Colli - Introduccion a Nietzsche

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  • 8/21/2019 Colli - Introduccion a Nietzsche

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    Introduccin a

    NIETZS HE

    Giorgio olli

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    Coleccin lternativas

    Director

    Gregario Kaminsky

    Serie

    Fundaciones

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    ntroduccin

    Nietzsche

    Traduccin:

    Romeo

    Medina

    Portada: Elsa Amado

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    Ttulo

    original

    en

    italiano:

    Scritti su

    Nietzche

    Adelphi Editare,

    1980

    Primera edicin en espaol, 1983

    Folios Ediciones,

    S. A.

    ISBN

    968-4

    78-039-7

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    Derechos reservados conforme a la ley

    Impreso y

    hecho

    en Mxico

    Printed and made in Mexico

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    ndice

    Premisa

    El nacimiento de la tragedia y las consideraciones

    inactuales, III

    El nacimiento de la tragedia

    Schopenhauer como educador

    Correspondencia Nietzsche-Wagner

    La filosofa en la

    poca

    trgica

    de

    los griegos y los

    escritos

    de 1870 a

    1873

    Sobre la

    utilidad

    y la desventaja de la ciencia

    histrica para la v:da

    Sobre el

    porvenir

    de

    nuestras

    escuelas

    Richard Wagner en

    Bayreuth

    Humano

    demasiado

    humano

    I

    Humano demasiado humano II

    Aurora I

    Aurora II

    La gaya ciencia, I

    La gaya ciencia, II

    As habl Zaratustra I

    As habl Zaratustra II

    Ms all del bien y del mal y La genealoga de la

    moral

    Ms all

    del bien

    y

    del

    mal

    Los fragmentos

    pstumos

    de 1884

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    Los fragmentos pstumos del otoo de 1884

    al otoo de 1885

    Los fragmentos

    pstumos del otoo de

    1885

    al otoo de 1887

    Los fragmentos pstumos del

    otoo-invierno

    de

    1887-1888

    Los

    fragmentos

    pstumos

    desde

    comienzos

    de

    1888

    a enero

    de 1889

    Ditiran1bos de Dionisos

    La obra y los escritos pstumos de 1888

    El

    Anticristo

    Referencias bibliogrficas

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    remisa

    , ~ u e

    los filsofos carecemos

    de las ventajas y los perjuicios de la

    referencia popular

    es

    una verdad observada hace mucho tiem

    f O,

    de

    la que

    no

    es

    tampoco difcil

    seala1 las razones. El propio

    instrumento expresivo del

    filsofo,

    el

    pensarniento abstracto,

    es

    l1ostil a

    la mayora. Esta falta de popularidad,

    si

    bien puede

    ser

    (lesagradable

    para

    el

    filsofo,

    es compensada sin

    embargo

    por el

    ;1islamiento con que se lo beneficia. En vida y

    despus,

    el filosfo

    es

    preservado

    de

    una participacin colectiva

    y no se

    lo implica

    en pasiones que

    no son

    las suyas.

    Pero

    a veces el pe11samiento

    obra

    sc)bre la vida, y a

    Nietzsche

    Je toc

    esa sue1te.

    Esto ocurri no en

    el

    sentido

    ms

    frecuente:

    que

    el

    pensamiento abstracto de un filsofo intervenga media

    tamente

    para modificar

    Ja

    vida

    de

    los

    hombres como

    ha

    ocurrido

    a v e c E ~ s en la historia.

    En

    el caso de Nietzsche, por el contrario,

    el pensamiento llega al

    tejido

    inmediato de la vida y se

    mezcla

    con

    ella,

    suscitando en l(JS hombres reacciones instantneas

    y

    encendiendo en cada

    cual

    las

    pasiones

    qL1e la

    sensibilidad

    de

    cada uno percibe como afines.

    Cualquiera que

    haya ledo

    alguna pgina de Nietzsche

    ha

    sentido sL1 escndalo en profundidad, se ha

    sentido

    provocado a

    dar su

    propio

    asentirniento

    ac:erca d E ~

    u11a cuestin acuciante.

    Algunos no

    perdc)na11

    q L t ~

    los

    invadan, otros

    se

    deshacen de Ja

    impresin,

    ot,ros re;1r:cionan con

    participacin apasionada.

    As,

    c ~ o n slo es(:L1cl1a1 el 11ombrE de Nietzsche,

    son pocos

    aquellos

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    que,

    si

    no

    les

    falta culttlra

    y sensibilidad, ,no

    perci?en un

    '?? '.i

    miento

    instintivo

    del

    nimo,

    variable

    segun

    el

    caracter,

    d1f1c1l-

    mente

    definible

    y

    por cierto

    no

    entregado

    a esquemas

    concep

    tuales.

    Nietzsche se revela

    as

    como

    un

    tipo

    paradjico

    de

    pensador, para quien

    se

    derrumban

    los

    lmites entre

    los gneros

    expresivos y

    cuya impronta

    se

    percibe antes er1

    el

    nimo que en

    ,

    la

    razon.

    Esta

    condicin excepcional ha dado

    a Nietzsche,

    en

    el pen-

    samiento

    del

    ltimo

    siglo,

    un puesto que podra

    calificarse,

    por

    sus implicaciones,

    como nico

    e

    incomparable. Pero de

    esa

    condicin derivan consecuencias. Es cierto que la msica

    de

    Beethover1 r)uede

    encender, por

    corto tiempo, un

    noble

    fuego

    en

    el

    alma de un violento

    o

    de un arrebatado.

    Si esa msica

    pudiera traducirse en

    palabras,

    quin

    puede

    afirmar que en

    esas palabras

    no

    se

    encontrara justificacin para

    violencias y

    arrebatos? Prohibiramos por

    ello la

    msica de Beethoven, que

    precisamente porque

    es universal llega a

    muchas

    almas que

    no

    es posible calificar

    de nobles?

    Sin

    embargo,

    a Nietzsche le

    ha

    tocado en suerte tambin esto: una

    reputacin debida

    a las

    alucinaciones

    de

    almas bajas y

    patolgicamente

    desviadas. Bajo

    el

    resplandor de

    frases

    cuyo

    contenido

    se les escapaba, bajo la

    exaltacin momentnea que, sedimentndose en

    los pensamien

    tos

    cotidianos

    extenuados

    o ciegos,

    trataba

    de

    justificar un

    verdadero

    vnculo

    con

    el

    estmulo

    del que

    haban

    surgido,

    tales

    individuos

    edificaron

    interpretaciones desatinadas.

    Nietzsche

    se

    convierte en fantasma,

    y

    contra un fantasma

    se dirigen des

    pus e

    inclusive

    hoy

    las execraciones de aquellos que han

    reemplazado

    a los

    fanticos exaltados.

    En

    realidad,

    Nietzsche no tiene ninguna

    necesidad

    de

    ser

    interpretado

    de

    ningn

    modo,

    es decir,

    de

    ser

    determinado

    con

    ceptualmente

    segn

    una

    u

    otra

    direccin, precisamente

    porqt1e

    su accin sobre

    la vida individual es

    directa.

    Es

    suficiente con

    acogerlo,

    no

    segn

    fragmentos

    ocasionales o sugestivos

    una

    i

    otra manera,

    sino

    en su totalidad

    y

    unidad. Este camino

    mas

    laborioso habr

    de privarlo de

    una

    falsa

    popularidad. En

    com

    pensacin,

    su

    accin aquella que

    l

    quera

    se

    manifestar

    por primera

    vez, y

    nadie

    puede

    decir

    si esa

    accin

    ser saludable

    o nociva.

    En

    verdad la

    persona

    Nietzsche

    ha

    existido

    y

    una fortuna

    accidental ha

    preservado la totalidad, puede decirse,

    de

    sus ex

    presiones escritas. Tales

    expresiones tienen

    la apariencia

    de

    un

    conjunto

    multicolor, pero poseen

    una

    sustancia unitaria

    y

    com-

    10

    1

    ;tcta,

    ya

    que se

    puede

    admitir que son

    su verdadera manifesta

    < in en la existencia, equivalentes a la

    unidad indudable de

    su

    f t ~ r s o n a . Para en efecto,

    vivir signific escribir, y escribir

    fue

    :;olamente

    decir con

    sinceridad, reflejar casi,

    como en un

    espejo,

    los

    saltos de su fantasa

    y el

    trabajo de

    su

    pensamiento. Por otra

    [)arte, se lo

    puede escuchar

    o leer de

    dos

    maneras: o bien

    como

    lo

    que

    dice

    un hombre,

    a travs

    de

    su desarrollo, y

    as

    se

    lo

    en

    tender cada

    vez

    como

    algo

    completo

    y

    concluso

    con

    lo

    cual

    se ignorar el futu10

    y, en

    cuanto

    al

    pasado,

    se lo

    cancelar en

    s\ ~ e ~ s p e c t i v a absoluta

    y se lo

    considerar en

    su

    perspectiva

    h1stor1ca

    con

    el

    resultado de que cada cual

    ser libre

    en

    toda

    ocasin,

    de

    tomarlo

    o dejarlo,

    de entusiasmarse

    o

    detestar

    o

    bien

    se

    contempla

    la individualidad

    en

    cuestin

    como una

    telequia , para

    la

    cual

    el

    tiempo

    no

    es

    ms que

    la

    condicin de

    su manifestarse. El

    estudio

    de esa

    idea

    para Platn las almas

    son

    similares a

    _las

    ideas ,

    cuya compacidad

    es

    primordial,

    se

    desgrana a traves

    de

    la recoi1struccin

    de

    una

    totalidad

    presu

    puesta, en

    la cual las

    expresiones delimitadas tienen

    el valor

    ct.e fragmentos meldicos

    y

    armoniosos de una msica descono

    c1d::t

    Es

    oportuno escuchar

    a

    Nietzsche de esta manera.

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    El nacimientai de la

    tragedia

    y

    las

    Consideraciones inactuales, I-III

    Cien aos han pasado desde la publicacin de l nacimiento de

    l tragedia y sin

    embargo

    su tema de investigacin con un enfo

    que

    histrico-crtico, sigue siendo

    altamente

    misterioso. Los

    eruditos

    sobre

    la

    Grecia antigua

    han

    guardado

    silencio

    por

    con

    siderarla no cientfica, sobre la concepcin de Nietzsche, pero

    qu han aportado ellos

    para

    establecer una verdad histrica? Los

    datos

    de la trad.icin siguen siendo los mismos, escasos y ambi-

    guos. Ante

    todo

    las informaciones

    de

    la

    Potica de

    Aristteles

    acerca de la derivacin de la tragedia a pa.rtir de los corifeos del

    ditirambo

    y

    del elemento

    satrico. Lo nico

    seguro es la cone

    xin,

    en el origen con el ditirambo, y de la figura del stiro con

    el

    culto

    a Dionisos. El resto es controvertible y no aclaratorio,

    desde la

    significacin de

    tragedia

    como canto de

    los

    cabros ,

    a las

    informaciones acerca

    de la introduccin

    del

    ditirambo en

    Corinto

    por

    obra de

    Arin,

    en poca del tirano

    Periandro, de

    la

    transferencia

    al culto

    de

    Dio11isos de los

    coros

    trgicos

    que

    conmemoraba11 el

    sufrimiento del hroe Adrasto,

    por obra

    del

    tirano

    Clstenes a comienzos del siglo

    rr

    Pero el

    elemento de

    mayor

    incertidumbre en

    relacin

    con

    el origen de la tragedia es

    el contraste

    entre

    la

    indiscutible relacin con

    el culto a Dionisos

    y

    el contenido

    de

    las tragedias que

    han

    llegado hasta nosotros,

    las cuales slo

    ocasionalmente

    hacen referencia a Dionisos y su

    culto, y que, en la

    sustancia

    y tratamiento de los

    mitos

    de h-

    roes y dioses griegos pertenecen a la misma esfera que la pica.

    13

    1

    i

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    Ya los antiguos se asombraban ante este

    hecho.

    Para explicar la

    polaridad, Nietzsche propuso

    considerar

    el

    mito como

    un sueo

    apolneo del

    coro, que se

    sustrae

    as a

    la pasin dionisaca.

    Es

    cierto

    que

    de ese

    modo

    los

    datos de

    la tradicin son integrados

    mediante una intuicin esttico-psicolgica pero se puede de

    cir que las otras interpretaciones de los ltimos cien aos

    hayan

    sido

    ms cientficas ? Estas interpretaciones,

    o bien han

    acen

    tuado algunos elementos de la

    tradicin

    ignorando

    a los

    dems,

    o bien han interpolado perspectivas posteriores, en particular

    la

    etnolgica, tratando de encontrar una explicacin unitaria.

    Se ha

    puesto

    en evidencia

    por

    ejemplo, el aspecto ritual, y se

    ha establecido un paralelo con los dromema de los misterios

    eleusinos probablemente en una direccin correcta, pero con la

    sinrazn de querer explicar

    algo

    desconocido mediante

    otra cosa

    ms desconocida

    an.

    Otras interpretaciones, con mayor su

    perficialidad,

    han

    hablado de ritos

    celebrados

    encima

    de

    las tum

    bas de los hroes, de rituales dramticos que procuraban asegu

    rar mgicamente la regeneracin primaveral de la vegetacin y la

    fecundidad animal, e inclusive de

    una

    estrecha relacin entre el

    culto a Dionisos y el culto a Osiris insistiendo en la presencia de

    una muerte

    ritual

    en

    la tragedia. .

    l nacimiento de

    l

    tr gedi no es empero,

    una interpreta-

    cin 11istrica. Inclusive

    cuando

    parece desarrollarse

    como

    tal,

    se transforma en interpretacin de todo lo griego y, como si

    no

    le bastara tampoco esa perspectiva fluctuante, desemboca direc

    tamente en una visin filosfica

    total.

    Por qu entor1ces la

    adopcin

    de una mscara

    falsamer1te modesta? E sentido

    tc

    nico,

    l nacimiento de l tr gedi es

    la obra ms mstica de

    Nietzsche

    en

    la

    medida en que

    requiere una iniciacin. Nos

    referimos a los grados que es necesario alcanzar o sobrepasar

    para

    poder entrar

    al

    mundo

    visionario

    de

    la obra.

    Iniciacin

    literaria entindase, donde el ritual del misterio es sl1stituido

    por la palabra impresa. De este modo, l

    nacimiento

    de l

    tr -

    gedi

    es

    tambin

    la obra ms

    difcil

    de Nietzsche,

    porque

    por

    otra

    parte

    el mistagogo adopta el lenguaje de la razn y con l

    ingresa en un mundo que se dispone a explicar

    cumplida

    y

    extensamente. El propio

    estilo

    denuncia la divergencia: en l

    nacimiento de

    l

    tr gedi

    Nietzsche

    habla el idioma

    de

    los

    cl

    sicos

    alemanes

    no

    ha

    alcanzado todava su expresin propia,

    nueva, nica, la

    que se destina a

    un contexto

    mstico. La

    auto

    noma,

    en

    efecto, la perfeccin de una forma estilstica no

    contribuye a manifestar

    lo

    inexpresable. Ms tarde, distancin-

    14

    15

  • 8/21/2019 Colli - Introduccion a Nietzsche

    10/75

    literario:

    un

    misticismo

    autntico,

    vivido,

    interviene en este

    contexto

    y

    rompe

    la

    restriccin

    del .discurso

    h i s t _ ~ i c o .

    El

    ritual

    de

    esta experiencia

    directa, no

    mediata,

    es la musica, y es

    e s ~ e

    carcter

    el que

    da

    al

    contenido de

    F l

    n ~ c i m i e n t o .

    de l

    . t r a ~ e d i a

    -,que

    se

    convierte en relato de epifania un

    dios,

    D i o n i s _ o ~

    el valor

    de una

    visin

    primordial,

    desprendida

    de

    sus condicio-

    nes literarias, casi

    antittica

    de

    stas. Las .

    g i n a ~ s o b r ~

    el

    tercer acto

    de Tristn e solda,

    acerca de

    la

    d1sonanc1a musical,

    son reveladoras de dicha inmediatez.

    La disonancia en_

    el_ cora-

    zn del

    mundo,

    vivida,

    e s c u c h a ~ a

    como un

    s a ~ u d 1 m i ~ ? t ~ ;

    como

    un

    escalofro

    radical,

    una

    ebriedad exaltante:

    esta

    es su

    experiencia. En

    tanto Schopenhauer y intuicin

    del

    p ~ t h o s

    que

    se

    encuentra

    en la base

    de

    la tragedia,_ c o _ ~ o dolor

    p r i ~ o r -

    dial

    como

    Urschmertz

    del que

    el

    coro dionisiaco anhela

    libe-

    r a r s ~ en

    la ilusin

    del sueo dramtico,

    se alejan

    de

    la vida, al

    pathos

    literario de Nietzsche, no literario,

    los t e s ~ i m o n ~ a o ~ r o

    fondo de

    la vida, el

    verdadero

    Dionisos, el dios

    a f i r m ~ t 1 v o

    que es

    una

    Urlust,

    una

    alegra

    primordial. ~ o n f l u e n c i a

    un

    misticismo literario

    con

    otro solamente

    vivido y

    como

    si

    fueran homogneos, hace intervenir por otro lado u ~ a

    d e s ~ r m o -

    na en

    la

    estructura de l nacimiento

    de

    l

    tragedia: la

    intro

    duccin de

    Wagner

    en posicin prominente, de a . l g u n a ~

    tesis

    apreciadas

    por

    Wagner y

    de

    algunos

    otros elementos c o n ~ i n g e i ; -

    tes de

    la

    realidad alemana de entonces,

    es

    su consecuencia

    mas

    chocante.

    Aqu, como

    posteriormente en otras

    formas, Nietz-

    sche

    ha

    credo posible

    acoplar

    vida y

    escritura, pero en esta

    vinculacin demasiado estrec ha peca de ingenuidad.

    La loca

    vida

    interior

    de

    Nietzsche en estos

    aos,

    cuya

    reper-

    cusin literaria

    es

    l nacimiento de l tragedia,

    es

    oprimida

    dolorosamente

    por

    la

    realidad de

    la

    poca. Nuestro autor

    se

    siente

    un

    exiliado y

    llama

    inactualidad

    a ese

    sentimiento.

    Pero

    el

    mstico

    cree ser, y

    quiere

    ser

    tambin, un hombre de

    accin.

    Aquel que ha alcanzado

    su

    riqueza en

    regiones

    tan

    remotas

    se

    convierte

    en

    fuerza de ruptura

    en el

    presente: esto

    tengo

    que poder concedrmelo

    inclusive

    por razones

    p r o f e ~ i o -

    nales como filsofo clsico: no

    sabra,

    en efecto, que sentido

    tendra en nuestro tiempo

    la filologa clsica sino el

    de obrar

    en l

    de

    manera inactual, es decir,

    contra

    el tiempo, y de ese

    modo sobre

    el

    tiempo y, esperemos, en

    favor

    de un tiempo

    ve-

    11idero .

    Nacen as

    las

    Consideraciones

    inactl1ales

    como

    obras

    de

    transicin

    y de forma(;in. Aqu la falta.

    de un

    estil

  • 8/21/2019 Colli - Introduccion a Nietzsche

    11/75

    cidad de

    sentir,

    mientras

    ella du1e

    de

    manera

    no histrica''.

    Esta perspectiva terica

    fundamental

    pertenece de modo

    origi-

    nal a Nietzs che y su

    alcance

    se

    extiende

    ms all

    de la

    temtica

    de la segunda ' 'Inactual' '. No

    es

    en

    efecto,

    solamente

    el

    saber

    histrico

    el

    que est implicado en

    esta condena:

    toda

    la ciencia

    la

    filosofa,

    quizs el arte

    mismo

    si es que

    puede

    decirse que el

    arte

    es

    conocimiento,

    se

    fundan en

    la

    memoria

    del

    pasado,

    se

    diferencian

    de

    la

    inmediatez de

    la vida.

    Por otra parte,

    el nivel

    especulativo

    de esta ' 'Inactual' '

    se

    adeca

    a

    su

    adversario

    que

    en esta

    ocasin

    no

    es

    un

    filisteo

    sorprendido

    sino

    toda la

    enor-

    me

    tendencia

    del mundo moderno hacia

    el

    saber histrico. Aqu

    la excelencia

    del

    polemista

    puede desplegarse la

    ' 'inactual' '

    le

    deja

    espacio

    para contraponer

    sus

    mundos

    1emotos

    soados

    msticamente.

    ' 'Como

    si la

    tarea

    de

    cada poca

    fuese

    tambin

    hacer

    justicia

    a todo

    aquello

    que

    una

    vez

    fue

    Como juez de-

    beras estar

    a

    mayor altura

    que el que es

    juzgado;

    pero sola-

    mente

    es

    que

    has llegado

    ms

    tarde.

    Los

    huspedes que

    llegan

    ltimos

    a la

    mesa deben sentarse

    er

    los

    ltimos puestos; y

    ustedes quieren

    ser los primeros?''

    chopenhauer como

    educador

    desarrolla la

    lucha de este

    perodo

    desde

    otra

    perspectiva: la

    veneracin.

    El

    plano

    elevado

    del tratamiento

    es

    as

    planteado desde el

    principio,

    y

    por

    lo

    dems

    Nietzsche

    consider

    inclusive despus

    con

    benevolencia

    casi

    con predileccin,

    esta

    obra suya.

    Schopenhauer

    es

    adop

    tado

    como

    modelo

    de

    la

    cultura verdadera

    en oposicin

    a la

    falsa no slo de los

    doctos

    y de los filisteos

    sorprendidos,

    sino

    ampliamente de la ciencia en general.

    En

    lo especulativo el

    tono

    es ms

    modesto que en

    la

    ' 'Inactual' ' anterior, ya que de

    Schopenauer no

    se

    discuten

    los

    temas tericos

    sino

    que

    se pre-

    senta

    la

    integridad de

    la

    persona,

    la

    naturaleza propiamente

    inactual en lucha

    contra

    su poca de simplicidad

    y

    franqueza,

    de veracidad. Inclusive el

    distanciamiento

    de Schopenhauer

    con

    respecto

    a la

    poltica

    es sealado

    como actitud

    ejernplar:

    Nietzsche

    desarrolla

    una contraposicin

    entre

    estado

    y

    cultura,

    en la cual

    se advierte un

    eco

    burckhardtiano.

    Por su naturaleza

    el estado es antittico de la filosofa y por

    su

    parte la

    filosofa

    es

    antittica

    del

    estado. Para este

    ltimo el

    verdadero

    filsofo es

    un

    peligro

    mortal: ' 'el amor

    a la

    verdad

    es algo

    terrible

    y vio-

    lento''.

    De

    esta manera

    el

    desafo

    de

    Nietzsche contra

    su

    poca

    es

    completo:

    el

    estado quiere subyugar

    a la

    cultura, convertirla

    en su instrumento,

    hacerse

    exaltar y

    glorificar

    por

    ella

    como

    valor

    supremo. ''Quienes piensen

    que

    una innovacin polti-

    18

    basta p ~ r a que

    los

    hombres

    sean

    de una

    vez

    para

    siempre habi-

    ~ n t e s

    satisfechos

    de

    la tierra

    mereceran

    ser profesores de

    f1losof1a

    en

    una

    universidad

    alemana.

    19

  • 8/21/2019 Colli - Introduccion a Nietzsche

    12/75

    l

    nacimiento

    de

    la

    tr gedi

    Si

    excluimos

    los escritos filolgicos,

    ste

    es el 1Jnico lib10,

    de todos

    los

    publicados por

    Nietzsche,

    dedicado

    a los griegos.

    En

    l

    enciende con

    frases

    decimonnicas

    a veces

    medrosas

    y

    disimuladas, a veces

    demasiado explcitas, juvenilmente

    vilJran

    tes--

    su pequea hoguera,

    cuyo

    fuego languideci

    durante un

    siglo.

    Todava

    no

    se

    ha

    extinguido,

    sin

    embargo,

    y en

    el hori

    zonte

    se

    avizoran

    presagios, signos

    de

    que

    podra

    estallar

    un

    prximo

    incendio.

    Hace

    cinco,

    seis siglos, que, un

    nuevo modo

    de mirar

    el

    pasado transfigur

    el

    presente. Este

    podr

    ser

    el

    incendio,

    y los presagios

    son

    ciertas

    mutaciones,

    casi impercep

    tibles,

    en

    las aficiones

    de

    aquellos

    que estudian

    profesional

    mente

    la

    antigedad, que son hombres

    de

    aficiones

    inmutables.

    Los fillogos

    comienzan

    ahora

    a

    reparar en que hace

    un

    siglo

    se escribi

    l nacimiento de l tragedia.

    Ningn

    otro libro de

    Nietzscl1e

    tiene tras de s una

    preparaci< >n

    ta11

    larga y laboriosa.

    Durante diez aos el

    joven estudioso

    vive

    entre

    sus lir)ros; sus

    palabras

    no anuncian ninguna amenaza para

    la ciencia.

    Acepta

    la

    tradicin

    de

    la

    filologa,

    incita

    a sus amigos a

    reprimir ltt

    fantasa,

    a respetar

    el mtodo,

    a

    controlar

    las hiptesis. Y des

    pus llega

    este libro donde

    se

    contradice todo, donde nadie

    reconoce

    al

    autor. En

    la universidad

    alemana

    se advierte la im

    prevista

    ruptura de su propia

    visin

    del

    mundo,

    que nadie

    hu

    biera esperado de

    alguien

    que haba

    est,udiado en

    Pfortzheim,

    Bonn

    y Leipzig.

    20

    1

    1

    Todo esto no resulta evidente en

    la

    actualidad, porque

    des

    pus

    el

    autor

    del

    libro no

    escribi

    otros

    que suscitaran

    incendios

    ms

    llamativos,

    atizados por problemas del presente. Pero ya

    haba roto

    el

    dique,

    y

    hoy

    se espera

    que

    la

    marejada

    se

    lance

    de

    lleno a travs de

    aqul

    y provoque la

    inundacin. En

    el Nietz

    sche maduro el estilo

    precede

    a los

    contenidos,

    los anuncia so

    noramente antes

    de

    que

    se manifiesten;

    en l nacimiento de l

    tragedia, en cambio,

    el estilo

    amordaza contenidos demasiado

    violentos,

    casi los

    diluye,

    les

    atena

    el fragor

    de

    su revelacin.

    Se los

    deja en capullo,

    y sin embargo

    en su

    floracin plida,

    humilde, hay

    esc11dalo.

    Porque

    todos

    advierten,

    al menos,

    que

    la ciencia oficial

    est en

    peligro,

    que

    aqullas

    son

    maneras ilci

    tas,

    contra

    la crianza,

    de tratar

    la

    antigedad.

    La

    antigedad

    de

    ba

    seguir

    siendo

    algo

    anticuado,

    inofensivo,

    eventualmente

    edificante

    o ilustrativo o

    retrico

    o disecado.

    Cmo poda

    permitirse que

    se convirtiese

    en

    algo

    embarazoso,

    viviente, que

    no

    se

    puede historicizar ,

    es decir, esterilizar?

    Pero El nacimiento de l tragedia

    se dirige

    tambin

    a aque

    llos

    que no

    se

    interesan en absoluto por

    la

    antigedad. En

    l se

    sealan,

    en

    una

    poca encadenada en

    tant,os aspectos, los ins

    trumentos

    de liberacin,

    entre

    los cuales

    no

    falta el presenti-.

    miento instintivo

    de

    que la

    llamada liberacin de

    las cadenas

    no

    consiste

    ms qt1e en nuevas cadenas. Esos instrumentos

    no

    son

    proyecciones de

    espejismos

    futuros, son

    la

    ebriedad

    y el

    sueo,

    compaeros

    enviados al hombre

    por

    la

    naturaleza,

    la primavera

    ,

    y la

    noche.

    Este es el

    murmullo

    del libro, que se insina humil-

    demente en

    los

    espritus

    ms

    entorpecidos

    y

    postrados

    y pro

    duce u11

    escalofro

    en

    los esperanzados.

    Existe entonces

    la salva

    ci()n, ento11ces el

    mundo

    que nos

    rodea,

    con su cielo

    plomizo

    y

    sus

    horas

    denigrar1tes, es

    solamente

    un ncubo

    y la

    verdadera

    vid

  • 8/21/2019 Colli - Introduccion a Nietzsche

    13/75

    No es mscara ni descarro de anticuario,

    en

    cambio, la alu

    sin a los

    dioses

    griegos.

    Por

    el

    contrario,

    es all

    donde se

    revela

    el fuego lento del libro. La ebriedad de Dionisos y el sueo de

    Apolo: la mirada adivinatoria de

    Nietzsche

    se manifiesta en esta

    eleccin

    doble, mgica. La naturaleza humana

    dispone

    de

    dos

    instrumentos para su

    liberacin,

    el

    mito

    griego tiene dos dioses.

    El

    acoplamiento

    de

    estos

    dioses

    hace que

    se

    dispare

    el relmpa-

    go de una intuicin,

    que

    se sacuda una fantasa que es apenas

    mediocre

    y

    que ahora comienza a hacer reflexionar

    inclusive

    a

    los eruditos. En

    realidad, aquellos

    dioses no disponen slo de

    la eb1iedad y el sueo

    como instrumentos

    de

    liberacin.

    Ante

    todo,

    y en

    comn,

    poseen al hombre con su

    locura.

    Los jvenes tienen hoy la posibilidad de

    partir

    de l naci-

    miento

    de

    l

    tragedia

    de

    asimilarlo

    con espritu

    virginal. Mu

    chos

    obstculos que se oponan a un

    acercarniento

    no

    previsto

    han sido eliminados. Inclusive

    la mayor disponibilidad

    para

    las

    emociones es un elemento

    favorable.

    E importa mL1cho

    que

    esto

    pueda ser un punto de partida. La propia naturaleza compues-

    ta de la obra no

    constituye

    ahora un gran i1npedimento. Aquello

    que era contingente, caduco, decimonnico,

    l1a

    sido suprimido

    sin que

    hubiera

    que

    empearse en

    un adiestiamie11to crtico--

    por el

    desinters

    espontneo hacia problemas ext1aos. Lo ms

    fuerte es el impacto de la novedad, el desgar1n del anzuelo que

    nos saca

    fuera de

    lo cotidiano.

    Estamos rodeados de espectculos; todo hoy es espectculo,

    y no slo el teatro, el cine y la televisin. Hasta los hombres

    de

    accin miran hoy ms de lo que obran. Por eso se queda uno

    aterrorizado cuando alguien llega para

    explicarnos

    en

    qu

    con-

    sisti la

    tragedia griega.

    Con una pincelada

    se nos advierte que

    aquello no era

    solamente

    un

    mirar,

    que

    aquel

    espectculo

    era

    la esencia

    del

    mundo, que

    inficionaba

    y

    exceda

    los

    objetos

    que

    creemos reales.

    Nietzsche nos ha revelado que lo que el espectador ateniense

    ve en la tragedia muy

    ntido

    y corpreo bajo

    l sol

    griego no

    es

    espectculo

    ms que

    para

    el coro, una visin

    que aparece

    al

    coro. Por

    consiguiente,

    el

    que acta

    el

    actor

    sobre el escena-

    r i ~ no

    existe,

    es solamente un espectculo en lo absoluto,

    mientras

    que

    el

    coro,

    que acta y contempla al mismo

    tiempo,

    es espectculo

    para

    el espectador. Este ltimo n1ira una

    accin

    que es

    ya espectculo

    para el

    que acta,

    no es espectador di1ec

    to sino que por

    la

    magia de Apolo \ e a alguie11 qL1e contem-

    pla un espectculo y se

    lo

    na1ra, se lo

    hace ve1

    De

    esta

    rr1ane1a

    22

    \

    i

    la

    accin

    es sueo, y el espectculo es

    la

    accin inicial que se

    extiende

    del escenario a la orquesta

    y

    a la cavea, llenando de

    ilusin total al ltimo que se ha unido desde el exterior:

    al

    es

    pectador

    que

    est en

    la

    cavea.

    . La separacin con respecto a la vida es hasta tal punto ini

    cial qi: se confunde

    con la

    vida

    misma.

    Por consiguiente,

    la

    sensac1on ~ o d e r n a

    esto

    es

    slo

    un espectculo es inversa

    de 12 emoc1on de

    la

    tragedia griega de

    la

    que

    Nietzsche

    nos ha

    hecho penetrar , que haca

    decir

    sta

    es solamente la

    realidad

    cotidiana . El hombre

    de

    hoy va al teatro a relaja.rse, a descar-

    ~ r s e

    del P;,so

    de

    t?dos los das, porque

    necesita algo

    que sea

    solamente espectaculo,

    porque

    viene de afuera y sabe qu es

    lo

    real.,

    El

    espectador

    de la tragedia griega llegaba

    y

    conoca

    algo

    mas

    sobre la

    naturaleza de la

    vida, porque estaba

    contagia-

    do

    desde

    adentro,

    investido

    de

    una

    contemplacin es

    decir,

    de

    un

    conocimiento

    que

    ya

    exista

    en

    l,

    que ahora

    surga

    de

    la

    orquesta

    y suscitaba su contemplacin,

    se confunda

    con ella.

    Y si el camino

    del

    espectculo fuese el camino

    del conoci-

    miento, de

    la

    liberacin, de la vida, en fin? sta es

    la

    pregunta

    que plantea l nacimiento de l tragedia.

    23

  • 8/21/2019 Colli - Introduccion a Nietzsche

    14/75

    Schopenhauer

    como

    educador

    ste no

    es

    un

    libro descansado, no

    se diri ge a

    aquellos que leen

    para relajarse. Y tampoco para los que leen para ampliar sus

    conocimientos. Es un libro destinado a quienes todava tiener1

    algo que

    decidir acerca

    de su vida

    y

    su

    actitud ante

    la cultura.

    Cuando sentimos

    en nosotros una incertidumbre

    semejante, el

    deseo

    de dar

    los

    primeros pasos y

    la

    necesidad de una

    gt1a

    que

    nos sostenga, el arte, la ciencia, la filosofa pueden encaminar

    nuestra vida a condicin de que

    tomen

    la

    forma

    de

    una

    perso-

    na

    que

    nos in1ponga respeto y admiracin. Escogiendo

    un

    maes-

    tro

    comenzamos

    a conve1tirnos

    en

    algo,

    y

    ello

    por

    la modestia

    de

    un

    acto que atempera

    el

    orgullo juvenil

    y,

    debido

    a la fe

    en

    el

    apoyo, da

    fi1meza a

    nuestra

    andadura. Es

    sta

    la

    experiencia

    que Nietzsche nos relata

    en

    el

    presente libro,

    e inclusive las pala-

    bras qt1e emplea y la personalidad que surge de ellas puede11

    convertirse en un modelo para

    la

    repeticin de

    la experiencia.

    ' 'En general, vivir significa

    estar en peligro.'' Leemos esta

    frase

    en

    el libro, y de la

    misma

    naturaleza

    son

    sus ensean-

    zas. Si

    por

    las palabras de Nietzsche y, a travs de ellas, de

    Schopenhauer nos acercamos

    a la filosofa, su voz es

    muy

    diferente de

    12

    que escuchramos

    en

    la escuela. Es

    ur1a

    voz de-

    masiado spera para una filosofa

    qt1e, se

    nos ha dicho, debera

    ir1terpretar la

    totalidad

    de la vida. Conocerr1os, sin

    embargo,

    la

    esperanza de la vida

    Porque

    si la

    filosofa debe provenir

    de

    una

    visin universal

    24

    de la vida, deber ''asemejarse''

    todo

    lo posible a ella, y en tal

    caso Nietzsche y

    Schopenhauer

    son los ltimos filsofos, aque-

    llos que no usurpan ese nombre.

    Adoptndolos como

    maestros

    aprenderemos algo sobre la vida, y sobre

    todo

    cmo deber

    actuar aquel

    que lleva la realidad

    del

    animal

    hombre

    rns all

    de los intereses sensibles

    inmediatos, de

    la conservacin clel

    individuo

    y de la especie.

    Y

    no importa

    si,

    en

    su revelacin del

    mundo, estos

    filsofos

    han hecho

    surgir una visin trgica, han mostrado el

    sustrato

    terrible y

    feroz de nuest1a

    existencia,

    salvando

    de

    la

    condena

    de

    la vida individual y social solamente la

    cultura

    del hombre:

    el

    arte,

    la f'ilosofa, la religin. Al

    dolor de este

    conocimiento,

    surge,

    en

    la cor1servacin y refuerzo de la existencia de la cultura,

    una nueva

    posibilidad

    de

    accin.

    ste

    es el

    sentido ms pro-

    fundo

    de sus enseanzas, y

    comprender

    a

    estos

    filsofos sig11ifica

    obrar

    en

    la direc;cin

    que

    ellos indicaron, de modo que la ' 'inac-

    tualidad'' de

    st1

    vida, su

    ' 'separacin''

    con respecto a los

    hombres

    y

    los intereses histricos,

    no

    se

    repitan en

    otros fil )sofos solita-

    rios, similares a ellos, si11 que

    constituyan

    el com1

    :nzo

    de una

    reversin

    que

    haga surgir la cultura

    como

    vida vivie,1te, esencia

    de una

    sociedad,

    aunque sea restringida, los hombres.

    . Sus vidas individuales,

    lo mismo

    qt1? su revelacin del

    mun-

    do,

    fueron

    trgicas.

    Pero

    nada

    puede traspasar tan dura

    e nti-

    mamente un alma

    joven,

    confirindole

    nobleza a su vida,

    como

    el destino trgico

    de

    un hombre

    ejemplar.

    Para decirlo con las

    palabras que Tucdides pone en boca de Pericles durante la

    oracin ft1nebre:

    ' 'En

    ello consiste,

    por otra p a r t E ~ ,

    el

    destino

    afortunado: en

    haber recibido

    en suerte,

    tinos, la int1erte ms

    brillante, como

    les ha

    tocado

    a stos, y, a vosotros, el privile-

    gio

    de llorar st1

    fin. A ellos les fue oto1gada

    Ltna

    vida

    en la

    ct1al

    la felicidad

    acompa

    a

    la

    muerte.

  • 8/21/2019 Colli - Introduccion a Nietzsche

    15/75

    Correspondencia

    Nietzsche-Wagner

    El propio

    desprecio colrico,

    el odio, la

    maldicin,

    y poi_:_ ()tra

    parte la

    admiracin sin mesura, el fanatis1no, que a c o m ~ a a ~ o n

    antes y despus de su muerte a

    estos dos

    11ombres_, t e s ~ m o r : i a n

    la violencia de sus personalidades, sin igual en

    la

    historia recien

    te del arte y del pensamiento. Por lo menos hasta aho1-a no

    ha

    aparecido,

    despus

    de ellos, una

    cnerg< . cre.at iva

    cuya ii:npronta

    quedase marcada de

    esa

    manera, que at1a1era o

    repeliera

    Ct)n

    tal

    intensidad. Mientras esperamos a

    otros violentos Y duda

    mos

    de que aparezcan , ante nuestros ojos

    Nietzsche

    y Wagner

    concluyen algo, son un final. . .

    En el presente crepsculo los

    dos

    descienden Juntos. Y

    aquello que

    representan

    para

    los hombres

    lo h a ~ v i v i ~ o ya

    su

    destino

    individual. Amigos

    y

    enemigos

    con

    igual

    intensidad,

    unidos en una breve y embriagadora

    esperanza,

    separados en

    una privacin. donde

    la vida

    de uno se

    apaga

    y

    la del

    otro queda

    despedazada, inclusive en la juventud. . .

    Si despus,

    adems

    de

    cerrar abren

    algo,

    ~ i g u e siendo

    hasta

    hoy. Que mucl1os indignamente

    hayan agitado

    sus

    ~ o m b r e s

    en la confusin

    de

    sentimientos y conceptos,

    poco importa,

    pero en las luchas actuales,

    donde

    es

    h a b i t ~ ~ l

    r ~ c o g e ~ el

    a r m ~

    del

    enemigo

    cado

    y servirse de ella, no es fa cil d1scern1r de

    que

    bando

    es

    un

    combatiente: y ellos

    ya

    erar1

    enemigos

    entonces.

    Por cierto que no fueron de los contemplativos y

    que

    su

    ~ x p e s i n

    quera

    extenderse al campo de la acci11. No se con-

    26

    i

    1

    -

    tentaban C .On una

    breve

    ater1cin esttica o cerel)ral del

    pectador

    o

    del

    lector; sin referirse a la

    poltica

    o a la religix1,

    queran al hombre entero, pretendan modificar y l 1enchir s11

    existencia. El homb1e es sordo a este llamado, y no solamente

    hoy.

    Pero

    quin los

    ha

    seguido

    en

    el

    pretender

    --y

    e

    el ofre

    cer tanto?

    Lo

    que

    dice un gran hombre difcilmente consigue coninc

    ver inclusive las convicciones ms superficiales, y

    tanto menos

    las conmover cuanto ms distantes sean sus palabras; pero

    aquello que le

    conviene

    como persona excita en

    muchos

    i1na

    maligna

    curiosidad. La parte

    ms oculta

    de cada

    uno,

    su inti

    midad, es siempre atrayente: precisamente

    Nietzsche

    que de

    los dos es juzgado hoy

    como

    ms interesante--- se desnuda

    con

    tinuamente

    a

    s

    mismo.

    Y

    quien

    se

    fastidia

    ante

    la

    calidad

    supe

    rior de esta alma, revelada de esa manera, se consuela con el

    final miserable del hombre.

    Pero su relacin

    con Wagner y

    todo

    a.quello que la documenta conducen a

    la

    intimidad rr s profun

    da y hablan del e2::tremo fracaso a

    causa

    de la esperanza de ac

    tuar.

    Aquel que

    envidia la gra.ndeza

    puede alegrarse. No ser un

    grave dao, y

    por otra

    parte la

    curiosidad

    malsana

    no podr

    extraer un

    gran

    botn de estas escasas cartas, hojas secas y

    ca

    das de n rbol ya despojado. En cambio, aquel que tenga una

    imaginacin

    distinta podr representarse el verde follaje tal

    como existi en una

    breve

    estacin. Se

    trata

    de la vida misma

    de Nietzsche

    y de

    Wagner

    en aquella

    poca.

    l Jo

    podremos por

    cierto asirla en

    su

    inmediatez, pero estas cartas nos ofrecern

    tln cuadro en

    el que el estremecimiento de Tristn aparecer

    idntico al

    de Zaratustra

    27

  • 8/21/2019 Colli - Introduccion a Nietzsche

    16/75

    -

    -

    -

    La filosofa en la poca trgica

    de

    los

    griegos

    y los escritos de 1870 a 1873

    A travs

    de esta

    serie

    de

    escritos de los

    aos

    1870

    a

    1873

    des

    cubrimos

    a

    Nietzsche en

    la

    tensin

    y

    en

    la

    ardiente

    l)squeda

    en que

    se

    expresa

    el

    nacimiento de

    su

    ambicin

    literaria. Hay

    aqu el ansia juvenil

    de forzar una rpida maduracin

    estilstica,

    un

    anticipo de

    la crisis

    de

    la

    profesin

    filolgica

    en

    el

    intento

    de tratar

    los

    problemas de

    la

    antigedad con un

    lenguaje

    no

    especia.lizado ;

    hay, en

    fin,

    en esta ambicin, un

    gran nivel

    que

    obra como freno, un rechazo de

    los

    resultados

    pa1ciales, una

    autocrtica

    precozmente

    atenta.

    Es

    natural

    que

    en esta

    fase la

    factura literaria carezca todava de

    seguridad. Mientras

    que en

    los

    aos posteriores Nietzsche pasar

    ininterrumpidamente

    de

    los proyectos a los

    bosquejos

    y los esbozos, a los fragmen

    tos,

    a los desarrollos provisionales,

    hasta

    la

    redaccin

    definitiva

    para

    la impre11ta, y en caso

    de

    fracaso creativo se quedar

    en

    el

    estadio fragmentario, aqu,

    en

    cambio,

    salen a la luz esc:ritos

    donde intenta

    realizar

    obras terminadas pero que,

    despus, juzga

    inadecuadas en su forma

    o

    Sll

    elaboraci11. Dichos escri tos re

    st1ltan

    as,

    o bien redaccic)nes unilaterales, parciales y primitivas

    de

    obras

    futuras editadas por

    Nietzsche, o inclusive inte11tos

    de

    tratar

    temas diversos que posteriorn1er1te

    no fueron r : ~ t o m a d o s

    en ninguna publicacin.

    Los pri111eros

    tres

    escritos c:c)ntenidos

    en

    este

    volumen pertenecen a la

    elaborada formacin de

    El nal:i-

    mier1to de la tragedia.

    ~ ) c ) ] < 1 r n e 1 1 t t

    e la

    Vi:;in diur1i ,

    esc1ita

    e

    el

    ve1ar10 d ( ~ 18 70, scJ

    ir1t1oduc:iclas

    r ~ o r 1

    l ~ i -

    '78

    .

    l

    '

    sin las

    categoras

    estticas

    de

    lo

    apolneo y

    lo

    dionisaco. En

    las

    conferencias

    realizadas a

    comienzos de 1870

    se

    mencionaban

    los

    cortejos

    dionisacos,

    la vida

    natural

    dionisaca,

    pero

    el con

    texto era

    ms

    concreto,

    ms

    fluctuante.

    El adjetivo

    apolneo,

    por

    el contrario, slo

    era

    objeto

    de un uso no esttico donde

    se

    hablaba curiosamente de

    la

    claridad apolnea de Scrates,

    con

    referencia a la dialctica y a la ciencia.

    Por

    lo

    dems,

    en el

    Drama musical griego

    la

    preocupacin por

    las tesis wagnerianas

    es

    demasiado fuerte

    y

    obstaculiza una exposicin

    original. Se

    insiste

    en

    la

    crtica de

    la

    pera moderna y de

    la

    tragedia

    clsica

    fra11cesa: en contraposicin a ello

    el

    drama

    antiguo

    es presen

    tado

    como

    una pluralidad unificada de prestaciones artsticas

    paralelas,

    en

    la

    que

    la

    propia msica

    es

    reducida

    a

    medio para

    u11

    ~ i n .

    En

    Scrates,Y.

    la

    tragedia,

    en cambio,

    la

    crtica

    dirigida

    a

    ~ o ~ r a t e s

    y a Eur1p1des se vale

    gustosamente del ejemplo de

    Ar1stofanes,

    con un

    desarrollo cuya concrecin es ms

    acepta

    ble

    y

    convincente que

    en

    l nacimiento de

    la

    tragedia.

    Eurpides

    no

    es

    aqu tanto

    el

    corrupto

    de

    la

    tragedia

    sino el.

    reformador

    desafortunado,

    que

    intenta en

    vano

    restituir

    vigor a

    una

    trage

    dia que

    se

    haba vuelto extraa

    al

    pblico ateniense. Segn este

    escrito, la

    tragedia

    estaba en crisis

    desde

    la introduccin de

    dos

    personajes es decir,

    desde

    la poca

    de Esquilo): desde entonces

    se

    haba dado

    lugar al dilogo

    en menoscabo

    del coro,

    con

    sus

    consecuencias dialcticas y agonistas,

    en

    una direccin

    por

    lo

    tanto antidionisaca.

    No es

    que

    tales

    elementos

    faltaran

    en

    l

    nacirniento de

    la

    tragedia, pero all

    estaban comprimidos por

    una

    tesis rgida, atenuados

    por

    la

    estructura

    arquitectnica de

    la

    obra. Esta

    mayor

    libertad de tratamiento de

    los

    escritos

    se

    advierte sobre todo en

    la

    Visin dionisaca del mundo en

    la

    que se

    estimula una

    vivacsima ondulacin de los propios

    con

    ceptos de apolneo

    y

    dionisaco. Ante

    todo,

    stos

    son

    equipaia

    dos en tanto instintos artsticos

    prin1ordiales;

    en

    el caso

    de

    lo

    apol11eo se dice

    que

    el

    artista

    juega

    con

    el

    sueo mientras

    .

    que

    e el caso

    de

    lo

    dionisaco juega con

    la

    embriaguez.

    El

    juego ,

    es decir, la actividad

    del autor,

    unifica

    por lo

    tanto

    ambos instintos. Esta perspectiva

    es variada. despu s y

    su

    acen

    tua.cin rest1ltar

    ms evidente en

    l

    nacimiento de

    la tragedia-

    al

    identificar

    el

    sueo

    co11 el vehc11lo

    especfico de

    la

    creacin

    ,

    . '

    '

    '

    art1st1ca,

    de m a n e ~ a

    que el ca.mpo

    del

    arte

    es. tpicamente deno-

    tado por

    lo

    apolneo.

    En

    cambio,

    la

    naturaleza

    ms

    profunda

    de

    ~ o d _ i ~ ~ i s a c o

    _ stara concentra.da en la

    interioridad pura,

    en la

    intu1c1on

    del dolor

    del

    mundo, de

    la

    voluntad metafsica

    segr1

    29

    i

    '

    '

  • 8/21/2019 Colli - Introduccion a Nietzsche

    17/75

    Schopenhauer,

    es deci1,

    en un elemento mstico. Adems, la

    caracterizaci11 histrica

    de la edad

    pretrgica es

    trazada

    aqu

    de

    una manera

    ms

    articulada y autnoma

    que en

    l nacimiento

    de l tragedia, como si en ella

    hubiese ms posibilidades

    de

    pocas apolneas. La

    Visin dionisaca del

    mundo concl11ye

    con un interesante t1atamiento, apenas esbozado sin embargo,

    de varios temas e s t t i ~ o s (el ' 'sentimiento'', el ''lenguaje ges-

    tual'', el ' 'simbolismo clel lenguaje musical'', el ' 'grito'',

    etc

    tera), en la

    perspectiva

    de

    una

    profundizacin terica

    de todo

    el

    problema

    del

    arte al que se renunciar en l nacimiento de l

    tragedia.

    En

    la

    conferencia Sobre el porvenir de 11uestras escuelas,

    pronunciada en los

    primeros

    meses

    de 1872, el

    intrprete de

    los

    griegos

    deja

    el

    lugar

    al

    moralista.

    La

    importancia

    del

    mundo

    clsico sigue

    siendo

    central aqu, pero ya no como

    objeto

    cog-

    noscitivo sino como

    instrumento de educacin. Los antiguos

    son fundamentales para la Cllltura, a1.1nque no en el sentido en

    que lo

    entiende la escuela

    mode1na

    (Nietzsche

    al de en

    particu-

    ,

    lar a

    la gran

    erudicin alemana). Esta procura lo til, la

    instruc-

    cin ms amplia para todos,

    la

    ,es1)1::cializacin cientfica, y por

    otra parte el peor

    mal

    de todos ,est sl1bordinada en

    su

    eser.1cia

    al estado. La

    cultura

    de los antiguos es lo contrario de todo

    esto, pero quien

    puede

    favorecer su comprensin, profu11dizar

    en su

    verdadera

    natu1aleza,

    no

    puede ser la escuela

    moderna con

    su estrl1ctura moderna

    sino

    un verdaderc) ecl11cador, que debe

    se un filsofo.

    En

    el marc;o

    literario de

    estas conferencias la

    figura central es

    de hecho

    un

    filsofo,

    y este

    filsofo

    es

    bosque

    jado segn

    el modelo de

    Schopenhat1er:

    grun,

    colrico, nte

    gro,

    ansioso

    de apresar

    la realidad,

    o al menos de ser reconocido

    en su importancia, y al

    mismo t;iempc>

    desdeoso y despreciativo

    hacia

    todo

    lo que lo circunda. Autobiogrficamente

    Nietzscl1e

    carga

    su

    exposicin con todas las esperanzas,

    fantasas

    y terr\i)

    res

    que experimenta y

    lo

    atraviesan en su asomarse

    juveri.il

    los 11orizontes

    de la

    gian cultt1ra. El pathos de la exposicin

    puede

    parecer

    fastidioso, la

    invencin

    literaria falta

    de

    artificio,

    pero logra de todos modos la

    cornunicacin

    de su estado de ni-

    mo

    y,

    en definitiva, el elemento

    ms

    valioso del

    escrito

    Sobre

    el porvenir de nuestras escuelas es el

    de un testimonio:

    as sen-

    ta, as

    era

    Nietzsche a

    los

    20

    aos,

    con

    estas vibraciones

    y

    estas

    ingenuidades.

    finales de este ao de 1872

    Nietzsche

    enva a c;sima

    Wagner los

    Cinco prefacios.

    L()S

    temas son todava los rnismos:

    30

    '

    los griegos,

    la

    cultura, el filisofo,

    pero

    mientras tanto la mirada

    de

    Nietzsche

    se ha vuelto ms amplia y se ha profundizado. Una

    interpretacin del arte no basta para agotar la

    realidad

    griega:

    el juicio sobre

    la estructura poltico-social

    y la

    filosofa enri

    quecen

    la

    perspectiva. As, en

    el

    ensayo sobre

    el stado griego

    (destinado originalmente al proyecto

    de

    l nacimiento de l

    tragedia se

    enfrenta

    la

    escabrosa

    hiptesis del

    fondo

    cruel de

    la civilizacin griega. La esclavitud griega fue

    n e c ~ e s a r i a

    para

    que

    pudieran realizarse aquellas grandes creaciones individuales.

    Esta dl1ra frase no

    estaba entonces destinada

    a

    la

    publicidad,

    pero

    por la extrema

    determinacin

    y la coherencia con

    que

    es

    pronunciada

    constituye el verdadero comienzo, aunque sea

    indi

    recto, de las hostilidades contra el cristianisn10. Y lo curioso es

    que tal

    necesidad de la esclavitud

    encuentre

    sus

    motivos en

    base

    a los

    principios

    de

    la filosofa de

    Schopenhauer ( el poder es

    siempre perverso ). En otro de

    estos prefacios

    regresa el tma

    de

    un fl1ndamento atroz del mundo griego, no como intuicin

    dionisaca del dolor metafsico sino

    como

    insensatez desmesu

    rada,

    como

    ferocidad horrenda de la accin: Nietzsche seala

    aqu como

    inst1umento de salvacin el aspecto constr11ctivo

    del

    agonismo

    griego, la ' 'buena contienda''

    de

    Hesodo, el con

    trol de

    la

    emulacin

    que

    vence al enfurecerse de la naturalidad.

    Es representada, en fin, la

    relacin

    vital entre filsofo y cultura:

    esta {1ltima aparece

    como perpetuidad,

    como

    concatenacin de

    las grandezas pasadas. Y mientras Schopenhauer sigue siendo el

    modelo de filsofo, la

    curiosidad

    y la atencin se alargan y ale-

    jan

    hacia

    el mundo presocrtico para construi r con mayor vali-

    dez la imagen de

    una gua. En el

    filsofo Nietzsche

    quiere en-

    contrar sobre todo el desasimiento con respecto al presente, el

    modelo ms intangible

    de la

    grandeza.

    Y para l la esperanza

    surge del

    hecho de que

    estos

    modelos son realmente

    vividos.

    ' 'El

    autor no

    pretende poseer nada

    que

    lo distinga de los

    dems

    autores, aparte de un sentimiento exasperado

    hacia

    el elemento

    especfico

    de

    nuestra barbarie actual,

    de

    aquello que nos carac

    teriza

    como brbaros del siglo x1x y nos

    distingue de los

    otros

    brbaros."

    Nace

    de esta manera otro

    escrito,

    en el cual el ideal de

    la

    filosofa sustituye al ideal del arte

    que

    dominaba l nacimiento

    de

    l

    tragedia:

    Nietzsche lo

    elabora

    con gran empeo

    (es

    en el

    f ondo

    el

    objetivo central

    de

    los escritores

    de estos aos) pero

    11

    logra

    llevarlo a cabo y

    considera

    el esbozo inadecuado para

    na

    publicacin.

    En realidad, en

    La filosofa en

    l

    poca trgica

    3

  • 8/21/2019 Colli - Introduccion a Nietzsche

    18/75

    de los

    griegos

    la gran ambicin del proyecto

    se realiza

    slo

    par-

    cial,

    imperfectamente. La formulacin

    es

    ptima:

    renuncia

    a

    lo

    completivo

    y a la

    erudicin,

    el

    elemento

    personal

    en primer

    plano. Igualmente

    vlida es

    toda la parte

    introductoria,

    en

    la

    que

    son

    distanciadas al

    mximo del presente

    aquellas figuras

    arcaicas y se

    expresa que

    el

    juicio de

    aquellos filsofos

    acerca

    de

    la vida significa

    mucho ms

    que un

    juicio

    moderno, en tanto

    hoy

    el filosofar

    no

    pertenece ya

    a nadie.

    Este

    escrito documenta

    por lo

    tanto

    un proceso de maduracin,

    el

    comienzo de una

    conquista de autonoma por parte de

    Nietzsche:

    con respecto

    a

    Wagner al

    sustituir

    el

    arte por

    la

    filosofa en

    el vrtice

    de

    la cul-

    tura,

    y

    con respecto

    a

    Schopenhauer

    al

    sustituirlo por Herclito

    como

    arquetipo

    del filsofo. A

    Herclito corresponden de

    he-

    cho

    las pginas ms slidas

    de este

    escrito.

    Por otra

    parte, en

    su

    caso

    un enfoque no

    discursivo,

    una

    adivinacin

    del

    elemento

    personal,

    se

    presenta como un azar

    al

    que puede

    favorecer el

    xito.

    Nietzsche sostiene que sobre

    la base

    de tres ancdotas

    es

    posible aprehender la naturaleza

    profunda

    de

    un pensador,

    pero

    considera que en

    el caso del filsofo la

    personalidad

    no

    se re-

    suelve

    en

    la

    resonancia emocional

    sino

    que

    se

    funde

    tambin

    con

    el

    elemento doctrinario.

    Y

    en cambio frente

    a

    este ltimo

    Nietzsche

    se muestra opaco, flexible

    ante

    las

    opiniones

    ajenas,

    falto de agudeza. Tambin

    a

    propsito de Herclito, por

    ejem-

    plo,

    la acentuacin del

    devenir no capta

    nada que pertenezca

    ntima, personalmente

    al filsofo. Se

    trata slo de una

    banali-

    zacin,

    ni

    siquiera

    original

    por otra parte, de

    su

    pensamiento.

    El .

    captulo sobre. Parmnides debe

    asimismo

    rechazarse por

    entero.

    No hay en

    l

    siquiera

    la adivinacin

    del elemento

    per-

    sonal: ms bien

    se

    podra sospechar que la caracterizacin de

    eleata

    frialdad,

    abstraccin exange, negacin de la

    vida,

    tau

    tologa

    cognoscitiva es

    la anttesis de

    la

    autntica. Por lo

    de-

    ms,

    tampoco

    el

    tratamiento completo de estos presocrticos

    a

    la luz de una naciente ciencia de la naturaleza puede

    decirse

    que

    sea fiel al

    tema

    inicial

    de

    Nietzsche, a

    su promesa de

    romper

    las

    tradiciones

    fosilizantes. De

    esta

    desarmona conunta

    de

    La

    filosofia en

    l

    poca

    trgica de los griegos es

    tambin

    culpable

    la viciosa

    tendencia

    de

    Nietzsche de

    fundamentar

    su informa-

    cin

    en.

    bibliografa indirecta, de segunda

    y

    tercera

    marro, anti-

    gua

    y

    moderna.

    Se

    percibe claramente que,

    inclusive a

    propsito

    de Herclito, cuyas pocas

    frases

    autnticas (y

    las nicas esclarece-

    doras)

    podan encontrarse

    fcilmente,

    la mencionada

    inclinacin

    indujo a Nietzsche a

    preferir

    a veces las

    noticias de

    la doxografa

    32

    1

    1

    tarda por sobre

    los

    fragmentos

    originales del

    pensador

    g1iego.

    El

    ensayo ,4cerca

    de

    verdad y mentira en sentido extramoral

    extiende

    la

    ambicin

    filosfica

    de Nietzsche

    a la esfera

    terica:

    los i11tentos

    en esta direccin

    se repetirn despus

    peridicamen

    te e11 1881, 1884, 1888 y

    son

    dignos

    de

    gran

    atencin, aun

    cuando

    Nietzsche

    no

    los

    incluy en ninguna

    de

    las

    obras que

    publicara. Es atacado en

    l el

    concepto de

    verdad objetiva.

    J_ a

    ve1dad es

    un ejrcito

    voluble

    de

    metforas . La

    intuicin

    es

    genial,

    aunque

    la

    audacia

    sea

    fruto de un enfoque extempor

    neo.

    La eleccin

    de

    la clase

    interpretativa

    la

    metfora

    revela

    la

    unilateralidad de

    la

    resolucin,

    el

    punto de

    vista

    de quien ha.

    crecido

    como fillogo. El

    mundo que nos

    rodea se resuelve

    de

    rnodo

    i(tealista

    en

    la

    transferencia

    del

    enigmtico

    fondo de

    las

    cosas en

    un

    lenguaje

    extrao. Aunque

    la

    palabra apariencia

    sea

    rechazada,

    la

    formulacin

    sigue

    siendo

    aqu

    schopenhaueriana,

    pero Nietzsche elige

    una

    forma

    circunscrita de manifestacin,

    de

    transfere11cia,

    anclada

    a la

    abstraccin del

    lenguaje,

    para

    explicar u11 fenmeno

    universal

    del cual

    el lenguaje es

    un

    aspec-

    to particular. En otras

    palabras,

    Nietzsche incurre

    l

    mismo en

    metfora

    mient,ras

    explica todo

    en

    trminos de metfora,

    pues-

    to que el concepto

    de metfora

    q1..1e

    propone

    en una metfora

    interpretativa

    de un

    proceso vital y universal

    que

    se

    parece

    a la

    metfora,

    la

    incluye, pero tiene

    otros

    caracteres

    ms

    complejos

    e intransferibles.

    Por otra

    parte,

    tampoco demuestra

    que sea

    imposible para un

    filsofo evita.r la

    rnetfora.

    En e s t ( ~

    m

  • 8/21/2019 Colli - Introduccion a Nietzsche

    19/75

    Sobre la utilidad y la desventaja de la

    ciencia

    histrica para la

    vida

    Canon

    del antihstoricismo, esta ''Consideracin'' merece, si

    no otra

    cosa no ser sometida a una crtica histrica.

    Indagar por

    qu Nietzsche, en

    el

    desarrollo de su persona

    o

    en hist?r a de

    su

    poca,

    lleg

    precisamente

    a

    un

    escrito tal, a

    que

    c o n d ~ o n a -

    mientos y designios obedeci,

    sera

    una arrogancia de metodo.

    Nietzsche exhibe los fundamentos intuitivos de su tesis anti

    histrica: otros, antes de

    considerar

    este escrito

    histricamente,

    que

    confuten

    la

    intuicin.

    Si la historia es

    decadencia de

    la vida,

    infelicidad si

    su

    exceso

    conduce

    al desarreglo biolgico y

    .

    Nietzsche

    no

    demuestra, slo presenta ejemplos en favor de la

    tesis entonces toda

    historizacin

    de esta posicin

    no

    hace ms

    que confirmarla. . .

    Es

    ms

    bien

    el

    pensamiento como tal que debe

    ser

    d1scut1-

    do,

    y la simplicidad del discurso invita a la

    comprensin.

    Animal

    y hombre, felicidad e infelicidad, vida e historia: es poderosa

    la sugestin de estas

    aproximaciones.

    Pero si el recuerdo es fuen

    te de

    infelicidad,

    entonces

    el

    destino

    del

    hombre

    es ms trgi

    co que

    lo

    que se

    deduca

    del tratamiento. Y el

    cuadro

    leopar

    diano que se encuentra al comienzo lo sugiere enigmticamente.

    De hecho el poder del recuerdo es envolvente para la vida humana,

    y puede decirse que toda conciencia es representacin de aque

    llo que ya ha

    sucedido,

    o, de

    cualquier manera,

    de algo cuya

    existencia (otra representacin) precede

    a aquella

    representa-

    cin.

    Tal

    vez sin

    advertirlo, Nietzsche atena

    la

    importancia

    de

    34

    su

    pensamiento.

    Si el

    hombre

    es el animal histrico, toda su

    < ~ x i s t e n c i a debera estar sealada

    por

    este

    destino: pero

    Nietz

    :>che restringe la

    perspectiva

    y la spera

    sentencia

    parece alcan

    zar

    solamente

    al exceso

    de

    historia, a

    aquello que

    llama

    la enfer-

    rnedad histrica. De tal manera el

    juicio

    pesimista es

    circunscrito

    ''histricamente'', dirigido a nuestro

    presente.

    Y aqu se revela engaosa,

    no ya la atribucin

    de una reali

    dad de

    segundo grado a

    todo rememorar, sino la limitacin que

    Nietzsche

    confiere a

    este concepto. En realidad, la falta de vida

    y

    de

    su

    inmediatez de lo

    cual se puede acusar a

    toda

    actividad

    rememorante,

    y en sentido ms restringido a

    toda historia como

    bsqueda, recuerdo

    es algo

    que

    se debera

    reprochar de

    ma-

    nera

    idntica

    a

    toda historia

    como

    acontecimiento,

    como

    objeto.

    En otras

    palabras,

    no

    es

    solamente

    la

    memoria,

    la indagacin del

    pasado,

    lo que

    hace

    la infelicidad,

    sino

    que

    es el

    propio pasado

    el

    que

    origina

    infelicidad objetiva puesto que

    la

    realidad del

    pasado,

    como

    tal,

    no

    es ms que recuerdo. Pero los hombres y

    sus acciones,

    no

    retrocedidos en la historia sino mientras viven

    y se desarrollan, todo ello

    no

    es

    ya

    conocimiento, afirma Nietz-

    sche, es vida. ' 'Para todo obrar se quiere olvido'', y el conoci-

    miento debe ser dominado

    por

    la vida. Aqu

    concluye

    Nietzsche,

    cercena

    ~ u a n t o

    deriva

    de

    su

    pensamiento,

    se salva del pesimis

    mo de la omnipotente memoria.

    Su solucin

    no

    convence

    sin

    embargo, porque

    el

    obrar de

    que

    habla

    es

    precisamente

    el objeto

    de

    la historia,

    un

    instante

    previo al cor1vertirse

    en

    historia, atrapado

    en un

    olvido que

    no

    existe, un objeto que, inclusive

    antes

    de retroceder hacia el pa

    sado, es ya pasado.

    ' 'Aquel

    que

    obra est

    siempre sin concien-

    cia'': no

    favorece a Nietzsche

    pedir ayuda

    a

    Goethe, porque la

    afirmacin

    no

    es

    cierta.

    Toda

    conciencia

    se funda en el

    recuer-

    clo, se

    ha

    dicho,

    y las

    acciones de

    los

    hombres, aun

    aquellas

    que

    ;1parecen

    en

    el escenario

    de

    la

    historia,

    deberan carecer

    de

    ;onciencia mientras se desarrollan? Existe

    una accin

    sin

    un

    fin,

    sin un

    motivo,

    sin objeto al cual dirigirse? Y qu son los

    fines, los motivos, los

    objetos

    si no represer1taciones de algo

    del

    pasado,

    ya

    constituido, no

    nuevo, si

    no

    los

    componentes en

    los cuales se resuelve

    toda

    ocasin, los

    elementos

    cada

    uno

    de los

    c:uales es

    un fragmento

    del pasado?

    No puede

    decirse siquiera

    que

    el

    pacer

    y el

    pastar de un rebao estn

    privados

    de

    concien-

    :ia,

    puesto que por otra

    parte

    la

    memoria

    es

    poderosa, constituti-

    va inclusive

    en

    los

    ~ l n i 1 n a l e s Pero entonces uno de los trminos

    le la

    oposicin,

    el que Nietzsche llama vida, olvido, felicirlad,

    35

    1

  • 8/21/2019 Colli - Introduccion a Nietzsche

    20/75

    no existe o, si existe,

    11.0

    se pL1ede cleriot;ar

    t1a parte

    t1n

    fundar11E'11t

  • 8/21/2019 Colli - Introduccion a Nietzsche

    21/75

    obre el porvenir denuestr s escuel s

    A comienzos de 1872, cuando se dispone a pronunciar estas

    conferencias

    Sobre

    el

    porvenir de nuestras

    escuelas por encargo

    de

    la

    Sociedad Acadmica, Nietzsche

    acaba

    de cumplir

    los

    27

    aos y exactamente en los primeros das de enero

    distribuye

    entre los

    amigos los primeros

    ejemplares, recin impresos,

    de

    El nacimiento

    de

    l tragedia.

    Sabe

    que ha

    dejado dentro

    de s

    una obra decisiva, que ha ido ms all de sus propias esperan

    zas, que ha lanzado un desafo no slo al mundo erudito,

    que

    es su mundo, sino a los valores, a las opiniones

    dominantes,

    con el gesto de alguien que se presenta en la escena como fil

    sofo, sin cuidarse de la etiqueta. Esto lo hace sentirse viejo, va

    co, extenuado. Quince aos ms tarde, recordando

    esta

    expe

    riencia, dir:

    ' ' Qu

    es

    lo

    que

    se

    debe haber

    vivido

    para poder

    escribir a los 26 aos

    El nacimiento de

    l tragedia '' Le parece

    que ha pasado una eternidad desde los aos en

    que

    era estudian

    te:

    por un momento

    Nietzsche deja descansar su

    voluntad,

    mira

    alrededor

    con nostalgia, se vuelve hacia adentro. A sus espaldas

    entrev

    todava un vislumbre de su juventud

    en

    realidad han

    transcurrido

    pocos

    aos

    desde

    entonces , espera an

    recuperar

    algo de

    aquella poca.

    En ese estado de nimo surgen estas con

    ferencias, y a su espectador

    de excepcin,

    Jacob Burckhardt,

    no se le

    escapa

    el pathos que

    hay

    all dentro: '' Debera haber

    lo

    sentido

    En

    ciertos momentos entusiasmaba;

    pero

    despus

    volva a

    intuirse una profunda tristeza

    38

    Es sta quiz la ocasin en que Burckhardt comprende ms

    ;1 Nietzsche,

    en

    que lo

    siente

    prximo. (Nietzsche, en

    cambio,

    se

    ::iente durante

    muchos

    aos fascinado por Burckhardt.) Y

    en

    los

    (tirsos

    universitarios

    que comenzar enseguida la marca de Nietz

    :;(:he es ms incisiva casi una coloracin de fondo que lo que

    1iueda inferirse del banal reconocimiento de

    El nacimiento

    de l

    /1agedia, que Burckhardt

    inserta

    en sus lecciones.

    Por su

    parte,

    l;tmbin Nietzsche

    sufre

    la influencia de Burckhardt, que se

    (xpresa del

    modo

    ms

    claro

    y relevante precisamente en estas

    1onferencias Sobre

    el porvenir de

    nuestras escuelas.

    En

    las

    l ~ c c i o n e s de aos anteriores, que se harn clebres despus

    1 11 el nombre de Consideraciones sobre l historia del mundo

    l{urckhardt haba abandonado

    durante un tiempo

    su fra

    actitud

    l1abitual

    de cautela

    y reserva

    para abrirse

    casi

    filosficamente,

    11ara intentar una

    teorizacin sobre

    el

    devenir

    histrico.

    Nietzsche recoge con

    entusiasmo

    la invitacin, espera im-

    1 [icar

    lo

    histrico congelado, desencadenarlo en

    una

    empresa

    '

  • 8/21/2019 Colli - Introduccion a Nietzsche

    22/75

    circunscribir

    y desviar el antihistoricisn10 de

    la

    segu11da

    Inac

    tual , aquella sobre

    la

    historia, o transformar el elemento

    especfico, doctrinal y personal en el

    ideal

    ger1rico del fil

    sofo, en

    Schopenhauer conio

    educador

    En estas conferencias,

    en cambio, Nietzsche se ml1estra extraamente dcil ante

    el

    maestro:

    es cierto qtie no hay aqu

    discusiones

    tericas, y

    ni

    siquiera morales, pero

    todas las

    referencias

    a una visin del

    mundo

    de base son

    un,;ocas y ortodoxas.

    Verdaderamente para

    debatir

    los problemas de la educacin y

    la cultura Nietzsche

    se sirve

    slo

    de una

    funcin

    lite1aria, donde el

    personaje

    p1incipal, un viejo y ve11erable

    filsofo,

    afirma [Jrecisamente

    la tesis de una

    cultura

    clsica autnt,ica, a.ristocrtica, antimo

    derna, antihistrica, antiacadmica. Con todo, a t1avs de dicho

    filsofo se adivina

    claramente

    la

    in1agen

    de

    Sch()penhauer

    y

    no

    es disimulada tampoco la admiracin por las ideas ele este per

    sonaje principal por

    p a i ~ t e

    de quien

    pronuncia

    las co11ferencias.

    Son dos los

    puntos

    ms notables

    de esta

    ortodoxia de Nietz

    sche. Ar1te todo, la adhesin a la

    n 1 e t a f s i ( ~ a

    del arte schopen

    haueriana, con todo lo

    que

    se (:onecta

    con

    ella, como la

    exalta

    tacin

    del genio ---aceptada co11 rigidez ir1c;luso excesiv:1---, e

    incluidos

    detalles c'.omo la invectiva ('.Ontra la dege11eracin del

    idioma

    alemn.

    En segundo lugar, un antihistoric'.ismo declarado

    con una. nitidez

    inslita

    en

    Nietzsche,

    y acompaado

    po1 una

    precisa

    toma de

    posicin antihegeliana. A11te

    la ctilttlra y sus

    problemas el joven se

    encuentra

    en ltn

    c ~ s t a d o

    na.tura ex

    trema indigencia .

    Y

    sin embargo

    todos

    los secuaces de la

    poca actual se esfuerzan celosame11te

    por

    reprimir y paralizar

    este

    estado natural,

    por

    desviarlo y sofocarle): y el medio n1s

    t1tilizado consiste en paralizar mediante

    la

    lla1nada cultura

    histrica aquel impulso filosfico acorde con la naturaleza.

    lJn

    sistema

    que

    hasta

    hace

    poco

    gc;zaba

    de una

    escandalosa celebri

    dad

    m.undial ha descubierto la f rmula de esta a11todestruccin

    de

    la filosofa Y en otra pa.rte:

    y

    hoy los extraos f'ilso

    fos de la universidad parecen haber conspirado para reforzar

    la fe del joven acadmico en esta c:ultura

    histrica.

    De esta ma

    nera,

    en luga.r de una profttnda interpretacin de los proble1nas

    eternamente iguales se ha introducido una

    valoracin

    histrica,

    e inclusive, y si11 rodeos,

    una

    indagaci11 filolgica

    En aquel momento Nietzsche r)ertenece en realidad

    al

    mun

    do ur1iversitario, y quizs piensa que una lucha

    decisiva

    contra

    la

    cultura de la

    universidad slo se

    puede

    llevar a cabo

    en

    el inte

    rior de sta. Sin embargo, se da

    cuenta

    de las

    dificultades de

    40

    pode1 d i s ( ~ r i m i n a r

    de

    r11anera esclarecedora su

    propia

    posicin,

    la

    de atacar

    la ctiltura.

    universitaria hablando desde

    dentro

    de

    la

    uniyersidad. Si

    acepta

    aq11el lenguaje, cmo evitar la pedan

    ter1a?

    No

    es fac1l contraponer una verdadera cultura clsica a

    una

    falsa cultu1a clsica cuando se aceptan los mismos presu

    puestos formales de la con1unicacin. En l nacimiento de l

    tragedia h ~ b a t r e v i ~ o a flresentar una teora

    del

    origen

    de

    la

    tragedia

    griega

    en la

    for1na de ensayo literario. Con anloga

    ruptura formal, Nietzsche

    intenta en

    estas conferencias que

    aparecen

    en

    la esfera ms ortodoxa y ms torpe de la comuni

    ca(;in aca.cimic:a d ( ~ S ~ ) e r t a r la fantasa y la n1emoria del espec

    tador, obl1ga1lo a cons1lerar los problemas de la

    cultura

    como

    experiencias ntimas, personales, de las cuales todos los que

    pertenecen

    al

    mundo

    acadmico

    deben haber

    sentido,

    al

    menos

    por un momento, las vibracio11es.

    El

    cuadro de esta evoca(;in es entregado mediante

    un entre-

    tejido de ~ l e m e n t o s autc)biogrfic:os. Dos estudiantes, de excur

    sin

    en Rc)lansecl\, no lejos de las 1 i l ) c ~ r a s del llin, enct1e11tran

    en el llosque que costea el ro a un viejo filsofo, acompaado

    por un discr)ulo, y escuchan sus discursos sobre los problemas

    de la es('.Uela alemana.

    Nietzsche

    aade recuerdos de

    juventud.

    E11 el

    verano

    de 1860, dtirante

    u11 paseo

    por un bosque del

    Harz, el presur1to

    Nietzsche

    halla decidido, junto

    con

    Wilhelm

    Pinder

    y

    C;tistav

    Kr11g, 1(1s dos amigos de

    Naumburg,

    fttndar

    una

    socieclad de c;ultura, la (;ermania , donde los t1es se empea

    ran po1 ha(;er c:onf'luir sus disertaciones

    de

    adolescentes, sus

    inte11tos literarios y musicales. Sobre

    este

    recuerdo

    se

    insertan

    .

    en el mar('O de las conf erencias, otras remi11iscencias del perodo

    de Bonn,

    1864-1865,

    cuando el amigo que acompaaba a Nietz

    sche e11 el bosque del Rin, durante su primer ao universitario,

    era Paul l)eussen.

    Finalmente,

    la

    imagen

    del filsofo

    hurao

    iracttndo, autoritario, transcripcin literaria

    de Schopenha11e;

    c;omo hemos d1c;l10, se vincula a ta fantasa de Nietzscl1e en el

    ao

    siguiente,

    1865-1866,

    cuando,

    al

    pasarse

    a la

    Universidad

    tl e_ l , t ~ i p z i ~ ,

    lE E

    por primera

    vez al filsof'o

    y

    ie

  • 8/21/2019 Colli - Introduccion a Nietzsche

    23/75

    visto

    entonces, de cerca, el mundo

    acadmico

    y

    estudiantil,

    se

    haba sentido por

    primera

    vez inactual , alejado de las aspira-

    ciones

    y creencias

    del presente,

    haba

    descubierto

    que

    su entu

    siasmo por la

    antigedad significaba precisamente

    eso_.

    En

    la

    ltima conferencia describe el

    extrav10,

    la desesperac1on del

    joven

    que descubre que es un extranjero en el mundo moderno,

    y se

    siente inerme en

    medio

    de

    los monstruos que lo rodean.

    Quiz cualquiera

    puede salvarse, pero

    aquel que siente

    de

    este

    modo normalmente

    est destinado

    a una ida

    tormer1tosa

    Y

    carente de grandeza. Ninguno

    de

    los jvenes

    ms

    noblemente

    dotados 11a

    permanecido

    extrao a aquella necesidad

    incesante,

    desgastante, embarazosa y enervante

    de

    cultura: en la I?oca en

    que es aparentemente la

    nica persona

    libre en

    una

    real1da? de

    empleados

    y sirvientes,

    paga aquella

    ilusin

    grandiosa

    de

    liber-

    tad con tormentos y

    dudas

    que se

    renuevan

    continuamente

    Su

    situacin

    es

    espantosa

    e

    indigna:

    oscila entre una

    actividad

    frentica

    y una relajacin frentica. Durante

    esta

    ltima est

    cansado, perezoso, temeroso del trabajo, amedrentado ante

    t.odo lo grande, lleno de

    odio

    hacia s mismo

    Busca ya

    con

    solarse con una accin incesante y apresurada, tratando

    de

    esconderse de s mismo.

    De

    tal modo su pe1plejidad y la falta

    de

    una gua hacia la cultura

    lo

    empujan de 1tna

    forma

    de exis-

    tencia

    a

    otra

    " Las naturalezas menos dotadas encuentran en

    cambio

    sus ventajas:

    sin embargo,

    su

    bienestar

    no constituye

    una ve1dadera

    compensacin

    'rente al dolor de un

    solo

    joven

    que

    era

    llevado

    hacia

    la cultura, que tena

    necesidad

    de

    una gua,

    y que

    finalmente deja caer

    las r ~ e n d a s

    descorazonado

    y

    c o ~ e n z a

    a despreciarse a s mismo . s t ~ es el destino de los Jovenes

    ms

    o menos dotados, y a ello ha conducido el falso clasicismo

    de la universidad. Nuestros acadmicos independientes viven

    sin

    filosofa

    y sin

    arte, cmo podrn

    ~ ~ n t o n c e s

    sentir

    la nece-

    sidad de ocuparse de griegos y

    romanos,

    si ninguno tiene ya

    razones para simular

    propensin hacia

    ellos?

    Y sin

    embargo,

    si

    se

    eliminasen

    los griegos con su

    filosofa

    y con

    su arte, con

    qu

    escalera

    quieren llegar entonces a la cultura?

    42

    Richard agner

    en

    ayreuth

    l ~ n

    este

    perodo de la

    vida

    de Nietzsche, poco

    ms

    de un ao,

    s notable

    ya

    la desproporcin cuantitativa entre la obra publi

  • 8/21/2019 Colli - Introduccion a Nietzsche

    24/75

    fuerza, de la capacidad cl1:; seducc;i11 c1el i er1n1eno V/ag_ner,

    sobre

    todo en la

    esfera

    extra1nusic;al.

    1\quello que

  • 8/21/2019 Colli - Introduccion a Nietzsche

    25/75

    de

    ingenuidad infantil los

    acompaa.

    De ese

    modo,

    a pesar de

    su

    perversidad, muestran un rasgo de

    pureza Pero

    de

    esta

    ma

    nera se deber reconocer ' 'que los productos ms grandes del

    espritu tienen

    un fondo

    terrible y malvado''. Es posible advertir

    aqu

    una

    evolucin del concepto de

    dionisaco,

    que desde la

    negatividad schopenhaueriana en que era entendido en El

    naci-

    miento de

    la tragedia

    se

    haba

    ya deslizado a

    aquella interpreta-

    cin afirmativa que ser caracterstica del pensamiento posterior

    de Nietzsche. A esclarecer el

    aspecto

    ' 'humano' '

    de

    la

    Grecia

    ms

    antigua

    puede haber contribuido quizs su

    creciente inters

    por Tucdides, segn

    lo

    documentan los

    fragmentos

    pstumos.

    Una Grecia tal es indudablemente

    inactual

    y

    as

    se puede com-

    prender mejor

    por

    qu

    Nietzsche habla de

    una

    conjuracin de

    la

    filologa: es

    en

    realidad difcil pensar

    que

    el

    hombre moderno

    se decida voluntariamente a

    instruir

    a sus hijos segn el

    modelo

    de ui1a antigedad de tal naturaleza.

    Con

    estas meditaciones Nietzsche se desliza hacia el aisla

    miento. En

    e