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Metodología de la Investigación Social Ciclo Básico 2004 Profesores Responsables Marcos Supervielle Karina Batthyány Impreso en el Taller de Publicaciones de la Facultad de Ciencias Sociales Distribución exclusiva en el Servicio de Fotocopiado del Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales -CECSO- AvT i o no comercial docente de uso exclusivo en cursos de la Facultad de 7 Scciales de la Universidad de la República Indice Bourdieu, P. "El oficio del sociólogo". Caps. 1 y 2. Editorial Siglo XXI, 1973, Buenos Aires, Argentina. Pags. 27 a 83.

Bourdieu

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  • Metodologa de la Investigacin Social

    Ciclo Bsico 2004

    Profesores Responsables Marcos Supervielle Karina Batthyny

    Impreso en el Taller de Publicaciones de la Facultad de Ciencias Sociales Distribucin exclusiva en el Servicio de Fotocopiado del Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales -CECSO-

    AvTio no comercial docente de uso exclusivo en cursos de la Facultad de

    7 Scciales de la Universidad de la Repblica

    Indice

    Bourdieu, P. "El oficio del socilogo". Caps. 1 y 2. Editorial Siglo XXI, 1973, Buenos Aires, Argentina. Pags. 27 a 83.

    Metodologa I - Ciclo Inicial

    Obligatorio

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  • INTRODUCCIN

    EPISTEMOLOGA Y METODOLOGA

    "El mtodo escribe Augaste Comte no es susceptible, de_ser eSindiado separadamente de las inve.s_tigaciones en que_sein_em, plea; o, por lo mentos, sera este un estudio muerto, incapaz de recundar el espirita que a l se consagre. Todo lo que pueda decirse de real, cuando se lo encara abstractamente, se reduce a generali-dades tan vagas que no podran tener influencia alguna sobre el rgimen intelectual. Cuando se ha establecido, como tesis lgica, que todos nuestros conocimientos deben fundarse sobre la observa-cin, que debe procederse de los principios hacia los hechos y de los hechos hacia los principios, adems de algunos otros aforismOs similares, se conoce mucho menos netamente el mtodo que a quien estudia, de modo poco profundo, una sola ciencia- positiva, aun sin intencin filosfica. Por haber desconocido este dato esen-cial, nuestros psiclogos se inclinah a considerar a sus, ensueos como ciencia, cuando creen comprender el mtodo positivo por haber ledo los preceptos de Bacon o el Discurso de .Descartes. Ignoro si, ms tarde, ser posible seguir a priori un. yerdadero curso de mtodo del todo independiente del estudio

    . filosofico de las ciencias; pero estoy convencido de que ello es imposible hoy, puesto que los grandes procedimientos lgicos no pueden

    .ann ser explicados, wn ,

    sufitiente precisin, por separado de' 5115 anlica-ciones. Me atrevo a agregar adems que, aun cuando una empresa de este tipo pueda ser realizada lo que, en efect o es

    concebible, slo por el estudio de las aplicaciones regulares de los procedimien-tos cientficos podr lograrse un buen sistema de hbitos intelec-tuales, hecho que es, sin embargo, objetivo esencial del mtodo."

    1 A. Corrite, Cours de philosophie positior, t. s, Bacbelier, Pars, 1830 (ci-

    tado segn la edicin Garnier, 1926, pp. 71-72). Podra sefialarse, con Canguilhem, que no es fcil superar la seduccin del vocabulario que "nos

  • = EL OFICIO DE SOCILOGO EPISTEMOLOGA Y METODOLOGA 13

    Nada habra que agregar a este texto que, al negarse a disociar el mtodo de la prctica, de entrada rechaza todos los discursos del mtodo, si no existiera ya todo un discurso acerca del mtodo que, ante la ausencia de una oposicin de peso, amenaza imponer a los investigadores una imagen desdoblada del trabajo cientfico. Pro-fetas que se ensaan con la impureza original de la empiria*--de quienes no se sabe si consideran las mezquindades de la rutina cientfica como atentatorias a la dignidad del objeto que ellos piensan les corresponde o del sujeto cientfico que pretenden encar-nar o sumos sacerdotes del mtodo que todos los investigadores observaran voluntariamente, mientras vivan, sobre los estrados del catecismo metodolgico, 11.,iiienes disertan sobre el arte de ser

    - ea socilogo o el modo cientfico_e,nacrziencia sociolgica a menudo tienen en Coinii la disociacin del mtodo o la teora respecto.de

    las_operacines.ideinveatigacin,. cuando no disocian la teora del mtodo o la teora de la teora. Surgido de la experiencia de inves-tigacin y de sus dificultades cotidianas, nuestro propsito expl-cita, en funcin de las necesidades de esta causa, un "sistema de costumbres intelectuales": se dirige a quienes, "embarrados" en la Prctica de la sociologa emprica, sin necesidad alguna de que se les recuerde la necesidad de la medicin y de su aparato terico y tcnico, estn de acuerdo totalmente con nosotros sobre aquello acerca de lo cual estamos de acuerdo porque va de suyo: la nece-sidad, por ejemplo, de no descuidar ninguno de los instrumentos conceptuales o tcnicos que dan todo el rigor y la fuerza a la veri-ficacin experimental. Slo quienes no tienen o no quieren hacer la experiencia de investigacin podrn ver, en esta obra que apunta a problematizar la prctica sociolgica, un cuestionamiento de la sociologa empirica. 2 -

    conduce sin cesar a concebir el mtodo ,como ;escep6ble de ser separado de las investigaciones en que es puesto en prcticr: Comte] "ensea en la primera leccin del Curso de filosofa positiva que tel.mtodo no es susceptible

    de ser estudiado por separado de las investigaciones en que es empleado; ello sobrentiende que el empleo de un mtodo supone ante todo su posesin" (G. Canguilhern, Thorie et technique de l'experimentation chez Clau.de Bernard, Colloque du centenaire de la publication de L'Introduction l'tude de la medecine experimeruale, Masson, Pars, 1967, p. 24).

    2 La divisin del campo episternolgico segn la lgica de los pares (cfr.

    31 parte) y las tradiciones intelectuales que, al identificar toda reflexin con

    especulacin pura, no permiten percibir la funcin tcnica de una reflexin sobre la relacin con las tcnicas, otorgan fuerte probabilidad al malentendido 7 -.ue aqui traamos de enfrentar: en efecto, en esta organizacin dualista de las

    Si bien es cierto que la enseanza de la investigacin requiere, de parte de quienes la conciben come, de los que le. raciva-i. una referencia directa y constante a la experiencia en primera p-rsona de la prctica, "la metodologa de moda que multiplica los pro-gramas de investigaciones refinadas pero hipotticas, las conside-raciones crticas de investigaciones realizadas por otros [ .

    .J o los veredictos metodolgicos", 3 no podra remplazar una reflexin sobre la relacin justa con las tcnicas y un esfuerzo, an azaroso, por trasmitir principios que no pueden presentarse como simples

    .041.10:0; 0-1 1,01.000 r 00 01 0.0; v10; 0;0 r10 1, ;11,00 ; 0: n110 Y GLIM:VULGO 5.1G 1.0 1114.0101J 1.0.0 L4I.. OVI.l 10. Sn L.4 .5.0 0%04

    de verdades. Si bien es cierto, adems, que los mtodos se distin-guen de las tcnicas, por lo menos en que stos son "lo suficiente-mente generales como para tener valor en todas las ciencias o en un sector importante de ellas", 4 esta reflexin sobre el mtodo debe tambin asumir el riesgo de rever los anlisis ms clsicos de la epistemologa de las ciencias de la naturaleza; pero quiz sea necesario que los socilogos se pongan de acuerdo sobre principios elementales que aparecen como evidentes para los especialistas en ciencias de la naturaleza o en filosofa de las ciencias, para salir de la anarqua conceptual a la que estn condenados por su indi-ferencia ante 14 reflexin e_pistemolgica. En realidad, el esfuerzo por examinar una ciencia en particular a travs de los principios generales proporcionados por el saber epistemolgico se justifica y se impone especialmente en el caso de la sociologa: en ella todo conduce, en efecto, a ignorar este saber, desde el estereotipo huma-nista de la irreductibilidad de las ciencias humanas hasta las carac-tersticas del reclutamiento y la formacin de investigadores, sin olvidar la existencia de un conjunto de metodlogos especializados posiciones epistemolgicas todo intento de volver a insertar las operaciones tcnicas en la jerarqua de los actos epistemolgicos ser casi inevitablemente interpretada corno un ataque dirigido contra la tcnica y los tcnicos; pese a gire reconocemos la contribucin capital quelos metodlogos, y en particular Paul F. Lazarsfeld, han aportado a la racionalizacin de la prctica sociolgica, sabemos que corremos el riesgo de que se nos ubique irs cerca de Fads and Foib les of American Sociology que de The Language of Social Research_

    R. Needham, Structure and Sentiment: A Test-case in Social Anthro-pology, University of Chicago Press, Chicago-Londres, 1962, p. vie

    4 A. Kaplan, The Conduct of Inquiry, Methodology of Belzazdoral Science, Chandler, San Francisco, 1964, p. 23. El mismo autor se lamenta de que el trmino "tecnologa" haya adquirido ya un sentido especializado; observa que po(hela aplicarse con elevada eiactitud a un gran nmero de estuc'das como "metodologicos" (ibd., p. 19).

  • oi-lc10 DE SOCIOLOGO

    ^ 1 p:TH.r--- r - A- ^^1 ^^+''" `1 ^.1 saber -le le- otras c iencias . Por E- La acac, xac xa LIG CIJ tanto_ es necesario someter las operaciones de la p rctica snrinld-gica a la polmica de la razn _episteindlg,ica, para denir , y si es PoSible inculcar, una actitud de vigilancia que encuclille "n el completo conoci.maPPYQ del e- rror-y,de los niecanismos,sue lo engen-dran uno deelosexuedios _para,esuperarlo. La intendon d dotar al investigador de los medios para que l mismo supervise su tra-bajo cientfico, se opone a los llamados al orden de los censores cuyo negativismo perentorio slo suscita el horror al error y el recurso resignado a una tecnologa investida con la funcin de exorcismo.

    Como la obra de Gaston Bachelard lo demuestra, la episte-mologa se diferencia de una metodologa abstracta en su esfuerzo por captar la lgica del error para construir la lgica del descu-brimiento de la verdad como polmica contra el error y como esfuero para someter las verdades prximas a la ciencia y los mtodos r que utiliza a una rectificacin metdica y permanente [G. Can guizern, texto n9 1]. Pero la accin polmica de la razn r"rt4 no'tendria toda su fuerza si el "psicoanlisis del espritu cientfico" nO se continuara en un anlisis de las condiciones sociales en las cuales se producen las obras sociolgicas: el soci-logo puede encontrar un instrumento privilegiado de vigilancia ePtistrnolgica -en la sociologa del conocimiento, como medio para enriquecer y )

    precisar el conocimiento del error sy-, de las condi-ciones que lo hacen posible a yeces,

    -uieVitble [G. Bacizelard, texto n 2]. Por consiguiente, las apariencias que aqu pudieran subsistir de -

    una discusin ad hominem se :refieren slo a los lmites de la comprensin sociolgica de las

    - condiciones del error: una epistemologa que se remite 'a una loCidloga del conocimiento, menos que ninguna otra puede imputar los errores a sujetos que no son, nunca ni totalmente, sus autores. Si, parafraseando un texto de Marx, "no pintamos de rosado al

    -empirista, al intuicio-nista o al metodlogo, tampoco nos rfl'irnos a "personas sino en tanto que personificacin" de posiciones epistemolgicas que slo se comprenden totalmente en el campo social donde se apoyan.

    i'EDAGOGL DE LA INVESTIGACIN

    La runcion de esta obra define su forma y su contenido. Una ense--j.:u1,-;.t de la investigacin cuyo proyecto

    - Sea exponer los principios

    EPISTEMOLOGA Y METODOLOGA 15

    de una prctica profesional y simultneamente imprimir cierta relacin a esta prctica, e s decir proporcionar a la vez los instru-mentos indispensables para el tratamiento sociolgico del objeto y una disposicin activa aa.itilizarls,apropiadamente, debe romper con la rutina del discurso pedaggico para restituir su fuerza heurstica a los conceptos ey :operaciones ms completamente "neutralizados" por el. ritual de, laexposicin cannica. Por- ello, esta obra que apunta a sealar los actos mas prcticos de la prc-tica sociolgica _comienza por una reflexin que trata de _recordar, sistematiikridelo, las impliraciones de toda prcticaaluena o mala, y elq' Concretar en preceptos prcticos el principio; de2orgei lancia epiSteinolgica (Libro primero) . 5 Se intentar luego la 'detiireind-l-la funcin y las condiciones de aplicacin cld los esquemas tericos a los que debe recurrir la sociologa para cons-truir su objeto, sin pretender presentar estos primeros principios de la interrogacin propiamente sociolgica como una teora acabada del conocimiento del objeto sociolgico y, menos todava, como una teora general y universal del sistema social (Libro segundo).* La investigacin emprica no necesita comprometer tal teora para escapar al empirismo, siempre que poga en prctica efectiva, en cada una de sus operaciones, los principios que lo constituyen como ciencia, proporcionndole un objeto caracteri-zado por un mnimo de coherencia terica. Si esta condicin se cumple, los conceptos o los mtodos podrn ser utilizados como instrumentos que, arrancados de su contexto original, se abren a nuevos usos (Libro tercero).** Al asociar la presentacin de cada instrumento intelectual a ejemplos de su utilizacin, se tratar de evitar que el saber sociolgico pueda aparecer como una suma de tcniCaS; o'Cdinta un capital de conceptos separados o separables de su implementacin en la investigacin.

    Si noS'hernO.S.parnaiticle9xtr- W.del orden de razones en las que se encontrabauinsertnt.los,principios tericos y los procednaientos tcnicos heredados de la ,historia de la Ciencia sociolgica, no es slo para quebrar los nricacienamientos del orden - didctico que no renuncia a la complacencia .erudita frente a la historia de las doctrinas o los conceptos sino para rendir tributo al reconoci- miento diplomtico de los valores consagrados por la tradicin o sacralizados por la moda, ni tampoco para liberar virtualidades

    5 ' Cf. supra el prefacio a la segunda edicin, pp. 9-10. ' Vase nota 5. "'"

    Vase nota 5.

  • EL OFICIO DE SOCILOGO

    _heursticas, muchas veces ms numerosas que lo que permitiran creer 105 usos acadmicos; es, sobre todo, en nombre de una con-ceocin de la ~re del conocimiento sociolgico que hace de esta teora sistema de principios que definen las condiciones de posibi-lidad de todos los actos y todos los discursos propiamente sociol-gicos, y slo de stos, cualesquiera que sean las teoras del sistema social de quienes producen o produjeron obras sociolgicas en nombre de estos principios. El problema de la filiacin de una investigacin sociolgica a una teora particular acerca de lo social, la de Marx, la de Weber o la de Durkheim por ejemplo, es siempre secundario respecto del problema de la pertenencia de esta investigacin a la ciencia sociolgica: el nico criterio de esta pertenencia reside, en realidad, en la aplicacin de los principios fundamentales de la teora del conocimiento sociolgico que, en tanto tal, de ningn modo separa a autores a los que todo aleja en el plano de la teora del sistema social. Aunque la mayora de los autores han llegado a confundir su teora particular del sistema social con la teora del conocimiento de le social

    que abrazaban, por lo menos implcitamente en su prctica sociolgica, el proyecto epistemolgico puede permitirse esta distincin preliminar para vincular autores cuyas oposiciones doctrinarias ocultan el acuerdo epistemolgico.

    Temer que esta 'empresa conduzca a una amalgama de prin-cipios tomados de tradiciones tericas diferentes o a la constitucin de un corpus de frmulas disociadas de los principios que las fundamentan, implica olvidar que la reconciliacin cuyos princi-pios creemos explicitar se opera realmente en el ejercicio autntico del oficio de socilogo o, ms exactamente, en el "oficio" del socilogo, habitus que, en tanto que sistema de esquemas ms o menos dominados y ms o menos transnonibles, no es sino la inte-riorizacin de los principios de la teora del conocimiento sociol-gico. A la tentacin que siempre surge de transformar los preceptos del mtodo en recetas de cocina cientfica 5 en objetos de labora-torio, slo puede oponrsele un ejercicio constante de la vigilancia epistemolgica que, subordinando el uso de tcnicas y conceptos a un examen

    sobre las condiciones y los lmites de su validez, pros-criba la comodidad de una aplicacin automtica de procedimientos probados y seale

    -

    que toda operacin, no importa cun rutinaria y repetida sea, debe repensarse a s misma y en funcin del caso particular. Slo una reinterpretacin mgica de las exigencias de

    Ja medicin puede a la vez sobrestimar la n re-eeaeeaaeie de yd"1 s upe-

    EPISTEMOLOGA Y METODGLOGA 1 7

    raciones que no son, per otra parte, sino recursos del oficio y, transformando la cautela ametodolgica en respeto sagrado, utilizar no sin temor o no Utiliza: almas, bajo el temor de no cumplir total-mente las condiciones ramales, instrumentos que deberan ser juzgados slo en el uso. las que llevan la cautela metodolgica hasta la obsesin hacee pensar en ese enfermo del que habla Freud, que dedicaba su tiempo a limpiar sus anteojos sin ponrselos nunca.

    Considerar seriameria el proyecto de transmitir un ars inve-niendi significa reconoce- que supone algo ms y diferente que el ars probandi propuesto ter quienes confunden la mecnita lgica, enseguida desarmada, de tos comprobaciones y las pruebas con el funcionamiento real del espritu creador; reconocer tambin, con la misma evidencia, que existen Senderos o, mejor dicho, atajos que hoy pueden trazar niki reflexin sobre la investigacin en el camino sin arrepentimierms ni rodeos que propondra un discurso verdadero del mtodo sazolgico.

    diferencia de le:e-adicin que se atiene a la lgica de la prueba, sin permitirse rer principio, penetrar en los arcanos de la invencin, Conde/lamiese de esta forma a vacilar entre una retrica de la exposicion formal y una psicologa literaria del descubrimiento, quisiremos proporcionar aqu, los-

    medios para adquirir ihia disposicin mental que sea condicin de la invencin y de la prueba. Si esta rezonciliacin no se produce, ello implicara renunciar a proporcionar una ayuda, cualquiera que sea, al ira-bgjo de investigacin. innitndonos junto a tantos otros metod-logos, a invocar o llamar, como se llama a los espritus, los milagros de una iluminacin creadora, que transmite la hagiografa del descubrimiento cientfice, o los misterios de la psicologa de las profundidades. 8

    La literatura metodoiogica ha procurado siempre, cuando define el objeto de la lgica de-

    las beras, evitar explcitamente la consideracin de los :voy; of discovery en faro.- de los WarS uf valiciation (dr. por ejemplo, C. Hempel, Aspects of Sciera* Explanation and Other Essays in the Philosovhr of Science, Free Press, Nuera York, 1965, pp. 82-83). K. R. Popper insiste a menudo sobre esta dicouxuia que, en l, parece encubrir la oposicin entre la vida pblica y la privada: "La pregunta aCmo descubri usted su teora por primera vez? interesa, para decirlo de algn modo, a una cuestin muy personal, contrariamente a lo que supone la pregunta crno verific usted su teora?" (K. R. Popper. Misre de l'historicisme [trad. de H. Rousseau], Ploi:% Pars, 1956, p. 132 [hay ed. esp.]). O tambin: "No existe nada que ;se pereLud a un mtodo lgico para tener ideas o a una reconstitucin lgica

  • 18 EL OFICIO DE SOCILOGO

    Si va de suyo que los automatismos adquiridos posibilitan la economa de una invencin permanente, hay que cuidarse de la creencia de que el sujeto de la creacin cientfia es un automaion spirit vale

    que obedece a los organizados Mecanismos de una pro-gramacin metodolgica constituida de una vez para siempre, y por tanto encerrar al investigador en los lmites de una ciega sumi-sin a un programa que excluye la reflexin sobre el programa, reflexin que es condicin de invencin de nuevos prog,ramas. 7

    La metodologa, afirmaba Weber, "[ . . ] es condicin de un trabajo fecundo en la misma medida en que el conocimiento de la anato-ma es condicin de la marcha correcta". 8

    Pero, qunque es intil confiar en descubrir una ciencia sobre el modo de hacer ciencia, y suponer que la lgica sea algo ms

    - que un modo de control de la ciencia que se construye o que ya se ha construido, sin embargo, :como lo observ Stuart Mill, "la invencin puede ser cultivada", es decir que una exPlicitacin

    - de la lgica del descubri-miento, tan parcial como parezca, puede 'contribuir a la racionali-zacin delaprendizaje de las aptitudes- para la

    - creacin.

    EPISTEMOLOGIA DE LAS CIENCLAS DEL HOMBRE Y EPISTEMOLOGIA DE LAS CIENCIAS DE LA NATURALEZA

    La mayora de los errores a los que se exponen la prctica socio- lgica y la reflexin sobre la misma radican en una representacin falsa de la epistemologa de las ciencias de la naturaleza y de la _ relactou quemantlene:con la epistemologa de las ciencias del hombre. As, epistemologas tan opuestas en sus afirmaciones

    de este proces: En mi opinin, todo descubrimiento contiene un

  • EL OFICIO DE SOCILOGO

    LA METODOLOGA Y EL DESPLAZAMIENTO DE LA VIGILANCIA

    Para superar las discusiones acadmicas y las formas acadmicas de superarlas, es necesario someter la prctica cientfica a una reflexin que, a diferencia de la filosofa clsica del conocimiento, se aplique no a la ciencia hecha, ciencia veril/viera cuyas condi-ciones de posibilidad y de coherencia, cuyos ttulos de legitimidad sera necesario establecer, sino a la ciencia que se e.-5tz haciendo. Tal tarea, propiamente epistemolgica, consiste en descubrir en la prctica cientfica misma, amenazada sin cesar por el error, las condiciones en las cuales se puede discernir lo verdadero de lo falso, en el pasaje desde un conocimiento menos verdadero a un conocimiento ms verdadero, o ms bien, como lo afirma Bache-lard, "aproximado, es decir rectificado". Esta filosofa del trabajo cientfico como "accin polmica incesante de la Razn", tras-puesta a la instancia de las ciencias del hombre, puede proporcio-nar los principios de una reflexin capaz de inspirar y controlar los actos concretos de unaprctica verdaderamente cientfica, defi-niendo en lo que tengan de especfico los principios del "raciona-lismo regional" propios de la ciencia sociolgica. El racionalismo fijista que informaba las preguntas de la filosofa clsica del cono-cimiento hoy se expresa mejor en los intentos de algunos metod-logos que se inclinan a reducir la reflexin sobre el mtodo a una lgica formal de las ciencias. Sin embargo, como lo seala P. Feye-rabend, "todo fijismo semntico tropieza con dificultades cuando se trata de dar razn total del progreso del conocimiento y de los descubrimientos que a l aportan". 12

    Ms precisamente, intere-sarse exilas relaciones intemporales entre los enunciados abstractos

    posible evadirse de la alternativa de la imitacin cieg.a, y del rechazo, igual-mente ciego, a imitar: "la sociologa naci a l sombra de las ciencias de la naturalez.a y en contacto ntimo con ellas [... ]. Es natural que algunos de los primeros socilogos se. equivocaran l exagerar est acercamiento hasta el punto de desconocer el origen de las ciencias lociales y la autonoma que deben disfrutar respecto de las otras

    -ciencias que las Ifn precedido. Pero esta exageracin no debe hacer olvidar toda la fecundidad de los 'orgenes ms importantes del pensamiento cientfico".

    Rivista Italiana di Sociologia, tomo xv, 1900, . pp. 127-159, citado en A. Cuvillier, Oir va la sociologie frahvaise?, Marcel Rivire ex Cje., Pars, 1953, pp.. 177-208 [hay ed. esp.] 12

    P. Feyerab,_'ncl, i..-:: H. reigi y G. rviaxweil (comp.), "Scierttific Expla- r.atiori Space and Time", en Minnesota Studies in. the Philosophy. of Science, vol. zu. D,Iinneapalis 1962, p. 31.

    EPISTEMOLOGA Y METODOLOGLA. 21

    Brn detrimento de los nrnr ll pcnc por los rnaloc

    cada proposicin o establecido concepto fue esblecido y engendr otras proposiciones u

    otros conceptos, supone negarse a colaborar efectivamente con quienes estn inmersos en las peripecias inseguras del trabajo cientfico, desplazando as el desarrollo de la intriga entre basti-dores para llevar a escena slo los desenlaces. Totalmente ocupados en la bsqueda de una lgica ideal del descubrimiento, los meto-dlogos no pueden dirigirse en tealidad sino a un investigador definido abstractamente par su aptitud pera concretar astas normes de perfeccin, es decir a un investigador impecable, lo que equi-vale a decir imposible o estril. La obediencia incendicional a un organon de reglas lgicas tiende a producir un efecto de "clausura prematura", al hacer desaparecer, como lo dira Freud, "la elasti-cidad en las definiciones", o como lo afirma Carl Hempel, "la disponibilidad semntica de los conceptos" que constituye una de las condiriones del descubrimiento, por lo menos en ciertas etapas de la historia de una ciencia o del desarrollo de una investigacin.

    No se trata aqu de negar que la formalizacin lgica enca-rada como medio para poner a prueba la lgica en acto de la investigacin v la coherennia de sus resultados

    constituye uno de los instrumentos ms eficaces del control e,pistemolico ; pero esta imPiementacion legtima de los instrumentos lgicos opera demasiado a menudo como garanta de la enfermiza predileccin por ejercicios metodolgicos cuyo nico fin discernible es posibi-litar la exhibicin de un arsenal de medios disponibles. Frente a algunas investigaciones concebidas en funcin de las necesidades d la causa lgica o metodolgica, no puede sino evocarse, con Abraham Kaplan, la conducta de un borracho que, habiendo perdi-do la llave de su casa, la busca sin embargo con obstinacin, bajo la luz de un farol, ya que alega que all se ve mejor [A. Kaplan, texto ri9

    3] El rigorismo tecnolgico nue descansa sobre la fe en un rigor

    definido de una vez para siempre y para todas las situaciones, es decir una representacin fijist t de la verdad o del error como tras-gresin a normas incondicion les, se opone diametralmente a la bsqueda de rigores especfic s, desde una teora de la verdad cmo teora del error rectific. do. "El conocer agrega Gaston Bachelard debe evolucionar junto con lo conocido." Lo que equivale a afirdnar '4e es intil buscar una lgica anterior y exte-rior. a la histeria de la ciencia que se est haciendo. Para captar los procedimientos de la investigacin es necesario analizar cmo

  • EL OFICIO DE SOCILOGO

    opera e lugar de -encerrarla en la observancia de un declogo de DrocedimientoS nue quiz no deban parecer adelantados respecto le la prctica real sino por el hecho de que son definidos por ade-lantado." "Desde la fascinacin por el hecho de que en matemtica evitar el error es cuestin de tcnica, se pretende definir la verdad como el producto de una actividad intelectual que responde a ciertas normas; se pretende considerar -

    los datos experimentales como se consideran los axiomas de la geometra; se confa deter-minar reglas de pensamiento que desempearan la funcin que la lgica desempea en matemtica. Se quiere, a partir de una experiencia limitada, construir la teora de una vez por todas. El clculo infinitesimal elabor sus fundamentos paso a paso, la nocin de nmero slo alcanz claridad despus de 2 500 arios. Los procedimientos que instauran el rigor se originan como respuestas a preguntas que -

    no pueden formularse a priori, y que slo el desarrollo de la ciencia hace surgir. La ingenuidad se pierde lenta-mente. Esto, verdadero en matemtica, lo es a fortiori para las ciencias de observacin, adonde cada teora refutada impone nue-vas exigencias de rigor. Es pues intil pretender plantear a priori las condiciones de un pensamiento autnticamente cientfico.', 14,

    Ms profundamente, la exhortacin insistente por una per-feccin metodoigica corre erriesgo de provocar un desplazamiento de la vigilancia epistemolgica ; en lugar de preguntarse, por ejemplo, sobre el objeto de lannedicin, sobre

    -el -grado d Precrsin deseable y legtimo segn las condiciones particulares de la misma, o determinar, ms simplemente, si los instrumentos miden lo que se desea medir, es posible, arrastrados por el deseo de acuar en tareas realizables la idea pura del rigor metodolgico, perseguir, en una obsesin por el decimal, el ideal contradictorio de una pre-cisin definible intrnsecamente, olvidando que, tal como lo recuerda A. D. Richtie, "realizar una medicin ms precisa que lo necesario no as menos absurdo que haceI una medicin insuficien-

    13 Los autores de un largo estudio dedicado Vas funtiones del mtodo

    estadstico en sociologa admiten in fine que "sus indicaciones en lo que con-cierne a las posibilidades de aplicar la estadstica terica a la investigacin emprica. caracterizan slo el estado actual de la discusin metodolgica, quedando la prctica en un segundo plano" (E. K. Scheuch y D. Rsch-rneyer. "Soziologie und Statistik, Uber den Einfluss der modernen Wissen-schaftslehre auf ihr gegenseitiges Verhlmis", en Kbiner Zeitschrif t fur Sziologie und Sozial-Psychologie