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CUna ventana abierta sobre el mundo o r r eo Junio 1967 (Año XX) - España : 13 pesetas - México: 2,60 pesos Africa y su genio

CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

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Page 1: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

CUna ventana abierta sobre el mundo

o rreoJunio 1967 (Año XX) - España : 13 pesetas - México: 2,60 pesos

Africa y su genio

Page 2: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

Una mirada del Africa milenaria

De tamaño un poco menor que el natural, esta cabeza en terracota fue descubierta enuna mina de estaño de Nigeria. Hoy se encuentra en el Museo de Jos en ese mismo país.Se cree que la escultura date del siglo V antes de nuestra era. Son numerosos los vestigios(cabezas como ésta, fragmentos de estatuas, etc.) de una gran civilización desaparecida,a la que se conoce con el nombre de "civilización de Nok", de acuerdo con el nombrede una aldea situada a unos 150 kilómetros de Jos.

TESOROS

DEL ARTE

MUNDIAL

m

2 " JUin 1967Foto © Almasy

Page 3: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

El Correo PáginasAfrica y su genio

JUNIO 1967 - AÑO XX

PUBLICADO EN

9 EDICIONES

Española

InglesaFrancesa

Rusa

Alemana

Arabe

Norteamericana

JaponesaItaliana

Publicación mensual de la UNESCO(Organización de las Naciones Unidas parala Educación, la Ciencia y la Cultura).Venta y distribuciónUnesco, Place de Fontenoy, Par¡s-7e

Tarifa de suscripción anual : 10 francos.Bianual: 18 francos. Número suelto: 1 fran¬co; España: 13 pesetas; México: 2,60 pesos.

Los artículos y fotograflas de este número que llevan elsigno © (copyright) no pueden ser reproducidos. Todoslos demás textos e ilustraciones pueden reproducirse, siempreque se mencione su origen de la siguiente manera : "DeEL CORREO DE LA UNESCO", y se agregue su fechade publicación. Al reproducir los artículos y las fotos deberáconstar el nombre del autor. Por lo que respecta a las foto¬grafías reproducibles, éstas serán facilitadas por la Redaccióntoda vez que el director de otra publicación las solicitepor escrito. Una vez utilizados estos materiales, deberánenviarse a la Redacción tres ejemplares del periódico o revistaque los publique. Los artículos firmados expresan la opiniónde sus autores y no representan forzosamente el punto devista de la Unesco o de los editores de la revista.

Redacción y AdministraciónUnesco, Place de Fontenoy, Paris-7"

Director y Jefe de RedacciónSandy Koffler

Subjefe de RedacciónRené Caloz

Asistente del Jefe de RedacciónLucio Attinelli

Redactores PrincipalesEspañol: Arturo DespoueyFrancés: Jane Albert Hesse

Inglés: Ronald FentonRuso: Victor Goliachkoff

Alemán: Hans Rieben (Berna)Arabe: Adbel Moneim El Sawi (El Cairo)Japonés: Shin-lchi Hasegawa (Tokio)Italiano: Maria Remiddi (Roma)

Documentación: Olga Rodel

Composición gráficaRobert Jacquemin

La correspondencia debe dirigirse al Director de la revista.

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AFRICA, CONTINENTE EN MUTACIÓN

por Gabriel d'Arboussier

REDESCUBRIMIENTO DE NUESTRA HISTORIA

por K. Onwuka Dike

ARQUITECTURA DE AYER Y DE HOY

PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO ARTÍSTICO

por Ekpo Eyo

MAPA DEL AFRICA ACTUAL

39 banderas en colores

LITERATURA AFRICANA

por Ezequiel Mfahlele

ESCRITORES DEL AFRICA TROPICAL

LOS IDIOMAS DEL CONTINENTE Y LA VIDA MODERNA

por Pathé Diagne

PREPARANDO A LOS CIENTÍFICOS DEL MAÑANA

por N. C. Otieno

ELEMENTOS DE BIBLIOGRAFÍA AFRICANA

LOS LECTORES NOS ESCRIBEN

TESOROS DEL ARTE MUNDIAL (17)

Una mirada del Africa milenaria

Boto. © Paul Almaey

Nuestra portada

El altorrelieve arquitectónico de cementoque reproducimos se debe a un escultor

de Nigeria Festus Orno Idehen quelo hizo para el vestíbulo de un banco deLagos. Idehen, que cuenta ahora 39 años,es hijo y nieto de artistas de Benin,cuyo palacio fue decorado por suabuelo. Para sus esculturas de cemento

utiliza una técnica original en talla di¬recta. Sus obras se han expuesto enEuropa y en los Estados Unidos, y algu¬nas de ellas decoran diversos edificios

tanto de Nigeria como de Inglaterra.

Page 4: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

En el curso de los 16 últimos años han visto la luz en Africa no menos

de 35 nuevos Estados independientes (véase el mapa en colores quepublicamos en la pág, 20). Semejante transformación del mapa políticoy económico de un continente en tan corto plazo es indudablemente unfenómeno sin precedentes. «El Correo de la Unesco» dedica este númeroa varios aspectos de la nueva Africa tropical. Todos los artículos quelo componen son obra de eminentes escritores y especialistas africanos:Gabriel d'Arboussier (Senegal), K. Onkuwa Dike (Nigeria), EzequielMfalele (Africa del Sur), Pathé Diagne (Senegal), N. O. Otieno (Kenya),Ekpo Eyo (Nigeria). Los autores examinan en ellos ciertos problemas dela cultura, la ciencia y la educación que preocupan por su importanciaa los hombres del continente africano y hablan de la disposición mentaly de los rasgos peculiares de esa Africa inmensa y diversa que por elgenio que la caracteriza está llamada a desempeñar un gran papel enel mundo moderno.

AFRICA, CONTINENTEEN MUTACIÓNpor Gabriel d'Arboussier

H ace siete años consagraba«El Correo de la Unesco» al pasadode Africa un número especial y levan¬taba asi el velo que la historia parecíahaber corrido sobre las famosas

«terrae incognite» de ese continente,tierras que recién en esta décadasolicitan la atención del mundo. Para

entonces hacia ya tiempo que se Im¬ponía esa Incursión.

Lo que hoy me llama la atención,al comparar el número de octubre de1959 con este de «El Correo de la

Unesco», es la nacionalidad de losautores. La Investigación del pasadoestuvo entonces a cargo de europeos;pero el presente y el futuro se expre¬san ahora por boca de africanos.

En el estado actual del mundo, el

tema constituye Indudablemente unode los factores Importantes del porve¬nir, y no sólo de esta parte del mundo,sino del mundo en general; nuestroplaneta vive actualmente a un ritmo

GABRIEL D'ARBOUSSIER,jurista, político y diplomá¬tico senegalés. es DirectorGeneral del Instituto de

Formación e Investigaciónde Naciones Unidas y par¬ticipó en la redacción dela Constitución de su pais.El Dr. d'Arboussier ha pre¬sidido la delegación de supais ante las NacionesUnidas y ha sido asimismodelegado permanente delSenegal ante la Unesco.Entre sus numerosos estu¬

dios cabe citar L'Afriquevers l'unité.

Foto Naciones Unidas

tal, que la menor vibración de cual¬quiera de sus rincones se transmitea todos los demás.

Cuando uno se pone a pensar enesa inmensa plataforma constituidapor el continente africano, se sientesorprendido ante todo por su enormediversidad; pero eso no pasa de seruna primera impresión. El otro factordominante es, por el contrario, laconcomitancia de las transformaciones

que de norte a sur y de oeste aeste han lanzado a 300 millones de

africanos a un movimiento que, pesea sus rasgos a veces peculiares, nodeja de conservar un carácter general.

En su tratado sobre la guerra y lapaz entre las naciones, dice RaymondAron que «todo problema de cienciassociales debe ser considerado en tres

aspectos: 1o. el de ordenación de susfactores, 2o., el de la selección de losproblemas que Interesan a ese hechosocial; 3o., el de la determinación de

sus rasgos regulares y de sus acci¬dentes. En ese triple aspecto querríayo presentar ahora este continente delque dice un geógrafo francés, JacquesWeulersse: «Es como un punto gigan¬tesco de Interrogación a la grupa delviejo mundo».

La totalidad de nuestro universo

hace que ya no se puedan más exa¬minar los problemas planteados enninguno de sus rincones sin tener encuenta ciertos hechos internacionales.Cuatro de estos hechos interesan a

África de una manera primordial. Estáprimero la influencia de los «dos gran

des»; está luego el hecho europeo, elque más interesa en conjunto al Africaentera; luego un factor cuya importan¬cia no está clara todavía pero que esuno de los mayores de las décadasvenideras: el de la China, con sus600 millones de habitantes, pasiblesde transformarse en mil millones a la

vuelta de pocos años, mientras queAfrica no tiene más que 300 millonespara una superficie de 30 millones dekilómetros cuadrados. El cuarto hecho

internacional es la aparición del «ter¬cer mundo» y es un elemento funda¬mental de la evolución actual de nues¬

tro planeta.

A estos hechos- cabe agregar otrosque aportan quizá una concepciónpolítica nueva, como el gran fenómenode la descolonización en el mundo,iniciado poco después de terminadala segunda guerra mundial.

Hace todavía pocos años casi todaAfrica vivía sometida al régimen colo¬nial. Ahora es un continente formado

por Estados independientes empeña¬dos en labrarse un porvenir; hechoque por sí solo basta para transformarlas ¡deas tradicionales sobre las rela¬

ciones existentes entre los pueblos.

Tales relaciones pueden estable¬cerse como ocurriera mayormenteen otros tiempos sobre la base deuna rivalidad o, por el contrario, sobrela Indispensable cooperación entre losEstados, que es lo que viene ocurrien¬do ahora. La política de hegemoníaque se aplicó en Africa ha dado pasoactualmente a una política de coope-

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Foto © Paul Almasy, París LAS PIRÁMIDES DE KANO. All llegar el momento de la cosecha se elevan portoda el Africa tropical verdaderas montañas de bolsas de mani (aqui se ven lasde un depósito de la cooperativa de Kano en Nigeria); imagen de riqueza, pero

también de inestabilidad económica, ya que habiendo dedicado la mayor partede sus esfuerzos a los cultivos industriales para la exportación, la subsistencia

de Africa depende, en casi un 80%, de lo que sus países Importen.

ración, hecho nuevo en la historia yde una importancia capital.

Pero dentro de este contexto gene¬ral hay rasgos específicamente afri¬canos. Está, en primer lugar, la Inmen¬sidad de este continente de 30 millones

de kilómetros cuadrados que, en el ma¬pa y seguramente porque constituyeuna unidad absoluta parece menosextenso que las interminables regio¬nes de Europa y su prolongación haciael Asia. Están también esos 300 millo¬

nes de habitantes, podría decirse queperdidos en los 30 millones kilómetroscuadrados que forman el continente.De ahí que la densidad de poblacióndel Africa sea, junto con la América

del Sur, una de las más pobres delmundo.

No es sólo esta pobreza la quesorprende, sino también la desigualrepartición de las poblaciones; hay0,4 habitantes por kilómetro cuadradoen las zonas desérticas, mientras queen determinadas zonas de Nigeria,por ejemplo, se encuentran 40, 50, 60y hasta 70 habitantes por kilómetrocuadrado, fenómeno de innegable im¬portancia para un continente como elque nos ocupa.

A esta desigualdad de orden geo¬gráfico ha venido a añadirse otra deorden económico y social. El ya clá

sico éxodo de los habitantes del cam¬

po a la ciudad hace que en países debaja densidad demográfica haya urbestentaculares. En Estados de reciente

creación se ven a veces capitalesdesmesuradas en relación con el

tamaño del país. Creo que en Africaesto es casi lo general, aunque sigasiendo la excepción en Europa. Confrecuencia y naturalmente guardan¬do las debidas proporciones se hancomparado esas capitales nuestrascon Viena, fenómeno de macrocefalia i-

bien particular por cierto. El conjunto rlde todos estos datos geográficos ydemográficos hace que uno se pre¬gunte si hay verdaderamente un

SIGUE A LA VUELTA

Page 6: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

CONTINENTE EN MUTACIÓN (cont.)

Necesidad de la cooperación interafricana

Africa, o si son varias las que existen.

Africa, en efecto, tiene zonas geo¬gráficas de enorme diversidad. Lasdiferencias entre los países de la costamediterránea y los de la costa gui-neana (término con que nos referimosal golfo y no al país de ese nombre)son enormes, como lo son las existen¬tes entre los países de la sabana aunen un conjunto como el del Africaoccidental, habltualmenté consideradocomo un todo homogéneo. Hay tam¬bién diferencias enormes entre el

norte de Niger y el sur de Nigeria,entre el djerma, el somono del Nigery el ibo de Nigeria, el mallnké y elfan o el achantl. Diferencias también

entre el peúl pastor y el sarakole,entre el batutsi del Congo y los hom¬bres de la selva del Gabón, pese alo cerca que están unos de otros.

P.

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ueden verse así perfilarÁfricas muy diferentes, tanto en laszonas geográficas como en las pobla¬ciones y civilizaciones que las carac¬terizan. Hay diferencias de civilizaciónentre los hombres del Sahel, los del

Sahara, y aun entre los hombres delnorte, más explícitamente entre loshabitantes de la sabana y los de laselva. Pero estas diferencias reales no

deben hacernos dejar de lado la granunidad, o si se quiere, los grandes fac¬tores de unidad que es posible encon¬trar en este inmenso continente.

En primer lugar, y volviendo alaspecto económico y sociológico, hayque considerar el hecho Incontestablede este inmenso continente sub-

desarrollado, cualidad de la que evi¬dentemente no cabe envanecerse

porque si. Hay que buscar honesta¬mente los puntos de identificación, deunificación; y en este sentido tratode encontrar varias ¡deas generalesque permitan el acercamiento y faci¬liten la opinión que uno pueda for¬marse al respecto.

Hay un segundo factor. El territoriosubdesarrollado de Africa ha sido

durante mucho tiempo una colonia, ysus colectividades acaban de acceder

recentíslmamente a una vida moderna

en forma de Estados.

Podría decirse que con excepciónde Etiopia, uno de los más viejosEstados del mundo, y algunos embrio¬nes de vida independiente que habíanpodido subsistir en el norte de Afri¬ca casi todas las soberanías actuales

son nuevas, y casi todos los Estadosestán haciendo su aprendizaje de ta¬les. En este sentido, toda vez que serefiere uno al continente, este es un

factor que permite la generalización.

Hay, por último, un punto que meparece muy Importante. Este inmensoterritorio, que sólo desde sus costaspudo establecer contacto con el exte¬rior, desarrolló mientras tanto civiliza¬ciones Internas basadas en esa forma

de vida comunitaria que, en conjunto,es la característica más importante desu estructura social.

Vemos así que civilizaciones que asimple vista parecen distantes unas deotras por sus diferencias geográfi¬cas o climáticas o su pasado histó¬rico están en realidad muy cercaentre sí por ese aspecto comunitariode su modo de vida.

Cuando uno habla con un campe¬sino del Senegal, de Ubangul, delChad o del Congo, cuando lo vevivir y ve cómo están organizadosen su tierra los grupos por edad, ycómo es el régimen de propiedad dela tierra o cómo se distribuyen lasganancias de lo producido colectiva¬mente, encuentra por doquier la mismabase comunitaria que sustenta lavida cultural uno de los grandesfactores de unidad de este inmenso

continente. El aspecto cultural esquizá uno de los más importantesde la vida en Africa, y por eso con¬viene que nos detengamos un pocoen él.

De estas civilizaciones agrarias, deestas estructuras sociales tan dife¬

rentes unas de otras, ha surgido unconcepto de la vida, del porvenir delhombre y de su relación con las fuer¬zas cósmicas, que constituye una delas características esenciales de la

¡dea que el hombre africano en gene¬ral tiene de la cultura, pese a las sor¬prendentes diferencias epidérmicasexistentes entre el beréber, el moro,el peúl, el sara o el malinké. Porquelo cierto es que todos conservan lasnociones que animaban a sus ante¬pasados.

Esta es una cuestión de fondo paratoda el África. En el plano religiosose traduce por ese concepto del ani¬mismo que se encuentra tanto al estecomo al oeste y tanto al norte comoal sur, por lo menos en los paísessituados debajo de la línea del Sahara.En los sitios no penetrados todavíani por la religión islámica ni por lacristiana encontramos un conjunto decreencias religiosas vinculadas a esteconcepto animista, del que salen todascomo ramas de un mismo -tronco.

Tales son, a grandes rasgos, lascaracterísticas fundamentales que nospermiten formarnos una idea más pre¬cisa de este continente, cuya ricavariedad de formas de vida, asi comolas concepciones extraordinariamentediferentes de la organización socialreinantes en uno u otro rincón, noimpiden que haya factores básicoscomunes capaces de determinar unasuerte también común a los paísesque lo forman.

Ante semejante visión de Africa¿cómo hacer esa selección de proble¬mas que constituye una preocupaciónprimordial tanto de sus pueblos comode sus dirigentes? Los problemasdeben situarse, creo, en los órdenes

politico, económico, social y cultural,

selección que, por lo demás, se ajustaa las ideas que prevalecen actual¬mente en todos esos jóvenes Estados.

Domina entre esas ideas la de lo¬

grar, en primer lugar, una cohesiónnacional, preocupación lógica en Esta¬dos constituidos, en su mayor parte,por territorios que no eran nacionalesni tampoco habían sido naciones; yesta es otra diferencia fundamental

entre Africa y Europa.

Mientras que en esta última elEstado ha surgido a veces de unacohesión que un conjunto de pobla¬ciones había podido establecer entresí y que luego quiso transponer alplano de las relaciones con el exterior,aquí se da el fenómeno exactamenteinverso.

En Africa tenemos Estados que sehan constituido sin base nacional yEstados que se esfuerzan por lograresa cohesión nacional en el momento

mismo en que en el mundo entero elproblema de la soberanía de cadanación se enfrenta con la tendencia a

constituir grandes conjuntos econó¬micos, conjuntos necesarios por lanueva división internacional del tra¬

bajo, por la extensión de los merca¬dos, por todas esas funciones nue¬vas, en fin, que la economía obliga aun Estado a llenar.

La segunda consideración en juegoes que estos Estados que quierenconstituirse en naciones se encuentran

frente a la necesidad absoluta de una

cooperación interafricana. Las leyeseconómicas modernas, las necesida¬des del desarrollo económico, no les

permiten alcanzar sus objectivos enel marco estrecho de un solo país;de esto no han tardado mucho en

darse cuenta, como también de queestán en la obligación de entenderseentre sí y de marchar hacia una coo¬peración intercontinental.

L tercera consideración

tiene que ver con ese «desarrollo eco¬nómico» del que tanto se habla portodas partes; noción nueva en aparien¬cia, pero que en el fondo quizá no losea tanto. Son muchas las veces en quese confunde crecimiento económico con

desarrollo económico; pero creo que,cuando por un prurito etimológico lagente se pone a hablar de países«desarrollados» y países «en vías dedesarrollo», hay que decir que, cual¬quiera sea su nivel de industrializa¬ción y adelanto técnico, todos lospaíses del mundo están siempre envias de desarrollo; porque ¿cuál es elque no quiere mejorar? Los Estadosmás grandes, los mayores conjuntoseconómicos, se constituyen hoy pre¬cisamente por ese afán de lograr undesarrollo económico más importantetodavía que el que se tiene.

Pero África ha nacido a la vida

moderna en el momento en que preci-

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En el estudio de televisión de Abidjan(Costa de Marfil) un técnico dispone laIluminación de un programa. Hasta hacecinco años no habia en toda Africa

más que seis cadenas de televisión; hoyson ya 20 los países que cuentan consus propias cadenas nacionales.

sámente este problema y esta nocióndel desarrollo económico se han eri¬

gido en teoría. Todos sus Estados hanesgrimido inmediatamente esta nociónde desarrollo económico como el leit¬

motiv de todas las reivindicaciones

nacionales. Después de haber, reivin¬dicado la independencia, se hace lopropio con el desarrollo económico;después de haber reivindicado el de¬recho a hablar con los demás en un

plano de igualdad, se reclama hoy elde vivir como ellos, de tener sus mis¬mos medios de desarrollo social, eco¬

nómico y cultural; y este problemadel desarrollo económico es eviden¬

temente uno de los más importantesque preocupan actualmente a lospaíses de Africa.

La meta del desarrollo económico

hace, por tanto, que todos los Esta¬dos africanos hayan caído en lacuenta de lo necesaria que resulta lacooperación internacional en el mun¬do y lo mucho que les hace faltaentenderse, reagruparse, estableceruna colaboración interafricana. Tam¬

bién han comprendido que su expan-

Foto © Paul Almasy

sión económica no podrá llevarse acabo si no mantienen relaciones con

el exterior.

Después de un primer movimientode repliegue sobre sí mismos en quese manifestó cierta voluntad de rom¬

per todo lo que fuera relaciones conel extranjero, es posible que ahoraarrastre a los países africanos otromovimiento en sentido contrario, con

lo que se corre el riesgo de sacrificarese afán constante del hombre, tanbien expresado por el proverbio quedice: «Ayúdate, que Dios te ayudará».

Es muy posible que el desarrollode Africa dependa de sus relacionesinternacionales, pero lo seguro es queen primer lugar ha de deberse altrabajo de sus hijos y al espíritu deeconomía de éstos. No hay por quésacrificar, pues, esa necesidad de tra¬bajo que es la base fundamental detodo desarrollo. Los países hoy indus¬trial y técnicamente avanzados hanpasado siglos de sufrimiento, de pa¬ciencia y de tremendo esfuerzo parallegar adonde están.

Pero creo que conviene hacer ahora

ciertas precisiones sobre estos pro¬blemas generales. En el plano político,el que se plantea a los Estados afri¬canos hoy es el de su Independen¬cia y el de la necesidad de una coope¬ración internacional. Es necesario quese den cuenta de que el aislamientoestá lejos de ser el mejor medio dogarantizar su Independencia, Indepen¬dencia que, por lo demás, no puedoser privilegio de ciertos dirigentes,ciertas familias o ciertas categoríassociales, sino del conjunto de la po¬blación.

La población en general tiene queser, por consiguiente, el norte abso¬luto de todo dirigente consciente dosus responsabilidades. La Indepen¬dencia de un país se ejerce hoy enun clima de interdependencia mundialdel que hay que tener la más claraconciencia.

Y asi llegamos al punto en que sohace necesario clasificar estos problo-mas en dos órdenes principales: el dola organización Interna de los paísesafricanos y el de la organización dosus relaciones con el exterior.

En el plano de la organización Inter¬na donde se registra otro factor dounidad cabe destacar la falta do

conflictos como los que conocieron enotros tiempos los países europeosentre la ley escrita y la no escrita,entre la existencia de una constitución

nacional y la falta de la misma. Elmovimiento que lleva a todos los Esta¬dos africanos hacia esa primera reali¬zación de una constitución escrita gra¬cias a la cual pueda procederse a laorganización de poderes dentro de unpaís parece ser un movimiento gene¬ral.

¿A qué obedece esa preocupaciónpor tener una constitución escrita,reacción ciertamente contraria a la

costumbre? En Europa la ley, por suforma, parecía ser lo que más se opo¬nía a la necesaria evolución social,mientras que la costumbre favorecíaesta evolución. Se argüirá que elinconveniente está en lo vivo queresulta a veces el afán de evolución,y los muchos cambios de constituciónque así inspira; peligro serio cuyaimportancia, sin embargo, no convieneexagerar demasiado.

El segundo problema es de la polí¬tica exterior. Recién adquirida suindependencia, los países de África se _han visto tentados por la neutralidad 7y el neutralismo hasta tal punto que 'se ha llegado a acuñar expresionesnuevas, como neutralismo «negativo»

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Page 8: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

CONTINENTE EN MUTACIÓN (cont.)

y neutralismo «positivo». Con ello setraducía el deseo de no comprome¬terse con ninguno de los grandesbandos del mundo actual, extendién¬dose a todos la misma reprobaciónpor estimarse que no había obligaciónalguna de elegir.

Hoy se está rectificando en ciertomodo esa actitud. Poco a poco, elneutralismo pierde terreno. África seda cuenta de que su destino está liga¬do al mundo en general, y que laexistencia en ese mundo de un

enorme Islote africano aislado es un

imposible. En sus relaciones exterio¬res este continente desearía dejar deser escenario para las rivalidadesentre las grandes potencias y consti¬tuir en cambio un centro de emulación

de esa cooperación Internacional tannecesaria en el mundo contemporá¬neo.

Por lo que a recursos económicosse refiere, querría señalar simple¬mente que Africa está procediendo enestos momentos al inventario de los

mismos. Se trata de saber si, por sus

Foto © Hoa-Qui, Paris

8El Imponente monumento que selevanta en Lomé, capital del Togo,perpetúa el recuerdo de laindependencia del pais, que accedióa ella el 27 de abril de 1960.

propios medios, puede llegar precisa¬mente a poner en marcha su econo¬mía tradicional en forma que le per¬mita entrar en una economía de tipomoderno o si, por el contrario, le esnecesario, para entrar en la fase ini¬cial del proceso, contar con la ayudaexterior.

Al parecer, Africa se está dandocuenta de que necesita de ambascosas; en primer lugar del trabajointenso de sus hijos, sobre todo untrabajo de reflexión sobre la economíaafricana y sobre la manera de lograrque el desarrollo no dependa comple¬tamente de las corrientes exteriores o

del comercio exterior, como ha venidoocurriendo hasta ahora.

Una de las características de Africa

es que su renta nacional visible ycifrable está constituida en gran partepor Ingresos del exterior. Mientras lasestadísticas no lleguen a determinarcon precisión otras corrientes inte¬riores, no hay país de Africa en queno se registre este fenómeno de quela masa principal de sus Ingresos pro¬viene de la exportación.

Una de las características de Africaestado de cosas consecuencia su¬

mamente peligrosa para Africa esque su subsistencia depende tambiénen gran parte del exterior, por estarel esfuerzo nacional dedicado en su

mayor parte a la producción de artí¬culos de exportación. La producciónde alimentos se ha sacrificado a esta

vieja norma comercial, y así un conti¬nente que podría casi bastarse a símismo depende, en 80% de su sub¬sistencia, de las Importaciones.

El Senegal, por ejemplo, podríaproducir arroz y mijo (como lo hizoen otros tiempos) pero en cambio im¬porta al mes decenas de millones detoneladas de arroz procedente de Blr-mania, de Siam, de Camboya o de laRepública del Vietnam, mientras se veobligado a vender al exterior su aceitede maní, que la población consume enproporción muy débil. Esta Inversiónde corrientes debe ayudarnos a cons¬tituir economías internas, mercados

interiores que serán precisamente elapoyo de nuestro comercio exteriory el mejor medio de atraer las inver¬siones de capital.

Las declaraciones políticas y lasgarantías legales que se ofrezcan alcapital extranjero están muy bien,pero la mejor garantía que puedadarse en este sentido es la de la

rentabilidad cierta y duradera. Y estoes precisamente lo que los hechosdemuestran.

Actualmente, por otra parte, seregistra en Africa una profunda trans¬formación de las estructuras sociales.Las formas de vida tradicionales su¬

fren las transformaciones impuestas,por ejemplo, por la economía moder¬na, por las ¡deas nuevas y por lastécnicas de la Información, todo locual responde a una necesidad deacercarse al- exterior imitándolo.

En el plano de las estructuras so¬ciales, los dos problemas más ¡mpor-

SIGUE EN LA PAG. 37

En la preparación de la Historia Generalde Africa toman parte muchas institucionescientíficas y universitarias, y especialmentela red de centros permanentes creadospreviamente al efecto, con ayuda dela Unesco, en una decena de paísesafricanos. Es importante la grabacióny análisis de las tradiciones orales,ya que la generación que las mantieneserá la última que pueda ayudar deverdad a los historiadores.

Arriba vése la Biblioteca de la

Universidad de Ibadán, en Nigeria.

KENNETH ONWUKA DIKE, historiador deNigeria y ex-rector de la Universidad deIbadán, tiene a su cargo la parte científicade la Historia General de Africa proyectadapor la Unesco. El señor Dike preside elCongreso Internacional de Africanistas, queen 1962, y bajo el patrocinio de la Unesco,se reunió por primera vez en Accra, la capi¬tal de Ghana. A su pluma se deben nume¬rosas obras, entre ellas Trade and Politics

in the Niger Delta, 1830-1885, publicada enLondres por la Oxford University Press, yOrigins of the Niger Mission, publicada,igualmente en inglés, por la Imprenta de laUniversidad de Ibadán.

Page 9: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

Desde hace dos años se ha iniciado, con la preparación de los

elementos necesarios a la redacción de una Historia General de Africa, una

empresa internacional de singulares proporciones. Concebido y patro¬

cinado por la Unesco que le dedicará medio millón de dólares esteproyecto se realiza con la colaboración de numerosas instituciones cien¬

tíficas internationales y muy especialmente del Congreso Internacional deAfricanistas en cuyo primer periodo de sesiones, llevado a cabo en Accra

y en 1962, se reunieron más de 500 especialistas de 52 países.

La Historia General de Africa está destinada a llenar en gran medidaun vacío grave dentro del conocimiento de la humanidad. Su edición en

diversos volumes, cuya aparición se prevé para 1975, ha de constituir,

gracias al esfuerzo conjunto de historiadores, arqueólogos, lingüistas y

etnólogos, una obra fundamental de referencia sobre el pasado de todo

el continente. Con destino al público en general se tiene también la inten¬

ción de publicar una condensación de la Historia, estudio sin precedentesque ha de responder a una necesidad sentida cada vez más vivamente

no sólo por los africanos (que quieren conocer sus orígenes y su verdaderahistoria) sino también por los pueblos de los otros continentes. La obra no

se limitará a describir acontecimientos y a hablar de instituciones políti¬cas, sino que extenderá su alcance al estudio de fenómenos tales como

el intercambio que la circulación de caravanas permitió efectuar a los pue¬

blos africanos, la difusión de sus técnicas, las migraciones de esos pue¬blos, los contactos entre las diversas formas de vida social y cultural, etc.

Al eliminar prejuicios e ¡deas falsas o fragmentarias y presentar la

documentación ya existente así como los resultados de las investiga¬ciones actualmente en curso a la luz de un estricto rigor científico, esta

empresa ha de cobrar excepcional importancia para el conocimiento de

todo un continente y para el movimiento de comprensión internacional.

K. Onwuka Dike, autor del artículo que publicamos a continuación, esdirector científico del proyecto de Historia General de Africa.

Redescubrimiento de nuestra historia

por K. Onwuka Dike

H ay algo de irónico en elhecho de que, aunque muchos docu¬mentos sobre la historia de varias par¬tes del continente africano sean ante¬

riores a la era cristiana, la Historia deAfrica como materia, como disciplinaacadémica y muy especialmente enlo que se refiere a los países del surdel Sahara sea en su mayor partealgo que data de la última posguerra.Sobre el África mediterránea, claroestá, hay abundantes escritos que da¬tan de la época de los cartagineses,los romanos y los bizantinos; los haytambién sobre Etiopía desde que in¬trodujera allí el cristianismo en el sigloIV de nuestra era; los hay, desde elsiglo XI, sobre el Africa situada alnorte de la selva tropical, y desdeel siglo XV sobre la costa occidental

del continente; por último, desde loscomienzos del siglo XIX abundan, enlas descripciones y relatos de los geó¬grafos, exploradores, misioneros yadministradores coloniales, las fuentes

de información sobre una parte másextensa del continente.

No queremos decir con esto queantes de la segunda guerra mundial loseruditos no prestaran atención algunaal Africa. El interés académico por lacivilización egipcia y por la del nortede Africa es de vieja data, pero siem¬pre se consideró la historia de estaúltima región principalmente comoparte de la historia de Asia, y casinunca se estudió y sopesó la serie devínculos importantes existentes entreese norte de Africa y la parte del con¬tinente situada al sur del Sahara.

Es innegable que tanto ciertos par¬ticulares como ciertas instituciones

tenían nociones serias de los idio¬

mas hablados en la parte sur de Africa,así como de la etnografía correspon¬diente; pero ninguna de esas institu¬ciones o personas se preocupó pri-mordialmente de la parte histórica,que hasta hace poco tiempo siguióquedando más allá de los horizontesintelectuales de las Universidades.

Tampoco se advierte en los importantesescritos que administradores y antro¬pólogos sociales produjeron entre lasdos guerras mundiales una preocu¬pación por comprender el estilo vitaldel africano o por adentrarse desdeun punto de vista histórico en las raí¬ces de su descontento y sus motinesde protesta.

SIGUE A LA VUELTA

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Page 10: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

REDESCUBRIMIENTO DE LA HISTORIA (cont.)

Hay inmensos archivos inexplorados UN ESTADO

Aunque en el siglo pasado huboexploradores rusos que, como EduardIvanovlch Eykhval'd y A. V. Yeliseyew,contribuyeron a que se conociera geo¬gráficamente el Africa situada al nortedel Sahara, los estudios sobre elcontinente no comenzaron a ser objetode atención seria en la Unión Soviética

hasta después de 1952. Y hasta 1956ninguna de las mil ochocientas se¬tenta y siete instituciones y asocia¬ciones históricas de los Estados Uni¬

dos de América y del Canadá se preo¬cupaba por estudiar ni siquiera remo¬tamente alguna parte o aspecto delAfrica.

Hace pocos años las autoridades dela Universidad de Londres se mostra¬

ron muy escépticas al discutirse laintroducción de un curso de doctorado

sobre historia africana, y no se creó lacátedra correspondiente hasta 1963.En el mundo académico de hoy quizáno sea el profesor de Oxford TrevorRoper el único que piensa que la his¬toria de Africa no es otra cosa que«la serie monótona de vueltas que lastribus bárbaras dan en sus bailes en

rincones sin duda pintorescos peropoco importantes de nuestro planeta».

L

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a gran mayoría de los tres¬cientos millones de habitantes de este

continente descienden de los que vivie¬ron en él por espacio de miles deaños. La historia de estos pueblos y delas vastas tierras que habitaron repre¬senta una parte considerable de la his¬toria de la sociedad humana. Los actos

y hechos de los africanos no sólo hanconfigurado el curso de la historiahumana en su propio continente, sinoque también han constituido un aporteal desarrollo de las civilizaciones del

Nuevo Mundo, de Europa y Asia.

Puede decirse que el estudio cien¬tífico de la historia de África, en elsentido moderno de la expresión, co¬menzó con la obra de Abderramán Ben

Chaldún, el famoso historiador tune¬cino del siglo XIV. Chaldún destacó laimportancia que la sociología tiene parala historia y describió el pasado obser¬vando antes que nada la acción recí¬proca del Estado y la- sociedad, almismo tiempo que analizaba el desa¬rrollo de diversos elementos de ésta.

Desgraciadamente, hasta hace pocosu obra ha tenido una influencia mí¬

nima en el estudio de la historia. Al

mundo medieval ésta le preocupó poco;prefirió a ella la teología, el derechoy la retórica. Pero desde el siglo XVIIIes innegable que Europa ha prestadogran atención al estudio de la historia.La abundancia de documentos de quese disponía hizo sin embargo que suseruditos adoptaran, no el método socio¬lógico de Ben Chaldún, sino el métodojurídico y el biográfico, preocupándoseprincipalmente de los decretos, gue¬rras y política de los reyes.

Al empezar a ampliarse este método

en el siglo XIX para volver a tomaren cuenta los factores sociales y loseconómicos, los documentos se habíanconvertido en algo de tal importanciapara el estudioso y el especialista enhistoria que éste tendía a tomarlospor la historia misma. La ausencia dedocumentos empezó a parecerle au¬sencia de historia o ausencia de he¬

chos dignos de un estudio histórico.

Tal concepto floreció en Africa bajolos regímenes coloniales que la domi¬naron, reforzando la propaganda de susdirigentes en el sentido de que Áfricano tenía historia digna de escribirse,y que la ya escrita por las potenciaseuropeas era la suma total de lahistoria del continente. Está demás

decir lo mucho que este concepto per¬judicó el desarrollo de la historiogra¬fía africana, ya que fuera de toda dudafalta material documental en ese sen¬

tido, y mientras se educara a los his¬toriadores africanos según la tradi¬ción que considera la prueba docu¬mental como el instrumento único del

análisis histórico, aquéllos trabajabancon limitaciones que hacían particular¬mente difícil su tarea. Así, esos histo¬riadores produjeron sólo lo que podríacalificarse de crónicas o, cuando sedejaban arrastrar por la fantasía, notaspolémicas en vez de históricas.

Felizmente en los últimos años la

cosa ha mejorado al demostrarse lafalsa que era la Identificación de lahistoria con la abundancia de testimo¬

nios escritos. No hay necesidad drmachacar ya la ¡dea de que Africatiene una historia digna de estudio entodos los niveles de la disciplina Inte¬lectual. Lo que es más; ya se reco¬noce en todas partes que la historiade Africa debe ser la historia de los

pueblos africanos mismos y que losactos de éstos no los de sus inva¬

sores deben constituir el centro de

interés de la misma. En cada obra

nueva o en cada nueva edición de tra¬

bajos anteriores se nota !a forma enque este punto de vista se ha ¡doabriendo paso.

Pero todo lo recogido hasta ahoraes no sólo poco sino que constituye ensu mayor parte el testimonio de ex¬tranjeros, escrito en idiomas euro¬peos o en árabe. El grueso de estematerial existe en los archivos metro¬

politanos de las ex-potencias colonialesy nos habla mucho más de los actose intenciones del invasor que de losactos e intenciones de los africanos

mismos.

Por constituir estos documentos fo¬

ráneos la principal fuente de informa¬ción de que se dispone, la redacciónde la historia de Africa sigue sufriendode inhibiciones. Mitos ya pasadosde moda, mitos que se han hecho in¬sostenibles por lo demás, siguen do¬minando la interpretación del pasadoafricano. Basta con dar un par deejemplos al respecto.

Tenemos, en primer lugar, la hipó¬tesis camitica, la desacreditada teoría

de que los negros no han efectuadocontribución alguna al progreso hu¬mano y que «las civilizaciones de Afri¬ca son las civilizaciones de los ca-

mitas ». Tal teoría, basada principal¬mente en contadas fuentes árabes yen una dudosa interpretación de algu¬nas leyendas cuyo origen se encuen¬tra en la misma África, se sigue escu¬driñando pese a la critica de los ex¬pertos como Greenberg y pese a laclara prueba en contrario que consti¬tuyen los aportes del negro a la civi¬lización empezando por una serie deobras de arte plástico que hoy figuranentre las mejor conocidas del mundo.

En segundo lugar está el intento deproceder a una interpretación seudo-económica de la historia africana, in¬terpretación según la cual todos losmovimientos políticos y sociales regis¬trados en Africa desde el siglo XVIhasta el siglo XIX tienen como únicomotivo la trata de esclavos. Es, si se

quiere, otra teoría camitica; la de quenada ocurrió en el centro de Africa

durante esos siglos que no tuvieraque ver con el comercio europeo a lolargo de las costas del continente.

El ir más allá de esos mitos y el ata¬car seriamente la redacción de la his¬

toria de Africa pese a la escasez y alcarácter de los documentos escritos

con que se cuenta es el problema conque tiene que enfrentarse el historió¬grafo africano de nuestra días.

Lo primero que se me ocurre para

Page 11: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

MILENARIO : ETIOPIA

Se sabe que varios milesde años antes de nuestra

era existía ya una civiliza¬ción etiope protohistórica.Los primeros viajeros egip¬cios, al entrar en Etiopiahace dos mil años, descu¬brieron allí no sólo ciuda¬

des muy activas sino tambiénintituciones sólidas. La me¬

jor conservada de las este¬las monolíticas de Axum

(derecha) levanta su enormemasa de piedra, de 24 me¬tros de alto, por sobre lastumbas de los reyes, comotestimonio de la prosperidady de los adelantos técnicosdel reino axumita, reino que,fundado hace más de

2.000 años, dejó una huellaprofunda en la historia deEtiopía. Entre los temas dela tradición y de la leyendaque han inspirado hasta eldia de hoy a los imaginerospopulares etiopes, uno delos más célebres es la his¬

toria de Salomón, de la rei¬

na de Sabá y de su hijoMen el ¡k 1o, primer empera¬dor del país. La corte deeste soberano aparece re¬presentada en la pintura dela izquierda.

Em

O

ayudarlo en la empresa es acumular endiversos centros de Africa todos los

documentos existentes que se conoz¬can hasta la fecha. En otros tiemposel estudio de la historia de Africa se

vio detenido por la extraordinaria dis¬persión del material correspondiente enlos cuatro rincones del globo, materialentre el que figuran importantes obrasafricanas que los gobernantes colonia¬les o los viajeros se llevaron al Irse.

L a centralización en Africa

de todo este material evitará a los es¬

tudiosos el esfuerzo y el gasto quesupone el hacer tanto viaje innecesa¬rio de un extremo del mundo al otro en

busca de los documentos que necesi¬tan. Afortunadamente, se vive en la erade la micropelícula y la copla fotostá-tica, gracias a las cuales será fácilseguir mis indicaciones.

La reunión de todo este material

fundamental no significa solamente,desde luego, que se recuperen los do¬cumentos conservados actualmente en

el extranjero; también entraña la recu¬peración y organización del materialexistente en África y que se ha dejadode lado o no se ha clasificado como

debía, obra importantísima para el fina perseguirse. La tarea es de unavastedad alarmante. Sólo por lo querespecta a los documentos escritosempieza recién a apreciarse su ver¬dadera magnitud.

Y sólo se ahora se empiezan a darcuenta los interesados, por ejemplo,de que los testimonios de los gober¬nadores coloniales, misioneros y co¬merciantes, escritos todo en lenguaseuropeas, no son las únicas fuentesde este tipo existentes fuera de lascostas del norte de Africa. Recién se

ha empezado a tomar en cuenta elhecho de que muchos de los pueblosque vivían al sur del Sahara han usadodurante varios siglos el árabe comoidioma oficial y literario en que efec¬tuar muchas clases de corresponden¬cia.

Hace muy poco hemos sabido tam¬bién que el swahili y el hausa (parano citar sino dos idiomas africanos) sehan servido de la escritura árabe paradejar anotadas muchas cosas, conlo que pueden muy bien haber sumi¬nistrado otra fuente hasta ahora insos¬

pechada de documentación para loshistoriadores. ¿Y cuántos de nosotrosconocemos todo el uso de los idiomas

europeos que jefes como el de los efi-kes Antera Duke hicieron ya enel siglo XVIII para sostener su co-respondencia privada? Los papeles queguarden muchas familias africanasconstituyen asimismo una fuente po¬tencial de material histórico que hastaahora apenas si se ha empezado ainvestigar.

Pero estos papeles y documentosguardados por particulares lo estánen condiciones aun peores que los que

uno puede encontrar en dependenciasde gobierno, y su conservación a largoplazo dependerá sin duda do que solos deposite pronto en archivos, debi¬damente acondicionados. Habrá queconvencer a los poseedores do esosdocumentos que permitan conservarlosa las Instituciones oficiales o centros

de cultura.

Me consta que también se sufre douna falta general de atención hacia elproblema de los archivos árabes, tantopúblicos como privados. En el nortede Nigeria recuperamos documentosque datan del. siglo XVII en adelante,pero también conviene hacer constarque lo mismo ocurre con un Impor¬tante material existente en manos de

particulares en zonas que por locomún no asocia uno con la docu¬

mentación en árabe, como es el surde la tierra de los yorubas.

Pero la acumulación de material

escrito es sólo una pequeña parte dela tarea que nos espera; la parte másfácil de abarcar si se está dispuestoa hacer el esfuerzo necesario. Antes

de llegar a acercarnos apenas a unacomprensión del pasado de Africa,son varios los tipos de fuentes deinformación no escrita a cuyo estudiodebemos proceder : la tradición oral ylos estudios de antropología social,nunca debidamente analizados.

Hace falta también encarar de una

manera más sistemática la cuestión

SIGUE A LA VUELTA

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Page 12: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

REDESCUBRIMIENTO DE LA HISTORIA (cont.)

Setenta centros de estudio del pasado

de la tradición oral. Los antropólogosque se aventuraron por este terrenode estudios no. se han puesto deacuerdo sobre una interpretación ade¬cuada de la historia oral, y lo que espeor, han trabajado en un aislamientodemasiado grande, apartados de lostestimonios' escritos y a la vez de loshistoriadores que tienen la informa¬ción y la preparación analítica nece¬saria para contribuir eficazmente a unestudio de este tipo. Lo mismo rezapara los historiadores. Ni al prepa¬rarnos ni al Investigar hemos hechoel uso debido de los trabajos de losantropólogos sociales.

E

12

n los estudios sobre el pa¬sado de Africa se han dado grandespasos en los últimos veinte años, y enlos círculos correspondientes la histo¬ria africana, concomitante de la eman¬cipación política de buena parte delcontinente, tiene ya la consideraciónque cabla esperar. Los especialistasafricanos en la materia aportan ahora asu Investigación el conocimiento de sucultura, y la situación en que están poreso mismo les permite ver en los docu¬mentos más allá de lo que ven losojos no africanos y seleccionar trozosrelevantes para Africa y sus pueblos,no datos sobre las actividades de los

europeos en ésta.

Los eruditos europeos y norteameri¬canos no han perdido tiempo en lainterpretación y explotación de lasminas de información descubiertas en

los archivos de muchas partes delmundo. Para 1964 habían fundado yasesenta centros e institutos de estu¬

dios africanos en catorce países euro¬peos y en los Estados Unidos. En laUnión Soviética el Instigador princi¬pal de esos estudios fue el ProfesorD.A. Olderogge, filólogo ilustre entrecuyas obras se cuentan The Peoplesof Africa (Los pueblos de Africa, quedata de 1954); The Hausa Language(El idioma hausa, publicada en el mis¬mo año), y Western Sudan in the 15th.-19th. Centuries (El Sudán occidentalentre los siglos XV y XIX, que datade 1960).

En Diciembre de 1959 se inauguróun Instituto Africano dentro del Depar¬tamento de Ciencia Histórica de la

Academia Soviética de Ciencias. Entre

1959 y 1961 solamente aparecieronno menos de 433 publicaciones sovié¬ticas sobre Africa. Gracias al malo¬

grado Profesor Potégin, primer direc¬tor del Instituto Africano, el interés porlos estudios especiales sobre la ma¬teria aumentó marcadamente en la

Unión Soviética.

En los Estados Unidos, donde recién

en 1963 empezó la American HistoricalReview a ocuparse de la historia delAfrica, se habia formado ya en 1957una Asociación de Estudios Africanos.

Dominada en un principio por los lin

güistas, los etnólogos y los antropó¬logos sociales, la Asociación ha co¬menzado a inspirar ahora a los histo¬riadores. En 1964 eran nada menos

que 25 los Centros de Estudios Afri¬canos en los Estados Unidos de Amé¬

rica. Los africanistas norteamericanos

han logrado mucho, particularmente enlos terrenos de la lingüística y laciencia política.

En Gran Bretaña abrió brecha la

Escuela de Estudios Orientales y Afri¬canos de la' Universidad de Londres,

institución que, bajo la dirección delProfesor Roland Oliver, ha trabajadofructuosamente en el terreno de la

lingüística y la historia del Africabantú. En la Universidad de Birming¬ham se ha seguido también un crite¬rio de especialización, dedicándose elCentro de Estudios sobre el Africa

occidental, que dirige el Profesor JohnFage, a todo lo relativo a ésta.

Pero más que en ninguna otra partedel mundo, el puesto de honor dentrode las universidades africanas lo tiene

la Historia de Africa, sean o no oriun¬dos del continente los profesores. Lasrevistas especializadas en estudioshistóricos locales se han multiplicado.Los centros dedicados a esos estudios

son más de 66, y su interés va desdela historia hasta el derecho, la cultura

y la vida de las sociedades africanas.

Los que se dedican a redescubrir elpasado de Africa saben que la histo¬ria de ésta ha pasado la etapa experi¬mental y que en algunas regiones deAfrica el terreno está pronto para lacosecha; la información desenterradaal respecto es enorme, y las posibili¬dades de nuevas investigaciones casiinfinitas.

Hay que reconocer, sin em¬

bargo, que en nuestro conocimiento delos pueblos africanos hay todavía lagu¬nas Importantes y que en algunas re¬giones, particularmente en el Africaoriental y el Africa central, queda mu¬cho por hacer antes de poder escribiruna historia definitiva. No sólo se nece¬

sita escribir la historia de las zonas

en que los estudios e investigacioneshan avanzado lo suficiente para ello,sino también iniciar unos y otrossiguiendo un plan preconcebido en"aquellas reglones sobre las que losconocimientos que poseemos sonescasos. Una cosa debe ir junto ala otra. La Historia General de Africa,

cuya redacción propone la Unesco,ha de hacer hincapié en ambos aspec¬tos de la cuestión.

Resulta estimulante saber que avarios de los problemas planteadosen este sentido les ha dedicado aten¬

ción especial el Instituto AfricanoInternacional, que en Abril de 1964convocó una Conferencia de Africa¬

nistas en la Universidad de Ibadán

para considerar varios de ellos, y tam

bién el Primer Congreso Internacionalde Africanistas, que a su vez se reunióen Accra, la capital de Ghana, en1962. La tarea a encararse es difícil,pero no insuperable, y su solución hade requerir el empleo de considera¬bles recursos financieros, así comode tiempo y dedicación por parte delos especialistas de todas las disci¬plinas, cuya estrecha cooperación esindispensable.

Si su realización se organiza debi¬damente, la Historia General de Africapropuesta por la Unesco ha de servirpara reunir expertos de todas aquellasdisciplinas relacionadas con el estudiodel pasado africano. Para lograrlo asíes imperativo que se cree un cuerpode especialistas con la misión decanalizar las energías de los histo¬riadores de Africa hacia la solución

de varios problemas urgentes de lahistoriografía del continente y haciala correción de todas las ¡deas erró¬

neas que todavía se tiene del pasado.

E stá, por ejemplo, la tenden¬cia general de los historiadores a aislaral África situada al norte del Sahara de

una manera lo menos histórica posi¬ble. Lo cierto es que, en vez debarrera, el Sahara ha sido, desdetiempos inmemoriales, una especie depuente tendido entre el norte y elsur. Y aunque el Africa mediterráneahaya tenido contacto con la Europamediterránea y con el Oriente Mediopor espacio de siglos, ha habido tam¬bién, entre el Africa situada al norte

y al sur del Sahara, no sólo vínculoseconómicos y políticos sino tambiénuna polinización mutua en el terrenocultural. Las dos regiones tienen pro¬blemas, comunes pese a lo distintasque son en muchos sentidos. Cual¬quier plan de historia africana deberárealizarse pues dentro del marco delcontinente entero.

No quiero esto decir que haya queconsiderar poco deseable la maneraregional de encarar la historia afri¬cana, ni tampoco que haya que dese¬charla. En realidad, la manera más .

práctica y eficaz de lograr resultadosmáximos en ese sentido es considerar

los problemas de ' la historiografíaafricana en su contexto regional. Peroaunque se trate a cada una de estaspartes con toda la consideración quese les debe, hay que pensar en ellascomo partes de un todo orgánico, quees el continente africano.

Convendría dividir Africa, para unestudio histórico, en las siguientesregiones; África del Norte, comprendi¬dos el valle del Nilo, Etiopía y el cln-turón del Sudán; Africa occidental,

Africa Central y Oriental, y Africa delSur. Los africanistas de estas regio¬nes podrían comparar notas sobrecuestiones de Interés para. todos.

Quizá el problema metodológico

Page 13: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

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Foto © Siegfried Sammer

El casco de esta barca pescadora de la costa occidental de Madagascar, cerca deMorondava, es un ejemplo cabal de arquitectura náutica. La barca tiene los estabilizadores

típicos de las de Oceania, región a la que Madagascar está unido por múltiples lazos.

más importante planteado por la histo¬riografía africana sea lá inevitabilidadde una manera multidisciplinaria deencarar la cuestión, especialmente porlo que se refiere al período pre-colonial,durante el cual, por lo que se refierea la mayor parte del continente, nohay documentos escritos. El historia¬dor de Africa no puede darse el lujode trabajar aisladamente, ya que nece¬sita de la ayuda de los especialistasen otras disciplinas que se relacionancon el tema que lo preocupa; y eneste sentido tendría que tomarse enserio la cuestión de la tradición oral

y trabajar en estrecha colaboracióncon lingüistas, arqueólogos, antropó¬logos físicos y sociales, orólogos yartistas. Pero aunque sepa muy biencuan vital es para él el contacto conesas otras disciplinas, todavía tiendea hacer caso omiso de ellas.

Hasta ahora, pues, no se ha inten¬tado un trabajo histórico en granescala haciendo intervenir en él espe¬cialistas de muchas disciplinas. Seconocen muy bien los esfuerzos de

la Unión Soviética por adoptar estaestrategia, y también sabemos de losplanes de estudios sobre los beninesy los yorubas en Nigeria. Lo que senecesita en este momento es un pro¬grama cuidadosamente trazado parala redacción de la historia continental

de África de acuerdo con ese criterio

de intervención de diversas discipli¬nas.

Hay que reconocer el papel quelos africanistas comprensivos y ma¬duros de los Estados Unidos, de laUnión Soviética y de diversos paíseseuropeos han desempeñado en estesentido. Pero hay que recalcar unavez más que los problemas plantea¬dos por la historia africana son afri¬canos en su mayor parte y que, porconsiguiente, exigen una solucióntambién africana. Así lo señalan los

temas y la dirección de las investi¬gaciones y estudios de los historia¬dores. Y es lo lógico, además.

Los africanos tienen una responsa¬bilidad a este respecto que no cabeesperar de los extranjeros; psicoló

gica y afectivamente los une a sucontinente y a su herencia algo muysuperior a lo que éstos puedan sen¬tir. En su comprensión de los docu¬mentos sobre la cultura y las Institu¬ciones de Africa, en su apreciaciónhistórica y el uso que hacen de la tra¬dición oral; en su análisis del dramahumano latente en la sociedad afri¬

cana, los especialistas africanos tienenuna ventaja sobre los demás historia¬dores y más probabilidades de llegara la verdadera raíz del problema quelos que no son africanos.

No quiere decirse con ello que losno africanos no tengan un papelimportante que desempeñar en elredescubrimiento del pasado de Africa.En disciplinas como la arqueología, lalingüística y el arte, su destreza y suinventiva son muy necesarias; estáneminentemente calificados para estosestudios y de su concurso sólo puedeesperarse un enriquecimiento, ilumi¬nación y elucidación especiales denuestro conocimiento de la sociedad

africana en los últimos tres mil años.

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Page 14: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

Foto © Naud - Afrique Photo

Foto © Hoa-Qui, Paris

ARQUITECTURA

DE AYER Y DE HOY

El urbanismo y la arquitectura son terrenosen los que empieza a reflejarse de mane¬ra espectacular la gran mutación de losmodos de vida del Africa. En muchos paísesya han entrado en la liza los nuevos arqui¬tectos africanos, que se esfuerzan por aliarlas técnicas más modernas a los materiales,

métodos de trabajo y recursos de las re¬giones en que viven, contemplando almismo tiempo las necesidades sociales deéstas. Hasta ahora, las poblaciones afri¬canas construyeron ellas mismas sus casascon sus propios medios artisanales y si¬guiendo sus necesidades y sus gustos.Y asi como el edificio rural tradicional es

muchas veces una obra maestra de estética

y arquitectura, lo que se cree en el futuro,en el momento de formarse una nueva so¬

ciedad, ha de responder sin duda, comoen otros tiempos, a las profundas aspira¬ciones de los pueblos de Africa.

A la izquierda, casa ogival en unaaldea situada al norte del Camerún. «

Las líneas y las formas de esta casaacusan ese sentido arquitectónicoafinado con los siglos por el contactocon modestos materiales locales.

A la derecha, galería de una casaen el Camerún, hecha de tierra apisonada.

El arquitecto tradicional sabe serartista aqui manejando el sol y la

sombra para lograr composicionesque cambian en el curso del día.

Page 15: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

A la izquierda, lamezquita de Djenné,en ei Mali, imponenteedificio construido

en ese estilo llamado

sudanés quecaracteriza la

arquitectura de unavasta región situadaal sur del Sahara.

Este edificio

administrativo de

Lagos es la obra deOluwole Olusegun

Olumuyiwa, jovenarquitecto de Nigeria

que, luego de hacersus estudios en

Europa y de habergozado de diversas

becas en paíseseuropeos y africanos,ha fundado su propio

estudio en su pais,donde se le ha

encargado laconstrucción de

numerosos inmuebles,

especialmenteescuelas. Olumuyiwa

es actualmente

codirector de la

primera revista dearquitectura que se

publica en Africa,«The West African

Builder and

Architect».

Foto © Paul Almasy

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Abajo, entrada de una casaen el museo de Niamey,

en Niger, arquitecturadel pasado conservadaa titulo de patrimoniocultural.

Foto © Paul Almaty

Page 16: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

ARQUITECTURA (cont.)

Foto © Paul Almasy

UN ARQUITECTO

FRENTE A SU OBRA

El arquitecto H. Iseanyi Ekwuene (arri¬ba) inspecciona la construcción deuna de sus obras; el local de unaescuela de Lagos. Más arriba, otrade las escuelas que ha construidorecientemente. A la izquierda, elarquitecto y sus asociados trabajanen el proyecto de un gran inmueble.Se ha calculado que, para albergara todos sus pequeños estudiantes,Africa tendría que haber construidopara 1980 un mínimo de 450.000

salones de clase fuera de los queya posee. En vista de la urgencia deesta obra, la Unesco creó en 1961en Jartún, la capital del Sudán, uncentro encargado de estudiar losmejores tipos de construcción escolar

y de estimular la formación de gru¬pos de especialistas en la materia.

EKPO EYO dirige actualmente elServicio Federal de Antigüedadesde Nigeria, donde estuvo previa¬mente a cargo del Departementode Arqueología del Museo de Jos.El texto que publicamos a conti¬nuación fué presentado en el colo¬quio de Dakar, organizado bajo losauspicios de la Unesco dentro delPrimer Festival Mundial de Artes

Negras, que se celebró en abril de1966; y en forma de libro ha deaparecer publicado por las EditionsPrésence Africaine en París.

¿P,or qué debemos conser¬var las obras de arte y artesanía de

nuestro pueblo? ¿Por qué no gastartodo el dinero de que dispongamos en

mejorar primero nuestro nivel de vidapara pensar luego en la conservaciónde cosas que, después de todo, nohan de aportarnos beneficio materialalguno ?

La respuesta es simple. En paísesdonde los testimonios y documentoshistóricos son escasos y recientesnunca se insistirá lo bastante en la

necesidad de conservar y estudiaresas obras de arte y artesanía. Preci¬samente por no haberlo hecho anteses que se ha considerado al africanocomo hombre sin tradiciones y sin

pasado, que seguía viviendo en unestado salvaje y primitivo.

En los oaíses occidentales y, en

general, en todas partes del mundo,se han creado instituciones encar¬

gadas de la conservación de obras dearte nacional, como los museos por

ejemplo.

Circunstancias inevitables militan

en Africa contra la conservación natu¬

ral de las obras de arte y artesanía.

Cerca del 80% de ellas están hechasde madera, material que no resiste a

los estragos del fuego, de la humedad,de las termitas, los gusanos o el maltiempo. La tallas de madera másviejas que se conocen son quizá lasfiguras de los antepasados ekpuhalladas en la localidad de Orón, el

este de Nigeria; y según se calcula,apenas si tienen entre 150 y 200 añosde edad.

El etnólogo británico William Faggatribuye la continuidad del arte afri¬cano a la rapidez con que las termitasdestruyen las tallas a poco de quedarconcluidas, creando así la necesidad

de producir otras nuevas. Pero quizáno sea esa la única razón. La continui¬

dad tiene su origen en la existenciade familias de escultores que van

enseñando a las nuevas generacionesa medida que éstas avanzan a primerplano. Lo cierto es, sin embargo, queuna cantidad incalculable de buenas

obras de arte y artesanía de las quenunca sabremos han quedado des¬truidas por los voraces insectos.

Las obras de arte africano más anti-

Page 17: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

PROTECCIÓN DEL

PATRIMONIO ARTÍSTICO

por Ekpo Eyo

guas y las mejor conservadas sonlas realizadas en metal, pero aun asíse sabe de casos en que se fundieron

y refundieron muchas piezas inesti¬mables de bronce. Aun en los casos

en que los dueños de esas obrasquisieron cuidarlas, desconocían lamanera científica de hacerlo. Al frotar

frecuentemente sus bronces con

arena, los habitantes de Tada, porejemplo, les han hecho un daño serio.

Pero este no es el peligro másgrande; el peligro mayor está en ladesintegración de las viejas estruc¬turas sociales, basadas en religionesindígenas y en el cultivo de una eco¬nomía de subsistencia. Se sabe muybien cuan grande es la religiosidaddel africano y cómo la vida de éste

se halla marcada a cada paso por

rituales y ceremonias. Vivan en reinosbien organizados o en comunidadessencillas, tanto los individuos como

las familias, y tanto las castas comolas aldeas y los reinos, tienen sus

propios dioses, cuya imagen está porlo general esculpida en madera.

Al adoptarse tanto el cristianismocomo el Islam como creencias del

mundo africano, los que se convier¬

ten a ellos han destruido y siguen des¬truyendo parte de los millones deobjetos de culto, fenómeno observado,

por ejemplo, en Nigeria.

En la región occidental de estepaís, en efecto, avanzó desde Daho¬

mey en 1951 un movimiento espiritua¬

lista llamado atinga cuyos cultoreslograron convencer a los jefes ymayores de aldeas yorubas, en la pro¬vincia de Abeokuta, que les permitie¬ran «limpiarlas». Los sacerdotes atin-

gas dijeron que tenían el poder dedescubrir a los brujos y a los maloscuranderos, quemándose en esa «lim¬pieza» miles de tallas, de calabazas,

de objetos de metal y esculturas demarfil correspondientes a las diversas

religiones yorubas.

Gracias al oficial británico de dis¬

trito, que se hallaba allí presente e

Informó de lo que pasaba al Departa¬mento de Antigüedades, pudo rescataréste algunas piezas importantes. Lacolección atinga es actualmente la másimportante de todas las que puedanverse en los museos de Nigeria.

Si los africanos han hecho poco porconservar sus obras de arte y artesa¬nía, europeos y norteamericanos, porsu parte, al darse cuenta de la belleza

de esas obras, despojaron al conti¬nente que las produjo de la mayorparte de lo que quedaba. Desde laépoca de la expedición británica de

1897 y la visita del etnólogo alemánLeo Frobenius, los europeos y losnorteamericanos no han cesado de

apoderarse de cuanta obra de arteafricano caía en sus manos.

No es deseable, claro está, que una

nación guarde para sí todo lo que sehaya producido en ella en el terrenoartístico. Algunas de sus obras debenverse también en otros países, no sólopor el prurito de dar placer a los quevivan en éstos o a los que los visitensino también para facilitar la compren¬sión de la cultura que inspiró a loscreadores de esas obras, confiriendo

así a su país de origen el correspon¬diente prestigio. Pero los cambios deesta índole deben hacerse legalmente,y este no es el caso muchas veces.

Lo primero que debemos hacer ylo que están haciendo varios estadosafricanos es juntar y conservar enun museo aquellas obras de arte y

artesanía expuestas a esos peligrosque acabamos de enumerar. Un museo

no es sólo un sitio que ofrece pro¬

tección a esas obras, sino tambiénun sitio donde puede estudiárselasdebidamente.

En tres conferencias internacionales

realizadas en los últimos años se ha

hablado de la conservación de las

obras procedentes de todos los paísessometidos a un rápido proceso de ade¬lanto. En Neuchâtel tuvo lugar en 1961,con asistencia de la Unesco, una reu¬

nión de expertos en museos proce¬dentes de diversos rincones del

mundo. Entre otros problemas de suespecialidad, cambiaron entonces esos

expertos ideas sobre la conservaciónde objetos procedentes de esos paísesen pleno desarrollo.

Se dejó constancia en ese caso de

que «el acceso de muchos países a laindependencia ha traído por conse¬

cuencia la de que sepa mejor quéimportancia tiene el acervo cultural

nacional y qué necesario es protegerla propiedad cultural que no se quierover en manos extranjeras».

También se tomó nota de que laconstrucción en gran escala de obrasdiversas en los países en vías dedesarrollo consecuencia de la rápidaexpansión, tanto económica como

industrial supone la destrucción do

muchos emplazamientos culturales yparticularmente arqueológicos, con laconsiguiente supresión de culturastradicionales en zonas tan vastas como

las que rodean a las grandes represasnuevas.

Los expertos recomendaron con eso

motivo: 1) que cada pals establecieraun servicio nacional para hacer unalista de los objetos cuyo valor los hi¬ciera acreedores a una protección

especial, y 2) que se hiciera un

esfuerzo por mejorar el estatuto legalde esos objetos para garantizar suconservación fisica y prohibir su expor¬tación, aunque esta última medida no

debía impedir la circulación legal delos mismos.

En Agosto de 1964, Nigeria abriósus puertas a un seminario patrocinado

conjuntamente por la Unesco y por elgobierno del país y dedicado al «Papelde los museos en el Africa contem¬

poránea». Un especialista belga deprimer orden, el malogrado ProfesorPaul Coremans, señaló en su estudio

sobre la conservación física y químicade los objetos de museo en los tró¬picos que varios tipos de clima tienen

en Africa un efecto tan rápido comopernicioso para ellos y que los objetosantiguos conservados en Africa sonparticularmente sensibles a ese efecto.El Profesor Coremans indicó a raíz

de ello la conveniencia de que cadapaís creara un servicio nacional parala conservación de su herencia cultu¬

ral, y especialmente de los monumen¬

tos, emplazamientos arqueológicos yobjetos de museo. También sugirió quedentro de esta organización nacionalse creara una sección técnica com¬

puesta principalmente por un labora¬torio cultural y uno o más talleres de

conservación que trabajaran conjunta- *tmente con aquél. | /

Por último, al volver a reunirse en1964 la Conferencia General de la

SIGUE A LA VUELTA

Page 18: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO ARTÍSTICO (cont.)

Arte y artesanía al alcance de todos

18

Unesco, dejó constancia en París deque «la propiedad cultural constituyeun elemento fundamental de la civili¬

zación y la cultura nacionales» y dijoque consideraba que cada Estadodebía proteger la propiedad culturalexistente en su territorio contra los

peligros resultantes de la exportaciónIlícita.

La Conferencia de la Unesco reco¬

mendó además que se hiciera lo nece¬sario para estimular la adopción demedidas adecuadas y para mejorar lacooperación internacional en esteterreno. Se aconsejó a los EstadosMiembros que no se autorizara laImportación de ninguna parte de esapropiedad cultural hasta no sabérselalibre de restricciones de cualquierIndole en el Estado desde donde se la

exportaba. A los museos, por ejemplo,se los invitó a que se abstuvieran deadquirir objetos obtenidos por mediode la exportación o importación ilíci¬tas o de la transferencia de propiedad

igualmente ilegal.

La Unesco recomendó, entre otrascosas:

Que cada Estado creara un fondopara adquirir las obras de arte nacio¬nal que se considerara importantes o

tomara medidas equivalentes para res¬tituirlas al patrimonio nacional.

Se consideró igualmente el pro¬blema de la restitución, recomendán¬

dose que los Estados Miembros cola¬boraran para facilitar la vuelta del paísde los objetos de valor cultural ilíci¬tamente exportados de aquél.

En Nigeria hay una ley para contro¬lar y hasta para impedir completa¬mente la exportación de antigüeda¬des. Se ha definido en este caso la

antigüedad como «cualquier obra de

arte o de artesanía estatua, figurade barro cocido o fundida o tallada en

metal, escultura, poste, puerta, figuraancestral, máscara religiosa, bastón,tambor, bol, ornamento, utensilio,

arma, armadura, insignia, manuscritoo documento, si esa obra de arte o

artesanía es de origen local y fuehecha antes de 1918 y tiene interéshistórico, artístico o científico, o si se

la ha usado alguna vez en el curso deuna ceremonia tradicional para servirlos propósitos de éstas».

La definición, susceptible de modi¬ficaciones a corto plazo, está conte¬nida en la Ley de Antigüedades de1953.

Los que deseen exportar una anti¬güedad deben dirigirse en primer lugaral Director de Antigüedades. Si setrata de una obra poco importante,

éste se halla autorizado para extenderun permiso de exportación. De todaslas antigüedades se saca la fotogra¬fía correspondiente y se hace unalista para conservar el registro debidode todo lo que se saca del país.

Cuando se trata de antigüedadesmás Importantes, la Comisión corres¬pondiente o su subcomité debe deci¬dir, por acuerdo de su mayoría, si per¬mite o no la exportación de una obradeterminada. El exportador eventualdebe presentar los objetos que le inte¬resan por lo menos tres meses antesde la fecha en que se propone sacar¬los del país. En caso de negársele elpermiso, el Departamento de Antigüe¬dades se ofrece a adquirir el objetopagando un precio razonable por éste.

El Departamento de Antigüedadesde Nigeria se ha lanzado asimismo auna campaña de adquisición de anti¬

güedades por medio de comprasdirectas, préstamos y excavacaciones,habiéndose creado además un servicio

de vigilancia de los agentes radicadosen Nigeria que exporten piezas an¬tiguas al extranjero.

Aunque la mayor parte de las cosas

africanas esculpidas tienen un signi¬ficado religioso, una buena cantidadde ellas, dada la economía de sub¬

sistencia de los pueblos que las pro¬dujeron, son objetos domésticos, ape¬ros de labranza o instrumentos de

pesca. Al empezar a hacerse uso dela ciencia y la técnica occidentales, hahabido una diversificación de esa

economía, convirtiéndose los produc¬tos del Occidente en símbolos de la

nueva condición a que se ha accedido.

Ha surgido así un arte nuevo y dife¬rente del tradicional tanto en la con¬

cepción como en la calidad de sus

obras. La demanda del insaciable ape¬tito europeo por obras de arte exó¬ticas no ha producido más artistas tra¬

dicionales, sino plagiarios dedicadosa copiar sin autorización las viejas for¬mas de los artistas africanos. El resul¬

tado es lo que Frank McEwen ha

llamado «arte de aeropuerto», o sea loque Elsy Leuzinger llama, en términosmás corrientes, «obras sin raíces cul¬

turales ni contenido artístico».

Hay, sin embargo, síntomas de quetodo esto entrará en un orden. Hace

tres años la Unesco y el Gobierno deNigeria crearon en Jos un institutomodelo para preparar a los técnicos

africanos de museo, instituto quecuenta con alumnos de 10 países a losque se ofrecen, en Inglés y en francés,cursos de documentación, fotografía,conservación química y reparación

mecánica de objetos de museo. Ya sontres las promociones de técnicos pre¬paradas en esta forma. Al volver a sus"países, los expertos no sólo se dedi¬can a los trabajos que han aprendidosino que estimulan allí el interés nece¬sario a la apreciacion.de las obras dearte.

Este interés puede despertarsemanteniendo vivo a ese arte al

mismo tiempo si se estimula y ayudalo suficiente a los artistas contempo¬

ráneos. Hay dos categorías de ellos:los que trabajan siguiendo el estilotradicional, aunque no forzosamente lacreencia religiosa que lo inspirara (ta¬llistas en madera de Nupelandia y

Yorubalandia, escultores yorubas eibibios que trabajan con cemento ylos oyos, que hacen lo propio con lascalabazas), y los jóvenes preparadosen escuelas modernas de bellas artes,

que se sirven de técnicas e instrumen¬tos europeos pero cuya inspiración

sale del mundo que los rodea. Estosúltimos producen lo que podría lla¬marse arte popular.

No ha de sorprender a nadie, porconsiguiente, que tanto el africanorefinado como el ciudadano común ycorriente adornen sus casas con obras

de arte y de artesanía. No cabe dudade que el Interés de todos ellos pre¬

sagia un buen futuro para el arte y laartesanía africanos. Ya se sabe a estas

alturas que la cultura y la tradición delcontinente son tan ricas como las de

cualquier otra parte del mundo. Perocomo los mayores parecen apartarsede ella, la única esperanza está eneducar a los niños en un modo verda¬

deramente africano de vida.

Los Ministerios de Educación debe¬

rían incluir estudios africanos en el

programa de las escuelas, y las univer¬sidades intensificar el estudio del

pasado del continente. En aquellossitios donde hay un solo museo o nohay ninguno, deberían crearse varios,

y ofrecerse al mismo tiempo estímuloy protección a todos aquellos artesa¬nos que siguen practicando su oficio.Sólo así se podrá salvar de la tinieblaal pasado de Africa y conservarpara la posteridad las creaciones artís¬

ticas del continente a lo largo de tan¬tos siglos.

Para simbolizar el acceso de Nigeria a lavida moderna, el escultor Ben Enwonwuha dado las formas más estilizadas

y etéreas a la figura de bronce que decorala fachada del museo de Lagos, lacapital de su país.

Foto © Paul Almasy

Page 19: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

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Literatura africana

por Ezequiel Mfahlele

l,n junio de 1962 se efectuóen la Universidad de Makerere, enKampala, Uganda, una conferencia deescritores africanos de expresión in¬glesa. Dicha conferencia primerareunión de este tipo que se efectuabaen el mundo fue convocada por elClub «Mbari» de Artistas y Escritoresde Ibadán, y patrocinada por el Con¬greso por la Libertad de Cultura desdeParís.

Encabezando una lista de preguntasque se plantearon y estudiaron conrelación a los problemas prácticos delos autores africanos, habia una nomuy práctica que digamos: «¿Qué seentiende por literatura africana?» Alformulársela en la reunión se produjouna atmósfera de sorpresa general,como si la frase que habíamos usadotanto, y llevado y traído, e identificadocon ciertas cosas, se nos hubieseescapado súbitamente de las manosy se volviera contra nosotros en unacarga cerrada.

Esa locución, «literatura africana»,¿se había utilizado mal? ¿Se habíaabusado de ella? Ciertos participantestrataron de dejar de lado la cuestióncalificándola de académica; otros sesintieron molestos; otros más trataronde ridiculizarla o de explicarla hastaque no quedara nada de ella. Pero aunluego de varias tentativas serias pordefinir la literatura africana, el inte¬

rroga, cte quedó en suspenso y en evi¬dencia, como una mancha blanca queno se hubiera podido sacar de unaprenda de hilo negro.

Hubo un acuerdo general, más bienimplícito que explícito, en el sentido deque la definición era más bien sim¬plista, por inspirarla más la emociónque la razón; literatura africana, dijimosentonces, es la producida por africa¬nos negros. Bastaba sin embargo re¬flexionar un poco para que ciertas pre¬guntas le saltaran a uno a la Imagi¬nación con irritante insistencia: «¿Có¬mo llamar a la literatura producidapor africanos blancos? ¿Qué distinguea la literatura llamada africana de la

no africana? ¿Qué distingue, por ejem¬plo, una obra de Joyce Cary (no oriun¬do de Africa) de una de Dan Jacobson

Las esculturas metálicas que se ven enla foto izquierda y que representanunos peces del escultorM. Calka sostienen una

moderna decoración monumental en un

patio del Teatro Haile Selassieen Addis Abeba.

(oriundo de ésta) o una obra de Na¬dine Gordimer (sudafricana blanca) deuna de Thomas Mofólo (sudafricanonegro)? ¿Qué determina la «africa-nidad» de la obra ; el tema, el estilo,ambos juntos, o bien el tono o elpunto de vista del autor?

Joyce Cary fue un escritor mayor quecualquiera de los blancos que mane¬jan el ambiente africano, y es evidenteque en sus novelas no se identificónunca ni con blancos ni con negros.Cary escribe con magistral imparcia¬lidad. Hay cierto grado de identifica¬ción con los personajes y el ambientepor el que se sabe siempre si unescritor blanco del tipo de Alan Patóno de Nadine Gordimer es verdadera¬

mente africano. En el primer caso y enel segundo el lector puede percibirclaramente que, puestos en la fronteradel color, los tres autores están dellado de los blancos, y los tres se iden¬tifican mucho más fuertemente con los

personajes blancos que con los negros.

Tal identificación constituye un vín¬culo más estrecho e íntimo con un

modo de ser o vivir que el de lasimple adopción de una causa defen¬dida, en el texto de la obra, por lospersonajes de ficción. En otras pala¬bras, el quid no está en una cuestiónde simpatía ideológica, sino de ubi¬cación con respecto al grupo repre¬sentado por una sección de los per¬sonajes que se retrata y el medio am¬biente en que éstos se mueven. Y loque reza para el escritor blanco tam¬bién reza para el negro dentro delsegregado mundo de éste. He aquílo que distingue, entre dos escritoresblancos, al africano del no africano;y entre dos escritores africanos, alblanco del negro.

Si se habla de literatura africana

escrita en inglés, no podemos menosque considerar lo producido tanto porblancos como por negros. Si insisto enel contexto cultural de la expresióntendré que considerar únicamente laliteratura producida por africanos ne¬gros al sur del Sahara, excluyendotanto a blancos como a árabes.

Fue siguiendo este concepto que

EZEQUIEL MFAHLELE, nacidoen 1919, fue profesor do Idio¬mas en un Instituto do ense¬

ñanza secundarla do Johannes-

burgo antes de emigrar aNigeria en 1957, y ejerció donuevo funciones docentes antesde convertirse en conferen¬

ciante do literatura Inglosn enel Colegio Universitario deNairobi (Kenia). Su autoblo-gralia, 'Down Second Avenue-(Londres, 1962) ha sido tradu¬cida a varios Idiomas europeos.

Foto O Paul Almasy

el Club «Mbari» Invitó a los escritores

a reunirse en Makerere. Pues los pro¬blemas artísticos que so plantean alnegro de Sudafrlca para citar elejemplo de un pals con una sociedadplural no son los mismos do lossudafricanos blancos; entre uno yotros hay muy poco contacto.

Pero aun cuando por causa do ladiversidad de la experiencia colonial enAfrica, así como de nuestras diferen¬cias étnicas, nos encontremos a mo¬ñudo con que no hablamos en la mismalongitud de onda, esta misma expe¬riencia colonial, y el sentimiento co¬mún a los negros africanos de que nosdecimos cosas sobre nosotros mismos

cuya expresión fue en un tiempo pri¬vilegio exclusivo del misionero o ex¬plorador blancos, del antropólogo oincluso del administrador blanco, bas¬tan para que todos los negros deAfrica respondan al llamado de unacampana que convoca a los «escri¬tores africanos» a una Asamblea.

Y la locución «literatura africana»

posee todavía un fuerte contenidoemotivo. Un escritor blanco puederesponder intelectual y no emotiva¬mente al llamado de esa campana, adiferencia del escritor negro; y esmuy probable que para convencersede que debe asistir a una reunión deesa índole se diga que él tambiénes africano. En este caso volvemos

a encontrar en Africa dos corrientes

definidas de cultura y de conciencialiterarias que representan, respectiva¬mente, al negro y al blanco.

Nuestro contacto con éste ha dado

nacimiento a una cultura neoafricana.

Sólo se puede hablar de ésta paradefinir, no la calidad o intensidad de

su expresión, ni tampoco, como alguienha dicho, el grado de pasión que lacaracteriza, sino el contenido que surgedel contacto entre las culturas occiden¬

tales y africanas. Esa cultura neoafri¬cana se expresa por medió de muchasvoces y formas, como puede verse en __la literatura y en la música sudafri- yQcanas, que son tan diferentes de las »^^del Africa occidental u oriental. La

literatura vernácula de África es, en

SIGUE EN LA PAG. 26

Page 23: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

ESCRITORES DEL AFRICA

ACTUAL

Presentamos en estas páginas a un pequeñogrupo de los principales escritores afri¬canos contemporáneos. Por más detallessobre la literatura del continente véase

" Elementos'de una bibliografía africana "en la pág. 37.

LEOPOLD

SEDAR

SENGHOR

(Senegal)

actual Presidente de la República deSenegal, nació en .1906. Senghor esno sólo un politico eminente sinotambién un poeta destacadísimo, autorde «Chants d'ombre» editado en Paris

(Editions du Seuil), «Hosties noires»,en 1948 (mismos editores), «Chantspour Naett» en Paris, en 1949 (Se-ghers), «Ethiopiques», en 1956 y«Nocturnes», en 1961 (Editions duSeuil), Su reinvlndaclón de la «negri¬tud» ha Inspirado a Senghor diversosensayos.

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(Nigeria)

nació en 1920 de padres campesinos,se hizo herrero y luego se empleóen Lagos en el Ministerio de Trabajo.En sus novelas y novelas cortas,Tutuola revive los mitos y leyendasyorubas con tanta Imaginación y gra¬cia como sentido poético. La máscélebre de sus novelas fue traducida

del Inglés al francés > por RaymondQueneau con el titulo de «L'ivrognedans la brousse» y publicada porGallimard en 1953, luego de lo cualvino la traducción a otros Idiomas.Entre sus otras obras cabe citar

«My Life In the Bush of Ghosts».

BERNARD

DADIE

I (Costa de Marfil)

nació en 1916, cerca de Abidjan.Luego de hacer sus estudios enDakar, Dadie actuó en el InstitutoFrancés de Africa Negra, y en losServicios de Información nacionales.Su obra literaria es abundante: «Afri¬

que debout» y «La ronde des jours»,poemas publicados por Seghers en1955 y 1956 respectivamente; «Légen¬des africaines» publicado Igualmentepor Seghers en París, en 1954; «Lepagne noir» cuentos africanos y «Unnègre à Paris», publicados en 1955 y1959 por -Présence africaine».

SYLVAIN BEMBA (Congo)

ganó en 1964 el premio a la mejornovela africana escrita en francés

instituido por la revista parisién«Preuve» con su libro «La chambre

noire». Bemba es jefe de redacciónde la Agencia Congolesa de Informa¬ción en Brazzaville.

OLYMPE

BHELY

QUENUM

(Dahomey)

hijo de un maestro de Cotonú, nacióen 1928 e hizo sus estudios en Fran¬

cia. Es periodista y autor de variasnovelas: «Un piège sans fin» publi¬cada en 1960 en París por las EditionsStock, y «Le chant du lac» («Présenceafricaine», 1965).

JAMES

NGUGI

(Kenia)

nació en 1936 en Limuru y estudióen la Universidad de Makerere en

Uganda y en la Universidad inglesade Leeds. En 1963 fue nombrado secre¬tario administrativo de la AsambleaNacional de Kenia. Tres de sus nove¬

las, «Weep Not, Child» que data de1964; «The River Between» que es deun año más tarde, y «A Grain ofWheat» de 1967, han sido publicadasen Londres por Helnemann.

A. AGOSTINHO NETO

(Angola)

que es uno de los grandes poetas desu pais, nació en 1922, siguió cursosen Lisboa y, luego de recibirse demédico, ejerció en Angola. Dedicadoa la causa de la resurrección de la

cultura original de ésta, AgostinhoNeto fue finalmente nombrado presi¬dente del movimiento de liberación de

su país. Se lo arrestó en 1960 y purgóen Lisboa una pena de prisión. Untomo de poesías suyo titulado «Colec-tánea de poemas» se ha publicado enLisboa en 1961.

AMADOU

HAM PATE

BA

(Mall)

nació en 1901. Antes de ser embajadorde su pais en la Costa de Marfil ymiembro del Consejo Ejecutivo de laUnesco, H ampate Ba colaboró en lasactividades del Instituto Francés de

Africa Negra, en el que se consagróa la historia de su región. Es lingüistay especialista en tradiciones orales.De él son «El Imperio peúl de Maninade 1818 a 1853», en colaboración conJ. Daget (editada por Mouton en Parisen 1962) y «Tierno Bokar, le sage deBandiagara» («Présence Africaine»,escrito a su vez en colaboración con

M. Cardaire y publicado en 1957, enParis, por «Présence africaine».

CÁMARA

LAYE

(Guinea)

nacido en 1924 en Kurusa, cursó estu¬dios en Conakry y en París, donde unanovela autobiográfica, «L'enfant noir»(El niño negro) publicada por Pion en1953, lo situó de entrada entre losgrandes estilistas africanos, siendo tra¬ducida luego a varias lenguas euro¬peas. Laye publicó en 1955 «La miradadel rey» y en 1967 «Dramouss» (Plön).

CYPRIAN

EKWENSI

(Nigeria)

que nació en ,1921, hizo estudios demuy diversa indole en Ibadán y enLondres. Citemos entre su obras

«People of the City» publicada dosveces en Londres, la primera porAndrew Dakers en 1954 y la segundapor Heinemann en 1963; «The Drum¬mer Boy», Londres 1960, CambridgeUniversity Press. «Jagua Nana» (Hut¬chinson, Londres, 1961), y «BurningGrass» (Pasto que se quema), historiade los peúls del norte de Nigeria(Londres, Heinemann, 1962).

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(Madagascar)

JACQUES

RABEMANAJARA

nació en 1913. Adherido al movimientode independencia, en el que tomóparte activa, se lo arrestó luego dellevantamiento de 1947, condenándoseloa muerte, aunque luego se le perdonóla vida, desterrándoselo. Después dela independencia volvió a su paíscomo Ministro de Cuestiones Econó¬micas. Tiene entre sus obras de poetay dramaturgo: «Les dieux malgaches-publicada por Ophrys en París en 1947;«Les boutriers de l'aurore» y «Ágapedes Dieux-Tritiva» (Paris, «Présenceafricaine», 1962); «Sur les marches dusoir» (Ophrys, Paris, 1942) y «Antsa »(Présence africaine, Paris, 1956, conprólogo de François Mauriac).

SEMBENE

OUSMANE

(Senegal)

escritor y cineasta, nació en 1923, yviajó por Africa y Europa estudiandoen la Unión Soviética las técnicas defilmación cinematográfica. Ousmaneobtuvo en 1966 el Primer Premio deNovela en el Festival de Dakar. Entresus obras corresponde citar «Le doc¬ker noir» (Paris, 1956, Nouvelles Edi¬tions Debresse). «O pays, mon beaupeuple», (Paris, 1952, Amiot Dumont;«Les bouts de bois de Dieu», Paris,1960, «Le livre contemporain») y «VehiCiosane» (Paris, 1965, «Présence afri¬caine»).

JOHN

PEPPER

CLARK

(Nigeria)

poeta y autor dramático, nació en .1935.En sus años de estudiante en la Uni¬versidad de Ibadán fundó una revista

poética, The Horn. Su primera pieza,«Song of a Goat» (El canto de lacabra) se estrenó en Ibadán en 1962 yfue publicada en la misma ciudad porMbari. La misma editorial publicó enel mismo año una colección de «Poe¬

mas» del autor, y André Deutsch pu¬blicó en Londres en 1964 su libro

«America, Their America».

DAVID DIOP (Senegal)

1927-1960, nació en Burdeos de padresenegalés y madre camerunesa, yalternó sus años de infancia entre

Francia y el Africa occidental. Cola¬borador regular de «Présence afri¬caine», revista cultural del mundonegro cuya redacción y administracióntienen su sede en París, Diop publicóen 1956 un libro de poemas, «Coups dePilon», editados por «Présence afri¬caine», en donde manifestó su grantalento lirico. Diop murió prematura¬mente en una catástrofe aérea.

WOLE

SOYINKA

(Nigeria)

nació en 1935 e hizo sus estudios en

la Universidad de Ibadán y luego enInglaterra. Allí trabajó para el RoyalCourt Theatre, donde se estrenó conéxito su obra «The Lion and The Jewel»

(El león y la joya). De vuelta a supaís, Wole Soyinka escribió unasegunda pieza, «A Dance of theForests- (1960) que tuvo el primer pre¬mio en el concurso organizado por elperiódico dominical londinense «TheObserver». Soyinka no es sólo dra¬maturgo sino también poeta, y su pro¬ducción ha aparecido en la revistaliteraria de su país «Black Orpheus».

MONGO

BETI

(Camerún)

es el seudónimo del novelista Alexan¬

dre Biyidi, cuya primera novela, «VilleCruelle» (Ciudad Cruel) publicaron enParís en 1954 las Editions Africaines.En esa ocasión el autor usó otro seu¬

dónimo: Eza Boto. Su libro «Mission

terminé», que ganó un premio, fue edi¬tada por MacKiillan en Nueva York, en1958, con el título de «Mission Accom¬plished» y por Muller en Londres conel de «Mission to Kala». Este publi¬có también, en 1950, «King Lazarus».

FELIX

tchicaya!UTAMSI

(Congo

Kinshasa)

nació en 1931 y estudió en Francia.Cuatro de sus libros de poemas hanvisto la luz: «Le Mauvais Sang» y «Feude Brousse» (editados en París por«Caractères» en 1955); y -A Triche-C y «Epitome» (Oswald, París,1960). En el Festival Mundial de Dakar(1966) Thicaya obtuvo el primer premiode poesía.

BIRAGO

DIOP

(Senegal)

nacido en Dakar en 1906, ejerció laprofesión de veterinario en el AltoVolta. En 1960 «Présence africaine-

publicó un grupo de poemas suyoscon el título de «Leurres et Lueurs»;luego adaptó al francés varios cuen¬tos africanos (»Les contes d' «AmadouKoumda» publicados por Fasquelle enParis en 1947) y «Les nouveaux contesd' «Amadou Koumba» (Paris, 1958,«Présence africaine») que también pu¬blicó en 1963 el volumen titulado

Contes et lavanes».

(Ghana)

EFUA

SUTHERLAND

poeta y autora dramática, ocupa unlugar particularmente destacado en laliteratura africana, donde escaseanaun las mujeres. «Playtime In Africa»,editada por los -Atheneum Publishers»en Nueva York en 1962, es una obrasuya dedicada a los niños del Africanueva. Dos dramas, «Fowra» y «Adu-fa» fueron publicados en 1962 por el«Ghana Drama Studio».

(Camerún)

FERDINAND OYONO

es actualmente Embajador de su paísen Liberia. Sus novelas se han tradu¬

cido a diversos Idiomas: Julliard ha

publicado en París «Une vie de boy»en 1956; «El negro viejo y la medalla»el mismo año, «Camino de Europa» en1960 y también «El pandemonium».

CHINUA ACHEBE (Nigeria)

nacido en 1930, cursó estudios en laUniversidad de Ibadán. Sus dos pri¬meras novelas, «Things Fall Apart»y «No longer at ease» publicadas porHeinemann en Londres en 1958 y 1960,se han traducido al alemán, al ita¬liano y al español. De 1964 es suúltima obra, «Arrow of God».

Page 25: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

LITERATURA AFRICANA (cont.)

A propósito de un banco y un termómetro

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ese contexto, inequívocamente afri¬cana.

Las formas literarias que se dan allí,tanto en inglés como en francés, soncosa que corresponde estudiar dentrode la literatura de cada uno de esosidiomas. La poesía de John PepperClark, de Efua Sutherland y de GabrielOkara; las obras de teatro de WoleSoyinka; las de ficción de RichardRive y de Alex La Guma, etc, deberíanformar parte del curso habitual deliteratura inglesa. De la misma ma¬nera, también habría que estudiar juntocon Flaubert, Baudelaire y Rimbaud enun curso de francés la poesia deBirago, de David Diop, de Senghor yde Tamsi, y las novelas y relatos deCámara Laye, Mongo Betl y Ferdi¬nand Oyono.

Lo que queremos aquí, al considerarla literatura «africana», es simplementehablar de lo producido en Africa enlos idiomas vernáculos y juzgar cadaobra por sus méritos literarios pro¬pios. Es común encontrar que, cuandoun sociólogo se aplica a estudiar laliteratura creadora, no preste mayoratención al mérito literario de cadaobra. Como científico que es, el soció¬logo argumenta con razón que notiene por qué opinar sobre las cali¬dades literarias de un libro, por lamisma razón que a Wordsworth no leinteresa disecar las flores de quehabla, por ejemplo, en su poema «Nar¬cisos».

El hecho de que los negros deAfrica produzcan mucha más litera¬tura creadora que estudios o ensayoses harto significativo. Tal vez se debaese hecho a lo cerca que un poema,un cuento o una novela se hallan de

la experiencia individual, resultandopor ellos modos de expresión másnaturales que la prosa analítica; talvez se deba además a que ni lossistemas intelectuales ni los argumen¬tos que se esgrimen al aplicarlos soncosas engendradas en Africa y propiasde ésta.

En Africa la argumentación gratuita,o la destinada a formular métodos de

pensamiento, constituyen todavía unejercicio secundario. El hecho de quese aprenda tanto sobre el africanoestudiando su poesía y sus narra¬ciones estos es, la cultura tradi¬cional y los conflictos culturales enque se ve envuelto, asi como sureconciliación o consolidación hace

que unos pocos africanistas penetrencon frecuencia, en un exceso deentusiasmo, en los predios del juicioliterario, pero que lo hagan, comoquien dice, por la puerta trasera.

Un novelista o poeta africano sesiente ensalzado por una presuntaexcelencia literaria, cuando todo loque el sociólogo ha querido decir enrealidad es que una obra determinadaresulta reveladora o aclaratoria porel comentario social que contiene.Esto ocurre particularmente cuando el

que juzga una obra africana es unno africano; y lo que comienza razo¬nablemente con una actitud de humil¬

dad natural por parte del contempladortermina por convertirse en autohumi-llación y confusión de ideas. El procesoha sido simbolizado, con devastadoraironía, en la brillante novela de CámaraLaye «La mirada del rey» (titulada,en versión inglesa, The Radiance ofthe King) sobre todo en la parte enque el autor retrata a Clarence, elhombre blanco, temblando ante el reyafricano, temeroso de aproximarse aél en la especie de ataque de culpay vergüenza europeas que se apoderade él sin que venga a cuento.

Pero hay muchas cosas en la. lite¬ratura africana capaces de informaral sociólogo sensible a las particu¬laridades ' de un Idioma, ya que latradición local no ha impuesto modaliteraria alguna. Todas las modas lite¬rarias siguen siendo lo extranjeras quepuede esperarse dentro de unatradición originada en las lejanascapitales de la ex-autoridad colonial,o continuada por un educador queviene de fuera. Hay, por ejemplo, unadiferencia clarísima entre las literatu¬

ras negras de Sudáfrica y del Africaoccidental, por una parte, y las de lascomunidades de habla inglesa o fran¬cesa por la otra; dicción, ritmos ytemas son marcadamente distintos.

En el cuento titulado The Bench (Elbanco) (1), un escritor negro de Ciu¬dad del Cabo, Richard Rive, nos narrala historia de Karlie, un joven quequiere desafiar la ley sentándose enun banco en el que dice un letrero«Para Europeos Únicamente». Karlie,después de escuchar un discursopolítico, se siente galvanizado por eldeseo de poner en tela de juicio elsistema que segrega a los hombrespor su color. El sentarse en el bancoprohibido será un desafío, vale decir,un acto en que se afirme su condiciónde hombre.

Abioseh Nicol, cuentista oriundo deSierra Leona, narra en «Como lanoche, el día» la historia de un estu¬diante que rompe un termómetro enel laboratorio en que da clase, des¬cuido por el que se castiga a uncompañero suyo. En su habitación,por la noche, el primero, presa de lavergüenza, se pone a escribir al pro¬fesor confesando su culpa, acto quepara él también equivaldrá a afirmarsu condición de hombre.

Veamos ahora dos breves pasajesde ambos cuentos, en primer lugar delde Rive:

«Aquí, en el banco, estaba su opor¬tunidad de probarse; en el banco dela estación .de ferrocarril, con suinscripción «Para Europeos Única¬mente» pintada inequívocamente conletras blancas. Por un momento esa

inscripción simbolizó para él todo elsufrimiento de una sociedad africana

mixta. Esas tres palabras eran undesafío a' sus derechos de hombre.

En aquel banco parecían concentrarseahora todos los males de un sistema

que escapaba a su comprensión. Elbanco era un obstáculo entre él y lahumanidad. Si se sentaba allí, era unhombre de verdad; si no lo hacía poímiedo, se negaba a sí mismo el dere¬cho a pertenecer, como ser humano, auna sociedad también humana.

Aquí estaba su oportunidad deprobarse. Al sentarse en el bancotenía un aspecto perfectamentesereno, aunque el corazón le estabalatiendo locamente. Dos ¡deas anta¬

gónicas luchaban en su mente. Unade ellas era: «No tengo derecho asentarme aquí», y la otra, «¿Por quéno voy a tener derecho a hacerlo?»La primera voz le hablaba del pasado,de los serviles menesteres que habíadesempeñado- en varias granjas, desu padre y de su abuelo, los dosnegros, que como negros vivieron yque habían muerto como bestias decarga.»

Pasemos ahora al cuento de Nlcol:'

«De pronto, en su cuartito, arrebu¬jado en su delgada sábana de algo¬dón, se puso a llorar, presa de undolor agudo y lancinante. Lloraba porBasu, por Simpson, por el termóme¬tro; por todas las cosas que quería sero hacer y que nunca sería o haría; portodos los hombres buenos de que sele había hablado en la escuela; porJesucristo, por Mahoma, por GeorgeWashington (el hombre que nuncahabía dicho una mentira); por FlorenceNightingale, por Livingstone; porKagaya el japonés, por el Ghandi, porKwegyir Aggrey el africano; |ayl;porque sabía que nunca podría sertan recto, tan fuerte y tan sincerocomo decía la canción escolar quefueron todos ellos. Por primera vezvio en qué forma se haría hombre yrozó el borde de una pena eterna,inconsolable. «Ay, ay», pensó «siem¬pre seré un baldón para mi país ypara mi raza.»

Hay en el primer cuento una rea¬lidad histórico-social por la que elcampo de referencia de su personajesudafricano tiene un significado físicoconcreto y evoca un sentido de cosainmediata: el recuerdo del padre y delabuelo del personaje, que comonegros vivieron y que «habían muertocomo bestias de carga». En cambio,el campo de referencia del personajede Africa occidental no es tan inme¬

diato, sino que está concebido entérminos abstractos. En el caso del

sudafricano hay una condición omni¬presente de opresión de la que sedesprende un sufrimiento mental y

(I) De From Darkness And Light, edicionesPeggy Rutherfoord, Faith Press, Londres.

(2) De African Treasure, ediciones LangstonHughes, publicado en Londres por VictorGollancz.

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En Africa, viejo hogar de las artes,hay una pléyade de escultores y pintoresdedicados a crear en cada país nuevasexpresiones plásticas autóctonas.Estos artistas conjugan muchas vecesla búsqueda moderna con las formastradicionales. Vése aquí un dibujode Ibrahim Salahi, joven artista sudanésque se ha instalado en Jartún despuésde haber seguido en Londres loscorrespondientes cursos de bellas artes.Para sus obras, que son muypersonales, Salahi se inspira confrecuencia en la caligrafía árabe yen los motivos de decoración

tradicionalmente empleados en el Sudánpara adornar cestos y cabalazas.

Tomado de «Ibrahim El Salahi» © Mbari Publica¬tions, Ibadán, 1962

físico agudísimo.' El escritor se sientecomprometido. A través de su estiloimpresionista, en su cólera, su Impa¬ciencia, en las Imágenes sensuales queevoca y en el ritmo del relato, pun¬tuado de urgencia, el personaje estátratando de aceptarse a sí mismo yaceptar también el ambiente que lorodea, rechazando el statu quo aunquepara ello tenga que hacer aquí yallá, como único modo de aliviar lacarga que pesa sobre sus hombros,determinadas concesiones. Y esta

tentativa por reconciliar emocionesdiversas lo ayuda, por paradójico que

ello parezca, a conservar su lucidez,a sobrevivir.

Por lo que se refiere al Africaoccidental, las cosas son allí másfáciles y pueden seguir, naturalmente,un ritmo pausado; hay más cielo, nose siente una sensación de claus¬

trofobia; el escritor puede imaginar suspersonajes dentro de un contexto másamplio y menos urgido por Ideascandentes. Allí el ritmo, el movimientoy la textura de la prosa o el humordel escritor no acusan ningún sen¬tido de urgencia, ninguna intensidadsensual.

Esto no es un juicio de valores, sinoel reconocimiento de un hecho: apartede ello Abioseh Nicol es uno de los

mejores prosistas africanos (cierta¬mente el mejor de Africa occidental)entre los que escriben en inglés.

Y sin salir de esta región privile¬giada, cabe decir que la literaturafrancesa y la inglesa particular¬mente por lo que se refiere a lapoesía siguen allí corrientes dis¬tintas. El poeta de Nigeria habla decosas que lo afectan personalmentey en forma inmediata, sin protesta ysin tratar de reivindicar su «negri¬tud». El poeta de habla francesa,por el contrario, particularmente sipertenece a la escuela de la negri¬tud (y no conozco a ninguno que nopertenezca a esa escuela o que porlo menos no se haya visto influencia¬do por ella) utiliza símbolos másvastos, cuya importancia no está dic¬tada por lo inmediato de la experien¬cia individual; símbolos de Africa yde la negritud, de lo que el poetaconsidera características africanas con

fuerza unificadora, no sólo para lospueblos indígenas del continente, sinopara el mundo negro en general.

Veamos por ejemplo un fragmentodel poema de Leopold Sedar Senghor«Plegaria a las máscaras», dondeaparecen estas características:

¡Máscaras! ¡Oh, máscaras/

¡Máscara negra, máscara roja, y vosotras,máscaras blanquinegras;

Máscaras de los cuatro puntos en quesufre el espíritu,

Os saludo en silenciol

No te postergo, Ancestro con cabeza depantera.

Guardáis este lugar vedado a toda risafemenina y toda sonrisa que pueda marchi¬tarse;

Purificáis el aire de la eternidad, en querespiro el aire de mis Padres.

¡Máscaras de rostros desenmascarados,despojados de arrugas y de hoyuelos,

Que habéis compuesto a vuestra Imagenese retrato y ese rostro míos, inclinadosante el altar de papel blanco:

Escuchadme!

Mirad morir el Africa de los Imperiosagonía de una princesa lastimosa

Y mirad morir también a Europa, a la queestamos unbilicalmente unidos.

Fijad vuestras miradas Inmutables sobreesos hijos vuestros que reciben órdenes,

Que dan su vida como da el pobre suvestido último.

Y digamos -presente- al renacer delMundo,

Levadura tan necesaria como la del pan.

En esto poema de Senghor haynobleza de tono y de sentimiento.Para el poeta las máscaras son unpunto de partida en el que se apoyapara señalar los defectos de Europay de su civilización, asi como los ras¬gos característicos de la cultura afri¬cana, que mira con reverencia. Elsentir del autor, además, abarca unamplio campo; y las Imágenes másrepresentativas del poema son las quegiran en torno al verso «Purificáis elaire de la eternidad». Sabemos, ol

leer estas palabras, que nunca capta¬remos el significado que podrían teneren prosa, significado que aqui se nosescapa de las manos para volar almundo metafisico.

En este caso el Individuo no es el

eje de las cosas, no tiene una Impor¬tancia Innata, sino que vale comoobjeto de adoración y símbolo do loque a veces se describe como«esencia africana».

El poeta más destacado de Ghanaes Efua Sutherland. Prácticamente la

Sra. Sutherland es. asimismo, la únicaescritora marcadamente individualista

de su país. Los demás poetas doGhana expresan sentimientos naciona¬listas y se dedican a reabrir viejasheridas, como la de la esclavitud. Pero,en su poema «Redimida» la señoraSutherland es individualista a la

manera de los poetas de Nigeria. Allíencontramos un hombre que quierosojuzgar a una mujer hermosa que¬brantándole el alma como quienrompiera el cuello a una serpiente.Pese a Intuir en ella la debilidad

característica del eterno femenino, encierto momento el hombre se echa

atrás, anonadado por la belleza de lamujer, a quien dice al principio:

Amo el pilar de tu cuello,

Portento que rige el equilibrio

De tu testa de reina;

Y sin embargo tengo que romperlo.

Amo el brillo de tu piel

Y sin embargo tengo que apagarlo

Con el leproso veneno de mi melancolía.

Pero la intención no llega a transformarseen acción:

Se detuvo, y volvió contra mí

Su alma, atravesando mi forma do reptil

Hasta que quedé retorcido en Indefensoovillo

Mientras el veneno que en mi bullía

Quedó coagulado

Ante el esplendor de su alma redimida.

Resulta interesante el constatar que,aun después de obtenida la Indepen¬dencia política y retirarse el colonia¬lismo, hay poetas que siguen macha¬cando con el tema de la africanidad,empeñados siempre en reivindicar sudignidad de negros. Interesante perodesconcertante. ¿No vamos a sabernunca lo que siente y piensa el cam¬pesino al borde de una revolución quele exige un cambio total en su modode vida, por ser improductiva laeconomía de subsistencia en que havivido? ¿Acaso no hay nada que decirsobre ese joven patético y tragicó¬mico que acepta al pie de la letra los

SIGUE A LA VUELTA

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LITERATURA AFRICANA (cont.)

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discursos de los políticos, piensa quele corresponde adoptar una actitudchauvinista y se embriaga con pala¬bras, sin llegar a darse cuenta de quesu actitud poco tiene que ver conlas aspiraciones de su gobierno?¿Hasta cuándo van a continuar nues¬tros poetas balando como cabras enla crisis del alumbramiento?

Si me atrevo a decir esto es porque

quiero que se trate a la literaturaafricana como parte de la literaturamundial y no como algo especial; yaque en realidad sólo hay una buenaliteratura o una mediocre o mala, se

produzca en Africa, en la China o enMéxico. El hecho de considerar laliteratura africana simplemente como lamina de oro de un sociólogo entrañaun peligro cierto. Mientras sigamosescribiendo poemas y novelas socio¬lógicos para alimentar el interés delos africanistas, seguirá aumentandoel número de los que gritan y sequejan' de viejos agravios. Aunquetransitoria, esta fase no deja de serpor ello menos deprimente.

He dicho también que hasta en lamejor literatura que se produce enAfrica se refleja un fuerte sentido derealismo social. Si, como ocurre ya,la literatura africana sirve a los queestudian la sociedad del continente

porque da al estudiante un atisbo dela personalidad de un africano en unclima determinado atisbo que eseestudiante no puede tener de ningúnotro modo dada la escasez de losestudios académicos debidos a escri¬

tores locales el sociólogo tendráque estudiarla según las líneas que haindicado más arriba. Verá entonces

que el ritmo, las imágenes y la dicciónson tan importantes para su estudiocomo el tema mismo.

Si la situación fuera ideal, sólo laliteratura vernácula interesaría a un

Departamento de Estudios Africanos.Es de esperar que un Departamentouniversitario de esa índole trate de

estimular la literatura vernácula en

esta u otras formas. En primer lugar,se piensa que los escritores autóc¬tonos deben tomar parte también enlos trabajos de esos talleres litera¬rios creados para los que escriben eninglés o francés. Después de todo,en la literatura de creación existen

técnicas individuales aplicables atodos los idiomas. Y si todos losescritores vernáculos acuden a esos

talleres, verán que su actividad noestá tan alejada como podría creersede la corriente principal.

Además, es importante que los queescriben en lenguas vernáculas supe¬ren esa mentalidad libresco-escolar

que los lleva a creer importante sóloaquella obra literaria que puedancomprender los niños de las escuelas,negocio lucrativo de por si. La primeratarea de un Instituto de Estudios Afri¬

canos ha de ser la de corregir estatendencia insensata, aunque compren¬sible.

¿Por qué no se va a producir enhausa o en swahili, en tui, en ibo o en

yoruba, una novela que exponga ideasadultas y pueda resistir el análisiscrítico como lo resisten las novelas

y cuentos escritos en idiomas occi¬dentales u orientales?

Antes de que nos viésemos invadi¬dos por una economía de tipo pura¬mente monetario y por industrias queexigen las migraciones de una enormemano de obra, las actividades de losafricanos estaban guiadas por unpropósito que era moral o Inmoral enla medida en que se desviara o node los deseos del grupo. La culturano se veía separada de nada vital, yrepresentaba procesos en los que sepodía hablar como si uno estuvierainstalado en un tribunal de «apelacio¬nes humanas». La cultura era la vida,

y cada fase de ella se veía marcadapor ceremonias de iniciación. Era asíparte Inherente de la educación y delcrecimiento moral del hombre.

Pero actualmente los medios decomunicación de masas

prensa, publicidad, radio, discursos ypanfletos políticos, literatura mundial

desintegran nuestro sentido de losvalores. Las culturas tradicionales ycampesinas ceden el paso a las cultu¬ras urbanas, y nos vemos preguntar¬nos: «¿Dónde está este «tribunal deapelaciones humanas» que nos per¬mita evitar los errores que comotióy sigue cometiendo Europa?

Algunos de nosotros sentimos lanecesidad de evocar esa esencia de

relación humana que integra nuestraafricanidad. Y algunos creamos mitossobre rasgos del africano consideradocomo una raza. Parecemos afirmar

así características de una cultura queya no vivimos, y afirmarlas aun cuandoactuemos en centros metropolitanosoccidentales, de cuya cultura estamosparticipando. Incluso nos negamos aver nuestra literatura como parte dela tradición occidental.

Parecemos olvidar también que nues¬tra cultura neoafricana, por su natura¬leza misma, tiene que asimilar todavíalas técnicas europeas mucho más delo que ha hecho hasta ahora; procesoque en realidad no debería preocu¬parnos ya que nuestra literatura sólopuede ser válida si interpreta la socie¬dad contemporánea con una forma deexpresión que repercuta en los planosintelectual, afectivo y físico de sucontenido. ¿Qué más puede pedirse aun escritor, un artista o un músico?

Para resumir, parecería necesarioponer en guardia a los interesadoscontra el peligro de pensar que, por¬que somos africanos, debemos escri¬bir sobre las mismas cosas y adop¬tar los mismos estilos o puntos devista. Es función de la cultura la de

estimular y fomentar los Impulsoscreadores e Intelectuales, así como la

de Interesarse por las actividades delindividuo y de la colectividad. Por estarazón hay que permitir que dentro deuna colectividad determinada la cul¬

tura surja de la necesidad. La culturatiene que ser una cosa que se vive,no una cosa de la que se habla

Esta obra reciente de

Ousmane Faye, artistasenegalés de 25 años que,

fuera de pintar cuadros,trabaja en la fábrica de

tapices de Thiès, se inspiraen las expresiones tensas

de los espectadores de unalucha que se lleva a cabo

una noche en una aldea

del Senegal.

Foto I. Lebeer

LOS IDIOMAS

por Pathé Diagne

PATHE DIAGNE, lingüis¬ta senegalés, ha parti¬cipado en numerosos.coloquios de la Unescosobre lingüistica africa¬na y la creación de unalfabeto común a cier¬

tas lenguas vernáculas.Diagne es autor dediversos trabajos sobreese tema y sobre socio¬logía histórica africana.Su último libro se titula

Le pouvoir traditionnel.

Page 28: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

AFRICANOS Y LA VIDA MODERNA

E n las culturas africanas, lalengua ha sido tradicionalmente consi¬derada como una realidad esencial.

He aquí un hecho que a todo soció¬logo le gusta subrayar, y del quelos historiadores se hacen eco algunasveces.

Quizá en ninguna otra región delmundo se haya llevado tan lejos ymantenido durante tanto tiempo laintimidad de la relación entre lenguay conocimiento como en Africa.

Las tradiciones locales aceptan enAfrica que la lengua sea un mediode comunicación, un instrumento de

difusión del saber y un apoyo delpensamiento. Pero nunca han dejadopor ello de identificarla con el cono¬cimiento en sí mismo.

El sacerdote o el simple depositariode la experiencia o de la sapiencia,que en el seno de una sociedad inicia

a las generaciones más jóvenes en elsaber de ésta, los inicia casi siempre,al mismo tiempo, en la práctica deun lenguaje desconocido.

No de otra forma proceden por la querespecta a sus oficios el herrero, el ta¬labartero o el pescador, así como lascastas y corporaciones artesanales.En general, todos ellos consideran quelas técnicas que enseñan no puedenhacerse accesibles al aprendiz si nose conocen ciertas fórmulas singulares.Por eso, toda vez que en el Áfricanegra un hombre de grandes conoci¬mientos ha sentido un orgullo especialo se ha creido aislado e ¡ncompren-dido, se ha llevado a la tumba susfórmulas, cuando no las transformabaen secretos insondables.

La difusión del conocimiento ha

perdido mucho por culpa de esteconcepto que tiende a identificar la

ciencia con un lenguaje esotérico yla educación con la revelación deconocimientos secretos.

Por espacio de muchos siglos, ladifusión del saber religioso y culturalintroducido por el Islam o por elcristianismo en las amplias regionesa ellos asimiladas, se fia visto impe

dida por este concepto esotérico delsaber.

Pronto hará un siglo que el mundomoderno, con sus aportes técnicos ysu espíritu laico y científico, chocacontra el mismo obstáculo.

En uno y otro caso se tiene siempreuna revelación del peso del idiomaen toda tentativa de transformación ode renovación de una sociedad.

Sea cual fuere la naturaleza del

conocimiento, éste no puede ser com¬prendido, aceptado y difundido sinoen la medida en que se vale de len¬guas conocidas, y son varios loshombres de letras célebres que así lohan recordado frecuentemente con

relación al mismo problema que nosconcierne.

A principios del siglo XIX, ThlernoSamba Mombeya, gran erudito delFuta Yalón, Insistía en ello al margende la versión en pulâr que habiahecho del F/7ón de oro, obra impor¬tante de la literatura islámica. Respon¬diendo a los que le reprochaban que

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LOS IDIOMAS AFRICANOS (cont.)

Todo idioma es bello si sabe decir la virtud del hombre

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tradujera la obra a un Idioma "que noera noble", dijo Mombeya:

"Sea en árabe o en peúlO en cualquier otro dialecto,Todo cuanto permite el conocimiento

[exactoResulta siempre válido."

Mussa Ka, poeta senegalés queredactó en wolof una de las obras

más importantes de su época, con¬cuerda en esta opinión al decir enunos versos admirables que:

"Arabe o uolof,todo idioma es bellosi sabe del hombre

decir la virtud

y también la ciencia."Estas referencias al árabe no deben

sorprender, ya que por su prestigio,su saber y sus aportes culturales, elIslam aparecía en Africa como elsímbolo del saber esencial. Pero gra¬cias a la posición de muchos hombresde letras que deseaban educar a lasnuevas generaciones en su propioIdioma, los estudiantes se vieron libres

de esas agotadoras "séances" derecitación en las que se salmodiabantextos coránicos de impenetrablecontenido. En el siglo pasado los tra¬ductores de la Biblia se vieron ani¬

mados de parecido propósito al tra¬tar de hacer más accesible su propiafe a los creyentes cristianos.

La cita de esos ejemplos es perti¬nente porque permite percibir la formaen que la opinión sobre el conoci¬miento de idiomas modernos se ha ¡do

moldeando en Africa hasta que sellegó a la conclusión de que el verda¬dero problema está siempre en tratarde poner el saber al nivel decomprensión del mayor número dehombres. También muestra la actitud

de esos hombres de letras cómo se

ha ido reconociendo progresivamenteel carácter irreemplazable de los idio¬mas africanos en la creación de una

enseñanza que no traumatice al niñoal intentar sacarlo de su medio. En

esos idiomas encuentra perspectivasciertas la elaboración de una norma

de alfabetización y de renovacióncultural para las capas más ampliasde la población.

Ciertos intentos efectuados ya entiempos pasados cobran ahora unainesperada amplitud siempre que setrata de enseñar en las lenguas localesconceptos sobre ciencia y técnica, yaque aquéllas se revelan eficaces cuan¬do se trata de remplazar lo arcaicopor lo moderno.

La política de desarrollo dependetambién de ellas en absoluto. Así lo

han dicho los especialistas y subraya¬do la Unesco en el curso de las

recientes reuniones dedicadas a la

consideración de ese problema y cele¬bradas en 1964 en Ibadán, en 1965en Accra, en 1966 en Yaunde y Ba¬mako. También lo recordaron en febre¬

ro de 1967 los Ministros de Educación

reunidos en Abidjan, mientras que elgobierno de Tanzania confería alswahili el carácter de lengua oficial,tanto desde el punto de vista admi¬nistrativo como del nacional en todoslos órdenes.

Pero no hay que olvidar los obstá¬culos que se oponen a una empresade este carácter. El lego los evoca amenudo al hacer particular hincapiéen la pluralidad de las lenguas afri¬canas y la necesidad de adaptarlas,cuando en no su flaqueza «literaria»,científica, etc.

Entre esos obstáculos, el que máspreocupa a quienes desean seguiruna política cultural y educativa fun¬dada en los idiomas africanos es el

de la pluralidad de estos idiomas.Se acostumbra a hablar de la diver¬

sidad de idiomas de África perdiendode vista al mismo tiempo que ésta estodo un continente. Un análisis algoa fondo que se haga de la cuestiónrevela enseguida cuánto se exageraeste alcance del abanico lingüístico yqué universal es también el fenómeno.En Europa se hablan decenas de idio¬mas y dialectos. Pensar en un «afri¬cano común al continente» es expre¬sar un voto tan ingenuo como el delque habla de un «europeo universal».Desde que no se ha llegado a redu¬cir al francés al italiano, se comprendeque el swahili pueda subsistir junto alhausa o al yoruba.

Por otra parte, pese a los particu¬larismos reales que se encuentren enÁfrica, las zonas lingüísticas no existenen ésta sino en número reducido, yen el seno de ellas la unidad no es

únicamente histórica sino real y ver¬dadera.

Si se toma como ejemplo la zonade las lenguas llamadas «bantú», unono tarda en darse cuenta de que noestá frente a idiomas distintos, sino

a simples variaciones dialectales. Aquíes tan importante el fondo común quese pasa muy fácilmente de un dialectoal otro.

Los habitantes del Congo, porejemplo, son todos prácticamente polí¬glotas. Los vilis, los laris, los batekes,los bangalas o los krkongos hablantodos, amén de su dialecto étnico, ellingala, el monokotuba y otra lenguade este tipo. Cuando uno se da cuentade todos los dialectos que puedecomprender el vili de Punta Negra,está dispuesto a creer que los congo¬leses tienen una aptitud particular parapenetrar el secreto de los Idiomasextranjeros.

Un vili llega fácilmente a compren¬der y ajustarse a dialectos tan dis¬persos como el lari, el teke, el swahilio el chiluba, facilidad debida simple¬mente al hecho de que todos esosidiomas proceden de una misma rea¬lidad lingüística de la que no son sinomanifestaciones particulares. El exper

to en lingüística muestra la ligerezade las diferencias que existen en estecaso recordando que pertenecen a losfenómenos de correspondencia queuno reconoce al comparar los sinóni¬mos de comer, por ejemplo: kulia envili, kudia en kikongo, kudia tambiénen lari, kolia en lingala y kulia enswahili.

La diferencia radica en una vocal

o en una consonante; y las similitudeso parecidos demuestran que actual¬mente es posible unificar lingüística¬mente toda la zona bantú a partirde uno de sus dialectos. Más adelante

se verá que este es un proceso quepuede interesar a un centenar demillones de habitantes de Africa.

Y lo que reza para la zona lingüísticabantú reza también para otras. En lospaíses del Sudán, los grandes ¡dio-mas conocen el mismo fenómeno de

particularización; tal es el caso delhausa, del grupo mandé (bambara,diul, mallnké); de las lenguas akanbaulé de Ghana y de la Costa deMarfil, de las lenguas pular, etc.

Los particularismos van desapare¬ciendo en Africa y dando lugar a gran¬des lenguas comunes, movimiento deunificación que se apoya en diversosfactores. La urbanización, el prestigiocultural, la proximidad de grandes cen¬tros de intercambio han permitido avarias lenguas unificar el área de quedependen e integrar vastas zonashabitadas por otras razas.

El mapa lingüístico africano se havisto transtornado por ello, y su diver¬sidad deja lugar en nuestros días auna docena de idiomas de expansióndinámica, algunos de los cuales sirvenaproximadamente a agolpamientos decincuenta millones de personas. Lamayoría de ellos Interesan a pobla¬ciones de entre uno y doce millones.

En el grupo bantú, que cuenta conun centenar de millones de habitantes

de Africa, el swahili que se habla enKenya, en Uganda, en Tanzania, enZambia y en el Congo Kinshasa, asícomo el complejo lingala-kikongo-monokotuba, que se habla igualmenteen el Congo Kinshasa, en la Repú¬blica centro-africana, en el CongoBrazzaville y en el Camerún, consti¬tuyen dos sub-grupos. Más de 50 mi¬llones de personas o sea la granmayoría de los ciudadanos de losEstados del Africa oriental y del CongoKinshasa hablan el swahili. El lin-

gala-kikongo-monokotuba, que interesaaproximadamente a una treintena demillones de personas, sirve a la mayorparte del Africa central. Si uno sefija un plazo razonable para ello, elImponer una lengua común a los quehablan el. swahili o el lingala-mono-kotuba-kikongo, y hasta el shango ociertos dialectos bantúes de Sud-Afrlca

o del Camerún, es una obra factiblede llevar a- cabo.

Las lenguas del Africa occidental

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IMÁGENES DE UNA

VIDA. El arte funerario

de los Mafahali, grupodel sud-oeste de

Madagascar, estáadecuadamente

representado por estatumba de un jefemalgache de la provinciade Tulear. En el montón

de piedras secas selevantan cuernos de

cebú. Los « aléalos »,pilares de maderacoronados poresculturas, recuerdan lavida del difunto y susplaceres predilectos :aquí, el de andar enmotocicleta, junto condiversas escenas

domésticas yprofesionales,constituyen' los motivos,bien modernos porcierto, de estearte tradicional.

Foto O Siegfried Sammer

son más diversas. Aquí el hausa, ha¬blado por los cuarenta millones dehabitantes de Nigeria, de Niger y delChad, se presenta como elemento deunificación para una vasta zona.

El yoruba que se habla en Nigeria,el malinké-diula del Senegal Oriental,de Malí, del Alto Volta, de la Costade Marfil y del Niger, el pular delSenegal, de Malí, de Guinea, del AltoVolta, de Niger y Nigeria son, al Igualdel árabe, otras tantas entidades lin¬güísticas utilizadas por entre 10 y 15millones de personas.

El tamachek que se habla en Mauri¬tania, Malí y el Niger; el ibo, habladoen Nigeria; el complejo akán-baulé-

bulú-fang, utilizado en Ghana y en laCosta de Marfil; el fonewe-mina, quese habla en el Togo, en Dahomey yen Ghana; el more (lengua de losmosi) que se habla en el Alto Volta;el uolof del Senegal, el sarajule deMalí, Mauritania y el Senegal; el kanuride Nigeria, Niger y el Chad, el djerma-songhoi de Malí y del Niger, dan lugara otras áreas lingüísticas en vías deunificación que oscilan entre uno ycinco millones de personas. Es unaverdadera pirámide de idiomas; en unsolo país se puede practicar variosde ellos, como el hausa, el ibo, el

yoruba y el kanuri que se hablan enNigeria.

Puede comprobarse así que el hechodominante en Africa no es la disper¬sión, sino la unificación lingüística.

El esfuerzo realizado con respectoa la adaptabilidad y adaptación de losidiomas africanos al saber moderno es

de vieja data, y al crearse en Africainstituciones de origen europeo eseesfuerzo ha conocido un nuevo im¬

pulso. En 1820, por ejemplo, un maes¬tro francés creó en la localidad sene-

galesa de San Luis la primera escuelalaica bilingüe del África occidental,donde aparte del francés, se enseñabael uolof, lengua local.

Esta iniciativa laica abrió el camino

a las actividades de los misioneros que,

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Page 31: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

LOS IDIOMAS AFRICANOS (cont.)

Einstein en uolof y Shakespeare en swahili

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luego de haber comenzado por difun¬dir el evangelio, llegaron progresiva¬mente a Institucionalizar la utilizaciónde los idiomas del terruño para acli¬matar por este medio varias técni¬cas nuevas en el terreno de la agri¬cultura y de diversos oficios.

De allí surgió la escuela bilingüe delCongo. En los países de cultura bri¬tánica el concepto es el mismo, unconcepto fundado en el principio del«administrador oriundo del país » queha contribuido al desarrollo de los idio¬mas locales. El alcance y la influen¬cia de éstos puede medirse en elCongo Kinshasa, en Uganda y en Tan¬zania, países alfabetizados en más del45 % que, tomando como base laslenguas locales, ponen a disposiciónde sus manuales y folletos diversosuna excelente información de orden

político, técnico y social.

El gran Interés reside aquí en ladiversidad de los contextos. El desa¬rrollo de la escritura en swahili aceleró

un proceso de fijación y de creaciónliteraria estimulado, mucho antes de lacolonización, por un idioma la abun¬dancia, antigüedad y calidad de cuyaliteratura quedan demostradas por elKilwa, que data del siglo XVII. El swa¬hili comparte esta distinción con variosotros idiomas. En el Africa occidental,

particularmente, la literatura pular yla uolof, a la que nos hemos referidoal principio del artículo; la hausa, ma-glstralmente ¡lustrada por Don Fodio,y la de los cronistas kanuri, dendl,etc., sostienen la comparación con elswahili. Hay otros idiomas, como ellingala y el chiluba, que sólo encon¬trarán expresión escrita gracias á losesfuerzos hechos en nuestros días.

Pero la adaptación de las lenguasafricanas a los conocimientos moder¬nos no ha avanzado mucho todavía.

En este sentido ninguna se ha vueltoesencialmente un instrumento de cul¬

tura científica elevada, ni tampoco labase de una literatura moderna que,ni en la creación de obras autóctonas

ni en la traducción de las extranjeras,pueda reflejar aún ese esfuerzo derenovación y de transformación inte¬lectual al que se somete continua¬mente el pensamiento contemporáneo.Aunque sean numerosos los esfuerzosen ese sentido, de todos modos si¬

guen siendo esfuerzos aislados.

Hay Intelectuales que se han desta¬cado intentándolo así, y entre elloscorresponde^ a C. Anta Diop un papelde precursor. En la segunda parte deNations Nègres hay una serie de tra¬bajos suyos que son otros tantos ejem¬plos de la posibilidad de adaptar eluolof al conocimiento técnico moderno.

El autor, que ha elegido temas litera¬rios y científicos, ofrece traduccionesen senegalés de una precisión y clari¬dad extraordinarias. En uolof, además,

elucida magistralmente la teoría de larelatividad de Einstein, tal como la

interpretara y explicara Langevin. Almismo tiempo ofrece Anta Diop tra¬ducciones bellísimas de poemas ytextos dramáticos extraídos de la lite¬

ratura francesa. La terminología dematemáticas y de física moderna porél publicada en uolof constituye almismo tiempo un instrumento esencialpara la formación de una cultura cien¬tífica moderna. Este idioma tiene su

tradición literaria, como lo recuerdaAnta Diop en su libro con la sabiaselección de textos que ha efectuado.Pero lo que él hace aquí por el uolofpuede hacerse por no importa quélengua africana. Así lo ha demostradoJulius Nyerere, el Presidente de Tanza-nía, al traducir recientemente el «JulioCésar», de Shakespeare y demostrarcon ello la vitalidad de las lenguas deÁfrica.

En todo idioma hay un problema deadaptación más que de adaptabilidad.El lingüista sabe bien que ningunocarece de plasticidad, y que todospueden adaptarse a un modo nuevode conocimiento. Todo idioma se sos¬

tiene a sí mismo por su sistema, laIntegración a él de un conocimientonuevo afecta sólo el terreno del léxico,

no el de la estructura ¡diomática quele sirve de base.

Las exigencias de la adaptación noson cosa que se plantee únicamentea las lenguas africanas; en esta épocase trata de un fenómeno universal.

Al dar carta de ciudadanía a losconocimientos modernos dentro de su

propia lengua, al integrar a su culturaciertas técnicas inéditas que han bau¬tizado con nombres japoneses, o aladoptar los vocablos que designabanesas técnicas en su propio contexto,los japoneses han podido fundar supoderío económico y científico. No hayidioma que haya podido escapar aesta necesidad. El «franglais» y el«japanglais» existen porque, gracias alaporte científico y técnico de los paísesanglosajones a la civilización actual, suidioma se ha hecho universal.

La mejor razón que se pueda esgri¬mir para explicar la adaptabilidad delos Idiomas africanos al conocimiento

moderno es decir con que facilidadse naturalizan en ellos las técnicas

modernas. En la vida social no se

acepta así como así cualquier palabraextranjera; el tren, el barco, la televi¬sión, las matemáticas y los productosde farmacia en una palabra, todaslas nuevas realidades de la épocaencuentran su equivalente inmediatoen boca de la mujer africana. En uolofel ferrocarril se llama saxar, las mate¬máticas uann, los productos farmacéu¬ticos garab, todas palabras sacadasde la misma lengua. Pero para hablarde televisión, de radar o de átomo, el

buen sentido funciona aquí tanto comoen el Japón, en Alemania o en la India,y asi se naturalizan esos nombres nue¬vos adoptándolos casi tal cual.

El gran problema actual en Africaes el de la traducción. Hay que traducirtodos los textos, tanto los de escuelaprimaria como los universitarios; sóloasí podrá facilitarse la difusión enmasa de las ciencias y las técnicasmodernas en todo el continente. Tra¬

ducirlos resulta más fácil, más operantey menos costoso que aprenderlos enotro idioma.

Pero una política o norma lingüísticano se sitúa nunca al nivel de la simplevoluntad individual. Se puede hablarde su significación, señalar sus exi¬gencias, destacar sus principios; perola realización corresponde enteramentea los Estados. La alfabetización y laescolarización en los idiomas hablados

en cada zona son, en opinión de todoslos especialistas, la medida que mejorpuede respetar la personalidad y latradición de un pueblo determinado, yel más eficaz para ponerlo en condi¬ciones de adquirir nuevos conocimien¬tos. Pero el político tiende siempre aver las cosas en otra forma que elespecialista.

La comprensión de que da muestrasen este sentido un número cada vez

mayor de Estados es, así y todo, unfactor que tiene su importancia. Fuerade los países que tradicionalmentepractican un bilingüismo que abarcala lengua local y un idioma europeo,como Nigeria, Ghana, el CongoKinshasa, Tanzania y Uganda, hayotros como Niger, Guinea y Malí quehan Indicado su interés par resolvereste problema.

El esfuerzo que se dedica al pro¬grama decenal de la Unesco, en quede hecho se da la prioridad a las cues¬tiones lingüísticas africanas, y la impor¬tancia que se le concede, demuestranclaramente que la Organización sabetodo lo que ellos significan para unapolítica de enseñanza y de~ desarrollodentro de cada país.

Quedan por hacer ciertas preci¬siones en ese terreno al proyectar, deacuerdo con los Estados, programasconcretos. Las iniciativas anunciadas

en 1966 al Congreso de Bamako, reu¬nido bajo la égida de la Unesco, tien¬den, por ejemplo, a establecer launidad de transcripción de determi¬nados idiomas. El gran problema siguesiendo, de todos modos, la creación

de un Instituto Africano de Lingüísticacon sede en África, cuyo papel seriael de proceder a la formación de espe¬cialistas competentes y la redacción demanuales escolares en lengua africana.

Al cobrar mayor amplitud y sustan¬cia, la asistencia internacional puedeefectuar en este sentido una contribu¬

ción de primer orden y estimular eseesfuerzo en profundidad que corres¬ponde decidir y realizar a las «élites»africanas, a las figuras políticas res¬ponsables y a los pueblos del conti¬nente.

Page 32: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

En un laboratorio

del Queen's Collegede Lagos un grupode chicas sigueuna lección de

ciencia basada en

el Mapa Periódicode los Átomos. En

los institutos de

enseñanza

secundaria de Africa

las alumnas

componen ahora lacuarta parte dela matrícula,proporción quesigue subiendo a unritmo inconcebible

hace solamente

una generación.

Fotos © Paul Almasy

Preparando los científicos del mañana

L,

NICOLAS C. OTIENO, primer presidentede la Academia de Africa Oriental, esprofesor de mícología y fitopatología enel Colegio Universitario 'de Nairobi (Ke¬nya): miembro del Consejo Académico deeste Colegio y miembro del Senado de laUniversidad de Africa Oriental. El profe¬sor Otieno es asimismo vicepresidentedel Congreso Internacional de Africanis¬tas y autor de numerosas publicacionessobre cuestiones de botánica.

figura central en eldrama del desarrollo de Africa es el

hombre de ciencia, y el elemento másimportante, en suma, el medio am¬

biente en que ha de prepararse yperfeccionarse. No se trata de sucalidad como especialista ni de sucapacidad para discurrir y reflexionarcon sentido crítico y constructivo; nose trata tampoco de sus cualidadesintelectuales y dotes profesionales ode su habilidad para buscar y descu¬brir la verdad, aunque todo esocuente, como es natural. Se trata enprimer lugar de las cantidades en queexiste, es decir, del número de espe¬cialistas en ciencias que el continentepueda llegar a producir en el espaciode tiempo más breve posible.

Hasta ahora sigue siendo relativa-

por N. C. Otieno

mente bajo el número de hombres deciencia que salen de las universidadesafricanas, aun si se cuenta entre ellos

a los médicos, los ingenieros agróno¬mos, los ingenieros, los profesores deciencias y los veterinarios. Por lo quese ve, es mayor el número de losestudiantes que prefieren cursar tresaños de estudio, lograr un grado decultura general y conseguir un lucra¬tivo puesto público; muchos se apartande la agricultura porque ésta los obli¬garía a trabajar en localidades queofrecen menos distracciones que ¡oscentros urbanos; otros no adquierenerl sus escuelas secundarias (liceos oinstitutos) una adecuada formacióncientífica y matemática; muchos sesienten poco o nada atraídos por elmagisterio como carrera o por la ense-

SIGUE A LA VUELTA

33

Page 33: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

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Este conjunto impresionante, cuya construcción está a punto de terminarse cerca de Dar-es-Salaam,es el nuevo Colegio Universitario de Tanzania, a cuyo funcionamiento contribuyen tanto laUnesco como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. El colegio forma parte dela Universidad de Africa Central, creada en 1963 y cuyo carácter verdaderamente internacionalla ha convertido en una Institución sin precedentes en Africa, ya que sus tres colegios funcionanen tres países diferentes : Uganda, Kenya y Tanzania. Cada uno de esos tres colegios, instaladosrespectivamente en Makerere, Nairobi y Dar-es-Salaam, ofrece cursos con los que se puede obtenerun titulo universitario en ciencias, letras o ciencias sociales, título que extiende la Universidadde Africa Central, y tanto las normas de estudio como las de examen son ¡guales en los tres.

Foto Tanganyika Information Services

CIENTÍFICOS DEL MAÑANA (cont.)

37 universidades recién nacidas

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ñanza de ciencias en secundaria, con

lo que perpetúan un circulo viciosocuyo resultado es una verdaderacarencia de buenos profesores deciencias.

Este es un problema que, al parecer,afecta a toda el Africa; las autorida¬des responsables de la educación enGhana y en Nigeria, por ejemplo, sehallan seriamente preocupadas porqueel número de estudiantes de ciencias

es muy inferior al de los que se dedi¬can a otras disciplinas. En el AfricaOriental se ha calculado la necesidad

de profesionales en algo más del 50%de todos los estudiantes que lleguena recibirse entre 1967 y 1970. Asi ytodo, la inscripción en los curs.os deciencia de esa región es, por lo quecorresponde al periodo 1966-67, de

menos del 30% del total de estudiantesuniversitarios.

En 1962, los Estados africanos reu¬nidos en Tananarive (Madagascar)para la Conferencia de la Unesco sobreDesarrollo de la Educación Superioren Africa, propusieron que el 60% dela población estudiantil que se calcu¬laba seguirían cursos universitariosen 1980 (unos 274.000 en conjunto) sededicaran a la ciencia o a la técnica.

Se calculó entonces que las 32 insti¬tuciones universitarias (1) existentes alrealizarse la Conferencia, bastaríanpara proporcionar a Africa los especia¬listas que ésta necesitara hasta 1980.

Pero desde 1962, se han abiertoCINCO nuevas universidades que, sise vieran dotadas de fondos sufi¬

cientes, podrían acoger a más estu

diantes y alterar completamente lacifra total de graduados que se calcu¬laba iban a aportar las universidadesafricanas para 1980: la Universidad deLesotho y Botswana, la Universidadde Asmara (Etiopía), la Universidad deZambia Lusaka (Zambia), la Universi¬dad de Malawi (Malawi), y la Univer¬sidad de Njala (Sierra Leona).

Otra propuesta formulada en Tana¬narive fue la de que las universidadesafricanas cooperaran en la enseñanzaa prestarse en facultades profesio¬nales tan caras como las de medicina,

existentes ya en número de 11 enese año de 1962. Para satisfacer la

necesidad urgente de más médicos enel Africa Oriental que los que pudieraproducir la facultad de Makerere enUganda, no sólo se aumentó la ¡ns-

Page 34: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

cripción anual de 60 a 80, sino quese decidió igualmente abrir otra Facul¬tad en Nairobi, que a partir de esteaño preparará a otros 30 médicos.Otra facultad, por último, se ha abiertoen Dar-es-Salaam (Tanzania); facultadque está afiliada al University Collegede dicha población, de manera que alos estudiantes se les otorga, undiploma médico de la Universidad deAfrica Oriental.

También en la Facultad de Veteri¬

naria de Nairobi, que recibe estu¬diantes de Burundi y Nigeria, la ins¬cripción ha aumentado de 30 a 60.Se tiene el propósito de abrir dentrodel próximo trienio una escuela desilvicultura en Makerere, y una deagronomía en Nairobi. Se ha ampliadoasimismo la Facultad de Ingeniería deésta aumentando su matrícula de 60

a 100 estudiantes. Todas estas amplia¬ciones se han llevado a cabo no porrazones de prestigio, sino porque lospaíses de Africa Oriental necesitanurgentemente esos especialistas parasu propio desarrollo.

La rápida expansión educativa en elAfrica Oriental ilustra lo que tambiénestá sucediendo en otras partes delcontinente donde, si pudiéramosdisponer de estadísticas objetivas,veríamos cuál ha sido el tenor del

desarrollo. Sin duda alguna, Ghana yNigeria están experimentando unaexpansión mucho más rápida y ele¬vada que las registradas en ÁfricaOriental.

¿Con qué programas de estudio yen qué clase de ambiente educativose está formando actualmente ese

gran número de hombres de cienciaafricanos? La tradición colonial, según

la cual las universidades africanas

seguían programas de estudio adap¬tados a los de las universidades de

los amos, tendió a producir hombresde ciencia ajenos totalmente a supropio medio cultural. Pero, procla¬mada la independencia, las universi¬dades de habla Inglesa del AfricaOccidental cortaron sus vínculos con

la Universidad de Londres e introdu¬

jeron un sistema de exámenes esco¬lares africano-occidental que ha venidotrabajando con el mayor empeño en lapreparación de programas de estudiospara escuelas secundarias, así comode métodos de examen adaptados almedio. Esta decisión hizo aumentar el

número de estudiantes que pasan delas escuelas a las universidades ysuscitó una flexibilidad que ahora lespermite preparar para éstas progra¬mas de estudio de ciencias basados

en un conocimiento íntimo de las con¬

diciones locales.

Una situación semejante se ha dadoen el Africa Oriental desde la Indepen¬dencia, y a raíz de ella de AfricaOriental cortó, en 1963, sus relacionescon la Universidad de Londres.

La Universidad de Africa Oriental

reforma actualmente programas ycursos científicos para producir gra¬duados con títulos que respondan alas necesidades particulares de laregión. Se ofrecen distintas opcionesde formación en el programa de«bachiller en ciencias», a fin de pre¬parar a esos profesores y maestrosde ciencias que los países necesitantan desesperadamente. También losMinisterios de Educación conceden

más becas a los alumnos que siganalgún curso de educación especiali¬zada en este sentido; en el caso de

Kenia, por ejemplo, el 60% de lasbecas se otorgan a aquellos estu¬diantes que lligan la enseñanza comomateria dentro de su bachillerato de

ciencias.

Se han percatado además las auto¬ridades competentes de quo para«africanlzar» los programas es nece¬sario realizar estudios especiales yproducir textos y elementos auxiliaresde enseñanza que tengan carácternetamente local. También so están

dando pasos en el Africa Orientalpor ejemplopara fundar ImprentasUniversitarias que Imprimen y publi¬quen los libros recomendados comoconsecuencia de esos estudios.

Aunque está reconocido que losmétodos científicos fundamentales tie¬

nen carácter universal, la forma do

aplicar estos métodos a las nuevaspublicaciones tienen muy en cuentalos materiales de que so dispono enel Africa Oriental y las necesidadesparticulares de la reglón. Por nohablar sino de dos de ellas, ya estánmuy adelantados los trabajos de pre¬paración de la «Flora de las TierrasAltas de Kenya» y de un «Manualde Fitopatología Tropical» que publi¬cará el University College de Nairobi.

Está reconocido también que sólolos africanos pueden adaptar debida¬mente los programas de estudio quose sigan a sus propias necesidades yaspiraciones; y tanto la Universidadescomo los Gobiernos abrigan el pro¬pósito de africanlzar lo más rápida¬mente posible su personal do ense¬ñanza. El plan de conferencias espe¬ciales financiado por la FundaciónRockefeiler es un paso Importantepara convertir este propósito enrealidad.

SIQUE A LA VUELTA

13000 MEDICOS MASEn los próximos diez años habrá queFormar 13.000 médicos nuevos sí se quiere

que Africa pueda disponer del minimo deasistencia médica un doctor por cada10.000 habitantes, aspiración modesta silas hay. En nueve países (Congo-Kinshasa,Ghana, Costa de Marfil, Madagascar, Nige¬ria, Ruanda, el Senegal, Tanzania y Ugan¬da) hay ya una Facultad de Medicina.Otras tres están en vías de instalación en

el Camerún, en Zambia y en Kenya. A laizquierda, el doctor Essomba, cirujano enjefe del hospital de Yaunde (Camerún), enel curso de una operación. Arriba, el mismoexamina una radiografía. A la derecha, salade incubadoras en la maternidad del hospi-

Foto © Paul Almasy, París tal de Dakar. Fotos © Naud, Afrique-Photo

Page 35: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

CIENTÍFICOS DEL MAÑANA (cont.)

Los gobierno de África Orientalhan aceptado además la idea deconceder a estudiantes bien dotados

becas de ampliación de estudios queles permitan, luego de recibirse, llevara cabo investigaciones especiales ypasar asi a formar parte del personaldocente de la Universidad. En todas

estas iniciativas se hace gran hin¬capié en la ciencia.

En 1965 se inició también (finan¬ciada por la Fundación Ford) la forma¬ción de técnicos para los laboratoriosde los colegios, y se sigue con ellaen la esperanza de resolver el serioproblema de la escasez de personalauxiliar, lo que hasta ahora ha venidoimpidiendo a los profesores de cien¬cias de la Universidad dedicar todas

sus energías a las tareas esencialesde la enseñanza y la investigación.

Todas estas ampliaciones han exi¬gido grandes cantidades de dineropara la construcción de laboratoriosy residencias destinadas al personaldocente y a los alumnos. Por ejemplo,la Universidad de África Oriental des¬tinó 3 439 600 libras esterlinas, entre

1964 y 1967, al rubro construcciones.Se cree que dentro del próximotrienio esa suma habrá de elevarse a6 800 000 libras esterlinas. Parte con¬

siderable del dinero ya invertido pro¬venía de fuentes externas.

Fuera de ello se han gastadotambién sumas importantes en laadquisición de material de laboratoriopara enseñanza e investigación. (Perosi no se arbitran más fondos, antes

de 1970 los tres colegios se enfren¬tarán con el grave problema de lainsuficiencia de espacio en los labo¬ratorios y residencias estudiantiles.

E

36

s evidente que si las ten¬dencias actuales del Africa Orientalson sintomáticas de lo que ocurreen otras partes del continente, estáasegurado ya el futuro de la ense¬ñanza de las ciencias y de la forma¬ción de especialistas en la materia,de los que tanto depende el desa¬rrollo económico y social de Africa.A las nuevas universidades como las

de Zambia, Malawi y Njala esta¬blecimientos que se han lanzado aactuar por su cuenta sin tratar deestablecer afiliaciones con institutos

extranjeros se les presenta unamagnifica oportunidad de prepararprogramas de estudio adaptados deuna manera única a las característi¬

cas de cada país.

Universidades como la de Dakar,que están en constante comunicacióncon las universidades francesas, pre¬sentan dificultades, por otra parte,para que uno defina sus posibilidadesde africanización, tanto por lo que serefiere al personal docente como alos programas de estudio.

Además de las universidades hay

varios institutos de investigación queemplean actualmente un gran númerode maestros y profesores extranjeros,pero estos institutos piensan contara su debido tiempo con personalexclusivamente africano.

La Organización de Agricultura ySilvicultura del África Oriental estudia

el control del agua y del uso de éstapara las cosechas y cuenta con unasección de estudio de las plantas queestá tratando de aumentar la resis¬

tencia de los cereales a las pestesy otras enfermedades.

La Organización de Estudios deVeterinaria del África Oriental lleva

a cabo Investigaciones sobre las másgraves enfermedades del reino animal,como la peste bovina, contra la cualha elaborado vacunas de gran efica¬cia. Estudia también la pleuroneumo-nía bovina, las enfermedades transmi¬tidas por la garrapata y la fisiologíay la genética en los animales. Elgrupo de estudio de los pesticidasse dedica a la eliminación total del

mosquito y la mosca tse-tsé, así comoa la lucha contra las pestes y enfer¬medades agrícolas.

El grupo de estudio de la tripanoso¬miasis está viendo la manera de deter¬

minar cómo se transmite la enferme¬

dad del sueño de los animales

salvajes al hombre y a los animalesdomésticos. Hay también un grupo deinvestigación médica y otro de inves¬tigación industrial, y ambos se dedicana estudios de' gran importancia parala reglón. Los especialistas enciencias que se espera formar enlas universidades de Africa Oriental

podrán dedicarse a todas esas activi¬dades y muchas otras. ,

El complejo problema de las comu¬nicaciones requiere ingenieros queestudien la construcción de carreteras

en zonas tropicales. La carretera deEl Cabo a El Cairo, que está enconstrucción; la que va del ÁfricaOriental al Congo y varias otras pistasintercontinentales podrán construirsea través de zonas de roca arcillosa

o de negra tierra algodonera, perolas propiedades y modos de compor¬tarse de éstas tendrán que ser estu¬diados a fondo por los especialistassi se quiere construir carreterascapaces de estimular de verdad elcomercio transafricano. De la misma

manera, hacen falta ingenieros parala construcción de un adecuado siste¬

ma de ferrocarriles.

El gran embalse construido en elRío Volta, en Ghana, está destinadoa producir vastas cantidades de elec¬tricidad, que a su vez facilitarán lacreación de m.uchas industrias. Parael funcionamiento de éstas Ghana

necesitará gran número de especia¬listas en ciencias y de técnicos. Enla actualidad preponderan los venidosde fuera que tienen puestos tempo¬rarios. Ghana tendrá que formarrápidamente a sus hombres de cien

cia si quiere que esta maravillosaobra, así como el puerto de Tema,traiga realmente la mejora esperadaen el nivel de vida de sus habitantes.

En la Universidad de Kumasi laEscuela de Farmacia ha realizado

notables estudios sobre plantas medi¬cinales, llegando a producir medica¬mentos de excepción. Un trabajoanálogo, aunque de índole diferente,es el que se lleva a cabo en Etiopía,en el Departamento de Biología dela Universidad Haile Selassie, dondelos científicos han descubierto unas

hierbas naturales capaces de luchareficazmente con los vectores acuá¬

ticos de varias de las peores enfer¬medades tropicales.

E I Instituto de Estudios Afri¬

canos de Ibadán se ha dedicado porsu parte a recoger información rela¬tiva a todas las ramas del conoci¬

miento en Africa, comprendidos lostrabajos científicos.

Están también las Academias de

Ciencias de Ghana y África Oriental,que organizan coloquios y estimulana sus miembros a que investiguenlos múltiples problemas del país. LaAcademia de Africa Oriental está

trabajando con un criterio y unaorientación que podrían llevarla aconvertirse en Consejo Nacional deInvestigaciones y Estudios de AfricaOriental, cuerpo que prestaría aseso-ramiento a los gobiernos, permitién¬doles formular criterios coordinados

de investigación para el progresogeneral de la región.

Cabe mencionar asimismo al Con¬

greso Internacional de Africanistas,que permite a los hombres de cienciaafricanos y a sus colegas extranjerosreunirse cada cuatro años para estu¬diar documentos y comunicacionessobre trabajos de investigación lleva¬dos a cabo en otras partes del mundo,pero relacionados directamente conAfrica.

La última reunión de este Congreso,celebrada en Accra, se dedicó aseñalar las deficiencias de los libros

de texto empleados en las escuelasy universidades africanas. Tambiéndedicó su atención al problema delDesierto del Sahara, que sigue inva¬diendo tierras en dirección al Ecuador.

Estas tareas, entre muchas otras,son las que el hombre de cienciaafricano debe comprender si quierecontribuir al desarrollo económico-

social de su continente. Es de esperarque los programas y planes de estudiode escuela y universidades logrenproducir científicos que estén a laaltura de tal misión. A juzgar por loque estamos viendo, parece que lospaíses africanos se están orientandoprecisamente en esa dirección.

NICOLAS C. OTIENO

Page 36: CUna ventana abierta sobre el mundo orreo

ELEMENTOS PARA UNA BIBLIOGRAFÍA AFRICANA

ANTOLOGÍAS

En francés:

Anthologie de la littérature négro-africaine : romanciers et auteurs

París, 1963. Ed. Présence africaine, 456págs.

Anthologie de la nouvelle poésienègre et malgache de langue française,por Leopold Sedar Senghor, Prólogo:Jean Paul Sartre. Paris, 1948. Edic.Presses Universitaires de France.

Poètes d'Afrique,prólogo de Marc Brimond. La Cour-neuve, Francia, 1956. Edic. de la Aca¬

démie populaire de littérature et depoésie, 199 págs.

Littérature camerounaise,editado por Basile Juléat Fuda, Henryde Julliot y Roger Lagrave. Cannes,1961. Edic. Club du livre camerounais,

175 págs.

En portugués:

Modernos poetas caboverdianos,editado por Jaime de Figueredo, Praia(Cabo Verde), 1961. Edicoes Henriqui-nas, 197 págs.

Antología de Ficçao caboverdianacontemporánea,con prólogo de Manuel Ferreira. Praia,1960, Edicoes Henriquinas, 430 págs.

NOVELAS Y CUENTOS

En español:

Cuando los combes luchaban,novela de costumbres de la Guinea

Española, por Leoncio Evita (Río Muni),Madrid, 1953. Edic. Instituto de Estu¬

dios Africanos, 101 págs.

En italiano:

Le locuste bianche

de Chinua Achebe (Nigeria), (trad, deGiuliana del Cario), Milán, 1962. Edic.Mondadori, 166 págs.

II re miracolato

de Mongo Beti, trad. Onella Volta,Milán, 1960. Edic. Feltrinelli, 265 págs.

En portugués:

Os flagelados do vento lestede Manuel Lopes (Cabo Verde), Lis¬boa, 1960. Edic. Ulisseia, 266 págs.

En francés:

Ville cruelle

de Mongo Beti, que la publicó con elseudónimo de Eza Boto. Paris, 1954.Editions Africaines, 219 págs.

Légendes africainesde Bernard Dadié (Costa de Marfil),prólogo de Aliune Diop. Paris, 1954.Seghers, 124 págs.

Un nègre à Paris,del mismo autor, Paris, 1959. Edic. Pré¬sence africaine, 217 págs.

POESÍA

En portugués:

Linha de horizonte

de Aguinaldo Fonseca (Cabo Verde),Lisboa, 1951. Edic. Gráfica Modelo,

67 págs.

Caminhada

de Ovidio de Sousa Martins (CaboVerde), Lisboa, 1962. Edicao de Casados Estudiantes do Imperio, 80 págs.

Hora grandede Onésímo Silveira (Cabo Verde),Nova Lisboa (Angola), 1962. Edic Pu-blicacoes Bailundo, 46 págs.

En francés:

Chants d'ombre

seguido de Hosties noires de LeopoldSedar Senghor, Paris, 1956. Editionsdu Seuil, 152 págs.

Leurres et lueurs

por Birago Diop (Senegal), Paris, 1960.Edic. Présence africaine, 86 págs.

Coups de pilonpor David Diop (Senegal), Paris, 1961.Edic. Présence africaine, 40 págs.

Poèmes africains

por Keita Fodeba (Guinea), Paris, 1950.Edic. Seghers, 47 págs.

ALGUNAS PUBLICACIONES

DE LA UNESCO

En francés:

Nomades et nomadisme au Sahara,Paris, 1963. 195 págs.

Les aspects financiers de l'ensei¬gnement dans les pays africains d'ex¬pression française(preparado conjuntamente con el Ins¬tituto Internacional de Planificación de

la Educación), París, 1966. 76 págs.

CONTINENTE EN MUTACIÓN {viene de la pág. 8)

tantes son el de la rivalidad entre

ciudad y campo y, en otro orden de¡deas, el de cierto conflicto de gene¬raciones que amenaza con producirseentre una masa todavía inmensamente

desproporcionada y su minoría rec¬tora, y un cierto despego de estaminoría que, al no ver su suerte ligadacomo está al desarrollo general de lageneración que la respalda, corre elriesgo de distanciarse de ésta. Den¬tro de esa generación hay igualmentecierto conflicto de cultura instigadopor el hecho de que los que se hacencargo de las mayores responsabilida¬des no son precisamente los alumnosde las Universidades. Al lado de esos

grupos dirigentes se constituyenactualmente las estructuras profesio¬nales y burocráticas que exigen genteformada en el espíritu de la ciencia yla cultura moderna y que por eso

mismo no podrá ver nunca las cosascomo las ven sus predecesores.

La responsabilidad es recíproca yse divide entre los jóvenes, que debensopesarla y saber en qué consiste, ylos mayores, que no deben cerrar elpaso a esa juventud. Para que lanueva generación sepa lo que es unaresponsabilidad, hay que dársela. Poresto, el problema de la formación depersonal idóneo es quizá el númerouno entre los que Africa debe abor¬dar; porque en el sentido moderno dela palabra, no hay desarrollo político,económico y cultural posible si no secuenta con personal burocrático, téc¬nico y profesional para llevarlo a cabo,hecho del que se tiene concienciaclara en todas partes.

A veces, cuando se va demasiadode prisa, se producen rivalidades

entre los Estados, cada uno de los

cuales quiere tener su Universidad osu centro de formación superior,aunque no cuenten ni con los mediosni con la infraestructura social ycultural necesaria para ello. A mi jui¬cio esto es un defecto, pero undefecto feliz, ya que denota la granpreocupación de todos estos paísesafricanos por formar, lo más rápida¬mente posible, un personal superiorcompetente y capaz, empresa para laque se necesita tener gran sentidocívico.

En este cuadro tan precipitadamenteesbozado, ¿cuáles son las corrientesregulares y cuáles los accidentes sus¬ceptibles de control o pasibles de n-ijuicio? Si hay juicio, éste tendrá que Alser indulgente y reflejar confianza enlo ya realizado hasta la fecha.

GABRIEL D'ARBOUSSIER

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Los lectores nos escribenEN PRO Y EN CONTRA DEL

NUMERO SOBRE

EL "APARTHEID"

38

Leí con un gran Interés ese número,tanto más cuanto que la variedad deartículos y autores nos permiten com¬penetrarnos de un mal social Internocomo ése. Gracias a todos esos tes¬

timonios hemos podido darnos cuentamuy aproximadamente de la Influenciaque esa política sistemática de sepa¬ración de las razas tiene sobre la

forma de pensar y expresarse, sobreel trabajo y sobre la religión. Toma¬mos debida nota de su influencia

sobre la cultura en general. Es Inne¬gable que dicha política va totalmenteen contra del principio del respeto ala persona humana, principio quequiere que todos los hombres tenganun derecho legítimo a la instrucción.

Sólo me queda decir muy sincera¬mente que hago mío el Ideal de laUnesco, en cuyo alto valor humani¬tario creo firmemente.

Michel Vial,Grenoble, Francia.

Me permito agradecerles el haberelegido el apartheid como tema del«Correo de la Unesco» para el mesde marzo. El apartheid es un hechoImportante de nuestro siglo XX: unode los más deprimentes por cierto.Pienso que «El Correo de la Unesco»tiene el deber de Informar también a

sus lectores sobre la situación dolo-

rosa en que se ven ciertos países, yasea a causa de su subdesarrollo o de

la opresión que otro país ejerce sobreellos.

G. Perra,Lyon.

Luego de leer el número de marzo, 'que dedican Vds. al apartheid, nopuedo menos de expresarles mi Indi¬gnación por las tesis que exponen ylos alegatos de bandería que allíhacen. Para Vds. está claro que todaslas expoliaciones y masacres de blan¬cos en Africa no tienen ninguna im¬portancia; pero el que haya victimasnegras como consecuencia de un dis¬turbio merece destacarse con todas

las de la ley, guardándose bien almismo tiempo de precisar las circuns¬tancias en que el hecho se haya pro¬ducido. Evidentemente, seria mejorque Sudáfrica siguiera los pasos delCongo-

Negarse a dar educación universi¬taria a los negros es un crimen. PeroVds. se olvidan de decir cuál es el

porcentaje de analfabetos, tanto enSudáfrica como en Rhodesia, con rela¬

ción a muchos países de Europa.

La salida de los blancos de todos

los países de Africa señala una re¬gresión del nivel de vida y de civili¬zación que tenían, y con ella la vueltaa la tribu, al salvajismo y a laexacción arbitraria.

Han querido la libertad y la tienen;ahora, que sufran las consecuencias.Pero si tienen que mendigar su sub

sistencia, que no se atrevan a acusara los que los han sacado de la nada;que respeten a quienes han tenido labondad de ayudarlos descuidando almismo tiempo, por eso mismo, losintereses de sus propios compatriotas.

Vista esta actitud de Vds., sírvanse

tomar nota de que cancelo mí suscrip¬ción a esa revista.

J. Gruault,París.

El tema del número de marzo pa¬

sado apartheid parece haber sidotratado en forma polémica por unapublicación de una Organización sos¬tenida por fondos internacionales yoficiales, organización que por esomismo debia ser apolítica y evitar todacosa que agite el prejuicio partidarioo racial.

Sobre la situación en Sudáfrica

baste decir que sí las cosas fuerantan mal en ese país, no habría unainmigración de blancos y negros tangrande como la que hay. El apartheid

desarrollo por separado permiteque los que no estén muy bien pre¬parados o dotados encuentren la opor¬tunidad de prepararse o de trabajaren cosas que pueden hacer bien, envez de competir en terrenos dentrode los cuales se hallan en desventaja,aunque la culpa no sea de ellos.

Sudáfrica, uno de los países másprósperos y estables del mundo mo¬derno, les ofrece esta oportunidad,cosa que en el Africa Central se niegaa los ciudadanos de muchos otros

países.

El número de marzo de «El Correo

de la Unesco» parece constituir unacrítica y una provocación capaz decrear animosidad y discordia. Acti¬tudes como ésa son deplorables, par¬ticularmente en una publicación de unorganismo supranacional, como es laUnesco. ¿Puedo permitirme sugerirque «El Correo de. la Unesco» selimita a los temas del progreso cultu¬ral y social?

Elizabeth de Bourbel,Londres.

Permítanme hacerles llegar mis feli¬citaciones por la claridad y la firmezacon las cuales, sin apartarse nuncade la objetividad científica, los cola¬boradores de «El Correo de la Unes¬

co» han podido resumir en el númerode marzo una situación que el públicoconoce, por regla general, de unamanera muy incompleta.

Raymond van der Eist,Profesor de Derecho Internacional

Privado,Bruselas.

OMISIÓN CORREGIDA

He leido con tanto placer comoagradecimiento las bellísimas páginasdedicadas en el número de abril al

Corpus Vítrearum Medü Aevi. Agrade¬cimiento, en primer lugar, por todo elespacio que han dedicado a dicha em¬presa. Pero ¿puedo permitirme expre¬sar cuánto lamento una omisión en ese

sentido: la de que no se hable enninguna parte del Consejo Internacio¬nal de Filosofía y Ciencias Humanas?El Consejo es, en efecto, la instituciónque ha prestado todo su apoyo admi¬nistrativo y consejo científico a la em¬presa, sirviendo de lazo de uniónentre la Unesco y los realizadores dela obra. Pese a ese detalle, no estoypor ello menos satisfecho con esaspáginas en las que se rinde un her¬moso homenaje al trabajo de todosellos.

Jean d'Ormésson,Secretario general adjunto,

Consejo Internacional de Filosofíay Ciencias Humanas,

París.

UN SIMPÁTICO HOMENAJE

Como fiel lector de «El Correo de

la Unesco» he querido expresarles miagradecimiento por la satisfacción queme procura esa revista enviándolesesas dos pruebas de mi actividad dedibujante humorístico.

Maurice Dutoit,Mulhouse, Francia.

¡Llegó «E/ Correo- 1

¡'El Correo de la Unesco-, unaventana abierta al mundol

EXPLICABLE SORPRESA

Quisiera manifestarles la sorpresaque he tenido al decírseme que elarticulo de esa revista dedicado al

Año del Turismo Internacional (númerode diciembre de 1966) contenía variasconsideraciones muy pertinentes sobrelos medios de transporte al serviciodel turismo, pero parecía dejar delado por completo el importantísimopapel que el ferrocarril desempeña enese sentido.

Louis Armand,Secretario General,

Unión Internacional de Ferrocarriles,París.

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oxlect.on AN ANTHOLOGY OF AFRICAN MUSICUé¿fra,ÍÉm\iat*»aiM^Cam*ía,lUUnm*émalkM*.*,lmrm,

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Nueva Colección Unesco de Discos

UNA ANTOLOGÍA DE MÚSICA AFRICANA

Por encargo del Consejo Internacional de

Música, el Instituto Internacional de Estu¬

dios Comparados y Documentación sobre

Música ha seleccionado las obras de esta

antología con la colaboración del Museo

Real de Tervuren. Compilador: Paul Collaer.

La serie de cinco discos de la Antologíaofrece los siguientes ejemplos de músicatradicional del continente africano:

MÚSICA DE LOS DAN (BM 30 L 2301)

MÚSICA DE RUANDA (BM 30 L 2302)

MÚSICA DE LOS PIGMEOS BA-BENZELE

(BM 30 L 2303)

ETIOPIA I: Música de la Iglesia Copta(BM 30 L 2304)

ETIOPIA II: Música de los Pueblos Cushl-

tas (BM 30 L 2305)

Cada uno de estos discos (de 33 cm. y enmicrosurcos) viene acompañado do notas

explicativas en Inglés, francés y alemán,profusamente ilustradas.

Los discos pueden pedirse por Intermedio

del proveedor habitual que so tenga odirectamente al editor : Bärenreiter Musl-

caphon, Kassel, República Federal do Ale¬

mania. El precio de cada disco es de 38,55

francos franceses o de unos 6 dólares

norteamericanos.

PARA RENOVAR SU SUSCRIPCIÓNy pedir otras publicaciones de la Unesco

Pueden pedirse laa publicaciones de la Unesco

en todas las librerías o directamente al agentegeneral de ésta. Los nombres de los agentes que nofiguren en esta lista se comunicaran al que lospida por escrito. Los pagos pueden efectuarse enla moneda de cada país, y los precios señalados

después de las direcciones de los agentes corres¬ponden a una suscripción anual a «EL CORREODE LA UNESCO».

ANTILLAS NEERLANDESAS. C.G.T. van Dorp &Co.(Ned. Ant.JN.V. Willemstad, Curaçao. N.A. Fl. 4.50.

ARGENTINA. Editorial Sudamericana, S.A., Humber¬

to 1 No. 545, Buenos Aires. (Ps 900). - ALEMANIA.Todas las publicaciones : R. Oldenburg Verlag, Rosen¬heimerstr. 145, Munich 8. Para «UNESCO KURIER»

(edición alemana) únicamente: Vertrieb Bahrenfelder-

Chaussee 1 60, Hamburg - Bahrenfeld, C.C.P. 276650. (DM10) BOLIVIA. Librería Universitaria, Universidad

Mayor de San Francisco Xavier de Chuquisaca, Apartado212, Sucre. BRASIL. Livraria de la Fundaçao GetulioVargas. 1 86, Praia de Botafogo, Caixa postal 4081-LC-05,Rio de Janeiro. COLOMBIA. Librería Buchholz

Galería, Avenida Jiménez de Quesada 8-40, Bogota;Ediciones Tercer Mundo, Apeo, aéreo 4817, Bogoti;

Discrilibros Ltda., Pío Alfonso García, Carrera 4a36-119, Cartagena; J. German Rodríguez N., Oficina201, Edificio Banco de Bogotá, Girardot, Cundinamarca ;Librería Universitaria, Universidad Pedagógica de Colom¬bia, Tunja. COSTA RICA. Todas las publicaciones:Librería Trejos S.A., Aparcado 1313, Teléf. 2285 y 3200San José. Para «El Correo» : Carlos Valerín Sienz & Co.

Ltda., «El Palacio de las Reviscas», Apcdo. 1924, Sanlosé. CUBA. Cubartimpex, Simón Bolívar, 1, PalacioAldama Building (Apartado 1764), La Habana.

CHILE. Todas las publicaciones : Editorial Uni¬versitaria, S.A., Avenida B. O'Higgins 1058, Casilla10 220, Santiago. «El Correo» únicamente :

Comisión Nacional de la Unesco, Mac Iver764. Depto. 63, Sanciago. ECUADOR.

Casa de la Culcura Ecuacoriana, Núcleo del Guayas,Pedro Moncayo y 9 de Occubre, Casilla de correo3542, Guayaquil. EL SALVADOR. Librería

Cultural Salvadoreña, S.A., Edificio San Martin. 6a. CalleOriente N- 118, San Salvador. ESPAÑA. Todas

las publicaciones: Librería Científica Medinaceli, Duquede Medinaceli 4, Madrid 14. «El Correo» única¬

mente: Ediciones Ibero-americanas. S.A., Calle de Onate,15, Madrid. Sub-agente «El Correo»: Ediciones Líber,Aptdo. 17, Ondírroa (Vizcaya). Ps. 130. ESTADOSUNIDOS DE AMÉRICA. Unesco Publications Center.317 East 34th. St., Nueva York N.Y. 10016(5 dólares).

FILIPINAS. The Modern Book. Co., 508 Rizal Ave.P. O. Box 632, Manila. FRANCIA. Librairie de

I'Unesco, Place de Fontenoy, Paris, 7". C.C.P. Paris 12.

598-48 (1 0 F). GUATEMALA. Comisión Nacional de

la Unesco, 6a Calle 9.27, Zona 1, Guatemala. (Q. 1,75)HONDURAS. Librería Cultura, Apartado postal 568Tegucigalpa, D.C. JAMAICA. Sangscer s Book Room91 Harbour St., Kingston. MARRUECOS. Libral-

rie «Aux belles Images», 281, Avenue Mohammed V,Rabat. «El Correo de la Unesco» para el personal docente:Comisión Marroquí para la Unesco. 20, Zenkat Mou-rabicine, Rabat (CCP 324-45) MEXICO. EdicorialHermes, Ignacio Mariscal 41, México D.F. (Ps. 26).MOZAMBIQUE. Salema & Carvalho, Ltda., CaixaPostal 192. Beira. NICARAGUA. Librería Cultural

Nicaragüense, Calle 1 5 de Setiembre y Avenida BolívarAparcado N- 807, Managua. PARAGUAY. Agencia deLibrerías Nizza S.A., Escrella No. 721, Asunción.(GS. 310) PERU. Distribuidora Inca S. A. EmilioAlchaus 470. Apartado 3115 Lima. (Soles 72)

PORTUGAL. Dias & Andrade Lda. Livraria

Portugal, Rua do Carmo 70, Lisboa. PUERTO

RICO. Spanish-English Publications, Calle Eleanor Roose¬

velt 115, Apartado 1912, Hato Rey. REINO UNIDO.H.M. Scacionery Office, P.O. Box 569, Londres, S.E.l.(1S/-).-REPUBLICA DOMINICANA. Librería Domini¬

cana, Mercedes 49, Aparcado de Correos 656, Sanco Do¬

mingo. URUGUAY. Edicorial Losada Uruguaya S.A.,Colonia 1060, Teléf. 8 75 71, Montevideo. VENE¬ZUELA. Distribuidora Venezolana de Publicaciones

(DIPUVEN), Avenida del Libertador, Quinta Dipuven,Urbanización Los Caobos, Apartado de Correos 10440,Caracas.

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