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ELECTRICIDAD Y ELECTRÓNICA INACAP Iquique, 04 de junio de 2015 • Juan José Negroni • Juan Manuel Rubio • José Hernán García • Felipe Ruiz CAPITAL HUMANO: CLAVE EN EL DESARROLLO DE EFICIENCIA ENERGÉTICA

CAPITAL HUMANO - INACAP · sidente del Directorio de Anesco Chile A.G. Ingeniero Civil Mecánico de la Universidad de Chile y profesor de Intercambiadores de Calor por una década,

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ELECTRICIDADY ELECTRÓNICA

INACAP Iquique, 04 de junio de 2015

• Juan José Negroni• Juan Manuel Rubio• José Hernán García• Felipe Ruiz

CAPITAL HUMANO: CLAVE EN EL DESARROLLO DE EFICIENCIA ENERGÉTICA

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CAPITAL HUMANO: CLAVE EN EL DESARROLLO DE EFICIENCIA ENERGÉTICA

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CAPITAL HUMANO:

• Juan José Negroni• Juan Manuel Rubio• José Hernán García• Felipe Ruiz

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CAPITAL HUMANO: CLAVE EN EL DESARROLLO DE EFICIENCIA ENERGÉTICA

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Diversos organismos del Estado de Chile definen la eficiencia energética como “el con-junto de acciones que permiten optimizar la relación entre la cantidad de energía consu-mida y los productos y servicios finales obtenidos”. El objetivo de estas acciones es aho-rrar energía sin perder calidad de vida ni calidad de producción, lo que se puede lograr a través de la implementación de diversas medidas e inversiones a nivel tecnológico, así como también la enseñanza de hábitos culturales.

La aplicación efectiva de las medidas de eficiencia energética –principalmente en sec-tores que las requieren con urgencia, como la Construcción, la Industria y el Transpor-te– exige que estas sean pensadas, diseñadas, valoradas y realizadas por personas que posean los conocimientos y la experiencia suficientes para lograr dicho objetivo. Por ello, una formación de capital humano alineada con las políticas energéticas chilenas es fundamental para que se concreten a gran escala las acciones de eficiencia energética que necesita nuestro país.

A través de esta conferencia, INACAP busca incentivar la formación del capital humano con especialización en el tema energético, fortaleciendo las capacidades técnicas y profe-sionales a nivel territorial, y mejorando la oferta formativa en la Educación Superior, pues ello es fundamental para tener una sociedad más innovadora, sustentable y competitiva.

INTRODUCCIÓN

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CONTENIDOLOS EXPOSITORES

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Energía fotovoltaica: una solución para generar eficiencia energéticaJuan José NegroniDirector del Programa de Energías Renovables del Departamento de Electricidad de la Universidad Tecnológica Metropolitana

Soluciones solares térmicas avanzadasJuan Manuel RubioDirector Técnico y Vicepresidente de ASIT (Asociación de la Industria Térmica) e Ingeniero Consultor en Censolar S.L.

Eficiencia energética es tecnología más desarrollo humano (al cuadrado)José Hernán GarcíaGerente General de JHG Ingeniería Ltda. y Presidente del Directorio de Anesco Chile A.G.

Eficiencia energética y la importancia de la formación del capital humanoFelipe RuizProfesor de Postgrado de INACAP

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LOS EXPOSITORES

Juan José Negroni

Director del Programa de Energías Renova-bles del Departamento de Electricidad de la Universidad Tecnológica Metropolitana.

Doctor Ingeniero en Electrónica por la Uni-versidad Politécnica de Cataluña. Ha de-sarrollado investigación en Convertidores de Potencia Conmutados para Sistemas de Energías Renovables no Convencionales, destacando principalmente los Sistemas Fotovoltaicos. Posee numerosas publicacio-nes en la IEEE y es miembro permanente del comité organizador del Congreso Seminario de Automática Electrónica e Instrumenta-ción español (SAAEI). Es parte del equipo or-ganizador de la Hora del Planeta Chile, junto con la Fondo Mundial para la Naturaleza WWF (World Wildlife Fund for Nature). Con una experiencia de más de diez años de do-cencia, ha dictado diferentes asignaturas y laboratorios en el área de la Ingeniería Elec-trónica y desarrollado proyectos interdisci-plinarios con otras instituciones nacionales e internacionales.

Juan Manuel Rubio

Director Técnico y Vicepresidente de ASIT (Asociación de la Industria Térmica) e Inge-niero Consultor en Censolar S.L.

Ingeniero Industrial de la Escuela de Ingenie-ros de Sevilla en la especialidad de Control de Procesos Químicos. MBA por la Escuela de Organización Industrial (EOI) en España, en la especialidad de Gestor de Proyectos Energéticos. Desde hace más de 16 años ha desarrollado su labor profesional vinculado a las energías renovables, desde sus inicios en

el INTA (Laboratorio de Ensayos de Paneles Solares), en Multinacionales como Viessmann, Sonnenkaft y VKR, hasta empresas españolas para las que trabaja actualmente como con-sultor técnico externo: Iedes, Tusol y Endesa. También ha desarrollado trabajos de ingenie-ría e I+D en Alemania (Grupo VKR/GOT), India (Emmvee), Chile (CDT, Enermine), Jordania (Cámara de Comercio Exterior) y Marruecos. Ha sido docente en jornadas y conferencias sectoriales y colaborador en entidades como Censolar y la Escuela de Ingenieros y Arqui-tectos de España.

José Hernán García

Gerente General JHG Ingeniería Ltda. y Pre-sidente del Directorio de Anesco Chile A.G.

Ingeniero Civil Mecánico de la Universidad de Chile y profesor de Intercambiadores de Calor por una década, ha dedicado sus más de treinta años de experiencia a la creación de soluciones en el ámbito de la termodi-námica aplicada. Sus mayores innovacio-nes están relacionadas con el desarrollo y aplicación de técnicas de capacitación de trabajadores, las cuales integran tanto los aspectos técnicos como motivacionales en pos de objetivos comunes. Desde noviem-bre de 2014 es Presidente del Directorio de la Asociación Nacional de Empresas de Eficiencia Energética (Anesco Chile A.G.). Ha publicado variados artículos en revistas téc-nicas y participado en diversos congresos y seminarios relativos a su especialidad.

EL OBJETIVO DE ESTAS ACCIONES ES AHORRAR ENERGÍA SIN PERDER CALIDAD DE VIDA NI CALIDAD DE PRODUCCIÓN.

Felipe Ruiz

Profesor de Postgrado de INACAP

Ingeniero en Electrónica de la Universidad Tecnológica Metropolitana, Máster en Inge-niería en Electrónica por la Universidad Poli-técnica de Cataluña, con participación en el grupo de Investigación EPIC-Energy Proces-sing and Integrated Circuits, desarrollando investigación aplicada en Eficiencia Energé-tica y Microrredes con Generación Fotovol-taica. Actualmente trabaja en el desarrollo de programas de formación de capital hu-mano y continuidad de estudio, mediante el postítulo en Gestión de la Eficiencia Energé-tica Basado en ISO 50001:2011, y el Diploma-do en Diagnósticos de Eficiencia Energética en INACAP.

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Mi intención es referirme a los elementos básicos de una instalación fotovoltaica y preguntarnos cuánto y cuándo produci-mos una energía de este tipo y qué relación tiene con nosotros como consumidores. Bajo esta perspectiva se debe enunciar un concepto esencial: la idea de los sistemas fotovoltaicos es convertir la energía solar –la radiación solar– en energía eléctrica. Se trata de algo que viene desde hace mucho tiempo. En 1883, el inventor norteameri-cano Charles Fritts descubrió casualmente un fenómeno fotoeléctrico y construyó una celda donde observó que la luz solar afectaba y producía una potencia distinta. A partir de ahí, varios científicos –Maxwell, Plank y otros– trabajaron sobre esta celda. Después hubo otro científico que empe-zó a discretizar el fenómeno fotoeléctrico y las partículas de luz: trató de descubrir la probabilidad que tenía un electrón de ser expulsado de un átomo por la luz. Este científico ganó el Premio Nobel de Física en 1921 y era Albert Einstein.

LA ESENCIA DE UN SISTEMA FOTOVOLTAICO

La historia continúa hasta 1954, cuando los laboratorios Bell construyeron la pri-mera celda fotovoltaica comercial. Y a par-tir de ahí, todos nos vemos involucrados en el proceso fotovoltaico. Tanto este pro-ceso como los elementos de un sistema fotovoltaico son sencillos y parten princi-palmente por el módulo fotovoltaico, que es la estrella de nuestras instalaciones. Él puede tener diferentes tipos de configu-ración y materiales de construcción, como el silicio monocristalino, que en los labora-torios comunes alcanza un 24% de eficien-cia, y en laboratorios avanzados llega has-ta el 30% e incluso el 40%. Está también el policristalino, que es el más habitual y se distingue claramente en las celdas fo-tovoltaicas. Tiene menor eficiencia, es más fácil de construir y posee una buena rela-ción entre la radiación solar y la potencia.

Después está el silicio amorfo, un tipo de silicio más fácil de crear, aunque su rendi-

ENERGÍA FOTOVOLTAICA: UNA SOLUCIÓN PARA GENERAR EFICIENCIA ENERGÉTICA

Juan José NegroniDirector del Programa de Energías Renovables del Departamento de Electricidad de la Universidad Tecnológica Metropolitana.

miento es más bajo. Con silicio amorfo se crean paneles fotovoltaicos muy negros, que tienen una muy buena eficiencia en sectores donde existe poca radiación, porque mantiene un voltaje y la corriente se desplaza con menor eficiencia, quizás, pero el voltaje es parejo. Ello permite ex-traer una potencia muy interesante, espe-cialmente en los lugares donde existe muy poca luz, como en ciertas épocas en el sur de Chile.

Otro elemento primordial dentro de esta configuración es el regulador de carga, que sirve para estabilizar en parte la ten-sión que se le inyecta a las baterías, es decir, al almacenador de energía. Permite, además, alimentar carga en corriente con-tinua y, a partir de ello, también podemos alimentar carga en corriente alterna a tra-vés de un inversor. El inversor transforma la corriente continua en corriente alterna: los 220 volt efectivos que conocemos en los enchufes de nuestras casas.

Con todos estos elementos constituimos la esencia de un sistema fotovoltaico. Sin embargo, hay otros componentes que encarecen el sistema, como la batería. Ella aún sigue siendo plomo ácido y aquello es, finalmente, un sistema aislado. Porque, ¿cómo podemos conectar los sistemas fotovoltaicos? De dos maneras. Uno, con un sistema aislado, donde necesariamente debemos tener un elemento acumulador de energía. Cuando ya no tengamos horas de sol, necesitamos proveer energía y lo hacemos con una batería.

En segundo lugar están los sistemas co-nectados a la red, que permiten que la energía fotovoltaica se inyecte allí en for-ma de excedentes. ¿Por qué excedentes? Porque si las cargas que están conec-tadas en un sistema consumen menos de la corriente que se genera, lo que no consuman puede irse a la red eléctrica. Y ahí tenemos solamente dos elementos: los paneles fotovoltaicos, que no pueden faltar porque son la esencia del sistema, y el inversor. Este último se encarga de dos

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funciones esenciales. Primero, encontrar el punto de máxima potencia de los paneles fotovoltaicos, porque estos constituyen una planta de energía de la que debemos cosechar y la única manera de hacerlo es extraer lo que más podamos de ella. Si no se tiene un sistema con un buscador del punto de máxima potencia, simplemente no es posible conseguirla. Por ello que ese inversor debe poseer un sistema llamado MPPT (Maxium Power Point Tracking).

El segundo requisito del inversor es ser capaz de sincronizarse con la red eléc-trica, y todos sabemos que ello afecta al factor de potencia. Entonces, para que el factor de potencia sea unitario, debemos entrar en fase con la red eléctrica. Para eso, el inversor toma una muestra de la red eléctrica y, en función de esta, envía una onda cenoide que está sincronizada con ella, transfiriendo una corriente que es proporcional a la potencia del panel fotovoltaico. De esta manera entrega la energía suficiente a la red eléctrica, o a las cargas que quiera satisfacer.

NETMETERING Y NETBILLING

La pregunta que cabe aquí es cómo legal-mente las compañías distribuidoras nos permiten conectarnos a las redes eléctri-cas, de qué manera podemos acceder a esta inyección de la red. Para eso tenemos dos formas: netmetering y netbilling. La primera es la medición neta de energía: significa que si una persona consume dos kilowatts de energía –a cualquier hora– y a su vez produce esos dos kilowatts, su consumo neto será cero. Si, en cambio, produjo tres kilowatts y consumió dos, al día siguiente se descontará un kilowatt de su consumo. Eso es un neteo en energía.

Por otro lado, netbilling es un neteo en facturación y se relaciona con los precios. Así, la compañía compra la energía a un determinado valor, ya sea a un cliente particular residencial o a una planta ge-neradora. Si la compañía distribuidora compra la energía aproximadamente a

50 pesos por kilowatt hora, nos pagará esos 50 pesos si inyectamos el mismo kilowatt. Pero si consumimos un kilowa-tt, nos cobrará aproximadamente cien pesos, debido a los costos asociados a la distribución. Si entendemos la diferencia entre netmettering y netbilling, sabremos cómo aprovecharlos.

Para hacer un sistema eficiente, debería-mos calcular un sistema fotovoltaico tal que toda la energía sea cubierta en cuan-to consumo. Pero como el netbilling está asociado al precio, la potencia generada y la consumida son cargas que no coinciden en el tiempo. Podemos considerar que el sistema fotovoltaico está restringido en su horario, quizás desde las nueve de la mañana, cuando hay un buen sol, hasta las siete de la tarde. Sin embargo, nues-tras casas, o la pequeña industria, tienen diferentes curvas de consumo. Después, durante la noche, queda un consumo re-manente hasta el día siguiente, cuando se produce un fuerte peak nuevamente. Hay que recordar que la energía es la potencia multiplicada por el tiempo. La ley 20.571 autoriza a generar energía y, por lo tanto, debemos hacer algo que es primordial: medir en forma bidireccional, por cuentas separadas; es decir, medir lo que se con-sume y lo que se inyecta. Eso es esencial.

MEDIR PARA LOGRAR EFICIENCIA ENERGÉTICA

¿Cuándo y cómo podemos producir la energía fotovoltaica? Idealmente sería hacerlo en forma pareja, de manera cons-tante. Sin embargo, la realidad es que en el sistema fotovoltaico no producimos ni tampoco consumimos en forma constan-te. Nuestros gastos siempre son variables, ya sea por la hora o por las necesidades. Debemos entender que en el caso del pa-nel fotovoltaico se depende del sol: a ma-yor irradiación solar, mayor producción de energía. Por lo tanto, estamos dentro de una familia de oscilaciones donde tene-mos que aprovechar la energía.

Hace años hicimos en Santiago la pri-mera experiencia conectada a la red en Latinoamérica, con una pequeña insta-lación de cuatro kilowatts (hoy tenemos millones de estas), que nos sirvió para entender algunas cosas. Una de ellas es dónde y cómo se iba a inyectar la ener-gía fotovoltaica a la red eléctrica, y en qué condiciones. Ahí confirmamos un hecho: nuestra red eléctrica ha crecido sin ninguna planificación. Existen trans-formadores en la empresa distribuidora donde cada fase alimenta a 50 casas. Y el mismo transformador, de iguales dimen-siones, en otro barrio alimenta a cinco. Eso nos obliga a tener que determinar caso a caso cuál es la mejor forma de co-nectarse. Y también hay que considerar las curvas por día y por año para aprove-char la irradiación al máximo.

Para lograr eficiencia energética con pa-neles fotovoltaicos, debemos apuntar a que salgan a costo y que podamos amor-tizar prontamente. Tenemos que intentar satisfacer las horas donde el consumo se produce en conjunto con la generación fotovoltaica; es decir, inyectar lo menos posible, porque nos interesa que nos co-bren también lo menos posible: en lugar de reembolsar 100 pesos por kilowatt hora, es preferible que lo produzcamos nosotros. Y en el rango horario desde las seis de la mañana hasta las siete de la tar-de, uno puede aportar a su propio con-sumo. Si ello ocurre, no necesitamos una gran fuente de generación de energía. Sin embargo, para ello es imprescindible me-dir nuestro consumo. “Lo que no se mide no existe, y lo que no existe no se puede mejorar”, dice una frase muy certera.

La compañía Chilectra tiene una página en internet donde se puede hacer una caracterización –bajo ciertas normas y de-terminados parámetros– de lo que se con-sume en un hogar, que nos permite tener una idea de cuánto consumimos median-te los aparatos domésticos. Asimismo, es necesario que conozcamos cómo están divididos dichos consumos: un tanto por

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ciento en iluminación, otro en refrigera-ción, otro en calefacción, etcétera. Todos estos resultados están relacionados con el tiempo de uso. Si somos capaces de caracterizar esta ventana temporal, cal-cularemos un sistema donde podamos satisfacer la mayor cantidad de energía u ocupar energía solar para ello.

Los artefactos domésticos que producen calor, como los secadores de pelo y las planchas, gastan mucha energía innece-sariamente, porque usamos aquellos con más kilowatts de potencia sin haber una justificación. Por lo tanto, es recomen-dable cambiar algunos parámetros de uso. Con la energía fotovoltaica lo ideal es llegar a tener cubierta la media del consumo, porque así podría bajar en 30% su facturación. Esto permite amortizar el sistema en cinco o siete años –depen-diendo del valor–, que es mucho menos que los 15 años, como se calcula normal-mente en un sistema de netmettering o de netbilling.

¿Cómo planificar las acciones de aho-rro y de mayor eficiencia? Midiendo. Podemos hacerlo de distintas formas. Una es anotando el registro del medidor en la mañana y en la noche, así como también hacerlo en tramos durante el día y saber cuánto puedo aportar con energía foto-voltaica. De esta manera podemos hacer una gestión en cuanto a eficiencia ener-gética. Una forma es la gestión sin inver-sión, la que depende de los hábitos y cos-tumbres que no queremos modificar: por ejemplo, seguir lavando la ropa a medio-día, que es el momento cuando se produ-ce el mayor consumo. Por otro lado está la gestión con inversión, donde tenemos que pensar cómo lo vamos a hacer: es el caso de cambiar la luminaria al sistema led, porque es más ahorrativo. Hay una equivalencia que dice que de 100 watts podemos pasar a 20 sin inconvenientes.

La idea es que nos convirtamos todos en agentes de la eficiencia energética, que nos comprometamos con ella. La mejor

inversión no cuesta nada, porque se basa en una modificación de los hábitos, las actitudes y las costumbres. La eficiencia energética tiene que ver con consumir menos energía, pero sin deteriorar nues-tra calidad de vida, incluso mejorándola.

ES IMPRESCINDIBLE MEDIR NUESTRO CONSUMO. “LO QUE NO SE MIDE NO EXISTE, Y LO QUE NO EXISTE NO SE PUEDE MEJORAR”, DICE UNA FRASE MUY CERTERA.

Juan José Negroni

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CONSTRUCCIONES PLANIFICADAS Y MAYOR EFICIENCIA ENERGÉTICA

¿Qué es la eficiencia energética? Si bus-camos en internet o en distintas bibliogra-fías, encontraremos que los autores coin-ciden en que es una manera de conseguir más con menos; es decir, utilizar la menor energía primaria –menor consumo de gas, petróleo o electricidad– para lograr una mayor energía útil en la climatización de una vivienda o en la producción de agua caliente sanitaria. Esa es la definición ha-bitual. Sin embargo, para nosotros la efi-ciencia energética es otra cosa, es una suerte de relación de tres momentos donde no se puede entender el uno sin el otro. Es decir, no podemos concebir la eficiencia energética solo pensando en la producción eficiente de energía, sino que, primero, hay que entender un primer pilar básico: cómo se diseñan los edificios, qué criterios se han de tomar en su planifica-ción con el objetivo de obtener una mayor eficiencia de energía.

En el diseño y en la planificación de la cons-trucción existen elementos pasivos, como los buenos aislamientos de la vivienda, las correctas orientaciones, los acristalamien-tos de calidad, la apropiada definición de los espacios –al interior de la vivienda o de los edificios– para que los consumos y los transportes de energía sean los adecua-dos. No tiene ningún sentido que la sala de caldera, por ejemplo, que es la sala de producción energética, esté en un sépti-mo piso, cuando el mayor consumo está en el noveno. Para ello tenemos que pre-ver y tener buenas colaboraciones entre los profesionales de los distintos sectores, de tal manera que los diseños de las insta-laciones sean los adecuados. Por supuesto es muy importante la generación de ener-gía de manera sostenible. Y es aquí donde aparece la palabra combinación, donde se debe dar el salto evolutivo que venimos observando el último tiempo.

Al día de hoy, plantearse la eficiencia ener-gética –o la producción de energía de manera eficiente– es muy complejo si nos remitimos únicamente a una energía: la solar, la fotovoltaica, la con calderas de alta temperatura, la con calderas altamente efi-cientes u otras. Para nosotros, la generación eficiente de energía debe ser un compro-miso entre distintas tecnologías, utilizando la hibridación y la combinación de estos sistemas. Y sobre esta experiencia de los últimos 16 años, como consultor y gestor energético, es de lo que quiero hablar.

Me inicié como diseñador de instalaciones solares y fui madurando con el mercado, entendiendo progresivamente que no podemos pretender que las soluciones de energía y de ahorro energético estén vin-culadas a una sola tecnología.

Voy a dividir mi presentación en tres par-tes. En la primera explicaré cuál es mi vi-sión sobre la eficiencia energética, una visión un poco particular, porque para mí no se trata únicamente de ahorrar. Es más: entiendo que la eficiencia energética es algo paralelo o condicionado al aho-rro energético, pero a veces mezclamos las palabras y entendemos que eficiencia energética y ahorro energético son sinó-nimos y ello es un error: van de la mano, pero son distintos.

Luego pondremos los pilares donde vamos a trabajar. Uno de ellos es definir la deman-da, es decir, desde dónde partimos y cómo podemos disminuir esa demanda. Finalmen-te intentaré explicar en grandes líneas cuá-les son las tendencias del mercado, cómo se está moviendo el mercado más maduro de la energía solar, el de Alemania o del centro de Europa, que está combinando la energía solar con otro conjunto de técnicas para en-tregar sistemas más eficientes.

SOLUCIONES SOLARES TÉRMICAS AVANZADAS

Juan Manuel RubioDirector Técnico y Vicepresidente de ASIT (Asociación de la Industria Térmica) e Ingeniero Consultor en Censolar S.L.

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Y está también el tema del consumo soste-nible, que en gran medida depende de la educación que les demos a nuestros hijos desde el principio. Ello tiene que ver con cómo somos capaces de ocupar esos cen-tros de producción eficiente de un edificio inteligente. El consumo sostenible, o las medidas de ahorro y energía que enseña-mos cada día, se relacionan directamente con la eficiencia energética. Hablo de efi-ciencia energética y no de ahorro, porque para mí son aspectos que van de la mano, pero son distintos, como dije.

Está claro que la demanda, es decir el con-sumo de energía, es más alta en la cons-trucción. Se trata, entonces, de implantar unas tipologías de instalaciones eficientes, o una construcción eficiente, para que ese consumo de energía sea el menor posible. En las viviendas particulares están más controlados porque es una sola tarifa, pero en una instalación hotelera o en una indus-tria es más complejo determinar dónde se producen los mayores gastos energéticos. Por ello, antes de definir un sistema es muy importante definir una instalación, de tal manera que esa demanda quede acotada, especificada y concretada en el tiempo, porque las medidas que propongamos luego, desde el punto de vista del ahorro, de domótica, de control o de uso, estarán condicionadas por esas demandas.

UNA BUENA PROGRAMACIÓN DEL CONSUMO

Las cifras indican que 47% de la energía que consumimos en los hogares proto-tipos corresponde a climatización y cale-facción. En la mayoría de los casos suelen ser viviendas que no tienen buenos envol-ventes, donde no se pensó en un diseño eficiente de los edificios. Igualmente, la iluminación conlleva unos gastos energé-ticos importantes, así como el agua calien-te y los electrodomésticos. Respecto del diseño, o de las probables reformas del edificio, se ha de tener en cuenta como base el confort: no le vamos a enseñar a la gente cuándo se tiene que duchar, pero sí

cómo se tiene que duchar de una manera eficiente. Cuando alguien plantea cons-truir un edificio ecoeficiente es esencial saber cuál será su demanda energética.

Dentro de los elementos que forman parte de nuestro tema, lo primero es tener una buena programación; es decir: qué con-sumos tendremos y qué capacidad de in-versión podemos promover, ya que no se trata solo del confort, del ahorro o de la producción eficiente, sino también de la inversión, de la amortización y de la facul-tad de rentabilizar esas instalaciones, que deben ser reales. Una vez que tenemos claros estos aspectos, damos el siguiente paso, el diseño: qué tipo de sistema voy a colocar que se adapte más a mi propues-ta original. Una última fase es el manteni-miento de las instalaciones.

Para mí, la piedra angular de la producción energética eficiente es que no debe ser tratada directamente como la incorpo-ración de fuentes de energía renovables. Ellas se pueden agregar, por cierto, pero no colocando, por ejemplo, paneles sola-res de una manera forzada. Ello no tiene ningún sentido, ahí no se está trabajando en eficiencia energética. Sí tiene sentido que se haga un análisis exhaustivo para conocer la necesidad o la viabilidad de incorporar una tecnología u otra, y de sus posibles combinaciones.

AUDITORÍA ENERGÉTICA Y REHABI-LITACIÓN ENERGÉTICA

La eficiencia energética tiene tres apellidos. Primero: construcción sostenible; segundo: producción energética eficiente; tercero: con-sumo sostenible. Insisto: no podemos incluir de manera forzada una fuente de energía re-novable frente a sistemas convencionales ya existentes. ¿Cómo se debe plantear la refor-ma energética de una vivienda antigua? Si partimos de la base de colaboración entre estos pilares antes enunciados, tendremos una buena relación con quien diseñó y así, enton-ces, él adaptará sus instalaciones a la incorpo-ración de otros sistemas más eficientes.

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Juan Manuel Rubio

AEROTERMIA, BIOMASA Y GEOTERMIA

¿Cuál es la tendencia actual de la pro-ducción energética? ¿Qué sistemas po-demos encontrar en el mercado? Hablaré de tres modalidades existentes: la aeroter-mia, la biomasa y la geotermia. Para mí son los tres sistemas combinados con energía solar que satisfacen de una manera global la demanda, que no solo es agua caliente sanitaria, sino también calefacción, refrige-ración y electrificación.

La aerotermia opera a través de una má-quina muy parecida a las bombas de calor convencionales. Se trata de mecanismos que trabajan con motores: tienen un com-presor eléctrico que genera un vapor frío o caliente. Actualmente, las bombas de ca-lor son máquinas que no funcionan única-mente con aire, sino que, de igual manera, con aire-agua. Su sistema de producción es líquido: impulsan agua fría a un sistema de ventiladores para producir refrigera-ción, o agua caliente para producir calor. En suma, capturan aire del ambiente, lo calientan y lo proyectan en el edificio o en el espacio que queremos climatizar.

Es un método mucho más condicionante a nivel técnico, porque, ¿cuándo necesita-mos calefacción? Precisamente en invier-no, cuando el aire exterior es más frío. Eso significa que su consumo es mayor, ya que debe absorber el aire a diez o quince gra-dos, calentarlo con electricidad y descar-garlo en el área que queremos climatizar a 20 o 25 grados. Pero si somos capaces de utilizar los paneles solares para preca-lentar el aire de la máquina de aerotermia, bajamos considerablemente los costos y mejoramos en eficiencia. Es decir, consiste en un sistema de intercambio de calor en el que el aire frío del exterior pasa por un sistema de tuberías calentado previamen-te por la instalación solar, y el compresor eléctrico funciona consumiendo menos energía eléctrica. Se combinan aquí la energía renovable con una energía alta-mente eficiente.

¿Cuáles deberían ser los criterios cuando se plantea una reforma ener-gética o medidas de ahorro y efi-ciencia energética en edificios cons-truidos, en ese concepto llamado rehabilitación energética? Lo primero es analizar cómo están los sistemas con-vencionales existentes y evaluar si vale la pena cambiarlos. Si ese cambio es nece-sario, es importante saber cuál es la apli-cación más adecuada a esa instalación. Es algo que yo llamo auditoría energé-tica, es decir, conocer cuál es el uso que se le está dando a ese edificio y ahí tener claro qué sistema cambiar. Quizá nos da-mos cuenta de que la caldera o el siste-ma de producción energética es malo, pero no se justifica la incorporación de otra tecnología porque el acristalamien-to y la envolvente del edificio son defec-tuosos y con esa modificación no gana-remos nada en eficiencia energética.

Pero incluso si fuese necesaria dicha mo-dificación, tenemos que analizarla desde el punto de vista de la inversión y de su retorno. Por ejemplo, cambiar una cal-dera estándar por una de condensación tiene un costo menor, y si produce un ahorro de 20% o 30%, es conveniente asumir esa medida. Al revés: si en la cu-bierta de un edificio antiguo podemos colocar paneles solares, debemos saber su costo y el ahorro que producirá, ya que en ocasiones es demasiado caro y su beneficio muy menor. No debemos plantear la eficiencia energética como un mero ataque al sistema de produc-ción convencional, sino que hay otras opciones, como algo tan simple como renovar el acristalamiento en el edificio. En síntesis: la producción energética efi-ciente se basa en la combinación de di-ferentes sistemas realmente eficaces, ya que de nada sirve asociar un elemento no eficiente con un equipo de energía renovable, si al final este compuesto se queda en la mitad del camino.

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Otra modalidad es la combinación solar más biomasa, es decir, calderas que po-demos calentar con leña y pellets a las cuales, gracias a otro sistema, se le suma la energía solar. Y por último, está la geo-termia, que funciona como la aerotermia, solo que no atrapa aire, sino que agua ca-liente o fría del subsuelo. Y aquí también utilizamos la instalación solar para apoyar este sistema.

Un caso real en el que trabajamos fue re-diseñar en España el laboratorio de una universidad que se convirtió en industria, donde jugamos con las distintas aplica-ciones: un sistema combinado de pane-les solares, máquinas de absorción para producir agua caliente, refrigeración y frío. Ahí, el agua caliente se utiliza para la desinfección de las botellas de esa plan-ta de embotellado de agua y el aire frío para climatizar el ambiente donde están los operarios desempeñándose. En ambos casos se hace con energía solar y con una máquina de aerotermia.

En este punto es fundamental decir que los técnicos debemos abrir la mente. Te-nemos que entender que las instalaciones son un conjunto de técnicas y de solucio-nes y hay que interactuar con ese conjun-to; cada especialista en su parcela, pero es-tableciendo relaciones con otros sectores. Para mí, el pilar fundamental es el capital humano: la gente que va a trabajar en te-mas de eficiencia energética.

Mi experiencia me dice que hay que en-tender la eficiencia energética como algo más allá de la producción energética y del ahorro energético. Y también hay que en-

LA EFICIENCIA ENERGÉTICA TIENE TRES APELLIDOS. PRIMERO: CONSTRUCCIÓN SOSTENIBLE; SEGUNDO: PRODUCCIÓN ENERGÉTICA EFICIENTE; TERCERO: CONSUMO SOSTENIBLE.

Juan Manuel Rubio

tenderla como una suerte de colaboración entre distintas tecnologías y profesionales diversos. Si no interactúan especialistas de distintos campos o no tenemos la mente lo suficientemente abierta como para in-formarnos respecto de diseños eficientes de edificios, de generación eficiente y de uso eficiente, estaremos delineando costosas instalaciones relativamente mo-dernas, pero que no alcanzan el objetivo último: que consigamos más energía útil utilizando menos energía primaria.

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Lo que compartiré a continuación es el resultado de 35 años de vivencias profe-sionales, más la representación de 32 em-presas que conformamos la Asociación Nacional de Empresas de Eficiencia Ener-gética (Anesco A.G.).

Pienso que el gran drama de Chile es la falta de capital humano, porque sabemos que la eficiencia energética se relacio-na con los aspectos tecnológicos, pero también, y de manera significativa, con el desarrollo humano. Este tema convoca incluso un Día Mundial de la Eficiencia Energética. Existen un Ministerio de Ener-gía, una Asociación Chilena de Eficiencia Energética, una Norma ISO y un ministro del área muy empoderado y proactivo.

Los invito a que se sumen a esta causa. Sin embargo, esta invitación está plagada de di-ficultades. ¿Qué barreras encontramos en el camino de la eficiencia energética? Muchas y voy a referirme a las más importantes.

BARRERAS QUE IMPIDEN LA EFICIENCIA ENERGÉTICA

Una de ellas es que las organizaciones no tienen claros sus propósitos, sino que más bien hay tantos propósitos como intereses personales, los que coexisten en la misma instalación o planta. El responsable de la eficiencia energética no siempre está bien asignado. Hay muchos... o ninguno. Ade-más, en las carreras técnicas no se le da el debido énfasis al uso de instrumentos y mecanismos de medición. Podríamos de-cir que nuestros técnicos y profesionales en su gran mayoría no saben medir. Es una gran brecha que tenemos que superar. En eficiencia energética es absolutamente fundamental medir. “La energía más cara es la que no se mide”: ese es el eslogan que nos identifica.

A ello se suma que en Chile no tenemos cultura de protocolos. El protocolo es un ensayo formal que permite saber si un de-terminado equipo o tecnología cumple

EFICIENCIA ENERGÉTICA ES TECNOLOGÍA MÁS DESARROLLO HUMANO (AL CUADRADO)

José Hernán GarcíaGerente General de JHG Ingeniería Ltda. y Presidente del Directorio de Anesco Chile A.G.

su promesa desde el punto de vista de la capacidad, de la eficiencia y de su impacto ambiental. En Chile, los equipos se insta-lan, se echan a andar y, cuando ven que no cumplen, la garantía ya venció.

En general, en las plantas industriales y mineras se observa un insuficiente conoci-miento de los procesos productivos. Suena como impensable que el propio personal de la planta no conozca sus procesos, pero esa es la realidad y por lo tanto es otra bre-cha que debemos superar. A ello se agrega el desconocimiento de los fundamentos conceptuales, porque desde la infancia hemos recibido una enseñanza débil al respecto. Y en la medida que las personas y los trabajadores ignoren el mundo de los porqués, será imposible encontrar o expli-car las relaciones causa-efecto y, en conse-cuencia, dar una adecuada solución a los problemas. No solamente los conceptos teóricos son desconocidos, sino que tam-bién los aplicados. Si queremos conocer y adoptar nuevas tecnologías de energía renovable, es absolutamente fundamental que tengamos claridad conceptual.

Existen varias otras barreras típicas que im-piden una adecuada eficiencia energética. Tiempo atrás hicimos una encuesta a la in-dustria, preguntando por qué no se desa-rrollaba dicha eficiencia en cada una de las empresas. Algunas de las respuestas fue-ron del siguiente tipo: “¿Por qué debo yo, como empresa, resolver un problema del país?”. “En mi empresa hay otras priorida-des”. “Mi planta está bien y no requiere op-timización energética”. “Mis procesos son estratégicos y no quiero divulgarlos”. “No tengo personal competente en eficiencia energética”. “La eficiencia energética no es un asunto que interese a las jefaturas”.

El camino de la eficiencia energética, tal como lo dije antes, está lleno de grandes desafíos y no todas las personas están dis-puestas a abordarlos. Es más, la gran mayo-ría quiere el camino fácil, aspira a obtener ganancias con el menor esfuerzo posible. Pues bien, la eficiencia energética no invita

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a esas personas, sino que al resto, a las que están dispuestas a estudiar, a preguntar, a entender y a profundizar. Los estudiantes deben cambiar la urgencia por egresar por la urgencia de saber, de aprender, de tener una sólida formación técnico-profesional para enfrentar el mañana. La invitación no es gratuita: va asociada a un esfuerzo.

EL DESAFÍO ENERGÉTICO PARA CHILE

El desafío que tenemos como país respec-to de la eficiencia energética es enorme: significa desacoplar el crecimiento econó-mico del consumo de energía. Chile tiene un desempeño en el que estos dos com-ponentes van casi paralelos. En cambio, en los países de la OCDE ya existe un quiebre significativo entre ambos. A fin de este año debería estar presentada en el Con-greso Nacional una ley de eficiencia ener-gética, que va a significar que los grandes consumidores deberán tener sistemas de gestión de energía y actividades concre-tas para producir el desacople que hemos mencionado. Los recursos que se han es-tado invirtiendo a nivel de ministerios se han incrementado al año 2015 en casi el doble: 40.000 millones de pesos para ha-cer el proyecto piloto.

Es decir, el tema de la eficiencia energética en este momento está activo de palabra y de hecho, por una serie de entidades que están empoderadas y que tienen los recursos para que esto crezca y se conta-gie. Pero para ello también se necesitan técnicos y profesionales acreditados. En Chile ya se han establecido cuáles son los estándares internacionales aceptados para la acreditación. Y faltan candidatos. Y, finalmente, está la norma ISO 50001, que habla de los sistemas de gestión de la energía. De aquí a uno o dos años, los grandes consumidores van a tener que contar con sistemas de gestión de la ener-gía y para ello requerirán de esos técnicos y profesionales que los materialicen. Es una tremenda oportunidad que incremen-ta el desafío. Por lo tanto, la invitación que

EL DESAFÍO QUE TENEMOS COMO PAÍS RESPECTO DE LA EFICIENCIA ENERGÉTICA ES ENORME: SIGNIFICA DESACOPLAR EL CRECIMIENTO ECONÓMICO CON EL CONSUMO DE ENERGÍA. EN CHILE ESTOS DOS COMPONENTES VAN CASI EN PARALELO.

José Hernán García

quiero hacer es a jugársela por la eficiencia energética, ya que INACAP provee de una infraestructura potentísima. Debemos dar el salto con toda la fuerza y el empeño que eso implica.

ÁMBITOS DE OPTIMIZACIÓN DE LA EFICIENCIA ENERGÉTICA

Vamos a hacer un rápido paseo por ciertos aspectos técnicos en estas materias.

¿Cuáles son los ámbitos de la eficiencia energética? Yo les llamo ámbitos de op-timización, donde nos relacionamos con la gestión de suministros. Los aspectos tarifarios no constituyen eficiencia ener-gética, pero significan ahorro de dinero y normalmente la gente que tiene respon-sabilidades en el tema es la misma que está vinculada al manejo y la optimización tarifarias. Por lo tanto, un ámbito de opti-mización lo constituyen los contratos de suministros y la energía de emergencia.

El otro ámbito es operacional, es decir, hacer lo que día a día hacemos de la mejor mane-ra, de tal suerte que consumamos menos. Y eso pasa por la gestión de la energía, por el mejoramiento continuo a partir de indica-dores determinados. Otra optimización es la tecnológica, que da pie a nuevas tecnolo-gías y a mejoras en las instalaciones existen-tes y de las fuentes alternativas.

Las fuentes alternativas de energía y la energía renovable no constituyen exacta-mente eficiencia energética, pero nuestra experiencia muestra que aquellas personas y plantas que empiezan a evaluar el uso de energía alternativa terminan optimizando su proceso. En consecuencia, como una derivada de la energía renovable concluyen haciendo más eficiente su proceso y, por lo tanto, caen dentro del concepto global de eficiencia energética. Estos son los tres ám-bitos de optimización que permiten perfec-cionar la eficiencia energética.

En este punto quiero destacar un proyecto de acá, de Iquique: una central hidráulica de

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ra, reducción de emisión de CO2, mayor compromiso con el cambio climático y las personas, y los buenos resultados de un negocio que aporta al perfecciona-miento permanente.

Pero para llegar a eso necesitamos capi-tal humano, y no cualquiera: un capital humano que sepa, que sienta y, en con-secuencia, que realice. Aquí, los aspectos motivacionales y emocionales son la clave. La eficiencia energética no requiere de ro-bots, sino de seres humanos con corazón, con alma, con empeño y con deseos de superación. Necesitamos personas que comprendan el proceso, desde la cordille-ra al mar. Para ello tenemos que innovar en las técnicas de enseñanza-aprendizaje, migrar hacia métodos pedagógicos más lúdicos. Requerimos cambiar las tradicio-nales formas de enseñanza, capitalizar las buenas prácticas y divulgarlas.

Es imprescindible identificar nuestras bre-chas y superarlas. Para eso hay técnicas. La eficiencia energética tiene su origen en la familia; por lo tanto, la integración de la persona a su hogar y a sus lazos más que-ridos es una parte fundamental que nutre el empeño y el esfuerzo cotidiano en el es-tudio y el trabajo. Igual cosa ocurre con el vínculo con la comunidad. El ser humano recibe de la comunidad, recibe de otros mucho más que lo que entrega y, por ello, si queremos consolidar nuestro interés, nuestro empeño en cambiar el estado de cosas de nuestro querido país, tenemos que actuar en esta dimensión.

bombeo. Durante el día se ven paneles fo-tovoltaicos produciendo 300 megawatts en las horas de sol, y otros también de 300 me-gawatts, pero bombeando agua para subirla desde la cota a nivel del mar a un reservorio a 630 metros de altura. En la noche, cuando ya no hay sol, el agua baja a través de una tu-bería moviendo las turbinas para mantener la generación eléctrica a 300 megawatts de noche. Es un proyecto maravilloso.

Sobre la optimización operacional, hay que insistir en el hecho de medir, de medir bien y analizar la información. Tenemos que tra-bajar no con el dato, sino con la tendencia de los indicadores. Debemos definir los indi-cadores de eficiencia energética, preguntar-nos cuáles son las relaciones causa-efecto y entender el proceso. Aquí es donde los con-ceptos son una herramienta necesaria.

Con respecto de la optimización tecno-lógica se pueden desarrollar muchas ini-ciativas, como el rediseño de equipos y la recuperación de calor. Chile tiene tre-mendas plantas y algunos lujos, como un intercambiador de calor que correspondió a una optimización de proceso de SQM: es el más grande del mundo.

Si se quiere avanzar en la eficiencia energé-tica, prácticamente todas las plantas y las instalaciones dan oportunidad de llevarla cabo, porque presentan espacios de me-jora. Incluso el efecto del mantenimiento en el desempeño energético de los equi-pos es relevante, porque un equipo mal mantenido presenta peor eficiencia que uno bien mantenido. El mantenimiento es parte de los temas del control y de manejo de la eficiencia energética.

BENEFICIOS DE LA EFICIENCIA ENERGÉTICA

En síntesis, los beneficios de la eficiencia energética son múltiples: reducción del consumo, optimización a nivel de segu-ridad, continuidad operacional, fomento de una cultura de excelencia operativa, detección de oportunidades de mejo-

José Hernán García

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Pertenezco a la Dirección de Postgra-dos de la Vicerrectoría de Innovación y Postgrado de INACAP, conformada por cuatro núcleos donde desarrollamos in-vestigación aplicada. Me desempeño en el núcleo de ingeniería y mi materia es la eficiencia energética. Además, desarrolla-mos postítulos, postgrados y magíster en las líneas de investigación de cada una de estas áreas que componen la Dirección de Postgrado.

Sin entrar en profundidad en las materias técnicas aquí expuestas, quiero explicar cómo INACAP asume estos conceptos de eficiencia energética y los plasma en la formación de capital humano. Hablaré de tres aspectos. Primero, lo referido a los ámbitos de eficiencia energética, es decir, cuál es su actual desempeño en Chile y cómo se proyecta a futuro. Enseguida, so-bre la base de dicha proyección, mostraré cómo la formación del humano capital ha de tener ciertos parámetros y considerar ciertos temas que deben manejar nues-tros profesionales. Y, finalmente, relataré qué está haciendo INACAP en pregrado y postgrado y las proyecciones que tene-mos en eficiencia energética; hacia dónde queremos apuntar.

EL IMPRESCINDIBLE CAPITAL HUMANO

¿Por qué la eficiencia energética? El crecimiento, la demanda de energía, la dependencia energética, el cambio climá-tico y la expansión del sistema eléctrico son situaciones a las que nuestro país está claramente expuesto. Entonces, la eficien-cia energética nace como una manera de resolver los problemas que estas realida-des pueden acarrear. Por ejemplo, el aco-plamiento que existe entre el crecimiento económico y el mayor consumo de ener-gía. Esto no quiere decir que vamos a dejar de producir y consumir energía, sino que al contrario. Lo que sí tenemos que hacer es terminar con esa relación tan estrecha. Una forma de hacerlo es disminuyendo el consumo de energía.

EFICIENCIA ENERGÉTICA Y LA IMPORTANCIA DE LA FORMACIÓN DEL CAPITAL HUMANO

Felipe RuizProfesor de Postgrado de INACAP

La ley de Eficiencia Energética tiene apro-ximadamente cinco ámbitos. Dentro de ella hay uno referido a las zonas donde su uso es intensivo: sectores mineros, pa-peleros y cementeros, entre otros. Allí se comenzarán a realizar auditorías obligato-rias. Y para eso vamos a requerir capital hu-mano. La eficiencia energética en el hogar está más vinculada con las empresas de distribución, las que también deberán so-meterse a estas normas. Y ahí, igualmente, el capital humano es imprescindible.

Por otro lado, si bien el consumo de ener-gía en el sector público no es más del 3% al 5% del total, la eficiencia energética en este sector nos da los lineamientos, el financia-miento, la formación y las leyes que pueden regir estos sistemas. El transporte público, por su parte, tendrá que tener máquinas de tecnología más avanzada para obtener el sello de eficiencia energética. Y, finalmente, está la eficiencia energética en la vivienda, que ya se está implementando y espera-mos que en 2017 se vuelva una realidad.

Para todo ello necesitamos desarrollar ca-pital humano. Hay cuatro puntos que no-sotros destacamos para su formación. Uno de ellos comprende los factores de inno-vación, de competitividad y de crecimien-to. Apuntamos a que nuestros alumnos sepan distinguir las etapas de los distintos proyectos de eficiencia energética. Y una de ellas es esencial: la referida al diseño.

INTEGRAR ÁREAS ENERGÉTICAS

El otro aspecto relevante es formar a este capital humano en los distintos ámbitos que comprende la energía. A modo de experien-cia puedo contar que hace un tiempo estába-mos desarrollando el postítulo en eficiencia energética y, como yo soy del ámbito eléctri-co, planteé las soluciones referidas solo a este campo. Entonces, en la Anesco, con quien trabajamos en conjunto, me hicieron notar la ausencia de los aspectos térmicos y los mecá-nicos. Tenían razón, porque la eficiencia ener-gética es un asunto multidisciplinario y de esa manera hay que enfrentarlo.

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El desafío, entonces, es generar técnicos que sean capaces de integrar áreas y tecnologías. En otras palabras: si atendemos la eficiencia energética en un sector hospitalario, debe-mos incluir e interrelacionar a los sectores vinculados al tema, que son distintos a los de la minería. Incluso más: una parte signi-ficativa de este proceso es identificar los po-tenciales de eficiencia energética y evaluar las propuestas financieras. Es decir, tener un técnico que sea capaz de dialogar con el gerente de finanzas. Por lo tanto, debemos poseer esos conocimientos de evaluación de propuestas.

Otro punto significativo es que los alumnos y egresados puedan distinguir y reconocer los verdaderos proyectos de eficiencia ener-gética. A grandes rasgos, ellos se inician con una auditoría energética, continúan con el diseño de las soluciones, con la gestión y fi-nalizan en la implementación. Para conocer si realmente estamos frente a un proyecto eficiente debemos aplicar la medición y la verificación. Si no se mide y no se verifica, es imposible hacer tangible el ahorro energéti-co de esa realización específica. Además, si consideramos la eficiencia energética en la etapa de diseño de un proyecto, el potencial de ahorro es mucho mayor que si lo hace-mos cuando ya está todo funcionando. En este último caso la inversión final será mayor, porque debemos asumir las modificaciones cuando el camino ya está iniciado.

Respecto de los sistemas de gestión de la energía, lo más importante es el compromi-so que la alta gerencia y la dirección tengan con el proyecto. Podemos poner el máximo de nuestro empeño y nuestro aporte, pero si no logramos convencerles de que nos avale, el sistema no va a funcionar. Ello, porque es la alta gerencia quien define la política, la mi-sión y la visión de los sistemas.

POSTGRADOS Y ASIGNATURAS

A continuación veremos cómo lo estamos haciendo hoy en día en INACAP y de qué manera proyectamos esta labor a futuro. Ante todo hay que decir que en pregrado las

carreras de Ingeniería en Electrónica e Inge-niería en Electricidad mención Proyectos de Instalaciones Eléctricas ya tienen incorpora-das en su malla asignaturas de Energías Re-novables y de Eficiencia Energética.

En postgrado hay dos postítulos: Instala-ción Eléctrica Inteligente, que trabaja los temas de energías renovables y de efi-ciencia energética, y el Magíster en Ges-tión de la Sustentabilidad y Proyectos de Construcción. Aquí, entre otras materias referidas a sustentabilidad, se habla de las actuales normativas que nos rigen, de la certificaciones LEED y de las obligaciones en la construcción de nuevos edificios. También tenemos un diplomado y un pos-título en eficiencia energética. El primero está referido a los Diagnósticos de la Efi-ciencia Energética, y el postítulo profundi-za en la gestión de la eficiencia energética basada en la norma ISO 50001.

Con estos postgrado queremos formar a alguien que ya esté desempeñándose en la industria y sea parte de una organiza-ción y, desde esa posición, sea capaz de catalizar lo relativo a la eficiencia energé-tica en ese lugar. Es decir, si se inicia una auditoría externa relativa a este tema en aquella empresa, él será el encargado de relacionarse con sus representantes. Se trata de un gestor energético que perte-nece a la compañía y funciona como un nexo entre el interior y el exterior.

Por ello, la estructura de estos postítulos y diplomados se organiza en torno a com-petencias. Para el diplomado, por ejemplo, se declara como competencia el diagnós-tico del estado de una organización, con-siderando que tiene factibilidad técnica y que es, finalmente, un diagnóstico de su estado energético. Este diagnóstico se traduce en dos asignaturas: Técnicas de Medición y Cálculo de Eficiencia Energéti-ca, y Análisis Técnico y Económico para la Eficiencia Energética. En uno abordamos la medición y en el otro las técnicas mecá-nicas, térmicas y eléctricas. Al final se desa-rrolla la evaluación de un proyecto.

CON NUESTROS POSTGRADOS QUEREMOS FORMAR A ALGUIEN QUE YA ESTÉ DESEMPEÑÁNDOSE EN LA INDUSTRIA Y SEA PARTE DE UNA ORGANIZACIÓN Y, DESDE ESA POSICIÓN, SEA CAPAZ DE CATALIZAR LO RELATIVO A LA EFICIENCIA ENERGÉTICA EN ESE LUGAR.

Felipe Ruiz

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Felipe Ruiz

Finalmente está la formación del Centro de Eficiencia Energética, que estamos rea-lizando en conjunto con la Directora del Área Electricidad y Electrónica de INACAP, Mónica Brevis. En una primera instancia, este centro será virtual para así abarcar la extensión total de INACAP. La idea motriz es recoger lo que todos estamos haciendo en eficiencia energética –tanto los alumnos de pregrado como los que están egresando–, incluyendo las tesis de fin de carrera. Ello será subido a una plataforma para canali-zarlo a través de un bus comunicador que será transversal a la institución. En él, todos hablaremos de eficiencia energética.

Nuestro modelo tiene dos partes. Primero están las empresas adoptadoras de estos sistemas de eficiencia energética y, ense-guida, el trabajo de INACAP. Uno de sus objetivos es crear una base de datos de empresas sectoriales: por ejemplo, del ru-bro hospitalario, y así producir en conjunto con ellas, tanto las adoptadoras como las generadoras de innovación en eficiencia energética. De esta forma establecemos este vínculo entre ellas y los estudiantes.Para desarrollar esto, en INACAP necesi-tamos la certificación docente y de esta manera convertir a nuestros profesores en interlocutores válidos en este tema. Ese es nuestro desafío y la tarea en la que estamos empeñados.

El postítulo se complementa con el di-plomado a través de otra competencia: la planificación de un sistema de gestión. Ahí, nosotros entregamos las herramien-tas y medimos a través de indicadores de desempeño cómo el alumno es capaz de concebir dicha implementación. Para ello, lo primero es conocer los requerimientos del sistema de la norma ISO. Algunos fac-tores reafirman que estos diplomados y este postítulo corresponden a las actuales exigencias en esta materia, y estos son: la metodología de implementación, que está basada en una información de la Agencia de Eficiencia Energética; los programas es-tán patrocinados por la Agencia Chilena de Eficiencia Energética; y sus profesores pertenecen a la Anesco.

EL CENTRO DE EFICIENCIA ENERGÉTICA

Las proyecciones y la oferta académica de pregrado apuntan a formar compe-tencias en mantenimiento, temática muy vinculada con la eficiencia energética. Se trata de ahondar más en las técnicas, tan-to eléctricas como térmicas o mecánicas, repasar lo relativo a protocolos de medi-ción y verificación, así como observar los modelos de negocio para la eficiencia energética. Dentro de esto último están las empresas de servicio energético, que ya funcionan en otros países.

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INACAP es un sistema integrado de Educación Superior, constituido por la Universidad Tecnológica de Chile INACAP, el Instituto Profesional INACAP y el Centro de Formación Técnica INACAP, que comparten una Misión y Valores Institucionales.

El Sistema Integrado de Educación Superior INACAP y su Organismo Técnico de Capacitación INACAP están presentes, a través de sus 26 Sedes, en las 15 regiones del país.

INACAP es una corporación de derecho privado, sin fines de lucro. Su Consejo Directivo está integrado por miembros elegidos por la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), la Corporación Nacional Privada de Desarrollo Social (CNPDS) y el Servicio de Cooperación Técnica (SERCOTEC), filial de CORFO.