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7/25/2019 Donald Rutherford - Sustancia (Cap 6 Leibniz and the Rational Order of Nature) http://slidepdf.com/reader/full/donald-rutherford-sustancia-cap-6-leibniz-and-the-rational-order-of-nature 1/54  Donald Rutherford, Leibniz and the Rational Order of Nature, Cambridge, 1995. Cap. 6: Sustancia Al igual que la tradición de pensamiento metafísico que proiene de Aristóteles, !eibni" concibe la forma m#s b#sica de e$istencia como la  sustancia. Dentro del mundo creado, la sustancia es el %nico ente que e$iste per se& el %nico ente cu'a e$istencia no depende de ninguna otra cosa salo Dios. (n contraste, la e$istencia de todas las otras cosas depende esencialmente de la de la sustancia. Dada la prioridad atribuida de este modo a la sustancia, es obio que cualquier teoría metafísica debe dedicar una atención considerable a la e$plicación de su naturale"a. )os ocuparemos en este capítulo de las características distintias de la doctrina de la sustancia de !eibni", la cual, como *l mismo lo reconoce, determina en buena medida el contenido de su sistema metafísico. 1 Las características de la sustancia (n el libro ++ de su  Ensayo sobre el entendimiento humano, !oce escribe sobre la noción escol#stica de sustancia& -i las palabras latinas  Inhaerentia ' Substantia fuesen traducidas a las palabras que les corresponden en el ingl*s corriente, ' se llamasen adherirse '  sostener por debajo, nos harían descubrir me/or la enorme claridad que ha' en la doctrina de la Sustancia ' los  Accidentes, ' mostrarían la utilidad que tienen para la decisión de las cuestiones en filosofía 0++, $iii, 23. 4  !as indicaciones entre corchetes simples 06783 corresponden al original, las que an entre corchetes dobles 0667783 corresponden al traductor. 1  *ase :; ++ <=> :; ++ ?@5. !os detalles de este sistema, que representa el me/or de los mundos  posibles como un agregado de sustancias relacionadas armoniosamente, son el tema de la ;arte +++. (n este momento nos ocupamos solamente de las propiedades esenciales de la sustancia misma, o de aquellas propiedades que las sustancias tendrían en cualquier mundo posible. 1

Donald Rutherford - Sustancia (Cap 6 Leibniz and the Rational Order of Nature)

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 Donald Rutherford, Leibniz and the Rational Order of Nature, Cambridge, 1995.

Cap. 6: Sustancia∗

Al igual que la tradición de pensamiento metafísico que proiene de Aristóteles, !eibni"

concibe la forma m#s b#sica de e$istencia como la  sustancia. Dentro del mundo creado, la

sustancia es el %nico ente que e$iste per se& el %nico ente cu'a e$istencia no depende de

ninguna otra cosa salo Dios. (n contraste, la e$istencia de todas las otras cosas depende

esencialmente de la de la sustancia. Dada la prioridad atribuida de este modo a la sustancia,

es obio que cualquier teoría metafísica debe dedicar una atención considerable a la

e$plicación de su naturale"a. )os ocuparemos en este capítulo de las características

distintias de la doctrina de la sustancia de !eibni", la cual, como *l mismo lo reconoce,

determina en buena medida el contenido de su sistema metafísico.1

Las características de la sustancia

(n el libro ++ de su Ensayo sobre el entendimiento humano, !oce escribe sobre la noción

escol#stica de sustancia&

-i las palabras latinas Inhaerentia ' Substantia fuesen traducidas a las palabras que

les corresponden en el ingl*s corriente, ' se llamasen adherirse  '  sostener por

debajo, nos harían descubrir me/or la enorme claridad que ha' en la doctrina de la

Sustancia ' los Accidentes, ' mostrarían la utilidad que tienen para la decisión de

las cuestiones en filosofía 0++, $iii, 23.

4  !as indicaciones entre corchetes simples 06783 corresponden al original, las que an entrecorchetes dobles 0667783 corresponden al traductor.1 *ase :; ++ <=> :; ++ ?@5. !os detalles de este sistema, que representa el me/or de los mundos posibles como un agregado de sustancias relacionadas armoniosamente, son el tema de la ;arte +++.(n este momento nos ocupamos solamente de las propiedades esenciales de la sustancia misma, ode aquellas propiedades que las sustancias tendrían en cualquier mundo posible.

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Respondiendo a este pasa/e en los  Nuevos Ensayos, !eibni" declara que *l es Bde otra

opinión, ' que Bla consideración de la sustancia es una de las cuestiones m#s importantes '

fructíferas en filosofía 0++, $iii, 23. B!a idea de sustancia, dice, Bno es tan oscura como se

 piensa. ;odemos saber de ella lo que es necesario ' lo que es conocido en otras cosas 0++,

$ii, <3. (n otro lugar argumenta que filósofos tales como Descartes, -pino"a ' !oce

 prestaron una atención insuficiente a la definición de la sustancia, ' que esto e$plica

muchos de los errores que socaan sus doctrinas. )o tiene dudas de que con su propia

e$plicación *l tiene *$ito donde ellos fracasaron. (s Btan fructífera, dice, Bque se siguen de

ella erdades primeras aun acerca de Dios ' las mentes ' la naturale"a de los cuerpos

erdades hasta ahora conocidas en parte aunque apenas demostradas, ' desconocidas en

 parte, pero de la ma'or utilidad para el futuro en las otras ciencias 0:; +, @<93.

!as intuiciones de !eibni" acerca de la naturale"a de la sustancia est#n tomadas

 principalmente de Aristóteles ' de sus seguidores escol#sticos. De ellos hereda un con/unto

de suposiciones b#sicas acerca de qu* es la sustancia ' del rol que debe /ugar dentro de una

e$plicación metafísica de la realidad.E (ntre las características m#s importantes que le son

atribuidas est#n las siguientes&

0a3 (ntre los entes creados, sólo la sustancia go"a de una e$istencia independiente o per se.

 A Foucher, 1<=<& BCuando debatimos sobre si algo es una sustancia o un modo de ser 6 facon

d’estre7, es necesario definir qu* es ser una sustancia. )o encuentro esta definición en ning%n lugar,' me he isto obligado a traba/ar sobre ella 'o mismo 0:; ++ E=@3. A Gourget, de mar"o de1?1@& B6)7o nos dedicamos nosotros mismos en general a dar definiciones de t*rminos, ' hablamosen una manera confusa de la sustancia, cu'o conocimiento es sin embargo la clae para la filosofíainterior 6la hilosophie interieure7. Hsta es la dificultad en la que nos encontramos, que tanto haconfundido a -pino"a ' a !oce 0:; +++ 5<?3.E )o esto' diciendo con esto que las concepciones de !eibni" sean aristot*licas ortodo$as, sino sólo

que en buena medida son formuladas en respuesta a una serie de preocupaciones puestas de reliee por Aristóteles ' los escol#sticos. ;ara una defensa detallada de esta tesis, *ase Iercer, en prensa.Jacing 019?3 argumenta que el concepto de sustancia puede ser concebido como aquel que proporciona la respuesta a una ariedad de problemas metafísicos& KLu* permanece num*ricamentelo mismo a tra*s del cambioM KCu#les son los simples %ltimos a partir de los cuales los comple/osest#n formadosM etc. !a lista que sigue resume lo que, para !eibni", son los m#s significatios deestos problemas. Ii modo de encarar estas cuestiones resulta paralelo al de -. GroNn 019=@, 991213, quien e a !eibni" como comprometido con un con/unto similar de presupuestos.

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0b3 !a sustancia es una entelequia o fuente intrínseca de acción.

0c3 !a sustancia persiste, o permanece como la misma num*ricamente, a tra*s del cambio.

0d3 !a sustancia es una unidad erdadera o per se.

0e3 ;ara cualquier sustancia, ha' un principio de indiiduación suficiente para distinguirla

de toda otra sustancia actual o posible.

!eibni" considera a 0a30e3 como condiciones necesarias para que algo sea una sustancia.

;or sí mismas, estas condiciones no articulan una teoría completa de la sustancia. ;or el

contrario, deberíamos erlas como criterios para la adecuación de cualquier teoría

seme/ante& una teoría satisfactoria de la sustancia debe ser tal que 0a30e3 resulten

erdaderas. ;odemos reconocer desde un principio que, en distintas partes de su carrera,

!eibni" toma distintos aspectos de la sustancia como puntos  de partida de sus

deliberaciones, ' que en consecuencia distintos miembros de la lista precedente adquieren a

eces ma'or protagonismo que los otros. (n todo momento, sin embargo, *l cree que una

e$plicación adecuada de la sustancia debe sostener las condiciones 0a30e3. I#s adelante

muestro cómo esto es así respecto de las teorías principales propuestas por !eibni" en el

 período posterior a 1<=2. (n el resto de esta sección, considero por qu* est# comprometidocon 0a30e3, como así tambi*n con otras dos condiciones adicionales, ' cómo *l e las

relaciones que ellas guardan entre sí.

!a" Independencia#

imos en el capítulo precedente que !eibni" adscribe a la sustancia el rol tradicional de ser

un su/eto %ltimo de predicación& la sustancia es aquello de lo cual otras cosas son predicadas pero que no es ella misma predicada de ninguna otra cosa. Hsta es característica

que sostiene la pretensión de la sustancia de poseer una e$istencia independiente o  per se.

(n la medida en que la predicación indica una relación de dependencia entre dos entes, la

identificación de la sustancia como aquello que no es predicado de ning%n otro ente la

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seOala como una cosa que e$iste per se, dependiendo para su e$istencia de ning%n otro ente

e$cepto Dios. (n este respecto, las sustancias han de distinguirse de los modos ' relaciones,

así como de aquellas cosas singulares que !eibni" describe como Bentes por agregación.

Pal como ocurre con los modos ' las relaciones, la e$istencia de tales entes depende

esencialmente de la e$istencia preia de las sustancias.@

!b" Actividad#

Ja' una cone$ión estrecha entre la pretensión de la sustancia de ser un su/eto %ltimo de

 predicación ' su estatus como una entelequia o principio de acción. ;ara !eibni", lo que es

anterior en el orden de la e$istencia debe ser tambi*n anterior en el orden del

entendimiento. Así, si la sustancia es un su/eto %ltimo de predicación, tambi*n debe ser

capa" de serir como principio e$plicatio %ltimo, o aquello en t*rminos de lo cual puede

darse la ra"ón para todo lo dem#s.5 Ahora bien, entre los hechos m#s importantes que deben

ser e$plicados en el mundo est# el del cambio& el hecho de que algo tiene primero una

cualidad ' luego carece de ella. ($plicar el hecho del cambio es postular una ra"ón por la

cual el cambio ocurre. Pal como se lo entiende com%nmente, esto requiere el seOalamiento

de una acción de la cual resulta que lo que era el caso 'a no lo sea m#s. -e sigue que si la

sustancia ha de /ugar el rol de un principio e$plicatio %ltimo, tambi*n debe serconsiderada como el fundamento %ltimo de las acciones que e$plican el cambio en el

mundo, lo que equiale a decir que la sustancia debe ser una fuente o principio de acción. <

@ Así, !eibni" escribe a Arnauld& B;arece tambi*n que lo que constitu'e la esencia de un ente poragregación es sólo una manera de ser 6mani$re d’estre7 de los entes que lo constitu'en> pore/emplo, lo que constitu'e la esencia de un e/*rcito es sólo una manera de ser de los hombres que loconstitu'en. (sta manera de ser presupone por lo tanto una sustancia cu'a esencia no es una manerade ser de otra sustancia 0:; ++ 9<?3.5 ;ara un rastreo cuidadoso de esta idea a tra*s de los escritos de !eibni" de las d*cadas de 1<<2 '

1<?2 *ase Iercer, en prensa.< (sta no es la %nica ruta por la que !eibni" llega a la conclusión de que la sustancia es un principiode acción. (n el ensa'o de 1<<= Sobre la transubstanciaci%n, sostiene que *sta es una condiciónnecesaria para que la sustancia pueda ser considerada como un Bente que subsiste por sí& B1.Sustancia es el ente que subsiste en sí mismo 6 ens per se subsistens7. .  Ente &ue subsiste en s'

mismo es aquello que tiene un principio de acción dentro de sí mismo. Pomado como un indiiduo,el ente que subsiste en sí mismo, o sustancia 0cualquiera de ellas3, es un  suppositum. De hecho, los(scol#sticos acostumbran a definir un  suppositum como un indiiduo sustancial. Ahora bien, las

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!eibni" reconoce tempranamente en su carrera esta característica de la sustancia. (n una

serie de notas de 1<?<, contrasta su concepción de la sustancia con la e$plicación cartesiana

del alma como una res co(itans&

(l autor tiene ra"ón al decir que el pensamiento no es la esencia del alma. ;ues un

 pensamiento es una acción, ', dado que un pensamiento sucede al otro, es necesario

que lo que persiste a tra*s de este cambio sea m#s bien la esencia del alma, dado

que permanece siempre lo mismo. !a esencia de la sustancia consiste en la fuer"a

 primitia de actuar, o en la le' de las series de sus cambios 0A + E, E<3.

!c" ersistencia

Pradicionalmente, la sustancia ha sido considerada como aquello que permanece o persiste

a tra*s del cambio. (sta característica es central en la concepción leibni"iana de la

sustancia ' est# estrechamente relacionada con las dos características anteriores. (n la

medida en que la sustancia puede ser considerada 66califica como77 como un su/eto %ltimo

de predicación, debe serir como el su/eto permanente del que se predican las

modificaciones transitorias. !eibni" considera que esta propiedad de la sustancia est#garanti"ada por su naturale"a como una Bfuer"a primitia de acción, que persiste a tra*s

del cambio ' Bpermanece siempre la misma 0A + E, E<3. Al defender la tesis de que es

una característica esencial de la sustancia persistir a tra*s del cambio, !eibni" a m#s all#

de la posición aristot*lica est#ndar. (n su concepción, la substancia no est# su/eta ni a la

generación ni a la corrupción. !a sustancia es un principio de acción que no puede por sí

mismo adenir o salir de la e$istencia como el resultado del cambio natural, sino sólo como

una consecuencia de un acto de creación o e$tinción diino.

acciones pertenecen a los  supposita  6actiones sunt suppositorum7. De este modo, un  suppositum

tiene dentro de sí un principio de acción, o bien *l act%a. ;or lo tanto, un ente que subsiste en símismo tiene un principio de acción dentro de sí mismo. L. (. D. 0A + 1, 52=3. (n escritos posteriores, !eibni" a menudo afirma que el precio de negar la actiidad de la sustancia es el-pinocismo. *ase )eodicea Q E9E.

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!d" *nidad#

-eg%n !eibni", toda sustancia debe ser una unidad erdadera o  per se. Adscribe este

requerimiento al principio, que *l dice deber a Aristóteles, seg%n el cual las nociones de ser

' uno son conertibles, o necesariamente equialentes, de lo que se sigue que todo lo que esun ens per se o sustancia debe tambi*n ser un unum per se, ' de manera conersa 0:; ++ 9?,

E2@, @@<3. (n defensa de esta equialencia, ra"ona como sigue. Podo lo que es un

compuesto o muchos sólo puede llegar a ser mediante aquello que es erdaderamente uno.?

(n tanto %nico ente creado per se, la sustancia es aquello a tra*s de lo cual todas las otras

cosas llegan a ser. Así, todo lo que es sustancia debe ser un unum per se. De manera

conersa, lo que es sólo un unum per accidens, una unidad accidental determinada por las

relaciones entre una pluralidad de cosas 0por e/emplo, un e/*rcito, un rebaOo, un molino3,

no puede ser una sustancia sino que es sólo un ens per accidens.=  eremos luego que

algunos de los compromisos m#s importantes de la ontología de !eibni" giran en torno a

esta distinción b#sica entre unidad per se ' unidad accidental.

!e" Individuaci%n

!eibni" se compromete con la tesis nominalista de que todas las cosas reales 66actual

thin(s, i.e., cosas efectiamente e$istentes77 o e$istentes son particulares concretos. (sta

característica debe entonces tambi*n pertenecer a la sustancia& toda sustancia es una cosa

singular o indiidual, no una forma abstracta o un uniersal. 9 Decir esto solo, sin embargo,

no e$plica qu* es lo que hace de una sustancia un indiiduo distinto, en otras palabras, esta

o esa  sustancia antes que cualquier otra sustancia 0real o posible3. Requerir que ha'a

seme/ante e$plicación es pedir un principio de indiiduación para sustancias. -in entrar

todaía en los detalles de su posición, !eibni" sostiene que las sustancias no son

indiiduadas ni por su materia particular ni por una Bhaecceidad o propiedad primitia de

?  !e escribe a Arnauld& BDedu"co que muchas cosas no e$isten donde no ha' una que seagenuinamente un ente uno 66one bein( 77, ' que toda multitud presupone unidad 0:; ++ 11=3.oleremos sobre esta afirmación en el capítulo =.= *ase su carta a Arnauld del E2 de abril de 1<=? 0:; ++ 9<123.9 *ase )eodicea Q E92& B-ostengo que cuando Dios produce algo lo produce como un indiiduo, 'no como un uniersal de la lógica 0:; + E@<3.

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Bestidad 66Bthisness77, sino m#s bien por la suma de sus predicados.12  Así, tal como

obsera a eces, las sustancias indiiduales son infimae species 0especies ínfimas3, cu'a

diferenciación en tanto indiiduos est# determinada por la completitud de su especificación.

!a concepción de la sustancia que emerge de esta e$plicación tiene una deuda importante

con la tradición peripat*tica& ser una sustancia es ser un principio indiidual de acción, que

 persiste a tra*s de los cambios ' por el cual todo otro cambio en el mundo puede ser

e$plicado. (sta concepción, sin embargo, no agota el modo en que !eibni" entiende el ente

sustancial 66 substantial bein( 77. A la lista dada m#s arriba, debemos agregar dos

características adicionales de la sustancia que /uegan roles importantes para *l&

0f3 Poda sustancia est# en todo tiempo BpreOada de su futuro.

0g3 Poda sustancia Be$presa el unierso entero.

!as características 0f3 ' 0g3 tienen una proeniencia distinta de la de 0a30e3. Iientras que

0a30e3 pueden rastrearse hasta el rol tradicional de la sustancia como un primitioontológico ' e$plicatio, 0f3 ' 0g3 derian de la peculiar doctrina leibni"iana seg%n la cual

en todo mundo posible Btodo est# conectado. 11  -obre la base de esta tesis, !eibni"

conclu'e, en primer lugar, que debe haber una cone$ión entre los estados internos de una

sustancia, de modo tal que puede decirse en todo momento de ella que est# BpreOada de su

futuro&

12 (n DI Q =, !eibni" identifica la Bnoción indiidual de una sustancia con su Bhaecceidad, pero

no est# usando este t*rmino en su sentido escotista original.11 Como imos en el capítulo , la condición 0g3 puede ser rastreada hasta la apropiación, por partede !eibni", de la doctrina de Gisterfeld de la immeatio o Bcomunión uniersal. !eibni" reconoce aJipócrates como la fuente de la idea relacionada de que Btodas las cosas simpati"an 0:; + <?> C1@53. (sta tesis, aplicada en el te$to hipocr#tico Sobre la nutrici%n  al cuerpo humano, fuedesarrollada por estoicos como Crisipo hasta conertirla en un principio cosmológico general 0*ase!apidge 19?=3. !eibni" reconoce esta influencia estoica en su respuesta de 1<9= a Ga'le 0:; +5E3.

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(l orden requiere que ha'a una cone$ión 6liaison7 entre los distintos estados 6del

mundo7, ' es por esta ra"ón que esto' acostumbrado a decir que el presente est#

 preOado con el futuro& ' esto ale no sólo para las cosas en general, sino tambi*n encada sustancia particular a tra*s de la relación de todos sus estados, que est#n, por

así decir, enueltos uno dentro de otro. 0 +S 1?E3.

;or la misma ra"ón, mantiene que debe haber una cone$ión entre los estados de cada

sustancia ' los de cualquier otra, con el resultado de que puede decirse de toda sustancia

que Be$presa el unierso entero mediante sus operaciones&

;ero dado que todas las cosas tienen una cone$ión con otras, 'a sea mediata o

inmediatamente, la consecuencia es que est# en la naturale"a de toda sustancia

e$presar el unierso entero por su poder 66is77 de actuar ' de padecer, esto es, por

la serie de sus propias operaciones inmanentes. 0:; ++ E1<?3.

-i bien se originan en una fuente distinta, !eibni" considera a 0f3 ' a 0g3 como aspectos que

deben ser e$plicados por cualquier teoría adecuada de la sustancia. Al igual que 0a30e3,

ellas representan características esenciales de la sustancia, o características que la sustancia

debe poseer en cualquier mundo posible. -eg%n !eibni", la condición 0f3 est# garanti"ada

 por la naturale"a de la sustancia como un principio de fuer"a o acción& BCuando hablo de la

fuer"a ' acción de las criaturas, entiendo que cada criatura est# preOada en el presente de su

estado futuro, ' que ella sigue naturalmente un cierto curso si nada se lo impide 0:; +++

5<<3.1 -u posición es, de este modo, que el requisito impuesto a la sustancia por la tesis

1 Cf. su carta a la (lectora -ofía de mar"o de 1?2<& BT dado que la mutación de las cosas no es unaaniquilación, sino una nuea modificación de sustancias que reciben diferentes estados, podemos /u"gar que la naturale"a de la sustancia creada consiste /ustamente en esta cone$ión, que ocasionaque estos distintos estados pertene"can a un su/eto> ' que este su/eto est# dispuesto por sunaturale"a a pasar de un estado a otro. T esto es lo que llamo fuer"a actia, que es esencial a la

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general de la cone$ión uniersal de las cosas es satisfecho mediante la identificación de la

sustancia con un principio de acción. !a situación es un tanto m#s complicada en el caso de

la característica 0g3. Dado que 'a hemos esbo"ado las características fundamentales de la

doctrina leibni"iana de la e$presión en el capítulo , de/o de lado toda discusión adicional

de la misma por el momento. Al final de la pró$ima sección, e$aminaremos con ma'or

detalle los fundamentos que !eibni" ofrece a faor  de esta doctrina.

Pras haber e$puesto los componentes b#sicos de la concepción leibni"iana de la sustancia,

 podemos pasar ahora a su desarrollo en dos teorías relacionadas una que prealece

durante la d*cada de 1<=2, la otra que domina su pensamiento desde la d*cada de 1<92 en

adelante.

La teoría del concepto completo.

Jemos isto cómo la articulación que hace !eibni" de la noción tradicional de un su/eto

%ltimo de predicación conduce a que identifique a la sustancia indiidual como aqu*l ente

cu'a esencia es e$presada por un concepto completo. Como conclu'e en el Q = del

 +iscurso de ,etaf'sica, B!a naturale"a de una sustancia indiidual o de un ente completoes tener una noción tan completa que sea suficiente para comprender ' hacer deducir de ella

todos los predicados del su/eto a quien esa noción se atribu'e 0!e E<3. !eibni" de/a en

claro que una de las funciones primarias de la teoría del concepto completo ser# la de echar

lu" sobre el papel de la sustancia en tanto principio de acción. Como 'a notamos, DI Q =

comien"a con el problema de cómo distinguir entre las acciones de Dios ' las de las

criaturas> ', tal como !eibni" lo interpreta, este problema depende de nuestra comprensión

del sentido en que una sustancia indiidual puede ser considerada como un su/eto del que

se predican acciones. Al interior del  +iscurso, al menos, el tratamiento de la sustancia por

 parte de !eibni" nunca est# completamente diorciado de su identidad como una entelequia

o principio de acción.1E

sustancia, /unto con lo que es pasio en ella ' produce las limitaciones de esta fuer"a 0 +S 1?E3.1E Cf. DI QQ 15, 1<, 9, E.

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ale la pena e$aminar este punto, pues ha sido una opinión ampliamente sostenida, que

 puede remontarse a las interpretaciones de Couturat 01921, 1923 ' Russell 019E?3, que

durante la d*cada de 1<=2 !eibni" basó su concepción de la sustancia sólo en

consideraciones lógicas.1@ Ta hemos isto que en su forma m#s popular esta opinión es

falsa& la teoría leibni"iana del concepto completo no puede ser deriada sólo a partir de su

teoría de la erdad. -e necesitan, adem#s, los compromisos de su nominalismo. I#s all# de

esto, sin embargo, es claro que a%n si aceptamos que la teoría del concepto completo es en

 buena medida inspirada por la lógica de !eibni", entendida de un modo amplio, esta teoría

 por sí misma no puede e$plicar todas las propiedades que *l asocia con la sustancia en el

 período del +iscurso. !o m#s notable en este sentido es que la teoría del concepto completo

no puede e$plicar el hecho de que la sustancia es para !eibni", durante este período ' a%n

antes, un principio de acción. !a conclusión a e$traer de esto es, creo, que si bien la teoríadel concepto completo sire como el punto alrededor del cual !eibni" organi"ó su

 pensamiento acerca de la sustancia en la d*cada de 1<=2, es un error suponer que *l

Bderia, en alg%n sentido, su comprensión de la sustancia %nicamente a partir de

consideraciones lógicas. ;or el contrario, es m#s preciso considerar a la teoría del concepto

completo como emergiendo sobre el trasfondo de un con/unto de creencias mu' arraigadas

acerca de lo que es ser una sustancia, inclu'endo la creencia de que ser una sustancia es ser

una fuente intrínseca de acción.15

!a teoría del concepto completo es crítica para !eibni" en la definición de la naturale"a de

un ente capa" de serir como un su/eto %ltimo del cual se predican las acciones. -er un

concepto completo, hemos isto, es contener todo lo que puede ser dicho del mismo su/eto,

1@ ;ara una reformulación reciente de esta opinión, *ase Catherine Uilson 19=9. ;ara ser /ustos conUilson, se la puede leer como afirmando simplemente que durante el período del  +iscurso !eibni"est# inclinado a formular su comprensión de la sustancia en t*rminos lógicos, una opinión con laque esto' de acuerdo. (n algunos pasa/es, sin embargo, ella parece ir m#s all# de esto, sugiriendo

que !eibni" tiene dos concepciones incompatibles de sustancia& una seg%n la cual la sustancia no esactia o din#mica, la otra seg%n la cual lo es. (scribe, por e/emplo, que BCouturat tenía ra"ón alsubra'ar que la fuer"a no /uega ning%n papel metafísico definido en el  +iscurso 01<23. (n miopinión, esto plantea una falsa dicotomía entre las concepciones lógica ' din#mica de la sustanciade !eibni". -u tratamiento de la sustancia dentro de un marco lógico en sentido amplio no implicaque la sustancia no sea tambi*n un principio de fuer"a o acción.15 ;ara una interpretación de acuerdo con estas líneas que difiere un tanto de la mía, *ase Iercer '-leigh 1995.

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esto es, todos sus predicados, pasados, presentes ' futuros. Al conectar la idea de un

concepto completo con la identidad de la sustancia como un principio de cambio, !eibni"

intenta enfati"ar que para que algo sea una sustancia no es simplemente suficiente que ese

algo sea un cierto principio de acción& debe ser un principio suficiente para determinar

todos ' sólo aquellos estados que son predicables de esa sustancia. -e pretende entonces

que el dispositio de un concepto completo e$prese la naturale"a de un ente que satisface la

condición de ser espont-neo  o causalmente autosuficiente, o que no depende para la

 producción de sus estados de ning%n otro ente e$cepto Dios.1<

(sta lectura es corroborada por DI QQ 1E1@, en los que !eibni" tra"a una distinción entre

el concepto o noción de una sustancia, tal como es definido en Q =, ' su naturale"a o forma,

que es la fuente inmediata de sus acciones.1? !a releancia de la definición de un concepto

completo, sugiere, es que articula el contenido de la comprensión perfecta que tiene Dios de

una sustancia indiidual, la que a su e" es la base para la creación la  forma o naturale"a de

esta %ltima. Así, en la medida en que un concepto completo contiene todo lo que es

 predicable con erdad de un su/eto dado, ' en la medida en que Dios utili"a su comprensión

de este concepto para crear una forma sustancial particular 0o principio de acción3, se sigue

1<

 *ase DI Q E 0!e =53. -leigh argumenta que el compromiso primario de la teoría leibni"iana dela sustancia en este período es con el principio de espontaneidad& el principio seg%n el cual Bcadaestado no inicial de una sustancia tiene como su causa real alg%n estado precedente de esasustancia 01992, 1E23. -obre la base de este principio, sostiene, !eibni" es capa" de definir unanoción de persistencia sustancial. (sto, a su e", proee un fundamento a la tesis de que la sustanciaes un unum per se ' que todos sus estados son Bintrínsecos a ella lo que -leigh considera que esel alor efectio 66cash value77 de la teoría del concepto completo. (sto' de acuerdo en general contodo esto, aunque pienso que -leigh a demasiado le/os en su esfuer"o por minimi"ar la importancia para !eibni" de lo que son, en un sentido amplio, consideraciones lógicas. ;ienso aquí en particularen su sugerencia de que, en t*rminos del Borden de deriación, deberíamos er a la teoríaleibni"iana de la inclusión conceptual como sigui*ndose de su compromiso con el principio de

espontaneidad 01E> cf. 9213. Iucho me/or, en mi opinión, sería renunciar a la idea de un orden dederiación 'a sea desde lo lógico a lo metafísico o iceersa ' er a !eibni" comocomprometido desde temprano tanto con el principio de espontaneidad como con el principio deque la naturale"a de cualquier sustancia debe ser suficiente para dar cuenta de todo lo que es predicable de ella lo que m#s tarde se conertir# en su propiedad de ser completa. -obre el papelque /uegan estos principios en los escritos m#s tempranos de !eibni" *ase Iercer, en prensa.1? Cf. *n esp.cimen de descubrimientos& B(ste principio de las acciones, o fuer"a actia primitia,de la que se sigue una serie de diersos estados, es la forma de la sustancia 0:; ++ E1?3.

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que cualquier sustancia debe ser la fuente de todos sus estados o modificaciones naturales. 1=

(sta misma línea de ra"onamiento puede hallarse resumida en el ensa'o contempor#neo *n

esp.cimen de descubrimientos //Specimen inventorum de admirandis naturae 0eneralis

arcanis11& B6(7n la noción perfecta de una sustancia indiidual, escribe !eibni",

Bconsiderada por Dios en un estado puro de posibilidad antes de todo decreto efectio de

e$istencia, se encuentra 'a todo lo que le suceder# si e$iste 0:; ++ E113. T conclu'e&

6D7e la noción de una sustancia indiidual se sigue tambi*n, con rigor metafísico,

que todas las operaciones de las sustancias, tanto acciones como pasiones, son

espont#neas, ' que, con la e$cepción de la dependencia de las criaturas respecto de

Dios, ning%n influ/o real de una a la otra es inteligible. ;ues todo lo que le ocurre acada una de ellas se seguiría de su naturale"a ' su noción aun si se supusiera que el

resto est# ausente. 0:; ++, E13

-ería un error leer estos pasa/es como defendiendo una deriación de la espontaneidad de la

sustancia a partir de la teoría del concepto completo. (l punto de !eibni" es, m#s bien, que

un concepto completo es una manera apropiada de concebir el conocimiento que Dios tiene

de un ente que es, por su naturale"a, una fuente espont#nea de cambio. ;odemos concluir,

creo, que la teoría leibni"iana del concepto completo tiene como propósito complementar la

concepción tradicional de la sustancia como un principio de acción, ' que no aspira a

rempla"ar esa concepción. -e pretende que el dispositio de un concepto completo articule

la idea de que la forma de una sustancia es un principio suficiente para producir todas las

modificaciones 0acciones o pasiones3 predicables de esa sustancia.

1= Debe tra"arse una distinción entre los estados naturales ' milagrosos de una sustancia. (n DI Q1<, !eibni" escribe& B;odríamos llamar nuestra esencia o idea a aquello que inclu'e todo lo quee$presamos> dado que esto e$presa nuestra unión con Dios mismo, no tiene límites ' nada losobrepasa. ;ero aquello que es limitado en nosotros podría ser llamado nuestra naturale"a o nuestro poder 66puissance77> ' en ese sentido, aquello que sobrepasa las naturale"as de todas las sustanciascreadas es sobrenatural 0!e 5E@3.

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-obre la base de esta teoría, !eibni" pretende e$plicar las otras características esenciales de

la sustancia. (n primer lugar, considera que la idea de un concepto completo ofrece una

e$plicación de la persistencia, de la identidad num*rica, de la sustancia a tra*s del cambio,

inclu'endo el caso especial de la identidad personal. (n sus comentarios a la carta de

Arnauld en la que *ste critica el Q 1E de DI, sostiene que no puede haber ninguna otra

ra"ón a priori de su identidad como la misma persona en tiempos diferentes ' ba/o

circunstancias diferentes

m#s que mis atributos del tiempo ' estado precedentes, así como aquellos de mi

tiempo ' estado posteriores, sean predicados de uno ' el mismo su/eto, est*n

 presentes en el mismo su/eto. Ahora bien, Kqu* quiere decir que el predicado est#en el su/eto sino que el concepto del predicado est# en alg%n sentido contenido en

el concepto del su/etoM T iendo que desde el comien"o de mi e$istencia podía

decirse con erdad de mí que tal o cual cosa me ocurriría, debe admitirse que estos

 predicados eran le'es contenidas en el su/eto o en el concepto completo de mí

mismo que constitu'e lo que es llamado mi 'o 66myself 77, que es la base de la

cone$ión entre todos mis distintos estados ' del cual Dios tiene conocimiento

 perfecto desde toda la eternidad. 0:; ++ @E3.

-leigh ha seOalado que en este pasa/e encontramos a !eibni" montando su Bimponente

caballo metafísico 66metaphysical hi(h horse77 01992, 1<3. De hecho, sin embargo, su

 posición parece bastante clara& es ra"onable pensar que los predicados B$ es F en t1 ' B$ es

: en t son erdaderos de la misma persona 0que ha persistido entre t 1 ' t3, si ' sólo si

esos predicados 0o sus conceptos3 est#n contenidos dentro de uno ' el mismo concepto

completo. -i se toma a tal concepto como e$presando el conocimiento que Dios tiene de la

naturale"a de un ente que es la fuente espont#nea de todas sus propias modificaciones,

!eibni" en efecto sostiene que cualesquiera dos propiedades son propiedades del mismo

su/eto en tiempos distintos sólo si son productos de la misma naturale"a o forma.19  !a

19 Catherine Uilson nueamente tra"a un contraste falso aquí entre la posición de !eibni" en el período del  +iscurso ' en sus escritos m#s tardíos& BDonde en el  +iscurso había sugerido que la

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intuición detr#s de su posición est# e$presada sucintamente en el estudio  Notationes

 (enerales, anterior al +iscurso& BVna cosa puede permanecer la misma, aun en caso de que

cambie, si se sigue a partir de su propia naturale"a que la misma cosa debe tener estados

sucesios diferentes> ciertamente, se dice que 'o so' el mismo que e$istió antes, dado que

mi sustancia inolucra a todos mis estados, pasados, presentes ' futuros 0: EE3. (l punto

de !eibni" es que una condición necesaria para que se diga de una cosa que persiste a

tra*s del cambio es que posea una naturale"a de la que se sigue que esa misma cosa e$iste

en una sucesión de estados diferentes. (n su opinión, *sta no es una propiedad que pueda

ser asignada a una cosa meramente e$tensa, pues no ha' nada en la naturale"a de un ente

seme/ante que implique que la misma cosa primero posee una forma ' luego otra. (ste es,

sin embargo, precisamente el car#cter que *l le asigna a una forma sustancial& por su

naturale"a es la fuente espont#nea de una sucesión de distintas modificaciones.

(n el capítulo 5, destacamos, aunque sin profundi"ar en ella, la creencia de !eibni" de que

todas ' sólo aquellas cosas que poseen un concepto completo satisfacen tambi*n la

condición de ser un unum per se. ;lanteamos allí la pregunta de si estas son propiedades

meramente coe$tensias de la sustancia, o si pueden ser consideradas como implic#ndose

mutuamente. ;odemos ahora afirmar que tener un concepto completo es en erdad una

condición necesaria para poseer la erdadera unidad que define a un ente sustancial&

!a unidad sustancial requiere un ente completo, indiisible ' naturalmente

indestructible, dado que su concepto abarca todo lo que ha de sucederle, lo que no

 puede encontrarse en la figura o en el moimiento. sino en un alma o forma

sustancial de acuerdo con el e/emplo de lo que se denomina  s' mismo. 0:; ++ ?<3.

(n sus discusiones sobre la unidad sustancial, !eibni" nueamente emplea la noción de un

concepto completo como un representante de la naturale"a completa o autosuficiente de una

sustancia. ;ara poder ser considerado como una unidad erdadera o per se, argumenta, es

inclusión de los predicados en los su/etos era el fundamento de su persistencia como sustancias,aan"a mucho m#s all# de esta posición en su defensa de la naturale"a ' las naturale"as 019=9,1?213.

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necesario que un ente posea una naturale"a o forma que sea la fuente espont#nea de todas

sus modificaciones. Wbiamente, las condiciones de persistencia, completitud ' unidad per

se de la sustancia est#n íntimamente relacionadas para !eibni". (l cree que un ente puede

ser considerado como un unum per se sólo si es necesario que persista como la misma cosa

a tra*s de todo cambio real, con e$cepción de la aniquilación.2  T esto sólo est#

garanti"ado si todo lo que es alguna e" erdadero de ese ente puede ser entendido como el

 producto de una %nica naturale"a inmutable el tipo de naturale"a e$presada por un

concepto completo.1

Finalmente, qui"#s la afirmación m#s controertida que !eibni" hace respecto de un

concepto completo es que sire como un principio de indiiduación para sustancias.

Argumenta que, del hecho de que toda sustancia posee una Bnoción indiidual en la que

Dios Be al mismo tiempo la base ' la ra"ón para todos los predicados que pueden ser

 predicados con erdad de 6ella7, se sigue que Bdos sustancias no pueden aseme/arse entre

sí de manera completa ' diferir sólo en n%mero 0!e E<?3. (l principio de indiiduación

 para sustancias es así su posesión de un concepto completo& en la medida en que dos

sustancias comparten todos los mismos predicados, ' en consecuencia un concepto

completo, deben ser num*ricamente id*nticas. (n DI Q 9, !eibni" se refiere a esta

conclusión como a una Bparado/a. A primera ista, esta es una descripción adecuada, 'a

que no es de ning%n modo obio cómo pretende pasar de la premisa de que para todasustancia indiidual ha' un concepto completo que contiene todas ' sólo aquellas cosas

 predicables de ella, a la conclusión de que no pueden e$istir dos sustancias que sean

cualitatiamente indistinguibles 0en cuanto poseen el mismo concepto completo3 ' que en

consecuencia difieren sólo en n%mero. (sta Bparado/a es prominente en las formulaciones

tempranas que !eibni" da de la teoría del concepto completo. De la definición de un

concepto completo, escribe en las Notationes (enerales,

2 ;or esta ra"ón, !eibni" insiste en que la sustancia no est# su/eta naturalmente ni a generación ni acorrupción. *ase DI Q 9, ' *n esp.cimen de descubrimientos 0:; ++ [email protected] (sto establece 66instala, sets up77  la afirmación leibni"iana, que se discutir# m#s aba/o en estecapítulo, de que una cosa material sólo puede ser admitida como un unum per se si est# dotada deuna forma sustancial. Cf. )( ++, $$ii, E.

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se sigue que las cosas singulares son de hecho especies ínfimas ' no pueden nunca

e$istir dos cosas singulares similares en todos los respectos> ' en consecuencia el

 principio de indiiduación es siempre alguna diferencia específica, que es lo que

-anto Pom#s di/o de las inteligencias, pero que es tambi*n erdadero de cualquier

indiiduo en general. Cuando digo que los hombres difieren en las especies ínfimas,

no quiero significar por la palabra Bespecie 0tal como se la entiende com%nmente3

alg%n grupo de cosas que procrean con cosas similares a ellas mismas, como la

especie de seres humanos, de perros, de rosas, ni aun un uniersal, o un t*rmino

 producido a partir de un n%mero finito de t*rminos, sino un t*rmino cu'o concepto

 particular es diferente de aqu*l de todos los dem#s (s suficiente que no pueda

decirse que e$isten dos cosas singulares similares en todos los respectos, e.g., dos

hueos, pues es necesario que algo pueda ser dicho de uno que no pueda ser dichodel otro, 'a que si no fuera así podrían ser sustituidos uno por el otro ' entonces no

habría ra"ón por la cual no pudiera decirse, por el contrario, que son uno ' el mismo

0-F @?<3.

-i bien no es controertido que un t*rmino de especie tal como ser humano es insuficiente

 para distinguir dos indiiduos que comparten esta característica, no es claro cómo !eibni"

supone que se sigue que un concepto completo es suficiente para distinguir una sustancia

indiidual de otra. !o que encontramos en este pasa/e no es tanto un argumento

defendiendo esta tesis sino simplemente una aseeración de que esto debe ser así porque de

otro modo Bno habría ra"ón por la cual no pudiera decirse, por el contrario, que son uno

' el mismo.E

Al e$aminar la cuestión, es eidente que la proposición de que no ha' dos sustancias que

difieran sólo en n%mero no se sigue de la teoría del concepto completo por sí sola, sino que

E !a misma confusión puede encontrarse en una pie"a de octubre de 1<=1& BJa' tantas sustanciassingulares como diferentes combinaciones de todos los atributos compatibles. T de aquí, es obioque se sigue un principio de indiiduación, sobre el que tantos escol#sticos sostuieron in%tilesdisputas. Pitius es fuerte, erudito, bello, de cincuenta aOos, sintiente, racional, etc. (l concepto delque se siguen todas las cosas que pueden decirse de *l es el concepto de su sustancia singular 0!J+ ?C Gl. 12?= 6 @11173.

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depende de un compromiso independiente con el principio de la identidad de los

indiscernibles 0;++3& el principio de que, para cualquier par de cosas num*ricamente no

id*nticas, debe haber una diferencia discernible entre ellas. !a releancia de un concepto

completo en este conte$to es simplemente que por definición *l inclu'e todo lo que es

 predicable de una sustancia dada. Así, suponiendo el ;++, se sigue que ning%n par de

sustancias puede tener el mismo concepto completo, pues tales sustancias serían en erdad

cualitatiamente indistinguibles.

Jabiendo establecido que la doctrina de la indiiduación de !eibni" se apo'a directamente

en la suposición del ;++, permanece la cuestión de por qu* *l encuentra que esta posición es

 persuasia. K;or qu* est# conencido de que no sería posible que dos sustancias compartan

todos sus aspectos cualitatiosM (n su e$tensa carta a Arnauld del @X1@ de /ulio de 1<=<,

!eibni" insiste en una distinción fundamental entre un concepto completo suficiente para

indiiduar una cosa singular ' un concepto que representa esa cosa sólo Ben t*rminos

generales 6 sub ratione (eneralitatis7, i.e., en t*rminos de esencia, o de un concepto

específico o incompleto 0:; ++ 53. ;asa luego a e$plicar que cuando habla de Bmuchos

Adanes que pueden ser instanciados en distintos mundos posibles, consideramos a Ad#n

no como

un indiiduo determinado, sino como una cierta persona concebida  sub ratione

 (eneralitatis en circunstancias que nos parecen determinar a Ad#n como un

indiiduo, pero que en erdad no lo determinan suficientemente, como cuando

alguien entiende por Ad#n el primer hombre que Dios coloca en un /ardín del placer

del que parte a causa del pecado, ' de cu'a costilla Dios e$trae una mu/er. ;ero todo

eso no es suficientemente determinante, ' de este modo habría muchos Adanes

dis/untiamente posibles o muchos indiiduos para quienes aldría todo eso. (sto escierto, cualquiera sea el n%mero finito de predicados incapaces de determinar todo el

resto que uno tome, pero lo que determina un cierto Ad#n debe contener

absolutamente todos sus predicados, ' este concepto completo es lo que determina

la generalidad de tal modo que se alcan"a un indiiduo. 0:; ++ 5@3

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(n este pasa/e, como en otros, !eibni" nos de/a con la impresión de que es sólo el grado de

comple/idad de un concepto completo lo que le permite determinar la indiidualidad de una

cosa& mientras que todo concepto incompleto que contiene sólo un n%mero finito de predicados es incapa" de determinar un indiiduo, un concepto completo puede hacerlo

 porque incorpora una infinitud de predicados. (sto, sin embargo, no puede ser correcto.

Lue una infinitud de propiedades determine por sí misma a un indiiduo %nico no es m#s

 probable que el que lo determine un n%mero finito de propiedades.  Vna e$plicación m#s

 plausible es que lo que !eibni" pretende enfati"ar aquí no es la mera comple/idad de un

concepto completo sino su pretensión de e$haustiidad, esto es, su pretensión de contener

todo lo que es predicable de esa sustancia. -i esto es así, entonces la base %ltima de su

creencia de que un concepto seme/ante no puede ser compartido por dos indiiduos

diferentes parecería ser teológica. (s central para la concepción leibni"iana de la

 presciencia diina que la comprensión por parte de Dios de toda sustancia posible se

e$tiende a todo lo que sería erdadero de esa sustancia si e$istiera. De manera consistente

con esto, la decisión de Dios de crear una sustancia dada no cambia nada en lo que respecta

a lo que sería erdadero de ella sobre la base de su conocimiento preio de su naturale"a&

6(7s claro que este decreto no cambia nada en la constitución de las cosas& las de/a

e$actamente como eran en el estado de pura posibilidad, esto es, sin cambiar nada ni

en su esencia o naturale"a, ni aun en sus accidentes, los que est#n representados

 perfectamente 'a en la idea de este mundo posible. 0)eodicea Q 5> :; + 1E13@

;odemos concluir que el ;++ est# efectiamente incorporado en la e$plicación que da

!eibni" del origen de las sustancias creadas. iendo de manera anticipada los conceptos

completos que se combinan para formar los mundos posibles, Dios decide crear una

sustancia antes que otra sólo sobre la base de su conocimiento de sus conceptos completos.

@ Cf. )eodicea Q E1> Iates 19=<, ?5.

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(n la medida en que Dios elige instanciar un concepto completo antes que otro, un

indiiduo distinto es producido.5

Ja' un punto m#s, sin embargo, que es crucial aquí. Resulta claro a partir de su carta a

Arnauld sobre los Bmuchos Adanes que !eibni" pone importantes restricciones respectode las clases de conceptos capaces de determinar sustancias indiiduales. Adem#s de ser

e$haustios, tales conceptos tambi*n deben especificar una sustancia como pose'endo

ciertos tipos de propiedades que la distinguen como una cosa indiidual o singular, por

oposición a una especie o un uniersal. De acuerdo con !eibni", la diferencia releante

entre el concepto completo de una sustancia indiidual ' el concepto incompleto de una

especie no es simplemente que el primero es infinitamente comple/o ' que el segundo es

sólo finitamente comple/o> adem#s, el primero debe inolucrar propiedades que determinan

las circunstancias específicas de la e$istencia de una sustancia. B!os conceptos de

sustancias indiiduales, le escribe a Arnauld, Bque son completos ' suficientes para

distinguir sus su/etos de manera completa,encierran en consecuencia erdades

contingentes o erdades de hecho, ' circunstancias indiiduales de tiempo, lugar, etc. 0:;

++ @93.<

(s una cuestión metafísica significatia la de por qu* !eibni" insiste en que los predicados

contingentes asociados con las circunstancias particulares de tiempo ' lugar son necesarios

 para indiiduar sustancias. K;or qu*, para poder ser concebidas como indiiduos, las

sustancias deben ser caracteri"adas en t*rminos de predicados que las identifican como

relacionadas entre sí en el espacio ' tiempo, m#s bien que en t*rminos de listas e$haustias

de propiedades lógicamente simplesM Vna respuesta podría ser que !eibni" sólo tiene la

intención de salar los fenómenos& es una cuestión de hecho que las cosas singulares se

caracteri"an por relaciones espaciotemporales contingentes> por lo tanto, toda teoría

5 ;ero, podemos seguir preguntando, Kpor qu* deberíamos er a Dios como limitado a crear una%nica instancia de cualquier concepto completoM !a respuesta de !eibni" apelaría a la necesariaracionalidad de la acción diina. Dios sabe qu* sustancia est# creando solamente a tra*s de suconocimiento de su concepto completo. -ugerir que Dios podría crear m#s que una instancia de unconcepto completo sería sugerir que podría actuar de una manera que no llegaría a estarcompletamente determinada por su conocimiento, 'a que no habría ninguna base racional paradistinguir los productos de su acción en los distintos casos.< Cf. :; ++ E=9.

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metafísica satisfactoria debe honrar este hecho. (sta respuesta, sin embargo, es poco

conincente en relación con un filósofo que tan frecuentemente est# dispuesto a defender

ideas que an en contra del sentido com%n. rima facie, parece posible que las sustancias

indiiduales puedan ser caracteri"adas sólo en t*rminos de colecciones de propiedades

lógicamente simples, en cu'o caso no habría nada que distinguiera una esfera de una

sustancia indiidual, con e$cepción del grado de comple/idad de su concepto.

(sta pregunta inaugura un #rea de indagación que debe ser de/ada para el pró$imo capítulo.

Resumiendo una línea de ra"onamiento desarrollada allí, creo que la insistencia de !eibni"

en que los conceptos completos de las sustancias contienen predicados que hacen referencia

a circunstancias indiiduales de tiempo ' lugar sólo puede ser entendida acabadamente en

t*rminos de su estrategia de preserar la contingencia del mundo mediante la noción de

composibilidad. -eg%n la opinión de !eibni", la contingencia puede ser salada sólo si la

suposición de la e$istencia de ciertas cosas e$clu'e la e$istencia de ciertas otras cosas que

son posibles en sí mismas 0lo que quiere decir que tales cosas no son composibles3. Hl se

asegura de esto requiriendo que las sustancias est*n dotadas de propiedades que inolucran

su capacidad de relacionarse de manera espaciotemporal ' causal con otras cosas.

(sta lectura de la posición de !eibni" nos llea a una %ltima cuestión que debe ser tratada

aquí, dado que es releante para la relación entre la teoría del concepto completo ' la

 propiedad de e$presión uniersal, que consign* m#s arriba como una de las características

esenciales de la sustancia para !eibni". !os predicados que adscriben a una sustancia una

 posición espaciotemporal relatia a la de otras sustancias son e/emplos primarios de lo que

!eibni" llama Bdenominaciones e$trínsecas. (n general, las denominaciones e$trínsecas

designan a un indiiduo de un modo que hace esencialmente referencia a las propiedades de

uno o muchos otros indiiduos. Así, Bestar a tal ' cual distancia del cuerpo b es un

e/emplo de una denominación e$trínseca, dado que designa una propiedad que un indiiduo

 puede adquirir sólo a tra*s de la relación de su cuerpo con b. (sto debe ser contrastado con

una denominación intrínseca, que designa a un indiiduo en t*rminos de sus propias

modificaciones internas.

(s una característica bien documentada de la posición de !eibni" que el concepto completo

de una sustancia indiidual contiene todo lo que es erdadero de ella, inclu'endo todas sus

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denominaciones e$trínsecas.? (s notable, sin embargo, que !eibni" tambi*n afirma que no

e$isten Bdenominaciones puramente e$trínsecas. Ja habido poco acuerdo respecto de

cómo interpretar esta afirmación. Pal como 'o la leo, la tesis de que Bno ha'

denominaciones puramente e$trínsecas nos coloca nueamente de lleno en el dominio de

la doctrina de Gisterfeld de la immeatio.= -i bien no es completamente claro respecto de

este punto, !eibni" típicamente e$plica el hecho de que no ha' denominaciones puramente

e$trínsecas en t*rminos de la Bcone$ión real o la Bsimpatía uniersal de todas las cosas.9

Como una consecuencia de esta cone$ión o simpatía, argumenta, nada puede llegar a ser

erdadero de nada en ning%n lugar del unierso sin hacer necesario 66necessitatin( 77 un

cambio en los estados internos de todas las otras cosas, ' en consecuencia un cambio en sus

denominaciones intrínsecas. (s %til diidir esta afirmación en dos partes. ;rimero, cada e"

que alguna cosa ocurre en alg%n lugar del unierso, algo nueo se uele erdadero detodas las cosas en el unierso en todo caso, dice !eibni", una nuea Bdenominación de

comparación ' relación 0C 513. -i un terremoto ocurre en la +ndia, por e/emplo, el

 predicado Bdurmiendo al mismo tiempo que un terremoto ocurre en la +ndia puede ser

erdadero de mí. Vn e/emplo seme/ante es una denominación e$trínseca. Ahora llegamos a

la mitad importante de la tesis de !eibni". (n su opinión, nada puede olerse erdadero de

mí de este modo sin que ocurra alg%n cambio real en mí& B6-7iempre que la denominación

de la cosa cambia, debe haber una ariación en la cosa misma 0C 523. (sta es la fuer"a de

la tesis de que no ha' denominaciones puramente e$trínsecas. E2

? B6(7l concepto de la sustancia indiidual contiene todos sus eentos ' todas sus denominaciones,aun aquellas que son com%nmente llamadas e$trínsecas 0es decir, que corresponden a ella sólo enirtud de la cone$ión general de las cosas ' del hecho de que ella es una e$presión del uniersoentero seg%n su propio modo3 0:; ++ 5<3.= *ase capítulo .9 Cf. C =, ' )( ++, $$, 5& B6D7esde un punto de ista metafísico estricto no ha' denominacionescompletamente 6 pure7 e$trínsecas, a causa de las cone$iones reales entre las cosas. ;arareferencias a la Bsimpatía uniersal de las cosas, *ase :; ++ E11> !J + ?C Gl. 12?= 6 @1E7.E2 (n al menos un pasa/e, !eibni" parece negar que ha'a denominaciones e$trínsecas& BJablandocon rigor, no ha' denominaciones e$trínsecas en las cosas, dado que nada ocurre en alg%n lugar delmundo que de hecho no tenga un efecto en toda otra cosa e$istente en el mundo 0!J + ?C, Gl.12?= 6 @1E73. Pambi*n es plausible, sin embargo, leerlo aquí como proponiendo la tesis reci*narticulada. Wtro pasa/e que ha dado lugar a confusión, a causa de una lectura errónea de !oemer,tambi*n es consistente con esta interpretación& BLue todas las cosas e$istentes tienen unainteracción 6commercium7 entre sí se demuestra, por una parte, a partir del hecho de que, si no,nadie podría decir si algo est# teniendo o no lugar en ellas ahora, de modo que no habría erdad o

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-i no hemos de comprender erróneamente la posición de !eibni", debemos tener en claro

dos puntos. ;rimero, la doctrina de la cone$ión uniersal que sire como la base de la tesis

de que no ha' denominaciones puramente e$trínsecas no presupone ning%n tipo de

comunicación misteriosa entre las sustancias. !a doctrina de la cone$ión es e$plicable

enteramente en t*rminos del hecho de que Dios concibe a cada constitu'ente de un mundo

 posible como intrínsecamente relacionado con todo otro constitu'ente de ese mundo. Así,

est# escrito en el concepto completo, o esencia indiidual, de toda sustancia, que para

cualquier cambio de cualquier miembro de su mundo ha' un cambio correlatio en la

sustancia en cuestión. (n segundo lugar, ha' implícita en la posición de !eibni" una tesis

fuerte respecto de la fundamentación 66 (roundin( 77 de las denominaciones e$trínsecas en

denominaciones que designan estados o modificaciones internas de esa sustancia. Al

sugerir que la cone$ión de las sustancias en un mundo est#, por así decir, incorporadadentro de sus conceptos indiiduales, !eibni" no est# suponiendo simplemente que tanto las

denominaciones e$trínsecas como las denominaciones intrínsecas est#n contenidas en sus

conceptos completos.E1 I#s bien, est# sosteniendo que se sigue del concepto completo de

una sustancia que para cualquier cambio en cualquier lugar del mundo, ' en consecuencia

 para cualquier denominación e$trínseca impuesta a una sustancia dada, ha' alg%n cambio

correlatio o alguna modificación interna nuea producida en esa sustancia.

(s esta tesis fuerte la que proee la base para la doctrina leibni"iana de la e$presiónuniersal. Pal como imos en el capítulo , la e$presión uniersal sostiene una correlación

regular 66la2li3e77 entre los estados de cualquier sustancia particular ' los de toda otra

sustancia. Durante la d*cada de 1<=2, !eibni" relaciona esta propiedad con la posesión de

un concepto completo por parte de una sustancia& una sustancia e$presa todo en su mundo

 porque ha sido dotada de un concepto que implica que sus estados est#n correlacionados de

una manera regular con los de toda otra sustancia. Así, la ra"ón %ltima tanto de la cone$ión

falsedad para seme/ante proposición, lo que es absurdo> ', por otra parte, porque ha' muchasdenominaciones e$trínsecas, ' nadie se uele un iudo en la +ndia por la muerte de su mu/er en(uropa a menos que un cambio real ocurra en *l. ;ues cada predicado est# de hecho contenido en lanaturale"a del su/eto 0:; ++ E1X! E<53. !oemer 66el traductor ingl*s de este pasa/e77 poneBninguna denominación e$trínseca en lugar de Bmuchas denominaciones e$trínsecas 0le'endonullae  en lugar de multae3. (sto no concuerda con el te$to editado recientemente en la4orausedition 0 @=23. *ase tambi*n C 51> :; ++ E11.E1 (sta idea es defendida por :. GroNn 19=?, 19.

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real como de la e$presión uniersal de las sustancias es que Dios concibe sus estados como

correlacionados con aquellos de las otras sustancias en su mundo, ' crea estas sustancias

e$actamente tal como las concibe, de modo tal que sus estados est*n correlacionados de la

manera apropiada&

6;7uede decirse que Dios planifica una cone$ión real en irtud de aquel concepto

general de las sustancias que implica la e$presión interrelacionada perfecta entre

todas ellas, aunque esta cone$ión no es inmediata, 'a que est# basada solamente en

lo que Dios ha lleado a cabo al crearlas 0:; ++ 95<3.

(n su desarrollo m#s completo, sin embargo, la doctrina de la e$presión uniersal inolucra

m#s que una tesis acerca de la correlación entre los estados de distintas sustancias.

Conectando la e$presión uniersal con la capacidad de la sustancia para la percepción,

!eibni" sostiene que cada sustancia debe ser ista tambi*n como e$presando el unierso al

interior de  sus estados perceptios. Con esto parece querer decir que los contenidos de

estos estados perceptios los fenómenos percibidos deben ellos mismos ser entendidos

como una e$presión del unierso&

6D7ado que todas las cosas tienen una cone$ión con otras, 'a sea de modo mediato o

inmediato, se sigue que la naturale"a de toda sustancia es e$presar el unierso

entero por su poder 66is77 de actuar ' de que se pueda actuar sobre ella, esto es, por

la serie de sus propias operaciones inmanentes Pambi*n es eidente la naturale"a

de la percepción que pertenece a todas las formas, es decir, la e$presión de muchas

cosas en una, que difiere ampliamente de la e$presión en un espe/o o en un órgano

corpóreo, que no es erdaderamente uno. 0:; ++ E1<?3E

E Cf. DI QQ 1@15> :; ++ 11> :; ++ 11.

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-i bien !eibni" distingue entre la e$presión del unierso en una sustancia, por un lado, de la

refle$ión de un ob/eto en un espe/o, por el otro, la distinción funciona dando

completamente la enta/a a la primera. !a percepción no sólo inolucra la e$presión del

unierso en una unidad perfecta 0lo que no sucede con un espe/o3, sino que esta e$presión

es tan completa que conierte a cada sustancia en Bconfusamente omnisciente.EE Al final,

es difícil no sacar la conclusión de que !eibni" asimila de hecho dos nociones distintas de

e$presión& una, la idea de una correlación entre los estados de sustancias diferentes> la otra,

la idea de la e$presión 0o representación3 por parte de una sustancia de un unierso de

fenómenos al interior de sus estados perceptios. (stas dos nociones est#n, sin embargo,

estrechamente relacionadas. Como una primera apro$imación, podemos decir que cada

sustancia e$presa a toda otra sustancia en la medida en que ha' una correlación regular

entre los contenidos de sus percepciones, o entre sus respectias e$presiones del unierso.E@

 )os queda intentar establecer una relación m#s perspicua entre la doctrina de la e$presión

uniersal ' la tesis de que no ha' denominaciones puramente e$trínsecas. (n el período del

 +iscurso, !eibni" tiene relatiamente poco que decir acerca de cómo las denominaciones

e$trínsecas tales como la posición espaciotemporal est#n fundadas en denominaciones

intrínsecas. Al desarrollar su posición en los aOos subsiguientes, esta cuestión recibe una

atención ma'or. (s particularmente %til un ensa'o bree que ;arinson ha fechado

apro$imadamente en 1<9<.E5 Comien"a con una enunciación general de la tesis de que noha' denominaciones puramente e$trínsecas&

EE  (n un fragmento de 1<?<, !eibni" escribe& BIe parece que toda mente es confusamenteomnisciente. T toda mente percibe simult#neamente todo lo que ocurre en el mundo entero 0C 123.Cf. Ion Q <2.E@ Aquí sigo a -leigh 01992, 1?5<3, quien distingue dos ersiones de la doctrina de la e$presiónuniersal& una ersión m#s d*bil, que sólo implica una correlación, o Buna relación constante ' fi/a,entre los estados de las diferentes sustancias> ' una ersión m#s fuerte, que implica la percepciónuniersal, o la e$presión del unierso en los estados internos de cada sustancia, ' que inclu'etambi*n una afirmación respecto de que las denominaciones e$trínsecas est#n fundadas en lasdenominaciones intrínsecas. (n lo que sigue, presupongo que la posición de !eibni" est# me/orrepresentada por la ersión m#s fuerte de la doctrina.E5 ;arinson le da el título Sobre el principio de los indiscernibles 0C =12 X ; 1EE53.

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Vna consideración que es de la ma'or importancia en toda filosofía, ' en la misma

teología, es esta& que no ha' denominaciones puramente e$trínsecas, a causa de la

intercone$ión de las cosas, ' que no es posible que dos cosas difieran una de otra

sólo respecto de lugar ' tiempo, sino que es siempre necesario que ha'a alguna otra

diferencia interna. 0C =3

De acuerdo con !eibni", la posición espacial ' temporal 0lugar ' tiempo3 son Bmeros

resultados, que no constitu'en ninguna denominación intrínseca  per se, sino, por el

contrario, Brequieren una fundamentación deriada de la categoría de cualidad, esto es, de

una denominación intrínseca accidental 0C 93. Ahora bien, podemos preguntarnos Kqu*

son estas Bdenominaciones accidentales intrínsecas que fundan el lugar o posición de unasustanciaM (n opinión de !eibni", son estados de la sustancia que tienen la propiedad de

e$presar la posición de esa sustancia respecto de las posiciones de otras sustancias&

(star en un lugar, de manera abstracta en todo caso, parece no implicar nada sino

 posición. ;ero de hecho, lo que tiene un lugar debe e$presar el lugar en sí mismo>

de modo que la distancia ' el grado de la distancia inolucran tambi*n el grado en

que la cosa misma e$presa una cosa remota, 'a sea el grado en que la afecta o el

grado en que recibe una afección de ella. De modo que, de hecho, la posición 6 situs7

realmente inolucra un grado de e$presión. 0C 93

!a posición esbo"ada en este te$to plantea una serie de preguntas que deber#n ser de/adas

de lado hasta el pró$imo capítulo. !o que nos aporta por ahora es el establecimiento de un

enlace entre tres tesis leibni"ianas centrales& la doctrina de la cone$ión uniersal, la tesis de

que no ha' denominaciones puramente e$trínsecas ' la doctrina de la e$presión 0o

 percepción3 uniersal. Vn corolario de la tesis de que Btodo est# conectado en el mundo es

que no ha' denominaciones puramente e$trínsecas& no ha' designaciones de los caracteres

relacionales de las cosas que no est*n fundadas en estados o accidentes internos a esas

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cosas. Pal como hemos isto, esto implica que para cualquier cambio en las

denominaciones e$trínsecas de un indiiduo debe haber alg%n cambio asociado en sus

denominaciones intrínsecas. !eibni" sugiere que en el caso de aquellas denominaciones

e$trínsecas que designan la relacionalidad espaciotemporal de los indiiduos, los

accidentes que fundan estas denominaciones son estados de una sustancia que e$presan su

 posición espaciotemporal en relación con el resto del mundo. (n consecuencia, cualquier

cambio en lo que es concebido como la locación espaciotemporal de una sustancia debe

ser acompaOado por un cambio en la e5presi%n de su locación por parte de esa sustancia.E<

;arece que tenemos entonces un enlace bien definido entre la tesis de que no ha'

denominaciones puramente e$trínsecas ' la doctrina de la e$presión uniersal. ;odemos

concluir, al menos de manera tentatia, que la erdad de la primera tesis depende

esencialmente de la capacidad de las sustancias de e$presar al interior de sus estados perceptios el unierso como un todo, ' su situación %nica dentro de *l.

La teoría dinámica.

(n mar"o de 1<9@ apareció en la reista de !eip"ig Acta Eruditorum un bree artículo de

!ebni" titulado Sobre la correcci%n de la filosof'a primera6 y sobre la noci%n de sustancia

0:; + @<=?23. (n *l repite su crítica frecuente a Descartes de que no llegó a entender Bla

naturale"a de la sustancia en general, un fracaso que en su opinión e$plica muchos de los

 problemas m#s profundos de la filosofía de Descartes.E?  ;asa entonces a ofrecer una

Bmuestra de su propia concepción de la sustancia que, seg%n *l sostiene, es capa" de

resoler estos problemas&

E< !eibni" escribe a De older& B!as cosas que difieren en lugar 6 loco7 deben e$presar su lugar, estoes, lo que las rodea 6ambientia7, ' así diferir no sólo en lugar o en una denominación e$trínseca0:; ++ 523. Cf. :; ++ @2.E? (l m#s notable es el problema de la Bacción mutua de las sustancias una sobre otra, un casoespecial del enigma de la interacción almacuerpo. !eibni" termina su ensa'o diciendo que de/ar#este problema para el futuro. uele a *l un aOo m#s tarde en su  Nuevo sistema de la naturaleza y

de la comunicaci%n de las sustancias.

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Dir* por el momento que el concepto de fuerzas 66irium77 o poderes 66irtutis77 que

los alemanes llaman  7raft   ' los franceses la force, ' para cu'a e$plicación he

establecido una ciencia específica de la din-mica, ilumina en gran medida nuestra

comprensión del concepto erdadero de sustancia. !a fuer"a actia difiere del mero

 poder 66potentia77 que resulta familiar en las escuelas, pues el poder actio

66potentia actia77 o facultad de los escol#sticos no es m#s que una posibilidad

cercana 6 propin&ua7 de actuar, que necesita una e$citación o estímulo e$ternos, por

así decir, para ser lleada a la acción. !a fuer"a actia, por el contrario, contiene un

cierto acto o entelequia ' est# así a mitad de camino entre la facultad de actuar ' el

acto mismo, e inolucra conato. (s lleada así a la acción por sí misma ' no

necesita otra a'uda que la remoción de un impedimento Digo que este poder de

actuar 66agendi irtutem77 inhiere en toda sustancia ' que alguna acción siempre seorigina de ella. 0:; + @<9?23

!a teoría de la sustancia que aparece de modo m#s prominente en los escritos de !eibni"

 posteriores a la d*cada de 1<92 acent%a la naturale"a de la sustancia como una entelequia o

 principio espont#neo de acción no simplemente una capacidad o facultad para actuar, sino

aquello que act%a si nada se lo impide. (n el prefacio a los  Nuevos ensayos, !eibni" afirma

que Ben el curso natural de las cosas ninguna sustancia puede carecer de actiidad 0RG

5E3, puesto que Bla actiidad es la esencia de la sustancia en general 0RG <53. (n 1<99, le

asegura a De older que la actiidad de la sustancia es metafísicamente necesaria ' sería

una característica de todo systema rerum, aun de uno que no fuera creado e5 le(e ordinis

 supremi 0:; ++ 1<93.E= -uperficialmente, la concepción de la sustancia presentada en estos

escritos tardíos es bastante diferente de la del  +iscurso  ' de la correspondencia con

Arnauld. Lueda poca eidencia de la teoría del concepto completo, o de la preocupación de

!eibni" por los problemas de la predicación ' la indiiduación. -u atención est# dirigida

ahora casi e$clusiamente a la naturale"a de la sustancia como un principio de fuer"a o

acción. )uestra pregunta es si todo esto constitu'e un desarrollo decisio en la e$plicación

que !eibni" da de la sustancia o es meramente un cambio de *nfasis.

E= Cf. F) E@> :; +++ 5=, @<@5> :; + @?, 55E@.

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 )o ha' dudas de que, apro$imadamente, a partir del tiempo de su ia/e a +talia puede

discernirse un cambio en lo que !eibni" dice acerca de la sustancia. E9 I#s a%n, podemos

identificar con cierta confian"a la fuente de este cambio, a saber, su preocupación creciente

respecto de la formulación de la ciencia de la din#mica, una teoría dedicada a e$plicar las

fuer"as ' acciones de las cosas materiales.@2 Desde el comien"o, !eibni" e una cone$ión

importante entre esta ciencia ' su comprensión general de la sustancia. +ndicaciones en este

sentido aparecen en muchos escritos, inclu'endo el pasa/e 'a citado de Sobre la correcci%n

de la filosof'a primera. Jemos isto, sin embargo, que desde sus m#s tempranos escritos

!eibni" asocia la noción de sustancia con una entelequia o principio de acción. Así, apenas

sorprende que cuando comien"a a inestigar el car#cter de las fuer"as e/ercidas por los

cuerpos, ' al mismo tiempo la sustancia de las cosas materiales, est* naturalmente inclinado

a relacionar estas cuestiones con la de la naturale"a de la sustancia en general. !a persistencia de la idea de sustancia como principio de acción desde los escritos tempranos

de !eibni" hasta sus obras posteriores sugiere que la teoría din#mica no representa una

reisión radical de su postura, sino meramente un refinamiento de ella a tra*s de una

e$plicación m#s sofisticada de la naturale"a de las fuer"as corpóreas.

!a desaparición de la teoría del concepto completo de los escritos de !eibni" posteriores a

la d*cada de 1<92 es, ciertamente, un eento significatio. -ugiero m#s adelante que

!eibni" puede haber tenido buenas ra"ones para abandonar esta teoría. )o tenemos quesuponer, sin embargo, que la desaparición de la teoría del concepto completo implica un

cambio fundamental en su comprensión de la sustancia. -i bien !eibni" puede finalmente

haber llegado a pensar que sería me/or de/ar de lado la teoría del concepto completo, la

ra"ón para esto no fue que la consideró refutada por la teoría din#mica. ;uede encontrarse

una prueba de esto en las circunstancias que rodearon la publicación de Sobre la correcci%n

de la filosof'a primera.@1 !eibni" fue incitado a componer este ensa'o por noticias que

había recibido de su sobrino de !eip"ig Friedrich -imon !Yffler acerca de la discusión p%blica que Christian Phomasius había mantenido sobre la cuestión &uid sit substantia.

E9 !eibni" de/ó Jannoer a comien"os de noiembre de 1<=?, en ia/e a tra*s de Alemania del sur' Austria, ' llegó a enecia en mar"o de 1<=9. olió a Jannoer en /unio de 1<92. ;ara detallesde su ia/e, *ase IZller ' rYnert 19<9> Robinet 19==.@2 (sta ciencia es e$plorada en el capítulo 9.@1 !a historia es relatada por VntermYhlen 19?9.

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+nmediatamente, !eibni" se puso a traba/ar en una respuesta a Phomasius, que enió en

diciembre de 1<9E a Wtto Ience, editor de las  Acta Eruditorum. Al eniar su respuesta a

Ience, era eidente que !eibni" no estaba al tanto de la animosidad entre los círculos de

Ience ' Phomasius. -i la cuestión hubiera sido propuesta por un Ju'gens o un )eNton,

le respondió Ience, no habría problemas en publicar la respuesta de !eibni". (l no estaba

dispuesto, sin embargo, a conertir su reista en un foro para las opiniones de Phomasius.

Como una alternatia, le propuso a !eibni" de/ar de lado a Phomasius ' considerar la

cuestión de la sustancia desde el punto de ista de su crítica a la física cartesiana, la primera

e$presión de la cual había aparecido en las  Acta arios aOos antes. !eibni" estuo de

acuerdo ' el resultado fue Sobre la correcci%n de la filosof'a primera. I#s tarde en ese

mismo aOo, apareció el +ialo(us de definitione substantiae del mismo Phomasius, que

concluía con un comentario sobre el artículo de !eibni". !a discusión del afamado Jerr!eibni" en las Acta de !eip"ig es por cierto mu' interesante, seOala uno de los participantes

del di#logo, pero tiene aun que dar una definición de sustancia. !o que ahora sabemos a

 partir de los escritos no publicados de !eibni" es que hi"o un estudio cuidadoso del

 +ialo(us de Phomasius ' proporcionó en sus notas la definición por *l requerida. Allí

encontramos una e$plicación de la sustancia id*ntica a la que aparece en sus escritos de la

d*cada de 1<=2&

Vna sustancia es un ente completo 6 Ens completum7 de unidad perfecta. Vna

sustancia, por lo tanto, no tiene partes, 'a que de otro modo no tendría una unidad

 perfecta> no sería una sustancia, sino sustancias. Vn ente completo es aqu*l que

tiene un concepto completo, es decir, uno a partir del cual puede deducirse todo lo

que puede decirse del mismo su/eto Vna sustancia es un ente simple, completo.@

!a lección de esta historia es que la discrepancia aparente entre los contenidos de Sobre la

correcci%n de la filosof'a primera ' la e$plicación preia dada por !eibni" de la sustancia

 puede al menos en parte ser atribuida a cuestiones de política intelectual, ' no a alg%n

@ !J + E, 1d Gl.. Citado por VntermYhlen 19?9, ==9.

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cambio real en su concepción. Cuando en 1<9@ se le pidió que diera una definición de

sustancia, recurre a una declaración seme/ante a las definiciones que pueden encontrarse en

sus escritos de la d*cada de 1<=2. Vna sustancia es un ens simplum completum& un ente

completo que es tambi*n Bsimple o un unum per se.

(sta no es la %ltima e" que encontramos la noción de completitud en los escritos de

!eibni", pero puede ser la %ltima e" en que la encontramos usada precisamente en este

sentido. (n un borrador de una carta de 1?21 al físico holand*s Gurcher de older, con el

que estaba por ese momento enfrascado en un intenso debate acerca de la naturale"a de la

sustancia, !eibni" insertó la siguiente nota marginal& BVna sustancia es un atomon

autopleroun, un #tomo completo en sí mismo o que se completa a sí mismo 6 per se

completum seu se ipsum complens7. De esto se sigue que es un #tomo ital o un #tomo que

tiene una entelequia. Aquello que es un #tomo es id*ntico a aquello que es erdaderamente

uno 0:; ++ @3.@E -i bien esta definición emplea el ocabulario de la completitud, un

corrimiento sutil ha ocurrido ahora en la comprensión del t*rmino por parte de !eibni". !a

completitud de una sustancia est# ahora conectada directamente a su car#cter de un B#tomo

ital, m#s bien que a la condición lógica de ser un su/eto %ltimo de predicación. Vna

sustancia no es meramente completa en sí misma& se est# completando  a sí misma de

manera actia.

(n el mismo momento en que este corrimiento conceptual est# teniendo lugar, aparece una

idea, no completamente nuea en el pensamiento de !eibni", que efectiamente suplanta el

dispositio de un concepto completo ', puede argumentarse, supera una limitación

importante en *l. (sta es la idea de una Ble' de la serie indiidual de la sustancia. !a

insistencia por parte de !eibni" en la necesidad de alg%n principio de este tipo para

determinar la naturale"a indiidual de una sustancia da testimonio de la continuidad

sub'acente de sus preocupaciones. -i bien el concepto de fuer"a o poder Bilumina en gran

medida nuestra comprensión del erdadero concepto de una sustancia 0:; + @<93, por sí

mismo sólo e$plica la naturale"a de la sustancia en general. )o dice en qu* consiste ser esta

o aquella sustancia, o por qu* una serie dada de acciones es predicable de una sustancia

antes que de otra. (stas son cuestiones que contin%an siendo centrales en los escritos

@E Cf. :; ++ 51> :; ++ ??.

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 posteriores de !eibni". A De older le sugiere que Bno deberíamos buscar ninguna otra

noción de poder 66potentia77 o de fuer"a 66is77 que la de ser un atributo del que se sigue el

cambio, cu'o su/eto es la sustancia misma 0:; ++ 1?23. ;ero decir sólo que la sustancia es

Bel su/eto del cambio, argumenta, es dar solamente una e$plicación Bnominal de su

naturale"a 0:; ++ 1=3. Hsta puede permitirnos seleccionar todos ' sólo aquellos entes que

son sustancias, pero no e$presa en qu* consiste ser una sustancia individual . ;ara este

 propósito, es necesario apelar al principio que define la serie de sus estados particulares '

 por lo tanto la hace esa sustancia antes que ninguna otra. Vna sustancia, por lo tanto, no es

simplemente un ente que es actio o el su/eto de cambio& es una Bentelequia primitia

cu'a naturale"a consiste en una cierta le' perpetua de la serie de los cambios a tra*s de los

cuales se despla"a sin obst#culos 0:; ++ 1?13.@@

!a noción de la le' de la serie de una sustancia /uega, en buena medida, el mismo rol

teórico que /ugaba el concepto completo en la teoría que !eibni" sostiene en la d*cada de

1<=2. (n ella, basa la persistencia o identidad de una sustancia a tra*s del cambio&

!a sustancia subsiguiente ser# considerada la misma que la precedente en la medida

en que persista la misma le' de la serie o de la transición continua simple, lo que

nos hace creer en el mismo su/eto de cambio (l hecho de que persista una ciertale' que inolucra a todos los estados futuros de aquello que concebimos como lo

mismo este es precisamente hecho, digo, que constitu'e la sustancia que

 permanece. 0:; ++ <@3@5

Lue una sustancia persista como una le' o principio de acción es adem#s isto por !eibni"

como la base de su pretensión de ser una unidad erdadera. -in entelequias, le escribe a De

@@ *ase tambi*n la %ltima carta a Arnauld 01<923& B6C7ada una de estas sustancias contiene en sunaturale"a la le' por la cual la serie de sus operaciones contin%a, ' todo aquello que le ha ocurrido 'le ocurrir# 0:; ++ 1E<3. (n su ensa'o de 1<9=  +e ipsa natura, !eibni" afirma que Dios haimpuesto una Ble' inherente 0le(em insitam3 a las sustancias Bde la que se siguen tanto las accionescomo las pasiones 0:; + 52<?3. Cf. :; ++ 5=> :; +++ 5=, @<@, <5?> :; + 51> :; + 55E@.@5 Cf. :; ++ <& B6A7quello que persiste, en la medida en que inolucra a todos los casos, contienefuer"a primitia, de modo que la fuer"a primitia es la le' de la serie.

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older, no habría Bning%n principio de unidad erdadera Considero a la sustancia misma,

dotada con poder 66potentia77 primitio actio ' pasio, como una mónada indiisible o

 perfecta como el 'o o algo similar a *l 0:; ++ 5213. Finalmente, en tanto una sustancia

inolucra una fuer"a actia primitia que genera una serie %nica de cambios, !eibni"

considera que la le' de esta serie proporciona un principio de indiiduación para sustancias&

6(7n mi opinión, la naturale"a de la sustancia creada consiste en cambiar de manera

continua siguiendo un cierto orden que la conduce de manera espont#nea a tra*s

de todos los estados con los que se encuentra, de tal modo que quien e todas las

cosas e todos sus estados pasados ' futuros en su presente. T esta le' de orden

constitu'e la indiidualidad de cada sustancia particular. 0:; + 51=3@<

A la e" que da cuenta de las mismas características b#sicas de la sustancia 0persistencia,

unidad, indiidualidad3 que la teoría del concepto completo, la noción de la Ble' de la

serie de una sustancia ofrece adem#s una enta/a crucial respecto de la posición de !eibni"

en la d*cada de 1<=2. Vna debilidad significatia de la teoría del concepto completo reside

en que intenta modelar, de un modo esencialmente est#tico, la naturale"a de la sustancia

que es un ente inherentemente actio. Vn concepto completo es definido como

Bconteniendo todo lo que puede ser predicado del mismo su/eto> pero sin embargo no

ofrece ninguna sugerencia sobre el orden ' la dependencia causal de los estados sucesios

de una sustancia. -abemos que a partir de, al menos, la d*cada de 1<?2 tal orden era una

 parte importante de la comprensión leibni"iana de lo que es una sustancia. ;or esta ra"ón,

algunos comentaristas han supuesto que debe haber pretendido que entendamos los

conceptos completos como teniendo una estructura interna que representa la sucesión

temporal de los estados sustanciales correspondientes. (sto, sin embargo, es seguramente

 pedir demasiado. !eibni" fue el primero en reconocer que los conceptos tienen una

estructura combinatoria& son definidos como productos simples de sus componentes sin

@< Cf. )eodicea Q 91.

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consideración del orden entre esos componentes.@? !a inferencia que debe sacarse de esto,

creo, es que durante su estadía en ;arís, !eibni" 'a era consciente, en alguna medida, de

que un concepto est#tico era el dispositio inadecuado para e$presar la naturale"a de una

sustancia actia. Iucho m#s apropiada era la idea de una serie o progresión, cu'as

 propiedades *l se había puesto a inestigar, en ese momento, en el #rea de las

matem#ticas.@= Peniendo en cuenta esto, es qui"#s sorprendente que, a su uelta a Alemania

en 1<?<, !eibni" no se olcó inmediatamente a la noción de una le' de la serie en sus

intentos de articular la esencia indiidual de una sustancia. Lue no lo ha'a hecho puede

e$plicarse del modo m#s satisfactorio por su preocupación durante la d*cada de 1<=2 con la

clasificación ' definición de las categorías primarias del ser. Iientras estaba traba/ando

 ba/o este %ltimo paradigma, la teoría del concepto completo es e$actamente lo que uno

habría esperado de !eibni". ;odemos especular, sin embargo, que, cuando el foco de susintereses comen"ó a irar, m#s o menos en el período de su ia/e a +talia, de las

 preocupaciones lógicas ' metafísicas tradicionales que lo ocuparon en la d*cada de 1<=2

hacia el pro'ecto de una din#mica, surgió una oportunidad para !eibni" de repensar su

concepción de la sustancia. Podas las características esenciales de la sustancia

 permanecieron en su lugar. !o que emergió, sin embargo, fue su reconocimiento e$plícito

de que si la naturale"a de la sustancia en general ha de ser una entelequia o fuer"a actia

 primitia, el dispositio m#s adecuado para representar la naturale"a indiidual de una

sustancia no es un concepto completo sino, m#s bien, la le' de la serie de sus operaciones.

(ste desarrollo en el pensamiento de !eibni" est# atestiguado del modo m#s claro en su

correspondencia con Gurcher De older. BDado que toda acción contiene cambio, escribe

!eibni",

debemos tener en ella precisamente lo que t% parecerías negarle, a saber, unatendencia hacia el cambio interno ' una sucesión temporal que se sigue de la

@? I#s precisamente, el %nico orden reconocido por el ars combinatoria es un orden de situs  odisposición, como opuesto a un orden de prioridad ' posterioridad.@= Ta en este tiempo, !eibni" propuso la idea de una Ble' de la serie sustancial. *ase A + E, E<&B!a esencia de la sustancia consiste en la fuer"a primitia de actuar, o en la le' de la serie de suscambios.

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naturale"a de la cosa. P% por supuesto niegas que Bde la naturale"a de la cosa se

sigue aquello que le corresponde de modo meramente temporal. ;ruebas esto

mediante el e/emplo de un tri#ngulo, pero no distingues entre naturale"as

uniersales ' singulares. De las naturale"as uniersales se siguen consecuencias

eternas> de las singulares se siguen tambi*n algunas temporales, a menos que

 pienses que las cosas temporales no tienen causa Podas las cosas indiiduales son

sucesiones o est#n su/etas a sucesiones ;ara mí nada es permanente en las cosas

con e$cepción de la le' misma que implica una sucesión continua ' corresponde, en

las cosas indiiduales, a aquella le' que determina al mundo entero. 0:; ++ <E3

De acuerdo con !eibni", ha' una diferencia fundamental entre naturale"as uniersales 'singulares. Iientras que las primeras son concebidas de manera adecuada seg%n el modelo

combinatorio, en irtud del cual se dice de una propiedad que se sigue de una naturale"a en

caso de que su presencia pueda ser reelada mediante un an#lisis finito de esa naturale"a,

las singulares no pueden concebirse así. !as cosas indiiduales son, sin e$cepción,

Bsucesiones o est#n su/etas a sucesiones. (n consecuencia, el modelo adecuado para

representar su naturale"a no es un concepto est#tico sino la le' que determina una serie o

 progresión. Al concebir esta le', el primer punto de referencia de !eibni" es la función

matem#tica que determina una serie de n%meros. -i bien la serie de estados de una

sustancia es distinta de una serie matem#tica al inolucrar una sucesión temporal, Btiene en

com%n con otras series la propiedad de que la le' de las series muestra a dónde debe llegar

al continuar su progreso o, en otras palabras, el orden en el que sus t*rminos an a

sucederse cuando su comien"o ' la le' de su progresión est*n dados, 'a sea que ese orden

sea sólo una prioridad de esencia o tambi*n una de tiempo 0:; ++ <E3. !a idea de que la

creación se despliega, seg%n un curso determinado por una le' o función, es una parte

integral de la metafísica de !eibni". (n diersos te$tos, postula la e$istencia de una le'

general %nica que abarca el plan completo de Dios para la creación ' determina de ese

modo la eolución del mundo como un todo.@9  A esta le' suprema se subordinan las

@9 *ase en particular su carta de 1?21 a arignon 0GC ++ 55?3, ' el borrador de su respuesta de1?2 a Ga'le& BFinalmente, cuando se dice que cada mónada, alma, o mente ha recibido una le' particular, es necesario agregar que es sólo una ariación de la le' general que gobierna el

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numerosas le'es indiiduales que gobiernan el desarrollo de los estados de las sustancias

 particulares. -er una sustancia, entonces, es poseer una fuer"a o tendencia natural que

encierra una historia entera. (s en este sentido, sostiene !eibni", que el estado presente de

toda sustancia est# BpreOado de su futuro& BCuando hablo de la fuer"a ' la acción de los

seres creados, quiero decir que cada ser creado est# preOado de su estado futuro, ' que

sigue naturalmente un cierto curso, mientras nada se lo impida 0D + [email protected]

La sustancia corpórea en el período del Discurso de metafísica.

Jasta aquí nos hemos ocupado e$clusiamente de la e$plicación dada por !eibni" de lanaturale"a o esencia de la sustancia, o de lo que describe como Bsustancia in abstracto 0A

+ ?, @=93.51 Jemos isto que a lo largo de las d*cadas de 1<=2 ' 1<92 *l mantiene un

compromiso con dos tesis principales& en primer lugar, la sustancia en general es por

naturale"a una Bfuer"a primitia o un principio de acción> en segundo lugar, en cualquier

sustancia particular, esta fuer"a es indiiduada mediante su limitación a una serie específica

de operaciones, una serie que es suficiente para determinar la identidad de esa sustancia '

 para distinguirla de cualquier otra. Durante la d*cada de 1<=2, !eibni" formula su

e$plicación de la naturale"a indiidual de la sustancia en t*rminos de su posesión de un

concepto completo, el cual inclu'e representaciones de todas las acciones ' pasiones

 predicables de esa sustancia. Ga/o la influencia de su traba/o en la din#mica, este

dispositio da lugar en la d*cada de 1<92 a la noción de la Ble' de la serie de una

sustancia. (n ambos casos, la idea b#sica es la misma.

(n esta sección, nos ocupamos de una cuestión importante que surge en cone$ión con la

e$plicación dada por !eibni" de la sustancia in concreto, esto es, su e$plicación de las

cosas particulares que caen ba/o el concepto de sustancia. )uestra pregunta es esta&

unierso 0:; + [email protected] Cf. Ion Q , donde !eibni" conecta la condición de estar BpreOada de futuro con el hecho deque Bcada estado presente de una sustancia es una consecuencia natural de su estado precedente0:; + <123.51 ;ara una discusión de esta e$presión, *ase -leigh 1992, 9?=.

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Kreconoció !eibni" durante la d*cada de 1<=2 la e$istencia de sustancias corpóreas

genuinas, de cuerpos que instancian la naturale"a de la sustanciaM KW estaba 'a en este

momento comprometido con una posición esencialmente similar a su doctrina posterior de

las mónadas& una concepción seg%n la cual todas las sustancias son principios anímicos

66 soulli3e77 de acción ' pasión, que de alg%n modo dan lugar a las apariencias de cosas

materiales e$tensasM5  eremos en detalle las cuestiones relacionadas con la sustancia

corpórea en el capítulo 12. (n este punto sólo pretendo quitar algo de la urgencia del tema

mostrando que ha' un modo plausible de entender la posición de !eibni" en la d*cada de

1<=2 que lo encuentra como adhiriendo 'a a la concepción de que lo que es real o

sustancial en un cuerpo est# limitado a formas anímicas.

(n el momento de la composición del +iscurso de metaf'sica, la actitud de !eibni" respecto

de la idea de sustancia corpórea estaba determinada por dos factores principales. (n primer

lugar, había consolidado para este momento su propia concepción positia de la sustancia

como una unidad per se, cu'a naturale"a como entelequia o fuente espont#nea de acción se

e$presa en un concepto completo. (n segundo lugar, había decidido en t*rminos para nada

inciertos que la concepción cartesiana de la materia como res e5tensa  no satisfacía las

condiciones necesarias para que algo fuese una sustancia. Vna cosa cu'a esencia es la

e$tensión no puede ser una erdadera unidad. Adem#s, debido a que carece de una fuente

intrínseca de acción, no ha' nada en su naturale"a que d* cuenta de la espontaneidad de lasustancia, o de la propiedad de estar BpreOada de su futuro. (n 1<=<, los compromisos

metafísicos primarios de !eibni" claramente apuntaban en la dirección de negar que los

cuerpos tal como eran concebidos por Descartes fueran en absoluto algo real. 5E  -in

embargo, aun cuando su ra"ón no fuera otra que la de responder a la ortodo$ia, esta

conclusión no lo satisfacía plenamente. Panto la doctrina religiosa como el sentido com%n

5 !a opinión erudita reciente sobre esta cuestión ha estado diidida. Vna cantidad de autores ha

mantenido que hasta el fin del siglo S++ !eibni" defendió la e$istencia de sustancias corpóreas, asícomo de sustancias inmateriales, anímicas. *ase Groad 19?5> :arber 19=5> C. Uilson 19=9.-leigh 1992, cu'o tratamiento del tema he encontrado %til, ha formulado algunas dudas acerca deesta lectura.5E Así, escribe a -imon Foucher en 1<=<& B-i los cuerpos fueran sólo m#quinas simples ' si hubierasólo e$tensión o materia en los cuerpos, puede demostrarse que todos los cuerpos serían sólofenómenos 0:; + E913. Cf. :; ++ 119. ;ara una discusión completa de la afirmación de que lascosas meramente e$tensas no pueden ser sustancias, *ase -leigh 1992, cap. <.

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dictaban que los seres humanos son sustancias encarnadas. (n consecuencia, para que su

 posición resultara aceptable, !eibni" tenía que encontrar una manera en que al menos

 pareciera que de/aba un lugar a la sustancialidad del ser humano completo& alma ' cuerpo.5@

;uede no haber sido claro en 1<=< para el mismo !eibni" si su filosofía contenía loselementos necesarios para una teoría que alidara la afirmación de que los seres humanos

son sustancias corpóreas. -in embargo, *l persistió de una manera u otra en esta b%squeda

hasta el final mismo de su ida. Al intentar desarrollar una teoría de la sustancia corpórea,

!eibni" tomó como modelo la e$plicación aristot*lica de la sustancia como un compuesto

formamateria. A comien"os de la d*cada de 1<=2, algunos aOos antes de la composición

del +iscurso, 'a había llegado a la conclusión de que un cuerpo e$tenso podía adquirir el

estatus de unidad  per se sólo si estaba de alg%n modo unido con una forma sustancial

inmaterial&

A menos que un cuerpo est* animado o contenga en sí mismo alguna sustancia

unitaria 66 some one substance77, correspondiente a un alma, la cual se llama una

forma sustancial o entelequia primaria, no es m#s una sustancia que lo que lo es un

montón de piedras> ' si, por el contrario, ninguna de sus partes puede ser tomada

como un unum per se se sigue que todo cuerpo ser# sólo un fenómeno real, comoun arco iris. 0!J + ?C G1, 125<355 

5@  (n una carta de 1<=< a Arnauld, !eibni" se refiere a la declaración del Luinto Concilio!ateranense 01511?3 seg%n la cual Bel alma es erdaderamente la forma sustancial de nuestrocuerpo 0:; ++ ?53.55  !a datación de esta pie"a por el m*todo de marca de agua la coloca entre 1<=2 ' 1<=5.Afirmaciones seme/antes aparecen en muchos te$tos del período& B;ero de hecho ning%n entecompuesto a partir de muchas partes es erdaderamente uno, ' toda sustancia es indiisible 'aquellas cosas que tienen partes no son entes, sino sólo fenómenos. ;or esta ra"ón, los filósofos

antiguos atribu'en correctamente formas sustanciales, como mentes, almas o entelequias primariasa aquellas cosas que seg%n ellos constitu'en un unum per se, ' niegan que la materia en sí misma esalg%n ente uno 01<=5> !J + ?G, @ Gl. 1E1@ 6-F @=173. B(n un ens per se se requiere algunaunión 6unio7 real que no consista en la locali"ación ' moimiento de partes, como en una cadena,casa o barco, sino en alg%n principio indiidual ' su/eto de operaciones que es llamada por nosotrosel alma ' en todo cuerpo una forma sustancial, en caso de que sea un unum per se 01<=E<> !J +?, C Gl. 111@ 6 @1<73. BIostrar* alguna e" que todo cuerpo en el que no ha'a alg%n alma oforma sustancial es sólo una apariencia, seme/ante a un sueOo, ' no tiene ninguna naturale"a cierta o

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!eibni" considera que la forma sustancial tiene dos características esenciales que faltan en

la noción de res e5tensa. (n primer lugar, una forma sustancial proporciona a su cuerpo un

 principio de unidad. Aunque un cuerpo cambie constantemente su composición comoresultado de la diisión ' descomposición de sus partes, su asociación con una forma

inmutable le proporciona una base para su persistencia como una cosa unitaria. (n segundo

lugar, se pretende que una forma sustancial haga que su cuerpo asociado sea parte de un

ente completo, dado que la forma se identifica con un principio de acción suficiente para la

 producción de todos sus propios estados.

Desde un comien"o, sin embargo, no es claro cómo debemos entender tales compuestos

formamateria. !eibni" sostiene consistentemente que por sí mismas la e$tensión ' susmodos 0forma, tamaOo, moimiento3 son meramente propiedades Bimaginarias o

fenom*nicas.5< Así, la sustancia corpórea no puede ser entendida como una unión de fuer"a

actia ' materia e$tensa pasia. K;ero cómo, entonces, hemos de concebir la materia que se

une con una forma para producir una sustancia corpóreaM (l  +iscurso de metaf'sica nos

 proporciona poca a'uda para resoler esta cuestión. Cuando !eibni" introduce la cuestión

de la naturale"a del cuerpo en Q1, sólo tiene esto para decir&

Creo que quien simplemente a'a a meditar acerca de la naturale"a de la sustancia,

tal como la e$pliqu* m#s arriba, encontrar# que la naturale"a del cuerpo no consiste

meramente en la e$tensión, esto es, en tamaOo, forma ' moimiento, sino que

debemos reconocer necesariamente en el cuerpo algo relacionado con las almas,

algo que com%nmente llamamos forma sustancial, aun cuando no efect%e ning%n

cambio en los fenómenos ma'or que el que efect%an las almas de los animales, si es

que tienen una. +ncluso es posible demostrar que las nociones de tamaOo, forma '

determinada> ' todos los atributos de los cuerpos de este tipo son sólo fenómenos que carecen desu/eto. De aquí se sigue o bien que los cuerpos no son entes reales o que todo cuerpo es de alg%nmodo animado 01<=E<> !J + ?C Gl. 12E@ 6-F @?=73. *ase tambi*n *n esp.cimen de

descubrimientos 0:; ++ [email protected]< -obre la irrealidad de estas propiedades, *ase :; ++ 119> :; ++ E1@> :; + E91> ' la discusiónde la sección final del capítulo @.

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moimiento no son tan distintas como imaginamos ' que contienen algo imaginario

' relatio a nuestras percepciones. 0!e @13

-i uno le'era solamente esto, sería f#cil concluir que !eibni" cree que no ha' nada real o

sustancial en los cuerpos m#s all# de las formas sustanciales ' de lo que se sigue de ellas,

donde esto eidentemente no inclu'e la e$tensión ' sus modos. Aquí, al menos, no se nos

da ning%n indicio de un principio material que pudiera combinarse con una forma

sustancial para producir una sustancia corpórea. (n secciones posteriores del  +iscurso,

!eibni" introduce efectiamente un tipo de principio material, pero *ste est# al interior  de

cada alma o forma animada, a saber, su capacidad para que se act%e sobre ella, o para

olerse menos perfecta en su modo de e$presión 0DI QQ 15, 93. 5?

Cuando !eibni" toca este punto en la correspondencia con Arnauld, de/a en claro que si ha'

sustancias corpóreas, la materia que /unto con una forma produce tal sustancia no es el

 principio material que es parte integrante de toda forma anímica. I#s bien, es lo que llama

Bmateria secundaria, una agregación de sustancias corpóreas m#s pequeOas&

-i uno considera como la materia de la sustancia corpórea no la masa sin formas,sino una materia secundaria 6une mati$re seconde7 que es la multitud de sustancias

cu'a masa es la masa de todo el cuerpo, puede decirse que estas sustancias son

 partes de esta materia, del mismo modo en que aquellas que conforman nuestro

cuerpo forman parte de *l, pues así como nuestro cuerpo es la materia, ' el alma es

5? *ase tambi*n DI Q 1=& B6!7os principios generales de la naturale"a corpórea ' de la mec#nicamisma son m#s metafísicos que geom*tricos, ' pertenecen a algunas formas o naturale"asindiisibles como las causas de las apariencias, antes que a la masa o e$tensión corpórea 0!e 5=3.

(n DI Q E@, !eibni" supone que cuando est# unido a un alma, el cuerpo humano constitu'e ununum per se. -in embargo, es difícil saber cu#nto peso dar a este pasa/e. Vn borrador anterior del QE@ comen"aba& B)o intento determinar si los cuerpos son sustancias en rigor metafísico o si sonsólo fenómenos erdaderos como el arco iris ', en consecuencia, si ha' sustancias erdaderas,almas, o formas sustanciales que no sean inteligentes 0!e =?3. !o m#s seguro que se puede decir esque las ideas de !eibni" respecto de la realidad del cuerpo ' la sustancia corpórea no parecen estarcompletamente asentadas en el +iscurso. -obre este punto, *anse las discusiones de C. Uilson19=9, cap. E ' -leigh 1992, cap. 5.

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la forma de nuestra sustancia, lo mismo ocurre respecto de otras sustancias

corpóreas. 0:; ++ 11935=

Iientras que esta e$plicación da una respuesta a nuestra pregunta original, nos obliga

tambi*n a llear esa pregunta un paso m#s atr#s. ;ara e$plicar las sustancias corpóreas que

componen un cuerpo, debemos decir nueamente que cada una de ellas es el producto de

una forma anímica ' una multitud de sustancias corpóreas m#s pequeOas, ' así al infinito.

!o que es significatio de este regreso es que nunca llegamos a un principio material m#s

 b#sico que sea complementario de la forma sustancial. ;or el contrario, !eibni" parece

comprometido a e$plicar la realidad de la sustancia corpórea sólo en t*rminos de formas

sustanciales& entidades que inclu'en un principio actio ' pasio pero que no son ellasmismas entes materiales. -i esto es así, su concepción de la sustancia corpórea en la d*cada

de 1<=2 parece cercana a la posición que defiende en el período de la  ,onadolo('a.59 Dada

su tesis del enolimiento 66envelopment 77 infinita de las sustancias corpóreas, tendremos

que decir que la realidad de una criatura animada como un ser humano no est# limitada a la

forma que proporciona la base para su unidad sino que inolucra de alguna manera a las

formas de todas las sustancias corpóreas menores que contribu'en a la constitución de su

5= Como nota :arber 019=5, n. 5@3, buena parte de este pasa/e falta en la ersión de la carta recibida por Arnauld. -in embargo, un pasa/e eniado seOala en buena medida el mismo punto&B6-7uponiendo que ha' un alma o una entelequia en los animales u otras sustancias corpóreas, debeargumentarse a partir de ello sobre este punto así como todos argumentamos a partir del hombre quees una entidad dotada de una unidad genuina que le es conferida por su alma, a pesar del hecho deque la masa de su cuerpo est* diidida en órganos, asos, humores, espíritus, ' que las partes est*nindudablemente llenas de un n%mero infinito de sustancias corpóreas dotadas de sus propiasentelequias 0:; ++ 123.59 Lu* tan cercana, por cierto, depende de en qu* crea uno que consiste la posición posterior de

!eibni". (n la lectura que se ofrece en la ;arte +++, la relación resulta ser mu' cercana. ;ara unaformulación concisa de la concepción de !eibni", *ase 8onsecuencias metaf'sicas del principio de

raz%n, Q ?& B;ero un cuerpo org#nico, como todo otro cuerpo, es meramente un agregado deanimales u otras cosas que son iientes ' en consecuencia org#nicas, o finalmente de pequeOosob/etos o masas> pero estos tambi*n se descomponen finalmente en cosas iientes, de lo queresulta eidente que todos los cuerpos se descomponen finalmente en cosas iientes, ' que lo que,en el an#lisis de las sustancias, e$iste en %ltima instancia son sustancias simples es decir, almas o,si se prefiere un t*rmino m#s general, m%nadas, que son sin partes 0C 1EX1@3.

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cuerpo. -in embargo, podemos concluir que cuando !eibni" habla de Bsustancias

corpóreas en %ltima instancia se refiere sólo a formas sustanciales anímicas. <2 

(sta interpretación que puede denominarse la teoría reduccionista<1  es sugerida por

arios escritos del período del  +iscurso en los que !eibni" identifica la realidad de lasustancia corpórea con una combinación de poderes actios ' pasios&

Respecto de los cuerpos puedo demostrar que no meramente la lu", el calor, el

color, ' cualidades seme/antes son aparentes, sino que tambi*n lo son el

moimiento, la figura ' la e$tensión. T si algo es real, sólo lo es la fuer"a de actuar

' de que se act%e sobre algo, ' de aquí que la sustancia de un cuerpo consista en

esto 0como si consistiera en materia ' forma3. 0:; ++ E3 <

Cuando !eibni" afirma que lo que es real o sustancial en el cuerpo es un poder de actuar '

de que se act%e sobre *l, es de nueo tentador leerlo como si afirmara la teoría

reduccionista. (n el +iscurso 0QQ 15, 93, e$plícitamente adscribe tales poderes a almas o

formas anímicas. ;or lo tanto, Kpor qu* no deberíamos considerarlo como sosteniendo que

<2 Debe aOadirse una aclaración. !a conclusión de que no ha' nada real o sustancial en las criaturasanimadas con e$cepción de las formas anímicas podría seguir siendo consistente con la afirmaciónde que estas criaturas son sustancias corpóreas si pudiera establecerse que el alma misma o alg%notro principio de unión fuera capa" de conferir una unidad per se a la pluralidad de sustancias queconstitu'en el cuerpo de la criatura. ($aminamos esta posibilidad en el capítulo 12.<1 Cf. -leigh 01992, 1223, quien la denomina la Bteoría monadológica.<  Cf. los te$tos siguientes& B6!7a realidad de una sustancia corpórea consiste en una ciertanaturale"a indiidual> esto es, no en la masa 6mole7, sino en un poder de actuar ' de que se pueda

actuar sobre ella 66a(endi patiendi&ue potentia, i.e., potencia de actuar ' padecer877 !a fuer"amotri", o el poder de actuar, es algo real ' puede ser discernido en los cuerpos. T así la esencia deun cuerpo no ha de ser colocada en la e$tensión ' sus modificaciones. Poda sustancia est#contenida en el poder de actuar ' de que pueda actuarse sobre ella 0:; ++ E1@153> B)i lae$tensión ni el moimiento pertenecen a la sustancia de un cuerpo, sino sólo la materia, o un principio de pasión o naturale"a limitada, '  forma, o un principio de acción o naturale"ailimitada. -i la masa 6mole7 pertenece a la esencia de la sustancia humana, no podría e$plicarsecómo un hombre puede seguir siendo el mismo 0!J + 1, 1@c Gl. 11 6 9@73.

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en %ltima instancia, la realidad de la sustancia corpórea puede ser e$plicada en t*rminos de

formas sustanciales solasM

(l ma'or desafío a esta propuesta ha sido pergeOado por Daniel :arber, quien ha

argumentado contra la teoría reduccionista sobre la base de que la noción de poder pasio,o de Bmateria primera significa algo distinto para !eibni" en la d*cada de 1<=2 ' 1<92 de

lo que significa en el período de la ,onadolo('a. Iientras que ha' un acuerdo general en

que en sus escritos tardíos !eibni" considera a la materia primera como un aspecto de una

sustancia anímica su capacidad para la percepción confusa :arber sostiene que en el

 período m#s temprano la materia primera representa un principio pasio independiente que

se combina con una forma actia o entelequia para producir una sustancia corpórea

completa.<E !a diferencia entre la e$plicación de :arber ' la teoría reduccionista gira en

torno de la relación del principio material con la entelequia o forma sustancial. -eg%n la

teoría reduccionista, el poder pasio es meramente un aspecto de la forma anímica, que est#

asociado con su grado de limitación o imperfección. -eg%n :arber, la sustancia corpórea

inolucra un poder pasio que es distinto, ' complementario, de su forma actia o

entelequia. (n consecuencia, !eibni" no puede ser leído como proponiendo una reducción

de la sustancia corpórea a las sustancias anímicas solas.

-i bien !eibni" puede en algunos lugares sugerir una posición similar a la que :arber

describe, claramente opta por la teoría reduccionista en al menos un te$to de la d*cada de

1<=2. (n un ensa'o que 'a hemos citado, identifica e$plícitamente el poder pasio  o la

Bmateria metafísica de la sustancia corpórea con su capacidad para las percepciones

confusas&

6-7i algo es real, sólo lo es la fuer"a de actuar ' de que se act%e sobre algo, ' de aquí

que la sustancia de un cuerpo consista en esto 0como si consistiera en materia '

forma3 !as sustancias tienen materia metafísica o poder 66potentia77 pasio  en

<E (sto no quiere decir que cualquiera de los dos principios es capa" de e$istir por sí mismo. (nsentido estricto, la entelequia ' la materia primera son ambas abstracciones tomadas de la sustanciacorpórea completa. *ase :arber 19=5, @<55.

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tanto e$presan algo confusamente> poder 66potentia77 actio, en tanto lo e$presan

distintamente. 0:; ++ E3<@

-i bien este es un te$to inusual, demuestra que !eibni" al menos había tenido en mente

66conceived of 77 la teoría reduccionista en el período del +iscurso. -i era consciente de toda

su significación, si estaba preparado para aceptar todas sus consecuencias, no podemos

decirlo. !o que podemos suponer, sin embargo, es que la teoría estaba de alg%n modo

latente en un segundo plano en todas sus afirmaciones acerca de la sustancia corpórea de la

d*cada de 1<=2.<5

!as consideraciones de esta sección no han dirimido la cuestión respecto del compromiso

 por parte de !eibni" con la sustancia corpórea durante su período medio. )o hemos tratado

con profundidad sus importantes discusiones sobre el asunto en las correspondencias con

Arnauld ' Fardella, ni el rol de la sustancia corpórea en sus escritos de din#mica.<< !o que

<@ :arber 019=5, @?3 reconoce que este pasa/e faorece a la teoría reduccionista pero cree que proiene de un período posterior al del  +iscurso. !a datación por marcas de agua lo coloca entre1<=E ' 1<=< 0 @?<3.<5 *ase -leigh 1992, 115> ' la respuesta de :arber a esta afirmación 0199, 1<@53. Wtra ob/eciónque puede plantearse contra la teoría reduccionista es que es incompatible con la cone$ión que

!eibni" establece entre los poderes actios ' pasios de la sustancia ' las propiedades físicas de loscuerpos. (n la medida en que estos poderes son islumbrados como fundamentando las propiedadesde las cosas materiales, podría argumentarse, que difícilmente podrían ser los poderes de una formaanímica. (llos deben ser m#s bien los poderes de una sustancia corpórea. Pal como est#, estaob/eción no llega a ser decisia. (l hecho de que los cuerpos ' las formas pare"can ser clases decosas completamente diferentes es una ra"ón insuficiente para pensar que !eibni" tendríaescr%pulos en fundamentar las primeras en las segundas. eremos en el capítulo 9 que esto ese$actamente lo que hace en su filosofía posterior cuando cita los poderes actios ' pasios de lasmónadas como fundamentos de la fuer"a ' resistencia de los cuerpos. Vna concepción de este tipono est# e$plícita en sus escritos de la d*cada de 1<=2, pero ha' suficiente solapamiento entre lascosas que dice en los dos períodos para hacer plausible que est# operando el mismo an#lisis. (s

sugerente aquí su comentario en el Esp.cimen de descubrimientos de que la realidad de los cuerposha de Bser locali"ada sólo en el poder de actuar ' de resistir, que percibimos con el intelecto ' nocon la imaginación 0:; ++ E153. (sto recuerda su concepción posterior de que podemoscomprender intelectualmente que las cosas materiales son mónadas realmente no e$tensas, si bienno podemos imaginar en t*rminos sensoriales cómo podría ser esto así.<< Respecto del intercambio de !eibni" con Fardella, ale la pena considerar el siguiente pasa/e,fechado en mar"o de 1<92& BT así, puesto que todo cuerpo es una masa o agregado de cuerpos,ning%n cuerpo es una sustancia> ', en consecuencia, la sustancia debe ser buscada fuera de la

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hemos encontrado, sin embargo, recomienda a la teoría reduccionista como una candidata

fuerte para ser la posición de !eibni". Cuando habla de sustancia corpórea, creo, nuestra

me/or opción consiste en considerarlo como refiri*ndose simplemente a lo que es real o

sustancial en los cuerpos& los poderes actios ' pasios de las formas anímicas.

La teoría de las mónadas.

!a teoría de las mónadas de !eibni" es en todos los aspectos esenciales consistente con su

teoría din#mica de la sustancia. ;or arias ra"ones, sin embargo, requiere un tratamiento

separado aquí. (n primer lugar, la doctrina de las mónadas es la culminación del pensamiento de !eibni" acerca de la sustancia. Vna e" que ha establecido su definición de

una mónada, sus ideas acerca de la sustancia permanecen fi/as hasta su muerte.<?  (n

segundo lugar, tal como es desarrollada en obras tardías como la  ,onadolo('a  ' los

 rincipios de la naturaleza y la (racia, la doctrina de las mónadas consiste en una

naturale"a corpórea. ;ero la sustancia es algo que es erdaderamente uno, indiisible, ' asimismo nigenerable ni corruptible, 6'7 que es el su/eto de acciones ' pasiones> en suma, es precisamenteaquello que entiendo cuando digo 'o8, que subsiste, si bien con mi cuerpo habiendo recibido

cambios 6 sublato7 a tra*s de sus partes dado que mi cuerpo est# por cierto en un perpetuo flu/o ' sobreiiendo conmigo. )inguna parte de mi cuerpo puede ser especificada como necesaria parami subsistencia> sin embargo, no esto' nunca sin alguna parte unida de materia. Pengo necesidad deun cuerpo org#nico, si bien no ha' nada en *l que sea necesario para mi subsistencia 0F) E@3.<? -e ha debatido mucho acerca de cu#ndo aparece por primera e" el t*rmino mónada8 en losescritos de !eibni", acerca de las fuentes de las que lo deria, ' de lo que designaba originalmente.-e ha afirmado a menudo que !eibni" usa por primera e" el t*rmino para referirse a su propiaconcepción de la sustancia en una carta a Fardella del EX1E de setiembre de 1<9< 0F) E<3.Consistentemente con esto, Ierchant 019?93 sostiene que se apropió el t*rmino de F. I. anJelmont durante la isita de *ste %ltimo a Jannoer en mar"o de 1<9<, ' que las fuentes inmediatasdel uso de !eibni" son *n di-lo(o cabal'stico  de an Jelmont 01<=3 '  Los principios de la

 filosof'a m-s anti(ua y moderna de Anne ConNa' 01<923. ;arinson 0; 553 ha notado, sinembargo, que ha' al menos un te$to anterior, una carta inconclusa al marqu*s de l8J[pital fechadael de /ulio de 1<95, en la que !eibni" usa el t*rmino monas para designar todo lo que sea unaBunidad real 0:I ++ 953. Finalmente, :arber 019=5, <93 seOala que en una carta de setiembre de1<9= a \ohann Gernoulli, !eibni" parece usar el t*rmino para referirse a sustancias corpóreas antesque a las sustancias anímicas de la ,onadolo('a& B!o que llamo una mónada completa o sustanciaindiidual 6 substantiam sin(ularem7 no es tanto el alma 6anima7 como el animal mismo, o algoan#logo a *l, dotado con un alma o forma ' un cuerpo org#nico 0:I +++ 5@> cf. :I +++ 553.

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 presentación de la concepción leibni"iana de la sustancia m#s precisa ' sistem#tica que la

que el autor había logrado ofrecer con anterioridad. (n ning%n escrito anterior muestra tan

claramente la relación entre los distintos componentes de su teoría. Finalmente, la doctrina

de las mónadas proporciona la base para una poderosa metafísica reduccionista que !eibni"

afirma con confian"a creciente a comien"os de la d*cada de 1?22. Jabiendo llegado a una

concepción estable de la sustancia como mónada, pasa a defender con igor la idea de que

la realidad consiste e$clusiamente de mónadas ' de que todos los dem#s entes son

meramente Bresultados de ellas.<=

!a e$posición m#s completa que !eibni" ofrece de las propiedades de las mónadas est#

contenida en el ensa'o intitulado  ,onadolo('a.<9 (n Q 1 de esa obra define a una mónada

como Bnada sino una sustancia simple que entra en compuestos simple, es decir, sin

 partes. !a simplicidad es requerida de las mónadas porque sin simples no habría

compuestos> los compuestos, por su propia naturale"a, no son m#s que Bcolecciones o

Bagregados de simples 0Q 3.?2 -in embargo, para poder ser considerados como simples

genuinos, las mónadas no deben tener partes, ' en consecuencia tampoco e$tensión, forma

o diisibilidad 0Q E3.?1  De esta definición inicial, !eibni" e$trae dos consecuencias

importantes. (n primer lugar, una mónada no est# su/eta ni a generación ni a corrupción. (n

la medida en que carece de partes, Bno ha' ning%n modo concebible en que una sustancia

simple pueda perecer de manera natural 0Q @3, ' ning%n modo en que Bpueda comen"ar demodo natural, dado que no puede ser formada por composición 0Q 53. (n cambio, una

mónada sólo puede comen"ar por creación ' finali"ar por aniquilación 0Q <3. (n segundo

lugar, no ha' ning%n modo concebible en el que una mónada pueda ser afectada por otra&

<= (sta posición es e$plorada en los capítulos =12.<9 (l título no es de !eibni" sino el de un editor anterior. -alo indicación en contrario, lasreferencias parent*ticas que siguen son a secciones de este ensa'o 0:; + <2?E3. -igo latraducción de ArieN ' :arber 0A: 1E53.?2 Cf. ;): Q 1& BVna sustancia simple es aquella que no tiene partes.  ,onas es una palabragriega que significa unidad, o lo que es uno. !os compuestos o los cuerpos son multitudes> ' lassustancias simples idas, almas ' mentes son unidades. Debe haber sustancias simples por todoslados, porque, sin simples, no habría compuestos 0:; + 59=3.?1 BCuando digo que toda sustancia es simple, entiendo por esto que carece de partes 0:; ++ E93.

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 )o ha' ning%n modo de e$plicar cómo una mónada puede ser alterada o

cambiada internamente por alguna otra criatura, dado que no se puede transponer

nada en ella, ni puede concebirse ning%n moimiento interno que pueda ser

e$citado, dirigido, aumentado o disminuido dentro de ella, como puede hacerse en

los compuestos, donde puede haber cambio entre las partes. 0Q ?3?

-i bien las mónadas son por definición Bsimples, en el sentido de carecer de partes,

!eibni" insiste en que tal simplicidad es consistente con su posesión de comple/idad

interna, en la forma de una pluralidad de modificaciones.?E  De hecho, sostiene que es

necesario que las mónadas sean distinguidas de este modo. (n tanto Berdaderos #tomos

de la naturale"a 0Q E3, las mónadas deben proeer un fundamento para las diferenciascualitatias reconocidas en las cosas compuestas. Deben, por ende, poseer al menos algunas

cualidades, pues si no hubiera diferencias entre mónadas Bun estado de cosas sería

indistinguible de otro 0Q =3. !eibni", sin embargo, e$trae una conclusión a%n m#s fuerte

que *sta. -e sigue del principio de la identidad de los indiscernibles que debe haber, no

simplemente algunas diferencias entre las mónadas, sino que Bcada mónada debe ser

diferente de toda otra. ;ues no ha' dos cosas en la naturale"a que sean perfectamente

seme/antes, dos entes en los que no sea posible descubrir una diferencia interna, esto es,

una diferencia fundada en una denominación intrínseca 0Q 93. -e e$clu'e de este modo que

dos mónadas puedan en principio compartir todas sus modificaciones.

(n el Q 12 de la ,onadolo('a, !eibni" ofrece como un a$ioma que Btodo ente creado, ' en

consecuencia tambi*n la mónada creada, est# su/eto a cambio, ' Bque este cambio es

continuo en cada cosa. -obre la base de los puntos 'a establecidos, infiere que Blos

cambios naturales de una mónada proienen de un  principio interno, dado que ninguna

causa e$terna puede influenciarla internamente 0Q 113> ' que Badem#s del principio de

? !a afirmación de que las mónadas no pueden afectarse unas a otras inolucra m#s que su supuestasimplicidad o carencia de partes. (s releante tambi*n el recha"o por parte de !eibni" de la posibilidad de la migración de accidentes de una sustancia a otra, un punto resumido en suaseeración de que Blas mónadas no tienen entanas a tra*s de las cuales algo pueda entrar o salir0Q ?3.?E Cf. :; + 59=> :; + <=.

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cambio, debe haber diversidad en a&uello &ue cambia, lo que produce, por así decir, la

especificación ' la ariedad de las sustancias simples 0Q 13. (stas conclusiones

configuran el marco para su descripción de las modificaciones de las mónadas. Pomando el

segundo punto primero, argumenta que Bdebe haber una pluralidad de afecciones '

relaciones en la sustancia simple, aunque no tenga partes 0Q 1E3. +dentifica a *stas con las

 percepciones de una mónada& Bel estado pasa/ero que inolucra ' representa una multitud

en la unidad o en la sustancia simple no es otra cosa que lo que se llama  percepci%n 0Q 1@3.

A continuación, caracteri"a a la apetición de una mónada como la Bacción del principio

interno que genera el cambio o pasa/e de una afección a otra 0Q 153 66)G& lo que

Rutherford traduce ac# como afección8 corresponde en el te$to leibni"iano a

percepción877. \untos, estos dos tipos de modificaciones percepciones ' apeticiones

agotan las propiedades intrínsecas de las mónadas& B6(7sto es todo lo que se puedeencontrar en la sustancia simple esto es, percepciones ' sus cambios. (s tambi*n sólo en

esto en lo que todas las acciones internas de las sustancias simples pueden consistir 0Q 1?3.

(sto completa la e$plicación preliminar que da !eibni" de las mónadas. Cualquier

sustancia simple o mónada, afirma, es un principio de acción. -u estado en cualquier

momento se define en t*rminos de Buna pluralidad de afecciones ' relaciones, que

corresponden a sus percepciones> ' estas afecciones ' relaciones est#n su/etas al cambio

continuo, como consecuencia de sus apeticiones las tendencias de sus estados a pasar aestados nueos. -i bien esta teoría es en apariencia suficientemente clara, surgen algunas

cuestiones comple/as cuando la e$aminamos con m#s detenimiento.

;odemos comen"ar con las percepciones de una mónada. Concebidas en sí mismas, las

 percepciones no son nada m#s que la pluralidad de las modificaciones que constitu'en el

estado de una sustancia simple en un momento dado. Adem#s de su naturale"a como

modificaciones de la sustancia, sin embargo, las percepciones poseen un cierto contenido.

-eg%n !eibni", Bla percepción no es sino la representación de la ariación e$terna en una

ariación interna 0:; ++ E9E23.?@  Así, las modificaciones que identifica con las

?@ Cf. su carta a Rudolf Uagner del @ de /unio de 1?12& B(ntendida de un modo amplio, el alma eslo mismo que lo que est# io o que un principio ital, a saber, un principio de acción interna quee$iste en una cosa simple o mónada, a la que corresponde la acción e$terna. T esta correspondenciade lo interno ' lo e$terno, o la representación de lo e$terno en lo interno, de lo compuesto en losimple, de una multitud en una unidad, constitu'e en efecto la percepción 0:; ++ 5=3.

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 percepciones de una mónada deben inolucrar alguna referencia a cosas e$ternas. (s aquí

que encontramos la significación de su afirmación de que e$iste una pluralidad de

afecciones  y relaciones al interior de cada mónada. ;uede resultar %til recordar en este

conte$to nuestra discusión anterior acerca del modo en que !eibni" considera las

denominaciones e$trínsecas de una sustancia como fundadas en estados perceptios que

e$presan su cone$ión con el resto del unierso. Como eremos en el pró$imo capítulo,

cuando !eibni" dice que ha' una pluralidad de relaciones al interior de cada mónada, lo que

 parece querer decir con esto es que ha' dentro de cada mónada estados que representan la

relacionalidad de esa mónada con el resto de su mundo.?5

(n sus descripciones de las propiedades de las mónadas, !eibni" generalmente distingue,

como hemos isto, dos tipos distintos de modificaciones& percepciones ' apeticiones. ?< A

eces, sin embargo, parece sugerir que las mónadas de hecho sólo poseen un tipo de

modificación, las percepciones, que inclu'en ellas mismas una tendencia inherente hacia

nueas percepciones. (n su respuesta a la segunda edición del  +iccionario  de Ga'le,

escribe&

(l alma si bien es enteramente indiisible, inolucra una tendencia compuesta, es

decir, una multitud de pensamientos presentes, cada uno de los cuales tiende a uncambio particular de acuerdo con lo que inolucra ' lo que puede encontrarse en *l

en ese momento en irtud de su relación esencial con todas las otras cosas en el

mundo. 0:; + 5<3

?5 Cf. Ion QQ 5<, 59> ;): Q > ' :; +++ 5?@5, citado en nota ?<. Iugnai 01992, ?=3 se refiere aestos estados como Brelaciones intramon#dicas. )o deben confundirse con lo que otros hanllamado Bpropiedades relacionales, esto es, propiedades tales como la paternidad que son predicables de un indiiduo sólo en la medida en que ha' alg%n otro indiiduo con el que se

relaciona 0*ase +shiguro 199, 1E3. !as Brelaciones intramon#dicas son accidentes mon#dicosque tienen un contenido relacional. )o implican la e$istencia de hechos relacionales irreduciblesacerca de las mónadas.?< *ase su carta a Gourget de diciembre de 1?1@& B;or el modo en que defino percepción ' apetito,es necesario que todas las mónadas est*n dotadas de ellos. ;ues la  percepci%n  es para mí larepresentación de la multitud en lo simple, ' el apetito es la tendencia de una percepción a la otra> pero estas dos cosas est#n en todas las mónadas, pues de otro modo una mónada no tendría relacióncon el resto del mundo 0:; +++ 5?@53.

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Ta sea que consideremos a las apeticiones como modificaciones por sí mismas, o

meramente como propiedades de las percepciones, !eibni" de/a en claro que se requiere

dos tipos distintos de denominaciones intrínsecas para especificar de modo completo elestado de una mónada& denominaciones que seOalan Bun poder 66is77 de transición '

aquello hacia donde se reali"a la transición 0C 93. Así, podemos al menos distinguir

conceptualmente las percepciones de una mónada, que son indiiduadas en t*rminos de su

contenido o de lo que representan, ' la tendencia de esas percepciones a dar lugar a

 percepciones nueas. -eg%n !eibni", esta apetición o Besfuer"o mencionada en %ltimo

lugar es un aspecto intrínseco de todo estado mon#dico. !o concibe como an#logo al conato

de un cuerpo en moimiento. Iientras que el moimiento es e$presado en el recorrido de

un cuerpo a tra*s del espacio durante un interalo finito de tiempo, el conato es e$presado

en su tendencia moment#nea a moerse en cierta dirección. !a apetición mon#dica debe

 pensarse así no como el cambio efectio que ocurre en una mónada, sino como la tendencia

de una cierta percepción a dar lugar a nueas percepciones. Al igual que en el caso de las

 percepciones mismas, el estado de cada mónada en un tiempo dado est# caracteri"ado por

una infinidad de tales apeticiones. (l resultado de su acción es la progresión continua de la

mónada hacia nueas percepciones.??

-i bien una mónada es por naturale"a un principio de cambio en la medida en que sus

estados tienden naturalmente hacia estados nueos, en el sentido m#s estricto el cambio

mismo no es una denominación intrínseca de las mónadas. (s, por el contrario, meramente

un agregado o Bresultado de dos estados contradictorios de una mónada. (ntendidos de

este modo, los cambios mon#dicos pueden ser diididos en dos tipos. !as acciones de una

mónada son aquellos cambios por los cuales pasa de un estado menos perfecto a un estado

m#s 0o igualmente3 perfecto> sus pasiones son aquellos cambios por los cuales pasa de un

estado m#s perfecto a un estado menos perfecto.?= (n cada caso, el grado de perfección del

estado de una mónada es definido en t*rminos del grado de distinción de sus percepciones,

o de su proporción de percepciones distintas en relación con las confusas. Así, puede

?? Cf. :; ++ EE2> :; + 5<.?= Cf. C 9> : EE.

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decirse que una mónada es actia en la medida en que sus percepciones se uelen m#s

distintas, ' que es pasia en la medida en que se uelen menos distintas 0o m#s confusas3&

6-7i tomamos a la Bacción como un esfuer"o hacia la perfección, ' a la Bpasión

como lo opuesto, entonces las sustancias genuinas son actias sólo cuando sus

 percepciones se uelen m#s desarrolladas ' distintas, así como son pasias sólo

cuando sus percepciones se uelen m#s confusas. 0)( ++, $$i, ?3?9

-eg%n !eibni", cada mónada creada est# su/eta tanto a acciones como a pasiones. (n tanto

tal, debe ser considerada como pose'endo tanto una Bpotencia actia primitia suentelequia o principio de fuer"a, ' una Bpotencia primitia pasia, su Bmateria primera.=2

(n un sentido, por lo tanto, una mónada puede ser considerada como una sustancia

h'lemórfica, o como un compuesto de forma ' materia. (s importante, sin embargo, que no

nos engaOemos por esta descripción. Ga/o ninguna circunstancia deberíamos pensar en las

mónadas como sustancias materiales& B;uede llamarse a todas las sustancias simples o

mónadas creadas entelequias8, pues tienen en sí mismas una cierta perfección> tienen una

suficiencia que las conierte en las fuentes de sus acciones internas ', por así decir, en

autómatas incorpóreos 0Q 1=3. !a identificación de las mónadas con entelequias, los

 principios de acción que !eibni" designa en otro lugar como Bformas, de/a en claro que las

mónadas mismas no son sustancias corpóreas.=1 -on, en cambio, entes animados, que se

unen a un cuerpo org#nico para formar un organismo o criatura iiente .=

-i esto es así, sin embargo, la cuestión de la fuente de la pasiidad de las mónadas, o de su

Bmateria primera, se uele especialmente acuciante. De manera característica, !eibni"

?9 B(l alma tiende a cambiar por el apetito, que la conduce a percepciones distintas o confusas,seg%n lo cual es m#s o menos perfecta 0:; +++ E@?3.=2 B-ólo Dios es una sustancia erdaderamente separada de la materia, dado que es acto puro, sinning%n poder 66potentia77 de que se act%e sobre *l, que es lo que, donde sea que se encuentre,constitu'e la materia 0:; ++ 5E23.=1 B;or mónadas8 entiendo las sustancias simples ', por lo tanto incorpóreas, que no tienen nadaque pertene"ca a la e$tensión 0D ++ , 1<13. Cf. D ++ , 15=> Ion Q 19.= oleremos a este punto en la parte +++.

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asocia este aspecto de la naturale"a de una mónada con su resistencia al cambio ' con sus

 percepciones confusas& B6C7omo las mónadas est#n su/etas a pasiones 0con e$cepción de la

 primitia 6Dios73, no son fuer"as puras> son el fundamento no sólo de acciones, sino

tambi*n de resistencias o pasiidades 6 passibilit.s7, ' sus pasiones se dan en percepciones

confusas 0:; +++ <E<3. K;ero cómo, debemos preguntar, est#n específicamente ligadas las

 percepciones confusas de una mónada con su resistencia al cambio ' con su tendencia a

 pasar de estados m#s perfectos a menos perfectosM !a solución de este problema requiere

que distingamos dos sentidos diferentes en los que puede decirse que una mónada Bact%a.

Como una entelequia o fuente espont#nea de cambio, una mónada act%a continuamente

 para producir todos los cambios que ocurren en sus propios estados&

6P7odo lo que ocurre en lo que es, en sentido estricto, una sustancia debe ser un caso

de Bacción en el sentido metafísicamente riguroso de algo que ocurre en la

sustancia de manera espont#nea, ' que se origina de sus propias profundidades> pues

ninguna sustancia creada puede tener una influencia sobre ninguna otra, de modo

que todo llega a una sustancia a partir de sí misma 0si bien, en %ltima instancia, a

 partir de Dios3. 0)( ++, $$i, ?3

De acuerdo con !eibni", todos los cambios que ocurren en los estados de una mónada son

enteramente el producto de sus propias apeticiones, o las tendencias moment#neas de sus

estados para pasar a estados nueos> ' toda apetición seme/ante puede ser considerada

como una modificación de la fuer"a intrínseca o el poder actio primitio de esa mónada.

-i bien cualquier cambio dentro del estado de una mónada dada es así efecto de la misma

fuente el e/ercicio de la apetición mon#dica podemos distinguir entre aquellos cambios

que terminan en estados de perfección creciente 0las acciones de una mónada3 ' aquellos

que terminan en estados de perfección decreciente 0sus pasiones3. Cuando la apetición total

de una mónada en un momento dado da lugar a 66results in77 una acción o una pasión, ello

es determinado por su correspondiente resistencia al cambio en ese momento, esto es, por

su materia primera o sus percepciones confusas.

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(l me/or modo de comprender cómo surge esta resistencia consiste en retornar al modelo

 b#sico de la acción 0tanto humana como diina3 de !eibni" como el producto con/unto de la

sabiduría ' la olición.=E ;ara !eibni", la oluntad o el apetito es naturalmente bueno&

tiende hacia cada fin en proporción a su grado aparente de bondad. !o que impide la

obtención de lo bueno no es pues el car#cter de la oluntad de un agente, sino su grado

asociado de sabiduría& su capacidad para apreciar la bondad relatia de fines en

competencia. Con esto, estamos en condiciones de clarificar los respectios roles de la

fuer"a actia primitia ' de la materia primera en las operaciones de una mónada. Vna

mónada es concebida por !eibni" como una combinación de elementos olitios '

cognitios de una facultad de apetito ' una facultad de percepción. ;or naturale"a una

mónada es un principio espont#neo de acción que tiende hacia el cambio a menos que sea

obstaculi"ada de alg%n modo, ' lo hace de acuerdo con la le' de las causas finales> esto es,trata de lograr el ma'or bien posible. (n la medida en que una mónada es obstaculi"ada en

su esfuer"o por lograr estados de ma'or perfección, ella misma debe ser la fuente del

impedimento. !eibni" recha"a la influencia de cualquier otro ente finito sobre una mónada,

' est# comprometido con la negación de que Dios es, de alguna manera, responsable por lo

que es pasio o limitado en los entes creados. !a %nica e$plicación de la resistencia a los

esfuer"os por progresar 66 pro(ressive77 de una mónada, entonces, es la aprehensión

limitada por parte de esa mónada del bien hacia el cual sus apeticiones est#n dirigidas. (sta

aprehensión limitada es el resultado de sus percepciones confusas, que son identificadas por

!eibni" con la materia primera o poder pasio de la mónada.

!a discusión en esta sección ha estado limitada a una e$plicación de las propiedades de las

mónadas indiiduales. !os resultados establecidos aquí ser#n e$pandidos en el capítulo

 pró$imo cuando miremos en detalle las relaciones que unen a las mónadas al interior de un

mundo. Antes de pasar a ese tema, debemos decir unas palabras finales acerca de las

diisiones que !eibni" reconoce dentro de la clase de las mónadas. (n la medida en que

e/emplifican las propiedades de unidad, actiidad, ' percepción, las mónadas son

esencialmente anímicas. (n el Q 19 de la  ,onadolo('a, !eibni" sugiere que en un sentido

=E *ase capítulo 1.

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 podría incluso ser apropiado identificar las mónadas con las almas& B-i queremos llamar

alma a todo lo que tiene percepciones  ' apeticiones en el sentido general que acabo de

e$plicar, entonces todas las sustancias simples o mónadas creadas pueden ser llamadas

almas. -e abstiene de sacar esta conclusión, sin embargo, con el ob/etio de distinguir

entre tres diferentes grados de mónadas sobre la base de la perfección relatia de su

facultad de percepción. Como hemos isto, !eibni" presupone que todas las mónadas en

todo momento est#n dotadas de una infinidad de  petites perceptions.=@  Considera sin

embargo que las mónadas arían mucho en el grado en que sus percepciones son distintas,

o admiten diferencias discernibles. (n el niel m#s ba/o en la /erarquía de las mónadas

est#n aquellas sustancias simples que poseen las propiedades b#sicas de la percepción ' la

apetición, pero cu'as percepciones mismas no tienen ning%n niel apreciable de distinción.

;ara tales mónadas Bdesnudas 6nudae7, no ha' percatación 66a2areness77 sensible nirefle$ión autoconsciente sobre los contenidos de su mente. -u ida mental est# identificada

con la cualidad de la nuestra Bcuando nos desma'amos o cuando estamos abrumados al

dormir profundamente sin soOar 0Q 23. (n el estadio por encima de *ste, !eibni" coloca

las Balmas& sustancias cu'as percepciones son m#s distintas, suficientes para los propósitos

de la sensación, ' acompaOadas de memoria 0Q 193. Asigna almas de este tipo a los

animales, ' /u"ga que ellos est#n por lo tanto dotados de la habilidad de ra"onar Bcomo un

empírico, esto es, de acuerdo con las lecciones de la e$periencia ' el h#bito 0QQ <=3. (l

niel m#s alto de mónadas, finalmente, est# compuesto de Bespíritus o Bmentes

racionales, que se distinguen de las almas de los animales por su conocimiento de las

erdades necesarias, adquirido a tra*s de la refle$ión sobre la naturale"a de sus propias

mentes 0Q E23.

($aminamos en detalle en el capítulo @ cómo !eibni" intenta fundamentar la posibilidad de

la metafísica como ciencia sobre la capacidad de las mentes racionales para encontrar

dentro de sí mismas conceptos inteligibles del ser, la sustancia, la causa, ' otros seme/antes.Jemos recorrido ahora un círculo completo en nuestro desarrollo de la teoría de la

sustancia que tiene como propósito e$plicar esta capacidad. ;or desgracia, es esperable que

a'amos a e$perimentar aquí una cierta decepción. Vna tesis fundamental de la metafísica

de !eibni" es que, sean cuales fueran las diferencias entre mónadas, debe ser posible

=@ *ase capítulo @.

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concebir los poderes de las mónadas superiores como emergiendo en irtud de un

incremento gradual de aqu*llos de las mónadas inferiores, e incluso de las m#s inferiores

mónadas desnudas.=5 Donde esto parece menos plausible es en el caso de la capacidad

distintia de autorrefle$ión ' pensamiento racional que !eibni" asigna a las mentes

humanas. -e pretende que la capacidad para la racionalidad estable"ca a las mentes como

una clase completamente separada entre los entes creados& las %nicas criaturas que son

capaces de entender los principios de la /usticia diina ' que merecen la ciudadanía en la

Ciudad de Dios. (l problema es que esto parece implicar una brecha infinita entre las

criaturas racionales ' las no racionales, que es imposible salar por alg%n ordenamiento

continuo de grados de perfección. !eibni" nunca proporciona una e$plicación satisfactoria

de cómo podría resolerse este problema.=<

66Praducción& ("equiel ]erbudis. Reisión& Diana Cohen ' Claudia \#uregui77.

=5 *ase )( +++, i, 1> +, $i, 1. (sta es una consecuencia de la afirmación de que toda ariedadsurge a tra*s de una ariación de los grados de perfección 0:; ++ E@2, E@E3, ' del compromiso de!eibni" con una ordenación continua de los grados de perfección 0*ase capítulo 3.=< !eibni" lucha a lo largo de toda su carrera con la cuestión de la distancia metafísica entre lascriaturas racionales ' las no racionales. ;ara tratamientos de arios aspectos del problema, *aseFoue 1991> ulstad 1991> Glumenfeld 1995. !a brecha entre las criaturas racionales ' las noracionales es acentuada en DI Q E5& BDado que Dios es la ma'or ' m#s sabia de todas las mentes,