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L as reflexiones de este año nos han permitido iniciar el análisis y la búsqueda del significado y el contenido que encontramos en la Presencia de Dios. Ya sabemos que este es el año de “la Presencia de Dios.” Por otro lado, hemos comprendido que ante esa experiencia que Rudolph Otto llamó “numinosa,” estar ante ese ser sagrado supremo a quien todas las religiones tienden a intentar conocer, ese que generó el primer sentimiento religioso por medio de experiencias religiosas, lo único que podemos hacer es adorar. Esa adoración, la que es verdadera, la que es en Cristo Jesús, esa adoración cuesta, posee un costo personal y emocional invaluable, implica humillación, nos obliga a hacer todo lo que podemos, requiere compromiso, nos acerca a Dios y nos separa del mundo. Al mismo tiempo, la verdadera adoración no teme los padecimientos que podemos sufrir por Cristo y cambia la atmósfera del lugar en el que se adora. P or otro lado, siguiendo las instrucciones que extraemos del Salmo 16 y verso 11, hemos encontrado que estar ante la Presencia de Dios nos permite recibir tres cosas. En primer lugar obtenemos el “ôrach” (H734) de la vida. Esto es, la ruta, la manera de caminar, la caravana en la que debemos andar, el rango de la ruta y hasta la velocidad de traslación. Nunca olvidemos que la Biblia dice en Isaías 26 que ese camino es de rectitud y que Dios lo pesa. Dice además que es el camino de los juicios de Dios y el camino en el que debemos esperar en el Señor (Isa 26:7- 8). En segundo lugar, recibimos gozo y alegría, el “simchâh” (H8057) de Dios, concepto del que esbozamos 22 aplicaciones bíblicas gloriosas. En tercer lugar, encontramos delicias, el “nâ’îym” (H5273) que está a la diestra de Dios. A unque no hemos tenido la oportunidad de presentar y analizar esta última herramienta en nuestras reflexiones y sermones dominicales, sí hemos comunicado por escrito algunos detalles acerca de esas delicias. Una de las más significativas es que el “nâ’îym” que encontramos en la diestra de Dios transforma nuestro hablar hasta convertirnos en cantores “nâ’îym” del pueblo (2 Sam 23:1). Por otro lado, eso que está a la diestra de Dios transforma el uso que le damos a los instrumentos que usamos para adorar y los convierte en instrumentos “nâ’îym” (Sal 81:2). Al mismo tiempo, ese “nâ’îym” transforma el ambiente en el que adoramos y nos permite experimentar que cualquier reunión en la que dos o más estemos juntos para adorar a Dios se convierte en una reunión deliciosa. P or esto por mucho más hemos aconsejado que ese pasaje, el Salmo 16, se convierta en un mapa, como ruta para todo este año que apenas comienza. Veamos algunas aplicaciones prácticas para todo lo antes expuesto. El sermón de fin de año fue titulado “Piezas fundamentales de un año de bendiciones y victorias.” Para la preparación del mismo se usó como base un bosquejo de Rick Warren titulado “The seven foundations of Jesus’ leadership.” Esas 7 piezas fundamentales fueron definidas de la siguiente manera: 1. Identidad: saber quién soy 2. Clarificación de metas: conocer lo que quiero conseguir 3. Motivación: conocer a quién quiero complacer 4. Colaboración: aprender a trabajar en equipo 5. Concentración: enfocar lo que es realmente importante Dirección: Salida #38, Ave. Trío Vegabageño, Calle Betánces #11 19 de enero de 2014 • Año 2014 • Volumen IX • No. 414 BOLETIN OFICIAL DE AMEC • CASA DE ALABANZA

BOLETIN OFICIAL DE AMEC • CASA DE ALABANZA · BOLETIN OFICIAL DE AMEC • CASA DE ALABANZA. ... plan de trabajo para la vida (Sal 16:11), la senda de la vida). Jesús ... El Ministerio

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Las reflexiones de este año nos han permitido iniciar el análisis y la búsqueda del significado y el contenido que encontramos

en la Presencia de Dios. Ya sabemos que este es el año de “la Presencia de Dios.” Por otro lado, hemos comprendido que ante esa experiencia que Rudolph Otto llamó “numinosa,” estar ante ese ser sagrado supremo a quien todas las religiones tienden a intentar conocer, ese que generó el primer sentimiento religioso por medio de experiencias religiosas, lo único que podemos hacer es adorar. Esa adoración, la que es verdadera, la que es en Cristo Jesús, esa adoración cuesta, posee un costo personal y emocional invaluable, implica humillación, nos obliga a hacer todo lo que podemos, requiere compromiso, nos acerca a Dios y nos separa del mundo.Al mismo tiempo, la verdadera adoración no teme los padecimientos que podemos sufrir por Cristo y cambia la atmósfera del lugar en el que se adora.

Por otro lado, siguiendo las instrucciones que extraemos del Salmo 16 y verso 11, hemos encontrado que estar ante la Presencia de Dios nos permite recibir tres cosas. En primer lugar

obtenemos el “ôrach” (H734) de la vida. Esto es, la ruta, la manera de caminar, la caravana en la que debemos andar, el rango de la ruta y hasta la velocidad de traslación. Nunca olvidemos que la Biblia dice en Isaías 26 que ese camino es de rectitud y que Dios lo pesa. Dice además que es el camino de los juicios de Dios y el camino en el que debemos esperar en el Señor (Isa 26:7-8). En segundo lugar, recibimos gozo y alegría, el “simchâh” (H8057) de Dios, concepto del que esbozamos 22 aplicaciones bíblicas gloriosas. En tercer lugar, encontramos delicias, el “nâ’îym” (H5273) que está a la diestra de Dios.

Aunque no hemos tenido la oportunidad de presentar y analizar esta última herramienta en nuestras reflexiones y sermones dominicales, sí hemos comunicado por escrito algunos detalles

acerca de esas delicias. Una de las más significativas es que el “nâ’îym” que encontramos en la diestra de Dios transforma nuestro hablar hasta convertirnos en cantores “nâ’îym” del pueblo (2 Sam 23:1). Por otro lado, eso que está a la diestra de Dios transforma el uso que le damos a los instrumentos que usamos para adorar y los convierte en instrumentos “nâ’îym” (Sal 81:2). Al mismo tiempo, ese “nâ’îym” transforma el ambiente en el que adoramos y nos permite experimentar que cualquier reunión en la que dos o más estemos juntos para adorar a Dios se convierte en una reunión deliciosa.

Por esto por mucho más hemos aconsejado que ese pasaje, el Salmo 16, se convierta en un mapa, como ruta para todo este año que apenas comienza. Veamos algunas aplicaciones prácticas

para todo lo antes expuesto. El sermón de fin de año fue titulado “Piezas fundamentales de un año de bendiciones y victorias.” Para la preparación del mismo se usó como base un bosquejo de Rick Warren titulado “The seven foundations of Jesus’ leadership.”

Esas 7 piezas fundamentales fueron definidas de la siguiente manera:1. Identidad: saber quién soy 2. Clarificación de metas: conocer lo que quiero conseguir3. Motivación: conocer a quién quiero complacer 4. Colaboración: aprender a trabajar en equipo5. Concentración: enfocar lo que es realmente importante

Dirección: Salida #38,Ave. Trío Vegabageño,

Calle Betánces #11

19 de enero de 2014 • Año 2014 • Volumen IX • No. 414BOLETIN OFICIAL DE AMEC • CASA DE ALABANZA

Esas 7 piezas fundamentales fueron definidas de la siguiente manera: (Continuación)

6. Meditación: aprender a escuchar a Dios7. Relajación: tomar tiempo para recargar “la batería” y descansar

Cuando este bosquejo es ampliado mediante la aplicación de las destrezas aprendidas hasta aquí, sin duda alguna obtenemos el mejor seguro de vida que existe para garantizar que este año será uno lleno de bendiciones y de victorias.

Analicemos algunos de los resultados de esas aplicaciones;

1. Identidad: saber quién soy Somos adoradores en Cristo Jesús. La experiencia “numinosa” nos conduce a responder a la Presencia

de Dios a través de Cristo nuestro Salvador. Nuestra identidad cambió en la Cruz del Calvario. Conociendo a Cristo Jesús y estando en Él, descubrimos que nacimos para adorar a Dios en Cristo Jesús.

2. Clarificación de metas: conocer lo que quiero conseguir Hay al menos 4 cosas que anhelamos conseguir. En primer lugar estar con el Señor para siempre (1 Tes 4:17). En segundo lugar, anhelamos un mapa, plan de trabajo para la vida (Sal 16:11), la senda de la vida). Jesús es esa senda, es ese camino. En tercer lugar, queremos el gozo de Dios como herramienta para el camino. En cuarto lugar, queremos las delicias que se encuentran a la diestra de Dios.

3. Motivación: conocer a quién quiero complacer No hay motivación más excelsa que saber que vivimos para el Señor. La vida es Cristo y el morir es ganancia (Fil 1:21).

4. Colaboración: aprender a trabajar en equipo La Presencia de Dios nos permite conocer el “ôrach” (H734) de la vida. Esto es, la ruta, la manera de caminar. Pero es al mismo tiempo la caravana en la que debemos andar. En otras palabras, se nos revela la compañía con la que debemos estar; la compañía de los lavados por la sangre de Cristo. La Biblia dice que esa compañía posee varios componentes esenciales. En primer lugar, la compañía de muchos millares de ángeles. En segundo lugar, la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos. En tercer lugar, Dios el Juez de todos. En cuarto lugar a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a su sangre rociada que habla mejor que la de Abel (Heb 12:22-24). Es aquí que desarrollamos el mejor trabajo en equipo. Con personas diferentes a nosotros, pero que persiguen la misma meta.

5. Concentración: enfocar lo que es realmente importante Lo más importante es hacer la voluntad de Dios. La Biblia dice que todo lo que hacemos lo hagamos de corazón y como que es para el Señor (Col 4:23). La Presencia constante de Dios nos capacita y nos facilita este proceso:“….puestos

los ojos en Jesús, el autor (no hay otro) y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” (Heb 12:2)

6. Meditación: aprender a escuchar a Dios La adoración a Dios en Cristo, la humillación, el compromiso y el anhelo de Dios que ella satisface nos hace sensibles a la voz del Eterno. La Biblia dice en el Salmo 85 que al acercarnos a esa Presencia escuchamos lo que habla Dios; paz al pueblo para que no nos volvamos a las locuras del mundo. Allí encontramos que la salvación siempre ha estado cercana a aquellos que le buscan con temor reverente. Él añade que esto hace que la tierra se llene de la gloria del Eterno, que la misericordia se encuentre con la verdad y que la justicia y la paz se besen (Sal 85:8-11). La invitación es a meditar acerca de nuestros caminos (Hag 1:5,7) y hacerlo en nuestros corazones (Hag 2:15, 18) no es una simple instrucción profética del pasado. Al final veremos que el camino que seguimos son los pasos de Dios (Sal 85: 13b). La meditación es un ejercicio espiritual. Ese “śîyach” (H7878), concepto hebreo que se traduce como “meditar,” es la acción y el proceso de ponderar, de conversar con Dios y con uno mismo, declarar, dar paso a la reflexión acerca de lo escuchado y de lo que hemos respondido, en oración, en silencio o en voz audible. ¡Qué mejor lugar para hacerlo que ante la Presencia de Dios! La Biblia dice que hay que hacerlo de una manera que sea grata al Señor (Sal 19:14). Cuando no seguimos esa instrucción, ella puede desatar fuego en nuestro interior (Sal 39:3). Esa meditación debe ser dulce (Sal 104:34), y es así porque es el resultado de haber considerado

y estudiado considerado lo que dice la Palabra Santa (Sal. 119:97, 99).

7. Relajación: tomar tiempo para recargar “la batería” y descansar La Biblia dice en el Sal 23:2 que Dios nos hace descansar. O sea, que es algo que hay que aprender y a veces nos tienen que obligar a hacerlo. Dios lo hace en lugares delicados, sin dejar de pastorearnos. La Biblia dice en el Sal 94:12-15 que cuando Dios nos lleva a su disciplina, lo hace para hacernos capaces de descansar en los días de aflicción, estar convencidos de que el Señor no abandona a su pueblo, ni desamparará su heredad; que el juicio será vuelto a la justicia, y en pos de ella irán todos los rectos de corazón. La Biblia dice todos aquellos que se sienten cargados y cansados, lo que tienen que hacer es ir al Señor y Él nos hará descansar (Mt 11:28).

Sin duda alguna hay que reiterar que este es el mejor seguro de vida que existe para garantizar que este año

será uno lleno de bendiciones y de victorias. Estúdialo, medita en ello, aplícalo, compártelo, ora y busca dirección divina sobre esto. Este es el año de la Presencia de Dios y hay al menos 7 piezas fundamentales para garantizar que será uno de bendición.

Por último, Rick Warren usó este bosquejo para definir la vida de Jesucristo como líder. O sea, que siguiendo el

mismo estaremos procurando parecernos a Él.

A partir del 19 de Febrero y hasta el 16 de abril de 2014 se estará ofreciendo el nuevo curso de

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Mamita, Ramses, Bibí, Ileana, Leah y Amaury.

Muchas bendiciones a Ernesto Vélez Ortiz por su cumpleaños el 19 de enero, de parte de tu esposa que lo

ama Beatriz, hijos y padres.

A mi amada esposa Mayra por su cumpleaños el 16 de enero, eres una obra hermosa de Dios, te creó para darte una vida abundante y con propósito, muchas felicidades

de parte tu esposo siervo inútil y de tu hijo Anthony.

Muchas felicidades a Javier Solís por su cumpleaños el 12 de enero.

El Ministerio de Mujeres de Fe felicita a su líder Chelo Morales por su cumpleaños el 21 de enero.

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