TUTORIAL AVISOS
Clarn Digital,
17-05-06http://www.clarin.com/diario/2006/05/17/conexiones/t-01197251.htmExplota
el Tuppersex
Mujeres de ms de 40 se renen en casas, tecito de por medio, para
comprar juguetes estimulantes. La experiencia femenina en ventas de
living se abre a nuevos productos: explota el sex shop a domicilio.
Por Lorena Bassani. De la redaccin de Clarn.com
[email protected] la mesa no faltan las galletitas,
las medialunas y los caoncitos de dulce de leche. Tampoco faltan
los vibradores de todas las tallas, los condones de varios colores,
las bombachas en miniatura y las cremas estimulantes con olores
ricos. Sentadas en redondo, comiendo y tomando tecitos de hierbas,
ocho mujeres de ms de 40 aos hablan con confianza, como si se
conocieran desde el jardn de infantes. La particularidad: se
cuentan con lujo de detalles sus ltimas frustradas, exitosas o
graciosas experiencias sexuales. Mientras, compran -como si fueran
perfumes, ollas o envases plsticos- distintos juguetes erticos para
sorprender a sus maridos o a sus amantes. Recin llegadas a la
Argentina, estas singulares reuniones son un gran xito en los
Estados Unidos y en varios pases de Europa (especialmente las
realizadas por el famoso sex shop madrileo Maleta Roja). Su forma
de comercializacin remite directamente a las clsicas reuniones de
cosmticos: venta directa y personalizada de productos de sex shop
en casas particulares, organizada por alguna voluntaria. Me anim a
tener un consolador slo porque estaba entre amigas y porque no haba
que entrar a un local de esos para comprarlo, explica Rosario,
profesora de historia de 45 aos, separada hace dos y con tres
hijos. Mujer que, como muchas otras, se subi a esta moda inspirada
en un fenmeno mundial: el de llamado Tuppersex, que naci hace cinco
aos en el sur de Estados Unidos. En California, por ejemplo,
Passion Parties es la empresa pionera del Tuppersex yanqui: con
ventas que superan los 20 millones de dlares y cerca de 4 mil
vendedoras cautivas, su perfil de consumidora/promotora va desde
amas de casa y ex maestras hasta seoras jubiladas. Se entiende: las
chicas Tuppersex no son mujeres en minifalda sino todo lo
contrario: son personas comunes y corrientes que llegan a las
reuniones con una sana sonrisa, muy dispuestas a ensear los
secretos de semejante parafernalia sexual. Las sesiones son una
combinacin de educacin sexual, terapia de grupo y presentacin
comercial, donde las clientas son invitadas a saborear, tocar y
sentir los juguetitos.
Desde el sex shop Extasy Collection, Gustavo Vidal sostiene: En
nuestra compaa, la mayor parte de las ventas se centralizan a travs
de la web, que ha mostrado ser una poderosa herramienta de
comercializacin. Usualmente, para un cierto tipo de pblico que
busca adquirir los productos a travs de gente de su confianza, la
combinacin de nuestros catlogos y la web logran una buena
performance. Tenemos una red de representantes en el interior, que
venden otros productos, como Tupperware o Essen y que, en su crculo
de compradores, tambin hacen el pedido de juguetes erticos.
Mara Laura da cuenta de este fenmeno en Catamarca. Ella tiene 43
aos y desde hace unos meses, no slo vende lencera en el centro de
la provincia, sino que tambin comercializa chichitos en sus
reuniones. Cada tanto, alguna clienta me consultaba sobre ropa
interior ms jugada o algo para sorprender a sus maridos.
Lgicamente, cuando nos reunimos con mis amigas a tomar mate, o con
madres de los compaeritos de mi hijo, surgen las preguntas. En ese
ambiente, ms relajado, muchas veces me preguntan por asesoramiento
en sus temas puntuales, como el de la masturbacin femenina, algo de
lo que todava, vaya a saber uno por qu motivo, no se habla, dice.
Con slo cuatro meses en el mercado, Sophie Jones es la nica empresa
que se dedica exclusivamente a esta clase de servicios en la
Argentina. El ltimo viernes, la marca organiz una feria de chiches
XXX: Pens que esto poda funcionar teniendo en cuenta la
idiosincrasia de la mujer latina. Alguien que, evidentemente, no
suele entrar a un sex shop porque no se anima, porque le da
vergenza, dice Ana, creadora del microemprendimiento. Y sigue: Pasa
algo muy curioso con algunas seoras: se convierten en compradoras
casi compulsivas, organizan reuniones todos los meses y quieren
tener, s o s, su propio ajuar ertico. Mi target es el de mujeres
maduras, de 42 aos a 65 aos, que quieren sentirse unas diosas
totales, aclara Ana, pcara. Todas dicen que resulta.
