¿Corrupción o Seguridad? Un estudio sobre la actual desconfianza en la policía mexicana

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CUADERNOS DEL ICESI 12

CORRUPCIN O SEGURIDAD?DESCONFIANZA EN LA POLICA MEXICANAUN ESTUDIO SOBRE LA ACTUAL

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Corrupcin o Seguridad?Un estudio sobre la actual desconfianza en la polica mexicanaPresentado en ingls durante la reunin anual de la Asociacin Americana de Ciencia Poltica (Annual Meeting of the American Political Science Association) el 5 de septiembre de 2010. Washington D.C. Traducida para publicacin electrnica por el Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad.

Autor: Daniel Sabet Georgetown University

Traduccin: Diana Murray Watts

Los argumentos y opiniones expresados en el presente cuaderno son responsabilidad exclusiva del autor. Para observaciones y comentarios dirigirse al correo: [email protected]

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ICESILuis de la Barreda, Director General Cecilia Sayeg Seade, Directora de Operacin Catalina Palmer Arrache, Coordinadora de encuestas

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Consejo Tcnico AsesorGuadalupe Espinosa, Fundacin Este Pas Dora Elvira Garca Gonzlez, Instituto Tecnolgico y de Estudios Superiores de Monterrey Ignacio Mndez Ramrez, Universidad Nacional Autnoma de Mxico Luis Miguel Pando Leyva, Consejo Coordinador Empresarial Francisco Reyes, COPARMEX

Asamblea de AsociadosJuan Manuel Durn Gutirrez, Rector de la ZM del Instituto Tecnolgico y de Estudios Superiores de Monterrey Gerardo Gutirrez Candiani, Presidente de COPARMEX Jos Narro Robles, Rector de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico Federico Reyes Heroles, Presidente del Consejo Directivo de la Fundacin Este Pas Mario Snchez Ruiz, Presidente del Consejo Coordinador Empresarial

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ResumenDesde el ao 2005, por lo menos, Mxico enfrenta una severa crisis de seguridad que amenaza con socavar el estado de derecho y la democracia. Tericamente, la lucha contra la delincuencia comn y el crimen organizado sera haciendo cumplir las leyes de parte de las instancias policiales; sin embargo, la polica es vista a menudo como parte del problema y no como parte de la solucin. Ante esa falta de confianza, los ciudadanos no reportan los delitos, no se acercan a las autoridades para aportar informacin, ni actan como testigos, tampoco apoyan a la polica en el mbito poltico o financiero. Todo esto crea un crculo vicioso, donde la incapacidad y la corrupcin provocan desconfianza, generndose an ms ineptitud y ms corrupcin. Para romper este crculo vicioso es necesario entender por qu los ciudadanos no confan en su polica. Una posible explicacin sostiene que la corrupcin al interior de la polica crea desconfianza en los ciudadanos; otra sugiere que los ciudadanos estn dispuestos a tolerar un cierto grado de corrupcin si eso propicia una mayor seguridad. El presente estudio utiliza la informacin de encuestas comparativas realizadas en catorce ciudades de Mxico por el Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad (ICESI), con el fin de examinar y comparar los dos aparentemente contradictorios puntos de vista mencionados. Quiero agregar que a pesar de la percepcin generalizada de que existe una aceptacin de la corrupcin, encuentro que las experiencias donde interviene el soborno nos ofrece una mejor explicacin de esa desconfianza de los mexicanos en su propia polica.

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Introduccin

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Desde el ao 2005, por lo menos, Mxico ha enfrentado una severa crisis de seguridad que amenaza con socavar el estado de derecho y la democracia. Son tan graves los efectos de la violencia del crimen organizado, que se estima ha acabado con la vida de 28,000 personas solo en el periodo comprendido desde diciembre de 2006, cuando el presidente Felipe Caldern Hinojosa asumi su cargo, hasta julio de 2010. La delincuencia comn y el crimen organizado son problemas que deben ser combatidos haciendo que se cumpla la ley; sin embargo, en lugar de servir como parte de la solucin, la polica mexicana a menudo es vista como parte del problema. Acusaciones y pruebas del involucramiento de la polica con en el crimen organizado surgen por doquier. Sin embargo, los problemas de la polica empezaron antes de y van ms all de su infiltracin con el crimen organizado, pues existen tambin suficientes evidencias del soborno cotidiano, abusos e ineficiencia. (Arteaga Botello y Lpez Rivera 1998; Azaola 2009; Naval 2006; Surez de Garay 2006). Estos problemas han creado un crculo vicioso en el que los ciudadanos no confan en la polica por lo que deciden no acercarse para aportar informacin, ni servir como testigos, ni brindarle apoyo poltico o econmico lo que produce ms ineficiencia y ms corrupcin. Para romper este crculo vicioso imprescindible la confianza ciudadana en su polica, pero para lograrla necesitamos entender el por qu de esa desconfian-

za de los ciudadanos. Este estudio se ha propuesto poner a prueba dos hiptesis contrapuestas, para explicar esa diversidad de opiniones respecto a la polica. Una de estas hiptesis sostiene que los ciudadanos sienten desconfianza y no se sienten satisfechos precisamente a causa de la corrupcin de la polica; y la hiptesis contraria sugiere que los ciudadanos estn dispuestos a tolerar cierto grado de corrupcin si eso los lleva a lograr un mayor nivel de seguridad; y an ms sorprendente, se ha llegado a proponer que Mxico debe volver a pactar con el crimen organizado o a otorgar impunidad a cambio de garantas de paz. Este estudio tambin se ha propuesto dilucidar si las percepciones y experiencias de los ciudadanos sobre la inseguridad y el soborno nos son de utilidad cuando se trata de evaluar a la polica. Para llevar a cabo este estudio se utilizar la informacin de encuestas comparativas realizadas en catorce ciudades mexicanas por el Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad (ICESI). A pesar de la idea generalizada en este sentido de que existe tolerancia hacia la corrupcin; encontr que, al tratar de explicar la desconfianza ciudadana en su polica, la prctica del soborno nos ofrece una mejor y ms amplia explicacin que al analizar la informacin sobre seguridad.

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Por qu son importantes los ciudadanos? La co-responsabilidad y el apoyo ciudadanosLa acciones de los ciudadanos son muy importantes para determinar la efectividad de la polica a travs de: (1) su cooperacin o corresponsabilidad y (2) el apoyo poltico y econmico.2 As como numerosos bienes pblicos no pueden ser solamente producidos por una agencia pblica y consumidos por clientes; creo que es ms bien deseable, y en algunas ocasiones necesario, que los ciudadanos jueguen un papel y participen en el proceso de produccin para que ese bien sea co-producido (Davis and Ostrom 1991), o mejor conocido en Mxico como corresponsabilizado. Existen varias maneras a travs de las cuales los ciudadanos pueden contribuir al bien pblico de la seguridad, tales como denunciar el delito, informar a la polica, servir como testigos y tomar medidas preventivas (Percy 1981). Aunque es comn la idea de que la mayora de los delitos en pases como los Estados Unidos se resuelven bajo un estilo CSI con detectives de televisin, la realidad demuestra que la gran mayora de los casos esto se logra porque la vctima, los testigos o los cmplices salen a la luz con denuncias (Chaiken, Greenwood, y Petersilia 1977; Cosgrove y Wycoff 1997; Bieck y Oettmeier 1998); en otras palabras, la polica no puede ser efectiva sin las acciones de la ciudadana; y esos esfuerzos de cooperacin en la sociedad civil pueden canalizarse a travs de organizaciones de vecinos vigilantes, programas de actividades despus de la escuela para jvenes, grupos de rehabilitacin de drogadictos y esfuerzos de prevencin.3 Desafortunadamente, la cooperacin no parece ser suficiente en Mxico. A travs de sus encuestas de victimizacin realizadas a ms de 45,000 individuos, ICESI estima que slo un 22% de los crmenes en el 2008 fueron reportados a las autoridades. Porcentajes similares se encontraron para los aos 2004 y 2007, con 23% y 21% respectivamente (ICESI 2010).4 Encuestas similares en Chile arrojaron sin embargo que aproximadamente 42% de los crmenes son reportados (Dammert 2005).5 En el mbito mexicano, existe casi una tradicin que relacin en forma directa la falta de cooperacin con la falta de confianza en la polica.6 Comnmente se cree, por ejemplo, que reportar el crimen conlleva represalias de delincuentes y abuso de autoridades corruptas. Para el presente estudio, el jefe de una organizacin de la sociedad civil que se form en respuesta al secuestro, cit un nmero de casos indocumentados donde los individuos que reportaron los secuestros a la polica se convirtieron en consecuencia en blanco de los criminales. Un entrevistado, en una comisin estatal de derechos humanos, coment sobre un pasado programa policial para fomentar la denuncia que consista en otorgar telfonos celulares a los lderes en colonias de escasos recursos y con altos ndices de delincuencia; pero nos explic que desgraciadamente esos lderes comunitarios no usaron los telfonos celulares por temor a que supieran los jefes policiales quin estaba realizando las llamadas. Sencillamente, nuestro entrevistado concluy que: No existe la confianza para denunciar los delitos y que incluso en situaciones menos graves, no denunciar el delito se considera una decisin sensata dada la baja probabilidad de que el o los responsables sean arrestados y castigados. Estudios realizados por Zepeda Lecuona (2009) y otros, nos demuestran que slo un pequeo porcentaje de delitos llevan a procesos judiciales exitosos. Otras encuestas revelan que muchos individuos deciden no reportar crmenes porque lo consideran una prdida de tiempo (ICESI 2010). Aunque son justificables estas respuestas por parte de los ciudadanos, la verdad es que no estn cumpliendo con su papel como corresponsables, lo cual mina la efectividad policial y contribuye a perpetuar un ciclo vicioso. Es lgico pensar entonces que si existe tan poca confianza en la polica, los ciudadanos estarn indecisos en aprobar y apoyar aumentos salariales, mejoras al presupuesto de la polica y aumentos en los impuestos

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para financiarlas; aunque las ciudades dependen fuertemente de las transferencias federales, en realidad cuentan con las facultades legales para recaudar fondos a travs de impuestos catastrales y otros. El antiguo alcalde de Bogot, Antanas Mockus, quien logr un cambio dramtico a favor de la seguridad en Bogot, lo atribuy en gran parte al incremento de los ingresos provenientes de impuestos (Mockus n/d). Servicios a nivel local y en especie, tambin pueden ser movilizados con este fin fuera del sistema tributario formal a travs de instituciones filantrpicas, la comunidad empresarial y la sociedad civil. Desafortunadamente, la evidencia nos demuestra que el apoyo hacia la polica a nivel tanto poltico como econmico es insuficiente. A nivel nacional, los municipios en Mxico obtienen casi un 72% de sus ingresos de transferencias federales (INEGI 2009) y aunque las grandes ciudades obtienen mejores ingresos, an as

dependen de los fondos federales para financiar ms de la mitad de sus presupuestos. Una parte del problema a nivel municipal se debe a su escasa capacidad administrativa para recaudar impuestos; y sobretodo porque existe de manera generalizada una falta de voluntad y estrategias para promulgar incrementos progresivos de impuestos. An a nivel federal, los ingresos derivados del petrleo representaron casi el 34% de los ingresos federales en el 2008; y el pas recauda slo un 11% del PIB en impuestos, que es una de las tasas ms bajas en el hemisferio (Selee 2009). Desde la perspectiva de los gobiernos locales, es mucho ms fcil solicitar transferencias adicionales al gobierno federal que recaudar impuestos de sus contribuyentes locales; de hecho, antes de autorizar un nuevo subsidio federal para la seguridad pblica en 2008, los recursos econmicos disponibles eran insuficientes desgraciadamente para mejorar la calidad

de la seguridad pblica, el entrenamiento de policas, el aumento de salarios, la compra de armamento y equipo de seguridad y el mantenimiento del equipo y armamento existente. Tal y como lo demuestra este estudio, la cooperacin ciudadana y el apoyo a la polica en Mxico son muy bajos. Es difcil imaginar a ciudadanos acercndose a las autoridades con informacin y apoyando incrementos de impuestos mientras perciben a la polica como poco confiable. Ruiz Harrell (2007) relata: sin la confianza de la poblacin a la que dicen servir, policas y agentes del ministerio pblico estn condenados a la ineptitud. (143). Esto lleva a la pregunta central del presente estudio: Qu puede hacerse para mejorar la percepcin de los ciudadanos, para que estn ms dispuestos a colaborar, denunciar y apoyar incrementos de impuestos a favor de la polica?

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La diversidad de opiniones ciudadanas acerca de la policaDe acuerdo a la informacin obtenida en las encuestas del Latinobarmetro, el 18.5% de los mexicanos encuestados reportaron que la polica les pidi un soborno en el ltimo ao; siendo esta la cifra ms alta que la registrada por el resto de los pases latinoamericanos encuestados (Ver Figura 1). Se espera que la incidencia generalizada de corrupcin policiaca ayude a explicar la desconfianza en la polica; de hecho, los mexicanos encuestados calificaron a su polica debajo del promedio registrado por todos los pases (Ver Figura 2) adems, en todos los pases se registr una fuerte relacin estadstica entre el soborno y la confianza en la polica.7 En un estudio anterior sobre la legitimidad del gobierno en Mxico en trminos ms generales, Morris (1991) encontr una relacin entre la percepcin de corrupcin y la baja confianza en el gobierno. Igualmente tomando en cuenta la legitimidad del rgimen, Seligson (2002) encontr una relacin similar en cuatro pases de Amrica Latina. En el caso ms especfico de la vigilancia policial, Silva Forn (2009) encontr que el soborno afecta de manera negativa las respuestas de los encuestados en cuanto a su satisfaccin con la polica local de la ciudad de Nezahualcyotl. Por tanto, parece probable que la corrupcin logre explicar una parte del descontento en la polica en las catorce ciudades mexicanas.

Figura 1: Pagos de sobornos en Mxico, en una perspectiva comparativa: porcentaje de aquellos a quienes se les pidi pagar soborno (mordida) a la polica durante el ltimo ao.% que afirma que un agente de la polica le pidi una mordida en el ltimo aoChile Brasil Uruguay Panam Venezuela Colombia El Salvador Costa Rica Nicaragua Guatemala Ecuador Argentina Per Mxico 1.7% 3.1% 3.5% 4.1% 5.1% 5.2% 7.6% 8.4% 8.9% 11.5% 12.3% 15.6% 18.0% 18.5%FUENTE: El Barmetro de las Amricas 2008. Proyecto de Opinin Pblica Latinoamericana.

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Figura 2: Confianza en la polica en una perspectiva comparativa. Promedio de confianza en la polica en una escala de 1 (pobre) al 7 (excelente).Confianza promedioChile Colombia Uruguay Nicaragua Costa Rica El Salvador Panam Brasil Mxico Guatemala Per Ecuador Venezuela Argentina 3.1 2.9FUENTE: El Barmetro de las Amricas 2008. Proyecto de Opinin Pblica Latinoamericana.

5 4.5 4.3 4.2 3.9 3.9 3.9 3.7 3.6 3.4 3.3 3.3

El otro conjunto de variables es el impacto que tiene la delincuencia en las evaluaciones de la polica. El apoyo que existe por la relacin entre seguridad y satisfaccin con la polica aparece en estudios empricos en el contexto estadounidense (Reisig y Parks 2002; Sampson y Jeglum Bartusch 1998). Por ejemplo, en un estudio de las ciudades de Indianpolis, Indiana y de St. Petersburg, Florida, Reisig y Parks (2002) encontraron que las apreciaciones en el vecindario y su inseguridad son los indicadores ms importantes de satisfaccin con la polica. Estudios de evaluacin generalmente hacen la distincin entre las evaluaciones objetivas y subjetivas; aunque es lgico que una vctima de delito no vaya a calificar bien a la polica (Dean 1980), de cualquier manera, alguien que simplemente perciba inseguridad quizs tampoco lo har. De hecho, la inseguridad y el temor a la delincuencia con frecuencia tienen ms que ver con apreciaciones que con tasas delictivas objetivas (Holland Baker, et al. 1983). Es comn tambin hacer una distincin entre evaluaciones egocntricas de la polica (en este caso, aquellas basadas en una percepcin individual de cmo l o ella ha sido afectado personalmente por la violencia) y evaluaciones sociotrpicas (basadas en la percepcin individual de cmo la comunidad en s es afectada por la violencia.)8 Finalmente, existe una dimensin temporal para evaluar a la polica: los encuestados podran evaluar bien a la polica a pesar de la insegu-

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ridad, si percibieran que la situacin est mejorando. Concluyendo, este anlisis hace una distincin entre cuatro aspectos de la inseguridad: el encuestado fue una vctima del crimen (objetivo egocntrico); su vida fue afectada el ao pasado por el crimen (perceptivo egocntrico); el encuestado percibe a su ciudad como un lugar seguro o inseguro (perceptivo sociotrpico); y si cree que el crimen est empeorando o mejorando (perceptivo temporal). El presente estudio no solamente busca poner a prueba estas hiptesis basadas en corrupcin y resultados, sino que busca adems determinar su importancia relativa. Muchos estudiosos asumen que, por lo general, los ciudadanos en Mxico y en Amrica Latina estn ms preocupados primeramente por obtener resultados; estando dispuestos a pasar por alto la corrupcin y los abusos de derechos humanos si eso implicara mayor seguridad. Tal forma de pensar se encuentra contenida en una expresin brasilea rouba mas faz, roba pero hace. Manzetti y Wilson (2009), por ejemplo, se preguntan por qu los ciudadanos en Amrica Latina continan apoyando a gobiernos corruptos; sostienen que tradicionalmente los ciudadanos han tolerado la corrupcin a cambio de beneficios tangibles. Una antigua publicacin acadmica, algunas veces referida como la teora funcionalista, vea a la corrupcin como un mal necesario para lograr un gobierno exitoso y un desarrollo econmico (Huntington 1968; Leff 1964).

Frente a un recrudecimiento de la violencia en Mxico, los sondeos de opinin pblica sugieren que los ciudadanos podran estar menos reticentes a un retorno de negociaciones con el crimen organizado o a permitir incluso que el crimen organizado opere libremente a cambio de paz. Como lo demuestra una encuesta aplicada por Parametra (2010) a 1,200 adultos a nivel nacional encontr que el 48% de los encuestados prefieren que no haya violencia en el pas aunque eso implique que exista cierto trfico de drogas en lugar que el trfico de drogas sea combatido aunque eso cause violencia en el pas (opcin elegida por el 44% de los encuestados); este es un cambio considerable en comparacin a sondeos pasados.9 Sin embargo, la percepcin de tolerancia a la corrupcin podra estar exagerada. Una gran cantidad de estudios de vigilancia policiaca en Estados Unidos encontr que ciudadanos tienden a evaluar a la polica en base a justicia de procedimiento (procedural justice) y a la imparcialidad del sistema judicial en lugar de sus resultados (Tyler 1990). Por ejemplo, una investigacin en los Estados Unidos ha encontrado que los ciudadanos califican bien a aquellos policas quienes les hayan impuesto una multa de trnsito, siempre y cuando hayan sido tratados con dignidad y respeto (Correia, Reisig y Lovrich 1996). Claro, el mayor obstculo hacia la justicia de procedimiento en Mxico es la corrupcin.

Los ciudadanos quizs reconozcan tambin que la corrupcin es una causa potencial de inseguridad; y de hecho, la corrupcin le da a los ciudadanos una explicacin convincente del por qu la polica no es efectiva en combatir la delincuencia. Si un polica est dispuesto a aceptar un soborno para dejar pasar una violacin a las leyes de trnsito, qu le impedira aceptar un soborno de un delincuente o de un miembro del crimen organizado? Adems, el acto de pedir el pago de un soborno es una evidencia tanto directa como personal que indica un problema con la fuerza policial.10 Por otra parte, ser una vctima del delito o sentirse inseguro es slo parcialmente culpa de la polica; ya que, a fin de cuentas, la delincuencia es comn en todo el mundo an y cuando se cuente con la mejor instancia policial. Un enfoque en la justicia de procedimiento sugiere que el proceso podra tener ms peso que los resultados en explicar la falta de satisfaccin con la polica.

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MtodosEste estudio se basa en la base de datos de 14 grandes ciudades de la Sexta Encuesta Nacional sobre Inseguridad (ENSI-6/ URBANA) del Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad (ICESI). Esta encuesta del ICESI es un estudio de victimizacin del que se desprenden muestras representativas de catorce ciudades principales en Mxico, incluyendo el Distrito Federal, el rea urbana del Estado de Mxico, Guadalajara, Monterrey, Chihuahua, Acapulco, Toluca, Ciudad Jurez, Tijuana, Culiacn, Cuernavaca, Oaxaca, Cancn y Mexicali. Las instancias policiales mexicanas estn divididas de acuerdo a su jurisdiccin en fuerzas municipales, estatales y federales; y de manera funcional en polica preventiva, de trnsito y de investigacin o ministerial. La encuesta incluy una serie de preguntas para cada una de las diferentes instancias policiales en Mxico; y tomando en cuenta que la polica municipal preventiva debe ser ms cercana a la ciudadana, escog enfocarme en ella.11 La encuesta pregunta a los participantes si conocen a la polica preventiva a nivel local; si su respuesta es afirmativa, entonces se les hace una serie de preguntas que incluyen su satisfaccin con la polica preventiva y si alguno de sus agentes les solicit alguna vez un soborno.12 As pues, el anlisis excluye a aquellos individuos quienes, por cualquier razn, no estn familiarizado con la polica local. Esto incrementa la validez interna del estudio porque alguien no puede evaluar a la polica si no estn familiarizados con ella; de cualquier modo, esto lleva a reducciones de entre un 14.8% a un 47.9% en el tamao de la muestra. Consider la medicin de satisfaccin a travs de la pregunta que pide a los ciudadanos contestar si De acuerdo con el desempeo general de la polica preventiva local, est usted satisfecho o insatisfecho? Adems, consider una medicin de soborno con la pregunta que busca averiguar si Alguien de la polica preventiva local, le ha pedido un soborno por un servicio solicitado o una falta cometida?13 La frase le ha pedido que le pague un soborno es importante; est escrita de esa manera para reducir un posible sesgo negativo asociado con el estigma de pagar un soborno. Pars y Coleman (2006) sostienen que tal enfoque es preferible, a pesar del hecho que muchas veces los ciudadanos ofrecen dinero a la polica sin un pedido explcito de soborno. Tal y como se discuti anteriormente, el impacto de la delincuencia requiere una distincin entre percepcin e impacto objetivo y entre evaluaciones sociotrpicas y egocntricas. A los encuestados se les pregunt si creen que, vivir en esta ciudad es seguro o inseguro (como una medida de evaluacin sociotrpica perceptiva) y si, durante 2008, por causa de la delincuencia, su vida se vio afectada mucho, poco o nada (como una medida de evaluacin egocntrica perceptiva). Para medir la exposicin objetiva, la en-

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cuesta pregunt a los participantes si han sido vctimas del crimen.14 Con el fin de incluir una dimensin de tiempo a las evaluaciones de los encuestados, una variable adicional fue aadida, consistiendo en preguntar si los delitos en la ciudad aumentaron, disminuyeron o siguen igual. Varios controles adicionales estn incluidos en este anlisis: funcionarios pblicos constantemente culpan a los medios de comunicacin por su mala reputacin; por lo tanto, una variable est incluida para diferenciar entre consumidores mediticos bajos, moderados o altos. Investigaciones en Estados Unidos encontraron que los encuestados con mayores ingresos, de ms edad y con ms educacin opinan mejor de la polica que los dems encuestados; y por lo tanto, estas variables tambin estn incluidas (Sampson y Jeglum Bartusch 1998; Weitzer y Tuch 2005).15 Una variable tambin fue agregada, se refiere al apoyo a las operaciones del gobierno federal contra la delincuencia organizada. Dada la fuerte postura del gobierno federal en contra del crimen organizado, esta variable sirve como una representante de la ideologa de seguridad pblica y del apoyo a las estrategias de mano dura para combatir el crimen. Una variable de escala adicional fue aadida para representar confianza en otras instituciones. En teora, aquellos que confan en otras instituciones gubernamentales tambin son ms propensos a confiar en la

polica; pero esta variable tambin tiene una funcin metodolgica importante. Satisfaccin puede significar una cosa para un encuestado y otra enteramente diferente para otro; por lo tanto, tener un control para medir la confianza en otras instituciones tambin le permite a este anlisis controlar aquellas tendencias individuales de preferir ndices altos o bajos.

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Estadsticas descriptivas de esta encuestaComo todo pareca indicar, encontr que los ciudadanos, por lo general, no estn satisfechos con el desempeo de la polica. En promedio, 72.3% de los encuestados en las catorce ciudades de esta investigacin as lo manifestaron. La figura 3 presenta las evaluaciones ciudadanas de la polica local preventiva, las cuales registran el ms bajo nivel de insatisfaccin en la ciudad de Chihuahua, en el 62% de los encuestados, y el ms alto en Acapulco, con un 84.3%.

Figura 3: Porcentaje de encuestados insatisfechos con el desempeo de la polica local preventiva% Insatisfecho con el desempeo de la polica local preventivaChihuahua Guadalajara Culiacn Mexicali Monterrey Oaxaca Toluca Distrito Federal Cd. Jurez Cuernavaca Edomex urbano Cancn Tijuana Acapulco 62.0% 64.1% 65,1% 65.8% 67.9% 68,7% 73.0% 73.8% 74.9% 77.1% 77.1% 78,5% 79.8% 84.3%

*NOTA: Solamente se incluyen aquellos que tienen conocimiento de la existencia de la polica local preventiva, eliminando una porcin considerable del tamao de las muestras invitando posibles desviaciones. El tamao de muestra para cada ciudad va desde los 934 en Cancn a 1275 en Culiacn. El margen de error es normalmente del orden de 2.6 % . FUENTE: Clculos propios del autor con base en la ENSI-6/Urbana del ICESI

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Tal como aparece en la Tabla 1 del apndice; en los catorce sitios de investigacin, la polica local preventiva ha solicitado sobornos al 2.8% de la poblacin encuestada en la ciudad de Chihuahua y al 21.5% en Tijuana. Dichos clculos son un tanto conservadores porque un alto porcentaje de encuestados reportaron que no estn familiarizados con la polica; y es probable que aunque algunos s tuvieron experiencias con la corrupcin, no saban si se trataba de un polica preventivo o un elemento de alguna otra instancia policial. El porcentaje de encuestados que reportaron incidencias de corrupcin con la polica de trnsito es considerablemente mayor, y va de un 18.0% en Cuernavaca hasta un 32.5% en Guadalajara, lo que refleja que la fuente de sobornos ms comn proviene de las ocasiones cuando un polica de trnsito para a un conductor. Es por esta razn que las ciudades no son totalmente comparables. En el extremo ms bajo de la escala, la polica municipal de Chihuahua no est legalmente autorizada para detener a conductores por violaciones de trnsito, mientras que en Tijuana y Mexicali s cuentan con esta facultad (Sabet, publicacin por salir en 2012).

Como tambin est reflejado en la Tabla 1 del apndice, es ms comn encontrar victimizacin a causa del delito en algn momento en la vida de los encuestados. El porcentaje de encuestados quienes respondieron haber sido vctimas del crimen, van desde un 22.7% en Culiacn y en Monterrey y hasta un 40.9% en Mexicali.16

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ResultadosLa figura 4 presenta una relacin bivariable entre el haberles sido solicitado un soborno y la satisfaccin con la polica. Como se puede notar en la figura 4, en materia de evaluacin de la polica existe una diferencia considerable entre aquellos que han sido vctimas de corrupcin y aquellos que no. A travs de los sitios de investigacin, el 69.1% de aquellos a quienes no les ha sido solicitado un soborno se encuentran insatisfechos con la polica, comparado con el 90.8% de aquellos a quienes se les ha solicitado un soborno; una diferencia nada menos que del 21.7%. Esta brecha vara desde el porcentaje ms bajo de 11.5% en Chihuahua (donde hay menos incidencias de corrupcin reportada) hasta el ms alto de 33% en Mexicali. Como se muestra en la figura 5, las vctimas del delito tienden tambin a dar una calificacin ms baja a la polica en comparacin a la calificacin otorgada por las no-vctimas. No obstante, la diferencia no es tan sustancial. A travs de los sitios de investigacin, 69.4% de las no-vctimas del delito estn insatisfechas con la polica en comparacin al 77.8% registrado por las vctimas; una diferencia del 8.4%. Esta brecha vara desde el porcentaje ms bajo de 4.3% en Toluca hasta un 15.6% en Oaxaca.

Figura 4: Porcentaje de encuestados insatisfechos con el desempeo de la polica local preventiva entre las vctimas y no vctimas de la corrupcin.% Insatisfecho con el desempeo de la polica local preventivaChihuahua Mexicali Guadalajara Culiacn Oaxaca Monterrey Toluca Cd. Jurez Cuernavaca Distrito Federal Cancn Tijuana Edomex urbano Acapulco 70 94 77 89 76 90 74 93 81 96FUENTE: Clculos propios del autor con base en la ENSI-6/Urbana del ICESI

61 73 58 91 61 89 63 88 67 88 65 94 69 93 72 90 75 89

Soborno solicitado No S

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Figura 5: Porcentaje de encuestados insatisfechos con el desempeo de la polica local preventiva entre las vctimas y no vctimas del delito.% Insatisfecho con el desempeo de la polica local preventivaChihuahua Guadalajara Mexicali Culiacn Monterrey Oaxaca Toluca Distrito Federal Cd. Jurez Edomex urbano Cuernavaca Cancn Tijuana Acapulco 60 65 60 69 60 72 62 74 66 74 63 79 72 76 70 78 71 84 73 84 75 83 75 85 78 85 82 89FUENTE: Clculos propios del autor con base en la ENSI-6/Urbana del ICESI

Vctima de algn delito No vctima Vctima

Por supuesto, dichas diferencias observadas no toman en cuenta otros factores, y la tabla 2 del apndice presenta los resultados de un modelo de regresin logstica mltiple de datos de todas las catorce ciudades (estimacin conjunta o pooled, en ingls). Los resultados sugieren que detrs de la variable de control de confianza en instituciones, el solicitar un soborno es el factor individual ms importante que afecta las respuestas de los encuestados en materia de evaluacin de la polica. Se estima que un encuestado a quien se le ha sido solicitado ninguno; tiene una probabilidad del 90.9% de estar insatisfecho con la polica, contra una probabilidad del 73% para alguien a quien no se le ha solicitado un soborno; una diferencia del 17.9%. La tabla 3 del apndice repite el anlisis en cada una de las catorce ciudades. La relevancia estadstica y el valor relativo de la relacin entre el pedido de un soborno y la satisfaccin es consistente en todos los sitios de investigacin con excepcin de Chihuahua, la ciudad con el ndice de pedido de sobornos ms bajo y con el nivel de satisfaccin ms alto. Pero en algunas ciudades, la diferencia es bastante dramtica. En Mexicali, por ejemplo, la probabilidad de estar insatisfecho con la polica cambia de 65.9% a 94.7%, una diferencia de 28.8%. Quizs sea sorprendente, se encontr que el impacto del delito no tiene tanta importancia como factor de explicacin para evaluar a la polica. Tan pronto el error aleatorio es tomado en cuenta, las vcti-

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mas del delito en el modelo conjunto son igualmente propensas que las no-vctimas a sentirse insatisfechas con la polica; y solamente muestran diferencias significativas entre las no-vctimas en tres de los sitios de investigacin: Ciudad Jurez, Oaxaca y Mexicali. Aquellos que sienten que su ciudad es insegura (percepcin sociotrpica) tienen un 78.4% probabilidad de estar insatisfechos con la polica, en comparacin al 69.4% de probabilidades entre aquellos quienes sienten que su ciudad es segura; una diferencia del 9%. La diferencia observada, si bien no es dramtica, es estadsticamente relevante en once de las catorce ciudades y se estima que tiene el mayor impacto en Chihuahua y en Monterrey. Aquellos quienes sienten que personalmente han recibido un alto impacto por parte de la delincuencia(percepcin egocntrica) tienen un 81.6% de probabilidad de sentirse insatisfechos en comparacin al 72.1% de probabilidad entre aquellos quienes sienten que no han sido afectados; una diferencia del 9.5%, lo cual es relevante en ocho de los catorce sitios estudiados. La percepcin egocntrica del crimen produjo el mayor efecto estimado en el rea urbana del Estado de Mxico. Finalmente, aquellos que sienten que la delincuencia est empeorando son ligeramente ms pro-pensos a sentirse insatisfechos con la polica; una diferencia que se encontr solamente en dos de las ciudades.. Una de ellas incluye a la ciudad de Chihuahua, sugiriendo que el deterioro de la situacin en materia

de seguridad en dicha ciudad tradicionalmente segura, ha causado impacto en los niveles de satisfaccin con la polica local. En resumen, aunque los indicadores de resultados tienen un impacto estadsticamente relevante sobre la satisfaccin, el hallazgo no se muestra con fuerza en todos los sitios de investigacin; y el presente anlisis proporciona evidencia fuerte de que la corrupcin es un factor mucho ms contundente para explicar el bajo nivel de las evaluaciones ciudadanas acerca de las agencias encargadas del orden pblico.17 Aunque no es el enfoque de este estudio, las dems variables tambin produjeron hallazgos interesantes. Como era de esperarse, aquellos con mayor confianza en otras instituciones de gobierno y el sistema de justicia, son consistentemente ms propensos a evaluar a la polica de manera positiva. La confianza en las instituciones es de hecho el ms fuerte indicador de satisfaccin con la polica. Aquellos, relativamente pocos individuos quienes registraron un alto nivel de confianza en las instituciones del gobierno, solamente tienen un 28.8% de probabilidad de estar insatisfechos con la polica, pero en el extremo opuesto del espectro, aquellos sin confianza en las instituciones son propensos en un 86% a estar insatisfechos. En el modelo conjunto y en cinco de las ciudades estudiadas, aquellos que apoyan la campaa del gobierno federal contra el crimen organizado resultaron ms

propensos a evaluar bien a la polica. Este es el caso particular en el Estado de Mxico, Monterrey y Cuernavaca. Aunque la variable que mide la exposicin a los medios simplemente est dividida entre aquellos que presentan mucho, poco o ningn consumo de noticias, encontr que el consumo de noticias no guarda ninguna relacin con la evaluacin de la polica excepto en dos sitios de investigacin: Oaxaca y Cuernavaca. Aunque ciertamente no es definitivo, dicho hallazgo contradice la percepcin generalizada que existe en las instancias de la polica que culpa a los medios por crear la mala imagen de la polica. En cuatro de las ciudades y en el modelo conjunto, aquellos con ms educacin son ms propensos a estar insatisfechos con la polica; y en dos de las ciudades en el modelo conjunto, los encuestados ms jvenes son ms propensos a estar insatisfechos. Con algunas excepciones, ni el nivel de ingresos ni el gnero explican insatisfaccin. De hecho, en la mayora de los casos, factores demogrficos generalmente ofrecen poco poder explicativo: insatisfaccin con la polica en Mxico tpicamente coincide con niveles de educacin, ingresos y divisiones generacionales.

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Fortalezas y debilidadesSin duda, el mayor mrito del presente anlisis reside en su habilidad para poner a prueba las hiptesis en las catorce ciudades utilizando la ENSI-6/URBANA del ICESI, esto permite obtener una prueba ms slida de la que nicamente permitira una encuesta con tal cobertura. No obstante, el estudio no carece de limitaciones. Aunque este anlisis ha puesto a prueba una variedad de factores que hipotticamente tienen impacto en la confianza y satisfaccin en la polica, las estadsticas pseudo R2 (una medida de asociacin) que oscilan entre .166 y .296 (en una escala de 0-1) sugieren que mucha de la variacin en la satisfaccin con la polica permanece sin explicacin. Bajas medidas de asociacin son comunes en estudios que intentan explicar la confianza en las instituciones y de hecho, las medidas de asociacin en este caso son en realidad ms altas que en muchos estudios similares.18 Sin embargo, esto sugiere la existencia de otros factores que pueden ser incluidos en un estudio a futuro. Por ejemplo, Sampson y Jeglum Bartusch (1998) fueron capaces de explicar una mayor cantidad de variacin en confianza en la polica utilizando modelos jerrquicamente lineales para explorar el impacto tanto a nivel comunitario como a nivel individual en un estudio de 343 barrios en la ciudad de Chicago.19 Otros investigadores han profundizado en cuestiones de naturaleza de la interaccin con la polica (Tyler 2004). Por ejemplo, varios estudios limitan su muestra a aquellos quienes han tenido contacto con la polica y exploran las diferencias del contacto iniciado por la polica contra el contacto iniciado por el ciudadano (Hinds 2009). No obstante, en lugar de minar los resultados de este estudio, entiendo que otros anlisis ms acuciosos confirmaran la primaca de la corrupcin. Es importante tomar en cuenta que aunque este estudio analiz cuatro aspectos del delito, solamente consider una manifestacin de corrupcin.20 Otras medidas, tales como la percepcin de corrupcin y las percepciones de colusin con el crimen organizado tambin podran tomarse en cuenta. Dadas estas inquietudes, de algunas maneras sorprende que las experiencias con el pedido de soborno personal demuestren un efecto tan fuerte. Tambin es importante reconocer que las respuestas analizadas en la encuesta, estn limitadas a individuos que reportaron estar conscientes de la polica municipal, lo que excluye a un porcentaje de encuestados del 14.8% y 47.9% de las muestras a nivel de la ciudad. Esto incrementa la validez interna del estudio (las personas que no estn familiarizadas con la polica realmente no pueden evaluarla), pero efectivamente limita la generalizacin a la comunidad entera y posiblemente introduce desviaciones en la muestra. Con dichas limitaciones en mente, los resultados en los catorce modelos sugieren que el factor ms importante afectando la evaluacin ciudadana de la polica es la corrupcin; y que los pedidos de soborno son ms perjudiciales que la victimizacin del delito y la percepcin del delito.

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ConclusinLa enorme importancia de los nocivos efectos del soborno contradice la lgica convencional al proponer que los ciudadanos tolerarn a la corrupcin si sta produce resultados. Tal hallazgo contiene implicaciones de polticas muy importantes. Como se discuti anteriormente, la polica no puede ser efectiva sin la comprensin, la cooperacin y el apoyo por parte de los ciudadanos. Si la polica es vista con desconfianza y es poco estimada, entonces los ciudadanos sern menos inclinados a denunciar, acercarse a las autoridades con informacin y a apoyar a la polica tanto poltica como econmicamente. Sin embargo, la generacin de confianza en la polica ha resultado una tarea difcil para los directores y secretarios de seguridad pblica. Muchos han buscado lograr eso al incrementar la presencia policial y adoptar una postura ms dura contra el crimen; en otras palabras, al enfocarse en los resultados de la polica. Sin embargo, los ciudadanos probablemente se dan cuenta que tales medidas nunca sern efectivas con una fuerza policial corrupta. Da con da, aunque quizs el soborno sea menos daino que la colusin con el crimen organizado, ofrece a los ciudadanos evidencia directa que la polica est dispuesta a darle prioridad al dinero sobre la ley y que por lo tanto es lgico concluir que ese mismo dinero tambin podra asegurar impunidad para los delincuentes. Como era de esperarse, los resultados presentados en este estudio revelan una relacin muy diferente entre los ciudadanos y la polica en Mxico en comparacin a aquella mostrada por estudios previos realizados en Estados Unidos y en otros pases ms desarrollados. Sin embargo, la experiencia estadounidense quizs sea relevante para aquellos gobernantes diseadores de polticas en Mxico. Fogelson (1977) detalla el largo proceso de reforma a la polica en los Estados Unidos que comenz a finales del siglo XIX. La movilizacin de la sociedad civil, el voto para deshacerse de aquellos polticos que fallaron en mejorar la vigilancia policial y varias otras medidas de reforma no lograron dar fruto en los Estados Unidos hasta la aparicin de reformadores de la polica a mediados del siglo XX y de aquellos que ayudaron en la transicin de la polica de apndices polticos hasta convertirse en profesionales agencias de la ley y el orden pblico. An entonces la reputacin de la polica se mantuvo baja porque escndalos de corrupcin continuaron impactando la confianza de la ciudadana. Una de las lecciones importantes de la experiencia de los Estados Unidos es que la reforma no podra considerarse exitosa y la confianza ciudadana no se hubiera podido ganar hasta haber lidiado con la corrupcin. As como escribe Fogelson (1977), casi todos [lderes de polica] llegaron a la conclusin de que mientras algunos policas fueran incompetentes, corruptos y sin respeto a las leyes, el nivel de la polica de la ciudad permanecera bajo y que mientras dicho estatus se mantuviera bajo, resultara entonces muy difcil hacer su trabajo. (150). Esta conclusin parece aplicarse al Mxico de hoy. Aunque agencias de asuntos internos, responsables de investigar a la polica, operan en todas las ciudades de este estudio, en realidad coexisten, y muy raras veces dirigen su atencin a la corrupcin endmica y generalizada. A pesar de la ilegalidad de incurrir en sobornos, los policas raramente son sancionados o despedidos por tal comportamiento. An ms sorprendente, tal comportamiento es comnmente aceptado e incluso incentivado por la polica y los funcionarios pblicos. Aunque los reformadores de la polica en Mxico le otorgan prioridad a la reduccin del delito y en resolver la colusin de la polica con el crimen organizado, da con da se les proporciona a los ciudadanos evidencia que sugiere que en ese mbito poco progreso se ha logrado. Tal priorizacin quizs sea comprensible dado el ambiente de seguridad en Mxico. De cualquier modo, permitir que contine la tolerancia al soborno seguir dificultando el desarrollo de confianza en la polica que tanto se necesita para lograr una mayor efectividad.

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Notas1 Quisiera agradecer al Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad por su buena disposicin para facilitarme sus bases de datos y a Diana Murray Watts por su traduccin. 2 Existen, por supuesto, otros papeles importantes. La polica depende de su comunidad para hacer respetar las leyes y existe a la vez un rol importante que juegan los ciudadanos para hacer responsable (accountable) a la polica. 3 Llevada al extremo no deseado, la cooperacin podra llevar a realizar acciones de justicia por mano propia o a la creacin de grupos paramilitares que suplanten las fuerzas policacas y creen nuevos problemas de seguridad pblica. 4 La cifra negra en realidad es ms grande que 78% porque tambin incluye un 6% adicional de delitos que fue reportado pero que no result en la creacin de un archivo del caso. 5 Es bien sabido que Chile presenta un caso exitoso en materia de profesionalizacin de la polica. La cifra negra de Mxico, es decir, de los delitos que no se reportan, se asemeja a la cifra de Argentina; donde la polica genera un nivel de desconfianza similar y donde la prctica del soborno tambin es muy alto (Tudela y Lpez 2006). 6 En el contexto estadounidense, Sunshine y Tyler (2003) encontraron que actividades de cooperacin son ms propensas a surgir si la polica es vista como una entidad legtima. 7 Una simple correlacin bivariable entre el soborno y la confianza produce una correlacin r de Pearson con un coeficiente de .614 en una escala de 0 a 1. 8 La divisin egocntrica/sociotrpica es comnmente utilizada en evaluaciones econmicas. Ver por ejemplo (Anderson y Guillory 1997). 9 Esto represent un cambio gradual a travs del tiempo, desde la encuesta en junio de 2008 que encontr que slo el 33% tolerara el trfico de drogas; comparado con un 52% que favorecera la confrontacin. El estudio tuvo un margen de error de 2.8% 10 Es irnico, pero cuando los ciudadanos incurren en el pago de sobornos, es cierto que evaden una infraccin y podran salir mejor librados del incidente en un sentido utilitario: han evadido una multa ms grande y adems han ahorrado tiempo. No obstante, aunque salieron mejor librados, en realidad refuerzan una visin negativa de la polica. 11 Aunque no presento los resultados aqu, las conclusiones del estudio son las mismas cuando se aplican al caso de la polica de trnsito. 12 La pregunta sobre satisfaccin policial viene antes de la pregunta sobre sobornos, evitando la posibilidad que la respuesta sobre el soborno influya en la satisfaccin de la polica. 13 Informacin ms detallada sobre la funcionalidad de las variables est disponible en el Apndice. 14 Combin varias preguntas para determinar si fueron una vctima del crimen en el 2009, el 2008 o en aos previos. 15 Sampson y Jeglum Bartusch (1998), por ejemplo, encontraron que ms edad y mayor nivel socioeconmico corresponden a un mayor nivel de satisfaccin. Weitzer y Tuch (2005) encontraron que la educacin tiene un efecto positivo en su modelo y que el nivel de ingresos importa entre blancos y negros, pero de maneras opuestas. 16 La pregunta sobre pedido de un soborno no incluye la determinacin del tiempo, lo que probablemente agrega errores en la informacin. Con el fin de poder hacer comparaciones, combin varias preguntas sobre victimizacin para obtener una cifra de victimizacin que tampoco distinga entre victimizacin del delito reciente y pasado. En el anlisis de tiempos, la cifra de victimizacin slo cambia ligeramente si el encuestado recientemente ha sido vctima de un crimen. 17 Si estos resultados fueran combinados en una medida a escala, su impacto estimado supera en s a la importancia del soborno; no obstante, a nivel individual, su efecto es mucho menor. Una comparacin ms adecuada necesitara indicadores de corrupcin tanto egocntricos como sociotrpicos, perceptivos y temporales. 18 Por ejemplo, Price y Romantan (2004) y Cook y Gronke (2005) encontraron R2s que oscilan entre .15 y .32. 19 Vale la pena mencionar que en el caso de las catorce ciudades, estadsticas delictivas al nivel de la ciudad, tal como la tasa de homicidio, no parece tener ninguna relacin con la satisfaccin con la polica. 20 Se puede decir que mltiples indicadores del crimen amenazan con introducir problemas de multicolinealidad; sin embargo, diagnsticos de multicolinealidad sugieren que no existe amenaza de este problema.

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Apndice: Tablas y descripcin de variablesTabla 1: Vctima de la corrupcin y el crimen.Mxico D.F. Estado de Mxico (rea urbana) Guadalajara Monterrey Chihuahua Acapulco Toluca Cd. Jurez Tijuana Culiacn Cuernavaca Oaxaca Cancn Mexicali Soborno 8.6% 169 7.9% 148 7.2% 131 6.0% 108 2.8% 48 14.6% 238 10.3% 166 11.9% 187 21.5% 369 6.5% 111 7.7% 134 5.1% 96 9.8% 149 14.5% 256 VCTIMA DE LA CORRUPCIN DE LA POLICA PREVENTIVA No 51.9% 1020 44.2% 828 63.0% 1140 54.0% 972 64.9% 1101 58.2% 950 54.6% 881 62.2% 977 63.7% 1093 67.0% 1153 52.9% 916 56.6% 1076 51.4% 782 47.2% 832 Ausente o no sabe 39.5% 776 47.9% 896 29.7% 538 40.0% 721 32.3% 548 27.2% 444 35.1% 566 26.0% 408 14.8% 254 26.5% 456 39.3% 681 38.3% 728 38.8% 589 38.3% 675 Total 100.0% 1965 100.0% 1872 100.0% 1809 100.0% 1801 100.0% 1697 100.0% 1632 100.0% 1613 100.0% 1572 100.0% 1716 100.0% 1720 100.0% 1731 100.0% 1900 100.0% 1520 100.0% 1763 VCTIMA DEL DELITO S 40.7% 793 28.9% 535 36.6% 648 22.7% 400 34.7% 576 28.2% 451 29.2% 468 24.3% 379 33.5% 557 22.7% 384 24.2% 413 28.8% 538 29.4% 429 40.9% 714 No 59.3% 1157 71.1% 1319 63.4% 1124 77.3% 1361 65.3% 1086 71.8% 1151 70.8% 1134 75.7% 1178 66.5% 1108 77.3% 1311 75.8% 1294 71.2% 1329 70.6% 1029 59.1% 1033 Total 100.0% 1950 100.0% 1854 100.0% 1772 100.0% 1761 100.0% 1662 100.0% 1602 100.0% 1602 100.0% 1557 100.0% 1665 100.0% 1695 100.0% 1707 100.0% 1867 100.0% 1458 100.0% 1747

Nota: El estudio pregunta primero a los participantes si estn conscientes de la polica preventiva y entonces si les ha sido solicitado un soborno o mordida. Si las personas no estn familiarizadas con las diferentes areas de la polica, entonces el porcentaje de aquellos que pagaron una mordida o cohecho se incrementa. Las vctimas del delito son aquellas que reportan haber sido vctimas de cualquir delito en 2008, 2009 o en el pasado para la totalidad de la muestra. No distingue entre delitos de bajo y alto impacto. Fuente: Clculos propios del autor con base en la ENSI-6/Urbana del ICESI

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Tabla 2: Modelo conjunto de la satisfaccin de los participantes con la polica usando regresin logstica.ESTIMADORES ERROR ESTADAR 0.084 0.05 0.031 0.047 0.037 0.047 0.079 0.033 0.032 0.028 0.043 0.018 0.202 RAZN DE PROBABILIDAD 3.693 1.603 1.312 1.089 1.17 1.102 0.621 0.403 1.119 1.038 0.915 0.939 CAMBIO DE PROBABILIDAD PREDICHA 0.179 0.09 0.095 0.015 0.06 0.033 0.077 0.36 0.041 0.026 0.016 0.045

Soborno (0,1) Percepcin sociotrpica (0,1) Percepcin egocentric (0,1,2) Vctima (0,1) Deterioro del delito (0,1,2) Consumidor de medios(0,1,2) Apoya polticas (0,1) Confianza en las instituciones Educacin (1,2,3) Ingresos (1-5) Mujer (0,1) Edad (1-5) Constante Pseudo R2 Observaciones

1.306*** 0.472*** 0.271*** 0.085 0.157*** 0.097* -0.476*** -0.908*** 0.112*** 0.037 -0.088* -0.063*** 1.339*** 0.203 13,422

Nota: Vase el apndice para una explicacin de la operacionalizacin de las variables. La razn de probabilidad puede interpretarse como un encuestado a quien se le solicit un soborno tiene 3.693 ms chances (higher odds) de estar insatisfecho con la polica que alguien a quien no se le ha solicitado un soborno. Los cambios de probabilidad predicha estn basados en diferencias en la probabilidad de insatisfaccin entre aquellos a quienes se les ha solicitado un soborno y aquellos a quienes no. Solamente la confianza en instituciones es una variable de nivel de intervalo y, en este caso, el cambio es la diferencia entre las probabilidades predichas una desviacin estndar en ambos lados del promedio. El pseudo R2 es el R2 Nagelkerke. * p