Chung y Pennebacker, 2007. Function Words

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    In K. Fiedler (Ed.) (2007). Social Communication (pp. 343-359) New York: Psychology Press.

    12The Psychological Functions of

    Function Words

    CINDY CHUNG and JAMES PENNEBAKER

    Funciones Psicolgicas de las Palabras Funcionales

    El lenguaje es la materia prima de la mayora de los procesos sociales. Usamos las palabras paratransmitir nuestras emociones y pensamientos, para contar historias, y para comprender el mundo. Esun poco extrao, entonces, que tan slo unas pocas investigaciones de las ciencias socialesse centren en el uso del lenguaje comn entre las personas en el mundo real.

    Hay muchas razones legtimas para no estudiar lo que la gente dice o escribe. Histricamente, elanlisis de textos fue lento, complejo y laborioso. El propsito de este captulo es sugerir que loscientficos sociales en general y los psiclogos sociales en particular, deberan reconsiderar el valor delos estudios lingsticos. Con los recientes avances de la metodologa informtica de los Anlisis detexto, actualmente somos capaces de explorar los procesos sociales bsicos de una forma novedosa ycon tal riqueza que de ningn otro modo podra siquiera pensarse hace unos aos.

    Cuando el lenguaje fue investigado dentro de la psicologa social, generalmente su estudio sefundament en mtodos experimentales muy rigurosos con una diversidad de procedimientosestandarizados de codificacin. Estas obras han ayudado a los investigadores a entender los procesos

    de atribucin social(Fiedler y Semin, 1992), comunicacin intercultural(Hajek y Giles, 2003), e inclusocmo piensan diferentes culturas sobre el tiempo (Boroditsky, 2001).

    Al recoger muestras verbales, a menudo se asume que la mejor estrategia consiste en no preguntardirectamente a los sujetos por sus propios estados personales. En cambio, se les pide que describanun dibujo o una imagen ambigua o se les insta a contar una historia, para interpretar los significadosprofundos y subyacentes (por ejemplo Schultheiss y Brunstein, 2001; Winter & McClelland, 1978).

    En la ltima dcada, un pequeo grupo de investigadores han adoptado una estrategia diferente. Suobjetivo ha sido el de comprender cmo la gente usa de forma natural las palabras en susinteracciones diarias, y de qu modo stas reflejan lo que estas personas son y lo que estn haciendo.

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    Como se detalla a continuacin, esta estrategia tambin se ha denominado method-driven research.Con el creciente desarrollo de programas informticos cada vez ms verstiles y la disponibilidad dellenguaje en textos de internet, actualmente nos hallamos frente a las puertas de una nueva era paracomprender los vnculos entre el lenguaje y personalidad. Cabe destacar que este enfoquemetodolgico tambin nos ha obligado a iniciar investigaciones que observen el uso natural de laspalabras en lugar de explorar el significado ms amplio o profundo del lenguaje dentro de una frase oargumento (por ejemplo en Semin, Rubini, y Fiedler, 1995), en un dilogo y conversacin (Tannen,1993), o una narrativa completa (McAdams, 2001).

    En este captulo se resume mucha de nuestra propia investigacin que trata de identificar y entendercmo el uso de las palabras puede reflejar procesos sociales bsicos, as como la personalidad, yprocesos cognitivos y biolgicos. Basndonos en los procedimientos computarizados de anlisis detexto, estamos descubriendo que tras el muestreo verbal y exmenes de frecuencia en el uso de lasjunk wordsque habitualmente se pasan por alto- formalmente denominadas palabras funcionales opartculas (verbos auxiliares, adverbios, preposiciones, conjunciones), nos da una idea de gran alcanceen la comprensin de la psique humana.

    RECIENTES DESARROLLOS EN LAS MEDIDAS

    No es el propsito de este documento resumir la abundancia de estrategias computarizadas de las quedisponen los investigadores (para una revisin ms exhaustiva ver Pennebaker, Mehl, y Niederhoffer,2003). Algunos mtodos son, por ejemplo, el recuento simple de palabras relativas a temticasparticulares (por ejemplo, el programa DICCIN: Hart, Jarvis, Jennings, & Smith-Howell, 2005), otrosexploran palabras o frases que revelan tpicos psicoanalticos (Gottschalk, 1997) o temasrelacionados con las necesidades o la motivacin humana (por ejemplo, el General Inquirer: Stone,Dunphy y Smith, 1966). Son distintos mtodos de corte inductivo que han ido evolucionando desde elcampo de la inteligencia artificial. Uno de estos programas, denominado Anlisis Semntico Latente(LSA; Foltz, 1996), compara la similitud de dos textos en trminos de su contenido.

    En nuestro laboratorio, hemos confiado en el desarrollo de un programa de anlisis de texto quellamamos Linguistic Inquiry and Word Count; LIWC (Pennebaker, Francis, y Booth, 2001). LIWCbusca y cuantifica el contenido y estilo de las palabras dentro de cualquier archivo de texto dado.

    LIWC ha sido desarrollado por diferentes bloques de juicio evaluativo, para evaluar el grado en el quecerca de 2000 palabras o grupos de palabras se relaciona con cada una de las docenas de categorasdisponibles. Las categoras son palabras con valencia emocional negativa (triste, enojado), valenciapositiva (risa, feliz), categoras de funcin estndar (pronombres, artculos, preposiciones), yvarios categoras de contenidos (por ejemplo, la religin, la muerte, el trabajo). Para cada ensayo, esteprograma calcula el porcentaje total de palabras que estn representadas en las categoras

    lingsticas.

    La intencin original del LIWC era entender cmo la gente utilizaba el lenguaje al escribir acerca desus trastornos y desrdenes emocionales. A partir de dcada de los 80, descubrimos que cuando lagente escriba acerca de las experiencias traumticas durante aproximadamente 3-4 das, con unafrecuencia de tan slo 15-30 minutos, exhiban mejoras en la salud fsica (por ejemplo, Lepore ySmyth, 2002; Pennebaker, Kiecolt-Glaser, y Glaser, 1988). El programa LIWC, por lo tanto, nospermiti conocer qu tipo de palabras, en ltima instancia, correlacionan con cambios en la salud delas personas.

    El desarrollo de LIWC dio lugar a que investigadores de otros laboratorios nos enviasen sus muestras

    de experimentos, con textos para analizar. Pronto recibimos cientos, luego miles de ensayos escritosde todo el mundo, en formato de texto. Con el rpido desarrollo de la Internet, empezamos a ampliarnuestro archivo de textos. Aunque disponemos de una base de datos superior a los 400.000 archivos,

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    este artculo se centra en el anlisis de cerca de 95.000, que representan a ms de 80.000 personasdiferentes.

    Como se puede ver en la Tabla 12,1, los datos de este trabajo se basan en el anlisis de 67 millones depalabras a travs de siete categoras de textos escritos y lenguaje hablado.

    PALABRAS FUNCIONALES FRENTE A PALABRAS DE CONTENIDO

    El simple recuento de las palabras es sin duda una forma cruda para entender lo que las personasestn diciendo. La mayora de los programas informticos hacen un trabajo pobre en trminos deapreciar el contexto. Generalmente son incapaces de apreciar la irona, el sarcasmo y el uso deretrica. En Ingls, las palabras suelen tener diferentes significados en sus diferentes contextos. ElLIWC, por ejemplo, clasifica "loco" en la categora de palabras con emociones negativas e ira. Frasescomo "Estoy loco por mi amante" y "Est loco como un sombrerero" son simplemente inclasificablespara el programa, ya que stos son, en ltima instancia, probabilsticos.

    Pero an problemtico es decidir qu palabras deben ser contabilizadas. Los enfoques ms recientesde anlisis de contenido lingstico se centran en las palabras que sugirieren temas especficos.Mediante el anlisis de la entrevista, el investigador o el programa informtico puede detectarpalabras relacionadas con una temtica, como la familia, la salud, la enfermedad y dinero. Por lo

    general, estas palabras son sustantivos y los verbos regulares. Ambos son el contenido duro (heavycontent) en que se definen las categoras primarias y las acciones dictadas por el que habla o escribe.Es lo que proporciona un sentido. Para mantener una conversacin, es importante saber de lo sehabla.

    Hay mucho ms en la comunicacin que los contenidos. Los seres humanos estamos tambin muyatentos a las formas en las que se nos transmite un mensaje. Allport (1961) hizo hincapi en la ideade los comportamientos estilsticos o, ms ampliamente, los estilos de personalidad. La manera como lagente camina, los gestos, e incluso pelar una naranja podra reflejar sus motivaciones, necesidades yotras dimensiones no menos importantes de la personalidad.

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    As como hay contenido lingstico, tambin hay estilo lingstico - como la gente estructura suspalabras para crear un mensaje. Cmo se explica el "estilo"? Considere las formas en la que trespersonas diferentes podran resumir sus sensaciones sobre comer helado:

    Persona A: Debera decir que me gusta el helado.Persona B: La experiencia de comer una cucharada de helado es ciertamente muy satisfactoria.Persona C: Yummy. Alucinante.

    Los tres estn diciendo esencialmente lo mismo, pero sus maneras de expresarse aluden a otrosaspectos: la persona A es un poco tmida, B es demasiado formal y rgido; C resulta fluido y sininhibiciones. Las tres personas difieren en el uso particular de pronombres, palabras grandes ypequeas, verbosidad, y docenas de otras dimensiones. Podemos detectar el estilo lingsticoponiendo atencin a las "junk words" - aquellas palabras que no transmiten mucho en la forma delcontenido. Normalmente se conoce comopalabras funcionales o partculas, son como el pegamentoque unen laspalabras de contenido.

    Las palabras funcionales incluyen pronombres, preposiciones, artculos, conjunciones y verbosauxiliares. Mientras que el promedio de vocabulario nativo del ingls cuenta con un vocabulario de

    ms de 100.000 palabras, menos de 400 son las palabras funcionales (Baayen, Piepenbrock, yGulikers, 1995). Este porcentaje aparentemente trivial (menos del 0,04%) supone ms de la mitad delas palabras que usamos en el habla cotidiana (Rochon, Saffran, Berndt, & Schwartz, 2000). A pesar dela frecuencia de su uso, son las ms difciles de dominar al aprender un nuevo idioma (Weber-Fox yNeville, 2001)

    La Tabla 12.2 es un listado de las 20 palabras ms usadas en nuestros archivos de texto. Todasellas son palabras funcionales y se utilizan en tasas sorprendentemente altas. Las diez primeraspalabras representan por s solas ms del 20% de las palabras que utilizamos. Como se puedeobservar, las palabras funcionales son generalmente muy cortas (generalmente 1-4 letras), se hablanrpidamente (a una velocidad de 100-300 milisegundos - la tasa de frecuencia que se utiliza en elcribado, en pruebas de laboratorio o de percepcin subliminal), y se pasan por alto ms rpidamentecuando estamos leyendo (Van Petten y Kutas, 1991).

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    Tenemos una memoria horrible para recordar nuestro uso de las palabras funcionales, al igual que elde los dems. Al redactar una carta o hacer un discurso, podramos pensar brevemente sobre estospalabras. En la conversacin diaria, sin embargo, no tenemos prcticamente ningn control o

    memoria sobre cmo y cundo se utilizan, ya sea al escuchar a otro o al hablar uno mismo.

    Como evidencia, podamos tratar de estimar la frecuencia con la que usted ha visto los artculos (a, an,the) en la ltima pgina. Se han utilizado ms o menos artculos ms o menos que en el habla normal?[Sugerencia: la respuesta es mucho ms: un 6,6% en este captulo, en comparacin con el 4,0% en undilogo en condiciones normales.] A pesar de que rara vez prestaba atencin consciente, las palabrasfuncionales tienen un fuerte impacto en el oyente, en el lector y, al mismo tiempo, reflejan muchosdatos sobre un orador o escritor.

    Volviendo de nuevo a las tres personas hipotticas que describen la experiencia de comer helado, sus

    diferentes usos en las palabras funcionales, nos sealan aspectos predecibles. Las formas en que seutilizan estas palabras reflejan su estilo lingstico.

    Somos animales sociales. Si examinamos el cerebro humano lo y comparamos con otros mamfero, ellbulo frontal de la corteza cerebral es desproporcionadamente grande. En aos recientes, losinvestigadores han comenzado a enfatizar el estudio del lbulo frontal en la orientacin de nuestrasconductas sociales (por ejemplo, Damasio, 1995; Gazzaniga, 2005). La mayora de las emociones, y lashabilidades en la comprensin y regulacin de las emociones y/o la capacidad para empatizar conotros, son muy dependientes de tener el lbulo frontal intacto. El idioma, tambin, tiene un vnculoimportante con la funcin del lbulo frontal. En general, la mayora de las funciones del lenguaje seencuentran en los lbulos temporal y frontal.

    El rea de Wernicke est dentro del lbulo temporal izquierdo (al menos para la mayora de la gente)Esta zona cerebral es imprescindible para la comprensin y la generacin del discurso - incluyendo eluso y comprensin de sustantivos, verbos regulares, y la mayora de los adjetivos.

    Por otro lado, el rea de Broca se encuentra en el lbulo frontal izquierdo. Cuando hay daossignificativos en el rea de Broca mientras el rea de Wernicke est intacta - las personas soncapaces de hablar, pero con un discurso muy lento, vacilante. A menudo carecen de palabrasfuncionales.

    Las personas buen funcionamiento del rea de Broca funcionamiento pero con daos en el rea deWernicke - presentan un estilo social completamente diferente. Esta gente suele hablar de manerafluida y con gusto, manteniendo el contacto visual. El nico problema es que se utilizan sobre todo laspalabras de funcin sin contenido (por ejemplo, Miller, 1995). Incluso a nivel cerebral, por tanto, laspalabras funcionales estn vinculadas con las habilidades sociales.

    Un anlisis ms profundo de las la palabras funcionales apunta a sus funciones sociales con mayorclaridad. Los pronombres, por ejemplo, son palabras que exigen una comprensin compartida de losreferentes entre el hablante y el oyente. Considere la siguiente frase:

    I cant believe that he gave it to her. No puedo creer que se lo diese a l.

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    Esta es una frase completamente normal. Podemos imaginar a alguien dicindonos esto y saberexactamente a lo que se refiere. Esta frase no tiene ningn sentido, sin embargo, a menos que sepaquin es "yo", "l" y "ella" es, as cmo lo que significa "se".

    En una conversacin normal, sabramos quines son los diferentes actores y objetos. Se basa en elconocimiento compartido entre el que habla y el que escucha, para lo cual se requieren algunashabilidades sociales. El interlocutor supone que el oyente sabe a lo que se refiere. El receptor debeprestar atencin y entender al interlocutor para seguir la conversacin. As que la mera capacidad deentender una conversacin sencilla llena de palabras funcionales exige habilidades sociales.

    Esto mismo es cierto para artculos, preposiciones y todas las dems palabras funcionales.Consideremos las siguientes oraciones ligeramente alteradas:

    No puedo creer que l le diese el anillo.No puedo creer que l le diese un anillo.

    La diferencia entre "el" anillo y un anillo es sutil pero importante. Estas frases nos indican lasposibles diferencias en los conocimientos, contextos y relaciones interpersonales compartidos por un

    interlocutor y un oyente.

    Palabras tales como "antes", "sobre", y "un" requieren, del mismo modo, un conocimiento bsico de laubicacin del hablante en tiempo y el espacio. La capacidad de utilizar las palabras funcionales,suponen un marcador de las habilidades sociales avanzadas. Hablando de nombres y verbos, sinembargo, simplemente requiere la capacidad de entender categoras y definiciones culturalmentecompartidas.

    PALABRAS FUNCIONALES Y PROCESOS SOCIALES

    Durante los ltimos aos, se ha comenzado a rastrear el uso de las palabras funcionales a travsmltiples procedimientos. La mayora de estos estudios se han centrado en los pronombres y,ocasionalmente, en artculos y preposiciones. Teniendo en cuenta que las palabras funcionales son tandifciles de controlar, examinar su uso en las muestras de lenguaje natural nos ha proporcionado unaforma no reactiva para explorar procesos sociales y de la personalidad.

    Al igual que otras medidas implcitas que se usan en los contextos experimentales de laboratorio enPsicologa Bsica, los escritores u oradores que examinamos no son conscientes de cul es la variabledependiente de la investigacin (Fazio y Olson, 2003). De hecho, la mayora de las muestras quehemos analizado proceden de fuentes en las que el lenguaje natural se graba para fines distintos de losanlisis lingsticos, y por lo tanto tienen la ventaja de tener una validez externa mayor ms que la

    gran mayora de los estudios que incluyeron medidas implcitas.

    Es posible que al modificar los contextos y objetivos de la comunicacin influya en el uso de laspalabras funcionales. An no se ha descartado esta posibilidad. Sin embargo, dada la amplia gama detextos examinados, es poco probable que haya factores externos especficos que condiciones losefectos reportados.

    Los vnculos entre palabras funcionales y procesos sociales resultan correlativos. Pero el hecho de quelas palabras funcionales varen segn los estados psicolgicos es un hallazgo novedoso e importante.Las investigaciones futuras pueden mejorar, a partir de nuestros hallazgos y resultados, adoptandondices lingsticos que controlen la validez discriminante, o desde una aproximacin con otros

    mtodos de evaluacin para la validez predictiva. A continuacin, describimos algunas de nuestrasconclusiones ms slidas.

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    Comenzaremos con los vnculos entre las palabras y la actividad biolgica y avanzaremos a travs delos niveles de anlisis en los que las palabras parecen reflejar diferencias culturales.

    Evidencias empricas

    Sorprendentemente, unos pocos investigadores han examinado los vnculos entre la actividadbiolgica y las palabras funcionales. Scherwitz, Berton, y Leventhal (1978), por ejemplo, encontraronque los entrevistados con personalidad tipo A (propensin a padecer enfermedades coronarias) queutilizaban los pronombres en primera persona singular con mayor frecuencia, mostraban una mayorpresin sangunea que sujetos del mismo perfil que se referan a s mismos con menor frecuencia. Lostipo B, que no son propensos a la enfermedad cardaca coronaria (CHD), no mostraban relacin entreauto-referencias y cualquiera de las medidas fisiolgicas adoptadas. En un estudio prospectivo

    posterior, ni la cantidad ni la frecuencia del uso del pronombre personal en primera persona delsingular, predijeron CHD, no obstante, las relaciones entre la frecuencia de auto-referencias y lapersonalidad Tipo A seguan siendo significativas (Graham, Scherwitz, y Brand, 1989).

    En nuestro trabajo, hemos examinado la influencia que tiene la manipulacin en la testosterona sobreel uso del lenguaje. En este estudio, tenamos dos adultos que se estaban sometiendo a terapia contestosterona por diferentes razones. Los sujetos experimentales nos proporcionaron 1-2 aos dearchivos de textos su diario personal o mensajes de correo electrnico-, as como un historial de susinyecciones de testosterona (Pennebaker, Novio, Loew, y Dabbs, 2004). Grosso modo, el descenso enlos niveles testosterona tena el efecto de suprimir el uso de los pronombres personales de primera

    persona.

    Es decir, cuando los niveles de testosterona disminuyeron en las semanas posteriores, debido a lainyeccin hormonal, los participantes comenzaron a hacer ms referencias a otras personas.Contrariamente a los estereotipos que vinculan los niveles hormonales de testosterona con laexperiencia subjetiva de energa, afecto positivo, mayor sexualidad y agresividad, no encontramosotros correlatos fisiolgicos, como el estado de nimo u otros ndices lingsticos. Uno de los efectos dela testosterona, entonces, consistira en dirigir la motivacin de las personas hacia otras personas, como

    sujetos sociales.

    En mltiples estudios sobre la Depresin, se ha descubierto que el uso de la primera persona en

    singular est asociada con estados afectivos negativos (vase tambin Weintraub, 1989). Cuando seles pide que escriban sobre su entrada en la Universidad, los estudiantes deprimidos utilizan mspronombres singulares en primera persona que otros, antes o nunca antes deprimidos. Adems, losestudiantes anteriormente deprimidos utilizaron ms pronombres de primer persona singular que losestudiantes nunca antes deprimidos (Rude, Gortner, y Pennebaker, 2004).

    En grabaciones con muestras del habla natural durante varios das, el uso de "yo" es ms frecuenteentre las personas con altos niveles de depresin que aquellas que manifiestan puntuaciones dedepresin bajos (Mehl, 2004). En ambos estudios, los pronombres son un marcador de depresin mssignificativo que el uso de las palabras emocionales negativas. En el anlisis de los textos de poetassuicidas vs no-suicidas, los poetas que finalmente se haban suicidado, haban mostrado tasas

    mayores del uso en los pronombres de primera persona singular (Stirman y Pennebaker, 2001). En

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    general, su estilo de lenguaje mostraba que estaban ms centrados en s mismos y menos integradosen la sociedad que otros poetas no suicidas.

    Reacciones al estrs vital

    Rudolph Giuliani fue alcalde de New York desde 1993 a 2001. l concedi mltiples ruedas de prensapor ao respondiendo a una amplia gama de preguntas de la prensa. En la primavera de finales de2000, en el intervalo de un mes le sucedieron los siguientes eventos: anunci la ruptura de sumatrimonio, dio a conocer su relacin con otra mujer, fue diagnosticado de cncer de prstata y retirsu candidatura por el Senado contra Hillary Clinton.

    El Anlisis de textos de las ruedas de prensa que dio durante estos meses revel que su uso de lospronombres personales singulares (Yo, m, me, conmigo) aument de una tasa de aproximadamenteel 2% de las palabras que usaba en sus discursos, a ms de 7% (Pennebaker y Lay, 2002).

    Igualmente intrigantes fueron los cambios en el uso de la primera persona del plural. Los estereotiposculturales reflejan que palabras como "nosotros" y "nuestro" van a reflejar vnculos afectivosestrechos con otras personas. A veces esta afirmacin resulta cierta; y con la misma frecuencia, no lo

    es. En especial, el uso del Nosotros en los varones tiene un cariz de distanciamiento o el pluralmayesttico (frmula de cortesa) Por ejemplo: "Tenemos que analizar los datos" o "No vamos a subirlos impuestos.

    En las ruedas de prensa que dio durante sus primeros cuatro aos de alcalde, Giuliani utiliza"nosotros" en tasas excepcionalmente altas tasas - ms de 2,5% del total de sus palabras en discursos.Cuando su vida se vino abajo, esta tasa se redujo a una tasa ms comn, del 1%. Los ataques del 11-S,pusieron a Giuliani en el centro del escenario mundial, que vieron su fuerza y calidez como algoheroico. Durante la etapa final de alcalde, su uso de las palabras "yo" era del 3% y del 3,2% paranosotros.

    Curiosamente, los investigadores que evaluaron su uso de las palabras "nosotros" encontraron que enel perodo inicial como alcalde estuvo marcado por el distanciamiento o el plural mayesttico,mientras que tras el 11-S, el "Nosotros" se refiere a determinadas personas o grupos identificables.

    Reacciones a factores de estrs socialmente compartidos

    Considerando que el uso de los pronombres en primera persona del singular sugieren que el foco esten uno mismo, la mayora de los otros pronombres sugiere, implcita o explcitamente, que la personadirige su atencin a otras personas. De forma congruente con lo bibliografa social de apoyo, a mayorreferencia a otros, mayor salud. Los resultados relativos a la utilizacin de pronombres de tercera

    persona (ella, l, ellos) sugieren que su uso est ligado a un afrontamiento adaptativo que redunda enbeneficios para la salud fsica.

    Nuestro uso de un mtodo de anlisis de texto basado en Anlisis semntico latente (LSA; Foltz,1996), encontr que las personas que alternaban en el uso de los pronombres personales al escribirsobre los trastornos emocionales de su vida un cambio de altas tasas del "Yo" hacia altos ndices deotros pronombres personales- evidenciaron una notables mejora de la salud en los meses sucesivos ala escritura expresiva emocional (cf., Campbell & Pennebaker, 2003).

    Ms recientemente, se volvieron a analizar tres estudios de escritura expresiva y apareci unacorrelacin positiva entre el la ausencia del pronombre personal Yo e indicadores de salud

    subsiguiente: r = .29, p

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    A travs de todos los estudios que hemos dirigido sobre catstrofes a nivel social o comunitario,encontramos que el uso de los pronombres de primera persona en plural sufre un aumento. Estosestudios incluyen charlas (chat room) a raz de la muerte de la princesa Diana de Gales (Stone &

    Pennebaker, 2002) y el nmero de relatos que aparecen en los peridicos tras la tragedia de Texas, A& M Bonfire (Gortner y Pennebaker, 2003). Lo ms sorprendente, sin embargo, fue el anlisis detextos de ms de 1.000 bloggers tras los meses posteriores al 11-M (Cohn, Mehl y Pennebaker, 2004).

    En la ltima dcada, millones de estadounidenses descubrieron los web logs (blogs). Un blog dereferencia es el LiveJournal.com. En el momento de escribir este artculo, LiveJournal recibe ms de40.000 mensajes por hora por sus 2-3 millones de miembros activos.

    Colaborando con LiveJournal, hemos descargado mensajes de ms de 1000 personas que escribieroncon tasas relativamente elevadas en los dos meses anteriores y tras el 11-M. El anlisis de estos

    71.800 archivos de texto revel cambios sorprendentes en el uso del pronombre. Primero, disminuyel uso de los pronombres de primera persona singular en las horas posteriores a los ataques de lasTorres Gemelas, desde un valor basal del 7,1% a 5,9%.

    Aproximadamente durante una semana, el uso de la palabra yo, mi, me, conmigo, permanecipor debajo de la lnea de base (6,7%) durante los dos meses de seguimiento. Curiosamente, de modocomplementario, aument el uso del pronombre de primera persona del plural; esto es, la gente habacambiado la auto-referencia enfocndose hacia sus amigos, familiares y otras personas significativasdentro de su grupo.

    Tenamos a nuestra disposicin los datos lingsticos y acsticos de personas que estaban utilizando

    un dispositivo de grabacin activado electrnicamente (llamado EAR) durante e inmediatamentedespus de los ataques 11-M. Esto nos proporcion un soporte adicional para la explorar la relacinentre la ausencia en el uso de pronombres personales y el sentimiento de pertenencia (Mehl yPennebaker, 2003).

    Este descenso del nmero de pronombres personales en el habla natural despus de los ataques del11-M fue simultneo a un cambio en los patrones de sus interacciones sociales. En general, se produjoun descenso en la cantidad de tiempo que la gente se dedicaba a charlar con grupos de tres o mspersonas mientras que se produjo un aumento correspondiente a las interacciones didicas. En otraspalabras, tras los 5-6 das que siguieron a los ataques, la gente pasaba ms tiempo en casa hablando

    con otra persona en lugar de congregarse en grupos numerosos o de tamao medio. Curiosamente,aquellas personas que se desviaron de este perfil social, en comparativa, parecan estar menosajustados socialmente, una vez pasadas dos semanas tras la catstrofe.

    En base en los resultados anteriores, qu refleja el uso de la primera persona en singular? En su nivelms bsico, el uso de la palabra "Yo" indica que un sujeto est prestando atencin al s mismo.Prestar demasiada atencin a uno mismo actualmente se asocia con estados emocionales negativoscomo la depresin. Curiosamente, las personas relativamente sanas que se enfrentan a catstrofescomo el 11-S, en realidad evidencian un descenso en el uso de estas palabras, en lugar de darse unaumento. Sentirse triste es muy diferente a estar deprimido. En la medida que el trastorno emocionalprovoca que las personas se sientan ms prximas a los dems, este patrn se asocia con un

    afrontamiento adaptativo. De hecho, en un estudio de Texas A & M, descubrimos en la muestra deestudiantes que se enfrentaron a la trgica muerte de 12 compaeros, que el alumnado en su conjunto

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    mostr tasas elevadas de "nosotros" y redujo el uso del "yo" en artculos de peridico y cartas. Todoapunta a que los estudiantes estaban muy abatidos por los acontecimientos. Sin embargo, a lo largo delos siguientes 6 meses, los jvenes presentaban tasas mucho ms bajas de ingresos en los centro desalud que en el ao anterior y/o en comparacin con estudiantes de otras universidades en la mismapoca (Gortner y Pennebaker, 2003). Los pronombres son, en conclusin, indicadores de gran alcancepara la afiliacin humana, con implicaciones para la prediccin del impacto en salud.

    Engao

    Los pronombres y otras palabras funcionales tambin nos proporcionan pistas sobre la veracidad delas declaraciones. Las conjunciones, negaciones y ciertas preposiciones se emplean para establecerdistinciones sobre categoras. Una clase particularmente atractiva son las preposiciones deexclusividad (disyuntivas exclusivas), entre las que se incluyen "pero", "salvo", "sin", "excepto". En elanlisis factorial, estas palabras suelen aportar negaciones (sin, no, nunca), y estn asociadas a unamayor complejidad cognitiva (Pennebaker y King, 1999).

    En mltiples experimentos donde el sujeto experimental es inducido a describir o explicar algohonesta o engaosamente, el uso combinado de pronombres en primera persona singular y

    disyuntivas exclusivas predice la honestidad de las declaraciones (Newman, Pennebaker, Berry, yRichards, 2003). En otras palabras, cuando la gente est diciendo la verdad (u oposicin a la mentira),tiende a "apropiarse de", por lo que resulta menos impersonal y, al mismo tiempo, es ms propensos adescribir su historia en una forma cognitivamente ms compleja.

    Status

    De todas las palabras funcionales, el uso relativo de los pronombres en primera persona del singulares un marcador especialmente robusto de la posicin de dos personas en una interaccin social.Dentro de las diadas, se ha encontrado que aquella persona que usa menos el "yo" tiendeser la persona de ms estatus. En el anlisis de textos de email de 11 estudiantes de pregrado,postgrado y sus profesores, el estatus del interactuante se correlacion en un (-)0.40 en el uso relativode la palabra "Yo" (Pennebaker y Davis, 2006).

    Del mismo modo, los anlisis de las cintas del Watergate (implicaban interacciones didicasentre el presidente Nixon, Haldeman, Erlichmann y John Dean) indic que el presidente Nixon tenarelaciones muy diferentes con los tres hombres en sus conversaciones. Por ejemplo, el uso de laprimera persona del singular de Nixon es significativamente menor cuando habla con Erlichman(Nixon = 3,0%, Erlichman = 5,7%) y Dean (3,9 vs 5,3) que en sus interacciones con Haldeman (5,1 vs5,0). De hecho, John Dean (comunicacin privada, 30 de agosto de 2002) seal que Nixon yHaldeman eran socios en la gestin de la Casa Blanca - aunque no amigos. La relacin de Dean con

    Nixon era formal y de respeto.

    Curiosamente, Dean caracteriza a Erlichman como arrogante e inseguro y a menudo "sin entender" lapoltica de Washington. Al escuchar las cintas del caso Watergate, Dean qued impresionado con lasbazas que jugaba Erlichman con la esperanza de conseguir el trabajo de Haldeman. En susinteracciones con Nixon, Erlichman era demasiado solcito, casi arrastrndose. La reaccin de Nixonfue la de tomar una mayor distancia, con la que aument una relacin distante y formal.

    El anlisis de las palabras "yo", entonces, puede ayudar a descubrir diferencias sutiles en lasrelaciones entre estos personajes histricos.

    Demografa: Gnero, sexo y edad

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    Hay diferencias de gnero prcticamente en el uso de todas las palabras funcionales: pronombres,preposiciones, artculos, y verbos auxiliares. En un estudio de ms de 10.000 archivos de texto,

    Newman et al. (2003) encontraron que las mujeres tienden utilizar los pronombres en primerapersona singular en una tasa consistentemente ms elevada que los hombres.

    Las razones de estas diferencias podran consistir en que las mujeres son generalmente ms auto-referenciales que los hombres, ms propensas a la depresin, o que las mujeres tradicionalmente hantenido posiciones ms bajas que los hombres. Otra gran diferencia en el gnero es que el discurso oraly escrito de los hombres y natural contienen altos ndices de artculos y sustantivos, caractersticos dela categorizacin, o del pensamiento concreto. Por otro lado, las mujeres utilizan ms verbos(auxiliares especialmente), lo que pone de relieve sus orientaciones relacionales.

    Las diferencias de Edad en el uso de las palabras funcionales tambin son significativas. Pennebaker yStone (2003) encontraron que, con la edad, las personas usan menos palabras en primera persona delsingular y ms palabras en primera persona del plural. Esto, junto con el mayor uso de palabrasexclusivas, sugiere que a medida que las personas envejecen hacen ms distinciones y se distancianpsicolgicamente de la temtica. En otras palabras, las personas mayores hablan con mayorcomplejidad cognitiva. Curiosamente, el anlisis de sus verbos auxiliares indica que, a medida que sehace mayor, la gente usa ms tiempos verbales en presente y que tiempos conjugados en futuro, loque sugiere un cambio de enfoque a travs del proceso de envejecimiento.

    Cultura

    Considerando que los estereotipos sugieren que el uso de las formas "nos" y nosotros representanbonificacin social, uno podra suponer que el pronombre "nosotros" sera ms comn enculturas colectivistas, y el pronombre "yo" ms frecuente en las culturas individualistas.

    Al investigar estos tpicos, hemos comparado las traducciones de peridicos, poemas y novelas deJapn, comparativamente a los textos americanos. Los investigadores encontraron que ambos pasesutilizan la misma frecuencia de pronombres en primera persona plural en su denotacin de cercana ypersonal. Sin embargo, los autores americanos doblan la frecuencia del uso de estas mismas formaspara denotar distancia, formalismo y cortesa que la presente en textos japoneses.

    Contrariamente a los estereotipos, los textos japoneses presentan una tasa superior de pronombresen primera persona singular que los textos americanos. En efecto, los textos estadounidenses tienentasas superiores en el uso del Nosotros. (Chung & Pennebaker, 2005).

    Qu podran explicarnos estos hallazgos contrarios a los estereotipos? Recordemos que eltrabajo revisado a lo largo del captulo ha encontrado que, en general, "Yo" refleja el uso auto-referencial. Dado que enfocarse en uno mismo es requisito para alcanzar valores colectivistas comoarmona, empata y autocrtica a favor del endogrupo (por ejemplo, Kanagawa, Cruz, y Markus, 2001;Markus y Kitayama, 1991), este hallazgo quizs no sea tan sorprendente. Del mismo modo, se hamostrado que el uso de "nosotros genera sentimientos de proximidad, similitud, y/o compartir unobjetivo comn con otra personas que el pronombre "otros y, yo"(Fitzsimmons & Kay, 2004),"ellos o

    eso"(Brewer y Gardner, 1996).

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    En un sistema social jerrquicamente modelado como el Japons, sera bastante insultante odegradante dar a entender que uno es cercano, semejante y comparte un destino comn con elsuperior o subordinado. En estos casos, las construcciones gramaticales como yo y otros sera msapropiada que el uso de "nosotros". Sin embargo, esta presuncin de distancia y cortesa,frecuentemente utilizada para hacer distinciones en la vida social no es significativa. Nuestros datosapoyan este argumento.

    El fenmeno de supresin del pronombre en algunos idiomas sugiere que los hablantes de estascomunidades pueden tener un pensamiento ms colectivista (Kashima y Kashima, 1998, ver tambinlos captulos 2 y 4 del presente volumen). No obstante, comparativas en un idioma dado (incluyendolas traducciones) sealan cmo los pronombres son algo ms que marcadores significativos de auto-referencialidad o del foco colectivo; el uso de pronombres en todas las culturas puede apuntar a otrosvalores y funciones sociales como evitar la incertidumbre ( Kashima Kashima, 2005), y transmitirsemejanzas y diferencias de estatus. De hecho, en varios idiomas que tienen marcada distanciaintercultural, no es posible utilizar un pronombre sin haber establecido previamente la relacin deestatus social entre el hablante y el destinatario. Las comparaciones en un lenguaje comn sugierenque estas diferencias en los patrones culturales se mantienen, en cierto modo, en las traducciones.

    Algunos investigadores tambin se han ocupado de la naturaleza del pensamiento a travs de lasculturas. Peng y Nisbett (1999) sostienen que el pensamiento occidental desde la poca de losantiguos griegos ha sido muy categrico. La categorizacin resulta un elemento esencialdel proceso de pensamiento por el cual somos capaces de generalizar o razonar "ms all de lainformacin dada "(Bruner, 1973). Tener categoras nos permite pensar sobre el mundo de formaordenada, y sirve para hacer inferencias respecto a una clase particular de objetos, ideas,o eventos basados en la pertenencia a la categora. Por supuesto, los asiticos y orientales tambin,naturalmente, categorizaa, pero Peng y Nisbett argumentar que el pensamiento oriental y su filosofaest menos guiada por la categorizacin que por el movimiento y el proceso.

    Las palabras funcionales que indican categorizacin incluyen los artculos (un, uno, el) quese utilizan junto con los sustantivos. En nuestro trabajo, estamos descubriendo que las traduccionesdel japons tienen significativamente menos artculos y sustantivos que las obras estadounidensescomparables (Chung & Pennebaker, 2005). Estos resultados proporcionan evidencia lingstica paraestablecer las pautas orientales y occidentales de pensamiento que se generan en tareas cognitivas ysociales (Nisbett, 2003). Estas comparaciones transculturales proporcionar evidencia convergente delas diferencias estructurales que existen en el idioma Ingls y otros idiomas asiticos (por ejemplo,japons y coreano). Necesitamos investigaciones adicionales que estudien por qu emergen estasdiferencias lingsticas en las traducciones. Nos puede dar informacin valiosa sobre las respectivasculturas.

    CONCLUSIONES

    Nuestros resultados hasta la fecha sugieren que las palabras que utilizamos en el lenguaje cotidianoreflejan nuestros pensamientos y sentimientos en formas a menudo inesperadas. Tambin revelanuna enorme cantidad de informacin acerca de nuestras interacciones sociales y la personalidad. Laspalabras funcionales, en particular, llevan a una gran variedad de significados psicolgicos y marcanpautas para establecer las interacciones sociales. Antes de discutir las posibles implicaciones de estoshallazgos, debemos abordar dos cuestiones importantes.

    Cmo podemos argumentar que los diversos efectos que se han discutido reflejan

    diferencias en el uso de la palabras y no son diferencias de contenido o contexto?

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    Tal vez estos efectos no son ms que reflejos de las diferencias de sintaxis -algunas personassimplemente construyen oraciones de diferentes maneras- Podramos admitir plcidamente que elcontenido y el contexto del uso del lenguaje pueden variar segn el nivel de estrs, la edad, la cultura o

    la honestidad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los contenidos lingsticos y loscontextos en los que se habla no son asignados al azar. Los seres humanos elegimos dnde hablar yescribir y de qu hablar o escribir. Que las palabras funcionales varan consistentemente en funcindel estado psicolgico es importante en s mismo. Podemos empezar a medir estas palabras con el finde obtener informacin sobre los marcadores de la vivencia psicolgica de las personas.

    Reflejan las palabras funcionales o influyen en el estado psicolgico?

    Un tema relacionado est en la relacin causal entre el uso de palabras funcionales y los estadospsicolgicos. Reflejan meramente la arquitectura cognitiva o es posible que las formas en que se

    utilicen afectan a los estilos de pensamiento?

    Con toda probabilidad, las palabras funcionales son meros reflejos de la actividad cognitiva subyacente .Hemos llevado a cabo varios estudios fallidos en los que se ha inducido a las personas a utilizar lospronombres (por ejemplo, yo frente a nosotros) en un intento de hacer que se sientan mso menos orientadas hacia el grupo. Tambin hemos tratado de cambiar las formas en que escribensobre sus trastornos emocionales mediante la alteracin de su uso de los pronombres. Obligar a lagente a hablar o escribir de forma diferente no afect a cualquiera de los marcadores delfuncionamiento cognitiva u otro proceso psicolgico. En resumen, nuestro trabajo apoya un Modelocognitiva en lugar de un modelo causal Whorfiano (referido al lingista norteamericano Benjamin L.Whorf, que sostiene la influencia bidireccional)

    Implicaciones para la Psicologa Social

    Todos los psiclogos sociales sabemos que los auto-informes adolecen de carencias mltiples. Lasencuestas son susceptibles a una variedad de sesgos de respuesta que cuestionan la validez de estasmedidas. Lo que las personas dicen de s mismas a menudo refleja su propia filosofa en lugar deservir como marcador objetivo de sus pensamientos y sentimientos. Aunque somos conscientes deestos problemas, los investigadores siguen seducido por las prestaciones de los auto-informes: sonbaratos, rpidos y fciles de aplicar.

    Debido a estas carencias metodolgicas, ha surgido un impulso hacia tcnicas de evaluacin msnaturalistas y no intrusivas. El estudio del lenguaje y anlisis de contenido ha sido la alternativa.Estudios previos han sentado las bases para comprender cmo hay palabras clave que determinan losprocesos sociales y cognitivos. Los investigadores han interpretado estas palabras clave de contenidoen sus respectivos campos y contextos. Sin embargo, este trabajo ha requerido un esfuerzo notable yprocesos de codificacin laboriosos, lo que limita tanto el tamao como el nmero de muestraslingsticas aplicables a una investigacin dada.

    Los anlisis computarizados del lenguaje nos dirigen a una nueva frontera en la Psicologa social. Nosencontramos en condiciones de examinar y evaluar el lenguaje natural sin los lmites del muestreo,codificacin, y el costo; tambin a salvo de las trampas de los auto-informes.

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    Estas herramientas computarizadas proporcionan una cuantificacin eficiente y fiable, inclusosuperior a los programadores humanos ms concienzudos. En lugar poner el foco en el significadoespecfico de las palabras en un contexto reducido, podemos ampliar nuestro objetivo hacia patronessutiles del lenguaje que parecen tener profundos efectos sociales.

    El lenguaje ha evolucionado pasando a ser uno de los medios ms eficaces con los que comunicarnuestros pensamientos o sentimientos, pasados y actuales. Nuevos trminos, verbos y adjetivos (porejemplo iPod, googled, cool) estn en nuestro vocabulario, junto con flamantes invenciones, modas oroles, pero nuestraspalabras funcionales siguen siendo los mismos. Hasta los recientes mtodos deanlisis lingstico, como el LWIC, muy pocos psiclogos sociales evaluaron estas palabras.

    Qu podemos aprender de las palabras funcionales? Que no deben ser obviadas tan fcilmente comolo son en el lenguaje escrito o hablado. Con las herramientas adecuadas, actualmente sabemos queestas palabras tienen funciones psicolgicas y sociales ciertamente importantes.

    Ros de texto estn siempre disponibles en el lenguaje natural: Internet, libros, diarios, letras decanciones, durante las conversaciones cotidianas, espectculos, conferencias de prensa, procesosjudiciales, o sesiones de terapia. Con los anlisis computarizados, se puede examinar conversaciones

    en tiempo real, o analizar las palabras de cualquier registro histrico. En efecto, varios de nuestrosanlisis nos han permitido estudiar la psique de figuras histricas. Desde la presunta palabra de Dios(por ejemplo, la Biblia, el Corn), discursos de toma de posesin de nuestros presidentes, o escritosancestrales; somos capaces de comprender a escritores y oradores influyentes del pasado.

    Casualmente, tambin es posible dar respuesta a las cuestiones candentes y dilemas psicosociales quehoy vivimos. Podemos tener acceso y comprender cmo nos ven los dems en nuestras comentariosonline, podemos distinguir qu artistas de rap son honestos y verdaderos gangsters, diagnosticar sinuestro psicoterapeuta est tan deprimido como el que ms, o exponer cules de nuestros colegaspiensan, secretamente, tiene mayor estatus. Los anlisis lingsticos del LWIC nos estn indicandoque, con toda probabilidad, la respuesta se encuentra en el uso de palabras funcionales.

    AGRADECIMIENTOS

    A las contribuciones del National Institutes of Health (MH59321) y a Binational Science Foundation.

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