrabado en sus almas y en razn de los santos misterios que celebran, porquecelebran IN PERSONA CHRISTI. Ella sabe muy bien qu cosa es un sacerdote ycuanto el sacerdote tiene necesidad de la gracia.

    En San Juan Apstol(al pie de la cruz) podemos ver todas las almas de losfieles de los cuales la Virgen quedaba como Madre (Jn 19, 26): Mujer ah tienes a tuhijo, pero, no lo tenemos que olvidar, San Juan Apstol qued ordenadosacerdotelas vsperas del da anterior, el Jueves Santo, durante la ltima Cena. Poreste ttulo nos representabaparticularmente a los sacerdotes y a todoslossacerdotes. Tenemos que gustar y gozar de pensar en estos misterios, es decir: en lahora ms solemne de todas, Jessse dirigi especialmente a los sacerdotesen la

    persona de San Juan a quien amaba y a l le confi su Madre.

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    Y as como Jess nos ha confiado su Madre, as cada uno de nosotros tiene queconfiarse totalmente en las manos maternales de Mara. Tenemos que recibir a laVirgen Mara, entre nosotros, como un hijo lleno de afecto acoge la propia Madre,tenemos que vivir siempre juntos a Ella, es decir: la tenemos que asociara todos

    nuestros trabajos, sacrificios, obligaciones, a nuestras cruces y a nuestras alegras.

    San Alfonso deca: El sacerdote procure de tener una gran confianza y untierna devocin hacia la Virgen. Todos los santos siempre han procurado de nutrir

    un afecto filial hacia la Madre de Dios.

    En nuestro Directorio de Espiritualidad, hablando del amor hacia las tres cosasblancas, se afirma lo siguiente (Cf. 303, 307): La Virgen Mara debe ser otro denuestros grandes amores Debemos ser Apstoles de Mara entregndonos a Ella

    en la materna esclavitud de amor.

    San Bernardo: haca una clara advertencia: No eres ms santo porque no eresms devoto de la Virgen.

    Y tambin que hermoso aquello de San Bernardo: Si se levantan lastempestades de tus pasiones, mira a la Estrella, invoca a Mara. Si la sensualidad de

    tus sentidos quiere hundir la barca de tu espritu, levanta los ojos de la fe, mira a la

    Estrella, invoca a Mara. Si el recuerdo de tus muchos pecados quiere lanzarte al

    abismo de la desesperacin, lnzale una mirada a la Estrella del cielo y rzale a la

    Madre de Dios. Siguindola, no te perders en el camino. Invocndola no te

    desesperars. Y guiado por Ella llegars seguramente al Puerto Celestial.

    3-El sacerdote y la plegaria del Santo Rosario

    En particular los sacerdotesjams tenemos que descuidar la plegaria del

    Santo Rosario. El Rosario que se manifiesta como la mxima expresin de nuestroamor y de nuestra devocin a la Virgen Mara.

    Deca el Papa Pio XII (en la alocucin del 16/10/1940) que segn suetimologa, Rosario: es una corona de rosas, hermosa costumbre que en todos los

    pueblos representa una ofrenda de amor y un smbolo de alegra.

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    Por eso cada vez que rezamos el Santo Rosario no hacemos otra cosa, queofrecerle el hermoso regalo de 50 rosas que son las 50 ave maras (1 ave mara = 1rosa).

    Recordemos lo que dicen nuestras Constituciones (136): Sobre todo, se fundala comunidad en una vida espiritual intensa: la Misa diaria, la adoracin alSantsimo Sacramento y ms adelante hace mencin de tres prcticas marianas elrezo diario del Santo Rosario y del Angelus, el Via Crucis, el uso del escapulario.

    Y el Directorio de Espiritualidad (197), citando San Luis Mara afirma:Debemos ser y debemos saber formar hombres y mujeres que vayan por todas

    partes con el santo Rosario en la mano.

    a)

    El ejemplo de nuestros mayores

    Ahora podemos considerar los ejemplos que nos mueven a amar y rezarsiempre el Santo Rosario. Uno de estos ejemplos nos lo han dado nuestros queridosmayores: nuestras madres, nuestros padres, nuestros abuelos, como lo expresa enmodo muy hermoso el poeta Andrade (El Rosario de mi madre):

    En la pobreza de mi herencia triste,solo conservo oh madre! Tu rosario;

    sus cuentas, me parecen el calvarioQue en tu vida de penas recorriste.

    Donde los dedos al rezar pusiste,

    como quien reza a Dios ante el Sagrario .

    b)El ejemplo de los santos

    Otro ejemplo de amor a la Virgen y al Santo Rosario lo tenemos en lossantos.

    San Alfonso: siendo muy anciano deca: del Santo rosario depende misantificacin y mi salvacin.

    El Santo Cura de Ars: Con esta arma le he quitado muchas almas aldiablo. Con el Santo Rosario y un poco de aire de campo arreglo todos mis

    problemas y curo todas mis enfermedades.

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    San Pio de Pietrelcina: Quien ha conocido al P. Pio lo recordar ciertamenteen su habitual actitud: aquella actitud de tener siempre en la mano el SantoRosario. Una vez el P. Carmelo Durante, superior del P. Pio, Guardin delConvento, pregunt al P. Pio, sobre cuntos Rosarios haba rezado en ese

    da, el P. Pio le respondi: Bueno, a mi superior le tengo que decir laverdad, hoy he rezado 34 rosarios. En otra ocasin el P. Tarcisio preguntal P. Pio: Padre, cuntos rosarios reza por da?, respondi el P. Pio: elmnimo entre 30 y 33 rosarios.

    San Antonio Mara Claret: (Tambin llamado el apstol del Rosario) sevanagloriaba las mejores conquistas de almas que he tenido, las helogrado gracias a la plegaria del Santo Rosario.

    Monseor Manuel Gonzalez, escribi un libro llamado El RosarioSacerdotal, al final del libro dice: Termino repitiendo: tengo una fe tal enel Santo Rosario bien rezado y meditado de los sacerdotes, que no dudo en

    el esperar de estos rosarios, milagros de triunfos propios y sobre las

    almas.

    El Beato Bartolo Longo: adems de alentar a rezarlo nos mueve apropagarlo recordando la inspiracin que sinti en lo profundo de su

    corazn Quien propaga el Rosario se salva.

    El Beato Cura Brochero: Amor a la VIRGEN MARIA. iba en la mularezando el Rosario [...] Era muy devoto de la Virgen. Escribe al Obispo deSantiago del Estero, compaero de curso y donde le dice: Mi querido:

    La Misa la digo de memoria y es aquella de la Virgen.... En 1908 debiretirarse otra vez, contaminado de lepra, por asistir a un enfermo. Pas laltima parte de su vida en el Trnsito, en la casa de su hermana Aurora,completamente ciego al fin. Aqu me la paso desgranando rosarios, deca

    el cura Brochero, preparndose a bien morir. Entreg el alma a Dios el 26de enero de 1914, a los 74 aos de edad. Sor Lucia, el 13 de octubre de 1917: Quin eres y qu quieres de m? Soy

    Nuestra Seora del Rosario y quiero que se construya y que recen elRosario todos los das.

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    c) Las enseanzas de los Papas

    Son muy hermosas las exhortaciones de los Papas sobre esta devocin, quepodemos llamar LA DEVOCION, porque no se trata de una entre tantas, sino la

    ms importante de las devociones marianas.

    Julio III: Es ornamento de la Iglesia

    Gregorio XIV: Destruccin del pecado

    Paulo V: Salud de los fieles

    Urbano VII: Tesoro inagotable de la gracia San Pio V: Devocin que renueva las almas

    Pio VI: El Rosario es para las horas tristes como el ngel que fue a consolar aJess en el Huerto de los Olivos, una ayuda providencial que aumenta lasfuerzas y nos llena de valor y de esperanza

    Pio IX: la devocin ms bella, la ms rica de gracias y la que ms agrada alCorazn de la Virgen

    Len XIII: llamado el Papa del Rosario La ms bella de las oraciones Resumen del culto que se debe tributar a la Virgen Una manera fcil dehacer recordar a las almas simples los dogmas principales de la fe cristiana Un modo eficaz de curar el exagerado apego a las cosas terrenas unamedicina para acostumbrarse a pensar en las realidades Eternas que nosesperan Bandera de la fe cristiana

    San Pio X: Si quieren que la paz reine en vuestras familias y en vuestra patriarecen cada da el Rosario todos juntos los miembros de la familia

    Pio XI: El Rosario ocupa el primer lugar entre las devociones en honor de laVirgen y esta oracin sirve tambin para progresar en la fe, crecer en laesperanza y en la caridad el Rosario es un resumen del Evangelio

    Pio XII: Himno de alabanzas, oracin familiar, norma de vida cristiana unaoracin muy apta para las familias signo seguro de alcanzar las gracias y

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    favores del cielo Un medio en el cual podemos poner toda nuestra confianzapara obtener de Dios que cure los males de nuestro tiempo

    Beato Juan XXIII: Forma devota de unin con Dios y simple forma de una

    alta elevacin espiritual. EL PAPA FRANCISCO: Dos cosas. 1) flores a la Virgen 2) La vigilia de

    oracin por la paz, 4 horas, sobre todo la oracin del Santo Rosario (como enLepanto), todo el mundo

    Juan Pablo II: (Carta Apostlica Rosarium Virginis Mariae) Yo mismo no hedejado pasar ninguna ocasin para exhortar a rezar frecuentemente el Rosario.Desde mis aos juveniles esta oracin ha tenido un lugar importante en mi vida

    espiritual El Rosario me ha acompaado en los momentos de gozo y en losmomentos de prueba. Al rosario he encomendado tantas preocupaciones, y enl siempre he sido reconfortado. Hace 24 aos, el 29 de octubre de 1978,apenas dos semanas despus de mi eleccin a la Sede de Pedro, casi abriendomi nimo, e expresaba en estos trminos: El Rosario es mi oracin preferida.Oracin maravillosa! Maravillosa en su simplicidad y su profundidad

    Juan Pablo II: me dirijo en particular a ustedes sacerdotes para que,haciendo experiencia personal de la belleza del Santo Rosario, se conviertan enresponsables promotores Que mi llamada no sea ignorada

    d) Juan Pablo II insiste en el Rosario como oracin contemplativa

    El Rosario es contemplacin de los misterios ms altos de nuestra fe (7 deoctubre de 2003)

    He tenido la necesidad de desarrollar una reflexin sobre el Rosario paraexhortar a la contemplacin del Rostro de Cristo en compaa y a la escuela desu Madre Santsima. Recitar el Rosario, de hecho, no es otra cosa quecontemplar con Mara el rostro de Cristo (3). El Rosario, si viene descubiertoen su pleno significado ofrece una simple y al mismo tiempo una fecundaoportunidad espiritual y pedaggica para la contemplacin personal Pero elmotivo ms importante para proponer con fuerza la prctica del Rosario y es elhecho de que el Rosario constituye un medio muy vlido para favorecer entre

    los fieles el dedicarse a la contemplacin del misterio cristiano (5). Sin

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    contemplacin el rosario es un cuerpo sin alma(12.) Todo lo que se hadicho hasta aqu, expresa ampliamente la riqueza de esta tradicional oracin,que tiene la simplicidad de una oracin popular, pero tambin la profundidadteolgica de una oracin apta para quien advierte la exigencia de una

    contemplacin ms madura (39). En efecto, (el Rosario) no es otra cosa sino unmtodo para contemplar Milita a su favor la experiencia de innumerablessantos.

    Sin contemplacin, el Rosario es cuerpo sin alma. El Rosario no es otra cosa

    que contemplar con Mara el rostro de Cristo.

    4-La SVM

    Pidamos a la Virgen la gracia de ser siempre sus ms fervientes devotos, demarianizar toda nuestra vida, sacerdotes esclavos y apstoles de la Virgen y amantesdel Santo Rosario. Que al final de nuestras vidas podamos decir con el P. Castellani,aquellos ltimos versos dedicados a la Virgen de Lujn:

    Madre de Dios, Madre ma,y no quiero saber ms,

    hacme morir en paz

    con Dios y con Vos, Mara.

    Al filo de mi agona

    no records mis reveses,

    record en vez cuntas veces

    y ya desde muy guachito

    yo te rec el Bendito,

    la salve y los cinco dieces

    As sea.