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85 O P E R A , N º 7 Dinámicas del conocimiento, identidad territorial y desarrollo rural sustent able en la unión europea 1 karl bruckmeier* hilary tovey** INTRODUCCIÓN En este capítulo se presentan los re- sultados de un proyecto de investigación europeo llamado CORASON, o “Enfoque cognitivo para el desarrollo rural susten- table”, 2004-2006. En CORASON, equi- pos de investigación de 12 países (todos miembros de la Unión Europea, salvo uno) utilizaron la perspectiva de estudio de casos para analizar proyectos y progra- mas para el desarrollo rural sustentable 2 . En esta oportunidad haremos un uso se- lectivo de los resultados de investigación para discutir un tema en particular: las interconexiones entre los conocimientos locales, la identidad territorial y las po- líticas para el desarrollo sustentable en áreas rurales de Europa –“e nfatizando en las “interconexiones”– ¿La práctica del 1 Traducción de Daniela Huneeus. 2 Para más información y detalles acerca de CORASON, véase el sitio Web: www.corason.hu * Profesor e investigador en ecología humana de la Universidad de Göteborg, Suecia. ** Profesor en sociología y miembro d el T rinity College d e Dublin, Irlanda. conocimiento local en un área particular está ligada a un sentido de identidad o a la identicación con un territorio o lugar determinad o? ¿Hasta qué punto las actua- les políticas para el desarrollo sustentable en Europa impulsan una focalización en el lugar y la identidad vinculada a éste? Y a su vez, ¿en qué medida estas políticas se orientan, o reaccionan frente a la posibi- lidad de una diversidad de conocimientos en tanto fuentes para el desarrollo rural sustentable? 1. CONOCIMIENTO LOCAL Y DESARROLLO RURAL CORASON estudió cómo se utilizan, circulan, intercambian y se apela a las diversas formas de conocimiento cien- co, administrativo o local en el curso

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Dinámicas del conocimiento,identidad territorial ydesarrollo rural sustentableen la unión europea 1

karl bruckmeier*

hilary tovey**

INTRODUCCIÓN

En este capítulo se presentan los re-sultados de un proyecto de investigacióneuropeo llamado CORASON, o “Enfoquecognitivo para el desarrollo rural susten-table”, 2004-2006. En CORASON, equi-pos de investigación de 12 países (todosmiembros de la Unión Europea, salvo

uno) utilizaron la perspectiva de estudiode casos para analizar proyectos y progra-mas para el desarrollo rural sustentable2.En esta oportunidad haremos un uso se-lectivo de los resultados de investigaciónpara discutir un tema en particular: lasinterconexiones entre los conocimientos

locales, la identidad territorial y las po-líticas para el desarrollo sustentable enáreas rurales de Europa –“enfatizando enlas “interconexiones”– ¿La práctica del

1 Traducción de Daniela Huneeus.

2 Para más información y detalles acerca de CORASON, véase el sitio Web: www.corason.hu* Profesor e investigador en ecología humana de la Universidad de Göteborg, Suecia.** Profesor en sociología y miembro del Trinity College de Dublin, Irlanda.

conocimiento local en un área particularestá ligada a un sentido de identidad o a

la identificación con un territorio o lugardeterminado? ¿Hasta qué punto las actua-les políticas para el desarrollo sustentableen Europa impulsan una focalización enel lugar y la identidad vinculada a éste? Ya su vez, ¿en qué medida estas políticas seorientan, o reaccionan frente a la posibi-

lidad de una diversidad de conocimientosen tanto fuentes para el desarrollo ruralsustentable?

1. CONOCIMIENTO LOCAL

Y DESARROLLO RURAL

CORASON estudió cómo se utilizan,circulan, intercambian y se apela a lasdiversas formas de conocimiento cien-tífico, administrativo o local en el curso

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economías rurales, y las posibles pérdidas

que pudieran resultar de ello.El interés sociológico contemporáneoen el conocimiento, sus formas y varia-ciones, así como en las relaciones entreel conocimiento y el poder, representan“una convergencia entre dos cuerpos detrabajo que, hasta la fecha, se han con-

servado bastante separados uno del otro”(Leach et al., 2005: 3-4). Por una parteestá el campo de los estudios sobre cienciay tecnología, que ha examinado temas dela práctica tecnológica y de la ciencia y losriesgos asociados con la ciencia moderna. A través de sus críticas a las interpreta-

ciones convencionales del conocimientocientífico ha ayudado a desarrollar nuevoscriterios para el tipo de conocimientoque resulta útil en acciones destinadas aldesarrollo sustentable; por ejemplo, queel conocimiento, sin importar su origen

disciplinario, debe ser “robusto”, o quedicho conocimiento puede ser utilizado,incluso cuando es interpretado en formadiferente (o de manera insuficiente) por losdiferentes actores – criterios que convergencon aquellos planteados en el desarrollo denuevas prácticas de conocimiento interdis-

ciplinario en los discursos epistemológicossobre la ‘transdisciplinariedad’ y el ‘modo2’ (Nowotny et al., 2001). Por otro lado,están los estudios sobre el desarrollo, enparticular las contribuciones desde la an-tropología, las que con frecuencia se hanenfocado en temas rurales y agrícolas, en

los impactos de la tecnología importadasobre los medios de vida rurales y en “las

perspectivas que surgen de los llamados co-

nocimientos ‘indígenas’ en relación con lasintervenciones modernas de conocimientoexperto” (Leach et al., 2005: 4). Mientras elprimer conjunto de literatura estimula unanálisis crítico de las formas ‘expertas’ deconocimiento, el segundo ha popularizadoel interés en los conocimientos ‘técnico

locales’ o ‘locales’ (también descritos comoconocimientos ‘prácticos’, ‘tradicionales’ o‘populares’), los que no son consideradosdesde la visión de ‘déficit’ o ‘falla’ cognitiva,sino más bien como un desafío culturalválido a la cultura científica hegemónica dela modernidad (occidental), como también

ha sido discutido en los estudios críticosde las relaciones de conocimiento y poderpor Foucault, por autoras feministas y pormovimientos sociales activos en la coope-ración para el desarrollo (véase, a modo deejemplo, Braidotti et al., 1994).

El conocimiento local se sitúa local-mente por su propio carácter y su poten-cial para el desarrollo puede ser ambiguo(Bicker et al., 2004). No representa nece-sariamente un sistema de conocimientocomprehensivo, puede no ser compartidopor todos los miembros de una comu-

nidad en particular, su utilización enproyectos para el desarrollo puede no serbeneficioso para todos, y podría estimularprácticas no justas en términos socialesni sustentables a largo plazo (pudiendoaplicarse todos estos puntos también alos conocimientos ‘especializados’ sobre

el desarrollo). No obstante, Bicker et al.(2004), enfatizan en el hecho de que “el

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conocimiento local refleja muchas genera-

ciones de experiencia y formas de resolverproblemas por parte de los seres humanosen todo el mundo”, y debiera agregarse:el conocimiento local no sólo se desarrollaa partir de la experiencia local, sino queincluye una continua admisión y reflexiónde un conocimiento distinto y externo en

tanto puede ser importante para la acciónlocal. “Las agencias para el desarrollo estándándose cuenta que dicho conocimiento,ya se trate de biodiversidad y ecología,manejo de los recursos naturales, salud yenfermedad, educación y urbanización,es mucho más sofisticado que (…) lo que

se pensaba anteriormente” (Bicker et al.,2004: xi). Por lo tanto, “es un recurso muyvalioso” que ofrece una base para nuevosenfoques participativos para el desarrollo,incluso si los términos en que podría serutilizado en conjunto con la ciencia yotros “conocimientos” especializados enla planificación y la toma de decisionescontinúa siendo un tema en disputa.

La idea del “conocimiento local” ylos debates acerca de su importancia enel logro de proyectos exitosos para el de-sarrollo, han tenido lugar principalmente

en relación con sociedades del sur o “nooccidentales”. Podría argumentarse queen un escenario rural europeo, los acto-res con “conocimiento técnico local”, yadisponen de una cantidad considerablede discursos expertos y que los integranen sus prácticas cotidianas. De hecho, si

se encontrara conocimiento local en loscasos estudiados por CORASON, éste

no tendría la forma de un conocimiento

“tradicional” completamente al margen deuna intervención por parte de los discursosexpertos. Sin embargo, nos preguntamossi era posible encontrar en los casos queestudiamos algo similar al denominado“conocimiento local” del que se habla enlas discusiones antropológicas.

Tuvimos dos motivos para justificaresta pregunta. Primero, las recientes dis-cusiones acerca del conocimiento local enlos países en desarrollo enfatizan que éstees dinámico más que estático (de allí queno se describa como “tradicional”) y quees usual encontrar en él la incorporación

de ideas provenientes de la ciencia y otrostipos de competencia formalizada (véasea modo de ejemplo, Ellen, 2000). Eneste sentido, el término “local” parece serpreferible al de “indígena”. En segundolugar, las áreas rurales de Europa sufrenmuchos de los “problemas de desarrollo”y presiones intervencionistas para desa-rrollarse que tienen las zonas rurales enel mundo en desarrollo, haciendo que laliteratura sobre dinámicas del conocimien-to y prácticas de desarrollo participativosea muy relevante para investigar dichas

situaciones. De hecho, en el desarrollorural europeo se han tomado en cuentaideas y prácticas de conocimiento que seoriginaron durante las décadas pasadas enpaíses en desarrollo, las que han sido or-ganizadas para movilizar el conocimientolocal, por ejemplo, lo que ha sucedido con

las ideas sobre desarrollo rural integrado,con las prácticas de investigación partici-

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pativa como el “diagnóstico participativo

rural” y, de manera más amplia, a travésde las ideas de desarrollo participativo conel objeto de cumplir los requerimientosdel desarrollo sustentable. Finalmente,en tanto CORASON  considera el desa-rrollo sustentable como un “conjunto deprácticas basadas en el conocimiento”,

esta literatura ofrece una manera útil paradeconstruir los diferentes tipos de saberesen que pudieran basarse las prácticas parael desarrollo sustentable, en diferentescontextos y en diversos niveles de poder,regulación y gobierno.

Un conjunto diferente de bibliogra-

fía, que también contribuye al conceptode conocimientos “locales” y su utiliza-ción en el desarrollo, es aquel existenteen torno a los conceptos de “regiones deaprendizaje”, “capital social” o “economíasasociativas”. Al interior de estos debates,las formas significativas del conocimientose distinguen entre conocimiento “tácito”y “codificado”, más que “experto” o “téc-nico local”4. El conocimiento tácito puedeutilizarse para explicar el desarrollo tantoal interior de regiones rurales como enaquellas más industrializadas, y algunos

incluso han argumentado que los conoci-mientos tácitos, que han circulado a travésde las redes sociales locales, ofrecen a lasregiones rurales, una ventaja comparativa

para transformarse en “regiones de aprendi-

zaje”; la rápida difusión del conocimientocodificado a través de la globalización (enparticular, la propagación universal dela ciencia y tecnología) favorece aquellasáreas donde las redes de conocimientotácito aun sobreviven. Sin embargo, hayquienes argumentan que es más probable

encontrar innovación en entornos quedisponen de mayores recursos de conoci-mientos “codificados” (principalmente, lasregiones urbanas con su concentración deuniversidades, instituciones destinadas a lainvestigación, redes de negocios, etc.). Unatercera posibilidad, postulada en particu-

lar por CORASON, es que la innovacióneconómica y las ventajas comparativasson más propensas a desarrollarse dondelos conocimientos tácitos y codificadospueden trabajar en conjunto.

Una visión bastante extendida enlas políticas europeas para el desarrollo,en particular entre quienes comparten laidea de la sociedad del conocimiento, esque las áreas rurales sufren de “carenciasde conocimientos y capacidades”. Unaimagen de las poblaciones rurales comocarentes de conocimiento, o que están re-

zagadas en comparación con otros gruposde la sociedad en relación con su posesiónde conocimiento o “capital humano”, seacerca bastante a la tan común asociación

4 El ‘conocimiento tácito’ se identifica con una forma de saber práctico que es transmitido a través delejemplo más que por la enseñanza formal; es considerado por muchos autores como algo que juega un rolimportante en facilitar “la interpretación de ideas, el aprendizaje en el hacer, el compartir información y laagilidad organizacional” (Amin y Thrift, 2002: 61), y, por lo tanto, ayuda a la adaptación económica y lainnovación al interior de las empresas y de los conglomerados de empresas en una región.de los productosterritoriales con identidad cultural se sugiere revisar, en este volumen, a Fonte y Acampora; y Flores.

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de lo rural con lo “tradicional”, o a esa

idea del temprano discurso modernizador–que aun persiste– de que las áreas ruralesconnotan la idea de “orientarse hacia elpasado y estar atrasadas en el desarrollo”,pero la idea de un “déficit de conocimien-to” está sobregeneralizada y surge de unaparticular perspectiva del conocimiento

que CORASON desea problematizar.Por medio de la investigación de

CORASON, la experiencia acumulada enmuchas áreas y proyectos para el desarro-llo rural permite plantear otra mirada:que el proceso modernizador se vinculaa un cambio del conocimiento basado

en el poder. El conocimiento local de loscampesinos y los productores de artesaníasha sido devaluado y reemplazado por elconocimiento científico y las prácticasde conocimiento burocrático de las ins-tituciones gubernamentales. En aquelloslugares donde los impulsores de proyectosse quejan de las dificultades de trabajar congrupos locales “poco educados”, es posibleque lo que haya que reconsiderar sea cuánapropiado es el proyecto en sí mismo yla forma en que se dan las relaciones conlos actores locales. Los “déficit de conoci-

miento” pueden hallarse, tanto entre losactores externos expertos que intentanimplementar un proyecto en un área localcomo entre los sujetos del desarrollo.

Nuestro estudio de casos se encontrócon algunos administradores de proyec-tos y encargados públicos regionales que

no tenían las habilidades necesarias parapromover los nuevos tipos de procesos de

innovación integrados y endógenos reque-

ridos para la participación en programasde desarrollo rural integrado, como elprograma Leader de la Unión Europea.Muchos de los actores rurales que surgie-ron en nuestro estudio de casos, si bienes usual que sean autodidactas, son porlo general personas entendidas tanto en

las formas “locales” como “expertas” deconocimiento y pueden ser descritos como“ciudadanos expertos” en una ampliavariedad de temas y prácticas. El hechode que usualmente la queja se refiera a laausencia de conocimientos “modernos”“científicos, tecnológicos, comerciales”,

refleja la jerarquización del conocimientoexistente en la sociedad europea, en la cuallos conocimientos locales, no estandariza-dos, no universalizados y basados en uncontexto particular, son ubicados al finalde la lista de estatus y poder. No obstantelo anterior, en algún grado estos últimosse han integrado al proceso de desarrollogracias al giro que han dado las reflexionese investigaciones científicas críticas acercade la naturaleza cambiante de las bases delconocimiento social (como, por ejemplo,en el discurso feminista o en los ya seña-

lados discursos epistemológicos recientessobre la transdisciplinariedad).

2. EL CONOCIMIENTO LOCAL COMO

UN RECURSO PARA EL DESARROLLO

LOCAL

En la actualidad, y a pesar del impactotanto de las fuerzas de la globalización

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como de la europeización, las áreas ru-

rales de Europa aun son muy diversas yvariadas dada la importancia significativade sus ecosistemas locales y formacionesnaturales al interior de sus estructuraseconómicas y sociales, las que en sí mismasson muy distintas entre las localidades eu-ropeas. Existen dos tendencias que afectan

y están remodelando a todas, o casi todas,esas áreas. Una es la “desagriculturización”,o el repliegue de tierras para la producciónagrícola y la reducción en el número decampesinos en la fuerza laboral local, entanto esto último se asocia en ciertas áreascon la emigración, la disminución de la

población, un incremento de la cantidadde personas mayores en la localidad ylas experiencias de marginalización; enmuchos otros casos tiene que ver con latransformación económica –la llegada deempleo manufacturero o de servicios–, conla inmigración e incluso el aumento de lapoblación “indígena” y con una sociedadcivil más dinámica y auto-organizada.

La segunda tendencia implica unatransformación de los medios de vida ruralde manera que se asemejen a los existentesen los centros urbanos. Esta transforma-

ción cultural afecta a las personas de las

zonas rurales no sólo económicamente

sino también en términos del sentidoindividual y ocupacional de identidad, loque puede llevar a pérdidas de tipo cultu-ral. Las prácticas de uso y producción delos recursos rurales, que han mantenido laviabilidad de esos recursos a través de lasgeneraciones, pueden ser olvidadas y por

ello perderse. Los riesgos no siempre sonobvios, pero la investigación y los discursosecológicos (ver a modo de ejemplo, Berkeset al., 2003) han contribuido a una eva-luación más adecuada del conocimiento ylas prácticas de conocimiento que se hanperdido por culpa de la modernización,

la desagriculturización y urbanización dezonas rurales cuando ese conocimientovinculado a la producción y los recursosdesaparece5. Los nuevos habitantes y losresidentes rurales de tiempo parcial, porlo general provenientes de zonas urbanas,traen consigo una manera distinta de com-prender lo que significa la sustentabilidaden un contexto rural: tienden a orientarse,en primer lugar, hacia la conservación delos valores atractivos del campo más queal uso de los recursos naturales.

En algunos de nuestros casos de estu-

dio, lo que los recién llegados y afuerinos

5 Este conocimiento local, desarrollado y transferido a través de generaciones, representaba la mayoríade las cualidades del conocimiento que se requiere y necesita ser reconstruido de nuevo hoy en día en elmarco del desarrollo sustentable. Estaba basado en la experiencia, era continuamente ‘testeado’ y mejoradoen la práctica, se adaptaba a la base de recursos, ecosistemas y sistemas sociales, era diferenciado y contex-tualizado, robusto y con capacidad de resiliencia (esto es, la habilidad de hacer frente al estrés y al shocksocial económico o ambiental), siendo apto para la producción y la sobrevivencia. Si bien mucho de elloes todavía conocido hoy, no se trata simplemente de revitalizarlo y fortalecerlo –no sólo los portadores deeste conocimiento se han ido, también las estructuras sociales y los sistemas sociales intergeneracionales através de los cuales éste era transmitido.

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consideraban como una necesidad de

conservación no era sólo la naturaleza localsino a menudo también algún aspecto dis-tintivo de la cultura local, desde la existen-cia de una lengua o cocina particular hastala presencia de un “modo de vida” que esconsiderado como central para un sentidonacional de identidad. Una orientación

conservacionista de la cultura en una pers-pectiva relacionada con los consumidoresy el consumo puede desplazar y reducir lacultura tal como se vive en la experienciacotidiana de los habitantes locales.

Las áreas rurales que están sufriendola desagriculturización tienen una mayor

o menor necesidad de intervenciones parael “desarrollo”, según su situación econó-mica histórica. En las áreas estudiadas enCORASON, las intervenciones variabandesde Leader u otros programas para eldesarrollo similares de la UE, a programaseconómicos o educacionales financiadospor el gobierno local o nacional; desde elestablecimiento de parques “nacionales” o“naturales” como una manera de integrar laconservación con las prácticas económicasdentro de un territorio delimitado, hastainiciativas emprendidas por grupos locales

o por residentes locales que interactúancon afuerinos de un tipo u otro. En mu-chos casos, desarrollar la economía rural seentendía como desarrollar el turismo ruraly “valorizar” los productos, la cultura, laecología o el paisaje locales de manera quepudieran atraer turistas hacia la localidad.

Otra estrategia ampliamente utilizadacon aquellos productos locales que pue-

den viajar, tales como alimentos locales

distintivos o productos de artesanía, erainsertarlos en los mercados nacionales einternacionales como productos de unterritorio distintivo que llevan consigo lashabilidades y conocimientos locales de eseterritorio. Ambas estrategias asocian el de-sarrollo económico rural con un aumento

de la movilidad, ya sea de personas y/o bie-nes; si bien la “calificación” o lógica paradicho incremento en la movilidad es unarepresentación del área rural en sí mismacomo un escenario estático que reproducesus recursos y productos a través de prác-ticas y conocimientos que se mantienen

más o menos estables a lo largo del tiem-po. Este intento de combinar movilidady diferenciación con la preservación de loque se idealiza, en tanto una economíade la cultura que no cambia, puede ser elprincipal dilema que el “desarrollo susten-table” plantea a las áreas rurales.

CORASON  se planteó descubrir dequé manera los proyectos y programas parael desarrollo rural sustentable generabaninteracciones entre formas “expertas” y“locales” de conocimiento que puedenresultar beneficiosas o perjudiciales para

el proceso. Identificamos dos manerasdiferentes de “conocimiento local” queinteractúan de manera significativa conotras formas de conocimiento en el pro-ceso de desarrollo. Sugerimos llamarlosconocimientos “tácitos” y “técnico loca-les”. Utilizamos el término conocimiento

“tácito” (o lo que Giddens, 1993 llama‘prediscursivo’) para referirnos a aquel tipo

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de conocimiento que usamos, de manera

más o menos inconsciente, para manejarnuestras relaciones con las demás personas.Se crea a través del proceso normal desocialización, como un conocimiento quedispone cualquiera que sea considerado unmiembro ‘competente’ (Garfinkel, 1967)de la sociedad; por lo tanto, no es especí-

fico a escenarios locales, pero usualmentese localiza en formas culturales específicasal interior de comunidades que tienenuna larga historia de relaciones internascercanas6. Esta interpretación tácita delas prácticas sociales en las relaciones esimportante en la definición de los límites

de la comunidad, o límites territoriales,y señala quién es “uno de los nuestros” yquién es un “afuerino”. Es vulnerable antelas influencias culturalmente globalizado-ras, en particular los medios de comuni-cación y el cine, los que pueden ofrecerformas alternativas de relacionarse y, comoresultado, ayudar en la transformación dela “cultura local”.

El conocimiento tácito, entendido deesta manera, parece ser de gran importan-cia en sus efectos para la cohesión socialy la confianza locales. Ejemplifica lo que

Granovetter (1985) llamó embeddedness :las transacciones económicas requierende confianza, la que no es generada porlas transacciones en sí mismas sino que seorigina en las relaciones y las redes socia-

les que las circundan. Para Granovetter

esto ayuda a explicar cómo las redes depequeñas empresas pueden surgir y for-mar exitosos “distritos comerciales”; lasrelaciones sociales cercanas permiten la rá-pida transmisión de información entre lasempresas y estimulan la cooperación entreellas en áreas como el mercadeo y la pro-

moción de productos. La investigación deCORASON encontró que el embeddedness  en la cultura relacional de un área ayudaa fortalecer las redes sociales y relacionessociales informales que en general resul-tan claves para la promoción de nuevasincursiones en el desarrollo económico.

Muchos de los proyectos estudiados enCORASON apuntan a la importancia deun líder o individuo carismático que juegauna gama de roles en la sociedad local yque encarna, en sí mismo, un conjunto deconocimientos diferentes. Estas personassuelen ser “afuerinos”, ya sean emigrantesretornados o recién llegados que viven enla sociedad cuyo manejo del conocimientotácito local acerca de cómo interactuary “manejar” relaciones con los demásemerge como central en su habilidad deliderar e influir en otros participantes del

proyecto.Sin embargo, la idea de que las inter-pretaciones “tácitas” de cómo interactuar juegan un importante rol en la vida socialrural es indudablemente un lugar común.

6 Los ejemplos pueden incluir las prácticas de beber en los pubs rurales irlandeses (cómo pagar una ‘rondade tragos’), cómo saludar a un conocido en la calle, cómo expresar respeto hacia otra persona, qué tipo decontacto físico con otra persona es apropiado durante una conversación, o en situaciones bilingües (porejemplo, en el estudio de caso escocés), qué lenguaje utilizar con cuáles personas en cuáles ocasiones.

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Por ejemplo, sustenta la frecuente asocia-

ción hecha entre “rural” y “comunidad”.Que las áreas rurales producen y repro-ducen conocimientos “técnico locales”es más discutible. Aquí entendemos por“conocimiento técnico local”, no tantoun conocimiento sobre las relaciones ylas prácticas sociales sino más bien un

conocimiento sobre la “realidad objetiva”,el mundo material, las conexiones causalesprácticas, el “cómo funcionan las cosas”.Se trata de un conocimiento empíricosobre, por ejemplo, los procesos naturales(la interpretación acerca de los ecosistemaslocales y las relaciones entre los diferentes

elementos al interior de ellos), los procesosproductivos (cómo cultivar determinadostipos de plantas bajo las condiciones lo-cales o cómo producir un cierto objetode “artesanía”, incluyendo las cocinaslocales, tipos locales de cerámica o formasmusicales locales específicas) o cómo ma-nejar complejos sistemas de riego para laagricultura o la pesca, como en el caso delDelta del Po en el norte de Italia.

No se trata de un conocimientoaprendido a través de sistemas “normales”de socialización, sino que tiene que ser

impartido por determinados individuos aotros individuos o adquirido por medio deciertas circunstancias particulares vividas y,muy a menudo, se vincula con procesos deproducción y uso de recursos; en forma ge-neral se transmite en situaciones informalesde aprendizaje y, por lo tanto, tiende a ser

encontrado en formas variables, “no estan-darizadas” o “no codificadas”. Este tipo de

conocimiento es especialmente vulnerable,

no tanto a la globalización cultural, sinoa las cambiantes demandas del mercadohacia ciertas habilidades específicas o losproductos que las encarnan. Existen difi-cultades obvias en los códigos denotativos yconnotativos de los términos conocimientoexperto y conocimiento técnico local, las

que se visibilizan cuando este último estratado como en CORASON: el conoci-miento técnico local no es conocimiento“no profesional” ni “no experto”, tampoco“no científico”, y las connotaciones nega-tivas del conocimiento técnico local comode inferior calidad o estatus deben verse

de manera crítica. Más adecuadamente,dicho conocimiento puede considerarsecomo otra forma de conocimiento cientí-fico o “competencia”, pero una que no estáformalmente reconocida ni acreditada,como tampoco certificada a través de laeducación y los procesos de capacitaciónformales; por lo tanto, puede no implicarmucho estatus o poder, en particular ensituaciones de interacción entre conocedo-res acreditados y no-acreditados.

La presencia del conocimiento técnicolocal puede considerarse un recurso especí-

fico para el desarrollo local rural. Hallamosalgunos casos de desarrollo económico in-novador en escenarios rurales (sobre todoen Alemania, el norte de Italia e Irlanda),donde este tipo de conocimiento jugabaun rol central en el diseño y objetivo delproyecto para el desarrollo; y algunos otros

(Escocia, sur de Italia y Polonia), donde losproyectos se basaban en el deseo de pre-

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servar y aumentar dichos conocimientos

y habilidades. En la mayoría de los casosestudiados, los líderes de los proyectosdaban por sentado que para lograr el éxitodel proyecto lo que se necesita no es elconocimiento de los actores rurales sino suapoyo y consentimiento. Estos proyectosbuscaban movilizar el conocimiento tácito

más que el conocimiento técnico local delos actores locales y, al hacerlo, podemossostener que reproducían las percepcionesestandarizadas de las áreas rurales comoricas en recursos de interacción social,pero pobres en formas de conocimiento“moderno” o “innovador”.

Un rasgo clave para diferenciar elconocimiento “técnico local” del “cien-tífico” es que, debido a los modos más omenos informales en que se transmite elprimero, es posible encontrarlo en for-mas muy variadas y no estandarizadas.CORASON se interesó especialmente enel efecto sobre este tipo de conocimientocuando éste enfrenta situaciones que lle-van a su estandarización o codificación.Por ejemplo, un “lugar local” familiarpuede ser “codificado” como reserva na-tural o sitio de especial interés científico,

y puede enriquecer la interpretación porparte de los actores locales de los procesosnaturales en el área, pero también generaruna separación en el conocimiento entrelos locales y los administradores, así comoresistencia ante las interpretaciones cientí-ficas de la naturaleza local. Sin embargo,

la estandarización del conocimiento fueparticularmente evidente en nuestros

estudios acerca de los procedimientos de

certificación utilizados para comercializaralimentos de origen local. Esto parecehaberse vuelto un mecanismo de “des-localización del conocimiento local”, enespecial a través de los canales comercialesy de mercado, en los que algo de la calidadlocal se conserva y algo se pierde.

Los procesos de codificación involu-crados en la certificación son selectivos,tanto por parte de los productores delalimento en cuestión, como de lo que esconsiderado como legítimo y utilizablebajo condiciones “modernas”, o cien-tíficamente aceptables de las formas de

conocimiento técnico local acerca de suproducción (por ejemplo, en relacióncon los criterios de higiene). Salvo queel proceso de selección sea reconocido ymanejado con cuidado durante el proyectopara el desarrollo (y esto parece menosprobable cuando aquellos que lo controlanson expertos científicos externos), devieneen nuevas formas de exclusión social y lacreación de nuevas desigualdades al inte-rior de la población local. También puedellevar a la transformación de un productoen commodity  a través de formas que cues-

tionen su “autenticidad”, en tanto algo queencarna la identidad y las habilidades delos productores locales sólo en la medidaen que debe satisfacer las necesidades deconsumidores lejanos y anónimos. Deesta manera, en muchos de nuestros casosen estudio, el conocimiento técnico local

surgió como un recurso significativo parael desarrollo económico y como objeto, en

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los proyectos para el desarrollo, en tanto

procesos de valorización que pueden tenerresultados indeseables desde el punto devista social, cuando la combinación deformas de conocimiento no se hace demanera apropiadamente integrada.

Los proyectos para el desarrollo rurallocal surgen de muchas maneras diferen-

tes. En algunos casos de CORASON, éstosfueron estimulados por la presencia deun movimiento social en una localidad,aunque no eran lo mismo que ese movi-miento7. En un cierto número de casos(Escocia, Hungría, República Checa, Alemania) los proyectos fueron iniciados

por fundaciones u organizaciones no gu-bernamentales (ONG) externas al área opor personas vinculadas a la generación delos proyectos ( project class ); esto es, profe-sionales empleados por Leader u otros pro-fesionales del desarrollo cuya tarea es atraerrecursos de capital a un área rural a travésde la conexión de iniciativas o bienes loca-les con fuentes externas de financiamiento,en particular de la UE. Incluso bajo dichasformas de “participación generada desdearriba”, el conocimiento local y los gruposlocales pueden ser reforzados, si bien de

modo algo complicado y en ocasiones

innecesario. Por ejemplo, las redes localesy grupos de acción son generados a travésde los proyectos Leader con el principalpropósito de desviar recursos financierosnuevos a un área y las estructuras en redcreadas pueden ser de tipo instrumentaly temporal, también dominadas por las

elites locales; aun así pueden resultar efec-tivas en tanto estructuras adicionales queayuden a mantener, estabilizar o fortalecerlas redes locales más autóctonas y los gru-pos productores rurales que participan enestas nuevas redes y grupos de acción.

De esta forma, los conocimientos

científicos “tácitos” y “técnico locales” noespecializados emergen como elemen-tos importantes para la construcción deproyectos para el desarrollo rural, y susinteracciones en tanto prácticas de conoci-miento para el desarrollo rural son bastantecomplejas y dependen del contexto. Losconocimientos tácitos pueden ayudar acrear ambientes en que los conocimientosútiles empíricos –ya sean “expertos” o “téc-nico locales”– se empoderen y se pongana trabajar. Muchos de nuestros casos enestudio demuestran la importancia, para

7 En un caso, los actores involucrados en la organización de un sistema localizado de distribución de ali-mentos crearon un mercado de los agricultores que permitiera a los productores y consumidores interactuardirectamente en la compra y venta de los alimentos. Una cantidad de los productores estaban certificados oeran ex-miembros del movimiento orgánico y recurrieron a muchas de sus técnicas para cultivar good food, así como a sus críticas del complejo industrial-comercial de los alimentos. Otros proyectos surgieron graciasa vínculos existentes al interior de la localidad con alguna conocida figura fuera de ella, la que hizo posiblegenerar interés en algún recurso local que llevó a un aumento de su valor en el proceso de desarrollo. En losestudios de caso en Polonia, Portugal y España se identificaron científicos de universidades regionales queiniciaron proyectos para ‘comodificar’ y mercadear una variedad de alimentos locales (jamón, salchichas,vino) o la biodiversidad local (una raza ‘tradicional’ de vaca, interacciones huerto-abejorros).

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el éxito del proyecto, de la construcción o

la incorporación a las redes informales enlas que están involucrados los participantesdel proyecto a través de su pertenenciaterritorial. Los lazos sociales y redes infor-males son emplazamientos importantespara la circulación y el intercambio deconocimientos “técnico locales” como “ex-

pertos” relevantes para el proyecto; permi-ten que los recursos de conocimiento seanintercambiados, combinados y puestos atrabajar de maneras innovadoras.

Encontramos que las redes más efec-tivas usualmente eran aquéllas que con-tenían no sólo actores “locales”: además,

incluían a emigrantes retornados o emi-grantes que se mantuvieron en estrechocontacto con su área de origen a través devisitas anuales o por medio de su profundointerés y estudio del área desde su lugarde residencia, quizás en universidades oinstituciones de investigación; tambiénhabía administradores locales, como pro-fesionales de extensión agrícola, quienespodían combinar su competencia cientí-fica con una interpretación de las formas“tácitas” en que se creaban y mantenían lasrelaciones sociales en el nivel local. Mu-

chos de estos actores trajeron a la red tanto

sus propios conocimientos especializadoscomo sus conexiones vitales con otrosmundos fuera del área local. Pero tambiénencontramos individuos “expertos” entrelos propios actores locales, en algunoscasos, formados a partir de su historia decompromiso con un movimiento social es-

pecífico, como los movimientos orgánicoso ambientalistas. Las redes informales devariado tipo no sólo proveen un contextoen que los conocimientos diversos puedencircular y encontrarse unos con otros;también pueden jugar un rol importanteen la mediación de relaciones de poder en

aquellas situaciones donde las estructuraspolíticas y las inequidades en el poderpudieran, de otra forma, significar que losactores con “conocimiento técnico local”tengan muy poca voz en sus propios pro-cesos de desarrollo8.

  3. CONOCIMIENTO LOCAL

E IDENTIDAD TERRITORIAL

 Al inicio de este capítulo nos pregun-tamos: ¿cómo se vincula el conocimientolocal con el territorio y la identidad terri-

8 Esto iba más allá del alcance de la investigación de CORASON, pero se hizo evidente cuando los resultadosson interpretados para ordenar la naturaleza multifuncional de las redes informales en el desarrollo rural: lainformalidad es una forma de mantener la cultura, conocimiento, experiencia y prácticas locales intactos,o de perturbarlos menos de lo que podría suceder a través de la intervención externa. Sin embargo, podríainducir a error concluir aquello que usualmente se encuentra entre los expertos burócratas y que dependendel gobierno: formalizar las estructuras, procesos y decisiones tomadas con la idea de crear mayor transpa-rencia y certeza legal _las que son expectativas justificadas_ puede provocar el efecto indeseable de destruirlas estructuras y prácticas locales que buscaba apoyar. Existen otras maneras, aparte de la formalización y elcontrol legal, de mantener o estabilizar las prácticas locales, las normas éticas que guían esas redes informalespueden ser una fuente para desarrollar sus fortalezas.

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torial o de lugar? Parte de cómo queremos

responder esa pregunta se evidencia en ladiscusión ya planteada sobre aquella formade conocimiento local que hemos llamado“conocimiento tácito” en el contexto deprácticas situadas de conocimiento. Paraestudiar fenómenos ligados a la identi-dad preferimos utilizar las categorías de

conocimiento “tácito” y “técnico local” yno el concepto de “identidad de lugar” dela psicología ambiental, como tampoco eltan tradicional, pero incorpóreo conceptode identidad de la psicología social (Dixony Durheim, 2000). Si bien en los últimosaños se ha desarrollado un discurso más

intenso acerca de una sociología del espacio(Löw, 2004), pareciera ser que la nociónde prácticas “situadas” de conocimiento–que ha ayudado a interpretar los resul-tados de CORASON– puede utilizarsepara reconstruir las identidades locales demejor manera que una noción abstracta deidentidad de lugar. Afirmamos lo anteriorporque demuestra que la identidad delugar en las áreas rurales no es algo en símisma, un componente cultural distinto yseparado junto a muchos otros, sino que esgenerada de manera indirecta a través del

mantenimiento y el uso del conocimientolocal, los recursos locales y las prácticas deproducción local. Aunque en este sentidoes flexible, no puede sencillamente trans-ferirse a los recién llegados o los nuevoshabitantes de las áreas rurales, sino que esparte de los propios medios de vida rural.

Como se ha sugerido, el conocimientotácito parece jugar un rol importante en

la configuración de la identidad territorial,

o un sentido de una cultura compartidacon aquellos con quienes interactuamoslocal y cotidianamente. También puedecontribuir al reconocimiento, que pareceestar presente en muchas áreas rurales queviven procesos de desarrollo, de una brechacultural entre “nosotros” y aquellos otros

que, desde el Estado central y las elitesnacionales hasta quienes detentan el poderregional, buscan gobernar y cambiar “nos”.Los conocimientos tácitos para interactuarsocialmente, junto a las narrativas compar-tidas de los eventos significativos del pasadoque se han codificado culturalmente en el

discurso local, ayudan a crear la base paralas movilizaciones territoriales, ya sea en prodel autodesarrollo, para enfrentar el riesgo,para la defensa de la comunidad frente a lasintervenciones foráneas, o para manejar esasintervenciones a conveniencia de los localese integrarlas a las prácticas locales.

Foto: Artesana de Chiloé, de Carlos Venegas

Sin embargo, la pregunta más difícilaquí es: ¿cuál es la relación entre el territo-

rio y la forma de conocimiento local quellamaremos “conocimiento técnico local”

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en el sentido específico descrito más arri-

ba? La mayor parte de la literatura acercadel “conocimiento local” lo consideracomo una posesión de una comunidadespecífica, étnica u ocupacionalmenteparticular y que habita un territorio es-pacial delimitado. Desde esta perspectiva,el conocimiento y el territorio coinciden

y esto puede apoyar conclusiones algosimplistas; el territorio es el espacio so-cialmente delimitado que lleva consigoel conocimiento y lo hace accesible alas personas locales (en el sentido queGiddens utiliza del término locale  paradelimitar social y no geográficamente

los lugares, sin rastrear las formas delconocimiento para el mantenimiento delos límites). Esto tiende a asimilar el co-nocimiento local a las formas de conoci-miento “tradicionales”, “de comunidadestradicionales”, “indígenas” o “estáticas”,subvalorando las dinámicas de interacciónentre lugar, territorio, espacio y prácticassociales, caracterizaciones que, como yasugerimos, pueden resultar inapropiadas opoco útiles para la discusión de la Europarural bajo la influencia de la globalizacióny el desarrollo sustentable. No es la con-

clusión adecuada, ni para las áreas ruralesni para el desarrollo rural sustentable, sim-plemente reconstruir las culturas antiguas,las prácticas o conocimientos tradiciona-les o idealizar dichas prácticas; sólo nuevasmaneras de incorporar el conocimientotradicional en las situaciones y prácticas

cambiantes del desarrollo rural puedenapoyar el desarrollo sustentable.

La literatura ecológica, en tanto

fuente para el redescubrimiento del cono-cimiento local, en algunas oportunidadesimplica formas socialmente inadecuadasde reaprender y reconstruir las formastradicionales de uso de los recursos (véaseBerkes et al., 2003), por ello sugerimosuna manera bastante diferente de en-

frentar el tema. La diferenciación entreel conocimiento tácito y el conocimiento“técnico local” puede verse como un para-lelo con la diferenciación entre el mundosociocultural y el mundo material, o lasespecificidades material-ecológicas en unalocalidad determinada. Podríamos decir

que el conocimiento tácito trata de cómocomunicar a las personas en torno a lascosas, pero en el aprendizaje y el uso delconocimiento “técnico local” se trata de lascosas (cosechas, bosques, cursos de agua,“recursos naturales”) que median entre laspersonas, y la conexión material del cono-cimiento “técnico local” lo vuelve, en granmedida, conocimiento ecológico local.

Previamente hemos señalado que elconocimiento “técnico local” se transmiteentre individuos particulares y de formasvariables y no estandarizadas. Tanto los

conocimientos “técnico locales” comocientíficos son empíricos, ambos utilizanprácticas similares para evaluar la validezde las afirmaciones del conocimiento(alguna manera de revisión por partede los pares, alguna versión de testeo yretesteo a través de la observación). Pero

hay una diferencia clave que de nuevo esconsiderada críticamente: lo que ha dado

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el carácter de válido al conocimiento cien-

tífico ha sido, por mucho tiempo, el que esestandarizado, generalizado y no requiereun contexto determinado, mientras que elconocimiento técnico local no está cons-truido de tal forma que pueda viajar por eltiempo y el espacio; esto es, su contenidono está estandarizado y es específico a un

lugar y contexto determinado.Sugerimos que el conocimiento“técnico local”, más que una identidadterritorial, construye un sentido de “lu-gar”, y si bien lugar no coincide con ladefinición de ecosistemas locales y susrecursos y servicios, en algún grado ambos

significados se superponen. Articula unainterpretación de cómo las característicasmateriales y naturales de una localidadparticular predisponen y se inmiscuyen enlas relaciones entre las personas: el lugarconstruye y es construido por los aspectosprácticos de ganarse el sustento en con-diciones ecológicas particulares. Es jus-tamente por medio del apego a un lugar–este lugar particular, con sus particularescombinaciones de ecosistemas y recursosnaturales– que los habitantes rurales serelacionan con y cuidan la naturaleza.

Esta es de nuevo una interpretación deque la identidad local se produce a travésde una pluralidad de prácticas situadasde conocimiento, indirectamente, no poralgo separado que representa el núcleo deesa identidad, la cual se encuentra en mu-chas y variadas prácticas de conocimiento

diferentes, lo que es una de las razones porlas que resulta difícil estandarizarla y mer-

cadearla en marcas de productos. ¿Hasta

qué punto son el lugar, y los conocimien-tos “técnico locales” entrelazados con éste,reconocidos y valorados al interior de losactuales discursos europeos acerca deldesarrollo sustentable?

4. DESARROLLO SUSTENTABLE:

¿UNA VERSIÓN EUROPEA?

El “desarrollo sustentable” es, como amenudo ha sido señalado (véase a modode ejemplo, Hajer 1995, Jacobs 1999), unconcepto muy ambiguo, tanto en relacióncon el “desarrollo” como con la “susten-

tabilidad”. En CORASON no intentamosdefinir el concepto de antemano, sino másbien explorar los significados que se le danen los discursos de políticas en la UE  y aniveles nacionales y subnacionales.

El modelo que se ha estandarizado,si bien en formas que difieren entre sí,en los discursos de políticas nacionales ytrasnacionales, entiende que el desarrollosustentable implica tres dimensiones ana-líticamente separadas –ecológica, econó-mica y social–, las que deben ser puestasen relación unas con otras en el proceso de

desarrollo. Al respecto surge la preguntade cómo se mantiene junta esta proble-mática “unidad de objetivos divergentes”en cada proyecto y el lugar en la práctica,lo que constituye uno de los problemasclave en el desarrollo rural sustentable.Si bien la investigación juega un rol en la

identificación de dichas condiciones, espoco probable dar respuestas científicas

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a esta pregunta que se refiere a todas las

formas de conocimiento y prácticas que sehan discutido aquí. Este modelo ha sidorápidamente adoptado en las discusionespolíticas y ahora puede considerarse comoun enfoque de “prioridad de políticas” enel desarrollo sustentable, y se asume quelas elites políticas y administrativas debe-

rían tener el poder de definir el concepto,que (sólo) los conocimientos expertos sonesenciales para su implementación en elprograma y que, a largo plazo, los ciuda-danos tomarán e incorporarán la susten-tabilidad, así comprendida, en sus propiasprácticas colectivas e individuales.

Sostenemos que bajo este discurso,que da la idea más amplia y más mínimade lo que trata el desarrollo sustentable, laversión hegemónica de las políticas para eldesarrollo sustentable a nivel de la UniónEuropea y en algunos estados europeosprincipales, contiene un modelo más con-

creto de interpretaciones que revelan másde los intereses de las elites científicas, po-líticas y económicas en la adaptación deltérmino: la “modernización ecológica”, latesis que el manejo del ambiente es com-patible con la modernización industrial

continúa y el crecimiento económico enformas modificadas de “economía verde”y el desarrollo de “tecnologías limpias”(véase a modo de ejemplo, Weale 1992,Mol y Sonnenfeld, 2000). La UniónEuropea ha estado desarrollando la mo-dernización ecológica como un proyecto

político durante el mismo período en quela modernización ecológica en sí misma

ha desarrollado una teoría social de las

relaciones sociedad-medioambiente, so-bre todo en Alemania (véase a modo deejemplo, Jänicke, 2003), los Países Bajos(véase por ejemplo, Mol, 2000) o enSuecia (véase Lundqvist, 2000).

 Johnson (2004) sugiere que la “in-tegración de políticas” (el énfasis de la

Unión Europea en integrar las conside-raciones medioambientales en todos lossectores de las políticas, un eje centraldel Acta Única Europea de 1987) otorgaexpresión política a una idea central en lamodernización ecológica. Si las políticassectoriales y medioambientales se desa-

rrollan separadamente, es probable quelas preocupaciones medioambientales sevuelvan un accesorio de otras iniciativaspara el desarrollo, que lleva a solucionesde etapa final (end of pipe ) más que pre-ventivas, anticipatorias o integradas delos problemas medioambientales. Recien-

temente, el Sexto Programa de AcciónMedioambiental de la Unión Euroepaarticula la idea que los “altos estándaresmedioambientales son también un mo-tor para la innovación, pues crea nuevosmercados y oportunidades de negocios”

(Comisión de las Comunidades Europeas,2001: 9, citado en Johnson, 2004: 160).Este foco en la innovación para anticipary prevenir resultados ambientalmente ne-gativos y el supuesto que dicha innovacióntrae prosperidad económica y crecimientoa través del desarrollo de “tecnologías lim-

pias”, son también elementos centrales dela teoría de modernización ecológica.

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¿Qué tiene que decir sobre las loca-

lidades y sociedades rurales en Europauna política para el desarrollo sustentableque articula una visión del desarrollo entanto modernización ecológica? Las par-ticularidades de un lugar, en tanto éstasconfiguran las economías y sociedadesrurales, parecen ser ampliamente ignora-

das en gran parte de la literatura acercadel desarrollo sustentable en Europa (encontraste con los debates a nivel global).La literatura que evalúa el avance del desa-rrollo sustentable europeo tiende a utilizaruna visión de Europa como un todo indi-ferenciado unificado por la presencia de la

Unión Europea. En el mejor de los casosreconoce diferencias sólo entre entidadespolíticas (estados, regiones), algunas queson consideradas más avanzadas y otrasmás rezagadas en la implementación deprogramas para el desarrollo sustentable(véase por ejemplo, Barry et al., 2004).

Lo rural-urbano, la clase, el género uotras diferencias sociales en el habitus  enrelación con el medioambiente y la ubica-ción con respecto a la naturaleza generanpoca atención. Este enfoque suprime lasinterpretaciones del desarrollo sustentablecomo dependiente de las íntimas inte-rrelaciones entre lugar, naturaleza local yprácticas económicas rurales.

La modernización ecológica, un pro-grama teórico y de políticas que enfatiza enla integración entre ecología y economía através de la reducción de los desechos y las

ineficiencias en la producción industrial(y en el último tiempo de las prácticas

de consumo), está comprometida con la

continua modernización industrial de lasociedad. Esto refuerza las visiones queconsideran las áreas rurales como margina-les e insignificantes para la sustentabilidad.Entonces, ¿qué se considera desarrollo ruralsustentable en el marco del discurso de lamodernización ecológica? Parecen existir

dos posibilidades. Una es la reproduccióno reinvención de un modelo “agro-in-dustrial” (Marsden, 2003) del desarrollorural (el mismo modelo que generó tantacrítica de los lobbies   ambientalistas y dealimentos durante las últimas dos déca-das): la producción de alimentos y otras

formas de extracción de recursos se vuel-ven sostenibles a través de la imposiciónde un modelo industrial que integra lasprotecciones ecológicas con los objetivoseconómicos.

Incorporar las áreas rurales a la “eco-nomía del conocimiento” significa inten-

sificar la producción en combinación coninnovaciones científicas y/o tecnológicaspara reducir los desechos y la ineficiencia;estimula prácticas tales como la manipu-lación genética de plantas y animales pormedio de la aplicación del conocimientogenético en programas de cultivo y crian-zas para lograr una mayor productividady que sean “mejor adaptados” (que sufranmenos estrés, enfermedades o ataques deplagas) al ambiente industrializado. Enaquellos sitios donde la producción semantiene en pequeña escala o en forma

artesanal, por ejemplo la producción dealimentos locales con denominación de

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origen para mercados globales, el procesode producción puede no estar industria-lizado ni ser demasiado intenso, pero lasprácticas productivas (esto es, los cono-cimientos técnico locales) tienden a sercodificadas y estandarizadas bajo la guíade la competencia científica y los interesesgubernamentales.

En forma alternativa, la moderniza-ción ecológica puede interpretar el desa-rrollo rural sustentable a través de lo queMarsden (2003) denomina orientaciones“posproductivistas” o conservacionistashacia los recursos rurales. Donde los re-cursos rurales no sean susceptibles o inme-

diatamente receptivos a la modernizaciónen formas industriales ecológicamenteintegradas, pueden ser manejados desdeel punto de vista del consumo, llevandoal aumento de la regulación y limitandosu consumo para el bien público (porejemplo, los parques nacionales, sitios de

interés científico o de patrimonio cultural,etc.)10. Sin embargo, el conservacionismopor sí mismo puede resultar en la esterili-zación temporal de los recursos hasta quealguna aplicación de “conocimiento yracionalidad” encuentre una justificaciónecológica moderna para nuevos usos deellos. En Irlanda, por ejemplo, algunasáreas previamente conservadas o reguladaspor razones científicas (por ejemplo, como

hábitat para especies de aves amenazadas),han sido abiertas como sitios para el de-sarrollo de aprovechamiento de la energíaeólica, apoyadas por un creciente interéspolítico en encontrar formas alternativasy renovables de generación de energía.En primer lugar, los residentes rurales deestas áreas sienten la intensificación de

los controles acerca de cómo utilizan susrecursos naturales locales y luego percibencómo el derecho a utilizarlos es transferidoa “expertos” externos y actores económi-cos para quienes, de alguna manera notransparente, los controles ambientalespueden relajarse. El dilema aquí es que la

utilización de la energía eólica puede servista como parte de soluciones ecológi-camente sustentables, pero en ocasioneses introducida de forma tal que socava lasustentabilidad social.

En CORASON hemos sostenido quelas áreas rurales son de hecho importantísi-

mas para el desarrollo sustentable. En ellasse ubica la mayor área de tierra de Europay la mayoría de los recursos naturaleseuropeos –agua, suelo, energía, metales,madera, hábitat de vida silvestre y biodi-versidad–. Son también los sitios dondese sitúan los recursos sociales, culturales yorganizacionales que pueden tener el valorpotencial de lograr formas de desarrollosustentable, pero que por lo general son

10 Marsden sugiere que las orientaciones “posproductivistas” en las áreas rurales se configuran gracias a una

visión de la agricultura como una forma de producción “sucia”, poco higiénica y ambientalmente destruc-tiva; interpretación que se sustenta en parte por la transformación de áreas donde el uso agrícola ha sidolimitado y regulado, en otras donde se privilegia a nuevos usuarios de los recursos.

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ignorados tanto en los discursos de laspolíticas como en los análisis académicos.El conocimiento local es un recurso ruralsignificativo en este sentido, y su inclusiónen el discurso para el desarrollo sustentablepodría abrir y ampliar la interpretacióntanto de la “innovación” como clave deldesarrollo sustentable como de la “partici-

pación” o el desarrollo sustentable en tanto“práctica ciudadana”.CORASON sostiene que mientras la

mayor parte del discurso de políticas parael desarrollo rural en Europa hace referen-cia a la importancia de la sustentabilidad,se está evidenciando una interesante di-

vergencia entre los proyectos de políticaseuropeas para el desarrollo rural y para eldesarrollo sustentable. La historia de laspolíticas para el desarrollo rural muestrauna creciente aceptación de la diversidadde los lugares y recursos rurales, y un in-tento de establecer un marco muy general

de requerimientos (a modo de ejemplo,que el desarrollo debiera ‘integrarse’ através de los sectores económicos) dentrodel cual el desarrollo puede llevar a diver-sas formas de revitalización rural. Pero alinterior de las políticas para el desarrollosustentable, en su forma de modernizaciónecológica, la tendencia histórica parece iren dirección opuesta, hacia una crecientey unidimensional interpretación de quétipo de desarrollo es “sustentable” (enparticular en términos de crecimiento eco-nómico), a través de la cual la diversidad

interna de las áreas rurales y su diferenciacon la sociedad urbana y suburbana es

ignorada o vista como una evidencia demarginalidad.

Nuestro estudio de casos tambiénsugiere que los actores rurales, en parti-cular aquellos cuyo sustento está cerca-namente vinculado al uso productivo delos recursos locales, suelen tener su propiainterpretación del “desarrollo sustentable”

o “uso sustentable de los recursos”, inclusosi no se utiliza la terminología asociadacon el desarrollo sustentable como pro-yecto político y de políticas. En muchosaspectos, sus interpretaciones son másreconocidas al interior de las políticaspara el desarrollo rural. Sus versiones ar-

ticulan un fuerte sentido de ‘lugar local’ yestán estrechamente ligadas a la posesiónde conocimiento “técnico local” acercade cómo utilizar y manejar los recursosnaturales de los cuales dependen de unaforma que sea económica y culturalmentesustentable a lo largo del tiempo. Éste no

es siempre correcto y puede ser mejoradopor los conocimientos “externos” o porexpertos, pero usualmente se trata de unconocimiento que ha pasado la pruebadel tiempo y la experiencia, que encarnalas relaciones normativas y filosóficas conla naturaleza que son fundamentales alcuidado por parte de los seres humanosde ésta, y que no siempre es reconocidoen los discursos expertos.

La interpretación que estos actoreshacen del desarrollo sustentable parte deuna visión más holística de la relación

entre los seres humanos y la naturalezaal interior de una localidad específica,

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vinculada al concepto difuso de “modosde vida sustentables” como la base dela sostenibilidad de las comunidades yregiones. Éste es un discurso que tieneel potencial de incluir y fortalecer losintereses, los derechos, el conocimiento yel poder de quienes utilizan los recursoslocales, y de ir más allá de los actuales y

algo cautos enfoques participativos de la“participación como proceso consultivo”,para discutir una real devolución de lasestructuras de poder y del control. De-sarrollado de manera apropiada, podríaarticular una interpretación del desarrollosustentable como un proceso de aprendi-

zaje social y construcción de experiencia,a través del cual se hace posible un avancegradual en la mejoría de las prácticas demanejo como un enfoque heurístico deldesarrollo sustentable en el que diversasinterpretaciones de manejo sustentable delos recursos son explicadas, comparadas,

aplicadas y, a través de ese proceso, verifi-cadas o rechazadas.

No queremos decir que esas ideasholísticas, locales y específicas a ciertosgrupos, estén ausentes de los discursoseuropeos pues también son apoyadas porparte de la investigación científica y eco-lógica, a modo de ejemplo los enfoquesinterdisciplinarios de la ciencia para lasustentabilidad o manejo adaptativo (véa-se, Berkes et al., 2003) y en el sur existeun discurso mayor acerca del desarrollosustentable que está mucho más orientado

hacia las áreas, poblaciones y recursos ru-rales (véase por ejemplo, Lee et al., 2000).

Pero las redes de actores involucradas enlas políticas y programas europeos parael desarrollo sustentable excluyen am-pliamente aquellos actores rurales y otrosque expresan una versión del desarrollosustentable ligada a “los medios de vidasustentables”. La apertura –y democrati-zación– de los discursos europeos sobre

el desarrollo sustentable hacia prácticasmenos dominadas por los expertos, másparticipativas, globales y rurales, puedenofrecer nuevas oportunidades para el de-sarrollo sustentable.