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REVISTA CULTURAS PSI / PSY CULTURES www.culturaspsi.org 1 El redescubrimiento de Vigotski: un problema histórico y epistémico/The Rediscovery of Vigotski: An Historical and Epistemic Problem Luciano Nicolás García 1 (Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires-CONICET). Resumen Este artículo se centra en el análisis histórico de la circulación y evaluación de saberes psicológicos a partir de un enfoque basado en los estudios de recepción. Se considera una dimensión específica de ese proceso: los cambios históricos en las normas epistémicas de la psicología. En este plano se analiza la recepción de Lev Vigotski en occidente a partir de 1978. Se examina el modo en que el psicólogo soviético fue celebrado y los sucesivos debates respecto del estatuto del marxismo en su obra. El objetivo es delimitar una zona de problemas que pueden enriquecer a la historia de la psicología en su crítica a las historias internas y en su interlocución con las disciplinas psicológicas. Palabras Clave: Vigotski, recepción, psicología soviética, circulación Abstract This article focuses in the historical analysis of circulation and assessment/evaluation of psychological knowledge from the standpoint of reception studies. A specific dimension of this process is considered: the historical changes of epistemic norms in psychology. From this level of analysis is examined the reception of Lev Vygotski in the Western world, from 1978 onwards. The celebration of the soviet psychologist is examined, along with the ongoing discussions about the status of Marxism in his work. The aim is to delimit a zone of problems that can enrich history of psychology in its critique of internal histories and in its dialogue COMITE EDITORIAL EDITOR GENERAL Mariano Ben Plotkin, CONICET- IDES, Universidad Tres de Febrero (Argentina). EDITOR RESEÑA LIBROS Mariano Ruperthuz, Universidad de Santiago de Chile (Chile). SECRETARIA DE REDACCION Alejandra Golcman, CONICET (Argentina). COMITE EDITORIAL Uffa Jensen, Instituto de Desarrollo Humano Max Planck, Berlin (Alemania). Anne-Cécile Druet, Université Paris-Est Marne-la-Vallée (Francia). Carlos Maffi, Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires y Asociación Psicoanalítica Internacional (Argentina). Jane Russo, Instituto de Medicina Social, Universidad del Estado de Río de Janeiro -UERJ- (Brasil). Francisco Ortega, Instituto de Medicina Social, Universidad del Estado de Rio de Janeiro -UERJ- (Brasil). COMITE ASESOR INTERNACIONAL Roberto Aceituno (Chile). Joy Damousi (Australia). Luiz Fernando Dias Duarte (Brasil). John Forrester (Inglaterra). Rafael Huerta García-Alejo (España). Annick Ohayon (Francia). Carlos Alberto Uribe Tobon (Colombia). Carmen Lucía Valladares Oliveira (Brasil). Eli Zaretsky (Estados Unidos) REVISTA CULTURAS PSI / PSY CULTURES VOLUMEN 1

El Redescubrimiento de Vigotski_un Problema Historico y Epistemico

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    El redescubrimiento de Vigotski: un problema histrico y epistmico/The Rediscovery of

    Vigotski: An Historical and Epistemic Problem

    Luciano Nicols Garca1 (Facultad de Psicologa, Universidad de Buenos Aires-CONICET).

    Resumen

    Este artculo se centra en el anlisis histrico de la circulacin y evaluacin de saberes psicolgicos a partir de un enfoque basado en los estudios de recepcin. Se considera una dimensin especfica de ese proceso: los cambios histricos en las normas epistmicas de la psicologa. En este plano se analiza la recepcin de Lev Vigotski en occidente a partir de 1978. Se examina el modo en que el psiclogo sovitico fue celebrado y los sucesivos debates respecto del estatuto del marxismo en su obra. El objetivo es delimitar una zona de problemas que pueden enriquecer a la historia de la psicologa en su crtica a las historias internas y en su interlocucin con las disciplinas psicolgicas.

    Palabras Clave: Vigotski, recepcin, psicologa sovitica, circulacin

    Abstract

    This article focuses in the historical analysis of circulation and assessment/evaluation of psychological knowledge from the standpoint of reception studies. A specific dimension of this process is considered: the historical changes of epistemic norms in psychology. From this level of analysis is examined the reception of Lev Vygotski in the Western world, from 1978 onwards. The celebration of the soviet psychologist is examined, along with the ongoing discussions about the status of Marxism in his work. The aim is to delimit a zone of problems that can enrich history of psychology in its critique of internal histories and in its dialogue

    COMITE EDITORIAL

    EDITOR GENERALMariano Ben Plotkin, CONICET-IDES, Universidad Tres de Febrero (Argentina).

    EDITOR RESEA LIBROSMariano Ruperthuz, Universidad de Santiago de Chile (Chile).

    SECRETARIA DE REDACCIONAlejandra Golcman, CONICET (Argentina).

    COMITE EDITORIALUffa Jensen, Instituto de Desarrollo Humano Max Planck, Berlin (Alemania).

    Anne-Ccile Druet, Universit Paris-Est Marne-la-Valle (Francia).

    Carlos Maffi, Asociacin Psicoanaltica de Buenos Aires y Asociacin Psicoanaltica Internacional (Argentina).

    Jane Russo, Instituto de Medicina Social, Universidad del Estado de Ro de Janeiro -UERJ- (Brasil).

    Francisco Ortega, Instituto de Medicina Social, Universidad del Estado de Rio de Janeiro -UERJ- (Brasil).

    COMITE ASESOR INTERNACIONALRoberto Aceituno (Chile).

    Joy Damousi (Australia).

    Luiz Fernando Dias Duarte (Brasil).

    John Forrester (Inglaterra).

    Rafael Huerta Garca-Alejo (Espaa).

    Annick Ohayon (Francia).

    Carlos Alberto Uribe Tobon (Colombia).

    Carmen Luca Valladares Oliveira (Brasil).

    Eli Zaretsky (Estados Unidos)

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    with psychological disciplines.

    Keywords: Vigotski, reception, Soviet psychology, circulation

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    Introduccin

    E n l a s l t i m a s d c a d a s , l a s investigaciones en historia de la psicologa han mostrado con solvencia que los saberes sobre la psiquis son inescindibles de las coyunturas culturales e institucionales en los que fueron producidos. Con ello se contribuy a poner en cuestin las pretensiones de diversas corrientes y teoras que erigieron a autores o mtodos especficos como garantes de una psicologa cientfica, en el sentido de una disciplina cuyos saberes son ahistricos y universales1. El reconocimiento del carcter situado de la produccin de saberes psicolgicos permiti dar cuenta de un tpico complejo: cmo es que dichos conocimientos pudieron circular y ser admitidos en lugares y momentos lejanos, dadas las diferencias entre los contextos de produccin y de recepcin. Adems, la historizacin de la produccin y circulacin de saberes, aunque cuestiona una idea de cientificidad que pretende estar ms all de los procesos histricos, no implica suprimir o abandonar las discusiones respecto de las normas epistmicas. stas comprenden los criterios y procedimientos con los cuales se define qu saberes son sostenibles, confiables o relevantes. Es en este aspecto donde la historia de la psicologa ha encontrado problemas para dialogar con los practicantes de las corrientes o escuelas psicolgicas. Las historias internas y celebratorias que los psiclogos producen tienen por objetivo principal ser parte de un andamiaje normativo; son historias que, al sostener una idea de progresin creciente del saber hasta el presente y delimitar un canon de autores que guan tal

    proceso, buscan definir y regular qu problemas, objetos y mtodos son adecuados y cules no. La historia de la psicologa contempornea revela que ese tipo de historias no slo son ingenuas en trminos histricos e historiogrficos, sino que el ejercicio de anular el pasado de una disciplina para convertirlo en una mera secuencia de autores ms equivocados (o menos acertados) que los celebrados en el presente conlleva una concepcin deficitaria de tal andamiaje normativo. En este punto, la historia de la psicologa, al desplegar y visibilizar el pasado de los saberes psicolgicos, incide en el modo en que se define qu teoras, mtodos y problemas son relevantes y cmo son evaluados. Esto sucede de modo inevitable dado que los psiclogos practicantes, que producen y so s t i enen la s h i s to r ia s in te r nas , son interlocutores importantes de los historiadores crticos de la psicologa. Aunque la historia de los saberes psi no puede ser reducida a una instancia de juicio epistemolgico, resulta evidente que los historiadores admiten que la produccin y evaluacin de saberes se atiene a un proceso histrico y que dar cuenta de tal historicidad permite una mejor comprensin del resultado de la actividad terica y prctica de la psicologa. Tal historicidad se presenta entonces como un valor epistmico en s, aun cuando la reconstruccin histrica exceda el plano de la definicin de normas epistmicas para decidir entre hiptes i s, teor as, procedimientos metodolgicos y evidencias.

    Considerado lo anterior, este texto se propone delimitar un problema particular para la historia de la psicologa. Dado que la

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    psicologa se ha propuesto en reiteradas ocasiones hallar los medios para fundamentarse cientficamente, esos mismos intentos tienen una historia, y por tanto la normatividad epistmica en la psicologa es historizable, desplegable en sus sucesivas transformaciones y debates. Este tpico ha sido abordado, an con ciertas dificultades, por un campo de interseccin entre la filosofa y la historia de la ciencias usualmente denominado historia epistemolgica o bien epistemologa histrica (AA.VV. 2012; Rheinberger 2010). No se busca dilucidar aqu las ambigedades en la denominacin o abonar a las tesis de algn autor de ese campo, an en lenta formacin, sino indicar un problema en esa perspectiva y ofrecer algunas pautas para analizar el modo en que cambian los criterios normativos en funcin de la circulacin de los saberes. El despliegue epistmico en la psicologa, como se dijo, no puede comprenderse sin dar cuenta de los modos en que los saberes psicolgicos se relacionaron con su contexto de origen y son luego apropiados en otros contextos. Entonces, las preguntas que guan este escrito son: en qu medida el pasado de una disciplina puede ser una fuente til o relevante en la produccin de nuevos conocimientos? Qu tipo de problemas histricos y epistmicos se presentan cuando los saberes circulan a travs del tiempo y las diversas coyunturas? Un modo de abordar estos tpicos es adoptar la perspectiva de los estudios de recepcin, enfoque que pone el acento en la lectura y apropiacin de los saberes en su circulacin por diversos escenarios, producto del accionar de diversos agentes mediadores. Ello permite iluminar los desfases introducidos en los saberes en sus sucesivas apreciaciones, moduladas por las diferencias entre el contexto de produccin de un saber y el que lo recibe. Tal modulacin remite tanto a las tramas de ideas disponibles como a las condiciones materiales e institucionales que definen la generacin de conocimientos y prcticas2. Sin embargo, el enfoque de recepcin por s slo no atiende el problema del cambio en las normas epistmicas

    ni el modo en que puede apropiarse de un modo vlido un saber proveniente del pasado. Este trabajo busca precisar ese plano de anlisis dentro del marco de los procesos de recepcin.

    Dada la generalidad del enfoque, las pginas que siguen se ceirn al modo en que la obra del psiclogo bielorruso Lev Vigotski pas a ser parte del canon de la psicologa occidental actual desde fines de la dcada de 19703. Lo que se propone no se agota en la figura de Vigotski y bien podra realizarse con el resto de las figuras del canon de la psicologa. Sin embargo, el caso de l p s i c logo sov i t i co po see c i e r t a s especificidades que permiten mostrar con claridad el tipo de anlisis propuesto. El redescubrimiento de Vigotski por parte de la psicologa hispana y anglosajona a ms de cuarenta aos de su muerte ofrece un ejemplo rico a la hora de examinar las operaciones epistmicas, polticas e histricas involucradas en la circulacin de teoras y metodologas psicolgicas. Las ideas vigotskianas fueron puestas nuevamente en circulacin bajo la idea de que ofrecan un marco terico renovador para buena parte de la psicologa, centrado en la relacin entre cognicin y cultura de un modo en que la psicologa occidental y buena parte de la sovitica no haba considerado. Sin embargo, una vez que su obra comenz a hacerse ms conocida, el hecho de que Vigotski la produjo durante la transicin del primer bolchevismo al estalinismo conllev una serie de debates respecto a qu papel jugaba el marxismo en sus ideas, tanto en trminos polticos como epistmicos. Estos debates permiten entrever una dimensin que es a la vez histrica y normativa en el proceso de apropiacin de sus ideas en diversos contextos. El objetivo de este artculo se limita a circunscribir y problematizar esta dimensin; se limita a las lecturas acadmicas y no ofrece un anlisis exhaustivo de las discusiones alrededor de Vigotski y el marxismo, ni propone un modelo acabado de anlisis o criterios especficos para evaluar conocimientos psicolgicos, as como tampoco brinda una

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    reconstruccin detallada de las condiciones sociales, institucionales, culturales, polticas y editoriales que modularon los procesos de circulacin y recepcin de la obra de Vigotski en los diversos contextos mencionados, todo lo cual requerira otro tipo de texto4. Lo que se busca es tematizar un nivel de anlisis que se considera relevante para la historia de la psicologa en el desarrollo de sus objetos de indagacin y en su dilogo con la disciplina que estudia.

    Vigotski celebrado

    El puado de artculos de Vigotski que se publicaron en ingls, espaol, alemn y francs antes de que falleciera tuvo una circulacin muy restringida; recin despus de la cada del estalinismo sus trabajos fueron puestos nuevamente en circulacin en la U.R.S.S., y uno de sus principales textos, Pensamiento y Habla, fue reducido y traducido a algunas lenguas occidentales recin durante la dcada de 1960. Aunque otro de sus libros, Psicologa del Arte, t a m b i n s e e d i t c o n a l t e r a c i o n e s considerables respecto del original dentro y fuera de la U.R.S.S. entre 1968 y 1971, no fue sino hasta fines de la dcada 1970 y principios de la siguiente cuando Vigotski fue reconocido como una gran figura de la psicologa internacional. Ello se debi a la publicacin en 1978 de Mind in society, una edicin con importantes libertades de varios textos de Vigotski cedidos a Michael Cole por Alexander Luria, uno de los principales colaboradores del bielorruso. Los editores Cole, Sylvia Scribner, Vera John-Steiner y Ellen Souberman, consideraron que las teoras y mtodos propuestos haca ms de cuarenta aos no son en absoluto reliquias histricas. Nosotros las presentamos ms bien como una contribucin a las dudas y discusiones de la psicologa contempornea. No slo vean la psicologa de Vigotski como un aporte a la disciplina, sino que era re iv indicada como una poderosa herramienta con la que reestructurar la vida

    humana para aspirar a la supervivencia, en el marco de un mundo cada vez ms alienante y destructivo (Vigotski 2006 [1979], pp. 200, 17). As, la celebracin occidental de Vigotski se inici con unos pocos artculos, que apenas c i rc u l a ro n , y t r e s l i b ro s c o n f u e r t e s modificaciones por parte de sus editores5.

    El texto tuvo una importante repercusin dentro y fuera del mundo de la psicologa e inici un proceso cada vez ms marcado de entronizacin de Vigotski. Por ejemplo, el filsofo de las ciencias Stephen Toulmin realiz una laudatoria resea del texto y ubic al bielorruso dentro de la categora de genio imperecedero al compararlo con Mozart y Wittgenstein. Muy crtico del estado de la psicologa norteamericana de entonces, rescat la sensibilidad del psiclogo sovitico para indagar las relaciones entre lenguaje, psiquis y sociedad. Ms aun, destac que la relevancia de Vigotski pasaba por contar con una perspectiva holista de los procesos, derivada del marxismo: a menos que los cientficos del comportamiento occidentales empiecen a desarrollar un marco de referencia terico-general propio que tenga algo cercano a los alcances y la potencia integradora que ha tenido el materialismo histrico para los soviticos, nuestros propios argumentos estn condenados creo a seguir estando partidos por el medio (Toulmin 1984 [1978], p. 91). La valoracin de Vigotski en un sentido que exceda el nivel epistmico fue, como se muestra ms adelante, uno de los principales puntos de debate entre vigotskianos.

    Otro hito en el encumbramiento de Vigotski fue la edicin de sus Obras escogidas en la U.R.S.S. entre 1982 y 1984, luego de estar aplazadas por varios lustros. Los seis tomos publ icados, an cuando contaban con importantes omisiones y diversos modos de censura, ofreci un corpus bibliogrfico con el cual erigir a Vigotski como una nueva figura del canon de la psicologa en occidente. Hacia esta poca se inici la celebracin hispana del psiclogo sovitico. Para mostrar esto ltimo

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    baste sealar dos ejemplos. Tanto en Espaa como en Argentina se realizaron publicaciones y eventos especiales con motivo del cincuentenario del fallecimiento del psiclogo sovitico. En Espaa, el grupo Aprendizaje rpidamente se apropi de las ideas vigotskianas. Este grupo estaba compuesto por varias de las figuras ms renovadoras de la psicologa espaola de la dcada de 1980, muchas de ellas vinculadas al comunismo y al socialismo, y todas muy comprometidas con la institucionalizacin de la psicologa espaola, en el contexto de ampliacin cultural, acadmica y poltica del tardo-franquismo (Travieso, Rosa y Duro 2001). Este grupo edit en su revista Infancia y Aprendizaje un nmero homenaje a Vigotski que incluy un ensayo biogrfico e intelectual realizado por ngel Rivire. En ese texto, compuesto esencialmente de la bibliografa de y sobre Vigotski que circulaba en EE.UU., el autor desplaz la atencin de la re levancia contempornea de las ideas vigotskianas del momento hacia su valor como gua para el desarrollo futuro de la psicologa:

    [e]n 1984, [Vigotski] sigue siendo, en muchos aspectos, un psiclogo estrictamente contemporneo, y e n o t r o s a d e l a n t a d o aparentemente a nuestro propio tiempo. Da la impresin de que le bastaron diez aos para ver la perspectiva de un siglo. Diez aos de furia, veinte de olvido, y luego la recuperacin, cada vez ms evidente, de una perspectiva que, para muchos de nosotros, sigue conteniendo algunas de las propuestas ms prometedoras y de los anlisis ms perspicaces de la Psicologa de nuestro propio tiempo [...]. Vygotski vio muy lejos desde su poca furiosa (Rivire 1984, p. 8).

    Rivire contribuy a generar un relato pico de Vigotski en trminos de una figura

    cuyas ideas se encontraban no slo fuera de su situacin histrica, sino directamente ubicadas en un porvenir deseable. Desde ese desfase, los vigotskianos abonaron a la promesa de una reestructuracin completa de la psicologa. No sin tensin, en este ensayo la celebracin deshistorizante de Vigotski conviva con el hecho de que eran ideas gestadas en los primeros lustros de la Revolucin rusa. A Rivire no se le escapaba que las ideas de Vigotski eran tributarias de Lenin y Engels, especialmente en lo que respecta a la idea de la dialctica. Este punto, que efectivamente vinculaba a Vigotski a un perodo y a un grupo de nociones y referencias muy cuestionadas para la dcada de 1980, poda ser sin embargo minimizado en la lectura de Vigotski, sin que por ello se pierda su valor epistmico. En el mismo nmero, Miguel Sigun, una de las figuras ms relevantes de la generacin precedente de psiclogos espaoles, poda considerarse ms o menos vigotskiano desde mediados de la dcada anterior y al mismo tiempo no abonar al marxismo:

    [N]o es necesario ser marxista para compartir los puntos de vista de Vygotski sobre el origen social del lenguaje o sobre las relaciones entre lenguaje e inteligencia. Tampoco e s nece sar io s e r marxista para creer como yo creo que el problema central de la psicologa moderna consiste en con jug ar l a s exp l i cac iones fisiolgicas con las explicaciones sociales del comportamiento humano entendido como una realidad nica (Sigun 1984, p. 254).

    Apenas comenz la celebracin de Vigo t sk i , s e in i c i una operac in de desvinculacin de su figura del momento y el ideario bolchevique en el que produjo sus ideas. Ello signific sustraer sus ideas de su escenario socio-poltico especfico y comenzar a discutir las referencias marxistas de sus textos en una

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    dimensin bsicamente terica. Esta operacin, habitual en las historias celebratorias, implic una operacin historiogrfica y epistmica que se complejiz en las dcadas siguientes, puesto que lo que estaba en juego no slo eran teoras psicolgicas sino tambin qu nocin de lo humano, lo poltico y la historia se pona en juego en una corriente psicolgica que se autodenomin como cultural-histrica.

    En territorio argentino se realiz una celebracin simultnea. Unos meses despus de la restauracin de la democracia en 1983, se llev a cabo un simposio en honor a Vigotski por el cincuentenario de su nacimiento en la Sociedad Argentina de Relaciones Culturales con la Unin Sovitica, una dependencia de la embajada de la U.R.S.S. Los oradores fueron el neurlogo Juan Azcoaga, el psiquiatra Csar Cabral, el psiclogo Mario Golder y el mdico Guillermo Blanck, todos miembros de Partido Comunista de la Argentina (Blanck 1984, pp. 262-263). Salvo Cabral, el resto devinieron abonados a las ideas de Vigotski. Blanck fue el ms entusiasta en las ideas de Vigotski, las que encontraba como una alternativa al psicoanlisis preponderante en la psicologa argentina, y edit un volumen con diversos materiales tericos y biogrficos del psiclogo sovitico. Como Toulmin y Rivire, no se limit a la hora de exaltar la figura de Vigotski, esta vez en estrecha relacin con Marx: No puede haber una teora cientfica del psiquismo si no hay una teora cientfica del hombre; y no puede haber una concepcin atinada del hombre que prescinda de Marx: esa clave fue la que intuy el genio de Vigotski (Blanck 1984, p. 31).

    Este vigotskianismo argentino no tard en relacionarse con el espaol; los miembros del simposio argentino se encontraron con Miguel Sigun en el XXIII Congreso Internacional de Psicologa, realizado ese mismo ao en Acapulco (Golder 1985a). Al ao siguiente, Golder particip en Espaa de la mesa organizada en homenaje a Vigotski en el marco del I Congreso de la Sociedad Internacional de Psicolingstica

    Aplicada, organizada por Sigun (Golder 1985b). Adems, Luis Moll y Alberto Rosa, miembros de los equipos de trabajo de Cole y el ltimo tambin miembro del grupo Aprendizaje, publicaron una elogiosa resea del libro de Blanck (Moll y Rosa 1985). Por otro lado, el trabajo que Blanck haba presentado en el congreso de Acapulco sobre Vigotski fue publicado ms tarde, junto con trabajos del psiclogo holands Ren van de Veer, Rivire y Sigun, en un libro que compil las ponencias de una sesin conmemorativa sobre Vigotski realizada en la Sociedad Espaola de Psicologa en 1985 (Sigun 1987).

    Esta seguidilla de eventos en los que se celebr a Vigotski representa una muestra pequea pero concreta del modo en que para mediados de la dcada de 1980 este autor fue introducido al canon de la psicologa internacional y las diversas vinculaciones entre figuras argentinas, espaolas y norteamericanas. Esta celebracin prepar el terreno para la edicin occidental de las Obras escogidas, que fueron ubicadas como una confirmacin del estatus de genio y adelantado de Vigotski.

    La entronizacin occidental tambin fue correspondida en suelo sovitico. La reedicin de los textos de Vigotski estuvo acompaada por el libro One is Not Born a Personality (Levitin 1982), cuyo contenido, compuesto de cartas y relatos sobre Vigotski de sus colaboradores y principales continuadores, estaba dedicado enteramente a la exaltacin de su figura. El texto tuvo una traduccin al ingls destinada a divulgar la t r a d i c i n d e l a p s i c o l o g a s ov i t i c a especficamente vigotskiana. All se ubic a Vigotski como uno de los principales fundadores de una psicologa genuinamente marxista: No se trata de que Vigotski haya contrabandeado el mtodo de Marx y lo haya aplicado a su propio c a m p o p a r t i c u l a r . L o g r a l g o incomparablemente mejor: qued imbuido de las ideas y el pensamiento de Marx (Levitin 1982, p. 10)6. Por otro lado, el psiclogo y lingista James Wertsch, otro destacado vigotskiano

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    norteamericano, afirm: Uno puede ver la influencia de dos reas de estudio que promovieron el genio de Vigotski el marxismo y la semitica. De ah que Vigotski estuviese interesado en el rol de los sistemas de signos como instrumentos de mediacin, pero l vea esto como una extensin de la nocin de Marx sobre la herramienta como mediadora de la actividad del trabajo (Levitin 1982, p. 37). La filiacin de Vigotski con Marx entonces no slo remita al hecho de que estaba de acuerdo con el ideario cientfico del bolchevismo, sino que el marxismo resultaba una parte constitutiva de su programa de investigacin psicolgica. Este punto no dej de generar problemas respecto de su interpretacin terica y por tanto de qu manera podan rescatarse sus ideas del pasado.

    El modo en que los psiclogos soviticos entendieron la relacin de Vigotski con el marxismo fue variando ya hacia fines de la dcada. Quizs el ejemplo ms notable sea la cambiante postura de Leonid Radzijovski, uno de los editores de las Obras escogidas. En enero 1988, a tono con el clima general de autocrtica y revisin general de las disciplinas abierto por la perestroika, Radzijovski asuma que la renovacin de la psicologa sovitica provena de un pasado distante y excepcional, un siglo de oro de la psicologa donde existi un atmsfera creativa, haba creencias, haba ciencia, haba algo que era rpidamente realizado o concretado, haba trabajo real ms all de las disputas. Y en el presente, sesenta aos despus, recordamos esa poca. Evidentemente, ese tipo de momento no lo tuvimos. No se repiti esa situacin en la biografa social de la psicologa (Golder 2002, p. 34). Este perodo, del que reconoca que dur slo cinco o seis aos esto es, entre la muerte de Lenin y la implantacin definitiva del estalinismo, se reduca en el relato de Radzijovski a la psicologa de Vigotski y sus colaboradores, dejando de lado a otras figuras del canon sovitico como Sergei Rubinstein o Dimitri Uznadze.

    Para octubre de ese mismo ao, sostuvo

    sobre la psicologa marxista:

    Me parece que aqu hay varios mitos. El primero es que existe tal psicologa, cuando en realidad no es as []. [A] la psicologa marxista la canonizaron. Es decir se canonizaron los primeros intentos, interesantes slo como intentos, se declar concluido el sistema y comenzaron a machacar c o n l c o m o s i f u e r a e l Padrenuestro. Claro, el resultado fue que, con todo xito, se elimin el contenido vivo y ello produjo una situacin paradjica: este s i s tema provoca inters en Occidente, y una sonrisa irnica, c nica entre los ps iclogos soviticos, en especial los jvenes (Shuare 1990, pp. 269-270).

    De esto no excluy a Vigotski, de quien dijo que meramente intent construir una psicologa marxista (Ibid.). Las afirmaciones de Radzijovski permiten iluminar el problema que se busca destacar aqu: el hecho de que Vigotski produjo sus teoras en consonancia con el clima de ideas del mundo sovitico pre-estalinista, y que su reivindicacin lo ubic como una figura del canon de la psicologa sustrado de su ubicacin histrica. Esta tensin entre la ubicacin histrica del bielorruso y su celebracin dcadas ms tarde conlleva el ncleo problemtico de cmo sopesar la incidencia del marxismo en su obra y cmo puede evalursela desde la actualidad. La cuestin de si el bielorruso logr articular sus ideas psicolgicas con el marxismo con xito, si eso fue deseable o en qu medida poda desandarse o rectificarse tal orientacin termin por organizar buena parte de las discusiones posteriores entre los vigotskianos. Sin embargo, las crecientes desavenencias al respecto no obstaculizaron la celebracin del psiclogo sovitico, devenido un precursor de la psicologa actual y futura, como queda claro en la caracterizacin de su

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    produccin en la introduccin de la traduccin castellana de las Obras escogidas. All se insisti en la actualidad de la psicologa vigotskiana y se reprodujo la particular operacin histrica y epistmica de su recuperacin:

    Liev Seminovich Vygotski es unclsico por el encuadre histrico de su trabajo, pero a la vez va a funcionar como un novel-actual por el encuadre histrico en la difusin de ese trabajo. Distinguir hoy esos dos aspectos es difcil pero necesario. Por una p a r t e n o s e p u e d e l e e r directamente como actual: hay que contextual izarlo en la psicologa de los aos treinta. P e r o , u n v e z h e c h a e s a contextualizacin, creemos que el subtexto, el sentido de su d i scur so, e s per fec tamente actualizable en los aos noventa [...]. Dicho de otra manera, la obra de Vygotski es actual, porque su papel histrico en la Psicologa slo se jug parcialmente y ha permanecido en suspenso, de modo que hasta que esta ciencia d ig iera , con ms o menos provecho su pensamiento, no podremos establecer cul es su a u t n t i c o s i g n i fi c a d o histrico (lvarez y Del Ro 1991, p. xvi).

    En este pasaje pueden encontrarse de modo sinttico varios de los desplazamientos historiogrficos involucrados en la recepcin de Vigotski en occidente. En primer lugar, la contextualizacin de su obra se limita a las discusiones de la psicologa de la poca, sin contemplar su ubicacin dentro de las instituciones soviticas ni prestar demasiada atencin al papel del ideario filosfico-poltico bolchevique en su produccin. Por otro lado, el retorno al bielorruso implica relegar el trabajo

    de los vigotskianos soviticos a un segundo plano, en tanto estos, a pesar de haber trabajado sus ideas de modo ininterrumpido, tampoco digirieron su psicologa. De este modo, el significado histrico de su obra no remite a la coyuntura en que fue producida sino que se desplaza hacia el futuro y fuera de la U.R.S.S. De fondo, las operaciones de celebracin comentadas sortean el problema del estalinismo, dado que Vigotski produjo sus principales ideas psicolgicas entre 1924 y 1934, justamente en el momento en que Stalin ascendi al poder y someti, con mayor rigor, a la cultura y la ciencia al partidismo. Adems, al recortar a Vigotski de ese escenario, se puso en tela de juicio todo lo producido luego su fallecimiento, debido a las diversas formas de censura que imperaron durante y luego del estalinismo7. De este modo, el proceso de reactualizacin de Vigotski fue acompaado de una celebracin que lo deslind de su contexto de produccin y permiti una lectura de sus trabajos libre de los desarrollos posteriores de los autores soviticos. Sin embargo, a pesar de desmarcar al bielorruso de su situacin histrica, la dimensin epistmica del marxismo de su psicologa no dej de ser problemtica a la hora de evaluar de qu modo podan hacerse productivas sus ideas en la psicologa contempornea.

    Vigotski disputado: el marxismo como problema

    Segn el socilogo de la educacin Basil Brenstein, la introduccin de Vigotski en la dcada de 1980 desplaz a Jean Piaget en el anlisis de las relaciones entre educacin y psicologa, y cumpli un rol poltico en la transformacin de la educacin del mundo americano y europeo: [e]l cambio hacia el vygotskismo permiti la supervivencia de la posicin liberal/progresista en la nueva cultura del rendimiento (Bernstein 2000, p. 27). Luego de la publicacin occidental de las Obras escogidas, iniciadas en ingls en 1987 y en castellano en

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    1991, la mayor disponibilidad de textos de Vigotski afianz la idea de su genialidad al t iempo que hizo ms controvertida la consideracin del marxismo en su obra, el cual cobraba relevancia en el marco de las discusiones generados por la implantacin de modelos educativos neoliberales. Las opiniones al respecto variaron sucesivas veces durante las dos dcadas siguientes al menos sobre dos tpicos organizados en pares contrapuestos: en primer lugar, el marxismo de Vigotski se interpret, por un lado, como un eurocentrismo no compatible con mirada genuinamente culturalista, y por otro, como un marco tico-poltico reivindicable en tanto propone hacer accesibles los bienes culturales a sectores sociales i letrados, e s p e c i a l m e n t e e n p a s e s a t r a s a d o s econmicamente. En estos trminos la discusin transcurre por carriles ticos y polticos. En segundo lugar, a la perspectiva de que la nocin de materialismo dialctico es constitutiva del marco vigotskiano se le opuso otra segn la cual dicha nocin no es un componente necesario y puede ser reemplazado. Esta discusin puso en juego una dimensin epistmica en tanto involucr a la nocin de desarrollo y de lenguaje de Vigotski. Ambos tpicos se presentaron entremezclados y los diversos autores fueron variando sus posiciones al respecto.

    Una serie de entrevistas realizadas por la psicloga norteamericana Lois Holzman a varios de los referentes del vigotskianismo occidental daba cuenta de estas desavenencias cruzadas ya para principios de la dcada de 1990. Por un lado, Wertsch opin que el marxismo de Vigotski poda ser un obstculo en el desarrollo del programa de su psicologa en tanto su inter pretac in tena una marca muy eurocntrica atribuible, entre otras cosas, a un antiguo rasgo imperialista de la cultura rusa. Por otra parte, la psicloga Christine LaCerva se apegaba a la metodologa marxista de Vigotski dado que con ella podra conducir a crear las condiciones para cambiar la sociedad muy racista, sexista y homofbica en la que vivimos.

    Blanck, por su parte, opinaba que hay una relacin muy estrecha entre Hegel, Marx y Vygo t sky. Cua lqu ie ra que haya l e do correctamente a Vygotsky encontrar esa conexin. Creo que es muy difcil entender su teora sin entender el marxismo (Holzman 1990, pp. 20, 18, 17).

    En los ltimos aos de la U.R.S.S. proliferaron las biografas de Vigotski, literatura mediante la cual el campo vigotskiano se debati respecto al valor epistmico y poltico del marxismo. Vase por ejemplo la posicin de los siguientes cuatro autores al respecto. Mikhail Yaroshevsky, el historiador de la psicologa ms acreditado de la U.R.S.S., sostuvo en 1989 que la psicologa de Vigotski se caracteriz por absorber la nueva ideologa del marxismo, su teora filosfica, que se convirti en una caracterstica slida de la conciencia social y con ello dirigi su pensamiento hacia la resolucin de los problemas fundamentales de la psicologa desde un nuevo ngulo (Yaroshevsky 1989, p. 10). En esta clave prosigui:

    Cada vez que se discute la aceptacin del marxismo por parte de Vigotski, se destaca que l se apoy en las ideas marxistas respecto de la esencia de la psiquis y de las leyes del desarrollo. Sin embargo es to no agota la influencia del marxismo en Vigotski, l tambin encontr en el marxismo la nocin de los medios que la razn humana tiene a su disposicin en su esfuerzo por entender la realidad, incluyendo la realidad psquica. El problema de los medios, mtodos y formas de cognicin de la realidad pertenece a la clase de los problemas metodolgicos. Vigotski fue el primer psiclogo sovitico en plantear este problema, y avanz ms en su solucin que cualquier otro, no slo en su tiempo sino

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    tambin en aos posteriores (Yaroshevsky 1989, p. 184).

    De este modo, el marxismo quedaba enraizado en las ideas de Vigotski, como un aspecto metodolgico y de conciencia social, al tiempo que se relegaba la produccin sovitica posterior, esta vez por no desarrollar las implicaciones de la teora marxista respecto de la mediacin. En contrapartida, Alex Kozulin, un mdico formado en psicologa en la U.R.S.S. y emigrado a EE.UU. en 1979, en su biografa de 1990 sobre el mismo punto sostuvo:

    Habida cuenta de la orientacin social que caracteriza globalmente al marxismo, cabra pensar que fue la teora marxista la que proporcion las lneas directrices intelectuales de Vygotski. Sin embargo, esta suposicin no se sostiene en modo alguno. Como demostr el propio Vygotski en su Crisis, en los aos veinte la teora marxista no haba conseguido desarrol lar ninguno de los conceptos necesarios para el estudio psicolgico de la conducta y el conocimiento humanos. La nica teora suficientemente d e s a r r o l l a d a s o b r e l a d e t e r m i n a c i n s o c i a l d e l conocimiento humano era la de la escuela francesa de sociologa de Emile Durkheim, analizada en las obras de Lucien Lvy-Bruhl, Charles Blondel y Maurice Halbwachs. [...] Vygotski rechaza por completo el papel de la ideologa marxista como patrn de la investigacin cientfica. P r o b a b l e m e n t e s u s c o n t e m p o r n e o s h u b i e r a n aceptado ms fcilmente que prescindiera por completo de Marx, pero no lo hizo. Vygotski se tom a Marx en serio, no como

    un dolo, sino como un pensador de carne y hueso perteneciente a la tradicin cultural europea. El Marx de Vygotski era una de las voces del pensamiento europeo, al m i s m o n i ve l q u e D i l t h ey, Durkheim, los neokantianos y otros (Kozulin 1994, pp. 122, 229-230).

    Desde este punto de vista, el marxismo para Vigotski era slo un recurso intelectual ms, y no necesariamente el ms trascendente para pensar el modo en que la cognicin se articula con la sociedad y la cultura. Poco tiempo despus se public el libro escrito en conjunto por Van der Veer y el psiclogo estonio Jaan Valsiner, Understanding Vygotsky (Van der Veer & Valsiner 1991), texto que an se mantiene como una referencia en el campo vigotskiano. Algunos pasajes del texto permiten mostrar el modo en que la incorporacin de Vigotski al canon internacional de la ps icologa implic desmarcarlo de la coyuntura sovitica. Para los autores, la fascinacin de Vigotski por lograr una sntesis terica y metodolgica que incluyese la obra de los ms diversos psiclogos, socilogos y antroplogos puede ser de inters a la psicologa internacional como un ejemplo de la participacin en una empresa de conocimiento que no reconoce nacionalidad. Vigotski era un miembro de la comunidad internacional psicolgica de su tiempo (incluso si sali un sola vez de la U.R.S.S.), ms que un psiclogo sovitico (Van der Veer & Valsiner 1991, pp. 396-397). Para estos autores, el internacionalismo de Vigotski no tena una raigambre marxista, ms bien todo lo contrario: La indiferencia de Vigotski al clima ideolgico general puede nuevamente verse reflejada en una de las dialcticas bsicas de su vida personal: una independencia ideolgica relativa basada en una c o n d i c i n f s i c a g e n e r a l m e n t e desesperanzada. (Ibid. p. 111).

    Estas posturas, sin embargo, merecieron diversas revisiones algunos aos despus. Una de

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    las ms marcadas puede hallarse en Yaroshevsky, muy probablemente influenciado por las nuevas condiciones intelectuales creadas por la disolucin del bloque sovitico. En primer lugar, en pos de apegarse a la letra de Vigotski, Yaroshevsky moriger sus ideas sobre el papel del marxismo en el bielorruso y lo redujo a un factor externo a la produccin de saberes psicolgicos con valor heurstico para la psicologa en la medida en que puede promover el crecimiento de la lgica interna de su estructura de conocimiento (Yaroshevsky 1996, p. 180). Esta idea, combinada con la de que Vigotski rechaz la versin marxoide de la psicologa que adhera a los cnones de la dialctica hegeliana (Ibid., p. 170), se acerca mucho a lo que pensaba Kozulin.

    Kozulin, por su parte, conjuntamente con el psiclogo ruso Vladimir Ageyev, reconoci que mientras que los psiclogos norteamericanos tuvieron un papel fundamental en la divulgacin de Vigotski, al mismo tiempo ste fue americanizado, y con ello, despojado de las referencias filosficas, poticas e histricas en sus textos, es decir, de los ndices de las condiciones de produccin de sus ideas (Ageyev 2003, p. 432). Ageyev enfatiz adems que los docentes y estudiantes del medio anglosajn leen a Vigotski sin formacin alguna en marxismo o en la historia de la U.R.S.S., lo cual deriva en que, o bien no se admitan las ideas de Vigotski, o bien se las altere de modo que sea admisible a los presupuestos de la psicologa anglosajona la cual, segn Ageyev, es poco permeable a las perspectivas culturalistas sobre la psiquis. En este punto, an cuando Kozulin considere que el marxismo de Vigotski fuese sui generis y no ms que un componente intelectual de sus teoras, termina por imponerse como un aspecto central a la hora de que sus nuevos lectores reconstruyan satisfactoriamente las potencialidades y limitaciones de la propuesta vigotskiana.

    Valsiner y Van der Veer tambin registraron la extraa paradoja de la inclusin ahistrica y acultural de Vigotski en el canon

    internacional:

    La tendencia moderna a ignorar los elementos de izquierda, marxistas, en el pensamiento de Vigotski puede entenderse pero no justificarse. Histricamente, los estudiantes de psicologa de izquierda lucharon con ahnco para que se acepten las ideas de Vigotski en el mainstream de la psicologa. Irnicamente, ahora que fue finalmente aceptado por los escritores de manuales como una imponente figura de la psicologa del desarrollo, pareciera ser que perdi algunas de sus caractersticas distintivas en el proceso (Valsiner & Van der Veer 2000, p. 332).

    Tal desmarxizacin llev a que estos autores realicen un reconocimiento algo ms enftico sobre las posiciones de Vigotski sobre las ideas de Marx: Parece ser cierto que la filosofa del marxismo (ms que su aplicacin en la Unin Sovit ica) interesaron a Vigotski [ . . . ] . Encontramos pasajes que muestran que estudi y asimilo los trabajos, sobre todo, de Marx y Engels. Su excelente conocimiento de Hegel form una buena preparacin, desde luego para su lectura de Marx, y hasta cierto punto, Lenin. Vigotski entonces era presentado como un simpatizante que luego de la revolucin de 1917 daba la bienvenida a la idea de reformas importantes, pero era relativamente indiferente respecto de qu faccin poltica triunfara (Ibid., pp. 331-332). Un tiempo despus Van der Veer avanz ms en esta lnea y sostuvo que parece seguro presumir que al menos inicialmente Vigotski combin un inters activo en la teora marxista y el convencimiento en una nueva sociedad sovitica. Si se desilusion con los eventos que siguieron, y en qu medida, permanece sin saberse (Van der Veer 2007, p. 19). De este modo se admiti progresivamente que el bielorruso comparta una cultura comn

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    sovitica y los objetivos del socialismo, lo cual otorga cada vez mayor importancia a las nociones marxistas.

    Visto desde otro ngulo, podra decirse que lo que Ageyev y Kozulin notan como un problema de enseanza de la teora vigotskiana, o lo que Valsiner y van der Veer sealan como una prdida de elementos constitutivos de la misma, es en s mismo parte del proceso de recepc in occ identa l de Vigo t sk i . La implantacin del bielorruso en un medio como el de la psicologa norteamericana, que no ha desarrollado una cultura marxista significativa, y en tiempos en que el declive de la U.R.S.S. estuvo acompaado de una crisis del marxismo mundial, no poda ser sino mediante desfases en la lectura y en la apropiacin de las teoras vigotskianas. En trminos de los estudios de recepcin, ello no significa necesariamente una distorsin respecto de un autor real o una menor productividad en la lectura del autor de hecho la potencialidad de esos desfases puede verse en la amplia produccin norteamericana. Sin embargo, el rescate de Vigotski no deja de ser problemtico, en particular porque buena parte de su obra an no se conoce adecuadamente. Eso conllev un anlisis y desarrollo desigual de sus ideas. Por ejemplo, mientras que los psiclogos y educadores occidentales han prestado mucha atencin a la nocin de zona de desarrollo prximo, al punto de convertirla en uno de los centros de la teora cultural-histrica, el propio Vigotski no parece haberle dado tal relevancia8. En este sentido, algunos vigotskianos consideran que deberan preguntarse qu creemos saber sobre el trabajo de Vigotski (Gillen 2000, p. 186). Dado que psiclogo bielorruso fue incorporado rpidamente al canon de la psicologa, an cuando buena parte de su obra no se conoce adecuadamente, cabe entonces preguntar: qu clase de figura ha sido celebrada? A qu puede atribuirse la productividad de sus textos y teoras? Estos interrogantes no parecen atendibles sin considerar al marxismo como un elemento

    terico que remite al mismo tiempo a dimensiones epistmicas y polticas. La conjuncin de estos planos definieron los modos en que su obra fue leda, evaluada y apropiada.

    Con el cambio de milenio, el hecho de que el marxismo de Vigotski fuese un elemento problemtico en su teora deriv en posturas ms encontradas. Por un lado comenzaron a proliferar las posturas que abiertamente ubicaban a Vigotski en la tradicin del marxismo s o v i t i c o y q u e c u e s t i o n a b a n l a americanizacin del bielorruso. Quizs el autor ms enftico en ello sea Mohamed Elhammoumi, un psiclogo de origen marroqu formado en Francia. Este autor enfatiz el hecho de que la teora vigotskiana es, despus de todo, una extensin de la concepcin materialista de la historia y que [u]na versin domesticada de la teora socio-histrico cultural es debilitada por la falta de vnculos con un anlisis materialista. Para Elhammoumi ello significa que el modo en que Vigotski fue recuperado en occidente para el estudio del desarrollo en el contexto de las instituciones educativas pasa por alto [...] las formas de control social y poder, distribucin de la riqueza, divisin del trabajo y de clase social (Elhammoumi 2001, p. 202). Esta re-politizacin de Vigotski implicara asumir una superioridad epistmica del marxismo: El marxismo ha provisto la llave para una psicologa cientfica porque ha tomado correctamente como punto de partida una humanidad creada histrica, social y culturalmente (Elhammoumi 2002, p. 99). Consecuentemente, sostuvo que vigotskianos como Werstch, Kozulin, Van der Veer y Valsiner, no comprendieron el papel de las ideas marxistas de Vigotski, minimizndolas o excluyndolas (Ibid., p. 90). Elhammoumi se propuso reubicar a Vigotski dentro de la tradicin del materialismo histrico y dialctico, y con ello restituir el horizonte poltico del socialismo en la investigacin psicolgica.

    Ms tarde, Elhammoumi vari su postura y reconoci que la psicologa marxista an no exista, a pesar de los esfuerzos llevados a cabo

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    por Vigotski y otros autores como Luria, Rubinstein, Alexis Leontiev, Georges Politzer, Henri Wallon, Ren Zazzo, Klaus Holzkamp y Lucien Sve. Dentro de tal genealoga que revela las afinidades comunistas de ElhammoumiVigotski es ubicado como el Feuerbach de la psicologa, una figura precursora de una dialctica crtica y de un materialismo cientfico (Elhammoumi 2010, p. 671). Bajo esta perspectiva, este autor se pone a la espera de un homlogo en la psicologapara Marx y El Capital. Esta expectativa, retomada de Vigotski, tiene implicaciones histricas dudosas; al tiempo que asume una escatologa socialista difcilmente admisible en la actualidad, desplaza la operacin de celebracin de Vigotski a Marx, y con ello, establece nuevamente los criterios normativos adecuados para la psicologa provendran de un futuro indefinido.

    Otros autores, sin suscribir al marxismo de clave comunista, buscaron rescatar la nocin de dialctica como un componente epistmico esencial en la teorizacin vigtoskiana. El filsofo marxista Andy Blunden rescata el hegelianismo de Vigotskiderivado, segn su interpretacin, de lecturas de Marx, Engels y Plejanov, y no de Hegel para sealar que la concepcin dialctica de la psiquis se encuentra en el ncleo de varios de los conceptos tericos ms importantes de Vigotski, tales como el de zona de desarrollo prximo, consciencia y actividad, as como de presupuestos filosficos como el holismo. El filsofo y psiclogo Jos A. Castorina destaca que el recurso de Vigotski a la dialctica le per mit i generar una tradic in de investigacin cientfica, en el sentido de Larry Laudan, basada en la idea marxiana de que la superacin de las contradicciones es el corazn del proyecto de dar cuenta de las novedades, en este caso, las tensiones que se registran entre el desarrollo psicolgico en relacin a la culturizacin y la maduracin biolgica. Pero ello no implicara una admisin a priori u ontolgica de la dialctica, sino que la dialctica es defendible por el xito relativo en la

    inves t igacin ps icolgica a la que da lugar (Castorina 2009, p. 29), por lo que la misma no existe ms all de los procedimientos mediante los cuales se obtiene la evidencia emprica, y su validez depende de los resultados obtenidos. En estos casos, se incluye a Vigotski en una tradicin marxista, en tanto sta sera constitutiva de su produccin, pero se la limita a los componentes que an pueden resultar productivos en la investigacin actual.

    En contraposicin a los anteriores, tambin hubo autores que rechazaron abiertamente el marxismo de Vigotski y buscaron reformular sus ideas a partir de otras referencias. Eugene Matusov, otro psiclogo formado en la U.R.S.S. y emigrado a EE.UU., quizs sea el mejor ejemplo de tal intento. Matusov (2008a), e n c o n s o n a n c i a c o n o t r o s a u t o r e s norteamericanos como Barbara Rogoff y James Wertsch, rechaz las implicaciones etnocntricas del marxismo de Vigotski, evidentes en las expediciones que organiz a la actual Uzbekistn para estudiar los procesos cognoscitivos de los campesinos. Ese etnocentrismo poda superarse si se abandona la idea de dialctica y se la reemplaza por la de dialogismo de Mikhail Bakhtin. Matusov apel al lingista sovitico para rechazar el hegelianismo vigotskiano como una forma de monologuismo que homogeneiza todas las voces en una sntesis abstracta y apriorstica (Bakhtin 1984, p. 25-26; Matusov 2008b, p. 86). El corolario de ello sera algo ya visto en la U.R.S.S.: que una cultura se proponga como universal y que busque la hegemona cultural a expensas de la diversidad. Matusov da cuenta de que los vigotskianos en frica tienden a adoptar una perspectiva monologuista en la medida en que el objetivo es generar herramientas para una escolarizacin mejor e inclusiva en una poblacin culturalmente atrasada; en este punto el ethos ilustrado sera comprensible aunque no necesariamente justificable en la medida en que la poblacin local slo refuerza su marginalidad si queda por fuera de una cultura generada en otros contextos. Sin embargo, esta

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    perspectiva no resultara admisible en los contextos norteamericano y europeo, dado que all los conflictos pasan ms bien por la tolerancia a la diversidad y la flexibilizacin de una cultura blanca, burguesa, judeo-cristiana, anglosajona, androcntrica, etc., mediante la inclusin de otras culturas. En este punto, el autor dio cuenta de la inexistencia de un campo vigotskiano unificado y la necesidad de un anlisis reflexivo de dos proyectos de investigacin casi antagnicos:

    Lo que ha fa l tado, en mi per spec t i va , e s e l an l i s i s sistemtico de la naturaleza programtica de la investigacin vigotskiana (y no vigotskiana) en su moldeamiento por las prcticas y condicionamientos locales c u l t u r a l e s , h i s t r i c o s e institucionales. An ms, hay una falta de anlisis en las relaciones entre estos diversos programas de investigacin moldeados por p r c t i c a s y c o n d i c i o n e s soc iocul tura les y cmo las diferencias en la ontologa de dichos programas puede ser responsable por sus diferencias conceptuales (Matusov 2008a, p. 6).

    En ese sentido, Matusov detecta que es el carcter situado de la apropiacin de las ideas vigotskianas lo que hace priorizar ciertas interpretaciones y valores por sobre otros respecto del mismo corpus terico. Dos vigotskianos rusos comentadores del artculo de Matusov permiten mostrar otro nivel de anlisis en la recuperacin de Vigotski. Victor Allakhverdov y Mikhail Ivanov rechazan la pos tura de Matusov, por cons iderarla posmoderna y por tanto abonada a un relativismo incompatible con una perspectiva cientfica, aunque ello no les impide ver el problema epistemolgico e histrico en juego: Vigotsk i fue s in duda un acadmico

    extraordinario. Sin embargo, sus ideas apoyadas de muchos modos en la doctrina de Marx fueron creadas hace setenta aos. Pueden sus ideas ser consideradas productivas en la actualidad? (Allakhverdov & Ivanov 2008, p. 74). Estos autores dan cuenta de que la recuperacin de Vigotski no es un proceso lineal, ni siquiera desde una mirada anti-relativista. Quizs lo ms interesante sea que en su comentario se revela que las ideas de Vigotski fueron rescatadas en un contexto de fuerte transformacin de la normatividad cientfica, donde la ciencia en general ya no puede sostener una posicin normativa unitaria y las nociones de cultura se han vuelto muy complejas, dentro y fuera de las disciplinas cientficas y humanistas. Existe un desfase histrico de fondo en la recuperacin de Vigotski, dado que ste, en tanto abonaba al horizonte modernizante del marxismo sovitico, es ledo y apropiado precisamente en el momento en que la modernidad como proyecto filosfico y poltico fue cuestionado. El problema no pasa solamente por tesis especficas de sus teoras sobre el desarrollo, sino especialmente por el contenido poltico y tico de un programa socialista. Este contenido valorativo termina por imponerse a la hora de evaluar no slo sus teoras, sino directamente en el modo en que se organiza el campo vigotskiano y sus programas de investigacin en diversas coyunturas.

    La variacin en las posturas y en la argumentacin de los autores mencionados debe ser vista en funcin del carcter problemtico de la procedencia sovitica de Vigotski y de la dificultad para sopesar la incidencia del marxismo en sus ideas. La referencia a esta tradicin intelectual y poltica obliga a considerar problemticas como la diversidad cultural y la inequidad soc ia l que, aunque no son estrictamente epistmicas, inciden directamente en el modo de elaboracin de teoras y mtodos con los cuales investigar el desarrollo psquico a partir de las instancias interpersonales.

    Resulta necesario advertir que las

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    sucesivas discusiones entre vigotskianos han quedado determinadas por los lineamientos de la historia conformada a fines de la dcada de 1970. Las narrativas que han celebrado a Vigotski han apelado a lo que podra considerarse una versin de la figura del aislamiento esplndido atribuido a Freud. El escenario en el que Vigotski produjo los principales lineamientos de su enfoque coincidi con el auge del estalinismo. A pesar de ello, qued ubicado como un autor tardo de un primer bolchevismo intelectualmente rico, y sus continuadores quedaron ligados a las condiciones de produccin del estalinismo y el pos-estalinismo. Tambin, como se dijo, buena parte de las corrientes alternativas o competidoras de Vigotski fueron relegadas en tanto quedaron sospechadas, en mayor o menor medida, de complacencia con el rgimen sovitico. Vigotski ha sido mostrado como cientfico abnegado que, aquejado por la tuberculosis, luch contra las psicologas reduccionistas en pos de generar una teora psicolgica ajustada a lo genuinamente humano. Al mismo tiempo, se lo reconoce como un marxista no alineado con los dictmenes del Partido Comunista sovitico. No hay dudas que la U.R.S.S. de las dcadas de 1920 y 1930 fueron un contexto sumamente hostil sin duda mucho ms que la Viena victoriana de Freud; sin embargo, ello fue utilizado no tanto para evaluar los modos en que Vigotski se encontraba comprometido con la produccin psicolgica de su momento, sino para mostrarlo como una excepcin a las determinaciones de tal coyuntura. Esta interpretacin de Vigotski como una figura no situada en su coyuntura, a pesar de que algunos de los autores que la formularon modificaron sus posturas, tuvo un peso considerable, a punto tal que historiadores autorizados la han mantenido. Por ejemplo, Kart Danz ige r, a l cue s t i onar l a s p remi sa s individualistas de la psicologa occidental, lleg a afirmar que el rechazo de Vigotski y Luria a la metafsica del individualismo apareci en el m o m e n t o e q u i v o c a d o y e n e l l u g a r equivocado (Danziger 2008, p. 265). Que este

    historiador no se interrogue si el marxismo de la U.R.S.S. no fue al menos un recurso intelectual que provey de herramientas crticas a tal individualismo revela la matriz interpretativa que dej la celebracin de Vigotski a la hora de considerar su obra.

    V i g o t s k i y e l v i g o t s k i a n i s m o : consideraciones preliminares sobre la circulacin de saberes y la normatividad cientfica

    El rescate de las ideas de Vigotski se dio por medio de una intensa celebracin de su figura. Sin embargo, debe indicarse que tal concepcin conllev la consideracin de que el pasado de la disciplina no resultaba superfluo, como suponen las habituales historias destinadas a celebrar el presente, sino que en ella podan hallarse saberes valiosos, e incluso, nuevas figuras cannicas. El bielorruso result una figura til en el cuestionamiento del presente de la disciplina, ms que en su convalidacin. Con todo, el rescate de su figura contiene muchos elementos ligados a los procedimientos habituales de celebracin, sobre todo en el proceso de deshistorizacin de la figura exaltada y el nfasis en la dimensin epistmica de su trabajo. El surgimiento de un vigotskianismo occidental trajo aparejado una operacin histrica, epistmica y poltica alrededor de la cual Vigotski pudo ser recuperado e incorporado al canon de la psicologa mundial a la altura de figuras como Piaget y Freud, con o sin marxismo. Su internacionalizacin signific tambin la disolucin de las referencias poltico culturales a partir de las cuales Vigotski desarroll sus ideas y tecnologas psicolgicas. Sin embargo, como se ha mostrado, el problema del marxismo en Vigotski, sea como el principal fundamento de sus ideas, sea una herramienta intelectual secundaria o prescindible, no dej de generar problemas ter icos que se v inculaban directamente a la evaluacin poltica de la

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    experiencia sovitica.

    E n e s t e p u n t o c a b e h a c e r d o s puntualizaciones: en primer lugar, que el gnero de las historias celebratorias no es homogneo, y por tanto sus efectos pueden ser diversos dentro de un campo; en segundo lugar, que una historizacin del contenido epistmico de la obra vigotskiana permite restituir los componentes valorativos de la normatividad cientfica y, por tanto, problematizar las ideas del psiclogo sovitico en relacin a la coyuntura en la que fueron producidas. Esta perspectiva no busca una mayor fidelidad al autor lo que implica el peligro de generar ortodoxias, sino reinsertarlo en su ubicacin histrica, de modo que puedan examinarse por un lado las particularidades de las condiciones en que produjo saberes y prcticas, y por otro, los procesos de recuperacin de lo producido en una coyuntura histrica y culturalmente diferente.

    La cuestin del marxismo, lejos de agotarse, promete ser cada vez ms relevante. Actualmente se llevan a cabo esfuerzos para publicar de modo completo los escritos de Vigotski (Yasnitsky 2012) en los cuales se hallarn con seguridad muchas referencias marxistas omitidas por los diversos tipos de censura, y con ello se renovarn las polmicas respecto de su estatuto. La confeccin de unas obras completas es una empresa valiosa por s misma, pero se requiere una nueva perspectiva de la obra vigotskiana de modo que no derive en una bsqueda de un verdadero Vigotski cuyas indicaciones sobre la psicologa desconocidas hasta ahora nos lleven a un nuevo ciclo de iluminaciones desde el futuro. El problema del estatuto del marxismo en el vigotskianismo, como recurso epistmico y como gua poltico-tica no se resuelve con la publicacin de ms papeles de Vigotski. En todo caso, tales materiales podran ser productivos en la medida en que los criterios con los que se consideren las relaciones entre ciencia y poltica conlleven a nuevas instancias

    reflexivas. En este punto, la historia de la psicologa podra mostrar que lo que cuenta para sopesar la productividad de ciertas ideas no son las capacidades de un autor sino ms bien las condiciones en las que produce, la trama intelectual e institucional que hace relevante ciertos problemas. A partir de esto pueden generarse nuevas perspectivas y herramientas conceptuales con las que considerar las condiciones presentes desde las que se busca hacer el rescate.

    El caso de la recuperacin de Vigotski puede ser de inters tambin en lo que respecta al rescate de otras figuras, tanto soviticas como de otras procedencias. Una de las caractersticas de la celebracin de Vigotski fue la de prcticamente eclipsar toda otra produccin psicolgica sovitica o rusa. Las obras de los colaboradores y discpulos de Vigotski han quedado en un segundo plano en occidente, como el caso de Luria y Leontiev, o bien son prcticamente ignotas como los casos Galperin, Zeigarnik, Elkonin, Davidov, Puzirei, entre otros, a pesar de presentarse ellas mismas como desarrollos del programa de investigacin que deline el bielorruso. Podra argumentarse que la produccin de estos autores no tienen la misma calidad que la de su mentor, o que no haba medios adecuados en la U.R.S.S. para desarrollar tal programa de investigacin, pero no puede desconocerse la operacin de reduccin de la psicologa sovitica a una figura central insuperada y desconectada de sus propios co laboradore s . S in embargo, a l gunas publicaciones relevantes en el campo vigotskiano, como Russian and East European Psychology, presentan con cierta frecuencia obras de psiclogos rusos y soviticos olvidados bajo la idea de que pueden ser productivos en la actualidad. Adems, en los ltimos lustros se ha recurrido al pasado de la psicologa y filosofa occidental como recurso para renovar su presente, especialmente en la psicologa del

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    desarrollo y la psicologa cognitiva de tradicin norteamericana9.

    Cabe realizar algunas indicaciones respecto a la utilidad de los estudios de recepcin en la indagacin de la transformacin de las ideas vigotskianas en su circulacin. Dado que los contextos de recepcin difieren histrica y/o geogrficamente de los de produccin, resulta inevitable la produccin de desfases de lectura dadas las divergencias en los objetivos y referencias. Si bien todo ejercicio de recepcin supone desplazamientos conceptuales, la productividad de los mismos depende de actividades de lectura y condiciones particulares, lo que permite dar cuenta de un modo ms sofisticado de la historicidad intrnseca del proceso de circulacin de saberes. En este sentido, la descontextualizacin que acompa la celebracin de Vigotski implic en s misma la instauracin de desfases de lectura que alteraron los postulados mismos de las teoras recibidas.

    El enfoque de recepcin permite visibilizar la historia de esos desfases y advertir respecto de dos problemas relacionados con el rescate de teoras: por un lado, la bsqueda de anticipaciones en el pasado al estado actual de un saber, esto es, un ejercicio de prolepsis; y por otro, un rescate que asuma que se pueden reactivar sin ms los lenguajes e ideas del pasado una vez que los supuestos que los fundaron han sido desactivados o no se encuentran disponibles en el contexto de recepcin, es decir, un ejercicio de retrolepsis (Palti 2007, pp. 53-54). La historia celebratoria de Vigotski derivada de sus lecturas occidentales contiene ambos tipos problemas, los que pueden encontrarse en el hecho de que se busque en su obra la gua para el desarrollo futuro de la psicologa y que sus ideas se perciban como igual o ms productivas que en su contexto de produccin. La cuestin de la retrolepsis resulta especialmente atendible respecto de la psicologa producida en la U.R.S.S. No se trata de clausurar el rescate al pasado, sino advertir que ello supone una operacin historiogrfica que requiere de herramientas conceptuales

    especficas para evitar descontextualizar al autor y hacer de sus ideas una instancia ahistrica. El problema de esto ltimo reside en que se asume que basta con los criterios epistmicos actualmente disponibles en la psicologa para evaluar adecuadamente los saberes del pasado. Respecto del problema del marxismo en la obra vigotskiana, desde el punto de vista de la recepcin no se reduce a dar cuenta de un modo ms ajustado en qu medida Vigotski recurri a las ideas de Marx, Engels, Plejanov, Lenin, Trotski, entre otros, sino tambin cmo puede ser visto tal marxismo en la actualidad. La recuperacin de Vigotski supone considerar una reevaluacin de ese componente marxista tanto en su contexto de produccin como a partir de los saberes marxistas disponibles hoy y su relacin con la psicologa y la filosofa de las ciencias. Ello implica considerar una lectura de Vigotski segn un triple parmetro histrico, epistmico y poltico. Las respuestas posibles a la pregunta qu viabilidad tiene en los contextos actuales de Europa y Amrica el esfuerzo de Vigotski por construir una ciencia psicolgica apoyada en el marxismo y orientada a contribuir con un proyecto socialista? conllevan desfases de lectura que no cabra dejar sin atender. Por ejemplo, la cuestin del marxismo en Vigotski es inescindible del problema de la dialctica como herramienta terica. Sin embargo, en la tradicin marxista, como ocurre con nociones como ideologa o libertad, definir y utilizar una nocin de dialctica no compromete solamente un aspecto conceptual y epistemolgico, sino tambin poltico, al remitir, segn la definicin, a tradiciones marxistas con roles especficos en las izquierdas. El modo en que se considere el marxismo como horizonte poltico y como fuente de herramientas conceptuales y metodolgicas define en buena medida cmo ser leda la obra de Vigotski.

    Por otra parte, el caso de Vigotski revela que un autor puede ser elevado al canon de la psicologa a partir de un conocimiento muy fragmentado, incluso dudoso, de su trabajo. En

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    este sentido, es posible conjeturar que la recepcin del bielorruso implic la invencin de un Vigotski occidental. A partir de lo mostrado y bajo el marco propuesto, es posible avizorar un rol alternativo de las historias celebratorias: en lugar de considerarlas slo como una empresa historiogrfica deficitaria que lo son, podran adems ser vistas como un efecto de recepcin: produce, en mayor o menor medida, un autor en funcin de las necesidades de un campo. Las condiciones intelectuales y materiales que generan los desfases de lectura no seran entonces un mero obstculo o una distorsin, sino que daran cuenta de las relaciones histricas de las disciplinas con su coyuntura. El autor celebrado, en tanto figura de autoridad a partir de la cual legitimarse, revelara los mecanismos de legitimacin y sus cambios al introducirse un saber. Visto de este modo, las historias crticas de la psicologa, si quieren incidir en el campo, deben mostrar los problemas polticos y epistmicos que conllevan esos mecanismos.

    Los estudios de recepcin revelan que las lecturas inevitablemente suponen variaciones, deslizamientos, omisiones, sustituciones y las ms diversas operaciones de lectura, pero ello no significa necesariamente abonar a alguna forma de relativismo llano, en el sentido de un historicismo que impugne toda forma de normatividad. Sin un ejercicio reflexivo por parte del receptor, la circulacin de un saber puede resultar insatisfactoria en mltiples niveles, sea porque el autor rescatado es entronizado y deviene un nuevo criterio de autoridad para saberes y prcticas ya instaladas, sea porque se propongan objetivos y medios de investigacin que no contemplen u omitan las particularidades en la produccin de tal saber y de las condiciones en la que se busca hacerlo efectivo. En este sentido, la recuperacin de saberes requiere de un enfoque histrico que sea crtico, en el sentido de un examen exhaustivo de las fuentes, y que informe sobre las condiciones en las cuales un saber va a ser evaluado y puesto en prctica, esto

    es, destacar el carcter situado del saber en cuestin y del receptor. De este modo, la diversidad inherente a los procesos de recepcin ira en contra de la instauracin de dogmatismos y ortodoxias, que no seran otra cosa que lecturas progresivamente reificadas e improductivas. En este punto es necesario adoptar una idea de normatividad sensible a la relacin entre valores epistmicos y valores culturales, polticos, sociales, etc. Tal normatividad se encuentra an en discusin entre los historiadores y filsofos de la ciencia. En este punto, el problema es arduo en tanto remite a la clsica y conflictiva relacin entre historia y filosofa10. Sin asumir que tal relacin sea soluble de un modo definitivo, no puede sin embargo omitirse el hecho de que las d iver sas ps ico logas se han propues to permanentemente como ciencias y por tanto el problema de la normatividad es inherente a sus diversos desarrol los y modal idades de legitimacin. Los estudios histricos, si pretenden una reconstruccin sofisticada de la circulacin e implantacin de los saberes, no pueden pasar esta dimensin por alto. Para el caso del vigotskianismo, el marxismo interviene fuertemente en ese plano y ello remite a una circunstancia histrica especfica: Vigotski produjo sus ideas en la U.R.S.S. de 1924-1934. La normatividad cientfica, entendida como una interrelacin compleja entre instancias cognitivas y valores de diverso tipo, supone un tpico con una doble faz para el historiador de la psicologa: por un lado, es un aspecto que debe ser historizado crticamente debido a sus procesos de cambio; por otro, es la dimensin que mayor inters despierta en los practicantes de la disciplina, y por ella recurren a historias celebratorias. La historizacin de las normas de evaluacin de las ideas cientficas en psicologa permitira entonces elucidar el modo en que los saberes son evaluados segn los recorridos histrico-geogrficos. De este punto de vista, no habr a nor mas l t imas que per mi tan evaluaciones ms all de los procesos histricos, ni tampoco historias de los saberes que, al no atender al modo en que se admiten o rechazan

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    los mismos, pierdan una dimensin esencial de las disputas que originan y transforman disciplinas.

    El problema que este texto busc iluminar mediante la recuperacin de la obra de Vigotski podra plantearse en la siguiente pregunta: de qu modo puede plantearse un enfoque de recepcin que d cuenta de los aspectos normativos de la dimensin epistmica de los saberes, sin devenir en una empresa prescriptora y perder as su especificidad crtica? La respuesta a esta pregunta tiene su densidad propia, an cuando sea necesaria una reconstruccin ms amplia y detallada de los factores no epistmicos involucrados en los procesos de recepcin para sopesar su incidencia en diversos contextos. Si se atiende el carcter situado tanto de la produccin de Vigotski como de sus lectores, cabe atender el problema de cmo buscar claves de apropiacin que no impliquen universalismos ahistricos, legitimaciones whiggish ni dogmatismos varios, pero que permitan realizar una historia que contribuya a que las disciplinas psi reflexionen sobre las normas de evaluacin en juego al momento de producir y recuperar saberes psicolgicos.

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    Recibido: 15 de mayo, 2013Aceptado: 2 de julio, 2013

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    NOTAS AL PIE

    1Correo electrnico: [email protected]

    2 Las obras que pueden citarse al respecto son muchas; slo a modo de ejemplo vase, para la psicologa en Alemania, Danziger (1990) Geuter (1992) y Ash (1995); en Francia, Carroy, Ohayon & Plas (2006); en EE.UU., Hermann (1995) y Picaren & Rutherford (2010); en Rusia-U.R.S.S., Joravsky (1989); en Argentina, Talak (2008) y Dagfal (2009).

    3 Para una sntesis sobre el enfoque de los estudios de recepcin de vase Tarcus (2007); para un debate sobre las posibilidades y lmites de los estudios de recepcin vase AA.VV. (2008).

    4 Lev Vigotski (Orsha, 1896 Mosc, 1934) desarroll una variada obra psicolgica en los ltimos diez aos de su vida. Sus ideas han tenido una incidencia considerable en la psicologa del desarrollo y en la conformacin de la psicologa cultural como subdisciplina. Se opta por Vigotski [] en la transliteracin del apellido de este autor, aunque se mantienen las otras variantes usadas por las fuentes comentadas.

    5 La bibliografa dedicada a esto ltimo es exigua; para un esbozo en Italia vase Mecacci (2006); para una indagacin detallada en Argentina vase Garca (2012).

    6 Para un anlisis bibliomtrico de esta cuestin vase Valsiner (1988, pp. 156-162); para un comentario ms extenso sobre las modificaciones de los textos originales y el an persistente dficit en el acceso a los textos originales de Vigotski en ingls casi el mismo que en castellano vase Van der Veer & Yasnitsky (2011).

    7 Esta y toda otra traduccin me corresponde.

    8 Joravsky es la excepcin a este punto en tanto propone una lectura de los cambios en la produccin de Vigotski en relacin a la instauracin del estalinismo (1989, pp. 262-268); congruentemente, no abona a celebracin alguna.

    9Dicha nocin, expuesta y discutida en la mayor parte de la bibliografa vigotskiana, refiere a las diferencias cognoscitivas que se revelan en un infante cuando realiza una actividad por su cuenta y cuando la lleva a cabo con la ayuda de un adulto u otro nio de mayor capacidad cognoscitiva. Esta zona diferencial indica la direccin y el potencial del desarrollo intelectual del infante.

    10 Vase, por ejemplo, los rescates de William Stern (Lamiell & Deutsch, 2000), Heinz Werner (Valsiner, 2006), y de Husserl y Merleau-Ponty (Gallagher & Schmicking, 2010).

    11 Al respecto vase, entre muchos otros, Rorty (1990) y Sorell & Rogers (2007).