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Don Aurelio José Miguel Isamat
Anaque de Catalania
La Sagrada Familia 1976-1993
La Sagrada Familia © 1976, 1984, 1993, 1994 ©
Don Aurelio José Miguel Isamat
Anaque de Catalania
Disertación y Devocionario
Composición: /1976/ /1993/
Publicación: /1984/ /1994/ /1995/ /2005/
PRÓLOGO DEL AUTOR
La primera edición de estos apuntes teológicos fue redactada entre Mayo y
Septiembre de 1976, y publicada privadamente en Febrero de 1984, junto con el
Rosario. Tanto el Rosario como este opúsculo comenzaron a informarse durante la
misa del alba del día 28 de Mayo de 1975, en honor a mi antepasado San Guillermo «el
Grande», Anaque de Catalania /0768-0822/, Apóstol de Dios ≈ Isaac II, Patriarca del
Santo Grial /0793-0817/ ≈ Guillermo I, Rey de Cataluña /0793 0817/, Duque de
Aquitania /0790 0817/, Duque de España /0791 0817/, Duque de Septimania /0793
0817/, fundador de aquella celebérrima institución ecuménica que fue simultáneamente
monasterio benedictino y academia judeo-cristiana en Gellona, después Monasterio de
San Guillermo en el Desierto.
Ya escritos esencialmente el Rosario y los apuntes teológicos, quedaron ambos
confirmados en conciencia, durante un retiro espiritual del 16 al 19 de Septiembre de
1976, tras períodos de oración que incluían siempre dicho Rosario.
Mas precisaba mejorarse la redacción conceptual de ciertos textos carentes de la
luminosidad plena con que la Gracia debe reflejarse en ellos. Acaso no fuese entonces
el momento adecuado para su propagación, o quizá las limitaciones humanas no habían
logrado aun vencer ciertas asperezas formales, de manera que la conceptuación
estuviese a la altura de su esencia. Pasaron diecisiete años durante los que no revisé los
textos, hasta que, a mediados de Diciembre de 1993, con un nuevo hálito de
inspiración, quedaron los textos revisados, listos para la edición segunda: definitiva en
lo que respecta al Rosario, aunque el ensayo puede desarrollarse con mayor amplitud.
No obstante, sin mayor expansión, en Enero de 1994 publiqué privadamente la segunda
edición, porque, como expresaba el prólogo a la misma, debía salir ya, pues urge su
propagación... Nos hallamos cerca del fin catastrófico de la civilización moderna, ya
sumida en el abismo de su depravación, entre la tábida humareda de todas las
iniquidades, a los umbrales de la Gran Tribulación, cuando la Guerra, el Hambre, la
Peste y la Muerte han comenzado a cabalgar impunemente por las campiñas de todas
las Naciones, bajo los auspicios del Dragón Rojo, aparentemente triunfante.
En Septiembre de 1994 se reimprimió privadamente la segunda edición, que sigue
siendo la última, aunque he mejorado algunos aspectos intrascendentes de la redacción,
que afectan su contenido sólo formalmente, facilitando la lectura. Como en las
publicaciones anteriores, se adjunta el Rosario de la Sagrada Familia, que —aparte del
Sacrificio Eucarístico— debe ser una de las más poderosas corazas ante el asedio del
torrente sulfuroso que intenta ahogar a la humanidad toda.
Dedico esta obra a cuantos han sufrido persecución por amor a la Verdad y a la
Justicia, especialmente a la memoria de mi padre Don Aurelio II Isamat, Anaque de
Catalania /1902-1987/, Maestre de la Orden del Fénix Ardiente, de mi madre Doña
Dolores Clara María Gertrudis Francisca Clotilde Díaz de Cabrera /1909-2002/, de mi
tío padrino Don Walter Luis Francisco Isamat, Anaque de Catalania /1907-1969/, de mi
abuela materna Doña Clara María de la Victoria Ventura /1886-1972/, y de mi tía
abuela madrina Doña María de la Concepción Ernestina Ventura /1901-1977/,
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
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evangelios vivos en sus respectivas Cátedras, que padecieron serenamente cuando la
más diabólica de las orgías se apoderó de nuestra Patria; de mi abuela paterna Doña
Florencia Quintero /1885-1971/, ejemplo integérrimo y silencioso de resignación; de
mi tía abuela Doña Victoria Francisca de los Ángeles Ventura /1891-1970/, quien,
como Sor María de Jesús, fue, hasta su muerte en olor de santidad, Maestra de Novicias
del Monasterio de Santa Catalina de Sena, cuya Regla Santa había reformado
austeramente; y de mi amigo Don Juan Ramón O’Farrill, Anaque de Miledhia /1916-
1994/, Presbítero, defensor incansable de las causas justas, por lo que padeció un largo
e implacable martirio con benevolencia, serenidad y resignación admirables.
Desde el destierro, en la solemnidad del Santísimo Patriarca San José, Padre de
Dios, 19 de Marzo de 2005.
LA SAGRADA FAMILIA
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INTRODUCCIÓN
Después de la Altísima Trinidad, los tres miembros meramente humanos de la
Sagrada Familia son las más sólidas rocas donde anclar la nave del alma en las
tormentas de la vida... Mas, considerando que a esta familia inmaculada pertenece,
como centro, al Divino Señor Jesús Emanuel, y que, en un sentido más cabal, incluye
también al Divino Señor Yahvéh y a la Divina Señora Ruaj, ¡cuánto más absoluta ha de
ser nuestra confianza en ella!
Ninguna intervención entre el Hombre y Dios puede ser tan eficaz como las del
Padre, la Madre y el Vadre del Divino Redentor, San José «el Justo», Santa María «la
Virgen» y San Juan «el Bautista», no sólo por ser ellos, libres de pecado, príncipes
excelsos e inigualables entre todos los Santos, sino también porque el Altísimo les
encomendó las tres misiones más importantes jamás encomendadas a ser meramente
humano, es decir, las más inmediatas a la Redención del Mundo. ¡Tanto mayor ha de
ser ante el Altísimo el poder intercesor de su Padre, su Madre y su Vadre humanos,
íntimamente unidos a Nuestro Señor Jesús Emmanuel, en el seno de la Sagrada
Familia, la Familia de Dios!
En este espíritu se ha compuesto el Rosario adjunto al ensayo que sigue, donde se
estudia brevísima pero profundamente el Misterio de los tres miembros exclusivamente
humanos de la Sagrada Familia, y se incluye una nota esencial sobre el Redentor
mismo.
Mas, antes de pasar al estudio hagiográfico, debo esclarecer el significado de la
Redención y Corredención del Mundo, pues quizás algunos lectores no tengan
conocimiento preciso de los mismos. Además, es imprescindible definir ciertas
palabras empleadas aquí, ya que unas son neologismos, mientras que otras tienen un
sentido diferente al vulgar.
Nuestro Señor Jesús Emmanuel es el único Redentor del Mundo en sentido
absoluto, ya que sin su Martirio salvífico no habría podido haber Redención alguna. No
obstante, además de la Alta Gracia que fluye de la Redención por el Divino Verbo
Encarnado, se precisa la expiación corredentora de cada cual: quien alcanza la Gloria
Celestial es en parte corredentor de sí; quien alcanza un grado de santidad mayor aún,
es, en alguna medida, corredentor de otros. Lógicamente, a mayor santidad, mayor
efluvio corredentor derrama un bienaventurado a través de su intercesión ante el
Altísimo. Así, los Mártires son mayores corredentores que los demás santos, mientras
que los Apóstoles son corredentores mayores aun, ya que, aunque manchados por el
pecado, lo expiaron con un efluvio magnánimo de sacrificio excelso, tan abundante que
ha cooperado eficazmente en la salvación personal de muchos otros pecadores. Pero,
corredentores en un grado sumo, ciertamente más que los Apóstoles, son el Padre, la
Madre y el Vadre de Dios, precisamente por no tener culpa propia que corredimir, y
aplicarse todos sus sacrificios a la salvación de los pecadores.
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
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DICCIONARIO
Empléanse algunos vocablos que no son del uso común, o cuyo significado difiere
con el uso vulgar, según la lista subsiguiente.
AAPPÓÓSSTTOOLL [helen. αποστολος «enviado» → lat. apostolus.]
Substantivo masculino apóstol, femenino apostolesa.
APÓSTOL DE DIOS. Mártires de Dios que, en sumo grado, han cumplido una misión
extraordinaria encomendada por el Altísimo. En este reducido grupo de santos deben
incluirse solamente los más exaltados Patriarcas y Profetas de la Antigua Alianza, así
como los «doce» discípulos del Divino Señor Jesús Emanuel calificados siempre con
dicho título, y algunos otros santos extraordinarios de la Nueva Alianza.
AASSUURRAA [diapet. asúra «espíritu»; ind. Asúra «dios de cierta clase»; med. Ahúra «dios de cierta
claee»; pers. Ahúra «dios de cierta clase»; helen. afúra → aúra; lat. aura «soplo, brisa»; ϣem.
Aϣúr «nombre de un dios».]
ASURA DIVINA. Tercera Persona de la Santísima Trinidad, comúnmente llamada
Espíritu Santo (el substantivo masculino lat. spiritus traduce al femenino helen.
ΠΝΕΥΜΑ, que a su vez traduce al femenino heber. RUAƢ, equivalente al substantivo
femenino indoeuropeo ASURA (coincidentemente, la relación de la Asura Divina con los
hombres es característicamente «maternal», cuanto la del Meno Divino es «paternal»).
La Asura Divina es la Madre nuestra del Cielo, como el Meno Divino es el Padre
nuestro del Cielo, y el Verbo Divino es el Vadre nuestro del Cielo.
BBRRAAHHÁÁNN [diapet. brah «soplo, espíritu» + sumer. en «rey, soberano»; diapet. an «dios».]
Substantivo masculino Brahán, femenino Brahana. Título de dignidad exclusivo de
los tres miembros meramente humanos de la Sagrada Familia (San José «el Justo»,
Santa María «la Virgen» y San Juan «el Bautista»). Por ellos a su ancestro agnado San
Abram, Apóstol de Dios, Dios mismo designó Ab-Brah-an «Padre de Soberanos
Espirituales».
DDUULLÍÍAA [helen. δουλεια «servidumbre» → lat. dulia. → castell. dulía; helen. fυπερδουλεια →
υπερδουλεια → lat. hyperdulia → castell. hiperdulía.]
El culto de dulía es la veneración debida a los ángeles y santos, en contraposición al
culto de latría, que es la adoración debida solamente a Dios.
Parece razonable que a los Ángeles y a los Apóstoles se des de culto de protodulía,
o sea, de primera clase, aunque esta denominación no suele emplearse.
LA SAGRADA FAMILIA
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El culto de superdulía o hiperdulía, que la Iglesia reconoce a la Madre de Dios, es
la veneración máxima posible dada a una criatura, y, como tal, debe corresponder
únicamente a San José «el Justo», Santa María «la Virgen» y San Juan «el Bautista»,
por sus dignidades respectivas de Padre, Madre y Vadre de Dios.
FFRRAADDRREE [rad. frat- → lat. frater, helen. φραθηρ, visigot. brothar, aleman. bruder, inglés brother,
ind. bhratar.]
Macho que, en relación otro ser, es pariente agnado suyo.
MMAADDRREE [rad. med- ~ mat- «nutrir, remediar» → lat. mater, helen. μητηρ, aleman. mutter, ingl.
mother, ind. matar.]
MADRE (NUESTRA) DEL CIELO. Designación exclusiva de la Asura Divina, con
respecto a los hombres, como Consoladora nuestra.
MADRE DE DIOS. Designación exclusiva de Santísima Brahana María «la Virgen»,
como Madre (humana) del Divino Señor Jesús.
MMÁÁRRTTIIRR [helen. μαρτυς «testigo» → lat. martyr.]
MÁRTIR DE DIOS. Desde principios del Cristianismo se da el título de mártir a los
quienes han dado testimonio de Fe en grado heroico, aunque comúnmente es título
reservado para los que han muerto bajo suplicio. No obstante, parece absurdo el
requisito común de muerte bajo suplicio, ya que muchos de los Mártires más exaltados
no murieron bajo suplicio, mientras que otros fallecidos bajo suplicio son santos
relativamente menores. Por lo tanto, preferimos calificar de Mártires de Dios a los que
han dado testimonio de Fe en tal grado que sobresalen excepcionalmente aun entre los
demás santos (compárese a Apóstol de Dios).
MMEENNOO [rad. men- ~ man- «potencia inicial, causa original» → lat. mens, mentis → castell. mente;
lat. manare → castell. manar].
MENO DIVINO. Primera Persona de la Santísima Trinidad, comúnmente llamada
Dios Padre. El Meno Divino es el Padre nuestro del Cielo, como el Verbo Divino es el
Vadre nuestro del Cielo, y la Asura Divina es la Madre nuestra del Cielo.
PPAADDRREE [rad. pat- ~ pot- « potencia, potestad, poder» → lat. pater, helen. πατηρ, visigot. fadar,
aleman, vater, ingl. father, ind. pitar.]
PADRE (NUESTRO) DEL CIELO. Designación exclusiva del Meno Divino, con
respecto a los hombres, como Creador nuestro.
PADRE DE DIOS. Designación exclusiva del Santísimo Brahán José «el Justo», como
Padre (humano) del Divino Señor Jesús.
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
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RRUUAAJJ [hebr. RUAƢ «asura, espíritu, pneuma».]
Nombre, que empleamos como propio, de la Asura Divina o Espíritu Santo, como
el hebr. JAHWEH (lat. Iouis → castell. Jove, de la raíz dia- «Dios»), lo es del Meno
Divino. El nombre titular completo hebreo es RUAƢ HA-KODEϢ, literalmente «Asura la-
Santa» («Pneuma la-Santa», «Espíritu el-Santo»).
SSUUEESSDDRREE [rad. sues- → lat. soror, visigot. swistar, aleman. schwester, ingl. sister, ind. svasar, rus.
сестра.]
Hembra que, en relación a otro ser, es pariente agnada suyo.
VVAADDRREE [rad. va- ~ vat- «voz, palabra, inspiración profética» → lat. vates «poeta», ir. faith «profeta,
poeta inspirado por Dios», gaut. vod- «inspiración profética o poética» (nors. voð- → oð-, ingl.
wod-, alaman. wott-). Neologismo lat. vater, castell. vadre, siguiendo la morfología de pater →
padre, mater → madre, frater → fadre.]
Profeta, poeta místico o maestro místico, con respecto a un discípulo suyo, de quien
es antonomásticamente maestro o precursor.
VADRE (NUESTRO) DEL CIELO. Designación exclusiva del Verbo Divino, con
respecto a los hombres, como Redentor nuestro.
VADRE DE DIOS. Designación exclusiva del Santísimo Brahán Juan «el Bautista»,
como Profeta-Precursor del Divino Señor Jesús.
VVEERRBBOO [lat. uerbum, equivalente al helen. λογος, hebr. ϢEMAʻ.]
VERBO DIVINO. Segunda Persona de la Santísima Trinidad, comúnmente llamada
Dios Hijo. El Verbo Divino es el Vadre nuestro del Cielo, como el Meno Divino es el
Padre nuestro del Cielo, y la Asura Divina es la Madre nuestra del Cielo.
LA SAGRADA FAMILIA
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GENEALOGÍA Y DINASTOLOGÍA
El Evangelio según San Lucas da la genealogía mesiánica completa, mientras que el
Evangelio según San Mateo da su dinastología, es decir, la sucesión dinástica en el
Patriarcado de Israelia-Teudhalia, siempre entre fradres (con lo que significamos
exclusivamente «parientes agnados»); por lo que en su lista, en vez de «engendró (in-
generó)», debe leerse «pro-generó», con el valor de «antecedió en el patriarcado de su
estirpe».
Hasta Don Jeconías ≈ Joaquín ≈ יהיקים ≈ JAHJAQIM BEN ʼELIJAQIM JAHJAQIM,
Anaque de Israelia-Teudhalia ≈ JAHJAQIM II, Patriarca \0587-0587\, último Rey de
Judea, el Evangelio según San Mateo da la sucesión dinástica a través de los Reyes de
Judea, que son los mismos Patriarcas, descendientes agnados de San David ≈ רור ≈
DAWID BEN JEϢAI, Anaque de Israelia-Teudhalia \1031-0960\, Apóstol de Dios ≈
DAWID I, Patriarca \1000-0960\, Rey de Israelia \1017-0960\, Rey de Judea \1000-
0960\, a través de su hijo sucesor Don Salomón ≈ שלמה ≈ ϢELOMO BEN DAWID, Anaque
de Israelia-Teudhalia \…-0931\ ≈ ϢELOMO I, Patriarca \0960-0931\, Rey de Israelia
\0960-0931\, Rey de Judea \0960-0931\. El sucesor de Don Joaquín II, esposo de una
hija del mismo, fue el célebre profeta San Nerí ≈ נדי ≈ NERI BEN MALAKI ≈ Nereo ≈
Nerías ≈ נדייה ≈ NERIJAH BEN MALAKIJAH, Anaque de Israelia-Teudhalia \0616-0533\,
Apóstol de Dios ≈ Daniel ≈ רניאל ≈ Dani-el I, Patriarca \0587-0533\ ≈ Baltasar ≈
BALBALTSUSUR ≈ BELTEϢATSTSAR ≈ BAL-BALTSU-USUR, Vice-Rey de Babilonia /0539-
0539/, Vice-Rey de Persia /0539-0533/, que descendía por igual de San David (a través
de su hijo Don Natanael ≈ נתמאל ≈ NATANʼEL BEN DAWID), quedó primogenitizado, o
sea, establecido como primado de la Dinastía Davídida por Dios Altísimo (de quien era
el predilecto), y fue autor de uno de los libros proféticos mayores, a quien sucedió en el
solio patriarcal1 su hijo Don Saaltiel ≈ שאלתיאל ≈ ϢALTʼEL BEN NERIJAH, fallecido sin
sucesión. La viuda de Don ϢALTʼEL se desposó, por ley de levirato, con un fradre
germano de éste, Don Pedayas ≈ Pedaías ≈ PEDAJAH BEN NERIJAH, quien engendró al
sucesor patriarcal, San Zorobabel ≈ ZERUBABʼEL BEN PEDAJAH [levirático ZERUBABʼEL
BEN ϢALTʼEL] ≈ SESBASAR «ZERU-BAB-ILI», Anaque de Israelia-Teudhalia, Apóstol de
Dios ≈ ZERUBABʼEL I, Patriarca \0533-…\, Duque de Judea \0533-…\, restaurador del
Templo de Jerusalén, con quien el Evangelio según San Mateo continúa la lista.
A partir de San Zorobabel, dicho Evangelio prosigue con la sucesión patriarcal
siguiente: Abiud, que en este caso no debe corresponder a Abihud, o sea, אביהור
{ʼBHWD} → {ʼABIHUD}, sino al hipocorístico Obed, de Obedías, o sea, עבריה {ʻBDJH}
→ {ʻOBEDIJAH}, corresponiente a Don ʻOBEDIJAH BEN ARNAN (Don Arnan era
tataraniento de San Zorobabel); Eliaquín, o sea אלייקים {ʼLJJQJM} → {ʼELIJAQIM}; Azor,
que no debe corresponder al calificativo ϣem. halam. «pensador», sino al hipocorístico
1 Parece que San Daniel no fue proclamado Patriarca oficialmente, y por lo tanto están omitidos en la
dinastología referida por San Mateo, a pesar de que, hasta su muerte, fue indudablemente jefe de los
Israelitas en el Imperio Babilónico primero y después en el Imperio Pérsico, así como primado de la
Casa de David en el exilio. Parece que Don Pedajah tampoco fue proclamado Patriarca, pues está
omitido también en la dinastología referida.
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
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Azar, de Azarías, o sea, עזדיה {ʻZRJH} → {ʻAZARIJAH}; Sadoc, por Sedecías, o sea צרקיה
{TSDQJH} → {TSEDEQIJAH}; Aquín, por Joaquín, o sea יהיקים {JHJQJM} → {JAHJAQIM};
Eliud, propiamente Elihud, o sea, אליהור {ʼLIHWD} → {ʼELIHUD}; Eleazar, que es
idéntico a Lázaro, o sea אלעזד {ʼLʻZR} → {ʼELʻAZAR}; Matán, que es nombre indistinto
a Matat, ambos reducciones hipocorísticas de Matanías, nombre indistinto a Matatías
(Matías, Mateo), o sea, מתניה {MTNJH} → {MATANIJAH} ≈ מתתיה {MTTJH} →
{MATITIJAH}, que reúne a dos patriarcas: Don MATANIJAH BEN ʻAMUS ≈ MATITIJAH BEN
ʻAMUS (MATANIJAH ≈ MATITIJAH II), y su trastataraniento, San Matanías ≈ Matatías ≈
MATANIJAH BEN LEWI ≈ MATÞIJAH BAR LEWI ≈ MATITIJAH BEN LEWI (MATANIJAH ≈
MATITIJAH III); Jacobo (Diego, Jaime), o sea, יהעקוב {JHʻQWB} → {JAHʻAQUB} →
{JAʻAQUB }, que fue San JAHʻAQUB BEN LEWI (JAHʻAQUB IV), fradre germano de San
Matatías III; José (Josefo), correspondiente al Santísimo Padre de Dios, San José «el
Justo» ≈ יוסף ≈ JOSEF BAR ʼELOI ≈ JOSEP BEN ʼELÍ ≈ JOSEP «HA TSEDIQ» BEN ʼELIJAQIM ≈
JOSEP II, Patriarca; y Jesús, o sea, יהשע {JHϢʻ} → {JAHϢUʻ} → יהושע {JHWϢʻ} →
{JEHOϢUAʻ}, correspondiente al Divino Mesías. Es obvio que en esta lista hay lagunas
cronológicas, pero no necesariamente por omisión de patriarcas, ya que debido a
circunstancias políticas, la Dinastía Davídida pudo haber permanecido acéfala
oficialmente durante algunos períodos caóticos.
A partir del Patriarca San Zorobabel, el Evangelio según San Lucas, da la sucesión
genética siguiente, siempre de hijo a padre, cuyo orden invertimos (de padre a hijo)
aquí: Juan, o sea, יוחנן {JWƢNN} → {JOƢANAN}, etimológicamente יהחנן ≈ {JHƢNN} →
{JAHƢANAN}, que es el mismo nombre Hananías → Ananías, o sea, חנניה {ƢNNJH} →
{ƢANANIJAH}; Rafías o Rafayas, o sea, דפיה {RPJH} → {RAPIJAH} → {RAFIJAH}; Juan,
o sea, יוחנן {JWƢNN} → {JOƢANAN}, que, como se ha referido, es lo mismo que
Hananías, o sea, חנניה {ƢNNJH} → {ƢANANIJAH}; Judá o Judas, o sea, יהורה {JHWDH}
→ {JEHUDAH}, etimológicamente {JEUD-HAL}; José (Josefo), o sea, יוסף {JWSP} →
{JOSEP} → {JOSEF}, quizás etimológicamente יההסף {JHHSP} → {JAH-HOSEP} ← ƣam.
misr. {ÞIA-HOTEP}; Semei (Ϣemei) o Simi (Ϣimi), o sea, שמעי {ϢMʻJ} → {ϢIMʻI},
hipocorístico de Semías o Simías, o sea, שמעייה {ϢMʻJH} → {ϢIMIʻJAH}; Matatías
(Matías, Mateo), o sea, מתתיה {MTTJH} → {MATITIJAH}, equivalente a מתניה {MTNJH}
→ {MATANIJAH}; Maats o Maaz, corrupción de Matat, hipocorístico del mismo
nombre anterior; Nagai, que sería Negi, por נדי {NRJ} → {NERI}, a su vez, reducción
hipocorística de נדייה {NRJJH} → {NERIJAH} «Mi cirio es Dios (JAHWEH)»2; Esli o Hesli,
por Elí o Helí, que confunde y reúne en un nombre a Don Elioenai o Helioenai, o sea,
y a su hijo el Patriarca Don Eliasib o Heliasib, o sea ,{ʼELIʻENEI} → {ʼLJʻJN} אליעין
{ʼELIAϢIB}; Nahum, o sea, נחום {NƢWM} → {NAƢUM}; Amós o Hamós, o sea, עמוס
{ʻMWS} → {ʻAMOS}; Matatías, correspondiente al Patriarca Don Matanías I ≈ Matatías
I, mencionado en la dinastología; José; Janai, por Juan, o sea, יוחנן {JWƢNN} →
{JOƢANAN}; Melqui, por מלאכי {MLAKJ} → {MALAKI} → {MALAƢI} «Mi mensajero»,
2 Durante el transcurso del alfabeto ϣem. heber. antiguo al moderno, desapareció la grafía antigua de
{R}, r, mientras que la grafía antigua de {G}, g, se convirtió en la grafía moderna de {R}, ד, por lo que
hubo de inventarse una nueva grafía para {G}, ג, en el alfabeto moderno. Parece que la confusión de
NEGI por NERI se debió a que, cuando se redactó el Evangelio según San Lucas, la grafía ד se
empleaba tanto para {G} como para {R}, por haber desaparecido ya la grafía antigua de {R}, pero no
existir aun la nueva de {G}.
LA SAGRADA FAMILIA
11
cuya grafía lat. castell. Malaquías, debería corresponder al inusitado מלאכיה {MLAKJH}
→ {MALAKIJAH} «mensajero de Dios (JAHWEH)», del que MALAKI debe ser apócope
hipocorístico (aunque suele tenerse por nombre completo); Leví, o sea, לוי {LWJ} →
{LEWI}; Matat, hipocorístico de Matatías, o sea מתתיה {MTTJH} → {MATITIJAH}, que es
lo mismo que Matán, hipocorístico de מתניה {MTNJH} → {MATANIJAH}, y corresponde
al antedicho Patriarca San Matanías II o Matatías II, inmediato antecesor de San
Jacobo II; Elí, Heli o Eloi, correspondientes al ϣem. שלי {ʼLJ} «mi Dios (ʼEL)» →
ϣem. heber. {ʼELI} ≈ ϣem. halam. {ʼELOI}, como reducción hipocorística, en este caso
de Eliaquín, o sea, אלייקים {ʼLJJQJM} → {ʼELIJAQIM} «Dios (ʼEL) establece», que
corresponde a San ʼELIJAQIM BEN MATITIJAH, abuelo paterno del Divino Mesías; José, o
sea, el Santísimo Padre de Dios, San José «el Justo» ≈ יוסף ≈ JOSEF BAR ʼELOI ≈ JOSEP
BEN ʼELÍ ≈ JOSEP «HA TSEDIQ» BEN ʼELIJAQIM ≈ JOSEP II, Patriarca; y Jesús, o sea, יהשע
{JHϢʻ} → {JAHϢUʻ} → יהושע {JHWϢʻ} → {JEHOϢUAʻ}, correspondiente al Divino
Mesías.
Hijos de San Leví ≈ לוי ≈ LEWI BEN MALAKIJAH, Anaque de Israelia-Teudhalia,
antedicho, fueron los mencionados San Matatías III, Patriarca; y San Jacobo II,
Patriarca, fallecido hacia \0007\, de cuya descendencia se trata a continuación.
San Jacobo II tuvo tres hijos: Santa Ester, San Joaquín y Santa María. Santa Estrella
≈ Asteria ≈ Ester ≈ סתד ≈ ESTER BAT JAHʻAQUB, Anaquesa de Israelia-Teudhalia,
Apostolesa de Dios, se desposó fradre-consobrino germano San Elí ≈ Eliaquín ≈ אלייקים
≈ ʼELIJAQIM BEN MATITIJAH, Anaque de Israelia-Teudhalia, Apóstol de Dios, y de este
matrimonio nació el Santísimo Padre de Dios, San José «el Justo», de quien se trata
más extensamente en el cuerpo de este ensayo. San Joaquín ≈ יהיקים ≈ JAHJAQIM BEN
JAHʻAQUB, Anaque de Israelia-Teudhalia \…-0008\, Apóstol de Dios, se deposó con su
suesdre-consobrina germana Santa Ana ≈ הנאה ≈ ƢANNA BAT MATITIJAH, Anaquesa de
Israelia-Teudhalia \…-0008\, Apostolesa de Dios, y de este matrimonio nació la
Santísima Madre de Dios, Santa María «la Virgen», de quien se trata más extensamente
en el cuerpo de este ensayo. Santa María ≈ מדין ≈ MIRJAM BAT JAHʻAQUB, Anaquesa de
Israelia-Teudhalia, Apostolesa de Dios, fue discípula de su sobrino el Divino Mesías, y
esposa de su fradre-consobrino germano San Alfeo ≈ Cleofás ≈ Cleopatro ≈
Κλεοπατρος ≈ HALFAI BAR MATÞIJAH ≈ HALPAT BEN MATITIJAH, Anaque de Israelia-
Teudhalia \0031-0037/, Apóstol de Dios ≈ HALPAT I, Patriarca /0035-0037/, Pontífice ≈
HALPAT I, Epíscopo de Jerusalén /0035-0037/, de cuyo matrimonio nacieron San
Jacobo «el Justo» \0017-0062/, San Judas «el Mellizo» alias Tomás \0017-0053/, San
José \0015-.../, San Simón \0013-0107/, San Leví Matatías, Santa Salomé, y Santa
María.
San Matatías III se desposó con Santa María ≈ מדין ≈ MIRJAM, cuya filiación
desconozco, y de este matrimonio nacieron San Eliaquín, San José, Santa Ana, Santa
Sobé, y San Alfeo \0031-0037/. San Elí ≈ Eloi ≈ Eliaquín ≈ אלייקים ≈ ʼELIJAQIM BEN
MATITIJAH, Anaque de Israelia-Teudhalia, Apóstol de Dios, se desposó con su suesdre-
consobrina germana Santa Estrella ≈ Asteria ≈ Ester ≈ אסתד ≈ ESTER BAT JAHʻAQUB,
Anaquesa de Israelia-Teudhalia, Apostolesa de Dios, y de este matrimonio nació el
Santísimo Padre de Dios, San José «el Justo», de quien se trata más extensamente en el
cuerpo de este ensayo. San José ≈ Josefo ≈ יוסף ≈ JOSEF BAR MATÞIJAH ≈ JOSEP BEN
MATITIJAH, Anaque de Israelia-Teudhalia \…-0035/, Apóstol de Dios ≈ JOSEP III,
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
12
Patriarca /0030-0035/ ≈ JOSEP I, Epíscopo de Jerusalén /0031-0035/, falleció entre
/0030/ y /0035/, y posiblemente primer Epíscopo de Jerusalén3, mal llamado «José de
Arimatea»4, quien, como jefe de su Casa, recogió en cadáver del Divino Mesías, y lo
despsitó en su propiedad sepulcral. La hija de San José III, Santa Ana ≈ הנאה ≈ ƢANNA
BAT JOSEP, Anaquesa de Israelia-Teudhalia, se desposó con su fradre-consobrino
germano Sant Iago «el Menor» ≈ Diego ≈ Jaime «el Menor» ≈ Jacobo «el Justo» ≈
JAʻAQUB «HA TSEDIQ» BAR HALFAI ≈ יהעקוב ≈ JAHʻAQUB «HA TSEDIQ» BEN HALPAT,
Anaque de Israelia-Teudhalia \0017-0062/, Apóstol de Dios ≈ JAHʻAQUB III, Patriarca
/0037-0062/, Pontífice /0030/ ≈ JAHʻAQUB I, Epíscopo de Jerusalén /0037-0062/, y de
este matrimonio nacieron los gemelos San Simón «el Zelote» y San Judas «Tadeo».
Santa Ana ≈ ƢANNA bath MATÞIJAH ≈ הנאה ≈ ƢANNA BAT MATITIJAH, Anaquesa de
Israelia-Teudhalia \…-0007\, Apostolesa de Dios, se desposó con su fradre-consobrino
germano con San Joaquín ≈ יהיקים ≈ JAHJAQIM BEN JAHʻAQUB, Anaque de Israelia-
Teudhalia \…-0007\, Apóstol de Dios, y de este matrimonio nació la Santísima Madre
de Dios, Santa María «la Virgen», de quien se trata más extensamente en el cuerpo de
este ensayo. Santa Sobé ≈ ϢEBAʻ BAT MATITIJAH (probablemente אלישבע ≈ ʼELIϢEBAʻ,
como su hija), Anaquesa de Israelia-Teudhalia, se desposó con un Anaque de Israelia-
Levia, Pontífice de la Antigua Alianza, cuyo nombre desconozco, y de este matrimonio
nació Santa Isabel ≈ אלישבע ≈ ʼELIϢEBAʻ, Apostolesa de Dios, a su vez, esposa de San
Zacarías ≈ ZAKARIJAH, Anaque de Israelia-Levia, Apóstol de Dios, Pontífice de la
Antigua Alianza, y madre del Santísimo Vadre de Dios, San Juan «el Bautista», de
quien se trata más extensamente en el cuerpo de este ensayo.
San Alfeo ≈ Cleofás ≈ Cleopatro5 ≈ Κλεοπατρος ≈ HALFAI BAR MATÞIJAH ≈ HALPAT
BEN MATITIJAH, Anaque de Israelia-Teudhalia \0031-0037/, Apóstol de Dios ≈ HALPAT
I, Patriarca /0035-0037/, Pontífice ≈ HALPAT I, Epíscopo de Jerusalén /0035-0037/,
murió por Martirio de Fe, en /0037/ o poco antes, fue el segundo sucesor patriarcal del
Divino Redentor, quien, ya resucitado se le apareció en el camino de Emaús. San Alfeo
se desposó con su suesdre-consobrina germana Santa María ≈ מדין ≈ MIRJAM BAT JOSEF,
Apostolesa de Dios, y de este matrimonio nacieron, además de dos hijas, nacieron San
3 Aunque el consignado como tal es su fradre-sobrino germano San Jacobo «el Justo», quien era ya
Epíscopo de Jerusalén en /0037/, además de Patriarca (en sucesión de su padre San Alfeo, a su vez,
fradre germano de San José III, a quien sucedió en el patriarcado). 4 Por confusión con su patrónimo en ϣem. halam. בד מתתיה {BR MTÞJH} → {BAR MATÞIJAH} → {BAR
MATÞIA}, interpretado {B ARMATÞIA} → {BEN ARIMAÞIA} «natural de Arimatea» (literalmente «hijo
de Arimatea»), porque tanto el ϣem. halam. בד {BR} → {BAR} «hijo», «hijo de…» como su exacto
equivalente ϣem. heber. בן {BN} → {BEN}, han sido abreviados ב {B}, habiéndose helenizado
Αριμαθεια → lat. Arimathæa → lat. castell. Arimatea, el topónimo ϣem. heber. דמת {RMT} →
{RAMAT}, que en este caso se ha identificado específicamente con Ramataim-zopim → Ramataim-
zofim → {RMTMN} → {RAMATAMIN} → דמה {RAMÁH}, en Samaria, ¡a pesar de la inverosimilitud
que supone pretender que por esta época un Senador del Sunedrio ≈ Sanhedrin de Jerusalén ≈ ידושלים
{JERUϢALAJIM} fuese samaritano! 5 El antropónimo ϣem. heber. {HALPAT} «poder de la alabanza» → ϣem. halam. {HALFAI} → lat.
Alphæus → lat. castell. Alfeo, se traduce por el helen. Κλεοπατρος «fama del padre» → Cleopatro,
Cleofás, con el que tiene parentesco etimológico, pues padre (helen. πατερ, πατρος), está formado
con la raíz de poder {PAT} → {POT}, y es posible que el ϣem. heber. הל {HL} → {HAL} «alabanza»
tenga origen común con el helen. κλ {KL}, raíz de κλεος {KLEOS} «fama».
LA SAGRADA FAMILIA
13
Jacobo «el Justo» \0017-0062/, San Judas «el Mellizo» alias Tomás \0017-0053/, San
José, San Simón, San Leví Matatías, Santa Salomé, y Santa María. Sant Iago «el
Menor» ≈ Diego ≈ Jaime ≈ Jacobo «el Justo» ≈ JAʻAQUB «HA TSEDIQ» BAR HALFAI ≈
-JAHʻAQUB «HA TSEDIQ» BEN HALPAT, Anaque de Israelia-Teudhalia \0017 ≈ יהעקוב
0062/, Apóstol de Dios ≈ JAHʻAQUB III, Patriarca /0037-0062/, Pontífice /0030/ ≈
JAHʻAQUB I, Epíscopo de Jerusalén /0037-0062/, consagrado nazareo desde su infancia,
discípulo del Divino Maestro y uno de sus doce apóstoles, murió por Martirio de Fe,
arrojado de la muralla del Templo de Jerusalén a la barranca de Cidrón ≈ Kidron,
donde, no habiendo muerto de la caída, fue apedreado por la turba y rematado a
porrazos por un batanero. San Jacobo «el Justo» se desposó con su suesdre-consobrina
germana Santa Ana ≈ הנאה ≈ ƢANNA BAT JOSEP, Anaquesa de Israelia-Teudhalia, y de
este matrimonio nacieron los gemelos San Simeón «el Cananeo» ≈ Simón «el Zelote» ≈
-ϢIMʻON «QAN-ANAJA» BAR JAʻAQUB, Anaque de Israelia-Teudhalia /0001 ≈ שמעון
0065/, Apóstol de Dios, y San Judá ≈ Judas «Tadeo» ≈ JODAH «ÞADDAI» BAR JAʻAQUB
JEHUDAH BEN JAHʻAQUB, Anaque de Israelia-Teudhalia /0001-0065/, Apóstol ≈ יהורה ≈
de Dios, ambos discípulos del Divino Mesías, contados entre sus doce apóstoles,
quienes predicaron juntos en Persia donde murieron por Martirio de Fe en /0065/. San
Simón «el Zelote» se desposó con su suesdre-consobrina germana Santa Marta «de
Betania» ≈ MARÞA BAT ϢIMʻON, Anaquesa de Israelia-Teudhalia, Apostolesa de Dios, y
de este matrimonio nació San Simeón ≈ Simón ≈ שמעון ≈ ϢIMʻON BEN ϢIMʻON, Anaque
de Israelia-Teudhalia /0017-…/, Apóstol de Dios, Epíscopo de Edessa, a quien los
historiadores suelen confundir con su padre. San Judas «Tadeo», se desposó con su
suesdre-consobrina germana Santa María «de Betania» ≈ מדין ≈ MIRJAM BAT ϢIMʻON,
Anaquesa de Israelia-Teudhalia, Apostolesa de Dios, y de este matrimonio nació San
Judá ≈ Judas «el Justo» ≈ יהורה ≈ JEHUDAH «HA TSEDIQ» BAR JEHUDAH, Anaque de
Israelia-Teudhalia /…-0111/, Apóstol de Dios ≈ JEHUDAH III, Patriarca /0107-0111/,
Pontífice ≈ JEHUDAH I, Epíscopo de Jerusalén /0107-0111/, a su vez padre de San
Zacarías ≈ ZOKER BAR JODAH ≈ זכדיה ≈ ZAƢARIJAH ≈ ZAKARIJAH BEN JEHUDAH, Anaque
de Israelia-Teudhalia /…-0134/, Apóstol de Dios ≈ ZAKARIJAH I, Patriarca /0111-0134/,
Pontífice ≈ ZAKARIJAH I, Epíscopo de Jerusalén /0111-0134/, de San Diego ≈ Jaime ≈
Jacobo «el Justo» ≈ JAʻAQUB «HA TSEDIQ» BAR JODAH ≈ יהעקוב ≈ JAHʻAQUB «HA
TSEDIQ» BEN JEHUDAH, Anaque de Israelia-Teudhalia /0055-00148/, Apóstol de Dios ≈
JAHʻAQUB IV, Patriarca /…-0148/ ≈ JAHʻAQUB II, Epíscopo de Jerusalén /0146-0148/, y
de San Judá ≈ Judas ≈ JODAH BAR JODAH ≈ יהורה ≈ JEHUDAH BEN JEHUDAH, Anaque de
Israelia-Teudhalia /…-0156/, Apóstol de Dios ≈ JEHUDAH IV, Patriarca /0154-0156/ ≈
JEHUDAH II, Epíscopo de Jerusalén /0154-0156/, quizás autor de la Epístola que suele
atribuirse a su abuelo San Judas «Tadeo» (si éste no fue, en efecto, su autor)6. San
Judas «el Mellizo» ≈ Ιουδας Διδυμοσ ≈ JODAH «TʼOMAI» BAR HALFAI ≈ יהורה ≈
6 De San Jacobo IV procede la sucesión patriarcal del Santo Grial, con amplia descendencia hasta el
presente, aunque su último Patriarca fue un trastataranieto de San Guillermo «el Grande» ≈
Wilichelm «Magnus», Anaque de Israelia-Catalania /0755-0822/, Apóstol de Dios ≈ Isaac ≈ ישק ≈
Jiϣaq II, Patriarca /0793-0817/ ≈ Wilichelm I, Rey de Cataluña /0793-0817/, Duque de Helvecia
/0793-0808/, Duque de Septimania /0780-0817/, Duque de Aquitania /0781-0817/, Duque de España
/0801-0817/, fundador, en Gellona, de la célebre academia ecuménica judeo-cristiana y monasterio
benedictino que llevó su nombre posteriormente (San Guillermo en el Desierto).
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
14
JEHUDAH «HA TʼOM» BEN HALPAT, Anaque de Israelia-Teudhalia \17-053/, Apóstol de
Dios, más comúnmente llamado Santo Tomás, por su sobrenombre ϣem. halam. תאומי
{TʼWMJ} → {TʼOMAI} «mellizo», fue uno de los doce apóstoles del Divino Mesías, y
predicó en Parthia e India, donde fue Epíscopo de Madrás, y sufrió muerte por Martirio
de Fe en /0053/, habiendo sido padre de San Bartolomé ≈ Bartomé ≈ בדתאומי ≈ BAR-
TʼOMAI ≈ Natán ≈ Natanael «hijo del Mellizo» ≈ NAÞANʼEL «BAR TʼOMAI» BAR JODAH
-NATANʼEL «BEN ha-TʼOM» BEN JEHUDAH, Anaque de Israelia-Teudhalia \0001 ≈ נתנאי ≈
…/, Apóstol de Dios, Pontífice /0030/, también uno de los doce apóstoles del Divino
Mesías7. San José ≈ Josefo ≈ יוסף ≈ JOSEF BAR HALFAI ≈ JOSEP BEN HALPAT, Anaque de
Israelia-Teudhalia \0014-…/, Epíscopo de Lydda, en Judea8, y padre de dos Apóstoles
de Dios (San José ≈ Josefo «el Justo» ≈ Josefo «Barsabás» ≈ יוסף ≈ JOSEF «HA TSEDIQ»
≈ JOSEF «BAR-ϢABAT» ≈ JOSEF BAR JOSEF ≈ JOSEP «HA TSEDIQ» BEN JOSEP, y San Judas
≈ Judá «Barsabás» ≈ JODAH «BAR-ϢABAT» BAR JOSEF ≈ יהורה ≈ JEHUDAH BEN JOSEP),
mencionados en el Nuevo Testamento cuando eran aún muy jóvenes pero ya
prominentes en la Iglesia de la Nueva Alianza. San Simeón ≈ Simón ≈ שמעון ≈ ϢIMʻON
BEN HALFAI ≈ ϢIMʻON BEN HALPAT, Anaque de Israelia-Teudhalia \0013-0107/, Apóstol
de Dios ≈ ϢIMʻON I, Patriarca /0062-0107/ ≈ ϢIMʻON I, Epíscopo de Jerusalén /0062-
0107/, quien sucedió a su fradre germano San Jacobo «el Justo» en el patriarcado y la
cátedra episcopal de Jerusalén, y, con ciento veinte años de edad, murió por Matririo de
Fe, crucificado en Pella, a donde había trasladado la cátedra episcopal hierosolimitana
algunos años antes de la destrucción de la capital. Lo más probable es que San Simón
fuera el padre de tres célebres discípulos del Divino Mesías, domiciliados en Betania9,
y contados entre sus más íntimos colaboradores, aunque no se cuentan entre sus doce
apóstoles, si bien los tres fueron notoriamente Apóstoles de Dios (Santa Marta, Santa
María ≈ מדין ≈ MIRJAM, y San Lázaro ≈ אלעזד ≈ ʼELʻAZAR, quien fue resucitado por el
Divino Mesías, y deportado en /0062/ a Chipre, donde, hasta su muerte en /0092/, fue
7 Su sobrenombre ϣem. halam. בד תאום {BR TʼWM} → {BAR TʼOMAI} «hijo del Mellizo» se confundió
con el nombre helen. Πτολεμαιος, y de de esta confusión procede su nombre lat. Bartolomæus → lat.
castell. Bartolomé. La grafía catalana, Bartomeu, es fiel al original. 8 Parece que este San José se confunde con su fráter tío-abuelo San José ≈ Josefo ≈ יוסף ≈ JOSEF BAR
MATÞIJAH ≈ JOSEP BEN MATITIJAH, Anaque de Israelia-Teudhalia \…-0035/, Apóstol de Dios ≈ JOSEP
III, Patriarca /0030-0035/, Pontífice /0031/ ≈ JOSEP I, Epíscopo de Jerusalén /0031-0035/, llamado
erróneamente «José de Arimatea», y acreditado con haber sido Epíscopo de Lydda. Es más probable
que el Epíscopo de Lydda hubiera sido el sobrino, ya que San José III fue Patriarca en sucesión del
Divino Mesías, y factiblemente primer Epíscopo de Jerusalén, aunque efímeramente, ya que habría
fallecido poco después. A San José III le sucedió su fradre sobrino germano San Alfeo, cuyo deceso
no se hizo esperar mucho, ya que en /0037/ su hijo San Jacobo «el Justo» consta como Epíscopo de
Jerusalén, y habría sucesido ya como Patriarca. A San Jacobo suele contársele como primer Epíscopo
de Jerusalén, pero hasta el siglo IV los Epíscopos de Jerusalén fueron los mismos Patriarcas, y es
factible que lo fueran desde el principio, aunque es posible que San Jacobo hubiera sido el primero en
juntar personalmente el solio patriarcal y la cátedra episcopal. San José III y San Alfeo constan como
discípulos del Divino Mesías, pero pertenecieron al grupo de sus doce apóstoles, aunque fueron
indudablemente Apóstoles de Dios. 9 Dichos tres fradres germanos constan como sobrinos de San José ≈ Josefo ≈ יוסף ≈ JOSEF BAR
MATÞIJAH ≈ JOSEP BEN MATITIJAH, Anaque de Israelia-Teudhalia \…-0035/, Apóstol de Dios ≈ JOSEP
III, Patriarca /0030-0035/, Pontífice /0031/ ≈ JOSEP I, Epíscopo de Jerusalén /0031-0035/, llamado
erróneamente «José de Arimatea», y no hay duda de que pertenecen a esta familia inmediata.
LA SAGRADA FAMILIA
15
Epíscopo de Kition, hoy Lárnaca). San Leví Mateo ≈ Leví Matatías ≈ LEWI MATÞIJAH
BAR HALFAI ≈ לוי מתתיה ≈ LEWI MATITIJAH BEN HALPAT, Anaque de Israelia-Teudhalia,
Apóstol de Dios, comúnmente llamado San Mateo, fue uno de los doce apóstoles del
Divino Mesías, autor del primer Evangelio, y predicó inicialmente en Israel, pasando
después en Oriente, donde murió por Martirio de Fe. Santa Salomé ≈ שךומית ≈ ϢLOMIT
BAT HALFAI ≈ ϢLOMIT BAT HALPAT, Anaquesa de Israelia-Teudhalia, Apostolesa de
Dios, acompañó al Divino Mesías a los pies de la Cruz, y fue esposa de San Zebedeo ≈
ZEBADIJAH, Anaque de Israelia-Teudhalia, de cuyo matrimonio nacieron dos discípulos
del Divino Maestro, contados entre sus doce apóstoles (Sant Iago «el Mayor» ≈ Diego
≈ Jaime ≈ Jacobo «el Tonante» ≈ יהעקוב ≈ JAHʻAQUB BEN ZEBADIJAH, Anaque de
Israelia-Teudhalia \...-0044\, Apóstol de Dios, primero de los doce que murió por
Martirio de Fe, y San Juan «el Tonante» ≈ Juan «el Evangelista» ≈ JOƢANAN BEN
ZEBADIJAH, Anaque de Israelia-Teudhalia /0006-0104/, Apóstol de Dios, Epíscopo de
Éfesso /0067-0104/, «el discípulo amado», autor del cuarto Evangelio y del
Apocalipsis). Santa María ≈ מדין ≈ MIRJAM BAT HALFAI ≈ MIRJAM BAT HALPAT,
Anaquesa de Israelia-Teudhalia, Apostolesa de Dios, que fue fiel discípula del Divino
Mesías, y propietaria de la casa donde éste celebró su Última Cena, y se refugió el
Colegio Apostólico tras la crucifixión. Hijo de esta Santa María fue San Juan «Marco»
≈ JOƢANAN «Mαρκος», Apóstol de Dios, comúnmente llamado San Marcos, autor del
segundo Evangelio.
El Santísimo Patriarca José
Brahán Padre de Dios
LA SAGRADA FAMILIA
19
San José ≈ Josefo «el Justo» ≈ יוסף ≈ JOSEF BAR ʼELOI ≈ JOSEP BEN ʼELÍ ≈ JOSEP «HA
TSEDIQ» BEN ʼELIJAQIM, Brahán, Anaque de Israelia-Teudhalia \0023-0026/ ≈ JOSEP II,
Patriarca \0007-0026/, Padre de Dios, nació hacia \0023\, pues tendría alrededor de
dieciocho o diecinueve años de edad hacia \0005\, al nacer su unigénito. Pasó de esta
vida terrenal, posiblemente hacia /0026/ en Cafarnaún (hebreo כפר נחום {K.F.R N.H.V.M}
→ Kefer Nahum «pueblo de Nahum» → latín Capharnaum), en la comarca de
Genesaret (hebreo כנרת {K.N.R.T} → Kineret → griego Γεννησαρετ → latín
Gennesaret), alias Nazaret. La solemnidad de San José se conmemora el 19 de Marzo.
Su nombre, יוסף {JWSP} → {JOSEP} → {JOSEF}, proviene seguramente de un
antiquísimo semito-camítico THIA-HOTEP, aunque en hebreo se interpreta como JOSEP
→ {JOSEF} «Dios acrecentará», pero sin mencionar a Dios, lo que revela que, en
realidad puede tratarse de una asimilación, necesariamente antiquísima, de {JAH-
HOTEP} → {JAHOTEP} → {JOϢEP}. Su epíteto צריק ה {HA TSEDIQ} «el Justo», frecuente
en su familia, vale por «el Santo», modelo de todas las virtudes, quizás equivalente al
título de «Carpintero», entre los nazareos10.
Era hijo de San Helí ≈ Elías ≈ ʼELI BAR MATÞIJAH ≈ ʼELIJAH BEN MATITIJAH,
Anaque de Israelia-Teudhalia, Apóstol de Dios, fallecido hacia \0007\, y de Santa Ester
≈ ESTER BAT JAHJAƢIM, Anaquesa de Israelia-Teudhalia, Apostolesa de Dios.
De su biografía hay poca documentación, pero mucho se ha escrito, unas veces por
deducción lógica, otras por mera especulación: Nuestro Señor Jesús Emmanuel,
Patriarca de Israelia-Teudhalia, Redentor del Mundo, heredó los títulos mesiánicos
(incluyendo el de «Hijo de David»), según las divinas promesas hechas al Profeta San
Abramo Abraham, Patriarca, Apóstol de Dios, y al Profeta San David, Patriarca,
Apóstol de Dios, a través de San José, y únicamente a través de éste como padre suyo.
Lo que podemos reconstruir de su biografía se limita a lo que está relatado en la Biblia
y a lo que se desprende necesariamente de sus circunstancias. Cursó estudios bíblicos y
adquirió una artesanía (como era costumbre entre los príncipes israelitas, aunque no la
ejercieran): se suele decir que San José era un artesano de la madera (faber lignarus,
carpintero, ebanista) o, alternativamente, de los metales (faber factor œris, herrero,
orfebre), y también arquitecto, todo lo cual corresponde a una sola artesanía en el
contexto histórico de Galilea, abarcando, según nuestra clasificación moderna, los
oficios de arquitecto, ebanista y carpintero, orfebre y herrero. Mientras la tradición
popular y muchos autores afirman que era un carpintero insignificante, otros han
mantenido que era un empresario notable en el giro de la construcción: en realidad,
10
No he podido verificar este uso. Nos encontramos ante una triste realidad: que los cristianos católicos
y ortodoxos han desfigurado la vida de San José casi tanto como los gnósticos la del Divino
Redentor, todo con tal de anular la paternidad de San José, por una parte, y, por otra, promover una
humildad falsa, basada en un corrupto concepto de pobreza, ya que ni la opulencia ni la pobreza
constituyen virtud de por sí, y el valor moral de una condición económica radica en los medios
empleados para alcanzarla o mantenerla, y en los fines a los que se ordene. En forma similar, las
biografías de otros parientes del Señor han sido falseadas sistemáticamente: en un libro sobre Santa
Ana, publicado por un sacerdote-teólogo, bajo los auspicios del Santuario de Santa Ana (Canadá), y
con todas las aprobaciones eclesiásticas en orden, su autor afirma que los padres de Santa Ana fueron
Stanan y Emeretiana (¡¡sic!!), y que la Santísima Virgen María fue concebida «por obra del Espíritu
Santo»...
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
20
como artesano profesional respetable, aunque no viviese la mayor parte de su vida
sumido en la pobreza que muchos se empeñan en suponer, pudo haber ejercido algunos
trabajos ínfimos a su llegada a Misria (Egipto), por haber dejado toda su hacienda en
Israelia, al tener que huir imprevistamente de su tierra natal, aunque no necesariamente
así, ya que, al Divino Niño en Bethlehem, los Magos presentaron valiosas ofrendas que
pudieron ayudar a la Sagrada Familia durante su exilio en Misria. En fin, esta tradición
del «Carpintero de Nazaret» queda en duda, por cuanto en su época no existía
población alguna llamada Nazaret en la geografía conocida. Aunque Nazaret pudo
haber sido referencia helenizada a una comunidad nazarea11, y (como se ha indicado)
entre los nazarenos se llamaba «Carpintero» (Najjar) a los santos maestros, en cuyo
caso su denominación de «Carpintero de Nazaret» sería propiamente «Santo de
Nazaret», «Justo de Nazaret» o «Maestro de Nazaret», como la arqueología patentiza
que la actualmente llamada ciudad de Nazaret supuesta pueblo natal de Divino Mesías
no existía entonces, considerando el contexto geográfico bíblico el topónimo Nazaret
en el Nuevo Testamento debe ser evolución de Genesaret (hebreo כנרת {K.N.R.T} →
Kineret → griego Γεννησαρετ → latín Gennesaret), que fue el nombre original de la
región, de su urbe principal y del lago adyacente (éste llamado después indistintamente
Lago de Genesaret, Mar de Galilea, Lago de Tiberías). La primera acción pública del
Divino Mesías fue su predicación en la sinagoga de Cafarnaún, cuando tenía doce años
de edad, en la ocasión de su Confirmación (hebreo Benei Mitzvá, arameo Bar Mitzvah).
A fines del período helénico, o inmediatamente después, la población de la urbe de
Genesaret se había trasladado al pequeño pueblo de Cafarnaún, en la misma comarca
de Genesaret, y es indudable que el Divino Mesías no se habría confirmado en una
sinagoga lejana a su domicilio. La moderna ciudad de Nazaret, además de no existir en
esa época, radica demasiado lejos de Cafarnaún, lo que sugiere que «Carpintero de
Nazaret», signifique en realidad «Santo de Genesaret», «Justo de Genesaret» o
«Maestro de Genesaret», lo cual no niega la posibilidad que San José y su hijo hubieran
aprendido la honrosa profesión de carpintero, herrero y arquitecto, como requisito de su
instrucción general, aunque afirmar que fueron carpinteros en el sentido exclusivo de
la palabra modernamente, como suele hacerse, no tiene justificación alguna.12 Es
indudable que, como hombre Justo, se esforzara para que cada obra suya (manual o
intelectual) fuese óptima según su capacidad, mientras ofrecía todas sus fatigas al
Altísimo.
11
Según esto, sería posible que Nazaret fuese una hacienda donada por San José (o por sus antepasados
inmediatos), para la fundación de una comunidad nazarea (razón de su nombre). En el Evangelio
según San Mateo se lee que San José «tomó consigo al niño y a su madre... y fue a vivir en una
ciudad llamada Nazaret; para que se cumpliera el oráculo de los profetas: Será llamado Nazareo»,
con lo que el Evangelista hace una conexión directa y causal entre Nazaret y el Nazareato. 12
Me inclino a pensar que la verdad completa radique en tres cosas: San José habría aprendido y
factiblemente ejercido en algún momento la profesión de arquitectura-carpintería-herrería, pero
también habría sido maestro nazareo, y venerado «Carpintero» en el sentido de «Santo», como
atestiguan los evangelistas al calificarlo de «Justo», pero la presunción más débil es, indudablemente,
identificar «carpintero» con el sentido castellano de la palabra, como se hizo en lengua latina, por lo
cual se propagó a todo el mundo.
LA SAGRADA FAMILIA
21
Si fue consagrado nazareno vitaliciamente en el seno materno, el Divino Mesías
habría hecho voto perpetuo de virginidad, lo que era raro entre los israelitas de su
época, excepto entre los esenios, cuyo modo de vida tuvo ciertas semejanzas con el de
los cristianos primitivos. El nazareato solía limitarse a un período específico (aunque
variable) de tiempo, si bien hubo esporádicamente nazareos perpetuos, como San
Sansón (ϢAMEϢON), Anaque de Israelia-Dania, Apóstol de Dios, Duque de Israelia;
San Jacobo III «el Justo», alias Sant’Iago «el Menor»; y San Juan «el Bautista», Vadre
de Dios, consagrados todos en el vientre materno, aunque, de estos tres, solamente San
Juan hizo voto de celibato perpetuo.
Antes de desposarse con su suesdre-consobrina germana Santa María «la Virgen»,
es decir, hacia \0005\, sucedió al patriarcado de Israelia-Teudhalia, por lo que, aun
siendo sobrino nieto de San Jacobo II y su primer heredero patriarcal, hubo de
concurrir (por deber y con el necesario sigilo dadas las circunstancias políticas) a una
asamblea de la Dinastía Davídida, para ser confirmado (o aun electo) Patriarca, siendo
allí donde, habiendo sido profetizado que el escogido por el Altísimo como sucesor
sería aquél cuyo báculo floreciera milagrosamente, ocurrióle el portento al de San José,
lo que la tradición popular designa absurdamente como su «elección» para esposo de
Santa María (confusión motivada seguramente por ser ella nieta paterna de San Jacobo
II). Después de sus esponsales, el Ángel San Gabriel se le habría aparecido
(probablemente en sueños) para anunciarle que sería padre del Mesías con palabras más
o menos como «María, tu mujer, te dará a luz un hijo que será el Mesías esperado por
Israel», y San José, con su acostumbrada y parca obediencia habría acatado la voluntad
del Altísimo, a pesar de no entender la razón de la divina orden, ya que tanto él como
su esposa habían hecho votos perpetuos de virginidad; mas, precisamente por acatar la
voluntad divina incondicionalmente y sin preguntas, caería posteriormente en un estado
de agonía espiritual sin límites cuando su mujer, de regreso de la visitación a Santa
Isabel, se hallaba obviamente en estado de gravidez, no habiendo yacido con él. Al no
poderse explicar la situación, resolvió abandonar en secreto a Santa María, de manera
de no ser partícipe de un engaño pero tampoco condenar a su esposa a la ignominia de
las adúlteras13. Fue entonces cuando el Ángel San Gabriel se le apareció (nuevamente)
en sueños, revelándole el secreto de la concepción virginal, diciendo: «José, hijo de
David, no temas tomar contigo a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella es obra
del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque salvará a
su pueblo de sus pecados» (Mt 1, 20-21), y el Patriarca recibió a su esposa e hijo en su
morada. Pero esa concepción virginal no significa que el Mesías no fuese hijo genético
de San José, sino que la unión biológica de los genes de sus padres ocurrió por obra del
Altísimo. Los cristianos han incurrido generalmente en el absurdo de anular la
paternidad de San José porque aceptándola creían anular la concepción virginal, a pesar
13
Se ha dicho que San José hubo de sentir la presencia Divina en el embarazo de Santa María (tal como
San Juan «el Bautista» aun en el vientre materno), y que su decisión de abandonar a su esposa se
debió a la humildad, por considerarse indigno de dicha presencia, y desear salvaguardar la reputación
de la Concepción virginal, ya que su permanencia lo haría pasar por Padre del «Hijo del Altísimo».
Nada más absurdo: lo único razonable es que la Divina Providencia impidiese que San José sintiera
en forma absoluta la Divina presencia, por razón de prueba: ésta fue parte de la participación
corredentora de San José en el Sacrificio de la Cruz.
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
22
de que, como comunicó el Ángel San Gabriel a Santa María, «nada es imposible para el
Dios», y por tal, en nada es incompatible el hecho de que el Mesías fuese concebido
virginalmente con el hecho de que fuese genéticamente hijo de San José, ya que los
genes son intrínsecos a cada célula, y es potestad del Altísimo reorganizarlos según su
voluntad14: la sangre de Nuestro Señor Jesús Emmanuel era la de San José, pues de otra
forma las promesas mesiánicas a San Abramo Abraham y a San David habrían sido
falsas. Por ello es obvio que este Santísimo Patriarca hubo de ser concebido sin pecado
original, y asumido en cuerpo y alma a la Gloria Celestial, al igual que su esposa, con
la que comparte una misma Gloria Divina, correspondiéndoles a ambos y en el mismo
grado los atributos de Intercesores y Corredentores.
Poco antes de nacer el Mesías, cumpliendo el edicto de empadronamiento dictado
por el Emperador Romano Octavio Augusto, se trasladó San José, con su mujer, a
Bethlehem, donde no halló hospedaje, por lo que tomó albergue en una de las grutas
cercanas que servían de pesebre a los animales de pastoreo, siendo allí donde nació
Nuestro Señor Jesús Emmanuel. Habiendo recibido la visita de los Magos en
Bethlehem, y avisado de huir a Misria (Egipto) por el Ángel del Altísimo, pues el
usurpador de Judea pretendía asesinar al niño, partió con su mujer e hijo
inmediatamente para dicho país, en donde habría de ganar el sustento con su artesanía.
Avisado por el Altísimo de regresar a Israelia, estableció su morada en la comarca de
Genesaret «Nazaret» (en el pueblo de Cafarnaún o sus alrededores) y, según la
tradición, un taller, con el que proveía para su familia hasta su muerte, aunque, ya
hemos considerado que las labores de San José pudieron ser principalmente
sacrodocentes. Parece superfluo especular si falleció y resucitó antes de ser asumido en
cuerpo y espíritu a la Gloria Celestial, o si simplemente durmió en tal letargo que fue
dado por muerto y sepultado, siendo asumido sin necesidad de resurrección. Esta es, a
mi juicio, especulación de escaso interés, ya que en nada afecta ni a su vida ni a su
gloria: puede razonarse que San Juan «el Bautista», como Espejo de Verbo Divino,
hubo de morir y resucitar antes de ser asumido en cuerpo y espíritu a la Gloria
Celestial, pero que San José, como Espejo de Meno Divino, y Santa María, como
Espejo de la Asura Divina, no hubieron de morir. La tradición sobre Santa María
favorece la idea de una Dormición sin muerte, pero habiendo sido sepultada, su
sepulcro es una reliquia de la Cristiandad. Sobre San José la tradición guarda silencio;
aun más, no existe sepulcro alguno que se haya tenido por suyo. Como en el Antiguo
Testamento se emplea frecuentemente «dormir» con el sentido de «morir», eufemismo
común también entre los cristianos, debe preferirse hablar de Dormición, tanto de San
José como de Santa María.
Su Asunción hubo de ocurrir poco después de su Dormición, y la conmemoración
de aquélla podría celebrarse al tercer día de ésta15.
14
Necesariamente con el consentimiento previo tanto del padre como de la madre, pues de otra forma
se violaría el libre albedrío que el propio Hacedor dispuso desde la creación. 15
Es absurdo mantener que San José pasara al Limbo de los Justos o Seno de Abraham hasta después de
la pasión y muerte del Divino Redentor: Inmaculado, estaba libre del castigo que vedara su asunción
inmediata a la Gloria Celestial.
LA SAGRADA FAMILIA
23
La Santísima Virgen María
Brahana Madre de Dios
LA SAGRADA FAMILIA
27
María «la Virgen» ≈ מדין ≈ MIRJAM «HA ‘ALMÃH» BAT JAHJAQIM, Brahana,
Anaquesa de Israelia-Teudhalia \0020-0054/, Madre de Dios, nació en una casa de sus
padres junto a la piscina Probática, barranca de Cidrón (Kidron), Jerusalén, hacia
\0020\, pues tendría unos quince o dieciséis años hacia \0005\, al nacer su unigénito; y
hacia /0054/ pasó de la vida terrenal en Jerusalén, donde era atendida devotamente por
su sobrino el Apóstol San Juan «el Tonante», a quien el Divino Redentor se la había
encomendado desde la Cruz.
Su nombre, מדין {MRJM} → {MIR-JAM} «agua mara», compónese de מד {MR} →
{MAR} «maro, amargo» y de ים {JM} → {JAM} «agua, piélago, mar, ponto».
Era hija de San Joaquín ≈ יהיקים ≈ JAHJAQIM BEN JAHʻAQUB, Anaque de Israelia-
Teudhalia \…-0008\, Apóstol de Dios, bacido en Sépforis, Galilea, fallecido hacia
\0008\, y de Santa Ana ≈ הנאה ≈ ƢANNA BAT MATITIJAH, Anaquesa de Israelia-
Teudhalia \…-0008\, Apostolesa de Dios, fallecida por la misma época que su marido.
Como sucede con la de su esposo, de la biografía de Santa María «la Virgen» hay
poca documentación, aunque mucho se ha escrito, unas veces por deducción lógica,
otras por mera especulación: la Iglesia Católica ha promulgado diversos dogmas sobre
ella, incluyendo los de su Inmaculada Concepción, su Asunción en cuerpo y espíritu a
la Gloria Celestial, y su virginidad perpetua. Desde luego, el hecho central de su vida es
su misión de Madre de Dios: de ello se desprenden sus demás beatitudes y
glorificaciones, según la opinión generalizada, si bien, atendiendo a que su Divino Hijo
dijo: «todo el que cumpla la voluntad de mi Padre, ése es mi hermano, mi hermana y
mi madre» (Mat. 12, 50), habríamos de entender lo opuesto, es decir, que Santa María
fue escogida para Madre de Dios Encarnado por su santidad inmaculada, caso idéntico
a los de San José «el Justo» y San Juan «el Bautista», y semejante a los de los
Apóstoles, cada cual recibiendo una misión especial y la Gracia necesaria para
acometerla por poseer un grado de santidad consecuente... Parece absurdo pretender
ahondar demasiado en la relación de causa y efecto en estos casos, pues tan íntima es
que resulta como tratar de dilucidar si una estrella es estrella porque alumbra o si
alumbra porque es estrella.
Santa María es, además, Intercesora ante su Altísimo Hijo y Corredentora en grado
sumo, al igual que San José y San Juan.
Lo que podemos reconstruir de su biografía se limita a lo que está relatado en la
Biblia y a lo que se desprende necesariamente de sus circunstancias: como era
costumbre entre las princesas israelitas, mientras cursaba estudios bíblicos, servía en el
Templo en una artesanía noble, que en su caso fue la de hilandera, confeccionando las
telas empleadas en relación con el culto. Como su esposo, antes de contraer nupcias
había ya hecho voto perpetuo de virginidad, lo que era aún menos común entre las
princesas que entre los príncipes israelitas de la época. Ya desposada con su fradre-
consobrino el Patriarca San José II «Justo», le fue anunciada, en la comarca de
Genesaret («Nazaret»), la concepción del Mesías por el Ángel San Gabriel: «¡Salve,
María, llena de gracia!, el Señor es contigo». Ella se turbó al oír estas palabras y
discurría qué podría significar aquella salutación. El Ángel le dijo: «No temas, María,
porque has hallado gracia delante del Altísimo, y concebirás en tu seno, y darás a luz
un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Será grande y llamado Hijo del Altísimo, y
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
28
le dará el Señor Dios el trono de David, su padre, y reinará en la Casa de Jacobo por los
siglos, y su reino no tendrá fin». Dijo María al Ángel: «¿Cómo podrá ser esto, pues no
conozco varón?» El Ángel contestó y dijo: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la
virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por eso el hijo engendrado será santo,
será llamado Hijo del Altísimo. E Isabel, tu pariente, también ha concebido un hijo en
su vejez, y éste es ya el mes sexto de la que era estéril, porque nada hay imposible para
el Dios». Dijo María: «He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra». Y
en el Ángel se retiró de su presencia. En aquellos días se puso María en camino y con
presteza se fue a la montaña, a una ciudad de Judea, y entró en casa de Zacarías y
saludó a Isabel. Así que oyó Isabel el saludo de María, exultó el niño en su seno, e
Isabel se llenó del Espíritu Santo, y clamó con fuerte voz: «¡Bendita tú entre las
mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿De dónde a mí que la madre de mi Señor
venga a mí? Porque así que sonó la voz de tu salutación en mis oídos, exultó de gozo el
niño en mi seno. Dichosa la que ha creído que se cumplirá lo que se le ha dicho de
parte del Señor». Dijo María: «Mi alma magnifica al Señor y exulta de júbilo mi
espíritu en el Dios, mi salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva; por eso
todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mí maravillas
el Poderoso, cuyo nombre es santo. Su misericordia se derrama de generación en
generación sobre los que le temen. Desplegó el poder de su brazo y dispersó a las que
se engríen con los pensamientos de su corazón. Derribó a los potentados de sus tronos,
y ensalzó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes, y a los opulentos
despidió vacíos. Acogió a Israel su siervo, acordándose de su misericordia, según la
promesa que hizo a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia para siempre».
María permaneció con ella durante unos tres meses, y se volvió a su casa (Lc 1, 28-56)
de la comarca de Genesaret «Nazaret» (en el pueblo de Cafarnaún o sus alrededores).
Parió a su hijo unigénito en Bethlehem, nacido, según se ha dicho, «como un rayo
de luz que atraviesa el vitral de una ventana para alumbrar el interior de la habitación»;
y huyó (con su esposo e hijo), a Misria (Egipto), para escapar la saña deicida de
Herodes ≈ Ἡρωδης ≈ סודורה ≈ Hordos \0073-0004\, Gobernador de Galilea \0047-
0040\, Tirano de Judea \0040-0004\, titulado Rey por imposición del Senado Romano.
De regreso a la comarca de Genesaret «Nazaret», continuó dedicada a su hogar,
compartiendo con su esposo la importantísima tarea de educar al Divino Niño. Y en la
comarca de Genesaret «Nazaret» enviudó hacia \0026\, o sea, poco antes de iniciarse la
vida pública del Salvador, en cuya misión mesiánica tuvo siempre Fe, y al que siguió
con devoción constante.
A petición de su Madre realizó el Mesías su primer milagro público: la conversión
del agua en vino en Caná, por haberse acabado, antes de tiempo, el vino en las bodas de
un pariente suyo (probablemente hijo de su fradre-consobrino el Apóstol San Judas
Tomás).
Pasó, en fin, Santa María con su hijo a Jerusalén, y allí presenció todo el proceso en
su contra y el Vía Crucis. Al pie de la Cruz, su hijo la encomendó al Apóstol San Juan
«el Tonante», sobrino materno de la Santísima Matriarca. También se hallaba en el
Cenáculo de Jerusalén, en compañía de su familia y de los discípulos de su Divino
Hijo, el día de Pentecostés, cuando recibió con ellos al Altísimo Espíritu en forma de
LA SAGRADA FAMILIA
29
flamas. Quedó después en Jerusalén16, donde, atendida devotamente por su sobrino San
Juan «el Tonante», vivió hasta su Dormición.
Al fallecer o, más probablemente, dormirse en un letargo semejante a la muerte,
San Juan le dio sepultura en Jerusalén, donde después se levantó la basílica de la
Dormición. Su Asunción en cuerpo y psique a la Gloria Celestial ocurrió seguidamente.
16
Aunque se ha dicho que en Éfesso (como reseñé en la edición anterior), la tradición más fuerte
mantiene que su dormición fue en Jerusalén, donde se eriguió la basílica correspondiente. Parece lo
más seguro: San Juan habría pasado a Éfesso con su mujer Santa María «la Magdalena» después de
la Asunción de la Santísima Virgen María.
El Santísimo Profeta Juan
Brahán Vadre de Dios
LA SAGRADA FAMILIA
33
San Juan «el Bautista» ≈ יוחנן ≈ JOƢANAN BEN ZAƢARIJAH ≈ יהחנן ≈ JAHƢANAN BEN
ZAKARIJAH, Brahán, Anaque de Israelia-Levia \0005-0029/, Vadre de Dios, Pontífice de
la Antigua Alianza, Profeta, nació en Ain Karem, al pie del Monte Orah, Judea, en
\0004\. Su Natividad se conmemora en 24 de Junio, o sea, seis meses antes de la del
Redentor, celebrada modernamente en 25 de Diciembre. Lo seguro es que nació seis
meses antes que su pariente el Divino Mesías. San Juan murió en /0029/ en la fortaleza
de Maquera → Maqueronte, sobre las montañas al oeste del Mar Muerto, decapitado
por orden de Herodes Antípatro ≈ Herodes Antipater ≈ Ἡρωδης Ἀντιπατρος ≈ Hordos
Antipas \0020-0039/, Tetrarca de Judea \0004-0039/ en Galilea y Perea.
Su nombre, יהחנן {JHƢNN} → {JAHƢANAN} → יוחנן {JWƢNN} → {JOƢANAN} →
lat. castell. JUAN, es idéntico a חנניה {ƢNNJH} → {ƢANANIJAH} → lat. castell.
HANANÍAS → ANANÍAS, y significa «Dios ha hecho gracia».
Era hijo de San Zacarías ≈ ≈ זכדיה ≈ ZAƢARIJAH ≈ ZAKARIJAH, Anaque de Israelia-
Levia, Apóstol de Dios, Pontífice de la Antigua Alianza, del Curso de Abijah, fallecido
en el Templo de Jerusalén hacia /0026/, por Martirio de Fe (habiendo rehusado revelar
al Tirano de Judea el paradero de su hijo), y de Santa Isabel ≈ אלישבע ≈ ʼELIϢEBAʻ,
Anaquesa de Israelia-Levia, Apóstola de Dios, también de la Dinastía Aharónida.
En las Sagradas Escrituras se relata acerca de él que dijo el Ángel San Gabriel a su
padre San Zacarías: «No temas, Zacarías, porque tu plegaria ha sido escuchada, e
Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo al que pondrás por nombre Juan. Será para ti gozo
y regocijo, y todos se alegrarán en su nacimiento, porque será grande en la presencia
del Señor. No beberá vino ni licores y desde el seno de su madre será lleno del Espíritu
Santo; y a muchos de los hijos de Israel convertirá al Señor su Dios, y caminará delante
del Señor en el espíritu y el poder de Elías para reducir los corazones de los padres a
los hijos, y los rebeldes a los sentimientos de los justos, a fin de preparar al Señor un
pueblo bien dispuesto». Dijo Zacarías al Ángel: «¿Y qué señal tendré de esto? Porque
yo soy ya viejo y mi mujer muy avanzada en edad». El Ángel le contestó diciendo: «Yo
soy Gabriel, que asisto ante el Dios y he sido enviado para hablarte y comunicarte esta
buena nueva...» (Lc 1, 13-20). En la Anunciación de Nuestro Señor Jesús Emmanuel,
dijo Santa María al Ángel Gabriel: «¿Cómo podrá ser esto, pues no conozco varón?» El
Ángel le contestó y dijo: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te
cubrirá con su sombra, y por esto el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo del
Altísimo. E Isabel, tu pariente también ha concebido un hijo en su vejez, y éste es ya el
mes sexto de la que era estéril, porque nada hay imposible para el Dios» (Lc 1, 34-37).
Y en la visitación de Santa María a Santa Isabel: así que oyó Isabel el saludo de María,
exultó el niño en su seno, e Isabel se llenó del Espíritu Santo... (Lc 1, 41).
La concepción de San Juan fue de suyo milagrosa, por la edad de sus padres y la
esterilidad de Santa Isabel: es decir que hubo ya en la concepción una intervención
divina especialísima. San Juan, según las Sagradas Escrituras, desde antes de su
concepción fue designado por el Altísimo a ser lleno del Espíritu Santo desde el seno
materno; además, en la Visitación de Santa María exultó en el seno de Santa Isabel y
ésta entonces se llenó del Espíritu Santo. De hecho no se menciona que San Juan se
llenase del Espíritu Santo al recibir la visita de Santa María grávida del Mesías, sino
que aquél exultó en el seno de su madre, siendo ésta entonces la que se llenó del
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
34
Espíritu Santo, de lo que se desprende que San Juan reconoció la divina presencia antes
que su propia madre: ¿se habría San Juan, maculado del pecado original, llenado del
Espíritu Santo antes que su santa madre, ya purificada por toda una vida justa...? No
fue, pues, la santificación de San Juan lo que acaeció cuando la Visitación, sino que el
Niño Profeta, en el seno materno, efectuó su primer oráculo, iniciando con él, a la
insólita edad de seis meses (¡tres antes de nacer!), su ministerio profético.
De San Juan, dijo Nuestro Señor Jesús Emmanuel: «Pues, ¿a qué habéis ido? ¿A
ver un profeta? Sí, yo os digo que más que a un profeta. Este es de quien está escrito:
«He aquí que yo envío a mi mensajero delante de tu faz, que preparará tus caminos
delante de ti». En verdad os digo que entre los nacidos de mujer no ha parecido uno
más grande que Juan «el Bautista». Pero el más pequeño en el reino del Cielo de Gloria
es mayor que él» (Mt 11, 9-11). Aquí hay una afirmación («entre los nacidos de mujer
no ha parecido uno más grande que Juan») y un enigma («el más pequeño en el reino
del Cielo de Gloria es mayor que él»)17, que debe corresponder a una comparación de
los estados: el terrenal y el celestial. Mas la afirmación es bien clara, decisiva y
elocuente: solamente los creados por el Altísimo (Adam y Eva), y el nacido de una
virgen parzenos (Nuestro Señor Jesús Emmanuel), no han sido «hijos de mujer»: «hijos
de mujer» fueron los Padres del Mesías, San José «el Justo» y Santa María «la Virgen»,
quienes, según el propio Maestro, no son mayores que San Juan «el Bautista», con lo
que hemos de concluir que igual gloria y beatitudes que a San José y a Santa María han
de corresponder a San Juan, consecuentemente concebido sin pecado original, asumido
en cuerpo y espíritu a la Gloria Celestial, y en la misma medida Intercesor y Corre-
dentor.
De la vida austera de San Juan dan abundantes testimonios los Evangelios, donde
deben buscarse los detalles de su biografía. Su decapitación fue paralela a la crucifixión
del Altísimo Cordero, ya que la vida del Precursor fue en todo espejo de la del Mesías,
aun en la muerte y resurrección: en las Sagradas Escrituras se refleja que muchos
creyeron que San Juan había resucitado poco después de su muerte, lo que debió ser
cierto, inmediatamente antes de su asunción en cuerpo y alma a la Gloria Celestial,
ordenado por el mismo Redentor, pero privadamente, en consonancia con la necesidad
de que la fama del Bautista «disminuyera» al iniciarse la vida pública del Mesías.
17
Acaso habiendo sufrido, en tiempo primitivo, una traducción inexacta o incompleta.
El Altísimo Señor Jesús Emanuel
Dios Hijo Encarnado
LA SAGRADA FAMILIA
37
Nuestro Altísimo Señor Jesús Emmanuel «el Nazareno» ≈ יהושע ≈ JOϢUAʻ
IMMANUʼEL BAR JOSEF ≈ JAHϢUEʻ IMMANUʼEL BEN JOSEP, Divino Verbo Encarnado,
Anaque de Israelia-Teudhalia \0005-0030/, Patriarca /0027-0030/, nació hacia \0005\
en una gruta convertida en pesebre, entre los montes de Bethlehem. La fiesta de su
Natividad se fijó en 25 de Diciembre para opacar entre los cristianos la fiesta romana
de la Saturnalia, habiéndose celebrado primero en 6 de Enero, junto con la fiesta de la
Epifanía y adoración de los Magos en Bethlehem. Falleció un Viernes 14 Nisán,
probablemente en {3790}, correspondiente al Viernes 7 Abril /0030/, en el Monte
Gólgotha, Jerusalén, crucificado por los romanos.
Su nombre, יהשע {JHϢʻ} → {JAHϢUʻ} → יהושע {JHUϢʻ} → {JEHOϢUAʻ}, significa
«Dios (JAHWEH) es salvación», y la interpretación hebrea de su nombre alterno,
IMMANUʼEL es «Dios con nosotros». Su epíteto «Nazareno» es variante de «Nazareo»,
y procede del hebreo {NAZAR} «consagrado», relativo al Nazareato, aunque suele
interpretarse como «[natural o vecino] de Nazaret». Era, simultáneamente, el Divino
Verbo o Dios Hijo encarnado, y Hombre, hijo unigénito de San José «el Justo» ≈ JOSEF
«TSEDIQ» BAR ʼELI ≈ JOSEP «TSEDIQ» BEN ʼELIJAH, Anaque de Israelia-Teudhalia
\0023-0026/, Patriarca \0007-0026/, Padre de Dios, y de Santa María «la Virgen» ≈ מדין
≈ MIRJAM BAT JAHJAQIM, Anaquesa de Israelia-Teudhalia \0020-0054/, Madre de Dios.
Su misión Mesiánica fue anunciada y preparada por su pariente consobrino San Juan
«el Bautista» (JOHANNA, JAHƢANAN BEN ZAKEƢARIJAH), Anaque de Israelia-Levia
\0007-0027/, Vadre de Dios, Pontífice de la Antigua Alianza, y el mayor de los
Profetas.
Sin efectuar una suma teológica de Nuestro Señor, sobre quien se ha escrito
extensamente en todos los idiomas literarios del orbe, aquí se estudia brevemente el
punto más importante de su doble naturaleza.
Como Dios, y, en particular, segunda Persona de la Altísima Trinidad, el Divino
Verbo (Dios Hijo), procede («es hijo»), desde su origen eterno, de la Primera Persona
de la Altísima Trinidad, el Divino Meno (Dios Padre). Al mismo tiempo, la Tercera
Persona de la Altísima Trinidad, la Divina Asura (Dios Paráclito, Espíritu Santo),
procede, desde su origen eterno, del Altísimo Meno y del Altísimo Verbo
conjuntamente. Aunque los vocablos del lenguaje humano no sean idóneos para definir
y calificar la Naturaleza ni las Personas del Altísimo Dios Uno y Trino, a falta de
mejores voces, nos vemos forzados a emplear calificativos inexactos (pero justamente
alegóricos) como «Meno (Mente, Manantial)» y «Padre», «Verbo (Palabra, Logos)» e
«Hijo», «Asura (Espíritu, Aliento, Impulso)» y «Paráclito», como podemos ver
clarísimamente al observar, por analogía que, así como la Palabra (Manifestación del
Intelecto) procede de la Mente (Manantial del Intelecto), el Aliento (Eficacia del
Intelecto) se produce de la potencia de la Mente manifestada por la Palabra18. El
entendimiento de esta relación de las Altísimas Personas de la Trinidad, aunque no
18
En este caso por «Espíritu» se entiende «hálito, aliento, impulso» simbólicamente, pero en el anuncio
de San Gabriel a Santa María «El Espíritu Santo vendrá sobre ti» se significa el otro sentido de
«espíritu», entendiéndose «Dios vendrá sobre ti».
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
38
pueda comprenderse en su integridad infinita, es indispensable para vislumbrar el
misterio de la Encarnación del Altísimo Verbo en el hijo de San José y Santa María.
Como hombre, San Jesús Emmanuel era hijo de padres humanos desposados según
la Ley de Dios, pero virginalmente concebido por obra milagrosa del Altísimo Verbo
en el instante de su Encarnación. La expresión bíblica de la Encarnación es imprecisa,
ya que el Ángel San Gabriel dijo a Santa María «la Virgen»: «El Espíritu Santo vendrá
sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por eso el hijo engendrado
será Santo, será llamado Hijo del Altísimo». Algunos entienden erróneamente que el
«Espíritu Santo» se refiere a la Tercera Persona de la Altísima Trinidad (la Divina
Asura), mas no es así, pues en este caso «Espíritu Santo» significa «Espíritu de Dios»,
es decir, «el poder de Dios», sin distinguir Persona de la Altísima Trinidad: de hecho,
se trata del Divino Verbo. En aquel instante ocurrieron dos hechos intrínsecamente
distintos, pero inseparables: un Hombre fue concebido milagrosamente sin contacto
físico de sus padres, pero necesariamente heredando los genes de ambos; y el Divino
Verbo (Dios Hijo) encarnó en el mismo, indisoluble y perpetuamente... San Jesús
Emmanuel es, por lo tanto, Dios-Hombre, y su título «Hijo del Altísimo» o «Hijo de
Dios» es impreciso e incompleto, ya que propiamente le corresponde el de «Verbo
Divino y Hombre, Hijo del Meno Divino e Hijo del Hombre», o dicho en romance
popular: «Dios Hijo y Hombre, Hijo de Dios Padre e Hijo del Hombre».
Es imprudente e injustamente absurdo pretender (como se dice frecuentemente) que
Santa María fuese «Esposa del Espíritu Santo (o sea, de la Divina Asura o Dios
Paráclito)», pues la Segunda Persona de la Altísima Trinidad (el Verbo Divino o Dios
Hijo) no fue engendrada en Santa María por la Tercera Persona de la Altísima Trinidad
(la Asura Divina o Dios Paráclito, comúnmente Espíritu Santo), sino que, en la
concepción milagrosa virginal del Hombre hijo legítimo y unigénito de San José y
Santa María, encarnó, hipostáticamente por virtud propia, el Altísimo Verbo, quien, a
su vez, existe eternamente, y procede de la Primera Persona de la Altísima Trinidad (el
Meno Divino o Dios Padre).
En cambio, los títulos de Padre, Madre y Vadre de Dios, aplicados a los
correspondientes del Mesías, son verdaderos (aunque su sentido no sea absoluto), ya
que el Mesías es Dios hipostáticamente: consecuentemente su Padre, su Madre y su
Vadre son genuinamente «Padre, Madre y Vadre de Dios», exaltando su dignidad sobre
la de los Ángeles de Dios.
Precisado el punto básico antecedente, me parece innecesario extender ahora esta
sección sobre Nuestro Señor Jesús Emmanuel, de quien hay, al alcance público,
muchos tratados y ensayos de gran profundidad y mayor extensión que la posible aquí.
LA SAGRADA FAMILIA
39
CONCLUSIÓN
Estando integrada por el Redentor, y por los tres Corredentores supremos, la
Sagrada Familia es nuestra mayor protección espiritual, el mejor camino de Intercesión
ante el Altísimo...
Unida de manera total e inseparable, la Sagrada Familia es la roca inmaculada sobre
la que se proyecta la Redención del Mundo por Nuestro Señor Jesús Emmanuel...
Además, los tres miembros meramente humanos de la Sagrada Familia son,
posiblemente, razón decisiva por la cual el Creador se apiadó de la Humanidad caída,
ya que, en su omnisapiencia, supo desde antes de todos los tiempos que tan siquiera
tres personas enteramente humanas habrían de vivir en tal grado de pureza y sujeción al
su Divina Voluntad, que quedarían libres de toda culpa, aun la original, haciendo así al
género humano digno de la Alta Misericordia19.
Y no sería exageración decir que los miembros enteramente humanos de la Sagrada
Familia, el Santísimo Patriarca José, la Santísima Matriarca María y el Santísimo
Profeta Juan, son espejos impolutos y humanamente perfectos de las tres Personas de la
Altísima Trinidad, respectivamente Meno, Asura y Verbo, quien, una vez encarnado y
convertido en Nuestro Señor Jesús Emmanuel, es simultáneamente cabeza de la
Sagrada Familia. En San José, Santa María y San Juan tenemos manifestación gloriosa
de que el hombre fue creado «a imagen y semejanza del Altísimo», y en ellos vemos
justamente lo que el Creador deseaba que fuese la humanidad al escanciar el hálito
primevo de su Caridad sobre el barro preformado en Adán y reformado en Eva.
Convendría ordenar las celebraciones litúrgicas, como se ha sugerido
anteriormente, añadiendo y omitiendo (o marginando) festividades: por una parte faltan
conmemoraciones de suma importancia tanto de San José como de San Juan; y, por
otra, parece haber en exceso de Santa María: resulta absurdo y aun escandaloso
observar la desdichada actitud de algunos cristianos que actúan como si cada
advocación de la Santísima Virgen correspondiese a una «Virgen» distinta. Mejor sería
suprimir todas las advocaciones específicas de la liturgia universal. En relación con San
José, Santa María y San Juan, bastarían las conmemoraciones de: la Inmaculada
Concepción (de cada uno por separado), la Natividad (de cada uno por separado), la
Paternidad de San José, la Maternidad de Santa María, la Vaternidad de San Juan, los
Dolores (de cada uno por separado), los Sagrados Corazones (de los tres juntos), la
Dormición de San José, la Dormición de Santa María, la Decapitación de San Juan, la
Asunción (de cada uno por separado), y la Glorificación (de los tres juntos). Deben
conmemorarse, además, los Desposorios de San José y Santa María, como se hace
tradicionalmente. En general, las demás fiestas serían principalmente de Nuestro Señor
Jesús Emmanuel, como (entre otras): la Visitación del Redentor (en el seno materno) y
19
Recuérdese que, para salvar del castigo a Sodoma y Gomorra, el Altísimo exigió que hubiese un
número mínimo de justos, y que, por no haberlo, desoyó las súplicas del Apóstol San Abram
Abraham, y destruyó totalmente ambas ciudades. Análogamente, San José «el Justo», Santa María
«la Virgen» y San Juan «el Bautista» podrían ser causa de que el Altísimo decidiera salvar al género
humano.
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
40
su Madre Santa María a San Juan (en el seno materno) y su Madre Santa Isabel; la
Huida de San José y Santa María con el Niño Redentor a Misria; el Bautismo de
Nuestro Señor por San Juan; y la principal solemnidad de la Sagrada Familia. Las
conmemoraciones de las diversas apariciones de San José, Santa María y San Juan,
debieran quedar solamente como celebraciones locales donde ocurrieron. Aún más, así
como la Semana Santa y cada Domingo debe estar consagrado únicamente a las fiestas
del Altísimo (incluyendo la solemnidad mayor de la Sagrada Familia), los sábados
podrían dedicarse votivamente a la Sagrada Familia y a las festividades particulares de
San José, Santa María y San Juan. Las fiestas de los Ángeles, Apóstoles, Mártires y
demás bienaventurados habrían de distribuirse en cincuenta de las semanas del año
litúrgico, entre lunes y viernes, de una manera balanceada a través del año20.
Por último, me parece adecuado completar el Credo, añadiendo lo que la justicia
reclama y escindiendo el nombre de un personaje accidental al mismo que
absurdamente aparece en esta profesión de Fe21. Sugiero la redacción siguiente:
Creo en un solo Dios, Trinidad omnipotente, luz de verdad, justicia y caridad. Creo
en Dios Padre, Meno Creador de cielos y tierras, y de todas las cosas visibles e
invisibles. Creo en Dios Hijo, Verbo Redentor, que procede del Padre antes de todos
los siglos, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma
naturaleza que el Padre, por quien todo fue hecho; el cual, por nuestra salvación, bajó
del Cielo y se hizo Hombre, y encarnó virginalmente de José y María; fue bautizado
por Juan; padeció, murió, y fue sepultado; resucitó al tercer día, subió al Cielo, y
vendrá otra vez con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos; y su reino no tendrá fin.
Creo en Dios Paráclito, Espíritu Consolador, que procede del Padre y del Hijo, quien
con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración, y que habló por los profetas. Creo
en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso un bautismo para perdón
de los pecados. Espero la resurrección de los muertos, y la vida eterna. Amén.
20
Omitiéndose la Semana Santa, y otra que sirva de ajuste entre el año litúrgico y el natural. Si bien en
este sistema se pierden las fechas exactas de mes, hay una ventaja que, a mi juicio, lo hace más
deseable: ninguna conmemoración importante quedaría jamás desplazada por fiesta móvil mayor. 21
Escándalo ha sido para mí desde hace muchos años (quizás desde mi niñez) que, estando ausentes los
nombres del Padre y del Vadre del Altísimo Redentor, esté incluido el de Poncio Pilato, quien, por
demás, ni siquiera tuvo la iniciativa deicida, como si este Gobernador fuese el padrón de las Edades.
LA SAGRADA FAMILIA
41
FESTIVIDADES
No nos ocupamos en este capítulo de las fiestas del Altísimo Redentor, sino de las
de su Padre, su Madre y su Vadre humanos.
En Oriente se celebró una festividad en honor a San José (20 de Julio), antes de que
comenzara a celebrarse en Occidente (19 de Marzo). Actualmente se conmemoran,
además, sus Esponsales (26 de Noviembre), su Patrocinio universal (tercer Miércoles
de Abril), y su Patrocinio obrero (1 de Mayo).
De Santa María se conmemoran en Occidente: su Inmaculada Concepción (8 de
Diciembre), su Natividad (8 de Septiembre), sus Esponsales (26 de Noviembre), su
Maternidad (11 de Octubre), su Presentación (21 Noviembre), su Purificación (2
Febrero), sus Dolores (15 de Septiembre), su Asunción (15 de Agosto), y su Corazón
Inmaculado (22 de Agosto), además de una multitud de fiestas correspondientes a
diversas apariciones.
De San Juan se conmemoran en Occidente: su Natividad (24 de Junio), y su
Decapitación (29 de Agosto). Además la fiesta de la Visitación (2 de Julio), que suele
darse como conmemoración esencialmente mariana, es en primer lugar una
conmemoración juanina, ya que señala el principio de la misión profética de San Juan,
pues fue él quien, desde el vientre materno, reconoció proféticamente la divinidad del
Salvador.
Es obvio que las omisiones en el calendario festivo deben ser instituidas. Quizás
fuere preferible dedicar los Sábados a la Sagrada Familia, conmemorándose sus
festividades en el Sábado más próximo a la fecha fija correspondiente22. A continuación
pueden verse las fechas que sugerimos para las conmemoraciones esenciales de San
José, Santa María y San Juan.
SSAANN JJOOSSÉÉ
1.- INMACULADA CONCEPCIÓN: 20 de Octubre.
2.- NATIVIDAD: 20 de Julio.
3.- ESPONSALES: 26 de Noviembre.
4.- PATERNIDAD: 24 de Abril.
5.- DOLORES: 6 de Febrero.
6.- ASUNCIÓN: 19 de Marzo.
SSAANNTTAA MMAARRÍÍAA
1.- INMACULADA CONCEPCIÓN: 8 de Diciembre.
22
De preferirse las conmemoriaciones sabatinas, la Natividad de San José podría adelantare una
semana, cuando el Sábado normalmente correspondiente, coincidiere con el Sábado Santo.
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
42
2.- NATIVIDAD: 8 de Septiembre.
3.- ESPONSALES: 26 de Noviembre.
4.- MATERNIDAD: 11 de Octubre.
5.- DOLORES: 15 de Septiembre.
6.- ASUNCIÓN: 15 de Agosto.
SSAANN JJUUAANN
1.- INMACULADA CONCEPCIÓN: 24 de Septiembre.
2.- NATIVIDAD: 24 de Junio.
3.- VISITACIÓN: 2 de Julio.
4.- VATERNIDAD: 20 de Enero.
5.- DECAPITACIÓN: 19 de Agosto.
6.- ASUNCIÓN: 21 de Agosto23.
CCOONNMMEEMMOORRAACCIIOONNEESS CCOONNJJUUNNTTAASS
1.- INMACULADOS CORAZONES DE SAN JOSÉ, SANTA MARÍA Y SAN JUAN: 22 de
Agosto.
8.- EXALTACIÓN DE LA SAGRADA FAMILIA: El primer Domingo después de la
Epifanía.
23
Aunque probablemente no pueda determinarse cuanto tiempo pasó entre la decapitación de San Juan
y su asunción, siendo él espejo de Dios Hijo, y Precursor de Nuestro Señor Jesucristo, parece lo más
razonable celebrar su Asunción al tercer día, como espejo precursor de la Resurrección del Divino
Mesías.
Rosario
LA SAGRADA FAMILIA
45
PRÓLOGO
El instrumento de este ROSARIO consta de veintiocho cuentas, dispuestas en siete
grupos de cuatro, cada uno compuesto de una cuenta suelta seguida de tres que forman
un terno. El conjunto va unido, en forma de círculo, por una Santa Estrella, de manera
que la cuenta suelta del primer grupo de cuatro quede pendiente de la estrella (es decir,
fuera del círculo). La Santa Estrella (popularmente llamada «Estrella de David») es
símbolo de la Sagrada Familia, entendiéndose que uno de los triángulos que la
componen representa a la tres personas de Dios Altísimo, y el otro a las tres personas
meramente humanas de la Sagrada Familia, San José el Justo, Santa María la Virgen y
San Juan el Bautista, como espejos humanamente perfectos de las tres Personas
Divinas (respectivamente Primera, Tercera y Segunda).
El ROSARIO DE LA SAGRADA FAMILIA se inicia con la SEÑAL DE LA CRUZ, la
MEDITACIÓN INICIAL, el OFRECIMIENTO GENERAL y las LETANÍAS. Seguidamente se
rezan los siete Misterios. Se termina con las JACULATORIAS. Cada MISTERIO consta de
la MEDITACIÓN propia del mismo, seguida de las oraciones correspondientes a un grupo
de cuatro cuentas. En la cuenta suelta de cada grupo de cuatro, se rezan las tres
GLORIAS y tres SALVES, y en cada cuenta ternaria se rezan las seis AVES. En la
MEDITACIÓN de cada MISTERIO se admite cierta flexibilidad a opción del director del
ROSARIO o del orante solitario, debiendo reflexionarse sobre la virtud correspondiente,
atendiendo siempre al ejemplo de la Sagrada Familia, para mayor gloria del Altísimo.
ORACIONES INICIALES
SSEEÑÑAALL DDEE LLAA CCRRUUZZ
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
MMEEDDIITTAACCIIÓÓNN IINNIICCIIAALL
Consideremos la oración que vamos a realizar, y pidamos a la Sagrada Familia que
nos ayude a completarla con devoción y serenidad, para mayor gloria del Altísimo.
OOFFRREECCIIMMIIEENNTTOO GGEENNEERRAALL
Ofrecémoste, Altísimo Señor Dios nuestro, este santo Rosario de tu Sagrada
Familia, principalmente por las intenciones que sean de tu mayor agrado.
[Hágase aquí cualquier ofrecimiento adicional o cualquier petición particular.]
LLEETTAANNÍÍAASS
Altísimo Señor:
Adorámoste.
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
46
Señor del Cielo:
Adorámoste.
Señor nuestro:
Adorámoste.
Señor eterno:
Adorámoste.
Señor omnisapiente:
Adorámoste.
Señor omnipotente:
Adorámoste.
Señor omnibondadoso:
Adorámoste.
Altísima Trinidad:
Adorámoste.
Fuente de Gracia:
Ten misericordia de nosotros.
Fuente de Vida:
Ten misericordia de nosotros.
Fuente de Fe:
Ten misericordia de nosotros.
Fuente de Esperanza:
Ten misericordia de nosotros.
Fuente de Caridad:
Ten misericordia de nosotros.
Fuente de Prudencia:
Ten misericordia de nosotros.
Fuente de Justicia:
Ten misericordia de nosotros.
Fuente de Fortaleza:
Ten misericordia de nosotros.
Fuente de Templanza:
Ten misericordia de nosotros.
Fuente de todas las virtudes:
Ten misericordia de nosotros.
Fuente de todas las bondades:
Ten misericordia de nosotros.
LA SAGRADA FAMILIA
47
Altísimo Señor Yahvéh Sabaot:
Adorámoste.
Meno Divino:
Adorámoste.
Padre Eterno:
Adorámoste.
Padre nuestro del Cielo:
Adorámoste.
Creador de los Serafim:
Ten misericordia de nosotros.
Creador de los Querubim:
Ten misericordia de nosotros.
Creador de los Ofanim:
Ten misericordia de nosotros.
Creador del Mundo:
Ten misericordia de nosotros.
Creador de la Luz:
Ten misericordia de nosotros.
Creador del Cielo:
Ten misericordia de nosotros.
Creador de las Aguas:
Ten misericordia de nosotros.
Creador de la Tierra:
Ten misericordia de nosotros.
Creador de las Plantas:
Ten misericordia de nosotros.
Creador de las Bestias:
Ten misericordia de nosotros.
Creador de los Hombres:
Ten misericordia de nosotros.
Altísimo Señor Jesús IMMANUʼEL:
Adorámoste.
Verbo Divino:
Adorámoste.
Vadre Eterno:
Adorámoste.
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
48
Vadre nuestro del Cielo:
Adorámoste.
Hijo de Dios:
Ten misericordia de nosotros.
Hijo del Hombre:
Ten misericordia de nosotros.
Salvador del Mundo:
Ten misericordia de nosotros.
Rey del Cielo:
Ten misericordia de nosotros.
Rey de Reyes:
Ten misericordia de nosotros.
Rey de Israel:
Ten misericordia de nosotros.
Rey de la Iglesia:
Ten misericordia de nosotros.
Señor de la Resurrección:
Ten misericordia de nosotros.
Señor de la Paz:
Ten misericordia de nosotros.
Esplendor del Cielo:
Ten misericordia de nosotros.
Esplendor de la Tierra:
Ten misericordia de nosotros.
Vida de los lirios:
Ten misericordia de nosotros.
Vida de las rosas:
Ten misericordia de nosotros.
Vida de los lotos:
Ten misericordia de nosotros.
Vida de las encinas:
Ten misericordia de nosotros.
Vida de las acacias:
Ten misericordia de nosotros.
Vida de los tamariscos:
Ten misericordia de nosotros.
LA SAGRADA FAMILIA
49
Vida de los cedros:
Ten misericordia de nosotros.
Vida de las palmeras:
Ten misericordia de nosotros.
Vida de los mostazos:
Ten misericordia de nosotros.
Vida de las vides:
Ten misericordia de nosotros.
Vida de los granados:
Ten misericordia de nosotros.
Vida de los olivos:
Ten misericordia de nosotros.
Vida de los leones:
Ten misericordia de nosotros.
Vida de las palomas:
Ten misericordia de nosotros.
Vida de los corderos:
Ten misericordia de nosotros.
Camino de la vida:
Ten misericordia de nosotros.
Sol místico:
Ten misericordia de nosotros.
Fénix Divino:
Ten misericordia de nosotros.
Altísima Señora Ruaj Hakodesh:
Adorámoste.
Asura Divina:
Adorámoste.
Madre Eterna:
Adorámoste.
Madre nuestra del Cielo:
Adorámoste.
Consoladora del Mundo:
Ten misericordia de nosotros.
Consoladora de la Iglesia:
Ten misericordia de nosotros.
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
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Inspiradora de la Sabiduría:
Ten misericordia de nosotros.
Inspiradora de la Ciencia:
Ten misericordia de nosotros.
Inspiradora de la Profecía:
Ten misericordia de nosotros.
Inspiradora del Magisterio:
Ten misericordia de nosotros.
Inspiradora de la Salud:
Ten misericordia de nosotros.
Soplo místico:
Ten misericordia de nosotros.
Paloma Divina:
Ten misericordia de nosotros.
Santísimos Señores José, María y Juan:
Rogad por nosotros.
Siervos de Dios Altísimo:
Rogad por nosotros.
Siervos del Meno Divino:
Rogad por nosotros.
Siervos del Verbo Divino:
Rogad por nosotros.
Siervos de la Asura Divina:
Rogad por nosotros.
Adoradores de la Divina Sangre:
Rogad por nosotros.
Espejos de la Altísima Trinidad:
Rogad por nosotros.
Sedes de Gracia:
Rogad por nosotros.
Sedes de Fe:
Rogad por nosotros.
Sedes de Esperanza:
Rogad por nosotros.
Sedes de Caridad:
Rogad por nosotros.
LA SAGRADA FAMILIA
51
Sedes de Prudencia:
Rogad por nosotros.
Sedes de Justicia:
Rogad por nosotros.
Sedes de Fortaleza:
Rogad por nosotros.
Sedes de Templanza:
Rogad por nosotros.
Sedes de Piedad:
Rogad por nosotros.
Sedes de Misericordia:
Rogad por nosotros.
Sedes de Humildad:
Rogad por nosotros.
Sedes de Sabiduría:
Rogad por nosotros.
Sedes de Castidad:
Rogad por nosotros.
Sedes de todas las virtudes:
Rogad por nosotros.
Sedes de todas las bondades:
Rogad por nosotros.
Maestros espirituales:
Rogad por nosotros.
Maestros poderosos:
Rogad por nosotros.
Maestros amables:
Rogad por nosotros.
Maestros admirales:
Rogad por nosotros.
Puertas del Cielo:
Rogad por nosotros.
Salud de los enfermos:
Rogad por nosotros.
Esperanza de los agonizantes:
Rogad por nosotros.
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
52
Fortaleza de los débiles:
Rogad por nosotros.
Refugio de los pecadores:
Rogad por nosotros.
Amparo de los inocentes:
Rogad por nosotros.
Consuelo de los afligidos:
Rogad por nosotros.
Sosiego de los atribulados:
Rogad por nosotros.
Auxilio de los cristianos:
Rogad por nosotros.
Custodios de nuestra alegría:
Rogad por nosotros.
San José:
Ruega por nosotros.
Espejo del Meno Divino:
Ruega por nosotros.
Padre de Dios:
Ruega por nosotros.
Padre de la Iglesia:
Ruega por nosotros.
Padre inmaculado:
Ruega por nosotros.
Padre virginal:
Ruega por nosotros.
Santísimo Patriarca:
Ruega por nosotros.
Patriarca clemente:
Ruega por nosotros.
Patriarca piadoso:
Ruega por nosotros.
Patriarca fiel:
Ruega por nosotros.
Príncipe del Cielo:
Ruega por nosotros.
LA SAGRADA FAMILIA
53
Príncipe de los Santos:
Ruega por nosotros.
Rey de Israel:
Ruega por nosotros.
Lirio místico:
Ruega por nosotros.
Encina de Abram:
Ruega por nosotros.
Cedro de Isaac:
Ruega por nosotros.
Vid de Israel:
Ruega por nosotros.
León de Judá:
Ruega por nosotros.
Cayado de David:
Ruega por nosotros.
Lucero silencioso:
Ruega por nosotros.
Santa María:
Ruega por nosotros.
Espejo de la Asura Divina:
Ruega por nosotros.
Madre de Dios:
Ruega por nosotros.
Madre de la Iglesia:
Ruega por nosotros.
Madre inmaculada:
Ruega por nosotros.
Madre virginal:
Ruega por nosotros.
Santísima Matriarca:
Ruega por nosotros.
Matriarca clemente:
Ruega por nosotros.
Matriarca piadosa:
Ruega por nosotros.
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
54
Matriarca fiel:
Ruega por nosotros.
Princesa del Cielo:
Ruega por nosotros.
Princesa de los Santos:
Ruega por nosotros.
Reina de Israel:
Ruega por nosotros.
Rosa mística:
Ruega por nosotros.
Acacia de Abram:
Ruega por nosotros.
Palmera de Isaac:
Ruega por nosotros.
Granado de Israel:
Ruega por nosotros.
Paloma de Judá:
Ruega por nosotros.
Arca de David:
Ruega por nosotros.
Estrella matutina:
Ruega por nosotros.
San Juan:
Ruega por nosotros.
Espejo del Verbo Divino:
Ruega por nosotros.
Vadre de Dios:
Ruega por nosotros.
Vadre de la Iglesia:
Ruega por nosotros.
Vadre inmaculado:
Ruega por nosotros.
Vadre virginal:
Ruega por nosotros.
Santísimo Profeta:
Ruega por nosotros.
LA SAGRADA FAMILIA
55
Profeta clemente:
Ruega por nosotros.
Profeta piadoso:
Ruega por nosotros.
Profeta fiel:
Ruega por nosotros.
Príncipe del Cielo:
Ruega por nosotros.
Príncipe de los Santos:
Ruega por nosotros.
Pontífice de Israel:
Ruega por nosotros.
Loto místico:
Ruega por nosotros.
Tamarisco de Abram:
Ruega por nosotros.
Mostazo de Isaac:
Ruega por nosotros.
Olivo de Israel:
Ruega por nosotros.
Cordero de Leví:
Ruega por nosotros.
Venera de Aarón:
Ruega por nosotros.
Alba del Sol:
Ruega por nosotros.
Santos Ángeles de Dios:
Rogad por nosotros.
Santos Apóstoles de Dios:
Rogad por nosotros.
Santos Mártires de Dios:
Rogad por nosotros.
Beatísimas Ánimas del Cielo:
Rogad por nosotros.
Fidelísimas Ánimas del Purgatorio:
Rogad por nosotros.
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
56
GLORIAS Y SALVES
[Después de la MEDITACIÓN , se rezan las seis GLORIAS Y SALVES, en la primera
cuenta (cuenta solitaria) de cada MISTERIO.]
GGLLOORRIIAA DDIIOOSS YY PPAADDRREE DDEE PPRROOVVIIDDEENNCCIIAA
¡Gloria a Ti!, Dios y Padre de Providencia; vida, substento y esperanza nuestra.
¡Gloria! A ti clamamos los desterrados del Paraíso; a ti suplicamos, gimiendo y
llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señor y Maestro nuestro, abre a
nosotros esa tu Fuente fecundadora, y, en este largo destierro, danos tu efluvio de
bendiciones vivificantes, ¡oh, clementísimo!, ¡oh, perfecto!, ¡oh, Altísimo Señor
Yahvéh!
Beatifícanos con tu Gracia, Santo Meno Divino, para que seamos dignos de
contemplar tu gloria, por los siglos de los siglos. Amén.
GGLLOORRIIAA DDIIOOSS YY VVAADDRREE DDEE CCAARRIIDDAADD
¡Gloria a Ti!, Dios y Vadre de Caridad; vida, sustento y esperanza nuestra. ¡Gloria!
A ti clamamos los desterrados del Paraíso; a ti suplicamos, gimiendo y llorando en
este valle de lágrimas. Ea, pues, Señor y Maestro nuestro, vierte en nosotros esa tu
Sangre redentora, y, en este largo destierro, danos tu efluvio de bendiciones
justificantes, ¡oh, clementísimo!, ¡oh, perfecto!, ¡oh, Altísimo Señor Jesús!
Beatifícanos con tu Gracia, Santo Verbo Divino, para que seamos dignos de
contemplar tu gloria, por los siglos de los siglos. Amén.
GGLLOORRIIAA DDIIOOSS YY MMAADDRREE DDEE MMIISSEERRIICCOORRDDIIAA
¡Gloria a Ti!, Dios y Madre de Misericordia; vida, sustento y esperanza nuestra.
¡Gloria! A ti clamamos los desterrados del Paraíso; a ti suplicamos, gimiendo y
llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora y Maestra nuestra, funde en
nosotros esas tu llamas inspiradoras, y, en este largo destierro, danos tu efluvio de
bendiciones santificantes, ¡oh, clementísima!, ¡oh, perfecta!, ¡oh, Altísima Señora
Ruaj!
Beatifícanos con tu Gracia, Santa Asura Divina, para que seamos dignos de
contemplar tu gloria, por los siglos de los siglos. Amén.
SSAALLVVEE RREEYY YY PPAADDRREE DDEE PPRROOVVIIDDEENNCCIIAA
¡Dios te salve!, Rey y Padre de Providencia; guía, sosiego y fortaleza nuestra.
¡Salve! A ti clamamos los desterrados del Paraíso; a ti suplicamos, gimiendo y
llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señor y Abogado nuestro, abre a
nosotros esas tus manos operadoras, y, después de este destierro, muéstranos a
Jesús, retoño bendito de tu sangre, ¡oh, clementísimo!, ¡oh, piadoso!, ¡oh, justo
Patriarca José!
Ruega por nosotros, Santo Padre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
LA SAGRADA FAMILIA
57
SSAALLVVEE RREEIINNAA YY MMAADDRREE DDEE MMIISSEERRIICCOORRDDIIAA
¡Dios te salve!, Reina y Madre de Misericordia; guía, sosiego y fortaleza nuestra.
¡Salve! A ti clamamos los desterrados del Paraíso; a ti suplicamos, gimiendo y
llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora y Abogada nuestra, vuelve a
nosotros esos tus ojos consoladores, y, después de este destierro, muéstranos a
Jesús, fruto bendito de tu vientre, ¡oh, clementísima!, ¡oh, piadosa!, ¡oh, dulce
Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
SSAALLVVEE RREEYY YY VVAADDRREE DDEE CCAARRIIDDAADD
¡Dios te salve!, Rey y Vadre de Caridad; guía, sosiego y fortaleza nuestra. ¡Salve!
A ti clamamos los desterrados del Paraíso; a ti suplicamos, gimiendo y llorando en
este valle de lágrimas. Ea, pues, Señor y Abogado nuestro, vierte en nosotros esas
tus aguas bautizadoras, y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, anuncio
bendito de tu voz, ¡oh, clementísimo!, ¡oh, piadoso!, ¡oh, recto Profeta Juan!
Ruega por nosotros, Santo Vadre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
AVES
[Después de las GLORIAS Y SALVES, se rezan las seis AVES en cada una de las tres
cuentas del terno que sigue a la cuenta suelta de cada MISTERIO.]
AAVVEE YYAAHHVVÉÉHH
Ave, Yahvéh, Padre nuestro del Cielo, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino;
hágase tu Voluntad en la Tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras deudas como
perdonamos a nuestros deudores, no nos dejes caer en tentación, y líbranos del
mal. Amén.
AAVVEE JJEESSÚÚSS
Ave, Jesús, Vadre nuestro del Cielo, bendecida sea tu Cruz; venga tu Gracia;
adórese tu Corazón en la Tierra como en el Cielo.
Apiádanos con tu luz, purifícanos con tu Sangre, condúcenos por tu sendero, y
acógenos en la hora de nuestra muerte. Amén.
AAVVEE RRUUAAJJ
Ave, Ruaj, Madre nuestra del Cielo, alabado sea tu Aliento; venga tu Inspiración;
acátese tu Sabiduría en la Tierra como en el Cielo.
Fortalécenos en la fe, consuélanos en la esperanza, y santifícanos en la
caridad, para que demos siempre testimonio de la verdad. Amén.
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
58
AAVVEE JJOOSSÉÉ
Ave, José, lleno de Gracia, el Señor es contigo; bendito eres entre todos los
patriarcas, y bendito es el retoño de tu sangre, Jesús.
Santo José, Padre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
AAVVEE MMAARRÍÍAA
Ave, María, llena de Gracia, el Señor es contigo; bendita eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora
de nuestra muerte. Amén.
AAVVEE JJUUAANN
Ave, Juan, lleno de Gracia, el Señor es contigo; bendito eres entre todos los
profetas, y bendito es el anuncio de tu voz, Jesús.
Santo Juan, Vadre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora
de nuestra muerte. Amén.
MISTERIOS
II.. DDEE PPRREEPPAARRAACCIIÓÓNN YY PPRRUUDDEENNCCIIAA
Por la virtud cardinal de la Prudencia, discernimos y distinguimos entre lo bueno y
lo malo, buscando el bien y evitando el mal: preparamos los senderos de la vida,
atentos a la virtud y apartados del vicio. La Prudencia es, por lo tanto, base e inicio de
toda Preparación.
En esta meditación pidamos particularmente a la Sagrada Familia que nos alcance
la virtud cardinal de la Prudencia.
[Reflexiónese aquí sobre hechos de la Sagrada Familia, como los ejemplos siguientes.]
Consideremos prudencia de San José cuando, tras haber recibido el anuncio angélico de
que su prometida mujer le daría a luz un hijo, pero ignorante aun del medio inusitado y
milagroso que el Altísimo emplearía para ello, halló encinta a su santa esposa: presentía su
inocencia, pero, no alcanzando a comprender la situación, determinó salvaguardar su propia
integridad y no ser partícipe de lo que estaba forzado a considerar engaño según su
advertencia natural, y optó por abandonarla en secreto, para no ser cómplice de un engaño ni
exponer a la purísima Virgen a la ignominia de las adúlteras, desviando así cualquier
maledicencia sobre sí mismo... ¡qué abismo de duda se abrió ante sus plantas!, sin que cediese
en conciencia a la desesperación... Ejemplo de una santa Prudencia consecuente con su
advertencia espiritual sobre la bondad de su esposa, mas justamente contrapesada por la
evidencia material de un embarazo incomprensible y aparentemente injustificable. ¡Cuántos
días de agonía transcurrieron antes de que el Justo Patriarca determinase un curso de
acción...! ¡Qué ejemplo de Paciencia, fruto bendito de la virtud cardinal de la Prudencia! Si su
determinación fue, en conciencia, la más justa, dada su ignorancia inocente e invencible, se
debió a la santidad inmaculada de su corazón y a su meditación reposada sobre tan grave
asunto... Mas nosotros pecadores, ¡cuán ligeramente hacemos juicios temerarios, y aún
LA SAGRADA FAMILIA
59
levantamos las más infamantes calumnias...! ¡Las fauces de las víboras poseen lenguas
pudorosas —veneno inocuo— por comparación con las humanas!
Consideremos la prudencia de Santa María cuando, sabiendo que el Divino Mesías
habitaba en sus entrañas virginales, partió discretamente de su pueblo para visitar a su
pariente Santa Isabel, y ayudarla durante los últimos meses de su gestación: modelo no sólo de
humildad y caridad, sino también de una discreta prudencia y sabia preparación para
comenzar su propia e inesperada misión maternal. Consideremos también cómo propició el
inicio de la vida pública del Divino Mesías, impulsándolo a efectuar un primer milagro ante los
ojos de sus discípulos en la ocasión feliz, pero privada, de las bodas de Caná... Y cómo, con
sapientísima prudencia, se mantuvo al margen de la misión pública de su Altísimo Hijo, para
no interferir con la misma, siguiendo a una prudente distancia su obra redentora, hasta que, al
punto de culminarse ésta en el momento más doloroso de la Historia, acompañó —al pie de la
Cruz— la soledad infinita del Dios inmolado.
Consideremos la prudencia de San Juan durante años de ayuno y penitencia en el desierto,
no para expiar culpas propias inexistentes, sino para preparar su cuerpo y su ánimo a los
rigores de su misión profética y de su martirio de verbo y sangre. Y cómo, en un impulso
supremo de humildad, fidelidad y prudencia, exclamó que él había de disminuir para que el
Divino Mesías creciera ante los ojos de las multitudes de Israel, enviando así a sus más
estimados discípulos tras la senda del Redentor cuya misión había preparado con la mayor
devoción y austeridad. ¡Ay de nosotros, cristianos empedernidos en la soberbia y en la
imprudencia, cuando rehusamos ceder nuestros caprichos a la mejor razón! ¡Cuántos hombres
feroces prefieren hollar las canas de sus propios abuelos antes que disminuir en grado
insignificante su propia arrogancia o su degenerada opulencia material! Ladrones de la
dignidad, antes que honrar a quien honor merece, la humanidad desenfrenada escarnece a los
santos y ridiculiza a los hombres de buena voluntad, desafiando con la mayor imprudencia a la
misericordia misma de Dios... ¡Y culpa funeral!, aherrojado a su demencia imprudentísima y
diabólica, el Mundo vomita blasfemias asquerosas, proclamando su dominio sobre la Vida y la
Muerte, en frenética mofa de la Potestad Eterna, para su más espantosa destrucción!
Consideremos las enseñanzas del Divino Redentor, ¡cuán prudentemente preparó a sus
discípulos, sufriendo con paciencia su estulticia! La vida entera de Nuestro Señor fue una
preparación prudentísima de la Nueva Alianza. Sin esta prudencia, los lacayos serviles de los
espíritus inmundos se habrían arrojado sobre los discípulos antes del tiempo precisado para su
fortificación moral. ¡Cuántas veces una respuesta discreta y sabiamente prudente del Señor,
evitó un desenlace anticipado... «Dad César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios»,
«Quien esté limpio de pecado arroje la primera piedra»... Mas, ¡cuánto el derroche de avezada
imprudencia domina al Mundo, aun en los predios de una mentida diplomacia!
Reflexionemos sobre nuestra preparación en la virtud cardinal de la Prudencia: ¿qué
cuidado prestamos a mantenerla...?, ¿qué tiempo dedicamos a su cultivo...? ¡Cuántos hombres
en nuestro mundo viven sin oración ni reflexión, ajenos a toda Prudencia, sumidos inicuamente
en una perpetua servidumbre del mal! ¡Cuántos, como bólidos irreflexivos por el firmamento,
cruzan por la vida sin detenerse a prevenir sus actos, a discernir las causas y consecuencias de
los mismos...!, y ¡cuán pocos de éstos alcanzan a siquiera lamentar su imprudencia!
¡Oh, Altísimo Redentor, acepta nuestra oración en auxilio de las almas más
necesitadas de tu misericordia; y, por la Preciosa Sangre derramada por Ti para
salvación nuestra, y por los méritos de la Sagrada Familia, permítenos preparar
santamente nuestra Obra, y alcanzar la virtud de la Prudencia!
Y vosotros, San Miguel, San Uriel, San Gabriel, San Rafael y todos los Ángeles de
Dios, defendednos en la batalla, y guiadnos en la marcha; amparadnos contra la maldad
de las tinieblas y los diabólicos engaños, sepultando en el infierno a todos los espíritus
perversos que acechan por el mundo para perdición de las almas. Amén.
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
60
[GLORIAS Y SALVES. AVES.]
IIII.. DDEE EEXXPPEECCTTAACCIIÓÓNN YY EESSPPEERRAANNZZAA
Por la virtud teologal de la Esperanza, confiamos firmemente en la Divina
Providencia: aun en los momentos de mayor confusión rechazamos las apariencias
materiales contrarias a las divinas promesas.
En esta meditación pidamos particularmente a la Sagrada Familia que nos alcance
la virtud teologal de la Esperanza.
[Reflexiónese aquí sobre hechos de la Sagrada Familia, como los ejemplos siguientes.]
Consideremos cómo, en tiempos de expectación, la Esperanza es auxilio imprescindible
para vivir santamente y alcanzar la paz interior.
Después del pecado original, la Humanidad quedó sumida en las tinieblas; y habría sido
abandonada al destierro perpetuo de la Gracia, salvo por el Sagrado Acto de Redención,
precisándose para esto la Encarnación del Altísimo, y su presentación al Mundo en el seno de
la Sagrada Familia... ¡maravillosa manifestación de Caridad, y causa suprema de Esperanza!
Consideremos cómo las misiones corredentoras de San José, Santa María y San Juan —
ordenadas esencialmente a la preparación de la misión redentora insubstituible del Divino
Mesías—, fueron sustentadas por la esperanza inconmovible en la salvación del pueblo de
Dios... La esperanza fue su aliento y vitalidad durante las obscuras jornadas entre las tinieblas
de los designios incomprensibles de Dios.
Maravillémonos de la esperanza de San José durante los años de destierro en tierras
egipcias, cuando debía parecerle imposible que la vida del Mesías transcurriera en el
escondrijo, lejos de Israel. La Esperanza, ímpetu de la Fe, y la Fe, causa de la Esperanza, son
desde luego, inseparables, y si la Fe de San José fue insuperable, también lo fue su Esperanza,
ambas inquebrantables en el largo decursar de una vida silenciosa a la sombra de lo
humanamente incomprensible. ¡Cuán prudente perseverancia en la Esperanza, y
anonadamiento absoluto de sí en la voluntad insondable del Altísimo...!
Exultemos en la esperanza de San Juan «Bautista», cuya obra de largos años transcurrió
en el desierto, predicando el advenimiento del Mesías que, en realidad, no conocía, ya que
parece haber vivido lejos de Él una vez pasada su infancia, no obstante lo cual nunca escatimó
esfuerzo alguno, permaneciendo integérrimo en el ayuno y el sacrificio, ¡Profeta inmaculado
que no tenía culpa alguna que expiar! Igualmente, con Esperanza inquebrantable, esperó su fin
terrenal en un inmundo cadalso, mientras el Vicio se regocijaba, y el Mesías, cuyos senderos
había preparado con santa devoción, iniciaba su camino de Redención ante el bullicio laureado
de la Maldad triunfante! ¡Magnánima perseverancia ante el aparente fracaso, fruto bendito de
la Esperanza!
Correspondamos a la esperanza de Santa María al pie de la Cruz... Si su dolor era una
espada infinita que atravesaba su corazón, el absurdo incomprensible de Dios torturado hasta
la desfiguración y condenado a muerte de cruz hubo de ser otra espada punzante en su alma...
¡Qué vacío de comprensión, sin perder el fulgor de la Esperanza en el eclipse de Dios mismo...!
Reflexionemos sobre nuestra perseverancia en la virtud teologal de la Esperanza... ¡Cuán
fácilmente se desaniman los hombres de la oración, al no recibir lo deseado! Y ¡cuántos,
habiendo pedido al Altísimo un capricho vano y hasta nocivo, desesperan por no obtener de la
Divina Providencia la concesión de tan mezquina solicitud!
¡Oh, Altísimo Redentor, acepta nuestra oración en auxilio de las almas más
necesitadas de tu misericordia; y, por la Preciosa Sangre derramada por Ti para
salvación nuestra, y por los méritos de la Sagrada Familia, permítenos confiar
santamente tu sabia Providencia y alcanzar la virtud de la Esperanza!
LA SAGRADA FAMILIA
61
Y vosotros, San Miguel, San Uriel, San Gabriel, San Rafael y todos los Ángeles de
Dios, defendednos en la batalla, y guiadnos en la marcha; amparadnos contra la maldad
de las tinieblas y los diabólicos engaños, sepultando en el infierno a todos los espíritus
perversos que acechan por el mundo para perdición de las almas. Amén.
[GLORIAS Y SALVES. AVES.]
IIIIII.. DDEE VVIIDDAA YY CCAARRIIDDAADD
Por la virtud teologal de la Caridad, amamos al Altísimo por sobre todas las cosas,
y al prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios.
En esta meditación pidamos particularmente a la Sagrada Familia que nos alcance
la virtud teologal de la Caridad.
[Reflexiónese aquí sobre hechos de la Sagrada Familia, como los ejemplos siguientes.]
Consideremos la caridad del Padre, la Madre y el Vadre de Dios, quienes, estando libres
de pecado, aceptaron voluntaria y gozosamente su misión corredentora: exentos de todo
pecado habían, en justicia, de quedar libres de todo castigo, y, sin embargo, San José, Santa
María y San Juan, al igual que el Divino Cordero, padecieron las miserias de la naturaleza
humana caída: fatigas, persecuciones y tormentos. ¡Oh, Inmaculadas Concepciones de los tres
Espejos impolutos de la Altísima Trinidad...!, causa humanamente primada para que el
derroche absoluto de la misericordia Divina —en un colmo de Caridad imperecedera— bañase
con su luz al Mundo y concediera el rescate de la Humanidad comprado con la sangre de la
Divinidad misma...! Pero, dos milenios después, ¡cuántos hombres, en complaciente osadía,
rechazan absolutamente la Caridad al negar la transcendencia vital de la concepción!
¡Cuántas oleadas de sangre inocente vertida en el seno de su propia familia claman a la
Sagrada Familia! Y ¡cuántos niños torturados en vida por sus propios padres claman a
quienes, en la Sagrada Familia, inmolaron sus vidas inmaculadas por amor a todos!
Consideremos la caridad de Nuestro Señor Jesús... ¿Qué maravilla inefable pude
compararse con esta piedra angular de la Redención? ¡La Encarnación del Altísimo Verbo en
Nuestro Señor Jesús IMMANUʼEL, necesaria para nuestra Salvación es una acto de Caridad
infinita!: ¡el Bien absoluto reducido a la miseria humana!, ¡el Amor eterno sujeto a las iras del
Odio!, ¡el Manantial de todos los bienes cargado de todos los males del Mundo...! Dios Hijo, el
Altísimo Verbo, absolutamente bueno y santo, se anonadó para redimirnos de nuestros
pecados, sufriendo —al encarnar en el hijo inmaculado de José y María— mansa y libremente
las inclemencias del tiempo, las fatigas del trabajo, los tormentos de la convivencia humana, y
el derramamiento de su Preciosa Sangre, desde su Circuncisión hasta su Inmolación Redentora
en la Cruz. Consideremos también la Caridad ilimitada que manaba de Nuestro Señor Jesús
cuando infundía su bondad y misericordia entre los hombres de buena fe, multiplicando panes y
peces, sanando enfermos, expulsando demonios inmundos y resucitando a los muertos... Pero
¿qué ha hecho nuestra sociedad cristiana de estos nobles ejemplos...? ¡Cuántos individuos
obcecados por su gula, no buscan alegrar los corazones del prójimo con un regalo de Caridad,
sino que, convertidos en insaciables devoradores de comidas y bebidas intoxicantes, ofenden al
prójimo con su destemplanza, y aun lo asaltan y matan para propiciar su vicio! ¡Y cuántos,
osando invocar el nombre del Señor, fingen curaciones milagrosas para exaltar su vanidosa
fama, o saquear a los ingenuos para acrecentar su lucro!
Consideremos la vida, producto de la Caridad del Creador... ¡qué derroche vivífico de
amante fuego! Mas, ¿cómo correspondemos a este efluvio infinito de Amor Divino...? El pecado
es un rechazo de la Caridad del Altísimo... ¡cuántos hombres rehusan esta Caridad hasta el
extremo de que, cegados por su ambición y egoísmo, alardean soberbiamente del holocausto de
sangre humana que tributan diariamente a sus ídolos perversos!
Reflexionemos sobre nuestra vivencia en la virtud teologal de la Caridad... ¡Cuán
libremente hacemos gala de nuestro egoísmo, pretendiendo ignorar las necesidades del
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
62
prójimo! Y ¡cuántas veces evadimos la Caridad, pretendiendo justificarnos con pretextos
ficticios o insignificantes, pero verdaderamente buscando tan sólo nuestro bienestar material!
¡Oh, Altísimo Redentor, acepta nuestra oración en auxilio de las almas más
necesitadas de tu misericordia; y, por la Preciosa Sangre derramada por Ti para
salvación nuestra, y por los méritos de la Sagrada Familia, permítenos corresponder
santamente a tu infinito Amor y alcanzar la virtud de la Caridad!
Y vosotros, San Miguel, San Uriel, San Gabriel, San Rafael y todos los Ángeles de
Dios, defendednos en la batalla, y guiadnos en la marcha; amparadnos contra la maldad
de las tinieblas y los diabólicos engaños, sepultando en el infierno a todos los espíritus
perversos que acechan por el mundo para perdición de las almas. Amén.
[GLORIAS Y SALVES. AVES.]
IIVV.. DDEE GGOOZZOO YY TTEEMMPPLLAANNZZAA
Por la virtud cardinal de la Templanza, moderamos los apetitos y las pasiones,
evitando el abuso de los sentidos, y apartándonos de los vicios que impiden el gozo del
Bien, por buscar, en servidumbre desesperada, los gozos falaces de los sentidos y las
pasiones.
En esta meditación pidamos particularmente a la Sagrada Familia que nos alcance
la virtud cardinal de la Templanza.
[Reflexiónese aquí sobre hechos de la Sagrada Familia, como los ejemplos siguientes.]
Consideremos los gozos místicos en la Visitación de Santa María a San Juan... la alegría
del Mesías, de su Madre, y de su Vadre, cuando, hallándose ambos niños en el seno materno,
aquéllos visitaron a éste y a su madre Santa Isabel, la que se llenó del Espíritu Santo al exultar
el párvulo Bautista de gozo en su seno, comenzando así su misión profética con un saludo
milagroso al Divino Salvador.
Exultemos con la alegría del Mesías Señor nuestro y de sus Santísimos Padres, cuando los
Magos de Media llegaron a Belén para adorar al Divino Niño, ofrendándole regalos de oro,
incienso y mirra..., príncipes sacerdotes sabios de tierras lejanas que, dejando las comodidades
de sus palacios y la paz de sus observatorios astrológicos, cruzaron montañas y páramos
inhóspitos para adorar al recién nacido Patriarca y Rey de Israel...
Consideremos los gozos de San José y Santa María al hallar en el Templo al Señor Jesús,
cuando, después de buscar al joven Rabino en los caminos de Jerusalén, lo encontraron en el
Templo, maravillando, por su sabiduría, a los Maestros de la Ley...
Exultemos en el gozo de San Juan en el Bautismo del Señor Jesús... en la alegría de
nuestro Salvador y de su Vadre, cuando éste bautizó al Señor en el río Jordán, en presencia de
la Asura Divina en forma de paloma, con la complacencia del Padre Eterno...
Y recordemos tántos otros gozos del Señor, a pesar de que su misión Redentora cargaba
sobre su cuerpo y espíritu impolutos el más profundo de los tormentos, así como los gozos
místicos de San José, Santa María y San Juan, pues es justo que los dolores estén templados
por los gozos, como las tribulaciones y privaciones sufridas en la Tierra han de verse
superadas por el gozo de la Gloria Eterna.
Consideremos la templanza corredentora de San José, Santa María y San Juan, que —no
siendo reos de los efectos de la culpa— aceptaron libremente el sacrificio y mortificación
habituales de los sentidos para coadyuvar a la misión salvadora del Divino Señor: templanza
copiosa en castidad, humildad y mansedumbre, exaltadora de la comunión mística perfecta, y
torrente de alivio insondable para la humanidad agravada con las perdurables lacerias del
pecado y los escollos del vicio. ¡Cuánto los hombres, obstinados en el placer, rechazan toda
LA SAGRADA FAMILIA
63
moderación en su búsqueda insaciable de voluptuosos deleites materiales...! ¡Cuán pocos
aciertan a moderar sus apetitos para mitigar el malestar del prójimo, y, ciegos en la viscosidad
delictiva de su complacencia, alimentan inmensurablemente sus gustos materiales, sin recordar
siquiera que Dios mismo —manantial inagotable de todos los bienes— mortificó sus
humanidad impoluta con la templanza perpetua de todas las virtudes en abundoso torrente
salvador.
Reflexionemos sobre nuestro comportamiento bajo la virtud cardinal de la Templanza...
¡Con qué presteza atendemos al bullicio mundano, desechando todo intento de moderación!
¡Cuántos hombres viven tan sólo para alimentar sus vicios materiales, sin que les importen los
daños que causan, y hasta roban y matan para mantener su costo, atropellando aun la
inocencia de los niños de su propia familia!
¡Oh, Altísimo Redentor, acepta nuestra oración en auxilio de las almas más
necesitadas de tu misericordia; y, por la Preciosa Sangre derramada por Ti para
salvación nuestra, y por los méritos de la Sagrada Familia, permítenos gozar
santamente del Bien y alcanzar la virtud de la Templanza!
Y vosotros, San Miguel, San Uriel, San Gabriel, San Rafael y todos los Ángeles de
Dios, defendednos en la batalla, y guiadnos en la marcha; amparadnos contra la maldad
de las tinieblas y los diabólicos engaños, sepultando en el infierno a todos los espíritus
perversos que acechan por el mundo para perdición de las almas. Amén.
[GLORIAS Y SALVES. AVES.]
VV.. DDEE DDOOLLOORR YY FFOORRTTAALLEEZZAA
Por la virtud cardinal de la Fortaleza, vencemos el temor y huimos de la temeridad,
superando los dolores más agudos y las pruebas más difíciles.
En esta meditación pidamos particularmente a la Sagrada Familia que nos alcance
la virtud cardinal de la Fortaleza.
[Reflexiónese aquí sobre hechos de la Sagrada Familia, como los ejemplos siguientes.]
Consideremos los dolores y la fortaleza de San José cuando, en vísperas de la Natividad
del Señor, no pudo hallar lugar en el mesón, teniendo que dar por albergue al Divino Niño una
gruta que servía de establo a las bestias, y recostar al recién nacido en las duras pajas del
pesebre, con escasas provisiones para soportar las noches frías de las colinas de Belén... Y
¡cuán agudísima lanza traspasó el inmaculado corazón de Santísimo Patriarca cuando —
advertido por el Arcángel San Gabriel— hubo de tomar al Divino Niño y a su purísima Madre,
para conducirlos a las tierras paganas del sur, pues el tirano de Judea los buscaba para
matarlos...! Contémplese, por el contrario, cómo suele conmemorarse la Natividad del
Redentor en las naciones cristianas modernas, con opíparas cenas de suculentas carnes y
abundantes viandas y hortalizas, y caudales de vino, en muchos lugares hasta el hartamiento y
la embriaguez, haciendo derroche de un estridente bullicio y alarde de costosos regalos a
nombre de un muñecón colorado... ¿Qué hemos hecho, cristianos, de la Navidad...?
Consideremos los dolores y la fortaleza de San Juan, cuando —habiendo venido a los
hombres como voz que clama en el desierto para preparar los caminos del Señor en la
purificación espiritual de Israel— hubo de sufrir que el tirano titulado Rey de los Judíos por el
conquistador imperial (con ominoso poder para designar aun al Sumo Pontífice de Israel),
fuese no solamente un usurpador ajeno a la Sagrada Dinastía Davídida, sino un ser
degenerado e impúdico que viciaba con sus orgías a la nación que debía purificarse para el
Señor... Y cómo el Santísimo Profeta —por predicar fidelísimamente contra el pecado— acató
mansamente su degollación, mientras su inmaculado corazón cargaba como dolor máximo, no
el tajo cortante de la férrea hoja, sino la comprensión de que el Divino Mesías iniciaba su obra
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
64
redentora bajo el imperio triunfante de la iniquidad humana...¡Oh, cristianos modernos llenos
de mendacidad!, ¿cómo acatamos los frívolos edictos de los inmundos tiranos del espíritu, y
desoímos la Ley eterna del Creador omnibondadoso...?
Consideremos los dolores y la fortaleza de Santa María, cuando —clavada al pie de la
Cruz por la punzante espada que traspasaba su inmaculado corazón, como le había sido
profetizado por el anciano San Simón— contaba cada laceración desgarradora del fruto divino
de su vientre virginal, y cada gota de la Preciosa Sangre derramada... Y cómo, vertiendo su
insondable llanto en el Gólgota ensangrentado, la Santísima Matriarca sintió el feroz golpe de
un alarido infinito al sostener en sus amates brazos el cadáver de su hijo exánime... ¡Ay de
nosotros, inmundos pecadores, que huímos del pie de la Cruz, buscando solamente la diversión
y el placer! ¿Cuántas lágrimas de conmiseración derramamos en los festines desvergonzados
del Carnaval con que iniciamos la Cuaresma preparatoria a la conmemoración de este
holocausto supremo? Y ¿cuántos prosiguen sus orgías carnavalescas aun el Viernes Santo?
Consideremos, en fin, los dolores y la fortaleza de Nuestro Señor Jesús IMMANUʼEL durante
su Pasión, libremente aceptada para remisión de nuestras culpas... ¡El Manantial de Justicia
sentenciado por los Agentes del Crimen...! ¡El Señor omnipotente humillado infinitamente para
redimir a sus siervos... flagelado, coronado de espinas y clavado en una cruz como reo abyecto
por los mismos hombres a quienes ofrecía la salvación...! ¡La Inocencia absoluta desangrada
hasta la muerte por la Culpa absoluta! ¡Contemos las gotas de sangre exudadas en el Huerto
de los Olivos, las laceraciones de los flagelos, las horadaciones de las espinas, y las grandes
llagas de los clavos ferrumbrosos y de la lanza que desangró la última gota de su Preciosa
Sangre...!
Reflexionemos sobre nuestros actos bajo la virtud cardinal de la Fortaleza... ¡Cuán
cobardemente evitamos manifestar públicamente nuestro amor a Dios, tan sólo por miedo a
quedar en ridículo...! Y ¡cuántas veces nos arrojamos temerariamente en busca de satifascer
algún capricho material, sin preocuparnos de peligros tan inminentes como innecesarios!
¡Oh, Altísimo Redentor, acepta nuestra oración en auxilio de las almas más
necesitadas de tu misericordia; y, por la Preciosa Sangre derramada por Ti para
salvación nuestra, y por los méritos de la Sagrada Familia, permítenos padecer
santamente en tu Honor y alcanzar la virtud de la Fortaleza!
Y vosotros, San Miguel, San Uriel, San Gabriel, San Rafael y todos los Ángeles de
Dios, defendednos en la batalla, y guiadnos en la marcha; amparadnos contra la maldad
de las tinieblas y los diabólicos engaños, sepultando en el infierno a todos los espíritus
perversos que acechan por el mundo para perdición de las almas. Amén.
[GLORIAS Y SALVES. AVES.]
VVII.. DDEE TTRRAANNSSFFIIGGUURRAACCIIÓÓNN YY JJUUSSTTIICCIIAA
Por la virtud cardinal de la Justicia, nos arreglamos en conformidad con la Voluntad
del Altísimo y el orden dispuesto por el Creador en el Universo, dañado por el pecado,
por lo que con la esta virtud coadyuvamos, en forma directa, a la reparación de la
culpa.
En esta meditación pidamos particularmente a la Sagrada Familia que nos alcance
la virtud cardinal de la Justicia.
[Reflexiónese aquí sobre hechos de la Sagrada Familia, como los ejemplos siguientes.]
Consideremos la Transfiguración de Nuestro Señor Jesús en el monte Tabor, donde se
manifestó en la compañía de los Apóstoles de Dios y Profetas veterotestamentarios San Moisés
y San Elías, en divina fulguración... ¡portento inimaginable por los mudos testigos terrenales, y
primicias de la Gloria Eterna ante los ojos atónitos de la humanidad...!
LA SAGRADA FAMILIA
65
Consideremos la crucifixión del Señor, escarnio de la Humanidad injusta a la Divinidad
justa, y saldo de la Humanidad Divina por la culpa humana original... Si tanto amó Dios al
hombre que envió a su Hijo único para salvarnos, tal es la Justicia de Dios que el pecado no
puede quedar sin castigo, y en proporción a la culpa ¡Dios mismo derramó su Preciosa Sangre
para justificar a los hombres damnados por el pecado! No obstante, cada cual ha de contribuir
con su penitencia personal a su propia expiación, pudiendo aun transfigurar su indigencia
espiritual en fuente de luz mística, y coadyuvar en parte a la expiación de la deuda del prójimo,
uniéndose así a la misión Redentora del Divino Mesías, y a las misiones corredentoras
auxiliares de San José, Santa María y San Juan, como pequeños corredentores... ¿Qué
sacrificio hacemos, ¡oh cristianos endurecidos!, para coadyuvar a la salvación de las almas?
Consideremos la gloriosa Resurrección del Señor, transfiguración definitiva del cuerpo
muerto en cuerpo restaurado, triunfo eterno sobre la muerte... Transfiguración gloriosa de la
materia corruptible y prefiguración del Cielo Divino... demostración de la Justicia infinita que
embargará a los santos tras el Juicio Final.
Consideremos la venida de la Asura Divina (en forma de lenguas de fuego) sobre la
Madre, hermanos y discípulos del Nuestro Señor Jesús al día de Pentecostés, y su efecto
transfigurante en la Iglesia, inspirador de Fe, Esperanza, Caridad, Prudencia, Justicia,
Fortaleza, Templanza y todas las demás virtudes. Mas, ¿dónde se ha escondido este efecto
maravilloso...? La iniquidad humana, adiestrada por la perversidad intrínseca de los espíritus
malvados del abismo eterno, ha socavado el edificio transfigurado por la gracia, horadando
sus columnas y esparciendo una viscosidad sulfúrea en sus altares mismos... La transfiguración
ha sido desfigurada bajo el influjo de la impiedad y todos los vicios esclavizantes, entronizados
en nombre de la libertad. ¿A donde corre el tumultuoso torrente de maldad humana...? ¡Al
enfrentamiento con la Justicia de Dios! ¡Ay de la humanidad a los umbrales de la gran
Tribulación...! Primero el castigo del hombre por el hombre —abismo insondable de terror—, y
después... ¡la cólera de Dios...!
Reflexionemos sobre nuestra propia transfiguración del pecado original a la inocencia,
por la gracia del bautismo... pero ¡cuántos hombres, después de ser constituidos, por el
bautismo, en templos de Dios Altísimo, se transforman nuevamente en antros del pecado...!
¿Qué hemos hecho con la gracia transfiguradora...? ¡Solamente obrando con Justicia podemos
permanecer en la Divina Gracia!
Consideremos, pues, nuestras obras según la virtud cardinal de la Justicia... ¡Cómo nos
empeñamos en hacer nuestra voluntad caprichosa, aun en detrimento de la Justicia! ¡Cuán
fácilmente propagamos murmuraciones contra el prójimo, sin tener constancia segura de la
verdad...! ¡Cuántos hombres inician o alientan la calumnia, violando vilmente el más elemental
sentido de la Justicia! Y ¡cuán fácilmente desoímos la Ley de Dios, mientras nos postramos
humildemente ante las leyes injustas de los hombres!
¡Oh, Altísimo Redentor, acepta nuestra oración en auxilio de las almas más
necesitadas de tu misericordia; y, por la Preciosa Sangre derramada por Ti para
salvación nuestra, y por los méritos de la Sagrada Familia, permítenos transformar
nuestro egoísmo en Santidad y alcanzar la virtud de la Justicia!
Y vosotros, San Miguel, San Uriel, San Gabriel, San Rafael y todos los Ángeles de
Dios, defendednos en la batalla, y guiadnos en la marcha; amparadnos contra la maldad
de las tinieblas y los diabólicos engaños, sepultando en el infierno a todos los espíritus
perversos que acechan por el mundo para perdición de las almas. Amén.
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
66
[GLORIAS Y SALVES. AVES.]
VVIIII.. DDEE GGLLOORRIIAA YY FFEE
Por la virtud teologal de la Fe, conocemos la Verdad, comunicada por el Altísimo a
través de su Verbo y de su Asura, aunque no podamos percibirla a través de los
sentidos ni verificarla según las leyes de la materia.
En esta meditación pidamos particularmente a la Sagrada Familia que nos alcance
la virtud teologal de la Fe.
[Reflexiónese aquí sobre hechos de la Sagrada Familia, como los ejemplos siguientes.]
Consideremos la fe de Santa María, luminosamente radiante en su respuesta al Arcángel
San Gabriel, cuando éste le anunció la Concepción milagrosa del Mesías: «He aquí la sierva
del Señor, hágase en mí según tu palabra»... ¡Bello ejemplo de Fe, Esperanza y Caridad...!
¡Entrega total a la voluntad del Altísimo! Sentencia santa, fruto bendito de la virtud teologal de
la Fe, que resume perfectamente la actitud del buen cristiano ante su Creador omnipotente.
Consideremos la fe de San José, acatando sin titubeos los inescrutables designios divinos,
expresados en sueños por Ángeles de Dios... ¿Qué Fe como la suya...? Sin conocimiento alguno
del itinerario final, nunca vaciló en seguir los tortuosos y obscuros caminos que le señalaba la
Voluntad del Altísimo, y sin tardanza alguna estaba presto a lanzarse a la misión más
inverosímil, a lance más riesgoso, al camino más peligroso y desconocido.
Consideremos la fe de San Juan, manifestada desde el seno materno, y floreciente en su
ministerio profético inquebrantable, en continua contradicción a todas las legiones aterradores
de los imperios prepotentes, a todas las artimañas veleidosas de los cortesanos corrompidos, a
todos los caprichos inquebrantables de los tiranos vanidosos y a toda la lujuria incontinente de
la soberbia humana, en una época en la que los imperios prepotentes, los cortesanos
corrompidos, los tiranos vanidosos y la soberbia humana, triunfaban como nunca antes...
Reflexionemos sobre nuestro acatamiento de la virtud teologal de la Fe... ¡Con cuánta
prontitud damos crédito a cualquier rumor, mas cuánta es nuestra lentitud para creer la
Palabra de Dios! ¡Cuán prestamente glorifican los hombres a quienes efectúan hazañas de
odio y envidia, y cuánta fe derrochan en sus ídolos degenerados! Pero, ¡qué poca es la Fe de
tantos hombres que osan llamarse fieles de Dios!
Exultemos en la gloria del Señor Jesús en la Ascensión... En su recibimiento jubiloso como
Rey eterno... ¡causa excelsa de nuestra Esperanza y de nuestra Fe! Y cantemos a la gloria de
San José, Santa María y San Juan —intercesores supremos ante la Altísima Trinidad y espejos
inmaculados de sus tres Personas Divinas— regocijándonos en sus Asunciones y en sus
Coronaciones como príncipes excelsos de la Corte Celestial.
¡Oh, dulces prendas por mi bien halladas!;
Delirios del Amor, del Bien locura;
Placer en el dolor y la amargura;
¡Estrellas en la noche contempladas!:
Como rayos de auroras exaltadas,
Donde abismo es razón, y fuego altura,
Infundís con dinámica hermosura
Las extáticas cumbres inmoladas.
¡Rosa Mística, Estrella Matutina!;
¡Lirio Célico, Faro entre la Noche!;
¡Loto Extático, Aurora Purpurina!;
¡Sol Eterno, Sanguífero Derroche!:
Al alma vil que os encajó la espina
Selláis de Amor con insondable broche...
LA SAGRADA FAMILIA
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Y, confiando en su gloriosa intercesión, hagamos un acto de Fe inquebrantable en Dios
Nuestro Señor, Trinidad Eterna, omnipotente, omniscio, providencial, infinitamente bueno,
Creador, Redentor y Consolador.
¡Oh, Altísimo Redentor, acepta nuestra oración en auxilio de las almas más
necesitadas de tu misericordia; y, por la Preciosa Sangre derramada por Ti para
salvación nuestra, y por los méritos de la Sagrada Familia, permítenos recibir tu infinita
y Alta Gracia y alcanzar la virtud de la Fe!
Y vosotros, San Miguel, San Uriel, San Gabriel, San Rafael y todos los Ángeles de
Dios, defendednos en la batalla, y guiadnos en la marcha; amparadnos contra la maldad
de las tinieblas y los diabólicos engaños, sepultando en el infierno a todos los espíritus
perversos que acechan por el mundo para perdición de las almas. Amén.
[GLORIAS Y SALVES. AVES.]
ORACIONES FINALES
JJAACCUULLAATTOORRIIAASS
Altísima Trinidad, Dios único verdadero:
Ten misericordia de nosotros.
Altísima Trinidad, Dios nuestro:
Ten misericordia de nosotros.
Meno Divino, Padre nuestro del Cielo:
Ten misericordia de nosotros.
Verbo Divino, Vadre nuestro del Cielo:
Ten misericordia de nosotros.
Asura Divina, Madre nuestra del Cielo:
Ten misericordia de nosotros.
Corazón de Jesús, asiento del Verbo Divino:
Inflámanos con tu amor.
Corazón de Jesús, injuriado por nuestras ingratitudes:
Inflámanos con tu amor.
Corazón de Jesús, herido por nuestros pecados:
Inflámanos con tu amor.
Corazón de Jesús, fuente de nuestra esperanza:
Inflámanos con tu amor.
Corazón de Jesús, causa de nuestro consuelo:
Inflámanos con tu amor.
Corazón de Jesús, refugio y amparo nuestro:
Inflámanos con tu amor.
DON AURELIO JOSE MIGUEL ISAMAT
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Corazón de José, providencia del Divino Padre Creador:
Inflámanos con el amor de Dios.
Corazón de María, aliento de la Divina Madre Consoladora:
Inflámanos con el amor de Dios.
Corazón de Juan, lumbre del Divino Vadre Redentor:
Inflámanos con el amor de Dios.
Corazón de José, ϣekináh de Belén:
Inflámanos con el amor de Dios.
Corazón de María, tabernáculo de Genesaret:
Inflámanos con el amor de Dios.
Corazón de Juan, cáliz del Jordán:
Inflámanos con el amor de Dios.
Corazón de José, escudo de los débiles:
Inflámanos con el amor de Dios.
Corazón de María, bálsamo de los heridos:
Inflámanos con el amor de Dios.
Corazón de Juan, faro de los extraviados:
Inflámanos con el amor de Dios.
Corazones de José, María y Juan:
Conducidos al Corazón de Dios.
Corazones de Jesús, José, María y Juan:
Recibidnos en la hora de la muerte.
Amén.