LA SANT A BIBLIA ANTIGUO Y NUEVO TEST AMENTO AN TI GU A VE RSION DE CI PR IA NO DE V AL ER A (1 60 2) CO TE JA DA PO ST ERIO RM EN TE CO N LOS TE XT OS PR ESER V ADOS PO R EL ES PI RI TU SA NT O. EL ANTI GU O TE ST AM EN T O HE BR EO DE JA COB b en C H A J IM ben IS A AC IBN ADO N IJ A H Y CO N DIVERSAS ANT IG UAS TR AD UCC IO NE S HE BR AI CA S. EL NU EV O TE ST AM EN TO TEXTUS R E C E P T U SK OINE GRIEGO Y CON DIVERS A S AN TI GUAS TRADUCC IO NE S CA STE LL AN AS. Pu blica da po r La I g l esia Bautis t a Bib l ic a d e la G raci a Ap ar tad o 20 9 Sa nt a Ca ta ri na , N. L. Méx ico 66350
ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO
ANTIGUA VERSION DE CIPRIANO DE VALERA (1602) COTEJADA
POSTERIORMENTE CON LOS
TEXTOS PRESERVADOS POR EL ESPIRITU SANTO. ELANTIGUO TESTAMENTO
HEBREO DE JACOB ben CHAJIM ben ISAAC IBN ADONIJAH Y CON
DIVERSAS ANTIGUAS TRADUCCIONES HEBRAICAS. EL NUEVO TESTAMENTO
TEXTUS RECEPTUS KOINE GRIEGO Y CON DIVERSAS
ANTIGUAS TRADUCCIONES CASTELLANAS.
Publicada por La Iglesia Bautista Biblica de la Gracia
Apartado 209 Santa Catarina, N.L.
México 66350
Génesis Gn 50 3 Éxodo Ex 40 84 Levítico Lv 27 152 Números Nm
36 202 Deuteronomio Dt 34 272 Josué Jos 24 330 Jueces Jue 21 371
Ruth Rt 4 412 1 Samuel 1 S 31 418 2 Samuel 2 S 24 471 1 Reyes 1 R
22 515 2 Reyes 2 R 25 567 1 Crónicas 1 C 29 616 2 Crónicas 2 C 36
663 Esdras Esd 10 720 Nehemías Neh 13 737 Esther Est 10 761
Job Job 42 774 Salmos Sal 150 816 Proverbios Pr 31 919
Ecclesiastés Ec 12 955 Cantares Cnt 8 968 Isaías Is 66 975 Jeremías
Jer 52 1053 Lamentaciones Lm 5 1142 Ezequiel Ez 48 1150 Daniel Dan
12 1230 Oseas Os 14 1255 Joel Jl 3 1266 Amós Am 9 1271 Abdías Abd 1
1280 Jonás Jon 4 1282 Miqueas Mi 7 1285 Nahun Nah 3 1292
Habacuc Hab 3 1295 Sofonías Sof 3 1299 Haggeo Hag 2 1303 Zacarías
Zac 14 1306 Malaquías Mal 4 1320
Mateo Mt 28 3 Marcos Mr 16 56 Lucas Lc 24 90 Juan Jn 21 147 Actos
Ac 28 190 Romanos Rom 16 246 1 Corintios 1 Cor 16 269 2 Corintios 2
Cor 13 292 Gálatas Ga 6 307 Efesios Ef 6 315 Filipenses Fil 4 323
Colosences Col 4 329 1 Tesalonicenses 1Ts 5 335 2 Tesalonicenses 2
Ts 3 340
1 Timoteo 1 Tim 6 343 2 Timoteo 2 Tim 4 349 Tito Tit 3 354 Filemón
Flm 1 357 Hebreos Heb 13 359 Jacobo Jac 5 376 1 Pedro 1 P 5 382 2
Pedro 2 P 3 389 1 Juan 1 Jn 5 393 2 Juan 2 Jn 1 499 3 Juan 3 Jn 1
400 Judas Jud 1 401 Revelación Rev 22 403
TABLA DE LOS LIBROS DEL ANTIGUO Y DEL NUEVO TESTAMENTO
CON LAS ABREVIATURAS DE SUS TÍTULOS
Y EL NÚMERO DE LOS CAPÍTULOS DE CADA UNO
LIBROS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
LIBROS DEL NUEVO TESTAMENTO
CAPÍTULO 1
E N el principio creó Dios los cielos y la tierra.
2 Y la tierra estaba sin forma y vacía, y las tinieblas
estaban sobre la haz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía
sobre la haz de las aguas. 3 Y dijo Dios: Sea la luz: y fué la luz.
4 Y vió Dios que la luz era
buena: y apartó Dios la luz de las tinieblas. 5 Y llamó Dios
a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche: y fué la tarde y la
mañana el día pri- mero. 6 Y dijo Dios: Haya firmamento en medio de
las aguas, y separe las aguas de las aguas. 7 E hizo Dios el
firmamento, y apartó las aguas que estaban debajo del
firmamento de las aguas que estaban sobre el fir-
mamento: y fué así. 8 Y llamó Dios al firmamento Cielos: y fué la
tarde y la maña- na el día segundo. 9 Y dijo Dios: Júntense las
aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y
descúbrase la seca: y fué así.
10 Y llamó Dios a la seca Tierra, y a la reunión de las aguas llamó
Mares: y vió Dios que era
bueno. 11 Y dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde,
hierba que dé simiente; árbol de fruto que dé fruto según su
género, que su simiente esté en él, sobre la tie- rra: y fué así.
12 Y produjo la tierra hierba verde, hierba que da simiente según
su género, y árbol que da fruto, cuya simiente está en
él, según su género: y vió Dios que era bueno. 13 Y fué la
tarde y la mañana el día tercero. 14 Y dijo Dios: Sean lumbreras en
el firmamento de los cielos
para apartar el día y la noche: y sean por señales, y para
las esta- ciones, y para días y años; 15 Y sean por lumbreras en el
fir- mamento de los cielos para alum-
brar sobre la tierra: y fue así. 16 E hizo Dios las dos
grandes lumbreras; la lumbrera mayor
mento de los cielos, para alum- brar sobre la tierra, 18 Y
para señorear en el día y en la noche, y para apartar la luz y las
tinieblas: y vió Dios que era
bueno. 19 Y fué la tarde y la mañana el día cuarto. 20 Y dijo
Dios: Produzcan las aguas reptil de ánima viviente, y aves que
vuelen sobre la tierra, en el abierto firmamento de los cielos. 21
Y creó Dios las grandes balle- nas, y toda cosa viva que anda
arrastrando, que las aguas produ-
jeron según su género, y toda ave alada según su género: y
vió Dios que era bueno. 22 Y Dios los bendijo diciendo: Fructificad
y multiplicad, y hen- chid las aguas en los mares, y las aves se
multipliquen en la tierra. 23 Y fué la tarde y la mañana el día
quinto. 24 Y dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su
género,
bestias y serpientes y animales de la tierra según su género:
y fué así. 25 E hizo Dios animales de la tierra según su género, y
ganado según su género, y todo animal que anda arrastrando sobre la
tie- rra según su género: y vió Dios que era bueno. 26 Y
dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, con- forme a nuestra
semejanza; y señoree en los peces de la mar, y en las aves de los
cielos, y en las
bestias, y en toda la tierra, y en todo animal que anda
arrastrando sobre la tierra. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen,
a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo
Dios; y díjoles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid la
tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces de la mar, y en las
aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la
tierra. 29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda hierba que da
simiente, que está sobre la haz de toda la tierra; y todo árbol en
que hay fruto de árbol que da simien- te, seros ha para comer. 30 Y
a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a
todo lo que se mueve sobre la tie- rra, en que hay vida,
toda hierba verde les será para comer: y fué así. 31 Y
vió Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno
en gran manera. Y fué la tarde y la mañana el día sexto.
CAPÍTULO 2
YFUERON acabados los cie- los y la tierra, y todo el ejér-
cito de ellos. 2 Y acabó Dios en el día séptimo su obra que hizo, y
reposó el día séptimo de toda su obra que había hecho. 3 Y bendijo
Dios al día séptimo, y santificólo, porque en él reposó de toda su
obra que había Dios
4
creado y hecho. 4 Estos son los orígenes de los cielos
y de la tierra cuando fue- ron creados, en el día que el SEÑOR Dios
hizo la tierra y los cielos, 5 Y toda planta del campo antes que
fuese en la tierra, y toda hier-
ba del campo antes que naciese: porque aun no había el
SEÑOR Dios hecho llover sobre la tierra,
ni había hombre para que labra- se la tierra; 6 Mas subía
de la tierra un vapor, que regaba toda la faz de la tierra. 7
Formó, pues, el SEÑOR Dios al hombre del polvo de la tierra, y
alentó en su nariz soplo de vida; y fué el hombre en alma viviente.
8 Y había el SEÑOR Dios plan- tado un huerto en Edén al orien- te,
y puso allí al hombre que había formado. 9 Y había el SEÑOR Dios
hecho nacer de la tierra todo árbol deli- cioso a la vista, y bueno
para comer: también el árbol de vida en medio del huerto, y el
árbol del conocimiento del bien y del mal. 10 Y salía de Edén un
río para regar el huerto, y de allí se repar- tía en cuatro
ramales. 11 El nombre del uno era Pisón:
éste es el que cerca toda la tierra de Havilah,
donde hay oro: 12 Y el oro de aquella tierra
es
bueno: hay allí también bdelio y piedra
cornerina. 13 El nombre del segundo río es
Gihón: éste es el que rodea toda la tierra de Etiopía. 14
Y el nombre del tercer río es Hiddekel: éste es el que va
delan- te de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates. 15 Tomó, pues,
el SEÑOR Dios al hombre, y le puso en el huerto de Edén, para que
lo labrara y lo guardase. 16 Y mandó el SEÑOR Dios al hombre,
diciendo: De todo árbol del huerto podrás libremente comer; 17 Mas
del árbol del conoci- miento del bien y del mal no comerás de él;
porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. 18 Y dijo el
SEÑOR Dios: No es
bueno que el hombre esté solo; haréle ayuda idónea para él.
19 Formó, pues, el SEÑOR Dios de la tierra toda bestia del campo, y
toda ave de los cielos, y trájo- las a Adam, para que viese cómo
les había de llamar; y todo lo que Adam llamó a los animales
vivientes, ese es su nombre. 20 Y puso Adam nombres a toda
bestia y ave de los cielos y a todo animal del campo: mas
para Adam no halló ayuda que estu- viese idónea para él.
21 Y el SEÑOR Dios hizo caer sueño sobre Adam, y se quedó
dormido: entonces tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su
lugar; 22 Y de la costilla que el SEÑOR Dios tomó del hombre,
hizo una
5
mujer, y trájola al hombre. 23 Y dijo Adam: Esto es ahora hueso de
mis huesos, y carne de mi carne: ésta será llamada Varona, porque
del varón fué tomada. 24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a
su madre, y allegar- se ha a su mujer, y serán una sola carne. 25 Y
estaban ambos desnudos, Adam y su mujer, y no se aver-
gonzaban.
CAPÍTULO 3
EMPERO la serpiente era astuta, más que todos los
animales del campo que el SEÑOR Dios había hecho; la cual dijo a la
mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del
huerto? 2 Y la mujer respondió a la ser-
piente: Del fruto de los árboles del huerto podemos
comer 3 Mas del fruto del árbol que está en medio del huerto
dijo Dios:
No comeréis de él, ni le tocaréis, porque no muráis. 4
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5 Mas sabe Dios
que el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y
seréis como dio- ses sabiendo el bien y el mal. 6 Y vió la mujer
que el árbol era
bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol
codiciable para alcanzar la sabi- duría; y tomó de su fruto, y
comió; y dió también a su mari-
do, el cual comió así como ella. 7 Y fueron abiertos los ojos de
entrambos, y conocieron que estaban desnudos: entonces cosieron
hojas de higuera, y se hicieron delantales. 8 Y oyeron la voz del
SEÑOR Dios que se paseaba en el huerto al aire del día: y
escondióse el hombre y su mujer de la presen- cia del SEÑOR Dios
entre los árboles del huerto. 9 Y llamó el SEÑOR Dios al hombre, y
le dijo: ¿Dónde estás tú? 10 Y él respondió: Oí tu voz en el
huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y escondíme. 11 Y
díjole: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol
de que yo te mandé no comieses? 12 Y el hombre respondió: La mujer
que me diste por compa- ñera me dió del árbol, y yo comí. 13
Entonces el SEÑOR Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y
dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. 14 Y el SEÑOR Dios
dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre
todas las bes- tias y entre todos los animales del campo; sobre tu
pecho anda- rás, y polvo comerás todos los días de tu vida: 15 Y
enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la
simiente suya; Él te herirá en la cabeza, y tú le
herirás en el cal- cañar.
6
16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera tus dolores y
tus
preñeces; con dolor parirás los hijos; y a tu marido
será tu deseo, y él se enseñoreará de ti. 17 Y al hombre
dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del
árbol de que te mandé diciendo, no comerás de él; maldita será la
tierra por amor de ti; con dolor comerás de ella
todos los días de tu vida; 18 Espinos y cardos te producirá, y
comerás hierba del campo; 19 En el sudor de tu rostro come- rás el
pan hasta que vuelvas a la tierra; porque de ella fuiste toma- do:
pues polvo eres, y al polvo serás tornado. 20 Y llamó el
hombre el nombre de su mujer, Eva; por cuanto ella era madre de
todos lo vivientes. 21 Y el SEÑOR Dios hizo al hombre y a su mujer
túnicas de
pieles, y vistiólos. 22 Y dijo el SEÑOR Dios: He aquí el
hombre es como uno de
Nos sabiendo el bien y el mal: ahora, pues, porque no alargue
su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para
siempre: 23 Y sacólo el SEÑOR Dios del huerto de Edén, para que
labrase la tierra de que fué tomado. 24 Echó, pues, fuera al
hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una
espada encendida que se revolvía a todos lados, para guardar el
camino del árbol de la vida.
CAPÍTULO 4
Y CONOCIÓ Adam a su mujer Eva, la cual concibió
y parió a Caín, y dijo: Adquirido he varón por el SEÑOR. 2 Y
después parió a su hermano Abel. Y fué Abel pastor de ove-
jas, y Caín fué labrador de la tie- rra. 3 Y aconteció
andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tie- rra una
ofrenda al SEÑOR. 4 YAbel trajo también de los pri- mogénitos de
sus ovejas, y de su grosura. Y miró el SEÑOR con agrado a Abel y a
su ofrenda; 5 Mas no miró propicio a Caín y a la ofrenda suya. Y
ensañóse Caín en gran manera, y decayó su semblante. 6 Entonces el
SEÑOR dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué se ha
inmutado tu ros- tro? 7 Si bien hicieres, ¿no serás ensalzado? y si
no hicieres bien, el pecado está acechando a la
11Ahora pues, maldito seas tú de la tierra que abrió su boca para
recibir la sangre de tu hermano de tu mano: 12 Cuando labrares la
tierra, no te volverá a dar su fuerza: erran- te y extranjero serás
en la tierra. 13 Y dijo Caín al SEÑOR: Grande es mi iniquidad para
ser
perdonada. 14 He aquí me echas hoy de la faz de la tierra, y
de tu presencia me esconderé; y seré errante y extranjero en la
tierra; y sucede- rá que cualquiera que me hallare, me matará. 15 Y
respondióle el SEÑOR: Cierto que cualquiera que matare a Caín,
siete veces será castiga- do. Entonces el SEÑOR puso señal en Caín,
para que no lo hiriese cualquiera que le hallara. 16 Y salió Caín
de delante del SEÑOR, y habitó en tierra de
Nod, al oriente de Edén. 17 Y conoció Caín a su mujer, la
cual concibió y parió a Henoch: y edificó una ciudad, y llamó el
nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Henoch. 18 Y a Henoch
nació Irad, e Irad engendró a Mehujael, y Mehujael engendró a
Methusael, y Methusael engendróa Lamech. 19 Y tomó para sí Lamech
dos mujeres; el nombre de la una fué Ada, y el nombre de la
otra Zilla. 20 Y Ada parió a Jabal, el cual fué padre de los que
habitan en tiendas, y crían ganados. 21 Y el nombre de su
hermano
fué Jubal, el cual fué padre de todos los que manejan
arpa y órgano. 22 Y Zilla también parió a Tubal- Caín, acicalador
de toda obra de
bronce y de hierro: y la hermana de
Tubal-Caín fué Naama. 23 Y dijo Lamech a sus mujeres: Ada
y Zilla, oid mi voz; mujeres de Lamech, escuchad mi dicho: que
varón mataré por mi herida, y mancebo por mi golpe: 24 Si siete
veces será vengado Caín, Lamech en verdad setenta veces
siete lo será. 25 Y conoció de nuevo Adam a su mujer, la cual
parió un hijo, y llamó su nombre Seth: Porque Dios (dijo ella) me
ha sustituído otra simiente en lugar de Abel, a quien mató Caín. 26
Y a Seth también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces
los hombres comenza- ron a llamarse del nombre del SEÑOR.
CAPÍTULO 5
ESTE es el libro de las generaciones de Adam. El
día en que creó Dios al hombre, a la semejanza de Dios lo hizo; 2
Varón y hembra los creó; y los
bendijo, y llamó el nombre de ellos Adam, el día en que
fueron creados. 3 Y vivió Adam ciento y treinta años, y engendró
un hijo a su semejanza, conforme a su ima- gen, y llamó
su nombre Seth. 4 Y fueron los días de Adam,
8
después que engendró a Seth, ochocientos años: y engendró hijos e
hijas. 5 Y fueron todos los días que vivió Adam novecientos y
trein- ta años, y murió. 6 Y vivió Seth ciento y cinco años, y
engendró a Enós. 7 Y vivió Seth, después que engendró a Enós,
ochocientos y siete años: y engendró hijos e hijas. 8 Y fueron
todos los días de Seth novecientos y doce años; y murió. 9 Y vivió
Enós noventa años, y engendró a Cainán. 10 Y vivió Enós después que
engendró a Cainán, ochocientos y quince años: y engendró hijos e
hijas. 11 Y fueron todos los días de Enós novecientos y cinco años;
y murió. 12 Y vivió Cainán setenta años, y engendró a Mahalaleel.
13 Y vivió Cainán, después que engendró a Mahalaleel, ocho- cientos
y cuarenta años: y engen- dró hijos e hijas. 14 Y fueron todos los
días de Cainán novecientos y diez años; y murió. 15 Y vivió
Mahalaleel sesenta y cinco años, y engendró a Jared. 16 Y vivió
Mahalaleel, después que engendró a Jared, ochocien- tos y treinta
años: y engendró hijos e hijas. 17 Y fueron todos los días de
Mahalaleel ochocientos noventa
y cinco años; y murió. 18 Y vivió Jared ciento sesenta y dos años,
y engendró a Henoch. 19 Y vivió Jared, después que engendró a
Henoch, ochocientos años: y engendró hijos e hijas. 20 Y fueron
todos los días de Jared novecientos sesenta y dos años; y murió. 21
Y vivió Henoch sesenta y cinco años, y engendróa Mathusalam. 22 Y
caminó Henoch con Dios, des-
pués que engendró a Mathusalam, trescientos años: y engendró
hijos e hijas. 23 Y fueron todos los días de Henoch trescientos
sesenta y cinco años. 24 Caminó, pues, Henoch con Dios, y
desapareció, porque le llevó Dios. 25 Y vivió Mathusalam ciento
ochenta y siete años, y engendró a Lamech. 26 Y vivió Mathusalam,
después que engendró a Lamech, sete- cientos ochenta y dos años: y
engendró hijos e hijas. 27 Fueron, pues, todos los días de
Mathusalam, novecientos sesenta y nueve años; y murió. 28Y vivió
Lamech ciento ochen- ta y dos años, y engendró un hijo: 29 Y llamó
su nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras, y del
tabajo de nuestras manos, a causa de la tie- rra que el SEÑOR
maldijo. 30 Y vivió Lamech, después que engendró a Noé, quinientos
noventa y cinco años: y engen-
9
dró hijos e hijas. 31 Y fueron todos los días de Lamech setecientos
setenta y siete años; y murió. 32 Y era Noé de edad quinientos
años; y engendró Noé a Sem, Châm, y a Japhet.
CAPÍTULO 6
Y ACAECIÓ que, cuando comenzaron los hombres a
multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 2
Viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran
hermosas, tomáronse mujeres, escogiendo entre todas. 3 Y dijo el
SEÑOR: No conten- derá mi espíritu con el hombre
para siempre, porque ciertamen- te él es carne: mas
serán sus días ciento y veinte años. 4 Había gigantes en la tierra
en aquellos días, y también después que entraron los hijos de Dios
a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos: éstos
fueron los valientes que desde la anti-
güedad fueron varones de nom-
bre. 5 Y vio el SEÑOR que era mucha la maldad de los hombres
en la tierra, y que toda imagina- ción de los pensamientos de su
corazón era solamente mala todos los días. 6 Y arrepintióse el
SEÑOR de haber hecho hombre en la tierra, y pesóle en su corazón. 7
Y dijo el SEÑOR: Raeré los hombres que he creado de sobre
la faz de la tierra, desde el hom- bre hasta la bestia, y
hasta el rep- til y las aves del cielo: porque me arrepiento de
haberlos hecho. 8 Empero Noé halló gracia en los ojos del SEÑOR. 9
Estas son las generaciones de
Noé: Noé, varón justo, perfecto fué en sus generaciones; con
Dios caminó Noé. 10 Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Châm, y a
Japhet. 11 Y corrompióse la tierra delan- te de Dios, y estaba la
tierra llena de violencia. 12 Y miró Dios la tierra, y he aquí que
estaba corrompida; por- que toda carne había corrompido su camino
sobre la tierra. 13 Y dijo Dios a Noé: El fin de toda carne ha
venido delante de mí; porque la tierra está llena de violencia a
causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. 14
Hazte un arca de madera de Gopher: harás aposentos en el arca, y la
embetunarás con brea
por dentro y por fuera. 15 Y de esta manera la harás: de
trescientos codos la longitud del arca, decincuentacodos suanchu-
ra, y de treinta codos su altura. 16 Una ventana harás al arca, y
la acabarás a un codo de elevación
por la parte de arriba: y pondrás la puerta del arca a su
lado; y le harás piso bajo, segundo y terce- ro. 17 Y yo,
he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra,
10
para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo
del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. 18 Mas
estableceré mi pacto contigo, y vendrás en el arca tú, y tus hijos
y tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo. 19 Y de todo lo que
vive, de toda carne, dos de cada género mete- rás en el arca, para
que tengan vida contigo; macho y hembra serán. 20 De las aves según
su género, y de las bestias según su género, de todo reptil de la
tierra según su género, dos de cada género entra- rán contigo para
que hayan vida. 21 Y toma contigo de toda vian- da que se come, y
allégala a ti; servirá de alimento para ti y para ellos. 22 E
hízolo así Noé; hizo confor- me a todo lo que Dios le mandó.
CAPÍTULO 7
Y el SEÑOR dijo a Noé: Ven tú y toda tu casa en el arca;
porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación.
2 De todo animal limpio te toma- rás de siete en siete, macho y su
hembra; mas de los animales que no son limpios, dos,
macho y su hembra. 3 También de las aves de los cie- los de siete
en siete, macho y hembra; para guardar en vida la casta sobre la
faz de toda la tie- rra. 4 Porque pasados aún siete
días,
yo haré llover sobre la tierra cua- renta días y cuarenta noches; y
raeré toda sustancia que hice de sobre la faz de la tierra. 5 E
hizo Noé conforme a todo lo que le mandó el SEÑOR. 6 Y siendo
Noé de seiscientos años, el diluvio de las aguas fué sobre la
tierra. 7 Y vino Noé, y sus hijos, y su mujer, y las mujeres de sus
hijos con él al arca, por las aguas del diluvio. 8 De los animales
limpios, y de los animales que no eran lim-
pios, y de las aves, y de todo lo que anda arrastrando sobre
la tie- rra, 9 De dos en dos entraron a Noé en el arca: macho y
hembra, como mandó Dios a Noé. 10 Y sucedió que al séptimo día las
aguas del diluvio fueron sobre la tierra. 11 El año seiscientos de
la vida de Noé, en el mes segundo, a die- cisiete días del mes,
aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las
cataratas de los cielos fueron abiertas; 12 Y hubo lluvia sobre la
tierra cuarenta días y cuarenta noches. 13 En este mismo día entró
Noé, y Sem, y Châm y Japhet, hijos de
Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos con él
en el arca; 14 Ellos, y todos los animales según sus géneros, y
todos los animales mansos según sus géneros, y todo reptil que
anda
11
arrastrando sobre la tierra según su género, y toda ave según su
género, todo pájaro alado. 15 Y vinieron a Noé al arca, de dos en
dos de toda carne en que había espíritu de vida. 16 Y los que
vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había
mandado Dios: y el SEÑOR le cerró la puerta. 17 Y fué el
diluvio cuarenta días sobre la tierra; y las aguas crecie- ron, y
alzaron el arca, y se elevó sobre la tierra. 18 Y prevalecieron las
aguas, y crecieron en gran manera sobre la tierra; y andaba el arca
sobre la faz de las aguas. 19 Y las aguas prevalecieron mucho en
extremo sobre la tie- rra; y todos los montes altos que había
debajo de todos los cielos, fueron cubiertos. 20 Quince codos en
alto prevale- cieron las aguas; y fueron cubier- tos los montes. 21
Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como
de ganados, y de bestias, y de todo reptil que anda arrastran- do
sobre la tierra, y todo hombre: 22 Todo lo que tenía aliento de
espíritu de vida en sus narices, de todo lo que había en la tierra,
murió. 23 Así fué destruída toda sustan- cia que vivía sobre la faz
de la tierra, desde el hombre hasta la
bestia, y los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos
de la tierra; y quedó solamente Noé, y
lo que con él estaba en el arca. 24Yprevalecieron las
aguas sobre la tierra ciento y cincuenta días.
CAPÍTULO 8
YACORDÓSE Dios de Noé, y de todos los animales, y de
todas las bestias que estaban con
élenelarca;ehizopasarDiosun viento sobre la tierra, y disminuyeron
las aguas. 2 Y se cerraron las fuentes del abismo, y las cataratas
de los cie- los; y la lluvia de los cielos fué detenida. 3 Y
tornáronse las aguas de sobre la tierra, yendo y volviendo: y
decrecieron las aguas al cabo de ciento y cincuenta días. 4 Y
reposó el arca en el mes sép- timo, a dicisiete días del mes, sobre
los montes de Armenia. 5 Y las aguas fueron decreciendo hasta el
mes décimo: en el déci- mo, al primero del mes, se des- cubrieron
las cimas de los mon- tes. 6 Y sucedió que, al cabo de cua- renta
días, abrió Noé la ventana del arca que había hecho, 7 Y envió al
cuervo, el cual salió,
y estuvo yendo y tornando hasta que las aguas se secaron
de sobre la tierra. 8 Envió también de sí a la palo- ma, para ver
si las aguas se habí- an retirado de sobre la faz de la tierra; 9 Y
no halló la paloma donde sentar la planta de su pie, y vol- vióse a
él al arca, porque las
12
aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra: entonces él
exten- dió su mano y cogiéndola, hízola entrar consigo en el arca.
10 Y esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera
del arca. 11 Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde: y he
aquí que traía una hoja de oliva tomada en su pico: y
entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra.
12 Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no
vol- vió ya más a él. 13 Y sucedió que en el año seis- cientos y
uno, en el mes primero, al primero del mes, las aguas se
enjugaron de sobre la tierra; y quitó Noé la cubierta del arca, y
miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba enjuta. 14 Y en el
mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra. 15
Y habló Dios a Noé diciendo: 16 Sal del arca tú, y tu mujer, y tus
hijos, y las mujeres de tus hijos contigo. 17 Todos los animales
que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de
todo reptil que anda arrastrando sobre la tierra, sacarás contigo;
y vayan por la tierra, y fructifiquen, y multiplí- quense sobre la
tierra. 18 Entonces salió Noé, y sus hijos, y su mujer, y las
mujeres de sus hijos con él. 19 Todos los animales, y todo
reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus
especies, salieron del arca. 20 Y edificó Noé un altar al SEÑOR, y
tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció
holocausto en el altar. 21 Y percibió el SEÑOR olor de suavidad; y
dijo el SEÑOR en su corazón: No tornaré más a mal- decir la tierra
por causa del hom-
bre; porque la imaginación del corazón del hombre es mala
desde su juventud: ni volveré más a herir todo viviente, como he
hecho. 22 Todavía serán todos los tiem-
pos de la tierra; la sementera y la siega, y el frío y calor,
verano e invierno, y día y noche, no cesa- rán.
CAPÍTULO 9
multiplicad, y henchidla tierra: 2 Y vuestro temor y vuestro
pavor será sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave
de los cielos, en todo lo que se moverá en la tierra, y en todos
los peces del mar: en vuestra mano son entregados. 3 Todo lo que se
mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y
hierbas, os lo he dado todo. 4 Empero carne con su vida, que
es su sangre, no comeréis. 5 Porque ciertamente demandaré la
sangre de vuestras vidas; de
13
mano de todo animal la deman- daré, y de mano del hombre; de mano
del varón su hermano demandaré la vida del hombre. 6 El que
derramare sangre del hombre, por el hombre su sangre será
derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre. 7 Mas
vosotros fructificad, y multiplicaos; procread abundan- temente en
la tierra, y multipli- caos en ella. 8 Y habló Dios a Noé y a sus
hijos con él, diciendo: 9 Yo, he aquí que yo establezco mi pacto
con vosotros, y con vuestra simiente después de vosotros; 10 Y con
toda alma viviente que está con vosotros, de aves, de
animales, y de toda bestia de la tierra que está con vosotros;
desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tie-
rra. 11 Estableceré mi pacto con vosotros, y no fenecerá ya más
toda carne con aguas de diluvio; ni habrá más diluvio para des-
truir la tierra. 12 Y dijo Dios: Esta será la señal del pacto
que yo establezco entre mí y vosotros y toda alma viviente que
está con vosotros,
por siglos perpetuos: 13 Mi arco pondré en las nubes, el cual
será por señal de conve- nio entre mí y la tierra. 14 Y acontecerá
que cuando haré venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces
mi arco en
las nubes. 15 Y acordarme he del pacto mío, que hay entre mí y
vosotros y toda alma viviente de toda carne; y no serán más las
aguas
por diluvio para destruir toda carne. 16 Y estará el arco en
las nubes, y verlo he para acordarme del
pacto perpetuo entre Dios y toda alma viviente, con toda
carne que hay sobre la tierra. 17 Dijo, pues, Dios a Noé:
Esta
será la señal del pacto que he establecido entre mí y
toda carne que está sobre la tierra. 18 Y los hijos de Noé que
salie- ron del arca fueron Sem, Châm y Japhet: y Châm
es el padre de Canaán. 19 Estos tres son
los hijos de
Noé; y de ellos fué llena toda la tierra. 20 Y comenzó Noé a
labrar la tierra, y plantó una viña: 21 Y bebió del vino, y se
embria- gó, y estaba descubierto en medio de su tienda. 22 Y Châm,
padre de Canaán, vió la desnudez de su padre, y díjolo a sus dos
hermanos a la
parte de afuera. 23 Entonces Sem y Japhet toma- ron la ropa,
y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia
atrás, cubrieron la desnu- dez de su padre, teniendo vueltos sus
rostros, y así no vieron la desnudez de su padre. 24 Y despertó Noé
de su vino, y supo lo que había hecho con él su
14
hijo el más joven; 25 Y dijo: Maldito sea Canaán; Siervo
de siervos será a sus her- manos. 26 Dijo más: Bendito el
SEÑOR el Dios de Sem, y séale Canaán siervo. 27 Engrandezca
Dios a Japhet, y habite en las tiendas de Sem, y séale Canaán
siervo. 28 Y vivió Noé después del dilu- vio trescientos y
cincuenta años. 29 Y fueron todos los días de
Noé novecientos y cincuenta años; y murió.
CAPÍTULO 10
ESTAS son las generaciones de los hijos de Noé:
Sem,
Châm y Japhet, a los cuales nacieron hijos después del diluvio. 2
Los hijos de Japhet: Gomer, y Magog, y Madai, y Javán, y Tubal, y
Meshech, y Tiras. 3Ylos hijos de Gomer:Ashkenaz, y Riphat, y
Togorma. 4 Y los hijos de Javán: Elisa, y Tarsis, Kittim, y
Dodanim. 5 Por éstos fueron repartidas las islas de las gentes en
sus tierras, cada cual según su lengua, confor- me a sus familias
en sus naciones. 6 Los hijos de Châm: Cush, y Mizraim, y Phut, y
Canaán. 7 Y los hijos de Cush: Seba, Havila, y Sabta, y Raama, y
Sabtecha. Y los hijos de Raama: Sheba y Dedán. 8 Y Cush engendró a
Nimrod: éste comenzó a ser poderoso en
la tierra. 9 Este fué vigoroso cazador delante del SEÑOR; por
lo cual se dice: Así como Nimrod, vigo- roso cazador delante del
SEÑOR. 10 Y fué la cabecera de su reino Babel, y Erech, y Accad, y
Calneh, en la tierra de Shinar. 11 De aquesta tierra salió Assur, y
edificó a Nínive, y a Rehoboth, y a Calah, 12 Y a Ressen entre
Nínive y Calah; la cual es ciudad grande. 13 Y Mizraim
engendró a Ludim, y a Anamim, y a Lehabim, y a
Naphtuhim, 14 Y a Pathrusim, y a Casluim, de donde salieron
los Filisteos, y a Caphtorim. 15Y Canaán engendró a Sidón, su
primogénito, y a Heth, 16 Y al Jebuseo, y al Amorrheo, y al
Gergeseo, 17 Y al Heveo, y al Araceo, y al Sineo, 18 Y al Aradio, y
al Samareo, y al Amatheo: y después se derrama- ron las familias de
los Cananeos. 19 Y fué el término de los Cananeos desde Sidón,
viniendo a Gerar hasta Gaza, hasta entrar en Sodoma y
Gomorra, Adma, y Zeboim hasta Lasa. 20 Estos son los
hijos de Châm
por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus
naciones. 21 También le nacieron hijos a Sem, padre de
todos los hijos de Heber, y hermano mayor de Japhet.
15
22 Y los hijos de Sem: Elam, y Assur, y Arphaxad, y Lud, y Aram. 23
Y los hijos deAram: Uz, y Hul, y Gether, y Mas. 24 YArphaxad
engendró a Sala, y Sala engendró a Heber. 25 Y a Heber nacieron dos
hijos: el nombre del uno fué Peleg, por- que en sus días fué
repartida la tie- rra; y el nombre de su hermano, Joctán. 26 Y
Joctán engendró a Almodad, y a Sheleph, y Hazarmaveth, y a Jera, 27
Y a Hadoram, y a Uzal, y a Dicla, 28 Y a Obal, y a Abimael, y a
Seba, 29 Y a Ophir, y a Havila, y a Jobad: todos estos
fueron hijos de Joctán. 30 Y fué su habitación desde Mesa
viniendo de Sephar, monte a la parte del oriente. 31
Estos fueron los hijos de Sem
por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus
naciones. 32 Estas son las familias de Noé
por sus descendencias, en sus naciones; y de éstos fueron
divi- didas las gentes en la tierra des-
pués del diluvio.
CAPÍTULO 11
ERA entonces toda la tierra de una lengua y unas mismas
palabras. 2 Y aconteció que, como se par- tieron de
oriente, hallaron una vega en la tierra de Shinar, y
asentaron allí. 3 Y dijeron los unos a los otros: Vaya, hagamos
ladrillo y cozá- moslo con fuego. Y fuéles el ladrillo en lugar de
piedra, y el
betún en lugar de mezcla. 4 Y dijeron: Vamos, edifiquémo- nos
una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y
hagá- monos un nombre, por si fuére- mos esparcidos sobre la faz de
toda la tierra. 5 Y descendió el SEÑOR para ver la ciudad y la
torre que edifi- caban los hijos de los hombres. 6 Y dijo el SEÑOR:
He aquí el
pueblo es uno, y todos éstos tie- nen un lenguaje: y han
comenza- do a obrar, y nada les retraerá ahora de lo que han
intentado hacer. 7 Ahora pues, descendamos, y confundamos allí sus
lenguas,
para que ninguno entienda el habla de su compañero. 8 Así los
esparció el SEÑOR desde allí sobre la faz de toda la tierra,
y dejaron de edificar la ciudad. 9 Por esto fué llamado el nombre
de ella Babel, porque allí confudió el SEÑOR el lenguaje de toda la
tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.
10 Estas son las generaciones de Sem: Sem, de edad de
cien años, engendró a Arphaxad, dos años después del diluvio. 11 Y
vivió Sem, después que engendró a Arphaxad quinientos años, y
engendró hijos e hijas.
16
12 Y Arphaxad vivió treinta y cinco años, y engendró a Sala. 13 Y
vivió Arphaxad, después que engendró a Sala, cuatrocien- tos y tres
años, y engendró hijos e hijas. 14 Y vivió Sala treinta años, y
engendró a Heber. 15 Y vivió Sala, después que engendró a Heber,
cuatrocientos y tres años, y engendró hijos e hijas. 16 Y vivió
Heber treinta y cuatro años, y engendró a Peleg. 17 Y vivió Heber,
después que engendró a Peleg, cuatrocientos y treinta años, y
engendró hijos e hijas. 18 Y vivió Peleg, treinta años, y engendró
a Reu. 19 Y vivió Peleg, después que engendró a Reu, doscientos y
nueve años, y engendró hijos e hijas. 20 Y Reu vivió treinta y dos
años, y engendró a Serug. 21 Y vivió Reu, después que engendró a
Serug, doscientos y siete años, y engendró hijos e hijas. 22 Y
vivió Serug treinta años, y engendró a Nachôr. 23 Y vivió Serug,
después que engendró a Nachôr, doscientos años, y engendró hijos e
hijas. 24 Y vivió Nachôr veintinueve años, y engendró a Thare. 25 Y
vivió Nachôr, después que engendró a Thare, ciento dieci- nueve
años, y engendró hijos e hijas.
26 Y vivió Thare setenta años, y engendró a Abram, y a Nachôr, y a
Harán. 27 Estas son las generaciones de Thare: Thare
engendró a Abram, y a Nachôr, y a Harán; y Harán engendró a Lot. 28
Y murió Harán antes que su
padre Thare en la tierra de su naturaleza, en Ur de los
Caldeos. 29 Y tomaron Abram y Nachôr
para sí mujeres: el nombre de la mujer de
Abram, fué Sarai, y el nombre de la mujer de Nachôr,
Milca, hija de Harán, padre de Milca y de Isca. 30 Mas Sarai fué
esteril, y no tenía hijo. 31 Y tomó Thare a Abram su hijo, y a
Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de
Abram su hijo: y salió con ellos de Ur de los Caldeos,
para ir a la tierra de Canaán: y vinieron hasta Harán, y
asenta- ron allí. 32 Y fueron los días de Thare doscientos y cinco
años; y murió Thare en Harán.
CAPÍTULO 12
EMPERO el SEÑOR había dicho a Abram: Vete de tu
tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que
te mostraré; 2 Y haré de ti una nación grande, y bendecirte he, y
engrandeceré tu nombre, y serás bendición: 3 Y bendeciré a los que
te bendi-
jeren, y a los que te maldijeren
17
maldeciré: y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
4 Y fuése Abram, como el SEÑOR le dijo; y fué con él Lot:
y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió
de Harán. 5 Y tomó Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su
herma- no, y toda su hacienda que habí- an ganado, y las almas que
habí- an adquirido en Harán, y salieron
para ir a tierra de Canaán; y a tie- rra de Canaán llegaron.
6 Y pasó Abram por aquella tie- rra hasta el lugar de Sichêm, hasta
la llanura de Moreh: y el Cananeo estaba entonces en la tierra. 7 Y
apareció el SEÑOR a Abram, y le dijo: A tu simiente daré esta
tierra. Y edificó allí un altar al SEÑOR, que le había aparecido. 8
Y pasóse de allí a un monte al oriente de Bethel, y tendió su
tienda, teniendo a Bethel al occi- dente y Hai al
oriente: y edificó allí altar al SEÑOR, e invocó el nombre del
SEÑOR. 9 Y movió Abram de allí , cami- nando y yendo
hacia el Mediodía. 10 Y hubo hambre en la tierra, y descendió Abram
a Egipto para
peregrinar allá; porque era gran- de el hambre en la tierra.
11 Y aconteció que cuando esta-
ba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí,
ahora conozco que eres mujer hermosa
de vista; 12 Y será que cuando te habrán visto los Egipcios, dirán:
Su mujer es: y me matarán a mí, y a ti te reservarán la
vida. 13 Ahora pues, di que eres mi hermana, para que
yo haya bien
por causa tuya, y viva mi alma por amor de ti. 14 Y
aconteció que, como entró Abram en Egipto, los Egipcios vieron la
mujer que era hermosa en gran manera. 15 Viéronla también los
prínci-
pes de Faraón, y se la alabaron; y fué llevada la mujer a
casa de Faraón: 16 E hizo bien a Abram por causa de ella; y
tuvo ovejas, y vacas, y asnos, y siervos, y cria- das, y asnas y
camellos. 17 Mas el SEÑOR hirió a Faraón y a su casa con grandes
plagas,
por causa de Sarai mujer de Abram. 18 Entonces Faraón llamó a
Abram, y le dijo: ¿Qué es esto que has hecho
conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer? 19 ¿Por
qué dijiste: Es mi her- mana? poniéndome en ocasión de
tomarla para mí por mujer? Ahora pues, he aquí tu mujer,
tómala y vete. 20 Entonces Faraón dió orden a
sus gentes acerca de Abram; y le acompañaron, y a su
mujer con todo lo que tenía.
18
SUBIÓ, pues, Abram de Egipto hacia el Mediodía, él,
y su mujer, con todo lo que tenía, y con él Lot. 2 Y Abram era
riquísimo en ganado, en plata y oro. 3 Y volvió por sus
jornadas de la
parte del Mediodía hacia Bethel, hasta el lugar donde
había estado antes su tienda entre Bethel y Hai; 4 Al lugar del
altar que había hecho allí antes: e invocó allí Abram el nombre del
SEÑOR. 5 Y asimismo Lot, que andaba conAbram, tenía ovejas, y
vacas, y tiendas. 6 Y la tierra no podía darles para que habitasen
juntos: porque su hacienda era mucha, y no podían morar en un mismo
lugar. 7 Y hubo contienda entre los pas- tores del ganado de Abram
y los
pastores del ganado de Lot: y el Cananeo y el Pherezeo
habitaban entonces en la tierra. 8 Entonces Abram dijo a Lot: No
haya ahora altercado entre mí y ti, entre mis pastores y los
tuyos,
porque somos hermanos. 9 ¿No está toda la tierra
delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres
a la mano izquierda, yo iré a la derecha: y si tú a la
derecha, yo iré a la izquierda. 10 Y alzó Lot sus ojos, y vió toda
la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, antes que des-
truyese el SEÑOR a Sodoma y a
Gomorra, como el huerto del SEÑOR, como la tierra de Egipto
entrando en Zoar. 11 Entonces Lot escogió para sí toda la llanura
del Jordán: y par- tióse Lot de Oriente, y apartáron- se el uno del
otro. 12 Abram asentó en la tierra de Canaán, y Lot asentó en las
ciu- dades de la llanura, y fué ponien- do sus tiendas hasta
Sodoma. 13 Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores para
con el SEÑOR en gran manera. 14 Y el SEÑOR dijo a Abram, después
que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar
donde estás hacia el Aquilón, y al Mediodía, y al Oriente y al
Occidente; 15 Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu
simiente para siempre. 16 Y haré tu simiente como el
polvo de la tierra: que si alguno podrá contar el polvo
de la tierra, también tu simiente será contada. 17 Levántate, ve
por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la tengo
de dar. 18 Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el
llano de Mamre, que es en Hebrón, y edi- ficó allí altar al
SEÑOR.
CAPÍTULO 14
Arioch,reydeElazar,Chêdorlaomer, rey de Elá, yTidal, rey de
naciones, 2 Que éstos hicieron guerra con-
19
tra Bera, rey de Sodoma, y con- tra Birsha, rey de Gomorra, y
contra Shinab, rey de Adma, y contra Shemeber, rey de Zeboim, y
contra el rey de Bela, la cual es Zoar. 3 Todos estos se juntaron
en el valle de Siddim, que es el mar salado. 4 Doce años
habían servido a Chêdorlaomer, y al décimotercio año se rebelaron.
5 Y en el año décimocuarto vino Chêdorlaomer, y los reyes que
estaban de su parte, y derrotaron a los Raphaitas enAshteroth-car-
naim, a los Zuzitas en Ham, y a los Emitas en Shave-Kiriataim. 6 Y
a los Horeos en el monte de Seir, hasta la llanura de Parán, que
está junto al desierto. 7 Y volvieron y vinieron a Emmisphat, que
es Cades, y devastaron todas las haciendas de los Amalacitas, y
también al Amorrheo, que habitaba en Hazezón-tamar. 8 Y salió el
rey de Sodoma, y el rey de Gomorra, y el rey de Adma, y el rey de
Zeboim, y el rey de Bela, que es Zoar, y orde- naron contra ellos
batalla en el valle de Siddim; 9 Es a saber ,
contraChêdorlaomer, rey de Elam, y Tidal, rey de nacio- nes, y
Amraphel, rey de Shinar, y Arioch, rey de Elasar; cuatro reyes
contra cinco. 10 Y el valle de Siddim estaba lleno de pozos de
betún: y huye- ron el rey de Sodoma y el de
Gomorra, y cayeron allí; y los demás huyeron al monte. 11 Y tomaron
toda la riqueza de Sodoma y de Gomorra, y todas sus vituallas, y se
fueron. 12 Tomaron también a Lot, hijo del hermano de Abram, que
moraba en Sodoma, y su hacien- da, y se fueron. 13 Y vino uno de
los que escapa- ron, y denunciólo a Abram el Hebreo, que habitaba
en el llano de Mamre Amorrheo, hermano de Eschôl y hermano de Aner,
los cuales estaban confederados con Abram. 14 Y oyó Abram que su
hermano estaba prisionero, y armó sus criados, los criados de su
casa, trescientos dieciocho, y siguiólos hasta Dan. 15 Y derramóse
sobre ellos de noche él y sus siervos, e hiriólos, y fuélos
siguiendo hasta Hobah, que está a la izquierda de Damasco. 16 Y
recobró todos los bienes, y también a Lot su hermano y su hacienda,
y también las mujeres y gente. 17 Y salió el rey de Sodoma a
recibirlo, cuando volvía de la derrota de Chêdorlaomer y de los
reyes que con él estaban, al valle de Shave, que es el valle del
Rey. 18 Entonces Melchîsedec, rey de Salem, sacó pan y vino; el
cual era sacerdote del Dios alto; 19 Y bendíjole, y dijo: Bendito
sea Abram del Dios alto, posee- dor de los cielos y de la
tierra;
20
20 Y bendito sea el Dios alto, que entregó tus enemigos en tu mano.
Y dióle Abram los diez- mos de todo. 21 Entonces el rey
de Sodoma dijo a Abram: Dame las perso- nas, y toma para ti la
hacienda. 22 Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano
al SEÑOR Dios alto, poseedor de los cielos y de la tierra, 23 Que
desde un hilo hasta la correa de un calzado, nada toma- ré de todo
lo que es tuyo, porque no digas: Yo enriquecí a Abram: 24 Sacando
solamente lo que comieron los mancebos, y la por- ción de los
varones que fueron conmigo, Aner, Eschôl, y Mamre; los cuales
tomarán su
parte.
DESPUÉS de estas cosas fué la palabra del SEÑOR a
Abram en visión, diciendo: No temas,Abram;YO SOYtuescudo,
y tu galardón sobremanera grande. 2 Y respondió Abram:
Señor DIOS, ¿qué me has de dar, sien- do así que ando sin
hijo, y el mayordomo de mi casa es ese Damasceno Eliezer? 3 Dijo
más Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que es mi
heredero uno nacido en mi casa. 4 Y luego la palabra del
SEÑOR fué a él diciendo: No te heredará éste, sino el que
saldrá de tus entrañas será el que te herede.
5 Y sacóle fuera, y dijo: Mira ahora a los cielos, y cuenta las
estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu simiente. 6
Y creyó al SEÑOR, y contóselo
por justicia. 7 Y díjole: YO SOY el SEÑOR, que te saqué de Ur
de los Caldeos,
para darte a heredar esta tierra. 8Yélrespondió: Señor DIOS,
¿en qué conoceréque la tengo dehere- dar? 9 Y le dijo: Apártame una
becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de
tres años, una tórtola también, y un palomi- no. 10 Y tomó él todas
estas cosas, y
partiólas por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de
otra; mas no partió las aves. 11 Y descendían aves sobre los
cuerpos muertos, y ojeábalas Abram. 12 Mas a la caída del sol
sobre- cogió el sueño a Abram, y he aquí que el pavor de una grande
obscuridad cayó sobre él. 13 Entonces dijo a Abram: Ten
por cierto que tu simiente será peregrina en tierra no
suya, y ser- virá a los de allí , y serán por ellos
afligidos cuatrocientos años. 14 Mas también a la gente a quien
servirán, juzgaré yo; y des-
pués de esto saldrán con grande riqueza. 15 Y tú vendrás a
tus padres en
paz, y serás sepultado en buena vejez. 16 Y en la cuarta
generación vol-
21
verán acá: porque aun no está cumplida la maldad delAmorrheo hasta
aquí. 17 Y sucedió que puesto el sol, y ya obscurecido, dejóse ver
un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasó por entre los
animales divididos. 18 En aquel día hizo el SEÑOR un pacto
con Abram diciendo: A tu simiente daré esta tierra desde el río de
Egipto hasta el río gran- de, el río Eufrates; 19 Los Cineos, y los
Ceneceos, y los Cedmoneos, 20 Y los Hetheos, y los Pherezeos, y los
Raphaitas, 21 Y los Amorrheos, y los Cananeos, y los Gergeseos, y
los Jebuseos.
CAPÍTULO 16
Y SARAI, mujer de Abram no le paría: y ella tenía una
sierva egipcia, que se llamaba Agar. 2 Dijo, pues, Sarai a Abram:
Ya ves que el SEÑOR me ha hecho estéril: ruégote que entres a mi
sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al dicho de
Sarai. 3 Y Sarai, mujer de Abram, tomó a Agar su sierva egipcia, al
cabo de diez años que había habitado Abram en la tierra de Canaán,
y dióla a Abram su marido por mujer. 4 Y él cohabitó con
Agar, la cual concibió: y cuando vió que había concebido, miraba
con desprecio
a su señora. 5 Entonces Sarai dijo a Abram: Mi afrenta sea sobre
ti: yo puse mi sierva en tu seno, y viéndose embarazada, me mira
con des-
precio; juzgue el SEÑOR entre mí y ti. 6 Y respondió Abram a
Sarai: He ahí tu sierva en tu mano, haz con ella lo que bien te
pareciere. Y como Sarai la afligiese, huyóse de su presencia. 7 Y
hallóla el ángel del SEÑOR
junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente
que está en el camino del Sur. 8 Y le dijo: Agar,
sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas? Y ella
respondió: Huyo de delante de Sarai, mi señora. 9 Y díjole el ángel
del SEÑOR: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo de su mano. 10
Díjole también el ángel del SEÑOR: Multiplicaré tanto tu linaje,
que no será contado a causa de la muchedumbre. 11 Díjole aún el
ángel del SEÑOR: He aquí que has conce-
bido, y parirás un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque
oído ha el SEÑOR tu aflicción. 12 Y él será hombre fiero; su mano
contra todos, y las manos de todos contra él, y delante de todos
sus hermanos habitará. 13 Entonces llamó el nombre del SEÑOR que
con ella hablaba: Tú Dios me ves; porque dijo: ¿No he visto también
aquí al que me ve?
22
14 Por lo cual llamó al pozo, Pozo del Viviente que me ve. He aquí
está entre Cades y Bered. 15 Y parió Agar a Abram un hijo, y llamó
Abram el nombre de su hijo que le parió Agar, Ismael. 16 Y era
Abram de edad de ochenta y seis años, cuando parió Agar a
Ismael.
CAPÍTULO 17
YSIENDOAbram de edad de noventa y nueve años,
aparecióle el SEÑOR, y le dijo: YO SOY el Dios
Todopoderoso; anda delante de mí, y sé perfecto.
2Ypondrémipactoentremíyti, y multiplicarte he mucho en gran manera.
3 Entonces Abram cayó sobre su rostro, y Dios habló con él
diciendo: 4 Yo, he aquí mi pacto contigo: Serás padre de
muchedumbre de gentes: 5 Y no se llamará más tu nombre Abram, sino
que será tu nombre Abraham, porque te he puesto
por padre de muchedumbre de gentes. 6 Y multiplicarte he
mucho en gran manera, y te pondré en gen- tes, y reyes saldrán de
ti. 7 Y estableceré mi pacto entre mí yti,ytusimientedespuésdetien
sus generaciones, por pacto per-
petuo, para serte a ti por Dios, y a tu simiente después de
ti. 8 Y te daré a ti, y a tu simiente después de ti, la tierra de
tus
peregrinaciones, toda la tierra de
Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos. 9 Dijo de
nuevo Dios a Abraham: Tú empero guardarás mi pacto, tú y tu
simiente des-
pués de ti por sus generaciones. 10 Este será mi pacto, que
guar- daréis entre mí y vosotros y tu simiente después de ti: Será
cir- cuncidado todo varón de entre vosotros. 11 Circuncidaréis,
pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del
pacto entre mí y voso- tros. 12 Y de edad de ocho días será
circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generacio- nes:
el nacido en casa, y el com-
prado a dinero de cualquier extranjero, que no fuere de
tu simiente. 13 Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el
comprado
por tu dinero: y estará mi pacto en vuestra carne para pacto
per-
petuo. 14 Y el varón incircunciso que no hubiere circuncidado
la carne de su prepucio, aquella alma será
borrada de su pueblo; ha violado mi pacto. 15 Dijo también
Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara
será su nombre. 16 Y bendecirla he, y también te daré de ella hijo;
sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de nacio-
nes; reyes de pueblos serán de ella. 17 Entonces Abraham cayó
23
sobre su rostro, y rióse, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien
años ha de nacer hijo? ¿y Sara, ya de noventa años, ha
de parir? 18 Y dijo Abraham a Dios: Oh que Ismael viva delante de
ti. 19 Y respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te parirá un
hijo, y llamarás su nombre Isaac; y con- firmaré mi pacto con él
por pacto
perpetuo para su simiente des- pués de él. 20 Y en
cuanto a Ismael, también te he oído: he aquí que le bende- ciré, y
le haré fructificar y multi-
plicar mucho en gran manera: doce príncipes engendrará,
y
ponerlo he por gran gente. 21 Mas yo estableceré mi pacto con
Isaac, al cual te parirá Sara
por este tiempo el año siguiente. 22 Y acabó de hablar con
él, y subió Dios de con Abraham. 23 Entonces tomó Abraham a Ismael
su hijo, y a todos los sier- vos nacidos en su casa, y a
todos los comprados por su dinero, a todo varón entre los
domésticos de la casa de Abraham, y circun- cidó la carne del
prepucio de ellos en aquel mismo día, como Dios le había dicho. 24
Era Abraham de edad de noventa y nueve años cuando circuncidó la
carne de su prepu- cio. 25 E Ismael su hijo era de trece años,
cuando fué circuncidada la carne de su prepucio. 26 En el mismo día
fué circunci- dado Abraham e Ismael su hijo.
27 Y todos los varones de su casa, el siervo nacido en
casa, y el comprado por dinero del extranjero, fueron circuncidados
con él.
CAPÍTULO 18
Y APARECIÓLE el SEÑOR en el llano de Mamre,
estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. 2
Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban
junto a él: y cuando los vió, salió, corriendo de la puerta
de su tien- da a recibirlos, e inclinóse hacia la tierra, 3 Y dijo:
Señor, si ahora he halla- do gracia en tus ojos, ruégote que no
pases de tu siervo. 4 Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad
vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol, 5 Y traeré un bocado
de pan, y sustentad vuestro corazón; des-
pués pasaréis: porque por eso habéis pasado cerca de vuestro
siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho. 6 Entonces Abraham
fué de prie- sa a la tienda a Sara, y le dijo: Toma presto tres
medidas de flor de harina, amasa y haz panes cocidos debajo
del rescoldo. 7 Y corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro
tierno y
bueno, y diólo al mozo, y dióse éste priesa a aderezarlo. 8
Tomó también manteca y leche, y el becerro que había ade- rezado, y
púsolo delante de ellos;
24
y él estaba junto a ellos debajo del árbol; y comieron. 9 Y le
dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la
tienda. 10 Entonces dijo: De cierto vol- veré a ti según el tiempo
de la vida, y he aquí, tendrá un hijo Sara tu mujer. Y Sara
escuchaba a la puerta de la tienda, que esta-
ba detrás de él. 11 YAbraham y Sara eran viejos, entrados en
días: a Sara había cesado ya la costumbre de las mujeres. 12 Rióse,
pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he enve-
jecido tendré deleite, siendo tam- bién mi
señor ya viejo? 13 Entonces el SEÑOR dijo a
Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: Será cierto que he de
parir siendo ya vieja? 14 ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al
tiempo señalado vol- veré a ti, según el tiempo de la vida, y Sara
tendrá un hijo. 15 Entonces Sara negó, dicien- do: No me reí;
porque tuve miedo. Y él dijo: No es así , sino que te has
reído. 16 Y los varones se levantaron de allí, y miraron hacia
Sodoma: y Abraham iba con ellos acompa- ñándolos. 17 Y el SEÑOR
dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, 18 Habiendo de
ser Abraham en una nación grande y fuerte, y habiendo de ser
benditas en él todas las gentes de la tierra?
19 Porque yo lo he conocido, sé que mandará a sus hijos y a su
casa después de sí, que guarden el camino del SEÑOR, haciendo
justicia y juicio, para que haga venir el SEÑOR sobre Abraham
lo que ha hablado acerca de él. 20 Entonces el SEÑOR le dijo: Por
cuanto el clamor de Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el
pecado de ellos se ha agravado en extremo, 21 Descenderé ahora, y
veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta
mí; y si no, saberlo he. 22 Y apartáronse de allí los varo- nes, y
fueron hacia Sodoma: mas Abraham estaba aún delante del SEÑOR. 23 Y
acercóse Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío?
24 Quizá hay cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás
también y no perdonarás al lugar
por cincuenta justos que estén dentro de él? 25 Lejos de ti
el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el
justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El juez de
toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo? 26 Entonces
respondió el SEÑOR: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de
la ciu- dad, perdonaré a todo este lugar
por amor de ellos. 27 Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora
que he comenzado a
25
hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza: 28 Quizá
faltarán de cincuenta
justos cinco: ¿destruirás por aquellos cinco toda la
ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco.
29 Y volvió a hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y
respondió: No lo haré por amor de los cuarenta. 30 Y dijo: No
se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se halla- rán allí
treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta. 31 Y
dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá
se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor
de los veinte. 32 Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si
hablare sola- mente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la
destruiré, respon- dió, por amor de los diez. 33 Y fuése el SEÑOR,
luego que acabó de hablar a Abraham: y Abraham se volvió a su
lugar.
CAPÍTULO 19
LLEGARON, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída
de la tarde: y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y
viéndolos Lot, levantóse a recibirlos, e inclinóse hacia el suelo;
2 Y dijo: Ahora, pues, mis seño- res, os ruego que vengáis a casa
de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies: y por
la mañana os levantaréis, y segui-
réis vuestro camino. Y ellos res- pondieron: No, que en la
plaza nos quedaremos esta noche. 3 Mas él porfió con ellos mucho, y
se vinieron con él, y entraron en su casa; e hízoles banquete, y
coció panes sin levadura, y comieron. 4 Y antes que se acostasen,
cer- caron la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma,
todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo; 5 Y
llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron
a ti esta noche? sácanos- los, para que los conozcamos. 6 Entonces
Lot salió a ellos a la
puerta, y cerró las puertas tras sí, 7 Y dijo: Os ruego,
hermanos míos, que no hagáis tal maldad. 8 He aquí ahora yo tengo
dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré afuera, y haced
de ellas como bien os pareciere: solamente a estos varones no
hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado. 9 Y ellos
respondieron: Quita allá: y añadieron: Vino éste aquí
para habitar como un extraño, ¿y habrá de erigirse en juez?
Ahora te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al
varón, a Lot, y se acercaron para romper las puertas. 10
Entonces los varones alarga- ron la mano, y metieron a Lot en casa
con ellos, y cerraron las
puertas. 11 Y a los hombres que estaban a
26
la puerta de la casa desde el menor hasta el mayor, hirieron con
ceguera; mas ellos se fatiga-
ban por hallar la puerta. 12 Y dijeron los varones a Lot:
¿Tienes aquí alguno más? Yerno, y tus hijos y tus hijas, y todo lo
que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar: 13 Porque vamos a
destruir este lugar, por cuanto el clamor de ellos ha subido de
punto delante del SEÑOR; por tanto el SEÑOR nos ha enviado
para destruirlo. 14 Entonces salió Lot, y habló a sus yernos, los
que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid deeste
lugar;por- que el SEÑOR va a destruir esta ciudad. Mas pareció a
sus yernos como que se burlaba. 15 Y al rayar el alba, los ángeles
daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos
hijas que se hallan aquí, por- que no perezcas en el castigo de la
ciudad. 16Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de
la mano de su mujer, y de las manos de sus dos hijas, según la
misericor- dia del SEÑOR para con él; y le sacaron, y le pusieron
fuera de la ciudad. 17 Y fué que cuando los hubo sacado fuera,
dijo: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta
llanura; escapa al monte, no sea que perezcas. 18 Y Lot les dijo:
Oh no, Señor mío;
19 He aquí ahora ha hallado tu siervo gracia en tus ojos, y has
engrandecido tu misericordia que has hecho conmigo dándo- me la
vida; mas yo no podré escapar al monte, no sea caso que me alcance
el mal y muera. 20 He aquí ahora esta ciudad está cerca para huir
allá, la cual es
pequeña; escaparé ahora allá, (¿no es ella pequeña?) y vivirá
mi alma. 21 Y le respondió: He aquí he recibido también tu súplica
sobre esto, y no destruiré la ciudad de que has hablado. 22 Date
priesa, escápate allá;
porque nada podré hacer hasta que allí hayas llegado. Por
esto fué llamado el nombre de la ciu- dad, Zoar. 23 El sol salía
sobre la tierra, cuando Lot llegó a Zoar. 24 Entonces llovió el
SEÑOR sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte
del SEÑOR desde los cielos; 25 Y destruyó las ciudades, y toda
aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciuda- des, y
el fruto de la tierra. 26 Entonces la mujer de Lot miró
atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal. 27 Y
subió Abraham por la mañana al lugar donde había estado delante del
SEÑOR: 28 Y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de
aquella llanura miró; y he aquí que el humo subía de la
tierra
27
como el humo de un horno. 29 Así fué que, cuando destruyó Dios las
ciudades de la llanura, acordóse Dios de Abraham, y envió fuera a
Lot de en medio de la destrucción, al asolar las ciu- dades donde
Lot estaba. 30 Empero Lot subió de Zoar, y asentó en el monte, y
sus dos hijas con él; porque tuvo miedo de quedar en Zoar, y se
alojó en una cueva él y sus dos hijas. 31 Entonces la mayor dijo a
la menor: Nuestro padre es viejo, y no queda varón en la tierra que
entre a nosotras conforme a la costumbre de toda la tierra: 32 Ven,
demos a beber vino a nuestro padre, y durmamos con él, y
conservaremos de nuestro
padre generación. 33 Y dieron a beber vino a su
padre aquella noche: y entró la mayor, y durmió con su padre;
mas él no sintió cuándo se acos- tó ella, ni cuándo se levantó. 34
El día siguiente dijo la mayor a la menor: He aquí yo dormí
la noche pasada con mi padre: démosle a beber vino también esta
noche, y entra y duerme con él, para que conservemos de nuestro
padre generación. 35 Y dieron a beber vino a su
padre también aquella noche: y levantóse la menor, y durmió
con él; pero no echó de ver cuándo se acostó ella, ni cuándo se
levantó. 36 Y concibieron las dos hijas de Lot, de su padre. 37 Y
parió la mayor un hijo, y
llamó su nombre Moab, el cual es padre de los Moabitas hasta hoy.
38 La menor también parió un hijo, y llamó su nombre Ben- ammí, el
cual es padre de los Ammonitas hasta hoy.
CAPÍTULO 20
DE ALLÍ partió Abraham a la tierra del Mediodía, y asentó
entre Cades y Shur, y habitó como forastero en Gerar. 2 Y dijo
Abraham de Sara su mujer: Mi hermana es. Y Abimelech, rey de Gerar,
envió y tomó a Sara. 3 Empero Dios vino a Abimelech en sueños de
noche, y le dijo: He aquí muerto eres a causa de la mujer que has
tomado, la cual es casada con marido. 4 Mas Abimelech no había
llega- do a ella, y dijo: Señor, ¿matarás también la gente justa? 5
¿No me dijo él: Mi hermana es; y ella también dijo: Es mi herma-
no? Con sencillez de mi corazón, y con limpieza de mis manos he
hecho esto. 6Ydíjole Dios en sueños:Yo tam-
bién sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo
tam-
bién te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la
tocases. 7 Ahora, pues, vuelve la mujer a su marido; porque es
profeta, y orará por ti, y vivirás. Y si tú no la volvieres, sabe
que de cierto morirás, con todo lo que fuere tuyo.
28
8 EntoncesAbimelech se levantó de mañana, y llamó a todos sus
siervos, y dijo todas estas pala-
bras en los oídos de ellos; y temieron los hombres en gran
manera. 9 Después llamó Abimelech a Abraham, y le dijo: ¿Qué nos
has hecho? ¿y en qué pequé yo con- tra ti, que has atraído sobre mí
y sobre mi reino tan gran pecado? lo que no debiste hacer has hecho
conmigo. 10 Y dijo más Abimelech a Abraham: ¿Qué viste para que
hicieses esto? 11 Y Abraham respondió: Porque dije para mí: Cierto
no hay temor de Dios en este lugar, y me mata- rán por causa
de mi mujer. 12 Y a la verdad también es mi hermana, hija de mi
padre, mas no hija de mi madre, y toméla
por mujer. 13 Y fue que, cuando Dios me hizo salir errante de
la casa de mi
padre, yo le dije: Esta es la mer- ced que tú me harás, que
en todos los lugares donde llegáremos, digas de mí: Mi hermano es.
14 Entonces Abimelech tomó ovejas y vacas y siervos y sier- vas, y
diólo a Abraham, y devol- vióle a Sara su mujer. 15 Y dijo
Abimelech: He aquí mi tierra está delante de ti, habita donde bien
te pareciere. 16YaSaradijo:Heaquíhedado mil monedas de plata a tu
herma- no; mira que él te es por velo de ojos para todos los que
están
contigo, y para con todos: así fué reprendida. 17 Entonces Abraham
oró a Dios; y Dios sanó a Abimelech y a su mujer, y a sus siervas,
y
parieron. 18 Porque había del todo cerrado el SEÑOR toda
matriz de la casa de Abimelech, a causa de Sara mujer de
Abraham.
CAPÍTULO 21
Y VISITÓ el SEÑOR a Sara, como había dicho, e hizo el
SEÑOR con Sara como había hablado. 2 Y concibió y parió Sara a
Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho.
3 Y llamóAbraham el nombre de su hijo que le nació, que le parió
Sara, Isaac. 4 Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho días,
como Dios le había mandado. 5 Y era Abraham de cien años, cuando le
nació Isaac su hijo. 6 Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reir, y
cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo. 7 Y añadió: ¿Quién
dijera a Abraham que Sara había de dar de mamar a hijos? pues
que le he
parido un hijo a su vejez. 8 Y creció el niño, y fué desteta-
do; e hizo Abraham gran ban- quete el día que fué destetado Isaac.
9 Y vió Sara al hijo de Agar la Egipcia, el cual había
ésta parido
29
a Abraham, que se burlaba. 10 Por tanto dijo a Abraham: Echa a esta
sierva y a su hijo; que el hijo de esta sierva no ha de heredar con
mi hijo, con Isaac. 11 Este dicho pareció grave en gran manera a
Abraham a causa de su hijo. 12 Entonces dijo Dios a Abraham: No te
parezca grave a causa del muchacho y de tu sier- va; en todo lo que
te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada
descendencia. 13 Y también al hijo de la sierva
pondré en gente, porque es tu simiente. 14 Entonces Abraham
se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y diólo a
Agar,
poniéndolo sobre su hombro, y entrególe el muchacho, y
despi- dióla. Y ella partió, y andaba errante por el desierto de
Beer- seba. 15 Y faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo
de un árbol; 16 Y fuése y sentóse enfrente, alejándose como un tiro
de arco:
porque decía, No veré cuando el muchacho morirá. Y ella se
sentó enfrente, y alzó su voz y lloró. 17 Y oyó Dios la voz del
mucha- cho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le
dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas;
porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. 18
Levántate, alza al muchacho, y ásele de tu mano, porque en
gran gente lo tengo de poner. 19 Entonces abrió Dios sus ojos, y
vió una fuente de agua; y fué, y llenó el odre de agua, y dió
de
beber al muchacho. 20 Y fué Dios con el muchacho; y creció, y
habitó en el desierto, y fué tirador de arco. 21 Y habitó en el
desierto de Parán; y su madre le tomó mujer de la tierra de
Egipto. 22 Y aconteció en aquel mismo tiempo que habló Abimelech, y
Phicol, príncipe de su ejército, a Abraham diciendo: Dios es con-
tigo en todo cuanto haces: 23 Ahora pues, júrame aquí por
Dios,quenofaltarásamí,niami hijo, ni a mi nieto; sino que con-
forme a la bondad que yo hice contigo, harás tú conmigo, y con la
tierra donde has peregrinado. 24 Y respondió Abraham: Yo
juraré. 25 Y Abraham reconvino a Abimelech a causa de un pozo
de agua, que los siervos deAbimelech le habían quitado. 26 Y
respondió Abimelech: No sé quién haya hecho esto, ni tampoco tú me
lo hiciste saber, ni yo lo he oído hasta hoy. 27 Y tomó Abraham
ovejas y vacas, y dió a Abimelech; e hicieron ambos alianza. 28 Y
puso Abraham siete corde- ras del rebaño aparte. 29 Y dijo
Abimelech a Abraham: ¿Qué significan esas siete corde- ras que has
puesto aparte? 30 Y él respondió: Que estas
30
siete corderas tomarás de mi mano, para que me sean en testi- monio
de que yo cavé este pozo. 31 Por esto llamó a aquel lugar
Beer-seba; porque allí juraron ambos. 32 Así hicieron pacto en
Beer- seba: y levantóse Abimelech, y Phicol, príncipe de su
ejército, y se volvieron a tierra de los Filisteos. 33 Y plantó
Abraham un árbol en Beer-seba, e invocó allí el nombre
del SEÑOR Dios eterno. 34 Y moró Abraham en tierra de los Filisteos
muchos días.
CAPÍTULO 22
Y ACONTECIÓ después de estas cosas, que tentó Dios a
Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 2 Y dijo:
Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra
de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes
que yo te diré. 3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó
su asno, y tomó consigo dos mozos suyos, y a Isaac su hijo: y cortó
leña
para el holocausto, y levantóse, y fué al lugar que Dios le
dijo. 4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vió el lugar de
lejos. 5 Y dijo Abraham a sus mozos: Esperaos aquí con el asno, y
yo y el muchacho iremos hasta allí, y adoraremos, y volveremos a
vosotros. 6 Y tomó Abraham la leña del
holocausto, y púsola sobre Isaac su hijo: y él tomó en su mano el
fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos. 7 Y habló Isaac a
Abraham su
padre, y dijo: Padre mío.Y él res- pondió: Heme aquí,
mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el
cordero para el holocausto? 8 Y respondió Abraham: Dios se
proveerá cordero para el holo- causto, hijo mío. E iban
juntos. 9 Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, y
edificó allí Abraham un altar, y compuso la
leña,yatóaIsaacsuhijo,ypúso- le en el altar sobre la leña. 10 Y
extendió Abraham su mano, y tomó el cuchillo, para degollar a su
hijo. 11 Y el ángel del SEÑOR le dió voces del cielo, y dijo:
Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 12 Y dijo: No
extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; que ya
conozco que temes a Dios, pues que no me rehusas- te tu hijo, tu
único. 13 Entonces alzó Abraham sus ojos, y miró, y he aquí un
carne- ro a sus espaldas trabado en un zarzal por sus cuernos: y
fué Abraham, y tomó el carnero, y ofrecióle en holocausto en
lugar de su hijo. 14 Y llamó Abraham el nombre de aquel
lugar, el SEÑOR prove- erá. Por tanto se dice hoy: En el monte del
SEÑOR será provisto.
31
15 Y llamó el ángel del SEÑOR a Abraham segunda vez desde el
cielo, 16 Y dijo: Por mí mismo he jura- do, dice el SEÑOR, que
por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu
hijo, tu único; 17 Bendiciendo te bendeciré, y multiplicando
multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y como la
arena que está a la orilla del mar; y tu simiente
poseerá las puertas de sus enemi- gos: 18 En tu simiente
serán benditas todas las gentes de la tierra, por cuanto
obedeciste a mi voz. 19 Y tornóse Abraham a sus mozos, y
levantáronse y se fue- ron juntos a Beer-seba; y habitó Abraham en
Beer-seba. 20 Y aconteció después de estas cosas, que fué dada
nueva a Abraham, diciendo: He aquí que también Milca ha parido
hijos a
Nachôr tu hermano: 21 A Huz su primogénito, y a Buz su
hermano, y a Kemuel
padre de Aram, 22 Y a Chêsed, y a Hazo, y a Pildas, y a
Jidlaph, y a Bethuel. 23 Y Bethuel engendró a Rebeca. Estos ocho
parió Milca a Nachôr, hermano de Abraham. 24 Y su concubina, que se
llama-
ba Reúma, parió también a Teba,
yaGaham,yaTaas,yaMaachâ.
CAPÍTULO 23
Y FUÉ la vida de Sara ciento veintisiete años: tantosfueron
los años de la vida de Sara. 2 Y murió Sara en Kiriath-arba, que es
Hebrón, en la tierra de Canaán: y vino Abraham a hacer el
duelo a Sara, y a llorarla. 3 Y levantóse Abraham de delan- te de
su muerto, y habló a los hijos de Heth, diciendo: 4 Peregrino y
advenedizo soy entre vosotros; dadme heredad de sepultura con
vosotros, y sepultaré mi muerto de delante de mí. 5 Y respondieron
los hijos de Heth a Abraham, y dijéronle: 6 Oyenos, señor mío, eres
un
príncipe de Dios entre nosotros; en lo mejor de nuestras
sepultu- ras sepulta a tu muerto; ninguno de nosotros te impedirá
su sepul- tura, para que entierres tu muer- to. 7 Y Abraham se
levantó, e incli- nóse al pueblo de aquella tierra, a los hijos de
Heth; 8 Y habló con ellos, diciendo: Si tenéis voluntad que yo
sepulte mi muerto de delante de mí, oidme, e interceded por mí con
Ephrón, hijo de Zohar, 9 Para que me dé la cueva de Macpela, que
tiene al cabo de su heredad: que por su justo precio me la dé, para
posesión de sepul- tura en medio de vosotros. 10 Este Ephrón
hallábase entre los hijos de Heth: y respondió Ephrón Hetheo a
Abraham, en oídos de los hijos de Heth, de todos los que entraban
por la
puerta de su ciudad, diciendo:
32
11 No, señor mío, óyeme: te doy la heredad, y te doy también la
cueva que está en ella; delante de los hijos de mi pueblo te la
doy; sepulta tu muerto. 12 Y Abraham se inclinó delante del pueblo
de la tierra, 13 Y respondió a Ephrón en oídos del pueblo de la
tierra, diciendo: Antes, si te place, rué- gote que me oigas; yo
daré el
precio de la heredad, tómalo de mí, y sepultaré en ella mi
muer- to. 14 Y respondió Ephrón a Abraham, diciéndole: 15 Señor
mío, escúchame: la tie- rra vale cuatrocientos siclos de
plata; ¿qué es esto entre mí y ti? entierra pues tu
muerto. 16 Entonces Abraham se convi- no