206

Cardenal Newman: Quince sermones

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Cardenal Newman: Quince sermones

Citation preview

Page 1: Cardenal Newman: Quince sermones
Page 2: Cardenal Newman: Quince sermones
Page 3: Cardenal Newman: Quince sermones

JOHN HENRY NE~MAN

La fe y la raz6nQuince sermones predicadosante la Universidad de Oxford

(1826-1843)

Introducci6n, traducci6n y notas de Aureli Boix

E en~u.entro aedlClOnes~

Page 4: Cardenal Newman: Quince sermones

Titulo originalFifteen Sermons preached before

the University of Oxford (J826-1843)

© 1993Ediciones Encuentro

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizaci6n escrita de los titular:sdel ,Copyright", bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducClontotal 0 parcial de esta obra por cualquier medio 0 procedimiento, comprendldosla reprografia y eI tratamiento informatico, y la distribuci6n de ejemplares deella mediante alquiler 0 prestamo publicos.

Redacci6n de Ediciones EncuentroCedaceros,3,2." - 28014 Madrid - Tels. 91 532 2606 Y 91 5322607

I. El talante cientifico, inculcado primeropor el Evangelio 55

n. La religi6n natural, camino hacia la revelada 69III. La santidad evangelica, plenitud de la virtud natural 89IV. Excesos de la raz6n 105V. El testimonio personal, medio de propagar la Verdad 129

VI. LaJusticia, atributo de la acci6n divina 153VII. Vision profana contra visi6n de fe 173

VIII. La responsabilidad humana, ineludible 187IX. La obstinaci6n, pecado de Saul 205X. lRazonabilidad debil de la Fe? 225

XI. Razonabilidad propia de la fe 253XII. El amor, salvaguardia de la fe contra la superstici6n 273

XIII. Fe, teologia y apologetica 301XIV. La sabiduria, contrapuesta a la fe y al fanatismo 331XV. Teoria del desarrollo doctrinal 365

Para cualquier informaci6n sobre las obras publicadas 0 en programay para propuestas de nuevas publicaciones, dirigirse a:

Page 5: Cardenal Newman: Quince sermones

«Sorprende que un pais como el nuestro, que viene durante lasultimas decadas alimentando su cultura teol6gica preferentemente contraducciones, no haya todavia emprendido una labor cuyo simple retra-so constituye, par si mismo, todo un infortunio cultural»l. La plumaautorizada que escribi6 esta frase en 1979, no hacia mas que insistir enla queja expresada por otro ilustre escritor en 1945: «de los 36 vohi-menes que componen su obra selecta, s610 dos [en aquel momento: elDesarrollo del Dogma y la Apologia] han podido saborear los espafioles.Apenas algun que Otro articulo de vulgarizaci6n nos ha dado a conocerel influjo de Newman. Sus criterios apologeticos y sus tesis de filosoflareligiosa se han detenido al cnJzar los Pirineos»2. Las citas correspon~den respectivamente al centenario del cardenalato y al centenario de laconversi6n de Newman al catolicismo. Es cierto que en los afios quemedian entre ambas fechas apareciL'ron nuevas traducciones de obrasde Newman al castellano (la principal, sin duda, EI asentimiento re-ligioso, 1960). Pero es mucho el tiempo transcurrido sin que pudiera'leerse en nuestros ambitos culturales absolutamente ninguna obra de laprimera mitad de la vida de un autor que precisamente se caracterizapar el

I Pedro Langa, O.S.A.: IH. Newman 0 el "Augustinus Redivivus", en la revista«Religi6n y Cultura» 25/112 (979), p. 536.

2 P. Vizmanos, 5.]., en la revista «Pensamiento» I (945) pp. 405-412. Entoneess610 se habian tradueido Desenvolvimiento del dogma yApologia pro vita'sua (Historiade mis ideas religiosas). Poeo despues apareei6 el importante trabajo del profesorAntonio Alvarez de Linera: Elproblema de la certeza en Newman (C.S.I.c., 1946).

Page 6: Cardenal Newman: Quince sermones

desarrollo coherente de su pensamiento sobre las bases que estableci6muy al principio de su producci6n intelectua!' POl'10 demas han sidoescasas las obras de su epoca cat6lica traducidas y anotadas debida-mente (creo que la (mica excepci6n, pOl'10que se refiere a 10536 librosde la serie selecta «uniforme», son los Discursas sabre la/e, 1981) y re-lativamente pocos los estudios con cierta profundidad sobre su pens a-mient03. POl'eso el autor de la primera cita podia anadir sin ambages:«Lo importante esta pOl' hacer. Necesitamos la traducci6n completa delos escritos newmanianos con introducciones y notas criticas que intro-duzcan definitivamente a Newman en el mundo espano!. Despues po-dnin venir las tesis, los congresos, la difusi6n, pero sin este requisitoprevia nos condenariamos a tener de Newman unos conocimientosmeramente biograficos, que es bien POCO».

Once anos despues, en 1990, Jose Luis Martin Descalzo, incansablehasta su muerte en el anhelo de responder a la realidad de nuestrocatolicismo, escribia: «Siempre me ha maravillado (y entristecido) elpensar que un personaje como Newman, que tan uti! seria para enten-del' los problemas de la Iglesia actual, y concretamente de la espanola,resulte de hecho casi desconocido entre nosotros. Sus obras han Hega-do a nuestra lengua muy dispersas ..., y han faltado, sobre todo, estudios,profundizaciones en el calibre realmente excepcional de este profetaque en el siglo pasado vivi6 y entendi6 muchas de las cuestiones quehoy nos preocupan»4.

La publicaci6n ahora de los Sennanes Universitarias constituye unpaso mas en este ya largo empefio pOl' introducir el pensamiento deNewman en nuestros ambitos culturales. Si no nos equivocamos, es eIprimer libro de su epoca anglicana que se traduce a nuestra lengua.

tema de la fe y la raz6n; se trataba de primeros tanteos de una tareaimportante y necesaria: una investigaci6n de las bases definitivas de lafe religiosa, anterior a la diferenciaci6n de credos»5.

Un breve comentario sobre estas cuatro Iineas con que 10present6su autor -teniendo en cuenta la !ista de sus obras principales, que in-eluimos mas abaj~ puede convencernos de que vale la pena superar ladificultad de su lenguaje y su esti!o en esta obra de investigaci6n <<ten-tativa» y que en algun punto parece ineluso vacilante. Vale la pena 1ni-ciar alguna vez la lectura de Newman pOl'un libro que titula como Ser-mones, y que 10son esencialmente, pero con la ventaja de ineluir muypoco de «oratoria sagrada» en el sentido elasico, y mucho de investiga-ci6n minuciosa, de fenomenologia 0 psicologia en relaci6n con la fe.

Nos dice que se trata de «analisis sobre el tema de la fe y la raz6n»,un tema previa a la apologetica y a la teologia, de fundamentaci6n radi-cal de las mismas ... y de aguda critica contra sus abusos mas frecuentes(especialmente los de cierta apologetica predominante durante muchosanos); quiza es filosofia en un sentido muy peculiar, y el mismo dijoque era «ellibro menos teol6gico que he escrito»6.

Pero la conveniencia de empezar esta vez la lectura de NewmanpOl' los Sennanes Universitarias no se justifica por el simple hecho deque tratan una cuesti6n 16gicamente previa. Es que la califica, ademas,de «tarea importante y necesaria ...», y 10podemos interpretar como laurgencia pOl' ofrecer una respuesta luciela y relativamente senciHa aciertos aspectos de la Hamada «crisis de fe» que afecta al conjunto denuestra sociedad; una respuesta a base de reflexiones que, en principio,\.son 1lsequibles y utiles para todo creyente «antes de la e1istinci6n decredos» 0 confesiones religiosas espedficas.

lEs «demasiado Newmam>empezar pOl'un libro donde el se arries-ga mas que en otros a pensar pOl'su cuenta, en voz alta, y con su estilomas tfpico y original? Ya se ha e1ichoque en un conjunto de obras co-herentes, arm6nicas y con elementos e1eintenso desarrollo introspectivo,como son las que nos ha dejado Newman, hay que hacerse cargo de lasideas de su primera epoca, para captar el sentido de su pensamiento. Si,pues, sus nuevos lectores quieren sumergirse de veras en el, lpor queno ofrecerles el camino mas id6neo para entrar en sus estructuras men-tales y en sus fuentes peculia res?

Nos dice tambien que «se trataba de primeros tanteos», pero en estaforma de pensar -que se expresa aqui con la espontaneidad de algoque esta en proceso de elaboraci6n- se mantuvo toda la vida.

Otro motivo importante para ofrecer este libm, previamente a otrosque estan tambien en la raiz de sus ideas, es que el mismo Newman

S Apologia, cap. II, pp. 61 s. de la trad. de la BAC.6 Frase de 1843,citada por Dessain en Viday pensamiento del cardenal Newman,

p. 101.

En la Apologia pro vita sua, donde se esfuerza pOl' relatar a suscompatriotas la «historia de sus ideas religiosas», es decir, el procesoque Ie Hev6 del ang!icanismo hasta la comuni6n cat6!ica romana,Newman repasa brevemente 105escritos de la primera mitad de su vida.Dice: «En mis Sennanes Universitarios hay una serie de analisis sobre el

3 Digo «relativamente» a 10 que deberia conocerse de su obra. La bibliografianewmaniana en muy amplia, incluso entre nosotros, como puede comprobarsegracias al utilisimo catalogo preparado por Rafael Lazcano: j.H. Newman en lacultura de lengua castellana. Publtcaciones aparecidas a 10largo de una centuria(1890-1990) «Revista Agustiniana» 31 (1990), pp. 904-929. Pero alii mismo nosdice su autor: «Con cierta urgencia necesitamos mas estudios originales y menossintesis, pues la mayoria se presentan reiterativas y superficiales».

4 En la «Presentaci6m> de la obra de c. S. Dessain: Vida y pensamiento delcardenal Newman, Ed. Paulinas, Madrid 1990.

Page 7: Cardenal Newman: Quince sermones

(como veremos mas adelante) consicler6 que era un preambulo necesa-rio para que en los paises latinos se pudieran comprender los «principios»con que elabor6 su Ensayo sobre el desarrollo doctrinal; el libro dondelos cat6licos esperaban hallar los argumentos que habian conseguido lafamosa conversi6n de su autof. .. y que se les present6 como un laberin-to ininteligible incluso para los te6logos.

En realidad, tanto el Ensayo sobre el desan-ollo doctrinal como EIasentimiento religioso, considerados las dos obras supremas de suautor, tienen cierta complejidad en su estructura general y en lasafirmaciones concretas que contienen. iSeran muchos los lectores deestas grandes obras que han sacado el debido provecho de ellas sinpasar poria ascesis 0 catarsis mental que segura mente significaranestos Sennones? Algunos que por este camino perseveraron en elempeno han llegado a asimilar la profunda sencillez y, casi diria, lanaturalidad de sus intuiciones; fruto directo -sin grandes filosofias niteologias- de la observaci6n atenta y respetuosa del proceso de la feen personas sencillas y en personas cultas. Mas adelante insistiremosen que estas ultimas, sin necesidad de preparaci6n especial en teologiaescolastica, pueden captar perfectamente las lineas maestras de supensamiento; y en la practica Ie han comprendido mejor los lectoresseglares que muchos eclesiasticos demasiado imbuidos de opinionesde escuela.

Estos son algunos de los motivos que nos llevaron a la decisi6n detraducir precisamente este libro, en el que volc6 durante diecisiete anossus reflexiones de joven ministro de la religi6n cristiana sobre las difi-cultades y los recursos basicos de la fe en el ambiente universitario deOxford. Y en eJ quedaron plasmados, integrados ya en una sintesiscoherente, aunque no plenamente desarrollada7, los rasgos distintivoselementales de su personalidad religiosa e intelectual.

tal como era normal entonces en su ambiente8. En la escuela privadade Ealing (cerca de Londres) realiz6 los estudios preparatorios, desdelos ocho anos hasta que se matricul6 en el colegio Trini~y de la uni-versidad de Oxford, donde entr6 a residir en 1817. Ya graduado, Ieeligieron en 1822 para formar parte de la comunidad docente del co-legio Oriel, tambien de Oxford. A los veinticuatro anos fue ordenadodiacono de la Iglesia Anglicana, y presbitero al ano siguiente. Ejerci6de coadjutor de la parroquia de San Clemente, barrio popular delOxford que se industrializaba con rapidez. A partir de 1826 fue unode los tutores oficiales de su colegio; y a partir de 1828, rector de laparroquia de Santa Maria, en el centro de la ciudad.

En Ealing habia empezado a leer clasicos latinos y griegos en sulengua original, y a interpretar Beethoven con su violin. Alli, al co-menzar la adolescencia, tuvo tugar su breve crisis de fe, cuando seinteres6 por ciertos autores incredulos del siglo xvm9, y por el ti-pico ideal de «ser virtuoso, pero no religioso». Alii tambien se pro-dujo su «primera» conversi6n, la que mantuvo radicalmente toda suvida. No se trataba de un simple acceso de fervor religioso, sinosobre todo de una s6lida adhesi6n intelectual a la realidad de Diosrevelado en Cristo (10 que el denomina «dogma»), acompanada deactitudes y comportamientos practicos. Durante aquellos meses deplegaria y reflexi6n intensa profundiz6 en el Nuevo Testamento conla ayuda de los libros que Ie recomend6 un joven cieri go anglicanode tendencia «evangelica», profesor en Ealing. Asi recibi6 un fuerteinflujo de esta tendencia teol6gica, dentro de la cual vivi6 fielmentesus anos de estudiante en la universidad.

Newman empez6 a recibir otras influencias doctrinales al empezar aresidiren el colegio Oriel junto a un gmpo de inteleetualesque gozaban delmaximo prestigioen la universidad. Primero colabor6 estrechamentelO con

8 EI desahogo econ6mico de la familia se redujo notablemente a partir de 1816.Entonces, en relaci6n con la crisis econ6mica que sigui6 alas guerras napole6nicas,hizo suspensi6n de pagos el banco que dirigia el Sr. Newman, junto con otro socio.Consta la honradez extrema del primero, al cuidar de que se respetaran los dere-chos de SllS clientes (Letters and Diaries I, notas alas pp. 18 s.). Asi perdi6 SllSpropiedades y, desplles de intentar sacar a flote otros negocios, muri6 prematura-mente. EI joven John Henry tuvo que costear los estlldios de Sll hermano menor ycuidar del sostenimiento digno de su madre y hermanas. Veanse los detalles bio-graficos, bien documentados y bella mente expuestos, en la obra de Meriol Trevor:John Henry Newman: cronica de un am or a la verdad.

9 Thomas Paine, David Hume, quiz:! Voltaire. Vease el comienzo de la Apologiapro vita sua.

10 En la direcci6n del centro educativo Alban Hally en la publicaci6n de alguna desus obras; pero sin caer en el relativo menosprecio del -dogma. que manifestaba Whatelycon sus bromas (-our doxy., -others doxy.; vease EscritosAutobiograjicos, p. 113, dondeNewman se da perfectamente cuenta del doble sentido de la expresi6n).

John Henry Newman naci6 en Londres el ano 1801, en el seno deuna familia abierta y feliz, que participaba de las manifestacionescllituraies propias de la burguesia y practicaba la religi6n anglicana

7 No creo acertado ni siquiera sugerir que en estos Sermones haya algunos quepuedan calificarse de «evangelicos», otros «liberales», y otros «cat6licos». M.Nedoncelle se echa atras enseguida: «Paut-il dire que Newman a commence enhumaniste, a continue en lutherien et a fini en catholique? Des etiquettes aussitranchees ne conviennent pas a ce livre qui est tout en tendances et en tentations ...Mais ce qui est admirable, c'est precisement que les tendances s'harmonisent, lestentations s'apaisent, une Iigne de pensee se degage avec fermete». (p. 21 de suIntroduction) .

Page 8: Cardenal Newman: Quince sermones

Richard Whately, de tendencia mas bien liberal 0 <datitudinaria» en teo-logia. Pero, a partir de 1828, gracias a la amistad con Richard H. Froude,John Keble y Edward Pusey, conoci6 los frutos de santidad de la ricatradici6n cristiana inglesa (la tendencia «anglocat6lica» 0 «Iglesia Alta»en sentido teoI6gicoll). Con ellos surgi6 eI «Movimiento de Oxford» 0«Movimiento tractariano» (por los Tracts 0 folletos que publicaron en-tre 1833 y 1841). Fue un redescubrimiento de la consistencia propia dela Iglesia, en un momenta en que el Estado ingles, que se abria alpluralismo y a la democracia, ya no era fiel al pacta implicito con quehabia vinculado consigo a la Iglesia nacional12. Los tractarianos procu-raron con todas sus fuerzas la renovaci6n teol6gica y liturgica, espiritualy pastoral, de la Iglesia anglicana fijandose en el modelo de la Iglesia delos primeros siglos, la Iglesia de los Padres, «incorrupta e indivisa».

Asi Newman recibi6 sucesivamente, hasta la culminaci6n de su pe-dodo formativo, la influencia de las tres tendencias teol6gicas principa-les que se hallan en el Anglicanismo (aparte de la cohesi6n general quetiene este como Iglesia nacional). En su trayectoria posterior, yespecial-mente en el presente Iibro, puede constatarse c6mo Newman no s610conserv6 los rasgos mas valiosos de estas tres tendencias, sino que losacumul6 y asimil6 en una sintesis viva y real.

predicaci6n anglicana, toda ella conservada por escrito13. En los ser-mones parroquiales explica los pasajes biblicos sencilla y s6lidamente;y aplica la doctrina cristiana a los feligreses 0 estudiantes que Ie oian,con admirable penetraci6n psicol6gica, que no ha dejado de atraerlenuevos amigos entre sus lectores, de todas las confesiones religiosas.Tal como 10remarc6, muchos afJ.osdespues, en la dura polemica que Ieoblig6 a escribir su Apologia: «Mi acusador habla de mis sermones.lD6nde esta la prueba de que en mis sermones trato de materias oscu-ras, ofensivas, dudosas y hasta efectivamente prohibidas? Ahi tiene unahilera de ocho tomos de que puede sacar las pruebas. En cuanto altomo noveno, que son mis Sermones Universitarios, se trata natural-mente de ensayos ... porque este tipo de sermones tiene, por 10comun,y licitamente, caracter de investigaci6n, como predicados ante un audi-torio ilustrado; ademas, en temas profundos, que no han sido aun ple-namente estudiados, comunicaba todas mis reflexiones, hasta dondeveia que podia lIegaml4.

Su intento de una introducci6n a la teologia, 0 de una base teol6gicapara el Anglicanismo, es eIlibro Conferencias sobre lajitnci6n projetica(doctrinal) de la Iglesia 0 Via Media, frente a los «abusos» del cato-licismo romano y a la insuficiencia doctrinal del «evangelismo» popular.Este libro apareci6 por primera vez en 1837. A1afJ.osiguiente publicaConferencias sobre la doctrina de laJustificaci6n, donde pone en practicacon gran eficacia el metodo teol6gico que habia defendido en la obraanterior o(basicamente el recurso a la Biblia interpretada por la Iglesiaprimitiva). Trata de manera que podemos Hamar «ecumenica» el temaenmarafJ.ado por los apasionamientos teol6gicos que dio origen al Pro-testantismo; y demuestra que las afirmaciones moderadas de protestan-tes y cat6licos pueden integrarse en una profundizaci6n biblica y patristicadel Don del Espiritu Santo, fruto de la Resurrecci6n de ]esucristo (a lacual dedica un capitulo entero).

Los presentes Sermones Universitarios abarcan toda esta epoca an-glicana. Ya en 1826, con eI primero de ellos, empez6 a expresar publi-camente su pensamiento sobre la fe y la ciencia; y culmin6 su reflexi6nen 1843 con el esbozo de la teoria del desarrollo doctrinal (ultimo deestos sermones). Es importante constatar que eI pensamiento de Newmanse forja en la primera epoca, y que toda su obra posterior sera eI desa-rrollo de sus !ineas basicas, y tendra un caracter de explicitaci6n 0plenitud de 10 que apunt6 al principio. Creemos que la falta de lospuntos de referenda iniciales es una de las causas de la seria dificultadde comprensi6n que han encontrado casi todas las obras de Newman

En 1833 Newman publica tambien su primera gran obra: Los arrianosdel siglo IV, documentada amplisimamente en las Fuentes entonces dis-ponibles. La protagonista es la Iglesia entera, todo el Pueblo de Dios dela Nueva Alianza, que supera la primera gran crisis despues de la epocade las persecuciones, en su proceso interno de c1arificaci6n de losenunciados de la Fe.

Entre 1834 y 1842 publica los ocho volumenes de Sermones parro-quiales y sencillos, que representan un tercio aproximadamente de su

11 Newman distingue muy claramente este sentido teol6gico del sentido politi-co-eclesiastico de «Iglesia Alta» en el pr610go que escribi6 para la traducci6n fran-cesa de la Apologia (transcrito en el Pr610go allibro de Dessain, ya citado). En esteultimo sentido, era el sector dirigentc eclesiastico apoyado por la gran corriente dela Iglesia nacional, la mas fuerte dentro del Anglicanismo, que ve a su Iglesia vin-culada a la naci6n y a la Corona inglesa.

12 iC6mo un Parlamento en el que se admitian representantes de grupos reli-giosos disidentes del Anglicanismo, e incluso cat6licos (de Irlanda, entonces sometidaa Inglaterra) y quiza pronto de ninguna religi6n, podia tomar decisiones sobre ladistribuci6n de las di6cesis, la Iiturgia, la doctrina de la fe, ete. ete.? Los tractarianos,sin postular una separaci6n de la Iglesia respecto al Estado, reclamaban para ella laconsistencia propia de la Iglesia primitiva, y trabajaron para devolverle el vigor y lavitalidad correspondientes.

13 Actualmente se esta preparando la edici6n (inglesa) de todos los sermonesque eJ no public6.

14 Ultimo parrafo de la nota extensa «C», «El serm6n sobre la sabiduria y laillOcencia».

Page 9: Cardenal Newman: Quince sermones

publicadas hasta ahora en castellano (todas e!las, como hemos didio,de la epoca cat6lica).

En 1845, pocas semanas despues de haber sido recibido en la Igle-sia, aparece su Jibro Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana,elaborado en el recogimiento casi monastico de Littlemore, cerca deOxford, el ano anterior. En eJ responde alas dificultades que habiaplanteado en su Via Media contra la Iglesia cat6lica actual: «Vi que elprincipio del desenvolvimiento no 5610 explicaba ciertos hechos, sinoque era en si mismo un notable fen6meno filos6fico. Se Ie podia descu-brir desde 105primeros anos de la doctrina cat6lica hasta el dia de hoy,y daba a esta doctrina unidad e individualidad. Servia de una especie deverificaci6n -que el anglicano no podia presentar- de que la Romamoderna era, en verclad, la continuaci6n de las antiguas Antioquta,Alejandria y Constantinopla, exactamente como una curva matematicatiene su propia ley y expresi6n»15.

Despues de pasar mas de un ano en Roma, vuelve a Inglaterra,donde funcla el Oratorio de san Felipe Neri de Birmingham y el deI.ondres, dejando este llitimo a cargo del P. Faber. Cornienzan entoncessus publieaciones cle la primera epoca de eat6lico, tal como se indicanen la lista adjunta. En 1852, recibe de la jerarquia el encargo de fundarla Universidad Cat6liea de Irlanda, tarea !lena de dificultades practicas,a la que se dedicara con ilusi6n durante siete anos. Empieza pronun-ciando alH sus conferel1cias sobre ellugar de la teologia en eI ensenanzasuperior y sobre la conclici6n propia cle esta ensenanza como cultivo dela inteligencia y apertura al drculo completo de 105conocimientos hu-manos. Junto con 105discursos que escribi6 pocos anos despues sobreliteratura, investigaci6n cienttfica, medicina, etc., constituyen el famosolibro Idea de una universidad (1858). En 1855 habia escrito la novelaCa!ixta, esbozo del stglo III, historia de la conversi6n al cristianismo deuna muchacha griega que trabajaba de escultora en el Norte de Africa.Describe delicadarnente la evoluci6n de su conciencia personal, con eltel611de fondo de la comunidad cristiana dirigida por san Cipriano.

En 1859, despues de su articulo en la revista Rambler sobre laconsulta a 105fieles en materia doctrinal, articulo que suscit6 la descon-fianza de ciertos sectores eclesiasticos cat6licos, se interrumpe la produc-ci6n de Newman. En 1864, se arriesga a escribir una serie de fo!letossemal1ales (que constituiran el Iibro Apologia pro vita sua) para res-ponder a la acusaci6n formal, contra el y contra todo eI clero cat6lico,de falta de sinceridad. La acusaci6n incluta toda la carga de prejuiciosanticat6licos tradicionales, sumados a 105 que el publico protestantehabia forjado contra eJ. La respuesta abierta de nuestro autor, expli-cando el proceso de sus ideas religiosas tal como Ie llev6 al catolicismo,

no 5610 aca!l6 a su adversario, sino que conquist6 basicamente la con-fianza del pllblico ingles.

Recuperado asi el prestigio, pudo reeditar todos los escritos ante rio-res que consider6 de suficiente interes (en la edici6n standardo uniforme)e incluso escribir algunos nuevos, en 105que propone 0 sugiere respuestasalas grandes cuestiones que se planteban entonces a la fe cat6lica; 10hace con matices bastante sutiles, que escapan facilmente allector quedesconoce las line as de su pensamiento expueStas anteriormente. Elmas importante de estos nuevos escritos es sin duda EI asenttmientoreligtoso (0 «Gramatica del asentimiento», 1870), preparado durantelargos anos, profundizando algunos de 105 temas de 105 presentes Ser-monesl6, pero no absorbiendolos ni arrinconandolos. Prueba de ello esque, a 105 pocos meses de publicar el nuevo Iibro se puso a preparar laedici6n completa de 105 Sermones Universitarios con pr610go y notascat61icas17, que apareci6 en enero de 1872, el texto precisamente queahora traducimos. Comenta la bi6grafa Meriol Trevor, con su finura yconcisi6n: «Los Sermones Universitarios contienen buena parte delpensamiento mas profundo de Newman. Volvi6 a editarlos casi sin ningunretoque en 1871, el ano despues de haber publicado sus reflexionesmaduras sobre el mismo problema ... Sin dejar de defender la primadade la conciencia, pensaba que debia reconocerse a la raz6n su partecorrespondiente y, a 10 largo de toda su vida, fue eiaborando la justifi-caci6n razonable de la fe, con una penetraci6n psico16gica y una com-prensi6n imaginativa muy distantes de las desabridas abstracciones delracionalismo ateo 0 teo16gico»18.

Otros escritos destacados de esta llltima epoca son la Carta a Puseysobre su Eirentkon (1866\ y la Carta al Duque de Norfolk (875), cartasabiertas en las que entra a fondo en las cuestiones, respectivamente, de:Ia devoci6n cat6lica a la Virgen Maria y su fundamento biblico y patristico,y del sentido de la conciencia personal y de las decisiones doctrinalesde maximo nivel en la Iglesia, con la asistencia infalible prometida pOl'eI Senor.

Newman fue elevado al cardenalato por el papa Le6n XIII en 1879.Su muerte, once anos despues (11 de agosto 1890), fue ocasi6n de unhomenaje respetuoso por parte de todos los credos religiosos y todaslas clases sociales en su pais. £1 interes por Newman ha ido creciendo

16 «Es posible un asentimiemo real a misterioS que no comprendemos» y «Esposible una firme certeza sobre realidades no demostradas estrictameme», son objetode las dos grandes partes del libra.

17 Su amigo anglicano Copeland Ie habia reeditado, a fines del decenio de1860, 10s Selwones parroquiales y sencillos sin notas cat6licas, y asi los incorpor6Newman a la serie uniforme.

18 Meriol Trevor: Ill. Newman: cronica de un amor a la verdad, Sigueme, Sa-lamanca 1989, pp. 48 s. (cap. 3, «La crisis preparatoria»).

Page 10: Cardenal Newman: Quince sermones

poco a poco en el mundo cat61ico mediante una especie de oleadassucesivas, que culminaron con el centenario de su muerte y su recono-cimiento como «venerable» (decreto de «virtudes heroicas», aprobadopor el papa Juan Pablo II el 22 de enero de 1991) dentro del proceso debeatificaci6n y canonizaci6n.

Especificamos a continuad6n las obras principales de Newman, endos grandes series. Par 10 que se refiere a la segunda de elias, todoindica que sus 20.000 cartas, y demas escritos que se conservan en elarcruvo del Oratorio de Birmingham, pronto estaran publicados porentero.

- Cal/ista. A Tale of the 1II Century (1855). Trad. por J. C. Aleman:Calixta. Relata de la Tercera Centuria, Buenos Aires 1948.

- Sermans Preached on Various Occasions (1857).- Apologia pro vita sua (1864). Trad. de M. Grana, Madrid 1934,

1940 Y 1961. Trad. (completa, pero sin introducci6n ni notas) deD. Ruiz Bueno, BAC, 1977.

- Letter to Pusey on Occasion ofhis Eirenikon (1866). Junto con Letterto the Duke of Noifolk (1875) constituye el vol. II. de Difficultiesof Anglicans.

- Verses on Various Occasions (1867). Trad. (comentada) del ulti-mo poema, por A. Vazquez de Prada: El sueno de un anciano(Rialp, Madrid 1954); otra trad., por C. A. Saenz (Club de Lectores,Buenos Aires 1965).An Essay in Aid of a Grammar of Assent (1870). Trad., introduc-cion y notas por Josep Vives: El asentimiento religioso. Ensayosabre los motivos racionales de lafe, (Herder, Barcelona 1960).

A) Libras de Newman can el ana de su primera publicacion a el de suprimera edicion en la serie «uniforme» seleccionada par el mismo (0

. ambasfechas}9. Se anade la referenda alas traducdones castellanas.- The Arians of the Fourth Century (1833; 1871).

Parochial and Plain Sermons, 8 vols. (1834-1843).Lectures on the Prophetical Office of the Church (1837). La terceraedici6n constituye el vol. I de The Via Media of the AnglicanChurch (1877), con un nuevo Pr61ogo de 94 pp. En el vol. II(1877), se hallan algunos Tracts for the Times y otros opusculosde 1830-1841.Lectures on the Doctrine of Justification (1838; 1874).

- Fifteen Sermons preached before the University of Oxford (1843;1871)Sermons on Subjects of the Day (1843).An Essay on the Development of Christian Doctrine (1845; 1878).Trad. castellana: Desenvolvimiento del Dogma, Barcelona 1907 y1909. .

- Loss and Gain. The Story of a Convert (1848).- Discourses to Mixed Congregations (1849). Trad. por J. Morales:

Discursos sabre lafe, Rialp, Madrid 1981.Certain Difficulties felt by Anglicans in Catholic Teaching (1850).Lectures on the Present Position of Catholics in England (1851).The Idea of a Universi~y (1852-1859). Trad. (incompleta) porJ. Mediavilla: Naturaleza y fin de la educaci6n universitaria,Madrid 1946.

(Siguen recopiladones selectas de articulos anteriores:)TUXJE5saysonMiracles,BiblicalaJulEcclesiastical0826 y 1842; 1870).

- Essays Critical and Historical, 2 vols. (1871).- Historical Sketches, 3 vols. (1872).- Dis((ussions and Arguments (1872).

Tracts Theological and Ecclesiastical (874) (algunos en latin, re-dactados en Roma, 1847).

- Select Treatises of St. Athanasius, 2 vols. (1842; 1881).

B) Obras postumas y otras escritos no reeditados par el mismo.- Stray Essays 011 Controversial Points (1890).- Meditations and Devotions (1893). Diversas traducciones al

castellano del Mes de Maria y algunos otros fragmentos.- Sermon Notes of JR. Card. Newman (1813).- Ill. Newman: Autobiographical Writings (1856). Traducci6n y

notas por Sofia Martin-Gamero: Escritos Autobiogriijicos, Madrid,1963. Pr61ogo de Federico Sopena.

- Catholic Sermons of card. Newman (1956). Trad. de Rialp: Ser-manes cat6licos, Madrid 1959.

- The Philosophical Notebook ofJR. Newman (Ed. E. Sillem, 1970).- The TheologicalPapers ofJll. Newman on Faith and Certainty (1976).- The Theological Papers of Ill. Newman on Biblical Inspiration

and Infallibility (1979).- The Letters and Diaries of John Henry Newman 0961...) (Obra

iniciada y estructurada par el P. Dessain, y proseguida por suscolaboradores Ian Ker, ete. y, luego Gerard Tracey. Publicadosveintisiete volumenes de los treinta y uno proyectaclos.)

19 Para un catalogo completo de todas las obras de Newman hay que recurrirtodavia al articulo Newman, de los PP. Bacchus y Tristam, del Oratorio deBirmingham, publicado en el Dictionnaire de The%gie Catholique, vol. XIde 1831.Aliise especifica cuales son los articulos reeditados en sus volumenes de la «serieuniforme».

Page 11: Cardenal Newman: Quince sermones

[Entre las antologfas de textos de Newman publicadas en castellano,destacamos Pensamientos sabre la Iglesia (Estela, Barcelona 1964) por-que traduce (del frances) el articulo de 1859 «Sobre la consulta a losfieles en materia doctrinal» y el Prologo cat6lico a la Via Media. Tam-bien, simultaneamente en varias lenguas: EIMisterio de la Iglesia, textosseleccionados por M.K.Strolz(<<InternationalCentre of Newman Friends»,Rorna 1981). EICentre Newman de Valencia ha publica do en valencianola bella antologia de Charles S. Dessain: The Mind of Cardinal Newman(EI Cor par/a al Cor, Claret, Barcelona 1991) y el Oratorio de Albaceteesta preparando la edici6n castellana']

Muchos de los libros y articulos de Newman, despues de las correc-cion de las pruehas de imprenta, dejaron de ser objeto de su atenci6nhastamuchos anos despues. Noes esteel casude losSermones Universitarios.Elaborados en grandes etapas 0826; 1830-1832;1839-1841; 1843), pron-to volveria sobre ellos. EI (Jltimo entraba ya a fondo en la «teoria deldesarrollo doctrinal», tema que acabaria con sus dudas sobre las su-puestas corrupciones del catolicismo romano, y Ie permitiria el pasodecisivo a su plena comuni6n (ocrubre de 1845). Pocas semanas des-pues apareda su libro Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristia-na, esperado por muchos como la justificaci6n intelectual de una con-version tan discutida en aqucllos dias. Estando en Roma con un peque-no grupo de J6venes de Oxford que Ie habian acompanado en aquelpaso, y mientras se preparaba en Francia la traduccion del Ensayosobreel desarrollo, surgi6 la idea de publicar antes una traducci6n de losSermones Universitarios, 0 de la rnayoria de los mismos, porque «Ioslectores necesitan preparaci6n para el Ensayo, mediante el estableci-miento de principios a los que nosotros estamos acostumbrados desdehace mucbo tiempo»20.POl'este motivo tuvo que pedir que Ie mandaranun ejemplar desde Inglaterra.

Antes de releerIos y de tratar del asunto con los te610gos rornanosescribi621: «Siento curiosidad por saber cual sera mi juicio sobre misSermones Universitarios, una vez baya estudiado a fondo el tema desdeel punto de vista cat6lico. Creo que hay en ellos muchisimas verda des,pero me figuro que buena parte de estas verdades ya se hallan en elsistema cat6lico actual. Con todo, a Dalgairns todavia Ie gustan y ha

lO «People want preparing for the Essay by laying down principles which havelong been familiar to our minds» (H. Tristam: articulo en «Gregorianum», 1937, p.242; Y Leiters and Diaries XII, p. 5).

21 A William Penny, que selia un tiempo oratoriano, y despues diocesano 03-16 die. 1846. [elters and Diaries XI, p. 293).

traducido algunos fragmentos para que los de Langres puedan sacarprovecho de ellos. La probabilidad antecedente es el gran instrumen-to de convicci6n en materia religiosa, mas aun, en todas las materias;esto es 10 mas importante entre 10 que considero original, y 10 tengomuy trabajado ... Uso el termino "probable" como opuesto a estricta-mente demostrativo, no como opuesto a certeza».

Repasado atentamente ellibro, y cotejado con la doctrina cat6licasobre la fe, su conclusi6n no puede ser mas clara: «Ahora, despues deleer estos sermones, debo decir que pienso que son en su conjunto 10mejor que he escrito, y no puedo creer que no sean cat6licos, ni quedejarin de ser utiles»22.En la misma carta, despues de una confidenciasobre el desconocimiento de sus aportaciones y el poco caso quehacen de elias, anade: «No sostengo que sea verdad 10que digo, sinoque quiero contribuir a la investigaci6n sobre el tema y destacar im-portantes principios necesarios para la situaci6n actual».

EI te610go romano mas prestigioso de la epoca, el P. Perrone,consider6 aceptables dentro de la fe cat6lica las ideas de estos sermonesy las del libro sobre el desarrollo doctrinal; pero no todos las com-prendieron entonces correctamente. Incluso Dalgairns, convertido conNewman y futuro oratoriano, des de Francia Ie dio a entender porcarta que sus ideas apologeticas podian incurrir en los errores contrariosalas proposiciones impuestas no mucho tiempo antes al buen profesorLouis Bautain23.

Newman respondi6 con una explicaci6n muy detallada: el no ne-gaba de ningun modo la capacidad de la raz6n humana para demos-trar la existencia de Dios. Sus objeciones se limitaban al valorargumentativo de la prueba formulada pOl'algunos autores a base delprincipio de finalidad; sabemos que no tenia ninguna duda sobre laspruebas basadas en el principio de causaliclad, aunque no habla deellas en este libro. Insiste en que el camino concreto de las personaspara llegar a la Verdad es la fidelidad a la conciencia. Yen cuanto asu supuesta negaci6n del valor argumentativo de los milagros, si novan precedidos 0 acompanados -por parte de la persona que los percibe-de la convicci6n de que es probable que Dios se revele, y de la dis-posici6n positiva a aceptar esta revelaci6n, recuerda que Perrone piensa10 mismo, por 10 menos en cuanto a muchos individuos concretos;

22 «And now, after reading these Sermons, I must say I think they are, as awhole, the best things I have written, and I cannot believe that they are not Catholic,and will not be usefuL» (Letters and Diaries XlI, p. 32; carta a Dalgairns, 8 febr.1847).

23 POl' el obispo de Estrasburgo en 1835 y 1840, Y por la Sagrada Congregaci6npara los Obispos y Religiosos en 1844. Veanse los textos en Denzinger-Scb6nmetzer,2751-2756 [ediciones anteriores: nn. 1622-1627] y 2765-2769.

Page 12: Cardenal Newman: Quince sermones

sobre la suficiencia de los milagros en abstracto, se atiene a 10 quediga la Iglesia24.

tos traductores no pudieron cumplir con los plazos previstos, y losSermones Universitarios (incompletos) no salieron en frances hasta 1850.No sabemos si entonces fueron muchos los que comprendieron estosSermones (y, a la luz de ellos, su libro sobre el desarrollo doctrinal);consta, en cambio, (a juzgar por las discusiones a que dieron lugar) queel pensamiento cat6lico dominante no los comprendi6 hasta bien entra-do nuestro siglo. Pero Newman sigui6 firme en su convencimiento so-bre la importancia de su aportaci6n. Pocos afios despues, enfrascado yaen las tareas fundacionales de la Universidad Cat61icade Irlanda, escri-bin! rotundamente: «Abogo por mis discursos universitarios de Oxfordy soy partidario casi acerrimo de su verdad sustancial. Si he puesto enclaro una verdad en alguno de mis escritos, considero que esta es laimportancia de la probabilidad antecedente para la convicci6n. Asi seconvierten las muchachas obreras, 10mismo que los fil6sofos»25.

Continu6 reflexionando sobre estos temas, y en HIasentimiento re-ligioso nos dej6 el resultado de su profundizaci6n. Pero Ie cost6 repeti-dos esfuerzos escribir este ultimo gran libro. Recuerda, entre otras, lossiguientes intentos de estructurar su nuevo libro: «1846,1847,1850, 1853,y ya en firme desde 1866»26.Al terminarlo, en 1870, qued6 satisfecho,como con un deber cumplido, aunque reconocia modestamente: «Nopuedo dictaminar yo mismo sobre su valor ... He hecho simplemente 10

que he podido, sea esto mejor 0 peom27. Sus notas manuscritas prep a-ratorias de HIasentimiento religioso durante aquellos afios (publicadasrecientemente en Theological Papers on i'aitb and Certainty) confirmanla coherencia de sus ideas28;pero los Sermones Universitarios abarcan unaperspectiva menos delimitada y ejercen el atractivo de algo que esta enproceso de realizaci6n. to advierte el P. Dessain: «EI pensamientocompleto de Newman al respecto se hallara en HIasentimiento religio-so..., pero 10que tiene que dedr en los Sermones de Oxford es mas es-pontaneo, no 10 cohibe el temor de que los fil6sofos eseolasticos Ieinterpreten mal...»29.

Por otra parte, el P. Tristam nos asegura que entrados los afios 70explicaba el tratado de fe a los j6venes estudiantes de teologia delOratorio sirviendose de las Theses defide, que habia redaetado en Roma(1847) cuando cotejaba los Sermones con los autores cat6licos de masprestigio en aquella epoca. Finalmente, ya muy anciano (1885), en suultima polemica (con el Dr. Fairbairn, que Ie acusaba de escepticismo,en una revista de gran difusi6n) Newman recurre con insistencia a susSermones Universitarios. EI libro podia servir a todos los creyentes,incluso a los no eristianos, pues muchos aspectos de la fe que alii estu-dia, son comunes a todas las confesiones30.

24 «1) Sostengo que la razon puede demostrar la existencia de Dios; que estaconclusion es ellegitimo resultado de la razon bien empleada ... Pero esto es muydistinto de afirmar que la razon es el modo mediante el cuallos individuos llegan ala verdad.- 2) He negado que el argumento a partir de las finalidades concretas dela creacion sea filosoficamente (cientificamente) verdadero. iHa condenado esto laSanta Sede? Si 10 ha hecho, me retracto. Digo que el argumento filosofico de larazon a favor de la existencia de Dios no es a partir de la naturaleza exterior, sinoa partir de la ley de la conCiencia; y habia imaginado que seguia a san Agustin. Nodigo que la razon y la fe sean contrarias, sino que tal argumento concreto es buenoo no.- 3) Entendiendo por razon la capacidad 0 habito de razonar, digo que ella nopuede descubrir sus premisas; pero esto no quiere decir que no pueda razonarcorrectamente cuando se Ie proporcionan estas premisas.- Por 10 que dices sobreel caracter incompleto de las pruebas de los milagros sin probabilidad antecedente,entiendo que son incompletas para el individuo (no todo individuo, pero, de he-cho, para los individuos). Y Perrone 10 concede. Si son incompletas en absoluto,«en el orden logico», no puedo decirlo. No tengo parecer. Deseo saber 10 que dIcela Iglesia.» (Letters and Diaries XII, p. 34; carta a Dalgairns, del 14 febr. 1847).

25 Letters and Diaries XV, p. 381.26 Vease en la introducci6n del P. Josep Vives a El asentimiento religioso (p. 10)

la referencia anecd6tica a la luz que Ie orient6 definitivamente sobre este libro. Enagosto de 1866, paseando junto al lago Leman, en Suiza, tuvo la idea de empezarno por la certeza sino por el asentimiento ...

En su advertencia a la primera edici6n se excusa de la falta demetodo, perspectiva global y exaetitud cientifica en el uso dellenguaje,por el heeho de que se trataba de sermones, escritos en ocasiones easisiempre discontinuas y a veces muy separadas entre Sl. Insiste en lamisma disculpa al principio del pr61ogo de 1871, afiadiendo la impor-tante eonsideraci6n de la falta de ayuda de te610gos anglicanos y sudesconocimiento entonees de la teologia cat61icasobre la fe. Sin embar-go, quien entre a fondo en ellibro hallara una estructura profunda muys6lida y coherente; la que su autor fue elaborando a partir de 10 que

27 Letters and Diaries XXV,p. 155; 30 junio 1870 ..28 Dentro de un innegable proceso de desarrollo. Dice, por ejemplo, en la p.

84, refiriendose a estos sermones: «I was feeling my way and had not found it.Conscious of this, I had not the requisite confidence in my own train of thought. Ihave at least more confidence now; confidence, not that I am right, but that I havea right to speak. and have something to say, which the reader may be glad topursue». (En el borrador de 1860, «The evidences of religioD>').

29 Dessain: Vida y pemamiento del cardenal Newman, Paulinas, Madrid 1990,p. 101.Veanse las dos pp. siguientes, y las pp. 57 s, donde pone de relieve algunasafirmaciones destacadas del libro.

30 Vease nota 5.

Page 13: Cardenal Newman: Quince sermones

observ6 atentamente en la realidad de la fe, tal como lIegan a ella loscreyentes sencillos y los mas cultos. EI contenido dellibro esta sin duda«desordenado», pero cuando se capta el objetivo concreto de cada unode los sermones, aparece su caracter de analisis riguroso de un aspectodel tema general, y puede incluso adivinarse que hay una relaci6n sis-tematica entre los aspectos sobresalientes de su «teoria de la creenciareligiosa»31.

Newman escribi6 que sus libros «estmcturados» fueron cinco (la ViaMedia, La justijicaci6n, EI Desarrollo, la Idea de una Universidad y EIasentimiento religioso)32,pero tambien nos dejo constancia del cacktersistematico de este libro de Serrnones Despues de la relectura que en1847 hizo de el en Roma, para decidir sobre Sll traclucci6n, y para cote-jarlos con la teologia cat6lica al respecto, redact6 una introducci6n 0borrador de pr610go en latin que, leido con sus notas y referencias apasajes concretos, confirma plenamente 10que digo sobre su estmcturaprofunda, aunque aparentemente «desordenada». En el prologo de 1871parece que se limita a precisar bien los sentidos en que us6 la palabra«razom>, pero en el de 1847 podemos leer su voluntad de tratar lasrelaciones entre fe y raz6n de una manera mas completa, desde susraices hasta SIIS consecuencias. Basta citar el comienzo para darnoscuenta de ello:

«Texto de la Introducci6n. Roma 1847. Para que Dalgairns 10 tra-duzca al frances, como pr610go a la versi6n de los Sermones Universi-tarios.»

«tPor que motivo, en el juicio cotidiano de los hombres, la fe escontra ria a la raz6n, 0 irracional?»

«Es chocante que se diga que la fe se opone a la raz6n; porquequien cree, en su misma profesi6n de creer, se sirve de cierto instru-menta racional, pues dice: "Esto 0 aquella es revelado pOl' Dios, porcuanto la Iglesia nos 10propane"; 0 "Esverdad, porque Dios 10ha reveladopOl'medio de la Iglesia"; ahora bien, "POl'cuanto", "porque", son ex-presiones de un raciocinio.»

«Conocemos ordinariamente las realidades exteriores a nosotros,gracias a los sentidos y a la inteligencia; pOl' eso la fe -dado que nodesprecia la condici6n natural-, si no se sirve de la via de los sentidos,es necesario que se sirva de la via de la raz6n. La 5agrada Escritura 10testifica asi en muchos pasajes.»

«Pero, aunque 10dicho es la pura verdad, hay que reconocer que lafe se sirve de la razon de un modo tan especial y singular, que pOl'

31 El subtitulo de la primera edici6n decia «chiefly on the Theory of ReligiousBelief».

32 (( Om5truClive», en letters and Diaries XXV, p. 34; carta a Maria Rosina Giberne,del 18 febr. 1870. Vease tambien Ibid. p. 11.

diversos conceptos da la impresi6n de temer ala raz6n, de despreciarla,o de ofenderia. De modo que se requiere un estudio mas detailado ypreciso, si queremos explicar el verdadero entramado de toda estacuesti6n.»

«POl'eso, para reducir el tema, en 10que cabe, a elementos suscep-tibles de analisis, trataremos de la fe bajo tres aspectos: primero inves-tigaremos los principios 0 premisas de las cuales procede el raciociniode la Fe;despues, la misma 16gica de la fe, 0 su modo de inferir; y, tl-nalmente, las conclusiones a que llega»33.

En cada una de estas secciones de su pr610go se clarifica el hechode que la fe aparezca tan a menu do ante los ojos mundanos como eljuicio de un entendimiento debil, vacilante 0 de baja calidad intelectual.

Al empezar la secci6n primera, «De Fidei Principiis», recuerda queestO$ principios tienen caracter sobrenatural (es decir, provienen deDios) y saben a piedad y a santidad (pietatem sapiunt et sanctitatem) ;en cambio, los principios con que discurre la mayoria de los seres hu-manos se sacan de 10que se ve, de 10util, de la opini6n vulgar y co-rriente, de las ciencias profanas, ete. etc. Y enseguida anade en una no-ta: «5e estudia este contraste entre la fe y la raz6n (es decir, "raz6n" seusa en este sentido) en los 5ermones IV,VIIY XII».Efectivamente, en estostres sermones -asi vinculados por su autor- se analizan A) los abusos 0extralimitaciones de la raz6n, pues pOl' el simple hecho de partir deprincipios profanos se cree autorizada para atacar el fmto delicado delos principios de una conciencia sometida a Dios; B) la afirmaci6n di-recta de ambas series de principios, pues el mundo no hace mas queimponer los suyos, por su misma existencia, sin demostrar, ni muchomenos, la coherencia de los mismos con el verdadero fin del ser humanoque la conciencia intuye; y C) la funci6n de los principios de santidad yamor efectivo en un coraz6n sincero, no s610 para guiar hacia la feplena, sino tambien para cuidar de que esta no caiga en degradacionesy corrupciones supersticiosas (adherencias que a menudo se Ie peganen los cultos paganos, y que pueden aparecer tambien en el culto cris-tiano, si no se mantiene extremadamente fiel a aquellos principios).

La segunda secci6n, «De logica methodo Fidei», es un analisis delproceso de aproximaci6n a la verdad por parte de cada persona. «Yaquehablamos del acto personal de fe, el raciocinio que precede a la fe essubjetivo. 5i bien hay que mantener con firmeza que la verdad mismaque la fe abraza no es s610subjetiva (non esse subjecttvam solummodo),sino una e identica para todos e inmutable en cada uno de los quecreen rectamente; es obvio, sin embargo, que las vias de raciocinio

33 «GregorianUID» 18 (1937), Cardinal Newman ~ Theses de Fide and HisproposedIntroduction to the French Translation o/the University Sermons. Edited by the Rev.Henry Tristam, Congo Orat., pp. 248 S.

Page 14: Cardenal Newman: Quince sermones

mediante las cuales se accede a dicha verdad son numerosas y varia-disimas segun la diversidad de 1005 ingenios. De modo que la fe avanzasubjetivamente hacia su objeto»34.

La razon de que se sirve la fe para constituirse es subjetiva; encambio, en la comunicacion cotidiana de 1005 seres humanos, «razom)(sea recta 0 no 10 sea) tiene que ser algo objetivo, en el sentido decomun 0 aceptable pOl' parte de la multitud. «Razom) tiene algo decomun, de proporcionalidad entre un hombre y otro (inter hominemet hominem intercedit). «Ahora bien, siendo esta razon objetiva mu-cho mas solida y explicita (expressior) que aquella con que procedela fe, que permanece escondida en la mente de cada uno, no es deextraftar que el mundo Ie niegue el caracter de razon, pues la fe usade la razon de modos diversos, inciertos y mudables». Lo dice mas claroen su nota: «En otras palabras: una demostracion comun no es per-sonal; y las demostraciones personales tienen dos caracteristicas: 1)no son cientificas, 2) son antecedentes». De ahi las dos subseccionesque siguen:

1) «Los preambulos de la fe en 1005 individuos no tienen caractercientifico». Y aftade enseguida en nota: «Se estudia este tema (lafe se considera como distinta de la razon en este sentido) en 1005

Sermones V y XIII». Efectivamente, el camino del testimoniopersonal, el testimonio de 1005 «santos» que hemos encontradocerca de nuestra vida, es «el medio de prop agar la Verdad delEvangelio». Y esta comunicacion esta formada por tantos deta-lles y aspectos implicitos que practicamente no puede reducirsea una inferencia formal.

2) «La fe es una especie de presuposicion de la verdad». Y aftadeinmediatamente en nota: «Fe en este sentido se contra pone ala razon (0 se dice que es irracional), en 1005 sermones X y XI.»Es precisamente en estes sermones donde se profundiza masalla de la' simple afirmacion del caracter «implicito», «incons-ciente», «no cientifico» (no estrictamente «Iogico») 0 «personal»de la Fe.Se trata de vel' en que consiste este caracter, 0 sea, deltema newmaniano de las «probabilidades antecedentes»35, que seira enriqueciendo con la incorporacion al mismo de 1005 valores

morales, realizada pOI'Butler36,y que Newman lIevara mas aliaque Butler en la eficacia de su paso a la certeza37. En su valora-cion posterior de estos serrnones, hemos citado mas arriba elconvencimiento de Newman de que «Ia probabilidad antece-dente es el camino hacia la conviccion en materia religiosa y entodas las demaS»38Aqui se halia a su parecer la racionalidad de lafe, porque estas probabilidades, junto con 1005 testimonios exte-riores, se acumulan y se trenzan entre si para permitir el paso alasentimiento; racionalidad propia de ella, porque sus probabili-dades antecedentes dependen de las disposiciones y del talantemoral con que se constituye responsablemente cada persona.

Finalmente, De Fidei Conclusionibus. «... Los objetos de la fe, pOI'elhecho de superar los sentidos y realidades humanas 0, como se dice,pOl'su caracter superior a la razon, se consideran contrarios a la razon.»Y aftade en nota: «Se habla de la fe como irracional en este sentido, enpartes de 1005 sermones XIII, XIVY XV». La afirmacion mediante el len-guaje humano de 1005 hechos y realidades con que Dios se nos ha comu-nicado constituye unas «conclusiones» que a la razon profana Ie pare-cen desprovistas de sentido. Sin embargo, Newman trata brillantementedel uso de la razon dentro de la Fe:la teologia, la sabiduria ... e inclusodel problema previo 0 mas hondo del sentido y valor del lenguajereligioso, biblico y eclesiastico.

No todos los Sermones quedan incorporados a este esquema. Perotodos 1005 demas 0 10 preparan 0 Ie apOltan consideraciones importan-tes. Los que pueden entenderse como reflexiones sobre la historia de la

34 «Quare subjective ad objectum suum progreditur fides», «Gregorianum» Ibid.p. 251.

35 EI termino ya aparece en su articulo de 1823 sobre Ciceron. Historical SketchesI, p. 293: «the antecedent probabilities of his Pro Milone». Veanse p. 259 (referen-cia a Whately), y p. 268 (la probabilidad segun los academicos escepticos Arcesilaoy Carneades). La teoria de Whately sobre la probabilidad antecedente se halla ensus Elements of Retbol'ic, publicados en 1828, pero consta que ya antes circulabanapuntes para uso de sus alumnos, entre ellos indudablemente Newman.

36 «La mente tiene en cuenta los elementos reconditos del pensamiento .... AslBacon separo del sistema teologico el sistema flsico del mundo. Y asl Butler vincu-lo el sistema moral con el religioso. Las f6rmulas l6gicas nunca hubiesen sostenidolos razonamientos implicados en sus investigaciones.» (Grammaro.f Assent, p. 361;la frase no aparece en El asentimiento religioso (pp. 318 sJ, por un problema tex-tual importante)

37 Vease W. de Smedt: L'injluende de Butler sur la tbeorie de lafoi chez Newman,«Newman Studien», Niirnberg 1964.

38 Como simple ejemplo de la probabilidad antecedente 0 verosimilitud, medioordinario de llegar a la conviccion, traduzco unas frases del articulo de Agusti Ponsen el diario «Avui» de Barcelona (4 junio 1992, ultima pagina): «Segun una noticiadifundida por la agencia Associated Press, el alcalde de Nueva York habia organi-zado una loteria para vender el puente de Brooklyn ... En el contexto del actualfuturo privatizador, resulta verosimil que quiera sacar rendimiento de una obrapublica usada cada dia por decenas de miles de ciudadanos motorizados. Por otraparte, la sofisticaci6n actual del sistema comunicativo no quita que, al igual que enepocas mas retrasadas, el proceso de la comunicaci6n deba basarse en un sistemaimplicito de confianzas. Si el receptor no confia en eI medio que Ie transmite elmensaje, este mel1saje deja de ser posible.»

Page 15: Cardenal Newman: Quince sermones

ciencia, de la etica, de la espiritualidad y de las religiones (I-III), 0 sobrela historia de Israel, personificada en la obstinaci6n de Saul, (IX), serefieren a aspectos muy importantes de la preparaci6n de la fe, y de losobstaculos que esta siempre ha encontrado en el coraz6n rebelde, 0 noplenamente sumiso aDios. Tambien el serm6n VI, la .Justicia divina,tiene mucho que vel' con los «principios» que llevan a la fe verdadera;Newman, en Sll pr610go latino, pone entre los ejemplos de estos «prin-cipios»: «Habra un escrutinio severisimo de los pensamientos, palabrasy obras de todos y cada unO). Lo mismo hay que decir sobre el pesoineludible de nuestra responsabilidad moral personal, de la cual tende-mos a descargarnos con diversas excusas (VIII).

Creo que tiene interes para la lectura de la obra esta especie deestructura sistematica que nos descubre su autor, pero no hay que olvi-dar que cuando empez6 a escribirlos no la tenia tan clara. Es fruto deuna relectura en circunstancias distintas, y bajo cierta influencia deltratado De Analogia Fidei et Rationis de Giovanni Perrone, que estudi6aquellos dlas y que recomend6 pOI'carta a algunos amigos39. No deja deser indispensable volver alas circunstancias originales de los Sermonespara una correcta interpretaci6n hist6rica que, lejos de impedir, favorecerala asimilaci6n y aplicaci6n de los tesoros que contienen.

«Ha afectado a estos sermones la mala comprensi6n de muchosde sus crlticos modernos. Parece que, tanto si los juzgan favorablecomo desfavorablemente, caen todos en la trampa de leerlos a la luzde las controversias del momenta, y de ignorar las de la epoca en quese pronunciarom). ASIse expresaba el P. Bacchus4u, en su esfuerzo pOI'devolve I' los Sermones Universitarios a su finalidad eminentementepractica41, cuando la reflexi6n religiosa de principios del siglo XX,desde las tendencias «modernistas» hasta las mas ortodoxas, forzabansu sentido hacia afirmaciones tecnicas de escuela teol6gica, queNewman no pretendi6.

A principios del siglo XIXen Inglaterra predominaban dos posicio-nes antag6nicas sobre el problema de la fe y la raz6n. La primera era la

39 Las Pruelectiones "/l'eulogicae de Perrone se publicaron en edicion bilinglie(latin y castellano; Madrid 1860). El tratado a que Newman se refiere esta en el vol.4 de «Lugares Teologicos»; y trata 1) de la razon antes de la fe; 2) de la razon en lafe; y 3) de la razon despues de la fe.

40 Newman's Oxford University Sermons, «The Month», julio 1822, pp. 1-12.41 Sin dejar de tratarse de un libro de investigacion intelectual, Newman habia

dicho que era el menos teologico de sus libros (vease nota 6), pero enlOnces solocabia compararlo con sus grandes tratados sabre 105 arrianos, la Via Media, lajustificaci(m, y con los dem,1s sennones.

de la escuela «evidencialista» (Evidential SchoolJ2, que continuaba lastradiciones del siglo XVIII, el «Siglo de las Luces».

«Sus representantes sostenlan que, aSIcomo el deber de todo buenprotestante consistla en interpretar pOI' Sl mismo las Escrituras, y nocreer ninguna doctrina que no pudiera demostrar para su satisfacci6n apartir de ellas, del mismo modo estaba obligado a ir mas a la raiz de suinvestigaci6n, y convencerse a Sl mismo de la verdad del cristianismomediante un cuidadoso examen de las pruebas 0 garantlas (Evidences).POI'citar las palabras de uno de sus autores: "Es cosa cierta y manifiestaque la unica fe que Dios puede valorar positivamente es una convicci6nsincera fundamentada en un examen diligente e imparcial del conjuntode pruebas". No habla espacio en este sistema para la fe del creyentehumilde y sencillo, producida bajo el influjo de razones que el mismodifkilmente podia explicar 0 analizar.»

«En el extremo opuesto se encontraban muchos, quiza la mayoria,de la tendencia "evangelica", que detestaban a la escuela "evidencialista"(porque estaba relacionada con los "Iatitudinarios" tanto pOI'su negli-gencia en materia de contenido doctrinal espedficamente cristiano comopar su falta de espiritualidad). Al parecer de estos "evangelicos", lasrelaciones entre fe y raz6n eran sumamente simples: No habia ninguna.EIespiritual poseia una luz interior, completamente sobrenatural, que Iecapacitaba para creer en las promesas del Evangelio, y apropiarselas,sin ninguna ayuda de "razonamientos carnales"»43.

Newman tuvo muy presente esta segunda tendencia, y respondi6 aella en los sermones parroquiales y sencilllos; pero en los universitariosIe dedic6 muy poco espacio. Entonces no era probable que su auditoriocayera bajo una influencia propia de ambientes mas populares. «Ningunamente sensata puede caeI' en la noci6n disparatada de que en el fondono hay en absoluto ninguna prueba que avale la profesi6n del cristia-nismo, 0 de que noes Hcitorequerirla». (Serm6n X, apartado 44).Y pen-sando en los «exaltados» (enthusiasts) que fiicilmente imaginan facul-tades del todo nuevas implantadas en nuestra mente par la gracia delEvangelio, recuerda: «En nuestro estado natural, alcanzamos la verdadmediante razonamientos implkitos 0 expHcitos; y la conseguimos de lamisma manera en el estado de gracia» (serm6n XIV, ap. 6).

Sus reflexiones ahora se dirigen principalmente a la escuela «evi-dencialista». Frente a ella insiste en que la fe tiene poco que vel' con las .pruebas racionales: «Seg(1J1los autores sagrados, la fe es un instrumentode conocimiento y de acci6n, desconocido antes para el mundo, unprincipio sUigeneris, distinto de los que proporciona la naturaleza ... un

42 Advierte el P. Bacchus que el nombre proviene del articulo de Mark Pattison:The Tendencies of Religious Thought in England, 1688-1760, que la exlica mas endetalle como la Escuela de Lardner, Paley y Whately.

43 Citas del articulo del P. Bacchus en «The Month», p. 2.

Page 16: Cardenal Newman: Quince sermones

principio independiente de 10 que se entiende en general par raz6n. Si,despues de todo 10 que se dice sobre la fe en el Nuevo Testamento -co-mo si fuera un especial metodo divino de salvaci6n que el Evangelio hadescubierto-; si, despues de todo, resultara que consiste meramente enun creer a base de pruebas, 0 en una especie de conclusi6n de unproceso racional, una decision que se ha tornado calculadamente, eltexto inspirado no estaria al nivel de la comprensi6n del lector sencillo,ni serviria para instruirle» (serm. X, ap. 5).

Y las afirmaciones de la Escritura son confirmadas por la experien-cia: «lCuantas personas suponemos que, durante un siglo, han llegadoa la fe, 0 se han mantenido en ella, ante todo por la percepci6n intimay viva de la fuerza de las que se denominan tecnicamente "garantias 0

pruebas racionales"? lY por que son tan pocos? Porque para la mente yafamiliarizada con las verdades de la religi6n natural [vease serm. II: laconciencia religiosal, el simple hecho de la existencia actual del cristia-nismo, considerado en uni6n con los principios que ensefia, las perso-nas que 10siguen y los efectos que produce, tiene en su rostro los signosde una disposici6n divina, exactamente de la misma manera que elmundo visible nos testifica su propio origen divino ...» (serm. IV, ap. 13).

Newman corrige asi substancialmente a la apologetica racionalista:La gran mayoria de los creyentes llega a la fe mediante probabilidadesantecedentes 0 presuposiciones. Estas les permiten quedar satisfe-chos con menos pruebas, 0 con indicios positivos de menos calibreobjetivo, que los requeridos por una mente poco sensible a ellos. Eneste aspecto, la fe sigue una ley natural de nuestra inteligencia, que lamueve a producir con mas prontitud el asentimiento a 10 que pareceprobable de antemano que a 10 que no 10 parece. Las probabilidadesantecedentes de la fe, ya que se basan en el testimonio de la concien-cia -nuestro gran monitor-, son accesibles incluso a las personas muysencillas 0 carentes de estudios; las cuales, al usatlas como primerosprincipios, estan sirviendose de algun modo de su raz6n. Ademas, yaque la fidelidad delicada a la conciencia, como factor que cuentarealmente de la vida, no es algo «natural» al ser humano caldo (en elsentido en que no es «naturab> la humildad, la castidad, el perd6n dela injurias ...), y ya que esta fidelidad es normalmente una condicionde su capacidad de reconocer la verdad de la religi6n revelada, secomprenden los elogios de la Escritura a los que estan prontos paracreer, sin que esto signifique que esta prontitud sea contraria a larecta raz6n 0 que prescinda de ella.

Newman pensaba en los sencillos, en los intelectuales; y tambienen los incredulos. Un motivo profundo de la reflexi6n de toda su vidaes, sin duda, el empuje de la infidelidad «moderna». Lo previ6, y tene-mos constancia de ello ya en el primero de estos Sermones: «Parece queel cristianismo se ha avanzado en dar al mundo el modelo del autentico

espiritu cientifico; sin embargo, ya que los prinClplos de la ciencia,andando el tiempo se desarrollan con mayor plenitud, y se vuelven masindependientes del sistema religioso, hay un gran peligro de que laescuela cientifica se aparte de la Iglesia cristiana, y a la larga renieguede la madre a quien tanto debia. Esta desgracia en derta medida ya nosha ocurrido» (senn. I, ap. 15). En su ultimo articulo, a los ochenta ycuatro afios, citara expresamente este pasaje44 .

EI pensamiento de Newman tard6 bastame en producir su efectosugerente y renovadar en la teologia escolar cat6lica. Antes tuvo quesuperar ciertas distorsiones de parte de los interpretes que se precipita-ron para sumarlo a sus respectivas tendencias. Cuando el P. Bacchusescribi61a advertencia citada al principio de la secci6n anterior, era todaviareciente,por una parte, la agitaci6nmotivada por el «modernismo» teol6gico;y, por otra, estaba produciendo su efecto la valiente reflexion del P Rous-selot, y de otros autores neotomistas, sobre la teologia del acto de fe.

En relacion con la problematica «modernista», algunos autoresinterpretaron estos Sermones, 0 parte de los mismos, en sentido «fideista»o «irracionalista», es decir, en el sentido de una fe que rechaza a la razono prescinde de ella. Maurice Nedoncelle, presentando la traducci6n fran-cesa completa45, despues de varias paginas con el dilema pendiente de sise trata de «una obra fideista» 0 de un «ensayo de perfecta ortodoxia ca-tolica», concluye: «Asiencontramos en el mismo libro el elogio y la criticade la razOQ.Por mi parte, no dudo un solo instante de que el elogio superacon mucho a la critica. Toda la vida de Newman, toda su obra, testificanque no andaba con rodeos hacia la verdad y que incluso se sintio tortu-rado por ella. Su simpatia no se inclinaba par las religiones del corazon(las que a sus ojos solo tenian «el calor de un cadaven» y ni siquieraconcibe la existencia de una fe cristiana autentica que no procure com-prender su objeto y expandirse en teologia. Pero debo reconocer que laviolencia de su requisitoria contra la inteligencia es a veces desconcertan-te, 10 cual basta para autorizar un debate incesante entre dos categorias deinterpretes. Unos y otros pueden devolverse la pelota indefinidamente; sise limitan a oponer un texto a otro texto, no cabe esperar que el juego seinterrumpa por las buenas».

44 Theological Papers on Faith and Cel1ainty, p. 156. Vease su enfoque delproblema ciencia-fe en el cap. V de la Apologia, pp. 205-209. Y su frase de 1873,sobre la novedad de un mundo arreligioso, citada recientemente por OlegarioGonzalez de Cardedal (Vease nota 32 al serm6n yo.

45 Sermons Un iliers ita ires, Paris 1955, Volumen I de Ia colecci6n «Textesnewmaniens».

Page 17: Cardenal Newman: Quince sermones

Nedoncelle, que escribia en el ambiente «existencialista» de lapostguerra (bastante «irracionalista»46,como eJ mismo 10 recuerda), noparece tener bastante en cuenta las afirmaciones del prapio Newmantantas veces a vueltas con su libra. Pera el ilustre comentarista francesesta plenamente de acuerdo con el P. Bacchus, en cuanto a la tendenciaapologetica «evidencialista» que predominaba entre los oyentes de lossermones de Oxford, y al peligra de que este y otras principios deracionalismo pradujeran sus consecuencias de infidelidad. Entonces losSemlOnes ayudaron seguramente a contrarrestar esos principios; algunosanos despues su urgencia de renovaci6n de la apologetic a empez6 aenriquecer al pensamiemo cat6lic047.

Al comenzar nuestro siglo, un joven jesuita profesor de dogmatic aen el Instituto Cat6lico de Paris, el P. Pierre Rousselot, lee los SermonesUniversitarios y alguna otra obra de Newman, y adopt a de el unospuntas importamisimos que lIegaran a renovar el tratado de fe en lahistoria reciente de la teologia cat6lica. No me refiera alas posicionesextremas de Rousselot, las que no han sido aceptadas, sino al innegableaire fresco que representaran sus brillantes articulos, elaborados con lasavia tomista. EIbuen estudio comparativo de Newman y Rousselot quehizo Maurice Nedoncelle48 puede lIegar legitimamente a la conclusi6n:«Aun cuando haya te610gos, entre nosotras, cuya admiraci6n porNewman y par Rousselot continue mitigada, estan obligados a recono-cer que ambos tienen una importancia hist6rica que no ha experimen-tado hasta el presente ningun declive. Sobre todo a Newman, que fue eliniciadar, Ie debemos un esfuerzo perseverante por dar a la reflexi6nsobre la fe una forma mas religiosa y mas arganica que en los escritosapologeticos de los ultimos siglos. Que, despues de esto, sigan abiertasmuchas cuestiones, nadie 10 negara, supongo, ni siquiera entre los par-tidarios mas entusiastas de esta renovaci6n». Veremos que Rousselot sereconoce discipulo de Newman49, aunque Ie critica infundadamente y

no Ie acaba de interpretar bien. Llega un punto en que no es posible lacomparaci6n entre el malogrado jesuita50 y el anciano cardenal ingles,porque sus perspectivas ya no corresponden entre Si51.

Seran otros autares, newmanistas alemanes (Matthias Laros, ErichPrzywara52, Otto Karrer, Heinrich Fries, Werner Becker, etc.) y una nue-va generaci6n de newmanistas franc6fonos (entre ellos, los mismos RogerAubert y Maurice Nedoncelle, ademas de Louis Bouyer), y otros (comoJ. H. Walgrave), que iran completando la incorporaci6n del pensamien-to de Newman a la teologia cat6lica, hasta llegar al concilio Vaticano II,en el cual se hubiese encontrado a sus anchas, par el caracter personaly concreto, biblico y liturgico, etc. de las lineas directrices de sus docu-mentos. San Agustin, Santo Tomas, y otros grandes maestros del pens a-miento cristiano, habian ahondado decisivamente en el tema de lasrelaciones entre fe y raz6n, y consiguieron seguir el trayecto justo entrelos escollos del racionalismo y del irracionalismo, que a veces amena-zan simultaneameme, y otras veces de manera alternativa, por causas 0pretextos muy distintos. Tambien el concilio Vaticano I se habia pro-nunciadomagistralmente sobre esta cuesti6n tamas veces replanteada cannuevos factores. La solidez del pasado no anula el valor de la busqucdaconcreta, realizada en circunstancias distintasj las del estilo propio de lapersona que busca, y las del tipo de sociedad Cindustrializada, pluralista;descristianizada, etc.) en que se mueve. La busqueda actual, a su vez,no puede prescindir de los grandes maestros del pasado. Cabe decirque este libro de Newman tiene ya el valor de un clasico moderno, queno ha agotado su capacidad de sugerencia creativa ante los nuevosproblemas, y que puede ayudarnos muchisimo en la ingente tarea deasimilaci6n y recepci6n del concilio Vaticano II.

Religieuse» 4, 1913, p.30: «Nous voudrions meltre en relief la valeur de suggestiontheologique de tant de pages immortelles, auxquelles nous sommes redevables,pour une gran part, de la thearie expose dans tout ce travail»).

50 Muri6 heroicamente en el frente, durante la Guerra Europea.51 «Rousse lot avanza solo sobre su ruta. Newman permanece en posiciones

menos originales, mas transparentes y, por decirlo todo, mas clasicas ... La causalidadreciproca es un tema particular de Rousselot, del cual Newman no ha tenido con-ciencia. Y viceversa, el sentido de la relaci6n intersubjetiva es mas vivo en Newman.Se inclina a pensar los problemas de la gracia en terminos de persona y de encuen-tro de personas, como 10 hacen los Padres, mientras que Rousselot, alimentadomas en la escolastica, y por otra parte mas fil6sofo, piensa en terminos de ser y derelaci6n con el seD>(M. Nedoncelle, Introduction, pp. 44 s.; y pp. 329 s.en Revuedes Sciences Relig/euses, 195B).

52 «II a Ie merite d'avoir ete l'un des principaux artisans de la rehabilitationdu gran Anglais, en montrant toute la diference qu'il y a entre la doctrine de lafoi de celui-ci et I'immanentisme moderniste .. » (R. Aubert: Leprobleme de I'actede fo/, p. 571, con nota 20).

46 «A notre epoque au contraire, c'est l'irrationalisme qui menace, c'est Ievertige devant un monde qui nous para!t ontologiquement absurde ... »(<<Introduction» a Sermons Uniuersitaires, p. 19).

47 EI problema de la interpretaci6n de este libro me confirma la idea de queNewman debe leerse primordialmente con las luces que el mismo nos ofrece. As!10 hice en una tesis doctoral con el objetivo de descifrar las Conferenc/as sabre 1(/

jimciol1 profetica de la Iglesia 0 Via Media 1, gracias a las breves paginas de laApologia en que su autor nos revela la intenci6n de aquel libro. La Facultad deTeologia de Cataluna tiene la intenci6n de publicar esta tesis (L'Esgli!siaal serllei delafe, segons.f.l1. Newman).

48 Public<ldo en «Revue des Sciences Religieuses» de Estrasburgo, 27 (953) pp.321-332, e incorporado exactamente al pie de la letra a su Introduction de SermonsUniuersitaires (955) pp. 35-50.

49 No en su articulo mas conocido sobre este tema, «Lesyeux de lafoi» (910),sino en Remarques sur I'histo/re de la notion defoi naturelle (<<Recherches de Science

Page 18: Cardenal Newman: Quince sermones

Ayudara especial mente a los que unen de un modo especialla sen-sibilidad religiosa con la inteligencia critica, a los que no se contentan conlas distinciones abstractas y exclusivas, a los que quieren aproximarsevitalmente a la realidad, a la verdad religiosa, des de distintos lados yaprovechando todos los elementos que se nos ofrecen. Estos sabran captar10que dice el padre Ryder, sucesor de Newman como superior del Oratoriode Birmingham: «Las distinciones [de Newman] en vez de ser nitidas ymutuamente exclusivas, se basan en su mayor parte en el predominio detal 0 cual elemento; porque su manera de tratar el asunto pretende hacer-se cargo de algo vivo, sin reducirlo a un caput mortuum de abstrac-ci6m)53.En esta linea conviene recordar la prudente advertencia del P.]osep Vives, de que «Newman no es un autor para citas breves»54.

ayudar allector a comprenderlo. Se vera tambien que las notas no son«(paraespecialistas»; hay en ellas explicaciones sencillas de teologia pen-sando en personas que se inician en el estudio 0 en la lectura de las obrasmaestras de este campo magnifico del saber humano iluminado por la fe.

Newman es un excelente «te610go para seglares», pues no requiereun bagaje especial de cultura «teoI6gica» 0 «escolastica», sino sencilla-mente un buen sentido comun lucido y realista, ademas de la docilidada la palabra y a la gracia de Dios. Como los grandes Padres de la Iglesiay los mejores autores espirituales, orienta a fondo sus reflexiones haciala practica de la vida cristiana de sus lectores.

Mantenemos exactamente la forma definitiva que eJ quiso dar allibro a partir de su tercera edici6n (1871). El traductor ha afiadido losepigrafes entre parentesis, antes de los numeros con que Newman divi-de los apartados de cada sermon; tambien ha titulado las secciones masamplias (que Newman indica solo con una mayor separaci6n de li-neas). Algunos lectores prescindiran, naturalmente, de estos afiadidos;pero la experiencia ha demostrado (especial mente en la traducci6n ca-talana de la Apologia59) que pueden ayudar a muchos otros lectores a«no perder el hilo» dentro del cursu a veces sinuoso del pensamiento.Tambien ha parecido conveniente indicar las referencias de muchospasajes biblicos que Newman da por conocidos y concluir con un indicetemarico, aunque resulte muy incompleto.

Siempre se indica «nota del autom, cuando se trata de las notas queNewman publico en su edici6n de 1871-1872 de este libro. Respetamoscompletamente la distinci6n, que el quiso, entre notas que constabanen las dos ediciones anglicanas anteriores (indicadas entre comillas) ylas notas cat6licas (indicadas entre corchetes; a veces los corchetesse intercalan como ampliacion dentro de una nota anglicana). En elresto de las nCJtas,recopiladas por el traductor, se citan muchos pasajesde Newman (preferentemente de obras ya traducidas al castellano) quecreemos pueden dar la perspectiva 0 el complemento adecuado altexto correspondiente. Hemos recurrido tambien a alusiones que haceNewman en sus cartas a alg(m punto de estos Sennones, principalmentealas acotaciones que envi6 a Dalgairns en 1847 para que anotara latraducci6n francesa (y que entonces no se utilizaron). Nos servimos delborrador de pr6logo 0 introduccion en latin mencionado mas arriba; yde las Theses de Fide, fruto de su lectura de los tratados catolicos al res-pecto que Ie recomendaron en Roma. Hemos optado par usarlo tcx:loprofu-samente en las notas, mas que afiadirlo como apendices dificilmente

Para no caer en interpretaciones unilaterales 0 sesgadas, como lasque se han realizado muchas veces sobre Newman, y tambien sobre estelibro, baste por el momenta el consejo de leerlo procurando una sintoniacon el punto de vista de su autor, ayudandose si es posible del ordencrono16gico 0 de formaci6nde sus ideas. No hay que desalentarse anteaparentes contradicciones 0 paradojas, porque la rea Iidad viva tienemuchos aspectos; no hay que precipitarse exigiendo una vision globalque, si Dios quiere, ya llegara55.Recordemos que el siempre se mueveintelectual y vitalmente con todos los elementos de su ser, ya que «es elhombre entero quien se mueve hacia la verdad»56. «Esta sinergia inte-rior explica sin duda la seducci6n que ejerce sobre muchisimos desus lectores, y la decepcion 0 la irritaci6n que provoca en otros»57.

No haee falta decir que la presente traducci6n anotada no contiene,ni mucho menos, el estudio a fondo que el libro mereceria58. Simple-mente se ha procurado recopilar los datos y referencias que pueden

53 Citado porWilfrid Ward: 7beLifeofJohn Hemy CardinalNewman, London 1912;vol I, p. 18. EI bi6grafo anade: «Esta es, naturalrnente, la antitesis de las distinciones16gicas de los escolasticos».

54 En su «lntroducci6m> a El asentimiento religioso, p. 12.55 Aborrece las sistematizaciones precipitadas, pero no las que son necesarias y

que pueden establecerse con bases s6lidas. Las aparentes contradicciones de Newmandisgustaron a muchos: «What seemed to them antilogies, troubled them. FatherNewman was reserved and outspoken, ultramontane and liberal, uncompromisingand minimistic ...» (P. Ryder, citado por W. Ward, ibid.). Posteriormente aparecieronlistas mucho mas largas de sus cualidades antiteticas.

56 Apologia, cap. IV, 11 parte, p. 137.57 M. Nedoncelle: Lasdiversidades de Newman, «Orbis Catholicus» 1(1960), p. 214.58 Por ejemplo, no entro en absoluto en el interesante campo de su compara-

ci6n con la filosofia hermeneutica actual (de Gadamer y Ricoeur); tema sugerido

por la conferencia de Arnaldo C. da Pinha en EI Escorial (Encuentro sobre Newman,agosto de 1991, dentro de los cursos de verano de la Universidad Complutense).De hecho, en estos Sermones, apunta algo de 10 que sera su presentaci6n del cir-culo hermeneutico, en el cap. I, secci6n I, de El desarrollo de la doctl'ina eristiana.

59 Edicions Proa, Barcelona 1989, n. 7 de la colecci6n «Classics del Cristianismc».

Page 19: Cardenal Newman: Quince sermones

que estan fuera de la Iglesia actuaran siempre de un modo "natural".He hablado de este modo, para que gracia y naturaleza aparecierannitidamente contrastadas; pero no ocurre exactamente asi ( ...) Es im-posible, por tanto, aplicar estas afirmaciones generales a individuosdeterminados, cuyos corazones solo Dios puede escrutar. Muchos ca-minan bajo la influencia mixta de la razon y de la fe, creen firmementealgunas verdades y mantienen una simple opinion sobre otras. Muchosviven un conflicto interior y avanzan hacia una crisis, despues de la cuaiabrazaran la verdad 0 se alejaran de ella ...»63.

Hay que agradecer la fe al Don de Dios que opera misteriosamenteen la libertad personal humana y en el ejercicio de las facultades inte-lectuales (que captan los principios 0 valores que llevan a la fe y 105desarrollan con buena logica, generalmente informal). Hay que agrade-ceria al testimonio de las buenas personas, los santos de antafi.o y deahora, que nos acornpan an en ella formando Iglesia, con la Madre delSenor y con los apostoles y sus sucesores. Para Newman, la Iglesia noentra en el motivo ultimo de la fe (porque esta es en definitiva un tu atu ante Dios64), pero la Iglesia tiene un papel indispensable como des-tinataria global del mensaje evangelico, e interprete por excelencia delmismo, asistida por el Espiritu. Es otro de los grandes temas que Newmanprofundizo a 10largo de toda su vida, y que corresponde a otros de suslibras, que deben estudiarse despues de estos Sermones.

La oportuna aparicion de este libro -que nos abre y nos lleva alfondo de su metoda- humanamente debe agradecerse, en primer lugar,a los directores de Ediciones Encuentro, que tomaron la iniciativa dedar un firme paso adelante en la recepcion de Newman dentro de nues-tros ambitos culturales. Junto alas directores, tengopresentes a todoslos que colaboran con ellos en una empresa hoy tan arriesgada, desdelos talleres hasta la administracion y comercializaci6n; y en especial alsenor Felipe Hernandez, cuya amable atencion he podido experimentarmas directamente al contribuir con importantes mejoras a estos textos.

aplicables al lugar a que se refiere; convenia, por otra parte, presentarellibro en la forma definitiva que Ie dio su autor, sin abultarlo mas.

Sorprende a algunos que Newman termine la Apologia -que fue enSll origen un libro de polemica ante el pllblico ingles-- con una oracion.Tambibl conduye con una oracion apenas velada los dos ultimos dis-cursos del presente libro, en el que trata de la fe bajo el aspecto en queesta es «una opera cion de la razon» (<<Eneste nivel se compara, y secontrapone, a los tres sentidos -inadecuados 0 reducidos- de la palabrarazon»60). 5i en la Apologia alguien puede desear mas explicacionessobre el aspecto espiritual de su vida (aunque dice al principio que elPllblico puede juzgar de las virtudes naturales, como la sinceridad, perono de las teologales61), tambien ciertos lectores han echado de menosen estos Sermones una mayor insistencia en el efecto de la gracia sobrela razan humana, para transformarla. Este fue el casu del P. Rousselot(si bien hemos visto que comprendi6 a Newman muchisimo mejor queotros lectores de principios de siglo). Por eso incluyo aqui un par decitas contundentes cle otra obra, de 1849 -que ojala Rousselot hubieraleid062- en la que Newman expresa este punto con la terminologia masusual entre los catolicos antes del ultimo concilio:

«Es tarea de la gracia iluminar la oscuridad y la penumbra, consoli-clar los atisbos vacilantes, elevar la razan mediante la fe, y convertir unaconclusion 16gica en un objeto de vision intelecrual.»

«Me he expresado como si el estado de naturaleza se hallara pri-vado totalmente de la influencia de la gracia, y como si las personas

60 Pr61ogo de 1871, n. 13.61 Apologia, pp. XVI s. (Prefacio).62 De haberlo hecho, segura mente nunca hubiese escrito que no se ve bastante

clara en Newman la rectificaci6n de la raz6n en sf 0 laperfecci6n de la inteligencia:«Au reste, dans tout I'ensemble des descriptions qu'il donne de l'etat de l'ame biendisposee pour la foi, iI ne parle guere que de pieuses dispositions morales; on nevoit nettement, ce semble, qu'il y ait rectification de la raison meme, jadis aveugleet mainlenant voyant les choses dans leur essence vraie; on ne reconnait pas dupremier coup cene grace de la foi qui, selon la theologie catholique, "perfectionneI'intelligence". ( .. .) Il ne suffit pas de decrire avec una merveilleuse delicatesse cettesecrete connaturatite qui met d'avance Ie sujet a l'unisson de la verite chretienne;it faLit appeler de son vrai nom l'ame qui l'anime, et qui est la grace de Jesus-Christ.11faut Ie dire franchement: si la lumiere de grace n'etait pas la, tous les rafinementsles plus exquis de la vie morale n'eleveraient pas l'assentiment a la verite chretienneau-dessus d'une incertaine opinion» (Remarques sur l'bistoil'e de la notion de jbinaturelle, «Recherches des Sc. ReI.» 4, 1913, pp. 30 s).

63 Discul'SOSsabre lafe, pp. 193-195; he retocado levemente la traducci6n delprimer fragmento, que dice as! en el original: «It is the office of grace to clear upgloom and haziness, to steady that fitful vision, to perfect reason by faith, and toconvert a logical conclusion into an object of intellectual sigb!» (Discourses to MixedCongregations, disc. IX, «The Illuminating Grace», pp. 169-191).

64 Only this I know full well now, and did not know then, that the CatholicChurch allows no image of any sort, material or immaterial, no dogmatic symbol,no rite, no sacrament, no Saint, not even the Blessed Virgin herself, to come betweenthe soul and its Creator. It is face to face, «sol us cum solo», in all matters betweenman and his God. lIe alone creates; He alone has redeemed; before His awful eyeswe go in death; in the vision of Him is our eternal beatitude.» (Apologia, cap. IV,principio de la segunda mitad; pp. 154 s. de la trad. BAC).

Page 20: Cardenal Newman: Quince sermones

Se debe tambien a todos los que me han ayudado a introducirme enel mundo de Newman. AI P. Antonio Casamor, prep6sito del Oratoriode San Felipe Neri de Barcelona, que me ha alentado a perseverar enestos estudios durante muchos anos, y a todos los padres, hermanos ynovieios del mismo Oratorio. Nunca podre prescindir tampoco de 10que aprendi en breves temporadas de estancia en el Oratorio de SanFelipe Neri de Birmingham, ellugar newmaniano por excelencia, don-de han trabajado discreta y efieazmente algunos de los seguidores de sufundador. Pude conocer personalmente al P. Dessain, fallecido en ple-na actividad en 1976. Luego he tenido que recurrir a la amabilidad delP. Gregory Winterton, prep6sito hasta hace pocos meses, al nuevoprep6sito, P. Paul Chavasse, y al archivero, Sf. Gerard Tracey, en quie-nes quiero representar a todas las personas de Inglaterra y de Chile, delOratorio 0 relacionadas con el, que han acompanado mis pasos conNewman. No puedo olvidarme'de los demas oratorios de Cataluna(Gracia, Vie) y de Espana, con el «Centre Newman» de Valencia, dondehe constatadoel atractivo especialmente actual de nuestro autor. No meolvido de mis feligreses de los barrios Riera y Fontsanta de Comella deLlobregat (Barcelona), que han visto mermada por mis recientes traba-jos sobre Newman la dedieaci6n pastoral que les debo, y que sin em-bargo no han dejado de ofrecer su colaboraci6n indispensable para lavida de una comunidad cristiana. En esta misma linea agradezco a mishermanos del equipo sacerdotal de Cornel1;l,que han tenido pacienciacon mis limitaciones y, ademas, me han instruido en el uso del ordenadorpersonal donde he ultimado recientemente la tarea. Mosen LluisJuanety Mosen Joan Cots han leido amplias porciones de estos textos y mehan proporcionado observaciones valiosisimas. Lo mismo tengo quereconocer a Mosen Manuel Valls, de Barcelona. Me he servido del ricofondo newmaniano de la biblioteca del Instituto de Teologia Funda-mental de Sant Cugat del Valles, y de la experiencia del P. Josep Vives,S.J.,y de otros profesores, bibliotecarios, etc. de la Facultad de Teologiade Cataluna. A todos ellos, y a much os mas, mi agradecimiento. Aunquela lista es muy incompleta, no seria prudente alargar mas estas cons i-deraciones introductorias. No dejo de esperar, sin embargo, que to-dos recibiran su parte de los frutos de fe y vida cristiana que se co-sechen gracias a la divulgaci6n del pensamiento de Newman ennuestros paises.

Mi querido Dean,Cuando recientemente te pedi permiso para poner tu nombre en la

dedieatoria de este volumen de «Sermones predieados ante la Univer-sidad de Oxford», me di cuenta de que tenia que explicar -a mis lecto-res y a mi mismo- por que no te 10 habra ofrecido cuando 10 publiquepor primera vez, y por que 10 hago ahora, cuando podria parecer que elprolongad? lapso de tiempo de casi treinta anos ha destruido la espon-taneidad de mi acto.

Aureli BoixOratori de Sant Felip Neri de Barcelona

1 Richard W. Church (1815-1890) se gradu6 en 1836, e infJuido por la predicacionde Newman se adhiri6 al Movimiento de renovacion de la Iglesia Anglicana seg(mel espiritu y la practica de la Iglesia cat6lica antigua (el Movimiento denominado-lractariano-, por los Tracts u opusculos que Newman empez6 a publicar en 1833).Church, en 1838, fue elegido -miembro- de la comunidad docente del colegio Oriel,y desde entonces el y Newman fueron grandes amigos. Desde 1846 qued6 inte-rrumpida su comunicaci6n, hasta que se renov6 admirablemente poco antes de lapublicaci6n de la Apologia (que represent6 para Newman la rehabilitaci6n defini-tiva ante el publico Ingles). Church acababa de ser nombrado Dean de la famosacatedral (anglicana) de San Pablo de Londres cuando Newman redact6 esta dedica-toria. La amistad entre ambos personajes se describe con detalles en la biografia deMeriol Trevor:.r H Newman. Cr6nica de un amor a la verdad (Sigueme, Salamanca1989). Con motivo de la muerte de Newman. Church expres6 brillantemente lagratitud que Ie debian los anglicanos en un articulo publicado en el nllles: -Con elperdemos no s610 a uno de los mas grandes maestros de estilo de la lengua inglesa,a un hombre de singular pureza y belleza de caracter, a un ejemplo eminente desantidael personal, sino al funelador -casi poelemos decirlo-- de la Iglesia anglicanatal como la vemos hoy. Dificilmente podemos adivinar 10 que hubiese sielo de laIglesia anglicana sin el Movimiento tractariano, y Newman [ue el alma viva y el

Page 21: Cardenal Newman: Quince sermones

Pero, aunque en aquel momenta experimente la generasidad de tuacci6n para conmigo, las eircunstancias especificas que la ocasionaronme quitaban entonees la posibilidad de mostralte mi agradecimiento.No era aquel el momenta aprapiado; pues vincular una obra mia a otrapersona en aquellas circunstancias mas que una atenci6n hubiera sidoun agobio indebido. Ni pense en poner sobre los hombras de ningunode mis amigos los libros que publique aquellos anos, excepto en el casode uno que habia colaborado conmigo en las tareas pastorales deLittlemore, y que me convenci6 al pedirmelo con una voluntad taninsistente de solidarizarse conmigos.

Acepta, pues, mi querido Church, aunque sea tarde, esta expresi6nde mi gratitud, ahara que el transcurso de 10sanos, el juicio pronuncia-do sobre mi persona por -10 que puede llamarse- la posteridad, y.lacategoria del cargo que ocupas, me animan a pensar que, satisfaciendoasi, gustosamente, parte de mi deuda, no soy desconsiderado paracontigo.

A ti, pues, mi querido Dean, va dedicada esta obra, con todo elafecto de tu amigo,

Ttl fuiste, entre los miembros residenres en 10seolegios de Oxford,uno de aquellos amigos entranables (algunos, como Charles Marriott yCharles Cornish, ahara desaparecidos2) que en 10scinco anos de duraspruebas -de 1841 a 1845-, en el curso de los cuales apareci6 este libra,hicieron tanto par confortanne y sostenerme, con paciente amabilidade incansable solicitud.

No puedo olvidar la delicadeza con que aguantaste, en el mes defebrero de 1841, que te comunicara dia tras dia mis preocupaciones ymis proyectos, a medida que 10s graves acontecimientos de aquellasfechas [os iban sllscitando. Y men os atln se me puede ir de la memoriatu gran gesto de amistad -gesto, ademas, de justicia y de valentia- enfebrero de 1845, ana en que ocupaste el cargo de proct013 de la Uni-versidad, cuando tu, junto con el otro proctor ahara fallecido, meprotegiste del «furor de 10sciudadanos que querian imponer 10 que nodebial1»4, gracias al uso que hicisteis de una prerrogativa propia devuestro cargo.

genio inspirador de dicho Movimiento. Por grandes que hayan sido sus servicios ala comunion en que murio, no son nada comparados con ios que presto a lacomuni6n dentro de la cual transcurrielOn los aflos mas azarosos de su vida ...•(vease C.Stephen Dessain: Vida y pensamiento del cardenal Newman, Paulinas,Madrid 1990, p. 226). El mismo estudioso cat6lico aflade: ·Desde que se escribieronesas palabras, la influencia de Newman se ha expandido y ha penetrado por todoslados en la Iglesia cat6lica·.

2 Charles Marriott (1811-1858), se gradu6 en el colegio Balliol de Oxford en1832, y de 1833 hasta su muerte fue miembro del Oriel (tutor oficial en el mismoentre 1835 y 1838). Particip6 en el Movimiento tractariano y fue uno de 10s princi-pales res pons abies de la colecci6n «Biblioteca de los Padres». En 1846 se hizocargo del inmueble ocupado hasta entonces por Newman en la aldea de Littlemore(cerca de Oxford), e instal6 alli una pequena imprenta. Fue parroco de Santa Ma-ria, de Oxford, de 1850 a 1858.- Charles Lewis Cornish (1809-1870) fue miembrodel colegio Exeter, de Oxford, de 1830 a 1841. Trabaj6 para la «Biblioteca de losPadres)) y se solidariz6 con Newman durante las polemicas en torno al Tract 90(1841). En 1846 sucedi6 a Copeland en el cargo de coadjutor de Littlemore. En sulecho de muerte quiso que Ie leyeran uno de los sermones de Newman.

3 Es la forma sincopada de «procuraton>. En Oxford y Cambridge se denomi-naban asi los dos cargos oficiales elegidos anualmente para desempenar divers asfunciones relacionadas con las asambleas de la Universidad, la otorgaci6n de gra-dos academicos, etc.; tambien eran responsables de la disciplina de todas las per-sonas in statu pupil/ari.

4 «Givium ardorprava iubentium», alude al furor desatinado con que -en aquelmomento- la mayoria de la asamblea general de «miembros)) de los colegios y ti-tulados por la Universidad estaba contra al Tract 90. Los dos proctores tenian lafacultad de poner el veto alas decisiones que no creian correctas. Church conven-ci6 al senior proctor de aquel ano, Gallimard, para que, pronunciando la expresi6nritual IINobisprocuratoribus non placet», impidiera la condena de aquel Tract (quehubiese significado nada menos que e\ rechazo oficial por palte de \a Universidad

de la interpretaci6n angiocatolica de los Treinta y nueve articulos anglicanos).Newman pone de relieve la justicia de la acci6n de los proctores, es decir, insisteindirectamente en la legitimidad del Anglocatolicismo -Ia tendencia teol6gica yeclesial de Church, y de muchos mas- dentro de la Iglesia anglicana.

5 Se trata de Richard William Copeland (1804-1885), estudiante y, luego, miem-hro, del colegio Trinity, de Oxford. Se adhiri6 al Movimiento tractariano y a partirde 1840 fue coadjutor de Newman en Littlemore. Estudioso de los te61ogos clasicosingleses, trabaj6 para la colecci6n «Biblioteca de te6logos anglocat6Iicos)). Des-pues de dieciseis anos sin comunicarse con Newman, se encontr6 con el casual-mente en Londres, en junio de 1862; pocos dias despues Ie visit6 en el Oratorio deBirmingham, y puso de nuevo a Keble, Church y Rogers en contacto con el. As! fueel primero de sus amigos anglicanos que reanud6 una relaci6n asidua con Newman,poco antes de la publicaci6n de la Apologta. Tras el exito de este libro, Copeland sehizo cargo de la reedici6n, sin retoques, de los sermones anglicanos de Newman(Los Sermones parroquiales y sencillos, no los «universitarios)), pues estos ultimosnecesitarian notas cat6licas del autor). La mayor parte de estos datos sobre losamigos de Newman provienen dellndice biografico del vol. VI de Lettersand Diariesof ]obn Henry Newman, publica do en 1984, a cargo de Gerard Tracey, archiverodel Oratorio de Birmingham.

Page 22: Cardenal Newman: Quince sermones

El primero, tercero y sexto de los siguientes sermones fueron pro-nunciados por el autor en los turnos de predicaci6n asignados por el Vi-cecanciller de la Universidad. El segundo, en el turno del propio autor. Elcuarto, quinto, septimo, octavo y novena, en los que Ie correspondieronde «predicador selectcm (anos 1831-1832).

Los seis posteriores a 1832 -los seis (i1timos- fueron predicados enturnos particulares de algunos colegios, de los que pudo servirse, 0 bienporque a el mismo Ie correspondla la designaci6n de predicador 0 bienporque correspondia a amigos personales suyos 7.

6 Este aviso no es superfluo, ni mucho menos. Pone de relieve el caracter necesa-riamente no sistematico ni tecnico de su forma de tratar aqui el proceso de la fe. Los"sermones", por mucho que tengan de conferencias, no eluden su naturaleza direc-tamente religiosa. Fueron escritos ademas a 10largo de diecisiete anos de notableevoluci6n del pensamiento del autor, bajo diversas influencias que recuerda el mis-mo en el cap. I de faApologia. En esta evoluci6n, sin embargo, no se pierde, ni mu-cho menos, la coherencia substancial dellibro.

7 Elmismo Newman explic6 en carta aJ. S. Northcote, del 18 de febrero de 1872,10 que esto significaba: «Los sermones universitarios eran predicados a) por Ios"predicadores selectos", que disponian durante sus dos atlOSde cinco 0 seis tumos;o b) por cada titulado en su propio tumo, s610 una vez; 0 c) por designaci6n delvicecanciller, que disponia de un numero determinado de tumos, por ejemplo, losde primera hora de la tarde en Cuaresma, y el domingo final de la temporada dedefensa de tesis (Act Sunday); 0 d) por designaci6n de cada colegio, es decir, de susrespectivos tesoreros, sucesivamente. De este modo fui designado para predicar portesoreros del Trinity, del Queen's y del Oriel; y por mi mismo, euando fui tesorero.Despues de 1832,nunca fui designado por ninguna autoridad de la universidad sinos610 por amigos que tenia en los colegiosl>(Letters and Diaries XXVI,p. 22).

Page 23: Cardenal Newman: Quince sermones

Sibien el autor se ha dedicado en la mayor parte de estos sermones atratar diversos aspectos de una misma materia, casi no hace falta decirque su Iibro carece del metodo, de la perspectiva global y de la exactitudcientifica dellenguaje, que se requieren en un tratado propiamente dichosobre el tema; objetivos que, por cierto, no eran compatibles con su generoliterario ni con !as circunstancias de su e1aboraci6n.

/ 9

PROLOGO A LA TERCERA EDICION

Esta era la advertencia publicada al principio de la edici6n original,con fecha 4 de febrero de 1843; pero ha sido inevitable cambiar algunaspalabras por haberse anadido otro serm6n -el tercero- en la presenteedici6n8.

Oratorio de BirminghamDiciembre de 1871

Estos discursoslO fueron publicados por primera vez tal como sehabian predicado, con la sola excepci6n de algunas correcciones verba-les. Ya en aguel momento el aurar hubiese deseado modificarlos de unmodo considerable, anadiendoles 0 quitandoles algunos fragmentos;pero, dado que constaban como «predicados ante la Universidad», nose sinti6 libre para hacer tal cosa 11. Muchisimo menos iba a alterarlos

9 No creo que sea ningun acierto relegar a un apendice -como 10 hace la traducci61lfrancesa completa- este pr610go cat6lico que Newman quiso al comienzo dellibro en suedici6n definitiva. Despues de las breves y valiosisimas orientaciones con que empleza,quiere dejar fuera de toda duda su afirmaci6n de la razonabilidad del acto de fe .. Noobstante, algunos comentaristas se empefiaron en presentar un Newman lrraCionahst,l;al parecer impresionados por los durisimos ataques de alguno de los sermones de 1831-1832 contra los abusos del racionalismo en el ambito religioso. Sera importante no olvl-dar las distinciones no muy escolasticas (vease cita del P. Ryder, nota 52 de la Introduc-ci6n) con que clarifica los terminos que el mismo habia usado tantos afios antes. ~staclarit1caci6n no debe restar interes al drama vivo que se desarrolla a 10 largo del hbroentre la raz6n y la fe, hasta aproximarse a la sintesis madura en la segunda mitad. Undialogo intensisimo, no exento de sorpresas y que proseguira toda la vida. _

10 Discursos equivale a sem1Ones-conferencia. Podemos obselvar que, ademas d,·dirigirse a los oyentes -a veces con gran vigor- para comunicarles sus reflexiones (quesuelen ser intelecrualmente originales, propias de un esrudioso que habla a otros estu-diosos, y no simplemente catequeticas), intenta tambien clarificar, profundizar y elaborarsu propia posici6n, de manera aproximativa, con notables tanteos y vaCllaclones.

11 Asi consta el caracter peculiarmente «hist6rico» de estos textos pronunClados en sumomento con la solemnidad propia de los actos oficiales de Oxford. Vease la Introduc-ci6n y la nota I al serm6n 1.- Recuerdese que las notas del autor entre com.illas son lasque ya aparecieron en la prirnera y segunda ediciones; y las que vanerltre corchetes -talcomo dlo indica seguidament~ fueron incorporadas a la tercera edlclon (de 1871-72).

BEn su primera edici6n el libro 5e titulaba Sel1nuns chiefly on the Theory ofReligious Beliefpreached before the Unive1"Sity. Igualmente la segunda, de 1844. Apartir de la tercera (1871-1872), el titulo es el que en est a traducci6n ponemoscomo subtitulo: fifteen Sermons preached before the University of Oxford betweenA.D. 1826 and 1843. Son el nllmero completo de sus sermones con este caracteroficial; por eso afiade ahora el tercero, para que la obra sea como un documentohist6rico completo y en 5i mismo intacto. Habia omitido el tercer serm6n porque 10consideraba escrito precipitadamente y, quiza tambien, bastante menos relaciona-do con el tema principal del conjunto. De ahi, seguramente, la no referencia altema «Teoria de la creencia religiosa» en el nuevo titulo.

Page 24: Cardenal Newman: Quince sermones

ahora. Simplemente ha considerado correcto lIamar la atencion, me-diante notas entre corchetes, al pie de la pagina, sobre ciertos defectosde pensamiento 0 de lenguaje que se descubriran en ellos, para asicorregirlos en la medida de 10 posible.

No podia dejar de contarse con tales defectos en el analisis de un tematan delicado como el que abordan algunos de los discursos. Ademas, seescribieron con largos intetvalos de interrupci6n, de manera ocasional porno decir imprevista; sin la ayuda de te610gosanglicanos y sin ning(.tncono-cimientode los teologos catolicos12. EInusmo autor se sorprende de que, entales circunstancias, los errores no fueran de caracter mas grave13. Estaadvertencia vale especialmente para los que tratan sobre las relaciones de lafe con la raz6n, discursos perfectamente comparables a una expedicion quesale a explorar territorios casi desconocidos, y que ni siquiera se arriesgan adefmir de alguna manera la fe 0 la razon al momenta de partir14. A medidaque avanzan, sin embargo, se vue!ven mas precisos, y tambien mas exactos,en su doctrinat5, que ahora voy a puntualizar de manera categorica y, en lamedida de 10pO$ible,con las palabras utilizadas en el curso de los nlismos.

1. Antes de formular una definicion de fe y de razon, sera carreetoconsiderar 10que es la nocion comttn y corriente de fe y razon, contra-puestas entre S1.

«No he dicho todavia 10que en realidad es la razon, ni comose relaciona con la fe, sino que me he limitado a confrontarlasmutuamente, tomando la palabra razon en el sentido que co-rrientemente se Ie atribuye», X. 45. Vease tambien XII. 7, 11,36; XIII. 1, 4; XIV. 32.

2. Segun este significado corriente, fe es juzgar en materia religiosabasandose en fundamentos debiles, y razon es juzgar con fundamentoss6lidos y firmes. Fe implica facilidad para aceptar 10 que pide la reli-gi6n, y razon implica lentitud para 10 mismo. «Fe» quiere expresar unsentimiento 0 experiencia emotivaj «razon», un acto de sentido comun.Fe se aviene con conjeturas 0 presuposiciones; razon, con pruebas16.

«Sean cuales sean las distinciones y relaciones que hay entrefe y razon, el contraste que se estableceria entre elias, segunel parecer comttn y corriente, consistiria en afirmar que larazon, antes de asentir, requiere garantias firmes, y que la fese contenta con garantias masendebles», X. 17.

12 Durante su ano de estudios en Roma (1846-1847) ley6 con avidez los tratados defe de importantes te610gos cat6licos recomendados por los jesuitas que alii ensenaban;pudo asi comprobar que los puntos de vista de este libro eran conformes al sentido ge-neral del pensamiento cat6lico (por encima de las posiciones espedficas de distintas es-cuelas). Redact6 entonces en latin 12 Thesesdefuieavaladas con citas de aquellos te610-gos y acompanadas de amplias referencias a sus sermones X-XIV, donde incluiremos lasindicaciones oportunas. Puede consultarse su texto completo en el articulo del P. HenryTristam: Cardinal Newman :sTheses de Fide and His p1'Oposed Introdu.ction to the FrenchTmnslation a/the University Selmons, «GregorianulIm 18 (1937) pp. 219-260.- En cuantoa los te610gos anglicanos, no podia contar propiamente con su ayuda, porque Butler yKeble (a quienes se refiere con enorme gratitud en el cap. I de la Apologia) no resolvie-ron satisfactoriamente para el esta cuesti6n especifica de la razonabilidad de la Fe; y por-que la opini6n prevalente (mas filos6fica que teol6gica) otorgaba una confianza exage-rada a la razones apologeticas expHcitas, hasta requerirlas como una conclici6n indispen-sable para la autentica Fe. El presente libro -<omo se vera- es una reacci6n vigorosa, sindejar de ser humilde, contra esta mentalidad dominante, que negaba de hecho la calidadde la fe de las personas mas sencillas. Al explorar nuevos ambitos y abrir caminos por sucuenta, Newman veia el riesgo de carecer de guias autorizados. Aqui constata que, apesar de todo, no iba por mal canlino.

13 Veremos c6mo acotara especialmente, con numerosas notas cat6licas, el ser-m6nlV.

14 La ausencia de estas definiciones puede desconcertar a muchos lectores. Por estoconviene recordar un bello parrafo de la lntroducci6n de Maurice Nedoncelle: «Demasiadoa menudo hemos querido ver en esta obra una exposici6n definitiva, una tesis a admitiro a rechazar en bloque. iPor que no veriamos mas bien en ella 10 que es: la odisea admi-rable de un espiritu que ha decantado sus ideas mas profundas con paciencia y sin saberde antemano ad6nde llegaria? Avanzaba paso a paso, contenrandose con la luz que DiosIe daba. jY cuantas riquezas descubri6 en el curso de su ruta!».

15 Expresi6n original de est a importante constataci6n: ( they become mom preci-se, as well as more accu.rate, in their doctrine». Es importante que ellector tenga encuenta este progreso dentro dellibro.

«Es cosa corriente contraponer entre si la fe y la razon. Puesla fe consta de ciertos ejercicios de la razon basados principal-mente en presuposiciones; y la razon consiste en ciertas ope-raciones a base principal mente de pruebas», XlI. 3. Veasetambien 2, 7,10,36; y V. 19; X. 26, 32; XI. 17.

3. Pero ahora, par hablar de una manera mas exacta, ique hay queentender por facultad de la raz6n en un sentido abierto a todo su alcan-ce (sin dejar de ser preciso)?

«Se entiende propiamente por raz6n cualquier proceso 0 actode la mente, mediante el cual, a partir del conocimiento deuna cosa esta avanza hasta conocer otra», XII. 2. Vease tam-bien XI. 6, 7; XlII. 7, 9; XlV. 28.

4. EIproceder de la facultad racional puede ser explicito 0 implicito:es decir, con 0 sin reconocimiento directo, par parte de la mente, de lospuntos de partida y de las vias mediante las cuales lIega a su conclusi6n.

16 De momento no califica de «mal os» -ni de «buenos»·- estos sentidos or-dinarios. Los analizarii y harii las distinciones pertinentes. Su estilo de catalogar noes maniqueo.

Page 25: Cardenal Newman: Quince sermones

«Todos tienen alguna razon, pero no todos pueden darla.Podemos, pues, designar estas clos actividades mentales conlos tenninos respectivos de razonar y argumentar, 0 bien ra-ciocinio inconsciente y consciente, 0 bien razon implicita yexplicita», XIII, 9. Vease la totalidad del discurso.

garantias efectivas 0 indicios demostrativos19; de ambos metodos, el dela verosimilirud corresponde mas naturalmente al razonamiento implici-to, y el de las garantias 0 pruebas al explicito.

5. EI proceso de razonar, sea implicito 0 sea explicito, es el acto deuna misma facultad (la de la razon), a la cual corresponde tambien lacapacidad de analizar su mismo proceso, y de pasar asi de 10 implicitoa 10 explicito. EI razonamiento, empleado en analizarse a si mismo deesta forma retrospectiva, viene a parar en una ciencia especifica, llama-da logica, que es una especie de arte literaria17 que pone de relieveprovechosamente los actos implicitos con que ha procedido.

«Las pruebas suelen ser firmes 0 fragiles, no en sl mismas,sino segun los detalles 0 circunstancias con que se nos pre-senta la doctrina a favor de la cual se aducen; y el efecto de lapruebas sera mayor 0 menor en nuestra mente, segun acepte-mos 0 no aquellos detalles. Ahora bien, la admision de estosimplica una gama inmensa de opiniones antecedentes, presu-posiciones, sobreentendidos, asociaciones de ideas, etc.,muchos de los cuales son dificillsimos de descubrir y anali-zam, ete. XIII. 33. Vease tambien 9; y XII. 36.

«La claridad en la argumentacion no es indispensable pararazonar bien. EI razonamiento es completo en SI e indepen-diente; el analisis no es sino una explicacion del mismm), XIII.10; vease 8.

7. Ademas, si bien la facultad raciocinante es de una misma natura-leza en todas las mentes, varia sin limite, en cuanto a fuerza, tal comoexiste en concreto en cada uno de los individuos; varia segun el objetoo tema a que se aplica. As!, un hombre puede razonar bien en asuntosde comercio, a los que se dedica, pero puede ser sencillamente incapazde presentar de manera ordenada sus razonamientos sobre tal materia,porque no tiene talento para analizar, es decir, para razonar sobre susrazonamientos, 0 para encontrar sus terminos medios 10gicos.

«Labatalla entre el error y la verdad es necesaIiamente ventajosapara el primero, par su misma naturaleza, ya que se libra con lasa1masde un lenguaje establecido 0 de un tratado met6dico; estose debe no solo a ... la deficiencia de la verdad en cuanto a recur-sos de elocuencia, e incluso de palabras, sino ademas a la nitidezy a la precision de metodo que se requieren en un debate escritoo hablado. Laverdad es amplia, vista como conjunto organico seextiende hasta muy lejos ..., de ahi que clificilmentepueda expo-nerse en un numero detenninado de [rases. Su defensor, incapazde mostrar nada mas que un fragmento del conjunto, se ve obliga-do a redondear y reducir sus extremos 'indomables, ete. En estoconsiste precisamente el arte de la composicioID),ete. V. 21.

«El funcionamiento de la razon de una persona tiene tanto demisterio como el funcionamiento de su memoria. Recuerdamejor 0 peor segun las materias de que se trate, y razonatambien mejor 0 peor .... Cabe que el don 0 talento de razo-nar sea distinto en diferentes temas, aunque el proceso derazonar es el mismQ)),XIII. 10. Vease tambien XI. 6.

«Losque quieren abreviar el debate ..., buscan alg(m argumentotirme y bien perceptible, que pueda fOlmularselimpiamente, ma-nejarse convenientemente, y ponerse de relieve con insistenciaretodca)), ete. XIII. 36. Vease XIV. 30.

realidad por sus causas propiamente dichas» (0 causas propter qUid). Vease la di-ferencia de punto de vista y de terminologia en santo Tomas: Summa Theologica, Iparte, cuesti6n 2, articulo 2, in corpore: «Hay dos clases de demostraciones. Una,llamada "propter quid", que se basa en la causa y discurre partiendo de 10 que enabsoluto es anterior hacia 10que es posterior. La otra, llamada demostraci6n "quia",patte del efecto, y se apoya en 10que es anterior ttnicamente respecto a nosotros, que,cuando vemos un efecto con mas claridad que su causa, por el efecto venimos enconocimiento de la causa».- Quiza el metodo de las probabilidades antecedentesseria catalogado por santo Tomas entre las razones de congruencia 0 conveniencia,aparte de su caracter a menu do implicito, y de la manera de apreciarlas cadapersona.

19 «Garantias», «pruebas», <dndicios», «signos», para traducir «evidence».Aunque simplifique algo el problema de la traducci6n de esta palabra, quiza seaverdad todavia la celebre frase de Madariaga: «La evidencia castellana (0 latina) esprecisamente 10 que no necesita en absoluto de las "evidencias" inglesas».

6. Ademas, hay dos metodos de razonar: a priori y a posteriori18; apartir de verosimilitudes 0 probabilidades antecedentes, y a partir de

17 Expresi6n originaL «a sort ofrethoric». Procuro no darle un tono peyorativo,que no pretende el autor.

18 Observese atentamente el senrido en que el autor entiende las dos expresio-nes latinas. A priori no tiene para el el senlido metafisico de «demoslraci6n de una

Page 26: Cardenal Newman: Quince sermones

8. Esta desigualdad en un mismo individuo de la facultad de razo-nar, con respecto a diferentes temas 0 materias, proviene de dos causas:de la falta de experiencia 0 de familiaridad con los detalles de unadeterminada materia; y de la ignarancia de los principios 0 axiomas, amenudo reconditos, propios de la misma.

«Quien descuidara las experimentos pOl' confiar en el vigorde su talento, seria calificado de "teorico"; y el ciego quepretendiera en serio dar conferencias sobre la luz y los colo-res, poca esperanza podria tener de ganarse un auditario ...Quiza su discurso fuera f1uido y desenvuelto, hasta casi hace-mos olvidar su lamentable carencia; pero a la larga, en elmomenta menos pensado, se confundiria cometiendo algunerror de bulto indescriptible», IV. 8.

«POI'completos y precisos que fueran los fundamentos que pre-sentamos, par sistematico que fuera nuestro metodo, y claras ytangibles las garantias que aducimos; sin embargo, cuando se si-gue la pista de nuestro argumento hasta sus elementos nlls sin1ples,siempre tiene que haber a1go que no es susceptible de prueba»,XI. 18.

10. POI'otra parte, del hecho que las garantias, pruebas 0 indiciosexternos se analizan mas facilmente que las verosimilitudes22, se sacacomo consecuencia general que los razonamientos de quien investigasobre temas religiosos solo pueden ser argumentos a posteriori; y la razoncon referencia a la religion se convierte en la facultad de elaborardemostraciones 0 garantias de este tipo. He aqui otro sentido carrientede la palabra, en tanto que aplicada al tema de la religion; un segundosentido (B) en el cual la he utilizado.

«En la razon influyen las pruebas directas y precisas ... Se su-pone que la mente razona rigurosamente, cuando rechaza laprueba antecedente de un hecho, 0 sea, cuando rechaza todo10 que no sean garantias efectivas que pueden mostrarse pal-pablemente a su favon>, X. 26.

«La razon (en el sentido en que esta palabra se usa cOmltn-mente) se bas a en las garantias palpables», X. 32.

«La razon tiene un poder de ana lisis y de critica sobre todaslas opiniones y conductas, y nada hay verdadero 0 correctosino 10 que puede justificarse y, en cierto sentido, demostrar-se par ella; par consiguiente, las doctrinas aceptadas par feno tienen ningun titulo para que se las considere verdaderas,si no pueden ser aprobadas par la razon», X. 13. Vease tam-bien 14.16.

11. La palabra «razon» se usa aun mas a menu do en los presentesdiscursos en un tercer sentido (C), para indicar un abuso muy corrientede la facultad de razonar: cuando se dedica a tratar de la religion sinhaberse aproximado ni familiarizado debidamente con su tema, 0 sinservirse de los primeros principios adecuados al mismo. Esta supuestarazon es designada en la Escritura con el nombre de «sabiduria delmundo»; es decir, el razonar de las mentes profanas sobre religion, 0

razonamientos sobre religion basados en maximas mundanas, que sonde pOl' si ajenas a ella. Algo similar al abuso de la raz6n en olms cam-pos, como cuando las afirmaciones de la qui mica se convierten en axio-mas y puntos de partida de Ja ciencia medica, 0 cuando la doctrina delas causas finales se introduce en las investigaciones astronomicas 0

geologicas23.

De ahi que uno de los sermones se titule «Excesos 0 usurpacionesde la razom>;y que en el curso del mismo se hable de la «raz6n capciosa»,la «razon atrevida», etc. Vease nota a IV. 9.

9. De ahi que la palabra "razon", ademas del sentido verdadero,abierto a todo su alcance20, tenga otros tres sentidos. Puesto que es muydificil reconocer la existencia de 10 que no se saca a la luz de algunamanera, resulta que los razonamientos no explicitos son generalmenteignarados. De esta suerte se entiende pOl' razon, con respecto a la reli-gion, en primer lugar (A) la habilidad 0 pericia en la argumentacionlogica2!.

20 Ha explicado este senti do propio y verdadero en Ios numeros 3 y 4 delpresente pr610go. Ahara puntualiza los tres sentidos reducidos 0 inadecuados enque aparece a veces la palabra dentro del libro. Quiza puede precisarse que lossentidos A y B son aspectos parciales, y el C una defarmaci6n, siempre dentro dela misma acepci6n global de la palabra.

21 0 sea, la raz6n explicita, que -como se vera en el numero 15- no debeentenderse necesariamente en sentido peyorativo.

22 Recuhdese el n. 6. La verosimilitud radica -antes que en los signos extern os-en las disposiciones y actitudes de cada persona; seg(lI1 sean estas, la personapuede cap tar previamente mejor 0 pear la probabilidad de un hecho religioso.-Este sentido B) de la palabra raz6n se parece mucho al sentido A), par la afinidadya indicada en el n. 6: «...and the method of evidence [mare naturally belongs] toexplicit reasoning».

23 Naturalmente, se refiere al caracter humano de la medicina, que no puederegirse por criterios puramente quimicos 0 bioquimicos. Sobre la intromisi6n delprincipio de finalidad en elmetodo propio de las ciencias naturales, vease la sabiacautela del sermon IV, aI's. 6 y 20, que desarrollara en su Idea de una unil'el:,idad.

Page 27: Cardenal Newman: Quince sermones

12. La fe es propiamente un asentimiento, un asentir sin dudar24, 0

sea, una certeza.«La fe es una aceptaci6n de la realidad de algo», XI. 9.«La fe simplernente acepta eI testimonio proclamado», X. 8.

«La fe no se identifica exactamente con sus fundamentos y sucontenido», XIII. 4.

«La fe parte de probabilidades, pero terrnina en afinllacionesabsolutas ... Cree a un informador en medio de dudas, peroacepta su informaci6n sin ninguna duda», XIV. 34.

Vease tambien 39; X. 34; XI. 1; XV. 3.

13. f'uesto que, al aceptar una conclusi6n, se da un reconocimientovirtual de sus premisas, puede decirse -impropiamente25- que el actode fe incluye en SI mismo el proceso racional que es su antecedente, yque la fe es bajo cielto aspecto una operaci6n de la raz6n26. En este nive!

se compara, y se contrapone, a los tres sentidos -inadecuados 0 reduci-dos- de la palabra «razon» que acabo de enumerar: a la raz6n expllcita(A), ala raz6n demostrativa (B), y a la raz6n profana (C).

«Si la raz6n es la facultad de adquirir conocimientos a partirde unos fundamentos dados ..., el acto 0 el proceder de la fees una operaci6n de la razon ... porque es un instrumentopara saber indirectamente cosas exteriores a nosotros», XI.8,9.

14. La fe, considerada en contraste con la raz6n en estos tres senti-dos, es implicita en sus actos (A), adopta e! metodo de la verosimilitud(B), y parte de prirneros principios religiosos (C). Vease IV. 6; X. 27, 44;XI. 1, 25; XII. 3, 27, 36.

15. La fe se guarda de los abusos en que puede caeI' -por ejemplo,de la superstici6n-, mediante un estado anlmico moralmente correcto,o sea, con las disposiciones y el talante propios del sentimiento y lapractica religiosa, del amor a la santidad y a la verdad, ete.

Este es el tema del duodecimo discurso; en el cual, sin embargo,hubiese tenido tambien que insistir sobre la utilidad de la raz6n -en elprimero y segundo sentidos Onadecuados 0 reducidos) de la palabra-para contrarrestar la superstici6n27.

Recientemente, el autor ha proseguido su estudio de toda esta te-marica, con una amplitud considerable, en su libro El asentimiento re-ligiosrJ8

La autonomla relativa de las ciencias y realizaciones humanas respecto de la Iglesiay la teologia ha sido reconocida en esta misma linea por el concilio Vaticano II,constituci6n Gaudium et Spes sobre la Iglesia en el mundo actual, n. 36: «5i pOI'autollomla de la realidad terrena se quiere decir que las cosas creadas y la sociedadmisma gozan de leyes y valores propios, que el hombre ha de descubrir, empleary ordenar paulatinamente, es absolutamente legitima esta exigencia de aUlOnomia.No es 5610 que la reclamen imperiosamente 105 hombres de nuestro tiempo. Es queademas responde a la voluntad del Creador. Pues, por la misma naturaleza de lacreaci6n, todas las cosas estan dotadas de consistencia, verdad y bondad pro-pias".».

24 Un asentimiento propiamente dicho, no una simple opini6n. En el libro ViaMedia I(nota cat6lica 2, p. 87 Iconf. III, ap. 31 y n. cat. 2, p. 108 [conf. IV, ap. 3])explica que los anglicanos denominaban «dudas» alas dificultades u obscuridadespercibidas en el ejercicio de la fe; distingue esto de la «duda» propiamente dicha,la retenci6n 0 suspensi6n del asentimiento, la cual puede darse en el periodopreparatorio, pew que es incompatible con la fe. Al comienzo del cap. V de laApologia formula la celebra frase: «Mil dificultades no constituyen una duda» (si bien,no es raro denorninar dudas alas dificultades, tal como 10 hacian los anglicanos).

25 Newman pone aqui la palabra «improperly» entre parentesis. Podrla traducirsetambien por «inadecuadamente», como 10 hacemos tres lineas mas abajo con el"impropen>, tam bien entre parentesis, aplicado a los sentidos inadecuados 0 redu-cidos de la palabra raz6n.

26 En un primer borrador de pr6logo, del 11 enero 1847, Newman escribia: «Lafe, cuando se contrapone a la raz6n, se considera sencillarnente par su lada bu-mano tal como la miraria una persona eomlln y corriente (no un te610go) y encuanto consiste en admitir una conclusion por la palabra de otro. L .. J tEsto essumamente importante). Por fe no se entiende aqui la intuici6n espiritual del obje-to 0 contenido de la fe, ni el estado anlmico 0 habito, la certeza moral 0 la fedivina, sino el acto de aceptar 0 pasar a aceptar.» (Vease en «Gregorianum» 18, 1937,p. 243; 10s parentesis son de Newman)

27 Es decir, que la raz6n expllcita y la raz6n demostrativa, tienen un papel impor-tantisimo -junto con el amor 0 disposiciones morale5-- en salvaguardar la fe de susposibles deformaciones. Asi apunta al tema que tratara en el famoso PrOlogocat6lico a laViaMedia (1877} la teologla (el esfuerw de nuestra raz6n por comprender mejor 10 queDios ha revelado) es el criterio regulador de las tensiones eelesiales; sin embargo, paraque la teologla no se reduzca a una raz6n fria y abstwcta, siempre tiene que estar enequUibrio con la pieclad popular (aunque tiende a excesos supersticiosos) y con laeficaeia de la acci6n de la Iglesia (aunque tiende al autoritarismo). La teologla, reclaman-do siempre la atenci6n a la Verdad revelada, controla los demas aspectos (la praxiseelesial en su conjunto), pero queda -y debe quedar- rnuy condicionada por ellos.

28 Titulo de la version castellana, del P. ]osep Vives, s.j., de la obra &say in Aidof a Grammar of Assent (1870), «Ensayo para una gramatica del asentimiento». Elasentimiento religioso, al eual nos referiremos, fue publieado por Herder, Barcelo-na 1960.

Page 28: Cardenal Newman: Quince sermones

EL TALANTE CIENTIFICOI

, INCULCADO

PRIMERO POR EL EVANGELIO

Les habl6 de nueuo jestts, diciendo: Yo soy laLuz del mundo 3.

1. Pocas acusaciones han lanzado los incredulos mas a menudocontra la religion revelada que la insistencia en que esta es hostil al

I Titulo original: The philosopbical temper, first enjoined by tbe Gus/wI.«Philosophical», en la acepci6n que incluye 10 que en nuestra actual divisi6n delsaber humano denominarnos <iCientifico». Seg(m el O:>;jbrdEnglish Dictionary (vol.VII, p. 781 s.), el aHo en que se predic6 este serm6n lodavia se publicaba la revistaAnnals of Philosophy, or Magazine of Chemistly, Mineralogy, Mecbanics, NaturalHistory, Agriculture and Arts.- Este primer discurso puede leerse como una curiosareflexi6n sobre la historia de la ciencia, realizada pOl' un joven clerigo, tUlor deOxford, de 25 anos, que no ha abandon ado sus convicciones religiosas fruto de latendencia «evangelica» denlro del Anglicanismo, en la cual se realiz6 su conver-si(m de adolescente; pero que ha colaborado estrechamente, en los quehacerescientificos, docentes y administrativos, con el <<liberal», poco respetuoso con laortodoxia, Richard Whately 0787-1863; fue miembro del colegio Oriel, Principaldel Alban Hall, y posteriormente arzobispo anglicano de Dublin, donde particip6en la vida social y politica especial mente en el campo de la educaci6n). En efecto,Newman habia redactado una parte importante de los Elements of Logic, de Whately(vease Bcritm autobiograficos, pp. 108 s.), que apareci6 tambien este mismo aHo1826, y que se mantuvo como libro de texto en numerosos centros de estudio hastala publicaci6n del System of Logic, Ratiocinative and Inductive de John Stuart Mill,en 184.3; y ejercia de vicerrector (Vice-Principal) del Alban Hall, internado de po-cos alumnos, con atribuciones omnimodas de parte de su rector (Pl111cipal).Whately,despues de su ruptura con Newman (vease cap. I de la Apologia), se opusovigorosamente al movimiento tractariano (aunque les habia dado una buena basecon su doctrina de la independencia de la Iglesia respecto aI Estado). A su muerte,

Page 29: Cardenal Newman: Quince sermones

avance de la filosotla y de la ciencia4. Nunca hubieran podido sostenercon alguna verosimilitud que la religi6n revelada disuade del cultivo dela literatura, ya que es evidente que los estudios vinculados a la historiae interpretaci6n de las Escrituras han estimulado, mas que cualquierotros, la investigaci6n de las lenguas, escritos y acontecimientos de laantigliedad. EIcristianismo ha sido siempre una religi6n eruditaj vino aJmundo como descendencia del judaismo, un sistema mas antiguo, alcual debia muchos de sus contenidos y 105textos del cual estaban obli-gados a consultar continua mente 105que 10profesaban. EI fil6sofo pa-gano, al alistarse en la Iglesia cristiana, era invitado, mas aun, era re-querido, a entregarse a un tipo de estudios casi desconocido en lasescuelas de Grecia5. Los mismos libros judios estaban escritos en unalengua que el no entendia, y sus relatos Ie abrian un panorama decostumbres y comportamientos muy distinto del que estaba acostum-brado a contemplar. Los escritos de 105antiguos debian guardarse, y susopiniones debian examinarse; de este modo ]05 estudios que se cons i-deran especialmente «de erudici6n» constituirian la tarea principal dequien aspiraba a ser heraldo de la fe cristiana. EI fil6sofo podia divagarsobre novedades, pero el te610go tenia que someterse a aprender 10escrito.

2. No se sostiene, pOl'tanto, que el cristianismo haya resultado des-ventajoso para los estudios literarios; sin embargo, a partir del mismoestimulo que da a estos, se ha sacado la objeci6n opuesta, como si pOl'eso precisamente impidiera el avance de] saber filos6fico y cientifico.Se ha alegado, con notable verosimilitud, que el apego a los escritos delos antiguos que el ha fomentado ha sido perjudicial para el descubri-miento de nuevas verdades, por el hecho de crear un recelo y un dis-gusto a.nte todo 10que fuera contrario alas opiniones establecidas. Asie] cristianismo ha sido presentado como un sistema que se interpone enel camino del progreso, sea en politica, en educaci6n 0 en ciencia; sesugiere que estaba adaptado al nivel de 105conocimientos, y que con-tribuy6 a la felicidad de la epoca en que se introdujo, pero que es unperjuicio positivo en tiempos mas ilustrados; porque, debido a su pre-tensi6n de infa!ibilidad, el mismo no puede cambial', y pOl'consiguienteno dejara nunca de empefiarse en doblegar todas las opiniones i\nte suspropios criterios anticuados. Sin referirme a la multitud de hombresmedio instruidos que son manifiestamente hostiles a la religi6n revela-da, y que aguardan cada nuevo descubrimiento 0 teoria cientifica, conla esperanza de que algo pueda derivarse de ahi en descredito de ella,hay que lamentarse de que incluso muchos de los respetables defenso-res actuales del progreso en las condiciones de la sociedad, ypatrocinadores de la instrucci6n general, parecen vel' completamenteirreconciliables los intereses del genero humano y 105 de la Iglesiacristiana; y si bien consideran de mal gusto 0 poco delicado atacar defrente a la religi6n, sin embargo parece que tranquilamente cuentancon que el adelanto de 105descubrimientos y el cultivo general delintelecto humano culminara con la caida del cristianismo.

Newman escribi6: «Whately no podia convertir a las personas mediante la 16gica,ni queria someterlas mediante la autoridad; 10 que podia hacer e hizo con granfuerza y entusiasmo era destruir los idolos que impedian la entrada de la luz, yabrir un espacio para iniciativas que eJ mismo no lleg6 a intenlar. Lo suyo fuepredicar los principios sencillos, pero importantes, de que la religi6n no ha detener miedo a los debates, de que la fe puede apelar sin temor a la recta raz6n, deque la investigaci6n no hace sino reforzar los fundamentos de la revelaci6n, y deque la Iglesia se basa en la verdad, y s610 en la verdad» (Autobiographical Writings,p. 85; no esta en la versi6n castellana). Y deja constancia seguidamente de supJegaria esperanzada pOl' Ja salvaci6n eterna de su antiguo mentor.

2 EI domingo que seguia inmediatamente al ultimo sabado de Actos de defensade tesis, y que precedia al lunes de la primera actuaci6n solemne de los nuevostitulados. EI Act Sunday 0 Commemoration tenia lugar a principios de julio y for-maba parte de las celebraciones conclusivas del segundo semeslre, Act Term 0 TrinityTen1/.

3 Yease, mas abajo, en el apartado 4, la referencia biblica. Y la nOla de Newmansobre el lema que figura en el escudo de la Universidad de Oxford.

4 AqUi, como hacia el comienzo del parrafo siguiente, Newman usa las dospalabras: «philosophy and science».

5 El «fil6sofo pagano» no es una figura puramente supuesta. Newman podiapensar en concreto en la lista de fil6sofos paganos que se incorporaron a la fecristiana £Sle fue eI caso, pOl' cjemplo, de san Justino, en el siglo II. A fines delmismo siglo y comienzos del siguiente, Clemente de Alejandria aport6 al cristianis-mo un conocimiento vasrisimo de la sabiduria griega.

3. Hay que reconocer que la conducta de 105cristianos ha favoreci-do a veces estos puntos de vista err6neos respecto a la naturaleza y latendencia de la religi6n revelada. La Iiteratura antigua ha sido objeto deatenciones absorbentes y exageradas. La admiraci6n del talenro quemuestran aquellos escritos, la imaginaci6n estirnulada pOl' su mismaantigi.iedad, a menudo el orgullo del saber y un deseo de aparecer comoduefio de un tesoro del cual la mayoria no disfruta, han lIevado a algu-nos a exaltar 105sentimientos de epocas anleriores con menosprecio delas ideas modernas. Otros, ademas, intentando aumentar (asi 10 supo-nian) el valor y la dignidad del Iibro sagrado, han lJegado a presentar!o

Page 30: Cardenal Newman: Quince sermones

como eLdep6sito de toda verdad, tanto cientifica6 como religiosa; aun-que san Pablo parece limitar su utilidad a los beneficios que reportapara ensenar, argilir, corregir y formar en la justicia. Mas aun, otros hansido demasiado diligentes en sus prisas por dar respuesta a cualquierade las objeciones frivolasy sueltas contra la letra de la Escritura, objecionesque se han propuesto --{)que ellos imaginaban que pudieran quizaproponerse- a partir de los sucesivos descubrimientos cientificos. Hansido demasiado diligentes, porque su solicitud minuciosa les ha hechoperder de vista el conjunto de los fundamentos del cristianism07, y lesha amplificado las objeciones, dando la impresi6n de que, si no podianresponder a todas y cada una de ellas, tenian un peso determinantecontra la mole entera de los argumentos cristianos. Y han ido demasiadoaprisa porque, si hubiesen tenido paciencia, los sucesivos descubri-mientos quiza les hubiesen solucionado la objeci6n por si mismos, sinnecesidad de entrar en polemica. Son obvios los pesimos resultados detal proceder: se ha exagerado la importancia de la objeci6n y, en cam-bio, la soluci6n ofrecida ha sido demasiado a menudo inadecuada 0

insatisfactoria. Estos sentimientos de recelo y muestras de timidez alpresenciar la expansi6n del conocimiento cientifico, equivalen casi areconocer que puede haber algun antagonismo entre el y la revelaci6n.

(La luz revelada y las verdades de la naturaleza)

4. Nuestro Salvador, en el texto inicial de este serm6n, se autodeno-mina la Luz del mundo; tal como David 10 habia dicho antes, con pala-bras que corresponden especialmente a este lugarBy a este dia9, «el Senores mi Luz» (Salmo 27 (26)); y aunque el Senor habla as! cuando ofrece elconocimiento religioso a un pueblo apostata e ignorante, no tenemosningun motivo para suponer que prohiba ninguno de los demas cono-cimientos legitimos, y no podemos imaginar que promulgase mediantesus ministros inspirados doctrinas que contradigan verda des anterioresque dej6 escritas sobre la faz de la naturaleza.

(RESPUESTASA LAACUSACr6N DE OBSCURANTISMO)

(Los grandes cientificos ban aceptado el Evangelio)

5. Puede responderse de diversas maneras a la objeci6n contra elcristianismo referida en las observaciones anteriores.

Laprimera consiste en recordar el hecho de que los mas grandes cien-tificoslO de los tiempos modernos -Ios fundadores de ]a nueva escuela

6 Lit.: «philosophical». Nos extrana ahora enormemente esta pretensi6n de ha-liar todo tipo de conocimientos en la Biblia. La siguiente alusi6n a san Pablo serefiere a II Tim 3: 16, sobre la verdadera utilidad de la Escritura.

7 Expresi6n original: «the Christian Evidence as a whole». Newman piensa se-guramente en el tratado de apologetica de William Paley (1743-1805), View of theEvidences of Christianity, publicado por primera vez en 1794, y que pronto seconvirti6 en el manual de religi6n por excelencia. Escribi6 tambien Principles of Moraland Political Philosophy (1785), Horae Paulinae (1790, donde demuestra la coin-cidencia de las cartas de san Pablo con la narraci6n de los Hechos de los Ap6sto-les) y Natural Theology (1802). EI tratado de apolcigetica pronto fue traducido alFrances (Tableau des preuves evidentes du Christianisme, 1806, por D. Levade,pastor de la Iglesia Reformada de Nimes; su traducci6n fue recopilada en las cat6-licas Demonstrations Evangeliques, de M.L. Migne, tomo XIV, cols. 675-944) y tra-ducido tambien en parte al castellano dentro de Fundamentos de la Religion,pruebas de la uerdad de la religion natural y revelada, recopiladas POl' el presbiteroD.]uanDiazdeBaeza, Madrid, 1841 y 1847 (2' ed.), el cual, entre los autores queha tenido presentes para la composici6n de su trabajo, cita «a un autor ingles quecopio casi Iiteralmente en muchos capitulos, porque yo no los habia de entendermejom (Es, indudablernente, Paley, de quien tradujo y adapt6 tambien los Princi-pios de Filosofia Moral, Madrid 1841 y 1846). [Agradezco a la amable solicitud del P.Josep Vives, S.J., profesor de la Facultad de Teologia de Catalunya, la informaci6npara dar con estos documentos, y para muchos otros datos relacionados con lapersona y la abra de Newman.] Hay que tener presente el peso enorme durantemas de un siglo de la apologetica de Paley para comprender la respuesta de Newman,que no aparece todavia en el primer sermon universitario, notable mente «i!ustrado»y confiado en la razon. Newman reaccionara de modo profunclamente innovador,pero nunca llegara a un rechazo total de la apologetica. Conviene saber tambienque Whately estaba plenamente en la linea de Paley, hasta el punto de que Impusosu libro como de texto en los centros educativos de Irlanda.

8 Nota del autor: [Ellema de la universidad es «Dominus illuminatio mea»]9 Nota del autor: (Act Sunday. Dice Huber sabre las universidades inglesas: "EI

candidato, emancipado de su maestro, se presentaba ante los demas maestros paratomar parte en los debates academicos. Esta cspecie de representaciones se con vir-tieron luego en actos publicos oficiales, disputationes, responsiones, lecturaecursoriae. Un acto de solemnidad mas especial era la dausura de todo el curso deestudios. EI canciller Ie conferia entonces la licencia. Adquiri6 fuerza de costumbreque todos los ejercicios academic os finales se celebraran en eI segundo semestredel ano (llamado por este motivo «semestre de los actas») y que conduyeran el ultimosaba do del semestre con un solemne Acto general, las Vesperiae. en cuya partici-paci6n Jos candidatos de todos los grados de las distintas facultades ohtenian laaptitud y el titulo para empezar ellunes siguiente a desempcr1ar los papeles corres-pondientes a su respectivo grado. Este comienzo (inceptio) tenia lugar con lamaxima solemnidad, y constituia el punto de mas esplendida brillantez del anoacademico. En Oxford 10 llamaban enfaticamente «el Acto», y en Cambridge «elComienzo»" (Abreviado de la traducci6n de F. W. Newman). EI Act Sunday es 0 erael domingo inmediatamente anterior al Acto, el cual cae en la primera semana dejulio.J - John Henry Newman ha citado la traducci6n del texto latino de Huberhecha por Sll hermano Francis William Newman, hombre tambien muy culto, pemcan una trayectoria religiosa progresivamente opuesta.

10 Lit.: «philosophers». Vease el sermon IV, ap. 20, con la nota correspondiente,sobre los reparos que pone Newman a esle argumel1lo.

Page 31: Cardenal Newman: Quince sermones

de descubrimientos, y los que mas han ensanchado el ambito de nues-tro saber- se han sentido obligados a someter su raz6n al Evangelio;esta circunstancia, independientemente del argumento que la convic-ci6n de tales hombres proporciona a favor de la firmeza de los funda-mentos cristianos, por 10 menos muestra que la religi6n revelada nopuede ser muy desfavorable a las investigaciones cientificasll, cuando losque sinceramente aceptan la primera destacan tambien mas que otrosen las segundas.

6. La otra respuesta es la notable coincidencia que existe entrelos principios generales sobreentendidos en las pruebas a favor de larevelaci6n, y aquellos a partir de los cuales proceden las investigacionesde la naturaleza. La ciencia12 y la revelaci6n estan de acuerdo ensuponer que la naturaleza se rige par leyes uniformes y fijas. La Es-critma, debidamente interpretada, es decisiva para eliminar a todasaquellas causas 0 seres an6malos que muchos imaginan que inte-Humpen a su antojo el orden de la naturaleza. Casi todas las religiones,excepto la de la Biblia y las que proceden de ella, han supuesto laexistencia de un numero indefinido de seres, hasta cierta medidamutuamente independientes, capaces de intervenir en los asuntos dela vida natural, y cuya interferencia -suponiendo que exista-, no siendoreductible a ninguna ley, hacia desaparecer toda esperanza de obteneralguna informaci6n real sobre eI sistema que rige eI universo13. Por otraparte, los autores inspirados son explicitos en atribuir todos los hechosmilagrosos a la acci6n directa, 0 al menos a la permisi6n, de la Dei-dad; y puesto que implican tambien que los milagros se realizan node una manera arbitraria, sino con un objetivo, sus declaraciones aeste respecto concuerdan enteramente con las deducciones de la ob-servaci6n cientifica sobre el funcionamiento general de leyes cons-tantes, y la ausencia de cualquier interposici6n an6mala en su caminopor parte de seres ajenos al orden de casas en que estamos. Lasuposici6n,

11 Lit.: «scientific inquiries». Observese que a menudo Newman empieza susrazoncs puntllalizando y contabilizando aspectos obvios de verdad que nos pare-cen alejados del punto central que quiere analizar; pero que nos ayudan aaproximamos al mismo con un bagaje de conocimientos y actitudes previas favo-rable al descubrimienlO de lIlteriores aspectos de la verdad.

12 Lit.: «Science».l:l Expresi6n breve y lucida del tema de la desmitificaci6n 0 secularizaci6n del

mundo, desarrollado mucho tiempo desplles por diversos autores. En Newman,esta visi6n cientifica del mundo no implica en absoluto la perdida del sentidosacramental 0 referencial de las cosas naturales a realidades que las trascienden.

pues, de un sistema de leyes estables, par la cual se guia toda in-vestigaci6n cientifical4, es tambien el fundamento en que se apoyanlas garantias racionales a favor de la religi6n revelada. Es tanto masnecesario insistir en esto, cuanto que algunos autores han queridoconfundir la fe judeo-cristiana con las otras religiones y las supersti-ciones populares que carecen de principios basicos y no pretendenapoyarse en ningun razonamiento.

7. Ahara, sin embargo, dejando ya los argumentos de esta naturaleza,me propongo que fijemos nuestra atenci6n en el caracter moral quetanto la religi6n judia como la cristiana sostienen que es la cualidad masvaliosa y la que da su perfecci6n de la naturaleza humana. Descubriremosque algunos de los habitos del alma que a 10 largo de la Biblia se nosdice que son los unicos que agradan a Dios son precisamente los habitosnecesarios para el exito en la investigaci6n cientifica, y sin los cuales escompletamente imposible ampliar el ambito de nuestro saber. Si esto es~si, se explica sin dificultad eI hecho de que los cientificosl5 mas pro-tundos han reconocido 105titulos del cristianismo sobre ellos. Mas aun,considerando que el retrato que traza la Escritura de la persona virtuosaes en conjunto 10que podria denominarse una personalidad original, _pues, en autores que desconocen la Biblia, s610 se encuentran rasgosaislados de este caracter-, casi se construye un argumento a favor delcristianismo, al considerar no s610los beneficios espirituales, sino tambienlos beneficios intelectuales que ha otorgado al mundo.

8. Par ejemplo, es evidente que la busqueda en serio de la verdades un requisito indispensable para encontrarla. En efecto, no seria ne-cesario recordar una advertencia tan obvia, si no fuera par la extraiiaconducta de los antiguos fil6sofos en sus teorias sabre la naturaleza y eIhombre. Parece como si s610muy pocos de ellos investigaran y ensefiaranseria y ~inceramente. La mayoria consideraron las disquisiciones sobretemas tilos6ficos mas en la linea de un entretenimiento que de una.tarea de verdadera responsabilidad -es decir, mas como un ejercicio delingenio, 0 un dejarse Ilevar par la fantasia-, can el fin de exhibir sucapacidad intelectual, de reunir seguidores, a de obtener ganancias.

14 Lit.: «philosophical».15 Lit.: «philosophers».

Page 32: Cardenal Newman: Quince sermones

Parece increible que personas que se pusieran real y sinceramente enbusqueda de la verdad, empezasen simplemente teorizando, 0 imagi-nasen que un sistema que eran conscientes de haber inventado casi sindatos resultase conforme con los innumerables y diversisimos fen6menosdel mundo, cuando se aplicara al estado real de las cosas. Sin embargo,aunque parezca algo tan obvio afirmar que para construir cualquierteoria seria sobre la naturaleza hemos de empezar con la investigaci6n,excluyendo las elucubraciones fantasiosas 0 la deferencia a la autoridadhumana, esto no fue generalmente reconocido 0 aceptado como tal,hasta .que un fil6sofo cristiano16 10 impuso a la atenci6n del mundo. Yciertamente contaba con el apoyo del lenguaje uniforme de la Bibliaentera, que nos dice que la verdad es algo demasiado sagrado y religiosopara que se sacrifique a la simple complacencia de la fantasia, a ladiversion de la mente, al espiritu de partido, a los prejuicios educativos,al apego (por amistoso que sea) alas opiniones de maestros humanos,o a cualquiera de aquellos otros sentimientos cuyo influjo toleraron losantiguos fi16sofos en debates que pretendian ser serios e importantes.

revelar sus misterios a los que Began desprovistos del espiritu humildey reverente propio de aprendices y disdpulos. Por eso tambien aquel afande paradoja que quisiera imponerle un lenguaje distinto del que ellarealmente habla es tan anticientifico como anticristiano. Y dejarse lIevarpor la imaginacion, aunque sea una falta mas capciosa, es igualmentehostil al espiritu de la verdadera filosofia, y ha inducido a error a losmas nobles de los te6ricos antiguos, que al parecer pensaban que nopodian equivocarse al seguir las sugerencias e impulsos naturales de sumente, porque no eran conscientes de ningun motivo bajo 0 indigno queles influyera en sus disquisiciones.

10. Puede mencionarse aqui tambien el perjuicio que ha causado alos intereses de la ciencia el apego excesivo a la sistematizaci6n. El afande orden y regularidad, y aquella agudisima percepci6n de belleza quetienen las mentes mas dotadas, ha descarriado demasiado a menudo alos hombres en sus indagaciones cientificas. A partir de la observaci6nde simples pOl'ciones aisladas del sistema de la naturaleza, se han sen-tido impulsados, sin datos suficientes, a establecer un orden general,lIenar los vados y completar su obra. No han soportado un saber s610parcial, ni tener que esperar a futuros descubrimientos; han deducidomucho de premisas limitadas, y han conjeturado 10que no podian de-mostrar. S610 gracias a una disciplina exigente y agotadora la menteaprende a superar los principios a actitudes de inferior calidad que laobstruyen en la investigaci6n filos6fica, y a moderar las facultades ysentimientos mas nobles, que tambien son perjudiciales cuando traspasansus limites. Ser desapasionado y caute!oso, jugar limpio en los debates,conceder su debida importancia a cada uno de los fen6menos que lanaturaleza va presentando, aceptar sinceramente los fen6menos quemilitan contra nuestra teoria, estar dispuesto a permanecer ignorantepar un tiempo, resignarse ante las dificultades, y proceder con pacien-cia y mansedumbre, aguardando ulteriores aclaraciones, son actitudes -aparte de si dificiles a no en nuestros dia£- que el mundo pagano ca-nada bien poco; sin embargo, es el unico talante can que podemosesperar convertirnos en interpretes de la naturaleza, y es precis3menteeJ talante que el cristianismo propone como perfecci6n de nuestro ca-racter moral.

9. Tambien la modestia, la paciencia y Ja precauci6n son disposicio-nes animicas tan necesarias como la seriedad y el rigor para la investiga-ci6n, aunque no 10 parezcan en la misma medida a primera vi~ta. EIatrevimiento en 10que se afirma, la precipitaci6n en sacar concluslones,la confianza temeraria en nuestra propia agudeza y capacidad de razo-namiento, no se compaginan can el homenaje que la naturaleza exigede aquellos que quieran saber sus maravillas rec6nditas. Ella se niega a

16Se trata de Francis Bacon de Verulam (1561-1626), de quien Newman escribeelogios finamente matizados, como el siguiente: «Bacon was too intellectually greatto hate or to contemn the catholic faith; and he deserves by his writings to be calledthe morst orthodox of Protestant philosophers» (Idea of a Universtity, part II, lectureIII, 3.5). Newman Ie reconoce la trascendencia de su afirmaci6n de la autonomia delas leyes fisicas: «Bacon separated the phisical system of the world from t~etheological» (Grammar of Assent, p. 361, «The Range of the Illative Sense»; de~:naestar en las pp. 318-320 de la versi6n castellana -vease nota 36 de la IntroducClon).Y Ie cita numerosos textos en la Idea de una universidad (vease, por ejemplo, eldiscurso IX [VIIIY ultimo en la version castellana]).- EI joven Newman tiene pala-bras durisimas sobre el Descartes fil6sofo (<<DesCartes has brought lasting ridiculeon himself by attempting to prove to himself mathematically his own existence;that is, he attempted to apply demonstrative proof to a proposition which couldonly be proved by what metaphisicians call intuition»; Letters and Diaries I,.p. 240).Vease su nota al pie de la p. 261 de El asentimiento religioso, para un aprec10 meJOrde Descartes.- EI comentario de Nedoncelle aqui no es bien exacto: «C'est uneallusion evidente a Descartes, peut-i~tre aussi a Bacon et a Pascal».

11. Es mas, no dejan de oirse numerosas alabanzas a la comunidaduniversal de los cientificos, al espiritu de fralernidad que deberia unir

Page 33: Cardenal Newman: Quince sermones

entre Sla personas procedentes de distintos palses en su colaboraci6n auna causa comllIl. Pem lestuvieron bajo el inf1ujode este talante losfil6sofos de la antigiiedad? En vano buscariamos entre ellos la ausenciade rivalidad; y mucho menos podemos esperar descubrir la generosidadde esplritu que, en su deseo de promover la causa de la ciencia, dapoca importancia al hecho de quedarse sin el prestigio de un descubri-mien to que realmente Ie corresponde. Aquellos sabios fueron celebrespor su recelo mutuo y pOl'sus ansias de que les dieran importancia; conmezquina cautela guardaban sus supuestos descubrimientos, no per-mitiendo a nadie partieipar de su saber, aparte de unos pocos escogidos.En cambio, fue el cristianismo el que primero puso en practiea en elespacio del mundo los principios de caridad, generosidad, olvido de Sly del propio pais, con la mirada puesta en el bien universal; y el quesugiri6 la idea de una ampllsima conjunci6n de esfuerzos, pacifica sindejar de ser firme.

aquello que no podlan indagar por falta de medios. Tampoco es extra-no, considerando la variedad de 10s aspectos del cristianismo, y lamultiformidad con que se ha desarrollado en eras sucesivas, que losautenticos principios de la investigaci6n cientlfica no se formularandurante el largo perlodo que sigui6. Quiza las tentativas y errores porlos que ha pasado la Iglesia en las epocas que nos han precedido van aser su experiencia para tiempos futuros.

(Con las virtudes de la investigaci6n cientificano se agota el espiritu cristiano)

13. Cabe preguntar c6mo se explica que, siendo el autentieo talantecientlfico tan afin a la indole del cristiano inculcada por las Escrituras,se puedan hallar personas destacadas por sus descubrimientos cientifi-cos y que, sin embargo, tienen una mala disposici6n de animo hacia lasdoctrinas que la revelaci6n impone a nuestra creencia. La explic;aci6nseria la siguiente: la humildad y docilidad que los preceptos de la Escriturainculcan van unidas a principios aun mas respet abies y a doctrinas massublimes que los que requiere e1 ta1ante anlmieo segun el cualdebeproceder la investigaci6n cientlfica; y -si bien el esplritu cristiano estaadmirablemente dotado para producir el estilo de pensamiento y debusqueda que lleva al descubrimiento de la verdad- con una humildadmas ligera y menos arraigada llegara a conseguirse 10mismo. EIcientlfieos610 tiene que reconocer que esta expuesto a engafiarse por razona-mientos 0 apariencias falsas, a inclinarse bajo la influencia de los pre-juicios, y a los extravlos de la fantaSia calenturienta; es humilde porquese da cuenta de que es ignorante, cauto porque sabe que es falible,d6cil porque realmente desea aprender17. Pero e! cristianismo, ademasde este reconocimiento, Ie exige que confiese su rebeldla ante Dios,que reconozca que ha quebrado aquel orden de cosas justo y buenoestablecido por el Creador. EI cientlfieo confiesa que es imperfecto; elcristiano siente que es pecador y corrupto. La dolencia de que debe serconscie'nte e1 cientifico no es sino una dolencia relativa: imperfecci6nen cuanto opuesta a perfecci6n, de la cua1hay infinitos grados. ASIcreeque esta situado en un punto determinado de la escala de los seres, yque hay seres mas pr6ximos a 1aperfecci6n que el, y otros mas alejados

12. No puede negarse, sin embargo, que el autentico esplritu cien-tlfico no lIeg6 a predominar hasta mucho tiempo despues de lapredicaci6n del cristianismo, 0 incluso hasta epocas re!ativamente re-cientes. A consecuencia de ello, se ha sostenido que nuestra superioridadsobre los antiguos en cuanto al saber general no se debe a la presenciade la religi6n cristiana entre nosotros, sino a1curso general del progresoen el mundo. Sin ninguna duda, cabe perfectamente que tuvieramosuna ventaja considerable sobre los antiguos en cuanto al metodo y laamplitud de nuestras adquisiciones cientlficas, sin que nunca se noshubiera dado una doctrina revelada por Dios. Con todo, admitiendoesto, tambien es verdad que 1a Escritura fue, de hecho, la primera enexplicar e inculcar aque! esplritu sin dob1ez, modesto, circunspecto ygeneroso que, despues de mucho tiempo, se via que era tan necesariopara eI exito de las investigaciones cientllicas. Y aunque el intervalo entre1a propagaci6n del cristianismo y e! surgir de la ciencia moderna esciertamente muy largo, sin embargo es posib1e defender con buenosargumentos que la doctrina del Evangelio no tuvo hasta los tiemposmodernos la oportunidad de aplicar sus consecuencias a estos ambitos.No es de extranar que los primeros cristianos, en medio de sus dificultadesy persecuciones, y perteneciendo en su mayor parte alas categoriassociales menos instruidas, no dieran origen a ninguna nueva escuela deinvestigaclores de 1anatura1eza. Los sabios que de vez en cuando se lesincorporaban no conodan otra ciencia, claro esta, que las filosofiasdefectuosas de Grecia, y seguian las disquisiciones fisicas de sus maestros;estando ocupados en asunros mas importantes, daban por supuesto

17 Estas virtudes correspond en aproximadamente a la trilogia del comienzo delapartado 9. En 10 que sigue, habla de una humildad mas profunda,· propia delcristiano, que llega a descubrir la responsabilidad que tiene en su deuda personalante Oios.

Page 34: Cardenal Newman: Quince sermones

de la misma. En cambio, el cristiano reconoce que se ha dejado caeI' deaquel nive! de criatura a que estaba destinado originalmente; que hatransgredido una norma y que, pOl'consiguiente, no es meramente im-perfecto, sino que esta hundido pOl' su propio peso con una maldadpositiva y efectiva. Ahora bien, creer que ocupa un determinado nivelrelativo en la serie inmensa de las criaturas, y que pOl' tanto esta amuchos pasos de distanda de la perfecd6n, no es mucho para abatira una persona en la opini6n que tiene de si misma. Pero la doctrinade que el hombre ha perdido la gracia y ha sido degradado de surango natural y original, de que pecando ha introducido una mancha enIa obra de Dios, de que es culpable ante el tribunal del cielo y esta ha-ciendo continuamente cosas que repugnan a la vista de la santidaddivina es muchisimo para sublevar la mente de la mayoria, y muy con-trario a sus ideas de orden, armonia y perfecci6n del sistema de lanaturaleza, y muy en desacuerdo con los sentimientos de estima conque desean considerarse a si mismos. Y, pucsto que todo el sistema dela fe cristiana depende de esta doctrina -ya que Cristo sufri6 en la cruzpara redimir al hombre del castigo merecido, y el Espiritu Santo havenido a dirigir la Iglesia con el fin de reforzar al hombre en su empefiopOI'limpiarse del pecado, y prepararse para el cielo-, no es de maravillarque aparezcan seres humanos admirables pOl'su talante cientifico y suexito en la investigaci6n de la naturaleza, y que pese a esto sean discipulosindignos de la escuela del Evangelio.

15. Aunque, en resumidas cuentas, parece que el cristianismo hasido el primero en dar al mundo el modelo del autenlico espiriLu deinvestigaci6n dentifica, sin embargo, ya que los principios de la cienciaandando el tiempo se desarro!lan con mayor plenitud, y se vuelven masindependientes del sistema religioso, hay un gran peligro de que laescuela cientifica se aparte de la Iglesia cristiana, y a la larga renieguede la madrea quien tanto debia. Esta desgracia en cierta medida ya nosha ocurrido; para que no aumente, hemos de cuidar de aque!la educa-

,ci6n religiosa temprana que sin ninguna duda deben recibir todas laspersonas, tanto de las clases elevadas como de las mas humildes de lacomunidad.

(Hay que tener en cuenta la virtualidades cifectivasdel mensaje cristiano)

16. Para concluir. A menu do se ha insistido, y 10ha hecho especial-mente el celebre historiador del imperio romano19, en la ignorancia delos primeros predicadores del cristianismo, a modo de presuposici6n 0

de demostraci6n de su hostilidad hacia toda filosofia ilustrada 0 liberal.Con todo, si de los preceptos que e!los ensefiaron pueden trazarse lasmejores normas para la investigaci6n cientifica -10 que aqui se ha sos-tenido-, el hecho s610 tenderia a demosLrar la imposibilidad de queellos sin la avuda divina, hubiesen dado origen 0 hubiesen elegidoprec~ptos de tanta riqueza y profundidad20. Asi elmismo hecho contri-buira a reforzar algo mas las probabilidadades acumuladas -en otros

14. Estas personas amenudo consideran al cristianismo como unsistema servil, perjudicial para la libertad de pensamiento, para las as-piraciones del talento extraordinario, y para los proyectos del caracteremprendedor. Porque parte de la suposici6n de que el alma humanaesta dai'iada, 10consideran un sistema antinatural, que dirige todos susesfuerzos a subvertir la complexi6n de sentimientos y creencias conque el hombre ha nacido, y a convertirlo en el ser que la naturaleza nuncapretendi6. Lo consideran un sistema pernicioso, que vuelve a los hom-bres incapaces para esta vida al fijar sus pensamientos en atra 18, y que,dondequiera es practicado coherentemente, !leva sin falta -y asi 10 hahecho a menu do- a estimular el espiritu monastico, y las extravaganci asdel fanatismo.

18 El concilio Vaticano II insiste en responder a esta objeci6n: (Constituci6nGaudium et Spes, sobre la Iglesia en eI mundo actual; n. 20: «... el ateismo modernoque sostiene que Ia religi6n, pOl' su misma naturaleza, obstaculiza la liberaci6necon6mica y socia!. ..»; n. 21: «... la esperanza escatol6gica no disminuye la impor-tancia de la tarea aqui en \a tierra ...»; n. 38: «Cristo anima, purifica y fortalece Ios

generosos proyectos ...»; n. 71; n. 89: «... contribuye a asegurar la paz y a establecerel fundamento s6lido de una convivencia fraternal») .- La mentalidad protestanteesta bastante cerrada en general a la aceptaci6n del verdadero sentido del monaca-to cristianol9. Newman se refiere al increclulo Edward Gibbon (J737-1794), autorde la famosa obra The Decline and Fall oj the Roman Empire, cuyo estilo y erudi-ci6n desde muy joven admir6 (vease Escritos autahiogrdjicos, p. 76), pem cuyadeficiente interpretaci6n del rapido crecimiento del cristianismo primitivo Ie movi6a responderle can profundidad en divers as ocasiones. Vease El asentimienta reli-giasa, cap. X.

20 5i 10s que transmitieron el cristianismo -con las virtualidades que esteentrai'iaba- eran personas tan ignorantes, no cabe sino pensar que recibieron deAlguien muy superior aquel don que no comprendian.

Page 35: Cardenal Newman: Quince sermones

terrenos tan abrumadoras-21 de que no hablaron par SI mismos, sinoque les movla la inspiraci6n del rnismo Dios.

21 Newman ya estaba convencido, y seguira estandolo, de la importancia de laacumulaci6n de probabilidades para !legar ala certeza. La novedad de su reflexi6n,en estos serrnones, sera el caracter implicito e inconscienre de muchas de estasprobabilidades, y su suficiencia, no obstante, para que el cristiano sencillo y biendispuesto interiormenre tenga una certeza de fe plenamente valida. Paley y Whatelycretan indispensables las razones apologeticas explicitas (a base sobre todo de laseriedad del testimonio de los milagros vinculados a la revelaci6n del Nuevo Tes-tamento); por eso insistian tanto en enseflarlas a rodos. Butler, mas profundo ycauteloso, reconoce al menos el valor practico de la fe sencilla, aunque no acabade aclarar la cuesti6n de la verdadera certeza (Vease De Smeclt: L'influence de Butlersur lei tbemie de la/ai cbez Newman, en «Newman Srudien», Nlimberg 1964, pp. 21-38).

LA RELIGION NATURAL,1

CAMINO HACIA LA REVELADA

Lo que existia desde el principio, 10 que hemos oido, 10 que hemosvisto con nuestros ojos, 10 que hemos contemplado, y han tocadonuestras manos, acerca de la Palabra de la vida (pues la Vida semanifest6 y nosotros la hemos vista, y damos testimonio y os anuncia-mos la Vida eterna, que estaba junto al Padre, y se nos manifest6); 10que hemos visto y oido os 10anunciamos, para que tambien vosotrosesteis en comuni6n con nosotros.

1. El objetivo principal de la encarnaci6n de nuestro Salvador, en lamedida en que nos es permitido conocerlo, consisti6 en reconciliarnoscon Dios, adquiriendo para nosotros la vida eterna mediante sus sufri-mientos y su muerte. Este objetivo se realiz6 cuando dijo: «Todo se hacumplido», y entreg6 su espiritu On 19: 30).

2. Pero, al resucitar ]eslls de entre los muertos -resurrecci6n quegarantiza la nuestra-, nos concedi6 dos efectos mas de su gracia quenos preparan para la felicidad futura. «Id, pues, y haced disdpulos atodos 105 pueblos, y bautizadlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y alEspiritu Santo» (Mt 28: 19). En este encargo a sus disdpulos comunica,

1Titulo original: The influence 0/Natural and Revealed Religion respectively.- Lacuesti6n de las relaciones muruas entre la revelaci6n cristiana y la «religi6n natu-ral» concliciona profundamente muchas ottOS temas teol6gicos de gran importan-cia. La posici6n firme y precisaque adopta Newman, ya en este temprano serm6n-que podria considerarse como su primera sintesis teol6gica- se inspira inducla-blemente en sus lecturas de los Padres alejandrinos. En los cuatro aflos transcurridosdesde el serm6n universitario anterior, ha dejado atras los resabios que Ie queda-ban de su protestanrismo juvenil, y la inclinaci6n «liberal» 0 racionalista que habiaexperimentado bajo la influencia de Whately. Ahora la amistad con Richard Hurrell

Page 36: Cardenal Newman: Quince sermones

por una parte, su designio misericordioso de «reunir a todos los hijosde Dios que estaban dispersos» (Tn 11: 52), gracias a la acci6n del Es-piritu Sant02; y, por otra parte, otorga, tal como era su prop6sito, unsistema de verdad religiosa, fundamentado en la acci6n de la Providenciadivina, en el cual el misterio de su propia encarnaci6n ocupa el lugarmas relevante.

4. Al investigar ahora los vinculos entre la religion natural y la re-velada, es necesario que explique en que sentido pueden Ilamarse conpropiedad «naturales» cierto tipo de doctrinas religiosas. Pues, debidoal abuso del termino «religi6n natural», muchas personas no quierenadmitir su uso de ninguna manera4.

3. Me propongo tratar, en el presente discurso, de un tema que tie-ne mucho que ver con el sistema de verdad religiosa propio del cristia-nismo, a que me acabo de referir; en concreto, procurare determinar lasrelaciones de la religi6n natural con el conjunto de doctrina y de preceptosde la religi6n revelada, y comparar mutuamente ambos sistemas deconocimientos religiosos por 10 que se refiere a sus efectos practicos.He mencionado al principio otras gracias, atm mas grandes, del NuevoTestament03, para evitar que, en mi analisis de los conocimientos reli-giosos, alguien viera un olvido 0 postergaci6n de aquellas doctrinasfundamentales de nuestra fe: la redenci6n y la presencia permanentedel Espiritu Santo en la Iglesia.

5. Asi pues, cuando digo que cielto tipo de relig6n es naturalS, noquiero indicar que la raz6n sola, sin ninguna ayuda superior, haya es-bozado efectivamente algun sistema religioso. No conocemos ningunsistema asi, porque no sabemos de ninguna epoca oi pais en que laraz6n humana careciera realmente de la ayuda divina6. La Escritura nosinforma que los primeros padres de nuestra especie recibieron revela-ciones sobre la naturaleza de Dios y el deber del hombre para con EI; ypracticamente no se halla ningun pueblo desprovisto enteramente detradiciones, no s610 sobre la existeri.cia de poderes superiores a estemundo visible, sino tambien sobre su efectiva intervenci6n en el cursode la naturaleza, seguida de sus comunicaciones religiosas a la huma-nidad. EI Creador nunca ha prescindido de testimonios que pudierananticiparse alas conclusiones de la raz6n, y prestaran su apoyo a unaconciencia vacilante y a una fe desorientada. A ningun pueblo (parhablar en terminos generales) se ha negado una revelaci6n de Dios, sibien s610 una porci6n del mundo ha gozado de una revelaci6n congarantias de autenticidad7.

Froude YJohn Keble (vease la segunda mital del cap. I de la Apologia) Ie arraiganen la mejor tradici6n anglicana de estudiar incansablemente a 1005Padres de laIglesia primitiva. Se referira, segun Hechos de 1005ap6stoles 17, a la busqueda en lareligiosidad pagana del Dios desconocido. Clemente de Alejandria, y otros Padres,ensenaron en esta !inea, que la gracia ayud6 a la raz6n y a la conciencia humana aaproximarse a Dios.- Asi como he dicho que el serm6n I puede leerse como unareflexi6n desde la fe cristiana sobre la historia de la ciencia, el presente puedeleerse como una reflexi6n sobre la religiosidad natural, y sobre la filosofia antigua,especial mente la·etica.

2 No se extendera sobre el papel de la Iglesia en la fe hast a e1 ultimo de estossermones (el desarrollo hist6rico de la doctrina), pero su forma de resumir 1005frutos de la redenci6n muestra que ha captado el senti do de Iglesia en el NuevoTestamento y 1005Padres. «EI don de la permanencia se otorg6 al principio no sim-pie mente a la doctrina del evangelio, sino tam bien a la asociaci6n edificada sobretal doctrina» (Los arrianos del siglo IV, p. 258; citado por Dessain: Vida.Y pensa-miento del cardenal Newman, p. 68). Algo, pues, muy distinto de unas simples«ideas» filos6ficas 0 espirituales lanzadas al voleo.

3 Lit.: «de la alianza cristiana»; es decir, no pensando precisamente en el con-junto de libros que forman el tambien llama do «Nuevo Testamento», sino mas bienen la etapa salvifica definitiva fundada en Jesucristo. La redenci6n y el don delEspiritu a la Iglesia los ve indudablemente a la luz de la Pascua de resurrecci6n,celebrada aquella semana (tal como expondra brillantemente el valor salvijko dela resurrecci6n del Senor en su libro sobre la justificaci6n).

4 El menosprecio a la «religi6n natura!» es tipico no 05610del protestantismopopular anglosaj6n -al cual se refiere aqui Newman principalmente-, sino tambiendel protestantismo mas «teoI6gico» de ciertos profesores germanicos. Por otra par-te, no es dificH imaginar por d6nde iba el abuso del termino «religi6n natural» enla mentalidad del siglo XVIII y principios del siguiente (veanse las tres !ineas si-guientes del texto). i.Puede decirse que el cristianismo es una religi6n dentro de 1005!fmites de «la raz6n»?, /0 que es una «nueva prolllulgaci6m> de la religi6n naturaP

5 Las cursivas que aparecen muy frecuentemente en este serm6n son todas delautor. Lo mismo 1005parentesis.

6 Expresi6n original: «in which human Reason was unaided», con el «was»enfatizado por Newman.

7 «An authenticated revelation». El texto se ilumina con el importante pasajeparalelo de Losarrianos del siglo II~escrito dos ai'ios despues: «Todo conocimientoreligioso procede de Dios, y no 05610el que la Biblia nos ha transmiti<io. No huboninguna epoca en que Dios no hablara al hombre y Ie (Hera a entender en cierta

Page 37: Cardenal Newman: Quince sermones

que posee la inmortalidad, y habita una luz inaccesihle, a quien ningunhombre ha visto ni puede ven> (I Tm 6: 15 y 16).

6. Concedido esto plenamente, hablemos del hecho; de la situaci6nreal de la creencia religiosa de las personas piadosas en el mundo pa-gano, tal como la atestiguan sus escritos que se conservan; y llamemos«religi6n natural» a este credo que est! a nuestro alcance. 8. Ademas, la conciencia implica cierta diversidad en la naturaleza

de las acciones, la posibilidad de actuar de esta manera 0 de aquella anuestro arbitrio, y la obligaci6n de actuar de una manera concreta conpreferencia a todas las demas9. Dado que, cuanto mas se desarrolla yperfecciona nuestra naturaleza moral, parece poseer mayor capacidadintema de perfecci6n, tenemos a la vista el panorama de las expectati-vas que se ofrecen al ser humano y, ala vez, de la tremendaimportanciade la tarea que Ie impone la ley inscrita en su ser. De este modo, elpresentimiento de una vida futura, y de un juicio que debe pronunciarsesobre nuestra conducta, mas el apendice de los premios y castigos co-rrespondiemes, constituye -con mayor 0 menor precisi6n- un articulodel credo cle la religi6n natural.

7. Ahora bien, en primer lugar, es obvio que la conciencia es elprincipio y el refrendo esencialH de la religi6n en la mente humana. Laconciencia implica una relaci6n entre el alma y un «algo» exterior; «algo»,ademas, superior a ella. Por esta relaci6n, queda supeditada a una bondadsuperior que ella no posee, y a un tribunal sobre el que ella no tienepocler. Y puesto que cuanto mas cuidadosamente se respeta y se siguea este monitor imemo que es la conciencia mas se c1arifican, suben denive! y se cliversifican sus clictaclos, y que la bondad superior siempredeja aU'as -miemras sigue guiandola- a nuestra obediencia, se adquiereaSI a la larga una convicci6n moral de la naturaleza inaccesible y cle lasuprema autoriclad cle «Aquello», sea 10 que sea, hacia 10 cual el almahumana dirige su contemplaci6n. Tenemos, pues, aquI, de inmediato,los elementos de un sistema religioso; pues ique es la religi6n sino elsistema cle relaciones entre nosotros y un Pocler Supremo que exigenuestra obediencia?; «el bienaventuraclo y l1l1ico Soberano ..., el l1l1iCt)

9. Mas aun, puesto que la ley interior de la conciencia no llevaconsigo ninguna demostraci6n cle su verclad, y manda que se la atienclapor su propia autoriclad, toda obecliencia a ella tiene la naturaleza de fe.La obecliencia habitual implica el ejercicio directo de una fe clara yvigorosa en la verclad de sus sugerencias, una fe que triunfa sabre 10que se Ie opone, tanto descle clentro como clesde fuera; que calma lasmurmuraciones de la raz6n, desconcertada por los clesarreglos del pre-sente orden de cosas, y somete a los apetitos que reclaman 10 que lespromete una satisfacci6n intensa e inmecliata.

medida sus deberes ... Confonne a esto, nos dice expresamente el Nuevo TesLImento que en ningiin momento estuvo Dios sin testigos en el mundo, y que entodas las naciones acepta a Ins que Ie respetan y Ie obedecen. Parece, pues, quehay algo verdadero y divinamente reve!ado en todas las religiones de la tierra ... Ladistinci6n no consiste en que nosotros podemos alcanzar la bienaventuranza futuray cllos no, sino en que la Iglesia de Dios siempre ha tenido docuillentos de laverdad can autoridad conjinnada lpalabral, y medios instituidos de comunicaci6ncon el [sacramentosl, que el resto de la humanidad nunca ha tenido. La palabra y10s sacrarnentos son las caracteristicas del pueblo elegido de Dios, pero todos loshombres han gozado mas 0 menos de la guia de la tradici6n, ademas de las lucesinternas sobre e! bien y e! mal que e! Espiritu ha puesto en el coraz6n de cadaindividuo» (citado en Vida y pensamiento del cardened Newman, pp. 41 s.).

8 Expresi6n original: « tbe essential prinCIple and sanction oJReligion in tbe mirub}(en la linea siguiente usa la palabra «SOlt!» alma. N6tese que pone de relieveprioritariamcnte -aqul y, muchos anos despues, en EI asentimiento religioso, porejemplo- eI aspecto religioso de la conciencia (sanci6n 0 confirmaci6n de la religi6n,porque sugiere <<Algo0 Alguierl>}superior, que no se identifica con nosotros mis-mos) En e! apartado 8 tratad de! discernimiento moral concreto, aspecto en e! cualla conciencia puede equivocarse.

10. De esta forma, la conciencia es siempre la confinnaci6n de la reli-gi6n natural; y, cuando se la cultiva y perfecciona, es tambien la normade la moral. Pero aqui hay una diferencia: en Sl, es esencialmeme religiosa,

9 1) No es 10 mismo 10 bueno que 10 malo; 2) yo puedo optar por una cosa 0por otra; 3) tengo obligaci6n de hacer esto concreto. En este tercer nivel es dondela conciencia puede equivocarse. Tal como Newman los describe, los diversosaspectos morales son inseparables de la «responsabilidacl» (e1 tener que respon-der) ante aque! Ser superior que implican, que les da caracter religioso. Por eso hayque entender que habla de «conciencia re!igioso-l1loral».

Page 38: Cardenal Newman: Quince sermones

mientras q~le en su aspeeto moral no es I1ceesariamente una guia. 561010es en la medida que los individuos eoneretos la afinen y la fortalez-can. Yaqui esta la soluci6n de las objeciones que se han lanzado contrala existencia del sentido moral, por el motivo de la diseordancia quehay entre las personas en euanto a la valoraci6n de la exeelencia 0 eldemerito de determinados aetos. Estas objeciones s610 eontribuyen ademostrar e1caracter incierto -en casu de que 10sea- de la ley interiordel bien y el mal; pero no se dirigen, ni siquiera en su formulaci6n.' c?ntrala eerteza del sentido religioso general, implicado en el remordumentoy la vaga pereepci6n del mal que la transgresi6n de la conciencia oeasiona.

Dios12, una mente vigorosa que reflexionara eorreetamente podia al-

eanzar (tal como se ve por los eseritos que se eonservan de autorespaganos). Incluso cabe preguntarse si hay algun rasgo esencial de ladoetrina de la Eseritura que no disponga de un lugar en esta revelaci6nmoral. Tenemos aqui la ereencia en un principio exterior a Ia mente. aleual esta se siente instintivamente atraida, un principio sublime, perfec-to, inabareable; tenemos la eonjetura de un juicio definitivo; eI conoci-miento de una benevolencia, una sabiduria y un poder sin Ihnites, cu-yas huellas aparecen en la realidad creada; y el conocimiento de unaley moral sin fronteras en su vigencia; hay incluso algo de esperanza encuanto a la eficacia del arrepentimiento, 0 sea, al valor de este en lamedida que sirve de consuelo religioso; y finalmente, hay una com-prensi6n profunda de la norma del deber, comprensi6n que crece cuandose cultiva sinceramente la obediencia a dicha norma.

(Crece la capacidad de discemimienta .Yel sentida de una retribuci6n)

11. Por amorfa e incompleta que sea esta ley transmitida por la na-turalezaJa, sigue siendo indudable que la obediencia a ella viene acom-paflada por un crecimiento continuo de perida en el conocimiento dela moralidad eoncreta. Una mente que, de manera sincera y regular, seajusta plenamente a 10que entiende que es su deber, a la larga mandaraa prohibira con una autoridad no sometida a otra in~tancia que ~ la vo.zinspirada por DiOSHAdemas, en un pais pagano, s~r~capaz de.~Iscernlrcon precisi6n entre el bien y el mal en las superstlclones trad~elon~les,y asi -inc1uso a partir de las corrupciones de la verdad- eonfm.nara sufe. Y llegara, sin duda, a experimentar en su grado eorrespondlente lagratificaci6n especifica de la virtud, que 10sapetitos no pued~n eapt~r ydescubrira en acontecimientos de este mundo que no son Sll10motlvode perplejidad para la simple raz6n desprovista de ayuda su~e:ior, unosvinculos generales entre la conducta moral eorrecta y la fehcldad, queIe confirman en la convicci6n creada en el por la experiencia de suhistoria personal.

13. Este bosquejo del conodmiento religioso que no estaba fueradel alcance de la filosofia pagana, es el que sus cscritos permiten cons-tatar, pero s610 mediante una selecci6n de los mejores fragmentos delos mismos. De ahi sacamos dos eonclusiones: a) tal conocimiento eraasequible, pues 10que obtiene una persona es posible que tambien 10obtenga otra; y b) en general na se consegu{a ejeetivamente, pues de 10eontrario no hubiera hecho falta una selecci6n tan restringida de aque-1I0sescritos. Y esto nos lleva a la pregunta ya propuesta, a saber, ~enquepunta de su eficacia practica fallaba la religi6n natural y de que manerala religi6n revelada compensa esta deficiencia? De entre las muchasrespuestas que podrian darse a la pregunta, coneretemonos a la quenos sugiere el texto biblico inidal.

(Dimensianes easi campletas de la religi6n natural)

12. Este es el credo religioso amplio y practico que, bajo la etapapagana (asi podria denominarse) de la comunicaci6n de los clones de

10 Veanse las notas anteriores.11 Expresi6n original: «...will at length enjoin or forbid wi~h an authority s~cond

only to an inspired oracle». Creo que aqui tenemos una pnrnera formulaClon delfamoso brindis por la conciencia antes que por el Papa, de la Carta ~ble11aal Duqu.ede Norfolk, 1875, que tanto contribuy6 a explicar el verdadero sent1do de la defll1l-ci6n del concilio Vaticano I sobre la infalibilidad del Papa (Vease el fragmento enVida y pensamiento del cardenal Newman, p. 195). Newman e.n su~ liltimos anosaclara frecuentemente que los ap6stoles gozaron de la «lnSplraOOfi» dlVtna~ ~ncambio el Papa y la Iglesia cat6lica actual gozan de la «aSlstenOa» del EspmtuSanto para no errar, cuando actuan en el maximo nivel de su autondad, en lainterpretaci6n del sentido de la fe apost61ica que han rccibido.

14. Es verdad que la religi6n natural nos instruye sobre el infinitopoder y majestad de la esencia divina, su sabiduria y bondad, su presenciay soberania moral y, en un determinado sentido, su unidad; pero nos dapoca 0 ninguna informaci6n13 respeeto a 10que puecle denominarse 5u

12 Texto original: «Under (what may be called) the Dispensation of Paganism».13 Nota del autor: «tEsta me parece que se afirrna con demasiada fuerza, y que

es incoherente con 10 que se dice mas abaja, VI: 10. Vease El asentimiellto reli-gioso, cap. V, 1.1»- Es decir, el Newman cat6lico, despues del concilio Vaticano I,considera que en esta ref1exi6n casi juvenil rcducia c1emasiado Jas posibiliclacJcs dela raz6n y de la conciencia para acceder al Dios personal.- En la linea antcriOl hepuesto «esencia divina» en lugar de «Deidad» (Deitv) por razoncs de eufonia.

Page 39: Cardenal Newman: Quince sermones

Persol/a!ic/at!. De 10 cual se sigue que, si bien la filosofi<l pagana cono-cia el sistema moral del mundo, hasta el punto de vel' las obligaciones yel porvenir del hombre en la misma \lnea en que los coloca la revelaci6n,este conocimiento no excluia del todo la creencia en un fatalismo basadoen leyes fisicas, y no s610 morales, inalterables. Y aunque aquella filo-sofia reconociera en el fondo de la naturaleza un Principio inteligente,sabio y benet'ico, sin embargo esto equivalia, de hecho, s610 a la creenciaen un Alma que impregnaba el universoH, que procuraba pOl' su propiobien, y dirigia sus propios movimientos, con inslintos similares a losque guian el mundo animal; pero que, hablando estrictamente, no eraun objeto de cu!to, por cuanto cada uno de los seres inteligentes seentendia que era en cierto sentido una porci6n de clicha Alma. Laconvicci6n de la infinitud y eternidad de la naturaleza divina llevadamucho menos alm a la idea justa de su PersoJla!idad, puesto que nopuede haber perfiles ni facciones que circunscriban al Inconmensura-ble, ni sucesos 0 condiciones externas a aquel Ser que 10 es todo entodo. Finalmente, si bien la conciencia, como testigo de la localizaci6n(por decirlo as!) moral y real del Dios invisible, parecia senalar haciauna direcci6n determinada; no obstante, al no poder demostrar supropia autoriclad, no aportaba ningun argumento a favor de un Senor yJuez definitivo, distinto del mismo sistema moral, a los que ponian entela de juicio sus advertencias e informaciones.

con mover el corazon, mientras era algo abstracto' «La esencia de laBondad, si Sf! viera COil los ojos, suscitaria la admiraci6n y el amor demuchos a la sabiduria»t6; pero Aquello -hasta que <do vimos, oimos ytocamos»- no hizo sino testificar contra los que reconocian su grandezay, sin,embargo, Ie desobedecian17 Estos, como si se dieran cuenta ded6nde radicaba su indigencia, bicieron toda c\ase de esfuerzos pOl' clarforma perceptible a 10divino con atributos de individualidael, adornandosu «Logos», como ellos 10 llamaban, con acciones figurativas, y dandoleculto en cuanto expresi6n personal del Infinito Desconocido.

16. Pero, cabe preguntar, lsirvi6 de algo, en este punto, la religi6npagana? Sirvi6 de testigo de la necesidad, sin satisfacerla; dio testimoniode ella, con su intento de atribuir a la Divinidad un caracter personal yuna historia, pero fracas6, al degradar su majestad infinita con mllltipiesimagenes, inelignas e incoherentes, y al romper la ordenacion moral delmundo en sistemas parciales y discordantes, en los cuales los apetitos yla conveniencia recibian la aprobaci6n que s610 la virtud merece. Deeste modo, la filosofia acrisolada, y el sentimiento natural ruelo y primario,procuraron cada uno por su cuenta imponer una norma religiosa, yambos fracasaron par su lado respectivo. EI Dios de la filosofia erainfinitamente grande, pero era una abstracci6n; el Dios del paganismoera inteligible, pero degradaclo por concepciones humanasl8 La sabi-duria y la naturaleza no pudieron realizar una obra de conjunto. Quecl6pendiente, basta que lIegara una revelaci6n explicita, el ofrecimientodel Objeto en el cual ambas se reconciliarian; y la satisfacci6n de losdeseos de una y otra con la encarnaci6n real y manifiesta de la Deidad.

15. La religi6n natural, pues, tenia elementos proporcionados a lossentimientos religiosos mas autenticos y profundos, pero no ofrecia unahistoria tangible de la Deidad, ni los rasgos de su caracter personaJl5 (sies licito hablar asi sin incurrir en irreverencia) Le faltaba 10que constituyeel incentivo eficacisimo de toda acci6n: un punto fijo de partida 0 decont1uencia, un objetivo capaz de an'aer los afectos y de concentrar lasenergias. La experiencia comlln de la vida nos muestra c6mo languidecela causa popular mas interesante si se quita de en medio a su cabezavisible; y como el poder politico se otorga a menu do a un individuo,poria concreci6n de las impresiones y efectos practicos que s610 lapresencia personal produce. le6mo, pues, la belleza de la virtud iba a

16 El autor dice en latin: «Forma quidem honestatis, si oCitiis cemeretur, admi-rabiles amores excitaret sapientiae»; 10 que corresponde, aunque no con exactitudliteral, a Cieer6n, De officiis, I, 5, 14. Cieer6n, a su vez, se refiere a Plat6n, Phaedro250 D.

17 Incluso la eoneieneia del pagano testifka contra su desobediencia a 10 quereconoce que es su deber. Ovidio 10 expres6 en la celebre frase : <<Video melioraproboque, deteriora sequom. Y san Pablo describe al hombre sin el Espiritu de_Cristo: «querer el bien esta a mi alcance, pero no el hacerlo; pues no hago el bienque quiero, sino que hago el mal que aborrezco» (Rom 7: 18 s.).

jlJ Frase original: «The God of philosophy was infinitely great, but an abstraction; ,the God of paganism was intelligible, but degraded by human conceptions.» Dilemaimpresionante que se desarrolla en las frases siguientes.

14 Texto original: «a peruading Soul a/the Uniuerse».15 Nota de Newman: «El autor no conocia, cuando escribia esto, las obras del

Sr. Coleridge, y un notable pasaje de su Biografia Literatia, en el cual se anticipanvatios fragmemos de este senn6n. Posterionnente, un amigo tel Sr. Thomas D.Aclandl, 1Ia tenido la amabilidad de indicarselo. Vease BiagI'. Lit., vol. I, p. 199».-Recuerdese que [os corchetes indican los ailadidos de la edici6n cat6lica 0871-IH72).

Page 40: Cardenal Newman: Quince sermones

los numerosos pasajes en que se declara ahiertamente cste olJjetivode su encarnaci6n. «En EI habita toda la plenitud de Ia Divinidad cor-poralmente» (Col 2: 9). «Quien me ha visto ami, ha visto al Padre»(In 14: 9). EI es un segundo creador del mundo, en eI sentido de quecondesciende a repetir (par asi decirlo) para nuestra contemplaci6n, enforma humana, aquella incomparable obra personal que hizo «cantar alunisono los luceros de la manana y gritar de alegria a todos los hijos deDios». En una palabra, la impresi6n que se graba de su vida en el almareligiosa queda certeramente expresada en el texto inicial: «Lo queexistia desde el principio, 10 que hem os oido, 10 que hemos visto connuestros ojos, 10 que hemos cotltemplado, y han tocado nuestras manos,acerca de la Palabra de la Vida (pues la Vida se manifesto y nosotros lahemos visto, y damos testimonio, y os anunciamos la Vida eterna, queestaba junto al Padre y se nos manifest6), 10que hemos visto y oido os10 anunciamos, para que tambien vosotros esteis en comuni6n connosotros».

17. Cuando san Pablo lIeg6 a Atenas y via el altar dedicado al Diosdesconocido, manifest6 su prop6sito de revelar al mundo pagano «Aquela quien daban culto sin saberlo» (Hch 17: 23). Conden61os errores po-Iiteistas y antropom6rficos, desvincul6 la noci6n de Deidad de los vilesatributos terrenos con que la religi6n pagana la habia cubierto, y recu-rri6 a la misma Iiteratura griega para defender la verdadera naturalezade Aquel «en quien vivimos, nos movemos y existimos» (Hch 17: 28).Pero, despues de reconocer hasta donde podia la correcci6n en abstrac-to del sistema filos6fico, les predica a Jesus y la resurrecci6n; es decir,personifica el caricter moral de la Deidad en los hechos hist6ricos quela significan, convertidos asi en instrumento cristiano de manifestaci6nde sus atributos.

18. Uno de los principales objetivos de toda revelaci6n, y muy es-pecialmente de la cristiana -no hace falta demostrarlo- es el siguiente:relatar una serie de acciones, un modo de proceder, una vida (porhablar en terminos humanos) del Dios unico y supremo. En efecto, estoes tan claro y llama tanto la atenci6n en la Sagrada Escritura, que una delas objeciones mas comunes -y superficiales- que se hacen contra ellaconsiste en que continua mente atribuye palabras, acciones y pasioneshumanas al Dios omnipotente. EI primer capitulo dellibro de Job es unejemplo que puede sugerir muchisimos mas; y la Escritura pone enrelieve especial aquellos rasgos de caracter que implican 10 mas opuestoa un sistema de fatalismo etemo: la libertad radical de la voluntad, lacapacidad de cambio, la paciencia, la c1ernencia, el arrepentimiento, elgozo par las alabanzas y acciones de gracias de sus criaturas, eI fracasode los proyedos, y la prerrogativa de distribuir los dones segun sugeneroso arbitrio. Por encirna de todo, en el Nuevo Testamento, se nosmuestra el caracter divino, no meramente como «amof», «misericordia))o «santidad)) (atributos que nosotros concebimos de una manera vaga,a causa de su inmensidad), sino que estos y otros mas se ven realizadosen un acto de abnegaci6n 19, cualidad ciertamente misteriosa cuando seatribuye a Aquel que 10es todo en si mismo, pero especialmente calculada(por el simple significado del termino) para imprimir en nuestras mentesel caracter personal del Objeto de nuestro culto. En la vida del Senor senos permite discernir los atributos del Dios invisible, transfarmados enacci6n para acomodarse a nuestra debilidad. No es posible citar ahara

19. Seguramente, para quien busca y se esfucrza desde la reJigi(mnatural, el pensamiento mas desalentador que revolotea pOl' su IIwlltehasta lIegar a obsesionarla, es eI siguiente: «Quiza, despues de todo, es··tamos persiguiendo a un espectro vano, y afanandonos sin causa, cuanclonos entregamos de todo caraz6n alas aspiraciones e instintos mas no-bles de nuestra naturaleza. EI estoico romano, al suicidarse, se quejabade haber dado culto a la vittud, y de haber descubierto que esta no eramas que un nombresin contenido20. Asi el mundo, incluso ahora, acos-tumbra a considerar el principio religioso como una mera peculiaridaclde temperamento, una debilidad, un entusiasmo pasajero 0 un senti-miento refinado (segun los casos), caracteristico de una mente timida yestrecha de miras, 0 calenturienta, 0 superdolada. En este punto la re-velaci6n nos sale al encuentro con hechos sencillos y acciones claras, nocon laboriosas inducciones a partir de cieltos fen6menos que se dan enel mundo, no con leyes generalizadas 0 conjeturas metafisicas, sino canjeslfs y la resurrecci6n (Hch 17: 18); y «si Cristo no ha resucitadoii (10confiesa Ilanamente), entonces «tanto mi anuncia como vuestra fe ca-recen de sentidc)))(I Co ]5: iLl) Hechos como este no son simplcmentcgarantias de la verdad de la rcvelaci6n, sino tambien medias para que

20 Seguramente se refiere a Caton de Utica, modelo de virtud para muchnspaganos. Se mantuvo fiel a la causa de Pompeyo despucs de la tTIuerte de este y,habiendo cumpJido 10 que creia su deber, sc suicid6. (Vease Idea de una universidad, disc. V. ap. 7).

Page 41: Cardenal Newman: Quince sermones

se grahe en nosmros. I.a vida de Cristo rellIle y concen,tra verdades quese refieren al bien principal de nuestro ser y a !as leyes que 10 rigen,verda des que anclan sueltas, haldias y abandonadas en la superficie delmundo moral, y que a menudo dan la impresi6n de cliscrepar entre Sl.La vida de Cristo relll1e los rayos de luz dispersos que en los primerosdias de la creaci6n se derramaron sobre toda la faz de la naturaleza, ylos convierte en focos luminosos, en el firmamento del cielo, para go-hemal' el dia y la noche, y separar la luz de !as tinieblas21 En la Escri-tura se otorgan a Nuestro Salvador todos los titulos abstractos de exce-lencia moral que los fil6sofos inventaron. EI es la Palabra, la Luz, laVida, la Verclacl, la Sahiduria, la Gloria divina. San Juan anuncia en eltexro inicial: «La Vida se manifest6 y nosotros la bemos visto».

virtuoso -rnanifiesta en su elevaci6n pOI'encima de las tentaciones co-munes, su rolerancia, generosidad, decoro personal, y compostura cal-mosa y magminima- esta deformada pOI'un arrogante desprecio de losdemas, una desconsideraci6n de sus sentimientos, y eiena aspereza yrepulsion en los modales externos. Es decir, el fil6sofo via claramentehacia d6nde iba el sistema moral, via la constituci6n del alma humanay los medios que llevan a la perfecci6n de nuestra naturaleza; pero,cuando se puso a trazar la imagen definitiva, complera y coherente, delhombre virtuoso, ic6mo podia esperarse que realizara algo tan grande,quien nunca habia visto a un angel ni a un profeta, y mucho men os alHijo de Dios manifestado en la carne?

20. Y de ahi se seguira que en el caraeter moral formado en !a es-cuda cristiana hay una importanre diferencia respecto al que tiende acrear la religi6n natural. El fil6sofo anhela un principio divino, el cris-tiano anhela un Dios que act~ia22 Ahora bien, la dedicaci6n de nuestrasenergias al servicio de una persona es la ocasi6n de las virtudes maselevaJas y mas nobles: adhesi6n desinteresada, entrega de si, lealtad; y,ademas, el habito de la humildad, a partir del conocimiento de quesiempre tiene que haber alguien que esti par encima de nosotros. Encambi(), cuando -en lugar de referirnos a una persona- nos aproxima-mos a un mero nivel de perfecci6n, en realidad mas que avanzar, 10conveItimos en nuestra propiedad; la pelfecci6n que veneramos se vuelvepaIte de nosotros mismos y asi somos un dios pOI'nuestra cuenta. Estefue un resultado especial del sistema panteista de los estoicos, los pita-g6ricos tardios, y otras fil6sofos: a medida que absorbian el espiritu de!a pureza eterna, se volvian divinos en su propia estimaci6n; se compa-raban con ventaja a quienes estaban pOI'dehajo de ellos, pero no reco-nocian a ninglll1 ser superior, que hubiese sido el criterio y referenciapara mediI' su aprovechamiento. De esta forma, empezaron siendo hu-mikles, pero en su avance, la humildad y la fe iban clesapareciendo desu caracter. Un ejemplo elocuente de esto se halla en la descripci6n quehace Arist6teles del hombre perl'ectamente virtuoso. Dice que unagrandeza de espiritu direeta y sin premeditaci6n senala la mas altaper feccion moral, yes verdad23j pero la genuina nobleza del espiritu

21. POl'otra parte, la Escritura insiste tanto en reprimir la orgullosaautocomplacencia de que acabamos de hablar, que no 5610refiere ex-presamente al Dios supremo toda perfecci6n moral, sino que nos revelacontinuamente que el principio del bien, incluso cuando esta implantacloy se realiza progresivamente en nuestros corazones, es una Persona24,

como para dejar clarisimo que no se trata de algo nuestro, y que nodebe llevarnos a una absurda autoadoraci6n. Por ejemplo, leemos queCristo se esta l'ormando en nosotros, que habita en el coraz6n eEl'3: 17),que el Espiritu Santo nos constituye en su Templo (I Co 3: 16, etc.); y esespecialmente notable la promesa de nuestro Salvador: «El que me ama,se mantendra fiel a mis palabras. Mi Padre Ie amara, y mi Padre y yovendremos a el y viviremos en el» (In 14: 23).

22. Cabe observar que este metodo de personil'icaci6n -por lIamar-10 asi25- se mantiene a 10 largo de todo el sistema revelado. Acahamosde referirnos a la doctrina de la personalidad del Espiritu Santo. Ademas,la doctrina del pecado original se centra en el pecado de Adan, y de

24 AI comienzo del apartado siguiente recordara que se ha refendo a la personalidaddel Espiritu Santo; e insistira en la impoItancia de este punto en el apartado 26.

25 «PersonatioO),. Veast en la Carta a Pusey publicada en 1867, una notableprofundizaci6n de este estilo biblico de personificaci6n, muy distinto en general dela alegoria (Maria no es una simple alegoria de la Iglesia, etc). M. Nedoncellesupone que Newman estaba buscando un termino como «personalismm>, en elsentido de «una filosofia que reconociera plenamente la idea de persona y el int1u-jo del crisIianismo en la formaci6n de esta idea». Segun el O;rfordEnglish Dictionary(vol. VII, 1933) el termino personalism no aparece usado en sentido filos6nco hastabastantes anos despues.

21 La comparaci6n que hace Newman quiza nos parece ahora demasiado litera-ria, pero lwcen falta imagenes para describir el «universo mora!».

22 Frase origiml: «The philosopher aspires rowards a divine principle; theChrisIian, towards a Divine Agent ». Los subrayados, como se ha dicho, son deNewman.

25 Arist6teles: Flica II Nic6maco, X, 7.

Page 42: Cardenal Newman: Quince sermones

esta manera se vuelve inteligible y capaz de grabarse en las mentes detodo el conjunto de la humanidad. EI principio del mal nos es revel adoen la persona de su autor, Satanas. Y no es asi solamente en el caso deseres realmente existentes, como el primer hombre y el espiritu del mal,sino que continua el mismo sistema cuando debe usarse una figura. Lacorporaci6n de los fieles, 0 Iglesia, considerada como el santuario dondemora el (mico Espiritu Santo, es revestida de una personalidad metaf6rica,y queda comprometida a actuar como una unidad, para los fines prac-ticos de orientaci6n de la conducta bumana e influencia sobre ella, enlos cuales cabe considerar que tiene su origen el sistema entero26. Y conel mismo objetivo de concentrar las energias de la comunidad cristiana,y de vincular a sus miembros en una estrecha uni6n, ya en los tiemposapost6licos se descubri627 que era conveniente confiar cada una de lasiglesias palticulares al cuidado de un solo pastor u obispo, el cual seconvirti6 asi en el «tipm) 0 Figurapersonal del Cristo mistico, el hombrenuevo espiritual; centro de acci6n y testigo vivo contra todos los proce-deres hereticos 0 escandalosos.

el contenido de la misma revelaci6n es puesto de manifiesto e interpre-tado por las tremendas analogias de la mediaci6n y el sllfrimiento vica-ri029, que discernimos en el curso visible del mundo y que tienen in-mensas aplicaciones. Nada quiza satisface mas a la reflexi6n cristianaque su percepci6n de las rakes profundas del sistema revelado en elcurso natural de las cosas, del cual es simplemente la consecuencia y laplenitud 30: nuestro Salvador ha interpretado para nosotros Ins acentostenues 0 entrecortados de la naturaleza; yen e!los, interpretados asi, elcristiano tiene, igual que en una profecia antigua, a la vez l;:lsgarantiasy el memorial permanente de las verdades del Evangelio.

(Revelaci6n confirmada por fa analogfa natural ypor lafalta de analog fa)

25. Quedan por sugerir algunas de las conclllsiones que se siguende esta perspectiva que hemos presentado de las relaciones de la reli-gi6n revelada con la natural.

23. Este es, por tanto, el sistema revelado en comparaci6n con elnatural: ensefia las verdades religiosas hist6ricamente28, no medianteindagaci6n te6rica; revela la naturaleza divina, no en obras hechas sinoen el acto personal de realizarlas; no en sus leyes morales, sino en susmandatos que interpeJan personalmente; ensefiandonos en la practica aser subditos de un reino, y no ciudadanos de una republica estoica; eimponiendonos obediencia, que se basa en la fe mas que en la raz6n.

(1) En primer lugar, mucho podria decirse de las pruebas que deeJ10se deducen a favor de la verdad de la religi6n cristiana31. Un elcmento

29 Se trata de la redenci6n obmda por Cristo, en su aspecto de solicbrizarse connuestro sufrimicnto y, en cierto sentido, de «sufrir en lugar de nosotros». Entre loshechos inexplicables de sufrimiento humano, no son rams estos extremos de soli·daridad, voluntaria 0 involuntaria. Por esto Newman mantiene toda su vida que lamediaci6n redentora tiene analogias en la naturaleza, no asi el hccho de la Endn-naci6n redentora del Hijo de Dios: «La doctrina de Ia Encarnaci6n es un hecho, yno puedc ser comparado con cosa alguna de la naturaleza; la doctrina de la media-ci6n es un principio, y nos ofrece abundantes ejemplos en sus aplicaciones» (VeaseDesarrollo de la doct,-ina cristiana, pp. 84 s [orig.J, y pp. 72 s. de la trad. castellana) .

.10 Aqui aparece con firmeza el influjo de Butler, cuyas prudentes reflexionesNewman prolongara, corregira y eompletara a 10 largo de toda su vida (VeaseApologia pro vita sua, cap. n. Joseph Butler 0692- 1752), obispo anglicano de Bristoly, despues, de Durham, public6 en 17361a Analogy of Rel~gion.Natural and Revealed,to the Constitution and (:ow:,e of Nature, una de Ias obras mas destacadas y origi-nales del pensamiento religioso ingles, fruto de una vida de gran austeridad. ora-ci6n, estudio y dedicaci6n pastoral. Su argumentaci(m, a partir de «probabilidadesantecedentes», responde profundamente alas objeciones de la incredulidacl de susiglo. Newman dira, en una nota ai'iadicla a la Grammar of Ilsscntel 1R80, que «Butlerno demuestra la verclad del cristianislllo, sino que aparta un gran obstaculo queimpide atender alas razones que Bevan a 1'1».

31 La palabra evidence aparece cuatm veces en este panafo. Newman esta pre-ocupado pm los tllotivos racionales de la fe (pruebas, elementos de demostrac;6n,garantias), pem los ve mas en las analogias de Butler que en Ins milagros lestifjca,dos de Paley. Y, sobre todo, insiste muclJisimo mas que csle en las dispnsi( iones mora·les necesarias para que cada persona (onGela capte aquellQs tllotivos racionales.

24. Y ahora que gozamos de este inmenso don de Dios, la religionnatural tiene una utilidad y una importancia que dificilmente podia po-seer antes. Pues, si la religi6n revelada impone una doetrina, tambien lareligi6n natural la recomienda. Casi no haee falta observar que todo elconjunto del plan revelado se apoya en la naturaleza para la validez desus garantias racionales. La reivindicaci6n de un conocirniento 0 unpoder milagroso presupone la existencia de un Ser capaz de ejereerlo; y

26 Vease nota 2. Ya ha captado en la Escritura y en los Padres un senticloprofundisimo de la unidad de la Iglesia (fundada en la unidad del Espiritu), con laconsecuencia de la evangelizaci6n conereta y erectiva de las conduetas hutllanas.10 que constituye la raz6n de ser de esta entidad arraigada en la historia.

27 Expresi6n original: «It was found expedient».28 Erase original: II teaching religious truths historicallv, not bv investigatio/1».

Page 43: Cardenal Newman: Quince sermones

demostrativo eS la coincidencia de 105 dos sistemas en proclamar !asmisnus doctrinas sustanciales, es decir, el hecho de ser dos testimoniosinch:pendientes en un mismo asunto; argumento implicado, si bien noelaborado formalmente, en la Analogia del obispo Butler. Un ulteriorelemento de demostracion consiste en descubrir que la Eseritura com-pleta precisamente la deficiencia de la naturaleza; y que la misma Escritura-aunque sus doetrinas de la redencion y la mediaci6n eneuentran si-militudes ell 105 fencJlnenos del curso visible de las cosas- contiene llnasola doctrina que por su naturaleza no tiene parang6n en este mUlldo:l2;

la Encarnaci6n de la Esencia clivina, garantia intrinseea de la verdad de105 bienes con que colma a la religion.

27. (3) Nuestra misma perspectiva nos sugiere la peculiar malicia delcisma. Este tiencle a deshacer el orden que nuestro Senor instituy6 con dfin de (aptar la atencion de los seres humanos y llevarlos a buscar suautentico bien moral. EI cisma -si se siguiera hasta sus llitimas consecuen-cias 16gicas- recluciria eI mundo al mismo estado en que se hallaba en laepoea del moralista pagano que naclie desconoce en este lugar de estu-clios:l'. AI iniciar su tratac!o, da testimonio inclirecto a favor de la impor-tancia de una Iglesia visible, pues consulta las opiniones humanas engeneral por 10 que se refiere a los medios de conseguir la felicidad; y -hastaque se ha decepcionaclo con 105 sabios y gobernantes, con 105 instruidosy los clel mont6n- no se pone el mismo a examinar !a naturaleza clelhombre, unico medio que Ie quedaba para satisfaeer su inquietud:l6

26. (2) En segundo lugar, se arroja luz sobre la enorme importanciapractica de las doctrinas de la Diviniclad de nuestro Senor y de la per-sonaliclad del Espiritu Santo. La gran culpa cle los antitrinitarios, cierta-mente, es la impiedad en que incurren al negarlas; pero, ademas deesto, llegan hasta la clestrucci6n de la superioridad que el orden reveladoposee sobre el orden de la naturaleza; y para ellos la ciencia de la moraly de la felicidad humana vuelve a aquel estado de vaguedad e ineficaciadel cual el cristianisll10 la ha librado. Desde otro aspecto, aprendemostambien !a escasa hondura de las objeciones contra la doetrina de laSantisima Trinidad fundadas en la suposici6n de que es absurdo incluirdiversas Personas en Dios. Si no podemos concebir -y ciertamente nopodemos- c6mo la Personalidad puede ser de alglm modo atributo deIa infinita e incomunicable esencia de la Divinidad, 0 en que sentidoconcreto Ie es asignada, los Ilamados unitaristas3:l -para ser coherentes-tienen que encontrar clificultades en la doctrina de una lmica Persona,10 mismo que en la de la Trinidad; y, cuando han dejaclo de seguir a sanAranasio34, no deben parar hasta que se vuelven panteistas.

28. (4) AI mismo tiempo, a partir de ahi es posible comprencler lasituaci6n religiosa real de los paganos: tenemos motivos para confiar queno se hallan en peligro de perecer. .. A no ser en cuanto todos estan en talpeligro, en paises paganos 0 en paises cristianos, si no siguen la voz secretade la conciencia, que les guia por fe hasta su bien, verdadero aunqueinvisible. Pues la prerrogativa de 105 cristianos consiste en la posesi6n, node conocimiento y ayuda espiritual con exclusi6n de los demas, sino dedones especificos superiores; y aunque la manifestaci6n del caracter divinoen el Verbo Encarnado es un beneficio singular e inestimable, sin embargosu ausencia es suplida en cielto grado, no solo en los documentos inspiradosde la ley mosaica, sino incluso, con mas 0 menos fuerza seglm el caso, enlas diversas tradiciones sobre la Providencia divina y !as eta pas de su accic)!1salvifica, que se hallan desperdigadas en medio de las mitologias paganas:l7.

35 Arist6teles: Plica a Nic6maco, Libro I caps. II y VL Este libro del gran fil6sofoera Iectura obligada de los estudiantes.

36 En carra del 18 enero 1830 (Letters and Diaries II, pp. 189 s.) a uno de susllitimos pupilos (Henry Wilberforce, posteriormente converrido tambien al catoli-cismo), Ie ofrece un cuestionario para leer ]a Ptica a Nic6maco. En elle sugiere queobserve c6mo Arist6teles llega a la definici6n de felicidad; y que medios proponepara conseguirla. El Estagirita hubiese deseado mas luces de parte de los persona-jes que Ie precedieron, pero esto es un testimonio muy indirecto y lejano a favor dela importancia de una IgleSia visible. Sin duda hay que tener en cuenta que c:Icamino hacia la verdad par integraci6n de elementos positivos, supon" el caracter«eclesial 0 cat6licQ», global, de la verdad.

37 Vease el parrafo dellibro sabre 10s Arrianos citado en la nota 7. EI Newmananciano volvera a insistir repetidas veces sabre este mismo punto, aclarando lasconfusiones de muchos cat6licos. Vease Carta al Duque de NOIjiJlk, cuando explicael sentido de «Extra Ecclesiam nulla salus», ete.

32 Vease nota 29.33 Son, naturalmeme, los mismos «amitrinitarios». Vease, casi al comienzo del

cap. I de la Apolugia pro vita sua, ]a referencia agradecida de Newman a la obra deThomas Scott, «que pas6 del unitarislllo a una fe fervorosa en la Santisima Trinidad»

:14 San Atanasio (c. 296-373; obispo patriarca de Alejandria) parricip6 siendojoven diicono en el concilio de Nicea (ano 325), primer concilio consideradoecumenico, en el cual se defini6, con la palabra «homousioll» (consubstancial), ladoctrina de la llnica e identica naturaleza del Hijo con la del Padre. La palabraexpresa la fe de ]a Iglesia catolica, contra la herejia de Arrio (arrianismo), quenegaba la Divinidad de jesucrislO y sus consecuencias salvificas sobre nuestra par-ticipaci6n de la Vida de Dios. La figura de Atanasio, can su profunda espiritualidael,su finneza al resistir las persecuciones (fue expulsado cuatro veces ele su sede), ysu comprensi6n de"! semir del pueblo cristiano, fue un modelo constante para Newman.

Page 44: Cardenal Newman: Quince sermones

(EI anuncio del Evangelio no es un rechazo de la religi6n natural)

29. (5) Tambien se nos ofrece, a partir de 10 dicho, un comentariosobre la expresi6n «predicar a Cristm>, el sentido de la cual ha sidoenmaranado por la controversia. «Predicar a Cristo» no significa des-entenderse de la religi6n natural, ni tampoco insistir en una doctrina delEvangelio, como si etIa sola pudiera arrogarse este nombre, excluyendoalas demas38. «Predicar a Cristo» incluye la presentaci6n de todo 10queensenan la naturaleza y la Escritura relativo a la Providencia clivina -pues ensenan las mismas grandes verdades, sea sobre su majestad, 0 suamor, 0 su misericordia, 0 su santidad, 0 su Ira tremenda-, viendoloexpresado en la vida y la muerte de su Hijo Jesucristo. La simple di-mensi6n moral no consigue persuadirnos para realizar efectivamente losdeberes que nos muestra y nos impone; pero el fracaso no proviene delhecho de apelar ala conciencia, de mandar 0 amenazar (como se supo-ne a veces); fracasa porque no impera en el nombre de nuestro gloriosoSenor ni hace brillar la virtud con su ejemplo. No es exacto que laensenanza natural nos de la Ley a secas, y que la doctrina cristiana nostraiga las nuevas del perd6n; ni que los mandatos enfrien el alma 0 lavuelvan formalista, ni que un perd6n gratuito la convierta; pues la natu-raleza nos dice algo del perd6n de Dios y no s610 de su severidad, yCristo sin duda se refiere a su severidad ademas de a su bondad. Locierto es que en la etapa cristiana del designio de Dios se han puesto derelieve y se ha insistido no s610en la misericordia (si bien principalmenteen eIla), sino en todos los atributos divinos, que estaban como escon-didos en el curso visible de la naturaleza39.

Cristo prometi6 al despedirse de sus ap6stoles no consistia en cOl11uni-car una nueva revelaci6n, sino precisamente en «recordaries todas lascosas que EI Ies habia dichm>(Tn 16: 13); no en «hablar par si mismo»,sino en ,<recibirde Cristo y darselo a conocer a elIos» (Tn 16: 14 s.); poreso un acento equivocado entre la enseilanz<l de Cristo y la de susap6stoles, demuestra indudablemente una indole espiritual solo par-cialmente moldeada por su amor y su culto. El Espiritu Santo vino «paraglorificar a Cristo» (Ibicl.), para cxplicar abiertamente a todo el muncloque f;'l habia venido a la tierra, habia padeciclo y dado Sll vida, sin dejarde ser el Creaclor y Sefior, el Salvador y Juez definitivo de todos. La En-carnaci6n del Hijo de Dios, mas que cualquier otra doctrina -por ver-dadera e importante que sea- sacada de una visi6n parcial de la Escri-tura, es el articulo decisivo por eI que se sostiene 0 se hunde la Iglesia41.

«Todo espiritu que no reconoce que Jesucristo ha venido en la carne,no es de Dios; ( ...) este es el espiritu del anticristo» (I.ln 4: 3); puestoque (ademas de obstruir directamente su seguimiento) haee to(1010quepuede por tergiversar las acciones bist6ricas de la personalidad reveladade Cristo a favor de nuestra fe y nuestra viItud. Y de ahi que los discursosde los ap6stoles en el Iibro de los Hechos, y los Credos primitivos,insistan casi exclusivamente en la historia, no en las doctrinas, del cris-tianismo; indicando con ello su prop6sito de que las grandes doctrinasteol6gicas se ensenen pOl' medio de la bistoria evangelica de nuestroSenor, pues son 10s hechos cle esta historia salvifica42 los que clan supeculiaridad y su fuerza a la revelaci6n.

(Los hechos salvificos de jesucristo, 11licleode la revelaci6n)

30. (6) A partir de ahi se ve claramente que los evangelios son elgran instrumento, (segun el beneplacito de Dios) para instruir y fijarnuestras mentes en el camino de la religi6n. Las epistolas son mas biencomentarios a los evangelios, y no se proponen superarlos 0 dejarios delado, como algunos sostienen a veces40 La funci6n del Consolador que

31. jOjali sea siempre nuestro objetivo usar asi provechosamente lamanifestaci6n campi eta y definitiva de la voluntacl y atributos divinoscontenida en el Nuevo Testamento, poniendo la Figura del Hijo de Die?ssiempre ante nosotros, y procurando realizar nuestros actos C0l110 si EIestuviera presente can sus sentidos, su mirada, su voz, su ademan, paraaprobar 0 reprochar todos nuestros pensamientos intimas y toda nuestrarelaci6n can el mundo!

38 Piensa en la «juslificaci6n por la fe», clave absolula del Evangelio segun muchosseguidores de la Reforma protestante (y hoy especialmenle entre ciertos grupos«evangelicos» de procedencia anglosajona). Vease el apartado siguiente.

39 Prepara el terna del serm6n VI.40 Por ejemplo, es lipico de algunos sectores del protestantismo, insistir en que

el nucleo del Nuevo Testamento se halla en la carta a los Romanos, 0 la carta a 10sGalatas, dejando los evangelios en un lugar secundario. EI orden de las lecturasbiblicas en la liturgia de la Iglesia siempre ha dejado clarisima la preeminencia dela historia y doctrina de 105 evangelios.

4t Clara referencia a la aplicaci6n lulerana del principio de «Ia justificaci6n porla fell como si fuera el articulo decisivo stantis aut cadelltis Ecclesiae. Newmanexplicara ampliamente -y «ecumenicamente»- los diversos aspectos del delicadotema en su libro Confe1'encias sabre ta dactrina de taJustificaci6n, reconocido porautores como Dollinger, en el s1g10 pasado, y Hans Kling, en el presente, comouno de 10s tratados mas lucidos sobre 10 que parecia el punto clave delprotestantismo.

42 Frase original: «The facts of that Economy giving its peculiarity and force tothe Revelatiol1».

Page 45: Cardenal Newman: Quince sermones

LA SANTI DAD EVANGELICA,- 1

PLENITUD DE LA VIRTUD NATURAL

En otro tiempo erals tinleblas, pero ahora 5015 luzen el Senor. Portoos como hUos de la luz, pues elji-uto dellXspiritu consiste en la bondad, la recti-tud y la l'erdad.

1. La revelaci6n cristiana, junto con el perd6n de los pecados y lapromesa de vida eterna poria mediaci6n de Cristo, senala tambienmedias para mejorar nuestra naturaleza moral en esta vida. La Escrituraatribuye este perfeccionamiemo a la causalidad primera del EspirituSanto. De El provienen tanto el influjo sobre el alma, como el caractermoral que asi se forma en ella; pOl'eso ambos, a su vez, son denomina-dos «el espiritu». En este sentido san Pablo habla de la ley «del espiritude vida en Cristo Jesus» (Rm 7: 2), cuando 10 contra pone al caracter y

I Nota del autor: [Este discurso no se public6 en las ediciones anteriores, por-que fue escrito apresuradamente con motivo de una citaci6n imprevista para pro-nunciarlo.l-l1tulo original: Emngelical Sancti~)Ithe Completion a/Natural Vi/1ue. Seentiende que 10 incluye en el conjunto definitivo dellibro, para que sea un testin1O-nio hist6rico complelO de 10 que predic6 oficialmente «ante la universidad». En suagenda (Letters and Diaries, vol. II, p. 316) consta que empez6 a prepararlo elmartes anterior y que 10 predic6 -por designaci6n del vicecancillel~ en suplenciade Henry Arthur Woodgate (I801-1874), una de las personas que mas Ie conocianen esta epoca (despues de la publicaci6n de la Apologia, 1864, reanudaron su amistad;Newman Ie dedic6 en 1872 su nuevo libro de recopilaci6n de articulos: Discussionsand Argl/ments).- Este serm6n no desmerece del conjunto; viene a ser unaprofundizaci6n del mismo tema del que Ie precede, pem ahora escribe con masvehemencia, y quiza sin la ecuanimidad que aparecia en aquella especie de sintesisteol6gica temprana. Newman va adquiriendo, con la lectura de los Padres, unaimagen cae\;] vez mas clara de la vitalidad de la Iglesia antigua. Por eso Ie produceun hondo desasosiego contemplar a su Iglesia anglicana, inerte y acomodaticia

Page 46: Cardenal Newman: Quince sermones

conducta que son pecado y muerte. Habla de recibir «el espiritu de fe»(II Co 4: 13), es decir, de aquel talante cuya esencia es la fe; y en eltexto biblico inicial, que se halla en la epistola de este doming02, se refierea los frutos que manifiestan exteriormente el mismo espiritu: «Ia bon-dad, la rectitud y la verdad». «Luz» es otra palabra que se usa en dichotexto, y en otros, para expresar el mismo cambio moral que el Evange-lio nos ofrece; si bien este titulo es propio de nuestro 5efior, la verdaderaLuz de los seres humanos. EI Nuevo Testamento dice que los cristianosson «llamados a su luz admirable» (I P 2: 9), que «caminan como hijosde la luz» (l]n 1: 7), «pennanecen en la luz» (I]n 2: 10), «se ponen laarmadura de la luz» (Rm 13: 12), ete. Otro termino semejante es «no-vedad» 0 «renovaci6m> del alma. 0 sea, las frases neotestamentarias sefundan clarisimamente en esta perspectiva de los dones internos inme-diatos que se otorgan a la Iglesia con la venida de Crist03.

2. iQue signifiea, ento?ces, este lenguaje? 5i las grandes palabrascorresponden a grandes Ideas, y un ap6stol no busca cl discursoeloc~cnte, sino mas bien la verdad sencilla, este lenguajc debe llcvarnosa la Idea de .que podemos esperar, ahora en este mundo, una pleni-tud de los brenes que nos reporta el cristianismo. Cuanclo san Pabloora para q~e el «Padre de. ~agloria» conceda a los efesios «el espiritude sabrdurra y de revelacron», «una comprensi6n iluminada» el c()-nacimiento «de la riqueza de .~agloria otorgada en berenci<l a su 'pueblosanto» (Ef 1: 17 s.), no se refrere a la simple obcdiencia de la religj(men general, pues el Espiritu Santo puede fomcntarla entre los paganos;pero tampoco se trata del don de hacer milagros. No h:lce falta de-mostrarlo, y este es el lugar menos indicado para insistir en ello.

frente a los embates del «liberalismo» teol6gico y de la incredulidad en general(vease final del cap. I de la Apologia). Otra grave causa de inquietud durante losmeses anteriores a la predicaci6n de este serm6n fue el problema de !as tutorias ensu colegio, que Ie enfrent6 directamente con el superior del mismo, el cual decidi6no asignarle mas pupilos. Newman se qued6 asi sin los considerables ingresosecon6micos de su trabajo principal, en un momento en que Ie hacian mucha [altapara sostener dignamente a su madre y hermanas, que tenia a su cargo. Desdeentonces pudo dedicarse a fondo a 10s estudios patristicos, cuyo primer fruto fuesu historia de Los m'rianos del siglo IV, 1833, Y a los sermones en su parroquia deSanta Maria de Oxford. Rel1exiona sobre los caminos de la Providencia, en susEscritos autobiogni:!icos: «Hablando humanamente, el movimiento de los tractsnunca hubiese tenido lugar, si no Ie hubiesen quitado su puesto de tutOD>(p. 156de la traducci6n castellana). La tensi6n interior de los arlOS 1831-1832, inmediata-mente anteriores al Movimiento que dio cauce a sus energias, aparece de algunamanera en estos sermones universitarios III-IX (muchisimo mas que en losparroquiales y sencillos), por 10 que tienen de bClsqueda intelectual motivada porla situaci6n religiosa del momento. (La amenaza seria de una revoluci6n, que notuvo lugar; el proyecto de reforma politica y electoral patrocinado por los liberales,que culmin6 en 1832; y otros aspectos de la evoluci6n social y cultural de Inglate-rra, tenian importantes repercusiones -y podian haber tenido muchisimas mas- enla religi6n del pueblo y en el pape! especial de la Iglesia de Inglaterra.) En cambio.en las rel1exiones de la segunda mitad del libro, centradas ya en el tema masespecifico que analiza, casi no pod ran notarse las experiencias personales del au-tor ni los problemas de la etapa posterior de! Movimiento de Oxford (1839-1843).

2 Corresponde al tercer domingo de Cuaresma, seglm el Book o!Com1nonPrayer,o Liturgia Anglicana.

3 Pasa de la persona a la Iglesia, porque en su concepto de la regeneraci6nbautismal (en este momenta ya clarificado, segun el Nuevo Testamento y 10s San-tos Padres), que ex plica en los sermones parroquiales, la gracia del cristianismo seotorga a la persona en cuanto incorporada a la Iglesia; pues el Espiritu Santo hasido enviado -en primer lugar, por decirlo asi- a la Iglesia.

3. Tampoco la pregunta encuentra su respuesta pensando en ciertasp:rsonas de ~iedad mas profunda que la inmensa mayori<l de 13 hUllla-nldad: m: reft:r? a quienes percibieron cJaramente que la moralidad yla devoClon cnstlana son algo extr<lordinariamente excelente y divino, ypretendreron darles forma perceptible en una estricta separaci6n cxter-na de.~m.~ndo, en u.n culto ceremonial, en rigurosas austeridades, y enuna flJaclon normatlva de las exigendas del deber COil tocla la diversi-dad. de minutiae del comport<lmiento diario; y que, por consiguiente,pusleron a la larga fonnalidades muertas en el lugar del «espiritu» quedeseaban servir4

(La renovaci6n actual no consiste en el sentimentalismode ciertos grupos «evangelicos»)

4. Tampoco cabe buscar que nos expliquen el sentido de las citadasexpresiones biblicas aquellas personas que toman mas en cuenta sussentimientos e imaginaciones que l<lfirl11eza de la Palabra de Dios, Y

que hacen consistir la obediencia espiritual5 -~que todos reconocen qu~

4 Pone de relieve de manera muy directa y radical los peligros de la vidamonastica. Pronto matizara notablemente el juicio general aqui implicado sobreesta forma de vida cristiana muy apreciada por la tradici6n cat6lica.

5 Desarrollara ampliamente en su libro sobre la Iustificaci611, que la renovaci6ncristiana con~iste en la obediencia practica seglll1 el Espiritu, 0 sea, en el amorefectivo que EI otorga y fomenta con su presencia en cl alma.

Page 47: Cardenal Newman: Quince sermones

es el verdadero distintivo del cristiano- en la satisfaCTion de unos ;Ifec-tos excitados, en un celu impetuoso, desprovisto de la debida circ'un-speccion, 0 en un lenguaje devoto artificiaL Pues este modo de ver laespiritualidad tambien termina -excepto en el caso de personas depeculiar constitucion mental- en una religion de formas exteriores.

7. Es verdad que en 10s perioc!os mas avanzados de la sociedad suelehaber mas cortesia de modales e, incluso, una mayor probidad e inocenci"de condycta. Estas a veces se han catalogado como ejemplos del caracterpeculiar cristiano, pero en realiclacl no tienen con el una vinculacionnecesaria. Pues tPor que no hay que atribuirlas al simple progreso de lacivilizaci6n y a la educaci6n del intelecto, que son sin duda aptos paraproducirlas? La moral puecle cultivarse como ciencia; provee materiasobre la cualla raz6n puede ejercitarse cuanto desee, con poco masque la simple ayuda exterior de la conciencia y la Escritura. Y cuandoesta doctrina moral sea presentada en forma sistematica, atraera la ad-miraci6n general pOl' su belleza y finura; y la adoptaran, por su evidenteconveniencia, como directorio de conducta (par asi decirlo), (...) siem-pre que no ocasione grandes 1l10lestias, ni choque con una pasion fuerteo un interes urgente. EI amor de una naci6n a la vinud no es pruebadeterminante de que la conciencia sea fina y bien formada; no es distintivode nada superior a la cultura intelectuaL La his tori a 10 demuestra: losmoralistas de la epoca romana escribieron admirablemente, casi 10mismo que si hubiesen teniclo calidad moral en sus personas.

5. Ademas, el aspecto que nos presenta el mundo cristiano no nosaporta una clarifkacion dellenguaje de san Pablo sobre el don inmensode la gracia. Las costumbres y el comportamiento, aun de la sociedadmas refinacla, lejos de coincidir con la Escritura y de interpretamosla, nohay duda de que son mas bien a proposiro para ponernos en guardiacontra cualquier opini6n que res pete el valor supremo del deber moraly religioso. Y esto ha sido asi ya desde la epoca de los ap6stoles, talcomo puede deducirse de la epistola a los Corintios. Estos dificilmentepodian entender sus titulos de «santificados en Cristo», «llamados a sersantos» (I Co 1. 2), en el momento en que se daban entre ell os «con-tiendas, envidias, nlurmuraciones, engreimientos, alborotos ... , impure-za, lujuria» (U Co 12: 20 s), de los que no se habian arrepentido.

(2Hay que insistir sabre las efectas del cristianismasabre la gran masa de la bumanidad?)

6. No es nada claro, por cierto, que el cristianismo haya sido en al-glll1 tiempo de gran provecho espiritual para el mundo entero. EI talantede los individuos humanos es, en general, 10 que siempre fue: inquieto ydescontento, 0 sensual, 0 incredulo. Es verdad que en tiempos de bar-bade, el influjo de la Iglesia tllVO el exito de realizar un orden socialacompanado de una decencia externa de conducta muy superiores aios que conocemos en los paises paganos; y que en toda epoca supresencia confundiri y pondra coro, de algun modo, a los excesos queya condena Ia conciencia. Pero ]a Iglesia siempre ha sido mas bien unfreno para contener al mundo que una guia para la perfecci6n y lavirtud personal a gran escala; sus frutos consisten en el mal que impidi66

8. Siendo esro as!, como creo que 10 es, tacaso no nos exponemos adesacreditar el valor del cristianismo al afanamos angustiosamente paraque los no creyentes se fijen en los efectos del Evangelio de ]eSl\S en elmundo a gran escala, como si fueran prueba suficiente de su origen di-vino; cuando los principios que «no dimanan de la gracia de Cristo ni dela inspiraci6n de su Espiritu» producen, seglm todas las apariencias,identicos efectos?7 No es ninguna exageracion, tal como esta constituidala naturaleza humana, decir que es una prueba efectiva del caracter te-rrenal de detenninados principios, el hecho de que int1uyan muy amplia-mente y sean aceptados con mucho entusiasmo par los hombres. «Ellosson del mundo, par eso hablan segun el mundo, y el mundo los escucha.»(I ]n 4: 5). La verdadera luz del mundo, mas que atraer alas grandesmayorias, las ofen de; y no muestra su arigen divino mediante efectosconstatables sobre la masa de la humanidad, sino en su sorprendente

6 Expresi6n original: <<itsfruits are negative». Este parrafo es bastante pesimisla;tengase en Cuenta que habla del «mundo» a gran escala. Coincide con sus comen-Wrios sohre la Edad Media en carta al historiador T. W. Allies (citada en la nota 6 alserm6n XV). N6tese ademas que no hahla asf s610 del mundo, sino tambien de laIglesia que esta en el mundo y que, en parte, es «mundo» (veanse sermonesparroquiales, y especial mente el llitimo de los Occasional Sermons, cat6licos: «Enel mundo, pero no del mundm,. Nos dira seguidamente que el fruto espedtko de1J Iglesia es el santo, no precisamente el gentleman 0 persona culta y civilizada.

7 Alguien puede notar una cierta contradicci6n con 10 que afjrmaba en el ser-m6n I sobre el verdadero talante cientifico como efecto del Evangelio. Sin embar-go, nunca dijo que esto fuera «prueba suficiente de su origen divinm>. Nunca seadhiri6 dellOdo alas posiciones apo!ogeticas de Paley y Whately, pem ahora eltono de su confianza en la raz6n ha cambiado sensiblemente.

Page 48: Cardenal Newman: Quince sermones

poder de elevar el caracter moral alli donde se recibe en espiritu y enverdad. 5us santos, dispersos en todos los generos y categorias de vida, 10proclaman a quien busca y reflexiona; pero a escala mundial su testimonioconsiste en su notable continuidad sobre la tien-a:su tenacidad en existir, ha-ciendo frente alas diversas opiniones que aparecen, una dewis de otra, ytliunfando sobre tcx.lasellas. 5i la luz no se manifiesta alas multitudes8, noes porque se esconda voluntariamente de elIas, sino porque la malicia desu voluntad libre las mantiene masivamente lejos de la luz9.

10. Hay que suponer, pues, sin necesidad de prueba, que la libeltadde pensamiento, la all1abilidad, y la doeta imparcialidad, que son frutode la civilizaci6n, difieren del espiritu cristiano alJl1 lllas que Ja piedaclformalista 0 la sentimental; en la mec!icla que «no agradan aDios, porcuanto no surgen de la fe en ]esucristo, sino que mas bien, «sin dudar-10», tienen la naturaleza del pecadO»10.

9.Ademas,nodebeolvidarse que el cristianismo afirma que nos preparapara la vida futura. No es nada extrano, pues, que los principios que pre-tenden orientar la ciencit! de la moral a la obtenci6n de resultados bene-ficiosos en la vida presente brillen mucho mas dentro de su campo deacci6n propio y selectivo, la sociedad human a actual. La virtud sublimeno puede apreciarse plena mente en el escenario de la vida publica, m:isaun, rara vez es reconocida en el, porque se dirige a un tribunal invisible.5us manifestaciones en esta escena confusa y variable no son sino par-ciales; del mismo modo que la figura mas pelfeeta pierde el perftl y las pro-porciones cuando su sombra se proyecta sobre una superficie irregular.

8 Nota del autor: «VeaseJuan 14: 21-23».9 Expresi6n original: «the perverse freedom of their will». «Perversa 0 mali-

ciosa» no es un epiteto de la libertad, sino una dolencia adquirida por la condici6nhist6rica de la humanidad pecadora (10 que se solia expresar tradicionalmentecomo «una de las cuatro heridas producidas en nuestra naturaleza por el pecadooriginal: concupiscencia, ignorancia, debilidad y malicia»). Newman en este librotratara a fondo de la raz6n herida por el pecado y del proceso para de\'olver anuestras facultades animicas todas sus funciones legitimas. En la Apologia (cap. V),y en otros escritos, puso firmemente de relieve el valor de la libertad humana,incluso dentro de la Iglesia cat6lica. (La Iglesia) «no ensei'la que la naturaleza hu-mana es incorregible; ia que ser1a entonces enviada ella? Tampoco que deba serdeshecha 0 trastornada; sl, empero, liberada, purificada y restaurada. No ensefJ.a,en fin, que la naturaleza humana sea mera masa de males sin remedio, sino quetiene promesa de grandes cosas, y aun ahora, en su actual .estado de ~esorden yexcesos, posee una virtud y gloria propia ...». «Es una espeCle de factona 0 fraguamoral para fundir, refinar y remodelar, por un proceso continuo y ruidoso, lamateria prima de la naturaleza humana, tan excelente, tan peligrosa, tan capaz de10s designios divinos.» «Su objeto, y tambien su efecto, no es debilitar la libertad yel vigor del entendimiento humano en las especulaciones religiosas, sino insistir yvigilar sus extravagancias», (pp. 194 Y 199 de la version <;astellana: ~AC n. 394,Madrid 1977). Newman luch6 toda la vida contra el «ltberahsmo teo!oglCO», el queconsidera que 10 mismo cia una doctrina que otra en materia religiosa, como si nohubiera verdad en este ambito; pem tuvo siempre un concepto positivo de lalibertad. y supo defenderla en su 11l0mento.

11. iC6mo hay que expJicar, pues, el don propio del cristianismo?Para responder a esta pregunta, paso a consiclerar 10 que la Escrituradice sobre el tema, pues no hay que buscar en otra parte 1<1 respuesta.No 10 hago con la pretensi6n de arrojar nueva luz 0 de formular alrespecto nuevas proposiciones, que no gocen del asentimiento generalde 105 cristianos sensatos11, sino para dcjar bien dara y poner eil vigoruna verdad importantisima. En toda epoca del ano conviene recordar105 aspectos practicos del cristianismo, pero los actos penitencialcs~l,?pios del tiempo liturgico en que estamosl2 nos 10 sugiercn y 10 j\lS-tlfICan de un modo muy especial.

10 Newman pone las comillas pem no indica de d6nde proviene la cita, enlenguaje arcaico, archiconocida pOl' sus oyentes. Se trata de una porci(m abreviadadel articulo 13 (de los n-einta y nueue Articulos del anglicanisll1o): De las obras mitesde lajustificaci611. En realidad Newman considerara l11uyincompleta la doctrina deeste articulo (y que sus redactores del siglo XVI la habian formulado ambigua conel fin de que pudiera ser interpretada a su gusto pOI' las diversas tendencias teolC>gicasque habia en Inglaterra). En sus Obseruaciones sobre ciertospasajes de los Treinta Vnucue Articulos (el famoso Tract 90, de 1841) camenta: «Este articulo conlempla da'.sestados, el de gracia justificante y el de privaci6n total de gracia; y dice que los queestan total mente desprovistos de ella no pueden hacer nada para obtener la justifi-caci6n; ciertamente, afirmar 10 contrario seria pelagianismo. Sin embargo, hay unestado intermedio, del cual no dice nada el articulo, pem que no hemos de olvidar,pues se da realmente. Los seres humanos no estan siempre 0 en la luz 0 en lastinieblas, sino que a veces se hallan entre ambas ... No tienen el don de la graciahabitual, pero son visitados por influjos divinos: la gracia actual 0 las ayudas deDios; y estos influjos son los primeros [rutos de Ja gracia de la justificaci6n, que lapreceden, empujan hacia ella, y llegan a su plenitud en ella. Como el amanecerlleva al dia ...» (Via Media, vol II, p. 286).

11 «Sober» en el original; es decir, sobrios, moderados, equiIibrados. ecuanimes.juiciosos, en contraste con ciertos grupos entusiastas de la tendencia «evangelica»que tendian a apartarse de la Iglesia establecida.

12 Nola del autor: «CuarC'sma».

Page 49: Cardenal Newman: Quince sermones

15. Este contraste entre la virtud ordinaria y la trascencente, entrelas virtudes de la naturaleza y las del cristianismo, puede extenclersepropiarpente a distintos capitulos de nuestras obligaciones. Estas, parejemplo, suelen dividirse en religiosas, de relaci6n con los demas ypersonales. La perfecci6n que caracteriza a cada uno de estos capitulosse considera que es, respectivamente, la fe15,la benevolencia y justiciay la templanza. Ahora bien, en el cristianismo estos tres conjuntos devirtudes son, a su vez, perfeccionados con la esperanza, la caridad y laabnegaci6n de si mismo, que son los frutos especificos del «espiritu», encuanto distintos de la virtud ordinaria. No hace falta demostrar esto contodo detalle; basta referirse a la epistola de san Pablo a los Romanos, ya la primera a los Corintios. Estas tres gracias, ejes cardinales que inte-gran el caracter cristiano, cobran vigen cia cuanclo nuestro Salvador nosmanda que no nos preocupemos pOl'el dia de manana; que tratemos alos demas como queremos que nos traten; y que nos neguemos a nosotrosmismos, tomemos nuestra cruz y Ie sigamos (Mt 6: 34; 7: 12; 10: 38).

12. La diferencia, pues, entre el «espiritu» cristiano, en 10 que tienede propio, y la fe y virtud humanas consideradas aparte del cristianismo,es sencillamente la que sigue: el espiritu cristiano es inconmensurable-mente superior al humano, mas profundamente arraigado en el almadoncle mora, mas coherente, mas vigoroso, de pureza mas intensa, deautoridad mas soberana, y dotado de una promesa mas firme de victoria;aunque sean los dos de identica naturaleza. EI Espiritu Santo relme,alienta y sazona los elementos mas exquisitos de nuestra naturalezamoral; la virtud de los paganos clifierede ellos un poco a la manera queel principio vital de un cuerpo enfermo y agotado clifiere de la salucl,fuerza y belleza corporal que, sin embargo, esta sujeta a la enfermedady a la corrupci6n.

13. Que la mente espiritual y la virtuosa son esencialmente identicas,10 clice llanamente, como otros de la Escritura, el texro inicial: «EI frutodel Espiritu consiste en la bondad, la rectitud y la verdad»15 Concen-tremos ahora mas bien nuestra atenci6n en el punto de diferencia entreambas, a saber, que las gracias cristianasl4 son muy superiores alasvirtudes morales en calidad y dignidad. Lo que sigue puede ser llti! paraaclarar esta diferencia.

16. Otras virtudes admiten un contraste y crecimiento similares. Lapaciencia cristiana se distingue de la paciencia ordinaria en el pasaje desan Pedro citado poco mas arriba. Sanjuan habla del «amor de Dios queecha fuera el temom (I In 4: 18); dejando aparte posibles dificultades deinterpretaci6n, sus palabras pOl'10 menos son claras en cuanto manifiestanla calidad trascendente del don cristiano, comparado con la virtud or-dinaria que se ve en las etapas religiosas previas al cristianismo. Y en laepistola a los Hebreos, el autor inspirado contra pone los objeros ele-mentales de la fe a los que son el gozo de un autentico y perfecto cris-tiano; son de estos ultimos las doctrinas que brotan de la Redenci6n, yentre los primeros hay la existencia de Dios, su Providencia, la resurrec-cion de los muertos y el juicio eterno16.

14. (1) Veanse, de entrada, las palabras de nuestro Senor, cuandoimp(ine el precepto del amor: «Si amais a los que os aman, tque re-compensa mereceis? tNo hacen tambien eso los publicanos?» (Mt 5: 46).iO !as de san Pedro sobre el deber de la paciencia! «Sihubieseis de sufrircastigo pOl'haber faltado, tque merito tendriais? Pero si haceis el bien ypor ello sufris pacientelnente, eso si agrada a Dios» (I P 2: 20).

11 Se cita ahora mucho, en un sentido parecido, cl pasaje de Pip 4: 8, «tomad enconsideracion IOdo 10 que hay de verdadero, de noble, de limpio, de amable, delaudable, de virtuoso y de encomiable».

I, Son !as virlud"s elevadas por la gracia, lIamadas tambien virludes infusas,por el dun graluilO infundido pOl' Dios. Las llama «gracias» (graces) y no dones,,eguramenre para no confundirias con 105 siele clones del Espiritu Santo propia-mente dichos. Como se vera en los textos y ejemplos que siguen, son trazos impre-sionantes, distinlivos de quienes siguen mas de cerca el Evangelio de ]esucrislO.

15 Newman ya ha considerado como «fe» la fidelidad a 10s dictados de la con-ciencia. Es una actitud radical humana, necesaria desde el primer desarrollo psi-cologico del nino -como confianza innata en que sus padres Ie querran-, que enun ambiente cristiano normal explicitara sus climensiones religiosas, y que inclusoen otros ambientes (religiosos 0 no religiosos) no esta desprovista de la gracia deDios.Por eso la «fe natural» de que habla aqui Newman no debe entenderse en elsenlido estricto de ciertas escuelas teol6gicas.

16 Se refiere a Hebr 5: 11-6: 3, pero el texto es dificil, y las frases solo se citanaproximadamente.

Page 50: Cardenal Newman: Quince sermones

e!as para explicar la luerza del lenguaje del ap()stol cuando habla del«Espiritu glorioso dc Dios»19, regalo que la intercesi6n de nuestro Sal-vador ha obtenido para nuestro estado prescnte. En el texto bibliea delprincipia se dice claramente que se trata de un don moral, pero con lamisma claridad se afirma que es superior a 10 que entendemos por fe uobediencia ordinaria.

17. (2) En segundo lugar, aun sin buscar los contrastes explicitosentre gracias y virtudes, podemos descubrir en la Escritura cual es lariqueza propia del Espiritu, al considerar como un todo el c6digo moralcristiano, y la impresi6n general que produciria en mentalidades que nohabian sido instruidas en nada superior a la maralidad ordinaria que lanaturaleza ensena. Recuerdense los pasajes en que se nos invita a nohacer frente a quien nos hace mal, a no poner resistencia al malvado ya presentar la mejilla al que abofetea (Mt 5: 39); a perdonar de coraz6na nuestro hermano, aunque nos ofend a hasta setenta veces siete; a amary bendecir a nuestros enemigos; a amar sin disimulo; a valorar a losdemas por cncima de nosotros; a lIevar las cargas unos de otros; acondescender con personas de baja condici6n; a servir a nuestros her-manos tanto mas humilclemente cuanto mas elevada sea nuestra posi-ci6n; a ser como ninos en sencillez y humildad. Hemos de guardarnoscontra toda palabra ociosa y procurar una gran sencillez de expresi6n;hacer de la oraci6n nuestro solaz, y de los salmos y canticos religiososnuestro regocijo; no hacer casu de los honores y retribuciones del mundo;mantener casi una pobreza voluntaria (al menos en la medida que larenuncia a toda riqueza superflua pueda lIamarse as1)l7;observar unacuidadosa pureza, tanto como la pueda mantener un aborrecimientoprofundo de la obscenidad; estar dispuesto a perder la mana 0 el ojopor el deseo de asemejarse al modelo del Hijo de Dios; y, ante la causadel reino de Dios, tener en poco a los amigos, el pais, 0 las perspectivasde una felicidad dornestica ordinarialH

19. (3) En tercer lugar, veamos 10que nos dice sobre el mismo temael examen de las vidas de los ap6stoles y de sus genuinos sucesores.Nos lIaman ante todo la atenci6n los trabajos y sufrimientos que pasa-ron. No porque las penas y los apuros impliquen necesariamente lavirtud; sino porque, cuando se da la virtud, estas condiciones dificilesinfluyen poderosamente para desarrollarla y elevarla20 Consiclerando ensan Pablo la presteza y generosidad con que se sacrifica continuamentea si mismo y todo 10suyo par la causa del Evangelio, iPuede comparar-se la madera de su religi6n con los principios debiles e inestables queconstituyen la virtud de los sectores humanos que ahara tenemos parmas sensibles eticamente? Pablo y sus hermanos en eI apostolado tuvie-ron la firmeza de espiritu, serena y equilibrada, que los sefJalaba, masque cualquier otra cualidad personal, para ser los elegidos de Dios queno podian enganarse, 10s fieles y seguros instrumentos de Dios, purifi-cados por la aflicci6n y el esfuerzo para realizar su obra en la tierra yperseverar hasta el final.

(Estos rasgos de la practica cristiana explicanla realidad del don del Espiritu)

17 Frase original: «to maintain almost a voluntary poverty (at least so far asrenouncing all superflous wealth may be called such)>>.

18 Nota del autar: «Mt 5: 28.37.39.44: 6: 25; 12: 36; 18: 3.8.35; 19: 12.29; 20: 27;Rom 12: 9.16; 1 Cor 6: 18-20; Gal 6: 2; Stgo 5: 13.» - No sigue aqui el orden con queha hecho alusi6n a estos pasajes en eJ texto. sino el orden del mismo NuevoTestamento. seguramente para facilitar su consulta y meditaci6n.

20. Observemos tambien, en seres humanos como estos, a los quecon raz6n lIamamos santos, la manera de combinar las cuaHdades queconstituyen su caracter. Asi sera mas profunda nuestra intuici6n de lanaturaleza de la sublime moral que el Espiritu hace efectiva. En sanPablo vemos la uni6n del celo apost61ico con la delicadeza paternal; ensan Juan, la de un amor desbordante con una rectitud de principios sinconcesiones. Firmeza y humildad es otra combinaci6n de virtudes, quevemos en el ejemplo de Moises, aun bajo \a primera Alianza. A estashabria que afiadir las que se han dado de dignidad y humildad a la vez,de amor y temor de Dios, y de usa del mundo sin abusar de eI. Esta

18. Ahora bien, al enumerar estas maximas de la moralidad cristianano entro en una descripci6n precisa del caracter que se forma cuandose aplican. Sin ponerme a interpretar unas normas que el alma religiosaentiende s610 a medida que progresa en santidad, puedo suponer -10cual es bastante para el objetivo que ahora me propongo- que ellasapuntan claramente a cierto orden muy elevado de excelencia moralcomo caracteristica del autentico cristiano. De esta forma son adecua-

19 «Dichosos si sois ultrajados por el nombre de Cristo; eso indica que el Espi-ritu glorioso de Dios reposa sabre vosotroS» (I r 4: 14).

20 En los Sennones pal'wquiales anglicanos y en l<ls MediI(/( iemps y del'oclonescat6!icas, recuerda varias veces que el suftillliento de por sf no hace bueno a nadie.

Page 51: Cardenal Newman: Quince sermones

necesidad, en palahras del ap6stol, de ser «completanwnte santifica-doS»21,a menuclo se olvida. Es relativamente fadl, por cierto, practicars610 un aspecto de la perfeci6n moral, como si la fe 10 fuera todo entodo, 0 10 fueran el celo, 0 la condescendencia; cuando en realidad eldiscernimiento de aquello que hay que obedecer en el camino de lareligi6n es un problema muy complejo; y 10 es mas cuanto mas avanza-1lI0S en el. El credmiento moral dentro de nosotros debe tener cienasimetria, para ser hermoso y duradero; de ahi que la santidad madura,alii donde existe realmente, rara vez es reconocida pm los demas, ynunca por el mundo en general. Los espectadores ordinarios captan unaspecto u otro de la persona buena, segun las situaciones fortuitas enque la Yen. Los atributos y manifestaciones de la Divinidad superan almmucliisimo mas nuestra comprensi6n; puesto que parecen incoheren-tes, con raz6n se llaman misterios.

original de Adan, sino la armonizaci6n de todas sus capacidades y afec-tos en la unidad del hombre perfecto, «seg(m la medida de la estaturade la plenitud de Cristo» (Ef 4: 13). Esto no significa que los pagan()sesten absolutamente excluidos de esta transformaci6n que nos haeepasar cjel pecado a la justicia; ni que nos atrevamos a pcmer limites alprogreso efectivo que realicen algunos individuos dentro del paganismo,ni que demos a entencler que no es obligaci6n de todos y cada unointentar la perfecci6n en todas las cosas, sea cual sea la etapa de lahistoria salvifica en que se encuentren; pero aqui no hemos entrado aconsiderar ni la cuesti6n del deber de cada uno ni la del modo deproceder de Dios con los paises paganos. EI tema era: que han recibidoen prenda los cristianos con motivo de su regeneraci6n bautismal; enque consiste aquel regalo inmenso, fruto de la pasi6n de Cristo, del cuallos ap6stoles hablan en un lenguaje tan solemne y tan triunfal que aprimera vista suscita dificultades en cuanto a su sentido.

(La insistencia de fa Escritura en fo dificif de fa santidad)

21. (4) Una (lltima clarificaci6n de la especial altura de la santidadcristiana se deduce de los afanes del Nuevo Testamento por exhortar-nos a que seamos diligentes en procurarla. Las vil1udes ordinarias de lasociedad no son particularmente dificiles de realizar en nuestras perso-nas; hasta el punto de que algunos sistemas eticos se jactan de asegurarla virtud a partir de la admisi6n de unos pocos principios simples einteligibles, 0 de que la hacen depender del conocimiento de detenni-nadas verdades intelectuales22 Esta es una filosofia de poco calado; laperfecci6n cristiana, en cambio, es tan elevada como solemnes son losmandatos y advertencias de la Escritura: «Vigilad y orad»; «muchos sonlos Ilamaclos y pocos los escogidos»; «estrecha es la puerta y angosto elcamino»; «esforzaos por entrar», «muchos intentaran entrar y no po-dran»; «es dificil que un rico entre ...»; «quien sea capaz de aceptarlo,que 10 acepte»2\ y otras por el estilo.

23. Considerando, pues, el brillo intenso y la pureza de la santidada que estamos lIamados y, por otra parte, la condici6n ignorante y sensualen que nos hallamos realmente, nuestra Iglesia nos ensena a no aceptarpara nosotros el titulo de «santo», y a atribuirlo especialmente a los que«han sufrido sin c1al1dicar»(Ap 2: 3); aql1ellos que, a semejanza de losap6stoles y los martires antiguos, han Iibrado un buen comhate, hanterminado su carrera en este mundo y han guardado la fe (II 'I'm 4: 7).

24. Nadie tenga la impresi6n de que el cristiano respetuoso, al noponerse el titulo de «santo», se yea desposeido de sus derechos y cles-alentado en su camino; ni de que, por otra parte, se aplUebe la visi6nreducicla que los perezosos tienen de su deber, al proponerles 10 quequiza interpretaran como un doble nivel de virtud24 Las mentalidadesinclolentes se contentan con eI desempeno de una flaca obediencia, sinponer el coraz6n en ella, tanto si se les presenta, como si no, una per-fecci6n superior. Y, por 10que se refiere al discipulo de Cristo sincero

(La fmmanidad petjixta, fa pfenitud de fa talla de Cristo)

22. Este es, pues, el regalo que nos ofrece ahora el cristianismo; nos610 una renovaci6n de nuestra naturaleza moral conforme a la Figura

24 Llama la atenci6n la insislencia de Newman en que no debe haber crislianos«de segunda fila» pOI' 10 que se refiere a la vocaci6n a la santidad. Y la sugerentecritica que lanza desde el anglicanismo contra ciertas formas cat6licas romanas depresentar la sal11idad como alga extrano, separado de la vida diaria de los hijos deDios; «la santidad cristiana pierde el frescor, el vigor y la afabilidad, y queda comocongelada en determinadas actitudes, que s610 tienen gracia cuando se viven sinafeclaci6m> (Via Media, vol I, conf. III, ap. II: con la nota cal6lica al respecto).

11 Heferencia quiza a I1ebr 10: 14, pero hay Olros pasajes a partir de Lev 20: 7.22 tduiZ.a piensa Newman en la Etbica ordine geometrico demonstrata, de Baruch

Spinoza, u otras cOllslrllcciones racionalistas que pretenden dedllcir y asegllrar lamejor condllcla moral a partir de unos pocos axiomas, aparenlemente Simples yc1arns.

l5 Nota del aulor: «Ml 7: 19: 22: 26: Lc 13.»

Page 52: Cardenal Newman: Quince sermones

pero preocupado por su situaci6n espiritual deficiente, al recordar que-tanto a el como al santo mas completo- Dios les ha otorgado los titulosdel favor constante y los privilegios de la elecci6n, encontrara remediopara su abatimiento. EI designio y la voluntad de Dios estan compro-metidos a beneficio suyo; y los primeros frutos de la gracia Ie han sidoconcedidos, aunque su caracter atm no se haya transfonnado en imagenpermanente de Cristo. Mientras la distancia a que se encuentra del premiosuscite en el un finne deseo de victoria y un temor al fracaso, ningunabarrera en el camino sera insuperable, ni Ie quitara la esperanza dealcanzar la meta. Hay, ademas, un punto en el progreso del cristiano enel cual cabe considerar su elecci6n como algo seguro. Tanto si el pue-de, como si no, estar cierto de ello, al menos es posible que haya mo-mentos en que «experimente dentro de si la acci6n del espiritu de Cristo,que mortifica su carne y eleva su mente alas realidades celestiales». Aprop6sito dice san Pablo en una ocasi6n: «No es que haya alcanzado lameta»; pero, lejos de desanimarse, afiade: «Me esfuerzo aver si laconquisto». Y hacia el final de su vida, afirma: «S610me queda recibir lacorona de salvaci6n» (Flp 3: 12-14; II Tim 4: 8).

bargo, cuando contemplamos el estado actual de este pais cristiano, novemos que la gente este huyendo angustiada de la desdicha que, pro-nunciada primero sobre un ap6stol renegado, indudablemente se cier-ne como una amenaza sobre ellos. No parece que reconozcan ningunadistinci6n entre la cualidad natural y la espiritual; no se proponen le-vantarse mas arriba de la moralidad de las personas no regeneradas, Jacual, si bien recomendable entre los paganoI', no es suficienle para lasalvaci6n cristiana. Y son propensos a pensar que Ja moral criSliana esun mero sistema, que es una de las garatltias racionales a favor de lareligi6n revelada, y una sefial en este senti do de que poseen un cono-cimiento superior, en comparaci6n con judios y paganos26; en vez depensar que les impone un detenninado caracter etico, que estan obligadosa asimilar en su vida.

26. Cuando, ademas, al deber imperativo de ser autenticos cristianos,que recae sobre nosotros, y a los signos flagrantes de descuido y de in-credulidad que muestra el mundo cristiano, afiadimos la extrema dificul-tad de convertirse del pecado a la obediencia, el panorama ante nosotrosse vuelve aun mas amenazador. Esdificil hacerse una idea de la profundadivergencia entre la santidad a que estamos llamados y los babitos quevamos fomentando en nosotros sin darnos cuenta, si dejamos que Jastendencias de la naturaleza prosigan su curso espontaneo. ;,Que cosashay mas opuestas entre si que un alma que se deleita en la satisfacci6nintensa de sus pasiones y la misma alma cuando esta abrumacla par 10que tiene que reprocharse y por el sufrimiento corporal anejo, y sienterepugnancia de los pecaclos en que antes se complacia? Sin embargo,por grande que sea este contraste entre el remordimiento y el excesolibertine), difiere muchisimo mas de amhos la autenlica actitud religiosaarraigada en forma de habito. El placer del pecado es contrario al re-mordimiento, pero el remordimiento es distinto del arrepentimiento. Elan'epentimiento, a su vez, no es todavia Jacorrecci6n de aquella costumbre,dicha correcci6n no equivale a la virtud habitual, y tal virtud no es el donpleno del Espiritu. ;,C6movamos a delimitar el proceso de santificaci6n?Pero los pecadores deliberados son tan ignorantes de 10sniveles superioresde este proceso, y tan ignorantes de su ignorancia, como de las «cosascelestiales» (Tn3: 12) a que se refiere nuestro Salvador.

(dD6nde estan ahara ios santos?)

25. El tema tratado nos lleva naturalmente a algunas reflexiones,con las cuales voy a terminar.

Par un lado, nos sugiere la pregunta lhay en el mundo de nuestraepoca santos como 10 fueron los ap6stoles? Esto implica por 10 menosuna reflexi6n practica. Pues, si hay santos en alguna parte, tienen queexistir en nuestra Iglesia; 0, dicho de otra manera, si no hay entre nosotrospersonas como elias, la (mica raz6n de tal ausencia -puesto que lanaturaleza humana de los ap6stoles no era superior a la comun- esnuestra obstinada adhesi6n al pecado. Hay cristianos que no gozan delconocimiento de la verdad pura; y otros que andan errantes fuera delseno de la Iglesia de Cristo, que tiene los privilegios divinos; pero no-sotros estamos justamente facultados para gloriarnos de nuestra condi-ci6n de miembros del cuerpo que los ap6stoles fundaron, en el que hahabitado especialmente el Espiritu Santo desde entol1ces, hemos sidoagraciados con la plena luz de la Escritura, y poseemos un credo for-malmente mas correcta que el de cualquiera de las Iglesias25. Sin em-

2S Se entiende. de las Iglesias nacionales de Olras paises. En esta epoca cons i-deraba a la Iglesia ramana no s610 corrompida sino dominada pOl' el espiritu malig-no. La Iglesia anglicana, a pesar de su escasa vitalidad (vCase nota larga del princi-pio, observaci6n final sobre el desasosiego de Newman a causa de la situaci6nreligiosa de su pais), no dejaba de mantener pum el credo apost6lico.

26 El usa apologetico de la superioriad te6rica de la moral cristiana, sin insistirbastante en su caracter especifico ni en la urgencia rle ponerlo en praclica. elatipico de la escuela apologetica «evidencialistan, la de Palf'\' y Whately. La apologeticapuede convertirse f;icilmente en autojustificaci6n, y mas en est I" caso en que impli-caba una idea alltosatisfecha de la «supcrioridad de .'iU pais cristiano)'.

Page 53: Cardenal Newman: Quince sermones

(IlI1portancia de fos detalles eon que se va deeieliendo f1uestra vida,sohre fodo en fa JULIentud)

27. Y, finalmente, cuando a los graves pensamientos en que noshemos detenido se anac!elabrevedad de nuestra probaci6n en este mundo,~quien valorara bastante la importancia de cac!adia y hora de nuestra vidacristiana en su relaci6n con el destino eterno? No es que la vida no sea 10bastante larga como para asegurar que cada persona use sus dones; sino,mas bien, que nuestra probaci6n no podria alargarse substancialmente,pues somos de tal naturaleza que nuestro porvenir eterno no dejaria dedecidirse, al parecer, por nuestra forma de empezar el camino, aunque lavida durara diez veces mas que ahara. No podemos abstenernos de crearhabitos de un tipo 0 de otro; cada uno de nuestros actos influye sobre losdemas, imprime caracter en el alma, estrecha el margen c!elibertad en ladirecci6n del bien 0 dellllal, hasta que pronto converge con todos susprincipios y sus fuerzas en algun punto fijo del harizonte ilimitado quetiene delante. Estaes, al menos, la ley comun de nuestra naturaleza maral.Y dicha ley otorga un valor tremendo a cada una de las acciones denuestra voluntad, con que responc!emos a los acontecimientos que nosocurren, y sobre todo vueJve enormemente decisivas las opciones denuestros primeros anos. Nada es eapaz de asumir la aterradara respon-sabilidad que esto significa, fuera del conocimiento de las promesas delEvangelio y, por encima de todo, de las palabras de gracia y las accionesde nuestro Redentor. Uno de los objetivos de estas consiste precisamenteen darnos fuerzas para soportar las amenazas del conjunto de realidadesvisibles, que nos abrumaria si no fuese por las promesas del Senor. Pero,igualmente, el hecho de haber oklo dichas promesas podria hincharnoscon una presunci6n inconveniente, si no hubiesemos experimentado losterrores de la religi6n natural.

La sabiduria se justiji'ca con sus hlfos.(Mt 11: 19)

1. Asi comenta nuestro Senor la conducta empedernida de susconeiudadanos, que se negaron a aceptar tanto la actitud dura y distantede Juan el Bautista como la condescendencia del propio Jeslls. San Juanse retir6 del mundo, y cuando los hombres fueron a buscarle, les habl6severamente. Cristo, el profeta mas sublime, se puso en el lugar mashumilde y se mezcl6 espontaneamente con los pecadores. El modo deproceder de Dios para con los hombres lleg6 a los maximos extremosque permitian su verdad esencial y la inmutabilidad de su gobierno moral;pero no consigui6 convencerlos ni par el camino de la austeridad nipor el de la gracia. El predieador divino, despues de poner de manifies-to esta constante tan notable de la historia de la humanidad, pronuncia

28. Sabemos que Ilegara el dia en que eacla cristiano sera juzgaclo,no por 10 que Dius haya hecho a favor de eI, sino par 10 que el harealizado para si mismo. Llegara eI dia en que de todos los dones de laredenci6n con los que aqui ha sido investido nada permanecera para eI,fuera de 10 que ha incorporado a su naturaleza moral y ha convertidoen parte de si mismo. Y, puesto que no sabemos que medida de santidadsera entonces aceptada en nuestro caso concreto, no nos queda sinoacogernos cada uno con fe a la misericordia de Dios, y dirigir la ,vistafirmemente, pero humildemente, a la redenci6n del pecado que EI hadispuesto; de modo que cuando venga a juzgar al mundo, se acuerdede nosotl"05en su reino (Lc 23: 42).

I Nota del autor: [Sabiduria, Razon, en este discurso se toman por razon profa-na 0 «sabiduria del mundo»,es elecir, la razon que acttla en el campo de la religiony la moral a partir de principios pro/anos, cuando caela ambito de pensamientotiene sus propios principios, homogeneos consigo, y necesarios para razonar co-rrectamente en eI. Vease el Prologo.l - A este sermon, cuyo titulo original es Theusurpations o/reason, Newman anadio, en 1871, muchas mas notas que a todos losdernas; sin duda para dejar bien claro que no despreciaba ni atacaba las funcioneslegitimas de la razon. Incorporamos aqui tambien las observaciones que Newmanenvio des de Roma, en 1847, a John D. Dalgairns (Guernsey, 1818·1876. Veanse loseletalles ele su relacion, como oratoriano ele Birmingham y de Londres, con Newman,en Meriol Trevor: j. H Newman: cr6nica de un amOl-a fa verdad, a partir de la p.104), uno de 10s jovenes de Oxford que Ie acompafiaron en el paso al catolicismoy que estaba estudiando en Francia. Estas observaciones debian ser tltiles para la

Page 54: Cardenal Newman: Quince sermones

las palabras solemnes del texto inidal; la verdad que ellas comunican escomo un desahogo de la misericordia frustrada y, a la vez, un avisodirigiclo a cuantos les concierne. «La Sabiduria se justifica con sus hijos»,como si clijera: «La raz6n capciosa puede hallar objeciones a todos losactos que provienen de Dios y a todas las verclades de la religi6n; pero,en realidad, los credenciales y el contenido de la revelaci6n no vandirigidos a la mera raz6n humana inestable, ni pueden esperar de partede ella una aceptaci6n derta 0 adecuada. La Sabiduria divina habla, noal mundo, sino a sus hijos, 0 sea, los que ya estin bajo su instrucci6n yque, conociendo su voz, comprenden sus palabras, y son jueces conformea ellas. Estos la justificam>.

(Segtln fa Escritura, hay una sabidurfa muy superior a fa raz6nmundana)

morales de nuestl"a naturaleza"\ es decir, sobre temas religiosos es posibledemostrar cualquier cosa 0 echarla abajo, y s610 fortuitamente podemosllegar ala verdad, si nos limitamos a investigarcon 10 que se suele denominarraz6n4

, la cual no es en estas materias sino, a 10 SUIllO,el instnllllcnto; uninstrumento en manos del juez legitimo: el discemimiento espiritual. Llamamuchisimo la atenci6n el silencio de la Escritura con respecto aI inteleeto(por no hablar de su positivo menosprecio del mismo), cuanelo pensamoshasta que punto es corriente en el mundo en general considerarlo como laporci6n caractelistica de nuestra naturaleza5. EIAntiguo Testamento dice bienpoco sobre la existencia de la raz6n como atributo distinto y fundamental delalma; el lenguaje sagrado no proporciona tenDinos propios y precisos quedenoten la cualidad general 0 las facultades separadas en que se ejerce. Yencuanto al Nuevo Testamento, ~acaso no nos basta recunir a la desclipci6nque nos ofrece del Hi~)Unigenito e Imagen explicita de Dios, para comprenderque, en la idea de la pelfecci6n de la naturaleza del hombre, la mera raz6n6tiene una categolia muy inferior? Cuando se asignan a Cristo los atributosmorales de bondad, verdad y santidad, que aplicamos al hombre, no secomete in-everencia;selia, sin embargo, bastante i=erente medir la.,facultadesde su mente por un baremo de prendas intelectuales, cuyo solo nombresuena mezquino e impertinente cuando se atribuye a El. EI hecho de que elevangelio de san Lucas hable de su crecimiento «en sabiduriay estatura», sinreferirse a ningun otro progreso espedfico, queda iIustracloprofusamente enel evangelio de san Juan; en el, el Maestro toclopoderoso rechaza toda os-tentaci6n de intelectualidad con patente menosprecio, y se limita a enundarverdades profundas, inteligibles para los hijos de la sabiclulia, pel'O transmi-tidas con un lenguaje absolutamente c1e<;provistotanto de fuel7A.argumentativacomo de 10que en general se considera e1ocuencia7.

2. En el texto, pues, se expresa en forma de proverbio una verdad impli-cada a 10 largo de toda la Escritura y que es la base en que se apoya sudoctrina: no hay un vinculo necesario entre los plincipios intelectuales y los

edici6n francesa de los Sermones Universitarios (pero estos aparecieron incomple-los y tam poco sirvi6 el borrador de pr6togo 0 introducci6n que Newman habiaredactado en lalin para que Dalgairns tradujera al frances). Estos documentos noson simplemente una preparaci6n de 10 que dira en las notas de la edici6n uniforme,de 1871-1872 (pensada para los leclores de lengua inglesa), sino que aportan ma-lices especialmente importantes para los lectores del mundo latina. La abundanciade acotaciones no significa en absoluto que el serm6n IV desmerezca de los demaso que Newman Ie atribuya menos importancia. Par el entra dire eta mente en el temaprincipal del libro; y segun el esbozo de esquema sistematico que sugiere en elmencionado borrador de pr610go de 1847, junto con los sermones VII y XII, corres-ponderia a la primera de sus tres secciones: la que trata de «Los principi·,)s dedonde brota la fe». Estos principios 0 actitudes son radical mente diversos de los quehay en el fondo de la incredulidad. La raz6n profana, cuando quiere ignorar los princi-pios de la recta conciencia, de la responsabilidad, y de la religi6n natural, tiende aextralimitarse con sus conclusiones mundanas exclusivistas, y aminal' eI campo de la fe.

2 Notas de la agenda 0 diario de Newman: «Domingo 11 diciembre. Tercero deAdviento. No donni anoehe C ..) Froude predic6 en suplencia mia porIa tarde. Prediqueel senn6n universitario par la tarde; el primero de los que me corresponden comopredicador selecto». El viemes anterior habia escrito: «Estuve trabajando demasiado enlni investigaci6n sabre los Arrianos». Y eI sabado, vigilia del senn6n: «No me he sentidobien de salud. El obispo de Lichfield, de paso pOl' Oxford, me pidi6 que desayunara cone!: no pude ir. Comi con Froude en su habitaci6m>. - Su estudio a fondo de las contro-versias teo16gicas y eclesiasticas del siglo IV -su analisis del racionalismo alTiano- Ie danbuen pie para la denuncia que hace en este senn6n de 10s abusos de la raz6n modema.

3 Nota del autor: [0 sea, tal como se hallan en los individuos, en concreto]. - En cartadesde Roma al P. Dalgairns, del 8 de febrero de 1847 (Letters and Diaries XII, p. 30),Newman precisaba sobre esta frase en fOlUla mas escolastica: «Distinguo. No hay unvinculo necesario enla realidad concreta y efectiva del mundo, de modo que a panir de

la condicion intelectual de un hombre no se puede deducir su condici6n moral; umeeda.No hay un vinculo necesario en la naturaleza de las cosas: nega; pues, de 10 contrario, laverdad podria oponerse a la verdad. Que hablo en el primer sentido es cusa clara si seconsidera el conjunto del senn6n, y especialmente la frase final del apartado 7. Es 10contrario de los que piensan que "cultivando la raz6n, ya se asegura la fe" (serm6n XII,aptdo. 14)>>.- AdaplO la numeraci6n de los sernlOnes a la edici6n inglesa unifonne,siguiendo las indicaciones del P. Dessain en Letters and Diar'Ws XII, nota pp. 29 s.).

4 Nota del autor, [Porque es posible que rawnemos a partir de principios err6-neos, incorrectos, 0 inadecuados al tema sobre el cual se !azona. Asi, el sentidomoral, 0 «discernimiento espiritual», nos tiene que suministrar los presupuestosque deben usarse como premisas en la investigaci6n religiosaJ. .

5 En la carta a Dalgairns del 8 de febrero de 1847. comenta sobre esta frase:«Otra vez se contra pone err6neamente la fe, C0l110si fuera moral, a la razon».

(,En Ja carta a Dalgairns del 8 de febl'ero de 1847, acota a esta expresi6n, ya la«mera razon inestahle» del apartado, 1: «Est as expresiones denotan la raz6n c\lan-do no actlla bajo la guia de la conciencia».

7 Sugerencia interesante para estudiar bajo eslos aspectos el evangelio de san]uan.- No hace falta decir que «sabiduria» es algo mucho mas amplio y profundaque la simple razon instnmlental.

Page 55: Cardenal Newman: Quince sermones

fuerza fisicaque los ejercitos del Paraon 0 de Senaquerib. Se opuso fuerzaa la fuerza, no inteligencia; a la refinada inteligencia pagana, sin emhar~go, no se Ie concedi6 la rivalidad del intelecto. rue 10 necio del mundo 10que confundi6 a 10sabio, como 10debil a 10poderoso, pero cleun modomucho mas completo. La filosofia humana tuvo que batirse en retiradadel campo que habia usurpado, pero no par ceder a una filosofia alter~nativa; la fe indocta, estableciendose en el mundo por su fuerza interior,domin6 a la raz6n en el aspecto que concernia a sus intereses religiososlO

,

y desde entonces la ha empleado en la Iglesia, pri.mero como cautiva, ydespues como sierva; no como igual, y muchisimo menos como patrona.

3. No viene al caso clar cuenta de este silencio de la Escritura por 10que se refiere a la perfeccion intelectual, afirmando que los judios no seclistinguieron al respecto, pues sin duda la lecci6n radica en el detallede que fuera escogido precisamente este pueblo como intermecliario deun cion moral. Si eI objetor insiste recordando que pronunciarse en 10que atane a las dotes intelectuales cala fuera del ambito de la inspiraci6n,la cual quecla limitada a su tema especffico, hay que responderle queesro no es una dificultad, sino que coincide con el punto de vista queaqui sostengo. Nadie puecle negar al intelecto su propia excelencia nidespojarlo de los !lonores que Ie corresponden; la cuesti6n es simple~mente la que sigue: ino sera limitado tambien, en cuanto a su ambitoespecific08, de modo que, si acttla como autoridad independiente en elcampo de la moral y de la religi6n, se porta como un intruso?

(Dius ha atajac!o a veces la juerza con jiterza, pero menos a lainteligencia secular con inteligencia secular)9

5. Me propongo ahara hacer algunas obselvaciones sabre el lugarque ompa la raz6n en relaci6n con la religi6n, la luz bajo la cual hemo,';de considerarla, y ciertas extralimitaciones en que a veces incurre; ycreo que sin necesidad de una definici6n precisa de la palabra, 10cualnos llevaria demasiado lejos de nuestro tema, puedo dejar claro el sentidoen que la tomoll A veces, es cierto, denota wdo aquello en que el

4. Asi es, sin duda; y no hace faita insistir mas en el silencio de la Es~critura en cuanto a los dones intelectuales, ni por el hecho en si ni por susimplicaciones. Siun ser extrafio, desconocedor de la humanidad tuvieraque informarse sobre la naturaleza humana a partir de la Biblia, ~llegariaa conjeturar el estado actual de la sociedad desarrollada, con toda la va~riecladde efectos y manifestaciones de 10 que se llama el talento? Y luego,contemplando el mismo mundo, tal como es, y la Biblia en relaci6n conel, ique veria en la historia de la revelaci6n, sino el triunfo de los poderesmarales del hombre sobre los intelectuales, de la santidad sobre la 113bi~lidad, mucho mas que el triunfo de la mente sobre la fuerza bruta? Porgrande que fuera el poder delle6n y del oso, delleopardo y de la cuartabestia, sin nombre, espantosa, terrible y fuerte por demas, Dios poseearmas apropiadas a cada especie respectiva para contundirla y domesti~carla. Los milagros de la Iglesia del Antiguo Testamento mostraron mas

10 Nota del autor: [Es decir, la fe indocta fue bastante fuerte, en 10 que se referiaa su ambito, para obligar a la facultad de razonar a que usara, tal como era justo,las verdades de la religi6n natural como premisas en dicho ambito].

11 En la carta a Dalgairns citada, Newman anade aqui: «Con cierta exactitud seentiende por raz6n la facultad de razonam y Ie sugiere que incluya en nota a latraducci6n francesa la cita del sermon XI, aptdos. 7 y 8. Definira tambien el sentidopropio 0 adecuado de la palabra raz6n, por ejemplo, en el serm6n XII, apanado 2(yen otros lugares de este libro, como 10 indica en el pr610go de 1871, n. 3): «Seentiende propiamente por raz6n cualquier proceso 0 acto de la mente, mediante elcual, a partir del conocimiento de una cosa se avanza basta conocer otra». En unode sus llltimos escritos, a 105 ochema y cinco anos, insistia aun brillamememe, enpolbnica con el Dr. Fairbairn, en la necesidad de esta precisi6n: «En mi afan pOl'responder a 105graves peligros que amenazaban a la sociedad instruida, mi prime~ra ocupaci6n consisti6 en determinar el sentido que yo debia clar a la palabra"raz6n", reivindicada por los racionalistas como si les perteneciera especialmente aellos. Los (micos sentidos que encontre -y que encuentro abora- en esta palabrason dos: 1) sin6nimo de entendimiento, usado en contraste con la conclici6n de losanimales irracionales. Es un sentido demasiaclo amplio para el objetivo que lIleproponia. 2) La facultacl de razonar. En este segundo senticlo no nos sugiere la ideavenerable y soberana que generalmente aplicamos a la raz6n; pew, como no escri~bia de metafisica, sino des de un punto de vista €:lico y social, tome asi la palabra,en su acepci6n corriente, etimol6gica y, espero que tambien, eclesiastica CoO) Nun~ca be pensado clejar la verdad en manos de una protecci6n tan poco digna cleconfianza como el razonar en si mismo. No hay duda de que el destino del en~tendimiento es la verdad. Pew de esto no se sigue que la verdacl sea el objetodirecto de todas sus capacidades CoO) Hay una facultad en la mente que actlla comocomplemento del raciocinio y que, teniendo a la verdad pOl' objeto directo, asegurael uso del raciocinio para fines correctos. Esta facultad, en 10 que concierne a la

8 Nota del aLHor: [Se trata de la raz6n profana, 0 la raz6n en cuanto infofllucLpOl' un espiritu ),rofano,o, que parte de principios seculares, como pOl' ejeml'lo:uulitanstas, POlitICOS,eplCureos 0 forensesl. - Segura mente pod ria traducirse pur«pnnClpios de una raz6n tecnocratica, economicista, hedonista 0 juridicista», perono estoy seguw de que Newman quisiera cargal' las tintas peyorativas de ,,,tasexpresiones. Babla mas bien del ejercicio del intelecto segun los principios propiosde cada ambito concreto.

9 Newman tiene bien presente que <<lanecedad de Dios es mas sabia que loshom~)res, y la debilidad de Dios es mas fuerte que los hombres» (I Cor 1: 25), peroqLlIza se excede, para nuestra capacidad 0 nuestro gusto actual, con la sutileza deStiS consider: ..h:iones.

Page 56: Cardenal Newman: Quince sermones

hombre difiere de 1005 brutos, y asi incluye la facultad de distinguir entreel bien y ei mal, y 1005 principios que rigen la conducta. No la usa aquien este sentido, sino en la significaci6n alga mas delimitada, que ao5umegeneralmente, como representaci6n a sin6nimo de las facultades inte-lectuales, y como opuesta en cuanto tal alas cualidades morales y a la fe12.

cargo de esta confusi6n. Asi o5eextralimitaron las escuelas de teologiaen tiempos pasados, al decretar sabre temas propios de 1005 o5entidos ydel inte!ecto. No es extrafio, pues, que hubiera desavenencia entre laraz6n y la fe. La otra causa de desacuerdo tiene lugar cuando la raz6nes la agresora, y se entromete en eI campo de la religi6n, poniendose ajuzgar sobre verda des que esUin sujetas a otra parci6n de nuestra na-turaleza: el sentido maral14 Eo5tosllcederia, par ejemplo, o5iun hombrede inteligencia aguda, que nunea hubiera ajustado su vida a los preceptosde la Biblia, pretendiese decidir sobre el grado y el modo como uncristiano debe participar en 1005 asuntos mundanos, 0 sabre la medidade cu!pabilidad implicada en el uso de palabras Iigeras y profanas, 0

sobre cualeo5de !as doctrinas cristianas son necesarias en general para lasalvaci6n, 0 se atreviera a juzgar o5obresi es prudente el uo5ode lugalesespeciales cono5agrados al culto, 0 a determinar que genera y que mar-gen de reverencia hay que guardar en el Dia del Sel"lOr1"0 que porci6nde nuestros haberes hernos de reservar para fines religioo5os;cueo5tionestodas eUas cuya respuesta carresponde a la percepci6n moral cultivada,a a 10 que a veces, impropiamente, se denomina «enlOci6rl». Impropia-mente, porque la emoci6n viene y se va y, al no tener raices en nuestranaturaleza, no o5epronuncia con autoridad divina; en cambia, la percep-ci6n moral, si bien varia en eI conjunto de los seres humanos, es algofijo en cada individuo, y eo5un elemento primordial dentro de nosotros.Hume16, en su Ellsayo sabre los milagros, ha propuesto bien una doc-trina, al mismo tiempo que la ha aplicado mal. I1abla de «aquellos ami-gos peligrosos, 0 enernigos disfrazados, de la religi6n crisliana, que hantornado par su cuenta la tarea de defenderla can 1005 principios de la ra-z6n hurnana». Y continlla inmediatamente: «Nuestra o5acratio5imareligi6n

(Tanto la razon como la religion pueden extralimitarse; 10 religioso sejuzga por la percepcion moral, donde arraiga la Ie)

6. Esta oposici6n entre fe y raz6n tiene lugar en los dos sentidos, esdecir, cuando una u otra de las dos se mete en el campo que no Ie co-rresponde13. Seria un absurdo tratar de descubrir verdades rnatematicasmediante la pureza y la perspicacia del o5entidomaral. Un error de estetipo es eI que cometieron algunos al aplicar 1005 mensajes de la Escritura-cuyo objetivo es religioso- a la soluci6n de cuestiones de ciencia fisi-ca. En nuestros dias, todos los que piensan un poco se hacen perfecto

religi6n, es el sentido moral; pero tiene un campo mas amplio que la religi6n, el de"Ia aprehensi6n de los primeros principios". Arist6teles me ensefi.6 a denominarlanous 0 facultad noetica.( ...) El antecedente del raciocinio es su vinculo con lafacul;ad noetica ( ...) Los autores en general hablan de un uso correcto y un usoincorrecto de la raz6n. Correcto, porque sus antecedentes han sido escogidos co-rrectamente por la mente iluminada por Dios: intuiciones, dictados de la concien-cia, la Palabra inspirada, las decisiones de la Iglesia, ete. En cambio, la denominamosraz6n falsa cuando sus antecedentes vienen determinados por el orgullo, laautosuficiencia, la incredulidad, las pasiones humanas, el interes egoista, la malaeducaci6n, y otros factores mentales que se hallan en el mundo y en los individuos.( ...) Las facultades de la mente existen, no /'e, sino ratione, y por tanto son solonombres abstractos para designar sus operaciones». (Theological Papel:' off. Ii.Newman on Faith and Cel1ainty, Oxford 1976, pp. 152-154).

12 Frase que puede desorientar mas que aclarar. En la carta a Dalgairns citada,Newman se refiere al final de este apartado 5: «Si la conciencia se incluye en elintelecto, esto no es verdad. Y creo que santo Tomas la situa en eI intelecto. iC6mopuedo corregir esto? iUsando la palabra «raz6n» en lugar de «intelecto»? Creo quepuede hacerse con una nota que diga 10 siguiente: «A medida que avanza la obra,se vera que el autor no niega que la fe tiene caracter intelectual, ni que la raz6n, enabstracto conduce hacia la verdad en moral y en religi6n; usa can vaguedad pala-bras que'despues precisa». Y Ie sugiere inmediatamente que en el pr610go podriadecirse: «No hay ninguna dificultad en admitir que el autor no siempre usa ellenguaje correcto de las escuelas teol6gicas; sino que estaba descifr~ndo un temapar su cuenta, gradualmente ... If a 10 largo de estos sermones contmua su procesode investigaci6n». (Estos parrafos aparecen tambien en «Gregorianum» 18, 19.37, pp.243 s)

13 Nota del autor: rVease Discurs()s sobl'e la educacion uniuersitaria, nn. 2 y 3,segunda edici6nJ. - Posteriormente. los incorpora al.libro Idea de una univel:,i-dad. ..; pero la traduccion castellana (de 1946) no los mcluye.

14 Nota del aulor: [Por «razan agresiva» se entiende la mente que razona comono debe, es decir, partiendo de presupuestos extrarlos e injuriosos a la religi6n yala moral]

IS La cuesti6n (nominal) del reconocimiento, 0 no, de lugares consagrados parael culto, y la cuesti6n de la observancia del sabado a del domingo (etimol6gicamente,dia del Senor), eran puntas tipicos de polemica con ciertos sectores disidentes dela Iglesia anglicana que pretendian una fidelidad literal a la Biblia. Estos sectoresignoraban, naturalmente, eI sentido profunda Call que interpretaba estos textos laIglesia primitiva.

16 David Burne 0711-1776). En 1748 public6 Philosophical Essays ConcerningBuman Understanding, que contenla su famoso «Essay upon Miracles». A partir de1758 la obra apareci6 con el titulo An InquilJ' C01lt:erning Human Ul1derstandinp"Inuestigacion sobre el entendi11'lielltohwnano. Estas frases se encuentran casi al finalde la secci6n X, «De 105 milagros». - En Ull parrafo de la Apologia, Newman se sirvede la figura de Burne -a quien no deja de refutar en EIasentimiento reliJl,iosu-p,uaque no nos precipilemos a suponer que un hombre es tan malo C0ll10 Ie permiti·rian sus propias teorias: «Se oye de obras inl1lorales e irreligiosas escrilas pOl'hombres de caracter decente, y un bi6grafo nos dice que las obras esccpticas deDavid HU111eno pintan en absoluto al hombre» (1'.219 de la traducci6n de la HAC).

Page 57: Cardenal Newman: Quince sermones

sc fllndamenta en la/e, no ellia razom). Lodice con ironia;.pero es verdadpor 10 que afeeta a importantisimas euestiones de la revelacion. Enolvidarlo consiste el error que ahora vamos a analizar.

([os sentidos tambien tienen su jimci6n projJia,indispensable en SIl campo)

(~Por lJue tanto interes en que los listos jiguren como creyentes?)

7. Que se trata de un error muy generalizado salta a la vista, por lapreocupaci6n reinante de arrancar del bando de los no ereyentes losnombres de las personas mas inteligentes. t:Porque deseariamos encu-brir el hecho -si es un hecho- de que bastantes personajes distinguidospor]a profundidad y originalidad de su mente, otros por su agudeza, otrospor su prlldencia y buen sentido en asuntos practicos, han sieloineliferenteshacia la religi6n revelada? t:eual seria el motivo de esta voluntad de elisi-mlilarlo, si no fuera porque nos hemos formado una idea equivocada dela relaci6n entre la inteiigencia y el principio moral?Sin embargo, no dejade ser un hecho. Para demostrarlo 0 refutarlo no hace falta recurrir a lahistoria 0 a la filosofia, pues se ve en la aldea mas humilde que las per-sonas que tuercen el camino, como suele elecirse-1os que quebrantan lasleyes, primero de la sociedad, luego de su pais- son precisamente, engeneral, los que han recibido dotes intelectuales superiores alas ordinarias.Sin desviarnos con detalles 0 explicaciones sobre este punto, lusta aquiparece claro que las facllltades del inteleeto (al menos, tal como de hechose hallan entre nosotros) no nos llevan necesariamente por la direcci6nde nuestros instintos morales17, ni los confirman. Ahora bien, si el acuer-do entre ambos no es sino algo fortuito, t:quetestimonio nos puede dar lamew raz6n a favor de las verdades religiosas?

8. t:Porque hemos de sorprendernos de que una facultad de nuestracomplGja naturaleza no sea capaz de elesempenar la tarea que corres-ponde a otra facultad? La mente no ha de realizar las funciones propiasele los sentidos; no es nada extrano, tampoco, que la mente que s610seha ejereitado en asuntos ele literatura 0 ele ciencia, y que nunea se hasometido al influjo de 10que percibe de Dios, earezca de recursos paracontemplar la revelaci6n moral. Hay una analogia muy importante en-tre ambos casos. Nuestra raz6n ayuela a los sentidos de diversas mane-ras, dirigiendo la aplicaci6n de los mismos, organizanelo los indicios 0datos18 que ellos suministran; hace uso ele los hechos sometidos a 10ssentidos y, con una amplitud sin limites, deduce conclusiones a partirde ellos, predice hechos que han de verificarsel9 y confirma hechosdudosos. Pero quien descuidara los experimentos por confiar en el vi-gor de su talento intelectual, seria calificado de «te6rico»; y el ciego quepretendiera en serio dar conferencias sobre la luz y los colores, pocaesperanza poelia tener de ganarse un auelitorio2U Supongase que suconferencia tuviera lugar. t:Que cabria esperar ele el? Partiendo de losterminos cientmcos que, en vez de los hechos percibidos, sedan la basey los elementos de su sistema, es posible que su agudeza y su imaginaci6nactiva Ie vayan llevando bastante adelante en el razonamiento libredentro del campo cientifico que se Ie abre. Quiza su discurso fuerafluido y desenvuelto, hasta casi hacernos olvidar su lamentable ca-rencia; pero a la larga, en el momenta men os pensado, se confundiria

fen6menos sensibles, el hombre establece en terminos generales y por un procesoinductivo el gran aforismo de que existe un mundo externo y de que todos losfen6menos sensibles proceden de e!>}(El asentimiento religioso, cap. IV, pp. 835.,cuando trata de las presupuestos 0 presuposiciones). Una CJltimaprecision sobre ladiferencia entre instimo e intuici6n: «Par instinto entiendo d darse cuenta de unhecho concreto; por intuici6n, d clarse cuenta de un hecho generat; en ambos ca-sos sin medios determinables}} (Letters and Diaries, XIV, p. 309).- En el apartadosig~liente, la oposici6n entre los sentidos (que tambien perciben directamente) y lainteligencia (que, razonando de algCJnmodo -es decir, generalizando y comparan-do-, obtiene nuevos conocimientos) nos clarifica el semido de las observacionesde Newman.

18 Expresion original: «the evidence».19 Uno de los ejemplos tipicos de la anticipaci6n de la razon humana a los

datos de los sentidos es la conclusion cle que debfa existir otro plane:ta (Pluton), apartir de las irregularidades en ciertas 6rbitas de nuestro sistema solar. Los ejem-plos son innumerables en la ciencias fisicas modernas, porque estc uso de la razonforma parte de su misma metodologia.

20 Nota del autor: [0 sea, para investigar con exito dentro de un ambito detcr-minado, no son s610 necesarios los principios caracteristicos de aquella materia, sinoque hace falta tambien una famitiaridad personal con la misma. Vease el Pr610gol.

17 Expresi6n original: «our moral instincts)}. Se trata de 10 que ha denominado«percepci6n mora!>}, en su aspecto mas natural y espontaneo; tal como en Elasentimiento mtigioso usa la palabra <<instinto}}cuando explica la inferencia natul aly pone, entre orros, el ejemplo cle la regIa de Newton para obtener las rakc'simaginarias (10 que los matematicos no pudieron d<:'Inostrar hasta un siglo y mediamas tarde), 0 el del genio militar de Napole6n, que decidia sin usar, al pareccr,ningCIn medio raciocinativo. «Se hace dificil no dar a estos claros presentimientosel nombre de instintos. Yo ciertamente creo que debieran llamarse as!, si entencle-mos por instinto una percepci6n de hechos concretos sin medios detenninables}}(El asentililiento religioso, p. 298). 0 bien, refirienclose a un primer principio: «Laproposicion de que existen cosas externas a nosotros la considero un primer prin-cipio universalmente aceptado. Se funda en un instinto, y 10 llamo asi porque lacreaci6n animal 10 posee. Este instinto tiene como objeto fen6menos individuales,uno a uno, y no tiene caractcr de generalizaci6n. I'uesto que existe en los animales,no hay que pensar que el don de la raz6n sea lIna condici6n de su existencia, yjuslamente podemos considerarlo en el hombre como un instinto. Lo que losanimales no pueden hacer es 10 que hace la mente humana, a saber, el extraer denuestras repetidas experiencias de SliS testimonios concretos una proposici6n ge-ner~tl; y, puesto que este instinto 0 intLlici6n obra siempre que se presentan

Page 58: Cardenal Newman: Quince sermones

cometiendo algun error de bulto indescriptible, puesto al descubierto ala mitad de su discurso por alguna palabra delatora, que incautamentequiso explicar con detalle 0 sobre la cual se detuvo demasiado; y des-cubririamos que habia estado usando palabras sin las ideas correspon-dientes. AI comprobar su fracaso, 10 evaluariamos con indulgencia, almatizar nuestro comentario critico con la observaci6n de que el actosali6 bastante bien, teniendo en cuenta que se trataba de un ciego.

placentero; pero la acci6n que corresponde al pader no pasa de ahi; sihace algo mas,pierde su legitimidad y queda implicadoen la falacia dela persecuci6n22. Aqui la similitud continua en vigor: es tan absurduatosigar a las personas con argumentos para que crean, como tarturar-las para el misrno fin23.

(La raz6n subordinada.2.- Para corregir su.spropios abu.sos)

(La raz6n su.bordinada en el campo religioso-moral.1.- Como apoyo indirecto)

11. Se dira, sin embargo, que la razan, de hecho, jJuede hacer mas;podemos razonar sobre religi6n y elaborar sus pruebas apologHicas.Quiero dejar constancia -y esta es mi segunda observaci(m- de que hayque restar de los meritos del uso re:ll de la raz6n en las investigacionesre~igiosas to.do 10 que consiste en corregir los yerros cometidos por ella111I~n;a.EI Clego que con sus razonamientos cay6 en crrores de 6ptica,qUlza razonando pudiera salir de ellos, si bien esto no demostraria a(1Illa necesidad 0 utilidad de tal agudeza extrema para Ja misma cienciaNo se trataba sino de algo necesario para un ciego; es decir, solamentenecesario en el supuesto de su propensi6n a intentar 10 que desde elprincipio no debiera haber intent.aclo;y, en definitiva, con la incel1idumbrede si el empef'io en tales razonamientos seria ventajoso 0 desventajosopara el ciego en su b(lsqueda de la verdacl cientifica. Ahora bien, loserrores de los te6ricos en materia religiosa (0 sea, de los que han espe-culaclo sm preocuparse de actuar conforme a su sentido de 10 justo, 0 delos que han basaclo su ensefianza en meros argumentos, en lugar deprocurar la contemplaci6n directa cle su objcto) han siclo tan numerososy tan graves, que la correcci6n cle esos errores ha requericlo un ejerdcibvigorosisimo y sutilisimo de la raz6n, casi hasta el punto de monopoli-zar sus esfuerzos. Lamentablemente, cl maestro ciego en materia moralpuecle contar con una audiencia ciega, a la cual es posible dirigir susparadojas sin ningun riesgo de su parte; paradojas que incluso las per-sonas s6lidamente religiosas llegan a admitir, clebido alas conjeturasfelices construiclas de vez en cuando por la agucleza de la raz6n, y que

9. Este seria el destino de la raz6n entrometicla21, que se afanara sinlos debiclos titulos y condiciones en el campo de los sentidos. En ellugar subordinado que Ie corresponde en dicho campo, no act(la sinocomo un instrumento; no hace otra cosa que ayudar y agilizar las con-clusiones, ahorrando a 10s sentidos el tiempo y las molestias cle tal ejer-cicio. Si un honlbre tuviera centenares de ojos y de manos para dedi-carlos a la ciencia natural, podria ahorrarse de manera bastante signifi-cativa su depenclencia de los servicios de la raz6n.

10. Hay que advertir que el ejemplo anterior no tiene una similitudadecuada con la verdad que nos 10 sugiri6; pues el tema de la luz y loscolores esta, por 10 menos, al alcance de las definiciones cientificas y elintelecto, por tanto, puecle moverse en el mucho mas que en el campomoral. Sin embargo, puede aplicarse tal como es al asunto que tratamos;no, por supuesto, con el prop6sito extravagante de negar el usa de laraz6n en las investigaciones religiosas, sino con el fin de determinarcual es su lugar real en la orientaci6n de las mismas. Para explicarlo,afiadiria dos observaciones: primera, hemos de dejar en su sitio el apoyoindirecto que recibe la revelaci6n gracias a la atenci6n benevola de losseres humanos intelectualmente mejor dotados; me refiero al apoyoque Ie prestan a manera de il!/luencia. La fama de talento, eruclici6n,conocimientos cientificos, etc., es natural y justo que merezca nuestrorespeto, y que recomiencle una determinada causa a nuestra atenci6n.Algo parecido sucede con el poder; este, 10 mismo que las dotes inte-lectuales, es necesario para el mantenimiento de la religi6n, con el finde asegurar de parte de la humanidacl una audiencia para un (em3 nacla

21 Nota del autor: [Y de igua1 modo la «razon capciosa», mas arriba, aparlado 1;la «mera razon», 2; la «raz6n humana». 6; 1a «razon atrevida», mas abajo, 12; la «raz6nusurpadora», 23; 1a «raz6n rebelde», V. 18: la «raz6n versati[». V 27, es decir, laraz6n de las mentes profanas, avenlurandose en cuestiones religiosasJ.

22 Frase origi~a1: «(f it does, it loses its position. and is inuoll'ed in tbe fallacy ofpet:<;eC!ltlOn».- Cnlicaron un parrafo de l.os an'ianos, acusandole de querer restable-cer las torturas de 1a Inquisici6n. Newman responde en la Apologia: «No pucdo negarse~ estc ~n pasaje atroz; pcro Anio fue desterrado, no qucmado; y s610 me hago j~s-IKla a HIt HltSHlOdiciendo que ni entances ni jamas en m! vida. ni siquiera cuando mesentia mas feroz, hubiera siela capaz de corlarla oreja a un puritano, Y 1I1~ figuro qu~la vista de un aula de fe espai'to1 tile hubiera costado la vida» (cap. II. p. 41 de latraducci6n castellana de la HAC; vease, para e1 texto complelo que Ie criticahan. nota10 de la p. 105 de la traducci6n cata1ana de la AjJologia, edicions Proa, 19R9).

2., <dt is as absurd to argue men. as to to/1111'ethem, into belieuil1g.» Frase 1apidaria,durisima contra cierta apo1ogetica, y que Newman recordara en escrilos posteriores.

Page 59: Cardenal Newman: Quince sermones

ellos pueden verincar. iQUe indescriptible confusi6n se sigue de ahientre verdad y Ldsedad, en sistemas, tendencias y personas! iQUe talen-to sobrehumano se requiere para desenredar su abigarrada yenmarana-cia tram'll iY que gratitud se debe '11 personaje extraordinario que, consu erudici6n 0 su filosofia, lleva a cabo parcialmente esta ingente tarea!Pera quien merece entonce5 la gratitud no es 1'1 raz6n investigadora,pues solo de5hace el entuerto que ha causado, y pone remedio insufi-ciente y tardio a su intromisi6n en un campo que no Ie correspondia. Lagratitud se debe al hombre, el ser moral, que en su persona 1'1 ha some-tido a los principios superiores de 5Unaturaleza.

objeciones que argulIlentos directos a favor de la revelaci6n; y a(m losargumentos directos son l1lucho mas efectivos para refutal' a los adver-sarios capciosos que para convencer a los que buscan en serio. EIgradoen que dependemos de argumentos en materia religiosa varia, induda-blemente, seg(m los individuos, cle modo que no es posible precisarlocon exactitud. Sin embargo habria que averiguar 5i estas pruebas ra-cionales no deben considerarse mejor como esplendidas investigacio-nes filosoficas que como argul1lentos practicos; en el mejor de Ios casos,como una linea de parapetos apretados y firmes, ideada para intimiclar'II enemigo, mas bien que para el uso efectivo en [a guerra. En realidad,de todo el conjunto de cristianos, icuantas personas suponemos que,durante un siglo, han llegado a la fe, 0 se han mantenido en ella, antetodo par 1'1 percepci6n intima y viva26de la fuerza de las que se deno-minan tecnicamente «garantias 0 pruebas racionales»27?iY por que sontan pocos? Porque para 1'1 mente ya familiarizada con las verdades de lareligi6n natural, el simple hecho de la existencia actual del cristianismoya proporciona inmediatamente bastantes garantias; el hecho del cris-tianismo, considerado en uni6n con los principios que ensena, las per-sonas que 10 siguen y los efectos que produce23, tiene en su rostra lossignos de una disposici6n divina, exactamente de 1'1 misma manera queel fllundo visible nos testifica su propio origen divino. Una investiga-ci6n mas esrnerada, con la intervenci6n de talentos intelectualessuperiores, no consigue otra cosa que sacar a relucir una variedad

12. Por poneI' un ejemplo, en la doetrina teologica de la Iglesia te-nemos una de !as rnaxirnas realizaciones del ejercicio del intelecto. Peroicual fue 1'1 causa que 10 provoc6? Fueron principalmente los erroresque 1'1 precedieron, es decir, los razonamientos hereticos, en tenus ase-quibles ante todo a la percepcion moral. Pues, cuando 1'1 fe de los primeroscristianos estaba centrada en 1'1 devoci6n a Cristo, s6lida y exacta en sucontenido, que no puecle traducirse en palabras, 1'1 raz6n atrevida semeti6 en eI terreno todavia no cercado de la doctrina, y con sus propiosrecursos24 se puso a trazar alli una imagen del Invisible. A partir de en-tonces la Iglesia, en clefensa propia, se via obligacla a emplear los clonesdel intelecto en la causa de Dios, a esbozar (10 mas aproximadamemeposible) la sombra fiel de aquella5 verda des, que la pieclad sencillaacept~l,y obra can arreglo a ellas, sin tener que pasar par 1'1 represenra-ci6n intelectual clara.

(La conciencia moraf-religiasa capta fa verdad reueladaantes que fas razones demastrativas)

26 Rarisimamente por el camino «cientifico» 0 tecnicamenre apologetico se llegaa esta percepci6n viva. Advierte Nedoncelle que esta expresi6n y otras semejanresinfluyeron incluso en el estilo del P. Rousselot, cuando puso de relieve la funci6niluminadora de la gracia y la falta de seguridad de una pretendida de natural» 0

«cientifica». Nedoncelle cita dos veces el texto del joven jesuita frances, cuya bri-llante carrera teo16gica fue truncada por la Guerra Europea: «La lumiere de la gracetombant sur un indice qUi, aux yeux de la raison naturelle n'est que probable, enfait un instrument d'assentiment certain». Como la raz6n ayuda a los sentidos acaptar con mayor profundidad y facilidad la realidad sensible (apartado 9 de esreserm6n), la gracia divina ayuda -y mucho mas- a la raz6n a percibir vivamente 10ssignos y testimonios del Evangelio.

27 Son las «evidence,). Las pruebas explicitas absorbian en la practica rodo elpensamiento teol6gico y religioso en William Paley y otros aurores. Ya he indicadoque uno de los objetivos del presente libro es precisamenre abrir caminos altemarivosa aquella apologetica.

28 Nota de! autor: [0 sea, la exisrencia actual del cristianismo considerada a laluz de las verosimilitudes 0 probabilidades antecedenres de quien es fie! a su con-ciencia religiosa. Son las <motas de la Iglesia»]. - Recordemos la unporrancia quetenia para Newman la nota de santidad, entendida pOl' sus efectos praeticos en lavida de los crisrianos (sin separarla de las demas not as -unidad, catolicidad yapostolicidad- que representan la fidelidad basica de! organismo eclesial a 10sprincipios que recibi6 de 10s ap6stoles).

13. Esto obviamente vige tambien par 10 que se reHere alas prue-bas apologeticas25, gr:lI1parte de las cuales son mas bien respuestas a

24 NOla del autor: [l.os primirivos herejes se basaban en leyes de origen fisicopara analizar las posibilidades e imposibilidades de la subsrancia espiritual. Unautor conremporaneo, despues de decir que fundaban en argumenros silogisticos«la aposrasia de 105 que negaban aDios», contin(la: «Abandonando los escritosinspirados, se enrregan a la geometria». Y Epifanio afirma: «Pretendiendo dilucidarla IutLIraleza divina pOl' medio de silogismos arisrotelicos y datos geometricos,llegan a ... , etc. etc.». Cira de Los arrimlOS del siglo IV, p. 35].

25 Nora de! auror: [I'or pruebas apologelicas (ellidences) del cristianismo se en-tien(kn los acros de la raz6n, e.'<.plicita y a flusteriori, para demosrrar su origen di-vino. Vbse el Pr6logoJ.

Page 60: Cardenal Newman: Quince sermones

innumerable de argumentos alternativos, a favor y en contra. Estoconstituye, es cierto, una progresi6n siempre creciente en interes de lareligi6n cristiana, pero atm as! no llega a superar la primera sugerenciadel senticlo religioso sencillo y de la raz6n eclucada religiosamente; y,de hecho, qUiza nunca llega a decidir la cuesti6n. Es mas, la fuerzainstintiva de una conciencia formada esta bien alerta; por alguna facultadsecreta, y sin ningun proceso de razonamiento inteligible29, parece quedescubre la verdad i110raldondequiera se ha!le escondida, y experi-menta una C0l1vicci6nde su propio acierto, que los observadores ajenosno pueden explicarse; esto sucede especialmente con la religi6n reve-lada -un solo hecho moral, que abarca muchos aspectos-, reconocidapar sus hijos segtmla frase paralela al texto inicial: «Conozco a mis ovejas,y las mfas me conocen» 0n 10: 40).

auxiliares, para 10sque buscan sinceramente el conocimiento religioso;son algo accesorio, que no forma parte de la esencia de esta busqlleda.Son utHes en su sitio adecuado, pero no necesarios. Ahora, con eI ob-jeto de clarificar mas y hacerse cargo de la importancia de la doctrinaque quiero defender, procedamos a aplicarla alas circunstancias denuestros tiempos. En este punto, al descubrir los defectos de una epo-ca, ante todo hay que desalltori7.artoda intenci6n de quejarse de la misilla.Las murmuraciones y vituperios contra el est.ado de cusas en que nosencontramos, y las preferencias por una situaci6n anterior, no son so-lamente incorrectas, sino absolutamente carentes de sentido. Nosotrosmismos formamos parte necesariamente del sistema que hay ahora ennuestro mllndo; en el cada uno se ha criado, hasta !legar a su posici{)nactual dentro de la sociedacl. Dependiendo, por t.anto, de los tiemposcomo condici6n de existencia, al anhelar otros tiempos estamos, dehecho, deseando no haber nacido nunca. Ademas, cometemos una in-gratitud hacia la sociedad en que vivimos, al decir pestes contra ella,pues dia tras dia disfrutamos de los innumerables beneficios que nosofrece. No obstante, no tiene nada de incorrecto, vacio de sentido 0ingrato indicar sus deficiencias con el deseo de ayudar a superarlas.14. A partir de consideraciones como las precedentes, se ve que los

ejercicios de la raz6n son externos 0, a 10 sumo, s610 instrumentos

29 Nota del autor: [Es decir, par un acto implicito de razonamiento], - Con estanota excluye un sentido «fideista» 0 «iluminista». En la linea anterior de la mismafrase habla tambien de la «fuerza instintiva» de la conciencia. Recuerdese el senti-do de «instinto», en la nota 17. Afirmar que captamos los primeros principios morales«instintivamente» no quiere decir que la facultad de razonar no tenga su papelimportantisimo en sacar las conclusiones de los mismos. Segun Newman, el serhumano esta naturalmente inclinado hacia los principios y actitudes basicas queBevan a la fe; y el razonamiento -generalmente implidto- regido por estos prind-pios Ie lIevara alas puertas de adherirse firmemente a ia revelad6n divina testificadapor la Iglesia. Podemos dedr que el proceso de la fe es razonable; no <<irraciona!»ni «antirraciona!»" pero tam poco necesariamente «raciona!>, en todos ios casos.Newman, al final de sus 12 tcsis sobre la fe dice: «Aunque esta descripci6n delnacimiento de la fe sea justisima en el orden lIamado [6gico, sin embargo no esnecesario que en el orden cronol6gico siempre se observen todas estas cosas demanera plena y distinta; no hay ninguna mente humana igual, y es probable quehaya en ellas otras tantas variaciones de la manera de pensar en cosas menores. 1)Por ejemplo, es evidente que 10s motivos no son los tnismos para todos. 2) iQuesucederia si a alguno que otro que ya se aproxima a la fe Ie pudiera [altar en granparte, 0 incluso totahnente, la garantia de que la revelaci6n es creible? [Hay una Xo tachaclura en Japiz.J 3) Ademas, aunque la fe humana 0 adquirida precede por 10comun a la fe divina. no siempre es as!» (<<Gregorianum» 1937, p. 239), Newman,en estas tesis, procura acomodarse ai lenguaje de ios te610gos cat61icos que goza-ban de autoridad en su epoca, pero no carga las tintas sobre la «fe natural 0

dentifica», sin tampoco excluirla.30 Tengase presente la revolud6n de 1830 en franda, y la seria amenaza ele

revoluci6n en Inglaterra.

15. En nuestros dias, pues, vemos la extension progresiva de unabuso que se ha ido gestando, con tilayor 0 menor reconocimiento publico,durante algunos sigJos: la raz6n ha usurpado el territorio de la moral y lareligi6nj1. La raz6n, en los primeros afios de su crecimiento, 11ada pro-fesi6n de respetar Jos limites de la just.icia y la sobriedad: se veia a Slmisma con cierta modestia; pero al cobrar mas fuerza, se engri6; y aba-tiendo todo 10que Ileva el nombre de IJios, 0 es objeto de c\llto, ocup()el sitial del templo de Dios, como si Ie representara a £1.£sta e5, al me-nos, la meta a que aspira el Opresor; y la alcanzara, a no ser que Aquelque libra a su Iglesia de los tiranos orgullosos mire hacia abajo desde lacolumna de nube que la guia, y empiece a importunar a su enemigo.

31 Nota del autor: [Es decir, los abusos de la raz6n pm/ana, 0 la exigenda delos hombres del mundo de aplicar al tema de la religi6n sus sentimientos ordina-rios y sus modos convendonales de juzgar; conducta similar a la del personaje dela fabula, convencido de que <<nOhay nacla como el cuero»l. - Se refiere al ap610gosiguiente: «Una vez [ueron convocados los artesanos ele una ciuclael para elar suconsejo sobre la manera ele fortificarla, El albafiil elijo que habia que rodearla de unmuro de piedra; el carpintero opin6 que la madera selia mucho mas util. J)espuesde eUos, el curtidor se puso en pie y dijo: "Seilores, Jlueden usteeles prnnutlciarsepOI' 10 que quieran, pero no hay nada en el munelo mejor que el cuero"". (Fables q!Aesop and otber eminent Mvtbologists witb Morals and Ne(lexi(l/1s, Londpn 1694. pp.420 S., citaelo por NedonceUe)

Page 61: Cardenal Newman: Quince sermones

16. Ahora bien, hablar de !as rapinas de la razon en nuestros dias,cuando se extiende abusivamente por el campo de la religi6n, y en con-creto por dentm de la Iglesia cristiana, no significa en absoluto el reco-nocimiento de que clicha raz6n este ahora bien cultivada en el territorioque ha invadido. Un tirano no siempre es fuerte; a veces mantiene suimperio porque nadie se 10 discute 0 por el miedo que inspira. No son lospensadores profundos los que imponen sus opiniones donde no les co-rresponde, con sus debates y criticas dentro de los limites sagrados de lavercladmoral. Una mente verdaderamente filos6fica, si por desgracia haarruinado su capacidad de percepci6n religiosa, se manrendra en silencio;entendera que !a religion no para en su camino: quiza no crea en susverclades, quiza explique la creencia en ellas como una debilidad, 0 biencomo un sueno dorado, un error clelicioso, que no puede ctisfrutar; de todosmoclos, no cometera desmaneso~. Pero los que s6lo saben un poco. POl

eso mismo estan mas someliclos al poder de la imaginaci6n, la cual lessuple a su antojo las especialidades del saber que les son ajenasj y delmismo modo que la ignorancia de las mentes rastreras se escabulle de losespectros que alli se fOlia, la ignorancia del que esta seguro de sf mismoes petulante y atrevida.

18. Los siguientes ejemplos vienen a prop6sito, si bien al mencio-narlos no quisiera por mi parte sugerir falta de respeto hacia los hom-bres real mente eminemes que en distintas epocas los protagonizarondel alguna manera. Cuando el mi!agm y la inspiraci6n han quedado ensuspenso, no es posible enfrentarse con la raz6n err6nea sino mediantela raz6n correctamente orientada.

] 9. (1) En cuamo a la demostraci6n de la autoridad de la Escritura,esta se habfa apoyado hasta enronces en el testimonio que daba a sufavor la Iglesia en aguel momenta de la historia. La prueba que la raz6nse of red a voluntariamente a dar -que no era otro tipo de prueba, sibien tenia una forma mas suti! y complicada- no tmnaba sus signos de-mostrativos de la epoca presente, sino de epocas pasadas, y encomen-daba su custodia (pues era necesaria) a la oligarquia de los eruditos. Almismo tiempo, Ia raz6n se jactaba del servicio asi prestado a la causa dela revelaci6n. Este servicio consistia en realidad en el homenaje externoque el saber y el talento asf Ie tributaban, pew no en el gran empujefavorable producido por el testimonio practico y directo, el de las per-sonas que desean sinceramente hallar la voluntad de Dios y realizarla,que actlian con la mejor intenci6n, y prefieren 10 que es digno de confianzay fomenta la piedad a 10 que luce en la argumentaci6n te6rica.

17. Las extralimitaciones de la raz6n pueden fecharse a partir de laReforma. Entonces cay6la tirania del poder eclesiastico y, junto con ella,cay6 hasta cierto punto su autoridadlegitima; yen algunos lugares tambiensu base mas honcla, el sentido moraL Una escuela humana se opuso a laIglesia; otra fue mas lejos, y rechazo la suprema autoridad de la ley de laconciencia. En consecuencia, la religion revelada se via despojada en granmeclicla de su signo demostrativoOOj pues la existencia de la Iglesia habiasido hasta enronces su garantfa externa, y el sentido moral suministrabala interna. En aque!momento la raz6n emprencli6 la obra de reparaci6nde 10 que !labia dcmolido, y de refOID1ular la clemostraci6n del cristianismode una manera independiente tanto de la Iglesia como de la ley natural.Desde entonces (si consideramos en general su modo de proceder) hapuesto su empeno, primem en fabricar dificultades por boca de los in-credulos, y luego en exigir el poder dentro de la Iglesia como recompensapor haberlas eliminado parcialmente, por boca de los apologistas.

20. (2) Ademas, la reelaboraci6n ampliada de estas garanrfas racio-nales ha dado cierta satisfacci6n a la curiosidad34 de la mente abierta yreceptiva, y ademas ha dado pie para que el talante de algunos devotosadmire la multi forme sabiduria de Dios; pew ha conseguido relativa-mente poco a la hora de guardar a los hombres de caer en la incredu-Iidad, 0 de convertirlos a la practica religiosa. La misma observaci6n seaplica a los libros de Teologia natural que tratan de las senales de unplan divino en la creaci6n35, que son bellas e interesantes para el que ya

34 «Liberal curiosity», en el texto. Me parece que el adjetivo «liberal» no tieneaquilas connotaciones de otros muchos pasajes de Newman. Vease el inciso sobreel romantico Lord Byron y su revista «E! Liberal» en Aputogio pm vita suo, a la mitaddel cap. V.

35 Texto original: «nlClrks of design in the creation».

:\2 Parece que no llega a afirmar la celebre [rase de Lord Bacon, en su ensayosobre el ateismo: «Un poco de ciencia inclina al ateismo, pero la ciencia en pro-fllndidad inclina hacia la religi6n».

:\3 «['mo}>. En la linea siglliente, «external evidence».

Page 62: Cardenal Newman: Quince sermones

cree en Dios; pero ineficaces para quienes no han reconocido antes 1£1voz de Dios dentro de si; ineficacia que, ademas, posiblemente proven-ga de cielta falta de solidez en 1£1base intelectual del argument036.

(No alegrarse demasiado de que reconozcanlas excelencias humanas de la religion cristiana)

22. (4) Otro error, relacionado con el supuesto que se acaba deindica 1', ha sido el de constituir arbitros de las cuestiones religiosas a losintelectualmente dotados, en vez de buscar a los hijos de 1£1sabiduria.Para el argumento a favor de 1£1revelacion, basta con mostrar que elcristianismo ha tenido discipulos entre las personas de talento superior;en cambio, 1£1preocupaci6n a que ya nos hemos referid038 equivaIia, paramuchos, a dar pOl' sentada 1£1ortodoxia de ciertos fi!(lsofos y cientificoseminentes, como si 1£1religi6n fuera 1£1gran beneficiaria, y no ellosmismos, si eran de tier-dad creyentes. Mucho menos vale 1£1pena 1£1practica de al£1rdear de 10que admiten los no creyentes sobre 1£1belle:z.ao 1£1utilidad del sistema cristiano, como si fuera una gran cosa para undon divino vel' aplaudid£1 su excelencia hum£1na pOl' parte de hombresorgullosos 0 inmorales. Muy diferente es el espirit\J de nuestta Iglesia39:

se congr£1tul£1de que sus hijos gocen del camino de 1£1ven]ad, perununca olvida el gran valor y 1£1dignidad de 10s clones que ella ofrece; talcomo se ve, pOI' ejemplo, en las advertencias previ£1s al «selvicio deComuni6n>1 y en 1£1«Conminaci6n>140, YpOI'encima de todo, en el Credoatanasiano. En esta f6rmula, nuestra Iglesia no hace sino seguir el ejel1lplode 1£1primitiva, 1£1cual al principio no dejaba sus misterios al alcance de1£1multitud, y cuanclo 1£1posterior controvcrsia los ponia £11c1escubiertolos guard6 con un anatema41; ambas medidas, con el fin cle que 1£1razoncuriosa no fijara temerariamente la mirada en ellos y pereciera42.

21. (3) Mas atrevido seria el exceso de sus pretensiones cuandoempez6 a despojar a 1£1ley moral de su autoriciad intrinseca, y a apoyarlaen una teori£1de 1£1conveniencia en 1£1vida presente. Asi, 1£1raz6n seconstituy6 en tribunal de ultima inst£1ncia en los debates sobre religi6n,bajo el pretexto de ofrecer un c6digo mas claro y mejor ordenado cien-tificamente que el que se colige de los precedentes obscuros de 1£1conciencia y los decretos mutilados que ella emite37.

36 Nota del autor: [Esta observaci6n no ataI1e £11argumento a partir del ordenque se ve en el universo. «Asi como una causa implica una voluntad, un ordenimplica un prop6sito. Si vieramos hac has de pedernal par toda Europa, en diferentesyacimicntos, todas marcadas con ciertas seI1ales especiales y caracteristicas, auncuando no pudieramos adjudicar a estas seI1ales ningun sentido 0 causa final, sinembargo entenderiamos que esta repetici6n, que es ciertamente el principio delorden, es una prueba de inteligencia. POI' consiguiente, quien ha mantenido ymantiene las leyes de 1£1naturaleza, obrando con energia tanto en Sirio como en 1£1tierra, y en esta tanto en su epoca primitiva como en el siglo XIX, de be ser unaentidad inteligente, y no puede ser otra cosa; una Mente par 10 menos tan ampliay tan perseverante en su acci6n viva como las epocas y espacios inconmensurablesdeluniverso en que ha dejado sus huellas.» El asentimiento religioso, IV, I, 4 fin]' -As! pues, Newman admitirfa cl rigor 16gico de la quinta via de Santo Tomas (SummaTheologica, I, q. 2, a. 3; Contra Gentes, lib. 3, cap. 38) en el senti do que parte de lassei'iales de un orden en el mundo, arden que requiere par causa una inteligendaordenadara. No ve, en cambio, que el argumento teleol6gico mas conocido (e' quedesarrolla Paley en su Teologfa Natural) basado en 1£1finalidad con que actuanincluso los seres no dotados de inteligencia -argumento que las personas religiosasaceptan casi instintivamente- pueda resistir las objeciones de quien se plantea enserio cual de las dos hip6tesis explica mejor los fen6menos naturales: iun sistemafundado en la causa y el efecto, 0 un sistema fundado en el cumplimiento de unosobjetivos 0 fines determinados? Newman, siguiendo a Bacon en la idea de que lascausas finales son impertinentes, son como remoras, en la ciencia experimental(De Augment., 5; vease Tdeaof a University, p. 222), cree que csto es discutible. Nose trata de si es verdad 0 no, sino de si es s6lido 0 no argumentativamente. Si parplan divino (deSIgn) se entiende la aplicaci6n de medios determinados para obte-ner fines determinados, Newman ve dificil que este argumento sea rigurosamentedemostrativo. Si par plan divino se entiende «arden» cn un sentido general, 10considera conclusivo a favar de una Inteligencia ordenadora (Theological Papers of.rH. Newman on Faith and Cel1ainty, p. 156 s.)

37 Esta obscuridad de IDS principios en que se funda y esta imperfecci6n de sunOITnativa es scguramcnte 10que clesacreclita para muchos a la conciencia religioso-

moral. Para Newman. la conciencia nos haee experilllentar IIna responsabilidaclpor encima dc tocla «utilidacb, 0 «conveniencia» practica inmcdiata, y en dcfinitivaes el eco de la V07 de Dios. Vease Carta al Duque de NO/folk, y El aselltimientoreligioso, donde estudia la funci6n dc la conciencia para quc nuestra adhesi6n aDios sea real y no s610 nocionalo te6rica.

38 La preocupaci6n u obsesi6n por mostrar listas de personas i1ustres partidariasde la religi6n. Vease apartado 7 de este serm6n.

39 Newman recomendaba en 1847, para la tradllcci6n francesa, una breve nota:«es decir, la Iglesia anglicana}}.

40 COlTcsponderian a la Eucaristia y a la Penil.encia, r('spccl.ivamentc. Los tcxtos,junto con las advertencias previas, se hallan en el !Jook of Common Praver. redac-tado en el siglo XVI. '.

41 Se refiere alas decisiones I.omaclas par la Iglesia primitiva para guarclar elsentido original de los mistcrios cristianos (anatematizando, 0 sea, recha7ando, lasfarmulaciones que consideraba que no se ajustaban al misl11o).

42 Haee hincapie en el caracter .sagrado de la rcvelaci61l personal de Dios,alundiendo a la cxprcsi6n del Antiguo Testamento: «No puede cl hombre vcr aDiosy seguir vivicndo}} (Ex 33: 20}

Page 63: Cardenal Newman: Quince sermones

(La "mZlJn", seJiom indiscutible en lnl/chas entidades..modemas,tiende a imjJoner su criterio a fa religi61/J

25. (5) Olro anitkio peligroso de la raz6n usurpadora ha sido lacreaci6n de sociedacles que tienen por vinculo esencial de uni6n lalileratura 0 la ciencia, excluyenclo la profesi6n religiosa. Estas enlida-cles, funclaclas muchas de ellas sin ninguna mala inlenci6n, han llevadogradual mente a un ensalzamiento inclebido de la raz6n, y han formadoun pocler ilegitil1lo, que al1lonesta y control a alas legitimas autoridaciL'sclelalma. En tiempos agitaclos,como los nuestros, asociaciones sumamenteinofensivas en si l1lismas, y laudabilismas en sus objetivos, apenas seescapan de este reproche. De tal naturaleza han sido los cenaculos ysocieclacles literarias de los clos ultimos siglos, por no hablar de asocia-ciones de caracter menDS inocente recientemente funclaclas43.

24. (6) Y finalmente, hay que dejar plameacla la pregllnta de si !asteorias sobre el gobierno que excluyen la religi6n de los elementosesenciales del ESlado no son tambien retonos de la misma usurpaci6n44.

43 I'arece que el Newman maduro no se queja de que estas sociedades seanaconfesionales, sino de que eierta pretendida «aconfeslOnalidad» equivale efecti-vamente a la profesi6n e imposici6n de unos principios que no corresponden a suambilO. Se acababa de fundar aquel mismo ano 1831 la Britsh Association for theAduancement of Science. Newman escribira a los 85 anos: «Uno de mis sermoneslIniversitarios de IH31 lleva por tilulo Las llslllpaciones de la raz6n, del cual no ten gonacla qlle modificar subslancialmente. Desconfiaba lllucho de la British Associationen sus comienzos. No porque la ciencia no sea un don divino, sino porque susprimeros micmbros parecian empezar con una profesi6n de fe teista, cuando yoclecia qlle su empeno deberia haber sido mantenerse dentro de los limiles de sumateria. Mi argumenlO consislia en que, tal como empezaban en e! leismo, pudie-ran nlUY bien acal..>ar en el ateismo. Despues de medio siglo, tengo todavia masmOlivos para desconfiar de las consecuencias de las eseuelas seclliares de pensa-miento». (Theological Papers off 11. Newman on Faith and Certainty, Oxford 1976,p. 146). Tambien en sus Ctltimos anos Newman nO quiso hacer campana paramantener el juramento «por Dios» de los parlamentarios al ocupar su puesto; lapolemica trascendi6 a los principales peri6dicos de la naci6n (Letters and DiariesXXX, Pl'. 216 Y 222). Newman agradeci6 al «Manchester Examiner» porque Ie ha-bia interpretado correctamente. Decia eSle peri6dico (21 mayo 1883): «Numerososarzobispos y obispos anglicanos, los cardenales de Westminster y Dublin y otrosprelados cal6licos romanos, cientos de minislros melodistas, ete. formularon unaprolesta contra el proyecto de (<ley de afirmaci6m> [de declaraci6n 0 prornesa enlugar de juramento «anle Dios»l, diciendo que el Parlamento abandonaba asi sureconocimienlO de la suprema autoriclad de Dios ... En cambio, el cardenal Newmanconsider6 el proyeclO de ley desde un punto de viSla s610 religioso.. vio que elproyeclO no signitkaba ninguna perdida real para la religi6n; y des de el pllnto devista politico reconoci6 sinceramente su ignorancia. Por esto no quiso sUlllarse aningllna campana» (vease el episodio en Meriol Trevor: Ill. Newman: cr6nica deun amor ala uerdud, p. 275), Otro ejemplo de la actitud madllra de Newman res-pecto a la ciencia moderna, es su disposici6n abierta ante la teoria evo!ucionista engeneral, divulgada por Darwin. No s610 no la atac6, sino que ref1exion6 partieu-lannente sobre las razones que la hacian mas aceptable (en su Philosopbical Notebook,

P 158, pasaje citado en la nota 57 al serm6n XV). Vease tambien su correspondenciacon el bi610go cat61ico evolucionista St. George J Mivart (1827-1900), en Letters alldDianes a partir del vol. XXV.- Su Idea de una uniuersidad es tambien impecableen cuanto al respelO a los derechos de la investigaci6n cientifica.

44 La corriente principal del Movimiento de Oxford redescubri6 la independen-cia propia de la Iglesia respecto al Estado ingles, pero no implicaba en ello lasecularizaci6n de dicho Estado. Newman en este momento se adhiri6 con fuerza ala posici6n conservadora de sus amigos Keble y Froude; inciuso Ie horrorizaba unsimbolo de la revoluci6n franeesa como la bandera tricolor (10 eonfiesa, comoconfiesa otras actitudes de aque! momento, sin ninguna pretensi6n de justificarlas,en la Apologia, esta en concreto al final del cap. I, p. 30 de la edici6n de la RAC).La posici6n polilica de Newman evolucion6 nOlablernente, afectada mucho masque su pensamiento religioso por las circunstancias externas (v ease J. Derek Holmes:Factors in the development of Newman's political attitudes, en la obra colectivaNewman and Cladstone. Centennial Essays, Dublin 1978, Pl'. 57-87). En algunascanas de su madurez cat61ica se ve claramente que no iclealizaba en absoluto ni elsistema teocratico medieval ni el estado confesional cat6lico moclerno (como losEstados Pontificios antes de su caida en 1870). Su ref1exi6n se habia abiertorealisticamente alas moclernas tendencias del derecho constitucional, pero tampocose entusiasm6 por estas democracias ni las consider6 como algo absolutamenteindiscutible, sino como sistemas de gobierno que eran mas eonvenientes en deter-minadas circunSlancias. (Vease la cana al historiador Allies, citada en el sermonXV, nota 6). 5iempre habia observado cierta relaci6n entre elliberalismo politico yel teol6gico, pero ya a! principio los distinguia, y en su madurez los separabamuchisimo mas (su amigo Gladstone fue primer ministro liberal). Ya antes es no-table su adhesi6n a la linea abierta de Montalembert y Lacordaire, pero no a su usade la palabra (<liberal»: «No creo posible diferir en materia imponante de estos doshombres a quienes altamente admiro.. 5i vacilo en adoplar su lenguaje sobre elliberalismo, atribuyo eSla vacilaci6n a algunas diferencias que se dan entre noso-tros en el uso de las palabras 0 en las circunstancias de cacla pais.. Lacordairehered6 y aprovech6 10 mejor que pudo la Revoluci6n francesa» (Apologia, Nota finalA, p. 225). Cuando puntualiza en 18 tesis 10 que el entendia de joven por «libera-lismo», hay afirmaciones de caracler religioso que sin duda ha mantenido finnes, yotras de caracter politico 0 polilico-religioso, que habria que matizar lllucho: «EstanOla eS principalmente hist6rica. Haria falta empezar Olra disertaci6n para explicarcon algClIl pOl'menor hasta que p"nlo la lendencia liberal de 1830-1840 SOSlUVOestas 18 tesis que yo le atribuia, y hast a que punto y en que sentido me opondriaahora a ellas» (Ibid., p. 234).

Page 64: Cardenal Newman: Quince sermones

~ue no sepamos enlender nuestros principio,s y renundemos POl debi-iIdad a nuestras costumbres e instituciones, las cuales importan muchopara que la Iglesia sea de hecho 10que es, la base y eI fundamento dela verdad moral19; en que la entregllemos a sus enemigos, por eI deseode lograr que la religi6n sea aceptable para el mundo en general, y depresentarla mas libre de objeciones de 10que plIede serlo un organis-mo hist6rico que se refiere a la responsabilidad definitiva, de presel1tarlaIllas beneficiosa, visible e inmediatamente, para los intereses tempora-les de la comunidad de 10que las disposiciones universales de Dios hancondescendido a que sea; que arrebatemos temerariall1ente las Escriturasde la custodia de la Iglesia, y las entreguemos al mundo, es decir, a 10que se denomina la opini6n publica. Los hombres se jactan de que laopini6n publica siell1pre sera acertada en su conjunto, pero de hecho _siendo la opini6n de seres humanos que en masa no han cultivado elsentido moral interior, y externamente no tienen reglas inmutables quelos aten- s610 fortuitamente es cOlTectaen cuestiones religiosas, 0 s610en aspectos muy amplios, y manana traicionara intereses que hoy diaprentende defender.

(POl' motivos aparentemente "racionales" no bay que abandonarlas tradiciones de la Iglesia)

25. Y ahora no nos queda sino expresar nuestra confianza de quelIegara elmomento de la caida de la raz6n usurpadora, como ya lIeg6 elde otros orgullosos con ambici6n de poder. S610 la Providencia divinaconoce la trayectoria que seguiran los abusos de esta raz6n profana,pero nuestra confianza no puede quedar defraudada. Dice David: «No tepongas impaciente a causa de los l11alvados,ni te acalores por los queobran la iniquidad; pues pronto se secaran como la hierba, y serancortados como eI follaje» (Salmo 38 (37]). Pereceran como aquel poderaltivo que se sent6 en el trono de Dios, se crey6 mas sabio que Daniel,y conocedor de todos los secretos, hasta que a la larga, por sacrilego,fue arrojado del lugar sagrado, cuando lleg6 la hora de Dios (Ez 28: 2-4.16). Nuestra tarea, entretanto, consiste sencillal11ente en cerciorarnosdel puesto que tenemos asignado en este revuelto escenario, asumirlofirmemente, y luego desembarazarnos de todo miedo ante el futuro.Consiste en tener cuidado, mientras cultival110slibremente45 la raz6n contodas sus nobles funciones, de l11antenerla en el lugar subordinad046

que Ie corresponde en nuestra naturaleza. En no imaginar, cuando laempleamos laboriosamente al servicio de la religi6n, que estamos reali-zando una gran cosa, ni que por nuestra cuenta ahondamos eI influjode la palabra revelada en nuestro coraz6n47. Y, cuando nos toca pro-mover la educaci6n de otras personas en todo conocimiento util, he-mos de guardamos muy bien de adl11itirprincipios de uni6n, 0 criteriosde gratificaci6n, que pudieran en la practica desacreditar la autoridadsuprema de la c0l11uni6n cristiana48. Nuestro mayor peligro radica en

45 Aqui «(reel.w, sin ninguna connotaci6n negativa.46 Nota del autor: [Subordinado, porque el conocimiento de Dios es la funci6n

mas alta de nuestra naturaleza y porque la raz6n s610 tiene un papel instrumentalpOl' 10 que se refiere a este conocimientoJ.

47 En sus Meditaciones sobre la doctrina cnstiana, de la epoca cat6lica, Newmanrecomendara la plegaria: «Ven, Senor, y ensename, mientras te contemplo y teadoro ... Dame la autcntica sabiduria, la que busca tu voluntad por media de laplegaria y la meditaci6n, por el contacto directo contigo, mas que pOl' las lecturaso los razonamientos mentales».

48 No queda claro a que se refieren en concreto las expresiones de esta frase.Pero todo el tercio central del presente apartado expresa las tare as que correspon-den al cristiano sincero en un mundo domina do poria raz6n profana; 10 que diceen la Apologia: «Descle aquel momento, Faetonte subi6 al carro del sol, y nosotros,iay!, s610 podemos estar alerta hasta verlo precipitarse de las alturas del cielo» (cap.Il). En el liitimo tercio del apartado advierte sabre el peligro que COtten algunoselementos de la vida eclesial en esla situaci6n.

26. Para dcterminar 10 esencial de nuestro sistema religioso, tantoen doctrina como en disciplina, para precisar 10que podemos ceder sinpeligro, y 10que hell10s de mantener firmemente, con todas las conse-cllencias practicas, se requiere una sabiduria mas llladura que la quecabe esperar en un analisis como el presente, 0 incluso que la quepuede expresarse en un tratado propiamente dicho. Nuestro objetivoha sido mas modesto, pero suficientemente importante: procurar que sedespierte mas inquietud sabre esta cuesti6n en general y formular pre-guntas que otros deberan responder.

49 La verdad que se refiere a la conciencia, 0 verdad religioso-moral. En estesentido ha usado ya la palabra «mora!», Advierte Nedoncelle en su introducci6n:«jCUantas veces me parece que Newman ha prolestado cn sus Sermones Uniuersi-tarios contra una fe que seria un puro sentimicnto morall Quiza la Cl'itica de Rousselotse explica en parte pOl' un reflejo escolar, al cual ya hemos aludiclo. y que muevea traducir la palabra inglesa consciNlcepor: conciencia moral. En Newman consciencesignifica muy a rnenudo: conciencia religiosa. Yes el \]ulen dice en Ins sermonesparro\]uiales: "Ias r6nnu[as dogmati<'as son el alimento prnpio de la re" (vol. U1. p195)>>.

Page 65: Cardenal Newman: Quince sermones

EL TESTIMONIO PERSONAL,

MEDIO DE PROPAGAR LA VERDAD'

Superando la debilidad, jiteron valientes en laguerra.

(Los santos del Nuevo Testamento se encuentrancon obstaculos incluso dentro de la Iglesia)

1. La historia de los santos del Antiguo Testamento, concentrada enlas breves palabras del texto biblico inicial, es igualada 0 superada eneste aspecto peculiar par las vidas de los primeros que proclamaron larevelaci6n cristiana. «Mirad que os envio como corderos en media delobos» (Mt 10: 16), les dijo Jesus, para advertirles de su situaci6n en elmundo, cuando asumieran la misi6n de evangelizadores. EI poder deobrar milagros consigui6 ganar la atenci6n de la gente para la causa de

1 Titulo original: Personal Influence, The Means of Propagating The Tntth.Puede decirse, con el P. Dessain, que este serm6n marca el comienzo del MovimieI1lode Oxford, aunque Newman, modestamenle, siempre consider6 que el empujerenovador de la Iglesia anglicana se puso en marcha un ailo y medio despues, conel serm6n de .John Keble ante los jueces (julio de 1833, cuando Newman acababade !legar de su accident ado viaje por el Meditemineo). Aqui hay un verdadero«manifiesto del personalismo evangelizadom, 0 del papel indispensable de la per-sona del fiel testimonio de Cristo en la comunicaci6n de la fe (siguiendo la lineaapuntada en el serm6n II). William Palmer, del colegio Worcester 0803-1885, aUlDrdel Tratado sabre la Iglesia aistiana; vease la ironia benevola de Newman sobreeste libro, en Apologia, mitad del cap. II), la misma tarde en que escuch6 el presenteserm6n escribi6 una carta a Newman para felicitarle y agradecerle !as orientacionesque en eJ daba para renovar el espiritu cristiano en Inglalerra por medio del testi-monk) personal y la comunicaci6n enlre los creyentes sinceros. (Letters and DiariesIII, p. 8).- En las tres secciones del borrador latino de introducci6n que Newmanprepar6 en 1857, creo que Newman sugiere un esquema general de tada la obra:despues de tratar de ,<los principios de que parte la fe» (sermones IV y XII), pasa a

Page 66: Cardenal Newman: Quince sermones

los ap6stoles, pem no les protegi6 a ellos. San Pablo deja constancia delcumplimiento de la profeda de nuestro Senor sobre la antitesis entre losap6stoles y la humanidad en general, cuando exclama: «Se nos insulta ynosotros bendecimos; se nos persigue y 10 soportamos; se nos difama yrespondemos con bondad: Nos hemos convertido en la basura delmundo, como el desecho de todos hasta ahora» (I Co 1: 12 s). Es mas,estas palabras no s610 se aplican al mundo incredulo; el ap6stol teniamotivos para sentirse receloso de sus hermanos cristianos, e inclusopara reprender par eso mismo a sus propios convertidos, sus «hijosqueridos». En la carta a los Galatas (4: 14) valora muchisimo -yen elIohace hincapie con satisfacci6n- que no Ie despreciaran ni Ie rechazaranpor causa de la dolencia que lIevaba en su carne. Y, antes del pasajecitado de la carta a los Corintios, se lamenta de la inconstancia y la frial-dad de estos, que se creian sabios, fuertes y dignos de honor, y teniana los ap6stoles por necios, debiles y menospreciables.

nuestro espiritu se haga cargo de esto, para ir aprendiendo a dependerde su gracia en nuestros esfuerzos por difundir la Verdad, y para perse-verar can animo en la tarea. Pero es lltil que nos informcmos tambiensobre los medios humanos mediante los cuales la Providcncia actlla enel mundo, con el fin de tener una visi6n practica de los hechos que senos presentan sucesivamente en el curso de la Vida, y de comprendcrcuales son nuestros deberes en concreto. Can referenda a estos medioshumanos, me propongo ahora considerar el asunto.

4. Ante todo, no es acertado atribuir el influjo de la verdadmoraJ3 enel mundo -en definitiva, el influjo del Evangelio que se nos ha concedi-do- al don de milagros de que gozaron sus promulgadores; esto es fa-cilmente constatable, pues aquel don les fue retirado al terminar la pri-mera predicaci6n4 Tampoco puede sostenerse satisfactoriamente que

2. iA que se debieron, pues, sus exitos, a pesar de todos los obstaculosque les cerraban el paso? iC6mO Ilegaron a adquirir aquel arraigo en elmundo, que mantienen hasta el presente, y que les permite perpetuarunosprincipios que son desagradables incluso para la mayoria de quienesprofesan aceptar1os?iCual es el atributo escondido de la Verdad, y c6moactua, para hacerla prevalecer con tan pocos recursos sobre los nume-rosos y multiformes errores que la atacan a una y sin cesar?

2 Dice Nedonce!le: «Sin negar que la Iglesia sea. mas atm que los milagros, eIcanal de la gracia y la proveedora de la vcrdad subrenatural al mundo, Newman noesta dispuesto en 1832 a considerarla el gran y perpetuo motivo de credibilidad. Esdemasiado sensible a sus divisiones ... En 1841 modificara sin duda su idea, puestoque hablad de las notas publieas de la Iglesia como de un signo destinado a los nocreyentes mas que a 10s fieles. Estos tienen acceso a dones aun mas preciosos ...Pero parece que para ella Iglesia !leva tanto mejor la sella I de Cristo, euanto mas seeclipsa ante EI y se predica menos a si misma. Asi, y s610 as!. es signo de credihi-lidac!».- Sin embargo, en el apartado 10 c!estaca ya el valor de la nota de santidaden la persona de Cristo, que luego referid a sus testigos privilegiados. Y en el ap.11 dira que la Iglesia primitiva (in spite of the corruptions which di~rigllred itjinmthe first, in its collective holiness) es en cierto modo una revelaci6n en forma cor-poral del Espiritu Santo que Cristo nos prometi6 como segundo Maestro de laVerdad. Veanse tambien los apartados 17 y 19 del serm6n IV, sobre el testimoniode la Iglesia primitiva.

3 Recuerdese la nota al serm6n IV, sobre las dimensiones religiosas que incluyela palabra «mora}» en Newman. Se trata de 10 que da sentido a su viela, de todo 10que !leva al ser humano a su verdadero fin, 10 cual incluye naturalmente su con-ducta eoncreta en este munelo.

4 Newman, en esta etapa de su vida aun no habia superado del todo las ideasdel te610go latitudinario Middleton (168.'3-1750, autor de la obra A Free Tnqu;rl' i/ltothe Miraculous Powers ..), segun el euallos milagros biblicos se distinguian tajante-mente de los milagros de la historia de la Iglesia posterior (basicarnente los prime-ros eran verdaderos y 10s otros falsos). Newman supone que los milagros de lageneraci6n apost6lica tenian cadcter fundacional para la Iglesia; vera tambien estecaracter en Ios milagros de un san Gregorio Taumaturgo, por ejemplo, fundadorpracticamente de las comunidades cristianas de Capadocia; y continuara pensandoque los milagros posteriores son mas bien una recompensa a la fe que un arg\lmen-to s6lido en si mismo para adherirse a ella. De todos moclos, deberia cstudiarse

3. En este punto podriamos, claro esta, atribuir enseguida el exitode la Verdad a los designios y al favor de Aquel que fa revelo, pues dej6bien clara stJ promesa de que estaria con ella y can sus predicadores«todos los dias, hasta el final del mundo» (Mt 28: 20). Es esencial que

la segunda secci6n (<<elmetodo "16glco" de la fel» dividida en dos subsecciones.Este serm6n V, junto con el XIII, entra precisamente en la secci6n segunda, primeraparte (<<Lafe en Ios individuos no procede de una manera cientifica 0 racionalexplicita»). El modo de com\lnicaci6n de la fe es persorzal. y en ella juega un pape!decisivo el tesligo vivo, la persona que tiene bien arraigados los principios cristianos;por medio de los discipulos-maestros de la Verdad, esta produce su efecto en elmundo.- En cuanlo a la estructura del discurso, primero profundiza en la condici6ndel testigo (su formaci6n y sus recursos comunicativos, aps. 8-17), a la luz delMaestro por excelencia de la Verdad, .Testts. Luego presenta 13dureza de la arrernetidade la raz6n orgullosa e incredula, con la efieacia de sus reeursos Caps. 18-24). Asipuede analizar, flnalmente, de que rnanera conereta los testigos de la Verdad con-trarrestan y vencen la incredulidad Caps. 25-35).

Page 67: Cardenal Newman: Quince sermones

ahora sea Ia Iglesia visible" reunicla gracias a aquellos n~ilagros, la queocupa, segllllla l'rovidenda clivina,ellugar que corresponcle propiamentea los mismos en la funclamentaci6n cle la verdacl; aunque sin c1uda laIglesia es eJ instrumento instituido, en un sentido aun mas pleno quelos milagros que la precedieron, mediante el cual se transmite al mundoaquella Verclad.Una comunidad de seres humanos que como individuosfuesen casi perfectamente virtuosos, adquiriria con los aiios un granascendiente sobre el vido y el error, por preparados que estos estuvieranpara la contienda; pero todos sabemos que la Iglesia visible no estaclutaclade tal perfecci6n. La epistola a los Corintios muestra suficiente-mente que los verdacleros cristianos, aunque incluidos en la Iglesia yconstitlltivos de Sll vida y su fuerza, se hallan desperdigados y ocu!tosc1entrode ]a mucheclumbre, y que no disponen de mecliospara coadunarsus fuerzas, pues s610 en parte se reconocen entre si6 Por otro lado, siconsideramos a la Iglesia simple mente como organismo sociaJ7, y

referimos el triunfo de la Verdad que se Ie ha confiado s610 al poderque asi ha adquiriclo en este munclo, entonces reaparece Ia pregllnta:primero, c6mo es que una enticlad lIamada IgleSIa, que, amalgamJ ele-mentos tan heterogeneos, ha sido fiel, en general, a traves de los slglos,a los principios sobre los cuales fue instituida en su origen; y lu~go,como, ademas de guardar aSIsus principios, ha logrado, en tantos palsesy taotas epocas, la aprobaci6n y el apoyo de las autoridacles CIvIles.Aqui bastaria considerar los tres primeros siglos de su eXlstencla, einvestigar con que medios -aparte de sus principios sobrenaturales-creci6 y se fortaleci6 en el mundo; y c6mo, ademas, sienclo un orgams-1110corrupto entonces como ahora, sin embargo conserv6, todo el tiem-po, con fidelidad tan notable, los mismos principios sobrenaturales queuna vez Ie fueron entregados8.

C;Seexplica por la rejlexi6n humana inteligente?)

5. Hay otros que pretenden explicar este predominio de la Verdadsobre sus enemigos imaginando que el mundo en general se Ie oponeal principio, pero ]a acepta despues de un tiempo gracias a la madurareflexion que permite eotenderla y convencerse realmente de su exce-lencia. Es decir, se explica el predominio de la Verdad imaginando queella, por su naturaleza, esta al nivel de la comprensi6n de los sereshumanos, considerados merameote como racionales, sin referencia a sucaracter moral, bueno 0 malo; e imaginando que, de hecho, es recono-cida y sostenida por la gran masa de los individuos humanos, y no

atentamente la evoluci6n posterior del pensamienLO de Newman sobre 105 mila-gros y el valor de los signos externos de la revelaci6n en general. Vease Apologia,cap. I (despues de la mitad): «La principal diferencia entre mi ensayo sobre losmilagros de 1H26 y el de 18,j2 es que, en 1826, yo consideraba los milagros divididosen dos clases tajantes; los que debian aceptarse y los que debian rechazarse; enliJ42 vi que debian mirarse seglln su mayor 0 menor probabilidad, que en algunoscasos era suficiente para crear certidumbre; en otros, s610 creencia u opini6n». Ytambien la nota H) «Sobre los milagros de la Iglesia», conclusi6n. En su carta pri-vada a Dalgairns del 1'i de febrero de 1847, donde insiste en que su posici6nteol6gica no contradice en absoluto !as f6rmulas que la autoridad eclesiastica im-puso a Bautain, afirma: «I'or 10 que dices sobre el caracter incomplelO de las prue-bas de los milagros sin probabilidad antecedente, entiendo que son incompletaspara el individuo (no todo individuo, pero, de hecho, para los individuos). Perrone10 concede. Si son incompletos en absoluto, «en el orden 16gico», no puedo de-cirIo. No tengo parecer. Deseo saber 10 que dice la Iglesia» Cl.etters and Diaries XII,p. 34; vease la traducci6n de parrafo completo en nota 24 a la Introducci6n).

5 Ya en 1830, superadas las ideas especificamente calvinistas de su adolescen-cia, Newman enriende la Iglesia visible no como si fuera «otra», aparte de la invi-sible, sino como la porci6n en este mundo del unico Cuerpo de Cristo (]a punta deliceberg 0, como dice en 10s Sermones parroquiales, vol. IV, s. 11, ("as puntas de lasmonranas eternas cubiertas por un diluvi(»»). Segltn el principio sacramental 0anal6gico. 10 visible nos !leva a 10 invisible. Pew, para esto, dentro de la Iglesiavisible hace falta el testimonio de los santos ...

6 ACJniya ha apuntado la respuesta; el Inslrurnento humano que Dios ha queri-do para comunicar su mensaje evangelico vivido son los santos y santas actualesdentro de la Iglesia, mediante su influjo personal sobre las demas que van encon-lr,tndo y con quienes se vall comunicando. Newman gozaba en este momento dela amistad y del intlujo de «santos» como Keble y Froude (recuerdese c6mo 10sdescribe en el cap. 1 de la Apologia).

7 Expresi6n originaL «simply as a political institutiom>. En Newman esto signi-fica sencilJamente la Iglesia como organizaci6n, 0 cuerpo social de miembros orga-nizados bajo una jerarquia responsable. Asi se expresa allI1 en su llitimo escritoeclesiol6gico; d Pr610go cat6lico a la Via Media, de j 877.

7 Expresi6n originaL «simply as a pulitical institutio/l».En Newman esto signi-fica sencillamente la Iglesia como organizaci6n, 0 cuerpo social de miembros orga-nizados bajo una jerarquia responsable. Asi se expresa aun en su llitimo escritoeclesiol6gico: el Pr61ogo cat6lico a la Via Media, de 1877.

8 «Sobrenaturales»; lit.; «no ten-enos», unem1hly. La corrupci6n dentro del organis-mo de la primltiva Iglesia aparece clara en las carras a los Corintios, a que ha hechoreferencia. Newman no se llacia ilusiones sobre un Iglesia «idea!» en este mundo; co-nocia la historia de 105plimeros siglos y, cuando iba a hacerse cat6lico, sabia muy biencual era la conducta de la mayoria de los cat6licos. De todas fomlas, el Newman ne6fitocat6lico sugeJia a Dalgaims poner aqui «mixed bodY') 0 algo parecido, en lugar de «conllptbody as it was then as now». En la conferencia I, ap. 10, de la Via Media decia; «La palabracomlpci6n se puede aplicar propiamente a los en·ores que no niegan la verdad, sino queson perversiones, distorsiones 0 excesos de la misma. Asi se relaciona el sistema romanocon la verdadera catolicidad»; en la nota cat6lica de 1877 aflade; «La comrpci6n en estesentido es una peculiaIidad del sistema romano, comparado con el protestantismo, por-que predica doctrinas eficientes, que an·aigan en la historia, y que son especialmemesusceptibles de comlpci6n, como el culto a los santos y la creencia en el purgatorio». Enel Desanvllo de la doctrina oistiana da la respuesta global, pues alii estudia y aplica loscriteIios que permiten distinguir el «desan·oll(») de la «comrpci6n»

Page 68: Cardenal Newman: Quince sermones

meramente aprobada por ellos, que forman un conjunto dentro del cualalgunos tienen influencia sobre los demas. Olvidan que la gente selimita a someterse a la Verdad con un instinto ciego, pero segur09, comoel que dicen que domina a los animales inferiores en presencia delhombre, y piensan que su adhesi6n a ella viene favorecida literalmentepor la capacidad ilustrada de criticarla; y, como consecuencia de estemodo de pensar, algunos lIegan hasta el punto de aconsejar que lacausa de la Verdad de be entregarse francamente a la muchedumbre,como legitimos jueces y guardianes de la misma.

(LA CALIDAD MORAL DE LOS TESTIGOS)

(La injluencia personal)

8. Siendo este el estado de la cuesti6n, me propongo considerar lahip6tesis de que el influjo de la Verdad en el mundo proviene gene-ralmente del testimonio personal, directo e indirecto, de los que tienenconfiada la tarea de ensefiarla.

9. Con el fin de explicar eI sentido de esta afirmaci6n, 10 mejor seraempezar esbozando la manera c6mo se forma el caracter moral de estapersona, 6rgano de la Verdad. TraUindose de un tema amplio, debopedir licencia para alargarme, si es necesario, un poco mas de 10 quepermite la costumbre de este lugar.

6. Quiza se ponga de manifiesto el engafio que hay en esta idea,gracias a Jas observaciones que siguen sobre el verdadero metodo conque los principios espirituales mantienen su influencia en este mundosensuapo. Pero ya aqui es conveniente recurrir a la Escritura contra unateorla que, verosimi! 0 no, tiene bien poco de cristiana. Los siguientestextos de la Escritura sugeriran muchos mas textos de la misma y ejemplosque aparecen en ella, contrarios a la idea de que la verdad moral sediscierne de una manera faci! 0 generalizada. «EI hombre mundano nocapta las cosas del Espiritu de Dios» (I Co 2: 14). «La luz brilla en lastinieblas, y las tinieblas no la comprendieron» On 1: 5). «AI que tiene seIe dara» (Mt 13: 12). «La sabiduria se justifica con sus hijos» (Mt 11: 19).

10. Supondremos que este Maestro de Ja Verdad se halla en las dr-cunstancias en que s610 Uno entre los hijos de Adin se ha encontrado,las de quien no ha transgredido nunca su sentido del deber, sino quedes de su mas tierna infancia s610 ha procurado aumentar y perfeccionarla luz que se Ie clio en su origen12. En el, el saber y el poder de actuarcorrectamente ban ido al rnismo paso que eI crecimiento de sus obliga-ciones y su convicci6n interna sobre la Verdad no ba cedido un apiceante las sucesivas tentaciones que Ie acechaban desde fuera para apaI1arlode ella. Las demas personas se sienten sorprendidas y trastornadas porla carga repentina de circunstancias frente alas cuales no han tomadolas medidas necesarias; 0 bien, no pudiendo llevar el mismo paso quesus deberes, tensan demasiado sus facultades, y las descomponen coneJ esfuerzo de recuperar su ritmo, aun en eI caso de que salgan airosos;o bien, intentan discernir por su cuenta entre pequefias y grandes in-fracciones de la ley de la conciencia, para permitirse a si mismos las queconsideran pequefias; de este modo caen (puede decirse) por un des-pefiadero, aunque pensaban descender s610 un peJdafio recuperable

12 AI identificar el modelo ideal de Maestro de la Vcrdad con la persona deJesucristo, s610 pueden esperarse aproximaciones lejanas entre [os miembros de laIglesia. Newman, en su carta a Dalgairns de 1847, tan citada en las notas al serm6nanterior, advierte a este respecto que no quiere excluir a la Virgen Maria de estaperfecci6n moral. (leIters and Diaries XII, p. 32). Todo este apartado es una mag-nifica glosa y aplicacitm --al cristiano y a la Iglesia- c1e la frase de Lucas 2: 57 sobreel crecimiento de .Jestls.

7. Por otra parte, los textos a que acabo de referirme implican quesu influencia real consiste directamente en una fuerza moral intrinseca,o sea, en un tipo u otro de virtud, y no en pruebas 0 criterios ala1cance de la raz6n de la muchedumbre, raz6n en general no biendispuesta ni controlada tanto en los poderosos como en los debiles,los instruidos 0 los ignorantes. En el mismo sentido dice la Escritura:«as envio como cOl"deros en medio de lobos; sed, pues, prudentescomo serpientes y sencillos como palomas»l1 (Mt 10: 16).

9 Vease, sobre el instinto, la nota 17 al serm6n IV.10 0 sea, como hemos indicado al final de la nota 1, se trata ya no s610 de los

principios que estan en la raiz de la fe, sino tambien de la manera conereta c6moproducen su efeeto: el metodo practico con que se comunica la fe cristiana.

11 La dura oposici6n del mundo obliga a los mensajeros del Evangelio a ahondaren las cualidades morales (pmdencia, sencillez ...). Vease la nota final C de la Apologfa,«Sobre Ia sahidurfa y la inoeencia».

Page 69: Cardenal Newman: Quince sermones

en cualquier momento. De ahi que, en breve tiempo, los.que partieronde una misma linea, pmgresan en grados bastante diferentes y divergenen muchas c1irecciones. Su conciencia habla todavia, pem habiendosido burlada, no dice exactamente 10 que debe decir; se expresa conambigLiedad, 0 de manera irregular. Algo muy distinto sucede en quienes fiel a la naturaleza que Dios Ie ha implantado: para el, la luz tenue dela Vercladclarea cada vez con mas brillo; las sombras que al principio Ieturbaron, las formas irreales creadas por su estado de aurora incipiente,se desvanecen; 10 que era incierto como un mero sentimiento, y no po-dia distinguirse de una imagen ilusoria a no ser por la urgencia impe-rativa de su voz, se vuelve estable y preciso, adquiere la fuerza de unprincipio13 y, al mismo tiempo, Ilegaa convertirse en un habito. A medidaque van surgiendo nuevas ob!igaciones, y se van poniendo en ejercicionuevas facultades de la persona, enseguida quedan asimiladas en elsistema interior existente, y ocupan en el su sitio apropiado. Seres des-obedientes, como la mayoria de nosotros desde nuestra mocedad, nopodemos comprender ni siquiera los logros tempranos de alguien quecrece en sabiduria tan de veras como crece en estatura; que no tienedentro de si principios antag6nicos que mutuamente se desconciertenni errores que desaprender; si bien algo sugiere a nuestra imaginaci6naque! pasaje de la vida de nuestro Senor, cuando a 105 doce anos subi6al Templo con sus padres. Y mucho menos podemos entender el estadode su alma, cuando hubo pasado por las tentaciones de la juventud y dela madurcz, y hubo ahuyentado a Satanas quitandole toda expectativa.

natural y casi espontaneo del caracter formado y acabado segun 105

principios de la conciencia-, cabe ofrecer dos observaciones. Cada por-ci6n de 10 que puede denominarse este credo moral sera igualmentefidedigna y necesaria; y (si, como podemos suponer razonablemente, laciencia de la moral se extiende sin limite hasta los detalles del pensa-miento y la conducta) 105 innumerables puntos concretos, que estamosacostumbrados a considerar «indiferentes», puede que no sean en rea-!idad mas indiferentes que la acci6n del azar en el campo de la cienciafisica; nuestra ignorancia es la (mica causa de la aparente variabi!idaden la acci6n de la naturaleza, por un lado, y en eI criterio de la fe y lamoral, por el otro. Tiene importancia practica recordar este valor de losdetalles, aun cuando estamos de acuerdo en que no hemos visto aquiningun ejemplar de santidad que sea irreprochable hasta 10 minimo; yestamos de acuerdo en que 105 tipos de ejemplaridad existentes, ademasde defectos reales, tienen tambien cada uno su idiosincrasia y diversi-dad de disposiciones, gustos y talentos, e incluso de constituci6n cor-poral, que modifica 105 dictaclos de aquella luz interior que en si nopuecle errar porque proviene de Dios. Estar de acuerdo en esto nosrefrena de emitir juicios precipitados sobre opiniones y practicas depersonas buenas dentro de las cuales no podemos entrar; pero digoque es importante recordar el valor de 105 detalles porque estas opinionesy practicas (aunque demasiado sutiles para que las capte nuestra per-cepci6n embotada) pueden ser porciones de la Verdad tan necesariascomo 105 grandes rasgos distintivos de la misma que admitimos en co-mun con la mayoria de la gente sincera. Y especial mente nos guardarade criticas temerarias contra la Iglesia primitiva14, la cual, a pesar de lascorrupciones que la desfiguraron desde e! principio, a(m puede consi-derarse en su santidad colectiva como la aproximaci6n mas exacta almode!o de Cristo que puede realizarse en el hombre caido. En realidad,la Iglesia antigua es en cierto modo una revelaci6n en forma corporalde aquel Espiritu Santo15 que Cristo nos prometi6 como segundo

11. (1) POI' 10 que se refiere al conjunto de opiniones que se haconstituido en estas circunstancias -algo no accidental ni superficial, niel mero reflejo de 10 que pasa en el munclo exterior, sino el resultado

13Newman se refiere a menudo a los «principios» pr3.cticos que rigen la vidade una persona, 0 sea, sus actitudes profundas, que no equivalen siempre a sus«doctrinas» 0 «ideas». Sabemos muy bien que las ideologias se pueden cambial'con bastante facilidad, no asi, ni lIIucho menos, las actitudes arraigadas. Cf. elapartado sobre «principios» y «doctrinas» en el Desarrollo del Dogma cap. V, sec-ci6n 1I).- Estos principios «morales» correctos tienen que vel' con los «primeros»principios de caracter cognoscitivo (en un sentido mas amplio que 105 «primerosprincipios metafisicos»): «Esta larga retfOspecci6n nos lleva a 10 que se llamanprimeros principios, 105 escondidos manantiales de todo conocimiento.. Estosprimems principios son aceptados por algunos, rechazados por otms; en ellos, yno en las demostraciones silogisticas, esta todo el problema de la consecuci6n dela verdad, y Ins distintos abogados de estos principios pretenden cada uno que 105suyos son evidentes pOl' si mismos, porque no son evidentes de ninguna otramanera» (El aSentimiellto re/igioso, cap. VIII, II, 1 (<I.ainferencia forma!», p. 246).

14 Pasa, en su 16gica earacteristica, de los detalles del conjunto de la Verdadmoral formada en 105 individuos a partir de la fidelidad a su conciencia, a losdetalles del conjunto de la doetrina y practica de la Iglesia, que proceden cohe-rente mente de su fidelidad a la revelaci6n que recibi6 de su Senor, y que eontinuanampliandose en sus aplicaciones bajo la aeci6n del Espiritu. Tenemos, pues, en elfondo, la doctrina de la acei6n del Espiritu en el individuo y en la Iglesia, queexplicara respeetivamente en sus libros sobre la }ustificaci6n y el Desarrollo.

15 Expresi6n original: «[The Primitive Church I being, in fact, a Revelation insome sort of that Blessed Spirit in a bodily shape ...». En 1847 sugeria a Dalgairnsque anadiera (<os ifin a bodily shape», sin duda pOl' no dar la impresi6n de con-fundir la Iglesia con el Espiritu. Las sugerencias a Dalgairns no fueron incorporadasa la edici6n uniforme de 1871-1872 (a no ser que coincidieran -y no es este elcaso- con las notas cat6licas, entre corchetes, que incluil110s enteras),

Page 70: Cardenal Newman: Quince sermones

Maestro de la Verdad despues de su paltida; y 10fue en unos puntos dedetalle mucho mas diversificados que la revelaci6n basica otargada pri-mero par nuestro Senor. Pertenecen a estos puntos, por ejemplo, elprincipio episcopal en la Iglesia, 0 la practica del bautismo de ninos; ypueden ser algo tan necesario en el plan de conjunto de la verdadcristiana como las doctrinas de la unidad divina y de la responsabilidadhumana. Por 10que sabemos, puede seguirse la pista de los dos detallesque he indicado de la vida de la Iglesia hasta el tiempo de los ap6stoles,aunque no se demuestran claramente por el texto de la Escritura; mientrasque las doctrinas de la unidad divina y de la responsabilidad humana,segun nuestra sistematizaci6n artificial, es 16gico que se coloquen en labase de la religi6n, por la priori dad que les corresponde en el tiempo yorden 16gico de presentarlas. Observese que esto explicara la omisi6nen la Escritura de ratificaciones explicitas de principios y observanciassimilares; es decir, la explicara, si se tiene en cuenta que el objetivo dela Palabra escrita no consiste en el despliegue de un sistema para nuestracontemplaci6n intelectual, sino en la salvaguardia de la formaci6n deun determinado caracterl6.

(Quienes mas intensamente viven la Verdad moral,menos pueden explicarlaJ

12. (2) Y en segundo lugar, es manifiesto que el individuo ideal quehemos imaginado sera en principio, entre todos los seres humanos, elmenos capaz de defender sus posiciones, par cuanto no puede con tem-plarse a sl mismo desde el exterior. A todos nos ocurre que las cosasmas familiares y mas facHes de practicar, a la hora de explicarlas re-quieren el maximo esfuerzo y ni siquiera sabemos c6mo hacerlo. Parejemplo, la combinaci6n y la sucesi6n de los multiples movimientosmusculares por los que mantenemos el equilibrio al caminar, 0 median-te los cuales pronunciamos cada una de las palabras; sin entrar en eltema de la existencia 0 no existencia de un lenguaje adecuado para

16 Vuelve asi al tema del caracter moral del testigo de la Verdad del Evangelio.En las lineas precedentes ha apuntado su ref1exi6n, que arnpliara en este mismosermon y en el XV, sabre la manera especifica c6ma la Escritura cantiene toda laRevelaci6n. Incluso en su rnadurez, consideraba que todas las doctrinas cat6licastenian su punto de referencia en la Biblia, interpretada a la luz de la Tradici6n -inseparable de la Biblia- que la Iglesia recibi6 de [os ap6stoles. Recuerdese laensenanza de la constituci6n Dei Verbum del concillo Vaticano II sobre las rela-ciones entre Biblia y Tradici6n. EI concilio no prohibe al cat6lico pensar que «toda»la doctrina revelada esta de alg(m modo en la Biblia; simplemente se limita aadvertir que «la Iglesia no deriva sola mente de la Sagrada Escritura su certezaacerca de todas las verda des reveladas» Cn. 9).

explicarlos. Cuanto mas ha perseverado alguien en la practica de lavirtud, tanto menos probable es que recuerde la manera c6mo empez6;males fueron sus dificultades iniciales y c6mo las super6; mediante queproceso una verdad Ie llev6 a otra; tanto menos probable es que expre-se con justeza las razones reales latentes en su alma a favor de unasobservancias u opiniones concretas. Esta persona afinna el bloque en-tero de nociones marales casi como si fuera un agregado de hechoscolaterales, evidentes por sl mismos. Por eso precisamente algunos delos cristianos con practica mas arraigada y con dones mas completos,cuando se ponen a escribir 0 a hahlar de religi6n, 0 bien fallan com-pletamente, 0 no se les puede en tender sin un atento estudio. Quiza,despues de todo, su falta de 16gica y de sistematizaci6n proviene deque dan par supuesto 10 que sus lectores necesitarian que se les de-mostrara, y de la impresi6n que producen de confundir !as relaciones 0factores antecedentes con las causas, y Jasprobabilidades con las pruebas.Precisamente sobre este tipo de personas tiene su momenta de triunfoel intelecto diminuto de hombres de inferior calidad, que destacan s610par una perspicacia de corto alcance. No entienc1en que, incluso c\landose trata de excelencia intelectual, se considera el mayar de los dones laposesi6n de un conocimiento intuitive de 10 bello en el arte y de 10eficaz en la acci6n, sin investigarlo con razonamientos. No entiendenque esto, en realidad, es el genio; y que los que gozan de la corres-pondiente comprensi6n intuitiva de la verdad moral (en el grado que latienen) han conseguido la perfecci6n especifica del aspecto espiritualde su naturaleza, perfecci6n tan pocas veces haIlada y de un valor taninmenso entre Jas dotes intelectuales del alma 17 .

13. No se trata s610de que los menos diestros para defender la Ver-dad moral son sus genuinos depositarios, sino que podemos aventuramosa afirmar que es imposible en absoluto explicarla y defenderla adecua-damente con palabras. Lasperspectivas de la verdad definitiva no puedenmedirse can ellengllaje hUl11ano.Pues, en el rondo, ;.qlle es el lenguaje

17 Recuerda Nedoncelle, en su Introducei6n, refiriendose al estudio de Rousse!ot,Intelfectualisme de Saint Thomas, que seg(1ll 1005mejores te61ogos «e! razonaillientopertenece a un tipo inferior de inteligencia» y que «es mas humano que angelica ydivino». Despues de referirse al Logos, que es ]esucristo, que hemos de contemplary asirnilar bajo los diversos aspectos que 10 captamos, mas que sacar deduccionesacerca de El de manera casi mecanica, advierte sabia mente que no hagamos deeste principio una solueion que nos exime de trabajar con rigor intelectual, sinouna invitaci6n a no perder de vista la fuente y el ohjetivo, micntras vamos buscan-do 105 medios.

Page 71: Cardenal Newman: Quince sermones

sino un sistema artificial adaptado a unos objetivos concretos, quehan sido determinados por nuestra necesidadesl iAcaso podemosimaginar, ni siquiera en un primer rnomento, que este lenguaje se haforjado con miras a ideas tan delicadas, tan extranas al curso generaldel mundo, como !as que (en expresi6n de la Escritura) «nadie podiaaprender», excepto el resto selecto de los «rescatac!os de la tierra» losde «Iahios sinceros» (AI' 14: 3.5)? Y este lenguaje elevadisirno n~ esel (mico que carece de duplicado intelectual. EI caracter moral en simismo, sea bueno 0 malo, tal como se experimenta en el pensarnientoy en la conducta, tampoco puede representarse debidamente conpalabras. Cabe, con esfuerzo, reducirlo en cierto grado a este medioconvencional; pero, comhinando las dimensiones del mismo, es tanimposible «escribin> 0 «leer» a una persona (por expresarlo asO, comodar profundidad real a un panel pintado.

consiste en el ejercicio efectivo de su albedrio para el mal 10 miSlllOque para el bien; y yen (cosa innegable) que, si un homhre se sacudeel yugo de la fidelidad estricta a la conciencia, aumenta enormemen-te, por un tiempo, su talento productivo y su poder inmediato dealcanzar sus fines. Pues bien, a 10 sumo, admiraran al hombre religioso,y 10 trataran con deferencia; pero, en cuanto Ie pierdan de vista, sesienten obligados a reconocer que una persona tan bondadosa yamable no encaja en el escenario de esta vida para representar supapel; dicen que es demasiado bueno para este mundo; que estaforjado para una epoca mas antigua y menos corrornpida, y que hanacido fuera del tiempo que Ie cOiTesponde. Asi se expresa en lahistoria el politico burl6n: «Os felicitamos por vuestra incolumidad,mas no envidiamos vuestra locma»19; iacaso la gran mayoria de loshombres, de todos los niveles sociales, no hahlaria asi del ap6stol sanJuan, si viviera ahora?

(Como jl/zgarion fos hombres mundtlnos of Maestro de fa Verdad)

14. Con estas observaciones sobre la naturaleza de la Verdad moralconsiderada externamente, acornpanemos a nuestro Maestro solitari~-que es el modelo personificado de la misma- despues de su prepa-raci6n de treinta anos para su tarea, hasta el ruido y el tumulto delmundo. Con el fin de favorecer su causa, supongamos que Ie acom-pana alg(Jl1don externo, ordinario 0 extraordinario: el poder de realizarmilagros, la aprobaci6n de los gobernantes, 0 una fama de saber, queIe puedan asegurar una audiencia por parte de la muchedumbre hu-mana. Hay que suponer esto18, por la misma constituci6n de !as cosasen el mundo presente. En medio de su estrepito incesante, s610 atraera!a atenci6n 10 que se pregona en voz alta, moleste a quien moleste.Dice un antiguo proverbio que los hombres profesan un sincero respetopor la virtud, y luego la dejan morir de hambre; porque -a pesar depensamientos mejores- tienen en el fondo de sus cora zones un sen-timiento maligno que les induce a considerar que es superstici6n yesclavitud la atadura a determinadas leyes y principios, y que la libertad

18 Los milagros, un cie,to poder y un cieno prestigio son hip6tesis previas que luegoquecladn bastanle arrinconadas, pues va a decimos que el meclio de comunicar laYerdad revelada es la persona del testigo. En Newman no hay alardes oratorios de«renuncia a todo saber y podem, renuncias le6ricas que casi nunca se concretan. 5usexpresiones son medidas y matizadas por un sano realismo hist6rico humano. En cuantoal sentido de los milagros, recuerdese la diferencia de matices, por ejemplo, entre elevangelio de l.ucas y eI de Marcos. En 10s escritos de Lucas deslaca este don que atrae laaudiencia de la gente al mensaje revelado. Pero eI peligro esUi, como admire Newmanen el apanado siguiente, en que la audiencia se detenga ahi, sin pasar mas alia de eSlarecomendaci6n extema.

15. Por tanto, hemos cle investir a nuestro Maestro con cierto cionde poder, para que Ie respeten. Pero aun enronces, a prirnera vista,ique pocas esperanzas tiene de realizar su tarea! jque improbable quepueda ir un paso mas alla de clonde Ie lleva el don externo que Ieacompana! De modo que es maravilla c6mo la Verclad se ha extendidoy mantenido entre la humaniclacl. No olvidemos que su programa noes un mero conjunto de opiniones, que pueden alojarse en la super-ficie de la mente; sino que el ha cle ser un instrumento para cambiarel cor'az6n y moclelar a todos los hombres seg(\I1 el ejernplar unico(como dice la Escritura); para hacerlos como el 0, mejor, como Unoque esta sobre el y que es el comienzo de una nueva creaci6n20 Ca-reciendo clesuficiente elocuencia -ya que, como se ha dicho, quien mas10vive, menos habil es para defenderse-, y careciendo incluso de unlenguaje manejable para cornunicarlo, ique instrumentos puede de-cirse que posee? Por la naturaleza de la situaci6n, se ve reducido a susrecursos personales, sean mayores 0 menores; pues ya se ve que nopuede confiar su encargo a otros como meros representantes suyos,ni este puede traducirse (por asi decirlo) ni circular por el mundo,hasta que haya formado a OWlS personas a semejanza de el.

19 Tuddides: Historia de la Guerra del Peloponeso, Y, 105, 20. Newman aduce eltexto griego original.

20 No hay que exrrafiarse de que en sus ret1exiones pase varias veces de Jesllsa su ap6stol 0 testigo en general, y viceversa.

Page 72: Cardenal Newman: Quince sermones

(La misi6n del ap6stol, dincomprensible y suicidal)

16. Pasemos a la historia de la Verdad, y veremos realizadas estassuposidones21. La condenda de algunos oyentes de aque! mensaje seaviv6 por un tiempo, y muchos se conmovieron por la impresionantesendllez del sublime Maestro; pero los orgullosos y sensuales se irrita-ron hasta el punto de decidirse en contra de el; los de talante masfilos6fico consideraron extrafias y quimericas aquellas doctrinas; la mu-chedumbre sigui6 por un tiempo su causa con admiraci6n inconscien-te, y luego de repente Ie abandon6 al parecerle que fracasaba. iC6mono iba a fracasar un ap6stol, si su tarea consistia nada menos que enresucitar a los muertos? Y que absurda e inutil pareceria, incluso a loshombres mas benevolos y candidos del mundo, su persistencia en fro-tar y estimular los miembros de un cadaver, como si su vida pudieracomunicarsele, y el movimiento hubiera de continuar instantes despuesde cesar la frotaci6n. Con palabras del pueta, «Infundes a unos hum-bres que sacrifican su vida el valor de aceptarlo gustosamente»22.

Ciertamente, el ap6stol debe esperar, a 10sumo, que Ie considerenun charlatan, 0 un visionario acalorado, 0 uno que ha perdido el juido«por su mucho estudio» (Hch 26: 24): «tenia un bajo concepto de ti,como de un perturbado mental»23, apto s610 para el desierto 0 para eltemplo; un objeto de burla para el Are6pago y un elemento para exhi-birse los gladiadores en Efeso, el actor de una representad6n que ha-bria de terminar con su propia muerte24.

18. No haran falta muchas palabras para poner de manifiesto el im-petu con que la raz6n rebelde atacara el sistema hist6rico, de venerabletradid6n, que se considera demasiado seguro, y que no puede funcio-nar sino en silendo. La raz6n rebelde triunfara temporalmente en subatalla contra el sistema que tiene a la Verdad par principio vital.

19. (1) Para el adversario de la Verdad, todos 10s aspectos de estaparecen extral10s;y, considerados separadamente del cOlljunto, Ie sirvenpara poner objeciones. A la raz6n27 s610 Ie hace falta formular muchaspreguntas; y, mientras los dellado de la Verdad buscan la respuesta realy detallada a cada una de ellas, la raz6n ya reclama la victoria. Los es-pectadores no tardaran en concedersela, pues imaginan (segun la cos-tumbre humana) que el discurso claro e inmediato es la piedra de toquede la Verdad. La raz6n puede escoger sus preguntas y dirigirlas a 10queaparece mas objetable dentro de las doctrinas y las practicas del sistemareligioso vigente. Con tocla probabilidad, arremetera, aun sin proponer-selo, contra las pordones mas (!ifidles de defender; pues 10 fronterizoesta, a la vez, mas a la vista, y mas alejado del nucleo central en que seapoya. POI'otra parte, estas objeciones, por el mis1110hecho de centrarseen un detalle, tendran derto caracter c0111pleto.Por ejemplo, Jos hom-bres atacan !as ceremonias y la disciplina de la Iglesia, apelando a 10que denominan sentido COmll11;10 cual en realidad significa que insis-ten en proposiciones que no vienen al casu en teologia, si bien sonverdaderas en su ambito general; 0 que insisten en la exactitud 16gicadel argumento, cuando todo gira en torno al sentido real de los termi-nos empleados, sentido que s610 la mente religiosa puede comprender.

17. Sin embargo -ibendito sea Dios!- e! poder de la Verdad vend6efectivamente, por unos u otros medios, estos inmensos obstaculos a supropagad6n. Y comprenderemos mejor en que consistian aquellos me-dios, cOl1templandola tal como ahora aparece, arraigada y profesada demanera general; cuando una confirmaci6n ordinaria ha sustituido a losmilagros25,y la infidelidad constituye el bando agresor, en lugar de serel agredid026.

21 Segun su metodo tipico, entra ahora a verificar en la historia del cristianismoprimilivo las suposiciones que ha formulado anleriormenle.

22 Esquilo: Agameniin, vv. 802-803. Newman aduce el original griego23 Esquilo:AgamplUJn, v. 801. Newman aduce el original griego.

24 Newma n usa la pala bra griega «e[Jithanatios», que aparece en I Cor 4: 9, eneste mismo sentido.

25 Vease nota 4 del presente serm6n.26 Vease nota al serm6n anterior, sobre la evoluci6n de las ideas politicas de

Newman. Esta ultima Frase indica que es conscienle de que la situaci6n de «cristiandad»

esta gravemente amenazada. Prosigue el tema en los apartaJos siguientes. Muchosafios despues, el Newman anciano -sin perd~r la esperanza en ]a misi6n de laIglesia, adaptacla a la nueva situaci6n- advertira sobre la situaci(ln de un llluncloindiferente incluso, en gran medida, a la religion natural.

27 Nota del aute>r: [En este discurso, como en el precedente, se entiend~ pOl'«raz6m> eI razonar de las mentes ll1undanas. 1) eX[Jlicito, 2) a posteriori, Y 3) b<l-sa do en 10s presujJuestos pro/anos. Vease el Pr61ogo].

Page 73: Cardenal Newman: Quince sermones

20. (2) Quienes investigan la religi6n de este modo meramente inte-lectual, sin base ni guia suficiente en sus virtudes personales, no estanatados par ningun tipo de temor 0 de delicadeza. Eligen para la contiendaun terreno que la fe reverencial desea mantener sagrado; 10 hacen nos610 pm su torpeza para encontrar otro, sino pOl'que 10 prefieren asi; y,mientras la fe mide sus pasos para no cometer sacrilegio, no tienen quefijar su vista mas que en el combate, y asi vencen, por destreza yagilidad,a Ia que es mas fuerte que ellos.

22. (4) Ademis, esta facultad magnifica, aunque peligrosa, que Iamaldad emplea como instrumento suyo en la guerra contra la Verdad,puede ;;imular todo tipo de virtudes, y rivalizar asi con los autenticossantos de Dios, a los cuales se opone. Puecle dibujar retratos muy bonitosde la virtucl y calcar eI cursu de los sentimientos sagrados 0 de lasmeditaciones divinas. Nacla es tan facil como ser religioso sobre el pa-pel. De este moclo, las armas de la Verdacl son dirigidas contra ellamisma, en lamedida que conviene a algunos.

(Sus productos, abstractos, pueden multiplicarse)

23. (5) Debe observarse tambien que las objeciones cle la raz6n,porque son completas a su manera, y pOl'que eareeen totalmente clerasgos personales, son aptas para presentarse easi en todas partes, mul-tiplicanclose y clifunc!iendose indefinidamente, eombinando de distintasformas sus porciones ahstractas. En esto, incluso el orador tiene unainmensa ventaja sobre el hombre religioso: miles de personas a la vez,pueden oir unas palabras; s610 un grupo redueiclo, a 10 mis, puedetestifiear y valorar una buena aeei6n.

21. 0) La batalla entre eI error y la verdad es neeesariamente venta-josa para eI primero, por su misma naturaleza, ya que se libra con lasannas de un lenguaje estableeido 0 de un tratado met6dico; esto se debeno s610 a la raz6n ya indicada -Ia deficiencia de la verdad en euanto arecursos de elocuencia, e incluso de palabras-, sino ademas a la nitidezya la precisi6n de metoclo que se requieren en un debate eserito 0 hablado.La verdad es amplia; vista como eonjunto organico se extiende hasta muyIejos, y considerada en eada una de sus doetrinas clepende de la eombi-naci6n de numerosos indicios, delieados y dispersos; de ahi que dificil-mente pueda exponerse en un nllmero determinado de frases. Si empiezaa exponerla, su defensor, ineapaz de mostrar nacla mas que un fragmentodel conjunto, se ve obligado a redondear y redueir sus extremos indo-mables, y a unir sus !ineas desparramadas, mediante un proeeso muypareciclo al de transformar una narraci6n hist6rica en una noveIa. En estoconsisre precisamente el anede la composici6n, que, como es l6gico, 5610con grancles aruros se salva del altificio exagerado. i.Quien no ve quetodo esto favorece a la causa del error, a los que no tienen basrante fepara aguantar la duda2~, y 5610 tienen talento suficiente para considerarque Ia claridad facil es la virtud mas impoltante de un escritor? Comoejemplo de esto, podemos recordar el contraste entre !as obras del ohispoButler y las de aquel famoso autor increclulo de finales del siglo pasadoque pretendia ser el heraJdo de la «Edad de la Raz6m)29

(Por impersonal, es irresponsable)

24. (6) Termino ya estas observaeiones sobre las ventajas que se vanacumulando a favor del error en su contiencla con la Verdad. Los pro-ductos de la raz6n, al realizar su decto separadamente de la persona quelos aporta, Ilevan consigo poca, 0 ninguna, responsabiliclad. EI anonimatoes easi su caracteristica propia, y con el todos los males que acompanana la oportuniclacl incontrolada de eometer injusticias y enganos30

cap. I, al comienzo. En esta epoca previa a su primera conversi6n contemplaba elideal tipico de «ser virtuoso, pero no religiosm> y «no veia el sentido de amar aDios» (Autobio.grapbical Writings, p. 169; no esta en la traducci6n castellana).- EIllitimo punlO de este apartado supone que conocemos las dificultades, probabili-dades, rodeos y aproximaciones con que tiene que expresarse Butler, y la pretendidaclarividencia del incredulo Paine.

30 Nedoncelle seiiala especialmente, dentro de este sermon, la importancia delos apartados 23 y 24 para definir el personalismo de Newman. Vemos que aqul seesooza uno de sus temas fundametnales sobre el caracter an6nimo de 10 que es16gicamente explicito y bien delimitado; y sabre el caracter implicito, en el fondoinagotable, que conserva siempre la inteligencia personal. Dicho de otra manera, lavocacion de una persona tiene algo de infinito y no puede reabsorberse en eleSlatulo de una cosa ni en un sistema de ideas cerradas.

lH En la carta a Dalgairns citada, de 1847, sugiere que ponga «para aguantar laignorancia». Se trala del caracter oscuro de las realidades de la fe, a la hara deexpresarlas con palabras y de comunicarlas; pero que no dejan de ser firmemenleciertas. Lo que aquj denominaba dudas, en sus escritos de madurez 10 llamar,lditkultades, debidas a nuestra ignorancia, es decir, de bid as a la limitaci6n de nueSll"conocimiento.

lY Se trata de Thomas Paine (1737-1809), escritor y politico, famoso por ,il,

ideas renovadara, y su hostilidad hacia el cristianismo; la referencia es a su librolZ,e Age of Reason. Newman, en su adolescencia, sufrio una crisis de fe por lalectura de un escrila de este autor contra Ins milagros de la Biblia. Vease Apologia,

Page 74: Cardenal Newman: Quince sermones

(LA FUERZADE LAVERDA]))

(Despuesde 10vista, insiste en la pregunta)

25. Estas son, pues, las dificultades que entorpecen pOl'todos ladosla propagaci6n de la Verdad: su falta de instrumentos para enfrentarsecan las opiniones del mundo; Ia agudeza y el vigor de las armas quepueden usarse contra ella cuando, a su vez, es atacada. Vuelve enton-ces la pregunta: ic6mo se ha mantenido firme en medio de los hombres,y c6mo ha logrado someter a su dominio mentes reacias; algunas inclusohasta la profesi6n externa de obediencia, otras pOl' 10 menos en unaneutralidad taciturna, sin animos para rechazarla;>

(LaJuerza del testimonio personal)

26. Respondo que la Verdad sc ha aceptado en el mundo no pOl'sucaracter de sistema, ni por los libros, ni par la argumentaci6n, ni pOl'elpoder temporal que la apoyaba, sino par la influencia personal de quienestestificaron, tal como 10 he he explicado, siendo a la vez maestros ymodelos de la misma. Y con algunas sugerencias a prop6sito de 10queafirmo voy a conduir este discurso.

27. (1) Primero hay que tener en cuenta la majestad y la bellezanatural de la virtud, que todos experimentan mas 0 menos, si no se hallanen el colmo de la degradaci6n. No me refiero a la virtud en abstracto, lavirtud en los libros. Los hombres se deciden, con pocas dificultades, amofarse de los principios, a ridiculizar los libros, a reirse del nombre delos buenos; pero no pueden sopOltar la presencia de estos. Es la santidadrevestida de forma personal la que no pueden abatir, mirandola fija-mente cara a cara; hasta el punto de que la conducta silenciosa de lapersona fiel a la conciencia tiene asegurada de parte de los espectadoresun tipo de reacci6n completamente distinta de cualquiera de las queprovoca la pura raz6n versatil y locuaz.

28. (2) Se descubre otro aspecto del influjo a favor de la causa de laVerdad, si se considera la extrema rareza de la devoci6n aDios sencillay homada, con cierto grado de perfecci6n y pureza. Es natural que lagente aprecie 10novedoso y escaso; y, considerando la poca estima de

los deberes re!igiosos comunitarios que tiene la multitud, su ignoranciade los preceptos de generosidad, abnegaci6n y pacicncia esperanzadaque impone la religi6n, mas aun, su escepticismo (consciente 0 no) so-bre la existencia de vcrdad y santidad vividas en serio en el mundo, noes de extranar que se maravillcn como si contemplaran un milagro,cuando alguna ocasi6n Ics permite vislumbrar estas cualidades especia-les en orra persona. Enronces observan e! hecho can una mezda decuriosidad y dc temor reverencial.

29. (3) Ademas, la conducta practica de una persona religiosa esalgo que les supera por completo. No pueden irnitarla, si 10 intenran.Puede que sea facil, para los instruidos, pronunciar discursos 0 escribirlibros; pero la categoria maral superior es el atributo de una escuelaque casi desconocen. Apenas han aprendido, y con gran dificultad, losprimeros elementos de la ciencia divina. Un pequeno acto, realizadocontra la inclinaci6n natural, pOl'el amor de Dios, aunque sea de caracterpasivo 0 de simple aceptaci6n de la realidad -aguantar un insulto, en-frentarse con un peligro, renunciar a una prerrogativa- tiene un pesoque excede inmensamente todo e! polvo y la paja de la mera profesi6nexterna (tanto si se trata de declaraciones de imparcialidad y de bene-volencia ilustrada, como -par la otra palte- de fe ortodoxa y fervorosocelo religioso).

30. (4) Los hombres perciben ell el rondo que la vida de ague!testigo esta fuera de su alcance, que no es susceptible de las renracionesque atraen ardinariamente a los demas hombres y que esta arraigado enun fundamento que no pueden explicarse. Y nada cs mas efectivo,primero para irrirar y luego para humillar el orgullo humano, que lavista de alguien superior, completamentc independiente de ellos.

31. (5) La constancia de la virtud es otro don que refrena poco apoco la rudeza de! mundo, y 10 domestica hasta volverlo obedienre aella. Los cambios continuos de las avcnturas humanas, que primerosuscitaron el interes del alma, a la larga Ie producen hastio; enroncesempieza a vigilar si aparcce algo en que pueda confiar, algo que Ie de

Page 75: Cardenal Newman: Quince sermones

de 10sque Ie Yen, lIegara a ser objeto de sentimientos muy distintos delos que suscita ]a mera distinci6n intelectual. Generalmente quienesgozan de populariclad aparecen como grandes figuras a distancia, pempierden volumen cuando los tenemos cerca; en cambio, el atractivo dela santiclaclhumilcle tiene un caracter de irresistible urgencia; convencea los debiles, a los timiclos, a los vacilantes y a los que buscan; haceaflorar el afecto y la lealtad de todos los que en alguna medida tienenun espiritu parecido; y sobre la multitud irreflexiva 0 ind6cil ejerce undominio soberano, fundado en su derecho divinJ a regirlos, que lesmueve a temer y guardar silencio; se tr;1tadel derecho que ha recibicloen herencia para que Ie obedezcan, aunque ellos no entienden losprincipios 0 criterios de aquel espiritu que «no ha nacido de la sangre,ni de la voluntacl de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino deDios» (]n 1: 13).

rcposo y paz. Y ~que hay inlllutable y segur<l, fuera de las.promesas de]a palalna de Dios, translllilidas al buscador sincero por el ejemplopersonal de SllS fieles servidores? Cada dia se ve que la adquisici6n deprestigio efectivo en cuestiones practicas depende en gran medida de laconstancia con que se ha buscado; y ~gue es la constancia, en todas susformas, sino semejanza y consecuencia de la autentica estabilidad decoraz6n que se sostiene en la gracia y en la contemplaci6n del Diosolllnipotente?

32. (6) Asi pensaran, sobre todo, las multitudes incontables de per-sonas que, en el transcurso de las pruebas de esta Vida,se yen agobiadasde vez en cuando bajo el peso de la at1icci6n 0 sienten la angustia deldolor corporal. Esta sera para ellas la hora firme de la Verdad. Sin que lavean ni la oigan masivamente, la Verdad se acerca a cacla ser humano,segun su turno, en lliomentos distintos. Es entonces cuando los poderesdel mundo, sus criterios y sus esfuerzos (por vigarosos gue parecierandurante la carrera), pierden terreno, y la Verdad con su paso lento 10gana. Entonces -si bien eI mundo, visto exteriormente, siempre pareceque va corriendo con prisas por la pendiente del pecado y la infidelidaddeclarada- cliez mil obstaculos secretos, enviados por la gracia de Diosentorpecen las ruedas de sus carros y vuelven pesado su movimiento,preservandolo asi de la ruina completa.

34. Y si este es eI influjo personal que suscita el Maestro de laVerdad entre la multidud heterogenea de personas con que se encuentra,icual sera su poder -pensemos- sobre aguel n(imero selecto a queacabo de referirme, los que ya han corregido, en cierta medida, suscorazones seg(Jn la ley de santidad, y se sienten individualmente inter-pelados par la invitaci6n de su ejemplo? Esros son los que nuestroSenor denomina especialmente sus «elegidos», los que vino a «con-gregar en la unidad», pues son dignos de ello. Y estos son tambien losdesignados segun la Providencia de Dios para ser la sal de la tierra; paracontinuar, a su vez, la sucesi6n de sus testigos, de modo que nuncafalten herederos en el linaje real, aunque la muerte se lIeve a cadageneraci6n del mismo a su descanso y su premio. Quiza se encontraroncasualmente con quien estaba destinado a ser su padre en la Verdad dela fe, y no se dieron cuenta enseguida de su verdadera grandeza32 Alprincipio, quiza consicleraron quimerica su ensenanza y extravaganteso debiles ciertos aspectos de su conducta. Puede que pasaran anoshasta que se quitaran completamente de su mente tales prejuicios; peropaso a paso iban descubriendo en eJ cada vez mas los rasgos de unamajestacl sobrehumana. De vez en cuando serian testigos de sus prue-bas en distintos acontecimientos de la vida, y entonces descubririan,

33. De toclos moclos, aun tenienclo en cuenta estas breves consideraciones, nos sera dificil valorar debidamente la fuerza moral que pUtde adquirir dentro de su circulo, al cabo de los anos, un solo individu()ejercitado en la practica de 10 que ensena. Este, y no otro, es en realidadel interprete legitimo de las Escrituras, aun cuanclo sean lanzadas almundo como si se tratase de una propiedad comun de cualquiera quedecida apropiilrselas3\ la palabra inspirada no seria en general mas queletra muena, si no se transmitiera de persona a persona. Aunque el mundodesconoce al testigo de la Verdacl, este, sin embargo, dentro clel ambito

32 En 10 que sigue, es probable que tenga presentes a quienes en este periodoIe iban encaminando hacia la plenitud calolica. par medio de la mejor tradiciondentm del anglicanismo. Su amigo Hurrell Froude Ie atrajo a ponerse bajo la inJ1uenciadecisiva de John Keble (vease el cap. I de la Apologia). Newman 105 tenia pOl'«santos», aunque Ie habia costado bastante tiempo descubrir el fondo de su gran-deza y entrar en slJ amislad.

31 Solo apunta indirectamente la ret1exion que desarmllara en Lajimcion profeticade la Iglesia, cinco anos despues: el interprete ideal de la Escritura seria un cristianoideal, pem las cualidades de este solo se pueden encontrar en el conjunto de 105 queconstituyen la Iglesia universal historica. Via Media I, conferencia 6, ap. 13: «Solo laIglesia catolica, el aUlbllico profeta de Dios, es capaz de descifrarla e interpretarla».

Page 76: Cardenal Newman: Quince sermones

tanto si miraban hacia arriba como hacia abajo, que el ascendia masalto, y estaba arraigado mas hondo, de 10 que podian verificar con susbaremos. AI fin, con asombra y temor, caerian en Ia cuenta de que Iapresencia de Cristo estaba ante ellos y, con las palabras de Ia Escritura,glorificarian aDios por Ja persona de su siervo (Ga 1: 24). Y todo esto,mientras eHos mismos se iban transfonnando en la Imagen gloriosa queatraia su mirada (II Co 3: 18) y se ejercitaban para sucederle en la tareade comunicarla a otras.

36. A modo de conclusi6n. Este modo de ver Ia naturaleza y la his-toria de Ia Verdad divina tiene par objetivo volvernos confarmados ypacientes en nuestra generaci6n, sea cual sea Ia fuerza 0 el caracter pe-culiar de Ios errares de nuestros tiempos. Cristo nunca reinad visible-mente en la tierra; al contrario, en cada epoca que viene, sabremos deturbulencias y herejias, y oiremos la queja de personas buenas al l1la-ravillarse de 10 que conciben como la maldad especial de sus tiempos.

35. Quiza alegaran que este proceso de comunicaci6n de la Verdades una fantasia no confinnada por ninguna experiencia. Respondo quehay que tener en cuenta, prLmero, que las personas irreligiosas no puedensaber nada sobre Ios santos escondidos. Y segundo, que nadie -practiqueo no la religi6n- puede descubrirlos sin estudiarlos muy atentamente.Si, despues de todo, se dice que son pocos estos cristianos de calidadsuperior, lque se sigue de ello? Lo cierto es que bastan para lIevaradelante Ia obra silenciosa de Dios. Asi fueron Ios ap6stoles; otras puedennombrarse, en cada generaci6n, que les sucedieron en Ia santidad. Es-tos comunican su Iuz a cierto numero de astros inferiores, mediante loscuales, a su vez, se distribuye por todo el mundo. Los focos principalesde Iuz quedan entretanto fuera del alcance de la mirada, incluso de lamayoria de Ios cristianos sinceros; del mismo modo que no se ve elAutor Supremo de Ia Luz y la Verdad, del cual procede en definitivatodo bien. Un put'iado de personas, dotadas de una gracia sublime,rescataran el mundo durante Ios siglos venideros. Y en los que nos hanprecedido, inc1uso un solo hombre33 ha imprimido una imagen en IaIglesia que, por la misericodia de Dios, nunca sera borrada. Estos hombresson puestos, como e1profeta, en su atalaya, y encienden sus faros en lascumbres. Cada uno recibe Ia llama sagrada y luego la pasa a otro, re-poniendo sus carbones y ajustandolos mejor si cabe, con el finne pro-p6sito de que siga tan brillante como cuando lIeg6 a sus manos. Y asi elmismo fuego que se encendi6 en el monte Moria34, aunque parezca aintervalos que decae, se ha mantenido inc6Iume hasta nosotros, y con-fiamos que 10 mantendran hasta el final.

37. Ademas, estas consideraciones nos lIevan a sentimos conformescon la suelte mas humilde y mas oscura; pues nos muestran que en ellapodemos ser los instmmentos de un bien l1luy grande; y no s610 eso,sino que (hablando estrictamente) casi en ninguna situaci6n se puede serinstmmento directo de bien para nadie, fuera de los que personalmentenos conocen, los cuales no pasan nunca de un drculo reducic!o. Y por 10que se refiere al bien inclirecto que es posible hacer des de un puesto maselevado (cosa que en modo alguno debe tomarse a la tigera), tarnpoco senos cierra absolutamente esta posibilidad desde una responsabilidadinferior dentro de Ia Iglesia. Mas atm, ha sucedido repetidas veces quequienes habian ocupado puestos relativamente marginales han ejercidoun influjo al1lplfsimo sobre los destinos de la religi6n en los tiempos queIes siguieron; tal como en las artes y ocupaciones de este mundo, Iosgrandes benefactores de la humanidad son frecuentel1lente ignorados.

38. Todos aqueHos, pues, que reconocen la voz de Dios que les ha-bla desde dentro y Ies empuja hacia el cie!o deben esperar el Finalpacientemente, ejercitandose y trabajando con diligencia, con vistas aaquel dia en que se ahriran Ios libros de cuentas, y se repasara, corre-gini y enclerezara todo el desbarajuste de Ios asuntos humanos; cuanclo«Ios liltimos seran los primeros, y Ios pril1leros tlltimos»; cuando reco-geran y echaran de su reino a «todos Ios que fueron causa de tropiezoya Ios malvaclos» (Mt 13: 41); cuando «Ios justos brillaran como el sol»(Mt 13: 43), y Ia fe vera a su Dios; cuando «Ios prudentes brillaran comoel resplandor del firmamento, y Ios que han convertido a muchos a lajusticia, como las estrellas, par siempre jamJs» (Dn 12: 3).

33 Nota del autor: «Atanasio».- Con una sola palabra nos recuerda su dedica-ci6n aquellos afios al estudio del papel decisivo de este testigo de la Tradici6napost6lica, en la gravisima crisis de la Iglesia en el siglo IV, despues de las perse-cuciones, para el mantenimiento de la fe cristol6gica entera. .

34 EI monte donde Abraham iba a sacrificar a su hijO Isaac y, segllI1 ciertatradici6n, el G61gota, donele Jesus dio el testimonio definitivo.

Page 77: Cardenal Newman: Quince sermones

LA JUSTICIA,- ~ I

ATRIBUTO DE LA ACCION DIVINA

Han curado a la Iigera las lIagas de la hija de mipueblo. Y dicen: paz, paz; cuando no hay paz.

1. Siempre habra personas que tienen una impresi6n favorable dela naturaleza humana tal como se encuentra efectivamente en el mun-do, y 10 mismo de la condici6n espiritual de la humanidad y sus expec-tativas. No faltan motivos para ello. La faz de la realidad es muy her-mosa, y contiene muchisimas cosas interesantes y nobles. Al espectadorpuede perdonarsele que a primera vista se incline a creerlo todo tanalegre y feliz como parece; los males de la vida livianos y pasajeros; y

1 Titulo original: On justice, as a Principle of Divine Governance.- Una semanaantes, el sabado 31 de marzo, comi6, como tantos dias en est a epoca, con JoseBlanco White (1775-1841, impoI1ante escritor en lengua castellana, ex can6nigo deSevilla, emigrado a Inglaterra por razones politicas, se convirti6 al Anglicanismo, ydespues fue abandonando paulatinamente la fe). Newman acept6 suplirle en eltumo que Ie tocaba de serm6n universitario de Cuaresma; 10 escribi6 entre ellunesy el martes, y envi6 un resumen a Richard Hurrell Froude (que estaba pasandounos dias en la parroquia rural de John Keble), para pedirle el «imprimatu}), es decir,su aprobaci6n de la idea de fondo y de 105 argllmentos con que la defendia. Dehaberlo pedido al mismo l3lanco White, este segura mente no hubiera estado con-forme, porque sus puntos de vista eran <<liberales» (acompan6 a Whately al prin-cipio de su arzobispado anglicano en Dublin). Newman y Blanco residieron untiempo en el mismo colegio Oriel de Oxford, y participaron del refinamiento cultu-ral de su ambiente; en especial interpretaban juntos Beethoven COli sus violines.SlIS vidas siguieron rumbos diametralmente opuestos en cuanto a la fe. (Veasecitada en la Apologia, cap. II, pp. 41 s. de la tracl. de la BAC, la dura critica-alabanzadel ilustre sevilla no: «Tal es el venenoso caracter de la ortodoxia. iQue dano no

Page 78: Cardenal Newman: Quince sermones

su desenlace aceptable. Esta ingenua y facil confianza es natural en lajuventud; mas aun, es incluso recomendable en una etapa de la vida enque la sospecha y la incredulidad son alga impropia; mejor dicha, seriarecornendable, si la Escritura no nos instruyera desde la prirnera hora(pOl' medio de adveltencias previas a nuestra experiencia real) sobre ladoblez de las ensefianzas y promesas del mundo. La Escritura nos hablade un conflicto entre la visi6n y la Fe;de aque11apuelta estrecha y aquelcamino angosto (Mt 7: 14), cuyo pensarniento sirve para calrnarnos enla juventud, a fin de que pueda animarnos y vigorizarnos en la ancianidad.

Z.Por otra parte, es innegable que incluso la Escritura nos dice mu-chas cosas a favor de una visi6n halaguefia de los asuntos humanos, yque condena el pesimismo y la tristeza porque son un pecado, ademas deun error; de esta manera viene a ratificar completamente las conclusionesa que se ha lIegado a partir de la primera mirada sabre el curso del mundo.Pero aqui tenemos un ejemplo, de los muchos que hay, de una opini6nque es verdadera en abstracto y, sin embargo, la persona que la afirmaesta equivocada en su modo de sostenerla. Sus terminos se aproximan ycasi se confunden con los que expresan la posici6n verdadera; sin em-bargo, quienes dicen precisamente 10contrario es posible que esten mascerca de la verdad. Sucede a menudo que, en el transcurso de las etapas

hara en pn coraz6n malvado y en \lna mente estrecha, c\lando asi puede malear almas benevolente de los amigos y uno de los espiritus mejor dotados, al amable, alintelectual, al refinado John Henry Newman!». Seg\lidamente, en la misma pagina,Newman, explica sencillisimamente el sentido de su ortodoxia, el «principio deldogma», «religi6n como mero sentimiento es para mi un sueflo y \lna burla. Seriacomo haber amor filial sin la rea/idad de \In padre, 0 devoci6n sin la realidad deun Ser supremo>r).- Newman es consciente de que en este serm6n se sale del temaprincipal que ya habia elegido para sus Sermones Universitarios; no profundizadirectamente en las relaciones fe-raz6n, sino q\le toca «un tema practico, apto paraC\laresma; y par eso 10 escribo polemicamente, contra Sir James McIntosh» (en elIndice onomastico se escribe MackIntosh, 1765-1832; Letters and Diaries III, pp. 34y 35).- Creo, sin embargo, q\le puede leerse como \lna impresionate reflexi6nsobre la historia de las religiones (Y S\lS aspectos mas tetricos, como el hecho aprimera vista sorprendente de 10s sacrificios), que enc\lentra S\l sentido pleno en elCristianismo (el Sacri(icio de Cristo). De este modo estaria en la linea de los Iresprimeros Sermones Universitarios (en cuanto reflexionan sobre la historia de laciencia Y la historia de la filosofia, de la etica y de la espiritualidad). MauriceNedoncelle observa, en la edici6n francesa completa: «Este serm6n terrible no hasido reproducido hasta el presente por 10s traductores franceses, que sin d\lda hantenido miedo de asustar a nuestros compatriotas por estas paginas del antig\lotestamento».

2 Era el quinto domingo de Cuaresma.

de una investigaci6n, la mente va cambiando su juicio, oscilando de unlado a ~tro, segun como se incline el peso de los argumentos hacia unaalternatlva de la cuestion, 0 vuelva atras de nuevo. En este caso, el benefkioque en definj~ivase ?btiene de la investigaci6n no consiste simplementeen las conc!uslones fmales -que quiza no son distintas de las que se habianadoptado al empezar-, sino que se ha aprendido mucho tamhien en cuantoa.la manera de considerar la cuesti6n gracias a los detalles y circunstan-Clascon que la ~emos asociado. Ademas, quien ha pas ado por muchasde estas progreslvas alternandas de opini6n pem, par una u otra causa,no ha acabado de llegar a la posici6n verdadera, la que Jegitimamentepone punto final a la bllsqueda, es posible que este mas lejos de ella encuanto a la manera de pronunciarse -y mucho mas cerca en su posici6nmental- qu~ aquel que no ha examinado en absoluto el asunto y aciertalas C?nclUSlO~espOl'c~sualidad. Asi sucede que hay personas alegres yconfladas pOl'19noranclade los males de la vida; las hay tambien confiadasporque conocen el remedio de los males; y, par otra parte, las hay des-alentadas porque yen los males sin vel' el remedio. POl'tanto, nunca he-mos de decir que alguien acierta simplemente porque aOnna una opini6nque resulta verdadera, a no ser que la sostenga de un modo concreto' esdedI'" ~ajo las condiciones, y unida a los pensamientos y sentimie;tosespeCiflCOS,que son de hecho su interpretaci6n.

3. En el texto biblico del principio se condena un juicio superficialque resulta verdadero sin merecerlo. EI error de los profetas y sacerdo-tes .aqu~ se refiere consistia, no en proll1eter una curacir5ll para el altuah~r.rda,smo en curar a La ligera Jas llagas de la hija del pueblo de Di053,dl~lendo: pa~, paz; antes de que hubiesen averiguado cual era el mal yeual el ren:edlo. ElEvangelro es, porsu rnisma etirnologia (buena noticia),un mensaJe de paz; pero no debe separarse nunca de ]as malas noticiasde nuestra naturaleza caida, que el vuelve al reyes. Quien habla del es-tado del mundo de una manera optimista puede ser ciertamente Unclistiano que ha entrado a fonda en el camino de la santidad, pero pue-de que no llegue ni siquiera a proselito de la puerta\ y si su confianzay paz de espiritu son la simple calma de la ignorancia, seguramenteaquello.s .a qUienes mira con superioridad como si fueran lllojigatos y5uperstlClosOS,y como si su religi(>Ilconsistiera en el telllor y no en d

3 Es decir, segun el modo de expresi(){1 biblico (que Newman col1ocia bien) elmismo Pueblo de Dios. Igual como la «hija de Jerusalell» 0 «de Si6n». es la mismaci\ldad de Jerusalen.. 4 Las personas del mundo pagano que simpatizaban con la religi6n judia, sinIncorporarse a ella.

Page 79: Cardenal Newman: Quince sermones

amor, entraran en el reino de los cielos antes que el".La sucesion denuestro ano litllrgico nos recuerda esta imporrante verclacl: Pascua, lafiesta principal, viene precedicla pOI' los cuarenta c1iasde Cuaresma,para mostrarnos que s610 10s que siembran con lagrimas cosecharancon alegria (Salmo 125[126]),

el origen, caen con el tiempo en el olvido; 0, mas bien, las mismas narra-ciones se aducen como prueba de 10 mucho mejor que esta el mundoahara: mucho mas ilustrado, refinado, intelectual y noble que 10que fue;y esto no sin cierro sentimiento secreto de menosprecio hacia quienesescribie~on los hechos simples que constan en la Biblia; dando a entenderque hubiese sido mas prudente y humano no decir nada de aquel estadode cosas, aun cuando fuera tan malo como nos 10cuentan.

(h'ntre conjl{/nza mund{/n{/ y conjianz{/ cristian{/ hay posicionesilllJ!etfeetas lIlas respetahfes que fa primera)

4, Este tipo de observaciones casi no seda necesario para los queestamos en este lugar5 donde, par bendici6n de Dios, ensenamos suverdad y «por raz6n de la costumbre hemos aguzaclo nuestro discerni-mien to entre el bien y el mal» (Hb 5: 14), Sin embargo, es imposible noclarse cuenta, y es lnil no percler de Vista, que la humaniclad en generalno es mas prudente ni mejor que en otros tiempos. Dida, mas bien, qUt'nuestros dias tienen una culpa especial: la de confundir la falsa seguritladdel hombre mundano con la calma, alegria y benevolencia del autenticoseguidor de Cristo, Entre estos dos caracteres extremos se puede colo-car toda una gama de actitudes humanas, distinta de ellos, como es laclel supersticioso, el intolerante y el fanatico. Estas actitudes merecenmas respeto que la falsa seguridad del mundano; sin embargo, son mar-ginadas con desprecio par inhumanas y ofensivas, cuando en realidadsu faita consiste estrictamente en un conocimiento de si mismos masexacto que su asimilaci6n del Evangelio, y en un celo par el honor deDios mas vehemente que su amor a la humanidad,

6, Aunque esta opinion superficial sobre la naturaleza humana resultemedianamente verasimil en tiempos de paz, sirva de argumento capcioso,y se ensaye inocentemente en los raros y breves intervalos de tranqui-!icladen un pais, basta que surja la tribulaci6n 0 la persecuci6n para quese descubra enseguida su estupidez, No es mas que una teoria, nopuede enfrentarse con las dificuitades, no comunica fortaleza ni alturade miras, naclie se siente atraido por ella. AJ instante es quebrantada yaplastada en el duro conf1icto entre el bien y el mal; es repucliada, 0

mas bien olvidada, par los contendientes de ambos lados, y se desvanecesin que nadie sepa c6mo ni donde,

(Optimismo humanista que impfica menospreciode fos hechos selia/ados pOl' fa Bihlia)

7, La corriente de opini6n a que me estoy refiriendo, cuando asumeuna base doctrinal precisa, veremos que se centra en el socinianismo7 0

el filantropismo deista8, con un nombre u otro segun admita 0 rechace la

6 Newman desarrollara con profundidad a 10 largo de toela su vida el tema queaqui aparece polemicamente, En escritos que citaremos oportunamente apareceramas claro 10 que ya dice en este discurso: en e1 fondo se trata de la aplicaci6n aDios de nuestros conceptos parciales y limitados, Los atributos de Dios son insepa-rables de su esencia, y s610 tenemos de ellos un conocimiento analogico 0 «eco~n6mico», es decir, que es mucho mas 10 que desconocemos que 10 que conoce-mos; conocemos s610 por aspectos parciales, aparentemente contradictorios, losunicos posibles para nosotros, y que no dejan de tener un valor inrnenso de co-nocimiento real,

7 Son las ideas antitrinitarias 0 unitaristas, atribuidas a Lelio y Fausto Sozzini,heresiarcas del siglo XVI, Se trata en el fonda del racionalismo, 0 la pretension denuestra raz6n limitada de querer encuadrarlo y simplificarlo todo en sus conceptosabstractos (y por tanto, necesariamente parciales e incompletos),

8 Usa la palabra «71.Jeophilanthropis/n», Y en el apartado 22, «theophilanthropist»,Seg(m el Oxford English Dictionary, proviene del frances theophilanthrope, usadoerr6neamente para expresar que son «amigos de Dios y del hombre»; miembros deuna secta de cleistas que apareci6 en Francia en 1796, cuyo sistema se basaba en laexistencia de Dios y en la inmortalidad del alma, Se dice de ell os que «rechazabanel antiguo testamento y «socinianizabam> (arrianizaban) ei nuevo»,

5, La ignorancia de los males humanos es la faita propia de epocasde paz y seguridad politica, cuando el mundo se mantiene entero, al nosufrir sacudidas profundas que lIeguen a perturbar la placidez de su su-perficie, la cual de momento nos ofrece un cuadra coherente yacabado,Cllando las leyes de un pais se aceptan y obedecen, y la propiedad estasegura, el mllndo da la impresi6n de realizar aquel ideal de estabilidad ypermanencia que presentaba a nllestra imaginaci6n juveniL Lanaturalezahumana aparece mas amabJe de 10que realmente es pOl'que no hay frus-traciones que la pongan a pmeba, aparece mas justa porque entonces suinteres consiste en respetar los derechos de los demas' mas benevolaporque 10puede ser sin renunciar a nada. Las advel1enclas que se halla~en los relatos bib!icos, sobre la mindacl y corrupci6n del coraz6n desde

Page 80: Cardenal Newman: Quince sermones

autoridad de la Escritura. Y se descubrira que el espiritu de este sistemaha contagiado a un numero enorme de personas que no han caido en lacuenta del origen y de la tendencia de su modo de pensar. Los dogmasesenciales del socinianismo vienen a ser los siguientes: la norma de laacci6n divina es la benevolencia, y nada mas que la benevolencia; el males s610 terapeutico y transitorio; eI pee ado es de naturaleza venial; bastael arrepentimiento para repararlo; el sentido moral, en su substancia, noes otra cosa que un instinto de benevolenciaj las posiciones doctrinales noinfluyen sobre nuestra orientaci6n 0 nuestro caracter, ni merecen unaatenci6n seria. Sentimientos de este tipo constituyen, claro esta, el principioque anima el falso optimismo, la infundada esperanza y la confusa ten-dencia filantr6pica, que ya he atribuido al hombre mundano.

9. La consideraci6n que mas suelen aducir los c1efensores de labenevolencia absoluta y pura del gobierno divino, y de la naturalezavenial del pecado segun su disposici6n providente 13 , es un argumentoa priori, fundado en el recurso a un supuesto instinto de nuestra natu-raleza. Hasta ahora se ha vulgarizado de la siguiente forma: «illay 31-guien en el mundo que no quisiera, si pudiese, !levaI' a cabo la reinte-graci6n final y la felicidad etema de todos y cada uno de los individuos?i.Y somas nosotros mas benevolus que Dius?». 0 bien, a veces, estemismo argumento general se formula de manera mas cautelosa: «Nopuede haber nadie -en un estado animico perfectamente correcto-- quedeje de reconocer que la felicidad general debe mirarse sin ningunaduda como el mas deseable pOI'su naturaleza de todos los objetivos; ysi se perciben disposiciones habituales que en sus dectos se apartan dela felicidad general, no merecen cultivarse,o conviene arrancarlos deraiz. POI'consiguiente, tenemos que atribuir a 13 benevolencia la lotalidaddel gobierno divino. Amar y respetar profunda mente 3 un Ser a quienatribuimos una benevolencia imperfecta 0 mezclada con algLIl1otroprincipio es algo para nosotros tan imposible como creer las contradic-ciones mas directas y patentes; 0 sea, dado que COllsisle en e1arnor y elrespeto profundo, la religion no puede existir sin creer que la benevc)-lencia es el unico principio del gobierno divino»14

8. Voya fOlIDularalgunas observaciones sobre 10 que parece ser eljuicio real de Dios sobre eI pecado humano, en la medida que tal juicioes perceptible a la luz de la naturalezalO Espero que esto sea utH paraponeI' de manifiesto 10 insostenible de las proposiciones que acabo deaducir, y para mostrar luego, a manera de ejemplo, la frivolidad y ligerezade juicio de quienes las sostienenllj su desprop6sito real en todos losasuntos practicos, pOl'razonables que los proclamen en voz alta durantela hora de tranquilidad en que se difunden. No con la idea de quepueda decirse algo nuevo sobre el tema, sino con el fin de recordarnosa nosotros mismos unas verda des que son especialmente importantesen estos tiempos.

9 Ya se ha dicho, nota 1, que sigue muy de cerca las ensefianzas de Butler.Quiza incluso las exagera ... 0 las profundiza. Tambien procedera, segun el metodobutleriano que ha asimilado, pOl' aproximaciones y probabilidades antecedentes(la secci6n a priori de su discurso --apartados 10-15 --, para responder a Iosapriorismos de la hip6tesis que ataca).

10 Hay que leer, pues, este serm6n, desde el punto de vista de la religi6nnatural. Las dimensiones inmensas que la revelaci6n cristiana abre en este tern aaparecen en el ultimo apartado: el sacrificio de Jesucristo redentor.

II Richard Hurrell Froude, en la carta donde comenta el esquema de este serm6n,usa tambien palabras duras contra la posici6n liberal simplificadora, yen concretosobre su forma de verla naturaleza moral humana: «AIgo puede decirse sobre latonteria (silliness) de reducir todos nuestros instintos marales a uno. Un individuollamado Wollaston escribi6 un libro para reducirlos todos a la veracidad. Y quizaalgllO otro pueda reducirlos todos a la pureza ... Suponen que han demostrado 10que propugnan, s610 con demostrar que no es palpablemente falso.» (Leiters andDiaries III, p. 37).

12 Dice Newman en la carta donde envia el esquema de este discurso a suamigo R. H. Froude: «He escrito un serm6n contra Sir James Macintosh» y transcribea continuaci6n, de memoria, la cita exlensa de la segunda mitad del apartaclo 9 delmismo serm6n (Letters and Diaries III, p. 35). En su respuesta a vuclla de correo,desde la parroquia de Keble, escribe Froude: «Their premise is false, their conclusionirrelevant». refiriendose al argulOento de los que piensan como MacIntosh, talcomo Newman 10 refula en los apartados 10-15 del serm6n, y siglle can su consejode poneI' primero 10s argumentos facticos ° hist6ricos (que Newman dej6 en susitio del apartado 16 hasta el final). Afiade en la misma linea: «Keble coincide canmi opini6n».

13 La calificaci6n «venia!>} del pecado no tiene en el lenguaje anglicano el sen-tido tecnico concreto del catecismo cat6lico. En la leuria liberal que aqui se expone,coincide con 1'1 par la ausencia de responsabilidad definitiva; ausencia, pero, ex-tendida absolutamente hasta quien co mete cualquier pecado. Vease una presenta-ci6n de las dimensiolles terribles del pecaclo en la seguncla mitad del aparlado 21.

14 Sir .James MacIntosh, magistrado y te6rico del partido liberal, habia publica-do en 1830 una Dissertatiol1 011 the Progress of Ethical Philosophyy habia defenclicloen el Parlamento, en julio de 1831, e1 proyecto de Ley de Reforma Politica con undiscurso de alcances filos6ficos. Newman no explicila ningllna referencia a 0<1. peroen su carta a R. H. Froucle insiste en que la cila Ie perlenece. 5i fuera literal en sus

Page 81: Cardenal Newman: Quince sermones

sentimientos en cuesti6n. Pero esto no es mas que un aserto, que noresiste al examen critico; pues, si bien es verdad que el instinto de jus~ticia, implantado en nosotros, tiende al bien general -al hien en con~junto-, evidentemente no tiende al bien universal, al bien de todos ycada uno de los individuosl8; y el objetivo de una benevolencia simpley absoluta no puede ser nada menos que esto llitimo. Nuestra indigna~ci6n ante el vicio tiende a la desdicha actual de los viciosos (sean mu~chos 0 pocos); mas atm, tiende a su desdicha final, a no ser que haya,por cielto, disposiciones en el sistema del mundo, hasta ahora escondidas,que aseguren la destrucci6n definitiva del vicio; pues, mientras la co~rrupci6n permanezca, ella y todos los vinculados a ella seran siempre elobjetivo natural de nuestra repugnancia, y este aborrecimiento naturales evidente que choca con la hip6tesis de que el bien universal es ellmico fin a que tiende el presente sistema de providencia divina.

10. En primer lugar, no es verdad que la benevolencia seal5 el 6nicoprincipio, 0 el mas importante, de nuestra naturaleza moral. Sin insistiren la noci6n del deber hacia un Dueflo invisible, implicada en la mismaautoridad con que la conciencia nos manda (nocion que ya sugiere quehay, en verdad, alglln objetivo «mas deseable par su naturaleza» que «Iafelicidad general» de la humanidad; a saber, la aprobaci6n de nuestroCreador);. sin insistir en esto, puede afirmarse confiadamente que losinstintosl6 de justicia y de pureza son naturales para nosotros en el mis~mo sentido en que 10es la benevolencia. Si es natural compadecerse ytener buenos deseos hacia las personas en general, sin referencia a sucaracter, ni a nuestro conocirniento directo de las rnisrnas, ni a ningunaotra circunstancia concomitante, tambien es natural sentir indignaci6ncU3ndo el vicio triunfa, y sentirse insatisfecho y rnolesto hasta que seelimin3n las desigualdades injustas.

12. Por otra parte, contra la teoria que analizamos, no es «imposible»,ni mucho menos, «amar y respetar profunda mente a un Ser a quien atri·bUimos una benevolencia que debe completarse con otro conceptm). Escierto que la benevolencia suscita amor y profundo respeto, pero tambien10suscita una justiciaperfecta. Estamos bajo la atracci6n natural de admirary adorar la visi6n sublime de la justicia y santidad perfectas, del mismomodo que -por comparar 10 pequeno con 10 inmenso- nos sentimosatraidos y embelesados ante una obra exquisita del arte humano, efectobello y armonioso de un genio que 10supera infinitamente en perfecci6n.Sihabitualmente no procuramos descubrir asi las hue lias de la justicia deDios que hay a nuestro alrededor, y no nosdetenemos para contemplarlasamorosamente, es porque somos pecaclores19; es porque, teniendo malaconciencia, nos interesa negarlas y nos aterroriza que se nos apliquen

11 Los autores que estamos analizando17 sostienen, para respondera esta objeci6n, que el bien de la humanidad es el fin llitimo, al cualtiende induso el principio de justicia implantado en nosotros; que lanorma del premio y el castigo es un medio il11portantisimopara hacerfelices a los seres hUl11anosy que, por consiguiente, clebe consiclerarseque los sentimientos de indignaci6n, de agravio, y otros parecidos, senos han dado no por si misl110s(concediendo que se nos han dado),sino con el fin de asegurar el bien general de la humanidad. En otraspalabras, que estos sentimientos no son ninguna prueba de que la justiciaexiste como uno de los principios originales y absolutos de la ley moral,sino que s610apuntan a la infinita benevolencia de Dios, sin mezcla denada mas, a la cual estan realmente subordinados en nuestro caso los

18 EI texto dice «each individual». La citada carta a Froude dice «every», cuandoanaliza el sofisll1a de MacIntosh en la ambigi.iedad de la palabra «general»: <<\replythere is a fallacy in that word general; for justice only tends to good on the whole,but the end of universal benevolence must be the good of every individual.» (Ibid.p. 35). Esta hablando del <dnstinto de justicia implantado en nosotros».

19 Frase original: <<Ifwe do not habitually thus search out and lovingly hangover the traces of God's justice, which are arround us, it is because we are ourselvessinners». La reflexi6n va avanzando hacia ei punto culminante que ha penetrado:el texto de Apocalipsis 15. Asi 10 ve Froude en su comentario: «En conjunto, me gustall1ucho el tema y las !ineas de argumentaci6n, especialmeme aquella sobre la cualme dices que sea mas agudo, la que se retlere al pasaje «juslOs y verdaderos sontus caminos» (Ap 15: 3)>>.Newman Ie habia escrito: «La justicia es ,unable, como 10es la benevolencia. En este punto voy algo mas alia que Butler (parte I, cap. 3, alprincipio), par eso tu critica debe ser mas rigurosa».

Ct!timas Iineas, MacIntosh no s610 reduciria a uno solo de manera simplista y abs-tracta 10s principios morales, sino que demostraria un desconocimiento absolutude la religi6n natural tal como la han expresado los pueblos primitivos en Iuscontinentes mas lejanos entre sl (Vease apartado 22 ss.).

15 Los subrayados en el texto son, naturalmente, del autor.16 Hecufrdese la nota 17 al serm6n IV sobre los instintos 0 principios esponta-

neos arraigados en nuestra naturaleza.17 El serm6n va contra las ideas de Sir James MacIntosh, pero estas representan

[()da una escuela de pensamiento «teoI6gicamente liberal». Newman es explicituen so carta a R. Hurrell I'rouc!e (Letters and Diaries III, p. 35). Se refiere a la fuerzaespecial de la opini6n que prevalece especiall1lente desde la revoluci6n de 1688lcaida de los Estuardo y entrada de Guillermo de Orange], «el parecer de Paley, deAddison, de Blair, y ahara de Maltby y de los liberales».

Page 82: Cardenal Newman: Quince sermones

personalmente. A medida que crecen nuestros habitos de obediencia, lapercepci6n de la justicia eterna de Dios, lejos de desaparecer de nuestraalma -y lejos de que nuestros sentimientos la repudien como si fuera s610un equlvoco uti! para Ios que han avanzado menos en la virtud- crece sinninguna duda, ala vez que e! miedo se echa fuera. Los santos en el cieloglorifican aDios «porque justa y verdadero es su proceder». «Grandes ymaravillosas son tus obras, Senor, Dios todopoderoso; recto y fie! tu pro-ceder, oh Rey de los santos» CAp15: 3). Si, pues, la infinita benevolenciade Dios conquista nuestro amor, ciertamente su justicia 10 impera; y sifueramos capaces, como 10 son los santos que han lIegado a la perfec-ci6n, de combinarambas nociones can toda su respectiva plenitud, talcomo se ponen de manifiesto en un mismo acto, sin duda creceria sinmedida nuestro profundo respeto y admiraci6n ante aquella visi6n glo-riosa.

(Lajusticia es afin al deseo de regular las casasque mueue nuestra raz6n)

13. Que la justicia es una noci6n primaria en nuestra mente y queno admite su disoluci6n en otros elementos, puede defenderse, ade-mas, a partir de sus vlnculos can el afecto general al orden, la consonanciay la simetria a que me he referido: aquel deseo, precisamente, de arreglary ajustar todas las cosas a un sistema, deseo que se utiliza en la argu-mentaci6n can el prop6sito de negar su naturaleza e1ementaPO;y quedebe considerarse, si es que algo de be considerarse aSl, un principiaoriginario, en su esencia, de la naturaleza humana.

(Nuestra responsabiliad moral implica una justicia inalterable)

14. Mas aun, cabe plantearse si la noci6n de justicia no es acasoalgo mas esencial que la benevolencia en la constituci6n anlmica de losseres que actuan libremente. Pues nuestra misma conciencia de serlibres, y par tanto responsables, incluye la idea de una norma inmuta-ble de conducta, norma segun la cual se pronunciara el juicio futuro; 0

que mas bien tiende a excluir, en el grado que 10 permite nuestra per-cepci6n, la idea de un Duena puramente benevolo. EI Creador renun-ci6 (pues cabe hablar asO a un fin simplemente benevolo, tan pronto

20 Nuestra tendencia a sistematizarlo y encuadrarlo todo es la que !leva a 10sexcesos simplificadores racionalistas. Es, sin embargo, una tendencia afin a la jus-ticia, que no puede reducirse a la simple benevolencia. Comentario de Froude aeste apartado: «Perhaps the "love of order" tapas is too minute» (Quiza esta lineade argumentaci6n es dell13siado ll1inuciosa).

como entreg6 los destinos del hombre a sus propias manos, y 10 cons-tituy6 causa primera, principio originante, en el mundo moraJ21.

15. Pero, aun cuando la felicidad general de la humanidad pudicradesignarse, en hip6tesis, como el unico fin a que tienden todos nues-tros instintos morales, y aunque nada pudiera aducirse a favor de laautoridael instrinseca de la noci6n de justicia, no seria legitimo deelucirde ello que la benevolencia de Dios no se mezc1a con ning(1I1otroatributo; pues vemos que hay indicios reales de su justicia en el cursudel mundo, los cuales no pueden descartarse por un simple argumentoa partir de la analogla de nuestra naturaleza humana. 5i alguien inten-tara repetir aqul el proceso de simplificaci6n, y reducir tambien la Jus-ticia divina que vemos en eI mundo a la Benevolencia divina, como si elpremio y el castigo no fueran sino medios para la unica finalidad debien general, dejemos que este arriesgado teorizaclor caiga en 1"cuentaele 10 que significa su empef\o de simf)lificar los atributos elivinos que aveces se Ie manifiestan en el curso ele los acontecimientos. POI'no insistiren la arrogancia (como pueelo muy bien lIamarla) del intento, que sepregunte a SI mismo, meramente como fi16sofo, si no hay diferenci::lsentre, A), referir los fen6menos a una ley 0 sistema hipotetico, pOl'

motivos de conveniencia (como, por ejemplo, esta acostumhraelo23 areferir los movimientos elel munelo fi.sico a la gravitaci6n), y, m,

21 Importa subrayar esta alusi6n alas dimensiones profundisimas de IlUestralibertad y responsabilidad. El personalismo newmaniano aparece nuevamenle eneste punto de su argull1entaci6n. Y en cuanto a la doctrina del casLigo etemo, taJcomo la enseI'i.6 nuestro Senor mismo, nos indica en la Apologia: «he intentado dediversas maneras hacerla menos terrible para la imaginaci611>} (cap. I, hacia clprincipio), con sugerencias teol6gicas que merecen ser estudiadas.

22 Basta aqui las observaciones sobre los princi1'ales moLivos espol1.taneos de Janaturaleza moral humana. Ahora nos dice -dentro de su proceso de argumentaci6npor probabilidades antecedentes -: aunque no fuera cierra 10 dicho en los aparta-dos 10-14, no por e!lo seria acreditada la hip6tesis de la benevolencia exclusiva deDios. Porque hay seii.ales en elmundo (que expondra dei apartado 16 en adelante)de que su justicia actua. Y 1'orque, ademas, no tenemos derecho a formular tal ti1'ode hip6tesis simplificador3s sobre las intendones y objetivos divinos (<'ste es elpunto que Froude considera «excelente» dentro del apanado 15. Y es seguramenleel punto clave y el que mas desarrollara en su pensamiento posterior: nuestroconocimiento anal6gico y nuestro lenguaje sobre !as realidades divinas. Vease ser-m6n XV).

23 Expresi6n original: «he is accastumed». Discute con personas que conocen lafisica de Newton.

Page 83: Cardenal Newman: Quince sermones

empenarse en sel1alar y fijar, de hecho, los principios r\:<ales,primariosy ulliversales qtle guian los actos ell' tin designio misterioso e infinito, yesto a partir del conodmiento ell' s610 alguna que otra caracteristica deStl modo de actuar24. Despues de todo, cque queremos dedr cuandoafirmamos que Dios tiene, propiamente hablando, una finalidad 0 de-signio en 10 que realiza fuera de si mismo? Vemos el mundo, fisico ymoral, como un hecho; y vemos 10que se denominan los atributos deDios puestos de manifiesto en el; pero, antes de ponernos a decidir si lafelicidad ell' StiScriaturas es, 0 no es, el fin exc!usivo, que no deja lugara otro, ell' la acd6n divina, tenelriamos que determinar por medio de larazan cual fue, en ahsoluto, su objetivo concreto al crearnos. De 10quenos ha dicho ]a revelaci6n, podemos hablar, por derto, confiadamente,10cual es una grada inmensa; pero la revelad6n no entra en este asuntoconcret025. Usando la raz6n, sin una especial ayuda divina, somos total-mente incapaces de concebir por que un Ser inmensamente feliz en SImismo desde la eternidad habia de comenzar alguna vez la obra de lacreacian; que es el plan de la cread6n como tal; si la finalidad de lacreadan, en el caso de que tenga alguna, no es de un tipo elistinto, com-pIetamente lejano ell' los que el oklo ha escuchaelo 0 la mente ha con-cebido; y si acaso la creaci6n del hombre -induyendo pOI' tanto lafelicidad del hombre- no puede estar suborelinada a fines ulteriores enel alcance de sus prop6siros. Indudablemente, nuestra sabiduria consisteen tomar las cosas como las encontramos, en el mundo y en la Escritura;en no hacernos los sabios por encima de 10que esta escrito, sea en lanaturaleza sea en la gracia; en no pretender elaborar una teoria dondehemos de razonar sin datos; y mucho menos, aun cuando pudieramosconstruir una, confundirla con un hecho, pues en realidad no seria sinouna especie de arreglo 0 comhinad6n arbitraria de nuestros conod-mientos, y nada mas que es026.

16. Consideradones como estas son sufidentes para el objetivo conque s~ han empleado; sufidentes para replicaI', con sus propias armas,a quienes minarian nuestra fe, aunque no sea esto 10 que intentan, ynos llevarian no s610 a la deformad6n 0 al rechazo del cristianismo,sino induso a la negaci6n de 10que sucede visihlemente en el mundoen que vivimos; es decir, a un modo de verla naturaleza humana, queno es real ni practico, tal como 10explique al principio. Ahora, antes deconduir, observemos 10que el mundo efeetivamente nos ensena sobrela forma de considerar el pecado desde el punto de vista de nuestroexcelso Creador y]uez.

17. En este aspecto, se acostumbra a insistir sobre las consecuenciasvisibles de determinados pecados, en cuanto nos propordonan unaespede de mal aguero del juicio pleno y definitivo de Dios sobre todo10que hacemos. Una mirada general sobre estos ejemplos llama enor-memente la atenci6n. Un acto suelto de intemperancia, sensualidad 0ira una sola paJabra temeraria un hecho concreto de falta de honradez,so~ a menudo la causa de at1i~ci6nincalculable en el tiempo que siguepara la persona que ha caido en la trampa de cometerlo. Nuestra suerteen la vida viene modelada a menudo por los pecados irretlexivos yaparentemente insignificantes de nuestra edad temprana. La desave-nencia de una mala hora, el ceder de repente a la tentaci6n, lanzanin auna persona pOl' un camino nada favorable, Ie crearan problemas,arruinaran sus expectativas; 0 tambien Ie colocaran en drcunstanciasperjudidales para sus intereses religiosos, circunstandas que perturhan

24 Un modelo de explicaci6n y de analisis de los fen6menos fisicos puede seruti! para los prop6sitos humanos de manipular la naturaleza. Pero no podemosaproximarnos a las personas humanas como tales, y mucho menos a Dios, con estaactitud dominadora. Trazando model os te6ricos segun nuestra conveniencia, nopodemos entrar en verdadero dialogo personal ni aproximarnos debidamente almisterio del Olro.

25 Explicar 10 que dice y 10 que no dice la Palabra revelada sobre la finalidad dela cread6n seria otro tema, que Newman aqui no desarrolla. Indudablemente nosabriria unas perspectivas inmensas, por encima de 10 que puede averiguar la raz6nnatural, sin desmentir estrictamente 105 hechos basicos que esta ha percibido.

26 «F:sta es la contradictoria de la proposici6n fundamental de SirJames MacIntosh,segCm el cual Dios no tiene mas atributos que los que el hombre aprueba» (Lettersand Diaries III, p. 37>

27 Piensa Froude, en su critica a este serm6n, que los indicios 0 hechos aduci-dos por Newman «no son total mente irreconciliables con un sistema de pura be-nevolencia; si uno deja rienda suelta a su irnaginaci6n, por 10 que se refiere a lavida futura, es posible concebir la correcci6n de las anomalias». En una nuevadistribuci6n del serm6n «ciertamente pondria en primer lugar estos hechos. No sontanto argumentos contra la Hip6tesis [de la Benevolencia exclusival como razonespara exigir pruebas muy s6lidas de parte de quienes la propugnam> (Letters andDiaries, Ill, p. 37).- Newman tenia sus razones para mantener la distribuci6n de losargumentos de su discurso. Los indicios ·facticos se apreciarian mas a fondo des-pues de haber considerado las probabilidades antecedentes (incluyendo las analogiasen la conslituci6n moral humana) contra la hip6tesis racionalista. Newman es masbutleriano que Keble y Fronde.

Page 84: Cardenal Newman: Quince sermones

al alma, y la !levan par ultimo a abandonar su fe. Puede que a 10 largode toda la vida suframos las consecuencias penosas de transgresionescometidas anos atras; transgresiones que ahora apenas podemos apreciar yverificar, que son extranisimas a nuestros principios y sentimientos actuales,que casi no podemos reconacer como algo propio de nosotros, igual que sifaltase la identidad entre nuestro yo actual y el antiguo.

que termina el castigo del anepentido, acaba con las consecuencias de suspecados sobre los demas? iNo continllan estas mucho tiempo despues de sumuerte, incluso hasta el fm de los tiempos? iY acaso no parecen as! unaespecie de notificaci6n en forma de simbolo para los supervivientes, de que,a pesar de su arrepentimiento, la Ira de Dios arde contra el?Alguien publicaun libro antiiTeligioso 0 irunoral; despues se arrepiente y muere. ~Que llOSsugiere la raz6n, argumentando a partir del transcurso de las cosas que per-cibimos en eI mundo, respecto a la eficacia de aque! arrepentimiento? EIpecado del an'epentido perdura; continua diseminando el mal, corrompiendoa multitudes. Estos mueren, muchos de elIos sin alTepentirse; muchos m~isreciben de aquellas leeturas un perjuicio pennanente, aunque no fatal, parasus almas. Ciertamente, aqu!, segun el ClIIBO de la acci6n divina, no hayninguna prueba, ele la eficacia del alTepentimiento. iMorara ahora en el senode Abrahan, aquel que oye las voces del otro lado del abismo que maldicensu memoria porque son victimas de su pecado?

18. Si se dice que esto no sueeele en t<xlosni en la mayoria de los casos,respondo que aunque fueran s610un punado de ellos bastarian para elestruirla hip6tesis sobre la que ya he aelvertido de la benevolencia exclusiva delgobiemo divino. Se trata muchas veces ele casos elemasiado precisos y signi-ficativos para explicarlos como simples mediclas correctivas, que no llegan ala categoria ele juicios pronunciaelos contra el pecado. De hecho el sentidocomun de la humaniclaellos ha reconacielo como tales en toclas las epocas.Y, por otra parte, es corriente que no consigan el aprovechamiento moral delos individuos as! castigados, ni sugieran una tendencia a conseguirlo. Laimpresi6n es otra. Aunque no son sino ejemplos aislados del juicio de Diossobre la culpa ele las transgresiones, sin embargo -si creemos que su Provi-dencia praceele seg(m cierto plan estable y que todos los actos son recom-pensaelos imparcialmente segUn su naturaleza- del hecho ele que algunospecados reciben evielentemente su castigo al cabo de un tiempo pareceseguirse la conclusi6n de que a todos los pecados les espera algo semejante;y que, en consecuencia, los que escapan aqui, 10 sufricin despues; pareceque esta es la nonna, y que si hay que anadir ala misma alguna otra ley quela neutralice, habria que elemostrarlo. No podemos preelecir el graelo decastigo que se nos reserva, pero las consecuencias reales que presenciamospor elelitosaparentemente ligeros vuelven alannante el futuro que nos espe-ra. Sipuede esbozarse alguna ley en este tema tan tremendo, la impresi6n esla siguiente: el castigo es mayor cuanto mas tarcla en Ilegar, si es que Ilega ala larga; como si la suspensi6n de la venganza inmediata fuese unalenielael que s610 se compensara con la acul11ulaci6n de sufrimientosposteriores.

20. A estos terribles presagios 0 hue!las ele la intervenci6n de Diosfrente al pecado28, somos libres, naturalmente, de contraponer todas lasmanifestaciones benignisimas de su clemencia, que nos ha regalado dentrode la naturaleza. Aunque es cierto que todos nuestros esfuerzos y todosnuestros lamentos no suelen bastar para quitarnos de encima el decto delas transgresiones anteriores, sin embargo no hay duda de que suelenaliviarlo y, con cielta frecuencia, eliminarlo. Esto viene a clemostrar quesu Providencia no es de justicia absoluta y exclusiva; si fuera asi, todos ycada uno de nosotros nos veriamos reducidos a un estado de elesespe-raci6n. De todos modos, la naturaleza no nos diee nada ele los Iimites delas dos narmas -la del amor y la de la justicia-, ni de como se habran decompaginar29; nada que nos muestre que la norma de misericordia, talcomo vige sobre los sujetos morales activos'lO, suplante la ley funda-

28 Usa la expresi6n biblica «visita» de Dios, «God's visitation IIpon sin».29 En carta a Charles Meynell, profesor del seminario de Oscott. Birmingham,

Newman sintetiza su reflexi6n sobre los limites del conocimiento religioso: «Lasverdades trascendentes s610 pueden comunicarsenos parcialmentey sirviendose deimagenes terrenas ... La Justicia, tal como la vemos ejercida pOl' los hombres en latierra, es incoherente con la Misericordia, tal como la observamos aqui. Por tanto,imaginamos que la Justicia Infinita se opone aun mas a la Misericordia Infinila. Perola Misericordia Inmensa, tal como existe en Dios, 0 la Justicia inmensa, no estaconstituida exactamente por nuestra idea de misericordia, 0 justicia, y nuestra ideade infinitud». Habla de 10 que parecen «contradicciones pam 1Utestm iWlorancim>y se alegra de haHar en un articulo publicado pm Meynell en la revista «Rambler»la misma expresi6n «contradictiones quoad nos» (Letters alld Diaries. XIX, cart~ del9 mayo 1860, p. 335).

30 Expresi6n orjgin~l: (UllOm! ap,ents».

19. Pensemos en la eficacia del arrepentimiento, sobre la cual tantose insiste. Cuando se habla de que el arrepentimiento, aunque no seaapto para evitar las consecuencias del pecado en esta Vida, es de par SIsuficiente -y que no hace falta demostrarlo- al menos para evitar elcastigo en la vida futura, t6mese en consideraci6n la advertencia si-guiente, con toda su seriedad. Pregunto: iacaso la muerte, que se supone

Page 85: Cardenal Newman: Quince sermones

mental de justicia y santidad, en lugar de ser su complemflnto. Y -per-mitase la siguiente :1I1adidura- aunque somos pecadores, cada uno denosotros, y muy necesitados de perd6n, la persona religiosa no tendriamuchos deseos de ver anuJada la norma de justicia. Es que se trata dealga con que puede contar y a 10 que puede recurrir; algo que da caractery cetteza al curso del gobierno divino; algo que -mitigado can la esperanzade misericordia-Ie sugiere pensamientos de animo y consuelo. De modoque, lejos de asentir a la teoria de la benevolencia de Dios sin mezLla deninglln otro principio, mas bien la recusara como un invento de quienes,en su avidez por atraerse a los enemigos de la verdad, les importa pocoponer en aprieto y sacrificar a los amigos de la misma.

a paltir de 10 mas superficial que aparece en la sociedad humana. iComosi los hombres no se ataviaran can su vestuario mas elegante y lIamati-vo cuando salen a pasear! Para darse verdadera cuenta del coste y ladesgracia del pecado, hay que irse de 10ssitios de negocios y de diver-si6n que frecuenta el publico, y ser capaces de ver, como los angeles, lalagrimas que se vierten en secreto; de presenciar la angustia del orgulloy de la impaciencia, alii donde no hay pesadumbre; las punzadas delremorclimiento, donde aun no hay arrepentimiento; la fatigosa lucha,que nunca cesa, entre la conciencia y el pecado; la infelicidad de laindecision; los temores de la muerte, y del juicio futuro, que hostiganen el momenta importuno; y las supersticiones que todo esto engendra.iQuien puede especificar la suma abrumadora de culpabilidad y de su-frimientos del mundo! Sufrimicntos que c1aman venganza sobre susautores. Y culpabilidad que augura esta venganza.

21. Muy diferente de las nociones triviales e ingeniosas que satisfacena la raz6n del simple hombre de letras, 0 del fil6sofo bien acomodadoell su prosperidad, es el parecer de la persona religiosa, sobre Dios y elhombre, sobre las exigencias de Dios, los recursos del hombre, la res-ponsabilidad de las transgresiones, y la expectativa de perd6n. Es facilhablar con elocuencia del orden y la belleza del mundo fisico, de lassabias estratagernas de la naturaleza visible, y de la benignidad de losobJetos que nos propone; pero ninguno de estos t6picos arroja luz sobreel tema que mas nos importa entender: el caracter del gobierno moraldivino bajo al cual vivimos. Sin embargo, los sabios de este mundo, enlugar de estudiar esta norma divina como tema principal de su investi-gaci6n, suponen que ya la conocen, 0 la conciben seglJn cierto tratadode Teologia natural 31, 0 a 10mas adquieren sus nociones de la misma

22. Pero se puede recurrir incluso a la apariencia exterior del mun-do, para demostrar la terrible enormidad de nuestra condici6n de peca-dores contra la ley de nuestra existencia. Es algo muy extrafio que elmundo, hablando como habla con arrogancia de sus exitos y sus placeres,y engafiando como engafia facilmente al simple filantropo teista, sinembargo, cuando se pone a pensar en su Creador, siempre ha profesa-do una religi6n tetrica, a pesar suyo. Asiha sucedido en todas los tiemposy lugares. En esto estan de acuerdo las naciones barbaras y las civilizadas.EImundo, con toda su jactancia, tiembla ante la Verdacl. Se burla desca-radamente de 10que significa el pecado, pero algo hace en secreta paraasegurar sus intereses contra las posibles consecuencias del mismo eneI mundo futuro. iEn que parte del mundo no se ha difundido la cos-tumbre de hacerse propicios, si cabe, los poderes celestiales invisibles?Pero iPor que, a no ser que el hombre sea consciente universalmentede su peligro, y tema eI castigo del pecado, al mismo tiempo que «detestala correcci6n»? iD6nde ha dejado de recurrirse a los sacrificios, comomedio para aplacar la indignaci6n divina? Y para esros sacrificios losh6iiJoresn:fri15uscaoo Toque l11as-quetnrn, laqlre TrIas oowwsamenteecharian de menos, como si despojandose de ello pudieran mover lacompasi6n de Dios. Algunos han lIegado hasta el extrema de ofrecer asus hijos y a sus hijas como rescate por su pecado; crimen abominable,sin duda, y sacrificio diab6lico, pero que testifica claramente el juicioinstintivo del hombre sobre su propia culpa y su presenlimiento delcastigo. 5i fuese una doctrina natural-como algunos pretenden- que elarrepentimiento es la reparaci6n de los delitos cometidos, el hombrehubiese procedido de una manera mucho mas sencilla, sintiencloseapenado por la desobediencia y manifestando arrepentillliento.

31 NOla del aulor: [EslO era una alu~i6n a Paley. Vea~e Conjerencias sobre temasuniuen·itarios, n. 6, p. 252J.- bla obra de Newman C]ued6 incorporada, en suedidon unifonlle, a panir de 1973, su Idea de una Im/uers/dad, segunda parte (notradudda al caslellano). Creo que la referenda de Newman corresponde a la con-ferenda 7, «Christianily and Phisical Science» apanado 9, donde explica el senlidode la «Teologia nalura!>}de moda, la de Paley, muy distinlo de la The%gia Naturalisescolastica, y cita al hisroriador Macaulay, de linea-liberal, rem de quieA-AO-tieAe-repaw en aceptar las sagaces observaciones. He aqui el fragmento citado del\1acau!Jy: «Por 10 que respecta a la religion natural, no es facil ver que el fil6sofode hoy este situado mas favorablemenle que Tales 0 Sim6nides. Tiene ante el la~mismas pruebas de un plan en la eSlrUClura del universo, que luvieron los anliguosgriegos. Decimos las rnismas, pues !os descubrirnientos de los modernos astr6no-mos y analomistas no ban anadido rea/mente nada a la fuerza del argurnento queuna mente rellexiva encuentra en todo animal terreslre, ave, pez, hoja, nor 0 con-cha marina. EI razonamienlO medianle el cua! S6crales, seg(m Jenofonte, rdut6 alatdllo Arisrodelllo, es exaClamenle el argumento de la Teo!ogia Nalura! de Paley.S6crates hace, de las estatuas de Policleto y de las pinluras de Zeuxis, precisamemeel mismo uso que Paley del reloj».

Page 86: Cardenal Newman: Quince sermones

23. Y esto no es todo. Con la esperanza de expiar los actos de mal-dad, los hombres se han mortificado no s610 en sus posesiones y en suprole, sino en sus propias personas. Holocaustos, terneros de un arlo,miles de carneros, y decenas de miles de tinajas de aceite, sus primo-genitos pOl' su transgresi6n, el fruto de su cuerpo pOl' el pecado de sualma ..., todo esto es insuficiente para aquietar las fuertes pulsaciones deuna conciencia sobrecargada. Piensese en las torturas corporales quetristemente se han infligido a Sl mismas mu!titud de personas, casi entodos los sistemas religiosos, con miras a quitarse de encima sus peca-dos, y se vera c6mo concibe el ser humano la culpa de la transgresi6n.Direis que este furor en autoatormentarse es una enfermedad mental,que se apodera de algunos. Pero esta respuesta, concediendo que hayverdad en ella, no explica el respeto con que se ha considerado gene-ralmente a tales personas. iEs que no tenemos un instinto de conser-vaci6n? iAcaso admiraria alguien a quienes aSIse sacrifican, si la crueldadcon que tratan con su propia carne no proviniera de un motivo religioso?5i no son objeto de la irrisi6n con que se desprecia a los locos, es quese amparan en el reconocimiento de una tremenda verdad bien confir-mada: la corrupci6n y la culpa de la naturaleza humana32.

(Oscuras aproximaciones a fa verdad cuando se desconoce ef. Evangelio)

24. Alguien objetara que los cristianos, pOl' 10 menos, hemos detener en cuenta el caracter supersticioso de estas horribles muestras deautotortura. En este punto me permito referirme alas observacionescon que empece33. Indudablemente, estos forcejeos oscuros y desespe-rados deben denominarse superstici6n, cuando se consideran a la luzde la religi6n verdadera. Es faciHsimo tratarlos aSI,una vez que estamosinformados de la misericorda y de la plenitud gozosa en que desemboca

32 Esre sentido religioso narural era admitido generalmenre en tiempos deNewman, si bien ya pudo observar una fuerte tendencia a olvidarlo y desvalorizarlo.De ahi sus reflexiones sobre la situaci6n extrana en que se hallaria la Iglesia en unmundo asi: «Nunca hasta ahora la cristialldad habia hecho la experiencia de 10 quees un mundo arreligioso». (Semwnes cat6licos, «La incredulidad del futuro)}, p. 48de la trad. cast. de Edic. Rialp). De todos modos, en este fin del siglo XX, reapare-cen aspectos religiosos de muy distinto signo.

33 5u critica a la visi6n facilmente optimista sobre la vida humana. Un impulsode reparaci6n de la culpa. instinto religioso que llega a poner en entredicho alinstinto de conservaci6n. demuestra que se ha percibido la otra cara, sombria, de lamisma vida humana. La espcranza cristiana s610 llegara can la fuerza de la cruz.

el plan de Dios sobre la historia humana. Pero, antes de que el Evan-gelio brille sobre el hombre, tal «superstici6m> es su religi6n mejor ymas autentica. En la hip6tesis de que nuestra especie estlluiera caiela ycorrompida, ique habria de ser nllestra religion sino angustia y rel11or-dimiento, hasta que Oios nos consolara? Ciertamente, estar preocupac!osy tristes; horrorizarnos de nosolros 111is1110S;mirar pOl' tados lados bus-cando medios de protecci6n; agarrarse a todo, pero no connar en nada;hacer tooo 10que podemos, e intentar hacer mas que todos; y, finallllente,aguardar -en desdichada incertidumbre, desnudos y tiritando, entre losarboles del jardln- la hora de su venida, e imaginar entretanto sonidoscalamitosos a cada rafaga de viento que agita las hojas a nuestro alrededor;en una paJabra, ser supersticiosos; es la mejor ofrend a de la naturaleza,su servicio mas aceptable, su sabidurla mas grande y completa, enpresencia de un Dios santo y agraviado. Quienes no son supersticiosossin el Evangelio, no seran religiosos con el; y ojala que incluso entrenosotros, que tenemos el Evangelio, hubiera mas superstici6n de la quehay; pues lllucho es de temer que nuestra tranquilidael ace rea de no-sotros mismos proviene mas de la deficiencia del conocimiento propioque de la plenitud de la fe, y que nos apropiamos promesas ele la Escri-tura que no nos corresponden34.

25. A modo de conclusi6n. Estos pensamientos sobre la ]usticia deDios en que nos hemos fijado no explican, par supuesto, el misterio

34 «5i no nos convertimos», segllll la Hamada insistente de Jesus y de su Iglesia(vease, hacia el principio del cap. V de la Apotogia, la condici6n pre'.-ia 0 preim-bulo de toda la larea que corresponde a la que es eI instrumenlo instituic!o de laintervenci6n de Dios en la historia, la Iglesia: la protesta energica contra el esladoen que se halla la humanidad, es decir, la urgencia de la necesidad de salvaci6n, desalir del pecado y de volvernos a Dios),- Es con stante en Newman la valoraci6n dela religiosidad popular, aun a costa del peligro de que la gente incurra en alglmexceso «<superstici6n»). En uno de sus ultimos escritos (1877, pr6logo cat6lico a laVia Media, aparrado 18), cuando compara a la mujer enferma que toc6 e1manto de

Jeslls (Me 5: 27 s.) con la viejita de Napoles que se acerca at crucifi;o, hace constarque <~Jesus insiste una y otra vez en la necesidad de la fen, pew {mo insiste ell elpeligro de la superstici6n, debilidad que es compai1era inseparable de la fe, cuandoesta es vivid a y tenaz. Tomando la naturaleza humana tal como es, segura mentepodemos conceder que un poco de superstici6n no es el peor de 10s males, si es elprecio de la fuerza de la fe. Evidentementc, no hace falta que sea el prccio; y laIglesia, en su funci6n docente, siemprc vigilar{l contra las incursiones de aquclloque degrada tanto a la fe como a la raz6m>.

Page 87: Cardenal Newman: Quince sermones

inmenso de la Hedenci6n cristiana 0 de la reparaci6n deLpecado, peroSl nos ayudan aver c6mo se nos aplica la doctrina a nosotros pecado-res. En esta vida siempre sera un misterio por que se requiri6 la muertede Cristo para nuestra salvaci6n, y c6mo nos la ha obtenido. Pero, porotra parte, a medida que se abren nuestros ojos sobre nuestra situaci6nreal, la contemplaci6n de nuestra culpa es causa de una tristeza tancreciente y abrumadora, que alglm acto energico (por llamarlo asO eranecesario, de parte (Ie Dios, para contrarrestar las seiiales de su ira quehay a nuestro alredeclor, para sosegarnos y animarnos, y para ser elfunclamento y la mecliaci6n de nuestra fe. Una simple promesa no hu-biera siclo bastante, al parecer, descle un punto de vista practico, paraborrar la marca que han dejaclo en la imaginaci6n los hechos de lareligi6n natural. En la muerte de su Hijo tenemos la acci6n de Dios, suacci6n irreversible; por ella, el perd6n de los pecados y la reconcilia-ci6n con EI de nuestra especie, no son una posibilidad eventual, sinoun acontecimiento realizado en la historia pasada. Ha condescendidohasta demostrarnos su fidelidad y sinceridad para con nosotros (si eslicito el atrevimiento de hablar asO,tal como nosotros debemos mostrarlaspara con £1, no de palabra, sino de hecho. En esta acci6n poderosatenemos, por tanto, la prenda de su misericordia y el motivo paraaproximarnos a su presencia. Con palabras de la Escritura: aunque «todoshemos pecado, y estamos privados de la gloria de Dios», Dios hapuesto a Cristo Jeslls «como instrumento de propiciaci6n, mediante lafe en su sangre, para la remisi6n de los pecados pasados», para decir-nos y asegurarnos que -sin apartarse de la norma justa, segun la cualtodos los hombres basicamente deben ser juzgados- perdonara y justi-ficara a «quien cree en Jeslls» (Hm 3: 23-26).

Esta es fa lIictoria que l'ence (If /Ilundu:1westra fe.

1. El peligro a que estan expuestos 10s cristianos a causa de la in-fluencia que ejerce sobre ellos el orden de realidades visibles -«elmundo», tal como 10 denomina la Escritura-, es uno de los tenus prin-cipales de la epfstola general de san Juan. Este ap6stol da la impresi6nde hablar del mundo como se habla de un falso profeta, de los queprometen 10que no pueden cumplir, y que adquieren credibilidad consu tono directo y confidencial. Lo considera una fuerza que se resisteal cristianismo, y por eso 10denomina tambien «espiritu del Anticristo»OJn4:3), padre de una numerosa familia de espfritus falsos y malos comod, los maestros de toclas las doctrinas mentirosas, que tienen cautivas a

I Titulo original: Contest betweenFaith and Sigbt. Empez6 a escribirlo seis diasantes, sobrecargado de trabajo con los (Iltimos retoques a su libro sobre 10s arrianos(Letters and Diaries III, pp. 50 s.). En este serm6n pascual, vuelye a enfocar di-recta mente el tema principal de sus Sermones Uniyersitarios. En la distribuci6nsintetica que sugiere ahos despues, este serm6n VII, junto con el IV y el XII,corresponde a <<losprincipios de la fe», las intuiciones y actitudes basic as de queella parte, muy distintas de las intuiciones y actitudes «mundanas». No se trata delos procesos de la raz6n, sino de las posiciones preYias de que ella parte en sucamino 0 disposici6n hacia la fe; no se trata ni siquiera de las inferencias implicitas,sino de que realidades y que testimonios se aceptan de entrada. La incredulidadtiene quiza la mayor parte de su fuerza en las marcas que il1lprirne en la imagina-ci6n y en 10s sentidos; pero el Eyangelio real tal1lbien se dirige a ellos. La cuesti6nesta en hacerse apto y cada vez mas sensible para captar sus llal1ladas; y estorequiere una lucha contra la fuerza contra ria.

2 Era el quinto de Pascua.

Page 88: Cardenal Newman: Quince sermones

las multitudes humanas3. Quien se enfrenta a este enorme tentador es elEspiritu de la Verdad, aun «mayor que el que esta en el mundo» (Ibid.4: 4); antagonista victorioso, porque posee los ojos penetrantes de la fe,que son capaces de examinar detenidamente la frivolidad del mundo, yde ver a traves de las bmmas del error, hasta el glorioso reino de Oiosmas alla de ellas. «Este es el poder victorioso que vence almundo: nuestrafe», dice el texto inicial. Y si queremos saber 10 que capta la fe con susojos, el ap6stol nos remite al «Espiritu que da testimonio, porque elEspiritu es la Verdad» (I In 5: 6). EI mundo testifica algo engafloso, queun dia sera desenmascarado; y Cristo, nuestro Sefior y Maestro, es «elAmen, el testigo fidedigno y veraz» (Ap 3: 14), que vino al mundo «porel agua y la sangre» (I In 5: 6), a «dar testimonio de la Verdad» (Tn 18:37). Asi pues, si el tumulto y las voces del error, insistentes e importu-nas, apabullan y subyugan al que busca, tambien la Verdad tiene surepresentante vivoy visible, y ya no es arrojada a la ventura sobre lasaguas, como e1 pan (Sal 147: 17), ni tiene que aclquirirse con penas ytrabajos ~n las escuelas y tradiciones humanas, sino que aparece enco-mendada a Alguien «venido en la carne» (IJn 4: 2); a Alguien que tienenombre y morada en la tierra, y que, en cierto sentido, es uno de lospoderes de este mundo, con su sequito y comitiva, su reino y su corte,sus servidores y ayudantes, unidos todos entre si por el vinculo delamor fraternal, y del celo contra los profetas del error. «iQuien es el quevence al mundo, sino el que cree que Jesus es el Hijo de Oios?» (I In 5:5). Sanjuan luego compara entre si la fuerza del testimonio del mundo,y la del que ofrece el Evangelio. «Si aceptamos el testimonio de loshombres, mayor es el testimonio de Oios. Y Oios ha dado testimonioacerca de su Hijo» (I In 5: 9); como si «el Espiritu, el agua y la sangre»(I In 5: 6-8) se pronunciaran a favor de Oios mas firmemente de 10 queel mundo hahla a favor del Maligno. AI comienzo de la carta ya noshabia expuesto de otra forma la misma esperanzadora verdad: que elEvangelio nos proporciona en la persona y la historia de Cristo untestimonio del mundo invisible, y asi se dirige tambien eJ a nuestrossentidos e imaginaci6n, de la misma manera que nos embisten las falsasdoctrinas del mundo. «Lo que existia des de el principio ... 10 que hemoscontemplado, c. ..) 10 que hemos visto y oido, os 10 anunciamos.»4

2. Ahora bien, se nos ha sugeriJo aqui un hecho importilllte: se tr<ltade que el mundo nos vence, no simplemcnte apelando a nuestra rilz6n,ni excitando nuestras pasiones, sino imponiendose a nuestra imagina-ci6n; un hecho obvio, si se quiere, pero que no deja de suscitar algunasreflexiones muy provechosas5. Los sistemas que se organiz:ll1 scg(mprincipios humanos se desvian tanto de 1a verdad promulgaJa en laEscritura que el simple hecho de que existan ante nosotros se COlJvierleen un argumento efectivo contra la misma Escritura. 1'or la persislenciaen sus afirmaciones, incluso cuando nuestra razon los condena; y gra-dualmente llegan a veneer a quienes empezaron contradiciendolos. Loque se afirma repetidamente y sin vacilaci6n a la larga mereee creditoentre la muchedumbre humana; y en nuestro caso, todo esto sucedeasi: reconocemos, desde el principio, que el mlIndo es uno de nuestrostres principales enemigos; sostenemos, mas que simplemente conce-der, que el aspeeto exterior de la realidad habla un leguaje muy diferentede la palabra de Oios; y, sin embargo, cuando empeza1110s a fl1overnosen el mundo, resulta que esto miS1110pone a prueha, no solo paranuestra obediencia, sino incluso para nuestra Fe; me refiero almeroheeho de que elmundo demuestra ser efectivamente 10que nosotlOS alprincipio ya reconodamos que era.

3. Fijemos ahora nuestra atencion en este tema, a fin de ver In quesignifica, y como aparecen ejemplos de ello en el proceder ordinariodel mundo.

3 Newman da el tonG de su serm6n con una lectura sumamente practica yapasionada de los pasajes que intento precisar de la primera carta de san Juan (elno indica las citas concretas). Por un lado esta el «mundo» 0 el «espiritu delmundo», el falso profeta, el anticristo, los espiritus que 10 acompai'ian y las muche-dumbres sometidas. Por el otro: el Espiritu de la Verdad y la Verdad que el testifica(esta Verdad es Jestls. su Evangelio), los esplritus que aceptan su testimonio --Ioscreyentes-, los cuales dan tambien testimonio visible frente al mundo_

4 Este serm6n, ademas de meditar profundamente estos pasajes de san Juan,esboza las lfneas del camino que nos aproxima a la Verdad religiosa y de los

medios practicos (<<imaginativos» en el sentido de Newman, concretos e hist6ricos)que nos mantienen en la adhesi6n real a ella_ Desarrolla y continua aplicando estaimportantisima observaci6n en su gran libro de madurez sobre el conocimiento yla adhesi6n a la Verdad de fe, Iil asenti11liellto religioso_

5 El hecho de que el mundo nos vence tambicn por la imaginaci6n. y nosimplemente par la razan 0 las pasiones, es algo que los predicadores cristianos nosiempre han tenido en cuenta_ En el presente serm6n Newman no hace otra cosaque analizar este aspecto de la contienda entre la fe y el mundo con los elementosde que disponia, quiza no muy distintos de los actuales.

6 No tiene otra divisi6n en secciones mayores_ En realidad todo el serm6nreOexiona sobre el impacto del mundo en nuestros sentidos, y por ellos directa-mente a la imaginaci6n (es decir, sobre este proceso de erosi6n de la fe)_ Y hastael {,ltimo apartado no vuelve a la victoria de la fe, afinnada el principio_

Page 89: Cardenal Newman: Quince sermones

Y empecemos con la edad en que los seres humanqs se exponenpOl'primera vez a una tentaci6n hlerte de clar credito a !as afirmacionesdel munclo, es decir, cuando se hacen mayores y «entran en la vida».lIasta entonces, aprendieron las verdades reveladas s610 como credo 0sistema de ideas. Estin instruidos en las grandes doctrinas cristianas y lasaceptan. l'orque tienen sentimientos virtuosos, y desean cumplir su de-bel', se consicleran a Slmismos personas real y practicamente religiosas.Leen 10que dice la Escritura sobre el «proceder del mundo», pero tienenmuy poca idea de 10 que es realmente; 10 creen pecaminoso, pero noesta al alcance de su comprensi6n la manera c6mo actua para des-encalllinarlos de la Verdad, y para dar apariencia de bien al mal, y demal al bien. LaEscritura, es cieHo, dice muchas cosas acerca del mundo,pero de ella no pueden aprender en la practica 10que el mundo es; porque-sin alegar otras razones- la Biblia, escrita por inspiraci6n divina, re-presenta las cosas tal como son en realidad a los ojos de Dios, y tal comonosotros las veremos a meclida que aprendamos a juzgar correctamentesobre elias, pero no tal como aparecen a aquellos «cuyos senticlos» notienen aun <dapraetica de distinguir entre el bien y el mal» (lIb 5: 14).

estas les pareceran no s610aburridas y carentes de interes, sino talllbienpuramente te6ricas?Aburridas y descoloridas, ciertamente, como un paisajesobrio, despues de haber mirado fijalllente una bl'illantevista en !asnubes.Y, adelllas de esto, poco practicas, antinaturales e inapropiadas a Lisexigen~ias de la vida y de la constituci6n del ser humano.

(La Biblia deja a nuestra re~ponsabilidad faconcreci6n de nuestras vida~)

5. La Escritura dice muy poco sobre cienos temas que ocupan ne-cesariamente gran parte de la atenci6n de todos los humanos; el hechode no verlos alll tratados es un motivo que los pone a prueba. 5i la Bibliapasa por alto las conductas privadas cotidianas, las obligaciones do-mesticas, civiles y sociales, la relaci6n de cada persona con los aCOIl-tencimientos mas significativos, que marcan los perlodos de una vidahumana y que, para la mayoria, son la fuente de los gozos mas noblesy el contenido de los afectos mas profunJos, yo Jiria que 10hace adre-de, para que el cuadro de la autentica fe y santidad que la revelaci6n haempezado ellos mismos puedan completarlo.

4. En estas circunstancias lIegan los j6venes a 10que va a ponerlos aprueba. La vida sencilla y relativamente apartada que hasta aquel mo-mento gozaban se muclapor los atrayentes escenarios de lavida de relaci6nsocial. 5e abren ante ellos innumerables esferas de actividad, opiniones yconductas diversas y contrarias, con objetivos que absorben sus ret1exio-nes y esfuerzos. Esto es 10 que se denomina «ver el mundo». Aqui,enseguida, todos yerran en sus c:ilculos, y dejan caer en el olvido laslecciones que crelan aprendidas con toda exactitud. Son incapaces deaplicar a la practica 10 que recibieron de palabra; y perplejos al constatarla multiplicidad de caracteres y de fonunas que la naturaleza humanaasume, y la amplitud y la complicaci6n del tejido social, se forjan gradual-mente la creencia de que el sistema religioso que habian recibido es unasoluci6n inadecuada de los misterios del mundo y una norma de conductademasiado sencilla para sus complicados negocios. Todos los seres llU-manos, quiza, estan sometidos hasta cierto punto a esta tentaci6n. Inclusosus relaciones ordinarias e inocentisimas con los demas, SllS respectivasprofesiones temporales, sus legitimas diversiones, les cautivan la imagi-naci6n y, al entrar en este nuevo escenario, miran con ilusi6n e intereshacia el futuro, trazan proyectos de acci6n, y se complacen en suenos defelicidadque esta vida nunca ha realizado. Ahora bien, despues de imaginarasi, como una realidad a ellos destinada, las promesas del mundo, lno escierto que, cuando vuelvan a mirar la Biblia y sus anteriores lecciones,

6. Asi (como ya se ha dicho), 10 que ponia a prueba nuestra obe-diencia resulta tambien una prueba para nuestra Fe.La Biblia da la im-presi6n de contener un mundo, pero no el mismo mundo en que habi-tamos. A los que profesan vivir de acuerdo con sus normas, les otorga-mos sin duda nuestro respeto y alabanza, pero tambien nos llaman laatenci6n en cieno modo pOl'mojigatos e ilusos. Pensamos que debentratarse, si, con delicadeza, como tocarias cuidadosamente un objetoartistico muy caro, pero que en conjunto son tan poco aptos para pres-tar un servicio eficaz, adaptado a la realidad del mundo, como un armade oro 0 un vestido fino en el campo de batalla.

7. Naturalemente, este engano ronda mucho mas, y envuelve portodos lados, a quien empieza a ceder alas tentaciones de la carne. Asi

7 Newman describe sucesivas alas del «antitestimonio» del mundo, cada vezmas impetuosas. Primero ha sido la simple existencia de rodo 10 que atrae nuestrointeres inmediato (apartados 4-6). Ahora (ap. 7), se presenta orglilloso de su ex-periencia de pecado. En el ap. 8, la embestida del mundo sacllde en el [()Odo lascreencias del hombre activo que habia sido educado can alga de religi6n y moral.

Page 90: Cardenal Newman: Quince sermones

se vue]ve mas propenso a caer bajo la artimaib principal del esplritumaligno. Esta consiste en dirigirse al orgullo de nuestra naturaleza; pro-meternos independencia, para arrastrarnos hasta el pecado. Demasiadoa menudo, los que tuvieron la suerte de crecer en la ignorancia de losestilos corruptores del mundo experimentan una especie de rebeldlacontra la disciplina y la sujeci6n que les impusieron bondadosamente.No comprenden que su ignorancia del mal es su gloria, y que realmentees imposible disfrutar a la vez del bien y del mal. Murmuran porque nose les permite ensayar 10 que de momento no desean practicar, 0 por-que no se les permite escoger por sl mismos en asuntos donde les pare-ce que el simple conocimiento otorga una superioridad a los hijos de lacorrupci6n. De este modo produjo su efecto, al principio de la historiasagrada, la tentaci6n de ser como dioses: el orgullo abre la puerta aldeseo vehemente. Luego, de modo semejante, embriagados por ~ ex-periencia del mal, piensan que poseen la verdadera sabidurla y que supunto de vista sobre la naturaleza y el deslino del hombre es mas am-plio e imparcial que el ensefiado por la religi6n. 5i bien las costumbresde la sociedad restringen sus declaraciones dentro de los limites de ladecencia exterior, en su coraz6n va arraigando la creencia de que elpecado no es ningun dailo grave, sino cosa normal y corriente, una fla-queza en que todos patticipan, de la cual hay que hablar con favorabletolerancia, 0 en todo caso, darla por supuesta en cada individuo, y pa-sarla por alto en silencio. Creyendo esto, no les cuesta nada descubrir 0

imaginar debilidades en quienes gozan del credito de una calidad moralsuperior a la ordinaria; no son reacios a insinuar la posibilidad de queestos obren movidos por pasiones humanas, aunque sean las de caractermas refinado, cuando no pueden imputarles las mas groseras. Quitandoel prestigio de los virtuosos y atenuando al mismo tiempo la culpa delos viciosos, reducen casi al mismo nivel a todos los humanos. No puedepedirse un ejemplo mas a prop6sito de este estado anlmico que el quenos ofrece la celebre obra de un historiador del siglo pasad08; recono-ciendo eJ gran talento de este autor, junto con su coraz6n frio, su men-talidad impura y su espiritu burl6n hay que tenerlo justamente, al menosen este pais, por uno de los principales maestros de la nueva escueladel error que al parecer aun no ha conseguido todos los objetivos quese habia marcado, y que se parece al modelo del principe del mal, masexactamente que los demas anticristos que han ocupado el escenariodel mundo en estos ultimos tiempos.

R The Decline and Fall of tbe Roman Empi1"e,la gran historia del imperio fOma-no y bizantino escrita pOl' Gibbon. Ya ha aparecido una referencia a la misma enpaginas anteriares, y al hecho de que Newman no perdi6 nunca eJ interes parcarregir Ja interpretaci6n malevola que cia de la expansi6n del cristianismo y deltestimonio de los santos.

8. La lentaci6n a que me he referido, de confiar en el mundo, por-que habla atrevidamente, y de pensar que debe consentirse el mal pmel hecho de que existe, tendra aun mas fuerza y mas exilo en el caso dequien se encuentra en pleno ejercicio de sus capacidadcs y carece deprincipios muy definidos que Ie afiancen en el «camino angosto» (Ml 7:14). Le ensenaron a creer que no habia mas que una fe verdadera; y, alentrar en la vida, se encuelltra con innumerables doctrinas que circulanentre los hombres, cada una de las cualcs declara que es la verdadera.Habia aprendido que no existia mas que una Iglesia, y se halla can in-contables sectas religiosas, mas a(m, can la opini6n difundida de quetodas ellas son igualmente buenas y de que no existe en absoluto unaIglesia de instituci6n divina. Estaba babituado a clasificar a los hombresen buenos y malos, pero descubre que no hay manera de reducir asistema sus caracteres reales; pues eI bien y el mal aparecen mezcladosen todas las proporciones imaginables, y las virtudes y los vicios en unsinfin de combinaciones; y, 10 que es todavia mas extr<lii.o,un credodefectuoso aparece Imido a una vida virtuosa, y una conducta incohe-rente desacredita la profesi6n correcta de Ia Fe.Descubre, ademas, quelos hombres no act(Jan en general por motivos elevados, a pesar detodo 10 que ensenen te610gos y moralistas; esta experiencia Ie apremiainsistentemente, hasta el punto que empieza a considerar desatinadopretender que el conjunto de la humanidad actue por tales motivos, y aconsiderar extravagante la misma predicaci6n de una moral y una doctrinaelevada. Y a la larga, casi inconscientcrnente, considera el sistema reli-gioso de su juventud hermoso en si mismo, practico quiza para la vidaprivada y util para las cJases inferiores, pew completamente inadecua-do para los que viven en el mundo. 5i bien no esta JIluy dispuesto areconocerlo, pues con clio daria mal ejemplo, 10concede tkitamente:nunca defiende sus supuestos principios cuando son atacados, ni act(Ialealmente conforme a ellos en los negocios de su vida.

9. En el caso de que su talante filos6fico 0 su filanlropia natural IeJlevaran, respectivamente, a investigar la naturaleza humana 0 a com-prometerse en planes para mejorar la sociedad, entonces sus opinionesadquieren por fin el caracter de una incredulidad mas definida. A veces

9 Ahara la arremetida del mundo no s610 hace tambalear la fe de una persona,sino que la lleva a vel' el cristianismo como un obstaculo para el progreso humano,aunque no luche descaradamente contra el como un poder adverso (pOl"que piensaque caera solo).

Page 91: Cardenal Newman: Quince sermones

es consciente de que esta combatiendo al cristianismo:\ no, claro esta-tal como 10 concibe~, pOl' una mala voluntad injustificada, pero siinevitablemente, cuando to1'a con el en su camino. Estan en peligro decaer en esta disposici6n de animo personas que desean hacer el bien enla epoca actual. Trabajan pOl'objetivos beneficos, a su manera, para lahumanidad, pero al mismo tiempo se impone poco a poco en su mentela idea de que la religi()n revelada es un serio estorbo para sus acciones.Puesto que no quieren ni abandonar sus planes ni ofender los senti-mientos de olras personas, toman la determinaci6n de dejar que lascosas sigan su curso. Creen a pies juntillas que el cristianismo liene quecaer ante ]a ilustraci6n progresiva de 1:.1epoca moderna, pero deseanresguardarlo de los ataques directos y tomar las medidas necesariaspara que no se hunda de otro modo que el que Ie toque irremisiblemente,mas tarde 0 mas temprano; tal como todos los instrumentos obsoletos yrodas las instituciones caducas se desmoronan bajo las manos del GranInnovador1o, el que crea nuevas corrientes de ideas y nuevas situacionescriticas y no reconoce ninglm derecho divino en un mundo turbulentoy cambiante.

11. Y hay algunos que, manteniendo su fe en 10principal, pierdenla noci6n de su importancia. Cuando descubren que muchas personasno estaran de acuerdo entre si sobre puntos de doctrina y disciplina,imaginan que la uni6n debe efectuarse en las condiciones que sean;consienten en abandonar artlculos de fe que son basicos para la comu-ni6n cristiana e intentan realizar 10 que denominan una uni6n de co-razones, como vinculo de comuni6n entre los que difieren en las nocionesde un Dios, un Senar, un Espiritu, un bautismo y un cuerpo; olvidan-dose de la condenaci6n explicita pronunciada par nuestro Senar sobrelos que «no crean» la predicaci6n de sus servidores (Mc 16: 16), y deque <((odoel que niega al Hijo, se queda sin el Padre» (I In 2: 22)12.

12. Otros no pueden aceptar esta negaci6n de la imporrancia de laverdad doctrinal, pero se quedan dubitativos ante las dificultades quede la posici6n contra ria se siguen en Ia gesti6n de los asuntos humanos.En su perplejidad, se habitlJan sin buenas razones a distinguir entre susobligaciones pllblicas y privadas, y a juzgar sobre ellas seglll1 criteriosdispares. Este camino suelen seguir los que empiezan suponiendo queexiste cierto distintivo extravagante 0 inaplicable para cerciorarse delrealismo de los principios religiosos de los demas, y que par tanto aca-ban pensando que no se halla en ninguna parte: ni en la verdaderaIglesia, ni en las sectas que la mdean. Asi, pOl' un lado, consideran atodos los hombres (hablando en general) igualmente alejados de laVerdad, y extranos a la regeneraci6n divina que Cristo otarga a su pe-queno rebano de elegidos; y, pOl'otro lado, yen que los hombres, des-tinados a vivir juntos en sociedad, deben cooperar sabre la base dealgunos principios, los que seanl3. POl' eso en sus relaciones civiles

10. Aveces se da elcaso dealguien que, sin darse cuenta, se va apar-tando de 1:.1Verdad que esta en Jesus, porque asume 10que Ie ensena elespiritu del mundo; y sostiene teodas que la Escritura anatematiza, perono se percala de su situaci6n, 1'or simple ignorancia de 10que enseiia laEscrirura. Asi continlla fantaseando durante un liempo, 1'ues es reacio aabandonar su 1'rimitiva fe. Cuando accidental mente se encuentra conalgunas de las doctrinas reveladas que a1'rendi6 de nino -la Encarnaci6n,o eI castigo eterno de los malvados-, tropieza contra ellas. Entonces seempenara en quilar1:.lsde en medio, como si flleran anexas pOl'casua-Iidad al credo de la Escritura, sin apenas pensar que se trata precisamentede sus peculiaridades esenciales, y sin tomar en consideraci6n que elhecho de su tropiezo contra aquellas doctrinas comprueba que SllSideascoinciden s610 en apariencia con la totalidad de la revelaci6n. Este per-manecera a 1:.Ispuertas de la Iglesia, testificando contra si mismo par elhecho de qlledarse alii; y perdera la recompensa otorgada inclllso a Insproselitos de la puerta en tiempos del paganismo. Laperdera, por cuan!()podia «haber conocido el camino de la justicia», y sin embargo «se klapartado del mandamiento santo que Ie habian entregado» (II Petr 2: II).

10 Newman sugiere a Dalgairns una nota explicativa para la traduccion francesa:«Lord Bacon denomina asi al liempo» (Letters and Diaries XII, p. 31).

1 j En esta erosion de la fe pOl' los puntos de vista profanos, algunos se imagi-nan conservarla, pOl'que la ban reducidu a su esqueleto 0 a su pie\.

12 Este apartado alude al hecho de que entonces en Inglaterra, ademas de lareforma politica (de 1832), algunos propugnaban una reforma religiosa, que con-sisti ria en crear una religion nacional, de la que solo serian excluidos, por un lado,los catolicos romanos, y pOl' Otro algunas sectas mas extremistas.

13 La tendencia evangeIica dentro del anglicanismo, y los grupos disidentesanalogos, prescindian practicamente de la visibilidad de la Iglesia (pues para ellosel criterio distintivo del cristiano no es el sacramento del baulismo, sino ciertaconversion interior). Si se prescinde de la visibilidad eclesial, cuando se plantea eIproblema de la incidencia de la fe cristiana en una sociedad democralica y pluralista,es mucho mas facil lIegar a una conclusi6n simplemente individualista 0 reducidaal ambito privado. Newman no queria entonces que eI Estadu britanico dejara dereconocer a su Iglesia anglicana, aunque lucho firmemente por la independenciade esta. Veanse puntualizados los principios filosofico-religiosos y politico-rei i-

Page 92: Cardenal Newman: Quince sermones

abandonan los principios estrictos de la Escritura, y no conceden ningu-na preferencia a los que honran a la Iglesia, por encima de los queprofesan opiniones carentes de respeto hacia ella14; quiza adoptan la ideade que el Estado como tal no tiene nada que ver con el tema de lareligi6n; alaban y vituperan segun un criterio diferente del revelado porel cristianismo; y todo esto al mismo tiempo que, quiza, en sus pensa-mientos secretos, se adhieren con todo afecto a un credo preciso, rigu-roso en sus decisiones, y que empuja a actuar en el mundo; a pesar dela blandura, conformismo y liberalidad de sentimientos que su modopublico de hablar y comportarse parecen demostrar.

corazones, que desean presentar sin mancha ni dcfecto, como unavirgen casta, a Cristo su Senor (II Co 11: 2)15.

(Hasta los mejores necesitan reaJirmar sus prop6sitosJ

13. Ni siquiera los seres humanos de mejor calidad moral estanprotegidos completamente de la impresi6n que causan los principiosmundanos, que hemos visto que influyen tanto sobre la multitud.Sera sin duda un fruto raro y maravilloso de la gracia celestial quien, almeterse en el fragor y tumulto del mundo, pueda considerar las cosascon la misma calma con que las contemplaba a distancia, antes deque llegara el momenta de la acci6n. Son tan numerosas las razonessecundarias que pueden aducirse a favor 0 en contra de cualquiermedida y de cualquier principio, son tan urgentes los requerimientosdel interes cuando la mente esta relajada, 0 de la pasi6n cuando estaexcitada, y es tan dificil luego comparar y determinar la relativa im-portantia de las consideraciones opuestas, que los cristianos massinceros y fervorosos reconoceran con sorpresa que se han extravia-do en un desierto que podian medir con exactitud antes de meterseen el, 0 que han perdido el sendero que pareda un hilo claro entrelas colinas cuando 10 velan en el horizontc. Precisamente debido aestas experiencias de impericia y debilidad, algunos creyentes muysinceros mantuvieron la practica de formular votos sobre prop6sitosque tenian plenamente decididos, con el fin de evitar que un arrebatode pasi6n, 0 el sefluelo del interes mundano, se adueflaran de sus

(El mundo lucba par imponerse, sin razones, a la imaginaci6n)

14. T6mense todos estos ejemplos, entre otros muchos, como unapequefla muestra de la poderosa influencia que ejerce la escuela delmundo, y de la doctrina que impone. Todos empezamos reconociendoque esta escuela es hostil a la escuela de Cristo, pero aceptamos satis-fechos tomar de ella nuestras lecciones de sabiduria practica a medidaque la vida continua. Tal es el triunfo de la vision profana sobre la fe. EImundo no aporta en realidad ningun nuevo argumento a Sll favor, nadaque pase de su simple afirmaci6nl6. Al principia de todo, los cristianosreconocen que la enseflanza de esta escllela es contraria a la revelaci6n,y que no debe reconocerse su autoridad; desplles, sin embargo, cllandose oye efectivamente en los tratos ordinarios de la vida, esta simpleenseflanza carente de fuerza demostrativa -que te6ricamente no cons-tituia ninguna objeci6n contra la verdad de la Palabra inspirada- lossomete, en mayor 0 menor grado, al servicio del «principe de la po-testad del aire, el espiritu que ahora obra en los hijos de la desobediencia»(Ef 2: 2). Asedia violentamente su imaginaci6n. EI mundo pasa comouna procesi6n arrastrando su larga comitiva: sus principados y potesta-des, los mliltipies lenguajes de Babel, los astr610gos de Caldea, los G)--

rros de Egipto, caballos y jinetes, los cultos falsos de Baal y Astarte; yquienes la presencian, se sienten fascinados; corren en tropel detras deellaj con una extrafla afici6n imitan sus ademanes y estan chochos parsus mascaradas. Y si luego asisten ocasionalrnente a los actas sencillosy solemnes de la Iglesia de Cristo, y oyen los testirnonios que en ella seofrecen del conjunto de las verda des del Evangelio, que no han cambia-do desde cuando las dejaron -«Yo soy el camino, Ia verdad y la vida»(Tn 14: 6); «Sed sobrios y vigilad» (I P 5: 8); «Estrecha es la puerta yangosto eI camino» (Mt 7: 14); «5i alguien quiere seguirme, nieguese aSl mism()))(Mt16:24); «Despreciado y rechazado por 10shombres, var6n

giosos a que se oponia en esta epoca, en la nota A, al fin de la Apologia, teniendomuy presente, como 10 dice en el ultimo parrafo, que se trata de un recuento«hist6rico» y no necesariamente de una reafirmaci6n de su postura.

14 Parece una consecuencia 16gica del reconocimiento oficial de la Iglesia porparte del Estado confesional. Pero hay que recordar, ahora especialmente, que unEstado de igualdades democraticas para creyentes y no creyentes no significa nimucho menos un Estado practicamente ateo, que no considera que la religi6nforma parte del bien comun, 0 que pone trabas a la practica de la misma como sise tratara de un simple lujo 0 capricho privado. En su Cm1a alJie/1a al Duque deNo~folk (1875), Newman reflexiona especialmente sobre algunas dificultades de lavida de fe cat61ica en Estados antiguos y modernos.

15 SegCm Nedoncelle, «esta alusi6n a [os votos religiosos debi6 parecer tambienligeramente provocadora a los oyentes anglicanos de Newman». El se inspiraba enla practica de la Iglesia antigua.

16 Como expuso al principio, no se trata de un problema de razones demostra-tivas, sino de simple afirmaci6n de los principios mundanos, sin analizarlos enrelaci6n con el fondo de nuestra naturaleza y el sentido de nuestra vida. Desarrollaun tema parecido en la conferencia «Una forma actual de incredulidach>, dentro deIdea de IlIIa universidad (2' parte, C. 5), donde dice, con smpresa de algunos, queno tiene pm que refutar 10 que nadie ha demostraclo (aunque 51 In analiza profun-damente).

Page 93: Cardenal Newman: Quince sermones

de dolures y acostlllllbrado al sllfrillliento» Os 53: 3)- lodo esto les pa-rece enormemente ineal; SllSpredicadores, plleriles y carentes de ra-cionalidad; sus opiniones, extravangantes, y sus argumentos, endebles.Si dichos espectadores se muestran tolerantes hasta el punto de compa-decerse de todo esto icuanto se parece al desprecio esta compasi6n!

15. iEIdesprecio de los hombres! iPor que hemos de ser reacios asoportarlo? No somas mejores que nuestros padres. En todas las epocasesta ha sido la suelte de cristianos que posefan mucho mas que noso-tros las riquezas de la sabiduria divina. Esta fue la suerte de los ap6stolesy los profetas, y del miSlllOSalvador de la humanidad. Cuando 10lIevaronante Pilato, el gobernador romano experiment6 la misma sorpresa y elmismo desden que ahora manifiesta el mundo ante el reconocimientode su misi6n celestial. «Para esto he nacido, c..) para dar testimonio dela Verdad. Dijo Pilato: iY que es la Verdad?» (Tn 18: 37 s.). Y de nuevo,cuando Festo cont6 al rey Agripa la causa de la polemica entre san Pabloy los judios, dijo: «Los acusadores ... no presentaron ninguno de los car-gos que yo sospechaba. 5610 tenian contra el ciertas cuestiones perti-nentes a su propia religi6n, y a cierto Jesus, ya muerto y que, seglll1Pablo, est:'i vivo» (Hch 25: 18 s.).

16. Estas son, can todo, palabras de hombres que, por no haber co-nocido la firrneza del cristianismo, carecian de la culpabilidad de Iaapostasia deliberada. Pero, en un pais cristiano -donde, si indagasenpodrian caer en la cuenta de su error-, icuanto preocupa observar lJ1anifestaciones de ceguera y arrogancia semejantes alas paganas! jY queaviso para todos nosotros, ver a los que se manifiestan sin rebozo incti-ferentes a ]a Iglesia, aunque de nombre continuen dentro de ella! To, ')s,sin duda, estamos pasando nuestra prueba y, a medida que nos mete-mos en el mundo, se realiza la selecci6n: la paja se separa gradualmentedel verdadero grano. Asi 10explica san Juan: «Salieron de entre noso-tros, pero no eran de los nuestros; pOl'que, si hubieran sido de los nues-tros, hubieran pennanecido con nosotros. Pero asi ha quedado claroque no todos son de 10snuestros» (I In 2: 19). Y nuestro Senor esta ahi,

17 El "antitestimonio» del muncto lIega a su maxima fuerza con el desprecioaltivo, indiferente y burl6n Cap. 15). Y quiza el pear de los desaires a la fe es el queproviene de 105 mismos cristianos Cap. 16).

observando atentamente el proceso, avisandonos de «]a hora de la ten-taci6n que caeta sobre toda la tierra» (Ap 3: 10), y exhortindonos a«discemir a los que dicen que son ap6stoles, y no 10som>CAp2; 2), ya«aferramos a 10 que tenemos, para que nadie nos quite nuestra corona»(Ap 3: 11).

17. Entretanto, es motivo de aliento para nosotros la fuerza inmensade testimonio y de ensenanza que puede tener el ejemplo sencillo delos que se empenan en servir fielmente al Senor. De esta manera usamoscontra el mundo sus propias armas; y, asi como su exito se basa en elatrevimiento con que sostiene que 10 malo es bueno, tambien mediantelas afirmaciones contrarias significadas por una vida estricta y una pro-fesi6n firme de la verdad, podemos redargi.iir ante la imaginaci6n hu-mana que es posible en la practica la obediencia aDios, y que la Escri-tura tiene su valor persuasivo. Un martir, 0 un confesor de la fe, es unhecho, y tiene valor testifical en si mismo18 Trastoma !as teorias de lasabiduria humana, a la vez que irrumpe en aquella seguridad y aisla-miento en que los mundanos de buena gana quisieran retirarse, lejos delpensamiento de la religi6n, Un profeta19 contra cuatrocientos perturb6la serenidad de Ajab, rey de Israel. Y cuando los testigos en la visi6n deJuan fueron asesinados, aunque no eran mas que dos, entonces «Ioshabitantes de la tierra se alegraron y se felicitaron por su muerte, yhasta se hacian regalos unos a otros, por cuanto estos dos profetasconstituian un tormento para ellos» (Ap 11: 10). Mas aun, tales confe-sores de la fe cuentan con un testimonio dentro del pecho de sus ad-versarios, un instinto que proviene de Dios, que puec1e ser corrompi-do y transformaclo en odio a la Verdad, pero dificilmente en unacompleta desconsideracion de la misma, cuando esta aparece anteellos, En la historia de la humanidad no puede hallarse el caso de unpoder anticristiano que por largo tiempo se abstenga de perseguir"O El

1~ Admira el vigar de la Iglesia primitiva y siente pena por la desidia delanglicanismo de su tiempo. Reacciones suscitadas en el pur el estudio sobre losarrianos del siglo IV, que esta par terminar. Vease hacia el fin del cap. I de laApologia: ,<La renul1cia de sus ascetas, la paciencia de sus martires, la irresistibleresoluci6n de sus obispos, el impetu gozoso de su marcha me exallaban a par queme abatian. Me decia a mi mismo: "Mira este cuadro y esotro". Amaba a mi Iglesia(anglicana), pero no con temura; sentia espanto ante su porvenir, angustia y me-nosprecio ante su perplejidad inerte ...»

19 Elias, en el libro 1 [llll de los Reyes, cap. 18.20 La pregunta indiferente de Pilato ante la Verdad, citada en el apartado 15, se

tradujo de hecho en permitir 0 mandar la tortura y muerte de Jeslls.

Page 94: Cardenal Newman: Quince sermones

desdeiioso Festoa la larga interrumpi6 con impaciencia ~l di~curso desu prisionero. Y en nuestros tiempos, que gozan de un meJor sistema ?ederechos21, sea cual sea la burl a 0 malevolencia dirigida contra el flelcristiano, estas actitudes hostiles muestran que el ver~adero cre~ente esuna cohibici6n 0 un freno para el vicio y la increenCla, y. un aVlso y unguia para los vacilantes y para aquellos qu~ quedan todavl3 en el mu?docon un coraz6n mas religioso que las opmlo~e~ qu~ 'p:ofesan. ASI,alpie de la letra, tal como 10 expresa el texto blbhco II1IClal,~I creyentevence al mundoj 10 vence sufriendo, y aceptando de bue.na \iOlllntad eltrato altanero y el ultraje que recibe de muchos, con el fm de poderlosbeneficial' en cierto gradoj aunque cuanto mas los ama, Ie amen menos.

LA RESPONSABILIDAD HUMANA,

INELUDIBLE!

1. Nuestros primeros padres tuvieron la tentaci6n original de de-mostrar su libertad, usandola sin tener en cuenta la voluntad de Aquelque se la dio. Laexcusa original que ellos presentaron despues de pecarfue que no eran realmente libres y que habian actuado bajo una influenciaque los dominaba, la sutileza del tentador. Pecaron para independizarsede su Creadorj explicaron su pecado por Ja raz6n de que eran depen-dientes de EI. Y este ha sido desde entonces el proceder del orgulloi1egitimo y de la concupiscencia desenfrenada: primero, gloriarnos denuestra incontrolable libertad de deseos y de conducta; luego, cllandonos hemos estropeado a nosotros mismos, alegar que somos esc1avosde la necesidad.

1 Titulo original: Human responsibirity, as independent of circumstances. Esleserm6n y el siguienle, inmedialamente anteriores al Yiaje de Newman y Froude pmel Mediterraneo, parece que responden a un descubrimiento 0 profundizaci6n es-pecial, par parte de su autor, del misterio de iniquidad que anida en nuestra natu-raleza humana. Podemos entender que se trataba de los preambulos espiritualesnecesarios para una gran campana de renovaci6n eclesial como Ia que realizaron alyolver. Empez6 a escribirlos, ambos respectivamente, ocho dias antes de pronun-ciarlos. Sus notas personales y sus cartas de aquellos dias respiran los preparativospara el gran viaje que, en el caso de Newman, dura ria desde el 4 de diciembre de1832 hasta mitad de julio de 1833; con~tan tambien su preocupaci6n pOl' los (1Iti-mos detalles de la tarea inlelectual y pastoral que dejaba realizada, y proyectosinmediatos, como las poesias de la lyra Aj!nstofica, que el y Froude l1landarian desdeel sur de Europa para que fUE'ran publicadas en el Britisb MagaZine.

Page 95: Cardenal Newman: Quince sermones

pum, te mostraras pum, y con el discolo te mostraras reacicJ» (Sal 18: 26)«EI alma que peca, morira.. Haceos un coraz6n nuevo y un espiritunuevo, pues 2por que quereis morir?» (Ez 18: 4.30. Y despues de lavenida de Cristo, Pablo, el mas expllcito de los interpretes de ]a nuevaalianza, ~s igualmente explicito en el reconocimiento de la norma origi-nal: «Cada uno debe lIevar su propia carga ... No os enganeis: de Diosnadie se burla; 10 que cada uno siembra, eso cosechara» (Ga 6: 5-7).Incluso en su carta a los Romanos, don de se ocupa directamente deexplicar otra doctrina -a primera vista, opuesta-, encuentra la ocasi6nde reconocer expllcitamente el principio de la responsabilidad. Si bienexalta el poder soberano y los designios inescrutables de Dios, y parecereferir totalmente a Ella actividad del hombre, vasija pm EI modelada,no se olvida de afirmar, ya al comienzo de su exposici6n, la indepen-dencia y responsabilidad reales de la voluntad humana: «Dara a cada unosegll11su merecido; ...tribulaci6n y angustia para todos cuantos hagan elmal; ... pem gloria, honor y paz para los que hacen del bien; ... pues enDios no hay lugar a favoritismos» (Rm 2: 6: 11), afinnaciones que nodire que son absolutamente incompatibles en su misma estructura con10 que se denomina el credo calvinista2, pero ciertamente nunca hu-biesen sido escritas por un dirigente de esta tenclencia en una c1eclara-ci6n oficial de su pensamento dirigida a los que creen como el. Final-mente, tenemos el testimonio del libro que completa y sella para siem-pre las comunicaciones divinas: «Mi recompensa llega conmigo y voy adar a cada uno segun sus obras. Dichosos los que cumplen mis manda-tos, para tener derecho al arbol de la vida» (Ap 22: 12.14).

2. En consecuencia, ha correspondic!o sielllpre a la religi6n el oficiode protestar contra las argucias del Maligne), y de conservar vivo elrecuerclo de las verdacles que se corrompen cuando el coraz6n se cierraa la fe: la libertad del ser humano, inseparable de su responsabiliclad; lasoberania del Creador; la supremacia de la ley de la conciencia comorepresentante suyo dentro de nosotros; y la imp0I1ancia secundaria delas circunstancias externas en el juicio que se pronunciara en clefinitivasobre nuestra conducta y sobre el caracter personal que nos hemosforma do.

3. Que hemos de dar cuentas de 10 que hacemos y de 10que somos-que, a pesar de todas las ayudas y obsta cui os procedentes del exteriorde la propia persona, cada uno es la causa de su felicidacl 0 de sudesdicha- es una verdad certificada tanto pm la naturaleza como porIarevelaci6n. La naturaleza nos la atestigua con el sentimiento de culpabi-Iic.lady remordimiento, el cual implica una condenaci6n de sl mismo.Las Escrituras, a su vez, la tienen pOl' el gran criterio, que predominadesde el principio al final, en cualquier epoca del mundo y en todas beta pas de ]a historia de la salvaci6n. Los cambios hist6ricos, las diversasfonnas de conocimiento religioso, los dones de la gracia, no perjudicanla integridad de esta verdacl imporrantlsima. Elogio al obediente, castigoal transgresor, es la norma revelada de la acci6n de Dios desde el ,0-

mienzo hasta la consumaci6n de todas las cosas. Ni la calda de Adan laaboli6, ni los dones misericordiosos del Evangelio la dejan de !ado.

5. Ademas, para garantizarnos la libertad y responsabilidad esencialde nuestra voluntad -a pesar de otras int1uencias de todo tipo, incluida!a de nuestra naturaleza corrompida en el origen-, tenemos fmmuladosde una manera inconfundible los llmites de las ayudas y obstaculosexter~os. Por ,10 que se refiere a estos ultimos: «Dios es fiel, y no per-mltrra que sealS puestos a prueba pOl' encima de vuestras fuerzas; al

4. Dijo Dios despues de ]a creaci6n: «EI dia que comas ..., cierta-mente moriras» (Gn 2: 17). AI establccer su alianza con los israelitas, elSenorDios se manifest6 allegislador de su pueblo como «boncladoso ycompasivo, paciente, rico en misericordia y en t1delidad; que rienecompasi6n pOl' miles de generaciones, perdonando la iniquidad, latransgresi6n y el pecado, y que no deja pasar can ligereza la culpa» (Ex24: 7). Y cuando Moises intercede pOl' el pueblo, con una insistenciaque casi roza con la infracci6n de la norma divina, Dios Ie recuercla queno puede scr realmente responsable en lugar de los demas. «Quienquierabaya pecaclo contra Mi, a ello borrare de mi libro» (Ex 32: 33). La etapade los profetas hizo valer la misma verdad aun mas claramente: «Con el

2 Tratara de las convicciones y actitudes basicas de la corriente calvinista (ap.19 y 20 de este serm6n), pero ya indica aqui que no pretende estudiar el calvinismocomo sistema te6rico. £1 mismo en su adolescencia se habia adherido a la corrientecalvinista moderada dentro del anglicanismo (Vease cap. I de Lt Apologia). En esteap. 4, el rapido, sencillo e impresionante recorrido por toda la Biblia desarma lasteorias rebuscadas sobre la predestinaci6n que pretendan arrinconar la responsabi-Iidad personal. .

3 Exteriures, extemal, en el senticlo que no tienen su (dtima raiz en la Iibertaclpersonal. Aunque Dios actua ciertamente desde 10 mas hondo de la persona.

Page 96: Cardenal Newman: Quince sermones

contra rio, junto con la prueba os propareionara fuerza para poderlaresistim (I Co 10: 13). Par 10que se refiere a la naturaleza carrupta conque hemos naeido: «Nadie diga en la tentaei6n: "Es Dios quien me inei-ta al mal". Cada uno es ineitado al mal pOl' su propia pasi6n que Iearrastra y Ie seduce. Despues la pasi6n, una vez consentida, da a luz elpecado, y el pecado, una vez cometido, arigina la ll1uerte» (St 1: 13-15).Y en cuanto alas ayudas divinas: «Los que fueron una vez ilumina-dos ..., si han caido, es imposible que se renueven otra vez par la con-versi6n» (Hb 6: 4.6).

(Carga demasiado pesada, que a menudo deseariamos eludir)

6. Que nadie se ponga a celebrar triunfalmente, 0 polemicamente,estas declaraciones de nuestro privilegio de «sujetos marales activos»4.Al contrario, es tan impresionante y oneroso este atributo casi divino denuestra naturaleza, que cuando 10consideramos atentamente, se requiereuna fe muy firme en la sabiduria y el amar de nuestro Creador para nohuir corriendo de tal don (10que ya seria pecaminoso); y para no inten-tar -ante la perspectiva de nuestra f1aqueza, si es que no tenemos ya elmal recuerdo de la misma- traspasarlo de nosotros a 1005agentes anima-dos e inanimados que nos rodean (con 10 cual se perderia nuestra in-morta!idad bajo las sombras del mundo visible). Cuando nos sobrevie-ne el sentido de culpa, experimentamos mucho mas todavia la tentaei6nde desembarazarnos de! conveneimiento de nueo5trareo5ponsabi!idad;y,en lugar de recurrir a Aque! que puede perdonar 10 que no podemosquitarnos de eneima, buscar refugio en la radical falta de fe de nuestrosprimeros padres, dando la excusa de que «Ia serpiente nos 10 habiaofrecido y 10 habiamos comido».

CBsmas diJlcil asulnir el deber concreto)

8. Echa~ la culpa alas eircunstanciao5en que nos encontramos es !a~xcusa cornente. de que disponernos cuando nuestra conducta 111erecetepr~ch~ en algun punta concreto. Sin emb<lrgo, hasta el mar<lliSlapa-gano via que son voluntarias.todas aquellas acciones en que noo5otrossomos, de alguna manel:~ en ultimo termino, el principio activo; y queel e.l?glo y la reprobaclon se olorg<ln, no porIa manera como nos~ublesen:os comportado si !as circunstancias hubiesen sido diferentessmo segl~n nuestra conducta real siendo !as cosas como son. En u~comentano sobre las mercancias arrojadas poria borda en un<ltelllpes-ta~, observa «que tales. ~ctos deben considerarse voluntarios, pOl' serobJ~t~ de nuestra elecCion en el momenta en que se realizaron, puesdecldlmos nuestra conducta segun la situaei6n critica en que nos ha-llamos». La verdad es qu~ nada es tan facil para la imaginaei6n como eldebel' en abstra::=to,es de~lr, el deber nominal y no real. Cuando adquiereuna fonna precisa y ~fectlva, cuando lJega a nosotros rodeado de c1etallesconcretos (yes obvlo que no puede llegar de ninguna olra manera) esentonces cu~ndo se vuelve dificil y penoso. Lascircunstancias s(;r; l<lverdadera piedra de toque de la obediencia. Sin embargo, siendo estotan senCillo de v~r, 10 mas comun es imaginal' que nuestra situaci6nconcreta ~s espeClalmenle ardua, y que seriamos mejores y mas fe!icesen cualqUier otra.

(La ocasi6n como excusa)

~. Asi, pOl'ejemplo, la oportunidad, que para diversos pecadoo5es elm~clto de que se siIve .la.tentacion, se convierte en una excusa para 1005mlo51110S.Claro que qUiza nunca hubieramos sido tet1taclo . . f. . • . 05,051no uesepOI'una combm~Clon poco frecuente de eircunstancias. Sin embargo,esto no nos autonza, cuando caemos en tal ocasi6n, a excusar enseguidan~~s.tra f1aqueza dando pOl' supuesto el caracter extraardinariamentedlflctl de la prueba.

7. Es mi deseo ahora ofrecer algunos ejemplos de como se introdu-ce y actlla este sofisma en las situacioneo5de nuestra vida. No porqlle setrate de un tema que admita un tratamiento novecloso, sino con la espe-ranza de conseguir que nos percatemos de un modo de engaiiar nuestrasconeiencias, COmlll1a todas las epocas desde la transgresi6n original, yque no consigue menus exitos en la nuestra.

(((Si hubiese recibido mejor instruccii5l1»)

10. Tamb!en las carencias educativas son una excllsa corriente entrelas clases mas hllmlldes para justificar una vida descuidada e irreligiosa.

5 Na~a del autar: :(Ari~t6teles: Erica a Nic6111aco. III, 17».- E~ importante elte~ttlllo~tO del gran fttosofo sobre 10 que e~ voluntario y responsable. I.a~ reflexia-nes de Newman tlenen Illltcho de original, pem ~iempre procura tcner cerca a 1005

grandes alttore~. (<I am mgood comjJany», dira lodavb en su (Jltima potemica (885),

Page 97: Cardenal Newman: Quince sermones

la falsa caridad con que a veces los tratamos. Por ejemplo, los vicios delos j6venes se consideran a menudo con una indulgencia nada razona-ble, aduciendo el motivo de que la juventud siempre sera desenfrenadae irreflexiva; 10cual es 10mismo que decir, en palabras llanas, que haytentaciQnes que no son para poner a prueba nuestra obediencia. Otroejemplo: en la revoluci6n que se ha producido recientemente, en direc-ta oposici6n a 10que dice la Escritura, de ciertos estratos de la sociedadcontra los poderes tradicionales, se les excusa porque son i1ustrados y,en cambio, los que mandaban eran fanaticos; 0 porque se sienten capa-ces de ejercer mayor poder; 0 porque el ejemplo de otras naciones lesha incitado a tomarlo; 0 sencillamente (la excusa mas corriente) porquetienen los medios para hacerlo; como si la lealtad pudiese !lamarse virtudcuando los hombres no pueden ser desleales, 0 la obediencia merecie-se elogios cuando se mantiene por coacci6n8 De manera semejante existeuna falsa caridad que, por principio, toma bajo su protecci6n la causade la herejia9; y, en vez de condenarla como tal, se afana en imaginar

11. Asimismo, casi no podemos quitarnos de la cabeza que, si 11U-biesemos vivido en una epoca de milagros6, 0 en la presencia visible delSenor, hubieramos sido personas completamente distintas de 10que so-mos; es decir, no acabamos de convencernos a nosotros mismos de que,sea cual sea la fuerza de las realidades externas a nosotros para modificarnuestra condici6n, somos nosotros, despues de todo, y no nuestras cir-cunstancias, la causa principal de 10que hacemos y de 10que somos.

12.0 tambien -por poner un ejemplo que quiza abrira los ojos aalgunos de los que me oyen-, cuando un joven se esta preparando para laordenaci6n eclesiastica, se forja Ia idea de que, tan pronto como se dediqueefectivamente a los ministerios sagrados propios de su futuro estado devida, estara mas en posesi6n de su espiritu que ahora; y, cuando !lega elmomento, quiza se sorprende y se asusta al descubrir eI poco efecto queha proclucido el cambio de circunstancias para templar y dominar suspensamientos, sea cual sea la mayor modestia que muestre su conductavisible7.

8 Aunque las posiciones politicas de Newman evolucionaron notablemente, nuneadej6 de valorar en su medida la «leal tad personal» propia del feudalismo y del anti-guo regimen (que no eonsideraba, ni mueho menos, adecuado, para la sociedadmoderna). Cf. las cartas a su amigo historiador T. W. Allies, nota 6 al serm6n XV.- Laagitaci6n popular que preeedi6 a la reforma polftica de 1832 en Inglaterra se dirigi6especialmente contra la jerarquia anglicana (quema del palacio episcopal de Bristol,quema de la efigie de algunos obispos); hay que tener en ClIenta «el ape go insensatode algunos dirigentes eclesiasticos a privilegios obsoleros». Observa Nedoncelle: «Ladesgracia de la Iglesia anglieana consisti6 entonees en no darse cuenta de la miseriaque habia en la naci6n y su faha de sensibilidad social, con poeas excepciones. Eslastima tener que reconoeer que el joven Newman particip6 de esta ceguera gene-ral». Newman no fue nunca un promotor de cambios sociales, pero fue muy sensiblea los sufrimientos de los necesitados y marginados. En San Clemente, barrio humildede Oxford donde estuvo de coadjutor, luego en Littlemore, y sobre todo enBirmingham, estuvo muy cerca de los mas pobres. Vease Meriol Trevor: j.N Newman:cr6nica de un amor ala verdad, pp. 148 s. (por ej.).

9 En su madurez no se avergiienza de mantener, de manera algo mas matizada,el principio de la autoridad legitima, incluso en materia teol6gica. «AI leer, de an-glicano, la hisroria eclesiastica, solfa ver c6mo el error inicial de 10 que despues ve-nia a ser herejia, procedia de apremiar alguna verdad contra la prohibici6n de laautoridad y fuera de saz6n. Cada cosa tiene su tiempo; muehas gentes desean lacorreeci6n de un abuso, 0 el mas pleno desenvolvimiento de una doctrina, 0 laadopci6n de determinada politiea; peru olvidan preguntarse a si mismos 5i ha llega-do el momento oportuno; y sabien do que nadie llevara a cabo una C05a en vida deellos 5i no la acometen por si mismos no quieren oir la voz de la autoridad, y asiestropean una buena obra en su siglo, impidiendo quiza que otm, aun no lucido,tenga la oportunidad de llevarla felizmente a cabo en el siguiente {ami he spoils a goodwork in his own century, in order that another man, as yet unborn, may not haue theopportunity o/bringing It happily to peifectiun in the ne:xtJ.Ese hombre podra pare-cer al mundo todo un audaz campe6n de la verdad y un martir del libre pensamien-to, cuando es, en realidad, uno de aquell05 a quienes la autoridad competente tieneel deber de redudr al silencio» (Apologia,cap. V, en elmedio, p. 204 de la tracl. de la BAC).

13. Siguiendo con los ejemplos, Ia excusa com(m de los pecadoresobstinaclos consiste en que sus actuales compromisos, relaciones, pla-nes 0 declaraciones tienen algo que no se puede compaginar con unarrepentimiento inmec1iato.Asi se identifican con las memorables pala-bras de Felix: «Por ahora vete. Ya te manclare !lamar en otra ocasi6m>(Hch 2/1: 25).

(Falsa caridad para excusarse uno mismo, y para excusar alos jovenes, los revoluc;onarios, los herejes)

14. Se descubre eI mismo engano en nuestro modo de juzgar laconducta de los c1emas;sea por el atrevimiento con que censuramos enellos 10 que, en otras circunstancias, nos permitimos nosotros; sea por

6 Vease nota 4 al serm6n V, sobre su distinci6n entre milagros biblicos y ecle-siasticos.

7 EI mism() habia escrito una nota en Sll diario sobre esta experiencia en supropia ordenaci6n ministerial. Vease Meriol Trevor: IH. Newman: cr6nica de unal/lur ala l'ellJwl, pp. 31 y 35.

Page 98: Cardenal Newman: Quince sermones

las posibles circunstancias que pudieran excusarla en determinados casosconcretos; dando por supuesto que los hechos fortuitos extrinsecospueden cambiar la naturaleza de la verdad 0 de la excel en cia moral, 0como si el cristiano -sin dejar de admitir la posibilidad de que existauna creencia inevitablemente equivocada- no debiera tomar las cosastal como nos las ofrece la Escritura, tal como son en si mismas, y talcomo son en su conjunto, en vez de fijar la mirada en excepciones ala norma, 0 de ponerse a averiguar la combinaci6n y equilihrio decircunstancias, a favor de ciertos individuos, que s610 conoce el ]uezOmnisciente.

15. La siguiente disculpa del libertinaje juvenil del tristementefamoso incredulo Frances del siglo pasado se halla incluso en la lite-ratura respetable de nuestros dias, yes un ejemplo del tipo de fatalismoque ahora estoy examinando. Dice su defensor: «Es cierto que unjoven como Voltaire, brillante, superdotado y mas que vivaracho, quese movia en los ambientes mas de mod a de la sociedad parisiense,tenia que estar imbuido necesariamente de la ligereza y laxitud moralque par todos lados Ie rodeaba, y que ha hecho famoso por ellibertinaje y la crapula el periodo en cuesti6n. Esto no 10 escribo endefensa de los defectos morales, suyos a de cualquier otra persona,sino para responder a quienes esperan hallar las virtudes de un sabiaen quien ha recibiclo la educaci6n de un AlcibiadeslO. Su vida juvenilparece que sigui6 los mismos pasos que los demas j6venes de suedad y condici6n; no fue mejor ni peor. Tales circunstancias am-bientales tenian que colorear can su tinte, no hace falta demostrarlo,a cualquier personalidad formada en media de elias, por muy dotadaque fuera intelectualmente»ll. La doctrina contenida en este extracto,par mucho que se exprese con audacia, no parece extravagante, da-das las opiniones que circulan, ni injusta como especimen de 10quecomunmente se acepta en el mundo. Observese, sin embargo, sudictamen de que el vicio es e! efecto necesario de un determil1adoestado de la sociedad y de que, por ser tal efecto, no s6lo queda

JO Ateniense tipicamente amoral, en la guerra del Peloponeso.11 Nedonce!le subraya la elegancia de Newman en no nombrar la fuente de

estas lineas: «No es como aque!los curas que, desde 10 alto del pulpito, sefialancon el dedo a un feligres recalcitrante y 10 entregan, sin que pueda hacer nada, alac6lera de los devotos». Parece que el extracto corresponde a la biografia de Voltaireescrita por Lord Brougham, pero est a fue publicada un poco despues de la fechade este sermon. Es probable que Newman se sirviera de un articulo 0 de unaconferencia anterior, en la que Brougham exponia la misma idea.

atenuada -cosa muy posible12- la culpabilidad individual, sino total-mente eliminada. Concede que las acciones resultantes de aque! estadoson intrinsecamente malas, pero el que las comete es clecJarado ino-cente de la responsabilidad de cometerlas13.

16. El sofisma en cuesti6n ha adquirido a veces un aspf'cto m;is au-daz y se ha presentado en forma de sistema. Vamos a centrar, pues,nuestra atenci6n en alguna de las posiciones fortificadas que ha ocupa-do en diversas momentos de su lucha contra las afirmaciones clarisimasde la Escritura y de la conciencia.

17. (1) El fatalismo es el refugio del alma remordida en S1l concieu-cia, exasperada a la vista de los males que ha acarreado sobre si, y queno puede quitarse de encima. Creer y temblar14 es el fracaso mas de-plorable para un espiritu inmortal; y ciertos hombres de mala condueta,conscientes de ello por la instrucci6n que recibieron, pero decididos a«no dejarse atormentar antes de que les lIegue su hora» (Mt 8: 29),proeuran con la embriaguez de su raz6n olvidarse por el momento desu desastre. Ya es bastante funesto tener que sufrir, pero el reprocheque se haee uno a si misl110es el gusano que clestruye la eapacidad deresistencia interior. En cualquier caso, (Illicamente la sumisi6n eonvierteel dolor en tolerable; y a los que rechazan el yugo divino no Jes quedasino buscar un sedante en la idea de una necesidad eterna. Niegan quejamas pudieran haber sido otra cosa de 10 que son. «No puedo dejar deser Jo que 10scielos me han hecho», es el sentimiento que los endureeeen un orgullo y rebeldia sin esperanza.

12 Acotaci6n original: «as it may well be». Newman acepta indudablemente elpeso de las circunstancias. Ya ha dicho que todos querell10s utilizarlo a nuestrofavor (al principio del apartado 14). Pero el objetivo de este serm6n es dejar bienclaro· que la responsabilidad subsiste.

13 Aqui radica el absurdo de esta opini6n tan cornlm. Una «permisividad» queelimina la responsabilidad personal, !leva en su 16gica interna a la negaci6n detodo principia etica.

14 Alusi6n a la idea de la fe exclusivamente te6rica, sin obras: «iTll crees quehay un solo Dios? Haces bien; pero tambicn los demonios creen y se estremecen»(St 2: 19)

Page 99: Cardenal Newman: Quince sermones

(Si nos dejamos ajJm1ar de la inclinaci6n inicial hCI(:iael bien)'tI estmnos sumetidos al mal)

, 18. Hay que confesar que es tan grande la fuerza de la pasi6n y delhablto, una vez se les ha permitido que tomen posesi6n del coraz6n,que parece que estos hombres tienen un testimonio infalible a favor desu doctrina, en el hecho del estado en que se hallan, e incluso en suexperiencia bastante anterior a la obstinaci6n presente. Para someternuestra naturaieza deteriorada, 5610los primeros pasos estin en nuestramanol) Diriase que algunas batallas iniciales deciden la importantisimacuesti6n de si la soberania la tiene eI espiritu 0 la tiene la carnel6; nisi(Jaret, imjJerat(si no obedece, manda), es la expresi6n latina proverbial.fan pronto como el enemigo de nuestras almas «irrumpe como unana~la» (lc 6: 4<)) ~que esperanza hay de que alg(m dia sea expulsado? ~yque esclaVllud puede compararse a la sujeci6n que se sigue de ello?Deseamos obrar el bien, pero somos completamente incapaces de ha-cerIo. 0 bien nos esclaviza alguna pasi6n fuerte e imperiosa, natural-mente aquietada en el estaclo de animo ordinario de su vktima cuandopermite ql~e se asomen pensamientos y prop6sitos mejores, rero quesurge de sublto y con vigor irreprimible, en su mala hora, para triunfarde manera Uicile insu!tante, 0 bien nos esclaviza alg(m pecado de 105que dejan como indiferente e impasible, que ahogan el espiritu y 10desvlrluan -Ia pereza, por ejemplo, 0 la cobardia-, amarrandolo a latierra con diez mil !azos sutiles y no permitienclole que se levante consuficiente fuerza para reanudar la batalla. Tal es, en sus peores formasla condici6n del pecador obstinado. Al experimentar su debilidad -y aiolvidar que cont6 con fuerzas, y con la prornesa de ayuda de 10aIra-, ala larga aprende a conformarse a su desdicha como si fuera la suerte desu naturaleza, y toma la decisi6n de no lamentarse ni esperar salir deella. luego, entretiene su raz6n con el deprimente trabajo de reducir asistema sus impresiones, y cree demostrar, por el reconocido peso de105acontecimientos externos, y pOl"la analogia de las leyes fisicas, quetodos los fen6menos morales proceden segun una norma fija, y que nose nos puede reprochar mas cuando pecamos que cuando morimos.

19. (2) la doctrina calvinista, si no es la consecuencia, es al me-nos la precursora de un menosprecio similar de la doctrina de 1aresponsabilidad humana. Sean cuales sean los sofismas de su baseargumentativa, el caracter animico calvinista calcula err6neamente elpoder de 105afectos, del mismo modo que el fatalismo 10 hacia conlas pasiones. Su error practico consiste en suponer que ciertos motivosy puntos de vista, presentados al coraz6n y a la conciencia, producenunos efectos necesarios, sin que quepa la posihilidad de resistenciade la voluntad, y sin que la acci6n de la disciphna personal sirva demedio para vincular la fe con la santidad. Un sector importante depersonas religiosas opina que, dada la fe, las obras siguen como casaobligada y natural, sin ninguna preocupaci6n por parte nuestra; y 105confirma en este error una mala interpretaci6n del articulo 12 delanglicanismol7, como si la afirmaci6n de que las obras «fluyen ne-cesariamente de una fe viva y verdadera» 5610 pudiese significar quese derivan por una especie de ley f1sica. Cuando se ha asumido estaidea, se saca la consecllencia de que no hay que hacer hada m:is quecolocar ante la mente estos principios soberanos, como medicina quetiene que efectuar la curaci6n, 0 como vistas que de repente iluminany conquistan la imaginaci6n. Preocuparse de las pequenas obligacio-nes de cada dia, ayudar a los fieles a corregir 10s detalles de la vida,instruir y afinar sus conciencias, acompanarlos por el camino de laabnegaci6n -es decir, 105metodos de la Escritura para avanzar labo-riosamente hacia el conocimiento espiritual y la perfecci6n- se vuel-yen para ellos cosas superfluas, y alln despreciables, mientras nolIeguen aquellos afectos subyugadores que provienen de la fel8 Estesistema tendra todas las apariencias de verdad plena mente demos-trada ante personas que ya han asimilado tanto su imagen que se yenincapaces de resistir a !as impresiones de la misma tan pronto como

17 Se trata de los Treinta y nueve articulos de religion, aprobados e impuestosdefinitivamente en tiempos de la reina Isabel I. Por encima de la ambigi.iedad«politica» de algunos de dichos articulos -con la finalidad de hacerlos aceptables aciertas tendencias bastante protestantes y bastante cat6licas, para incluirlas asi en lareligi6n nacional inglesa -, Newman cree que es legitimo y correcto interpretarlosa la luz de la doctrina cat6lica antigua, es decir, la Tradici6n apost6lica mantenidapor los Padres antiguos. 1.0 que aqui apunta para el articulo 12, 10 hara extensivo alos demas en el famoso Tract 90, de 184l.

18 Ya ha dicho que no se trata de un estudio te6rico de las razones de Calvinoo de 10s calvinistas, sino de la actitud practica de sus seguidores en el mundoanglosaj6n, actitud que todavia puede percibirse en numerosos grupos 0 comuni-dades protestantes de origen norteamericano, e incluso en la tendencia «evangelica»dentro del anglicanismo.

15 Se refiere a la perdida de la inocencia infantil, 0 alas primeras opcionescontrarias a la inclinaci6n radical hacia el bien. No es exactamente 10 mismo que elproceso de erosi6n de la Ie en el adolescente que entra en el mundo, analiza do enel serm6n VII.

16 Alusi6n a la idea de san Pablo <da carne lucha contra el espiritu y el espirilUcOlltra la carne ...» (Ga 5: 17).

Page 100: Cardenal Newman: Quince sermones

vuelven. Por una parte, entre las teorias que con'en por el mundo,ninguna rrias conveniente que esta para el sensualista hastiado, comidode remordimientos y que, habiendo perdido el dominio de su voluntad,piensa que si va a convertirse tiene que ser mediante una conmoci6nsllbita y violenta. Por otra parte, siempre tendra sus defensores entrelos j6venes de espiritu cuidadoso y de buena fe, los cuales, al carecerde aquella perspicacia que da la experiencia para conocer sus cora-zones, piensan que saber equivale a obedecer, y que su amor efectivoa la Verdad sera siempre equivalente a la admiraci6n momentaneaque sienten por la misma. La aceptan asimismo los indolentes, que nose preocupan de las advertencias de la Escritura sobre 10 angosto delcamino que lleva a la vida, porque les basta saber que es facil paraquienes ya se hallan en el; enseguida atribuyen el numero escaso delos que encuentran el caminol9, no a la dificultad de unir a la fe lasobras correspondientes, sino a la insuficiencia de las gracias que Diosotorga20.

20. Estos son algunos de los elementos de la actitud animica que,explicada cientificamente, adquiere la forma de calvinismo. EI error ca-racteristico, tanto del sistema como de la actitud, consiste en el sobreen-tendido de que hay cosas exteriores al alma, sean doctrinas 0 graciaspoderosas, que tan pronto como se Ie presentan, suspenden su inde-pendenda y producen determinados efectos casi automaticamente. Encambio, si estudiamos el Nuevo Testamento, descubriremos -en mediode todo 10 que dice sobre los inescrutables designios de Dios y de sumisteriosa intervenci6n en los procesos internos de la mente humana-que continuan implicadas y reconocidas en cada pagina las verda despracticas con que empez6 la revelaci6n: que seremos juzgados parnuestras acciones buenas 0 malas, y que un principio interno, propionuestro, es en definitiva la causa de unas y otras. De modo que esabsurdo el atrevimiento de dirigir nuestro rumbo por las referenciaslejanas de los decretos divinos, que nos han sido revelados s610 obs-curamente, mientras descuidamos el sendero visible que tenemos cerca,ante nuestros ojos, pues Dios nos 10 ha proporcionado para 10 que nos

19 Piensa en el pasaje del Serm6n de la Montana que ya ha citado varias veces:Mt 7: 14.

20 Expresi6n original: ,w Divineftugali(v in the dispensation o/thegi:fts o/grace».He preferido traducir /mgali(v par «insuficiencia». Aunque a veces los hombrescometemos el gravisimo error de atribuir aDios «mezquindad», «escasez» 0 «po-breza» en este sentido. creo que aqui no corresponden exactamente a la expresi6nde Newman.

hace faIta21 Esta obstinada suplantaci6n de una norma scncilla y prac-tica en materia de conducta por otra que es sutil y argumentativa, esprecisamente la que nos muestra, a manera de aviso para todos, laparabola de los talentos: «Senor, sabia que eras un hombre exigente ...Tuve miec1c),y escondi tu talento en la tierra» (Mt 25: 25).

21. (3) Puede ponerse otro ejemplo delmenosprecio sistematico dela responsabilidad humana, en el que, por tanto, la conducta se juzgapor las circunstancias externas, en lugar de la norma de la conciencia.

El mundo, entendido como enemigo del alma, influye en nosotros porsu galTasobre nuestra imaginaci6n. Nos parece increible que puecla ser falsoalgo que se dice siempre y en todas pattes. En cambio, nuestra fe se mani-fiesta precisamente en la preferencia del testimonio de nuestros corazones yde la Escril:\.trafJ'ente alas afirmacioneo5del mundo, y en la obediencia alactuar de modo contrario a estas. La acci6n especifica del C1istianocono5isteen moverse contra la cotnente del mundo y en protestar contra la mayoria delas voces que o5eoyen en el. Una doctrina asi, aunque mrre el peJigro de quese tergiverse para conveltirla en desprecio a la autoridad, abandono de laIglesia y arrogante confianza en o5imisma22• no deja de ser verdad en uno5entidoconcreto, tal como 10 ensefia la EscriLuraelltera. «No vayas Lrao5Jamultitud para hacer el mal» (Ex 23: 2), es o5UprecepLo const£Jntey unifonne.

21 ELtema de la predestinaci6n ya no tiene en tiempos de Newman el cadctercasi obsesivo con que fue tratado en el sigLo :X'VII en teoLogia protest ante (calvinisrno)y cat6lica (controversia de auxiliis. jansenismo) e incluso en la LiteralUra (El COIl-denado por descull/iado, de Tirso de Molina). N6tese el caracter directo y practicode Las convicciones de Newman (Apologia, cap. I, aL principio: «Mientras me con-sideraba a mi mismo predestinado a la salvaci6n, mi mente no se de tenia en Losotros, [os pasaba simplernente par alto, pero no los miraba predestinados a lamuerte eterna. S6Lo pensaba en la merced que a mi se me bacia. La detestabledoctrina que acabo de mentar [Lareprobaci6n antecedente] es simplernente negaday abjurada por el escritor que impresion6 nr{rs que olro alguno rni espiJitu y aquien (humanamente hablando) debo casi mi alma: Thomas Scott ...» lsiguen inte-resantes precisiones sobre el calvinismo]. Lo que Newman quiere inculcar en sussermones inmediatarnente anteriores a su viaje al Mediterraneo son verdadeselementallsimas -la responsabilidad personal, [as raices del pecado en nosotros-puestas especialmente en tela de juicio por la incredulidacl moderna.

22 Actitudes que se daban en ciertos grupos «evangelicos», clentro de la Iglesiaangllcana 0 clisidentes de ella. En el extremo de su protesta contra el «mundo»,poc!ian caer casi sin darse cuenta en pecados tan lremenamenle mundanos como elorgullo y la insubordinaci6n. Newman, sin embargo, en este l11omento piensa masen las grandes corrientes de opinion contrarias al Enngelio que se imponen senci-llamente pm mayor!a, 0 porque los mas innuyentes las siguen.

Page 101: Cardenal Newman: Quince sermones

Pero este deber resulta tan ine6modo, que no es de extranar ,que la mentenaturalmente c1iseolaproeure eximirse del mismo; y que, fijandose menos en10interior y mas en 10extelior, se Vllelva h'Tadualmente inquieta y desorien-tada. Si eI rostro de la sociedad adquiere un aspeeto eoherente, y no para deurgir ante la eoneiencia los c1amores del mundo, aparentemente fundados enun sistema de principios, esta se ve envuelta en un mar de dificultades. Esentonees cuando ciertos actos, que realizados en casos individuales hubie-sen sido condenados como delitos, adquieren una dignidad que proviene delnlu11erode personas que los cometen, 0 de la autoridad que ellas se arrogan,hasta el punto de exigir nuestro asentimiento como cuesti6n de dereeh023. Loque cometido por una sola persona sena insuOOrdinaci6n0 roOO0 asesinato,es santiflcado por Ia eoalici6n de los poclerosos 0 de la mayona.

23. Afirmar que nuestra eondueta debe regirse meramente por 10que haee una multitud heterogenea es eontrario al sentido eOmlll1j pareso no es de extranar que las mentes afanosas y sutiles que practieamentereeonocen el principio desearan apoyarlo en una argumentaci6n maspresentable. En esta linea hay escritares extranjeros que han intentadodemostrar que la sociedad se mueve segun una ley independiente de laeondueta de sus miembros individuales, los euales no pueden retardarperceptiblemente su progreso, ni son responsables de ello; una ley, portanto, que s610 podria referirse a la voluntad del Creador. Se ha dicho:«Las causas hist6rieas y sus efeetos, eonsiderados de una sola ojeada a10 largo de muehos anos, pareeen estar, por su eonstante progresi6n,por eneima de cualquier control humanoj se da un impulso que derribatoda resistencia y barre con todos los medios que se Ie oponen; un siglosigue a otro, y el fil6sofo ve que la misma influeneia sigue poderosa, sindesviarse de su norma. Para el que eonsidera estas epocas simultanea-mente, recorriendo con la rapidez del pensamiento el lento paso deltiempo, un siglo se Ie reduce a un puntito; y las obstrucciones y aeele-raciones por parte de individuos, que han tenido lugar en aquel perio-do para impedir 0 avanzar la marcha de los acontecimientos, son elimi-nadas y 0Ividadas»z6.

22. Asi, por ejemplo, es muy eorriente en nuestros dias que los fil6-sofos expliquen del movimiento de la sociedad por una ley hist6ricaque rige sus diferentes pasos, y los elementos que entran en funci6n endiferentes periodos. No contentos con afirmar el hecho (que es innega-ble), continllan su discurso dando por supuesta la predeterminaci6n de10 que ha sucedido y 10 que sucede; y dando por supuesta la legitimi-dad del predominio de tal 0 cual estamento de la sociedad, simplemen-te pOl'que 10 ha adquirido en cierta epocaZ4. La verdad es que la usur-paci6n que realiza un invasar y el estallido delliamado poder popUlar,son hechos similares, y peeados similares, a la vista de Aquel que nosprohibe oponemos a la autoridad constituidaZ5. Sin embargo, las mentescredulas estan pendientes de las palabras del mundo, y caen victimas desus argucias; como si no fuera posible que el espiritu maligno realizasesu obra segun una determinada ley, y se opusiese a la voluntad de Diossegun un determinado sistema. Pero el cristiano, basandose en la fe,rechaza est a pretenciosa guia de conducta, y lejos de desorientarse aldescubrir que eI mundo es coherente en su desobediencia, recuerda lasdeclaraciones de la Eseritura que asi 10 pronostican.

(c'Lo que ahara se dice a 10 que es la verdad?)

24. Esta es la teoria; y de ella deducen que 10 aconsejable es some-temos a este tipo de fuerza superior a nosotros, que no hay forma deesquivar ni de convencer para que cambiej como si el cristiano se atre-viera a tomar par guia de su conciencia otra cosa que la norma deldeber, 0 prefiriera obrar par conveniencia (si esto 10 fuera) a obrar porprincipio. En la misma linea es frecuentisimo oir hablar del progreso dela inteligeneia de nuestro tiempo, e insistir en que la Iglesia debe satisfaeerdemandas del mismo; pero se deja completamente al margen la cues-ti6n previa, de si tales demandas -reales 0 imaginarias- son sufieien-temente razonables, saludables y legitimas, de si deben satisfacerse 0hay que resistir a ellas. Nos apremian diciendo que, si no nos ponemosnosotros en cabeza del avance inteleetual, deberemos resignamos a

23 Texto original: «and venture to claim our acquiescence as a matter of right».24 Es probable, como 10 sugiere Nedoncelle, que Newman piense mas en las

corrientes de ideas de progreso tipicas del siglo XVIII que en 105 evolucionismosmas cientificos que se impondran en el siglo XIX. No obstante, ya conoda en sustiempos de tutor los planteamientos geol6gicos del evolucionismo; y en eI aparta-do siguiente se referira a teorias de «autores extranjeros».

25 Newman es un buen discipulo de Keble en eI principio de la obediencia a lalegitima autoridacl civil (y del horror alas revoluciones, como ya se ha senalado.Vease nota extensa A, al final de la Apologia). Sin embargo, muy pronto intuira,con la ayuda de Froude, que la fuerza hist6rica de la Iglesia debera basarse en eIpueblo y no en 105 poderes del Estado (vease la reciente biografia por Ian Ker).

26 Nedoncelle propone para identificar este fragmento la pista del libro deGeorge Miller, publicado en Londres aquel mismo ano, History philosophicallyiIIustratedfmm the fall of the Roman Empire to the French Revolution. Pero no 01-vida que la idea estaba entonces en el ambiente, presentacla incluso como undeterminiSl1lo optimista fundado en la finalidad providencial de 105 acontecimien-tos (en la linea de Paley).

Page 102: Cardenal Newman: Quince sermones

quedar rezagados. Pero, indudablemente, nuestro primer deber no con-siste en decidirnos a satisfacer una exigencia, sino en determinar si estaes inocua. Si10 es, bien; pero si no 10es, ya veremos 10que sucedera.Aun cuando una ley sobrehumana dirija el paso de la sociedad, si estamarcha en direcci6n contraria a la Verdad de la Escritura, aquella ley noes una disposici6n divina. No es sino la hechura del Maligno. Y, auncuando quebrante todos los obstaculos terrenos que se oponen a suprogreso -Ios dioses de Sefarvaim y Arfad-, tiene que caer, y tiene queperecer, ante el glorioso quinto reino del Altisimo (Dn 7: 17 ss.), cuandoEIvisite la tierra, el Fidedigno y Veraz (Ap 3: 14), cuyos ojos son llamasde fuego (Ap 1: 14; 2: 18) y sobre cuya cabeza brillan muchas coronas,que golpea las naciones con cetro de hierro (Ap 2: 27; 12: 5) y pisa ellagar de la Ira del Dios omnipotente (Ap 19: 15).

Mi objetivo en las observaciones precedentes ha sido poner diver-sos tipos de ejemplos sobre la vigencia de una verdad impOltantisima:las circunstancias son la materia, pero no la norma, de nuestra conduc-ta, ni son la autentica causa de la misma. Permitanme concluir con unejemplo mas, que dirijo especialmente a los j6venes de mi auditorio.

25. (4) En este lugar, donde se nos mandan a todos las devocionesliturgicas regulares de la Iglesia27, es muy frecuente que nuestros miem-bros mas j6venes asistan a ellas con cierto menosprecio, porque la asis-tencia es obligatoria. A veces se alega una excusa parecida en defensade una participaci6n indigna de la Cena del Senor, dando por supuestoque la comuni6n recibida porque se 10imponen no puede considerarserazonablemente como real, 0 peligrosa para el impenitente28.

27 Oxford era la ciudadela del anglicanismo, el lugar donde el clero anglicanoejercia su maxima infJuencia. Pero tambien alii aparecieron los sintomas de laincredulidad que se avecinaba. La que sigue sabre «recibir indignamente la co-muni6n» se refiere, como es sabido, a I Co 11: 27-32.

28 Nota del autor: [Aqui debo observar que, desde el momenta que ejerci comotutor oficial del colegio. siempre me opuse a la comuni6n obligatoria de los estu-diantes, y que testifique esta mi oposici6n todas las veccs que tuve la ocasi6n dehacerlol.- Asi recuerda, tantos an os despues y en circunstancias tan distintas. laimportancia de su posici6n en este punta. Veanse EsCI'i/os autobiognijicos Ctraducci6ncastellana) y la biografia escrita por Merlol Trevor. p. 36.

26. Ahora bien, discutamos en su propio terreno can el que as! losdisc;.ulpa.Concedamosle -s610 con el fin de poder argumentar- que estaimposici6n general de deberes religiosos no es aconsejable. Permita-mosle servirse de toda la fuerza de sus objeciones contra una norma,sobre la cual no tiene todavia experiencia para decir que la comprende.Aun as!, lias circunstancias externas cambian, acaso, en la practica, lanaturaleza del hecho, 0 Ie descargan a el de su responsabilidad? 0, masbien, lno consiste claramente su deber en tomar las cosas tal como lashalla, pues no tiene poder para cambiarlas; y, dejando a sus superiores10 que les corresponde -Ia tarea de decidir sobre la norma que debeseguirse-, averiguar cual debe ser su modo de actuar dentro de la mis-ma, y reflexionar sobre su culpa el dia del juicio, si semana tras semanase ha acercado a la presencia de Dios con una profanaci6n deliberadaen su mano 0, por 10menos, con un comportamiento irreverente y unamente distra!da?

(La realidad del sacramento y deljuicio divino no cambiansegun 10 que pensamos)

27. Ademas, en cuanto a la Sagrada Comuni6n, lc6mo la intenci6nreal de Dios respecto a ella puede verse afectada por las circunstanciasexternas que nos han llevado hasta este punto? En los negodos terrena-les iPodemos acaso hacer desaparecer 10 que no nos gusta, deseandoque no este? iEsperamos, por el mero hecho de no creer en ella, eliminarla presencia de Dios de su sacramento? Seria igual que imaginal' que deesta forma quitamos de alli los elementos visibles de pan y vino, 0 quedesaparecemos nosotros mismos de la mirada omnipresente de Dios.Aunque Cristo se manifiesta de manera restringida en el sacramento s610a los que Ie reciben con fe, sin embargo tenemos las palabras explidtasde la Escritura que nos dice que quien comulga sin reparar en 10 quehace, lejos de permanecer como si nada hubiese recibido, es culpablede profanar el Cuerpo y la Sangre de Cristo (I Co 11: 27), culpable delcrimen de crucificarle de nuevo (Hb 6: 6), por no discernir 10que estaescondido en el rito exterior. Esto no se aplica, por derto -ni de lejos-a quien comulgue con una simple duda sobre el estado espiritual enque se halla, ni a los que se deciden de todo coraz6n a obrar el bien,aunque en su momento no acaben de realizarlo, como sucede con losj6venes; ni siquiera se aplica a los que quiza caen en pecado antes ydespues de la recepci6n del sacramento. Donde hay buena fe sincera,no hay condenaci6n. Pero se aplica terriblemente a quienes miran elsantisimo sacramento como algo de puro tramite, porque parten de la

Page 103: Cardenal Newman: Quince sermones

idea de que son sujetos pasivos de una normativa que otros imponen; yquiza el nLllnerode estos no es pequeno. Tales personas'tleben meditarseriamente que si su argumento fuera correcto serfa compIetamentesupertluo para ellos considerarse en estado de prueba durante su vida,y podrfan escapar pOl'entero al juicio futuro. 5610tendrfan que protestarcontra el hecho de haber sido creados (asi cabe decirlo), y ya no tendrfanmas obligaciones que les ataran en adebnte29 Pero ~que dice la palabrade Dios? (~amas se realizaran los planes que estais pensando: "seremoscomo los demas pueblos, como las razas de otros paises, sirviendo allerio y ala piedr3"» (Ez 20, 32). Y luego sigue la amenaza dirigida a losque se rebelan: «Por mi vida -Draculo del Senor- juro que con manopoderos3, con brazo extendido, con colera incontenible, reinare sobrevosotros ... Os hare pasar bajo el cayado y os hare entrar uno a uno poreI aro de la alianza» (Ez 20: 34.37).

LA OBSTINACION, PECADO DE SAUL

Me pesa haber hecho rey a Satil, porque haapostatado de mf y no cumple mis 6rdenes.

28. Estas palabras se aplican a todo el tenia que nos ha ocupado. Esposible que nos entretengamos, pOI' un tiempo, con las excusas queuna habilidad maliciosa aporta a favor del pecad030 Pero hay alguienque demuestra ser exacto en 10que dice, y claro cuando juzga. Nuestrafilosofia mundana y nuestros alegatos ingeniosos de nada nos van aservir el dia en que los cielos desapareceran como se arrolla una hojade pergamino, y todos los que no van revestidos con el traje de bodasde la fe y eI amor se quedaran sin habla (Mt 22: 12). Ha lIegado cierta-mente la hora de despertamos del sueno, de arrojar de nosotros lassombras de la noche, y de caeI' en la cuenta de nuestra personalidadindividual, y de la venida de nuestro ]uez. «La noche se acaba, el dia seacerca» (Rm 13: 12). «Vivid sobriamente y velad para dedicaros a laOf3cion» (1 P 4: 7).

1. Los tres principales modelos de personas religiosas e instrumen-tos de la accion de Dios en la Antigua Alianza tienen sus respectivospolos opuestos en la Historia Sagrada, para que nos sirvan de instrucciony de amonestacion. Lavirtud distintiva de Abraham, Moises y David era

1 Titulo original: Wilfulness, the sin oj Saul. Estamos en el ultimo serm6n antesdel viaje de su autor al Mediterraneo. Al final del cap. Ide la Apologia, y sobre todoen los Escritos Autobiograjicos (<<Mienfermedad en Sicilia», pp. 171 Y 173 de la tracl.castellana), se ve la importancia de aquel viaje en la vida de Newman: «Pense que .habia obrado con mucha obstinaci6n en el asunto de mi Tutorship, y entoncesempece a vel' que mi actitud habia sido la de un presuntuoso ... Tambien me acordede que 10 ultimo que habia hecho antes de partir de Oxford habia sido predicar unserm6n universitario sobre la personalidad de Saul y contra la obstinaci6n. Y, sinembargo, seguia repitiendome a mi mismo: "no he pecado contra la Luz"». Elanalisis psicol6gico y teol6gico de la actitud de Saul, de las rakes de la rebeldiadentro de nosotros, se 10 aplicara a si mismo en Sicilia, interpretando su graveenfermedad como una intervenci6n de Dios para purificarle.- La exageraci6n deBremond, que ve a Newman identificandose con casi todos los personajes quedescribe 0 estudia «<Se tiene presente a si mismo, siempre que nos presenta a losheroes de su elecci6n: el patriarca Jacob, san Pablo, san Juan Cris6stomo, sanAtanasio, Teodoreto, san Felipe Neri ... Hay que detenerse tambien en 10s sermo-nes parroquiales, a cada menci6n del patriarca Job»), es criticada con acierto porMaisie Ward: «Son demasiados personajes para elegir, y tipos demasiado diversospara que nos sea uti! la comparaci6n. Sin embargo, hay un indicador muy preciso,mediante el cual, una y otra vez, Newman nos senala su punro de vista sobre lastentaciones que sufri6; indicador que encontramos en sus sermones y en sus'

29 Para Newman y para sus oyentes, que creian s6lidamente en el juicio defini-tivo de Dios sobre sus vidas, este argumento contra la teorfa de la irresponsabilidadmoral de los actos impuestos, era una reducci6n al absurdo. Pero hoy dia no sonraros quienes se encierran en este rechazo de su condici6n de criaturas. iNegaranenronces rodas las obligaciones humanas? Creo que el dilema profundamenteturbador, 0 el callej6n sin salida en que se encuentran, continua dando fuerza alargllmento de Newman.

30 Ademas de los ejemplos concretos de excusas para evitar la responsabilidadpersonal, ha incidido duramente en las explicaciones del fatalismo, delpredestinacioniSIllO y del determinismo hist6rico. Lo escribi6 en un momento detension, pem nllnca se arrepinti6 de haberlo escrito. Newman es, entre otras cosasUIl profeta de verdades olvidadas. '

Page 104: Cardenal Newman: Quince sermones

la fe: virtud moral co.n sus consecuencias sociales2. Entiendo por fe unaconflanza absoluta, Sm reserva3, en los mandatos y las promesas de Dios,yel celo por su honor, la sum ision y entrega a EI de si mismos y de todo10que tenian, Basta la palabra divina para que cada uno de ellos renun-ciara al deseo mas entranable de su corazon: el hijo Isaac, la tierra deCanaan y el Templo. David no construiria el Templo, Moises no entrariaen la tierra de promision, Abraham ofreceria totalmente el hijo de laprome~a que Dios Ie habia concedido, Los tres fueron probados con lasan~u~tias y p~nas del exilio y la vida errante. Los tres, y especial menteMOisesy David, fueron muy celosos par el Senor Dios de los ejercitos.

2. Lafe de Abraham es ilustrada por el contraste con la tibieza de Lotel cual, aunque era un hombre justo y servidor sincero de Dios, escogi6par residencia la tierra fertil de un pueblo pecador (Gn 13: 10 s.). ConMoises, que fue fiel en todo 10referente a la casa de Dios (Nm 12: 7), seconfronta el falso profeta Balaam, dotado por el mismo Maestro divinode abundancia de conocimientos y capacidad de discernimiento espiritual,pero que confundio las palabras con las obras, y cayo por la aficion alI~cro (Nm 22-24). A su vez, el ce10 noble que consumia a David, prin-Cipe del pueblo escogido y tipo 0 figura del Mesias, destaca al lado deun ejemplar de incredulidad aun mas Ilamativo y detestable: e1 que senos muestra en la historia de Saul. Me propongo precisamente que osfijeis en esta historia, no con e1 objetivo de examinarla entera, sino con

cartas, y que se ajusta al veredicto de sus intimos. EI serm6n sobre «Ia obstinaci6nde Saul» tiene en este punto un interes extraordinario. Newman no se veia como elamable y debil Agelio, de su novela Calixta, sino mas bien como los dos Saules: elque fue san Pablo, y el que, dotado de cualidades regias y llamado pOl'Oios a undestino grandioso, cay6 al fin miserablemente» (Young Mr. Newman, p. 139).

2 Expresi6n original: «moral and political». Llamar a la fe «virtud moral» carecede la precisi6n con que la analizara y definira en estos sermones a partir de 1839.-En el apartado 3 aparecera el sentido de «politico» como su participaci6n en larealizaci6n de los planes de Dios mediante el regimen comunitario 0 social delpueblo de Oios. Nos dira, sin embargo, que este serm6n quiere profundizar preci-samente en las actitudes pel'Sonales de Saul.

3 Expresi6n original: (<an implicit reliance in God's command and promise».Traduzco el adjetivo implicit pOl'«absoluto, sin reserva», uno de los sentidos quesugieren los diccionarios. Lo advierto ahora aproximandome alas matices del sen-tido que habra que dar en los sermones siguientes al termino newmaniano implicitreason, raz6n quiza mas profunda. Este importantisimo concepto es quiza suaportaci6n clave para salir del racionalismo (incredulo 0 apologetico) de su epoca;mucho antes de que se divulgaran las ideas de la importancia de 10 implicito,subconsciente y vital.

la esperanza de obtener de ella la aclaracion indirecta de la naturalezade la fe religiosa4, por via de contraste, que por SllS caracteristicas nospuede proporcionar.

(Saul y David, e'en su accion social 0 en su caracter personal?)

3.No puede negarse que los designios de la Providencia para con Satily David son, a primera vista, sarprendentes, pues implican elementosdistintivos en el caracter moral de los dos hombres que su historia nonos permite afirmar claramente. Por esto, con el fin de salir al paso de ladificultad, se les suele tratar como simples instrumentos para el gobier-no divino de los israelitas, y se suelen calificar sus respectivas virt'udes ydefectos no segun un criterio moral sino politicoS. Por ejemplo, el ho-norable titulo con que se distingue a David como «un hombre segun elcorazon de Dios» (I S 13: 14) se interpreta solo can referencia a su acti-vidad y su exito en poner en vigor los principios del sistema mosaic<),sin tener en cuenta los motivos que influyeron en el, ni las caracteristicasgenerales de su personalidad, ni los diversos aspectos de su conducta.Aqui no pretendo de ninguna manera discutir la verdad de esos puntasde vista, ni negar que la Iglesia, en sus relaciones institucionales6 con loshombres, debe Ilegar a tratarlos con cierta referencia a sus actos y pro-fesiones externas, del mismo modo que se modera respetuosamente ensu proceder con cada uno de ellos en particular7. Sin embargo, fijarseen la naturaleza moral de la diferencia entre Satll y David es mas cohe-rente con los objetivos practicos para los cuales creemos que se ha es-crito la Biblia; tambien es mas respetuoso con la memoria de aquel David,a cuyo linaje nuestro Salvador casi se glorio de pertenecer, y cuyascomposiciones piadosas han edificado a.la Iglesia hasta nuestros dias8Dejemos pues ahara eJ aspecto politico de la historia aqui propuesta, y

4 No se aleja, pues, en absoluto, del tema principal de estos sennones universi-tarios. En el serm6n parroquial titulado Saul, de mayo de 1830 (el n. 3 del vol Ill),a que se refiere en su nota, repasa la historia entera del personaje, pero no laprofundiza tanto como aqui.

5 Vease nota 2.6 Palabra original: «politicab).7 Recuerda el respeto al fuero interno que vige en la Iglesia, aunque csta tenga

que condenar detcrminadas doctrinas y acciones, como parte de su misi6n en elmundo, misi6n que -ya segun el Newman anglicano, y sobre todo en el Pr6logocat6lico a la Via Media- es a la vez «profetica», «sacerdotal» y «politica» (ins-titucional). Laarmonia entre la conciencia de la persona y la autoridad de la Iglesiaes uno de los grandes temas que reaparecen cada vel con nueva profundidacl enlos escritos de Newman.

8 Se refiere a 10sSalmos, que expresan la oraci6n de toelo el Pueblo de Oios a10largo de toda su historia.

Page 105: Cardenal Newman: Quince sermones

Samuel del asunto del reino, no se 10dijo» 0 S 10: 16). Mas aC\I1,inclusose 111ostr6reacio a la digniciad que destinaban para el; pues, cuam[o laeleeci6n sobrenatural reeay6 sobre su persona, el se habia escondido, yel pueblo neeesit6 de la ayuda divina para deseubrirle.

dispongJmonos a descubrir la lecci6n moral que se nos quiere eOllluniearcon la personalidad de SaCJ!,la antitesis del celoso David.

4. l.a ineredulidad de Balaam apareee en su afici6n a los honoresmundanos, que iba acompanada de la vana ilusi6n con que se engana-ba a si mismo. SaCl1,en cambio, pareee que no tuvo en vista prop6sitosmezquinos; no eay6 en la vanidad. Su tentaci6n y su caida eonsistieronen cierta obstinaei6n espiritual, fundamentada en unos sentimientosobseuros de altivez, que pueden observarse muy eomunmente en lanaturaleza humana, y que a veees se denominan orgullo. Esta obstina-ci6n 0 testarudez espiritual se manifiesta en un aferrarse en tlltimo ter-mino a la independencia de los propios aetos, euando se trata de oea-siones en que es obligatorio depender. No se niega a renunciar a mu-chas eosas, pero choea por algCmlado con la voz de Dios y la altera enalgCmdetalle9; topa con ella por su pretensi6n de satisfaeer ante todo lasupuesta dignidad propia; aunquc s610 un poco, porgue teme 0 Ie sabemal oponersele diametralmente. Por si a primera vista esto parecierauna falta de poea impoI1ancia, vale mucho la pena investigar y reconstruirsu meeanismo interior en la historia de Saul. Puestos a juzgar del arbolpor sus frutos, se trata de un peeado enorme.

7. Al principio el nombramiento fue impopular: «Los malvados di-jeron: "iQue va a salvarnos ese!"». Tambien entonees se descubre lanobleza de su espiritu, y su extraordinaria fuerza y energia de caracter.Ante ague! uitraje no dio ninguna muestra de resentimiento. «Lo des-preciaron y no Ie ofrecieron regalos. Saul eallaba» (I S 10: 27). Pronto losAmmonitas invadieron el pais mas alia del Jordan con la intenci6n ma-nifiesta de reducir sus habitantes a la esclavitud. Estos, en situaci6nverdaderamente apurada, enviaron emisarios a Salil para pedirle ayucla;entretanto, el panico cundi6 en el territorio interior de Israel, asi comoentre los directamente amenazados. La conducta de su nuevo rey nosreeuerda un celebre episodio de la historia de RomaII. «~Ie aqui quelIegaba Saul de! campo tras los bueyes y pregunt6: iQue Ie pasa a la gente,que esta 1I0rando?Le contaron la noticia que habian traido los de Yabes,y al oirlo Saul, 10 invadi6 e! espiritu de Dios y se enfureci6 sobrema-nera» (I S 11: 5-7). Oio la orden a todo Israel de que se reunieran inme-diatamente, y Ie obedecieron, acudiendo como un solo hombre, con lapresteza con que en tiempos de alarma la mayoria se entrega a lavoluntad de los mas decididos. EI resultado fue una victoria completasobre el enemigo. Entonees el clamor popular fue muy distinto del quese oy6 en el primer momento. «iAver, los que decian que Saul no rei-naria! jEntregadlos, que los matamos! Pero SaClldijo: Hoy no ha demorir nadie, pOl"quehoy el Senor ha salvado a Israel» (I S 11: 12 s.).

5. En la personalidad de SaC11destaean muchos elementos que seconsideran de una categoria moral excelente: generosidad, magnanimi-dad, sangre fria, firmeza, y decisi6n. l.a Biblia nos 10presenta como «unjoven distinguido y de Inuy buen aspecto», dotado de una impresio-nante presencia de animo y miembro de una familia rica y poderosalO.(I S 9: 2 ss.)

8. AIdescubrir estos rasgos nobles de su caracter, no debe olvidarseque algunas veees estas ostentaciones van aeompanadas tambien decieI1a rareza y excentricidad de espiritu, que 10vuelven desagradable ydesorientan mucho a quienes 10 observan atentamente. Malhumor ytaciturnidad, terca seguridad de si mismo, orgullo, antojo, aspereza de

6. EIprimer anuncio de su elevaci6n a la realeza Ie lIeg6 de repente,y sin embargo parece que su animo no se perturb6 en absoluto. Mantu-vo en secreto la noticia, dejando que Samuel --que se la habia comuni-cacln-Ia publicara. «Sa(11respondi6 a la pregunta de su tio: «Samuel nosanunci6 que habian apareeido las burras»; pero 10 que Ie habia dicho

9 Expresi6n original: «inteiferes a little, and alters a little».10 Nora de Newman: «Algllnas de las frases que siguen ya aparecieron en Ser-

mones !,ilrroqlliales, VO!. Ill, serm6n J».

11 La referencia es demasiado generica para precisar exactamente el episodiorecordado. Podia pensar en la amnistia concedida por Cesar, despues de su victo-ria, a 10s partidarios de Pompeyo, 0 en la clemencia de Augusto con 10s que habiansido sus adversarios.

Page 106: Cardenal Newman: Quince sermones

genio, insolencia, befa de los sentimientos naturales y principios reli-giosos de los demas; todos estos rasgos animicos -Ios cuales, aunquedistintos del extravio mental, son incentivos hacia el mismo- frecuente-mente se presentan en Fortna de magnanimidad, e incluso participan encierto grado de su naturaleza. Probablemente podemos deducir de 10que sigue en la historia de Saul que Ja nobleza manifiesta de sus prime-ras acciones estaba vinculada a algunos de estos sentimientos y actitu-des infelices, que existian entonces solo de manera germinal, pero quedespues brotaron y maduraron para su destruccion; y todo esto comoconsecuencia de aque! defecto animico fatal que ya hemos visto quecorrompia la integridad de su Fe.

(La obstinaci6n de Saul, /igura de la de Israel)

9. La fe de Balaam no resisti6 las ambiciones mundanas; la fe deSaul fue vencida por una tentacion mas suti!, aunque no rara: la obstina-cion, el deseo injustificable de no acabar de obrar conforme a la simpleobediencia a la voluntad de Dios, una repugnancia a rendirse sin reservasy someterse a El. Estafue tambien, tal como veremos enseguida, unacaracteristica de la nacion israelita; de modo que el rey no fue sino unafigura tipica del pueblo; difici!, por cierto, que fuera de otro modo, ha-biendo nacido en el pecado original de aquella misma terquedad queles llevo a elegir a un rey en lugar de Dios (I S 8). Casi no hace falta re-pasar los detalles de su historia para encontrar ejemplos de una obstina-cion parecida: guardaron el mana hasta la manana siguiente, fueron arecogerlo e! septimo dia, Nadab y Abiu ofrecieron fuego extrano, no pararonde transgredir el segundo mandamiento, decidieron con arrogancia lu-char con los cananeos cuando Moises les predijo la derrota, y, cuandoposeyeron la tierra prometida, impusieron un tributo a los idolatraE quetenian ordenes de exterminar12. Identico fue e! pecadode]eroboan, quemerece casi el titulo de apostata por exce!encia (I R 12: 28 s.) cuando DiosIe habia prometido el reino de Israel, en vez de esperar el momentasenalado, impulso impacientemente una crisis (I R 12: 4), que debiahaber dejado en manos de Quien Ie dio su palabra.

10. En cambio, Abraham y David, con armas en sus manos, espera-ron de Dios la realizaci6n a su momenta oportuno de la pro mesa tem-poral. En esto consiste la diferencia que tanto recalcan los libros de 10sReyes, entre servir a Dios con corazon «perfecto» 0 no perfecto: «E1reyAcaz fue a Damasco a presentarse a Tiglat··Pileser, rey de Asiria. Y cuandovio el altar que habia en Damasco, envi6 al sacerdote Urias el disefi.odel altar..., y Urias construy6 un altar siguiendo todas las instruccionesenviadas por el rey» (II R 16: 10 s.). Se trataba de una innovacion capri-chosa de los usos establecidos, prescritos por Dios omnipotente. Ezequiasprotesta contra el mismo talante malevolo cuando proclama al resto delos israelitas: «No seais como vuestros padres y hermanos, que se rebe-laron contra el Senor, Dios de sus padres, y este Ios convirtio en objetode espanto, como vosotros mismos podeis ver. No se;iis tercos comovuestros padres. Entregaos al Sefior, acudid al santuario» (II Co 30: 7 s.).Tambien se condena indirectamente en el precepto dado a los israelitasantes de su liberaci6n final de Egipto. Cuando estaban en la playa juntoal mar Rojo, Moises dijo: «No tengais miedo; estad firmes y verds lasalvacion que el Senor os va a conceder hoy ... EI Senor peleara porvosotros; vosotros esperad en silencio» (Ex 14: 13 s.). Tambien en ellibro de los Salmos: «Rendios, reconoced que yo soy Dios: mas alto quelos pueblos, mas alto que Ia tierra» (Sal 45: 11); la verdadera prueha delos israelitas consistia en que no hicieran nada fuera de su lugar, y quesiguieran ciegamente13 cuando eI Todopoderoso tomaba la delantera.

11. La prueba y el pecado de los israelitas prosiguen hasta el fin de su his-toria. Malogrdron su eleccion cuando tuvo lugar la venicla de Cristo, a conse-cuenda de esta misma terqueclad: negandose a acept.'lrlos temunos de la nuevaalianza tal como se les otorgaban, y procurando incorporarlas a su propiosistema ceremonial. «OlvicLindosede la justicia que Dios cia y porfiando pormantenerla a su modo, no se sometieron a la justicia de Dios» (Rom 10: 3).

12 Estos episodios del Exodo y los Numeros muestran la tendencia constante adesobedecer los mandatos que recibian de Dios por medio de Moises. Nuestrasensibilidad actual no puede aceptar que fuera mandato de Dias el (dtima que seindica el exterminio de las cananeos. Newman tambien se sintio incomoda canaquell~ interpretacion literal del Antigua Testamento. En el Pr6logo cat6lico a la ViaMedia remite a la explicacion de san Agustin aducida por un te610ga anglicano enla segunda mitad del siglo pasado. Pero esa explicacion es tambien inaceptablepara nosotros, que podemos segllir el parecer de un teologo catolico acreditado,como Heinrich Fries. Dice este en su Teologfa Fundamental (Barcelona 1987): «En

el caso de la victoria de Saul sobre las fiJisteos, el rey fue precisamente castigadoporque -<iebido a su propio provecho-- no lIevo hast a sus (J!timas consecuencias elanatema de la guerra ... Estos pasajes del Antiguo Testamento re:mltan hoy dificilesde digerir. .. Hemos de decir en cualquier caso que tal teolagia de guerra y devictoria no se impuso en la historia posterior de Israel ni en el testimonio delAntigua Testamento, al menos como posicion dominante ... En el Nuevo Testamentoqueda por completo al margen la conexion de guerra y victoria como signa de larevelaci6n divina. y se transforma en la paradaja df" la presencia de Dios en lairnpotencia y debilidad, en el sufrirniento y la cruz» (PI'. 259 s.).

l.1 Implicitly, en el senti do de absolutamente, sin duda, sin reserva. Cr. nota 3.

Page 107: Cardenal Newman: Quince sermones

porque guarclaba las ovejas, bueyes y terneros «para ofrecer un sacrifi-cio al Senor» (I S 1): 10-21). EI profeta, en su respuesta, explic6 cual erael verdadero caracter moral de esta obediencia limitada y selectiva, conpalabras que sirven de admonici6n para todos los que hasta el fin de Iostiempos oiran proclamar la religi6n revelada: «iQuiere el Senor sacrifi-cios y holocaustos 0 quiere la obediencia a sus palabras? Obedecer valemas que un sacrificio; ser d6ci!, mas que grasa de carneros. Pecado deadivinos es la rebeldia, crimen de idolatria es la obstinaci6w>(I S 1): 22 s.).

12. Este fue quiza el pecado caracteristico de los israelitas comonacion. Frustro su destino, tal como habia corrompido tambien, muchossiglos antes, la fe de su primer rev y Ie habia hecho perder sus privi!e-gios. Los signos de obstinaci6n aparecen a 10largo de toda la historia deeste rev, pero la prueba propiamente dicha tuvo lugar en dos momen-tos distintos, y en ambos casos termin6 con su caida deliberada14. Deestos, el ultimo viene mas directamente a nuestro prop6sito. Cuando fueenviado a infligir un castigo divino sobre los amalecitas, perdono a losque tenia la orden de quitar la vida15: su rev Agag, 10mejor de las ovejasy reses, y todo 10que Ie podia ser lItH.No nos atanen ahora el estado deanimo y las ideas que Ie lIevaron a este alarde de obstinaci6n. Muchocabria decir de Ia irreverencia, que era un rasgo distintivo de su carac-ter, como en el caso de Esau. Cabria incluso conjeturar que desde elprincipio era un incredulo en su coraz6n; es decir, que no reconoci6 eicaracter revelado por Dios de la teologia mosaica16, en comparaci6n con!as teologias de las naciones que tenia alredeclor; y que por entonces yahabia aprendido a mirar la pompa y esplendor de las monarquias veci-nas con un interes que Ie movia a avergonzarse de la austeridad y sin-gularidad de las instituciones de Israel. La porfia se rode a facilmente deun sistema de ideas para autojustifiearse de su falta de reetitud. La rea-lidad de! asunto era la siguiente: el prefiri6 su propia senda a la queDios habia determinado17. Cuando la mana divina 10 dirigia hacia elblanco para el que Ie habia escogido, el dispar6 oblicuo, como un areodestensado. Ohecleci6, pero con un reparo; y a pesar de ello declar6expresamente a Samuel que habia cumplido el mandato del Senor,

13. Se nos impone, queramos 0 no, la moraleja de la historia de Saulpor los aeontecimientos que siguieron a este delito voluntario. Su obs-tinada resistencia a la voluntad de Dios abri6 la puerta a aquellas pasio-nes nocivas que hasta entonces, a 10mas, s610 habi:,m servido para vol-ver ariseo su caracter, sin marearlo con el sello de la culpa. Su actituclreservada y misteriosa, subordinada a la magnanimidad que poseia,venia incluso a prop6sito para aumentar su influeneia como gobernante;pero, con la supresi6n del autentico principio religioso y la retirada delEspiritu de Dios, la oscura taciturnidad se apoder6 de el y termin6 tras-tornando su mente. La causa de su perturbaci6n fue la desobediencia.La porfia con que primero se resisti6 aDios luego hizo presa de su per-sona como principio natural de locura. Sus continuos cambios y accesosde malhumor, sus remordimientos y recaidas, ique fueron sino las con-vulsiones de un espiritu que ha perdido la capacidad de regirse a slmismo? A la larga, el coraz6n orguUoso, que eonsider6 que era dema-siado obedecer a su Creador, se vio humillado hasta busear consuelo enla cueva de una bruja; pues, por medios que el antes habia prohibido,trato de obtener el consejo de aque! profeta ya muerto, de quien nohabia hecho casu cuando vivia (I S 28).

14EI primer momento es segura mente el episodio de la impaciencia de Saulcuando en Galgala ofreci6 el mismo el holocauslO en lugar de esperar a Samuel(I S 13: 5-14). Newman 10 comenta en el serm6n parroquial citado, y 10 convierteen eltema Cmico de una magnifica catequesis biblica popular en el sermon The trialof Saul, de julio de 1841 (Sermones parroquiales y sencillos, vol VIII, s. 3).

15 Vease nor a 13. Si SaC11perdono la vida de alguna persona no fue, natural-mente, por «respeto a los derechos humanos», ni nacla por el estilo; al contra rio,cometio cruelclades mucho mas grandes todavia, contra la expresa «voluntad deDios» leida directamente en una interpretaci6n literal cerrada de estos pasajes delAnriguo Testamento: intento de exterminio de los gabaonitas (II S 21: 1 s.), a losque Israel habia prometido protecci6n; exteJ'minio de un clan sacerdotal (I S 22: 16-19); aparre de su obsesiva persecuci6n de David.

16 Expresi6n original: «Mosaic theology», las ideas basicas del sistema religiosoesrablecido por Moises. En la segunda mitad de la proposici6n se refiere alasinsrituciones litClrgicas y sociales.

17 La portia, 0 voluntad obstinada de SaCll, es precisamente el tema de esteserm(Hl, y 10que Newman profundiza en su analisis de las raices de la incredulidady !a irreligiosidad. Aspectos de estas Clltimas a veces olvidados aparecen al enfocar-!as desde su punto de vista original.

14. AI contemplar este desdichado final de una historia que al co-mienzo auguraba buenas promesas, n6tese 10 siguiente: la frustraciondel prop6sito divino que aqui tiene lugar es imputable claramente alhombre. Dios rodopoderoso escogi6 un instrumento adaptado pararealizar su prop6sito, en cuanto se refiere alas cualidades objetivas18; un

18 Expresi6n original: «external iJualiJications». Newman usa el calificativo«externas» para indicar las que no dependen de su Iiberrad 0 personalidad subje-tiva. Un poco mas adelanre (ap. 17) aparecera tambien «external» ret"erido a la re-velaci6n, en el senrido de «positiva» 0 «hist6rica».

Page 108: Cardenal Newman: Quince sermones

instrumento adaptado en todos los aspectos que Dios se reserv6 alcrear un ser que actuaria libremente; Ie dot6 de caracter y de todo tipode cualidades, excepto aquella en que todos los seres humanos estan-hablando en general- a un mismo nivel: el querer hacerlo. Nadie po-dia elegirse con talentos 0 conducta mas apropiada para mantener elpoder politico en su pais que el reservado y misterioso monarca queDios concedi6 a su pueblo nadie mas capaz de infundir terror en lasnaciones vecinas, que un comandante supremo dot ado de su sangrefria y prontitud de acci6n. Pero Saul cay6 del destino que se Ie habiapreparado debido a su incredulidad, debido a que quiso una porci6ndistinta, y no la que efectivamente tenia asignada en los decretos delAltisimo.

vengativo tan discordante como el orgullo de SaC1Icon la obediencia dela Fe.En la primera persecuci6n contra los cristianos, el autor inspiradonos 10 describe rapaz como una fiera salvaje (Hch 8: 3). Saulo fue objetode una tentaci6n de porfia semejante a la de Saul: la de ir contra los de-signios de Dios y querer impedir el curso de las acciones salvificas quedebiera recibir humiJdemente. Es verdad que el Senor Ie lIam6 de unaforma milagrosa, pero no mucho mas que Saul, quien, cuando menos 10esperaba, recibi6 la llamada de Samuel y, segun la predicci6n de este,el Espiritu de Dios se apoder6 de el y empez6 a profetizar (I S 10: 10 $.).Pero Sa(1Ino obtuvo los efectos beneficiosos del priviJegio que asi se Ieotorgaba. En cambia, san Pablo «no fue desobediente a la visi6n celes-tial» (Hch 16: 19), y desde aque! momenta no dej6 de madurar hasta laperfecci6n en aquellas nobles cualidades animicas que Saul habia echa-do a perder. Quienes lean atentamente sus epistolas quedaran impre-sionados por la frecuencia y la fuerza con que el ap6stol se refiere a lasumisi6n sin reserva a la voluntad divina, y a su gozosa confianza enella. Pero, volviendo al desdichado rey de Israel, ~cual fue su estadofinal, sino el mas infeliz y solitario de que es capaz la naturaleza huma-na? «jC6mo cayeron los valientes!» (II Sam 1: 25), se lament6 por el suleal amigo, que habia recibido sus afrentas y que Ie sucedi6 en el trono.SaCIl,que podia haber sido incluido en el catalogo de santos del capituloonce de la carta a los Hebreosl9, no es sino el prototipo de dureza decoraz6n y de desgracia infligida por el hombre sabre si mismo. Fuerade los poetas incredu[os de estos ultimos tiempos20, nadie Ie ha cons i-derado digno de otra cosa que no sea e! aborrecimiento y la condenade la humanidad.

(Los caracteres firmes suelen ser llamados a una misi6n mas grande)

15. Si consideramos, ademas, las posibilidades de su personalidadpara ascender a un grado muy elevado de perfecci6n moral tampoco Iefaltaban motivos para una gran esperanza. De elementos s6lidos comolos suyos se forman los ejemplares mas elevados y mas nobles de nues-tra especie. Generalmente hablando, los complacientes y bondadosospor naturaleza no son protagonistas de grandes designios. No suelenser capaces de un aprendizaje espiritual extraordinario; ceden 0 se hun-den bajo el peso de unos procedimientos santificadores que s610 pro-ducen su fruto maduro en algunos paladines de la Iglesia santa. «Inestablecomo el agua, no tendras la preeminencia» (Gn 49: 4), es una Frase quebien puede aplicarse en cierta medida a muchos que sirven aDiosaceptablemente en su generaci6n, pero cuyo puesto real en los rangosdel mundo invisible no tenemos medios para averiguar. En cambio, losespiritus que naturalmente se parecen mucho mas al caos primitivo al-bergan dentro des! los elementos de una maravillosa creaci6n de luz ybelleza s610 con que abran sus cora zones a la fuerza poderosa delEspiritu Santo. Orgullo y hosquedad, impetu y pertinacia, se transformanentonces en el celo, firmeza y altura de miras de la fe religiosa. Depen-dia del propio Sa(1Iconvertirse 0 no en emulo de aquel glorioso santoque fue primero el furioso vindicador de sus hermanos de raza, y luego«elmas humiJde de los hombres» (Ef 3: 8), sin perder por ello la energiay firmeza moral, sino adquiriendo aun mas.

17. Hay que responder ados preguntas antes de aplicar la lecci6n dela historia de Saul a nuestras propias circunstancias. Es corriente poneren contraste el cristianismo con el judaismo, como si este fuera princi-palmente un sistema de mandamientos positivos y, en cambio, el cris-tianismo se dirigiera a la raz6n y a la conciencia naturaPI. Quiza par estose pone en tela de juicio si los cristianos pueden ser objeto de la tentaci6n

19 Admirable lista de personajes del Anliguo Testamento que pasaron durisimaspruebas y se salvaron par la fe.

20 Debe de referirse a los paemas de Lord Byron sabre SaLiI (Song afSaul beforebis last battle]. Quiza tamhien a ~19un otro autor.

21 Se tr~ta de la tendencia a un cristianisma «raciona!» 0 «ilustrac!m>, que cobr6tanto auge en el siglo XVIII.

16. Quiza no es tan antojadiza como podria parecer a primera vistala comparaci6n bajo este aspecto con el ap6stol que originariamentelIevaba su nombre. San Pablo se distingui6 par un caracter furioso y

Page 109: Cardenal Newman: Quince sermones

(Respuesta a la segunda cuesti6n:EIpueblo de Israel, parecido a nosotros)

que hay entre desobedecer un mandato divino y unu humano; ni mequejo de las c1ases mas pubres, con las cuales hemos de ser especial~mente considerados, y que no son las peores por el simple hecho deque expresan sus sentimientos con men os tapujos25; sino que senalo, paranuestra.instruccion, la existencia en nuestra actual naturaleza comlm deuna terquedad de esp1ritu semejante a la que vemos en la historia deIsrael. Nadie, segura mente, de los que se examinan a sl mismos dudarade que tiene dentro de SI un inexplicable sentimiento instintivo que Ieimpulsa a resistir a la autoridad como tal, y que sc,lo puede vencerlo Iaconciencia 0 el sentido del interes propi026.

de obstinarse en su voluntad, es decir, de desubedecer a la palabraexterna de Dios, de una manera semejante a la tentacion de Sa(iL Y, ensegundo lugar, conceclienelo que tal cosa es posible22, pueele objetarse-para neutralizar la advertencia contra la porfla contenida en la historiade aque! rey y en la de su puebh-- que los jud10s eran gente de unamentalidad peculiarmente terrenal y grosera, de modo que, a partir desu prueba y su caida en la tentacion de terquedad y arrogancia, nadapodria deducirse subre e! mismo peligro para nosotros en nuestros e1ias.

18. (1) Quienes suponen esto demuestran una gran falta de equidadhacia el antiguo pueblo de Dios; y es muy peligroso forjarnos tal ideae1e nuestra superioridad, porque consta que es infundada. Todos losseres humanos, y no solo los juelios, tienen una extrana propension, co~rno la que Eva demostro al principio, a realizar 10que tienen prohibido.Es claramente visible en los ninos, y en el pueblo en general; en ellospodemos juzgar 10que todos somos, antes de que los habitos educadosrefrenen lluestra inclinacion. iNo nos basta acaso recordar los sucesosdel ano pasado -Ia conducta de las clases inferiores excitadas por untremendo impulso del cual ahora nos estamos recuperand023- parae1escubrir como actlla aqlje! esplritu innato de escepticismo y de durezade corazon que fue el gran enemigo e1ela fe judla? Es cierto que no entodas partes se manifesto con la misma virulencia, pero en conjuntohubo mas que suficiente para 10 que ahora quiero demostrar. EI recelohacia las iniciativas mas benevolas que se emprendlan en su favor, lasuspicacia ante la intromision de quienes sablan mas que ellos, elobstinado rechazo de sus setvicios, y la accion contra ria a sus planes yconsejos, junto con la ingrata creelulidad para aceptar todos los chismesy patranas que se contaban en descredito de su saber y prudencia. Todoesto tiene valor admonitorio ante nuestros ojos, para que no confiemosen las teodas enganosas construidas a base del supuesto de que la con-dicion actual del esplritu humano es mejor ahora que en la epoca de losjudlos24. Afirmando esto, no me olvido de la diferencia de culpabilidad

(Losj6venes expresan nuestra naturaleza rebelde)

19. 0 tambien, para ponerel caso de los jovenes que alm no hanocupado su puesto en los negocios importantes de la vida. Observese lafalsa verglienza que sienten cuando alguien supone que son obedientesaDios 0 al hombre; su empeno en ser mas irreligiosos de 10que realmentepueden ser; su afectada indiferencia ante los sentimientos domesticos yante la importancia y valor sagrado de la relaci6n con las personas; suutilizacion del ridiculo como instrumento de c1esquite contra las coac~ciones impuestas pOI'el deber 0 la necesidad. iQue demuestra todo estosino que a nuestra naturaleza Ie gusta regirse a su manera, no pensandosi es mas sana 0 mejor, sino simplemente porque es suya? En otras pala~bras, nuestra resistencia a los principios de la fe, no proviene solo denuestro apego a los objetos sensuales y visuales, sino de un principio innatode rebeldia, que desobedece casi pOI' ganas de desobedecerL7

reflexionesy acciones de reforma religiosa(hahl6 claramente de la necesidad deuna «segunda reforma»)y con su conversi6n al catolicismo,aquellos vinculos, sinperder la lealtad a su institucionespatrias, se volvieron bastante mas flexibles.Fuealm mas comprensivocon las clases populares, porque estuvo mas cerca de ellas.Ademas,sus ideas politicascrecieron de una forma mas 0 menos paralela al desa~rrollo de la democracia inglesa.

25 Frase original:<(fior,again, in complaint of the poorer classes, of whom weare especiallyhound to he tender, and who are not the worse merelybecause theyare less disguised in the expression of their feelings».

26 Lucidaobservaci6n,que profundizaraaun mas durante su grave enfermedaden Sicilia,especialmenteen cuanto a sus discrepaciascon el superior de su colegio:«Medi cuenta de que estabamoscasi a 5 de mayo, fecha memorable, por ser el diaen que envie al Preboste O1iultimatum.Tresanas despueshabiade yaceryo en taldiaen una tielTaextranjeraen un lecho de enfermo...» (Escritos autobiograjlcos, p. 173;veasenota 1).

27 Los «principios» contrarios a la fe no son 5610 los de la «carne» y del«111undm)d0111inadopor el EspirituMalignoOa «visi6nprofana» que se impone a11llestraimaginaci6n,vease sermon VII), sino algo mas hondo dentro de nosotrosmismos.

22 Por esto, porque concede 111as,respondera a la segunda pregunta antes quea la primera.

23 Apartir de este sermon no habra mas alusionesa 105 hechos violentos,0 queauguraban violencia,relacionadoscon el Reform Bill 0 proyecto de 10 que en 1852fue aprobado por el Parlamentocomo Leyde reforma electoral y politica (Ref 01 'il

Act), de gran importanciapara el progreso del sistema democratico ingles.24 Evidcntemenle, el joven Newman se adhetia lealmente alas instituciones

tradicionak~ del sistema sociopolitico, cultural y religioso de su pattia. Con sus

Page 110: Cardenal Newman: Quince sermones

que practicarla, y podemos oponernos a la voluntad de Dios de la mis-ma manera que ellos 10 hicieron y con las mismas tentaciones bajo lascuales cayeron. Por ejemplo, aceptar la fe cat61ica es el sOlYletimientoaun mandato positivo, sumisi6n tan real como 10fue Ja de los israelitas aJseg;,?do mandamient03o. Y la.creencia en la necesidad de aceptar Ja fecatohca para salvarse es un e)emplo mas de sumisiCm31 Reconocer elcanon de la Escritura es otro ejemplo de esta obediencia de la fe; y sanJ,uan 10 subraya asi expresan:ente en las palabras con que cierra eJcanon (Ap 22: 18 s.), q~e contlenen un anatema semejante al que usa-mos en el Credo atanaSlano. Ademas, Ja obligaci6n de mantener la I1ni-?ad. e~lesiasti~~0 comuni6n con la Iglesia es clarall1ente una obligaci6nl?stltUida pO.sltlvamente, una especie -como si dijeramos- de observan-cia ceremonial -y, en este sentido, es el titulo de pertenencia por raz6ndel c~al se nos conceden los privilegios del Evangelio32. Por 10demas,los mlsmos sacramentos tienen este caracter de instituciCmpositiva.

20. (2) Ahora bien, si la obstioaci6n es una caracteristica de la oa-turaleza humana, es ocioso distinguir las etapas de. la historia de lasalvaci6n, de manera que quedemos privados del provecho que se sacade meditar la historia de Saul, en 10 cual consistia la primera cuesti6nque nos planteamos al respecto. Tiene que ser obligatorio en cuales-quiera circunstancias atajar 10 que es en si malevolo; y no es ningunaexcusa a favor de la obstinaci6n decir que no estamos bajo un sistemapositivo de mandamientos, como el de Moises, y que no hay espaciopara el pecado en el cristianism028. AI contrario, tenemos que vernuestra vida con todas las dimensiones reales que nos manda la religi6n-y no meramente segun ciertas interpretaciones abstractas del Evange-lio de la Nueva Alianza29-, y tenemos que aplicar los principios del bieny del mal, de los cuales vemos ejempJos en la historia judia, a nuestrascircunstancias en su mayor parte cambiadas.

(La revelaci611 nos il1terpela duramente, no nos balaga)

22. S~est~~ observaciones estan bien fundadas, es cosa clara quen~estra sltuaCion no es muy diferente de aquella en que estaban los ju-dlos, en cu~nt? .1Iamadosa obedecer a una religi6n revelada; ellos ynosotros COlOCldllTIOSen eI hecho de cliferir respecto a todos los que

21. Pero es bien dudoso, habJando lIanamente, que haya una dife-rencia tan enorme entre el sistema judio y el nuestro por 10 que se re-fiere a los mandamientos positivos y alas instituciones. La religi6n re-velada, como tal, tiene la naturaleza de una norma positiva, pues impli-ca cierta afiadidura efectiva, mayor 0 menor, a la religi6n natural, y ladeclaraci6n de hechos, que son revelados de esta forma nueva, porquede otro modo no podriamos descubrirlos. En este sentido, la diferenciaentre la situaci6n de los judios y la de 105cristianos es simplemente degrado. Nosotros tenemos que practicar la sumisi6n, como ellos tenian

28 Ayudados par 1a tendencia a reducir las exigencias cristianas a 10 «radona!»e «ilustrado» (vease nota 22) y basandose en posiciones teo16gieas de ciertos gru-pas protestantes extremistas del siglo XVI, algunos Ilegaron a negar la posibilidaddel pecado (de 1a resistencia a la voluntad de Dios) en e1 cristiano «regenerado». Enesta linea estaban los «antinomistas» (que rechazaban toda «ley», porque estabanbajo la «gracia»); contra algunos de sus efectos mas vulgares tuvo que 1uchar en suparroquia el calvinista moderado Thomas Scott (vease 1aalusi6n a los «antinomistas»y a Thomas Scott a1 principia del cap. I de la Apologia).

29 La expresi6n <wbstract views» tiene a veces en Newman el matiz peyorativode «opiniones simplistas y superficiales» (en este caso, malas interpretaciones delprincipia paulino «No estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia»), ademas de racio-nalistas; salvo siempre el uso legitimo y necesario de la abstracci6n por parte de laraz6n humana (describe las incesantes operaciones mentales relacionadas con laabstracci6n en un famoso parrafo al principio del cap. I de El desarrollo de la doc-trina cristiana).

30 En el catecismo anglicano, dentro del Book of Common Prayer, e1 segundomandanllento di;e: «No te haras. imagenes talJadas ni representa"d6n alguna delas cosas que estan arnba en los Clelos ni aqui abajo en la tierra ...» (corresponde alEx ?O: 4). El ~e:vman anghcano fue estricto observante de est a norma, y el cultoc~,tohco alas Imagenes fue uno de los gran des obstaculos que impedian su conver-slon .. lncluso en ~no de sus lihros, 1as Conferencias sobre lafunci6n pro,fetica e laIgleSIa0 VIaMedia, pp. 207 s.), trata del concilio II de Nieea (ano 787), que ratific6el sentldo ortodoxo de tal culto, como si fuera un episodio que sef\ala sin dudaalguna la corrupci6n de esta Iglesia. Sobre su cambio razonado de actitud, vease Eldesanvllo de la doctrina cristiana.

31 p' _- lensa segulamente en el Credo lIalllado «atanasianc}}), que cmpieza can laspalahras «Qulcumque vult salvus esse». como un ejemplo de obediencia a unmandato positivo dentro de la Nueva Alian7.a. que impone los contenidos de la fea quienes la han aceptado global mente.

32 Tengase presente el problema teol6gieo de si 10 que nos constituye cristianoses una expenencla de fervor espiritual (llamada «conversi6m> por las comunidadesde tendencla «evangeliea» de origen anglosaj6n), 0 el don de la fe en el sacramen-to del b_autismo. New~lan, ~e~pues de varios anos de seria reflexi6n, y a pesar dela ensenanza 'lue habla reClbldo de su 'luerido maestro Walter Mayers, se adhiri6flr?lemente a la doctrina de la regeneraci6n bautismal, que vela en la meior tradi-cIon anghcalla, en los escritos patristieos y en el rnismo Nuevo Testamento (d.ApologIa, cap. II, p. 4.3 edie. BAC)

Page 111: Cardenal Newman: Quince sermones

han quedado desprovistos de la revelacion positiva. La revelaci6n nospone en un trance que solo existe obscuramente en la religion natural:el de obedecer pOI'obedecer, 0 sea, pOI'fe. Es cierto que el respeto a laley de la conciencia tiene tambien el caracter de fe, pero facilmente sedesnaturaliza hasta convellirlo en una especie de confianza en sf mis-mo, es decir, una deferencia a nuestro propio juicio33. Aqui precisamentela revelaci6n nos proporciona un instrumento importantisimo para co-rregir y moldear nuestro caracter moral, sin entrar todavia en las realida-des que nos manifiesta34. Los cristianos, igual que los judios, c1ebemossometernos como p:iIvulos. Si consideramos todo esto ique extranasson las nociones de nuestros tiempos sobre la libertad e irresponsabili-dad del cristian035 ! Si el Evangelio es un mensaje -como 10es-, siempreresultara mas 0 menos 10 que la muchedumbre de los que razonan consu pretendida sabiduria declara que no debe ser: una ley. Debe tener eIcaracter de 10 que ellos denominan una practica formalista y una suje-ci6n36 Debe, en cierto grado, traerles oscuridad, en vez de halagarloscon la promesa de una iluminaci6n inmediata; y los iluminara s610 amedida que se sometan primero ala oscuridad. Si cayeran en la cuentade 10que implican, el deseo de quienes se autodenominan en nuestrosdias «cristianos filos6ficos» y exentos de partidismo religios037 es el si-guiente: ctesembarazarse pOI'completo de los grilletes de la revelacion.Y sus esfuerzos tienden y teneleran sin duda a 10 siguiente: a identificarla doctrina cristiana con sus convicciones individuales, a prescindir de su

caracter sobrenatural y a constituirse ellos mismos en profetas, y no endiscipulos, de la Verdad divina. En su mente los credos y la disciplinaeclesiastica ya se han disociado de su substancia; y ellos de hecho sevan desemendiendo gradualmente de doctrina y disciplina, a medidaque las_circunstancias de los tiempos les dan ocasion para ello.

23. Reflexionemos, pues: la prueba que deben superar los que hanrecibido una revelaci6n de Dios consiste en la alternativa entre fe y obs-tinaci6n en la voluntad propia; sea cual fuere la prueba de los que care-cen de revelaci6n. Los paganos pueden tener ritos y narmas, estableci-dos par iniciativa propia, que son dignos de elogio y que demuestran supiedad sincera; pem aquellos a quienes Dios ha hablaclo no tienen excusapara establecerlos a su arbitrio. Lo que es indiferente se vuelve pecadoeuando es prohibido, y obligaci6n euando esta mandado. Los simbolosde la deidad fueron inventados quiza par la fe egipcia, pero fueronadoptados por la increencia judia38 En cambio, la prueba de Abraham,cuando se Ie requiri6 sacrificar a su hijo -como la ele Saul cuando se Ieimpuso eI deber de eliminar a los amalecitas-, consistia en prescindirpOI'excepci6n, de las normas ordinarias que Dios nos prescribe, y obe~decer un mandato positivo dirigido claramente a eUosporia revelaci6n39

33 Sobre las deformaciones de la conciencia hasta el punta de llamar «conciencia»10 que no <:5sino el propio capricho, tratara extensamente en la Carta al Duque deN01folk (875), uno de sus llitimos grandes escritos (famoso especialmente par eJbrindis primero a la conciencia y luego al Papa, que de be interpretarse en aquelcontexto). Vease Dessain: Vida y pellSamiento del cardenal Newman, p. 195.

3, Expresi6n original: «ouer and above the matter of its disclosure,) Es notal>keste inciso sobre el valor que tiene la revelaci6n como simple interpelaci6n q"eDios nos dirige, en un autor que insistira tan finnemente en el caracter objetivo deIus hechos salvificns 0 «contenidc») revelado.

)S Expresi6n original: «libel1y and ilTesponsibility». Para Newman, libertad ,:sresponsabilidad.

36 Frase original: (<Itmust be of the nature of what they call a form, and abondage». Desarrollara estas inruiciones «antiluteranas» con s6lido fundamentoneotestamentario, y con no menos firmeza que aqui, en su libro sobre lajustijkacirin(1838). Es famoso su llltimo capitulo, «On preaching the Gospel», donde aparecela b'ase: «Lutero nos liber6 de 105 sacramentos y nos someti6 a la esclavitud de 105sentimientos». Cita abundantes text os del reformador aleman (y de Calvino y susdisdpulos), pero mas que interpretar a fondo su pensamiento, pretende dar res-puesta con urgencia pastoral a la seria desorientaci6n que imperaba e impera entremuchos «evangelicos» de raigambre anglosajona.

37 I.iteralmente: men of no party, seguramente en el sentido de carecer de con-vicciones religiosas concretas, y 5610 adherirse vagamente alas corrientes de pen-sallliemo de la epoca, en cuantn a religi6n.

24. Y esta tendencia de la religi6n revelada a establecer institucio-nes y leyes positivas es tan fuerte que incluso absorbe en su ambitociertas normas temporales que, estrictamente hablanelo, son exterioresa ella. Otorga alas leyes del hombre la naturaleza de una autoridad

38 Se convirtieron en simbolos de incredulidad pOl'que, para elIos, estabanprohibidos.

3Y Creernos que el sentido de la prueba de Abraham, con su profundo misterio,en el cual insiste la tradici6n de la Iglesia relacionandolo con el sacrifico de jesu-cristo, es bastante diferente del de la prueba de Saul. Vease nota anterior sobre lainterpretaci6n literal de pasajes del Antiguo Testamento que imponen una violen-cia incompatible con el Nuevo. Tengase presente que la ditlcultad del caso no estaen la interpretaci6n del texto para regir nuestra conducta -pues tenemos la luz delEvangelio -, sino para 105 que 10 vivieron en su momento, y para nosotros hacer-nos cargo de su situaci6n. En la Via Media, escrita cinco anos despues, Newmanhara un estudio de las posibles colisiones entre 105 deberes que nos impone laconciencia, la l:liblia, la Iglesia antigua, la Iglesia actual, para lIegar a unos criteriosmedianamente clarificadores. Una vez cat6lico, insistira en el papel indispensablede la Iglesia para la interpretaci6n de la Biblia.

Page 112: Cardenal Newman: Quince sermones

divina, y donde existen vuelve obligatoria la obediencia alas mismas.Esto es manifiesto en el caso de la autoridad civil, cuyos representantesy cuyas practicas formales, una vez estab.lecidas, debe~ ser a~eptado~ aconciencia por quienes se encuentran baJo su soberama. EImlsmo p~m-cipio se apliea de una manera mas notable en el casu de los recab~taspara ratifiear costumbres que al principio era~ in~iferentes. Los r~~ablta~fueron premiados con una promesa de contmUldad como ~amlha, pOIraz6n de su observancia de ciertas incomodidades y austendades, queles habia impuesto la simple autoridad de un antepasad04

\J

(Si se rechaza la autoridad legitima visible ...)

25. Con estos principios recien grabados en la memoria, si damosun repaso a la superfieie de la sociedad tal en suoestad.o actual, numero-sas reflexiones se agolpan en la mente. La reslstenCia desenfadada aJpoder constituido y -10 que viene mas al cas~.la compla:ient~ ac.e~ta-ci6n de la misma, la falta de respeto a la Antlguedad, la vlolaCion mJus-tificada y sin escrupulos de los mandatos y usos de nuestros al~tepasa-dos, la ruina de 10 que nos dejaron en herencia, ~os despre.:lo~ a laIglesia, la descarada transgresi6n del ?eber de.l~ umda~ ~cleslastlca, elrechazo manifiesto de 10que se denomma «partldlsmo rehgloso» launqL~ees innegable que Cristo hizo que una entidad concreta41 fuera el medlopara comunicar su doctrina, que no arr?j6 al. v~leo so?re el. mundo,como much os ahora quisieran42), la creclente mdlferenCia hacla el cre-do cat6lieo, las objeciones esceptieas a aspectos 0 pOl'ciones de sudoctrina, toda la serie de manipulaciones presuntuosas a que se sometensus sagrados articulos para discutirlos, analizarlos: compararlos, corre-girlos y rechazarlos, las criticas innumerables y discard antes a nuestraLiturgia que han brotado por todos lados; el estado ~e animo irritabl: ,Ylas ansias insaciables de cambio que se han generahzado, como es faClI

40 Vease el cap. 35 del profeta Jeremias. «Dice Yahve: se han observado !as6rdenes de Jonadab, hija de Recab, que prohibi6 a sus descendlentes beber VIna,y ellos, fieles al mandata de su anlepasado, no 10 han bebido hasta el presente. ~.ncambio, yo os he hablado a vosotras insistentemente, Sill cansarme, y no me habelsescuchado» (v. 14).

41 Palabra original: (raparty». Un grupo delimitado de alguna manera.42 Es expresiva en este sentido la frase del libro sobre los Arnanos, queaca-

baba de escribir (y se public6 el ailo siguiente): «EI don de la p~rmanenCla .seotorg6 al principio no a la simple doctrina del eva~gelio, sino tam bIen a la asoCla.-ci6n edificada sobre tal doctrina» (vease en Dessalll: VIda y pensatmento del cat-denal Newman, p. 68). Es decil, Cristo no nos dej6 sola mente lInas ideas sueltas,sino una instituci6n viva encarnada en la historia humana.

de constatar ... ~Que demuestran todos estos sinlomds, sino que el espl-ritu de Sat,1permanece vivo? Se trata ell"la oDstinaci6n, que es el prin-cipio antag6nieo al celo de David. EJ principio de romper y derrihartodas las normas elivinas, en vez de construir. Y con el pecaelo de Sa(Jl,la suel1e de Saul espera a sus seguidores: extravio y perturbaci6n mental;ocultamiento del rostro de Dios; estllpidez, precipitaci6n y volubilidaden las decisiones; ceguera elejuicio, miedo a la multitud; distanciamientode las personas buenas y de Ins amigos fieles; sllborJinaci6n a suspeores enemigos, los reyes de Amalec y los hechiceros de Endor. Lomismo sucedi6 con los judios, que rechazaron a su Mesias s610 paraseguir a impostores. Lo mismo sucede con los infieles, que se convier-ten en esclavos de la superstici6n. Y este es siempre el triste destinoque toca justamente a quienes confian mas en sus caprichos que en lapalabra de Dios: al fin lIegaran, par un camino u otro, a verse sometidoscomo esclavos a una autaridad ilegitima y abusiva. Como dice el ap6s-tol de los cristianos de Roma, cuando estaban emancipaelos respecto ala justicia, eran esclavos del pecado. Les pregunta: «~Noos avergtienzaahora el fruto que entonces cosechasteis?» (Rm 6: 21).

26. Puede que parezca a primera vista que estas observaciones notienen nada que ver conlos que, como nosotros, estan atados par el afectoy los compromisos explicitos a la causa de la Iglesia de Cristo. Sinembargo,no ida mal recordar que los miembros de esta rarisimamente han escapadode la contaminaci6n de la epoca en que han vivido'B. Y sin duda, par elsimple hecho de que no vamos tan alia como otros van, y nos oponemosseriamente a los principios 0 alas medidas extremas en que otros estanempefiados, podemos caer en el peligro de considerarnos seguros44.

43 El tema de la infiltraci6n del «munc!o», en sentic!o peyorativo, dentro de «IaIglesia», es constante en eI pensamiento de Newman. Dice en uno de sus illtimossermones cat6licos (Occasional Selmons, p. 271; serm6n 14 «In the World, but notof the World»): «Lo que Ios escritores sagrados denominan «e1 mundo» se aplica atodas las colectividades y grupos de personas, de todas las clases sociales, nacio-nes y profesiones, laicos yeclesiasticos ...».

44 La crisis «prerrevolucionaria» de aquellos anos en Inglaterra, de la que habiaIllotivos para esperar las peores consecllencias para la religi6n, dio pie, indirecta-mente, al movimiento de renovaci6n espiritual, teol6gica y pastoral de la Iglesiaanglicana pramovido en el primer momcnto por Keble, Newman, Froude y otroseclesiasticos (el «Movimicllto de Oxford» 0 Movimicnto «tractariano», por los« Tmcts») 0 folletos que pllblicaron a partir de 1833). El mismo dia en que pronun-ci6 este serm6n, Newman se encamino hacia Falmouth (puerto casi al extremosuraeste de Gran Bretana), de c!onde partiria hacia el Mediterraneo om Richard!lurrell Froude y el padre de este. No pronuncian\ otra senn6n universit~rio hastael ano 1839, en circunstancias ya l1l11y clistintas.

Page 113: Cardenal Newman: Quince sermones

~RAZONABILIDAD DEBIL DE LA FE?

Es la fe anticipo de 10 que se espera, garantfade realidades que no se veri.

1. EI acontecimiento que conmemoramos hoy y el misterio de gra-cia inmensa de la cual fue el primer fruto nos sugicren especialmeme eltema de la fe. Fue en tal dia como hoy que se concedi6 alas sabios deOriente el don de poderse acercar al Nino, nuestro Salvador, y de adorarle,

1 Titulo original: Faith and Reason, contrasted as habits of mind, 0 sea, la feentendida en sentido subjetivo (la fe con que creemos), como especifica en elapartado 16: «Faith viewed as an internal habit or act»; la razon, todavia no la de~fine: «1 have not yet said what reason really is» (ap. 45). Entra ahora en la seccionsegunda, sllbseccion 2", del esquema 0 sintesis sllgerido en su introduccion de1847 escrita en latin (<<Delogic a methodo Fidei. 2) Fides Praesumptio est quaedamVeri tat is», con los sermones X y Xl). Ya no estamos propiamente en los «principios»o «actitudes» correctas y adecuadas para la fe (see cion primera), ni en la simpleafirmacion del caracter personal (recondito, implicito, no cientifico) de Sll modo deproceder (seccion segllnda, subseccion P), sino que profundiza mas en esta «logica»personal de la fe, la de las presuposiciones 0 probabilidades antecedentes. Estasdaran al slljeto la perspicacia para captar todo el valor de los indicios 0 signos, aveces bastante pequenos y que a muchos les pasan inadvertidos. Las presuposicio~nes 0 probabilidades antecedentes tam bien vigen en todos los campos del saber, ypor ellas adqllirimos quiza la mayor parte de nuestros conocimientos (vease elsermon XI). En el ambito de la fe, si son correctas, se van aproximando a ella, 0

brotan de ella, gracias a la acdon de Dios, hasta convertirse en ios «ojos pene~trantes» (the piercing eyes of faith) que el Espiritu de la Verdad Olorga a sus disci~puios (sermon VII, ap. 1). - Han transcurrido mas de seis aiios, intelectualmente ypracticamente densisimos para Newman, desde el sermon lIniversitario inl11ediata~mente anterior. Sobre el perioclo 1833~1839 de Sll vida, vease toclo el capitulo II de

Page 114: Cardenal Newman: Quince sermones

como primicias de la muchedumbre de gentes delmundo pagan02, que-cuando les fuera predicado- iban a tomar posesi6n del reino de Dioscon mas empuje que los judios, y 10extenderian hasta los confines de latierra. Cristo se manifest6 a aquellos personajes de Oriente, y se nosmanifiesta nosotros. De la misma manera: no alas ojos de la carne, sinoa la mente iluminada poria gracia, es decir, a la fe, de ellos y nuestra. 5ila manifestaci6n de Dios concedida alas judios era limitada y se dirigiaa sus sentidos, la que se otorga a los cristianos es universal y espiritual.Los dones del Evangelio son invisibles (espirituales)j pOI'esto la fe es surecipiente adecuado. La Iglesia del nuevo testamento es cat6lica (uni-versal)3;pOI'esto la fe es su vinculo de intercomuni6n. Lascasas extemas,localizadas y perceptibles, ya no son objetivos para hacer hincapie enellos pOl'su propia cuenta, sino medios con que se transmiten y comu-nican los dones divinos desde su Fuente hasta su tennino adecuado,que es el coraz6n human04.

la Apologia. Habia predicado los anteriores sermones universitarios como joventutor de un colegio de Oxford, y mientras preparaba su primer gran libra, Losan'ianosdel siglo IV, que no fue publicado hasta 1833, el ano en que salieron sus primerosTracts. Ahora. en 1839, ya es un personaje destacadisimo en la vida religiosa de supais. Ha publicado varios volumenes de Sennones parrroquiales (mas influyentesineluso que los Tracts) y sus importantes obras de teologia anglicana sobre LaJunci6n proJi!tica de la Iglesia 0 Via Media (1837) y Lajustificaci6n (1838), ademasde numerosos articulos. No es de extranar, pues, que estos sermones oficiales antela universidad de Oxford, con el caracter que tenian de prafundizaci6n 0 tentativaarriesgada de analisis de las cuestiones religiosas que se planteaban (caracter com-pletamente distinto de los Smmones parroquiales) adquieran ahora una madurez yserenidad que los distingue del tono a veces demasiado polemico y circunstancialde las paginas precedentes. Observa Nedoncelle: «POl' un curiosa contraste,ahondan en la teologia pura, cuando la agitaci6n del Movimiento de Oxford ibacreciendo a partir de 1839».

2 Literalmente: «Gentile multitudes/i, en el sentido biblico de paganos 0 extran-jeros helenistas.

3 El adjetivo «cat6lica» aplicado a la Iglesia Ira apareciendo con mas frecuencia;naturalmente, en el sentido en que los anglicanos no se consideran excluidos de laverdadera Iglesia «cat6lica» 0 universal.- En el apartado siguiente, se pone de re-lieve que pOl' «espiritual» no entiende solamente «invisible» 0 «interior», sino «delEspiritu Santo».

4 Sin desdibujar en ningun momenta el caracter personal e «interiom de la fe,Newman avanzara, a partir de su caracter eelesial -que ya tiene bien presente- enel reconocimiento mas profundo de sus condiciones bist6ricas en El desarrollo dela doctl'ina cnstiana (1845). Aqui se trata simplemente del contraste can algunosaspectos del antiguo testamento (vease la alusi6n al Pentateuco en serm6n XI, ap.26). La frase densa del ap. 2 recuerda algunas de su reciente libro sobre la Justifi-caci6n, en las que relaciona escuetamente la funci6n respectiva de la fe y lossacramentos, la gracia y las obras.

2. La Iglesia cristiana tiene la nota de la catolicidad, cI privilegio dela manifestaci6n de Dios interior, y el deber de la fe; 0, dicho conpalabras del ap6stol: «Los gentiles» reciben «Ia promesa del E5pfritu pormedio de la/e»» (Ga 3: 14).

3. No saldre, pues, del ambito de los temas que esta gran festividadnos propone, si emprendo de nuevo mi investigaci6n sobre la naturalezade la fe del Evangelio. Mediante la fe, judios y gentiles captan los bienesadquiridos por Cristo y gozan de ellos. Y a la fe se refiere la orClci(mIiturgica5 de hoy, diciendo que es la peculiaridad de nuestra condici6nen esta vida, tal como la visi6n de Dios sera 10 propio del mundo veni-dero. Con las presentes reflexiones me propongo el objetivo de profun-dizar este tema, sabre el cual no es la primera vez que hablo en estelugar y condici6n, convencido de que va a tener la maxima impartanciaen las controversias que nos saldran al paso en nuestros dias6.

4. Casi no hace falla demoslrar a partir de la Escritura la especialdignidad e influencia de la fe en la etapa cristiana de la hisloria salvifica,par 10que se refiere a nuestra condici6n espiritual y moral. Sea cU::lIseala facultad 0 condici6n animica eoncreta que se indica con la paldbra fe,ciertamente la Eseritura la considera el instrumento escogido que une cIcielo y la tierra, un principia de acci6n no conocido antes, poclerosisi-1110porque transform~lnuestro coraz6n y pOl'10que cuenta a la vista deDios; y, sin embargo, la Escritura nos dice t3mbien que la fe en si rnismasuscita el desprecio 0 la irrisi6n de parte del mundo. ESlas caracleristi-cas: su aparente debilidad, su novedad, la adopci6n que nos consigue,y su sorprendente eficacia, se hacen notal' en pasajes como los siguien-tes: «Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno Ie dice a este monte:quitate de ahi y arr6jate al mar, si 10 haee sin titubeos en su interior y

5 En el Book o/Commol! Pm)'er, la oraci6n de la fiesta de la Fpirania es la tra-ducci6n de la del Misal Romano.

6 Nota del autor: <Nease el sermon IV». - En eJ analiza mas directanwnte larelaci6n de la fe con la raz6n, pcw hemos visto que el lema no esta ausenle en losdemas sermones.

Page 115: Cardenal Newman: Quince sermones

creyendo que va a suceder 10 que dice, 10 obtendra. POLesO os digo:todo 10 que pidais en vuestra oracion, creed que 10habeis recibido, y 10ohtendreis» (Mc 11: 22-24). «Si tll puedes creer, todo es posible para elque tiene fe» (Mc 9: 23). «EI lenguaje de la cruz es locura para los quese pierden; mas para los que estan en vias de salvaci6n, para nosotros,es poder ell' Dios ... ~D6nde esta el sabia? ~D6neleel eruelito a entendieloen las cosas de este mundo' ... Puesto que la sabicluria clel munclo no hasielo capaz de reconocer a Dios a traves de la sabiduria divina, Dios haquerido salvaI'a los creyentes pOl'Ia locura del mensaje que predicamos»(I Co 1: 18-21). «La palabra esta cerca de ti, en tu boca y en tu coraz6n7;

esta es la palabra de fe que nosotros anunciamos ... La fe surge cle laproclamaci6n y la proclamaci6n se verifica poria palabra de Dios» (Rm] 0: 8.17). «Dentro de poco, muy poco tiempo, el que ha de venir Ilegarasin demorarse; y mi justo vivira poria fe» (Hb 10: 37 S.)8.. Y siguen, pocodespues, las palabras del texto inicial: «Es la fe anticipo de 10 que seespera, garantia de realidades que no se ven».

cabe la posibilidad de considerarla como un descubrimiento del Evan-gelio, y un especial metodo divino de salvaci6n-; si, despues de todo,resultara que consiste meramenre en un creer a base de pruebas11, 0 unaespecie de conclusi6n de un proceso racional, una decisi6n que se 1IatomadQ calculadamente, el texto inspirado no estaria al nivel de lacomprensi6n del lector sencillo, ni serviria para instruirle. Si la fe fueraun principio asi, ~que tendria de nueva y sorprendeme?

6. Cabe insistir con otras consideraciones en apoyo del mismo pare-cer sobre el asunto. Por ejemplo: se afirma que la fe tiene su vida en undeterminado talante moraJl2. Ahora bien, los ejercicios argumentativosno son morales. La fe no tiene, pues, el mismo metodo de prueba quela raz6n.

(Si jilese una mera can elusion racional, estos textos ser[anincomprensiblesJ

5. Esta es el arma sublime que emplea el cristianismo, tanto si seconsidera como programa religioso, 0 como sistema de vida comu-nitaria9, 0 como norma moral; y 10 que se Ie atribuye en los textos bi-blicos precedentes, tambien 10 afirman explicitamente, 0 10 implican,otros muchisimos pasajes que seria demasiaclo prolijo de citar. Y supongoque nadie negara que la primera impresi6n que todos estos producenen ellector es que, segun los autores sagrados, la fe es un instrumentode conocimiento y de acci6n, desconocido antes para el mundo, unprincipia sui generis, distinto de los que proporciona la naturaleza, ymas en concreto -ya en el punto que quiero investigar- un principioindependieme de 10 que se entiende en general pOl' raz6n1O Si, eles-pues de toelo 10que se dicesobre la fe en el Nuevo Testamento -donde

7. Consta que es uno ell' los clones sobrenaturales que se impartenen el regimen del Evangelio. «POl'gracia habeis sido salvaclos, por me-dio de la fe, y esto no viene de vosotros mismos, sino que es un elon deDios» (Ef 2: 8); ahora bien, la investigaci6n y la prueba pertenecen alser humano cqmo ser humano, antes cle recibir el Evangelio. Por cons i-guiente, la fe es alga mas elevada que la raz6n.

11 Newman, en su carta a Dalgairns, sugiere aqui una nota para la edici6nfrancesa: «En otras palabras: "motiva credibilitatis nunquam constiWere possuntmotivum formale actus fidei" (Perrone)>>.- Cita d6cilmente a su buen maestro deteologia en Roma, para constatar con gozo la coincidencia de su investigaci6n enOxford con el pensamiento cat6lico: la fe no consiste propiamente en ningunademostraci6n previa. Sin embargo, anade: «Que la raz6n es necesaria para la fe, seexpresa en el apartado 44 «<mucho menos puede ninguna mente sensata caer en lanoci6n disparatada de que en el fondo no hay en absoluto ninguna prueba queavale la profesi6n del cristianismo, 0 de que no es licito requerirla. Yo s610 afirma-ria que tal prueba no tiene pOl' que ser objeto de analisis 0 asumir una formamet6dica, ni ser completa 0 simetrica en el espiritu creyente; y que la probabilidades su vida»).

12 Nota del autor: [Es decir, los principios intelectuales de los que se sacan lasconclusiones a que asiente la fe son consecutivos de un determinado temple etico,que es su condici6n sine qua non.] - Observaci6n importante, pOl"que precisa sumodo de vel' ios aspectos morales de la fe. No quiere que se Ie clasifique con losque dicen que la fe es «un acto mora!» vacio de contenido intelectual 0 real.

7 San Pablo toma la frase de Dt 30: 12-14.8 La carta a los Hebreos toma el texto de Is 26: 20 y de Hb 2: 3-4.9 !.iteralmente: «as a social ;ystem».

10 Nota del autor: [«Lo que se entiende comunmente pOl' raz6n», 0 «senti docom(w», tal como se usa a menu do esta palabra, es eI habito de decidir sobrecllestiones religiosas sirviendose de los juicios sin preparaci6n y a la ventura, suge-ridos por los principios profanos; vease mas arriba, discurso lv. A 10 mas, se sueleemender por raz6n la facultad racional en su funcionamento explicito mediantemetoclos demostrativos a posteriori (evidentia!)]. - Para precisar el sentido de estasnotas cat61icas hay que recurrir alas puntllalizaciones del «Pr610go a la terceraedici6n» (1871)

Page 116: Cardenal Newman: Quince sermones

8. Que la fe es independiente de los procesos racionales se ve sindifieultad par los contenidos respectivos de que tratan una y otros. «Lafe proviene de la proclamaci6n, y la proclamaci6n se verifiea poriapalabra de Dios». Acepta simplemente el testimonio proclamado. Y asicomo el testimonio se distingue de la experiencia, tambien la fe sedistingue de la raz6n.

9. Cuando los ap6stoles desacreditan «Ia sabiduria de este mun-do», las «discusiones», la «excelencia de lenguaje», etc., todo da a en-tender que se refieren a 10que ahora denominariamos series de argu-mentos, debates, investigaciones, es decir, ejercicios de la raz6n.

10. Una ultima consideraci6n. La Escritura nos ofrece varios ejem-plos de personas que expresan su reconocimiento de Cristo y de susap6stoles pOl'fe, cosa que el mundo no tendria pOl'convieci6n racionalfundada en garantias 0 pruebas. Asi, el tullido que se sentaba junto a lapuerta hermosa del Templo fue curado par su fe, despues de que sanPedro no dijo sino: «Miranos» (Hch 3: 4). Y aque! otro cojo de Listra novio ningun milagro realizado pOl'san Pablo; s610 Ie oy6 predicar, cuan-do el ap6stol «se Ie qued6 mirando fijamente, y viendo que tenia sufi-ciente fe como para ser curado, Ie dijo en alta voz: Levantate y tentederecho sobre tus pies» (Hch 14:9 s.). Tampoco habia realizado san Pabloen Atenas ningun milagro13, pero predie6, y con ello «algunos se adhi-rieron a el y creyerom> (Hch 17: 34). Van al mismo objetivo !as palabrasdel Senor, cuando san Juan Bautista Ie envi6 mensajeros que Ie pregun-taran si era el Mesias. Ciertamente obra milagros, para confirmarle susesperanzas, pero afi.ade:«jDichoso el que no encuentre en mi motivo detropiezo!» (Mt 11: 6). Y cuando el ap6stol Tomas dud6 de su resurrec-ci6n, Ie ofreci61a prueba sensible que pedia, pero afi.adi6:«Diehosos los

13 La apologetic a «evidencialista» de Paley y otros muchos autores pretendiademostrar «en frio» (independientemente de las disposiciones y cualidades mora-les del oyente) la verdad del cristianismo sirviendose en gran medida de 10s miJa-gros. Newman no los niega, pero los interpretara con importantes mat ices (vCaseApologia, nota extensa B, al final). Entre 105 sermones parroquiales es importanteel titulado Miracles no remedy for unbelief, «Los milagros no son remedio para laincredulidad. (vol. VIII, serm6n 6).

que creen sin haber visto» (Tn20: 29). En otra ocasi6n dijo: «cEsque soisincapacesdecreersinoveisprodigiosysignos extraardinarios?» (Tn4: 48).

11. Sin embargo, desde otra posici6n, cabe insistir en la manifiestaimposibilidad de que la fe sea independiente de la raz6n, y un modonuevo de lIegar a la verdad. En que el Evangelio no altera la constitu-ci6n de nuestra naturaleza, y no hace sino eleva ria y desarrollarla; enque, par 10que se refiere a todo saber, el sentido de la vista es nuestrafuente de informaci6n inicial, y la raz6n la ultima y definitiva. Somasconscientes de que vemos; tenemos una confianza instintiva en nuestraraz6nl1. cC6mo pueden convencernos de que son divinos los titulos yprerrogativas de una supuesta revelaci6n, si no es par dicbos medias?La fe, por tanto, debe ria poderse reducir en ultimo termino a la vista yala raz6n; (a no ser que estHvieramosde acuerdo con los devotos exaltadosque piensan que la gracia del Evangelio implanta en nuestras almas fa-cultades totalmente nuevas, y que 10hace de manera perceptible; facul-tades, claro esta, conocidas sin necesidad de demostraci6n pOl'quienesgozan de ellas; pero que nadie puede dar a canocer a quien no lasposea). La Escritura confirma este modo de vel' el problema cada vezque los ap6stoles apelan a sus milagros, 0 al Antiguo Testamento. Estoes apelar a la raz6n; y 10que consta en algunas ocasiones, era probable-mente a cieltamente 10que se hacia en los demas casas (asi 10 suponenen su 16gica), aun cuando no aparezca este detalle en e! texto sagradocorrespondiente.

12. Tal es el interrogante que se presenta a los lectores de laEscritura sobre la re!aci6n de la fe con la raz6nl5. Es corriente hoy dia

14 Newman cambi6 posteriormente su lenguaje sobre la «confianza en nuestrasfacullades». Vease Pbilosopbical Notebook II, p. 33. Y nota 20 al serm6n XL

15 Pierre Rousselot, en su articulo de 1913 (Remarques sur I'lJistoim de fa notionde (oi natumlle. «Rech. de Sc. Rei)) IV. p. 29 nota) se refiere explicilamente a estepa~rafo: «Contre la foi scientifique et la theorie dualiste, voyez encore OxfordUniuersitySel1llOnsX. 12», y c:ila ademas la pagina exacta del original ingles.·- Peroesle ap. 12 s610 el11pieza a en focal' el asunto, presentando <<1asoluci6n corriente,que va en desdoro de la fell [en desdoro del caracter sobrenatural que la EscrituraIe atribuye; vease ap. 5]. Sabemos, pOl' los datos de la nOla siguiente, que Newmancalifica a esta opini6n de <<1anoci6n protestanle», y veremos c6Il101a rechaza. Qllizaen esle senlido puede alegarse esle ap. 12, como 10 hacia RousselOI, a favor de la

Page 117: Cardenal Newman: Quince sermones

realidad sobre la raz6n dentro del espiritu creyentel~. Trazando un pa-ralelislllo, seria como afirmar que un juez es el origen de la inocencia 0de la verdad de 10sque comparecen ante el, ademas de corresponderlela funci6n de declararlos justos. EI juez no hace honrados a los hom-bres, s610 los declara inocentes y les devuelve el honor. De manerasemejante, la raz6n no tiene par que ser el origen de la fe, tal como lafe existe en las personas creyentes, aunque la comprueba y la verifica.Hay, pues, una importante confusi6n que debe clarificarse dentro deltema que nos ocupa: la de suponer que la raz6n debe ser el principiaactivo intrinseco, par parte de cada individuo concreto, en su busquedareligiosa 0 en la conducta correspondiente, por el hecho de que lamisma raz6n, como un espectador, reconoce el proceso que tiene lugary colabora en el. EI error consiste, pues, en confundir la fuerza creativacon la fuerza critica.

solucionarlo en desdoro de la fe. Dedr que la fe no,es sino unacllalidad moral, dependiente de la raz6nl6 Que la raz6n juzga sabrelas pruebas por las que debe aceptarse la Escritura, y sabre el sentidode la misma Escritura; y que luego la fe sigue a no, segun el estadodel coraz6n. Que nos decidimos por la raz6n sin la fe, y luego pro-cedemos a adorar y obedecer por fe aparte de la raz6n. Que, si bienla fe se apoya en el testimonio, no en razonamientos, sin embargoaquel testimonio depende, a su vez, de la demostraci6n de sus tHulosy prerrogativas, de modo que la raz6n es un elemento preliminarindispensable.

13. Ahara, en mi intento de investigar cuales son las diferentesfundones de la fe y de la raz6n en materia religiosa, para determinardespues su relaci6n mutua, observo en primer lugar 10 siguiente: esinnegable que la raz6n tiene un poder de analisis y de critica sobretodas las opiniones y conductas, y que nada hay verdadero 0 correctosi no es posible justificarlo y, en cierto sentido, demostrarlo por ella; esinnegable, par consiguiente, que las doctrinas aceptadas por fe no tie-nen derecho a que se las considere verdaderas, si no pueden ser apro-badas por Ia raz6n; pero no se sigue de ello que la fe se fundamente en

14. Hay que reconocer que esta ultima distinci6n es verdadera en siy aplicable a la materia que tratamos. Es10que tados admitimos enseguidacuando se refiere al principio de la conciencia. Nadie dira que la con-ciencia vaya contra la raz6n, 0 que sus dictados no puedan presentarseen forma argumentativa; pero iquien saca de ahi la conclusi6n de que noes un principio original, y que para actuar depende de ciertos procesos

18 Desde 105dos puntas hasta aqui, es citado par Newman para corroborar la 5'de sus Theses de Fide, que traduzco en su mayor parte: «... indudablemente, 105motivos humanos que anteceden a la fe no son el verdadero motivo de esta, ni enellos se puede resolver la misma fe, sino que son 5610 la condici6n sine qua nonordinaria, por la cual se allana el camino hacia ella, par la cual se mueve la volun-tad para imperar el asentimiento, y par la cual el objeto de la fe se propane y seaplica al entendimiento». - Es importante tambien, para situarnos en la linea de 10que Newman piensa aqui, la ultima expresi6n: «dentro del espiritu creyente»(original: «in the believing mind itse!fi>.En la carta a Dalgairns (Letters and DiariesXII, p. 31) sugiere la siguiente nota: «Esta es la distinci6n entre el ordo chronologicusy el ordo logicus. "EI orden cronol6gico del conocimiento de verda des es relativo,pues depende del sujeto, y de diversas condiciones y circunstancias que puedenser ayuda a impedimenta para la facultad de conocer. El orden 16gico de las verdadeses absoluto, puesto que establece las relaciones entre las ideas y 105nexos internosque provienen de la misma naturaleza de las cosas" (Perrone: PraelectionesTheologicae, vol. 2, part 2, p. 371)>>. [He traducido el parrafo latina]. Newman in-vestiga el camino concreto y subjetivo por el que las personas acceden a la fe. Enel texto del serm6n es importante el matiz «en cierto sentido» de esta razonabilidad;recordando ademas que, ineluso en las demostraciones mas rigurosas, «cuando sesigue la pista de nuestro argumento hasta sus elementos mas simples, siempretiene que baber algo que no es susceptible de pruebcf» (serm6n XI, ap. 18).

posicion '<nO dualista», es decir, la que integra correctamente las funciones delentendimiento y de la voluntad en el acto de fe. Rousselot aduce, ademas, en sumisma nota, una cita de t;l asentimiento religioso, p. 358 (410 de la edici6n inglesauniforme), que justifica bien su afirmaci6n de que Newman ,<Ii meme au il concedeque la verite chretienne est uemonstrable, il a soin d'observer que certe demonstrationn'est pas irresistible».

16 En la carta a Dalgairns, Newman sugierc una nota a este punta, pero sureferencia queda imprecisa: ,<Esta es la noci6n protestante (luterana). Vease y cite-se a Belarmino (1)>>.Los parentesis son de Newman (Letters and Diaries XII, p. 31).-Al principia del serm6n Xl insistira en que esta explicaci6n de la fe no integradebidamente los aspectos intelectuales y los morales y afectivos.

17 Tengase presente que usa la palabra raz6n «en el sentido que corriente-mente se Ie atribuye», (ap. 45), y simplemente confrontandolo con la fe. As!, aprimera vista, la fe tiene poco que ver can la raz6n «cientifica-explicita» y can laraz(>!1«demostrativa a posteriori» (que no son dos «razones» distintas, sino 105 as-pectos generalmente IlIas conocidos y valorados de la «raz6n). En cambio, prontose vera, en este mismo sermon, que la fe tiene mucho que ver can la «raz6n aprior!»,la que se aproxirna a la verdad par el camino de las verosimilitudes 0 «probabilidadesantecedentes» (Yease el Pr61ogo a la tere. edie.).

Page 118: Cardenal Newman: Quince sermones

racionalesprevios? La raz6n analiza Ios fundamentos y motivos de suactuar; una raz6n es un analisis, pero no es el motivo en S1. Tal como Iaconciencia es un elemento simple de nuestra naturaleza 19,y sin embargosus operaciones admiten Ia inspecci6n y el escrutinio raciona!' Asi cabetambien que Ia fe pueda ser reconocida, y sus actos justificados, por Iaraz6n, sin que par elIo dependa efectivamente de Ia misma. Y tal comodesaprobamos, bajo el nombre de utilitarism02o, Ia substituci6n de laconciencia por Ia raz6n, puede que tambien sea un error semejante ensefiarque un proceso racional es Ia condici6n sine qua non para Ia autentica fereligiosa. Cuando se dice que el Evangelio requiere una fe racionaI, estono tiene que significar otra cosa sino que Ia fe esta de acuerdo con larecta raz6n en abstracto, no que sea fruto de tal raz6n en el caso concreto.

que un nino 0 una persona sin instrucci6n no puede 3ctuar saludablementepor fe, sin ser capaz de manifestar las razones de por que actlia de aquellamanera? iQUe idea suficiente posee de las garanti3s r3cinnales del cris-ti3nismo? iQue prueba 16gica de su origen divino? Si no tiene ninguna, esque la fe, considerada como habito 0 acto interior, no depende de in-vestigaciones ni examenes cientificos, sino que tiene su propia b3se es-pecifica -sea la que fuere-, tan real como la tiene la conciencia22. Vemos,pues, que la raz6n puede ser el juez, sin ser el origen de la fe; y que la fepuede ser justificada por Ia raz6n, sin hacer uso de elb. Esto es In qllehay que decir en una primera ojeada sobre el :lsunto23.

17. Seguidamente, observo que, sean cuales sean bs distindones y re~Iadones que hay entre fe y raz6n -que no vamos a determinar de inrne-diata-, el contraste que se estableceria entre elIas, seglin el parecer comliny corriente, consistiria en afirmar que Ia raz6n, antes de asentir, requieregarantias firmes y que la fe se contenta con garantias mas endebles.

15. Un ejemplo similar y bien conocido nos 10 presenta el contrasteaceptado generalmente entre el impulso poetico y otros impulsos pare-ddos, y el oficio de la critica litera ria 0 artistica. Esta critica es el sobe-ranG que otorga los encomios 0 los reproches, y constituye un tribunalde apelad6n en materia de gusto. Tal como el critico se cerciora de 10que eI mismo no puede crear, asi Ia raz6n puede dar su veredicto sobrelos actos de fe, sin que sea par ello Ia fuente de donde esta mana21. 18. Por ejemplo, cuando un famoso incredulo del siglo pasad024

arguye que el origen divino del cristianismo se funda en el testimonio

16. Por otra pa1te, la fe da ciertamente Ia impresi6n de existir y fun-donar, de hecho, en completa independencia de la raz6n. iDira alguien

22 Newman pone de relieve el ap. 16 hasta este punto, al citarlo para corroborarla misma tesis 5, con la que coincide en la expresi6n «sea la que fuere» ((whateverthat is»): «Sea cual sea el verdadero motivo, justo y especial, por el cual se cree.indudablemente ...[prosiglle como en la tradllcci6n que he dado en la nota 181.-Roger Aubert, en las rel1exiones conclusivas de su gran obra Lepmbleme de I'actede foi, bajo eI eplgrafe «Independencia del acto de fe respecto a la invesligaci6nracionab), se refiere expresamente a este ap. 16 del senn6n X: «Newman a pll, dansun de ses sermons, appotter quantite d'exelllpies lllontrant que "Ia foi semble hien,sur Ie terrain des faits, exister et operer d'une fa~on tout a fait independante de laraison». Y afiade en nota: «Pour "raison" iI faut evidemment entendre la ra~5011

raisonnante, travaillant a coup de syllogismes.» (p. 745).23 Inmediatamente despues de esta primera ojeada, entra en mayores precisio-

nes. Es verdad que la fe tiene un motivo superior: la autoridad de Dios que serevela; pero, ordinariamente 0 normal mente, para aproximarnos a la fe necesita-mos de alglll1 tipo de «raz6n», como condici6n indispensable (sine qua non). Ex..plicara ahora que esta «raz6m), mediante la cual suelc rroceder la fe, parece bas-tatHe debil ante elmundo, porque es mas bien (vease ap. 44, al final) una «raz6n ap"iori» 0 de probahilidades antecedentes.

24 David IIume, Ya se ha referido anteriorlllente a el. La (<unirormidad de las leyesde la naturaleza» es un tema que interes(> a Newman a 10 largo de loda Sll vida.Vease, por ejemplo, El asentimiento religioso, p, 92 (cuando habla de la presunci6no presuposici6n).

19 En este punto Newman sugiere escuetamente a Dalgairns: «iQue dice SantoTomas a esto?» (Letters and Diaries XII, p. 31). Dalgairns estudiaba teologia con losdominicos franceses, pew parece que no atendi6 la sugerencia del que seria untiempo su superior oratoriano. ;.Se planteaba Newman que la conciencia rellgioso-moral no era quiza un elemento tan «simple» de nuestra naturaleza? to, al contra-rio, mantenia su punto de vista de Ia epoca anglicana? (Vease en el serm6n II ellugar sumamente importante de la conciencia en su rel1exi6n sobre el paso de la fepagana a la fe cristiana). iTrataba de armonizar su Ienguaje con el de Santo Tomas?(Ciertamente Ie consideraba «el mas grande de 10s te610gos»).

20 En el ap. 19 se referira al «fundador de esta escuela». EI utilitarismo sueleimponer criterios econ6micos y politicos a la Etica.

21 Escrihe Nedoncelle: «La analogia de la critica de arte, que no es el geniocrcador sino el dominio del gusto y que, des de este punto de vista, es indispensa-ble para la obra, es extremadamente interesante, aun cuando convenga quiza reco-nocer a la raz6n otras funciones distintas de esta en el acto de fe».

Page 119: Cardenal Newman: Quince sermones

de Ins ap6Slnles, en oposici6n a la experiencia de la naturaleza; que !asleyes de la naturaleza son uniformes, y las del testimonio variahies; yanade en plan de mob que el cristianismo se h.mdamenta en la fe y noen la raz6n; lque quiere decir esto sino que la raz6n es mas rigurosaque la fe en su exigencia de garantias?

(~Aceptar sin mas los milagros 0 llevarlos a juicio.?)

19.Tambien el fundador cle la reciente escuela utilitarista25insiste enque todas las pruebas a favor de los milagros cleberian presentarse,antes de admitirlas, ante un tribunal de justicia, para someterlas a susformalidades inquisitivas. Esto equivale a sobreentencler que la raz6nexige pruebas exactas y que la fe, en cambio, acepta las que no 10son.

20. Lo mismo viene implicado en la idea que tienen los mundanosde que la fe no es sino credulidad, superstici6n 0 fanatismo; actitudes26que caen en el defecto manifiesto de contentarse con garantias raciona-les insuficientes por 10 que se refiere a sus objetos. Por otra parte,Haman con el nombre de raz6n 10 que es un escepticismo que no sesatisface con ningLmtipo de garantias. EI contraste entre la fe y la raz6nquiza se yea mas claro pOl'estas deformaciones suyas, es clecir, por elcontraste -clel que nadie puede dudar- entre credulidad y escepticismo.

(Las ciencias exactas no favorecen la valoraci6ncualitativa de 10probable)

21. De manera semejante, se dice que las matematicas inclinan lamente hacia la cluda y ellatitudinarism027. SegCin10explica alguien que

25 Jeremy Bentham 0748-1832). Su nombre, y el de Hume en la nota anterior,son indicados por el propio Newman en su carta a Dalgairns. Cita los pasajescorrespondientes de ambos autores en el primero (sobre los milagros de la Biblia)de sus Dos ensayos suhre los milagros.

26 Literalmente «estos principios» (pl1'nClples), en el sentido newmaniano. Yea-se nota 13 al serm6n Y.

27 Tcndcncia teol6gica laxa en cuanto a opiniones doctrinales 0 criterios mora-les. En el prologo que escribi6 para la traducci6n francesa de la Apologia, Newmanpone a 105 latitudinarios del siglo XVIII en la linea de la escuela teol6gica «liberal»que ad4uiri6 una fuerza enorme en la seguncla mitacl del siglo XIX hasta convertir-sc praericamente en la mentalidad propia de las personas instruidas. No se olvidade anadir que esta tendencia !leva de por si al escepticimo.

experiment6 tal inf1ujodel estudio de las matematicas2H, esto provienede que nos disponen contra los argumentos sacados de meras probabi-lidades.

(La «raz6r!» no se inclina a aceptar la aproximaci6nprobable al sentido de un texto)

22. Pongal1los algun ejemplo concreto. Cuanc!o los defensores de lac!octrina del bautismo de los !linos apoyan su Clel1lostraci6nen textoscomo el que c!ice: «Dejad que los ninos vengan ami» (Mt 19: 14), lapersona de talante muy inclinado a razonar29 respondera enseguida queun argumento as! no es suficiente para c!emostrar el punto c!e que setrata. Did que del cleber de presentar y dedicar los ninos a Cristo no sesigue que deban ser bautizac!os, y que aguarda pruebas mas decisivas.

(El domingo cristiano, ino demostrado'?)

23. Y cuanc!o se clefiende la observancia religiosa de un Sabbathcristian030 por eI hecho de que los ap6stoles 10 practicaron, es posiblealegar el argumento capcioso segun el cual-considerando la declaraci6nexplicita de san Pablo de que el Sabbath antiguo ha sido abolido- unamera practica renovada que consta accic!entalmente en el libro de losHechos y que, segLlOnuestras noticias, fue s610por un tiel1lpo, no puederestaurar 10que una vez se suprimi6, ni introducir un rito judio dentro delEvangelio. Laspersonas religiosas que no tienen capacidad para respondera esta objeci6n, a menu do se ven provocados a afirmar que proviene dela «sabiduria humana», «Ia 16gicade las escuelas teoI6gicas», «el orgullo

28 Nota del autor: «El obispo Watson». Se trata de Richard Watson 0737-1816),obispo anglicano de Llandaff, que public6 obras de quimica y tratados apologeticosen respuesta a los incredulos Gibbon y Thomas Paine ... Recuerdese 10 dicho sobrela dedicac:i6n de Newman por un tiempo al estudio de las matematicas. Tengasepresente, sin embargo, que cuando Newman habla de «probabilidades antece-dentes» -como 10 hara en este serm6n-, no se refiere a la probabilidad matematica,sino a la aproximaci6n gradual y progresiva a la verdad.

29 Expresi6n original: «a man of a reClsoning turrl». Una formaci6n cienrificaunilateral contribuye a que abunden personas de este estilo.

30 Es dec:ir, la observancia religiosa del Dia del Senor, de la Resurrecci6n delSenor, 0 domingo, como vigencia entre los cristianos del mandamiento divino deun dia de descanso 0 Sabbath dedicado a obras caritativas y piadosas y centrado enla Eucaristia 0 culto cristiano por excelencia. Newman piensa en los grupos protes-tantes que niegan la legitimidad de esta observanc:ia (porque, segCm e!los «ha sidoabolida par la libertad cristiana»; ademas de que hay otros que no aceptan Sli co-locaci6n en un dia que no sea el «saba do» impuesto por la leu-a del Antiguo Tes-tamento: «sabatistas», adventistas, ete.).

Page 120: Cardenal Newman: Quince sermones

de la raz6m>,etc., ya insistir en la necesidad del estudio d6cil de la Escri-tura como medio para superarla. No nos ataiie defender este lenguajeque usan, pem no hay duda de que confirma el aspecto que he formulado,pues sobreentiende que la raz6n, para convencerse, requiere mas garan-tias que la Fe.

alma que cree pesan sus esperanzas, temores y opiniones preexistentes.En cambio, se supone que la mente razona rigurosamel1te, cuando re-chaza la prueba antecedente de un hecho, 0 sea, cuando rechaza todo 10que no sean garantias efectivas que pueden mostrarse palpablemente asu favor. Esto se comprendera explicandolo con muy pocas palabras.

24. Cuando, pues, la raz6n y la fe se cOl1traponen mutuamente, fesignifica facilidad de convencimiento, y raz6n dificultad del mismo. Laraz6n se denomina 0 bien «mentalidad firme» 0 bien «escepticismo»,segun el sesgo del que habla; y la fe, 0 bien «docilidad» 0 «credulidad».

27. La fe es un principio de acci6n, y la acci6n no permite gastartiempo en investigaciones minuciosas y exhaustivas. Cabe pensar -si sequiere- que tales investigaciones son valiosisimas; pero, aunque mejo-ran la exactitud cientifica de la mente, en realidad poseen cierta tenden-cia a embotar su energia practica. De todos lllodos, cualquiera quc seasu caracter y sus consecuencias, no responden alas nccesidades de lavida diaria. La diligente recopi!aci6n de indicios demostrativos, la cribade los argumentos y la ponderaci6n de testimonios opuestos puede queconvengan a personas que disponen de tiempo y oportunidades paraactuar como y cuando quieran; pem no son a prop6sito para la muche-dumbre33. Asi pues, dado que la fe es un principia para la multitud ypara regir la conducta, cuentan en ella mas bien los denominados eikota34

(en el1enguaje que conocemos los que estamos en cste lugar) que lossemeia; es decir, cuentan menos 10s indicios de prucba, y mas ]OS

principios, puntos de vista y deseos que se cultivan previamente.

(dC6mo puede ser razonable asentir con menos garantfasque las que requiere la raz6n?)

25. La otra cuesti6n, mas alia de la cual no vol' a pasar en el discur-so de hoy, es la siguiente: en esta hip6tesis, icomo puede ser razona-ble31 aceptar menos garantias que las requeridas por la raz6n? Si 10 heexplicado bien, la fe se opone a la raz6n, por cuanto se satisface conmenos allf donde la raz6n exige mas. Si la raz6n representa la actividadsaludable de la mente, la consecuencia seria que la fe tiene que ser sulado debil. Responder a esta pregunta nos llevara un paso adelante ennuestro analisis de las relaciones que hay entre fe y raz6n. OVobuscamos pruebas hasta que In requieren

nuestras actilttdes antecedentes)

(Las probabilidades antecedentes cuentan para la Ie)

26. He dicho que la fe no exige pruebas tan firmes como las que senecesitan para laconvicci6n racional comunmente considerada, 0 creen-cia basada en la raz6n. iY eso por que? Pues porque la fe se rige princi-palmente por consideraciones antecedentes. Los dos principios se opo-nen uno a otm de la siguiente manera: en la fe influyen impresiones an-teriores, predisposiciones favorables, y -en el buen sentido de la pala-bra32 prejuicios; en la raz6n, las pruebas directas y precisas. Sobre el

28. Esto sucede con todo tipo dc fe, y no solamente con la fe re-ligiosa. Oimos una noticia en las calles, 0 la Iecmos en los peri6dicos. Nosabemos nada de 10sindicios de prueba; no conocemos a los testigos, ninada referente a ellos; y, sin embargo, a veces creemos sencillamente35,a veces no; a veces creemos sin preguntar por las pruebas, a veces nocreemos hasta que las recibimos. Si circulara la voz de un desoladorterremoto en Siria 0 en el sur de Europa, Ie dariamos credito pronta-mente: porque es faci! que pudiera ser verclad, y porque, aunque 10

33 Newman cita esta proposici6n completa al final de de la secci6n De togicamethodo fidei, de su proyecto de pr610go de 1847 (para la Iraducci6n francesa).

34 Nota sugerida por Newman a Dalgairns: «Vease la Ret6rica de ArisI6teles».-Nedoncelle alude tambien a los T6picos de Arist6teles y a la Ret6,-ica de Whately.Newman explica 10s dos terminos griegos en lZ7eotagicatPapers I, p. 91, nota: «E!argumento personal se funda principalmente en la probabilidad ... Por supuesto,siempre debe haber la base directa para la convicci6n».

35 Palabra original: «il71plicit(Vi',

31 Pregunta original: «hoUi is it con/onnable to Reason ...?»32 En ellibro sobre La/unci6n profetica de la Iglesia 0 Via Media, publicado casi

dos a1'i.osantes, dedica varias paginas a analizar la existencia inevitable de «pre-juicios», por ejemplo, en nuestra lectura de la Biblia Cconferencia VI, apartados 7-13). Lo importante, ensena, es que nuestras preconcepciones 0 «prejuicios en eI buensentido de la palabra» sean correctos y adecuados al caso (por 10 cual hem os deprocurar descubrirlos y reconocerlos).

Page 121: Cardenal Newman: Quince sermones

cada caso concreto, Cuando las probabilidades que suponemos no existenrealmente, () cuando nuestros deseos son desordenados, 0 nuestrasopiniones son err6neas, la correspondiente fe degenera hasta convertir-se en debilidad, extravagancia, superstici6n, entusiasrno calenturiento,fanatisl}lO,0 prejuicio, segun sea el caso, Pero cuando nuestras predis-posiciones favorables son intachables, entonces no nos equivocamos alcreer 0 no creer, basandonos en indicios escasos y limitados, no cierta-mente prescindiendo de toda garantia demostrativa38

fllera, no nos afectaba a nosotros. 5i la noticia se refiriera,<Ipaises mascercanos a nuestra patria, intentariamos descubrir Sll origen y compro-bar su autenticidad, No exigimos pruebas hasta que nos fallan las pro-babilidades antecedentes,

29, Apenas haria faha senalar 10mucho que tienen que vel' nuestrasinclinaciones con nuestra creencia. Es casi un refran decir que las perso-nas creen 10que desean que sea verdad, Les costara mucho admitir elfracaso de un proyecto acariciado, 0 escuchar a un mensajero de malasnuevas, Puede objetarse, es verdad, que los grandes deseos de algo aveces nos vuelven incredulos de que 10hemos alcanzado; pero esto s610se da cuando consideramos improbable -adem as de deseable- su obten-ci6n. De este modo dud6 el ap6srol Tomas de la resurecci6n de Jesus; yJacob no crey6, especialmente porque sus hijos Ie habian enganado ante-rionnente, la noticia de que Jose era gobernador de Egipto, «EIcoraz6n deJacob desfalleci6, porque no les creia ... pero cuando via los carros queJose enviaba para llevarlo, el espiritu de Jacob su padre revivi6» (Gn45:27).

32, La raz6n (en el sentido en que esta palabra se usa comllmente)se basa en las garantias palpables; en cambio, en la fe cuentan mucholas presuposiciones. De ahi que, mientras la raz6n requiere pruebasrigidas, la fe queda satisfecha con pruebas vagas 0 defectuosas,

33. Sera utHpara poneI' de relieve esta doctrina de una manera mastangible la puntualizaci6n de algunas de las ret1exiones que suscita yconsecuencias a que lleva, las cuales no carecen de importancia,30, Lo mismo sucede en cuanto alas opiniones preconcebidas. Los

hombres creen bien pronto las noticias desfavorables a personas queno son de agrado, y las noticias que les sirven para confirmar sus teorias,«Insignificancias ligeras como el aire»36es todo 10que una mente pre-dispuesta requiere para creer y actuar.

(Si las disposiciones previas son cOlTectas, se captan bien los signos)37

31. Estos son los incentivos para creer que prevalecen en todosnosorros pOl'ley de nuestra naturaleza, tanto sin son razonables 0 no en

34, (1) Primero, quisiera llamar la atenci6n sobre la coincidencia-pues de esto parece tratarse- entre 10que he dicho y la definici6n dela fe que se da en el texto inicial de este serm6n. Pudiera haberse de-finido como «confianza en la palabra de otro», 0 «aceptaci6n de unmensaje divino», 0 «sumisi6n del intelecto a los misterios», 0 de otrasmaneras igualmente verdaderas y mas teol6gicas, Pero, en vez de expli-carla asi, el texto adopta una definici6n que tiene que vel' con su natu-raleza, y que justifica de una manera singular eI parecer que hemosadoptado al respecto, Dice: «Esla fe anticipo» ~ verificaci6n- «de 10quese espera», Es eI contar con que existe 10 que se espera 0 desea que

36 Original: «Trifles light as aim, citando Shakespeare: Othello, acto III, esc. 3, v,326; que sigue: «Are to the jealuus curifinnatiuns strung! As proofs of holy writ»,(<<confirman !as sospechas del celoso con la misma fuerza que palabras de la Bi-blia»), Es el momenta crucial en que !ago decide dejar el pafiuelo (el indicio de laprueha) en la habitaci6n de Cassio,

37 Quiza se reHere a este apartado, 10 que escribe en su ultimo articulo, de1885, cuando insiste en el valor demostrativo de la «recta raz6n» (Theulogical PapersI, p, 152, nota): <Nease tambien el contraste entre opini6n antecedente y verdadpreexistente, en mis Sennones Universitariu;)} (aunque los nllIneros de las paginasque cita corresponden a los apartados finales de este serm6n),

38 Texto original: «when our prepossessions are unexceptionable, then we areright in believing or not believeing, not indeed without, but upon slender evidence,}}La doctrina de las probabilidades antecedentes no excluye de ningun 1110do lanecesidad de ciertos signos,

Page 122: Cardenal Newman: Quince sermones

exista; no «Ia verificaci6n de cosas con pruebas racionales». Su deseo39

es su principal garantia; 0, como prosigue el texto explicitamente, es«garantia de realidades que no se vem>,es decir, garantiza sus propiosindicios de prueba40. Y como es natural, esta es la causa de que la feparezca ante el mundo algo tan irracional como dice san Pablo en su caltaa los Corintios y en otras. No porque41 carezca de fundamentos en laraz6n, es decir, de pruebas 0 garantias; sino porque se satisface con muchomenos de 10que seda necesario, si no fuera poria predisposici6n delalma; por eso sus pruebas clan la impresi6n ante el mundo de inexistentes.

35. (2)42 Ademas, queda claro el sentido en que la fe es un principiomoral43. Se erea en la mente no tanto mediante hechos como medianteprobabilidades; y puesto que las probabilidades no tienen un valor de-terminado y preciso, y no pueden reducirse a una pauta cientifica44, 10que son para cada individuo depende del temperamento moral del mis-mo. Una persona buena y una mala pensaran que son probables cosasmuy distintas. En el juicio de una mente correctamente dispuesta sondeseables y asequibles ciertos objetivos que el hombre irreligioso con-siderara que son pura fantasia. Este juicio moral, y modo conectode vel' las cosas, es el verdadero medio dentro del cuallos argumentosa favor del cristianismo tienen todo su peso e influencia; pues unaprueba klebil Ie aprovecha mas a uno en ciertas circunstancias que unafuerte aparte de las mismas.

39 Newman cita a partir de aqui hasta las palabras «en su carta a los Corintios yen otras» para corroborar su tesis 10. Vease traducida en la nota 52 al serm6n XIV.

40Texto original: it makes its own evidence, «being tbe evidence of things not seen».Pone en cursiva la segunda vez que aparece Ja palabra evidence. Traduzco primeroel fragmento biblico y luego la interpretaci6n de Newman.

41Newman cita a partir de aqui hasta el final de este apartado 36, para corrobo-rar su tesis 6, que dice: «Ahara bien, aquellos motivos humanos de la fe son ne-cesarios para que esta sea prudente, para distinguirla de la pertinacia de los here-jes, y para que puedan ser condenados con raz6n los que no quieren creer».

42 Recuerdese que estos numeros, que indican subsecciones de uno 0 variosapartados, son tambien del propio Newman. No asi los epigrafes entre parentesis,como se ha dicho en la introducci6n.

4., Vease ap. 6, con la nota 12 (de Newman, 1871). Y tambien nota 2 al sem16n IX.44 El calculo matemarico de probabilidades no podia reducir a una medida

cientifica las probabilidades newmanianas en su calidad especifica de valores, esdecir, cllalitativamente. Pero hoy dia han aparecido metodos cientificos de evalllar(icualitativamente?) no s610 las datos sino tambien [os pareceres y las apiniones delos expertos que se cc)[\.sultan para tomar decisiones en las empresas lI1ercantiles,partidos politicos, elc.

36. Esto se aplica muy bien al contenido y a los signos 0 indicios dela verdad del Evangelio. Es dificil decir d6nde se hallan las pruebas -afavor de la Escritura 0 a favor del Cred045- si estuvieran des provistas deaquellas ilustraciones accidentales que el signo adquiere y asimila en elalma del que busca sinceramente, y que la providencia misericordiosapone alii precisamente para este fin46. Los textos adquieren su fuer?:aluminosa gracias a la atm6sfera de los habitos, opiniones, usos y tradi-ciones, a traves de los cuales los contemplamos47. Por su parte, loshombres irreligiosos son jueces adecuados del valor de las pruebasestrictamente facticas, cuanelo la decisi6n elepende de ellas; plies talespruebas se clirigen a la raz6n, obligan a la razan a asentir en la medidaque son fuertes, y Ie permiten duelar 0 no creer en la medida que sonelebiles. La sangre en la t(mica multicolor de Jose era tan perceptiblepara el enemigo como para el amigo. Los milagros pueden ser captadospOl' los sentidos tanto de personas buenas como malas; su caractersobrenatural se deduce de la experiencia de la naturaleza que es comunal justo y al injusto; y la constancia historica de que han acaecido de-pende de consideraciones sobre el testimonio, el entusiaslllo, la impos-tura, etc., en las cuales no hay nada interior, nada personal. Es una es-pecie de prueba48 que el hombre no construye por 51mismo, sino quese la dan hecha. Existe independientemente de eJ, y se capta por 5L1caracter claro y objetivo. Puede preciarse, como 10 haec, de que norequiere sino L1naaudiencia imparcial; mas aun, se dirige especial menteal incredulo, y Ie compro mete a convertirse casi contra su voluntad. Nohay lugar para la apci6n; no hay merito, ni encomio ni reproche, al

45 Ya habia explic:ado extensamente dos anos antes, en el Iibro sobre La/un-ciOIlpro/etica de la Iglesia 0 Via Media, que el Credo apost6lico es el col!fenidoesencial de la Esc:ritura, y que esta es un medio indispensable para su transmisi6n.

'h Nota de Nedoncelle: «Comparenlo con Rous.selot: "EI ap6stol Tomas vio alhombre y crey6 en Dios, como muy exactamente senalan los Santos Padres. PeraDios y el hombre era el mismo Cristo Jesus". (Les yeux de lafoi, «Rech. de Sc. ReI.»I, 1910, p. 256). Se notara en esta misma pagina de los Sel7nones una insistencia enel caracter Iibre y personal de la fe». - Vease el texto de Rousselot en la versi6ncastellana del P. Ferran Manresa, Los ojos de la fe, I parte (Cuadernos (r/nstitut deTeologia Fonamental», n 1: Sant Cugat del Valles-Barcelona), p. 38.

47 Newman explica el circlIlo hermeneutico complelO al princ:ipio del cap. I deEl desarrollo de la doctrina cristiana

48 Newman cita desde aqui hasta «to do 10 cual depende de Sll fe.» para co-rroborar su tesis 12 (y (11tlma; dentro de su trabajo en Roma para armonlzar eSlosSermones con la teologia cat6lica de la epoca): «Yen esto consiste precisamente elmerita de la fe, en que es un acto del libre albcclrio, ayuclado por la gracia, no laaceptaci6n de concIlIsiones que cl intelecto, obligado por la necesidacl logica, 110podria rcchazam.

Page 123: Cardenal Newman: Quince sermones

creer () dejar (It: creer; ningLlna verifiC:lci6n del caraeter de la personaen L1naactitud 0 en la otra. En cambio, cada hombre es efectivamenteresponsable de su fe, pOl'que es responsable de sus aficiones y de susaversiones, sus esperanzas y sus opiniones, de tado 10 cual depende sufe. Los incredulos49, al no ver esta c1istinci6n, contin(lan afirmando queun hombre es tan poco responsable de su fe como de sus funcionescorporales. Dicen que una y otras provienen de la naturaleza; que lavoluntad no puede convertir en fuerte una prueba c1ebil; que, si unapersona piensa que una c1eterminada raz6n llega 5610 hasta cierto puntodel camino, esta persona no es honrada si se empefia en hacerla llegarmas alia50;que si, clespues de toclo, se ha equivocado en su juicio, s610se trata de mala suerte, no de una falta imputable51j que es moviclo porciertos principios exteriores y debe obedecer a las !eyes de las pruebasracionales, que son necesarias y constantes. Pero la verclad es que, sibien la fuerza de un determinaclo indicio demostrativo no varia, la pro-babiliclad antecedente que 10 acompafia varia sin limite, segllO el tem-ple del alma que inspeccione aquel indicio.

de san Pablo «ptstlS di'agapes energoumene» (<<Iafe activada por lacaridad» Ga 5: 6). La fe que no tiene condiciones morales, sino quedepende de las garantias racionales, es fides /urmata ratiune, es clecir, femuerta, como la pod ria tener un infiel. La fe que justifiea 0 que esaceptable a los ojos de Dios, vive en el deseo, y a partir del deseo, cleaquellas realiclacles que acepta y confiesa.

(El hombre debe ser elevado por Dios para captarel trasjondo de los signos)

38. (4) Y vemos que significa la afirmaci6n de que la fe es un prin-cipio sobrenatural. Las leyes de la demostraci6n53 son las mismasrespecto del Evangelio que respecto de los asuntos profanos. 5i ellasfueran 105(micos arbitros de la fe, es eviclente que la fe no podria tenernada sobrenatural. Ahora bien, el amor aDios, Objero sublime de nuestrafe, la vigilancia atenta a su servicio, la prontitucl a creer que esta cerca,la inclinaci6n a creer que interviene en 105asuntos humanos, el temorpor el peligro cle clesestimar u olvidar 10 que quiza proviene real mentede EI; toclos estos sentimientos no son naturales en el hombre caido yprovienen sola mente de la gracia sobrenatural. Y estos son 105 senti-mientos que nos lIevan a pensar que bastan unas garantfas 0 incliciosque en si mismos no lIegan a pruebas. EI hombre natural no tiene elcoraz6n c1ispuesto para las promesas del Evangelio, y manipula en suestuclio los inclicios que recibe, sin respeto, sin esperanza, sin presen-timientos ni sospechas; analiza tales inclicios quiza mas filos6ficamenteque otro, 105 trata mas Illciclamente, y resume las conclusiones a quepuede lIegarse con ellos con la precisi6n y propieclacl de un tribunallegal, pero se detiene ahi como si fuera el final cle su camino. No alcanzalas verclades ulteriores a que apuman sus conclusiones, ni inhala elespiritu que en ellas se respira.

37. (3) Tambien se ve claro, a partir de 10 dieho, por que nuestrosgrandes te610gos, Bull y Taylor, por no citar otros nornbres52, han 505-teniclo que la fe justificante es la jides jormata charitate, 0 en palabras

4~ Newman cita clesde aqui hast a «son necesarias y constantes», para corrobo-rar su tesis 3, que dice: «Lo cual [que el acto de fe es cierto y oscuro: "inevidens",que no fuerza el asentimienlOl, aunque a primera vista parezca una paradoja, comosi alguna conclusi6n pudiese ser mas cierta que las premisas de las cuales se sigue,sin embargo debe aceptarse y propugnarse abiertamente».

50Es tam bien el pensamienro de Locke (aunque creyente) sobre la ilegitimidadmoral de asentir mas alla de la fuerza de las conclusiones 16gicas. Newman 10debate a fondo en El asentimienlo religioso.

51 Recuerdese el vigor impresionante con que explica la diferencia entre elerror de un cientifico en su conclusiones abstractas, y el error en la bl1squeda delsenlicJo de la propia vida (pues debe hacerse a conciencia ante la Verdad): «Que hayque temer el error; que la busqueda de la Verdad no es la gratificaci6n de unacuriosidad; que su consecuci6n no tiene el atractivo de un descubrimiento cientifi-co; que nuestra mente esta debajo de la Verdad, y no por encima de ella, yestamosobligacJos a venerarla, ya no hablar de ella de cualquier modo; que la Verdad y lafalsedad religiosa estan puestas ante nosotros para probar nuestros corazones; quenuestra opci6n es una terrible renuncia a muchas cosas, de la cual depende lasalvaci6n 0 la reprobaci6n ...» (1'.'1desarrollo ... , cap. VIII, 1; pp. 287 s. de la versi6ncastellana; vease tambien l'1'61ogo cat61ico a la Via Media, ap. 10).

52 George Bull 06:$4-1710) y Jeremy Taylor 0613-1667). Newman podia perfec-tarnente referir a su reciente obra sobre la ]ustiJicaci6nlas brevisimas incJicacionesde este par-rafo, pero prefiere acogerse ala autoridad de la tradici6n clasica anglicana.

39. (5) La misma observaci6n tiene que ver con un hecho que haclesconcertaclo a veces a los cristianos: los t1I6sofos 0 cientjficos,5~antiguos

53 Newman cita desde aqui hasta «provienen sola mente de ]a gracia sobrena-tural», para confirmar su tesis 11: «No se basa [Ja certeza absoluta y perfecta de lafel en razonamiento ni en motivos humanos, como ya se ha cHcho, sino en lavoluntad que, movida por la gracia divina, impera al entendimienlO para que asien-ta con certeza a aquellas realidades que, por 105 motivos con 105 cuales se cJemues-tran, no tienen certeza, sino s610 credibilidad».

5.• Nota del autor: <Nease Bacon, de Augmentis Scientiamm, secci6n 5».

Page 124: Cardenal Newman: Quince sermones

y modernos, que mas han destacado en la ciencia flsica, han mostradocon cielta frecuencia una inclinaci6n a la incredulidad. EI sistema de lascausas flsicas es mucho mas tangible y convincente que el de las causasfinales, hasta el punto de que -si en la mente investigadora no huhieseun interes previo e independiente que Ie lIevara a contemplar los fen6-menos que dan muestras de un Creador Inteligente- seguirla totalmen-te a los que se cien'an en la hip6tesis de un orden natural fijo y unas~eyes natural~s que se sostienen por Sl mismas. Es una cuesti6n muylmportante, S1l1duda, la de si el atelsmo es filos6ficamente tan coherentecon los fen6menos del mundo fisico, tomados en Slmismos55, como 10es la doctrina de un Poder creador y providente. Pero, sea de esto 10que fuere, la salvaguardia practica contra el ateismo, en la situaci6n enque se hallan los investigadores cientificos, es la necesidad y el deseoprofundo, la experiencia interior de aque! Poder, que existe en el almaantes e independientemente de su estudio del mundo material56.

a convencer, incluso seg(m el juicio de la raz6n. Pero 10 que basta notiene por que bastar aisladamente de la prohabilidad que hemos recor-dado. Esdecir, la razon va contra la fe, si se ponderan s610los indicios, 0 searguye exclusivamente desde la experiencia extel11a;pero esta de acuerJocon ella, si se acepta 10 que cuentan los sentimientos morales y su peso16gic058.

(Etapa previa imprescilldihle: ace.jJtar la prohahilidad de queDios se nos revele)' de una vida 11l/i.s alla de la muerte)

(Si la expectativa de la comunicaci6n de Dios se aJ1adeaf testimonio de unos hechos extraordinarios ...)

41. (7) A raiz de esto tendrlamos la impresi6n de que Paley pecHaclemasiado poco, en la Introducci6n a su obra sobre los fundamentosracionales del cristianism059,cuando dice -sobre la doctrina de una vidafutura y de una revelaci6n referente a ella- que «no es necesario paranuestro prop6sito que estas proposiciones sean susceptibles de prueba;ni siquiera que, mediante argumentos sacados de la luz de la naturale-za, se las pueda convertir en probables; basta con que seamos capacesde afirmar que no son tan intensamente improbables» como 10sedan sidebieran rechazarse a primera vista las proposiciones 0 los hechos vin-culados a ellas. Este aguclo e ingenioso escritor pide asi permiso parahacer sencillamente 10que el autor utilitarista antes citado exige que sehaga: presentar el caso ante una especie de tribunal60 Da la impresi6nde confiar en la fuerza de sus pruebas, de prescindir de las considera-ciones morales y religiosas de un lado 0 de otro, y de argumentar s610a base de los fen6menos de la mente humana, 0 sea, de los alicientes,motivaciones y habitos seg(m los cuales actLlael ser humano. Sobre estemodo de proceder, no voy a decir sino que me parece peligroso61. Losmilagros, seg(m el dicho popular, no se realizan para convencer a losateos y, cuando pretenden ser demostrativos de una revelaci6n, presu-ponen la existencia de un Creaclor Inteligente al cuaJ puedan atribuirse.ASItambien las garantias racionaJes en general se basan en la admisi6nde que la doctrina que tienden a demostrar no s610 no es incoherente,

40. (6) En esto se halla el sofisma principal del celebre argumentocontra los milagros, al que ya me he referido, de un fil6sofo escoces,cuya profundidad y sutileza todos debemos reconocer57. Concedamos (almenos para entrar en la argumentaci6n) que, a juzgar por la experien-cia de I~vida, es mas probable que los testigos engafien que no que sesuspendan las leyes naturales. Aun asi, caben consideraciones distintasde este modo de ver el asunto que inclinan Ia balanza hacia el otrolado: a saber, si se parte de la verosimilitud a priori de que Dios nos deuna revelaci6n. Aqui vemos, pues, c6mo la fe es y no es conforme a laraz6n. Tomadas junto con la probabilidad antecedente de que la pro-videncia se revelari a Sl misma a la humanidad, las garantlas delhecho (milagr6so) que por Sl solas sedan insuficientes, pueden llegar

55 Nota del autor: [<dos fen6menos jtsicos, tomados en sf mismos», es decir,apalte de 105 fen6menos psicol6gicos, aparte de las consideraciones morales, apar-te de 105 principios morales par 105 que deben interpretarse, y aparte de la idea deDios que se despierta en el alma bajo el estimulo del aprendizaje intelectual. Lacuesti6n es si 105 fen{Jmenos fisicos nos ensel'ian 16gicamente, a bien nos reCl1er-dan 16gicamente, la existencia de Dios. Pero, tanto en un caso como en otro, «notenemos excusa» -segll11 palabras de san Pablo (Rm 1: 20)- si los fen6menos fisi-cas no nos aproximan a esta verdad cardinal]. - Vease nota 36 al Serm6n IV.

56 Sabia orientaci6n humana y religiosa, confirmada desde entonces durante unsiglo y media pOl' el testimonio de ilustres cientificos creventes.

57 David Hume. Vease nota 16 al serm6n IV, con Ja alu;i6n indirecta de Newmana su caracter pacifico y bonach6n.

58 Newman no sigue exactamente el argumento de Paley a favor de los mila-gros; pues, como se vera en el apartado siguiente, su insistencia en la expectativade la revelaci6n divina es mucho mas fuerte que la simple «no improbabilidad». «Laque Paley espera placiclamente de las lllce, de la raz6n, Newman 10 pick a la luz dela fe» (Nedoncelle).

59 View of tbe evidenoes of Cbristianity. Vease nota 7 al serm6n I.60 Vease apartado 19, con la nota correspnndicnte.61 Newman es delicado en su polemica can un autar que tendia al radonalismo

«latitlldinario», pero que no dejaba de ser el apologista de fe preferido de suantiguo maestro Whately. Pm eso no hay que rebajar la fucrza de Sll discrepanciade [ondo con Pal,,)', irnplfcila en lodo el CUISO de estos sernjf)jWS lIniver.silalios.

Page 125: Cardenal Newman: Quince sermones

sino que est:'i perfecta mente conforme con las leyes deb proviclenciamoral del CreadoL Los milagros, aunque infrinjan las leyes fisicas deluniverso, tienden al debido cumplimiento de sus leyes morales62. Enrealidad los milagros que se obraron iban dirigidos a personas que yacreian, no s610 en la probabilidacl de revelaciones sobrenaturales, sinoincluso en su verdad efeetiva63. Esto se ve por el hecho de que el Senory sus ap6stoles, en su predicaci6n, suelen apelar a los sentimientosreligiosos de sus oyentes y con este recurso, aunque era posible quefracasaran con Ia mayoria, persuaclieron a quienes aceptaron la Fe. Noconvencieran por cieno a los sofistas de Atenas 0 los politicos de Roma,sino a personas de condiciones espirituales muy distintas, como elpiadoso, el supersticioso y el disoluto; distintas, si, pero todas de acuerdoen su adhesi6n a verdades mas alla de este mundo -tanto si las conocianclara mente, y sus vidas eran coherentes con las mismas, como si no-: eldevoto judio, el proselito de la puerta, el pescador incu!to, el publica norepudiado y el pagano icl6latra.

con la anterioL Me limitare a formular 10 que me parece que Se sobre-entiende cuando algunas personas menosprecian la apologetica66:

consideran que, por regia general, los espiritus c!otaclos de inclinacio-nes religiosas abrazan el Evangelio basandose principalmente en la granprobabiliclad antecedenre de una revelaci6n de Dios, y en 10 que elEvangelio responde a sus necesielades; y consicleran, por otra parte,que la apologetica que se presente a los hombres cle menraliclad ineligiosaeS como arrojada por la borda. Avanzando un poco mas, quiz a dirianque insistir demasiado en asuntos que SOil para la mayor parte de lagente tan inutiles en la practica les aleja cle la autentica perspectiva delcristianismo, y les lleva a pensar que la fe es ante toclo la consecuenciade una argumentaci6n, que la verclad religiosa es materia cle legitimodebate, y que quienes la rechazan cometen mas bien un error de juicioque un pecacl067. Creen ver en el estuclio de que hablamos una tendenciaa traicionar la dignidad sagrada ele la religi6n, pues los que se declarana si mismos gran des elefensores de la misma se permiten moverse en elmismo terreno que los fil6sofos mundanos, aelmiten los misrnos principiosy s610 pretenden sacar conclusiones diferentes.

42. (8) Y, por ultimo, vernos aqui 10 que quieren decir los te610gosque han empezado a rebaiar el valor de las denominadas demostracio-nes 16gicas en materia ele ;-eligi6n64 EI siglo pasado, tiempo de frialdaden el amor divino, se caracteriza por ser especialmente la epoca de laspruebas racionales65; y ahora -cuanclo se han suscitado sentimientos demayor devoci6n y celo religioso-, no hace falta decir que hay, manifies-ta desde diversos laelos, una inclinaci6n a atribuir poco valor tanto alsiglo XVIII como alas elemostraciones de que presumia. No tengo quehacer ninguna comparaci6n sistematica del siglo pasado con el presente,ni tengo que deciclir si se aproximan mas a laverdad quienes en estosasuntos avanzan con la epoca actual, 0 quienes siguen rezagados aun

43. lNo consiste el error comun, el fatal error elel mundo, en creersejuez ele la verclad religiosa sin preparar el coraz6n? «Yo soy el buen Pastor,conozco a mis ovejas y las mias me conocen» (In 10: 14). «Va delanre cleelias, y las ovejas Ie siguenporque COnocen su voz» (In 10: 4). «Los pmosele coraz6n, esros veran aDios» (Mt 5: 8). «A los humilcles se revelan losmisterios»68. «EI que es espiritu'll juzga toelas las cosas» (I Co 2: 15). «Lastinieblas no Ie comprenelieron»69. Los ojos groseros no Yen; los oidosduros no oyen. Pero en las escuelas del munclo los caminos hacia laverclael se consideran vias anchas abieI1as a todos los hombres, en toelomomenta, sean cuales sean sus disposiciones. Como si fuera posibleacercarse a la Verclad sin acatamiento de la misma70 Se piensa que cadacual esta al mismo nivel que su vecino; 0 mas bien, que las facultadeselel intelecto -agueleza, sagacielael, sutileza y profunelielael- son la guiahacia la Verclael. Los hombres consideran que tienen pleno clerecho aeliscutir los temas religiosos, prescindienclo de las actitudes religiosas.

62 Sobre el senti do bastante relativo con que Newman entiende la infracci6n delas (deyes» fisicas, vease la nota 11,al final de la Apologia. «Sea cual fuere la defi-nici6n formal de milagro, para el pueblo significa un acontecimiento que imp rimesabre el espiritu la presencia inmediata del gobernador moral del mundo ...»«Concedo de l)lJen grado que las pruebas alegadas contra este milagro son primafacie de tal fuerza que, mientras no se demuestre su irrelevancia, los cat6licosdeben abstenerse de apelar a el para fines de controversia.» (pp. 240 Y 243 de latraduccion de la BAC).

'" Quiza se aplica tambien a partir de aqui la observaci6n de Newman sabre '"«contrasle entre opinion antecedente y verdad preexistente». Vease nota 37.

M TexlO original: « ... who have been led to depreciate what are called the Evidencesofl<eltgioll')'

65 Texto original: « .. the Age of Evidence;)

66 Texto original: « ...disparage the Evidences)).67 Recuhdese el pasaje citado en la nota 51, que pone de relieve la enorme

respollsabilidad que hay en la bibqueda del sent/do de la vida, la Verdad enmayClscltla.

68 Vease Mc 4: 11; y ColI: 26.69 Vease In 1: 5.70 Vease mas arriba, nota 51.

Page 126: Cardenal Newman: Quince sermones

Entraran en 10spuntos mas sagrados de la fe en el instante que se lesocurra 0 les venga en gana; y puede que sea con una actitud mental dedescuido, en horas de reCt'co,mientras toman una copa. ~Esde extrafiarque tan a menu do acaben en la indiferencia, y concluyan que la Ver-dad religiosa es puramente nominal, que todos tienen raz6n y todos seequivocan? Pues exteriormente son espectadores de una multitud desectas y opiniones contradictorias, e interiormente tienen la clara con-ciencia de que sus busquedas terminan en la oscuridad.

vida75. Me Iimito a decir que es la probabilidad antecedente la que dasentido a 10sargumentos a partir de hechos, que generalmente se deno-minan garantias 0 pruebas de la revelaci6n. La mera probabilidad ante-cedente76 no demuestra nada, pero 10shechos escuetos no convencena nadie; la probabilidad es al hecho 10que eJ alma al cuerpo; las simplespresuposiciones puede que no tengan ninguna fuerza, pero los hechosen bruto carecen de vida77. Pruebas mutiladas y defectuosas bastan parapersuadir al corazon despierto; en cambio, los signos demostrativosmas perfectos, si estan muertos, no pueclen crear sino \lna fe muerta.

44. Sin embargo, por graves que sean estos peligros, no se sigue deello que las pruebas apologeticas no presten quiza un gran servicio adeterminadas personas. Los despreocupados en materia religiosa puedeque se sobresalten ante ciertos signos, como se alarmarian ante un mi-lagro, por mas que ello no sea una condicion necesaria para creer. Laspruebas apologeticas sirven tambien a menudo de piedra de toque7! dela honradez del alma; su rechazo es la condenaci6n de los incredulos72.

Por su parte, tambien las personas religiosas sufren a veces la perpleji-dad y la desorientacion; se sienten hostigadas par las objeciones; yendificultades que no pueden resolver; son presa de un espiritu demasiadosuti! 0 angustiado. En tales circunstancias, las diversas pruebas73 a favordel cristianismo seran para ellas un punto de apoyo, un refugio, unestimul0, un lugar de referencia para reanimar la fe, un don de la pro-videncia divina; e incluso en el caso de los cristianos mas s6lidos sonuna Fuente de gratitud y de respetuosa admiracion, y un medio deconfirmar su fe y esperanza. No hay nada que decir contra el uso de lasgarantias racionales por este motivo; y t11uchomenos74 puede ningunamente sensata caer en la noci6n disparatada de que en el fondo no hayen absoluto ninguna prueba que avale la profesi6n del cristianismo, 0de que no es licito requerirla. Yo s610 afirmaria que tal pruebano tienepor que ser objeto de analisis 0 asumir una forma met6dica, ni sercompleta 0 simetrica, en la mente creyente; y que la probabilidad es su

45. A modo de conclusion. Se observara que no he dicho todavia 10que en realidad es la razon, 0 cual es su relaci6n con la fe, sino que mehe limitado a confrontarlas mutuamente, tomanck) la palabra raz6n en clsentido que corrientemente se Ie atribuye. No aspiro a nada mas que acerciorarme del sentido en que los autores cristianos y cat61icos usanlas palabras fe y raz6n78. Si consigo esto, quedare satisfecho, sin nece-sidad de empefiarme en defenderlo. La mitad de las controversias delmundo son verbales, y podrian haHaruna salida airosa, si se consiguiese

71 «Test».72 «Si fueseis degos, no seriais culpables ...» (]n 9: 41; inmediatamente antes de

los pasajes del «Euen Pastor» que ha dtado).73 Newman dta desde aqul hasta el punto y seguido, en su proyecto de pr610go

o introducci6n a Ia traducci6n francesa de los Sermones Universitarios, al fin de lasecd6n Delogica melbodojidei; pero advierte enseguida que esta apologetica «noes a prop6sito para la muchedumbre». segun el texto que tambien cita del aparta-do 27 de este serm6n.

74 Newman cita desde aqui hasta el punto y seguido para confirmar su tesis 6,traducida en la nota 41.

75 Lo explica seguidamente. Es bueno recordar la frase del cap. I de la Apo{ogia(p. 11 de la traducci6n de la HAC): «La doctrina de Butler de que la probahilidad esla guia de la vida, me condujo ... a la cuesti6n sohre la fuerza 16gica de la fe. sabrela que tanto he escrito». Tambien es importante una carta a Dalgairns. del 8 dediciembre de 1846, donde explica que para el «la prohabilidad no es 10 contrariode certeza, sino 10 contrario de dernostraci6n)} (Leiters and Diaries XI, p. 2R9). Unanota del P. Dessain (Ibid.) informa que Newman usa la definicion de «probable»de Dugald Steward, segun el cual «10 probable no se opone a 10 cierto, sino a 10que no puede ser demostrado a la manera de las matematicas. Esto difiere muchi-simo del sentido que se da a 10 probable en el discurso ordinario».

76 Cita desde aqui hasta el pr6ximo punto y segllido, en el proyecto de intro-ducci6n que redact6 en 1847, seeci6n De {ogica lIlelhodojidei, subsecci6n 2. !'idespraesumptio esl quaedam veri/alis, cllando dice: «ya se comprendcra con la mismafacilidad, que la fe no se sittla principal mente en la jJmeba. sino en la j11'f'slll"/ci6n[presuposici6n, verosimilitud, probabilidad antecedenteJ» ((,Gregorianum)} XVIII.1937, pp. 255 s.).

77 Importantes frases que resumen la idea directriz del serm6n.78 En este momento se trataba del sentido de los Padres antiguos. En su tlltimo

articulo, de 1885, se congratulara de que el sentido en que toma la palabra raz6n esel mismo que Ie dan los papas y el concilio Vaticano I. Newman no pretende ser«original» ni ,<innovadof»; su fllerza sorprendente radica en el fondo de la tradici6ncat61ica que ha penetrado.

Page 127: Cardenal Newman: Quince sermones

terminarlas pronto. Losbandos enzarzados en ellas percil~irianentonces,o bien que estaban de acuenlo en 10 sustancial, 0 que su diferencia erade primeros principios. Este es el gran objetivo a que hay que tender ennuestra epoca, aunque reconozco que 10 tenemos dificilisimo. No noshacen falta discusiones ni pruebas racionales, 10que nos hace falta ess610 precisar de que presupuestos pal1imos. En todo caso, hagamosesto, si podemos, antes que nada; y luego veamos quienes quedan paradiscutir, y que nos queda por demostrar. La controversia -al menos enestos liempos- no tiene lugar entre las huestes del cielo, Miguel y susangeles, par un lado, y las fuerzas del mal por otro; sino que es unaespecie de batalla nOClurna, donde cada cual lucha pOl' su cuenta, ydoncle amigo y enemigo se alinean codo acado. Cuando las personasentienden el sentido de 10que defienden sus interlocutores, yen que lamayor parte de las controversias son supert1uas, 0 porque en el fondaya se esta de acuerdo, 0 parque las actitudes profundas son tan opues-tas que no habra manera de alcanzarlo.

Dios ba escogido 10 que el mundo considemneLio para con}itndir (/Ios sabios; ba escogido10 que el mundo considem debU para conJim-dir a losfuertes.

1. En nuestros dias es frecuente oir hablar de la fe como si estafuera simplemente de naturaleza moral, pero dependiente de un actode la raz6n bien definido de antemano, del cllal se seguiria. La raz6n,

I TIlulo original: The nature of Faith in relation to Reason. Prosigue y redondeael lema del serm6n X, predicado s610 una semana ames. Alguien acudi6 a Oxfordpar el mOlivo de eSlos dos sermones, porque pensaba que Newman dificilmenlepredicaria de nuevo en eslas condiciones oficiales. (Recuerdese que el mismoNewman dej6 constancia de ello en la «Advertencia a los leclores» al principio dellibro.) EI personaje era .John R. Manners (1818-1906), enlonces estudiante enCambridge, a quien su amigo Faber habia escrito: «Newman predicara dos vecesante la universidad. iQue cara van a poner los patronos! Probablemente no Ievolveremos a oir en este plan durante toda su vida. Escribeme, si vienes a pasar laEpifania en Oxford». (Ch. Wibley: Lord john Manners and his Friends, p. 70.)Nedoncelle parangona, en ciertos aspectos, a este seglar prestigioso con el condeMontalembert.- A principios de 1839 el Movimiento de Oxford habia adquirido unempuje impresionante dentro de los ambitos religiosos anglicanos, pero tambienhabia despertado una fuerte oposici6n, a causa del «catolicismo» (de los Padresantiguos y de la tradici6n clasica anglicana) que Newman y sus amigos querianreavivar (vease hacia el comienzo del cap. III de la Apulogia la transcripci6n de suarticulo sobre «el estado de las tendencias reltgiosas en Inglaterra» en aquel mo-mento). Aquellos meses -tal como resalta en la correspondecia de Newman transcritaen su reciente biografia por Ian Ker, pp. 168-173-, sus adversarios en Oxford que-rian ponerlo a prueba, presionandole moral mente para que inscribiera su nombreen la lista de aportaciones econ6micas para construir un monumento a ios «martirespratestantes}); et sencillamente no quiso. Sin embargo, se sentia segura en su Via

Page 128: Cardenal Newman: Quince sermones

basandose en los signos uemostrativos abundantes y cuiuadosamenteexaminados3, garantizaria que el Evangelio proviene de Dios. Iuego,la fe aceptaria el Evangelio. En cambio, la explicaci6n mas conformea la Escritura, y tambien maS de acuerdo con los hechos, parec~ quees la siguiente: en lugar de darse un proceso previo ue razonamlentoasi consolidado antes de creer, el acto de fe es (mico, elemental ycompleto en si mismo1, y no depende de ning(m proceso mental an-terior. Esta doctrina se confirma por la opini6n humana comun que,si bien pone en contraste fe y raz6n, sin embargo con~idera que la fees una especie de raz6n debil, mas bien que una cuahdad moral 0 unacto que sigue a la raz6n. A un ser humano concreto se Ie ofrece laPalabra de Vida (I]n 1: 1); y el, al serle ofrecida, cree en ella. iPor

que? Por estos dos motivos: A) la palabra del mcnsajero humano, yB) la verosimilitud5 del mensaje. Y iPor que intuye que el mensajc esprobable? Porque siente por el la atracci6n de un amor fuerte, aun-que el testimonio sea debil6. Tiene un sentido muy fino de la exce-lencia intrinseca del mensaje, de que conviene desearlo, de que separece almensaje que nos haria llegar la Bondad divina, si nos otorgaraalguno; percibe profundamente la necesidau de una revelaci6n, y suprobabilidad. De este modo la fe es el razonar de un espiritu reJigio-so, 0 de 10 que la Escritura denomina un coraz6n justo y renovado,que actua por presuposiciones mas bien que pm pmebas; que conjeturay apuesta par el futuro, cuando no puede cerciorarse del mismo.

Media y no hubiera podido imaginar las dudas serias que harian su aparici6n elverano siguienle (Apologia, p. 79 de I~ trad. de la BAC).- EI 14 de enero escnbe auno de sus amigos, Frederic Rogers: «Acabo de predicar dos sermones que me handado mucha luz sabre mi tema, y que han creado, asi 10 pienso, mucha perplejidaden mis oyentes. Creo de verdad que he definido Ia raz6n. Un tema muy gra~de sedescubre ante mi, y siento grandes deseos de poderlo tratar». (EI texto, aun nopublicado en Letters and Diaries, 10 toma Nedoncelle de Lettersand CotrespondanceII, p. 278). ,....

2 Rousselot, refiriendose a este apartado, dICe de Newman: «S 11afflrme une fOiSI'existence d'une "foi morte" qui est fides formata ratione, non caritate (OxfordUniversity Sermons, X, 37), il s'eleve fortement ailleurs contre Ie dedoublement dela foi vivante en un acte de raison et un acte surnaturel (Ibid. XI, I)>>(Remarques surl'bistoim de la notion defoi naturelle, «Recherches de Science Religieuse» IV, 1913,p. 30 nota 2).- Nedoncelle piensa que Rousselot no es bien exacto en su interpre-tacion de Newman: «Hubiese padido encontrar en Newman 10 que lamenta nohaber encontrado [la iluminaci6n del entendimiento por la gracia de Dios]. Encambio 'no Ie afiade a veces 10 que no se halla en el? [la negaci6n de la posibilidadde una ~fe natural 0 cientifica))] (L'influence de Newman surles 'jJeux de la/oi" deRousselot, «Revue des Sciences Religieuses» 27, 1953, p. 327; el articulo fue incor-porado intacto a su 1ntroducci6n a la edici6n francesa completa de los SermonesUniversitarios). El mismo Nedoncelle habia escrito en la pag. 324: «Tel est, a grandstraits, Ie jugement du disciple sur Ie maitre; car Rousselot, en definitive, n'he~ite pasa se canduir en disciple ... L'influence de Newman sur ses propres conceptions et,allais-je dire, sur son style, est evidente quand il ecrit. ..». En sus notas a,este puntode 105 Sermones Universitarios, explica: «Encore un passage mvoque par Ie P.Rousselot pour incorporer les motifs de credibilite a I'acte de foi. Mai~ ici commeplus haut (Serm6n X, 12), les perspectives des deux auteurs so~t dlfferenteset SII'on poussait Ie rapprochement on Ie fauSSeral(;>.- Esta dlferenCla de perspectl\·asdebe tenerse mllY presente al camparar a Newman con otms autores.

3 Texto origin~l: « .. on tbe ground of evidence, botb ample and carefullyexamiued»

4 Nota sugerlda por Newman para la traducd6n francesa; «(rodavia dcbe, t~-nerse presente que el autor habla de la fe en el orden cronologlco, no en el 10gl-co»- Vease hacia el final de la nota 18 al serm6n X.

(San Pablo recuITi6 alas cOl1uicciones religiosas previll..~cuando dio su testimonio, a menudo sin milagros)

2. Pongo el ejemplo de la predicaci6n de san Pablo en Atenas. Dijoa SIlSoyentes que eJ habia lJegado como mensajero de <lquel Dios aquien ya daban culto sin saberlo, y de quien habian hablado sus puetas.Recurri6 a la convicci6n de la naturaleza espiritual y de Ia unidad deDios, convicci6n que ya albergaban clentro de ellos; y Ies exhort6 aconvertirse a Dios, que habia designado al unico que en su hora juzga-ria con justicia al universo entero. Esto era recurrir a Ia probabilidaclantecedente de que Dios se iba a revelar, cosa apreciada de manerasdiversas seg(1Olos deseos que hubiera en el pecho de cada uno. Ahorabien7, icuales eran las garantias que present6, a fin de concentrar afavor del mensaje que comllnicaba todos aquelJos presentimientos an-tecedentes a que habia aludido? Casi insignificante.~, pero algo eran; noconsistieron en un milagro, sino en Sll testimonio de que Dios hahiaresucitado a Cristo de entre los muertos. Se parecian mucho alas ga-rantias que se ofrecen hoy a la humanidacl, 0 quiza no llegahan nisiquiera a esto. Nadie dira que eran pruebas lllUysCllidas.Sin embargo,la novedad -y bien puede llamarse la originalidad- de 10 que procla-maba, 10 raro e improbable de que se tratara de una pura invenci6n,

5 Texto original: «likelibood». EquivaJe a probabiliclad.6 En su proyecto de pr610go a la tradllcci6n francesa Newman cita estc pasaje

junto al del apartado 44 del serm6n X (entre las notas 76 y 77). Qulcre pOller derelieve la funci6n de 105 sign os y testlmonios exteriores junto conlas disposlcionesy prohahilidades interiores.

7 Newman cita ellargo fragmento desde ~qui h~sta la frasp: «Baslaron para quealgunos creyerall»), par~ confinn~r su eqlJip~raci"u de 10 que ellsefia ~q"j COil sutesls 9: «De los mismos motivos humanos sale cierlo juicio moral de (1"(' eI objetode la fe es creibJe. Sin embargo este juieio, emitido prudentemente alltes del impe-rio de la voluntad, no excluye las dlldas y temores».

Page 129: Cardenal Newman: Quince sermones

(In fe no es s610 un acto moral, sino tam bien un ncto de raz6niDe que tipo de raz6n?)

existir, tanto si tenemos como si no tenemos conocimiento de ellos. Engeneral dividimos estos seres en dos grandes grupos: materiales einmateriales. De los que son materiales, tenemos conocimiento directoa traves de los sentidos; percibimos la existencia de personas y cosas,sus propiedades y fomus, sus relaciones mutuas y el tipo de acci6n queejercen. De todas estas cosas tenemos conocimiento directo pOl'mediode los senticlos; vemos y oimos 10que pasa, y esto de un modo inme-cliato. En cuanto a los seres inmateriales, no parece que tengamos unafacultad analoga a los sentidos, mediante la cual conozcamos directa-mente su presencia, a no ser, claro esta, pOl'10que se refiere a nuestraalma 0 a los actos de nuestra alma8 Pero hasta aqui pOl' 10 menos escierto que no somos conscientes de poseer tal facultad; y es correcta laexplicaci6n que se suele dar, de que se trata de una exaltaci6n febril,cuando alguien profesa que es consciente de esta percepci6n. Tal coo-ciencia a veces se ha otorgado, es cieno, como en algunas de las apa-riciones de Dios al hombre narradas en la Escritura; pem, en el ordende la realiclad normal -sea cual sea el contacto directo que se de entreel alma y los seres inmateriales, tanto si los percibimos como si no,tanto si influyen en nosotros como si no-, cienamente no tenemosninguna conciencia de un tipo de percepci6n como la que experimen-tan nuestros sentidos al conocer las cosas materiales. Los sentidos son,pOl' tanto, que sepamos, los (micos instrumemos que tenemos para elconocimiento directo e inmediato de las realidades externas. Ademas,es obvio que incluso nuestros sentidos nos transportan s610a un ambitoreducido fuera de nosotros, y que nos introducen en elmunclo exteriors610en cienas circunstancias, bajo las condiciones de tiempo y lugar, ysirviendose de los respectivos medios materiales pOl' los cuales act(lan.Hemos de estar cerca de las cosas para tocarlas; para poder oirlas nodebe haber sonidos simultaneos que estorben; necesitamos luz paraverlas; no podemos vel' ni oir ni toea I' cosas pasadas 0 futuras.

mas eI comportamiento personal del ap6stol, ...estos indiCios-con todoel refuerzo que les prestaban las probabilidades antecedentes que teniandentro de ellos, y que el ap6stol habia estimulado- fueron suficientes.Bastaron para que algunos creyeran. No bastaron en si mismos, sinopara aquellos que tenian amor verdadero y, por tanto, estaban inclina-dos a creer. Para quienes caredan de temores, deseos, anhelos 0 es-peranzas, con referencia al mas alia, Pablo no fue mas que «un char-latan» (Hch 17: 18); los que tenian tales sentimientos 0 -segun palabrasdel mismo evangelista en otro lugar- «estaban destinados a la vidaeterna» (Hch 13: 48), «se adhirieron a el y creyeron» (Hch 17: 34).

3. Este ejemplo parece justificar plenisimamente la explicaci6n queestoy dando de la fe, en el senti do de que es un acto de raz6n, pero deaquella raz6n que el mundo calificaria de debil, defectuosa 0 insuficien-te; y esto porque se apoya en 10s supuestos previos mas que en laspruebas. Por otra pane, veo que este pasaje de la Escritura no encaja enabsoluto con la teotia moclerna, bien considerada por algunos, de quela fe no es mas que un acto moral, que depende de un proceso previode raz6n clara y cautelosa. En tal caso habria que pensar que san Pablono poelia exigir la fe de sus oyentes hasta que hubiese obrado primeroun milagro, que la raz6n pudiera aprobar, en senal de que su mensajeiba a proponerse seguiclamente a la aceptaci6n de la Fe.

(Las conclztsiones del serm6n anterior manifiestemla importancia de la cuesti6n)

4. Ahora bien, la diferencia de estas teotias por 10que se refiere a lanaturaleza de la fe religiosa no es cosa ligera. Quiza 10demuestran lascondusiones que saque de su contraste la semana pasada. De ser legi-timas aquellas condusiones son tambien importantes sin ninguna ducla.Con la impresi6n profunda de que se trata de una grave diferencia,procedo ahora a especificar la relaci6n entre la fe y la raz6n, tal como laconcibo, con las signientes observaciones.

6. Ahora bien, la raz6n es la facultad mental que suple esta deficien-cia. Por ella se obtiene un conocimiento de realidades externas a noso-tros -seres, hechos, acontecimientos- mas alia del ambito de los senti-dos. La raz6n averigua para nosotros, no s610 10 natural, ni s610 10inmaterial, ni s61010presente, pasado 0 futuro, sino que, limitada en Sll

poder, es ilimitada en su alcance, consicleracla como facultad; aunque,como es 16gico, varia tambien 10 que cada individuo concreto alcanzacon ella. Llega hasta los confines del universo, y mas alia, hasta el tronode Dios. Nos procura conocimientos daros 0 inciertos, conocimientos al

(Los sentidos perciben bajo condiciones la realidad materiaO

5. Estamos rodeac1osde seres que existen en completa independen-cia de 1l0SOtroS.Existen, tanto si nosotros existimos como si dejamos de

Page 130: Cardenal Newman: Quince sermones

fin mas 0 menos perfectos, procedentes de todos lados. Pero, al mismotiempo, con la caracteristica de obtenerlos indirectamente, no de formadirecta.

tambien una cuesti6n ulterior. La fe es la aceptaci6n, basada en deler-minados fundarnentos previos, de la realidad de algo que los sentidosno nos comunican; es un instrurnento para saber indirectamente cosasexteriores a nosotros. EI proceso seria eJ siguiente: «Doy miasentimiento a la verdad de esta doctrina, porque me la han ensefiado»;o «pOl'que me 10 dicen mis superiores»; 0 «pOl'que asi piensan per-sonas buenas»; 0 «porque 10 piensan asi hombres muy diferentes; 0

«porque todos» 0 «muchos» 10 piensan; 0 «porque es Ja oficial»; 0«pOl'que personas en quienes tengo confianza dicen que fue refrendaclauna vez con la garantia de los milagros»; 0 «porque la ha ensci\adoalguien a quien se atribuyen milagros» 0 «que dice que los reaJiz(»>;0«porque yo vi 10que considero que es un miJagro»; () bien pOI'toJas 0

algunas de estas razones tomadas en conjunto. EJacto de fe, cOllsicleradoen su naturaleza, es una operaci6n racional de este tipo.

7. La raz6n no percibe realmente nada; pero es la facultad que nosIleva de las cosas percibidas hasta 10no percibido. Nos certifica la exis-tencia de esto liltimo, bajo fa hip6tesis de que conocemos la existenciade alguna otra cosa; es decir, basandose en otra cosa que se suponeverdadera.

8. Asi f:s la raz6n, considerada sencillamente; por eso son id6neaslas numerosas palabras que se usan comunmente para designarla tantoa ella como a sus actos. Por ejemplo, se suele considerar que el procesode su acci6n consiste, claro esta, en el avance del pensamiento de unaidea a otra. Se la considera un ejercicio mental, cosa que dificilmentepuede atribuirse a la percepci6n a traves de los sentidos. Se la denomi-na tambien investigaci6n 0 analisis; se dice que compara, discierne,juzga y decide. Todas estas palabras implican, no simplemente eI asen-timiento a la realidad de determinados hechos externos, sino una bus-queda hasta lIegar a los fundamentos, y un asentimiento fundaclo enellos. Es, pues, la facultad de adquirir conocimientos a partir de unosfundamentos dados; y su actividad consiste en afirmar una cosa porqueotra se 10 permite. Cuando su ejercicio es clirigido correctamente, con-duce al saber; y cuando no, a los conocimientos aparentes, y alasopiniones err6neas.

10. Por otra parte, la fe recibe de lIeno la acusaci6n generalizada deser un ejercicio defectuoso de la raz6n, pues dicen que se guia porfundamentos insuficienteslO. Supongo que todos deben conceder el 5i-guiente dilema, cuando se da expresi6n al proceso de la fe: 0 bien Iefalta 16gica, 0 bien quedan en la penumbra algunos de sus fundamcn-tos. Dicho de otra manera: cuando eI espiritu cree sin mas, el razona-miento que su fe jlJcJuye,para ser I()gico, no puede proceder s610de !aspruebas que tiene a su disposici6n, sino que habria que afladir alasmismas otros fundamentosll.

mente por su lado humano, tal como la miraria un profano (no un teologo), Ycomo una conclusion que asiente por la palabra de otro; digo que es una especiede razonamiento: "Esto es verdad, porque tal persona 10 dice", 0 un ejercicio de larnon, y general mente un razonar inconsciente (ESIO es muy importante). Por feno se entiende aqui [en los Sermones IlniversitariosJ la intuicion espiritual de con-tenido de la fe, 0 el habito 0 estado del alma, la certeza moral, 0 la fe sobrenatural,sino el acto de aceptarla 0 de pasar a aceptarla)), «the act q( accepting or "passingto" accept» (vease el articulo del P. Henry Tristam en «Gregorianunm 18 (1')371, p.243; dos paginas mas addante, insiste el P. Tristam: «Considero la fe principal-mente en su aspecto humano, tal como la producen los l1lo!.ivos de credibilidad))).

10 Vol' traduciendo por "fund"mentos» la palabra «grounds», que ya ha apa-recido varias veces aI COll1ienzo de este sermon.

11 Texto original: « ... the reasoning wbicb that belief involves. if it IJP logical,does not merely proceed.fivm tbe actual evidence, bllt .fio/11."tber grounds besides».-Estas reflexioncs suenan algo di.stinto de las del serm6n IV, tan opuestas a la «raz6mi.La investigaci6n a fondo de un problema real pasa por momentos que parecen -solo 10 pareccn- contradictorios, antes de IJcgar a un resultado definitivo perfec-tamente coherente. Newman nos 10 recordaba en cl serm6n VI, ap. 2.

9. Ahora bien, si la raz6n es esto, hay que decir que el acto 0 elproceso de la fe, cOlJsiderada sencil1amente, es sin duda un ejerciciode la raz6n9. Si se trata de un ejercicio correcto 0 no, es otro asunto; ysi denominandola de este modo la explicamos suficientemente, es

9 Aqui se apiica sin duda 10 que Newman consider6 enseguida que seria unaobservacion importante para presentar estos Sennones al rnundo catalico. Se tratade una primera nota sin corregir, escrita de memoria en Roma. cuando esperabaque Ie mandasen para repasarlo un ejemplar de su Jibro desde Inglaterra: desarro-lIaria 10s puntos de aquella nota en el pro logo latino (entonces no publicado) yenel prblogo de 1871: «5. Cuando 1<1cOl1trapongo a la rnan, considero la fe simpJe-

Page 131: Cardenal Newman: Quince sermones

economico 0 cultural, por que pertenecen a determinada tendencia re-ligiosa y no a otra, pur que sostienen tal 0 cual doctrina; por que tienenciertos gustos literarios, 0 pm que sostienen diversos pareceres opinables;no hace f'alta decir que, si mide sus fundamentos s610 pur las razonesque ellos aducen, no tendra ninguna dificultad en ridiculizarlos, 0 inclusoen reprenderlos.

11. Afirmo la siguiente alternativa en mi analisis del proceder con-creto de la razon incluido en ]a fe: 0 bien el proceso es il6gico, 0 bienel tema de fondo es especial y rec6ndito en alg(1I1grado; es decir, 0 elacto de inferencia es defectuoso, 0 las premisas requieren una peculiarexplanaci6n. La fe, 0 bien es poco convincente, 0 bien no es de estemundo. La Escritura dice que no es de este mundo, y el mundo diceque es poco convincente.

14. 1.0mismo sucede en cuanto alas conclusiones que se deducende hechos concretos comunes a todos. Del mismo estado del cielo, unapersona puede augurar buen tiempo y otra malo; de los signos de lostiempos14 uno puede predecir consecuencias buenas y otro malas; delas mismas acciones de un individuo uno puede deducir grandeza mo-ral, y otro malignidad y depravaci6n, uno sencillez, y otro astucia; ba-sandose en las mismas pruebas, uno absuelve y otro condena. Al prin-cipio, algunos atribuyeron a magia los milagros del cristianismo, on'osen cambio se convirticron pur ellos; algunos .creyeron ver objetivos desedici6n y conjura en el estrecho vinculo que unia a los cristianos, otrosse conmovieron hasta exclamar: «Mirad c6mo se aman». Los fen6me-nos del mundo fisico han dado origen a variadisimas teorias, 0 sea, arepresentaciones que pretenden ser reales, hacia las que se supone queapuntan dichos fen6menos; son las teorias astron6micas, quimicas,fisiol6gicas, algunas de ellas religiosas, otras ateasl5. Identicos aconre-cimientos se consicleran 0 no demostrativos de una intervenci6n con-creta de la Providencia; se dice que atestiguan el origen divino de unareligi6n 0 de otra. La caida del Imperio Romano fue para los paganosuna refutaci6n del cristianismo, para los cristianos una prueba a sufavor. Estadiversidad con que 105hombres razonan nos muestra que la fe noes el (1I1icouso de la raz6n que se acredita a si mismo para algunos y no paraotros, 0 que se considera iITacional,en el sentido ordinario de la palabra.

12. Se aduce, pues, contra ]a fe este defecto -que es el razonar deuna mente insegura y sin pericia-, cuando en realidad es un razonariluminado por Dios12 Permitaseme ahora que dedique 10 que quedadel discurso a mostrar la analogia de este estado de la cuesti6n que hepresenrado con 10 que tiene lugar tambien respecto a otros usos de larazon. Es decir, me propongo poner de relieve que la fe no es el (micoejercicio de la razon que, examinado criticamente, calificarian de irrazo-nable, sin serlo.

13. (1) En verdad, nada hay mas com(1l1entre los hombres de talan-te muy inclinado al raciocinio13 que considerar que nadie razona bienfuera de ellos. Todos piensan, claro esta, que tienen razon y que losdemas, que difieren de ellos, se equivocan; y en el mismo grado, puestoque nadie se propone actual" sin razones de alg(m tipo, todos tienenque hallar defectos en el razonar de otr<)s, Pur consiguiente, en sucostumbre de analizar las opiniones de los c1emasy de observar el mo-do como procecle su pensamiento, sienten la tentaci6n de menospre-ciarlos pur Llltos de 16gica. 5i alguien se pone a inspeccionar par quesus vecinos estan en un bando y no en el otro en cuestiones politicas,por que esUln a favor 0 en contra de ciertas medidas de caracter social,

(La genre en general no usa malla raz6n en los asunros practicosque les interesan de verdad)

12 Advit:rte en nota Nedoncelle: «Aqui esta ciertamente el punto de acuerdo de[(ousselot y de Newman. Veremos mas abajo otras formulaciones de 10 mismo».IXlI, 16; XlII, 6, XV, 321 - En su articulo Oncorpora do a su introducci6n alasSermones Universi13rios), comenta algo mas; «Rousselot connaissait ces textes et ils'en est surement inspire. II eS regrettable qu'il ne les ait pas exploites davantage enredigeant son article» res clecir, en su critica a Newman en el articulo de 19131«<Revue des Sciences Relfgieuses» 27, 1953, p. 326).

u Es la misma expresi6n comentacla en la nota 29 del serm6n X.

15. No se puede decir honradamente que estas diversidades surjande la deficiencia de la facultad de razonar en el conjunto de los sereshumanos; ni se deduce de ello que la fe, tal como la he explicado, sea

14 La expresi6n «signs of the time;) creo que tiene el mismo semido que sec1ivulg6 entre nosotros a panir del concilio Vaticano II.

15 Vease nota 55 al serm6n X y referencias anteriores.

Page 132: Cardenal Newman: Quince sermones

una muestra de tal deficiencia. Esto es 10 que muchos hombres de in-teligencia clara se precipitan a imaginar. Las inteligencias claras, firmes yconstantes, si no son ademas profundas, juzgaran ante todo que estasdiferencias en la deducci6n de conclusiones son fallos de la facultad derazonar, y las despreciaran 0 las excusaran segun tal criterio. Loslatitudinarios y, en otras circunstancias, los innovadores en materia dereligi6n coinciden en este modo de vel'; hombres de mente rigurosa 0aguda, pero de poco calado, que consideran a todos los demas equivo-cados, y no les preocupa en absoluto que 10esten. Miran la bllsqueda dela verdad como si fuera s610 un proceso silogistico, y si alguien no laconsigue, 10creen un simple efecto de su falta de conformidad con lasleyes que rigen el razonamiento exacto. Ahora bien, no cabe duda deque este es el error mas grande. Pues16 la experiencia de la vida contieneabundantes pruebas de que en los asuntos practicos, cuando sus mentesestan realmente despiertas, los seres humanos ordinariamente no razonanmal. No se suelen equivocal' cuando su interes esta en juego. Tienen unsentido instintivo sobre por donde va el camino hacia sus intereses, yc6mo deben actual' en bien de la conservaci6n 0 engrandecimiento de suser. De ahi que, cuando se haUan en asuntos en los que entra en juego elespiritu partidista, la opini6n politica, los principios eticos, 0 lossentimientos personales, gozan de una sorprendente capacidad, a me-nudo desconocida para ellos mismos, de descubrir la posici6n que lesconviene. POI'muy remota que sea la relaci6n entre el punto que se debatey su credo, sus habitos, 0 sus sentimientos, los principios que profesan lesguian sin error hacia sus legitimas conclusiones; y asi sucede a menu doque -en practicas, lIS0S0 sentimientos al parecer indiferentes, 0 en cues-tiones de ciencia, de polltica 0 de literatura- casi podremos profetizarpor anticipado, a partir de sus ideas religiosas y morales, d6nde se sitlla-ran dertas personas, y a menudo podemos defenderlas con razones yargumentos mucho mejor de 10que eUasse defienden. Lo demuestra asi-mismo la coherencia interna de los credos religiosos que han gozado detiempo y espado para desarroUarse libremente -como el cristianismoprimitivo, 0 el sistema medieval, 0 el calvinismo-, coherencia que seforja en y pOl'medio de las mentes rudas e inexactas de la multitud.17

16 Desde aqui hasta «su interes esta en juego.», para confinnar la equivalenciade estos sermones con su tesis 8, que dice: «Esta credibilidad [la mostrada por losmotivos humanosJ tiene que estar al alcance de todos, incluso los sencillos e iletrados,para que cream>. El valor radonal de la fe de los pequenos y sencillos es una de laslineas maestras de estos Sermones y de El asentimiento religioso. Vease en estesentido el articulo del P. Francis Bacchus, Congo Oratorii: Newman s Oxford Univel,itySermons, «The Montb» 140 (1922) pp. 1-12.

17 Por este ejemplo y el siglliente respira el atractivo que Newman sentia por elhecbo del desarrollo de las «ideas», con la fllnci6n que en tal desarrollo corres-ponde a las personas sencillas que las viven. No podra dedicarse a estudiarlo a

Tambien 10demuestra la uniformidad que pucdc observarse en la trayec-toria de una misma doctrina -politica, religiosa 0 filos6fica- pm diferen-tes epocas y paises; las leyes de la rdz6n la van empujando a los mismosdesarrollos,las mismasfasessucesivas,el mismo auge y eImismo ocasa, hastael punto de que su histotiadocumentada en un siglocasi con'espondera a loshechos que Ieesperan en el siguiente.

16. Tado esto demuestra que los seres humanos 18 en general norazonan incorrectamente, a pesar de todas las inexactitudes en la expre-si6n 0 -si se quiere- en el pensamiento, que circulan pOl'el mundo. 5iel defecto estuviera en su respectiva capacidad individual de razonar,cada uno razonaria a su manera. Pero vemos que se agrupan en escue-las de pensamiento, y esto no s610 pOl'imitaci6n y simpatia mutua, sinociertamente por compulsion interna, pOl'el influjo de los diversos prin-cipios de que parten, y que les empujan a ello. Puede que arguyan mal,pero razonan bien; es decir, los fundamentos que manifiestan no clan lamedida de sus fundamentos rcales. Y de manera semejante, no es nin-guna prucba de imperfccci6n 0 flaqueza real en el razonar de la fc elhecho de que las garantias can que se contenta parezcan inadecuadaspara 10que pretenden demostrar. La fe parece contraria a la r::rz6nperono 10 es; s610 es independiente y distinta de 10 que denominamos in-vestigaciones cientilkas, sistemas intelectuales, series de argumentos, ete.

17. Ya me he extendido bastante refiriendome a los fen6menos ge-nerales que acompafian al ejercicio de esta noble facultad, uno de losdistintivos del ser humano sobre la naturaleza de Ius Ill'lltos. Hemosvista que tanto si se trata de los procesos radonales de la fe, como delas demas operaciones de la raz6n, eI sujeto avanza hacia un nuevosaber fllndandose en algo que generalmcnte no manifiesta, porque nopuede; y aunqlle 10manifestara, no llegaria a demostrar que es verda-dero. 0 sea, los hombres avanzan partiendo de fundamentos latentes 0antecedentes que dan pOl' supuestos.

fondo hasta unos ai'\os c1cspues (1843-1845), pem confiesa en la /lpolop,fa (hacia elcomienw de la seguncla mitad del cap. IV, num. 3; p. 156 de la traducci6n de laBAC) que el tema ya Ie inquietaba desde que escribi6 la historia de los arrianos.

18 Newman cila desde aqui hasta «inadecuaclas para 10 que pretenden demos-trar.», equiparando 10 que dice en estos Sennoncs can Sll tesi.'i 8 sobre la fe, tradu-cida en nota al ap. anterior.

Page 133: Cardenal Newman: Quince sermones

la presencia protectora constante de la Providencia divina; puntos, a suvez, supuestos. Del mismo modo, por tanto, que los senridos puedenengafiarnos y nos engafian, y no obstante confiamos en ellos por uninstinto secreto, tampoco tiene que ser necesariamente debilidad racio-nal 0.precipitaci6n el hecho de considerar digno de credito eI testimo-nio que se nos ofrece de una revelaci6n divina.

18. (2)1<; Observese, ademas, que por completos y precisos que fue-ran los fundamentos que presentamos, par sistematico que h.leranuestrometodo, y c1aras y tangibles las garantias que aducimos, sin embargo,cuando se sigue la pista de nuestro argumento hasta sus elementos massimples, siempre tiene que haber algo supuesto en ultimo termino, algano susceptible de prueba, y sin 10 cual nuestra conclusi6n seria tanil6gica como la fe suele parecerlo a los mundanos. (Suponemos que basta recordar nuestro opinion,

sin fas razones que fa Jitndaban)

20. Otro ejemplo. Recurrimos incuestionablemente22 a nuestra me-moria, y tambien a pesar de que es a todas luces inestable y traicionera.Y confiamos en ella en cuanto a la verdad de la mayoria de nuestras opi-niones; a pesar de que es imposible tener presente integra en un momentodado la base en que las fundamos. Para saber 10que sostenemos y 10queno, hemos de confiar en las informaciones que nos ofrece la memoria. 5epuede decir que sin este supuesto el mundo no podria seguir adelante;eso es cierto. Y de la misma fOffila,la Iglesia no podria continuar sin lamemoria de la fe2:!. Por 10que sabemos, la aquiescencia al testimonio quese recibe, 0 a garantias no mas firmesque el testimonio, es el unico metodomediante el cual se nos puede revelar eI mundo venidero.

19. Vamos a referirnos a garantias efectivas, y de las que son masfirmes. Pues bien, sean las que sean, su fuerza 16gicatendra que consis-tir en algo que se da por supuesto; en cuanto se garantizan a si mismas,y s610 pueden aceptarse por instinto 0 por prejuicio. Por ejemplo, con-thmos en nuestros sentidos, a pesar de que a menu do nos engafian.Incluso a veces se contradicen entre si, y sin embargo confiamos enellos2o Pero aun cuando fueran siempre coherentes, y nunca engail0-sos, no por esto quedariJ probada su fidelidad. En efecto, consideramosque existe una probabilidad antecedente tan firme de que merecen cre-dilo que prescindimos de la prueba. Este punto, 10damos por supuesto;° en rodo caso, si tenemos fundamentos a su favor, estos consisten 0

bien en nuestra secreta creencia en la estabilidad de la naturaleza21, 0 en

19 Con las analogias que va ofreciendo, aparecera progresivamente c6mo la fe sebasa de sus presupuestos prupios y c6mo procede en cierta manera de ellos.

2u Anos mas tarde hara constar que es impropio hablar de «confianza» en 105

sentidos y facultades, 0 de «creer» en nuestra existencia, de la cual forman parte.«Propiameme no podelllos decir que tenemos confianza en las facultades. A 10 mastenemos confianza en ac!Os concretos de memoria 0 de razonamiento C ..) Tengootro motivo para no querer hablar de tener confianza en la memoria 0 en la raz6n, ano ser par mera figura de lenguaje. Me parece poco filos6fico hablar de tener con-fianza en nosotros mismos. Somos 10 que somos, y usamos nuestras facultades; perono "cunfiamos" en ellas. Discutir sobre "confianza" en este caso es algo similar a laconfusi6n implicita en el deseo de que nos hubieran dejado escoger si debiamos sercreados 0 no, 0 en !a especulaci6n acerca de c6mo seria yo si mis padres hubieransido Olras. Pmximus slim egumet mihi. La conciencia de nosotros misl110s es anteriora todas !as clJestiones acerca de (westra confianza 0 nuestro asentimiento ...» (EIasentililienfu religiosu, Pl'. 82 s. [60 s., en edie. ing\. uniformel; tambien Pl'. 307-312[3'\6-352]). Vease el manuscrito «Proof of Theism», en Philosophical Notebook II , p. 33,con la nota de E. Sillem: «Such a change of view is rare in Newman ... Shows Newman'slater philosophy is no mere psychologisnm.

n En diversas ocasiones Newman retlexion6 a fondo sobre el valor de la hip6te-sis 0 presunci6n (probable, en el sentido fuene que tiene para el) de la uniformidadde !as leyes de la naturaleza. Vease EI asentimiento religioso, cap. IV, 1 (1'1 asenti-mitnlo !locionall, nllln 4, (La prt:sullci6n), subd. 6. ~y l1Jeulogiutl I'Clpels I, passim).

21. Lodicho se aplica igualmente a nuestra suposici6n de que mere-ce credito nuestra facultad de razonar; creemos en ella en cienos casosincuestionablemente24, si bien sabemos que nos ha engafiado en otros.

22. 5i no fuera por estos instintos25, no hay duda de que nuestraexperiencia de la posibilidad de que los sentidos, la memoria y la

22 Palabra original: «implicitly».23 En este inciso pas a con naturalidad de la fe del individuo (que no necesita

tener presentes en todo momento sus fundament os) a la fe de la Iglesia que vive desu «memoria hist6rica» 0 de la «Tradici6w> que recibe. Puede clecirse 10 mismo delas entidades colectivas humanas, familias y pueblos. Newman ya habia escrito connotable profundidad sabre estos aspectos de la «Tradici6n aposl6lica» de la Igle-sia; vease el volumen I de Via Media, y divers os articulus.

24 Palabra original: « implicit~y».25 Para relacionar «presuposici6rm can <<!nstinto»,vease EI asentililientu religioso, cap.

N, 1 (EI asentimiento nocional), subsecci6n 4 (La presunci6n), nlllns. 2 y 3; Pl'· 83 s.).

Page 134: Cardenal Newman: Quince sermones

raz6n se engaii.en nos dejaria perplejisimos en cllanto a la confianzapractica que merecen tales facultades en los asuntos de este mundo.Por eso, cuando se trata de los asuntos del otro mundo, quienes notienen la percepci6n instintiva de la omnipotencia de Dios y de suprovidencia infatigable hasta los liltimos pormenores -percepci6n queel amor y la santi dad de vida crean dentro de nosotros-, no debenextraii.arse al descubrir que los signos 0 motivos humanos del cristia-nismo no realizan una funci6n para la que nunca fueron destinados:la de recomendarse a sf mismos del mismo modo que la revelaci6n.Por eso, 10que dice la Escritura sobre la fe, aunque nos cause sobresaltoa primera vista, no tiene nada de incoherente con la situaci6n en quenos encontramos pOl' naturaleza en cuanto a la adquisici6n de cono-cimientos en general. En nuestra situaci6n, hemos de presuponer algopara demostrar algo, y no podemos conseguir nada sin apostar algopor nuestra parte26

proporcionados; y, pllesto que27 110 se nos da absoluta certeza de nada2R,

no nos quecla sino escoger entre la duda paralizante y la convicci(J11deque estamos bajo la mirada de Alguien que, por alg(lll motivo, nospone a prueba dandonos menos signos cuando podria damos mas. EIlos ha puesto en nuestras manos, y el nos ama. Nos obliga, por cierto, aque los examinemos con nuestra mejor capacidad de juicio, a queaceptemos unos y rechacemos otras en consecuencia, peru en todoeste proceso sin dejar de cOlTesponder a su amor; no friamente y conafan de reprache, sino con el pensamiento puesto en su presencia, yconsiderando que quiza con las deficicncias de estos signos esta com-probando nuestro amor alas realidades a que se refieren; y que quizaes una ley de su providencia expresarse mas suavemente cuanto mayoresson sus promesas. Por ejemplo, el tacto es eI mas detto y el mas cauteloso,pero tambien el mas circunscrito de nuestros sentidos, y s610 llega a ladistanda de un brazo. Lavista, que pem1ite alcanzar Ull ambito l11uchfsimomayor, necesita que haya luz. La raz6n, que se extiende mucho mas alladel campo de los sentidos, 0 del momenta presente, nos cOl11unicaconocimientos de forma indirecta y con rodeos; e incluso cuando estosconocimientos pueden precisarse, se dibujan palidos y tenues, comoobjetos distantes en el horizonte. Tambien la fe, mediante la cualllegamosa conocer las realidades divinas, se basa en los signos que acompafiana quienes la testifican, signos poco intensos en comparaci6n con laexcelencia de los bienes que atestiguan. As! como se reconoce que laraz6n, por la inmensidad de sus condusiones, es un instrulllento supe-rior a los sentidos -que ofrecen premisas seguras-, tarnbien la fe, gra-cias a su contenido, se eleva por encima de la raz6n, l11uchomas quequedarse debajo de ella debido a la obscuridad de su proceso. Y esbastante conforme al principio de Ia analogia e1hecbo de que la verdaddivina deb a conseguirse por un metodo tan sutil e indirecto, metodomenos tangible que otros, menos susceptible de anal isis, y que s6lo enparte se puede reducir alas f6rmulas racionales, y al facil pasatiempode las objeciones quisquillosas29.

23. (3) Dando un paso mas, observo que en nuestro camino haciala obtenci6n de conocimientos parece que hay inscrita la siguienteley: los signos por los cuales se recibe un determinado orden desaber son mas sutiles cuanto mayor sea el atractivo que ejerce sobrenosotros dicho orden de saber, sea por su categorfa, por su amplitudo pOl' el prurito de deshacer una trama complicada. Estamos consti-tuidos de tal manera que, de insistir en la maxima seguridad concebibleen cada etapa de nuestro trayecto, no haremos otra cosa que arras-tramos por el suelo sin elevamos nunca mas arriba. 5i estamos desti-nados a grandes reaJizaciones, sentiremos la Hamada a asumir riesgos

26 La que dice Newman tiene valar universal, pera la nata que el misma afiadeal apartado siguiente (sabre el sentida de la duda) debe prevenirnas cantra ciertasinterpretaciones de la fe que hablan de un «salta en el vacia». Newman na diceexactamente esta, sina que se refiere alas indicias de que el Evangelio y la Iglesiarepresentan la revelaci6n de Oios dentro de la historia humana, e insiste en queestos indicias son garantia suficiente para quien esta dispuesto a captar!os. Supo-nienda esta, un sacerdate cat6lica Ie dice a Charles Reding, que esta a punto decanvertirse: «La fe es un riesgo antes de que seas cat6lka; pero una vez 10 eres, esuna gracia» (Loss and Gain, novel a escrita por Newman en 1847, en Roma; III par-te, cap. 6, hacia el final). Rousselot, en su articula de 1913, aduce esta «frase bellay exacta del gran cardena)>> en frances y en ingles: Faith is a venture before a man. is a catholic, it is a grace after it. En Los ojos de lale, de 1YlO, Rousselot habia citadaun fragmento de dialago del cap. anterior. en el que se rnanifiesta el valor raeionaldel juicio previo de quien est'! a punto de convertirse ip. 25 del primer cuadernode la versi6n castellana dell'. Ferran Manresa a que nos hemos referielo).

27 Newman eita desde aqui hasta «amor alas realidades a qlle se refieren» paraequiparar 10 que dice en estos sermones con su tesis 2 soore la fe. qlle traducidadellatin dice asi: «lEI acID de fe leologall es obsculO linevidensl, porque los moti.vos, 0 elementos argumentativos, que 10 preceden, no obligan con su fuerza alentendimiento para que crea; pero es cierto, porque en su asentir no tiene ningunaduda ni temor».

28 Nota del autor: [Por «ahsoluta certela de nada», aqui se entiende, <lsi10 creo,«pruebas tales que hacen absolutamente imposible la duda»; y por «entre la duelaparalizante» se enliende, no la duda como tal, sino el estado elel alma que recono-ce la posihilidad de dudar. Vease mas aelelante, sermon XIV. :Hl.

29 Nota de N(>CloncelJe: «Fs nl\l)' nota hie este <lnaJisi.sde la gradaci()ll de losmeclios e1ecOllocimiento. Gabriel Marcel e1lra lamhiell que etlanlo Ina, elevad'j seala nal~uralela de un objeto -y Dios por encillla de toc!o,- tanto lila, es LieiJ de

Page 135: Cardenal Newman: Quince sermones

pemer otro ejemplo, considerese la rareza e insipiclez (si se me permiteusaI' estas palabras) de !as pruebas metafisicas. Que dificiles de asuIllir,aun cuando nos las presenten fiJ6sofos de cuyo buen senrido y claridadmental no tenemos ninguna duda. Y que vano sistema de palabras sinideas parece que estan acumulando estos hombres, cuando quiza tene-mos la obligaci6n de reconocer que somos nosotros los torpes y nOellos los ilusos; y que, sea cual sea el caracter de sus investigaciones, anosotros nos falta el vigor 0 la tlexibilidad mental para juzgarlas. 0bien, atrevamonos a averiguar por que caminm ha pasado la mente,cuando ligeros indieios en la realidad presente se convierten en fuentede informacion de 10 que sucedera despues. Por ejemplo, la sagaeidadextraordinaria con que un gran general sabe 10 que sus amigos y enemi-gos estan tramando, d6nde iran a parar sus respectivos movimientoscombinados, y cuales seran sus consecuencias. En el caso de que Ieobligaran a defender con argumentos orales 0 escriros sus brillantisirnasconjeturas, ino podrian estas refutarse, demostrando la falra de 16gicade todas las razones que el pudiera expresar?

. 21. (4) lVIuchomas podria observarse sobre 10 que tienen de espe-clalmente abstruso y delicado 10s procesos racionales que acompaflanla aclquisiei6n de un saber superior. No es exagerado deeir que ningu-no de los grandes logros de la razon tendria faeil su lucimiento niestaria justificado a primera vista y protegido de las criticas, si se qUisleraencajarlo en las formalidades tecnicas que requiere la argumentaci{mdirecta y convincenteW Las victorias mas sefialadas del genio human(),notables tanto pOl'su originalidad como porIa confianza con que otroslas han seguido, se obtuvieron, pOl'asi deeirlo, mediante armas invisibles,por vias de pensamiento tan rec6nditas e intrincadas que la muchedum-hre se ve obligada a aceptarlas como en dep6sito, hasta que los aconte-cimientos posteriores u otras pruehas las confirman. Asi son los metodosque en la cieneia matematica han inventado hombres de inteligenciapenerrante, metodos que dan la impresi6n de sofismas hasta que dan aluz nuevas verdades31. En la matematica, aun siendo la mas rigurosa delas diseiplinas, con procesos absolutamente demostrativos, el instrumentode exploraei6n es tan suti!, que se necesitan en su lugar expresiones yf6rmulas tecnicas, para abrirse paso por eI laberinto, mitigando asi lasdificulrades que ofrece a la raz6n no tan fina de la mayoria32 0 bien, por

negar. EI apartado 24, que sigue, es justa mente celebre y tiene su lugar obligatorioen todas !as antologias de Newman».

30 Expresi6n original: « the technical forms which the science of argumentrequires». Entiendo que se refiere principalmente a los chisicos silogismos. Newmaninsiste much as veces en que la 16gica estricta 0 cientifica tiene que corroborarpostenormente 10s descubrimientos, peru que estos suelen conseguirse por cami-nos mucho mas SUllies y complejos. Esto tiene que ver con el famoso tema de la16gica, 0 falta de 16gica, de !as «revoluciones cientificas», que comprenden tam-bien, na~uralmente, much os descubrimientos notables. Estos no flu yen con regula-ndad «loglca», smo a borbotones, de forma sorprendente, y a veces contra ria alasteorias «cientificas» en boga hasta aquel momento.

31 Nota del autor: [«EI principio del razonamiento en cosas concretas» -quelleva a a fe- «es semejante al metodo de prueba en que se funda !a ciencia mate-matica moderna, tal como se contiene en el famoso Lema con que Newton empie-za sus Principi{/»), HI asentimiento religioso, VIII. 2,31. - Esta en la p. 287 de la tra-ducci6n castellana del P. Josep Vives. se aclara en la p. siguiente: «Es lo que que-rel,:lOs decir cuando a~irmamos de una cosa que "es como si estuviera bien proba-da , que una conclusIOn es tan mnegable "como si hubiera sido demostrada", quelas razones en que se funda "vienen a constituir una prueba", ya que la prueba esel limite matelllatico de las probabilidades».

32 No se da a menu do el genio matematico de un Newton: «A veces, ditia yo,esta facultad datlva [naturalillega a ser 10que se llama genio. Tal parece haber sielola percepci6n que Newton tenia de verdades malematicas y fisicas, aunque notuvlera pruebas. Por 10 menos esta es la impresi6n que yo tengo de resultas decienas hislOrias que se cuentan ele el, una de !as cuales apareci6 en los peri6dicoshace algunos arlOS. Decian: "EI profesor Sylvester acaba de descubrir la prueba del

25. De manera analoga, la fe es un proceso raeional en el que unaporci6n rnuy grande de 10 que fundamenta la inferencia no puedemostrarse; 0 sea, es mucho 10 que radica en el caracter de la mismapersona creyente, en su modo de ver las cosas en general, su estima-cion de 10que es probable e improbable, las expectativas que provie-nen de sus deseos innatos y las impresiones que tiene en cuanto a lavoluntad de Dios. Todo esto es tan complejo que siempre parecerain'aeional y despreeiable ante eI mundo; hasta que ... 10shechos poste-riores 10confirmen. EI acto mental, por ejemplo, con que una personapoco instruida cree simplemente el Evangelio por la palabra de sumaestro, puede que sea analogo al ejercicio de la sagaeiclad de un granestadista 0 en un estratega; la gracia sobrenatural puede hacer en laraz6n poco cultivada33 10que el genio hace en ellos.

metodo de Sir Isaac Newton para obtener las ralces imaginarias de las ecuaciones.Esta prueba ha sido el nudo gordiano de los que se dedican al algebra durante el(11ti1110siglo y medio. En la ausencia de pruebas, los autores se avergonzaban depresentar una proposici6n cuya evidencia no descansaba en otro fundamento queen la confianza que tenian en la sagaciclad de Newton"», El asentimienfo religiosocap. Vlll, 3 (La inferencia natural), p. 295

33 El tema de <da gracia iluminadora» no esta ausente en este libro. Lo desarro-llara con una fuerza impresionante en eI serm6n que lleva este titulo (que he citadoen la Introducci6n), en el libro Discourses to Mixed Congregations, traducido alcastellano por el P. Jose Morales: DisCl/I"SOSsobre la fe.

Page 136: Cardenal Newman: Quince sermones

(El sentido recolldUo de la Escritura, carre/alo de la/e)

26. (5) Encuentro una confirmaci6n muy especial de todo este enfo-que de la cuesti6n en el hecho de que eI modo de razonar de los autoresinspirados, e incluso del mismo Dios, tal como 10vemos en la Escritura,tiene este caracter rec6ndito; hasta el punto de que la mentalidad irre-verente no vacila en tratarlos con el mismo desprecio que manifiestahacia la fe de los cristianos sencillos. Los argumentos de san Pablo hacetiempo que fueron abandonados incluso pOl'quienes profesan ser de-fensores del cristianismo. Ni tampoco puede decirse de segura que seamas inteligible para nuestra f1aca capacidad mental la linea de pen-samiento (si puedo atreverme a hablar asO por la que proceden algunosde los discursos de nuestro sant!simo Salvador. Y observo aun otrodetalle, que se aclara notablemente, suponiendo que el tipo de razonarque denominamos fe tiene este caracter delicado que voy diciendo, ysuponiendo que los ejemplos de razonamiento que se hallan en la Es-critura tienen una sutileza semejante. Se trata de un detalle que nadiepuede negar, y que algunos han convertido en objeci6nj me refiero alcaracter indirecto de las pruebas escritur!sticas en que se basa la doctri-na cat6lica. Puede que este caracter rec6ndito de 10que hay en eI textoinspirado sea el correlato adecuado de la Fe;que el texto sea la materiasobre la que debe trabajar propiamente la Fe;de modo que una Escritu-ra como la que tenemos -y no como 10 era el Pentateuco para losjud!os- forme parte de nuestro estar bajo Ja fe y no bajo la ley34.

27. (6}~5Finalmente, debe observarse que las analogias que he idotrazando se extienden alas acciones morales, a sus propiedades y obje-tivos tanto como alas funciones intelectuales. Segun sea la grandezade \c;s objetivos, mas exigente es el modo de conseguirlos; y eI meritode la acci6n conesponde a su vez a 10 excepcional que leyuiere estemodo de realizarla. Esta vez, en lugar de recurrir a la Escritura, 0 a unpunto de referencia religioso, permitanme buscar al juicio d~1 m~n?osobre tal aspecto de la cuesti6n. Por ejemplo, para consegUlr el eXltomilitar, 0 el poder politico, 0 la reputaci6n de gran personalidad, 0 !asdistinciones mas preciadas en la ciencia experimental, hay que procu-rarlo mediante acciones arriesgadas, poniendo en juego algo que seaprecia. EIcoraje de la acci6n no consiste en los calculos, sino enlucharcontra las contingencias adversas. EI est;Jdista cuyo nombre perm;Jneceen la historia es el que se aniesga con mediclas que parecen peligrosasy, sin embargo, producen efectoj medidas. que s610 puede~ jl.lstilicarsecuando posteriormente se recuerdan. La flrmeza y magnan1l11ldadapa-recen cuando un gobernante resiste firrne en su postma basandose enla percepci6n instintiva de la realidad, aunque la mayoria sc bUrle~ deello, y parezca que Ie llevara al fracaso. EI dirigente religio.so e~tuslastaque consigue inclinar los corazones humano~ a un~ obedlenCla.volun-taria es el que tiene perspicacia para vel', e lIltrepldez para eStl111ular,principios y sentimientos muy hondos en los demas, que ellos descono-cen, que el miS1110s610 verifica par atisbos y de vez en cuando, X quecultiva gracias a la intensidad, no a la continuidad, de su percepc~o~ delos mismos. Y as! sucede en todos los campos: los grandes obJetiVOsexigen apostar algo, y el sacrificio es la condici6n d~l,honor. Lo que esverdad en el mundo, cpor que no debe serlo tamblcn en el remo deDios? Tenemos que «salir mar adentro, y echar nuestras redes para lapesca» (Lc 5: 4); poria manana hemos de semb:ar la semilla, y poriat;Jrde no cruzar los brazos, pues no sabernos cual de Jas dos slembrasresultara~6. «Quien no deja de observar el viento, no scmbrara; y quiensigue mirando las nubes, no cosechara» (Eclesiastes 11: 4). El que fra-casa nueve veces y 10 consigue a la decima, merece mas honor qu~quien esconde su talento en un pafiuelo. As! es, aun cuando los sentl-mientos que nos incitan a vel' a Dios en todas las cosas, y a reconocer

34 Las ultimas frases del presente aparlado se refieren sin duda a la convicci6n«anglocat6Iica» de que las doctrinas cat6licas completas se hallan en la Escritura,pero no (0 no siempre) en la superficie de la misma, sino en su sentido profundoo espiritual. EI Newman cat6lico mantendra legitimamente esta posicion: «No soyconsciente de que los aulores postridentinos nieguen que toda la fe cat6lica puedacomprobarse por la Escritura, si bien es cierlo que sostendrlan que no puede ha-llarse s610 en Ia superficie de la misma, ni se puede obtener sin Ja ayuda de laTradici6n». E insistira mas convenciclo que aqui: «Casi se puede dictaminar comoun hecho hist6rico, que la interpretacion mistica y la orlodoxia se mantendranjuntas 0 caeran juntas ... El usa de la Escritura, especial mente en su sentido espiri-tual, 0 segundo sentido, como ambito de pensamiento y deducci6n, es un princi-pio caracteristico del magislerio doctrinal de la Iglesia» (cap. de Ef desarrollo de fadoctrina cristiana;pp. 342-346 de la edici6n inglesa uniforme). El P. de Lubacexpone proFusamente c6mo la lradici6n exegetica antigua y medieval buscaba eslesentido rec6ndito. La siguiente Frase latina recuerda la relaci6n entre 105 «cuatrosentidos» de la Escritura: «Littera gesta docet. Quod credas allegoria. Moralis quodagas. Quo tendas anagogia».

35 Ha visto ratificada su expJicaci6n de la razonabilidad propia de la Fe en eltipo de disc ursa de san Pablo y del miSlllO JeStls. Ahora desciende a una conFirma-ci6n par la experiencia humana a el scntido comun. . _ _ .

36 Vease el texto de Eclesiastes 11: 0, que puso al pIe de la portada. Segun lospasajes bibJicos a que alude ahora, el riesgo. apuesla 0 aventura de la Fe no consis-te en una especie de az;u' n loteria sino en ",I eSfUeI7(' constante por avaUlar en elcamino de la verclad y en la renuncia a 10 que no se aviene con este camino.

Page 137: Cardenal Newman: Quince sermones

realizaciones so!Jrenaturales en asuntos del mundo, a veots nos llevel)a equivocarnosJ} Nos mueven a conhar en indicios que no hay queadmitir necesariamente, y en parte nos hacen incllrrir con jllsticia en laaCllsacion de credlllidad; sin embargo, una fe que capta generosamentela Verdad Eterna, aunque a veces degenere en superstici6n, es muchisi-mo mcjor38 que aquel tono espiritual frio, esceptico y critico, que care-ce del sentido interno de una Providencia soberana y omnipresente, ydel deseo de acercarse a su Dios; el estado del espiritu de quien aguar-da sentado sin salir de casa la imponente claridad de la venida visiblede Aqllel a quien podria buscar y hallar en cierta medida entre losclaroscuros del mundo preseme.

EL AMOR, SALVAGUARDIA DE LA FE

CONTRA LA SUPERSTICION1

Las ovejas siguen sus pasos, pues Ie cOllocenpor la voz. En cambio, IllIllCa siguen a un ex-trano: por el contrario, huyen de f:1, porque suvoz Ie!;resulta desconocida.

28. As! es Ja fe vista desde fa razon Lo que sea en contraste con lasupersticion, como se distingue de esta, y que princ:ipios y leyes impi-den que caiga en la misma, es una cuestion de suma importancia. Si nose resuelve, todos los enfoques que se propongan sobre el tema de la feson, por supuesto, incompletos. Pero esto no entra en eI espacio delpresente sermon.

1. La fe, considerada como una de las funciones de la razon, tiene lasiguiente caracteristic:a: procede mucho mas a base de fllndamentosantecedentes que de pruebas; confia muchisimo en 10 que se presupone,y en esto radica su merito especial. Asi se distingue del saber en elsentido ordinario de la palabra2 Se dice en general que sabernos algo,cuando 10 hernos averigllado mediante los metodos naturales que se

37 T~I como h~ recordado mas arriba que los sentidos, la memoria, la raz6n,pucden eqllivocarse, tambien las predisposiciones 0 principios favorables ~ la fepueJen fallar en su «16gic~». Pero, aunque alguna vez nos lIevan a error, no poreso hemos de recll~zar los datos de 10s sentidos.

38 Vease serm6n VI, ap. 24 (y nota 34 al mismo), para su insislencia en estacomparaci6n que 1~l1\0se Ie h~ cri[ic~do.

1 Titulo original: LovetheSafeguard ofFaith against Superstition.Antes de entrar en lamateria especifica de este discurso (que es la trilogia fe-amor-superstici6n), dedica doceimportantes apartados (ademas de las s6lidas referencias neotestamentarias -tres de J llany una de Pablo- en 105 apartados del «estado de la cuesti6m») a resumir vigorosamenteya profundizar 10que ha enseii.ado en los dos discursos anteriores sobre la razonabilidadde la fe. Es decir, empieza insistiendo en la «16gica» 0 racionalidad especifica porla cualla persona se aproxima a la fe; pero vuelve en este serm6n a (dos principios»o disposiciones de que parte el creyenle. Esta vez no insistira en los «principios» contrarios([os de la Taz6n profana, veanse sermones Ny VII), sino en el peligro evidente de queeste proceder por presuposiciones antecedentes lleve, mas que a la fe, a la superstici6n ..En realidad nos dira que el gran «principio» de la fe, el que la rige y controla radicalmente,para que no se convielta en credulidad desviada, es 10 que seii.ala otro texto: «...una es-peranza que no engaiia porque, d:indonos el Espiriru Santo, Dios ha delTamado su amoren nuestros cora zones» (Rom 5: 5). El aire de Pentecostes se nota profundamente en estediscurso, fruto como siempre de la oraci6n personal de su autor.

2 Insiste Newman, en su calta a Dalgaims, que en la traducci6n francesa se adviertaaqui: «Todavia hay que tener muy presente que el autor habla de la fe en el ordencronol6gico, no en el orden l6gico».- Traducire la primera «Knowledge», en mayLlsculaen el texto, por «sabem.

Page 138: Cardenal Newman: Quince sermones

nos dan para cerciorarnos de ello. Asi sabemos las verda des matemari-cas cuando poseemos las garantias demostrativas que les son propias;sabemos las realidades presentes y materiales mediante nuestros senti-dos. Sabemos los hechos significativos de la vida que nos rode a me-diante garantias morales3; Sabemos 10pasacIo 0 10invisible razonancIo apartir de determinadas consecuencias presentes de aquellos hechos,tales como el testimonio que alguien nos cIa de 1005mismos. Cuando,por ejemplo, nos hemos cerciorado del hecho de un milagro pOl' eltestimonio cualificad04, es decir, el testimonio de personas que ni seengafian ni nos engafian, puede decirse que sabemos el hecho; porqueestamos informados de 1005fundamentos especificos, poseemos lacomprobaci6n precisa, que la naturaleza del caso Ie adjudica y Iepennite. Algunos autores suelen denominar a esta fundamentaci6nespedfica «Ias garantias»5; y cuando creemos a consecuencia de elias,se dice que creemos basandonos en la raz6n.

en cuesti6n, es decir, deducidas de indicios probatoriosR, y que por tanto!levan al saber.

3. Es cosa corriente contraponer la fe y la raz6n; y es normal quesea asi, pues la fe -como se ha dicho- consta de ciertos ejercicios de laraz6n basados principalmente en preslJposiciones; y la raz6n consisteen sus operaciones a base principalmente de pruebas. Lo mas importantepara la raz6n es el hecho concreto que debe averiguarse: 10 estudia,investiga a fondo sus garantias, sin excluir del todo las consideracionesantecedentes, claro esti, pero no empezando pOl'ellas. Lafe, en cambio,empieza con sus conocimientos y opiniones previos; y avanza y decidea base de probabilidades antecedentes, 0 sea, sobre fundamentos queno Ilegan hasta el punto de tocar precisamente la conclusi6n deseada, sibien tienden hacia ella, y se Ie acercan muchisim09. La fe produce suefecto, antes que se den la certeza 0 saber reales10, apoyada en funda-mentos que en general se quedan a cierta distancia de la realidad concretaque es su objetivo, aunque lIeguen muy cerca de ella. Por eso se dice,justamente, que es una apuesta, que implica riesgo, que en e!la se juegaalgo. Se dice, ao5imismo,que esta contra la raz6n, que triunfa sobre laraz6n, que excede 0 deja aU'asa la raz6n, que consigue 10que ]a raz6nno alcanza, que realiza aquello para 10cual el poder de la raz6n quedacorto. Se dice, tambien, que es un principio que esta por encima 0 masalia de la argumentaci6n, que no esta sometido alas normas de esta,que no es capaz de defenderse a 051mio5mo,que es i16gico, ete. ete.

2. En efecto, se entiende propiamente por ejercicio de la raz6ncualquier proceso 0 acto de la mente mediante el cual a partir del cono-cimiento de una cosa esta avanza hasta conocer otra"; esta raz6n puedeser verdadera 0 falsa, tanto si procede a partir de probabilidades antece-dentes, como si 10hace bao5andoseen pruebas, con la correspondientedemostraci6n en ambos casos. En este sentido generalla raz6n incluye,como ep obvio, la fe, que se sirve sobre todo de anticipaciones 0 supo-o5icioneSprevias. Pero la raz6n, en su sentido mas corriente7 (en el cual,como en discursos precedentes, 10voy a usar aqui la mayor parte de lasveces) esta en contraste con la fe, pues significa sobre todo aquellasinferencias relativas a hechos deducidas a partir de 1005mismos hechos

3 Expresi6n original: «by moral elJidence». Slipongo que se refiere al car<icter«moral» de la prlleba, teniendo en cuenta quiza las cualidades morales de laspersonas que nos comunican esos hechos. La Frase que sigue explicita la funci6nde la raz6n sobre el testimonio ordinario.

4 Enseguida (ap. 6) expJicara que esta consideraci6n del milagro por el testimonioexterior y la raz6n ordinaria no suele contar mucho en la religi6n de la mayoria delos creyentes fervorosos y sencillos.

5 Palabra original: «the Evidence», en singular, 0 sea, el conjunw de ias prue-bas. Ya sabemos que este era el proceder de Ja apologetica «evidencialista» de Paleyy otros muchos alltores.

6 Frase original: «any process or act of the mind, by which, fl'Om knowing onething it aduances on to know anothe1?l. Es la definici6n newmaniana de «raz6n».Vease el p1'610go de 1871.

7 Expresi6n original: «in its more popular sense».

4. Este es eI punto de vista sobre la fe en que voy insistiendo; y,aunque parezca al principio que es un tema de poco intereo5,estoy

8 Palabra original. «({rom.ElJidences), en mayuscula y en plural, las pruebas 0indicios concretos.

9 Newman cita esta p:'igina en su proyecto de introducci6n 0 pr6Jogo escrito en1947, cuando escribe sobre los argumentos antecedentes (en la subsecci6n «Fidespraesumptio est quaedam veritatis»: «neque, etiamsi sint verissima, ilIam [rem ipsamlprobare jure dicenda sunt, nam (ut generalia particlliaribus comparata) si versus ilIamdigitum tanquam intendunt, non tamen plene digito attingunl et assequunlUf».

10 Nota de Newman: [Es 10 que puede denomina1'se la pietasfidei.l - La Fraseanotada dice en el original: «It ({aitb) acts, hefore actual certain!}' or knowledge)',Vease la nota, tambien de 1871, al apa1'tado 20. Rousselot y Nedot1celle se refierena estas natas.

Page 139: Cardenal Newman: Quince sermones

seguro de que compensar:i la atenClon que se Ie ha prestado, porquetiene efectos praeticos inmediatos. Adel11as,esta intimal11el1£evincula docon la doctrina propuesta en el texto biblico inicial, y con laimportantisil11averdad revelada que conmemoramos en este tiempo delano; a esto apunta en definitiva el pasaje del Evangelio que presenta laIiwrgia de hoyll, del cual forma parte el texto indicado.

de que la inmensa l11ayorlade 10sque se entregan sinceramente y deli-beradal11ente a la religion, que la roman por su suerte preferida y Sl:'

juegan del todo en ella su felicidad hacen esto no hasanclose en unestudio de sus pruebas, sino por un movimiento espontaneo de suscorazones lucia elJa?Salen de SI mismos para encontrarse con el Invisible,y 10disciernen en los simbolos divinos que en su situaci6n concreta seles ofrecen. Tanto si analizan, como no, posteriormente las garantiaspOl' las cuales pueda justificarse su fe -0 en cualquier medida en que 10hagan-, dicha fe no tiene su origen en tales garantias, ni es firme enproporci6n a su conocimiento de las mismas; sino que, si bien es posibleque este conocimiemo la refuerce, cabe sin embargo que sin el seaigualmente firme que con eL Creen basandose en fundamentos quellevan dentro de si14, y no meramente ni principalmente sobre la basedel testimonio externo con que la religi6n les llega.

5. Sostener que Ia fe es un juicio sobre hechos que tienen muchisimoque vel' con la conducta humana, un juicio que se forma, no tanto a partirde hl impresi6n que aquellos hechos producen legitimamente12 en elalma, cumo por el movimiento extensivo del propio espiritu hacia elJos-0 sea, que se trata de una presuposici6n, no de una prueba-, puedesonar a paracloja, pem 10confirma sin ninguna duda la realidad de lascosas tal como se nos presenta todos los diasu ~Acaso puede dudarse

11 En el Book o'/Colllmoll Prayerel evangelio del martes de l'entecostes es Juan10: 1-10.

n En b citada carta a Dalgairns, Newman sugiere que se cambie eI aelverbio<degirimamente». Dice: "For "legitimately lIlade" substitute "simply" or "barely" ur"Ilakedly"» (Letters mul Diaries XI, p. 31). Es decir, se trataria de la impresi6n estrictao escueta, que producen los signos exteriores antes de interpretarlos. Estas notas aDalgairns no flleron publicadas entonces, ni tenidas en cuenta. Rousselot (veasenota siguiente) no las conocia (y tam poco Neeloncelle, cllando introdlljo II anot61atraducci6n francesa completa). Quiza con est a matizaci6n de 1847, Rousselot hu-biese tomaelo la frase de Newman en un sentido aproximado al que sugiere en ensu articulo de 1913 (nota al pie de las paginas 29 y 30): «D'apres nous, au contra ire,erre legitilllelllent irnpressionne par les faits moraux et religieux, ce n'est pas autrechose que les interpreter comme des signes ele la verite elu christianisme. Que siNewman avaH voulu seulement opposer la plus grande aetivite subjective de I'espritdans la· foi a la passivite relative de la raison en face des "preuves" (p. ex.mathematiques) qui ne laissent aucune place a la liberte, alors nous serionspleinement d'accord avec lui; mais on ne peut guere reduir a cela Ie contrast duleacbing./orward avec I'imp,ession legitimately made».

]j Tocla esta primera proposici6n del ap. 5 da pie a la critica de Rousselot. Leparece que Newman no vio con bastante c1aridad la <ddentidad real» entre la per-cepci6n de los signos de la revelaci6n y los presupuestos 0 disposiciones previas.«La conception trop etroite qu'il s'etait faite de la "raison" l'empechait de voir asseznettement I'identite ree!le de la perception intellectuelle requise par la theologie, avecI'allticijJation toute penerre c1'amour qu'i1 a si bien denite. Cela ressort avec evidencede I'opposition qu'il etablit entre la "presomption" (elTer de Ia sympathie antececlate)et la "preuve": illlajusqll'tl contraster"I'impression legitimement produite sur I'espritpar les faits" allec lu coloration qll)' met I'anticipution spontalle du coeur droit.»(<<Recherches de Science Religiellse» IY(1913) p. 29). - iI's demasiado estrecha laidea de raz6n que Newman se form6? Quiza intlllye todavia en Rousselot elerta

6. En cllanto a la muchedumbre de los que se profesan cristianos,hay que pensar que creen por mera costumbre, 0 casi. Puesto que SllS

cora zones no se interesan porIa religi6n, se les puede Ilamar cristianossimplemente hereditarios. No hablo ahora de estos, sino de la porci6nde la comunidacl!s que se toma la fe mas a pecha. Estos no creen s610

imagen que se divulg6 muchisimo de un Newman antiintelectualista. Sobre la im-portancia de los becbos junto con las probabilidades antecedentes, vease serm6nX, ap. 44, y EI asentimiento religioso, ultima pag. del cap. IX (<<Elsentido ilarivo»).-Ademas, hemos visto en la nota anterior que Newman no esta satisfecho con lapalabra «Iegitima», y que preferiria «impresi6n desnuela» 0 «escueta». Entonces sucontraste se referiria a Ios «hechos» escuetos, antes de interpretarlos, por un lado,y al movimiento extensivo de la propia alma (el reacbingfol1l'ard), por otro; 0 sea,las disposiciones antecedentes (tarnbien racionales, aunque general mente noargumentativas) que «colorean practicamente el indickm (expresi6n de Newman alfinal de! ap. 8). EI analisis de Newman, mas que disociar, quiere pemer de relieve 10que en su mundo (eclesiastico) racionalista nadie habia puesro de relieve bastaentonces, sin rechazar a la raz6n: el pape! decisivo de las actitudes morales yreligiosas de la persona (Ias actitudes que fomenta el don del Espiritu de amor) enel proceso de la fe.

14 Newman cita desde «clicha fe no tiene su origen ...» hasta aqui para equiparar 10que ensena en estos sennones con su tesis 5. Yease traducida en Ia nota 18 al serm6n X.

15 Newman cita desde aqui hasta <do que podrian crear tales pruebas», paraequiparar 10 que afinna en estos sermones con la tesis 4: «Hay que admitir total-mente, debido a que se trata de un asentimiento a la Yerdad Divina [propter i!ludipsum, tesis ll, que e! asentimiento de la fe es cierto; pues si dependiera en suintegridad de alglm tipo de deducci6n 16gica a partir de verda des naturales, nopodria ser verdaderamenre cierto, pues la luz natural no da aque!la certeza». Entrelos te61ogos c1asicos cat6licos que cita en esta tesis clestaca Francisco Suarez: «Si

Page 140: Cardenal Newman: Quince sermones

porque sus padres creian, sino con una fe bien propia; sin embargo,tambj(~n ellos -y aun mas, por el caracter propio de su fe- creenbasandose en alga diferente de las pruebas. Su fe es mas personal y masviva de 10 que tales pruebas podrian crear. Estas solas Ilevarian a unsaber y opinar meramente pasivos; en cambia, las expectativas ypresuposiciones son creaci6n del propio espiritu, y la fe que exsiste enellos tiene una naturaleza activa, tanto si se trata de ficas como depobres, de instruidos a ignorantes, de j6venes 0 ancianos. Ellos no hanoido hablar ni recuerdan nada de «suspensi6n de !as leyes naturales», de«milagros sensibles», de «hombres que no enganan ni se enganan», nide otras t6picos similares; pero experimentan que la religi6n externaque se les ofrece responde y da una forma determinada a 1005 presenti-mientos y deseos espontaneoo5 de o5uo5almao5.Estan seguros de que algu-na religi6n tiene que provenir de Dioo5;aunque en un primer momentono esten abo5olutamente seguros ni sean capaces de demoo5trar-mejordicho, ni siquiera o5e10 preguntan- que no haya alguna otra forma dereligi6n que provenga mas sencillamente de Dios que aquella que hanrecibido16

cono5ideraverosimil no depende de otra cosa que del estado generaJ desu alma, el estado de sus convicciones, sentimientos, gustos y deseos.Se afirma un hecha, y con ello se propane a la aceptaci6n a al rechazode 1005 que 10 oyen. Cada oyente tendra su propio parecer sobre elmismo, anteriormente alas prueb<ls que se ofrezcan a su favor; esteparecer es consecuencia de Sll caracter animico y, en generaJ, no Jocambiar;') ninguna variacion ordinaria cn los indicios probatorios. Si Japersona no esta dispuesta <I creerlo, dara explicaciones neutraJizador<lsincluso de pruebas muy firmes; si esta dispuesta, aceptara indicios 111UYdebiles. En un caso, dira que la posici6n mas segura es creer; en el atro,que siente que no pllede !legar hasta el punta de aceptar 10 que se Ieofrece. Que las pl'llebas1Rson aJgo, pero que no 10 son todo; que, nosindican una direcci(l11detenninada, pero que poJria haber mas. El semantendra en su postura, tanto en un caso como en otro. Pero luegosigue la cuesti6n de que consecuenda se saca de las pruebas, Jas quehaya, y esto 10 decide segun su estada interior personal, 10 que lIama-mos su coraz6n.

7. EI mismo enfoque de la fe -por cuanto consiste en suposicionesprevias17- viene implicado tambien en nuestro modo corriente de con-siderarla. Se dice en general, y justamente, que la fe es piedra de toquedel corazon de una persona. Ahara bien, ique significa esto en realidad,sino que la fe muestra 10 que tal persona considera verosimil? Y 10 que

8. No quiero decir que no haya un volumen de pruebas -() unmargen de carencia de las mismas- sufidente par3 convencerle contrasu voluntad, 0 par 10 menos para hacerle callar; pero en generallas quese aducen a favor 0 contra la religi6n -sea esta religi6n verdadera afalsa- no tienen de hecho este caracter irresistible. Tampoco excluyoque las pruebas se inclinen hada unlado mas que otro, 0 que signifiquenalgo concreto (a favor del cristianismo y contra el naturalismo, a favorde la Iglesia y contra cualquier otra entidad religiosa que no cste encomuni6n con ella); sino que me limito a dedr que, tal como eSlan lascosas, en medio de las nlJll1erosas obligaciones, de la confusi6n y lasprisas del mundo, y teniendo en cuenta las condiciones particulares Jemuchisimas almas, pocas estan en condiciones de ponderar estascuestiones con un equilibrio exacto, y de decidirse despues de unainvestigaci6n sosegada y compIeta de las pruebas. Lamayoria tiene quedecidir y decide mediante los principios de pensamiento y de conducta

assensus fidei per se penderet a diseursu, no esset eertior lumine naturali» (Disp. 6,s. 4, n. 6): «Falsum est fidem infusam supponere acquisitam tanquam principiumper se ex qua pendeat, quasi alias non possit esse firlllior infusa fides quam acquisita»(Disp. 3, s. 12, n. 13)

16 En el libro Via Media I, eonfereneia V, apartados 5 y 9, expone eomo lareligion llega a la inmensa mayoria de los seres humanos: «Nuestros padres ymaestros son los primeros que nos informan ace rea del mas alIa: ayudan a creeer yeultivan nuestro sentido innato del bien y del mal... Gradualmente van cediendo sulugar a la comunion religiosa 0 Iglesia en que nos eneontramos .. ,». «Algunospiensan que nadie tiene una fe ilustrada, si no ha analizado sus fundamentos y seha formado un juicio por su euenta. Contra este parecer, creo que siempre hay queempezar profundizando la fe recibida, no discutiendola. Mas adelante, al reeibirmas informacion, hay que rel1exionar sobre ella, eomo medio para deseubrir laverdad perfecta de Dios. Esta bClsquecia probablemente se hara de una manerainconsciente; y es mejor que sea as!. En cualquier sistema religioso la persona engeneral ha de creer confiadamente, "como si fuese infalible", aquello que la Provi-dencia Ie ha puesto delante»,

17 Expresion original: «as being a presumption»,

lR Ne\Vlll.1I1dta desde aqui hasta «ponderar la cosas con un balance exactm), paraequiparar 10 que enseiia en estos sermones con su tesis 7: «POl eso, aunque losmotivos de la fe no obligan con su fuerza al entendimiento para que crea, sinembargo en su lugar y (eomo dicenl en su grado, son verdaderos argumentos. ytienden a la conclusion que no alcanzan plenamente, es decir. vuelven creibleaquella conclusion». Entre 10.5 teologos eat6Jicos c1aslcos, elta a Santo Tomas (Summan1e%gica Il-Il, q. 1, a. 4, ad 2: q. 1. a 5, ad 2; q. 2. a. 10. ad 2). y al cardenal Dc Lugo.

Page 141: Cardenal Newman: Quince sermones

(AI juzgar los hechos de signijicaci6n potitica 0 social,aJiarecen las actitudes interio/Bs)

y!as facultades 1l10ralesmediante las cuales deben aceptarse 0 rechaz,lrseson firmes y adecuadas a este fin. No se sigue, pues, del hecho de queaun 13smentes mas sagaces se equivoquen a menu do en sus juicios ante-cedentes en cosas de este mundo, que pOl'e!lo las mentes con capacicladcomun -y corriente tengan que equivocarse en juicios similares sobre 10que les afecta personalmente en relaci6n con el mundo venidero. Si enlas cosas re13tivamente insignificantes de este mundo los juicios a priorise contradicen con los juicios basados en indicios probatorios, no se siguela imposibilidad de que una Providencia misericorJiosa, en los asuntosde mas peso en relaci6n con el mundo venidero, haya establecido de talmodo la relaci6n entre nuestras mentes y su voluntad revelada, que laspresuposiciones, que son el metodo de la mayoria, puedan !levar a lamisma conclusi6n2o que el analisis de los indicios, que es el metodo de laminoria21 Pero este no es el asunto preciso de que ahora se trata. Noestoy hablando de la fiabiliclad e!e la fe, sino de su naturaleza, sobre lacual se admite generalmente que es pieclra de toque del caracter moralde una persona. Ahorabien, cligoque es piedra de toque --como10dell1uestranlas cosas de este mundo- s610 en la meclida que procede a base de pre-suposiciones (dejanclo aparte 10que se siga de esto en cuanto a la validezde sus inferencias, que es otro asunto). Asi pues. en cuanto la condici6nde piedra de toque del caracter moral forma parte de la esencia de la fereligiosa,tambien fOl1naparte de la misma la condici6n de juicioantecedenteo presuposici6n. Por otro lado, cuando se trata de las garantias demostra-tivas 0 razones en ellenguaje mas corriente, quedan excluidos de la dis-cusi6n los prejuicios (buenos 0 malos) y las peculiariclades animicas; 0

sea, clescenclemos a niveles comunes a todos, al determinarse las normascientificas y fijarse los criterios para sopesar el valor del testimonio yexaminar los hechos. Entonces, en nada puede insistirse, nada puedecontar, fuera de 10 que toclos experimentan, toclos comprenden, toclospueden traclucir en palabras; el lenguaje corriente se convierte en lameclida del pensamiento; s610 cabe sacar aque!las conclusiones cuyasrazones a favor pueden ponerse de manifiesto; s610 vienen a prop6sitolas razones que pueden presentarse en proposiciones simples; el agrega-do multiforme y complejo de consideraciones, que !leva realmente al juicioy a la acci6n, clebe diluirse 0 mutilarse para convertirlo en premisas ma-yores y menores22 En tales circunstancias, hace falta tan poca virtue!y tan

habituales en ellos Es decir, el juicio antecedente con qUe la persona seaproxima al lema religioso, no s6lo funciona inclinandola hacia este 0

aquel lado -siendo causa de que se mueva a buscar indicios en mayoro menor grado, y nada ll1aS-,sino que tambien practicamente los coloreay les da su interprelaci6n; incluso en los casos en que la persona recurreal estudio c1eta!ladode dichos indicios probatorios.

9. En eI campo politico y social, esta es tambien la manera como seforma comunmente el juicio sobre hechos alegados 0 narrados; y por lamisma raz6n, porque no puede hacerse de otra manera.Tenemos queactual', pero muy raras veces disponemos de medios para examinar 10quegarantiza la verdad de las afirmaciones a base cle las cuales nos vemosobligados a actual'. De ahi que a menudo ciertas personas interesadasaventuran unas declaraciones provocativas, con la intenci6n precisa desacar a la luz 10 que piensa la gente sobre tal 0 cual punto; asi averiguanla opini6n general, perciben la clirecci6n que han de tomar para conse-guir los objetivos que se han propuesto y que proceclimientos son via-bles y seguros. De manera semejante, se creen 0 no se creen noticiasalarrnantes 0 inesperadas, y se aerua de una manera 0 de otra, seg(m eloyente tienda 0 no a creer con faciliclacl,sienta 0 no deseos cleque aque-!lo suceda, disponga 0 no de precedentes, y este 0 no previamente infor-maclo. Pm eso ell el campo religiaso, cuando se oye hablar 0, al parecer,se presencia un suceso sobrenatural, se juzga del mismo cle tal 0 cualmanera, seglm las personas sean creclulas 0 no, deseen 0 no que seaverdad, estell int1uidos 0 no portal 0 cual modo de ver la vida, y renganmas 0 menos conocimientos sabre el tema de los milagros. Decidimos deuna manera u otra seg(m c6mo se situa el supuesto hecho en relaci6ncon el eSlado previa de nuestros conocimienlOS y sentimientos religiosos.

(Las disposiciones previas cuentan mucho mas en religi6nque en otras temas)

10. No cligo que los juicios antecedentes que formamos en las cosascotidianas y profanas tengan, a la hora de comprobar su realizaci6n, lasmismas posibilidades de resultar correctos que los juicios religiosas deque eSloy hablando. Es otro asunto. Las noricias que tenemas de las co-sas de este mundo son rnuchisimas, y nueslros recursos animicos paradiscernirlas son notoriameme insuficientes19 Las religiones no son tamas,

20 Newman sugiere a Dalgairns una nota explicatiya: «A la mis1l1a conclusi6n,es dedI', a la conyicci6n moral» (Letters and Diaries XII, p. 32).

21 Newman indica esta pagina, y probable mente se rehere a este punta, en notaal final de la secci6n De logiw methodo fidei de su borrador de introducd6n apr61ago de 1847 (que no fue publica do hasra 1937 en «Gregorianunm).

22 La ciencia procede por criterios comunes a rouo el 1l1undo; en cambio, la fediscieme 10que hay en el interior cle cada persona.- Para la opini6n matizada de Newmansobre el silogis1l1o, yease H asentimiento religioso,cap. VIII, 1 (La inferencia formal).

Page 142: Cardenal Newman: Quince sermones

poco Il\(~ritopara decidir como es debido, como para realizar correcta--mente las operaciones de un problema matematico; y hay tan poca culpaen una decisi6n equivocada, como en los errores contables, 0 en la faltade memoria sobre conocimientos hist6ricos.

COlllOsi su infidelidad estuviera «fulldada ell b raz()Jl» Cll a Iglll1sentidomas exacto que la fe; 0 como si las presuposiciones pOl' el Jado de la feno pudieran tener car:kter demostrativo, y sl en cambio pudieran tener/olas presuposiciones por eI lado de la increencia.

(La increencia tambien selunda en presupuestos)

11. Del mismo modo que cabe considerar la fe como opuesta a laraz6n, en eI sentido mas corriente de esta (t1tima palabra, no de be pa-sarse por alto que la increencia se opone tambien a fa .raz6n. En efecto,la increencia se considera a sl misma especialmente raClonal, se presentacomo un analisis critico de las indicios probatorios; pero su tl1otivo decritical' estos hechos favorables a la religi6n es la displicencia que sienteante la misma, en realidad pro cede pOI' presuposiciones y prejuicios,tanto como la fe, s610 que se trata de presuposiciones de naturalezaopuesta23. Ya 10 he sugerido. EI incredulo considera, tan imp:obable unsistema religioso, que no querra atender alas garantlas del mlsmo; y, ~nel caso de escucharlas, se ocupara en hacer 10 que un creyente podnahacer exactamente igual, si quisiera, ademas de que sabe tan perfecta-mente bien como el incredulo que puede hacerse; 0 sea, se empefta enponeI' de relieve que las pmebas podrlan ser mas completas e i:recusablesde 10 que son. Es por esto que los incredulos se ~utodeno~man raClO-nales; no porque decidan a base de pruebas convmcentes, smo porque,despues de haber tomado la decisi6n negativa, se ocupan meramentede pasarlas por su cedaw. Esto es manifiesto e indudable, incluso en elcaso de Hume, cuando se pregunta primero: «;,Que hemos de oponer auna nube tan grande de testigos», a favor de ciertos pretendidos mi~a-gros que menciona, «sino la absoluta imposibilidad, 0 10 ~lue es I~ mlS-m024, la naturaleza milagrosa de los hechos que relatan? r a los O)OS detodas las personas razonables, esto solo, sin duda, sera tenido porrefutaci6n suficiente». 0 sea, la improbabilidad antecedente basta pararefutal' las pruebas. Y poco despues observa en plan de mofa que«nuestra religi6n sacrosanta se funda en la fe, no en la raz6n»; y que«Ia mera raz6n es insuficiente para convencernos de su veracidad»25.

12. Este, pues, parece ser el estado de la cuesti6n, cuando 10 con-sideramos atentamente. La fe es un ejercicio del razonamiento presuntivo,o un ejercicio de la razan que procede a base de funclamentos antece-dentes. Esta parece ser la realidad, sean cuales fueren las consecuenciasde la misma26 Tomemos las cosas tal como las haJlamos; no illlenlel1losdistorsionarlas para convertirlas en 10 que no son. La filosofia autenticase ocupa de hechos. Y los hechos no podemos fabricarlos. Todos nuestrosdeseos son inca paces de cambiarlos. Tenemos que servirnos de ellos. Sila revelaci6n se ha ofrecido siempre a la humanidad de una maneradeterminada, es intHil decir que nos debiera babel' Jlegado de oWl. Silos ninos, los pobres, los que estan ocupados en sus trabajos, puedcntener autentica fe, y sin embargo no pueden ponderar eI valor de laspruebas, estas no son el fundamento simple sobre el cual se asienta lafe. Si la inmensa mayoria de los creyentes sinceros y responsables creen,no porque hayan analizado las pruebas, sino porque estan dispuestosde una manera determinada, porque estan «destinados a la vida eterna»CHechos 13: 48), este tiene que ser el orden con que Dios ha dispuestolas cosas. Esforcemonos por entenderlo. No 10 clisfracemos ni Ie demosexplicaciones evasivas. Puede que ofrezca dificultacles;en tal caso, reconoz-camoslas. Afrontemoslas honradamente; y, si podemos, resolv<imoslas.

23 En las cartas del joven .John Henry Newman a su hermano Charles, intentan-do sacarlo de su incredulidad (ya en diciembre de 1823, pero las principales son de1825), Ie echaba en cara esta incoherencia de su posici6n (Leflers and Diaries n.

24 Cita de HUlne: «the ahsolute impo.ssibility or miraculous nature ...»25 David Hume: IIl1'estigacion sobre el e111e1ldimie1110 !Jumal1o, penultima pa-

gim de la secci6n X (De los milagros). En el serm6~ IV, ap. 6, cita el mismofragmento. Recordemos que e5te Iibro de Hume habla sldo publtcado prunerocomo una compilaci6n de articulos, de los cuales el Newman adolescente, antes deSLl «primera conversi6m>, habia leido «algunos, acaso el Ensayo sohre 105 mdagros»(vease comienzo del cap. I de la Apologia).

13. Ahora bien, hay una clificultad muy grave en la ellsenanza quebe expuesto sobre la fe, dificultad que muchos bal.>ranprevisto antes dereferirme a ella: se trata de que este parecer puede convertirse en pre-texto para todo tipo de prejuicios y fanatisl11os, y de que lleva dirccta-mente a la credulidad y fa superstici6n; y, pOI'otro lado, cuando se cia laincreduliclad, que proporciona una cspecie de eXCllsa para el endure-cimiento impenetrable del coraz6n. Es igualmente posible servirse de

26 Ya apunt,l allema especifico: si la fe es a5f, racilmente podria caer en supers-tici(m 0 credulidad cxcesiva.

Page 143: Cardenal Newman: Quince sermones

!as probabilidades antecedentes a favor de 10 que es verdadero y de 10que simula serlo, a favor de la revelacion y de sus falsificaciones, a favordel paganismo, el mahometislllo 0 el critianismo. AI parecer, las proba-bilidades aillecedentes no ofrecen una norma inteligible sobre 10 quedebe creerse y 10 que no; 0 sobre como hay que pasar de una creenciafalsa a otra verdadera. POI'ejemplo, si hay que hacer caso de los mila-gros que se ~degan, (pur que no de los milagros de la India, 10 mismoque los de Palestina?17 Es decir, si la probabilidad abstracta de que se deuna revelacion es la medida de la legitimidad en un caso dado, (pOl' queno en el de Mahoma 10mismo que en el de los apostoles? (Como vamosa administrar con tiemo (podria decirse) el argumento a partir de laspresuposiciones a favor del cristianislllo, de modo que no se nos vuelvaun argumento en contrai'

rnismo; procurando prevenir [as exageraciones entusiastas y las supers-ticiones, construis un baluarte contra la infidelidacb>N

15. Esto, 0 algo parecido, es 10que muchos sostienen. Si estuvieranen 10 cierto, debe reconocerse que nada puede ser mas extravaganteque calificar a la fe, como 10he hecho, de «ejercicio 0 acto de la razon».En realidad, la fe necesitaria de la razon. Mi lenguaj'~ tenderia a derribarel mum divisurio que separa la fe de la supersticion, y a permitirle disi-parse en toda clase de excesos, y c1espercliciarse en los objetos masindignos y absurdos.

(La safuaguardia de faIe no es fa razon sino fa santiclad)

16.Quiza es esto 10que objetaran; y, con todo, no soy reacio a hacem1eresponsable de la dificultad en cuesti6n, porque niego la necesidad decualquier acto intelectual para la fe cOITecta, excepto ella misma30; por-que niego que tenga que ser 1l1uchomas que una presuposici6n31, 0 quetenga que ser reforzada y regulada pur la invesrigaci6n; es decir, porqueniego que la raz6n sea la salvaguardia de la fe. (Cual es, pues, esta sal-vaguardia, si no 10es la raz6n? Dare una respuesra que puede parecer a lavez un lugar comun y una paradoja, pero que creo que es la respuestaverdadera. La salvaguardia de la fe es un estado conecto del coraz6n 0

interioridad humana. Esto es 10que la da a luz; y tam bien 10que la curri-ge. Es 10que la protege del fanatismo, la credulidad y la intolerancia. Es lasantidad, 0 la observancia del deber, 0 la nueva creaci6n, 0 el alma inha-bitada pOl'el Espiritu -llamemosle como queramos-, el principio vivificantee iluminador de la fe verdadera, el que Ie da ojos, manos y pies3]. Es eI amOr10 que la constituye, a partir del caos basto e imperfecto, en imagen de

14. F:sta es la dificultad. Es evidente que se requiere alguna salva-guarclia de la fe, algCl11principio correctivo que Ie impida degradarse(pOI' Jeddo asO y convertirse en superstici6n 0 en fanatismo. Quieneshan tratac!o el tema desde clistintas rel1dencias parece que estan deacuerdo en la idea de que es necesario algun que otro correctivo. Losseguidores de una cscuela muy dada al razonamiemo, y que ha estadode moda los Ciitimos anos, tienen a punto su respuesta, y enseguidapueden indicar 10 que consideran que es el remeclio c1eseado. Lo queconstituye segun ellos el fundamento de la fe es tambien 10 que lacorrige de la degraclad6n. «La fe se basa en la razon28, y la raz6n es susalvaguardia. Cultivad la razon de los hombres, y en el mismo grado lesllevan§is al reconocimiento del Evangelio y aluso sobrio del misl11o.Sureligion sera radonal, en la meclida que sepan pOl' que creen, y quecreen. Los J6venes, los polxes, los ignorantes, los que no han desarro-llado bastante su razon, son !as victimas de una fe excesiva Dadlespues, educaci6n; abrid sus mentes, ilustradlos, capacitadlos p~ra ref1e~xionar, comparar, investigar y deducir; atraed Sll atenci6n hacia los fun-damentos a garantias del cristianismo. ClIando, de esta manera, los pone isen el recto sendero, evitais a la vez la posibilidad de que se desvien dd

29 Paley razonaba asl. Tambien Whately, uno de los maestros de Newman.Veanse notas a los primeros sermones.

30 Newman sugiere a Dalgairns que «en lugar de "excepto ella misma" ponga"excepto el [acto imelectuall que se incluye en ella misma", 0 algo parecido» (Lettersand Diaries XII, p. :32).- Observese c6mo en 1847, para la edici6n francesa, queriacorregir algunas imperfeccioues «tecnicas» de su lenguaje teol6gko; y en 1871,para la edici6n definitiva inglesa, conserva el texto hist6rico de 5us ret1exiones.

. 31 Nota del autor: l«Es una presuposici6n, no porque sea una simple conjetura,sma porque la mente no puede dominar sus propias razones y se amicipa con suscondusiones a una exposici6n logica de las mismas.»j.

32 Termina la frase: «giving it eyes, hands and feet». Comenta Maurice Nedoncelleque «esta frase allana admirablemente el camino a 10 que hay de mejOf en Los ojosde la Je del P. Rousselot. Y a este respecto, el presente sermon es el que masconviene citar (veanse los apanados 21, 25, 26, 36)>>.

27 SegLlIlel criterio de ciertos incredulos ilustrados (expLJesto en el famoso iii·",Las rllillas de Palmira), incluso la diferencia de ritos, ceremonias y ornamem"srdigiosos, delllosiraba la falsedad de lodas las religiones. Quiza, para quien noquerla creer en ellas; pero, cksde la perspectiva conlraria, la existencia de lalcselementos en todas partes da pie a la convergencia de probabilidades a favor de Ltreligion, y de una religion can rilOs expresivos.

2" NOla del aLJ[Or:[«En procesos de caracter logico 0 explicito»J. Es 10 que poneen boca de los de la escucla liberal 0 racionalista.- Recuerdese que estas notasentre corchetes son !as que quiso para la edicion uniforme inglesa, de 1871-1872.

Page 144: Cardenal Newman: Quince sermones

(Los que eonoeen al Buen Pastor)

/7. Asr se expresa el que es la Palabra divina: «En verdad en verdad~tb~;~~ ~~~~~ cSOYla puert~ par .Iaque deben entrar las ovej~s ... Yo soypc, onozco a mls oveps y ellas me conocen a mr». an 10:7.14).

(Y Ie siguen)

bai'i~8M'<~Vosotrosno me creeis, porque no sois de las ovejas de mi re-. ISovejas reconocen mi VOZ')T 1Yo les d 'd ' 0 as conozco y ellas me siguen

oy VI a eterna y no perecer;'m para siem d' d .batarmelas» (In 10: 26-28). pre; na Ie pue e arre-

(No cO/ween la voz de los extrail.os)

pue:t;: ::~t~~: a~~ev:r~;~erament~ pastor de las ovejas entra porIafamiliar su voz; el las lIa;~a;~~ ~:Ia qu~ entre, bYalas ovejas les resultaredil Cu d proPIO nom re y las saca fuera delabri~ndo an 0 ya 7an sal~do ~odas, se pone delante de ellas y les vavoz En cammo; as ov~ps slguen sus pasos, pues Ie conocen par la'I' camblO, nunca slguen a un extrafio; pOl' el contrario huyen dee , porque su voz les resulta desconocida» (In 10: 2-5).' .

(Estos pasajes de]uan tratan del amor)

20 ~Acaso dicen alga estos textos sobre operaciones de la raz' ncammadas aproducir la fe? En cambio 'Que' n d' b' 0, en-

. '. G, 0 ICen so re smtoma dese~t.lmlento~ c~n Cnsto, novedad de espiritu, y amor? Porque no amabana Cnst?: los JUdlOSno d~scubrieron en el al Pastor de sus almas. «Vosotrosno creelS, porque no SOlSde las ovejas de mi rebafio Mis oveJ'asre .mi voz ym s' Fl' conocend . 1

" e 19uen.» ue a naturaleza regenerada que les envio el Pa I,e as luees (St 1· 17)Ioq t' 1 . . (Ie

h.' c'·. ue a raJo a os discipuJos hacia e1eie10 10quelZ0que sus alectos saheran al en t' I IE' '• ]J . ," 1S - . euen 10 (e sposo; eJ don sobrenatural

ac 1l~IOa leno! e;tos afectos, hasta que se volvieron como lazos de amorque, lJan e .eorazon en ~I Eter~o. «Todos los que me da el Padre vendranamI... Nadle puede venlr amI, si eI Padre que me envi6 no 10atrae. Esta

.•13. La fe que lIega a su plenitud J}{JrI . I Icat6],ca (yanglocat(Jlica). a cane a( . F(>rl1Jula c1~sica de la teol('gfa

eserito en los profetas: Y seran todos instruidos pOl Dios. Todo eI queescucha al Padre y recibe su ensenanza, viene a ml» (Tn6: :37.44.45). Es lavida nueva, y no ]a razon natural, 10que !leva el alma a Cristo. ;,Confla unnino en sus padres porque ha demostrado que 10son, y ha demostracioque pueden y desean tratarle bien, 0 scncillamente pOl' el lnslinto deafeeto? Tambien nosotros creenlos porque amamo,<,M.iQue verdacl t;lnseneilla! ;,Quc se S;lcade la pretensi6n de s;)ber 111:'1sde In que eSli eseriln'iPor que desfigurais con vucstra filosofia min(lscula y arhitr;)ria, la seneillez,el realismo, la gloriosa Iibertad de la doctrina inspirada? iEs este vuestroeelo divino porIa Eseritura? iEs este vuestro horror alas aclicioncs huma-nas al texto sagraclo? 35

21. La doetrina, pues, del pasaje biblieo inicial consiste en que loscreyentes en Cristo creen porque saben que el es el Buen Pastor; Ieconocen pOl' su voz; y conocen su voz porque son sus ovejas. Consisteen que no siguen a los eXlrai'ios y ladrones, porque no conoccn Ja vozde los extranos. En que, ademas, conocen y siguen ;l Cristo porque eIles ama. «Yo he venido para que tengan vida ... EI asalariado huye, por-que trabaja (l11ieamente poria paga y no Ie importan Jas ovejas» (Tn 10:10.13.14). EI alma iluminada36 pOl' Dios ve en Cristo el verchlclero termi-

34 Nota del autor: [Esto significa. no el amor aisladamentc, sino la virtud de lareligiosidad, denIm de la cual puede decirse que se halla la pia affeetio, 0 IJolul/laseredendi 1. - P. Rousselot comenta esta frase con entusiasmo: «iPor que, pues,muchos, que no se extrafian en absoluto de las f6nnulas alll1 mas imperiosas dondeSanto Tomas dice exactamente 10 mismo (Vohl11tas imperat inlelleclui, credendo,ele.); par que estos experirnentan, leyendolo en Newman, no se que desconfian7.3 °que sensaci6n desagradable7 Porque temen que esta causalidad del amor en el actode fe no deje subsistir en el la causalidad objetiva de las razones de cren; porquetemen que, si el amor tiene por papel esencial dar color a Ja demostracion (como 10dice Newman en estos tenninos), la raz6n resulte seducida mas bien que convenci-da, y que de este modo se yea comprometido el car~cter racional de la fe. Admiran-iquien no la iba a admirar?- la suti! psicologia newmaniana; pem sospechan que suteoria de la fe Ileva la lacra del fideism())) (<<Recherches de Sc. ReI.» lV(l913) p. 27).

35 La doctrina anglocat61ica ensefia Clue toda la verdad que hay que ereer sehalla en la Eseritura, aunque para encontlarla se necesita la ayuda de la Tradici6nantigua de Ja Iglesia. Los grupos protestantes, en cambio, lienden a acepur ex-dusivamente !o que ellos hallan ell el texto sagrado, y a anlsar de «afiadiduras»fraudulentas todo 10 que no pueden descubrir con su raz6n

36 Vease nota 32 (Ia observaci6n de Necloncelle). Pero es 1113.5 importante cons-tatar que Newman cita explicitamente este final del apartado, cuanclo termina susecci6n «De Fidei Principiis» (que queda inconclusa, con puntos suspen:iivos) enel horrador de pr6logo 0 introducci6n que ""dacl(> en IR47: «No s(do ell cl mismoacto de fe, sino tambien en los pre~mhulos, la gracia dE' Dios csta preScllte ennuestra inteligencia, fonnando y ... » «<Grcgorianun}» 18 (I <):\7) p. 250).

Page 145: Cardenal Newman: Quince sermones

no a quien desea amar y dar culto, el Objeto correlativo:\Je sus afectos.Y contb en el, 0 sea, cree, pOl'su amor a el.

23. Asimismo en la carta de san Juan: «Salieron de entre nosotros,pero no eran de los nuestros. Porque, si hubieran sido de Ius nuestro::;,hubieran permanecido con nosotros. Pero ha sucedido esto para que semanifestara que no todos eran de los nuestros. Vosotros, en cambio, te-neis la unci6n que viene del Santo, Y 10sabeis todo» (I Jn 2: 19.20). Siesta unci6n y este saber que otorga Dios Espiritu Santo es un don moral(~quien 10 negara?), luego tambien el hecho de :1partarnos de Cristotiene que proceder de la carencia de un don moral, y el hecho de adhe-rirnos a el tiene que ser la consecuencia de tal don.

22. La misma doctrina se halla en muchos otros lugares de la Escri-tura, como pOl'ejemplo en el capitulo segundo de la primera carta desan Pablo a los Corintios. Hay indudablemente en tal pasaje varias ex-presiones que admiten, en si mismas, otra interpretaci6n, y no hay ninguninconveniente en que la tengan; no obstante, tomado en conjunto, en-serb claramente b insignificancia de la raz6n naturaj37,y la plena sufi-ciencia de la gracia sobrenatural en la conversi6n del alma. «Cuando Vine,hermanos, a vuestra ciudad para anunciaros el designio de Dios, no 10hice con alardes de elocuencia 0 de sabiduria» (I Co 2: 1), 0 sea, no fuecon debates, argumentaciones, pruebas elaboradas, acumulaci6n degarantias. «Pues nunca entre vosotros me he preciado de conocer a otracosa sino a Jesucristo, ya este crucificado ... Mi palabra y mi predicaci6nno consistieron en sabios y persuasivos discursos» -es decir, no fueronlos razonamientos de las escuelas filos6ficas-, «fue mas bien una de-1110straci6ndel poder del Espiritu» -0 sea, con una convicci6n interna yespiritual-, «para que vuestra fe se fundara no en la sabiduria humana»-la raz6n natural-, «sino en el poder de Dios», su influjo regenerador yrenovador. «EI hombre l11undano no capta las cosas del Espiritu deDios: son locura para el y no puede entenderlas, porque s610 a la luzdel Espiritu pueden ser juzgaclas.Por el contrario, quien posee el Espiritu10juzga todo y no depende del juicio de nadie. Porque, iquien conoceel pensamiento del Senor para poder dade lecciones? Pero nosotrosposeemos el modo de pensar de Cristo» U Co 2: 2.4.5.14-16). Es declr,una determinada condici6n moral, y no las pruebas, son el medio paraconseguir la verdad, y el comienzo de la perfecci6n espiritual.

24. Y sigue: «La unci6n que habeis recibiclo de el pennanece envosotros y no teneis necesidad de que nadie os ensene; antes bien, esaunci6n, que es fuente de verdad y no de mentira, os ensena todas lascosas. Asi, pues, conforme a 10que os ensen6, permaneced en el» UJn2: 27). Sin ninguna duda, la facultad mediante la cual conocemos laVerdad se nos representa aqui no como un capacidacl de investigaci6n,sino como una percepci()O moral.

25. Si es este en realiclad el estado de la cuesti6n (tal como creo quetodos nosotros concederiarnos si, prescincliendo de sistemas teol6gicos,permitieramos a la Escritura producir su impresi6n legitima y completaen nuestras mentes); si la santidad, la observancia del deber, 0 el amor,como quieta que 10Ilamemos,y no la raz6n, es el ojo de la feOB, el principiode discernimiento que la guarda de aferrarse a objetos indignos, y dedegenerar en exageradones entusiastas y en supersticiones; ahora nostoca intentar un analisis del proceso mediante el cual cumple esta fun-d6n. 0 sea, vamos a estudiar como eI don del amor realiza esto, de quemanera regula y anima a la fe en el proceso real de pensar y decidirse,guianclola por un senclero limpio y elevado, pOl'doncle no la desvirtuenlos animos exaltados, ni la c1epriman las ataduras, ni la c1istorsione laextravagancia. Pues, hasta que no hayamos hecho esto en una medida

37 Nora del autor: [«Es decir, la insignificancia de la raz6n, en cuanta apreciativade las garantias explicitas, no cuando se la considera como un acto personal, ins-tintivo, inconsdente, que aetlla por presuposiciones, y que tiene un detenninadocaracter etico que Ia condicional. - En cuanto a la interpretaci6n del «poder delEspiritu» con que predic6 san Pablo en Corinto, vease, por ejemplo, el come11lariodel P. Juan Leal, ST., a I Co 1: 4: «(Bubo milagros en la predicad6n de Pablo enCorinto como efeero del poder divino? En 1 Ts 1: 5, Pablo habla de los que acom-panaron su predicaci6n en Tesal6nica. En Corinto no los menciona el libro de losI1echos. La frase «poder del Espiritu» los admite, peru no los exige. Se puede ex-plicar con el hecho mismo de la conversi6n. Peru es mas razonable admitir quehubo gracias extraordinarias, como los carismas de que luego hablara» (LaSugruda }:scJ1lllra. Nuevo Testamento. Come11larios II, HAC 211, Madrid 1962).

38 TexlO original: «Holllless, dutifidness, or laue, howeuer we word it, und notReason, is the "ye a/Faith». Newman cita tambien explicitamente esta frase, en elmismo sitio indicado en la nota .'36.- La equivalencia entre santidad, obediencia yamor es una de !as lineas maestras del libru de Newman sobre la Justificaci6n. Enlos apartados 2b y 29 se ponen ejemplos conCl·etos de la funci6n del amor obedien-te para evitar la superstici6n.

Page 146: Cardenal Newman: Quince sermones

determinada disposici6n moral40 La fe es un acto de la raz()n, () sea, unrazonar a base de presuposiciones; la fe correcta es un razonamiento abase de presuposiciones santas, devotas e i1uminadas par la gracia. Lafe arriesga y apuesta algo; la fe correcta arriesga y apuesta deliberada-mente, responsablemente, sobria, piadosa y humildemente, sabiendo 10que cuesta y aceptando gustosa el sacrificio. Dondequiera que eI amores deficiente, y en el grado que 10es, alJ1y en el mismo grado la fe caeen excesos 0 se pelvierte. Los fundamentos de la fe, cuando esta anima-da par el espiritu de amor y de pureza, son por el estilo de los quesiguen: el hombre necesita muchisimo la revelaci6n de Dios; hay queesperar ardientemente la manifestaci6n del Dios misericordioso; hayque con tar con ella; mas aun, 10que se presenta como revelaci6n divi-na es mas probable que 10 sea de verdad -0 tenga elementos de lamisma-, que la alternativa opuesta, de que no hay revelaci6n en absoluto;si eI Dios onmipotente intelviene en los asuntos humanos, la intclvenci6nno desmentira sus atributos conocidos previamente, ni 5U forma deactuar en el mundo, ni otras revelaciones anteriores de su voluntad. Laintervenci6n sera de alguna manera digna de el. Es verosimil que lIeveconsigo indicaciones c1arasde su mana divina. Los objctivos 0 fines dela intervenci6n de Dios seran grandiosos, yes posible que los especifiqueo que, al menos, muestre algun signo de ellos. Ademas, entre estosfundamentos de la fe hay una sensibilidacl especial sobre que objetivosson grandiosos por su naturaleza, y que mensaje concreto es importante,y que medios concretos son dignos, y que circunstancias son apropia-das y congruentes41. Considero que bajo Ja guia de expectalivas y re-flexiones como estas, sugeridas por la fe -no la sola fe, sino la fe puestaen acci6n por el amor (Ga 5: 6)-, eI espiritu recto y sincero, fluede enlas circunstancias ordinarias de la vida ser lIevado, y Jo es en efecto,hasta una captaci6n aceptable, iluminada y salvifica de la Verdad cIivi-na, sin 10 que comunmente se llama razonarniento 0 uso de la raz6nargumentativa; 0 sea, prescindiencIo de la satisfacci6n que produce lacomprensi6n intima de las garantias especificas que hay a favor de loshechos objeto de fe, y que cIapor resultado un conocimiento superior.Algunos ejemplos selviran para explicar c6mo se produce esto.

apreciable, es evielente que hemos avanzaelo bien poco en Ja compren-si6n del sentido ele las formulaciones de la Escritura al respecto. Hareun empefio en este senticlo, en la mediela que el tiempo de un serm6n10permite, y asi ponclre punto final alas presentes observaciones.

26. La fe correcta es la fe de un alma COiTecta.La fe es un actointelectual; la fe correcta es un acto intelectual realizado con una

39 M. Nedoncelle considera muy importante este apartado 26, «porque contieneun ensayo de 16gica de Ja creencia». Seg(m el, esta 16gica hay que buscar1a ennuestros sermones XI ,XV, yen ellibro sobre el Desa/Tollo de la doctrina cristiana. Nome abstengo de aducir, aunque la cita sea larga, algunos parrafos de glosa a esteapartado, en su brillante Introducci6n (ide 195 paginas!) a Oeuvresph ilosophiques deNewman (Aubier, Paris 1945): «Es necesario completar este sistema todavia vago depresuposiciones con una 16gica mas precisa. Pero seguira siendo una 16gica moral,que desarrolla sus preceptos dentro del medio favorable de la buena voluntad. Laexperiencia y la inteligencia actuan de jueces, pera inspiradas por la expectaci6nreligiosa. De este modo, rehusaremos todo pretendido mensaje que estuviera encontradicci6n formal con los atributos mas ciertos de la divinidad 0 con las manifes-taciones anteriores de su voluntad. No aceptaremos un modo de intervenci6n quesea indigno de la grandeza divina, que empequefiezca su acci6n con fines mezqui-nos 0 con medios desproporcionados c...) En nombre de esta l6gica, enraizada a lavez en la conciencia y en Ia historia, podemos condenar, por ejemplo, el animismo yla idolatria. Newman analiza a este respecto algunos pasajes caract.eristicos del Anti-guo y del Nuevo testamento; muestra c6mo 10 que es superstici6n para un cristianopuede ser aun una disposici6n laudable para un pagano ( ...) La fe puede, pues,protegerse y corregirse a medida de su profundidad, y escapar de Ios abusos que laamenazan. Cuanto mas religioso un espiritu es, tanto mas se vuelve sosegado y sealeja del fanatismo. La sabiduria se desarrolla en el, sin que sea imprescindiblementegracias a la armadura sabia de una ciencia academica. Guiado por principios de estegenero «un espiritu recto y sincero puede en las condiciones ordinarias de la vida serllevado. y 10 es en efecto, a una aprehensi6n aceptable, ilustrada y salvifica de laVerdad divina» (p. 110). «A la objeci6n de que su psicologia imposibilta toda 16gica,Newman poclria responder: Mi psicologia me viene impuesta poria vida. Y sobretodo ies tan segura que tenga que desalentar a Ios 16gicos? Nos muestra solamenteque el empefio de estos debe ensancharse, que sus axiomas deben vol verse mas!1exibles, .'iUS impaciencias menos vivas, cuando entran en el dominio mistel'ioso deldestino humano, en lugar de limitarse a un algebra del discurso. Las orientaciones deEl asentil1lieWo religioso no destruyen nada, sino que miran de completar las cosas.Las discusiones apasionadas que ha suscitado a menu do han tenido por causa ciertomenosprecio. En El asentimiento mligioso se ha buscado ante todo, 10 que s610 es-taba en el despues de todo. La nueva 16gica, la que tiene en cuenta el tiempo y laexistencia, Newman la escribi6 efectivamente, pero en otros libras. El esbozo esta enlos Sennones Universitarios. Yen ellibra sobre el Desarrollo adquiere todo su vudo»(p. 167 s.) .

40 Frase original: «Right Faith is an intellectual act, done in a certain moraldisposition».- Una especie de definici6n bien contraria a la de quienes insistian enque la fe es un acto moral, consecuencia de un razonamiento (serm6n X, ap. 12; etc.).

4\ Hasta aqui el intento de describir a grandes trazos el contenido de Jas disposicionesanimicas que hay en el fondo de la fe. El ultimo punto -Ia sensibiJidad previa sobre comodeberia darse la revelaci6n- ya aclara su funci6n preventiva contra las supersliciones. En10que sigue de este apartado hay que tener bien presente que «raz6n» se toma, si, dentmdel sentido definido en el apaltado 2, pero restringido (a la razon explicitl) y quiZ:'!defec-tuoso (porque esta raz6n a veces no patte Sl,fkk'ntemente de [os «ptincipios» religiosos euyocOlltenido acaba de indicar). Fs [0 que,,1 ~utor ha reC<lrdxlo"n la nota Tl.

Page 147: Cardenal Newman: Quince sermones

puehlo, y menos con ritos de su invenci6n, sin caer en grave desobe-diencia, 0 en falta de amol""3.En cambio, cuando «e! rev Nabucodonosorcay6 rostro en tierra y se postr6 ante Daniel y orden6 que Ie ofrecieranoblaciones e inciensos», el homenaje fue aceptado por el profeta, porqueprove!1ia del cielo; ninglm ritual establecido prohibia al rev paganoestos actos de reverencia, 10s cuales ademas no podian significar unreconocimiento de Daniel como verdadera fuenteH de conocimientoprofetico, porque el mismo profeta acababa de declarar «que hay un Diosen el cielo que revela secretos, y da a conocer al rey Nabucodonosor 10que sucedera en los ultimos elias»,y tambien porque este rey, despuesde ordenar la oblaci6n, prosigue: «Vienclo que pudiste revelar este se-creto, no hay duda de que en verdad tu Dios es Dios de dioses y Senorde senores, y revelador de secretos» (On 2: 28.46.47). Todo parece in-clicar que en aquella ocasi6n el acto de Nabucoclonosor iba dirigido aDios; que s610 hom6 a Daniel como simbolo visible de Dios, y 10 hizosin que se 10prohibiera ninguna revelaci6n. En tales condiciones, su feno demostr6 ninguna falta de amor, 0 sea, ninguna superstici6n.

27. (1) La superstici6n, en su forma mas crasa, es el culto a los es-piritus malignos. La Escritura nos dice que los sacrificios de los paganosse ofrecian «a los demonios y no aDios»; su mesa es «la mesa ele losdemonios» (I Co 10: 20). «Ofrecian sus hijos y sus hijas a los demonios»(Ps 106 [105]: 37). No hace falta decir que la doctrina que he propuestosobre la naturaleza de la fe religiosa no tiende de ninglm modo haciatales perversiones de la religiosidacl. Es verdad que la fe, consideradacomo mero principio abstracto, tiencle a humillar el alma ante cualquiercosa que se presente con visos de sobrenatural; pero la fe de un almareligiosa, una fe COrrectarnente religiosa, animacla por el amor aDios yal pr6jim042, no es as!' EI amor a los seres humanos hara que se estre-mezca ante la cruclclad; el amor aDios la apartara del culto falso. Laidolatria es esto: tener alas criaturas por Fuente primaria e indepenclien-te de acciones divinas y por termino llitimo de nuestra devoci6n. Digo,pues, que eI principio del amor, no actuando por medio de la investiga-ci6n 0 la argumentaci6n, sino espontaneamente y a manera de instinto,hara que el alma retroceda con horror ante la crueldad, la impureza, y 1:1arrogaci6n de poder divino, aunque estas lleguen con pretensiones,reales 0 fkticias, siempre tan sobrehumanas. Y aunque hay casos enque esta reacci6n de repugnancia es err6nea, por deberse a ideas in-cornpletas 0 a concepciones equivocadas, sin embargo en general nodeja de ser un indice correcto del estado de la cuesti6n, y una orienta-ci6n segura para nuestra conducta.

(Superstici6n, relativa al conocimieuto que se tengade la voll/utad revelada de Dio~)

29. (3) Aqui podemos formular el principio de que no es necesaria-mente superstici6n en un pagano 10 que 10 seria en un judio 0 uncristiano. 0 que no es superstici6n en un judio 10 que 10 seria en uncristiano. La fe lIeva al alma a la comuni6n con el Dios invisible; sus es-fuerzos por acercarsele y complacerle son aceptables 0 no, segun seano no sean obstinados en sus querencias, y caen precisamente en esta faltacuando no tienen en cuenta la voluntad revelacla de Dios. Por supersti-ci6n, y no por fe, los israelitas se llevaron el Arca de la Alianza a Iabatalla sin que Dios se 10hubiese manclado, y por castigo se la arreba-taron. En cambio, los filisteos no cometieron superstici6n, pOI"muy su-persticiosos y rnalvados que fueran en otros sentidos, al uncir las vacasal carro que llevaba el Arca y clejarlas para obselvar ad6nde iban, po-nienclo asi a prueba el caracter sagrado del Arca. Era una comprobaci6nque podia muy bien fracasar, pero quiza les daba confianza a su mane-ra; y por mucho que hubiera de irreverencia pagana en las circunstan-cias de la acci6n, esta no dejaba de ser en cieI10grado un reconocimientotacito 0 -si quereis- involuntario, del Dios de Israel (I S 4 y 6). Ademas,los sacrificios sangrientos no eran necesariamente supersticiosos entre

28. (2) Otro tipo de superstici6n, tal como se suele entender lapalabra, es el tributo de honor religioso a cosas prohibidas. De esto setrataba en los casos de idolatria a que se entregaron los israelitas, comoel culto al becerro de oro. Ademas, cuando un sistema de ritos ha sidoinstituido por Dios, puede considerarse prohibido 10que no esta man-dado, a no ser que haya recibido la facultad de afladir los elementospertinenres. Alterar, 0 cambiar pOI"otra, la forma revelada de acercarseaDios es la misma falta de sumisi6n que adoptar medias efectivamenteilegitimos. Quiza consistia en esta alteraci6n el culta conrinuado a laserpiente de bronce, Ia que Dios escogi6 por simbolo e instrumento enuna ocasi6n muy especial, pero que en un sistema rigido de ritos comoel de Moises no podia ser honrada de forma permanente, al arbitrio del

~2 Expresi6n original: «a /"Igb{ religiol/s Faitb, whicb is instinct witb Love {owanls Godand {()wl/rds II/a/l)}.

" Veanse los pasajes de la serpiente de bronce en el antigllo testamento: NClln21: 8 ss.; Il[IVI Reyes 18: 4.

~, Recllerdese la definici6n de idolatria, en la mitad del ap. 27.

Page 148: Cardenal Newman: Quince sermones

los paganos; pero 10 serian en grado maximo, y sumamente sacrilegos,entre los cristianos, pues ocupa con creces su lugar el inmenso sacrifi-cio redentor realizado una vez para siempre, y cuyo memorial permanentees la santa Comuni6n45. Por otra parte, la sefial de la cruz en el bautismoseria supersticiosa, si la Iglesia no tuviera «Ia facultad de decretar ritos yceremonias en 10 que se refiere al culto divino»46.

30. (4) Cuando, despues del naufragio de san Pablo, los nativos dela isla de Malta vieron que una vibora mordia la mana del ap6stol sinsoltarla, primero Ie creyeron un homicida; pero luego, al ver que nadamalo Ie sucedia, empezaron a decir que era un dios (Hch 28: 3-6). ~Quehay que pensar de su conducta? Demostraba claramente su fe, pero ~setrataba de una fe saludable 0 perversa? Por una parte, tenian el sentidode la probabilidad de una intervenci6n sobrenatural, que les movia aaceptar mas que otros que esta se diera, pero tambien dudaban y vaci-laban en su interpretaci6n de la misma segun cambia ban las circunstan-cias. La fe admitia que era sobrenatural aquel hecho; y no se equivoca-ban en cuanto al punto mas importante. ]uzgaban correctamente alpensar que la presencia de Dios estaba con san Pablo de alguna manerainmediata; la raz6n, siguiendo a la fe, intentaba deducir sus consecuen-cias. Su fe era correcta, se equivocaban en el razonamiento. Pero ~acasoesta fe no incluia superstici6n? Aqui tenemos que distinguir. Estoy segurode que no es un exceso de sutileza afirmar que ellos no eran supersti-ciosos, aunque su conducta, considerada en si misma, 10 era. Su razo-namiento era supersticioso seg(m nuestra 47 idea de superstici6n; en otraspalabras, con nuestro conocimiento superior de la verdad religiosa,nosotros somos capaces de decir que ellos atribuian a realidades visi-bles 10 que no estaba alii, y sacaban conclusiones que no eran validas;pero habria quedemostrar que actuaban de manera absurda 0 enfermizaen sus circunstancias. Tengase en cuentaque me refiero a1 razonar deellos en aquel caso; y digo que en nosotros -a quienes 1a luz de larevelaci6n ha liberado de las criaturas al ensenarnos de forma precisalos caminos y las moradas de Dios en el mundo visible- no estaria bienmenospreciar a quienes «buscaban a Dios, aver si, escudrinando atientas, Ie podian encontran> (Hch 17: 27). La superstici6n es una fe que

45 Asi acostumbran a denominar los anglicanos a la Celebraci6n Eucaristica.Newman habla convencido del sentido de la Eucaristia en la primitiva Iglesia, y concierto atrevimiento ante los ataques protestantes contra la Misa como «sacrificio».

46 Fragmento del articulo 20, de 10s Tl'einta y nueve aJ1{cu{os del anglicanismo.47 En cursiva en el original. Lo mismo para la palabra destacada en la siguiente

linea.

queda por debajo del nivel de religi6n que Dios ha otorgado, sea el quesea. Estamos acostumbrados naturahnente y justamente a definir, segunnuestro nivel, que es supersticioso en abstracto y que no 10es; pero notenemos el derecho de aplicarlo, en casos cotlcretos, a otras personascuyas circunstancias son distintas de las Iluestras.

31. (5) La mujer enferma de hemorragias, que pens6 que sanariatocando en secreta el manto del Senor, puede quiza denominarse su-persticiosa con mas raz6n que los nativos de Malta. Y sin embargo hayque poner de relieve que incluso ella recibi6 animos del Senor, y prc-cisamente por el fundamento de su Fe. Por tanto, seg(m el juicio delSenor, la actitud religiosa de un alma, aunque no este Iihre de superstici6n,es posible que sea Fe;es mas, puede que sea fe de gran calidad. «Animo,hija, tu fe te ha salva do» (Mt 9: 22); «\'ete en paz y queda curada de tumal» (Mc 5: 34). He dicho que esta mujer demostr6 un talante massupersticioso que los nativos de Malta, por cuanto 10 que hizo eraincoherente con 10 que sabia. Su fe no se elev6 hasta el nivel de la luzque habia recibido. Sabia bastante del I3uen Pastor para poder dirigir sufe a el, como unica Fuente de todo bien, yen lugar de esto se entretuvoen las orillas 0 detalles accesorios de sus perfecciones divinas. En efecto,consider6 que la orla de su vestido era un principio originario de podermilagroso, y por esto se coloc6 casi en la posicion de los que convier-ten en idolo una cosa creada. Pero incluso esto parece que provenia deuna enorme humiIdad de alma: al iguaI que los servidores del jefe de lasinagoga que lIegaron en aqueI momento, es probable que ella noquisiera «molestar al Maestro» (Mc 5: 35) con su oraci6n directa; 0 comolos ap6stoIes, que en una ocasi6n posterior reprendieron a los que Ietraran nifios para que les impusiera Ias manos, ella no queria interrumpirle;o bien estaba convencida por entero de su propia indignidad, como eIcenturi6n, que rogaba a Cristo que no condescendiera a entrar en sucasa, sino que se limitara a pronunciar su palabra 0 mandar a otrapersona. Ella pens6 que un cachorrillo, como ella, podia acercarse paracomer las migajas que caian de la mesa del Senor COtllO por casualidad ysin que elloordenara expresamente, 0 sea, mediante la acci6n perpetuay la exuberancia espontanea de aquellas majestuosas !eyes generales porlas que obraba milagros48. En todo esto -en su fe y en su humildad, su fe

48 Recordemos 10 que expone en el primero de ~us Two Essays 011 AJiracles:«Puesto que un milagro es un acto que sale fuera de las vias que conocemos delproceder divino en cuanto al sistema fisico, es casi indispensable moslrar su c()~herencia con los cesignios de Dios desde alglin otro punta de vista; al menos, si ha

Page 149: Cardenal Newman: Quince sermones

tenida de superstici6n, y su humildad servil-, Ia veriamos\sernejarse aaqudlos devotos dentro de la Iglesia cristiana, en diversas epoeas ypaises, que han desvirtuado su veneraci6n sencilla del Invisible, por elhecho de entretenerse indebidamente en los simbolos externos, queconsideran que Dios ha bendecido de una manera especial'9

(En la bistoria bfblica: pasible credlllidad par desabedienciaa la mision recibidaJ

33. Yaqui vemos por que no es fe, sino eredulidad y superstiei6n,dar oidos a relatos ociosos de apariciones, eneantamientos, agUeros, yeosas- pareeidas, que puede que sean generalmente aeeptados indusoen un pais cristiano. Son aetos supersticiosos, porque nosotros ya tenemosla revelaci6n. Los milagros que creemos nos disponen en contra decreer la noticia de otros milagros que son ajenos al sistema revelado.Hemos eneontrado 'II Mesias, no buseamos a otl"O.Y reehazamos muehomas la pretendida revelaci6n de hoy dia, si 1'1 doctrina que proponeeontradiee 0 invalida la doetrina de las revelaciones que nos han llegadodesde el principio. Por eso la Escritura nos advierte expresamente que«aunque un angel del cielo nos predicara otro Evangelio, distinto delque hemos recibido, hay que considerarlo anatema» (Ga 1: 8 s.).

32. (6) Un ejemplo mas: el profera de ]uda a quien un proferamentiroso llev6 el reeado de que volviera atras con el, dieiendo que eraun mandato en nombre del Senor50. Si el profeta de ]uda no hubieserenido las cualidacles especiales de su misi6n clivina, si hubiese sabidocon certeza que el otro era profeta -incluso si simplemente hubieseconsiderado que el orro se presentaba como ral, y que entonces habiaproferas en el reino del Norte-, no hubiese cometido un error muygrande, ni caido en superstici6n muy grave, al ceder a 10que el solici-raba. Pero, en realiclad, el caracter del acto cambiaba racliealmente, te-nienclo en cuenCaJa comisi6n que habia recibido y las nOlmas expresasque Dios Ie habia ciado sobre c6mo eomportarse en tierra de ap6statas.5i volvi6 atras con el que Ie enganaba, s610 para comer y reparar susfuerzas, como pareeeria que fue en su caso, es natural que ni la fe ni lasupersrici6n ruvieran nada que ver con su conducta; esta eonsisri6 sim-plemenre en ceder a la tentaci6n. En cambio, si el supuso que con elloestaba haciendo rneritos ante Dios, enronees manifest6 credulidad, perono Fe.

34. Este fue el pecado de los judaizanres: habiendo recibido el Espi-ritu, volvieron arras para buscar la perfeeci6n en los ritos de la Ley en-ronees abolidos. De modo semejante Moises habia advertido a los israe-liras: «Sise alzase en medio de ri un profeta 0 un sonador, si te proponeuna senal 0 un prodigio, y estos se cumplen, pero luego re dice: "Vamoshacia otros dioses que t(1no eonoces y demosles culto", no des oidos alas palabras de tal profeta ni a los suenos de tal sonador. Quiere el Se-nor vuesrro Dios probaros para ver si realmenre amais al Senor vuestroDios con todo vuestro coraz6n y con toda vuestra alma» (Dt 13: 2-4).Por esto fue un punto de especial importancia para san Pablo demostrarque el Evangelio no era la anulaci6n de la Ley, sino su cumplimiento,edificado sobre ella y prometido por ella; y que, incluso con el rechazode los judios y la vocaci6n de Ios gentiles, se mantenian la antiguaIglesia y los antiguos mandamientos.de ser reconocido como obra de su miSIllO poder. Ahora bien, soslengo que eSla

razunable exigencia se sarisface plenameme en las Escriluras judias y crislianas, enlas cuales hallamos narraciones de milagros que corresponden, por sus caracleris-licas y circunslancias, a las ideas generales que el curso ordinario de la divinaprovidencia nos permile formar en cuanlO a los alribulos y aCluar de Dios. AUloresque insisten mucho en sus consideraciones sobre las leyes de la naluraleza, olvidancorn pIela mente ]a exislencia de un sistema moral. Un siSlema cuyas indicacionesson generales, por cuanw actlla sobre seres libres, y que solo conocemos parcial-menle, pem que es Ian inreligible como el mundo malerial en sus leyes y pres-cripciones ...» (p. 16).

;9 Se nola, a pesar de welo el respelo comprensivo, la dificullad seria querepresenlJn aLm para el citrus devociones del calolicismo popular lalino. En elj>"j/ogo (alolico ala edicion uniforme de]a Via Media I, publicado en 1877, eSlueliaa fondo esrc lema <lesde un punto de visra plenamente cal6lico.

50 ll'ly que ker la escena enlera en I IIII) l<eyes, cap. 13.

35. Asi, incluso en el caso de los paganos, el ap6stol esta preoeupadopar triburar el respero debido alas verclades que ellos ya admirian, y por!110Srrarque el Evangelio era, mas bien que la abrogaci6n, la purificaei6n,explicaci6n, desarrollo y perfeccionamiento de las verda des esparcidas .en el paganismo. Dice: «AI que adorais sin conocerlo, os 10 anuncio»(Hch 17: 23). En otras palabras, su metodo no eonsistia en presenrar la fe,hacia la eual exhortaba a sus oyentes, como una aeritud de espiritu toral-mente extrana a los conocimientos, convicciones y caracter moral que ya

Page 150: Cardenal Newman: Quince sermones

tenian. Los hizo avanzar, no desarraigandolos sino, en la medida de 10posible, a traves de su propio sistema; mediante motivaciones de caracterpositivo, capaces de atraer por su verdad y belleza innatas, y que excluianpor su misma presencia todo 10 que en el paganismo era incompatiblecon ellas. Loque ya eran, iba a guiarJos hacia adelante, como por un azar,hasta 10que aun no eran. 1,0que sabian iba a guiarlos hacia adeJante, abase de presuposiciones, hasta 10que aun no sabian51. Ni del judio ni delgentil exigi6 fe en su mensaje basandose en el estricto motivo antecendentede que Dios estaba en todas partes y, par tanto, podia estar en concretocon aquel que les hablaba; ni tampoco recurri6 meramente a sus poderesmilagrosos52; sino que miraba fijamente a las personas, para ver si tenian«fe para sanar» (Hch 14: 9); recurria a todo el conjunto de opiniones,afectos y deseos que constituian la personalidad moral de cada hombre53

Es 10que movia a sus oyentes a avanzar constantemente en una sola di-reccion, a diferencia de todos los barruntos y esfuerzos ocasionales porun lado u otro. Si aquella personalidad moral era 10 que debia ser,responderia a la doctrina del ap6stol, como las cuerdas de un instrumentovibran al unisono con otro; si aquella personalidad moral no era 10quedebia ser, 0 bien no aceptaria la doctrina del ap6stol, 0 bien no per-maneceria en ella. Les ensefiaba no s610 que habia un Dios omnipotentey que estaba en todas partes, sino que tenia determinados atributos mo-rales54; que era justo, veraz, santo y misericordioso; que tenia una re-presentaci6n en sus corazones; que ya habitaba en ellos como legisladory juez, mediante el sentido del bien y del mal y la concienda de pecado;y que elmensaje que elmismo ap6stol les predicaba llevaba a cumpli-miento 10que la naturaleza habia empezado asi en ellos, mediante sefialestan parecidas a la verdad, que obligaban a todos los que amaban aDiosen la religi6n natural a creer en Dios tal como 10revelaba eI Evangeli055.

(El don del Espiritu de amor otorga tada su categoria ysu Juerza practica al acto intelectual de la .ie)

36. Esta es, pues, la fe real, en todos los casos: una presuposkYl1I,pero no una simple conjetura ocasional; un movimiento extensivo''', peruno fruto de la pasi6n 0 la excitaci6n momentanea; un moverse haciaadelante en el c1aroscuro de la aurora, pero no sin orientaci6n ni hue-Ilas que seguir; el paso desde algo conocido a algo desconocido, perobajo la protecci6n de la ley del eleber, que habita en el estrecho senderode fa verelad, y de la luz del cielo que 10anima y guia; luz que, tanto sies debil y empafiada (en el pagano), como brillante y vigorosa (en elcristiano); tanto si es solo la concienda que lucha por despertarse, comosi es el «afecto del Espiritu»; tanto si asoma como una t1mida esperanza,como si tiene la plenitud del amor; en todo caso, en cualquier etapa dela historia de la salvaci6n, es el unico principio legitimo que nosvuelve aceptables ante Dios por los meritos de Cristo. La fe cae en lasuperstici6n, la eredulidad, la exageraci6n entusiasta, 0 el fanatismo, aldesprenderse en algun grado de este espiritu de sabiduria y enten-dimiento, de consejo y fortaleza espiritual, de vision profunda de lascosas, autemica piedad, y santo temor de DioS57. Asi responderia a lapregunta sobre c6mo la fe puede protegerse de los excesos, sin necesicladde emplear 10 que comunmente se llama raz6n, es decir, los procedi-mientos de investigaci6n, clistinci6n, analisis, argumentaci6n e inferencia.Ella misma es un acto intelectual, que adquiere su caracter por la con(ii-ci6n moral del sujet058. Se perfecciona, no mediante el cultivo inteJec-tual sino mediante la obecliencia. No cambia su naturaleza 0 su funci6n,al perfeccionarse as!. Sigue skndo 10 que es en si misma, un principioradical de acciCm;pero va mejorando en su calidad, porque el don delEspiritu 10enriquece. Es, como antes, una presuposici6n, pero la presu-posicion de un alma generosa, comprometida, sobria, ret1exiva, pura,afectuosa y devota. Act(la, porque es fe; pero la orientaci6n, firmeza,coherencia y precision de sus actos, la obtiene por el amor59.

51 Recordemos par analogia el caso del propio autar: «iNo es un deber, en vezde empezar por la critica, entregarnos generosamente a la forma de religi6n que laProvidencia nos ha puesto delante? ... ». «Un serio sentimiento esta creciendo en mi:las razones por que creo todo 10 que ensena nuestro sistema deben conducirme acreer mas, y no creer mas seria retroceder para caer en el escepticismo.» «De 10 queestoy seguro es que nada justifica que uno abandone nuestra Iglesia, fuera delllamamiento sencillo y directo del deber ... La pregunta es simplemente: iPuedO yo(es personal; hablo de mi. no de otro) salvarme en la Iglesia anglicana? i.Estoyseguro, si hubiera de morir esta noche? i.Es en mi pecado mortal no abrazar otracomuni6n?» (Apologia, segunda mitad del cap. IV, pp. 163 Y 180 s.).

52 Como sugiere un poco mas abajo, en este mismo apartado, estaba en bogauna apologetica de corte bast ante racionalista, que olvidaba la importancia delreconocimiento de los atributos morales de Dios.

53 Expresi6n original: «wbicb made up, in eacb man, bis moral seif)·54 Vease nota 52. Newman ha insistido de manera impresionante en los atribu-

tos morales de Dios, especialmente en el serm6n VI de este libro.55 En 10s sermones II y III analiz6 esta profunda coincidencia que ahora pone

de relieve.

56 «A reacbing/Olward»; vease la expresi6n aJ comienzo del ap. 5.57 Son los siete dones del Espiritu Santo, que acompanan a la gracia santificante

y alas virtu des teologales (fe, esperanza y caridad) y morales, segun la teologiacat6lica. Se hallan enumerados, como la plenitud de los dones del Mesias, en Is 11: 2.

5R Frase original: «It is itself an intellectual act, and it takes it, characterfrom tbemoml state (!f tbe agpnt').

59 No se olvide eI cOlllplcmento que Newman refiere a estc senn(m (veasepr6logo a ]a tercera edici6n, n(ml. 15); «Hubiese tenido tambien que in"istir en lautilidad de la raz6n -en el primero y segundo sentidos (inadecuados 0 reducidos)de la palabra- par~ contrarrestar la superstici()J1)}.

Page 151: Cardenal Newman: Quince sermones

37. Basten estas observaciones -par insuficientes que sean en ~,mismas- sobre la relaciones y las diferencias entre fe y superstici6nQuedan, sin embargo, pendientes otras importantes preguntas que reeclaman la atenci6n de toclos los que quieren aclquirir ideas claras sabreel irnportante y difkil tema que nos ocupa.

FE, TEOLOGIA Y APOLOGETICA

Dad gloria al Selior Liios ell vlIes!os coraZOlles,y es!ad siempre displiestos a dar mz6/l devues!ra esperanza a :odo el que os pida expli-cociones, can dulzura)' re"pe!o.

1. La fe de san Pedro fue uno de sus dones caracteristicos. Era ar-diente, intensa, vigilante y decidida. Siempre que ala la voz de su Senor

1 Titulo original: Implicit and Explicit Reasun.- rIa pasado mas de un ano desdeel serm6n universitario inmediatamente anterior. En este periodo suli'i6 el impactode las primeras dudas serias sobre d6nde estaba ahora la continuidad hist6rica de laIglesia cat6lica primitiva y sobre la legitimidad de la posici6n anglicana, carente decomuni6n eclesiastica con ella; dudas que pudo apaciguar durante casi dos anos, yque -incluso despues de 1841- coexistieron con su rechazo de los abusos «politicos»y de las «corrupciones supersticiosas» que creia ver en el catolicismo romano (veaseel cap. 1II de la Apulogia).- Estos sermones, sin embargo, no salen del tema fe-raZ(JI1que se ha propuesto, que es anterior alas confesiones 0 comuniones cristianasconcretas, y pocas veces pueden captarse en ellos alusiones ocasionales al«romanismo» que muchos ya Ie achacaban (especialmente desde 1841). EI presenteserm6n Xlii, como todos despues del IX, no se 10 encargaron las autoridadesacademicas, sino que pertenecia a tumos de colegio, en este caso del colegio Oriel,donde correspondi6 en aquel momento a su amigo Church designar al ora dOL Lafiesta de San Pedro Ie da pie para referirse a un doble aspeclO de la fe del ap6stol(apartados 1-5 y 40), el espontaneo y eI reflexivo, en cuyo analisis sigue avanzando,tal como ya habia anunciado al final de sermones anteriores. En su carta a Dalgaimspara preparar la traducci6n francesa, afirma que no tiene que hacer ninguna adver-tencia sobre este serm6n: «I have no remark to make on it» (Letters and Diaries XII,p. 32). Y las tres breves notas que ai\ade en 1871 no lienen que vel' con la precisi6nde su doctrina. Nedoncelle subraya la importancia del descubrimienlO del valor de10 ,<!mplicit(»): «L'opposilion de la pensee implicite et de la pensee explicite nousest devenue familiere. Mais I'introduction de ces termes sous cetle forme dans lalangue philosophique, et speciale mente en logique, est assez recente». El ilustre

Page 152: Cardenal Newman: Quince sermones

y Salvador, prescindia de argumentos, calculos, deliberaciones y demo-ras; y oia aquella voz incluso cuando sonaba en voz baja, 0 cuando

carecia de la ayuda del testimonio de los demas sentidos. Almanifestar-se Cristo caminando sobre el mar y al decir «Soy yo», Pedro Ie responde:«Sei'ior, si eres t(l, manda que yo vaya hacia ti sobre las aguas» (Mt 14:28). Cuando Cristo pregunt6 a sus discipulos quien era el, «Sim6n Pe-dro respondi6: Tv eres el Mesias, el Hijo de Dios vivo» (tal como 10 leemosen el evangelio de hoy, Mt 16: 16), y obtuvo la bendici6n del Sefior poruna fe tan clara y bien dispuesta. En otra ocasi6n, cuando Cristo pre-gunt6 a los Doce si Ie abandonarian como 10 habian hecho otros, sanPedro dijo: «Senor, ia quien iriamos? Tv tienes palabras de vida etema.Nosotros creemos y sabemos que tv eres el Santo de Dios» (Tn6: 68 s.).Y despues de la resurrecci6n, cuando oy6 de san Juan que era Cristoquien les aguardaba de pie en la orilla, salt6 de la barca donde pescabay se ech6 al mar, por su deseo imparable de acercarse a eI (Tn 21: 7).Podrian mencionarse otros ejemplos. Si alguna vez la fe lleg6 a olvidarsede si misma para volcarse a su sublime Objeto', este fue el casu dePedro. Si en alguien la fe aparece en contraste con 10 que comunmentese entiende 1'01' raz6n, y con las garantias demostrativas, este es eI casade Pedro. Cuando el razonaba, era en las ocasiones en que Ie fa!taba fe.«AI verla violencia del viento, se asust6.,,», y ]es(ls tuvo que lIamarle:«jHombre de poca fe!» (Mt 14: 30 s.). En otra ocasi6n, cuando ]es(lspregunt6: «iQuien ha tocado mi ropa?», Pedro y los demas razonaron:«Ves que la gente te esta estrujando y preguntas il1uien me ha tocado?»(Mc 5: 30 s.). Asimismo, cuando Cristo dijo que debe ria seguirle un diaen el camino del sufrimiento, «Pedro insisti6: Senor, ;por qlle no puedoseguirte ahora?» (Tn ]3: 37) ". y sabemos c6mo su fe cedi6 poco despucs.

comentarista frances remite desde este serm6n a un p:hrafo de su Introduction a losSennons Universita ires (p. 23): «La originalidad de Newman ha consistido en oponerimplicito a e>..plfcito,no ya como obscuro a claro, sino como personal a impersonal.Un conocimiento implicito, imperfecto desde el punto de vista del desarrollo de lasideas, puede ser mas rico y mas indispensable para la salud del espidtu 0 para elequilibrio del juicio que un sistema de nociones acabado pero esteri!' 0, para tomarel mismo asunto desde otro angulo: ninguna realidad se entrega al espiritu humanode manera total en un instante. Se requiere tiempo, hace falta una his tori a para co-nocer los seres y para que nuestras ideas se hagan cargo de elIos, 0 para sa car lasconsecuencias de estas ideas. EI pensamiento implicito esta l11uy vinculado a laperspectiva hist6rica de una persona: es en virtud de sus experiencias pasadas y decircunstancias que a l11enudo percibe 1'1 solo, que un individuo concreto puede al-cam:ar 10 verdadero. En nOl11bre de! pensal11iento no podemos olvidarnos de quienpiensa. Cierto existencialismo contemporaneo esta ya contenido en la ideanewmaniana de que las pruebas metafisicas 0 teol6gicas lienen un contexto psico-16gico y que hay que tomar en serio la soledad del yo frente a su Creador».- En lasegunda parte de su articulo en «Gregorianum» 08 (1937), p. 243), el P. Tristamaduce un texto de Newman, redactado en 1847, en relaci6n directa con este puntodellibro, que habla de «unconscious reasoning», razonamiento inconsciente (comoen e! ap. 9 de! presente serm6n). En El asentimiento religioso (p. 272) dice: «muchasde nuestras certezas mas obstinadas y mas razonables dependen de pruebas que noson formales, sino personales, que trascienden nuestra facultad de analisis y nopueden someterse a una regia 16gica»; y se refiere a la raz6n implicita cuando hablade «inferencia natural», y en buena parte de 10 que dice sobre «inferencia infor-mal».- Tipicamenle en Newman, la valoraci6n de 10 implicito no significa en abso-luto menosprecio de 10 explicito, en este caso la funciones de la teologia -Ia raz6nteoI6gica-, que empieza a presentar en este sermon de forma que corresponden casialas actuales teologia fundamental, teologia biblica y teologia sistematica. Los lectoresque sufrieron pensando que Newman, en alguno de los sennones anteriores, rebaja-ba el pape! de la raz6n (explicita) -0, incluso, que tendia al «fideismo»-, ahorapueden sentirse a sus anchas.- Dentro del esquema de la obra que sugiere en susnotas a la introducci6n que redact6 en latin en 1847, este serm6n corresponde, juntocon eI V, a la subsecci6n «Praeambula fidei in individuis non cadunt sub scientiam»(primera parte de «De logica methodo fidei»); y corresponde tambien, con el XIV yel XV, a la secci6n «De fidei conclusionibus», pues trata ya de la dificultad que ofre-ce ellenguaje de la fe a una raz6n vulgar que no suele darse cuenta ni siquiera de larelatividad del conocimiento sensible: «Ya que la teologia percibe su insuficiencia,pero nuestros sentidos no entienden la suya, se ha aceptado quasi iure optimo en ellenguaje cotidiano, que los sentidos son la (mica fuente del raciocinio, y que la fecontradice a la raz6n, porque alguna vez contradice a los sentidos». «Se considerairracionallo que significa innovaciones y mutaciones en e! orden acostumbrado. Poreso juzgan que los objetos de la fe, en cuanto superan a los sentidos y alas realida-des humanas, son contrarios a la razom) (<<Gregorianunm 18 (937),pp. 260 y 258).Vease e! ap. 38, como sumario de! serm6n. ,

2 La mayoria de las versiones empiezan con la variante mas segura: «Dad gloriaa Cristo, el Senof».- Observese que 10 que sigue de! pasaje es la afirmaci6n tipica dela «razonabilidad de la Fe»~;y que se ha usado para encabezar diversas obras deteologia fundamental. 0 de apolog€otica.

2. Fe y raz6n, pues, se manti enen en un fuerte contraste a 10 largo dela historia de Pedro; y, sin embargo, es Pedro -no el pescador de Galilea,sino el ap6stol inspirado- quien en el texto biblico del principio nos daun precepto que implica, para cumplirlo debidamente, un cuidadosoejercicio de nuestra raz6n, ejercicioque debe efect:uarsetanto sobre nuestra·fe -entendida por acto 0 habito mental- como sabre el contenido dela misma4. Dice que no debemos limitamos a «glorificar al Senor en

3 Recuerda, contra ciena tendencia protestante, que la fe no crece dando vueltassobre si misma (<<iCuales son mis sentimientos? iCOnfiO de verdad en Cristo?», etc.),sino que debe centrarse en la revelaci6n de Dios; y por eso, la prcdicaci6n no debeconsistir en excitar los sentimientos, sino en presentar Ios contenidos de la revela-ci6n. Es nolabiiisirno en este sentido el (iltimo capitulo dcllibro sobre la]usl!(icaci6n:«On preaching the Gospel».

1 Texto original: ((An exercice holh upon Faith, consic:!predas el/1 aci or hahit 0/mind, and ll/Jonlhe Object 0/ if».

Page 153: Cardenal Newman: Quince sermones

(lltil1lo equivale a descartar la ciencia de la teologia del servicio a lareligi6n. 1.0pril1lero, a Sl\ vez, equivale a sostener que todo nillo, ro([ocampesino, debe explicarse en terl1linos teol6gicos. La fe no puedeexistir sin fundamentos7 ni sin un contenido, peru de esto no se sigueque to(10slos que tienen fe deban ser conscientes, y capaces de formular,10que creen y pOI'que. Y viceversa, por el hecho de que esta fe no seidentifica exactamente con sus fundamenros y su contenid08, no se puedesacar la consecuencia de que deja de ser fe autentica, al hacerse cons-ciente de e1los. A ll1edida que la mente retlexiona sobre si l1lisma, seracapaz de «dar explicaciones» sobre 10que cree y espera; en el grado enque no ha retlexionado asi, no 10sera. Buscar este conocill1iento retlexivono puede ser malo, pues la retlexi6n es una facultad natural de nuestrasalmas, pero no puede ser necesario, porque la retlexi6n no es unafacultad que aparezca en los comienzos9 La Escritura pone ejemplos defe en ambos estados: acompanada, 0 no acompanada, de un ejercicioconsciente de la raz6n. Nicodemo investigaba, cuando decia: «Nadiepuede realizar los signos portenrosos que t(1haces, si Dios no esta conel» (Tn3: 2). La creencia del escriba era dogmatica, cuando decia: «Dioses (mico y no hay otro fuera de el; y amarlo con todo el coraz6n ... valemas que todos los holocaustos y sacrificios» (Mc 12: 32 5.). En senti docontrario, cuando el cojo de Listra crey6 con ocasi6n de la predica desan Pablo (Hch 14: 9), 0 el paralitico de la puerta Hermosa crey6 en elNombre de ]esucristo (Hch 3: 2 ss.), su fe era independiente, no decontenidos y de fundamentos -porque esto es imposible-, sino de con-tenidos y fundamentos perceptibles, conscientes y aptos para mostrar-105p(lblicamente; creian, pem no podian decir que 0 pOI' que. La feautentica admite, pues, pero no requiere el ejercicio de 10que se entiendecom(mmente por raz6n.

nuestros cora zones» (I P 3: 15), que no s610 hemos de preparar un san-tuario en nuestro interior donde Cristo nuestro Salvador pueda habitar,y donde podamos dade culto; sino que hemos de entender de tal mane-ra 10 que hacemos, d01l1inar de tal manera nuestros pensamientos ysentilllientos, reconocer de tal manera 10que creemos, y por que cree-mos, reconstruir nuestras ideas e i1l1presiones,y conternplar de tal modosus consecllencias; que poda1l10sestar «siempre dispuestos a dar raz6nde nuestra esperanza a todo el que nos pida explicaciones». Pienso queen estas palabras tenemos una autorizaci6n clara 0, mas bien, un mandatoque nos obliga a moldear nuestra religi6n en forma de credos y a pre-sentada con gara11liasracionales.

3. Asi pues, aunque la fe es la caracteristica del Evangeli05, y la fe esla sencilla e1evaci6n del alma hasta el Dios invisible, sin razonamientosconscientes ni argumentos propiall1ente dichos, la mente puede ocuparseen la retlexi6n sobre su propia fe, y esto no es s610 algo permitido, sinoque llega a formar parte de la autentica religi6n. Podemos esforzarnosen investigar los fundarnentos y el contenido de la fe, en sacarla a la luzen palabras, sea para defenderla, recomendarla 0 enseiiarla a 105demas.Y elmismo san Pedro, a pesar de su ardor y entusiasmo, nos da con suejemplo algunas indicaciones respecto a esta operaci6n mental. Cuan-do dijo: «'I'lleres el Mesias, el Hijo de Dios vivo», en cierta medida verti6su fe en el molde de un dogma. Y cuando dijo: «iA quien iriamos? Tutienes las palabras de vida eterna», dio «explicaciones de la esperanzaque tenia», 0 fundament6 su fe en garantias racionales.

4. Nada seria mas te6rico e irreal que suponer que la autentica fe nopuede existir sino moldeada en un credo y basada en unas garantiasdemostrativas. Nacla, sin embargo, indicaria una fi!osofia mas superficialque la afinnaci6n de que hay que procurar desprenderla cuidadosa-mente de las formulaciones dogmMicas6 y argumentativas. Afirmar esto

asociaciones menlales Cinquisicion, lortura, etc.)-, y aparte de que lenia OIro senti-do en la antigi.iedad, aqui hemos de entenderlo en el senlido que Ie da Newman,que es sencillamenle la afirmacion de una rea/idad, 0 el realismo del objelo de lafe crisliana. «La religion como mero sentimienlo -es decir, sin «dogmas», sin rea-lidad- me ha parecido siempre un sueiio y una burla. Seria como haber amor filialsin la realidad de un padre, 0 clevocion sin la realidad de un Ser Supremo» (Apologia,cap. II, p. 42).

7 "Faith cannot exist withollt grollnd,),. Fragmento citado al pie de su tesis 6,traducida mas arriba.

8 FragmenlO que cita explicilamenle en su Prologo de 1871.- «La fe» objetiva,aquello que se cree, no se identifica con la fe subjeliva (aclo 0 h::ibilO) con que secree; peru son inseparables.

9 El texto dice «initialjaclIltp>. Como sue Ie suceder, el seI1liclo se adara con 10que sigue en el mismo sermon.

5 La fe caracreriza especial mente nueslra elapa salvifica, la del Evangelio. Veasesermon X, ap. 1, con la nOla 4.

b El credo catolico y los dogmas son formulaciones verbales de 10 que Dios harealizado para nllestra salvacion, 0 precisiones que ha tenido que hacer la Iglesiasobre el sentido de aquellas palabras (vease el sermon XV, sobre el desarrollohistorico de la doctrinal. Aunque el lermino «dogma» suena rnalisimamente en losoidos moclernos -como si fuera una imposicion arbitraria y fanatica, con las peores

Page 154: Cardenal Newman: Quince sermones

(Proseguir este telfza no deja de ser apropiado a la jestividad del dia)

5. Espero que no se tome en absoluto par falta de reverencia a ungran ap6stol que reina con Cristo en el cieJo, si, en vez de tratar algunade las numerosas lecciones que nos ofrece la historia de su vida a de lospuntas de doctrina que nos sugiere para nuestro provecho espiritual.dedico este serm6n de su fiesta a continuar un tema, s610 indirectamenterelacionado can ella, del cual ya he tratado algunos aspectos en lasoportunidades para hablar desde aqui que he tenido de vez en cuando.Esta continuaci6n del tema es aprobada en cierta manera por el caracterde las primeras lecturas para dias festivos, que en su mayor parte, envez de ser propias del dia concreto para el que se indican, siguen masbien un ciclo continuo I' estan relacionadas can las primeras lecturas delas fiestas precedenteslO. Y quiero afiadir que, si hay una cuesti6n im-portante en nuestros tiempos, de la cual puede excusarse el debate in-troducido fuera de su hora, una cuesti6n que viene natural mente a nuestropensamiento el dia en que conmemoramos a los ap6stoles fundadoresde la Iglesia, es la relaci6n entre fe I' raz6n en eI regimen salvifico delEvangelio; junto can los medias I' fundamentos que tenemos para nuestrafe religiosa, I' los contenidos que estamos obligados a creer.

nuestros pensamientos, sentimientos I' razonamientos; no s610 averi-guarlos sino tambien describirlos. Los nil10s, en sus primerisimas eta-pas, no se hacen cargo de su constitud6n fisica, en el sentido que ni si-quiera saben el numero de SliS miembrosl2; pero, a medida que se abreI' se cultiva su mente, dirigen su atenci6n hacia e! cuerpo I' hacia e!alma; contemplan todo 10que son I' todo 10que hacen; su existencia yano se reduce a impulsos, instintos, conciencia, imaginaci6n, habitos yraz6n, sino que son capaces de reflexionar sabre su mente, como sifuera un objeto externo; razonan sabre sus razonamientos. Este es elpunto que ahora vol' a tratar con delta extensi6n.

7. Laraz6n, segun la idea mas sencilla que podemos clar, es la facul-tad de obtener conocimientos sin percibirlos clirectamente, 0 de averi-guar una cosa per media de otra. De este modo, a pattir de un comien-zo modesto, puede crear para si misma un mundo de ideas, que co-rresponden a no alas cosas que representan, a que son verdaderas 0

falsas, segun la raz6n las haya tratado correctamente 0 no. Un solohecho puede bastar para tad a una teoria; un solo principio puede crear

12 Newman ha observado atentamente el desarrollo de la raz6n en 10s ninos. EnEl asentimiento religioso tiene importancia capital su descripci6n de la concienciareligiosa infanti!' He aqui un fragmento: «i,C6mo explicaremos en el caso de losninos v de 10s animales esta aprehensi6n de cosas que son individuas y concretas,en me~lio de un mundo de pluralidad r de cambios? Basta que no hayamos expli-cado el conocimiento que un nil'io tiene de su madre 0 de su nii'iera, i,que rn6ntenemos para rechazar la doctrina, por extraiia y dificH que sea, de que en eldictamen de la conciencia, sin experiencia previa y sin razonamiento anal6gico,puede el nino percibir gradualmente la vo7., 0 el eco de la voz de un duenoviviente,personal y soherano? Por supuesto que no podemos detenninar una lecha tantemprana en la que el nino no haya aprendido absolutamente nada ni haya fonnacloasociaciones mentales a partir de las palabras y la conducta de los que Ie roclean.Pero si un nino de cinco 0 seis allos, cuando la raz6n ya esti plenal1lente despierta,ha clol1linaclo r se ha apropiado como consecuencia de 10 que Ie han enselladociertas ideas y creencias de manera que puecle l1lanejarlas y aplicarlas segtll1 pide ]aocasi6n como principios de acci6n intelectual, tates creencias debell serpaI' to me-nos mu)! afille.~a su mente, si no connaturales Call sus ados iniciales. Y rnientras nose me pruebe 10 contra rio, yo doy por cierto que lal aprehensi(m esp()llt~nea deverdades religiosas es comtm entre [os nit'ios» (p. 122; vease toda la secciC>n 1 delcap. V).

13 Nota de M. Nedoncelle: «La descripci6n psicol6gica del trabajo intdeetuaJcontenida en este apartado es just;unente celebre. EI autor habla de sf mismo, sinrecunir a otras fuentes. Es as! caela vez que es excelente. Parece que Bergson nodesconocia esta pigina cuanclo escribi6 su ensayo sobre el sc:!JcmadYllamiqll0>.

6. En la epistola de hay tenemos un relata de cuando san Pedro,despertado por el angel, Ie obedeci6 sin ninguna reserva 11, aunque enaque! momento no entendia de que se trataba. Se abroch6 e1cintur6n,se puso las sanda lias, se ech6 el manto I' «sali6 tras el»; aunque «no sedaba cuenta de que era verdad 10que el angel hacia, pensaba mas bienque estaba viendo una visi6n» (Hch 12: 9). Despues, cuando volvi6 ensi, dijo: «Ahora se de verdacl que el Sefiar ha enviado a Stl angel I' meha Iibrado» (Hch 12: 11). Primero actu6 espontaneamente, luego medit6sabre sus aetas. Esto puede tomarse como una ilustraci6n de la diferenciaentre las facultades y aperaciones mentales mas sencillas, y eI procesode analizarlas y describirlas que tiene lugar en la reflexi6n. No s610sentimos, pensamos y razonamos, sino que sabemos que selltimos, etc.;I' no s610 10 sabemos, sino que podemos inspeccionar y averiguar

10 En el Book Qf Common Prayer, la primera ele las dos lecturas biblicas para faoraci6n liturgica en las fiestas cle la Virgen y de Ins santos, ademis de algun otrodid festivo.

l! Expresi6n original: «implicitl)!», absofutamente, ciegamente.

Page 155: Cardenal Newman: Quince sermones

y sostener Ull sistema; Ull sinroma dificil de percihir es ()a pista clavep:lr;l un gran descubrimienlo. La mente t1uctLWde aca para alia, seextiende y avanza con una rapidez que es proverbial, y con una sutilezay versatiliuad que desconciertan a quien la investiga. Va pasando de unpunto a otro, y llega a eada uno de ellos mediante eierto indicio, 0

basandose en eierta probabilidad, 0 valiendose de una asoeiaci6n deideas, 0 eehando mano de una ley ya eonocida, 0 aferrandose al testi-monio recibido, 0 eonfiandose a una impresi6n entonees en boga, 0 aalgLlIlinstinto rec6ndito 0 a un obscuro recuerclo. Y asi va avanzandocomo el escalador de un precipicio muy esearpado, que asciende conrapida mirada, mana agil y pie finne, sin que elmismo sepa e6mo, maspor su practica y sus dotes personales que por ninguna norma, sin dejarhuella e incapaz de explidrselo a otro. No es exagerado decir que lospuntos de apoyo y el conjunto de movimientos y preeaudones mediantelos euales los grandes genios escalan las montanas de la verdad son taninseguros y precarios para el comLlOde los hombres como la subidalitera! de un diestro montanista por un despefiadera. Camino que s610ellos pueden emprencler, y cuya demostraci6n radiea en el exito queconsiguen. Esta es la manera principal de razonar que tienen en eomlintodos los seres humanos, dotados 0 no dotados: no 10hacen medianteuna norma, sino por una facultad interna.

que int1uyen en SliS razunamientos. Los metodos SOil: la probabilidadantecedenle, la analogia, los casos semejantes, el testimonio, y Ius indi-cios circunstancialesl5 Las aetitudes animicas son: el prejuido, la deft:-rencia hacia la autoridad, el espiritu partidista, el apego a determinadosprincipios, etc. Asimismo dividimos las garamias racionales de la religionen externas e internas, a p,iori y a posteri01i, de la religion natural y dela revelada, ete. ete. Tambien hablamos de demostrar doctrinas: por lanaturaleza de 10 que se trata, 0 por la Eseritura, 0 por la historia; y deensenarlas de forma dogmatica, 0 polemiea, 0 exhortativa En 10 quesignifican estos terminos, y otros que podriamos recordar, vemos lasposibilidades del poder ret1exivode la mente humana, cuando eontemplay examina atentamente sus prapios aetos.

9. Hay, pues, en esto, dos praeesos distintos entre si: el original derazonar, y luego el de investigar nuestros razonamientos. Todos losseres humanos razonan, pues esto no es mas que obtener derta verdada partir de verda des anteriores, sin la intervenci6n de los senticlos, alambito de los euales estan limitados 10sbrutos. Pero no todos reflexionansobre sus razonamientos, y mueho menos de una manera eorrecta yexacta, que haga justieia al significado real de los mismosj sino s610 enun grado proporcionado a sus eapacidades y cualidades. En otras pala-bras, todos tienen alguna raz6n, pera no todos pueden darlal6 Cabe,pues, designar, estas dos actividades mentales con los term inos respee-tivos de razonar y argumentar, 0 bien raciocinio ineonsciente y eons-dente, 0 bien raz6n implicita y explicita. A esta Llltimacorresponden las

8. Razonar, pues, 0 el ejercicio de la raz6n, es una energia interiorviva y espontanea, no un arte. Pero nundo la mente reflexiona sobre sfmisma cmpieza a sentirse insatisfeeha con la ausencia de orden y meto-do en el ejerdcio, y entonces se pone a analizar 10sdiversos proeesosCJuetienen lugar durante el mismo, para relacionarlos unos con otras, ypara deseubrir los prindpios basicos con que se rigen, del mismo modoque podria estudiar e investigar la facultad de la memoria 0 de la ima-ginaci6n. La teoria mas audaz, mas sencilla y mas global que se hainventado para el analisis del proceso del raciocinio es la famosa cien-cia CJueclebemos a Arist6teles,14estructurada a base del principio quetodo acto de razonamiento se realiza ni mas ni menos que con tresterminos. Sin llegar a esta precision, tenemos muchas palabras generi-cas en nuestro vocabulario de uso corriente para designar determinadosmetodos de pensamiento, segllI1los (Tlales la mente razona (0 sea, pasade una verdad a otra), 0 para designar determinaclas aetitudes anfmicas

1, La ciencia 16gica en nueSlra epoca ha superado algunas de las imperfeccio-nes de !a ariSLOtelica y ha conseguido metodos mas exaclOS y rigurosos para anali-za!" IDS razonalnient()s.

15 En nuestros tiempos y en nuestra cultma, no parece que algunos de estosterminos sean de usa tan corriente para designar determinados metodos de pensar.Por ejemplo, no hablamos mucho de probabilidades antecedentes, pero btas influ-yen enormemente en nuestro razonar impllcito. En cuanto a 10s indicios 0 pruebascircunstanciales (<<circumstantial evidence»), tienen mucho que ver con 105 <<incli-cios juridicos» (<<legalevidence»), que pueden producir una certeza 0 perfecci6nde la prueba «como aquella con que solemos decidir las acciones mas importantesde nuestra vida», aunque no sea 10 mismo que haber visto directamente el delito.«5e trata de varios detalles que se van acumulando y de deducdones que se corres-ponden» (vease El asentimiento religioso, pp. 288-293, hacia el fin de la secci6n«La inferencia informah,)'

16 En £1 asentimiento religiuso pone numerosos ejemplos de razones reales queno pueden presentarse de forma argumentativa. Ya hemos sena!ado que uno de105 objetivos mas importantes de 10s Sermones Universitarim y de £1 asentimienturellgiosu consiste en reivindicar el valor de los razonamienlOs implicitos de !aspersonas sencillas.

Page 156: Cardenal Newman: Quince sermones

siguientes palabras: ciencia, metodo, desarrollo, analisis, critica, prue-ba, sistema, principios, normas, leyes, y otras semejantes.

10. Apenas haria faha la advertencia de que no deben confundirseentre si estas dos actividades mentales, si no fuera porque de hecho sehan confundido. La clariclad en la argumentaci6n no es indispensablepara razonar bien. La exactitud en la formulaci6n de doctrinas y princi-pios no es esencial para sentir y actuar conforme a ellos. La practica delanalisis no es necesaria para la integridad del proceso analizado: eIrazonamiento es completo en si, e indcpendiente; el analisis no es sinouna explicaci6n del mismo, que no vuelve correcta la conclusi6n, esdecir, no hace que la inferencia sea radona!' EI analisis no es causa deque un individuo concreto razone mejor; s610 Ie afiade un estadoconsciente, para bien 0 para mal, de que esta razonando. EI funciona-miento de la raz6n de una persona tiene tanto de misterio como elfuncionamiento de su memoria. Recuerda mejor 0 peor segun las ma-terias de que se trate, y razona tambien mejor 0 peor en cada una deellas. La raz6n de algunos puede ser genial en determinados temas, yno lIegar al nivel ordinario en otros. Cabe, pues, que eI don 0 talento derazonar sea distinto en diferentes temas, aunque el procedimiento derazonar es el mismo. Ahora bien, un buen discutidor 0 un orador clarono es sino alguien que destaca en cuanto a analizar 0 expresar estosprocedimientos de la raz6n; esta es su especialidad. Traza la vincula-ci6n entre los hechos, descubre los principios, los aplica, suple defi-ciencias, etc., hasta que ha reducido a un orden todo el conjunto. Perosu talento de razonar, 0 su modo de poseer el don de la raz6n, es po-sible que se limite a estas practicas, y quiza es tan poco experto enotras, como el matematico podria serlo para la experimentaci6n; quizaes tan poco capaz de crear en si mismo los razonamientos que analiza,como el critico Iiterario podria serlo para escribir poemasl7.

11. Siendo asi cosas distintas el razonamiento y la argumentaci6n,ique hay que pensar de afirmaciones como las que voy a citar? Lomenos que puede decirse de ellas es que estan redactadas de maneramuy inexacta, y que pueden lIevar, como ya ha ocurrido, a importanteserrores.

12. 1'illotsonl8, pOl' ejemplo, escribe: «Nada debe aceptarse pOl'doctrina divinamente revelada sin buenas garantfas de que 10 es; 0 sea,sin la argumentaci6n suficiente para sah'ifacera un hombre prudente ycircunspecto»19. Y tambien: «La fe... es un asentimiento de la mente aalgo en cuanto revelado por Dios. Ahora bien, todo asentimiento clebefundarse en unas garantfas; 0 sea, nadie puede creer algo si no tiene, 0

piensa tener, alguna raz6n para ello. Pues confiar en algo sin raz6n noes fe, sino convencimiento presuntuoso y obstinaci6n mental»20. Estasafirmaciones, 0 bien tienen un falso sentido, 0 son inaclecuadas alasconclusiones que algunos autores sacan de ellas.

13. De manera semejante Paley y otros21 arguyen que los milagrosno son improbables, si la revelaci6n tampoco es improbable, basandoseen que no es posible concebir ningun otro modo de cerciorarse de unarevelaci6n clivina;es clecir, sobreentienden la necesidad de una invest i-gaci6n y verificaci6n conscientes de sus credenciales, 0 la posesi6n defundamentos expresados en una argumentaci6n satisfactoria. Pero, enrealidad, consideraciones que parecen debiles e insuficientes en suforma explicita, es posible que nos lIeven, a justo titulo, mediante unproceso implicito, a Ia aceptaci6n del cristianismo;del mismo modo que

18 Nota del autor: [Por supue.<to que las frases de estos diversos autores sonverdaderas e importantes en su rllopio lugar y desdf' su punto de vistal.- Newmanponia al descubierto cI sentido tendente al racionalisll1o de eslas [rases amlJigllas,e indudablemenle se mantiene finne en sus convicciones: pero es plenanwnteconsciente de la relatividad del lenguaje, y Ie sabe mal haber denostado, quizainnecesariamente, a autares anglicanos de prestigio. Recuerdese su voluntad, queahara calificariamos de «ecumenica», de no poner obstaculos al bien espiritual quesignificaba la Iglesia anglicana para Illuchisimos ingleses (Apologia, nota extensa E,al final).- John Tillotson (1630-1694) fue arzobispo de Canterbury, y te61ogo bas-tante <<!atitudinario». Hume empieza su secci6n sobre los milagros (Investigaci6nsabre 1"1 entendimiento humano, cap. X) citando el argumento de Tillotson contrala Transubstanciaci6n eucaristica.

19 Nota del autar: <,Sem,. vol. II, p. 260».20 Nota del autor: «SemI. vol. IV, p. 42».21 Nota del aut or: «Prepar. COl1sid., p. 3. Vease tamhiell fanner, suhre los Mi-

lagros, p. 539)). - Lo que dice William Paley se ellcuentra en la consideraci6n pre-via a su tratado apologelico; vease el comentario que ya hi;:o Newman cn el ~;erm(JlIX, ap. 41.- Hugh farmer (1714-1787) fue te61ngo independicnle. Ell Stl A Di.ssm-tati(J1/on Miracles (1771) 50S tenia tambien que el origen divino de una cloctrina debcdemostrarse mediante el milagro.

Page 157: Cardenal Newman: Quince sermones

(,,:Quien se atreve a decir que garantias ban de acompaJ'zara 10 reuelaci6n divina?)

prllebas. Estos procedimientos mentales no son sino la forma explicitaque toma eI raciocinio en determinadas personas. llasta tal PUI1toestjla fe lejos de fundarse en demostraciones, que ha sllrgido, con muchamas verosimilitud, la opini6n contraria: que la fe no es ni siquieracompatible con esos procedimienros. Tal opini6n, es verdad, no pueclesostenerse, especial mente si tenemos en cuenta !a luz que la Escrituraarraja sobre eI tema, como se ve en eI texto biblico inicial; pero esposible que se apodere con facilidad de muchas personas sinceras ybien dispuestas. Al presenciar la peleas y las divisiones provocadas porla argumentaci6n y la controversia, la orguUosa seguridad fomentadapor el vigor de la capacidad racional, la negligencia de los conrenidosdoctrinales que a menudo acompana al estudio de las garantias, lafrialdad, formalismo y espiritu carnal y mundano que es compatible concierta adhesi6n exacta a los formularios dogmaticos; y, por otra parte, alrecordar que la Escritura presenra la religi6n como una vida divina,radicada en los afectos y manifestada en gracias esplriruales, no es ex-trano que sientan la tentaci6n de rescatar la fe de todos sus vinculos confacultades y habitos que pueden existir perfecta mente sin ella, y quedemasiado a menu do se extralimitan en el cal1<pode la misma fe, eincluso pretenden suplantarla25 Repito que esta manera de pensar esextremista, que no se mantendra en pie, y que es imposible actuar con-forme a eUa durante un tiempo prolongado; pues es tan parad6jicoprohibir la investigaci6n y la inferencia en el campo religioso, comohacerlas obligatorias. Sin embargo, tenemos muchos motivos para nodar por terminada la alusi6n que hemos hecho a eUa sin reconocer laparte de verdad que posee; por eso propongo ahma -antes de cons i-derar26 algllnas de !as funciones de nuestras facultades criticas y anali-ticas, en el ambito de la religi6n- dejar bien claros determinados incon-venientes y defectos que tienen; este empeno ocupara todo 10que nosqueda de tiempo para el presente serm6n.

un campesino puede quiza pronosticar eI tielllpo que hara manana porrazones que, en cuanto presentabJes pt"lblicamente, un 16gico exigenteno tend ria ninglll1 escrupulo en declarar inexactas y carentes de valor.Se pregunta Paley: «J)e que manera puede efecruarse una revelaci6ndivina, si no es mediante milagros?» -Lo que equivale, como se ve poreI contexto, a: ide que manera puede veriticarse, si no es por hechos mila-grosos?- «No somos capaces de concebir ninguna mas».

14. Otro autor escribe: «No hay sino dos maneras mediante lascuales Dios pueda revelar su voluntad a los hombres: 0 mediante elint1ujo inmediato sobre el alma de cacla una de los individuos de cadaepoca, 0 por !a elecci6n de determinadas personas como instrumen-tos suyos; C.) personas que EI reviste para este fin con unos poderescapaces de demostrar call las garant/as mas /innes de que se tratabareal mente de maestros enviaclos por Dios»22 En cambio, el obispoButler nos aclvierte23 que es imposible deciclir que garantias se nos pro-porcionaran a favor de una revelaci6n, suponienclo que esta tenga lu-gar. Y ciertamente cabe Ja posibilidad de que se nos haya otorgado sinabsoilitamente ningun aJarde sobrenatural externo; y que haya queda-do -como en cierra manera esta incluso ahora- a punto para que cadauno la acepte 0 la rechace segt"lIlsus sentimientos y actitudes sean 0 noconcorcles con ella; 0 sea, por el int1ujo de razones que, si bien persua-sivas en !a practica, son debiles cliando se sacan a la lliz a manera defundamenros argllmentativos para convencer a otros.

(En el otro extrema, hay qu iell dice que la Ie es incompatible can lasgarant/as raeionales) 24

15. La fe, pues, aunque sea en todos los casos un proceso razona-ble, no se funda necesariamente en investigaciones, argumentaciones ()

25 Ha presentado de manera condsa y profunda 10s motivos que favorecen unaactitud antiapologetica. Como en otras ocasiones, alguien podria achacarle queex pone demasiado brillantemente las posiciones contrarias. Vease Apotogia cap. ItI,.cuando se refiere a su articulo Home Thoughts Abroad: «Se vera que en la discu-sion que conti ene, como en otros escritos mios ('e cuando esraba en la Iglesiaanglicana, el argumento en favor de Roma esta afinnado con considerable perspi-cuidad y fuerza ... Amigos y enemigos estaban virtualmente de acuerdo en criticanne.Yo habia presentado a la mejor luz la causa que combalia. Eso era un delilo,procediera de imprudencia 0 de un designio de traicion. No procedia de' 10 uno nide 10 otro, sino de las razones siguientes: CJ por exponerla en su conjul1lo con lamaxima claridad; queria ser 10 mas juslO posib!e con mis adversarios, y para quenuestros propios amigos CJ comprendieran mas exactamente el esrado de la con-troversia». (p 90 l.

26 Nora del autor: !Veanse los senl10nes XIV y XV].

22 Nota del autor: «Douglas, Criterion, pp. 21.22».- John Douglas (172 1-18(1i l,obispo anglicano de Salisbury, ataco el argumento de Hume contra los milagros l'nuna carta a Adam Smith que fue publicada en 1752 bajo este titulo de Criteria II

23 <<Inlike manner, we are wholly ignorant what degree of new knowledge, ifwere [() be expected, God would give mankind by revelation, upon supposition ofhis affording one; or how far, or in what way, he would interpose miraculously toqualify them ...» (Ana/ogitl part II, chap. 3).

24 Este apartado nos presenta la tendencia «fideista», probablemente de cienosgrupos «evangelicos», dentro y fuera de la Iglesia anglicana.

Page 158: Cardenal Newman: Quince sermones

16. La investigaci6n y la demostraci6n pueden empfearse, primero,para cerciorarse del origen divino de la religi6n, natural y revelada;segundo, para interpretar la Escritura, y tercero, para resolver las cues-tiones de fe y moral. 0 sea, en apologetica, exegesis biblica y teologiadogm:itica27. En cada una de las tres secciones hay, ante todo, un actuarde la raz6n implicita, que en su nivel es comun a todos 1005seres humanos;pues todos se forman una determinada impresi6n, COiTecta0 no, a partirde 10 que se les presenta, a favor 0 contra el cristianismo, a favor 0

contra determinadas interpretaciones de la Escritura, a favor 0 contradeterminadas doctrinas. Elmismo hecho de reivindicar el titulo de religi6nrevelada, 0 sus documentos, 0 su doctrina, producen en la mente dequienes 1005contemplan aquella impresi6n; y el objetivo de la cienciaconsiste en analizarla, verificarla, y exponerla met6dicamente. Creemosciertas realidades, basandonos en determinados fundamentos, por me-dio de ciertas personas 0 elementos que nos informan; y el analisis deestas tres cosas, el que, el por que y el c6mo, parece constituir conbastante aproximaci6n el contenido de la ciencia teol6gica28.

17. (1) Por «apologetica» 0 garantias29 de la religi6n entiendo el ana-lisis sistematico de todos 1005fundamentos en que se bas a nuestracreencia de que el cristianismo es verdadero. Digo «todos», porque lapalabra garantias a menudo se usa en sentido restringido para designar056101005argumentos que surgen de la realidad objetiva que debe pro-barse. 0, por decido con mas precisi6n, para designar unos hechos ycircunstancias que presuponen, como condici6n de su existencia, el

27 Como se ve, Newman piensa en una teologia dogmatica 0 sistematica queinduye tambien la moral. Recuerdese que en un gran sistema teol6gico como laSumma de Santo Tomas, la moral (<<Dios como fin al cual tendemos») ocupa lasegunda. y mas extensa, de sus tres partes.

28 Si el lector ha de suponer que estas «tres cosas» corresponden de atgunamanera alas tres funciones de la teologia que ha indicado al principio del aparta-do, quiza hay que entender por el «que» la realidad a que se refieren Ios dogmas(biblicos 0 ecle.siasticos). y por el «c6mo» el estudio de las formulaciones )' practi-cas (biblicas 0 de la Tradici6n) con que han llegado hasta nosotros.

29 Palabra original: «Evidences», en mayuscula; tres lineas mas abajo: «Evidenc(J»,tambien en mayliscula.

punto que se i~ve~ti~a3()(hec!lOs y circunstancias que hay que tener porar~umentos mas debl1es 0 mas fueltes, segun aquel punto se aproximemas 0 menos a ser una condici6n necesariamente vinculada a 1005he-chos.) Se ve en el ejemplo de las manchas de sangre en el vestido de unhombre: son un indicio 0 pmeba31 de que ha cometido un asesinato 05610en la medida que una acci6n violenta esta vinculada necesariamente alar~alid~d de las manchas, 0 es la (mica explicad6n de que se han produ-Cldo. Estas son las garant!as 0 fundamentos que sacan a relucir Paley yotras autores; y aunque solo son una pord6n secundaria, se las cons ide-ra cor:ientemente como la totalidad de elIas, porque pueden mostrarse yestudlarse con mucha mayor facilidad que las consideraciones ante-~edentes, las presuposiciones y las analogias; sin embargo, son mas bienestas en realidad, por vagas y abstrusas que parezcan, 1005fundamentosa base de 1005cuales las personas religiosas aceptan el Evangelio; pero sobreeste tema ya se ha dicho algo en una ocasi6n anterior32.

(Las estudias biblicos campletas)

. 1~. (2~ Se incluyen dentro de la ciencia de la interpretaci6n todas lasmv.~stlga~l~nes sobre ,sus principios basicos: la cuesti6n de la interpre-taCIon mlstlca, la teona del doble sentid033, fa doctrina de 1005tipos 0

30 Son los argumentos a posteriori, tal como los entiende Newman. Los masfirmes sedan [os efectos, que presuponen su causa; pem Newman habla en generalde condiciones mas 0 menos necesarias. -

31 Palabra original: «an eVidenc(J»,en minuscula.32 Vease serm6n IV, ap. 13.20; serm6n X, ap. 42.44; serm6n Xli, ap. 10.- En el

apartado 29 volved al tema de la apologetica; en el recordad que los motivos ques: exponen en 10s tratados <<noson en general los motivos reales de las personassohdamente rehglosas»; yen el ap. 31 llegad a decir que los tratados apologeticos(los de la linea de Paley y similares) han hecho «111UYpoco» 0 «mas mal que biem>,al dar pie a la confusi6n de 10 secundario con 10 esencial.- Insiste en que lacredibilidad se basa mas bien en presuposiciones implicitas y disposiciones perso-nates, pem no olvida en absoluto la necesidad de testimonios (externos) tambii':npersonale~ de la ver~ad (el tema del serm6n V, que en su borrador de pr610go de1847 relaclOna espeCLalmente con el XIII, dentro de la subsecci6n «Praeambula fideiin individuis non cadunt sub scientiam»). Lo puntualiza en la subsecci6n «Fidespraesumptio est quaedam veritatis» de dicho borrador de pr()logo: «1. Dicendum estprobationem facere ut res sit evidens; praesumptionem potius ut sit credibilis. 2.Quam~i~ probatio evidentiam parere possit sine praesumptione, praesumptio necredlbllItatem qUldern potest parere ablata omni probatione. 3. Verumtamenpraesumptio". vim habere potest prorsus admirabilem in credibilitate facti efficienda(i.e. evidentiam habere sunllllam credibilitatis), quando ad facturn ilIud vel minimaprohatione dirigatur. 4 .... Personarum propria est praesul1ljJtio, et personales moressapit» (p. 255).

33 Vease nota sobre 10s sentidos de la Escritura.

Page 159: Cardenal Newman: Quince sermones

o por Ia Iglesia reunida en concilio, 0 por la catedra de san Pedroj", soncuestiones sobre lascuales cabe la posibilidad de que ius cristianos tenganditerencias, sin que estas afecten al principio seglll1 e1cu,d 10cbelo pOl'Dios es autentico, y 10gue EIno nos ha dado puede que sea autentico 0

que no )0 sea. Lo que E1no nos ha dado mediante 10smetodos que hainstituido, sean los que sean, puede ser venerable por su autoricbd. 0

autorizado porque 10sostienen personas buenas, 0 mas segura porque10 sostiene Ia mayoria, 0 necesario porque 10 hemos aceptado, 0

persuasivo por su probabilidad, 0 conveniente pOl'sus buenos efectos;pem -aparte de que todas las cosas buenas provienen eleDios-, despuesde todo y pOl'10que sabemos, es una formuIaci6n 0 expresi6n humana,yes susceptible de critica pOl·quees obra del hombre. Aestas inferenciasy proposiciones me limito en las observaciones que siguen.

figuras, el estudio de !as expresiones proteticas, el tono y. Ios objetivosde cada uno de los libros ele la Escritura. Tambien la fecha y ellugar enque fueron escritos, los autores y los destinatarios. La comparaci6n y elajuste de Ios hechos y doctrinas de un libro con los de otro. La formasde utilizar el Antiguo Testamento. Lo que tiene que ver la ley con loscristianos, la relaci6n de la ley con el Evangelioj4

. Y el cumplimientohist6rico de Ias profecias. Naturalmente, como cosa previa a estos estu-elios hay otros alll1mas necesarios, como el conoc:imiento de \as lenguasoriginales en que se escribi6 la Biblia.

19 (3) Dentro de la teologia dogmatica debe incluirse no s610 doc-trina, como la de la Santisima Trinidad, la teoria de la causalidad de lossacramenros, 0 el establecimiento de la norma de la fe35, sino tambiencuestiones de moral y de practica ec:Iesial.

21. Pues bien, el gran defecto practico del metoelo y de la f0ll1mlac:i6nde los temas religiosos -y de todos los temas morales- es que prometenmas de 10 que pueden realizar. En sus mejores condiciones, la cieneiateol6gica es muy imperfeeta e inexacta; y sin embargo el mismo nom-bre de cienda es una profesi6n de exactitud. Facilmente vienen a lamemoria atros clefectos mas conocidos, que tambien pueden presentarsecomo objeciones contra la teologia: lIeva a una exeesiva familiaridad conlas realidades sagradas, ya la irreverencia que de ello se sigue; fomentael formalismo en el Ienguaje 0 en la condueta; pone una especie de fi-losofia y literatura religiosa en el lugar que eorresponde al culto divinoy a la practica cristiana; debilita los recursos profundos que mueven a Iaacei6n, al hurgar en ellos; estimula la controversia y la porth competiti-va; en asuntos obligatorios pone normas positivas que requieren expIi-caei6n, en lugar del sentimiento instintivo que impera al alma; hace quela mente confunda la sistematizaci6n con !a verdad, y suponga que unahip6tesis es real porque es coherente37 Pem todas estas objeciones,

20. Ahora bien, en 10que vamos a advertir sobre las imperfeecionesy defectos que se dan en estos proceclimientos de la ciencia teol6gica,hay que tener el cuidado de exeeptuar wdos los ejemplos de los mismosque nos vienen de arriba y que, por tanto, tienen una autorizaci6n di-vina. La exisrencia de ebtos ejemplos de teologia inspiracla es la respues-ta mas clirecta y satisfactoria a cualquier duda que puedan tomar enconsideraci6n las personas religiosas sobre la legitimiclad de servirse de1'1 ciencia clentro del ambito de la fe. Somos libres para discutir la verda' Iy la utilidad de los analisis y precisiones que son ciertamente de origt·'lhumano, pero 10 que Dios ha realizado es perfecto, es cleeir, perfeCl')segllO su materia. Sea en el campo de las garantias apologeticas, de ItinteqJretaci6n de la Escritura, 0 de la cloctrina c!ogmatica, 10que El hahabbelo debe aceptarse, no eriticarse. Y al decir esto, yo no tengo queseiialar los limites 0 los canales de la comunicaei6n divina. Tanto si sepronllncia s610 por la Escritura, 0 por sugerencia privada 0 personal, 0por la epoca primitiva, 0 por la Tradici6n, 0 por el eonjunto de la Iglesia,

36 Todas estas instancias de comunicaci6n de la Palabra de Dios 0 de clarifica-cion hist6rica de su sentido, las ha estudiado cuidadosamente en su libro Via 1VIe-dia 0 FUlici6n profetica de la Iglesia. Observese la prioridad relativa de la concien-cia personal, de la Iglesia apost6lica pril11itiva, y del conjunto de la Iglesia actual(<<tbecollectiue Cburcb») sobre otras instancias que, al convertirse al catolicismoreconocera en su papel especifico. '

.37 Convendria repasar est a lista de peligros de la teo]ogia, para ver c6mo Sevenllca en concreto cada uno de ellos. En cuanto al (tltimo (confundir la hip6tesisy .la, slstematl~aClOn con la verda d), Newman ya se habia dado cuenta de que suhlpotesls teologICa a favor de la catolicidad del anglicanismo (su Via Media no te-nia suficiente base. Por otra parte, en la Via Media criticalla dura mente la excesivasistemalizaci6n de la teologia romana.

34 l'unto sobre el que tuvo que pronunciarse con firmeza, dadas las interpreta-ciones ambiguas 0 ineluso «antinomistas}). Vease sermon IX, notas 28 y 29.

55 Los ejemplos de (,doctrina» que propone corresponden a uno de los temasprinc·ipales de cada uno de sus grandes libros anglicanos: la Santisima Trinidad (en10s An1anos), la causalidad sacramental (en la }ustificaci6n) y la fijaci6n de la«norma de la fe» (en la Via Media 0 Funcitjn proJetica de la Iglesia). Dira algoimportante sohre el primero y terceru de estos temas en el serm6n XV.

Page 160: Cardenal Newman: Quince sermones

(c'C6mo es posible representar las realidades divinas?)

22. No hay ning(m analisis que sea tan suti! y delicado como pararepresentar adecuadamente el estado animico propio de la fe, 0 loscontenidos de esta que se ofrecen a nuestros pensamientos. El fin que sepropone la ciencia teo16gica consiste en delinear 0, por asi decido, pintaraquello que el alma ve y experimenta. Ahara bien, considerando 10quees pintar cosas materiales con su forma y color, seguramente entende:emosla dificultad, 0 mas bien la imposibilidad, de representar el perfil y elcaracter, los tintes y matices, con que una visi6n intelectual existe real-mente en el alma, 0 de darle la substancia y la exactitud de detalle en queconsiste su parecido con el original, 0 de senalar suficientemente las di-ferencias minusculas que forman parte del estado animico 0 tono depensamiento que encontramos en cada individuo concreto. Casi seguroque una misma opinion, tal como la sostienen varios individu~s,. auncuando tengan los gustos mas afines, se presenta de formas tan dlstmtascomo distintos son los rostros de ellos. jY que minusculo es el defecto desemejanza que malogra el exito de un retrato! iQUefacil es identificar a lapersona en quien se pensaba al pintado, sin r:conocer que ella ~ealm~nteeste representada! iNo sera, pues, una utopia es~erar que las mv~stl~a-ciones mas diligentes y fatigosas consigan algo mas que una descnpClonmuy tosca del alma viva, con sus sentimientos, pensamientos y razona-mientos? Y si es dificil analizar hasta el fondo cualquier estado, estructurau opinion de nuestra mentes, ies acaso menos dificH delinear, comopretende la teologia, las obras, COlllunicaciones, intervenciones, atribu-tos y naturaleza del Dios omnipotente?

faltarle al respeto debido. Aunque aquellas palabras no estan sometidas~ nuestro jUici~ -iDio~ nos guarde!-, sin embargo me serviran paralO~ul~~ry eX'phc~rm~Jor 10 que quiero decir, y hasta donde Ilega laobJeClon. La IOSptraClones Imperfecta, no en si misma sino debido alme.dio que usa y a sus destinatarios. Se sirve dellenguaje humano y sedmge al hombre; y ni el hombrepuede abarcar, ni sus den lenguajcspueden articular, los misterios del mundo espiritual, y 10 que Dios hainstituido en eI. Este inmenso y complejo escenario de realidades nopuede representarse 0 generalizarse completamente, ni adaptarse total-mente a la mente humanaj la inspiraci6n, que prOCUl'ahacerlo, tieneque poner mas bajo 10 que es divino para e1evar 10 que es humano.,;Que es, por ejemplo, la mendon que hace la Escritura de las leyes delgo~ier?o divi?o, sus intervendones pravidentes, sus deliberaciones ydeslgOlos, su Ira y su arrepentimiento, sino un modo condescendiente(tanto mas condescendiente cuanto necesariamente imperfecto) de 10-grar.9ue el hombre contemple 10que supera infinitamente su capacidad?39iQuI~n p~ede someter a un metodo 10que es infinitamente complejo, ymedlr 10 mescrutable? Somos como gusanos en un abismo de obrasdivinasj tardariamos innumerables miriadas de anos, siendo nuestroscoraz?nes siempre muy devotos, y nuestras inteligencias siempre muypersplCaces, para captar una impresi6n adecuada de aquellas obras,como realmente son y como la experienda nos las transmitiria. En vezde dejarnos sin saber nada, el Dios omnipotente ha condescendido ahablamos enla medida que el pensarniento y ellenguaje hl1111anO10toleren,mediante aproximaciones, con el fin de darnos nonnas practicas paranuestra conducta en medio de sus operadones infinitas y eternas40.

aunque son importantes, nos Ilevan mas bien a un usa cauteloso de laciencia en temas religiosos, que a desconfiar de ella. 5u insuficiencia,con todo, en un ambito tan elevado es un mal que la acompana delprincipio al fin, un mal inherente que no tiene remedio y que, quiza,esta en la raiz de los demas defectos que acabo de enumerar. En esteme voy a fijar ahora, aunque ya me he referido a el ocasionalmente enalgunas de las observaciones precedentes.

38 Empieza a considerar Ja insuficiencb de los lenguajes teologicos par el de lall1isma Biblia y el de los dogmas, y se extendera mas en los peligros de la razonapologetica (apartados 29-37).

39 Nota del autor: [Vease Historia de los al1ianos, p. 77 de la 3' edici6n.J - Sc tratade la doctrina de la «economia» 0 etapas parciales y progresivas con que Dios se vacomunicando en la histoda de la salvaci6n. Vease tamblen Apologia, nota final F.

40 Recuerdese el famoso parrafo de la Apologia: «El que tom6 Ja descendenciade Jacob par pueblo escogido, no pOl' clio aparto los ojos del resin de Ja hUlllani-dad. En Ja plenitud de Jos tiempos se redujeron a nada tanto eJ judalsmo como elpaganismo; el marco exterior que ocultaba, a par que sugerla, la verdad viva, noestuvo nllllCa destinado a dural', y se fue deshaciendo a los rayos del sol de justiciaque brillaba tras el y 10 penetraba. EI proceso del cambio fue lemo y no se !levo acabo de golpe, sino con regIa y medida, "en tiempos vados y de modos diversos",ahora un descubrimiento y luego otro, hasta que toda la doctrina evangClica apare-ci6 a plena luz. Y asi quedaba Jugal' para presumir ultedares y mas profundosdescubrimientos de verdades ocultas aun bajo el velo de la letra para ser reveJadasa su tiempo y sazon. El mundo visible sigue aun sin su interpretacion divina; lasanta Iglesia, con sus sacramentos y 6rdenes jerarquicos, permanecera, despues detodo. hasta el fin deJ mundo como mew simbolo de aquellos hechos celestes quelIenan la eternidad. Los mlsterios que profes~ son mera expresion, ell lellguajehumano. de verdades que no ~lcanza la illteligencia !lumana» (pp. 21 S.; bacia elfin del cap. I).

(Hasta ellenguaje de la Escritura es impelfecto e inadecuado)38

23. Desde este punto de vista podemos hablar incluso de las irnper-fecciones y deficiencias de las palabras de la Escritura inspirada, sin

Page 161: Cardenal Newman: Quince sermones

mostraran el cuadro de un nino y el de un anciano, y Ie dijeran querepresentan a la misrna persona; formulaci6n que seria incomprensiblea seres que no estuvieran acosturnbrados alas c'1mbios naturales quetienen lugar, con los '1nos, en el cuerpo humano.

24. Y en esto consiste el sublime regalo de 1'1Nueva Alianza: que enla muerte de Cristo en 1'1cruz, y en otros aspectos de la etapa evange-lica de la comunicaci6n de su inmensa misericordia, se hallan concen-trados, pOl' decirlo asi, y se nos ofrecen, los atributos y operacionesdivinas que llenan 1'1eternidad. Con semejante condescendencia noscomunica tambien, en lenguaje humano, 10 que se refiere al mismoDios, a su Ihjo y a su Espiritu, a la encarnaci6n de su Hijo y a la uni6nde dos naturalezas en su (mica persona; verdades a las que incluso uncampesino se adhiere impliciralllente, pero que ha sido el Dios omni-potente, pOI' medio de sus ap6stoles, 0 su Iglesia despues de ellos ,quicn ha concedido que las reunamos en un conjunto met6dicamente ylas confiemos al cuiclado de la ciencia teol6gica4]

(CholjllU de lasjiJnJllIlaciones teol6gicas conel sentimiento religioso projimdoJ

27. 0 es posible que se establezcan formulaciones doctrinales, notanto por si mismas cuanto pOI' las numerosas consecuencias que deellas se infieren, y porque mediante estas consecuencias pueden preve-nirse errores muy diversos. Este es el caso de la doctrina de que b per-sonalidad de nuestro Salvador esta en su divinidad no en su humanidad43.

de que ha asumido la humanidad en Dios. Es ~vidente que estas for~mulaciones, elaboradas en atenci6n a una realidad que las sobrepasa,cuando se consideran apal1e de su finalidad, 0 en si mismas, son asperasy pueden ofender a los oyentes.

2'5. Es probable que al principio todas estas formulaciones, tomad:lsen si mismas, causen una impresi6n fria y desagradable a los oid,)spiadosos, al menos porIa siguiente raz6n: porque expresan realidadescelestiales con imagenes terrenales inmensamente inferiores. Esto seaplica especialmente a la doctrina de la Filiaci6n eterna de nuestro Se-nor y Salvador, como 10 saben bien todos los que han estudiado lascontroversias sollre el tema42.

28. Tambien se da con frecuencia el caso -·expliqucse como sequiera- de que, habiendonos esmerado muchisimoen expresar can palabrasnuestras sensaciones e ideas, estas nos salen irreeonocibles. Laexpresi6nnos parece extrana y deformada, y nos causa sorpresa, aun cuando nosabemos exaetarnente d6nde radica el defecto. Esto puede aplicarse -almenos para algunas personas- a ciertos elementos del analisis teol6gieodasieo de la impresi6n que producen en el alma los datos que ofrece laEseritura sabre el Hijo y el Espiritu Santo. Asimismo expresiones irre-prochables como: «Ias buenas obras son una condici6n para la vidaeterna», 0 «Ia salvaci6n de los que han reeibido la gracia depende endefinitiva de si mismos», escandalizan a ciertas almas44

26. Tambien puecle suceder que !as formulaciones s610sean posiblesen cuanto a ciertos aspectos de una doetrina y que estos aspectos pa-rezean incoherentes entre si -misterios-, euando se contraponen pres-cincliendo de 10 que hay en el fondo de ellos. Como si a alguien Ie

41 En las secciones 2 y 3, del cap. V de El asentimienlo religioso, (<<Lacreenciaen la Santisima Trinidad» y «La fe en la [eologia dogmaticll» explica como los as-pectos concretos del misterio trinirario, etc., formulados en eI nuevo testamento,son objeto de asentimiemo reat; relacionarlos, en cambio, mutua mente, es propiode la teologb, que procede mas bien con asentimiento nociollul.

41 Se refiere al semido religioso profundisimo con que los cristianos seneillosde los primeros siglos adoraban la persona de Cristo -tal como 10 haoian aprendi·do de la Tradici6n apost6lica-, sentido religioso que se veia profundameme pertur-ludo pOI' las formulaciones racionales que ernpezaron a usaI' los herejes, y luegolos ortodoxos para responderles. Veasc su libro sabre los Arrianos.

43 La teologia usa aqut la palaora «personalidad» en sentido metatlsico, no ensentido psicol6gico

44 Los nun1erosos grupos protestantes, disidentes 0 no de la Iglesia anglicana,habian difundido un profundisimo recelo contra las expresiones de la teologiacat6lica clasica -reafirrnada en el cancilio de Trento- soore la responsabilidadpersonal y la necesidad de buenas obras para la salvaci6n. Par esto, y quiza pOI'otros n1otivos, n1uchos cristianos ingleses piadosos se escandalizaban ante aquellasfrases.- Los que se escandalizaban pm la doctrina trinitaria debian de estar masalejados del talame cristiano esencia!.

Page 162: Cardenal Newman: Quince sermones

(La apologetica no suele e.'\presar los motivos profundos de la fe)

29. Esta dificultad de analizar de manera feliz y convincente nues-tros sentimientos mas rec6nditos influye notabilisimamente en la raz6napologetica45 Es natural que los escritores que quieren defender elcristianismo expongan en sus tratados no los motivos mas altos, ni losmas autenticos, m,ls sagrados y mas profundamente convincentes, sinolos que se prestan mejor para eI debate argumentativo; y estos no sonen general los motivos reales de las personas s6lidamente religiosas.

(Los argumentos explicitos no pueden tener en cuentalas actitudes profundas)

tiene que ser Dios»; «es probable que Dios Sf' luya revel;:lc!m);«si Dins estodopoderoso, tiene que ser tambien benevolcm. i.Quien [Jodria analizarel revoltijo de opiniones que hay en la mente de tal 0 cual persona, quela mueven casi instintivamente a aceptar 0 a rechazar each una de estasafirmaciones u otras semejantes? Lejos de mi qucrer insinuar que se tratas610 de opiniones, que no son verdaderas ni falsas, que sc aprueban 0 nosegun el humor y los prejuicios de la persona. Estoy lejos de esto, hastael punto de defender que las razones rec6nditas que mueven a cada unoa aceptarlas 0 rechazarlas son precisamente la palte mas importante delas consideraciones que fundamentan su convicci6n. Y 10digo mientraspongo de relieve que las controversias teol6gieas y 10s tratadosapologeticos han hecho muy poco, al no poder analizar ni presentarp(lblicamente aquellas importantisimas razones. Es mas, hasta ahora hanhecho mas mal que bien, par cuanto declaran haber realizado mucho, yBevan al estudiante a confundir 10 que no son sino puntos secundariosdel debate con los mas esenciales47•

30. Es mas, estos autares tienden, par Ia misma raz6n, a escoger Iosargumentos que todos admitirail; 0 sea, los argumentos que dependende principios que hacen pasar a todo el mundo par el mismo rasero.Una ciencia es par su naturaleza propiedad publica; cuando, pues, losfundamentos de la fe adquieren Ia forma de un tratado de apologetica46,

nada conviene dar pOl'supuesto fuera de 10que Ios hombres en generalconcederan que es verdadero; es decir, nada excepto 10 que esta alnivel de todos, buenos y malos, rudos y cultivados.

32. PorIa misma raz6n sucede a menudo que algunos lectores des-califican a polemistas 0 fiJ6sofos pOl'su calidad irregular, 0 sea, porqueIes parecen a veces profundos y a veces poco convincentes. Es ciertoque se dan estos altibajos 0 desigualdades en un mismo autor; pero,cuando sentimos la tentaci6n de descalificarlo asl, primero deberiamosestar seguros de que no tenemos la culpa nosotros mismos, pOl' nohaber penetrado en su sentido, ni haber analizado los razonamientosimplicitos pOl' los que procede su mente en aquellas parciones de susescritos con Ias cuales no s610 no estamos conformes (a 10cu;)1tenemasperfecto derecho), sino que criticamas pOl' incoherentes4H

31. Considerese, ademas, 10 siguiente, en cuanto a la dificultad dedescubrir y expresar las razones reales pOl'las que creemos. iQue impre-si6n tan distinta causa en la mente un mismo argumento en una ocasi6no en otra, segun el estado de animo en que se encuentra en cada caso, uotras circunstancias del momento. En una ocasi6n sera debiJ e insignifi-cante; en otra Ie faltara poco para culminar la demostraci6n. Tomamosun Jibro en un momento determinado, y no encontramos nada en eI; 10tomamos en otro, y esta Beno de pensamientos valiosos. A veces unaafirmaci6n parece axiomatica; a veces, no vemos que se puede decir afavar de ella. Asi son, par ejemplo, las que siguen, y muchas parecidasque ap:uecen en las controversias: «es imposible que los verdaderossantos no perseveren hasta el fim); «Ios influjos del Espiritu no puedendejar de producir su efecto»; «tiene que haber una cabeza infaJible de laIglesia en la tierra»; «lalglesia romana, que esta extendida par todos Iospaises, es la Iglesia cat6Iic3));«una Iglesia que es cat6lica en el extranjero,no puede ser cismatica en Inglaterra»; «si nuestro Senar es el Hijo de Dios,

45 Expresi6n original: <!tbe science oj'tbe Euidences)).46 Expresi6n original: « a book of Euidences».

47 Nola de M. Nedoncelle: «En el fondo este pasaje reclama una psicologia --0,

Sl se quiere, una fenomenologia religiosa- mejor. Reprochando a [os partidarios delas «evidencias» su actitud suficicnle, no se equivocaba)).

48 Mas de un oyenle 0 lector debi6 de descalificar asi estos sermones de Newman.Leyendole -no menos que leyendo a otros aulores- hay que esforzarse por descu-brir 10 que presupone. EJ lambien se <osforz6 loda su vida pOl' explicitarlo y aclarar-10, y eJ resullado es un conjunto de escritos "1"1" se <:ornpletan entre si COll admit ablecoherencia. En cuanlo al deber moral de dar raz6n de 10 que IIll0 cree, hay querecordar un pasaje de la Apologia (cap. II, p. 56): «Siempre he pensado qlle es unacobardia intelectual no encontrar una base razonable para la prapia creencia, y unacobardia moral no reconocer esa base. No me hubiera sentido bien inlegro comopersona, si no la hubiese expresado, cualquiera que ella fuese ... En una reuni(m dehombres de Oxford a prop6sito de la lucha entabJada contra un nombramientoliberal, alguien propuso que actuaramos con las menos manifestaciones p(lblicasposibles. Yo respondia que Ja persona a la que reslstiamos se habia manifesladopar escrito, y asi era nueslro deber hacerlo lambien nosotros ... )).

Page 163: Cardenal Newman: Quince sermones

33. Estas observaciones se aplican especialmente alas pruebas quese suelen aducir a favor de la verdad del cristianismo, 0 a favar de de-terminadas doctrinas del mismo, con textos de la Sagrada Escritura.Estas pruebas49 suelen ser firmes 0 fragiles, no en si mismas, sino segunlos detalles 0 circunstancias con que se nos presenta la doctrina a favorde la cual se aducen'iO;y el efeClo de las pruebas sera mayor 0 menor ennuestra mente, seglll1 aceptemos 0 no aquellos detalles. Ahora bien, laadmisi6n de estos implica una gama inmensa de opiniones anteceden-tes, presuposiciones, sobreentendidos, asociaciones de ideas, etc., mu-chos de 105 cuales son dificilisimos de descubrir y analizar. Por ejemplo,a una persona Ie convence el argumento de Paley a partir de los mila-gros, y a otra no; ipor que? Porque la primera admite que existe Dios,que gobicrna el mundo, que quiere la salvaci6n del hombre, que nuestrasluces naturales no nos bastan, que no hay otra forma de garantizar larevelaci6n que 105 milagros, y que hombres veraces y en sus cabaless610 podian obrar como los ap6stoles, si habian visto los milagros queatestiguaron. En cambio, la otra persona niega alguna, 0 mas, de estasafirmaciones, 0 no experimenta la fuerza de algun otro principia alll1mas rec6ndito y latente que estos, y que sin embargo es necesario parala validez del argurnento.

}"i. Considerese, ademas, que incluso par In que se refiere a los lIama-das «indicios»51,es decir, los argumentos a posteriOli, la convicci6n se si-gue p'lra la mayor palte, no de una prueba 0 sethI grande y decisiva que serefiera directamente al punta que se debate, sino de numerosos y 111i-misculos detalles tomados en conjunto, que la mente es completamenteincapaz de contabilizar y tratar met6dicamente de una forma argumen-tativa. Pongamos el caso de 10que se observa claramente en asuntos ordi-narios de cada dia: vemos que un hombre se siente atraido par ciel10ob-jeto, que otro qued6 descontento, 0 que otro esta receloso; 0 que tal 0 cuales feliz0 desgraciado. jCuantodepende, en la impresi6n que nos producenestas personas, de sus gestos, su voz, su acento, las palabras que pronun-cian, el silencio en vez de palabras, y todos los sintomas sutilisimos quepercibimos de ellos, pem que no se pueden contemplar separadamente! Ypensemos en la explicaci6n tan insuficiente que seriamos capaces de darde una de estas impresiones, en el caso de reconocerla y de ser citadosoficialmente a justificarla. Esto precisamente es 10 que se quiere decircuando se habla de pruebas morales en oposici6n alas pruebas juridicas.A veces podemos pensar sin ninguna duda que un acusado es culpable,aun cuando ninguna de los indicios de su culpabilidad sea 10 bastante

esperaba la opinion general, el testimonio apostolico de la resurreccion, la coinci-dencia profunda del contenido de los distintos evangelios, cartas, etc., y la propa-gacion del cristianismo. (En la tercera y llitima parte responde brevemente a variasobjeciones; en el cap. 5 de la misma expresa un reconocimiento importante: «Estariadispuesto a convenir que los antiguos defensores del cristianismo no insistieron enla prueba de 105 milagros tan frecuentemente como yo 10 hubiera hecho»).- Tal comose vera en las ret1exiones de Newman, estos detalles tienen mucho que ver con 10s<<indicios 0 pruebas legales», y casi Ilegan a su nivel (<<contain strong and almostlegal euldence>" ap. 35). En el ap. 34 dice «what Is called moral proof: In oppusltionto legal»; en EI asentlmlento religiosu quiza se pronuncia con mas decision, en elsentido de no quedar satisfecho con la palabra «mora!>>: «Una prueba, excepto encasos de demostracion abstracta, contiene siempre en mayor 0 menOr grado unelemento personal, pues la "prudencia" no es una parte constituyente de nuestranaturaleza, sino un don personal. C.) Esta certeza y estas pruebas [de 10 concreto]se Ilaman a menudo morales. Yo procuro evitar esta palabra, pues tiene un signifi-cado vago; pero al usarla aqui por una vez, he de hacer notar que las pruebasmorales y la certeza moral es a 10 mas que podemos Ilegar no solo en el caso deobjetos espirituales y morales, como los que tocan a la religion, sino tambien en 10que se refiere a cuestiones fisicas y cosmicas» (pp. 285 s; tercera y llllima parte dela seccion «La inferencia informal», en el contexto de las «pruebas 0 indicioscircunstanciales» de la nota 15, al ap. 8 de este sermon).

51 Palabra original «ElJidence::.'>;en la linea siguienle: «pro%r tokell». Es decir,dejando aparte las presuposiciones (de las que Paley prelende necesitar muy pocas),y centrandose en las pruebas efectivas 0 indicios demostrativos. Tambien est os seacumulan y se refuerzan mutua mente hasta llegar a la prueba llrtmada «mora!>,.

49 Aqui, Y dos lineas antes, traduzco la palabra «proofi}}.50 La palabra circumstances (detalles 0 circunstancias) aparece varias veces en

este apartado y en el siguiente. En el apartado 35 insiste en que est a hablando, a lavez, de <da prueba del cristianismo» y «la prueba escrituristica de sus doctrinas» (0«razones que propician la verdad del Evangelio y el caracter doctrinal concreto desu contenid(»»). EI segundo termino de est a disyuntiva son la tipicas «pruebas» a basede textos biblicos en las conrroversiJs entre las diversas confesiones; pem la «pruebadel Crislianislllll» a que sin duda se refiere (la de Paley) liene tambien caracleresnipturistico. En el c1asico tralado de apologetica de este autor (View a/the Evidenceso/C:hristianity), la prilllera parte (<<Prueba direcla e hist6rica del Cristianismo»), queocupa la Illilad del libro, esta casi toda ella centrada en la proposicion siguienre:«Existen pruebas satisfactorias de que numerosos hombres, que dedaraban ser losprimeros testigos de los milagros del Cristianismo, pasaron su vida en trabajos,peligros y sufrimientos, a 105 cuales se sometieron voluntarialllenre por efecto desu creencia en estos Illilagros y para atestiguarlos; y que por el mismo motivosiguieron nuevas normas de conducta [tuviemn que superar numerosos generos delicencia moral que enlonces no se consideraban delictivos]». Y bajo esta misrnaproposicion tiene que c1emostrar la autoridad historica del Nuevo Testamento, abase de nUlllerosos detalles 0 circunstancias con que fue escrito y se nos halransmilido (cap. 9 de la I parte). La segunda parte «<Pruebas auxiliares a favor delCrislianislllcm), casi tan extensa como la prilllera, tam bien consiste en poner derelieve unaaculllulaci6n de detalles sohre las profecias que se cumplian, la moraldel Evangclio, el caracler personal de ]esucristo, su rnesianisrno distinlO del que

Page 164: Cardenal Newman: Quince sermones

amplio y preciso en si mismo para que pueda imponerse a la atenci6n delos que noharan ningun esfuerzo especial por verlo.

alcanzar el sentido, y tener por incorrecto cualquier argumento que noeste redactado can estricta 16gica verbal.

35. Ahora bien, si ]a prueba del cristianismo, 0 la prueba escrituristicade sus doctrinas, tiene esta naturaleza tan sutil, es evidente que no sepuede lucir en un debate. Y aunque no fuera asi, aunque contara conindicios demostrativos firmes y casi juridicos, siempre seguira existien-do la tentaci6n -para los que escriben obras de apologetica, 0 quierendemostrar doctrinas con la Sagrada Escritura- de exagerar, acentuar, 0sistematizar en exceso; como si estuvieran demostrandolo ante un tribunaljuridico, en vez de analizar simple y rigurosamente -en la medida de 10posible- determinadas razones que propician la verdad del Evangelio yel caracter doctrinal concreto de su contenid052. No es exagerado decirque casi todas las razones que se aducen formalmente en las inves-tigaciones de caracter moral no son los fundamentos propios de la rea-Iidad que se trata, sino mas bien muestras y simbolos de los mismos. Nohacen sino aproximarse a una representaci6n de caracter generico de laprueba que el autor quiere comunicar a la mente de otra persona. Talesrazones -al reyes de la demostraci6n matematica- no pueden seguirsepasivamente can la atenci6n limitada a 10 que se afirma y sin admitirnada mas que 10que se impone claramente53. Al contrario, son alusio-nes que sugieren el autentico razonamiento, y ejemplos que apuntanhacia el mismo; exigen una mente activa, dispuesta, sincera y d6cil, quepueda sumergirse en el mensaje que Ie llega; exigen hacer casu omisode las dificultades verbales,54 y seguir a fondo los principios hasta susultimas consecuencias. EI verdadero oficio de un autor consiste ensuscitar venas de pensamiento, y orientarias; pero la practica corrientede demasiados lectores consiste en esperar que todo se les de masticado,resistirse a pensar, criticar la letra en vez de activar sus facultades hasta

36. Estos temas apologeticos y biblicos son una fuente fecunda decontroversias, que indudablemente quienes 10desean pueden prolongarsin limite, pues las palabras son un indice incompleto de las ideas, y lasrazones complejas requieren un estudio que se supone debe ser prolijo.Pero los que quieren abreviar el debate y mandar callar a un adversariocapcioso buscan algun argumento finne y bien perceptible, que pucdaformularse Iimpiamente, manejarse convenientemente, y poncrse derelieve con insistencia ret6rica; buscan alguna raz6n que sea un alardcde vigor y verosimilitud, de c1aridad, scncillez u originalidad, y quepueda reducirse facilmente a los modos y figuras del silogismo. De ahiel hincapie que se hace a menudo en unos tcxtos biblicos concretos,como si fueran decisivos sobre el terna de que se trata. De ahi que unode los contendientes en la discusi6n desecha todos los pasajes de la Bibliaque se refieren a la Ley;otro, llega a descubrir ]a plenitud de las doctrinasdel cristianisrno en el libro del Genesis; otro rechaza la epistola deSantiago u otras porciones del volumen inspirado; otro, renuncia a loslibros deuterocan6nicos55; otro, fundamenta la defensa de la revela-ci6n s610 en los milagros, 0 bien s610 en las garantias internas56; otro,elimina todas las formas de ensef'lanza cristiana fuera de la Escritura. Atodos ellos les mueve la incapacidad de soportar, cada uno a Sll rnanera,que les adjudiquen unas garantias 0 signos que produccn poca cosamas que una impresi6n en el alma; les mueve la aversi6n que sientenpor unas garantias diversas, minuciosas, complicadas, y el deseo deposeer algo bien presentable, chocante y decisiv057

55 Expresi6n original: «Apocrypha», que entre los protestantes y anglicanosequivalen a nuestros Iibros deuterocan6nicos, 0 sea, que fueron aceptados por laIglesia primitiva dentro del catalogo de Iibros inspirados Cel «canon» biblico), perocon cierta vacilaci6n al principio. Vease una buena Introducci6n General a la Sa-grada Escritura. «Ap6crifos», par to que se refiere a los escritos relacionados con laBiblia, en castellano tiene claramente el selltido de «no autenticos» aUllque esposible que conserven algllll elemento de la tradici6n apost()lica.

56 Expresi6n original: «Internal El'idenc(!». Entiendo que son las presuposicio-nes favarables 0 probabilidades antecedentes, que segllll Butler, Newman y otrostienen lanta importancia en el proceso de la fe.

57 Dice aqui Nedol1celle: «Seria faci! poneI' nombres b~io cada una de las frasesde este apartado. Hecordemos al menos que Newman puhJic6 de 1839 a 1841cierto nllmero de arlicuJos sobre autares a los que podia reprochar una teologiamutilada y unilateral».- Veanse algunos en Elsays Critical and Historical.

52 Es 10 que hoy se entiende por un estudio «critico» -en el buen sentido de lapalabra-; sin deformaciones «apologeticas»), pero sin excluir tampoco Ia conside-raci6n de los aspectos profundos y delicados en que Ia raz6n explicita se sienteinc6moda.

53 Nota de M. Nedoncelle: «Aspecto importante que hay que destacar: la prue-bas religiosas suponen una actividad mental y no una pura recepci6n pasiva, unsimple inetodo de atencion. Deus vivo rum Deus».

54 Es tipico de Ia raz6n abstracta mas superficial obsesionarse par todo 10 queno cuadre perfectamente en una terminologia general simplista, elaborada sin ha-herse aproximaclo suficientemente y clesde distintos angulos alas realidades con-netas. Todo lenguaje humano, y mucho mas los que tratan de realidades persona-les, tiene sus imperfecciones; pero esto no implica la renuncia a los esfuerzos porclarificar sus ambiguedades.

Page 165: Cardenal Newman: Quince sermones

37. Finalmente, puesto que una comprobaci6ns8 tiene, por su natu-raleza, un can'icter negativo, y puesto que las formas argumentativasson principal mente una comprobaci6n del razonamiento, en la mismamedida no seran creativas, sino solamente criticas59 Seran (ltiles parasuscitar objeciones, y para servir al escepticismo; derribaran, y no serancapaces de construir.

40. Ojala seamos de los que, con el bienaventurado ap6stol cuyafiesta celebramos hoy, emplean todas las facultades de su alma al servi-cio de su Senor y Salvador; que son atraldos hacia el cielo por su graciaque obra maravillas; cuyos corazones estan llenos de su amor; querazonan con respeto religioso; que Ie busca~ por el camino de susmanclamientos; y ljue de este modo creen en El para su salvaci6n.

38. Me he empenado en demostrar los siguientes puntas: que losrazonamientos y opiniones vinculaclos al acto de fe son latentes e impli-citos; que la mente, reflexionando sobre sl misma, es capaz de sacarlosa la luz de alguna forma precisa y met6dica; que la fe, sin embargo, escompleta sin esta facultad reflexiva, que a menu do tropieza de hechocon la fe, y debe utilizarse con precauci6n.

39. Soy perfectamente consciente de que todo 10 que he dicho debede haberseles ocurrido a menudo a otras personas. Alguien se pregun-tara si valen la pena tantos esfucrzos por recorrer terreno ya conocido.Sin embargo, quiza nunca deja de ser uti1reunir en una perspectiva deconjunto, y estudiar de forma coherente, verdades que una por una esposible que no sean nada extranas.

58 F.xpresi6n original: (it/ les/»; 10 mismo un par de lineas mas abajo. Dira conmas enfasis en El asentimiellto religioso, que primero es el descubrimiento de unaverdad y luego viene su presentaci6n en forma 16gica. Aunque no hace falra seguirlos pasos 16gicos en el proceso imerior, si es esencial no contradecirlos. En estesenlido la 16gica explicila es una comprobaci6n negaliva.

SY }{ecuerdese el conlraste que expuso emre crllica y creaci6n (final del ap. 10).Aunque acepta plenamenle el papel de la crilica lileraria, hisl6rica y teo16gica,Newman ins isle en que hay que somelerse a la verdad que Dios revela, y alaspersonas reveslidas de Iegiliq1a aulOridad. En la frase siguienle recuercla un lrisleresullado de cierta razon «critica». En el sermon XV se vera can lodo su esplendorla tUllcion inmensa de la raZOn en la hisloria de la leologia crisliana.

Page 166: Cardenal Newman: Quince sermones

LA SABIDURIA, CONTRAPUESTA

A LA FE Y AL FANATISMO'

Quien post'e e! Espiritu !ojuzga todo, ya elnobay bombrf' que puedajuzgarle.

1. El ap6stol atribuye esta altisima cualidad (de juzgar todas Ias co-sas) a la sabiduria cristiana, yes el Espiritu Santo quien la da. «Hablamosde una sabiduria para Ios perfectos; pcro no una sabidurfa de cste mundo ...

, Titulo original: Wisdom, as contrasted with FaUll and witll Bigot,y.- En laprimavera de 1841, cuando predic6 este serm6n, Newman era objeto de las miradascritic as de toda la nacion, pues su Tract 90, (su inte'pretaci6n anglocat61ica de 10539 articulos del anglicanismo) publicado el Illes de febrero, inmediatamE'nte habiasido mal visto poria junta de direct ores del coIegios de Oxford (105 que regian launiversidad) y pOl' 105 principales jerarcas anglicanos. Newman confiaba que nocondenarian el Tract,0 al menos que no 10 haria su propio obispo de Oxford, puesasi 10 habjan pactado -como consta pm terceras personas-· a condici6n de queNewman no publicara mas Tracts. Es decir, Newman estaba dispuesto a quedar elmarginado de su papel en el movimiento de renovaci6n de la Iglesia anglicanasegun eI espiritu de Ja Iglesia cat6lica antigua (el movimiento «tractariano» 0 movimientode Oxford), con tal que ]a jerarquia anglicana no condenara el Tract90. En realidadla mayoria de 105 obispos -el de Oxford inclusive- se fueron pronunciando contradicho escrito a 10 largo de aquel ano. Verse desautorizado pOl' su Iglesia fue unterrible golpe para Newman. En aquel verano de 1841 seguirian dos golpes mas, queprecipitaron su distanciallliento del anglicanislllo, a la vez que dudaba de la Iglesia cat6-lica romana pOTJas corrupciones populares y politicas que creia vel' en ella. Lease paratodo eSlo Apologia, cap. III y final del 11.- En este serm6n Newman prescinde de todo cJmido de aqueJla controversia, y se dedica a profundizar el sentido de fa sabiduria crist.iana,a la qtle se refieren ambos testamentos y 105 escritos patristicos, desde eJ punto de vis[,'1que se propuso en estos sennones: la fe que se sirve plena mente de la raz6n.

2 Otro martes de Pentecostcs, dos anos antes, habia predicado cI sermon llnivcr-sitario XI!. En ambos se nota el decLo de la meditaci6n de Sll antor sobre Ios texlosbiblicos y lit\irgicos correspondientes.

Page 167: Cardenal Newman: Quince sermones

HalJlamos de una sabidurb divina, misteriosa, escondida» (I Co 2:6s.). Ydespues de referirse alas verdades celestiales que ia sabiduria conrem··pia, el ap6sto1 anade: «eso es 10que nos ha revelado Dios por medio desu Espiritu ... No hemos recibido el espiritu del mundo, sino el Espirituque viene de Dios» (I Co 2: 10.12).

4. Tambien en el evangelio del domingo de Pentecostes se da a en-tender -sin duda eI don de la sabiduria, en la promesa de Cristo de queel Consolador ensenara a los ap6sto1es «toclas las cosas», y <des had.recordar todo 10que les habia dicho» On 14: 26). Yen 1aexhortaci6n desan Pablo que leimos ayer5: «Sed niflos en malicia, pero adultos enentendimiento» (I Co 14: 20). Igualmente se da ;:,entencler un culrivoespecifico cle 1afacultad racional, bastante afin a la filosofia 0 sabidu-ria, en las exhortaciones a «examinarlo todo y retener 10 que esbueno» (I Ts 5: 21) y sobre «discemir los espiritus, para ver si son deDios» (I Jn 4: 1), preceptos que hemos oido 0 bien oiremos hoy6, delmismo ap6stol y de san Juan.

2. En un versIculo previo san Pablo contrapone la sabidurla divina a]a fe: «Mi palabra y mi predicaci6n no consistieron en sabios y persuasi-vos eliscursos; fue mas bien una demostraci6n del pocler del Espiritu, paraque vuestra fe se fl..lndarano en \a sabiduria humana, sino en el poder deDios. Sin embargo, tambien nosotros tenemos una sabiduria para los queson perfectos en la fe» (I Co 2: 4-6). Asi, pues, la fe y la sabiduria sondones distintos, () incluso opuestos. La sabiduria corresponde a los per-fectos, y mas especia1mente a los predicadores del Evangelio; la fe es lagracia elemental que se requiere de rados, especialmente de los oyentes.Arnbas se presentan de nuevo en un capitulo posterior de la misma epis-tola: «A uno el Espiritu Ie capacita para hablar con sabiduria, a otro elmismo Espiritu Ie otorga un profundo conocimienra. Este mismo Espirituconcede a otro eI don de la fe...» (I Co12: 8 s.). Veremos que estos dosclones estan uno al principio y otm al final de nuestra vida nueva, queambos son de naturaleza intelectual, y ambos impartidos par Dios. La fees un acto de la raz6n, pero tan espontaneo, inconsciente, y pocoargumentativo, que a primera vista hasta parece que se trata de un actomoral. Y la sabiduria es eI desarrollo orclenado y macluro del pensamien-to, que equivale en cierto modo a 10que en nuestro lenguaje denomina-mos ciencia y filosofia;.

5. Otms elementos de nuestra Iiturgia de Pentecostes se refieren aactos raciona1es mas pr6ximos a la fe, par ser independiemes de losprocesos de investigaci6n 0 de debate. En el evangelio del domingo elSenor nos dice: «AIque me ama, mi Padre Ie amara, y yo Ie amare, y memanifestare a eJ. .. Si alguien me ama, guardar3 mis palabras; mi Padre Ieamara, vendremos a el y tendremos en el nuestra morada» On 14: 21.23).Esta manifestaci6n de Dios nos lIega indudablemente por medio clenuestras faculrades naturales; pero, aun cuando se dirige a nuestra raz6n,iquien sostendra que nos lIega con formas argumentativas? Tambien enel evangelio de ayer: «EI que practica la verdad lIega a \a luz», y alcontrario: «La 1uzha venido al mundo, pero los hombres prefirieroll lastinieblas a la luz, porque sus obras eran malas; pues roclo e1 que obramal, detesta la luz» On 3: 21 y IS> s.). Los hombres no eligen Ia luz 0 lastinieblas sin la raz6n, pem 10 hacen con una raz6n instintiva, que esanterior a los argumentos y demostraciones. Y en eI evangelio de hoy:«Ias ovejas oyen su voz, y ellas llama por su nombre y las saca afuera ...Las ovejas Ie siguen, porque reconocen su voz. A un extrano no Ie se-guirian, pues no conocen la voz de los extranos» (In 10: 3-5). Las ovejas

3. De modo semejante, en la Iitugia de este tiempo sagrado, ambosdones espirituales se piden y se obtienen de la misma fuente celestial.La araci6n del dia habla virrualmente de la fe, cuando se refiere al Diosomnipotente «que instruye los corazones de su pueblo fiel enviandolesla luz de su Espiritu Santo»; y sugiere tambien la sabiduria de los per-fectos, cuando pide a Dios que «por eI mismo Espiritu podamos juzgarcorrectamente roclas las cosas»"-

3 Comenta Necloncelle que «a la sabidllria de Pahlo corresponde la gnosis deClemente de Alejandria». Tamhien Ireneo y O[ros padres griegos tratan de est asabiduria 0 nivel superior de la fe dotada con un conocimiento superior, que nohay que confundir con la falsa gnosis de los herejes.

4 En el Book of Common Pmyer, 0 liturgia anglicana, la oraci6n del dia de Pen-tecostes y del lunes y maries siguieIlte, es la traducci6n de la que senalaba para

Pentecostes el Misal Romano antes del concilio Vaticano " (<<Deilsqui cordaJide-limn ...»). Pero, al traducir «recta sapere» par «have a rightjlldgemellt in all things,>,equipara el «saber» 0 «saborean> con el juicio correcto, inspirandose seguramellteen el texto biblico inicial de este serm6n.

5 El Book of Common Prayer senala para Maitines y Visperas (<<Matins andEvensong») dellunes de Pentecostes la lectura de I Co 12 y 13. 1'1 pasaje que citaNewman es del cap. 14. Vease cap. 13: 11.

" Son leclLlras que senala la liturgia anglicana para Maitines y Visperas delmanes de Pentecostes.

Page 168: Cardenal Newman: Quince sermones

con normas, como si no fueran instrumentos en manos del Altisimo11. Nodesdice, pues, del origen divino de la sabiduria cristiana, tratada en suaspecto humano, para mostrar en que consiste, y cuales son sus falsifi-caciones y deformaciones; para determinar, por ejemplo, que equivalepracticamente a la filosofia, y que algunas de sus corrupciones son elafan de sistematizar, la especulaci6n te6rica excesiva, los caprichos dela fantasia, el dogmatismo y el fanatismo12, tal como aparecera en eldesarrollo del discurso. Empecemos ya nuestro tema.

no podian expresar como conodan al buen Pastor; no habian analizadosus impresiones ni clarificado los fundamentos de su conocimiento, sinembargo es indudable que habia tales fundamentos. Actuaban espon-taneamente, basandose en una fe avivada por el amor.

6. Voya investigar ahora la naturaleza de la sabiduria cristiana comohabito 0 facultad del alma, distinto de la fe, fruto maduro de la raz6n,que casi corresponde a 10que se entiende por filosofia; pero debe que-dar bien claro que no niego su naturaleza espiritual ni su origen divino.Dios omnipotente influye y actua en nosotros por medio de nuestraalma, no sin ella ni a pesar de e1la7. Asi como en la caida original no nosconvertimos en seres distintos de 10que habiamos sido, sino que perdi-mos dones concedidos gratuitamente a nuestra naturaleza creada, tam-bien al incorporarnos al Evangeli08 no perdemos ningun elemento de lacondici6n en que nacimos, sino que recuperamos 10 que habiamosperdido. Somos 10que eramos, y algo mas. Y 10que es cierto del pro-ceder de Dios en nuestra alma en general, es cierto en concreto por 10que se refiere a nuestra capacidad de razonar. Su gracia no la descarta,sino que se sirve de ella, y usandola la renueva9 En nuestro estado natural,alcanzamos la verdad mediante razonamientos, implicitos 0 explicitos;y la conseguimos de la misma manera en el estado de gracia 10. Tanto lafe como la sabiduria, dones del Espiritu Santo, el don elemental y eldon perfecto, son habitos intelectuales, que incluyen el ejercicio de laraz6n, y es posible estudiarlos y defmirlos como cualquier otra facultadanimica; estan expuestos a corrupciones y errores, y es Iicito reforzarlos

7. Las palabras filosofia, espiritu filos6fico, expansi6n 0 amplitud dela mente, ideas i1ustradas, visi6n sabia y comprensiva de las cosas, etc.,aparecen frecuentemente -no hace falta decirlo- en las publicacionesactuales, y se entiende que significan casi 10mismo. No siempre se usanen un sentido preciso; ni siempre can algun sentido real. En esto esta-mos de acuerdo. Por otra parte, el hecho de que numerosisimas personas,muchas de ellas sumamente capacitadas, recurran tanto a estas palabrasy les den tanta importancia, no pennite SlJponer que las usen absoluta-mente desprovistas de sentido. Este, sin embargo, tiene que delimitarsee ilustrarse. Quiza la mejor manera de determinarlo sera proponiendoalgunos casos, que se suele entender que son ejemplos, 0 se defenderaque 10 son, de este proceso de crecimiento 0 amplitud mental, en laacepci6n que tales palabras se usan actualmentel3.

7 El largo periodo gramatical que sigue es una bella presentaci6n y aplicaci6nde la doctrina cat6lica sobre el pecado original y la gracia, mantenida tambien porlos te610gos anglocat6licos dentro del anglicanismo. Vease, sobre el sentido rea lis-ta del «pecado original», el principio del cap. V de la Apologia (cuando pone encontraste 10 que la conciencia nos dice de Dios y 10 que vemos en el mundo); y, enconjunto, el libro sobre la .fu.stificaci6n.

8 Expresi6n original: «u.nder tbe Gospel», bajo el Evangelio, dentro de la NuevaAlianza, la etapa definitiva de la historia de la salvaci6n.

9 Nota de Nedoncelle, matizando seguramente eI empleo poco tecnico de lapalabra «facultad» al principio de este apartado: «No se trata, pues, de una nuevafacultad, sino de un nuevo poder 0 un nuevo uso de la inteligencia natural, 10 quenos coloca a distancia de todo iluminismo».

10 Frase original: ((We gain Trutb by reasoning, wbetbel' implicit 01' explicit, in astate o/nature: wegain it in tbe same way ill a state (Jfgrace». Consideraci6n basicapara la posibilidad de una psicologia 0 fenomenologia de la fe, C0l110la que haceNewman.

11 Texto origin~l: (jU.~tas if thel' were 1I0t instnunents in the hand, of the AJost Hip}»).12 Expresi6n original: «(dogmatism, and bigotr)". Profundizad el concepto de

«bigotry» 0 fanatismo, a partir del ap. 31. En cuanto a «clogmatistl1o», ya hemos re-cordado el sentido real de los «dogmas» segun Newman. La religi6n cristiana esdogmatica, es decir, en ella se afilman los hechos ~alvificos; pero no debe caer en el«dogmatismo», tal como 10expresar;i tambien en su epoca cat6lica (Letters and DiariesXXVII, p. 338, carta de 1875 a Isy Proude): «The scbola tbeologorum keeps the dis-tinction clear between theological truth and theological opinion, and is the antagonistof dogmatism». Este abuso consiste en dar categoria de dogma a 10 que no es masque una opini6n particular (vuelve a salir la palabra enlos aps. 33, 34, 36 y 38, en elsentido afin de exceso de sistematizaci6n doctrinal sobre escaso.<; conocimientosdirectos). Sin usar la palabra, denunciara en el cap. V de la Apologia a un sector«ultra»: «a violent ultra party, which exalts opinions inlo dogmas». Y en sus cartasde 1867 al te61ogo integrista W.G. Ward, Ie dice directamente: «You are "dividingChrist" by exalting your opinions into dogmas» (Letters and Diaries. XXII], p. 2]7).

13 En Idea de una ulliuel:~idad, disc. VI, at principio. Newman E'xpone SlJ

btlsqueda de un tennino que designe eJ buen e<;lado y perfecto desarrollo de lainteligencia, a~i como 10s terminos «salud» y «virtnd» designan eI buen estado y

Page 169: Cardenal Newman: Quince sermones

originates y misteriosas, sus gestos y costumbres, y la variedad e inde-pendencia de las especies17, nuestra mente se expansiona, y es cons-ciente de ello; como si el saber fuese un abrirse realmente, y como si lasuma de los objetos externos que se presentan a nuestro conocimientofuera una anadidura a sus capacidades internas.

8. Supongo que, cuando una persona que hasta el momento hapermanecido en un ambiente tranquilo y modesto viaja por primera veza lugares donde la naturaleza f1sicase reviste de sus formas salvajes masimpresionantes, como se da especialmente en ciertas regiones monta-nosas, sea en nuestro pais 0 en el extranjero, tendra una sensaci6n deamplituel en su espiritu, par el hecho de poseer una gama elepensamientos a los cuales antes era ajenal5 Y 10 mismo cuanelo alquienque Ira vivido siempre en una alelea apacible !lega por primera vez auna gran metr6poli.

11. De ahi que a menuelo se llegue a declarar que las ciencias na-turales, con toelas sus especiaJidades, son la (mica filosofla vereladera,porque nos presentan los principios activos y la exuberante riqueza deluniverso junto con el orden de su movimiento. Y taelos concederan queestas ciencias tienen delta fuerza que eleva y emociona, a la vez queejerce un influjo tranquilizador sobre la mente.

9. La perspectiva de los cielos que el telescopio nos permite ver,!lena y toma posesi6n de nuestro espiritu, y decimos que 10 ensancha,prescindiendo de cual sea d significado del termino16

12. EI conocimiento de la historia y el de los libros en general, enuna palabra, 10que se entiende por educaci6n academica, se dice queilustra y ensancha la mente; y, viceversa, se supone que la ignoranciaimpJica un campo estrecho y una debil practica de sus capacidades.

10. Al ver una colecci6n de bestias feroces y otms animales ex6ti-cos, con la novedad que nos produce extraneza y sobresalto, sus formas

desarrollo del organismo fisico, y de la vida moral, de una persona. Entre los casisin6nimos propuestos (sabiduria, filosofla, cultura ...) usa a Illenudo «enlargement ofmimb>, CJuetraduzco a veces por «amplitud mental» 0 «madurez», efecto de un buencultivo de la inteligcncia.

14 Newman se servira de estos ejelllplos, desde el ap. 8 hasta el 29 (exceptuan-do 10s apartados 17-19 y 26-28), para la redacci6n de su diseurso VI de Idea de unalmiuersidad, apartados 4-6 «<Quinta conferencia» en la traducci6n castellana, pp.199-209). Lo advierte en la edici6n inglesa: «Las paginas que siguen coinciden easial pie de la letra con el Serm6n Universitario XIV pronunciado por el autor enOxford, texto que no eontaba con publicar nunea mas cuando escribi6 este discur-so».- Fue el exilO de la Apologia 10 que Ie devolvi6 el prestigio ante el pllblicoingles, y la posihilidad de reeditar sus obras de la epoea anglieana.

15 En Idea de una tmiversidad, disc. VI, ap. 4, prepara est a afirlllaci6n cons ide-rando previamente: «Entiendo que experimentara una sensaci6n que nunea habiaexperill1entado; algo de naturaleza distinta a 10 que hasta entonees habia sentido.Quiza con este impulso hacia adelante creera durante algLm tiempo que ha perdidola orientaci6n. Habra progresado ciertall1ente, y tendra plena eonciencia de suexpansi()]l mem.tl. Su centro de gravedad ya no sera elll1ismo; [iene otro punto dereferencia, y posee una serie de pensamientos que antes Ie eran ajenos».

16 Newman subia a menudo al observatorio Radcliffe, a cargo de su amigoManllel.Johnson. Alli lllVOlugar, can un grupo reducido de amigos, la emoeionantedcspedida de Oxford en 1846. Vease Apologia, final del cap. IV.

13. Lo que se denomina ver el mundo, entrar en la vida activa,meterse en la sociedad humana, viajes de negocios, relaciones con todaclase de personas, contacto con los principios y metodos de pensamientode grupos, intereses 0 naciones distintos, con SllSopiniones, pareceres,objetivos, costumbres y modales, con sus credos religiosos y formas decultol8; todo esto ejerce un notable decto sobre la mente, sea bueno 0

sea malo, inconfundible con otros, y que es corriente denominarloamplitud de miras 0 cultura practica.

17 En Idea de una tmiversidad afiade aqui una curiosa consideraci6n: «somosarrojados fuera de nosotros, hasta otra creaci6n, como si estuvieramos bajo elregimen de otro Creador, si me es liclto expresar asi la tentaci6n que puede produ-cimos» Obict.) ,

18 En Idea de una lmilJersidad afiade aqui: <<Ooshace adquirir experiencia deeuan diversos, y sin embargo euan parecidos, son los hombres, su ruindad y sumaldad, la oposici6n entre ellos y, sin embargo, la confianza que tienen en susopiniones».

Page 170: Cardenal Newman: Quince sermones

14. Cuando una persona oye pOl'vez primera los argumentos y teo-rias de los no creyentes, y experimenta la extraardinaria novedad de laluz que ellos arrojan sobre 10que hasta entonces ha considerado sacra-tisimo, no puede negarse que tendra una sensaci6n de encumbramientoy holgura mental19j a no ser que, par la violenta sacudida que aquello

I· I 'd I ' 20representa, e Clerre os 01 os y e corazon .

15. El pecado trae consigo su propio ensanchamie?to menta~; ~vatuvo la tentaci6n de codiciarlo, y pudo comprobarlo. Este es qUiza elgran atractivo y la gran compensaci6n que ofrecen, sobre todo algunospecados que tientan especial mente a los j6venes. Esti~ulan la ;u:iosi-dad del inocente, embriagan la imaginaci6n de sus desdlchadas vlCtunas,cuyos ojos parece que se abren a un mundo nuevo, desde el.cual vue!ve?la mirada a su anterior estado de inocencia con una espeCle de conml-seraci6n y de desprecio, como si aquello estuviera pOl' debajo de ladignidad humana.

19 En Idea de una universidad explicita mas la experiencia de quien rechaza laley de Dios y elmismo sentido del pecado, y asi se convierte en un dios. S: inspiraen un pasaje del Para{so perdido de Milton (XII, 646). Y para el apartado SlgUlente,en Las Bacantes de Euripides (I. 918): «Y si se entrega a estas teorias [de los incre-dulosl y arroja como una carga de prejuicios 10 que hasta entonces sostenia, ycomo despertandose de un sueno empieza a forjarse una idea viva de que ahora nohay ley divina ni transgresi6n de la misma, de que eJ pecado es un fantasma y elcastigo un espectro, de que es libre para pecar, libre para gozar del mundo y de lacarne; y, aun mas, cuando experimenta taJes goces y ve que puede pensar y soste-ner 10 que quiera, que "el mundo se encuentra ante el y que puede escoger Jo quedesee", y puede construirse el sistema de ideas que Ie venga en gana; cuando estetorrente de pensamientos intencionados Ie inunda pOl' completo i.quien negara queeJ fmto deJ arbol de Ja ciencia, 0 10 que eI considera ciencia, Ie ha convertido en undios, con su sensaci6n de holgura y encumbramiento~ Una embriaguez, en reaJi-dad, que no deja de ser una ilull1inaci6n, por Jo que a su estado subJetlvo serefiere. De ahi el fanatismo de los individuos 0 de las naClones que abandonansubitamente a su Creador. Sus ojos se abren desmesuradamente y, al iguaJ que elrey castigado de la tragedia, yen dos soles y un universo magi co, desde el cualvuelven la mirada a su estado primitivo de fe e inocencia con una espeCle deindignaci6n y desprecio, como si entonces hubieran estado locos 0 victimas de unaimpostura». .

20 EI Newman adolescente no se cerr6 ante la increduJidad, tuvo esta pe1Jgrosasensaci6n de crecimiento personal, e incluso !leg6 a proponerse el ideal de «servirtuoso, pero no religioso», Pero Dios cambi6 su rumbo con su «primera conver-sion». (Autobiogmphical1\7ritings, p. 1(9)

16. POI'otra parte, la religi6n produce tambien una expansion de lamente. Se observa a menu do que personas no instruidas y que hasta unmomento determinado habian vivido sin ref1exi6n profunda y sincera21,al convertil'se aDios, conocerse a Slmismas, oriental' sus sentimientos,refonnar su conducta, y estudiar la Palabl'a inspirada, parece que sevuelven seres distintos de 10 que fueron antes, incluso en materia deinteligencia. Antes tomaban las cosas tal como venlan, sin ref1exionar nidistinguir. Pero despues cada acontecimiento tiene para ellos un signi-ficado propio; forman su juicio valol'ativo de todo 10que s\lccdc; gual'c!;:mel l'ec\lerdo de los momentos y temparadas de Ja viJa; y cl mundo, enlugar de ser como la corriente que el campesino miraba pasar, siempreen movimiento y nunca avanzando, es ahara un drama m(tltiple ycomplicado, con papeles diversos y con un objetivo finaj22.

17. Los que no podian sel'vil'se de otra teologfa mejar que la cono-cida hist6l'icamente par «escuela no conformista}}23-0 tambien de la

21 Expresi6n original: «seriousness»; la seriedad 0 gravedad espiritual de quienha descubierto la responsabilidad de su vida ante Dios. Newman fue influido en suadolescencia pOl' el famoso libro A Sel-ious Call to a Devout a'ld Ho~l' Life de WilliamLaw 0686-1761), que ya habia impresionado profundamente a hombres comoSamuel Johnson, 105 hermanos Wesley y Thomas Scott.

22 AI principio de este parrafo, en la segullda linea, dice que «a menudo»(often) se dan estas conversiones de personas senci!las. Se trata, sin duda, de he-chos relacionados con el movimiento «evangelico» dentro y fuel'a de la Iglesia an-glicana. La «primera convel'si6n» del propio Newman fue con la ayuda del jovenprofesor de clasicas y ministro de la Iglesia angJicana. Walter Mayers, de tendencia«evangeJica». Newman mantllvo toda su vida un sentimiento de comprensi6n pro-funda hacia aquellas conversk'nes de personas sellcillas en SII mayor parte. En suancianidacI cIira incluso: (da Iglesia cat6lica me ha inculcado siempre con nuevovigor aque!las sublimes verdacIes que aprendi de muchacho gracias a la ensenanza«evangelica» (Letters and Diaries, XXXI, p. 189, carta de 1887 a George T. Edwards).Vease el principio del cap, I de la Apologia, tam bien para eI «drama» del mundo,entre el bien y el mal.

23 Son 105 diversos grupos protestantes separados de la Iglesia anglicana. Aca-bamos de verla comprensi6n de Newman poria fe «evangelica» popular inglesa;pero cs muy consciente de sus profundas dcficiencias teol6gicas y practicas (paravivirla en su plenitud, como en la Iglesia antigua, y para responder a Ja increduli-dad moclerna), deficiencias que 105simples sentimicntos piadosos no pucden wm-pensar.

Page 171: Cardenal Newman: Quince sermones

escuela latitudinaria24_, cuando se les presenta la teologiide la Iglesiaprimitiva tendran a lllenudo una viva sensaci6n de crecimiento mental,y experimentaran que han conseguido algo muy valioso, al caeI' en lacuenta de que existen doctrinas, opiniones, venas de pensamiento,principios, objetivos, a los que hasta entonces habian sido ajenos.

y entendimiento, en gran medida, y amplitud de coraz6n como la arenaque est a a la orilla del mar.. Salo11l()npronunci6 tres mil parabolas yproverbios, y sus cinticos fueron mas de mil. Supo de los vegetales,clesde el cedro que esta en el LJ1)anohasta el hisopo que brota en el muro.Supo tambien de los cuadrllpedos y de las aves, de los reptiles y de lospeces» (I [III] R 5: 9.12 s.). Y cuando lleg61a reina de Saba, «SalomonIe respondi6 a todas sus preguntas; no habia nada escondido para elrev, que no se 10pudiese resolver» (Ibid. 10: 3) De manera analoga sanPablo, despues de hablar de la sabiduria de 10s pe,fectos, la denominarevelaci6n, conocimiento de las realidades divinas, las que el hombrenatural «no discierne» 0 Co 2: 10-14). En otra epistola, hablando evi-dentemente de la misma sabiduria, mega que a sus herman os se lesconceda «comprender con todos los creyentes cual es la anchura y lalongitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo; un amor que superatodo conocimiento y que os llena de la plenitud misma de Dios» (Ef 3: 18 s.).

18. Los libros que tratan del ministerio de los profetas en las distintaseta pas de la historia de la salvaci6n, de la naturaleza y caracteristicas desu cometido, por que se instituyeron y que realizaron; el contenido, elorden y el desarrollo de sus vaticinios; !as miras de la Providencia divina,los designios y atributos divinos, que sus oraculos nos sugieren; y elcontraste de estos con las simulaciones de conocimiento profetico queproporciona el mundo en la persona de secuaces de una ideologia po-litica 0 de adivinos famosos25; estos tratados de discernimiento profetico,como todos admitiran, puede decirse con raz6n que ensanchan lasperspectivas de la mente.

21. Sin embargo, bastara una brevisima consideraei6n para poner demanifiesto que los conocimientos en si mismos -diversificaclos 0 especializa-dos-, aunque necesarios para la amplitud mental, no son 10que propia-mente expansiona el entenclimiento. Los ejemplos precedentes muestranque su madurez eonsiste en comparar entre si los eontenidos del saber.Tenemos la sensaci6n de ampliar profusamente nuestra inteligenciacuanclo no s610aprenclemos algo, sino que ademas 10relacionamos con 10que sabiamos antes. La madurez no es la simple adiei6n a nuestros conoci-mientos, sino la trayectoria, el movimiento hacia adelante, de aquel nllcleomoraJ26a cuyo alrededor gravita, por asi decirlo, 10que sabemos y 10quevamosadquiriendo,o sea, la totalidad de nuestros conocimientos. Asi pues,una disposici6n filos6fiea del pensamiento, 0 una mente amplia ycomprehensiva, 0 la sabiduria de llevar bien las cosas propias y ajenas,entrafia una visi6n de las relaciones de 10antiguo con 10nuevo; una pers-picacia para penetrar en los aspectos de una parte que int1uyen en eac!aaspecto de la otra. Sin esto no hay globalidad ni podria haber centroneuralgico 0 punto de referencia. Se trata de saber no s610 las eosas, sinosus relaciones mutuas. Es un saber organizado y, por 10 tanto, vivo27

19. Libros como la Analogi'a del obispo Butler, que descubren en elmeollo del orden de las realidades visibles la prolongaci6n de los ras-gos caracteristicos de la revelaci6n del Evangelio y que, por asi decido,eneuentran la raiz de estos en la naturaleza y en la sociedad, no solopresentan a la mente una amplisima perspectiva de los temas que tratan,sino que con seguridad podemos decir, en un sentido autentico, queagrandan las dimensiones de la mente bien informada de su contenido.

20. Los ejemplos preeedentes muestran incuestionablemente quela denominada filosofia, sabiduria, 0 amplitud mental, depende encierto modo intima mente de la adquisici6n de conocimientos. La Es-critura parece que nos dice 10 mismo: «Dios dio a Salom6n sabiduria

24 La «latitudinaria» 0 "libera!», la «evangelica» y la anglocatolica, son !as treotendencias teologicas tipicas dentro del anglicanismo. Pero ~decia Newman <:,186'), en su prologo a la edicion francesa de la Apologia- hay una cuarta tendencia,!a mas nllmerosa, que no gllsta mucho de teologias y vive la religion unida sobr"todo a los sentimiemos patrioticos nacionales.

25 Frase original: «its con/1'(/5t with the pretences to prophetict/l knowledge whicbthe 1I,()rldjitmishes ill mere political partisallS orpoplllarjiJrtulle-tellen,».

26 Expresion original: «moral celltre». En Idea de ulla IIlIillersit/ad dice:«mental centre» (disc. VI, ap. 5).

17 Esta presentacion del verdaclero crecimiento intelectual par la relacion mu-tlla entre los diversos conocimientos es una amicipacion de 10 que clesarrollaraonce anos mas tarde, ya como catolico, en su Idea de 11110IIniuersidad.

Page 172: Cardenal Newman: Quince sermones

22. Podrfan aducirse facilmente numerosos casos en que los merosconocimientos se encuentran separados de este tratamiento analitico desu contenido y de sus relaciones mutuas, y que nunca se asocim men-talmente con el verdadero saber 0 filosofia, ni se considera que abran,ensanchen 0 i1uminen el espiritu.

23. Por ejemplo, una gran memoria nunca se considera sin6nimo desabiduria, como tampoco un diccionario es 10 mismo que un tratado.Hay personas que estudian las cosas en su conjunto e individualmente,pero no correlativamente, que acumulan hechos sin formar juicios, quese sienten satisfechos con mucha erudici6n 0 informaci6n. Pueden serlingliistas, anticliarios, cronistas, bi6grafos 0 naturalistasj pero, sean cualesfueren sus meritos, que a menudo son muy grandes, no tienen derechoa que se les considere verdaderos sabios 0 fil6sofos29.

24. Pertenecen a la misma categorfa -aunque desde otros puntos devista sean muy diferentes- quienes han visto mucho mundo y han co-nocido a muchos de los personajes que en su dia desempenaron unpapel destacado; quienes estan cargados de informaci6n curiosa y en-tretenida, sobre personas y cosas, pero que, al no haber vivido bajo elinflujo de principios bien c1arosy asimilados, hablan de cada persona yde cada cosa como simples hechos hist6ricosj no tratan de i1uminar lasopiniones, objetivos, medidas 0 planes de acci6n; no debaten ni ense-nan, sino que solamente conversan.

28 En esta serie de ejemplos se afina mucho mas el concepto de sabiduria. Dehccho, mas que ejemplos, son la aproximaci6n a la realidad de la sabiduria desdedistintos angulos.

29 EI original dice sola mente «philosophers)}, pero hay que entenderlo en elsentido de la verdadera sabiduria, la que forma personas aptas para dirigir lassociedades humanas. personas con capacidad para relacionar los distintos aspectosde los problemas y parajuzgar sobre ellos. Se trata del cultivo del intelecto, deeducarlo efectivamente para relacionar entre sl todos 105 conocimientos. el objeti-vo de la universidacl segun la Idea de Newman.

25. Otro ejemplo, tambien muy distinto, son las personas de pocainteligencia y carentes de instrucci6n, que quiza han estado en diversospaises lejanos, y que reciben de manera pasiva, ociosa, e infructuosa Josnumerosos hechos que se les imponen. Hay marineros, por ejemplo,que recorren las costas de un extremo al otro de la tierra, pero la mul-tiplicidad de fen6menos con que se han encontrado no forma ninguncuadra armonioso y coherente en su imaginaci6n. Yen, por decirlo asi,el tapiz de la vida humana por ellado que no tiene sentido. Duermen,y se Jevantan) y se hallan ahora en Europa, despues en Asia; yen grandesciudades y regiones selvaticas; estan en los emporios del comercio 0

entre las islas del OCeanOjcontemplan los Andes 0 estan radeados dehielo; y nada de 10 que percibe su vista les transporta a ningutla ideamas alla de dicha percepci6n. Nada tiene significado, nada tiene Ilistori<l,nada esta relacionado. Cada cosa se sostiene por si misma, llega y se vaen su momento, como una serie de vistas fijas, dejando al espec:taeloralli mismo elonde estaha. 0 bien, en otras circunstancias, cualquler cosales parece a estas personas extrana, monstruosa, milagrosa y tremenela;como, en la imaginaci6n clasica, les parecieron a Ulises y a sus compa-neros las tierras y mares de su periplo.

26. Tambien el juicio crftico que muchas veces se formula contra !aslecturas no digeridas nos muestra que los conocimientos asistematicosno son vereladera sabiduria 0 filosofia. Los estudiantes que acumulantanta abundancia de literatura 0 de ciencia, que no les queda espaciopara determinar las relaciones respectivas que existen entre los conoci-mientos que han adquirido, se dice que han agobiaelo su mente masque expanelirla.

27. EI escepticismo en materia religiosa proporciona otro ejempluque viene a prop6sito. Los que deliberadamente se nlegan a formar Sll

juicio sobre el mas importante ell"toelos los asuntosi los que se contentancan pasar por la vida permaneciendo en la ignorancia sobre quien nosla ha otorgado, y por que, y cuM es su destino; los que se resignan aestar sin criterios de verdad y error en su conducta, sin norma III medi-da para los principios, personas y hechos can que se encuentran cadadia; a estos, aun cuando a menudo 10 redaman, ningun cristiano lesconceelera el nombre de autenticos fil6sofos.

Page 173: Cardenal Newman: Quince sermones

(Rasgos de la filosofta 0 sabiduria, en contraste con el simpleconocimiento 0 la feY

28. Todo esto es mas que suficiente para poner de manifiesto quealglm proceso analitico, alguna especie de profundizaci6n 0 desistematizaci6n de las relaciones mutuas de las cosas, es esencial para lamadurez del entendimiento 0 talante filos6fico, que se suele atribuir ala adquisici6n de saber. En otras palabras, filosofia es la raz6n ejercidasobre los conocimientos; pues, donde Ios hechos vienen dados, comoaqui se supone, raz6n es sin6nimo de analisis, ya que no tiene otrafunci6n que la de averiguar las relaciones entre aquellos hechos. Larazan es la capacidad de avanzar hasta nuevas ideas por medio de lasque ya tiene. Donde s610 se da una idea principal, puede '.lCuparse endesarrollar sus consecuencias. Asi, a partir de escasos datos elabora amenudo un sistema entero completo, en el cual cada elemento tieneestablecidas sus relaciones, colaterales 0 lineales, con el resto, todo ellocoherente en su conjunto, porque todo procede de un mismo origen30

Y si se hallara un modo de averiguar directamente algunos de los hechosque la raz6n ha deducido mediante este proceso abstracto, entonces lacoincidencia de estos hechos con los juicios a priori servira para com-probar la exactitud de sus deducciones. En cambio, donde tanto loshechos como las doctrinas en cuesti6n se conocen desde el principio,alli, en lugar ele avanzar de una idea a otra, la raz6n no hace sinovincular un hecho con otro; en lugar de descubrir, no haee sino anali-zar; y 10que era, en el primer caso, una serie de inferencias, se convierteen un trazado de relaciones31.

29. Filosofia 0 sabiduria es, pues, la raz6n ejercida sobre los cono-cimientos~0 el eonocimiento no simplemente de realidades en general,sino de realiclades con sus relaciones mutuas. Es la capacidad cleatribuira cada una de ellas el sitio que Ie corresponde dentro del sistema uni-versal, de entender los varios aspectos de cada uno de los elementos deeste sistema, de comprender el valor exacto de cada uno, de saberreconstruir su origen y de seguir el proceso de su desarrollo hasta sufin, de preyer con anticipaci6n las tendencias propias de cada uno deestos elementos, y 10que en concreto las puede obstaculizar 0 neutra-lizar; la capacidad, en definitiva, de explicar las anomalias, responder alas objeciones, suplir las deficiencias, ser indulgente con los errores yresponder alas situaciones criticas que puedan presentarse. La filosofiaasi entendida nunca considera ninguna porci6n del inmenso campo delconocimiento, sin tener presente que es s610una parte, ni prescindien-do de las asociaciones de ideas que provienen de recordar esto. Consigueque cada realidad lleve a cada una de las demas; comunica la imagendel organismo entero a todos y cada uno de sus distintos miembros,hasta que el conjunto se convierte en la imaginaci6n en una especie deespiritu, que se difunde e impregna por todas partes los elementos que10componen, y les da su lmico sentido preciso. Asi como al mencionarnuestros organos corporales nos vienen a la memoria sus respectivasfunciones, asi como la palabra creaci6n sugiere la idea de un Creador,y los Sllbditos la de un soberano, del mismo modo en la mente de unfil6sofo, los elementos del mundo fisico y moral las ciencias artesafanes, rangos, oficios, acontecimientos, opinione~, individualidades ..:todas estas cosas se consideran no en si mismas, sino como terminosrelativos, que sugieren una multitud de correlaciones, que se van com-binando sucesivamente hasta que convergen poco a poco en su verda-dero centro. Laspersonas cuya mente esta dominada por algun objetivoaislado se hacen una idea exagerada de su importancia, se lanzan febril-mente en su busca, y se sobresaltan 0 se deprimen al hallarse con obs-taculos en el camino; siempre estan 0 alarmados 0 transportados por suentusiasmo. Por el contrario, los que no tienen principios bien arraigados,anelan perplejos y pierden la orientaci6n a cada nuevo paso que dan;no saben que pensar ni que decir de los nuevas fen6menos, de cual-quier tipo, con que se encuentran; no tienen parecer propio en cuantoa personas, incidentes, 0 simples hechos, que les sobrevienen de repente;no pueden fonnarse un juicio, ni decidirse a seguir una linea de conducta;y piden la opini6n 0 el consejo de otros a modo de alivio para su alma.A diferencia de toelo esto, la filosofia no pueele ser parcial, ni exclusiva,ni impetuosa, no puede quedar sorprenelida, ni tener miedo, ni perder

30 En el serm6n }''V, y en ellibro sobre el Desarrollo, tratara a fondo de la uni-dad de la «Idea» de la revelacion cristiana, de las formulaciones de fe arraigadas enla misma (misterios de la Santisima Trinidad, de la Encarnaci6n y de la Ikdenci6n),y de consecuencias 0 <<ideas» que se deducen de Ia misma.

3J El motivo de estas observaciones aparecera en el ap. 30. La revelaci6n deDios nos llega por el testimonio apost6lico perpetuado en la Iglesia, que Newmanve en concreto en las personas de los «santos» que ha tratado (serm6n V); encambio, no insiste mucho en comprobaciones facticas de milagros 0 profecias.Recibido el testimonio, la tarea de la razon apologetica consiste mas bien en ponerde relieve las analogias de 10 revelado (incluso entre diversas eta pas de la historiasalvifica: en eSle senlido habla de la estructura de la profecia) y su correlaci6nprofunda con las necesidades humanas. A la raz6n especificamente teo16gica, pa-rere que Ie adjudica la tarea del desarrollo sistematico.- No hay que olvidar laimportante aclvertencia del padre Henry de Lubac: «ApologetiC]ue et theologiespeculative sont beaucoup plus soliclaires qu'on ne Ie pense parfois». Citado por R.Aubert: Leprobleme de l'acle de/oi, p. 747 nota, donde da la referencia al articulod" Dc Lubac en «Nouvelle Revue Theologique» (930), pp. 361-378.

Page 174: Cardenal Newman: Quince sermones

el equilibria, ni verse sin saber que hacer; no puede menos de ser pa-ciente, duefi.a de si misma, y majestuosamente sosegada, porque clis-cierne el todo en cada parte, el final en cada comienzo, la importanciade cada obsticulo, el alcance de cada retraso, pOl"que siempre sabed6nde esta, y c6mo discurre su senda de un punta a otro. Hay personasque, cuando se hallan en dificultades, dan origen al momento, por elimpetu de su genio, a grandes ideas 0 proyectos deslumbrantes; que,impulsadas por aquel estimulo son capaces de anojar luz, casi comopar inspiraci6n, sobre un tema a una linea de conducta que se lespresenta; que gozan de una imprevista presencia de animo proporcio-nada a cualquier situaci6n critica, y asi se ponen a la altura de lascircunstancias; que se comportan con una heroica intrepiclez, y con unaenergia y agudeza que la contrariedad no hace mas que incentivar. Lafe es un don analogo al que describimos hasta este punto, porque actuacon prontitud y vehemencia cl.lando se presenta la ocasi6n, basandoseen garantias tenues, como si adivinara la verdad y se extendiera paraalcanzarla, en medio de la oscuridad 0 la confusi6n; pero esta no es lasabiduria de los perfectos. Sabiduria es la visi6n clara, serena, afinada, dela obra creadora y salvifica de Dios, y la comprensi6n de su procesoentero; y aunque no hay nadie que la posea en su plenitud, exceptoel Espiritu que <doescudrifi.a todo, incluso las profundidades de Dios»(I Co 2: 10), sin embargo «par medio del mismo Espiritu» estas casas,en cierta medida «nos han sido reveladas» (ibid.). Y asi, conforme aaquella medida, se cumpIe el texto biblico del principia: «el que poseeeI Espiritu 10juzga todo, pero a el no hay hombre que pueda juzgarle».Los demas no Ie entienden, no pueden asimilar sus ideas, no lograncombinar, armonizar, a poner coherencia, alas distintos principios ydoctrinas que recibe de la Luz infinita, como inspiraciones del halito deDios. EIespiritual, en cambia, comprende a los demas, se hace cargo desu situaci6n, previene sus acciones, y penetra sus pensamientos, pues,en palabras del ap6stol, «tiene el pensar de Cristo», y todo es suyo«sea Pablo, sea Apolo, sea Cefas, el mundo, la vida, la muerte, alascasas presentes, alas futuras» (I Co 3: 21s.). Esta es la maravilla del donde Pentecostes, par el cual «tenemos la unci6n que viene del Santo, yconocemos todas las casas» (I ]n 2: 20).

relaci6n de una idea con otra, y en clcsarrollos sistematicos, como losque he procurado explicar, diciendo que la filosofia radica en estasoperaciones abstractas de la raz6n32 Tal es, par ejemplo, el argumentoa partir de la analogia, 0 de la estructura de la profecia, 0 de las nece-sidades de la naturaleza humana; 0 a partir del an"aigo hist6rico de laIglesia cat6lica. De !o cual se sigue, primero, que las pruebas que puedendenominarse ret6ricas 0 forenses -Ias que se contentan can demostrar(~eterminados hechos,. motivos, etc.. como por ejemplo, que tal milagrotlene que haber sucedldo, a que tal profecia tiene que haber sido escritaantes y haberse cumplido en un determinado acontecimiento-, estaspruebas, sean cuales sean SllSmeritos, que no quiero menospreciar, noson filos6ficas. Yse sigue, en segundo lugar, que las garantias racionalesen general no son el cimiento esencial de la fe, sino su recompensa;dado que la sabiduria es el ultimo don del Espiritu, y la fe el primero.

31. Con las observaciones precedentes -y siglliendo el hilo de ser-mones anteriores- he puesto de manifiesto cu,i! es la verdadera funci6ny cuales los limites legitimos, del razonar al~stracto que quiza pued~catalogarse bajo el nombj"e de sistematizaci6n. Este razonar esta en susitio mas elevado y digno de honor, cuando se ejerce sobre el anchocampo del conocimiento, no para conjeturar verdades desconocidas,sino para cornparar, ajustar, relacionar 0 explicar hechos y doctrinas yacomprobados. Esto es filosoffa en elmejor sentido de la palabra; este esel menester a que se dedic6 la raz6n de Newton; y la de Butler; y la delos te610gos cat6licos de la antigucdad, e incluso la de los pensadoresilustres de la Edad Media, que estudiaron sistematicamente la fe cristiana:Atanasio, Agustin, Tomas de Aquino3j Pero el afan excesivo de sistc-matizar es imprudente, y puede ser peligroso, donde la acci6n de laraz6n deja muy aU'asnuestros conocimientos, donde 10que se conocees limitado y la raz6n activa, donde las verda des comprobadas sonescasas y las series de pensamientos abundan. En estos casas haee faltamucha cautela, mucha desconfianza de los juicios precipitados en queuno mismo pueda caer, y el panico habitual alas presuposiciones, pa-radojas y faltas de realisll1o, para guardar nuestras deducciones dentrode los limites de la sobriedacl, y evitar que nueslras eonjeturas se arroguenel can'icter de deseubrimientos. El sistema es propiamente eI alma 0,

32 En el ap. 28.33 En el cap. V de la Apologia. presenta la historia de la tcologia cristiana col11o

una gran tarea realizada par la sabiduria, y tarnbien par la libertad humana ('n lainvestigaci6n.

30. Ahara bien, este pareeer sabre la naturaleza de la filosofia dapie a la siguiente advertencia: considerando que no tienen mucho valorlos argumentos a favor de la religi6n que no se apoyen en una base fi-los6fica, las llamadas pruebas 0 garantias de la religi6n, para serlo deverdad, deben consistir principalmente en investigaciones sobre la

Page 175: Cardenal Newman: Quince sermones

pOl' el arreglo y el orden; pensalllos y actuamos siguiendo una norma, yesto no solo 1I1conscientemente, sino de proposito. Para nosotros elmetodo se justifica por si mis1110;hasta cierto PUnlO es agradable, y' enalgunos aspectos es absolutamente necesario. Los Illismos escepticosno pueden proceder sin principios elementales, aunque prescindiriancon g~lSto de tad os los yugos y ataduras. Incluso !as personas sin ins-trucClon t1enen sus Illodos chapuceros de clasificar, que por fanUisticosy absurdos que sean, no dejan de seguir real mente cierto criterio. Tam-bien los ninos, con su sorpresa 0 pavor ante todo 10 nuevo que les saleal encuentro, en sus pensamientos someten inconscientemente todasestas mara:illas a una ley. Los poetas, aunque repudien la filosofia, sefoqan un sIstema ideal a su manera. Los naturalistas inventan si no loshallan, 6rdenes y generos de clasificaci6n, para ayudar la 'memoria.Talllbien los Iatitudinarios, que hablan tanto de caridad hacia todas lasdoctrinas, tratan como herejes a los que no aceptan su actitud de negare~valor real de las misma.s:l5 Los que condenan la persecuci6n pOl"opi-l1Iones rehglosas, por detenderse a si mismos persiguen a los que estana favor de la mlsma:lb l'ocos de los que sostienen que basta con el juiciupnvado sobre la Sagrada ~scritura para conseguir la verdad del Evangelio,pueden tulerar a los SOCll1lanOSy a los pelagianos37, que en sus inda-gaClanes han tentdo buena cuenta de seguir tal norma. Asi, 10 que

pOl' h;lhlar con l1l:isprecision, Ia causa formal de la filosofia, cuando seelahora sabre una base adecuada de conocimientos; pero no hace sinoproducir, 0 liende a producir, teorizadures, dogmatistas, filosofastros ysectarios, en la medida que parte de conocimientos limitados e inCOlll-pletos.

32. Esta afirmaci6n, que en abstracto quiza no sera cuestionada,requiere aclaraciones concretas, que pueden prolongar mas de la cuen-ta el presente serm6n. Con el riesgo de caer en este exceso, me propongoahora nada menos que 10siguienk; mostrar que la fe, siendo distinta dela argumentacion, el esmdio, la investigaci6n, la fi]osofia, etc., 0 sea, dela raz6n en eI senlido corriente de la palabra, se distingue tambienperfecta mente de todos los tipos de estrechez de miras, si bien a vecesesta accidentalmente vinculada con esta actitud cerrada en determinadaspersonas. Lo que me mueve a fijarme en este puntoes su relacion contenus que ya he estudiado en ocasiones anteriores,q.

,4 No se ha apartado del tema de estos discursos en su descripci6n de la sabi-duria que, cuando ha crecido dentro de la fe y guiada poria fe, es el don de 105

perfectos (vease La llitima frase del ap. 30). Tampoco se aparta de su objetivo(precisar hasta elllltimo detalle Las funciones y las disfunciones de la raz6n respectoa la fe y dentm de la fe) al clarificar la realidad del fanatismo. Es muy notable quepara ello se sirva precisamente -como piedra de toque (vease la ultima frase delap. 33)- del concepto de sabiduria 0 ejercicio maximo de la raz6n dermo de la fe.En este sentido no empieza ahora un nuevo discurso, sino que se trata de la con-

tinuacion del mismo.

35 Expresi6n original: « the principle o/latitude». Al recibir la bin'eta cardenaliciade manos del papa Le6n XIII, Newman defini6 el principio «libera!»: «El liberalis-mo e~ materia religiosa es la doctrina segllll la cual no hay verdad objetiva enre!tglOn ... Es lllcoherente con el reconocimiento de cualquier religi6n como ver-dadem. Para el, la religi6n revel ad a no es una verdad, sino un sentimiento 0 ungusto especia!». Vease en C. S. Dessain: Vida y pensamiento del cardena/ Newmanp. 223. . ,

. 36 A pesar de las expresiones «furiosas» que reconoce sinceramente hacia al princi-PIO del cap. II de la Apologia, Newman no estuvo nunca a favor de La persecuci6n vio-lenta de,los herejes. Pero al principio de su epoca anglocat6lica se opuso a la ley queleconOCla los derechos civicos de la minoria cat6lico-romana en el Reino Unldo(Emancipation bill, de 1929), no tanto por disconfonnidad con su contenido como porsu dlsgusto ante el camblo de actitud del ministro Peel. En la historia de los alTianosaparecen muchos «liberales» que en su momenta resultan «fanaticos» perseguidores hastalleg,~r a la violencia fisica. Sin !legal' a estos extremos, R. D. Hampden, de tendenciateologlca «!tbeTa!», que se quej6 tanto de sufrir «persecuci6m> pOl' parte de los tractarianosy demas ortodoxos (porque querian impedir que ocupara la catedra «regia» de teologiaen Oxford), una vez mstalado en dicha catedra suspendia sistematicamente a I()s j6venessnnpattzantes del movimiento anglocat6lico. Vease Meriol Trevor: IH. Newman: cr6nicade IIn amora /a verdad, p. 73.

57 Con nombres derivados de Sozzini (del siglo XVI) y de Pelagio (del siglo V),se slgnlftcan en generallos que en el siglo XIX negaban, respectivamente, el miste-no de la Santisima Trinidad y la necesidad de la gracia de Dios para salvarse.Newman, en la Via /V/edia y en sus articulos sobre la Escritura, el Credo y la Tradi-

33. Es como una ley del alma humana la tendencia a hacer siemprclas cosas de la misma manera. Necesita esforzarse para variar sus mo-dos de proceder; en cambio, abandonada a su inercia, hay que dar pOlsupuesto que sus operaciones se vuelven casi automaticas. EI haceralgo hoy de una manera determinada es la causa de hacerlo manana dela misma manera. El orden del dia se perpetlla a SImismo. En realidael,esto no es mas que dedr que los habitos se forman de los actas, y queel caracter permanente es inseparable de nuestra naturaleza moral. Nos610 las facciones y la figura permanecen identicos dla tras elia, sino quehablamos en eI mismo tono, adoptamos las mismas frases y giros depensamiento, caemos en las rnismas expresiones de semblante, yanda-mos con el mismo porte que ayer. Es mas, sentimos un afecto instintivo

Page 176: Cardenal Newman: Quince sermones

algunos califican, con aversi6n, de dogmatismo y exceso de s~stema, esde una forma u otra, en mayor 0 menor grado, algo necesano para l~mente humana3R; no podemos razonar, sentiI' 0 actual', sin ello; const~-tuye la fibra que sostiene el pensamiento, y este p.riv~~ode ella, langUl-dece y se marchita. Antes que abstenerse de pnnClplos, la mente lostomara de las manos de otros, y soportara los que son defectuosos 0

inciertos. Esto es 10 que tienen en comlin la sabiduria, el fanatismo y lafe. Los principios son la vida de estos tres habitos, pero la sabiduria esla aplicaci6n de principios adecuados ~ la~,cosas t~l c?,?o son y sehallan en realidad, el fanatismo es la aphcaCion de pnnClplOSestrechoso inadecuados, y la fe es el mantenimiento de principios sin cuidar deaplicarlos racionalmente 0 de ajustarlos entre Sl. En esto difi~renj y ladistinci6n permitira contrastar el fanatismo y la fe con la sablduna, talcomo 10 he propuesto.

(Fe y fanatismo parten mas bien de principios)

34. Ahora bien, es indudable que la fe puede confundirse con elfanatismo, el dogmatismo, la intransigencia, y hab~tos mentale~ pare-cidos, pOl' varios motivos verosimiles; porque ique es la fe39 smo un

ci6n primitiva, habia explicado detalladamente 105 medios de transmisi6n del con-tenido de la fe cristiana -basicamente el Credo, en la catequesls de la Iglesla-, y elpapelpropio e indispensable de la Escritura como punto de referencia de todas lasverdades de fe. Lo dice sucintamente en una frase de la ApologIa (cap. I, p. 10): «LaEscritura no es para ensefiar doctrina, sino para comprobarla». Por falta de aten-ci6n al resto del pensamiento de Newman sobre la Biblia, esta frase ha SlelOmalinterpretada (<<como si la Iglesia ocupara el lugar de la Biblia como fuente derevelaci6n», Northrop Frye: The Great Code. The Bible an~ Literature, p', 85;recientemente ha aparecido la traducci6n castellana, con una anadl~ura en el tItulobastante extrafiaa su contenido: El Gran C6digo: una lectum mltologlca y ltteranade la Biblia). Newman mantendra siempre que la Biblia es el punto de referenclade la doctrina de la Iglesia; pero esto no quiere decir que la instruc:i6n religiosaelemental pueda procurarsela cada uno por su cuenta con la BlblIa. Sl una personano ha sido instruida en el Credo -la sintesis del contenido de la BlbIJa cnstIana-,con su juicio privado puede hallar cualquier cosa en ella, 0 ~erderse como en unaselva. 0 -en el mejor de 105casos- 5610 encol)trar porClones mconexas e mcomple-tas de la verdad que contiene. «5610 la Iglesia entera, cat6lica, con todos sus ele-mentos y en comuni6n con sus ministros legitimos, es el interp;ete i~eal de laBiblia, el que puede dar con su sentido autentico y completo» (vease VIa Media,conferencia VI. ap. 13). . ."

38 Es decir: siempre hay algo, aunque sea poco, de slstematIZaClon; y bastantemas de principios que la rigen. . .,.

39 Desde que se abre este interrogante hasta la frase «acepta su mforn:aclon smninguna duela», es citado par Newman al pie de su tesis 1 sobre la fe: «El acto de

extenderse hasta alcanzar la verc!ad en medio de obscllridades, basan-dose en 10 que permiten deterrninadas nociones antecedenles 0 senti-mientos espontaneost Es una presllposici6n sobre cuestiones de hecho,basandose mas bien en principios que en conodmientos; iY que es elfanatismo sino esto tambien? Y allll mas, siendo sus fllnc!amentos asicondicionales, iad6nde va a parar? A la aceptaci6n absoluta del caracterdivino de un determinado mensaje 0 doctrina. 0 sea, parte de proba-bilidades, pero termina en afirmaciones absolutas, que pueden sermisteriosas, 0 que -pOl' ]0 men os- van mas alla de la experiencia. Creea un informador en medio de dudas, pem acepta su informaci6n sinninguna duda40. Este es el parecido a primera vista entre dos It~bito<;mentales, que sin embargo no mcrecen confundirse, C01110tampoco losap6stoles merecian confundirse con sus perseguidores judios. Puedeque basten unas pocas palabras para ponerlo de manifiesto.

35. En primer lugar, aunque la fe sea una presuposici6n de hechos,junto con conocimientos defectuosos, observese sin embargo que se trataenteramente de un principio practico. La fe juzga y decide porque nopuede dejar de hacerl?, en interes de la misma persona creyente; tieneque juzgar y decidir, no a la manera de una opini6n, no como quien apu ntahacia una verdadmeramente abstracta, ni como quien ensena cielta teorlao punto de vista. Es el acto de un alma que experimenta que es su deberjuzgar y actual' como sea, en sus circunstancias concretas, sea mayor 0

menor la luz de que dispone, queriendo aprovechar almaximo esa luz yactuando con la mejor intenci6n41 Sus conocimientos, pues, aunque seanimperfectos, no son insuficientes para el objetivo que se propone al ser-virse de ellos, poria sencilla raz6n de que no dispone de mas (y esta es lavoluntad de Dios)42.EI servidor que escondi6 el dinero de su senor (Mt25: 25) fue castigado, recibi6 su castigo; y nosotros, puesto que no so-

Ie divina es el asentimiento de la inteligencia a la Verdad Divina, asentimientocierto y obscuro [inevidens]». Veanse enteras en el articulo del P. Henry Tristam:Cardinal Newman's Theses de Fide .... «Gregorianum» 18 (1937), pp. 219-260: Ytambien al final de la traducci6n francesa completa de estos sermones: SennonsUniversitaires, colecci6n «Textes newmaniens», n. 1, Desc!ee, Paris 1955, 430 pp.

40 No olvida el papel del testimonio exterior, aunque sea d(>bil. La acci6n inte-rior del Espiritu Santo 0 la atracci6n divina daran su fuerza alas disposiciones,presuposiciones 0 probabiliclades antecedentes, para que pasen en concicncia (veaseapartado 35) a 13 aceptaci6n plena.

41 Texto original: «It is tbe act of a mindfeel1ng tbat it is its duty any bow, underitspmticular circu1I1stances, tojudge and to act, wbetber its ligbt be greatel' or less,and wishing to make the most of tbat light and acting for the best».

42 Hay suficiente luz para el que quiera creer: aunque no sea toda la luz quepudiera imaginarse 0 pedirse ahora.

Page 177: Cardenal Newman: Quince sermones

IllOS los autores de nuestras circunstancias, sino que nos hallamos en elias,no seremos juzgados pOl' las circunstancias, sino pOl' el uso que ha-gamos de ellas43. Esta forma de considerar el deber es posible que noslIeve a actos equivocados 0 malos, pero no a actual' con maldad inten-cionada. Los cristianos han infligido a veces la muerte pOI'un celo in-sensato; y a veces se han afanado en tolerar la herejia pOI'una caridadmal orientada. En tales circunstancias, la equivocaci6n de un hombrepuecle ser mas aceptable a Dios que su verdad44j pues su verdad es po-sible que 5610demuestre la claricladde su intelecto, mientras que su errorprocede de una conciencia que quiere ser fie! a Dios. De todos modos,averiguar de d6ncle procede, y que es 10 que demuestra, en un casoconcreto, debe dejarse en manos de Dios,que «escuc!Iinalos pensamientos ylos cora zones» (5al 7: 10; Jr 11: 20; etc.) ...

(La fe sencilla procura no emitir juicios absolutos sobrecosas de este mundo)

37. Tambien es verdad que la fe, 10 mismo que el fanatismo,sostiene afirmaciones dogmaticas que van mas alia de sus conoci-mientos. Usa palabras, expresiones, proposiciones, acepta doctri-nas y practicas, que entiende s610 parcialmente, 0 que no entiendeen absoluto. Ahora bien, en la medida que estas afirmaciones tienenque vel' con realidades celestiales y no con Ins asuntos de estemundo, dejan de ser senales seguras de fanatismo. Del mismo modoque los conocimientos experimentales mas amplios no tenderian aquitar el caracter misterioso de la Santisima Trinidad, tam poco quientenga experiencias muy limitadas esta privado del derecho de aHr-mar este misterio. Los conocimientos abundantes 0 escasos nosdejan poco mas 0 menos tal como estabamos, en asuntos de estetipo. Pero el caso es muy distinto cuando se trata de posiciones decaracter social 0 moral, que pretenden ser normas 0 maximas parael juego politico 0 para la conducta humana, para el bienestar delmundo, 0 para guiar ala opini6n publica. Con todo, es cierto que lafe aeepta muchas de estas tesisj y asi parece que coloca a las perso-nas que actLJan segun ella en el mismo bando que los fanaticos,te6ricos y carentes de realismo, que usan palabras sin hacerse car-go de 10 que significan, que se dejan llevar pOI' sentimientos a loscuales no tienen ningLm derecho, 0 que enuncian principios ge-nerales basandose en conocimientos defeetuosos. POl' ejemplo,asuntos como la teoria del regimen politico, las obligaciones na-cionales, el reconocimiento oficial de la religi6n, sus relaciones conel Estado, la atenci6n a 'Ios pobres, y la naturaleza de la Iglesiacristi:ma, etc. ete., es posible que sean decididos de manera absoluta,basandose en fundamentos religiosos, pOl'personas cuyas aptitudesy cualiclades no son id6neas para una tarea tan inmensa, personasque no tienen los conocimientos, la perspicacia, slltileza, calma 0

experiencia que exigen estos problemas, y que, pOl' tanto, a prime-ra vista, 10 menDs que se puede decir es que se parecen muchisimoa fanaticos y sectarios .

36. La fe, pues, aunque sea una presuposici6n, tiene la peculiaridadde que se mueve bajo el sentido de responsabilidad personal45. F:scuando nuestras presuposiciones adquieren un espacio mas amplio,cllando les da pOl'presentarse como sistematicas y filos6ficas, cuando sedejan lIevar pOl'su tendencia a la especulaci6n te6rica, y no se aplican ala conducta practica, 0 se aplican a otros, y no a uno mismo, es en-tonces que mereeen el nombre de fanatismo y dogmatismo. Pues en talcaso abllsamos de la luz que se nos ha dado, y confundimos 10que es«una linterna para nuestros pasos» (Sal 119, v. 105) con el sol en todo suesplendor4D•

43 RecLierdese el sermon VlII, sobre la responsabilidad personal ineludible,sean cuales sean las cirCUllslancias.

44 Se entiende que los dos casos exlremos de la frase anterior, son ejemplos deestas aCTiones malas, pero realizadas creyendo que debian hacerse. Para nuestramentalidacl actual, el primero es practicamente incomprensible 0 inasimilable. Elsegundo parece obvio, pero no hay que olvidar que la verdad tiene una relacionobjetiva con la caridad.

• 5 Este caracter personal e intransferible de la fe aparece en un momemo intensode la Apologia, cuando expresa que el cambio de religion no puede hacerse por cu-riosiclad, 0 por encontrar mayor fervor, ete., sino que solo es legitimo realizarlo pardeberpersonal(<<No hablo de otms, sino de mi»), por conciencia, porque si no 10hagorechazo aDios, desobedezco SLIHamada. Veanse los pasajes en nota 51 al sermon XlI.

'6 La luz es «benigna», suave, amable. Y Newman nos ensena a buscarla solopara He! paso que hay que dar allOra». En 1833, cuando volvia de Sll viaje a Sicilia,escribio d famoso poema a que se rdiere ahara ve!adamente: HGuiame, Luz benigna/ Meenvuelven las tinieblas'! Guiame hacia adelame'! La noche es densa, lejos de mihogar.! Guiame hacia adelante.! No te pido ver claro el horizonte./ Me basta darun paso aqui y ahora.! (Siguen dos estrofas mas).

38. No niego, natural mente, que la fe pueda intercalarse en el fana-tismo, ni que pueda de hecho verse mezclada con el en casos concre-10S. Pero los dos habitos mentales, sea cual sea Sll pareciclo, difieren -talcomo 10voy a explicar- en Sll estilo de afirmar realidades por encimade SliS conocimientos. EI fanatismo declara que entiende 10que afirma,

Page 178: Cardenal Newman: Quince sermones

pero no 10entiende. Argumenta y deduce, alardea de su raz6n en lugarde su fe, hasta casi olvidarse de esta47. EI fanatismo, lejos de procurarque cesen las discusiones, insiste en argumentar en una sola linea. Tomauna posici6n no religiosa, sino filos6fica; exige que 10consideren comosabiduria. En cambio la fe, desde el principio, produce hombres dis-puestos, como el ap6stol, a ser locos por Cristo. La fe se pone en mar-cha dejando a un lado los razonamientos porque est;in fuera de lugar, ypropone a su vez Ja obediencia sencilla a un mandato revelado. Susdiscipulos hacen constar que no son ni estadistas ni fil6sofos; que no sededican a desarrollar principios ni a elaborar sistemas; que su fin ultimono es persuadir a otras u obtener exitos y popuJaridad; que no hacenotra cosa que cumplir la voluntad de Dios y desear su gloria. Profesanuna creencia sincera de que detemlinadas ideas48 que cautivan sus mentesprovienen de Dios; afirman saber muy bien que tales ideas les sobrepa-san; que no son capaces de penetrar en elias, 0 de aplicarlas, comootros puede que 10sean; que, entendiendolas s610parcial mente, no sonoptimistas en cuanto a inculcarlas a otros; que s610 la gracia divina laspuede impulsar hacia adelante; que esperan este don; que tienen lasensaci6n viva de que Dios sostendra la causa de su reino; que eso Iecorresponde a £1, no a ellos49; que si su causa es la causa de Dios severa favorecida en su momento y a su manera; que si no 10es, quedaraen nada; que ellos aguardan confiadamente el resultado, que 10dejan ala generaci6n futura, que pueden soportar la apariencia de fracaso,pero que se les hace imposible ser «desobedientes a la visi6n celestial»(Hch 26: 19), que creen que Dios les ha instruido y les ha puesto unapalabra en la boca, que la pronuncian porque en ello se juega el desti-no de sus almas, que confiesan la fe a fin de estar allado de las huestesde Dios, del coro glorioso de los ap6stoles, de la excelente companiade los profetas, del noble ejercito de Jos martires, y a fin de estar lejosdel conjunto de sus enemigos: «Bendito el hombre que no anda en elconsejo de los impios, ni permanece en el camino de los pecadores,y no se sienta en la silla de los burlones» (Sal 1). Desean obtener estefavor de Dios; y, aunque no tienen la capacidad mental para abrazarel contenido de este mundo tan amplio, ni la agudeza para penetrarlo

47 Pod ria tener bastanre de fanatismo una fe tan racionalizada como la delpadre de familia Frances que escribi6 en el peri6dico La Croix del 2 die. 1909: «Soycat6lico porque la divinidad de la Iglesia esta cientificamente del1lostrada por 10sprofetas, los l1lilagros, 10s 11l0numentos tanto del Antiguo como del Nuevo Testa-mento». Lo cita el P. Rousselot al final de la nota 6 a la primera parte de su articulodes yeux de fa foi» CHecherches de Sc. ReI. I 1910), Y anade: <qNo soy yo quiensubraya!».

48 Palabra original: <(Views». La misma dos lineas mas adelante.49 Nota del autor: «Dan 3: 17.18.» - El pronombre eso, «thap), la causa de Dios,

destacado en cursiva en el original.

y analizarlo, ni la facultad comprensiva que refiere todas las cosas a susverdaderos principios, y las vincula en un solo sistema, aunque no pue-den ni responder a la objeciones que se fonl1ulan contra sus doctrinas,ni predecir de fijo ad6nde estas doctrinas les lIevaran, sin embargopueden y deben profesarlas. Pueden abrazarlas, y ponerse en march a sinsaber a que termino se dirigen50. Fe, al menos, pueden tenerla; sabidu-ria, en su caso, no tienen; pero la fe los adapta para ser instrumentos y6rganos, voz, manos y pies, de Aque! que es invisible51, que es la Sabiduriadivina y esta presente en la Iglesia. £1 sabe 10 que ellos no saben,comprende las palabras de sus fieles, pues son palabras suyas, y dirige-aunque no 10vean- sus esfuerzos a los objetivos que £1 ha senalado,pues se colocan en su sendero obedeciendo fielmente. No se vera queprofesen otra cosa; y su estado es e! de la llluititudde cristianosde cualquierepoca, incluso de la apost6lica: con toda la luz sobrenatural que tenianpersonas como san Pablo, «Dios escogi6 10 que el mundo consideranecio para confundir a los sabios; e!igi610que eImundo considera debil paraconfundir a los fuertes; escogi6 10 viI, 10 despreciable, 10 que no esnada a los ojos del mundo para anular a quienes creen que son algo. Deeste modo nadie puede gloriarse delante de Dios» (I Co 1: 27-29).

39. Este modo de ver propio de la fe no es algo que por su naturalezase deje afectar por 10que es externo a ella. No brot6 de los conocimientos,y un aumento 0 perdiclade estos no puede tocarla.Lasrevoluciones politicas,la aparici6n y desaparici6n de movimientos y tendencias, el desarrollo dela sociedad, los descubrimientos cientificos, la dejan tal como la encon-traron. Depende de la palabra de Dios,y s610esta palabra puede alterarla 52. Yasi entramos en una peculiariclad notable de la Fe:considerando que elTodopoderoso habla a menudo, mejor dicho, siempre habla de una for-

50 Es el modelo de la fe de Abraham (Gn 12: 1 sS.; Hb 11: 8: «por la fe, Abraham,obediente a la Hamada divina, sali6 hacia una tierra que iba a recibir en posesi6n,v sali6 sin saber a d6nde iba».. 51 Asi los creyentes se vuelven, a su vez, signos y teslimonios visibles del Diosinvisible (vease sermon V).

52 Desde el principio del parrafo hasta aqui, es la cita que Newman pone al piede su tesis 10: «La certeza absoluta y perfecta de la fe divina no apela al clisCllfSOracional 0 a los motivos humanos, sino unicarnente al hecho de que Dins 11:1 habla-do, Verdad eterna que no puede enganarse ni enganarnos». Cita tambien a SantoTomas: «Omnis fides divina nititur soli Deo revelanti» (II· II, q. 1, a. 1) Y a sanRoberto Belarmino: «Catholici fidem babent infallibilem. quoniam credunt quia Deusrevelavit; ... Deum revelasse credunt quoniam Ecclesiam ita declarantem audillnt...»(De gratia et lih. arb .. l. 6. c. .3, resp. ad 2).- Se ex plica la constataci6n pastoral deque la fe radica en aguas demasiado profllndas para que la puedan sacudir IdS OldSde la superficie.

Page 179: Cardenal Newman: Quince sermones

Illa 1I otra, si procuramos estar atentos a su voz, la fe, con toda:su profun-da estabilidad, es tallllJien necesariamente un principio de crecimientoanl11tico; 10 es de una manera especial: segL\I1como Dios considereapropiado usarla. Dice el profeta: «Estare de guardia, fijo en mi atalaya,atento para escuchar 10 que EI me diga» (lla 2: 1);y, aunque desde la venidade Cristo no se nos ha otorgado otra revelaci6n, sin embargo mucho se ha,1I1adidoincluso en los Llltimostiempos a manera de explicaci6n y apli-caci6n de 10 que fue otorgado de una vez para siempreS3. A medida quecambia el mundo a nuestro alrededor, tambien varian, no los principiosde la doctrinade Cristo, sino la forma exterior y el color que asumen. YaSIcomo s610 la sahidurla puede aplicar 0 adll1inistrar la verdad en uncambia de circunstancias, tambien s610 la fe es capaz de aceptarla en suunidad e identidad bajo todas sus formasS4. De este modo la fe es siell1preel medio de aprender algo nuevo, yen este aspecto difiere del fanatismo,que en 51carece de elementos para avanzar y vive en la convicci6n practicade que no tiene nada que aprender. Para el estrecho de miras y el fanaticala historia de la Iglesia durante dieciocho siglos es ininteligible e inLnil;pero donde hay fe, esta historia esta llena de principios sagrados, siempre105 mismos substancialll1ente, siempre variables en 10 no esencial, y esuna lecci6n continua de «Ia pluriforme sabiduria de Dios» (Ef 3: 10)55

S:l La teologia cat6lica especifica que la revelaci6n «pllblica» se concluy6 «conla lIluerte del llltimo ap6stol», 0 sea, la revelaci6n de Cristo a 105 ap6stoles es de-finitiva, 0 en palabras de san Juan de la Cruz «Dios nos 10 ha dicho todo en suVerbo hecho carne, y ya no tiene orra palabra que decirnos». Las revelaciones«privadas» atribuidas a algunos santos y santas y a determinadas apariciones noforman parte prupiamente de la fe cristiana 0 fe de la Iglesia; con la aprubaci6n deesta pueden aceptarse como ayudas para recordar e inculcar ciertos aspectos de lafe crisliana que pasan inadvertidos en un momenro detenninado. Peru Newman nose re/tere a estas «reve laciones privadas», sino a la luz de Dios en la conciencia decada cristiano para interpretar las situaciones de su vida, y sobre todo a la tarea dela Iglesia, asistida por el Espiritu Santo, para dilucidar, esclarecer e interpretar larevelaci6n apost6lica a 10 largo de la hisroria. Es importantisimo el pasaje de In 16:12 s.: «Muchas cosas lengo que decirus todavia, pew no podriais entenderlas aho-ra. Cuando venga EI, el Espiritu de la Verdad, os guiara a la verdad completa ...».

s. Texto original: «Ami as Wisdom only can apply or dispense the Tntth in acbange of circumstances, so Faitb alone is able to accept it as one and tbe sameunder all itsfonns». Aqui aparece el papel de la sabiduria (teologia) del conjumode los te6logos con la auwridad doctrinal de la Iglesia; y el papel de la «recepci6J1)o aceptaci6n por p,1l1e del con junto de los creyentes, gracias al sensus jidei, tal comoNewman 10 entiende (vease su articulo de 1859: La consulta a losfieles en materiadoctrirwl). En el ap. 40 hay un magnifico elogio de la fe de los sencil!os, quedcsc:mpen6 un papel decisivo en la soluci6n de la grave crisis dOClrinal del siglo IVlei problema del arrianismo, estudiado especial mente por Newman).

So Agu(!.t observaci6n sobre la importancia de la historia de la Iglesia para latelliogia, la catequesis, la pastoral (...> y sohre la incapacidad del fanatismo paraen tender SllS varLtciones.

40. Ademas, aunque la fe no renga el don de delimitar y relacionaruna cosa con orra -don que la sabiduria tiene y que el fanarismo afirmatener-, ~ino que es un acto aislado de la raz6n sobre 10que esta tratando,tal como Ie Ilega; sin embargo -y precisamente por eso mism(}- tieneun alcance tan amplio como la sabiduria, mucho mas amplio que el quecorresponda a cualquier principio cerrado 0 teoria parcial, y es capazde adoptar ideas por medio de razonamiento di."cursivo, aunque noperspectivas sistemaricas. No hay ningLmtema que la fe activada por lacaridad no pueda incluir en su ambito, sobre el cual no pueda formarun juicio y al cual no pueda hacer justicia, aunque considera cada puntopor SImismo, y no como porciones de un conjunto. Por eso, aunque lafe sea incapaz de analizar sus fundamentos, 0 de mostrar la coherenciamutua de sus juicios, sin embargo cada uno de estos tiene su lugar pro-pio, y corresponde a alguna doctrina 0 precepto del sistema filos6ficodel Evangelio, pues todos estos juicios son 105 instintos de una mentepura, que avanza con verdad y gallardia, y nunca cae en erroresS6 SeaCllal sea el contenido del punto en cuesti6n -sagrado 0 profano-, la fetiene una verdadera idea de ello, y la sabiduria no puecle tener mas. Laidea ni se vuelve mas verdadera porque la tiene en relaci6n con otrasopiniones, ni menos verdadera porque no la tiene as!. Por tanto, siendola fe la caracteristica de todos 105 cristianos, un campesino puede adoptarel mismo parecer que un t1l6sofo sabre asuntos humanos concretos; y amenudo no sabemos si hay que reconocer dotes intelectuales en estaspersonas 0 no. Tienen opiniones c1aras y precisas, saben 10que dicen,tienen algo que responder sobre cada tema, no confunden puntos deprimera importancia con los de importancia secundaria, nunca se con-tradicen a SImismos. Por otra parte, no son conscientes de que hay algoextraordinario en sus juicios, no relacionan dos juicios cualesquiera entresi, no identifican principios comunes que vinculen estos juicios, olvidan!as opiniones que han expresado, junto con la ocasi6n que las motiv6,no pueden defenderse a si mismos, facilmente les desorientany Iesmandan callar, y, si se ponen a razonar, usan argumentos que dan laimpresi6n de defectuosos, pues no son mas que figuras y sombras de105 que experimentan realmente, e intentos de analizar aquel ampliosistema de pensamiento en el cual tienen su vida, pero que no puedenmanejar como un instrumento.

So Frase original: «for tbey [its judgementsl are all tbe instincts of a pure mind,wbicb steps/or-ward truly and boldly, al1d is never at fault».

Page 180: Cardenal Newman: Quince sermones

apelar al sentido com(m de la humanidad en general para decidir estepunto. Luego su demostraci6n de las doctrinas resulta tan flaca como suformulaci6n de las mismas. Tienen a punto los lugares de la Escritura -uno, dos 0 tres- donde se halla tal prueba; pretenden clecir exactamente10que significa cada pasaje y verslcul0, 10que no puede significar. y 10que debe significar. Ver en el menos de 10que ellos yen es, a su jnicio,salirse por la tangente; ver mas, es glosa exagerada y abusiva. Pasar apaginas de la Escritura distintas de las que ellos se les ha ocurrido e1egires, seg(m dicen, superf]uo, puesto que ya han aducido los argumentossuficientes para una prueba clara; en este caso ;.para que buscar mas?Tambien tienen su vocabulario propio para cada cosa, terminos que nodeben tocarse, como tampoco las realidades que para ellos represen-tan. Palabras de arigen reciente e insatisfactorio, propias de tendenciaspartidistas 0 de la po!itica en general, son a sus ojos una porci6n tanimpartante de la verdad como si fueran la voz de la Escritura 0 de laIglesia Santa. Y tienen sus normativas, usos y formulismos, tan sagradospara ellos como los mismos sacramentos de instituci6n divina.

41. Son, pues, peculiaridades de la fe formar su juicio bajo el senti-do del deber y la responsabilidad, mirando a la conducta personal,conforme alas orientaciones de la revelaci6n, con una confesi6n deignorancia, con una despreocupaci6n sobre las consecuencias, con unespiritu d6cil y humilde, y que sin embargo alcanza hasta una gama dematerias que la misma filosofia no puede superar57. En todos estos as-pectos se contra pone .al fanatismo. Las personas de espiritu cerrado,lejos de reconocer su ignarancia y de mantener la verdad principal mentepar deber, afirman -como 10 acabo de decir- que entienden sobre lostemas que tratan, y que comprenden los principios que les aplican. Noyen dificultades. Piensan que sostienen sus doctrinas, sean las que sean,al menos tanto por raz6n como por Fe;cuentan con que seran capacesde hacerselas creer a otros con sus argumentos, y se ponen impacientescuando no 10 consiguen. Consideran que las premisas de que partenprueban solamente las conclusiones que sacan de las mismas, y nadamas. Creen que sus opiniones son exactamente a prop6sito para resolvertodos los hechos que necesitan explicaci6n, para responder satisfacto-riamente a todas las objeciones, y para moderar y arbitrar entre todaslas partes. Suponen que profesan exactamente fa 58verdad que facilitatodas las cosas. Tienen su (mica idea 0 su noci6n favorita, que les saleal paso en toda ocasi6n. Tienen algunos t6picos, que continuamenteintroducen, quieras que no, con una especie de pedanteria, y sonincapaces de debatir el asunto de una manera natural y libre, 0 de dejarque sus pensamientos sigan su curso, con la confianza de que al finvolveran a su casa sanos y salvos. Quiza han descubierto -asi 10creen-la idea directriz, la perspectiva simple, 0 la quintaesencia del Evangelio;e insisten sobre tal 0 cual afirmaci6n aislada, seleccionada por ellosmismos 0 por otros no mejor capacitados, con menosprecio del restodel plan revelado. Disponen, ademas, en cualquier momento de expli-caciones clams y decisivas de los sagrados misterios de la Fe;es posibleque nieguen estos misterios 0 que los conserven, pero tanto en un casocomo en el otm creen que el suyo es el parecer racional y la explicaci6nnatural de los mismos, y que todos los que no 10 reconozcan tienen elentendimiento debil, deformado 0 trastornado. Afirman que los autaresinspirados fueron precisamente de su credo estricto, aunque este credohaya sido elabarado hoy, 0 ayer 0 hace cien afios; y no se arredran de

42. Las mentalidades cerradas no tienen capacidad para entrar afondo en el entendimiento de los demas. IIan quedado rigidas en unasola tesitura, como los miembros de un cuerpo privado de ejercicio fisi-co, 0 como los 6rganos de locuci6n, que despues de un tiempo nopueden aprender nuevos tonos e inflexiones. Ya han parcelado 0 cua-driculado la totalidad de los conocimientos, y esto les deja satisfechos;han trazado !ineas divisorias, han clasificado a su manera, y han puestocada opini6n, argumento, principio y tendencia en su lugar corrrespon-diente; pretenden saber d6nde hay que hallar cada cosa, y son incapacesde aprender cualquier otra distribuci6n. Se exasperansi aparecen nuevoscritcrios para ordenar las cosas, y sufren vertigo ante mezclas de divisio-nes con caracteristicas distintas; y aun en el caso de que se esfuercenpar manejarlas, les es imposible. Piensan que cualquier verdad en siexcluye otra que sea distinta de ella y que cualquier opini6n que noeste incluida en las suyas es contraria a estas59 No pueden separar laspalabras de las ideas que ellos se han forjado, ni estas ideas de la

59 jCuantos que intentaron quiza ser lectores de Newman han sido inca paces decomprender, por ejemplo, que si pone de relieve la importancia de la religi6n vivid a,no pm esto excluye la teologia; es decir, que la importancia de 10 «real» no eliminael valor de 10 «nociona!>', 0 que la fe no s610 no se opone a la raz6n, sino que es laraz6n humana en una de sus funciones mas valiosas! La ultima Frase nos recuerdauna importantisima orienta cion de Newman para la busqueda de la verdad: se lIegaa ella por acumulaci6n, no por exclusion (Discussions and Argtlllu?1/IS, p. 100).

57 Estas primeras lineas del ap. 41 son un indice de 10 que ha Ido analizanclodesde el ap. 34. Ahora empieza, aproximadamente por el mismo orden, la descrip-ci6n fenomenol6gica del fanatismo. Se puede aplicar a los actuales «testigos de]chova,), pero tambien a otros gmpos en cualquier posicion extrema.

58 Cursiva en el original

Page 181: Cardenal Newman: Quince sermones

asociaciones con que las acompaf\an60; y si akanzan a Vel' algCIIlnuevo aspecto de un tema, es solo pOl' el Illomento. Lo captan un iIbtante, pero se les escapa al siguiente; y luego achacan a la sutileza (It.:

dicho aspecto, 0 a la obscuridad de su expresi6n, 10 que realmenteproviene de su falta de f1exibilidad y vigor mental. Y cuando traran deexponerlo en su propio lengllaje, las mejores aproximaciones que les salenestan equivocadas; no porque tengan la intenci6n de ser injllstos, sino por-que expresan las ideas de otra mente, que no han comprendido, can unaespecie de traducci6n.

o escue1as teol6gicas actuales62; por ejemplo, si defendian !a uni6n de laIglesia y el Estado, 0 la doctrina de la confirmaci6n en gracd'5 Es evi··clente que dar una respuesta afirmativa 0 negativa a estas cuestionesseria desfigurar su pensamiento; pero a estas personas de que hab!amosno les cabe en la cabeza mas que una alternativa absoluta.

44. La estrechez de miras no s610 se manifiesta en las criticas y en laoposici6n; se halla con la misma frecuencia en la aprobaci6n y el par-tidismo favorable. A nadie se Ie engaf\a tan facilmente como al que estaprevia mente absorto64 pOl'las nociones que se ha formado. Pronto que-da convencido de que el otro esta de acuerdo con eJ; Ie basta con queeste en desacuerdo con sus adversarios. Reduce las ideas del otro a !assuyas, y sean cuales sean las palabras que use aque\ para c1arificar 10que quiere decir, incluso las mas precisas y energicas, no consiguen coIllu-nicarle ningLIl1aspecto nuevo, ni hacerle accesible su pensamient06,.

43. Apenas hace t"alralIamar la atenci6n sobre los conceptos elToneosque estas personas se fOlmande habitos de pensar propios de otras culturas,o tambien de Ia fe y de la tlIosofiaantigua; tanto mas cuanto que no sospe-chan de su incapacidad para comprenderlos. As!vemos, por ejemplo, que aveces se caliticaa los Padres griegos de «anninianos» y a san Agustin de cal-vinista61, y esto no anal6gicamente, sino pensando que cada parte res-ponde realmente al titulo que Ie colocan. Y se investiga para ver si loscristianos de aquelb epoca temprana sosten!an 0 no determinada posi-cion doctrinal, que es posible que goce de prestigio en grupos concretos

60 Una vez mas nos ayuda a salir del «verbalismo», de quedar satisfechos por-que hemos enconlrado una dasificaci6n «verba!» de fen6menos que en su realidadson complejisimos. Algunos que han aprendido las distinciones fe-religi6n,secularidad-secularismo, libertad-libeItinaje, casi han creido que ya tenian la clavepara explicarlo todo y que no les 11acian falta incansables aproximaciones a losfen6menos reales que aquellas dislinciones abstractas pretenden clasificar. Por 10mismo quienes piensan tener una idea completa de las relaciones fe-raz6n encon-lraran prolijas e inlltiles las presenles paginas de Newman. Igualmente le rechaza-ran <Juienes idenlifican tal 0 cual palabra suya con las asociaciones de ideas grataso no gratas a su mentalidad limitada (palabras «prugresislas» 0 «conservadoras»,palabras que s610 pronunciadas parece que ya permiten clasificar a quien las dice).

DI El tema teol6gico de la salvaci6n por la gracia de Dios sufri6 tremendasddormaciones, en gran parte a causa de las polemicas avivadas a raiz del estallidodd protestantislllO. EIle610goJacobus Arminius (jakob Hermans, 1560-1609), pro-fesor en Leyden (Holanda) fue acusado de pelagianismo y socinianismo, de lo cualpudo defenderse aceptablemente. Sus seguidores, en cambio, fueron duramentecondenados en el Sinodo de Don (Dordrecht, 1618-1619), de la Iglesia Refonnadade Holanda, con asiSlencia de importantes calvinistas de otros paises, pero domi-nado por el principe Mauricio de Orange. En Inglaterra, diversos sectoresanticalvinistas fueron designados con el nombre de «arminianos» (desde los se-guidores del arzobispo Laud, en el siglo XVII hasta ciertos «Iatitudinarios» del sigloXVIlI, para los que bastaba la «bondad natura!», y asi negaban la necesidad de lagracia de Dios).

45. 5i lIamamos estrechos los principios que, sin ser aptos para estatarea, pretenden interpretar y someter la totalidad de los conocimientos,una de las caracteristicas mas lIamativas de tales principios sera la t'altade recurs os en que se yen cuando aparecen ante ellos nuevos elemen-tos 0 nuevas areas de ret1exion. Laverdadera filosofia es susceptible deextenderse indefinidamente; su piedra de toque consiste en que no

62 Habla por experiencia propia: «Cuando (en 1828) empece a leer !as obras de losPadres con alenci6n y por orden cronol6gico, puse lllucho empeno en analizarlos ycatalogar sus doctrinas y principios ... Me di cuenla de que habia conseguido poca cosa ..Los !labia Iddo simplemente basandome en ideas protestantes, los habia analizado ycatalogado basandome en principios de divisi6n proteslantes, y habia buscado doctrinasy usos protestantes en ellos. Los titulos de mis notas eran: 'Justificaci6n POt la fe","Santitkaci6n", etc. Queria encontrar 10 que no habia en elias, y pasaba por alto 10 que!labia. "Trabaje toda la noehe, sin pescar nada" (jn 21: 3)) (DijJlculties oJAnglicans, I, confXII, p. 371)

63 Expresi6n original: «the doctrine of assurance». EI nYlonl English Dictionwy tecogeel sentido teol6gico de la palabra: «The Doctrine of Protestants conceming assurance ofsalvation ... viz. that a man may have this assurance» (texto de Canwright, 1651).

6~ Palabra original: «pre-occupied».65 Lo vivi6 drd11laticamente con su amigo Pusey, quien por muc!lo que otros se 10

dijeran, y se 10 indicara mas que sllficientemente eI propio Newman, nllnca hasta el finallleg6 a creer que este se convertiIia al catolicismo romano (vease Apologia, !lacia eI finaldel cap. IV)

Page 182: Cardenal Newman: Quince sermones

puede proponersele ningun conocimiento sin que ella se adapte alasproporciones del mismo; de esta manera es capaz de anexarlo a suambito. Pero la teoria del fanatico 0 estrecho de miras ya se ha agotadodentro de sus reducidos limites, y fuera de ellos hay una zona inmensae inquietante, rebelde e imposible de ocupar. De estas teorias se puededecir: «EI lecho es demasiado corto para estirarse, demasiado estrechala manta para envolverse» (Is 28: 20). iY que van a hacer con 10 quequeda fuera, para ellos no utilizable 0 no asimilable?En su 16gica,tendranque prohibir la exploraci6n de nuevos ambitos, 0 incluso negar su ex is-tencia. Asi, en la actualidad, hay nuevas ciencias, especialmente fisicaso naturales, que todos miramos con inquietud, pues tenemos la impresi6nde que nuestros criterios, tal como ahora los tenemos, son insuficientespara integrarlas; y, sin embargo, no dejamos de experimentar tambienque ninguna verdad puede existir realmente quedando al margen delcristianismo66. Otra prueba que llama la atenci6n sobre la estrechez demiras que hay entre nosotros podria ser el cambio notable de los sen-timientos con que consideramos a los miembros de tal 0 cual comuni6nreligiosa, antes y despues de conocerlos personalmente. Sinuestra teoriay nuestra percepci6n de los hechos estuvieran de acuerdo, seria imposibleque nos llevaran a impresiones tan opuestas sobre los mismas realida-des. Y cada dia salta a la vista otro ejemplo: la verdadera catolicidad, esdecir, la plenitud del cristianismo, responde a todas las dimensiones deindigencia de la naturaleza humana; los que predican s610una porci6ndel cristianismo,en lugar de la plenitud del mismo, ipor que se sorprendentan a menudo, al no conseguir convencer a todos para que les sigan, y nopueden acabar con la disensi6n religiosa en Inglaterra?67

66 Planteamiento de las graves dificultades entre ciencia y fe en el siglo pasado.Sus reflexiones serenas y orientadoras constan en diversos escritos, hasta los ulti-mos afios de su vida. Tenemos a mano la Apologia (hacia la mitad del cap. v,donde pone de relieve que se dan actitudes cerradas en ambos bandos; p. 206 «Losactuales liberales en materia de religi6n son un cuerpo muy mezclado ... 1) los quesienten antipatia real contra la verdad revelada; 2) los que sienten animosidadpersonal a causa de la acritud 0 estrechez de ciertos apologistas de la religi6n; 3)los hombres de ciencias 0 de letras que prosiguen un camino imparcial en supropio campo»), y el conjunto de criterios de El asentimiento religioso.

67 EI Movimiento de Oxford, con sus principios «cat6licos» (entendiendo en primerlugar por «catolicidad» fintegridad y universalidadl la plenitud de la Iglesia de losprimeros siglos) despert6 enlre sus j6venes seguidores un enorme atractivo hacia laactual «comuni6n universal» de los cristianos. En este sentido: i.c6mo un anglicanismoparcial, no «cat6lico», podia aspirar a la integraci6n de las diversas inquietudes ymanifestaciones religiosas del pueblo de Inglaterra? - Desde otra perspectiva, en laApologia (cap. V. p. 212) se referira a las indispensables aponaciones de diversospaises y culturas al catolicismo actual: «Pienso que la perdida del elemento ingles, yno digamos del aleman, en la cOlllposici6n de la Iglesia, ha sido una desgracia muygrave». Indudablelllente, ahora se referiria alas culturas no europeas.

46. En estas circunstancias, no es de extrafiar que personas dc opi-niones cerradas sufran a menudo la desorientaci6n, e incluso el sobresaltay la angustia, por las dificultades que rodean sus convicciones. Lo queno sabian, 0 10que sabian pero no habian ponderado bastante, de rc-pente se hace notar con fuerza. Ya que no soportan su incapacidad depresentar del11ostracionesclaras, tratan de desembarazarse energicamentede las abjeciones. Buscan por todos lados nuevas argumentos, haciendoviolencia a la Escritura y ala historia. Escahullendose de toda aparienciade derrota 0 de toda duda ocasional en su interior, manifiestdn unadesconfianza secreta sobre la verdad de sus principios. Se vuelvenalarl11istasy olvidan que el resultado final de todas las cosas, y el exitode su causa (si esta es la que piensan), esta sellado y asegurado poriaprol11esadivina68; a veces, en este conflicto entre hechos indeterminahlesy principios inflexibles, la resistencia de 10 que tratan rompe susinstrul11entos; y se yen obligados a renunciar a sus principios. Sigueluego un estado de incertidumbre y aflicci6n y, al final, quiza, el fanatis-mo es suplantado por un escepticismo general. Los que creian que susideas podian mediI' todas las cosas, terminan pensando que la mismaPalabra de Dios es incapaz de hacerl069.

47. Tengase presente que en estasobservaciones he contrapuestola fe y el fanatismo como habitos mentales cOl11pletamentedistintos. Lason. Pero no debe olvidarse -como 10he dicho en su mamento- que, sibien distintos en si mismos, es posible que coexistan, y de hechocoexisten, en la misma persona. Nadie esta tan imbuido de fe animadapor el amor, que no tenga -quiza-- alga de fanatismo que quitarse deencima. Nadie es tan estrecho de miras y apegado a Sl misma, que no sedeje influir en cierto grado -asi 10espero- par el espiritu de fe.

68 En este contexte de sabias observaciones psicol6gicas sobre elmiedo secretoque hay detr;ls del fanatismo, es importante tener presente la confianza profundapropia de la fe.

69 Algunos de los j6venes entusiastas que se incorporaron en una segunda Clapaal Movimiento de Oxford dieron baslantes quebraderos de cabeza a los lideres que 10habian iniciado. Newman preveia que aquellas incJinaciones extremistas «ofrecianpocas garantias en aquel momento sobre el rumbo que tOlllarian cn (dlima instancia.Luego algunos han permanecido finnes en el anglicanismo, otros se han hccho cal0-licos [algunos integristasJ y otros se han refugiado en elliberalismo [hasta caeI' en elescepticismol» (Apologia, cap. IV, pp. 132 s; aiiado los comentarios entre corchetes).Con todo, no faltan te.~timonios de que Newman despcrt6 una inmensa esperanzaentre la iuventud intelectual de Oxford, al ofrecerles un camino de sabiduria cristia-na, entre los extremos del racionalismo y el fanatismo.

Page 183: Cardenal Newman: Quince sermones

48. Sea siempre objeto de nuestra plegaria y de nuestros esfuerzosla apertura para captar el conjunto de los designios de Dios, y el creci-mienro «hasta que alcancemos la talla de la plenitud de Cristo» (Ef 4: 13).Que todo prejuicio, seguridad en nosotros mismos, doblez interior, faltade realisrno, absolutisrno y sectarismo queden bien lejos de nosotros,gracias a la luz de la sabiduria y al fuego de la fe y el amot. Hasta queveamos las cosas como Dios lasve, con el juiciode su Espiritu70y conformesal sentiI' de Cristo.

Pero Maria guardaba .'odas estas cosas, medi-tlmdo/as ell su coraz611.

1. Poco nos dice la Escritura sobre la Virgen Maria, pero los evan-gelistas, en breves y sencillas frases, nos la ponen por modelo de fe.Zacarias dud6 ante el mensaje del angel; Maria, en cambio, dijo: «He aquila esclava del Senor, hagase en mi seg(1Otu palabra (Lc 1: 38). Por estoIsabel -aludiendo seguramenre al contraste entre su marido, el justoZacarias favorecido con un regalo del cielo, y Maria, agraciada con undon divino mucho mayor-, al recibir la salutaci6n de ella, respondi6:«Bendita tu entre las mUjeres, y bendito el fruto de tu vientre. Bienaven-turada la que ha creido, pOl'que se cumplira 10 que Ie dijeron de panedel Seno[» (Lc 1: 42.45).

2. Perola fe de Maria no se limit6 a una mera aquiescencia a los de-signios y a la revelaci6n de Dios; el texto inicial de este sermon nos in-forma de que, ademas, «meditaba» todo aquello. Cuando llegaron 10s

70 Referencia al lexlo biblico de eSle serm6n. Hay muchos mas indicios de sumeditaci6n de la Escrilllra. La consideraci6n de la sabiduria divina en 10 que tienede don especilko y superior Ie ha servido para precisar 105 conceplOs de fe sene iliay de fanalisJl1o.

I Titulo original: The Theoly o/Developments in Religious Doct111le. Tratara ellemadel desarrollo de la doctrina aisUal/a, 0 del desarrollo hist6rico del cristianismo engeneral, en su gran Iibro de 1845, dos anos despues. Ahora 10 csboza bajo unaspecto determinado -el papel de la raz6n en el despliegue hist6rico de la doctrinarevelada- propio del presente libro. Observese el relieve especial con que (rata dela/orlllulaci<51/ de la/e 0 dellenguaje religioso elaborado por 1'1 leologia yasumidopor 1'1 Iglesia en sus decisiones oficiales 0 «dogmas». En let obra 10s ur,.iul/os del

Page 184: Cardenal Newman: Quince sermones

pastores y contaron la visi6n de angeles que habian tenido en el mo-mento de ·Ia Natividad, y c6mo uno de ellos les anunci6 que el Ninonacido de Maria era «un Salvador: el Mesias, el Senor» (Lc 2: 11),mientras los que escuchaban no sallan de su asombro, «Maria guardabatodas estas cosas, meditandolas en su coraz6n» (Lc 2: 19). Tambien,cuando su Hijo y Salvador hubo cumplido los doce anos y se apart6 deella unas horas para dedicarse al servicio de su Padre, al hallarlo, sor-prendida, en el Templo, entre los maestros de la Ley, escuchandoles yhaciendoles preguntas, el evangelista nos dice que «su madre», des-pues de dirigirse a Jesus dandole ocasi6n para que justificara su conducta,«guardaba todas estas cosas en su coraz6n» (Lc 2: 51). Asimismo, en lasbodas de Cana, la fe de Maria anticip6 el primer milagro de Jesus,cuando dijo a los sirvientes: «Haced todo 10que el os diga» On 2: 5).

3. Asi, Santa Maria es nuestro modelo de fe, tanto en la aceptaci6ncomo en el estudio de la verdad divina. No Ie basta con recibirla, sinoque profundiza en ella. No empieza, por cielto, razonando, comoZacarias, sino creyendo primero; y luego, por amor y reverencia, usandola raz6n detras de Ia fl'. De este modo ella simboliza para nosotros nos610 la fe de los sencillos, sino tambien la fe de los doctores de laIglesia, los que tienen que investigar, profundizar y definir el sentidodel Evangelio, ademas de profesarlo; los que tienen que trazar la lineadivisoria entre la verdad y la herejia; prevenir 0 poner remedio a losdiversos extravios de la raz6n incorrecta; combatir el orgullo y el atre-vimiento con las mismas armas que ellos usan, y triunfar asi sobre losamigos de argucias e innovacionesz.

4. Si puede permitirse -en este dia dedicado a una contemplaci6ntan elevada como la de la fiesta que celebramos- que ocupemos nuestrospensamientos en un tema que no es directamente de naturaleza devota° practica, compensaremos de alguna manera la omisi6n tratando un

siglo IV, de 1833, ya manifiesta clara mente las limitaciones, riesgos y relatividad deestas f6rmulas; y la necesidad de las mismas, a pesar de todo. Tambien, por ejemplo,en el sermon VI, ap. 15; y serm6n XIII, aps. 4, 22, 23, ete. Ahora explica con lucidezlas dificultades contra la formulaci6n de la fe y contra la misma posibilidad de unlenguaje teol6gico coherente, a la vez que las resuelve con mayor hondura.

20 sea, combatir los abusos de la raz6n orgullosa y c1esconsiderada, herida porel pecado, mediante un uso COlTecto de la mi,ma facultad.

asunto en que la Virgen Maria sera ciertamente nuestro ejemplo: eJ usode la raz6n para investigar Ias doctrinas de la fl'. Tema mucho masadeeuado para un libro entero que para la consideraci6n que aqui po-demos prestarle; un asunto, sin embargo, que no puede dejarsecompletamente de lado siempre que se intente determinar las relacionesentre la fe y la raz6n3.

(OBJFTIVO DEL DISCURSO:DESARROLLOHIST6RIC04 Y FE INTERIOIO

5. Destronar la sabiduria mundana fue uno de los primeros y de losmas nobles triunfos de la Iglesia, conforme al modelo de su divinoMaestro, que ocup6 su lugar entre los doctores antes de predicar sunuevo reino, 0 antes de oponerse al pocler del mundoS. San Pablo, elfariseo instruido, fue el primer fruto de aquella comunidad agraciadapar Dios; en Pablo, el orgullo del saber apareee postraclo ante lalocura de la predicaci6n. Desde entonees lusta ahora, la Cruz ha alistadobajo su bandera a todas las grandes dotes intelectua!es que en tiempos

3 Aunque este serm6n trata nuevos aspectos y abre pt>rspectivas que tendranun resultado decisivo para la vida de Newman, sin embargo no se aparla de htematica del resto dellibm. Continua clarificando, con notable sencillez, apoyandoseen observaciones naturales evidentes, el problema de la fe y la rn6n; ahor~ en elmomenta de reconocer a esta ultima las dimensiones importantisil1las de su legitimacolaboraci6n.

4 EI presente discurso -quiza porque quiere poner de relieve el papel de la(,raz6m>- queda algo limitado a los aspectos doctrinales del desarrollo del cristia-nismo. Es muy propio de Newman poner de relieve el peso decisivo de la ortopraxis,o vida conforme a Cristo, para dar autentico sentido alas formulaciones (y a lahora de aceptarlas 0 excluirlas). Ya 10 trat6 en el libro sobre Los a rria nos: conse-cuencias de la definici6n de Nicea para el realismo de la salvaci6n 0 «divinizacion»de la humanidad, y para la vida cristi~na en concreto; vid<l y actitudes personatesde 10s arrianos, en clara relaci6n con su rechazo de la consubstancialidad del Hijocon el Padre. En el libro sobre el Desarrollo aparecerii la importancia de los as-pectos «politicos», «elicos» e «hist6ricos», ademas de los «metafisicos» y 105

(d6gicos». A 10 largo del discurso vamos a encontrar esbozos incJucJables de esto:consecuencias practicas de la fe, el ethos de la herejia, su poca vitalidad y escasopoder de asimilaci6n (en 10 que tiene propiamente de «herejia»), la importancia del«conocimiento» 0 experiencia personal de Dios y las condiciones concretas paraque tal experiencia arraigue progresivamente en la persona del creyente, ete.

5 Es importante recordar el orden hist6rico con que eI cristianismo desarro1l6principalmente (no exc!usivamente), seglm Newman, sus diversos aspectos: «primerofue un culto, clespues una doctrina, despues Ull poder» (Pr6logo cat6lico ~ la ViaMedia, n. Ii).

Page 185: Cardenal Newman: Quince sermones

Y 10s rnonumentos de la fe antigua, Cada nombre que se lee en susestanterias es, en un sentido u otm, un trofeo expuesto para dejar cons-tancia de !as victorias de la fe. jCuantas vidas enteras, que propositostan elevados, cuanta devoci6n, contemplaci6n intensa, Y plegaria fer-viente, cuanta erudici6n profunda, cuanta diligencia incansab1e, cuan-tos cont1ictos dolowsos, han sido necesarios para establecer su supre-mada! Este objetivo es el que ha dado sentido a la vida de l1luchossantos y es el tema de su historia, Por el renunciaron alas comoclidadesde 1atierra y a los afeetos domesticos, y se sometieron a una norma devida austera, e incluso a confesar la fe en medio de la perseeuci6n, sicon ello aportaban una pequena ofrenda, un servicio, 0 algtm otroapoyo a la gran obra que iba progresand07, Esto dio origen a 1argas yvariadas eontroversias, si, y fue oeasi0n de numerosas t1aquezas humanas,puso de manifiesto mucha terquedad escondida y suseit6 acritudes yturbulencias, EImundo se conmovi6 a conseeuencia de ello, los pueblosse exasperaron, se formaron alianzas y eonjuras, se ganaron Yperdieronreinos, e inc1uso el celo exeesivo puso de relieve el valor extraordinariode 10 que se trataba; 1as mismas rebeldias Ie tributaron homenaje dealguna manera, pues las insurrecciones implican la soberania efectivadel poder que atacan, Entretanto, la obra prosigui6 hasta que a la 1argaquedo erigido un amplio edificio teol6gico, irregular en su estruetura ydiverso en su estilo, tal como cOiTesponde a un crecimiento lento durantesiglos; mas atm, an6malo en sus detalles, debido alas peculiaridades delos individuos 0 a la interposici6n de extranos; pew, en su conjunto,este gran editicio doctrinal sigue siendo el desarrollo de una idea y,semepntes a ella y a nada mas, sus porciones mas remotas se re1acionanmutuamente y testifican un origen COl1ltm,

anteriores se habian agotado en cosas vanas, 0 disipado en dudas yteorias inacahables, Las escue1as filos6ficas del paganisl\lo no tardaronen alannarse y en manifestar su recelo ~intltilmente- hacia la nuevadoctrina que les wbaba sus discipulos mas prometedores. Hasta entoneesh~lh[andado 1'01' supuesto que el hogar natural de la inteligencia era elJardin 0 el Portico, Sus mismos principios fundamentales eran abolidospOl' e1 hecho de tener que reconocer -10 que, de todos modos, nopodian negal~ que una superstici6n, pues eso la consideraban, art'aiahacia si toda 1aenergia, Ia agudeza, la originalidad y la elocuencia de suepoca, Pero estas agresiones al paganismo fueron s610 e1comienzo de1as conquistas de la Iglesia; con el tiempo, el pensamiento entero dell\Iundo -cahe decirlo asi- fue asimilado par la filosofia de la Cruz,como el elemento en que vivia y la forma en que era remoldeado6 iYcuantos siglos se manruvo y que inmensos vestigios quedan todavia desu dominio! En las capitales de la cristiandad, la eatedral y su coratestifican '11m la victoria de la fe sobre el poder del mundo. Para vel' sutriunfo sobre la sabiduria del mundo, hemos de entrar en nuestrasbibliotecas, esos cementerios sagrados donde se almacenan las reliquias

6 l'scribe con d entusias!l1o de quien ha descubierto recientemente la incom-parable fuerza asimiladora que liene la Verdad divina proclamada par la Iglesia, 1.0explica mas en un brillante pinafo de EI desarrollo de la doetrina cristiana (cap, VIII,pags. 306-308 de la traducci6n caslelbna; vease Essays Critical and Historical, II, p,231 s,), Pew no ha olvidado los obstaculos que pone la raz6n orgullosa (1a razonhumana en SU ull1dici6n real y concrela, herida par el pecado) para somelerse a lafe, lal comu los ha analizado en los sermones universitarios anteriores, En realidad,el dominio del cristianismo sobre el pensamiento humano fue muy relalivo: «En laEdad Media el cristianismo habla grabado su imagen en la organizaci6n social.Nunca pudo hacer 10 mismo en la lileratura y la ciencia, En la Edad Media el juicioespomaneo que se formulaba subre un filosofo, era que eSlaba aliado con 10spoderes malignos, Y lladie dud a de que en los tiempos antiguos y en los modemosla inteligencia del mundo Se ha mantenidu ind6mila. Si, pues, el cristianismo no haempujado a la illteligellcia del mundo, vista en su conjunto, a confesar a Cristo,ipor que insistir, como si fuera una gran adquisici6n, en el hecho de que oblig6 aIa organizaci6n social dellllundo a confesarle?» (Letters and Diaries XIX, pr, 421 s,Carta de 1860 al hisloriador 1', W, Allies, Subrayados del propio Newman). Quizi laperspectiva sintelica aparece mejor matizada en el cap. V de la Apologia, cuando tratade la raz6n rebdde e inquieta, y de Ia riqueza creativa del pensamiento teologicoen plena Ecbd Media,-- En cartas posteriores queda aun mas claro que Newman noconsideraba absolutamente ideal la vinculacion del poder politico al cristianismo:«!'I sistema medieval Se avenia con la epoca medieval; pero esto no demueslra quese avenga con lodas las epocas» (Letters (lild Diaries XIX, p, 4.32, cana a Allies). Yrdiriendose al sistema de los Estados !'ontificios poco anles de su calela: «Tal sis·tema despotlco cerrado no se aviene con la epoca actual, y no me dan ganas delIor,n ante Ia perspeCliva de su hundimienlO, aunque me horrorizan los sacrilegiosy Ias blasfemias.,,» Uettersand Diaries XXIV, p. 126, cana a Pusey, del 16 de agos-to de IH6H)

6, Dejemos esta panoramica del sistema general y descendamos a bhistoria de la formaci6n de alguno de los dogmas cat6licos concretos,Casi nadie de los que la estudien sin prejuicios dejara de admitir elnotable interes del proeeso de las controversias relacionadas con taldogma, desde las primeras confusiones y deseonciertos hasta su resul-tado exacto y definido, Es alga profundamente atractivo contemplarc6mo la sublime idea, pOl' su fuerza siempre viva, se apoclera de milescle entendimientos, y nadie la puede reprimir 0 limitar. «Como un fuegoardiente metido en su interiOr», dice e1profeta (Jr 20: 9), «se esforzaban

7 Las personas de los santos y santas son el gran fruto de la fe en la historiahumana, Newman piensa aqul especialme11le en los que fueron i1ustres maestrosde la Fe en la antigLiedad y el medievo. Menciona algunos en eI capllulo V de laApologia, p, 209 s.

Page 186: Cardenal Newman: Quince sermones

Hayen ellas una vida que se manifiesta de manera progresiva, UI13

verdad garantizada por la coherencia, una realidad que fructifica en re-cursos insospechados, una profundidad que Ilega a penetrar hasta elmisterio. Todo esto porque sus palabras representan algo efectivo, quetiene un lugar y un sentido preciso, y una incidencia necesaria, dentrodel sistema sublime de realidades divinas; algo arm6nico en su ser ycompatible con 10 que implica. iQue forma de paganismo puede ofre-cer algo semejante? iQue fil6sofo ha dejado sus palabras a la posteridadcomo un talenta que podia prestarse a usura, como una milla siempreinagotable?Jl Tambien aqui la herejia Ileva su distintivo: sus dogmas soninfructuosos, no tiene teologia; no la tiene, en la medida que es heretical2

5i se Ie descuenta 10que conserva de teologia cat6lica, ique queda? Po-lemicas, excusas, protestas. Recurre a la critica biblica, 0 alas pruebasapologeticas, pOl'falta de ambito propio. 5us j017llulaciones terminan ensi mismas, sin desarrollo, porque son meras palabras; son esteriles, porqueestan muertas. 5i tuvieran vida, crecerian y se multiplicarian; si acasoviven y dan fruto, son como «el pecado, que una vez consumado, da aluz la muerte» CSt1: 15; cf. 6: 23). 5e desarrolla descornponiendose; nocrea nada, no tiende a ningtm sistema, su dogma resultante no es sinola negaci6n de todos los dogmas, de toda teologia, bajo el Evangelio.No es de extrafiar que niegue 10que no puedc alcanzar.

par contenerlo, y no podian». Crece dentm de ellos, y llega a nacer pormedio de 'ellos, quiza despues de much os all0s, 0 de una serie de ge-neraciones. Asi puede decirse mas bien que la doctrina se sirve delpensamiento de los cristianos, antes de que estos se sirvan de ella. Esmaravilloso ver los esfuerzos vacilantes, interrumpidos a veces, connumemsas oscilaciones a la derecha y a la izquierda, con muchos con-tratiempos, y c6mo sin embargo avanza con certeza y precisi6n, y Ilegaa la plenitud de su desarrollo; entonces, la verdad entera se sostiene«autoequilibrada en su centro», formando una unidad indisoluble, cu-yas partes se integran y corresponclen mutuamente, mientras dura eJmund08. Es maravilloso ver c6mo la misma hercjia ha servido para ver-ter aquella idea en formas nuevas, y ha dado pie a ulteriores desarrollos;estos salen de la idea con una exuberancia que sobrepasa todos loscuestionamientas y con una armonia que desbarata todas las criticas, ala manera como su divino Autor, cuando era puesto a prueba por elmaligno, salia fortalecido de la embestida, pues sus afirmaciones siemprese verifican y triunfa en todas las causas9

.

7. Este universo intelectual-todo el ambito del pensamiento teol6gicocristiano- es la expansi6n de unas palabras mas bien breves y ocasionales,pronunciadas por los pescadores de Galilea. Yaqui se halla otro punto,que corresponde mas espedficamente al tema que me propongo trataren este discurso: la raz6n no s610 se ha sometido a la fe, sino que se hapuesto a su servicio. La raz6n ha dilucidado los documentos de la fe, haconvertido en fil6sofos y te610gos a campesinos sin estudios, de suspalabras ha explicitado significados que apenas sospechaban los primerosque las oyeron. Que san Juan lIegara a ser te610goJ es sin duda masextrafio que si san Pedro hubiese llegado a principe. Este es un fen6me-no propio del evangeJio, y una nota de su caracter divino. Sus frasesentrecortadas, 10que se desprende de su lenguaje, admiten desarrollo1o

.

(Lasj6nnulas doctrillales dabuso de la raz6n?)

8. Aquello de que carece en si misma la herejia, 10 niega la rgle-sia. Con esto llegamos al tema a que voy a dedicar mi atenci6n. Nohace faIta, pOl' cierto, demostrar formallllente que esta actitud de

8 Newman habia estudiado especial mente el proceso de formaci6n de 1005dog-mas trinitarios y cristol6gicos en la Iglesia antigua. Su admiraci6n se extiende, sinembargo, al proceso hist6rico can que se han elaborado despues otros importantestemas de la fe cristiana.

9 EI notable papel de las herejias en el desarrollo de 1005conteoidos de ia fecristiana, es algo que ya habia aprendido en eI anglicanismo. Vease Apologia, cap.

V, p. 204. .10 Nota del au tor: ,Nease la Analogia de Butler, parte II, cap. 5».-AdJunto unas

frases del obispo anglicano en ellugar citado: «Todavia no se ha entendido todo elpensamiento de la Escritura. Si alguna vez Ilcga a comprenderse, antes de «Ia res-tauraci6n de todas las cosas» (Hech 5: 21) y sin una intervenci6n milagrosa, estapenetraci6n habra de realizarse de la miSl11a manera por la cual avanza el conoci-

miento natural: por la continuidad y el progreso del estudio y de la libertad, y porpersonas concretas que descubran, comparen e investiguen mas a fonda 1005indi-cios dispersos en la misrna Escritura».

II Ciertos aspectos del desarrollo del cristianismo pueden i1uminarse, por ejem-pia, con el desarrollo del aristotelismo: «Un buen seguidor y estudioso de Arist6teleses alguien que puede dar respuesta a todo tipo de preguntas filos6ficas de lamanera en que Arist6teles hubiese respondido. Si son preguntas que no podianformularse en la epoca de Arist6teles, ias responde tamhien (seglln su estilo .. ,)>>(Carta a Stanislas flanagan, 1868, 7heological Papers (if Newman on Bihlical Insl)(-ration and Infallihility, Oxford 1979, pags. 17605.; puhlicado tambien en «Grego-rianum» 58, 1958). Vease el apartado 18 del presente serm6n.

12 Par el contra rio, en 10 que no tiene de heretico puede encaminar hacia laverdad plena: «Ul1a persona religiosa, educada, que ha aceptado sinceramente cieltaforma de paganismo ° herejia, al ser atraida hacia la luz de la verdad, se despren-deria del error no perdiendo 10que tenia sino adhiriendose a 10 que Ie faltaba (. ..)La venhdera conversion tiene caracter positivo, uo negativ()l) (Discllssions andArguments, p. 2(0). Es eI camino hacia la verdad por integraci6n mas que porexclusiones radicales y precipitadas.

Page 187: Cardenal Newman: Quince sermones

meno::;precio de la::;fonnulacione::; doctrinale::; --yen concreto de la::;que ::;erdieren a la Sanrbima Trinidad y a la Encarnacion- predominade una torma especial en nue::;tros tiempo::;, Esta muy extendida lasospecha -experimentada quiza tambien pOI' muchos que no estandispuestos a reconocerla- de que el desarrollo de ideas y la formaci6nde dogmas es un simple abuso de la raz6n; y que esta, cuando seaventuro en temas tan sagrados,fue mas aliade su capacidad, y no consigui6011:1 cosa que multiplical' palabras sin sentido y deducciones intltiles 13 Laconclusion sigue: cHcha tentativa no lleva sino a controversisas peI'I1l-ciosas, poria discordancia de opiniones doctrinales que es su conse-cuencia inmediata, Consideran que no hay propiamente una vincula-cion nect'saria entre la creencia I'eligiosa interna y las declaracioneselaboradas teol6gicamente; y que seria mas conforme a la caridad y albuen sentido, si se I'edujeran los credos a la categoria de opinionesprivadas; los individuo5 las podr:ln sostener para 5i, pem no tienenningtl11derecho de imponerlas a los demas,

10, Losdogmas teologicos son proposiciones que expresan los juiciosque forma la mente, 0 las impresiones que recibe, de la Verdad I'evelada,La revelacion Ie presenta ciertos hechos y signos, I'ealidades y principiossohI'enaturales; esta impresion se convierte de manera espontanea, 0incluso necesaI'ia, en tema de retlexi6n por parte de la misma mente, lacual procede a investigarla y a proyectarla en una serie de frasesdistintas16 Asi la doctrina cat6lica sobre el pecado original, 0 el pecadodespues del hautismo, 0 la Eucaristia, 0 la )ustificaci(JI1,no es mas quela expresion de la creencia inteI'ior17 de los cat6licos sobre estos puntos,y se form6 a base de un analisis de dicha idea 18 Lo mismo hay que decirde !as doctrinas sublimes (de la Trinidad y la Encarnacion) que meconciernen ahora de un modo especial.

9, Es mi pI'op6sito en 10que sigue investigar la vinculaci6n entre lafe y la confesi6n cJogmatica, por 10que se refiere alas doctrinas sagradasque acabo de indicar, y pcmer de relieve el oficio de la raz6n en estecampo, Al hacerlo, aludire 10menos posible a los puntos de vista err6neossobre el tema, S610los he mencionado para que las cosas queden bienclaras, Seguire el curso de la retlexi6n, y analizare los puntos dondeesta se abre pOl' su propia naturaleza, Tampoco me incumbe aqui lacuestion de quien sea ellegitimo forjador de estas inferencias dogmatic aso de, quien decide sohI'e ellas, si es que hay alguien con semejanteautor/dad en la Nueva Alianza, EI tema aqui no consiste en si la Iglesiaes infaliblel'" 0 si 10son sus miembros, 0 los primeros siglos, 0 ninguno;sino en la propia teoria del desarrollo,

11, La idea interior de la verdad divina, que pasa naturalmente a laforma explicita porIa acci6n de nuestra capaciclad retlexiva, puecJe tenerse

15 <<Idea» liene en Newman un sentido muy amplio, desde un simple objetocapLado pOl' 10s sentidos hasta los gran des movimientos culturales y sociales de lahistoria, Es quiza lOdo 10 que se presenta de alguna manera al alcance del entendi-miento de una persona 0 grupo de personas, El libro sobre el Desarrollo empiezaprecisamente con una perspectiva de la reacciones que !as <<ideas» desencadenan: «Esnota caracteristica de nuestro entendimiento su incesante afan de formal' juicio sobrecuantas cosas se presentan a su consideraci6n, En cuamo percibimos, ya juzgamosl. ..); cOlllparamos, oponemos, abstraemos, generalizamos, relacionamos C.,) Muchosde (OSIOSjuicios se refieren a un solo objeto, el cual es examinado desde diferentespuntos de vista por un unico entendimiento C ..) La idea que representa un objetorealo supucsto se evalua por la suma total de sus aspectos posibles ,.. Comunmente,el entendimiento no acepta una idea como objetiva sino merced a esta variedad,como sucede con las substancias corp6reas .. ,» (Cap, I, pags, 32 s.),

16 «Una filosofia divlna se ha connado a la custodia de la Iglesia, No un ntlmerodeterminado de formulaciones, en las cuales consistiria la teologia segtmciertoste610gos modernos y pedantes, sino rodo un sistema de pensamiento .. ,}}(Carta aStanislas Flanagan, 1868, ]fJeulogical Papers oj) H. Newman 011 Biblical ImpirationamI Injil!libili~y, p, 158; este mlslllo documento habia sldo publicado por el PHugo de Achaval en «Gregorian un])) 39, 1959, pp, 582-596)

17 Expresi6n original: «the inward belie}>,18 Nota del aUllJr: «La controversia entre la Iglesia de Inglaterra y la Iglesia de

J{oma radica -asi se supone- ellla cueslion de becho sobre si son autemicos tales 0

cuales desarrollos (pOl' ejelllplo, sobre el purgatorio como desarrollo autentico dela cloctrina del pecado despues del bautismol, no en el principio del desanollo enSl mismo)}, Los subrayados son tambien del auto!".

13 «!l est devenu courant, et merne banal, de considerer Ie dogme chretiencomllle una realite etrangere a l'existence}}, Asi empieza Olivier de Berranger sulino articulo «Dogme et existence dans l'oeuvre de Newman}} (Relme des SciencesPhilosophiqlles et Tbeologiques, 58, 1974) Y cita como ejemplo de esta incompren-si6n la frase de M, Heilkgger: «Le systeme du dogme n'a jamais repose sur unlondement iSSLldes queslions primordiales de la fob> (I 'etre et Ie temps, Paris 1964,p.25l.

I·j En el libro sobre el Desarmllo se extiende ampliamente sobre ]a autoridad einlalihilidad de la Iglesia Pm ejemplo, capitLllo II, secci6n 2 (pags, 65-78 de latudLlcci6n castellana antigua),

Page 188: Cardenal Newman: Quince sermones

genuina y perfectamenle sin necesidad de esla delineaci6n posterior. Uncampesino puede tener una autentica impresi6n de la verdad revelada, yno ser capaz de dar cuenta de la misma en forma inteligible. Mas aun, h~ymotivos para decir que la impresi6n marcada sobre la mente no necesltani siquiera ser reconocida por los sujetos que la po~een. En otras ~alabras,el hecho de que algunas personas no sean consClentes de una Idea, nodemuestra que no esten poseidos de la misma. De estas impresiones. nopercibidas se dan muchisimos ejemplos, tanto en eI c~mpo de 10se~slblecomo en el intelectual. ~Que queremos decir cuando aflfmamos que Clertaspersonas no se conocen a si mismas, sino que se rigen por prejuic~os,puntos de vista, sentimientos u objetos que no reconocen 0 no h~n caldoen la cuenta de que los tienen? Es corriente estar alegres 0 depnmldos poruna causa que no recordamos, si bien sabemos que algo sucedi6, 0 nosdijeron, bueno 0 malo, que explicaria nuestro sentimiento, si 10pU~ieramosrecordar. lQue es la memoria sino un amplio almacen de tales tdeas la-tentes, pero que estan, y pueden despertarse en a:gun momen_to?Cuan~olas personas intentan rehacer la his tori a de sus 0p11110nesen anos anteno-res muchas veces fracasan en eI intento de precisar la fecha exacta de talo c~al convicci6n, pues el con junto de sus pensamientos no ha dejado deexpandirse de manera sosegada y gradual. 5i no se trata de un caso deconversi6n 0 reacci6n repentina, 0 de volubilidad de pensamlento, suce-de 10 mismo que cuando gennina el fruto de la tierra: «primero hierba,luego espiga, despues trigo abundante en la espiga» (Mc 4: 28); se ha dadoa luz una idea, se ha clesarrollado en forma explicita 10que ya se escondiadentro de la mente. Tambien los criticos cliscuten muchas veces sobre laidea que pudo tener un poeta al crear sus comp~sici~nes 0 sus per~ona-jes; lIamamos a este ana lisis «fiIosofia de Ia poesla;>, S111querer ~eClr conello que eI autor escribiera siguiendo una teon.a que despues se hasistematizado, ni que supiera de que se trataba, S1110que de hecho unaidea inconsciente Ie poseia, Ie gobernaba y Ie guiaba. Otro ejemplo podriaser aquel extrano y doloroso sentimiento de vado que, de vez en cuando,experimentan los hombres religiosos: parece entonces que nada es ver-dadero, ni bueno, ni justo, ni fructifero; la fe parece u~ simple nombre; eIdeber una burla; todos 10s empenos en hacer el bien, absurdos y S10esper~nza; y todas las cosas, tristes y perdidas; como ~i la religi6n ~ubi:.sesido borrada de la tierra. lNo podria ser esto el efecto dtrecto de la pnvaClonmomentanea de aquella vista suprema que inconscientemente abasteceal alma con su vida y paz espiritual?

12. Otra c1ase de ejemplos son los que s610 vienen al caso en la me-dida en que se trata de impresiones reales,. aun cuan~o no produzcanningun efecto notable en la persona. Es cornente expenmentar 10que se

llama la «vision vacla»: el ojo apenas percibe ciertos objctos, que nodespiertan ninglm interes por medirlos 0 situarlos. Tambien es muy COmlll1la «ausencia mental»; minutos despues la persona recuerda cierto hechosensible como el sonar de una hora 0 la pregunta de un compailero queera desatendida en el1l10mento en que tuvo lugar. Y 10que sucede durante10ssuenos, cuando pasamos de repente de un tipo de sensaci6n, 0 deun conjunto de detalles ambientaJes, a otro, sin sorprendernos enabsoluto por la incongruencia, ~c6rno se explica si no es por el hecho deque, mientras recibimos primero una impresi6n, y luego la otra, no nosdamos por enterados, de manera activa, de que !as recibimos? Esta esquiza la vida de lo~ animales: una especie de sueno continuo, impresio-nes sin reflexion. Esta parece scr tambien Ia primera etapa de la vida delos ninos. Mas alm, en elmismo cielo, tal podria ser Ia existencia superiorde ciertos 6rdenes de espiritus puros bienaventurados, como Ios serafines,a los que no se atribuye el conocimiento, sino el puro amor.

13. Ahora bien, es importante insistir en estos ejemplos, porque nossugieren la realidad y la permanencia de un conocimiento interior, encuanto distinto de la profesi6n explicita. La ausencia total 0 parcial deformulaciones dog1l1aticas -0 su caracter inc01l1pleto-- no es ningunaprueba de que falten Ias impresiones 0 juicios implicitos en la mente deIa Iglesia. Pueden pasar incluso siglos sin la expresi6n formal de unaverdad, que ha sido a 10 largo de ellos la vida secreta de mil10ncs dealmas fieles. As!, hasta el siglo XIII no hubo ninguna dec1araci6n directay precisa, por parte de Ia Iglesia, de la Unidad numerica de la Naturalezadivina, negada a primera vista -aunque no real mente- pOI'Ias expresio-nes de algunos de los principales padres griegos19• Asimismo, Ia doctri-na del «Filioque»20 no era dogma cat6lico en las primeras epocas, si

19 En el Concilio IV de Letran, del ano 1215, se defini6 10 que siempre habianereido los eristianos: «Tres Personas, ciertamente, pero una sola Esencia, Substan-cia 0 Naturaleza» (Denzinger-Shi\nmetzer, E11Chil'idioll Svmbolol'um, n. 800 [n. 428,en ediciones anteriores]). El mismo eoneiJio expres6 con una frase celebre JasIimitaciones de la analogfa de nuestro lenguaje sobre Dios: «entre el Creador y laerialura no puede seilalarse una semejanza tan grande, que no implique una des-emejanza aun mayor» Uhid., n. 806 [433]).

20 Aqui he Iraducido pOl' «Filioque» -pues nuestros libros de teologia e historiaeclesiastiea denominan asi a la «Procesi6n del Espiritu Santo del Padre y dellfij()}-la expresion inglesa «Double Proeessio!1». Vease la explicaci6n de Ja ar"jadiduraFiltoque (Oenz-Schon., n. 150 [861 y su interpretacion en el Concilio II de Lyon y elConeilio de Florcneia: « .. tamquam ab uno principio et unica spiratione» (Ibid., nn. 8')0[460J y 1300 [49l])

Page 189: Cardenal Newman: Quince sermones

bien algunos padres la afirmaban mas 0 men os daramente; con todo, siahora debe ser aceprada -como sin duda alguna debe serlo- comoparte del Credo, es que en realidad la sostuvieron en todas partes desdeeI comienzo; la sostuvieron, por tanto, como una simple impresi6n re-ligiosa, y quiza inconsciente.

sostenido, pero no Ie convence el modo como se Ie presenta, y la calificade paradoja 0 sutileza extremada. Es decir, no puede por el momentoanalizar sus opiniones, y no sabe si esta de acuerdo, 0 no, con la doc-trina, pm la dificultad de dominar a fondo sus propios pensamlentos.

16. Otra caracteristica, que ya he indicado, de las formulacionesdogmaticas, es la dificultad de reconocerlas, cuando ya se ha lIegado aelias, como la autentica representaci6n de 10 que estaba en nuestroanimo. Esto sucede por muchas razones; a veces pm nuestra debilaprehensi6n de la misma idea -sea buena 0 mala su naturaleza- hastael punto de no aceptar la substancia de ciertos principios que, sin em-bargo, no dejan de intluir en nosotros. Muchas personas, pOl' ejemplo,act(lan por principios utilitaristas, pero se sienten ofenclidos cuando losyen formulados en un tratado, y no los aprueban. Y, tratandose detemas sagrados, el mismo detalle de que un dogma pretenda ser lacontemplaci6n directa y, dado el caso, una definicion de 10 que esinfinito y etemo, es algo penoso para una mente sincera21 Ademas, porlos supuestos de que partimos, se trata de la representaci6n de una ideaen un medio no connatural a ella; no tal como se concibi6 miginalmente,sino en su proyecci6n, por decirlo de alguna manera. No debe sorprender,por tanto, que -si bien hay una intima correspondencia, parte por parte,entre la impresi6n y el dogma- tenga que haber bastante rudeza en lostrazos de este, y se eche de menos, por ejemplo, la proporci6n anno-niosa; esto es inevitable, a causa de la tlaqueza de nuestras facultadesintelectuales.

14. 5i las ideas pueden estar latentes en la mente cristiana -formaday animada, a su vez, pOl'ellas-, no sorprende tanto que sea dtficil sacarlasa la luz y definirlas. De esta dificultad tenemos pruebas abundantes enla historia, tanto de la Iglesia como de algunas personas concretas. Nodebe extranar en absoluto que cuando los individuos intentan analizarsu propia fe hallen la tarea ardua en extremo, e induso superior a susfuerzas. Puede ser obra de muchos anos; puede ser, tambien, que alconocer desarrollos autenticos de la fe, realizados en otro ambiente, seretraigan de ellos como algo extrano a su pensamiento. Pueden ponersediversos ejemplos.

15. Sucedera a menudo, quiza pm la naturaleza de las cosas, queresulta imposible dominar y expresar una idea en un breve espacio detiempo. Por 10 que se refiere a personas concretas, a veces descubrenque no pueden hacerlo en absoluto; a la larga reconocen, quiza, en lalectura de un autor, la explicaci6n que deseaban de sus propios pen-samientos. Enronces dicen: «He aqui 10 que siempre hemos experi-menta do y queriamos decir, pero no podiamos» 0 bien «He aqui, mejorexpresado, 10 que siempre hemos sostenic!o». Tambien hay muchaspersonas que sknten el peso de una idea que les ronda 0 les persiguehuena parte de sus vidas, y de la cual solo pueden desprenderse a lalarga y con muchos apuros. Supongo que la mayoria de nosotros he-mos experimenrado a veces, y por una larga temporada, el pruriro depensamientos y pareceres que sabiamos en eI fonclo que eran verclacle-ros, peru que solo se nos mostraban de una manera confusa 0 difuminada,o como revoloteando ante nosotros; al fin comprendinlos que no hahiaque furzarlos, sino que debian seguir su via y que, si esta era la volun-tad de Dios, llegarian a aclararse a su debiclo tiempo. Lavida de algunoshombres -y no 10s menos eminenres entre te610gos y fil6sofos- se hacentraclo en el desarrollo de una sola idea, e incluso ha siclo a vecesdemasiado corta para completar el pruceso. Es asimismo muy frecuenteque, al escuchar por primera vez una doctrina, la persona vacile,primero b reconozca, luego la repudie; luego dice que siempre la ha

17. Tambien se dan desarrollos 0 consecuencias de una idea comlmtan separados y remotos entre si -y respecto a la misma idea-, que aprimera vista parece que no tienen relaci6n alguna. Asi sucede a menu-do que se atribuye espiritu partidista a ciertas personas, por el hecho deque estan de acuerclo entre si en determinados puntos de opinion y deconducta considerados demasiado distantes, diversos e insignificantes,en el amplio campo de la doctrina y de la disciplina religiosa, paraque procedan de otra fuente que no sea el intlujo extemo y la norma

21 Expresi6n original: « ispainJill to seriolls mind!»>. En ellibro sobre ios arrianosjunto can ia neeesidad y el valor inmenso de las definieiones de 105 primero~eoneilios, expresa rambier1 el deseo ideal de que no hubicse sido necesarioforl1lularlas.

Page 190: Cardenal Newman: Quince sermones

impuesta artificialmente. Sin embargo, una mirada atenta al maravillosopoder expansivo y a la virtud penetrante de las ideas teol6gicas y filo-s6ficas, hubiese mostrado que 10 que pareda arbitrario en escuelas depensamiento rivales 0 emparentadas, en definitiva venia rigidamentedeterminado por su hip6tesis original. Se ha observado, por ejemplo,que rara vez se defendi6 eI estado de somnolencia del alma antes de laresurrecci6n final, sin caer en en'ores mas graves22.Tambien, que los queniegan la doctrina luterana de la justificaci6n tienden generalmente ha-cia una religi6n ceremonial. Y el hecho grave de que el protestantismoha desarrollado en diversos momentos, inesperadamente, una permisi6no vindicaci6n de la poligamia. Y, finalmente, se ha visto que los herejesen general, por opuestas que sean sus afirmaciones, sienten una inex-plicable simpatia mutua, y que nunca despiertan de su letargo ordinariosi no es para plan ear coaliciones y obsequiarse redprocamente.

Desde otro punto de vista, viene a prop6sito recordar aqui algo so-bre la extensi6n de las formulaciones. A veces imaginamos que unaidea puede expresarse en pocas frases; pero, cuando 10intentamos, lasexplicaciones van creciendo en nuestras manos, por mas que nosesforcemos en abreviarlas. Este es el contraste que hay tambien entre laconversaci6n y la correspondencia epistolar. Pronunciamos 10que que-remos decir, sin excesivas molestias; nuestra voz, nuestro ademan, y lasmedias palabras, completan la expresi6n. Pero al escribir, cuando hemosde sacar a la luz los detalles y preyer los malentendidos, parece quenunca nos sacamos de encima la responsabilidad de nuestra tarea. Siendoasi las cosas, hay que admirar que los credos sean tan cortos; pero no esnada sorprendente que siempre necesiten comentarios.

18. Estas dificultades y riesgos al desarrollar doctrinas implicitamen-te asumidas -dificultades y riesgos que reconocemos completamente-,se convierten a menudo en base para negar todo autentico desarrollo,para decir que no hay conexi6n natural entre determinados dogmas ydeterminadas impresiones, y que la ciencia teol6gica es cuesti6n de laepoca, del lugar, y de otras circunstancias, aunque la creencia interiorsea siempre una y la misma.

Contra tales afirmaciones se rebela el instinto de todo cristiano,pues el primerisimo impulso de su fe es el empefio par expresarseacerca de la «gran perspectiva» que se Ie ha otorgado; 10 cual parece

22 Vease Denzinger-Sch6nmetzer, EnchiridiOIl Symbolorum, n. 1000 [5301(Constituci6n Benedictus Deus, ano 1336) y n. 1305 [69.3J (ConciJio de florencia,allO 14.39).

demostrar que existe realmente una ciencia teol6gica, este 0 no lamente a la altura para descubrirla. Por cieno, ccual de las cienciasesta al alcance de cualquier curioso? cCual de ellas no esta comoescondida en sus postulados? ;.Cual deja de rcquerir especiales dotesde entendimiento para su exacta elaboraci6n? Todas las materias deque se trate admiten tearfas verdaderas y falsas, y las falsas no de-ben ser prejuicio contra las verdaderas. ;.Por que tenelria que sernuestra c1ase de ideas diferente de todas las demas? Los fundamentosde la fiJosofia, de la fisica, de la etica, de la poJitica, del buen gusto,pueden ser objeto de recepci6n implicita y de formulaci6n explicita.iPor que las ideas que constituyen la vida profunda de los cristianosno tendrian que ser reconocidas tambien como 10 bastante precisasy de~inidas para ser susceptibles de an.1lisis cientffico? ;.I'or que nopodna haber en materia religiosa aquella vinculacion real entre laciencia y su objeto, que existe en otros campos del pensamien-to?23 Nadie negaria que la filosofia de Zen6n, 0 la de PiUigoras,representaba un modo determinado de ver las cosas. Nadie afirma-ria que un plat6nico y un epicureo difieren sola mente de palabra yque actuan basandose en la misma idea de naturaleza, de vida y dedeber, 0 que quieren expresar la misma realidad con estas palabras.Y, sin embargo, tLlvieron que ser todo un Plat6n y un Epicuro losque descubrieron los complejos elementos de pensamiento a partirde los cuales se construyeron ambas filosofias. Ciertamente, unapersona puede ser peripatetica, 0 academica, en sus sentimientos,sus puntos de vista, sus prop6sitos y actuaciones, sin haber oklo nuncael nombre de tales escuelas.

. Aceptam?s que se clan casos extremos, cuando los individuos quequteren analtzar sus opiniones religiosas tienen que confiar exclusiva-mente en su propia raz6n, y esta les resulta insuficiente para semejantetarea; pero esto no se puede alegar contra el hecho de una correspon-dencia general y natural entre eI dogma y la idea interior. Si el Diostodopoderoso es siempre uno y el mismo, y se nos ha revelado comouno e identico, la verdadera impresi6n interior producida pOI' EI enquien recibe la revelaci6n, debe ser una e identica. Y, puesto que lanaturaleza humal1a procede seg(lI1leyes constantes, la formulaci6n deaquella impresi611debe ser una y la misma. En otras palabras: si dijera-mos que hay dos credos, tambicn podriamos decir que hay dos dioses.Si consideramos la firmeza de los sentimientos, la energia de las accio-nes y el rigor de los sufrimientos que ha significado, siglo tras siglo, elmantenimiento de los dogmas cat61icos, podremos tachar de muysuperficiales a los que consideral1 todo esto como un simple litigio de

23 Insiste con nuevos ejemp!os, de la filosofia antigua, para roner en cvidenciael absurdo de la orini6n dominantc, segllO la cllal los dogmas rcligiosos spn plifascllcstipncs de ralabras y que (do mislllo da afilmar una cosa que la contrarb».

Page 191: Cardenal Newman: Quince sermones

espomaneameme -como dije- y con devota cllriosidad el ohjcto de suadoraci6n, empieza a eJahorar afirmaciones sobre [I, antes ue sahel'hacia d6nde 0 hasta d6nde Ie lJevaran. Una proposici6n conduce nece-sariamente a otra, y esta a una tercera, etc., hasta el momenta en que serequiere_ cierto limite; y cuando se combinan estos aspectos entre si, seproducen nuevas evoluciones, siempre a partir de la idea original que,pOl' supuesto, nunca puede agotarse enteramente. Este proceso es sudesarrolJo, que viene a parar en una serie, 0 mejor, un cuerpo de afir-maciones doctrinales. Lo que cmpez6 sienuo una impresi6n grabada enla imaginaci6n, se ha convertido en un sistema 0 credo en la raz6n.

palabras, y de mllY mezquina y rastrera la filosofia de los qllelo arrihll-yc.n Illeramenre al espirilll de parrido, alas rivalidades personales, a laambici6n 0 a la avaricia2

-1.

19. Par razonable que sea la perspectiva que he ofrecido de los desa-rrollos doctrinales en general, no puede negarse que los que guardanrelaci6n con los objelOs directos de la fe, de los cuales estoy hablandoen concreto, tienen un caracter peculiar que obliga a considerarlos apalte.'fratcmos, pues, del desarrollo, pensando en las doctrinas sagradas dela Trinidad y la Encarnacion. 21. Es obvio que !as impresiones de las Personas ])ivinas en nosotros

son singulares y completas, pOI' encima de las demas ideas teologicas,porque son irnpresiones de objetos directos de la fe. Las ideas y sus de-sarrollos generalmente no son 10 mismo; aunque el desarrollo no sueleconsistir en otra cosa que en eJ paso de la idea a sus consecuencias. Asi,la doctrina de la penitencia puede considerarse un desarrollo de la doc-trina del bautismo y, sin embargo, es una doctrina distinta. En cambio,los desarrollos en las doctrinas de la Santisima Trinidad y de la Encarna-ci6n son meras porciones de la impresi6n original y modos de repre-sentarla25 Tal como ])ios es uno, la impresi6n que nos concede de simisl110 es una; no es susceptible de divisi6n, no es un sistema, no es nadaimperfecto 0 que necesite un duplicado. Es la visi6n de un objeto. Cuan-do rezamos, no rezal110s a un agregado de nociones, ni a un credo, sinoa un Ser concreto. Y cuando hablamos de EI hablamos de una Personano de una ley 0 de un enunciad026 Siendo ~si las cosas, todos nuestro~intentos de describir nuestra impresi6n de EI se dirigen a sacar a la luzuna sola idea, no dos a tres 0 cuatro; no una filosofia, sino una idea sin-gular en sus aspectos separados.

20. EI Apostol dijo a los de Arenas: «A quien adorais sin conocerle,os 10 anuncio yo» (Hch 17: 23). Tambien Ia mente habituada a pensaren Dios, en Cristo y en el Espiritu Santo, al ponerse a contemplar

21 En el libro Los WTidll(JS del siglo IVexpone con delalles hist6ricos c6mo lescost,) a los santos padres antigllos decidirse sobre formulaciones de fe noescrilurislicas, y cuantos sufrimienlOs les trajo su decision. En el mismo libro ma-nifiesta su preferencia ideal par la ausencia de ill1posici6n de f6rmulas: «Sitengo que manilestar mi parecer, aquella libertad de simholos y artlculos es, enabstracto el nive! mas elevado de C0ll1uni6n cristiana. Y este privilegio propio dela primiti~a Iglesia no se de be a una debilidad hacia aquellos que, ostentando unorgullo impaciente, rehusan todo control; sino que se debe 1) a que las confesio-nes ptlblicas de fe dan pOI' resulrado inevitable el tecnicismo y el formalismo, y 2)a que, cuando no existen confesiones, los misterios de la Verdad divina, en lugarde estar expuestos a la mirada irreverente de los profanos, se guar·dan escondidosen el seno de la Iglesia, mucho mas fielmente de 10 que se pueda hacer de otromodo ...» (p. 37). Anade alii mismo, en nota de 1872, un texto de san Hilario: «Noos hacia falta la letra, cuando gozabais de la abundancia del Espiritu. La letra serequiere alii donde esta en peligro el senti do interior» (traduzco dellatin). Tambienll1anifieSla en aquellibro su rechazo de 10s metodos violentos: EI amor a la verdad,de por si no es irreconciliable ni con una tolerancia sin limites, ni con el apoyoexdusivo a una religi6n elegida» (Ibid., p. 234; vease Apologia cap. II, p. 41). Lahisroria de los an·ianos pone tambien de relieve que son indispensables las inter-pretaciones eclesiaSlicas oficiales del mensaje cristiano, para contrarrestar las de-formaciones hereticas y paganas (p. 225, ete.). pero este «res!» necesario (p. 103,etc.) rCsullO insuficiente. Los afeetados, despues de la primera oposici6n diamelral,se las ingeniaron para darle a la definici6n un sentido a su manera. De esto se sigueque la definicion de la fe tiene que ir siempre acompanada de la praxis segtm elEvange!io. La experiencia c:rbtiana se cOll1unica como una corriemc de vida plena,que inciuye tall1bicn cl elemento cognoscitivo.

22. Es posible una comparaci6n correcta con las irnpresiones quese producen en nosotros a traves de los sentidos. EI objeto material es

25 Asi distingue dos clases de desarrollos: los que forman una serie «centrifug;l»de deducciones, es decir, cuyas respectivas fonl1ulaciones constituyen c10ctrinasdistinras, porque sus «ideas» se han separado al desglosarse una de otra, como ladel bautismo y la de la penitencia; y las expresiones de la ,<Idea» u objelO centralde la fe cristiana, las fonnulaciones del Misterio de Dios revelado en Cristo y suEspiritu, que convergen y forman una sola c1octrina.

26 Cita estas imporlanres frases en ocasiones posteriores.

Page 192: Cardenal Newman: Quince sermones

algo singular y la impresi6n que produce en la mente, par medio delos sentidos, es tambien integra y singular: multiple y compleja en susrelaciones y perspectivas, pero una sola y entera considerada en simisma. De manera semejante, las ideas que se nos otorgan de losobjetos divinos en la Nueva AJianza -par la naturaleza del caso yparque son ideas- responden a los ariginales hasta este punto: sonun todo indivisible, consistente27, que puede J1amarse real, pues sonimagenes de 10 que es real. Los objetos que J1egan a nuestra mente atraves de los sentidos, se mantienen -diriamos- en eJla con diversasdimensiones y relaciones mutuas, pero todos estos aspectos son co-herentes entre si, y muchos de eJlos escapan a nuestra memoria, 0

incluso a nuestro conocimiento, mientras contemplamos los objetosmismos. Asi se nos impone el convencimiento de su reaJidad, par lacoherencia y coincidencia de todos estos detaJles: no podian sercreaci6n de nuestra mente, sino que eran imagenes de una realidadexterior e independiente. Lo mismo sucede, par supuesto, con lasideas sagradas que son los objetos de nuestra fe. Laspersonas reJigiosas,cada una conforme a su nivel, tienen una idea 0 percepci6n de laTrinidad en la Unidad, del Hijo Encamado y de su Presencia, nocomo un numero de cuaJidades, atributos u operaciones, no como elsujeto de un numero de proposiciones, sino como un todo singular eindependiente'de las palabras, de manera parecida a una impresi6nque nos Jlega a traves de los sentidos28

idea original considerada en su plenitud29. Los credos y dogmas vivenen la idea (mica, para expresar la cual han sido propuestos, y s610 ellatiene consistencia propia. Los credos y dogmas son necesarios pm 1a(mica raz6n de que la mente humana no puede discurrir subre aquellaidea si no es por fragmentos; no puede tratarla en su unidad e integri-clad, y tiene que reso1verla en una serie de aspectos y rclacionesJO Dchecho estas expresiones no son nunca equivalentes a ella. Los humanospodemos definir las creaciones de nuestra mente, pues son 10 que ha-cemos de ellas y nada mas; en cambio, 10 que es real, costa ria tantocrearlo como definirlo. Despues de todo, los dogmas cat61icos no sonmas que simbolos de un hecho divino que, lejos de ser abarcado pmestas proposiciones, no seria agotado ni penetrado hasta el fondo porun millar de ellas31.

29 En el cap. V de la Apologia insistira en que la autorirlad de la Iglesia no pue-de definir nada que no este en la Escritura y la Tradid6n apost6lica. Y que elcat6lico sabe que no Ie impondran nunca como de fe nada que no este ya conteni-do dentro de su ereencia (a prop6sito del «nuevo» dogma de la Inmaculada Con-cepci6n, 1854).

30 Santo Tomas de cia sobre este mismo tema que s610 podemos conocer larevelaci6n de Dios «componendo et dividendo» (IJ'-Il'e, q. 1, a. 2 in cU11Jol'e:yreferencia a I', q. 85, a. 5).

31 Dada la posible evoluci6n indefinida 0 desarrollo de nuevas formulas 0

lenguajes de fe, Newman ha afirmado que s610 «en la idea (mica» tienen su vida ysu consistencia. Tambien en el apartado 26 nos dira que no se trata de deduccioneso evoluciones cualesquiera, sino que la interpretacion debe hacerse «alrededor dela idea misma». Nos recordara que hay un lenguaje de referencia, ellenguaje de laBiblia, que sabemos privilegiado porIa proximidad de los ap6stoles can Cristo, suinspiraci6n, y la misi6n constitutiva que Eelles encomend6. En un sentido subordi-nado, que no puede alejarse mucho de las expresiones del Nuevo Testamento (ap.27), los dogmas definidos son tambien un punto de referencia indispensable. Lassoluciones de hay presuponen las de ayeI': todas estas formutaciones debcn cobraI'vida, deben ser reinterpretadas, por cada crej'ente, pOl' cada comunidad, generaci6n,cultura, ( ... ) a partir del calor de la experiencia cristiana, que se manifiesta en laacci6n y la pasi6n de los seres humanos que quieren vivir en sintonia con Cristo.«La idea de term in a un comportamiento exterior; la constancia de esta conductavisible C.) es el principal y primer criteria de Ia identidad doctrinah> (I. H. Walgrave:Newman, Ie developpement du dogme, Tournai-Paris 1957, p. 195, resumiendo aNewman). La-teologia y el dogma se desarrollan sin parar; su principio vital seere-to, su garantia, es la rnira(b concreta de la fe 0, en expreskm del P. Chenu. «!a peKep-ci6n mistica del creyente». «Hoy, cuando ha pasado ya la ternpestacl protest;mte, esnecesario restablecer el equilibrio y volver a la idea de santo Tomas, para el cual 10esencial no es laformulaci611 imperiosa por parte de la 19lesia, sino la asimilaci6nal conocimiel1to de Dios POI' sf mismo. Es c1erto que la Iglesia tiene que guiar ,,1creyente, pem es el, el creyente, quicn en el secreto de su alma allre de p:Il' en ['arsus ojos, los ojos de la fe» (M. D. Chcnu, citado pOI' R. Aubert: Ie pmbleme de laefede/oi. p. 594)

23. Asi pues, cada una de las proposiciones de que nos servimospara expresar los aspectos de la sublime idea que se nos ha otorgadonunca puede realmente confundirse con la idea misma; todas estas pro-posiciones tomadas en conjunto llegan justo a aJcanzarla, pero no pue-den rebasarla. Como definiciones, no est;ll1pensadas para ir mas alla deaquello de que tratan, sino para conformarse a 10 miS~11?;de modo quelas formulaciones dogmatic as sobre la naturaleza dlvl11ade que nosservimos en nuestras confesiones de fe, par mucho que se multipliquen, nopueden decir sin riesgo de herejia mas de 10 que esta implicado en la

27 Palabra original: «substantia!».2R En el apartado 25 -en contraste con este ap. 22- mostrara la enorme distan-

cia 0 el abismo que hay entre las ideas de las realidades materiales y la de la fe. Encuanto al realismo personal de la fe, su reflexi6n no se apartaba del pensamienlotradicional cat6lico, expresado, par ejemplo, en la frase lapidaria de santo Tomasde Aquino: «La fe no se queda en 10s enunciados, sino que Ilega a la realidad» (II'-Ipe., q. 1, a. 2, ad secul1dum).

Page 193: Cardenal Newman: Quince sermones

que estamos tratando ahora; d) un ambknte continuo de devoci6n; e) aveces -en almas receptivas y convenientemente dispuestas- la ac'Cioncasi instantanea de una fe incisiva33. De ahi se sigue otra diferencia no-toria entre las ideas sensibles y las religiosas: a estas, y no alas sensibles,las pon~mos en forma de lenguaje para fijarlas, enseflarlas y transmitirlas.Nadie define un objeto material a fin de transmitir 10que se conoce muchomejor par los sentidos; pero tenemos que elabarar credos, pues sonuna manera destacada de perpetuar la impresi6n de Dios revelad034.

2'!. Acerca de estas ideas sagradas y de las expresiones que las acom-paflan y sirven, apunto las siguientes observaciones:

(l) (Cristo mismo se nos revela y comunica)Ante todo, que una impresi6n de caracter tan intimo parece ser 10

que Ia Escritura c1enomina «conocimiento». Dice nuestro Salvador: «Estaes la vida eterna, que te conozcan a ti, el lmico Dios verdadero, y aJesucristo a quien enviaste» Qn 17: 3). De manera semejante san Pablohabla de perder con gusto todas las cosas «por la excelencia del cono-cimiento de Cristo Jesus» (Flp 3: 8); Ysan Pedro, del «conocimiento deaquel que nos ha lIamado con su gJoria» (II Petr 1: 3). Conocimiento es\a posesi6n de estas ideas vivas de realidades sagradas; s610 de ellaspuede proceder el cambio de coraz6n 0 de conducta32 Parece que esesta misma sublime percepci6n 10que la Escritura designa mediante laspalabras «Cristo en nosotros», \(Cristo que habita en nosotros por la fe»,«Cristo fonnado en nosotros», (\Cristo que se nos manifesta». Y aunquela percepci6n es tenue y dudosa en algunas almas -como un objetolejano en el crep(lsculo-, y clara en otras -como un objeto en plenodia-, esas diferencias provienen de las condiciones de cada alma con-creta en que se halla y no afectan a la perfecci6n del don en si mismo.

26. (3) Aunque la mente cristiana deduce una de otra una serie deformulaciones dogmaticas, esto siempre 10ha realizado, y siempre deberealizarlo, no a partir de las formulaciones tomadas en si mismas, comoproposiciones 16gicas, sino i1uminada y, diriamos, habitada 0 penetradapor la sagrada impresi6n que es anterior a elias, que actua de principioregu!ador siempre presenre sobre el razonamiento, y sin !a cual nadktiene en absoluto ninguna autorizaci6n para razonar al respecto. Frasescomo «el Verbo era Dios», 0 «el Hijo unigenito, que esta en el seno delPadre», 0 «el Verbo se hizo carne», 0 «el Espiritu que procede del Pa-dre», no son simple letra que podamos manipular a nuestra voluntadsiguiendo las reglas de la 16gica, sino que son augustos signos de he-chos simplicisimos, inefables y adorables; abrazados, guardados comoreliquia en la mente que cree, segun la medida de esta. Pues, aunque eldesarrollo de una idea es la deducci6n de una proposici6n de otra,estas proposiciones siempre se forman, por decirlo de alguna mane-ra, en la idea misma y alrededor de ella35. Ademas, esto nos explica elestilo de argumentar con textos conCl'etos 0 con palabras solas de \a

25. (2) Estas impresiones religiosas difieren, sin embargo, por elmodo de producirse, de !as que provienen de objetos materiales, Lossentidos son directos, inmediatos, fuente de informaci6n COmlln,y ac-t(lan espontaneamente sin ninguna voluntad 0 esfuerzo par nuestraparte; en cambio, no tenemos ninguna facultad asi, que sepamos, paracaptar y verificar los objetos de Ja fe. Es verdad que la inspiraci6n pu-diera ser un don de este tipo en aquellos que la recibieron; y que tam-poco seria prudente negar el poder de la gracia iluminadora del bautismode otorgar al alma ciel1acapacidad, al menos, de recibir tales impresiones;pero ]a inspiraci6n no es una gracia ordinaria, y ambas son sobrenatu-rales. Los medios secundarios e inteligibles por los que recibimos lasverdades divinas son, por ejemplo, a) la leetura espiritual y devota de laEscritura, que act(la gradualmente sobre nuestro espiritu; b) el trato conpersonas que han asimilado las ideas sagradas, y el int1ujo gradual querecibimos tambien de ellas; c) el estudio de la teologia dogmatica, de

52 hnportante aplicaci6n practica de estas rel1exiones. Newman no deja de serun pastor de almas experimentadisimo.

33 Conviene subrayar, porque se olvida facilmente dentro de la mentalidadracionalista dominante, la raz6n e,pecial de la necesidad del lenguaje para comu-nicar 0 arraigar psico16gicamente las «ideas» cristianas.

34 Expresi6n original: «a chief mode ofpelpetllating tbe impression».35 «Las palabras del credo no fueron inspiradas; s610 tenian valor en cuanto

expresaban un sentido determinado; y, si resultaban defectuosas en la expresi6nde aque! sentido, cuando se corregia 0 matizaba 10 que hacia falta, habia tan pocaintromisi6n en las cosas sagradas, tan poco cambio real, como cuando se comple-tan las lfneas de un plano 0 de un mapa a partir de la realidad original. Este modelooriginal era la Fe recibida universalmente, que estaba en la mente y en la boca detodos los cristianos sin variaci6n ni ambigi.iedad. Cuando btos decian "Hijo deDios", no usaban una letra muerta; sabian 10 que signitkaban con elio, y lodos auna 10 mantenian. Al anadir, pues, la explicaci6n "de la lllisma y lmica naluralezade! Padre" C"consubstancial"), no hacian sino fijar y perpetuar aque! significado, talcomo habian sostenido des de e! principio, cuando alguien intentaba llnponerle unnuevo sentidc») (Newman: The Propbetical Ojfice oftbe Cburcb 0 ViaivIedia l, p. 226)

Page 194: Cardenal Newman: Quince sermones

Escritura, que practicaban los Padres primitivos, y tambien su decisionimperten:ita de mantenerse en tal pr<'ictica36jellos vivian del sublimeobjeto de la fe, eI cual a) les permitia interpretar en un sentido apropiadoal mismo pasajes concretos de la Escritura, y b) fue para ellos unasalvaguardia contra las deducciones hereticas que pretendian derivarsede aquellos pasajes. Asi podemos responder tambien a la acusacion derazonamiento endeble que se lanza frecuentemente contra aquellos an-tiguos Padres; pues nunca parecemos tan i1ogicos alas demas comocuando argi.iimos bajo el continuo influjo de impresiones que ellos sonincapaces de captar.

(Pero es un error exigir que todos los [!oeablos de ladoetrina eat6lica sean biblicos)

(En la Biblia ya estan formulados los grandes trazosde la doetnna eat6liea)

28. (5) Digo que la Escritura inicia una serie de desarrollos que notermina; esto equivale a afirmar, en otras palabras, que es un errorbuscar en la Escritura todas y cada una de las distintas proposiciones dela doctrina cat6lica. Esto queda claro por 10 que hemos c1icho. Porejemplo, el credo «atanasiano»39 profesa establecer la recta fe que he-mos de tener en sus contenidos sagrados, a fin de conseguir la salvaci6n.Esto significa necesariamente que, acerca de la Santisima Trinidad yacerca de la Encarnaci6n, hay una sola creencia verdadera y distinta detodas !as demas; una sola creencia entera, precisa, coherente, que nopuede estar equivocada, ni contenida en ning(\I1 numero determinadode proposiciones. EIcreyente tiene esta idea; pero los arrianos, sabelianos,triteistas, nestorianos, monofisitas, socinianos, y otros herejes, no la tienen,sino que la niegan40. Si se Ie anaden proposiciones, no se amplia aquellaidea; si se Ie retiran, no sufre menoscabo; si se Ie anaden, es can el finde comunicar aquella unica visi6n integral, no de amplificarla. La ideano consiste en tales proposiciones, ni depende de ellas; estas no sonmas que muestras 0 indicaciones de la misma. Es posible multiplicarlassin limite. Son necesarias, pero 110 indispensables para ella, pues no son

27. (4) La misma revelaci6n nos ha proporcionado en la mismaEscritura los principales bosquejos e incluso amplios detalles del siste-ma dogmatico. (Hay que recordarlo, como acabo de dar a entenderj sibien, tratandose de una cuesti6n hist6rica37, no nos concierne directa-mente aquL) La inspiraci6n biblica ha ocupado en gran medida ellugardel ejercicio de la raz6n humana, y Ie ha dejado la tarea relativamentefacil de terminar la obra sagrada. Surge a primera vista, daro esta, la pre-gunta sobre par que no bastan las fOlmulaciones inspiradas, sin desarro-1I0sposteriores. Laverdad es que, cuando la raz6n se ha puesto a inves-tigar, no puede parar hasta el fin. Un dogma crea otro por eI mismoderecho con que eI mismo fue creado. Las afirmaciones de la Escriturason, a un tiempo, informaci6n a partir de la cual se procede a investigar,y sanci6n que verifica y corrige; ellas empiezan, pero no se agotan38

39 Vease Denzinger-Shbnmetzer: Encbiridion SvmiJoforum, n. 75 [39], con la notahist6rica previa. Esta f6rmula, denominada tambien «Quieumque», fue aceptadacomo expresi6n de la fe cat6lica tanto par la Iglesia occidental como pot la orien-tal. Segun el Book of Common Pmyer era normativo ta mbien para la Iglesia a ngli-cana, junto can el credo apost61ico 0 bautismal, y el credo nieeno-constantinopo!itano(el credo largo de nuestra Eucaristia dominiea]). Newman pens6 durante una tem-porada antes de lfl30 que quiza fuera conveniente omitir alguna porci6n del «credoalanasiano». En nota afladida posteriormente por el al manllscrilo de su carta del 9de enero de 1830 a Hurrell Froude, explica: «Queria decir que el credo atanasianoestaba escrito en un estilo l11enos eseritur1stico que eI nieeno. Por ejemplo, una delas objeciones era esta: El credo atanasiano dice que "eI Hijo es igual al Padre";tigual" en su Personalidad 0 "igual" en su Divinidad? Pero su Divinidad no esigual, sino fa l1lisma que el Padre; y en su Personalidad no es igual, sino suhordi-nado al Padre» (Leiters and Diaries, II, p. 185). Con toda, Newman manifest6ll1uchas veces su entusiasl110 por aquel «salmo 0 bimno de alabanza. de confesi6n,de homenaje profundo y reverente ... , con el cual nos cOl11unicamos, a nosotrosmismos y luego a 105 demas. quien es nuestro Dias. ':tHUO hemos de aclorarle ycllan grande es nuestra responsabilidad, si sabiendo J() que hemos de creer no 10creemos» (Ef asentimiento religinso. p. ] '\8).

40 Recordamos simplemente algunos datos hisl6ricos elel11entales. Los arrianosnegaban la c1ivinidad del Hijo; los sabelianos, la c1istinci(JIl real de las personas dela Trinidad; los triteistas, la unidad de naturaleza en Dins; los neslorianos, la unidaclde persona en Cristo; los monofjsitas, la presencia en el de una doble naturaleza,humana y divina. En cuanto a los socinianos. vease nota 7 al serm6n VI.

36 La interpretaci6n espiritual 0 mistica de la Fscritura, que Newman aprendi6 de losPadres, no es una simple acomodaci6n piadosa; se trata de la funci6n del texto inspiradocomo punto de referencia para comprobar la fidelidad de la lransmisi6n de la fe integra.«EI sentido espiritual de la Escritura y la ortodoxia se mantendnin juntos 0 se caeranjuntos» (Desmmllo de fa doctrlna crlstiana, cap. VII, secci6n 4, ap. 5), EI texto inspirados610 puede cumplir su funci6n si es interpretado en el sentido que Ie dieronlos ap6stoles(si es interpretado a la luz de la Tradici6n apost6Iica). Newman elabor6 muchisimo supensamiento sobre eI valor unico y eI sentido de la EsClitura y SllS vinculos con laTradici6n. Los estudios incansables del P. Henri de Lubac sobre los sentidos de la Escri-tura manifiestan la fecundidad de este aspecto importantisimo del pensamientonC\Vtnani3t10.

37 EI titulo del serm6n es «La teor{a del desarrollo ...»38 Frase original: «they begin and tbey do not exhaust» (<<to exhaust», en el

tercer sentido de los que seflala el «Oxford English Dictionary» (tomo III, letra E, p.406), «to empty», que puede ser intransitivo).

Page 195: Cardenal Newman: Quince sermones

lmis que porciones 0 aspectos de aquella impresi6n previa 'que, a laIdfga, entr6 dentro de Ja eompelencia de b raze'my de Ja terlllinoJogiateol6giea. La euesti6n no eonsiste, pues, en si tal 0 cual proposici6n dela doetrina eat6liea se encuentra, 0 no, in terrninis dentro de la Escri-tura, a menos que queramos ser esclavos de la letra. Lo que importa essi se encuentra alli aquella (mica idea del Misterio, de la cual son expo-nente todas estas proposiciones. Una idea que ya no serb la misma,sino otra cosa, si alguna de diehas proposiciones, si alguna de !asnumerosas proposiciones silllilares no fuese verdadera41 Aquellas pro-posiciones se implican lllutuamente como partes de un todo, de modoque negar una de ellas equivale a negarlas rodas, e invalidar una deellas equivale a rnutilar y destruir la misma perspeetiva general. La Es-critura tiene que imprimir en nosotros una sola cosa: la idea cat6lica; enella se incluyen todas42 En cuanto a los que no pueden aceptar, parexcesivo, el n(lmero de proposiciones cargadas con anatema, hemos dedecir que confunden compIetamente la funci6n de las mismas. Su mul-tiplicaci6n no pretende inculcar muchas cosas, sino expresar una sola.Pretende que se forme dentro de nosotros aquella unica impresi6n acercadel Dios toclopoderoso, como el principio rector de nuestas almas, yesto tanto si reconocemos como si no reconocemosplenamente eI he-cho de que poseamos tal impresi6n. Y ciertamente no es ninguna paradojaclecir que estas ideas rectoras pueden ejercer un poderosisimo influjosobre nuestro car:icter moral y sobre toda nuestra realidad humana;esto se ve claramente, pOl' ejempJo, en eI caso de la creencia 0 laincreencia en un Ser supremo.

29. (6) Yaqui esta el error comun de los innovadores doetrinales:mareharse llevandose tal 0 cual proposici6n del credo, en lugar deabrazi\r aquella (mica idea que todas Jas proposiciones juntas estan des-tinadas a transmiti!'. Casi poclemos definir la herejia diciendo que seagarra fuertemente a alguna afinnaci6n determinada, como si fuera todala verdad, para negar todas las demas, y como la base para una nuevafe; de modo que yerra mas bien en Jo que recha2a que en 10que man-tiene43. Aunque, de veras, si eI pensamiento rechaza deliberadamentecualquier porci6n de la doctrina, esto es una prueba de que no mantie-ne en realidad ni siquiera aquella misma afirmaci6n por consideraci6n ala cuaJ rechaza las demas. El contacto con la realidad de Dios es la vidapropia de Jos desarrollos autenticos44; esto es peculiar de la Iglesia y esJo que justifica sus definiciones.

41 He dividido en tres puntos un solo gran periodo del atHOL POl' esto la ultimaoracion de be enlenderse como maliz anadido alas anteriores.

42 La frase es muy densa. Implica la sintesis alcanzada pOl' el autor entre Escritura,Tradici6n apostolica concentrada en el Credo y testificada pOl Ius Padres antiguos,e Iglesia universal a 10 largo de la historia. La <<idea cat6lica» es la revelaci6n deDios dirigida al coraz6n de todo su Pueblo. Por eso la Iglesia entera 0 cat6lica es elinterprele ideal de la Escritura: «Cada confesion separada tiene su texto favorito, yclesatiende los demas. Ninguna puede resolver el gran secreto ni pronunciar elmisterio de las paginas de la Escritura. Una confesion 10 intenta despues de otra,pero sucesivamente salen frustradas. Se retiran como los sabios de Babilonia, paradejar paso al profeta Daniel. 5610 la Iglesia cat6lica, el autentico profeta de Dios, escapaz de descifrar eI suenu e inlerpretarJo>' (Tbe Propbetical Office oJtbe Cburcb 0Viti Media, p. 159). Es 10 que ha recordado el concilio Vaticano II: «Y, como la SagradaEscritura hay que leerla e interpretarJa con el mismo Espiritu con que se escribio,para sacar el sentido exacto de los lextos sagrados hay que atender no menosdiligenlemente al contenido y a la unidad de toda la Sagrada Escritura, teniendo encuenra la Tradici6n viva de toda la Iglesia y la analogia de la fe» (Dei Verbum, n. 12;vease nn. 9 y 10).- Lo que sigue en este parrafo del sermon pone de relieve el valorde las definiciones de la Iglesia, para fonnar en nosotros <<1aunica idea cat6lica» (reflejaclaen numerosas «ideas», que propiamente son juicios 0 proposiciones), aunque no se hallen

en los mismos terminos en la Biblia.- Observese tambien c6mo no deja de relacionarentre si la experiencia de fe interior, la praxis 0 conducta cristiana, y ellenguaje dela fe. La expresion «the whole man» aparece en los momentos clave: <do que semueve es el hombre entero» (Apologia, p. 190 [208]),

43 La actitucl heretica de parcelar y rechazar es precisamente 10 contrario delcamino hacia la verdad pOl' asimilaci6n 0 integraci6n progresiva de los elementosque se han captado de la misma. Vease nota 12. En el fondo, depende del modode aceptar la realidad como Misterio que nos sobrepasa y hacia el cual hay queadentrarse pOl' los caminos legitimos que se nos ofrecen, 0 del modo de rechazar 10que no se comprende enseguida y no se domina plenamente.- No olvidemos queest a doctrina se aplica principalmente en el senti do directo: las porciones de verdadque, fuera de la Iglesia cat6lica, puede encontrar cualquier creyente sincero 0

persona de buena voluntad, tienden a crecer y a aproximarse a la verdad cat61icacuando son puestas en practica fielmente. El mismo Newman insiste en que lIeg6a la fe cat6lica porque quiso ser fiel a la religion anglicana que habia recibido.Apologia, cap. IV, 2" parte, pp. 163 Y 180.

44 Frase original: «RealiZing is tbe very life oj true developments». Sobre el sen-tido del «realizing», «contacto con la realidad» de Dios, comenta J. H. Walgrave:«La exactitud y solidez de nuestro razollamiento dependen de un contacto intimocon 10 que es real, y esta intluencia escapa a la logica ... La fe es una experiencia, unconocimiento real de realidades ... Lo que falta a la herejia es precisamente la apre-hensi6n real de las cosas reveladas, pOl' eso las f6rmulas hereticas estan muertas(sus doctrinas varian segun las conveniencias); no asi sus principias, que no hansalido precisamente de una intuicion concreta de fe» (Newman, Ie (Jeveloppementdu dogme, pp. 127, 137 Y 181)

Page 196: Cardenal Newman: Quince sermones

humano, 0 bien no tienen en absoluto ningun sentid047 Dicho de otramanera, no existe 10que eI presente discurso suponia hasta ahora, noexiste una idea interna de esta doctrinas, distinta dellenguaje dogmaticousado para expresarlas. 5egun esta objeci6n, las metMoras usadas parasignificar la doctrina, no son meros simbolos de ideas que existenindependientemente de elias, sino que su significado es coincidente eidentico alas ideas48 Dicen que, cuando tenemos conocimiento de algopor otras fuentes, entonces las metaforas que aplicamos a aquello noson sino afiadidos accesorios a dicho conoci1l1iento; y que nuestrasideas de 10 divino son s610 coextensivas con las figuras mediante lascuales las expresamos, ni mas ni menos, y que no existen sin ellas; yque, cuando razonamos sobre aquellas figllras, no estamos ilustrandouna idea existente, sino practicando un simple ejercicio de 16gica49.

Reconocen, ciertamente, que hablamos de los objetos del muncIo mate-rial con toda libertad, porque nuestros sentidos nos los revelan al margende las palabras; pero en cuanto a las ideas sobre cosas celestiales, dicenque las aprendemos a partir de palabras (aunque parece que estuvieramosde acuerdo en pronunciar 10 que, sin palabras, concebimos de elias,como si las palabras pudieran transmitir 10que no contienen). De tado10cual se seguiria que nuestros anatemas, nuestras controversias, nuestrosesfuerzos, nuestros sufrimientos, no tendrian otro objeto que las pobresideas que nos comunican ciertas figuras de lenguaje.

30. Ya se ha dicho bastante sobre la diferencia y, sin embargo, lavinculaci6n entre el conocimiento implicito y la confesi6n explicita delos divinos objetos de la fe, tal como se nos revelan a la luz del Evangelio.Pero queda pendiente una objeci6n, a la que no podemos dar respuestasatisfactoria sin alargarnos un tanto. Y encima de la prolijidad de pala-bras, el analisis de esta objeci6n puede lIevar consigo otro inconveniente:la apariencia de innecesario y extravagante por su sutileza. A no ser,claro esta, que quiera debatirse en forma de polemica, 10que seria peortodavia45. Conste que no deseo descubrit dificultades en ning(111tema,sino responder a ellas.

31. Puede surgir la pregunta: ;.Ysi hubiesen caido en el mismo errortanto los ortodoxos como los herejes? ;.Ysi unos y otros -por el solohecho de afirmar sus respectivos dogmas sobre «Ias cosas secretas quepertenecen al Senor, nuestro Dios» (Dt 29: 29)- hu?iesen tomado.laspalabras por realidades~6 En la medida en que la Idea de un. o.bJetosobrenatural debe ser ella misma sobrenatural, y dado que los cnstIanoscorrientes no dicen que tengan tales ideas, ningun conocimiento de lasverdades divinas seria posible para ellos. ;.C6mo algo de este mundolIevaria consigo ideas que estan mas alia y por encima de este mundo?'C6mo el trato con personas humanas, la ensenanza y las palabras, las~magenes terrestres, pueden comunicar a la mente la idea del Invisible?Estas cosas no pueden elevarse por encima de si mismas. No alcanzana sugerirnos ninguna idea, fuera de las que se pueden resolver en otrasideas naturales y terrestres. Las palabras «persona», «consubstancial»,«generaci6n», «procesi6m>, «encarnaci6n», «asunci6n de la hum~nidaden Dio,s», y otras parecidas, 0 bien tienen un sentido muy rebapdo y

32. Para responder a esta objeci6n saltan a la vista algunas observa-ciones. a) Ante todo, es dificil determinar 10 que no pueda hacer pOl'nosotros la gracia divina. 5i es que no implanta inmediatamente nuevasideas en nosotros, por 10 menos puede perfeccionar y elev3r las queobtenemos pOl' medio de la informaci6n natural50. Si --como todos

47 Serian univocas (senti do absoluto y exacto) 0 equivocas (ninguna verdaderacorrespondencia). Es la negaci6n de !a analogia.

48 Esta objeci6n implica, pues, ciertos defectos del dogmatismo, pues hacehincapie en 1a identidad de 1as f6rmu1as con su sentido directo; pero a1 entenderlasasi, de un modo meramente humano, cae en 1a actitud «antidogmatic'a), es decir,niega que la fe tenga pOl' objeto las rea1idades divinas. Newman trasciende estasposiciones gracia.5 a1 principio de la ana!ogfa de11enguaje religioso y, en definitiva,de la ana10gia de todas !as realidades visibles; estas son sacramento de una reali-dad superior, y tienen una virtud referencia1 hacia ella (se trata del «principiasagramentaln 0 de la analogla (vease Apologia, cap. I, p. 25 Y cap. II, p. 43).

49 Tremenda reducci6n del lenguaje tea/(>gico. que proviene segura mente deuna gravisima reducci6n del lcnguaje hurnano y del papel de la metafora.

50 Nedoncelle seiiala aqui «un (l!tirno pasaje que anticipa de rnanera sorpren-dcnte las ideas del P. Rausselotn.

45 La polemica simplifica las posiciones, y el po1emista pro cur a olvidar losaspectos que no favorecen su posici6n. Ya sabemos que el estl10 personal deNewman, y especial mente en estos sermones de busqueda inte1ectua1, es 1aaproximaci6n a la realidad por todos los 1ados y con todos 10s matices poslbles. Lasutileza, 0 la dificultad de captar much as de sus apreciaciones, mas la hora y mediade duraci6n, explican que muchos oyentes salieran descontentos Diieron ademasque habia expuesto ideas nocivas, a las que habia que replicar (carta de Newmana su hermana Jemima, 21 febrero 1843).

46 Lo que Newman veia como una grave dificultad apenas formulada se convir-ti6 despues en tema direeto de amplias controversias.

Page 197: Cardenal Newman: Quince sermones

reconocemos-la gracia renueva nuestros senrimienros morales, aunque10 hace pOl' medios externos51; si nos abre a la perspectiva de nuevasideas sobre la virtud, la bondad, el heroismo y la felicidad celestial, iPorque no nos podria conceder tambien asi, en cierto sentido, las ideassobre la naturaleza de Dios? b) Ademas, los diversos terminos y figurasque usamos en la doetrina de la Santisima Trinidad 0 de la Encarnaci6n,sin duda pueden, combinandose mutuamente, crear ideas que serancompletamente nuevas, aunque sean todavia de caracter terrestre. c) Yotra consideraci6n que nos !leva mas a!la. A 10s que dicen que estasfiguras no nos transmiten ningllIl conocimiento de la misma naturalezadivina, mas alia de las figuras, sean 10que sean, deberia preguntarseles sise puede probar que nuestros sentidos nos sugieren alguna idea real dela materia. Todo 10 que sabemos, hablando estrictamente, es la existen-cia de impresiones que nuestros sentidos producen en nosotros; aunquehablamos -y nos daria escfupulo hacerlo de otro modo- como si nostransmitieran el conocimiento de las substancias materiales. Admitase,pues, libremente, que los dogmas cat6licos, como tales, no lIevan consigouna verdadera idea del Dios todopoderoso, sino solamente una ideaterrestre, obtenida a pal1ir de figuras terrestres; siempre y cuando seconcecb, por la otra parte, que los sentidos no nos transmiten ningunaautentica idea de la materia, sino solamente unas idea proparcionada alas impresiones sensibles52

(Nuestro lenguaje humano s610puede ser aproximado)

33. iPor que no conceder e5to plenamentc? Aunque la idea sea te-rrestre, es posible que tenga cierta correspondencia con su arquetipocelestial. De tal manera que aque!la idea seria la mayor aproximaci6n alarquetipo que permite nuestro estado actual, porque pertenece alarquetipo en un sentido en el que ninguna otra idea Ie pertenece. Lamisma Escritura dice daramente que son de naturaleza terrestre nues-tras ideas actuales de los Objetos sagrados de la fe, cuando habla deque «ahora vemos en un espejo oscuramente (en ainigmati), peruluego veremos cara a cara» (I Co 13: 12); y ha sido doctrina constantede los tc610gos que la visi6n beatifica, 0 autentica intuici6n del Diostodopoderoso, esta reservada para el munclo futuro. Entretanto se nosconcede tanta aproximaci6n a la verclacl como nos pueden proporcio-nar las imagenes y figuras terrestres.

34. No hay que suponer que bte sea el lll1icocaso en que recibirnosel conocimienro que nos hace falta por mediaci6n de !as ideas que yatenemos; y que, por tanto, s610 nos permite !legar a una vaga aprecia-ci6n del contenido de que se trata. 1) Los ninos, que la Escritura nospone por modelo, reciben una ensenanza adaptada por sus maestros asus facultades inmaduras y a su escaso vocabu!ario. Responder a suspreguntas con el lenguaje que usamos los adultos seria simplementedesencaminarlos, si es que pudieran interpretarlo de alguna manera.Tenemos que administrar y «desmenuzam la palahra de la verdad, 5i noqueremos que se nos convierta -por 10que toca a e!los- en palabra defalsedad. Lo que literalmente no alcanza a la plenitud de la verdadpuede ser para e!los la verdad mas perfecta, la mayor aproximaci6n a laverdad compatible con su condici6n53. 2) Se da el mismo caso en per-sonas que tienen algun defecto 0 privaci6n natural que los aparta delcirculo de ideas comlm al resto de la humanidad. Hablar de luz y coloresa un ciego, en el sentido propio de estos fen6menos, seria burlarse deel. Tenemos que usar otros medios acomodados a sus circunstancias,segun el conocido ejemplo de que para e!los el rojo es como el sonidode una trompeta. 3) 5i nos dirigimos a incivilizados, ignorantes, pusila-nimes 0 estrechos de miras, nuestras ideas y argumentaciones debentomar una forma determinada para que SllS mentes sencillamente lasadmitan y para !legar hasta e!las. 4) La diversidad de lenguas jcuantosobst3culos pone en el camino de la comunicaci6n de ideas!" Ellenguaje esuna especie de analisis del pensamiento; puesto que las ideas son infinitasy se combinan y modifican infinitamente -mientras que ellenguaje esun metodo determinado y limitado par una selecci6n convencional dealgunos de estos elementos innumerables-, seria vano esperar que loselementos del pensamiento elegidos por una lengua deban correspon-der a los de otra, excepto en sus grandes trazos y sus ejes principales.

53 Nota del autor: «Por eso no es mas que una hiperbole decir que, en ciertoscas os, una mentira es la maxima aproximaci6n a la verdad. [Yease Historia de losA/Ticmos, p. 67 ss., tercera edici6nJ Se nos dice que "Dios no es hijo de hombrepara que se arrepienta" (Nm 23: 19); sin embargo "se arrepimi6 el Senor de habercreado al hombre sobre la tierra" (Gn 6: 6)>>. - La referencia que anade entre cor-chetes el Newman cat6lico trata del metodo «econ6mic(») 0 de reserva anal6gicausado pOl' los Padres de la Escuela de Alejandria cuando hablaban de ciertas ver-dades de la fe cristiana ante los paganos, para que estos no se formaran un conceptoerr6neo. Sobre este tema importanle en toda la vida de Newman, veanse las notasF y G, al final de la Apologia.

54 Su articulo de 1859, pOl' ejemplo, «Sobre la consulta a los fieles en materiade doctrina», llego a Roma en mala traducci6n y Ie caus6 graves problemas. Loreprodujo corregido al final de la edici6n uniforme de los Arr!anos.

51 «Outward», exteriores, en el sentido -supongo- de que no son la propiapersona. En otros pasajes de Newman hay que lOmar con cautela la palabra«exteriol'».

52 Recuerdense 10s pasajes donde explica el modo c6mo nos infonnan lossentidos.

Page 198: Cardenal Newman: Quince sermones

Multitud de ideas expresadas en una apenas entran en 1a otra; y s610pueden traducirse por medio de cierta «economla» 0 acomodaci6n, conglosas, figuras, palabras anadidas para precisar el concepto, y algun re-cursu atrevido y feliz. A veces, incluso, debido a la continua exigencia,se asimilan y naturalizan expresiones extranjeras. 5) Todos conocemossituaciones en que es en extrema dWcil conseguir que ciertos indivi-duos «se comprendan entre Sl» (por decido con una Frase hecha),cuando sus habitos de pensamiento parece que estriban en puntos demutuo rechazo. Investigando por este camino se puede seguir la pistahasta llegar alas diferencias morales entre los dos. En muchos casosesto proviene principalmente del distinto principio segun el cual handividido y subdividido aquel mundo de ideas que a ambos precede yambos presuponen. Siempre parece que se escabullen el uno delotro; y se hace necesaria una «economia» 0 medida comun para ter-ciar entre ellos.

algo que es posible que suceda, y hubiera sucedido, en determinadascircunstancias; algo que corresponde a las personas 0 grupos de perso-nas a quienes se atribuye, en potencia, si no en acto; 0 bien, algo pare-cido a aqueIJo sucedi6; 0 sucedi6 a otros en condiciones similares, aun-que no precisamente a aquellas personas. Muchas de las teorias 0 puntosde vista en que se funda una instituci6n 0 se mantiene cohesionaclo unpartido, son de este misl110tipo. Muchos de los argumentos usados parhombres celosos y responsables tienen este caracter «econ6mico». Noson el verdadero fundamento de su actuaci6n -pues continllan en lamisma linea anque el argumento sea refutado-, pero, en cierto senticlo,son Ja mejor representaci6n de dicho argumento; presentan de maneraaproximada sus sentimientos en forma de argumentaci6n en que pue-den apoyarse, a la cual pueden recurrir en 1110mentosde perplejidad,y apelar cuando son interrogados. Ahora bien, cuando me refiero a laadaptaci6n 0 «economla» en asuntos humanos, no me inmiscuyo en elproblema casuistico, es decir, no me pongo a precisar cuales de estosartificios -asl cabe IlamarIos- estan exentos de malicia, 0 d6nde esta ellimite que no hay que pasar. Que algunos son inmorales nos 10dice elsentido com(111.Con que algunos sean necesarios -10 que admitira elmismo sentido comun- basta para mi prop6sito. La misl11anecesidad deutilizarlos explica los abusos y tergiversaciones en que caen.

35. Tal11bienlas fabulas son «economias» 0 acomodaciones, ya queson verdades 0 principios presentados de forma mas vivida para quelos asimilen mejor; como en el famoso ejemplo atribuido a MenenioAgripa55. Igualmente, las representaciones miticas, al menos en su me-jar forma, pueden considerarse como hechos 0 relatos, no verdaderossino parecidos 0 asimilables a la verdad; destinados a poner de relievela acci6n de algun principio, algun rasgo caracteristico de una persona,etc. Por ejemplo, la tradici6n segun la cual san Ignacio era el nino quenuestro Senor tom6 en brazos puede carecer de fundamento, pero noshace caer en la cuenta de su relaci6n especial con Cristo y los ap6stolescon una viveza extra ordinaria. La misma observaci6n puede hacersesobre deltas narraciones de martirio, 0 de los detalles de estas narraciones,y de ciertos supuestos milagros56, 0 actos heroicos, 0 discursos, todoslos cuales son el producto espontaneo del sentimiento religioso guiadopor un conocimiento imperfecto. Si los supuestos hechos no ocurrieron,era conveniente 0 deseable que ocurrieran (si puedo hablar as!); son

36. Aunque los seres humanos estan constituidos de manera seme-jante, se interponen entre eUoslos distintos instnunentos de pens3miento,las claves 0 sistemas de dleulo, a base de los cuales toman forma susrespectivas ide3s y farmas de discurrir; y estamos obligados a usar!os, siqueremos llegar hasta ellas. El «metodo cogitativo» -asl puede Uamar-se- de un hombre es noloriamente muy distinto del de otro. Comparemosla forma de pensar del abogado con la del soldado, la del rico con la delpobre. EI campo inmenso del pensamiento esta fraccionado y repartidode mil formas diferentes. I.asabstracciones, generalizaciones, definiciones,proposiciones, etc., estan todas estructuradas segun pautas 0 model osdistintos. Si 10 encontramos aSI en los asuntos de este munclo entrehombre y hombre, seguramente tendra que darse llIucho lIlas entre lasideas de los hombres y los pensamientos, call1inos y obras de Dios.55Seg(in Tito Livio (Anales II, 32, 18), M. Agripa calm6 las q1.1ejasde los plebe-

yos, el allo 494 a.c., conuindoles el ap610go del «esl6mago y los demas miembrosdel cuerpo»: cuando los rniembros negaron su concurso al est6rnago, alegandoque esle no trabajaba, se debililaron lodos a punto de muerle. Asi, la plebe, con-vencida, volvi6 padficamente a asumir su funci6n social.

56 En s1.1primer articulo sobre 10s milagros (de la epoca del primero de estossermones universitarios) los clasificaba todavia tajanlemente en verdaderos y fal-50S. En el segundo articulo (su pr610go a la Historia Eclesiastica de Fleury) ya matizaen el sentido del presente inciso. Vease Apologia, cap. I, p. 14; Y nota final B, p. 236.

37. Uno de 10sejemplos evidentes de esta incoherencia aparece enlas clasificaciones que hacemos de Ins seres del reino animal 0 vegetal.En eUos eJ mismo Creador ha obsetvado un orden muy inteJigible, del

Page 199: Cardenal Newman: Quince sermones

las lineas de la verdad. Uno despues de otro tienen que detenerse ensus analisis, como aquellas tablas de cakular que responclen hasta elnlllnero mil, pero que se pierden en el mil uno. Mientras responclen,podemos usarlos como si fueran las realidades, y sin pensar en estas;pero, a la larga, nuestro instrumento viene a parar en alguna gran impo-sibilidad 0 contradiccion, 0 a 10 que llamamos en religion un misterio.EI metodo ha terminado su recorrido; y con su fallo nos muestra que a10 largo del camino no ha sido mas que un recurso para fines practicos,no un verdadero analisis ni una imagen adeclIada de aquellas leyesrec6nditas que se investigan por medio de el. 5i ahora no alcanza amedir el curso de las mismas es que nunca ha penetrado hasta el fonelode ellas. Sin embargo -aunque el metodo no nos sirva para todo- hayque dejar bien claro que nadie renunciaria a utilizarlo dentro del campoen que tiene que operar; nadie diria que es un sistema de simbolosvanos, aunque no sea mas que una sombra de 10 invisible. Lo usamoscon precauci6n, pero 10 usamos, pues se trata de la mayor aproximaci6na la verdad que nuesrra condici6h admite.

cual -sin embargo- no tenemos la clave. No nos queda mas remedioque estructurar una sistematizacion por nuestra cuenta. Pern, cuando laaplicamos, resulta que no responde exactamente a la organizaci6n daclapor la idea divina, tal como se manifiesta en la realidad; pues hayfenomenos que no poclemos situar en el esquema 0 que, vistos clesdenuestro sistema cle division, son anomalias en la armonla general delmunclo creado)7.

38. La ciencia matematica nos i!ustrara mas ampliamente estaclistincion entre las leyes sobrenaturales y etemas y nuestros intentos derepresentarlas, esto es, nuestras «econornlas». Se han adoptado variosmetodos 0 sistemas de calculo para dar cuerpo a los principios ydisposiciones inmutables que investiga la ciencia; los cuales en realidadson indepenclientes de cualquiera de esos metodos, aunque no lospodemos escudrinar sin la ayuda de uno u otro de ellos. EI primero deestos instrumentos de investigaci6n se sirve del ambito de la extensi6n;el segundo, del nurnero; el tercero, del movimiento; el cuano procede abase de una hipotesis mas suti!, la del incremento. Esros metod os sonmuy distintos entre Sl, al menos el geometrico del diferencial; sin em-bargo, todos y cada uno no son mas que analisis mas 0 menos perfectosde aquellas mismas verdades necesarias, para las cuales no tenemosnombre, y de las cuales no tenemos idea, si no es en las condiciones deestas representaciones analogicas. Todos son desarrollos del mismo ordende ideas; todos son instrumentos que apuntan de alguna manera a des-cubrirlas. Estan en lugar de cosas reales y, aunque no sean mas quesimbolos, nos sirven para razonar como si fueran las mismas cosas querepresentan58. Ninguno de tales metodos lleva hasta sus ultimos limites

39. Otro ejemplo de «economia» 0 forma exterior y terrestre bajo lacual parcce que se tipifican grandes maravillas desconocidas: me refieroa los sonidos musicales tal como se muestran de manera excelente en laarmonla instrumental. Hay siete notas en la escala, pongamos catorce59,

ique pertrechos tan escasos para una obra tan inmensal teual de lasciencias saca tanto provecho de tan pocos elementos? Un gran interpretellega a crear un mundo nuevo tanenelo instrumentos bien pobres. tDi-remos que toda csta exuberancia inventiva en una mera ingenuidael 0

un artificio de la habilielad, como un juego 0 moda del momento, sin

57 En este parrafo relativiza simp1emente las teorias tradicionales. En su mo-mento acogi6 con serenidad y amplitud de miras 1a teoria de Charles Darwin.Escribi6 en su cuaderno e1 9 de diciembre de 1863: «Hay tanta falta de sencillez enla idea de la creaci6n de especies distintas como en la de la creaci6n de arboles yacrecidos 0 de mcas con f6siles dentro de ellas. Quiem decir que es tan extrano que10s monos sean tan parecidos a los hombres sin ninguna conexi6n historica, comoque no hubiese una historia de hechos mediante 10s cuales los huesos f6silesquedaron dentm de las mcas» (Philosophical Notebook oj]. H. Newman, publicadopar E. Sillem, vol. II, p. 158). Newman no veia que la teoria de Darwin como talcontradijese a 1a donrina de 1a Escritura (carta a Pusey, 5 junio 1870, en Letters andDiCiries XXV, p. 138).

5" Como estudiante y, luego, en su tarea de tutor universitario, Newman entr6a fondo en las matematicas superiores de su tiempo. En sus escritos aparecen devez en cuando a1usiones maternaticas, especia1mente al «calcu1o infinitesirna!», 0«calculo de fluxiones» segLln la terminologia de Newton (vease Pbilosopbical

Notebook II, pp. 111-115). En 10 que sigue parece vis1umbrar algo parecido alfamoso teorema de Gbde1 (<<dentm de cualquier sistema mate matico rigurosamen-te 16gico hay pmposiciones, 0 cuestiones, que no pueden ser demostradas ni refu-tadas basandose en 10s axiomas propios del sistema; por tanto, no es seguro quelos axiomas basicos de la aritmetica no den lugar a contradicciones»).

59 Newman corrigi6 en la segunda edici6n, a los pocos meses de la primera, ellaps us que habia cometido al escribir que «habia catorce notas en la esca1a». Suhermana Jemima Ie advirti6 en su carta: «Estamos contentos de tu homenaje a lamLlsica, pem ique quieres decir con tus "catorce" notas? ..». El ya se habia dado cuentade su errata (realmente extrana en quien interpretaba Mozart y Beethoven can suviolin), que atribuye a la precipitaci6n con que tuvo que !levar el manuscrito a laimprenta. E1 libm entero apareci6 el 18 de febrem, y el Llltimo serm6n habia sidopredicado el 2 del mismo meso En la correccion, 1a frase « make tbell/fourteell» dejaconstancia de 10 que habia escrilO.

Page 200: Cardenal Newman: Quince sermones

ninguna realidad, sin ning(m sentido? Alguien podria decirlo y, en talcaso, quiza consideraria tambien la ciencia teol6gica como un meroas\lnto de palabras. Pero, asf como hay algo divino en la teologia de JaIglesia, que los que 10sienten no pueden comunicar, asf tambien 10hayen la maravillosa creaci6n de sublimidad y belleza de que estoy hablando.Para mucha gente, hasta los nombres que emplea la ciencia son total-mente incomprensibles. Hablar de sus temas 0 contenidos60 puecle pa-recer cosa caprichosa 0 in(ltil; hablar de las perspectivas que nos abren,puede parecer extravagancia pued!. Pem ~esposible que aquella cadenciade notas, con sus arreglos inagotables, tan rica y tan simple, tan revueltay regulada, tan variada y majestuosa, no sea mas que un sonido que seva y perece? ~Puede ser que aquellas misteriosas conmociones del co-raz6n, sutiles emociones, extrafios anhelos de algo que no podemosprecisar, y sublimes impresiones que no sabemos de d6nde proceden,hayan sido forjadas en nosotros por algo que no tiene consistencia, queviene y se va, que empieza y termina sin trascender sus limites? No esasi; no puede serasl. Deben de haberse desprendido de alguna esferasuperior; son las emanaciones de la armonfa eterna en el ambito delsonido creado; son los ecos de nuestro hogar, la voz de los angeles, elMagnificat de los santos, leyes vivas del gobierno divino 0 sus divinosatributos. Alga son mas alla de sf mismas, algo que no podemos abarcarcon el entendimiento, algo que no podemos articular; aunque el hom-bre mortal tiene el don de sentirlas realmente , y quiza en esto radica suc!istinci6n de los demas seres terrestres.

que se manifiesta econ6micamente61, inferencias a partir de sombras yfiguras, y no mas reales que los fen6menos en que se inspiran62 LaEscritura, par ejemplo, dice que el Sol se mueve y la Tierra esta fija; y laciencia, que la Tierra se mueve y el Sol esta relativamentc quieto. ;.C6rnopodemos determinar cual de estas afirmaciones opuestas es la verdac!e-ra, hasta que sepamos to que es el movimiento? 5i nuestra idea de mo-vimiento no es mas que una cOllsecuencia de nuestros actuates senti-dos, ninguna de las c10sproposiciones es verclaclera, y ambas 10 son.Ninguna es verdadera filos6ficamente. Ambas 10 son para ciertos objeti-vos practicos dentro del sistema en que se hallan respectivamente. Y laciencia fisica no tenclra mejor senticlo cuando dice que la Tierra se lllueveque la astronomfa popular cuando dice que la Tierra esta quieta6,.

61 Expresi6n original: «genemlizations fir economical e..xbihitioIl.9>.La «economia»divina, que revel a en cielta medida acomodacla a nuestra capacidad, cia alas cosascreadas un sentido an;116gico, un poder de referencia mas alia de sf mismas. Pero ahorainsiste mas en las limites de nuestro conocimiento experimental y en la relatividaddefinitiva de las (<teyes» que descubrimos: las que nos siJven para dominar el mundofisico.

62 Muchos arlOs despues continuaba su reflexi6n sobre las leyes fisicas: «Nisiquiera ha sido probado, ni puede simplemente suponerse, que la ley de la velocidadde los cuerpos que caen en la tierra se cumple invariablemente; porque esta estambien una proposici6n cuya tesis es precisamente 10 que se discute. Parece,pues, mas segum elecir que 1'1orden de la naturaleza no es necesario, sino sim-plemente general en sus manifestaciones» (El asentimiento religioso, p. 91). Cf. Ibid.la nota de.J. Vives: «La concepci6n de Newman parece una curiosa y sagaz anti-cipacion de las teorias modernas que pmpugnan que las leyes naturales puedenreducirse a leyes estadisticas».

63 Mientras ejemplifica un tema principal, la reflex ion de Newman no puedereprimirse de entrar en nuevos aspectos, que para elleetor son realmente dificiles depercibir en su perspectiva justa y adecuada. EI objetivo de este inciso no es la tipicaapologia dellenguaje biblico frente a los descubrimientos de Gallieo y otras cienti-ficos de la Edad Moderna. Se hall a mas bien en el campo de la teoria del conocimiento,de su teoria del conocimiento, y desde alii quiere ilustrar su sentido profundo de latrascendencia de las cosas creadas. Sus ejemplos han recarrido una gama tan variadade realidades que la escritora Maisie Ward reconoce, al comentar estos pasajes, que«Ia transici6n puede en ocasiones confundir allectop> (Young Mr. Newman, p .. '154).La misma escritora transcribe 1'1comentario de Edward Watkin a la acusaci6n de«sofisteria clerical» «<priestly sophistIJ~» que Leslie Stephen lanz6 precisamentecontra este inciso de Newman. Escribe Watkin: «Poco previ6 Leslie Stephen que laciencia del siglo XX -eon razan 0 sin ella, pues uno no puedc edificar sobre lasmodas del pcnsamiento cientifico- iba a aceptar como su nueva verdad la sofisterfaell' este reaccionario clerical. En una epoca de dogmatismo cientifko, Newman intuy61'1 punto de vista ele la relatividad de Einstein sobre los l11o\'imienlos de los cuerpos ...Ni Galileo ni sus adversarios tenian la verdad absoluta, aunque la afirmaci(lI1 deGalileo parece que es "Ia mejor economia"» (Ibid., pp. 355 s.).

40. iY que pasaria si la serie completa de impresiones que se pro-ducen en nosotros par medio de los sentidos no fuera sino una«economia» divina acomodada a nuestra necesidad, y el presagio yprenda de otras realidades? Estas, distintas de las impresiones sensibles,podrian sernos reveladas mas perfectamente por otro tipo de sentidos,tan diferentes de los que tenemos como estos 10 son entre Sl. ~Quepasaria si las propiedades de la materia, tal como las concebimos, fue-ran meramente relativas a nosotros, de manera que cieltos hechos quenos parecen imposibles, cuando los pensamos en los terminos de nues-tras impresiones, no fueran imposibles en sf mismos? Ahora serian im-posibles solamente debido a la imperfecci6n de la idea que hemosconcebido de las substancias materiales, como consecuencia de aquellasimpresiones. En nuestra sugerencia se seguiria que las leyes de la fisica,tal como las consideramos, no serian mas que generalizaciones de 10

Page 201: Cardenal Newman: Quince sermones

!as sombras» (Ct 2: 17)68 Y 10que es verdad acerca de la confianu ennuestros sentidos, es verdad tambien acerca de toclo el saber que Diw,nos ha otorgaclo, poria naturaleza 0 poria gracia.41. Si alguien teme que estos pensamientos nos Heven a un aiste y

clesesperaclo escepticislllo, que tome en cuenta la existencia y la provi-clencia de Dios -el misericordioso y fiel64- y al instante se sentira ali-viado de su angustia. Todo es 1(lgubre hasta que, como nos 10 dicennuestros corazones65, creemos que estamos sometidos a su gobierno.Nada es triste, todo inspira confianza y firmeza, tan pronto comoentendemos que su mano nos protege, y que todo 10 que nos sucedeproviene de EI como un metodo para ensenarnos y guiarnos. iPor quenos tiene que preocupar el gue sea mas 0 menos amplio eI campo denuestro conocimiento, si es El quien nos 10da? iPor que nos preocupala exactitud u vaguedad de nuestro conocimiento, si Dios nos convida aconfiar en el mismot iQue ansiedad nos tiene que provocar el queseamos, 0 no, capaces de separar la substancia de las cosas de su sombrao vestigio?, si :Elnos esta llevando al cielo por medio de ambas? iPorque tenemos que exasperarnos pOl' descubrir si nuestras deduccionesson filosoficas 0 no, con tal de que sean religiosast Nos basta can quenuestros semlclos nos proporcionen los medios por los que somospuestos a prueba, por Ius que todos nos unimos y mantenemos lacOlllunicaci6n lllutua, y por 105 cuales se nos eJuca, ensena y capacitapara hacer el bien a los demaS')6 Tenemos un instinto dentro de noso-tros que nos impulsa a confiar en nuestros sentidos; y una necesidadexterna que nos obliga a 10 mismo07 Podemos dejar la pregunta sobrela verclad substancial para otro mundo, «cuando apunte el dla y huyan

42. Los ejemplos que he puesto tienen que servir para alentarnos -y, a la vez, para aquietarnos- en nuestros estudios teo16gicos. Parainculcarnos un profundo sentido de nuestra ignorancia de las verda desdivinas, cuando sabemos mas; y para impedir que abanc!onemos sucontemplacion, aunque sabemos tan poc069 Por un lado, parece que esposible que tengan un sentido real incluso las cuestiones mas sutiles delas escuelas teol6gicas; como 10 tienen las formulas mas complicadasdel analisis matematico. Y, puesto que no podemos decir hasta don dealcanza nuestro instrumento de pensar durante eI proceso de investiga-ci6n, y hasta que punto nos falla, no pareceria prudente despreciarninguna cuesti6n. «Si Dios estaba en alguna parte antes de la creaci6n»,«si Dios conoce todas las criaturas en Sl mism()}) «si los hienavemura-dos yen en:EI todas las cosas posibles y futuras», «s'ila relaci6n es la formade las divinas Personas», «en que sentido eI Espiritu Santo es el Amordivino», todas est<lscuestiones -y muchas mas que lasexceden ampliamentepor nimias y remotas- son sagradas par el tema que tralan.

64 (, lfJe MerciliL! and hue», los dos alribulOs COil que Dios se revela, segtll1 elimponantisimo pasaje de Exodo 34: 6, y el no menos imponante de.ln 1: 14, «!lenode gracia y de verdad»; y otros mudlOs de ambos testamentos. El Newman cat6licoinsiste tambien en estos atfibutos (Meditations and Deuotions [Ed. 1964, p. 46]; «thefaithfulnt'ss and endurance of Thy compassioJ1»).

65 Se trata de la conciencia, 0 interioridad etico-religiosa de la persona, talcomo la ha descrito al comienzo de su rd1exi6n, en los sermont's del principio; ytal como ha presenlado la necesidad de las disposiciones previas para que puedasurgir el ano de fe. La visi6n de la realidad del mundo no !leva a Newman a la fesl no jilera por el testilllon 10 que cia la conciencia (<<Tlla tlm personal con Dios, peroentretejida en su fonnaci6n con el testimonio de los padres, maestros, testimoniosde la revelaci6n religiosa, ete.) de una ]usticia y un Amor mas grande. (Apologia,comienzo del cap. V; y Via Media I, conferencia V, ap. 5).

66 « 'f() belle)1t othen», para esto disponemos, seglll1 Newman, de los bienes deeste mundo.

07 Seglll1 Sll analogia entre el conocimiento sensible y el conocimiento de la fe,ambos se sostienen en SliS respeetivos campos poria coincidencia de un dobletestimonio, exterior e inlerior.- Sobre la expresi6n «confiar en los sentidos», veasenota :W al serm6n Xl.

43. POI'otra pane, debe recordarse que los razonamientos y conclu-siones de la doctrina cat6lica -tal como CO\lstanen las confesiones defe, y los hemos aceptado hasta 10mas hondo- colTesponden alas Verdadesdivinas que representan, pero son la verdad s610 en la meclida mas

68 NOla del autor: «[Los sentidos Iransmilen a la mente la "verdad substancial"en la medida en que nos dicen que existen cosas determinadas e In conji.lso 10 qu~ellas son. Pem, un hombre nacido ciego iPuede decirse que tiene por el oido, elolfato, el gusto y el tacto, una idea substanciallllente verdadera de la naturaleza fisica?iO, pOI' el contra rio, tiene solamente una idea que, a 10 mas, no seria sino lasOlllbra de la verdad? Sea cual sea la manera como un no vidente conoce losobjetos visuales -sea en su substancia, sea pOI' su sombra 0 vestigio -; de lamisma manera aprehendemos ahora «en un espejo, obscuramente» (perspecululIl,in aenlglllate, 1 Co 13: 12) aquellas realidades que (,e! ojo no vio, ni e! oklo 0)'6»(] Co 2: 9)1

69 La frase entera original: «To impress us with a profound sen~e of our ignoranceof Divine Verities, when we know most; yet to hinder us from relinquishing theircontemplation, though we know so little». a sea, Dios es incomprehensible;nuestro mayor saber es una profunda ignorancia.

Page 202: Cardenal Newman: Quince sermones

completa en que nuestras mentes pueden admitirla; la verdad hastacierto punto, y bajo las condiciones de pensamiento impuestas porIadebilidad humana. Es cierto que Dios no tiene comienzo, siempre ycuando pueda considerarse con cierta correspondencia aproximativa quela eternidad implica sucesi6n; que est;.len todas partes, si el que es es-piritu puede tener relaciones con el espacio. Es correcto hablar de suesencia y sus atributos, si no se niega que supera mas bien todas Jasesencias; es verdad lIamarle sabio y poderoso, si cabe que 10 conside-remos de otra manera que en su unidad simplidsima. Es verdaderamenteTrino, si es ~no verdaderamente; es Uno verdaderamente, si la idea quetenemos de EI esta sujeta al n(imero terrestre. Tiene triple Personalidad,en el sentido en que puede entenderse que el Infinito tenga en absolutoPersonalidad. Si sabemos algo de EI, si podemos hablar de EI de algunamanera; si hay un camino para no hundirnos en el ateismo 0 pan-telsmo, y para accede l' a la fe religiosa; si es que tenemos algunaesperanza de salvacion, si la verdad y la santidad han de arraigar dealguna manera en nosotros ...; solo esto sabemos efectivamente, y s610con esta confesi6n hemos de empezar y terminal' nuestro culto: que elPadre es el (mico Dios, el Hijo es el unico Dios,y el Espiritu Santo es elunico Dios; y que el Padre no es el Hijo, el Hijo no es el Espfritu Santo,y el Espiritu Santo no es el Padre.

45. No nos queda mas que elevar nuestra oraci6n al Dios de graciay misericordia, el Padre de las luces, para que el ej<:>rciciode (westraraz6n, don maravilloso qu<:>Ie denemos, no se aparte <:>!lninglill mo-mento de su camino. Que la usemos dentro de la obediencia de la fe,procurando su gloria, ansiando su verdad, solicitos a someternos a susdesignios, par el consuelo de sus elegidos, par la edificaci6n de laJerusalen Santa, su Iglesia, y recardanclo muy bien su solemne adver-tencia: «De toda palabra ociosa que hablen los hombres, tenclran queciaI'cuenta en el clia del juicio; pues par tus palabras seras ciedaraclojusto, y pm tus palabras seras condenaclo» (Mt 12: 37).

44. POl' tanto, la falta contra la cual mas nos hemos de guat'clar alrecibir estas notificaciones de Dios dirigidas a nosotros es la ambici6nde saber mas de 10 que esta escrito; de em pleaI' la razon, no en poneI'en practica 10que se nos ha dicho, sino para impugnarlo; no para apo-yar la fe, sino para perjuclicarla. Pueden ser muy brillantes ciertasexhibiciones del poder de la raz6n, pero no clan ning(m fruto. La raz6nno puecle hacer otra cosa que cerciorarse de las profundas dificultadesde nuestra condici6n. No puede eliminarlas. No tiene nada que hacer,no puecle empezar, se echa aU'as continuamente, hasta que acepta debuen grado que no es mas que un parvulito, y que clebe seguir la direc-ci6n que la fe Ie indica.

Page 203: Cardenal Newman: Quince sermones

Abstracci6n' II, 16, 17, 19, 20; V, 23, 24; VI, 2; IX, 20 Y nota 29; VIII, 8;XIV, 28, 30, 32; XV, 36.

Aflicci6n: V, 32 (puede ser camino hacia Dios); VI, 17, 21.Amor' 1,11; II, 21; III, 14-17; VI, 20, 25; VIII, 14 (falsa caridacl); X, 38; XI,

2, 14, 22; XII, 16, 20-36; XIV, 5, 47, 48; XV, 41 Y nota 66.Analogia' II, 25; VI, 15; XI, 12, 23, 27; XIII, 8; XIV, 19, 30; XV, 34, 35, y

notas 19, 47 y 48.Antropomorjlsmos (en la seta. &critl/ra): II, 18 (opuestos a un fatalismo

etemo).ApologeticC/. IV, 11, 13, 17; X, 27, 44, y notas 64-66 y 73 (desprecio de la

a. a excesiva confianza en ella); XIII entero; XIV, nota 31 (De Lubac);XV, 7. Vease tambien Pruebas.

Arist6teles: II, 20, 27; VIII, 8, y nota 5; X, nota 34; XIII, 8; XV, nota 11.Arrepentimiento: III, 26; VI, 7, 8, 19.Ateismo: X, 39; XI, 14; XV, 28, 43.Bacon, Francis: I, 8, Y nota 16; IV, notas 32 y 36; VII, nota 10; X, nota 54.Bal/tain, Louis: Introducci6n, notas 23 y 24; V, nota 4.Benevolencia.· VI, casi entero.Bentham, Jeremy: X, 19 Y nota 25.Bib/ia (Sagrada EscrituraJ: I, 3 (R. Y ciencia), y nota 11; IV, 6, 19 Csu

autoridad testificada poria Iglesia cm6Iica); V, 33, y nota 31 (suinterprete ideal; vease tambien XV, nota 42); VlI, 3-7 (ensefla uncamino que el «mundo» no entiende); VIII, 3-6 (nos recuerda nues-tra responsabilidad); IX, 21 (Sll canon); X, 36 y nota 45 (B. Y credo);Xl, 26 Y nota 34 (sentido rec6ndito); XIII, 16, 18, 23, 33 (exegesis);XIV, 33 y nota 37; XV, 7, 25-28, Y notas 31, 35 y 36.

Page 204: Cardenal Newman: Quince sermones

Blanco Wbite, Jose: VI, nota 1.Brougham, Lord: VIII, nota 11.Butler,joseph: II, 25, Y nota 29; V, 21; VI, nota 19; X, nota 75; XIII, 14 Y

nota 23; XIV, 19, 31; XV, 7 Y nota 10.CaraCler: III, 1, 24, 25; V, 9-16 (formaci6n del c.); VIII, 2; IX, 3, 15, 22;

XII, 7-12, 35.Ciencia: I casi entero, nota 1; IV, 6, 8,23, Y nota 43; VI, 15; XI, 24; XII,

10, Y notas 21 y 22; XIII, 9, 16, 20-24; XIV, 11, 39, 45, y nota 66; XV,18, 37 y nota 57 (Darwin), 38, 40, y notas 62 y 63.

Cisma: II; 27; IX, 25.Conciencia: II, 7-12; IV, 2 Y nota 3, 4 y nota 10, 5 y nota 12,7,13; V, 10,

11; VI, 10, 22; VIII, 3, 21 (su deterioro); IX, 22 Y nota 33; X, 14 Y nota19; XII, 35; XIV, 13 Y nota 36, 35, 36, 41; XV, 41 y nota 65.

Conjzanza en nuestras/acultades: X, nota 14; XI, nota 20; Ary, 41.Cormpci6n en la Iglesia. V, 4 y nota 8; VI, 11.Creaci6n: VI, 15; VIII, 27 Y nota 29; XIV, nota 17.Credibilidad: IV, 17, 19; V, nota 2; X, 1; XII, 7 Y nota 18; XIII, nota 32.Credos: X, 36 y nota 45 (c. y Biblia); XV, 8 Y nota 13, 17, 18 Y nota 23,

20, 25. Vhnse tambien Dogma y Lenguaje.Cristiandad q(icialmente establecida: III, 6 y nota 6, 25 Y nota 26; IV, 10,

24, Y notas 43 y 44; V, 4, 17, 18; VII, 12, Y notas 13 y 14; VIII, 14, Ynotas 8 y 25; XIV, 37, 43; XV, 5 y notas 5 y 6.

Cristianismo: I, 1, 2 (relaci6n can cultura y dencia), 14 Oncomprensi6nque encuentra); II, 25, 29; III casi entero; V, 17,35; VII, 1, 15-17; IX,11, 18, 20 (c. y judaisl110), X, 1; XII, 34.

Desarrollo (hist6rico de la revelaci6n): V, 11 Y nota 16 (d. de la revelaci6nen detalles); XI, 15, 16; XII, 35; XIII, 9; XIV, 28 Y nota 30; XV entero.

Descartes, Rene: I, nota 16; XI, nota 20.Dios: II, 14, 15, 18, 21, 26 (D. persona!); IV, 20 Y nota 36 (dificultades en

el argumento a partir de la finalidad); X, nota 55; XII, 35; XIII, 27 Ynota 43 (persona en sentido l11etafisico); XV, 13, 18, 21, 43 (D. uno),y nota 39.

Dogma (formulaciones dogmaticas) : VII, 10, II; XIII, casi entero; XVcasi entero. Vease Lenguaje.

Dogmatismo: XIV, 6 y nota 12, 33-38.Duda: V, 21 Y nota 28; X, 21; XI, 23 Y notas 26-28; XIV, 34, y notas 39 y 40.Encarnaci6n: II, 1, 18,25,30; VII, 1; XIII, 24; XV, 8, 19,21,28.Epicurefsmo: XV, 5, 18.Epfstolas (del N. T.).-II, 30 (son un comentario al Evangelio).Escepticismo.· X, 20, Y nota 27; XII, nota 51; XIV, 33, 46; XV, 41.Esperanza: III, 9, 15.E~piritu Santo: II, 2, 3, 21, 26, 30; III casi entero (frutos del E. S.); V, 11

Y nota 15 (revelado en la Iglesia); VI, 1; VII, 1 (frente al esp. dell11undo); IX; 15; X, 2 Y nota 3; XII, 16, 22-24, 36.

Estoicismo: 11, 19, 20; XV, 5, 18.Eucaristfa: VIlI, 25-27; XII, 19 Y nota 45.Expansi6n de la mente: XIV, 5, y nota 13.Fanatismo.· VI, 4; XII, 14, 16; XIV casi entero, 36 y notas 45-47 (f. Y

sistel11atizaci6n), 46 y nota 68 (f. y miedo).Fatalismo.· VIII, 17 (deterl11inisl11o psiquico), 19, 20 (de los afectos espi-

rituales); 21-24 (hist6rico-social).Fe: III, 15 Y nota 15 (fe natura!); IV, 12 (de la Iglesia), 13, y nota 29;

VII, 10, 11 (reducida); VIII, 17 (<<creer y temblam); IX, 1-4,8, 12,21, 22 (fe y obediencia); X entero, 5 y nota 10 (fe independientede la «raz6n»), notas 16 y 43 (noci6n protestante, vease nota 2 alIX), nota 18 (analisis cronol6gico-sllbjetivo y 16gico-objetivo), nota46 (ver y creer), notas 48, 49 y 52 Oibre, sobrenatural, oscura,cierta), 37 (fe tnllerta); XI, 1, 15, 25 (fe de los sencillos), y nota 4;XII, 2, 5, 16, 25 (<<ojos de la fe», vease VII, 1), 26, 36 y nota 58(acto intelectual, de raz6n); XIV, 2, 34 y nota 39, 38 y nota 50 (fey sabiduria); XV, 13, 14.

Filoso/fa: I, nota 1; IV, 4; XII, 12; XIV, 2, 6, 7, 20, 23, 29, 31, 45; Ary, 18.Genio: V, 12; VI, 12; XI, 24 Y notas 29 y 30, 25 Y nota 33, 27; XIII, 7, 10;

XIV, 29 (analogia can el don de la Fe); XV, 15.Gibbon, Edward: I, 16, Y nota 19; VII, 7.Gracia: II, 5; X, 38; XI, 11, 25, Y nota 33; XII, 21, 22, 26, Y nota 36; XIII,

40; XIV, 6 y nota 7, 43 y nota 61; XV, 32.Habito: I, 7; V, 10, 31; IlI, 26; X, 16, Y nota 1; XlII, 2; XIV, 6, 33, 34, 38,

47; XV, 34.Herejia: XIV, 33 y nota 36; XV, 3, 6, 7 y nota 12, 26, 28 Y nota 40, 29,31.Hume, David: IV, 6 y nota 16; X, 18 Y nota 24, 40 y nota 57; XII, 11, Y

notas 24 y 25; XIII, notas 18 y 22.Humildad: I, 9, 13 (y ciencia); II, 20.Idea: XV, nota 15. Vease Desarrollo.Idola tria.' II, 16, 17; IX, 12 (la obstinaci6n es i.), 20 Y nota 30; XII, 27;

XIV, 14 Y nota 19.Iglesia: II, 2, 22, 27 (visible, santuario del Espiritu); III, 6; IV, 17 (signa

de la revelaci6n), 19 O. y Escritura); V, 4, 11; \'11, 8 (iuna?); VIII, 21(abandono de la 1.), y nota 9 (autoridad doctrinal); IX, 3 y nota 7(respeta el fuero interno), 25; X, 1, 2, Y nota 3; A'l, 20 Y nota 23; XIII,notas 36 y 40; XV, 9, 29, 45.

Imaginaci6n: VII casi entero, notas 4-5; XV, 20, 22.Incredulidadfutura. I, 15; IV, 20, 25; V, 18,32,35,36; VI, nota 32 (frase

posterior dtada par algunos autores), XIV, 14,46.Instinto (humano, rnoral e intelectual): IV, 7 Y nota 17, 1.3 y nota 29;

V, 5; VI, 10, 15; XI, 19, 22 Y nota 25; XII, 15; XIV, 3, 33, 40 y nota56.

Intuici6n' IV, nota 17; V, 12 Y nota 17.

Page 205: Cardenal Newman: Quince sermones

Investigaci6n: I, 8- IO (no es un pasatiempo ni una exhibici6n de inge-nio), y final de nota 1; IV, 14; VI, 2 (variaci6n de posiciones durantela U; X, 42 (verdad y debate), y nota 51; AlII, 15; XIV, 28, Ynotas 31y 33; XV, 7, 15, 29, 42, Ynotas 12 y 43.

jesueristo.·lI, 19 (resurrecci6n), 21, 26, 30, 31 (hechos de su vida, divini-dad, formado en nosotros); III, 22; IV, 2; V, 10, 14, 15; VI, 25; VII, 1;XI, 1; XV, 24.

[usticia divina: VI, casi entero.justi}lc,aci6n porta 1e.oII, notas 37 y 40; III, nota IO (<<obrasantes de la

justificaci6n»); X, notas 4 y 42; XII, 16, 25 Y nota 38; XIII, 18, 28, Ynotas 3 y 44; XV, 17.

juventud: III, 27; VI, 1,5, 6, 16 (optimismo faci1); VII, 3-5 (entrada en d«mundo»); VIII,14, 15 (excusas); IX, 19 (rebeldia); XIV,14, 15Ynota 20.

Latitudinarios: VI, nota 17; X, 21 Ynota 27; XI, 15; XIV, 17,33, Y notas35 y 37 (pelagiJnos)

Lenguaje (de la Ie): V, 13, 19, 21 (dificulrad de expresar las realidadespersonales y !as de fe); VI, 15; XII, 10; XIII, 23-28 Ynota 40, 32 y nota48; XIV, 42 Y nota 60; XV, 7, 8, 10, 15-17, 23-28, 30-45.

LeyyEvangelio: V, 19; VIII, 4; IX, 11,20-22, Ynota 28; X, 23 Ynota 30(observancias y I. cristiana); XI, 26; XII, 34; XIII, 18, 28 Y notas 34y ti4.

Leyes naturales: 1,6; IV, 20; VlII, 18; X, 18 Ynota 24, 39, 41 y nota 62; XI,. 19 Y nota 21; XV, 38, 40 Y notas 62 y 63.

Libel1ad: II, 18 (de Dios); III, nota 9 (I. humana herida); VI, 14; VIIIentero (I. y responsabilidad); IX, 14 (puede frustrar el designio divi-no), 22 (1. e irresponsabilidad?).

Locke, john: X, nota 50.L6giea: I, nota 1; V, 12; XI, 10, 11, 18, 19 (a partir de presupuestos); XII,

26 Ynota 39; XIII, 8 Y nota 14, 35, 37 y nota 58; XIV, 45; XV, 26, 31.MacIntosh, Sirjames: VI casi entero, y nota 14.lv!arfa (Madre del Seii01)' V, nota 12 (sin pecado origina1); XV, 1-4 (mo-

delo de fe y de teologia).Matematicas: IV, 6; X, 21, 35; XI, 24, Ynotas 31 y 32; XII, 1, 10; XIII, 10,

35; XV, 38, 42.Milagros. 1,6; IV, 18; V, 1,4 Ynota 4; VIII, 11; X, 10, 12, 19,40 Ynota 62,

41; XI, 2, 36; XlI, 1,6,13,22 Ynota 37; 31 y nota 48; XIII, 13; XIV, 30;XV, 35 y nota 56.

Misericordia (de Dim): II, 29; VI, 20 Y nota 29, 25; XV, 41 y nota 64.Multitud: JIl, 18; IV, 25; V, 5, 7, 14, 16; VIII, 21 (incapacidad espiritua1);

X, 27 (la fe es para la m.); XI, 15, 16, 24; XII, 6.Mundo: III, 6-8, y nota 9; IV, nota 17; VII casi entero (su fuerza sobre las

personas), nota 3; VIII, 21; IX, 25 Ynota 43; XI,S (conocimiento delm. exterior); XV, 5.

MllSica: XV, 39.

Natumleza (humana): I, 13, 14 (n. caida); III, 26; IV, 2; V, 14; VI,S, 6,10, 13, 20, 23; VII, 6, 18; IX, 18-25 (propensi6n al ma1); X, 38; XIV, 6;XV, 15 (su historicidad) Vease tambien Gracia.

Newton, Isaac: XIV, 31.Ni/ios: VIII, 18 Oos primeros pasos, decisivos); XIII, 6 y nota 12; XIV, 15,

33; XV, 12, 34.Obstinaci6n' IX entero; XIII, 12 (0. Y superstici6n).Pablo, san' III, 19, 20; VIII, 4; IX, 16; XI, 2, 26; XlI, 27; XV,S.Padres (de la Iglesia): I, nota 5; II, 26 Y notas 1 y 33 (Atanasio); IV, 24; V,

nota 33; VII, nota 18; X, nota 78; XIV, 2 Ynota 3,17,31,43 y nota 61;XV, 18 Y nota 24, 26.

Paganos: I, 11; II casi entero, y notas 7 y 37 (su salvaci6n posible); III,6, 7, 12 (diferencia respecto al cristianismo); VI, 22-24 (sacrificiosp.); VII, 15; X, 1; XII, 13, 26-36; XV, 5 y nota 12.

Paine, Thomas: V, 21 Y nota 29..Paley, William: I, nota 7; VI, nota 31; X, 41, y notas 58 y 61; XlI, 14; XIII,

13 y nota 21, 17, 33 y nota 50 (resumen de su libro).Panteismo: II, 20, 26; XV, 43.PeCCldo:I, 13; III, 26; VI, 7, 8, 16-25; VII, 7; VIII casi entero; IX, 25; X, 42;

XIV, 1, 15, Y nota 7, 13 Y nota 18, 14 Y nota 19.Persona: II casi entero, y nota 25; V casi entero, y nota 30 (<<personalismo»

de Newman); XII, 35; XIV, 29 (comprensi6n), 33, 36 y notas 45 y 46(respeto); XV, 28, 34, 36.

Personificaci6n (en todo el sistema revelado): II, 22.Pitagoras: II, 20; XV, 18.Plat6n' XV, 18.Pobres: III, 17 (pobreza voluntaria); IX, 18 Y nota 25 (los p., mas since-

ros); Xl, 15 Y nota 16, 26; XII, 6, 12, 14; XlV, 16 Y nota 22, 33, 37-40(fe de los sencillos); XV, 3, 11, 34.

Principios: V, nota 13 (contraste con «doctrinas»); X, 39, 45, y notas 12,26, 32 (<<prejuicios», en buen sentido; vease tambien Xl, 19; XII, 10)Y 56; XI casi entero (presuposiciones); XII, 16, 26; XIII, 8, 9; XIV, 24,27, 29, 33, 34, 45, 46; XV, 34, 35. Yease tambien Probabilidades.

Probabilidades: I, 16 (p. acumuladas, vease nota 15 al XlII); X, 25-45 (p.antecedentes); XI, 10-26; XII, 5-12; XlII, 8, 31, 33 (razones rec6ndi-tas); XIV, 34. Vease Pr610go a la tere. edici6n.

Progreso: I, 2, 12; III, 7, 10; IV, 25; VI, 6 (epocas de prosperidad yseguridad); VII, 9; VIII, 24; XIV, 37.

Pruebas (0 garantias del cristianismoJ; II, 25; III, 8; X casi entero, 5 ynota 11 (no son el motivo formal de la fe), 12 y nota 15 (no sonirresistibles), notas 18, 23, 41 y 74 (las hay y cabe requerirlas); XI, 22;XII, 1 (p. morales), 2, 6, 7 , 8, 11, Ynota 18; XIII, 8, 17, 29, 30, 34-36,y final de nota 50 (lcerteza «moral»?); XIV, 30; XV, 35.

Pureza: II, 9; III, 17; VI, 11, 12, Y nota 11; VII, 7; XII, 26.

Page 206: Cardenal Newman: Quince sermones

Raz6n: IV entera, 4 (al selYicio de la fe), 5 y nota 12 (raz6n y concien-cia), 7 y nota 17 (definici6n del concepto; «mera raz6n» e «instintosmorales»), 11, 12, 13 (funci6n apologetica), 17-24 (apologetica de-fectuosa); V, 2, 3, 24 (Sll caracter abstracto y an6nimo); X, 5 y nota10,12,13 Y nota 17 (raz6n prafana), 15 y nota 21 (su caracter criticoy no creador, vease XIII, 10, 37 y nota 44; XV, 11); XI, 6 (su alcancemucho mas alia de los sentidos exteriores), 9, 10, 18, Y notas 9 1] (Iafe entra en ella, pera no bastan los fundamentos que tiene a mano,vease XII, 16); XIII entero (explicita e implicita), 7; XV, 7, 9, 26 (alselYicio de la fe), 44, 45. Vease el pr610go a la terc. edici6n.

Razonamiento: X, nota 18; XI, 6-8 (flexible), 18 (debe partir de alg(Jnsupuesto dado; XII, 26; XIII, 10.

Rebeldia: IX entero; XII, 32 (desobediencia y superstici6n).Redenci6n: I, 13; II, 1, 25; III, 16; VI, 25.Reforma: IV, 17 (protest,mte); VIII, 14 Y nota 18, 22 Y nota 25; IX, 18 Y

notas 23 y 44 (r. electoral y politica inglesa, «Reform Bill» de 1832).Religi6n: II entero (r. natura!); III, 3 y nota 4 (r. formalista); VI, 21; VII,

8 (multiplicidad de religiones); X, 42, 43; XII, 6 y nota 16 (caminonatural hacia la r.), 13, 35 y nota 51 (cambio de r.); XIV, 16, 27; XV,11.

Responsabilidad: VI, 14; VIII entero; XIV, 36, 41.Revelaci6n: I, 4, 13; II casi entero, 1, 2 (mensaje revelado),18, 23, 29

(predicar a Cristo no excluye la r. natura!); IV, 1, 13; IX, 22; XI, 22;XII, 12, 29-31; XIII, 13, 14, 20; XIV, 20, 28 Y nota 31; XV, 10 Y nota 15,18, 21 Y nota 25 (Idea), 27, 28 Y nota 42.

Riesgo: XI, 22 Y nota 26, 23, 27 Y nota 36; XII, 3, 5, 26.Sabiduria: IV, 1, 2; XI, 24, 25 (sagacidad humana); XIV entera; XV, 5 y

nota 6.Saerificios: VI, 21-25; XII, 27-29.Santidad: III entero (s. y vocaci6n cristiana); V, 1 (dificil en el mundo y

en la Iglesia), 26-30 (su ascendiente); XII, 16; XV, 5 y nota 7, notas 4y 24 (ortopraxis).

Sentidos: IV, 8, 9 (funci6n propia indispensable); XI, 5, 19 Y nota 20 (Sllcredito); XIII, final de nota 1; XV, 12, 22, 25, 31, 32, 40, 41 y nota 68.

Sentimiento: III, 4 (sentimentalismo); VI, nota 1; XI, 23; XIII, notas 3 y 6;XIV, 17,45, Y notas 23 y 24; XV, 32, 39.

Signos (oIndicios): IV, 13, 17, 19; X, 27-31, 36, 44, Y notas 34, 36 (Othelo),38, 75-77 (comparados con prababilidades antecedentes); XI, 1, 22,23,27, Y nota 6; XII, 5,7,8,26, y notas 12 y 13; XIII, 8, 17,34,35.

Sistematizaci6n: I, 10 (precipitada); V, 12; VI, 13-15; XIII, 21 Y nota 37;XIV, 6, 21, 29, 31, 33-38, y nota 38 (s. necesaria).

Social (Cuesti6n s.): VIII, nota 8; XIV, 37.Socinianismo: vease Unita rismo.Stuw1 Mill, john: I, nota 1.

Superstici6n: I, 6 (causas extranas); VI, 4,21, 24, Y nota 34; XI, 27; XII,13-37; XV, 5.

Tentaciones: VII, casi entero; VIII, 9; IX, 20, 23.Teologia: IV, 12; XIII entero; XIV, notas 31,54 y 59; XV, 5, 18, 28, 42-45.Teorias: I, 8; VI, 15; XIV, 36, 45. Vease tambien Abstracci6n y

Sistematizaci6n.Testimonio: IV, 19; V entera, 29 (los hechos conCl·etos efectivos); VII

casi entero (testimonio de la Verdad y antitestimonio delmundo); X,8, 18; XI, 12, 20; XII, 5; XIII, 8; XIV, 28 Y nota 31, 38 y nota 51; XV,25, 31.

Tomas de Aquino: IV, 12, Y nota 35; X, nota 19; XII, nota 18; XIII, nota27; XIV, 31 y notas 33 y 52; XV, nota 28 y 30; Pr6logo a la terceraedici6n, nota 18.

Trinidad: II, 26; XIII, 24, 28; XIV, 37; XV, 8, 19, 21, 28, 43.Unitarismo (Socinianismo): II, 26 Y nota 32; VI, 7 Y nota 7; XIV, 33 y

nota 37; XV, 28.Utilitarismo: IV, 21; X, 14 Y nota 20; XV, 16.Verdad religiosa: IV, 13, 25; V, 2-6; VI, 24; VII casi entero; VIII, 14 Y nota

9 (autoridad de la Iglesia en la transmisi6n de la V.), 24; IX, 22; X,nota 51 (b6sqlleda de la V.); XIV,42 Y nota 59; XV, 6, 34 (aproximaci6na la V., «economia»), 41, 43.

Virtudes sobrenaturales: III, 13 Y nota 14, 20 (conjunci6n de virtu desdificilmente compatibles); V, 27, 29 (hechos concretos).

Voltaire, joven: VIII, 15.Votos (religiosos): III, 3 y nota 4; VII, 13 Y nota 15.Whately, Richard: I, notas 1 y 7; X, nota 34; XII, 14.